Psicopatología
Psicopatología
Psicopatología
La psicopatología es parte del interés básico del hombre por entender la conducta
humana, específicamente entender la conducta anormal y/o patológica.
La psicopatología descriptiva es imprescindible para comprender el
funcionamiento de la mente sana y enferma. Es el lenguaje básico para designar los
síntomas de las enfermedades mentales y luego hacer un diagnóstico de una patología
psiquiátrica. Por esta razón, creemos que la formación clínica comienza con el
conocimiento de la semiología psiquiátrica y su psicopatología, antes de iniciarse en
otras áreas clínicas y debe ser en forma entretenida, interactiva y con múltiples
ejemplos.
Este programa le da la posibilidad al alumno de acceder a este conocimiento de
manera fácil, dando respuesta a la necesidad de nuevas herramientas educacionales y
a su vez usando todos los recursos audiovisuales que hoy la tecnología pone a nuestro
alcance. Este esfuerzo académico se debe a la gran importancia que le damos al
adecuado aprendizaje de la base de la clínica como punto de partida de las carreras del
área de la salud mental.
Tal como el texto de psicopatología y semiología psiquiátrica del Dr. Ricardo
Capponi en su momento fue fruto de una necesidad detectada en la práctica docente, el
desarrollo de un programa de aprendizaje online de psicopatología también lo ha sido.
Creemos de vital importancia seguir desarrollando nuevas estrategias
educativas adecuadas a estos tiempos y por esta razón es que las ventajas del
aprendizaje on-line se hacen atractivas como una interesante propuesta surgida como
respuesta a nuestras interrogantes de como actualizar la enseñanza de la psicopatología
en este nuevo siglo.
Te ofrecemos la posibilidad de aprender psiquiatría de la manera que hoy exige
el mundo moderno. Tanto para pacientes y como para profesionales, es necesario
mantenerse informado de una manera fácil y expedita.
Dra. Valentina Capponi Marshall
Autora del programa de Psicopatología on-line
Dr. Ricardo Capponi MartíneZ
Autor del libro: «Psicopatología y Semiología Psiquiátrica»
Elementos del vivenciar
Esta denominación alude a lo que se ha llamado elementos básicos constitutivos
del aparato psíquico. Entre los elementos del vivenciar, distinguimos:
Sensopercepción
Pensamiento
Afectividad
Psicomotricidad o conación
I.1. Sensopercepción
Estudiar y entender el funcionamiento del sistema sensorial es la base para que
podamos hacer un análisis completo de la manera en que un individuo vivencia una
situación determinada.
Los sentidos son nuestra conexión directa con el ambiente. No puede ser igual
la vivencia de una persona que escucha mal que el de un músico que discrimina variados
sonidos o tiene una hipersensibilidad auditiva.
La causa de la diferencia que existe en cómo sentimos los estímulos externos no
está del todo clara. Pudieran ser el número de receptores, la respuesta de estos o
diferencias en las vías neuronales que trasmiten el impulso nervioso.
Luego de que el medio interactúa con nuestros órganos sensoriales, el impulso
nervioso que se produce debe ser elaborado por algún área específica de la corteza
cerebral. La elaboración cortical de los estímulos sensoriales del ambiente o como
interpretamos la sensación es llamada percepción.
Entonces, además de influir las diferencias en el órgano sensorial propiamente
tal, para evaluar bien la vivencia de un estímulo externo, debemos tener presente que
la estructura cortical varía enormemente en cada individuo y por ende la elaboración de
estos impulsos será muy distinta en cada caso.
Adicionalmente, las patologías tanto de los órganos sensoriales como de las
áreas corticales que elaboran la respuesta podrían alterar este proceso en forma
secundaria y cambiar la manera en que se vivencia el estímulo del medio.
En este capítulo estudiaremos la sensación, percepción y representación, tanto
su desarrollo normal como cuando está alterado.
I.1.a. Sensación
La sensación se define como un proceso fisiológico, en el cual uno de los órganos
de los sentidos responde frente a un estímulo físico del medio ambiente.
Se habla de sensación cuando un estímulo que actúa sobre un órgano sensorial
llamado receptor es capaz de excitarlo y provocar una reacción de transmisión hacia
un centro integrador, que en el caso del hombre es la corteza cerebral. El cerebro
registra dicho estímulo como una experiencia que denominamos sensación.
El estudio de la neuropsicología de nuestro sistema sensorial es la base para
comprender como se reciben, conducen y elaboran los estímulos del ambiente. Al tener
este conocimiento, podremos entender mejor la manera en que un individuo vivencia
una experiencia.
1.b. Percepción
Una vez que llega al cerebro la transmisión nerviosa desde el receptor (que se
manifiesta en el cerebro como un potencial evocado), este registro se somete a una serie
de elaboraciones psíquicas hasta convertirse en una percepción.
Se trata de elaboraciones de las cuales habitualmente no estamos conscientes y
que nos llevan a identificar las percepciones como «sensaciones». No obstante,
es sólo a través de la percepción que el dato se nos aparece con carácter de objeto.
