SU696-15 Notariado y Registro
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DERECHO A LA IGUALDAD-Alcance
DERECHO A LA IGUALDAD-Dimensiones
DERECHO A LA NACIONALIDAD-Concepto
NACIONALIDAD-Instrumentos internacionales
NACIONALIDAD-Contenido y alcance
NACIONALIDAD-Dimensiones
Magistrada ponente:
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
1 La Sala considera que mantener en el anonimato a los accionantes en tutelas que involucren derechos de
parejas del mismo sexo es, a menos que sea solicitado de manera expresa en la acción y no se trate de
menores de edad, una práctica que preserva el estigma discriminatorio hacia estos ciudadanos al mantener
invisible una conducta protegida constitucionalmente. Sin embargo, en el escrito de tutela, los peticionarios
explícitamente solicitan que se mantenga la reserva de sus nombres, los de sus hijos y cualquier otro dato
personal, por lo que se procede a proteger dicha información de manera plena en la presente sentencia.
Además, como quiera que en el proceso están involucrados dos menores de edad, la Sala considera necesario
mantener dicha reserva.
5
SENTENCIA
En la revisión del fallo de única instancia, proferido por la Sala de Familia del
Tribunal Superior de Medellín el 29 de julio de 2014, dentro del proceso de
acción de tutela promovida por Antonio y Bassanio en representación de sus
hijos Bartleby y Virginia contra la contra la Registraduría Nacional del Estado
Civil, el Ministerio de Relaciones Exteriores, las Notarías Segunda y 25 de
Medellín, la Notaría Primera de Itagüí y la Notaría Segunda de Envigado.
I. ANTECEDENTES
1. Hechos relevantes
4 Declaración de existencia de unión marital de hecho y de sociedad patrimonial de bienes (folios 34 a 36;
cuaderno principal).
5 Copia de la licencia de matrimonio (folios 4 a 7; cuaderno principal).
6 Certificados de nacimientos expedidos por la ciudad de San Diego, Estados Unidos a nombre de los
menores Bartleby y Virginia. Los documentos fueron anexados en su formato original en inglés pero también
se adjuntaron copias traducidas al español debidamente apostilladas (folios 8 a 16; cuaderno principal).
7 Copia de los pasaportes estadounidenses expedidos a nombre de los menores Bartleby y Virginia (folios 17
a 20; cuaderno principal.
8 Copia manuscrita del derecho de petición que presentaron los peticionarios ante el Consulado colombiano
en Los Ángeles el 17 de abril de 2014 (folio 33; cuaderno principal).
7
La señora Julia Esther Tobón Agudelo, Notaria Primera del Círculo de Itagüí,
se opuso a las pretensiones de la acción de tutela. Para explicar su posición, la
notaria comenzó por explicar que los actores nunca elevaron una consulta
formal ante ella. Según su relato, un abogado que es usuario habitual de la
notaría, le consultó informalmente si “era posible inscribir en el Registro
Civil de Nacimiento dos menores que solo tenía papás y no mamá nacidos en
Estados Unidos siendo los papás Colombianos [sic]”15. Ante la solicitud,
respondió que cualquier persona nacida en el exterior puede ser registrado
ante cualquier notaría pública a partir de la expedición de la Ley 1395 de 2010
y el Decreto 019 de 2012. Sin embargo, en el caso particular de “la
inscripción de niños cuyos papás aparecen (sic) personas del mismo sexo (…)
no creía que se pudiera, por cuanto no hay norma que lo permita o sentencia
de la Corte Constitucional, que ha protegido los derechos de las personas del
mismo sexo, que así lo dispusiera”16.
personas del mismo sexo por qué [sic] no hay norma que lo autorice, ni
sentencia que así lo disponga”18. La notaria entonces, describió cómo le
transmitió esa información al abogado que realizó la consulta y que éste nunca
ejerció el derecho de petición para recibir una respuesta escrita a su
requerimiento.
Incluso, para la procuradora, era claro que el ICBF debió actuar con el
objetivo de “mantener al niño la niña (sic) en un entorno familiar y social (y
promover) de forma inmediata al conocimiento del hecho, las acciones
policivas, administrativas o judiciales a que haya lugar, para lo cual,
incoará, sin perjuicio de la representación legal y judicial que corresponda,
las acciones, demandas denuncias, querellas o incidentes y toda diligencia
que permita garantizar y restablecer los derechos amenazados o vulnerados
de los niños, las niñas o los adolescentes, incluyendo el derecho de amparo o
tutela y cualquiera otra medida (sic), siempre y cuando garantice la
protección integral de los niños, niñas o adolescentes”26.
Adicional a esto, la notaria argumentó que la ley indica que el registro civil de
menores nacidos en el extranjero se debe realizar en una notaría de Bogotá
según el artículo 47 del Decreto Ley 1260 de 1970 30 ya que el Decreto 019 de
2012 no modificó ningún aspecto de este tipo de registros, pues solo reformó
lo concerniente al procedimiento para personas nacidas en Colombia.
Asimismo, señaló que de todas maneras en el presente caso se tiene que
Bartleby y Virginia son hijos posiblemente de un padre colombiano pero que
no se tiene prueba alguna sobre la nacionalidad de su madre. Así, no se
cumplió con uno de los requisitos esenciales para realizar la inscripción en el
registro civil de nacimiento.
Para explicar esta posición, afirmó que de los hechos del caso se puede
observar que los menores de edad y sus padres entraron al país de manera
regular por lo que Migración Colombia no adelantó “ninguna actuación de
tipo administrativa que (amenazó su estadía) en Colombia”34. Incluso,
advirtió que en caso de que los accionantes no puedan definir la situación
relacionada con el registro civil de nacimiento la entidad les puede expedir un
permiso temporal de permanencia con base en lo dispuesto por el artículo 20
31 Escrito de respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores (folio 122 a 126; cuaderno principal).
32 Escrito de respuesta de la Notaría 25 de Medellín (folio 127; cuaderno principal).
33 Ibídem (folio 127; cuaderno principal).
34 Escrito de respuesta de Migración Colombia (folio 130; cuaderno principal).
13
En primer lugar, el juez consideró que el riesgo al que fueron sometidos los
menores de edad por las actuaciones negligentes de las autoridades accionadas
hacía de la tutela el mecanismo preferente para proteger sus derechos. En ese
sentido, el Tribunal Superior sostuvo que “esta Sala no puede ser ajena a la
situación tan apremiante por la que atraviesan los bebés S y S (sic) ni puede
permitir que continúen suspendidas sus prerrogativas fundamentales por la
omisión en la que están incurriendo las entidades estatales de llevar a cabo
su registro (…) esta acción de tutela está llamada a prosperar, no solo para
que el ICBF proceda con el restablecimiento del derecho de estos niños a
obtener su registro civil de nacimiento en calidad de colombianos, sino
también, para que la Registraduría Nacional del Estado Civil proceda a
efectuar el mencionado registro”40.
39 En escrito del 26 de junio del 2014, la Registraduría Nacional del Estado Civil remitió al Tribunal Superior
de Medellín copia de los registros civiles de Bartleby y Virginia como prueba del cumplimiento del fallo de la
acción de tutela. En los mismos, se observa que el registro fue realizado el 24 de junio y que tanto Antonio
como Bassanio figuran en los mismos como padres de los menores (folios 205 y 206; cuaderno principal). A
su vez, en un escrito del 1 de julio de 2014 Mary Luz González Tabares, defensora de familia de Medellín,
certificó que los menores fueron registrados en la Registraduría Local de Teusaquillo en Bogotá (folio 207;
cuaderno principal).
40 Fallo de única instancia (folios 154 a 155; cuaderno principal.
41 Ibídem (folio 155; cuaderno principal).
15
Mediante oficio del 6 de febrero de 2015 44, la Secretaría General del Tribunal
le informó al despacho de la magistrada sustanciadora que, vencido el término
probatorio, se recibieron los memoriales de respuesta de la Superintendencia
de Notariado y Registro, el Ministerio de Relaciones Exteriores, la Unión
Colegiada del Notariado Colombiano y el Departamento de Derecho
Constitucional de la Universidad Externado de Colombia.
42 Código General del Proceso. Artículo 170. “Decreto y práctica de prueba de oficio. El juez deberá
decretar pruebas de oficio, en las oportunidades probatorias del proceso y de los incidentes y antes de fallar,
cuando sean necesarias para esclarecer los hechos objeto de la controversia. Las pruebas decretadas de
oficio estarán sujetas a la contradicción de las partes”.
43 Auto de pruebas decretadas por el despacho de la magistrada sustanciadora (folios 17 a 19; cuaderno
auxiliar).
44 Informes de la Secretaría General (folios 25 y 26; cuaderno auxiliar).
16
53 Escrito de respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores (folio 39; cuaderno auxiliar).
54 Ibídem (folio 40; cuaderno auxiliar).
55 El Ministerio adjuntó en el memorial de respuesta las respectivas solicitudes en los casos que menciona y
las respuestas que recibió por parte de la Registraduría (folios 49 a 108).
