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El Peor Tirador de Tiros Libres en La NBA

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El peor tirador de tiros libres en la NBA

O’Neal, sexto mejor anotador pese a naufragar en tiros libres


Shaquille O'Neal acabó su carrera con 28.596 puntos. Es el sexto máximo anotador en la historia de
la NBA. “Si hubiera metido los tiros libres...” se lamentaba el día que superó los 28.000. El mítico
pívot falló 5.317 a lo largo de toda su carrera. “Que yo promedie un 40% de acierto desde el tiro
libre es una forma que tiene Dios de decir que nadie es perfecto. Si promediara el 90% no estaría
bien”, bromeó en una ocasión. Acabó su carrera con un 52,7%. Shaq sólo expermientó cierta
mejora después de trabajar con el entrenador australiano Ed Palubinskas, especialista en tiro. Le
duró poco.
Su deficiencia la empezó a explotar Mike Dunleavy en 1999, cuando entrenaba a los Blazers.
Portland ganó 97-82 a los Lakers después de que Shaquille hiciera 3/11 desde la línea de personal
y, desconcertado por tanta falta en los últimos minutos, fuera expulsado por dos técnicas. En el
siguiente encuentro lo hicieron los Mavericks de Don Nelson. Después, muchos más equipos. Aquel
fue el origen del llamado Hack-a-Shaq.

Shaquille O'Neal y los tiros libres, su talón


de Aquiles
No quedan dudas de que, a la hora de confeccionar una lista de los mejores internos de todos los
tiempo, Shaquille O'Neal integraría, como mínimo, el Top 5 de todos y cada uno de los que sean
llamados para realizar la votación. Un gran jugador en todos los sentidos que refiere la palabra y
que nunca decepcionó cada vez que tuvo la posibilidad de jugar ante el público.
Sin embargo, como todos, o casi todos, tenía un punto débil en su juego. Eran los tiros libres, algo
que nunca pudo hacer bien en su carrera como profesional. En las 19 temporadas que jugó en la
NBA lanzó un total de 11252 desde la línea de los personales. Con esa cifra uno creería que con el
correr de los años pudo mejorar su técnica y perfeccionar su lanzamiento, pero nada de eso
sucedió.
De esos más de once mil libres, Shaq convirtió solamente 5935, lo que representa el 55.7% de
acierto. Esto significa que erró otros 5317 tiros desde la línea de un punto. Más allá de que puede
parecer increíble el hecho de haber sido tan errático desde ese lugar, también lo es que en tiros de
campo le haya ido mejor: 58.3% de acierto en lanzamientos dentro del área.
Pese a que le ha ido muy mal estando solo de cara al aro y con el reloj detenido, O'Neal puede
jactarse de estar en el puesto 20 de la lista de máximos anotadores de libres. Dicha nómina la lidera
Karl Malone, con 9787, segundo está Moses Malone con 8531 y tercero su amigo y leyenda Kobe
Bryant con 8378.

Han pasado tres años desde que se retiró del baloncesto en activo, pero Shaquille
O’Neal tiene una espinita clavada que aún no ha podido sacarse. El mastodóntico pívot
comentó en el Shaquille O’Neal Charity Golf Tournament que todavía se arrepiente de
la gran cantidad de tiros libres que falló a lo largo de su carrera, que le privaron de ser
el segundo máximo anotador de la historia de la NBA.
“Lo que más me atormenta es que me perdí 250 partidos cuando estaba
promediando buenas estadísticas. Ahora mismo soy el sexto máximo anotador
de la historia [28.596 puntos], pero si hubiese perdido la mitad, ahora mismo
tendría otros 3.000 puntos que me pondrían en el tercer lugar”, explicó Shaq a los
medios. “Además, fallé 10.000 tiros libres. Si sólo hubiese fallado 7.000, tendría
otros 3.000 más y ahora mismo sería el segundo máximo anotador de la historia.
Esto es lo único que me atormenta”.

en más de una ocasión que cuanto más entrena los tiros libres más falla a la
hora de la verdad y es que el mal 67% de acierto en su año rookie es el mejor
de su carrera. Y el único en el que acertó por encima del 60. 

