Revista Opportunity - Recopilatorio2020
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Número 4
Aitziber Elejalde
MONSTRUOS
De la traducción Friki
Entrevist a
Miguel Aguerralde
RELATO DE Rocío Núñez Gil
LA ESFERA
Esta publicación está financiada por Pórtico, la Asociación Española de Fantasía, Ciencia Ficción y Terror.
http://www.aefcft.com/
Con la colaboración de Aitziber Elejalde, Adriano, Ana González Duque, Borja Echeverría, Carlos M.
Pina, Laura Morán Iglesias, Laura Robayna, Lucyna Adamczyk, María Cristina Cano, Miguel Aguerral-
de, M. W. Rasjidgandha, Paula Gil García, Rocío Núñez Gil, Orange Mike y Victor Conde.
Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su in-
corporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (elec-
trónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito de los titulares. La
infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.
Portada nº 1 de Adriano 10
ENTREVISTAS 20
Orange Mike, actual director de Taff 20
RELATOS 34
El camaleón de Carlos M. Pina 34
NOVEDADES EDITORIALES 46
Gracias a todos los que habéis colaborado con nosotros y que nos
habéis leído. Especialmente, a los socios de Pórtico que con su apoyo
han hecho posible esta revista.
Bruno Puelles
@brunoenserio
L
a película francobelga Raw, estrenada en 2016 y protagonista como metáfora de una transforma-
dirigida por Julia Ducournau, quizás hubiera pa- ción moral, muchos compraron su entrada pensan-
sado desapercibida entre los amantes del cine do que se trataba de una película gore, con el ob-
más mainstream si el Festival de Cine de Toronto jetivo de sobrevivir a los fotogramas que causaban
no hubiera tenido que llamar a una ambulancia desmayos.
para que atendiese por mareos a algunos de sus
espectadores. La noticia corrió como la pólvora, La simple presencia de una ambulancia a las afue-
y aunque el film solo utilzase el canibalismo de la ras de una sala de proyección fue un poderoso re-
clamo y una espontánea estrategia de marketing
que se tradujo en miles de entradas compradas.
La directora no tenía intención de vender su pelí-
cula de esta manera: de hecho, tuvo que emplear
gran parte de su tiempo en explicar a cada uno de
los medios que la entrevistaron después que su
obra no pertenecía al género del terror. Pero más
de medio siglo antes, sí hubo un director de cine
que supo aprovechar estos trucos y reclamos para
atraer a los espectadores a sus proyecciones. Hablo
de William Castle, el apodado rey de los gimmicks.
L
a literatura está llena de géneros y subgéneros, creer de corazón que podemos conseguirlo si nos
de corrientes y de movimientos que conocemos cuidamos los unos a los otros tanto como nos sea
o que no nos suenan de nada, y cada día surge humanamente posible, con cada gota de poder
algo nuevo que nos hace alzar la ceja y dejar de que resida en nuestros corazoncitos».
leer para buscar el concepto. Este ha sido el caso
del hopepunk, una etiqueta acuñada reciente- En una ambientación de sufrimiento, donde hay
mente y que todavía trae de cabeza a más de uno. problemas, hay crisis, hay maldad y pena, el hope-
Hopepunk es un nombre nuevo para algo antiguo, punk nos presenta unos personajes que no se rin-
que ya conocíamos, pero que no nos habíamos den, que son buenos, que no se dejan vencer por
molestado en bautizar hasta ahora; quizá porque el pesimismo o el cinismo.
no nos había hecho falta ponerle un nombre hasta
estos últimos años. «El hopepunk dice que la bondad y la dulzura no
son sinónimo de debilidad, y que en este mundo,
Ahora tiene un nombre que cada día utiliza más de un cinismo y nihilismo brutal, ser bueno es un
gente, y es una corriente literaria que parece que acto político. Un acto de rebelión».
va en alza. Pero, ¿qué es exactamente el hope-
punk? ¿De dónde viene esta nueva palabra y qué Para quienes no sepáis inglés: al poco de que
implica la etiqueta? Para entenderlo, tenemos que Rowland publicara el artículo, le pedí permiso para
remontarnos al año 2017, cuando le autore Alexan- traducirlo, así que aquí tenéis su traducción en es-
dra Rowland acuñó el término. En un artículo en su pañol junto a varias reflexiones mías. Esta fue la
blog, Rowland propuso un término para nombrar primera vez que se hablaba de hopepunk en el fan-
una corriente existente dentro de las obras de fan- dom en español.
tasía y ciencia ficción (pero no exclusiva de estas)
que centra su atención en la esperanza.
