Casacion 276-2001 Cañete
Casacion 276-2001 Cañete
Casacion 276-2001 Cañete
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Lima, tres de diciembre
del dos mil siete.‐
VISTA: En Discordia la presente causa, con el voto de los Señores Vocales Ticona Postigo y
Castañeda Serrano, obrante a fojas cuarentisiete a cincuenta del presente cuadernillo; con el
voto de los Señores Vocales Solis Espinoza, Palomino García y Miranda Molina obrante a fojas
cuarentiuno, al que se adhiere el Señor Vocal Román Santisteban en su parte resolutiva,
adjuntando además sus fundamentos singulares, conforme se advierte en su voto que se
adjunta a la presente, con lo que se hace resolución, de conformidad con el artículo ciento
cuarentiuno de la Ley Orgánica del Poder Judicial; y, estando a lo expuesto, el tenor de la
resolución es como sigue: LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE
LA REPÚBLICA vista la causa número cuatro mil setentiocho dos mil seis, en Audiencia Pública
de la fecha, y producida la votación con arreglo a Ley; emite la siguiente sentencia; MATERIA
DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación, interpuesto por Ariel Arce Coloma, mediante
escrito de fojas ciento cuarentitrés, contra la resolución emitida por la quinta Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas ciento treintidós, su fecha dieciséis de mayo del
dos mil seis, que Confirma la apelada que declara Fundada la demanda; FUNDAMENTOS DEL
RECURSO: Que, concedido el recurso de casación, fue declarado Procedente por resolución de
fecha quince de enero del dos mil siete, por la causal prevista en el inciso primero del artículo
trescientos ochentiséis del Código Procesal Civil, esto es, la aplicación indebida del artículo
novecientos once del Código Civil, señalando que debe aplicarse el artículo mil seiscientos
noventisiete inciso primero del Código Civil, asimismo, se ha aplicado indebidamente el
artículo mil trescientos setentiuno del mismo Cuerpo Legal, merituándose la resolución
unilateral del contrato de arrendamiento, pero no se consideró, la suscripción posterior a la
firma del contrato de adendum; refiere que al recibir las llaves del departamento y tomar
posesión, tomó conocimiento del estado en que se encontraba el mismo, lo que motivó que la
recurrente elaborará un informe de recepción de obra; sostiene que el dieciocho de mayo del
dos mil cuatro, mediante carta notarial, propuso, a la parte actora, la devolución del dinero,
para retirarse del departamento, sin embargo, como no obtuvo respuesta el primero de julio
del dos mil cuatro, le dirigió otra carta notarial, que avizoraba que pretendía resolver el
contrato por incumplimiento de pago de arriendos; indica que la resolución del contrato se ha
producido el primero de febrero del dos mil cinco; sin embargo, no ha surtido efecto, puesto
que su problema ha surgido desde la toma de posesión del bien; manifiesta que la aplicación
indebida se ha dado debido a que no se han valorado los medios probatorios, contraviniendo
el tercer párrafo del artículo ciento setentidós y el artículo doscientos cuarentisés del Código
Procesal Civil, así como el numeral IX del Título Preliminar del Código acotado; sostiene
además, que no puede pretenderse la resolución del contrato si la parte actora es la que lo
incumplió; CONSIDERANDO: PRIMERO.‐ Que, el recurso de casación tiene como fines
esenciales la correcta aplicación e interpretación del derecho objetivo y la unificación de la
jurisprudencia nacional de la Corte Suprema de Justicia, conforme se señala en el artículo
trescientos ochenticuatro del Código Procesal Civil; SEGUNDO.‐ Que, la actora interpone
demanda de Desalojo contra el demandado, a fin de que desocupen el inmueble de su
propiedad, ubicado en la Calle Artesanos número doscientos noventinueve, Departamento
trescientos dos, Urbanización Las Gardenias, Distrito de Santiago de Surco en Lima; además, le
pague las costas y costos; indica que por escritura de fecha veintiuno de setiembre de mil
