Trabajo Final Geomatica para Enviar
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Trabajo Final Geomatica para Enviar
1.1 introducción
El origen de los datos con los que trabajamos en un SIG puede ser sumamente
variado y presentarse asimismo en formas diversas. La metodología seguida
en la recolección de datos condiciona directamente la forma en que estos datos
llegan a nosotros, y por tanto el uso que les podemos dar dentro de un SIG o
las operaciones que debemos realizar con ellos de cara a poder adaptarlos
para la realización de un trabajo concreto.
No hace tanto tiempo, toda la información que se manejaba dentro de un SIG
tenía su origen en un mapa en papel, el cual debía prepararse para adaptarse
a la naturaleza propia del SIG. El desarrollo de los SIG ya había comenzado a
dar sus frutos y se obtenían los primeros programas, pero eran necesarios
datos para utilizarlos. Sin embargo, los datos geográficos de los que se
disponía no se encontraban en formato digital, por lo que no eran adecuados
para su uso dentro de un SIG.
Una tarea básica en esos tiempos era la digitalización de cartografía, es decir,
convertir los datos geográficos en formato impreso en datos en formato digital
que un SIG pudiera manejar. La disponibilidad de datos digitales era baja, pero,
como resulta lógico pensar, sí que existía una gran cantidad de datos
geográficos en otros formatos tales como mapas, cartas de navegación,
fotografías aéreas, etc. La tecnología ha ido avanzando y ya se producen datos
directamente en formato digital, considerando específicamente la existencia de
los SIG como herramientas básicas de manejo de datos geográficos. No
obstante, los datos en formato impreso, así como las técnicas que se
emplearon en su creación, siguen siendo válidas, y sirven igualmente para
crear datos geográficos que podemos emplear en un SIG.
Hoy en día, la situación es bien distinta a la de aquellos primeros tiempos, y
puede afirmarse que los orígenes a partir de los cuales se generan los datos
geográficos son muy diversos. Esto es así porque aunan técnicas recientes y
más adaptadas al entorno de los SIG con métodos clásicos que, no obstante,
no han perdido su vigencia y valor. En la actualidad, la recolección de datos
geográficos es un ámbito complejo con muchas alternativas, las cuales deben
integrarse dentro de un SIG para permitir que este despliegue todo su potencial
sobre dichos datos. Todo este conjunto de técnicas de adquisición de datos
conforman un amplio abanico de posibilidades de las cuales el usuario de SIG
debe nutrirse para trabajar siempre en las mejores condiciones posibles,
maximizando la precisión y alcance de su trabajo.
Integrar dentro del trabajo con un SIG todas las fuentes de datos disponibles es
una tarea que requiere un conocimiento detallado de estas, con objeto de
poder establecer la mejor manera de combinarlas, y elegir en cada caso la
mejor opción de las disponibles. A lo largo de este capítulo veremos las
principales técnicas existentes para la creación de datos geograficos en un
formato apto para su uso en un SIG, centrándonos en los pormenores de
proceso y las particularidades de los datos generados en cada caso. Para ello,
veremos todo el conjunto de fuentes de las cuales pueden provenir los datos
con los que trabajamos en un SIG, desde las más modernas hasta las más
antiguas, así como las metodologías que permiten convertir las formas no
digitales en datos aptos para su uso en dicho SIG. El objetivo es que, al final
del capítulo, se conozcan con detalle todas las formas en las que los datos
geográficos pueden presentarse, se entiendan estas completamente con
independencia de su origen, y se sepan utilizar y combinar todas las fuentes de
datos, extrayendo lo mejor de cada una de ellas.
1.4 Teledetección
2.4 Fotogrametría
3.1 Introducción
bases de datos relacionales. Este modelo utiliza un esquema basado
en tablas, que resulta a la vez sencillo de comprender y fácil de utilizar
para el análisis y la consulta de los datos. Las tablas contienen un
número dado de registros (equivalentes a las filas en la tabla), así como
campos (columnas).
