Revista Cuadernos de Arte Prehistórico
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THE ROUTES OF RUPESTRE ART IN THE SOUTHEAST OF THE IBERIAN PENINSULA (II):
THE PREHISTORIC SETTLEMENT IN THE ALTO SEGURA REGION AND ITS RELATIONSHIP
WITH THE CULTURE OF THE PARIETAL PAINTERS
Resumen
En esta segunda parte de un trabajo sobre determinados aspectos del arte rupestre Levantino,
comenzamos haciendo un acercamiento al paleopaisaje que pudo haber en la Sierra de Segura
desde el último máximo glaciar mostrándolo frente a la biocenosis actual. Seguidamente, analizamos
el conocimiento existente hasta la fecha sobre el poblamiento y arte rupestre del Paleolítico superior
en la Sierra de Segura y sus comarcas circundantes. Sintetizamos los marcos cultural y de
poblamiento del Epipaleolítico, para, a continuación, relacionar sobre cartografía la distribución de
ambos registros, asentamientos y arte rupestre, aunque principalmente fijados en el naturalista, en
busca de respuestas a las incógnitas sobre el origen del poblamiento en las zonas que albergan las
mayores concentraciones de Estilo Levantino en esta parte del Arco Mediterráneo. Abordamos la
problemática del arte rupestre de ambos periodos, y centramos nuestras propuestas sobre un
territorio que pasó a ser más habitable tras el final de la última glaciación, las tierras más altas de la
Sierra de Segura, tratando sobre el posible origen del arte rupestre Levantino, así como sobre su
posterior distribución territorial y áreas de influencia.
Palabras Claves
Sierra de Segura – Arte rupestre prehistórico – Arte rupestre Levantino – Paleolítico – Epipaleolítico
Abstract
In this second part of a work on certain aspects of Levantine rock art, we begin by making an approach
to the paleo-landscape that may have existed in the Sierra de Segura since the last glacial maximum,
showing it against the current biocenosis. Next, we analyze the existing knowledge to date about the
Upper Paleolithic settlement and rock art in the Sierra de Segura and its surrounding regions. We
synthesize the cultural and settlement frameworks of the Epipaleolithic, to then relate on cartography
the distribution of both records, settlements and rock art, although mainly fixed in the naturalist, in
search of answers to the unknowns about the origin of the settlement in the areas that host the highest
concentrations of Levantine Style in this part of the Mediterranean Arc. We address the problem of
rock art from both periods, and focus our proposals on a territory that became more habitable after
the end of the last ice age, the highest lands of the Sierra de Segura, dealing with the possible origin
of Levantine rock art, as well as its subsequent territorial distribution and areas of influence.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 54
Keywords
Sierra de Segura – Prehistoric rock art – Levantine rock art – Paleolithic – Epipaleolithic
Muñoz López, Francisco J. Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II):
el poblamiento prehistórico en la comarca del Alto Segura y su relación con la cultura de los pintores
parietales. Revista Cuadernos de Arte Prehistórico, num 11 (2021): 53-96.
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Licencia Internacional
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 55
Introducción
Esta tarea la vamos a soportar básicamente sobre tres fuentes: las cartas
arqueológicas de estos últimos municipios, realizadas entre 2008 y 20092, otra anterior de
Yeste3, de 2003, y las diversas publicaciones sobre arqueología prehistórica de esta
comarca4. Como consideración previa, hemos de recordar que los asentamientos anteriores
a un Neolítico Pleno, en cuevas, abrigos y campamentos, fueron el hábitat de grupos, clanes
o tribus (hay serias divergencias a la hora de calificarlos) agrupados en número reducido,
no superior a 20/ 25 individuos, con una forma de vida itinerante en la que tendrían varios
sitios de referencia en diferentes comarcas, y que apenas dejaron estructuras perdurables,
por lo que su identificación resulta ciertamente complicada. También, que será a partir del
último máximo glaciar cuando se produce un aumento de población al amparo de la mejoría
climática, y el consiguiente aumento biótico en los ecosistemas: mayor masa vegetal y
aumento, asimismo, de numerario animal, proporcionando al hombre, de esta forma, más
recursos para la recolección y la caza. Y la accesibilidad a zonas de alta montaña que hasta
ese momento habían estado bajo condiciones climáticas muy adversas para la
subsistencia, como las tierras altas de Nerpio y Moratalla.
1. Contextos ecológicos
1.1. El contexto ecológico actual
1
F. J. Muñoz López, “Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica”. Cuadernos
de Arte Prehistórico num 8 (2019):75-116.
2
P. Jiménez; F. J. Muñoz; J. L. Simón y G. Segura, Cartas arqueológicas de los municipios de
Nerpio, Yeste, Letur, Socovos y Férez. Empresa ARQUEALIA (Trabajos de Patrimonio Cultural S.L.).
Toledo: Consejería de Cultura. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 2008-2009.
3
R. Nova y T. Rico. Carta arqueológica de Yeste (Albacete), Consejería de Cultura, Junta de
Comunidades de Castilla-La Mancha. 2003.
4
Hemos de señalar que la información recogida en las cartas arqueológicas es escueta y procedente
en la mayoría de los casos de prospecciones superficiales, por lo que la adscripción cultural de
yacimientos en resulta abierta y generalista. No obstante, creemos que nos permite un acercamiento
de interés para el objeto de este artículo.
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“El MIS 2 será especialmente frío…Su pico máximo se alcanza en torno al 20000
BP. La cota de nieves perpetuas se situaría en 1.600 msnm en Sierra Morena -p. ej.-, y
alrededor de los 700 m la temperatura media estaría en torno a 3ºC. Otros estudios colocan
la cota de nieves perpetuas en Sierra Mágina en 900 msnm, lo que, según López Reyes y
su equipo, explicaría la ausencia de ocupación de cuevas por encima de la cota de 900-
1.000 msnm9” 10. Si, por otro lado, consultamos el Mapa del Cuaternario de España (escala
1:1.000.000) del IGME 11, cuya última actualización sobre los ámbitos glaciares es del año
201512, la cota de las zonas afectadas por el glaciarismo cuaternario (áreas ocupadas por
hielo) en la Cordillera Bética se situaría alrededor de 2.000 msnm (Figura 1).
Inmediatamente por debajo de esta línea, algo ambigua, se desarrollaría un paisaje vegetal
escaso.
Figura 1
Máximo glaciar en el Sistema Bético, con el límite de glaciación señalado con puntos
morados. Mapa del Cuaternario de España
9
V. López; G. Martínez y A. Tornero, “El Poblamiento paleolítico en el alto Guadalquivir”, Boletín
Instituto de Estudios Jiennenses num 203 (2011): 47-110.
10
F. J. Muñoz López, “Los caminos del arte rupestre en el Sureste… 82.
11
ttps://igme.maps.arcgis.com/home/webmap/viewer.html?webmap=c3156103e7ac4ed296add5a50
f76d605#
12
L. Adrados; A. Salazar y J. A. Rodríguez, “Actualización de la cartografía 1:1.000.000 del último
máximo glacial local en España”. Una visión global del Cuaternario: el hombre como condicionante
de procesos geológicos (2015):118-121.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 58
pico frío de c. 20000 estuvo jalonado por los eventos interestadiales Laugerie y Lascaux.
En este último suceso glaciar los ecosistemas fueron de ambiente frío, produciéndose
alternancias en el predominio de especies y densidad arbórea. En el continente
euroasiático, en los periodos fríos tendríamos un paisaje de tundra-estepa, con escasos
árboles, y estepas herbáceas en las zonas meridionales. En las fases templadas habría, de
norte a sur en Europa, tundra arbustiva, bosques de coníferas abiertos y, en el área
mediterránea y Atlántico hispánico, bosques de hoja caduca. En la fauna, igualmente
escasa en especies de gran porte, habría en ecosistemas de tundra-estepa, renos, mamuts,
buey o rinoceronte lanudo13; mientras en las extensas áreas meridionales de herbáceas, la
fauna grande sería de cérvidos, cápridos, équidos y bóvidos (uros), representados en las
pinturas rupestres y grabados del Paleolítico superior.
Podemos, tal vez, aventurar una simulación gráfica que nos acerque a esos
paisajes. En la Figura 2 vemos la cara norte del Pico de las Cabras (2.080 m, Nerpio), con
una fuerte pendiente, en invierno (nevado) y en verano, sin prácticamente vegetación; a su
lado, las cumbres vecinas de la Sierra de las Cabras con pinos blancos que ascienden en
progresiva pérdida de efectivos.
