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Derecho de Sociedades 5° Edición

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OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

DERECHO DE SOCIEDADES

QUINTA EDICIÓN
REVISADA Y ACTUALIZADA
DERECHO DE SOCIEDADES
© OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL
2013 Legal Publishing Chile • Miraflores 383, piso 10, Santiago, Chile • Teléfono: 600 700 8000 • www.legalpublishing.cl
Registro de Propiedad Intelectual Nº 232.631 • I.S.B.N. 978 - 956 - 346 - 398 - 9
1ª edición enero 2006, LexisNexis, 700 ejemplares
2ª edición octubre 2007, LexisNexis, 500 ejemplares
3ª edición agosto 2008 Legal Publishing Chile
4ª edición diciembre 2010 Legal Publishing Chile
5ª edición noviembre 2013 Legal Publishing Chile
Tiraje: 300 ejemplares
Impresores: CyC Impresores - San Francisco 1434, Santiago
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE

ADVERTENCIA

La Ley Nº 17.336 sobre Propiedad Intelectual prohíbe el uso no exceptuado de obras protegidas sin la autorización expresa de los titulares de los
derechos de autor. El fotocopiado o reproducción por cualquier otro medio o procedimiento, de la presente publicación, queda expresamente pro-
hibido. Usos infractores pueden constituir delito.
“A mi mujer Alejandra
y a mis hijos Andrés, Fernanda,
Sebastián, Florencia y José Miguel”
ÍNDICE I

ÍNDICE Página

Página

NOTA DEL AUTOR A LA QUINTA EDICIÓN ................................................................ XV


PRÓLOGO QUINTA EDICIÓN..................................................................................... XVII
PRÓLOGO SEGUNDA EDICIÓN .................................................................................. XIX
PRÓLOGO PRIMERA EDICIÓN ................................................................................... XXI
INTRODUCCIÓN

I. DERECHO DE SOCIEDADES ........................................................................... 1


II. ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA REGULACIÓN DEL DERECHO DE SOCIEDADES .......... 5
III. NATURALEZA JURÍDICA DE LA SOCIEDAD. ANTIGUO DEBATE ........................... 10
1. Teoría clásica o contractualista ....................................................... 11
2. Teoría “Unilateralista” .................................................................... 11
3. Teoría de la institución.................................................................... 12
4. Teoría del contrato plurilateral o de organización .......................... 13
5. Conclusiones ................................................................................... 14
PRIMERA PARTE
IV. LAS SOCIEDADES EN EL SISTEMA JURÍDICO CHILENO ....................................... 17
1. Reglas generales de las sociedades o elementos esenciales
de toda sociedad ............................................................................. 20
1.1. Presencia o concurrencia de dos o más personas ................. 20
1.2. Estipulación de poner algo en común: el aporte ................... 21
1.3. Declaración de voluntad de repartir los bene¿cios que
genere el giro de negocios sociales....................................... 22
1.4. Sociedad y personalidad jurídica .......................................... 22
1.5. Sociedades de personas y afectio societatis ......................... 23
1.6. La voluntad en la sociedad: artículo 2054 Código Ci-
vil .......................................................................................... 24
1.7. La estipulación de poner algo en común: artículo 2055
Código Civil ......................................................................... 25
II ÍNDICE

Página

1.8. Prohibición de sociedades universales: artículo 2056


Código Civil ......................................................................... 25
1.9. Nulidad de las sociedades irregulares y la protección a
los terceros: artículos 2057 y 2058 del Código Civil ........... 26
2. Clasificación de las sociedades ....................................................... 27
2.1. Sociedades de personas y de capitales.................................. 27
2.2. Sociedades civiles y sociedades comerciales: artículo
2059 Código Civil ................................................................ 28
2.3. Sociedades nacionales y sociedades extranjeras .................. 30
2.3.1. Reglas para el establecimiento de Sociedades Extran-
jeras u otras Personas Jurídicas con Fines de Lucro............. 34
2.4. Sociedades que tienen un objeto único negocio y
sociedades con objeto múltiple ............................................. 35
2.5. Clasi¿cación de las sociedades según regla de respon-
sabilidad para los socios ....................................................... 36
2.6. Clasi¿cación de las sociedades según regla de cesi-
bilidad de derechos sociales ................................................. 37
2.7. Sociedades de régimen documental tradicional y de
régimen simpli¿cado electrónico o digital ........................... 38
3. Reglas de solución de conflictos de intereses societarios.
Jurisdicción Arbitral ....................................................................... 38

SEGUNDA PARTE

V. REGULACIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES ........................................... 43


1. Elementos tipificantes en las sociedades mercantiles ..................... 44
1.1. En virtud de la naturaleza de su giro de negocios ................ 44
1.2. Las sociedades mercantiles son solemnes en su cons-
titución y reforma estatutaria ................................................ 46
1.3. Solemnidades compartidas por los cuatro tipos socie-
tarios ..................................................................................... 47
VI. SECCIÓN PRIMERA
LA SOCIEDAD COLECTIVA MERCANTIL ........................................................... 48
1. Concepto de sociedad colectiva mercantil ...................................... 49
2. Solemnidades en la constitución de la sociedad colectiva
mercantil ......................................................................................... 49
3. Requisitos formales de la escritura pública de constitución
de la sociedad colectiva comercial ................................................. 50
3.1. Los nombres, apellidos y domicilios de los socios............... 51
3.2. La razón o ¿rma social ......................................................... 51
ÍNDICE III

Página

3.3. Los socios encargados de la administración y del uso


de la razón social .................................................................. 52
3.4. La administración corresponde a todos los socios................ 53
3.5. Responsabilidad de los socios colectivos por las obli-
gaciones sociales................................................................... 54
3.6. Administración de la sociedad colectiva y oposición
a la consumación de actos .................................................... 55
3.7. El capital que introduce cada uno de los socios. Los
aportes................................................................................... 56
3.8. Las negociaciones sobre que deba versar el giro de la
sociedad ................................................................................ 62
3.9. La parte de bene¿cios o pérdidas que se asigne a cada
socio capitalista o industrial ................................................. 63
3.10. La época en que la sociedad debe principiar y disol-
verse ...................................................................................... 63
3.11. La cantidad que puede tomar anualmente cada socio
para sus gastos particulares................................................... 66
3.12. La forma en que ha de veri¿carse la liquidación y
división del haber social ....................................................... 67
3.13. Régimen legal del proceso de liquidación ............................ 68
3.14. Facultades de los liquidadores .............................................. 70
3.15. Régimen de solución de controversias societarias en
la sociedad colectiva ............................................................. 72
3.16. El domicilio de la sociedad................................................... 73
3.17. Los demás pactos que acordaren los socios.......................... 74
4. Prueba o acreditación ante terceros de la formación de la
sociedad colectiva mercantil y acreditación de vigencia................ 75
5. Saneamiento de vicios en escritura de constitución de so-
ciedad.............................................................................................. 75
5.1. Procedimiento o mecanismo de saneamiento en la ley
Nº 19.499, de 1997 ............................................................... 79
6. Las sociedades de hecho e irregular, con referencia a la
sociedad colectiva comercial .......................................................... 82
6.1. Casuística de la sociedad irregular ....................................... 84
6.2. Conceptos de vicio formal y vicio de fondo ......................... 84
6.3. Principios generales de la nulidad en la ley Nº 19.499,
de 1997, sobre saneamiento de vicios .................................. 85
6.4. Conclusión ............................................................................ 87
7. Conjunto de actos o prohibiciones para los socios ......................... 88
IV ÍNDICE

Página

VII. SECCIÓN SEGUNDA


LA SOCIEDAD EN COMANDITA ...................................................................... 90
1. Concepto, origen y características de la sociedad en coman-
dita .................................................................................................. 90
2. Formación y prueba de la sociedad en comandita simple .............. 92
3. Prueba o acreditación respecto a terceros de la formación de
la sociedad en comandita simple mercantil y acreditación de
vigencia .......................................................................................... 93
4. Reglas diferenciadoras entre la sociedad en comandita simple
y la sociedad colectiva .................................................................... 93
5. Actos prohibidos a los socios comanditarios .................................. 94
6. Actos permitidos a los socios comanditarios .................................. 95
7. Responsabilidad de los socios y regulación de la declaración
de quiebra de la sociedad en comandita ......................................... 95
8. Sociedad en comandita por acciones .............................................. 96
8.1. Formación de la sociedad en comandita por acciones.......... 97
9. Prueba o acreditación de la formación de la sociedad en
comandita por acciones mercantil y acreditación de vigencia,
respecto de terceros ........................................................................ 99
10. Órganos societarios ......................................................................... 100
10.1. La junta de vigilancia ........................................................... 100
10.2. La asamblea de socios .......................................................... 101
10.3. El gerente general ................................................................. 101
11. Regla de responsabilidad de la sociedad en comandita por
acciones para los accionistas .......................................................... 102
12. Regla de solución de controversias en la sociedad en coman-
dita comercial ................................................................................. 103
VIII. SECCIÓN TERCERA
SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA ................................................... 103
1. Origen y características de la sociedad de responsabilidad
limitada ........................................................................................... 103
2. Formalidades en cuanto a su constitución y reforma...................... 105
3. Prueba ante terceros de la formación válida de la sociedad
de responsabilidad limitada y su vigencia ...................................... 107
4. Naturaleza de la sociedad de responsabilidad limitada .................. 108
5. Límites establecidos por la ley en cuanto al número máximo
de socios ......................................................................................... 108
IX. SECCIÓN CUARTA
LA ASOCIACIÓN O CUENTAS DE PARTICIPACIÓN............................................... 109
El contrato de joint venture ..................................................................... 112
ÍNDICE V

Página

X. SECCIÓN QUINTA
CONCEPTOS DE EMPRESARIO, EMPRESA Y GRUPO EMPRESARIAL EN EL
SISTEMA JURÍDICO CHILENO ......................................................................... 117
XI. SECCIÓN SEXTA
EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA .............................. 121
1. Formalidades o solemnidades para la constitución de la
E.I.R.L. ........................................................................................... 123
2. Responsabilidad de la E.I.R.L. con terceros ................................... 126
3. Casos de responsabilidad ilimitada por parte del empresario ......... 127
4. El autocontrato ................................................................................ 128
4.1. Formación de consentimiento en el autocontrato ................. 130
5. Causales de Terminación de la E.I.R.L. .......................................... 131
5.1. Por la llegada del plazo previsto en el acto constitu-
tivo ........................................................................................ 132
5.2. Por el aporte del capital de la empresa individual a
una sociedad, de acuerdo con lo previsto en el artícu-
lo 16 ...................................................................................... 132
5.3. Por quiebra............................................................................ 132
5.4. Por la muerte del titular ........................................................ 132
6. Conclusiones relevantes respecto de la E.I.R.L. ............................. 133
XII. SECCIÓN SÉPTIMA
LA SOCIEDAD ANÓNIMA .............................................................................. 134
1. Origen histórico y su regulación en el derecho chileno .................. 134
2. Definición legal y elementos típicos............................................... 141
2.1. La sociedad anónima es una persona jurídica de de-
recho privado ........................................................................ 142
2.2. La sociedad anónima no cuenta con voluntad directa,
sino que su voluntad nace de los órganos societarios
de administración.................................................................. 143
2.3. La sociedad anónima se forma por la reunión de un
fondo común, llamado capital social .................................... 144
2.4. La sociedad anónima importa limitación de respon-
sabilidad para los accionistas hasta el monto de su
aporte .................................................................................... 145
2.5. Fundamento o razón de la mercantilidad de la sociedad
anónima ................................................................................ 145
3. Clasificación de la sociedad anónima ............................................. 147
3.1. Sociedad anónima abierta y sociedad anónima ce-
rrada ...................................................................................... 147
VI ÍNDICE

Página

3.2. Importancia que tiene la distinción entre sociedad


anónima abierta, cerrada y especial ...................................... 152
3.3. Diferencias entre la sociedad anónima abierta y la
sociedad anónima cerrada..................................................... 155
3.3.1. Número mínimo de directores .............................................. 155
3.3.2. Libre cesibilidad de las acciones .......................................... 161
3.3.3. En materia de auditorías contables ....................................... 162
3.3.4. Obligación de repartir dividendos ........................................ 164
3.3.5. Causales de disolución ......................................................... 165
3.3.6. Derecho a retiro .................................................................... 167
4. Sociedades anónimas especiales ..................................................... 168
4.1. Actividades o giros de negocios que por ley requiere
la constitución de una sociedad anónima especial................ 170
5. Constitución de la sociedad anónima ............................................. 171
5.1. Menciones de la escritura pública de constitución ............... 175
6. Pactos de accionistas en la sociedad anónima y su rela-
ción con las Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones
(OPA) .............................................................................................. 191
6.1. Regulación mínima de los pactos de accionistas
en nuestra legislación de sociedades anónimas
Nº 18.046 .............................................................................. 193
6.2. Naturaleza jurídica y límites normativos a los pactos
de accionistas ........................................................................ 195
6.3. Límites legales a los contenidos de los pactos de
accionistas en la sociedad anónima ...................................... 196
6.4. Regulación al pacto de accionistas sobre cesión de
acciones en sociedades anónimas cerradas........................... 198
6.5. Pactos o acuerdos de accionistas de actuación con-
junta ...................................................................................... 200
6.6. Regulación de la toma de control de una sociedad
anónima abierta..................................................................... 201
6.7. Las Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones
(OPAs) .................................................................................. 205
7. Acreditación ante terceros de la formación válida de la so-
ciedad anónima ............................................................................... 209
8. Sociedades anónimas de hecho. Anomalías societarias .................. 209
9. El capital social ............................................................................... 211
9.1. Principio de efectividad del capital social ............................ 213
9.2. Principio de la conservación del capital ............................... 215
9.3. Capital mínimo en las sociedades de capital ........................ 219
ÍNDICE VII

Página

9.4. Diversas clases de capital y su formación ............................ 219


9.4.1. Capital inicial o nominal....................................................... 219
9.4.2. Capital suscrito ..................................................................... 220
9.4.3. Capital pagado ...................................................................... 221
9.5. Contrato de suscripción de acciones o del capital ................ 223
10. Las acciones .................................................................................... 226
11. Cesibilidad de las acciones ............................................................. 229
12. Menciones que debe contener la acción. Disciplina formal
del título .......................................................................................... 231
13. Contenido de las acciones ............................................................... 234
14. Tipos o clases de acciones .............................................................. 235
15. Obligaciones de los accionistas ...................................................... 240
15.1. Ejercer sus derechos sociales sin causar perjuicio o
lesión a los derechos de los demás accionistas y de la
propia sociedad ..................................................................... 240
15.2. Obligación de pagar las acciones que ha suscrito el
accionista .............................................................................. 243
15.3. Obligación de asistir a las juntas ordinarias y extraor-
dinarias.................................................................................. 243
15.4. Obligación de adherir a los estatutos sociales y acuer-
dos de juntas ......................................................................... 244
16. Derechos de los accionistas ............................................................ 244
16.1. Derecho a participar con voz y voto en las juntas de
accionistas............................................................................. 245
16.2. Derecho a percibir dividendos .............................................. 247
16.3. Derecho a información ......................................................... 251
16.4. Derecho a ceder libremente las acciones .............................. 253
16.5. Derecho de opción preferente para suscribir acciones
de aumento de capital de la sociedad anónima ..................... 257
16.6. Derecho a retiro .................................................................... 257
17. La sociedad anónima y la emisión de American Depositary
Receipts (ADR) .............................................................................. 262
18. Órganos societarios de toda sociedad anónima .............................. 265
18.1. El directorio .......................................................................... 268
18.2. Inhabilidades de los directores ............................................. 275
18.3. Regla de responsabilidad de los miembros del direc-
torio....................................................................................... 277
18.4. Prohibiciones que afectan a los directores y gerentes .......... 279
18.5. Obligación de reserva y con¿dencialidad de los di-
rectores.................................................................................. 284
VIII ÍNDICE

Página

18.6. Negocios celebrados entre director y la sociedad


anónima ................................................................................ 285
18.7. De Las Operaciones con partes relacionadas en las
Sociedades Anónimas Abiertas y sus ¿liales ........................ 295
18.8. Funcionamiento del órgano directorio. Acuerdos................. 300
18.9. Revocación del directorio ..................................................... 305
18.10. Remuneración de los directores ........................................... 306
19. Comité de directores o de auditoría ................................................ 306
20. El gerente ........................................................................................ 312
21. Los auditores externos e inspectores de cuenta, órga-
no externo de ¿scalización al directorio ......................................... 314
22. Las juntas de accionistas ................................................................. 326
22.1. Materias de competencia de la Junta Ordinaria de
Accionistas............................................................................ 328
22.2. Citación a junta ordinaria ..................................................... 331
22.3. Materias de junta extraordinaria ........................................... 337
23. Acuerdos y contenidos de la junta extraordinaria de accio-
nistas ............................................................................................... 340
23.1. La transformación de la sociedad, la división de la
misma y su fusión con otra sociedad .................................... 341
23.2. La modi¿cación del plazo de duración de la sociedad
cuando lo hubiere.................................................................. 343
23.3. La disolución anticipada de la sociedad ............................... 343
23.4. El cambio de domicilio social .............................................. 344
23.5. La disminución del capital social y la aprobación de
aportes y estimación de bienes no consistentes en
dinero .................................................................................... 344
23.6. La modi¿cación de las facultades reservadas a la junta
de accionistas o de las limitaciones a las atribuciones
del directorio ......................................................................... 345
23.7. La disminución del número de miembros de su direc-
torio....................................................................................... 346
23.8. La enajenación de un 50% o más de su activo, sea que
incluya o no su pasivo; como asimismo, la formula-
ción o modi¿cación de cualquier plan de negocios que
contemple la enajenación de activos por un monto que
supere el porcentaje antedicho ............................................. 346
23.9. La forma de distribuir los bene¿cios sociales ...................... 347
23.10. El otorgamiento de garantías reales o personales para
caucionar obligaciones de terceros que excedan el
ÍNDICE IX

