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YOD o DEDO DE DIOS

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YOD o DEDO DE DIOS

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Yod o Dedo de Dios

El Dedo de Dios es una figura formada por dos Quincucios unidos por un extremo y
cerrada por un Sextil en los extremos de estos. Los quincucios indican vínculos,
conexiones y relaciones; el sextil los transforma en comunicación y efecto mental. En
el armónico 3 se revela una T cósmica que entraña serios impedimentos para sentirse
compensado. En el 4 surge un gran trígono que supone buena capacidad de lucha, de
resistencia y de aguante. En el 6 una oposición que anuncia dificultad para integrar la
dualidad y desarrollar lo simbólico. En el 8 un Gran trígono señala una protección ante
los rechazos o los momentos amargos de la existencia y por último en el 9 se dibuja
una T cósmica como un inconveniente para lograr la felicidad en sentido interno.

Esta curiosa figura sincroniza con una intensa movilidad apoyada por fuertes vínculos
personales o sociales. Implica relaciones con los demás sin ataduras ni compromisos. A
nivel personal señala un alto potencial mental y una buena capacidad de movimiento.
En el plano social facilita la adquisición de vínculos y permite un encadenamiento
ordenado y provechoso de las relaciones con los demás. Observando a estas personas
puede parecernos que las casualidades les van ligando a otros sin pérdida o merma de
su libertad personal o su capacidad de acción. Quizás por ello se sienten en alguna
medida "elegidos" y sienten tener "Una misión " que cumplir. Podemos encontrar esta
figura en personajes célebres por ese sentimiento de ser "elegidos" como es el caso del
Imán Jomeini o de los presidentes franceses Pompidou o Miterrand.

En personas normales también se detecta esa tendencia a sentirse elegidos por creer
que tienen una misión que realizar. Esta potente fijación mental les obliga a huir del
trabajo normal o de las responsabilidades cotidianas. En muchos casos señala la
ruptura con la carrera, la profesión o el mundo laboral normal. Esta figura esconde un
grado de rebeldía ante la vida ordinaria, en muchos casos puede afectar al ámbito
familiar de una manera desestabilizadora.

Diversos autores:
Configuracion Yod o Dedo del Destino

Símbolo de los ciclos de la existencia:


nacimiento, crecimiento y muerte.

El Yod es una figura compuesta por dos quincucios y un sextil formando una gran Y. El
planeta que forma los quincucios es el punto focal o ápex de la figura.

Muchas veces experimentado como fatalidad, el Yod también es llamado “Dedo de


Dios” o “Dedo del Destino”. Para los hebreos la palabra YOD significa la llama diminuta
que representa un triángulo equilátero y que por si sólo simboliza el Uno Eterno (la
Trinidad).

El quincucio corresponde al aspecto de un ángulo de 150º entre planetas. Es un


aspecto medio dentro de la clasificación de los aspectos en mayores (o ptolemaicos),
medios y menores.

Representa una desarmonía que genera una incomodidad leve pero constante e
irritante, como un problema con el cual se tiene que luchar pero cuya solución escapa
continuamente, se diferencia de la cuadratura y de la oposición por no haber un
enfrentamiento más objetivo y consciente del problema. Como resultado de la
acumulación de tensión, el Yod está frecuentemente asociado a problemas de salud.

En el “Tetrabiblos” de Ptolomeo se describe a los signos inconjuntos como aquellos que


no tienen ninguna afinidad ya sea por elemento, ritmo o polaridad, es decir, son
extraños el uno al otro. Así, la Inconjunción (otro nombre dado al quincucio, todavía
usado por autores modernos) tiene el significado de una dificultad de reconocimiento
entre los planetas involucrados.

El quincucio intercambia energías diferentes del zodíaco. Establece relaciones:


Fuego/Tierra – Fuego/Agua; Aire/Agua – Aire/Tierra. Se parece al semi-sextil (30
grados) ya que, como el quincucio, une los elementos diferentes que acabamos de
mencionar. De Aries a Virgo y de Aries a Escorpio.... hay mucha intensidad emocional
y mental envueltas en los planetas que están en quincucio. Los deseos de purificación,
de sintetizar y facilitar los procesos correspondientes a los planetas es muy fuerte
(volviéndolos claros y concisos), así como traer a la superficie los sentimientos de
culpa o las necesidades de liberación catártica inherentes a lo que los planetas
simbolizan.