novecientos noventitrés la recurrente adquirió la propiedad del bien antes descrito conforme
consta en los Registros Púb
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licos; mediante contrato de fecha doce de febrero del dos mil cuatro y adenda de fecha
diecisiete de marzo del dos mil cuatro la recurrente entregó en arrendamiento el bien a los
emplazados; este contrato vencería (cláusula décimo segundo y décima quinta) el once de
febrero del dos mil cinco; sostiene, que pese a sus requerimientos (comunicación del
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diecinueve de mayo del dos mil cuatro) y frente al incumplimiento de los arrendatarios, en el
pago de la merced conductiva pactada, la recurrente, conforme el inciso segundo del artículo
mil seiscientos ochentiuno del Código Civil y conforme a la cláusula sexta del aludido contrato,
dio por resuelto el mismo; citó a los emplazados a conciliar, sin embargo, no asistieron;
TERCERO.‐ Que, por Resolución número uno (fojas veintiuno) se admite a trámite la demanda
y por escrito de fojas cuarenta el recurrente contesta la demanda sosteniendo que ocupa el
bien desde el doce de febrero del dos mil cuatro merced al contrato de arriendo suscrito por
las partes; refiere que luego de las negociaciones se concertó en seiscientos dólares la renta
mensual la cual era adelantada; luego del primer pago, se da cuenta que el recibo no era
firmado por la actora sino por la hermana de ésta; después en diciembre del dos mil dos fue a
la casa de la actora para firmar el contrato, y estaba allí el cuñado de la actora quien pretendió
que el recurrente suscribiera un contrato de arriendo, en donde se le había modificado los
acuerdos arribados por las partes; es así que los recurrentes, ante ello, solicitaron la
devolución de su dinero, a lo que se les comentó que ya se había dispuesto de él; refiere que la
actora le arrendó el departamento con desperfectos en el abastecimiento de agua, lo cual ha
sido constatado por la propia actora; es por ello que surgieron los problemas, dado que la casa
tenía cañerías de agua de metal, las cuales son estrechas, por lo que el flujo simultaneo
(primera y segunda planta) genera problemas de escasez de agua; los primeros meses ha
venido cancelando el arriendo, pidiéndole a la actora que solucione su problema, obteniendo
respuestas negativas; como no obtuvo respuesta, la invitó a un centro de conciliación, para
solucionar el problema; por esto, el recurrente no es precario, conforme el artículo
novecientos once del Código Civil; CUARTO.‐ Que, luego de haberse declarado Rebelde a la co‐
demandada, se cita a las partes a la audiencia y en ésta se declara Saneado el proceso, al
existir una relación jurídica procesal válida. La parte emplazada no acepta la formula
conciliatoria. Se fijan como puntos controvertidos: i) determinar si los demandados ocupan el
predio como precarios. Se admiten los medios probatorios; QUINTO.‐ Que, el A Quo, por
resolución número siete, declara Fundada la demanda de desalojo por ocupación precaria;
Ordena que los demandados desocupen el bien; con costas y costos, sosteniendo,
sintéticamente que, del análisis de la prueba constituida por la copia certificada del Testimonio
de Escritura Pública (fojas dos), cuyo efecto jurídico no ha sido desvirtuado, ha quedado
demostrado el derecho de propiedad del demandante sobre el inmueble en litigio; en lo que
concierne a los medios probatorios de los demandados, consistentes en el contrato de
arrendamiento, depósitos bancarios, ademdum al contrato de arrendamiento, informe y
cartas notariales (fojas veinticinco), estos resultan manifiestamente insuficientes para
legitimar su posesión con respecto del citado inmueble; en efecto, en lo que concierne al
referido contrato de arrendamiento, puede apreciarse del mismo que este fue celebrado entre
las partes, pactándose en la cláusula segunda como plazo de duración un año que concluirla
indefectiblemente el once de febrero del dos mil cinco; asimismo se acordó (cláusula sexta),