Página

50% del activo, excepto respecto de ¿liales, caso en


el cual la aprobación del directorio será su¿ciente ............... 347
23.11. La adquisición de acciones de su propia emisión, en las
condiciones establecidas en los artículos 27 A y 27 B........... 347
23.12.Las demás que señalen los estatutos..................................... 348
23.13.El saneamiento de la nulidad, causada por vicios
formales, de que adolezca la constitución de la so-
ciedad o una modi¿cación de sus estatutos sociales
que comprenda una o más materias de las señaladas
en los números anteriores ..................................................... 348
23.14.Las reformas de estatutos que tengan por objeto la
creación, modi¿cación o supresión de preferencias
deberán ser aprobadas con el voto conforme de las
dos terceras partes de las acciones de la serie o series
afectadas ............................................................................... 349
24. Regulación a la compra de acciones de la sociedad anónima,
por ella misma ................................................................................ 349
25. El representante de los tenedores de bonos. Juntas de tene-
dores de bonos ................................................................................ 351
26. Sociedad matriz y filiales. Sociedad coligante y coligadas ............ 354
26.1. Sociedad matriz y ¿liales...................................................... 355
26.2. Sociedad coligante y coligada .............................................. 357
27. La quiebra de la sociedad anónima ................................................. 358
28. La transformación, fusión y división de la sociedad anónima .......... 361
28.1. La transformación de las sociedades .................................... 361
28.2. La división de las sociedades. Doctrina................................ 365
28.3. La fusión de las sociedades .................................................. 368
29. La disolución de la sociedad anónima ............................................ 376
29.1. Obligación del directorio de reducir a escritura pública
el hecho de la disolución. Inscripción y publicación
de extracto............................................................................. 382
30. Liquidación de la sociedad anónima o sociedad anónima
“en liquidación” .............................................................................. 383
30.1. La Comisión Liquidadora ..................................................... 384
31. Régimen de responsabilidad y sanciones en la Ley de So-
ciedades Anónimas ......................................................................... 388
32. Aspectos procesales y prescripción de las acciones indem-
nizatorias ........................................................................................ 393
32.1. Crítica al régimen de responsabilidad en la Ley de
Sociedades Anónimas ........................................................... 394
X ÍNDICE

Página

33. El arbitraje en la Ley de Sociedades Anónimas chilena ................. 394


34. Regulación a la información privilegiada ....................................... 401
34.1. Proyecto de ley de reforma a la Ley de Mercado de Valores
año 2005, en materia de información privilegiada ................... 406
35. La Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). Órgano
de ¿scalización externo a la sociedad anónima abierta .................. 409
35.1. De¿nición legal de la SVS y representación ........................ 411
35.2. Competencias o potestades legales relevantes de la
SVS, respecto de la sociedad anónima abierta ..................... 412
35.3. Régimen de apremios y sanciones ........................................ 415
35.4. Resolución que aplica multa y demanda de reclama-
ción ante juzgado civil .......................................................... 417
35.5. Régimen de “recursos” administrativos en el D.L.
Nº 3.538 ................................................................................ 418
XIII. SECCIÓN OCTAVA
LA NOCIÓN DE GOBIERNO CORPORATIVO EN LA LEY DE SOCIEDADES
ANÓNIMAS CHILENA ................................................................................... 429
XIV. SECCIÓN NOVENA
LAS SOCIEDADES POR ACCIONES “SPA” ...................................................... 434
1. La Sociedad por Acciones “SpA”, un nuevo tipo societa-
rio en el Código de Comercio, de 1867 .......................................... 434
2. Antecedentes relevantes en la tramitación legislativa de la
Sociedad por Acciones ................................................................... 435
3. Definición legal de Sociedad por Acciones .................................... 437
4. Naturaleza Jurídica de la Sociedad por Acciones ........................... 438
5. Carácter Mercantil de la Sociedad por Acciones ............................ 440
6. Constitución de la Sociedad por Acciones...................................... 441
7. Contenido de la escritura pública o instrumento privado
protocolizado .................................................................................. 442
8. Contenido del Extracto de la Escritura Pública o Instrumento
Protocolizado que contiene el Estatuto Social de la SpA ............... 443
9. Vicios o Anomalías Societarias en la Constitución de la
Sociedad por Acciones ................................................................... 444
10. El Nombre y Objeto Social ............................................................. 445
11. Capital Social, Acciones, Clases y Privilegios ............................... 446
12. Registro de Accionistas................................................................... 447
13. Régimen de responsabilidad patrimonial de los accionistas........... 448
14. Aumento y reducción del capital social .......................................... 449
15. Pactos de Accionistas ...................................................................... 450
ÍNDICE XI

Página

16. Derecho a Dividendos y Acciones Preferentes ............................... 451


17. Órganos Societarios y Administración ........................................... 454
18. Comunicaciones y Notificaciones .................................................. 455
19. Régimen de Solución de Controversias Jurídicas. Arbitraje
Obligatorio...................................................................................... 455
20. Regulación Supletoria a la Sociedad por Acciones por las
normas que regulan a las Sociedades Anónimas Cerradas ............. 456
21. Transformación de tipo Sociedad por Acciones a tipo So-
ciedad Anónima Abierta, por disposición de ley ............................ 456
22. División, Transformación y Fusión de la Sociedad por Ac-
ciones .............................................................................................. 458
23. Terminación de la Sociedad por Acciones y Liquidación............... 458
XV. SECCIÓN DÉCIMA
SOCIEDADES Y COOPERATIVAS DE GARANTÍA RECÍPROCA .............................. 459
1. Antecedentes de la Sociedad de Garantía Recíproca en De-
recho Comparado ........................................................................... 460
2. Explicación del Negocio de la Garantía Recíproca ........................ 460
3. Objeto o Giro de Negocios ............................................................. 462
4. Nombre o razón social .................................................................... 463
5. Capital social .................................................................................. 463
6. Constitución y Existencia de las Sociedades de Garantía
Recíproca ........................................................................................ 463
7. Los Accionistas o Socios y sus Beneficios ..................................... 465
8. Conceptos Legales Esenciales en el Negocio de Garantía
Recíproca ........................................................................................ 466
9. Cuestiones Finales .......................................................................... 469
XVI. SECCIÓN UNDÉCIMA
LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS ...................................................... 470
XVII. SECCIÓN DUODÉCIMA
LAS COOPERATIVAS ..................................................................................... 473
1. Naturaleza y origen de las cooperativas ......................................... 473
2. Regulación legal de las cooperativas .............................................. 474
3. Distintos tipos de cooperativas ....................................................... 475
4. Constitución de cooperativas y órganos ......................................... 476
5. Causales de terminación de las cooperativas .................................. 476
XVIII.SECCIÓN DECIMATERCERA
SOCIEDADES MINERAS REGULADAS EN EL CÓDIGO DE MINERÍA ...................... 477
1. Naturaleza jurídica de las sociedades mineras................................ 477
2. La sociedad legal minera ................................................................ 478
XII ÍNDICE

Página

2.1. Responsabilidad de los socios .............................................. 479


2.2. Órganos sociales ................................................................... 479
2.3. La administración ................................................................. 480
2.4. Distribución de bene¿cios .................................................... 480
2.5. Causales de terminación de la sociedad legal minera........... 481
3. Sociedades mineras que nacen de un contrato o sociedad
contractual minera .......................................................................... 481
3.1. Formación de la sociedad contractual minera ...................... 481
3.2. Responsabilidad de los socios .............................................. 482
3.3. Causales de terminación de la sociedad contractual
minera ................................................................................... 482
3.4. Régimen de liquidación ........................................................ 483
4. Reglas de solución de conflictos entre socios................................. 483
5. Quiebra de las sociedades mineras ................................................. 483
XIX. SECCIÓN DECIMACUARTA
RÉGIMEN SIMPLIFICADO, CONSTITUCIÓN, MODIFICACIÓN Y DISOLUCIÓN
DE SOCIEDADES COMERCIALES .................................................................... 483
XX. SECCIÓN DECIMAQUINTA
LA OFERTA PÚBLICA DE ADQUISICIÓN DE ACCIONES Y SU REGULACIÓN EN
LEY DE MERCADO DE VALORES .................................................................. 513
1. La oferta pública de valores ............................................................ 514
2. Toma de Control de una sociedad que hace oferta pública
de sus acciones ................................................................................ 516
3. Nueva regulación al proceso de toma de control ............................ 522
4. Fases de una toma de control de sociedad anónima abierta ........... 523
4.1. Toma de control de sociedad anónima ................................. 523
5. Responsabilidad legal solidaria pasiva de dos o más oferentes
de una misma oferta pública de adquisición de acciones ............... 525
6. La oferta pública de adquisición de acciones. ................................ 527
6.1. Concepto de oferta pública de adquisición de valores ......... 529
6.2. La oferta pública de adquisición de acciones es un
procedimiento típico para obtener el control de una
sociedad anónima cuyos valores se transan en bolsa ........... 530
7. Principios de doctrina y legislación comparada que infor-
man el derecho de OPAS ................................................................ 532
7.1. Concepto de oferta pública de adquisición de accio-
nes ......................................................................................... 533
8. Concepto de oferta pública de adquisición de acciones en
la Ley de Mercado de Valores chilena ............................................ 538
ÍNDICE XIII

Página

9. Clasificación: OPA de acciones y OPA de valores ......................... 538


10. Ámbito de aplicación del Título XXV de la Ley de Mercado
de Valores chilena ........................................................................... 539
11. OPA simplificada ............................................................................ 539
12. Oferta pública de adquisición de acciones “amistosa” y OPA
“hostil” ............................................................................................ 542
13. Sujeción a la Superintendencia de Valores y Seguros para los
administradores y organizadores de una OPA ................................ 543
14. Adquisiciones sujetas a procedimiento de OPA obligatoria
según ley ........................................................................................ 545
Conclusión ...................................................................................... 547
15. Adquisiciones de acciones no sujetas a procedimiento de
OPA. Excepciones a la OPA obligatoria ......................................... 548
16. Obligatoriedad de formular una segunda OPA ............................... 550
17. Compras de acciones antes, durante y post OPA a mejor
precio .............................................................................................. 550
18. Monopolio u obligatoriedad de la OPA para el oferente du-
rante su vigencia ............................................................................. 551
19. Procedimiento de formulación de una OPA.................................... 551
19.1. Aviso inicio vigencia de la OPA ............................................ 553
19.2. Prospecto que contiene los términos y condiciones de
la OPA................................................................................... 553
19.3. Menciones del prospecto ...................................................... 554
19.4. Constitución de garantía para asegurar el ¿el cumpli-
miento de parte del oferente ................................................. 555
19.5. Controversias sobre cumplimiento de la oferta entre
el oferente y los accionistas aceptantes. Jurisdicción
arbitral................................................................................... 556
19.6. Constitución del juicio arbitral ............................................. 558
19.7. Efectos de la sentencia arbitral ............................................. 559
19.8. Ejecución de la sentencia arbitral ......................................... 560
20. Juicio sumario posterior al arbitraje por perjuicios no cubier-
tos por la garantía............................................................................ 561
21. Régimen de recursos en contra de las resoluciones dictadas
durante el arbitraje .......................................................................... 561
22. Vigencia de la OPA: plazo no inferior a 20 días, ni superior
a 30 días .......................................................................................... 561
23. Fomulación de una OPA competidora ............................................ 562
24. Obligaciones de la sociedad emisora y directores ante una
OPA. Principio de neutralidad de los órganos de administra-
ción o de dirección de la sociedad afectada por una OPA .............. 563
XIV ÍNDICE

Página

25. Destinatarios de la oferta pública de adquisición de acciones.


Principio de igualdad de trato a los accionistas de la sociedad
afectada por una OPA...................................................................... 565
26. Regla de prorrateo........................................................................... 566
27. Principio de irrevocabilidad de la oferta. Causales de cadu-
cidad ................................................................................................ 567
28. Principio de inmutabilidad de la oferta. Cambio de precio o
de número de acciones a adquirir ................................................... 569
29. Principio de retractación de la aceptación: antes del venci-
miento del plazo .............................................................................. 569
30. Aviso de resultado de la oferta ........................................................ 570
31. Retractación de la aceptación por omisión en la publicación
de aviso de resultado ....................................................................... 571
32. Responsabilidad del oferente por omisión de publica-
ción de aviso de resultado de la OPA, más allá de 15
días de expirado el período de vigencia de la oferta. In-
cumplimiento grave de sus obligaciones ........................................ 571
33. Facultad de la SVS para requerir más antecedentes del ofe-
rente. Control de actuación del oferente ......................................... 572
34. Participación como aceptantes de OPA para las sociedades
administradoras de fondos .............................................................. 572
35. Intermediación de acciones objeto de OPA .................................... 572
36. OPA de valores extranjeros ADRs .................................................. 573
37. El artículo 10 transitorio de la ley Nº 19.705 ................................. 574
38. Oferta pública de adquisición de acciones y pactos de ac-
cionistas .......................................................................................... 575
39. Oferta pública de adquisición de acciones y legislación an-
timonopolio. Problemas que presenta la OPA y la posición
dominante en el mercado. Casos regulados .................................... 577
BIBLIOGRAFÍA ...................................................................................................... 581
XVI OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL
DERECHO DE SOCIEDADES XVII

PRÓLOGO QUINTA EDICIÓN

El signo constante que marca el rumbo que sigue en su devenir histórico el derecho
mercantil es naturalmente la inquietud que suscita la necesidad de ir conciliando la
aplicación práctica de sus normas a la vertiente inagotable de matices que fecundan
las vicisitudes de la realidad socioeconómica y que van brotando con motivo del
incesante desarrollo que ha tenido el trá¿co de la riqueza.
Es esta la respuesta que ha debido darle esta disciplina al desafío que le plantea
como reto al jurista el intercambio comercial, si se advierte que el derecho es estático
y que la vida social y económica es dinámica.
De ahí que en este trance debemos estar siempre atentos al avance del derecho, en
consonancia con los adelantos cientí¿cos y tecnológicos, cuyas innovaciones irradian
las normas e instituciones que el derecho estatuye para su regulación.
Por lo mismo, históricamente este derecho reconoce especial fuerza de aplicación
a la costumbre, como fuente del derecho, para consagrar sus reglas y le dé a la usanza
o práctica mercantil el carácter de interpretar los actos y contratos mercantiles, para
dilucidar las dudas y di¿cultades que suscita la inteligencia de las convenciones que
se ajustan en los negocios que regulan los tratos y arreglos, como quiera que no pue-
de haber otra interpretación que sea más genuina y auténtica que la que sanciona la
práctica, como lo establece el Código de Comercio en los artículos 4º, 5º y 6º.
En este substrato, ha irrumpido una de las ¿guras que más auxilio le ha brindado
al desenvolvimiento de la riqueza, como lo ha sido la sociedad y de cuyo contrato se
tuvieron sus primeras noticias en el Código de Hammurabi, que reguló la práctica del
comercio en la ciudad de Babilonia, hacia el año 1.700 a.C. y que recogió antiguas
costumbres mercantiles de los sumerios y semitas.
Desde entonces y hasta nuestros días, la sociedad ha tenido así un resuelto y pujante
rol en la vida de los negocios.
Se ha destacado por la doctrina en el concierto del derecho comparado que el
derecho aplicable a las sociedades forma parte desde épocas muy remotas de una de
las más importantes materias del ámbito del Derecho Comercial. A través de la tra-
yectoria histórica que ha tenido la sociedad, se reÀeja el impulso que le ha infundido
XVIII OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

al progreso económico, para alcanzar el ritmo cada vez más agitado, impersonalizado
y de masi¿cación que caracteriza la circulación de la riqueza, como lo hace presente
el célebre jurista italiano don Antonio Brunetti, en su obra clásica sobre Sociedades
Mercantiles1.
Pues bien, es este el principal signi¿cado que tiene el libro que en su quinta edi-
ción ha escrito el distinguido profesor don Oscar A. Torres Zagal, razón por la cual
ha concitado tanto interés su difusión.
La obra que destacamos comprende un cabal análisis de las diversas materias que
abraza el estudio del derecho societario chileno, y que su autor ha actualizado con las
últimas reformas que incluye en su obra, todo lo cual el profesor don Oscar Andrés
Torres Zagal lo ha enriquecido con su brillante consagración a la cátedra y la innegable
experiencia que le ha brindado el celo del ejercicio de su profesión como un destacado
abogado. En este sentido, cabe señalar que en esta quinta edición se ha incluido un
capítulo destinado a la ¿gura relativa a la Oferta Pública de Adquisición de Acciones,
OPAs, que regula un procedimiento previsto para la toma de control de las sociedades
anónimas abiertas en la Ley de Mercado de Valores; asimismo, se ha comprendido otro
capítulo destinado a la formación de Sociedades por medio electrónico que dispuso la
Ley N° 20.659, promulgada este año, que estatuye un moderno régimen simpli¿cado
de constitución y modi¿cación de sociedades comerciales y además la nueva edición
actualiza el régimen de la sociedad anónima al tratar sobre el nuevo Reglamento de
la Ley Nº 18.046, que regula el Decreto Supremo Nº 702, de 2012.
Por lo señalado para el suscrito es motivo de un enaltecedor orgullo haber podido
prologar esta obra, cuyo éxito aguardamos como una con¿rmación previsora, dada la
contribución que representa para todos los que cultivan los estudios del derecho.