"Cuando llego al pabellón, pienso que los voy a meter pero empiezo a tirar y
escucho a la gente decir que voy a fallar. Y fallo"

Uno de los más grandes de la historia -Shaq- tuvo una oferta de Barry sobre
la mesa pero se negó a tirar a cuchara. Años después y tirando de ironía,
O'Neal explicaría sus números desde la línea:  “Que yo promedie un 40% de
acierto desde el tiro libre es una forma que tiene Dios de decir que nadie es
perfecto. Si promediara el 90% no estaría bien”

Si hay una parte del juego en el baloncesto que es facilmente mejorable sea cual sea tu
nivel y calidad deportiva es sin lugar a duda el lanzamiento de  tiros libres. 
 
Este tipo de lanzamiento tiene la característica tanto de ser el único momento en el que
se puede anotar sin ningún tipo de oposición como ser siempre un lanzamiento en
estático y desde una misma distancia.
 
Esta dos cuestiones hacen que el tiro libre sea algo fácilmente mejorable siempre que
exista una buena mecánica de lanzamiento y esta se entrene con asiduidad y disciplina.
 
La ejecución de un mismo tipo de lanzamiento con esas características requiere a parte
del entrenamiento del que hablábamos un cierto nivel de concentración para ser
siempre realizado de la misma manera y por lo tanto conseguir el mismo resultado que
no es otro que aprovechar un lanzamiento que debe acabar normalmente en anotación
para el jugador que lo realice.
 
A lo largo de la historia algunos grandes jugadores (principalmente jugadores
interiores) han arrastrado muy malos porcentajes, algunos por un mecánica de
lanzamiento muy mala y otros basicamente porque no la han entrenado con la ética y
disciplina de trabajo y esfuerzo necesaria para mejorar esta forma tan importante de
anotación.
Si el jugador combina ambas variables es muy probable que su porcentaje de tiro suba ya que
hablamos de un lanzamiento sin oposición en el que el tirador está sólo frente al aro y sólo tiene que
ejecutar un movimiento.
Es cierto que existen los factores de la presión ambiental y del cansancio pero eso puede afectar a un
cierto porcentaje de tiro en el lanzamiento pero no más allá de un 10-15% en total.

Es claro que el lanzador infalible… el robot programado no existe. El fallo llega pero no puede ser
una constante como es el caso de los jugadores que vamos a ver.

Algunos de ellos están entre los mejores de la historia e igual esa tremenda superioridad en otros
aspectos no les hizo dedicarse más al lanzamiento de tiro libre…. si algunos lo hubieran hecho…

Para poder encontrar realmente a los peores tiradores de la historia vamos a filtrar por los jugadores
que al menos hayan lanzado 1000 tiros libres a lo largo de sus carreras.

Los tiros libres tienen una importancia vital para definir un partido y todos los equipos
destinan parte de sus entrenamientos para practicar desde la línea de lanzamiento,
distante 4,2 metros del cesto de acuerdo a las normas de la FIBA.
Esto se debe a que, como sabemos, un solo punto puede ser decisivo a la hora de ganar
un juego, lo que cobra más relevancia cuando, ante resultados cerrados –que en el
básquetbol son muy frecuentes-, muchas veces los equipos buscan hacer faltas para,
después de que el equipo falle el tiro, recuperar el balón

Estas faltas tienen como destino privilegiado a los pívots, quienes pese a su elevada
estatura, son conocidos por no ser tan efectivos a la hora de ponerse ante la línea de tiros
libres.

Así, el equipo que comete la falta sabe que es mejor correr el riesgo de que el pívot lance
tiros libres –para después recuperar el balón- que permitirle llegar bajo el cesto, donde la
efectividad del oponente puede ser letal.

El mejor ejemplo de pívot  con mala puntería corresponde a Shaquille O’Neal, quien era el
blanco favorito de los equipo contrarios, quienes le hacían faltas sabiendo que fallaría el
lanzamiento de tiros libres.

