Cómo Hablar Con Las Mujeres (Crea Tu Propio Método de Seducción Nº 1) (Spanish Edition)
Cómo Hablar Con Las Mujeres (Crea Tu Propio Método de Seducción Nº 1) (Spanish Edition)
Cómo Hablar Con Las Mujeres (Crea Tu Propio Método de Seducción Nº 1) (Spanish Edition)
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Contenido
Contenido
III. Creer que no eres atractivo y que nunca lo serás (o creer que no le gustas y nunca le
gustarás)
VI. Comparar
1. Iniciar la conversación
2. Continuar la conversación
3. Dirigir la conversación
4. El siguiente paso
Recapitulando...
Tus metas, tus objetivos y “cómo saber qué decirle” o “de qué hablar”
Comunicación no-verbal
Temas de Conversación
Para no alargar demasiado la introducción, sólo quiero añadir que este libro
está especialmente diseñado para transformar tu mente a nivel inconsciente lo
cual significa que con sólo leerlo vas a notar cambios aunque esto no es
suficiente si no haces los ejercicios.
Por eso te pido que le des una oportunidad a estas ideas, y por supuesto, si al
final del día alguna no te parece o consideras que es mejor solo quedarte con
parte del libro, eso está bien. No te pido tampoco que aceptes estas palabras
como la verdad absoluta. De hecho, espero que en el futuro mis alumnos me
sobrepasen y que en el futuro esta obra sea corregida y aumentada pero hasta
entonces, tenemos bastante para empezar.
En serio, si escuchas, notarás que la gente usa frases como “sé lo que estás
pensando”, “nunca te gusta lo que hago”, “esto no te va a gustar”, etc.
Podemos interpretar lo que los demás nos dicen, los gestos que los demás
hacen, podemos interpretar su postura, podemos interpretar todo lo que
podemos percibir (y sólo lo que podemos percibir) para tratar de entender lo
que las personas están pensando pero no tenemos acceso directo al
pensamiento de las demás personas; incluso si una persona te dice que lo que
está pensando tú no puedes estar realmente seguro (porque puede ser una
mentira o porque puede que la persona quiera pensar eso y en realidad piense
otra cosa o quizá la persona crea que sabe lo que quieres escuchar que
piensa... en todo caso, hay muchas razones para que lo que piensa y lo que
dice que piensa no sean lo mismo). Si tienes confianza, si después de cierto
tiempo con otra persona, etc., conoces a la persona, tal vez puedes estar más
o menos convencido de que lo que la persona que está diciendo es cierto -al
menos según ella- y que realmente corresponde con lo que está pensando
pero en la gran mayoría de los casos no tenemos acceso a esa información (y
en el caso de la confianza, se trata de una especie de apuesta que hacemos
pues al final estamos suponiendo que alguien va a actuar de cierta manera
basándonos en la imagen que tenemos de esa persona).
Además, es posible que hayas malentendido lo que la otra persona quería
decir.
Para realmente "saber" lo que la otra persona está pensando tendríamos que
hacer más que entrar debajo de su piel, necesitaríamos utilizar sus neuronas,
sus aparatos sensoriales, músculos, etc., para poder empezar a replicar lo que
la persona está pensando pero aparte necesitaríamos replicar el contexto, y
aunque no voy a entrar en detalles, hasta donde yo sé es imposible "ser"
alguien más y repetir un momento que ya sucedió (cualquiera de los dos
parece en sí mismo bastante poco probable pero ambos juntos me parecen
muy cercanos a "imposible").
Así que lo más que te puedes acercar a saber lo que piensan los demás es tu
interpretación de lo que dice que piensa alguien en quien tienes confianza...
¿ves hacia dónde voy?
¿Por qué te estoy hablando de esto en un libro que se supone que tiene que
hablar sobre hablar con las mujeres? Parece tema de filosofía o alguna
materia “aburrida” como lingüística aplicada.
Realmente es porque es parte fundamental de hablar con las mujeres -el darte
cuenta de que, para empezar, no sabes lo que ellas están pensando-. Al final
de cuentas tu interpretación de algo no tiene por qué ser forzosamente lo
mismo que las causas de ese algo y a la hora de hablar con una mujer -y sobre
todo a la hora de entender lo que ella te está diciendo- es importante que
sepas y que estés consciente del hecho de que todo lo que tú crees que sabes
sobre lo que las demás personas están pensando es lo que tú piensas sobre lo
que ellos piensan, es lo que tú deduces y lo que tú asumes pero no es
forzosamente es lo mismo que ellos están pensando.
Si tu asumes que todos tus mapas son correctos (y peor aún, aunque sean
"correctos", si asumes que no necesitan ser revisados en ningún momento),
puede que te suceda lo del mapa falso y termines más perdido como resultado
de tus intentos por entender lo que sucede.
Por ejemplo frecuentemente hay hombres que van a hablar con una mujer y
antes de siquiera llegar a hablar con ella deciden que no le gustan (que ella no
se siente atraída y nunca se sentirá atraída por ellos) y entonces ni siquiera lo
intentan.
Un cliente mío solía tener miedo de ir a hablar con las mujeres atractivas (y
mientras más atractivas, más difícil porque se ponía más nervioso) porque,
según él, no les iba a gustar. Decía que prefería ir con mujeres menos
atractivas (3 o 4 para él, en una escala del 1 al 10) porque así estaban más “a
su nivel”. Esta era la creencia que él tenía. Le dije que en realidad es más
fácil ligar con una chica atractiva que con una que no lo es y no me creyó.
Mi cliente creía que las mujeres más atractivas sólo salen con los hombres
más atractivos y él no era uno de ellos.
Pero volviendo al tema, hay personas que desde el momento en que la ven
deciden que saben lo que ella piensa y ni siquiera intentan nada. Hay gente
que incluso a veces se acerca un poco y a medio camino decide que cree que
sabe lo que ella piensa y "aborta la misión" y ni siquiera lo intenta. En
algunos es tan rápido que no es tan obvio, en otros, como lo "medio
intentan", se nota más, pero en ambos casos la raíz del problema es la misma,
inventan un discurso (excusa) para no ir a hablar con ella, del estilo de "ni
siquiera va a tener tiempo para hablar" o "seguro está ocupada" o "seguro está
esperando a su novio" y algunos ni siquiera se dan cuenta de que lo hacen
porque están acostumbrados a hacerlo y nada más la anexan a una lista
interminable de mujeres con las que no intentaron hablar y les hubiera
gustado hablar, todo por creer que saben lo que los demás están pensando y
específicamente creer que sabían lo que ella estaba pensando.
De hecho, hablando del tema, si alguna vez quieres ver una película que te
hará reflexionar sobre esto de manera divertida te recomiendo "What women
want" (2000) con Mel Gibson que es una comedia de un tipo que trabaja en
una agencia de publicidad y después de un accidente logra escuchar lo que
piensan las mujeres.
O por otro lado, cuando te da pena “lo que van a pensar”, crees que sabes que
todos los desconocidos van a burlarse de ti o algo parecido (quizá por alguna
experiencia negativa de tu pasado) y según tú sabes cómo van a reaccionar
cuando la mayoría de las veces a la gente ni siquiera le importa, la mayoría de
las veces la gente ni siquiera se da cuenta de qué sucedió -cuando realmente
sucede- porque por más miedo que tengas de lo que piensen los demás, la
mayoría del tiempo las personas están demasiado ocupadas en su vida como
para preocuparse de pensar algo sobre ti.
Algunas personas creen que saben lo que piensan los demás y cómo asumen
lo peor y creen que saben lo peor entonces ni siquiera intentan y se vuelve
una especie de profecía auto-cumplida porque a final de cuentas, si tú crees
que jamás vas a lograr nada en la vida y ni siquiera intentas lograr cualquier
cosa en la vida entonces por el mismo hecho de creer que no lo vas a lograr
no logras nada -porque ni siquiera lo intentas- y es un ciclo vicioso.
No todos nos vestimos igual y muchas veces la forma en que nos vestimos es
un reflejo o es una huella de lo que tenemos en nuestro interior -recordando
obviamente que, como dicen, el hábito no hace al monje pero la mayoría del
tiempo cuando ves cómo una persona va vestida eso te dice mucho sobre la
persona- pero tienes que empezar por poner atención, por percibir cómo va
vestida la persona, cómo se siente la persona dentro de esa ropa... porque dos
personas usando la misma ropa no significan lo mismo si una persona se
siente cómoda dentro de esa ropa y si la otra persona no se siente cómoda
dentro de esa ropa.
La forma en la que una persona camina... cada persona tiene una forma de
caminar única, diferente de la de los demás o a veces una misma persona
camina un día de una cierta manera y camina otro día de otra manera y es por
su estado mental, el hecho de que lo veas caminar de una cierta manera o que
lo veas caminar de otra manera habla sobre esa persona.
Muchas veces tiene que ver con cuál es la manera normal que tiene de
caminar, lo que decimos "normal", la manera más común que utiliza esa
persona para caminar o cuáles son las características más comunes de la
manera de caminar de esa persona y cuando esas características cambian
empiezan a decirnos cosas sobre la persona que observamos, como cuando
alguien se ve tenso o triste o contento... y aquí parece que sólo estoy
hablando de la comunicación no verbal pero es importante también hablar de
comunicación no-verbal porque a final de cuentas no podemos hablar de
hablar sin cometer muchos errores si no empezamos por percibir, no
podemos hablar de cómo hablar con las mujeres si no empezamos por
entender por lo menos un mínimo de comunicación no-verbal.
Esto es un error muy común y al mismo tiempo es uno de los errores más
fáciles de resolver porque al final de cuentas es fácil darse cuenta de que estas
intentando adivinar lo que ella piensa y realmente aquí la única dificultad
tiene que ver con el hábito que se construye y que hay que dejar porque al
final de cuentas tienes tanto el hábito de creer que sabes lo que ella piensa,
que realmente tienes que estarte recordando que no tienes ni idea de lo que
ella piensa o que si acaso puedes entender un poco... de cómo se siente,
puedes entender... puedes ver lo que está haciendo puedes tratar adivinar, lo
que puede hacer, pero de ahí a saber qué es lo que piensa… puedes estar
bastante seguro de que alguien va a actuar de cierta manera y aun así
descubrir que actúa de manera diferente.
Y en parte la dificultad para resolver este problema es que es tan obvio (muy
muy obvio) que muchas veces sucede como al pez en el agua, como el aire
que sabemos que está ahí pero conscientemente no lo notamos prácticamente
sólo cuando hay viento o cuando alguien lo menciona, y existen situaciones
en las que no te das cuenta, como por ejemplo el cliente con el que estuve
trabajando que me decía que él, cuando iba hablar con una mujer, evitaba
hablar con las mujeres más atractivas.
Lo que respondió fue que, según él, mientras más atractiva es una mujer, más
difícil es gustarle. Aunque recordemos que él no tenía mucha experiencia y
que fue necesario hacer un experimento para demostrarle lo contrario.
Lo que me dijo fue entonces que como él creía que las mujeres más atractivas
son más difíciles de seducir, por eso, él intentaba directamente ligar con
mujeres un poco menos atractivas (o de plano menos atractivas) y
obviamente dentro de esto él además suponiendo que sabe lo que ellas
piensan, como si tuviera un poder que le permitiera escuchar los
pensamientos de las mujeres y se hubiera dado cuenta.