Figura 2
Pico y Sierra de las Cabras (Nerpio)
(La foto de la derecha es de Enrique García Fernández)
13
A. Rivera Arrizabalaga, “Paleoclimatología y cronología del Würm reciente: un intento de síntesis”,
Zephyrus num 57 (2004): 27-53.
14
J. S. Carrión et alii, “Abrupt vegetation changes in the Segura Mountains…
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 59
A modo de síntesis, estas condiciones admiten, en las zonas medias y altas de esta
parte de la Sierra de Segura, un paisaje vegetal poco denso y de un número corto de
especies vegetales, especialmente para la recolección, y, asimismo, de precario catálogo
para los rumiantes. Por tanto, la franja entre 1.000 y 1.500 msnm, en la que se localiza la
mayor parte de abrigos con arte rupestre del municipio de Nerpio, durante el MIS 2 sería un
territorio escasamente adecuado para la supervivencia de los grupos humanos.
El final del último periodo glacial, entre 16000 y 12000 BP, irá consolidando un nuevo
escenario bioclimático, progresivamente más cálido, con alternancias, eso sí, de periodos
áridos y húmedos, y, evidentemente, con variables territoriales dependiendo de la latitud
principalmente. El Tardiglaciar se desarrolla entre c. 13000 y 11000, con fases alternas de
frío y aridez/humedad (Dryas I, II y III) y retroceso de vegetación, con otras más cálidas y
húmedas (Bölling y Alleröd) y avance de bosques. En torno a 11000 BP se afianza el nuevo
contexto climático propiciando el progreso de prados y bosques de tipo mediterráneo
propios de condiciones ambientales templadas, con particularidades de continentalidad
hacia el interior y en macizos montañosos15. El Holoceno presenta el denominador de la
subida generalizada y global de la temperatura y fases secas (Preboreal y Boreal) con
húmedas (Atlántico), siendo esta última (7500-4700 BP) la que propiciará la mayor
extensión de bosques y superficies herbáceas16, aunque, sin embargo, en el Sureste se
asistirá, como veíamos antes, a un progresivo aumento de la aridez y de especies xerófilas.
15
J. E. Aura Tortosa y M. Pérez Ripoll, “Tardiglaciar y Postglaciar en la región mediterránea de la
Península Ibérica (13500-8500 B.P.): transformaciones industriales y económicas”, Saguntum num
25 (1992): 25-48; J. Bernabeu, J. E. Aura y E. Badal, Al Oeste del Edén. Las primeras sociedades
agrícolas en la Europa mediterránea (Madrid: Ed. Síntesis. 1995).
16
M. Muñiz Pérez, “El Epipaleolítico en la vertiente mediterránea de la Península Ibérica:
Investigaciones recientes”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie I, Prehistoria y Arqueología num 10
(1997): 175-213.
17
J. Yravedra Sainz de los Terreros, “Estrategias cinegéticas durante el Tardiglaciar en la fachada
mediterránea de la Península Ibérica”, Saguntum num 34 (2022): 29–42.
18
J. E. Aura; J. Fernández y M. P. Fumanal, “Medio físico y corredores naturales: notas sobre el
poblamiento paleolítico del País Valenciano”, Recerques del Museu d’Alcoi num 2 (1993): 89-107.
https://www.raco.cat/index.php/RecerquesMuseuAlcoi/article/view/184440.
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La Cueva del Arco del Cañón de Almadenes (Cieza, Murcia), en el tramo medio del
río Segura, es uno de los yacimientos más destacados de los parajes de esa zona, siendo
el único, por ahora, con facies Gravetiense21, y datación de ocupación c. 31000-30000 cal
BP22, presentando también restos del Paleolítico Medio; el final del Paleolítico y el
Epipaleolítico están bien representados en este área en el Barrando de Los Grajos (Cieza,
Murcia), tributario del río Segura23.
19
J. Zilhão et alii, “Precise dating of the Middle-to-Upper Paleolithic transition in Murcia (Spain)
supports late Neandertal persistence in Iberia”, Heliyon num 3 (2017).
https://www.heliyon.com/article/e00435/
20
F. J. Fortea Pérez y F. Jordá Cerdá, “La Cueva de Les Mallaetes y los problemas del Paleolítico
Superior del Mediterráneo español”, Zéphyrus num 26-27 (1975-1976): 129-166.
21
Este periodo cultural define la primera fase del Paleolítico Superior y se extiende en la Península
desde la llegada de los HAM hasta aproximadamente hace 25000 años.
22
D. Román Monroig e I. Martín Lerma, “Intervenciones arqueológicas en la Cueva del Arco (Cieza)”.
En J. Lomba (coord.), Arte rupestre y arqueología en los Almadenes (Cieza, Murcia). Intervención
integral tras el incendio de un paraje protegido y Patrimonio Mundial. Monografías CEPAR num 4
(2018): 395-414.
23
L. Lomba Maurandi e I. Martín Lerma, “El contexto: Prehistoria y Arqueología de Los Almadenes”.
En J. Lomba (coord.), Arte rupestre y arqueología en los Almadenes (Cieza, Murcia). Intervención
integral tras el incendio de un paraje protegido y Patrimonio Mundial. Monografías CEPAR num 4.
(2018): 147-180; M. San Nicolás del Toro, Arte rupestre en los abrigos del Pozo, Calasparra (Murcia:
Guía de visita (Ayuntamiento de Calasparra, 2019).
24
Como referencia general, el periodo cultural Solutrense se desarrolla entre c. 21000 y 17000 BP
(25000 a 20000 cal BP).
25
A. Lucena et alii, “La ocupación solutrense del abrigo de la Boja (Mula, Murcia, España). The
Solutrean occupation of La Boja rock shelter (Mula, Murcia, Spain)”. Espacio, Tiempo y Forma, Serie
I, Prehistoria y Arqueología num 5 (2012): 447-454; A. Lucena y S. Martínez, “El abrigo de la Boja
(Rambla Perea, Mula) y el Paleolítico Superior en la Región de Murcia”, Orígenes y Raíces num 4
(2013): 6-10.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 61
26
J. Zilhão et alii, “Dos abrigos del paleolítico superior en Rambla Perea (Mula, Murcia)”. En X.
Mangado Lllach (coord.), El Paleolítico superior peninsular. Novedades del siglo XXI: homenaje al
profesor Javier Fortea. (2010): 137-148.
27
J. Martínez García, “Un grabado paleolítico al aire libre en Piedras Blancas (Escúllar, Almería)”,
Ars Praehistorica num V-VI (1986-1987): 49-58.
28
E. Ripoll Perelló, “Excavaciones en Cueva de Ambrosio (Vélez Blanco, Almería). Campañas 1958
y 1960”, Ampurias num XXII-XXIII (1960-61): 31-48.
29
S. Ripoll et alii, “Historia de las investigaciones recientes en la Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco,
Almería, España). Una visión veinte años después”. Espacio, tiempo y forma, Serie I. Prehistoria y
Arqueología num 5 (2012): 47-62.
30
S. Ripoll et alii, “El arte rupestre paleolítico de la Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería,
España). Una visión veinte años después”. Espacio, tiempo y forma, Serie I. Prehistoria y
Arqueología num 5 (2012): 75-98; F. J. Jordá et alii, “Geoarqueología, radiocarbono y
cronoestratigrafía del yacimiento solutrense de la Cueva de Ambrosio (Vélez-Blanco, Almería,
España)”, Espacio, tiempo y forma, Serie I. Prehistoria y Arqueología num 5 (2012): 63-74.
31
J. Lomba Maurandi e I. Martín Lerma, “El contexto: Prehistoria y Arqueología de Los Almadenes”…
157.
32
L. Soria Combadiera, “Hombres y herramientas del pasado más remoto. El Paleolítico y el
Epipaleolítico”. En F. J. Muñoz y P. Jiménez (eds.), Naturaleza, piedra y agua. (Ayuntamiento de
Letur, 2009): 17-20.
33
B. Córdoba y L. G. Vega, “Abrigo del Molino del Vadico”. Arqueología en Castilla-La Mancha.
Excavaciones, 1985. (1987): 79-85; L. G. Vega Toscano, “Excavaciones en el Abrigo del Molino del
Vadico (Yeste). El final del Paleolítico y los inicios del Neolítico en la cuenca del Alto Segura”. En J.
Blánquez Pérez, R. Sanz Gamo y Mª. T. Musat Hervás (coords.), Jornadas de Arqueología en la
Universidad Autónoma de Madrid. (1993): 19-34.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 62
Aguas abajo de este último por el río Segura, el Paleolítico superior está bien
identificado en el Abrigo del Palomar, situado en la confluencia de los ríos Tus y Segura,
con facies Gravetiense, y una datación entre 28000 y 26400 BP en el Nivel IV 34. También
en la Cueva del Niño, en el curso del río Mundo, con una cronología de 22780±60 BP,
realizada a un hueso del único nivel de ocupación del Paleolítico superior de la cueva, a pie
de panel pintado, en un estadio cultural del final del Gravetiense-inicio del Solutrense35.
