Apunte Derecho Procesal Orgánico UNAB Completo
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I. IDEAS INTRODUCTORIAS
El punto de partida para estudiar el Derecho procesal y los demás temas relacionados es la
idea de conflicto (interpersonal)1. En términos generales y simples el conflicto supone la idea de
choque o contraposición de intereses u objetivos.
Inevitabilidad del conflicto. El conflicto es inherente o propio a la naturaleza humana, y surgirá
en la medida que distintos sujetos vivan en sociedad. Se afirma que el conflicto es un rasgo
inevitable de la convivencia social2.
Origen del conflicto. En términos muy simples, los conflictos se deben
fundamentalmente a dos causas: la libertad de las personas y la escasez de los recursos. Las
personas tienen diferentes intereses o planes de vida. Y los bienes existentes para satisfacer las
necesidades de las personas son escasos. Es decir, las personas tienen diversos intereses y gozan
de autonomía y libertad para desarrollar sus propios planes de vida.
De esta manera, puede ocurrir que algunos de estos intereses sean contrapuestos, o bien,
que algunos de estos intereses recaigan sobre los mismos bienes. Por esta razón, por el solo hecho
de que los sujetos vivan en sociedad, hace potencialmente posible el surgimiento de conflictos.
Conflictos de relevancia jurídica. Sin embargo, no todos los conflictos que surgen en la vida
social interesan al Derecho en general, y al Derecho procesal en particular (no interesan los
conflictos trascendentales ni deportivos ni sentimentales, ni diferencias matrimoniales sobre
crianza y disciplina de los hijos). Para el Derecho sólo son relevantes los conflictos de relevancia
jurídica, es decir, los conflictos jurídicos, aquellos que versan sobre cuestiones jurídicas. Por
ejemplo, la comisión de un hecho delictivo, el incumplimiento de un contrato, la dictación de un
acto administrativo ilegal que lesiona derechos de particulares, son ejemplos de situaciones que
dan lugar a controversias que necesitan ser resueltas a través de alguno de los métodos regulados
por el Derecho.
Los conflictos jurídicos pueden ser fundamentalmente de dos tipos: (1) conflictos
relativos a normas jurídicas y derechos e intereses “disponibles” (vale decir, renunciables). Es el
caso de la mayoría de los conflictos de Derecho Privado. (2) conflictos relativos a normas
jurídicas y derechos e intereses “indisponibles” (vale decir, irrenunciables; que comprometen
intereses públicos; que son de orden público). Mayoría de los conflictos de derecho público
(penal, administrativo, constitucional).
*
Este apunte ha sido preparado exclusivamente para las clases del curso Derecho Procesal Orgánico, primer
semestre 2020 de la Escuela de Derecho de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar. No es, por tanto, un
documento susceptible de ser citado o reproducido fuera de dicho curso.
El apunte se basa, en gran parte, en los documentos que el Prof. Dr. Andrés Peña Adasme, Coordinador del Área de
Derecho Procesal, entrega en sus clases de la misma asignatura.
1
No los conflictos intrapersonales, que son internos del individuo. Por ejemplo, qué estudiar.
2
VARGAS PAVEZ, Macarena; FUENTES MAUREIRA, Claudio, Introducción al Derecho procesal, p. 12.
1
¿Cuál es la relación entre Derecho procesal y conflicto? En términos genéricos el Derecho
procesal es una rama del ordenamiento jurídico que regula un medio o método de solución de
conflictos de relevancia jurídica específico: el proceso jurisdiccional. Sin embargo, existen otros
métodos de solución de conflictos de relevancia jurídica, tales como, la autotutela, la
autocomposición, así como otras formas de heterocomposición.
1. La autotutela o autodefensa
Concepto. La autotutela es una forma de solución de conflictos de relevancia jurídica que
consiste en la imposición de la decisión o voluntad de una parte sobre la otra. COUTURE la define
como "la reacción directa y personal de quien se hace justicia con manos propias".
La autotutela corresponde a la idea de justicia por propia mano. Históricamente, es la primera
y más natural forma de resolución de conflictos. El problema de este método es que representa la
idea de la "ley del más fuerte”. Con este método, el vencedor no necesariamente es quien tiene
efectivamente la razón, pero sí siempre quien cuenta con los medios coercitivos para imponer sus
decisiones.
Ámbito de aplicación. Atendida su naturaleza, el Derecho rechaza este tipo de método de
solución de conflictos. Pues unos de los fines del Derecho es la paz. Sin embargo,
excepcionalmente el ordenamiento jurídico regula y permite algunas formas de autotutela. Como,
por ejemplo, la legítima defensa en materia penal (art. 10 No 4, 5 y 6 C. Penal), el estado de
necesidad (agresivo) en materia penal o civil. En ambos casos estas conductas constituyen
eximentes de responsabilidad. El derecho a huelga y el lock out o cierre temporal de la empresa
en materia laboral (art 345 y ss., 353 C. Trabajo).
En materia civil existe el derecho legal de retención, en el contrato de arriendo que
habilita al arrendador a retener bienes del arrendatario para asegurar el pago de la renta (art. 1942
CC.). El derecho de acceso inocuo en materia civil.
2. La autocomposición
Concepto. La autocomposición es un método de resolución de conflictos de relevancia
jurídica, en el cual la solución proviene del acuerdo de voluntades de las partes involucradas, o
bien, de la declaración de voluntad de una de ellas.
Ámbito de aplicación. La autocomposición se aplica en el ámbito de las relaciones jurídicas
disponibles, principalmente en el derecho privado. Por esta razón se analiza fundamentalmente en
el Derecho Procesal Civil. Sólo excepcionalmente tendrá aplicación en materia Procesal Penal,
2
cuando se vean involucrados bienes jurídicos también disponibles. Suspensión condicional de
procedimiento y acuerdos reparatorios.
CLASIFICACIONES.
A. Atendiendo al lugar en el que se genera la autocomposición puede ser:
(1) Autocomposición Intraprocesal. Cuando se genera al interior o en el curso del proceso.
Por ejemplo, desistimiento, allanamiento, conciliación, avenimiento. Suspensión condicional del
procedimiento y acuerdos reparatorios.
(2) Autocomposición Extraprocesal. Cuando se genera fuera del proceso. Aceptación,
renuncia, transacción, mediación.
3
En la medida que una de las partes acata las pretensiones se termina el conflicto. Esta
figura no está reconocida expresamente nuestro ordenamiento jurídico. Tal vez ni siquiera es
necesario que esté reconocida.
(4) Allanamiento
Es un acto procesal por el cual el demandado acepta las pretensiones formuladas en su
contra por el demandante en el proceso. Es un método intraprocesal y unilateral.
El allanamiento está consagrado en el Art. 313 del CPC como una de las actitudes que
puede adoptar el demandado.
El allanamiento no pone término al juicio pues el juez igual va a tener que fallar. Lo que
ocurre es que se evita el trámite de conciliación y la etapa de prueba. Y si bien debe estar a lo que
digan las partes en cuanto a los hechos, no está ligado a lo que ellas digan en cuanto al derecho,
sobre todo en aquellas materias no disponibles, o de orden público.
Sólo sería equivalente en el caso en que la sentencia se ajuste a los términos del
allanamiento. Por esta razón resulta cuestionable su carácter de equivalente jurisdiccional (más
adelante se estudiará qué son los equivalentes jurisdiccionales).
(2) Mediación
4
La mediación es un método de solución en el cual interviene un tercero (imparcial o
neutral) llamado mediador con el objeto de acercar a las partes para que logren un acuerdo3.
Algunos autores también consideran como un método autocompositivo a la mediación, y
en consecuencia también un equivalente jurisdiccional. Sin embargo, esto es discutido. Durante la
mediación las partes van a intentar lograr un acuerdo. Esta actividad constituye una negociación.
Si logran un acuerdo, este constituye jurídicamente una transacción o un avenimiento. Por esta
razón, no constituye propiamente un método autónomo de solución de conflictos sino
simplemente un mecanismo facilitador de la negociación y el acuerdo de las partes. Un
método para facilitar, por medio de un tercero especializado, que las partes celebren una
transacción o un avenimiento.
La mediación tiene reconocimiento en la legislación nacional, en materias como los
conflictos familiares (arts. 103-114 Ley N°19.968 de 2004, sobre Tribunales de Familia), y
asuntos sobre negligencia médica (arts. 43-55 Ley N°19.966 de 2004, sobre régimen de garantías
en salud). Y en otras materias específicas, tales como, en materia laboral para conflictos
colectivos (arts. 352 a 354 y 374 bis CT); en la Ley de protección a los derechos de los
consumidores, Ley 19.496 (arts. 55 N° 3 y ss.), establece la mediación en materia de consumo de
productos financieros; En la ley de Propiedad intelectual Ley 17.336, arts. 100 bis.
(3) Avenimiento
Es el acuerdo directo al que llegan las partes de un proceso para poner término al litigio.
Es un método intraprocesal y bilateral.
En Chile el avenimiento no está regulado en todos sus aspectos por la ley. La única norma
que se refiere a él es el Art. 434 n° 3 del CPC, que se refiere al acta de avenimiento pasada ante
tribunal competente (y autorizada por un ministro de fe o por dos testigos de actuación) como
uno de los títulos ejecutivos.
A partir de esta norma algunos autores estiman que el avenimiento para ser tal necesita de
autorización judicial, y es común que en la práctica se solicite autorización. Sin embargo, el
avenimiento puede operar sin la necesidad del tribunal, lo que ocurre es que sin autorización no
se podrá obtener el cumplimiento forzado.
Se diferencia de la conciliación porque en ésta no interviene el juez proponiendo bases de
arreglo. A su vez se diferencia de la transacción en que aquella es un contrato y opera fuera del
proceso.
(4) Conciliación
3
En nuestra legislación existen definiciones legales:
El Art. 103 de la Ley N°19.968 de 2004, sobre Tribunales de Familia define la mediación: Se entiende por
mediación aquel sistema de resolución de conflictos en el que un tercero imparcial, sin poder decisorio, llamado
mediador, ayuda a las partes a buscar por sí mismas una solución al conflicto y sus efectos, mediante acuerdos.
Art 43 Inc. 3 de la Ley 19.966 que establece un régimen de garantías de salud AUGE: La mediación es un
procedimiento no adversarial y tiene por objetivo propender a que, mediante la comunicación directa entre las
partes y con intervención de un mediador, ellas lleguen a una solución extrajudicial de la controversia.
5
Es un acto procesal que constituye una forma anormal de poner término al proceso que
opera por el acuerdo directo al que llegan las propias partes litigantes sobre las bases de acuerdo
que les propone el propio tribunal que conoce del juicio. Es un método intraprocesal y bilateral.
La conciliación está regulada en los arts. 262 a 268 CPC. Es una institución relativamente
nueva. Fue incorporada al CPC en el año 1944 por la ley 7.760. Fue incorporada al CPC con el
objeto de promover los acuerdos entre las partes y descongestionar el trabajo de los tribunales.
Por eso se le dio el carácter de obligatorio y esencial.
La conciliación es muy similar al avenimiento. La diferencia está en la intervención del
juez y sus propuestas de bases de arreglo. Además, la conciliación constituye un trámite esencial
del juicio ordinario de mayor cuantía.
Tiene carácter de equivalente jurisdiccional según se consagra en el Art. 267 del CPC,
norma que señala que la conciliación se considerará como sentencia ejecutoriada para todos los
efectos legales.
Limitaciones. Tiene las limitaciones propias de la transacción y no opera en algunos
juicios, arts. 262 CPC.
6
Efectos. Transcurrido el plazo (que puede ir de uno a tres años) y cumplidas las
condiciones se dictará el sobreseimiento definitivo, lo que producirá el término del proceso. Art.
240 Inc. final CPP.
RESOLUTION (ADR)
Las explicaciones anteriores sobre los métodos de solución de conflictos corresponden a
la doctrina procesal tradicional. Sin embargo, la doctrina más moderna, no solo en materia
procesal sino también en otros ámbitos suele abordar estos temas bajo la denominación de
“métodos alternativos de resolución de conflictos” o “alternative dispute resolution” (ADR).
Concepto. Con la expresión métodos alternativos de resolución de conflictos se hace
referencia a todos aquellos métodos legítimos4 de resolución de conflictos que son diferentes al
proceso judicial. Es decir, que permiten la solución del conflicto de una manera diferente a la
dictación de una sentencia definitiva.
Denominación. En la doctrina comparada se les llama alternative dispute resolution. Se
abrevian con la sigla “ADR”. Es una denominación que surgió en el mundo anglosajón durante
los años sesenta. Se entiende que son “alternativos”, pues son diversos al proceso jurisdiccional.
En la doctrina comparada, se refiere fundamentalmente a la negociación, la conciliación, la
mediación y el arbitraje.
Concepto de negociación: La negociación es un método de solución de conflictos que
consiste en un diálogo, plática, discusión, conversación o interacción voluntaria entre las
personas involucradas en un conflicto y que tiene por objeto obtener de forma cooperativa una
solución conjunta llamada acuerdo, el cual confiere una utilidad mayor a cualquier alternativa
unilateral de las partes. No es objeto de estudio de este curso.
4
BORDALÍ, Derecho jurisdiccional, p. 168
7
En el derecho y la doctrina comparada se han formulado fundamentalmente tres
argumentos para justificar recurrir al uso de los MASC:
(1) Crisis de la justicia civil. En primer lugar, se sostiene que los MASC serían una solución o
respuesta a la crisis de la justicia civil. En términos simples se afirma que la justicia es lenta,
costosa. Los tribunales están recargados de trabajo. Las personas que recurren a tribunales no
siempre obtienen una respuesta justa, adecuada u oportuna. De esta manera, los MASC serían
mejores, más eficientes y entregarían una mejor respuesta a las personas. Además, ayudarían a
descongestionar los tribunales de justicia.
Este argumento se puede sintetizar en la idea de huida de la justicia civil hacia los MASC.
Esta forma de argumentar, sin embargo, es errónea. Frente a los problemas de la justicia civil, la
solución no puede ser huir de ella. Además, no serán correctamente alternativos pues no permiten
alcanzar los fines de la justicia civil.
(2) MASC como nueva forma de justicia. Se sostiene que debe recurrirse a los MASC, pues
estos constituyen una nueva forma de justicia. Se trataría de una nueva forma de solucionar los
conflictos en la sociedad, en la cual prima la autonomía de la voluntad de las partes por sobre la
intervención estatal. Se trataría de una justicia más amigable, restauradora y preventiva que
represiva o sancionadora. A diferencia de la justicia estatal sería una justicia más humana, más
democrática y participativa, más accesible a las personas.
Este argumento no deja de ser cierto en alguna medida y, por ello, muy llamativo. Sin
embargo, debe reducirse fundamentalmente a aquellos conflictos estrictamente particulares.
Tratándose de conflictos que afecten intereses que vayan más allá del sólo interés de las partes,
resulta un poco más difícil de sostener.
(3) MASC serían más adecuados para ciertos conflictos. Se estima que tratándose de ciertos y
determinados conflictos la justicia estatal no resulta -y probablemente nunca resultará- adecuada.
Atendida sus formas, su demora, su carácter contencioso, la justicia civil no es adecuada ni útil
para cierto tipo de conflictos. Por ejemplo, conflictos familiares, societarios, laborales, etc. Se
trata de conflictos entre personas que seguirán relacionándose en el futuro. Tampoco respecto de
derechos e intereses difusos o colectivos, es decir, conflictos en que intervienen un gran número
de personas. Frente a ciertos tipos especiales de conflictos, los MASC serían los más adecuados.
3. La heterocomposición
La heterocomposición es una forma de solución de conflictos de relevancia jurídica en la cual
la solución proviene de la voluntad de un tercero ajeno al conflicto.
(1) Si la decisión proviene de un tercero especialmente nombrado por las partes para
solucionar el conflicto, este método se llama arbitraje y el tercero es un árbitro. En términos
8
generales, el arbitraje es un método alternativo de resolución de conflictos por el cual las partes
deciden sustraer la controversia de la justicia ordinaria y entregar su resolución a un sujeto
privado que se llama árbitro.
(2) Para algunos autores, la mediación constituiría una forma heterocompositiva pues
interviene un tercero, el mediador. Sin embargo, por definición el mediador no entrega la
solución a las partes. El mediador solo acerca a las partes para que éstas logren un acuerdo. En la
mediación la solución proviene de las partes y no de un tercero, por esta razón, no se
corresponde con el concepto de heterocomposición y es más correcto considerarla como
autocomposición.
(3) Si la decisión proviene de un tercero imparcial que tiene la función pública de resolver
conflictos de relevancia jurídica, este método se llama el proceso jurisdiccional o simplemente
la jurisdicción, y este tercero se llama juez.
El proceso jurisdiccional constituye la forma de heterocomposición por antonomasia, la
forma heterocompositiva más típica e históricamente más relevante del Estado. Es la forma de
solución más compleja, más sofisticada y más desarrollada. Es el método que otorga mayores
garantías para las personas. Sin embargo, es también un método que genera muchos problemas
(la crisis generalizada de la justicia civil). Por esta razón, es el método que será mayormente
estudiado durante los cursos de Derecho Procesal.
El proceso es un método de solución de conflictos de relevancia jurídica en el que
intervienen las partes en pie de igualdad, ante el órgano jurisdiccional quien es el que debe
resolver el asunto.
EDUARDO COUTURE define el proceso como, “una secuencia o serie de actos que se desenvuelven
progresivamente con el objeto de resolver mediante un juicio de la autoridad el conflicto
sometido a su decisión”.
El “proceso jurisdiccional” se caracteriza porque intervienen las partes litigantes en pie de
igualdad y ante un órgano del Estado, el tribunal o juez imparcial, que es quien debe resolver el
conflicto. Las partes intervienen a través de actos de discusión y de prueba. El tribunal actúa
dirigiendo el debate y, luego, resolviendo a través de un acto jurídico-procesal específico
denominado “sentencia” Lo llamamos “proceso jurisdiccional” para diferenciarlo de otras
secuencias de actos que producen decisiones jurídicas, como el proceso legislativo o el
procedimiento administrativo.
EL DERECHO PROCESAL
9
Estos tres conceptos están estrechamente vinculados. La jurisdicción es la función
pública ejercida por los tribunales de justicia para conocer y resolver los conflictos de relevancia
jurídica que se susciten entre las personas. Estos tribunales solo van a intervenir cuando alguna
de las partes involucradas en el conflicto solicite su intervención mediante el ejercicio del
derecho de acción. Los tribunales ejercerán jurisdicción para conocer y resolver ese conflicto
mediante un proceso. El proceso es el instrumento que la ley ha creado para que ambas partes
intervengan en pie de igualdad frente a un tercero imparcial que resuelva mediante una sentencia
el conflicto de relevancia jurídica.
En este curso se abordará en detalle uno de esos conceptos fundamentales que es el de
jurisdicción, sin perjuicio de que se mencionarán explicarán cuando sea necesario algunos
aspectos de la acción y el proceso.
10
(1) el Derecho Procesal se puede definir como una rama del ordenamiento jurídico, una rama del
Derecho público, que regula fundamentalmente el ejercicio de la función jurisdiccional del
Estado, así como otras formas de solución de conflictos de relevancia jurídica.
(2) El Derecho procesal es el conjunto de principios y normas que regulan la organización y
atribuciones de los órganos jurisdiccionales y de los auxiliares de la administración de justicia,
así como la forma de actuación del tribunal, las partes y los demás intervinientes al interior del
proceso.
11
laboral o penal, entre otras. No establece delitos, no regula relaciones familiares, ni derechos
patrimoniales, ni derechos u obligaciones comerciales, laborales, aduaneras o tributarias, etc.
En Chile, la doctrina y jurisprudencia utiliza las expresiones “leyes ordenatoria litis”, para
aludir a las normas legales procesales, y “leyes decisoria litis”, para referirse a las leyes de
Derecho de fondo o sustantivo. En el campo procesal civil, la referida distinción tiene
importancia para efectos de determinar la procedencia del recurso de casación en la forma (que
está destinado a denunciar infracciones de “leyes ordenatoria litis”) y del recurso de casación el
fondo (cuyo objeto es denunciar infracciones de “leyes decisoria litis”).
Que el Derecho procesal sea formal en este sentido (por oposición a los derechos sustantivos
o materiales), no implica que el Derecho procesal regule solamente aspectos formales. En materia
procesal también existen aspectos más relevantes que la mera forma. El Derecho procesal
establece potestades, confiere derechos, otorga cargas, establece competencias, reconoce
capacidad, etc.
5. Es instrumental
En términos genéricos la instrumentalidad es una característica del Derecho procesal en
virtud de la cual éste no constituye un fin en sí mismo, sino que constituye un medio para la
obtención de otros fines u objetivos. Las normas procesales constituyen simplemente un medio
respecto de los fines de otras normas jurídicas que se reconocen como sustantivas o materiales 5.
5
DINAMARCO, La instrumentalidad del proceso, p. 253; GORIGOITÍA ABBOTT, La subsanación de los defectos
procesales, p. 75; del mismo autor, “El perjuicio reparable solo por la declaración de nulidad como estándar de
12
Tradicionalmente se afirma que a través del Derecho procesal se obtiene la actuación o aplicación
del derecho material o de fondo.
Históricamente, el uso del término “instrumental” tiene su origen en las explicaciones de
Carnelutti6, quien se refería al Derecho procesal como un derecho instrumental, en oposición a
otros derechos que consideraba materiales. Sin embargo, antes de él la doctrina ya se habría
detenido en esta característica del Derecho procesal, aunque utilizando otras denominaciones7.
Así, por ejemplo, Bentham sostuvo que: “Esas leyes (de fondo) no tendrían ningún efecto si el
legislador no crease al mismo tiempo otras leyes, cuyo objeto es hacer cumplir las primeras: son
ellas las leyes de procedimiento… Para señalar la diferencia entre unas y otras, llamaremos a las
primeras leyes sustantivas, y a las segundas leyes adjetivas”8. Wach por su parte, entendía que “El
ordenamiento procesal es un ordenamiento de la tutela jurídica y, como tal, una figura secundaria,
un medio para lograr el fin que es probar la eficacia del derecho privado. Para que el derecho no
solamente exista, sino rija, debe existir el proceso”9.
Desde entonces la doctrina procesalista ha explicado esta característica del Derecho procesal
hasta el punto que, en la actualidad, afirmar la instrumentalidad no constituye ninguna novedad 10.
Incluso la doctrina contemporánea ha llegado a identificar un tercer estado de desarrollo de la
ciencia procesal “caracterizado por la conciencia de la instrumentalidad como importantísimo
polo de irradiación de ideas y coordinador de los diversos institutos, principios y soluciones”11.
En nuestra opinión, en el estado actual del desarrollo de la ciencia procesal esta característica
es el rasgo más importante del Derecho procesal. A partir de esta característica se desprenden
varias consecuencias o implicaciones, siendo una de ellas que la instrumentalidad implicaría
negar la neutralidad del Derecho procesal o la separación entre el Derecho procesal y el Derecho
de fondo. La lucha por la autonomía del Derecho procesal llevó al extremo separar, alejar e
incomunicar el Derecho material y el Derecho procesal. Por el contrario, en la medida que el
invalidez de las actuaciones procesales civiles”, Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, p. 577; CAVANI, La nulidad en el proceso civil, pp. 35 y ss.; VER LIBRO MARINONI PEREZ Y
NUÑEZ. En términos similares Calamandrei explica la instrumentalidad de las providencias cautelares. Cfr.
CALAMANDREI, PIERO, Introducción al estudio sistemático de las providencias cautelares, Ayerra Merín, Marino
(trad.), Librería El Foro, Buenos Aires, 1996, pp. 44 y 45.
6
CARNELUTTI, Sistema de derecho procesal civil, pp. 57 y ss.
7
En este punto nos basamos en las explicaciones contenidas en: GORIGOITÍA ABBOTT, La subsanación de los
defectos procesales, pp. 74 y ss.
8
BENTHAM, Jeremías, Tratado de las pruebas judiciales (Obra compilada de los manuscritos del autor por E.
Dumont), Ossorio Florit, Manuel (trad.), Editorial Comares, Granada, 2001, p. 3.
9
WACH, ADOLF, Manual de Derecho Procesal Civil, Benzhaf, Tomás A. (trad.), EJEA, Buenos Aires, 1977, p. 22.
10
Cfr. CAPPELLETTI; GARTH, “Introduction – Policies, Trends and Ideas in Civil Procedure”, en International
Encyclopedia of Comparative Law, p. 14; CAPPELLETTI, MAURO, El proceso civil en el derecho comparado. Las
grandes tendencias evolutivas, Sentis Melendo, Santiago (trad.), EJEA, Buenos Aires, 1973, pp. 17 – 18, 44 – 45;
“Ideologías en el Derecho Procesal”, en CAPPELLETTI, MAURO, Proceso, ideologías, sociedad, Santiago Sentís
Melendo y Tomás A. Banzhaf (trads.), E.J.E.A, Buenos Aires, 1974, p. 5; LIEBMAN, Manual de Derecho Procesal
Civil, p. 26; DE LA OLIVA SANTOS; DIEZ-PICAZO GIMÉNEZ; VEGAS TORRES, Derecho Procesal Civil. Introducción,
pp. 35 y ss., 112 y ss.; MONTERO AROCA, “El proceso”, en MONTERO AROCA, et. al., Derecho Jurisdiccional I. Parte
General, pp. 289 y ss.; RAMOS MÉNDEZ, Derecho Procesal Civil, t I, p. 330.
11
DINAMARCO, La instrumentalidad del proceso, p. 27. Véase también, ALVARO DE OLIVEIRA, Del formalismo en el
proceso civil (Propuesta de un formalismo-valorativo), p. 22.
13
sistema judicial es un instrumento, éste está influenciado por el Derecho material. Es decir, existe
y debe existir una interdependencia entre el Derecho Procesal y el Derecho material12.
17
VARGAS PAVEZ, Macarena; FUENTES MAUREIRA, Claudio, Introducción al Derecho procesal, p. 59.
15
manera la creación, aplicación e interpretación de las fuentes directas. Por ejemplo, el Derecho
comparado, la costumbre, la doctrina, la jurisprudencia, etc.
2. Tratados internacionales
Los tratados internacionales son pactos o acuerdos suscritos entre dos o más Estados en el
16
ejercicio de su soberanía externa, regidos por el Derecho internacional, destinado a crear
derechos y obligaciones entre quienes los suscriben, o bien, a crear y organizar organismos
internacionales.
Es en los tratados internacionales sobre derechos humanos donde encontramos garantías
referidas a la organización judicial. Fundamentalmente:
- Convención Americana sobre Derechos Humanos (también conocido como Pacto de
San José de Costa Rica), de 1966:
Art. 8 n° 1. Garantías judiciales: Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de
cualquier otro carácter.
Artículo 25 N° 1. Protección Judicial: Toda persona tiene derecho a un recurso
sencillo y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales
reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención, aun cuando tal
violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de sus funciones
oficiales.
- Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos de 1969, en su artículo 14 N° 1
contempla una norma muy similar: 1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y
cortes de justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las
debidas garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por
la ley, en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra
ella o para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil.
En ambos casos se refieren al juez natural, al juez independiente e imparcial.
- Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas
(arts. 7, 8, 10, 11).
4. Auto acordados
Los auto acordados son normas jurídicas de carácter general que emanan del acuerdo de
los tribunales superiores de justicia y que tienen por objeto lograr una mejor aplicación de la ley
procesal y un eficiente ejercicio de la jurisdicción.
Son dictadas por los tribunales superiores de justicia (Corte Suprema y Cortes de
Apelaciones) en uso de sus facultades económicas. Surgen de la necesidad de regular situaciones
que no están suficientemente tratadas en la ley y, por esa razón, constituyen un complemento de
la misma.
17
Jerarquía normativa. Los autoacordados tienen la misma jerarquía que un reglamento,
en el sentido de que claramente está debajo de la ley y está por encima de cualquier resolución
judicial en sentido estricto.
Tienen su fundamento legal en el art 82 CPR que entrega a la Corte Suprema la
superintendencia directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la nación 18.
Refuerza esta idea el art. 3 COT, el que confiere a los tribunales facultades conservadoras,
disciplinarias y económicas. Con respecto a esta últimas, puede señalarse que son aquellas
facultades para disponer medidas tendientes a una mejor aplicación de la ley procesal y un
ejercicio de la jurisdicción más eficiente.
Hasta antes del año 2005 ésta era la única norma de la cual se desprendía la facultad de
los tribunales superiores de justicia de dictar autos acordados. Esto cambia con la reforma
Constitucional del año 2005, pues ahora el art. 93 Nº 2 CPR se refiere expresamente a los autos
acordados y los somete al control del TC. Este artículo debe considerarse el fundamento
constitucional más relevante.
Contenido. El problema de los autos acordados está referido a su contenido. EDUARDO
ALDUNATE LIZANA deja en evidencia que de la regulación de la CPR no queda claro cuál es la
extensión o alcance que pueden tener estas normas. En principio no podría regular o modificar
aquellas materias ya reguladas por ley o que ésta le entrega expresamente a la potestad
reglamentaria de otros órganos.
Tampoco podría traspasar la potestad reglamentaria autónoma del Presidente de la
República y de la Administración. Sin embargo, es en esta materia en donde los límites no están
claros y se prestan para la ambigüedad. La situación no se encuentra resuelta satisfactoriamente
en la doctrina.
Desde luego un límite que podría aventurarse viene dado por aquellas materias propias del
ámbito de la jurisdicción. Por ejemplo, no podría la CS regular por auto acordado cuestiones
propias de la administración del transporte público nacional.
ALDUNATE LIZANA señala que el TC ha introducido un criterio sobre este asunto, según el
cual los tribunales superiores podrían regular mediante auto acordado incluso materias propias de
ley cuando éstas aún no se encuentren reguladas por una norma legal. Esto es lo que pasa, por
ejemplo, con el auto acordado sobre tramitación del recurso de protección. Esto es sin perjuicio
que, en ausencia de norma en la Constitución, debiese ser la propia ley la que expresamente
encomendara a un auto acordado una materia específica para su regulación.
Clasificación. En doctrina se distinguen dos tipos de auto acordados:
- internos: son aquellos que sólo regulan a los miembros del Poder Judicial.
- externos: son aquellos que tienen aplicación general. Los auto acordados que dicte la
Corte Suprema que sean de carácter y aplicación general deben ser publicados en el
Diario Oficial, según el art. 96 inciso final COT.
Los autos acordados de las Cortes de Apelaciones solo se aplican en su territorio
jurisdiccional.
Control Constitucional. Hasta el año 2005 los autos acordados no eran objeto de control
18
La norma, en su inciso primero, exceptúa de esto al Tribunal Constitucional, Tribunal Calificador de Elecciones y
tribunales electorales regionales.
18
constitucional, lo que generaba numerosas críticas, en especial en lo relativo al plazo fijado por el
auto acordado relativo a la tramitación del recurso de protección. Hoy están sujetos al control del
Tribunal Constitucional (artículo 93 Nº 2 CPR).
Por regla general los autos acordados externos dicen relación con cuestiones de
procedimiento, en cambio, los autos acordados internos se refieren a materias propias de la
organización judicial, aunque no necesariamente debe ser así.