Y obviamente (tono sarcástico) todas las mujeres feas son y piensan
exactamente igual y obviamente todas las mujeres que para una persona son
atractivas, piensan exactamente igual porque no son seres humanos únicos,
además de que las mujeres son atractivas de manera objetiva y no subjetiva,
porque de seguro no hay nada llamado “química”, que es lo que hace que -
por lo general- si un hombre se siente atraído por una mujer -y me refiero a
realmente atraído por ella- por lo general ella también se siente atraída.
Por ejemplo otro cliente, llamémosle Jorge, lo único que quería era tener
novia. Eso significa que más o menos le importaba poco quién fuera esa
novia. Le pregunté si no le importaba como fuera ella físicamente y me dijo
que con que no fuera deforme o que no fuera muy fea, en general él no era
muy exigente. Le pregunté sobre la personalidad de ella y me dijo que no le
importaba.
Dicho con otras palabras: siempre y cuando no sea muy fea o deforme, pasa.
La primera vez que fui con él y le pedí que fuera a hablar con una chica,
regresó después de 5 segundos, después de decir exactamente una réplica. O
sea: él dijo algo, ella dijo algo y el regresó. Ella no parecía molesta así que no
entendí por qué la interacción había durado tan poco. Le pedí que me contara.
Me dijo que fue a hablar con ella y le dijo “Yo no soy tu tipo, ¿verdad?” y
ella respondió “No. Estoy esperando a unos amigos.”. Él se dio la vuelta y se
fue. Lo curioso es que ella no se volteó, esto es que ella siguió mirando en la
dirección de él hasta después de que él ya se había dado la vuelta y dado dos
o tres pasos.
Pero como obviamente este cliente sabía exactamente cómo piensan las
mujeres y podía leer dentro de sus pensamientos fácilmente, podía saber lo
que ella pensaba. De hecho si la hubiera mirado hubiera visto que, a pesar de
decir lo que dijo, él tenía una oportunidad porque ella parecía interesada,
quizá no en sus palabras pero sí con su cuerpo.
Para saber lo que piensan tendrías que ser alguien que debería pasar su vida
rodeado de mujeres y no solamente rodeado mujeres sino que además
intentando entender cómo piensan las mujeres porque uno podría pasar la
vida rodeado de algo sin entender jamás como funciona... como mucha gente
que vive la vida en un mundo en donde la electricidad es fundamental (la
usamos para muchísimas cosas) y la mayoría de las personas no saben
realmente muy bien cómo funciona... conocen algunos principios básicos,
reglas de seguridad y hasta ahí (algunas personas ni eso), y en ese sentido, no
sólo se necesita estar en un contexto en el que haya mujeres -sino que
además-, tienes que estar activamente buscando entender cómo piensan si
quieres pretender entenderlas realmente y la mayoría de las personas que
dicen que saben lo que piensan las mujeres no tienen ninguna clase de
experiencia que pueda avalar lo que están diciendo y simplemente creen que
lo saben y están tan seguros porque la mayoría de las personas tendemos estar
muy seguros de lo que decimos, de lo que pensamos y la mayoría del tiempo
actuamos como si no nos equivocáramos y más aún, cuando hay evidencias
de que nos equivocamos tendemos a ignorarlas lo cual es una actitud muy
poco científica.
Saber que lo que sabes es sólo una representación de la realidad y que por lo
tanto no es la realidad significa que siempre puedes equivocarte por más que
estés seguro de lo que crees saber. Y estar consciente de ello es bueno porque
es útil.
Las creencias son algo muy poderoso. Como cuando alguien cree que no sabe
dibujar nunca dibuja y nunca desarrolla su capacidad para dibujar y por lo
tanto realmente no sabe dibujar y la creencia mantiene la incapacidad. O
cuando alguien “tiene mala ortografía” y no cree que pueda mejorarla y por
lo tanto ni siquiera intenta tener mejor ortografía...
En todo caso, como puedes haber visto, cuando asumes que sabes lo que
piensan las mujeres, por lo general, te equivocas por lo menos en parte...
Y de hecho, algo que puede que no hayas notado es lo que se llama una
profecía auto-cumplida y es que cuando tú asumes que no le vas a gustar a
una mujer, vas a hablar con ella asumiendo que no le vas a gustar,
inconscientemente tu actitud, los gestos e incluso las palabras que utilizas van
a dar a entender que, según tú, no le vas a gustar y por lo general tiende a ser
así.
De hecho si alguna vez has conocido a alguien que tiene éxito con las
mujeres, por lo general las personas que tienen éxito con las mujeres tienden
a asumir que -la mayoría del tiempo- le gustan a las mujeres, tienden a asumir
que si ella se rio es porque le gustó o que si ella hizo este gesto o porque ella
dijo esto o dijo aquello porque le gustó y realmente lo creen.
Algo que he hecho algunas veces con algunos clientes es decir es que creo
que le gustaron a alguna chica y realmente eso yo no lo puedo saber. Tal vez
sí es cierto que no apuesto ciegamente y que pongo atención y veo si alguna
chica da signos de haberlo notado pero al final de cuentas yo no pudo saber
porque no la conozco a ella y la mayoría de las veces tampoco conozco tanto
a mis clientes, conozco algunos de sus problemas e historias de éxito pero
fuera de eso no siempre los conozco tanto.
Lo que hago entonces, cuando noto que alguna chica dio algún signo o
alguna señal, le digo “creo que le gustas, ve a hablar con ella, vas” y por lo
general, yo estoy seguro que en esto juega un papel crucial la profecía auto-
cumplida; lo que tienden a hacer es sentirse poco más relajados porque
asumen que, como le gustan a ella, realmente no tienen que hacer mucho por
lo menos para empezar (no hay nada que hacer para gustarle porque ya le
gustan).
De hecho funciona suficientemente bien para que, como toda su actitud surge
de esa creencia, ellos terminan por hacer que sea cierta, terminan por gustarle
de manera completamente natural y obviamente te sientes mucho mejor
cuando de manera espontánea y natural vas con una mujer y le gustas que
cuando tienes que pasarte muchísimo tiempo aprendiendo frases de memoria
y tratando de tener una rutina y hacer un personaje que no eres tú sólo para
hacer que ella se interese en ti, por lo menos un momento.
Esto no significa que seas pedante y asumas que les gustas a todas las
mujeres pero sí quiere decir que el ajustar tus creencias en esta área puede
probar ser muy fructífero. Personalmente, en lugar de asumir, prefiero creer
que, le guste o no le guste, me la voy a pasar bien y funciona, para mí,
perfectamente. Por supuesto, la idea es que tú encuentres las creencias que te
funcionen a ti personalmente.
Si vas a querer ligar como otra persona, vas a tener que hacer todo como esa
persona. Si quieres usar las rutinas de Hugo, Paco o Luis vas a tener que
pensar, hablar, moverte y en general actuar como Hugo, Paco o Luis o Erik o
Mario...
Y créeme que preparar waffles es algo que tiene muchas menos variaciones
que las que puede tener una interacción humana y si una receta de waffles
varía dependiendo del lugar donde se prepara, obviamente el método que
utilices para llegar o para hablar con las mujeres va a depender tanto de tu
personalidad como del tipo de mujeres que te gustan, de su personalidad y de
la tuya, del contexto en que te encuentres y de muchas otras cosas que hacen
que, si tú simplemente sigues los mismos pasos que otra persona, lo que va a
pasar es lo que le pasaría a alguien en Acapulco que trate de hacer waffles
simplemente siguiendo la receta de alguien que esté la Ciudad de México
porque los waffles van a quedar diferentes y obviamente, en el caso de los
waffles, no importa tanto, pero cuando estamos hablando de ir y hablar con
mujeres y más profundamente de tu propia autoestima, porque, al final de
cuentas, si por estar siguiendo la receta de manera demasiado al pie de la letra
no logras y simplemente fallas y fallas y fallas, vas a termina por creer que el
problema está en ti, en lugar de darte cuenta de que el problema quizá está o
en la receta o -si la receta funciona- quizá esta en el hecho de que la receta no
aplica en tu situación.
Como verás la idea es entender los principios de cómo hablar con las mujeres
para que los puedas aplicar, esos principios, a cualquier situación que te
encuentres, lo cual te da obviamente mucho mayor flexibilidad y te permite
realmente conseguir el resultado que tú quieres y que no forzosamente tiene
que ser el resultado que la persona de la que estas copiando la rutina o la
frase quería.
En este sentido tenemos que empezar por eliminar aquello que te impide,
aquello que te frena primero y luego ir acelerando hasta qué encuentres la
velocidad de cuentas más cómodo.
Y si sigues creyendo que sabes lo que piensan las mujeres después de leer
este capítulo, no te preocupes, ya cambiará tu creencia cuando tengas más
experiencia. Y si no cambia será porque tienes un poder sobrenatural o
porque te niegas a ver lo que contradice tus creencias, en cualquiera de los
dos casos, aún es posible que aprendas a ligar y seducir de manera más
potente pero lo más probable es que sea como conducir con el freno de mano
puesto.
II. Dejar pasar las oportunidades
El tiempo pasa y no vuelve atrás.
Por ejemplo otro de mis clientes se sentía muy frustrado porque sentía que
cada vez que veía a una mujer muy atractiva dudaba y no estaba seguro de si
ir o no ir a hablar con ella. Al principio se ponía a pensar que lo rechazarían
pero más adelante simplemente iba encontrando excusas hasta el punto en
que, si ella estaba con alguien, él no podía hablarle porque se ponía nervioso,
si ella estaba sola pero estaba caminando tampoco podía porque no sabía
cómo hacer para que se detuviera además de que seguramente ella iba a algún
lado y él no quería estorbarle, y si ella no estaba caminando pero estaba
ocupada haciendo algo obviamente no quería interrumpirla. Si ella estaba
sola, quieta y sin hacer nada, era posible que él le hablara pero no siempre
porque tenía miedo a que ella estuviera esperando a alguien y esa persona
llegara.
Cuando hablamos por primera vez, la emoción que él sentía era frustración,
por obvias razones. Durante el tiempo que trabajé con él, en un periodo de
dos meses, se acercó a más de 30 mujeres. Obviamente yo lo hice hacer
“ejercicios” de ir y habar con mujeres pero en este caso su situación era
extrema. En realidad mi objetivo principal no era hacerlo hablar con muchas
mujeres sino hacerlo sentir totalmente cómodo con la idea de hablar con una
desconocida atractiva, casi independientemente de lo que esté haciendo.
Por ejemplo si estamos hablando de ir y hablar con una mujer que te gusta, el
simple hecho de estar consciente de que tú quieres conocerla y de que ella te
gustó te permite ver la oportunidad y ese es el primer paso.
El segundo paso es más bien lo que podemos llamar una especie de paso
negativo porque el segundo paso de lo que se trata es de no dejar pasar la
oportunidad y esencialmente el problema es una emoción en particular, la
duda, porque por lo general cuando dudamos esperamos y mientras más
dudamos más esperamos, mientras más dudamos y dudamos lo suficiente
terminamos por frustrarnos porque de tanto dudar la oportunidad termina por
pasar y entonces por estar dudando al final la duda se resuelve sola pero de
manera que no nos da ninguna libertad, como en el caso de mi cliente.