Figura 3
Gráfico de localización temporal y de altitud de yacimientos paleolíticos de la Sierra
de Segura y comarcas circundantes, así como de altitud de los grandes conjuntos
de arte rupestre naturalista postpaleolítico
34
L. G. Vega Toscano, “Análisis preliminar de las cadenas operativas en el material lítico procedente
del nivel IV del Abrigo del Palomar (Yeste, Albacete)”, Zona arqueológica num 7 (1). (2006): 397-
404; P. de la Peña Alonso, Sobre la unidad tecnológica del Gravetiense en la Península Ibérica:
implicaciones para el conocimiento del Paleolítico Superior Inicial (2011). [Tesis doctoral].
https://eprints.ucm.es/16630/1/T32978.pdf.
35
D. Gárate Maidagán y A. García Moreno, “Revisión crítica y contextualización espacio-temporal
del arte parietal paleolítico de la cueva de El Niño (Ayna, Albacete)”, Zéphyrus num 68 (2011): 15-
39; A. García Moreno, “El poblamiento paleolítico de la cuenca del río Mundo (Albacete)”, Archivo de
Prehistoria Levantina num XXX (2014): 1-16.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 63
Encarando el trecho final del Paleolítico36, tenemos en la Cueva del Nacimiento del
río Segura ocupación secuenciada con dataciones del Magdaleniense c. 16500 BP, del
Paleolítico final de 9250 a.C. (11200 BP); Epipaleolítico, 5670 a.C.; y Neolítico antiguo c.
4830 a.C. 37 (Ver figura 3).
36
El Magdaleniense mediterráneo se desarrolla grosso modo entre 14000 al 11000 BP. Ver: F. J.
Fortea Pérez, “El Paleolítico y Epipaleolítico en la región central del Mediterráneo peninsular. Estado
de la cuestión industrial”. Arqueología del país valenciano: panorama y perspectivas. Universidad de
Alicante. (1985): 31-52.
37
G. Rodríguez, “La cueva del Nacimiento”. Saguntum num 14 (1979): 33-38; Mª. D. Asquerino y P.
López, “La Cueva del Nacimiento (Pontones)”. Un yacimiento neolítico en la Sierra de Segura.
Trabajos de Prehistoria num 38 (1981): 109-152.
38
M. Martínez Andreu, “Nuevas propuestas para el estudio de las sociedades cazadoras-
recolectoras en el sureste peninsular”. Estudios de arqueología dedicados a la profesora Ana María
Muñoz Amilibia. Universidad de Murcia. 2003: 145-154; M. Martínez Andréu, “Síntesis del
Epipaleolítico en el Levante y Sur peninsular. Antecedentes y estado actual de la cuestión”. Anales
de Prehistoria y Arqueología num 5-6. (1989-1990): 49-58.
39
Junto con la bibliografía citada en el artículo, lo hemos elaborado con los siguientes trabajos: M.
C. Cacho Quesada, Secuencia cultural del Paleolítico Superior en el Sureste español. Trabajos de
Prehistoria num 37 (1980): 65-108; M. C. Cacho Quesada, El Paleolítico superior en el Sureste de la
Península Ibérica (1981). [Tesis doctoral].
https://eprints.ucm.es/52491/1/5309856194.pdf; J. Martínez García, “Arqueología y prehistoria en la
comarca de los Vélez (Almería): del paleolítico al neolítico”. Arqueología en la comarca de los Vélez
(Almería): homenaje al profesor Miguel Guirao Gea. (1994): 31-54; M. Martínez Andreu, “Paleolítico
Superior”. En J. J. Eiroa (coord.), Prehistoria de la Región de Murcia. (1995): 67-114; M. Martínez
Andreu, “Nuevas aportaciones al estudio del Solutrense murciano”, Veleia num 24-25 (2007-2008):
469-482.
40
S. Ripoll et alii, “El arte rupestre paleolítico de la Cueva de Ambrosio...
41
J. Salmerón, J., Lomba y Mª. Cano, “El arte rupestre paleolítico de Cieza: primeros hallazgos en
la Región de Murcia. Resultados de la I Campaña de Prospecciones Losares-Almadenes 93”,
Memorias de Arqueología num 8 (1998): 94-111; M. A. Mateo Saura, “El arte rupestre paleolítico en
la Región de Murcia”. Yakka num 11 (2001): 19-32; Estudios recientes del conjunto de Almadenes-
Losares en J. Salmerón et alii, “El arte paleolítico de la Cueva de Jorge”. En J. Lomba (coord.), Arte
rupestre y arqueología en los Almadenes (Cieza, Murcia). Intervención integral tras el incendio de un
paraje protegido y Patrimonio Mundial. Monografías CEPAR num 4 (2018): 331-342; J. F. Ruiz et alii,
“El arte paleolítico de la Cueva de las Cabras”. En J. Lomba (coord.), Arte rupestre y arqueología en
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 64
Figura 3
Paleolítico Superior en el Sureste de la Península: localización de hábitats y de arte
rupestre. Señalamos las cotas de 700, 1.000 y 1.500 msnm. En la Sierra de las Cabras,
calares superiores del río Taibilla, se alcanzan prácticamente 2.100 m
los Almadenes (Cieza, Murcia). Intervención integral tras el incendio de un paraje protegido y
Patrimonio Mundial. Monografías CEPAR num 4 (2018): 343-366.
42
M. Conkey, “The identifcatión of Prehistoric Huntes- Gatherer Aggregation Sites: The Case of
Altamira”. Current Anthropology num 21 (1980): 609-630; M. Conkey, “Les sites d'agrégation et la
répartition de l'art mobilier, ou : y a-t-il des sites d'agrégation magdaléniens?” Le peuplement
magdalénien. Acres du Colloque de Chancelade de 1988 (1992): 19-28.
43
P. Utrilla Miranda, “Campamentos-base, cazaderos y santuarios. Algunos ejemplos del paleolítico
peninsular”. Homenaje al Dr. Joaquín González Echegaray. (1994): 97-114.
44
P. Cantalejo Duarte, “Arte paleolítico del sur peninsular. Las manifestaciones costeras y los
santuarios del interior”. En J. Ramos (coord.), El Paleolítico Superior Final del río Palmones
(Algeciras, Cádiz). Un ejemplo de la tecnología de las comunidades especializadas de cazadores-
recolectores. (1995): 211-221; P. Cantalejo Duarte y M. M. Espejo Herrerías, “Arte rupestre
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 65
Grupos que se trasladan con una dinámica anual idéntica a la que posteriormente
desarrollarán los grupos de pastores y ganaderos, la “invernada y agostada”. Un factor
determinante sería la diversidad biótica que ofrecerían territorios medioambientalmente
bien distados, con variedades diferentes de especies tanto vegetales como animales, así
como la migración de las principales especies cazadas en estos territorios, la cabra montés
y el ciervo, que de esta misma forma buscarían los mejores pastos en cada estación del
año.
Los grupos humanos se concentrarían en determinadas épocas en los lugares de
agregación y asentamientos principales y se dispersarían en bandas más reducidas para la
búsqueda de alimentos y materias primas, utilizando campamentos temporales. Asimismo,
se cumplimentaban determinadas necesidades sociales, económicas y culturales, entre
ellas el contacto con otros grupos para favorecer la exogamia y el intercambio de objetos,
sobre todo en los encuentros producidos en los santuarios o lugares de agregación, como
los grandes centros de arte rupestre en cuevas. No obstante, también se valora el
movimiento de la cultura material e inmaterial con las relaciones intergrupales y el comercio-
intercambio, sin la obligación de desplazamientos del conjunto del grupo.
Aunque menos estudiado este comportamiento de nomadismo de medio recorrido
(a modo de trasterminancia) en el Sureste peninsular, sí se han planteado “movimientos”
entre estaciones específicas por parte de un mismo grupo, como sería el caso antes citado
de los pobladores del Paleolítico superior que habitaron las márgenes del río Segura en la
zona de Almadenes y las cuevas de la comarca de Mula, representando las cuevas pintadas
esos lugares de congregación tribal.