¿Qúe no es el Hopepunk?
¿Qué es el hopepunk? En ocasiones, para entender algo necesitamos sa-
ber lo que no es. Desde que comenzó a utilizarse
En pocas palabras, el hopepunk es una corriente, más esta etiqueta en el mundo literario español
una manera de enfocar una historia desde un pris- mucha gente ha confundido conceptos y ha enten-
ma de esperanza. No se trata de un género literario dido el hopepunk de manera equivocada, en unas
en sí mismo, sino de una corriente que puede eng- ocasiones por desconocimiento y en otras por no
lobar historias de fantasía, ciencia ficción o terror querer entender. El hopepunk no es una corriente
por igual. de perfección moral. Los buenos no son arquetipos
del bien: son humanos, cometen errores, la cagan,
«Trata de alzar la voz por otras personas. Trata pueden hacer daño. Pero tienen sentimientos, in-
de exigir un mundo mejor, más amable, y de tentan mejorar, intentan arreglarlo. Los mundos
gobierno». No Es Un Hobby
S
e dice que la traducción es uno de los ofi- tiempo se trató de una profesión oral, en la
cios más antiguos del mundo. Al fin y al actualidad, la cantidad de palabras escritas
cabo, es inherente a la mera existencia que se traducen al día es incuantificable.
de las lenguas y a la necesidad de los pue- Prueba de ello es el surgimiento de herra-
blos de comunicarse entre sí, ya sea para co- mientas de traducción automática (con sus
merciar o guerrear. Si bien durante mucho redes neuronales) para agilizar el proceso.
Aunque parezca ciencia ficción, cualquiera
que haya empleado alguna vez estas herra-
mientas conoce la calidad que ofrecen, por
lo que no cabe duda de que la intervención
humana es indispensable para crear un tex-
to final impecable.
A pesar de adorar su trabajo, los cuatro re- La gran labor en nuestro país de traductores
conocen tener alguna espinita clavada. Una como Francisco Porrúa, Domingo Santos o
obra o algún autor al que les hubiera gusta- Matilde Horne, muchas veces de forma pre-
do traducir, pero que por un motivo u otro caria, continúa ahora de la mano de estos
no pudieron hacerlo. Manuel menciona que grandes profesionales de la lengua. Es espe-
estuvo mucho tiempo intentando que alguna ranzador saber que los traductores que se
editorial se interesara por La casa de hojas, dedican a traducir fantasía, ciencia ficción y
de Mark Z. Danielewski, pero que finalmente terror en la actualidad están orgullosos de
fue Javier Calvo quien tradujo la novela para su trabajo, luchan por su reconocimiento,
Pálido Fuego y Alpha Decay. Carla mencio- abanderan el género allá por donde van y
nó a Octavia Butler y afirmó que, aunque son capaces de atraer al fandom por su la-
lo intentó, no ha conseguido tener la opor- bor.
tunidad de traducir sus obras. Por su parte,
David menciona la obra Neuromante, de Wi- Desde comienzos del siglo XXI, el panorama
lliam Gibson y Pilar habló de Margaret Weiss de la ciencia ficción, la fantasía y el terror
y Tracy Hickman, autores de la saga Dragon- goza de buena salud en nuestro país. Hay
lance. Ambos afirman que fueron las obras y excelentes escritores, no solo en español,
los autores que hicieron que se enamoraran sino también en las demás lenguas oficia-
de la ciencia ficción y la fantasía, lo que de- les, y también hay editoriales que apuestan
muestra, una vez más, que la traducción ha por ellos, pero necesitamos a los traductores
sido clave a la hora de atraer lectores a estos para poder conocer y disfrutar de lo que se
géneros. escribe más allá de nuestras fronteras; para
adentrarnos en culturas y mundos inexplo-
La mesa redonda finalizó con los cuatro rados, para abrir nuestras mentes y dejar
dando consejos a los que deseen adentra- volar nuestra imaginación, ya que, al fin y al
se en este asombroso mundo y, sobre todo, cabo, de esto se trata.