Principales auto acordados:
-1927, sobre la forma de la sentencia.
-1932, sobre la tramitación del recurso de amparo.
-1992, sobre el recurso de protección, con texto refundido el 28 de agosto de 2015 (acta
94 de 2015).
-2005, sobre el funcionamiento de los tribunales de familia.
Hay que tener presente que cuando la Corte Suprema o alguna Corte de Apelaciones dicta
un auto acordado no está haciendo ejercicio de su potestad jurisdiccional, sino de una potestad
administrativa específica. Esto no significa que el órgano tiene carácter administrativo o que
pertenece a la Administración del Estado, sigue teniendo la naturaleza de órgano jurisdiccional.
5. Jurisprudencia
Con la expresión “jurisprudencia” nos referimos a los criterios jurídicos uniformes que,
sobre una misma materia, han sido dictados en forma reiterada por los tribunales superiores de
justicia, es decir, nos referimos a la jurisprudencia como precedente judicial, no a la
jurisprudencia como ciencia del Derecho ni como sentencia individualmente considerada.
En principio, en virtud del principio de legalidad procesal, la jurisprudencia no debería
tener cabida en materia procesal. Además, se invoca como argumento el efecto relativo de las
sentencias del art. 3º inc. 2º del Código Civil. Sin embargo, con el tiempo se ha ido abriendo
camino y ha adquirido mucha importancia práctica, fundamentalmente la jurisprudencia de la
Corte Suprema en cumplimiento de su rol de uniformadora de la jurisprudencia.
En la legislación procesal existen una serie de mecanismos que apuntan a que la CS
cumpla una función de unificación de la jurisprudencia, tales como el recurso casación en el
fondo, salas especializadas, conocimiento en pleno del recurso; recurso de nulidad en caso de
jurisprudencia diversa sobre una misma materia; recurso de unificación de jurisprudencia en
materia laboral, etc.
ALEJANDRO ROMERO escribió un libro sobre la jurisprudencia como fuente del Derecho
donde aboga por la importancia que ha tenido, sosteniendo que debiese considerarse como fuente
formal propiamente tal, principalmente para garantizar el valor de la igualdad ante la ley.
En la actualidad no hay buenos abogados que no tengan en cuenta la jurisprudencia, o no
tengan acceso a algún tipo de recopilación de jurisprudencia.
La jurisprudencia puede cumplir cinco roles o funciones:
- Permite constatar la aplicación del derecho: cómo es llevado de la teoría a la práctica.
- Es una actividad de innovación del Derecho: pues el Derecho es de poca agilidad y se
modifica lentamente, la jurisprudencia le da dinamismo.
- Para llenar vacíos legales: hay situaciones que no están reguladas. Por ejemplo, en materia
19
procesal, el “litis consorcio necesario”.
- Además, puede morigerar, atenuar el rigor de la ley. Ejemplo: el antiguo art. 31 CPC
establecía la obligación de acompañar tantas copias como partes haya en el juicio; en caso
contrario hay una multa y el escrito se tiene como no presentado. Sin embargo,
jurisprudencialmente se ha morigerado la severidad de la norma y la multa no se aplica.
- Tiene poder normativo, crea normas. Ejemplo: respecto al recurso de casación en el fondo
siempre se ha dicho que, en el recurso de casación, la Corte no conoce de hechos. A pesar
de esto, la Corte Suprema ha sostenido que algunas cuestiones de hecho sí pueden ser
conocidas mediante la creación del concepto de “leyes reguladoras de la prueba”, es decir,
se introducen aspectos de hecho para conocerse en el recurso de casación.
Estas funciones están referidas fundamentalmente a cuestiones de Derecho procesal
funcional, razón por la cual, en materia de orgánica, tiene un papel aun más reducido.
8. La costumbre
La mayoría de los autores coincide en que constituye una fuente indirecta y tiene un papel
bastante secundario en Derecho procesal, esto principalmente por la vigencia del principio de
legalidad, que es la preeminencia que tiene la ley en el derecho procesal. En Chile no hay
ninguna norma procesal que se remita a ella, por eso es casi nula su aplicación.
20
Lo que más existe en materia procesal son usos, reiteraciones de conductas que se
producen en el tiempo, pero no tiene el carácter de vinculantes. Se les llama usos forenses o
prácticas judiciales a estas repeticiones de conductas que no son sino modos de aplicación de la
ley no vinculantes.
En opinión de ORELLANA, el “despacho de oficios” podría ser considerado un tipo de uso
procesal, pues se trata de una forma que emplean los tribunales de justicia en los procesos civiles
(a petición de parte), para requerir información probatoria a instituciones públicas o privadas.
Esta modalidad no se encuentra expresamente regulada por el Código de Procedimiento Civil y,
sin embargo, es utilizada con frecuencia. Otro caso de uso procesal lo podemos encontrar en la
forma de redacción de escritos judiciales utilizada especialmente en los procesos escritos. En los
escritos procesales hay que cumplir un requisito que está en el Art. 30 CPC y consiste que debe
contener una suma. Todo trámite que se presente por escrito (nuestro proceso civil es escrito)
debe llevar un resumen de lo que se trata el escrito. La práctica judicial nos dice desde hace
mucho tiempo, y todos lo hacen así, que en la suma se utilizan las siguientes expresiones:
“En lo principal: demanda de alimentos.
Primero otrosí: documentos.
Segundo otrosí: patrocinio y poder”.
En ninguna parte de la ley se señala que deben usarse estas expresiones, solo es fruto de la
práctica.
V. LA LEY PROCESAL
Concepto de ley procesal. A partir de las definiciones de derecho procesal podemos
definir la ley procesal:
- Es una norma general y obligatoria que regula fundamentalmente el ejercicio de la
función jurisdiccional del Estado, así como otras formas de solución de conflictos de
relevancia jurídica.
- Es una norma general y obligatoria que regula la organización y atribuciones de los
órganos jurisdiccionales y de los auxiliares de la administración de justicia, así como, la
forma de actuación del tribunal, las partes y los demás intervinientes al interior del
proceso.
Principio de legalidad. La ley constituye la principal fuente del Derecho procesal, pues
la jurisdicción está gobernada por el principio de legalidad. Este principio se desprende de los
artículos 19 n° 3 inc. 5 y 6 CPR y art. 76, CPR. Estas normas deben ser leídas.
Se debe tener presenta además que de acuerdo al Art. 77 CPR la ley que regula la
organización y atribuciones de los tribunales necesarios para el ejercicio de la jurisdicción debe
ser una ley orgánico constitucional.
Las leyes orgánicas constitucionales son normas generales y obligatorias, que regulan
materias expresamente señaladas y previstas en la constitución, que generalmente dicen relación
con la organización y atribuciones de ciertos órganos públicos, y que requieren para su
aprobación modificación o derogación, del voto conforme en ambas cámaras de las 4/7 partes de
los senadores y diputados en ejercicio.
Por ejemplo, L.O.C ministerio público, Banco Central, T.C, etc.
21
De acuerdo al mismo art. 77 en su Inc. 2 señala que estas LOC relativas a la
organización y atribuciones de los tribunales sólo pueden ser modificadas oyendo previamente
a la Corte Suprema. Esto se traduce en que el parlamento remite un oficio a la Corte Suprema
para que dentro del plazo de 30 días manifieste lo que estime pertinente sobre la modificación. Es
muy común en la práctica las noticias sobre los informes favorables o desfavorables de la CS.
Entrada diferida de las LOC. Durante el último tiempo, producto de las reformas
procesales recientes, fundamentalmente en materia laboral, y procesal penal, se han dictado una
serie de normas legales relativas a la organización judicial que establecían una entrada en
vigencia diferida.
Así, por ejemplo, la reforma Procesal Penal comenzó el año 2000 en la IV región de
Coquimbo y en la IX región de la Araucanía, y de ahí paulatinamente fue implementándose en
otras regiones terminando en Santiago. Similar situación ocurrió con la reforma en materia de
procedimientos laborales, la que comenzó el año 2008 también en forma diferida. Esta entrada en
vigencia diferida tenía por objeto una implementación gradual que permitiera una mejor puesta
en marcha de estos sistemas.
Esto resulta totalmente razonable desde el punto de vista de la gestión e implementación
de una política pública. Desde el punto de vista pragmático este sistema diferido es de toda lógica
pues permite una marcha blanca en ciudades pequeñas para ir corrigiendo los errores y así
perfeccionando el sistema en el camino.
Sin embargo, esta situación resulta muy discutible en doctrina, pues se establecen
diferencias jurídicas que atentan contra la igualdad ante la ley, cuando dos personas frente a
similares conflictos acceden y son tuteladas por tribunales diferentes. Este tema fue
especialmente discutido en materia procesal respecto de la situación de los imputados que todavía
existían en el antiguo sistema. Hoy por ejemplo, los detenidos por violaciones a los DDHH.
Por esta razón en el año 2008 se incorporó un inciso final al Art. 77 de la CPR que
permitió expresamente que leyes relativas a la organización y atribuciones de los tribunales, así
como la que establezcan nuevos sistemas de enjuiciamiento puedan tener una entrada en vigencia
diferida en las diferentes regiones del país. Sin embargo, se establece un plazo máximo es de 4
años.
22
2. Son leyes instrumentales. Al igual que el Derecho procesal en general es instrumental, las
leyes procesales, también son instrumentales.
3. Por regla general son normas de orden público. Es decir, por regla general existe un
interés público comprometido en este tipo de normas. Esto es especialmente patente en las
leyes de carácter orgánico. Se dice, que las leyes procesales orgánicas son irrenunciables, al
regular el ejercicio de una potestad pública, y determinar la organización y las atribuciones de
los tribunales. Las leyes procesales funcionales, tienden a garantizar el llamado “debido
proceso legal”, por lo que también son de orden público. En principio, las partes no pueden
modificar o sustituir las disposiciones que fijan el procedimiento. Sin embargo, en las leyes
funcionales encontramos muchos casos de normas de orden privado, es decir, normas
establecidas en el exclusivo interés de las partes. Por esta razón, se puede admitir la renuncia
de las leyes procesales, como ocurre en ciertos asuntos civiles con las normas sobre
competencia relativa. Las modificaciones de las leyes procesales funcionales están permitidas
en ámbitos como el arbitraje a cargo de “árbitros arbitradores” (art. 223 inc. 3º COT).
Ejemplos dados de convenciones procesales.
23
IX. INTERPRETACIÓN DE LA LEY (DEL DERECHO) PROCESAL
La interpretación es la actividad intelectual por la cual se determina el sentido u alcance
de una o más normas jurídicas (en realidad textos o disposiciones normativas).
En la legislación procesal no existen normas especiales sobre interpretación de la ley
procesal. Por esta razón, se deben utilizar las reglas generales de interpretación de la ley que
establece el Código Civil en su título preliminar, art. 19 a 24. Sin embargo, atendida las
características propias de esta rama del Derecho, es necesario tener en cuenta algunas cuestiones
que resultan especialmente relevantes y útiles para interpretar la ley procesal:
1. Los principios en materia procesal. Los principios procesales son aquellos conceptos o
máximas fundamentales que directa o indirectamente contribuyen a estructurar el sistema
procesal. La doctrina reconoce la importancia que tienen los principios en la interpretación de
la ley. Esto se traduce en la relevancia del método sistemático en la interpretación de la ley.
Existen fundamentalmente dos grupos de principios importantes. En materia de Derecho
procesal orgánico, las bases fundamentales de la jurisdicción o de la organización judicial
(Independencia, imparcialidad, responsabilidad, etc.). Y, en segundo lugar, en materia de
Derecho procesal funcional los principios procesales (Dispositivo, oficialidad, preclusión,
economía procesal, etc.).
2. Garantías procesales. Es decir, aquellos derechos y garantías de carácter procesal, aquellos
derechos y garantías relativos al ejercicio de la función jurisdiccional. Al igual que en el caso
anterior, la doctrina entiende que estas son muy importantes y útiles para interpretar las
normas procesales. Esto quiere decir, que el sentido y alcance de las normas procesales debe
ser determinado a la luz de estas garantías. Se deben rechazar interpretaciones cuyos
resultados sean contrarios a estas garantías. Fundamentalmente a través del método
sistemático.
3. Interpretación analógica. Es decir, determinar el sentido u alcance de una norma legal a
partir de otra norma procesal similar. Esto va a ser especialmente útil para interpretar la ley
procesal especial (procesal laboral, procesal de familia, etc.) a partir de la ley procesal civil.
Ej.: El Código de Procedimiento Civil contiene un listado taxativo de medios de prueba,
el Código procesal penal en cambio contiene libertad de prueba, en la lista del código de
procedimiento civil no admite por ejemplo la fotografía o un video por razones que en la
época de su dictación estas cosas no existían, ahora se puede admitir en un juicio civil un
video, aplicando la analogía, pensando que si en un juicio penal se admiten, y si el sentido es
uno solo, resolver conflictos porque no aceptar estos medios de prueba para un juicio civil.
Ej.: Art. 52 Código Procesal Penal: norma que hace aplicable las disposiciones comunes a todo
procedimiento del código de procedimiento civil.
Art. 52 código procesal penal: “Serán aplicables al procedimiento penal, en cuanto no se
opusieren a lo que dice este código o a las leyes especiales, las normas comunes a todo
procedimiento contempladas en el libro primero del Código de Procedimiento Civil”.
4. La instrumentalidad del Derecho procesal. La instrumentalidad del Derecho procesal
implica que este no constituye un fin en sí mismo, sino que es un medio para alcanzar otros
fines u objetivos. Esta característica que se predica del Derecho procesal en general, también
24
opera respecto de los diferentes mecanismos e instituciones procesales, así como de las
normas individualmente consideradas.
Por esta razón, resulta fundamental conocer o desentrañar la finalidad específica de
la norma específica o de institución cuyas normas estamos interpretando. De esta manera,
esta finalidad será fundamental para determinar el correcto sentido de la norma procesal.
Este tipo de interpretación se podrá realizar especialmente por medio del método
teleológico de interpretación.
25
(3) Excepcionalmente puede aplicarse a hechos ocurridos con posterioridad a su
derogación, lo que se llama supervivencia de la ley.
En materia procesal esto se complica porque una de sus instituciones fundamentales, el
proceso, tiene la particularidad que no se agota en un solo momento, sino que en cuanto proceso
se extiende en el tiempo. Y muchas veces se presentarán ciertas dificultades al aplicar estas
reglas.
Para analizar esta materia debemos distinguir:
(1) Procesos terminados
(2) Procesos por iniciarse
(3) Procesos pendientes o en tramitación
(1) Procesos terminados. Si después de terminado un proceso se dictase una nueva ley
que modifique o derogue una ley procesal, ella no producirá ningún efecto respecto del proceso
ya terminado. Esto es consecuencia de la institución de la cosa juzgada en materia procesal.
Además, se podría fundar en el Art. 9 Inc. 2° del CC. “Sin embargo, las leyes que se limiten a
declarar el sentido de otras leyes, se entenderán incorporadas en éstas; pero no afectarán en
manera alguna los efectos de las sentencias judiciales ejecutoriadas en el tiempo intermedio.”.
También el art. 76 CPR (procesos fenecidos).
(2) Procesos por iniciarse. En esta materia existe un principio general según la cual las
leyes procesales rigen in actum, es decir, tan pronto entran en vigencia comienzan a aplicarse
(para lo futuro). La razón es que se trata de normas de Derecho Público. Además, se puede
desprender del Art. 22 n° 1 y 24 de la LERL.
Es decir, si bajo la vigencia de una ley procesal se produce un hecho o circunstancia de
relevancia jurídica que requiere un proceso y con posterioridad se modifica o deroga esa ley (de
organización judicial), ese proceso se tramita de acuerdo a la ley vigente al tiempo de iniciarse,
ya sea la nueva o la antigua ley.
Hay que recordar que el proceso se entiende iniciado con la notificación de la resolución
que provee o admite a trámite la demanda.
Hay excepciones en materia de Derecho Procesal funcional en los Art. 23 del la LERL.
Art. 23. Los actos o contratos válidamente celebrados bajo el imperio de una lei podrán
probarse bajo el imperio de otra, por los medios que aquella establecía para su
justificación; pero la forma en que debe rendirse la prueba estará subordinada a la ley
vigente al tiempo en que se rindiere.
(3) Procesos pendientes o en tramitación. La hipótesis es que después de iniciado el
proceso y durante su tramitación se dictase una nueva ley de organización judicial que modifique
o altere la ley vigente. En esta materia rige el principio general de que las leyes procesales rigen
in actum. Por lo tanto, desde el momento en que esta nueva ley de organización judicial entra en
vigencia se aplican para el futuro.
Por ejemplo; un juicio ante un tribunal unipersonal y la nueva ley dice que debe ser
colegiado, se aplica de inmediato. Si el proceso se sigue ante un juez que de acuerdo a la ley es
amovible, y luego se decreta la inamovilidad esta se aplica de inmediato.
La excepción se encuentra en el art. 24 de la LERL:
26
Art. 24. Las leyes concernientes a la sustanciación i ritualidad de los juicios prevalecen
sobre las anteriores desde el momento en que deben empezar a regir. Pero los términos
que hubiesen empezado a correr y las actuaciones i diligencias que ya estuvieren
iniciadas se regirán por la ley vigente al tiempo de su iniciación.
Los términos son los plazos, las actuaciones son los actos procesales, y las diligencias,
son un tipo de acto procesal en el cual intervienen las partes y el tribunal.
En materia Procesal Penal existe una norma expresa sobre la materia. El Art. 11 CPP:
Las leyes procesales penales serán aplicables a los procedimientos ya iniciados, salvo cuando, a
juicio del tribunal, la ley anterior contuviere disposiciones más favorables al imputado.
27
organización judicial está contenido en el Art. 5 del COT. A los tribunales mencionados en este
artículo corresponderá el conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro
del territorio de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las personas que
en ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que establezcan la Constitución y las leyes.
Excepciones.
(1) El art 6 del COT establece que ciertos delitos cometidos fuera del territorio de la república
serán conocidos por tribunales chilenos. Se trata de casos de extraterritorialidad de ley procesal
penal.
(2) Existen ciertos casos señalados expresamente en la legislación en que ciertas personas por
su autoridad e investidura quedan excluidas de la jurisdicción nacional. Se trata de casos en los
que la ley procesal no se aplica a pesar de ser hechos ocurridos en el territorio. Por ejemplo, la
inmunidad diplomática o consular. Convención de viene sobre relaciones diplomáticas.
Convención de Viena sobre relaciones consulares.
(3) La sentencia extranjera. Esta se puede cumplir en Chile en virtud del llamado exequátur,
que es una autorización de la CS para que esa sentencia pueda cumplirse en Chile. Se trataría de
un caso en que una norma extranjera, la sentencia judicial, se cumplirá en Chile. Art. 242 CPC.
En materia Procesal Penal Art. 13.
Entrada diferida de las LOC. Por último, no debe olvidarse en materia de eficacia en el
tiempo y en el espacio el inciso final al Art. 77 de la CPR que permitió expresamente que leyes
relativas a la organización y atribuciones de los tribunales, así como la que establezcan nuevos
sistemas de enjuiciamiento puedan tener una entrada en vigencia diferida en las diferentes
regiones del país. Sin embargo, se establece un plazo máximo es de 4 años.
Por un lado, constituye una hipótesis de vacancia legal diferida en cuanto al tiempo. Y
además una hipótesis de aplicación territorial diferida en cuanto al espacio.
28
un enfoque que combine y armonice ambas orientaciones, avanzando hacia un análisis integrador
de la organización judicial.
29
LA JURISDICCIÓN
Cuando hablamos de Derecho procesal hay diversos elementos que resultan de absoluto interés,
sin los cuales no se logra realizar la tarea que tiene el método heterocompositivo “proceso”.
CALAMANDREI señala que esta área del Derecho se basa en el estudio de tres conceptos
fundamentales: jurisdicción, acción y proceso. Pero sin querer restar importancia a los conceptos
de acción y de proceso, se puede afirmar que ellos giran en torno al de jurisdicción; en efecto,
puede estimarse en términos muy generales, que la acción es el derecho a la jurisdicción; el
derecho a obtener la formación de un proceso y la posterior decisión de los tribunales sobre al
asunto que ellos controvierten19.
CONCEPTO DE JURISDICCIÓN
31
de la República, y en cuya solución les corresponda intervenir (Juan Colombo) 20. La jurisdicción
no sólo constituye una potestad, una atribución, sino que también constituye para el Estado un
deber, porque si alguien recurre al tribunal, o a un juez, éste no se puede negar, pues rige el
principio de la inexcusabilidad consagrado en el art. 10 inc. II del COT.
1. Es un poder-deber público. Que la jurisdicción sea un poder quiere decir que se trata de
una potestad o una atribución. ¿Para qué? Para realizar una determinada función que consiste
fundamentalmente, aunque no exclusivamente, en resolver conflictos de relevancia jurídica.
Que la jurisdicción sea un deber quiere decir que constituye un imperativo para los
tribunales. Es decir, los jueces no sólo tienen la facultad o posibilidad de ejercer su función,
sino más bien tienen el deber u obligación de hacerlo (siempre que haya sido debidamente
solicitada su intervención). Esta característica se concreta normativamente (está contemplada)
en el Art. 76 inc. 2º CPR y en el Art. 10 inc. 2ª del COT. Esta constituye una de las bases
fundamentales de la organización judicial llamada inexcusabilidad. La justificación radica en
que, frente a los conflictos que surgen en la sociedad, a las partes les está prohibida la
autotutela, la justicia por propia mano, y por esa razón el Estado prevé como una de sus
funciones, y en forma imperativa la jurisdicción.
2. Es una función pública. Constituye una manifestación del poder del Estado, es
consecuencia de la soberanía. Es el Estado quien debe realizar esta función, delegando su
ejercicio a sus órganos, especialmente, al Poder Judicial. También existen otros órganos que
ejercen jurisdicción, como el Senado en el juicio constitucional, el Tribunal Constitucional,
etc. Al ser una función púbica, su organización y funcionamiento se rige por normas de
Derecho público.
La jurisdicción es una expresión de la soberanía, pues el art. 5º inc. 1º de la CPR señala que el
ejercicio de la soberanía se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de las elecciones
periódicas y, también, por las autoridades que esta CPR establece; y una de esas autoridades
son, precisamente, los Tribunales de Justicia.
3. Se lleva a cabo a través de los tribunales. Los órganos encargados del ejercicio de la
jurisdicción son los tribunales de justicia que establece la ley (arts. 1º del COT y 76 de la
CPR). Tribunal es todo órgano del Estado que ejerce la función jurisdiccional para resolver
conflictos jurídicos, aunque no pertenezca al Poder Judicial.
Hay que dejar en claro que el ejercicio de la jurisdicción recae en los tribunales de justicia y
no en el Poder Judicial, lo cual tiene consecuencias importantes, ya que, si se le entregase al
20
Como se verá más adelante en las clases de jurisdicción, la jurisdicción alude en estricto sentido a un asunto
contencioso, pero de acuerdo al art. 2º COT, también corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos actos
no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención; y de acuerdo al art. 3º del mismo Código, los
tribunales tienen, además, las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada uno de ellos se
asignan en los respectivos títulos de este Código.
32
Poder Judicial, significaría que ningún órgano que estuviera fuera de él podría tener el
ejercicio de la jurisdicción. El Poder Judicial es uno de los poderes del Estado que en forma
preponderante concentra la actividad jurisdiccional (comprende los tribunales ordinarios,
especiales y arbitrales), sin embargo, no todos los tribunales pertenecen al Poder Judicial,
pues existen otros tribunales especiales (por ejemplo, el TC) y, adicionalmente, otros órganos
administrativos tanto en el Poder Legislativo como en el Ejecutivo, a los cuales la ley les ha
otorgado facultades jurisdiccionales. Por tanto, el órgano público que ejerza jurisdicción es un
tribunal de justicia, pertenezca o no al Poder Judicial.
34
11. Se ejerce a través de un debido proceso. El proceso es el instrumento o el medio por
medio del cual la jurisdicción ejerce su función es el proceso. Sin embargo, este proceso debe
reunir ciertos requisitos mínimos, debe asegurar ciertas garantías básicas. Estas garantías
mínimas se agrupan bajo la denominación de debido proceso. El fundamento normativo de
esto lo podemos encontrar en las siguientes normas:
Art. 19 N° 3 inc. 6 CPR.
Art. 8 N° 1 del Pacto San José de Costa Rica
Art. 14 N° 1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
La jurisdicción se manifiesta mediante la realización de actos jurídicos procesales. El ejercicio de
la jurisdicción se manifiesta en un proceso que debiese tener requisitos mínimos (debido
proceso), el cual se compone de las etapas de conocimiento, juzgamiento y ejecución de lo
juzgado. Ahora bien, son los actos procesales los que hacen posibles estas etapas así, por
ejemplo, la demanda, la contestación de la demanda, la rendición y la calificación de la prueba,
son actos procesales que conforman la etapa de conocimiento. Por tanto, el objeto de los actos
jurídicos procesales, es hacer posible en un proceso las etapas de conocer, juzgar, y hacer ejecutar
lo juzgado, las cuales, a su vez, son atributos de la jurisdicción21.
12. Corresponde a órganos imparciales. La jurisdicción le corresponde a órganos que
presentan una calidad especial: la imparcialidad. Esta es la característica más propia de un
tribunal de justicia llamado a resolver conflictos.
La imparcialidad se puede definir como aquella cualidad que caracteriza a los órganos
jurisdiccionales y que consiste en ser totalmente extraños o ajenos tanto al objeto litigioso
como a las partes que litigan. Y, por lo tanto, carecen de interés en que el litigio se resuelva de
una u otra manera o en favor de uno u otro.
En nuestro país siempre se ha considerado esta cualidad, pero se ha olvidado la
independencia. Recientemente Andrés Bordalí ha puesto de manifiesto como ambas
cualidades están estrechamente vinculadas y como ambas son constitutivas de la jurisdicción.
En consecuencia, podríamos decir que la jurisdicción le corresponde a órganos
independientes e imparciales. El fundamento normativo de esto lo podemos encontrar en el
art. 8 Nº 1 del Pacto de San José de Costa Rica, en el art. 14 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y en el art. 1 del Código Procesal Penal.
13. Cosa Juzgada. La jurisdicción se ejerce mediante la ejecución de diferentes actos
procesales. Pero el acto por el cual se materializa preferentemente, o más propiamente la
jurisdicción es la sentencia. Y la sentencia tiene un atributo o característica especial llamada
cosa juzgada.
La cosa juzgada es la autoridad y eficacia de ciertas resoluciones judiciales en virtud de la
cual lo resuelto por ellas, en primer lugar, no puede volver a ser discutido entre las mismas
partes y, en segundo lugar, puede cumplirse forzadamente si no se cumple espontáneamente.
21
Las confusiones sobre esta materia en Chile obedecían a un error de nomenclatura de nuestro legislador, ya que el
Título VII, párrafo VIII del COT, rezaba “De la prórroga de la jurisdicción”, tratando luego en sus disposiciones la
prórroga de la competencia. Sin embargo, esto fue modificado el año 1990, pasando a denominarse ahora “De la
prórroga de la competencia”; no obstante, igualmente quedan algunas normas de este título que hablan de la prórroga
de la jurisdicción.
35
El primero de estos aspectos es el que caracteriza o diferencia a la jurisdicción y consiste
fundamentalmente en la inmutabilidad de lo resuelto por la jurisdicción. Las sentencias
judiciales, una vez cumplidos ciertos requisitos y transcurrido ciertos plazos, se vuelven
inmutables sin que exista posibilidad de ser modificada o alterada (salvo excepciones). El
fundamento normativo lo encontramos en el art. 76 inc. 1º (segunda parte) CPR y art. 175 y
176 CPC.
14. El ejercicio de la jurisdicción es eventual (o condicional), y el evento del cual depende es
la trasgresión del ordenamiento jurídico (es decir, que exista un conflicto de relevancia
jurídica); pues si la ley es cumplida por todos, no se requeriría de la actividad jurisdiccional.
Por ello se dice que es complementaria de la función legislativa, ya que posibilita que la ley
se cumpla cuando se la desconoce; y es sucedánea o secundaria de dicha función, puesto que
sólo se ejerce en caso de trasgresión o de incertidumbre del Derecho.
15. Es territorial, puesto que este poder-deber sólo se ejerce dentro del territorio de la
República. Sin embargo, esta característica tiene algunas excepciones, es decir, casos de
extraterritorialidad de la jurisdicción, las cuales se dan en el ámbito penal.
16. La jurisdicción es esencialmente temporal. Esta característica ya es parte de la historia, a
lo menos en lo que dice relación con su consagración normativa expresa. En todo caso, con
ella se quería resaltar que la función jurisdiccional no versa sobre materias espirituales o
morales, sólo se circunscribe a conflictos de intereses de relevancia jurídica22.
22
Es parte del pasado porque el legislador entendió que ya no era necesario que tal característica se manifestará
expresamente en la ley, pues con la dictación de la ley 19.655 del año 2000, se eliminó del art. 5º del COT la frase
“en el orden temporal”. Por lo mismo, el concepto de jurisdicción se modificó doctrinariamente en esa frase, lo que
no significa que la exigencia se haya eliminado; lo único que ocurre es que no se considera necesaria su consagración
expresa a nivel normativo.
36
En la actualidad, se entiende que las concepciones contemporáneas sobre los objetivos de
la justicia civil pueden explicarse o comprenderse correctamente si se parte de dos afirmaciones
iniciales de carácter general:
1. Los objetivos de la justicia se encuentran entre la resolución de conflictos y la
implementación de políticas públicas23. Actualmente los objetivos se presentan como una
contradicción entre dos extremos opuestos en los términos elaborados por DAMASKA24 en su
obra clásica: por un lado la resolución de conflictos individuales y, por otro, la
implementación de políticas, objetivos o funciones públicas.
Por su parte, la doctrina contemporánea suele presentar este tema como un equilibro entre
ambos objetivos. No existen sistemas puros pues estos objetivos suelen concurrir
conjuntamente. Por un lado, ningún sistema reconoce como objetivo la sola resolución de
conflictos sin considerar o prescindir de objetivos públicos pero, al mismo tiempo, ningún
sistema prescinde completamente de la resolución de conflictos25.
2. La justicia civil, además de objetivos jurídicos, tiene también objetivos sociales y políticos 26.
Sin embargo, se trata de una idea que no es totalmente consciente. Se debe recordar que, en
esta materia, el caso del Zivilprozessordnung austríaco de 1985 es paradigmático. En el
contexto de esta reforma procesal KLEIN reconoció expresamente al proceso civil una función
social (Sozialfunktion).
La afirmación que la justicia civil tiene objetivos extra jurídicos es consecuencia del hecho
que el propio ordenamiento jurídico tiene objetivos sociales y políticos. Por lo tanto, de lo
que se trata es que, al analizar los objetivos de la justicia civil, no se debe circunscribir el
análisis a los aspectos jurídicos, sino también a sus aspectos sociales y políticos.
En la doctrina contemporánea el autor que ha explicado con mayor claridad la existencia de
objetivos sociales y políticos de la justicia civil es DINAMARCO en su clásica obra sobre la
instrumentalidad del proceso27.
