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Romancero Gitano

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ROMANCERO GITANO

El Romancero gitano, publicado en 1928, recoge dieciocho composiciones


escritas entre 1924 y 1927 (muchas habían ido apareciendo en revistas literarias). El
título se justifica por la forma de las composiciones y por los personajes: es un
romancero, porque el libro está compuesto exclusivamente por romances (estrofa que
consta de un número ilimitado de versos octosílabos con rima asonante los pares y los
impares, sueltos); y los personajes protagonistas de los diferentes romances son
gitanos. Su título correcto, Primer romancero gitano, alude a la originalidad del tema.

La obra tuvo un enorme éxito y convirtió a su autor en el poeta más popular de


su tiempo, aunque Lorca teme verse encasillado como poeta de lo andaluz y autor
demasiado folclórico. También recibió algunas críticas desde círculos vanguardistas
por su tradicionalismo. Lorca escribió sobre esta obra: «El libro en conjunto, aunque se
llama gitano, es el poema de Andalucía (…) Un libro antipintoresco, antifolklórico,
antiflamenco”.

No es un libro social o testimonial de la raza gitana, no puede hacerse una


lectura realista. Lorca parte de lo real, pero lo transciende y lo funde con su propio
mundo interior: el gitano, en conflicto con la estructura social, se ajusta perfectamente
a su realidad, representa la marginalidad y la heterodoxia del propio poeta, su espíritu
incomprendido y su frustración. Lorca proyecta sobre los gitanos sus anhelos vitales:
las ansias de libertad, la oposición a lo establecido, el instinto frente a la razón, la
naturaleza frente a la sociedad, el rechazo de las normas sociales.

A través del enfrentamiento de los gitanos con su antagonista natural, la


Guardia Civil, y su aniquilación final, lo que enfrenta es el instinto, la pasión, la fuerza
vital, lo primitivo, a la ley, a las normas, a la sociedad establecida, y serán los primeros
los derrotados. No es, por tanto, una obra de folclore fácil, sonora y superficial (aunque
haya versos brillantes y musicales: “en la noche platinoche / noche, que noche
nochera”); sino un libro de carácter profundo, denso y duro, como la vida, que “no es
noble, ni buena, ni sagrada”, y en el que “no hay más que un personaje…un solo
personaje que es la Pena”, la imposibilidad de realización vital.

El propio Lorca nos indica que esta debe ser la interpretación en el romance
quince: primero nos presenta una ciudad irreal, mezcla de pastel y belén navideño; y al
final, a la pregunta “¿Quién te vio y no te recuerda?”, responde “Que te busquen en mi
frente. / Juego de luna y arena”, es decir, es fruto de su imaginación, una construcción
soñada, nocturna y efímera como un castillo de arena; incluso, cuando arde la ciudad,
dice que “la imaginación se quema”.

El Romancero gitano ocupa un lugar central en el conjunto de su poesía: tras


Libro de poemas (1921), Canciones (1927), Poema del cante jondo y Primeras
canciones (escritos en 1921 y 1922, respectivamente); y anterior al Llanto por Ignacio
Sánchez Mejías (1936), Poeta en Nueva York (1940, pero elaborado diez años antes)
y Diván del Tamarit (1940, pero terminado en 1936). Es un libro más abierto que otros,
pero no menos valioso o profundo, no responde a un Lorca más claro ni más
superficial: toda su obra mantiene una radical identidad que no permite hablar de dos
Lorcas (el de la poesía menor, superficial y fácil; y el de la poesía mayor, exigente y
profunda).
1. TEMAS

1.1. El amor frustrado (o sexualidad frustrada)

Es un tema básico, asociado siempre a la pasión erótica, a un deseo


insatisfecho, un amor que no puede ser o un amor truncado por la muerte.

