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Guerra Espiritual

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Guerra Espiritual – LA

GUERRA ESPIRITUAL A
NIVEL PERSONAL 1
Por
 Edgardo Tosoni
 
2692
 
4

Guerra Espiritual – La Guerra


Espiritual a Nivel Personal 1
 

El Diablo, Nuestro Único y Real Enemigo.

Ni el teólogo más preparado ni las personas más inteligentes están capaci-


tadas para enfrentarse al diablo. Solo pueden hacerlo aquellos que
están cubiertos por la sangre del Cordero, aquellos que andan bajo
la unción poderosa y gloriosa del Espíritu Santo.

Algunos creen que Dios es el Dios del bien y Satanás, el dios del mal. En-
tonces lo colocan en el mismo plano. ¡Nada más lejos de la verdad! Dios y
Satanás están en planos opuestos. No son contrincantes equivalentes.

Satanás significa «adversario», «el que se opone»,


«enemigo». Satanás es mentiroso, asesino y ladrón. O nos sometemos a
él o lo desafiamos en Cristo. O lo enfrentamos cara a cara o vamos en su
misma dirección. La iglesia es un centro de preparación estratégico. Allí nos
preparamos para recibir de Dios y salir a la pelea. Pero el diablo está
dispuesto a arrojar toda su artillería sobre la Iglesia. Él tiene los días
contados; y lo sabe y por esa razón está furioso.

No es el mundo el que destruye nuestros hogares, sino la debilidad de


nuestros hogares lo que está destruyendo el mundo. Hoy nos levantamos
como hogares llenos de unción, de victoria y de lucha para extender
el reino de Dios en la última etapa de la historia. Esa es mi oración.

Los 6 Niveles de la Guerra Espiritual

Al hablar de guerra espiritual, algunas personas piensan de inmediato en


«a toma de la ciudad»; otras, en cambio, en «demonios que oprimen a la
gente». En realidad, debemos pensar en una guerra que se desarrolla
en varios niveles que tenemos que enfrentar de manera ordenada.

1. Personal.

En la guerra espiritual estratégica, nadie puede lanzarse a batallar en el


nivel 4 si no se ha preparado en el 1. Ese es el nivel más importante y
clave para la gran cosecha. Consiste en liberarnos de demonios,
maldiciones sin cortar, fortalezas mentales y vendas mágicas en nuestra
vida. Es estar ministrados en sanidad interior y oyendo a Dios, y
recibiendo su unción fresca.

2. Tierra.

En este nivel, llevamos el poder del Espíritu a todas las personas atadas y
perturbadas por Satanás. Es batallar contra las fortalezas demoníacas en la
gente, expulsar demonios, sanar enfermos y discipular bajo los principios
del maestro.

3. Iglesia.

Aquí veremos los principales demonios que atacan a la Iglesia: espíritus de


chisme, división, legalismo, divorcio, celos, sexo, etc. A esto tenemos que
destruir bajo la guía del Espíritu Santo.

4. Aires.
Ese nivel se relaciona con el uso de los medios de comunicación por parte
del diablo y de la manera en que los demonios entran y gobiernan muchas
Iglesias cristianas. Debemos conocer cómo opera el ocultismo en el aire e
identificar a los principados para poder arrasarlos.

5. Ciudad-Nación.

En esta etapa llegamos a cómo Dios ve nuestro país. Es necesario con-


seguir un mapa de nuestra ciudad y diseñar un plan estratégico para
«invadirla y conquistarla» para Cristo. Como Iglesia de Cristo, debemos
estar unidos y preparados para llevar a cabo esta tarea.

6. Armagedón.

Cómo será la última gran guerra contra el Anticristo y cómo venceremos y


cosecharemos de a miles para el reino de Dios.  

Características de Cada Nivel.

1. Los Niveles Nunca se Superan.

Es decir, pasar del nivel 1 al 2, no significa que Satanás no nos volverá a


atacar en el nivel 1. Los niveles se acumulan. Pasamos el nivel 1,
continuamos en el 2 y luego pasamos al 3. Eso significa que entonces
estamos luchando en los niveles 1, 2 y 3 simultáneamente

2. Cada Nivel Lleva su Tiempo.

No a todas las iglesias ni a todos los cristianos les tomará el mismo tiempo
pasar de un nivel a otro. Eso depende de muchas circunstancias. Hay
cristianos que pasan del nivel 1 al 2 en un par de semanas; a otros les lleva
años y otros ni siquiera lo logran.

  

3. Todos los Niveles de la Guerra Espiritual nos Exigen estar en


Santidad y bajo el Señorío de Cristo.
La guerra espiritual no es simplemente reprender espíritus. La santidad, la
unidad, la presencia del Espíritu Santo son los elementos de la guerra
espiritual. Sin esos, no existe guerra sino gente que grita al aire
creyendo lograr algo para Dios.

4. Cada Nivel Requiere sus Propias Batallas y Armas.

La guerra espiritual es un asunto serio. No podemos avanzar al nivel 3 si no


hemos luchado y madurado en el nivel 1 (nivel personal). ¿Cómo es posible
tomar la ciudad (nivel 4) si la iglesia está dividida? Además, si no
conocemos cuales son nuestra armas y cómo y cuándo utilizarlas ¿Cómo
podremos ganar la guerra?

5. Es Fundamental Conocer las Estrategias del Enemigo en cada


nivel y luchar Contra Ellas.