56 Código General del Proceso. Artículo 251. “Documentos en idioma extranjero y otorgado en el
extranjero. Para que los documentos extendidos en idioma distinto del castellano puedan apreciarse como
prueba se requiere que obren en el proceso con su correspondiente traducción efectuada por el Ministerio de
Relaciones Exteriores, por un intérprete oficial o por traductor designado por el juez. En los dos primeros
casos la traducción y su original podrán ser presentados directamente. En caso de presentarse controversia
sobre el contenido de la traducción, el juez designará un traductor. Los documentos públicos otorgados en
país extranjero por funcionario de este o con su intervención, se aportarán apostillados de conformidad con
lo establecido en los tratados internacionales ratificados por Colombia. En el evento de que el país
extranjero no sea parte de dicho instrumento internacional, los mencionados documentos deberán
presentarse debidamente autenticados por el cónsul o agente diplomático de la República de Colombia en
dicho país, y en su defecto por el de una nación amiga. La firma del cónsul o agente diplomático se abonará
por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, y si se trata de agentes consulares de un país amigo,
se autenticará previamente por el funcionario competente del mismo y los de este por el cónsul colombiano.
Los documentos que cumplan con los anteriores requisitos se entenderán otorgados conforme a la ley del
respectivo país”.
57 Op. Cit. Escrito de respuesta del Ministerio de Relaciones Exteriores (folio 40; cuaderno auxiliar).
58 Ibídem (folio 41; cuaderno auxiliar).
19
Por otro lado, sobre la existencia de otras acciones para proteger los derechos
de los menores de edad, el ministro argumentó que los peticionarios no
cuentan con otro mecanismo de defensa judicial porque la inscripción en el
registro civil de nacimiento es un procedimiento administrativo que solo
admite un recurso para su corrección o reconstrucción, y no en relación con
problemas que pueden surgir frente a la obtención inicial del mismo, según lo
establece el artículo 88 del Decreto Ley 1260 de 197062.
63 Op. Cit. Escrito del Ministerio de Justicia y del Derecho (folio 211; cuaderno auxiliar)
64 Ibídem (folio 212; cuaderno auxiliar).
65 Ibídem (folio 213; cuaderno auxiliar).
66 Ibídem (folio 213; cuaderno auxiliar).
67 Ibídem (folio 213; cuaderno auxiliar).
21
Por otra parte, el documento sostuvo que las decisiones de las entidades
accionadas desconocieron abiertamente el carácter plural de la familia ya
reconocido por la Corte Constitucional. Bajo este concepto de pluralidad, la
identidad de género o la orientación sexual no constituyen criterios
determinantes a partir de los cuales se estructuran los requisitos esenciales
para conformar una unión de este tipo. Debido a esto, concluyó la Defensoría,
“la paternidad de Antonio y Bassanio es una situación fáctica que el derecho
debe reconocer con el fin de que estos niños puedan ejercer plenamente sus
derechos dentro del territorio nacional”69.
Por esta razón, el funcionario arguyó que la lectura que las autoridades deben
darle a las normas que regulan el registro civil en Colombia debe incorporar
las reglas jurisprudenciales vigentes que reconocen plenamente que las
familias conformadas por personas del mismo sexo gozan de toda la
protección que la Constitución le otorga a esta institución como núcleo
fundamental de la sociedad. Particularmente, resaltó que este tipo de
actuaciones deben tener en cuenta que “estas familias son objeto de especial
protección constitucional debido a que están formadas por personas que
pertenecen a poblaciones históricamente discriminadas (así) es un deber de
las autoridades públicas y particulares abstenerse de imponer criterios o
cánones específicos basados en esquemas heterosexistas que desconozcan o
vulneren sus derechos”70.
Por otro lado, la funcionaria señaló que no existe en la regulación legal del
registro del estado civil de las personas ningún tipo de restricción o
prohibición que impida registrar al hijo biológico de dos personas del mismo
sexo. Por esa razón, “obstaculizar el ejercicio del derecho al registro civil del
nacimiento del niño hijo de padres homosexuales constituye una flagrante y
[sic] violación de sus derechos fundamentales, puesto que le impide al menor
el disfrute y goce de sus derechos mínimos como persona y el libre ejercicio
de su ciudadanía cuando alcance la edad para ello”72. Igualmente, advirtió
que las autoridades involucradas en el caso aplicaron una interpretación literal
y restrictiva de las disposiciones sobre el registro civil que desconoció
abiertamente los precedentes de la Corte sobre la protección a la familia
diversa.
Por esa razón, concluyó la Fiscalía, los funcionarios notariales deben aplicar
una interpretación sistemática que optimice los precedentes de la Corte y
realice de mejor manera los derechos fundamentales de las familias diversas.
En ese sentido, solicitó a la Corte confirmar la decisión de instancia en el
presente caso y que “declare el derecho fundamental de los niños a ser
registrados por sus padres biológicos, sin que para ello deba considerarse el
sexo y la orientación sexual de los padres”73.
71 Escrito presentado por la Fiscalía General de la Nación (folio 350; cuaderno auxiliar).
72 Ibídem (folio 354; cuaderno auxiliar).
73 Ibídem (folio 366; cuaderno auxilia).
23
Con respecto a la segunda pregunta, aunque reconoció que las parejas del
mismo sexo tienen el derecho de conformar familias “por unión marital o
vínculo contractual”74 a partir de la sentencia C-577 de 2011, consideró que
no es posible, bajo la normatividad actual, registrar a los hijos de estas
uniones. De esta manera, argumentó que:
74 Escrito de respuesta de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano (folio 116; cuaderno auxiliar),
75 Ibídem (folio 116; cuaderno auxiliar).
76 Ley 1395 de 2010. Artículo 118. Inscripción de actos jurídicos, hechos jurídicos y providencias. “Todos
los actos, hechos y providencias que deban inscribirse en el registro civil o que afecten el mismo, podrán
inscribirse en cualquier oficina autorizada para cumplir con la función de registro civil del territorio
nacional o en los consulados de Colombia en el exterior”.
77 Op. Cit. Escrito de respuesta de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano (folio 118; cuaderno
auxiliar).
78 Ibídem (folio 120; cuaderno auxiliar).
24
79 Cfr. Radilla Pacheco c. México, Pueblo Saramaka c. Surinam. Comunidad Indígena Sawhoyamaxa c.
Paraguay y Fornerón e hija c. Argentina.
80 Escrito de la Fundación ProBono (folio 243; cuaderno auxiliar).
81 Ibídem (folio 246; cuaderno auxiliar).
82 La intervención fue presentada por Mauricio Albarracín Caballero, Eliana Robles Pallares y Mávilo
Nicolás Giraldo a nombre de Colombia Diversa y por Nathalia Sandoval Rojas, Paola Molano, Nina Chaparro
y Silvia Rojas en representación de Dejusticia.
25
83 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 2. 1. “Los Estados Partes respetarán los derechos
enunciados en la presente Convención y asegurarán su aplicación a cada niño sujeto a su jurisdicción, sin
distinción alguna, independientemente de la raza, el color, el sexo, el idioma, la religión, la opinión política
o de otra índole, el origen nacional, étnico o social, la posición económica, los impedimentos físicos, el
nacimiento o cualquier otra condición del niño, de sus padres o de sus representantes legales. 2. Los Estados
Partes tomarán todas las medidas apropiadas para garantizar que el niño se vea protegido contra toda
forma de discriminación o castigo por causa de la condición, las actividades, las opiniones expresadas o las
creencias de sus padres, o sus tutores o de sus familiares”.
84 Escrito de Colombia Diversa y Dejusticia (folio 264; cuaderno auxiliar).
26
85 El escrito presenta un resumen de los casos de las Niñas Yean y Bosico c. República Dominicana y Atala
Riffo y niñas c. Chile de la Corte Interamericana de Derechos Humanas. La Sala, en sus consideraciones, se
referirá con mayor precisión a esta sentencia.
86 En las consideraciones de la sentencia, este Tribunal realizará un análisis más detallado del mencionado
juicio y sus elementos constitutivos.
87 Op. Cit. Escrito de Colombia Diversa y Dejusticia (folio 276; cuaderno auxiliar).
88 Ibídem (folio 279; cuaderno auxiliar).
89 Ibídem (folio 280; cuaderno auxiliar).
90 Ibídem (folio 282; cuaderno auxiliar).
27
103 Los ciudadanos que suscribieron el memorial fueron Jorge Eduardo Vásquez Santamaría, Mario Enrique
Correa, Dora Cecilia Saldarriaga Grisales, Martha Isabel Gómez Vélez, Edilma del Socorro Agudelo,
Carolina Restrepo Munera, Carolina Gómez Jiménez y Oscar Daniel Rodríguez Ortegón.
104 Escrito de la Universidad Autónoma Latinoamericana (folio 146; cuaderno auxiliar).
105 Ibídem (folio 149; cuaderno auxiliar).
106 Ibídem (folio 153; cuaderno auxiliar).
31
Los ciudadanos Andrea Parra, Juan Sebastián Jaime Pardo, Mariana García
Jimeno, Juanita Nieto Lineros y María Paula Toro Hoyos presentaron una
intervención a nombre del PAIIS coadyuvando las solicitudes elevadas por
Antonio y Bassanio en la tutela de la referencia. Para comenzar, señalaron que
“negar el registro civil de un menor en general es quizás la forma más
directa de vulnerarle todos sus derechos fundamentales. No permitir el
registro civil de estos menores tiene como primera consecuencia impedir que
se establezca legalmente su estado civil y su personalidad jurídica. Pero
además, en Colombia, un menor sin registro civil no puede acceder a
servicios de salud o educación”110.