para los que todavía están estudiando. Una
de las cosas más importantes es leer mu- Si queréis ver la charla completa y disfrutar
cho, no solo fantasía, ciencia ficción o te- de más anécdotas, la grabación está disponi-
rror, sino todos los géneros, así como en el ble en el canal de YouTube de Pórtico.
Michael Lowrey, también conocido como Orange ción de escritores empobrecidos de 2015 otorgada
Mike por su llamativo estilo de vestimentas naranjas, por la Fundación de Literatura Especulativa.
encontró su lugar en el fandom en la década de los
70s. Es un fanático activo del fanzine que ha publi- Queremos acercar su trayectoria y su visión del
cado su propio zine “Vojo de Vivo” (2001) y el actual fandom y de la literatura de género a los lectores
director de TAFF, el fondo transatlántico de aficiona- de Opportunity. Esperamos que disfrutéis leyendo
dos. Además, fue miembro del jurado de la subven- la entrevista tanto como nosotros al hacerla.
Víctor Conde es el seudónimo del escritor español también el Premio Kelvin del festival Celsius 232 de
Alfredo Moreno Santana, autor de obras de cien- Avilés por su novela Las Puertas del Infinito. Desde
cia ficción, terror y fantasía. Ha sido galardonado 2010 ha trabajado en un proyecto que abarca va-
con diversos premios, entre los que se encuentran rias novelas, en el que revisa distintos monstruos
el prestigioso Premio Minotauro o el premio Igno- de la mitología clásica.
tus, ambos por su novela Crónicas del multiverso, y
¿Cómo empezó tu proyecto de ¿Te pusiste alguna limitación, ¿Por qué nos resultan tan fasci-
los monstruos? por ejemplo, geográfica o nantes los monstruos?
temporal?
Empezó en 2010, cuando gané Cada una de estas criaturas re-
el Premio Minotauro con Cóni- No, de hecho, cada novela es dis- presentaba un miedo del ser hu-
cas del multiverso, una novela de tinta a la anterior. Hija de lobos mano. ¿Por qué está tan de moda
ciencia ficción, tipo Dune, porque es una fantasía victoriana, tiene el zombi ahora? Porque lo que
a mí me encanta cambiar, así que lugar en el siglo XIX; Naturaleza más teme la gente es que nos
después quise hacer algo radical- muerta es una gamberrada que comamos unos a otros debido a
mente distinto. Se me ocurrió es- transcurre en la misma época en la falta de recursos, a lo mal que
cribir terror, que siempre me ha la que se escribió. Ahora voy a sa- están las cosas con la economía
flipado. Soy muy admirador de car una nueva que gira en torno mundial. El monstruo se convier-
autores como Stephen King. Me al mito creado por la película de te en una especie de metáfora.
dije, venga, vamos a empezar a La laguna negra, de los años 50. Cada monstruo tiene su reflejo
revisar monstruos de la mitología La película de Guillermo del Toro en la cultura popular.
clásica, pero dándole un puntito La forma del agua es una especie
original. El primero que elegí fue de homenaje a ese mismo tipo Si son un elemento realista pero
el hombre lobo, el famoso licán- de bicho. Mi novela, que voy a expresado metafóricamente,
tropo, y de ahí saqué la novela publicar este mes, es una ucronía ¿tienen cabida los monstruos
Hija de lobos. Bueno, no, perdón, en la que nos vamos al siglo XVI, fuera de la literatura de terror y
el año anterior ya había escrito durante la conquista de Perú. Los fantasía?
