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Thor

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Thor y las pruebas del Rey de los Gigantes

Thor, poderoso dios nórdico del trueno y matador de gigantes, viajaba en


una ocasión junto con su sirviente Thjalfe y Loki, dios del mal sutil y las
travesuras malintencionadas. Los tres compañeros llegaron a Utgard,
hogar de los temibles y soberbios gigantes del hielo; a lo lejos
contemplaron un castillo, tan alto que para mirarlo debían levantar la
vista casi hasta el cielo. Deseosos de encontrar refugio, se deslizaron a
través de las barreras y entraron en la fortaleza. Vieron allí una multitud
de hombres sentados en bancos, todos los cuales eran prodigiosamente
altos. Les llevaron a presencia del rey de los gigantes, el poderoso
Utgard-Loke, que se comportó con gran altivez ante sus invitados.
Sonriendo maliciosamente, dijo a Thor:

- Si no me equivoco, este niñito debe ser Thor; sin embargo, puede que
seáis más de lo que parecéis a simple vista. ¿Qué habilidades y talentos
poseéis? Porque debéis saber que aquí no toleramos la presencia de nadie
que no se distinga en algún arte.
Respondióle Loki:

- Estoy dispuesto a mostraros mi arte; y es que nadie en esta sala puede


comer tan rápido como yo lo hago.

- Veamos pues vuestro arte respondió Utgard-Loke.

Trajeron entonces una gran bandeja de madera repleta de carne y la


pusieron sobre una mesa; el rey de los gigantes mandó venir a uno de sus
hombres, Loge, para que compitiese con Loki. Cada uno comenzó a
comer por un extremo lo más rápido que pudo, y se encontraron justo en
medio de la bandeja. Sin embargo, Loki había comido toda la carne
dejando los huesos, mientras que Loge había consumido todo, carne,
huesos, bandeja y mesa... Todos acordaron que Loki había sido
claramente vencido.
Preguntó entonces el rey qué sabía hacer el joven sirviente de Thor,
Thjalfe. Este dijo que competiría en una carrera contra cualquiera de los
hombres del castillo. Utgard-Loke sonrió de nuevo, y designó a un niño
pequeño llamado Huge para que corriera contra Thjalfe.

- Debéis ser muy ágil si esperáis ganar, joven Thjalfe –comentó el rey
con sorna.

Tres veces corrieron los dos jóvenes hasta una flecha lanzada a gran
distancia. Las tres veces resultó ganador el niño Huge, con tanta ventaja
que el pobre Thjalfe se encontraba aún a mitad de camino cuando él
alcanzaba la meta. Todos los presentes decidieron que era suficiente y
que Thjalfe había sido derrotado.

El rey miró entonces a Thor, preguntándole cuáles eran sus habilidades.


Thor respondió con voz profunda: se enfrentaría bebiendo a cualquiera
de los presentes. Utgard-Loke consintió, e hizo venir a su copero con un
gran cuerno del que sus cortesanos bebían a menudo. Le dio el cuerno a
Thor, diciendo:

- Cualquiera que sea buen bebedor vaciará este cuerno de un solo trago,
aunque hay quien emplea dos tragos para ello; pero tampoco será mal
bebedor el que consiga vaciarlo en tres tragos.

Thor tomó el cuerno y vio que era grande y largo. Puesto que tenía
mucha sed, se lo llevó a los labios y bebió ávidamente sin respirar,
tratando de vaciarlo de un trago. Cuando terminó, vio con sorpresa que el
cuerno apenas se había vaciado. Utgard-Loke habló a Thor:

- ¡Bien bebido! Pero no hay que vanagloriarse; pensaba que el afamado


Thor podría beber mucho más. Sin duda vaciaréis el cuerno en el
segundo trago.

De nuevo bebió el poderoso Thor, durante tanto tiempo como pudo


contener la respiración; y de nuevo vio que el contenido apenas había
bajado.

- ¿Guardáis lo mejor para el final, Thor? –comentó el rey con una sonrisa
maliciosa- Debéis beber mucho si queréis vaciar el cuerno con el tercer
trago; espero que mostréis mayor habilidad en los otros juegos...

Furioso, Thor bebió tan rápido y profundamente como pudo, tratando de


vaciar el cuerno a toda costa. Pero nuevamente vio que la bebida apenas
había bajado un poco. Desesperado, devolvió el cuerno al copero.

- Bien –dijo Utgard-Loke-, es evidente que vuestra fuerza no es tan


grande como se esperaba. Pero, decidme, ¿querríais tomar parte en otros
juegos?

- Probaré otros juegos –dijo torvamente Thor-, aunque estoy convencido


de que otros hombres no considerarían poca cosa mis tragos. ¿Qué nueva
prueba me proponéis?

