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Bianchi - Historia Social - Capítulo 3 PDF

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UNIVERSIDAD N A C I O N A L D E QUILMES Historia social del

Rector
Daniel G ó m e z

Vicerrector
mundo occidental
Jorge Flores
Del feudalismo a la
sociedad contemporánea

Susana Bianchi

Universidad





f S l Nacional
de Quilines
XI Editorial

Bernal, 2007
C A P Í T U L O III
L A É P O C A D E LAS R E V O L U C I O N E S
B U R G U E S A S (1780-1848)

En este capítulo analizaremos el proceso que c u l m i n ó con el triunfo de una


sociedad burguesa y capitalista. Para evaluar la magnitud del cambio pode-
mos considerar algunos de los términos que durante estos años fueron i n -
ventados o adquirieron su significado c o n t e m p o r á n e o : " i n d u s t r i a " ,
"fábrica", "clase media", "proletariado", "capitalismo", "socialismo", "ferro-
carril", "liberal", "conservador", "ingeniero", "nacionalismo", "estadística"
y muchos otros m á s . Imaginar un m u n d o sin esos términos, y los concep-
tos y las realidades a las que hacen referencia, nos permiten medir la pro-
fundidad de las transformaciones.

1. La é p o c a de la "doble revolución"

Dentro de una sociedad predominantemente rural, con sociedades profun-


damente jerarquizadas, en una Europa donde aún la mayoría de las nacio-
nes estaba dominada por monarquías absolutas, las transformaciones
comenzaron en dos países rivales, pero de los que ningún c o n t e m p o r á n e o
negaría su carácter dominante en el occidente europeo: Inglaterra y Francia.
Constituyeron, como veremos, dos procesos diferentes, pero, por su carác-
ter paralelo y por sentar las bases del m u n d o contemporáneo, fueron defi-
nidos por el historiador inglés Eric H o b s b a w m como la "doble revolución".
Es cierto que la "doble revolución" ocurrió en regiones m u y restringi-
das de Europa —en parte de Francia, en algunas zonas de Inglaterra—, sin
embargo sus resultados alcanzaron dimensiones mundiales. La división,
por ejemplo, entre países "avanzados" y países "atrasados" encontró allí sus
antecedentes m á s inmediatos. Es cierto que estas revoluciones permitieron
el ascenso de la sociedad burguesa, pero también dieron origen a otros gru-
pos sociales que pondrían en tela de juicio los fundamentos de su domina-
ción. En este sentido, es útil recordar que el ciclo se cierra en 1848, el año
106 107
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL

de la última "revolución burguesa", y en el que K a r l M a r x publicaba el Ma- Los orígenes de la Revolución Industrial
nifiesto Comunista.

¿Por q u é esta revolución "estalló" en Inglaterra a fines del siglo XVIII? O,


planteado de otro m o d o , ¿cuáles fueron las condiciones específicamente i n -
La Revolución Industrial en Inglaterra
glesas que posibilitaron a los hombres de negocios "revolucionar" la pro-
ducción? 1
¿Qué significa decir que "estalló" la Revolución Industrial? Significa que en
En Inglaterra, a partir del desarrollo de una agricultura comercial - c o n
algún momento, entre 1780 y 1790, en algunas regiones de Inglaterra - c o -
las transformaciones en la organización del trabajo y en las formas de pro-
mo el caso de M a n c h e s t e r - c o m e n z ó a registrarse un aceleramiento del cre-
d u c c i ó n - , la e c o n o m í a agraria se encontraba profundamente transformada.
cimiento e c o n ó m i c o . El fenómeno que actualmente los economistas
Los cercamientos, desde el siglo XVI, habían llevado a un p u ñ a d o de
llaman el "despegue" {take-off) mostraba que la capacidad productiva supe-
terratenientes c o n mentalidad mercantil casi a monopolizar la tierra, c u l t i -
raba límites y obstáculos y parecía capaz de una ilimitada multiplicación de
vada por arrendatarios que empleaban mano de obra asalariada. En sínte-
hombres, bienes y servicios. Pero no se trataba de una simple aceleración
sis, a mediados del siglo XVIII, el área capitalista de la agricultura inglesa se
del crecimiento e c o n ó m i c o , sino que implicaba cambios cualitativos: las
encontraba extendida y en vías de una posterior ampliación. Es cierto que
transformaciones se p r o d u c í a n en y a través de una e c o n o m í a capitalista.
aún quedaban importantes residuos de la e c o n o m í a aldeana, pero eficaces
Ha habido varias definiciones de capitalismo. Algunos, como Werner
políticas gubernamentales estaban dispuestas a barrerlos a través de las Le-
Sombart (1928), lo consideraron como un "espíritu" que impregnaba la v i -
yes de Cercamientos (1760-1830). El proceso era a c o m p a ñ a d o por méto-
da de una época. Ese espíritu era una síntesis del espíritu de empresa o de
dos de labranza m á s eficientes, abono s i s t e m á t i c o de la tierra,
aventura con la actitud burguesa de cálculo y racionalidad. Para otros, co-
perfeccionamientos técnicos e introducción de nuevos cultivos (como pa-
mo Pirenne (1914), el capitalismo consistía en la organización de la pro-
pa, maíz, centeno), que configuraban una "revolución agrícola" que p e r m i -
d u c c i ó n para un mercado distante. Dadas las dificultades temporales de
tía sobrepasar por primera vez el límite del problema del hambre. Los
estas conceptualizaciones, consideraremos el capitalismo como un sistema
productos del campo, tanto los agrícolas como las manufacturas —a través
de p r o d u c c i ó n pero también de relaciones sociales. En este sentido, la p r i n -
del sistema doméstico—, dominaban los mercados.
cipal caracrerística del capitalismo es el trabajo proletario, es decir, de quie-
De este m o d o , la agricultura se encontraba preparada para c u m p l i r
nes venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Para que esto
con sus funciones básicas en un proceso de industrialización. En primer l u -
ocurra debe haber un presupuesto: quienes venden su fuerza de trabajo no
gar, en la medida en que la "revolución agrícola" implicaba un aumento de
tienen otra forma de susbsistencia porque han perdido -a diferencia de los
la productividad, permitía alimentar a m á s gente. Pero no sólo esto, sino
artesanos o de los campesinos— la propiedad de los medios de pr o d uc c ió n .
que - m á s importante a ú n - permitía alimentar a gente que ya no trabajaba
Por lo tanto, la principal característica del capitalismo es la separación en-
la tierra, a una creciente población no agraria. En este sentido, muchos his-
tre los productores directos, la fuerza de trabajo, y la concentración de los
toriadores consideran que los cambios de la agricultura fueron el m o t o r
medios de producción en manos de otra clase social, la burguesía.
fundamental para el nacimiento de la sociedad industrial. En segundo l u -
Indudablemente el proceso de constitución del capitalismo tuvo varios gar, al modernizar la agricultura y al destruir las antiguas formas de pro-
hitos. En el siglo XIV, la crisis feudal; en el siglo XVI, el desarrollo del siste- ducción campesinas -basadas en el trabajo familiar y c o m u n a l - , la
ma domiciliario rural; en el siglo XVII, la crisis que desintegró las antiguas revolución agrícola" acabó con las posibilidades de subsistencia de muchos
formas de p r o d u c c i ó n y, en Inglaterra, las revoluciones que introdujeron campesinos que debieron trabajar como arrendatarios - l o s que corrieron
reformas políticas. Pero fue en el siglo XVIII que la Revolución Industrial mejor suerte pudieron llegar a ser arrendatarios ricos-, o más frecuente-
a f i r m ó el desarrollo de las relaciones capitalistas, en la medida en que la mente como jornaleros. Y muchos también debieron emigrar a las ciuda-
aparición de la fábrica terminó por afirmar la separación entre trabajo y
medios de pr o d uc c ió n.
1
Véase Hobsbawm, Eric J. (1982), pp. 34-53.
108 SUSANA BIANCHI
HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 109

des en busca de mejor suerte: se creaba así un cupo de potenciales reclutas El desarrollo de la Revolución Industrial
para el trabajo industrial.
La etapa del algodón
Pero la destrucción de las antiguas formas de trabajo no sólo liberaba
mano de obra, sino que al destruir las formas de autoabastecimiento que Los papeles jugados por el mercado interno y por el mercado externo en el
caracterizaban a la e c o n o m í a campesina, creaba consumidores, gente que desarrollo de la Revolución Industrial británica fue tema de debate entre
recibía ingresos monetarios y que para satisfacer sus necesidades básicas de- los historiadores. S e g ú n E r i c J. H o b s b a w m , el mercado exterior fue la
bían dirigirse al mercado. T o d o el m u n d o , por pobre que fuese, debía ves- "chispa" que encendió la Revolución Industrial, ya que mientras la deman-
tirse y alimentarse. De allí, la constitución de un mercado interno estable da interior se extendía, la exterior se multiplicaba. A d e m á s considera que
y extenso, que p r o p o r c i o n ó una importante salida para los productos bási- la primera manufactura que se industrializó - e l a l g o d ó n - estaba vinculada
cos. A partir de ese mercado interno, recibieron un importante estímulo las esencialmente al comercio ultramarino. Esto no im plic a para H o b s b a w m
industrias textiles, de alimentos (molinos harineros y fábricas de cervezas), negar la importancia del mercado interno - l o considera como la base para
y la p r o d u c c i ó n de c a r b ó n , principal combustible de gran n ú m e r o de ho- la generalización de una e c o n o m í a industrializada-, pero lo coloca en una
gares urbanos. Incluso la p r o d u c c i ó n de hierro -aunque en m u y menor posición subordinada al mercado exterior. Para H o b s b a w m , el mercado i n -
m e d i d a - se reflejó en la demanda de enseres d o m é s t i c os como cacerolas y terior d e s e m p e ñ ó el papel de "amortiguador" para las industrias de expor-
estufas. tación frente a las fluctuaciones del mercado.
Pero también Inglaterra contaba con un mercado exterior. Las planta- Otros historiadores, como el italiano G i o r g i o M o r i , ponen, en cam-
ciones de las Indias occidentales —salida también para la venta de esclavos- bio, el acento en el mercado interno. Consideran que el papel del comer-
proporcionaban cantidad suficiente de a l g o d ó n para proveer a la indusrria cio exterior fue esporádico e irregular, mientras que el impulso para la
británica. Pero las colonias, formales e informales, ofrecían también un industrialización provino fundamentalmente de la demanda interna. Para
mercado en constante crecimiento, y aparentemente i l im i t a d o , para los M o r i , el impulso provino de la existencia de una masa de consumidores
textiles ingleses. Y era a d e m á s un mercado sostenido por la agresiva políti- -incluso "pobres"— en constante expansión por los precios bajos de los nue-
ca exterior del gobierno británico que no sólo consolidaba un inmenso i m - vos productos, sobre todo, textiles. 2
perio colonial, donde se m o n o p o l i z ó el comercio de los textiles, sino que
Sin embargo, no hay dudas de que la constante ampliación de la de-
estaba dispuesto destruir toda competencia. El caso de la India resulta
manda - i n t e r n a , externa o ambas- de textiles ingleses fue el impulso que
ejemplar. Si bien las Indias orientales habían sido las grandes exportadoras
llevó los empresarios a mecanizar la p r o d u c c i ó n : para responder a esa cre-
de mercancías de a l g o d ó n , comercio que había quedado en manos britá-
ciente demanda era necesario introducir una tecnología que permitiera am-
nicas a través de la C o m p a ñ í a de las Indias orientales, cuando los nuevos
pliar esa p r o d u c c i ó n . De este m o d o , la primera industria "en revolución"
intereses comenzaron a prevalecer, la India fue sisremáticamente desindus-
fue la industria de los textiles de a l g o d ó n . 3
trializada y se transformó a su vez en receptora de los textiles ingleses.
La introducción de nuevas técnicas se desarrolló paso a paso. Para au-
Y esto nos lleva al tercer factor que explica la peculiar posición de In- mentar la p r o d u c c i ó n , en primer lugar, fue necesario superar el desequili-
glaterra en el siglo XVIII: el gobierno. La "gloriosa revolución" de 1688, ha- brio entre el hilado y el tejido. El torno de hilar, lento y poco productivo,
bía instaurado una m o n a r q u í a limitada por el Parlamento integrado por la no era suficiente para abastecer a los telares manuales que no sólo se m u l -
C á m a r a de los Lores -representativa de las antiguas aristocracias-, pero tam- tiplicaban sino que se aceleraban por la introducción de la "lanzadera vo-
bién por la C á m a r a de los C o m u n e s , donde participaban hombres de nego- lante". De allí la necesidad de introducir innovaciones tecnológicas que
cios, dispuestos a desarrollar políticas sistemáticas de conquista de mercados aceleraron el proceso del hilado y que, desde 1780, exigieron la producción
y de protección a comerciantes y armadores británicos. A diferencia de otros en fábricas. De este m o d o , las primeras fábricas de la Revolución Industrial
países, como Francia, Inglaterra estaba dispuesta a subordinar su política a
los fines e c o n ó m i c o s .

2
Véase Mori, Giorgio (1983), pp. 20-43.
3
V é a s e Hobsbawm, Eric J. (1982), pp. 55-74.
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L
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fueron establecimientos donde se cardaba el a l g o d ó n para hilarlo y, funda- des se constataron a mediados de la década de 1830, cuando la industria
mentalmente, hilanderías. textil atravesó su primera crisis. C o n la tecnificación la producción se ha-
En un primer momento, el aumento del hilado multiplicó el número bía multiplicado, pero los mercados no crecían con la rapidez necesaria; de
de telares y tejedores manuales, tanto de los que trabajaban de acuerdo con este m o d o , los precios cayeron al m is m o tiempo que los costos de produc-
el antiguo sistema d o m ic iliar io como de los que comenzaban a ser concen- ción no se reducían en la misma proporción. Y una prueba de la crisis fue
trados en grandes talleres. Es cierto que los bajos salarios y la abundancia la marea de descontento social que durante estos años se extendió sobre
G r a n Bretaña.
de trabajadores conspiraron en contra de la tecnificación de los telares; sin
embargo, la abundancia de hilado y la apertura de mercados en el conti- Pero había algo más. Indudablemente, la industria textil estimuló el
nente europeo —después de las guerras napoleónicas, en 1 8 1 5 - llevaron desarrollo tecnológico. Pero también es cierto que ninguna e c o n o m í a i n -
tam bién a la introducción del telar mecánico. dustrial puede desarrollarse m á s allá de cierto punto hasta poseer una ade-
cuada capacidad de bienes de p r o d u c c i ó n . Y en este sentido, la
En rigor, la Revolución Industrial requirió pocos refinamientos inte-
industrialización basada en el algodón ofrecía límites: la industria textil no
lectuales. Sus inventos técnicos fueron sumamente modestos, ninguno de
demandaba —o demandaba en m í n im a s proporciones- carbón, hierro o
ellos —como la lanzadera volante, la m á q u i n a para hilar o el huso mecáni-
acero. En síntesis, carecía de capacidad directa para estimular el desarrollo
co— estaban fuera del alcance de artesanos experimentados o de la capaci-
de las industrias pesadas de base.
dad constructiva de los carpinteros. La m á q u i n a más científica que se
produjo, la giratoria de vapor (James Watt, 1784), no estaba más allá de los La demanda de hierro para la producción de armamentos había cono-
conocimientos físicos difundidos en la época - i n c l u s o , la teoría de la má- cido un importante incremento durante el período de las guerras napoleó-
nicas, pero después de 1815 la d ism inuc ió n de lo requerido también había
quina de vapor fue desarrollada posteriormente por el francés C a r n o t , en
sido notable. En síntesis, las demandas militares tampoco eran la vía para
1820— y su aplicación requirió de una práctica que postergó su empleo,
transformar a G r a n Bretaña en un país descollante en la producción de hie-
con excepción del caso de la minería.
rro. Sin embargo, el estímulo provino de los mismos cambios que se esta-
En síntesis, las m á q u i n a s de hilar, los husos y, posteriormente, los te-
ban viviendo: el crecimiento de las ciudades generaba un constante
lares mecánicos eran innovaciones tecnológicas sencillas y, fundamental-
aumento de la demanda de carbón, principal combustible doméstico.
mente, baratas. Estaban al alcance de p e q u e ñ o s empresarios - l o s hombres
del siglo X V III, que habían acumulado las grandes fortunas de origen mer- El crecimiento urbano había extendido la explotación de las minas de
carbón que, ya desde mediados del siglo XVIII, empleaba las más antiguas
cantil o agropecuario, no parecían demasiado dispuestos invertir en la nue-
m á q u i n a s de vapor para sondeos y extracciones. Y la producción fue lo su-
va forma de producción— y r á p i d a m e n t e compensaban los bajos gastos de
ficientemente amplia como para estimular el invento que transformó radi-
inversión. A d e m á s , la expansión de la actividad industrial se financiaba fá-
calmente la industria: el ferrocarril. En efecto, las minas no sólo
cilmente por los fantásticos beneficios que producía a partir del crecimien-
necesitaban m á q u i n a s de vapor de gran potencia para la explotación, sino
to de los mercados. De este m o d o , la industria algodonera por su tipo de
también un eficiente medio de transporte para trasladar el carbón desde la
mecanización y el uso masivo de mano de obra barata permitió una rápida
galería a la bocamina y fundamentalmente desde ésta hasta el punto de em-
transferencia de ingresos del trabajo al capital y contribuyó - m á s que n i n -
barque. De acuerdo con esto, la primera línea de ferrocarril "moderna"
guna otra i n d u s t r i a - al proceso de acumulación. El nuevo sistema, que los
unió la zona minera de D u r h a m con la costa (1825). De este m o d o , el fe-
c o n t e m p o r á n e o s veían ejemplificado sobre todo en la región de Lancashi-
rrocarril fue un resultado directo de las necesidades de la minería, especial-
re donde se habían dado estas nuevas formas productivas, revolucionaba la
mente en el norte de Inglaterra.
industria.
La construcción de ferrocarriles, de vagones, vagonetas y locomotoras,
La etapa del ferrocarril y el extendido de vías férreas, desde 1830 hasta 1850, generaron una de-
manda que triplicaron la producción de hierro y carbón, permitiendo i n -
A pesar de su éxito, una industrialización limitada y basada en un sector de gresar en una fase de industrialización más avanzada. H a c i a 1850, en G r a n
la industria textil no p o d í a ser estable ni duradera. Las primeras dificulta- Bretaña, la red ferroviaria básica ya estaba instalada: alcanzaba lejanos p u n -
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 113
112

