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Cómo Hablar Con Las Mujeres (Crea Tu Propio Método de Seducción Nº 1) (Spanish Edition)

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Cómo Hablar con las Mujeres

“Crea Tu Propio Método de


Seducción”
-Rogelio Consejo
Copyright © 2014 por Rogelio Consejo Ramos

Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser
reproducida, distribuida o transmitida para cualquier fin distinto del uso
personal de cualquier manera o por cualquier medio, incluyendo el
fotocopiado u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso expreso
previamente obtenido, excepto en el caso de breves citas u otros usos
permitidos por la ley. Para solicitar permiso de usar parte o la totalidad de
este material, puedes ponerte en contacto por vía electrónica:

Academia de Seducción

Rogelio@AcademiadeSeduccion.net

www.AcademiadeSeduccion.net
Contenido
Contenido

Prólogo: Cómo leer este libro

Los 9 errores más comunes al hablar con las mujeres

I. Creer que sabes lo que ella piensa

II. Dejar pasar las oportunidades

III. Creer que no eres atractivo y que nunca lo serás (o creer que no le gustas y nunca le
gustarás)

IV. Ponerte demasiado nervioso

V. Olvidar divertirte (aquí y ahora)

VI. Comparar

VII. Ocultarle que te atrae/Decirle que te atrae

VIII. Imitar a los demás

IX. Timidez y miedo al rechazo

Los “4 pilares” para hablar con las mujeres

1. Iniciar la conversación

2. Continuar la conversación

3. Dirigir la conversación

4. El siguiente paso

Recapitulando...

Lo que quieren las mujeres

Tus metas, tus objetivos y “cómo saber qué decirle” o “de qué hablar”

Como generar valor

Comunicación no-verbal

Temas de Conversación

Y ahora, ¿qué sigue?


Epílogo: Las técnicas y la comunicación
Prólogo: Cómo leer este libro
Gracias por comprar este primer libro de la serie Crea Tu Propio Método de
Seducción. En él, nos vamos a enfocar en el lado más verbal de la
comunicación (y del ligue y de la seducción).

La principal diferencia entre este libro y la mayoría de la información que


puedes encontrar disponible en materia de seducción es que la mayoría de lo
que puedes encontrar se enfoca únicamente en darte un método y una serie de
técnicas (te dan frases prefabricadas y rutinas e incluso te dicen en qué orden
debes de llevar a cabo la interacción) mientras que este libro lo que te
presenta es un modelo (una especie de mapa) que te servirá para desarrollar
tu propio método y tus propias técnicas.

Para no alargar demasiado la introducción, sólo quiero añadir que este libro
está especialmente diseñado para transformar tu mente a nivel inconsciente lo
cual significa que con sólo leerlo vas a notar cambios aunque esto no es
suficiente si no haces los ejercicios.

La idea no es “entrenarte” sino darte ciertas experiencias que te van a hacer


recodificar tus experiencias pasadas porque en realidad, aunque no estés
consciente de ello, sabes mucho más de lo que crees que sabes. Por supuesto,
eso no significa que lo utilices o que incluso tengas acceso a ese
conocimiento pero precisamente esa es una de las tareas principales de este
libro.

Como descubrirás a lo largo de la serie Crea Tu Propio Método de


Seducción, la idea es despertar a tu seductor natural, despertar la parte de ti
capaz de provocar emociones irresistibles y comunicar de manera poderosa y
potente.

Y si en cualquier momento te encuentras con una idea que te parece extraña o


diferente de lo que tú crees, te pido únicamente que, por un momento, la
pruebes. Supón que es real, imagina que lo que te digo es cierto. Escribo
sobre algo real pero me veo limitado por las palabras como método de
representación (a fin de cuentas, es un libro). Además de que se trata del
resultado de mi experiencia (tanto personal como mi experiencia ayudando a
personas a mejorar su manera de comunicar) lo cual obviamente lo hace un
trabajo subjetivo y existe la posibilidad de que no haya sido lo
suficientemente claro: a veces la idea es buena pero la manera de comunicarla
no tanto.

Por eso te pido que le des una oportunidad a estas ideas, y por supuesto, si al
final del día alguna no te parece o consideras que es mejor solo quedarte con
parte del libro, eso está bien. No te pido tampoco que aceptes estas palabras
como la verdad absoluta. De hecho, espero que en el futuro mis alumnos me
sobrepasen y que en el futuro esta obra sea corregida y aumentada pero hasta
entonces, tenemos bastante para empezar.

Así que empecemos.


Los 9 errores más comunes al
hablar con las mujeres
Esta no es una lista completa o definitiva en ninguna manera. Más bien es un
intento de mi parte de empezar por establecer la dirección general en la que
seguramente vas a querer moverte si quieres aprender lo que este libro puede
ayudarte a aprender. Sé que muchas personas van a leer este lista y estos
elementos y van a reconocerse en algunas de sus partes (quizá en partes de un
problema que nunca hubieran imaginado) y por eso te pido que empieces por
leer esta lista con atención y una actitud de estar dispuesto a aprender de tus
experiencias pasadas.

En muchas ocasiones he descubierto, al ayudar a otros hombres a


desarrollarse como seductores naturales, que eliminar un comportamiento o
parte de un comportamiento contraproducente puede ser mucho más
poderoso que intentar instalar 200 nuevos comportamientos que lo
contrarresten.

Es un poco como conducir con el freno de mano puesto.

Se gasta el freno, se gasta gasolina, se contamina, se fuerza el motor y no se


puede ir tan rápido. En general es una mala idea, sobre todo comparado con
la opción de quitar el freno y conducir correctamente.

Por eso me pareció importante comenzar por esta lista. Y yo sé que mi yo


más joven se hubiera sentido impaciente por llegar a la parte en dónde me
explican cómo, paso a paso, tengo que hacer las cosas pero descubrirás que
en este caso, estos 9 errores y el evitarlos, es parte del “paso a paso”.

Precisamente, como a la hora de conducir, antes de acelerar se quita el freno


de mano y es un paso dentro del proceso, de la misma manera, aunque
empiezo con un punto negativo (o 9 puntos negativos), en cierta manera es la
mitad de las bases con las que podrás aprender a hablar con las mujeres de
manera irresistible, así que dale la importancia que se debe y verás los
resultados que obtienes.
Dicho esto, veamos cuales son los famosos errores de los que te estoy
hablando.
I. Creer que sabes lo que ella piensa
Intenta adivinar el número que estoy pensando en este momento...

¿Dijiste 217? No ese no es...

¿Pensaste tal vez en 1531? Tampoco...

Quizá pensaste en el número siete... y si fue así... también te equivocaste


porque -en realidad- ni siquiera había elegido ningún número (hice trampa
pero con una razón) así que, hayas pensado en el número que has pensado,
hayas elegido el número que hayas elegido, probablemente te equivocaste (y
no es tu culpa, obviamente) y en realidad, lo que quiero demostrar es que -
aunque parece obvio- no podemos leer la mente de los demás (y de hecho
aunque no te des cuenta es muy probable que a veces actúes como si
pudieras).

En serio, si escuchas, notarás que la gente usa frases como “sé lo que estás
pensando”, “nunca te gusta lo que hago”, “esto no te va a gustar”, etc.

Podemos interpretar lo que los demás nos dicen, los gestos que los demás
hacen, podemos interpretar su postura, podemos interpretar todo lo que
podemos percibir (y sólo lo que podemos percibir) para tratar de entender lo
que las personas están pensando pero no tenemos acceso directo al
pensamiento de las demás personas; incluso si una persona te dice que lo que
está pensando tú no puedes estar realmente seguro (porque puede ser una
mentira o porque puede que la persona quiera pensar eso y en realidad piense
otra cosa o quizá la persona crea que sabe lo que quieres escuchar que
piensa... en todo caso, hay muchas razones para que lo que piensa y lo que
dice que piensa no sean lo mismo). Si tienes confianza, si después de cierto
tiempo con otra persona, etc., conoces a la persona, tal vez puedes estar más
o menos convencido de que lo que la persona que está diciendo es cierto -al
menos según ella- y que realmente corresponde con lo que está pensando
pero en la gran mayoría de los casos no tenemos acceso a esa información (y
en el caso de la confianza, se trata de una especie de apuesta que hacemos
pues al final estamos suponiendo que alguien va a actuar de cierta manera
basándonos en la imagen que tenemos de esa persona).
Además, es posible que hayas malentendido lo que la otra persona quería
decir.

En pocas palabras: no podemos saber qué es lo que la otra persona está


pensando.

No estoy diciendo que la percepción extrasensorial sea o no una posibilidad


porque no lo sé, no estoy diciendo que sea imposible, lo que sí estoy diciendo
es que la mayoría de las personas, la mayoría del tiempo, no sabemos leer la
mente de los demás de esa manera y que lo único que podemos hacer es
intentar interpretar los gestos, señales, posturas, diferentes tonos de voz,
diferentes maneras de actuar, etc., de las personas para tratar de deducir de
ello lo que la persona está pensando. La mayoría de las personas no sabe lo
que los demás están pensando pero la mayoría de las personas actúan como si
sí lo supieran.

Para realmente "saber" lo que la otra persona está pensando tendríamos que
hacer más que entrar debajo de su piel, necesitaríamos utilizar sus neuronas,
sus aparatos sensoriales, músculos, etc., para poder empezar a replicar lo que
la persona está pensando pero aparte necesitaríamos replicar el contexto, y
aunque no voy a entrar en detalles, hasta donde yo sé es imposible "ser"
alguien más y repetir un momento que ya sucedió (cualquiera de los dos
parece en sí mismo bastante poco probable pero ambos juntos me parecen
muy cercanos a "imposible").

Por lo tanto: lo que tenemos es nuestra interpretación de lo que percibimos de


la otra persona y de lo que sabemos sobre los seres humanos en general para
intentar saber, en mayor o menor medida, qué es lo que piensa la otra
persona.

De hecho, aunque la persona sea sincera y honesta y todo lo que quieras, lo


que la persona dice que piensa es una descripción de lo que piensa y por lo
tanto no es lo que piensa, porque toda descripción de cualquier cosa es
incompleta, siempre hay cosas que quedan sin describir. Además de que para
entender lo que la persona dice que piensa, primero necesitas interpretarlo.

Así que lo más que te puedes acercar a saber lo que piensan los demás es tu
interpretación de lo que dice que piensa alguien en quien tienes confianza...
¿ves hacia dónde voy?

¿Por qué te estoy hablando de esto en un libro que se supone que tiene que
hablar sobre hablar con las mujeres? Parece tema de filosofía o alguna
materia “aburrida” como lingüística aplicada.

Realmente es porque es parte fundamental de hablar con las mujeres -el darte
cuenta de que, para empezar, no sabes lo que ellas están pensando-. Al final
de cuentas tu interpretación de algo no tiene por qué ser forzosamente lo
mismo que las causas de ese algo y a la hora de hablar con una mujer -y sobre
todo a la hora de entender lo que ella te está diciendo- es importante que
sepas y que estés consciente del hecho de que todo lo que tú crees que sabes
sobre lo que las demás personas están pensando es lo que tú piensas sobre lo
que ellos piensan, es lo que tú deduces y lo que tú asumes pero no es
forzosamente es lo mismo que ellos están pensando.

Yo sé que es difícil aceptar que te equivocas y no lo sabes todo pero mejor te


digo de una vez que es cierto: a veces te equivocas y por si fuera poco, no lo
sabes todo. Pero no todo son malas noticias.

En cierta forma es como decir que el mapa no es el territorio y por lo tanto


puede tener una estructura diferente de la del territorio y por lo tanto puede
ser inútil o hasta contraproducente. Imagínate que estás perdido y encuentras
un mapa y asumes que el mapa es correcto pero no lo es... puede que el mapa
haga que te pierdas aún más.

Lo que tú tienes son "mapas" de los pensamientos de los demás, mapas


hechos por ti mismo basados en información indirecta derivada de esos
pensamientos, los gestos, las emociones expresadas, las palabras, etc., que
percibes y que te permiten inferir lo que la otra persona está pensando.

Si tu asumes que todos tus mapas son correctos (y peor aún, aunque sean
"correctos", si asumes que no necesitan ser revisados en ningún momento),
puede que te suceda lo del mapa falso y termines más perdido como resultado
de tus intentos por entender lo que sucede.

Por ejemplo frecuentemente hay hombres que van a hablar con una mujer y
antes de siquiera llegar a hablar con ella deciden que no le gustan (que ella no
se siente atraída y nunca se sentirá atraída por ellos) y entonces ni siquiera lo
intentan.

Hay grados para esto.

Un cliente mío solía tener miedo de ir a hablar con las mujeres atractivas (y
mientras más atractivas, más difícil porque se ponía más nervioso) porque,
según él, no les iba a gustar. Decía que prefería ir con mujeres menos
atractivas (3 o 4 para él, en una escala del 1 al 10) porque así estaban más “a
su nivel”. Esta era la creencia que él tenía. Le dije que en realidad es más
fácil ligar con una chica atractiva que con una que no lo es y no me creyó.

Le propuse un experimento: durante una semana, lo hice ir a hablar con


mujeres de toda la gama, del 2 al 9, mujeres guapas y feas por igual, por
supuesto, basándonos en sus gustos personales, esto es mujeres atractivas
para él. Le pedí que se presentara de manera simple y, sin más, hiciera un
cumplido.

Yo sé que muchos métodos de seducción dicen que no hay que hacer


cumplidos hasta que ella demuestre primero que le atraes pero me parece que
al hacer eso le das a ella todo el control, es más lento y además es falso que
sea necesario hacerlo así. En todo caso, mi cliente hizo lo que le dije, fue, se
presentó y dijo un cumplido una y otra vez y descubrió... que no solamente
las mujeres más atractivas eran más amables y coquetas... sino que por lo
general, las mujeres menos atractivas eran a veces hasta groseras.
Curiosamente ninguna mujer atractiva fue grosera con él y no digo que todas
las mujeres atractivas sean muy educadas PERO... sin entrar demasiado en
detalles, recordemos que una mujer atractiva es algo muy subjetivo... la
atracción depende de cada persona, no a todos nos gustan las mismas
mujeres... ¿no crees que eso tenga algo que ver?

Mi cliente creía que las mujeres más atractivas sólo salen con los hombres
más atractivos y él no era uno de ellos.

Pero volviendo al tema, hay personas que desde el momento en que la ven
deciden que saben lo que ella piensa y ni siquiera intentan nada. Hay gente
que incluso a veces se acerca un poco y a medio camino decide que cree que
sabe lo que ella piensa y "aborta la misión" y ni siquiera lo intenta. En
algunos es tan rápido que no es tan obvio, en otros, como lo "medio
intentan", se nota más, pero en ambos casos la raíz del problema es la misma,
inventan un discurso (excusa) para no ir a hablar con ella, del estilo de "ni
siquiera va a tener tiempo para hablar" o "seguro está ocupada" o "seguro está
esperando a su novio" y algunos ni siquiera se dan cuenta de que lo hacen
porque están acostumbrados a hacerlo y nada más la anexan a una lista
interminable de mujeres con las que no intentaron hablar y les hubiera
gustado hablar, todo por creer que saben lo que los demás están pensando y
específicamente creer que sabían lo que ella estaba pensando.

De hecho, hablando del tema, si alguna vez quieres ver una película que te
hará reflexionar sobre esto de manera divertida te recomiendo "What women
want" (2000) con Mel Gibson que es una comedia de un tipo que trabaja en
una agencia de publicidad y después de un accidente logra escuchar lo que
piensan las mujeres.

Imagínate, si de verdad supieras lo que piensan las mujeres serías millonario,


podrías venderles lo que sea, conocerías sus más íntimos secretos, etc., y a
pesar de que ese no es el caso, la mayoría de las veces actuamos como si
efectivamente supiéramos lo que ella está pensando.

O por otro lado, cuando te da pena “lo que van a pensar”, crees que sabes que
todos los desconocidos van a burlarse de ti o algo parecido (quizá por alguna
experiencia negativa de tu pasado) y según tú sabes cómo van a reaccionar
cuando la mayoría de las veces a la gente ni siquiera le importa, la mayoría de
las veces la gente ni siquiera se da cuenta de qué sucedió -cuando realmente
sucede- porque por más miedo que tengas de lo que piensen los demás, la
mayoría del tiempo las personas están demasiado ocupadas en su vida como
para preocuparse de pensar algo sobre ti.

Algunas personas creen que saben lo que piensan los demás y cómo asumen
lo peor y creen que saben lo peor entonces ni siquiera intentan y se vuelve
una especie de profecía auto-cumplida porque a final de cuentas, si tú crees
que jamás vas a lograr nada en la vida y ni siquiera intentas lograr cualquier
cosa en la vida entonces por el mismo hecho de creer que no lo vas a lograr
no logras nada -porque ni siquiera lo intentas- y es un ciclo vicioso.

No estoy diciendo que es imposible -a veces- saber qué es lo que la otra


persona va a pensar o cómo va a reaccionar a una cierta situación pero en este
caso es muy importante tomar en cuenta el orden hay que empezar por
observar a la otra persona primero, por poner atención a través de nuestros
sentidos primero, porque al final de cuentas vamos a tener que abstraer de la
totalidad de la otra persona a través de nuestros sentidos -es como la puerta
de acceso de la realidad hacia nuestra mente- para que podamos tener un
modelo. Por ejemplo si tú percibes a una persona no es lo mismo ver a la
persona que escucharla, que tampoco es lo mismo que verla y escucharla al
mismo tiempo porque cada uno de esos actos, cada uno de esos eventos te
permiten crear un modelo de cómo es la persona -cada vez más complejo-.

Por ejemplo si yo te pregunto si una chica te gusta y tú ni siquiera sabes ni


como se llama, ni como se ve porque jamás la has visto, jamás la has
escuchado, no sabes absolutamente nada de ella, sólo sabes que existe y ni
siquiera estás seguro de eso. ¿Tú crees que puedes saber si ella te atrae sólo
con esa información? ¿Tú crees que puede saber qué clase de personalidad
ella tiene con esa información o crees que puedes saber cómo va a reaccionar
a una cierta frase o a un cierto teniendo simplemente esa información?

Y la cosa es que de ahí tú puedes empezar a añadir más información, puedes


verla físicamente cómo se ve, cómo se viste, porque el solo hecho de ver
cómo se viste una persona te permite saber más sobre esa persona.

No todos nos vestimos igual y muchas veces la forma en que nos vestimos es
un reflejo o es una huella de lo que tenemos en nuestro interior -recordando
obviamente que, como dicen, el hábito no hace al monje pero la mayoría del
tiempo cuando ves cómo una persona va vestida eso te dice mucho sobre la
persona- pero tienes que empezar por poner atención, por percibir cómo va
vestida la persona, cómo se siente la persona dentro de esa ropa... porque dos
personas usando la misma ropa no significan lo mismo si una persona se
siente cómoda dentro de esa ropa y si la otra persona no se siente cómoda
dentro de esa ropa.

Alguien vestido de la misma manera que otra persona pero la primera


persona se ve cómoda dentro de su ropa y la segunda persona no se ve
cómoda dentro de su ropa... eso te dice cosas diferentes sobre cada una de las
personas, a pesar de que ambos estén utilizando la misma ropa.
De esa forma las actitudes, los gestos, etc., son cosas que tú puedes percibir.
La cosa es aprender a realmente percibir antes de juzgar o interpretar.

La forma en la que una persona camina... cada persona tiene una forma de
caminar única, diferente de la de los demás o a veces una misma persona
camina un día de una cierta manera y camina otro día de otra manera y es por
su estado mental, el hecho de que lo veas caminar de una cierta manera o que
lo veas caminar de otra manera habla sobre esa persona.

Muchas veces tiene que ver con cuál es la manera normal que tiene de
caminar, lo que decimos "normal", la manera más común que utiliza esa
persona para caminar o cuáles son las características más comunes de la
manera de caminar de esa persona y cuando esas características cambian
empiezan a decirnos cosas sobre la persona que observamos, como cuando
alguien se ve tenso o triste o contento... y aquí parece que sólo estoy
hablando de la comunicación no verbal pero es importante también hablar de
comunicación no-verbal porque a final de cuentas no podemos hablar de
hablar sin cometer muchos errores si no empezamos por percibir, no
podemos hablar de cómo hablar con las mujeres si no empezamos por
entender por lo menos un mínimo de comunicación no-verbal.

Ya vamos hablar de comunicación no-verbal en el próximo libro, mucho más


a fondo y a detalle pero en este libro es importante dejar en claro por lo
menos las bases porque a final de cuentas, para poder hablar con las mujeres
y no solamente sentirse cómodos y hacer que ella se sienta cómoda sino
también generar toda clase de estados mentales emociones y experiencias a
través de tu capacidad de hablar con las mujeres se necesita empezar por
observar un poco el comportamiento no-verbal. No necesitas ser un experto,
simplemente observar y recordar que lo que no puedes observar directamente
lo estás deduciendo y por lo tanto puede ser diferente de lo que realmente
ocurre dentro de la mente de los demás.

O para ponerlo de otra manera, no importa si no puedes adivinar el número


que la otra persona está pensando pero sí importa que logres percibir la
manera en que la otra persona actúa, reacciona, se mueve, etc.

Y tampoco importa si en un principio no entiendes lo que significa lo que


percibes siempre y cuando empieces por percibir verás que es fácil,
progresivamente, ir haciendo sentido de tus experiencias.

Esto es un error muy común y al mismo tiempo es uno de los errores más
fáciles de resolver porque al final de cuentas es fácil darse cuenta de que estas
intentando adivinar lo que ella piensa y realmente aquí la única dificultad
tiene que ver con el hábito que se construye y que hay que dejar porque al
final de cuentas tienes tanto el hábito de creer que sabes lo que ella piensa,
que realmente tienes que estarte recordando que no tienes ni idea de lo que
ella piensa o que si acaso puedes entender un poco... de cómo se siente,
puedes entender... puedes ver lo que está haciendo puedes tratar adivinar, lo
que puede hacer, pero de ahí a saber qué es lo que piensa… puedes estar
bastante seguro de que alguien va a actuar de cierta manera y aun así
descubrir que actúa de manera diferente.

Y en parte la dificultad para resolver este problema es que es tan obvio (muy
muy obvio) que muchas veces sucede como al pez en el agua, como el aire
que sabemos que está ahí pero conscientemente no lo notamos prácticamente
sólo cuando hay viento o cuando alguien lo menciona, y existen situaciones
en las que no te das cuenta, como por ejemplo el cliente con el que estuve
trabajando que me decía que él, cuando iba hablar con una mujer, evitaba
hablar con las mujeres más atractivas.

Obviamente cuando me dijo esto me sonó un poco extraño porque para mí


tendría lógica más bien ir a hablar con las mujeres más atractivas que ir a
hablar con las mujeres menos atractivas y de hecho esa es la manera en la que
tiendo a hacerlo.

Lo que respondió fue que, según él, mientras más atractiva es una mujer, más
difícil es gustarle. Aunque recordemos que él no tenía mucha experiencia y
que fue necesario hacer un experimento para demostrarle lo contrario.

Lo que me dijo fue entonces que como él creía que las mujeres más atractivas
son más difíciles de seducir, por eso, él intentaba directamente ligar con
mujeres un poco menos atractivas (o de plano menos atractivas) y
obviamente dentro de esto él además suponiendo que sabe lo que ellas
piensan, como si tuviera un poder que le permitiera escuchar los
pensamientos de las mujeres y se hubiera dado cuenta.
Y obviamente (tono sarcástico) todas las mujeres feas son y piensan
exactamente igual y obviamente todas las mujeres que para una persona son
atractivas, piensan exactamente igual porque no son seres humanos únicos,
además de que las mujeres son atractivas de manera objetiva y no subjetiva,
porque de seguro no hay nada llamado “química”, que es lo que hace que -
por lo general- si un hombre se siente atraído por una mujer -y me refiero a
realmente atraído por ella- por lo general ella también se siente atraída.

Obviamente cuando él lo único que quiere es tenerla de trofeo o simplemente


para no sentirse sólo o para no sentir que no puede ligar, no es lo mismo, yo
hablo de una atracción de esas que se siente cuando ella realmente te gusta y
hay “algo”... por lo general es una verdadera atracción y tiende a ser en
ambos sentidos y es lo que se llama química por eso existe incluso esa
palabra y se dice que “hay química” o “no hay química”.