una novela de zombis, Naturale- colegas de Pizarro se encuentran
za muerta. Y a partir de ahí, cada con un mito inca que resulta ser Desde el momento en el que
año o cada dos años me dediqué real. Es una novela histórica con no es algo alegórico, sino que el
a analizar un mito diferente. componentes fantásticos. monstruo existe de verdad, se
Ana González Duque es escritora de fantasía juve- literario El fogón y, más adelante, Marketing onli-
nil. En 2008, abrió un blog para contar su residen- ne para escritores, en el que da trucos de super-
cia como anestesista y convirtió en un éxito con vivencia para escritores y ofrece cursos de forma-
10000 visitas al día. Unos años después, publicó ción. Además, comparte su experiencia y la de sus
una novela en el mismo estilo del blog, El blog de colaboradores invitados en el podcast El escritor
la doctora Jomeini (Nowtilus, 2012). La novela se emprendedor, así como en libros de no ficción
reeditó tres veces para España y LatinoAmérica. para escritores. Sus novelas, entre las cuales hay
Dos años después, publicó la bilogía de fantasía fantasía juvenil y comedia romántica, pueden en-
juvenil Leyendas de la Tierra Límite y abrió el blog contrarse en su web.
Miguel Aguerralde (1978, Madrid) es maestro de títulos en nuestro país. Como escritor de suspense,
Educación Primaria y escritor de terror y thriller, sus obras se centran en el género policiaco y el mis-
aunque también ha trabajado la literatura román- terio, lo que le ha llevado a estudiar en profundidad
tica e infantil. En los últimos diez años ha publicado los métodos de escritura y estrategias más acordes
decenas de relatos y cuentos en distintas antolo- a este género. Podríamos considerar, por tanto, que
gías; sin embargo, es en la novela donde este autor es uno de los escritores españoles con mayor expe-
canario ha apoyado gran parte de su carrera litera- riencia en novela negra. Es un honor para nosotros
ria, teniendo publicadas, hasta la fecha, más de 21 poder compartir con él esta entrevista.
¿Has publicado muchos libros también Mensaje en una botella lectores sigue aumentando. A to-
de novela negra en la última dé- o El escarabajo de oro y, pos- dos nos gusta que nos planteen
cada, ¿qué te llevó a decantarte teriormente, El sabueso de los un dilema que resolver, y la na-
por este género? Baskerville. El cine de los 90 me rrativa negra es tremendamente
enamoró del thriller y llegué a adictiva. En nuestro país estamos
Seguramente la curiosidad. Soy Thomas Harris, John Katzembach acostumbrados a leer grandes
un apasionado del misterio, de o Dennis Lehane, entre muchos autores noir, especialmente de
encontrar pistas y descubrir se- otros. Hoy en día leo mucho au- fuera, y ahora estamos descu-
cretos. Crecí con las novelas de tor nacional, en particular los de briendo que también hay mucho
Sherlock Holmes, los cuentos de mi tierra, Alexis Ravelo o José y muy bueno aquí.
Poe y los seriales detectivescos Luis Correa, cuyas novelas tuvie-
de la tele, y desde siempre, en ron mucho que ver en que me ¿Qué pasos o procesos ves ne-
cualquier género al que me en- dedicara a escribir novela negra cesarios a la hora de documen-
frente, el misterio por resolver situada en mi ciudad. tarse para una novela negra,
está presente. cambia en algo respecto a las
¿Consideras que este género tie- historias de otros géneros?
¿Podrías decirnos algún título ne una buena acogida entre los
que haya marcado tu trayectoria lectores de nuestro país? Algunos autores eligen poner el
como autor de novela negra? foco en los personajes y otros se
La novela policiaca tiene una centran en potenciar la trucu-
El primer relato policial que re- larguísima tradición tanto aquí lencia o dificultad del caso en sí.