Cuando Shaquille O'Neal patrullaba por las zonas de la NBA, cuando su ley era la más
fuerte, se creó el famoso Hack-a-Shaq. Se trataba de aprovechar su poca destreza y
acierto en los lanzamientos de tiros libres para llevarle a la línea, una y otra vez, y ver cómo
sus tiros se estrellaban violentamente en el aro y volvían a la cancha convertidos en
rebotes.

El Hack-a-Shaq se ha convertido en una jugada de estrategia hoy en día casi como


homenaje a uno de los peores tiradores de libres de la historia... con un balón de
baloncesto.

Pero si a Shaq le das una pelota de golf, es otra cosa. Lo demostró en un campo de golf,
donde pareció demostrar haber trabajado en su tiro tras la retirada. Cogió una pelota de
golf y a unos tres metros aproximadamente embocó en un hoyo con enorme facilidad, algo
que el ex jugador celebró enormemente.

Peor se le dio el golf con los palos que con las manos. Impagable es el momento en el que
Shaq trata de salir de un hoyo con el drive. ¿Se puede tener peor swing? Genio y figura.

Psicología y Baloncesto :Solo ante


el peligro. Por Roberto González
Rico.
El lanzamiento de tiro libre es una acción del baloncesto, que se puede mejorar con
el entrenamiento, y el esfuerzo para conseguir una técnica mecanizada y efectiva.
El factor psicológico siempre ha influido igualmente, en el lanzamiento desde
la linea de tiros libres ya que la suma de un lanzamiento en solitario a canasta, pero
rodeado de expectación por todo un pabellón que observa como se lanza ese tiro libre  ha
dado lugar a fallos simplemente por presión de la situación , o bien incluso por la
propia presión del público.
En un partido, los tiros libres se lanzan con jugadores cansados, bajo presión, con
pulsaciones altas..
Si a esos factores les sumamos el hecho de ser en  partido de Playoffs, el récord de hoy,
es fiel reflejo de la técnica depurada y concentración del jugador que lo mantiene desde
hace ya más de 60 años.
 Aquel partido se fue hasta las 4 prórrogas, y el  Houdini del Harwood, lo finiquitó con
sangre fría desde la línea de tiros libres.
De hecho, este récord, es incluso superior en cifra que el récord de tiros libres anotados
en un partido de temporada regular
De los distintos aspectos dentro del deporte del  Baloncesto, considero que el tiro libre es
una de las facetas en las que el poder de la mente así como la preparación que el jugador
haga de éste juega un papel vital en el porcentaje desde la línea de 4, 60 metros.
Nadie duda que el aspecto técnico, que vendría siendo la mecánica de lanzamiento
específica para su correcta ejecución es muy importante para un buen porcentaje, pero
considero aún más importante la capacidad mental del jugador, cuando se
encuentra SÓLO ANTE EL PELIGRO (Gary Cooper), en los momentos clave del partido y
tiene que ejecutar sendos tiros libre que pueden decidir un partido en uno u otro sentido.

No debe ser nada fácil, supongo,  ya que la presión tanto interna del propio jugador, como
la externa (equipo, rival o aficionados) debe ser bastante alta y estresante,
y no todos los jugadores tienen esa tranquilidad, sangre fría o CAPACIDAD MENTAL que
lo hagan un seguro de vida a la hora ir al tiro libre.

EL TIRO LIBRE COMO ASPECTO DIFERENCIAL:

Nadie duda de que el tiro libre como tal es un elemento del juego bastante peculiar y
particular, que lo hacen ser un elemento muy diferente con respecto al resto de acciones
del baloncesto.
Este hecho diferencial viene representado dentro del fenómeno de lo que conocemos
“HABILIDADES INVARIABLES”, es decir, a diferencia del resto de acciones que son
variables, en dicha acción se muestra una situación en la cual el jugador está en una
situación específica e individual, sin rivales que le impidan o imposibiliten el dar un pase,
o cerrar una entrada a canasta, un intento de taponar, es decir,  no hay interacción.