tos rurales y los centros de las principales ciudades, en un complejo gigan- ¿Qué tipo de sociedad se configuró a partir de la Revolución
tesco a escala nacional. A d e m á s , su organización y sus m é t o d o s de trabajo Industrial? Las antiguas aristocracias no sufrieron cambios demasiado no-
tables. Por el contrario, con las transformaciones económicas pudieron en-
mostraban una escala no igualada por ninguna otra industria y su recurso
grosar sus rentas. La modernización de la agricultura dejaba pingües
a las nuevas tecnologías carecía de precedentes. De este m o d o , ya en la dé-
beneficios, y a éstos se agregaron los que proporcionaban los ferrocarriles
cada de 1840, el ferrocarril se había transformado en s i n ó n i m o de lo ultra-
que atravesaban sus posesiones. Eran propietarios del suelo y también del
moderno.
subsuelo, por lo tanto la expansión de la minería y la explotación del car-
T a m b i é n la construcción de ferrocarriles presentaba un problema: su
bón concurría en su beneficio. C o m o señala H o b s b a w m , los nobles ingle-
alto costo. Pero este problema se transformó en su principal ventaja. ¿Por
ses no tuvieron que dejar de ser feudales porque hacía ya m u c h o tiempo
qué? Las primeras generaciones de industriales habían acumulado riqueza
que habían dejado de serlo y no tuvieron grandes problemas de adaptación
en tal cantidad que excedía la posibilidad de invertirla o de gastarla. H o m -
frente a los nuevos m é t o d o s comerciales ni frente a la e c o n o m í a que se
bres ahorrativos m á s que derrochadores -volveremos sobre esto- veían có-
abría en la " é p o c a del vapor".' 4
mo sus fortunas se acrecentaban día a día sin posibilidades de reinvertir:
T a m b i é n para las antiguas burguesías mercantiles -sobre todo las v i n -
suponiendo que el volumen de la industria algodonera se multiplicase, el
culadas al comercio c o l o n i a l - y financieras, los cambios implicaron sólidos
capital necesario absorbería sólo una fracción del superávit. Y estos h o m -
beneficios. Ya se encontraban sólidamente instaladas en la poderosa y ex-
bres encontraron en el ferrocarril una nueva forma de inversión. De este
tensa red mercantil, que desde el siglo XVIII había sido una de las bases de
m o d o , las construcciones ferroviarias movilizaron acumulaciones de capi-
la prosperidad inglesa, y las transformaciones económicas les posibilitaron
tal con fines industriales, generaron nuevas fuentes de empleo y se trans-
ampliar su radio de acción. M u c h o s de ellos se habían beneficiado por un
formaron en el estímulo para la industria de productos de base. En síntesis,
proceso de asimilación: eran considerados "caballeros" (gentlemen), con su
el ferrocarril fue la solución para la crisis de la primera fase de la industria
correspondiente casa de campo, con una esposa tratada c o m o "dama"
capitalista.
(lady), y c o n hijos que estudiaban en O x f o r d o Cambridge dispuestos a
emprender carreras en la política. A estas antiguas burguesías, el éxito po-
Las transformaciones de la sociedad
día incluso permitirles ingresar en las filas de la nobleza.

La expresión Revolución Industrial fue empleada por primera vez por es- La posibilidad de asimilación en las clases más altas también se dio pa-
critores franceses en la década de 1820. Y fue acuñada en explícita analo- ra los primeros industriales textiles del siglo XVIII: para algunos millonarios
gía con la Revolución Francesa de 1789. Se consideraba que si ésta había del algodón, el ascenso social corría paralelo al e c on ó m i c o . Es el caso, por
transformado a Francia, la Revolución Industrial había transformado a In- ejemplo, de sir Robert Peel (1750-1839), que iniciado como uno de los
glaterra. Los cambios podían ser diferentes pero eran comparables en un primeros industriales textiles, llegó a ser miembro del Parlamento. A su
aspecto: habían producido una nueva sociedad. muerte no sólo dejaba una cuantiosa fortuna, sino también un hijo a p u n -
to de ser designado Primer M i n i s t r o (aunque también es cierto que ese P r i -
Y esto es importante de señalar, porque significa que desde sus co-
mer M i n i s t r o , en algunos medios cerradamente aristocráticos, muchas
mienzos la expresión Revolución Industrial, implicó la idea de profundas
veces no lograba hacer olvidar que era hijo de un fabricante ennoblecido
transformaciones sociales.
de Lancashire que empleaba a 15.000 obreros).
La sociedad se volvía irreconocible para sus mismos co n t e m p o r á n e o s .
Desde L o r d Byr o n hasta Robert O w e n , desde distintas perspectivas, deja- En síntesis, con límites, algunos pudieron ser asimilados. Sin embar-
ron testimonios disímiles pero que coincidían en describir a esa sociedad go, el proceso de industrialización generaba a muchos "hombres de nego-
en términos pesimistas: el trabajo infantil, el h u m o de las fábricas, el dete- cios , que aunque habían acumulado fortuna, eran demasiados para ser
rioro de las condiciones de vida, las largas jornadas laborales, el hacina- absorbidos por las clases m á s altas. M u c h o s habían salido de modestos orí-
miento en las ciudades, las epidemias, la desmoralización, el descontento
generalizado. Sin embargo, también es cierto que no para todos los resul-
4
tados de la Revolución Industrial resultaron sombríos. Véase Hobsbawm, EricJ. (1982), pp. 77-93.
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de la última "revolución burguesa", y en el que K a r l M a r x publicaba el Ma- Los orígenes de la Revolución Industrial
nifiesto Comunista.
¿Por q u é esta revolución "estalló" en Inglaterra a fines del siglo XVIII? O ,
planteado de otro m o d o , ¿cuáles fueron las condiciones específicamente i n -
La Revolución Industrial en Inglaterra glesas que posibilitaron a los hombres de negocios "revolucionar" la pro-
ducción?1
¿Qué significa decir que "estalló" la Revolución Industrial? Significa que en En Inglaterra, a partir del desarrollo de una agricultura comercial - c o n
algún m o m e n t o , entre 1780 y 1790, en algunas regiones de Inglaterra - c o - las transformaciones en la organización del trabajo y en las formas de pro-
mo el caso de Manchester— c o m e n z ó a registrarse un aceleramiento del cre- d u c c i ó n - , la e c o n o m í a agraria se encontraba profundamente transformada.
c i m i e n t o e c o n ó m i c o . El f e n ó m e n o que actualmente los economistas Los cercamientos, desde el siglo X V I , habían llevado a un p u ñ a d o de
llaman el "despegue" (take-ofif) mostraba que la capacidad productiva supe- terratenientes con mentalidad mercantil casi a monopolizar la tierra, culti-
raba límites y obstáculos y parecía capaz de una ilimitada multiplicación de vada por arrendatarios que empleaban mano de obra asalariada. En sínte-
hombres, bienes y servicios. Pero no se trataba de una simple aceleración sis, a mediados del siglo XVIII, el área capitalista de la agricultura inglesa se
del crecimiento e c o n ó m i c o , sino que implicaba cambios cualitativos: las encontraba extendida y en vías de una posterior ampliación. Es cierto que
transformaciones se producían en y a través de una e c o n o m í a capitalista. aún quedaban importantes residuos de la e c o n o m í a aldeana, pero eficaces
Ha habido varias definiciones de capitalismo. Algunos, como Werner políticas gubernamentales estaban dispuestas a barrerlos a través de las Le-
Sombart (1928), lo consideraron como un "espíritu" que impregnaba la v i - yes de Cercamientos (1760-1830). El proceso era a c o m p a ñ a d o por m é t o -
da de una época. Ese espíritu era una síntesis del espíritu de empresa o de dos de labranza m á s eficientes, abono s i s t e m á t i c o de la tierra,
aventura con la actitud burguesa de cálculo y racionalidad. Para otros, co- perfeccionamientos técnicos e introducción de nuevos cultivos (como pa-
mo Pirenne (1914), el capitalismo consistía en la organización de la pro- pa, maíz, centeno), que configuraban una "revolución agrícola" que permi-
d u c c i ó n para un mercado distante. Dadas las dificultades temporales de tía sobrepasar por primera vez el límite del problema del hambre. Los
estas conceptualizaciones, consideraremos el capitalismo como un sistema productos del campo, tanto los agrícolas como las manufacturas -a través
de p r o d u c c i ó n pero también de relaciones sociales. En este sentido, la p r i n - del sistema d o m é s t i c o - , dominaban los mercados.
cipal característica del capitalismo es el trabajo proletario, es decir, de quie- De este m o d o , la agricultura se encontraba preparada para c u m p l i r
nes venden su fuerza de trabajo a cambio de un salario. Para que esto con sus funciones básicas en un proceso de industrialización. En primer l u -
ocurra debe haber un presupuesto: quienes venden su fuerza de trabajo no gar, en la medida en que la "revolución agrícola" implicaba un aumento de
tienen otra forma de susbsistencia porque han perdido —a diferencia de los la productividad, permitía alimentar a m á s gente. Pero no sólo esto, sino
artesanos o de los campesinos- la propiedad de los medios de p r o d u c c i ó n . que - m á s importante a ú n - permitía alimentar a gente que ya no trabajaba
Por lo tanto, la principal característica del capitalismo es la separación en- la tierra, a una creciente población no agraria. En este sentido, muchos his-
tre los productores directos, la fuerza de trabajo, y la concentración de los toriadores consideran que los cambios de la agricultura fueron el motor
medios de p r o d u c c i ó n en manos de otra clase social, la burguesía. fundamental para el nacimiento de la sociedad industrial. En segundo l u -
Indudablemente el proceso de constitución del capitalismo tuvo varios gar, al modernizar la agricultura y al destruir las antiguas formas de pro-
hitos. En el siglo X I V , la crisis feudal; en el siglo X V I , el desarrollo del siste- ducción campesinas -basadas en el trabajo familiar y c o m u n a l - , la
m a domiciliario rural; en el siglo X V I I , la crisis que desintegró las antiguas revolución agrícola" acabó con las posibilidades de subsistencia de muchos
formas de p r o d u c c i ó n y, en Inglaterra, las revoluciones que introdujeron campesinos que debieron trabajar como arrendatarios -los que corrieron
reformas políticas. Pero fue en el siglo XVIII que la Revolución Industrial mejor suerte pudieron llegar a ser arrendatarios ricos-, o m á s frecuente-
afirmó el desarrollo de las relaciones capitalistas, en la medida en que la mente como jornaleros. Y muchos también debieron emigrar a las ciuda-
aparición de la fábrica terminó por afirmar la separación entre trabajo y
medios de p r o d u c c i ó n .
1
Véase Hobsbawm, Eric J. (1982), pp. 34-53.
108 SUSANA BIANCHI
HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 109

des en busca de mejor suerte: se creaba así un cupo de potenciales reclutas El desarrollo de la Revolución Industrial
para el trabajo industrial. La etapa del algodón
Pero la destrucción de las antiguas formas de trabajo no sólo liberaba
mano de obra, sino que al destruir las formas de autoabastecimiento que Los papeles jugados por el mercado interno y por el mercado externo en el
caracterizaban a la e c o n o m í a campesina, creaba consumidores, gente que desarrollo de la Revolución Industrial británica fue tema de debate entre
recibía ingresos monetarios y que para satisfacer sus necesidades básicas de- los historiadores. S e g ú n Eric J. H o b s b a w m , el mercado exterior fue la
bían dirigirse al mercado. T o d o el m u n d o , por pobre que fuese, debía ves- "chispa" que encendió la Revolución Industrial, ya que mientras la deman-
tirse y alimentarse. De allí, la constitución de un mercado interno estable da interior se extendía, la exterior se multiplicaba. A d e m á s considera que
y extenso, que p r o p o r c i o n ó una importante salida para los productos bási- la primera manufactura que se industrializó —el a l g o d ó n - estaba vinculada
cos. A partir de ese mercado interno, recibieron un importante estímulo las esencialmente al comercio ultramarino. Esto no im plica para H o b s b a w m
industrias textiles, de alimentos (molinos harineros y fábricas de cervezas), negar la importancia del mercado interno - l o considera como la base para
y la p r o d u c c i ó n de carbón, principal combustible de gran n ú m e r o de ho- la generalización de una e c o n o m í a industrializada-, pero lo coloca en una
gares urbanos. Incluso la p r o d u c c i ó n de hierro -aunque en m u y menor posición subordinada al mercado exterior. Para H o b s b a w m , el mercado i n -
m e d i d a - se reflejó en la demanda de enseres domésticos c o m o cacerolas y terior d e s e m p e ñ ó el papel de "amortiguador" para las industrias de expor-
estufas. tación frente a las fluctuaciones del mercado.
Pero también Inglaterra contaba con un mercado exterior. Las planta- Otros historiadores, como el italiano G i o r g i o M o r i , ponen, en cam-
ciones de las Indias occidentales -salida también para la venta de esclavos- bio, el acento en el mercado interno. Consideran que el papel del comer-
proporcionaban cantidad suficiente de algodón para proveer a la industria cio exterior fue esporádico e irregular, mientras que el impulso para la
británica. Pero las colonias, formales e informales, ofrecían también un industrialización provino fundamentalmente de la demanda interna. Para
mercado en constante crecimiento, y aparentemente ilimitado, para los M o r i , el impulso provino de la existencia de una masa de consumidores
textiles ingleses. Y era a d e m á s un mercado sostenido por la agresiva políti- —incluso "pobres"— en constante expansión por los precios bajos de los nue-
ca exterior del gobierno británico que no sólo consolidaba un inmenso i m - vos productos, sobre todo, textiles. 2
perio colonial, donde se m o n o p o l i z ó el comercio de los textiles, sino que
Sin embargo, no hay dudas de que la constante ampliación de la de-
estaba dispuesto destruir toda competencia. El caso de la India resulta
manda —interna, externa o ambas— de textiles ingleses fue el impulso que
ejemplar. Si bien las Indias orientales habían sido las grandes exportadoras
llevó los empresarios a mecanizar la p r o d u c c i ó n : para responder a esa cre-
de mercancías de a l g o d ó n , comercio que había quedado en manos britá-
ciente demanda era necesario introducir una tecnología que permitiera am-
nicas a través de la C o m p a ñ í a de las Indias orientales, cuando los nuevos
pliar esa p r o d u c c i ó n . De este m o d o , la primera industria "en revolución"
intereses comenzaron a prevalecer, la India fue sistemáticamente desindus-
fue la industria de los textiles de a l g o d ó n . 3
trializada y se transformó a su vez en receptora de los textiles ingleses.
La introducción de nuevas técnicas se desarrolló paso a paso. Para au-
Y esto nos lleva al tercer factor que explica la peculiar posición de In- mentar la p r o d u c c i ó n , en primer lugar, fue necesario superar el desequili-
glaterra en el siglo XVIII: el gobierno. La "gloriosa revolución" de 1688, ha- brio entre el hilado y el tejido. El torno de hilar, lento y poco productivo,
bía instaurado una m o n a r q u í a limitada por el Parlamento integrado por la no era suficiente para abastecer a los telares manuales que no sólo se m u l -
C á m a r a de los Lores -representativa de las antiguas aristocracias-, pero tam- tiplicaban sino que se aceleraban por la introducción de la "lanzadera vo-
bién por la C á m a r a de los Comunes, donde participaban hombres de nego- lante". De allí la necesidad de introducir innovaciones tecnológicas que
cios, dispuestos a desarrollar políticas sistemáticas de conquista de mercados aceleraron el proceso del hilado y que, desde 1780, exigieron la p r o d u c c i ó n
y de protección a comerciantes y armadores británicos. A diferencia de otros en fábricas. De este m o d o , las primeras fábricas de la Revolución Industrial
países, como Francia, Inglaterra estaba dispuesta a subordinar su política a
los fines e c o n ó m i c o s .