La cosa es que para poder hablar de manera natural y atractiva con las
mujeres tienes que empezar por respetarte a ti mismo.
Eso significa que tienes que empezar por revisar la imagen que tienes de ti
mismo y no se trata de que exageres y de que creas que eres un dios vivo
sobre la tierra ni nada por el estilo pero lo cierto es que la mayoría de las
veces tendemos a vernos peor de lo que realmente somos en realidad, y la
idea es que no te veas ni mejor de lo que realmente eres ni peor de lo que
realmente eres, se trata de buscar realmente vernos tal y como somos porque
una vez que sabes dónde estás es mucho más fácil saber cómo llegar hacia
dónde quieres ir y mientras más claro eres contigo mismo no sólo es más
fácil, como ya vimos, detectar las oportunidades que van en las direcciones
en las que tú quieres ir, sino que -al mismo tiempo- mientras más claro eres
contigo mismo mucho más puedes sentirte cómodo haciendo que las
situaciones vayan en la manera en la que quieres que vayan.
No se trata de simplemente ir dejando que las cosas “sucedan” como sea que
sucedan (y quizá esperar tener suerte) porque lo que sucede es que mucha
gente se respeta tan poco a sí mismos que ni siquiera pueden realmente
definir la dirección en la que quieren ir y simplemente están esperando a que
las cosas vayan mejor o a que las cosas se resuelvan por sí solas pero ninguno
de estas dos alternativas es realmente útil como estado mental porque -al final
de cuentas- si lo que tú quieres es poder tomar las riendas de tu vida tienes
que empezar por ser claro con lo que quieres y por respetar tu capacidad y tu
decisión para obtenerlo.
Por ejemplo si una mujer te dice que no le gustas no quiere decir que tu
esencia en sí misma le desagrade sino quiere decir que, en el momento en el
que lo estás diciendo, no siente atracción hacia ti lo cual significa algo muy
diferente porque significa que sí puedes hacer algo para cambiar esa situación
(sin ser alguien más o dejar de ser tú mismo) y efectivamente si lo haces
puedes tomar el control de tu vida por lo menos en este sentido.
Y en verdad, vas a cambiar tu vida con sólo dejar de intentar “ser” alguien en
particular y empezar a realmente hacer algo en particular (y aprender de ello).
No sólo al hablar con las mujeres, sino en muchos otros ámbitos de tu vida
cotidiana, vas a notar que puedes hacer muchas más cosas cuando no te
limitas por lo que se supone que “eres” (lo que significa que cambiarás la
realidad en la que vives sin alterar las leyes de la física).
Cuando estás de “buen humor” tiendes a ver las cosas de buena manera
mientras que cuando estás de “mal humor” tiendes a ver lo malo en lo bueno.
Puede ser que estés se mal humor porque tuviste un mal día y también puede
ser que estés de buen humor porque te ha ido bien pero también es cierto que
tu estado mental influye la manera en la que enfrentas las cosas: tu actitud.
En serio, hasta cierto punto, los nervios pueden ser un cumplido, a partir de
cierto punto se vuelven un inconveniente.
Ella hace bien en pensar que no vas a lograr atraerla si nota que no logras ni
siquiera controlar tus propios nervios así que el problema es en verdad
fundamental. Por otro lado, existe gente que nunca ha tenido este problema y
que ni siquiera sabe “cómo le hacen” para ponerse nerviosos.
Esto quiere decir que no esperes que todo mundo reaccione igual que tú a las
mismas maneras de hablar pero puedes empezar por lo que funciona contigo
a la hora de encontrar lo que funciona en los demás.
Es BÁSICO.
Seguro alguna vez te has encontrado con discusiones sobre “valor” y quién
tiene más “valor” y el hecho de que tienes que tener más “valor” que ella, y
generar “valor” y en algunos casos incluso disminuir el de ella... sobre todo si
has estudiado “artes venusinas” seguro sabes de qué te hablo.
¡Qué hueva (flojera, pereza, ganas de arrancarse los cabellos)! Pero para
simplificar, la cosa, el tema del “valor” está así:
¿Suena egoísta? A grandes rasgos, es lo mismo que ella está haciendo (por
mucho que le importe hacerte sentir bien, lo más probable es que ella pase
primero en su propia mente, sobre todo si no te conoce, es normal).
Algo que te gusta practicar, aprender, incluso a pesar de que hay veces en las
que fallas, hay días malos, aun así te gusta, disfrutas el juego, disfrutas los
triunfos y los llevas contigo, aprendes de los errores y te diviertes incluso
cuando no “ganas”.
Y eso no significa que las relaciones sean pura diversión, obviamente en una
relación también se puede necesitar cierto grado de compromiso. Lo que sí
significa es que hablar con las mujeres, en general, y sobre todo con las
mujeres que te gustan, la mayoría del tiempo “tiene que” ser divertido. Por
supuesto, si lo que buscas son relaciones aburridas, te invito a que te aburras
todo lo que puedas pero en general, mientras más te diviertes, más puedes
aportar, emocionalmente, a la relación.
Divertirse es una actitud, lo que significa que es independiente del contexto.
Cualquier cosa puede ser divertida, todo depende de ti. Al mismo tiempo que
cualquier cosa puede ser divertida, cualquier actividad puede ser aburrida,
incluso la más divertida, si tu actitud no es adecuada.
Por ejemplo, contar una historia está bien, siempre que venga al caso. Sin
embargo muchas personas se aprenden historias de memoria sólo para poder
iniciar una conversación y por lo mismo la historia no “viene al caso”.
Además, esto significa que pones atención a cómo reacciona ella (en el
presente) a tu historia. No se trata de simplemente contar tu historia a pesar
de estarla aburriendo porque si no nunca vas a llegar a ningún lado.
De manera más general, el estar hablando con una mujer y pensando en otra
cosa (ya sea una rutina que aprendiste o la historia que estuviste practicando)
no es una buena idea. A eso me refiero con “comparar”. No me refiero solo a
comparar en el sentido usual de la palabra sino en el sentido de poner uno al
lado de otro. Si estás con ella pensando en lo que están haciendo tus amigos
quizá harías mejor yendo con tus amigos.
Por supuesto, en una manera más específica, cuando comparas a una mujer
con otra mujer, estás pensando en esa otra mujer mientras estás con esta... no
estás en el presente. Es similar a los hombres que hablan de su ex-novia
mientras intentan conocer a una chica... por lo general no funciona.
En general, “me gustan tus ojos”, “me gusta tu pelo”, “me gusta tu voz”, “me
gusta tu manera de ser” o cualquier variación de eso es muy diferente que
“me gustas más que mi última novia”, “pareces menos intensa que todas mis
amigas” o “espero que no seas como mi ex”.
Y yo sé que el sueño húmedo de algunos sería algo así como -él y ella que se
encuentran solos- él le dice a ella que le gusta y él le dice que le gustaría
besarla (y de alguna manera ella dice que sí y se besan aunque no queda claro
el cómo se besan, sólo que se besan) y luego él le dice que le gustaría
desnudarla, que se desnude, hacer el amor, y ella obviamente acepta, etc.
Sin embargo, aunque hay personas que lo imaginan así y que creen que así
es, lo cierto es que eso de andar pidiendo permiso y siendo muy claro le quita
toda la chispa al momento.
Las mujeres no quieren un hombre que les pida permiso para casarse con
ellas y luego tener hijos. Quizá en el pasado así fue pero en el presente no.
Y claro, existen momentos en los que tienes miedo a molestar o hacer enojar
a su novio y eso es algo comprensible. En ese caso, cuando esa es la razón
por la que no sabes si deberías y hablar con ella, simplemente dile que ella te
atrae y te gustaría conocerla y pregúntale si tiene novio. Por supuesto no es
forzosamente la mejor manera de iniciar la conversación pero es mejor que
no intentar nada (y está lejos de ser la peor manera).
La única razón para ocultar tus intenciones sería tener malas intenciones.
Piénsalo. ¿Tienes malas intenciones?
Dicho esto, hacerla sentir bien, cómoda, divertirse juntos, conocerse, gustarle,
provocar su deseo, explorar su placer, etc., no tienen por qué ser malas
intenciones.
Si fueras alguien que quisiera hacerle daño, tendría sentido que ocultaras tus
motivos. Si quisieras engañarla... pero si no es así... ¿para qué gastar energía
y esfuerzo ocultando algo que probablemente ella ya sabe?
Pierdes tanto tu tiempo como tu energía haciendo algo que muchas veces es
contraproducente. La única razón que conozco para ocultarle a una mujer que
ella te atrae es -en el caso de métodos como el de Mystery, conocidos como
indirectos- cuando quieres hablar con una mujer que está acostumbrada a que
la quieran ligar.
La idea es que “si funcionó para mi” es posible enseñarle a otro a imitar y es
mucho más fácil enseñarte a imitar lo que funcionó que buscar entender por
qué funciona lo que funciona así como funciona y transmitir ESE
conocimiento. Es más fácil simplemente escribir las frases que funcionaron y
publicar un libro con eso que detenerse a reflexionar en qué es lo que
funcionó y qué es lo que no funcionó y que funcionó a veces sí y otras no y
cuándo funcionó y cuando no funcionó cada cosa y buscar abstraer las
diferencias entre lo que funcionó para encontrar qué tienen en común las
“cosas” que funcionaron.
Obviamente es más fácil escribir una frase que dijiste y que funcionó que
intentar entender y transmitir la estructura de lo que funcionó.
Y claro, cada caso es diferente, por ejemplo en otros contextos sí es más fácil
aprender imitando, por ejemplo al aprender a operar maquinaria o al aprender
a aplicar cierta técnica de construcción para hacer una pared, etc., aunque
incluso en esos contextos sigue teniendo mucho valor el entender por encima
de memorizar porque mientras más entiendes más puedes adaptar lo que
sabes.
Hay ciertas cosas en las cuales cuando imitas a los demás obtienes resultados
similares por ejemplo si estamos hablando en el mundo físico de algún
fenómeno físico “simple” como la gravedad es cierto que podemos hacer algo
similar a lo que otra persona hizo y obtener resultados similares. Es la idea
detrás de la ciencia física (entre otras) y la posibilidad de repetir un
experimento. En el caso de comunicar de manera poderosa y potente con las
personas, esto es más o menos cierto pero en una forma mucho más compleja
porque al final de cuentas si pensamos que dos personas diferentes pueden
tener por ejemplo dos lenguajes diferentes y no poder comunicarse la una con
la otra -porque no entienden la una el lenguaje de la otra- por ejemplo un
japonés y un hindú que no hablan el uno el lenguaje del otro pueden ambos
preguntarle el uno al otro dónde está el baño cada uno en su idioma y aunque
en una situación similar eso funcionaría si estuvieran en India o en Japón
porque en sus respectivos países podrían preguntar dónde está el baño en sus
respectivos idiomas y eso funcionaría, en el momento en el que estás
hablando con alguien que no habla tu propio idioma de pronto la misma frase
ya no funciona y esto es un ejemplo un poco simplista pero a lo que me
refiero es que como cada persona es única, es difícil establecer leyes
similares a las leyes de la física y aunque en el fondo los seres humanos
somos bastante similares las diferencias de una persona con otra no son tan
profundas al final de cuentas si existen suficientes diferencias para quien no
sea tan simple como por ejemplo en el caso de un experimento en la física es
simplemente imitar lo que otra persona hizo para obtener resultados similares
(e incluso en la física no es tan simple repetir un experimento, a veces es un
problema muy complejo).
