El Wesleyanismo en las

Verapaces
UN VISTAZO A LA ESENCIA DEL WESLEYANISMO EN EL MARCO DE
LOS 100 AÑOS DE LA IGLESIA DEL NAZARENO CENTRAL DE COBAN.

Lic. Francisco Heriberto Cho Si | Centenario de la Iglesia del Nazareno |

Cobán A.V. 7 de Agosto del 2019-

 EL WESLEYANISMO EN LAS VERAPACES --- 1919-2019

Es una bendición única el tener el privilegio de celebrar junto con

ustedes los 100 años de Organización de esa amada iglesia, con la cual se puede
confirmar lo que Jesús expreso en Decápolis: Sobre esta Piedra Edificare mi
Iglesia, y las Puertas del Hades no Prevalecerán contra la Iglesia. ¡Alabado sea
el Señor! ¡Su Palabra se Cumple entre nosotros!!

Me han solicitado hablar esta noche sobre la esencia del Wesleyanismo

en las Verapaces que debería ser quizá una reseña histórica de como la
doctrina de Wesley se ha hecho presente en estos 100 años. Apreciamos la
historia de la Iglesia del Nazareno porque ha sido por la voluntad del Señor la
portadora del Wesleyanismo en las Verapaces. Puede decirse como desafío que
en la Iglesia del Nazareno Central recae una responsabilidad histórica,
mantener la esencia de la enseñanza Wesleyana, ya que actualmente existe el
riesgo de ser nazarenos sin ser wesleyanos. La esencia del Wesleyanismo que
debemos mantener se resume en la doctrina de la Entera Santificación como un
acto de Dios en la vida del Creyente que se comprueba en un testimonio de
vida de Santidad. Creo que los primeros nazarenos, los primeros misioneros y
los últimos pastores de los años 80 predicaron la Entera Santificación como la
razón de la existencia de la Iglesia del Nazareno y doctrina distintiva del
Wesleyanismo, doctrina que ahora estamos desafiados a recuperar en nuestros
templos, pulpitos y aulas por lo que la celebración de los 100 años de la Iglesia
es oportuno recordar las palabras del mismo Wesley en su diario en los días
finales de su vida:

“No tengo temor de que el pueblo llamado metodista (Nazareno)

deje de existir alguna vez en Europa o en Norteamérica, En Centro
América o Guatemala, Mi temor es que lleguen a permanecer como una
secta muerta, como una forma de religión sin poder. Y tal será
indudablemente el caso, a menos que se mantengan firmes en la
doctrina, en el espíritu y en la disciplina con los cuales se iniciaron.

Hablar de Wesleyanismo para esta amada iglesia después de 100 años

de ministerio es pretender reencontrarnos con la herencia teológica que
debe ser transmitida para los siguientes 100 años que ahora iniciamos como
nazarenos.

Hablar de Wesleyanismo requiere comprender que la Iglesia del

Nazareno tiene características teológicas y doctrinales que deben ser
rescatadas en medio de una diversidad de ofertas teológicas en el mercado
religioso; que la Iglesia del Nazareno tiene una identidad que debe ser
fortalecida y conocida por los actuales miembros para que los objetivos de
la misión de Dios entre nosotros se cumplan con fidelidad.

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Hablar de Wesleyanismo requiere comprender que no se habla de

un “seguimiento” a un personaje que si bien hizo aportes de las cuales se ha
apropiado la Iglesia del Nazareno, sino que se habla de los fundamentos
bíblicos de la doctrina central de Juan Wesley, “La Entera Santificación”.
Wesley, después de búsqueda en el “club Santo y después de la Experiencia de
la Calle Aldersgate, de la organización de las clases y bandas por toda
Inglaterra, comprendió desde el texto bíblico que, es el Pentecostés de
Hechos la diferencia entre casi cristiano y un cristiano. Hablar de
Wesleyanismo es volver a los orígenes de la Iglesia del Nazareno que se puede
percibir en uno de los discursos de organización en la Primera Asamblea
General que se celebró en Chicago en octubre de 1907:

“Estamos aquí para salvar la Iglesia de Dios. Estamos aquí para

salvar el día de reposo de Dios. Estamos aquí para salvar la Biblia de
Dios. Estamos aquí para salvar el culto de oración. Estamos aquí para
salvar las reuniones de las clases. Estamos aquí para mantener ardiendo
el fuego divino en los altares y en los corazones del Pueblo de Dios.
Estamos aquí para impulsarlos a la batalla. Estamos aquí para combatir
las fuerzas del infierno, para hacer que el enemigo retroceda en retirada
y, sobre todo, vamos a disfrutarlo”.

Hablar de Wesleyanismo es apreciar la historia de la Iglesia del

Nazareno en Alta Verapaz, en la cual se puede evidenciar que nuestros
amados pastores, hermanos, siervos, hombres y mujeres, nos heredaron una
iglesia organizada, ordenada, teológicamente correcta y bíblicamente fiel.
Apreciamos la vida de todos ellos, desde el abnegado Ricardo Anderson,
hasta el último nazareno convertido a Cristo en esta amada Iglesia del
Nazareno.

Agradezco profundamente a la Iglesia del Nazareno Central por crear

este espacio que es breve y que puede ser determinante para la nueva historia
nazarena en nuestro departamento, ya que corresponde a ustedes como
miembros, a nuestros pastores iniciar una nueva historia, pero que sea una
continuación de la labor misionera de la Iglesia sin olvidar su identidad, ya
que al decirle a alguien que acepte a Jesucristo, al bautizarlo y hacerlo
miembro de la Iglesia, debemos tener claro para que, como debe vivir y creer
como Nazareno. Pido a la iglesia, a todos los miembros que volvamos a
nuestra identidad, reconozcamos nuestra fe en Dios que puede Santificar a
todo creyente convirtiendo a cada cristiano en “templo del Espíritu Santo”.

La acción evangelística de la Iglesia pasa por la certeza de cada

miembro para responder a una pregunta ¿Por qué soy Nazareno? La

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respuesta no es tan sencilla como parece. No es sencilla pero este es el tiempo

para obtener la respuesta y al fin comprender y decir ¡Soy Nazareno!

¿Qué es el Wesleyanismo?
El nombre "Wesleyano" es en honor de Juan Wesley, quien nació en 1703
un 17 de Junio, desde el seno de una familia de los llamados NON
CONFORMISTAS; Fue un ministro de la Iglesia de Inglaterra, que se convirtió
en la inspiración, en el fundador y organizador del movimiento Metodista. Fue
su disciplina (o método) de devoción espiritual y trabajo social lo que le gano a
Wesley y algunos de sus amigos el nombre de "Metodistas" en el 1735. El
método de Wesley daba cuidado espiritual a miles de convertidos que
encontraron el camino de la Santidad y vieron en Wesley a un "un hombre de
un libro", la Biblia.

Wesley, quien se identificaba, por una experiencia en la niñez, como “el

tizón arrebatado del incendio”, fue formado en una disciplina cristiana con
amor y rigidez de parte de Susana Wesley, su mama, por el hecho de que su
padre, el Pastor Samuel se ocupaba, como todo pastor, de los asuntos de la
iglesia. Podemos decir desde una sociedad muy ocupada, que las madres,
abnegadas, cristianas fieles, son determinantes para desarrollar la fe y
vocación ministerial en los hijos. Wesley inicia la formación ministerial a los 10
años en Londres y después continuo en la Universidad de Oxford que lo
llevaría a iniciar el famoso “Club Santo”. El “Club Santo” se reunía para leer
la Biblia, orar, y compartir las experiencias con el fin de mayor crecimiento y
fortaleza en la fe cristiana. Asistían con puntualidad y eran cuidadosos en
seguir normas y reglas, de manera que se les llamo ¡metodistas!