que la falta de pago de una mensualidad y quince días, dará lugar a que el presente contrato
quede automáticamente resuelto, y viéndose que la emplazada sólo ha cumplido con realizar
dos pagos
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conforme lo señalada en su escrito de contestación de la demanda (marzo‐abril del dos mil
cuatro), cuyas constancias de pago (fojas veintiocho – veintinueve), razón por la cual la
demandada comunicó a los demandados mediante carta notarial de fecha veintiocho de junio
del dos mil cuatro, la resolución del contrato de arrendamiento; consiguientemente, puede
concluirse que a la fecha de la demanda los emplazados no tenían ningún contrato vigente que
justifique su posesión; SEXTO.‐ Que, contra esta resolución, el demandado interpone su
recurso de apelación y la Sala Revisora, al absolver el grado Confirmó la sentencia apelada, en
todos sus extremos, sosteniendo que conforme el artículo mil cuatrocientos treinta del Código
Civil, en los contratos con prestaciones recíprocas puede convenirse expresamente que el
contrato se resuelve cuando una de las partes no cumple determinada prestación a su cargo,
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establecida con toda precisión. La resolución se produce de pleno derecho cuando la parte
interesada comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula resolutoria, añadiéndose en su
artículo mil trescientos setentidós, tercera parte, que por razón de la resolución, las partes
deben restituirse las prestaciones en el estado en que se encontraban al momento en que se
produce la causal que la motiva, y si ello no fuera posible debe reembolsarse en dinero el valor
que tenía en dicho momento; en el caso de autos, el título de posesión que tenían los
demandados feneció por operar la resolución del contrato de arrendamiento; SETIMO.‐ Que, la
causal de aplicación indebida de una norma de derecho material se configura cuando los
magistrados de mérito emplean disposiciones jurídicas manifiestamente impertinentes a la
litis, ya sea porque las normas que no se ajustan a los hechos descritos en la demanda o en su
contestación, discutidas por las partes, durante el desarrollo del proceso, por ser disposiciones
derogadas; así, la doctrina procesal indica que se configura la aplicación indebida: “(…) cuando
se actúa una norma impertinente a la relación fáctica establecida en el proceso (…)” (Manuel
Sánchez Palacios Paiva; El Recurso de Casación – Praxis; Cultural Cuzco; junio de mil
novecientos noventinueve; página sesentidós); asimismo, Francisco Velasco Gallo señala que:
“(…) la aplicación indebida de la ley se presenta cuando entendida rectamente la norma de
derecho en su alcance y significado, se la aplica a un caso que no es el que ella contempla(…)”
(en: Revista Derecho; Pontificia Universidad Católica del Perú; número cuarentiocho;
diciembre de mil novecientos noventicuatro; página cincuentitrés); OCTAVO.‐ Que, el artículo
novecientos once del Código Civil, no puede ser aplicada indebidamente al caso de autos, toda
vez que su aplicación es absolutamente imprescindible para la resolución de un conflicto, dado
que la pretensión demandada es la de desalojo por ocupación precaria, esto es, una
pretensión procesal en donde se discute la precariedad del demandado, respecto del bien que
ocupa; por lo demás, el artículo novecientos once del Código acotado como ha señalado la
doctrina nacional contiene “(…) dos supuestos: a) Ausencia de título: Se trata del poseedor que
entró de hecho en la posesión, no posee título alguno, por ejemplo, el que entra
clandestinamente en la posesión, el usurpador, el ladrón, el hurtador; b) Título fenecido . El
título fenece por decisión judicial, por disposición de la ley, por cumplimiento del plazo o
condición resolutorios, por mutuo disenso, por nulidad, resolución, rescisión, revocación,
retractación, etcétera. En general, el título queda extinguido en todo caso de ineficacia