La tabla en sí se conoce como relación, ya que recoge la relación
existente entre sus elementos, y constituye así el eje central del modelo
relacional. Las columnas representan los distintos atributos asociados a
la entidad, mientras que las filas conforman los distintos registros. Una
fila se forma con un conjunto de n atributos, constituyendo una tupla.
Una base de datos contiene normalmente más de una tabla, ya que
suelen ser muchos los tipos de datos a almacenar y resulta conveniente
dividirlos en distintas tablas. Además de las relaciones que la tabla en sí
implica, es necesario definir interrelaciones entre las distintas tablas, y
para ello se emplean los denominados atributos clave. Un atributo clave
es aquel que tiene valor único e invariable para cada tupla, pudiendo
servir para representar a esta plenamente. Por ejemplo, en una tabla
con nombres de personas e información adicional sobre ellas, el número
de su DNI puede servir como atributo clave.
Cuando trabajamos con datos espaciales, es habitual emplear la
componente espacial como clave, ya que esta suele ser única.
Las interrelaciones entre tablas pueden ser de distintos tipos, según el
número de entidades de una tabla con los que se relacionen las
entidades de la otra. Tenemos así relaciones de uno a muchos, de uno
a uno o de muchos a muchos. Por ejemplo, en una tabla con entidades
que representan personas y otra con entidades que representan
ciudades, si establecemos una interrelación vive en, se tratará de una
interrelación de uno a muchos, ya que en una ciudad pueden habitar
varias personas.
4.0 Metadatos
4.1 Introducción
Dependiendo del tipo de dato con el que trabajemos y las operaciones que
deseemos realizar con ellos, los metadatos correspondientes serán más o
menos necesarios, pudiendo ser prácticamente irrelevantes o bien
completamente imprescindibles. Por ejemplo, si se trabaja con una única capa
y gran parte de la información que esta contiene no va a emplearse para la
realización de operaciones, los metadatos son menos necesarios que si se da
un uso más intenso a los datos.
En algunos casos, incluso si carecemos de metadatos, resulta posible
interpretar correctamente los datos, como sucede si trabajamos con un Modelo
Digital de Elevaciones (MDE) y valores de elevación en metros. Es fácil saber
que los valores de elevación se encuentran en esas unidades aplicando cierta
lógica, y procesarlos correspondientemente aunque no exista un dato explicito
que así nos los indique.
En otras circunstancias, los metadatos son necesarios, pues contienen
información que no puede inferirse directamente desde los propios datos. Si
varias capas están en sistemas de coordenadas distintos y deseamos aplicar
las transformaciones correspondientes para unificarlos en uno único y
procesarlas de manera conjunta, estas transformaciones no se pueden llevar a
cabo si no conocemos el sistema de origen del que partimos en cada capa. En
este supuesto, el trabajo con los datos viene condicionado a que existan los
metadatos correspondientes.
Los metadatos son, por tanto, sumamente importantes en el trabajo con SIG y,
como veremos en breve, cobran una importancia mayor todavía cuando no nos
encontramos en el contexto de un uso aislado de los datos, sino cuando nos
situamos en un entorno de un gran volumen de datos y numerosos usuarios.
Dos de las funciones principales de los metadatos son garantizar el uso
correcto y adecuado de los datos y facilitar su gestión, localización y consulta.
Los metadatos pueden ser tan variados en sus características como los propios
datos a los que acompañan. Los enfoques para la creación de metadatos son
muy diversos y ello da lugar a metadatos muy diferentes.
Algunas de las características que resulta de interés tratar son las siguientes:
Contenido de los metadatos. ¿Qué información contienen?
Granularidad de los metadatos. ¿A qué elementos particulares hace
referencia esa información?
Forma de almacenamiento de los metadatos. ¿Cómo se guardan?
Los valores que pueden incorporarse a los metadatos son muy abundantes,
tantos como tipos distintos de información se considere necesario registrar
respecto a un dato geográfico particular.