Excepto en el romance sexto, el de “La casada infiel” (sexo superficial y


narración exhibicionista de un gitano, sin dramatismo), en los demás romances
la presencia del amor es turbadora, inquietante: desde el “Romance de la luna,
luna” (con una luna-mujer-bailarina desnuda que seduce a un niño con
posesión mortal) hasta el último (la luna preside una violación sexual entre
hermanastros), o en “Preciosa y el aire” (agresión sexual del viento sobre una
joven), en el ”Romance sonámbulo” (suicidio en un aljibe por frustración
amorosa), en ”La monja gitana” (mientras borda, una monja tiene fantasías
eróticas, es arrastrada por el “caballo” del deseo sexual), en el “Romance de la
pena negra” (soledad atormentada y frustración) y en “Muerto de amor”.

1. 2. Violencia y muerte

Es el segundo gran tema, presente ya en el primer romance (muerte de


un niño) y en el último (violación , persecución y fin del libro), en el ataque del
viento a Preciosa, en “Reyerta” (pelea mortal entre gitanos, violencia intrínseca
a ese grupo humano), en el “Romance sonámbulo” (suicidio de una mujer
enamorada de un hombre ocupado en aventuras de “caballo, cuchillo y
montura”, es decir, probablemente, contrabandista), en los romances de
Antoñito el Camborio, prendimiento y muerte (detenido por la Guardia Civil,
enemiga natural de su raza violenta, cuyo ocaso él representa), en "Muerto de
amor", en el "Romance del emplazado" (la muerte ha dado cita exacta a un
hombre); hasta aquí muerte individual y violencia aislada, que estalla en el
“Romance de la Guardia Civil Española” (asesinato colectivo y saqueo a
sangre y fuego de la ciudad de los gitanos).

La creación de Lorca, su ciudad de los gitanos, es destruida por la


represión, por las fuerzas que terminan con cualquier forma de heterodoxia, de
diferencia (el alma gitana representa la heterodoxia vital, el gitano no tiene
valor racial). Final macabro, definitivo y coherente para el mundo mágico y
soñado creado por Lorca, proyección de su propia intimidad: arde la ciudad
que solo existió en el sueño misterioso y mágico de su creador, una ciudad
imposible: “Que te busquen en mi frente. /Juego de luna y arena”.

1.3. El dolor y la frustración

El conflicto entre las instituciones opresivas y el deseo de libertad del


individuo está marcado por el sufrimiento y la frustración (no solo erótica). El
dolor de los personajes del Romancero manifiesta la opresión y la soledad del
individuo.

1.4. El destino trágico

Este tema aparece bien definido en el libro: se trata del destino trágico
del hombre. La muerte aparece como desenlace de una situación marcada por
el fatalismo. Todos los personajes son seres al margen del mundo
convencional y hostil y, por ello, marcados por la frustración y la muerte.
1.5. El mundo andaluz

García Lorca recrea la realidad andaluza. Se inspira en su infancia, en


sus experiencias y en leyendas de la tierra.

El elemento gitano es el común denominador de todo el libro y


representa la libertad, la aventura, la naturaleza, la fantasía y lo que está al
margen de la ley. Aparece el gitano idealizado, convertido en mito, prototipo de
hombre libre que intenta afirmar su individualidad frente al mundo y que
sucumbe ante un destino trágico del que no logra escapar.

El paisaje andaluz sirve de fondo para todas las figuras humanas y


actitudes que aparecen en los romances.

1.6. La denuncia de la sociedad

Aunque no es un libro social, este tema está presente a través del


enfrentamiento de los gitanos con la Guardia Civil, que representa la represión
social, el conflicto entre primitivismo y civilización, entre instinto y sociedad
(romances como “Prendimiento de Antoñito el Camborio” o el de la Guardia
Civil son expresión clara de esta denuncia social). El romance de La monja
gitana manifiesta otro tipo de denuncia: la represión religiosa de los instintos.

2. ESTRUCTURA

Es un libro estructurado en dos bloques desiguales, con personalidad


propia cada uno, dentro de un conjunto homogéneo (dieciocho romances).

2.1. Estructura externa

La obra se divide en dos bloques:

 Bloque I: el más extenso y el principal, está constituido por los


quince primeros romances. Contiene la personal visión, o invención,
de Lorca del mundo gitano, que, aunque coincide en algunos
rasgos con la gitanería objetiva, es un mundo propio y subjetivo que
destruye en el romance quince.