2
Véase Mori, Giorgio (1983), pp. 20-43.
3
V é a s e Hobsbawm, Eric J. (1982), pp. 55-74.
110 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 111

fueron establecimientos donde se cardaba el algodón para hilarlo y, funda- des se constataron a mediados de la década de 1830, cuando la industria
mentalmente, hilanderías. textil atravesó su primera crisis. C o n la tecnificación la producción se ha-
En un primer momento, el aumento del hilado multiplicó el n ú m e r o bía multiplicado, pero los mercados no crecían con la rapidez necesaria; de
de telares y tejedores manuales, tanto de los que trabajaban de acuerdo con este m o d o , los precios cayeron al m is m o tiempo que los costos de produc-
el antiguo sistema domiciliario como de los que comenzaban a ser concen- ción no se reducían en la misma proporción. Y una prueba de la crisis fue
trados en grandes talleres. Es cierto que los bajos salarios y la abundancia la marea de descontento social que durante estos años se extendió sobre
de trabajadores conspiraron en contra de la tecnificación de los telares; sin G r a n Bretaña.
embargo, la abundancia de hilado y la apertura de mercados en el conti- Pero había algo más. Indudablemente, la industria textil estimuló el
nente europeo —después de las guerras napoleónicas, en 1815— llevaron desarrollo tecnológico. Pero también es cierto que ninguna e c o n o m í a i n -
también a la introducción del telar mecánico. dustrial puede desarrollarse m á s allá de cierto punto hasta poseer una ade-
En rigor, la Revolución Industrial requirió pocos refinamientos inte- cuada capacidad de bienes de p r o d u c c i ó n . Y en este sentido, la
lectuales. Sus inventos técnicos fueron sumamente modestos, ninguno de industrialización basada en el algodón ofrecía límites: la industria textil no
ellos - c o m o la lanzadera volante, la m á q u i n a para hilar o el huso mecáni- demandaba —o demandaba en m í n i m a s proporciones— carbón, hierro o
c o - estaban fuera del alcance de artesanos experimentados o de la capaci- acero. En síntesis, carecía de capacidad directa para estimular el desarrollo
dad constructiva de los carpinteros. La m á q u i n a más científica que se de las industrias pesadas de base.
produjo, la giratoria de vapor (James Watt, 1784), no estaba más allá de los La demanda de hierro para la producción de armamentos había cono-
conocimientos físicos difundidos en la época - i n c l u s o , la teoría de la má- cido un importante incremento durante el período de las guerras napoleó-
quina de vapor fue desarrollada posteriormente por el francés Carnot, en nicas, pero después de 1815 la disminución de lo requerido también había
1 8 2 0 - y su aplicación requirió de una práctica que postergó su empleo, sido notable. En síntesis, las demandas militares tampoco eran la vía para
con excepción del caso de la minería. transformar a G r a n Bretaña en un país descollante en la producción de hie-
En síntesis, las m á q u i n a s de hilar, los husos y, posteriormente, los te- rro. Sin embargo, el estímulo provino de los mismos cambios que se esta-
lares mecánicos eran innovaciones tecnológicas sencillas y, fundamental- ban viviendo: el crecimiento de las ciudades generaba un constante
mente, baratas. Estaban al alcance de pequeños empresarios -los hombres aumento de la demanda de carbón, principal combustible doméstico.
del siglo X V III, que habían acumulado las grandes fortunas de origen mer- El crecimiento urbano había extendido la explotación de las minas de
cantil o agropecuario, no parecían demasiado dispuestos invertir en la nue- carbón que, ya desde mediados del siglo XVIII, empleaba las m á s antiguas
va forma de p r o d u c c i ó n - y r á p i d a m e n t e compensaban los bajos gastos de máquinas de vapor para sondeos y extracciones. Y la producción fue lo su-
inversión. A d e m á s , la expansión de la actividad industrial se financiaba fá- ficientemente amplia como para estimular el invento que transformó radi-
cilmente por los fantásticos beneficios que producía a partir del crecimien- calmente la industria: el ferrocarril. En efecto, las minas no sólo
to de los mercados. De este m o d o , la industria algodonera por su tipo de necesitaban máquinas de vapor de gran potencia para la explotación, sino
mecanización y el uso masivo de mano de obra barata permitió una rápida también un eficiente medio de transporte para trasladar el carbón desde la
transferencia de ingresos del trabajo al capital y contribuyó —más que n i n - galería a la bocamina y fundamentalmente desde ésta hasta el punto de em-
guna otra i n d u s t r i a - al proceso de acumulación. El nuevo sistema, que los barque. De acuerdo con esto, la primera línea de ferrocarril "moderna"
c o n t e m p o r á n e o s veían ejemplificado sobre todo en la región de Lancashi- unió la zona minera de D u r h a m con la costa (1825). De este m o d o , el fe-
re donde se habían dado estas nuevas formas productivas, revolucionaba la rrocarril fue un resultado directo de las necesidades de la minería, especial-
industria. mente en el norte de Inglaterra.
La construcción de ferrocarriles, de vagones, vagonetas y locomotoras,
La etapa del ferrocarril y el extendido de vías férreas, desde 1830 hasta 1850, generaron una de-
manda que triplicaron la producción de hierro y carbón, permitiendo i n -
A pesar de su éxito, una industrialización limitada y basada en un sector de gresar en una fase de industrialización más avanzada. H a c i a 1850, en G r a n
la industria textil no podía ser estable ni duradera. Las primeras dificulta- Bretaña, la red ferroviaria básica ya estaba instalada: alcanzaba lejanos p u n -
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 113
112

tos rurales y los centros de las principales ciudades, en un complejo gigan- ¿Qué tipo de sociedad se configuró a partir de la Revolución
tesco a escala nacional. A d e m á s , su organización y sus m é t o d o s de trabajo Industrial? Las antiguas aristocracias no sufrieron cambios demasiado no-
mostraban una escala no igualada por ninguna otra industria y su recurso tables. Por el contrario, con las transformaciones económicas pudieron en-
a las nuevas tecnologías carecía de precedentes. De este m o d o , ya en la dé- grosar sus rentas. La modernización de la agricultura dejaba pingües
beneficios, y a éstos se agregaron los que proporcionaban los ferrocarriles
cada de 1840, el ferrocarril se había transformado en s i n ó n i m o de lo ultra-
que atravesaban sus posesiones. Eran propietarios del suelo y también del
moderno.
subsuelo, por lo tanto la expansión de la minería y la explotación del car-
T a m b i é n la construcción de ferrocarriles presentaba un problema: su
bón concurría en su beneficio. C o m o señala H o b s b a w m , los nobles ingle-
alto costo. Pero este problema se transformó en su principal ventaja. ¿Por
ses no tuvieron que dejar de ser feudales porque hacía ya m u c h o tiempo
qué? Las primeras generaciones de industriales habían acumulado riqueza
que habían dejado de serlo y no tuvieron grandes problemas de adaptación
en tal cantidad que excedía la posibilidad de invertirla o de gastarla. H o m -
frente a los nuevos m é t o d o s comerciales ni frente a la e c o n o m í a que se
bres ahorrativos más que derrochadores -volveremos sobre esto- veían có-
abría en la " é p o c a del vapor". 4
mo sus fortunas se acrecentaban día a día sin posibilidades de reinvertir:
suponiendo que el volumen de la industria algodonera se multiplicase, el T a m b i é n para las antiguas burguesías mercantiles -sobre todo las v i n -
capital necesario absorbería sólo una fracción del superávit. Y estos h o m - culadas al comercio c o l o n i a l - y financieras, los cambios implicaron sólidos
bres encontraron en el ferrocarril una nueva forma de inversión. De este beneficios. Ya se encontraban sólidamente instaladas en la poderosa y ex-
tensa red mercantil, que desde el siglo XVIII había sido una de las bases de
m o d o , las construcciones ferroviarias movilizaron acumulaciones de capi-
la prosperidad inglesa, y las transformaciones económicas les posibilitaron
tal con fines industriales, generaron nuevas fuentes de empleo y se trans-
ampliar su radio de acción. M u c h o s de ellos se habían beneficiado por un
formaron en el estímulo para la industria de productos de base. En síntesis,
proceso de asimilación: eran considerados "caballeros" (gentlemen), con su
el ferrocarril fue la solución para la crisis de la primera fase de la industria
correspondiente casa de campo, con una esposa tratada co m o "dama"
capitalista.
(lady), y c o n hijos que estudiaban en O x f o r d o Cambridge dispuestos a
emprender carreras en la política. A estas antiguas burguesías, el éxito po-
Las transformaciones de la sociedad
día incluso permitirles ingresar en las filas de la nobleza.

La expresión Revolución Industrial fue empleada por primera vez por es- La posibilidad de asimilación en las clases más altas también se dio pa-
critores franceses en la década de 1820. Y fue acuñada en explícita analo- ra los primeros industriales textiles del siglo XVIII: para algunos millonarios
gía con la Revolución Francesa de 1789. Se consideraba que si ésta había del algodón, el ascenso social corría paralelo al e co n ó m i c o . Es el caso, por
transformado a Francia, la Revolución Industrial había transformado a In- ejemplo, de sir Robert Peel (1750-1839), que iniciado como uno de los
glaterra. Los cambios podían ser diferentes pero eran comparables en un primeros industriales textiles, llegó a ser miembro del Parlamento. A su
aspecto: habían producido una nueva sociedad. muerte no sólo dejaba una cuantiosa fortuna, sino también un hijo a p u n -
to de ser designado Primer M i n i s t r o (aunque también es cierto que ese P r i -
Y esto es importante de señalar, porque significa que desde sus co-
mer M i n i s t r o , en algunos medios cerradamente aristocráticos, muchas
mienzos la expresión Revolución Industrial, implicó la idea de profundas
veces no lograba hacer olvidar que era hijo de un fabricante ennoblecido
transformaciones sociales.
de Lancashire que empleaba a 15-000 obreros).
La sociedad se volvía irreconocible para sus mismos co n t e m p o r á n e o s .
Desde L o r d Byr o n hasta Robert O w e n , desde distintas perspectivas, deja- En síntesis, con límites, algunos pudieron ser asimilados. Sin embar-
ron testimonios disímiles pero que coincidían en describir a esa sociedad go, el proceso de industrialización generaba a muchos "hombres de nego-
en términos pesimistas: el trabajo infantil, el h u m o de las fábricas, el dete- cios , que aunque habían acumulado fortuna, eran demasiados para ser
rioro de las condiciones de vida, las largas jornadas laborales, el hacina- absorbidos por las clases m á s altas. M u c h o s habían salido de modestos orí-
miento en las ciudades, las epidemias, la desmoralización, el descontento
generalizado. Sin embargo, también es cierto que no para todos los resul-
4
tados de la Revolución Industrial resultaron sombríos. Véase Hobsbawm, Eric J. (1982), pp. 77-93.
114 SUSANA BIANCHI 115
HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L

genes -aunque nunca de la más estricta pobreza-, habían consolidado sus laboral. Esto es debido a que el proletariado aún estaba emergiendo de la
posiciones, y a partir de 1812, comenzaron a definirse a sí mismos como m u l t i t u d de antiguos artesanos, trabajadores domiciliarios y campesinos de
"clase media". C o m o tal reclamaban derechos y poder. Eran hombres que la sociedad pre-industrial. Se trataba de una clase "en formación", que aún
se habían hecho "a sí mismos", que debían m u y poco a su nacimiento, a su no había adquirido un perfil definido.
familia o a su educación. Estaban imbuidos del orgullo del triunfo y dis-
A d e m á s , la Revolución Industrial, en sus primeras etapas, lejos de
puestos a batallar contra los obstáculos que se pusieran en su camino. Es-
desaparecerlas, reforzó formas pre-industriales de producción como el sis-
taban dispuestos a derribar los privilegios que aún mantenían los "inútiles"
tema de trabajo domiciliario. El éxito de las hilanderías multiplicó entre
aristócratas - p o r los que esta "clase media" sentía un profundo desprecio-
1790 y 1830 el n ú m e r o de tejedores y calceteros en las unidades domésti-
y fundamentalmente a combatir contra las demandas de los trabajadores
cas. Posteriormente cuando la tejeduría se mecanizó, en ciudades como
que, en su o p i n i ó n , no se esforzaban lo suficiente ni estaban dispuestos to-
Londres, a u m e n t ó notablemente el número de costurerías y sastrerías do-
talmente a aceptar su dirección.
mésticas. S i n embargo, ya no se trataba del mismo trabajo, profundamen-
Para estos hombres, al cabo de una o dos generaciones, la vida se ha- te transformado por la Revolución Industrial. De una o c u p a c i ó n
bía transformado radicalmente. Pero el cambio no los desorganizó. C o n t a - complementaria, con las tareas del ama de casa o con el cultivo de una par-
ban con las normas que les proporcionaba los principios de la e c o n o m í a cela o c o n el ciclo de la cosecha, se transformó en una ocupación de tiem-
liberal -difundidos por periódicos y folletos- y la guía de la religión. Sus po completo cada vez más dependiente de una fábrica o de un taller. El
fortunas crecían día a día, y para ellos era la prueba más contundente de sistema d o m i c i l i a r i o comenzaba a transformarse en un trabajo "asalariado".
que la Providencia los premiaba por sus vidas austeras y laboriosas. Indu-
En estas primeras etapas, resultó clave el aporte de la mano de obra fe-
dablemente eran hombres que trabajaban duro. Vestidos siempre de levitas
menina e infantil. C o n una remuneración menor que los varones, las m u -
negras, vivían en casas confortables distantes de sus fábricas en las que i n -
jeres constituyeron la base de la intensificación del trabajo y muchas veces
gresaban m u y temprano y permanecían hasta la noche controlando y d i r i -
fueron la alternativa (por ejemplo en la tejeduría) a los costos de la meca-
giendo los procesos productivos. Su austeridad -que les impedía pensar en
nización. C o m o señala M a x i n e Berg, los niños y las mujeres constituyeron
el derroche o en tiempos improductivos dedicados al o c i o - era resultado
la gran reserva de mano de obra de los nuevos empresarios. 5
de la ética religiosa, pero también constituía un elemento funcional para
Dentro de la unidad doméstica, eran las mujeres las que trabajaban,
esas primeras épocas de la industrialización, donde las ganancias debían
pero también enseñaban y supervisaban el trabajo de los más jóvenes; al
reinvertirse. S ó l o el temor frente a un futuro incierto los atormentaba: la
mismo tiempo que se ocupaban de sus hijos, trasmitían las "habilidades" a
pesadilla de las deudas y de la bancarrota que dejaron a muchos en el ca-
las nuevas generaciones de la fuerza de trabajo industrial.
m i n o . Pero estas amenazas no i m p i d i e r o n que estos nuevos hombres de ne-
De la heterogeneidad de formas productivas con la que se inició la
gocios, esta nueva burguesía industrial fuera la clase triunfante de la
Revolución Industrial dependió la pluralidad de grupos sociales que con-
Revolución Industrial.
formaban a los "trabajadores pobres." Sin embargo, con la expansión del
Los nuevos m é t o d o s de producción modificaron profundamente el sistema fabril, sobre todo en la década de 1820, con el avance poderoso de
m u n d o de los trabajadores. Evidentemente, para lograr esas transformacio- la maquinación, el proletariado industrial - e n algunas regiones y en algu-
nes en la estructura y el ritmo de la producción debieron introducirse i m - nas ramas de la i n d u s t r i a - c o m e n z ó a adquirir un perfil más definido: ya
portantes cambios en la cantidad y la calidad del trabajo. Y esos cambios era la clase obrera fabril. ¿Cuáles son sus características? En primer lugar, se
constituyeron una ruptura que se transforma en la cuestión central cuando trata de "proletarios", es decir, de quienes no tienen otra fuente de ingresos
se toman en cuenta los "resultados humanos" de la Revolución Industrial. digna de mención más que vender su fuerza de trabajo a cambio de un sa-
Es indudable que, con la producción en la fábrica, surgió una nueva lario. En segundo lugar, el proceso de mecanización les exigió concentrar-
clase social: el proletariado o clase obrera. Sin embargo, el proceso de for- se en un único lugar de trabajo, la fábrica, que impuso al proceso de
m a c i ó n de esta clase no fue simple ni lineal. De allí que Eric J. H o b s b a w m
prefiera emplear para este período - p o r lo menos hasta 1 8 3 0 - el término
"trabajadores pobres" para referirse a aquellos que constituyeron la fuerza 5
Véase Berg, Maxine (1987), pp. 145-172.
116 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O OCCIDENTAL 117