El lanzador de tiros libres conoce todos los elementos que rodean dicha acción


(distancia, tablero, aro, líneas de la cancha, etc…), por lo que el movimiento que tendría
que realizar el jugador respondería a un patrón fijo, que lo diferenciaría del resto de
acciones, variables, donde los patrones ya no son fijos, puesto que entran en liza otros
factores como consecuencia de la interacción.

En términos comparativos, podemos equipararlo a lo que es el deporte del  Golf, donde el


jugador ejecuta el lanzamiento o golpeo de una bola que ha de ir directa al hoyo.

Aunque cabe mencionar unas cuantas diferenciaciones al respecto:

En el Golf intervienen otros elementos como el viento, lluvia, bunkers,  se usan diferentes


palos, o hay lo que se conoce como golpeos de aproximación o indirectos, los cuales no
tenemos en el deporte del baloncesto.

ANÁLISIS DE PROBLEMAS Y POSIBLES SOLUCIONES:

Resulta fácil dar consejos desde una perspectiva general  al que se enfrenta a dicha
situación, “ debes concentrarte” , “ piensa en alguna cosa que te haga sentir bien”,
aunque desde mi punto de vista creo que no es suficiente, creyendo que se
debe intervenir desde una perspectiva psicológica, trabajando en aquellos aspectos
mentales que definamos y delimitemos como básicos y que puedan ayudar al jugador a
mejorar su confianza, autoestima y seguridad, lo que repercutirá positivamente en un
mejor rendimiento y mejora de su porcentaje

egún algunos autores expertos en la materia, son  tres las variables que inciden en


la mente del jugador a la hora del tiro libre:

1. LA CONCENTRACIÓN.
2. FOCALIZACIÓN DE LA ATENCIÓN.
3. LA VISUALIZACIÓN.

LA CONCENTRACIÓN:

La concentración es un aspecto fundamental para lograr una buena ejecución del


deporte. Mantener la concentración será lo primordial durante la práctica del deporte, ya
que una mínima distracción puede marcar la diferencia entre dos contendientes.

La preparación psicológica dentro del deporte requiere de una preparación al igual que


la parte física y la técnica. De aquí deducimos que no solo durante la competición
oficial es necesaria la concentración, sino también durante todo el entrenamiento .
La capacidad de concentración es básicamente un proceso mediante el cual se rechaza
la información irrelevante y se hace foco únicamente en lo que refiere a la tarea
específica que nos encontramos realizando.

La concentración deportiva evitará todo tipo de interferencia que puedan atentar


contra el rendimiento deportivo. Por el contrario ésta será la habilidad
específica de poder dirigir la atención y mantenerla en el aspecto requerido por la
práctica deportiva. Lo principal para lograr la concentración es lo que se dice  estar “aquí y
ahora”, se está con la cabeza únicamente en la competición.

En este aspecto se debe tener en cuenta que lo primordial a saber es:  a que prestar
atención, cuando estar atento, como mantenerse concentrado en momentos difíciles,
concentrarse en la tarea inmediata y evitar pensamientos posteriores, y por último
concentrarse en el aquí y ahora.

Uno de los puntos primordiales del adiestramiento de


la concentración deportiva será detectar a los distractores.

Éstos pueden tener un origen externo o interno.

A) Factores externos: son el público, la prensa, presencia de dirigentes, determinados


deportistas, o personas de trascendencia para cada uno. Se basa en la alteración
emocional por parte del público (insultos, improperios, ruidos, etc.)

La desconcentración aquí aparece por tres causas o motivos que son


el aburrimiento, enfado y precipitación.

B) Factores internos: se originan en 3 tipos de pensamiento que son el :

1.Pensamiento disociativo, que crea escenas que nada tienen que ver con


la actividad que el jugador desarrolla.

2.Pensamiento analítico en exceso,  que
generalmente recurre a análisis de situaciones anteriores en que se obtuvieron
fracasos.