Juan Wesley siendo un joven ministro de la Iglesia de Inglaterra, se le

concedió la oportunidad de ser Capellán en las nuevas colonias americanas a
donde viajo en 1735 quien después de experiencias de miedo en alta mar,
descubrió algo que los Moravos tenían, y que el, siendo pastor Anglicano,
carecía. Antes de cumplir dos años de trabajo ministerial en Georgia, retorna
a Inglaterra, con un sentimiento de fracaso y frustración. Se sintió necesitado
del Señor, encontrando en el misionero moravo Pedro Bohler una imagen
ejemplar del cristianismo, quien vivía con gozo y seguridad su salvación y
demostraba una pasión por servir a los demás.

Después de una búsqueda desesperada pero insistente, el 24 de Mayo de

1738, escucho el prefacio de Lutero a la epístola de Romanos, le impacto lo

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siguiente: …El Espíritu Santo…. Nos da nuevos corazones, nos llena de gozo,
inflama nuestros corazones para hacer aquellas cosas que la ley manda, con
voluntad y amor”….

De su diario encontramos lo siguiente: "Como a las nueve menos cuarto,

mientras escuchaba la descripción del cambio que Dios opera en el corazón por
la fe en Cristo, sentí arder mi corazón de una manera extraña. Sentí que
confiaba en Cristo, y en Cristo solamente, para mi salvación. Y recibí la
seguridad de que Él había borrado mis pecados y que me salvaba a mí de la ‘ley
del pecado y de la muerte’. Me puse entonces a orar con todas mis fuerzas por
aquellos que más me habían perseguido y ultrajado. Después di testimonio
público ante todos los asistentes de lo que sentía por primera vez en mi
corazón."

Puede decirse que Wesley por ser un teólogo practico, para comprenderle,
debemos conocer su vida, ya que la teología que descubrimos en él es
experiencial, es eminentemente resultado de una reflexión bíblica, una
experiencia real con Dios por medio del Espíritu Santo, una vida de santidad
que puede ser explicada y razonada, que nos lleva a descubrir una doctrina de
santidad que se transmite en toda la historia de la Iglesia, aun en la historia
bíblica.

La Iglesia del Nazareno como hija del Metodismo, ha hecho propia la

doctrina medular del wesleyanismo, La Entera Santificación, no como un
invento de Wesley, si no como una expresión particular pero vivificante del
Pentecostés de Hechos 2.

La comprensión y vivencia de la Entera Santificación exige al nazareno el

conocimiento de La Gracia como expresión de la salvación total, desde la
Gracia Preveniente, Gracia Salvadora, Gracia Santificadora, Gracia Glorificante.

Todo nazareno debe hacerse responsable de la palabras del Rev. Phinneas,

el primer pastor de la Iglesia del Nazareno en los Ángeles California, “Somos
Deudores en darle a todo hombre el evangelio en la misma medida que lo

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hemos recibido”. Hemos recibido un evangelio total, una salvación total. La

Iglesia del Nazareno comprende que la misión de la Iglesia es: la salvación de
los perdidos y la santificación de los creyentes.

Algunos principios del Wesleyanismo para la iglesia

del Nazareno.
Es importante establecer que la Iglesia del Nazareno, habiéndose
formado de la unión de varias iglesias que portaron el estandarte de la
Santidad lo cual fue resultado del Movimiento de Santidad en los Estados
Unidos, se establece en Guatemala desde el año 1904 en las Verapaces,
asentándose primeramente en la Ciudad de Cobán, siendo la cuarta
denominación en ingresar a Guatemala.

Algunas expresiones de Wesley nos sirven para comprender de

manera resumida algunos de los principios que la Iglesia del Nazareno debe
reconocer.

1.- "Quiero reformar a la nación; particularmente a la iglesia, y quiero

esparcir una santidad escritural sobre todo el país".