Ahora bien, para la organización, esta situación resulta más gravosa si se tiene
en cuenta que “dicha violación de derechos surge como consecuencia de
prácticas discriminatorias realizadas por entidades estatales de manera
sistemática contra personas por orientación sexual diversa (ya que) la razón
por la que estos menores no han sido registrados es precisamente porque sus
padres tienen una orientación sexual diversa”111.
Después de esa introducción general sobre el caso, PAIIS agrupó las preguntas
acerca del marco regulatorio del registro civil en Colombia y la inscripción en
el mismo de menores de edad que nacieron en el extranjero y describió el
procedimiento genérico de registro -ya resumido por otros intervinientes- y
las obligaciones que tienen tanto los notarios como los cónsules de realizar
dicho trámite.
Por esta razón, concluyeron que “lo que es un simple trámite para parejas
conformadas por personas de diferente sexo se convierte en un camino de
violencia administrativa para parejas del mismo sexo (…) las diferentes
barreras administrativas constituyen una verdadera forma de violencia
estructural que, además, implica la vulneración sistemática de los derechos
de las parejas del mismo sexo, y, en este caso, de sus hijos e hijas”120.
Por otra parte, y con respecto a las normas y protocolos que se deben aplicar
en lo relativo al registro civil de menores de edad que hacen parte de familias
conformadas por parejas del mismo sexo, los intervinientes manifestaron que:
123 Op. Cit. Escrito del Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social de la Universidad de los
Andes (folio 184; cuaderno auxiliar).
124 Escrito de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes (folio 188; cuaderno auxiliar).
125 Ibídem (folio 188; cuaderno auxiliar).
35
Por último, con respecto a los obstáculos y vacíos legales que enfrentan las
familias conformadas por parejas del mismo sexo en cuanto al registro de sus
hijos, la intervención los resume en tres dificultades: i) la falta de regulación
en los procedimientos de reproducción asistida; ii) la filiación presunta en las
parejas homosexuales; y iii) la arbitrariedad de los funcionarios en estos
procedimientos. En su escrito, la Universidad explica de manera detallada el
primero y el segundo de los obstáculos. En cuanto al primero, la intervención
afirmó que dicha falta de regulación se deriva en una discriminación
económica pues solo aquellas parejas que cuentan con los recursos
económicos suficientes pueden acceder a este tipo de tratamientos. Frente a la
arbitrariedad administrativa, el documento arguyó que “no comprender que
dos hombres pueden ser padres o que dos mujeres puedan ser madres del
mismo niño conllevan a una violación del derecho a la igualdad y al debido
proceso”128.
Universidad de Medellín
II. CONSIDERACIONES
Competencia
141 La Sala tomará como modelo, en lo concerniente a las características generales de la acción en estos
casos, lo consignado en la sentencias T-541A de 2014 y T-478 de 2015.
40
De esta manera, en los términos del artículo 10 del mencionado decreto 143, la
acción de tutela puede ser ejercida: (i) directamente por la persona afectada o
a través de representante, caso en el cual los poderes se presumirán auténticos;
(ii) por el Defensor del Pueblo y los personeros municipales; o (iii) por agente
oficioso cuando el titular de los derechos fundamentales no está en
condiciones de promover su propia defensa, circunstancia que debe
manifestarse en la solicitud.
142 Constitución Política. Artículo 86. “Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces,
en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a
su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos
resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública. La protección
consistirá en una orden para que aquel respecto de quien se solicita la tutela, actúe o se abstenga de hacerlo.
El fallo, que será de inmediato cumplimiento, podrá impugnarse ante el juez competente y, en todo caso, éste
lo remitirá a la Corte Constitucional para su eventual revisión. Esta acción solo procederá cuando el
afectado no disponga de otro medio de defensa judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable. En ningún caso podrán transcurrir más de diez días entre
la solicitud de tutela y su resolución. La ley establecerá los casos en los que la acción de tutela procede
contra particulares encargados de la prestación de un servicio público o cuya conducta afecte grave y
directamente el interés colectivo, o respecto de quienes el solicitante se halle en estado de subordinación o
indefensión”.
143 Decreto 2591 de 1991. Artículo 10. “La acción de tutela podrá ser ejercida, en todo momento y lugar,
por cualquiera persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales, quien actuará por sí
misma o a través de representante. Los poderes se presumirán auténticos. También se pueden agenciar
derechos ajenos cuando el titular de los mismos no esté en condiciones de promover su propia defensa.
Cuando tal circunstancia ocurra, deberá manifestarse en la solicitud”.
144 Constitución Política. Artículo 44. “Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad
física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y nacionalidad, tener una
familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la educación y la cultura, la recreación y la libre
expresión de su opinión. Serán protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral,
secuestro, venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Gozarán también de
los demás derechos consagrados en la Constitución, en las leyes y en los tratados internacionales ratificados
por Colombia. La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al niño para
garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Cualquier persona puede
exigir de la autoridad competente su cumplimiento y la sanción de los infractores. Los derechos de los niños
prevalecen sobre los derechos de los demás”.
145 Corte Constitucional. Sentencia T-462 de 1993. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
41
146 Corte Constitucional. Sentencia T-439 de 2007. Magistrado Ponente: Clara Inés Vargas.
147 Corte Constitucional. Sentencia T-464 de 1995. Magistrado Ponente: Jorge Arango Mejía.
148 Corte Constitucional. Sentencia T-729 de 2011. Magistrado Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
42
al control de los jueces constitucionales, ya que las mismas tienen una relación
estrecha con una serie de derechos fundamentales que se desprenden del
reconocimiento de la existencia jurídica de las personas.
10. Para la Corte resulta claro que la tutela se convierte en el medio eficaz
para proteger los derechos de Bartleby y Virginia ya que los instrumentos de
restablecimiento de derechos son procesos meramente administrativos y el
ya citado artículo 86 de la Carta señala que la tutela no procede siempre que
exista otro medio de defensa judicial. En ese sentido, para la Sala resulta
claro que en el ordenamiento legal colombiano no existe otro procedimiento
jurisdiccional que permita reestablecer los derechos de Bartleby y Virginia.
Más aún, cuando en este caso se trata de dos niños que están en su primera
infancia y cuya personalidad jurídica, y por lo tanto el acceso a todos los
servicios que ofrece el Estado para garantizar su desarrollo integral, se ve
149 Corte Constitucional. Sentencia T-551 de 2014. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva.
43
afectado por las autoridades de registro. No existe por lo tanto, dentro del
ordenamiento jurídico, otro mecanismo que pueda garantizar una resolución
oportuna y eficaz del caso. Además, como se explorará en el análisis material
del caso, los medios con los que cuenta el Proceso de Restablecimiento de
Derechos no están dirigidas a resolver una posible situación de discriminación
estructural, y por lo tanto un probable déficit de protección constitucional, que
padecen los hijos de una familia diversa y que, en razón del artículo 96 de la
Constitución, tienen derecho a la nacionalidad colombiana.
Bajo esta premisa, el Tribunal explicará las razones por las que considera que
el Proceso de Restablecimiento de Derechos tiene un alcance limitado,
dirigido a restaurar los derechos en cada caso concreto y solo ante una
responsabilidad imputable directamente a los padres de familia o cuidadores.
De acuerdo con lo señalado por el Código de Infancia y Adolescencia 150, el
Proceso de Restablecimiento de Derechos de los menores de edad se
encuentra concebido con el objetivo de adelantar todas aquellas actuaciones
que sean necesarias para restaurar en los niños, niñas y adolescentes su
dignidad e integridad como sujetos y la capacidad para hacer un ejercicio
efectivo de los derechos que le han sido vulnerados. El Legislador les otorgó a
las autoridades administrativas la obligación de informar, oficiar o conducir
ante la policía, las defensorías de familia, las comisarías de familia o en su
defecto, los inspectores de policía o las personerías municipales o distritales, a
todos los niños, las niñas o los adolescentes que se encuentren en condiciones
de riesgo o vulnerabilidad. En otras palabras, dicho proceso se activa cuando
existen hechos claros y objetivos que demuestren que los padres no pueden
atender a sus hijos.
150 Ley 1098 de 2006. Artículo 50. Restablecimiento de los derechos. “Se entiende por restablecimiento de
los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, la restauración de su dignidad e integridad como
sujetos y de la capacidad para hacer un ejercicio efectivo de los derechos que le han sido vulnerados”.
151 Ley 1098 de 2006. Artículo 53. Medidas de Restablecimiento de Derecho. "Son medidas de
restablecimiento de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes las que a continuación se señalan.
Para el restablecimiento de los derechos establecidos en este código, la autoridad competente tomará alguna
o varias de las siguientes medidas: 1. Amonestación con asistencia obligatoria a curso pedagógico; 2. Retiro
inmediato del niño, niña o adolescente de la actividad que amenace o vulnere sus derechos o de las
actividades ilícitas en que se pueda encontrar y ubicación en un programa de atención especializada para el
restablecimiento del derecho vulnerado; 3. Ubicación inmediata en medio familiar; 4. Ubicación en centros
de emergencia para los casos en que no procede la ubicación en los hogares de paso; 5. La adopción; 6.