cuerdo haber leído podría ser como en otros países, diría que A mí me gusta combinar ambas
Los crímenes de la calle Morgue, cada vez más, y el número de sus cosas, porque adoro desarrollar
EL CAMALEÓN
Texto: Carlos M. Pina
@CMartillazos
H
abía pasado la noche inquieto, durmiendo a
ratos y con una sensación extraña en la piel y
en el estómago. Cuando decidió levantarse, a
eso de las diez de la mañana de aquel domingo de
mayo, se sentía raro, aunque no mal. Retiró las sá-
banas, se bajó de la cama y se fue al lavabo lenta,
muy lentamente, con movimientos titubeantes,
como si sus brazos y piernas se accionaran con
muelles internos y cada desplazamiento fuera se-
guido de un pequeño retroceso. Se miró en el es-
pejo y comprobó lo que ya sabía: se había converti-
do en un camaleón de un metro sesenta y ocho de
largo, sin contar con la larga cola prensil enrollada
tras él. No le dio mucha importancia y se convenció
de que eran cosas que a veces pasaban. Hacía años
que había leído La Metamorfosis de Kafka y nun-
ca había terminado de comprender el horror que
aquel hombre sintió al percatarse de que se había
convertido en un escarabajo. Siempre había pensa-
do que si a él le pasara una cosa semejante procu-
raría sacar alguna ventaja de la transformación;
total, ser persona tampoco es una bicoca. Ahora
se veía repentinamente convertido en camaleón
y estaba dispuesto a disfrutar de su nueva condi-
ción, si bien le preocupaba un poco cómo sería
aceptado por el resto de la gente, sus amigos, su
mujer y sus hijos. Sobre todo sus hijos. Los niños
son a veces tan crueles que lo mismo dejaban de
quererlo. Pero pensó que si actuaba con natural-
idad no pasaría nada y, una vez que superaran la
inicial sorpresa, todo sería normal. Cogió entonces
la brocha para afeitarse, pero inmediatamente se
dio cuenta de que no había nada que afeitar; su
cara estaba cubierta de escamas ovaladas de dis-
tintos tamaños dispuestas en un bonito orden. Se
quedó un buen rato contemplándose satisfecho
en el espejo mientras en su interior se alegraba
de no tener que volver a afeitarse nunca más en
la vida. Tampoco tendría que ducharse, ya que el
agua escurriría por las escamas más grandes de su
cuerpo y no serviría para nada. Como no tenía di-
entes, sino que su boca estaba rematada por un
RIDER
mínimo de actividad económica durante la hiber-
nación impuesta. En un día normal, Kila recogía de-
cenas de pedidos en supermercados que repartía
por toda la ciudad, se encargaba de otros tantos
repartos de comida a domicilio, entregaba docenas
Texto: Paula Gil García de medicinas, documentos, paquetes de diverso
@Paula_GilGarcía contenido y que muchas veces prefería no con-
ocer. Solo los riders y la policía podían abandonar
sus casas durante las cuarentenas, lo que era a la
L
a calle estaba desierta, pero algo se movió al vez un privilegio y una enorme responsabilidad.
fondo, junto a una farola. «Putas ratas», pensó «Gracias, riders. Nuestros héroes», decían los in-
Kila. Las odiaba. En las semanas de cuarentena mensos carteles luminosos diseminados por toda
era frecuente verlas a plena luz del día, obligadas la ciudad.Y Kila se sentía honrada. Llegar a ser rider
por el hambre a abandonar sus agujeros. Privadas —una de las mejores, además— le había costado
de la basura de los restaurantes y de otros des- años de duro entrenamiento y rigurosas pruebas.
perdicios humanos se volvían locas, y llegaban a Había que ser rápido, eficiente y estar preparado
desplazarse varios kilómetros para buscar comida para surcar durante horas una ciudad en cuarente-
en barrios donde normalmente no había redores. na al límite de tus fuerzas. Nunca sabías lo que ibas
Como aquel. Era una zona acomodada de la ciu- a encontrar detrás de una puerta. Kila nunca había
dad, a las afueras, con amplias avenidas bordeadas tenido que disparar a nadie, pero sí había sacado
de árboles y casas rodeadas de jardines. Un coñazo su arma reglamentaria en varias ocasiones, por
de barrio hasta cuando no estaban en pandemia, ejemplo. Tenía compañeros a los que les había to-
en opinión de Kila: por sus calles solo pasaba el cado atender urgencias médicas sin ser sanitarios,
ocasional coche de alta gama o niñeras paseado a exponiéndose al virus, y un amigo que se encontró
críos. Pero nunca ratas. Kila bajó el visor del cas- un cadáver a medio descomponer, y encima le pi-
co y se preparó para arrancar. Si lo lograba, serían dieron que se lo llevara. Lo de las ratas… lo de las
tres este mes, el record absoluto en su unidad. El ratas era lo de menos.