- Bien, nuestros niños suelen jugar a un juego insignificante; muy poca


cosa es, pero os lo propongo porque veo que no sois en absoluto como
pensábamos, Thor. Levantad del suelo a este pequeño gato.

Y un gato gris apareció en la estancia, para diversión de los gigantes.


Thor avanzó y agarró al animal; pero por más fuerza que hiciese, no
conseguía despegar del suelo las patas del gato. La espalda del gato se
encorvaba mientras Thor trataba de levantarlo, y sólo una vez consiguió
despegar del suelo una sola de las patitas del animal. Finalmente, Thor
renunció.
- El gato es grande, pero Thor es pequeño –comentó Utgard-Loke con
una sonrisa.

Furioso, Thor desafió entonces a cualquier a de los presentes a un


combate singular. Utgard-Loke rió de nuevo:

- No creo que ninguno de mis hombres quiera rebajarse a luchar contra


Thor; sin embargo, pienso que la vieja Elle, mi nodriza, pueda
proporcionaros algún desafío.

Y entró en la sala una vieja desdentada, con la espalda encorvada, a la


que el rey de los gigantes invitó a luchar contra Thor. Thor, desesperado,
arremetió contra ella una y ora vez; pero, cuanto más la acosaba, más
firme se mantenía ella. Pasaron mucho tiempo peleando. Pero,
finalmente, fue Thor quien dobló la rodilla.

Utgard-Loke dio entonces por finalizados los juegos y dijo que ya no


tendrían nuevas oportunidades para mostrar su valía; había quedado
probado que los dioses nada podían ante la fuerza de los gigantes. No
obstante, les invitó a pasar la noche en el castillo y les ofreció su
hospitalidad.

Al día siguiente los compañeros, abatidos, comieron en el castillo y más


tarde reemprendieron su viaje. Utgard-Loke les acompañó hasta la salida
del castillo y preguntó a Thor si en sus viajes había conocido a alguien
más poderoso que él. Thor respondió que había sufrido un gran deshonor
a manos de los gigantes de Utgard; y lo que más le mortificaba era que le
considerasen hombre de poca importancia. Pero Utgard-Loke dijo
entonces:

- Os confesaré la verdad, ahora que habéis salido de mi castillo, donde


jamás mientras yo reine volveréis a poner el pie. Nunca imaginé la fuerza
que ibais a demostrar y lo cerca que estaríais de vencernos y humillarnos.
Debéis saber que continuamente os he engañado con mis trampas, sin
que nunca os percataseis de ello. En primer lugar, aunque Loki tuviera
hambre, su rival Loge no era otro que el fuego furioso –pues Loge
significa, efectivamente, fuego-, de ahí que devorase todo a su paso y
derrotase fácilmente a vuestro compañero. Huge pensamiento-, que
corrió contra vuestro sirviente Thjalfe, no era otro que mi propio
pensamiento, y era imposible que Thjalfe compitiese en rapidez con él.
En cuanto al cuerno... cuando tratasteis de vaciarlo realizasteis una
hazaña casi imposible de imaginar, pues su extremo estaba unido al
propio mar; habéis vaciado parte de él con vuestros sorbos, creando lo
que ahora se conoce como marea. Tratando de levantar al gato
realizasteis otra gran hazaña, pues el gato era en realidad la
propia Serpiente Midgard, monstruo que rodea la tierra entera con su
inmenso cuerpo, y a la que lograsteis levantar sin daros cuenta. Nadie
podría haber realizado semejante proeza de fuerza. Y, ¿qué decir de
vuestra lucha con Elle? La encorvada vieja no era otra que la Vejez, y
nunca existió ni existirá hombre alguno que pueda esperar vencerla; pues
Elle no era otra que la Vejez, y jamás vi a nadie resistir sus acometidas
como lo hicisteis vos. Y ahora que vamos a separarnos, debo advertiros
que lo mejor para vos y para mí será que nunca más volvamos a
encontrarnos; la fuerza de uno y las artimañas del otro nos hacen estar
igualados y nada podríamos uno contra el otro.

Thor, por supuesto, se enfureció. Trató de golpear al rey de los gigantes


con Mjolnir, su martillo, pero Utgard-Loke desapareció justo a tiempo.
Luego Thor corrió de vuelta hacia el castillo con ánimo de destruirlo,
pero no encontró ni rastro de la fortaleza: en su lugar sólo había una
llanura extensa y verdeante.

Thor había sido burlado por un enemigo astuto y hábil. En su vida


llevaría a cabo muchas y variadas gestas heroicas; pero eso ya es otra
historia...

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