Por ejemplo otro cliente, llamémosle Jorge, lo único que quería era tener
novia. Eso significa que más o menos le importaba poco quién fuera esa
novia. Le pregunté si no le importaba como fuera ella físicamente y me dijo
que con que no fuera deforme o que no fuera muy fea, en general él no era
muy exigente. Le pregunté sobre la personalidad de ella y me dijo que no le
importaba.

Dicho con otras palabras: siempre y cuando no sea muy fea o deforme, pasa.

A la hora de hablar con una mujer, en lugar de tener su atención en el


presente, se la pasaba preguntándose si le había gustado y tratando de
adivinar lo que ella había pensado de él.

La primera vez que fui con él y le pedí que fuera a hablar con una chica,
regresó después de 5 segundos, después de decir exactamente una réplica. O
sea: él dijo algo, ella dijo algo y el regresó. Ella no parecía molesta así que no
entendí por qué la interacción había durado tan poco. Le pedí que me contara.

Lo primero que me dijo fue “sabía que yo no le gustaría”.

Me dijo que fue a hablar con ella y le dijo “Yo no soy tu tipo, ¿verdad?” y
ella respondió “No. Estoy esperando a unos amigos.”. Él se dio la vuelta y se
fue. Lo curioso es que ella no se volteó, esto es que ella siguió mirando en la
dirección de él hasta después de que él ya se había dado la vuelta y dado dos
o tres pasos.

Pero como obviamente este cliente sabía exactamente cómo piensan las
mujeres y podía leer dentro de sus pensamientos fácilmente, podía saber lo
que ella pensaba. De hecho si la hubiera mirado hubiera visto que, a pesar de
decir lo que dijo, él tenía una oportunidad porque ella parecía interesada,
quizá no en sus palabras pero sí con su cuerpo.

Al final del día, ¿cuál prefieres tener?

Obviamente mi cliente me salió con la frase clásica de “no sé qué decir” y


como en este caso realmente no importaba porque no estábamos probando
una frase, ni el tema estaba relacionado con el contenido de lo que iba a decir,
simplemente le contesté que le dijera cualquier cosa sencilla como un saludo
y luego le hiciera saber qué era lo que le había gustado de ella, por ejemplo,
le gustaron sus ojos, le gustó su cabello, le gustó lo que sea que le haya
gustado y curiosamente... cuando mi cliente fue y probó a decir algo tan
sencillo, descubrió que casi ninguna mujer lo rechazaba directamente (lo
rechazaban después de unos dos minutos de no tener nada que decir y no
saber qué hacer pero eso lo resolvimos más adelante).

Él había decidido, antes de intentarlo, cuál iba a ser el resultado del


encuentro.

Lo que estaba bloqueando a este cliente eran sus creencias y particularmente


la creencia de que él sabía lo que pensaban las mujeres -a pesar de que ni
siquiera tenía mucha experiencia con las mujeres como para poder presumir
que sabía-. Créeme, esto es más común de lo que puede parecer.

Para saber lo que piensan tendrías que ser alguien que debería pasar su vida
rodeado de mujeres y no solamente rodeado mujeres sino que además
intentando entender cómo piensan las mujeres porque uno podría pasar la
vida rodeado de algo sin entender jamás como funciona... como mucha gente
que vive la vida en un mundo en donde la electricidad es fundamental (la
usamos para muchísimas cosas) y la mayoría de las personas no saben
realmente muy bien cómo funciona... conocen algunos principios básicos,
reglas de seguridad y hasta ahí (algunas personas ni eso), y en ese sentido, no
sólo se necesita estar en un contexto en el que haya mujeres -sino que
además-, tienes que estar activamente buscando entender cómo piensan si
quieres pretender entenderlas realmente y la mayoría de las personas que
dicen que saben lo que piensan las mujeres no tienen ninguna clase de
experiencia que pueda avalar lo que están diciendo y simplemente creen que
lo saben y están tan seguros porque la mayoría de las personas tendemos estar
muy seguros de lo que decimos, de lo que pensamos y la mayoría del tiempo
actuamos como si no nos equivocáramos y más aún, cuando hay evidencias
de que nos equivocamos tendemos a ignorarlas lo cual es una actitud muy
poco científica.

Saber que lo que sabes es sólo una representación de la realidad y que por lo
tanto no es la realidad significa que siempre puedes equivocarte por más que
estés seguro de lo que crees saber. Y estar consciente de ello es bueno porque
es útil.

Cualquier descripción de algo está incompleta. Si tú pretendes por ejemplo en


este libro encontrar absolutamente toda la información necesaria para poder
ser un as con las mujeres te vas a dar cuenta de que la experiencia en sí no lo
vas a poder tener, lo que quiere decir que, este libro -por más que lo leas- si
no lo aplicas, no va a servir de mucho, y supongo que esto para ti debe de
tener sentido. De hecho por eso hay unos ejercicios que son necesarios, no
para “entrenarte” sino para darte ciertas experiencias que no se pueden
simplemente poner en palabras (porque la descripción sería larga,
complicada, aburrida y mucho menos poderosa que la experiencia directa).

La idea es realmente pensar en hablar con las mujeres de manera científica y


lo que eso realmente significa es la duda constante pero positiva, el hecho de
saber que los modelos científicos son modelos y que por lo tanto quedan
obsoletos y se actualizan y que cuando la experiencia empírica (de nuestros
sentidos y de nuestra vida) no corresponde con las teorías o con las creencias
que tenemos, lo que hay que ajustar son las teorías y las creencias aunque la
mayoría de las personas trata de ajustar la realidad a sus teorías y por lo
general, tiende a interpretar las cosas en términos de lo que ellos asumen que
va a suceder (de la misma manera en que la gente a veces tiene teorías sobre
lo que los demás están pensando y les digan lo que les digan o vean lo que
vean siguen creyendo que la otra persona piensa como ello creen que
piensan).

Cuando alguien asume y te da a entender, por su manera de comunicar, que


no vas a lograr algo, por lo general te hace dudar de ti mismo y sobre todo si
esa persona tiene, para ti, cierto valor: una persona cuyo juicio quizá valoras
puede hacerte realmente dudar de ti mismo y puede ser incluso dañino para tu
progreso o aprendizaje cuando -un maestro, por ejemplo- te dice que jamás
vas aprender a hacer algo y finalmente nunca lo aprendes probablemente
porque le creíste. Por el contrario si alguien a quién respetas te dice que vas a
ser bueno en algo, por lo general tiende a tener un efecto positivo.

Las creencias son algo muy poderoso. Como cuando alguien cree que no sabe
dibujar nunca dibuja y nunca desarrolla su capacidad para dibujar y por lo
tanto realmente no sabe dibujar y la creencia mantiene la incapacidad. O
cuando alguien “tiene mala ortografía” y no cree que pueda mejorarla y por
lo tanto ni siquiera intenta tener mejor ortografía...

En todo caso, como puedes haber visto, cuando asumes que sabes lo que
piensan las mujeres, por lo general, te equivocas por lo menos en parte...

Y de hecho, algo que puede que no hayas notado es lo que se llama una
profecía auto-cumplida y es que cuando tú asumes que no le vas a gustar a
una mujer, vas a hablar con ella asumiendo que no le vas a gustar,
inconscientemente tu actitud, los gestos e incluso las palabras que utilizas van
a dar a entender que, según tú, no le vas a gustar y por lo general tiende a ser
así.

De hecho si alguna vez has conocido a alguien que tiene éxito con las
mujeres, por lo general las personas que tienen éxito con las mujeres tienden
a asumir que -la mayoría del tiempo- le gustan a las mujeres, tienden a asumir
que si ella se rio es porque le gustó o que si ella hizo este gesto o porque ella
dijo esto o dijo aquello porque le gustó y realmente lo creen.

Algo que he hecho algunas veces con algunos clientes es decir es que creo
que le gustaron a alguna chica y realmente eso yo no lo puedo saber. Tal vez
sí es cierto que no apuesto ciegamente y que pongo atención y veo si alguna
chica da signos de haberlo notado pero al final de cuentas yo no pudo saber
porque no la conozco a ella y la mayoría de las veces tampoco conozco tanto
a mis clientes, conozco algunos de sus problemas e historias de éxito pero
fuera de eso no siempre los conozco tanto.

Lo que hago entonces, cuando noto que alguna chica dio algún signo o
alguna señal, le digo “creo que le gustas, ve a hablar con ella, vas” y por lo
general, yo estoy seguro que en esto juega un papel crucial la profecía auto-
cumplida; lo que tienden a hacer es sentirse poco más relajados porque
asumen que, como le gustan a ella, realmente no tienen que hacer mucho por
lo menos para empezar (no hay nada que hacer para gustarle porque ya le
gustan).

De hecho funciona suficientemente bien para que, como toda su actitud surge
de esa creencia, ellos terminan por hacer que sea cierta, terminan por gustarle
de manera completamente natural y obviamente te sientes mucho mejor
cuando de manera espontánea y natural vas con una mujer y le gustas que
cuando tienes que pasarte muchísimo tiempo aprendiendo frases de memoria
y tratando de tener una rutina y hacer un personaje que no eres tú sólo para
hacer que ella se interese en ti, por lo menos un momento.

Esto no significa que seas pedante y asumas que les gustas a todas las
mujeres pero sí quiere decir que el ajustar tus creencias en esta área puede
probar ser muy fructífero. Personalmente, en lugar de asumir, prefiero creer
que, le guste o no le guste, me la voy a pasar bien y funciona, para mí,
perfectamente. Por supuesto, la idea es que tú encuentres las creencias que te
funcionen a ti personalmente.

Cuando simplemente interactúas con una mujer de manera natural y le gustas,


por lo general sabes que, si le hablas por teléfono o si la contactas, ella sí te
va a querer contestar, sabes que si la invitas a salir ella sí va a querer salir
porque, al final de cuentas, te estás presentando a ti mismo y sabes que
cuando en el futuro vuelvas a presentarte a ti mismo, que propongas a lo que
a ti te gusta hacer, por ejemplo, ella probablemente esté de acuerdo y le guste
incluso la idea, mientras que por otro lado, cuando necesitaste mucho
esfuerzo usando frases a prefabricadas y rutinas y abridores enlatados y todas
esas mierdas y ella al final te dio su teléfono, incluso si la lograste besar o lo
que sea (incluso si te acostaste con ella), lo más probable es que te sientas
inseguro.
Al final de cuentas, tú no eres la persona a la que estás tratando de imitar con
esas rutinas, tú eres tú y no sabes adonde la invitaría esa persona, no sabes
qué haría esa persona para dar el siguiente paso, etc.

Si vas a querer ligar como otra persona, vas a tener que hacer todo como esa
persona. Si quieres usar las rutinas de Hugo, Paco o Luis vas a tener que
pensar, hablar, moverte y en general actuar como Hugo, Paco o Luis o Erik o
Mario...

Si así funcionara, entonces no sabrías realmente qué hacer, a menos que


encontraras otro libro en donde ese mismo gurú o maestro de la seducción te
diga entonces qué es lo que tienes que hacer...

Y obviamente te enfrentas a la posibilidad de que técnica no funcione porque


esas técnicas fueron desarrolladas para otra persona en otro contexto y para
ligar o seducir a la clase de mujeres que a esa persona le gusta.

Piensa en esto, incluso cuando estás usando polvo de hornear en alguna


receta, como por ejemplo cuando estás haciendo waffles, la cantidad de polvo
de hornear que se utiliza no es la misma si estás al nivel del mar que si estas
por ejemplo en una ciudad con mayor altitud: no es lo mismo preparar
waffles en Acapulco que prepararlos en la Ciudad de México.

Y créeme que preparar waffles es algo que tiene muchas menos variaciones
que las que puede tener una interacción humana y si una receta de waffles
varía dependiendo del lugar donde se prepara, obviamente el método que
utilices para llegar o para hablar con las mujeres va a depender tanto de tu
personalidad como del tipo de mujeres que te gustan, de su personalidad y de
la tuya, del contexto en que te encuentres y de muchas otras cosas que hacen
que, si tú simplemente sigues los mismos pasos que otra persona, lo que va a
pasar es lo que le pasaría a alguien en Acapulco que trate de hacer waffles
simplemente siguiendo la receta de alguien que esté la Ciudad de México
porque los waffles van a quedar diferentes y obviamente, en el caso de los
waffles, no importa tanto, pero cuando estamos hablando de ir y hablar con
mujeres y más profundamente de tu propia autoestima, porque, al final de
cuentas, si por estar siguiendo la receta de manera demasiado al pie de la letra
no logras y simplemente fallas y fallas y fallas, vas a termina por creer que el
problema está en ti, en lugar de darte cuenta de que el problema quizá está o
en la receta o -si la receta funciona- quizá esta en el hecho de que la receta no
aplica en tu situación.

Como verás la idea es entender los principios de cómo hablar con las mujeres
para que los puedas aplicar, esos principios, a cualquier situación que te
encuentres, lo cual te da obviamente mucho mayor flexibilidad y te permite
realmente conseguir el resultado que tú quieres y que no forzosamente tiene
que ser el resultado que la persona de la que estas copiando la rutina o la
frase quería.

En este sentido tenemos que empezar por eliminar aquello que te impide,
aquello que te frena primero y luego ir acelerando hasta qué encuentres la
velocidad de cuentas más cómodo.

Y si sigues creyendo que sabes lo que piensan las mujeres después de leer
este capítulo, no te preocupes, ya cambiará tu creencia cuando tengas más
experiencia. Y si no cambia será porque tienes un poder sobrenatural o
porque te niegas a ver lo que contradice tus creencias, en cualquiera de los
dos casos, aún es posible que aprendas a ligar y seducir de manera más
potente pero lo más probable es que sea como conducir con el freno de mano
puesto.
II. Dejar pasar las oportunidades
El tiempo pasa y no vuelve atrás.

Las oportunidades que dejas pasar no regresan. A veces, se vuelven a


presentar nuevas oportunidades similares a las anteriores pero esas también
las puedes dejar pasar. Si dejas pasar todas las oportunidades a lo largo de
una vida, ¿qué habrás logrado?

Probablemente nada o muy poco.

Y no estoy hablando únicamente de hablar con las mujeres, me refiero a la


vida en general. Una persona que aprovecha las oportunidades simplemente
no vive la misma vida que una persona que no lo hace.

Entonces, la pregunta importante es ¿cómo aprovechar las oportunidades?

Y la respuesta corta es no dejarlas pasar. No acostumbrarse a dejarlas pasar,


no ignorarlas, no hacerlas esperar. Las oportunidades no esperan.

Las oportunidades son eventos espaciotemporales que no son eternos ni están


en todas partes. Las oportunidades están localizadas en tiempoespacio y son
diferentes para cada persona. Por eso es que no necesitas hacer nada para
darte cuenta de algunas oportunidades, eventualmente terminas por
encontrarte con alguna (lo que no quiere decir que no puedas buscar
oportunidades pero todo a su tiempo, empecemos por el principio).

¿Qué clase de persona tiene más "oportunidades"?

Obviamente una de las clases de personas que tiene más oportunidades es la


persona que sabe reconocerlas y obviamente para poder reconocer las
oportunidades tienes que empezar por tener una cierta dirección definida, lo
que quiere decir que si tú sabes lo que quieres conseguir es más fácil que
reconozcas oportunidades que te van a ayudar para ir en esa dirección porque
al final de cuentas siempre que hablamos de una oportunidad estamos
hablando de una oportunidad para algo en específico. Una oportunidad para
hacer algo, una oportunidad para mejorar en algo, una oportunidad con
respecto a algo en particular...
Podemos decir que las personas con más oportunidades son aquellas que
saben ver las oportunidades. Además, las personas que aprovechan las
oportunidades tienden a “tener más oportunidades” por el puro hecho de que
las aprovechan sin embargo las personas con menos “oportunidades”, por lo
general sí tienen oportunidades pero no las ven o no las aprovechan.

Por ejemplo otro de mis clientes se sentía muy frustrado porque sentía que
cada vez que veía a una mujer muy atractiva dudaba y no estaba seguro de si
ir o no ir a hablar con ella. Al principio se ponía a pensar que lo rechazarían
pero más adelante simplemente iba encontrando excusas hasta el punto en
que, si ella estaba con alguien, él no podía hablarle porque se ponía nervioso,
si ella estaba sola pero estaba caminando tampoco podía porque no sabía
cómo hacer para que se detuviera además de que seguramente ella iba a algún
lado y él no quería estorbarle, y si ella no estaba caminando pero estaba
ocupada haciendo algo obviamente no quería interrumpirla. Si ella estaba
sola, quieta y sin hacer nada, era posible que él le hablara pero no siempre
porque tenía miedo a que ella estuviera esperando a alguien y esa persona
llegara.

Lo que significa que prácticamente nunca lo intentaba. De hecho, antes de


venir a verme a mí, dijo que había intentado 10 veces en toda su vida, 3 de las
cuales habían sido en el último mes porque había intentado “completar las
10” antes de ponerse en contacto conmigo.

Cuando hablamos por primera vez, la emoción que él sentía era frustración,
por obvias razones. Durante el tiempo que trabajé con él, en un periodo de
dos meses, se acercó a más de 30 mujeres. Obviamente yo lo hice hacer
“ejercicios” de ir y habar con mujeres pero en este caso su situación era
extrema. En realidad mi objetivo principal no era hacerlo hablar con muchas
mujeres sino hacerlo sentir totalmente cómodo con la idea de hablar con una
desconocida atractiva, casi independientemente de lo que esté haciendo.

En ciertas situaciones, por ejemplo si la ves besando a alguien es cierto que


no es tan buena idea interrumpirla, sin embargo, en la mayoría de las otras
situaciones, siempre y cuando pongas atención a lo que está haciendo para no
ser tampoco una molestia, en realidad es fácil hablar con las mujeres
atractivas por más desconocidas u ocupadas que parezcan.
Pero volviendo a mi cliente, sin que yo le diera ningún método o me enfocara
en ninguna otra cosa, el simplemente fue y habló con más mujeres que nunca
antes en su vida, pero no tenía ningún método ni nada particular. Antes de
que terminara de resolver su problema ya estaba saliendo con una chica.

Además, cuando te das cuenta de que las oportunidades no simplemente son


oportunidades sino que son oportunidades con respecto a algo entonces
puedes empezar a hacer que sea más fácil para ti el reconocerlas porque
puedes poner atención a aquello que puede ser una oportunidad para lo que
te interesa.

Por ejemplo si estamos hablando de ir y hablar con una mujer que te gusta, el
simple hecho de estar consciente de que tú quieres conocerla y de que ella te
gustó te permite ver la oportunidad y ese es el primer paso.

El segundo paso es más bien lo que podemos llamar una especie de paso
negativo porque el segundo paso de lo que se trata es de no dejar pasar la
oportunidad y esencialmente el problema es una emoción en particular, la
duda, porque por lo general cuando dudamos esperamos y mientras más
dudamos más esperamos, mientras más dudamos y dudamos lo suficiente
terminamos por frustrarnos porque de tanto dudar la oportunidad termina por
pasar y entonces por estar dudando al final la duda se resuelve sola pero de
manera que no nos da ninguna libertad, como en el caso de mi cliente.

Si dudas lo suficiente te darás cuenta de que ya no puedes ni siquiera


intentarlo porque de tanto dudar, de tanto esperar, las oportunidades se pasan.
Dicen que las oportunidades no esperan.

La cosa es que si te permites dudar lo suficiente vas a terminar frustrándote


con respecto a aquellas oportunidades con respecto a las cuales dudaste, lo
que significa que más o menos, por regla general, cuando reconoces una
oportunidad no es el momento de dudar, es el momento de actuar y mientras
más rápidamente te des cuenta de que puedes actuar sin dudar antes, una vez
que sabes que estás delante de una oportunidad, entonces puedes dejar de
perder el tiempo y empezar a concentrar tus acciones para aprovechar las
oportunidades. Yo sé que puede sonar un poco enredado pero en realidad es
simple.
En lugar de pensar si hubieras podido ir a hablar con ella, el hecho de ir y
hablar con ella no solamente te puede permitir lograr lo que querías -que es
conocerla- sino que además, te está dando experiencia porque en el peor de
los casos incluso si “fracasas”, incluso si llegaras a hacer el ridículo como
algunas personas se imaginan qué van a hacer el ridículo (aunque realmente
casi a nadie le sucede), al final de cuentas te vas a quedar con la experiencia y
es experiencia obviamente se acumula y lo mejor de todo es que con
suficiente experiencia, si prácticas de la manera correcta, vas a alcanzar tus
metas de manera natural.

Por ejemplo en un niño que está tratando de aprender a caminar, antes de


poder dar sus primeros pasos va a tener que levantarse y lo más probable es
que antes de que logre dar realmente sus primeros pasos correctamente va
caerse incluso en el proceso de levantarse.

Va a necesitar un poco de apoyo, quizá se agarre de una mesa o de alguno de


papá o de mamá, va a tener que, poco a poco, ir aprendiendo a ponerse de pie
y luego a caminar soltándose de lo que sea de que se estuviera apoyando
hasta dar algunos pasos y tal vez a caer, volver a levantarse y así una y otra
vez hasta que termina por aprender porque es a final de cuentas a través de
esa experiencia que el niño termina por convertirse en un adulto que no sólo
camina de manera fácil y natural sino que además es capaz de correr, escalar,
trepar y de moverse de muchas otras maneras que fueron haciéndose posibles
gracias a ese primer paso.

Lo que significa que no siempre se trata de buscar sólo la oportunidad de


lograr tus objetivos sino que a veces también es muy importante buscar la
oportunidad de practicar las habilidades necesarias para lograr tus objetivos.
Por lo general, cuando buscas la oportunidad de practicar algo te das cuenta
de que en realidad hay muchas oportunidades constantemente. En el caso de
hablar con las mujeres no es diferente.

Si buscas la oportunidad de practicar tus habilidades, de practicar lo que estás


aprendiendo, de poner a prueba tus nuevas teorías sobre “cómo hablar con las
mujeres”, te darás cuenta de que estás rodeado de ellas (de oportunidades). Ni
siquiera necesitas dedicarle mucho tiempo, a veces una plática de cinco
minutos puede enseñarte mucho más que varias horas intentando aprenderte
alguna frase o rutina de memoria.
III. Creer que no eres atractivo y que nunca lo serás (o creer
que no le gustas y nunca le gustarás)
No estoy diciendo que todas las personas sean igual de “atractivas”
físicamente (aunque la definición de “atractivo” varía de época a época, de
cultura a cultura y de persona a persona) pero lo que sí estoy diciendo es que
-para empezar- una persona que cree que no es atractiva y que jamás será
atractiva, por la misma actitud que toma como resultado de esa creencia,
termina por ser precisamente poco atractiva.

Piénsalo: las personas malhumoradas por lo general NO SON las más


atractivas. ¿O me equivoco?

Si no empiezas por gustarte a ti mismo, cómo quieres gustarle a otras


personas porque al final de cuentas si tú no te consideras una persona digna
de ser querido, de ser tratado de cierta manera, de “merecer” disfrutar de la
vida, obviamente no vas a tener nada que compartir. Y no se trata
simplemente de tener mucho dinero o de tener mucho poder aunque éstos un
poco los clichés -mucha gente cree que con dinero y poder se es atractivo- no
se trata de dinero o del poder se trata sobre todo de las emociones que eres
capaz de provocar porque al final de cuentas una persona con mucho dinero y
con mucho poder pero que no provoca ninguna emoción se vuelve
simplemente una fuente de dinero y en ese caso no es la persona sino el
dinero el que realmente está atrayendo y se nota. Y obviamente si estás
leyendo este libro no te interesa seducir a las mujeres con dinero y con poder
sino con tu habilidad para hacerlas sentir emociones irresistibles y
profundamente agradables, hasta adictivas.

La cosa es que para poder hablar de manera natural y atractiva con las
mujeres tienes que empezar por respetarte a ti mismo.