estructural o funcional del acto jurídico por el cual se cedió la posesión del bien (…)” (La
Posesión Precaria; Aníbal Torres Vásquez; página web); siendo esto así, del análisis efectuado
por las instancias se tiene que en este caso, se ha producido la resolución contractual
extrajudicial, al amparo del inciso segundo del artículo mil seisci
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entos ochentiuno del Código Civil, por lo que se ha generado lo que en doctrina se conoce
como la precariedad derivada, esto es, “(…) la calidad precaria derivada (sobreviniente) se da
por fenecimiento del título, lo que conlleva la pérdida del derecho de posesión (posesión
degenerada): Así, por ejemplo, cuando por transacción, mutuo disenso, resolución, rescisión,
vencimiento del plazo, cumplimiento de la condición resolutoria, revocación, nulidad,
anulabilidad u otro motivo se extingue el contrato en virtud del cual posee el bien el usuario,
usufructuario, comodatario, acreedor anticrético, servidor de la posesión, comodatario,
administrador, etcétera (…)” (Opus cit); por ende, la aplicación de la norma invocada es
absolutamente imprescindible para la resolución del conflicto; NOVENO.‐ Que, por otro lado,
el inciso primero del artículo mil seiscientos noventisiete del Código Civil establece que el
contrato de arrendamiento puede resolverse: Si el arrendatario no ha pagado la renta del mes
anterior y se vence otro mes y además quince días. Si la renta se pacta por períodos mayores,
basta el vencimiento de un solo período y además quince días. Si el alquiler se conviene por
períodos menores a un mes, basta que venzan tres períodos; DÉCIMO.‐ Que, sin embargo, la
naturaleza del proceso, como ya se ha dicho, es la del desalojo por ocupación precaria, esto es,
cuando el demandado ejerce la posesión sin título alguno o cuando el poseído ha fenecido;
siendo que, según las instancias, en este caso, el título del demandado ha fenecido con la
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resolución del contrato por incumplimiento de pago de arriendos, por parte del recurrente;
por ende, en esta sede, no se puede revertir los efectos de la declaración antes anotada,
debido a que ello implicaría la revisión de los elementos probatorios, lo cual es una labor ajena
al debate casatorio, ni cambiar la naturaleza del proceso, a fin de discutir la pertinencia o no
en el uso de la cláusula resolutoria; es más, la sola aplicación de la norma invocada, no cambia
la situación del recurrente ni la calidad de propietario de la actora; DÉCIMO PRIMERO.‐ Que,
además, el artículo mil trescientos setentiuno no puede haber sido aplicado indebidamente,
porque las instancias no lo han considerado dentro del desarrollo y sustentación de sus
considerandos, incumpliendo el presupuesto básico para la configuración de esta casual;
DÉCIMO SEGUNDO.‐ Que, por último, en el caso de autos, los magistrados de mérito han
valorado, en forma conjunta y razonada, todos y cada uno de los medios probatorios,
ofrecidos y actuados dentro del proceso, sin embargo, dentro de su resolución, al amparo del
artículo ciento noventisiete del Código Procesal Civil, tiene la facultad de solo describir
aquellos medios probatorios que inciden o trascienden a la sustentación de su decisión; por las
razones descritas, de conformidad con el artículo trescientos noventisiete del Código acotado;
declararon: INFUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas ciento cuarentitrés por
Ariel Arce Coloma, en consecuencia: NO CASARON la resolución de vista de fojas ciento
treintidós, su fecha dieciséis de mayo del dos mil seis; CONDENARON al recurrente al pago de
las costas y costos del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal;
DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo
responsabilidad; en los seguidos por doña Maria Consuelo Rodríguez Hurtado con Ariel Arce
Coloma y otra sobre Desalojo por Ocupación Precaria; y, los devolvieron; Vocal Ponente Señor
Palomino García.‐
S.S.