3. Algunas claves del Epipaleolítico-Mesolítico en el este peninsular
El Magdaleniense superior se extendería hasta el final del XIII° milenio BP, dando
paso de forma gradual a la siguiente etapa cronocultural47. La transición que sucede durante
la entrada del Holoceno es el denominado Epimagdaleniense o Epipaleolítico microlaminar
(aziloide), definido por Fortea Pérez48, y que tendría dos etapas: antiguo (c.11800-11000
paleolítico del sur peninsular. Consideraciones sobre los ciclos artísticos de los grandes santuarios
y sus territorios de influencia”, Revista Atlántica-Mediterránea de Prehistoria y Arqueología Social
num 1 (1997): 77-96; V. Castañeda Fernández, “Las bandas de cazadores-recolectores portadoras
del tecnocomplejo solutrense en el suroeste de la Península Ibérica. La articulación social del
territorio”, Spal num 9 (2000): 245-256. http://hdl.handle.net/11441/46405
45
J. Ramos et alii, “Cueva de Ardales (Málaga): Geocronología evolutiva y cambios climáticos en el
Pleistoceno Superior y Holoceno. Los testimonios de su ocupación por formaciones sociales de
cazadores-recolectores, tribales y clasistas iniciales”, Mainake num 19-20 (1997-1998): 17-45.
http://hdl.handle.net/10498/21520.
46
I. Davidson, La economía del final del Paleolítico en la España oriental. Trabajos varios del SIP
num 85 (1989).
47
M. Muñiz Pérez, “El Epipaleolítico en la vertiente mediterránea…
48
F. J. Fortea Pérez, Los complejos microlaminares y geométricos del Epipaleolítico mediterráneo
español. Memorias del Seminario de Prehistoria y Arqueología num 4. Universidad de Salamanca
(1973).
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 66
Lourdes Montessintetiza así el primer Epipaleolítico: “Las culturas más antiguas que
se introducen en este Holoceno, llámense Aziliense, Epigravetiense tardío, Epipaleolítico
microlaminar..., se caracterizan por su componente microlaminar como ya destacara
Fortea, y son consideradas como una persistencia de los modos de hacer y vivir
magdalenienses en proceso de adaptación progresiva a un medio en vías de recuperación
climática desde el mismo Alleröd. Por ello, suelen ser tratadas e incluidas en los estudios
relativos al Paleolítico”53
El término Mesolítico lo utiliza Aura Tortosa como definidor de un periodo final con
elementos macrolíticos y geométricos de tradición tardenoide, en la transición del IX° al VIII°
milenio, y entre los periodos climáticos boreal y atlántico55. En el NE peninsular, el abrigo
del Filador (Tarragona) ofrece una detallada estratigrafía que define el Paleolítico final y su
transición al Epipaleolítico, primero laminar y seguidamente geométrico, en todas sus
metamorfosis sin rupturas sino añadiduras que van haciendo más diversos y ricos los
tecnocomplejos56. El microlaminar, casi mimetizado con el Paleolítico superior final, se
49
D. Roman Monroig, "Nouveautés sur la séquence du Pléistocène final et l'Holocène initial dans le
versant méditerranéen de la Péninsule Ibérique à travers l'industrie lithique", L'Anthropologie num
116-5 (2012): 665-679.
50
J. Aparicio Pérez, “El Mesolítico en Valencia y en el Mediterráneo Occidental”, Serie de Trabajos
Varios num 59 (1979) http://mupreva.org/pub/90/en
51
J. E. Aura Tortosa y M. Pérez Ripoll. “Tardiglaciar y Postglaciar en la región mediterránea…
52
J. E. Aura et alii, “Epipaleolítico-mesolítico en las comarcas centrales valencianas”. En A. Alday
Ruiz (coord.), El mesolítico de muescas y denticulados en la cuenca del Ebro y el litoral mediterráneo
peninsular (2006): 65-120.
53
L. Montes Ramírez, “El Epipaleolítico reciente o Mesolítico en la Península Ibérica: estado de la
cuestión”, Cæsaraugusta num 78 (2007): 39-48.
54
C. R. Olària Puyoles, “Las dataciones de C14 del tardiglaciar al holoceno en la vertiente
mediterránea de la Península Ibérica: una hipótesis de periodización”, Revista d'arqueologia de
Ponent num 7 (1997): 7-24.
55
J. E. Aura Tortosa. “Cazadores emboscados: el Epipaleolítico en el País Valenciano”. En V.
Villaverde (coord.), De neandertales a cromañones: el inicio del poblamiento en las tierras
valencianas. (2001): 219-238.
56
P. García-Argüelles, J. M. Fullola y J. Nadal, “El abrigo del Filador (Margalef de Montsant,
Tarragona) y su contextualización cultural y cronológica en el Nordeste peninsular”, Trabajos de
Prehistoria num 62 (1) (2005): 65-84.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 67
desarrolla entre el XII° milenio BP y el X°; el geométrico nace en el XI° milenio para sustituir
totalmente al anterior en el X° milenio BP, “en el momento de máxima expansión de la facies
Filador (tecnológicamente sauveterroide)”; este yacimiento, por último, no presenta facies
Cocina, con trapecios y desaparición del microburil, que supondría la transición al Neolítico,
pero sí un Nivel diferenciado, definido como de “denticulados”, y que contiene cerámica,
con una datación de entre 8150±90 BP y 8515±50 BP. En esta misma cuenca final del río
Ebro, la Cueva del Parco brinda una datación para el tecnocomplejo microlaminar entre el
XI° y XII° milenio BP; al nivel geométrico, muy antiguo, le seguiría un hiato de ocupación
que se prolongará hasta una nueva etapa en el Neolítico antiguo epicardial (6120±90 BP)57.
57
P. García-Argüelles y J. M. Fullola, “La cueva del Parco (Alòs de Balaguer, Lleida) y el abrigo del
Filador (Margalef de Montsant, Tarragona): dos secuencias clave para el conocimiento del
Epipaleolítico en el Nordeste peninsular”. En A. Alday Ruiz (coord.), El Mesolítico de muescas y
denticulados en la cuenca del Ebro y el litoral mediterráneo. (2006): 121-133.
58
C. R. Olària Puyoles, “La problemática cronológica del proceso de neolitización en el País
Valenciano: una hipótesis de periodización”, Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló num
16 (1994): 19-38.
59
J. E. Aura et alii. “Epipaleolítico-mesolítico en las comarcas centrales valencianas… 103.
60
G. García Atiénzar, La neolitización del territorio. El poblamiento neolítico en el área central del
mediterráneo español. (2007). [Tesis Doctoral]. Universidad de Alicante.
61
J. Bernabeu, J. “Una visión actual sobre el origen y difusión del Neolítico en la Península Ibérica.
Ca. 5600 – 5000 cal. a.C.”. En O. García y J. E. Aura (coords.), El Abric de la Falguera (Alcoi,
Alacant). 8000 años de ocupación humana en la cabecera del río de Alcoi (2006):189-211; J.
Bernabeu et alii, Al Oeste del Edén... Igualmente, existe una amplia y conocida bibliografía en esta
línea de autores como J. Cabanilles, M. Oliver, O. García Puchol y otros.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 68
En esta misma línea, una sólida corriente de investigación en Andalucía plantea que
en el sur/suroeste de la Península Ibérica se desarrolló una transición, en el inicio del
Holoceno, hacia una economía de producción de forma autónoma y autóctona, en la que
se identifica la domesticación de animales y plantas, acompañado esto de una industria
lítica con peculiaridades propias, presentando fechas que nos remontan como mínimo a la
mitad del VIII° milenio65.
62
C. R. Olària, J. Estévez y F. Gusi, “El consumo alimentario de los grupos humanos meso-neolíticos
en Cova Fosca (Ares del Maestrat, Castellón)”, Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló
num 7 (1980): 89-98.
63
C. R. Olària Puyoles, “El origen de la economía de producción: un proceso sin ruptura o una ruptura
sin proceso. Análisis de algunas evidencias en el Mediterráneo occidental”, Quaderns de prehistòria
i arqueologia de Castelló num 19 (1998): 27-42; C. R. Olària Puyoles, “Las mujeres y los orígenes
de la domesticación. Primeros testimonios de la transformación económica en el arco mediterráneo
peninsular del 11000 BP al 7000 BP”, Cuadernos de arte rupestre num 5 (2008-2010): 43-51.
64
D. Rindos, The Origins of Agriculture: An Evolutionary Perspective (New York: Academic Press,
1983). Entre los partidarios del origen local de un neolítico incipiente estarían también Barandiarán
y Cava.