3.Pensamiento débil, que crea escenas de fracaso directamente debido a la falta de


confianza en si mismo.

O’Neal, sexto mejor anotador pese a naufragar en tiros libres

Shaquille O’Neal acabó su carrera con 28.596 puntos. Es el sexto máximo anotador en


la historia de la NBA. “Si hubiera metido los tiros libres...” se lamentaba el día que
superó los 28.000. El mítico pívot falló 5.317 a lo largo de toda su carrera.
Si promediara el 90% no estaría bien”, bromeó en una ocasión.  Acabó su carrera con un
52,7%. Shaq sólo expermientó cierta mejora después de trabajar con el entrenador
australiano Ed Palubinskas, especialista en tiro. Le duró poco.

Su deficiencia la empezó a explotar Mike Dunleavy en 1999, cuando entrenaba a


los Blazers. Portland ganó 97-82 a los Lakers después de que Shaquille hiciera 3/11
desde la línea de personal y, desconcertado por tanta falta en los últimos minutos,
fuera expulsado por dos técnicas. En el siguiente encuentro lo hicieron
los Mavericks de Don Nelson. Después, muchos más equipos. Aquel fue el origen del
llamado Hack-a-Shaq. Lo que se debe tener presente es que la concentración se
desarrolla aprendiendo y ensayando técnicas para su mejora, no es una destreza
natural.

La clave está en el presente, en vivir el hoy y ahora, disfrutarlo constantemente.

Uno de los aspectos fundamentales y que más preocupa a los entrenadores, es sin duda


el tema de estar o no concentrado delante de una situación ya sea de competición o
de entrenamiento. Todos los entrenadores buscan que
sus jugadores estén concentrados en situación de competición y lo suficientemente
concentrado como para entrenar a un nivel óptimo. Cuando realizan un mal partido les
critica y les dice que no están concentrados en el juego. En el mundo del deporte, este
aspecto es muy usual en los entrenamientos y competiciones continuamente.

«Así se entrena, así se juega».

Pero ¿qué es estar concentrado?, ¿podemos saber realmente si nuestro jugador está
concentrado o no? Estar concentrado es estar pendiente de los estímulos
relevantes para hacer la tarea que tenemos que hacer. Es decir,  hacer y atender sólo y
exclusivamente a lo que es importante para realizar el objetivo pretendido.

En una jugada de defensa, ¿es importante estar pendiente de la posición de los compañeros
de equipo y de los contrarios?, sí. Pues eso es estar concentrado en la defensa.

Cuando un jugador tiene que lanzar un tiro libre, concentrarse para ello es por


ejemplo controlar el nivel de activación, colocarse en
la zona de lanzamiento, mirar la canasta y lanzar. Eso es estar concentrado, hacer lo que
toca. Si en cualquier momento de esta secuencia se distrae o sea, piensa en las
consecuencias de fallar el tiro, o se fija en cosas irrelevantes para lanzar como el público,
los jugadores del otro equipo, las banqueta contraria, etc., mi concentración o atención no
es la adecuada ya que estoy atendiendo a estímulos irrelevantes para la tarea que no me
aportan beneficios para realizarla con éxito. Por tanto puede suceder que el rendimiento no
sea el esperado.

Por tanto, debemos enseñar a nuestros jugadores a fijarse en aquellos estímulos


relevantes y desestimar aquellos irrelevantes. Si mostramos o definimos claramente
cuales son aquellos estímulos importantes y entrenamos las jugadas atendiendo sólo y
exclusivamente a eso, nuestro jugador se acostumbrará a utilizar estos estímulos y cuando
realiza la jugada ( en este caso el tiro libre) su atención será automática sobre
estos estímulos.
Para aumentar la concentración se aconseja (casi todos los jugadores lo hacen) la puesta
en práctica de una rutina con la cual comenzar a fijar nuestros pensamientos
positivos, evitando los negativos que antes se han expuesto. La rutina no debe variar y
se debe realizar siempre con la misma cadencia, puede constar de respiraciones
profundas, determinado número de botes del balón, reproducir siempre la misma postura de
inicio (por supuesto equilibrada), el uso de alguna frase etc..