ROMAN SANTISTEBAN
SOLIS ESPINOZA
PALOMINO GARCIA
MIRANDA MOLINA
crb
EL VOTO SINGULAR DEL SEÑOR VOCAL SUPREMO, DOCTOR JAVIER ROMÁN SANTISTEBAN, es
como sigue‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
CONSIDERANDO: PRIMERO.‐ Que, el presente recurso de casación ha sido declarado
procedente por Resolución expedida por esta Suprema Sala, de fecha quince de enero del dos
mil siete,
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por la causal de aplicación indebida del artículo novecientos once del Código Civil; SEGUNDO.‐
Que, conforme ha quedado establecido en las instancias de mérito, en el presente caso, doña
María Consuelo Rodríguez Hurtado, interpone demanda de desalojo por ocupación precaria
contra Ariel Arce Coloma y Romy Díaz Gallo, a fin que desocupen el inmueble de su propiedad
ubicado en la Calle Artesanos número doscientos noventinueve, departamento trescientos
dos, Urbanización Las Gardenias, distrito de Surco; se ha establecido además, que el
arrendamiento del inmueble antes citado tuvo lugar mediante contrato celebrado entre las
partes el doce de febrero del dos mil cuatro (ver fojas seis) y adendum de fecha diecisiete de
marzo del dos mil cuatro (ver fojas diez); habiéndose establecido una vigencia de un año,
comprendido entre el doce de febrero del dos mil cuatro y el once de febrero del dos mil
cinco; TERCERO.‐ Que, la presente demanda de desalojo por ocupación Precaria ha sido
interpuesta con fecha catorce de septiembre del dos mil cuatro, es decir, antes de que se diera
por vencido el periodo de tiempo por el que se pactó la vigencia del contrato de
arrendamiento sub materia; CUARTO.‐ Que, la demandante, conforme han establecido las
instancias de mérito, sustenta su acción en la reiterada falta de pago de los arriendos por parte
de los demandados, razón por la que haciendo uso de la cláusula sexta del contrato de
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arrendamiento – según el cual el incumplimiento de una mensualidad y quince días, daba lugar
a la resolución automática del contrato –, dirigió una carta notarial a los arrendatarios dando
por resuelto el arrendamiento y solicitando la restitución del inmueble materia de litits (ver
cartas notariales de fojas doce y trece, de fechas veintiocho de junio del dos mil cuatro y nueve
de julio del dos mil cuatro), QUINTO.‐ Que, conforme a lo establecido en el artículo mil
seiscientos noventiocho del Código Civil “[l]a resolución por falta de pago de la renta se sujeta
a lo pactado…”, que en el presente caso, sería la falta de pago de una mensualidad y quince
días, conforme a la cláusula contractual antes glosada; SEXTO.‐ Que, conforme a lo establecido
en el artículo mil trescientos setentiuno del Código Sustantivo, “[l]a resolución deja sin efecto
un contrato válido por causal sobreviviente a su celebración”; lo que implica sancionar su
ineficacia debido a la concurrencia de una circunstancia posterior o sobreviviente al momento
de la formación de la voluntad contractual; dicho de otro modo, por la resolución, el contrato
pierde eficacia para configurar situaciones jurídicas subjetivas o, habiéndolas configurado,
pierde idoneidad para mantenerlas; en consecuencia, esta ineficacia funcional se manifiesta en
la imposibilidad de producir o seguir produciendo efectos jurídicos; SETIMO.‐ Que, cuando el
artículo novecientos once del Código Civil señala que “[l]a posesión precaria es la que se ejerce
sin título alguno o cuando el que se tenía ha fenecido”, alude en el primer extremo de la
hipótesis legal, a aquella noción de precariedad originaria del derecho romano, en tanto
posesión desprovista de todo título que la legitime; el segundo extremo de la hipótesis legal,
regula una precariedad derivada, pues se refiere a una posesión legítima (amparada en un
título) que deviene en ilegítima al fenecer el título en que se amparaba; OCTAVO.‐ Que, como
hemos anotado en el considerando tercero, la demanda que motiva los autos bajo examen,