Hace algunos días converse con algunas personas no cristianas, vecinos

de esta ciudad; me decían, la Iglesia del Nazareno es respetada, es organizada y
es vista como ejemplar en la ciudad de Coban. Me alegró mucho. Me hiso
sentirme bien. Pero es se convierte en compromiso. Los ojos de Coban, están
sobre la Iglesia del Nazareno. Dios quiere que la Iglesia sea un agente de
cambio, de una sociedad perdida a una sociedad salvada.

Uno de los deseos de Juan Wesley fue transformar la iglesia como

comunidad desde adentro, por eso sus enseñanzas y predicaciones se
dirigieron hacia los “cristianos” de su tiempo. Logrando una transformación
dentro de la iglesia se puede avanzar a través de hombres y mujeres
santificados, para lograr una transformación de la nación. De ese modo se
puede comprender porque el Wesleyanismo fue y continuo siendo en los
Estados Unidos un “movimiento de la doctrina de la Santidad”.

Amados hermanos, estamos llamados como Wesleyanos a vivir en

una iglesia en “movimiento”, no una iglesia estancada, una iglesia que se
propone predicar, compartir y vivir la Experiencia de la Entera Santificación
que convierte las vida de cada uno los cristianos en “poderosos para servir
en los dones del Espíritu”.

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No olvidemos ahora el llamado por favor “llamados a Santidad”. Antes

de llamados a crecer, llamados a construir, antes de llamados a celebrar,
antes de llamados a lucir, llamados a compartir esta esto “llamados a
Santidad!!! Por favor!! Iglesia, no olvides para que fuiste llamada!!!

No olviden que Jesús mismo….. “no salgan de Jerusalén,…hasta que hayan

recibido el Espíritu Santo!!!

La nación puede cambiar. Alta Verapaz puede ser noticia, puede

cambiar. Cobán puede ser un pueblo de la “verdadera paz” en el poder del
Espíritu Santo. Guatemala puede ver como un pueblo nazareno se levanta en
el Poder de Dios, no con sus fuerzas, con la fuerza del Espíritu. Estamos
llamados, ahora a los 100 años de estar aquí a renovar nuestras fuerzas, a
enderezar nuestros pasos. Dios puede transformar nuestra nación, nuestro
pueblo, comenzando por nuestra vida.

2.- “El Mundo es mi Parroquia”.

El siguiente llamado es lo que expresamos hace algunos años a nivel del

distrito: Mas allá del templo. Cuando a Juan Wesley no se le permitió
predicar en los templos de la Iglesia Anglicana, junto con Carlos su hermano y
el Predicador Jorge Whitefield le pareció que el espacio para predicar eran
las calles, las esquinas, que el Señor el sacarlo de los templos lo estaba
enviando a predicar, más allá del templo.

He tomado algunas notas de la Tesis del Dr. Paul C. Andrus, quien

reconoce en Wesley un corazón misionero, al utilizar cualquier mueble o
recurso como pulpito, dispuesto a predicar al aire libre, fuera de los templos,
para que el evangelio alcanzara a muchos, a los que no entraban a los templos,
a los que estaban y vivían en la calle.

Los nazarenos que nos antecedieron han entendido que nuestro templo
es el mundo. Podríamos decir que las casas se convierten en templos ahora:
que cada casa, se convierta en templo, que cada hogar es un centro de reunión,
para alcanzar a la familia, a los parientes, a los amigos. Podemos recordar que
en la vida de esta iglesia hemos tenido grandes siervos que comprendieron que
la misión no es intra templo, es extra templo. Por eso, la iglesia del Nazareno
en el Esfuerzo II por ejemplo, comenzó en una casa; la iglesia del Nazareno
Kekchi, comenzó en un salón. Los nazarenos que ya no están con nosotros
entendieron que la misión debía cumplirse en los mercados, en las calles, en
cualquier esquina donde pudieran ser la luz para un pueblo. ¡El mundo es
nuestro lugar de predicación!!! Id.

