Educacion para El Medio Ambiente 2
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TEMA:
NOMBRE:
MATRICULA:
1-19-9189
PRESENTADO A:
En el sureste de Pedernales y en las inmediaciones de Cabo Rojo se observa otra área de esta
zona de vida, no bien definida por estar sobre suelos calizos, y por confundirse fácilmente
con el bosque seco.
Los terrenos correspondientes a esta zona de vida son de relieve plano a ligeramente
accidentado. La elevación varía desde el nivel del mar hasta los 300 m de altura.
En las vertientes de la Sierra de Bahoruco cubre fajas angostas entre el bosque muy húmedo
Subtropical y el bosque seco Subtropical o su zona de transición a bosque húmedo; las
elevaciones varían desde el nivel del mar (Barahona) hasta los 700 m.
En el sur de las vertientes de la Cordillera Central cubre los valles de los afluentes de la
cuenca del río Yaque del Sur y de los ríos Ocoa, Nizao y Haina.
En la región Sureste, abarca prácticamente todo el Llano Costero del Caribe, entre San
Cristóbal, las vertientes sur de la Cordillera Oriental y San Rafael del Yuma.
En esta zona de vida las condiciones ecológicas son el resultado de un sistema climático
complicado, influido principalmente por la presencia de los anticiclones subtropicales y la
dirección de los vientos alisios, que en la mayor parte del año son dominantes.
Las principales especies indicadoras que ayudan a identificar esta zona de vida son el roble
(Catalpa longissima), especialmente en los terrenos bien drenados, y la caoba (Swietenia
mahagoni), una especie muy característica de esta zona de vida.
La vegetación de los pequeños rodales secundarios está constituida principalmente por: Juan
Primero o daguilla, anón de jagua, jagua.
Mientras las especies más comunes en el Llano Costero del Caribe y las vertientes de la
Cordillera Septentrional son: guaraguao o gri grí.
La temperatura de esta zona de vida varía según la ubicación de las áreas. Las que están cerca
de la costa tienen como bio
temperatura media anual 24 °C. Sin embargo, las zonas que están en las vertientes de las
cordilleras tienen biotemperaturas medias que disminuyen hasta los 18 °C.
Los terrenos de esta zona de vida, en su mayor parte, son de topografía accidentada. La
elevación varía desde el nivel del mar hasta los 850 metros de altitud.
Las principales especies que ayudan a identificar a esta zona de vida son el guaraguao
(Buchenavia tetraphylla = Buchenavia capitata), especialmente en las cordilleras
Septentrional y Oriental; y, de una manera general, el sablito o yagrumo macho (Schefflera
morototoni = Didymopanax morototoni), el peralejo, maricao o madroño (Byrsonima spicata)
y el aguacatillo (Alchornea latifolia).
La vegetación natural de esta zona de vida está constituida principalmente de las siguientes
especies: membrillo o almendrito (Prunus myrtifolia), en las áreas con bosques de Los
Haitises y vertiente norte de la Cordillera Central; mara o baría (Calophyllum
antillanum = Calophyllum brasiliense), cocuyo (Hirtella triandra) y cabirma o cabirma santa
(Guarea guidonia), en las áreas con bosque cerca de Jarabacoa, alrededor del pico Isabel de
Torres, Península de Samaná y las vertientes de la Cordillera Oriental; palo de yagua
(Casearia arborea), propio de las áreas que están cerca de Barahona y Nagua; algarrobo
(Hymenaea courbaril), común en las áreas de los alrededores de Bonao, La Vega y Miches;
balatá (Manilkara bidentata subsp.surinamensis), común en las áreas de la Península de
Samaná y vertientes de las cordilleras Septentrional y Oriental; y la palma manacla (Prestoea
montana), que aparece en los bosques con determinada clase de suelos. Otra de las especies
comunes es el pino (Pinus occidentalis), especialmente en los suelos lateríticos.