animal levantó el hocico percibiendo el peligro, y
durante un instante las dos se miraron, rider y rata. El brac que llevaba injertado en su brazo izquier-
«No tienes escapatoria, hija de puta», pensó Kila do decía que ya había llegado a la dirección del
mientras aceleraba, pero el animal fue más rápi- siguiente encargo. Era una construcción moder-
do y se escabulló por una alcantarilla, milésimas na, de esas con mucho acero y cristal que a Kila le
de segundo antes de ser aplastada por la rueda. parecían demasiado frías, asépticas. Si alguna vez
«Mierda». No pasaba nada. Ya habría otras. lograba ahorrar lo suficiente, sabía perfectamente
el tipo de casa que quería comprarse: un ático an-
Desde la declaración de la cuarentena actual, Kila tiguo, de suelos de tarima, techos altos y vistas so-
había trabajado hasta catorce horas diarias llevan- bre la ciudad. Pero para eso le quedaban al menos
do paquetes de un lado a otro de la ciudad. Posible- dos o tres pandemias y muchos paquetes como ese
mente iba a seguir al mismo ritmo durante una bue- por recoger.
na temporada. Era un virus nuevo, otra vez, y sabía
por experiencia que en esos casos las cuarentenas Todo el mundo dominaba ya el proceso. El rider
eran largas. La producción de vacunas llevaba su ti- llegaba al domicilio y colocaba su pequeño con-
empo: había que cultivar el nuevo patógeno, hacer tenedor junto a la puerta, el cliente aparecía, de-
pruebas, obtener el visto bueno de las autoridades jaba o tomaba de él la mercancía, el repartidor
sanitarias y, finalmente, distribuirlas entre la po- volvía a poner el contenedor en su moto y ya es-
blación. Con la ayuda de millones de riders como taba, transacción completa sin que nadie tuviese
ella, por supuesto. Kila estaba orgullosa de su la- que hablar ni acercarse a menos de dos metros de
bor, de su importancia para la sociedad. Gracias a distancia. Solían ser adultos, a menudo personas
ellos, la gente podía seguir alimentándose en tiem- muy mayores, a veces enfermos que tosían o es-
pos de cuarentena estricta, como la actual; los en- tornudaban y obligaban a Kila a retroceder un par
fermos confinados en sus casa recibían medicinas; de pasos más, aunque con su equipo de protección
—Hola. Me gusta tu casco. ¿Sabes que yo también —¡Pero tú eres una rider, llevas y traes cosas! ¡Y yo
voy a ser rider cuando me haga mayor? Así podré no puedo cuidar de Bruno!
salir durante las cuarentenas.
Entonces llegó una voz desde dentro de la casa.
No estaba prohibido hablar en las entregas, aun- Alguien decía algo o llamaba al niño; Kila no lo en-
que Kila nunca lo hacía; era su norma. Pero ignorar tendió bien, y todo ocurrió muy rápido. El chico dio
a un niño pequeño con el pelo revuelto y un oso de un beso apresurado al perrito, lo metió dentro del
peluche en la mano le pareció cruel. contenedor y entró en la casa, cerrando la puer-
ta trás él. El animal intentó salir de la caja pero no
—Tendrás que prepararte muy bien, no vale cual- lo consiguió y entonces empezó a ladrar, primero
quiera. muy suave, pero después con fuerza, auténticos
aullidos que seguramente se escuchaban en toda
—Yo valdré, ya verás. Soy muy listo y muy rápido. la calle. «¡Mierda, mierda!», pensó Kila. Tenía que
¿Quieres que te lo demuestre? subirse a la moto y largarse, lo sabía. Marcharse y
denunciar a esa familia que tenía un perro ilegal
—¡No, quédate quieto! ¿Dónde están tus padres? y un niño posiblemente desatendido. Pero no se
movió, no podía, hasta que los ladridos se hicieron
—Están enfermos. Espera, voy a por lo que te todavía más vigorosos y entonces, sin saber muy
tienes que llevar. bien por qué, agarró el contenedor con el perro
dentro y se fue de allí.