65
M. Pérez et alii, “Los inicios de la economía de producción en la Bahía de Cádiz”. En A. A.
Rodríguez Casal (ed.), O Neolítico atlántico e as orixes do megalitismo. (1997): 677-690; J. Ramos
Muñoz, “El problema historiográfico de la diferenciación Epipaleolítico-Neolítico como debate
conceptual”, Spal num 9 (2000): 279-292; J. Ramos Muñoz, “Hacia la superación de los esquemas
normativos epipaleolítico-neolítico. Reflexiones desde el estudio de la tecnología del embarcadero
del río Palmones (Algeciras, Cádiz)”, Almoraima num 29 (2003): 97-107; J. Ramos Muñoz, “La
transición de las sociedades cazadoras-recolectoras a las tribales comunitarias en el sur de la
Península Ibérica. Tecnología y recursos”. En A. Alday Ruiz (coord.), El Mesolítico de muescas y
denticulados en la cuenca del Ebro y el litoral mediterráneo peninsular (2006): 17-64.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 69
Las pruebas arqueológicas de esta propuesta parecen surgir por todo el Sur y
Levante de la Península Ibérica, y en cada territorio las estructuras basales de sus formas
económicas se adecuarán a los recursos dominantes, imponiéndose la caza y la
recolección de frutos en zonas de interior y montaña, sobre los que irán actuando de forma
selectiva y de ensayo en un lento y progresivo proceso de neolitización, de tránsito de una
economía de subsistencia a la de producción67.
66
C. R. Olària Puyoles, “El tránsito hacia las economías de producción de las últimas tribus
cazadoras-recolectoras del Mediterráneo peninsular: una reflexión acerca de la validez de las tesis
difusionistas frente a las evolucionistas”, Quaderns de prehistòria i arqueologia de Castelló num 24
(2004-2005): 43-61.
67
C. R. Olària Puyoles, “El tránsito hacia las economías... 45 y ss.
68
C. R. Olària Puyoles, “El tránsito hacia las economías... 55.
69
M. Martínez Andréu, “Aproximación al estudio del Epipaleolítico en la Región de Murcia”, XVI
Congreso Nacional de Arqueología (1983): 39-51.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 70
En el primer estudio de la Cueva del Niño (en el río Mundo) se proponía que tuvo
algún tipo de ocupación en el Epipaleolítico, dando ese Nivel una datación de radiocarbono
en torno al 7000 BP76. La datación de la denominada Trinchera de Arte Levantino, asociada
teóricamente a las pinturas levantinas del exterior de la cavidad, ofrecen una cronología
aproximada de 6000 BP, donde además hemos de valorar ciertas soluciones tendentes a
la esquematización de algunas de las figuras, presentando, asimismo, cerámicas tanto lisas
como con decoración impresa e incisa. Sin embargo, la mayor parte del material lítico de
este yacimiento es postpaleolítico, “con una elevada laminaridad y la presencia de
microlíticos geométricos”77. Todos estos elementos, herramientas pétreas, la cerámica, las
pinturas y las dataciones de C14, no terminan de cuadrar en un periodo cultural homogéneo,
ya que unos nos situarían en un Paleolítico final, Epipaleolítico estándar, pasando por el
Mesolítico y con referencias que nos llevan a un Neolítico definido. Especialmente
llamativas son las dataciones radiocarbónicas, que comparadas con los estadios definidos
en el área litoral y prelitoral valenciana, nos situarían entre el final del Mesolítico y un
Neolítico pleno.
Los autores de la reciente revisión de los registros arqueológicos de Cueva del Niño,
están en la línea de la llegada foránea del mundo Neolítico, y que este periodo de ocupación
registrado correspondería a su uso como campamento estacional o simplemente redil de
70
F. J. Fortea Pérez. “El Paleolítico y Epipaleolítico en la región central…
71
M. Martínez Andreu, “El Barranco de los Grajos y el Paleolítico Superior”. Historia de Cieza, vol. I:
Cieza Prehistórica: de la depredación al mundo urbano (Ayuntamiento de Cieza: 1995), 50-67; J.
Salmerón Juan y Mª. J. Rubio Martínez, “El Barranco de Los Grajos (Cieza, Murcia): revisión de un
interesante yacimiento prehistórico”, XXI Congreso Nacional de Arqueología (1995): 1995: 589-602.
72
J. Lomba Maurandi e I. Martín Lerma, I. “El contexto: Prehistoria y Arqueología de Los
Almadenes… 158-9. En este artículo de la monografía se relaciona la historia de la investigación de
este abrigo.
73
M. San Nicolás del Toro, Arte rupestre en los abrigos del Pozo...
74
Sobre el proceso de neolitización del área del Alto Segura trató M. A. Mateo Saura: “Arte rupestre
y neolitización en el Alto Segura”, Anales de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Murcia
num 13-14 (1997-1998): 39-46; y M. A. Mateo Saura: “La llamada «fase pre-levantina» y la cronología
del arte rupestre levantino. Una revisión crítica”, Trabajos de Prehistoria num 59 (1). (2002): 49-64.
75
I. Sarrión Montañana, “Valdecuevas, estación Meso-Neolítica en la Sierra de Cazorla (Jaén)”.
Saguntum num 15 (1980): 23-56.
76
I. Davidson, y A. García Moreno, “La excavación arqueológica de la Cueva del Niño (Ayna,
Albacete) de 1973: secuencia estratigráfica y materiales”, Al-Basit num 58 (2013): 91-117.
77
A. García Moreno et alii, “El Neolítico de la cueva del Niño (Ayna, Albacete) en el contexto de la
Sierra del Segura”, Complutum num 26 (1) (2015): 91-111.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 71
ganado, lugar satélite tal vez de asentamientos ubicados en áreas de llanura, realizándose
aquí labores de pastoreo temporal complementada con una actividad cinegética menor,
dejando abierta la posibilidad de ser grupos autóctonos aculturizados. Este mismo es el
proceso propuesto para la Cueva del Nacimiento y conjunto de la Sierra de Segura por G.
Rodríguez78, en la línea, igualmente, de los postulados de la introducción exógena del
Neolítico a través de la costa septentrional del Mediterráneo y su consiguiente difusión hacia
el interior de la Península Ibérica desde la fachada oriental79. En el caso de la Sierra de
Segura, el horizonte material está siendo asociado al del Levante, diferenciado del andaluz,
lo que a su vez explicaría la ausencia de arte Levantino más allá del grupo de Quesada y
Sierra Mágina80. Aunque, por otro lado, se han puesto sobre la mesa influencias del grupo
de Sierra Harana (Granada) con la Cueva del Nacimiento 81, y de algunas soluciones
decorativas en cerámica de yacimientos del Alto Segura y del Noroeste murciano 82. Esto
apuntaría a la frecuentación de una o varias vías de comunicación transcendentes hasta la
actualidad, en dirección este-oeste las que comunican el Levante con Andalucía, con varias
opciones, de sur a norte: a) por el ancho corredor que va desde Caravaca de la Cruz a La
Puebla de D. Fadrique; b) por el interior de la Sierra, Campo de San Juan de Moratalla y
cuenca alta del Taibilla por Nerpio; c) por el curso del río Segura o paralelo a este.
En la sierra de Segura son pocas las excavaciones sistemáticas llevadas a cabo y
ninguna para este periodo en las zonas altas de la fachada meridional, que son las que
albergan el mayor número de abrigos con pinturas Levantinas, lo cual es un importante
hándicap para profundizar en cualquier hipótesis.
Río Tus:84
1. 07020860004- Cueva de las Cañadicas. En el tramo final del río, covacha localizada en
la ladera sur de un pequeño escalón rocoso.
2. 07020860006- Abrigo del Palomar. Pequeño abrigo localizado en la parte baja de la pared
de un cerro que se asoma al pantano de la Fuensanta.
Río Zumeta:
3. 07020860057- Abrigo del Molino del Vadico. Abrigo de 14 x 4 m con una pequeña visera
de toba85.
78
G. Rodríguez, “Últimos cazadores y neolitización del Alto Segura”. II Congreso de Arqueología
Peninsular (1997): 405-414.
79
Mª. Cruz Berrocal, “The Early Neolithic in the Iberian Peninsula and the Western Mediterranean:
areview of the evidence on migration”. Journal of World Prehistory num 25 (2012): 123-156. doi:
10.1007/s10963-012-9059-9.
80
M. A. Mateo Saura, “La llamada «fase pre-levantina»…; M. A. Mateo Saura, M. A. “En la
controversia de la cronología del arte rupestre levantino”, Cuadernos de Arte Rupestre num 2 (2005):
127-156.
81
Asquerino, M. D. y López, P. “La Cueva del Nacimiento (Pontones)…
82
Mateo Saura. M. A. y Carreño Cuevas, A. “Aportaciones al conocimiento de neolitización en el alto
Segura: el abrigo del Cornibeleto II (Nerpio, Albacete)”, Al-Basit num 54 (2009): 165-184.