La figura geométrica asociada al quincucio es el “dodecaedro” (así como al semi-


sextil), que representa todo el zodíaco, como dos veces el hexágono, asociado al
sextil. El quincucio une todos los elementos de la carta astral, todos los ritmos y
triplicidades, representando, por tanto, los últimos retoques a ser hechos en aquellos
planetas antes que ellos sean la expresión máxima de sus simbolismos. Es un aspecto
de la Unidad por la unión de los elementos de la Multiplicidad, igual que un
rompecabezas, juntando centenares de partes en una única pieza.

El YOD:

Como dijimos esta configuración se compone de tres planetas: dos de ellos en sextil y
aspectados por un tercero en relación de quincucio. Para el sextil se considera un orbe
de 6º y para los quincucios de 4º.

El quincucio creciente (anterior a la Oposición) puede ser considerado de naturaleza


correctiva (asociado a Virgo) y el decreciente (posterior a la Oposición), de naturaleza
regenerativa (asociado a Escorpio). Así, el papel del quincucio es el de reducir y
suprimir las actitudes incorrectas que impiden nuestro crecimiento.

La configuración Yod apela a un reajustamiento emocional o mental y a una


regeneración. El planeta focal indica las energías a ser regeneradas; su signo, la forma
en como necesitan ser corregidas o reexperimentadas; y su casa el área de la vida a
través de la cual esa transformación tendrá lugar.

El planeta focal es un planeta sensitivo porque los quincucios (considerados aspectos


de 6ª y 8ª casa) provocan una tensión subliminal que puede resultar en problemas
físicos o psicológicos.

Según Eloy Dumón: “las personas que tienen un Yod en su carta astral generalmente
experimentan crisis en sus vidas, que deben afrontar y resolver a través de un cambio
de conciencia”. Y añade: “el Yod requiere una renuncia al pasado para entrar en una
nueva fase de la vida”.

El momento de la crisis es muy similar a cuando se llega a un camino con una


bifurcación: es necesario escoger una dirección sin que se sepa hacia donde lleva cada
una de ellas. Así, ese cambio de rumbo no consiste en una elección consciente y
segura.

De hecho, lo que se ve en la práctica es que en el momento en que el Yod es afectado,


por tránsitos y progresiones al foco o ápex, el individuo se suelta o prescinde de
antiguos hábitos o intereses para cambiar de actitud y participar en acciones
emprendedoras que aparecen en el horizonte. Aunque no se sienta lo bastante seguro
es frecuente que el individuo se sorprenda al descubrir cuanto es capaz de hacer en
ese campo.

La energía potencial de los planetas del sextil puede ayudar en el proceso de


adaptación a los cambios. En palabras de Robert Hand: “el Yod contiene el germen de
su propia solución”, un recurso que el quincucio no tiene.

Los efectos de los cambios desencadenados por el Yod ocurren en las casas
involucradas en la configuración, en particular en la casa del planeta focal o ápex y en
la casa opuesta.

Además, el punto opuesto al foco es muy sensible dentro de la figura. Bill Tierney lo
denomina punto de reacción y la casa donde se localiza indica el sector en que la
nueva orientación del individuo podrá concentrarse. Si hubiera en la carta un planeta
localizado en ese punto podemos considerarlo como factor de equilibrio del Yod.

Hay una teoría que dice que el Yod solo debe ser considerado cuando el planeta focal
es el más lento de entre los que componen la figura. En caso de que el foco no sea el
más lento tenemos un quincucio doble, que apunta hacia dificultades en la vida o
incluso una ausencia de rumbo pero no una connotación de fatalidad como en el caso
del Yod verdadero.

A pesar de estar sin confirmar esta teoría de manera categórica, Tierney reconoce que
ésta puede tener fundamento pues un Yod verdadero sucedería siempre para el caso
de Plutón como planeta focal, lo que es bastante coherente con el estrecho paralelismo
existente entre los principios relativos a este planeta y el significado del Yod.