De esta manera, se podrían identificar algunos fines u objetivos en los diferentes ámbitos:
Desde un punto de vista jurídico, aplicar el ordenamiento jurídico, tutelar o proteger el
ordenamiento jurídico, proteger los derechos e intereses legítimos, la efectividad de los
derechos sustanciales, etc.
23
UZELAC, ALAN, “Goals of civil justice and civil procedure in the contemporary world”, en UZELAC, ALAN, (ed.),
Goals of Civil Justice and Civil Procedure in Contemporary Judicial Systems, p. 6.
24
DAMASKA, Las caras de la justicia y el poder del estado. Análisis comparado del proceso legal, pp. 125 y ss.
25
En un sentido similar Cfr. JOLOWICZ, J. A., “Adversarial and inquisitorial approaches to civil litigation”, en
JOLOWICZ, J. A., On civil procedure, Cambridge University Press, Cambridge, 2000, p. 176.
26
DINAMARCO, La instrumentalidad del proceso, pp. 255 y ss.; GENN, Judging civil justice, pp. 16 – 24.
27
DINAMARCO, La instrumentalidad del proceso, pp. 253 y ss. El autor sostiene que ya en 1977 en el Congreso
Internacional de Derecho Procesal celebrado en Gante (Bélgica) se apreciaba que la doctrina reconocía objetivos
también en el ámbito social. Véase pp. 261 y 262. Véase también HABSCHEID, WALTHER J., “As bases do direito
procesual civil. Relatório geral apresentado ao Congresso Internacional de Direito Processual – Gand (Bélgica)
1977”, Revista de Processo, Vol. 11/12, Revista dos Tribunals, Sao Paulo, 1978, pp. 124 – 127. El texto fue
originalmente publicado en francés: HABSCHEID, W. J., “Les príncipes fondamentaux du droit judiciaire prive. The
fundamental principles of the law of civil procedure”, en Storme, Marcel; Casman, Hélène (ed.), Towards a justice
with a human face. The first International Congress on the Law of Civil Procedure. Faculty of Law, State University
of Ghent, 27 August - 4 September 1977, Kluwer, Antwerpen, Bélgica, 1978, pp. 29 – 66.
37
Desde un punto de vista social, resolver conflictos de manera justa, pacificar con justicia
Desde un punto de vista político, legitimar y controlar el poder.
39
¿QUÉ ES EL PODER JUDICIAL?
Es necesario distinguir Poder Judicial o jurisdicción en cuanto función del Estado, y el Poder
Judicial en cuanto a estructura orgánica.
El Poder Judicial, en cuanto estructura orgánica, es un conjunto de tribunales organizados
jerárquicamente a cuya cabeza se encuentra la Corte Suprema. Está compuesto por Cortes de
Apelaciones y por tribunales de primera instancia. Es el art. 5 del COT el que nos señala qué
tribunales conforman esta estructura orgánica.
Los atributos o momentos jurisdiccionales dicen relación con las diversas fases o etapas que se
contemplan para el desarrollo de dicha función, los que en definitiva corresponden a las etapas
que se deben contemplar dentro de un debido proceso, al ser éste el único medio a través del cual
la jurisdicción puede válidamente ejercerse. En concreto, los atributos de la jurisdicción son las
manifestaciones de la jurisdicción dentro de un proceso, expresadas en etapas, cuales son: el
conocimiento, el juzgamiento y la ejecución de lo juzgado (arts. 76 de la CPR y el art. 1º del
COT). Es decir, el concepto mismo de jurisdicción lleva en sí mismo la posibilidad de la
ejecución.
40
la contestación del demandado (réplica), y finalmente el demandado contesta a la réplica
del actor (dúplica).
En el proceso penal, esta etapa está compuesta por la acusación del fiscal y la acusación
particular del querellante (si lo hubiere), y la contestación a la acusación.
Etapa probatoria. Consiste en recibir y analizar la prueba de los hechos controvertidos
por las partes, pues éstas deben comprobar ante el juez que los hechos alegados en su
favor son reales, lo que se hace a través de los medios de prueba. En esta fase son los
hechos los que deben demostrarse, ya que el Derecho, conforme a nuestro sistema, se
presume conocido por todos y, por lo tanto, no admite prueba (salvo que deba probarse el
Derecho extranjero y, según algunos, también cuando debe comprobarse la costumbre).
41
nulidad, y el art. 768 Nº 9 CPC, que se refiere a las causales de casación. La petición de
nulidad puede hacerla la parte afectada o el juez de oficio.
Si el incidente nace de un hecho anterior al juicio o coexistente con su principio, como
defecto legal en el modo de proponer la demanda, deberá promoverlo la parte antes de
hacer cualquiera gestión principal en el pleito.
Si lo promueve después, será rechazado de oficio por el tribunal, salvo que se trate de un
vicio que anule el proceso, en cuyo caso se estará a lo que establece el art. 83, o que se
trate de una circunstancia esencial para la ritualidad o la marcha del juicio, evento en el
cual el tribunal ordenará que se practiquen las diligencias necesarias para que el proceso
siga su curso legal.
El juez podrá corregir de oficio los errores que observe en la tramitación del proceso.
Podrá, asimismo, tomar las medidas que tiendan a evitar la nulidad de los actos de
procedimiento. No podrá, sin embargo, subsanar las actuaciones viciadas en razón de
haberse realizado éstas fuera del plazo fatal indicado por la ley.
Principio dispositivo. Este principio obedece al sistema de pasividad del tribunal, y en
virtud de él los jueces solo actuarán a petición de parte, es decir, son éstas las que deben
exponer y probar los hechos en que se fundan sus pretensiones; los jueces no pueden
actuar de propia iniciativa (oficio), con las salvedades legales (por ejemplo, nulidad de
oficio). Esto se diferencia del sistema inquisitivo, donde el juez es quien sale a buscar la
prueba y se encarga de acreditarla (antiguo sistema procesal penal)28.
Es precisamente en este momento de la jurisdicción donde se da el principio de la
pasividad, ya que en la etapa de decisión o juzgamiento ocurre todo lo contrario, puesto
que es el tribunal quien deberá actuar.
Por último, producto del proceso surge una decisión dotada de un carácter definitivo
particular. Este carácter definitivo es explicado por la Teoría de la Cosa Juzgada, carácter que
asumen determinadas resoluciones judiciales denominadas firmes o ejecutoriadas, las cuales
tienen lugar: cuando contra ellas no procede recurso alguno, o bien, procede y ha sido rechazado,
o bien, procede, pero han transcurrido los plazos sin que se hayan interpuestos. Adicionalmente,
el ordenamiento jurídico prohíbe que se vuelva a discutir un tema que ya ha sido agotado ante los
tribunales (excepción de cosa juzgada) y permite pedir a los tribunales el cumplimiento de una
resolución que se encuentra firme (acción de cosa juzgada).
1. JURISDICCIÓN CONTENCIOSA
Como se dijo, la jurisdicción es una sola, y de acuerdo a los arts. 76 inc. 1º CPR y 1º COT, se
define como la facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y de hacer
ejecutar lo juzgado, la que pertenece exclusivamente a los tribunales que establece la ley.
Ahora bien, la doctrina habla de jurisdicción contenciosa para distinguirla de la “jurisdicción
voluntaria”, en el sentido de que, para que la jurisdicción sea tal, debe haber un litigo, es decir,
un conflicto intersubjetivo de intereses, jurídicamente trascendente, caracterizado por la
existencia de una pretensión resistida. Así, se señala que la jurisdicción contenciosa es aquella
que se ejerce cuando hay conflicto de relevancia jurídica suscitado entre dos o más partes que
tienen interés en él.
2. ASUNTOS JUDICIALES NO CONTENCIOSOS
La segunda norma el Art. 2 COT establece la facultad de intervenir o conocer sobre asuntos
judiciales no contenciosos: “también corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos
actos no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención. En términos similares se
refiere a ellos el Art. 817 del CPC. Dos elementos: (1) Que la ley requiera la intervención del
Tribunal. (2) Que no exista contienda entre partes.
Se verá en detalle un poco más adelante.
3. FACULTADES CONSERVADORAS, DISCIPLINARIAS Y ECONÓMICAS DE LOS TRIBUNALES.
a) FACULTADES CONSERVADORAS. Son aquellas que tienen los tribunales de justicia para
velar que todos los poderes públicos actúen dentro de la órbita de sus atribuciones y, en
especial, velar porque los derechos constitucionales sean respetados. Las manifestaciones
más importantes de esta facultad, son:
La acción de amparo o habeas corpus. De acuerdo al art. 21 CPR, es aquella acción
constitucional que se concede a toda persona detenida, presa o arrestada, con infracción
49
a la CPR o a la ley, o que sufra cualquier otra privación, perturbación o amenaza en su
derecho a la libertad personal y seguridad individual.
La acción de protección. De acuerdo al art. 20 CPR, es aquella acción constitucional
que se concede a todas las personas que, como consecuencia de actos u omisiones
arbitrarias o ilegales, sufren privación, perturbación o amenaza de ciertos derechos
fundamentales señalados en el art. 20 CPR.
Tanto la acción de amparo como la de protección no resuelven conflictos, sino que son
producto de las facultades conservadoras de los tribunales de justicia, por ende, los
procesos que siguen ante el tribunal (Corte de Apelaciones) no son contradictorios, no
hay término probatorio y, en general, son desfomalizados.
Recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad. Es aquella acción constitucional
destinada a obtener del TC que declare inaplicable en un asunto judicial concreto y
determinado que se encuentra pendiente, cualquier precepto legal que se considere
contrario a la CPR (art. 93 Nº 6 CPR). Son legitimados activos de esta acción, las
partes del juicio o el juez que conoce el asunto; es decir, los particulares pasan a ser
eventuales litigantes ante el TC, lo cual, antes de la reforma constitucional del año
2005, estaba vedado.
Recurso de amparo económico. Es aquella acción que se concede a cualquier persona
para denunciar las infracciones al art. 19 Nº 21 CPR, esto es, el derecho a desarrollar
cualquiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público o a la
seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen (inc. 1); y la actividad
empresarial del Estado (inc. 2).
Recurso contra privación o desconocimiento de la nacionalidad (art. 12 CPR).
b) FACULTADES ECONÓMICAS DE LOS TRIBUNALES. Son aquellas facultades que tienen los
tribunales de justicia para regular el funcionamiento interno de los mismos, con el objeto
de lograr una más pronta y mejor administración de justicia. Su fuente legal está en el art.
3º COT, y en el art. 82 inc. 1 CPR, que señala que la CS tiene la superintendencia
directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la Nación. Se exceptúan de
esta norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de Elecciones y los
tribunales electorales regionales.
Las manifestaciones más importantes de esta facultad, son:
La facultad que tiene la Corte Suprema, las Cortes de Apelaciones y el Tribunal
Calificador de Elecciones de dictar autos acordados. Los autos acordados son normas
jurídicas dictadas por los tribunales superiores de justicia, en el ejercicio de sus
facultades económicas o por mandato de la ley, para regular ciertas materias que no
han sido suficientemente reguladas por la ley o cuya regulación es necesaria para
obtener una mejor administración de justicia. Como se puede apreciar, los autos
acordados pueden ser dictados por iniciativa propia de la Corte Suprema, en virtud de
la habilitación constitucional contemplada en el art. 82 (por ejemplo, el autoacordado
que regula la acción de protección), o en virtud de un mandato legal (por ejemplo, el
autoacordado sobre la forma de dictar sentencia).
50
Los autos acordados pueden ser internos o externos; los primeros son aquellos que
tienen por objeto señalar los modos de actuar de los funcionarios judiciales, y se
refieren a materias de administración, son más bien instrucciones (por ejemplo, el autos
acordado que regula la tramitación del recurso de amparo, el cual se refiere a la forma
de actuar del secretario de la Corte de Apelaciones, una vez que ingresa la causa a la
Corte); en cambio, los autos acordados externos, son aquellas disposiciones que afectan
no sólo a los funcionarios judiciales, sino que a terceros ajenos al Poder Judicial, son
normas de procedimiento (por ejemplo, el autos acordado sobre tramitación del recurso
de protección). Ahora bien, si se trata de un autoacordado interno, el funcionario
judicial puede reclamar de su ilegalidad mediante un recurso de gracia ante el mismo
tribunal que lo dictó; y si se trata de autoacordado externo, se puede presentar un
requerimiento al TC por la parte que resulte afectada en sus derechos fundamentales
por la aplicación del autoacordado en una gestión pendiente (art. 93 Nº 2 CPR).
Las circulares, que son recomendaciones de la Corte Suprema o de la Corte de
Apelaciones para el funcionamiento interno de los tribunales. Por ejemplo, las
circulares que instruyen la forma de sacar las fotocopias de un expediente; las
circulares que establecen las horas del tribunal de atención de público, etc.
Las instrucciones o decretos económicos, que son aquellas directrices que emanan de
cualquier tribunal para determinar la forma de su funcionamiento interno. Por ejemplo,
la instrucción de la Corte de Apelaciones de Valparaíso sobre distribución de exhortos.
Por último, hay que señalar que existe un recurso de reclamación consagrado en el art. 551
inc. 4 COT, por el cual se pueden impugnar las resoluciones que adoptan los tribunales en el
ejercicio de sus facultades económicas.
1. Concepto y elementos
Con la expresión jurisdicción no contenciosa se hace referencia a una de las facultades que
nuestro ordenamiento jurídico entrega a los jueces. Los art. 1, 2 y 3 COT establecen el cúmulo de
atribuciones que se le reconocen a los tribunales de justicia. La primera de ellas contemplada en
53
el Art. 1º COT es la que tradicionalmente se ha considerado que constituye propiamente
jurisdicción. Los otros dos tipos de facultades pueden considerarse funciones no jurisdiccionales
que se le entregan a los tribunales de justicia.
El Art. 2 COT establece que también corresponde a los tribunales intervenir en todos
aquellos actos no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención. En términos
similares se refiere a ellos el Art. 817 del CPC.
A partir de estos artículos se desprende que son dos los requisitos para estar frente a esta
clase de asuntos judiciales no contenciosos:
Que la ley requiera la intervención del Tribunal. Se necesita de una norma legal que
expresamente exija la intervención de un Tribunal en determinado asunto. Si se recurre a
un Tribunal, sin que exista este requerimiento expreso, éste podría perfectamente
excusarse por falta de competencia. En esta clase de asuntos no opera la inexcusabilidad
que opera en los asuntos contenciosos (este elemento puede quedar en entredicho de
acuerdo a la naturaleza que se le atribuya a esta clase de asuntos).
Que no exista contienda entre partes. Es decir, que no haya un conflicto o controversia
entre dos o más sujetos sobre alguna cuestión de relevancia jurídica.
2. Denominación
Se trata de un tema bastante complejo. Algunos suelen denominar a estos procedimientos
como jurisdicción voluntaria. De hecho, esta denominación es muy utilizada en la práctica. Sin
embargo, tradicionalmente se ha entendido que se trata de una denominación inadecuada por dos
razones:
Se ha entendido que no se trataría de jurisdicción pues no hay conflicto entre partes. Esta
postura parte de la base que lo definitorio de la jurisdicción es la resolución de
conflictos39.
Tampoco sería voluntaria, puesto que aquellos sujetos que quieren obtener un
determinado beneficio jurídico (obtener una posesión efectiva, cambiar un nombre, etc.),
deben necesariamente pasar por este procedimiento, sin que puedan evitarlo.
Normalmente la única forma de obtener un beneficio es recurrir a la jurisdicción.
Además, se debe tener presente que nuestro CPC, en el epígrafe del Libro IV, utiliza la expresión
Actos judiciales no contenciosos.
Por estas razones de texto legal y de orden doctrinario, parece ser más conveniente utilizar la
expresión actos judiciales no contenciosos.
3. Naturaleza jurídica
Hay controversia sobre la naturaleza jurídica de los actos no contenciosos. Existen varias
posturas al respecto:
En algún momento se sostuvo que trata propiamente de una función jurisdiccional. Esta
era una postura bastante minoritaria, pues era difícil sostener que se trata de una función
jurisdiccional cuando no hay conflicto ni contraparte.
39
Para profundizar en estas posturas doctrinarias puede verse: CASARINO VITERBO, MARIO, “La jurisdicción
voluntaria ante la doctrina”, en Medio siglo al servicio del Derecho Procesal, Edeval, Valparaíso, 1993, pp. 47 y ss.
54
Algunos sostienen que se trata de actos administrativos que se entregan al conocimiento
de los tribunales básicamente por dos motivos: a) por el respeto que genera, la auctoritas
(respeto) del juez en la función jurisdiccional y b) por las garantías que da el juez acerca
de la prevención de fraudes en estas materias.
Hay una tercera postura que es la que sostiene CASARINO, que es que se trataría de actos
naturaleza sui generis no asimilables al acto jurisdiccional, pero tampoco al acto
administrativo. Según CALAMANDREI son actos que se encuentran en la frontera de los
administrativos y lo jurisdiccional. Se entrega a la jurisdicción porque alguien tiene que
hacerlo. Si se parte de la base de que es un acto administrativo, entonces se podría
prescindir de la intervención de los jueces y entregarse directamente a un órgano
administrativo. Por ejemplo, la Ley N° 19.903 entrega el conocimiento de las posesiones
efectivas sin testamento al Registro Civil.
Ahora bien, hay algunos asuntos en que realmente sí existe un conflicto, pero que por
razones de rapidez se ignora y se consideran asuntos no contenciosos, por ejemplo: la
autorización de salida del país de un menor. Se requiere la autorización de ambos, pero si
uno no quiere dar la autorización el juez debe darla. El 90% de estos casos es porque el
padre negó la salida.
Sin embargo, recientemente, en un libro publicado hacia fines de 2010, llamado
Fundamentos del Proceso Civil. Hacia una teoría de la adjudicación, los autores no
dudan en calificar a estos procedimientos como jurisdiccionales40. Estos autores
consideran que lo definitorio de la jurisdicción es la protección de los derechos de las
personas, principalmente los derechos fundamentales. Según ellos, los magistrados en esta
clase de procedimientos están llamados incuestionablemente a dar protección a los
derechos y en consecuencia ejercen jurisdicción41.
40
MARINONI, L. G., PÉREZ RAGONE, Á., NÚÑEZ OJEDA, R., Fundamentos del proceso civil. Hacia una teoría
general de la adjudicación., Legal Publishing, Santiago, 2010, pp. 137 y ss.
41
MARINONI, PÉREZ RAGONE, NÚÑEZ OJEDA, Fundamentos…, p. 139.
55
5. Diferencias entre lo no contencioso y la jurisdicción
1. En lo contencioso existe una controversia y en lo no contencioso no. Si estamos ante una
cuestión no contenciosa y aparece un interesado que se opone a esa gestión, ese interesado
pasa a llamarse legítimo contradictor (Art. 823 CPC). La ley dice que si aparece un
legítimo contradictor deberá darse a ese asunto la tramitación contenciosa que en cada
caso procede, es decir, basta con que aparezca el legítimo contradictor para que se
convierta en contencioso. A quien inicia una gestión no contenciosa se le llama solicitante
o requirente.
2. En materia contenciosa rige el principio de la inexcusabilidad el tribunal debe conocer de
todos los asuntos sometidos a su conocimiento, mientras que en materia no contenciosa
rige el principio de legalidad, sólo debe conocer de aquellos asuntos que la ley
expresamente explicite. Art. 2 del COT.
3. En materia no contenciosa no existe la prórroga de competencia.
4. En materia probatoria de lo contencioso la regla es que el tribunal sea pasivo, es decir, que
no decrete de oficio medio probatorio alguno. En materia no contenciosa el tribunal puede
de oficio, sin necesidad solicitud de partes, decretar todo medio probatorio que estime
necesario.
5. En relación con la cosa juzgada. ALEJANDRO ROMERO, en su libro sobre la cosa juzgada,
afirma que las sentencias dictadas en los actos judiciales no contenciosos no producen el
efecto de cosa juzgada. Ni material no formal.
6. En primer lugar, porque estas sentencias se generan sin contradictor que permita verificar
la triple identidad de la acción y excepción, y en segundo lugar, porque lo resuelto en
estos procedimientos es esencialmente revocable, en el mismo procedimiento o a través
de un juicio ordinario posterior43.
42
Es aquella situación que se da al morir una persona, en la que sus bienes se repartirán según las indicaciones que
señale el testamento, siempre que este instrumento respete las porciones que contempla la ley a ciertos parientes.
43
ROMERO SEGUEL, ALEJANDRO, La cosa juzgada en el proceso civil chileno. Doctrina y jurisprudencia. Editorial
Jurídica de Chile, Santiago, 2002, p. 47.
56
BASES FUNDAMENTALES DE LA FUNCIÓN JURISDICCIONAL
1. Legalidad.
2. Imparcialidad.
3. Independencia.
4. Inamovilidad.
5. Responsabilidad.
6. Inexcusabilidad.
7. Inavocabilidad.
8. Pasividad.
9. Publicidad.
10. Territorialidad.
11. Otros principios: sedentariedad, gradualidad, gratuidad.
I. LEGALIDAD
Concepto. Es aquel principio según el cual la función jurisdiccional debe ser ejercida
conforme al ordenamiento jurídico vigente. Los tribunales en su actuar deben respetar el
Derecho.
Atendido que esta obligación no se refiere solo a la ley, sino que a todo el ordenamiento
jurídico, parece más preciso hablar de principio de juridicidad. En este sentido encontramos la
norma general del art. 6 CPR (supremacía de la Constitución).
Este principio tiene dos ámbitos de aplicación, o dos manifestaciones:
1. Legalidad en sentido Orgánico. En este sentido el principio de legalidad postula que la
función jurisdiccional debe ser ejercida por tribunales establecidos por ley.
Este principio se desprende de una serie de normas:
Está en el art. 76 CPR (art. 1 COT) que entrega el ejercicio de la función
jurisdiccional a los tribunales establecidos por la ley, lo que implica que solo la ley
puede establecer un tribunal;
El art. 19 nº3 inc. 5 CPR cuando establece la “garantía al juez natural”, que no es
otra cosa que la garantía al juez establecido con anterioridad a la ocurrencia de los
hechos, por la ley.
El art. 77 CPR que exige que las leyes que tengan por materia la organización y
atribuciones de los tribunales de justicia tengan el quórum de ley orgánica
constitucional. Además, estas LOC relativas a la organización y atribuciones de los
tribunales sólo pueden ser modificadas oyendo previamente a la Corte Suprema.
La cuarta disposición transitoria de la Constitución da rango de ley orgánica a aquellas
57
leyes dictadas con anterioridad a la entrada en vigencia de ella, entre ellas el COT.
2. Legalidad en sentido funcional. En sentido funcional este principio implica dos
cuestiones: que la jurisdicción debe ser ejercida en la forma establecida por la ley y que la
jurisdicción debe resolver con sujeción a las normas jurídicas de fondo aplicables al caso.
a) La jurisdicción debe ser ejercida en la forma establecida por la ley. Está referida
al procedimiento. Es decir, los tribunales deben respetar el procedimiento establecido
por ley. Los tribunales deben tramitar los asuntos que lleguen a su conocimiento de
acuerdo a lo que disponga la ley para cada caso en particular.
El Art 19 nº 3 inc. 6 CPR se refiere a un proceso legalmente tramitado. Esta es la
garantía del debido proceso.
Otra manifestación de esto es el “recurso de casación en la forma”, que tiene por
objetivo controlar que en el juicio se observen al menos las leyes de procedimiento
esenciales establecidas por la ley. Art. 768 CPC.
b) La jurisdicción debe resolver con sujeción a las normas jurídicas de fondo
aplicables al caso. La segunda cuestión, está referida a la decisión de fondo. Exige
que en la resolución del asunto el tribunal se sujete a lo que establece el ordenamiento
jurídico.
Una manifestación de este aspecto es el recurso de casación en el fondo, el que
busca corregir las infracciones en la aplicación de la ley de fondo.
Un control más mediato es la existencia del delito de prevaricación (art. 223 nº1
del Código Penal). Así, comete prevaricación el juez que falla a sabiendas de la
injusticia de su resolución. Es un control del principio de legalidad, pues en
aquellos casos más extremos en que no se aplique el ordenamiento jurídico un juez
puede llegar a cometer el delito de prevaricación.
II. IMPARCIALIDAD
Concepto. Es aquel principio que postula que la función jurisdiccional debe ser ejercida
solo puede ser ejercida por órganos imparciales.
La imparcialidad se puede definir como aquella cualidad que caracteriza a los órganos
jurisdiccionales y que consiste en ser totalmente extraños o ajenos tanto al objeto litigioso como a
las partes que litigan. Y por lo tanto carecer de interés alguno en que el litigio se resuelva de una
u otra manera o en favor de una u otra persona.
Algunos hablan de “impartialidad” como una manera de denotar que la primera y más
obvia exigencia de este principio es que quien resuelva no sea parte del asunto. Sin embargo, se
entiende que la imparcialidad no solo excluye que el juez pueda ser parte en el asunto, sino
también que pueda tener un interés ya sea directo o indirecto en la resolución del mismo.
III.INDEPENDENCIA
Concepto. Es aquel principio según el cual la función jurisdiccional debe ser ejercida por
órganos independientes de toda otra persona o autoridad.
La idea es garantizar que el juez frente a un determinado asunto tendrá la libertad de resolver
44
Esta materia se estudiará el próximo semestre.
59
exclusivamente de acuerdo a lo que dispone el ordenamiento jurídico, sin presiones, ni de otros
tribunales ni de otros órganos del Estado, ni de ninguna otra persona.
60
Los mayores problemas se presentan con el sistema de calificación y de intervención de
los tribunales superiores en los ascensos de los jueces en su carrera funcionaria.
IV. INAMOVILIDAD
Concepto. Es aquel principio conforme al cual la función jurisdiccional debe ser ejercida
por jueces que no puedan ser removidos de sus cargos mientras observen un buen
comportamiento de acuerdo a la Constitución y las leyes.
La idea es que las decisiones que adoptan los jueces no afecten su permanencia en sus
cargos. Es un complemento del principio de independencia o un mecanismo para asegurar la
independencia. Pues este último no podría existir si hay situaciones en las que, por las decisiones
que adopta un juez, puede ser removido de su cargo.
Excepciones. Esta inamovilidad no es absoluta, pues hay motivos legales que permiten
que un juez cese en su cargo.
1. La primera casual es el cumplir 75 años de edad, ningún juez puede seguir en su función
llegada esta edad, salvo el presidente de la Corte Suprema, el cual podrá seguir sirviendo
hasta que termine su mandato.
2. La segunda causal es la renuncia.
3. La tercera causal es la incapacidad sobreviniente, la que se da cuando un juez que no tenga
75 años incurra en una incapacidad de este tipo (ejemplo: tener Alzheimer).
4. La cuarta causal es la remoción y puede darse por cuatro medios distintos:
a. En caso de mal comportamiento. Por acuerdo de la mayoría total de los miembros de
la Corte Suprema, lo que implica una mala conducta ministerial. Para que pueda
tomarse este acuerdo es necesario, primero, el informe de la Corte de Apelaciones
respectiva y del juez inculpado, esta declaración puede ser hecha por la Corte
Suprema, ya sea de oficio, a petición de parte interesada o del Presidente de la
República. Art 80 Constitución.
b. El segundo método es el juicio de amovilidad, que lo encontramos en los Art 332 N°
4 y 337 y ss. del COT. Ha caído en desuso pues es más eficiente el primer sistema.
c. El tercero es a través de las malas calificaciones funcionarias, un juez o un
funcionario del poder judicial será removido de su cargo si está calificado en la lista
deficiente, o permanece dos años seguidos en lista condicional, Art 278 bis de COT.
d. El último medio solo opera respecto de los tribunales superiores de justicia y en lo que
61
normalmente se conoce como el juicio político que es el que puede decretar el Senado
por notable abandono de deberes (Arts. 52 y 53 de la Constitución, 333 del COT).
V. RESPONSABILIDAD
Concepto. Es aquel principio según el cual los jueces que no observen el buen
comportamiento exigido por la Constitución o las leyes quedan sometidos al sistema de
responsabilidad que su condición de jueces les impone. En términos simples significa que la
actividad jurisdiccional puede generar para los jueces responsabilidad jurídica.
Este principio es la contrapartida de la independencia e la inamovilidad. Para que
tengamos jueces imparciales necesitamos la independencia y para asegurar esta necesitamos la
inamovilidad. Pero un juez inamovible e independiente y sin control puede ser peligroso, por esa
razón debe asumir responsabilidad.
Los jueces, además del sistema general de responsabilidad aplicable a todas las personas,
están sujetos a regímenes especiales de responsabilidad. Esta responsabilidad puede ser
disciplinaria, política o ministerial.
Consagración legal.
Art. 13 COT: Las decisiones o decretos que los jueces expidan en los negocios de que
conozcan no les impondrán responsabilidad sino en los casos expresamente determinados
por la ley.
Art. 79 CPR: Los jueces son personalmente responsables por los delitos de cohecho, falta
de observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el procedimiento,
denegación y torcida administración de justicia y, en general, de toda prevaricación en
que incurran en el desempeño de sus funciones.
Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará los casos y el modo
de hacer efectiva esta responsabilidad.
Incisos finales de los Art. 6 y 7 de la Constitución.
VI. INEXCUSABILIDAD
Concepto. Es una base fundamental de la organización judicial según la cual la función
jurisdiccional debe ser ejercida necesariamente en todos aquellos casos en que sea requerida la
intervención de los tribunales en forma legal y en negocios de su competencia. En otras palabras,
los tribunales deben necesariamente avocarse al conocimiento de los asuntos sometidos a su
decisión y resolverlos.
Fundamento. Su objeto es evitar un tipo de sentencia histórica que son las sentencias de non
liquet, sentencias que encontramos en el derecho procesal romano y en el Medioevo, en las Siete
Partidas. Eran sentencias que implicaban que el tribunal no veía clara la resolución del asunto,
sea por falta de ley o porque las partes no lo convencían, o porque no se habían probado los
hechos, y el tribunal no se pronunciaba sobre el asunto y simplemente terminaba el juicio sin
resolver el asunto.
Este principio tiene mucha lógica visto desde la perspectiva del origen del proceso como
62
un método heterocompositivo de resolución de conflictos. Si la ley no permite la autotutela, debe
resolver los conflictos cuando se requiera la intervención de los tribunales. Caso contrario, los
particulares se encontrarían con las manos atadas para resolver sus conflictos ahí donde no sea
posible la autocomposición.
VII. INAVOCABILDIAD
Concepto: Principio de la función jurisdiccional consistente en la prohibición que tiene
los tribunales para conocer de aquellos asuntos que se encuentran sometidos al conocimiento de
otro tribunal.
Es decir, se trata de un impedimento es para conocer de procesos que ya están siendo
conocidos por otros tribunales. La inavocabilidad se aplica cuando hay un proceso pendiente. Si
no hay proceso pendiente no se aplica la inavocabilidad, porque habría un problema de
competencia.