Y lo que sucede es que de esa manera es muy difícil ser “natural”, actuar de
manera natural sin tener que estar memorizando frases, interpretar,
memorizando rutinas, porque lo que sucede es que muchas personas, como
resultado de que en muchos cursos se enseña de esa manera, muchas personas
intentan memorizar frases intentando memorizar rutinas, cosas que decirle a
una mujer para empezar una conversación, cosas qué decirle para llevarla a
otro lugar, cosas qué decirle antes de besarla... y al final de cuentas terminan
simplemente repitiendo frases más o menos como una especie de loro,
guacamaya o perico que se estuviera haciendo pasar por una persona tratando
de ligar, en lugar de realmente pensar, realmente percibir, realmente poner
atención y reaccionar a la situación en la que se encuentran de manera natural
porque si no fuera posible atraer a una mujer de manera natural no estaríamos
vivos, no estaríamos aquí porque nuestros antepasados no se habrían
reproducido y lo que sucede es que la mayoría del tiempo el problema no es
tanto que necesites aprender cómo hacerlo sino que la mayoría del tiempo lo
cierto es que necesitas permitirte aprender a no estar evitando tú mismo que
logres tener éxito, porque muchas veces -no nos damos cuenta pero muchas
veces- nosotros mismos saboteamos nuestro propio éxito.
Por eso más que buscar aprender a hablar con las mujeres mi objetivo en este
libro es que aprendas a eliminar todo lo que te impide hablar con las mujeres
de la manera en que tú quieres, aunque obvia mente también vamos
enfocarnos en aprender algunas técnicas, tips, trucos, pero en el fondo lo que
hace tan valioso este sistema, lo que le da el poder a este sistema es el
enfoque “negativo” en el cual en lugar de estar buscando fingir ser alguien
más, en lugar de estar buscando técnicas, la idea es pulir tu propia técnica
pulir tu propia manera de hacer las cosas y es que, de forma natural, tu propio
“yo” así como es, sea atractivo y créeme que no es imposible, no es ni
siquiera tan difícil como puede parecer pero para eso tienes que dejar de
buscar parecer alguien más, dejar de buscar actuar como alguien más y
empezar a buscar cómo puedes ser tú mismo como puedes actuar como tú
mismo pero de manera naturalmente atractiva.
Es un poco como dejar de buscar las soluciones al final del libro y empezar a
desarrollar la habilidad para crear las soluciones por ti mismo y obviamente
en este libro las soluciones no vienen al final del libro, las soluciones vienen
a través del libro, conforme vas leyendo y aplicando, en la experiencia que
vas a ir teniendo en las diferentes lecturas de este libro porque además es
posible que, más adelante, cuando te des cuenta de los resultados que
obtuviste, te dé por volver a leerlo y descubras que tiene un nuevo significado
completamente diferente ahora que tienes nuevas experiencias a través de las
cuales leer las palabras que estás leyendo en este momento
De hecho si pones atención puedes darte cuenta de que son los mismos
“maestros” de la seducción que te enseñan a imitar y aprender rutinas de
memoria los que dicen que es difícil seducir de manera natural, pero si lo
piensas más a fondo, por ejemplo como aprender a caminar, qué hubiera
pasado si tu hubieras aprendido a caminar no por tu cuenta sino imitando las
“rutinas” y “técnicas” de la manera en que lo hace la otra persona... aprender
a caminar imitando por ejemplo alguien que utiliza bastón o alguien que
camina con una cierta postura encorvada y terminar adoptando y aprendiendo
las mismas limitaciones a la hora de caminar que la persona de la cual
“aprendiste”. Dicen que el alumno supera al maestro si el maestro es bueno
pero para que esto sea así es necesario que el maestro enseñe al alumno no
tanto las técnicas sino sobre todo los principios.
Por otro lado, si ves que las personas pueden caminar y tomas el principio
básico de lo que observas pero sin intentar imitar a las personas y por tu
cuenta aprendes, no a través de métodos sino a través de experiencia,
entonces vas a descubrir que es mucho más fácil caminar de manera natural
no sólo hacia adelante sino también hacia la izquierda, hacia la derecha, hacia
atrás, dando vueltas, saltar y en todas las direcciones, mientras que si tu
aprendieras de memoria con una técnica, quizá ni siquiera podrías caminar
hacia la derecha o a la izquierda porque si tu técnica sólo te permite caminar
hacia delante y sólo tienes la técnica para caminar hacia adelante…
Creo que te imaginas como es que este problema se transpone a una situación
de seducción y más específicamente a la hora de hablar con una mujer
atractiva.
Y en ese sentido creo que es mucho más importante aprender a pensar por ti
mismo.
Sí, yo doy tips, trucos y obviamente utilizo el lenguaje que es una ventaja que
tenemos para transmitirte parte de mi experiencia y para ayudarte a hacer que
tu propia experiencia te dé frutos más rápidamente, porque es cierto que
cuando tienes a alguien que te ayuda a entender la experiencia que estás
teniendo, que tuviste o que vas a tener, eso puede ayudarte aprender mucho
más rápido siempre y cuando te estés basando en tu propia experiencia y por
eso es que le doy un enfoque tan práctico a la hora de preparar en general
cualquiera de los cursos o libros que he creado hasta ahora porque si no
tienen ese enfoque práctico puedes pasarte toda la vida en teorías y en ideas
de cómo hacer las cosas sin nunca realmente intentarlo y al final de cuentas lo
importante es facilitarte que lo intentes, facilitarte que aprendas pero sobre
todo lo importante es que tú mismo vayas desarrollando tu propio sistema.
Vas a darte cuenta que en estos siete libros voy a estar refiriéndome
constantemente a esto porque muchas personas se basan en tal o cual escuela
de seducción y adoptan el lenguaje de esa escuela y empiezan a utilizar
expresiones como PUA, indicadores de interés, materiales enlatados,
abridores, falsos indicadores de interés, etc., y tienen todo un vocabulario
(también aprendido de memoria) que les permite hacer y sentir como si
supieran mucho pero al final de cuentas ni siquiera tienen las habilidades que
deberían de ir con ese vocabulario, que en realidad cuando te pones a ver
muchas veces son palabras que se inventan simplemente como para darle una
especie de sensación de seriedad, sensación de que realmente estás
aprendiendo, al sistema, porque, por ejemplo, cuando hablamos de un
indicador de interés realmente de lo que estamos hablando es de algo crees
que quiere decir que le gustas a una mujer en particular en un momento dado
pero en lugar de decirlo con palabras que todos podamos entender, cuando
hablamos de un “indicador de interés” no sabemos si es un “verdadero
indicador de interés” e incluso si es un “falso indicador de interés” no
sabemos si ella intencionalmente te indico el interés de manera falsa o no...
mientras que por otro lado, si abandonas todas estas complicaciones del
lenguaje y simplemente dices que percibiste tal gesto en particular que te
hace creer que le gustas entonces es mucho más fácil entenderse y darse
cuenta de que puede ser que no sea un “indicador de interés” sino sólo algo
que tu interpretarse de esa manera y en lugar de simplemente está tratando de
aplicar conceptos y memorizar palabras, memorizar rutinas, que es lo que
muchos de sus sistemas quieren que hagas, la idea es que comprendas de
manera simple los principios básicos que existen detrás de los procesos que te
interesan en un momento dado para poder utilizarlos -por ejemplo en este
libro nos vamos a concentrar en la comunicación verbal en las palabras a la
hora de hablar con una mujer- y así en cada momento, al ir entendiendo cada
proceso, cada subproceso, cada parte del proceso general, vas a darte cuenta
de que de pronto eso te permite mucha más libertad al actuar.
Ese es el principio de todo este sistema: que vale más la pena entender cómo
funciona la seducción y las diferentes etapas, los diferentes procesos, las
diferentes partes de la seducción, que aprenderse técnicas, abridores, rutinas,
frases... porque al final de cuentas si entiendes cómo funciona puedes
desarrollar tu propio sistema, lo que significa crear tus propias rutinas, frases,
etc.
IX. Timidez y miedo al rechazo
Realmente la “timidez” o “miedo al rechazo” o “miedo a las mujeres”... (O
como tú le digas) es un problema que por un lado es muy frecuente pero al
mismo tiempo tiene muchas facetas e incluso se manifiesta de maneras muy
diferentes al mismo tiempo que puede tener causas muy diferentes en cada
caso.
Algunas personas por ejemplo lo que hacen es que cuando ven a una mujer
que les gusta se ponen a imaginar ciertas cosas de manera que los hace sentir
nerviosos. Muchos de ellos son capaces de sentirse nerviosos en toda clase de
situaciones además de con las mujeres y por lo general tienen tanta práctica
generando esos estados, creando esas imágenes de la manera en que lo hacen
y sintiendo esos “nervios”, “ansiedad”, etc... Que lo pueden hacer en cuestión
de instantes, de manera muy rápida y a la vez muy poderosa.
Así está la cosa: ¿cómo pretendes dirigir o influenciar las emociones de otra
persona si ni siquiera diriges las tuyas propias?
El número 2 representa al otro. La otra persona. Una vez que yo soy uno y tú
eres uno entonces podemos ser dos. Cuando hay dos puede haber
desacuerdos. De la misma manera, el 2 representa a “los otros” cuando el 1
representa a “nosotros”. Los números no tienen contenido, representan
únicamente la estructura de algo.
Es importante que no sólo aprendas los 4 pilares sino que también los
integres pues de esa integración surgirán los resultados que vas a obtener.
Por ejemplo, uno muy conocido es decir “necesito una opinión femenina” y
luego hacer alguna pregunta como “mi amigo está saliendo con una chica y
su ex lo contactó porque quiere volver a intentar algo con él y él no sabe qué
hacer porque aunque aún se siente muy atraído por ella, la verdad es que si
tuvieron momentos algo difíciles además de que no quiere herir a la chica con
la que está saliendo ahora. ¿Tú qué crees que debería de hacer?”... o algo
simple como “¿qué opinas de esta corbata?”. La idea es tratar de decir algo
que llame su atención, pero sobre todo te dan frases que se supone que te
aprendas de memoria para usarlas después.
Como puedes ver, en los métodos tradicionales, hablar con una mujer
empieza en el momento en el que abres la boca y dices algo. ESTO ES
FALSO.
En realidad, hablar con una mujer empieza desde el momento en el que la ves
y quieres ir a hablar con ella o desde el momento en el que sabes que te la vas
a encontrar... y de hecho tampoco es algo tan preciso porque también es
cierto que hablar con una mujer empieza desde antes de que siquiera sepas
que ella existe, empieza por tu experiencia, tu actitud y en general tu manera
de ser. Pero sin ir tan lejos, antes de hablar con ella, antes de que abras la
boca y digas algo, la verdad es que incluso la manera en la que te acercas a
ella es importante.