83
En la primera parte de este trabajo ya adelantábamos un mapa de poblamiento prehistórico y arte
rupestre. Ahora lo hacemos específicamente del poblamiento Epipaleolítico y del arte rupestre
Levantino.
84
Los siguientes yacimientos pertenecientes a la Comunidad de Castilla – La Mancha son referidos
con el número de registro de la Carta Arqueológica.
85
B. Córdoba y L. G. Vega. “Abrigo del Molino del Vadico...
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 72
Río Segura:
4- Cueva del Nacimiento del río Segura, en el término de Santiago-Pontones.
5- 07020860107- Cueva del Pez. Abrigo localizado en la margen derecha del río Segura.
Aparecen lascas de microlitos y cerámica a mano lisa.
6- 07020860101- La Donal 3. Hábitat en una terraza en la margen izquierda.
7- 07020860107 - Loma de Tinjarra 2. En llano, en la parte más baja de la ladera sur de
una loma situada junto a la desembocadura del arroyo de Tinjarra.
Sierra de Lagos:
8- 07020860090- Cueva del Calabobos. En la parte baja de la ladera sureste de la Sierra,
con 10 m de profundidad. Tiene continuidad de uso en el Neolítico.
Río Taibilla
9- 07020420001 – Cortijada de El Tobar. En el tramo final del río, yacimiento en llano pero
sobre una gran roca de piedra toba con abrigos en alguno de sus lados. Se han recogido
en superficie materiales del periodo Epipaleolítico que corresponden a la industria
microlaminar86. A unos cientos de metros se localiza un enterramiento en abrigo del periodo
Neolítico.
10- Abrigo del Cornibeleto II87. Se encuentra en el tramo medio del río Taibilla, unos 10 km
aguas arriba del anterior. Es un abrigo grande de 20 m de fachada, 6 de profundidad y de
3 alto, cerrado con una tapia de piedras para acondicionarlo como aprisco de ganado. El
reducido número de materiales estudiados proceden de una prospección superficial tras su
descubrimiento. En productos líticos se recogieron un raspador sobre lasca y retoque
abrupto; un fragmento de lámina de dorso apuntada de sección trapezoidal; una lámina de
dorso de sección trapezoidal; trapecio talado con técnica de microburil y retoque abrupto.
De cerámica, varios fragmentos lisos y decorados con acanaladuras horizontales,
acanaladuras paralelas, incisiones y acanaladuras y cordones con impresiones.
Arroyo de Benizar:
11- 07020720037- Cueva Higuera. Al este de Peña Bermeja, la cueva conserva un aprisco
todavía en uso. En la ladera aparecen restos de lascas y de herramientas de sílex. Pudo
ser un taller.
Pero el gran protagonista en nuestro territorio y en esta etapa será el arte rupestre
Levantino en abrigos y covachas, que en el siguiente mapa lo incluimos junto a la
localización de los yacimientos citados. Nos llama la atención el hecho de que el Abrigo del
86
L. Soria Combadiera. “Hombres y herramientas del pasado más remoto… 20.
87
M. A. Mateo Saura y A. Carreño Cuevas, “Aportaciones al conocimiento de neolitización...
88
M. A. Mateo Saura y A. Carreño Cuevas, “Aportaciones al conocimiento de neolitización... 177-
178
89
B. Córdoba y L. G. Vega. “Abrigo del Molino del Vadico…
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 73
Cornibeleto II sea el único yacimiento, por ahora conocido, eso sí, que se localice dentro
del “territorio del arte rupestre”. No obstante, sería lógico y de esperar que con el tiempo se
encuentren yacimientos epipaleolíticos-mesolíticos que justifiquen la imponente presencia
de arte pintado en roca.
Figura 5
Comarca del Alto Segura: localización de asentamientos del paleolítico final, epipaleolítico
y arte rupestre Levantino. Aparecen numerados con la referencia
del texto los sitios epipaleolíticos
90
A. Mingo et alii, “El abrigo de Cueva Blanca: un yacimiento de la transición al Neolítico antiguo en
el campo de Hellín (Albacete)”. 5º Congresso do Neolítico Peninsular. (2015):117-122; A. Mingo et
alii, “El yacimiento mesolítico de Cueva Blanca (Hellín, Albacete): 6 años de investigación
multidisciplinar”. Actas de la I Reunión Científica de Arqueología de Albacete (2016): 271-286.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 74
91
A. Mingo et alii, “Caracterización del yacimiento de Cueva Blanca (Hellín, Albacete). Nuevas
aportaciones para el debate en torno a la transición del Mesolítico al Neolítico antiguo en el Sureste
peninsular”. Complutum num 23 (1) (2012): 63-75.
http://dx.doi.org/10.5209/rev_CMPL.2012.v23.n1.39531
92
A. Mingo et alii, “Resultados preliminares de los trabajos efectuados en el yacimiento del Neolítico
antiguo de Pico Tienda III (Hellín, Albacete)”, Actas de la I Reunión Científica de Arqueología de
Albacete. (2016): 287-298.
93
E. Hernández Carrión y E. Gandía Cutillas, “Arte rupestre prehistórico y territorio. El caso del
altiplano Jumilla–Yecla (Murcia)”. Sociedades prehistóricas y manifestaciones artísticas. Imágenes,
nuevas propuestas e interpretaciones. Sociedades prehistóricas y manifestaciones artísticas.
Colección Petracos 2 (2019): 179-184.
94
E. Hernández Carrión y E. Gandía Cutillas, “Arte rupestre prehistórico y territorio... 184.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 75
alto del río Taibilla, el del Zumeta y el del Segura para salir a la cuenca alta del río
Guadalquivir.
Uno de los grandes debates generales sobre temas de la Prehistoria europea tiene
que ver con el arte rupestre, el de los grupos de cazadores-recolectores del Paleolítico
superior, del Epipaleolítico y Neolítico. Son diversos los campos de batalla abiertos, entre
ellos estos tres: ¿qué fue del arte Paleolítico?; ¿dónde, cómo y quiénes fueron responsables
del surgimiento del estilo Levantino?; ¿puede el segundo ser heredero o resultado del
primero?
Aunque no entra entre los objetivos de este artículo a la discusión sobre la filiación,
etapas o estilos del arte rupestre Paleolítico y Postpaleolítico, si enmarcaré la problemática
en busca de respuestas para estas preguntas, aunque limitándome a referenciar las
principales tendencias en la investigación, ya que esto sí nos puede ayudar a uno de los
objetivos: aproximarnos al origen, tanto estilístico como territorial, del arte Levantino.
Hace unas décadas, Villaverde Bonilla abogaba, apoyado en datos estadísticos, que
la mayor parte del arte Paleolítico de la cuenca mediterránea era pre-Magdaleniense96, lo
que conllevaría, a mi juicio, la existencia de un “cierto vacío artístico”, tanto territorial como
temporal, y un hecho de ruptura respecto de los venideros fenómenos artísticos
postpaleolíticos. Sin embargo, en la actualidad la visión expuesta por este investigador es
muy diferente, ya que los hallazgos de conjuntos de arte grabado en roca en la fachada
mediterránea van en la dirección de un arte finipaleolítico con figuras de animales con
tendencia naturalista y signos, además en territorio que seguidamente sería de arte
Levantino97.
El arte rupestre del final del Paleolítico superior está siendo localizado en amplios
territorios de la Península Ibérica. Se ha propuesto su agrupación en cuatro grandes
sectores98: arte Cantábrico, en la cornisa homónima y tramo alto del río Ebro; en la Meseta,
95
J. J. Eiroa García, “El Neolítico”. Historia de la Región de Murcia (I). La Prehistoria. (1994): 115-
137; C. Martínez Sánchez y M. San Nicolás del Toro, “El Neolítico en Murcia. Continuidad y cambio
durante el Calcolítico”, Estudios de Arqueología dedicados a la profesora Ana María Muñoz Amilibia.
(2003):155-176; G. García Atiénzar. La neolitización del territorio… 901-902; M. San Nicolás del
Toro. Arte rupestre en los abrigos del Pozo…
96
V. Villaverde Bonilla, Arte paleolítico de la Cova del Parpalló. Estudio de la colección de plaquetas
y cantos grabados y pintados. 2 vols. (Valencia: Museu de Prehistòria de València, 1994).
97
R. Martínez, P. M. Guillem y V. Villaverde, “Grabados rupestres de estilo paleolítico en el norte de
Castellón”, Arte prehistórico al aire libre en el sur de Europa (2009): 325-236.