Santiago, Octubre de 2013

RAFAEL GÓMEZ BALMACEDA2


Profesor Titular de Derecho Comercial
Universidad de Chile

1 Sociedades Mercantiles Tomos I, II y III. Editorial Jurídica Universitaria año 2002.


2 Rafael Gómez Balmaceda es el actual Director del Departamento de Derecho Comercial de la Fa-
cultad de Derecho de la Universidad de Chile y ha sido abogado integrante de la Excma. Corte Suprema
de Justicia de Chile hasta el año 2012.
DERECHO DE SOCIEDADES XIX

PRÓLOGO SEGUNDA EDICIÓN

Es para mí motivo de profunda satisfacción poder presentar a la comunidad jurídica


nacional la segunda edición de la obra que ha escrito el Profesor Óscar Torres Zagal
sobre el interesantísimo tema de las sociedades.
Y lo es por varias razones. En primer lugar, porque el libro trata de un aspecto del
Derecho Mercantil que no sólo reviste gran importancia para los hombres de derecho,
sino que tiene una gran utilidad práctica para todos quienes desean emprender una
obra o una actividad prolongada en el tiempo, bajo la forma de una persona jurídica
distinta de aquellos que la han formado, de modo que, se dice, y con mucha razón,
que las sociedades son el motor del desarrollo en las economías capitalistas, al punto
que los negocios que son ejecutados a través de ellas representan más de un 90% del
total.
De allí que la debida comprensión de la naturaleza y características de los diferentes
tipos de sociedad que admite la ley nacional, constituye una necesidad imperativa
para todos los que desean emprender actividades bajo esta forma, así como también,
y muy especialmente, para sus asesores letrados.
En segundo término, constituye un agrado prologar esta obra, porque sé, por ex-
periencia propia, el enorme sacri¿cio que representa para un autor escribir un libro de
esta envergadura. La postergación de muchos otros asuntos; los espacios de tiempo
quitados a la distracción, al sueño y a la familia, etc.
Pero más allá de todo lo anterior, es para mí un agrado presentar esta obra, porque
conozco las grandes virtudes académicas de las que está dotado su autor, Óscar Torres
Zagal, distinguido colega Profesor de Derecho Comercial, estudioso, dotado de un
amplio dominio sobre el ramo, el que, además, practica en su vida profesional.
Esta obra tiene, además, méritos indiscutibles. Desde luego, viene probada por
el rápido agotamiento de su primera edición. Pero esta segunda no constituye ni una
reimpresión ni una mera revisión de la primera. En ésta, la obra ha sido revisada y
puesta al día, complementándola con el análisis de las últimas novedades legislativas
que han sido publicadas en nuestro país en materia de sociedades, que son de gran
importancia.
XX OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En efecto, con fecha 5 de junio de 2007, apareció publicada en el Diario O¿cial


la ley Nº 20.190, una ley miscelánea, conocida comúnmente como Ley de Mercado
de Capitales II, que introdujo múltiples modi¿caciones al derecho privado y que, en
el campo que nos ocupa, introdujo en nuestro país a la institución de la sociedad por
acciones.
Pocos días después, con fecha 20 de junio, apareció publicada en el Diario O¿cial
la ley Nº 20.179, que introdujo en nuestro país la ¿gura de las sociedades de garantía
recíproca.
La obra que comentamos se re¿ere a estas nuevas formas de sociedades con la
amplitud necesaria y de la manera simple y clara que acostumbra emplear su autor
para redactar las obras de derecho que ha escrito, de modo que constituye un aporte
novedoso e importante al conocimiento de estos nuevos tipos societarios.
Si bien hoy en día ha mejorado grandemente la productividad creadora en el ám-
bito de la literatura jurídica nacional, que estuvo sumida en un profundo marasmo
por más de una generación, no por ello deja de ser digna del mayor elogio la decisión
que algunos juristas han tomado de escribir con profundidad sobre temas que son de
actualidad y de una gran importancia práctica, como es el Derecho de Sociedades. La
labor silenciosa, esforzada, profunda y generosa de dichos autores, engrandece al foro
nacional y sirve como fuente de conocimientos para la educación de los más jóvenes,
a la vez que de aliciente para la continua modernización de las instituciones jurídicas.
No olvidemos que siempre las modernizaciones legislativas vienen precedidas e im-
pulsadas por la opinión crítica de la doctrina, sobre las instituciones existentes.
La obra cuya segunda edición prologamos, habrá de satisfacer, sin duda, tales
objetivos que, ciertamente, son los que ha perseguido su autor.

Santiago, octubre de 2007

OSVALDO CONTRERAS STRAUCH


Profesor de Derecho Comercial
Director del Departamento de Derecho Comercial UDP
DERECHO DE SOCIEDADES XXI

PRÓLOGO PRIMERA EDICIÓN

A ¿nes del siglo XX e inicios del siglo XXI, el derecho de sociedades, que cons-
tituye una de las tantas parcelas que con¿guran la gran hacienda que es el Derecho
Mercantil, ha sufrido profundas transformaciones, impulsadas por los signi¿cativos
cambios socioeconómicos, que se han impuesto en el mundo desarrollado. Sin ánimo
de entrar en mayores detalles, estos cambios pueden sintetizarse en el fenómeno de
la globalización de las relaciones económicas, que lleva a las empresas a ofrecer sus
productos y servicios y a competir dentro de un mercado único constituido por todo el
mundo y la incorporación de las tecnologías de la información o la revolución digital,
que incide en el campo de las comunicaciones y facilita la celebración y ejecución de
contratos con el empleo de medios electrónicos.
Como consecuencia de tales cambios, el Derecho de Sociedades ha sido objeto
de una verdadera avalancha de reformas, ocurridas en la década de los años ’90 y
algunas propuestas de reforma que se encuentran todavía en debate, de las cuales
dan cuenta recientes estudios publicados acerca del derecho comparado relativo a
esta materia, de las que tampoco ha sido ajeno nuestro ordenamiento jurídico. Esto
nos mueve a a¿rmar que el derecho societario se encuentra inmerso en un proceso
de continua transformación.
Así las cosas, todo nuevo estudio en esta materia representa, sin duda, una con-
tribución interesante de la doctrina en orden a la comprensión e interpretación de los
nuevos textos legales y su armónica inserción en el derecho ya vigente. Cabe subra-
yar el interés que presenta difundir la opinión autorizada de los comentaristas, en el
contexto del derecho de sociedades mercantiles, toda vez que las cuestiones que se
suscitan entre los socios entre sí y entre éstos y la sociedad, son materia de arbitraje
forzoso y siendo el arbitraje una suerte de justicia privada, los fallos de los árbitros
no tienen la misma difusión que los de los tribunales ordinarios de justicia, por lo
que resulta difícil conocer el “derecho vivo” sobre la materia, cobrando la doctrina
de los autores mayor relevancia.
Resulta particularmente grato dar la bienvenida a una obra escrita por un distin-
guido colega, que profesa como nosotros la apasionante disciplina jusmercantilista,
XXII OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

quien en una época no lejana fue nuestro colaborador en tareas docentes, por lo que no
dudamos en considerarlo como un apreciado discípulo. Se trata de la obra “Derecho
de Sociedades Comerciales” de la cual es autor Óscar Torres Zagal.
El texto que nos ocupa contiene un acabado y minucioso análisis de las diferentes
clases de sociedades, que se emplean como instrumentos jurídicos en la organización
en la empresa moderna, desde sus orígenes, desarrollo, constitución, funcionamiento,
disolución y liquidación, tratados con la profundidad y la síntesis que se requieren
en este tipo de trabajos. Es digna de destacar la circunstancia que, en esta obra, se
abordan temas como el contrato de joint venture, que si bien es cierto ha sido objeto
de amplia difusión en el derecho comparado, no es menos cierto que en el nuestro
no la ha tenido. Asimismo, el estudio de los grupos empresariales, de las sociedades
cooperativas, de las sociedades mineras y de las sociedades anónimas deportivas,
constituyen materias que no se encuentran con frecuencia en el contenido de los libros
sobre sociedades mercantiles.
Reiteramos nuestro beneplácito a la interesante contribución que representa la
obra del profesor Torres Zagal a la literatura jurídica nacional, y formulamos sinceros
votos para que este ejemplo sea seguido por otros jóvenes juristas que están también
en la posibilidad de hacer su aportación.

RICARDO SANDOVAL LÓPEZ


Profesor de Derecho Comercial
DERECHO DE SOCIEDADES 1

INTRODUCCIÓN

I. DERECHO DE SOCIEDADES
El derecho de sociedades, también denominado derecho societario, constituye una
especialidad dentro del Derecho Comercial, cuyo origen más remoto lo encontramos en
el derecho romano, iniciando una fuerte evolución a partir de la Edad Media, pasando
por el proceso de la codi¿cación del siglo XIX, hasta nuestros días, toda vez que la
sociedad es un agente económico esencial en la economía de los Estados.
Este derecho de sociedades es de especialidad y se encuentra integrado por un
sistema o conjunto de principios y normas jurídicas, cuyo objeto es regular las socieda-
des o los distintos tipos societarios. Esta regulación se integra por normas de carácter
orgánicas o institucionales, las que comprenden normas relativas a la constitución
o formación válida de los distintos tipos societarios y sus órganos y competencias
sociales, y normas de carácter estatutario que regulan el conjunto de derechos y obli-
gaciones que nacen a consecuencia de esta formación societaria tanto respecto de
los socios (intrasocios) como de la sociedad con los socios y de éstos con aquélla y
de la sociedad con terceros, durante la vigencia, disolución y fase de liquidación; y,
¿nalmente, se integra por normas jurisdiccionales y procesales relativas a la solución
de conÀictos societarios.
Las sociedades, en cuanto a su regulación jurídica, presentan estos dos aspectos
o ámbitos: (uno) organizacional e institucional: relativas a su constitución y órganos
societarios y su competencia, y (dos) conjunto de derechos y obligaciones que nacen
por la formación de las sociedades: entre socios y la sociedad con éstos y éstos con
aquélla y con terceros los llamados acreedores sociales.
El derecho de sociedades pertenece actualmente, y en sentido estricto, al ámbito
del derecho mercantil, por lo tanto tiene un componente esencialmente de derecho
privado y otro de carácter público-económico, en cuanto regulación legal de cláusu-
las y estándares legales mínimos que tienen por objeto organizar los distintos tipos
societarios (normas imperativas), mediante un conjunto de normas y reglas tanto de
naturaleza mercantil como también con normas de orden público económico que dicen
2 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

relación con la disciplina económico-constitucional, como, por ejemplo, lo relativo a la


garantía constitucional establecida en el artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política,
que garantiza a las personas el derecho a la libre iniciativa en materia económico-
empresarial y la regulación del Estado a la sociedad anónima abierta o bursátil.
Este derecho de sociedades de manera natural se desarrolla en el derecho inter-
no, dentro de un Estado, sin perjuicio de que, por el fenómeno de la globalización
económica, existen sociedades que pueden operar en dos o más Estados, a nivel
supranacional. No obstante, el lugar propio o natural de formación y desarrollo de
una sociedad, será normalmente el lugar donde radica su domicilio social (elemento
territorial), por ejemplo en Chile, o bien a nivel binacional como ocurre, por ejemplo,
en el marco del Tratado Minero chileno-argentino, en el cual se regulan las llamadas
sociedades binacionales, y también encontramos, en el escenario de la “economía
globalizada”, la operación de sociedades a nivel transnacional, que son aquellas so-
ciedades que operan a nivel de dos o más Estados, en un continente o más, registrando
tantos domicilios sociales como agencias o sucursales sean necesarias para su giro de
negocios, regularmente organizadas como holding empresarial.
El derecho societario, en cuanto a la naturaleza de las normas que la regulan e
integran, son esencialmente normas de derecho privado e interno, sin perjuicio de
normas de orden público económico-constitucional y de aplicación internacional (a
nivel de tratados internacionales).
Por otra parte, en cuanto a la profundización del derecho de sociedades, éste opera
con mayor intensidad y vigor, en la medida de que el modelo económico en que se
regula la sociedad sea de sistema de libre empresa y con amplia aplicación en él de los
principios clásicos del liberalismo jurídico de libertad contractual y autonomía de la
voluntad de las personas, reglas y principios que operan inversamente en la medida de
que se trate de un modelo económico de economía centralizada, en la que el espacio
de desarrollo de las sociedades es, por cierto, más restringido y regulado.
De este modo, si el sistema de regulación de sociedades se desarrolla en un marco
o sistema jurídico político con menor libertad de empresa, el derecho societario será
probablemente más acotado y restringido en su actuación y desarrollo, pudiendo
formularse una regla que se expresa en que a mayor libertad económica empresarial,
mayor será el ámbito de desarrollo de las sociedades, regla que opera inversamente
en la medida que el sistema de organización económica del Estado sea más restrin-
gido y limitado, como por ejemplo en las economías centralizadas. Esta regla parece
natural y lógica, porque la sociedad históricamente ha operado en un sistema econó-
mico determinado. Así, si existe una mayor tendencia a la libertad de empresa y de
negocios, las sociedades tienen un mayor espacio de funcionamiento como agentes
económicos. Existe, entonces, una conexión entre sistema político-económico y
derecho societario.
El actual sistema político-económico chileno posibilita un escenario hacia el
desarrollo del derecho de sociedades. En efecto, por una parte se reconoce a las per-
DERECHO DE SOCIEDADES 3

sonas, a nivel constitucional, el derecho de libre asociación (en el artículo 19 Nº 15


de la Constitución Política), y se reconoce y asegura el derecho a las personas para
formar libremente sociedades, dentro de un marco legal regulatorio. Además, a nivel
de Constitución Política, como ya se ha señalado, se consagra la garantía de libertad
de empresa y emprendimiento, en el artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política,
que se relaciona con el objeto o giro de negocios sociales, en el sentido de que éste
siempre comprende una o más actividades económicas, que se desarrollan con ¿nes
de lucro o ganancia y ese giro u objeto social de lucro se encuentra garantizado con
el principio de la libre empresa.
Las sociedades constituyen un agente esencial dentro del sistema económico, en
tanto oferente o productor de bienes y servicios en el mercado cuyo destinatario son
los consumidores, de ahí que exista una relación entre la sociedad y empresa o unidad
productiva de que es titular o propietario. No obstante, en nuestro sistema jurídico no
son conceptualmente equivalentes o iguales las nociones de sociedad y empresa; por
de pronto en lo formal la sociedad da lugar a la formación de una persona jurídica, a
diferencia de la noción de empresa, que es esencialmente un agente económico, sin
personalidad jurídica per se o autónoma de su titular o propietario, de este modo la
empresa es un objeto de derecho, cuyo sujeto o titular es la sociedad o el empresario
persona natural. En este sentido, el artículo 2053 del Código Civil de¿ne legalmente
la sociedad:
“La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas estipulan poner
algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios que de ello provengan”.
“La sociedad forma una persona jurídica, distinta de los socios individualmente con-
siderados”, personi¿ca u otorga personalidad jurídica a la sociedad, pero no existe
norma análoga para la empresa; luego, la empresa actúa por la personalidad de su
titular, normalmente la sociedad.
Cada vez que se constituye una sociedad, se forma y nace con ella una persona
jurídica (en los términos que señala el artículo 545 del Código Civil que de¿ne la
persona jurídica como “una persona ¿cticia capaz de contraer derechos y obligaciones
civiles y de ser representada judicial y extrajudicialmente”), existiendo, por lo tanto, en
nuestro sistema de derecho societario lo que se denomina una sociedad personi¿cada,
noción propia del legislador del siglo XIX, ya que en el derecho romano y hasta la
Edad Media, las sociedades carecían de personalidad jurídica propia.
En cambio, en el paralelo entre sociedad y empresa, esta última es una entidad o
conjunto de activos económicos de distinta naturaleza direccionada a la producción
de bienes y servicios, pero que no goza de personalidad jurídica per se, sino que tiene
personalidad a través de su titular o propietario, persona natural o persona jurídica.
La empresa es una organización de medios materiales e inmateriales que se aplica
para obtener un ¿n de utilidad o rentabilidad económica. La relación entre ambas
nociones la encontramos en que la sociedad tiene personalidad jurídica propia y la
unidad empresa es un activo (conjunto de bienes heterogéneos) de la sociedad. Por
4 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

ello, la empresa puede tener como titular y explotador una sociedad o bien una persona
natural “el empresario”.
A propósito de la noción de empresa resulta pertinente la cita al artículo 3º del
Código del Trabajo, que en su letra c), contiene una aceptable de¿nición legal para el
ámbito del derecho del trabajo y de seguridad social, que comprende los elementos
más típicos y característicos de la empresa, en los siguientes términos:
“Para los efectos de la legislación laboral y de seguridad social, se entiende por em-
presa toda organización de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados
bajo una dirección, para el logro de ¿nes económicos, sociales, culturales o bené¿cos,
dotada de una individualidad legal determinada”.
De otra parte, el artículo 3º del Código de Comercio de 1865, en sus números 5, 6,
7, 8, 9 y 20, regula como actos de comercio los actos de empresa, los que son por lo
tanto mercantiles, pero nuestro Código de Comercio no de¿ne la empresa, sino que
la regula como un centro o agente generador de actos de comercio en su giro.
Lo que sí podemos destacar es que el artículo 166 del Código de Comercio,
primeramente de¿ne el contrato de transporte terrestre, y en su inciso ¿nal de¿ne al
empresario de transportes:
“En resumen, la noción de sociedad tiene directa relación con el concepto de empre-
sa, en una relación de sujeto a objeto, siendo sujeto jurídico la primera y objeto
jurídico la segunda”.
En resumen, la noción de sociedad tiene directa relación con el concepto de em-
presa, relación que denominamos de sujeto a objeto, siendo sujeto jurídico la primera
noción y objeto jurídico la segunda.
Cabe señalar en este panorama de la regulación a las sociedades, que en nuestro
sistema jurídico presenta regulaciones para distintos tipos societarios, en leyes de
distintos tiempos, así por ejemplo, recientemente mediante la ley Nº 20.019, publicada
en Diario O¿cial el 7 de mayo de 2005, se autorizó el establecimiento de sociedades
anónimas deportivas, la que son de¿nidas en su artículo 16 en los siguientes términos:
“Son sociedades anónimas deportivas profesionales aquellas que tienen por objeto
exclusivo organizar, producir, comercializar y participar en actividades deportivas de
carácter profesional y en otras relacionadas o derivadas de éstas, las que se rigen por
la citada ley especial y en subsidio por la ley Nº 18.046, sobre sociedades anónimas”;
y, mediante ley Nº 20.190, de 2007, se autoriza el establecimiento de las denominadas
Sociedades por Acciones, “SpA”, regulada en los artículos 424 a 446 del Código de
Comercio, las que pueden constituirse de manera unipersonal o pluripersonal.
Incluimos, además, dentro del análisis de los distintos tipos societarios, cierto tipo
de cooperativas regidas por el decreto con fuerza de ley Nº 5, del año 2003, ya que
presentan gran similitud con las sociedades mercantiles.
Finalmente, el derecho de las sociedades, especialmente en el tipo societario
sociedad anónima abierta, ésta se desenvuelve en el mercado de valores regulado
en la ley Nº 18.045, de 1981, en tanto emisor de acciones que se transan en la bol-
DERECHO DE SOCIEDADES 5

sa, recibiendo aportes de capital de las personas, regulación que ha experimentado


profundos cambios, a partir de la reforma introducida por la ley Nº 19.705, del año
2000, que incorporó con mayor fuerza los principios de gobierno corporativo y una
nítida protección a los llamados accionistas minoritarios frente a los controladores
y a¿anzando el sistema de responsabilidad societaria de éstos y los directores de
las compañías anónimas, con una clara regulación de orden público económico. El
proceso de reformas a las sociedades anónimas, ha continuado su evolución “moder-
nizadora”, y así mediante la ley Nº 20.382, de 2009, se aplicó una última reforma al
funcionamiento de este tipo societario, según nuevos parámetros de transparencia en
su gestión administrativa siguiendo las políticas sugeridas por la Organización para
la Cooperación y el Desarrollo Económico “OCDE” a causa de la incorporación de
Chile a dicho panel internacional, cuerpo legal que se titula “Perfeccionamientos a
los Gobiernos Corporativos de las Empresas”.
Atendida la trascendencia e importancia económica de la sociedad anónima abier-
ta, en el presente libro destinamos una sección especial para analizar las “potentes”
competencias y potestades legales de control, ¿scalización y sancionatorias de la
Superintendencia de Valores y Seguros, establecida en el D.L. Nº 3.538, de 1980,
sucesora legal de la Superintendencia de Compañías de Seguros, Sociedades Anó-
nimas y Bolsas de Comercio, creada en el antiguo D.F.L. Nº 251, del año 1931, en
el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, órgano público que interviene desde una
esfera del orden público económico interno en el mercado de valores y a la sociedad
anónima abierta.
En este contexto, se encuentra en trámite ante el Congreso Nacional una nueva reforma
a la Ley de Mercado de Valores y a la Ley de Sociedades Anónimas, que pretende dejar
a nuestra regulación en los más altos estándares y “pasar de un ejemplo regional a
un líder mundial en estas materias” (Mensaje Nº 140-353, de 29 de julio de 2005); se
incluye en este libro algún material relevante respecto a estas materias.
De lo señalado podemos a¿rmar que el derecho de sociedades chileno se integra y
convive con normas jurídicas clásicas del siglo XIX, propias de la codi¿cación civil
y comercial, y con normas jurídicas de reciente factura, propias de una sociedad que
se encuentra sometida a grandes transformaciones en materia económica, propias de
un país en vías de desarrollo, como son las regulaciones al mercado de valores y a
la sociedad anónima.