Por ejemplo si te acercas a una mujer con una actitud tímida e insegura, para
el momento en el que intentas decir algo es demasiado tarde y a ella no le
interesa saber lo que vas a decir.
Quizá te haya sucedido: dices algo y antes de haber podido terminar tu frase
ya estás siendo rechazado (probablemente de manera no muy amable).
Por supuesto, también puede ser que ella haya tenido un mal día o algo así
pero lo importante aquí es que si te enfocas en aprender abridores en realidad
vas muy atrasado pues para el momento en que tengas la oportunidad de decir
el dichosos abridor puede que ya la hayas “cagado” (arruinado la situación)
lo suficiente como para que tu abridor que tanto te costó practicar no te sirva
de nada.
Por eso, para los motivos de este modelo (que es ayudarte a ti a hablar con las
mujeres), hablar con una mujer empieza en el momento en el que decides que
quieres hablar con ella. Algunas personas ven a una mujer atractiva y dudan y
dejan pasar la oportunidad. Obviamente cuando alguien hace eso no hay una
plática ni una conversación y obviamente no hay, la mayoría de las veces,
ningún resultado. Obviamente si eres una estrella del cine o del rock o tienes
mucho dinero puede que haya mujeres que sí quieran iniciar una
conversación contigo, sin embargo la mayoría de las veces eso no sucede.
Por ejemplo, si al momento de ver a una mujer atractiva te sientes triste y sin
energía y al verla te imaginas siendo rechazado o haciendo el ridículo y te
dices algo así como “qué caso tiene” o “ni siquiera le voy a gustar, seguro no
soy su tipo”, obviamente vas a obtener una respuesta diferente a la que
obtendrás cuando te sientas contento y lleno de energía y al verla te imagines
pasando un buen momento con ella (disfrutando estar con ella) o algo similar
y te digas algo como “seguro esto va a ser divertido”...
Para algunos, les es fácil hablar con mujeres conocidas pero no con mujeres
desconocidas, para otros, les es fácil hablar con una mujer siempre y cuando
ella no sea atractiva (porque si es atractiva de pronto es mucho más difícil
porque se ponen nerviosos, etc.), a otros les es fácil hablar con mujeres pero
sólo cuando no hay nadie al rededor (muchas veces por miedo a la burla) o
sólo en ciertos lugares y/o situaciones (hay gente que solo logra hablar con
las mujeres en la escuela o en el trabajo pero no en la calle o en el
supermercado así como hay quienes pueden hacerlo en un bar o un antro pero
no de día en una situación natural). Otros simple y sencillamente se sienten
demasiado nerviosos al hablar con las mujeres.
Y he aquí el “truco”: por más que pases tiempo aprendiendo frases y rutinas
de memoria de todas maneras aprender a hablar con las mujeres es como
aprender a caminar.
Y de hecho vas a notar que la mayoría de las personas no te juzga por lo que
ya sabes si no te juzga por el esfuerzo que haces. Aunque es probable que una
mujer atractiva prefiera que sea James Bond el que venga a hablar con ella, lo
cierto es que muchísimas veces cuando un “nerd” se les acerca ellas también
se sienten halagadas. Aunque claro, la idea de esta guía es que no solo las
hagas sentir halagadas sino que también tengas la capacidad para hacerlas
sentir interesadas, atraídas, excitadas...
Pero si no das este primer paso no sirve de nada que te explique los
siguientes. Si no das tus primeros pasos nunca vas a aprender a caminar.
Ahora sí, habiendo leído hasta aquí tu manera de pensar en hablar con una
mujer debe ya haber cambiado lo suficiente para que tú mismo lo puedas
notar (y si no, vuelve a leer la primera parte de este libro).
Ya sea que pensaras en términos de “qué frase le digo”, “cómo le hago para
gustarle”, “qué es lo que quieren las mujeres”, “ella no entendió lo que le
dije”, “seguro no le voy a gustar”, no intentarlo, estar preguntándote en qué
momento te van a rechazar o algún otro, lo más probable es que antes de
empezar a leer tuvieras ciertas creencias y ciertas maneras de pensar que se
han visto puestas en duda.
Lo que tienes que hacer es ir a hablar con mujeres. En este caso existen tres
tipos de situaciones básicas con las que te vas a encontrar la mayoría de las
veces:
1. Mujer sola
Nota que si ella está con alguien más eso no es excusa para no hacer nada.
Primero asegúrate de saber si son o no son pareja y si no lo son, vas.
Así de simple. El ejercicio, es ir y hablar con una mujer que te guste (esto es
MUY importante, ella tiene que ser atractiva para que este ejercicio tenga
sentido). Lo que vas a decir es “Hola, me llamo (tu nombre)” y luego le dices
que viniste a hablar con ella porque -y aquí simplemente le dices qué fue lo
que te gustó de ella-.
2. Ella lo toma “bien”, en cuyo caso, lo único que tienes que hacer es
aprovechar la ocasión para practicar tu habilidad de hablar con las
mujeres. Disfruta el momento, no siempre tienes la ocasión de hablar
con una mujer atractiva (y mientras más disfrutes el momento, más
seguido se presentará y aprovecharás la ocasión).
Esta es una variación del primer ejercicio a realizar una vez que hayas hecho
el primero. En este caso solo es necesario hacerlo 10 veces, el mismo
ejercicio que el primero pero asegurándote de que 5 veces hablas con mujeres
que sean atractivas y 5 con mujeres que sean MUY atractivas. La diferencia
es crucial. No se trata tampoco de mujeres atractivas en general sino
atractivas para ti. Si ella te atrae, vas.
La cosa es comparar cómo reaccionan las mujeres que para ti son MUY
atractivas comparadas con mujeres que lo son menos.
Tengo que decirte que -habiendo probado esa manera de hacer las cosas-
(algunos le llaman “método indirecto”) te puedo confirmar que de hecho el
método sí funciona, sobre todo con mujeres que están acostumbradas a que
los hombres intenten seducirlas constantemente. Funciona porque haces algo
que la mayoría de los hombres no hacen, además de que te obliga a no
hacerla de perrito faldero pues muchos hombres el error que cometen es
esforzarse demasiado por gustarle a las mujeres y pues al utilizar este tipo de
método, aunque también te esfuerzas por gustarle lo cierto es que se nota
menos el esfuerzo y hasta parece que el encuentro fue “casual” y no algo
orquestado por ti.
SIN EMBARGO, este método sólo funciona con cierto tipo de mujeres
(edecanes, modelos, sobre todo mujeres que viven de su atractivo físico y a
quienes los hombres se les acercan constantemente y no funciona tan bien
con mujeres “normales”), es bastante lento (pues pierdes mucho tiempo
ocultando tus acciones, etc.) y no te dice como mantener la relación. Los
hombres que utilizan ese tipo de método tienden a tener relaciones más
fugaces, menos duraderas y por lo general les cuesta trabajo adaptarse cuando
se encuentran frente a una situación imprevista. Por estos motivos,
principalmente, es que no enseño ese tipo de método.
Pero en ese caso, ¿qué hacer cuando quieres hablar con una mujer?
No sólo vas a decir cosas “únicas” en el sentido de que dices lo que piensas
(y lo que piensas cambia de persona a persona y de momento a momento,
dependiendo del contexto) sino que además te vas a diferenciar de la mayoría
de los hombres que en el fondo de ellos sienten que la van a ofender como si
hacerle un cumplido sobre su físico en verdad fuera algo malo.
Peor aún, muchos hombres están tan preocupados por lo que le van a decir
que ni siquiera la observan, no se toman ni un instante para realmente
observarla y por lo tanto es casi como si estuvieran hablando solos. Sobre
todo quienes usan técnicas y material enlatado, es como si estuvieran
hablando solos.
Dicho de otro modo, si lo que te gusta de ella son sus senos o su cintura o sus
ojos o sus nalgas... y se lo dices... eso es lo que se llama congruencia. Como
descubrirás (si no es que ya lo has hecho), la congruencia es uno de los
atributos que las mujeres encuentran más atractivos (aunque no lo sepan). De
hecho, si haces la prueba por ti mismo verás que la congruencia es un factor
mucho más importante y una herramienta mucho más útil a la hora de hablar
con las mujeres que las famosas “demostraciones de alto valor” (que es
contar historias en donde presumas de lo mucho que vales y como proteges a
los tuyos, etc. buscando que gracias a tus historias ella se sienta atraída por ti
mientras que en el caso de la congruencia no necesitas historias pues tus
acciones hablan por sí mismas).
Pero volviendo a enfocarnos en el tema, ¿de qué hablar con las mujeres? De
hecho, para responder a esa pregunta es mejor decir de qué no hablar porque
una vez establecidos los límites de lo que hay que evitar, lo cierto es que
puedes hablar de prácticamente lo que sea que tú quieras (y eso está bien
pues al fin y al cabo el objetivo es que tú te la pases bien).
Pero eso no es todo. No basta con evitar hablar de cosas horribles, también es
necesario escucharla.
Pero antes que nada, vamos a hablar de algo muy importante y fundamental:
la diferencia entre significante y significado.
Las palabras que dices son una descripción de lo que quieres decir.
Las palabras que dices no son en sí mismas aquello que quieres comunicar
sino que son una descripción, una abstracción verbal de aquello que quieres
comunicar. Por ejemplo si digo que escuché un ruido agudo a lo lejos lo que
digo sobre el ruido no es el ruido en sí mismo sino una descripción del
mismo.
Al momento de escucharlas, para entenderlas, la persona que escucha tus
palabras debe primero interpretarlas. Así, tenemos dos “significados”
diferentes para un mismo significante: el significado de lo que quisiste decir
y el significado de lo que la otra persona entendió. Y sin embargo, en la
mayoría de las interacciones humanas, el que habla asume que el que escucha
entiende lo que el quiso decir, como si hablar fuera una manera de transmitir
significados directamente.
Dicho de otra forma, muchas personas creen que lo que entendieron fue lo
que la otra persona quería decir o que lo que quieren decir la otra persona lo
va a entender forzosamente pero esto no es así, los significados no se
transmiten sino lo que sucede es que se produce una serie de sonidos y la otra
persona utiliza su propia experiencia personal (diferente de la experiencia
personal de la persona que habla) para entender lo que se está diciendo.
Por eso sólo podemos entender algo si hemos tenido experiencias suficientes
suficientemente similares para poder interpretar lo que estamos escuchando
lo suficiente para entenderlo.
En este sentido lo más importante no es “lo que dices” sino lo que ella
entiende.
Tómate un momento para entender esta última frase pues vas a descubrir que
estás tan acostumbrado a darle más importancia a lo que dices que vas a
olvidar darle la importancia necesaria a lo que ella entiende.
Cuando vayas a hablar con las mujeres que te gustan vas a notar que mientras
más hablas basándote en lo que ella entiende y no en lo que tú quieres decir
ese cambio de perspectiva va a cambiar tu manera de hablar con las mujeres
de manera muy potente. Es más, es tan importante que lo voy a decir de
nuevo:
Al hablar con las mujeres, lo importante no es lo que dices sino lo que ella
entiende.