Excepciones:
1. Visitas extraordinarias: Las visitas extraordinarias constituyen medidas adoptadas por
los tribunales superiores de justicia, fundamentalmente las Cortes de Apelaciones, por las
cuales se dispone que uno de sus ministros conozca de determinados asuntos o procesos
que se tramitan ante otro tribunal cuando el mejor servicio judicial lo requiera. El ministro
así designado toma el nombre de ministro en visita.
Constituyen medidas adoptadas por los tribunales superiores de justicia para un mejor
servicio judicial y por los cuales se dispone que uno de sus integrantes conozca de
determinados o delimitados procesos que se tramitan ante otro tribunal.
Esta figura está regulada en los art. 559 y ss. COT.
2. Acumulación de autos. Es la reunión de dos o más procesos que se tramitan por separado
en uno solo, con el objeto de que se tramiten conjuntamente y terminen en una sola
sentencia para mantener la unidad o continencia de la causa.
63
Art. 92 CPC: “la acumulación de autos tendrá lugar siempre que se tramiten
separadamente 2 o más procesos que deban constituir un solo juicio y terminar por una
sola sentencia, para mantener la continencia o unidad de la causa”.
La idea central para acumular estos procesos es que haya un grado de conexión entre
estos, conexión que hace necesario que sean resueltos por una sola sentencia. La
acumulación de autos tiende, entre otras cosas, a evitar sentencias contradictorias. Estos
procesos se acumulan en el tribunal que conoce del proceso más antiguo.
Ocurre que, si estos procesos se tramitan ante distintos tribunales y se reúnen en un solo
juicio, se va a producir una excepción a la inavocabilidad, porque este juicio en que se
acumularon otros procesos, va a ser conocido por otro tribunal. Si los juicios se tramitan
ante el mismo tribunal también procede la acumulación, pero en este caso no constituirá
una excepción a la inavocabilidad.
Por ejemplo, un accidente de tránsito. Choca una micro con 30 personas que quedan
lesionadas. Estas 30 personas demandan por separado daños y perjuicios al dueño de la
micro, todos por separado. Los cinco tribunales de Valparaíso van a conocer el mismo
caso, entonces, ante la posibilidad de obtener sentencias contradictorias, se juntan estos
procesos en uno solo.
Art. 96 CPC: “Si los juicios están pendientes ante tribunales de igual jerarquía, el más
moderno se acumulará al más antiguo; pero en el caso contrario, la acumulación se hará
sobre aquel que esté sometido al tribunal superior.”
Art. 98 CPC: “La acumulación se podrá pedir en cualquier estado del juicio antes de la
sentencia de término; y si se trata de juicios ejecutivos, antes del pago de la obligación.
Deberá solicitarse ante el tribunal a quien corresponda continuar conociendo en
conformidad al artículo 96.”
3. Sometimiento a arbitraje. Las partes pueden decidir que un proceso que está siendo
conocido por un tribunal ordinario, continúe tramitándose ante un juez árbitro.
Esto no está regulado en Chile. No hay norma expresa que permita que un proceso que
está siendo conocido por un tribunal ordinario, deje de ser conocido por él y pase a serlo
por un juez árbitro. Es una conclusión de la doctrina, porque en materia civil las partes
pueden disponer del proceso. En esta materia rige el principio dispositivo, consecuencia
del ejercicio del principio de la autonomía de la voluntad. A tal punto pueden las partes
disponer del proceso, que pueden concluirlo, con mayor razón pueden someterlo a
arbitraje. Por ejemplo, pueden dejar de tramitarlo, se archiva, y eventualmente se declara
el abandono del procedimiento. En este caso, el juez árbitro entraría a conocer de un
asunto que estaba siendo conocido por un juez ordinario, produciéndose una excepción al
principio de inavocabilidad.
VIII. PASIVIDAD
Concepto: Principio de acuerdo al cual la función jurisdiccional solo puede ser ejercida
previa solicitud de parte. Es decir, los jueces en principio, no pueden actuar de propia iniciativa.
64
jurisdiccional, o bien consiste, en que los tribunales no van a actuar de propia iniciativa, no van a
actuar “Motu Proprio”. Este principio, es una reminiscencia histórica de la herencia del Derecho
procesal castellano. En la actualidad y desde hace bastante tiempo, en muchos ordenamientos
jurídicos el juez tiene un rol predominante y el principio de impulso oficial constituye un lugar
común.
Consagración: Art. 10 inc. 1 COT: “Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino
a petición de parte, salvo los casos en que la ley los faculte para proceder de oficio.”. Esta es la
regla general, sin embargo, es posible encontrar diversos tipos de excepciones. Para determinar
su correcto sentido y alcance es necesario hay que distinguir diferentes situaciones:
1. En relación con el inicio de un proceso determinado. En este aspecto, es donde mejor
se aprecia este principio. La regla opera prácticamente sin excepciones. Esto quiere decir,
que el proceso solo puede iniciarse a petición de parte interesada. No existen, por tanto,
procesos iniciados de oficio por el tribunal. Esta regla se extiende además al inicio de la
etapa recursiva y al inicio de la etapa de ejecución.
Excepciones. En el sistema penal antiguo esta regla no regía y el juez podía iniciar de
oficio un proceso a través de una resolución llamada “auto cabeza de proceso”. En el art.
70 de la Ley de Tribunales de Familia hay una excepción: El procedimiento para
aplicación judicial de medidas de protección de los derechos de los niños, niñas o
adolescentes puede ser iniciado de oficio por el juez de familia.
2. En relación con las resoluciones judiciales: en este aspecto también opera el principio,
pero con más excepciones. Cuando hablamos de ámbito de las resoluciones judiciales, nos
referimos básicamente a si el tribunal puede pronunciarse acerca de asuntos que no han
sido sometidos a su conocimiento por las partes. De acuerdo a este principio, la regla es
que el juez no puede hacerlo. No existe una consagración expresa que así lo prohíba, sin
embargo, sí se regula la consecuencia jurídica. La posibilidad de anular esa resolución por
haber incurrido en el vicio de ultrapetita, art. 768 Nº 4 del CPC (como causal del recurso
de casación en la forma).
Esto tiene dos facetas: la primera es que no puede pronunciarse sobre hechos diversos a
los planteados por las partes, pero también significa que no pueden dar más de lo que las
partes piden.
Excepcionalmente hay situaciones en las que los tribunales pueden hacer declaraciones
de oficio, el caso más notorio es el del art 1683 del Código Civil, que permite al juez
decretar la nulidad absoluta de un acto o contrato cuando esta nulidad apareciere de
manifiesto en ella.
3. Producción de medios probatorios: Acá, para analizar si existe un principio de
pasividad, habría que ver si los tribunales pueden de oficio decretar la rendición de
algunos medios de prueba, distintos de los ofrecidos por las partes.
En materia civil, en el caso chileno se dice que existe este principio, pero tiene
una matización importante en el art. 159 CPC que establece las medidas para
mejor resolver, que es una institución bastante discutida teóricamente, pues hay
autores que las consideran inconstitucionales, y además presenta problemas
65
prácticos, porque, al suspender el plazo que tiene el tribunal para dictar sentencias,
a veces se utiliza para posponer fallos (por eso algunos les llaman las “medidas
para mejor no resolver, o medidas para mejor retardar”. Hay que tener presente
que estas medidas tienen restricciones en el art 159 CPC.
En materia penal el cambio de proceso cambió el paradigma. Antiguamente el
tribunal podía decretar de oficio cualquier medio probatorio, actualmente no puede
decretar ningún medio probatorio.
En materia de familia y de proceso laboral, la ley expresamente establece que
los tribunales pueden decretar de oficio los medios probatorios que estimen
pertinentes.
4. Control de validez de los actos en el proceso: aquí no existe un principio de pasividad,
art. 83 y 84 del CPC: los tribunales tienen facultades para, de oficio, controlar aquellos
vicios que pudieran implicar la invalidación del procedimiento. Esto, sin perjuicio de que
hay ciertos vicios que solo pueden determinar la nulidad cuando medie la petición de
parte.
5. Avance de un proceso ya iniciado. Concluida una etapa, ¿es necesario que las partes
soliciten al tribunal pasar a la siguiente parte? En la práctica los tribunales se toman a
pecho este principio y estiman que si no hay petición de las partes no hay que avanzar, sin
embargo, si se analiza la normativa del CPC, se ve que al término de cada una de las
etapas se establece la obligación del tribunal de hacer avanzar el proceso, art 262, 318 y
462 del CPC. En este aspecto no solo no existe el principio de pasividad, sino que existe
la obligación expresa del tribunal de hacer avanzar el proceso. Aun así, hay jurisprudencia
que sobrepone el principio de pasividad a estas reglas prácticas.
En el Derecho comparado, el impulso oficial del juez es muy común, de manera que es
este quien normalmente dicta las resoluciones necesarias para hacer avanzar el
procedimiento de un trámite al siguiente.
En resumen, se ve que el principio de pasividad realmente es aplicable en lo relativo al
inicio del juicio y al ámbito de las decisiones de los tribunales. En menor medida se aplica a la
materia probatoria y derechamente no se aplica en lo relativo al control de la validez del proceso
y en lo relativo a un proceso ya iniciado.
Poderes de dirección del juez. ALCALÁ- ZAMORA explica la posición del juez en el
proceso del siguiente modo: “El juez no debe ser un espectador, ni un dictador, sino un director
del proceso”. En la doctrina extranjera se habla del case management para hacer referencia al
conjunto de poderes del juez.
Case management. el término hace referencia al conjunto de potestades (formales y
matriales), objetivos y límites que el ordenamiento jurídico confiere al juez para la adecuada y
justa conducción del proceso, de manera que este alcance sus fines (eficacia) de manera eficiente.
IX. PUBLICIDAD
Concepto: Principio de función jurisdiccional según el cual esta función debe ser ejercida
por medio de actos que sean de conocimiento de las partes y de la sociedad.
66
Fundamento. En cierta medida, la publicidad legitima la jurisdicción, porque permite
entender cómo se ejerce la función jurisdiccional. No solo puede predicarse respecto de la
función jurisdiccional, sino de cualquier función estatal. Se entiende que cualquier democracia
tiene dentro de sus bases fundamentales el hecho de que los ciudadanos puedan conocer aquellos
actos que constituyen el ejercicio de cualquier función estatal.
Además, la publicidad constituye una garantía de las personas.
Consagración:
Art. 8 inc. 2 CPR: “Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así
como sus fundamentos y los procedimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de
quórum calificado podrá establecer la reserva o secreto de aquellos o de estos, cuando la
publicidad afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los
derechos de las personas, la seguridad de la Nación o el interés nacional.”
Art. 9 COT: “Los actos de los tribunales son públicos, salvo las excepciones
expresamente establecidas en la ley.”
Art. 14 Nº 1 PIDCP: 1. Todas las personas son iguales ante los tribunales y cortes de
justicia. Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las debidas
garantías por un tribunal competente, independiente e imparcial, establecido por la ley,
en la substanciación de cualquier acusación de carácter penal formulada contra ella o
para la determinación de sus derechos u obligaciones de carácter civil. La prensa y el
público podrán ser excluidos de la totalidad o parte de los juicios por consideraciones de
mora, orden público o seguridad nacional en una sociedad democrática, o cuando lo
exija el interés de la vida privada de las partes o, en la medida estrictamente necesaria
en opinión del tribunal, cuando por circunstancias especiales del asunto la publicidad
pudiera perjudicar a los intereses de la justicia; pero toda sentencia en materia penal o
contenciosa será pública, excepto en los casos en que el interés de menores de edad exija
lo contrario, o en las actuaciones referentes a pleitos matrimoniales o a la tutela de
menores.
Excepciones:
1. Acuerdos de las Cortes de Apelaciones y Corte Suprema.
Art. 81 COT: “Las Cortes de apelaciones celebrarán sus acuerdos privadamente, pero
podrán llamar a ellos a los relatores u otros empleados cuando lo estimen necesario.”
Tanto la Corte de apelaciones como la Corte Suprema son tribunales colegiados, por
tanto, en ellos la jurisdicción la ejercen varios jueces, para adoptar una decisión deben
adoptar acuerdos y de esos acuerdos surge la resolución. La deliberación es privada, pero
el resultado es público, la resolución la conocen todos.
2. Medidas que puede adoptar un tribunal penal para restringir la publicidad en
determinados casos.
En materia penal encontramos el art. 289 del Código Procesal Penal, según el
cual el tribunal puede disponer alguna medida de las que enuncia la norma, si
considera que es necesaria, entre otras cosas, para proteger la intimidad o el honor
67
de los intervinientes. Puede, por ejemplo, impedir el acceso u ordenar la salida de
personas determinadas de la sala donde se efectúa la audiencia.
En materia de adopción la ley 19620 art 28, establece el secreto de los
procedimientos relativos a adopción que sólo puede ser levantado a petición de
partes, se busca proteger la privacidad de los adoptantes y el adoptado.
En el procedimiento de familia sobre separación, divorcio o nulidad
matrimonial. Acá los juicios también son reservados, quienes no son parte no
pueden acceder a él así lo establece el art. 86 de la ley de matrimonio civil.
Respecto de los demás procedimientos ante los juzgados de familia opera la
publicidad según el art. 15. Sin embargo, se pueden decretar excepciones:
A petición de parte, cuando exista un peligro grave de afectación del derecho a la
privacidad de las partes, especialmente niños, niñas y adolescentes, el juez podrá
disponer una o más de las siguientes medidas: a) Impedir el acceso u ordenar la
salida de personas determinadas de la sala donde se efectúa la audiencia. b)
Impedir el acceso del público en general u ordenar su salida para la práctica de
diligencias específicas.
Los juicios relativos a filiación también son secretos hasta que se dicte sentencia
declarativa (art. 197 del Código Civil).
En todos estos casos de excepciones a la publicidad implican que los terceros y la sociedad no
pueden acceder a los procesos, pero esta excepción no opera respecto de las partes.
X. TERRITORIALIDAD
Concepto: Es aquel principio o base fundamental según el cual la función jurisdiccional
debe ser ejercida por los tribunales dentro del territorio que determine la ley.
Consagración: Art. 7 COT: “Los tribunales solo podrán ejercer su potestad en los
negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere respectivamente asignado.
Lo cual no impide que en los negocios de que conocen puedan dictar providencias que hayan de
llevarse a efecto en otro territorio”.
Excepción: La inspección personal del tribunal, medio probatorio que el art. 403 inc. 2
CPC autoriza que pueda realizarse fuera del territorio jurisdiccional de ese tribunal.
68
intervención del tribunal del territorio jurisdiccional donde se deben realizar las actuaciones. Es
necesario, que exista una competencia delegada. Esto se materializa a través de los exhortos. El
exhorto es la vía o mecanismo para que un tribunal delegue competencia a otro. La delegación de
competencia, es decir, el exhorto no altera la territorialidad.
El exhorto no es sino una comunicación que un tribunal determinado dirige a otro tribunal
de un territorio jurisdiccional diferente para que este cumpla o lleve a efecto en su territorio una
resolución dictada por el primero.
XI. SEDENTARIEDAD
Concepto: Es un principio conforme al cual la función jurisdiccional debe ser ejercida por
los tribunales de un lugar fijo y determinado.
Fundamento: Se trata de asegurar el acceso a los tribunales, que se puede conocer dónde
están los tribunales. Se traduce en que los tribunales deben estar asentados, se contrapone a la
figura del tribunal itinerante, como los circos.
Consagración: No hay norma expresa que consagre esta base fundamental, sin embargo,
es posible extraerla de toda regulación del COT, pues a la hora de organizar los tribunales, el
Código exige que tengan asiento en un lugar determinado.
XII. GRADUALIDAD
Concepto: Principio conforme al cual, la función jurisdiccional debe ser ejercida a través
de distintos grados o estadios jurisdiccionales.
De acuerdo a esta base fundamental deben existir diferentes grados jurisdiccionales en los
que intervienen distintos tribunales para conocer de un mismo proceso. En la explicación
tradicional, se dice que entre estos tribunales debe existir una relación de jerarquía. Se trata de
una cuestión de orden y racionalidad.
69
Gradualidad e instancia. Hay que tener en consideración que instancia es cada uno de
los grados jurisdiccionales que la ley establece para que un tribunal conozca de un proceso,
estando facultado este tribunal para pronunciarse sobre las cuestiones de hecho y de derecho
referidas a ese proceso.
Considerando aquello, debemos tener presente que, como regla general, en Chile rige el
principio de doble instancia, con arreglo al cual un proceso puede ser conocido en dos instancias.
En la primera corresponde conocer a los tribunales que están en la base de la estructura piramidal,
y en segunda instancia corresponde conocer al tribunal superior jerárquico, fundamentalmente las
Cortes de Apelaciones. En Chile este principio de doble instancia también opera en materia de
Familia. No opera en materia laboral ni en materia penal. Es un tema muy discutido la
permanencia y eliminación del recurso de apelación. Por ejemplo, un proceso civil es conocido
en primera instancia por un Juzgado de Letras, y en segunda instancia por una Corte de
Apelaciones. El medio a través del cual se pasa de primera a segunda instancia es un recurso y se
llama “Recurso de Apelación”.
CORTE CORTE
SUPREMA SUPREMA
CORTES DE CORTES DE
APELACIONES APELACIONES
TRIBUNALES DE TRIBUNALES DE
JUICIO ORAL EN LO JUICIO ORAL EN LO
PENAL. PENAL.
XIII. GRATUIDAD.
En Chile suele incluirse dentro de este listado de bases fundamentales a la gratuidad,
definida como un principio de acuerdo al cual los tribunales deben ejercer la jurisdicción sin
recibir remuneración de las partes. Se explica que de acuerdo a esta base fundamental es el
Estado el que debe pagar la remuneración de los jueces y no las partes.
Excepción: Tiene como excepción los árbitros, que son jueces privados.
Los jueces estatales es el Estado quien les paga.
Los jueces reciben su remuneración a través de una entidad que se llama “Corporación
Administrativa del Poder Judicial”. Art. 506 y ss. COT: “La administración de los recursos
humanos, financieros, tecnológicos y materiales destinados al funcionamiento de la Corte
Suprema, de las Cortes de Apelaciones y de los Juzgados de letras, de Menores, del Trabajo y de
Cobranza Laboral y Previsional, la ejercerá la Corte Suprema a través de un organismo
denominado Corporación administrativa del Poder Judicial, con personalidad jurídica, que
dependerá exclusivamente de la misma Corte y tendrá su domicilio en la ciudad en que esta
funcione.”
Esto no implica que litigar no tenga costos. El principal costo son los honorarios
profesionales de los abogados y procuradores, pero además hay otros costos asociados que son
los derechos que se le pagan a los receptores judiciales y los eventuales costos de peritaje, entre
otros. El que existan estos costos y a la vez un derecho constitucional a la defensa jurídica obliga
a que se contemplen una serie de mecanismos que buscan permitir a aquella persona sin recursos
para litigar, el eximirlo del pago de estos gastos asociados a la litigación.
La institución más importante es la del “privilegio de pobreza”, que implica el permitir
71
que quien no tenga la capacidad económica suficiente pueda acceder a una defensa jurídica
gratuita y se le exima del pago de los otros gastos asociados al juicio (art 595 y siguientes COT).
Hay dos tipos de privilegios de pobreza:
El entregado por el sólo ministerio de la ley a quienes son patrocinados por la corporación
de asistencia judicial. También, la práctica profesional en el consultorio jurídico.
El destinado para quienes, si bien no están patrocinados por esta corporación, tienen
igualmente esta necesidad y se tramita como un incidente del mismo juicio.
Fuera de este beneficio, en materia penal, está la “Defensoría Penal Pública”, regida por la
Ley N° 19.718, y que brinda asistencia jurídica gratuita y de forma eficiente.
Además, antes existía una institución que era la del “abogado de turno”, que fue declarada
inconstitucional por el Tribunal Constitucional el año 2008 (de todas maneras, igualmente se
designan para tramitar causas del antiguo procedimiento penal).
FUNDAMENTAL
73
acción, analizado procesal o constitucionalmente, mantiene el mismo concepto. Es un derecho
subjetivo público dirigido a los órganos jurisdiccionales para solicitar la tutela o protección de los
derechos e intereses legítimos. Es decir, el derecho a la tutela judicial, asegura a todas las
personas la posibilidad de recurrir a los tribunales de justicia, de pedir tutela y protección de sus
derechos e intereses y de obtener una respuesta jurisdiccional del tribunal fundada en derecho.
74
Por su parte, este derecho no asegura un pronunciamiento favorable al actor. Sólo asegura
que el pronunciamiento sea conforme a Derecho.
Como señalamos anteriormente, estimamos que las garantías genuinas del derecho a la
tutela judicial son solo las garantías 1 y 2. En nuestra opinión, las garantías de la efectividad de
las resoluciones judiciales; y derecho al recurso legalmente previsto en realidad son garantías
relativas a la forma en que debe otorgarse la tutela judicial, y por esa razón, es más correcto
entender que se trata de garantías del debido proceso.
El derecho al debido proceso se inserta dentro de un tema más general, que es el de los
derechos de las personas frente a la potestad jurisdiccional. Todas las personas tenemos
fundamentalmente dos derechos constitucionales relativos a la actividad jurisdiccional. Uno de
ellos es el derecho de acción o derecho a la tutela judicial. El otro es el derecho al debido
proceso.
Ya mencionamos que el derecho de acción o derecho a la tutela judicial permite
recurrir o acceder a los tribunales de justicia (a la jurisdicción), permite formular una pretensión
ante ellos y permite obtener de estos un pronunciamiento de acuerdo al Derecho, ya sea sobre el
fondo de la pretensión, o bien, de contenido meramente procesal. Estaría establecido
implícitamente en los arts. 19 N° 3 Inc. 1 CPR (BORDALÍ). Otros dicen que estaría en el 19 N° 3
Inc. 6 CPR, (racional y justo procedimiento). Además, Estaría también implícito en los arts. 8.1
CADH y 14.1 PIDCP
Pero las garantías constitucionales de las personas relativas a la actividad jurisdiccional no
sólo se refieren a la posibilidad de acceder y obtener un pronunciamiento. También se refieren a
la forma en que debe desarrollarse la actividad jurisdiccional. A esto se refiere el Derecho al
debido proceso.
75
durante la tramitación de un juicio respete ciertos parámetros mínimos de justicia 45. En palabras
de nuestra constitución, debe respetar los parámetros de racionalidad y justicia.
Es decir, el debido proceso se desglosa en una serie de garantías procesales especiales. Se
debe entender como una agrupación de estos principios o garantías básicas. Por esta razón, el
estudio del debido proceso, no es otra cosa que el estudio de una serie de garantías más
específicas. Por eso ANDRÉS BORDALÍ se refiere al debido proceso como un “metaderecho”,
pues él está referido a un conjunto de derechos o garantías específicas.
DENOMINACIÓN. La mayoría de la doctrina se refiere a este derecho utilizando la
expresión “debido proceso”. Esta expresión proviene de una reforma a la Constitución
norteamericana que habla del “due process of law”. En Italia se habla del Iusto proceso. En
España, a partir del art. 24 de la CP se habla de “tutela judicial efectiva” y de un “proceso con
todas las garantías”.
En Chile, la CPR en los artículos 19 N° 3 Inc. 6 utiliza las expresiones “proceso previo
legalmente tramitado” y “racional y justo procedimiento”. La razón para no usar la expresión
debido proceso es que en opinión de uno de los miembros de la Comisión de Estudio de la Nueva
Constitución, ENRIQUE EVANS, ello podría haber obligado a los operadores jurídicos a interpretar
esta clausula a partir de la doctrina y jurisprudencia anglosajona46.
TAVOLARI, siguiendo a AUGUSTO MORELLO habla simplemente del proceso justo.
TAUTOLOGÍA. Algunos autores han señalado que la expresión “debido” sería redundante
o llevaría a una tautología. Pues un proceso no debido no sería proceso. El proceso jurisdiccional
sería un concepto técnico, que supone una serie de garantías. Por eso habar de debió proceso es lo
mismo que hablar de proceso. Por esa razón la expresión sería redundante.
Tal vez puede tener algún sentido la distinción, para separar el análisis descriptivo del
proceso del análisis valorativo. Una cosa es analizar el proceso como serie o secuencia de actos
que se desarrollan o desenvuelven con el objeto de resolver mediante un juicio de autoridad el
asunto sometido a su decisión. Y otra cosa es valorar ese proceso según si reconoce o no ciertos
parámetros mínimos de justicia.
45
En este sentido BORDALÍ, El debido proceso civil. pp. 257.
46
BORDALÍ derecho fundamental a tribunal independiente e imparcial, pp. 265. También actas CENC, EVANS
derechos constitucionales.
76
expresamente señaladas en la CPR o en los TI.
47
ENGISCH, KARL, Introducción al pensamiento jurídico, Garzón Valdés, Ernesto (trad.), Ediciones Guadarrama,
Madrid, 1967, p. 143.
48
ídem.
77
especialmente auto acordados), y los recursos de nulidad en materia penal y laboral.
2. EL DERECHO DE DEFENSA
ALEX CAROCCA la define como un derecho fundamental de carácter procesal que asegura
a los interesados (partes) la posibilidad de efectuar a lo largo de todo el proceso sus alegaciones y
pruebas, a contradecir las contrarias, con la seguridad de que serán valoradas en la sentencia. Es
decir, asegura la participación de los interesados en la formación de decisión jurisdiccional.
Se le suele denominar también derecho de audiencia o contradicción.
Está consagrado en art. 19 N° 3 Inc. 2, 3 y 4 CPR y también en los artículos 8º CADH y
14 PIDCP.
GARANTÍAS. Este derecho supone varias garantías, aunque no existe consenso si algunas
forman parte de este o constituyen garantías autónomas.
Derecho a tomar conocimiento del proceso (podría ser publicidad)
Derecho a formular alegaciones (actos de postulación)
78
Derecho a presentar medios de pruebas
Derecho a intervenir en el procedimiento (participar en audiencias, formular incidentes,
etc.).
Derecho a contradecir las alegaciones y pruebas de las demás partes, incluso las del
tribunal.
Derecho a que las alegaciones y pruebas sean consideradas y valoradas en la sentencia
Derecho a la asistencia técnica o asistencia de un letrado o abogado.
PROCESO
Es una garantía destinada a lograr que el proceso jurisdiccional se tramite dentro de plazos
aceptables, de modo tal que puedan alcanzarse las finalidades hacia las cuales está orientado. La
vieja expresión Justice delayed is justice denied, refleja el fundamento de esta garantía.
Esta garantía se relaciona con el concepto mismo de proceso, que por definición se
extiende en el tiempo. Uno de los grandes problemas de la justicia civil en la mayoría de los
países se refiere a la demora de los juicios y, por lo tanto, a la infracción constante a esta garantía.
Pero la idea de razonable no solo excluye el juzgamiento que demora y se atrasa, sino también,
excluye un juzgamiento precipitado.
Consagrada en el art. 8.1 del Pacto de San José de Costa Rica. Nuestra constitución no se
refiere a él. Podría desprenderse de la idea de racionalidad y justicia del art. 19 N° 3 inc. 6 CPR.
El problema de esta garantía es que es indeterminada, (concepto jurídico indeterminado
de carácter normativo), pues no hay claridad cuál es el plazo razonable. Este derecho comporta
un análisis en concreto, caso a caso, que debe ser realizado por el órgano jurisdiccional a quien le
corresponda velar por el respeto del debido proceso en un juicio particular. Exige examinar un
conjunto de variables como el comportamiento del tribunal, la conducta de las partes, la
complejidad del asunto y la duración media de este tipo de procedimiento. Se trata de un
complejo de variables. Por lo tano, un mero incumplimiento de los plazos procesales para dar por
constituida la violación de este derecho fundamental.
6. LA MOTIVACIÓN DE LA SENTENCIA
Se trata de una garantía que tienen los litigantes de obtener decisiones jurisdiccionales
dotadas de una fundamentación que les sirva de respaldo (razonamiento probatorio y jurídico). La
fundamentación consiste en las razones o justificaciones que debe dar el juez para apoyar su
decisión, tanto en lo referido a los hechos como al derecho.
Consagración. No hay ninguna norma del sistema constitucional (Constitución y tratados
internacionales sobre derechos humanos) que disponga que las resoluciones judiciales deben ser
motivadas o fundamentadas. Sin embargo, podría desprenderse esta exigencia de la noción de
racional y justo procedimiento Es lógico concluir que, si el proceso por el cual se llega a la
decisión jurisdiccional debe ser “racional y justo”, según exige nuestra Constitución, la decisión
también debe serlo pues el signo más importante y más típico de racionalización de la función
jurisdiccional es la motivación de las decisiones judiciales.
A nivel legal, esto está regulado en el art. 170 N° 4 CPC que dispone que: “las
consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento a la sentencia”. Este numeral
no es muy exigente. De acuerdo con la actual normativa sobre fundamentación de las sentencias
civiles, los jueces podrían perfectamente no decir nada sobre algunas pruebas presentadas por las
partes en juicio, lo que afectaría su derecho a la prueba.
Sin embargo, la garantía de la motivación de las sentencias es mucho más exigente que
este numeral del CPC. En doctrina, se estima que comprender todos los argumentos de las partes,
80
y toda la prueba rendida. Incluso respecto de los argumentos y pruebas que fueron desestimados,
debiendo indicar las razones que se tuvieron para desestimarlas. Art. 297 CPP.
PROCESAL
82
En relación con el problema de la libertad de configuración por parte del legislador, hay
que constatar que no es posible exigir al legislador que establezca específicas reglas procesales de
desarrollo de un debido proceso. El peligro que se produce en este caso es que el derecho
fundamental queda disponible para el legislador pudiendo establecer los requisitos, contenidos y
condicionamientos que estime necesarios, por lo que el debido proceso perdería su garantía
constitucional.
El tema es definir si estas situaciones pueden ser planteadas ante los tribunales ordinarios,
a fin que éstos declaren la inconstitucionalidad de las normas legales, o si sólo compete al
Tribunal Constitucional. Lo más razonable parece ser que la orden constitucional del art. 19 Nº3
inc. 6º CPR deben hacerla cumplir todos los órganos jurisdiccionales, al ser éstos los llamados a
brindar debida tutela a las personas en el campo procesal. Así, sin perjuicio de requerir la
declaración de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de leyes procesales ante el Tribunal
Constitucional, las partes pueden solicitar a los tribunales que conocen de los procesos
jurisdiccionales que interpreten y apliquen los preceptos procesales en forma “racional y justa”,
como lo prescribe la disposición constitucional ya citada.
83
ÓRGANOS JURISDICCIONALES
TRIBUNALES ORDINARIOS, ESPECIALES Y ARBITRALES
CONCEPTO. Los tribunales ordinarios son aquellos a los que les corresponde el
conocimiento de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio de la
República, siempre que no estén entregados al conocimiento de un tribunal especial o arbitral.
Art. 5º COT.
También se suelen definir como aquellos tribunales a los cuales la ley encarga, por regla
general, el conocimiento de los asuntos judiciales promovidos dentro del territorio de la
República.
1. JUZGADOS DE LETRAS.
Concepto. Son tribunales ordinarios, unipersonales, que por regla general actúan como
órganos jurisdiccionales de primera instancia en el conocimiento de causas civiles y de comercio.