Debemos detectar los ataques de Satanás por la guía del Espíritu y por los
ojos de la fe, y destruirlos. Nuestro enemigo es vulnerable. Cada ataque del
diablo sobre nuestra vida o la iglesia es débil. Solo debemos localizarlo y
atacarlo.

Guerra Espiritual – LA
GUERRA ESPIRITUAL A
NIVEL PERSONAL 2
1. El Origen de la Guerra Espiritual.

Echemos un vistazo al origen de la guerra espiritual en el plano del


diablo/hombre a fin de entender qué ocurre actualmente. En los primeros
capítulos del libro de Génesis hallamos el origen de una batalla que aun hoy
libramos como iglesia de Jesús.

 
A. Dios les dió a Adán y Eva Autoridad sobre la Tierra.

Génesis 1:22-28 dice que les dio autoridad para juzgar y administrar la


tierra. Adán y Eva debían ser fecundos, multiplicarse, y sojuzgar y ejercer
dominio sobre la creación. Esto último quiere decir  «vencer», «pisotear»,
«tener bajo sometimiento». La pegunta que surge entonces es: ¿a quién
debían vencer? La respuesta es aún mas obvia: a Satanás.

Esta orden fue impartida por Dios delante de todos los ángeles y aun del
mismo Satanás, quien seguramente ardió de odio al ver que Dios otorgaba
tan preciado don a su creación más maravillosa: el varón y la mujer. Como
él no pudo elevarse sobre el trono de Dios y ser igual a Él (Is.14:13-14),
motivo por el cual fue expulsado para siempre de la presencia divina, 
decidió poner su trono bajo la pareja humana.

El principio del diablo se origina en su desobediencia a Dios; por esta razón,


la unidad de los cristianos es algo que realmente teme.

B. Al Pecar, el Hombre Cedió el Señorío y Satanás Tomó la


Autoridad.

La mujer fue la primera en ser engañada, pero también, la primera en


reconocer que Satanás es el engañador (Gn.3:13). Adán no fue engañado.
Él sabía lo que hacía, por lo que lo suyo fue un acto de traición. En ese
mismo momento ambos perdieron lo que Dios les había dado

C. Dios Aceptó este «Nuevo Orden» Establecido por Adán.

Lo aceptó porque Él es bueno, pero también justo y subordina su poder a


su carácter. Esa es la razón por la cual no destruyó al hombre.

Sólo otro hombre podía recuperar el dominio perdido. Jesús se encarnó


en ese hombre pero sin pecado. Todos los nacidos de Adán y Eva
provenían de una naturaleza desobediente, es decir, venían al mundo en
pecado. Por ello, Dios envió a su Hijo nacido del Espíritu Santo, porque
nuestro Salvador debía:
Provenir de una simiente sin pecado. Jesús encarnó un nuevo hombre, un
nuevo «Adán» para vencer por su sangre.

Jesucristo derrotó a satanás en la cruz y le dio ese poder a sus seguidores.


Jesús cumplió la justicia de Dios y, al vencer a la muerte y a satanás para
siempre, delegó su autoridad a sus seguidores

En la actualidad, nosotros luchamos contra Satanás para extender


el reino de Dios y llevar toda alma a Cristo. No existe una guerra entre
Dios y el diablo. ¿Qué clase de guerra podría haber entre un ser humano y
una hormiga? La guerra es entre Satanás y la iglesia de Cristo. Pero no
estamos solos: El Señor nos ha otorgado su autoridad, su poder y su
victoria. Ahora que hemos dejado en claro cómo nació la guerra espiritual,
debemos entender un principio muy importante:

El objetivo de la Guerra espiritual es ganar almas para Cristo.

2. Satanás, un Maestro del Disfraz.

Debemos estar conscientes de nuestro enemigo, sin desviar nuestros ojos


de Dios. Satanás es un especialista en estrangular iglesias. De hecho, esta
ha sido su obsesión desde que se acercó a Adán y Eva. Él trabaja sin
descanso y nos analiza para descubrir nuestras áreas vulnerables. He aquí
algunas de sus técnicas preferidas de destrucción.

A. Si no nos ataca con misiles, coloca piedra en nuestro camino.

Es decir, satanás utilizará toda su artillería pesada para destruirnos. Pero si


esta técnica no funciona, entonces tratara de molestarnos con pequeñeces,
con cosas de poca importancia para lograr apartarnos de Dios.

B. Si no nos detiene, nos hace correr.

Satanás tratara de detener nuestra marcha en todo lo que emprendemos


para quitarnos nuestros sueños. Pero si no puede detenernos, entonces nos
acelerará, nos hará entrar en ansiedad por lograr los sueños que Dios nos
dio, y nos incitará a esforzarnos más allá de nuestros límites.

C. Si no nos asusta, nos adula.

El diablo tratara de demostrarnos que es poderoso, que cuenta con armas,


demonios y personas para lograr su voluntad. Si este despliegue de poder
no es suficiente para asustarnos, entonces cambiará de estrategia. Adulará
nuestra nobleza, nuestro poder, nuestro amor y devoción por Dios,
haciéndonos notar que los demás nos sirven para nada.

D. Si no nos enmudece, nos hace quedar en ridículo.

El diablo tratara de persuadirnos de que es ridículo hablar de Cristo hoy en


día. Nos hará creer que la gente no nos comprende y se reirán de nosotros.
Si no tiene éxito de esta manera, entonces, nos hará predicar a gritos en
cada esquina y hablar incesantemente de la Biblia a todo el mundo para
que la gente se canse y no nos preste atención

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