Además de las anteriores, se aplicarán las consagradas en otras disposiciones legales, o cualquier otra que
garantice la protección integral de los niños, las niñas y los adolescentes; 7. Promover las acciones
policivas, administrativas o judiciales a que haya lugar”.
44
152 Ver, entre otras, las sentencias T-572 de 2009; T-090 de 2010; T- 671 de 2010; T-502 de 2011; T-844 de
2011: y T-214 de 2014.
153 Corte Constitucional. Sentencia SU-961 de 1999. Magistrado Ponente: Vladimiro Naranjo Mesa.
45
Con todo, en lo que respecta al caso particular de los menores de edad, por
ejemplo, en la sentencia T-115 de 2014156 la Corte analizó la eficacia de la
tutela frente a los medios ordinarios de defensa judicial o administrativa en
materia de familia. En esta oportunidad, el Tribunal concluyó que la tutela es
el medio más adecuado para proteger los derechos de los menores de edad
toda vez que, bajo estas circunstancias, el juez debe evaluar con especial
atención la idoneidad y la eficacia del medio ordinario para determinar si el
mismo puede garantizar el principio constitucional de prevalencia de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes. Así, la tutela se convierte en el
medio idóneo para tal fin, como instancia dotada del suficiente poder frente a
autoridades o particulares renuentes al cumplimiento de los derechos
fundamentales de los menores de edad. Por su parte, en la ya mencionada
sentencia T-551 de 2014 la Corporación concluyó que la informalidad de la
acción de tutela adquiere mayor relevancia cuando están involucrados
derechos de los menores de edad ya que se trata de proteger a personas en una
situación de vulnerabilidad material evidente.
12. Así las cosas, la Sala considera que concurren las circunstancias que
permiten concluir que la acción de tutela es idónea para proteger los derechos
fundamentales de las personas que invocan, ante la justicia constitucional, ser
víctimas de una violación a su derecho a tener una familia y no ser separada
de la misma. En particular, cuando el caso involucre la conculcación de los
derechos de algún menor de edad el estándar de subsidiariedad fijado por el
artículo 86 de la Carta se atenúa en la medida en que se debe materializar la
prevalencia de sus derechos, de acuerdo con el artículo 44 de la misma. Dicho
esto, la Sala considera que esta acción de tutela es procedente por lo que
pasará ahora a examinar los contenidos sustanciales descritos en el problema
jurídico.
13. En este segundo capítulo, la Sala abordará el tema del contenido general y
los elementos de los derechos fundamentales de los niños y la cláusula
constitucional de prevalencia de los mismos. Para hacerlo: (i) explicará el
alcance del derecho de los niños a tener una familia y no ser separados de ella
y los riesgos asociados a su inobservancia; (ii) resumirá las reglas
jurisprudenciales sobre la protección a la familia diversa; y (iii) abordará el
estudio del derecho a la igualdad, particularmente la prohibición de
14. El rango especial que ostentan los derechos de los niños, niñas y
adolescentes en el ordenamiento constitucional es un mandato expreso
reconocido en el ya citado artículo 44 de la Constitución. Desde los inicios del
Tribunal, como se puede ver por ejemplo en la sentencia T-029 de 1994157, se
ha entendido que esta especial protección se deriva del interés general que
debe tener toda sociedad democrática en la infancia. Lo anterior se traduce en
un deber ineludible del Estado, como lo recordó también la sentencia T-215
de 1996158, de respetar dicha prevalencia, y de actuar de manera inmediata e
incondicional, siempre que el infante se halle en estado de necesidad o ante
una amenaza cierta y grave de sus derechos, como deber prioritario e
ineludible. Si los derechos de los niños son prevalentes, el deber del Estado
de asistencia y protección a la infancia, también lo es. Luego no pueden
alegarse otras obligaciones que dilaten la eficacia de la acción del Estado y de
la sociedad hacia la protección de los menores de edad, porque el deber hacia
éstos prevalece sobre cualquier otra consideración social, política, jurídica o
económica. Esta responsabilidad, como ya se explicó en el análisis de
procedencia, implica que la acción de tutela resulta ser el mecanismo
adecuado por excelencia para resolver casos donde la acción u omisión de las
autoridades públicas pone en riesgo la exigibilidad de los derechos de los
menores de edad.
157 Corte Constitucional. Sentencia T-029 de 1994. Magistrado Ponente: Vladimiro Naranjo Mesa.
158 Corte Constitucional. Sentencia T-215 de 1996. Magistrado Ponente: Fabio Morón Díaz.
159 Corte Constitucional. Sentencia C-157 de 2002. Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda Espinosa.
160 Corte Constitucional. Sentencia T-510 de 2003. Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda Espinosa.
47
16. Por otra parte, la atención especial que merecen los niños, niñas y
adolescentes se justifica por su propia condición de vulnerabilidad. Por
ejemplo, la sentencia C-172 de 2004161, al revisar la constitucionalidad del
Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos a los Niños
relativo a su participación en conflictos armados, reafirmó que los menores de
edad son individuos frágiles, que se encuentran en proceso de formación, y
como tal dicha población se hace merecedora de una atención especial. Las
razones de esa protección, se resumen en: i) el respeto de la dignidad humana
que, como lo señala la Constitución, constituye uno de los fundamentos del
Estado Social de Derecho; ii) su indefensión o vulnerabilidad, por causa del
proceso de desarrollo de sus facultades y atributos personales, en su necesaria
relación con el entorno, tanto natural como social; y iii) el imperativo de
asegurar un futuro promisorio para la comunidad, mediante la garantía de la
vida, la integridad personal, la salud, la educación y el bienestar de los
mismos.
161 Corte Constitucional. Sentencia C-172 de 2004. Magistrado Ponente: Jaime Córdoba Triviño.
162 Corte Constitucional. Sentencia C-468 de 2009. Magistrado Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
48
18. Es así como el derecho a tener una familia y no ser separado de ella ha
sido protegido de manera sostenida por esta Corte. En efecto, por ejemplo en
la sentencia T-278 de 1994164 el Tribunal recordó que la familia es la primera
institución social e incluso es anterior a la sociedad y al Estado, entidades que
por lo tanto están instituidas para servir a su bienestar, del cual dependen las
condiciones para un desarrollo pleno e integral de la persona. En ese sentido,
puede afirmarse, como lo hizo la sentencia T-587 de 1998165, que la
vulneración del derecho a la familia constituye una amenaza seria contra
derechos fundamentales como el de la integridad física, la salud, a crecer en
un ambiente de afecto y solidaridad, a una alimentación equilibrada, a la
educación, a la recreación y a la cultura. Un niño en situación de abandono no
sólo es incapaz de satisfacer sus necesidades básicas, sino que está en una
circunstancia especial de riesgo respecto de fenómenos como la violencia
física o moral, peligro de trata, el abuso sexual, la explotación laboral o
económica y el sometimiento a la realización de trabajos inapropiados. En
síntesis, el derecho a formar parte de un núcleo familiar, además de ser un
derecho fundamental que goza de especial prelación, constituye una garantía
esencial para asegurar la realización de otros derechos fundamentales de la
misma entidad. Por esta razón, la violación del mismo implica una
degradación del ser humano de tal magnitud que resulta incompatible con el
principio de dignidad consagrado en la Carta. Cualquier separación abrupta,
intempestiva e injustificada de un niño y su familia hace que se desconozca su
pertenencia a una institución necesaria para su desarrollo integral lo que lo
priva de un factor determinante de su más íntima individualidad.
23.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 168, el artículo 17.1
de la Convención Americana de Derechos Humanos169, el artículo 8 de la
Convención sobre los Derechos del Niño170 y el artículo 16 del Protocolo de
San Salvador171. Por otro lado, y como situación derivada de las obligaciones
internacionales del Estado, el Tribunal ha reconocido, como lo hizo en la
sentencia T-572 de 2009172, que el derecho a tener una familia tiene una
faceta prestacional que hace que las autoridades se encuentren
constitucionalmente obligadas a diseñar e implementar políticas públicas
eficaces que propendan por la preservación del núcleo familiar. Entre otras
cosas, dichas actuaciones no pueden encaminarse exclusivamente hacia la
implementación de medidas de restablecimiento de derechos sino a generar las
condiciones necesarias para facilitarle a los padres cumplir con sus deberes de
cuidado, solidaridad y protección para con sus hijos, como lo es un sistema de
registro civil ágil y efectivo.
20. Ahora, toda vez que el caso afecta principalmente el derecho de los niños
Bartleby y Virginia a tener una familia diversay no ser separado de ella,
resulta oportuno resumir brevemente las principales reglas jurisprudenciales
que esta Corte ha desarrollado para proteger este tipo de uniones.
prevalecen en el orden interno. Los derechos y deberes consagrados en esta Carta, se interpretarán de
conformidad con los tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Colombia”.
168 Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Artículo 23.1. “La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado”.
169 Convención Americana de Derechos Humanos. Artículo 17.1. “La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado”.