Pero esto va más allá. No sólo se trata de lo que la otra persona entiende sino
de cómo reacciona. Enfocándonos en el tema de este libro, la idea es poner
atención para saber si lo que estás diciendo dicho como lo estás diciendo está
provocando la respuesta semántica (o reacción semántica) que buscas.
¿Qué es una manera excitante? Aquella que hace que ella responda
excitándose. Vas a notar que si buscas ajustar tus maneras de hablar para
obtener la clase de respuestas que quieres, tu comunicación será tanto más
poderosa.
Pues bien, ¿qué pasaría si diriges la conversación para hacer que ella hable de
situaciones en las que ha vivido las emociones que te interesa provocar? Por
supuesto, esta no es la única manera de provocar emociones sin embargo es
una manera muy poderosa...
Por un lado significa que no todas las mujeres van a reaccionar igual al
mismo tema y obviamente eso es normal.
Además, significa que cada vez que hablas con una mujer te tienes que
adaptar, hasta cierto punto, a ella. Por ejemplo sexualmente no a todas las
mujeres les gusta lo mismo, y si quieres gustarle a una mujer vas a necesitar
adaptarte un poco a ella, siempre dentro de los límites de lo que es disfrutable
para ti.
Por supuesto, puedes enseñarle a disfrutar de otras maneras del sexo pero al
final de cuentas va a haber algo en ella que no podrás satisfacer (porque “no
te va”), y es importante tomar eso en cuenta.
Por otro lado, es normal que tengas un “ideal” pero no exijas que las personas
reales se comporten como las ideales.
Pero tampoco asumas que te tienes que doblar a lo que ella quiere.
La cosa es que si puedes descubrir y darle lo que ella quiere (y no lo que ellas
quieren porque no se trata de generalidades sino de cada caso específico en el
que te encuentres), vas a poder fácilmente pedir lo que tú quieres; si te das
cuenta, te estoy hablando de esta cosa nueva y de onda que los jóvenes de
hoy en día llaman “negociación” (ya en serio, la negociación no tiene nada de
nuevo).
Por ejemplo, si ella te habla de cómo le atrae un hombre que sepa bailar,
puedes hablar del baile pues forma parte del campo semántico de la atracción
para ella. Puedes hablar de la sensualidad de un baila o lo divertido de
bailar...
Y por supuesto, tus acciones, tu actitud, el contexto, etc., cuentan muchas
veces más que tus palabras.
La idea es que sea un tema del que cualquier persona podría hablar.
Especialmente si conoces a la persona en cuestión puedes elegir un tema con
facilidad, pero si no, simplemente elige algo general, como el clima o algo
que se hable en las noticias.
El ejercicio es, al escuchar lo que la otra persona dice con atención, hacer que
le otra persona empiece a hablar del tema elegido por sí misma. La manera de
hacerlo es precisamente escuchando lo que la persona dice en una
conversación normal y buscar los elementos de lo que la otra persona dice
que puedan acercar al tema elegido, los elementos que pueden formar parte
del campo semántico del tema elegido y luego simplemente repetirlos o hacer
alguna pregunta sobre ellos...
Por ejemplo, si el tema son los impuestos y la persona dice algo sobre el
dinero, sin hablar de impuestos (porque si no, no estás utilizando la
inducción), puedes dirigir la conversación hacia el dinero, y si habla de
gastos, hacia gastos, y buscar irte acercando o al menos girando alrededor del
tema, de manera a que la otra persona empiece a hablar de los impuestos por
sí misma. Y no te preocupes si no lo logras a la primera, lo importante es la
experiencia que vas a obtener de aprender a hacerlo.
El objetivo del juego es, basándote solo en lo que dice la otra persona (puedes
hacer preguntas sobre lo que dijo, o repetir algo que dijo para obtener más
información), inducir en ella el tema que elegiste.
EJERCICIO 3:
Elige un tema que a ti te guste y busca, al hablar con una mujer atractiva, sin
decir el tema directamente, que ella sea la que se ponga a hablar de eso.
Puntos extra si es algo “geek” o “nerd” como la Guerra de las Galaxias,
programación de computadoras o algo que creas que te va a costar trabajo.
Repite el ejercicio hasta que logres evocar al menos 3 temas diferentes con 3
mujeres diferentes (un tema cada una, o más).
Recuerda que esto es sólo un ejercicio para darte una cierta experiencia
sensorial para enriquecer tu conocimiento inconsciente. No es la manera en la
que se supone que te comuniques con todas las mujeres todo el tiempo, es
sólo una manera de hacerlo (y que tiene por objetivo tu aprendizaje, en este
caso).
Por ejemplo quizá ella tiene en mente una imagen y te está describiendo la
imagen, quizá de una playa. Al describirte la imagen de la playa, ella no usa
imágenes sino palabras (a menos que te muestre una foto o algo pero estamos
hablando de comunicación oral) y la descripción es una abstracción de la
imagen y por lo tanto la descripción no es la imagen.
¿Y?
Y no quiero decir que tengas que estar siempre hablando pero lo que quiero
es que nunca más te quedes sin nada que decir. Si quieres decir algo y no
sabes ni de qué hablar, no te preocupes, siempre hay algo qué decir, siempre
se puede continuar la conversación. De esto se trata este cuarto y último
punto.
En ese caso, puedes preguntar en dónde fue que vio esa foto o puedes
preguntar qué fue lo que le pareció bonito de la playa o qué playa era... La
cosa es que, independientemente de lo que ella te diga, siempre hay más
información que no ha dicho. Por ejemplo, si la estás conociendo y le
preguntas qué música le gusta, y ella te dice algún autor que a ti también te
gusta, siempre puedes decirle que te gusta tal o cual canción de ese autor.
· No eres mi tipo.
Y ella sonrió y siguieron hablando pero el punto es que lo que parecía una
respuesta totalmente árida se convirtió en una respuesta positiva. Como
puedes ver, mi amigo no siguió simplemente insistiendo ni se dio por
vencido. Muchos, desde el momento en el que ella dijo “no me interesa” se
hubieran dado por vencidos. Otros lo que hubieran hecho sería suplicarle de
una forma u otra, como por ejemplo decirle que le van a mostrar un truco de
magia o algo así, con tal de mantener su atención un poco más.
Mi amigo escuchó lo que ella dijo, no la ignoró. Sin embargo, no asumió que
todo estaba perdido. La escuchó y respondió a lo que dijo, de manera natural.
Sin embargo, ahí te va un “tip pro”: existen dos maneras de representar una
acción (por lo menos), una es a través de un verbo y la otra a través de un
sustantivo y son diferentes en lo que implican porque cuando uno usa una
acción como sustantivo esa acción suena más permanente que cuando se usa
como verbo. Permíteme darte un ejemplo.
“Lo que entiendes ahora mientras lees” es mucho más dinámico que “Tu
entendimiento de la lectura”. “Lo que entiendes ahora mientras lees”
cambia cada vez que lees mientras que “tu entendimiento de la lectura”
parece algo definitivo, final, que no va a cambiar (como un pariente necio).
Pues bien, cuando una chica dice que “no hay química” parece algo
definitivo. Ahora compara eso con “no siento atracción por ti en este
momento”. ¿Diferente?
Por ejemplo, recuerdo a un alumno que me contó que le habían dicho que no
había química y él contestó “¿cómo cuánta química crees que necesitemos tú
y yo para que podamos funcionar sexualmente?” a lo que ella contestó con
una carcajada. De ser algo “definitivo”, en una frase, lo cambió por algo que se podía cambiar.
Aunque para el tema que estamos tratando, basta con recordar que lo que una
persona dice es una representación de lo que piensa o “quiere decir” y que lo
que “quiere decir” siempre es más completo que lo que la persona dice (que
nunca contiene la totalidad de “lo que quiere decir”) y que una acción
representada como verbo parece más dinámica que si está representada como
sustantivo.
Por ejemplo, si digo “ayer vi un perro” no queda claro ni en qué momento del
día ni en dónde ni qué estaba yo haciendo ni de qué clase de perro se trata
con qué características ni si se trata de un perro real o un perro en una imagen
ni digo lo que estaba haciendo el perro, etc... Para poder describir “todo”
necesitaría seguir y seguir hablando cuando quizá todos los detalles no vienen
al caso y basta con decir “ayer vi un perro”.
Esto significa que si “no sabes qué decir” o “no sabes qué hacer” no es
porque no se pueda hacer o decir algo sino por tu estado mental. Es probable
que en lugar de poner atención y seguir tu curiosidad estés hablando contigo
mismo, imaginando cosas negativas, sintiéndote nervioso, inseguro, etc...
En lugar de usar frases prefabricadas para insultar a las mujeres sin que sepan
si las insultaste (nega) y presumir lo genial que eres y como cuidas a tus seres
queridos (Demostraciones de Alto Valor), mejor observa, escucha, pon
atención y notarás que estás rodeado de temas interesantes y tu vida también
está llena de temas interesantes, sólo hay que aprender a reconocerlos (y
sobre todo, a dejar de hacer cosas que no te permitan poner atención, por lo
menos cuando quieres ligar a una mujer que te gusta).
EJERCICIO 4:
Prueba con unas 10 frases diferentes en las que escribas una acción como un
sustantivo. Por ejemplo, “el encuentro”, “la llegada”, “el pensamiento”.
Luego, escribe las frases correspondientes si la acción se escribe como verbo,
por ejemplo, “encontrar”, “llegar”, “pensar”.
Nota las diferencias entre las frases iniciales y las frases transformadas.
Recapitulando...
Si has leído hasta aquí, seguramente mucho de lo que vas a leer ya lo has ido
descubriendo, SIN EMBARGO, en esta última parte te presento la
información de manera un poco diferente. Además, esta sección te puede
servir para refrescar rápidamente tus conocimientos de ahora en adelante. Sin
embargo, si sólo leyeras esta sección perderías mucha información, muchos
detalles, así que realmente piénsalo como una sección para revisar lo que ya
has aprendido.
Pero no sólo eso. La verdad también incluí algunas cosas nuevas dentro de
esta recapitulación, así que la lectura de este libro no está tampoco completa
sin esta sección. No te preocupes, es una sección bastante corta y sobre todo a
la cual vas a sacarle mucho valor.
Quizá algunas de las cosas que leas aquí incluso ya las habías olvidado, pero
recuerda que el interés de esta última parte no es únicamente repetir lo que ya
se dijo sino sobre todo ayudarte a “internalizarlo”. Estás en la última recta de
este libro. La mayor parte del cambio ya fue realizado, ya lo viviste
(asumiendo que leíste todo e hiciste los ejercicios).
Ahora solo falta empacar todo lo que aprendiste para que sea más fácil
llevarlo contigo.
Lo que quieren las mujeres
Cada individuo es diferente de los demás.
Por ejemplo, cuando vas al cine, la mayoría de las veces (depende del cine y
de la película, supongo) hay otras personas viendo la misma película que tú.
Exactamente la misma película, pero desde un ángulo diferente, algunos con
refresco, palomitas, cerveza, chocolate, hot-dog, tacos de contrabando o nada
en particular, la experiencia sensorial de una persona es diferente de la de una
segunda persona y ambas son diferentes de la de una tercera persona, etc.