En la ejecución del tiro libre es donde muchas veces entran en juego


las rutinas, rituales o manías:

A. El momento previo:

 Nick Van Exel se colocaba medio metro detrás de la línea porque estaba totalmente
convencido que haciéndolo así metía más, Gilbert Arenas nada más recibir acostumbra a
pasarse el balón tres veces por detrás de la espalda, Marc Jackson, base de los Knicks y
los Pacers de los 90, señalaba el aro con el pulgar de la mano derecha  para apuntar mejor
(sí, sí, para apuntar mejor… o al menos eso decía),

Michael Adams, que sigue en poder del record que estuvo cerca de batir  Jose Calderón de
97 tiros libres anotados consecutivamente en partidos de la NBA, además de poseer una
mecánica de tiro llamémosla especial, se escoraba mucho a la derecha para lanzar, lo
mismo que sigue haciendo el croata ex-baskonista Zoran Planinic.

El pivot alemán Patrick Femerling antes de comenzar a botar, se ponía una mano en el


corazón mientras sujetaba el balón con la otra como si tuviese una bandeja ficticia (como
diría Mourinho ¿Pur qué?.

 Alonzo Mourning se besaba la muñequera y luego se tocaba con ésta, la frente… pero si


existe un beso famoso es el de Jason Kidd, primero se limpia la mano en el pantalón, luego
se besa los dedos y acaba tirando el beso al aire mientras mira el aro muy concentrado.  Jeff
Hornacek, el que fuera excelente tirador de los Phoenix Suns y de los Jazz de Utah, antes
de lanzar, siempre se acariciaba con la palma de la mano repetidamente la mejilla, como si
la maquinilla de afeitar no le hubiese apurado bien, al parecer era una clave que le pidieron
realizar sus hijos, otro que aprovechaba los tiros libres para enviar un mensaje era el ex-
jugador de los Rockets Steve Francis  que le dedicaba los tiros libres a su madre fallecida,
tocándose el tatuaje de su brazo derecho que dice “In Memory”

Pau Gasol muy de vez en cuando, junta las manos y se sopla en los dedos como para
calentarlos, Steve Nash va un poco más allá y realiza un ritual de tres movimientos, primero
se chupa los dedos ¿quizás para enfríarlos?, luego se coloca bien el pelo detrás de las
orejas como hace Rafa Nadal antes de sacar, pero dejando tranquilo el pantalón y por
último ejecuta un tiro libre con un balón invisible para practicar la mecánica; todo esto unido,
hace que su porcentaje de acierto desde la línea en toda su carrera, sea superior al 90%.
Podéis intentar el método Nash en el siguiente partido, si entran habrá valido la pena, si
no, seguro que más de uno se echa unas risas.

 B. Los botes :
El número de botes es todo un clásico porque ¿Quién no ha botado alguna vez el balón en
la línea, contando internamente el número de veces? una variante se puede dar cuando en
caso de fallar el primero, se provoca que el número de botes del segundo no coincida con
los del primero para ver si así hay más suerte.  Granger Hall, americano que jugaba en
el Magia de Huesca en los 80 daba tres botes rítmicos característicos que eran jaleados por
la afición, Boniface N´Dong acompaña cada bote con una peculiar flexión de
rodillas, Richard Hamilton de los Pistons también roza lo psicótico ya que antes de tirar,
da dos botes al frente y otro exageradamente escorado al costado.

Otros botes de balón famosos en los tiros libres eran los de  Dejan Bodiroga, realizados
mientras el público coreaba al compás de los mismos “ Bo-Di-Ro-Ga” y por último tenemos
a Alberto Herreros que prefería prescindir de rutinas con el bote, optando por no botar el
balón antes de lanzar, lo que constituía otra manía en sí misma.