Características:
86
a. Son ordinarios.
b. Pertenecientes al Poder Judicial.
c. Letrados.
d. Unipersonales.
e. Perpetuos.
f. Permanentes.
g. Inferiores.
h. De derecho.
i. Por regla general de primera instancia y excepcionalmente de única instancia.
Materias que conocen. Competencia. Art. 45 COT. Los Juzgados de Letras conocen
fundamentalmente de causas civiles y comerciales. Esta competencia se desprende del artículo 45
COT. Según esta norma los Jueces de Letras conocerán:
Causas civiles y comerciales. En única instancia cuando la cuantía no exceda de 10 UTM.
En primera instancia cuando la cuantía exceda de 10 UTM.
De los actos judiciales no contenciosos cualesquiera sea su cuantía.
Ámbito territorial. La regla general es que exista un Juzgado de Letras por comuna. Sin
embargo, puede ocurrir que existan más de un tribunal por comuna o bien, que un tribunal tenga
ejerza jurisdicción en más de una comuna. Así, por ejemplo, en Viña hay tres Juzgados de Letras
con competencia en Viña del Mar y Concón. En Valparaíso hay cinco Juzgados de Letras con
competencia en Valparaíso y Juan Fernández. Art. 32 COT.
Comentarios.
De acuerdo al artículo 306 COT reciben el tratamiento de “Señoría”. Por escrito se utiliza
US. (Significa su Señoría, en español antiguo), S.S. (su Señoría) o V.S. (vuestra Señoría).
Desde el punto de vista orgánico, bajo al juez se encuentra el Secretario, que es abogado y
miembro del escalafón primario. Bajo él está el resto de los funcionarios que cumplen
indistintamente las labores encomendadas al tribunal y que van desde el Oficial 1º al
oficial de Sala.
2. JUZGADOS DE GARANTÍA.
Concepto. Son tribunales ordinarios que están conformados por uno o más jueces con
competencia en un mismo territorio jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente los
asuntos penales sometidos a su conocimiento, y cuya función principal es asegurar los derechos
del imputado y demás intervinientes en el proceso penal.
Características.
a. Son ordinarios.
b. Pertenecientes al Poder Judicial.
c. Letrados.
d. Unipersonales en su decisión. Sin perjuicio que pueden estar conformados por más de un
juez.
e. Perpetuos.
f. Permanentes.
g. Inferiores.
h. De derecho.
i. Por regla general, de única instancia y excepcionalmente de primera instancia.
Ámbito territorial. La regla general es que exista un Juzgado de Garantía por comuna y que
en las comunas más grandes este esté conformado por más de un juez. Sin embargo, puede
ocurrir que un tribunal ejerza jurisdicción en más de una comuna. Así, por ejemplo, en Valparaíso
el Juzgado de Garantía está compuesto por nueve jueces, el cual tiene competencia sobre las
comunas de Valparaíso y Juan Fernández. En Viña el Juzgado de Garantía tiene siete jueces, el
cual tiene competencia en Viña del Mar y Concón. Art. 16 COT. Sin una comuna no tiene JG, o
bien, no existe un JG con competencia en esa comuna, conoce el Juez de Letras (por ejemplo,
Quintero, en donde hay tres jueces que conocen materias civiles, laborales y penales).
Organización interna. Los Juzgados de Garantía, junto con los de Tribunal de Juicio Oral en
lo Penal, fueron los primeros en introducir en nuestro país una estructura diversa a la tradicional.
Los Juzgados tradicionales de Letras tienen un Juez, un Secretario y funcionarios que sirven de
forma indiferenciada las funciones que surgen en la labor del tribunal. En los nuevos tribunales,
surge una división más específica y más enfocada a la gestión que se resume, principalmente, en
las principales características:
a. La existencia de un Administrador del Tribunal, en vez del Secretario. Este funcionario no
es necesariamente abogado, sino un profesional del área de la gestión o administración (art.
389 A-G COT). Éste funcionario es el que se encarga de toda la labor del tribunal.
b. Bajo él, hay unidades que, en el caso de los TOP y JG son de Sala, Administración al
público, Servicios, Administración de causas y Apoyo de víctimas y testigos. En los nuevos
modelos algunos cambian para adecuarse a las funciones del tribunal. Así, por ejemplo, en los
de Letras y Familia, hay unidades de Cumplimiento y no hay de Apoyo de víctimas y testigos.
c. Se crea la figura del Comité de Jueces en los TOP y en todos los tribunales con tres o más
jueces. Está integrado por todos los jueces, si son hasta cinco. Si son más de eso, se eligen 5
entre ellos. Cumple labores administrativas. Cuando no hay, algunas labores las cumple el
juez presidente (si hay dos, se turnan por año, empezando por el más antiguo) y otras el
Presidente de la Corte de Apelaciones (Art. 22 COT).
Características.
a. Son ordinarios.
b. Pertenecientes al Poder Judicial.
c. Letrados.
d. Colegiados, pues funcionan en una o más salas integradas por tres de sus miembros.
e. Perpetuos.
f. Permanentes.
89
g. Inferiores.
h. De derecho.
i. De única instancia.
Materias que conocen. Competencia. Art. 18 COT. El Tribunal de juicio oral en lo penal es
un tribunal con competencia en materias penales. La competencia fundamental del Tribunal de
juicio oral en lo penal consiste en conocer y juzgar los juicios orales por crímenes y simple delito,
excepto aquellos simples delitos que correspondan al juez de garantía. La competencia de estos
tribunales esta regulada en el Art. 18 COT.
Organización interna. Los TOP tienen la misma estructura administrativa que los Juzgados
de Garantía. De manera que, en los TOP, encontramos un administrador del tribunal, unidades
administrativas, y un comité de jueces.
Adopción de acuerdos. ¿Cómo se toman los acuerdos dentro del TOP? Se aplican las reglas
de las Cortes de Apelaciones (debes leer los art. 72, 81, 83, 84 y 89 COT). En todo caso, el
acuerdo solo puede ser tomado por quienes hayan asistido a la totalidad del proceso y la decisión
debe ser adoptada por la mayoría de la sala. Si hay dispersión de votos, quien sea de la opinión
menos favorable para el condenado deberá optar por otra. Si no hay acuerdo acerca de cuál es la
más desfavorable, decide el presidente.
90
nacionales es que sean permanentes, la excepción viene dada por esta clase de tribunales.
Características.
a. Son ordinarios
b. Pertenecientes al poder judicial
c. Letrados
d. Unipersonales.
e. Perpetuos
f. Accidentales o de excepción. El juez que los sirve se encuentra integrando normalmente
un Tribunal colegiado y sólo cuando se verifica el conflicto que lo obliga a actuar,
entonces y sólo entonces entra en funcionamiento y asume la condición de un tribunal de
excepción y accidental.
g. En cuanto a su jerarquía principio son inferiores. Algunos estiman que se encuentran en
una posición media entre los tribunales inferiores y los superiores. En cualquier caso, su
superior jerárquico inmediato es la corte a la cual pertenecen.
h. De derecho
i. De primera instancia. Contra las resoluciones dictadas por estos tribunales se puede
interponer el recurso de apelación ante la corte a la cual pertenece el ministro respectivo.
Presidente de la Corte Suprema. Según el Art. 53 COT conoce en primera instancia, de las
siguientes materias:
De las causas de amovilidad de los ministros de las Cortes de Apelaciones
De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros o fiscales judiciales
de las Cortes de Apelaciones para hacer efectiva su responsabilidad por actos cometidos
en el desempeño de sus funciones.
De las causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al derecho internacional.
De los demás asuntos que las leyes entreguen a su conocimiento.
En este caso se conjugan tanto el fuero como la materia para fijar la competencia del tribunal.
Comentarios.
Los tribunales accidentales o de excepción son tribunales de primera instancia. Esto
significa que lo resuelto por ellos es susceptible de ser impugnado por el recurso de
apelación. El tribunal competente para conocer de esa apelación, es la Corte de
Apelaciones o la Corte Suprema, de la cual el ministro o presidente forma parte.
Tratándose de un Ministro de Corte de Apelaciones este se designa por turno. En cambio,
tratándose de un Ministro de la Corte Suprema este es designado por la propia Corte
Suprema. Tratándose de los presidentes de Cortes, le corresponderá a aquel ministro que
en ese momento este desempeñando la función de presidente de corte.
No deben confundirse los tribunales accidentales o de excepción con la institución de las
visitas, ordinarias (Ministro visitador) o extraordinarias (Ministro en visita), pues en este
caso no se trata de un tribunal diferente. Art. 559 y ss. COT.
5. CORTES DE APELACIONES.
Concepto. Son tribunales superiores de justicia, de carácter ordinario y colegiado, que
funcionan en salas integradas por tres de sus miembros, y que por regla general conocen en
segunda instancia de los asuntos sometidos a su conocimiento.
92
Características.
a. Son ordinarios
b. Pertenecientes al poder judicial
c. Letrados
d. Colegiados. Funcionan en salas integradas por tres de sus miembros.
e. Perpetuos
f. Permanentes
g. Superiores.
h. De derecho
i. Por regla general constituyen tribunales de segunda instancia. Su competencia
fundamental y definitoria es conocer de recursos de apelación contra sentencias de
primera instancia. Sin embargo, también pueden actuar como tribunales de primera o
única instancia.
Materias que conocen. Competencia. Art. 63 COT. Las Cortes de Apelaciones son
tribunales de competencia común, es decir, desde el punto de vista de la materia, conocen de
cualquier clase de asuntos, civiles, penales familia, laborales, etc.
Por definición son tribunales de segunda instancia. Conocen fundamentalmente de los
recursos de apelación interpuestos contra sentencias de primera instancia. Esta es su competencia
fundamental o definitoria, sin embargo, también actúan como tribunales de primera o única
instancia.
La competencia de estos tribunales está regulada en el art. 63 COT. Según esta norma las
Cortes de Apelaciones conocen, por ejemplo:
a. En única instancia:
De los recursos de casación en la forma que se interpongan respecto de sentencias
dictadas por los tribunales de letras de su territorio, de las que dicten sus ministros y
por las sentencias definitivas dictadas en primera instancia por los jueces árbitros.
Del recurso de nulidad de los TOP de su territorio.
De los recursos de queja contra jueces de letras, de policía local, jueces árbitros y
órganos que ejerzan la jurisdicción dentro de su tribunal.
b. En primera instancia:
Desafueros de senadores y diputados.
Amparo y protección.
c. En segunda instancia:
De las causas civiles, de familia y del trabajo (ojo con el trabajo) y de los actos no
contenciosos de que hayan conocido en primera los jueces de letras de su territorio
jurisdiccional o uno de sus ministros.
De las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones dictadas por un juez de
garantía.
d. De las consultas de las sentencias civiles dictadas por los jueces de letras.
e. De los otros asuntos que la ley encomiende.
93
Ámbito territorial. La regla general es que exista una Corte de Apelaciones por región. Sin
embargo, hay casos en que, por el tamaño de la región o por la cantidad de población, se
establecen más de una Corte de Apelaciones por región. El caso típico es lo que ocurre en la
región Metropolitana donde encontramos la Corte de Apelaciones de Santiago y la Corte de
Apelaciones de San Miguel. En la Región de Biobío encontramos las Cortes de Concepción y
Chillán. En Chile en total existen 17 Cortes de Apelaciones. Art. 55 COT.
Composición.
a. Las Cortes de Apelaciones están conformadas por un número variable de Ministros. Que
van desde 4 a 31 miembros. La Corte de Apelaciones de Valparaíso tiene 16 miembros. La
Corte de Apelaciones de Santiago tiene 31 miembros. Art. 56 COT.
b. Las Cortes de Apelaciones tienen un Presidente que duran un año en funciones a contar del
uno de marzo de cada año. El presidente se va turnando entre los ministros por orden de
antigüedad. El resto de sus miembros recibe la denominación de ministro (57).
c. En las Cortes de Apelaciones también encontramos:
Fiscales Judiciales (entre 6 y 1, de acuerdo de la Corte, Valparaíso tiene tres). Estos
tienen el rango de ministros, pero cumplen funciones diversas que se verán cuando se
hable de los auxiliares de la función de justicia.
Relatores (entre 2 y 22, Valparaíso 10, pero 11 a contar de 2011) (arts. 58 y 59 COT).
Secretario, excepto la Corte de Santiago (3) y de San Miguel (2) (art. 60 COT).
6. CORTE SUPREMA
94
Concepto. Es un tribunal superior de justicia, de carácter ordinario y colegiado, y cuyas
principales funciones son velar por la correcta y uniforma aplicación de la ley y tutelar los
derechos y garantías fundamentales de las personas.
Características.
a. Son ordinarios.
b. Pertenecientes al Poder Judicial.
c. Letrados.
d. Colegiados. Funcionan en salas integradas por cinco de sus miembros.
e. Perpetuos.
f. Permanentes.
g. Superiores. Es el tribunal de mayor jerarquía dentro de nuestro ordenamiento jurídico.
h. De derecho.
i. Es una corte de casación. Su competencia fundamental y definitoria es conocer de
recursos de casación en el fondo. Sin embargo, hay casos en los que actúa como tribunal
de segunda instancia.
95
b. Pleno: Esta situación es excepcional. Funciona al menos con once de sus miembros. Las
materias que debe conocer en plano están señaladas en el Art. 96 COT.
Concepto. Los tribunales especiales son aquellos a los cuales la ley encarga expresamente
el conocimiento de ciertos y determinados asuntos judiciales señalados en una ley especial. O
bien, aquellos a quienes les corresponde únicamente el conocimiento de ciertas y determinadas
materias que el legislador específicamente les ha encomendado en atención a la naturaleza del
conflicto o la calidad de las personas que en él intervienen.
96
b. Estos tribunales pueden pertenecer o no al poder judicial. De hechos son más los
tribunales que están fuera del poder judicial.
c. Estos tribunales se rigen, desde el punto de vista orgánico, por la ley especial que los
establezca, y eventualmente por el COT. De acuerdo al Art. 5 COT, aquellos que integran
el poder judicial, se rigen por el COT, sólo cuando la ley especial se remita expresamente
a él. En cambio, aquellos tribunales especiales que no integran el poder judicial quedan
sujetos a las disposiciones generales del COT.
d. Por regla general son letrados. Por ejemplo, el Tribunal de Defensa de la Libre
Competencia está integrados por cinco miembros, tres de los cuales deben ser abogados, y
dos licenciados o con postgrados en ciencias económicas.
e. Por regla general son inferiores.
1. TRIBUNALES DE FAMILIA
Concepto. Son tribunales especiales, que están conformados por uno o más jueces con
competencia en un mismo territorio jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente y en
primera instancia, los asuntos de familia sometidos a su conocimiento.
Características.
a. Son especiales
b. Pertenecientes al Poder Judicial
c. Letrados
d. Unipersonales. No obstante que pueden estar conformados por mas de un juez. El Art. 3
de la Ley N° 19.968 señala que “Cada juez ejercerá unipersonalmente la potestad
97
jurisdiccional respecto de los asuntos que las leyes encomienden a los juzgados de
familia”.
e. Perpetuos
f. Permanentes
g. Inferiores
h. De derecho
i. Son tribunales de primera instancia.
Materias que conocen. Competencia. Art. 8 Ley N° 19.968 Los Tribunales de Familia son
tribunales de competencia especial, pues conocen de causas de familia. Esta competencia está
señalada en el Art. 8 de la ley. Según esta norma los Tribunales de Familia conocerán, por
ejemplo:
a. En relación a los menores: cuidado personal y relación directa y regular, derecho de
alimentos y patria potestad.
b. Acciones de filiación y adopción.
c. En relación al matrimonio: separación judicial, nulidad y divorcio.
d. Causas por violencia intrafamiliar.
e. Medidas de protección de niños, niñas y adolescentes.
Ámbito territorial. La regla general es que exista un Tribunal de Familia por comuna y que
en las comunas más grandes este esté conformado por más de un juez. En Viña del Mar hay un
tribunal con siete jueces con competencia en Viña y Concón y tienen rango de juzgado asiento de
Corte. En Valparaíso hay un tribunal con nueve jueces con competencia en Valparaíso y Juan
Fernández.
Concepto. Son tribunales especiales, que están conformados por uno o más jueces con
competencia en un mismo territorio jurisdiccional, que actúan y resuelven unipersonalmente y en
única, los asuntos laborales sometidos a su conocimiento.
Fueron creados por la Ley N° 20.022 del año 2005. Se rigen por el Libro V del Código del
Trabajo.
Características.
a. Son especiales.
b. Pertenecientes al Poder Judicial.
98
c. Letrados.
d. Unipersonales. No obstante que pueden estar conformados por más de un juez. Art. 419
del Código del Trabajo.
e. Perpetuos.
f. Permanentes.
g. Inferiores.
h. De derecho.
i. Son tribunales de única instancia. En el nuevo procedimiento laboral no hay apelación,
sino que existe el recurso de nulidad.
Materias que conocen. Competencia. Art. 420 Código del Trabajo. Los Juzgados de
Letras del Trabajo son tribunales de competencia especial, pues conocen de causas laborales. Esta
competencia está señalada en el Art. 420 del libro V del Código del Trabajo. Según esta norma
los Juzgados de Letras del Trabajo conocerán, por ejemplo:
a. Las cuestiones suscitadas entre empleadores y trabajadores por aplicación de las normas
laborales o derivadas de la interpretación y aplicación de los contratos individuales o
colectivos del trabajo o de las convenciones y fallos arbitrales en materia laboral;
b. Las cuestiones derivadas de la aplicación de las normas sobre organización sindical y
negociación colectiva que la ley entrega al conocimiento de los juzgados de letras con
competencia en materia del trabajo;
c. Las cuestiones y reclamaciones derivadas de la aplicación o interpretación de las normas
sobre previsión o seguridad social;
Ámbito territorial. Por regla general existe un Juzgado de Letras del Trabajo por comuna o
agrupación de comunas y, en las comunas más grandes, este está conformado por más de un juez.
Por ejemplo, en Valparaíso hay un Juez de Letras del Trabajo con tres jueces, los que tienen
competencia sobre las comunas de Valparaíso, Juan Fernández, Viña del Mar y Concón.
Composición. El Art. 418 del Código del Trabajo hace aplicables a estos tribunales las
normas del COT referidas a los tribunales penales en lo que se refiere a: comité de jueces, juez
presidente, administradores de tribunales y organización administrativa de los juzgados.
99
de Cobranza Laboral y Previsional las conoce el Juez de Letras del Trabajo.
Composición. El Art. 418 CT hace aplicables a estos tribunales las normas del COT referidas
a los tribunales penales en lo que se refiere a: comité de jueces, juez presidente, administradores
de tribunales y organización administrativa de los juzgados. En este último aspecto las unidades
son casi las mismas, solo que tiene una de liquidación y no tienen de sala.
TRIBUNALES ARBITRALES
CONCEPTO DE ARBITRAJE
En términos generales el arbitraje es un método alternativo de resolución de conflictos por el
cual las partes deciden sustraer la controversia de la justicia ordinaria y entregar su resolución a
un sujeto privado que se llama árbitro.
49
ROMERO SEGUEL, arbitraje interno y comercial internacional, p. 127.
50
VÁSQUEZ PALMA, Arbitraje en Chile análisis crítico, pp. 15 y 16.
100
trataría simplemente de un contrato de arbitraje.
Tesis jurisdiccional o procesal. Esta postura pone su acento en la función del árbitro y en
los efectos del laudo arbitral. En consecuencia, se considera que el árbitro al resolver el
conflicto estaría ejerciendo jurisdicción. Además, el laudo, al igual que la sentencia de un
juez, produce cosa juzgada. Por estas razones el arbitraje no sería otra cosa que
jurisdicción.
Tesis mixta o ecléctica. Esta postura reconoce la concurrencia de ambos aspectos en el
arbitraje sin excluir ninguno de ellos.
DESVENTAJA DEL ARBITRAJE. El arbitraje tiene un gran “pero”, y es que se trata de un medio
costoso. Pues, en el arbitraje son las partes quienes deben pagar al árbitro. A diferencia de la
justicia civil que es gratis (sin perjuicio que en ambos casos deba pagarse los honorarios de los
abogados y demás sujeto que intervienen).
102
Por esta razón, es el medio más eficiente de resolución de conflicto de grandes
corporaciones, o tratándose de juicios especialmente grandes y complejos. En este sentido, puede
afirmarse con seguridad que los grandes juicios, y las causas de mayor relevancia económica son
resueltos por medio del arbitraje. Tratándose de causas más pequeñas, suele no ser el medio más
adecuado.
Sin embargo, respecto de esta desventaja es necesario hacer dos comentarios o
matizaciones.
Una tendencia relevante a nivel comparado consiste en cobrar tasas judiciales a las
personas por usar la administración de justicia. De hecho, esta posibilidad fue considerada
en los estudios de la reforma procesal civil. Si esta tendencia se convierte en
predominante, la supuesta ventaja del arbitraje debería desaparecer o al menos, perder
relevancia. A esto debe agregarse algunas experiencias comparadas de arbitraje estatal,
también financiado por el estado.
Aunque es cierto que el honorario del árbitro encarece el arbitraje, lo cierto es que a su
vez la rapidez en la resolución de conflicto también permite ahorrar dinero. Por esta
razón, se podría afirmar que esta supuesta desventaja se ve en alguna medida neutralizada
por los beneficios económicos que supone una resolución más rápida.
106
constitucionalidad, pues hay que pagarlo y en la práctica una persona que no tenga
recursos no puede acceder al arbitraje.
En doctrina comparada también se rechaza este tipo de arbitraje. En Chile ocurre lo
mismo. EDUARDO JEQUIER se manifiesta por su inconstitucionalidad en su artículo El
arbitraje forzoso en Chile (un examen de constitucionalidad en el ordenamiento
jurídico chileno por ser una manifestación arbitraria de discriminación. Esto, en tanto
afectaría fundamentalmente el acceso a la justicia.
En igual sentido se manifiesta ALEJANDRO ROMERO y MARÍA FERNANDA VÁSQUEZ
PALMA.
Arbitraje voluntario: es aquel que versa sobre materias que las partes libremente han
decidido someter a arbitraje. Es la regla general, pues la mayoría de las veces que se
recurra al arbitraje será por la voluntad de los interesados, esto se manifiesta mediante un
convenio arbitral que pueden ser un compromiso o una cláusula compromisoria. En este
caso la jurisdicción de árbitro proviene de este acuerdo de las partes.
Arbitraje prohibido: Se trata de materias que de acuerdo a la ley no pueden ser
sometidas a arbitraje. Esto porque se entiende que hay un interés público comprometido,
que hace que sea recomendable que el asunto sea conocido por un tribunal estatal. Los
casos de arbitraje prohibido están en los art 229 (alimentos y separación de bienes entre
cónyuges) y 230 (causas criminales, policía local, las suscitadas entre representante legal
y representado, aquellas donde deba ser oído el fiscal judicial art 357 COT).
Jurisprudencialmente se ha determinado en general que no procede el arbitraje respecto de
juicios laborales (salvo en materia colectiva), hay posiciones doctrinales que dicen que tampoco
procedería respecto a los juicios de arrendamiento de predios urbanos, extinción de una
propiedad minera.
3. En relación con la extensión o ámbito del arbitraje. Acá se habla de arbitraje interno y
comercial internacional. Las normas del COT y CPC son normas antiguas, no innovadoras y
por lo mismo no contemplan la posibilidad del arbitraje internacional. Sin embargo, con los
años aparece como evidente la necesidad de regular el arbitraje internacional que tiene
situaciones distintas del nacional. Esta es la clasificación que se usa para organizar el curso.
La importancia de esta clasificación se relaciona en nuestro país con la ley arbitral aplicable
(lex arbitri).
Arbitraje interno o doméstico: Es aquel en que el conflicto no tiene elementos de
internacionalidad en el conflicto. Por esta razón, el arbitraje se desarrolla en Chile
conforme al Derecho interno. Este se rige por las normas del COT y del CPC.
Arbitraje internacional: Es aquel en el que el conflicto objeto del arbitraje tiene un
componente que es extraterritorial, es decir, tiene relación con más de un Estado. Por
ejemplo, el lugar de celebración, el domicilio de las partes, el lugar donde se encuentra el
objeto del contrato, etc. Los arbitrajes más comunes son los arbitrajes comerciales
internacionales. Estos arbitrajes pueden tener su sede en Chile o en el extranjero. Este
arbitraje se rige por la LACI.
En Chile durante mucho tiempo no se tuvo regulación del arbitraje internacional, ahora sí,
gracias a la ley 19.971, que toma como base la Ley Modelo de la UNCITRAL o CNUDMI, que
107
es la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Comercial Internacional. Esta comisión
estableció esta ley modelo buscando que los distintos países tuvieran una regulación lo más
parecida posible. Técnicamente hay dos opciones: regular conjuntamente el arbitraje
internacional y nacional o hacer convivir dos legislaciones. La segunda opción es la más
compleja. En España, existe un régimen unitario. Los procesos de reforma en Chile parecen
mantener la dualidad que ha existido hasta ahora.
El arbitraje internacional es más complejo pues tiene más vicisitudes que el nacional.
Tenemos el tema de la arbitrabilidad, que dice relación con la posibilidad de cumplir en
determinados países determinados fallos; cada país considera cosas distintas como arbitrables o
no arbitrables; otra cosa sería la vinculación del arbitraje con los países, el idioma, el lugar donde
se encuentran los medios de prueba, la ley de fondo aplicable, etc.
4. En relación con la sede del arbitraje se distingue entre:
Arbitraje nacional. Es aquel que se desarrolla en territorio nacional e acuerdo a la ley
chilena.
Arbitraje internacional o extranjero. Es aquel cuya sede se encuentra fuera del
territorio de la república.
La sede de arbitraje es muy relevante pues permite determinar muchas cuestiones como el
procedimiento, la ley arbitral (lex arbitri), la ley de fondo aplicable, etc. Aunque esto puede ser
modificado por acuerdo de las partes.
5. En relación con la administración del arbitraje se distingue entre: arbitraje institucional y
arbitraje ad hoc.
Arbitraje institucional: es aquel en que la administración del arbitraje queda a cargo de
una institución especializada. En este caso el árbitro sigue siendo una persona natural
(nuestro ordenamiento no permite arbitraje de persona jurídica) sólo que hay una
institución encargada de los elementos accesorios del arbitraje, esta institución fija
modelos de procedimiento, establece de forma predeterminada honorarios y ofrece una
lista de árbitros todos ellos especialmente calificados. Con el arbitraje institucional se
busca hacer más eficiente el arbitraje, además de dar más garantías de seriedad y de
rapidez. Esto es común en todo el mundo, todas las ciudades importantes tienen centros
de arbitraje.
En Chile arbitraje institucional no tiene reconocimiento legal, sin embargo, hay
instituciones que ofrecen estos servicios, la principal es el Centro de arbitraje y mediación
de la cámara de comercio de Santiago. También el Centro Nacional de Arbitrajes. En
Valparaíso también hay uno que es el Centro arbitraje y mediación de la cámara de
comercio de Valparaíso. Lo normal es que a estos centros se acceda a través de la
incorporación a los contratos de “clausulas modelo”, que son clausulas compromisorias
que siguen un modelo que estas mismas cámaras ofrecen. Estos modelos normalmente
establecen un arbitraje mixto y que las partes deben nombrar un árbitro dentro de la lista
que tiene la misma cámara y que si no lo designan las partes lo hará el mismo centro.
Ofrece rapidez y eficiencia, los honorarios están predeterminados.
Arbitraje ad hoc: es un arbitraje en que la administración del arbitraje propiamente tal
queda en manos del mismo árbitro. Así este árbitro será el que determine sus honorarios o
108
el que los discuta y realice todas las cuestiones anexas al arbitraje. Esta es la regla
general.
Funciones esenciales del convenio arbitral. En doctrina se estima que el convenio arbitral
debe cumplir cuatro funciones esenciales:
Producir efectos obligatorios entre las partes;
Excluir la intervención de los tribunales estatales;
Conferir a los árbitros la facultad para fallar el conflicto;
Permitir la puesta en marcha del proceso arbitral.
III. EL COMPROMISO
CONCEPTO. ALEJANDRO ROMERO SEGUEL define el compromiso como un contrato
solemne por el cual las partes someten determinados litigios actuales a la decisión de los árbitros
determinados. Por su parte, AYLWIN en una línea similar, lo define como una convención por la
cual las partes sustraen determinados asuntos litigiosos presentes o futuros al conocimiento de la
jurisdicción ordinaria y lo someten al fallo de ciertos árbitros que designan.
A partir de este concepto se desprenden tres cuestiones estrechamente relacionadas entre
sí: el compromiso supone un acuerdo de voluntades; ese acuerdo se refiere a llevar el conflicto a
arbitraje; las partes nombran al árbitro.
112
La expresión cláusula patológica surgió de la práctica y fue acuñada por el jurista francés
FRÉDÉRIC EISEMANN, quien fuera secretario honorario de la Corte de Arbitraje de la Cámara
Internacional de Comercio de Paris (ICC).
Las cláusulas patológicas no se refieren a errores que afectan la validez del convenio, no
se trata de vicios que generan la nulidad. Se trata de convenios que siendo válidos tienen
problemas que afectan la operatividad o eficacia del mismo. Estos errores van a impedir que el
convenio pueda cumplir sus funciones esenciales.
Ejemplos de cláusulas arbitrales patológicas son:
Cláusulas en blanco;
Designación de una institución inexistente o errónea;
Ausencia de regulación para nombrar al tercer árbitro;
Cláusulas de arbitraje optativo o que no excluyan claramente la justicia estatal;
Cláusulas dudosas o carentes de certezas. Términos muy cerrados y no abiertos.
113
2. TIPOS DE ÁRBITROS EN CHILE
En relación con las facultades del árbitro, se distingue entre arbitro de Derecho, arbitro
arbitrador o amigable componedor y arbitro mixto. Art. 223 COT. Se toman en cuenta dos
potestades del árbitro: a cómo debe fallar el árbitro y, segundo, a cómo debe tramitarse el juicio.
Arbitro de derecho. Es aquel que debe fallar con arreglo a la ley y se someterá, tanto en
la tramitación como en el pronunciamiento de la sentencia definitiva, a las reglas
establecidas para los jueces ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida.
Arbitro arbitrador o amigable componedor. Es aquel en que el árbitro debe fallar
obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y no estará obligado a guardar
en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las partes hayan expresado en
el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada hubieren expresado, a las que se
establecen para este caso en el Código de Procedimiento Civil. Para poder dar a un árbitro
facultades de arbitrador, las partes deben ser mayores de edad y libres administradores de
sus bienes, art. 224 COT.
Arbitro Mixto. Es aquel que es un árbitro de Derecho en cuanto al fallo y es un árbitro
arbitrador en cuanto al procedimiento. Es decir, en cuanto al fondo debe fallar con arreglo
a la ley, y en cuanto al procedimiento, no estará obligado a guardar otras reglas que las
que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada
hubieren expresado, a las que se establecen para este caso en el Código de Procedimiento
Civil.