Eso significa que tienes que empezar por revisar la imagen que tienes de ti
mismo y no se trata de que exageres y de que creas que eres un dios vivo
sobre la tierra ni nada por el estilo pero lo cierto es que la mayoría de las
veces tendemos a vernos peor de lo que realmente somos en realidad, y la
idea es que no te veas ni mejor de lo que realmente eres ni peor de lo que
realmente eres, se trata de buscar realmente vernos tal y como somos porque
una vez que sabes dónde estás es mucho más fácil saber cómo llegar hacia
dónde quieres ir y mientras más claro eres contigo mismo no sólo es más
fácil, como ya vimos, detectar las oportunidades que van en las direcciones
en las que tú quieres ir, sino que -al mismo tiempo- mientras más claro eres
contigo mismo mucho más puedes sentirte cómodo haciendo que las
situaciones vayan en la manera en la que quieres que vayan.

No se trata de simplemente ir dejando que las cosas “sucedan” como sea que
sucedan (y quizá esperar tener suerte) porque lo que sucede es que mucha
gente se respeta tan poco a sí mismos que ni siquiera pueden realmente
definir la dirección en la que quieren ir y simplemente están esperando a que
las cosas vayan mejor o a que las cosas se resuelvan por sí solas pero ninguno
de estas dos alternativas es realmente útil como estado mental porque -al final
de cuentas- si lo que tú quieres es poder tomar las riendas de tu vida tienes
que empezar por ser claro con lo que quieres y por respetar tu capacidad y tu
decisión para obtenerlo.

Además si tú no crees que en algún momento puedes conseguir algo ni


siquiera lo vas a intentar -sea lo que sea- y en este caso no es una excepción
si tú crees que no eres atractivo y que jamás vas a lograr ser atractivo ni
siquiera vas a intentarlo y el problema en realidad está en la palabra “ser”
porque realmente “ser atractivo” no quiere decir nada, porque realmente la
expresión debería ser “actuar de manera atractiva” porque uno no nace siendo
atractivo y lo que realmente diferencia las personas que logran atraer a las
personas que no lo logran es lo que hacen y no lo que son, además de que
“atractivo” es un término muy general y en la realidad “atractivo” depende de
“para quién”.

Para darte un ejemplo un poco caricaturesco: lo que diferencia a un piloto de


una persona que no sabe volar un avión no es lo que es -sí, decimos que “es
un piloto” pero al final de cuentas la verdadera diferencia no es la esencia de
la persona- sino lo que la persona hace. En cierta forma lo que haces te hace.

Por ejemplo si una mujer te dice que no le gustas no quiere decir que tu
esencia en sí misma le desagrade sino quiere decir que, en el momento en el
que lo estás diciendo, no siente atracción hacia ti lo cual significa algo muy
diferente porque significa que sí puedes hacer algo para cambiar esa situación
(sin ser alguien más o dejar de ser tú mismo) y efectivamente si lo haces
puedes tomar el control de tu vida por lo menos en este sentido.

Y en verdad, vas a cambiar tu vida con sólo dejar de intentar “ser” alguien en
particular y empezar a realmente hacer algo en particular (y aprender de ello).

No sólo al hablar con las mujeres, sino en muchos otros ámbitos de tu vida
cotidiana, vas a notar que puedes hacer muchas más cosas cuando no te
limitas por lo que se supone que “eres” (lo que significa que cambiarás la
realidad en la que vives sin alterar las leyes de la física).

Si vas a limitarte, mejor permítete limitarte por lo que no quieres hacer. Me


parece mucho mejor razón para no hacer algo “porque no quiero” que
“porque yo no soy así”.
IV. Ponerte demasiado nervioso
En cierto sentido este error puede parecer algo difícil de resolver o puede
parecer cualquier cosa, dependiendo de la persona. Cómo te sientes afecta de
la manera más profunda a cómo actúas, sobre todo en situaciones sociales
(aunque también en actividades en solitario).

Tu rendimiento no es el mismo cuando estás de mal humor o cuando estás de


buen humor, no piensas igual cuando estás relajado que cuando estás
estresado y al mismo tiempo la forma en la que interpretas lo que está
ocurriendo en un momento dado depende de tu estado mental.

Cuando estás de “buen humor” tiendes a ver las cosas de buena manera
mientras que cuando estás de “mal humor” tiendes a ver lo malo en lo bueno.

Puede ser que estés se mal humor porque tuviste un mal día y también puede
ser que estés de buen humor porque te ha ido bien pero también es cierto que
tu estado mental influye la manera en la que enfrentas las cosas: tu actitud.

Ponerte nervioso en sí no es malo. De hecho mucha gente confunde la


emoción de conocer a una mujer atractiva con “nervios”. Todo porque lo
piensan como “nervios” (quizá porque creen que la timidez es genética). No
es malo pero tampoco es bueno. Sin embargo, por encima de ciertos niveles,
los nervios sí son destructivos.

En serio, hasta cierto punto, los nervios pueden ser un cumplido, a partir de
cierto punto se vuelven un inconveniente.

Además, si pretendes manipular sus emociones (dicho de otra manera:


hacerla sentir MUY bien), necesitas tener control de tus propias emociones
primero.

Ella hace bien en pensar que no vas a lograr atraerla si nota que no logras ni
siquiera controlar tus propios nervios así que el problema es en verdad
fundamental. Por otro lado, existe gente que nunca ha tenido este problema y
que ni siquiera sabe “cómo le hacen” para ponerse nerviosos.

Aquí te van unos trucos para ayudarte a controlar tu estado mental:


Si hablas contigo mismo -y lo más probable es que lo estés haciendo en este
momento al leer estas palabras-, pon atención a tu voz interna. A muchos nos
enseñan a gritar “con nuestra voz interna” con lo cual solo aprendemos a
gritarnos a nosotros mismos (para que los adultos pudieran estar tranquilos
sin gritos) y lo que yo quiero que hagas es que empieces a seducirte a ti
mismo, porque quiero que pongas atención a cómo te hablas a ti mismo y a
cómo respondes a las diferentes maneras de hablarte a ti mismo, con énfasis
en lo que te hace sentir bien...

Y luego vas a probar esas maneras de hablarte a ti mismo al hablar a los


demás. No te limites a usarlas a la hora de ligar (excepto aquellas que
claramente provoquen un efecto que vaya en esa dirección) y sobre todo nota
cómo reaccionan los demás. Por ejemplo, si notas que hay un tono de tu voz
que atrae la atención de las personas, puedes usarlo en varios contextos...
conforme notes que ciertas maneras de hablar provocan cierta reacciones se
te irán ocurriendo maneras de usar esas maneras de hablar.

La idea no es que asumas que si te hablas de cierta manera vas a obtener la


misma reacción si le hablas de la misma manera a otras personas sino que
uses tus propias reacciones como referencia para catalogar las reacciones de
otras personas a tus maneras de hablar, una vez más, con énfasis en las
reacciones positivas.

Esto quiere decir que no esperes que todo mundo reaccione igual que tú a las
mismas maneras de hablar pero puedes empezar por lo que funciona contigo
a la hora de encontrar lo que funciona en los demás.

Y ahora la pregunta de los sesenta y cuatro mil.

¿Qué maneras de hablar contigo mismo te hacen sentir mejor?


V. Olvidar divertirte (aquí y ahora)
Este punto realmente es una extensión del punto anterior.

No solo se trata de no ponerse nervioso sino que también es importante


pasársela bien.

En serio, si no te estás divirtiendo, no lo estás haciendo bien. Y yo sé que esto


debería de parecer obvio y por eso lo pongo aquí porque aunque para muchos
es obvio para otros no tanto: qué tan importante es divertirse.

Es BÁSICO.

Si te acuerdas que leíste esto a la hora de ligar, recuerda poner atención en lo


que esté sucediendo a tu alrededor en ese momento.
Y recuerda divertirte.

Y esto no es una excusa para no hacer las cosas porque es “incómodo y no te


divierte”. Por lo general (y obviamente hay excepciones pero por lo general)
a una persona no le divierte algo incómodo porque se lo toma demasiado en
serio. Como la montaña rusa. La idea no es ir cómodo, la idea es divertirse. Si
te tomas la montaña rusa demasiado en serio, puedes no divertirte. Si no te la
tomas demasiado en serio, puedes divertirte. No necesitas tomarla demasiado
en serio.

Por otro lado, el “barómetro”, el nivel a medir, aquello a lo que necesitas


poner atención, es, FUNDAMENTALMENTE, es a qué tanto te estás
divirtiendo.

Seguro alguna vez te has encontrado con discusiones sobre “valor” y quién
tiene más “valor” y el hecho de que tienes que tener más “valor” que ella, y
generar “valor” y en algunos casos incluso disminuir el de ella... sobre todo si
has estudiado “artes venusinas” seguro sabes de qué te hablo.

¡Qué hueva (flojera, pereza, ganas de arrancarse los cabellos)! Pero para
simplificar, la cosa, el tema del “valor” está así:

ANTES QUE NADA, preocúpate por divertirte y pasarla bien.


En segundo lugar, preocúpate por hacerla sentir bien a ella.

Y NO AL REVÉS. Si lo hicieras al revés sería mucho más difícil y no valdría


tanto la pena.

Si te preocupas por hacerla sentir bien a pesar de que tú no te sientas bien, a


la larga no va a funcionar. En serio. Puedes evitar la advertencia pero ya
verás que la recordarás más adelante.

Olvídate del tener “más valor” y simplemente ocúpate de divertirte y


satisfacerte primero a ti mismo.

¿Suena egoísta? A grandes rasgos, es lo mismo que ella está haciendo (por
mucho que le importe hacerte sentir bien, lo más probable es que ella pase
primero en su propia mente, sobre todo si no te conoce, es normal).

Es un poco como en primeros auxilios, si quieres poder ayudar a los demás,


primero necesitas asegurarte de tu propia seguridad o en este caso, si quieres
poder influir y provocar emociones empieza por despertar tus propias
emociones y tomar control de esa parte de tu mente.

No lo veas tanto como un entrenamiento sino como un juego.

Algo que te gusta practicar, aprender, incluso a pesar de que hay veces en las
que fallas, hay días malos, aun así te gusta, disfrutas el juego, disfrutas los
triunfos y los llevas contigo, aprendes de los errores y te diviertes incluso
cuando no “ganas”.

En una palabra: diviértete.

Y eso no significa que las relaciones sean pura diversión, obviamente en una
relación también se puede necesitar cierto grado de compromiso. Lo que sí
significa es que hablar con las mujeres, en general, y sobre todo con las
mujeres que te gustan, la mayoría del tiempo “tiene que” ser divertido. Por
supuesto, si lo que buscas son relaciones aburridas, te invito a que te aburras
todo lo que puedas pero en general, mientras más te diviertes, más puedes
aportar, emocionalmente, a la relación.
Divertirse es una actitud, lo que significa que es independiente del contexto.
Cualquier cosa puede ser divertida, todo depende de ti. Al mismo tiempo que
cualquier cosa puede ser divertida, cualquier actividad puede ser aburrida,
incluso la más divertida, si tu actitud no es adecuada.

No se trata de que vivas al borde de la diversión, pero, en una palabra,


diviértete.
VI. Comparar
En general, cualquier actividad mental que te impida estar en el “aquí y
ahora” a la hora de hablar con una mujer que te gusta no es muy buena idea.

Por ejemplo, contar una historia está bien, siempre que venga al caso. Sin
embargo muchas personas se aprenden historias de memoria sólo para poder
iniciar una conversación y por lo mismo la historia no “viene al caso”.
Además, esto significa que pones atención a cómo reacciona ella (en el
presente) a tu historia. No se trata de simplemente contar tu historia a pesar
de estarla aburriendo porque si no nunca vas a llegar a ningún lado.

Una conversación no es algo que te puedas aprender de memoria.

La idea es improvisar, sin embargo improvisar no es sinónimo de “correr


como pollo sin cabeza”, sin rumbo, por el contrario improvisar significa estar
tan preparado (en general) que no necesites prepararte (para un momento
específico).

De manera más general, el estar hablando con una mujer y pensando en otra
cosa (ya sea una rutina que aprendiste o la historia que estuviste practicando)
no es una buena idea. A eso me refiero con “comparar”. No me refiero solo a
comparar en el sentido usual de la palabra sino en el sentido de poner uno al
lado de otro. Si estás con ella pensando en lo que están haciendo tus amigos
quizá harías mejor yendo con tus amigos.

Por supuesto, en una manera más específica, cuando comparas a una mujer
con otra mujer, estás pensando en esa otra mujer mientras estás con esta... no
estás en el presente. Es similar a los hombres que hablan de su ex-novia
mientras intentan conocer a una chica... por lo general no funciona.

Yo le llamo “comparar” porque “comparar” implica dos cosas que se


comparan y por lo tanto la mayoría del tiempo quiere decir que no estás
poniendo tu atención en “ella” sumergido en tu aquí y ahora sino que estás a
medio camino en otra parte.

Como cuando le empiezas a contar sobre tu trabajo y te sigues hablando a


pesar de que ella no deja de voltear a ver su reloj y en todas direcciones... no
estás poniendo tu atención en el presente.

En general, “me gustan tus ojos”, “me gusta tu pelo”, “me gusta tu voz”, “me
gusta tu manera de ser” o cualquier variación de eso es muy diferente que
“me gustas más que mi última novia”, “pareces menos intensa que todas mis
amigas” o “espero que no seas como mi ex”.

No digo que nunca compares, sin embargo algunas personas comparan de


manera compulsiva, se la viven en otro momento, desde frases aprendidas
hasta simplemente hablando consigo mismos sobre el pasado y el futuro,
recuerda que si la quieres seducir aquí no puedes estar en la luna... por así
decirlo, tienes que estar sumergido en el aquí y ahora.
VII. Ocultarle que te atrae/Decirle que te atrae
En este caso el problema tiene dos facetas: por un lado cuando eres
demasiado obvio con respecto al hecho de que una mujer te atrae, le quitas
toda la emoción. En serio, parte de lo que lo hace divertido es no saber. Más
que no saber, tener la duda pero sin estar seguro.

Hazlo emocionante para ella.

Y yo sé que el sueño húmedo de algunos sería algo así como -él y ella que se
encuentran solos- él le dice a ella que le gusta y él le dice que le gustaría
besarla (y de alguna manera ella dice que sí y se besan aunque no queda claro
el cómo se besan, sólo que se besan) y luego él le dice que le gustaría
desnudarla, que se desnude, hacer el amor, y ella obviamente acepta, etc.

Sin embargo, aunque hay personas que lo imaginan así y que creen que así
es, lo cierto es que eso de andar pidiendo permiso y siendo muy claro le quita
toda la chispa al momento.

¿Has escuchado la expresión “tensión sexual”? Probablemente sí.

¿Has escuchado la expresión “relajación sexual”? Yo no y en todo caso no


me parece que se refiera a algo que suceda al momento de ligar o de
conocerla (a menos que, como en la película “locos de ira” estés “eyaculando
en tus pantalones” al verla).

Las mujeres no quieren un hombre que les pida permiso para casarse con
ellas y luego tener hijos. Quizá en el pasado así fue pero en el presente no.

En el presente un hombre que no pida permiso para despertar en ella el deseo,


la curiosidad y la atracción es mucho más interesante que uno que le pida
permiso para tomarle la mano.

Y claro, existen momentos en los que tienes miedo a molestar o hacer enojar
a su novio y eso es algo comprensible. En ese caso, cuando esa es la razón
por la que no sabes si deberías y hablar con ella, simplemente dile que ella te
atrae y te gustaría conocerla y pregúntale si tiene novio. Por supuesto no es
forzosamente la mejor manera de iniciar la conversación pero es mejor que
no intentar nada (y está lejos de ser la peor manera).

Muchos hombres y muchas escuelas de seducción se esfuerzan por ocultar


que se sienten atraídos por “ella”. “Ella” ya lo sabe. Y si no lo sabe, qué es lo
que quieres que piense, ¿qué te acercaste a ella porque eres un maniático
acosador que la va a seguir a todas partes? Supongo que no.

La única razón para ocultar tus intenciones sería tener malas intenciones.
Piénsalo. ¿Tienes malas intenciones?

Y si es así entonces este curso no puede ayudarte y mis métodos, tecnologías,


etc., tampoco pueden ayudarte porque no están diseñados para las personas
que tienen malas intenciones.

Dicho esto, hacerla sentir bien, cómoda, divertirse juntos, conocerse, gustarle,
provocar su deseo, explorar su placer, etc., no tienen por qué ser malas
intenciones.

Esencialmente piensa en el concepto de diversión adulta y consensual.

Si fueras alguien que quisiera hacerle daño, tendría sentido que ocultaras tus
motivos. Si quisieras engañarla... pero si no es así... ¿para qué gastar energía
y esfuerzo ocultando algo que probablemente ella ya sabe?

Pierdes tanto tu tiempo como tu energía haciendo algo que muchas veces es
contraproducente. La única razón que conozco para ocultarle a una mujer que
ella te atrae es -en el caso de métodos como el de Mystery, conocidos como
indirectos- cuando quieres hablar con una mujer que está acostumbrada a que
la quieran ligar.

La idea es que si ella no se da cuenta de tus intenciones entonces eso te


desmarcará de los otros 27 que intentaron hablarle durante la fiesta o algo
así... pero esa no es la única manera de desmarcarse. Curiosamente, en estos
días, ser honesto es una manera de desmarcarse (tener los “cojones” para ser
directo con ella). También si eres capaz de hablarle de maneras que
despierten su curiosidad y la hagan sentir bien, qué provoquen su deseo...

Por eso ese es el enfoque de este libro. Provocar.


Sin embargo, como no me gusta la idea de que mis alumnos o clientes vayan
por el mundo repitiendo frases y gestos como zombis de la seducción, lo que
te enseño no son frases o teorías y prácticamente no sé si llamarlo técnicas.
En realidad más bien no enseño “algo” sino la manera de enseñarlo es
ayudarte a aprender por ti mismo, ayudarte a crear el contexto en el cual
logres dirigir tu propio aprendizaje de manera relativamente fácil y rápida.

No sólo se trata de no ocultar que ella te gusta, en cierta forma el chiste es


tampoco decírselo. De hecho una de las “armas” más fuertes del método
Mystery juega con este concepto, los “nega”. Muchos hombres ven a una
mujer que les gusta y le quieren decir que les gusta, remarcar lo evidente. Si
haces lo mismo, obviamente que serás uno más de los 27 que fueron
rechazados. En serio, decirle que ella “te gusta”, en sí, no sirve de mucho. En
lugar de usar tus palabras para decirle cosas obvias, puedes usarlas para
orquestar experiencias extraordinarias. Claro, existen otras maneras de
hacerlo, como los nega o el material enlatado y otros tantos pero lo que me
interesa es más bien cambiar tus paradigmas de manera que sea natural para ti
hablar con una mujer atractiva de manera irresistible y seductora. En cierto
modo, ese es el tema de este libro.
VIII. Imitar a los demás
Otro problema bastante grave y que en este caso es un problema que además
es patrocinado o enseñado y trasmitido por muchas de las personas que se
dedican a estudiar y enseñar dentro de los temas de ligar, seducir, conocer
mujeres, etc., es la idea de que para aprender a gustarle una mujer lo que
tienes que hacer es imitar a los demás.

Por supuesto, ellos dicen “rutinas”, “abridores” o “material enlatado” entre


otros, porque “frases aprendidas de memoria” no vende tan bien. Usa el
material enlatado y tendrás éxito en la seducción.

Te lo digo de una vez, no es cierto. No sólo no es cierto, si le dedicas


suficiente tiempo en realidad te estás perjudicando a ti mismo.

La idea es que “si funcionó para mi” es posible enseñarle a otro a imitar y es
mucho más fácil enseñarte a imitar lo que funcionó que buscar entender por
qué funciona lo que funciona así como funciona y transmitir ESE
conocimiento. Es más fácil simplemente escribir las frases que funcionaron y
publicar un libro con eso que detenerse a reflexionar en qué es lo que
funcionó y qué es lo que no funcionó y que funcionó a veces sí y otras no y
cuándo funcionó y cuando no funcionó cada cosa y buscar abstraer las
diferencias entre lo que funcionó para encontrar qué tienen en común las
“cosas” que funcionaron.

Obviamente es más fácil escribir una frase que dijiste y que funcionó que
intentar entender y transmitir la estructura de lo que funcionó.

Y claro, cada caso es diferente, por ejemplo en otros contextos sí es más fácil
aprender imitando, por ejemplo al aprender a operar maquinaria o al aprender
a aplicar cierta técnica de construcción para hacer una pared, etc., aunque
incluso en esos contextos sigue teniendo mucho valor el entender por encima
de memorizar porque mientras más entiendes más puedes adaptar lo que
sabes.

Hay ciertas cosas en las cuales cuando imitas a los demás obtienes resultados
similares por ejemplo si estamos hablando en el mundo físico de algún
fenómeno físico “simple” como la gravedad es cierto que podemos hacer algo
similar a lo que otra persona hizo y obtener resultados similares. Es la idea
detrás de la ciencia física (entre otras) y la posibilidad de repetir un
experimento. En el caso de comunicar de manera poderosa y potente con las
personas, esto es más o menos cierto pero en una forma mucho más compleja
porque al final de cuentas si pensamos que dos personas diferentes pueden
tener por ejemplo dos lenguajes diferentes y no poder comunicarse la una con
la otra -porque no entienden la una el lenguaje de la otra- por ejemplo un
japonés y un hindú que no hablan el uno el lenguaje del otro pueden ambos
preguntarle el uno al otro dónde está el baño cada uno en su idioma y aunque
en una situación similar eso funcionaría si estuvieran en India o en Japón
porque en sus respectivos países podrían preguntar dónde está el baño en sus
respectivos idiomas y eso funcionaría, en el momento en el que estás
hablando con alguien que no habla tu propio idioma de pronto la misma frase
ya no funciona y esto es un ejemplo un poco simplista pero a lo que me
refiero es que como cada persona es única, es difícil establecer leyes
similares a las leyes de la física y aunque en el fondo los seres humanos
somos bastante similares las diferencias de una persona con otra no son tan
profundas al final de cuentas si existen suficientes diferencias para quien no
sea tan simple como por ejemplo en el caso de un experimento en la física es
simplemente imitar lo que otra persona hizo para obtener resultados similares
(e incluso en la física no es tan simple repetir un experimento, a veces es un
problema muy complejo).

No sólo eso, en el caso de la comunicación humana (así como en la física, de


hecho) puedes estar tratando de imitar lo que otra persona hizo sin estar
realmente imitando lo que la otra persona hizo -o mejor dicho: sin estar
imitando la parte importante de lo que está haciendo- por ejemplo puedes
estar repitiendo las palabras que la otra persona dijo pero no utilizar el mismo
tono que la otra persona utilizó (y en el caso de hablar con las mujeres, como
veremos, el tono puede ser más importante que las palabras) y eso
obviamente añade bastante complejidad problema.

Y lo que sucede es que de esa manera es muy difícil ser “natural”, actuar de
manera natural sin tener que estar memorizando frases, interpretar,
memorizando rutinas, porque lo que sucede es que muchas personas, como
resultado de que en muchos cursos se enseña de esa manera, muchas personas
intentan memorizar frases intentando memorizar rutinas, cosas que decirle a
una mujer para empezar una conversación, cosas qué decirle para llevarla a
otro lugar, cosas qué decirle antes de besarla... y al final de cuentas terminan
simplemente repitiendo frases más o menos como una especie de loro,
guacamaya o perico que se estuviera haciendo pasar por una persona tratando
de ligar, en lugar de realmente pensar, realmente percibir, realmente poner
atención y reaccionar a la situación en la que se encuentran de manera natural
porque si no fuera posible atraer a una mujer de manera natural no estaríamos
vivos, no estaríamos aquí porque nuestros antepasados no se habrían
reproducido y lo que sucede es que la mayoría del tiempo el problema no es
tanto que necesites aprender cómo hacerlo sino que la mayoría del tiempo lo
cierto es que necesitas permitirte aprender a no estar evitando tú mismo que
logres tener éxito, porque muchas veces -no nos damos cuenta pero muchas
veces- nosotros mismos saboteamos nuestro propio éxito.