Debemos estar atentos a los Yods temporales que pueden formarse por un planeta por
tránsito o progresión “cerrando” un Yod con dos planetas natales. Muchas veces estos
Yods temporales están presentes en situaciones de largas enfermedades, muerte,
separaciones, u otro tipo de situación sobre la cual no se tiene control, pero es
importante recordar que en cualquiera de estos casos el Yod no actúa sólo sino que
deberá estar reforzando otras indicaciones.

En Sinastría podemos observar el Yod de dos maneras. Una, cuando el planeta de una
persona “completa” el Yod con el sextil de la carta de la otra. Cuando esto sucede es
una indicación de que la persona del planeta coloca a la que posee el sextil en una
bifurcación haciendo que ésta tenga que optar entre dos caminos. La otra, cuando el
planeta de una hace un aspecto con el planeta focal del Yod de la otra, lo cual indica
que la persona del planeta tiene el papel de catalizadora de los cambios para aquélla
que posee el Yod.
Ejemplo 1:

Sol en Capricornio – casa 4: Apego hacia el hogar y la madre en los tempranos


años. Dificultad para cortar el cordón umbilical. Fuerte impulso de autoprotección.
Natural necesidad de investigar las profundidades de su ser. Como el Sol se encuentra
ligado a aspectos tensionantes (forma la punta de un Yod en quincucio a la Luna y
Urano) esto indica cuestiones a solucionar con los padres cosa que, de no lograrse
generalmente indicará pena y tristeza en su contacto con ellos.

El Yod ha sido definido como una configuración muy difícil de sobrellevar pues los dos
quincucios hacen referencia a la necesidad de permanentes ajustes en la vida de la
persona a fin de lograr un laborioso equilibrio.

En el presente caso las crisis tienen lugar a nivel de la conciencia interior (Sol)
implicando la necesidad de realizar ajustes que ayuden a lograr una expresión
equilibrada de la misma; en términos concretos esto se expresará en la vida por medio
de una revisión y profundización de sus relaciones con ambas figuras parentales; esto
a su vez ayudará a crear un mejor ámbito de convivencia familiar y, como estamos
tratando con temas que tienen que ver con las raíces profundas de la conciencia, el
esfuerzo apuntará a un cambio consciente en la intimidad del ser.

Tengamos presente que en la casa 4 se encuentra el nivel de integración de los


factores básicos de la personalidad con lo cual, resumimos la fundamental importancia
de la misma. Que estas crisis se producen no cabe la menor duda; el testimonio
directo del paciente más las evaluaciones del psicodiagnóstico confirman lo que nos
muestra la carta natal. Pero, esta última, al poder "visualizar" el interjuego de las
energías planetarias nos permite una visión más clara de la situación. Es interesante
observar que el Sol, en Capricornio y casa 4, mantiene aspectos de quincucio con
Urano (Leo, Casa XI) y la Luna (Géminis, casa 9). Podemos decir entonces, que sobre
un trasfondo que exige bases firmes y concretas, esta persona necesitará reformular
sus contenidos inconscientes con un enfoque definido, no ambiguo, aprovechando el
potencial de libertad y creatividad que le da Urano.

El Yod se completa con un sextil entre los planetas que están en la base de este
triángulo; generalmente se piensa que este último aspecto, por no ser tan intenso o
potente como el trígono, no cambia en mucho las exigentes condiciones creadas por
dicha configuración. Sin embargo, creo que es conveniente profundizar este tema. El
sextil está relacionado con las casas 3 y XI, partiendo desde el ascendente, lo que
significa que su naturaleza tiene que ver con los signos mentales de Géminis y
Acuario. En consecuencia, el Sextil simboliza oportunidades que tendrán que ser
creadas por el esfuerzo activo de la persona, con lo cual estamos indicando un trabajo
sobre la conciencia.

El sextil está obrando como amortiguador de las tensiones pero, la perspectiva que
ofrece no es una salida "fácil", sino más bien una oportunidad a ser concretada. Una
de las posibles vías es la relación fluida entre la Luna y Urano lo que apunta hacia la
posibilidad de un fuerte desarrollo de la intuición y la creatividad, pues la unión
simbolizada por este aspecto amalgama en forma armónica la mente subconsciente, la
herencia ancestral de los hábitos ya adquiridos y el símbolo de la conciencia superior.

En otras palabras, las crisis familiares orientan a Eduardo, en un sentido positivo, a


hacerse dueño de las energías allí contenidas abriendo la posibilidad a un crecimiento
consciente.