Acá en principio también es necesario que quien dé esta facultad sea mayor de edad y
libre administrador de sus bienes; sin embargo, el tribunal puede autorizar la concesión de
estas facultades mixtas aun cuando haya incapaces en el juicio, si hay manifiesta
conveniencia de que así sea (art. 224 inc. 2º COT).
114
regla tiene una excepción respecto de los jueces letrados, los ministros de los tribunales
superiores de justicia y fiscales, en los casos en que tengan con alguna de las partes una
relación de parentesco que autorizara la implicancia o recusación. Art. 480 inc. 1° COT
Los notarios. Art. 480 inc. 2 CPC.
Las personas jurídicas. Según lo ha entendido la doctrina y jurisprudencia.
115
Si se trata de un arbitraje forzoso igualmente las partes podrán designar ese árbitro,
pudiendo designarlo siguiendo las mismas reglas de la clausula compromisoria.
¿Cuántos árbitros pueden designar las partes? Las partes pueden designar el número de
árbitros que estimen. Si nombran más de uno además podrán designar a un tercero en discordia.
Este tercero en discordia será un árbitro que solo será llamado a dirimir el asunto en caso de que
no se logre mayoría entre los otros árbitros (art. 233 COT). La designación de este tercero en
discordia la pueden hacer directamente las partes, pero también las partes pueden encargar a los
árbitros la designación del tercero.
Si las partes nada dijeron, entonces hay que distinguir: si la sentencia es apelable o no es
apelable. Si la sentencia es apelable, entonces quien decide es el tribunal superior, haciendo el
papel de tercero en discordia. Si no admite recurso de apelación, la ley dice que queda sin efecto
el compromiso (art. 238 COT), si hay una cláusula compromisoria las partes se verá obligadas a
designar nuevos árbitros.
Las partes pueden dar a los árbitros las facultades que estimen (en cuanto a si son de
derecho, arbitradores o mixtos). En el caso de los árbitros arbitradores solo puede darse esta
facultad si es que todos son mayores de edad y tengan la libre administración de los bienes. En el
caso del arbitraje mixto, en principio, también se aplica lo mismo, sin embargo, el tribunal en
caso de manifiesta conveniencia podrá también dar la facultad de árbitro mixto (art. 223 COT).
Inhabilitación de los árbitros. Si las partes designan a alguien árbitro, no proceden las
causales de implicancia y recusación, más que respecto de hechos ocurridos o conocidos con
posterioridad a la designación (art. 243 COT). El nombramiento supone una renuncia a la
facultad de alegar estas causales conocidas al tiempo del convenio arbitral. Pero cualquier otro
nuevo hecho sobreviniente o bien, desconocido a la fecha del nombramiento, sí justifica que las
partes puedan pedir su inhabilitación. Se aplican las reglas generales del COT.
El registro de árbitros. En el año 2015 por medio del acta 128-2015 la Corte Suprema ha
creado un sistema de registro y ha establecido reglas para la designación de árbitros. En términos
simples, se establece la creación de una nómina o registro de árbitros que deberán confeccionar
las Cortes de Apelaciones cada dos años. Los abogados interesados deberán enviar sus
antecedentes. Se crean registros por cada Corte de apelaciones, por especialidad y por territorio
preferente.
Además, establece que la designación de árbitros por la justicia ordinaria deberá recaer
preferentemente en alguno de este registro, que sea el más apropiado para el caso y procurando la
debida alternancia.
El acta busca propender a la transparencia y objetividad en la designación de árbitros.
ARBITRAL.
Es necesario realizar algunos trámites para que el arbitraje sea válido y se instale debidamente
el tribunal arbitral. Art. 236 del COT:
Aceptación
Juramento
Normalmente se hacen de forma conjunta. La aceptación no tiene formalidades. El
juramento es solemne pues debe ser hecho ante un ministro de fe (un notario, un receptor judicial,
el secretario de un tribunal). Debe jurar desempeñarlo fielmente y en el menor tiempo posible. Si
no juró el arbitraje oportunamente, este no será válido. Estos dos actos deben constar en el
expediente. Serán las primeras piezas. Con todo esto el árbitro está en condiciones de realizar el
arbitraje.
117
Para AYLWIN esta aceptación y juramento perfeccionaría lo que él llama “contrato de
compromisario”. Este contrato de compromisario sería el que, por un lado, establecería la
obligación del juez árbitro de fallar el asunto y la obligación de las partes de remunerarlo.
En la práctica hay dos gestiones más, que son dos resoluciones que dicta el árbitro al
inicio del juicio arbitral:
Una primera resolución que tiene por constituido el arbitraje;
La resolución que cita al primer comparendo a las partes (es el más importante de los
comparendos donde se acuerdan las reglas que se seguirán en el arbitraje). A veces estas
dos resoluciones se dictan juntas.
119
LA COMPETENCIA
TÍTULO VII DEL CÓDIGO ORGÁNICO DE TRIBUNALES
I. CONCEPTO. IMPORTANCIA
CONCEPTO DE COMPETENCIA. El art. 108 COT define a la competencia como “la facultad
que tiene cada juez o tribunal para conocer de los negocios que la ley ha colocado dentro de la
esfera de sus atribuciones”.
120
Para efectos de este curso diremos que la competencia es el conjunto de asuntos o materias
específicas, determinadas según el ordenamiento jurídico, respecto de los cuales un tribunal
puede ejercer su función jurisdiccional.
IMPORTANCIA DE LA COMPETENCIA
1. Desde un punto de vista orgánico, la competencia tiene importancia desde el punto de
vista del funcionamiento del órgano jurisdiccional. En un Estado de Derecho los órganos
deben actuar dentro de su competencia, art. 7 y art. 77 inc. 1º, ambos CPR.
2. Desde un punto de vista de las personas, la competencia es relevante pues es una garantía
fundamental de carácter procesal, esto lo podemos afirmar a partir del art. 8 Nº 1 CADH 52
y el art. 14 Nº1 PIDCP.
3. La competencia se relaciona también con la garantía del juez natural del art. 19 N° 3 inc.
5º CPR. La determinación de la competencia es la forma de concretar la garantía del juez
natural o del tribunal predeterminado por la ley.
4. Por último, se relaciona con la inexcusabilidad. Para que opere la prohibición, el tribunal
debe ser competente.
121
cambio, sí admite diversas clasificaciones. Entonces, en estricto sentido, no está bien
hablar de jurisdicción civil o de jurisdicción laboral ya que, en estricto rigor, hay una sola
jurisdicción, de lo que podemos hablar es de tribunales del trabajo, tribunales civiles, con
competencia laboral, o con competencia civil, pero la jurisdicción es un sola. Ahora bien,
en el lenguaje usual muchas veces se alude a la jurisdicción civil, pero en rigor no
corresponde.
3. La jurisdicción es improrrogable, la competencia es prorrogable o admite prórroga.
4. La jurisdicción es indelegable, la competencia admite delegación.
5. La jurisdicción está referida al ámbito de atribuciones de los tribunales frente a los
otros órganos del Estado. La competencia, en cambio, está referida al ámbito de
atribuciones de los tribunales frente a los otros tribunales. Es por eso que dijimos que la
competencia constituye límite interno de la Jurisdicción, porque define el ámbito de
atribuciones de cada tribunal en relación a los demás.
6. Según la forma de reclamar la falta de estas. Diferencia errónea, equivocada. La falta
de competencia era una cuestión de forma, una cuestión procesal, que se reclamaba por
medios procesales, fundamentalmente la excepción dilatoria de incompetencia del art. 303
N° 1 CPC. En cambio, según algunos autores y la jurisprudencia durante mucho tiempo,
se consideró que la falta de jurisdicción constituye una cuestión de fondo. Se estimó que
la reclamación por falta de jurisdicción buscaba enervar la acción desde el punto de vista
del fondo, y por esa razón, debía ser reclamada por medio de excepciones perentorias.
Pero esto es un error. En ambos casos se trata de presupuestos procesales relativos al
órgano jurisdiccional y, por lo tanto, de cuestiones procesales que se reclaman por medio
de mecanismos procesales, fundamentalmente excepciones dilatorias o procesales. Éstas,
por definición, son aquellas que se fundan en la ausencia de un presupuesto procesal o un
impedimento de carácter formal.
III.CLASIFICACIÓN DE LA COMPETENCIA
1. En atención al factor de competencia distinguimos entre competencia absoluta y relativa:
Competencia absoluta: es aquella que determina la jerarquía, clase o categoría del
tribunal que debe conocer un proceso jurisdiccional. Está determinada por los factores
fuero, materia y cuantía.
Competencia relativa: es aquella que determina cuál tribunal específico, dentro de una
determinada jerarquía, clase o categoría debe conocer un proceso jurisdiccional. Esta
determinada por el factor territorio.
Las principales diferencias entre competencia absoluta y relativa son:
a. Las reglas de competencia absoluta son siempre de orden público, por lo tanto, no
pueden ser renunciadas o modificadas por las partes. En cambio, las reglas de
competencia relativa generalmente son de interés privado y por eso son
renunciables o modificables por las partes, precisamente a través de la prórroga de
competencia.
b. La infracción a las reglas de competencia absoluta acarrea una nulidad procesal
insubsanable, que subsiste en el tiempo y que puede ser declarada en cualquier
122
instante, incluso de oficio por el tribunal (art. 83 inc. 2º CPC). En el caso de la
infracción de las reglas de competencia relativa, por regla general, si no se reclama
oportunamente es saneada por el transcurso del tiempo (prórroga tácita de
competencia).
c. La incompetencia absoluta puede y debe ser declarada de oficio por el respectivo
tribunal (art. 83 inc. 2º COT). La incompetencia relativa solo puede ser declarada
a solicitud de parte.
2. En atención a su fuente distinguimos competencia natural y prorrogada:
Competencia natural: es aquella que asigna la ley a través del conjunto de normas de
competencia (determina el tribunal específico que debe conocer de un proceso
jurisdiccional).
Competencia prorrogada: es aquella asignada por voluntad de las partes. Un tribunal
naturalmente, territorialmente incompetente adquiere esta competencia “prorrogada” en
virtud de un acuerdo entre las partes que se denomina “prórroga de competencia”. La
prórroga solo procede respecto de la competencia relativa, solo respecto del territorio.
3. En atención a su origen distinguimos entre competencia propia y delegada:
Competencia propia: es aquella atribuida a un tribunal por ley o por acuerdo de las
partes.
Competencia delegada: es aquella que le corresponde a un tribunal por encargo
formulado por otro tribunal a través de un exhorto.
El tribunal que conoce de la causa y que dirige el encargo se llama “tribunal exhortante”,
y el que recibe el encargo se llama “tribunal exhortado”. Este segundo tribunal es el que
tendrá una competencia delegada. La finalidad de esta competencia delegada es que el
tribunal exhortado practique u ordene practicar una o más actuaciones determinadas en su
territorio jurisdiccional. La razón de ser que explica o hace necesario este tipo de
competencia es el principio de territorialidad de la función jurisdiccional. Como los
tribunales no pueden actuar en un territorio jurisdiccional diferente, se hace necesario
recurrir a la competencia delegada. Recordemos que el exhorto es una comunicación que
envía un tribunal a otro tribunal de un territorio jurisdiccional diferente por la cual le
requiere para que practique u ordene practicar dentro de su territorio determinados actos
procesales. También se llama “carta rogatoria”.
ROMERO SEGUEL prefiere señalar que en estos casos estamos ante hipótesis de
“cooperación judicial”.
Actualmente, tras la reforma introducida por la Ley Nº 20.886 de 2015 (sobre tramitación
digital de los procedimientos judiciales), los exhortos se remiten mediante sistema
electrónico (art. 77 CPC), a través de un método denominado de “interconexión” entre
tribunales (art. 25 del Auto Acordado de la Corte Suprema de 16 junio 2016, Acta
Nº71/2016).
53
Precisamente por esto es que la acción de nulidad de derecho público es de competencia del juez de letras en lo
civil: pues no existe norma específica que encomiendo a un determinado tribunal el conocimiento de este asunto.
124
7. En atención a la instancia en que se conoce distinguimos entre competencia de única,
primera y segunda instancia:
Competencia de única instancia: es aquella que le corresponde a un tribunal que conoce
de un proceso en el que la sentencia definitiva no es susceptible de recurso de apelación.
Es una situación excepcional. Por ejemplo: competencia de los Juzgados de Letras para
conocer asuntos civiles o de comercio de cuantía no superior a 10 UTM (art. 45 Nº1
COT).
Competencia de primera instancia: es aquella que le responde a un tribunal que conoce
de un proceso en el que la sentencia definitiva es susceptible de recurso de apelación. Por
ejemplo, competencia de los Juzgados de Letras para conocer asuntos civiles o de
comercio de cuantía superior a 10 UTM (art. 45 Nº2 COT).
Competencia de segunda instancia: aquella que le corresponde a un tribunal para
conocer y resolver un recurso de apelación. Por ejemplo, la competencia de las Cortes de
Apelaciones prevista en el art. 63 Nº3 COT. Esta clasificación se basa en los arts. 188 y
189 COT que dice relación con el recurso de apelación, que ya habíamos mencionado
antes.
125
V. REGLAS DE COMPETENCIA ABSOLUTA
CONCEPTO. Son las normas legales que determinan la jerarquía, clase o categoría de
tribunal que debe conocer de un proceso jurisdiccional. Son tres: fuero, materia y cuantía.
1. EL FUERO
CONCEPTO. El fuero es la calidad de ciertas personas en razón de su autoridad o investidura.
En virtud de este fuero la ley atribuye competencia a un tribunal distinto (de mayor jerarquía) de
aquel que hubiera correspondido de no concurrir dicha calidad.
REGULACIÓN. En el Título VII del COT relativo a la competencia sólo encontramos una
norma. El art. 133 COT que dice cuando no se aplica fuero. Los demás casos están dispersos en
el COT.
FUNDAMENTO. Este factor de competencia podría ser cuestionado a la luz de la garantía
constitucional de igualdad ante la ley (art. 19 Nº2 CPR). Sin embargo, esta crítica desaparece si
se considera el fundamento del fuero. La doctrina defiende este criterio puntualizando que en
verdad él no opera como una ventaja para una clase o grupo, sino que más bien obedece a un fin
técnico, que busca garantizar la independencia del juzgamiento. Se estima que, al intervenir un
tribunal de más alta jerarquía en el conocimiento del asunto, existe un menor riesgo que ese juez
se deje influenciar por la investidura de la persona a la que debe juzgar. Por lo tanto, el
fundamento o justificación del fuero, es proteger a aquella persona que no goza del él y que tiene
que litigar con una persona que tiene alguna autoridad o investidura. Se busca mantener la
independencia del tribunal.
La aplicación del elemento fuero no siempre prevalece sobre la materia, tal como se
desprende del art. 133 COT.
126
EXTENSIÓN DEL FUERO. REGLAS. Cuando en un proceso civil intervienen personas que
gocen de fuero y otras que no, la competencia del tribunal queda determinada por este factor. En
este sentido, puede afirmarse que el fuero tiene un “poder de atracción” para conducir el asunto al
tribunal que debe juzgar al sujeto que posee la calidad especial considerada por la ley para
atribuir competencia.
CASOS. Existen diversas normas sobre el fuero en el COT. Las más relevantes son los arts. 50
N° 2 y 45 N° 2 letra g (que, en realidad, no opera como factor de competencia sino como criterio
de aplicación de procedimiento). También los arts. 51 N° 2 y 53 N° 2.
¿Qué pasa si los demandados son dos y solo uno de ellos tiene fuero? Se aplica la norma del
fuero y hablaremos de la fuerza atractiva del fuero. ¿Qué pasa si una persona deja de tener fuero
durante la tramitación, o bien, no tenía fuero y luego adquiere una calidad o investidura que
amerita fuero? Por su parte, si la persona deja de poseer el cargo o investidura que la ley ha
considerado para determinar la competencia absoluta, no se altera la actuación del tribunal ante
quien se inició el proceso, en virtud de la regla de radicación o fijeza que estudiaremos más
adelante. Por ejemplo, si el que fue demandado en su calidad de Presidente de la República
termina su mandato, la competencia permanece inalterada ante un ministro de Corte de
Apelaciones.
CLASIFICACIONES DEL FUERO. Atendiendo a las personas que intervienen en el conflicto
jurídico, el fuero admite diferentes clasificaciones, a saber:
El fuero menor, es aquel en virtud del cual, por el hecho de desempeñar una función
pública, d determinadas personas hacen radicar el conocimiento de un asunto en
primera instancia de los jueces de letras, pero solo respecto de las causas civiles o de
comercio cuya cuantía sea inferior a 10 UTM (art. 45 Nº 2 letra G del COT). En este
caso el efecto protector del fuero no implica trasladar el conocimiento del asunto a un
tribunal superior, sino que darle una doble instancia al proceso que, por su cuantía,
habría de tramitarse en única instancia.
El fuero mayor, es aquel en virtud del cual se eleva el conocimiento de un asunto de
carácter civil, que en un principio estaba entregado a un juez de letras, a un tribunal
unipersonal de excepción, concretamente, a un Ministro de CA (art. 50 Nº 2 del COT).
Por último, el fuero judicial o fuero de los jueces, según CASARINO, es aquel en
virtud del cual se produce una alteración, establecida por la ley, de la jerarquía de los
tribunales que van a conocer de los asuntos civiles o penales en el que sea parte o tenga
interés un juez, ministro o fiscal del Poder Judicial. A esta especial modalidad de fuero
se refieren los siguientes preceptos orgánicos: el art. 50 Nº 4 del COT, el cual señala
que un ministro de la CA respectiva, según el turno que ella fije, conocerá en primera
instancia de los siguientes asuntos: de las demandas civiles que se entablen contra los
jueces de letras para hacer efectiva la responsabilidad civil resultante del ejercicio de
sus funciones ministeriales. En el mismo sentido se pronuncia el art. 53 Nº 2 del COT,
al decir que el Presidente de la CS conocerá en primera instancia: de las demandas
civiles que se entablen contra uno o más miembros o fiscales judiciales de las CA para
hacer efectiva su responsabilidad por actos cometidos en el desempeño de sus
127
funciones; y el art. 51 Nº 2 del COT, señala que el Presidente de la CA de Santiago
conocerá en primera instancia: de las demandas civiles que se entablen contra uno o
más miembros de la CS o contra su Fiscal Judicial para hacer efectiva su
responsabilidad por actos cometidos en el desempeño de sus funciones. Esta materia,
tratándose de cualquier otra autoridad, la conoce el Juez de Letras asiento de Corte, por
ser un juicio de hacienda.
2. LA MATERIA
CONCEPTO. La materia (como factor de competencia absoluta) es la naturaleza o clase de
asunto sometido al conocimiento y decisión del tribunal.
Al hacer uso de este factor, la ley considera una serie de situaciones: la relación jurídica
donde surge el litigio (Derecho Civil, Derecho Comercial, Derecho Laboral, Derecho
Administrativo, Derecho Económico, Derecho Minero, Derecho Marítimo, Derecho Aeronáutico,
etc.); la naturaleza del contrato materia del conflicto (contrato administrativo, contrato ley,
contrato laboral, etc.); si se trata de un delito o cuasidelito civil o penal; si hay una infracción a
una determinada manifestación del derecho de propiedad (civil, minera, intelectual, industrial,
etc.); si se afecta a un grupo o un interés difuso o colectivo de los consumidores; si se lesiona un
interés económico del Fisco o de los particulares; si el conflicto se da dentro de la esfera de la
contratación pública o privada; si el conflicto recae en una actividad económica que afecta el
funcionamiento del mercado; si se lesiona al medio ambiente, los derechos de los consumidores,
de los minusválidos, etc.
128
Constituye un axioma que todo conflicto jurídico debe ser asignado por el legislador a un
determinado tribunal, a través de una norma de competencia por razón de la materia. A cuál de
ellos corresponderá conocer del proceso dependerá la forma como el legislador decida distribuir
el asunto.
REGULACIÓN. La materia como factor de competencia no está regulado en el Título VII
del COT relativo a la competencia. Está regulado a propósito de los distintos tribunales. Estas
reglas las vimos al referirnos a los asuntos o materias que eran de competencia de los distintos
tribunales.
Este factor es relevante fundamentalmente respecto de los tribunales especiales. Aunque
también la ley les atribuye competencia a los tribunales ordinarios. Aunque en este caso es más
genérica.
Juzgado de Familia: asuntos de familia;
Juez de Letras del Trabajo: asuntos laborales;
Tribunal de Defensa de la Libre Competencia: asuntos de libre competencia;
Juzgado de Letras: causas civiles y comerciales;
Juzgado de Garantía y Tribunal de juicio Oral en lo Penal: causas penales;
También art. 48 Inc. 1 Juicios de hacienda.
A falta de una regla especial, el conocimiento por razón de la materia de todo conflicto civil
(en sentido amplio), administrativo, laboral o comercial le corresponde a los Jueces de Letras (art.
45 COT)54. Y el conocimiento de asuntos penales, corresponde a los Juzgados de Garantía o a los
Tribunales de Juicio Oral en lo Penal (arts. 14-18 COT).
FUNDAMENTO. La idea es que cada asunto pueda ser conocido por un juez o tribunal con
algún grado de especialización en ciertas materias. Esto es lo que explica el surgimiento de tantos
tribunales especiales en razón de la materia.
3. LA CUANTÍA
CONCEPTO. La cuantía como factor de competencia absoluta es la significación o entidad
económica o social del asunto sometido a conocimiento y decisión del tribunal. De acuerdo al art.
115 COT, en los asuntos civiles la cuantía se determina por el valor de la cosa disputada. En los
asuntos criminales la cuantía se determina por la pena que el delito conlleva consigo (crimen,
simple delito y faltas).
Antiguamente este factor tenía mucha importancia. Sucesivas modificaciones en la
organización judicial han llevado a que este factor no tenga la relevancia que antes. Hace mucho
tiempo existían jueces de letras de mínima cuantía, los jueces de distrito y los jueces de
subdelegación.
Actualmente, en materia civil carece de importancia como factor de competencia absoluta.
Tiene relevancia en otros temas: (i) para la determinación del procedimiento aplicable: cabe
distinguir entre juicios de mayor, de menor y de mínima cuantía; (ii) para saber si un asunto será
conocido en única o primera instancia. La ley atiende preferentemente a este criterio para
declarar procedente o improcedente el recurso de apelación (art. 45 COT Nºs 1 y 2).
54
Esto, en lo tocante a la nulidad de derecho público, ha sido pregunta de ejercicio de examen de grado, en el
examen de derecho público.
129
Única instancia hasta 10 UTM
Primera instancia sobre 10 UTM
La cuantía debe ser fijada por el tribunal que conoce del asunto en la fecha de iniciación de la
causa, conforme al valor que tiene la cosa en ese momento. Una vez determinada la cuantía, ella
queda amparada por la regla de la radicación. Si el valor de la cosa disputada aumentare o
disminuyere durante la instancia, no sufrirá alteración alguna la determinación que antes se
hubiere hecho con arreglo a la ley (art. 128 y 129 COT).
Ver arts. 130 y 131 COT. Para la fijación de la cuantía en asuntos que son susceptibles de
apreciación pecuniaria se debe estar al valor de la cosa disputada. En cambio, los asuntos civiles
que no son susceptibles de dicha apreciación la ley los reputa de mayor cuantía. Son considerados
de esta clase las cuestiones relativas al estado civil de las personas, las relacionadas con la
separación judicial de bienes entre marido y mujer, o con la crianza y cuidado de los hijos, las
que versen sobre la validez o nulidad de disposiciones testamentarias, sobre petición de herencia,
o sobre apertura y protocolización de un testamento y demás relacionadas con la apertura de la
sucesión, y las relativas al nombramiento de tutores y curadores, a la administración de estos
funcionarios, a su responsabilidad, a sus excusas y a su remoción (art. 130 COT).
La cuantía en materia penal: sí tiene importancia la cuantía como factor de competencia es en
materia penal. El art. 115 inc. 2º COT señala que la cuantía en materia penal se determina por la
pena que el delito lleva consigo. A su turno, el art. 21 CP contempla tres clases de penas: penas
de crímenes, penas de simples delitos y penas de faltas. De acuerdo con esta clasificación, es
posible distinguir tres tipos de ilícitos penales: crímenes, simples delitos y faltas.
Por último, la ley procesal establece distintas soluciones para determinar la competencia
de los tribunales penales para el conocimiento de causas sobre crímenes, simples delitos y faltas.
En principio, las causas sobre crímenes y sobre simples delitos, son de competencia de
Tribunales de Juicio Oral en lo Penal (art. 18 letra a COT); y las causas sobre faltas son de
competencia de Juzgados de Garantía (art.14 letra d COT). La ley también prevé que, bajo
determinados supuestos, algunas causas sobre crímenes o simples delitos serán de competencia
de Juzgados de Garantía (procedimiento abreviado y procedimiento simplificado; art. 14 letra c
COT; art. 388 CPP; art. 406 CPP). Por último, en algunas hipótesis las causas sobre faltas son de
competencia de Juzgados de Policía Local.
130
CARACTERÍSTICAS. Son de orden privado y por eso son disposiciones renunciables (cabe
prórroga de competencia). Por lo mismo, por regla general su observancia solamente puede ser
controlada por el tribunal a solicitud de parte, la que puede denunciar el incumplimiento de este
presupuesto a través de incidentes llamados “cuestiones de competencia”, y de los
correspondientes recursos procesales. El incumplimiento de estas normas se subsana por el
transcurso del tiempo, dando lugar a una prórroga tácita de competencia; como veremos luego, si
el demandado no reclama la incompetencia relativa del tribunal ante el cual el actor tramita su
demanda, entonces se producirá la prórroga tácita.
APLICACIÓN FINAL DE ESTAS REGLAS. Como se aprecia, primer se aplican las normas de
competencia absoluta, que permiten determinar la clase, jerarquía o categoría de tribunal, para
luego precisar cuál tribunal, dentro de esta clase, jerarquía o categoría, tendrá la facultad para
conocer del proceso. Por ejemplo, una acción de nulidad de un contrato suscrito sin cláusula de
arbitraje debe ser conocida por un Juzgado de Letras en lo civil; esto se determina aplicando las
normas de competencia absoluta; para establecer cuál de los varios Juzgados de Letras existentes
conocerá del conflicto corresponde aplicar las normas de competencia relativa, para lo cual
tendrá importancia, por ejemplo, la forma como las partes hayan regulado el tema del domicilio.
A falta de una regulación de las partes o de norma especial, rige la regla prevista en el art. 134
COT, a la que nos referiremos a continuación.
Para aplicar estas reglas debemos distinguir distintas situaciones: asuntos civiles
contenciosos, asuntos civiles no contenciosos y asuntos penales.
55
Art. 134. En general, es juez competente para conocer de una demanda civil o para intervenir en un acto no
contencioso, el del domicilio del demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en los artículos
siguientes y de las demás excepciones legales.
131
3. Si existen varios demandados (litis consorcio pasivo) con domicilios distintos: todos los
tribunales son igualmente competentes, pudiendo el actor entablar su demanda ante
cualquiera de ellos, luego de lo cual, los demás cesan en su competencia).
Art. 141 COT: Si los demandados fueren dos o más y cada uno de ellos tuviere su
domicilio en diferente lugar, podrá el demandante entablar su acción ante el juez de
cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los demandados, y en tal caso quedarán
los demás sujetos a la jurisdicción del mismo juez.
Los demás demandados quedan sometidos a la competencia del tribunal elegido por el
actor. Esto se relaciona con la figura de litis consorcio pasivo. El litis consorcio es la
pluralidad de sujetos en una misma condición de parte. Puede ser activo, pasivo o mixto.
4. Si el demandado es una persona jurídica de derecho privado: El tribunal competente es
aquel donde tenga su asiento la persona jurídica, entendiéndose por tal el lugar señalado
en los estatutos de la persona jurídica. Esta norma se está refiriendo en estricto rigor a las
corporaciones y fundaciones, eso es lo que aparece en la letra del precepto. Sin perjuicio
de ello, se ha hecho extensiva la aplicación de la norma a las otras personas jurídicas de
derecho privado, en especial en general a las sociedades.
Art. 142 inc. 1 COT: Cuando el demandado fuere una persona jurídica (de derecho
privado), se reputará por domicilio, para el objeto de fijar la competencia del juez, el
lugar donde tenga su asiento la respectiva corporación o fundación.
Agreguemos que esta norma contempla en su inciso 2° una regla especial para los casos
en que la persona jurídica tuviere establecimientos que la representen en distintos lugares.
En este caso la ley señala que el tribunal competente es el del lugar donde exista el
establecimiento que celebró el contrato o intervino en el hecho que da origen al juicio: Y
si la persona jurídica demandada tuviere establecimientos, comisiones u oficinas que la
representen en diversos lugares, como sucede con las sociedades comerciales, deberá ser
demandada ante el juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina que
celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al juicio.
Entonces, si la persona jurídica tiene varios establecimientos además de su casa central, o
sea, tiene sucursales en otros lugares y esa sucursal fue la que celebró el contrato, el
tribunal del domicilio de esta última es el competente. Para que esto se aplique se utiliza
la expresión “Que el establecimiento, comisión y oficina represente a la persona jurídica”.
Por tanto, debe tratarse de una sucursal que represente a la persona jurídica, de modo que
el tribunal competente será el del lugar donde existe el establecimiento que celebró el acto
o que intervino en el hecho.
5. Si la persona jurídica es el Fisco de Chile, se aplica el art. 48 COT 56. Hay que recordar
que el tribunal competente es el Juez de Letras de la comuna asiento de Corte. Cuando el
demandante es el Fisco, será competente el Juzgado de Letras de comuna asiento de Corte
de Apelaciones o el del domicilio del demandado, cualquiera que sea la naturaleza de la
acción deducida, según la elección del Fisco (art. 48 inc. 2º COT).
56
Los jueces de letras de comunas asiento de Corte conocerán en primera instancia de las causas de hacienda,
cualquiera que sea su cuantía.
132
FORMAS DE FIJAR O DETERMINAR EL DOMICILIO
Para efectos procesales el domicilio puede ser fijado de distintas formas:
Por elección unilateral o mediante un acuerdo bilateral. En este último caso, por
ejemplo, las partes pueden fijar un domicilio en una determinada ciudad para los efectos
jurídicos que de él se deriven, en especial, para asignar competencia territorial a sus
tribunales.
Por el hecho que una persona se haya inscrito o realizado una actuación en un servicio
público que exige el señalamiento del domicilio, como ocurre con el Registro Electoral,
el Servicio de Impuestos Internos, el Servicio de Registro Civil, etc.
El domicilio puede surgir de actuaciones que una persona realiza ante una entidad
privada, como puede resultar de una apertura de una cuenta corriente bancaria, etc.
Por la titularidad de un determinado derecho o por la circunstancia que se ejercite una
determinada acción, como ocurre, por ejemplo, con las controversias que surgen en temas
de Derecho sucesorio, de derechos reales o con el cumplimiento de obligaciones legales
(especialmente las que provienen del derecho de familia), entre otras variables.
En el caso de ciertas personas jurídicas de Derecho Público el domicilio se determina
por el legislador. Esta opción se hace muchas veces para facilitar la litigación de ciertos
entes, como ocurre con el Fisco.