Y no solo eso, cada quién, más o menos por las mismas razones, al momento
de ver la película, tiene una serie de experiencias previas (llamémosla
también “vida”) diferente de la de las demás personas y por lo mismo,
“vivimos”, “interpretamos”, “abstraemos” la película de maneras diferentes.
Como cuando alguien se ríe en una película en un momento en el que tú no
entiendes ni por qué se ríe: todos somos únicos y entendemos el mundo de
manera más o menos única.
Fácil, quiero que lo tomes bien en cuenta – que todos somos individuos
“únicos”, y no somos los demás ni tenemos la misma “vida” o la misma
interpretación de las cosas que los demás – antes de decirte lo que te voy a
decir y que es muy importante.
Algunos dirían que vivimos en realidades diferentes aunque personalmente
suena como si hubiera que atravesar universos enteros para alcanzar a otro ser
humano así que prefiero decir no que “vivimos en realidades diferentes” sino
que abstraemos de maneras diferentes porque tenemos experiencias distintas
del universo.
Como la historia de los hombres ciegos que habían escuchado hablar de los
elefantes pero no habían tenido contacto con uno y pues cuando trataron de
entender lo que era un elefante, tocándolo, no se lograron poner de acuerdo
porque a unos el elefante le parecía como tronco de árbol, a otros les parecía
como una manguera gruesa, a otros como una especie de brocha...
dependiendo de su “punto de vista”, por si ves hacia dónde va esto.
Ahora pregúntate: ¿Por qué yo afirmo que preguntarse “qué es lo que quieren
las mujeres” no tiene sentido (literalmente, parecen palabras pero es ruido)?
¿Crees que puedes pensar en algo que TODAS las mujeres quieren? Todas
sin excepción. Incluyendo a tu madre, a tu abuela, a las mujeres de dos años
de edad, a la que trabaja donde compras tu comida...
Seguro que para ti “guapo, alto y con mucho dinero” (o las variaciones de
eso) empieza a tener cada vez menos sentido...
A menos que busques a una mujer que busque a un hombre con dinero...
No sólo eso, la mayoría de las personas queremos más de una sola cosa
además de que por lo general aquello que queremos cambia de momento a
otro dependiendo del contexto... por ejemplo respirar es muy agradable pero
no cuando estás bajo el agua. ¿Me sigues?
O qué tal comer tu pizza favorita (o helado, o lo que sea) cuando te sientes
mal del estómago... creo que ves el punto.
Y seguro vez entonces la relación entre los errores en los falsos conceptos de
“qué quieren las mujeres”, “cómo gustarle a una mujer”, “cómo decirle a una
mujer que te gusta”, etc. Si generalizas demasiado, si pierdes demasiado
detalle, entonces caes en el error de no poner realmente atención a la mujer
específica a la que te quieres ligar.
Por ejemplo, si sabes cómo sumar no necesitas aprenderte todas las sumas de
memoria para poder realizar por ti mismo cualquier suma con la que te
encuentres, ¿cierto? Incluso las sumas que nunca antes habías visto las
puedes resolver, cosa que no puedes hacer con el método de “aprender de
memoria”.
Dicho de otra forma, al leer y entender las palabras que hay en este libro, para
poder realizar la acción de leer y entender, necesitas utilizar tu mente de
ciertas maneras que la transforman. Es como leer la “teoría de la relatividad
espacial y general” de Albert Einstein, para poder entenderlo necesitas
entender que nuestras interpretaciones del mundo, por muy “probadas” que
estén (como la ciencia), no son definitivos. Por ejemplo la ciencia es
confiable precisamente porque se revisa y adapta (cambia) constantemente.
Pero volviendo al hilo del texto, hay varias ilusiones que la sociedad (y tu
educación y tu entorno) ha cultivado en ti, y una de ellas es la idea de “lo que
quieren las mujeres”. Recuerda que cada ser humano es único y ha tenido una
vida única.
El primer paso para aprender a hablar con las mujeres (de manera irresistible)
es eliminar esa ilusión y aprender a ver sin ser cegado por ella.
Bueno, pues, partiendo del hecho que ya debe estar claro para ti lo absurdo
del concepto de “lo que quieren las mujeres” ahora podemos encargarnos de
que no te vuelva a suceder el problema de “no saber qué decirle” o “de qué
hablar”, vamos a resolverlo de una vez por todas.
Hay algo de lo que rara vez se habla en los libros de seducción, ligue, Avens,
etc.
Cantidad de atributos que se supone que son los que necesitas desarrollar
para gustarle a las mujeres: ser alfa, ser divertido, ser osado, ser interesante,
ser millonario, ser físicamente atractivo, ser un líder de tribu (en serio, un
autor lo dice con esas palabras), y otro largo etcétera; una vez más, cada autor
tiene sus favoritas, dependiendo de lo que cree que es “lo que quieren las
mujeres”.
Y sin embargo, hay algo de lo que se habla poco. Se habla poco de lo que tú
quieres.
Y por eso es que existen tantos métodos tan enfocados en darte frases para
que las aprendas de memoria porque intentan que en esos momentos en los
que normalmente te quedarías sin poder decir nada, tengas algo que decir:
algo que aprendiste de memoria.
Como asumen que eres igual que ellos y quieres lo mismo, se enfocan en
enseñarte a imitar su manera de actuar, su manera de hablar, su manera de
ligar, etc., en lugar de ayudarte a hacer algo mucho más útil que es instalar en
tu mente un “piloto automático conversacional” que es una palabra que
inventé para llamar al proceso que te permite saber qué decir o de qué hablar
en cualquier momento
El síntoma es que no sabes que decir, la raíz del problema es que no sabes lo
que quieres.
Esto es muy importante y por eso, antes de que realmente tomes unos
minutos para definir con claridad y de manera sensorial este punto, quiero
hablarte de por qué es importante y cómo es que va a servirte el ser claro en
este caso (y hasta qué punto es bueno ser claro o cuando es mejor ser menos
específico).
Pero antes, quiero que quede claro que lo que quieres lo tienes que pensar de
manera positiva para lo que queremos hacer. Esto significa que metas como
“dejar de ser...”, “dejar de tener...” o cualquier meta que se trate de detener,
dejar, cambiar algo, lo que tienes que hacer es enfocarlo de manera positiva
pensando en qué es lo que vas a obtener cuando dejes o cambies eso.
Por ejemplo si alguien quiere “dejar de tener miedo a hablar con las mujeres”
es importante que esa persona imagine cómo va a hablar con las mujeres,
como va a sentirse, moverse, etc., cuando haya alcanzado su meta de dejar de
tener miedo. En este caso, el ejemplo de hablar con las mujeres sería, por un
lado, imaginar la reacción de “ella” (te mira con los ojos bien abiertos, no
deja de jugar con su cabello, etc.) cuando vas a hablarle y también a largo
plazo, como te ves y qué es lo que quieres obtener al aprender a hablar mejor
con las mujeres. Esto significa que lo que hay que representar de manera
sensorial es el resultado de haber alcanzado la meta. Y dicho esto, pasemos a
la explicación paso a paso.
“No la quiero molestar” asume que hablar con ella es molesto para ella. Con
una actitud así, es probable que sea cierto (profecía auto cumplida).
“Está ocupada” es algo bastante raro de decir. ¿Qué acaso vas a esperar a que
se vaya a dormir y no tenga nada más que hacer antes de poder hablarle?
“Yo no le hubiera gustado de todas formas” es algo que se dice la gente que
duda para no sentirse mal de haber dudado (ERROR: si dudas de ir a hablar
con una mujer y dejas pasar la oportunidad, es BUENO sentirse MAL por
ello. No quieres repetir el mismo error una y otra y otra y otra vez y dudar
cada vez que veas una mujer atractiva, ¿cierto? A menos que quieras
mantenerte alejado de ellas, lo cual dudo mucho).
“No estoy bien vestido” asume que sabes de moda y sobre todo que sabes lo
que le gusta a ella de la moda. No se tu pero a mí no me interesa TANTO la
moda. Me interesa como fenómeno humano, me interesa porque nos hace
únicos... Si lo único que te impide hablar con ella es que “no estás bien
vestido” eso le está dando a entender que es más importante cómo te ves que
el no dejar pasar la oportunidad de conocerla...
“Me sonrió, seguro está enamorada de mi” y varios meses más tarde ella no
quiere que te acerques a menos de 100 metros de distancia ni que la llames
(le puedes dejar un mail, pero no es seguro que no vaya a spam).
Es como hacer algo sólo “porque así se hace” (como las modas) no me parece
lo más inteligente (piensa en los Lemmings y la meme creada por el
documental White Wilderness de Disney). Seguro puedes pensar en algo que
hacían o decían tus padres o tus abuelos cuando eras pequeño y que hoy en
día no tiene sentido... o en algo que tú y tus amigos pensaban cuando eras
chico y que ya no parece tan obvio...
Y con esto en mente quizá puedas darte cuenta por qué descubrir lo que
quieres es realmente un proceso en el que vas refinando...
No es lo mismo querer “una novia” que querer “una mujer que me parezca
muy atractiva y con quien pasemos momentos divertidos juntos”, por
ejemplo. La idea es que lo que tú quieres es menos una respuesta y más una
pregunta y un proceso de autoconocimiento.
Cuando vas a hablar con una mujer que te pareció atractiva, no forzosamente
sabes más sobre “qué es lo que quieres” que “conocerla” o “saber más de
ella”. No te tienes que comprometer a algo que no sabes en una situación que
no conoces, al contrario, la idea es darte la libertad de explorar.
Por ejemplo, piensa en un maestro de las artes marciales que tiene absoluto
control sobre cada movimiento de su cuerpo... se conoce a si mismo...
Y tú no estás buscando aprender artes marciales pero las películas son sólo
metáforas, son historias que nos sirven como espejos...
No hay una respuesta. Ni siquiera hay una pregunta. Son muchas las
preguntas y las posibilidades de aprender a disfrutar conociéndote a ti mismo.
Por eso cada vez que leas estas palabras tendrán un sentido diferente, como si
estuvieran vivas y cambiaran las palabras en el libro, pero son las palabras en
tu mente las que crecen y evolucionan. Es tu mente la que cambia, no las
palabras de este libro.
Algo está cambiando. Si quieres seguir siendo igual en realidad tienes que
esforzarte por seguir siendo igual. Asume el cambio.
Mucho de lo que crees, verás que poco a poco te irá dejando de ser útil.
Descubrirás que piensas de nuevas maneras y eso está bien. Al principio va a
ser un poco extraño, vas a hacer cosas que quizá nunca antes habías hecho
(como hablar con una mujer MUY atractiva y sonreírle relajadamente
mientras le haces saber lo mucho que te gusta su mini falda o rechazar a una
mujer...) pero es normal que así sea porque estás aprendiendo. Sin embargo,
el proceso no se detiene ahí.
Piénsalo un momento.
Porque si has leído hasta aquí buscando entender lo que te digo seguro
entiendes que el primer elemento fundamental para el éxito es tener claro lo
que quieres. Y eso va acompañado de conocerte a ti mismo.