Kila suspiró. Detrás de cada puerta había una
pequeña tragedia. Tendría que hablar con las au-
toridades sanitarias y los servicios sociales, por si
acaso era necesaria su intervención. Los padres La casa de ladrillo rojo y tejado negro la encon-
enfermos y el niño atendiendo a los riders… El chi- tró enseguida, pero no había nadie esperando su
co volvió a aparecer, pero esta vez ya no tenía un llegada. Kila se dio cuenta de que posiblemente
peluche en sus manos, sino algo pequeño, negro y el niño no había organizado el envío, así que hizo
cubierto de pelo que respiraba apresuradamente algo que un rider normalmente no hacía: llamar
con la lengua fuera. Un perro. al timbre. Tampoco ocurrió nada y como el per-
rito no paraba de ladrar dentro del contenedor,
—¿Qué es eso?— Era una pregunta tonta, Kila lo no tuvo más remedio que marcharse. No quería
sabía perfectamente, aunque le dieran un poco de ni pensar qué ocurriría si alguien la pillaba allí con
asco y no hubiera visto uno en mucho tiempo. Des- una mercancía ilegal. Recibiría una sanción, eso
de la última pandemia estaban prohibidos, como seguro, y se arriesgaba incluso a perder la licencia.
los demás animales de compañía. Tan dulces, tan Canceló todos los encargos que tenía para el resto
monos, y resulta que transmitían mutaciones de del día con una excusa y se fue a casa, sin tener la
virus, los muy cabrones. más mínima idea de qué hacer después. El perrito
ladraba todo el tiempo; a lo mejor de hambre, y le
—Es Bruno. costó mucho subirlo hasta su apartamento sin que
hiciera ruido.
—Es ilegal.
¿Qué comía un perro? Le dio salchichas y pan, y
—No, es Bruno —contestó el niño—. ¿Puedes restos de su propia cena. Limpió muchos pises
llevarlo con mis primos? Es la casa de ladrillo rojo y cacas. Intentó que durmiera en la cocina pero
que está al otro lado del parque, con el tejado ne- ladraba; gemía, más bien, llorando sin lágrimas.
gro y un árbol muy grande en la puerta. Mis padres Acabaron durmiendo juntos, la única forma de que
están malos y yo solo no puedo cuidar de él. no hiciera ruido, rider y perro acurrucados en el sofá.
AFTERWORK
Texto: Borja Echeverría
@BorjaEcheve
L
a llevaban siguiendo varios días. No tenía prue-
bas, pero podía sentirlo. Cada vez que salía del
trabajo notaba un escalofrío recorriéndole la
espalda. Estaban allí, no había duda. Desde que se
sintió acosada, trató de abandonar la oficina sin
ser vista, siempre a horas intempestivas, cuando ya
no quedaba nadie. Para extremar las precauciones
nunca usaba la puerta principal, prefería escabu-
llirse por la escalera de incendios. Aun así, toda esa
cautela no fue suficiente.
—Sí, claro. Hasta mañana. —Es cierto, no me apetece. Hay vida fuera del tra-
bajo. Quiero estar con mi familia y con mis amigos.
Marta se abrió paso entre sus compañeros y salió
de allí sin mirar atrás. De haberlo hecho, se hubiera —No necesitas ni amigos ni familia, nosotros sere-
quedado pasmada al descubrir que los ojos de su mos las dos cosas —sentenció don Anselmo.
jefe chisporroteaban como dos brasas ardiendo,
despojando al callejón de su oscuridad y tiñéndolo —¿Y si me niego?
de un rojo intenso.
—Te enfrentarás a los tres tormentos impíos.
—¿Vamos tras ella? —preguntó uno de los secuaces
de don Anselmo. —No se me ocurre nada peor que salir de fiesta con
vosotros —respondió Marta, sellando así su destino.