YOD *:

A Yod se lo denominó “la mano de Dios” o “el dedo del destino”. Se forma cuando dos
planetas están en relación sextil o en quincuncio el mismo planeta. Se admite un orbe
de 6º para el sextil y un orbe de 4º para los quincuncios.

Se ha escrito poquísimo sobre el Yod. La interpretación general ha sido que se trata de


una vibración agobiante, parecida a las cruces y las T Cuadradas. Sin embargo, creo
que su propósito original fue conferir al mapa y al individuo una bendición especial, si
la mente consciente recordara su divinidad y buscara la riqueza espiritual.

Yod es la denominación hebrea de las letras hebreas I, J e Y; su valor es diez.


Esotéricamente, Yod significa experimentar una unión con nuestro yo superior. Por
esto, es evidente que, quienes tienen un Yod o varios Yods en su carta, han
experimentado esta unión en otras vidas.

En numerología, el número 10 significa perfeccionar algo o consumarlo. Al individuo le


reclama que preste atención a su yo superior. Puesto que los individuos “Yod”
experimentaron a su yo superior en vidas anteriores, la presencia de un Yod indica un
deseo del alma de buscar y perfeccionar su unión en esta vida.

En el tarot, el Yod es representado por el naipe denominado el Ermitaño, que significa


iluminación que proviene del propio interior. El símbolo de esta carta del tarot es la
mano abierta. Su acción consiste en la unión del yo superior con la mente consciente.
Aunque el Ermitaño aparenta estar solo, en realidad él es un líder que tiene el don de
mostrar el camino. No es alguien que se recluya – en el verdadero sentido del vocablo
– sino que sus anhelos lo impulsan a explorar el mundo. Su senda estará cubierta por
muchos obstáculos, para que quiera aprender los “porqués” de éstos. (Quizá sea ésta
la razón de que al Yod se lo haya interpretado como agobiante). Lo que estos
individuos necesitan muchísimo es compartir sus conocimientos internos y sus
intuiciones espirituales, con los demás. Si el individuo es un Ermitaño dotado de
equilibrio, logrará avanzar material y espiritualmente. (De igual manera, los individuos
que tengan un Yod o varios Yods, lograrán avanzar material y espiritualmente si sus
pensamientos y emociones son los correctos). El aspecto negativo, propio de la carta,
denominada el Ermitaño, consistiría en que el individuo se retirase de alguna manera
de la sociedad.

El Ermitaño representa la IDENTIDAD UNA, o el YO SOY. Representa la consciencia del


hombre que ha logrado iluminación y está de pie sobre el pico de la montaña como
portador de luz para aquellos que bajo él, se hallan en el sendero.
El manto gris del Ermitaño, por su color, simboliza la neutralización de todos los pares
de opuestos en manifestación por la acción del uno sobre el otro, porque los colores
opuestos, mezclados por igual, producen el gris.

El Yod tiene una afinidad con el signo zodiacal de Virgo. En Virgo, la mente consciente
es estimulada a reunir, distribuir, clasificar, analizar, desechar y, luego, comunicar lo
que aprendió. Esta es también la necesidad de los que tienen un Yod o varios Yods.

 Clave: El Ermitaño
 Número: 9
 Letra Hebrea: Yod
 Significación: Mano abierta
 Color: Amarillo-verdoso
 Nota: Fa
 Guematría: 10
 Astrología: Virgo
 Alquimia: Térreo

Piense en un Yod como en una “varilla de rabdomancia” que atrae las vibraciones
positivas procedentes de los planetas y signos correspondientes. Si la persona usa
estas vibraciones positivas, podrá “encontrar” a su yo superior: Un planeta en
conjunción con el punto de liberación del Yod se parece al rabdomante que maneja su
“varilla”. El talento de los distintos – los planetas – ayuda a hallar agua, petróleo, etc.
Asimismo, al Yod se lo puede representar visualmente como el Árbol de la Vida y del
Conocimiento, del que “florecen” el conocimiento y la sabiduría espiritual. Los
individuos que tienen un Yod o varios Yods en su carta son las únicas almas que
adquirieron mucho conocimiento y muchas percepciones espirituales.