Por eso más que buscar aprender a hablar con las mujeres mi objetivo en este
libro es que aprendas a eliminar todo lo que te impide hablar con las mujeres
de la manera en que tú quieres, aunque obvia mente también vamos
enfocarnos en aprender algunas técnicas, tips, trucos, pero en el fondo lo que
hace tan valioso este sistema, lo que le da el poder a este sistema es el
enfoque “negativo” en el cual en lugar de estar buscando fingir ser alguien
más, en lugar de estar buscando técnicas, la idea es pulir tu propia técnica
pulir tu propia manera de hacer las cosas y es que, de forma natural, tu propio
“yo” así como es, sea atractivo y créeme que no es imposible, no es ni
siquiera tan difícil como puede parecer pero para eso tienes que dejar de
buscar parecer alguien más, dejar de buscar actuar como alguien más y
empezar a buscar cómo puedes ser tú mismo como puedes actuar como tú
mismo pero de manera naturalmente atractiva.

Porque al final de cuentas ser tú mismo no quiere decir actuar de forma


obsesivamente cuadrada y hacer las cosas forzosamente como a ti te gustaría
que siempre se hicieran sino lo que quiere decir es simplemente dejar de
buscar emular a las demás personas y empezar a buscar resolver los
problemas por ti mismo y crear tus propias soluciones (por eso lo llamo
Ingeniería en Seducción).

Es un poco como dejar de buscar las soluciones al final del libro y empezar a
desarrollar la habilidad para crear las soluciones por ti mismo y obviamente
en este libro las soluciones no vienen al final del libro, las soluciones vienen
a través del libro, conforme vas leyendo y aplicando, en la experiencia que
vas a ir teniendo en las diferentes lecturas de este libro porque además es
posible que, más adelante, cuando te des cuenta de los resultados que
obtuviste, te dé por volver a leerlo y descubras que tiene un nuevo significado
completamente diferente ahora que tienes nuevas experiencias a través de las
cuales leer las palabras que estás leyendo en este momento

En todo caso volviendo al tema de imitar a los demás o resolver los


problemas por ti mismo ambas son habilidades que tienes la capacidad de
desarrollar. Obviamente mientras más aprendas a imitar a los demás, más
desarrollas esa habilidad y eventualmente puede ser que te vuelvas lo
suficientemente bueno para imitar a tal o cual maestro de la seducción para
que termines atrayendo alguna chica o mejor dicho que la imagen que creas
termine por atraer alguna chica, un poco como en el mago de Oz el mago es
una máscara gigante y en realidad no era una máscara gigante sino era una
persona pequeña y común y corriente que se escondía detrás.

Pregúntate: ¿Quieres gustarle tú o que le guste tu máscara?

Y el problema con presentarse como una máscara gigante es que cuando te


revelas ser realmente la persona detrás de la máscara, a veces, en realidad la
mayoría de las veces, la persona detrás de la máscara no es tan sorprendente
como la máscara misma porque pasaste tanto tiempo cultivando la máscara
que no te cultivaste casi a ti mismo, cuando por otro lado si en lugar de
desarrollar la máscara te desarrollas a ti mismo, tal vez no exista una máscara
pero al final de cuentas, lo que le va a gustar a las personas, lo que van a
conocer las personas, lo que pueden admirar las personas no va a ser la
máscara sino va a ser la persona que no se esconde detrás de una máscara
como el mago en El mago de Oz.

Recuerda que no es una guerra, no necesitas atrincherarte, quizá incluso al


contrario, ponerte al descubierto, en este caso, es mejor estrategia.

De hecho si pones atención puedes darte cuenta de que son los mismos
“maestros” de la seducción que te enseñan a imitar y aprender rutinas de
memoria los que dicen que es difícil seducir de manera natural, pero si lo
piensas más a fondo, por ejemplo como aprender a caminar, qué hubiera
pasado si tu hubieras aprendido a caminar no por tu cuenta sino imitando las
“rutinas” y “técnicas” de la manera en que lo hace la otra persona... aprender
a caminar imitando por ejemplo alguien que utiliza bastón o alguien que
camina con una cierta postura encorvada y terminar adoptando y aprendiendo
las mismas limitaciones a la hora de caminar que la persona de la cual
“aprendiste”. Dicen que el alumno supera al maestro si el maestro es bueno
pero para que esto sea así es necesario que el maestro enseñe al alumno no
tanto las técnicas sino sobre todo los principios.

Por otro lado, si ves que las personas pueden caminar y tomas el principio
básico de lo que observas pero sin intentar imitar a las personas y por tu
cuenta aprendes, no a través de métodos sino a través de experiencia,
entonces vas a descubrir que es mucho más fácil caminar de manera natural
no sólo hacia adelante sino también hacia la izquierda, hacia la derecha, hacia
atrás, dando vueltas, saltar y en todas las direcciones, mientras que si tu
aprendieras de memoria con una técnica, quizá ni siquiera podrías caminar
hacia la derecha o a la izquierda porque si tu técnica sólo te permite caminar
hacia delante y sólo tienes la técnica para caminar hacia adelante…

Creo que te imaginas como es que este problema se transpone a una situación
de seducción y más específicamente a la hora de hablar con una mujer
atractiva.

Y en ese sentido creo que es mucho más importante aprender a pensar por ti
mismo.

Sí, yo doy tips, trucos y obviamente utilizo el lenguaje que es una ventaja que
tenemos para transmitirte parte de mi experiencia y para ayudarte a hacer que
tu propia experiencia te dé frutos más rápidamente, porque es cierto que
cuando tienes a alguien que te ayuda a entender la experiencia que estás
teniendo, que tuviste o que vas a tener, eso puede ayudarte aprender mucho
más rápido siempre y cuando te estés basando en tu propia experiencia y por
eso es que le doy un enfoque tan práctico a la hora de preparar en general
cualquiera de los cursos o libros que he creado hasta ahora porque si no
tienen ese enfoque práctico puedes pasarte toda la vida en teorías y en ideas
de cómo hacer las cosas sin nunca realmente intentarlo y al final de cuentas lo
importante es facilitarte que lo intentes, facilitarte que aprendas pero sobre
todo lo importante es que tú mismo vayas desarrollando tu propio sistema.
Vas a darte cuenta que en estos siete libros voy a estar refiriéndome
constantemente a esto porque muchas personas se basan en tal o cual escuela
de seducción y adoptan el lenguaje de esa escuela y empiezan a utilizar
expresiones como PUA, indicadores de interés, materiales enlatados,
abridores, falsos indicadores de interés, etc., y tienen todo un vocabulario
(también aprendido de memoria) que les permite hacer y sentir como si
supieran mucho pero al final de cuentas ni siquiera tienen las habilidades que
deberían de ir con ese vocabulario, que en realidad cuando te pones a ver
muchas veces son palabras que se inventan simplemente como para darle una
especie de sensación de seriedad, sensación de que realmente estás
aprendiendo, al sistema, porque, por ejemplo, cuando hablamos de un
indicador de interés realmente de lo que estamos hablando es de algo crees
que quiere decir que le gustas a una mujer en particular en un momento dado
pero en lugar de decirlo con palabras que todos podamos entender, cuando
hablamos de un “indicador de interés” no sabemos si es un “verdadero
indicador de interés” e incluso si es un “falso indicador de interés” no
sabemos si ella intencionalmente te indico el interés de manera falsa o no...
mientras que por otro lado, si abandonas todas estas complicaciones del
lenguaje y simplemente dices que percibiste tal gesto en particular que te
hace creer que le gustas entonces es mucho más fácil entenderse y darse
cuenta de que puede ser que no sea un “indicador de interés” sino sólo algo
que tu interpretarse de esa manera y en lugar de simplemente está tratando de
aplicar conceptos y memorizar palabras, memorizar rutinas, que es lo que
muchos de sus sistemas quieren que hagas, la idea es que comprendas de
manera simple los principios básicos que existen detrás de los procesos que te
interesan en un momento dado para poder utilizarlos -por ejemplo en este
libro nos vamos a concentrar en la comunicación verbal en las palabras a la
hora de hablar con una mujer- y así en cada momento, al ir entendiendo cada
proceso, cada subproceso, cada parte del proceso general, vas a darte cuenta
de que de pronto eso te permite mucha más libertad al actuar.

Volviendo al ejemplo de caminar una vez que tú empiezas a percibir tu


relación con el planeta tierra, con la gravedad y el movimiento, la relación de
la estructura de tu cuerpo, los músculos, tu mente... y cómo todo eso provoca
la forma en que te mueves... entonces empiezas a tener capacidad para
moverte de nuevas maneras, obviamente hay personas que llevan esto tan
lejos como por ejemplo dedicarse a la gimnasia olímpica y son capaces de
movimientos que no todos somos capaces de hacer porque tienen una cierta
experiencia sobre esa relación que tenemos con la gravedad y con el
movimiento, nuestra postura, etc., que no se puede conseguir simplemente a
través de la teoría.

No quiere decir que un físico no pueda aprender a hacer malabares pero sí


necesita de todas maneras practicar porque el hecho de saber física no
substituye la experiencia de la sensación del ritmo, del balance, de todos los
elementos que se necesitan por ejemplo a la hora de hacer malabares, que es
una de las maneras de explorar nuestra relación con la gravedad del
movimiento la postura de nuestro cuerpo etc.

Al mismo tiempo si un malabarista aprende sólo una manera de hacer


malabares, esa técnica es la única que puede hacer pero si por otro lado
entiende qué es lo que hace que funcione (sin olvidar la experiencia necesaria
para hacer que funcione), quizá incluso puede inventar sus propias maneras
de hacer malabarismos que cuando volvemos al tema del estamos hablando
realmente se aplica de forma bastante obvia y que podemos resumir de la
siguiente manera: “vale mucho más entender unos cuantos principios de
cómo funciona algo que aprenderse miles de técnicas de memoria”.

Ese es el principio de todo este sistema: que vale más la pena entender cómo
funciona la seducción y las diferentes etapas, los diferentes procesos, las
diferentes partes de la seducción, que aprenderse técnicas, abridores, rutinas,
frases... porque al final de cuentas si entiendes cómo funciona puedes
desarrollar tu propio sistema, lo que significa crear tus propias rutinas, frases,
etc.
IX. Timidez y miedo al rechazo
Realmente la “timidez” o “miedo al rechazo” o “miedo a las mujeres”... (O
como tú le digas) es un problema que por un lado es muy frecuente pero al
mismo tiempo tiene muchas facetas e incluso se manifiesta de maneras muy
diferentes al mismo tiempo que puede tener causas muy diferentes en cada
caso.

Sin embargo, hay algo común: el deseo de actuar y la ausencia de acción.

¿Te suena familiar?

Algunas personas por ejemplo lo que hacen es que cuando ven a una mujer
que les gusta se ponen a imaginar ciertas cosas de manera que los hace sentir
nerviosos. Muchos de ellos son capaces de sentirse nerviosos en toda clase de
situaciones además de con las mujeres y por lo general tienen tanta práctica
generando esos estados, creando esas imágenes de la manera en que lo hacen
y sintiendo esos “nervios”, “ansiedad”, etc... Que lo pueden hacer en cuestión
de instantes, de manera muy rápida y a la vez muy poderosa.

En cierta manera es un fenómeno parecido a las fobias aunque en lugar de


salir corriendo (aunque algunos SÍ salen corriendo), lo que hace el tímido es
simplemente evitar la interacción (que obviamente quiere realizar pero no
realiza).

Otras personas dudan. Se hablan a sí mismas o escuchan una voz en su


cabeza que les dice las razones por las cuales no ir a hablar con esa chica con
la que querían ir a hablar. Son los “racionales” que racionalizan el “porqué no
le hablaron” y justifican su comportamiento con frases como “de todas
maneras no le hubiera gustado”. Lo interesante es que esas racionalizaciones
son maneras de mantener vivo ese comportamiento, como si de cierta forma
quisieran ser tímidos. En algunos casos lo que sucede es que temen dejar de
ser tímidos porque no saben qué hacer al ir a hablar con una mujer y se
sienten más cómodos siendo tímidos.

Y por cierto, la timidez (o como le digas) es la principal razón de que algunos


hombres no alcancen sus metas. No solamente porque muchos ni siquiera lo
intentan o algunos lo intentan pero esperan lograrlo a la primera y como no
les funciona como por arte de magia, dejan de intentarlo sino además porque
muchas personas no saben qué decir o qué hacer incluso cuando lo intentan y
otros saben lo que quieren decir pero no lo dicen (por pena, inventan excusas)
y otros más están nerviosos que tiran toda su capacidad para atraer a una
mujer por la ventana.

Así está la cosa: ¿cómo pretendes dirigir o influenciar las emociones de otra
persona si ni siquiera diriges las tuyas propias?

Si te permites sentirte “mal” cuando no te agrada sentirte “mal” y te pones


nervioso cuando no te quieres poner nervioso, ¿cómo pretendes crear
atracción, curiosidad, deseo, interés... o cualquier otro estado mental?

Piénsalo, la idea es influenciar las emociones de las mujeres que te gustan. La


idea es poder hacer que ella se sienta como quieres que se sienta, cómoda,
atraída, contenta...

Porque si intentas seducir sin provocar sus emociones entonces no vas a


llegar muy lejos y para poder provocar sus emociones necesitas empezar por
poner en línea las tuyas.

De hecho el problema de la “timidez” es tan frecuente que cree un sistema


llamado Como Vencer la Timidez en 30 días. Si te interesa, puedes ver al
final del libro para saber más. Pero volviendo al tema, el juego se trata de
provocarle “emociones” que le agraden y que la atraigan hacia a ti y que
hagan que ella comparta contigo...

Existen “métodos” y escuelas (como el método Mystery o el de Mario Luna)


que dicen que la timidez es genética y luego te dan toda clase de trucos,
frases, abridores, rutinas y cantidad de cosas prefabricadas para decir y tratar
de generar atracción a pesar de la timidez. Te lo voy a decir de una vez:
aunque esos métodos funcionan, es mucho más fácil empezar por acabar con
tu timidez y simplemente aprender a seducir de manera natural. Además, si
eres demasiado tímido puedes conocer de memoria el mejor método del
mundo pero si no lo aplicas no te obtendrá ninguna clase de resultado.

No te creas la excusa de que “la timidez es genética” porque hace 10'000


años nuestros antepasados vivían en tribus pequeñas. La timidez, así como el
miedo a la obscuridad, no es genética, y de la misma manera que el miedo a
la obscuridad, puede trascenderse.
Los “4 pilares” para hablar con las
mujeres
En algunos libros de literatura esotérica, el número cuatro es un número muy
especial.

El número 1 representa la unidad, la totalidad de algo. En realidad, el número


1 es un número muy interesante, no sólo por la identidad de Euler (de la cual
no voy a hablar en este libro) sino sobre todo es muy interesante porque está
íntimamente ligado con la percepción y la mente humana: ¿cómo sabes dónde
termina una cosa y empieza la siguiente? Parece obvio, pero únicamente
porque estás acostumbrado a ver el mundo en término de “objetos”, sin
embargo, tu no percibes “objetos”, percibes imágenes, sonidos, sensaciones,
olores, etc… pero no “objetos”. En este sentido el número 1 nos habla mucho
de la estructura del modelo humano del universo.

El número 2 representa al otro. La otra persona. Una vez que yo soy uno y tú
eres uno entonces podemos ser dos. Cuando hay dos puede haber
desacuerdos. De la misma manera, el 2 representa a “los otros” cuando el 1
representa a “nosotros”. Los números no tienen contenido, representan
únicamente la estructura de algo.

El 3 surge precisamente de la interacción entre el 1 y el 2. Cuando existe una


sola alternativa en realidad no hay libertad. Cuando hay dos alternativas
existe el conflicto. A partir de la tercera alternativa es que realmente tenemos
libertad en una decisión. Si el 1 es el hombre y el 2 es la mujer el 3 es la
interacción entre ambos. De esa interacción surge un nuevo 1.

El 4 es un nuevo nivel para el 1. Como un nuevo ciclo en donde, de la


interacción (3) entre el 2 y el 1 surge una nueva unidad (4). Supongo que la
matemática esotérica funciona en base 4. Entonces, en numeración esotérica,
69 se escribe 1011. Así que si quieres hacer un chiste esotérico-geek que
seguro nadie entenderá puedes decirle a una chica “me gustaría hacer el 1011
en base 4 contigo”. Si es buena en matemáticas quizá se ría.

En todo caso, más allá de la justificación esotérica para haber elegido 4


pilares, en un sentido práctico, al intentar simplificar mi sistema al máximo
me di cuenta de que no me fue posible reducirlo a menos de 4 pilares y
mantenerlo suficientemente claro. Por supuesto, la división es algo arbitraria,
como te darás cuenta si lo reflexionas mucho, porque de iniciar la
conversación a continuarla a dirigirla en realidad no tienen por qué ser cuatro
cosas diferentes. El hecho mismo de iniciar una conversación es una forma de
dirigirla. Sin embargo, al dividirlo de esta manera el modelo es más claro
para la mayoría de las personas y sobre todo más utilizable.

Obviamente esto es lo más importante para mí.

Sin embargo, me tomé el tiempo de escribir esto porque es fundamental que,


aunque aprendas estos 4 pilares como 4 elementos diferentes, es muy
importante que los integres, que los hagas uno sólo por decirlo de alguna
manera, al conectarlos. Para esto te recomiendo que leas esta sección al
menos dos veces. Notarás que después de haberla leído completamente una
primera vez, la siguiente lectura enriquece tu comprensión.

Es importante que no sólo aprendas los 4 pilares sino que también los
integres pues de esa integración surgirán los resultados que vas a obtener.

Y obviamente es importante también la práctica y que pongas en práctica lo


que vas a aprender.
1. Iniciar la conversación
¿Por dónde empezar? Puede parecer obvio, pero empecemos por el principio
puesto que todo empieza por el principio.

¿Cómo iniciar una conversación con una mujer atractiva?

Algunos métodos lo que te dicen es que aprendas de memoria algunas frases


-“abridores”- y que las recites a la hora de iniciar una conversación.

Por ejemplo, uno muy conocido es decir “necesito una opinión femenina” y
luego hacer alguna pregunta como “mi amigo está saliendo con una chica y
su ex lo contactó porque quiere volver a intentar algo con él y él no sabe qué
hacer porque aunque aún se siente muy atraído por ella, la verdad es que si
tuvieron momentos algo difíciles además de que no quiere herir a la chica con
la que está saliendo ahora. ¿Tú qué crees que debería de hacer?”... o algo
simple como “¿qué opinas de esta corbata?”. La idea es tratar de decir algo
que llame su atención, pero sobre todo te dan frases que se supone que te
aprendas de memoria para usarlas después.

Sin embargo, en mi modelo la conversación empieza antes de eso.

Como puedes ver, en los métodos tradicionales, hablar con una mujer
empieza en el momento en el que abres la boca y dices algo. ESTO ES
FALSO.

En realidad, hablar con una mujer empieza desde el momento en el que la ves
y quieres ir a hablar con ella o desde el momento en el que sabes que te la vas
a encontrar... y de hecho tampoco es algo tan preciso porque también es
cierto que hablar con una mujer empieza desde antes de que siquiera sepas
que ella existe, empieza por tu experiencia, tu actitud y en general tu manera
de ser. Pero sin ir tan lejos, antes de hablar con ella, antes de que abras la
boca y digas algo, la verdad es que incluso la manera en la que te acercas a
ella es importante.

Por ejemplo si te acercas a una mujer con una actitud tímida e insegura, para
el momento en el que intentas decir algo es demasiado tarde y a ella no le
interesa saber lo que vas a decir.
Quizá te haya sucedido: dices algo y antes de haber podido terminar tu frase
ya estás siendo rechazado (probablemente de manera no muy amable).

Por supuesto, también puede ser que ella haya tenido un mal día o algo así
pero lo importante aquí es que si te enfocas en aprender abridores en realidad
vas muy atrasado pues para el momento en que tengas la oportunidad de decir
el dichosos abridor puede que ya la hayas “cagado” (arruinado la situación)
lo suficiente como para que tu abridor que tanto te costó practicar no te sirva
de nada.

En cierta manera, es como entrar a un banco con una pistola desenfundada y


luego intentar convencer a todos que sólo vienes a hacer un depósito. El
contexto no-verbal puede hacer que sea muy fácil o muy difícil alcanzar tus
objetivos.

Por eso, para los motivos de este modelo (que es ayudarte a ti a hablar con las
mujeres), hablar con una mujer empieza en el momento en el que decides que
quieres hablar con ella. Algunas personas ven a una mujer atractiva y dudan y
dejan pasar la oportunidad. Obviamente cuando alguien hace eso no hay una
plática ni una conversación y obviamente no hay, la mayoría de las veces,
ningún resultado. Obviamente si eres una estrella del cine o del rock o tienes
mucho dinero puede que haya mujeres que sí quieran iniciar una
conversación contigo, sin embargo la mayoría de las veces eso no sucede.

Sin embargo, lo que estoy señalando aquí es como tu reacción, al momento


de querer hablar con una mujer, es muchas veces lo que define cómo va a ser
el resto de la interacción (desde una interacción divertida, sorprendente y
duradera hasta una interacción inexistente).

Muchas personas lo llaman “juego interno” y lo cierto es que es muy


importante.

Por ejemplo, si al momento de ver a una mujer atractiva te sientes triste y sin
energía y al verla te imaginas siendo rechazado o haciendo el ridículo y te
dices algo así como “qué caso tiene” o “ni siquiera le voy a gustar, seguro no
soy su tipo”, obviamente vas a obtener una respuesta diferente a la que
obtendrás cuando te sientas contento y lleno de energía y al verla te imagines
pasando un buen momento con ella (disfrutando estar con ella) o algo similar
y te digas algo como “seguro esto va a ser divertido”...

ESTO ES CRUCIAL. En verdad muchas veces ni siquiera va a importar lo


que dices sino tu estado mental y cómo es que dices lo que dices. Para darte
un ejemplo que yo mismo he aplicado varias veces, es posible excitar a una
mujer leyendo una lista del supermercado. Todo está en el tono de tu voz, el
ritmo, la distancia a la cual te encuentras de ella... entre otros... y las
variaciones de estos elementos dentro de la interacción. Sin embargo, una
persona demasiado estresada e incapaz de divertirse porque se toma las cosas
demasiado en serio descubrirá rápidamente que hacer cosas así es muy difícil.
SE NECESITA EMPEZAR POR “DOMINAR” TU ESTADO MENTAL, en
lugar de simplemente dejar que este te domine a ti.

Así que el primer paso es disfrutar hablar con las mujeres.

Para algunos, les es fácil hablar con mujeres conocidas pero no con mujeres
desconocidas, para otros, les es fácil hablar con una mujer siempre y cuando
ella no sea atractiva (porque si es atractiva de pronto es mucho más difícil
porque se ponen nerviosos, etc.), a otros les es fácil hablar con mujeres pero
sólo cuando no hay nadie al rededor (muchas veces por miedo a la burla) o
sólo en ciertos lugares y/o situaciones (hay gente que solo logra hablar con
las mujeres en la escuela o en el trabajo pero no en la calle o en el
supermercado así como hay quienes pueden hacerlo en un bar o un antro pero
no de día en una situación natural). Otros simple y sencillamente se sienten
demasiado nerviosos al hablar con las mujeres.

El problema: se lo toman demasiado en serio. Por supuesto, cada quien es


único pero yo sé que si te cuesta trabajo hablar con ciertas mujeres o en cierto
contexto es MUY PROBABLE que la raíz del problema sea que te estás
tomando algunas cosas demasiado en serio.

Aunque hacer el ridículo no siempre es la mejor manera de atraer a una mujer


(algunas veces sí lo es), el miedo a hacer el ridículo puede ser un verdadero
problema, mucho más incapacitante.

Y obviamente, si no tienes mucha experiencia hablando con mujeres lo más


probable es que -hasta que hayas construido dicha experiencia- no sientas la
seguridad que te da el saber que sabes lo que haces y que ya lo has hecho en
el pasado, sin embargo, no necesitas de esa seguridad.

No se necesita ser un experto en seducción para gustarle a una mujer.

Y he aquí el “truco”: por más que pases tiempo aprendiendo frases y rutinas
de memoria de todas maneras aprender a hablar con las mujeres es como
aprender a caminar.