II. ASPECTOS HISTÓRICOS DE LA REGULACIÓN DEL DERECHO DE SOCIEDADES


La primera regulación que se conoce a la sociedad en la historia occidental, la
encontramos en el derecho romano (societas), en que la sociedad se entiende como
una asociación de dos o más ciudadanos, quienes estipulaban poner algo en común
para realizar un determinado giro u objeto de negocio con la intención de repartirse los
bene¿cios que dicho giro u objeto produce, manteniendo una evidente similitud con
la de¿nición de sociedad que establece el artículo 2053 del Código Civil. En efecto,
6 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

como señala nuestro tratadista Álvaro Puelma Accorsi, en su obra “Sociedades”: “En
la época clásica se visualiza en Roma a la sociedad como un mero contrato vincula-
torio entre las partes, sin personalidad jurídica, pero que ya contiene sus atributos
fundamentales o elementos de su esencia, que hasta hoy se le reconocen”1.
Este contrato de sociedad del derecho romano, ya presentaba todos los elementos
del artículo 2053 del Código Civil. La diferencia radica en que la “societas” romana
no tuvo personalidad jurídica. La de¿nición del artículo 2053 del Código Civil con-
¿ere de manera inmediata la personalidad jurídica a la sociedad. En el contrato de
societas romana se encuentran en todo caso los elementos tipi¿cantes de la sociedad
moderna, dos o más personas, estipulación de aporte y regla de participación en los
bene¿cios sociales.
Nos parece relevante la cita a la regulación del contrato de societas en el derecho
romano que en su noción esencial guarda una perfecta identidad con el concepto legal
de sociedad establecido en el artículo 2053 del Código Civil, que sigue la tradición
romanista en el concepto, para estos efectos citamos al romanista español Álvaro
D’Ors, quien en su obra clásica “Derecho Romano Privado”, expresa las nociones
que se extractan seguidamente.
Para los romanos, socios eran los que se integraban con¿adamente para conseguir
determinados ¿nes de utilidad común, por ejemplo: los aliados en una guerra.
En un sentido propiamente jurídico, las societas romanas podían ser privadas o
públicas.
La privada consistía en la creación de una comunidad de derechos sobre la base
de un convenio de con¿anza libremente acordado por los socios.
La pública era una agrupación determinada por el ordenamiento de una actividad
de interés público que aquella sociedad cumple (asociación corporativa).
Aunque sólo la sociedad privada presuponía un contrato, es importante mencionar a las
corporaciones, ya que sólo de éstas se puede decir que constituían personas jurídicas.
Para la mentalidad romana sólo existía personalidad jurídica en aquellas entidades
activas en relaciones jurídicas, cuya permanencia no dependía de la subsistencia de
los actuales socios. Esto se daba ante todo en el Populus Romanus, que sobrevivía a
pesar de la caducidad de los ciudadanos en cada momento histórico, su personalidad
se materializaba en la permanencia de una caja común y, en general, a un patrimonio
público (La Res Pública).
Por extensión, una personalidad jurídica como la propia del Populus Romanus se
reconocía a las otras ciudades (civitas), que tenían una organización similar a la de
Roma. Así, estas civitas contaban con patrimonio, consistente preferentemente en
tierras y esclavos y podían actuar en la vida patrimonial a través de sus magistrados
o de actores: para hacer arriendos sobre ¿ncas, obras o concesiones públicas, etc.
Asimismo habían otras asociaciones corporativas que cumplían actividades de
interés público, a las que el Senado o los Gobernadores Provinciales reconocían per-

1 Álvaro PUELMA ACCORSI, Sociedades, tomo I, pág. 16, Editorial Jurídica de Chile, 1998.
DERECHO DE SOCIEDADES 7

sonalidad jurídica; así ocurría con las asociaciones de pobres, cuyo ¿n principal era
el funerario, y otras para rendir cultos a las divinidades, o de profesiones de interés
público, como los recaudadores de impuestos, de panaderos, transportistas marítimos;
en ellas se admitía un patrimonio supraindividual y, en consecuencia, una personalidad
jurídica procesalmente representable por actores, así como un régimen interno propio,
establecido por un estatuto permanente.
En la sociedad privada, con base contractual, no se le daba, en cambio, la persona-
lidad jurídica, sino que la gestión de cada socio producía efectos tan sólo respecto de sí
mismo, y estos efectos debían comunicarse luego a los otros socios. Consecuentemente,
no existía una voluntad común y no se acudía a la voluntad de las mayorías.
La sociedad privada se constituía por el hecho de acordar dos o más personas la
puesta de algo en común para obtener también una ventaja común.
Las aportaciones de los socios podían ser desiguales, podían ser sólo trabajo,
incluso participación en el riesgo, pero en ningún caso podía excluirse a un socio de
participar en el lucro. Este acto de unirse para obtener una ganancia común se con-
¿guraba como un contrato consensual. De él se origina, aparte de la actio dividundo
(para la división de la copropiedad producida), la actio pro socio, cuyo ¿n era liqui-
dar las deudas pendientes entre dos socios por gestiones relativas a la sociedad. La
responsabilidad exigible era, no sólo por los actos dolosos, sino también por la falta
de la debida diligencia en las cosas comunes.
La sociedad podía comunicar todos los bienes de los socios, e incluso sus ganancias
futuras, para formar entre ellos comunidad en cierto modo familiar.
La sociedad podía tener también como objeto un determinado negocio estable, o
incluso una operación única y temporal. En esta sociedad limitada no es esencial la
existencia de una copropiedad, y la aportación de los socios podía consistir también
en poner en común el uso de determinados bienes, en el consumo común, o en realizar
algún trabajo en provecho común.
Todo contrato de sociedad creaba un vínculo de con¿anza entre los socios, inco-
municable, y que debía cesar tan pronto cesara la con¿anza entre ellos; por eso era
esencialmente revocable por cualquiera de los socios, aunque la acción subsistiera
para exigir indemnización por el perjuicio de una revocación dolosa o intempestiva,
y no continuaba la sociedad con los herederos de un socio, ni siquiera entre los socios
supervivientes. También cesaba esta con¿anza por la actio pro socio.
En el concepto romanista la sociedad era tratada como un contrato, de "societas",
en que "dos o más personas se obligan a aportar bienes o trabajo en función de un giro
crematístico común y a repartirse los bene¿cios y pérdidas que deriven de su gestión"
(xx); en que las partes de este contrato se llaman socios (socii). La expresión societas
deriva del verbo "sequor" y "socius" "el que sigue". En esta concepción romanista,
"la ¿des ocupa un lugar relevante, supone, en efecto, una especial con¿anza recipro-
ca entre los socios, al punto de admitirse que la sociedad "tenga en sí en derecho en
cierto modo de fraternidad" (ius quodammodos fraternitas in se habeas), ello explica
algunas características: la posibilidad de renunciar libremente un miembro, la intrans-
8 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

misibilidad del contrato, su disolución por el ejercicio de la acción social, etc.". (xx).
En cuanto a derecho y personi¿cación, en el derecho romano la societas "no da lugar
a una corporación dotada de personalidad jurídica: no hay, pues, una voluntad única
y propia de la sociedad, independiente de la de los socios, constituida por mayoría de
votos e imputada a ella; el conjunto de aportes no constituye un patrimonio separado
y propio de la sociedad; ni esta contrae o adquiere obligaciones por sí misma"; "como
la sociedad no es persona ni tiene una propia voluntad que pueda ser representada, el
giro social debe ser gestionado y administrando por cada socio, que entonces actual
individual y personalmente; en consecuencia, los bienes y derechos los adquiere para
sí, mas, como dicha actuación es en interés social, queda obligado a comunicar los
efectos de sus negocios a los demás socios, según sus cuotas sociales, mediante los
actos traslativos apropiados: modos de adquirir, si se trata del dominio de cosas, y
cesión de acciones, si de créditos. Lo propio ocurre con las deudas: contraídas per-
sonal e individualmente frente a terceros, los demás socios, también en proporción
a sus cuotas, deben proveerle de fondos para que pague o reembolsarle lo que haya
pagado; o bien pagarse con el fondo común, entretanto, responde personalmente a
los terceros acreedores"2.
La sociedad inicia un desarrollo potente en Europa a ¿nes de la Edad Media, prin-
cipalmente la sociedad de personas y con menor presencia el inicio de la sociedad de
capital, a causa del notable aumento del comercio y de la empresa del descubrimiento
de nuevas tierras (descubrimiento de América en 1492). A ¿nes de la Edad Media
aparece la sociedad de capitales o sociedad anónima, unida a la empresa de conquista
de nuevas tierras y riquezas de ultramar.
La sociedad anónima o de capital surge en la época de los grandes descubrimien-
tos, donde se observa la ¿gura del aporte de capital y la formación de ciertos títulos
o acciones, con una clara participación de inversionistas de capital. Al ¿nal del siglo
XIX aparecen las primeras regulaciones de la sociedad de responsabilidad limitada
(Alemania).
La codi¿cación del siglo XIX recoge una larga tradición que arranca en la Edad
Media y que materializa una regulación sistemática y orgánica a la regulación de las
sociedades, en una visión uniforme y total, que en el siglo XX se ve alterada me-
diante la dictación de leyes especiales para regular tipos societarios en particular, y
en el mejor de los casos mediante la dictación de una ley única para las sociedades,
volviendo a un modelo uniforme.
Bajo una concepción romanista, en la que se inspiró Andrés Bello en la redacción
del Proyecto del Código Civil, adhiere a una regulación de la sociedad entendida y
de¿nida como un contrato (artículo 2053), pero es necesario tener presente que todos
los estudios posteriores a la codi¿cación del siglo XIX sostienen que la sociedad no es
un mero contrato, entendiendo que su naturaleza jurídica no puede ser su¿cientemente

2 Alejandro GUZMÁN BRITO, Derecho Romano Privado, Tomo II, Edit. Jurídica de Chile, 1ª edición

1997, Santiago, págs. 175 y siguientes.


DERECHO DE SOCIEDADES 9

explicada por el contrato y su teoría general, la mayoría de los autores sostiene que
la sociedad es una institución jurídica, lo que se ve rea¿rmado por la atribución de
personalidad jurídica a la sociedad válidamente otorgada. Si bien en la formación de
una sociedad hay un aspecto contractual, no es solamente un contrato, pues no existe
reciprocidad en las prestaciones de las partes, sería más bien un acto unilateral consti-
tutivo, por lo tanto no hay un contrato bilateral sino que un acto jurídico colectivo, el
que se forma por la voluntad de dos o más personas que la constituyen persiguiendo un
¿n común: obtener ganancias. Las personas concurren con su voluntad con un único
objeto compartido: la voluntad unívoca de formar sociedad. Sin embargo, nuestro
Código Civil, Código de Comercio y Código de Minería regulan a la sociedad con
una dimensión claramente contractualista, aludiendo sus disposiciones frecuentemente
a la cali¿cación jurídica “contrato de sociedad”.
De acuerdo a la teoría institucionalista sostenida por los autores franceses Maurice
Hauriou, Georges Renard, entre otros, toda sociedad tiene su origen en un contrato,
pero que al nacer forma una institución destinada a actuar en un medio jurídico con
cierta permanencia temporal, incluso en el caso de las sociedades de duración inde-
¿nida, más allá de la vida de sus propios fundadores o constituyentes, temporalidad
que hace que las sociedad sea entendida como una institución jurídica, siendo en esta
teoría la sociedad un ente intermedio entre el Estado y la persona.
La teoría contractualista, propia de la codi¿cación decimonónica, entonces, no
permite explicar en plenitud la formación de esta institución sociedad, ni sus carac-
terísticas orgánicas e institucionales.
Podemos también citar la teoría del contrato de organización o colaboración, para
explicar la naturaleza jurídica de las sociedades, que elaboró Tulio Ascarelli, para
quien al formarse la sociedad, las voluntades de los socios se encaminan a una mutua
colaboración entre los partícipes.
La sociedad en nuestro sistema jurídico interno como ya lo hemos venido señalando
tiene una regulación múltiple y heterogénea, existen normas que regulan la institución
en el Código Civil, en el Código de Comercio, en el Código de Minería y en leyes
especiales dictadas desde principios de siglo XX hasta nuestros días. No hay, por lo
tanto en nuestro derecho de sociedades, una regulación uniforme o ley única, salvo
en el caso de la sociedad de responsabilidad limitada, civil y comercial, en la ley
Nº 3.918, de 1923, y en el caso de la sociedad anónima, en la ley Nº 18.046, de 1981,
para los tipos societarios referidos textos legales, que sí presentan un carácter unifor-
me. Las sociedades anónimas, las empresas individuales de responsabilidad limitada
“E.I.R.L.” y la Sociedad por Acciones “SPA”, son siempre mercantiles por de¿nición
de la ley, por lo tanto no existe una regulación diferencial, civil o mercantil.
Existe, por tradición de la codi¿cación de Siglo XIX, una regulación a la sociedad
colectiva, mercantil y civil, a las sociedades en comandita, civil y comercial. Esta
regulación “doble” tiene desventajas, por lo tanto se ha de preferir siempre una regula-
ción uniforme. También hay una regulación a las sociedades en el Código de Minería,
1982, relativa a las sociedades legales mineras y sociedades contractuales mineras.
10 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En legislaciones contemporáneas se ha recurrido a la declaración de naturaleza


jurídica mercantil para todos los tipos societarios, cualquiera sea su objeto o giro de
negocios, el legislador las cali¿ca a todas de mercantiles; así en el caso del Código
de Comercio español de 1885, que en su artículo 116 señala:
“El contrato de Compañía, por el cual dos o más personas se obligan a poner en
fondo común bienes, industria o algunas de estas cosas, para obtener lucro, será
mercantil, cualquiera que sea su clase, siempre que se haya constituido con arreglo
a las disposiciones de este Código.
Una vez constituida la Compañía mercantil, tendrá personalidad jurídica en todos
sus actos y contratos”.
En el sistema mercantil español la sociedad es tal por el hecho de que persigue
¿nes de lucro cumpliendo una función económica, idea que aparece acertada.
En la legislación argentina en la “Ley de Sociedades Comerciales”, ley Nº 19.550,
de 1972, su artículo 1º declara:
“Habrá sociedad comercial cuando dos o más personas en forma organizada, conforme
a uno de los tipos previstos en esta ley, se obliguen a realizar aportes para aplicarlos
a la producción o intercambio de bienes o servicios participando de los bene¿cios y
soportando las pérdidas”.