Los dos quincuncios indican la necesidad de que el individuo adecue su modo de


pensar y sus actitudes emocionales a los planetas, signos y casas correspondientes. Si
no se busca al conocimiento espiritual con el propósito de unirse al yo superior,
entonces los quincuncios provocarán problemas de salud y trabajo, de acuerdo con los
planetas correspondientes. El sextil indica una oportunidad de ser productivo y/o
creativo. Sin embargo, a la energía se la deberá usar conscientemente, para bien.

Un Yod indica fuerza, destreza, habilidad, aptitud y capacidad de la persona. Es una


herramienta – o un instrumento – que el individuo ha de usar. Es especialmente
potente cuando están en tránsito o cuando los planetas progresados están en aspecto
con él, o en conjunción con el punto de liberación. El punto de liberación de un Yod
está a mitad de camino entre los dos planetas correspondientes al aspecto sextil.

Dondequiera que el Yod esté ubicado dentro de la casa, los planetas y los signos
correspondientes reciben una promesa y bendiciones espirituales, si la persona opta
por usar las cualidades positivas de los planetas y signos y si busca las verdades
espirituales.

* “Un enfoque espiritual de la astrología" de Myrna Lofthus, Ediciones Kier.

Ejemplo 2:
Este individuo desarrolló y usó sus aptitudes paranormales en un ambiente monástico,
donde soportó penurias y experimentó, en numerosas ocasiones, una unión de su yo
superior con su mente consciente.

Ejemplo 2:

Este individuo desarrolló y usó sus aptitudes paranormales en un ambiente monástico,


donde soportó penurias y experimentó, en numerosas ocasiones, una unión de su yo
superior con su mente consciente.
ASPECTO YOD:

Aspecto formado por tres elementos astrales situados a modo de "Y", donde el
extremo más aislado toma el nombre de "Apex", y los otros dos, más cercanos entre
sí, distan entre ellos un Sextil (60º). Entre el Apex y cualquiera de éstos habrá por
tanto un Quincucio (150º).

Aspecto también llamado "Dedo de Dios", que viene a significar una configuración
astral de fuerte contenido kármico, por cuanto ejerce fuerte condicionamiento en la
expresión de una personalidad.

Utilicemos este Aspecto para analizar los valores de lo que vienen a significar
determinadas ubicaciones de correlación zodiacal. En ello comprenderemos el por qué
de las fuertes influencias de este Aspecto.
En la Imagen "4Dimensiones" podemos analizar el contenido de cada una de las 4
Dimensiones o Cuadrantes del Zodiaco (ver pág: 5), vemos que los dos signos
extremos (por ejemplo, en la 1ª, Aries y Géminis) vienen a ser aspectos Contrarios, a
modo de Tesis y Antítesis; uno "busca" y otro "hace perder" (dispersa); que no es lo
mismo que "ser Opuestos". Lo opuesto a buscar es "esperar nos llegue", como ocurre
entre Aries y Libra. Y entre medio de aquellos está Tauro, que no representa la
Síntesis de ambos, pues éste ni busca ni pierde, sino que "mantiene".

La Síntesis de emprender y liberar está en los contenidos de Escorpio, el Opuesto de


Tauro, que en sus elaboraciones está el "trascender" o transformar, lo propio que da
sentido a la Casa 8, sinónimo de "más allá de", mal interpretada como Casa de la
Muerte, pues lo es de la Trascendencia, más allá de lo que muere. La permanencia en
el sentimiento de Muerte está ligada a la casa regida por Saturno, la 10ª, donde se
presentan los mayores obstáculos a salvar en la dinámica de la personalidad.

Vemos, pues, que esa figura de Yod contiene a dos Signos y su Síntesis. Los dos
primeros haciendo sextil, y ambos en quincucio con su respectiva síntesis. Y en medio
de los dos primeros se sitúa lo que debemos llamar el "tercer elemento", precisamente
lo opuesto a la síntesis de éstos, que deberemos llamar "contrasíntesis", es decir,
aquello que mantiene la separatividad de esos dos y que, al mismo tiempo, representa
la Cumbre (debemos llamarla Cúspide") de los valores propios de su Dimensión. Si
como valor central existiera la Síntesis, en lugar de la Contrasíntesis, no llegaría a
existir punto álgido de la Dimensión dentro de ella misma, sino más bien algo a modo
de agujero negro de la misma, donde todo lo que tienda a entrar no halla más que una
puerta de salida, sin posibilidad de tiempo ni espacio para cultivarse en ella, lo
contrario a lo que son los valores de un Signo Central o Fijo