133
(iv) Si una misma demanda comprendiere obligaciones que deban cumplirse en diversos
territorios jurisdiccionales, será competente para conocer del juicio el tribunal del lugar en que
se reclame el cumplimiento de cualquiera de ellas (art. 139 COT).
(v) En los interdictos posesorios será competente el tribunal del territorio jurisdiccional en que
estuvieren situados los inmuebles a que se refieren. Si ellos, por su situación, pertenecieren a
varios territorios jurisdiccionales, será competente el tribunal de cualquiera de éstos. (art. 143).
(vi) En los juicios sobre petición de herencia, desheredamiento y validez o nulidad de
disposiciones testamentarias, será competente el tribunal del lugar donde se hubiera abierto la
sucesión del difunto, con arreglo a lo dispuesto en el art. 955 CC (art. 148 COT).
(vii) Será juez competente para conocer de las demandas de alimentos el del domicilio del
alimentante o alimentario, a elección de este último.
Asimismo, ello se aplicará a las solicitudes de aumento de pensiones alimenticias decretadas.
De las solicitudes de cese o rebaja de la pensión decretada conocerá el tribunal del domicilio del
alimentario. (art. 147.)
Regla legal supletoria (supuestamente regla general). A falta de todas las reglas de
competencia mencionadas anteriormente, será juez competente para conocer del asunto, el del
domicilio del demandado. En efecto, conforme al art. 134 del COT, en general, es juez
competente para conocer de una demanda civil o para intervenir en un acto no contencioso, el
del domicilio del demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en los
artículos siguientes y de las demás excepciones legales.
Como se puede apreciar, esta norma establece la regla general en materia de competencia
relativa, pero son tantas las excepciones, que esta regla pasa a ser la excepción, y las
excepciones la regla general.
Sin perjuicio de lo anterior, el inciso 4º del mismo art. 157 COT señala que cuando existan
actuaciones propias del procedimiento penal (por ejemplo, diligencias de investigación como la
entrada y registro de lugares) que deban practicarse fuera del territorio jurisdiccional del tribunal
penal competente, y sean diligencias urgentes, la respectiva autorización judicial previa podrá ser
concedida por el Juzgado de Garantía del lugar donde deban realizarse. En iguales términos, si se
suscitare un conflicto de competencia relativa entre Juzgados de Garantía, cada uno de ellos
estará facultado para otorgar las autorizaciones o realizar las actuaciones urgentes, mientras no se
dirimiere tal conflicto.
El fundamento de estas últimas disposiciones es permitir enfrentar situaciones de urgencia, a
fin de no afectar el éxito de las diligencias de investigación de procedimientos penales.
También hay una norma respecto de los delitos del art. 6 COT, cometidos fuera del territorio
de la república. Art. 167 COT: Las competencias propias de los Jueces de Garantía y de los
Tribunales Orales en lo Penal respecto de los delitos perpetrados fuera del territorio nacional
que fueren de conocimiento de los tribunales chilenos serán ejercidas, respectivamente, por los
Tribunales de Garantía y Orales en lo Penal de la jurisdicción de la Corte de Apelaciones de
Santiago, conforme al turno que dicho tribunal fije a través de un auto acordado.
135
VII. PRÓRROGA DE COMPETENCIA
CONCEPTO. La prórroga de es un acuerdo por el cual las partes expresa o tácitamente otorgan
competencia a un tribunal para conocer de un asunto del que no es naturalmente competente (Art.
181).
De un modo excepcional la ley autoriza a las partes para modificar los efectos procesales de las
normas de competencia relativa en los asuntos contenciosos civiles. Se trata de un caso
excepcional.
REGULACIÓN. Está contenida en el parágrafo 8 del Título VII COT (art. 181-187). Por
ejemplo, de acuerdo con las normas del Código Orgánico de Tribunales el tribunal relativamente
competente para conocer de un proceso civil es el Juzgado de Letras de Villa Alemana, no
obstante, las partes acuerdan someter el conocimiento de ese proceso a un Juzgado de Letras de
Valparaíso.
REQUISITOS DE PROCEDENCIA. Para que la prórroga de competencia sea válida y
produzca sus efectos deben reunirse los siguientes requisitos:
1. Que exista un acuerdo entre las partes (art. 181 COT). Este acuerdo puede ser de dos
formas: expreso o tácito. Se prorroga expresamente cuando en el contrato o en un acto
posterior los que serán partes del proceso designan con toda precisión el tribunal al que
someten el asunto contencioso civil (art. 186 COT). Se prorroga tácitamente cuando el
demandante presenta su demanda ante un tribunal que no es naturalmente competente, y
el demandado se apersona al proceso (comparece al juicio) realizando cualquier gestión
que no sea reclamar la incompetencia relativa del tribunal (art. 187 Nº 1 y 2 COT).
Señalamiento contractual de domicilio. Es muy común que en los contratos las partes
señalen un domicilio para efectos de determinar el tribunal. Acá, de acuerdo a la mayoría,
no hay prórroga de competencia, pues, señalando el domicilio, la competencia se
determina de acuerdo a las reglas generales. Esto corresponde al domicilio convencional
de acuerdo al art. 69 del CC.
El demandado podrá evitar la prórroga tácita de la competencia haciendo valer su derecho
a ser juzgado por el juez natural. El ejercicio de esta prerrogativa tiene que considerar la
limitación prevista en el artículo 187 Nº2 del COT, que impone al demandado el deber de
alegar esta incompetencia, bajo sanción de una renuncia tácita de su derecho. En la
práctica se suscita un problema de interpretación con la expresión de esta norma relativa a
que el demandado se haya “personado en el juicio”. Como el demandado no tiene la
obligación de comparecer al proceso iniciado en su contra, surge la duda si la actitud de
rebeldía (la no comparecencia; el silencio del demandado) le inhibe alegar con
posterioridad a las etapas donde pudo promover la respectiva excepción dilatoria o
procesal. Sobre esto último, hay que tener presente lo señalado por la Corte Suprema en
sentencia de 4 de abril de 2006: “la incompetencia relativa debe reclamarse por la vía
procesal señalada por el legislador y en la oportunidad pertinente, porque de no ser así
se produce la prórroga tácita de la competencia regulada por el art. 187 COT”. De
acuerdo con este criterio, el silencio del demandado (su rebeldía o incomparecencia)
136
genera la preclusión de su derecho a alegar la incompetencia relativa del tribunal, con lo
cual se produce la prórroga tácita que comentamos.
2. Que se trate de asuntos contenciosos civiles (art. 182 COT). La prórroga de
competencia sólo procede en asuntos contenciosos civiles; no procede esta institución en
los asuntos judiciales no contenciosos, donde no existen demandante y demandado, sino
únicamente el solicitante. Tampoco hay prórroga de la competencia en los asuntos
penales. En este ámbito los intervinientes deben concurrir perentoriamente al tribunal
predeterminado por la ley, sin poder alterar la competencia relativa a través de un acuerdo
de voluntad.
3. Que se trate de tribunales de primera instancia de igual jerarquía (art. 182 COT). Tal
como se expresa en esta norma, la prórroga sólo puede operar entre tribunales ordinarios
de primera instancia de igual jerarquía. Esto significa que no es posible prorrogar
competencia en segunda instancia por voluntad de las partes. Al respecto, es pertinente,
además, la regla del grado contenida en el art. 110 COT, cuyo alcance examinaremos más
adelante.
4. Que el tribunal al cual se pretende prorrogar la competencia carezca de ella en
cuanto al factor territorio (art.181 COT). Pero debe tener competencia absoluta, pues no
puede prorrogarse competencia a un tribunal que carece de competencia absoluta, pues
ésta es de orden público, imperativa e irrenunciable.
En cuanto a la capacidad para prorrogar la competencia, pueden realizar este acto todas
las personas que según la ley son hábiles para estar en juicio por sí mismas, y por las que
no lo son pueden prorrogarla sus representantes legales (art. 184 COT).
CONTENCIOSOS CIVILES. Para ciertas materias la ley ha dado al factor territorio un tratamiento
especial, estableciendo que ciertas acciones sólo pueden ser promovidas ante un determinado
tribunal. Cualquier otro tribunal que conozca de estas acciones, y que no corresponda al que
137
indica la ley, se convierte en una comisión especial proscrita por la Constitución, sin que proceda
la prórroga de competencia.
Esta forma de asignar competencia es fruto de la evolución que ha tenido el tratamiento
de las normas de competencia relativa. Por distintas razones se ha ido restringiendo a los
litigantes la posibilidad de disponer libremente de la competencia territorial en los asuntos
contenciosos civiles a través de la prórroga de competencia, con el objeto de evitar polos de
litigación en las grandes ciudades. Asimismo, a través de esta restricción se evitan los abusos que
pueden provenir de los contratos de adhesión, donde la parte más fuerte impone a la más débil el
juez natural, menoscabando con esa actuación el contenido del principio de igualdad procesal.
A lo anterior cabe agregar que para ciertos tipos de conflictos parece justificado que el
juez natural sea el de un determinado territorio, especialmente para facilitar la inmediación y la
práctica de las pruebas en el lugar donde ocurrió un determinado hecho.
Un ejemplo lo hallamos en el art. 231 Código de Minería, según el cual el juez de letras
en lo civil en cuyo territorio jurisdiccional se encuentra ubicado el punto medio señalado en el
pedimento o el punto de interés indicado en la manifestación, es competente para conocer de
todo asunto, contencioso o no contencioso, atinente al pedimento, la manifestación, la concesión
de exploración o la pertenencia. La doctrina especializada en temas de Derecho Minero ha
concluido que esta regla es imperativa, por lo que impide la prórroga de competencia.
138
Son normas que se aplican con posterioridad a las reglas de competencia absoluta, relativa
y de distribución. Son normas legales imperativas que organizan y coordinan la competencia que
tiene cada órgano jurisdiccional.
REGULACIÓN. Estas reglas se encuentran contenidas en los art. 109 a 114 COT. Son cinco:
radicación o fijeza (perpetuatio iurisdictionis), grado, extensión, ejecución y prevención. Cada
una de estas reglas opera independientemente, pues se refieren a situaciones distintas.
141
Acumulación de autos. De acuerdo con el art. 92 CPC, la acumulación de autos (de
procesos) tiene lugar cuando dos o más procesos que se tramitan separadamente, se
reúnen en uno solo para ser resueltos por una sola sentencia, a fin de mantener la
continencia o unidad de la causa. Se trata de procesos conexos (no idénticos). La
acumulación de autos puede producirse respecto de procesos que se tramitan
separadamente en un mismo tribunal y, en virtud de esta acumulación, pasan a juntarse en
uno solo dictándose una sentencia. También es posible que se produzca acumulación de
autos respecto de procesos que se tramitan en distintos tribunales, existiendo reglas que
determinan ante qué tribunal se tramitará esta acumulación para formar un solo
expediente. Las reglas de acumulación de autos son una excepción al principio de la
radicación sólo si los procesos se tramitan ante diferentes tribunales, porque un tribunal
que era competente y ante el cual estaba radicado el asunto, pierde su competencia y el
asunto es conocido por otro tribunal (aquél que está llamado a conocer de los procesos
acumulados).
Sometimiento a arbitraje. Esta situación tiene lugar cuando las partes acuerdan someter
a arbitraje un proceso que se había iniciado ante la justicia ordinaria. En virtud del
acuerdo, el tribunal ordinario pierde competencia, pasando a ser competencia el árbitro. A
diferencia de la acumulación de autos, donde la ley de modo expreso acepta que se altere
la competencia inicialmente radicada ante un tribunal, en este caso no existe un precepto
que se refiera al punto. Un sector de la doctrina lo admite, en virtud del principio de la
autonomía privada, que en el plano procesal se proyecta a través de un principio llamado
“principio dispositivo”. Pensamos que esta posibilidad está implícitamente aceptada en el
art. 240 Nº1 COT ya que, si las partes pueden poner término a las facultades de un árbitro
mediante un acuerdo por el cual decide acudir a la justicia ordinaria para que continúe
conociendo de la causa, lo mismo puede aplicarse en sentido inverso.
A su vez, podemos decir que este art. 240 Nº 1 COT contempla una excepción a la
radicación, al permitir que las partes modifiquen la competencia de un árbitro, sometiendo
un determinado proceso al conocimiento y fallo de otro tribunal, ordinario o arbitral.
Las visitas extraordinarias. Dentro de las potestades disciplinarias de los tribunales, los
arts. 559-561 COT contemplan las denominadas “visitas extraordinarias”, consistentes en
que un tribunal superior jerárquico se constituye por medio de uno de sus miembros
(ministros) ante tribunal inferior con el fin de inspeccionar su funcionamiento y lograr un
“mejor servicio judicial”.
A través de estas visitas se puede designar a un miembro del tribunal superior para que se
constituya en el tribunal inferior, con el objeto que se avoque al conocimiento de ciertas y
determinadas causas. En este caso el juez superior pasa a sustituir al juez inferior, pero se
entiende que es el mismo tribunal inferior el que conoce de la causa, aunque
temporalmente servido por un funcionario de superior jerarquía. En consecuencia, las
visitas extraordinarias no constituyen excepción al principio de radicación, porque es el
mismo tribunal temporalmente servido por otro funcionario que sigue avocado al
conocimiento del asunto. Cambia el juez, pero no el tribunal.
142
2. REGLA DEL GRADO (ART. 110 COT)
De acuerdo al art. 110 del COT: “una vez fijada con arreglo a la ley la competencia de un
juez inferior para conocer en primera instancia de un determinado asunto, queda igualmente
fijada la del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda instancia” (art.
110 COT). Esta regla opera cuando se encuentra radicado un proceso ante tribunal competente y
son procedentes recursos en contra de las resoluciones que dicte este último, cuyo conocimiento y
decisión corresponde a un tribunal superior jerárquico.
Si bien la norma utiliza los conceptos “instancia”, lo que se circunscribe al recurso de
apelación, es procedente dar una interpretación más amplia a la norma e incluir toda clase de
recursos procesales que sean de competencia de un tribunal superior jerárquico. Por ejemplo, JLC
Valparaíso- CA Valparaíso.
Por tal razón, no cabe la prórroga de competencia en materia de recursos. De ahí que el art.
182 COT señale que la prórroga solamente es procedente en primera instancia.
145
es pertinente traer a colación el adagio según el cual “el juez de la acción es también el
juez de la excepción”. En virtud de este aforismo, se concluye que el tribunal
competente para conocer de un asunto promovido por el actor, posee asimismo
competencia para conocer de la o las excepciones perentorias o materiales que oponga
el demandado en su defensa.
5. REGLA DE LA EJECUCIÓN (ARTS. 113 Y 114 COT; ARTS. 231 Y 232 CPC)
Regla según la cual “la ejecución de las resoluciones corresponde a los tribunales que las
hubieren pronunciado en primera o en única instancia” (art. 113 inc. 1º COT).
Excepciones a esta regla:
La ejecución de las sentencias penales y de las medidas de seguridad previstas en la ley
procesal penal, será de competencia del Juzgado de Garantía que hubiere intervenido en el
respectivo procedimiento penal (art. 113 inc. 2º COT), aun cuando el fallo lo haya dictado
un TOP.
Los tribunales que conozcan de la revisión de las sentencias firmes o de los recursos de
apelación, de casación o de nulidad, podrán ordenar la ejecución de las resoluciones
necesarias para la sustanciación (tramitación) de tales recursos (art. 113 inc. 3º COT).
Los mencionados tribunales podrán también decretar el pago de las costas adeudadas a los
funcionarios que hubieren intervenido en la tramitación de dichos recursos, reservando el
pago de las demás costas para que sea ordenado por el tribunal de primera o única
instancia (art. 113 inc. 4º COT).
Cuando se trate de la ejecución de una sentencia definitiva civil y se hiciere necesaria la
iniciación de un juicio ejecutivo, en cuyo caso el art. 114 COT permite al ejecutante elegir
146
entre el tribunal que conoció del proceso declarativo en primera o única instancia, y el que
sea competente según las reglas de competencia absoluta, relativa y de distribución.
Ejecución de sentencias arbitrales que exijan procedimientos de apremio o el empleo de
otras medidas compulsivas, o cuando afecte a terceros, el tribunal competente es el
correspondiente tribunal ordinario (art. 635 inc. 3º CPC).
EN QUÉ CONSISTEN ESTAS REGLAS (MODIFICADAS POR LAS LEYES 20.875 Y 20.886 DE
2015). Son reglas de repartición del trabajo judicial entre Juzgados de Letras de una misma
147
comuna o agrupación de comunas. De acuerdo con la actual regulación, si en una comuna o
agrupación de comunas existe más de un Juzgado de Letras, los asuntos civiles se repartirán entre
ellos de acuerdo con la distribución que efectúe un sistema informático espacialmente ideado al
efecto (arts. 175 y 176 COT).
La forma como se aplica este sistema de distribución es distinta según se trate o no de
Juzgados de Letras que son asiento de Corte de Apelaciones. En la Quinta Región, los Juzgados
de Valparaíso y Viña del Mar, son asiento de Corte; los demás no lo son.
1. Juzgados de Letras de comunas o agrupaciones de comunas que son asiento de Corte:
según el art. 176 COT, en estos casos deberá presentarse ante la Corte de Apelaciones
respectiva toda demanda o gestión judicial civil que se inicie y que deba conocer alguno
de dichos tribunales, a fin de que se designe al que corresponderá conocer del proceso. De
acuerdo a este precepto, la designación se hará electrónicamente por orden del
Presidente de la Corte, asignando a cada causa un número de orden según su naturaleza.
2. Juzgados de Letras de comunas o agrupaciones de comunas que no son asiento de Corte:
según el art. 175 COT, en estos casos deberá presentarse ante la secretaría del Primer
Juzgado de Letras toda demanda o gestión judicial civil que se inicie y que deba conocer
alguno de dichos tribunales, a fin de que se designe al que corresponderá conocer del
proceso. De acuerdo a este precepto, la designación se hará mediante un sistema
informático idóneo, asignando a cada causa un número de orden según su naturaleza.
Este sistema, agrega la norma, deberá velar por una distribución equitativa entre los
distintos tribunales. Como indica el art. 179 COT, estas reglas se aplicarán también
cuando los Juzgados de Letras deban recibir exhortos para su tramitación y en los asuntos
judiciales no contenciosos.
3. Excepciones a las reglas anteriores: de acuerdo con el art. 178 COT cuando la relación
procesal haya sido iniciada a través de medidas prejudiciales, por medidas preparatorias
de la vía ejecutiva o mediante la notificación previa para que el poseedor diverso del
deudor personal abandone la propiedad hipotecada o pague la deuda (art. 758 del CPC), la
competencia para conocer de la demanda que se presente con posterioridad a esas
gestiones corresponde al Juzgado de Letras que ha sido designado con anterioridad.
148
de nulidad procesal en atención al vicio existente, al haberse incumplido dicha regla? ¿Tiene
competencia absoluta y relativa el 1º Juzgado Civil de Valparaíso para conocer de la demanda?
Podemos citar cuatro interpretaciones.
1. No son reglas de competencia sino normas de carácter económico o administrativo
destinadas a repartir equitativamente el trabajo judicial entre los tribunales de un
mismo territorio jurisdiccional. Esta es una interpretación que ha predominado en la
jurisprudencia, que ha calificado a las normas sobre distribución de causas como meras
expresiones del ejercicio de las facultades económicas, las que “no pasan de ser un
asunto doméstico” (por ejemplo: Corte Suprema, sentencia de 9 de octubre de 1964). El
Tribunal Constitucional se ha pronunciado en igual sentido: “son normas de orden
exclusivamente económico y administrativo aplicables para lograr una distribución
equitativa del trabajo en el conocimiento de asuntos entre tribunales de igual jerarquía
dentro de un mismo territorio jurisdiccional por lo que no se puede considerar que sean
normas de competencia” (sentencia de 22 de julio de 1993).
De acuerdo con este criterio, el incumplimiento de tales reglas no genera un vicio procesal
ni permite fundar un incidente de nulidad basado en la incompetencia del tribunal, o una
excepción dilatoria fundada en dicha incompetencia.
2. Son reglas imperativas y de orden público en materia de distribución del trabajo
judicial entre los tribunales de un mismo territorio jurisdiccional. A diferencia del
criterio anterior, esta interpretación les asigna una entidad especial a las reglas de
distribución, consistente en su imperatividad y el carácter de orden público, en cuya virtud
los tribunales están autorizados para excusarse de conocer de un proceso en caso de
incumplimiento de estas normas. Un exponente de esta interpretación fue el profesor
PEREIRA ANABALÓN. Ahora bien, para esta postura no estamos ante reglas de
competencia sino más bien normas de organización del trabajo de los tribunales, razón
por la cual su infracción no puede servir de fundamento a una excepción dilatoria de
incompetencia. Incluso más, PEREIRA ANABALÓN sostenía que la parte demandada no
estaba legitimada para formular un incidente de nulidad procesal, ya que como no se trata
de disposiciones que determinen la competencia la parte no podría invocar ningún
perjuicio por la infracción de estas reglas. Señalaba este autor que el derecho a ser
juzgado por un tribunal competente no aparece vulnerado en estos casos.
3. Son reglas de competencia relativa. Esta es la opinión NICOLÁS LUCO, para quien estas
reglas sí determinan la competencia, pero específicamente la competencia relativa de los
tribunales de un mismo territorio jurisdiccional, ya que precisan y detallan cuál Juzgado
en concreto será el competente, dentro de dicho territorio, para conocer de un proceso
civil. A raíz de lo anterior, sostiene que la infracción de estas reglas podría denunciarse a
través de un incidente de nulidad procesal o de una excepción dilatoria de incompetencia.
Pero, como se trata de una regla de competencia relativa, es renunciable y, por tanto,
puede ser prorrogada por las partes. Por igual razón, el tribunal no puede excusarse de
conocer del proceso, ya que no se trata de una norma de orden público.
4. Son reglas de competencia absoluta. Es la tesis de IGNACIO RIED, quien estima que por
tratarse de reglas imperativas y de orden público que determinan al tribunal encargado de
149
conocer de un proceso, deben ser calificadas como normas de competencia absoluta. Por
ello, pueden invocarse como fundamento de un incidente de nulidad procesal o de una
excepción dilatoria de incompetencia; la incompetencia puede ser declarada de oficio por
el tribunal; corresponde aplicar la norma del art. 83 inc. 2º CPC.
IMPLICANCIAS Y RECUSACIONES
(ARTS. 194-205 COT; 113-128 CPC)
150
La declaración de implicancia puede ser solicitada por cualquier parte; la de recusación
solo puede ser solicitada por la parte a quien según la presunción de ley la falta de
imparcialidad del juez le puede perjudicar (art. 200 inc. 2º COT).
Tratándose de la implicancia, el juez que dicta sentencia comete el delito de
prevaricación; en el caso de la recusación, no (224 Nº7 CP).
Los tribunales que se pronuncian sobre una y otra son distintos. De la implicancia de los
jueces que sirven en tribunales unipersonales conocerán ellos mismos; de la implicancia
de jueces que sirven en tribunales colegiados, conocerá el mismo tribunal con exclusión
del miembro o miembros de cuya implicancia se trata (arts. 202 y 203 COT). De la
recusación del juez de letras conocerá la Corte de Apelaciones respectiva; de la de uno o
más miembros de la Corte de Apelaciones conocerá la Corte Suprema; de la de uno o más
miembros de la Corte Suprema, conocerá la Corte de Apelaciones de Santiago; de la de
un juez árbitro, el Juzgado de Letras del lugar donde se sigue el juicio (204 COT).
ABOGADOS INTEGRANTES (ART. 198 INC. 2º COT). Las solicitudes de las partes respecto de una
implicancia o recusación, constituyen incidentes regulados por los arts. 113-128 CPC.
Un mecanismo procesal simplificado para reclamar la inhabilidad (recusación) de un juez, es
la llamada “recusación amistosa”, contemplada por el art. 124 CPC. Por otra parte, la ley
contempla la posibilidad de que las partes pidan la inhabilitación de un abogado integrante de
Cortes de Apelaciones o Corte Suprema, mediante una recusación “sin expresión de causa”. Este
es un derecho para las partes, quienes pueden ejercerlo, cada una, una sola vez (198 inc. 2º COT),
sin excluir el derecho a formular un incidente de implicancia o recusación según las reglas
generales.
SUBROGACIÓN E INTEGRACIÓN
La subrogación es la sustitución, por el solo ministerio de la ley, de un juez o tribunal por
otro, cuando por alguna razón no pueda ejercer sus funciones. La integración es el reemplazo, por
el solo ministerio de la ley, de un ministro de Corte que está impedido por cualquier razón de
ejercer sus funciones.
FUNDAMENTO. El fundamento de ambas figuras es la continuidad en el ejercicio de la
función jurisdiccional.
REGULACIÓN. Se encuentra reguladas en el título VIII COT, art. 206 – 221.
REGLAS DE SUBROGACIÓN. Existen varias reglas de subrogación, de las cuales
destacamos las siguientes:
Reglas de subrogación para los Juzgados de Garantía (art. 206 COT). En caso que falte
o no pueda intervenir en determinadas causas, debe ser subrogado por otro juez del mismo
juzgado. Si el Juzgado de Garantía cuenta con un solo juez, debe ser subrogado por otro
juez del juzgado con competencia común de la misma comuna; a falta de ambos, debe ser
subrogado por el secretario letrado del juzgado con competencia común de la misma
comuna.
151
Regla de subrogación para los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal (art. 210 COT).
Debe subrogar un juez del mismo Tribunal de Juicio Oral en lo Penal; a falta de aquél, por
otro juez de Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de la jurisdicción de la misma Corte de
Apelaciones. A falta de dicho juez, subroga un juez de Juzgado de Garantía de la misma
comuna o agrupación de comuna que no hubiera intervenido en la fase de investigación.
Regla de subrogación de jueces de letras (art. 211 COT). Regla general: debe ser
subrogado por el Secretario del Tribunal, siempre que sea abogado.
Regla de subrogación de las Cortes de Apelaciones (art. 216 COT). Si en una sala de las
Cortes de Apelaciones no queda ningún ministro hábil, el conocimiento del negocio se
deferirá a otra sala de que se componga el tribunal; si la inhabilidad o impedimento afecta
a la totalidad de los miembros, el asunto pasará a la Corte de Apelaciones que deba
subrogar a la anterior, según el orden fijado por la ley (art. 216 COT).
Regla de subrogación de la Corte Suprema (art. 218 COT). En caso de inhabilidad de la
mayoría o de la totalidad de los miembros, la Corte Suprema será integrada por ministros
de la Corte de Apelaciones de Santiago llamados por su orden de antigüedad. No obstante
que la norma alude a integración, la doctrina ha señalado que en realidad aquí lo que hay
es una subrogación de la Corte Suprema por la Corte de Apelaciones de Santiago.
REGLAS DE INTEGRACIÓN
Reglas de integración de la Corte de Apelaciones (art. 215 COT). Si por falta o
inhabilidad de alguno de sus miembros queda una Corte de Apelaciones o cualquiera de
sus salas sin el número de jueces necesario para el conocimiento y resolución de las
causas, se integrarán con los miembros no inhabilitados del mismo tribunal, con sus
fiscales judiciales o con los abogados integrantes que anualmente se designan con ese
objeto.
Reglas de integración de la Corte Suprema (art. 217 COT). Si por falta o inhabilidad de
alguno de sus miembros queda la Corte Suprema o una de sus salas sin el número de
jueces necesario para el conocimiento y resolución de las causas, se integrarán con los
miembros no inhabilitados del mismo tribunal, el fiscal judicial o los abogados
integrantes.
Regla aplicable a los abogados integrantes (arts. 215, 218, 219 COT). Para efectos de
integrar las salas de las Cortes de Apelaciones y de la Corte Suprema, el Presidente de la
República designará a abogados integrantes, ellos son elegidos de ternas formadas por la
Corte Suprema. Ambos tribunales no pueden funcionar con mayoría de abogados
integrantes. Esta figura es muy discutida actualmente.
El Código Orgánico de Tribunales trata esta materia en el párrafo 10 del Título VII (arts.
190- 193 COT), que debe relacionarse con los arts. 101-112 CPC.
En general, corresponde a conflictos de competencia. Las cuestiones de competencia son
conflictos promovidos por las partes; las contiendas de competencia son conflictos suscitados
entre Tribunales.
152
LAS CUESTIONES DE COMPETENCIA. Son incidentes promovidos por el demandado por
los cuales se reclama la incompetencia del un tribunal para conocer de un proceso jurisdiccional.
El art. 193 COT se remite a las normas contenidas en los arts. 101-112 CPC.
Según este último código, las cuestiones de competencia pueden promoverse a través de
dos vías: por vía de inhibitoria; segundo, por vía de declinatoria. Una vez que se escoge una vía
queda excluida la otra.
Las cuestiones de competencia promovidas por vía de inhibitoria son formuladas ante
el tribunal que la parte demandada estima competente, al cual se le solicita que se dirija al
tribunal que está conociendo del proceso para que este último se inhiba y le remita la
causa.
Las cuestiones de competencia promovidas por vía de declinatoria son formuladas
ante el tribunal que se estima incompetente (que está actualmente conociendo), al cual se
le solicita que se abstenga de continuar conociendo del proceso. Puede plantearse como
una excepción dilatoria (art. 303 Nº 1 CPC); en el caso de incompetencia absoluta,
también puede plantearse como un incidente de nulidad procesal (art.83 inc. 2º CPC).
154
La Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones, forman las quinas o ternas en pleno
especialmente convocado al efecto, en una misma y única votación, donde cada uno de
sus integrantes tendrá derecho a votar por tres o dos personas respectivamente. Resultan
elegidos para formar la quina o la terna quienes obtengan las 5 o 3 primeras mayorías
según corresponda.
Los jueces de letras son designados por el Presidente de la República a propuesta de terna
de la Corte de Apelaciones de la jurisdicción respectiva.
57
Cuarta Conferencia Interamericana de Abogados, tomo I, pág. 400
155
Desde luego, en primer término, desde el punto de vista orgánico, en el sentido de que su
estructuración, sus atribuciones y sus vínculos con los demás órganos estatales han de permitir a
los tribunales adoptar sus decisiones con plena autonomía, libres de presiones y de la posibilidad
de que sus determinaciones puedan dejar de cumplirse o ser alteradas en cualquier forma. “Ni el
Presidente de la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones judiciales,
avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o contenido de sus resoluciones o hacer
revivir procesos fenecidos” (art. 73 CPR).
La independencia económica, en seguida, en cuanto debe concretarse la obligación del
Estado de dotar al Poder Judicial de los diversos medios materiales y técnicos requeridos para el
desarrollo oportuno y eficiente de sus labores.
Independencia personal de los magistrados, en fin, asegurada mediante un estatuto que rija los
requisitos de incorporación, permanencia y término de sus funciones, en tales condiciones que les
sea posible entregarse de lleno a sus tareas y adoptar sus decisiones sin riesgo alguno de verse
perturbados en su persona misma.
156
Algunas constituciones limitan la designación por las asambleas electivas sólo a los integrantes
de los más altos grados de jerarquía judicial.