III. NATURALEZA JURÍDICA DE LA SOCIEDAD. ANTIGUO DEBATE


Tradicionalmente el derecho societario en el período de la codi¿cación del siglo
XIX de¿nió y reguló la sociedad como un contrato bilateral en el que los socios esti-
pulan poner algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios que de ello
provenga (v. gr. artículo 2053 Código Civil). Esta noción de “sociedad contrato”, que
tuvo su origen en el derecho romano, ha experimentado fuertes críticas, fundamen-
talmente formulada por autores extranjeros.
En el caso de nuestro derecho de sociedades, la de¿nición legal de sociedad conte-
nida en nuestro artículo 2053 del Código Civil, ha venido progresivamente perdiendo
su contenido, atendida la naturaleza de los nuevos tipos societarios, así en el caso
de la Sociedad por Acciones, la que puede ser constituida por una o más personas y
lo propio respecto a la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, la que se
constituye por la declaración de voluntad de la persona natural del “constituyente”, en
consecuencia estas expresiones de sociedad unipersonal o “unimembre” no resultan
comprendidas en la noción legal de “sociedad contrato”.
A continuación expondremos las más importantes teorías relativas a la naturaleza
jurídica de la sociedad. Como cuestión previa, estimamos importante destacar que la
mayoría de ellas parte de una premisa común, cual es que la sociedad no es un contrato
y, si lo fuera, se hace necesaria la revisión de la teoría general de la contratación para
la adecuada adaptación de esta forma de asociación.
Las doctrinas que pretenden explicar la naturaleza jurídica de la sociedad son las
siguientes:
DERECHO DE SOCIEDADES 11

1. Teoría clásica o contractualista


La llamada teoría clásica o contractualista tiene su origen en el derecho romano,
pero alcanza su mayor auge durante el siglo XIX con la codi¿cación. Como su propio
nombre lo señala, esta teoría entiende la sociedad un contrato bilateral y conmutativo
como cualquiera de los diversos contratos del derecho privado. Es la teoría recogida
por el Código Civil Napoleónico y posteriormente por el Código Civil chileno.
El autor argentino Carlos Gilberto Villegas al explicar esta cuestión señala: “para
los socios es un contrato, pero para los terceros la sociedad es una persona, con dere-
chos, obligaciones y responsabilidades distintos de los de los socios”. Disentimos de
esta a¿rmación porque con la celebración del contrato social y el cumplimiento de las
solemnidades que le siguen en tiempo y forma, nace una persona jurídica distinta de
los socios individualmente considerados”3; como señala el Código Civil en su artículo
2053, de manera que, si bien ante los terceros la sociedad va más allá de un contrato
y es una persona jurídica, resulta ser que también los socios deben reconocer en ésta
a una persona jurídica con una existencia propia y diversa a la de sus miembros. De
ahí que, entre otras muchas ¿guras, los socios pueden celebrar contratos con la so-
ciedad, ser trabajadores de la misma e incluso ser, eventualmente, demandados por
ella ante un incumplimiento de su obligación de entregar el aporte prometido. Por lo
señalado, el gran aporte de la codi¿cación del siglo XIX y la llamada teoría clásica,
fue recoger la noción romana de sociedad pero se le reconoce personalidad jurídica
a la sociedad, rompiendo el concepto puramente contractualista.

2. Teoría “Unilateralista”
Ante la crítica formulada a la teoría clásica respecto que la sociedad no puede ser
un mero contrato, porque de ser así se requeriría de una contraposición de intereses
entre partes, que no se da en ella, han surgido las teorías unilateralistas que pretenden
explicar la naturaleza jurídica de la sociedad señalando que su acto constitutivo es
un acto unilateral y no bilateral debido a que se forma por la existencia de una sola
voluntad o de unas voluntades en un sentido común, encaminadas a un mismo ¿n
económico-social.
Dentro de las doctrinas unilateralistas encontramos dos corrientes: quienes sostie-
nen la doctrina del acto colectivo y la del acto complejo. Ambas concuerdan que la
sociedad nace de un concurso de voluntades que convergen en cuanto al contenido y
¿nalidad querido por los intervinientes.
Respecto a la doctrina del acto complejo, ella postula que una vez manifestada la
voluntad de los socios en torno a dar nacimiento a la sociedad, todas éstas se confunden
y pierden su autonomía, fusionándose en una sola voluntad colectiva.
Por su parte, la doctrina del acto colectivo señala que, si bien existe una con-
vergencia de voluntades, ellas no se absorben y fusionan como explica la anterior

3 Carlos Gilberto VILLEGAS, Tratado de las Sociedades, Ed. Jurídica de Chile, 1995, pág. 25.
12 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

teoría, sino que mantienen su individualidad, pudiendo perfectamente diferenciarse.


Es decir, como sostiene el profesor argentino Efraín Hugo Richard: “sólo hay una
tendencia de todos los socios a lograr un común efecto jurídico: la constitución de
la sociedad”4.
La teoría del acto colectivo observa en el acto fundacional uno de naturaleza plu-
ripersonal en el que las voluntades de sus concurrentes se unen para la satisfacción
de intereses paralelos.
El autor italiano al referirse a las tesis que ven en la sociedad un contrato plurilateral
señala que “la naturaleza de la sociedad debe entenderse como la del acto colectivo por-
que lo propio de la sociedad es que si bien requiere de la unanimidad de las voluntades
de sus concurrentes para su formación, durante su existencia y funcionamiento ella es
prescindible. Quedando precisamente de mani¿esto la gran diferenciación existente en
torno a que, en el acto colectivo las voluntades de los socios van dirigidas a un mismo
¿n, pero no se confunden, lo que, en de¿nitiva redunda, como dice el maestro italiano
en que “la desaparición de un sujeto no afecta ni compromete, el acto, en cuanto el
mismo puede continuar subsistiendo entre los sujetos restantes”5.
Y es en este punto donde se muestra la disparidad entre ambas doctrinas; como
en la del acto complejo las voluntades se uni¿can y confunden, cualquier causa que
invalide el consentimiento de un socio acarrearía la nulidad de la sociedad.
Lo que no ocurre en el acto colectivo porque, como se ejempli¿ca por el jurista
Messineo, la inhabilitación de algún socio no provoca el término de la sociedad, la
que puede continuar existiendo prescindiendo del mismo. La explicación de esta
consecuencia aunque lógica merece comentarse; lo que ocurre es que, al fusionarse
las voluntades en el acto complejo, la incapacidad sobreviniente de cualquier vínculo
afecta seriamente a toda la voluntad. En tanto que, en la del acto colectivo por no
haber tal mezcla, puede subsistir a lo menos en principio.
Finalmente, debemos advertir que estas teorías pretenden determinar la naturaleza
jurídica del acto constitutivo que crea la sociedad, pero parecen ser insu¿cientes para
explicar las relaciones jurídicas que se generan entre la sociedad y los socios y entre
éstos durante la vigencia de la primera.

3. Teoría de la institución
Sus principales exponentes son Maurice Hauriou, Renard y Guillard, y como
doctrina reconoce el carácter contractual de la sociedad en cuanto al acto constitutivo
(sin dar mayor importancia a esta cuestión) y postula que una vez creada surge como

4
Efraín Hugo RICHARD, Lecciones Preliminares de Derecho Societario y de Seguros, Ed. Advocatus,
1993, pág. 61.
5
Francesco MESSINEO, Manual de Derecho Civil y Comercial, Ed. Jurídicas Europa América, 1979,
tomo V, pág. 296.
DERECHO DE SOCIEDADES 13

institución con independencia de los socios que la integran y se ubica en una posición
intermedia entre el Estado y las personas.
Agregan que como institución tiene una existencia autónoma con personalidad e
intereses propios.
No obstante, esta doctrina no da respuesta a la problemática de la naturaleza
jurídica de la sociedad, sino que se preocupa sólo de dar una explicación a la per-
sonalidad jurídica del ente social (y de ahí que no sólo dan a la sociedad el carácter
de institución para explicar su naturaleza jurídica, sino que a otras realidades como
sindicatos, la iglesia, etc.).
El sello publicista dado por la presente doctrina y sus destacados tratadistas
franceses al tema, se relaciona más con procurar determinar qué son en sí todos los
cuerpos intermedios que existen en una sociedad a propósito de un impecable estudio
de derecho político.
Sin perjuicio de ello, esta doctrina ha sido recogida en la ley francesa de 1966 y
la brasileña de 1976.
Entre los juristas nacionales, Luis Morand Valdivieso, en su libro “Sociedades”,
página 12, considera que la sociedad atendida la importancia que tiene en nuestro me-
dio ha alcanzado el carácter de una verdadera institución. Esta teoría de la institución
tiene acogida en la sociedad anónima, en la ley Nº 18.046, de 1981, especialmente a
partir de la reforma incorporada por la ley Nº 19.705, de 2000, en la que se refuerza
el concepto de la teoría de los órganos societarios y el gobierno corporativo.

4. Teoría del contrato plurilateral o de organización


Su máximo exponente es el autor italiano Tulio Ascarelli. Esta doctrina ha pos-
tulado que la sociedad es un contrato plurilateral de organización en contraposición
a los llamados “contratos de cambio”. La diferencia entre ambas ¿guras consiste
en que en los contratos plurilaterales las obligaciones y derechos de las partes son
de idéntica naturaleza jurídica estando cada socio unido con el todo y no con los
otros en individualidad; esto es, cada uno de ellos celebra el contrato de sociedad
con todos los demás, abriéndose paso a la idea de pluralidad y no de bilateralidad
como ocurre en los contratos de cambio, tales como la compraventa, la permuta o
el arrendamiento.
Surge como crítica a las teorías unilateralistas fundándose en que no es efectivo que
existe una voluntad común y en un solo sentido al celebrarse el contrato de sociedad,
ya que existen intereses contrapuestos desde la discusión del negocio que se ha de
emprender mediante la ¿gura social. Además, como dice Gión Tena citado por Richard,
“aunque el estatus legislativo del socio en cada tipo de sociedad sea igual en la imagen
legal, en realidad cada socio tiende a asegurarse una posición conforme con sus intere-
ses particulares”. Por lo que, de acuerdo a esta teoría, la circunstancia que en la época
fundacional exista una conciencia unánime de los asociados en adoptar el instrumento
jurídico de la sociedad no signi¿ca que no existan intereses contrapuestos.
14 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En adición a ello, advierte que la conmutatividad de este contrato es diversa al


del contrato bilateral; aquí las obligaciones de las partes, aun cuando equivalentes,
no impiden que vayan dirigidas a un mismo ¿n. Y es este “¿n común” la causa del
contrato plurilateral que une a cada uno de los socios mediante un vínculo con los
demás. Existiendo normas especiales para regular la ine¿cacia de que pueda adolecer
cada vínculo de forma diversa a la propia de los contratos bilaterales.
Creemos, sin embargo, que esta doctrina no explica convenientemente la naturaleza
de la sociedad, ya que si la consideramos como contrato plurilateral, ello implicaría que
en su interior se requeriría permanentemente de la voluntad de todos sus integrantes
para actuar válidamente, siendo esto precisamente contrario a la intención de la ley.
A este respecto Messineo nos señala: “hemos dicho que es técnicamente discutible
el concepto de contrato plurilateral y que debe sustituirse el mismo, especialmente
en la aplicación a la sociedad, la ¿gura del acto colectivo... hemos de añadir que las
reglas sobre el contrato llamado contrato plurilateral no cuadrarían siempre con las
de la sociedad, porque, según las primeras sería necesaria siempre la unanimidad
de los participantes del contrato” mientras que los principios que regulan el acto
colectivo no exigen tal unanimidad.
Precisamente, muchas reglas en materia de sociedad prescinden de la unanimidad
de los socios y se conforman a la voluntad de la mayoría”6.
Entre los autores nacionales, René Abeliuk M. cali¿ca a la sociedad como contrato
plurilateral, indicando que lo propio de esta clase de contrato es que todas las partes
asumen obligaciones análogas (efectuar sus aportes) con una ¿nalidad común (Las
Obligaciones, tomo I, Ed. Jurídica de Chile, 1993, pág. 64).
Finalmente, es interesante destacar que esta es la doctrina a que se adhirió la Ley
Argentina de Sociedades, Nº 19.550, de 1972 como lo mani¿esta su “exposición de
motivos” y primer artículo: “habrá sociedad comercial cuando dos o más personas
en forma organizada...”.
5. Conclusiones
De las anteriormente expuestas teorías, ninguna explica de forma satisfactoria la
verdadera naturaleza jurídica de la sociedad.
La teoría clásica o contractualista tiene importantes falencias al respecto. En efecto,
si bien tradicionalmente la mayoría de las legislaciones trata a la sociedad como un
contrato, sucede que este tipo de asociación escapa en algunos de sus aspectos a un
mero contrato. En primer lugar, regularmente de un contrato no nace una persona
jurídica como sí surge de la sociedad. De ahí, entonces, que se trata de una forma
contractual excepcional si consideramos que la ley le atribuye una personi¿cación
propia e independiente de los miembros que la componen. En seguida, se suscitan con
ocasión de la existencia de la sociedad ciertos acontecimientos que resultan imposi-

6 Francesco MESSINEO, ob. cit., pág. 298.


DERECHO DE SOCIEDADES 15

bles de explicar desde un ángulo meramente contractualista; así ocurre, por ejemplo,
con los acuerdos adoptados en junta de accionistas que requieren del quórum de la
simple mayoría y no de la unanimidad, o con la permanente transacción de acciones
de grandes sociedades anónimas abiertas que implican un constante ingreso y salida
de accionistas y la consecuente especulación que ello origina.
Por su parte, las teorías unilateralistas explican, en nuestro entender, la naturaleza
jurídica de la sociedad desde una perspectiva demasiado doctrinaria, con lo que se
apartan de la realidad del Derecho Civil y Comercial nacional. Así es, no podemos
concebir que la sociedad nazca de una declaración unilateral de voluntad manifestada
por dos o más personas, ya que, como contrato bilateral que es, de acuerdo a nuestra
legislación, requiere necesariamente de la concurrencia de dos o más personas que
mani¿esten su voluntad en el sentido de darle existencia para que nazca a la vida del
Derecho. Es por ello que no explica debidamente su esencia.
La doctrina de la institución nos parece insu¿ciente, toda vez que cualquier clase
de asociación (e incluso ciertos contratos no asociativos) pueden ser clasi¿cados como
“instituciones”. Se trata de una postura doctrinaria que, si bien no resulta del todo
incorrecta, resulta ser tremendamente inexacta; existe un sinnúmero de realidades
jurídicas que pueden ser tratadas como institución y cabrían sin problema dentro de
su conceptualización. Así ocurre, por ejemplo, con las corporaciones y fundaciones;
personas jurídicas igual que las sociedades, pero con marcadas diferencias tanto en
su forma de constitución, como durante su existencia y a la hora de su disolución.
No cabe duda de que tanto estas personas jurídicas sin ¿nes de lucro y las sociedades
son verdaderas instituciones, pero existiendo diferencias de tal magnitud entre unas
y otras resulta que no pueden tener igual naturaleza jurídica.
Finalmente, en lo que respecta a la teoría del contrato plurilateral de organización
o colaboración, parece ser la postura doctrinaria que más se acerca a la verdadera
naturaleza jurídica de la sociedad. Sin embargo, existen, en nuestro entender, dos
observaciones que deben hacérsele; en primer lugar, esta forma contractual es atípica
o innominada en nuestro Derecho contractual, de suerte que no podemos conside-
rarla como absolutamente efectiva. Se requeriría de una adecuada reforma a nuestra
legislación civil y mercantil para que pudiéramos hablar de contratos plurilaterales
de organización. De allí entonces que, mientras la ley no recoja esta forma contrac-
tual y señale sus efectos junto a los unilaterales y bilaterales, debemos ser ¿eles al
dogma que impone la bilateralidad de la sociedad. En segundo término, si bien se
trata simplemente de una cuestión semántica, resulta también incorrecto analogar el
contrato plurilateral de organización con los contratos de colaboración, ya que, como
se explicará más adelante, esta última clase de contratos precisamente no forman
sociedad ni dan lugar a una persona jurídica.
En nuestra opinión, la sociedad es un contrato asociativo de aquellos en los que
nace una persona jurídica. Como consecuencia de ello, la sociedad goza de todos
los atributos que el ordenamiento jurídico reconoce a las personas ¿ctas. Así, tiene
nombre, capacidad, patrimonio, nacionalidad y domicilio.
16 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Debemos destacar que la personalidad que la ley otorga a la sociedad como con-
trato asociativo la diferencia marcadamente de los otros tipos de su género; de otras
formas de asociación contractual, como la asociación o cuentas en participación o
los contratos de colaboración empresaria, en los que no se deriva una consecuencia
jurídica de tanta trascendencia. Y es, precisamente, esta personi¿cación la que inyecta
a la sociedad su dinamismo y le permite desenvolverse en el ámbito económico y
jurídico con la versatilidad e importancia que hoy reviste.
No cabe duda que la sociedad es un contrato. Pero no un contrato en la concep-
tualización que hemos heredado del Derecho Romano clásico, sino que en un sentido
más moderno y coherente.
De esta manera, la naturaleza de la sociedad es la de un contrato que podríamos
denominar asociativo (en contraposición a los no asociativos) y que implica, como su
nombre lo indica, la asociación, esto es, la unión permanente de dos o más sujetos desti-
nada a la consecución de un propósito económico determinado y que, pudiendo implicar
la cooperación en la obtención de ¿n, lleva, necesariamente implícita una obligación de
colocar algo en común. Este “algo en común” desde luego no implica comunidad, sino
que la materialización de algún bien corporal o incorporal (en sentido amplio) para que
conjugados formen un conjunto afecto a un destino, lo que envuelve la idea de riesgo.
Contingencia que han de dividir los asociados proporcionalmente o en la forma
que pactaren.
Entonces, los contratos asociativos aparecen como actos jurídicos atípicos consi-
derados como género, pero alguno de ellos típicos (o nominados) cuando los consi-
deramos individualmente. Así ocurre, por ejemplo, con la sociedad y la asociación o
cuentas en participación comercial.
La verdad es que nuestro ordenamiento jurídico no ha previsto estas clases de
contratos, por lo cual deberemos seguir atribuyendo a la sociedad una naturaleza
contractual. No obstante, sería aconsejable que el legislador regulara los contratos
asociativos como unidad y no de forma dispersa, lo que permitiría acceder a un cuerpo
en el que se trataren las principales asociaciones contractuales.
Por otro lado, no podemos desconocer que cada vez se desvincula más el acto
constitutivo y la sociedad misma que de éste emana. No obstante lo cual no debemos
ignorar que a la hora de reconocer o desconocer ciertos efectos derivados de la socie-
dad, recurrir a la naturaleza misma de ella puede ser útil para resolver con precisión
y prolijidad la cuestión que ha sido sometida al conocimiento de un Tribunal.
DERECHO DE SOCIEDADES 17