p r o d u c c i ó n un carácter colectivo, como actividad de un equipo en parte ambivalente. Es cierto que, por un lado, disciplinó al trabajo. Pero, por
h u m a n o y en parte mecánico. El resultado fue un incremento de la d i v i - otro lado, proveyó de formas de asistencia a los que por enfermedad o d i -
sión del trabajo a un grado de complejidad desconocido hasta entonces. versos problemas no podían trabajar. A d e m á s proveyó a los trabajadores de
Y esto modificó profundamente las conductas laborales: las activida- ejemplos de acción: sus primeras agrupaciones se organizaron sobre la ba-
des del trabajador debían adecuarse cada vez más al ritmo y regularidad de se que proporcionaba el modelo de la asamblea metodista.
un proceso mecánico. D i c h o de otro modo, el trabajo mecanizado de la fá- Para los trabajadores, las condiciones de vida se deterioraron. Hasta
brica impuso una regularidad y una rutina completamente diferente a la mediados del siglo XIX, mantuvo su vigencia la teoría del "fondo salarial"
del trabajo pre-industrial. Era un tipo de trabajo que entraba en conflicto que consideraba que cuanto más bajos fueran los salarios de los obreros
no sólo con las tradiciones, sino con todas las inclinaciones de hombres y más altas serían los beneficios patronales. Los bajos salarios se combinaban
mujeres aún no condicionados. De allí, las quejas de los patronos por la con las condiciones materiales en las que se desarrollaba la vida cotidiana.
" i n d o l e n c i a " de los trabajadores que se negaban, por ejemplo, a trabajar los Sobre todo después de 1820, el trabajo industrial se concentró en las ciu-
lunes. En efecto, para los empresarios constituyó una ardua tarea desterrar dades del oeste de Yorkshire y del sur de Lancashire, como Manchester,
la costumbre del "lunes santo," día reservado por los jornaleros artesanales Leeds, Bradford y otras concentraciones menores que prácricamente eran
para reponerse de la resaca dominguera. barrios obreros interrumpidos sólo por las fábricas. En este sentido, el de-
El conflicto se planteaba entre las distintas medidas del tiempo. El tra- sarrollo urbano de la primera mitad del siglo XIX fue un gran proceso de
bajo pre-industrial se m e d í a por los ciclos de las cosechas, en meses y en se- segregación que empujaba a los trabajadores pobres a grandes concentra-
manas; se m e d í a por la necesidad y por las ganas de trabajar. En cambio, el ciones de miseria alejadas de las nuevas zonas residenciales de la burguesía.
trabajo fabril se medía en días, horas y minutos. D i c h o de otro m o d o , la Las condiciones de vida en estas concentraciones obreras, el hacinamiento,
industria trajo la tiranía del reloj - q u e para los trabajadores c u l m i n ó con la la falta de servicios públicos favoreció la reaparición de epidemias, c o m o el
invención de B e n j a m í n F r a n k l i n , el "reloj registrador", hacia fines del siglo cólera y el tifus que afectaron a Glasgow en la década de 1830.
XVIII—. Es cierto que, a la larga, los trabajadores incorporaron e internali- Y estos problemas urbanos no sólo afectaban las condiciones materia-
zaron la nueva medida de tiempo del trabajo industrial. Y con esto comen- les de vida, sino que fundamentalmente la ciudad destruía las antiguas for-
zará la lucha por la reducción de la jornada laboral. Pero también es cierto mas de convivencia. La experiencia, la tradición, la moralidad pre-indus-
que, en los comienzos, fueron también notables las resistencias frente a es- trial no ofrecían una guía adecuada para un comportamiento idóneo en
te tipo de trabajo. una sociedad industrial y capitalista. De allí, la desmoralización y el incre-
Frente a las resistencias, ante las dificultades de acondicionamiento al mento de problemas como la prostitución y el alcoholismo.
nuevo tipo de trabajo, se forzó a los trabajadores mediante un sistema de U n o de los ámbitos donde más se advertía la incompatibilidad entre la
coacciones que organizaba el mercado de trabajo y garantizaba la discipli- tradición y la nueva racionalidad burguesa era el á m b i t o de la "seguridad
na. Para esto concurrieron leyes, como la de 1823 que castigaba con la cár- social." D e n t r o de la moralidad pre-industrial se consideraba que el h o m -
cel a los obreros que no cumplieran con su trabajo o la Ley de Pobres de bre tenía derecho a trabajar, pero que si no podía hacerlo tenía el derecho
1834 que recluía a los indigentes en asilos transformados en casas de tra- a que la c o m u n i d a d se hiciese cargo de él. Esta tradición se continuaba en
bajo. T a m b i é n se obligaba a trabajar manteniendo bajos los salarios y a tra- muchas zonas rurales, en algunas organizaciones de artesanos y trabajado-
vés del pago por pieza producida, lo que obligaba al trabajador a la res calificados, e incluso entre aquellos que participaban de la Iglesia meto-
concurrencia cotidiana. dista. Pero esta tradición era algo completamente incompatible con la
Pero también se disciplinó mediante formas más sutiles. Y en ese sen- lógica burguesa que basaba su triunfo en el "esfuerzo i n d i v i d u a l " . A d e m á s ,
tido hay que destacar el papel que j u g ó la religión. El metodismo, de gran como ya señalamos, si la burguesía consideraba su riqueza como el premio
difusión entre los sectores populares, insistía particularmente en las v i r t u - de la Providencia a sus virtudes, resultaba lógica la asociación entre pobre-
des disciplinadoras y el carácter sagrado del trabajo duro y la pobreza. En za y pecado (asociación que hubo de tener una larga permanencia). De allí
las escuelas dominicales se daba particular importancia a enseñar a los n i - que la "caridad" burguesa funcionara como motor de degradación más que
ños el valor del tiempo. Sin embargo, el papel jugado por el metodismo fue de ayuda material.
118 119
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L

Frente a la nueva sociedad que conformaba el capitalismo industrial, de crear asociaciones-, comenzaron los movimientos que configuraban las
los trabajadores p o d í a n dificultosamente adaptarse al sistema e incluso i n - primeras formas de lucha obrera.
tentar "mejorar": sobre todo, los calificados p o d í a n hacer esfuerzos para i n - En las primeras décadas del siglo XIX, las demandas de los trabajado-
gresar a la "clase media" o, por lo menos, seguir los preceptos de austeridad res de una democracia política coincidieron con las aspiraciones de las nue-
y de ayuda a "sí mismos" que proponía la sociedad burguesa. T a m b i é n po- vas "clases medias" a una mayor participación en el poder político. Frente
dían, empobrecidos y enfrentados a una sociedad cuya lógica les resultaba a un sistema en que el sufragio era privilegio de las clases propietarias que
incomprensible, desmoralizarse. Pero aún les quedaba otra salida: la rebe- contaban con un determinado nivel de renta, la lucha se centró en la am-
lión. Y para esto la experiencia no era desdeñable. Por un lado, estaban los pliación del sistema electoral. El problema radicaba en que antiguos c o n -
primeros movimientos de resistencia del siglo XVIII pocos articulados pero dados anteriormente densamente habitados habían disminuido su
de acción específica y directa que brindaban modelos para actuar. Por otro
población -eran los llamados "burgos p o d r i d o s " - , pero, a pesar de esto,
lado, las tradiciones jacobinas - d e l ala radical de la Revolución Francesa-
conservaban la mayoría en la representación parlamentaria de m o d o tal
que habían sido asumidas por artesanos que pronto se transformaron en los
que a veces un solo propietario p o d í a llegar a tener dos bancas en el Parla-
líderes de los trabajadores pobres y de la incipiente clase obrera. De este
mento. Por el contrario, centros densamente poblados, como las nuevas re-
m o d o , pronto surgió la organización y la protesta. C o m o lo señala Edward
giones industriales, carecían de representación.
P. T h o m p s o n , la clase obrera fue "hecha" por la industria, pero también se
Durante estos años, la intensa movilización permitió a los trabajado-
hizo a sí misma en el proceso que permitió el pasaje de la "conciencia de
res, sobre todo a los calificados, avanzar en el derecho de asociación. En
oficio" a la "conciencia de clase". 6
1824, se anuló la legislación que prohibía asociarse y comenzaron a surgir
En las últimas décadas del siglo XVIII, la primera forma de lucha en los sindicatos (Trade Unions), c u l m i n a n d o en 1830 con la f o r m a c i ó n de la
contra de los nuevos m é t o d o s de producción, el ludismo, fue la destruc- Unión General de Protección al Trabajo. Pero si avanzaron en organiza-
ción de las m á q u i n a s que c o m p e t í a n con los trabajadores en la medida que ción, los trabajadores perdieron en la lucha por los derechos políticos. En
suplantaban a los operarios. C u a n d o ya fue claro que la tecnología era un efecto, la lucha por la ampliación del sistema político c u l m i n ó con la refor-
proceso irreversible y que la destrucción de m á q u i n a s no iba a contener la ma electoral de 1832. Por esta reforma se suprimían los "burgos podridos",
tendencia a la industrialización, esta forma de lucha c o n t i n u ó sin embargo se otorgaba representación a los nuevos centros industriales y acrecentó el
e m p l e á n d o s e c o m o forma de expresión para obtener aumentos salariales y número de electores (de 500.000 a 800.000) al disminuir la renta requeri-
d i s m i n u c i ó n de la jornada de trabajo. Y hacia 1811 y 1812 el movimiento da para votar. Esto indudablemente favorecía a la "clase media", pero ex-
ludista adquirió tal extensión que las leyes implantaron la pena de muerte
cluía a la clase obrera de los derechos políticos.
para los destructores de máquinas.
El fracaso de 1832 constituyó un hito en la conformación del movi-
Pero las demandas no se restringieron a la mejora de las condiciones miento laboral: estaba claro que los intereses de los trabajadores no podían
de trabajo ni al aumento de los salarios, sino que también aparecieron rei- coincidir con los de la burguesía. Era necesario plantearse nuevas formas de
vindicaciones vinculadas con la política. En este sentido, la influencia de la lucha. Esto coincidía además c o n una ofensiva de los patronos contra los sin-
Revolución Francesa fue significativa: el jacobinismo había dotado a los dicatos —los empresarios se negaban emplear a trabajadores sindicalizados—,
viejos artesanos de una nueva ideología, la lucha por la democracia y por que los obligó a transformarse en asociaciones prácticamente clandestinas.
los derechos del hombre y del ciudadano. No fue una simple coincidencia Sin embargo, la cuestión de los derechos políticos continuó ocupando el cen-
que en 1792 se publicara la obra de T h o m a s Paine, Los derechos del hombre tro del movimiento de trabajadores. En esta línea, en 1838, la Asociación de
y que el zapatero T h o m a s H a r d y fundara la primera Sociedad de Corres- Trabajadores de Londres confeccionó un programa que se llamó la Carta del
pondencia, asociación secreta que agrupaba a los trabajadores. De esta ma- Pueblo: se exigía el derecho al sufragio universal, idéntica división de los dis-
nera, a pesar de una legislación represiva - e n 1799 se anularon los derechos tritos electorales, dietas para los diputados, entre otras peticiones.
La Carta del Pueblo dio origen a un vasto movimiento, el carlismo,
que se extendió por toda G r a n Bretaña alcanzando, sobre todo hacia 1842,
6
Véase Thompson, Edward P. (1977), prólogo, t. I. una amplia resonancia. Sin embargo, el cartismo terminó disgregándose.
120 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 121

En parte, porque sus dirigentes, por sus posiciones divididas -algunos bus- comunicación y de intercambio de las ideas, sustraído del Estado -es decir,
caban una alianza con los sectores más liberales de la burguesía, mientras de la "esfera del poder político"— donde se criticaban sus actos y fundamen-
otros consideraban la huelga como única forma de l u c h a - , no lograban tos. A d e m á s , en esa nueva esfera pública, las personas que hacían uso de la
unificar acciones conjuntas. Pero en gran parte también, por la repercusión razón podían ser consideradas "iguales": ellas no se distinguían por su na-
que alcanzó en Inglaterra el fracaso, como veremos, de las revoluciones del cimiento, sino por la calidad de sus argumentaciones, es decir, por su ca-
48 en el continente. pacidad. La esfera pública no reconocía, por lo tanto, las jerarquías sociales
y las distinciones de órdenes sostenidas por el Estado absoluto.
Esto no significa, sin embargo, que la "opinión pública" fuese consi-
La Revolución Francesa derada la o p i n i ó n de la mayoría: "público" no significaba "pueblo". Por el
contrario, la "opinión pública" era la opinión de los hombres ilustrados, era
Si la economía del m un d o del siglo XIX se transformó bajo la influencia de incluso la "opinión de los hombres de letras" opuestos al "populacho" de
la Revolución Industrial inglesa, no cabe duda que la política y la ideología opiniones múltiples y versátiles, plagadas de prejuicios y pasiones. La fron-
se formaron bajo el modelo de la Revolución Francesa. Francia proporcionó tera estaba dada entre los que podían leer y escribir y entre quienes no po-
el vocabulario y los programas de los partidos liberales y democráticos de la dían hacerlo. Desde esta perspectiva, los hombres ilustrados, que
mayor parte del m u n d o , y ofreció el concepto y los contenidos del naciona- encarnaban la o p i n i ó n pública, eran quienes debían erigirse en "represen-
lismo. Fue una revolución, además, de repercusiones mundiales: no sólo tantes" del pueblo. En síntesis, dentro de la esfera pública se conformaba
significó un hito en la historia europea sino que sus efectos alcanzaron zo- una nueva cultura política, con una nueva teoría de la representación, que
nas m u y alejadas como Hispanoamérica. Hasta la Revolución Rusa de colocaba el centro de la autoridad, no en las decisiones del monarca, sino
1917, la Francesa se transformó en el modelo revolucionario. en una opinión pública, que a fines del siglo XVIII se transformaba en un
tribunal al que era necesario escuchar y convencer.
Los orígenes de la Revolución La nueva cultura política reflejaba la crisis de legitimidad de la monar-
quía absoluta que alcanzaba a amplios sectores sociales, a los campesinos, a
¿Por q u é esta revolución ocurrió en la Francia del siglo XVIII? En primer l u - las clases populares urbanas.
gar - s i bien no es algo exclusivo de Francia, allí se registró con mayor i n - En los Cuadernos de Quejas de 1789 -que se redactaron ante la con-
tensidad- desde mediados del siglo XVIII, se habían producido profundos vocatoria de los Estados Generales y que recogían los petitorios de los dis-
cambios en el á m b i t o de las ideas y de las concepciones del m u n d o . tintos grupos sociales en todo el territorio de Francia— quedaron explícitos
Los "filósofos" de la Ilustración, al fijar las fronteras del conocimiento, los cambios en las imágenes del rey: se había producido la desacralización
habían destronado a la teología: la religión, al integrar el terreno de las de la monarquía. Es cierto que aún el término "sagrado" aparece unido al
"creencias," estaba fuera de lo racionalmenre verificable, es decir, del cono- nombre del monarca, pero también eran "sagradas" muchas otras cosas: los
cimiento científico. El pensamiento se alejaba de lo sagrado para afirmar diputados, los derechos de las personas. Era además una sacralidad que ha-
sus contenidos laicos. Pero esta separación ponía en tela de juicio las bases bía cambiado su naturaleza, no estaba otorgada por Dios sino por la misma
de la m o n a r q u í a absoluta. La naturaleza divina del poder real, fundamen- nación. Y según algunos autores, como Roger Chartier, esta desacralización
to de su legitimidad, no era aceptada por los filósofos que propusieron una fue lo que hizo posibles las profanaciones revolucionarias.
nueva instancia de legitimación, la opinión pública. La crisis política se conjugaba con una peculiar situación social y eco-
C o m o señala Roger Chartier, los cafés, los salones, los periódicos ha- nómica. Durante el siglo XVIII, Francia fue la principal rival e c o n ó m i c a de
bían creado la esfera pública de la política -llamada también por Jür ge n Inglaterra en el plano internacional: había cuadruplicado su comercio ex-
Habermas "esfera pública burguesa"-, es decir, espacios donde los i n d i v i - terior y contaba con un d i n á m i c o imperio colonial. Pero, a diferencia de
duos hacían un uso público de la r a z ó n . 7 Era un espacio de discusión, de Inglaterra, Francia era la más poderosa m o n a r q u í a absoluta de Europa, y
no estaba dispuesta a subordinar la política a la expansión económica. Por
7
Véase Chartier, Roger (1995), pp. 33-50. el contrario, esta expansión encontraba sus límites en la rígida organización
122 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 123