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Para lograr ese fin, debemos ir a Pentecostés. Solo en Pentecostés puede

surgir un deseo por predicar, por compartir el evangelio, tal como ocurrió en
Hechos 2, ya que, en esos instantes, con el Poder del Espíritu Santo, cada
discípulo hablo las buenas nuevas en otro idioma, convirtiéndose las primeras
tres mil personas. El corazón de Wesley estaba convencido de eso, como lo
expresa en su diario del 2 de abril de 1739:

: “A las cuatro de la tarde, me sentí angustiado y por esta causa salí a

proclamar por los caminos las buenas nuevas de la salvación; hablé desde una
pequeña altura en las afueras de la ciudad a un grupo de alrededor de 3.000
personas”.

Que los nazarenos sientan esa misma angustia por predicar.

Una expresión del Rev. Phineas Bresee debe redireccionar las acciones
de nuestras iglesias: “No pedimos, no deseamos templos costosos. Deseamos
la manifestación del poder, la gloria y presencia divina. Nos regocijamos en el
Señor. En este sencillo templo los pobres se harán ricos y los quebrantados se
regocijarán. El cielo nos encontrara aquí y llenara nuestras almas”.

3.- Hombre de un Solo Libro: La Biblia.

Alguna vez Wesley escribió lo siguiente:

Una cosa deseo saber, el camino a los cielos y como llegar salvo a aquella
feliz ribera. Dios mismo se ha dignado enseñarme el camino. Por este, él mismo
bajó de los cielos y el camino lo escribió en un libro. ¡Oh, que se me dé este
libro! Al precio que sea, que se me dé el Libro de Dios. Yo lo tengo, y en él hallo
el conocimiento que me basta. Déjeme ser HOMBRE DE UN SOLO LIBRO.
Aquí me encuentro apartado de los caminos bulliciosos de los hombres. Me
siento a solas; solo Dios está conmigo.

Entre las razones del éxito ministerial de Juan Wesley es su amor por la
Biblia. El entendió que todo el mensaje de Dios se encuentra en la Biblia.
Como nazarenos de esta región, podemos reconocer que ese principio de ser
“hombre de un solo libro, es la característica de los pastores que hemos tenido.
La Iglesia del Nazareno central ha sido fiel y esperamos que siga siendo fiel a la
Palabra de Dios. En estos tiempos cuando hay “comezón de oír”, es necesario
abandonar las fabulas y dedicarnos a conocer, comprender y compartir la
Palabra de Dios.

Como una iglesia wesleyana podemos afirmar que se ha sido fiel a los
preceptos de la Palabra de Dios. Eso significa que la Palabra de Dios es la que

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nos da pautas para servir con efectividad y fidelidad. Hago un llamado a la

iglesia, a cada miembro nazareno a volver a la Palabra de Dios. Cuidado con las
doctrinas; hay muchos que estos días fundamentan ministerios en ideologías
antes que en teología. El principio Luterano de Sola Scriptura no debe
olvidarse. La traducción de la Biblia en Kekchi fue determinante para la
conversión de muchas personas. En realidad la Biblia habla. Dios

Volvamos a la Palabra de Dios. Entendamos la Palabra de Dios. Cada

líder, cada pastor, cada predicador debe usar con destreza la Palabra de Verdad;
debe decir exactamente lo que la palabra de Dios dice. Esperamos una correcta
exegesis de nuestros pastores; queremos que las ovejas del Señor tengan pasto
fresco, desde la Biblia. Que en la Iglesia se hable lo que la Biblia dice. No lo que
el pastor dice.

4.- Una teología de la gracia.

A Juan Wesley se le conoce como un teólogo práctico, ya que, al no

sistematizar una teología, expresó, predicó y vivió una teología bíblica, siendo
fiel a la luz del Espíritu Santo. La práctica teológica de Wesley se le puede
llamar una teología “en medio del camino” o camino medio, ya que evita los
monergismos de Agustín y Pelagio. Considera que Dios obra para Salvación y el
ser humano obra para el arrepentimiento y cambio en relación a Dios. El
wesleyanismo distingue muy bien dos obras de gracia con relación al nuevo
nacimiento y el bautismo en el Espíritu Santo. Hay un acto de Salvación y un
acto de Santificación.