PRIMERA PARTE

IV. LAS SOCIEDADES EN EL SISTEMA JURÍDICO CHILENO


La regulación múltiple y heterogénea de la sociedad en Chile obedece, como hemos
indicado, a leyes dictadas en diferentes tiempos, con distintos ¿nes y fuentes. Se trata
de una regulación heterogénea. Existen normas regulatorias en el Código Civil, en el
Código de Comercio y sus leyes especiales y en el Código de Minería. No hay, por
lo tanto, una regulación uniforme, salvo en el caso de la sociedad de responsabilidad
limitada (ley Nº 3.918, de 1923), tanto civil como comercial, y el de la sociedad
anónima (ley Nº 18.046, de 1981).
También existe una regulación particular en el Código de Minería, de 1982, en el
que hay dos tipos de sociedades:
– Sociedades legales mineras.
– Sociedades contractuales mineras.
En nuestro sistema jurídico hay una regulación de las sociedades en tres cuerpos
legales, de igual jerarquía dentro de sus competencias especí¿cas.
En el Código Civil se encuentra regulada en el artículo 2053 hasta el artículo 2115.
En los primeros artículos se encuentran las reglas generales y luego sólo se regula la
sociedad colectiva civil.
Por otra parte, el Código de Comercio entre sus artículos 348 y 506 se regulan las
sociedades mercantiles, la sociedad colectiva comercial, la sociedad en comandita
simple y por acciones y la sociedad anónima. De éstas, la última fue derogada en el
Código de Comercio para ser regulada por la ley Nº 18.046, de 1981.
Por lo señalado se habla de una regulación múltiple porque las sociedades están
tratadas tanto en el Código Civil, en el Código de Comercio y leyes especiales com-
plementarias y en el Código de Minería. No hay una regulación orgánica, sino que
en diferentes cuerpos legales.
Esta falta de uniformidad tiene determinados problemas, por cuanto se trata de
normas de diferente tiempo o temporalidad. En el Mensaje del Código de Comercio
se destacan principios liberales.
18 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Se concibe la regulación del Código de Comercio como una palanca de desa-


rrollo por todos los países latinoamericanos. En 1923 se dicta la ley que autoriza
el establecimiento de las sociedades de responsabilidad limitada y en 1981 se dicta
la ley de sociedades anónimas, afectándose el Código con el proceso de la llamada
“decodi¿cación”.
En todo caso, todas las leyes referidas tienen distintas temporalidades e inspira-
ciones.
También, en materia de minería se regulan las sociedades mineras, distinguién-
dose las sociedades legales mineras y las llamadas sociedades contractuales mineras,
tipi¿cadas en nuestro Código de Minería del año 1983.
– Las sociedades mineras legales se forman de o por un hecho, en virtud de la ley
por el hecho de dos o más personas que soliciten la inscripción de un pedimento o
concesión minera, la ley hace nacer una sociedad. El origen de las sociedades legales
mineras se encuentra en la Ordenanza de San Lorenzo dictada en 1584, durante el
reinado de Felipe II.
– Las sociedades mineras contractuales, a diferencia de las anteriores, nacen del
acuerdo de voluntades de dos o más personas. En nuestra bibliografía nacional des-
taca el libro de la profesora de Derecho Minero Carmen Ansaldi Domínguez, quien
desarrolla de manera sistemática, en su “Curso de Derecho Minero”, las sociedades
mineras (Editorial Universidad Central de Chile, año 2004, págs. 363 y siguientes).
El redactor del Código de Comercio, don Gabriel Ocampo, en el artículo 348 del
mismo reconoce tres especies de sociedades (al respecto el Mensaje del Código señala
que “El Proyecto acepta y con¿rma la clasi¿cación tripartita que el Código Civil hace
del contrato de sociedad...”):
– Colectiva
– Anónima
– En comandita, simple y por acciones
Así el Código de Comercio en su artículo 348, luego de su reforma de 2007:
“La ley reconoce tres especies de sociedad”:
1. Sociedad colectiva;
2. Sociedad por acciones;
3. Sociedad en comandita.
Reconoce también la asociación o cuentas en participación”.
En el siglo XIX, cuando se dicta el Código de Comercio de 1865, no se conocía
aún la sociedad de responsabilidad limitada. A ¿nes del siglo XIX, en Alemania
(1892), se reguló por primera vez este tipo de sociedades. En 1923 se incorpora este
tipo societario con la dictación de la ley Nº 3.918, la que autoriza el establecimiento
de la sociedad de responsabilidad limitada. Esta ley contiene cinco artículos y como
modelo tuvo en consideración la regulación alemana y francesa sobre la materia.
A nivel de Derecho Comparado en Estados Unidos también hay una regulación
dispar por su división política federal. Normalmente los países europeos tienen una
DERECHO DE SOCIEDADES 19

ley única o más bien regulación uniforme mediante una Ley de Sociedades. A nivel
latinoamericano, en Argentina existe una ley única en donde también se contemplan
normas sobre los contratos que se deben realizar entre cada sociedad.
La ley de 1923 de sociedad de responsabilidad limitada fue un notable aporte
legislativo, en el sentido de que se trata de una legislación única para las Sociedades
de Responsabilidad Limitada, civiles y mercantiles.
La ley Nº 19.857 de 2003 autoriza el establecimiento de empresas individuales de
responsabilidad limitada (E.I.R.L.). No se trata de una sociedad sino que una persona
jurídica con patrimonio propio distinta del titular, sometida al Código de Comercio
cualquiera que sea su objeto. Por lo tanto va a ser siempre una persona jurídica mer-
cantil, con prescindencia de su objeto o giro de negocios.
El artículo 2º de la ley citada de¿ne la empresa individual de responsabilidad
limitada, en los siguientes términos:
“La empresa individual de responsabilidad limitada es una persona jurídica con pa-
trimonio propio distinto al del titular, es siempre comercial y está sometida al Código
de Comercio cualquiera que sea su objeto; podrá realizar toda clase de operaciones
civiles y comerciales, excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónimas”.
Finalmente, existen varias leyes especiales que regulan determinados tipos societarios
por actividades o giros especiales de negocios, tales como la Ley General de Bancos
e Instituciones Financieras (D.F.L. Nº 3, de 1997), las Compañías de Seguros (D.F.L.
Nº 251, de 1931), Administradoras de Fondos de Pensiones (D.L. Nº 3.500, de 1980),
Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales (ley Nº 20.019, de 2005), entre otras.
La última reforma al Código de Comercio en esta materia, en el año 2009, incorporó
el tipo societario Sociedad por Acciones “SpA”, en los artículos 424 y siguientes,
siguiendo el modelo de la legislación italiana, con modalidad constitutiva unipersonal
y pluripersonal.
Finalmente la ley N° 20.659, de 2013, titulada Simpli¿ca el régimen de consti-
tución, modi¿cación y disolución de Sociedades Comerciales, autoriza a constituir
Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada “E.I.R.L.”, sociedades de res-
ponsabilidad limitada, colectiva, en comandita simple y por acciones, sociedades por
acciones “SpA”, sociedades anónimas cerradas y sociedades de garantía recíproca,
todas de carácter comercial, mediante sistema simpli¿cado por formulario electrónico
o digital en el Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, lo
que implica el establecimiento de un sistema paralelo al de sociedades tradicionales,
y que se desarrollan en el presente libro.
Conforme a lo señalado en los párrafos anteriores, se puede concluir que nuestra
regulación de las sociedades es de carácter heterogénea y “miscelánea”, en el sentido
de que no encontramos una ley uniforme y única para la regulación de la sociedad,
sino que distintos cuerpos normativos, para distintos tipos y giros societarios, encon-
trando leyes de distinto tiempo y principios reguladores, lo que hace más complejo
el estudio y la especialidad de las sociedades en nuestro derecho societario. Salta
20 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a la vista la diferencia con los sistemas jurídicos de regulación uniforme o de ley


uniforme de sociedades.

1. Reglas generales de las sociedades o elementos esenciales de toda sociedad


La noción y elementos esenciales a todo tipo societario se encuentran en el Código
Civil en el artículo 2053, en los siguientes términos:
“Artículo 2053: La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más personas
estipulan poner algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios que de
ello provengan”.
“La sociedad forma una persona jurídica, distinta de los socios individualmente
considerados”.
Este artículo conceptualiza la sociedad como un contrato, por lo que Andrés Bello
se adscribe a la teoría contractualista, dominante en el siglo XIX e inspirada en la
societas romana, relevando la atribución de personalidad jurídica a esta institución.
1.1. Presencia o concurrencia de dos o más personas
Se trata del primer elemento de la esencia de la de¿nición legal de sociedad, en
virtud del cual tienen que necesariamente concurrir dos personas, tanto en su constitu-
ción como durante su vigencia, si faltan estas dos o más personas, hay una inexistencia
jurídica, no hay una sociedad propiamente tal.
Las personas que concurren a su formación pueden ser tanto personas naturales
como jurídicas, con o sin ¿nes de lucro y estas dos o más personas pueden ser chi-
lenas como extranjeras. Lo esencial, para satisfacer la de¿nición legal, es que deben
concurrir dos o más personas en su constitución o formación.
En España está regulada la fórmula de sociedad unipersonal; esto es, creada por la
voluntad exclusiva de un constituyente, tanto en el tipo sociedad de responsabilidad
limitada como en el tipo sociedad anónima. En el sistema jurídico anglosajón se les
conoce como “one man company”.
Como hemos señalado en el sistema jurídico chileno se admite la creación de
la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (E.I.R.L.), siendo su¿ciente la
declaración unilateral de persona natural para su creación, forma persona jurídica, al
igual que la sociedad, pero no es jurídicamente un tipo societario, no obstante que en
los hechos funciona como “sociedad de un solo socio”, con limitación de responsa-
bilidad para su constituyente. En nuestro sistema jurídico se optó por no modi¿car
el concepto legal de sociedad del artículo 2053 del Código Civil, conservando como
elemento esencial “dos o más personas”, por lo que se reguló la E.I.R.L. con el nombre
de “empresa”, aun cuando en el fondo obedece a la noción de sociedad individual de
responsabilidad limitada del derecho español y argentino de sociedades.
Desde otro punto de vista, si se reúnen todos los derechos sociales en un solo
socio en la sociedad de persona natural, o si las acciones de la sociedad anónima
se concentran en manos de un solo accionista, la sociedad se disuelve (artículo 103
DERECHO DE SOCIEDADES 21

Nº 2º, esto es por reunirse todas las acciones en manos de una sola persona), salvo en
el caso del artículo 69 ter de la Ley de Sociedades Anónimas.
En efecto, existe un caso de excepción en la hipótesis del artículo 69 ter de la Ley
de Sociedades Anónimas, que a propósito de quien formula una Oferta Pública de
Adquisición de Acciones (OPA), y logra el control del cien por ciento de la propiedad
accionaria, y no declaró al formular la segunda OPA, que era su voluntad disolver
la sociedad, ésta va a subsistir con un solo accionista. Este artículo 69 ter de la Ley
Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas, fue derogado o “eliminado” por la ley
Nº 20.382, de 2009, que introdujo perfeccionamientos a los gobiernos corporativos
de las “empresas”.
Otro caso de interés lo encontramos en la Sociedad por Acciones “SpA”, incorpora-
da en el año 2007 y regulada en los artículos 424 y siguientes del Código de Comercio,
el que señala: “La sociedad por acciones, o simplemente la “sociedad” para los efectos
de este Párrafo, es una persona jurídica creada por una o más personas mediante
un acto de constitución perfeccionado de acuerdo con los preceptos siguientes, cuya
participación en el capital es representada por acciones”, cabe hacer presente que el
legislador admite en este caso la formación unipersonal, lo que se expresa en sociedad
unipersonal, en que la sola declaración de voluntad de una persona natural o jurídica,
es su¿ciente para crearla, coherentemente el legislador utiliza las expresiones “acto
de constitución” y no el término contrato, por lo que el artículo 2053 del Código Civil
no le resulta aplicable conforme a su naturaleza jurídica.

1.2. Estipulación de poner algo en común: el aporte

La estipulación de poner algo en común es lo que conocemos como el aporte,


también es elemento esencial a la de¿nición legal de sociedad. Se trata entonces del
aporte que se estipula por los socios, éste va a formar el capital social, inicial, nominal
de la compañía. No hay sociedad si no hay estipulación de aporte. Esta estipulación
puede ser dispar entre los socios, puede tratarse de bienes de diferente naturaleza,
corporales e incorporales, ya sea que se aporte en propiedad, usufructo o uso y goce
o mera tenencia.
También se trata de un elemento de la esencia de la sociedad, de tal modo que no
existe sociedad si no hay promesa o estipulación de poner algo en común.
El artículo 2055 del Código Civil establece que:
“No hay sociedad, si cada uno de los socios no pone alguna cosa en común, ya consista
en dinero o efectos, ya en una industria, servicio o trabajo apreciable en dinero”.
Cabe destacar que los aportes de los socios no son embargables por los acreedores
personales de los socios aportantes (artículos 2069 Código Civil y 380 Código de
Comercio), no así las utilidades o rentas que produzcan los derechos de los socios
en las sociedades de personas, tema que desarrollamos más en detalle en el presente
libro, al tratar de los aportes en la sociedad colectiva mercantil.
22 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

1.3. Declaración de voluntad de


repartir los bene¿cios que genere el giro de negocios sociales
También se trata de otro elemento de la esencia de la sociedad, en cuanto en el pacto
social debe declararse la regla de repartición de bene¿cios, y falta de regla expresa,
el legislador suple el silencio de las partes.
Es de la esencia de la sociedad la existencia de una regla en cuanto a repartir los
bene¿cios que se obtengan del giro de negocios entre los socios. No importa que esta
regla de reparto sea desigual, no necesariamente tiene que ser conmutativa.
El Código Civil en el artículo 2055, inciso segundo, declara:
“Tampoco hay sociedad sin participación de bene¿cios.”
“No se entiende por bene¿cio el puramente moral, no apreciable en dinero”.
Estos tres elementos esenciales, dos o más personas, aporte y participación en
los bene¿cios sociales, ya señalados, se encuentran en el contrato de “societas” del
derecho romano, la diferencia con la sociedad a partir de la codi¿cación, consiste
en que la “societas” romana carecía de personalidad jurídica, era enteramente
privada.

1.4. Sociedad y personalidad jurídica


La sociedad forma una persona jurídica distinta de los socios individualmente
considerados, como señala el inciso segundo del artículo 2053, del Código Civil,
de lo que se sigue que la sociedad cuenta con personi¿cación propia, elemento
que la hace diferir sustancialmente de la noción de contrato, entendido éste como
el acuerdo de voluntades de dos o más personas con el objeto de crear derechos
y obligaciones, ya que con la sociedad nace un sujeto de derecho, elemento que
reiteramos, exorbita la noción meramente contractualista, que contiene el artículo
2053 del Código Civil.
El modelo del Código Civil francés que sirvió de principal fuente al Código Civil
chileno, no declaraba que la sociedad formara una persona jurídica. El redactor del
proyecto del Código Civil don Andrés Bello López fue innovador en este sentido, ya
que con¿rió personalidad jurídica propia a la sociedad. Esto quiere decir que en el
sistema interno la sociedad está personi¿cada, esto es, cuenta con personalidad jurí-
dica propia, sin previa autorización de autoridad administrativa, sino que por el solo
ministerio de la ley, elemento que para el siglo XIX fue absolutamente progresista,
remarcando el carácter liberal del Código en esta materia. Por lo señalado, nuestro
derecho de sociedades es un derecho que otorga personalidad jurídica a los distintos
tipos societarios, lo que se conoce como “sociedad personi¿cada”, en comparación
con aquel largo período histórico, desde el derecho romano hasta la codi¿cación del
siglo XIX, en que existió sociedad sin personalidad jurídica propia, la que actuaba
por la voluntad de sus socios administradores.
El Código Civil, en su artículo 545, de¿ne la persona jurídica:
DERECHO DE SOCIEDADES 23

“Se llama persona jurídica una persona ¿cticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.
Las personas jurídicas son de dos especies: corporaciones y fundaciones de bene¿-
cencia pública. Hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter”.
Y el artículo 547 agrega:
“Las sociedades industriales no están comprendidas en las disposiciones de este título;
sus derechos y obligaciones son reglados, según su naturaleza, por otros títulos de
este Código y por el Código de Comercio”.
Tampoco se extienden las disposiciones de este título a las corporaciones o
fundaciones de derecho público, como la nación, el ¿sco, las municipalidades, las
iglesias, las comunidades religiosas, y los establecimientos que se costean con fon-
dos del erario: estas corporaciones y fundaciones se rigen por leyes y reglamentos
especiales”.
Por lo tanto, la sociedad es una persona jurídica para nuestro ordenamiento jurí-
dico, elemento que fue aportado por el codi¿cador del siglo XIX. Nace junto con la
formación válida de la sociedad, efecto que sólo encontramos en esta forma contrac-
tual, por el solo ministerio de la ley una persona jurídica, o sea un sujeto de derecho.
Estas personas jurídicas tienen todos los atributos de la persona, tienen voluntad que
está dada por quienes administran la sociedad, nacionalidad, patrimonio y nombre o
razón social, y en la medida que desarrollan sus actividades económicas pueden gozar
de un “nombre o fama” en el mercado.
En síntesis, la sociedad tiene personalidad jurídica propia, y en concreto goza de
una personalidad jurídica de derecho privado, que persigue por esencia ¿nes de lucro,
y su capacidad jurídica se entiende dentro de su objeto o giro de negocios, aplicán-
dosele un principio de especialidad y de funcionalidad, en el sentido que en dicho
ámbito puede operar libremente.

1.5. Sociedades de personas y afectio societatis


Finalmente, algunos autores señalan como elemento de la esencia de la sociedad,
al menos para los tipos sociedades de personas, la llamada “afectio societatis”, que se
expresa en la idea de que al constituir la sociedad los socios mani¿estan su voluntad
expresa de venir en celebrar una sociedad, lo que daría lugar al llamado “ius frater-
nitatis”, remarcando que las sociedades de personas se celebran en consideración a
la calidad y valoración que los socios tienen entre sí, apareciendo el carácter intuito
personae de este negocio jurídico, de tal suerte que si este elemento afectio societatis
se pierde o extingue durante la vigencia de la sociedad, dará lugar a la solicitud de
disolución de la sociedad, por la vía de solicitar tal disolución. Desde un punto de
vista práctico, cuando se pierde el afectio societatis, mediante hechos materiales,
sobreviene un conÀicto societario que puede llevar a la disolución u otra fórmula de
modi¿cación de la sociedad, que implique el retiro por cesión de derechos sociales
24 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

al socio que generó el conÀicto, materias que en las sociedades deben ser resueltas
por juez árbitro.
Naturalmente, esta afectio societatis no es un elemento claro en la formación de las
sociedades de capital, como el caso de la anónima, en la que importa la formación del
capital y no necesariamente las especiales calidades de los accionistas, por ello, este
elemento es propio de las sociedades de personas donde tiene una especial valoración
y efectos jurídicos concretos como por ejemplo en las causales de terminación por
muerte de un socio, pérdida de con¿anza societaria, limitación al derecho de ceder
libremente los derechos sociales, entre otros, pero no es aplicable a las sociedades
de capital.