C. El momento de reflexión :

Una vez finalizado el último bote y antes de ejecutar el tiro, Karl Malone soltaba por lo
bajinis auténticas parrafadas, nadie sabía a ciencia cierta si estaba motivándose a sí mismo,
si estaba insultando a algún rival o si simplemente rezaba como acostumbran a hacer los
mormones de Utah.

Una versión local de lo que hacía Karl Malone es lo que viene haciendo desde hace
años Jorge Garbajosa; en este caso, como lo que dice es más corto y gracias a que el
castellano nos resulta más fácil de leer en los labios que el inglés, podríamos aventurarnos
a decir que pronuncia algo similar a “Vamos pa dentro” pero él nunca lo ha querido
confirmar.

Jerry Stackhouse, el que fuera gran anotador en Philadelphia, Detroit, Washington y


Dallas pero con un papel testimonial  en los Heat de Miami, una vez finalizados los botes,
acostumbra a flexionar las rodillas casi hasta el suelo en una sentadilla interminable que
duele sólo de verle. En esos momentos previos al lanzamiento, el jugador de los  Ángeles
Clippers Mo Williams tiene que colocar siempre su mano derecha tocando la
marca Spalding del balón, lo que nos lleva a preguntarnos, si la  NBA decidiese cambiar de
balón oficial, ¿bajaría su 87% de acierto desde la línea?

Otro que aprovechaba los tiros libres para reflexionar y mucho, era el miembro de los  Bad
boys, Adrian Dantley que acudía a la línea con mucha asiduidad (de hecho entre las  cinco
marcas de más tiros libres anotados en un partido tres son de  Dantley con 28, 27 y
26 mientras que las dos marcas restantes son de Wilt Chamberlain y Michael Jordan) pero
lo más peculiar no era el número de tiros libres anotados  sino el extenso ritual que hacía.

La mente de AD seguía la siguiente secuencia. Mirar al suelo, ver los pies en posición…
tocar con cada mano la sien, primero la derecha, luego la izquierda, botar el balón, cuatro
veces, ni más ni menos, haciendo una pequeña pausa, mínima, entre bote y bote. Rodar el
balón en la mano. Apuntar. Tirar el balón echando el cuerpo hacia adelante pero ojo, sin
mover los pies. Todo esto creaba la atmósfera necesaria para ejecutar el lanzamiento

Se dice que una ocasión le pitaron la violación de exceso de tiempo en los tiros libres ( en la
NBA son 10 segundos) cuando habían pasado 14 segundos!!! desde que el árbitro le había
dado la bola. Teniendo en cuenta que Dantley iba mucho a la línea, todo parece indicar que
los partidos de los Pistons podían hacerse muuuuy largos, casi eternos.

D.La mecánica de tiro :

Comenzaremos con una mirada atrás para rescatar el tiro libre de cuchara que  Rick
Barry ejecutaba a la perfección en la NBA hace varias décadas y que a finales de los
ochenta y principios de los 90 volvió a rescatar el italiano Ricardo Pittis, acabamos de
decir que Rick y Ricardo tiraban a cucharón, curiosa coincidencia ¿Quién será entonces el
siguiente en hacerlo, Ricky Rubio tal vez? teniendo en cuenta, cómo le están volviendo
loco con tantos cambios en la mecánica, podría ser. Otra forma llamativa de lanzar, era el
estilo sacándola de muy arriba, casi como un saque de banda futbolero, del pívot de
los Bulls Bill Cartwright.

Estilos poco ortodoxos son también los de Shawn Marion que tira con los brazos
encogidos, como con miedo de romper algo y Desmond Mason que saca el balón desde
una posición de brazos exageradamente adelantada, pero si hablamos de mecánicas feas
se lleva la palma la del jugador de los Rockets, Chuck Hayes, antiestética es poco, sube el
balón hasta arriba, cuando parece que puede llegar a equilibrarse, comienza una especie de
balanceo corporal en ocasiones espasmódico para arrojar a continuación el balón,
invadiendo a veces con un incontrolado pie, la línea de tiros libres.