98
P. Cantalejo Duarte, "Las manifestaciones gráficas de las sociedades del Paleolítico superior en
la Serranía de Ronda (Málaga, España)". I Congreso internacional de historia de la Serranía de
Ronda. Las ocupaciones por sociedades prehistóricas, protohistóricas y de la antigüedad en la
Serranía de Ronda y Béticas Occidentales. (2015).
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 76
localizado en la cabecera del río Duero y en los tramos intermedios del Duero, Tajo y
Guadiana en una alineación norte-sur coincidente en parte grosso modo con la Vía de la
Plata; el andaluz, con subgrupos en Cádiz, Málaga-Granada, Jaén-Córdoba y Almería99; en
la fachada este mediterránea, con una concentración importante de arte mueble en
plaquetas y grabados en las provincias de Alicante, Castellón y Tarragona, donde
igualmente habría que ubicar las pinturas del grupo del interior del SE peninsular:
Almadenes, Cueva del Niño y Cueva de Ambrosio (también con presencia de grabado), que
a su vez se entroncaría con el grupo del SE de Almería. Esta división territorial, apoyada en
las propias industrias líticas, situaría nuestra zona en el espacio central de la denominada
facies mediterránea del Magdaleniense, que se extendería por la cuenca mediterránea
desde el sur de Cataluña hasta el sur y centro de Portugal, recorriendo todo el territorio
andaluz100.
99
J. L. Sanchidrián et alii, “Dates directes pour l’art rupestre d’Andalousie (Espagne)”, International
Newsletter On Rock Art num 29 (2001): 15-19; J. Martínez García, “Arte rupestre Paleolítico en
Andalucía: la evidencia simbólica de los cazadores-recolectores en el sur de la Península Ibérica”.
En I. Escobar y B. Rodríguez Álvarez (coords.), Arte sin artistas. Una mirada al Paleolítico (2012-
2013): 225-256.
100
V. Villaverde et alii, “The end of the Upper Palaeolithic in the Mediterranean basin of the Iberian
peninsula”, Quaternary International num 273 (2012): 17-32. doi:10.1016/j.quaint.2012.04.025
101
R. Viñas, A. Rubio y J. F. Ruiz, “La técnica paleolítica del trazo fino y estriado entre los orígenes
del estilo levantino de la Península Ibérica. Evidencias para una reflexión”, Préhistoire, art et sociétés:
bulletin de la Société Préhistorique de l'Ariège num 65-66 (2010-2011): 165-178.
102
H. Collado Giraldo y J. J. García Arranz, “10.000 años de arte rupestre. El ciclo preesquemático
de la Península Ibérica y su reflejo en Extremadura (España)”. Actas del Congreso IFRAO 2009–
Parque Nacional de la Sierra de Capivara (Piauí, Brasil). Fumdhamentos num IX. Vol. IV: (2010):
1167-1192.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 77
¿Y qué hay del Estilo Levantino del Arco Mediterráneo? Existe una corriente de
investigadores que aseveran que sería una respuesta a la llegada de los neolíticos107,
103
R. de Balbín Behrmann, “El Arte Rupestre Paleolítico al aire libre en la Península Ibérica”. En R.
de Balbín (coord.), Arte prehistórico al aire libre en el sur de Europa (2009): 19-56.
104
P. Bueno Ramírez, “Espacios decorados al aire libre del occidente peninsular. Territorios
tradicionales de cazadores-recolectores y de productores”. En R. de Balbín (coord.), Arte prehistórico
al aire libre en el sur de Europa (2009): 323-346.
105
P. Bueno, R. de Balbín y J. J. Alcolea, “Estilo V en el ámbito del Duero: cazadores finiglaciares
en Siega Verde (Salamanca)”. En R. de Balbín (coord.), Arte prehistórico al aire libre en el sur de
Europa. (2009): 259-286.
106
Situada en la localidad tarraconense de L'Espluga de Francolí, viene siendo excavada desde hace
algunas décadas por un equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social
(IPHES), dirigido por Josep Maria Vergès, profesor de la Universidad Rovira i Virgili.
https://historia.nationalgeographic.com.es/a/descubierto-santuario-arte-paleolitico-tarragona_15090
107
La lista de autores que defienden esta tesis es larga, encabezada por el profesor Mauro S.
Hernández, pero aquí citaremos algunos artículos de referencia de otros autores: R. Llavori de
Micheo, “El arte postpaleolítico levantino de la península Ibérica. Una aproximación sociocultural al
problema de sus orígenes”, Ars Praehistorica num VI-VII (1988-1989): 145-156; Ll. Molina, O. García
y Mª. R. García, “Apuntes al marco crono-cultural del arte levantino: Neolítico vs neolitización”,
Saguntum num 35 (2003): 51-67; J. Martínez García, “Arte rupestre levantino: la complejidad de una
confluencia espacio-temporal con el arte macroesquemático y esquemático en el proceso de
"neolitización"”. Actas del III Congreso del Neolítico en la Península Ibérica (2005): 739-750; J.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 78
siendo negada y argumentada esta opción por otros muchos investigadores. Por ejemplo,
Mateo Saura considera que una manifestación cultural de tal envergadura debe responder
a necesidades propias y no a réplicas hacia otros108. En esta misma línea, Carmen Olària
afirma, a partir del análisis de multitud de escenas de arte Levantino, que “nos ofrecen
evidencias de la explotación de las plantas, siempre realizada por mujeres, que se dedican
tanto al vareo para recoger los frutos forestales, como a la recolección de plantas curativas,
plantas comestibles, y horticultura”, encontrándonos en el periodo Mesolítico, del origen de
la economía de cazadores-recolectores-pastores, y que estarían representando escenas
de la vida cotidiana de estas tribus, y en ningún caso resultante de la confrontación cultural
con grupos neolíticos puros”109.
De ser así, el arte Levantino como tal “hundiría sus raíces” por lo menos hasta el
XII° milenio, estando plenamente definido alrededor del IX° milenio. De este modo, estas
nuevas formas expresivas serían una evolución de las paleolíticas, dentro de un proceso
Martínez García, “Compartir el tiempo y el espacio: pinturas rupestres postpaleolíticas del levante
peninsular”. En R. Martínez (dir.), Arte rupestre en la Comunidad Valenciana (2005): 179-193.
108
M. A. Mateo Saura, “La cronología neolítica del arte levantino. ¿Realidad o deseo?”, Quaderns
de Prehistòria i Arqueología de Castelló num 26 (2008): 7-27. M. A. Mateo Saura, Arte rupestre
levantino. Cuestiones de cronología y adscripción cultural (Murcia: Ed. Tabularium, 2009). También
es muy amplio el grupo de prehistoriadores que defienden la adscripción epipaleolítica.
109
C. R. Olària Puyoles, “Las mujeres y los orígenes de la domesticación...
110
Mª. S. Corchón Rodríguez, “Reflexiones sobre el arte paleolítico interior: la meseta norte española
y sus relaciones con Portugal”, Zephyrus num 59 (2006): 111-134.
111
Mª. S. Corchón et alii, “Datación de las pinturas y revisión del arte paleolítico de Cueva Palomera
(Ojo Guareña, Burgos, España)”, Zéphyrus num 49 (1996): 37-60.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 79
Podríamos considerar que el nuevo estilo pictórico, tal como ocurrió con la evolución
de la tecnología de tallado de utensilios pétreos que disminuyó su tamaño y aumentó su
catálogo, tendría un proceso similar, más detallado, menor tamaño y mayor surtido de
figuras; acompañado de un avance técnico que permitió una mejor definición de los motivos;
así como la introducción de la narrativa. Tendríamos que aplicar la fórmula de la secuencia
que nos muestra como modelo el tecnocomplejo laminar-microlaminar que se desliza por
el Paleolítico superior final, imbricándose sin quebranto con el primer Epipaleolítico, y con
aportaciones transicionales.
112
C. R. Olària Puyoles. “El tránsito hacia las economías… 55.
113
C. R. Olària Puyoles, “Origen y desarrollo del grafismo rupestre naturalista postpaleolítico en el
Mediterráneo peninsular”, Espacio, tiempo y forma. Serie I, Nueva Época, Prehistoria y arqueología
num 1 (2008): 181-190.
114
J. Martínez García, “Arte rupestre Paleolítico en Andalucía: la evidencia simbólica de los
cazadores-recolectores en el sur de la Península Ibérica”. En I. Escobar y B. Rodríguez Álvarez
(eds.), Arte sin artistas. Una mirada al Paleolítico (2012-2013): 225-256.