El truco está en que la belleza está en el ojo de quién la observa. Esto quiere
decir muchas cosas pero piensa en lo siguiente: ¿acaso no te gusta cuando
una mujer atractiva te hace caso?
No hay nada de qué avergonzarse de poner atención y hacer sentir bien a una
mujer que te gusta, ¿cierto?
Piénsalo, una mujer no-tan-guapa pero que tiene toda su atención sobre ti
buscando darte placer no es algo tan malo
¿O sí?
Poner tu atención en ella no tiene por qué ser malo siempre y cuando seas
honesto contigo mismo y con ella. Buscar su placer no tiene nada de malo
siempre y cuando lo hagas honestamente.
Y sin embargo, muchos “seductores” buscan ligar “sin que ella se dé cuenta”.
Lo justifican y lo racionalizan diciendo que así funciona la seducción, que
ella debe “demostrar su atracción primero” sin darse cuenta que en realidad
es una forma de timidez: tienen miedo de ser honestos con ella porque temen
que si ella se entera de que la están intentando seducir, ella los va a rechazar.
Necesitan hacerlo de esa manera porque no tienen seguridad.
Es como intentar comprar algo sin que el vendedor se dé cuenta que estás
intentando comprar algo o saludar a alguien sin que se dé cuenta de que lo
estás saludando.
No te compliques.
¿En verdad es tan importante mantener con seriedad esos aspectos de tu vida,
como si fueran sagrados?
Así como sólo puedes mirar hacia donde miras y no puedes mirar lo que no
miras, no sabes todo sobre tus problemas. Si lo supieras todo te daría risa. Y
si no me crees, piensa en algún problema que REALMENTE hayas superado,
como dejar de hacerte pipí en la cama o dejar de chuparte el dedo o aprender
a caminar o entender el español e imagínate que aún tuvieras que lidiar con
él...
¿Acaso no tiene nada que ver con lo que estamos hablando en este momento?
Cuando alguien te hace reír... ¿qué es lo que te da risa?
O para ponerlo en palabras sencillas: ¿qué prefieres, ser cool y estar solo o
arriesgarte a hacer ridículo y vivir tus sueños?
¿QUÉ?
Si. Así de sencillo. ¿Por qué una mujer se compraría un par de aretes o unos
zapatos? Porque la hacen verse bien, y sobre todo, la hacen sentirse bien. Por
eso ella desea los aretes, zapatos, etc...
Más allá de lo que puedas ganar al venderla, precisamente, ¿por qué son
valiosas las joyas? Su valor no está dado por un valor “intrínseco” sino está
dado por el valor que le dan a la persona que las lleva.
¿Me sigues?
Olvídate de las historias, frases, preguntas, abridores y todas las rutinas que
intentan aumentar tu valor a sus ojos y muéstrale el valor que ella tiene a tus
ojos y mejor aún, el valor que tiene cuando está junto a ti.
Hazla sentir ese valor (no se trata de decirle, recuerda que las palabras no son
las cosas que representan), de manera que también pueda sentir la ausencia de
tu mirada.
Por un lado están los gestos que van desde las entonaciones y la manera en la
que hablas hasta las caras que haces y los movimientos que utilizas para
apoyar lo que dices.
Otro ejemplo está en decir “te amo” a una mujer. Uno puede decir “te amo”
de manera que dé a entender “te odio” o de manera que dé a entender “no me
importas” igual que uno puede decir “te amo” de manera que quiera decir eso
mismo.
El mismo fenómeno sucede con “te odio” que se puede usar tanto para decir
que odias a una persona como para decirle que la amas como para decirle que
no te importa, entre muchas otras. Las palabras no son las que provocan la
mayor parte de la respuesta.
Así como las palabras más bellas pueden ser inútiles, también las palabras
más ridículas o las más inútiles pueden ser extremadamente efectivas siempre
y cuando la tonalidad, el ritmo, el volumen de la voz y sus variaciones...
siempre y cuando todo lo que se encuentra alrededor de las palabras sí sea
efectivo en la consecución del estado mental que estás buscando.
Esto significa una cosa: cuando hablas, tienes que escuchar lo que estás
diciendo y cómo lo estás diciendo. En esencia, esta es la conexión que
necesitas construir para desarrollar tu capacidad de hablar con las mujeres:
asociar la manera en la que dices las cosas con la manera en la que la gente
reacciona a lo que dices.
Así como cada persona tiene una experiencia de vida única, cada persona
reacciona diferente a cada cosa.
Cuando hablas, como dices lo que dices... es más importante que lo que dices
y el ritmo de tu voz... es una parte muy importante de como lo que dices
genera las reacciones que genera. Piensa en la música. No necesitas ser
músico para poder sentir el ritmo de la música.
Y claro, a muchos les gustaría una lista de qué reacción se obtiene cuando se
habla de qué manera pero esa lista dependería tanto de la cultura como del
ambiente en el que vive una persona así como su historia personal, lo que
significa que se necesitarían hacer muchas listas mientras que aprender el
proceso de calibración es mucho más fácil y te permite “hacer la lista” de
quien tú quieras.
Puedes descubrir que si hablas más rápido y más grave y bajas el volumen de
tu voz con cierta chica ella te pone más atención o que si hablas más fuerte y
más rápido y más grave ella reacciona de una manera muy diferente.
Solo no caigas en la creencia de que hay una única manera correcta de hablar
con las mujeres porque incluso dentro de una misma conversación con una
misma mujer es necesario realizar esta clase de cambios precisamente para
poder provocar las reacciones que buscas.
Por otro lado, recuerda que mientras más practiques y pongas atención, así
como los tímidos se sienten tímidos de manera automática porque
aprendieron a hacerlo, vas a descubrir que tomas el control de tu voz de
manera automática y consciente.
Segundo, saber que ignoras. Como en la famosa frase “yo solo sé que no se
nada”, cuando te das cuenta de que existe una habilidad que puedes aprender
o un campo que puedes investigar, cuando descubres algo, dejas de ignorar
ese algo y empiezas a ignorar sobre ese algo.
Una vez que aprendes y puedes hacer algo, hay una etapa en la que hacerlo
requiere tu atención.
Como cuando un niño aprende a atar sus agujetas, al principio cuando acaban
de aprender si los distraes o les hablas mientras intentan hacerlo notarás que
el niño se confunde y con frecuencia necesita volver a empezar. Por suerte tú
no necesitas aprender a hablar con las mujeres desde cero sino que lo que
estás aprendiendo es el controlar la manera en la que les hablas, en este caso.
Por ejemplo, caminar, servir un vaso de agua, leer, hablar, dibujar... son
habilidades que, si las practicas lo suficiente, puedes realizar sin tener que
estarte preguntando, al menos de manera consciente, “cómo hacerlas”. Es lo
que algunos llaman internalizar una habilidad.
Una vez que logres superar la primera barrera, vas a tener resultados
increíbles y eso te llevará directo a la segunda barrera. Vas a tener resultados
tan increíbles que hasta cierto punto te va a costar trabajo creerlos incluso
después de haberlos visto y vivido por ti mismo.
Una vez atravesada la cuarta barrera tu vida habrá cambiado para siempre.
En realidad con solo salir y poner en práctica las dos ideas de “conocerte a ti
mismo a través de buscar lo que quieres” y “generar valor en ella”, sin
olvidar desarrollar tu honestidad, tu capacidad para actuar con todo tu ser
podrías tener ciertos resultado... sin embargo mi objetivo para ti con este libro
es que transformes tu vida de manera positiva.
Y para este ejercicio lo que vas a hacer es algo que le gusta enseñar a algunos
gurús: vas a usar un abridor, una frase que vas a aprender de memoria para
usarla para iniciar una conversación con alguna mujer atractiva (TIENE QUE
SER ATRACTIVA, SI NO EL EJERCICIO NO SIRVE).
El truco es que cada vez que digas la frase la vas a tener que decir de manera
diferente: puede ser rápido, lento, suave, grave, agudo, con curiosidad, con
voz como si no te importara nada, con voz como de contar un secreto... la
idea es que cada vez pruebes una manera de decir la frase que sea diferente.
Eso sí, las palabras son las mismas y eso te va a permitir, entre otras cosas,
darte cuenta del verdadero valor que existe en controlar estos factores.
Si tú crees que las cosas están compuestas por los cuatro elementos tierra,
viento, agua y fuego y no actualizas esa creencia a una más reciente (como la
tabla de los elementos, que incorpora entre otros el hidrógeno, el oxígeno, el
carbono, el plomo, el potasio, etc.) entonces tu capacidad para actuar en ese
campo será similar a la de una persona de la época cuando se formó el
modelo que tienes.
Por ejemplo en el caso de los cuatro elementos, tendrías la habilidad química
de una persona de hace 2400 años, lo cual no te permitiría hacer muchas de
las cosas que la química moderna puede hacer.
Así que después de tanta presentación, aquí está la frase. Cuando vayas a
hablar con una mujer, te le acercas, la saludas y lo primero que le dices, antes
de decirle cualquier otra cosa, lo PRIMERO que le dices es:
Cinco palabras. Seguro te has aprendido frases más largas que esa y sin
embargo a muchos les dará pena decir esa frase y otros preferirán cambiar la
frase y usar la suya propia pero quien use esta frase de la manera indicada
descubrirá algo muy importante (que no se puede poner en palabras, si se
pudiera, en lugar de ponerte a hacer un ejercicio simplemente lo hubiera
escrito y ya) y notará una nueva habilidad natural para hablar con las mujeres.
Créeme, hay una razón por la cual prácticamente todos mis alumnos hacen
este ejercicio, en realidad varias razones, y te vas a agradecer cuando lo hayas
hecho y notes los resultados y experiencias que obtuviste.
Después van a intentar echarle la culpa a este libro de los resultados que no
obtuvieron porque no intentaron nada.
Por lo general esa clase de gente tiende a echarle la culpa a los demás o a las
circunstancias en lugar de actuar y tomar responsabilidad de lo que ocurre
(incluso si no es tu culpa). Luego dirán que es culpa de las mujeres o que es
culpa de sus padres y de cómo los trataron de pequeños y de la educación que
recibieron o de esto o de aquello de manera que les impida cambiar porque es
la culpa de los demás y son los demás los que deberían cambiar.
Pero como sé que tú no eres uno de ellos, sólo permíteme añadir una cosa:
vas a descubrir que al practicar lo que aprendiste en este libro tu capacidad de
influir en las emociones de las mujeres que te gustan va a dispararse.
Yo sé que en este libro digo cosas que van en contra del sentido común. Digo
cosas descabelladas como que hay que poner atención a la mujer con la que
estás hablando o que hay que evitar temas desagradables. A algunos les
sorprenderá, pero estos problemas son más frecuentes de lo que aparentan.
No sólo están los límites de habilidad del intérprete sino los límites físicos del
piano y sin embargo dentro de esos límites es posible crear cosas
maravillosas.
Como las letras del alfabeto: cualquier libro que hayas leído en español se
compone en su mayoría de las mismas letras. La única diferencia es la
estructura, la manera en la que se usan esas mismas letras. Y sin embargo eso
no significa que no existan más letras o sonidos que los que hay en el
español.
Y no olvides divertirte.