Otro que pisaba en muchas ocasiones pero que casi nunca se los anulaban, era el bueno
de Igor Rakocevic, si en vez de Rako hubiese sido el junior de turno, seguro que tendría
más tiros libres anulados que anotados. No nos podemos olvidar de los tiros libres saltando
del mítico Darryl Middleton que aún seguía jugando pasados los 40… y quién no recuerda
al base griego John Korfas que los ejecutaba siempre con mucha destreza pero con la
dificultad de hacerlo con una sola mano.

Versiones esporádicas de este particular estilo son las de  Bo Kimble que decidió lanzar el
primer tiro libre de cada partido solo con la izquierda para homenajear a su compañero y
amigo fallecido Hank Gathers; Tracy McGrady lanzó en un partido (anotando el primero)
los tiros libres con la zurda porque la derecha la tenía lastimada y por último  Shaquille
O’Neal también se animó a dar espectáculo en un All Star tirando un tiro libre con una
mano y la otra en la espalda. Incluso alguien que estaba por encima del bien y del mal,
como Michael Jordan se permitió el lujo en varios partidos de lanzar (y meter) tiros libres
con los ojos cerrados… aunque pensándolo un momento, tampoco tiene tanto mérito, al fin y
al cabo, eso mismo, o algo parecido, lo ha venido haciendo  Yao Ming habitualmente a lo
largo de toda su carrera

Llamada también Atención selectiva, es la capacidad de procesar sólo una parte de


la información ambiental que percibe el jugador, y dar
sólo las respuestas necesarias que demanda la acción.

Mediante la focalización el jugador puede concentrarse de forma especifica en ciertos


aspectos del ambiente o de la acción a realizar.

Esta capacidad es mucho más decisiva para el tiro libre que para cualquier otro aspecto del
juego, ya que en muchos otros casos lo que pedimos al jugador es que tenga el mayor
campo de visión y atención posible.
Mediante la focalización el jugador debe crear lo que que se podría llamar Foco de
atención prioritaria, que se podría asimilar a un foco de luz con un tamaño determinado
que abarque sólo lo necesario para la acción y así concentrar todos sus recursos en el
campo visual donde aparecerá su objetivo (tablero y cesto)

LA VISUALIZACIÓN

Es una técnica psicológica para alcanzar una condición
emocional deseada mediante la imaginación de la escena concreta de la acción que
se pretende realizar.

Podemos llamar visualización a la composición de imágenes con la imaginación, y dando


un paso más, que esas imágenes reproduzcan las sensaciones perceptivas asociadas a
la acción visualizada, (sensaciones de realidad de la acción).

La visualización facilita la precisión del movimiento, posibilita la corrección de algunos
gestos y mejora el grado de concentración y confianza del jugador.

El tiro libre decide partidos, y muchos. Así de simple pero de real. Un partido muy
igualado puede decidirse por el porcentaje de acierto en los tiros libres. En las categorías de
formación suelen haber una gran diferencia entre unos equipos y otros en este aspecto y es
lo que finalmente decide el vencedor. Además, normalmente, la puntuación es más baja, por
lo que los tiros libres cobran aún más relevancia.

Dejando al margen la técnica y la mecánica ,es fundamental  trabajar la concentración.

Hay que trabajar el aspecto mental. La visualización, imaginar cómo va a ser el


lanzamiento y visualizar el balón entrando en la canasta es también muy importante.

Algunas opiniones.

Como ejemplo y situándonos en el mundo del golf dos maestros opinan sobre el tema.

“Nunca fallé un tiro sin tener un muy sostenido cuadro del enfoque en mi
cabeza”. Jack Nicklaus.

Pienso en una música que me trae recuerdos que me proporcionan el ritmo necesario
para mi swing”. 

B.H. Jones (Claro ejemplo de una visualización que incorpora sensación interior)

Por último una frase de Charles Garfield que resume y refleja la enorme importancia del
entrenamiento mental.
“La mente es el campo de juego donde el verdadero juego tiene lugar, una vez el
entrenamiento físico está hecho, la diferencia entre ganar o no ganar está en la
cabeza”.

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