Si esperas aprender a caminar a la primera te vas a decepcionar, sin importar


cuantos libros leas o cuantos videos veas sobre “como caminar”, es necesario
intentarlo y eso significa que vas a caerte. Y eso significa que vas a levantarte
lo cual significa que vas a volver a caerte... Al principio, al aprender a
caminar, es necesario poner mucha atención y es difícil coordinar el
movimiento de un pie y luego el otro y luego el otro, un poco como aprender
a manejar un automóvil de transmisión manual, si lo sabes hacer, seguro
recordarás que al principio poner atención a todos los detalles como las
velocidades y soltar el clutch al mismo tiempo que aceleras, en realidad es
complicado al principio, como cuando aprendes un nuevo idioma o aprendes
a caminar.

Vas a cometer errores, vas a equivocarte pero lo importante es que aprendas


de esos errores, aprendas a evitarlos y descubrirás que mientras más practicas
más natural se va haciendo la habilidad, como caminar o hablar español, vas
integrando la habilidad a tu inconsciente hasta que llegas al punto en el que
no necesitas poner atención para realizar la actividad. Por ejemplo, puedes
hablar sin tener que estar pensando conscientemente en la gramática o en la
conjugación del verbo porque eso lo haces de manera totalmente automática
como resultado de haber incorporado el aprendizaje de esa habilidad a tu
inconsciente.

Si alguien dice “pensaste” o si alguien dice “pensarás”, no necesitas sacar


unas tablas de conjugación ni ponerte a pensar conscientemente para notar
que una de esas palabras se refiere al pasado y la otra al futuro: la distinción
es automática.

Y el punto aquí es que para muchos su meta de “gustarle a las mujeres” no


incluye “de manera natural”.
Pues bien, ya sea que quieras aprender a hablar con las mujeres de manera
natural o que quieras aprender a hablar con las mujeres usando rutinas,
abridores y material enlatado, en ambos casos te vas a “tropezar” y tendrás
que “volver a levantarte”. Tomando eso en cuenta, ¿en verdad prefieres poner
tu empeño y tu esfuerzo en aprender de memoria las frases de alguien más o
prefieres aprender “de manera natural”?

Y de hecho vas a notar que la mayoría de las personas no te juzga por lo que
ya sabes si no te juzga por el esfuerzo que haces. Aunque es probable que una
mujer atractiva prefiera que sea James Bond el que venga a hablar con ella, lo
cierto es que muchísimas veces cuando un “nerd” se les acerca ellas también
se sienten halagadas. Aunque claro, la idea de esta guía es que no solo las
hagas sentir halagadas sino que también tengas la capacidad para hacerlas
sentir interesadas, atraídas, excitadas...

Pero si no das este primer paso no sirve de nada que te explique los
siguientes. Si no das tus primeros pasos nunca vas a aprender a caminar.

Te recomiendo que por lo menos unas cuantas veces te entrenes en este


primer paso y la forma de hacerlo que te recomiendo es la siguiente: cuando
veas a una mujer atractiva dite a ti mismo algo así como “una oportunidad
para aprender” antes de ir y hablar con ella. Verás que un cambio tan
“sencillo” y “simple” puede tener consecuencias bastante grandes, un poco
como en el caso del efecto mariposa.

Ahora sí, habiendo leído hasta aquí tu manera de pensar en hablar con una
mujer debe ya haber cambiado lo suficiente para que tú mismo lo puedas
notar (y si no, vuelve a leer la primera parte de este libro).

Ya sea que pensaras en términos de “qué frase le digo”, “cómo le hago para
gustarle”, “qué es lo que quieren las mujeres”, “ella no entendió lo que le
dije”, “seguro no le voy a gustar”, no intentarlo, estar preguntándote en qué
momento te van a rechazar o algún otro, lo más probable es que antes de
empezar a leer tuvieras ciertas creencias y ciertas maneras de pensar que se
han visto puestas en duda.

Si es así, es posible que incluso te des cuenta de algunas nuevas ideas,


creencias o perspectivas. Ahora es el momento de ponerlas en práctica.
EJERCICIO 1:

El ejercicio es muy simple y a la vez puede ser bastante difícil de ejecutar, y


en este caso tu mayor obstáculo, enemigo, etc. serán tu voz interior y tus
imágenes mentales así como algunas sensaciones... o dicho de forma más
coloquial: tu peor enemigo serás tú mismo.

Lo que tienes que hacer es ir a hablar con mujeres. En este caso existen tres
tipos de situaciones básicas con las que te vas a encontrar la mayoría de las
veces:

1. Mujer sola

2. Mujer acompañada de un hombre

3. Mujer acompañada de amigas

Por supuesto, existen muchas posibilidades y variaciones pero lo que


pretendo aquí no es una guía completa para enfrentarte a diferentes
situaciones sino más bien un ejercicio para ayudarte a desarrollar tu intuición
frente a cualquier tipo de situación. Yo sé que si tú estás preparado para estas
3 situaciones vas a poder enfrentarte a más de 75% de las situaciones que te
encuentres en las que quieras hablar con una mujer atractiva y eso te da
suficiente espacio para practicar.

No te preocupes demasiado por entender más allá de la información básica


necesaria, preocúpate, de momento, por realizar la misión. Lo importante
para este primer ejercicio es la experiencia y tus acciones así que guarda la
actitud reflexiva para más adelante, cuando tengas los resultados y sea el
momento de integrarlos.

Veamos pues qué hacer en cualquiera de las tres situaciones.

1. Si ella está sola: simplemente continúa con el ejercicio.

2. Si ella está acompañada de un hombre: en este caso puede que no sea


claro si ellos son novios o no. Si te queda claro que son novios (se
acaban de besar o están tomados de la mano), elige a una mujer
diferente para este ejercicio. Si no está claro si son novios,
pregúntales. Nota que no dije pregúntale a ella sino pregúntales, a los
dos. “¿Son novios?”. La cosa es que si lo son, te lo van a decir y si no
lo son lo vas a saber inmediatamente, incluso antes de que te lo digan
porque se van a sentir incómodos por la pregunta. Si descubres que no
son novios, sigue con el ejercicio. Si descubres que son novios,
simplemente diles que hacen bonita pareja y elije a una mujer
diferente para este ejercicio. Por cierto, esto aplica también si ella está
con una chica y tienes dudas de si están en pareja (por ejemplo, si van
tomadas de la mano, les puedes preguntar).

3. Si ella está en un grupo de amigas o un grupo en el que no parezca


que esté presente su novio (o novia), entonces simplemente continúa
con el ejercicio. Si, mientras haces el ejercicio, se diera el caso de que
su novi@ estuviera presente simplemente dile (al novio o novia) que
tiene una novia muy guapa/atractiva/etc.

Nota que si ella está con alguien más eso no es excusa para no hacer nada.
Primero asegúrate de saber si son o no son pareja y si no lo son, vas.

Así de simple. El ejercicio, es ir y hablar con una mujer que te guste (esto es
MUY importante, ella tiene que ser atractiva para que este ejercicio tenga
sentido). Lo que vas a decir es “Hola, me llamo (tu nombre)” y luego le dices
que viniste a hablar con ella porque -y aquí simplemente le dices qué fue lo
que te gustó de ella-.

Se HONESTO. Esto es importante para este ejercicio, lo que te haya llamado


la atención, eso que te haya gustado de ella, díselo. Hazle un cumplido.

Pueden suceder dos cosas.

1. Ella lo toma “mal” o reacciona “mal” de una forma u otra. Si este


fuera el caso, nota que acabas de ahorrar mucho tiempo. Podría haber
pasado mucho tiempo antes de que te dieras cuenta de que ella, por
más atractiva (o no) que parezca físicamente, no te va a ofrecer el tipo
de relación que tú quieres. ¿Recuerdas que es importante establecer lo
que tú quieres? Si lo que la pone de mal humor es obvio, quizá puedas
ayudarla y mejorar su humor pero si ella es grosera contigo, ¿en
verdad te interesa conocerla más, salir con ella, crear un relación, etc.?
¿Eres masoquista? Porque si no lo eres, no te recomiendo que
continúes en una relación así. Algunas mujeres, por más que la suerte
y la genética les haya dado todo, no pueden evitar ser unas pesadas.
No te conformes con la belleza externa (ni con la interna, se pueden
tener las dos).

2. Ella lo toma “bien”, en cuyo caso, lo único que tienes que hacer es
aprovechar la ocasión para practicar tu habilidad de hablar con las
mujeres. Disfruta el momento, no siempre tienes la ocasión de hablar
con una mujer atractiva (y mientras más disfrutes el momento, más
seguido se presentará y aprovecharás la ocasión).

Y ese es el ejercicio, ir y decirle una mujer atractiva lo que te gusta de ella.


La idea es hacerlo tres veces en un día y por lo menos dos días a la semana,
durante un mes. Eso significa unas 24 veces en un mes. Si quieres hacerlo en
un periodo de tiempo menor, hazlo. Si lo puedes hacer en un sólo día, vas.

Después de cada repetición toma dos minutos para recapitular tu experiencia.

IMPORTANTE: Este es un ejercicio. Está pensado para aprender pero no es


la manera en la que se interactúa, naturalmente, con una mujer. La idea es
proporcionarte ciertas experiencias que transformen tu manera de percibir y
pensar en cómo hablas con las mujeres pero no es un “método para hablar
con las mujeres” así que no lo trates como tal. Sin embargo, no dudes en
utilizarlo una y otra vez durante tu etapa inicial de aprendizaje. Más adelante,
olvida el ejercicio y sigue tu intuición.
EJERCICIO 2:

Esta es una variación del primer ejercicio a realizar una vez que hayas hecho
el primero. En este caso solo es necesario hacerlo 10 veces, el mismo
ejercicio que el primero pero asegurándote de que 5 veces hablas con mujeres
que sean atractivas y 5 con mujeres que sean MUY atractivas. La diferencia
es crucial. No se trata tampoco de mujeres atractivas en general sino
atractivas para ti. Si ella te atrae, vas.

La cosa es comparar cómo reaccionan las mujeres que para ti son MUY
atractivas comparadas con mujeres que lo son menos.

Igual que en el ejercicio anterior, toma dos minutos para recapitular tu


experiencia.

NOTA: Puedes seguir leyendo el libro e ir avanzando mientras haces estos


dos ejercicios pero es CRUCIAL que sí lo hagas por la experiencia que te
dará.
2. Continuar la conversación
Ahora sí, hablemos de “qué decir” y cómo decirlo cuando finalmente abres la
boca y cuál es el proceso que empieza cuando decides ir a hablar con una
mujer atractiva.

La mayoría de los métodos que existen, sobre todo aquellos basados en el


“Mystery Method” o método Mystery, te dicen que ocultes que ella te atrae
hasta que ella no te haya demostrado primero que tú le atraes.

En lenguaje de “PUA” (o “AVEN”), la idea es hacer demostraciones de alto


valor (DAV) pero sin hacer ningún indicador de interés (IDI) hasta que ella te
haya hecho primero uno, y siempre poniendo atención a no caer ante el
engaño de un falso indicador de interés (FIDI). Además, se supone que
puedes acelerar el proceso disminuyendo el valor de ella a través de
comentarios ambiguos que la hagan dudar si le estás haciendo un cumplido o
una crítica (nega). Una vez logrado esto, puedes dar tus propios “IDIs” y
pasar a “aislarla” (separarla de su grupo y del tuyo para tener un tiempo a
solas con ella).

Tengo que decirte que -habiendo probado esa manera de hacer las cosas-
(algunos le llaman “método indirecto”) te puedo confirmar que de hecho el
método sí funciona, sobre todo con mujeres que están acostumbradas a que
los hombres intenten seducirlas constantemente. Funciona porque haces algo
que la mayoría de los hombres no hacen, además de que te obliga a no
hacerla de perrito faldero pues muchos hombres el error que cometen es
esforzarse demasiado por gustarle a las mujeres y pues al utilizar este tipo de
método, aunque también te esfuerzas por gustarle lo cierto es que se nota
menos el esfuerzo y hasta parece que el encuentro fue “casual” y no algo
orquestado por ti.

SIN EMBARGO, este método sólo funciona con cierto tipo de mujeres
(edecanes, modelos, sobre todo mujeres que viven de su atractivo físico y a
quienes los hombres se les acercan constantemente y no funciona tan bien
con mujeres “normales”), es bastante lento (pues pierdes mucho tiempo
ocultando tus acciones, etc.) y no te dice como mantener la relación. Los
hombres que utilizan ese tipo de método tienden a tener relaciones más
fugaces, menos duraderas y por lo general les cuesta trabajo adaptarse cuando
se encuentran frente a una situación imprevista. Por estos motivos,
principalmente, es que no enseño ese tipo de método.

Pero en ese caso, ¿qué hacer cuando quieres hablar con una mujer?

El “secreto” es muy sencillo, el “secreto” es ser honesto.

Por ejemplo, en los “métodos Aven” (basados en el método de Erik von


Markovik, Mystery) no sólo tienes que estar constantemente ocultando que
ella te atrae al principio de la interacción sino también te recomiendan que,
incluso si lo que te atrae de ella es algo físico, que intentes demostrarle tu
interés pero basándote en cualidades no-físicas. Por ejemplo, si crees que
tiene un cuerpazo, se supone que le digas que “te gusta su energía” o algo así.
Por otro lado, lo que yo te propongo es que si para ti ella tiene un “cuerpazo”,
no te molestes en ocultarlo.

Y yo sé que más de uno pensará “pero si hago eso ella se va a ofender” y


sobre todo serán aquellos que nunca lo han intentado quienes lo piensen (o si
acaso alguien que lo intento una vez y tuvo mala suerte) y van a olvidar que
ellos no saben lo que ella quiere y ahí está lo maravilloso de todo el asunto.

No sólo vas a decir cosas “únicas” en el sentido de que dices lo que piensas
(y lo que piensas cambia de persona a persona y de momento a momento,
dependiendo del contexto) sino que además te vas a diferenciar de la mayoría
de los hombres que en el fondo de ellos sienten que la van a ofender como si
hacerle un cumplido sobre su físico en verdad fuera algo malo.

En serio, la mayoría de los hombres tiene tanto miedo al rechazo y al ridículo


que no dicen lo que piensan por miedo a lo que ella piense de lo que ellos
piensan, intentan ocultar que ella les gusta, intentan ocultar qué es lo que les
gusta de ella y lo peor de todo es que la mayoría del tiempo ella ya lo sabe o
sabe por lo menos parte de ello. En realidad es raro (y sobre todo para las
mujeres más atractivas) que un hombre le diga realmente lo que piensa. Lo
que generalmente sucede es que le dicen lo atractiva que es desde lejos
gritando (jamás he visto que esa técnica funcione) o tratan de ocultárselo.

Piénsalo, la mayoría de los hombres le hacen un cumplido sobre sus ojos o


sobre su energía mientras intentan mirarle los senos en secreto. Muy pocos
tienen los “cojones” (el valor) para simple y sencillamente decirle lo que
piensan.

Peor aún, muchos hombres están tan preocupados por lo que le van a decir
que ni siquiera la observan, no se toman ni un instante para realmente
observarla y por lo tanto es casi como si estuvieran hablando solos. Sobre
todo quienes usan técnicas y material enlatado, es como si estuvieran
hablando solos.

Dicho de otro modo, si lo que te gusta de ella son sus senos o su cintura o sus
ojos o sus nalgas... y se lo dices... eso es lo que se llama congruencia. Como
descubrirás (si no es que ya lo has hecho), la congruencia es uno de los
atributos que las mujeres encuentran más atractivos (aunque no lo sepan). De
hecho, si haces la prueba por ti mismo verás que la congruencia es un factor
mucho más importante y una herramienta mucho más útil a la hora de hablar
con las mujeres que las famosas “demostraciones de alto valor” (que es
contar historias en donde presumas de lo mucho que vales y como proteges a
los tuyos, etc. buscando que gracias a tus historias ella se sienta atraída por ti
mientras que en el caso de la congruencia no necesitas historias pues tus
acciones hablan por sí mismas).

Actuar de manera congruente es más atractivo que contar historias y presumir


sobre lo genial que eres en la cama y lo mucho que cuidas a tus seres
queridos. ¿Sorprendido?

La idea es ser a la vez osado y respetuoso. Respetuoso no quiere decir que no


digas o no hagas cosas porque crees que la vas a ofender sino quiere decir
que la escuchas y la tomas en cuenta. Por ejemplo, no necesitas permiso para
tocar a una mujer y por el contrario es bueno “osar” hacerlo, sin embargo si
ella te dice explícitamente que no lo hagas, respeto es saber escucharla y por
lo tanto dejar de hacerlo.

No hay que confundir respetuoso y pusilánime.

Pero volviendo a enfocarnos en el tema, ¿de qué hablar con las mujeres? De
hecho, para responder a esa pregunta es mejor decir de qué no hablar porque
una vez establecidos los límites de lo que hay que evitar, lo cierto es que
puedes hablar de prácticamente lo que sea que tú quieras (y eso está bien
pues al fin y al cabo el objetivo es que tú te la pases bien).

Reformulando entonces, ¿de qué no hablar con las mujeres? En pocas


palabras, evita hablar de temas “negativos” (temas que se asocien a
emociones negativas).

Por ejemplo, hablar de las víctimas del huracán Katrina o hablar de


enfermedades o hablar sobre lo pésimo que funciona nuestro país o de cómo
tu última novia era una perra despiadada... en general no es buena idea
(incluso si tu ex-novia era en verdad horrible, mejor habla de ello con tus
amigos que con una chica a la que quieres ligar).

Por otro lado, hablar de sabores de helados, de programas de televisión o


videojuegos, de bailar, o de lo que sea que te sea agradable, eso sí es una
buena idea. Sobre todo tomando en cuenta que los temas no son tan
importantes.

Pero eso no es todo. No basta con evitar hablar de cosas horribles, también es
necesario escucharla.

Si sólo hablas de lo que tú quieres hablar y nunca la escuchas entonces vas a


aburrirla. No solo eso, lo mejor es que, en general, mientras más la escuchas,
más le haces sentir que le estás poniendo toda tu atención (porque es serio) y
eso es bueno. La mayoría de las mujeres, cuando te enfocas en escucharlas,
sienten que eres muy buen conversador, probablemente porque la mayoría de
las personas con quien hablan simplemente dicen sus monólogos sin nunca
escucharlas...

Ah y una cosa más: no necesitas conectar todo lo que dices con la


conversación. Si de pronto hay un silencio y tienes ganas de decir algo que no
viene al caso con lo que estabas diciendo antes, hazlo (aunque tampoco se
trata de interrumpirla a cada frase para decir algo que no tiene nada que ver
pues eso puede ser muy molesto). No te preocupes por los silencios, son
naturales. De hecho es importante utilizar los silencios para crear curiosidad y
además, es importante poder estar sin hablar y aun así sentirse cómodo en
presencia de una mujer pues obviamente no puedes esperar estar hablando
todo el tiempo cuando estés con ella (si no eso va a crear una relación muy
incómoda).
No olvides divertirte y verás que todo estará bien.
3. Dirigir la conversación
Ahora vamos a pasar a la parte más “técnica” de este libro. Vamos a hablar
de “inferencia” y de manera breve hablaremos de como entendemos el
lenguaje y cómo puedes usar esta información a tu favor. Vamos a ver cómo
puedes dirigir una conversación de manera a generar el tipo de emociones
que tú quieres y finalmente te voy a dar un ejercicio que va a ayudarte a
desarrollar tu habilidad para dirigir las conversaciones de manera sutil pero
poderosa.

Pero antes que nada, vamos a hablar de algo muy importante y fundamental:
la diferencia entre significante y significado.

Es más, se trata de algo tan fundamental que probablemente lo viste en la


escuela o has escuchado de ello, sin embargo lo más probable es que nunca
antes hayas pensado en esto de esta manera. Seguro si sabes de qué estoy
hablando cuando hablo de significante o significado entonces te estás
preguntando por qué es tan importante, a menos que ya hayas leído este libro
antes.

Como quizá ya sabes, el significante es aquello que tiene uno o más


significados. Por ejemplo cuando dices la palabra “entender”, el sonido que
produces (o en este caso, el dibujo en negro sobre blanco de los símbolos que
llamamos “letras” y que lees) es el significante, mientras que lo que se
entiende (lo que yo quiero transmitir/lo que tú entiendes) es el significado.

Y aquí llegamos al primer punto en donde la explicación no es suficiente.


Como hablamos de significado, pareciera que solo existe un “significado” y
esto no es cierto.

Las palabras que dices son una descripción de lo que quieres decir.

Las palabras que dices no son en sí mismas aquello que quieres comunicar
sino que son una descripción, una abstracción verbal de aquello que quieres
comunicar. Por ejemplo si digo que escuché un ruido agudo a lo lejos lo que
digo sobre el ruido no es el ruido en sí mismo sino una descripción del
mismo.
Al momento de escucharlas, para entenderlas, la persona que escucha tus
palabras debe primero interpretarlas. Así, tenemos dos “significados”
diferentes para un mismo significante: el significado de lo que quisiste decir
y el significado de lo que la otra persona entendió. Y sin embargo, en la
mayoría de las interacciones humanas, el que habla asume que el que escucha
entiende lo que el quiso decir, como si hablar fuera una manera de transmitir
significados directamente.

Dicho de otra forma, muchas personas creen que lo que entendieron fue lo
que la otra persona quería decir o que lo que quieren decir la otra persona lo
va a entender forzosamente pero esto no es así, los significados no se
transmiten sino lo que sucede es que se produce una serie de sonidos y la otra
persona utiliza su propia experiencia personal (diferente de la experiencia
personal de la persona que habla) para entender lo que se está diciendo.

Por eso sólo podemos entender algo si hemos tenido experiencias suficientes
suficientemente similares para poder interpretar lo que estamos escuchando
lo suficiente para entenderlo.

En este sentido lo más importante no es “lo que dices” sino lo que ella
entiende.

Tómate un momento para entender esta última frase pues vas a descubrir que
estás tan acostumbrado a darle más importancia a lo que dices que vas a
olvidar darle la importancia necesaria a lo que ella entiende.

Cuando vayas a hablar con las mujeres que te gustan vas a notar que mientras
más hablas basándote en lo que ella entiende y no en lo que tú quieres decir
ese cambio de perspectiva va a cambiar tu manera de hablar con las mujeres
de manera muy potente. Es más, es tan importante que lo voy a decir de
nuevo:

Al hablar con las mujeres, lo importante no es lo que dices sino lo que ella
entiende.

A esto se le llama “reacción semántica”.

En realidad, la reacción semántica sucede como respuesta no sólo a las


palabras, sino a cualquier cosa que percibimos, se refiere a la respuesta de
nuestro sistema nervioso a los impulsos externos a los que es sometido. Para
decirlo con palabras más simples, si ves tu platillo favorito y se te antoja, la
reacción de que se te antoje es la respuesta o reacción semántica al estímulo
de ver tu platillo favorito. Cuando entiendes lo que alguien dice, lo que
sucede es similar en el sentido de que existe un estímulo (el sonido de lo que
se dice) y una respuesta semántica (lo que entiendes, si entiendes o la
confusión si no entiendes).

Y esa respuesta semántica no es solo “intelectual”, es una reacción


psicofisiológica en la que intervienen tanto el cuerpo como las emociones
como el intelecto. Por ejemplo piensa en un chiste, cuando alguien cuenta un
chiste está produciendo sonidos que estimulan el sistema nervioso de las
personas que escuchan el chiste y produce una reacción que incluye tanto el
lado intelectual (lo que se entiende del chiste) como emocional (la risa) como
físico (los movimientos causados por la risa). También una historia aburrida
produce respuestas intelectuales, emocionales y físicas.

Y por supuesto, para entender lo que alguien dice, utilizas el contexto y la


manera que tiene de decirlo, además de tu experiencia personal, porque las
mismas palabras, dichas de manera diferente, pueden querer decir incluso lo
contrario (por ejemplo en el caso del sarcasmo).

Tomando esto en cuenta, si tú quieres comunicar un mensaje X, y dices algo


que para ti significa X, eso no es suficiente, es casi como caminar con los
ojos cerrados. El proceso para realmente comunicar X empieza igual,
diciendo algo que para ti significa X y luego observando las partes
observables de la respuesta semántica de la persona con quien quieres
comunicar y pidiendo o generando retroalimentación respecto a lo que la
persona entendió (que llamaremos Y) de manera que, si lo que la persona
entendió es muy diferente de X puedes decir algo más e ir ajustando “lo que
la persona entendió” (Y) para irlo acercando a X hasta que sea lo
suficientemente similar para que estés satisfecho de que la persona tiene un
entendimiento Y suficientemente similar a X.

