Parábola Del Trigo y La Cizaña
Parábola Del Trigo y La Cizaña
Parábola Del Trigo y La Cizaña
Recordemos hermanos que las parábolas narradas en Mateo 13, son contadas para revelar a los
discípulos el “misterio del reino de los cielos”, dijimos que se habla de misterio porque lo que
aparece en Mateo 13, es una revelación nueva de parte del Señor, los profetas en el A.T
presentaban al Mesías-Rey viniendo a esta tierra y estableciendo inmediatamente su reino, pero
como vimos, el pueblo de Israel rechazo al mesías y finalmente entregan al REY, al Señor Jesús
para ser crucificado, nosotros sabemos que el Señor Jesús, el Rey, volverá a establecer su reino,
pero en el intertanto entre que el Señor se fue y Él vuelva a establecer su reino en esta tierra, hay
súbditos del rey acá, se proclama el evangelio, y personas que reaccionan a este evangelio, bueno,
estas parábolas explican y enseñan lo que ocurre durante este periodo, es por ello que son
importantes estás parábolas, en la primera parábola que vimos, en la del sembrador, aprendíamos
que existen diferentes reacciones al evangelio, y que nuestra respuesta a la palabra de Dios, no
depende del predicador, ni de la semilla, si no del corazón, por lo tanto, cada uno de nosotros es
responsable delante de Dios de cómo recibimos la palabra y el fruto que la palabra producirá en
nosotros.
Habiendo visto las reacciones a la palabra, el Señor continua con otra importante lección contando
una nueva parábola relacionada también a la agricultura, y cuenta de un hombre que tiene un
campo en el cual siembra buena semilla, ahora la semilla sembrada según el verso 28 es trigo,
pero mientras los siervos de este hombre dormían, el enemigo del dueño del campo siembra una
hierba llamada cizaña, la cizaña es una hierba que en sus inicios se parece mucho al trigo, pero es
una maleza que aparte de ser improductiva estorba el crecimiento y la producción de lo que está a
su alrededor, en realidad en el mundo agrícola hacer esto es una manera de destruir el sustento
de una persona. Los siervos al notar que está creciendo la cizaña junto al trigo, le preguntan al
dueño del campo la razón de lo sucedido, ¿No sembraste buena semilla? ¿Por qué crece cizaña
también?, el dueño del campo sabe que la semilla era buena, acá su enemigo re-sembró con
cizaña.
Los siervos nuevamente preguntan ¿Quieres que arranquemos la cizaña? El dueño del campo
responde no, porque se corría riesgo de arrancar el trigo junto con la cizaña y entrega una orden
de que dejen crecer juntos ambos tipos de plantas y que al momento de la ciega se recogería la
cizaña para ser quemada y el trigo para ser guardado en el granero.
La explicación de esta parábola es sencilla, el propio Señor lo entrega en los versos del 36 al 43.
El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre, el dueño del campo también podríamos
decir, el campo es el mundo, la buena semilla son los hijos del reino o los verdaderos creyentes, la
cizaña son los hijos del maligno y el enemigo es el diablo. La siega es el fin del mundo.