—Deja que disfrute de sus últimos momentos de li-
bertad, pronto se unirá a nosotros. El primero de los tormentos resultó ser menos duro
de lo que creía. Cada vez que se acercaba a la cocina,
—Como ordene, Líder Supremo. ¿Quiere que le trai- veía a sus compañeros formando un círculo ceremo-
ga el colirio? nial frente a la cafetera, criticándola a sus espaldas.
Si llegaba a entrar en la habitación, la conversación
—Sí, por favor. La alergia me está matando —con- se detenía súbitamente y volvía a retomarse, entre
cluyó el Líder, frotándose con insistencia los ojos. risas veladas, en cuanto salía por la puerta.
El secuaz se desabrochó los primeros botones de la Fue el segundo tormento, mucho más cruel que su
camisa y reveló una bolsa de terciopelo que llevaba predecesor, el que consiguió quebrar la mente y
amarrada al cuello. Introdujo la mano en su interior el espíritu de Marta, hasta llegar a un punto en el
y sacó un pequeño vial que ofreció a su superior. El que pensó que nunca volvería a ser la misma. Un
contenido del frasquito consiguió apaciguar las bra- lunes como cualquier otro, los demás trabajadores
sas y, una vez más, el pasadizo volvió a quedarse en decidieron cambiar su dieta de forma repentina.
penumbra. Iniciando una especie de cuaresma, abandonaron
completamente el consumo de carne y se alimen-
La noche siguiente, Marta intentó encontrar una taron únicamente de pescado. Esta práctica no re-
nueva ruta de escape. Estaba a punto de inspeccio- sultaría en absoluto sádica, de no ser porque todos
nar los conductos de ventilación de la sala de reu- los empleados calentaban sus táperes en el nuevo
niones, cuando escuchó una voz a sus espaldas. microondas, que estaba convenientemente coloca-
do al lado de la mesa de Marta.
—¿Te vienes a tomar algo, Martita?
Antes de perder por completo la razón, y el sentido
—No, estoy muy... ¡Joder! del olfato, Marta se presentó en el despacho del Lí-
der Supremo y le rogó que nunca le revelase en qué
Al girarse, Marta se volvió a encontrar con don An- consistía el tercer castigo. A cambio, ella se uniría
selmo y sus compañeros. Lo que le hizo proferir un por fin a su pequeña familia. Entre vítores de ale-
grito de sorpresa fue ver que todos vestían túnicas gría, los encapuchados la guiaron hasta El Templo,
negras, con unas capuchas que les ocultaban par- un bar de confianza que estaba situado debajo de
cialmente el rostro. la oficina. En la seguridad de sus muros, los acólitos
Marta reprimió una arcada y le devolvió la copa a su Con la seguridad de que no le iban a esperar a la
jefe. Las palabras de los secuaces seguían resonan- salida, Marta regresó a casa, dispuesta a disfrutar
do en sus oídos. Quizás fuese porque la sangre se de una buena serie en Netflix y de una copa que no
le estaba subiendo a la cabeza —la que acababa de contuviese ningún fluido corporal.
LA ESFERA
Texto: Rocío Nuñez Gil
@roucalypse
L
a primera vez que oí hablar de la esfera fue en hora
crepuscular, cuando mi mente cedió al esfuerzo de
las tareas del colegio y la ventolera de un ocaso oto-
ñal azotaba las tejas de mi casa. Yo solo era una niña
y, como tal, no tenía aún la edad para comprender la
complejidad del mundo ni de conocerlo ínfimamente,
y por tanto no se esperaba de mí. Lo poco que había
llegado a conocer del mundo se debía a que toda la
información que recibí me había sido dada de forma
directa por las personas de mi alrededor, ya fuera de
forma voluntaria o erróneamente. Esto no solo pasaba
con todo el saber que una adquiría en su más tierna
infancia, sino que también una se veía en aquellas cir-
cunstancias siendo ya adulta, con la diferencia de que
una vez crecida, ya tenías más independencia a la hora
de descubrir hechos y datos que quedaban fuera de
tu alcance antaño. Además, vivía en un pueblo don-
de la fascinación por las leyendas y las supersticiones
era candente, y la esfera me había sido descrita de un
modo en que era imposible olvidar.