170 Convención sobre los Derechos del Niño. Artículo 8. 1. “Los Estados Partes se comprometen a respetar
el derecho del niño a preservar su identidad, incluidos la nacionalidad, el nombre y las relaciones familiares
de conformidad con la ley sin injerencias ilícitas. 2. Cuando un niño sea privado ilegalmente de algunos de
los elementos de su identidad o de todos ellos, los Estados Partes deberán prestar la asistencia y protección
apropiadas con miras a restablecer rápidamente su identidad”.
171 Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales. Artículo 16. “Todo niño sea cual fuere su filiación tiene derecho a las
medidas de protección que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del
Estado. Todo niño tiene el derecho a crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres; salvo
circunstancias excepcionales, reconocidas judicialmente, el niño de corta edad no debe ser separado de su
madre. Todo niño tiene derecho a la educación gratuita y obligatoria, al menos en su fase elemental, y a
continuar su formación en niveles más elevados del sistema educativo”.
172 Corte Constitucional. Sentencia T-572 de 2009. Magistrado Ponente: Humberto Antonio Sierra Porto.
173 Corte Constitucional. Sentencia T-044 de 2014. Magistrado Ponente: Luis Ernesto Vargas Silva.
50
22. Bajo este principio, y después de reconocer también el derecho que tienen
estas parejas a ser beneficiarios del régimen de salud176, de la pensión de
sobrevivientes177 e, incluso, de la extensión del delito de inasistencia
alimentaria178 y el régimen de inhabilidades e incompatibilidades de todo
funcionario público179, la Corte aceptó plenamente que la Constitución
reconoce el principio de familia diversa y que, particularmente las que están
conformadas por parejas del mismo sexo, están sujetas a un déficit de
protección que debe ser corregido por el Estado. Puntualmente, la sentencia
C-577 de 2011180, señaló que la idea de la heterogeneidad de los modelos
familiares permite pasar de una percepción estática a una percepción dinámica
y longitudinal de la familia, donde el individuo, a lo largo de su vida, puede
integrar distintas configuraciones con funcionamientos propios. De esta
manera, en su conformación, la familia resulta flexible a diversas maneras de
relacionarse entre las personas, a las coyunturas personales que marcan el
acercamiento y el distanciamiento de sus integrantes, o a los eventos que por
su carácter irremediable determinan la ausencia definitiva de algunos de sus
miembros.
174 La Sala tomará como modelo, para resumir las reglas de protección a la familia plural, lo consignado en
la sentencia T-506 de 2015.
175 Corte Constitucional. Sentencia C-075 de 2007. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil.
176 Corte Constitucional. Sentencia C-811 de 2007. Magistrado Ponente: Margo Gerardo Monroy Cabra.
177 Corte Constitucional. Sentencia C-336 de 2008. Magistrado Ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
178 Corte Constitucional. Sentencia C-798 de 2008. Magistrado Ponente: Jaime Córdoba Triviño.
179 Corte Constitucional. Sentencia C-029 de 2009. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil.
180 Corte Constitucional. Sentencia C-577 de 2011. Magistrado Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
51
22. Por otro lado, Antonio y Bassanio, en su escrito de tutela, alegan que las
actuaciones de las entidades demandadas, especialmente las notarías
accionadas, desconocieron el derecho a la igualdad de sus hijos, especialmente
la prohibición expresa que contiene la Constitución de discriminar por origen
familiar. Por esta razón, para la Sala resulta importante presentar algunas
consideraciones sobre la definición que la Corte le ha dado al derecho a la
igualdad y, tratándose de un caso donde existe una aparente discriminación,
las reglas que la Corporación ha establecido para, mediante el juicio de
igualdad, determinar si existe un trato discriminatorio basado en un criterio
sospechoso que, como el del origen familiar, debe ser condenado por el juez
constitucional.
23. Para empezar, la Sala quiere recordar de manera breve que el concepto de
igualdad aplicado por este Tribunal desde su creación parte de la definición
aristotélica clásica que reconoce que, bajo un concepto elemental de justicia,
los ciudadanos de características semejantes deben recibir el mismo
tratamiento, mientras que los que ostentan otras particularidades deben recibir
un trato diferencial. Sin embargo, la Corte advirtió por ejemplo en la
sentencia T-230 de 1994181, que esta fórmula solo es válida dentro del
ordenamiento constitucional si se complementa con algún elemento de
valoración que permita establecer una calificación de lo igual y de lo desigual.
En ese sentido, como lo recordó la sentencia C-040 de 1993182 el derecho a la
igualdad no se traduce en una igualdad mecánica sino que se basa en el
otorgamiento de un trato igual compatible con las diversas condiciones de la
persona. Esto, no implica otra cosa que la aplicación efectiva del principio de
igualdad no puede desconocer la pluralidad de características de un ciudadano
ya que la vigencia del Estado de Derecho solo admite un trato diferenciado si
existe un motivo razonable que lo justifique.
181 Corte Constitucional. Sentencia T-230 de 1994. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
182 Corte Constitucional. Sentencia C-040 de 1993. Magistrado Ponente: Ciro Angarita Barón.
183 Corte Constitucional. Sentencia T-098 de 2004. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
52
184 Ver, entre otras, sentencias T-100 de 1994; T-166 de 1994; C-216 de 1994; T-342 de 1994; T-364 de
1994; T-402 de 1994; T-456 de 1994; T-059 de 1995; C-106 de 1995; T-144 de 1995; T-145 de 1995; C-264
ed 1995; T-298 de 1995; T-326 de 1995; CV-083 de 1996; C-262 de 1996; C-279 de 1996; T-593 de 2006; y
C-057 de 2010.
185 Corte Constitucional. Sentencia C-178 de 2014. Magistrada Ponente: María Victoria Calle Correa.
186 Constitución Política. Artículo 13. “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la
misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades
sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión
política o filosófica. El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará
medidas en favor de grupos discriminados o marginados. El Estado protegerá especialmente a aquellas
personas que por su condición económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad
manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan”
53
25. Así las cosas, para establecer eventuales violaciones del derecho a la
igualdad, resulta adecuado explicar el llamado test de igualdad187. En primer
lugar, es necesario recordar brevemente los contenidos de dicho test, sus
principales elementos y la evolución que ha tenido la jurisprudencia
constitucional sobre la materia así como las particularidades que tiene cuando
se aplica a casos de discriminación por identidad de género u orientación
sexual.
Una primera versión del juicio de igualdad188 se puede encontrar en
la sentencia C-022 de 1996189 donde la Corte examinó la constitucionalidad
de una norma que otorgaba, a aquellas personas que prestaran el servicio
militar, una bonificación del 10% en el puntaje de los exámenes para acceder a
la educación pública universitaria. En dicho fallo, el Tribunal concluyó que
dicho beneficio era inconstitucional y para hacerlo estableció un test de
proporcionalidad190, que debía determinar si las normas acusadas de violar la
cláusula general de igualdad: i) perseguían un objetivo a través del
establecimiento del trato desigual; ii) ese objetivo era válido a la luz de la
Constitución; y iii) el trato desigual era razonable, es decir, el fin que
perseguía era proporcional con la medida discriminatoria que implementaba.
A su vez, la última etapa del test estaba conformada por tres elementos, así:
“El concepto de proporcionalidad comprende tres conceptos
parciales: la adecuación de los medios escogidos para la consecución
del fin perseguido, la necesidad de la utilización de esos medios para
el logro del fin (esto es, que no exista otro medio que pueda conducir al
fin y que sacrifique en menor medida los principios constitucionales
afectados por el uso de esos medios), y la proporcionalidad en sentido
estricto entre medios y fin, es decir, que el principio satisfecho por el
logro de este fin no sacrifique principios constitucionalmente más
importantes”(resaltado fuera del texto)191.
26. Una segunda versión del test de igualdad se puede encontrar en
la sentencia C-093 de 2001192. En esa oportunidad, la Corte concluyó que el
requisito de edad de 25 años para el adoptante que quisiera adoptar un menor
de edad era constitucional. Al hacerlo, el Tribunal incorporó la teoría de
los niveles de intensidad193 al test de igualdad, así:
187 La reconstrucción que se realiza en este capítulo está basada en otras consideraciones anteriormente
elaboradas por la Sala Plena, como la que se presentó en la sentencia C-880 de 2014.
188 Frente a la evolución del juicio de igualdad en la Corte Constitucional ver: Bernal Pulido, Carlos Bernal.
“El juicio de la igualdad en la jurisprudencia de la Corte Constitucional de Colombia”. En: Congreso
Iberoamericano de Derecho Constitucional (7º, 2002: México D.F). Memorias del 7º Congreso
Iberoamericano de Derecho Constitucional, UNAM, 2002, 51-74.
189 Corte Constitucional. Sentencia C-022 de 1994. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
190 Sobre el juicio de proporcionalidad ver: Rodríguez Garavito, César. “El test de razonabilidad y el derecho
a la igualdad”. En: Observatorio de Justicia Constitucional. Jaramillo Sierra, Isabel Cristina; Cepeda
Espinosa, Manuel José (editores). Siglo del Hombre Editores, Bogotá, 1998.