fue interpuesta durante el periodo pactado por las partes para la vigencia del contrato de
arrendamiento; no obstante ello, debemos anotar que el contrato sub litis, estableció en la
claúsula sexta un mecanismo de resolución que fue acordado libremente por las partes
contratantes; es en virtud de dicho mecanismo que se dio por resuelto el contrato de
arrendamiento de modo unilateral a instancia del arrendador, en vista de haberse verificado la
circunstancia normada en la citada cláusula sexta; NOVENO.‐ Que,
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siendo esto así, a la fecha de interposición de la demanda, los emplazados habían perdido su
posición jurídico subjetiva de arrendatarios por haberse resuelto el contrato de alquiler en
virtud del cual ocupaban el inmueble sub litis, deviniendo su posesión en precaria por haber
operado la segunda parte de la hipótesis legal prevista en el artículo novecientos once del
Código Civil; es decir, el fenecimiento del título posesorio; siendo esto así, la norma analizada
regula suficientemente los supuestos factuales establecidos a lo largo del presente proceso; en
consecuencia, no se configura la causal casatoria materia de examen; por estas
consideraciones, de conformidad en parte con el dictamen fiscal y conforme a lo establecido
en el artículo trescientos noventisiete del Código Procesal Civil; MI VOTO concordante con la
mayoría, es porque se declare: INFUNDADO el recurso de casación, interpuesto a fojas ciento
cuarentitrés por don Ariel Arce Coloma; y en consecuencia: NO CASAR la sentencia de vista de
fojas ciento treintidós, su fecha dieciséis de mayo del dos mil seis, expedida por la Quinta Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima; CONDENAR al recurrente al pago de las costas y
costos del recurso, así como a la multa de dos Unidades de Referencia Procesal; DISPONER se
publique la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”, bajo responsabilidad; en los
seguidos por doña María Consuelo Rodríguez Hurtado contra Ariel Arce Coloma y otra, sobre
Desalojo por Ocupación Precaria; y devuélvase; Vocal Ponente Señor Román Santisteban.‐
SR.
ROMÁN SANTISTEBAN
crb
EL VOTO EN DISCORDIA DE LOS SEÑORES VOCALES TICONA POSTIGO Y CASTAÑEDA SERRANO
ES COMO SIGUE:‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐‐
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y, CONSIDERANDO: Primero.‐ Que, existe aplicación indebida de una norma de derecho
material cuando concurren los siguientes supuestos: a) el Juez, a través de una valoración
conjunta y razonada de las pruebas aportadas al proceso, llega a establecer determinados
hechos relevantes del conflicto de intereses; b) que tales hechos establecidos, guardan
relación de identidad con los supuestos fácticos de una norma jurídica determinada; c) que sin
embargo, el Juez, en lugar de aplicar esta última norma, aplica una distinta para resolver el
caso concreto, vulnerando los valores y principios del ordenamiento judicial, particularmente
el valor superior de la justicia. Como puede advertirse, el correcto análisis de esta causal
importa que exista previamente, por parte del Juzgador, el establecimiento de conclusiones
fácticas que deriven de una actividad razonada entre los supuestos fácticos de la norma
jurídica cuestionada y su identificación inmediata con los hechos acreditados en autos;
Segundo.‐ Que, esta Sala Suprema a través de la Casación número doscientos setenta y dos –
dos mil uno (Cañete), ha establecido que el contrato de arrendamiento no se extingue por
falta de pago de la renta, pues en tales casos lo que procede es demandar el desalojo por falta
de pago, siendo derecho del arrendador el solicitar además de la devolución del bien, el pago
de la penalidad convenida o, en su defecto, una prestación igual a la renta del periodo
precedente hasta su devolución, tal como lo dispone el artículo mil setecientos cuatro del
Código Civil; Tercero.‐ Que, en autos se encuentra acreditado que el demandado tiene calidad