Pero esto va más allá. No sólo se trata de lo que la otra persona entiende sino
de cómo reacciona. Enfocándonos en el tema de este libro, la idea es poner
atención para saber si lo que estás diciendo dicho como lo estás diciendo está
provocando la respuesta semántica (o reacción semántica) que buscas.

No caigas en el error en el que caían muchos de mis clientes al principio


(antes de que me diera cuenta) de creer que lo que le dices es lo importante.
No importa qué tan romántico sea, de hecho puedes decir algo
completamente mundano o banal pero de una manera sensual, romántica,
excitante, y eso funcionará mucho mejor.

¿Qué es una manera excitante? Aquella que hace que ella responda
excitándose. Vas a notar que si buscas ajustar tus maneras de hablar para
obtener la clase de respuestas que quieres, tu comunicación será tanto más
poderosa.

Y esto nos lleva a un punto clave: no te concentres únicamente en comunicar


el significado que quieres, recuerda también buscar la emoción que quieres
despertar.

Si únicamente te quedaras con lo del significado, por lo menos mejorarías en


tu claridad al comunicar, sin embargo cuando lo amplías para abarcar las
emociones (y reacciones físicas) de ella, de pronto este modelo tiene sentido
para hablar con las mujeres que te gustan.

Podríamos decir que “El significado de lo que dices es la reacción que


obtienes cuando ella lo entiende”.

Lo que significa que el significado de lo que dices no es “lo que quieres


decir”.

Seguramente hay emociones que te gustaría hacerles experimentar y


seguramente también hay acciones que te gustaría incitar... y vas a descubrir
que, sobre todo cuando se trata de acciones o emociones placenteras, es muy
fácil utilizar tu habla como herramienta para “provocarlas” en las mujeres
que te gustan. Todo empieza por poner atención en el proceso comunicativo.

Ahora, seguramente has notado, aunque hasta ahora no habías visto la


utilidad de ello, que cuando una persona habla de un evento triste esa persona
tiende a ponerse triste y que cuando una persona habla de algo emocionante
la emoción se puede escuchar en su voz. De hecho, si alguien te dice que algo
es emocionante pero te lo dice con una voz monótona y aburrida lo más
seguro es que te cueste trabajo creerle. Cuando alguien habla de algo que lo
hizo enojar, por lo general se nota en su manera de contarlo.

Pues bien, ¿qué pasaría si diriges la conversación para hacer que ella hable de
situaciones en las que ha vivido las emociones que te interesa provocar? Por
supuesto, esta no es la única manera de provocar emociones sin embargo es
una manera muy poderosa...

¿Tú sabes lo que significa “inferencia”?

Es un proceso mental que todos hacemos y que es cuando “unimos los


puntos”. Si alguna vez has experimentado conscientemente el “conectar”
todas las partes y que algo tenga sentido (como un rompecabezas y las piezas
caen en su lugar o una historia de misterio), esa es una manera de inferir.

Un ejemplo mundano de inferencia es cuando abres una puerta. Has visto


tantas puertas que ya sabes, en general, como abrirlas. Inferiste la manera de
abrir una puerta de tu experiencia abriendo puertas.

La inferencia es un proceso natural y nos permite predecir el futuro hasta


cierto punto y es en parte la base de nuestra realidad. Por ejemplo, si notas las
diferencias culturales que existen de un país a otro, puedes notar que la
diferencia en el contexto y por lo tanto el tipo de estímulos que reciben
ciertas personas genera diferentes religiones, hábitos, rituales, estructuras
sociales, etc. (los cuales a su vez se convierten en parte del ambiente y se
convierten en estímulos que permiten nuevas inferencias). Para darte un
ejemplo más primario, pregúntate: ¿cómo sabes que el Sol va a salir mañana?

La inferencia es un tipo de reacción semántica que funciona a través del


tiempo y que une eventos diferentes pero estructuralmente similares. Por
ejemplo si creciste en un ambiente lleno de perros agresivos y fuera de
control, lo más probable es que tu relación con los perros sea diferente de la
de alguien a quien un perro le salvó la vida.

Y ¿cómo se aplica esto a la hora de hablar con las mujeres?

Por un lado significa que no todas las mujeres van a reaccionar igual al
mismo tema y obviamente eso es normal.

Además, significa que cada vez que hablas con una mujer te tienes que
adaptar, hasta cierto punto, a ella. Por ejemplo sexualmente no a todas las
mujeres les gusta lo mismo, y si quieres gustarle a una mujer vas a necesitar
adaptarte un poco a ella, siempre dentro de los límites de lo que es disfrutable
para ti.

Por ejemplo, si a ella lo único que le excita es el sadomasoquismo y humillar


hombres y eso a ti no te va, precisamente no se trata de que te dejes humillar
solo por estar con ella.

Por supuesto, puedes enseñarle a disfrutar de otras maneras del sexo pero al
final de cuentas va a haber algo en ella que no podrás satisfacer (porque “no
te va”), y es importante tomar eso en cuenta.

De manera más general, si no “eres” compatible con ella, te puedes hacer


compatible con ella pero es importante que respetes tus propios límites de lo
que estás dispuesto a hacer para ser compatible con ella. Aun así, este no es
un factor definitivo, sino simplemente uno que influencia, como por ejemplo
si a ella le gusta el cine y a ti el teatro eso no tiene por qué ser un problema,
incluso si a ti no te gusta el cine... si entiendes a lo que me refiero.

La idea sobre todo es no enamorarse de un ideal y luego hacer todo por


seducir a la mujer que parece encarnar ese ideal (pista: ninguna mujer es
perfecta, así como ningún hombre es perfecto, y obviamente ninguna mujer
es ideal) porque en ese caso estás enamorado de un ideal, de una
representación mental y no de una mujer.

En realidad de lo que te estoy hablando aquí es de un principio de la


cibernética (la ciencia que estudia los mecanismos de control) de que el
elemento con mayor variabilidad en un sistema es el que controla ese sistema.
O para decirlo con una metáfora, el roble que es fuerte y duro, cuando hay
vientos demasiado rápidos se quiebra; el bambú que es flexible se dobla con
el viento y así evita romperse.

Por otro lado, es normal que tengas un “ideal” pero no exijas que las personas
reales se comporten como las ideales.
Pero tampoco asumas que te tienes que doblar a lo que ella quiere.

La cosa es que si puedes descubrir y darle lo que ella quiere (y no lo que ellas
quieren porque no se trata de generalidades sino de cada caso específico en el
que te encuentres), vas a poder fácilmente pedir lo que tú quieres; si te das
cuenta, te estoy hablando de esta cosa nueva y de onda que los jóvenes de
hoy en día llaman “negociación” (ya en serio, la negociación no tiene nada de
nuevo).

¿Cómo te suena eso de poder pedirle lo que tú quieres? Piensa en tus


fantasías... e imagínatela ansiosa de cumplirlas para ti... porque tú cumples
las de ella... y la mayoría de las veces no es muy difícil cubrir con “tu parte
del trato”. De hecho muchas veces es muy divertido cumplir con tu parte del
trato. La idea es prepárate para la aventura de conocerla y estar listo para
adaptarte a la situación, como una especie de agente secreto o ninja o lo que
sea que te ayude a visualizar la idea de adaptarte a la situación.

Pero regresando a la idea de dirigir la conversación y habiendo hablado de la


inducción, la idea es hablar de temas que generen las emociones que quieres
generar, para ella. Para generar la misma emoción en dos personas diferentes
necesitas algunas veces los mismos temas y algunas veces temas diferentes.

Y entonces, ¿cómo saber cuáles son los temas?

Lo que tienes que hacer es hablar de esas emociones. Así de sencillo.


Preguntarle, por ejemplo, si lo que quieres es despertar sus ganas de aventura,
le puedes preguntar “¿cuál ha sido tu aventura favorita?” (Recuerda que lo
importante no es la frase sino la respuesta semántica, o sea no importa como
lo digas sino que ella entienda la idea) o si lo que te interesa es saber sobre
atracción le puedes preguntar “¿alguna vez te has sentido atraída por alguien
que no conocías?”. La cosa es que al llevar la conversación al tema vas a
notar otros temas conectados con el tema general (la emoción). A estos otros
temas conectados se les llama campo semántico de la emoción en cuestión.

Por ejemplo, si ella te habla de cómo le atrae un hombre que sepa bailar,
puedes hablar del baile pues forma parte del campo semántico de la atracción
para ella. Puedes hablar de la sensualidad de un baila o lo divertido de
bailar...
Y por supuesto, tus acciones, tu actitud, el contexto, etc., cuentan muchas
veces más que tus palabras.

Y ahora el ejercicio que te prometí.

Este ejercicio, si no me equivoco y no mal recuerdo, es de Milton H.


Erickson de Phoenix, Arizona, hipnotista y psiquiatra famoso por sus curas
“milagrosas” y su comunicación hipnótica. Y si no lo es entonces está inspirado por su
obra.

Es un ejercicio que puedes realizar en cualquier momento en el que estés


teniendo una conversación y lo que tienes que hacer es empezar por elegir un
tema cotidiano y luego escuchando y poniendo atención a lo que la otra
persona dice.

La idea es que sea un tema del que cualquier persona podría hablar.
Especialmente si conoces a la persona en cuestión puedes elegir un tema con
facilidad, pero si no, simplemente elige algo general, como el clima o algo
que se hable en las noticias.

El ejercicio es, al escuchar lo que la otra persona dice con atención, hacer que
le otra persona empiece a hablar del tema elegido por sí misma. La manera de
hacerlo es precisamente escuchando lo que la persona dice en una
conversación normal y buscar los elementos de lo que la otra persona dice
que puedan acercar al tema elegido, los elementos que pueden formar parte
del campo semántico del tema elegido y luego simplemente repetirlos o hacer
alguna pregunta sobre ellos...

Por ejemplo, si el tema son los impuestos y la persona dice algo sobre el
dinero, sin hablar de impuestos (porque si no, no estás utilizando la
inducción), puedes dirigir la conversación hacia el dinero, y si habla de
gastos, hacia gastos, y buscar irte acercando o al menos girando alrededor del
tema, de manera a que la otra persona empiece a hablar de los impuestos por
sí misma. Y no te preocupes si no lo logras a la primera, lo importante es la
experiencia que vas a obtener de aprender a hacerlo.

El objetivo del juego es, basándote solo en lo que dice la otra persona (puedes
hacer preguntas sobre lo que dijo, o repetir algo que dijo para obtener más
información), inducir en ella el tema que elegiste.
EJERCICIO 3:

Elige un tema que a ti te guste y busca, al hablar con una mujer atractiva, sin
decir el tema directamente, que ella sea la que se ponga a hablar de eso.
Puntos extra si es algo “geek” o “nerd” como la Guerra de las Galaxias,
programación de computadoras o algo que creas que te va a costar trabajo.

Repite el ejercicio hasta que logres evocar al menos 3 temas diferentes con 3
mujeres diferentes (un tema cada una, o más).

Recuerda que esto es sólo un ejercicio para darte una cierta experiencia
sensorial para enriquecer tu conocimiento inconsciente. No es la manera en la
que se supone que te comuniques con todas las mujeres todo el tiempo, es
sólo una manera de hacerlo (y que tiene por objetivo tu aprendizaje, en este
caso).

Sobre todo, tómalo como una especie de juego. Recuerda divertirte.


4. El siguiente paso
Como ya vimos, cuando una mujer te dice algo, no hay que confundir
significante con significado, esto es que lo que tú entiendes no es
forzosamente lo que ella quiso decir y que lo que ella dijo es una descripción
de lo que quiso decir. Lo que ella dice es resultado de un proceso de
abstracción.

Por ejemplo quizá ella tiene en mente una imagen y te está describiendo la
imagen, quizá de una playa. Al describirte la imagen de la playa, ella no usa
imágenes sino palabras (a menos que te muestre una foto o algo pero estamos
hablando de comunicación oral) y la descripción es una abstracción de la
imagen y por lo tanto la descripción no es la imagen.

¿Y?

Lo que sucede es que, para pasar de la imagen a la descripción se tienen que


eliminar muchos detalles. Toda descripción es incompleta y lo que esto
significa para ti es que es posible siempre tener algo que decir o preguntar
para continuar una conversación. Si en verdad escuchas lo que ella te dice
buscando entenderlo, es bastante obvio que siempre hay un siguiente paso
posible.

Y no quiero decir que tengas que estar siempre hablando pero lo que quiero
es que nunca más te quedes sin nada que decir. Si quieres decir algo y no
sabes ni de qué hablar, no te preocupes, siempre hay algo qué decir, siempre
se puede continuar la conversación. De esto se trata este cuarto y último
punto.

Pero volviendo a la descripción de la playa, no importa lo que ella te diga, no


puede decirte TODO sobre la imagen de la playa que tiene en mente.

Por ejemplo, quizá la descripción no es muy completa y ella simplemente


dice algo como: “ayer vi una foto de una playa y se veía muy bonita”.

En ese caso, puedes preguntar en dónde fue que vio esa foto o puedes
preguntar qué fue lo que le pareció bonito de la playa o qué playa era... La
cosa es que, independientemente de lo que ella te diga, siempre hay más
información que no ha dicho. Por ejemplo, si la estás conociendo y le
preguntas qué música le gusta, y ella te dice algún autor que a ti también te
gusta, siempre puedes decirle que te gusta tal o cual canción de ese autor.

Por ejemplo, cuando ella te dice que se siente de cierta manera X, tú le


puedes preguntar qué es lo que la hace sentir X o le puedes preguntar si siente
X con muy seguido, o qué tan X se siente... Por supuesto estos son sólo
ejemplos (generales), pero lo importante es que te des cuenta de cómo puedes
encontrar algo de qué hablar en cualquier situación sin necesidad de aprender
nada de memoria.

Lo que me recuerda la historia de un amigo que se acercó a hablar con una


chica muy guapa, y aunque me dijo que no se sentía particularmente seguro
de sí mismo, en su actitud no se notaba y parecía bastante tranquilo pero lo
importante es que se acercó a ella y no sé exactamente lo que le dijo pero
algo así como “Hola, me llamo Juan” y ella le respondió “no me interesa”.

Mi amigo preguntó: “¿Qué es lo que no te interesa?” y ella respondió “No me


interesa salir contigo”.

· Buena idea, no se me había ocurrido. ¿Qué día no te interesa salir


conmigo?

· No eres mi tipo.

· ¿Qué es lo que no te gusta de mí?

· Para empezar, tu forma de vestir.

· Entonces me quito la ropa y ya.”

Y ella sonrió y siguieron hablando pero el punto es que lo que parecía una
respuesta totalmente árida se convirtió en una respuesta positiva. Como
puedes ver, mi amigo no siguió simplemente insistiendo ni se dio por
vencido. Muchos, desde el momento en el que ella dijo “no me interesa” se
hubieran dado por vencidos. Otros lo que hubieran hecho sería suplicarle de
una forma u otra, como por ejemplo decirle que le van a mostrar un truco de
magia o algo así, con tal de mantener su atención un poco más.
Mi amigo escuchó lo que ella dijo, no la ignoró. Sin embargo, no asumió que
todo estaba perdido. La escuchó y respondió a lo que dijo, de manera natural.

Y yo sé que habrá quien haga el comentario de que “Rogelio Consejo


necesitó todo un libro para dar un tip muy estúpido” pero lo cierto es que, de
una u otra manera –y es probable que no te des cuenta de que lo haces-, si
tienes dificultades a la hora de hablar con una mujer es porque no le estabas
poniendo suficiente atención, haciéndole caso. Aunque claro, lo que te digo va más allá
de “simplemente hacerle caso”.

Sin embargo, ahí te va un “tip pro”: existen dos maneras de representar una
acción (por lo menos), una es a través de un verbo y la otra a través de un
sustantivo y son diferentes en lo que implican porque cuando uno usa una
acción como sustantivo esa acción suena más permanente que cuando se usa
como verbo. Permíteme darte un ejemplo.

Si yo digo “Lo que entiendes de este texto” y “Tu entendimiento de este


texto”, la primera versión da una impresión más dinámica. Si te digo que “lo
que entiendes de este texto”, entender se ve como un proceso, mientras que si
hablamos de “tu entendimiento de este texto”, suena más como un resultado
(más estático, que no cambia).

“Lo que entiendes ahora mientras lees” es mucho más dinámico que “Tu
entendimiento de la lectura”. “Lo que entiendes ahora mientras lees”
cambia cada vez que lees mientras que “tu entendimiento de la lectura”
parece algo definitivo, final, que no va a cambiar (como un pariente necio).

Pues bien, cuando una chica dice que “no hay química” parece algo
definitivo. Ahora compara eso con “no siento atracción por ti en este
momento”. ¿Diferente?

Sin embargo, ambas frases “significan” lo mismo en el sentido de que


apuntan a una misma experiencia. Si una persona no siente atracción en un
momento dado, puede creer que “no hay química”. Eso no significa que no se
pueda crear la “química” (pregúntale a Walter White).

Por ejemplo, recuerdo a un alumno que me contó que le habían dicho que no
había química y él contestó “¿cómo cuánta química crees que necesitemos tú
y yo para que podamos funcionar sexualmente?” a lo que ella contestó con
una carcajada. De ser algo “definitivo”, en una frase, lo cambió por algo que se podía cambiar.

La cosa es que si te das cuenta de tu propia reacción “subconsciente”


entonces la puedes cambiar y “reaccionar” o responder de manera más
adecuada si es necesario. La manera en la que respondemos y entendemos lo
que nos dice alguien es, en su mayoría, inconsciente.

Aunque sabemos qué es lo que entendemos, cómo lo entendemos es muchas


veces un misterio. Aquí lo que te estoy recomendando es que pongas atención
a una parte de cómo entendemos los verbos y los sustantivos... en tanto que
persona, esto puede abrir muchos nuevos caminos, saber no sólo qué sabes
sino cómo sabes... es importante para poder comunicar de maneras más
potentes.

Aunque para el tema que estamos tratando, basta con recordar que lo que una
persona dice es una representación de lo que piensa o “quiere decir” y que lo
que “quiere decir” siempre es más completo que lo que la persona dice (que
nunca contiene la totalidad de “lo que quiere decir”) y que una acción
representada como verbo parece más dinámica que si está representada como
sustantivo.

Por ejemplo, si digo “ayer vi un perro” no queda claro ni en qué momento del
día ni en dónde ni qué estaba yo haciendo ni de qué clase de perro se trata
con qué características ni si se trata de un perro real o un perro en una imagen
ni digo lo que estaba haciendo el perro, etc... Para poder describir “todo”
necesitaría seguir y seguir hablando cuando quizá todos los detalles no vienen
al caso y basta con decir “ayer vi un perro”.

Cualquier frase es similar, siempre hay mucha información que no es dicha


en la frase pues la frase es una abstracción de las imágenes, sonidos, olores,
sabores y sensaciones mentales (ya sean recuerdos o imaginados o percibidos
en el presente) que la persona intenta comunicar. Así, no importa lo que ella
diga, diga lo que diga siempre hay más que se puede saber sobre eso que ella
dijo así que siempre hay un siguiente paso posible (en realidad muchos).

Esto significa que si “no sabes qué decir” o “no sabes qué hacer” no es
porque no se pueda hacer o decir algo sino por tu estado mental. Es probable
que en lugar de poner atención y seguir tu curiosidad estés hablando contigo
mismo, imaginando cosas negativas, sintiéndote nervioso, inseguro, etc...

En lugar de usar frases prefabricadas para insultar a las mujeres sin que sepan
si las insultaste (nega) y presumir lo genial que eres y como cuidas a tus seres
queridos (Demostraciones de Alto Valor), mejor observa, escucha, pon
atención y notarás que estás rodeado de temas interesantes y tu vida también
está llena de temas interesantes, sólo hay que aprender a reconocerlos (y
sobre todo, a dejar de hacer cosas que no te permitan poner atención, por lo
menos cuando quieres ligar a una mujer que te gusta).
EJERCICIO 4:

Prueba con unas 10 frases diferentes en las que escribas una acción como un
sustantivo. Por ejemplo, “el encuentro”, “la llegada”, “el pensamiento”.
Luego, escribe las frases correspondientes si la acción se escribe como verbo,
por ejemplo, “encontrar”, “llegar”, “pensar”.

Nota las diferencias entre las frases iniciales y las frases transformadas.
Recapitulando...
Si has leído hasta aquí, seguramente mucho de lo que vas a leer ya lo has ido
descubriendo, SIN EMBARGO, en esta última parte te presento la
información de manera un poco diferente. Además, esta sección te puede
servir para refrescar rápidamente tus conocimientos de ahora en adelante. Sin
embargo, si sólo leyeras esta sección perderías mucha información, muchos
detalles, así que realmente piénsalo como una sección para revisar lo que ya
has aprendido.

Pero no sólo eso. La verdad también incluí algunas cosas nuevas dentro de
esta recapitulación, así que la lectura de este libro no está tampoco completa
sin esta sección. No te preocupes, es una sección bastante corta y sobre todo a
la cual vas a sacarle mucho valor.

Quizá algunas de las cosas que leas aquí incluso ya las habías olvidado, pero
recuerda que el interés de esta última parte no es únicamente repetir lo que ya
se dijo sino sobre todo ayudarte a “internalizarlo”. Estás en la última recta de
este libro. La mayor parte del cambio ya fue realizado, ya lo viviste
(asumiendo que leíste todo e hiciste los ejercicios).

Ahora solo falta empacar todo lo que aprendiste para que sea más fácil
llevarlo contigo.
Lo que quieren las mujeres
Cada individuo es diferente de los demás.

Aunque, siendo seres humanos, nos parecemos en muchos sentidos (y


podemos compartir, parcialmente, nuestras experiencias los unos con los
otros), sin embargo nadie es otra persona, no por mucho que se parezcan,
como un par de gemelos idénticos no son la misma persona o un padre y su
hijo no importa qué tanto se parezcan, no son la misma persona, o incluso los
amigos, un amigo puede parecerse a un segundo amigo pero no es él, de la
misma manera en que dos personas de la misma cultura se pueden parecer sin
llegar por ello a ser una misma persona.

Cada individuo único percibe el mundo desde un punto de vista único y


esencialmente irrepetible pues dos personas no pueden ocupar el mismo
espacio-tiempo.

Por ejemplo, cuando vas al cine, la mayoría de las veces (depende del cine y
de la película, supongo) hay otras personas viendo la misma película que tú.
Exactamente la misma película, pero desde un ángulo diferente, algunos con
refresco, palomitas, cerveza, chocolate, hot-dog, tacos de contrabando o nada
en particular, la experiencia sensorial de una persona es diferente de la de una
segunda persona y ambas son diferentes de la de una tercera persona, etc.

Y no solo eso, cada quién, más o menos por las mismas razones, al momento
de ver la película, tiene una serie de experiencias previas (llamémosla
también “vida”) diferente de la de las demás personas y por lo mismo,
“vivimos”, “interpretamos”, “abstraemos” la película de maneras diferentes.
Como cuando alguien se ríe en una película en un momento en el que tú no
entiendes ni por qué se ríe: todos somos únicos y entendemos el mundo de
manera más o menos única.

¿Y por qué soy tan explícito sobre este punto?

Fácil, quiero que lo tomes bien en cuenta – que todos somos individuos
“únicos”, y no somos los demás ni tenemos la misma “vida” o la misma
interpretación de las cosas que los demás – antes de decirte lo que te voy a
decir y que es muy importante.
Algunos dirían que vivimos en realidades diferentes aunque personalmente
suena como si hubiera que atravesar universos enteros para alcanzar a otro ser
humano así que prefiero decir no que “vivimos en realidades diferentes” sino
que abstraemos de maneras diferentes porque tenemos experiencias distintas
del universo.

Incluso una película, que es la misma secuencia de imágenes y sonidos, cada


quién la ve y la escucha a su manera. Por eso no todos escuchamos la misma
música y lo que para unos es música para otros es escándalo.