191 Ibídem.
192 Corte Constitucional. Sentencia C-093 de 2001. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez Caballero.
193 El concepto de los niveles de intensidad fue desarrollado por la Corte Suprema de Justicia de los Estados
Unidos y fue adoptada por la Corte Constitucional en la segunda versión del test de igualdad. Frente al tema,
se pueden ver sentencias como United States v. Carolene Products Company, 304 U.S. 144 (1938); Skinner v.
State of Oklahoma, 316 U.S. 535 (1942); o Craig v. Boren, 429 U.S. 190 (1976).
54
200 Corte Constitucional. Sentencia C-673/01. Magistrado Ponente: Manuel José Cepeda.
201 Op. Cit. Sentencia C-093 de 2001.
202 Corte Constitucional. Sentencia T-606 de 2013. Magistrado Ponente: Alberto Rojas Ríos.
56
203 Corte Constitucional. Sentencia C-748 de 2009. Magistrado Ponente: Rodrigo Escobar Gil.
204 Corte Constitucional. Sentencia C-257 de 2015. Magistrada Ponente: Gloria Stella Ortiz Delgado.
57
205 Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-881/02. Magistrado Ponente: Eduardo Montealegre Lynett.
206 Corte Constitucional. Sentencia SU-062 de 1999. Magistrado Ponente: Vladimiro Naranjo Mesa.
207 Corte Constitucional. Sentencia T-1055 de 2001. Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
58
33. Ahora bien, para finalizar este resumen sobre el contenido del derecho a la
dignidad, la Sala quiere hacer énfasis en que, atendiendo la doble dimensión
de la dignidad como principio y derecho, la Corte ya ha sido clara en indicar
que su protección debe ser mucho más estricta cuando se involucran derechos
de los menores de edad. De esta manera, por ejemplo, en la sentencia T-220
de 2004210 la Corte señaló que cuando la víctima de la vulneración de derechos
fundamentales es un menor de edad, el ámbito de protección de la dignidad se
amplía. Por esa razón, lo que en un caso puede parecer como ordinario o
normal en otro, donde participe un niño, la misma conducta debe ser
reprochada por el juez constitucional como violatoria de los derechos
fundamentales. Ello, en tanto que constituye un hecho notorio el estado de
mayor vulnerabilidad en el que se encuentra el menor de edad frente a
posibles agresiones, de ahí que el ámbito de la dignidad debe extenderse con
el fin de garantizar la intangibilidad mental, moral y espiritual del niño. Por
eso, es justificable aplicar mayores restricciones a las autoridades públicas, o a
cualquier tercero, cuando se trata de proteger la dignidad de un niño, niña o
adolescente.
208 Corte Constitucional. Sentencia T-317 de 2006. Magistrada Ponente: Clara Inés Vargas Hernández.
209 Corte Constitucional. Sentencia T-299 de 2003. Magistrado Ponente: Jaime Córdoba Triviño.
210 Corte Constitucional. Sentencia T-220 de 2004. Magistrado Ponente: Eduardo Montealegre Lynett.
59
35. Desde sus inicios, este Tribunal ha establecido el alcance del derecho a la
personalidad jurídica como parte sustancial de la idea de persona en los
Estados Constitucionales modernos211. La sentencia C-486 de 1993212 explicó
cómo, con la entrada en vigor de la Constitución de 1991, la personalidad
jurídica pasó a indicar, en el caso de los ciudadanos, su idoneidad para ser
titulares de todas las posiciones jurídicas relacionadas con sus intereses y
actividades. Por esta razón, dicho derecho es una manifestación del principio
de igualdad ya que está encaminado a que todo miembro de la sociedad -sin
importar su raza, sexo, edad y condición- sea un sujeto dotado de capacidad
jurídica.
36. Por otro lado, en el caso de los menores de edad, el Tribunal ha señalado
de manera tajante que la protección constitucional especial a sus derechos,
reconocido en el artículo 44 de la Carta, da lugar a que el reconocimiento de la
personalidad jurídica, y de los atributos ya descritos que lo acompañan,
priman ante las formalidades de cualquier proceso jurídico o administrativo
por lo que cualquier yerro que se comete en los mismos debe estar supeditado
al principio de supremacía constitucional de los derechos de los niños, niñas y
211 Cfr. Corte Constitucional. Sentencia T-485 de 1992. Magistrado Ponente: Fabio Morón Díaz.
212 Corte Constitucional. Senntecia C-486 de 1993. Magistrado Ponente: Eduardo Cifuentes Muñoz.
213 Corte Constitucional. Sentencia C-109 de 1995. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez Caballero.
214 Constitución Política. Artículo 14. “Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad
jurídica”.
215 Corte Constitucional. Sentencia T-488 de 1999. Magistrada Ponente: Martha Victoria Sáchica Méndez.
60
216 Corte Constitucional. Sentencia T-963 de 2001. Magistrado Ponente: Alfredo Beltrán Sierra.
217 Corte Constitucional. Sentencia T-1008 de 2002. Magistrado Ponente: Álvaro Tafur Galvis.
218 Corte Constitucional. Sentencia T-329A de 2002. Magistrado Ponente: Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo.
219 Corte Constitucional. Sentencia T-212 de 2013. Magistrado Ponente: Nilson Pinilla Pinilla
61
Derecho a la nacionalidad
220 Declaración Universal de Derechos Humanos. Artículo 15.1. “Toda persona tiene derecho a una
nacionalidad”.
221 Convención Americana de Derechos Humanos. Artículo 20. 1. “Toda persona tiene derecho a una
nacionalidad; 2. Toda persona tiene derecho a la nacionalidad del Estado en cuyo territorio nació si no tiene
derecho a otra; y 3. A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiarla”.
222 Constitución Política. Artículo 96. “Son nacionales colombianos: 1. Por nacimiento: a) Los naturales
de Colombia, que con una de dos condiciones: que el padre o la madre hayan sido naturales o nacionales
colombianos o que, siendo hijos de extranjeros, alguno de sus padres estuviere domiciliado en la República
en el momento del nacimiento y; b) Los hijos de padre o madre colombianos que hubieren nacido en tierra
extranjera y fuego (sic) se domiciliaren en territorio colombiano o registraren en una oficina consular de la
República. 2. Por adopción: a) Los extranjeros que soliciten y obtengan carta de naturalización, de acuerdo
con la ley, la cual establecerá los casos en los cuales se pierde la nacionalidad colombiana por adopción; b)
Los Latinoamericanos y del Caribe por nacimiento domiciliados en Colombia, que con autorización del
Gobierno y de acuerdo con la ley y el principio de reciprocidad, pidan ser inscritos como colombianos ante
la municipalidad donde se establecieren, y; c) Los miembros de los pueblos indígenas que comparten
territorios fronterizos, con aplicación del principio de reciprocidad según tratados públicos. Ningún
colombiano por nacimiento podrá ser privado de su nacionalidad. La calidad de nacional colombiano no se
pierde por el hecho de adquirir otra nacionalidad. Los nacionales por adopción no estarán obligados a
renunciar a su nacionalidad de origen o adopción. Quienes hayan renunciado a la nacionalidad colombiana
podrán recobrarla con arreglo a la ley”.
223 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso de las Niñas Yean y Bosico c. República Dominicana.
Sentencia del 8 de septiembre de 2006. Párrafos 125 a 192.
62
224 Corte Constitucional. Sentencia C-893 de 2009. Magistrado Ponente: Mauricio González Cuervo.
225 Corte Constitucional. Sentencia C-622 de 2013. Magistrado Ponente: Mauricio González Cuervo.
226 Corte Constitucional. Sentencia C-451 de 2015. Magistrado Ponente: Jorge Iván Palacio Palacio.
227 Con respecto a la nacionalidad como derecho fundamental ver, entre otras sentencia T-075 de 2015.
63
41. Ahora, para entender de una manera más comprensiva el tipo de medidas
que se pueden implementar para garantizar estos derechos a través del respeto
a la relación filial y el derecho de los niños a tener una familia y no ser
separado de ella, la Sala Plena presentará a continuación algunos ejemplos del
derecho comparado y del Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
En particular, y como se verá en el capítulo siguiente, se ofrecerán ejemplos
que guarden relación con la protección de la familia diversay el derecho que
tienen las niños a integrar las mismas.
43. Además de la ya citada Convención sobre los Derechos del Niño, existen
varias resoluciones de organizaciones que forman parte del Sistema de
Derechos Humanos que han ratificado la importancia de la familia y la
228 El derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos. Disponible en:
https://www.icrc.org/spa/war-and-law/ihl-other-legal-regmies/ihl-human-rights/overview-ihl-and-human-
rights.htm. [Consultado el 10 de septiembre de 2015].
229 O’Donnell. Daniel. Derecho internacional de los Derechos Humanos (normativa, jurisprudencia y
doctrina de los sistemas universal e interamericano”. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas
para los DD.HH. (2004). Disponible en: http://www.hchr.org.co/publicaciones/libros/ODonell%20parte1.pdf.
[Consultado el 12 de septiembre de 2015].
230 Ver, entre otras, las sentencias C-222/95, C-401/95, y C-170/04.
64
231 Organización de las Naciones Unidas. Consejo Económico y Social. Resolución 2014/08. Disponible en:
http://daccess-dds-ny.un.org/doc/UNDOC/GEN/N14/491/37/PDF/N1449137.pdf?OpenElement. [Consultado
el 12 de septiembre de septiembre de 2015].