No se confunda con el nombramiento por el Congreso aquel sistema que exige, como lo
hace la Constitución de Filadelfia, que los nombramientos se extiendan por el Presidente de la
República, pero previo consejo y consentimiento del Senado. En Estados Unidos se ha creado la
tradición de que se aprueben o rehúsen tales designaciones al margen de toda consideración
puramente política y de proselitismo partidista, aunque ha habido en este último tiempo algunas
situaciones que preocuparon a la opinión pública y no la dejaron convencida de la completa
imparcialidad que debía respetarse.
El nombramiento directo y exclusivo del Poder Ejecutivo no se contradice, esencialmente,
con la posibilidad de una judicatura competente –al contrario, se encuentra en excelente
expectativa de procurarla-, pero envuelve el grave riesgo de que resulte dependiente de aquella
autoridad que con más eficacia puede presionarla, fuera de que esa forma de designación no
garantiza tampoco el curso de promociones generadas sólo por consideraciones extrañas a la
mejor prestación del servicio judicial.
En Inglaterra, según el grado de jerarquía del magistrado su nombramiento lo hace el
Lord Canciller consultando, indudablemente, al Primer Ministro; o a la Corona por consejo del
Primer Ministro, quien presumiblemente, consulta al Lord Canciller; o directamente por éste. Las
designaciones recaen en los miembros de los cuerpos profesionales que agrupan, con fuertes y
antiquísimas tradiciones y disciplina, a quienes ingresan a ellos para desempeñar tareas dentro o
fuera de los Tribunales.
Parece razonable sostener como laudable el sistema de que los jueces sean escogidos por
ellos mismos (cooptación) porque se presenta como muy natural que ellos, sabiendo mejor que
otros apreciar las cualidades propias de la magistratura, velen por la aptitud de los seleccionados.
Sin embargo, el espíritu de cuerpo puede ocultar o amparar corrupciones o abusos que se
perpetúan cuando se transforman en una casta cerrada que se autogenera.
Nadie querrá revivir, en fin, el sistema que mereció tantas y tan justas críticas, una de las
causas más graves del desprestigio del absolutismo monárquico, de transformar estos cargos en
plazas negociables, porque la venalidad no asegura ninguna de las bases fundamentales de una
buena administración judicial.
De la rápida revisión que precede relativa a las diversas formas de nombramiento de los
magistrados y de las ventajas e inconvenientes de unas y otras, se comprende la tendencia a
establecer fórmulas mixtas que, combinando en algún grado las expuestas, procuran asegurar la
buena selección técnica y la estabilidad de los empleados judiciales que requieren prolongada
consagración, independencia e imparcialidad.
157
que se facilita la deliberación o se consagra diversidad de grados de jurisdicción de modo que el
superior está facultado para enmendar o anular la decisión del magistrado inferior.
Sin embargo, se alegan ventajas al juzgamiento por jurados que son jueces ocasionales,
ajenos a especialización técnica, llamados a resolver el caso de acuerdo con su leal saber y
entender, apreciando en conciencia la situación producida o la culpabilidad del acusado. Ajenos a
la deformación profesional y espíritu de cuerpo, se espera de los miembros del jurado un
juzgamiento inspirado en la simple rectitud humana, sin vínculos con la organización judicial ni
de compromiso de intereses o expectativas en la judicatura; se confía en la pureza de la natural
inclinación de justicia de todo hombre sano; siendo el derecho expresión de buen sentido, se
supone que goza de este cualquier persona normal; sumidos en los quehaceres ordinarios y
enfrentados a las dificultades que la vida presenta, se atribuye en fin, a los jurados la posibilidad
de apreciar con exactitud la situación que deben resolver.
Según MAITLAND, el origen del jurado se relaciona con el privilegio que ejercían los reyes
francos de colocarse fuera del procedimiento formal ordinario y que se sentían autorizados para
transferir a otros. Dejado ya de lado el combate judicial; “un grupo de vecinos era convocado por
un oficial público para testificar la verdad cualquiera que fuera, acerca de los hechos y del
derecho que se presumía en su conocimiento. Posteriormente un procedimiento similar se usó
para la averiguación de los crímenes.
Dentro de las tradiciones inglesas, se considera el juicio por jurados como una de las
principales seguridades que tienen los súbditos para la protección de sus derechos y por lo tanto
uno de los principales baluartes de su Constitución. Se extendió tanto en la jurisdicción civil
como en la criminal y en ésta se organizaba primero un gran jurado para dar o no paso a la
acusación y luego un pequeño jurado para pronunciarse sobre la culpabilidad.
Al advenimiento de la República en Francia, es ésta una de las instituciones que la nación
continental procura trasplantar de la isla, pero se la acoge solo en el orden penal.
Actualmente en Inglaterra, aunque nacidos los jurados precisamente dentro de la
jurisdicción civil, han caído respecto de ésta en casi completo desuso. Se conserva activo,
mientras tanto, en las causas criminales mayores, cuando no son resueltas sumariamente por los
magistrados con el consentimiento del acusado. Según datos de Hood Phillips, al tiempo que
escribía, el 85% de los casos se resuelven sumariamente y, el 15% entregado al juicio de jurados,
en cerca de los dos tercios los acusados se reconocen culpables, de manera que sólo alrededor del
5% se resuelven realmente en definitiva por jurados. La actuación de los jurados está, por lo
demás, encauzada por el juez letrado que dirige el Tribunal e ilustra su deliberación.
“Muchos argumentos se aducen a favor del juicio por jurados en los casos criminales -
dice el autor recién citado. Se dice que el veredicto de un jurado es más fácilmente admitido por
el público que el veredicto de un Juez, que el servicio del jurado proporciona ordinariamente a los
ciudadanos una oportunidad de participar en la administración de justicia y que el jurado releva al
juez de parte de su responsabilidad. El último argumento es acogido a menudo por los propios
jueces, especialmente, en relación a los procesos de asesinato… Muchos jueces piensan también
que la apreciación de los hechos por el jurado es casi siempre correcta, y más frecuentemente
Exacta de lo que podría ser la del juez. Los jurados, hombres o mujeres, tienen ese sentido común
158
y conocimiento del mundo que es requisito para aquilatar la credibilidad de los testigos. Se dice
que la necesidad que tiene el juez de dirigir el jurado ha mantenido al derecho inglés simple y
claro, y aun, que el jurado es resguardo contra las leyes impopulares. Los argumentos en contra
del sistema de jurado comprenden el aventurado método de selección, y la exclusión de él de la
mayoría de las clases profesionales: la inexperiencia del jurado en examinar la prueba y su falta
de familiaridad con el trabajo y la atmósfera de los Tribunales; la regla de la unanimidad; el
servicio forzado y la inadecuada compensación por la pérdida de tiempo; el esfuerzo físico y
mental de un prolongado juicio; y el hecho de que un jurado es más fácilmente influenciado que
un juez por la elocuencia del abogado”.
CONCEPTO. Son organismos y personas que actúan como colaboradores de los órganos
jurisdiccionales en el ejercicio y cumplimiento de la función jurisdiccional. Están regulados en el
título XI, art. 350 y siguientes del COT.
1. LA FISCALÍA JUDICIAL
Es un organismo auxiliar de la administración de justicia cuya función es representar los intereses
de la sociedad ante los tribunales (art 350 y 364 del COT). Hasta el año 2000 se llamaba
Ministerio Público, pero tras la reforma procesal penal fue necesario cambiarle el nombre para
que no se confundiese con el actual Ministerio Público, encargado de llevar a cabo la persecución
penal.
Existen en las Cortes de Apelaciones y en la Corte Suprema, hasta el 1927 existían
también en los juzgados de letras, pero ese año se suprimió la figura del promotor fiscal. La
fiscalía judicial es un organismo que está al interior del poder judicial y que tiene como jefe de
servicio al fiscal de la Corte Suprema.
Los fiscales judiciales gozan de la misma inamovilidad que los jueces, tienen el
tratamiento de Señoría y les es aplicable todo lo prevenido respecto de los honores y
prerrogativas de los jueces por los artículos 308 y 309 COT. En el ejercicio de sus funciones los
fiscales judiciales son independientes de la Corte a la que pertenecen (art.360).
Formas en que cumple su función. De acuerdo al art 354 el fiscal judicial puede cumplir esta
159
función de representación de los intereses de la sociedad de 3 maneras: como parte principal,
tercero y auxiliar del juez.
(1) Como parte principal: ha caído en desuso tras la reforma procesal penal, pues los casos en
los que actuaba como parte eran casos penales. Regulado en el art 355 del COT.
(2) Como tercero: los fiscales judiciales actúan en todos aquellos casos en los que de acuerdo a
la ley deben ser oídos y que están el art 357. El más relevante es el nº 4 que establece la
obligación de escuchar al fiscal en aquellos casos relativos al estado civil de las personas
(divorcios, acciones de filiación, etc.).
Esto de que sea escuchado el fiscal se materializa a través de un informe que es una
opinión escrita que elabora la fiscalía acerca de la causa que se le somete a su conocimiento
efectuando recomendaciones a la corte respectiva acerca de si acoger o no el recurso. Estos
informes son nada más que opiniones por lo que la Corte podrá decidir algo distinto a lo que
recomienda el fiscal, pero es un trámite necesario.
(3) Como auxiliar del juez: se da en todos aquellos casos en los que la Corte respectiva estime
necesario o útil escuchar la opinión del ministerio fiscal, esto se materializa a través del informe
fiscal, la única diferencia es que en el caso anterior lo dispone la ley y en este lo dispone el
tribunal (art 359 del COT).
2. DEFENSORES PÚBLICOS
Son auxiliares de la administración de justicia a los que les corresponde velar por los intereses de
los incapaces, de los ausentes y de las obras de beneficencia (art 365 a 371 del COT). Hay a lo
menos un defensor público en el territorio jurisdiccional de cada Juzgado de Letras. Se deben
distinguir, pues son diferentes, de los defensores penales públicos.
Cumplen básicamente dos funciones:
(1) Emitir informes en los casos en que la ley les señala, que son los casos del art 366 o cuando el
juez lo estime necesario, art. 369.
(2) Representar en juicio a las personas que carezcan de representante (como pueden ser los
incapaces, los ausentes y las obras de beneficencia). Así, si uno demanda a una persona que está
en el extranjero esta persona podrá ser defendida por el defensor público.
3. RELATORES
Son auxiliares de la administración de justicia cuya principal función es dar a conocer y exponer
a los miembros de los tribunales superiores de justicia los procesos y asuntos que deban ser
conocidos por estas Cortes. Están regulados en los art 372 a 378 del COT. Las funciones están el
art 372 (leer).
Los relatores son abogados, son miembros del escalafón primario del poder judicial (hacen
carrera judicial) y tienen el mismo rango que un juez de letras.
4. LOS SECRETARIOS
Son ministros de fe pública encargados de autorizar las resoluciones y actos emanados de los
tribunales de justicia, así como de custodiar los procesos y documentos que sean presentados ante
estos tribunales. Regulados entre art 379 y 389 del COT.
160
Sus funciones están en el art 380. Sus principales funciones son:
(1) El actuar de ministro de fe autorizando las resoluciones de los tribunales y autorizando
mandatos judiciales, entre otros.
(2) Custodiar los expedientes.
Esto de autorizar las resoluciones tiene que ver con que las resoluciones deben tener 2
firmas: una del juez y otra del secretario, que certifica que es la firma del juez. Lo relativo a los
mandatos judiciales se refiere a una de las formas de constituir el mandato, que se realiza ante el
secretario del tribunal (art. 6 inc. 2 CPC). Eso de custodiar los expedientes, tiene más que ver con
que el responsable de los expedientes de un tribunal es el secretario.
También tienen a su cargo otras funciones de carácter administrativo (arts. 380, 381 y 384
COT). Por ejemplo, manejar la cuenta corriente de tribunal.
Además, no se debe olvidar que de acuerdo al art. 33 del CPC, los secretarios de los
juzgados civiles podrán dictar por sí solos las sentencias interlocutorias, autos y decretos,
providencia o proveídos, salvo cuando ello pudiere importar poner término a juicio o hacer
imposible su continuación. En caso de reposición contra estas resoluciones las conoce el juez
respectivo.
También son abogados y miembros del escalafón primario del poder judicial,
normalmente tienen 2 grados menos que el juez del tribunal donde sirven de secretarios.
6. RECEPTORES JUDICIALES
Son ministros de fe encargados de hacer saber a las partes, fuera de las oficinas de los secretarios,
los decretos y resoluciones de los Tribunales de Justicia, y de evacuar las diligencias que estos
mismos tribunales le encargaran (art. 390 COT).
Están regulados en los art 390 a 393 del COT. Las funciones están básicamente en el art 390,
encontramos 2 grandes funciones:
(1) Realizar notificaciones. La única parte donde no pueden hacerlo es en el despacho del
secretario del tribunal, pues ahí notifica el mismo secretario.
(2) Recibir la prueba testimonial y las absoluciones de posiciones (procedimiento probatorio para
provocar la confesión) en los juicios civiles.
Normalmente son personas vinculadas con los tribunales de justicia. Son designados por
las Cortes de Apelaciones, en cada territorio hay un número determinado de receptores. No son
jueces, no hacen carrera judicial. Ejercen sus funciones en el territorio del tribunal, aunque
161
pueden hacerlo en otra comuna perteneciente al territorio de la misma Corte de Apelaciones. Son
remunerados por las partes.
8. LOS NOTARIOS
Son ministros de fe pública encargados de autorizar y guardar en su archivo los instrumentos que
ante ellos se otorgaren, de dar a las partes interesadas los testimonios que pidieren y de practicar
las demás diligencias que la ley les encomienda (art. 399 COT).
Están regulados en los art 399 a 445 del COT. Las funciones están en el art 401.
Principales funciones:
(1) Nº 1: extender los instrumentos públicos con arreglo a las instrucciones que de palabra o por
escrito le dieren las partes otorgantes.
(2) Nº 6: que en general es dar fe (fe pública) para los hechos que fueren requeridos y que no
estuvieren encomendados a otros funcionarios. Si necesito acreditar un hecho (caída de un árbol)
puedo pedir al notario que concurra al lugar y certifique (dar fe) de ese hecho.
(3) Nº 10: autorizar las firmas que se estampen en documentos privados, o sea, que se otorguen
en su presencia o que les conste su autenticidad.
La función más importante es la primera. La definición de “instrumento público o
auténtico” la encontramos en el art. 1699 CC. Existen diversos instrumentos públicos. El
instrumento público que por antonomasia otorga el notario es la escritura pública (definido en el
art 403 del COT).
No hay que confundir la escritura pública con los documentos protocolizados. La
protocolización de acuerdo al art 415 del COT es el hecho de agregar un documento al final del
registro de un notario a pedido de quien lo solicita. Sirve básicamente para que los documentos
adquieran fecha cierta, para que no se pierdan, en algunos casos un documento protocolizado vale
como escritura pública, art 420, siendo el más relevante el del número 4. Son remunerados por
las partes que los requieran. Los notarios conservan las escrituras públicas y los documentos
162
protocolizados, en unos libros que se llaman protocolos. En estos se archivan por orden los
distintos actos otorgados y/o autorizados ante el notario. De acuerdo al art.429: Los protocolos
deberán empastarse, a lo menos, cada dos meses, no pudiendo formarse cada libro con más de
quinientas fojas, incluidos los documentos protocolizados, que se agregarán al final en el mismo
orden del repertorio. Cada foja se numerará en su parte superior con letras y números. Luego, de
acuerdo al art. 433 COT: El notario entregará al archivero judicial que corresponda, los
protocolos a su cargo, que tengan más de un año desde la fecha de cierre.
163
12. BIBLIOTECARIOS JUDICIALES
Son auxiliares de la administración de justicia cuya función es la custodia, mantenimiento y
atención de la biblioteca de la Corte en que se desempeñen, así como de cumplir las tareas que el
tribunal o su Presidente les encomienden en relación a las estadísticas del tribunal. Hay un
bibliotecario en la Corte Suprema y en aquellas cortes en que el Presidente de la República lo
determine (Art 457 bis COT).
LOS ABOGADOS
1. CONCEPTO
De acuerdo al Art. 520 del COT “Los abogados son las personas revestidas por la autoridad
competente de la facultad de defender ante los tribunales de justicia los derechos de las partes
litigantes”.
Los abogados son profesionales liberales que son expertos en temas jurídicos y como tal
pueden trabajar en diferentes asuntos relacionados con cuestiones jurídicas. No se debe pensar
que solo actúan litigando ante tribunales. Este es sólo una de los ámbitos de desarrollo
profesional. El abogado puede desempeñarse en la judicatura (juez o auxiliar de la administración
de justicia), asesorías jurídicas a personas públicas y privadas, investigación y decencia, en la
administración del Estado, etc.
164
acreditarse por el Director General de la respectiva Corporación. Las Corporaciones de
Asistencia Judicial, para este efecto, podrán celebrar convenios con el Ministerio Público y con la
Defensoría Penal Pública.
58
"El ejercicio de la profesión de abogado estará sujeto a una contribución de patente municipal, que se cancelará
semestralmente y cuyo monto anual será equivalente al valor de una unidad tributaria. Constituirá ingreso municipal,
percibiéndose en las Tesorerías Comunales o Municipales en que el abogado resida".
165
Hace algún tiempo, en la práctica se exigía presentar la patente municipal. Sin embargo,
recientemente, esa práctica terminó y ya no se exige presentar el pago de la patente para acreditar
la calidad de abogado. Sin embargo, la recomendación es siempre tenerla.
ANTE TRIBUNALES
Desde hace un tiempo y en diferentes sectores del sistema legal ha surgido cierta inquietud
relativa a la calidad de los profesionales que salen al mercado legal, producto fundamentalmente,
de ciertos programas de Derecho que no tendrían la rigurosidad y exigencias para la formación de
buenos abogados.
Existe cierta preocupación también por el gran número de programas de Derecho
existentes en el país: 46 Facultades o escuelas de Derecho que imparten un total de 131
programas de estudios. Un ejemplo paradigmático de esta preocupación fueron las palabras
manifestadas por el entonces presidente de la Corte Suprema Urbano Marín al dar su cuenta
pública en el inicio el año judicial de 2009. Este tema también ha sido abordado por el ejecutivo a
través del Ministerio de Educación quien ha realizado y hecho públicos algunos estudios al
respecto, sin embargo, estas iniciativas no han prosperado.59
Producto de estas circunstancias se ha ido extendiendo la idea en el medio jurídico de
establecer un examen nacional voluntario. En términos simples, la idea es que el grado
académico de licenciado en ciencias jurídicas no habilite por si solo para obtener el título de
abogado. Que dicho título se obtenga luego de rendir un examen de suficiencia profesional que
permita acreditar las competencias del abogado, como ocurre por lo demás en la mayoría de los
países con sistemas legales desarrollados.60 El examen está pensado fundamentalmente para los
abogados litigantes, es decir, para aquellos que, en términos del COT, se dediquen a la defensa
ante los tribunales de los derechos de las partes litigantes.
Todo lo anterior permite aventurar que en un futuro aquel abogado que quisiere ejercer
profesionalmente litigando ante los tribunales de justicia deberá contar con la suficiencia
59
TURNER SAELZER, SUSAN, “Acreditación de las carreras de Derecho y calidad de la formación impartida. ¿Una
dupla inseparable?”, en Anales del centenario de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Edeval,
Valparaíso, 2012, p. 255.
60
LAZO GONZÁLEZ, PATRICIO, “Los estudios de Derecho a la formación jurídica, competencias y métodos de
enseñanza: Premisas”, en Anales del centenario de la Escuela de Derecho de la Universidad de Valparaíso, Edeval,
Valparaíso, 2012, p. 212.
166
académica necesaria para rendir con éxito un examen de habilitación.
A. En asuntos judiciales.
De acuerdo al Art. 528 del COT “El acto por el cual una persona encomienda a un abogado la
defensa de sus derechos en juicio constituye una relación jurídica denominada mandato judicial”.
El mandato judicial es un contrato solemne por el cual una parte o interesado encomienda a una
persona dotada de ius postulandi la representación de sus derechos en juicio. Este mandato
judicial en principio se rige y va a producir los efectos propios de un contrato de mandato en los
términos del Código Civil con algunas modificaciones (El mandato no termina con la muerte del
mandante Art. 529 COT). El cliente que hace el encargo es el mandante y quien lo acepta se
llama apoderado o mandatario judicial.
El objeto del mandato judicial se refiere a dos funciones distintas: (1) el patrocinio que
es la conducción jurídica e intelectual del asunto contencioso o voluntario y (2) el poder o
representación procesal que es la representación de una persona ante los tribunales de justicia.
Es decir, la persona a quien se le encarga la defensa de derechos en juicio realiza dos funciones
distintas; tendrá la dirección o manejo jurídico del asunto judicial; y actuará en nombre de otra
persona ante los tribunales de justicia.
B. En asuntos extrajudiciales.
La regulación del mandato judicial del COT, así como las normas de la Ley 18.120 están
referidas exclusivamente a asuntos judiciales, es decir, ante los tribunales de justicia. De esta
manera, podemos desprender que sus normas están referidas únicamente a la relación abogado
cliente cuando se solicita su intervención ante los órganos jurisdiccionales.
Sin embargo, existe una multiplicidad de asuntos para los cuales puede requerirse la
intervención de un abogado que no requieren su comparecencia ante los tribunales. En alguno de
estos asuntos, existen leyes especiales que se refieren a estas hipótesis de ejercicio profesional,
como, por ejemplo, la Ley N° 19.880 sobre Bases de los Procedimientos Administrativos que
simplemente autoriza la comparecencia por medio de abogados y se refiere al poder. Art. 22 de la
Ley.
Por nuestra parte entendemos que en los demás casos en que no existan normas
especiales, la relación abogado cliente deberá regirse por las normas propias del mandato civil.
C. Relación laboral.
La relación entre un abogado y su cliente pueden constituir contrato de trabajo si se reúnen los
requisitos propios de la relación laboral. Fundamentalmente si existe relación de subordinación y
dependencia para con su cliente.
167
emanados de otros cuerpos normativos.
Obligaciones y deberes del abogado:
Ejecutar o cumplir diligentemente el encargo que se le hecho. Esta es la obligación principal
del abogado. Genéricamente el encargo hecho al abogado consiste en defender en juicio los
derechos de una parte o interesado. Esta es una obligación de medio, es decir, el abogado se
obliga a realizar diligentemente todos los actos y gestiones necesarios para cumplirlo. No es una
obligación de resultado pues el abogado no se obliga o compromete a ganar el juicio u obtener
una sentencia favorable. Su obligación se entenderá cumplida en la medida de que actúe
diligentemente en la realización de todas las diligencias necesarias para llevar adelante el
encargo.
Cumplir el encargo hasta su culminación salvo que opere alguna causal de terminación del
mandato, como renuncia, revocación, etc.
Informar sobre el estado del asunto y dar cuenta de los gastos efectuados
Guardar secreto profesional sobre los hechos y asuntos de que tome conocimiento con ocasión
del encargo que se le ha hecho. El deber de confidencialidad y el secreto profesional del abogado
están sujetos a una nueva regulación en el Nuevo Código de Ética Profesional del Abogado del
año 201161.
Actuar de buena fe. Conforme a este principio el abogado debe comportarse lealmente para con
su cliente. Así, por ejemplo, no puede alentar la litigación si existe la posibilidad de obtener un
buen acuerdo judicial, no puede mostrar cómo fácil o alcanzable un determinado asunto judicial
cuando objetivamente no lo es, ni puede ocultar información sobre los riesgos de una
determinada estrategia jurídica, ni puede atribuirse competencia en materias complejas o que
requieren especialización cuando no las tiene.
6 Sin perjuicio de estas obligaciones emanadas de la relación contractual que tiene con su cliente,
el abogado siempre tendrá el deber de ejercer su profesión cumpliendo y respetando el derecho
vigente y tener como norte la búsqueda de la justicia.
Derechos del abogado:
(1) Derecho a cobrar honorarios por el encargo realizado. Estos honorarios se pactan de común
acuerdo entre abogado y cliente. Estos honorarios deben ser proporcionales a la complejidad del
asunto y al tiempo que supone su ejecución. Para efectos de fijar honorarios resultan útiles los
aranceles que fijan los respectivos colegios de abogados como el Colegio de abogados de
Santiago o de Valparaíso. En dichos aranceles se establecen una serie de parámetros para calcular
los honorarios. Además, se establecen cuadro de aranceles según materia, expresados en dinero
con valores mínimos y máximos. Sin embargo, estos honorarios no son obligatorios para los
abogados sino solamente referenciales. (Cuidado con los aranceles, estos deben ser solo
referenciales. No se puede caer en acuerdos de fijación de precios que altere la libre competencia
y suponga un ilícito en estas materias).
Es importante destacar que la diligencia profesional no está subordinada al pago de los
honorarios. Es decir, si no se han pagado los honorarios el abogado no puede dejar de cumplir
diligentemente el encargo efectuado. Podrá renunciar al encargo cumpliendo las formalidades
61
Para un análisis en extenso sobre el punto, véase BASCUÑÁN RODRÍGUEZ, ANTONIO, “Deber de confidencialidad y
secreto profesional del abogado”, Revista de Estudios de la Justicia, N° 15, 2011, pp. 221 – 263.
168
legales y cobrar de acuerdo a los procedimientos que establece la ley. Pero no podrá excusar su
negligencia en la falta de pago del honorario.
El cobro de honorarios se puede perseguir incidentalmente en el mismo proceso o bien, de
acuerdo a las normas del juicio sumario. Art. 697 CPC.
(2) Derecho a guardar secreto profesional. El abogado no solo tiene dl deber de guardar
secreto profesional sino también tiene el derecho a guardar y a no revelar los hechos que le
fueron confiados confidencialmente en el desempeño de su encargo. Art. 360 CPC; Art. 303 del
CPP.
(3) Derecho de obtener de su cliente la información necesaria para desempeñar el encargo.
El tema no ha sido mayormente desarrollado en doctrina. El punto consiste en que el cliente no
debe ocultar ninguna información que pueda resultar relevante para que el abogado pueda
cumplir el eficazmente su encargo62. Pues el pilar de la relación abogado cliente es la confianza.
(4) Derecho a intervenir. La Constitución en el Art. 19 n°3 Inc. 2°, que se refiere al derecho de a
la defensa jurídica, hace especialmente referencia al letrado, y establece la prohibición a toda
persona de impedir, restringir o perturbar su debida intervención cuando esta fuere requerida.
Esta norma no sólo constituye una garantía para el sujeto que requiere la intervención del
abogado sino también es una garantía que puede invocar el propio abogado para cumplir su
función en defensa de su cliente.
62
Excepcionalmente, véase NIEVA FENOLL, JORDI, Necesito un abogado. Cómo escoger a un buen abogado y qué
puede hacer por ti, Atelier, Barcelona, 2017, p. 102.
169
ambas partes en un mismo juicio:
“Art. 231. El abogado o procurador que, con abuso malicioso de su oficio, perjudicare a su
cliente o descubriere sus secretos, será castigado según la gravedad del perjuicio que causare,
con la pena de suspensión en su grado mínimo a inhabilitación especial perpetua para el cargo
o profesión y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.
Art. 232. El abogado que, teniendo la defensa actual de un pleito, patrocinare a la vez a la parte
contraria en el mismo negocio, sufrirá las penas de inhabilitación especial perpetua para el
ejercicio de la profesión y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales”.
También se debe mencionar los delitos de ejercicio ilegal de la profesión establecidos en el art. 3
de la Ley N° 18.120 sobre comparecencia en juicio.
C. Responsabilidad Profesional
Es aquella responsabilidad que puede surgir como consecuencia de todo acto abusivo,
desleal, deshonesto, o cualquier otro acto realizado de mala fe o contrario a la ética profesional
cometidos por los abogados en el ejercicio de su profesión.
A este tipo de responsabilidad se refiere el Art. 19 N° 16 de la Constitución Política de la
República a propósito de la libertad de trabajo y su protección. A partir de esta norma se
desprende que las reclamaciones sobre la conducta ética de un abogado serán conocido por el
respectivo Colegio Profesional cuando el abogado estuviere afiliado a este. Contra la
resolución del respectivo colegio profesional podrá apelarse a la Corte de Apelaciones. Si el
abogado no estuviere asociado a ningún colegio profesional estas reclamaciones serán conocidas
por los tribunales especiales que establezca la ley. Sin embargo, como dichos tribunales no han
sido creados, le corresponderá conocer a los tribunales ordinarios, en particular a los juzgados de
letras.
Art. 19 n° 16 Inc. 4 CPR: “Los colegios profesionales constituidos en conformidad a la ley y que
digan relación con tales profesiones, estarán facultados para conocer de las reclamaciones que
se interpongan sobre la conducta ética de sus miembros. Contra sus resoluciones podrá apelarse
ante la Corte de Apelaciones respectiva. Los profesionales no asociados serán juzgados por los
tribunales especiales establecidos en la ley”.
Disposición Vigésima Transitoria CPR “En tanto no se creen los tribunales especiales a que
alude el párrafo cuarto del número 16° del Artículo 19, las reclamaciones motivadas por la
conducta ética de los profesionales que no pertenezcan a colegios profesionales, serán
conocidas por los tribunales ordinarios”.
170
rama de la producción o de los servicios.” Art. 1°, D.L. N° 2.757.
Es decir, en la actualidad los colegios de abogados son entidades de derecho privado sin
fines de lucro, creadas por abogados para alcanzar ciertos fines propios de la profesión.
Se debe tener presente que de acuerdo al Art. 19 n° 16 Inc. 4 CPR “Ninguna ley o disposición de
autoridad pública podrá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como requisito
para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación para mantenerse en
éstos. La ley determinará las profesiones que requieren grado o título universitario y las
condiciones que deben cumplirse para ejercerlas”.
En la actualidad el colegio más importante es el colegio de abogados de Chile, que tiene
su sede en Santiago, pero también hay otros colegios de bogados, como el Colegio de Abogados
de Valparaíso, el Colegio de Abogados de San Antonio, etc.
¿Pará qué asociarse a un colegio de abogados? La afiliación supone dos cuestiones
fundamentalmente:
(1) Sujetarse voluntariamente a la supervisión y control ético de sus pares. De esta manera,
ofrecer los servicios como abogado colegiado constituye una garantía para los clientes de un
recto ejercicio de la abogacía y de altos estándares profesionales para los clientes. Y en cualquier
caso una garantía de que se podrá acudir al colegio a formular cualquier reclamo por mala praxis
profesional.
(2) Otorga la posibilidad de solicitar el amparo profesional del Colegio de Abogados cuando
existe un atropello al ejercicio profesional. Cualquier dificultad vulneración u otra
circunstancia a la que se vea afectado un profesional abogado en el ejercicio de su profesión
podrá reclamarse a través del colegio respectivo. Esto constituye una mayor protección para el
profesional que la reclamación individual y personal de la vulneración.
(3) Otorga otros beneficios: como acceso preferente a perfeccionamiento profesional, cursos,
seminarios, diplomados y otras actividades académicas. Permite acceder a publicaciones
periódicas, como la revista del abogado, del colegio de abogados de Santiago, descuentos en
diversos bienes o servicios, etc.
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