 Bloque II: breve, compuesto por tres romances históricos, versión


agitanada de cuadros histórico-legendarios: de origen literario, el
“Romance de don Pedro a caballo” (que constituye una excepción
métrica al ser un romancillo irregular), o religioso, el “Martirio de
Santa Olalla” y el de “Amnón y Thamar”.

La extensión de los romances refuerza esta estructura: el primero es el


más breve del libro, destacando así su carácter de introducción; mientras que
los cierres de cada bloque destacan por su extensión (el quince, destruyendo el
mundo gitano y el último, cerrando el libro).
Además, los romances extremos presentan importantes claves
significativas: el quince, con la respuesta a la pregunta estribillo (“¡Oh ciudad de
los gitanos! / ¿Quién te vio y no te recuerda?”, “Que te busquen en mi frente. /
Juego de luna y arena”) y el que cierra el libro, con el corte rotundo que se da a
la obra y al género poético (David “con unas tijeras /cortó las cuerdas del
arpa”).

2.2. Estructura interna

En la mitad del libro hay tres romances dedicados a ciudades de


Andalucía, esencia de lo andaluz: “San Miguel”, dedicado a Granada; “San
Rafael”, a Córdoba; “San Gabriel”, a Sevilla.
En la parte que antecede al trío central (los siete primeros romances)
predominan las protagonistas femeninas (la luna, Preciosa, la gitana suicida, la
monja gitana, la casada infiel y Soledad) y los temas de frustración amorosa.
El trío central marca una transición: canta a ciudades femeninas a
través de sujetos masculinos.
En el bloque siguiente (formado también por siete romances)
predominan los protagonistas masculinos (Antoñito, el muerto de amor, el
emplazado, don Pedro) y los temas de sangre, violencia y muerte (anticipados
ya en “Reyerta”).
Y así, el último romance supondría la fusión de las dos fuerzas motrices
del Romancero gitano y de la obra de Lorca: sexo conflictivo y violencia
destructora (violación por el hermanastro).

3. COMPONENTES SIMBÓLICOS Y MÍTICOS

Lorca transforma la realidad en un mundo mágico y mítico,


protagonizado por personajes heroicos y trágicos que viven fuera del tiempo
histórico. El gitano, como ya se comentó, es un símbolo que encarna el
conflicto entre la naturaleza y la civilización, entre el individuo y la sociedad,
entre la vida en libertad y la vida sometida a normas, entre el instinto y la razón;
por eso, es un personaje con un destino trágico: la muerte. Es la realidad
“gitanoandaluza” elevada al mito, a la representación universal de la condición
humana.

Una imagen fundamental para la creación de ese mundo maravilloso es


el símbolo (imagen que representa otra realidad, una representación sensorial
de otra idea asociada). Los símbolos de Lorca, polivalentes y de contenido algo
hermético (la luna, los metales, caballos, flores, animales, colores…), conectan,
a veces, con significados primitivos o tradicionales, presentes en el folclore y en
las creencias populares, que refuerzan en su poesía ese valor mítico.

Dentro de la amplia y variada simbología presente en los romances,


además del valor simbólico de los gitanos, destacan:

 La luna: representa la muerte y lo femenino, por tanto, es un anuncio


de muerte y también un símbolo erótico (como en el “Romance de la
luna, luna”).
 Los metales: recurrentes en la obra de Lorca (“navajas de Albacete”,
“fría plata”, “duro estaño”…) y relacionados con el frío de la muerte o los
cuchillos, suelen ser un presagio negativo, de violencia y muerte.
 Las aguas estancadas (aljibes, pozos…): suelen ser escenarios
propicios para la muerte de alguien.
 El mar: puede simbolizar la muerte o la frustración erótica (“Romance
de la pena negra”).
 Determinados colores suelen traer malos augurios, como el verde.
 Algunas plantas y flores también tienen significados, a menudo,
negativos (plantas venenosas, como las cicutas; plantas con pinchos,
como las pitas; las malvas, de matiz mortuorio; las adelfas, amargas y
de mal augurio…).
 Algunos pájaros, como la zumaya, anuncian sucesos maléficos.
 El río que corre libre y los juncos tienen connotaciones eróticas
(suelen propiciar encuentros amorosos).
 El caballo también suele tener connotaciones eróticas (representa la
pasión desenfrenada que conduce hacia la tragedia).
 El viento (que puede aparecer personificado, como en “Preciosa y el
aire”) es un símbolo cargado de sensualidad y erotismo.
 La sombra representa lo oscuro, lo negativo.