Como la historia de los hombres ciegos que habían escuchado hablar de los
elefantes pero no habían tenido contacto con uno y pues cuando trataron de
entender lo que era un elefante, tocándolo, no se lograron poner de acuerdo
porque a unos el elefante le parecía como tronco de árbol, a otros les parecía
como una manguera gruesa, a otros como una especie de brocha...
dependiendo de su “punto de vista”, por si ves hacia dónde va esto.

Ahora pregúntate: ¿Por qué yo afirmo que preguntarse “qué es lo que quieren
las mujeres” no tiene sentido (literalmente, parecen palabras pero es ruido)?

¿Crees que puedes pensar en algo que TODAS las mujeres quieren? Todas
sin excepción. Incluyendo a tu madre, a tu abuela, a las mujeres de dos años
de edad, a la que trabaja donde compras tu comida...

Seguro que para ti “guapo, alto y con mucho dinero” (o las variaciones de
eso) empieza a tener cada vez menos sentido...

A menos que busques a una mujer que busque a un hombre con dinero...

No sólo eso, la mayoría de las personas queremos más de una sola cosa
además de que por lo general aquello que queremos cambia de momento a
otro dependiendo del contexto... por ejemplo respirar es muy agradable pero
no cuando estás bajo el agua. ¿Me sigues?

O qué tal comer tu pizza favorita (o helado, o lo que sea) cuando te sientes
mal del estómago... creo que ves el punto.

Y seguro vez entonces la relación entre los errores en los falsos conceptos de
“qué quieren las mujeres”, “cómo gustarle a una mujer”, “cómo decirle a una
mujer que te gusta”, etc. Si generalizas demasiado, si pierdes demasiado
detalle, entonces caes en el error de no poner realmente atención a la mujer
específica a la que te quieres ligar.

Si lo que quieres es una píldora mágica que resuelva tus problemas o un


programa de computadora que seduzca por ti lo más probable es que ni
siquiera estés leyendo esto en este momento y como yo sé que sí lo estás
leyendo, quiero suponer que entiendes que nadie aprende a caminar al primer
paso y que no puedes aprender a nadar solamente leyendo un libro, por muy
bueno que sea, si no practicas lo que estás aprendiendo al leer ese libro. Y
aquí el orden es importante.

Por alguna razón, algunas personas le atribuyen un lado “mágico” a las


palabras pero ese lado “mágico” en lugar de despertar su curiosidad, sirve
como un bloqueo mental: si es “mágico” nunca voy a entenderlo así que ni
vale la pena intentar, o por lo menos eso parece ser la actitud de quien lo
hace. Por ejemplo es bastante mágico que un niño de genética japonesa o
hindú que crece en algún país de Europa aprenda los idiomas a los que se
enfrente (español, inglés, francés, alemán, italiano, etc.) de manera
completamente natural. Más aún, un niño no necesita saber español, francés,
inglés, etc., para poder aprender su lengua materna.

En el caso de la seducción, para algunas personas es como si existieran frases


secretas y que aquel que las conoce y las utiliza obtiene resultados increíbles
(algo así como “supercalifragilísticoespiralidoso”) y nota su capacidad de
persuasión montar hasta el espacio, como fórmulas mágicas que con decirlas
resuelven todos tus problemas (por lo menos en materia de seducción).

En cierta manera es como intentar aprender a sumar aprendiendo las sumas


de memoria, aprender que 1+1=2 y luego que 1+2=3 y 1+3=4.... y así
aprender de memoria cada suma... pero el problema no sólo es que es un
sistema muy poco práctico y muy lento (aunque también cuenta), el problema
es que el día en que te encuentras con una suma como 890+2 si tú no te
aprendiste las sumas más allá de 890+1 entonces no vas a saber cuánto es
890+2 porque en lugar de aprender cómo hacerlo (entender los “principios”),
intentaste aprenderte de memoria cada combinación posible y en realidad con
muy pocos “principios” puedes obtener una cantidad de combinaciones
posibles prácticamente inimaginable.

Por ejemplo, si sabes cómo sumar no necesitas aprenderte todas las sumas de
memoria para poder realizar por ti mismo cualquier suma con la que te
encuentres, ¿cierto? Incluso las sumas que nunca antes habías visto las
puedes resolver, cosa que no puedes hacer con el método de “aprender de
memoria”.

Pero, si no existen fórmulas mágicas que hay que aprenderse de memoria,


entonces, ¿cómo es que este libro puede ayudarte a aprender a hablar con las
mujeres de la manera en la que quieres hacerlo? Como seguro ya te has ido
dando cuenta, la palabra clave son “principios”, a la cual añadiré una segunda
palabra, “modelos”. La idea no es “aprender de memoria” la idea es
“entender”.

Como te darás quizá cuenta en algún momento (aunque no es necesario), el


sólo acto de leer estas palabras y entenderlas hace que tu mente adquiera
ciertas configuraciones que te permiten pensar de nuevas maneras.

Es un poco como en los libros de Carlos Castañeda, el brujo Don Juan


explica que cuando uno mueve el “punto de encaje” por fuera de los límites
del huevo luminoso de energía de su ser, y si mantiene ese punto de encaje en
una posición externa a los límites durante un tiempo suficiente, los límites
empiezan a cambiar y el huevo de energía va cambiando su forma. Pero no te
preocupes por entender este último párrafo, es sólo un ejemplo para quienes
les interesa el chamanismo, la brujería, los pueblos nativo-americanos, la
antropología y esas cosas o para quienes se sientes muy brujos y leyeron algo
sobre Don Juan.

Otra metáfora-explicación sería decir que para entender los “conceptos” de


este libro, sus “ideas”, al deslizar tu vista por las palabras e interpretarlas
necesitas hacer uso de ciertos canales neuronales, usar tu cerebro de ciertas
maneras siguiendo ciertos caminos, y el cerebro funciona de manera que se
transforma a través de nuestros pensamientos y actos.

Dicho de otra forma, al leer y entender las palabras que hay en este libro, para
poder realizar la acción de leer y entender, necesitas utilizar tu mente de
ciertas maneras que la transforman. Es como leer la “teoría de la relatividad
espacial y general” de Albert Einstein, para poder entenderlo necesitas
entender que nuestras interpretaciones del mundo, por muy “probadas” que
estén (como la ciencia), no son definitivos. Por ejemplo la ciencia es
confiable precisamente porque se revisa y adapta (cambia) constantemente.

Lo importante es que repliques en tu mente ciertas estructuras de


conocimiento que te permitirán prescindir (no necesitar) de “aprender de
memoria” o de saber “lo que quieren las mujeres” para poder atraer,
conocerla, gustarle, ligarla, conquistarla, enamorarla, emocionarla, excitarla...

Empezamos deshaciendo los hechizos / conjuros / sortilegios / maleficios /


malos hábitos que te limitan y creando nuevos y poderosos estados mentales /
hábitos / habilidades / poderes que te permitirán hablar con las mujeres como
nunca antes lo habías hecho (¿como un mago de la seducción?).

Pero todo es una metáfora. Obviamente la magia es solamente tecnología


incomprensible (como un encendedor para un hombre de las cavernas), lo
que significa que cuando tu técnica mejore lo suficiente harás lo que ahora
podrías considerar “magia”. ¿Suena bien? Si no, ajusta la voz en tu cabeza y
sigue leyendo...

Pero volviendo al hilo del texto, hay varias ilusiones que la sociedad (y tu
educación y tu entorno) ha cultivado en ti, y una de ellas es la idea de “lo que
quieren las mujeres”. Recuerda que cada ser humano es único y ha tenido una
vida única.

El primer paso para aprender a hablar con las mujeres (de manera irresistible)
es eliminar esa ilusión y aprender a ver sin ser cegado por ella.

Recuerda olvidar buscar lo que quieren las mujeres y en lugar de eso,


enfócate en lo que quieres tú sin olvidar poner tu atención el “ella”.
Tus metas, tus objetivos y “cómo saber qué decirle” o “de qué
hablar”
Probablemente te ha sucedido alguna vez que viste a una chica atractiva y
fuiste a hablar con ella (quizá necesitaste armarte de valor o quizá
simplemente te lanzaste, quizá llevabas tiempo preparándote para ese
momento), quizá te presentaste o incluso es posible que le hayas dicho que
ella te parecía atractiva o algo por el estilo, quizá empezaste a hablar de algo
como el clima o le preguntaste la hora o inventaste alguna clase de excusa
pero el caso es que en algún momento es posible que te hayas encontrado en
la situación en la que estás intentando ligar y de pronto... no sabes que decir.

No sabes por dónde llevar la interacción, no sabes qué hacer o no sabes de


qué hablar...

¿Te suena familiar? ¿Te ha sucedido?

Bueno, pues, partiendo del hecho que ya debe estar claro para ti lo absurdo
del concepto de “lo que quieren las mujeres” ahora podemos encargarnos de
que no te vuelva a suceder el problema de “no saber qué decirle” o “de qué
hablar”, vamos a resolverlo de una vez por todas.

Hay algo de lo que rara vez se habla en los libros de seducción, ligue, Avens,
etc.

Se habla de lo que se necesita para atraer a una mujer: valor, admiración,


reconocimiento, demostrar que cuidas a tus amigos, demostrar que eres
atractivo para otras mujeres, demostrar que existe un motivo de que ella te
guste, controlar “el marco”, y un largo etcétera; cada autor tiene su propia
lista de “lo que quieren las mujeres”.

Cantidad de atributos que se supone que son los que necesitas desarrollar
para gustarle a las mujeres: ser alfa, ser divertido, ser osado, ser interesante,
ser millonario, ser físicamente atractivo, ser un líder de tribu (en serio, un
autor lo dice con esas palabras), y otro largo etcétera; una vez más, cada autor
tiene sus favoritas, dependiendo de lo que cree que es “lo que quieren las
mujeres”.
Y sin embargo, hay algo de lo que se habla poco. Se habla poco de lo que tú
quieres.

Y si no me crees, lee todos los libros de seducción de otros autores que


puedas encontrar y verás que son muy pocos los que hablan de algo tan
importante (en este caso). De hecho, cada autor asume que tú quieres lo
mismo que él quiere, asume que te gustan las mismas mujeres que a él le
gustan, que piensas como él pensaba antes de ser bueno ligando, etc.

Y por eso es que existen tantos métodos tan enfocados en darte frases para
que las aprendas de memoria porque intentan que en esos momentos en los
que normalmente te quedarías sin poder decir nada, tengas algo que decir:
algo que aprendiste de memoria.

Atacan el síntoma sin resolver el problema.

Como asumen que eres igual que ellos y quieres lo mismo, se enfocan en
enseñarte a imitar su manera de actuar, su manera de hablar, su manera de
ligar, etc., en lugar de ayudarte a hacer algo mucho más útil que es instalar en
tu mente un “piloto automático conversacional” que es una palabra que
inventé para llamar al proceso que te permite saber qué decir o de qué hablar
en cualquier momento

El síntoma es que no sabes que decir, la raíz del problema es que no sabes lo
que quieres.

Si arrancas el problema de raíz, obviamente terminas con el síntoma.

Dicen que si le das un pez a un hombre comerá un día pero si le enseñas a


pescar comerá cuando lo necesite (supongo que depende de que haya peces
en donde vive, pero estoy seguro de que entiendes el punto). Si entiendes los
principios...

Y por eso es importante empezar por lo que tú quieres.

Pero no sólo preguntándote “¿qué es lo que quieres?”, lo que quiero que


hagas es que pienses de esta manera: piensa en cómo vas a saber cuándo
hayas obtenido lo que quieres obtener.
Tomate un momento para realmente pensar en ello y pensarlo de manera
sensorial: qué vas a ver, qué vas a escuchar, qué vas a sentir, cómo vas a
saber que obtuviste lo que quieres obtener. Como se siente haber obtenido lo
que querías obtener.

Esto es muy importante y por eso, antes de que realmente tomes unos
minutos para definir con claridad y de manera sensorial este punto, quiero
hablarte de por qué es importante y cómo es que va a servirte el ser claro en
este caso (y hasta qué punto es bueno ser claro o cuando es mejor ser menos
específico).

Pero antes, quiero que quede claro que lo que quieres lo tienes que pensar de
manera positiva para lo que queremos hacer. Esto significa que metas como
“dejar de ser...”, “dejar de tener...” o cualquier meta que se trate de detener,
dejar, cambiar algo, lo que tienes que hacer es enfocarlo de manera positiva
pensando en qué es lo que vas a obtener cuando dejes o cambies eso.

Por ejemplo si alguien quiere “dejar de tener miedo a hablar con las mujeres”
es importante que esa persona imagine cómo va a hablar con las mujeres,
como va a sentirse, moverse, etc., cuando haya alcanzado su meta de dejar de
tener miedo. En este caso, el ejemplo de hablar con las mujeres sería, por un
lado, imaginar la reacción de “ella” (te mira con los ojos bien abiertos, no
deja de jugar con su cabello, etc.) cuando vas a hablarle y también a largo
plazo, como te ves y qué es lo que quieres obtener al aprender a hablar mejor
con las mujeres. Esto significa que lo que hay que representar de manera
sensorial es el resultado de haber alcanzado la meta. Y dicho esto, pasemos a
la explicación paso a paso.

El problema es que generalmente confundimos lo que creemos que los demás


quieren o lo que creemos que deberíamos querer con lo que realmente
queremos.

No estoy hablando de desobedecer la ley ni nada por el estilo (sabes que si lo


haces y te atrapan vas a pagar un cierto precio) sino de cuando una persona
cree que la otra persona quiere que actúe o no actúe de una cierta manera,
sobre todo a la hora de hablar con las mujeres.

“No la quiero molestar” asume que hablar con ella es molesto para ella. Con
una actitud así, es probable que sea cierto (profecía auto cumplida).

“Está ocupada” es algo bastante raro de decir. ¿Qué acaso vas a esperar a que
se vaya a dormir y no tenga nada más que hacer antes de poder hablarle?

“Yo no le hubiera gustado de todas formas” es algo que se dice la gente que
duda para no sentirse mal de haber dudado (ERROR: si dudas de ir a hablar
con una mujer y dejas pasar la oportunidad, es BUENO sentirse MAL por
ello. No quieres repetir el mismo error una y otra y otra y otra vez y dudar
cada vez que veas una mujer atractiva, ¿cierto? A menos que quieras
mantenerte alejado de ellas, lo cual dudo mucho).

“No estoy bien vestido” asume que sabes de moda y sobre todo que sabes lo
que le gusta a ella de la moda. No se tu pero a mí no me interesa TANTO la
moda. Me interesa como fenómeno humano, me interesa porque nos hace
únicos... Si lo único que te impide hablar con ella es que “no estás bien
vestido” eso le está dando a entender que es más importante cómo te ves que
el no dejar pasar la oportunidad de conocerla...

“Me sonrió, seguro está enamorada de mi” y varios meses más tarde ella no
quiere que te acerques a menos de 100 metros de distancia ni que la llames
(le puedes dejar un mail, pero no es seguro que no vaya a spam).

En general, cuando confundes tu percepción de las cosas con “la realidad”,


caes en el mismo error que un esquizofrénico que cree que sus alucinaciones
son reales.

La diferencia principal es que en el caso del esquizofrénico, el error es obvio


y en tu caso necesitas ponerte a observar lo que crees que es cierto y
compararlo con “la realidad” (en una verdadera actitud científica) y ver hasta
qué punto “realmente” coinciden para empezar a darte cuenta de cómo no
sólo las cosas no son lo que parecen y ninguna descripción es realmente
completa sino que además, sino que además, hay que estar actualizando
constantemente lo que sabemos porque nuestros modelos del mundo se van
quedando obsoletos.

Es como hacer algo sólo “porque así se hace” (como las modas) no me parece
lo más inteligente (piensa en los Lemmings y la meme creada por el
documental White Wilderness de Disney). Seguro puedes pensar en algo que
hacían o decían tus padres o tus abuelos cuando eras pequeño y que hoy en
día no tiene sentido... o en algo que tú y tus amigos pensaban cuando eras
chico y que ya no parece tan obvio...

Y con esto en mente quizá puedas darte cuenta por qué descubrir lo que
quieres es realmente un proceso en el que vas refinando...

No es lo mismo querer “una novia” que querer “una mujer que me parezca
muy atractiva y con quien pasemos momentos divertidos juntos”, por
ejemplo. La idea es que lo que tú quieres es menos una respuesta y más una
pregunta y un proceso de autoconocimiento.

Cuando vas a hablar con una mujer que te pareció atractiva, no forzosamente
sabes más sobre “qué es lo que quieres” que “conocerla” o “saber más de
ella”. No te tienes que comprometer a algo que no sabes en una situación que
no conoces, al contrario, la idea es darte la libertad de explorar.

La idea es, como decía el oráculo de Delfos: “conócete a ti mismo”.

De verdad, conócete a ti mismo.

Aprende a “usarte”, continúa con el proceso que te llevó a aprender a hablar,


a caminar, y a hacer muchas cosas que sabes hacer fácilmente: aprender a
usarte a ti mismo, aprender a dirigirte a ti mismo.

Por ejemplo, piensa en un maestro de las artes marciales que tiene absoluto
control sobre cada movimiento de su cuerpo... se conoce a si mismo...

Como Oogway la tortuga de Kung-Fu Panda.

Y tú no estás buscando aprender artes marciales pero las películas son sólo
metáforas, son historias que nos sirven como espejos...

No hay una respuesta. Ni siquiera hay una pregunta. Son muchas las
preguntas y las posibilidades de aprender a disfrutar conociéndote a ti mismo.

Por eso cada vez que leas estas palabras tendrán un sentido diferente, como si
estuvieran vivas y cambiaran las palabras en el libro, pero son las palabras en
tu mente las que crecen y evolucionan. Es tu mente la que cambia, no las
palabras de este libro.

Algo está cambiando. Si quieres seguir siendo igual en realidad tienes que
esforzarte por seguir siendo igual. Asume el cambio.

Mucho de lo que crees, verás que poco a poco te irá dejando de ser útil.
Descubrirás que piensas de nuevas maneras y eso está bien. Al principio va a
ser un poco extraño, vas a hacer cosas que quizá nunca antes habías hecho
(como hablar con una mujer MUY atractiva y sonreírle relajadamente
mientras le haces saber lo mucho que te gusta su mini falda o rechazar a una
mujer...) pero es normal que así sea porque estás aprendiendo. Sin embargo,
el proceso no se detiene ahí.

Mientras exploras “lo que quieres” y sus preguntas y como en realidad


cambia entre momentos porque no siempre quieres lo mismo, mientras lo
haces, tu aprendizaje te va a llevar mucho más allá de donde quieres llegar.

Piénsalo un momento.

Si tuvieras un genio que te cumpliera tres deseos, ¿sabrías qué pedir?

¿Qué tan claro tienes lo que quieres?

Porque si has leído hasta aquí buscando entender lo que te digo seguro
entiendes que el primer elemento fundamental para el éxito es tener claro lo
que quieres. Y eso va acompañado de conocerte a ti mismo.

Sin pretender que ya te conoces, conocerte es un proceso y no un estado final.

Es un camino, como el tao.

En otras palabras, olvídate del tesoro al final del arcoíris y concéntrate en


recorrer un camino que valga la pena recorrer.

Y recuerda, “lo que tú quieres” está sujeto a cambios. No pretendas definir


“lo que quieres” ahora y luego aferrarte a eso, más bien, utiliza este proceso
para ayudarte a darle a “lo que quieres” la importancia que merece.
Las palabras en el papel no sirven de nada, hasta que las aplicas, como en el
caso de una ley.
Como generar valor
Este es un tema muy discutido en ciertas comunidades de seducción porque,
en teoría, si puedes generar valor, puedes hacerte valioso a los ojos de tu
mujer elegida y por lo tanto “activar” los interruptores que la hacen sentir
atraída.

En la práctica, crear valor es más fácil de lo que parece.

El truco está en que la belleza está en el ojo de quién la observa. Esto quiere
decir muchas cosas pero piensa en lo siguiente: ¿acaso no te gusta cuando
una mujer atractiva te hace caso?

Dejando de lado lo de “atractivo” porque obviamente para algunos eso es


parte de lo que estamos trabajando pero la palabra clave aquí es “poner
atención”.

Y algo que muchos “PUAs” y “seductores” pareciera que consideran que es


un crimen y que es hacerla sentir bien.

No hay nada de qué avergonzarse de poner atención y hacer sentir bien a una
mujer que te gusta, ¿cierto?

Entonces no hay razón para ocultarlo. Si ella te gusta y estás tratando de


seducirla, ¿para qué negarlo? A menos que sea en juego o de broma pero
mucha gente se toma esto de la seducción demasiado en serio (no se divierten
lo suficiente).

Piénsalo, una mujer no-tan-guapa pero que tiene toda su atención sobre ti
buscando darte placer no es algo tan malo

¿O sí?

En serio, no te imaginas cuantas veces me ha tocado que una chica se queje


de un tipo “grosero que le faltó al respeto” o algo similar y cuando pregunto
lo que le dijo resulta que el tipo estaba intentando hacer un “nega” y le salió
como un insulto. Como si faltándole al respeto a una mujer y haciéndola
sentir menos fuera a compensar su falta de valor.
En lugar de faltarle al respeto, ¿y si le pusieras atención?

Poner tu atención en ella no tiene por qué ser malo siempre y cuando seas
honesto contigo mismo y con ella. Buscar su placer no tiene nada de malo
siempre y cuando lo hagas honestamente.

Y sin embargo, muchos “seductores” buscan ligar “sin que ella se dé cuenta”.
Lo justifican y lo racionalizan diciendo que así funciona la seducción, que
ella debe “demostrar su atracción primero” sin darse cuenta que en realidad
es una forma de timidez: tienen miedo de ser honestos con ella porque temen
que si ella se entera de que la están intentando seducir, ella los va a rechazar.
Necesitan hacerlo de esa manera porque no tienen seguridad.

Y lo peor de todo, ni siquiera hacen la prueba para ver si en verdad es cierto.


Ni siquiera intentan ser honestos. Simplemente deciden que “ser honesto no
puede funcionar” y no lo intentan.

Piénsalo, no cometas ese error.

No te tomes demasiado en serio la seducción es cosa de divertirse y


descubrirás que es más fácil de lo que parece. Mucho más fácil.

Si no tienes un motivo “REAL” para querer que ella no se dé cuenta de que


intentas seducirla, entonces no lo intentes porque no sólo no sirve de nada,
puede ser contraproducente.

Es como intentar comprar algo sin que el vendedor se dé cuenta que estás
intentando comprar algo o saludar a alguien sin que se dé cuenta de que lo
estás saludando.

No te compliques.

Mientras no logres reírte de ti mismo y de tus errores, te vas a tomar en serio


y vas a seguir actuando de la misma manera. Detente y observa cómo has
actuado y qué quieres cambiar. Piensa en algo serio y que quieras cambiar.

¿En verdad es tan importante mantener con seriedad esos aspectos de tu vida,
como si fueran sagrados?
Así como sólo puedes mirar hacia donde miras y no puedes mirar lo que no
miras, no sabes todo sobre tus problemas. Si lo supieras todo te daría risa. Y
si no me crees, piensa en algún problema que REALMENTE hayas superado,
como dejar de hacerte pipí en la cama o dejar de chuparte el dedo o aprender
a caminar o entender el español e imagínate que aún tuvieras que lidiar con
él...

Si lo vives desde adentro seguramente es bastante “horrible” -una experiencia


desagradable- pero cuando lo ves desde afuera...

Piensa en la palabra: comedia.

¿Conoces la diferencia entre comedia y tragedia? En la tragedia, los


problemas son causados por el destino, en la comedia, los problemas son
causados por los actos de los personajes. En la tragedia, los descendientes
siguen pagando por los crímenes de su familia muchos años después mientras
que en la comedia si se cambia lo que se hace se cambia el resultado que se
obtiene. ¿Prefieres ver tu vida de manera cómica o de manera trágica?

¿Acaso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando en este momento?
Cuando alguien te hace reír... ¿qué es lo que te da risa?

Si una persona se burla de otra y a la otra persona también le da risa... ¿qué


sucede?

O para ponerlo en palabras sencillas: ¿qué prefieres, ser cool y estar solo o
arriesgarte a hacer ridículo y vivir tus sueños?