Las características de los metadatos asociados a los datos dependerán
directamente de estos y de algunos factores como los siguientes:
El tipo de dato y, en particular, el modelo de representación
empleado. Los datos vectoriales tendrán asociados unos metadatos
distintos que los correspondientes a datos ráster.
El formato en que se almacenan los datos. El tipo de fichero o base
de datos condiciona la información que puede almacenarse , y por tanto
condiciona los metadatos.
La organización, entidad o individuo responsable de la creación de
los datos y el uso que se pretende dar a estos. Puesto que, como hemos
dicho, los datos se crean para un objetivo definido, este objetivo y los
intereses de quien ha creado los datos definirán el tipo y cantidad de
información que se recoja en los metadatos. Datos pensados para un
catálogo público tendrán asociados metadatos distintos que datos
privados con acceso restringido, del mismo modo que datos pensados
para un uso muy concreto presentarán unos metadatos diferentes a los
que acompañarán a unos datos de uso más genérico.
El elemento al que se asocian los metadatos. Como veremos en el
siguiente apartado, podemos asociar metadatos a un juego de capas,
una capa o una entidad aislada dentro de una capa. Esto implica
diferencias en el contenido de los metadatos, pues esos elementos
tienen características de distinta naturaleza.
El estándar empleado para crear los metadatos.
5.1 Introducción
Las imágenes como tipo de dato son parte de los SIG desde prácticamente su
origen, y las formulaciones dedicadas al análisis de estas existen también
desde entonces y son un campo muy desarrollado. Este análisis representa
una de las áreas más ricas, combinando aquellas formulaciones que
consideran la naturaleza del tipo particular de imágenes que se usan en un SIG
—esto es, el hecho de que son imágenes de la superficie terrestre— junto con
las que existen para el análisis y proceso de imágenes digitales en general.
Estas últimas constituyen por sí solas un amplio grupo de técnicas que, en
conjunto con las dedicadas al análisis de datos espaciales, forman una serie de
herramientas de gran utilidad para el uso genérico de los SIG.
Si la consideramos simplemente como una estructura de datos, una imagen no
es sino una capa ráster más. Tiene la estructura regular de una capa ráster y
contiene en cada celda (cada píxel de la imagen) el valor asociado a una
variable dada. Particularmente, esta variable es la intensidad de la reflectancia
en una longitud de onda dada.
No existe diferencia «formal» entre un MDE creado a partir de la información
recogida por un sensor remoto tal como los utilizados, por ejemplo, para la
Shuttle Radar Topographic Mision (SRTM), y una imagen de satélite tal como
las que proporciona el satélite LANDSAT (salvo el hecho de que esta última
contiene varias bandas en lugar de una única). No obstante, la naturaleza de la
variable recogida en la imagen y la componente visual intrínseca a la misma
hacen que el campo del análisis de imágenes presente sus particularidades,
que serán las que veremos a lo largo de este capítulo.
En conjunto, estudiaremos los elementos básicos del análisis de imágenes
digitales, así como las formulaciones específicas para el caso de imágenes
aéreas o procedentes de teledetección, es decir, las formulaciones específicas
para el tipo de análisis que se realiza en un SIG. Algunas formulaciones más
particulares se verán en la parte dedicada a las aplicaciones.
Tanto uno como otro de estos grupos son muy extensos, y en el espacio de
este capítulo no pueden recogerse sino las formulaciones más habituales y
útiles de ambos. La teledetección queda en muchas ocasiones fuera de los
textos al uso sobre SIG, como una disciplina con entidad propia, relegándose
también junto a ella al procesado de imágenes. No obstante, los SIG no
pueden entenderse hoy día sin el concurso de imágenes, ya sea como
elementos visuales o como objetos de análisis, y las metodologías dedicadas a
su procesado deben recogerse al menos en cierta medida en un libro como
este.