Esto es lo que Jaspers llamó «conciencia de objeto», y que consideró la función
que más caracteriza la percepción.
Iniciaremos tratando de entender cómo se conforma un proceso perceptivo
normal en la «Psicología de la Percepción».
Una vez que podemos entender el proceso de percepción normal, revisaremos
cómo puede alterarse este proceso en la «Psicopatología de la Percepción».
I.1.c. Representación
Las representaciones son imágenes surgidas en la
conciencia, que el sujeto reconoce como un producto de sí
mismo; son íntimas, carecen de vivacidad y nitidez, dependen
totalmente de la actividad psíquica y se modifican por la
voluntad.
I.2. Pensamiento
Desde un punto de vista fenomenológico,
el pensamiento es considerado por el observador como un
flujo de ideas, símbolos y asociaciones dirigidas hacia un
objetivo, que se expresan a través del lenguaje (pensamiento
discursivo-verbal) o a través de la acción (pensamiento
práctico). Las ideas, símbolos y asociaciones han sido
movilizados por un problema, y su objetivo es conducir a
conclusiones eficaces en relación con él.
En este capítulo describiremos la psicología normal del
pensamiento y luego los trastornos del pensamiento que se
producen cuando se afectan cada uno de estos niveles.
I.3. Afectividad
La vida afectiva es el conjunto de estados y
tendencias que el individuo vive de forma propia e
inmediata (subjetividad, que influyen en toda su
personalidad y conducta (trascendencia), especialmente
en su expresión (comunicatividad), y que por lo general
se distribuyen en términos duales, como placer-dolor,
alegria-tristeza, agradable-desagradable, atraccón-
rechazo, etc. (polaridad).
I.4. Psicomotricidad
Es importante enfatizar el valor especial que tiene la psicomotricidad en el estudio
de la psicopatología del paciente, ya que ella es la expresión final de una serie de
instancias psicológicas que nos hablan del sujeto en profundidad. Desde la
psicomotricidad se hace posible inferir la instintividad, las pulsiones o tendencias, los
afectos y las direcciones de la voluntad.
En nuestro enfoque adoptamos una aproximación fenomenológica, la
psicomotricidad en el análisis psicopatológico es la vía regia por la cual el ser humano
se muestra ante y para otros.
II.1. Orientación
1.1. Psicología de la Orientación
Algunos textos de psicopatología se refieren a la orientación como un subcapítulo
de los trastornos de conciencia. En la práctica clínica, el valor semiológico de los
trastornos la orientación es tal, que se tiende a asimilar desorientación con perturbación
de conciencia. No todo trastorno de la orientación proviene de un trastorno de
conciencia, aunque sí todo trastorno de conciencia necesariamente compromete en
grado leve o mayor la orientación.
Definimos la orientación como el instrumento del vivenciar que permite al sujeto
comprender cada uno de los instantes de su vida en relación al pasado, al presente y al
futuro, así como su ubicación en relación a los espacios que lo rodean, en relación a sí
mismo y al contexto situacional.
Funciones principales
Desde esta definición podemos entender las tres funciones principales de este
instrumento del vivenciar: la función de orientación alopsíquica, tanto temporal como
espacial, y la función autopsíquica u orientación de la propia persona.
Orientación alopsíquica temporal
El hombre tiene una noción del tiempo que trascurre, sin necesidad de aparatos
que lo midan. A través del registro ordenado en la conciencia de las vivencias que
ocurren en el tiempo, y de la capacidad de ser evocadas unas en relación a otras y en
una secuencia determinada, construimos el pasado. Desde el presente miramos el
pasado y, por extrapolación, prevemos en algún grado el futuro. Gracias a esta
capacidad sabemos la fecha, el día, el momento del día, el año, la estación del año.
Orientación alopsíquica espacial
A través de la percepción del mundo externo y de su propia persona, el hombre
dimensiona los objetos con que interactúa, los reconoce por sus apariencias externas y,
gracias a la memoria, guarda recuerdos de su relación vivencial con ellos. Esta capacidad
le permite saber en qué lugar se encuentra: país, ciudad, calle, casa, pieza, lugar de la
pieza, y el lugar que él ocupa en el contexto espacial, en un momento dado.
Orientación autopsíquica
La percepción de uno mismo, acompañada de una memoria que registra la
continuidad del acontecer en el que uno participa, y el recuerdo de aquellos con los que
se participa, permite saber acerca de quién y qué es uno mismo y nos da una visión de
conjunto acerca de lo actual y de lo pasado.
II.2. Memoria
La memoria corresponde a aquel instrumento del vivenciar que permite a
la vivencia quedar retenida y conservada en la psique, pudiendo ser posteriormente
evocada.
Esta posibilidad de evocación de hechos pasados permite ampliar la referencia del
hombre en el tiempo, contribuyendo a darle la noción de tiempo transcurrido y, desde
esta experiencia, extrapolar la noción del tiempo venidero. Así la memoria nos posibilita
la conexión entre pasado, presente y futuro. (1)
II.4. Conciencia
Al hablar de conciencia del yo, usaremos conciencia en el sentido de saber
acerca de sí: cómo el yo sabe de sus límites, sabe de su pertenencia, sabe de su
existencia, etc.
