Tarea 1 Humanidades
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Tarea 1 Humanidades
TAREA 1
Grupo 3EV4 IE
Alumno
Ortiz Rivas Eduardo Ramon
2019301557
Profesor
Jiménez Jiménez Simón
Periodo 2021-1
El desarrollo del humanismo.
A lo largo de toda la historia ha surgido una gran
variedad de ideologías, movimientos y corrientes,
el humanismo es una más de ellas.
El humanismo fue un movimiento filosófico,
intelectual y cultural europeo surgido en el siglo
XIV, y que se basaba en la integración de ciertos
valores considerados universales e inalienables del
ser humano. Esta corriente de pensamiento surgió
en oposición directa al pensamiento teológico,
donde Dios era el garante y el centro de la vida.
¿Qué es el Humanismo?
El humanismo es una corriente cultural europea cuyos orígenes se encuentran en
Italia. El término (1808) refería a las enseñanzas medias, centradas en el estudio
de los clásicos griegos y latinos.
Considerando que el hombre está en posesión de capacidades intelectuales
potencialmente ilimitadas, el termino encamina a la búsqueda del saber y el dominio
de diversas disciplinas como condición necesaria para el buen uso de estas
facultades.
El movimiento humanista establece y sienta las bases del derecho, políticas de
derechos humanos que son parte de la legislación de todas las naciones en la
actualidad. El pensamiento humanista es generalmente entendido como una
doctrina antropocéntrica. La organización de la sociedad debe darse de tal modo
que el bienestar humano esté garantizado.
Antecedentes
La Edad Media consideraba que Dios estaba por encima de todas las cosas por ser
el creador del universo. Así pues, estaba por encima del hombre y que, a su vez,
éste último, estaba por encima de las sociedades que era su creación. Esta visión
piramidal de la sociedad permitió la hegemonía del sistema feudal durante ocho
siglos. Este sistema político se encontraba al centro de toda la organización político-
social-religioso de la esta época. La sociedad civil y religiosa conservaron y
consolidaron este modus vivendi protegiendo cada uno sus propios intereses para
la preservación de dicho régimen. Un ejemplo muy claro es la organización de la
Iglesia Católica y las monarquías
absolutas que estructuraron sus
funciones bajo un rígido sistema
jerárquico dejando a la cabeza las
dos figuras únicas de poderío: el
papa y el rey.
El Renacimiento no residió sólo en
un mero renacer de la literatura o de
la filosofía greco-romana o en una prosaica imitación de las formas artísticas de la
Antigüedad. Aunado a ese concepto aparece aquel otro, el Humanismo, que
completa la imagen inicial de que nos encontramos en una época nueva y, en
consecuencia, distinta de aquélla, la antigua, que se tomaba como modelo
inherente.
Incluso si entre los siglos VII y XIV se conocieron en los círculos aristócratas de
Europa occidental determinados intentos por rescatar textos y autores clásicos,
como lo prueba el hecho de la gradual utilización del Derecho Romano y del recurso
inquebrantable a Aristóteles, progresivamente sólo cabe mencionar, por sus
resultados, de un vigoroso y fecundo Renacimiento: aquel que tuvo lugar, en el
pensamiento y en la estética, entre los siglos XIV y XVI. De la misma manera,
aunque el término Humanismo ha sido utilizado
para denominar toda doctrina que defienda
como principio fundamental el respeto a la
persona humana, la palabra tiene una
significación histórica incuestionable.
El humanista comenzó siendo, en efecto, un
catedrático de humanidades. Su propósito
consistía en formar a los alumnos para una vida
de servicio a la comunidad civil,
suministrándoles una base amplia y sólida de
juicios, principios éticos y capacidad de
expresión escrita y hablada. El medio de
expresión y de enseñanza sería el latín. La lectura y el comentario de autores de la
Antigüedad, griegos y latinos, especialmente Cicerón y Virgilio, y la enseñanza de
la gramática, la retórica, la literatura, la filosofía moral y la historia constituían las
materias ofrecidas por el humanista. Sin embargo, el humanista, como ya se ha
indicado, era algo más que un maestro. Su preocupación por los problemas morales
y políticos le obligó a adoptar también enfoques humanistas, en el sentido de que
nada de lo humano le sería extraño.