1.6. La voluntad en la sociedad: artículo 2054 Código Civil


La formación de la voluntad de las sociedades de personas no es una voluntad propia
en sentido estricto, ya que ésta es una capacidad sólo de la persona natural, sino que
en el caso de la sociedad la voluntad viene dada u otorgada, en cada acto societario,
por los socios que la administran, en sus deliberaciones y acuerdos de mayoría, pero
formada que sea pasa a ser la voluntad de la persona jurídica sociedad.
Esta voluntad es dada o formada por quienes administran la sociedad, de acuerdo
a lo establecido en el artículo 2054 del Código Civil. A este respecto se aplica una
fórmula ya clásica del derecho societario que declara que “quien administra controla
la sociedad”, según se verá más adelante.
El artículo 2054 destaca que la voluntad de la sociedad se forma por la mayoría
de votos o la mayoría numérica:
“En las deliberaciones de los socios que tengan derecho a votar, decidirá la mayoría
de votos, computada según el contrato, y si en éste nada se hubiere estatuido sobre
ello, decidirá la mayoría numérica de los socios.
Exceptúense los casos en que la ley o el contrato exigen unanimidad, o conceden a
cualquiera de los socios el derecho de oponerse a los otros.
La unanimidad es necesaria para toda modi¿cación substancial del contrato, salvo
en cuanto el mismo contrato estatuya otra cosa”.
La regla general es que toda modi¿cación de la sociedad, modi¿cación sustancial,
requiere de la unanimidad de los socios. En el resto de los casos se aplica un sistema
democrático, la mayoría de los socios decide respecto a la administración de los
negocios sociales.
En la sociedad de personas cada uno de los socios tiene un voto. En las socieda-
des de capitales el voto de cada uno de los socios se va a determinar por la cantidad
de acciones de que se sea titular, asemejándose el tipo societario más bien a una
oligarquía o gobierno de pocos, los llamados accionistas controladores, frente a los
llamados accionistas minoritarios; y la voluntad la encontraremos en los órganos
societarios, ya en el Directorio como órgano de administración, ya en las Juntas de
Accionistas.
DERECHO DE SOCIEDADES 25

1.7. La estipulación de poner algo en común: artículo 2055 Código Civil

Hemos señalado que es de la esencia en la sociedad que cada socio se obligue


a poner algo en común, esto es a aportar, para formar la “caja social”, al efecto el
artículo 2055 del Código Civil dispone:
“No hay sociedad, si cada uno de los socios no pone alguna cosa en común, ya consista
en dinero o efectos, ya en una industria, servicio o trabajo apreciable en dinero.
Tampoco hay sociedad sin participación de bene¿cios.
No se entiende por bene¿cio el puramente moral, no apreciable en dinero”.
El legislador establece como principio que no hay sociedad si no se estipula poner
algo en común, así como tampoco habrá sociedad si no hay una regla de distribución
entre los socios.
Esta regla está establecida por un tema de abuso que había en la época respecto
de los analfabetos y respecto a los trabajadores, especialmente en el mundo rural,
quienes formaban sociedades “leoninas” con sus patrones, en la que se pactaba que
los primeros no participarían en los bene¿cios o ganancias.
Como regla general, se puede aportar toda clase de bienes, corporales e incorpo-
rales, con tal que se trate de bienes de comercio lícito, y estos aportes pueden ser a
título de propiedad, usufructo o mera tenencia o goce.

1.8. Prohibición de sociedades universales: artículo 2056 Código Civil


El legislador prohíbe el establecimiento de sociedades con cláusula de aporte de
la universalidad o totalidad de bienes presentes y futuros del socio aportante, así lo
señala el artículo 2056:
“Se prohíbe toda sociedad a título universal, sea de bienes presentes y venideros, o
de unos u otros.
Se prohíbe asimismo toda sociedad de ganancias, a título universal, excepto entre
cónyuges.
Podrán con todo ponerse en sociedad cuantos bienes se quiera, especi¿cándolos”.
Dentro de las reglas generales el Código Civil declara que se prohíbe toda sociedad
a título universal: es decir, que se aporten todo el conjunto de activos de una persona a
una sociedad. Esto es así para evitar el posible fraude a los acreedores. De esta forma
se protege a los acreedores, ya que éstos quedarían sin activos en donde poder hacer
efectivos sus créditos.
La excepción de la sociedad entre cónyuges se re¿ere a la sociedad conyugal la cual
no es una sociedad en sí, se trata más bien de una comunidad de activos y pasivos.
Sin embargo se puede celebrar una sociedad a título universal, pero siempre y
cuando se haga un inventario completo de dichos bienes. De esta forma se logra pro-
teger a los posibles acreedores, que podrían ser víctimas de fraude, si se permitieran
las sociedades a título universal.
26 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

1.9. Nulidad de las sociedades


irregulares y la protección a los terceros:
artículos 2057 y 2058 del Código Civil
La primera norma positiva que reconoce el establecimiento de sociedades de hecho
o viciadas en su constitución, la encontramos en el artículo 2057:
“Si se formare de hecho una sociedad que no pueda subsistir legalmente, ni como
sociedad, ni como donación, ni como contrato alguno, cada socio tendrá la facultad
de pedir que se liquiden las operaciones anteriores y de sacar sus aportes.
Esta disposición no se aplicará a las sociedades que son nulas por lo ilícito de la
causa u objeto, las cuales se regirán por el Código Criminal”.
Esta ¿gura legal del artículo 2057, más bien se asemeja a una comunidad legal,
en la que cada persona tiene derecho a pedir que se liquiden las operaciones y se
retiren los aportes.
El legislador declara que en el caso de que una sociedad se encuentre afecta a vi-
cio de nulidad –de fondo o forma– no se puede alegar la excepción de nulidad como
eximente de responsabilidad con los terceros que contrataron con la sociedad nula,
en efecto el artículo 2058, del Código Civil dispone:
“La nulidad del contrato de sociedad no perjudica a las acciones que corresponden
a terceros de buena fe contra todos y cada uno de los asociados por las operaciones
de la sociedad, si existiere de hecho”.
En estos casos de nulidad o de sociedades irregulares o de hecho, los asociados
son responsables patrimonialmente respecto de los terceros de buena fe con quienes
hubieran contratado, consagrándose un principio de protección a los terceros de
buena fe. Este conjunto de reglas es aplicable a toda sociedad, pero especialmente a
las sociedades de personas, sociedades colectivas, de responsabilidad limitada y en
comandita simple. En estas sociedades interesa sobremanera la calidad de las personas
que la integran y, por lo tanto, aun cuando adolezcan de nulidad estos asociados de
hecho deben responder a los terceros de buena fe.
Por otro lado, en las sociedades de capitales en donde no interesa la calidad de las
personas, en comandita por acciones y la sociedad anónima, los socios no responden,
como regla general por las obligaciones sociales respecto de los acreedores sociales.
Relativo a la formación de sociedades mercantiles irregulares o con vicios forma-
les, en el año 1997 se dictó la ley Nº 19.499, cuyo objeto consiste en establecer un
procedimiento de saneamiento para los llamados vicios formales, la que se trata en
sección especial en el presente libro.
La ley Nº 20.659, de 2013, que establece el Sistema simpli¿cado de constitución,
modi¿cación y disolución de Sociedades Comerciales, mediante instrumento digital en
el Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, también contempla
un procedimiento de saneamiento de vicios formales en su artículo 16, análogo a la
ley Nº 19.499, de 1997, en sistema de instrumento digital.
DERECHO DE SOCIEDADES 27

2. Clasi¿cación de las sociedades


2.1. Sociedades de personas y de capitales
En las sociedades de personas, encontramos los tipos societarios colectiva, la en
comandita simple y la de responsabilidad limitada, en las que interesa para los cons-
tituyentes las condiciones, calidades y las habilidades de las personas que la integran,
lo que da lugar a una relación de con¿anza o intuito personae entre los socios. Interesa
esta calidad y condiciones tanto al momento de constituirse la sociedad como durante
su vigencia y eventualmente al tiempo de la liquidación.
En las sociedades de personas se fundan en una relación de con¿anza entre socios,
en sentido empresarial y, por lo tanto, no es ni tan amplia ni tan general, sino más bien
especialmente referido a lo societario o empresarial. Para la doctrina lo que interesa
es la calidad de los socios, más que su aporte de capital, como en las sociedades anó-
nimas en la que interesa lo que el accionista aporta en capital social.
Se administran en común por todos los socios, con iguales derechos, siendo auto-
gestionadas, en cuanto se es socio se tiene derecho a administrar la sociedad, y quien
administra controla.
En principio, en la medida en que se pierde o rompe la relación de con¿anza entre
los socios, surge un conÀicto societario que puede desencadenar en una petición de
término de la sociedad, vía “autocomposición” o vía juicio arbitral.
En las sociedades de capital encontramos los tipos societarios sociedad anónima,
sociedad por acciones y la en comandita por acciones, en las que interesan especial-
mente los aportes de los accionistas, el capital que se aporta para desarrollar el negocio
social. Estas sociedades de capital no son administradas por todos los socios, sino
que por un directorio, órgano societario a quien compete la administración y marcha
o gestión de los negocios sociales, los que pueden o no ser accionistas, ejecutando
esta administración junto a su mandatario que es el gerente general; en este sentido,
podemos a¿rmar que existe una suerte de delegación de los aportantes de capital ac-
cionistas a profesionales especializados en administración de sociedades, los directores
y ejecutivos principales, operando una verdadera agencia.
El poder de administración en la sociedad anónima, conforme a lo establecido en
el artículo 40 de la Ley de Sociedades Anónimas, Nº 18.046, de 1981, se encuentra
radicado en el Directorio, este órgano colegiado es a quien compete ejercer la función
de administrar el giro de negocios sociales.
Otra diferencia importante, entre las sociedades de personas y las de capital, la
encontramos en la regla general consistente en que éstas se resuelven o terminen por
la muerte de uno de los socios, salvo que exista una cláusula de continuidad con los
herederos del socio fallecido y el o los socios sobrevivientes. No así en las socieda-
des de capital en donde no interesa si fallece o no uno de los accionistas, ya que la
sociedad anónima continúa con la sucesión del accionista fallecido, con lo que no se
termina por la muerte de un accionista.
28 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En materia de aportes, en el caso de las sociedades de personas se admite la pre-


sencia y aporte de socios industriales, quienes se obligan a entregar una obligación de
hacer, consistente en un trabajo intelectual o manual, conocimiento u otro análogo;
en cambio en la sociedad anónima están prohibidas las acciones de industria u orga-
nización (artículo 13 ley Nº 18.046), esto es, que tengan por causa y pago el trabajo
del accionista.
Finalmente, la sociedad de capital es concebida para negocios de gran envergadura,
que requieren la reunión de grandes capitales; en cambio, las sociedades de personas
presentan mayor facilidad para negocios pequeños o de mediana envergadura.

2.2. Sociedades civiles y sociedades comerciales: artículo 2059 Código Civil


La clasi¿cación dual de sociedades civiles y comerciales, que ya no es propia de
los sistemas jurídicos modernos como, por ejemplo, el derecho de sociedades español,
es recogida en nuestro artículo 2059 del Código Civil:
“La sociedad puede ser civil o comercial.
Son sociedades comerciales las que se forman para negocios que la ley cali¿ca de
actos de comercio. Las otras son sociedades civiles”.
De esta clasi¿cación se sigue que las sociedades civiles se regulan por el Código
Civil y las mercantiles por el Código de Comercio, dualidad legislativa que no es la
mayoritariamente vigente en derecho comparado o en los sistemas jurídicos de ley
única de sociedades.
El legislador del siglo XIX, la codi¿cación, concebía y regulaba el derecho privado
en dos ramas principales: las sociedades comerciales, aquellas que se forman para
negocios que la ley cali¿ca de actos de comercio, especí¿camente aquellos establecidos
en el artículo 3º del Código de Comercio; y conceptualizó las sociedades civiles, como
aquellas que no son comerciales; esto es, en su giro de negocios no se comprende la
ejecución de actos de comercio y que se rigen por el Código Civil.
En la clasi¿cación de sociedades por objeto o giro de negocios del artículo 2059
del Código Civil no están incluidas las sociedades mineras, las que no obedecen a
actos de comercio ni actos civiles, a lo menos en la actualidad, ya que se rigen por
el Código de Minería. Estas sociedades mineras tienen por objeto la explotación de
pertenencias o concesiones mineras y la venta de minerales.
La cali¿cación de una sociedad en mercantil o civil va a depender de la declaración
que contenga el estatuto de la sociedad, respecto de cuál es el objeto social. Si en el
estatuto de constitución contiene un acto comercial y no es cali¿cada la sociedad de
tal, se va a entender que es una sociedad comercial, ya que en derecho las cosas son
lo que son y no lo que las partes subjetivamente crean o piensen.
Podría haber sociedades con objeto mixto, como por ejemplo que se dedique a la
compra y venta y arrendamiento de bienes raíces y se dedique a la construcción de
los mismos, en este caso se tendría dos giros de negocio, siendo el último mercantil
por aplicación del artículo 3º número 20º del Código de Comercio.
DERECHO DE SOCIEDADES 29

Pueden los socios pactar que una sociedad de giro civil se sujete a la legislación
mercantil, conforme señala el artículo 2060 del Código Civil:
“Podrá estipularse que la sociedad que se contrae, aunque no comercial por su na-
turaleza, se sujete a las reglas de la sociedad comercial”.
Este artículo permite que una sociedad se sujete a las reglas propias de las socie-
dades comerciales.
Los tipos societarios de personas civiles, pueden ser:
Sociedades civiles:
– Sociedad colectiva
– Sociedad de responsabilidad limitada con objeto civil
– Sociedad en comandita
Los tipos societarios de personas comerciales, pueden ser:
Sociedades mercantiles:
– Sociedad colectiva mercantil
– Sociedad de responsabilidad limitada con objeto mercantil
– Sociedad en comandita: simple y por acciones
– Sociedad anónima
– Sociedad por Acciones
– Empresa Individual de Responsabilidad Limitada.
De acuerdo a lo establecido en el artículo 1º de la Ley Nº 18.046 de Sociedades
Anónimas de 1981, las sociedades anónimas son siempre comerciales, con prescin-
dencia de su giro de negocios, con lo que no se les aplica la clasi¿cación de objeto
del artículo 2059 del Código Civil, lo mismo podemos señalar respecto a la Empresa
Individual de Responsabilidad Limitada, que conforme a lo dispuesto por el artículo
2º de la ley Nº 19.857, de 2003, son siempre mercantiles; al igual que el tipo Sociedad
por Acciones.
En efecto el artículo 1º de la ley Nº 18.046, sobre sociedades anónimas, establece:
“La sociedad anónima es una persona jurídica formada por la reunión de un fondo
común, suministrado por accionistas responsables sólo por sus respectivos aportes
y administrada por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables.
La sociedad anónima es siempre mercantil, aun cuando se forme para la realización
de negocios de carácter civil”.
La regla general en materia de sociedades civiles de personas, en cuanto a su for-
mación, es la consensualidad; es decir, se perfeccionan por el simple consentimiento
de las partes en todos los elementos esenciales del contrato o negocio jurídico. Sin
embargo, y por razones de prueba y de certeza jurídica en la práctica estas socieda-
des se escrituran, según lo prescrito por el artículo 1708 del Código Civil. Esto no
signi¿ca que dichas sociedades pasan a ser solemnes, sino que se escrituran por vía
de prueba. Esta escrituración puede ser efectuada ya sea en instrumento privado o
30 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

bien en instrumento público. No obstante, conforme a lo establecido en el artículo


2º de la ley Nº 3.918, de 1923, las sociedades de responsabilidad limitada, civiles o
comerciales, son solemnes, ya que se debe otorgar escritura pública de su estatuto
social, y un extracto debe registrarse en el Registro de Comercio y publicarse por una
vez en el Diario O¿cial, todo en el plazo de sesenta días corridos contados desde la
fecha de constitución, con lo que la sociedad de responsabilidad limitada de objeto
civil es solemne en cuanto a su constitución y modi¿cación.
Las sociedades mercantiles y la sociedad de responsabilidad limitada, tanto civil como
comercial, y por cierto las anónimas, según hemos señalado, son solemnes. El estatuto
debe constar en una escritura pública, todas comparten la solemnidad en cuanto a que
un extracto de la escritura constitución debe inscribirse en el Registro de Comercio del
domicilio de la sociedad o, en subsidio, el correspondiente a la comuna del notario público
que otorgó dicha escritura, todo ello en tiempo (sesenta días corridos contados desde la
escritura de constitución) y forma (con las menciones esenciales del extracto).
En los tipos societarios limitada y anónima, además se debe publicar el citado
extracto de la escritura de constitución en el Diario O¿cial, en el mismo tiempo y
forma (60 días corridos desde que se otorgó la escritura pública de constitución con
las menciones esenciales del extracto).
La constitución solemne y la registración es un régimen común en los sistemas
societarios contemporáneos.
Todas estas solemnidades en cuanto a la constitución de las sociedades están
establecidas por un tema de publicidad y de certeza jurídica, para poder hacer opo-
nible la sociedad a los terceros y con el objeto que no puedan ser materia de fraude
alguno. Además, debemos considerar que las solemnidades apuntan a establecer una
oponibilidad de la persona jurídica que nace con la sociedad.
Las sociedades contractuales y legales mineras tienen un registro especial de ex-
tracto de escritura pública de constitución en el Registro de Minas.