232 Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 5 del 27 de noviembre de 2003. Párrafo 12.
233 Comité de los Derechos del Niño. Observación General No. 7 del 20 de septiembre de 2006. Párrafos 15
y 19.
234 Comité de Derechos Humanos. Caso Shirin Aumeeruddy-Cziffra y otras vs. República de Mauricio.
Decisión del 2 de mayo de 1978. Párrafo 9.
65
235 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva OC-17/02 del 28 de agosto de 2002.
Párrafos 69 7 70.
236 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Chitay Nech y otros c. Guatemala. Sentencia del 25 de
mayo de 2010. Párrafos 156, 157 6 158.
237 Convención Americana de Derechos Humanos. Artículo 17.1. “La familia es el elemento natural y
fundamental de la sociedad y debe ser protegida por la sociedad y el Estado”.
238 Convención Americana de Derechos Humanos. Artículo 11. 2. “Nadie puede ser objeto de injerencias
arbitrarias o abusivas en su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su correspondencia, ni de
ataques ilegales a su honra o reputación”.
239 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Formeron e hija c. Argentina. Sentencia del 27 de
abril de 2012. Párrafos 113 y 123
240 Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Atala Riffo y niñas c. Chile. Sentencia del 24 de
febrero de 2012. Párrafos 120, 140 a 145 y 175.
66
241 Corte Europea de Derechos Humanos. Caso Keegan c. Irlanda. Sentencia del 26 de mayo de 1994.
Párrafo 44.
242 Convención Europea de Derechos Humanos. Artículo 8. “1. Toda persona tiene derecho al respeto de su
vida privada y familiar, de su domicilio y de su correspondencia. 2. No podrá haber injerencia de la
autoridad pública en el ejercicio de este derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la
ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad nacional, la
seguridad pública, el bienestar económico del país, la defensa del orden y la prevención del delito, la
protección de la salud o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás”.
243 Corte Europea de Derechos Humanos. Caso Menesson c. Francia. Sentencia del 26 de junio de 2014.
Párrafos 87 a 94.
67
A.- España
48. En el 2009, una pareja del mismo sexo conformada por G y B acudieron a
un proceso de gestación subrogada en el Estado de California. Tras el
nacimiento de sus hijos, quienes contaban con el respectivo certificado de
nacimiento otorgado por las autoridades locales, solicitaron realizar la
inscripción de los menores de edad en el Registro Consular Español. Sin
embargo, las autoridades negaron dicho reconocimiento por lo que la pareja
tuvo que acudir a un proceso administrativo ante la Dirección General de los
Registros y del Notariado de España. Dicha autoridad, revocó la decisión
inicial y admitió que se realizara el registro civil de los mellizos reconociendo
a los dos hombres como sus padres. Para llegar a dicha conclusión, la
autoridad consideró que la filiación ya había sido reconocida por otro país por
lo que las autoridades consulares solo debían proceder a realizar la inscripción
pues no existía duda de la relación paterno-filial. Igualmente, manifestó que
“el interés superior del menor exige la continuidad espacial de la filiación y
244 Corte Europea de Derechos Humanos. Caso Paradiso y Campanelli c. Italia. Sentencia del 25 de enero de
2015. Párrafo 67.
68
B.- Argentina
C.- Sudáfrica
a su núcleo familiar y les permite recibir así el cuidado y afecto que merecen.
Así, de manera explícita, la Corte reconoció que estas parejas pueden tener
hijos y que las autoridades están en la obligación de reconocer la relación
paterno-filial sin discriminación alguna.
250 Henry v. Himes. Southern District Court of Ohio. Judge T. Black (2014).
251 Roe v. Utah Deparment of Health. District Court of Utah. Judge: D.V. Benson (2015).
252 Domestic partnership registration and termination procedures. Disponible en:
http://dccode.org/simple/sections/32-702.html. [Consultado el 21 de septiembre de 2015].
253 Vital Records of the State of California Amendment Bill (Aseembly Bill No. 1951). Disponible en:
http://leginfo.legislature.ca.gov/faces/billNavClient.xhtml?bill_id=201320140AB1951. [Consultado el 20 de
septiembre de 2015].
70
55. Ahora, como quiera que la instrumento del registro civil es una institución
reglada de tiempo atrás, la Sala considera apropiado resumir el régimen legal
del mismo. Esto, con el fin de entender a cabalidad la regulación sobre el tema
y ofrecer mayor claridad sobre las responsabilidades que tienen los notarios y
oficiales consulares en su aplicación y el margen de apreciación con el que
cuentan al momento de recibir solicitudes para incorporar información al
mismo.
57. Por otra parte, desde sus inicios, este Tribunal ha reconocido la
importancia constitucional que posee el registro civil de nacimiento. Prueba de
esto es la sentencia T-106 de 1996257 donde la Corte indicó que dicho
documento es un factor indispensable para que opere el reconocimiento estatal
a la personalidad jurídica de todo ser humano. Incluso, el Tribunal llegó a
calificarlo como la noticia que el Estado debe tener acerca de la existencia
física de un ciudadano, pues si la persona nace y el hecho de su nacimiento se
desconoce, es imposible que pueda tenérsela en la práctica como sujeto del
Estado Social de Derecho. Tratándose de los niños y niñas, donde se debe
proceder en forma inmediata con su registro, no solo es un derecho
constitucional fundamental como ya se advirtió, sino que es la forma idónea
para asegurar el ejercicio continuo y libre de sus demás derechos.
al territorio nacional según lo dispuesto en tratados internacionales o la costumbre internacional. Para los
hijos nacidos en el exterior, la nacionalidad colombiana del padre o de la madre se define a la luz del
principio de la doble nacionalidad según el cual, "la calidad de nacional colombiano no se pierde por el
hecho de adquirir otra nacionalidad". Por domicilio se entiende la residencia en Colombia acompañada del
ánimo de permanecer en el territorio nacional de acuerdo con las normas pertinentes del Código Civil”.
257 Corte Constitucional. Sentencia T-106 de 1996. Magistrado Ponente: José Gregorio Hernández.
258 Corte Constitucional. Sentencia T-212 de 2013. Magistrado Ponente: Nilson Pinilla Pinilla.
259 Decreto 1260 de 1970. Artículo 47. “Los nacimientos ocurridos en el extranjero o durante viaje cuyo
término sea lugar extranjero, se inscribirán en el competente consulado colombiano, y en defecto de éste, en
la forma y del modo prescrito por la legislación del respectivo país. El cónsul remitirá sendas copias de la
inscripción; una destinada al archivo de la oficina central y otra al funcionario encargado del registro civil
en la capital de la república, quien, previa autenticación del documento, reproducirá la inscripción, para lo
cual abrirá el folio correspondiente Caso de que la inscripción no se haya efectuado ante cónsul nacional, el
funcionario encargado del registro del estado civil en la primera oficina de la capital de la república
procederá a abrir el folio, una vez establecida la autenticidad de los documentos que acrediten el
nacimiento”.
72
260 Es importante advertir que solo los Estados que han suscrito dicha convención pueden aplicar los
instrumentos allí contemplados. En el caso concreto, tanto los Estados Unidos como Colombia son Estados
miembros del mencionado tratado por lo que los procesos de registro de menores de edad pueden ser
sometidos a las reglas de autenticación desarrolladas en el mismo.
261 Decreto 2188 de 2001. Artículo 4. “Formato único de Registro Civil y papel de seguridad. Los
funcionarios de registro civil y los notarios, expedirán copias y certificados de las actas, folios y seriales que
reposen en sus archivos, en el formato único y en el papel de seguridad que contenga las especificaciones
mínimas que para el efecto determine la Registraduría Nacional del Estado Civil. El Registrador Nacional
del Estado Civil determinará la fecha a partir de la cual será obligatoria la utilización del papel competente
de que trata el presente artículo”
73
262 Ver, entre otras, sentencias C-181 de 1997; C-741 de 1998; C-1508 de 2000; C-1212 de 2001; y C-1159
de 2008;
263 Constitución Política. Artículo 131. “Compete a la ley la reglamentación del servicio público que
prestan los notarios y registradores, la definición del régimen laboral para sus empleados y lo relativo a los
aportes como tributación especial de las notarías, con destino a la administración de justicia. El
nombramiento de los notarios en propiedad se hará mediante concurso. Corresponde al gobierno la
creación, supresión y fusión de los círculos de notariado y registro y la determinación del número de
notarios y oficinas de registro”.
264 Decreto 960 de 1970 (modificado por el Decreto 2163 de 1970). Artículo 1º. “El notariado es un servicio
del Estado, que se presta por funcionarios públicos, en la forma, para fines y con los efectos consagrados en
las leyes. El notariado forma parte de la Rama Ejecutiva, y como función pública implica el ejercicio de la
fe notarial. La fe pública o notarial otorga plena autenticidad a las declaraciones emitidas ante el Notario y
a lo que éste exprese respecto de los hechos percibidos por él en el ejercicio de sus funciones, en los casos y
con los requisitos que la ley establece”.