TODA LA ACCIÓN DE DIOS POR EL HOMBRE Y EN EL HOMBRE es

por la gracia del Señor. Por gracia entendemos “el favor inmerecido de Dios
para el hombre”. Todo ser humano es salvo, es santificado por la gracia del
Señor. LA GRACIA ES EL FAVOR NO MERECIDO. Y SIENDO UN FAVOR
INMERECIDO, ES PARA TODOS, PARA TODO SER HUMANO, EN TODO
LUGAR Y TIEMPO.

Las iglesia del Nazareno ha predicado el perdón de pecados para todos,

en Cristo no existe ninguna clasificación, preferencia o discriminación. La
salvación es la obra de gracia que nos hace hijos de Dios y la Santificación
es la segunda obra de gracia que nos capacita para vivir en Santidad.

Seamos siempre esa iglesia de gracia, que recibe a los rechazados, a los
quebrantados tal como expreso Jesús en Lucas 4.

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5.- No conozco otra Santidad que la Santidad Social.

Juan Wesley expreso en una ocasión de que no puede hablarse de
santidad si no es santidad social. No existen los santos solitarios. La Santidad
se expresa en comunidad, la santidad se expresa al ayudar a los demás, la
santidad es amor a Dios y amor al prójimo demostrado en servicio.

La Iglesia del Nazareno ha expresado la Santidad Social en clínicas

médicas, Colegios, obras de Compasión. Una actitud compasiva identifica a un
santo nazareno. Amados nazarenos, la tarea cumplida es historia, nuestra
preocupación debe ser la tarea pendiente, la tarea de servir a los demás ahora,
en este lugar. La iglesia del nazareno ha visto al ser humano de forma integral,
atendiendo no solamente necesidades físicas si no también espirituales.

La iglesia puede y debe acercarse a los mas necesitados, no hablándoles

del amor de Cristo, si no demostrando el amor de Cristo. Dios necesita estar
entre los mas necesitados, pero las manos y los pies de El somos nosotros,
somos la Iglesia. El evangelio no solamente se ocupa de asuntos espirituales,
si no asuntos muy humanos. He dicho que el cristianismo no nos espiritualiza,
si no que nos “humaniza”. No trabajamos con espíritus, trabajamos con
personas de carne y hueso.

Hablar de Wesley, sus enseñanzas y como estas han sido transmitidos en

la Iglesia del Nazareno en Cobán en un tiempo limitado como ahora es
imposible: es difícil colocar en 30 minutos toda una vida de Santidad, es
difícil colocar en una cajita de media hora toda la Teología de Santidad que
desde Wesley se remonta hacia el mismo Edén. Por eso quiero cerrar con una
frase corta y que no olvidemos en los próximos 100 años: Recibiréis Poder, dijo
Jesús. Es el Poder Santificador del Espíritu Santo lo que la Iglesia necesita, y es
lo que la Iglesia del Nazareno predica. Amado nazareno, ahora puede ser el
momento para ser Enteramente Santificado, hoy puede ser el Pentecostés
Personal que le permita vivir, a la Imagen y Semejanza de Dios.

Puede expresarse con toda certeza: La iglesia del Nazareno existe para
preservar la enseñanza y vida de Santidad; por lo que si dejamos de predicar
la Entera Santificación, habremos perdido la razón de ser como denominación.
Vamos a los Cultos de Santidad, Iniciemos las Células de Santidad, como las
Clases y Bandas en tiempos de Juan Wesley, volvamos por el camino. El
Espíritu Santo está dispuesto a entrar a la vida de cada uno.

Amados, comencemos por donde es. La búsqueda de la Llenura del

Espíritu Santo es el primer paso. Debe desearlo con toda el alma. No dejemos
pasar esta oportunidad: “y recibiréis Poder! ¡Oremos!!

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Hoy es día de Pentecostés!!!!

Cobán A.V. 7 de Agosto del 2019.

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