mercantilista del antiguo régimen, los reglamentos, los altos impuestos, los nuevo orden social, estos burgueses -que no son exclusivamente los h o m -
aranceles aduaneros. bres de negocios- sentaron las bases para las posteriores transformaciones.
Los economistas de la Ilustración, los fisiócratas, habían planteado so-
luciones. Consideraban que era necesario una eficaz explotación de la tierra, Las etapas de la Revolución
la abolición de las restricciones y una equitativa y racional tributación que
anulara los viejos privilegios. Criticando las bases del mercantilismo, consi- La participación de Francia en la guerra de independencia de los Estados
deraban que la riqueza no estaba en la acumulación sino en la producción Unidos había agravado los problemas financieros. Para sanear el défict fis-
-fundamentalmente agrícola-, por lo tanto, para que prosperara, era nece- cal, los ministros de Luis X V I habían intentado el cobro de un impuesto
sario levantar las trabas, "dejar hacer" (laissez-faire), dar libertad a los pro- general a todas las clases propietarias, medida que afectaba el tradicional
ductores, a las empresas, al comercio. Pero los intentos de llevar a cabo estas privilegio de la nobleza. A n t e esto, la Asamblea de Notables, que reunía a
reformas en Francia fracasaron totalmente. El fisiócrata Turgor, ministro de la aristocracia, en una cerrada oposición a la medida, exigió a la corona la
Luis X V I entre 1774 y 1776, chocó contra una inconmovible aristocracia convocatoria de los Estados Generales (1788). Estos Estados representaban
opuesta a un sistema impositivo que tocara sus privilegios. En síntesis, el a los estamentos de la sociedad - e l clero, la nobleza y el estado llano— y, an-
conflicto entre los intereses del antiguo régimen y el ascenso de nuevas fuer- te los avances de la m o n a r q u í a absoluta no se reunían desde 1615.
zas sociales era más agudo en Francia que en cualquier otra parte de Euro-
En síntesis, la revolución c o m e n z ó con la rebelión de la nobleza que
pa. La "reacción feudal" fue la chispa que encendió la revolución. 8
intentaba afirmar sus privilegios frente a la m o n a r q u í a . Pero, los efectos
Para algunos historiadores, como Vovelle, la revolución fue el produc- fueron distintos a los esperados. La convocatoria de los Estados Generales,
to del conflicto entre la aristocracia feudal y las burguesías vinculadas a las la elección de los dipurados, la redacción de los Cuadernos de Quejas pro-
nuevas actividades ec o n ó m ic as y, por lo tanto, la consideran el paso nece- vocaron una profunda movilización que ponía en tela de juicio todo el an-
sario para el traspaso del poder de una clase social a la otra y el estableci- damiaje del antiguo régimen.
miento de la sociedad moderna. Pero esta posición es enfrentada por las Los Estados Generales aún recogían la visión de la sociedad expresada
corrientes "revisionistas" que niegan la existencia tanto de una reacción no- en el modelo de los "tres órdenes": los que rezan (el clero), los que guerrean
biliaria como de una verdadera burguesía en la Francia del siglo XVIII. 9 (la nobleza) y los que trabajan la tierra (los campesinos).
Niegan por lo tanto, el carácter de revolución "burguesa" a los aconte- Los dos primeros Estados, el clero y la nobleza, reunían a los órdenes
cimientos que se desencadenaron a partir de 1789. Por el contrario, consi- privilegiados; como resultado del cambio social, el Tercer Estado o Estado
deran que entre algunos sectores de la burguesía y de una nobleza "liberal" Llano incluía no sólo a los campesinos sino a todos los grupos —la mayor
había amplio consenso respecto a la necesidad de reformas. De allí que la parte de la sociedad- que carecían de privilegios: burguesía mercantil y fi-
revolución fuese una "revolución de las élites" que el derapage (resbalón) nanciera, artesanos, manufactureros, profesionales, pequeños comercian-
que sufrió entre 1790 y 1794 fue por la intromisión de las masas campesi- tes, ricos arrendatarios, jornaleros, etc. Si bien la representación estaba
nas y urbanas que se movilizaron en función de sus propias reivindicacio- ejercida por los personajes más influyentes de las ciudades, los sectores po-
nes. A n t e las posiciones "revisionistas", H o b s b a w m rescata nuevamente el pulares intervinieron activamente haciendo incluir sus reivindicaciones en
carácter de "revolución burguesa". 1 0 los Cuadernos de Quejas, que constituían el mandato que debían asumir
Para H o b s b a w m el punto de partida está en el papel jugado por perio- los diputados.
distas, profesores, abogados, notarios que defendían un sistema que se ba- En mayo de 1789 los Estados Generales se reunieron en París. Inme-
saba no en el privilegio y el nacimiento, sino en el talento. Al defender un diatamente comenzaron los debates sobre las formas de funcionamiento.
Ante la falta de acuerdos, ante la negativa de la corona de aceptar la reu-
nión conjunta de los tres Estados, el Estado Llano o Tercer Estado se auto-
8
Véase Vovelle, Michel (1984), pp. 11-78. convocó en una Asamblea Nac io nal. Pero, en la coyuntura, los objetivos de
9
Véase Furet, Francois (1980). sus integrantes cambiaron: se propusieron redactar una Constitución que,
1 0
Véase Hobsbawm, Eric J. (1992), pp. 17-56. según el modelo que proporcionaba Inglaterra, limitara el poder real.
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La primera etapa de la revolución (1789-1791) a eliminar los jerárquicos gremios medievales que limitaban la libertad de
empresa y la libertad de trabajo. En síntesis, se comenzaba a construir el
Las intenciones de Luis X V I de disolver la Asamblea N a c i o n a l por la fuer- "orden b u r g u é s " .
za provocaron el levantamiento popular que agudizó el proceso: el 14 de T a m b i é n se hacía necesario socavar otros de los fundamentos del anti-
julio de 1789, la toma de la fortaleza de La Bastilla simbolizó la caída del guo régimen: las bases del poder de la Iglesia. A fines de 1789, se naciona-
absolutismo y el comienzo de un período de liberación. Pronto la revolu- lizaron los bienes del clero. En consecuencia, se expropiaron las tierras
ción se extendió en ciudades y, fundamentalmente, en el campo. Oleadas eclesiásticas que se pusieron en venta con el objetivo también de dar res-
de levantamientos campesinos, el llamado " G r a n M i e d o " -saqueo de cas- paldo al "asignado", nuevo papel moneda. En julio de 1790, se dictaba la
tillos, quema de los títulos de los derechos señoriales-, en sólo dos sema- C o n s t i t u c i ó n C i v i l del C l e r o que colocaba a la Iglesia bajo el poder del Es-
nas quebraron la estructura institucional de Francia. El establecimiento de tado: los obispos y los curas se transformaban en funcionarios públicos ele-
órganos de gobierno a u t ó n o m o s prácticamente hacía desaparecer toda for- gidos en el marco de las nuevas circunscripciones administrativas. Es cierto
ma de poder descentralizado. que esto generó un amplio conflicto que, durante m u c h o tiempo, enfren-
En agosto de 1789, la revolución obtuvo su manifiesto formal: la tó al clero constitucional y al mayoritario clero "refractario" que se negaba
Asamblea a p r o b ó la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano. a aceptar la medida. Pero también quedaban cada vez má s claras las inten-
La Declaración se basaba en los principios de libertad, igualdad y fraterni- ciones de establecer un nuevo orden. Ese m i s m o año se decidieron los fes-
dad, considerado el gran legado de la Revolución Francesa. La libertad se tejos del primer aniversario de la toma de la Bastilla: era la celebración de
entendía fundamentalmente como la libertad personal de los individuos la fraternidad y de la abolición de las antiguas divisiones. El 14 de julio se
frente a las arbitrariedades del Estado, pero también libertad de empresa y transformaba en la fecha simbólica del nacimiento de ese nuevo orden.
libertad de comercio; la igualdad significaba que todos los individuos eran Sin embargo, todavía quedaban pendientes problemas, fundamental-
iguales ante la ley aboliendo de este modo los privilegios de sangre y de na- mente, la cerrada oposición de amplios sectores del clero y de la aristocra-
cimiento; la fraternidad conformaba a la nación, todos eran franceses, con cia frente al proceso que se desencadenaba. En efecto, muchas de las
una sola patria y en tal sentido p o d í a n considerarse "hermanos". medidas se tomaban frente a la hostilidad de la nobleza y del rey que i n -
tentaba bloquear las resoluciones. Sin embargo, la movilización popular re-
Art. Io Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las dis- sultó clave para revertir la situación. Ya en octubre de 1789, una marcha
tinciones sociales no pueden estar fundadas más que sobre la utilidad c o m ú n . de mujeres apoyadas por la G u a r d i a N a c i o n a l -fuerza armada que la A s a m -
Art. 2o El fin de toda asociación política es la conservación de los derechos na- blea N a c i o n a l había reclutado entre los ciudadanos- se dirigió a Versalles y
turales e imprescriptibles del hombre. Estos derechos son la libertad, la propie- obligó al rey a refrendar los primeros decretos. A n t e esto, muchos nobles
dad, la seguridad, la resistencia a la opresión. comenzaron a elegir el camino del exilio.
Art. 3o El principio de toda soberanía reside esencialmente en la nación: nin- En septiembre de 1791, se aprobaba la C o n s t i t u c i ó n , prologada por la
gún cuerpo, ningún individuo puede ejercer autoridad si no emana directa- Declaración de los Derechos del H o m b r e y del C i u d a d a no , que establecía
mente de ella. un sistema de m o n a r q u í a limitada. El poder m o n á r q u i c o quedaba contro-
(Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano). lado por una Asamblea Legislativa, cuyos miembros debían ser elegidos
mediante un sufragio restringido, derecho de los varones adultos propieta-
Pocos días antes, la Asamblea - p o r la presión de los levantamientos cam- rios. En este sentido quedaba claro que la "igualdad" de los hombres que
pesinos- había abolido el feudalismo. Es cierto que posteriores correccio- había proclamado la revolución era la igualdad c i v i l ante la ley, pero no i m -
nes l i m i t a r o n sus efectos. El pago de rescate por las tierras, por ejemplo, plicaba en absoluto la igualdad política. C o n esto, como señala Vovelle,
limitó el proceso de liberación campesina. Sin embargo, pese a esto, la i m - culminaba la "revolución burguesa". Y esta fórmula de democracia l i m i t a -
portancia de la medida radicaba en echar las bases de un nuevo derecho c i - da por el voto censatario constituyó a lo largo del siglo XIX, como veremos,
v i l con fundamento en la libre iniciativa. En la misma dirección concurrió el programa de la burguesía liberal europea.
la prohibición de la existencia de las corporaciones, medida que apuntaba
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126

La segunda etapa de la Revolución. La república jacobina (1792-1794) obtenido el apoyo del rey de Prusia y del emperador de Austria para orga-
nizar una fuerza militar con el objetivo de invadir Francia. Para las coronas
C o n el establecimiento de la m o n a r q u í a limitada sobre la base de una par- de Austria y de Prusia colaborar con la restauración del absolutismo era no
ticipación restringida, para muchos que planteaban la necesidad de llegar a sólo un acto de solidaridad política y familiar con Luis X V I - c u y a esposa
un acuerdo con el rey se habían c u m p l i d o los objetivos de la Revolución. María A n t o n i e t a era austríaca- sino fundamentalmente una medida defen-
Pero también eran muchos los que consideraban necesario seguir profun- siva: evitar la expansión de esas ideas y de esos movimientos dentro de sus
dizando los contenidos revolucionarios. De este m o d o, dentro del Tercer propios reinos. Pero las amenazas exteriores también parecían vincularse
Estado pronto comenzaron a diferenciarse las distintas corrientes, que se con conjuraciones internas. De este modo, la Asamblea Legislativa declaró
agrupaban en distintas asociaciones o clubes políticos. Algunos de estos la guerra a Austria en abril de 1792.
clubes, c o m o el de los jacobinos o el de los cordeleros - d o n d e se escucha- El estallido de la guerra favoreció la radicalización del proceso. M i e n -
ban a los oradores más populares como Marat y D a n t o n - , estaban reserva- tras los ejércitos enemigos se acercaban a la frontera y comenzaban a inva-
dos a la élite política. Pero también los sectores populares más radicaliza- dir el territorio, se proclamó la "Patria está en peligro" mientras acudían a
dos, que abarcaban a artesanos y jornaleros y a p e q u e ñ o s propietarios de París los voluntarios de las provincias en defensa de la revolución. Era el de-
tiendas y talleres, es decir, los sans-culottes -llamados así porque no usaban senlace de un movimiento patriótico en contra de la traición. E n este cli-
las calzas que vestían los sectores más acomodados sino simplemente pan- ma, el rey fue depuesto y enviado a prisión (agosto de 1792), se disolvió la
talones-, se agrupaban en sociedades que se reunían en los barrios de las Asamblea Legislativa y se la reemplazó por una C o n v e n c i ó n Nacional, ele-
ciudades con un ideario democrático e igualitario. Esta red de asociaciones gida mediante sufragio universal. Para señalar el cambio incluso se estable-
que cubría el país, junto con el aumento notable de la prensa revoluciona- ció un nuevo calendario que buscaba marcar el comienzo de una nueva era:
ria, se transformó pronto en el motor de la agitación. 1792 se transformaba en el A ñ o I de la República. Se iniciaba así la segun-
Las distintas tendencias también se expresaron en la Asamblea Legis- da etapa de la revolución, etapa en la que guerra impuso su propia lógica.
lativa y quedaron definidas por el lugar que ocupaban en el recinto de se- La C o n v e n c i ó n inició sus sesiones en septiembre de 1792, en medio
siones: en la "derecha" se agrupaban los sectores m á s conservadores; en la de difíciles circunstancias: la revolución parecía estar jaqueada desde aden-
"izquierda", los más radicales. Si los más conservadores consideraban que tro y desde afuera. Mientras los ejércitos invadían, la mayoría de las regio-
la Revolución había concluido y que era necesario desmontar la " m á q u i n a nes estaban sublevadas y desconocían al gobierno. Era necesario tomar
de las insurrecciones", los acontecimientos no se desarrollaron a su favor. medidas excepcionales: tal fue la acción de los jacobinos que pronto gana-
En primer lugar, una serie de malas cosechas y la devaluación de los asig- ron el control de la C o n v e n c i ó n . C o n el apoyo de los sectores populares de
nados llevaron a una crisis e c o n ó m i c a que favoreció la movilización popu- París y controlando mecanismos claves de gobierno como el C o m i t é de
lar. En segundo lugar, el peligro de la contrarrevolución y de la guerra Salvación Pública, los jacobinos lograron que todo el país fuese movilizado
afirmó la influencia de los sectores más radicalizados. con medidas que configuraban la guerra total. La leva en masa incorpora-
En efecto, ante el desarrollo de los acontecimientos, en junio de 1791, ba al ejército a todo ciudadano apto para llevar un fusil, mientras se esta-
Luis X V I junto con su familia había intentado huir para reunirse con los blecía una e c o n o m í a de guerra rígidamente controlada: racionamiento y
nobles exiliados en Austria. Pero la huida fue descubierta en la ciudad de precios m á x i m o s . Las dificultades fueron muchas, pero las noticias de los
Verennes y la familia real, en medio de la indignación popular, fue llevada primeros triunfos del ejército francés que había derrotado a los austríacos
por la fuerza a París. Poco después, Luis X V I fue forzado a prestar juramen- en la batalla de V a l m y (septiembre de 1792) permitían mantener el ardor
to a la C o n s t i t u c i ó n . Pero el intento de huida y la intención del rey de unir- revolucionario.
se a los exiliados que complotaban en contra de la revolución para restaurar Pero los enemigos no eran sólo externos. Para asegurar el orden y aca-
el poder absoluto fueron percibidos como un acto de "traición a la Patria . bar de raíz con la oposición interna se impuso esa rígida disciplina que se
Y el descrédito de la m o n a r q u í a afirmó el prestigio de los más radicalizados conoció como el "Terror". Los sectores más radicalizados plantearon la ne-
que habían comenzado a trazar un ideario republicano. cesidad de condenar a muerte al rey por su acto de traición: Luis X V I fue
Estaba también el peligro de la guerra. Los nobles emigrados habían ejecutado en la guillotina. C o n la suya, rodaron las cabezas de su esposa y
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de otros nobles, pero también las cabezas de muchos antiguos revoluciona- demasiados apoyos, se encontró jaqueado tanto por los sans-culottes - q u e
rios que disentían con la conducción jacobina. Así m u r i ó , por ejemplo, en pronto lamentaron la caída de Robespierre- y los políticos más radicaliza-
1794, D a n t o n , uno de los políticos más hábiles de la C o n v e n c i ó n , de gran dos, como por la reacción aristocrática. Era necesario encontrar la fórmula
popularidad, cuya capacidad oratoria había movilizado a la guerra por la para no volver a caer en la república jacobina ni retornar al antiguo régimen.
defensa de Francia y de los ideales republicanos. Y el delicado equilibrio fue mantenido básicamente por el ejército, respon-
En 1793 se había promulgado una nueva C o n s t i t u c i ó n , de carácter sable de reprimir y sofocar las periódicas conjuras y levantamientos. El ejér-
d e m o c r á tic o , que establecía el sufragio universal, el derecho a la insurrec- cito se transformó, de esta manera, en el soporte del poder político.
ción y al trabajo, la supresión de los derechos feudales aún existentes y la El ejército fue uno de los hijos más brillantes de la revolución. N a c i d o
abolición de la esclavitud en las colonias. Pero esta C o n s t i t u c i ó n casi no tu- de la "leva en masa" de ciudadanos revolucionarios, pronto se convirtió en
vo vigencia. Su aplicación fue suspendida por el mismo C o m i t é de Salva- una fuerza profesional de combatientes. Pronto a d e m ás m o s t r ó su capaci-
ción Pública, encabezado por Robesperrie, que prácticamente estableció dad en la guerra. Era a d e m á s un ejército burgués, una de las carreras que
una dictadura para profundizar la política del Terror. la revolución había abierto al talento. Los grados y los ascensos no se de-
Pero Robespierre pronto se encontró aislado. Si bien había eliminado bían al privilegio ni al nacimiento, sino que se debían - c o m o en la socie-
la corrupción, las restticciones a la libertad disgustaban a muchos. Y tam- dad burguesa- al mérito, transformado en la base de la jerarquía de valores.
poco agradaban sus incursiones ideológicas como la c a m p a ñ a de "descris- Y uno de esos militares de carrera, N a p o l e ó n Bonaparte, fue finalmente
tianización" —debida sobre todo al celo de los sans-culottes— que buscaba quien puso fin a la revolución al mismo tiempo que institucionalizó sus lo-
reemplazar las creencias tradicionales por una nueva religión cívica basada gros. C o n él nacía a d e m á s uno de los grandes mitos de la historia.
en la razón y en el culto, c o n todos sus ritos, al Ser Supremo. Mientras, el
silbido de la guillotina recordaba a todos los políticos que nadie podía es- Fin e institucionalización de la Revolución:
tar seguro de conservar su vida. Napoleón Bonaparte (1799-1815)

