El Endemoniado Gadareno
El Endemoniado Gadareno
El Endemoniado Gadareno
Introducción
En el pasaje anterior, el Señor mostró su poder salvando a sus
discípulos de las fuerzas físicas de la naturaleza, pero estas fuerzas
físicas no son los únicos poderes del universo potencialmente hostiles e
incontrolables para el hombre. También hay poderes espirituales que
buscan la destrucción del hombre:
Los evangelios nos informan del hecho de que una persona puede estar
esclavizada por más de un demonio al mismo tiempo (Mt 12:45) (Mr
16:9), pero este caso es singular. ¿Qué nos intenta enseñar?
El Señor les permitió que fueran a los cerdos, pero cuando éstos se
precipitaron por el despeñadero y murieron, esto causó una grave
pérdida a sus propietarios. Algunos han cuestionado la actitud del
Señor por esto. Pero en este caso, como en muchos otros, se acusa
injustamente al Señor de aquello que realmente hizo el diablo.
Recordemos que el Señor sólo les dio permiso para ir a los cerdos, él
no hizo nada más. Fue Satanás quien destruyó los cerdos.
Es muy triste, pero es algo que ocurre con mucha frecuencia. Cuando
un notorio pecador se convierte a Cristo y su vida cambia, las personas
que le conocían antes, muchas veces en lugar de convertirse ellas
mismas, prefieren alejar a Cristo de sus vidas, e incluso intentan
persuadir a la persona para que él también deje a Cristo.
Tres ruegos
Hallamos aquí tres "ruegos" al Señor, uno de los cuales admitió,
desechando los otros dos.
Cuando el endemoniado se acercó al principio a Jesús, le suplicó
que le dejara. Cristo no atendió esta petición porque el hombre
no actuaba con libertad, sino bajo la poderosa influencia de los
demonios.
Más tarde los Gadarenos le rogaron que se fuera de sus
contornos. Cristo accedió a irse, ya que esta petición era
expresión de su libre voluntad, hecha con los ojos abiertos y a la
plena luz de toda la evidencia. Cristo respeta la elección de los
hombres.
Cuando Jesús se iba, el que había estado endemoniado le rogó
que le dejara ir con él. Cristo no le dejó, puesto que ahora
estaba a sus órdenes, pertenecía a su Reino y por lo tanto
estaba a su servicio.
Conclusión
Por supuesto que este endemoniado era un caso extremo, pero con
todo, es una advertencia de lo que significará para los seres humanos
perecer bajo el poder del pecado y Satanás. Y esto será así, a menos
que sean liberados por Cristo (Ef 2:2) (Col 1:13).
Preguntas
1. ¿Qué aprendemos de los relatos de la tempestad calmada por Jesús
y del endemoniado que liberó?
“Cuando vio, pues, a Jesús de lejos, corrió, y se arrodilló ante él. Y clamando
a gran voz, dijo: ¿Qué tienes conmigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te
conjuro por Dios que no me atormentes. Porque le decía: Sal de este
hombre, espíritu inmundo”, Marcos 5:6-8.
Esto nos enseña que los de la tribu de Gad, estaban como un ejército, pero
no del lado de Dios para cumplir su comisión y diseño, sino que estaban
engañados e influenciados por el enemigo, en contra de la voluntad de Dios,
desarrollando un propósito contrario para el cual fueron diseñados.