Lewis Mumford analiza en este documento la existencia de dos tipos de técnicas a lo largo de la historia: la democrática y la autoritaria. La técnica democrática está centrada en el ser humano y se basa en la producción a pequeña escala, mientras que la técnica autoritaria se apoya en el control político centralizado y la coerción. Actualmente, la técnica autoritaria se ha fortalecido gracias a la mecanización y automatización, amenazando con eliminar la democracia y la autonomía humana al transferir
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Lewis Mumford analiza en este documento la existencia de dos tipos de técnicas a lo largo de la historia: la democrática y la autoritaria. La técnica democrática está centrada en el ser humano y se basa en la producción a pequeña escala, mientras que la técnica autoritaria se apoya en el control político centralizado y la coerción. Actualmente, la técnica autoritaria se ha fortalecido gracias a la mecanización y automatización, amenazando con eliminar la democracia y la autonomía humana al transferir
Título original
08. Mumford - Técnicas autoritarias y democráticas
Lewis Mumford analiza en este documento la existencia de dos tipos de técnicas a lo largo de la historia: la democrática y la autoritaria. La técnica democrática está centrada en el ser humano y se basa en la producción a pequeña escala, mientras que la técnica autoritaria se apoya en el control político centralizado y la coerción. Actualmente, la técnica autoritaria se ha fortalecido gracias a la mecanización y automatización, amenazando con eliminar la democracia y la autonomía humana al transferir
Lewis Mumford analiza en este documento la existencia de dos tipos de técnicas a lo largo de la historia: la democrática y la autoritaria. La técnica democrática está centrada en el ser humano y se basa en la producción a pequeña escala, mientras que la técnica autoritaria se apoya en el control político centralizado y la coerción. Actualmente, la técnica autoritaria se ha fortalecido gracias a la mecanización y automatización, amenazando con eliminar la democracia y la autonomía humana al transferir
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Lewis Mumford - Técnicas autoritarias y técnicas democráticas (1989)
El término “democracia” es hoy confuso, pero su principio fundamental es
“colocar lo que es común a todos los hombres, por encima de todo lo que cualquier organización, institución o grupo pueda reivindicar para sí”. Todos los organismos vivientes son en cierta medida autónomos y, en particular en el hombre, esta condición es esencial para su ulterior desarrollo. La mejor vida posible es la que exige un grado todavía mayor de auto-dirección, expresión y realización. Por eso, la personalidad corresponde democráticamente a cada hombre. La democracia en un sentido primario sólo corresponde a grupos pequeños. Cuando hay más, la asociación democrática se reemplaza por una forma más abstracta y despersonalizada. Por ende, la tensión entre asociación a pequeña escala y organización a gran escala, entre autonomía personal y reglamentación institucional ha creado una situación difusa. Y este conflicto se encuentra profundamente incrustado en la propia tecnología. Tesis del autor: a partir de la época neolítica hasta nuestros días, han existido una y otra vez dos tecnologías paralelas: una autoritaria y otra democrática. ● Democrática: centrada en el hombre, débil y duradera. Es el método de producción a pequeña escala, que se apoya en la habilidad humana o animal. Incluso cuando se emplean máquinas, están bajo la órbita del artesano o agricultor. Era una tecnología de horizontes limitados en lo que refiere a sus logros, pero tenía grandes poderes de adaptación y recuperación. ● Autoritaria: centrada en un sistema poderoso pero inestable. Esta técnica es mucho más reciente que la democrática: se remonta al 4to milenio a.C. Es una nueva configuración de invención técnica, observación científica y control político centralizado y dio lugar a lo que hoy llamamos “civilización”. Bajo la nueva institución de la monarquía, las actividades que antes eran disperar se unieron en un nuevo tipo de organización teológica- tecnológica masiva. Pareciera que nos aproximamos a una época en la que las técnicas democráticas supervivientes serán totalmente suprimidas o suplantadas, de modo que cualquier autonomía residual quedará eliminada. Vale recordar que, en su surgimiento, la técnica autoritaria no estaba limitada por la costumbre del pueblo: la organización mecánica se apoyaba en una coerción técnica (esclavitud y trabajos forzados). Esta técnica centralizada trajo inventos y descubrimientos científicos de un grado muy elevado, como también levantaron el techo de los logros humanos (tanto en construcción como en destrucción masiva). La técnica autoritaria fue tolerada e incluso bien recibida porque creó la primera economía de abundancia controlada. Pero la eficiencia del sistema quedó afectada por puntos débiles que nunca han sido superados hasta hoy. Hoy en día nos vemos frente a la vuelta de la técnica autoritaria, pero ampliada y perfeccionada. Lo que hemos interpretado como la nueva libertad resulta ser, ahora, una versión mucho más sofisticada de la antigua esclavitud: el ascenso de la democracia política durante los últimos siglos ha sido progresivamente anulada por la resurrección de una técnica autoritaria centralizada (que había caducado a lo largo del tiempo en muchas partes del mundo). Gracias a la mecanización, automatización y dirección cibernética, la técnica autoritaria superó su peor debilidad: su dependencia a personas a veces desobedientes. Esta nueva tecnología es dinámica y productiva, creada con fines irracionales cuyo resultado principal sería a mutilación o el exterminio de la raza humana. El centro de la autoridad en este nuevo sistema ya no es una personalidad visible. El centro radica ahora en el propio sistema, invisible pero omnipresente. En este sentido, no hay una presencia visible que dé órdenes: las nuevas deidades no pueden ser afrontadas y mucho menos desafiadas. La meta de la técnica autoritaria es desplazar la vida o transferir los atributos de la vida a la máquina y al colectivo mecánico, permitiendo que solamente quede lo que del organismo puede ser controlado y manipulado. Según Mumford, el peligro para la democracia no proviene de ningún descubrimiento científico ni de las invenciones electrónicas, sino de las compulsiones humanas que dominan la técnica autoritaria (que se remontan incluso antes del invento de la rueda). El peligro procede del hecho que nuestras grandes transformaciones a lo largo de la historia han sido efectuadas por un sistema que elimina toda personalidad humana, ignora el proceso histórico, abusa del papel de la inteligencia abstracta, controla la naturaleza física y al hombre. Pero, ¿por qué nuestra época se rindió tan fácil frente a los controladores de la técnica autoritaria? Porque la técnica del presente difiere de las del pasado en tanto hoy se aceptó el principio básico de la democracia, según el cual cada miembro de la sociedad debería tener su porción en sus productos. A partir de allí, se ha construido un dominio sobre toda la comunidad que amenaza con borrar todo vestigio de la democracia. El pacto democrático esconde un enorme soborno: cada miembro de la sociedad puede exigir cualquier ventaja emocional, intelectual y emocional con la condición de que no se puede pedir nada que el sistema no facilite y, además, que hay que tomar todo lo que se ofrezca. Esto no es una predicción de lo que ocurrirá, sino una advertencia contra lo que puede ocurrir. Lo que Mumford desea hacer es persuadir a aquellos a quienes preocupa el mantener las instituciones democráticas para que procuren que sus esfuerzos constructivos incluyan a la misma tecnología. En este aspecto es importante volver al centro humano: debemos enfrentarnos al sistema autoritario con la autoridad de la personalidad humana. Es necesario, entonces, reconstruir nuestra ciencia y nuestra técnica para poder insertar la personalidad humana en cada fase del proceso.