Si alguna vez has visto a un niño aprender a caminar (y hacer el paso


Frankenstein) sabes que para poder caminar tuviste que “hacer el ridículo”.
No aprendiste a caminar instantáneamente con la gracia de James Bond.

Y he aquí la clave para genera el valor: olvídate de contar historias y de


decirle a todo mundo como cuidas a tus seres queridos. Olvídate de generar
valor en ti mismo. El truco está en generar valor en ella.

¿QUÉ?
Si. Así de sencillo. ¿Por qué una mujer se compraría un par de aretes o unos
zapatos? Porque la hacen verse bien, y sobre todo, la hacen sentirse bien. Por
eso ella desea los aretes, zapatos, etc...

¿Por qué una joya tiene valor?

Más allá de lo que puedas ganar al venderla, precisamente, ¿por qué son
valiosas las joyas? Su valor no está dado por un valor “intrínseco” sino está
dado por el valor que le dan a la persona que las lleva.

Piensa en una corona.

¿Cuál es el valor de una corona? ¿De dónde viene su valor?

¿Me sigues?

Una corona no puede dirigir a un país. El valor de la corona está en el valor


que le da a quién la usa, así como el valor de un trono no está en el trono
mismo.

Olvídate de generar valor en ti, el truco está en generar valor en ella (y un


truco bastante maquiavélico si lo piensas).

Olvídate de las historias, frases, preguntas, abridores y todas las rutinas que
intentan aumentar tu valor a sus ojos y muéstrale el valor que ella tiene a tus
ojos y mejor aún, el valor que tiene cuando está junto a ti.

Hazla sentir ese valor (no se trata de decirle, recuerda que las palabras no son
las cosas que representan), de manera que también pueda sentir la ausencia de
tu mirada.

Piénsalo por un segundo: una mujer que siente la ausencia de tu mirada.


Mejor aún: esa mujer que tanto te gustó y que querías conocer, siente la
ausencia de tu mirada...

Y ya sé que muchos autores te van a decir que te concentres en el valor y en


los indicadores de interés y trates de saber si son verdaderos o falsos
indicadores de interés, que mandes señales de interés, que no le indiques tu
propio interés en ella hasta que ella no muestre primero su interés en ti pero
como con todo lo que es innecesariamente complicado, eso simplemente
prueba lo poco desarrollada que está su tecnología de seducción.

Dicen que la prueba de un buen maestro es que el alumno lo supere y es


cierto porque el maestro sólo enseña el principio pero el alumno es el que
descubre las aplicaciones (y revisa los principios).

Entonces, ¿cómo generar valor? Provócale emociones positivas.

¿Quieres un ejemplo práctico? Sal e inténtalo y verás de lo que te estoy


hablando. Obviamente, necesitas trascender tu miedo a ser honesto y actuar
con todo tu ser pero finalmente, ¿realmente vale tanto la pena tenerle miedo a
ser honesto?
Comunicación no-verbal
Aunque en este libro no nos vamos a concentrar demasiado en la
comunicación no-verbal (de eso se trata el segundo libro de esta serie), sí es
necesario darte ciertas bases y asegurarnos de estar en la misma página en lo
que respecta a tu comunicación no-verbal.

Y en realidad estamos hablando de muchas cosas.

Por un lado están los gestos que van desde las entonaciones y la manera en la
que hablas hasta las caras que haces y los movimientos que utilizas para
apoyar lo que dices.

Por ejemplo si estás hablando de tu restaurante favorito pero tú cuerpo


muestra que estás pensando “cómo me llevo a esta chica a la cama”, la
incongruencia (falta de honestidad) se nota y la comunicación no pasa como
tú quisieras. De hecho, la mayoría del tiempo, al hablar con las mujeres no
son las palabras las que importan sino todo lo que hay a su alrededor. Por este
motivo en este libro no nos concentramos tanto en las palabras mismas sino
en las actitudes y estructuras mentales necesarias para poder hablar de
manera atractiva.

Otro ejemplo está en decir “te amo” a una mujer. Uno puede decir “te amo”
de manera que dé a entender “te odio” o de manera que dé a entender “no me
importas” igual que uno puede decir “te amo” de manera que quiera decir eso
mismo.

El mismo fenómeno sucede con “te odio” que se puede usar tanto para decir
que odias a una persona como para decirle que la amas como para decirle que
no te importa, entre muchas otras. Las palabras no son las que provocan la
mayor parte de la respuesta.

Curiosamente, mucha gente se enfoca en las palabras, busca poemas, frases,


rutinas, temas de conversación... hasta el punto en que dejan de poner
atención a lo que REALMENTE importa: la manera en la que interactúas y te
relacionas.

Así como las palabras más bellas pueden ser inútiles, también las palabras
más ridículas o las más inútiles pueden ser extremadamente efectivas siempre
y cuando la tonalidad, el ritmo, el volumen de la voz y sus variaciones...
siempre y cuando todo lo que se encuentra alrededor de las palabras sí sea
efectivo en la consecución del estado mental que estás buscando.

Esto significa una cosa: cuando hablas, tienes que escuchar lo que estás
diciendo y cómo lo estás diciendo. En esencia, esta es la conexión que
necesitas construir para desarrollar tu capacidad de hablar con las mujeres:
asociar la manera en la que dices las cosas con la manera en la que la gente
reacciona a lo que dices.

Es como un juego (uno que también los grandes vendedores juegan), y se


trata de cambiar tu voz, cambiar la manera en la que hablas y notar la
reacción de los demás.

Por ejemplo, si hablas más rápido, ¿qué efecto obtienes? Y si continúas


aumentando la velocidad al a que hablas ¿qué sucede? Si hablas más lento...
y más lento... y te darás cuenta de que puedes regular una parte de la
respuesta de la otra persona a lo que estás diciendo (influenciando así sus
emociones) con sólo cambiar la velocidad con la que hablas.

De la misma manera puedes intentar hablar más agudo y más grave y


comparar... y eso te dará como una segunda dimensión de variabilidad dentro
de tu capacidad para hablar de maneras que provoquen ciertos tipos de
respuestas...

Como entenderás, la idea no es encontrar la manera correcta de hablar sino


desarrollar tu flexibilidad comunicativa porque como descubrirás, no porque
una persona reaccione de cierta manera a que le hables más rápido, no por
eso todos van a reaccionar igual.

Así como cada persona tiene una experiencia de vida única, cada persona
reacciona diferente a cada cosa.

Es lo que se llama “calibrar”.

Puedes intentar hablando y luego, ir subiendo o bajando el volumen de lo que


dices conforme hablas. Pon atención a cómo reaccionan las personas.
Escucha el ritmo de tu voz.

Cuando hablas, como dices lo que dices... es más importante que lo que dices
y el ritmo de tu voz... es una parte muy importante de como lo que dices
genera las reacciones que genera. Piensa en la música. No necesitas ser
músico para poder sentir el ritmo de la música.

Y claro, a muchos les gustaría una lista de qué reacción se obtiene cuando se
habla de qué manera pero esa lista dependería tanto de la cultura como del
ambiente en el que vive una persona así como su historia personal, lo que
significa que se necesitarían hacer muchas listas mientras que aprender el
proceso de calibración es mucho más fácil y te permite “hacer la lista” de
quien tú quieras.

Puedes descubrir que si hablas más rápido y más grave y bajas el volumen de
tu voz con cierta chica ella te pone más atención o que si hablas más fuerte y
más rápido y más grave ella reacciona de una manera muy diferente.

Es como cuando ajustas una televisión y que puedes ajustar el brillo, el


volumen, los colores, etc... De esa manera usando las variaciones de tu voz
puedes ajustar las maneras en que las personas reaccionan a lo que dices. A
veces sólo necesitas cambiar una cosa, a veces necesitas cambiar varias a la
vez.

Solo no caigas en la creencia de que hay una única manera correcta de hablar
con las mujeres porque incluso dentro de una misma conversación con una
misma mujer es necesario realizar esta clase de cambios precisamente para
poder provocar las reacciones que buscas.

Por otro lado, recuerda que mientras más practiques y pongas atención, así
como los tímidos se sienten tímidos de manera automática porque
aprendieron a hacerlo, vas a descubrir que tomas el control de tu voz de
manera automática y consciente.

Existen cuatro etapas para cualquier aprendizaje de una habilidad.

Primero, ignoras que ignoras, no sabes que no sabes.


Por ejemplo cuando alguien no ha escuchado hablar de física cuántica, esa
persona no sabe ni tiene idea de lo que no sabe sobre física cuántica porque ni
siquiera tiene el concepto. Si no conoces un deporte, ni siquiera sabes lo que
no sabes sobre ese deporte. Cuando te enteras de algo, dejas de ignorar que
ignoras.

Segundo, saber que ignoras. Como en la famosa frase “yo solo sé que no se
nada”, cuando te das cuenta de que existe una habilidad que puedes aprender
o un campo que puedes investigar, cuando descubres algo, dejas de ignorar
ese algo y empiezas a ignorar sobre ese algo.

Tercero, saber que puedes.

Una vez que aprendes y puedes hacer algo, hay una etapa en la que hacerlo
requiere tu atención.

Como cuando un niño aprende a atar sus agujetas, al principio cuando acaban
de aprender si los distraes o les hablas mientras intentan hacerlo notarás que
el niño se confunde y con frecuencia necesita volver a empezar. Por suerte tú
no necesitas aprender a hablar con las mujeres desde cero sino que lo que
estás aprendiendo es el controlar la manera en la que les hablas, en este caso.

Cuarto, ignoras que puedes. En realidad, hablamos de un tipo de ignorancia


diferente. Sabes que puedes hacer algo pero no necesitas recordarlo, puedes
ignorar “cómo hacerlo” y simplemente hacerlo, adaptándote de manera
natural al contexto y las situaciones en las que te encuentres.

Por ejemplo, caminar, servir un vaso de agua, leer, hablar, dibujar... son
habilidades que, si las practicas lo suficiente, puedes realizar sin tener que
estarte preguntando, al menos de manera consciente, “cómo hacerlas”. Es lo
que algunos llaman internalizar una habilidad.

Integrar la habilidad a tu psique.

En este sentido te darás cuenta de que mientras más pones en práctica la


habilidad de calibrar, más fácil y rápido es para ti usarla sin siquiera necesitar
enfocarte demasiado en ella o en cómo usarla.
Dicho de otra manera, mientras más exploras y observas la relación entre la
velocidad, tono, ritmo, volumen, etc... De tu voz y la reacción de las personas
a ella, más irás descubriendo una nueva habilidad para persuadir de manera
natural, tan natural como te mueves o entiendes lo que estás leyendo en este
momento.
Temas de Conversación
En cierta manera, mi esfuerzo durante todo este libro ha sido alejarte de
pensar en hablar con las mujeres en términos de “qué temas” y “qué decir” y
orientarte más en la dirección de cómo decidir “qué emociones” y “cómo
interactuar”. En este sentido, podría decir muy simplemente que los temas de
conversación dependen de ti.

Como ya vimos, es importante evitar los temas desagradables (tanto


desagradables para ti como desagradables para ella) y buscar los temas que
disfrutes y que ella disfrute pero creo que lo más importante es no darle
demasiada importancia a los “temas de conversación”.

En realidad, si le estoy dedicando un apartado exclusivo a este tema es


porque yo sé que para muchos es algo que tiene mucha importancia o puede
llegar a desarrollar mucha importancia y la verdad es que, si no estás tratando
de promover una ideología o algo así o intentando vender algo... los temas a
la hora de hablar con las mujeres no tienen mucha importancia, siempre y
cuando no sean desagradables.

Recuerda poner atención a ella. Su reacción. A veces, un tema


inesperadamente puede ser desagradable para otra persona. Si pones atención
a cómo reacciona, sabrás cuando haya que cambiar de tema.

Esencialmente, eso es todo lo que hay que decir sobre el tema ;)


Y ahora, ¿qué sigue?
Como te darás cuenta, ya cuentas con todos los elementos necesarios para
poder desarrollar la capacidad de hablar con las mujeres como tú quieres. Lo
difícil realmente no es tanto saber qué hacer, lo difícil es ponerlo en práctica.
Empezar el aprendizaje. Como dijo Morfeo en Matrix, yo sólo te puedo
mostrar la puerta pero tú debes de cruzarla.

La dificultad radica principalmente en dejar de lado tus dudas el tiempo


suficiente para intentarlo... porque seguramente vas a sentir que es demasiado
simple, demasiado fácil... el primer obstáculo a vencer es tu necesidad de
sentir que te esforzaste para sentirte satisfecho con haber logrado algo.

A veces, lograr algo sin esfuerzo puede ser literalmente genial.

Y vas a descubrir que te impides avanzar a través de estar buscando esfuerzo


ahí donde lo que se necesita no es esfuerzo sino acción.

Una vez que logres superar la primera barrera, vas a tener resultados
increíbles y eso te llevará directo a la segunda barrera. Vas a tener resultados
tan increíbles que hasta cierto punto te va a costar trabajo creerlos incluso
después de haberlos visto y vivido por ti mismo.

Y lo digo literalmente, el segundo obstáculo va a ser integrar las experiencias


que vas a tener como resultado de sortear el primer obstáculo con tus
experiencias de la vida cotidiana.

Y la única respuesta que conozco es seguir practicando y seguir intentando.

Lo que normalmente sucede es que vas a notar ciertos resultados muy


rápidamente al principio y al poco tiempo vas a notar que tus habilidades
vuelven a “disminuir”. Esto es normal, es un periodo en el que estás
procesando la información y haciéndola tuya.

Si pones toda tu intención en integrar este aprendizaje, entonces pasas la


segunda barrera y eso te lleva a la tercera barrera. No se trata de una cuestión
de tiempo sino de una cuestión de estado mental. No se trata de concentrar tu
atención durante años sino de hacerlo en el presente. Intenso más que
extenso.

Y esa es la “última barrera”, la tendencia a pensar demasiado en el pasado y


en el futuro sin poner atención al presente de lo que está sucediendo a tu
alrededor.

Una vez atravesada la cuarta barrera tu vida habrá cambiado para siempre.

Para ciertas cosas, está bien pensar en el futuro y en el pasado y pensar en


aprendizajes, recuerdos, ideas, esperanzas... pero para hablar con las mujeres
el truco está en poner tu atención en el presente (y no es tan obvio como
parece). Una vez que aprendas a integrar todo tu aprendizaje y usarlo de
manera potente en el presente...

En realidad con solo salir y poner en práctica las dos ideas de “conocerte a ti
mismo a través de buscar lo que quieres” y “generar valor en ella”, sin
olvidar desarrollar tu honestidad, tu capacidad para actuar con todo tu ser
podrías tener ciertos resultado... sin embargo mi objetivo para ti con este libro
es que transformes tu vida de manera positiva.

Y no te voy a dejar sólo con eso.

En realidad no necesitas más, pero tu mente está acostumbrada al esfuerzo.


Estás acostumbrado a gastar energías manteniendo un punto de vista. Esto
último no lo puedo evitar pero lo puedo aprovechar.

Y para eso, necesitas hacer un ejercicio.

Es un ejercicio muy sencillo en el que además podrás aplicar lo que


aprendiste de bases sobre comunicación no-verbal.

Este ejercicio es uno que tradicionalmente uso en la Academia de Seducción


como primer ejercicio porque te permite explorar estos conceptos de manera
muy práctica y casi de manera mágica te permite ganar una nueva habilidad a
la hora de hablar con las mujeres. De hecho en la Academia de Seducción lo
considero un “rito de iniciación”, en cierta manera.

Descubrirás que, aunque el ejercicio en sí mismo no es una manera “ideal” de


iniciar una conversación, mientras más practicas el ejercicio más fácil es para
ti iniciar conversaciones con las mujeres que te gustan de manera natural y
que predisponga la interacción para la clase de emociones que quieres
generar: curiosidad, interés, atracción, deseo, diversión, etc.

Literalmente, descubrirás que “empiezas con el pie derecho” y que, como


consecuencia, es mucho más fácil hablar con las mujeres, ligar, seducir, etc...
De manera totalmente natural y cómoda.

Y para este ejercicio lo que vas a hacer es algo que le gusta enseñar a algunos
gurús: vas a usar un abridor, una frase que vas a aprender de memoria para
usarla para iniciar una conversación con alguna mujer atractiva (TIENE QUE
SER ATRACTIVA, SI NO EL EJERCICIO NO SIRVE).

El truco es que cada vez que digas la frase la vas a tener que decir de manera
diferente: puede ser rápido, lento, suave, grave, agudo, con curiosidad, con
voz como si no te importara nada, con voz como de contar un secreto... la
idea es que cada vez pruebes una manera de decir la frase que sea diferente.
Eso sí, las palabras son las mismas y eso te va a permitir, entre otras cosas,
darte cuenta del verdadero valor que existe en controlar estos factores.

La frase en sí misma, además, está inspirada en el zen y está pensada


específicamente para darte cierto tipo de experiencias porque mucha gente
cuando la prueba descubre que, a pesar de ser una frase un tanto inusual, por
lo general es una frase que funciona relativamente bien en sí misma, digna
probablemente de cualquier buena lista de abridores.

Yo sé que tienes ciertas preconcepciones y es importante que entiendas cómo


es necesario actualizar esas creencias que tienes para darte mayor flexibilidad
en tu comportamiento y libertad al a hora de actuar porque esencialmente eso
es lo que te permite controlar una situación.

Si tú crees que las cosas están compuestas por los cuatro elementos tierra,
viento, agua y fuego y no actualizas esa creencia a una más reciente (como la
tabla de los elementos, que incorpora entre otros el hidrógeno, el oxígeno, el
carbono, el plomo, el potasio, etc.) entonces tu capacidad para actuar en ese
campo será similar a la de una persona de la época cuando se formó el
modelo que tienes.
Por ejemplo en el caso de los cuatro elementos, tendrías la habilidad química
de una persona de hace 2400 años, lo cual no te permitiría hacer muchas de
las cosas que la química moderna puede hacer.

De la misma manera, en contextos más cotidianos, tus creencias te limitan y


es por eso que es importante usar la frase que te doy porque está diseñada
para romper con varias creencias y crear otras nuevas (algunas que son muy
obvias y otras no tanto).

Así que después de tanta presentación, aquí está la frase. Cuando vayas a
hablar con una mujer, te le acercas, la saludas y lo primero que le dices, antes
de decirle cualquier otra cosa, lo PRIMERO que le dices es:

“soy una taza de té”

Cinco palabras. Seguro te has aprendido frases más largas que esa y sin
embargo a muchos les dará pena decir esa frase y otros preferirán cambiar la
frase y usar la suya propia pero quien use esta frase de la manera indicada
descubrirá algo muy importante (que no se puede poner en palabras, si se
pudiera, en lugar de ponerte a hacer un ejercicio simplemente lo hubiera
escrito y ya) y notará una nueva habilidad natural para hablar con las mujeres.
Créeme, hay una razón por la cual prácticamente todos mis alumnos hacen
este ejercicio, en realidad varias razones, y te vas a agradecer cuando lo hayas
hecho y notes los resultados y experiencias que obtuviste.

Es más, si te cuesta trabajo aprenderte la frase, escríbela en una tarjeta o en


una cartulina y te la llevas contigo y se la lees (usando tu voz de maneras
diferentes), y si no logras decir esas cinco sencillas palabras entonces dilas
cuando estés solo y verás que sí las puedes decir y si después de eso sigues
sin querer decirlas delante de una mujer por lo menos lo harás consciente de
que no es porque no puedas sino porque inventaste una excusa que solo tú
mismo te crees.

Y si no te cuesta aprender o usar la frase, felicidades, por lo menos tienes una


inteligencia comunicativa superior a la de un niño en edad prescolar (y si no
me crees, pídele a un niño que vaya con la mujer más guapa que encuentres y
que le diga “soy una taza de té” y verás que a muchos no les cuesta ningún
trabajo).
Y sin embargo, a pesar de ser tan fácil algunos usaran de todas formas una
frase que los haga sentir menos incómodos, luego inventarán excusas para no
poner en práctica lo que han aprendido por ejemplo quejándose de que no di
más que una frase para hablar con las mujeres y que además es una frase muy
extraña.

Después van a intentar echarle la culpa a este libro de los resultados que no
obtuvieron porque no intentaron nada.

Por lo general esa clase de gente tiende a echarle la culpa a los demás o a las
circunstancias en lugar de actuar y tomar responsabilidad de lo que ocurre
(incluso si no es tu culpa). Luego dirán que es culpa de las mujeres o que es
culpa de sus padres y de cómo los trataron de pequeños y de la educación que
recibieron o de esto o de aquello de manera que les impida cambiar porque es
la culpa de los demás y son los demás los que deberían cambiar.

No me importa que esas personas critiquen mi libro.

Me dan un poco de lástima, sabiendo que se quedarán atorados en su


situación o que al menos les costará mucho esfuerzo salir de ella. Justicia
divina supongo. Además, cuando se encuentren con alguien que sí lo haya
intentado se van a sentir bastante estúpidos y con eso me doy por bien
servido.

Pero como sé que tú no eres uno de ellos, sólo permíteme añadir una cosa:
vas a descubrir que al practicar lo que aprendiste en este libro tu capacidad de
influir en las emociones de las mujeres que te gustan va a dispararse.

Utiliza este “poder” de manera ética.

No intentes manipular para tu propio beneficio egoísta (sino que también


toma en cuenta lo que ella quiere). No te voy a decir lo que es bueno y lo que
es malo porque en tu contexto seguro tú lo sabes mejor que yo pero sí te voy
a decir que no uses este conocimiento sin tomarla a ella en cuenta porque de
todas formas verás que si sólo piensas en lo que tú quieres ignorando lo que
ella quiere, el sistema va a ser mucho menos efectivo de lo que es cuando
actúas de manera honesta para provocar emociones útiles y positivas.
Epílogo: Las técnicas y la
comunicación
La técnica más importante para hablar con las mujeres es ser honesto y tratar
a las mujeres como lo que son: mujeres, seres humanos, etc.

En pocas palabras: interactuar con ellas usando todo tu ser.

Yo sé que algunas personas aprenden técnicas de seducción precisamente


para evitar interactuar demasiado, para no tener que implicarse y “entrar”
dentro de la relación, tener que poner atención a la otra persona, etc.
Aprenden técnicas para así simplemente aplicar las técnicas y obtener los
resultados, porque no les importa interactuar con técnicas o resultados pero
les cuesta trabajo realmente interactuar con otra persona.

Yo sé que en este libro digo cosas que van en contra del sentido común. Digo
cosas descabelladas como que hay que poner atención a la mujer con la que
estás hablando o que hay que evitar temas desagradables. A algunos les
sorprenderá, pero estos problemas son más frecuentes de lo que aparentan.

Además, me encargué de compartir tecnología comunicativa que va más allá


de simplemente “poner atención”, muy poderosa por sencilla que parezca.

En el fondo, si logras dejar de preguntarte “qué es lo que hay que hacer” y


más bien buscas cuáles son los límites de lo que puedes hacer entonces
puedes trascender esos límites y aprender y crecer en tanto que ser humano
además de que puedes darte toda la libertad de moverte dentro de esos
límites, para empezar.

Es un poco como componer música para el piano.

No sólo están los límites de habilidad del intérprete sino los límites físicos del
piano y sin embargo dentro de esos límites es posible crear cosas
maravillosas.

Como las letras del alfabeto: cualquier libro que hayas leído en español se
compone en su mayoría de las mismas letras. La única diferencia es la
estructura, la manera en la que se usan esas mismas letras. Y sin embargo eso
no significa que no existan más letras o sonidos que los que hay en el
español.

Algunos dirían que es aprender a exponer tu parte más vulnerable pero yo no


te lo recomendaría porque un golpe en los testículos duele mucho. Lo que sí
creo que es, es permitirte actuar en el presente sin encadenarte al pasado o a
las expectativas ideales de los demás (y en cuanto a tus propias expectativas,
no confundas tus deseos, metas y visiones con tus habilidades y experiencias
previas).

En el pasado no puedes hacer nada porque ya pasó. En el futuro tampoco


puedes hacer nada aún. En el presente eres libre.

Aprende a confiar en tu intuición y desarrollarla y verás lo fácil que puede ser


hacer lo que antes te parecía imposible o increíble.

Y no olvides divertirte.

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