de arrendatario, al haber suscrito contrato de arrendamiento el doce de febrero del dos mil
cuatro con María Consuelo Rodríguez Hurtado, sin embargo, la arrendadora dio por resuelto el
citado contrato mediante Carta Notarial del veintiocho de junio del dos mil cuatro, obrante a
fojas doce; no obstante, también es cierto que mediante Carta Notarial del nueve de julio del
mismo año, obrante a fojas trece, se reservó el derecho a cobrar una prestación igual a la renta
pactada, hasta la devolución efectiva del bien, en atención a lo estipulado en el artículo mil
setecientos cuatro del Código Civil; Cuarto.‐ Que
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, igualmente trasciende en este proceso que la falta de pago habría tenido su origen en el
incumplimiento por parte de la arrendadora de dar solución a las deficiencias que presentaba
el servicio de agua potable en el inmueble sub litis. Sobre los documentos que acreditan este
hecho, y otros más presentados por el arrendatario para acreditar los demás extremos de su
demanda, el Juez de la causa ha señalado de forma genérica que son insuficientes para
legitimar la posesión, criterio que viene confirmando la Sala Superior; Quinto.‐ Que, en
reiteradas ejecutorias emitidas por la Corte Suprema de Justicia, como la recaída en la
Casación dos mil doscientos catorce – dos mil cuatro (Lima), se ha establecido que la posesión
precaria a que se refiere el artículo novecientos once del Código Civil es la que se ejerce de
facto, sin contar con título que justifique la posesión, entendiéndose como tal a la ausencia
absoluta de cualquier circunstancia que permita advertir la legitimidad de la posesión que
detenta el ocupante. En los presentes actuados se advierten diversos hechos que no han
merecido un adecuado pronunciamiento por parte de las instancias de mérito, como son los
descritos en los considerandos precedentes, y que necesariamente requieren de una
motivación adecuada para efectos de establecer la pertinencia o no del artículo novecientos
once del Código Civil, en el caso concreto y, mientras ello no ocurra no resulta factible emitir
un pronunciamiento válido sobre el fondo, toda vez que este Supremo Tribunal, para efectos
de determinar si la norma material denunciada ha sido o no aplicada indebidamente, debe
partir de presupuestos fácticos debidamente establecidos por las instancias de mérito; Sexto.‐
Que, sin embargo, para el caso concreto, no existe en la sentencia de vista un razonamiento
jurídico que nos permita evidenciar el correcto alcance del artículo novecientos once del
Código Civil, pues el fallo recurrido adolece de una debida motivación, contraviniendo el inciso
tercero del artículo ciento veintidós del Código Procesal Civil, deficiencia que debe ser
corregida por el Juez de la causa para efectos de emitir una sentencia acorde a derecho.
Siendo así, dado que el presente recurso se ampara con efecto de reenvío, debe procederse
conforme a lo dispuesto en el numeral dos punto tres del inciso segundo del artículo
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trescientos noventiséis del Código Procesal Civil; fundamentos por los cuales NUESTRO VOTO
es porque se declare FUNDADO el recurso de casación interpuesto por Ariel Arce Coloma
mediante escrito de fojas ciento cuarentitrés; SE CASE la resolución impugnada, en
consecuencia, NULA la sentencia de vista de fojas ciento treintidós, su fecha dieciséis de mayo
del dos mil seis; e INSUBSISTENTE la sentencia apelada de fojas setenta, su fecha veintinueve
de abril del dos mil cinco; y en calidad de reenvío, SE MANDE que el Juez de la causa emita
nueva sentencia, conforme a lo actuado y a derecho; en los seguidos por María Consuelo
Rodríguez Hurtado contra Ariel Arce Coloma y Otra sobre desalojo por ocupación precaria; y se
devuelvan.‐
SS.
TICONA POSTIGO
CASTAÑEDA SERRANO
rsb
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPÚBLICA
SALA CIVIL TRANSITORIA
CAS 4078‐2006
LIMA
Desalojo por Ocupación Precaria