La tercera etapa de la Revolución. La difícil búsqueda Los ejércitos revolucionarios habían transformado el mapa de Europa. Se
de la estabilidad (1794-1799) habían puesto en marcha como respuesta a la agresión de las dinastías eu-
ropeas que apoyaban a los nobles exiliados, pero había algo más. La Revo-
La república jacobina pudo mantenerse durante la época más difícil de la lución era considerada por muchos - c o m o posteriormente en 1917, la
guerra, pero hacia mediados de 1794 las circunstancias habían cambiado: Revolución Rusa— no como un acontecimiento que afectaba exclusivamen-
los ejércitos franceses habían derrotado a los austríacos en Fleurus y ocupa- te a Francia, sino como el comienzo de una nueva era para toda la huma-
do Bélgica. En este contexto, una alianza de fuerzas opositoras dentro de la nidad. De allí las tendencias expansionistas y la ocupación de países, con
C o n v e n c i ó n , en julio - e l mes thermidor del nuevo calendario— de 1794, ayuda de los partidos filojacobinos locales, donde transformaron el gobier-
desalojó del poder a Robespierre y a sus seguidores que fueron ejecutados. no y la misma identidad nacional. De este m o d o , Bélgica fue anexada en
Poco después, en 1795, la C o n v e n c i ó n daba por terminadas sus funciones 1795; luego lo fue H o l a n d a que pasó a constituir la República Bátava. Des-
y sancionaba la C o n s t i t u c i ó n del año III de la República. de 1798, Suiza, constituyó la República Helvética y en el norte de Italia se
El golpe de thermidor frenaba también a quienes aspiraban a cambios estableció la República Cisalpina. En síntesis, con los ejércitos se expandían
m á s profundos. En efecto, la Constitución de 1795 restablecía el sufragio también algunos de los logros revolucionarios, como el sistema republica-
restringido a los ciudadanos propietarios. Al mismo tiempo se establecía un no, ante el terror de las monarquías absolutas. Pero la guerra no sólo fue
poder legislativo bicameral y un poder ejecutivo, el Directorio, integrado un enfrentamiento entre sistemas sociales y políticos, sino que también fue
por cinco miembros. De este m o d o , se aspiraba a retornar al programa l i - el resultado de la rivalidad de las dos naciones que buscaban esrablecer su
beral que había sido impuesto durante la primera etapa de la Revolución. hegemonía sobre Europa: Francia e Inglaterra.
Sin embargo, la mayor dificultad fue la de lograr la estabilidad política. En ese ejército revolucionario había hecho su carrera N a p o l e ó n Bona-
En una situación de difícil equilibrio, el gobierno del Directorio, sin parte, quien siendo m u y joven, a los 26 años, había logrado el grado de ge-
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neral. Su prestigio fue en aumento en 1795, cuando ante una sublevación los bienes eclesiásticos que había efectuado la Revolución, a cambio, se es-
m o n á r q u i c a estimulada por la caída de Robespierre, se le confió la defensa tablecían severas limitaciones a la libertad de cultos. El Estado francés, por
de la C o n v e n c i ó n . Bonaparte logró conjurar el peligro y desde entonces su su parte, se reservaba el derecho de nombrar a los dignatarios eclesiásticos,
posición fue sólida, no sólo por la certidumbre u n á n i m e de su capacidad pagarles un sueldo y exigirles un juramento de fidelidad. En síntesis, la
militar, sino por la influencia personal que fue alcanzando. En 1796, el D i - Iglesia francesa —continuando una larga t r a d i c i ó n - quedaba subordinada al
rectorio le confió la c a m p a ñ a militar a Italia y en 1798 -dispuesto a atacar Estado, anulando su potencial conflictivo.
la fuente de recursos de Inglaterra- Bonaparte se propuso la conquista de Pero la obra más importante fue la redacción de un C ó d i g o - c o n o c i -
Egipto. do como Código Napoleónico— redactado por importantes juristas con la
El sostenimiento de la guerra, junto con las dificultades internas, de- participación del mismo N a p o l e ó n que q u e d ó concluido en 1804. Allí se
bilitó aún más al Directorio. En noviembre de 1799 - e l 18 de brumario—, unificó la legislación y se institucionalizaron principios revolucionarios, co-
un golpe entregó el mando de la guarnición de París a Bonaparte. Poco mo la anulación de los privilegios sociales y la igualdad de todos los h o m -
después se formaba un nuevo poder ejecutivo, el Consulado, integrado por bres frente a la ley. Pero el C ó d i g o no sólo institucionalizaba la "revolución
tres miembros. La C o n s t i t u c i ó n del año V I H (1800) - q u e a diferencia de burguesa" en Francia. El C ó d i g o también se estableció en las regiones y
las precedentes no hacía mención a la Declaración de los Derechos del países ocupados, expandiendo por Europa las bases de la Declaración de
H o m b r e y del Ciudadano— dio forma al nuevo sistema: se disponía que Derechos del H o m b r e y del Ciudadano.
u n o de los tres mandatarios ejerciera el cargo de Primer C ó n s u l , reducien- El sistema napoleónico también reorganizó la administración y las fi-
do a los otros dos a facultades consultivas y otorgándole supremacía sobre nanzas y creó hasta un Banco N a c i o n a l , el más patente s í m b o l o de la esta-
el poder legislativo. El cargo de Primer C ó n s u l - q u e posteriormente fue bilidad burguesa. La enseñanza pública fue tratada con particular celo: se
declarado vitalicio— se otorgó a N a p o l e ó n Bonaparte que pudo ejercer un reorganizó la Universidad que q u e d ó responsable de todo lo referente a la
poder sin contrapesos. instrucción y se crearon los Liceos para la educación de los hijos de las "cla-
C o m o ya señalamos, el sistema napoleónico significó el fin de la agi- ses medias", los futuros funcionarios que concurrían al servicio del Estado.
tación revolucionaria. En primer lugar, se restringió la participación popu- Y durante el período napoleónico se creó la jerarquía de funcionarios p ú -
lar. Es cierto que se mantuvo el sufragio universal para todos los varones blicos que constituía la base del funcionamiento estatal. Se abrieron las "ca-
adultos, pero el sistema electoral indirecto, a través de la "lista de notabili- rreras" de la vida pública francesa - e n la administración c i v i l , en la
dades" locales por quienes se debía sufragar, limitó sus efectos. C a d a vez enseñanza, en la justicia- de acuerdo con una jerarquía de valores, el "esca-
quedaba más claro que, a pesar de que la Constitución reafirmaba el p r i n - lafón", propia de la burguesía, que encontraba su base en el mérito. Que-
cipio de la soberanía popular, el poder venía "de arriba", y la participación dó establecido así un sistema de funcionamiento que ejercería gran
popular se reducía a manifestaciones de confianza a través de los plesbici- influencia y que logró larga perdurabilidad.
tos. En segundo lugar, se estableció un rígido sistema de control sobre la A comienzos de 1804, el descubrimiento de un complot permitió a
población. El control se perfeccionó sobre todo después de 1804, cuando Bonaparte dar un paso m á s : la instauración del Imperio. De este m o d o , en
el ministro de policía, Fo uc h é, se encargó de eliminar todo asomo de pro- mayo de 1804, se sancionaba la Constitución del año VIII que establecía la
testa o disidencia. Iniciando una práctica de larga perdurabilidad, se con- dignidad de "emperador de los franceses" para N a p o l e ó n , se fijaba el carác-
feccionaron "fichas" de funcionarios y de personalidades, bajo el pretexto ter hereditario del Imperio y se echaban las bases de una organización au-
de confeccionar una estadística " m o r a l " de la Europa napoleónica. De este tocrática y centralizada. El eje de toda la organización era el mismo
m o d o , mediante una centralización cada vez mayor del poder, se evitó to- Napoleón asisrido por una nobleza de nuevo c u ñ o , su familia y quienes po-
da radicalización que condujera a la república jacobina. dían ascender a ella no por nacimiento, sino a través de sus méritos y de
Pero el sistema napoleónico también institucionalizó muchos de los •os servicios prestados al Estado.
logros revolucionarios. Para acabar con los conflictos religiosos y contar La constitución del Imperio fue fundamentalmente el resultado de la
c o n el apoyo del clero, N a p o l e ó n firmó con el papa Pío V I I un Concorda- Política exterior napoleónica: la nación que aspiraba a dominar el conti-
to (1801). Según sus términos, el papado reconocía las expropiaciones de nente tenía que estar dirigida por una institución que históricamente lleva-
SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 133
132

ra implícita una función hegemónica. O l v i d a n d o peligrosamente los senti- régimen permitieron que internamente se organizara un movimiento favo-
mientos nacionales, N a p o l e ó n había proclamado: " E u r o p a es una provin- rable a N a p o l e ó n (marzo de 1815). De este m o d o , evadiendo su custodia
cia del m u n d o y una guerra entre europeos es una guerra c i v i l " . Dentro de y con el apoyo de la fuerza militar, N a p o l e ó n pudo apoderarse de París, dis-
esa peculiar concepción de la unidad continental, el Imperio suponía la puesto a continuar la guerra. Pero sólo logró mantenerse en el poder cien
afirmación de la supremacía francesa. De este m o d o , la carrera política de días. En la batalla de Waterloo fue derrotado por el ejército inglés al man-
N a p o l e ó n c u l m i n ó en el fastuoso rito de la coronación imperial. Al coro- do del duque de W e l l i n g t o n (18 de junio de 1815). N a p o l e ó n abdicó y fue
narlo (2 de diciembre de 1804), el papa Pío V I I legitimaba la hegemonía confinado en la lejana isla de Santa Elena, donde pasó sus últimos años.
napoleónica. C o m o testimonio quedaron las transformaciones que se i n -
trodujeron en París: importantes monumentos destinados a restaurar la
idea romana del Imperio. 2. El ciclo de las revoluciones burguesas
En la lucha de Francia por la hegemonía europea, Inglaterra fue el ene-
migo inevitable. En la confrontación bélica ninguno de los dos países ha- La caída de N a p o l e ó n llevó a la definición de un nuevo orden europeo, ta-
bía conseguido éxitos decisivos. De allí que la lucha se trasladara al terreno rea que q u e d ó a cargo de los vencedores: G r a n Bretaña, Rusia, Austria y
e c o n ó m i c o . Desde 1805, la marina británica obstaculizaba las comunica- Prusia. Dos - A u s t r i a y R u s i a - constituían monarquías absolutas; Inglate-
ciones marítimas para los franceses; la respuesta fue un contrabloqueo que rra, por el contrario, como vimos, era una m o n a r q u í a limitada por un Par-
i m p e d í a la conexión y las transacciones comerciales de las islas con el con- lamento. Prusia era la nación menos significativa; sin embargo, al
reconocérsele el papel de "gendarme" sobre las fronteras francesas, creció su
tinente. En síntesis, bloqueo marítimo y bloqueo continental eran los me-
papel internacional y su influencia sobre los otros estados alemanes. En sín-
dios por los que Inglaterra y Francia intentaban asfixiarse mutuamente.
tesis, el nuevo orden constituyó un compromiso entre liberales y partida-
Para N a p o l e ó n , a d e m á s , el bloqueo continental presenraba una doble ven-
rios del antiguo régimen, compromiso que no significó equilibrio ya que,
taja: no sólo aislaba a Inglaterra sino que subordinaba la e c o n o m í a del con-
como lo demostraron las reuniones del Congreso de V i e n a (1815), el peso
tinente a las necesidades de Francia.
predominante se volcó hacia las viejas tradiciones.
Sin embargo, para Francia, los efectos del bloqueo fueron graves: ruina
de los puertos, falta de algodón y, sobre todo, la quiebra de los propietarios El primer problema que tuvieron que afrontar fue el de rehacer el ma-
agrícolas que, en los años de buenas cosechas, no podían exportar el exce- pa de Europa: el objetivo era consolidar y acrecentar territorialmente a los
vencedores y crear "estados-tapones" que impidieran la expansión francesa.
dente. La situación económica hizo crisis en 1811. Ante la imposibilidad de
Polonia fue distribuida entre Rusia y Prusia - q u e también obtuvo Sajo-
una victoria económica, N a p o l e ó n decidió dar un vuelco decisivo a la gue-
rna-, sin escuchar los clamores polacos a favor de su a u t o n o m í a . Inglaterra
rra, mediante una contundente acción militar: la invasión de Rusia (1812).
obtuvo nuevas posesiones coloniales y Austria g a n ó algunas regiones italia-
Pero los resultados no fueron los esperados. Los rusos habían abando-
nas, aunque vio d i s m i n u i r su influencia dentro de los estados alemanes
nado sus tierras destruyendo todo lo que pudiera servir al invasor, incluso
frente al nuevo peso que ganaba Prusia. H o l a n d a y Bélgica se unieron en
incendiaron la ciudad de M o s c ú para desguarnecer las tropas francesas. Se
un solo reino, lo m is m o que Noruega y Suecia. En Italia, fuera de las re-
comenzaron así a sufrir las consecuencias del crudo invierno ruso y se de-
glones bajo control austríaco, subsistía una serie de estados menores. Espa-
bió emprender una retirada que le costó al emperador lo mejor de sus tro-
ña y Portugal mantuvieron sus límites, mientras Francia volvía a los que
pas. El fracaso estimuló a d e m á s el estallido de movimientos nacionalistas
tenia antes de la Revolución. Pero este mapa europeo dejó planteados pro-
en los países ocupados. El imperio napoleónico se encontraba en las puer-
lemas, como la cuestión de la "formación de las naciones", que frecuente-
tas de su fin. Las fuerzas aliadas de Prusia, Austria, Rusia y Suecia en la ba-
mente reaparecerán a lo largo del siglo.
talla de Leipzig (octubre de 1813) derrotaron a N a p o l e ó n que fue
^ La obra del Congreso de V i e n a fue completada por la iniciativa del zar
confinado en la isla de Elba (1814).
e
Rusia, Alejandro I: la Santa Alianza. O r l a d o por el misticismo de su au-
La o c u p a c i ó n de Francia por los aliados permitió la restauración de los
t 0 r
' e ' P r ° y e c t o p r o p o n í a la alianza de los monarcas absolutistas en defen-
Borbones en el trono de Francia. Pero, ante la situación generada por la
e sus principios religiosos y políticos contra los ataques de una ola
o c u p a c i ó n , las intenciones del monarca Luis X V I I I de retornar al antiguo
134 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 135

liberal que - c o n r a z ó n - se pensaba que no estaba totalmente aniquilada. El Ya en torno a 1820 se dieron los primeros síntomas de que era i m p o -
misticismo de Alejandro I no cuadraba con un espíritu realista y práctico sible retornar al pasado según el proyecto de la restauración absolutista.
como el de M e t t e r n i c h , canciller de Austria, pero éste aceptó la propuesta: U n a revolución liberal en E s p a ñ a - q u e por un breve tiempo impuso una
desde su perspectiva, se trataba de contar con un instrumento que permitie- Constitución a Fernando VII- y el levantamiento de Grecia que se inde-
ra intervenir en la política europea (1815). Pese a que estuvo listo el instru- pendizó del Imperio turco constituyeron los primeros signos. Los m o v i -
mento con el que se intentaría imponer el antiguo orden, la tarea no fue mientos y también las ideas que los sustentaban - e l liberalismo, el
sencilla, ya que la sociedad se encontraba profundamente transformada. romanticismo, el nacionalismo- alcanzaban su madurez.
El liberalismo —un término amplio e impreciso— era una filosofía polí-
tica orientada a salvaguardar las libertades, tanto las políticas y económicas
Las revoluciones de 1830 generales como las que debían gozar los individuos. C o m o política econó-
mica, el liberalismo logró su mayor madurez en G r a n Bretaña. Los p r i n c i -
Las bases de las revoluciones: liberalismo, romanticismo, nacionalismo pios del laissez-faire formulados por los fisiócratas franceses, y también por
A d a m Smith en La riqueza de las naciones, llegaron a su mayor desarrollo
La cerrada concepción política que se intentaba imponer, las intenciones con la obra de economistas como D a v i d Ricardo. Sostenían que las leyes del
de retornar al absolutismo, desató en la sociedad intensas resistencias. Las mercado actuaban como las leyes de la naturaleza, que "una mano invisible"
ideas difundidas por la Revolución - l a libertad, la igualdad- habían alcan- hacía coincidir los objetivos individuales y los objetivos sociales. De allí la
zado suficiente consenso y el grado de madurez necesaria para agudizar el negativa a toda intervención estatal que regulara la economía: esta interven-
clima de tensión social y política. De este m o d o , ante la "restauración", se ción sólo podía quebrar un equilibrio natural. El Estado debía limitarse a
polarizaron los liberales que aspiraban imponer los principios revoluciona- proteger los derechos de los individuos. Era además el sistema ideológico
rios. El panorama se complejizaba además por los movimientos nacionalis- que más se ajustaba a las actividades y objetivos de las nuevas burguesía.
tas que surgían en aquellos países que se sentían deshechos u oprimidos por El liberalismo también se constituyó en un programa político: libertad
los repartos territoriales del Congreso de V i e n a . e igualdad civil protegidas por una Constitución escrita, m o n a r q u í a l i m i -
En algunos lugares, como en Italia y en Alemania, el liberalismo con- tada, sistema parlamentario, elecciones y partidos políticos eran las bases
fluyó c o n el nacionalismo ya que, para poder constituir las unidades nacio- de los sistemas que apoyaban la burguesía liberal. Pero también el temor a
nales, era necesario expulsar a m o n a r qu ía s extranjeras o liberarse de los los conflictos sociales llevó a una concepción restringida de la soberanía
poderes autocráticos que dominaban. Para luchar por estos principios, sur- que negaba el sufragio universal: el voto debía ser derecho de los grupos
gieron sociedades secretas que adoptaron distintas formas de organización responsables que ejercían una ciudadanía "activa", de quienes tenían un de-
y distintos nombres. Entre ellas, las más conocidas fueron las logias masó- terminado nivel de riqueza o de cultura, es decir, la burguesía del dinero y
nicas y sociedades c o m o la de los carbonarios, llamadas así en Italia porque del talento. Desde nuestra perspectiva c o n t e m p o r á n e a , este liberalismo que
sus miembros se reunían en los bosques para escapar del control de las au- implicaba una democracia restringida, resulta limitado e incluso notable-
toridades austríacas. En Francia se organizó la charbonnerie, según el mo- mente conservador; sin embargo, en su época, en la medida que fue la ba-
delo italiano, integrada sobre todo por jóvenes universitarios y militares de se de la destrucción del antiguo régimen, constituyó indudablemente una
filiación bonapartista. Los objetivos que perseguían estas sociedades eran fuerza revolucionaria.
variados pero coincidían en líneas generales. En Italia y A l e m a n i a , aspira- Pero el liberalismo también se c o m b i n ó con otras tradiciones intelec-
ban a la unificación de la nación bajo una m o n a r q u í a constitucional o - c o - tuales. En efecto, el pensamiento que se había a c u ñ a d o en el siglo XVIII, el
mo aspiraban los grupos m á s radicalizados— bajo un gobierno republicano. racionalismo y el materialismo propios de la Ilustración, también había
En Francia y en España, buscaban establecer un gobierno que respetara los despertado reaccciones. De este m o d o , el rechazo al racionalismo analítico
principios liberales. Pero en todas partes su característica fue la organiza- y 'a exaltación de la "intuición," y de las viejas tradiciones medievales se
ción secreta, una rígida disciplina y el propósito de llegar a la violencia, si transformaron en las principales características del romanticismo. Las p r i -
era necesario, para lograr sus objetivos. meras manifestaciones de esta nueva corriente fueron literarias, y se advier-
136 SUSANA BIANCHI H1STORIA SOCIAL D E L M U N D O OCCIDENTAL 137