Los orígenes del Humanismo son paradójicos. La fecha de su nacimiento es
imprecisa. Se cree que es en el norte de Italia, en Florencia, durante la segunda
mitad del siglo XIII en la que se advierten señales prometedoras. Por ello se dice
que su legado es medieval: los abogados se inclinan por el valor práctico de la
retórica latina, por ejemplo, del Derecho Romano, de la filosofía y de la ciencia
aristotélica por profesores, filósofos y teólogos, y el encuentro literario con los
clásicos de la Edad Antigua, son pruebas suficientes de los cambios que ocurrían
en los círculos intelectuales pre-humanistas durante este período. Estamos ante el
redescubrimiento de la Antigüedad, fuente viva del Humanismo.
Los humanistas se apoyaron también en grandes pensadores de la antigüedad,
como lo fueron Aristóteles y Platón, para desarrollar su teoría acerca de que el
conocimiento era el que les daba el poder a las personas, brindándoles felicidad y
libertad al mismo tiempo, teniendo en cuenta que en cierto modo la libertad es
poder.
Por esta razón ellos tomaban acciones tales como hacer llegar a todas las personas
posibles las obras que eran resultado de la imprenta, se quería a toda costa poder
expandir el conocimiento y crear una sociedad más culta. Este grupo privilegiaba
las ciencias humanas y se interesaba en todas aquellas disciplinas que tuvieran
como fin desarrollar los valores del ser humano como tal.
Contexto Actual
El humanista, como mencionamos anteriormente, surge en la Edad Moderna, el cual
es un período histórico que se enmarca entre la Edad Media y la Edad
Contemporánea; transcurre entre los siglos XVI y XVIII, situando sus comienzos en
torno a la caída de Constantinopla en 1453, al descubrimiento de América en 1492,
y al fenómeno cultural del Renacimiento, en tanto que emplaza su final en el
derrumbamiento de la vieja monarquía y el proceso revolucionario iniciado en 1789
( Revolución Francesa).
El siglo XVII representó el apogeo de la mentalidad moderna, caracterizado por el
absolutismo monárquico el triunfo el mercantilismo, la revolución intelectual y las
guerras de religión.
El orden y la seguridad fueron considerados más importantes que la libertad y los
monarcas reconocieron su derecho divino para gobernar, cuyo correlato era la
obediencia ciega de sus súbditos.
La nueva política económica: mercantilismo, apoyaba la intervención estatal por
considerarla factor propicio para aumentar la prosperidad comercial. La
competencia era el fundamento de la vida económica.
Desde el punto de vista de la vida social, la característica más importante fue la
ascensión de la burguesía, favorecida por su poderío económico y su creciente
alianza con la monarquía. También hubo un importante crecimiento demográfico y
un debilitamiento sostenido de la aristocracia. Influyeron varios factores en un
importante proceso intelectual:
• Las ideas renacentistas.
• La nueva visión del mundo aportado por los descubrimientos.
• Hay una revalorización de la temática antigua
Hoy en día, ser humanista significa tender puentes entre el Norte, el Sur, el Este y
el Oeste y reforzar a la comunidad humana para afrontar conjuntamente nuestros
problemas. Significa garantizar el acceso a una educación de calidad para todos,
de manera que cada uno pueda intervenir en el diálogo universal. Significa fomentar
las redes de cooperación científica, crear centros de investigación y difundir la
tecnología de la información con miras a acelerar el intercambio de ideas. Significa
utilizar la cultura, en toda su diversidad de expresiones, como una herramienta para
el acercamiento y la forja de una visión compartida.