115
S. Ripoll et alii, “El arte rupestre paleolítico de la Cueva de Ambrosio…
116
V. Villaverde Bonilla, Arte paleolítico de la Cova del Parpalló…
117
P. Bueno, R. de De Balbín y J. J. Alcolea, “Estilo V en el ámbito del Duero…
118
P. Bueno Ramírez, “Espacios decorados al aire libre…; J. Martínez García, “Arte paleolítico al
aire libre en el sur de la Península Ibérica: Andalucía”. En R. de Balbín (coord.), Arte prehistórico al
aire libre en el sur de Europa. (2009): 237-258.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 80
Posiblemente, nos falte identificar algo así como un “eslabón perdido” entre ambos,
aunque puede que lo tengamos delante y no lo consideremos como tal; y me estoy
refiriendo, por ejemplo, a los grandes bóvidos pintados Levantinos (como el de Torcal de
las Bojadillas de Nerpio), o directamente al arte grabado sobre soporte mueble. Deberíamos
pensar, pues, en el Estilo V.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 81
sur del arte rupestre levantino en Andalucía”. In J. J. García, H. Collado & G. Nash (cords.), The
Levantine question: post-palaeolithic rock art in the Iberian Peninsula (2012): 209-226.
122
R. Viñas et alii, “Análisis de una figura de arquero de tradición levantina del Abric I del Barranc de
Fontscaldes (Cornudella de Montsant, Tarragona). Datos para una aproximación cronocultural”.
Cuadernos de arte rupestre num 5 (2008-2010): 53-61.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 82
A partir de este punto nos hacemos la siguiente pregunta: ¿quiénes fueron los
primeros grupos que se internaron en estas tierras altas de la comarca del Alto Segura tras
el deshielo? El anterior mapa del poblamiento Paleolítico nos muestra un número escueto
de asentamientos en el entorno, muchos de los cuales, sino todos, tuvieron continuidad de
ocupación en los periodos Epipaleolítico y Neolítico; el mapa del poblamiento Epipaleolítico
del Alto Segura refleja un número algo superior de nuevos emplazamientos, en total once,
aunque ya advertíamos de la dificultad de identificar este tipo de asentamientos. No
obstante a día de hoy es evidente la ausencia de sitios Paleolíticos desde cotas, por lo
menos, de entre 1.000 y 1.100 msnm y superiores, en las zonas que hasta el final del último
máximo glaciar no gozaron de ventajas para ser habitadas. Curiosamente, en esta comarca
del Alto Segura ninguno de los sitios paleolíticos tuvo arte rupestre, ni en sus etapas
siguientes, como tampoco los nuevos Epipaleolíticos (salvo Cornibeleto II), todos ellos
situados a orillas de ríos, excepto uno que tenía recursos de agua de manantial.
En las comarcas del entorno de la Sierra de Segura, aun con hiatos específicos de
ocupación en las citadas cuevas habitadas, o utilizadas, desde el Paleolítico la continuidad
poblacional es un hecho no discutible; es decir, que los grupos que las recorrían no
desaparecen de súbito volviendo a aparecer pasados algún que otro milenio. Y si la
evolución en las técnicas de talla de la piedra, insistimos, nos estaría mostrando una
continuidad sin ruptura en la transición entre lo Paleolítico y lo Epipaleolítico, igualmente
pudo suceder entre las arcaicas pinturas parietales del Paleolítico superior (Niño, Ambrosio
y Almadenes) y su semejantes, evolucionadas, del estilo Figurativo/Levantino, igualmente
muy bien representadas en general en esas comarcas, con la salvedad de la pequeña, y
algo recóndita, subcomarca del curso medio del río Mundo donde se ubica la Cueva del
Niño, pero que no lejos aguas abajo se manifiesta con rotundidad en la comarca de Hellín,
encabezado por el Abrigo Grande de Minateda y los pequeños anejos, seguido de Cueva
Blanca, Sierra de la Tienda, etc. En este caso en concreto, bien podríamos considerar el
grande de Minateda como nodriza de su territorio con otros satélites (incluida Cueva del
Niño), tal como se propone para los asentamientos, con uno principal de referencia para un
123
M. Muñiz Pérez, “El Epipaleolítico en la vertiente mediterránea…
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 83
grupo o tribu, y otros menores repartidos por su territorio de control para la explotación
cazadora y recolectora de lugares distantes.
El caso de las tres cuevas, y sus territorios anexos, del entorno de la Sierra de
Segura con arte Paleolítico y Levantino me parece paradigmático, ya que ostentan esas
dos etapas artísticas del “cambio”. En la Cueva de Ambrosio tenemos, en los Paneles I y II,
una gran figura grabada de caballo, y otra grande también de équido pintada en rojo,
respectivamente, a la vez que grabados sobre plaquetas; así como figuras esquemáticas
en ámbitos paleolíticos del valle del Almanzora, por ejemplo.
También pudo llegar de otros territorios del Arco Mediterráneo. A mitad de camino
entre la costa y el Sistema Ibérico, enclaves como La Cova de la Font Major o Cova Fosca
bien podrían ser un ejemplo del movimiento, durante la evolución climática, de grupos o
tribus hacia las comarcas serranas más altas del interior, en dirección a las serranías de
Teruel y Cuenca, donde se localizan importantes estaciones de arte Levantino, y
representar el registro del momento de transición. En unos estudios realizados sobre
pátinas de oxalato cálcico, en diversos abrigos del Sistema Ibérico, se han obtenido
dataciones que llevan las pinturas hasta el 6000 a.C., en concreto en Marmallo III, pero, no
obstante, se puntualiza que probablemente esas pinturas estarían en unas comarcas
"periféricas” y que el origen de este Estilo provendría de otros lugares y con fechas más
antiguas124.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 84
La citada primera parte de este trabajo tenía como sujeto principal un hipotético
camino que enlazaba las más destacadas comarcas con presencia de arte rupestre
Levantino126, el cual arrancaría desde una zona al suroeste de la Sierra de Segura, área del
alto Guadalquivir, y que ha sido señalada como la frontera o periferia meridional de esta
manifestación cultural127, atravesando este macizo por su parte meridional, para cambiar
en dirección noreste y salir a las tierras aplanadas del extremo sureste de la plataforma de
la Meseta hispana. Un recorrido que, partiendo de la comarca de Cazorla-Quesada, nos
lleva por los actuales términos municipales de Santiago-Pontones, Nerpio, Letur y
Moratalla, Hellín, Cieza, Jumilla, Yecla, Alpera… Otros caminos secundarios, y
perpendiculares a este, nos trasladarían, por ejemplo, a la cuenca del río Mula y afluentes.
Finalmente se desplazaría por el Sistema Ibérico en dirección norte y noroeste.
En ocasiones se muestran las cartografías del arte rupestre Levantino con una
extensa y uniforme mancha a lo largo de la fachada mediterránea, donde se podría dar a
entender la existencia de una misma cultura de pintores generalizada y explayada por toda
esta fachada prelitoral… pero muy lejos de la realidad creo yo. Entrando en detalle, lo que
hemos hecho en el mapa de la Figura 6128 es extrapolar el modelo de poblamiento detectado
en la Sierra de Segura sobre el conjunto del territorio de arte Levantino, manchando unas
zonas de influencia alrededor de la ubicación de los abrigos con pinturas.
126
M. Muñoz López. “Los caminos del arte rupestre en el Sureste…
127
J. Martínez García. “Frontera y periferia sur del arte rupestre levantino…
128
Recopilación de sitios con arte rupestre Levantino y principales yacimientos Neolíticos en P.
Utrilla, P. y M. Martínez-Bea, "Arte levantino y territorio en la España mediterránea". CLIO-Série
Arqueologica num 20 (2006): 17-52.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 85
Figura 6
Localización del arte rupestre Levantino y sus zonas de influencia y de algunos de los
yacimientos epipaleolíticos más destacados
Ese mapa y el que le sigue (Figura 7) nos muestran, al mismo tiempo, el territorio
de “los otros”, grupos o tribus, culturales o étnicos, que se apartan de los sitios con arte
rupestre, y que en el desarrollo del Neolítico estarán ciertamente más extendidos que
nuestros pintores. Así que podríamos inferir que el arte rupestre Levantino, especialmente
naturalista, es un “hecho” localizado, aunque dominante en ciertos territorios con unas
particularidades geoambientales más o menos homogéneas.
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 86
Figura 7
Localización del arte rupestre Levantino y sus zonas de influencia (rojo), de arte rupestre
Esquemático (verde) y de yacimientos neolíticos (blanco)
Los caminos del arte rupestre en el Sureste de la Península Ibérica (II): el poblamiento prehistórico en la comarca… pág. 87
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