ten especialmente en Inglaterra, pero poco después se propagarán por toda tesis, cultura, raza o grupo étnico y espacio territorial confluían en la idea
Europa adquiriendo formas diversas. de la nación. Pero también el nacionalismo alcanzó repercusiones políticas.
En Francia, el romanticismo constituyó, originariamente, un m o v i - Se consideraba que el Estado debía coincidir con fronteras étnicas y l i n -
miento tradicionalista en reacción contra la Revolución Francesa. Es el ca- güísticas, y fundamentalmente, se afirmaba el principio de la autodetermi-
so de Chateaubriand, católico y m o n á r q u i c o , dedicado a exaltar el nación: el gobierno que dirigía a cada grupo "nacional" debía estar libre de
medioevo -hasta entonces despreciado— en sus principales obras, buscan- cualquier instancia exterior.
do exaltar el espíritu nacional. Pero también fue romántico Víctor H u g o , U n o de los centros del nacionalismo europeo fue París, en donde se
republicano, liberal y revolucionario. encontraba exiliado J o s é M a z z i n i , que había constituido el grupo revolu-
cionario la Joven Italia, destinado a luchar por la unificación de los distin-
El romanticismo, tantas veces mal definido, no es, después de todo, otra cosa tos estados de la península y por su organización en un régimen
que el liberalismo en literatura [...] La libertad en el arte, la libertad en la so- republicano y democrático. Pero fue, sobre todo, en las universidades ale-
ciedad, he ahí el doble fin al cual deben tender, con un mismo paso, todos los manas donde se dieron las formulaciones teóricas más completas que per-
espíritus consecuentes y lógicos; he ahí la doble enseña que reúne, salvo muy mitieron generar en el á n i m o de sus compatriotas la idea de una "patria"
pocas inteligencias, a toda esa juventud, tan fuerte y paciente, de hoy; y junto unitaria. D i c h o de otro modo, el nacionalismo - c o m o el liberalismo y el
a la juventud, y a su cabeza, lo mejor de la generación que nos ha precedido r o m a n t i c i s m o - fue un movimiento que se identificó con las clases letradas.
[...] (Victor Hugo, prefacio a la primera edición de Hernani, 1830). Esto no significa que no hubiese vagos sentimientos nacionales entre
los sectores populares urbanos y entre los campesinos. Sin embargo, para
La exaltación del espíritu nacional, y la b ú s q u e d a de sus orígenes, permitió estas clases, sobre todo para las masas campesinas, la prueba de la identifi-
que el romanticismo prendiera fuertemente en aquellos países que se con- cación no la constituía la nacionalidad sino la religión. Los italianos y es-
sideraban desmembrados u oprimidos por la d o m i n a c i ó n extranjera. En es- pañoles eran " c a t ó l i c o s " , los alemanes "protestantes" o los rusos
ta línea, el polaco exiliado en Francia, Federico C h o p i n ; o Luis Beethoven, "ortodoxos". En Italia, el sentimiento nacional parecía ser ajeno al localis-
constituyeron grandes exponentes del romanticismo musical. mo de la gran masa popular que ni siquiera hablaba un i d i o m a c o m ú n .
Pese a las diferencias, ¿qué tenían en c o m ú n los diversos exponentes Además, el hecho de que el nacionalismo estuviese encarnado en las bur-
del romanticismo? El reemplazo de los mesurados modelos clásicos por un guesías acomodadas y cultas era suficiente para hacerlo sospechoso ante los
estilo apasionado y desbordante; la decisión de romper con los viejos m o l - más pobres. C u a n d o los revolucionarios polacos, como los carbonarios ita-
des. De allí que, más que un conjunto coherente de ideas, el romanticismo lianos trataron insistentemente de atraer a sus filas a los campesinos, con la
constituyó una actitud. Era romántico sufrir, rezar, combatir, viajar a tie- promesa de una reforma agraria, su fracaso fue casi total. Y este es un dato
rras lejanas y exóticas, comunicarse con la naturaleza, buscar el sentido de de las dificultades que implicará la "construcción de las naciones" en el
la historia. Era romántico leer sobre el medioevo y la antigüedad clásica. marco de las revoluciones burguesas.
Era r o m á n t i c o amar apasionadamente, más allá de los patrones morales y
convencionales. En síntesis, era el desafiante rechazo a todo lo que limita- Los movimientos revolucionarios de 183(P
se el libre albedrío de los individuos.
En este contexto, la época fue favorable para los inicios del nacionalis- En Francia, tras la caída de N a p o l e ó n , los viejos sectores sociales y políti-
mo. Era aún un término confuso, que aludía más a un sentimiento que a cos, los ultras, habían desencadenado una violenta reacción antiliberal i n -
una doctrina sistemáticamente elaborada. Pero lo cierto es que en muchos tentando restaurar los principios del absolutismo. Pero eran muchas las
países europeos -y con mayor fuerza en los que se consideraban o p r i m i - dificultades para retornar al antiguo orden: la sociedad se había transfor-
d o s - comenzaba a agitarse la idea de la nación. Comenzaba a conformarse mado y los principios de la revolución se habían extendido. De allí, la i n -
la conciencia de pertenecer a una c o m u n i d a d ligada por la herencia c o m ú n tensa resistencia.
de la lengua y la cultura, unida por vínculos de sangre y con una especial
relación con un territorio considerado como "el suelo de la patria". En sín- 9
Véase Hobsbawm, Eric J. (1997), pp. 116-137.
138 SUSANA BIANCHI 139
HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L

Luis X V I I I había intentado, con oscilaciones, una política conciliatoria. De este m o d o , los belgas proclamaron su independencia y un Congreso
Incluso había concedido una Carta Constitucional en la que se admitían con constituyente convocado en Bruselas eligió a Leopoldo de Sajonia-Cobur-
limitaciones algunos derechos consagrados por la Revolución de 1789. Pero
go, su primer monarca. Era la segunda vez que, en la oleada revoluciona-
la situación c a m b i ó después de la muerte de Luis X V I I I (1824). Su sucesor
ria de 1830, un rey recibía sus poderes de un parlamento que representaba
Carlos X, m á s compenetrado de los principios del absolutismo, desencade-
a la nación.
nó una persecución contra todo lo que llevara el sello del liberalismo que
T a m b i é n en septiembre de 1830 estallaron motines en las ciudades del
provocó el desarrollo de una oposición fuertemente organizada. Se prepara-
centro de A l e m a n i a , en noviembre la ola revolucionaria alcanzó a Polonia,
ban así los á n i m o s para una acción violenta que no tardó en llegar.
y a comienzos de 1831 se extendió a los estados italianos. Pero estos m o v i -
C u a n d o Carlos X p r o m u l g ó , sin intervención del parlamento, en julio
mientos fueron sofocados. Los príncipes alemanes reprimieron a los libera-
de 1830, un conjunto de medidas restrictivas sobre la prensa y el sistema
les y controlaron fácilmente los focos de insurrección. Los revolucionarios
electoral, un levantamiento popular estalló en París. La represión fue i m -
polacos e italianos fueron impotentes frente a los estados absolutistas - R u -
potente y el combate, durante tres días —27, 28, y 29 de julio— se instaló
sia y Austria, respectivamente- a los que estaban sometidos. Las diferencias
en las calles. Tras la abdicación del rey, ante el temor de que la participa-
dentro de las fuerzas movilizadas, entre la burguesía y las masas populares
ción popular desembocara en el retorno de la república jacobina, los libe-
por un lado, entre quienes aspiraban a reformas m á s radicales y entre los l i -
rales m á s moderados se apresuraron a otorgar al duque Luis Felipe de
berales que aspiraban únicamente a modernizar el sistema político, por
Orleans —notoriamente l i b e r a l - la corona de Francia.
otro, fueron factores que debilitaron a los revolucionarios. Sin embargo,
Luis Felipe, el "rey burgués" —tanto por sus ideas como por su estilo de
quedaba el impulso para un nuevo asalto.
vida—, j u r ó la C o n s t i t u c i ó n (9 de agosto de 1830). El nuevo monarca reci-
bía su titularidad no por un designio d i v i n o ni en una herencia histórica
depositada en su familia, sino de la voluntad de los representantes del pue- Las revoluciones de 1848: "la primavera de los pueblos"
blo en ejercicio pleno de la soberanía nacional. De este m o d o , según los
principios del liberalismo, se volvía a instalar una m o n a r q u í a limitada so- De las revoluciones de 1830 sólo había quedado un testigo, Bélgica, inde-
bre la base del sufragio restringido. Pero esto también significaba la derro- pendiente y con una Constitución liberal. En Francia, el viraje conserva-
ta definitiva de las aristocracias absolutistas.
dor de la m o n a r q u í a de Luis Felipe de Orleans suponía para muchos la
La agitación revolucionaria de 1830 no se limitó a Francia, sino que traición a la revolución que lo había llevado al trono. En Italia, los austría-
fue el estímulo para desencadenar otros movimientos que se extendieron cos mantenían su férrea presencia; en Alemania, se posponían los ideales de
por gran parte de Europa, incluso a Inglaterra, donde se intensificó la agi- unidad nacional mientras en muchos estados los príncipes gobernaban con
tación por la reforma electoral que, como vimos, c u lm i n ó en 1832. Pero un régimen prácticamente absolutista; en Polonia, los rusos habían supri-
los movimientos fueron particularmente intensos en otros países, donde los mido todas las libertades. Pero en 1848 se intentó el nuevo asalto: las simi-
principios del liberalismo coincidían con las aspiraciones nacionalistas. litudes c o n las revoluciones de la década de 1830 fueron muchas, pero
La remodelación del mapa de Europa que había hecho el Congreso de también se registraban significativas diferencias.
V i e n a había unificado a Bélgica y H o l a n d a . Pero todo separaba a los dos
países, la lengua, la religión e incluso, la economía. En efecto, la burguesía Las nuevas bases revolucionarias: democracia y socialismo
belga había comenzado su industrialización y reclamaba políticas protec-
cionistas, mientras que los holandeses, con hábitos seculares de comercian- Los movimientos de 1848 fueron básicamente movimientos democráticos.
tes, se inclinaban por el librecambismo. Estas cuestiones, combinadas con En efecto, frente a ese liberalismo político que se definía por oposición al
el incipiente nacionalismo, fueron las que impulsaron la revolución en Bél- Antiguo R é g i m e n , las revoluciones del 48 buscaron profundizar sus conte-
gica. La libertad de prensa y la libertad de enseñanza que reclamaban los nidos. Se c o m e n z ó a reivindicar el derecho de voto para todos los ciudada-
católicos -para impedir que el gobierno holandés propagara el protestan- nos: no había democracia sin sufragio universal. En el mismo sentido, se
tismo por medio de los programas escolares- fueron las banderas de lucha. prefería hablar de soberanía popular en lugar de soberanía nacional. Según
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se observaba, el término "nación" parecía referirse a una entidad colectiva Familias, reclutaban adeptos entre los sectores populares y el incipiente
abstracta; en la práctica esa soberanía era ejercida nada m á s que por una proletariado francés. En este sentido, las nuevas ideas reflejaban las trans-
minoría. El término "pueblo," en cambio, subrayaba la totalidad de los i n - formaciones de la sociedad. En Francia, como veremos en el siguiente capí-
dividuos; el "pueblo" al que invocaban los revolucionarios del 48 era el
tulo, estaba iniciándose el proceso de industrialización. Es cierto que aún
conjunto de los ciudadanos y no una abstracción jurídica. Y si el liberalis-
primaban las antiguas formas de trabajo en los talleres tradicionales, pero
mo se había inclinado por las monarquías constitucionales como forma de
la mecanización de las industrias del algodón y la lana y, posteriormente, la
gobierno, esta democracia consideraba a la república como la forma políti-
construcción de los ferrocarriles habían comenzado a conformar el núcleo
ca más idónea para el ejercicio del sufragio universal, la soberanía popular
inicial de la clase obrera.
y la garantía a las libertades. Pero había más. Se comenzaba a acusar al l i -
Si bien su doctrina, considerada la base del pensamiento anarquista,
beralismo de predicar una igualdad estrictamente jurídica, de igualdad an-
fue sistematizada en la segunda mitad del siglo XIX, la obra de P. J. Proudhon
te la ley, pero de permanecer insensible ante los contrastes sociales de
¿Qué es la propiedad? (1840) causó un fuerte impacto en los medios socia-
riqueza/pobreza, cultura/analfabetismo. Era necesario también luchar por
listas. Fuertemente antiautoritario, Proudhon consideraba que la propie-
la reducción de las desigualdades en el orden s o c i a l . 1 0
dad privada implicaba la negación de la libertad y de la igualdad, catego-
Incluso, ya había comenzado a pronunciarse la palabra socialismo. En rías que constituyeron el núcleo de su pensamiento. Para él, la única forma
Francia, por ejemplo, Charles Fourier fue uno de los principales exponen- de asociación válida era la que derivaba del espíritu solidario, es decir, el
tes de lo que se llamó el "socialismo u t ó p i c o " . En su obra El nuevo mundo mutualismo. Organizaciones de autogestión económica y autoadministra-
industrial (1820) había denunciado la propiedad privada, la competencia y ción política debían multiplicarse por todo el territorio con independencia
la libertad de comercio como las bases de la desigualdad social. Pero F o u -
de todo estatismo. De allí surgiría un estado de no gobierno, la anarquía,
rier no sólo criticaba, sino que también p r o p o n í a un proyecto para cons-
al cual atribuía una carga de orden capaz de contraponerse al desorden do-
truir una sociedad racional y armónica —el nuevo m u n d o i n d u s t r i a l -
minante en la e c o n o m í a burguesa.
basado en el principio de cooperación. T a m b i é n Etienne Cabet rescataba
las ideas comunitarias presentes en las viejas utopías para formular en su
Los movimientos revolucionarios de 1848
novela Viaje por Icaria (1841) un proyecto de sociedad comunista. Pero fue
tal vez Louis Blanc quien mayor influencia ejerció en la formación del so-
La administración de Luis Felipe, apoyándose en grupos de la burguesía fi-
cialismo francés: en su obra Organización del Trabajo (1840) proponía, co-
nanciera, controlaba un gobierno en el que la participación electoral estaba
mo medio para transformar la sociedad y suprimir el m o n o p o l i o burgués
restringida a quienes tenían derecho de voto, el país legal. Pero el desconten-
sobre los medios de producción, la creación de "talleres sociales", coopera-
to crecía alimentado por las sospechas de que la administración estaba co-
tivas de producción montadas con créditos estatales. En síntesis, delegaba
rrompida y el Estado se dedicaba a beneficiar a especuladores y financistas.
en el Estado la tarea de la "emancipación del proletariado".
La situación se agravaba por la crisis económica que afectaba a Europa. En
Pero no se trataba sólo de pensadores teóricos. Desde 1830, habían efecto, desde 1846, una drástica reducción en la cosecha de cereales había
surgido organizaciones de trabajadores -embriones de los futuros sindica- desatado oleadas de agitación rural. Pero también el alza de los precios de
t o s - y periódicos c o m o el Journal des Ouvriers y Le Peuple se transforma- los alimentos y la reducción del poder adquisitivo habían generado, en las
ban en los canales de difusión de las nuevas ideas. De este m o d o , Auguste ciudades, la crisis del comercio y de las manufacturas, con las secuelas de
Blanqui —que a diferencia de los otros socialistas propiciaba la insurrección la desocupación. Es cierto que las revoluciones estallaron, en 1848, cuan-
armada como único m é t o d o válido para la toma del poder p o l í t i c o - inspi- do la situación económica había comenzado a estabilizarse, pero la crisis, al
ró un movimiento organizativo. Mientras las agrupaciones carbonarias re- erosionar la autoridad y el crédito del Estado, intensificó y sincronizó los
publicanas reclutaban a la burguesía letrada (profesionales, estudiantes descontentos, preparando el terreno para la propaganda subversiva. En sín-
universitarios), las organizaciones blanquistas c o mo las Sociedades de las tesis, las consecuencias de crisis se combinaban con el descontento político.
En ese contexto, la oposición al gobierno de Luis Felipe c o m e n z ó a
1 0
Véase Agulhon, Maurice (1973), cap. 1. realizar una " c a m p a ñ a de banquetes" donde se reunían los representantes
142 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 143

