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Desencadenamiento en Schreber

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Desencadenamiento en Schreber

Memorias de Schreber- Cap IV. Seminario III, CAP XIV y XV. De una cuestión preliminar (V)

mvalcarce@gmail.com

Leemos las memorias como su testimonio, él mismo testimonia acerca de las sensaciones de su
cuerpo, cómo sentía y cómo vivenciaba lo que iba sucediendo. El saber está del lado del sujeto, no
del analista. Conviene dejarse enseñar por su singularidad. ¿Cómo la localizamos? Hay que seguir
las huellas en el único elemento que tenemos, en el documento mismo. En el seminario 3 Lacan
advierte o invita a los analistas acerca del no comprender, no darle un sentido propio a eso que
escuchamos. Hay que ver qué relación tiene el sujeto con cada significante.

El desencadenamiento en el eje de la diacronía de la psicosis, se puede estar frente a una


estructura psicótica sin que se haya producido un desencadenamiento y tal vez, ese
desencadenamiento nunca se produzca. Tanto en el seminario 3 como en el escrito de una
cuestión preliminar, Lacan nos da referencias muy precisas. Hay que situar algo del orden de la
contingencia, no sabemos de antemano si un desencadenamiento se va a producir o no. ¿Qué
mantiene estabilizado al sujeto? Muletas imaginarias, taburete de tres pies (nunca tuvo cuatro,
pero no impedía que se sostuviera), se sostiene hasta que en cierto momento el sujeto confronta
con ese defecto que existe desde siempre: forclusión del significante del Nombre del Padre. Si nos
apoyamos sobre la pata que nunca estuvo, se desestabiliza, se pierde el sostén. Se trataría de
saber de qué modo apoyarse para poder mantener estabilizada la estructura con los elementos
que hay, con las patas que se cuenta.

Otro de los puntos es que Lacan define a al Pre-psicosis como el primer momento del
desencadenamiento. Sensación de haber llegado al borde del agujero, pie de la letra. NO se trata
de comprender qué ocurre ahí donde no estamos. ¿Qué sucede cuando la pregunta proviene de
allí donde no hay significante? Manifestación clínica precisa que va a situar Schreber. En una
cuestión preliminar, Lacan dice que para que la psicosis se desencadene, el significante del NP sea
llamado allí en oposición simbólica en el sujeto, por el agujero que abre en el significado, inicia la
cascada de los retoques del significante, de donde procede el desastre creciente en lo imaginario.
El encuentro con el agujero en lo simbólico, abre un agujero en lo imaginario. La forclusión tiene
consecuencias que afecta el campo de lo imaginario. Más adelante: figura de un padre que se sitúa
en posición tercera, impar, respecto de la pareja imaginaria (a-a’), es allí donde este mal encuentro
produce el desencadenamiento.

Desencadenamiento de la psicosis en junio de 1893, al momento de la irrupción del delirio nueve


meses después. Luego de la primera enfermedad, diagnosticado como un cuadro de hipocondría
grave, Schreber vivió ocho años de felicidad interrumpida por la frustración de no tener hijos. En
junio de 1893, el ministro de justicia le comunica su inminente nombramiento como presidente de
la sala del tribunal supremo de Dresde. En esa época: algunos sueños a los que Schreber no le
presta demasiada atención. “Se dio varias veces en mí, el sueño de que había reaparecido mi
enfermedad anterior”, no se apropia, le adviene. Por otro lado, semi dormido, tuvo la sensación
de que sería muy grato ser una mujer que se sometía al coito. Por todo lo que le pasó después,
sospecha que ya en ese momento algún influjo externo le habría sido inspirado y que esa
representación fue enviada por este influjo externo. Cuando escribe sus memorias, en 1900: su
escritura está tomada por las concepciones delirantes, allí interpreta lo que había sucedido en el
inicio de su enfermedad. 1893, junio: del lado de la perplejidad. El 1 de octubre de 1893 asume
como presidente, carga de trabajo muy importante y lo que lo hacía aún más pesado era que era
mayor que las personas que estaban por debajo de él, es convocado a ocupar un lugar que no
puede sostener. Estas coordenadas le producen rápidamente un agotamiento mental,
espiritualmente agotado. Empezó a faltarle el sueño, después de un mes no podía dormir, y en
esas noches de insomnio se produjo un suceso extraño: escuchaba un ruido en la pared, se hizo
sentir un crujido en la pared de la habitación que se repetía con una pausa más o menos
prolongada, y lo despertaba cuando creía que estaba por adormecerse. Primero creía que era un
ratón, pero después de haber escuchado tantos ruidos parecidos, piensa entonces que en esa
época ya se trataba de uno de esos milagros, y entonces nuevamente habría existido un propósito
decidido de impedir su sueño y la curación de la enfermedad. En el momento en que eso se
produce, se puede otorgar una situación posteriormente.