Debido a lo extenso de la materia a tratar y a la fuerte componente matemática
con la que puede presentarse, se ha simplificado la exposición, incluyendo
estos elementos matemáticos en limitadas ocasiones y dando más peso al
aspecto práctico. En caso de que el lector esté interesado, las referencias
indicadas a lo largo del capítulo contienen descripciones detalladas de las
fórmulas y procesos que definen cada una de las operaciones sobre imágenes
que veremos a continuación
Del mismo modo que un MDE contiene depresiones irreales que deben ser
corregidas antes de proceder a su análisis hidrológico, las imágenes presentan
también otros elementos que hacen necesaria una preparación antes de pasar
al uso propiamente dicho. Estos elementos están relacionados con la forma en
que los sensores captan la información y las imprecisiones que en este proceso
pueden aparecer, y tratan de eliminar estas imprecisiones para que los Niveles
Digitales de las distintas celdas reflejen fielmente la realidad presente en el
momento de capturar dicha imagen.
Independientemente del número de bandas de la imagen, las correcciones se
realizan de forma individual para cada una de las bandas, ya que algunos de
los errores pueden aparecer solo en parte de dichas bandas, y no
necesariamente sobre todas ellas de forma simultanea para un mismo píxel.
Los tipos principales de deficiencias que puede contener una imagen son los
siguientes:
Geométricas. Distorsiones de forma provocadas por los movimientos y
oscilaciones del sensor, o por el relieve del terreno, entre otros factores.
Con una base conceptual relacionada con las técnicas de corrección de
estas deficiencias, existe un paso básico que debemos llevar a cabo en
muchos casos: la georreferenciación de la imagen. Para incorporar dicha
imagen dentro del ámbito de un SIG, es necesario que le asignemos una
referencia geográfica ya que, como bien sabemos, todos los datos
espaciales han de tener definida su posición en el espacio. Cuando esta
referencia no existe, es necesario llevar a cabo un proceso que la defina.
Radiométricas. Valores incorrectamente recogidos por el sensor.
Pueden ser debidas a errores del sensor o introducidos en el proceso de
almacenamiento o transmisión, o bien a distorsiones debidas al efecto
que la atmósfera ejerce sobre la radiación (y por tanto sobre los valores
recogidos).
Las operaciones de esta clase se corresponden con las funciones de tipo local
del álgebra de mapas, ya que toman el Nivel Digital de un píxel de la imagen
original y únicamente en función de su valor calculan el del mismo píxel en la
imagen resultante. Por ello, todas estas operaciones tienen la forma
\begin{equation} ND' = f(ND) \end{equation}
Según sea la función, tenemos un tipo u otro de operación, con un efecto
concreto. Para mostrar estas funciones de forma gráfica, emplearemos gráficas
como la siguiente, la cual se corresponde con la transformación identidad.
5.9 Filtros
Al igual que algunas de las operaciones vistas ya en este capítulo, los filtros
son similares en concepto a parte de las operaciones que ya conocemos de
capítulos anteriores. En particular, comparten sus fundamentos con las
funciones focales del álgebra de mapas, aunque, al igual que en otros de los
casos anteriores, la utilización de estas tiene aquí una función principalmente
relacionada con la mejora visual.
Podemos dividir los filtros en dos tipos en función del tipo de modificación que
realizan.
Filtros de suavizado. Producen un efecto de desenfoque, restando
definición a la imagen. Atenúan las diferencias entre píxeles vecinos.
Filtros de realce: Producen un efecto de enfoque, aumentando la
definición de la imagen. Acentúan las diferencias de intensidad entre
píxeles vecinos.
Ciertos filtros calculan los nuevos valores como combinaciones lineales de los
píxeles del entorno. Son las denominadas convoluciones, las cuales ya vimos
en el capítulo dedicado al álgebra de mapas. La convolución se define
mediante una matriz $n\times n$ (que denominábamos núcleo) y esta permite
calcular el valor resultante de la operación. En función de los valores de la
matriz, el efecto que el filtro tenga sobre la imagen será uno u otro.
Otros filtros, a diferencia de las convoluciones, se basan en funciones
estadísticas que no pueden expresarse mediante un núcleo.
Filtros de realce
Filtros de suavizado
Transformación IHS
Transformación de Brovey