de los distintos sectores políticos para tratar temas de la política reformis- dencia Luis N a p o l e ó n Bonaparte, apoyado por el Partido del O r d e n cuyo
ta, fundamentalmente, la cuestión de la ampliación del derecho de sufra- programa defendía la propiedad, la religión, el reestablecimiento de la gui-
gio. El 22 de febrero de 1848, la prohibición del ministro G u i z o t de uno llotina y negaba el derecho de asociación. En síntesis, el temor a la "repú-
de esos banquetes, que debía celebrarse en un restaurant de los C a m p o s blica social" había llevado a la burguesía francesa a abrazar la reacción.
Elíseos, fue la señal para el estallido: durante dos días la muchedumbre se Los acontecimientos franceses fueron inseparables de la ola revolucio-
a d u e ñ ó de las calles, levantó barricadas en los barrios de París y, en la no- naria que agitó a Europa en 1848. Italia, los territorios alemanes, Prusia, el
che del 24, asaltó las Tullerías. A n t e el curso que habían tomado los acon- imperio austríaco se vieron agitados por movimientos que mostraban ca-
tecimientos, Luis Felipe abdicó. La presión popular i m p i d i ó que se tomara racterísticas comunes: a las reivindicaciones políticas, se agregaba la insu-
una solución tibia: se p r o c l a m ó la República y se estableció un G o b i e r n o rrección social. En Italia se sumaba el componente nacionalista, la
provisional donde se vislumbraba el compromiso entre todos los sectores expulsión de los austríacos, como paso para la unificación. Pero las insu-
que habían participado en el levantamiento. En efecto, el G o b i e r n o , presi- rrecciones populares, que siguiendo los postulados de M a z z i n i , se produje-
dido por el poeta Alphonse Lamartine estaba compuesto por republicanos ron en Florencia, Venecia, R o m a - d e donde debió huir el P a p a - y otras
liberales, demócratas, socialistas e incluso por un representante de los obre- ciudades italianas pronto fueron sofocadas por la flota austríaca y el ejérci-
ros de París. Se elaboró un programa que establecía el sufragio universal, la to francés que envió Luis N a p o l e ó n Bonaparte. D e s p u é s de los fracasos del
abolición de la esclavitud en las colonias, la libertad de prensa y de reunión, 48, únicamente el reino de Piamonte-Cerdeña, bajo el reinado de Víctor
la supresión de la pena de muerte. Pero también se introdujeron los recla- M a n u e l III, contaba con una Constitución liberal. De allí saldrán las bases
mos socialistas: derecho al trabajo, libertad de huelga, limitación de la jor- para la posterior unificación (1870).
nada laboral. Para atender las demandas sociales se estableció una comisión
La agitación revolucionaria también se p r o p a g ó a Austria y a los esta-
que funcionaba en Luxemburgo, presidida por Louis Blanc, y para paliar
dos alemanes. Mientras el pueblo de V i e n a se levantaba en armas y obliga-
el problema del desempleo se crearon los Talleres Nacionales.
ba a huir al canciller M e t t e r n i c h , en otras regiones del Imperio - B o h e m i a ,
Pero pronto comenzaron las dificultades. Quienes aspiraban a la repú- Hungría y los estados italianos del norte- estallaban las insurrecciones. En
blica "social" pronto fueron confrontados por quienes aspiraban a la repú- Prusia, la sublevación de Berlín exigió al rey una constitución, mientras los
blica "liberal". Las elecciones de abril fueron la prueba decisiva: 500 escaños demás estados alemanes se movilizaban y los partidarios de régimen cons-
para los republicanos liberales, 300 para los monárquicos y 80 para los so- titucional reunían en Francfort un congreso con el objetivo de unificar A l e -
cialistas establecieron el límite. Las elecciones demostraban el débil peso que mania. Pero los soberanos absolutistas se apoyaron mutuamente para
aún tenía la república, que los sentimientos monárquicos aún tenían raíces frustrar a los revolucionarios, de este modo, los levantamientos fueron so-
vivas. Pero sobre todo demostraban el temor de los franceses a la república focados por las fuerzas de las armas.
"social". El gobierno de Lamartine evolucionó entonces hacia políticas más Las revoluciones del 48 rompieron c o m o grandes olas, y dejaron tras
conservadoras. Se elaboró un proyecto de construcción de ferrocarriles para de sí poco más que el m i t o y la promesa. Si habían anunciado la "primave-
atemperar la desocupación y, fundamentalmente, para alejar de París a los ra de los pueblos", fueron - e n efecto- tan breves como una primavera. Sin
obreros ferroviarios; y, en segundo lugar, se comenzó a preparar la disolu- embargo, de allí se recogieron enseñanzas. Los trabajadores aprendieron
ción de los Talleres Nacionales, centros de propaganda socialista. que no obtendrían ventajas de una revolución protagonizada por la bur-
Las medidas tomadas por el gobierno de Lamartine dieron lugar a mar guesía y que debían imponerse con su fuerza propia. Los sectores más con-
nifestaciones de descontento que pronto se transformaron en un estallido servadores de la burguesía aprendieron que no podían más confiar en la
social (junio de 1848), que fue violentamente reprimido por Cavaignac, fuerza de las barricadas. En lo sucesivo, las fuerzas del conservadurismo de-
ministro de Guerra. Se terminaba así toda expectativa sobre la "república berían defenderse de otra manera y tuvieron que aprender las consignas de la
social". El tono autoritario que fue adquiriendo el gobierno se expresó tam- "política del pueblo". La elección de Luis N a p o l e ó n - e l primer jefe de Es-
bién en la nueva Constitución (noviembre de 1848) que confería fuertes tado moderno que gobernó por medio de la demagogia- enseñó que la de-
poderes al Presidente de la República y había borrado de su p r e á m b u l o to- mocracia del sufragio universal era compatible con el orden social. Pero las
da declaración sobre el derecho al trabajo. A fines de a ñ o , asum ía la presi- revoluciones del 48 significaron fundamentalmente - a l menos en Europa
HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 145
144 SUSANA BIANCHI

el texto de La Marsellesa, himno de la revolución; se reúne la Conven-


occidental- el fin de la política tradicional y demostraron que el liberalismo, ción que proclama la R e p ú b l i c a .
la democracia política, el nacionalismo, las clases medias e incluso las clases 1792 Primera c o a l i c i ó n (Prusia, Austria y Piamonte) contra Francia. Victoria
trabajadoras iban a ser protagonistas permanentes del panorama político. francesa en Valmy. Francia anexa B é l g i c a d e s p u é s de la victoria de Jemm-
pes. C o n v e n c i ó n Nacional francesa: p r o c l a m a c i ó n de la R e p ú b l i c a .
1793 En Francia se proclama la nueva C o n s t i t u c i ó n . El rey Luis X V I es guillo-
tinado. Robespierre domina el C o m i t é de S a l v a c i ó n P ú b l i c a . Se declara
Cronología"
la guerra entre Francia e Inglaterra.
1794 En Francia, estalla el golpe de thermidor; se organiza el Directorio. Vic-
1760 Jorge III es coronado rey de Inglarerra.
toria francesa en Fleurus.
1762 Catalina la Grande llega al trono de Rusia con el proyecto de occidenta-
1795 Francia firma tratados de paz con Prusia, Holanda y E s p a ñ a .
lizar las costumbres y el pensamiento.
1796 N a p o l e ó n Bonaparte es comandante en jefe del ejército francés; victorias
1763 Tras la Guerra de los Siete A ñ o s , se firma la Paz de París: Gran Breraña
en Italia.
obtiene C a n a d á y Luisiana de Francia, y Florida de E s p a ñ a .
1798 E x p e d i c i ó n de N a p o l e ó n Bonaparte a Egipto. Segunda c o a l i c i ó n (Rusia
1767 E x p u l s i ó n de los jesuítas de E s p a ñ a .
e Inglaterra) contra Francia.
1774 Luis X V I , rey de Francia. Designa al fisiócrata Turgor como ministro de
1799 Francia le declara la guerra a Austria. Tras el golpe del 18 brumario, Na-
finanzas para la aplicación de un programa de reformas que fracasa por
p o l e ó n es designado C ó n s u l .
la o p o s i c i ó n nobliliaria.
1801 Se firma la paz entre Francia y Rusia.
1775 Comienza la guerra de la independencia en los Estados Unidos.
1802 Francia firma la Paz de Amiens con Inglaterra; N a p o l e ó n es C ó n s u l V i -
En Inglaterra, empieza la utilización industrial del vapor.
talicio.
1776 D e c l a r a c i ó n de la independencia de los Estados Unidos.
1803 Se rompe la paz de Amiens.
1777 B e n j a m í n Franklin es el primer embajador de los Estados Unidos en París.
1804 Se promulga el C ó d i g o n a p o l e ó n i c o . N a p o l e ó n es coronado Emperador;
1778 Francia se alia con Esrados Unidos en la guerra contra Inglaterra; el mi-
se rompen las relaciones entre Francia y Rusia.
nistro de Finanzas intenta cubrir las deudas de guerra con la creación de
1805 Tercera c o a l i c i ó n (Inglaterra, Austria y Prusia) contra Francia. Capitula-
nuevos impuestos.
c i ó n a u s t r í a c a en Ulms. En Trasfalgar, el almirante Nelson derrota a la
1783 Se firma la Paz de París por la que Inglaterra reconoce la independencia
flota f r a n c o - e s p a ñ o l a . Victoria francesa en Austerliz.
de los Estados Unidos.
1806 Cuarta c o a l i c i ó n (Inglaterra, Prusia y Rusia) contra Francia. Victorias
1785 Primera fábrica de hilados a vapor en Nottingham.
francesas en Jena y Auestard. Francia establece el bloqueo continental.
1788 En Francia, la Asamblea de Notables intima al rey para la convocatoria
Primeras invasiones inglesas en el R í o de la Plata.
de los Estados Generales. Sieyes publica el panfleto ¿Qué es el Tercer Es-
1807 Las tropas de N a p o l e ó n ocupan Portugal.
tado? que demandaba la participación de los representantes de la nación
1808 N a p o l e ó n anexa Roma d e s p u é s de la ruptura de relaciones con el Papa.
en el gobierno.
E n E s p a ñ a , tras la o c u p a c i ó n francesa, es coronado monarca J o s é Bona-
Carlos IV, sucede a su padre, Carlos III, como rey de E s p a ñ a .
parte, hermano de N a p o l e ó n .
1789 En Francia, se r e ú n e n los Estado Generales; un levantamiento popular
1809 Quinta c o a l i c i ó n (Inglaterra, E s p a ñ a y Austria) contra Francia. Victoria
toma de la Bastilla; se da a conocer la D e c l a r a c i ó n de los Derechos del
francesa en Wagram. N a p o l e ó n contrae matrimonio con la princesa aus-
Hombre y el Ciudadano.
tríaca, M a r í a Luisa, hija de Francisco I.
En Estados Unidos, George Washingron es el primer presidente.
1810 S u b l e v a c i ó n general de las colonias e s p a ñ o l a s en A m é r i c a . En Rusia, el
1790 En Francia, se promulga la C o n s t i t u c i ó n Civil del Clero que será conde-
zar Alejandro I rompe el bloqueo continental.
nada por el Papa.
1811 D e s ó r d e n e s ludistas en Gran Bretaña.
1791 En Francia se promulga la C o n s t i t u c i ó n ; comienza a sesionar la Asamblea
1812 N a p o l e ó n invade Rusia donde sufre importantes derrotas. Sexta coali-
legislativa; el rey Luis X V I fracasa en su intento de huida.
ción (Prusia, Rusia, Austria y Suecia) contra Francia. S i m ó n Bolívar ini-
1792 Francia declara la guerra a Austria; Rouget de Lisie compone la m ú s i c a y
cia su c a m p a ñ a libertadora en Venezuela.
1813 Concordato de Fontainebleau. Holanda proclama la independencia. Na-
p o l e ó n devuelve la corona de E s p a ñ a a Fernando VII.
" Kinder, Hermann y Hilgemann, Werner (1978), pp. 11-61.
146 SUSANA BIANCHI HISTORIA SOCIAL DEL M U N D O O C C I D E N T A L 147

1814 Tras la c a m p a ñ a de Francia, los aliados entran en París. N a p o l e ó n abdi- 1838 Comienza la a g i t a c i ó n cartista en Gran B r e t a ñ a .
ca y es llevado a la isla de Elba. En Francia se restaura la m o n a r q u í a bor- 1840 La "guerra del opio" en China. Los ingleses llegan a Nueva Zelandia.
b ó n i c a con Luis XVIII. 1842 Los ingleses ocupan Hong-Kong.
Stephenson inventa la locomotora. 1843 Los ingleses en Natal. Los boers, colonos de origen holandés, crean en
1815 Tras los "Cien d í a s " , N a p o l e ó n es derrotado en la batalla de Waterloo y África la R e p ú b l i c a Libre de Orange.
desterrado en la isla Santa Elena. El Congreso de Viena rehace el mapa 1844 Inglaterra comienza la guerra de conquista de la India.
de Europa. Se forma la Santa Alianza. 1845 Federico Engels publica La situación de la clase obrera en Inglaterra.
Se organiza la C o n f e d e r a c i ó n g e r m á n i c a integrada por 35 p r í n c i p e s , en- 1847 Crisis e c o n ó m i c a en Europa. En California se descubre oro. Conferencia
tre ellos los reyes de Inglaterra (casa Hannover), Dinamarca (Holstein), internacional obrera en Londres. Marx y Engels escriben el Manifiesto
Países Bajos (Luxemburgo). Comunista.
1816 Las Provincias Unidas del R í o de la Plata declaran la independencia. 1848 Revoluciones en Europa. E n Francia se establece la república y el sufra-
1817 El Papa condena las independencias americanas. gio universal. Insurrecciones en Italia, Alemania y Austria.
1819 En Alemania se crea la U n i ó n Aduanera (Zollverein). Estados Unidos anexa los territorios mexicanos de Texas, Nuevo M é x i c o
En Inglaterra comienza la m o v i l i z a c i ó n por la reforma electoral. y Alta California.
1820 Levanramientos liberales en E s p a ñ a y Portugal.
En Inglaterra Jorge IV llega al trono; queda firmemente establecido el sis-
tema institucional, en el que alternan los partidos tory (conservador) y Referencias bibliográficas
whigs (liberal), con el predominio de la C á m a r a de los Comunes median-
te el estrecho control del gabinete de ministros.
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Se promulga el manifiesro de la Joven Europa.
taña en la segunda mitad del siglo XVIII, Barcelona, C r í t i c a , cap. 2 " E l desarro-
1837 E n Gran Bretaña, muere sin dejar herederos Guillermo IV, le sucede en
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el trono su sobrina, Victoria, quien inicia un largo reinado (hasta 1901).
1 4 8
SUSANA BIANCHI

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1. El triunfo del capitalismo

La segunda mitad del siglo X I X corresponde indudablemente a la época del


triunfo del capitalismo. El triunfo se manifestaba en una sociedad que, ha-
biendo asumido los valores burgueses, consideraba que el desarrollo econó-
mico radicaba en las empresas privadas competitivas y en un ventajoso
juego entre un mercado barato para las compras - i n c l u y e n d o la mano de
o b r a - y un mercado caro para las ventas. Se consideraba que una econo-
mía sobre tal fundamento, y descansando sobre una burguesía cuyos méri-
tos y energías la habían elevado a su acrual posición, iba a crear un m u n d o
no sólo de riquezas correctamente distribuidas, sino también de razona-
miento, ilustración y oportunidades crecientes para todos. C o n el capita-
lismo triunfaban la burguesía y el liberalismo, en un clima de confianza y
optimismo que consideraba que cualquier obstáculo para el progreso podía
ser superado sin mayores inconvenientes.

Capitalismo e industrialización

En la segunda mitad del siglo X I X , el m u n d o se hizo capitalista y una sig-


nificativa minoría de países se transformaron en economías industriales. Es
cierto que, por lo menos hasta 1870, Inglaterra mantuvo su primacía en el
proceso de industrialización y su indiscutible hegemonía dentro del área
capitalista. La misma industrialización que comenzaba a generarse en el
continente europeo amplió la demanda de carbón, de hierro y de maqui-
narias británicas. Incluso, la prosperidad permitía una mayor demanda de
bienes de consumo procedentes de Inglaterra. De este modo, una rama tra-
dicional como la textil experimentó un notable progreso basado en la ma-
yor mecanización de la producción: entre 1857 y 1874 el n ú m e r o de
telares mecánicos se había elevado en 5 5 % . La minería y la siderurgia, por
s
u parte, también mantenían un elevado nivel de crecimiento: hacia 1870

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