La enfermedad empieza a tener un carácter amenazador. Se toma una licencia por ocho días y
aprovecha para ir a ver a Flesching, quien lo había atendido en su anterior enfermedad. Esa noche
le dan una inyección de morfina y toma por primera vez cloral. Sensaciones corporales, opresiones
cardíacas, localizar fenómenos sutiles en el cuerpo que ya se habían presentado años antes. A la
mañana siguiente se produce un encuentro en donde Flesching le va a hablar de los progresos de
la psiquiatría, encarna un saber, dice Schreber que tiene una elocuencia sobresaliente que no deja
de impactarle. El Otro que sabe goza y se convierte en un perseguidor. A pesar del somnífero: no
pudo dormir. Especie de intento de suicido: con una toalla. Mujer para la situación. A la mañana
siguiente: trastorno nervioso, la sangre se había retirado de las extremidades al corazón. Flesching
decide la internación. Los primeros días: en la cama, se le hacían muy largos y durante las noches
tenía insomnio y estaba invadido de ideas de muerte. A la mañana: cuando lo van a despertar,
impresión aterradora de los rasgos faciales completamente deformados. Las semanas siguientes,
sobreexcitación nerviosa que se va empeorando cada vez más, no podía realizar actividades físicas,
era peor la ansiedad. Perturbación en el sentimiento de la vida, Lacan hace referencia a ella en una
cuestión preliminar. Quince de febrero del 84, nuevo colapso nervioso: su esposa hace un viaje a
Berlín para ver a su padre, Schreber decayó mucho y cuando regresa solo la ve una vez más. Una
noche: numero desusado de poluciones: goce iregulado de carácter ilimitado. Trato con fuerzas
sobrenaturales, Flesching no lo mira a los ojos, cuando Schreber le pregunta si creía realmente que
se curaría, a pesar de que le dio buenas esperanzas, no pudo seguir mirándolo a los ojos,
constituye el signo de que Flesching no tiene buenas intenciones. Comienzo del delirio, el Otro
toma la iniciativa (275). Desencadenamiento 1893, pre psicosis: perplejidad y fenómenos de franja
y varios meses después el comienzo del delirio.

Los fenómenos de franja son fenómenos elementales que bordean lo a semántico, incidencia
directa del significante en lo real. Cómo se manifiesta la pregunta planteada por la falta del
significante, en el caso de Schreber: crujido que escuchaba en la pared, con pausas más o menos
prolongadas. La perplejidad tiene que ver con cómo se experimenta esa falta de significante,
confrontación con la falta del significante, con el vacío forclusivo. Lleva al sujeto a poner en tela de
juicio todo el conflicto significante. Surge en ese período de confusión pánica, frente a la ilusión de
fantasía de duermevela, invadido fuertemente por esa imagen. Desde Freud: momento mudo, se
produce el retiro de la libido respecto de los objetos del mundo exterior. A este período de inicio
que caracteriza la entrada de la psicosis, Lacan se refiere al momento fecundo. Situar las
coordenadas del descencadenamietno va a dar la pista de cuál es el punto en que el sujeto se
encuentra con el agujero. Respecto de este punto y de la fantasía de duermevela, Freud va a situar
que la mudanza en mujer fue la única pieza inicial que sobrevivió al restablecimiento, metáfora
delirante en Lacan.

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