4. RASGOS FORMALES: ENTRE TRADICIÓN E INNOVACIÓN

Toda la obra de Lorca (y la de su generación) se caracteriza por la


unión de la vanguardia y la tradición, que permite combinar las nuevas
imágenes vanguardistas, irracionales y herméticas con formas tradicionales
como el romance: el Romancero gitano sintetiza lo popular y lo culto, la
tradición y la novedad.

 La tradición: carácter literario y popular

Las raíces del Romancero gitano se remontan a la tradición oral; al


ámbito popular pertenecen el ritmo musical, algunos motivos de los
romances (contrabando, peleas, adulterios, suicidios por amor),
expresiones coloquiales…

Pero también tiene un fuerte carácter literario, ya que Lorca entronca


con el romance antiguo:

 Son composiciones lírico-narrativas: cuentan una historia con una


atmósfera lírica.
 Mezcla de narración y diálogos dramáticos sin verbo introductor ni
indicación de quién habla.
 Fragmentarismo: presentación de una situación dramática intensa
sin antecedentes narrativos (comienzo abrupto o “in media res”) y
final truncado, sin que sepamos qué pasó después.
 Figuras de repetición (también populares): paralelismos, anáforas,
reduplicaciones, epanadiplosis…
 Uso de fórmulas narrativas tradicionales, de preguntas dirigidas a
un supuesto auditorio (“Pero, ¿quién vendrá? ¿Y por dónde…?”, en
el “Romance sonámbulo”), de expresiones calcadas (“Míralo por
donde viene”, en “Preciosa y el aire”) o la participación simbólica de
aves, como la zumaya del primero.
 La combinación en un mismo romance de verbos en diferentes
tiempos: “la luna vino a la fragua”, “mueve los brazos”, en el
“Romance de la luna”.
 Métrica: la estrofa utilizada es siempre el romance (el “Romance de
don Pedro a caballo” constituye una excepción métrica al ser un
romancillo irregular).
 Incluso, los versos tienen sentido de dos en dos.

 La vanguardia

El carácter vanguardista del “Romancero” se muestra en la abundancia


y en la novedad de las imágenes, y también en el hermetismo de muchas.
Sus características más importantes son:

 Realismo:

El libro tiene una base sobre la que Lorca poetiza con


imaginación libre y audaz, creando metáforas o expresiones
sorprendentes.

Lorca transforma en un mundo propio y mítico acontecimientos


reales: un niño muere solo una noche con luna; una chica es sorprendida
de noche por una tormenta y se refugia en un lugar seguro; un,
posiblemente, contrabandista, perseguido y herido por la Guardia Civil,
se encuentra con su amada ahogada…

También las metáforas suelen tener una base real; pero, a veces,
son difíciles de explicar (incluso, tal vez, para el autor).

 Condensación verbal:

La obra tiene un estilo sintético, dice y sugiere mucho con pocas


palabras: en “La monja gitana”, los dos primeros versos, “Silencio de
cal y mirto. / Malvas en las hierbas finas”, nos sitúan ya en un
convento con su jardín; y los versos “El barco sobre la mar / y el
caballo en la montaña” del “Romance sonámbulo” pueden referirse al
contrabando (y a Andalucía).

Las metáforas, sinestesias y símbolos potencian esta


condensación.

 Amplia presencia de símbolos (ya comentado).