265 Corte Constitucional. Sentencia C-181 de 1997. Magistrado Ponente: Fabio Morón Díaz.
266 Corte Constitucional. Sentencia C-399 de 1999. Magistrado Ponente: Alejandro Martínez Caballero.
74
guardan los jueces y los notarios: i) los primeros a diferencias de los segundos,
tienen una potestad decisoria y de adjudicación de derechos; ii) las
actuaciones notariales encuentran su origen en procesos de jurisdicción
voluntaria y no son asuntos contenciosos, como ocurre en la actividad
jurisdiccional de los jueces; y iii) los notarios están supeditados a la autonomía
de la voluntad de los ciudadanos que requieren sus servicios y que desean
protocolizar alguna realidad social.
63. En suma, la Sala quiere reiterar que el notariado es un servicio público que
está destinado a satisfacer la función fedante, una necesidad de interés general
para la ciudadanía. Así, su existencia es una forma en la que se concreta el
principio de descentralización por colaboración, bajo el cual el Estado asume
alguna de sus obligaciones con la asistencia de los particulares. Por esta razón,
los notarios no son autoridades administrativas o judiciales pero, sin embargo,
su actuación sí debe estar precedida por el principio de imparcialidad,
neutralidad y apego estricto a los principios y valores constitucionales.
68. En resumen, la acción de tutela resulta ser plenamente procedente por dos
razones. En primer lugar, porque las actuaciones de las entidades demandadas
expusieron a Bartleby y Virginia a un perjuicio irremediable, que se concretó
en la amenaza cierta de ser expulsados del país junto a sus padres al no
encontrarse regularizada su situación migratoria y, más importante aún, en el
desconocimiento abierto de su derecho a la personalidad jurídica y a la
nacionalidad en los términos señalados en la parte considerativa de esta
sentencia. En segundo lugar, los trámites administrativos de restitución de
derechos no resultan idóneos para atender los problemas que se derivan del
caso ya que su naturaleza implica que exista una omisión deliberada por parte
de los padres de familia de cumplir sus deberes hacía con sus hijos, cosa que
no ocurre en este caso dado el interés continuo y manifiesto que tanto Antonio
como Bassanio han demostrado. En ese sentido, la Sala no encuentra otro
mecanismo constitucional o legal, además de la tutela, que ofrezca una
garantía cierta de que los derechos fundamentales de los menores sean
protegidos, especialmente, y como se pasará a explicar a continuación, cuando
lo que está en entredicho es la protección del interés superior de Bartleby y
Virginia.
70. Para la Sala, no hay duda de que los notarios actuaron bajo el absoluto
convencimiento de que su respuesta a la solicitud de Antonio y Bassanio se
encontraba ajustada al marco legal vigente y a los límites de la función
fedante. Sin embargo, este Tribunal encuentra que dicha interpretación
desconoció el mandato del ya citado artículo 44 de la Carta y los derechos de
Bartleby y Virginia a la personalidad jurídica, a la nacionalidad y a tener una
familia. Como común denominador, la Corte observa que los notarios
uno de los derechos de los niños, las niñas y los adolescentes, consagrados en el Título I del Libro I del
presente código. Se deberá verificar: 1. El Estado de salud física y psicológica; 2. Estado de nutrición y
vacunación; 3. La inscripción en el registro civil de nacimiento; 4. La ubicación de la familia de origen; 5.
El Estudio del entorno familiar y la identificación tanto de elementos protectores como de riesgo para la
vigencia de los derechos; 6. La vinculación al sistema de salud y seguridad social; 7. La vinculación al
sistema educativo”.
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274 Ver, sentencia C-683 de 2015. Magistrado Ponente: Jorge Iván Palacio Palacio.
275 Códgo Civil. Artículo 213. Presunción de legitimidad. “El hijo concebido durante el matrimonio o
durante la unión marital de hecho tiene por padres a los cónyuges o compañeros permanentes, salvo que se
pruebe lo contrario en un proceso de investigación o de impugnación de paternidad”.
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Los notarios, aunque actuaron movidos por una interpretación legal que
consideraron legítima, impidieron que el Estado prestara los servicios en
favor de dos menores de edad colombianos e incluso pusieron en riesgo la
estabilidad familiar de los mismos al exponerlos a una situación migratoria
irregular. En definitiva, no es de recibo para esta Sala que los funcionarios
demandados se hayan amparado en un supuesto vacío del formato de registro
y en discusiones ya superadas sobre la relación filial que pueden tener los
hijos en familias homoparentales para negar a realizar una de sus labores más
elementales e importantes, proceder con el trámite que otorga la personalidad
jurídica y que a su vez reconoce la nacionalidad y protege el derecho a la
familia de dos menores de edad.
71. En ese sentido, los notarios debieron realizar el registro sin demora alguna
tras un examen profundo pero eficiente de la validez de los documentos
equivalentes de registro que presentaron los padres. Si bien puede decirse que
las autoridades consulares de Los Ángeles no contaron con el suficiente
tiempo para realizar el trámite, no ocurre lo mismo con las cuatro notarías
accionadas. De los hechos del caso, y de sus respuestas, se puede probar una
falta de claridad sobre el procedimiento aplicable en estos casos por lo que la
posición expuesta por la Unión de Notarios tampoco resulta acertada, pues de
una interpretación sistemática de los precedentes constitucionales,
especialmente aquellos relacionados con la protección de los derechos del
niño y el reconocimiento de la familia diversa, es perfectamente admisible
inscribir en las casillas para padre y madre del formato de registro civil de
nacimiento a una pareja homparental que presente un documento equivalente
extranjero que acredite la relación filial que ésta tiene con sus hijos. Además,
las actuaciones de las entidades accionadas omitieron un hecho elemental ya
que los niños, sin atisbo de duda, gozan del derecho a la nacionalidad por
nacimiento consagrado en el artículo 96 de la Constitución, pues sus padres
son colombianos, como plenamente queda probado con las cédulas de
ciudadanía que ambos anexaron a la acción de tutela276.
276 Copia simple de la cédula de ciudadana de Antonio y Bassanio (folios 1 y 2; cuaderno principal).
277 Frente a los efectos jurídicos de la adopción y las diferentes modalidades de la misma, la Sala se remite al
resumen realizado por la sentencia SU-617 de 2013.
81
278 Código de Infancia y Adolescencia. Artículo 61. Adopción. “La adopción es, principalmente y por
excelencia, una medida de protección a través de la cual, bajo la suprema vigilancia del Estado, se establece
de manera irrevocable, la relación paterno-filial entre personas que no la tienen por naturaleza”.
279 Ley 1395 de 2010. Artículo 118. Inscripción de actos jurídicos, hechos jurídicos y providencias. “Todos
los actos, hechos y providencias que deban inscribirse en el registro civil o que afecten el mismo, podrán
inscribirse en cualquier oficina autorizada para cumplir con la función de registro civil del territorio
nacional o en los consulados de Colombia en el exterior”.
82
75. En el presente caso, la Sala observa que los argumentos utilizados por los
notarios para justificar sus actuaciones se basan en una interpretación
tradicional y heterosexual de la familia que, aunque se encuentra plenamente
protegida por la Constitución, no es la única unión familiar amparada por la
Carta. Particularmente, dichas autoridades insisten en un vacío nominal en el
formato de registro pues las casillas destinadas a registrar el nombre de los
progenitores o adoptantes de un menor de edad solo permiten identificar a un
hombre y a una mujer.
83
Conclusión
Por otra parte, la mora injustificada en realizar dicho trámite representó una
violación directa y contundente a la dignidad, personalidad jurídica y al
derecho a tener una familia de los niños. Al negarse a proceder con la
inscripción, y hasta tanto el juez de tutela de primera instancia tomó la
acertada decisión de proteger sus derechos fundamentales y ordenar que se
realizara el procedimiento notarial, Bartleby y Virginia estuvieron expuestos a
una posible expulsión del país junto a sus padres por encontrarse en una
situación migratoria irregular. Este procedimiento administrativo, se hubiera
producido por una omisión deliberada impulsada por prejuicios intolerables en
cualquier Estado Constitucional hacia los niños que forman parte de familiares
diversas y representó una amenaza cierta contra la estabilidad del núcleo
familiar, el interés superior de los derechos de los menores de edad, en
especial su derecho a tener una familia y no ser separado de la misma.
Sin duda, esto hace necesario que se acoja la solicitud elevada por los actores
por lo que se confirmará en su integridad el fallo de primera instancia que
ordenó que se procediera a inscribir a los menores de edad en el registro civil
88
82. Además, la Corte en sus órdenes advertirá que, siguiendo el principio pro
persona, bajo el actual formato se puede realizar una inscripción de padres del
mismo sexo por lo que no será necesario establecer un periodo de transición
que signifique que otras peticiones futuras, en el inmediato y corto plazo y
mientras la Registraduría toma las medidas necesarias para implementar un
cambio en el formato del registro civil de nacimiento en el tiempo señalado
por la Corte, toda vez que lo ideal es que se exprese con claridad en dicho
documento que es admisible la inscripción de dos padres o dos madres,
puedan encontrarse con interpretaciones que escapan de los avances
introducidos por la jurisprudencia vigente de esta Corporación alrededor del
reconocimiento del valor que tiene la familia diversay el cuidado que el
Estado le debe proporcionar.
III. DECISIÓN
RESUELVE