Nos habría gustado cambiar el término conciencia por otro. Algunos han
usado vivencia, pero creemos que es muy equívoco y se presta a mayor confusión. Por
estas limitaciones del lenguaje nos quedamos con conciencia, pero es importante que se
tenga presente el alcance que le daremos a este término en el capítulo “El Yo”.
En este capítulo, conciencia alude a la capacidad de repliegue reflexivo,
pero no sólo a eso.
1. Psicología de la Conciencia
Jaspers describe lo que él considera que caracteriza a la conciencia, y dice: “Por
conciencia entendemos, primeramente, la interioridad real de la vivencia (en
oposición a la exterioridad del proceso biológico explorable). En segundo término,
la escisión sujeto-objeto (un sujeto que opina es dirigido hacia objetos que percibe,
representa y piensa). En tercer lugar, el conocimiento de la conciencia en torno a sí
misma (conciencia de sí)”.
Podemos decir, entonces, que la conciencia se define desde estas funciones.
1. La interioridad real de la vivencia, en oposición a la exterioridad:
Se refiere a la capacidad de la conciencia de interiorizarnos de nuestro vivenciar
íntimo, a un estar familiarizados y cercanos a ese mundo de nuestro acontecer psíquico;
implica, por ende, tener una claridad segura respecto de la frontera entre nuestro mundo
interno y el mundo externo, entre nuestra conciencia y las otras conciencias, así como
sobre la individualidad e inviolabilidad de nuestra conciencia Esta función de
interioridad a la que aludimos es la que permite que un sujeto se dé cuenta de que
una fantasía es una vivencia interna, que no corresponde a una realidad objetiva exterior
y, por tanto, proviene de su imaginación. Es también la que hace al sujeto darse cuenta
de que el mundo externo que percibe no es un sueño, sino absoluta realidad. Cuando
esta función se pierde, se mezclan imaginaciones, sentimientos, percepciones reales e
imaginarias, todo en un desorden confuso e ininteligible.
2. La escisión sujeto-objeto:
Un sujeto dirige su vivenciar hacia objetos, hacia un mundo externo que percibe
y con el que interactúa. Apunta a la capacidad de la conciencia de relacionarse con las
cosas, con el mundo tanto interno como externo; registrarlas, percibirlas, sentirlas e
incluirlas, a través de sensaciones, percepciones, representaciones y pensamientos. Esta
capacidad de la conciencia de dirigirse hacia el mundo interior o exterior ha sido
denominada función de alerta.
3. El conocimiento de la conciencia en torno a sí misma:
Se realiza a través de la capacidad de reflexividad de la conciencia. La
conciencia se puede detener en el tiempo y tomar conocimiento de sí, esto es, tomar
“scientia” de sus procesos y vivencias. Es ésta la función por la que habitualmente más
se define la conciencia en los textos, y que tiene relación con el origen etimológico de la
palabra, “cum scientia”, darse cuenta y saber de sí mismo.
Visión dinámica de la conciencia
Tratando de entender la conciencia más dinámicamente, diríamos que la
conciencia posibilita la llegada de todos los modos del vivenciar: las sensaciones, las
representaciones, la afectividad, la psicomotricidad, como también los pensamientos. O
más bien, se constituyen vivencias gracias a la conciencia. Es por esta característica de
la conciencia, de ser una condición absolutamente necesaria para que el vivenciar se
lleve a cabo, por lo que se la agrupa junto a la memoria, inteligencia, atención y
orientación, también condiciones básicas del vivenciar y que conforman lo que se ha
designado como instrumentos del vivenciar.
2. Psicopatología de la Conciencia
Desde un punto de vista fenomenológico, dividiremos los trastornos de la
conciencia en dos grupos: los trastornos cuantitativos de conciencia y cualitativos de
conciencia.
II.5. Inteligencia
III. Cualidades del vivenciar
Corresponde a ciertas cualidades generales que sólo surgen en la naturaleza
humana y que son resultantes de la funcionalidad yoica. Su carácter dinámico exige
una aproximación dimensional que distingue las siguientes dimensiones:
1. Dimensión realidad-irrealidad
2. Dimensión actividad-pasividad
3. Dimensión acercamiento-evitación
4. Dimensión dependencia-independencia
Los eventos psíquicos se cualifican vivencialmente bajo la funcionalidad yoica.
Desde el yo, adquieren su sello propio y se configuran en vivencias personales. Es
decir, los acuña y les imprime un carácter propio bajo un proceso integrador que estará
condicionado por su propia estructura y organización dinámica, la cual se ha
configurado a través de su historia, en relación a los caminos de resolución que adopte
frente a las cuatro dimensiones polares que lo constituyen desde su génesis.
Consideramos que estas cuatro dimensiones son operacionalmente
fundamentales pero no excluyentes de otras posibles dimensiones susceptibles de
formulación.
https://psicopatologiacapponi.cl/psicopatologiacapponi/clasificacion-
2/dimension-actividad-pasividad/