 Las metáforas (algunas especialmente audaces y sorprendentes, sin


mención del referente real) son el recurso más característico del
estilo lorquiano y de toda su generación:

En “Preciosa y el aire”, las “glorietas de caracolas” son saltos de


peces, los peces se convierten en “gitanos del agua” y un pandero es
una “luna de pergamino”; en el “Romance sonámbulo”, un rayo de
luna es un “carámbano de luna”, “trescientas rosas morenas” son la
sangre de unas heridas y un “pez de sombra”, una nube; en “San
Miguel”, el oleaje sobre la playa se transforma en “un poema de
balcones”; en “San Gabriel”, “grillos ocultos palpitan” para referirse a
los latidos del corazón; “el cielo daba portazos “ en “Muerto de amor”
porque se oían truenos; y “corales tibios dibujan / arroyos en rubio
mapa” en la violación de Thamar.

Muchas metáforas son sinestésicas: “Se apagaron los faroles / y


se encendieron los grillos” (“La casada infiel”).

 Vivificación y personificación:

Constantemente insufla vida a lo inerte: humaniza animales o


animaliza objetos, accidentes geográficos, horas del día o
situaciones: en “Muerto de amor”, “La noche llama temblando / al
cristal de los balcones”; en “Prendimiento de Antoñito…”, “Están los
viejos cuchillos / tiritando bajo el polvo” y “El día se va despacio, / la
tarde colgada a un hombro, / dando una larga torera / sobre el mar y
los arroyos”; en “La monja gitana”, “la luz juega al ajedrez”; en
“Preciosa y el aire”, los peces se convierten en “gitanos del agua” y el
viento está personificado.

Muchas de estas personificaciones sirven para que los


elementos se identifiquen con los personajes (sientan con ellos), o
bien, marquen distancia o se muestren hostiles: el cielo le da la
espalda al emplazado (“Grave silencio, de espalda, / manaba el cielo
combado”); en el “Romance sonámbulo”, “el monte, gato garduño, /
eriza sus pitas agrias”; en el de la Guardia Civil, “el alba meció sus
hombros / en largo perfil de piedra”.

 Sensualismo y atención a lo concreto:

Lorca hace concreto lo abstracto (las ideas o sentimientos se


materializan): la amargura de Soledad la conocemos porque llora
“zumo de limón / agrio de espera y de boca”; la violencia de la
Guardia Civil se expresa ocultando en su cabeza “una vaga
astronomía / de pistolas inconcretas”, el deseo sexual de Amnón es
“yedra del escalofrío”; la violencia un “toro” que “se sube por las
paredes”; en “La monja gitana”, la pasión se convierte en un “rumor”
que “le despega la camisa”; el Camborio tiene “voz de clavel varonil”,
porque es bella…

Su poesía se centra en lo sensorial, capta el mundo a través de


los cinco sentidos: puede verse perfectamente en “La monja gitana”,
donde hay flores, “silencio”, “azúcar y yerbaluisa”, “cinco toronjas se
endulzan”, los colores del arco iris son “siete pájaros del prisma” …

Las sensaciones se ofrecen a menudo en atrevidas sinestesias:


“Una dura luz de naipe / recorta en el agrio verde” de “Reyerta” o
“clamaban las luces / en los altos corredores” de “Muerto de amor”.

La tendencia a lo concreto se expresa también en las


precisiones horarias o en las cuantificaciones exactas: Antoñito va al
calabozo “a las nueve de la noche”, Amnón se tiende sobre la cama
“a las tres y media”, el veinticinco de agosto muere el emplazado,
tres carabineros acuden a los gritos de Preciosa, cinco tricornios
prenden a Antoñito, cuatro puñaladas acaban con su vida, mueren
“cuatro romanos y cinco cartagineses” en “Reyerta” …
 En las imágenes pueden combinarse diferentes recursos: metáfora y
personificación (“Las piquetas de los gallos/ cavan buscando la
aurora” o “yunques ahumados sus pechos, /gimen canciones
redondas” en el “Romance de la pena negra”), comparación y
animalización (“La iglesia gruñe a lo lejos / como un oso panza
arriba”).

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