Ese "tercer elemento" que surge en todo "proceso embrionario de manifestación",


podemos entenderlo en lo que enseña la Imagen del "Prisma", que muestra el proceso
embrionario del surgimiento de los Colores de la Luz, donde la luz central que
permanece como tal del rayo refractado, contiene los valores cromáticos
(vibracionales) que anularían la manifestación de los dos que se separan. Tercer
elemento que es "la conjunción de dos", pero expresado como uno. Proceso que
podemos apreciar también en la Imagen "Radiación". Sugiero ver los textos de estas
Imágenes.
Visto todo lo anterior, podemos concretar que en un Yod se da lo siguiente, tomando
de ejemplo el Yod animado de la Imagen:

Reforzamiento de los valores del elemento Síntesis, que en este caso será el de la
ubicación del Apex (escorpio), con gran detrimento de aquello que se encuentre entre
los que forman el sextil (tauro), que si contuviera algún planeta o luminaria en ese
centro del sextil, éste quedaría muy imposibilitado de eficacia y absorbiendo mucha
energía en el esfuerzo de darle cumplimiento a pesar de las dificultades de lucimiento.
Los elementos en sextil absorberían la energía del situado entre ellos y se la
transmitirían al apex, con lo cual el central estaría fuertemente vampirizado, es decir,
proyectada su eficacia hacia la realización de las cualidades del Apex.

LAS CUATRO DIMENSIONES:

El principal aporte que ofrece la Astrología hacia el conocimiento de la Psique humana,


base importante para una Psicología trascendente, es una topografía zodiacal basada
en las cuatro Dimensiones que ha desarrollado la condición humana (ver gráfico pág:
2), a saber:

1ª) Sus aspectos Materiales, representados por el Cuerpo. Lo Material.


2ª) Aspectos Sensoriales del cuerpo, sus Sentidos físicos. Lo Animal.
3ª) Valores del Intelecto, lo Mental. Lo Humano.
4ª) Percepciones de la mente, el Sentir-Mental o Sentimientos. Lo Espiritual.

**** Aries, Tauro y Géminis representan las tendencias psíquicas hacia la


Conquista (búsquedas), la Permanencia (mantenimiento) y la Liberación (distribución),
especialmente referidas a los factores de materialidad, pero aplicables de modo
análogo a las demás áreas del comportamiento.
**** Cáncer, Leo y Virgo vienen a expresar el desarrollo de la Sensibilidad (factor
de protección), el Disfrute (dominio desde la sensorialidad) y la Organización
(aplicación sensitiva), respectivamente.

**** Piscis, Acuario y Capricornio aportan la búsqueda, aplicación y silenciamiento


de los aspectos mentales. Piscis a través del desarrollo de la Palabra, la dialéctica.
Acuario a través del ejercicio del enjuiciamiento o Racionalización. Capricornio
mediante la observación silenciosa, base de la memorización.

**** Sagitario, Escorpio y Libra permiten la Abstracción, la Transformación y el


Equilibrio, respectivamente. Sagitario en el uso de la Imaginación, sensor mental para
la base de la espiritualidad y los ideales; lo más Lejano de la mente. Escorpio en el uso
de "ver más allá del tiempo y el espacio" en base a la Profundidad. Libra en su
búsqueda de la Armonía, la agradabilidad y la belleza, base de las apariencias o
Superficialidad.

Diversos Autores:

EL DEDO DEL DESTINO O YOD: Esta configuración está formada por dos planetas en
sextil (60º) y ambos interunidos a un tercer planeta mediante un quincucio (150º),
que está situado en el punto medio lejano del sextil (el opuesto al punto medio). El
planeta angular o focal es el que está situado en ese punto medio del sextil y es el
más sensible de la configuración.

Los tránsitos a esta configuración dan lugar a regeneraciones y ajuste emocionales y


mentales. El planeta angular indica que energías deben regenerarse, según su
naturaleza, y el signo y la casa ocupados las circunstancias o áreas de la vida donde se
da ese cambio, que muchas veces se siente de una forma un tanto predestinada
(imposición del destino o Karma).

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