Las condiciones climáticas que reúne esta zona de vida son las más ventajosas para la vida
humana y animal, aunque en el país estas áreas son poco pobladas. La escasa población se
debe en parte a la baja calidad de sus suelos, falta de vías de comunicación y a que el
poblador todavía no ha desarrollado técnicas apropiadas para el uso de estas tierras. Las
temperaturas son moderadas, muy parecidas a las que caracterizan a un clima templado, y las
lluvias, aunque irregulares, logran mantener cierta humedad en el terreno durante gran parte
del año.
Las precipitaciones son más intensas desde abril hasta noviembre. La cantidad de lluvia varía
según los lugares, desde los 900 hasta los 1,800 mm como promedio total anual.
Los terrenos de esta zona de vida tienen, mayormente, una topografía accidentada. Las áreas
con pendiente moderada son pequeñas y están dispersas formando valles angostos, carentes
de vías de comunicación. La elevación varía desde los 800 m hasta los 2,200 m de altura.
La vegetación natural primaria está constituida principalmente por árboles de pino. Otras
especies de coníferas que se encuentran especialmente en las vertientes sur de la Cordillera
Central son la sabina (Juniperus gracilior) y tachuela (Podocarpus aristulatus = Podocarpus
buchii).
Se puede estimar que las precipitaciones llegan a alcanzar cantidades mayores a los 2,000
mm totales anuales. El régimen pluviométrico es similar al de bh-MB, aunque las
precipitaciones orográficas son más intensas.
La vegetación natural está constituida principalmente por especies arbóreas. Entre las
principales especies indicadoras que ayudan a identificar esta zona se encuentran Garrya
fadyenii, Weinmannia pinnata, Oreopanax capitatus, Brunellia comocladifolia y palo de
viento (Schefflera tremula = Didymopanax tremulus).
Las especies más valiosas del bosque natural de estas áreas están constituidas por pino y
especies de hoja ancha, tales como el ébano (Diospyros revoluta) y el almendro (Prunus
occidentalis).
Desde el punto de vista ecológico, esta zona de vida no tiene ningún valor agropecuario ni
forestal. Su vegetación natural debe mantenerse inalterada.
En esta zona de vida, las condiciones climáticas difieren del bmh-MB por ser más frecuentes
las heladas. La cantidad de lluvia que recibe esta zona puede estimarse en 1,500 mm total
anual.
Los terrenos, en su mayor parte, tienen una topografía accidentada. La elevación para la faja
altitudinal Montano en este país empieza a los 2,100 metros sobre el nivel del mar.
La principal especie arbórea es el pino (Pinus occidentalis), el cual tiene una forma muy
irregular y poca altura en esta zona de vida.
Los terrenos que ocupan terrenos con mucha pendiente deben mantenerse con su vegetación
natural para proteger las cuencas de captación.
La provincia Puerto Plata forma parte de la Región Norte del Cibao localizada al Norte del
país, con una extensión territorial de 1,802.03 km².
Los tipos de vegetación varían desde el bosque seco hasta el bosque de latifoliada (hojas
anchas). Según un estudio de Uso y Cobertura del Suelo del año 2003, realizado por el hoy
Ministerio de Medio Ambiente y Recurso Naturales, a través de la Dirección de Información
Ambiental y de Recursos Naturales (DIARENA), la cobertura boscosa de la provincia
ocupaba el 34% de la superficie, constituida básicamente por el bosque latifoliado con 32% y
bosque seco el 2%.
El 53% de los suelos que conforman esta provincia presentan pendientes que oscilan desde o
a 16% con relieve plano a ondulado; el 32% aproximadamente se encuentra en el rango de 16
a 32% con relieve fuertemente ondulado, mientras que el 15% presenta pendientes que
oscilan entren 32 hasta mayor de 64%, con relieves escarpados y fuertemente escarpados.
De acuerdo al Estudio de Uso y Cobertura del Suelo 2012 la cobertura boscosa ocupa
690.82 km² (5.34%) y el latifoliado 582.68 km² (31.96%). La superficie agropecuaria
compuesta por cultivos perennes o permanentes, cultivos intensivos anuales y pasto de una
extensión de 1,083.23 km². De tal manera, de las nueve zonas de vida presentes en el país,
Puerto Plata posee: al bosque muy húmedo subtropical debido a sus condiciones climáticas
teniendo entre temperatura regular promedio de 25ºC.