2.3. Sociedades nacionales y sociedades extranjeras


La clasi¿cación de sociedades nacionales y extranjeras, corresponde a una materia
propia del derecho internacional privado, y re¿ere a la nacionalidad de la persona
jurídica, la que tiene un sustrato o fundamento territorial, esto es, correponde al Es-
tado otorgar y reconocer la nacionalidad de las personas jurídicas que se constituyan
legalmente en el Estado, más aun la ley territorial o del Estado es la que otorga la
personalidad jurídica, y no el mero acuerdo de voluntades de los constituyentes en
forma libre y espontánea.
En este contexto, el Código de Derecho Internacional Privado o Código de Busta-
mante, señala en su artículo 17 “La nacionalidad de origen de las asociaciones será
la del país en que se constituyan, y en él debe registrarse o inscribirse si exigiere ese
requisito la legislación local”, y su artículo 18 declara que: “Las sociedades civiles,
mercantiles o industriales que no sean anónimas, tendrán la nacionalidad que esta-
DERECHO DE SOCIEDADES 31

blezca el contrato social y, en su caso, la del lugar donde radicare habitualmente su


gerencia o dirección principal”, y para la sociedad anónima, el artículo 19 señala:
“Para las sociedades anónimas se determinará la nacionalidad por el contrato so-
cial y en su caso por la ley del lugar en que se reúna normalmente la junta general
de accionistas y, en su defecto, por la del lugar en que radique su principal Junta o
Consejo directivo o administrativo”.
En consecuencia, la nacionalidad de las sociedades está dada, como regla general,
por el lugar de su constitución.
Asimismo, existe un principio de derecho internacional privado, consistente en
que los Estados reconocen la personalidad jurídica de las sociedades legalmente
constituidas en otro Estado, previa la acreditación administrativa de sus instrumentos
de constitución legal y vigencia. Así el artículo 3º del “Pacto de San José de Costa
Rica”, aprobado en Chile mediante decreto supremo Nº 873, de 1991, declara que:
“Toda persona tiene derecho al reconocimiento de su personalidad jurídica”.
Por lo tanto, los sistemas jurídicos deben contener normas legales o administra-
tivas, que permitan radicar en un Estado una persona jurídica constituida en otro
Estado, y acreditado aquello goza de iguales derechos que las personas jurídicas
nacionales.
Nuestro derecho de sociedades tiene normas legales para radicar en Chile la agencia
de una sociedad anónima extranjera en los artículos 121 a 124 de la LSA, y en los
artículos 447 a 450 del Código de Comercio, disposiciones que fueron incorporadas
por la ley Nº 20.382, de 2009, en el Libro II, Título VII, párrafo 9, denominado “De las
Agencias de Sociedades Extranjeras u otras Personas Jurídicas con Fines de Lucro”.
Cabe destacar que estas nuevas disposiciones han llenado el “vacío legal” que existía
en esta materia, regulada sólo a partir del año 2009, con ocasión del ingreso de Chile al
panel económico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(“OCDE”), normativa que tiene como contexto el proceso de perfeccionamiento del
Gobierno Corporativo de las Sociedades. Estas normas se desarrollan más adelante
en este número y en el siguiente.
En cuanto a la clasi¿cación de sociedades nacionales y extranjeras apunta al lugar
de su constitución. Son sociedades nacionales aquellas constituidas en Chile y, por
lo tanto, se rigen tanto como en su constitución formal como en cuanto a normas de
derecho de fondo y jurisdiccionales por las leyes chilenas. Las sociedades extranjeras
son las no constituidas en Chile y, por lo tanto, se rigen por las leyes del Estado en
que se hayan constituido.
En materia de derecho societario se reconoce la existencia de una sociedad en
general en cuanto a su actuación en un Estado distinto al de su sede social permanen-
te, haciendo una distinción en cuanto a la actividad que ésta realiza en otro Estado,
distinguiendo la llamada actividad transitoria y la permanente, entendiendo por:
– Actividad Transitoria: aquella de carácter accidental que tiene por objeto conocer
un determinado mercado, siendo muy escasa su posibilidad de ejercer negocios, los
32 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que son más bien singulares, además en lo que se re¿ere al derecho chileno, si realiza
negocios en Chile, aun cuando transitorios, requiere la obtención de rol único tributario
para sociedad extranjera y pagar impuestos a la renta si corresponde, y
– Actividad Permanente: aquella en que la sociedad actúa en un Estado determi-
nado, y que implica el establecimiento de una sucursal de la sociedad extranjera, con
radicación de personal, capital, inicio de actividades ante el Servicio de Impuestos
Internos, ¿jación de domicilio, representantes, etcétera.
En nuestra regulación de sociedades, sólo la Ley de Sociedades Anónimas contiene
una regulación sobre el establecimiento de agencia de sociedades extranjeras en Chile,
en los artículos 121 al 124 de la ley Nº 18.046, de las agencias de sociedades anónimas
extranjeras que actúan en Chile de forma permanente. Ésta fue la única norma o ley
que reguló esta materia, hasta la dictación de la ley Nº 20.382, de 2009, que incorporó
a partir de los artículos 447 a 450 del Código de Comercio, en el Párrafo 9º del Título
VII del Libro II, denominado “De las Agencias de Sociedades Extranjeras u otras Per-
sonas Jurídicas con ¿nes de lucro”, mediante una regulación para el establecimiento
de Chile de sociedades y personas jurídicas con ¿nes de lucro distintas a las normas
existentes para la radicación de una agencia de sociedad anónima extranjera en Chile,
pero de semejante contenido.
Por ello, hasta antes de la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, en la materia,
se sostuvo que dichas normas de la Ley de Sociedades Anónimas se podían aplicar
por analogía a otros tipos societarios distintos a la sociedad anónima. Sin embargo,
como existía un vacío legal en la materia había quienes sostenían que se trataba de
normas de derecho estricto y, por lo tanto, sólo se podían aplicar a aquellos casos de
sociedades anónimas extranjeras, mas no respecto de otros tipos societarios, tema que
ya perdió trascendencia a partir del año 2009.
En la práctica, para operar con una sociedad extranjera distinta de la anónima,
se legaliza el estatuto de la sociedad extranjera, se inicia con la legalización del
estatuto social debidamente traducido ante el Ministerio de Relaciones Exteriores
y se legaliza el estatuto social ante el Ministerio de Justicia, luego se protocoliza
el estatuto visado y traducido si corresponde, ante notario público todo el “set” o
“dossier” de documentos respectivos. Se debe tener un representante con poder
válido, formalmente legalizado. Para el caso de las sociedades anónimas extranjeras
se aplican las normas respectivas ya citadas de la Ley de Sociedades Anónimas, que
establecen lo que sigue.

A) Estatuto social y poder: artículo 121


“Para que una sociedad anónima extranjera pueda constituir agencia en Chile, su
agente o representante deberá protocolizar en una notaría del domicilio que ésta
tendrá en Chile, en el idioma o¿cial del país de origen, traducidos al español si no
estuvieren en ese idioma, los siguientes documentos emanados del país en que se haya
constituido, debidamente legalizados:
DERECHO DE SOCIEDADES 33

1. Los antecedentes que acrediten que se encuentra legalmente constituida de acuerdo


a la ley del país de origen y un certi¿cado de vigencia de la sociedad;
2. Copia auténtica de los estatutos vigentes, y
3. Un poder general otorgado por la sociedad al agente que ha de representarla en
el país, en el que consten la personería del mandante y se exprese en forma clara y
precisa que el agente obra en Chile bajo la responsabilidad directa de la sociedad,
con amplias facultades para ejecutar operaciones en su nombre y en que se le otor-
guen expresamente las facultades a que se re¿ere el inciso segundo del artículo 7 del
Código de Procedimiento Civil”.

B) Escritura pública de la agencia


de sociedad anónima extranjera: artículo 122
“Por escritura pública de la misma fecha y ante el mismo notario ante el cual se efec-
túe la protocolización a que se re¿ere el artículo anterior, el agente deberá declarar
a nombre de la sociedad y con poder su¿ciente para ello:
1. El nombre con que la sociedad funcionará en Chile y el objeto u objetos de ella;
2. Que la sociedad conoce la legislación chilena y los reglamentos por los cuales
habrán de regirse en el país, sus agencias, actos, contratos y obligaciones;
3. Que los bienes de la sociedad quedan afectos a las leyes chilenas, especialmente
para responder de las obligaciones que ella haya de cumplir en Chile;
4. Que la sociedad se obliga a mantener en Chile bienes de fácil realización para
atender a las obligaciones que hayan de cumplirse en el país;
5. Cuál es el capital efectivo que va a tener en el país para el giro de sus operaciones
y la fecha y forma en que éste ha de ingresar en la caja de la agencia en Chile, y
6. Cuál es el domicilio de la agencia principal”.

C) Extracto de escritura pública de agencia: artículo 123


“Un extracto de la protocolización y de la escritura a que se re¿eren los artículos
precedentes, debidamente certi¿cado por el notario respectivo, en que conste la fecha
y número de la protocolización y de la escritura antes mencionada, el nombre de la
sociedad y aquel con que funcionará en Chile, el domicilio que tendrá en el país; el
capital de la agencia y el nombre del agente o representante, deberá inscribirse en el
Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la agencia principal y publi-
carse, por una sola vez, en el Diario O¿cial todo ello, dentro de los 60 días contados
desde la fecha de la protocolización”.
El artículo 124 dispone:
“El agente deberá cumplir con las mismas formalidades señaladas en los artículos
anteriores de este Título, respecto de cualquiera modi¿cación que se produzca en
relación con los documentos o declaraciones a que estas disposiciones se re¿eren,
excepto la mencionada en el Nº 4 del artículo 122. El agente deberá publicar el ba-
lance anual de la agencia en un diario del domicilio de ésta, dentro del cuatrimestre
siguiente a la fecha del cierre del ejercicio”.
34 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

También se conocen las llamadas sociedades binacionales, que son aquellas que
se conforman con socios y aportes de capital de dos o más Estados y que puede ope-
rar con ¿liales sociales de negocios en ambos Estados, por ejemplo, el Tratado de
Inversión Minería Chileno-Argentino en Zonas Limítrofes, contempla la ¿gura de las
sociedades binacionales mineras.

2.3.1. Reglas para el establecimiento de


Sociedades Extranjeras u otras Personas Jurídicas con Fines de Lucro
Según indicamos en el número 2.3 anterior, en la ley Nº 20.382, de 2009, se
incorporó un nuevo Párrafo 9º, al Libro II, Título VII, del Código de Comercio, y
mediante los artículos 447 a 450, se regula el establecimiento o recepción en Chile
de agencias de sociedades, distintas a la anónima y personas jurídicas en Chile,
procedimiento que contempla la protocolización ante Notario Público de los siguien-
tes instrumentos: el estatuto social, en idioma español, el poder del agente que la
representará en Chile. El apoderado o agente debe otorgar una escritura pública, en
que señale el nombre de la sociedad y su objeto, que conoce la legislación chilena,
que sus bienes quedan afectos a la legislación chilena, que se obliga a mantener
en Chile bienes de fácil liquidación para atender obligaciones que se cumplirán
en Chile, capital y fecha que ingresará a caja social y el domicilio de su agencia
principal. Asimismo, debe otorgarse un extracto de los dos instrumentos indicados
anteriormente, en que se señale el nombre de la entidad y de la agencia, el domici-
lio, el capital de la agencia y el nombre de su representante, debe inscribirse en el
Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la agencia y publicarse por
una vez en el Diario O¿cial, dentro del plazo de 60 días contados desde la fecha de
la protocolización.
Los nuevos artículos del Código de Comercio que regulan esta materia señalan
lo que sigue:
Artículo 447.- Para que una sociedad u otra persona jurídica con ¿nes de lucro extran-
jera pueda constituir agencia en Chile, su agente o representante deberá protocolizar
en una notaría del domicilio que ésta tendrá en Chile, en el idioma o¿cial del país de
origen, traducidos al español si no estuvieren en ese idioma, los siguientes documentos
emanados del país en que se haya constituido, debidamente legalizados:
1) Los antecedentes que acrediten que se encuentra legalmente constituida de acuerdo
a la ley del país de origen y un certi¿cado de vigencia de la entidad;
2) Copia auténtica de los estatutos vigentes, y
3) Un poder general otorgado por la entidad al agente que ha de representarla en
el país, en el que consten la personería del mandante y se exprese en forma clara y
precisa que el agente obra en Chile bajo la responsabilidad directa de la entidad, con
amplias facultades para ejecutar operaciones en su nombre y en que se le otorguen
expresamente las facultades a que se re¿ere el inciso segundo del artículo 7º del
Código de Procedimiento Civil.
DERECHO DE SOCIEDADES 35

Artículo 448.- Por escritura pública de la misma fecha y ante el mismo notario ante
el cual se efectúe la protocolización a que se re¿ere el artículo anterior, el agente
deberá declarar a nombre de la entidad y con poder su¿ciente para ello:
1) El nombre con que la entidad funcionará en Chile y el objeto u objetos de ella;
2) Que la entidad conoce la legislación chilena y los reglamentos por los cuales habrán
de regirse en el país, sus agencias, actos, contratos y obligaciones;
3) Que los bienes de la entidad quedan afectos a las leyes chilenas, especialmente
para responder de las obligaciones que ella haya de cumplir en Chile;
4) Que la entidad se obliga a mantener en Chile bienes de fácil realización para
atender a las obligaciones que hayan de cumplirse en el país;
5) Cuál es el capital efectivo que va a tener en el país para el giro de sus operaciones
y la fecha y forma en que éste ha de ingresar en la caja de la agencia en Chile, y
6) Cuál es el domicilio de la agencia principal.
Artículo 449.- Un extracto de la protocolización y de la escritura a que se re¿eren
los artículos precedentes, debidamente certi¿cado por el notario respectivo, en que
conste la fecha y número de la protocolización y de la escritura antes mencionada;
el nombre de la entidad y aquel con que funcionará en Chile; el domicilio que tendrá
en el país; el capital de la agencia y el nombre del agente o representante, deberá
inscribirse en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la agencia
principal y publicarse, por una sola vez en el Diario O¿cial; todo ello, dentro de los
60 días contados desde la fecha de la protocolización.
Artículo 450.- El agente deberá cumplir con las mismas formalidades señaladas en
los artículos anteriores de este título, respecto de cualquiera modi¿cación que se
produzca en relación con los documentos o declaraciones a que estas disposiciones
se re¿eren, excepto la mencionada en el número 4) del artículo 448. El agente deberá
publicar el balance anual de la agencia en un diario del domicilio de ésta, dentro del
cuatrimestre siguiente a la fecha del cierre del ejercicio.”.

2.4. Sociedades que tienen un objeto


único de negocio y sociedades con objeto múltiple
El objeto o giro de negocios sociales de toda sociedad se encuentra establecido
en el estatuto de la misma; y ya se ha señalado que este objeto social es útil para
determinar si la sociedad es civil, mercantil o con objeto dual en nuestro sistema de
derecho de sociedades (artículo 2059 del Código Civil).
Mediante el estatuto social entonces se puede determinar su carácter civil o mer-
cantil, no así en el caso de las sociedades anónimas que tienen un carácter mercantil
otorgado por la ley y lo mismo para la Empresa Individual de Responsabilidad Limi-
tada que conforme a su ley especial que la rige es siempre mercantil, y para el caso
de la Sociedad por Acciones, se aplica el mismo principio de la mercantilidad formal
del tipo, por el reenvío a las normas de la sociedad anónima cerrada que dispone el
artículo 424, inciso segundo del Código de Comercio.
36 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El principio de especialidad de la persona jurídica de la sociedad acota su capacidad


de actuación al objeto de la misma, el cual se declara en el estatuto social.
El giro social es el ámbito de negocios que enmarca el poder de actuación de la
persona jurídica y, por lo tanto, de sus administradores y órganos societarios de admi-
nistración, según corresponda. En este sentido, el objeto o giro de negocios sociales
enmarca la competencia de actuación de las sociedades, no pudiendo actuar fuera de
éste, bajo sanción de actuar “ultra vires”.
Desde el punto de vista del objeto social, las sociedades pueden ser de objeto
único o singular o bien de objeto múltiple o plural. En todo caso, singular o plural
la sociedad ha de tener siempre un objeto especí¿co de negocios, y mediante el cual
pretende obtener utilidades o bene¿cios económicos.
El tema del objeto social de las sociedades, se relaciona con la garantía constitu-
cional del artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política de la República, ya que este
objeto social especí¿co se encuentra garantizado en cuanto a su ejercicio en dicha
disposición constitucional, que establece:
“La Constitución asegura a todas las personas: 21º El derecho a desarrollar cual-
quiera actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público o a la
seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen”.
En el caso de que dicha actividad económica sea desconocida, limitada o condi-
cionada a una sociedad, por acto u omisión arbitrario e ilegal ya sea que emane de
particular o autoridad pública, cuenta con la tutela del recurso de protección consti-
tucional establecido en el artículo 20 de la Constitución Política y con el recurso de
amparo económico de la ley Nº 18.971, de 1990.

2.5. Clasi¿cación de las sociedades según


regla de responsabilidad para los socios
Según la responsabilidad individual de los socios por las obligaciones sociales,
esto es, conforme los créditos u obligaciones sociales, si son o no exigibles además
de la sociedad a los socios, se pueden clasi¿car las sociedades mercantiles, según las
siguientes reglas:
a) Sociedad colectiva mercantil, impone a los socios colectivos reglas de respon-
sabilidad solidaria por las obligaciones sociales, conforme señala el artículo 370 del
Código de Comercio:
“Los socios colectivos indicados en la escritura social son responsables solidariamente
de todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social”.
“En ningún caso podrán los socios derogar por pacto la solidaridad en las sociedades
colectivas”.
Esta responsabilidad solidaria tiene por fuente la ley, es inderogable por los socios,
y es de carácter pasivo.
DERECHO DE SOCIEDADES 37

Por lo señalado este tipo societario conlleva la mayor exposición y riesgo para el
patrimonio de los socios, ya que el acreedor social tiene acción contra la sociedad y en
contra de todos y cada uno de sus socios colectivos; incluso la declaración de quiebra
de la sociedad colectiva puede signi¿car que el juez declare de o¿cio la quiebra de
los socios solidarios que la componen, según lo dispuesto por el artículo 51 del Libro
IV De las Quiebras del Código de Comercio.
b) Sociedad en comandita simple, distingue dos clases de socios, los gestores,
quienes responden en iguales términos que los colectivos y los comanditarios, quienes
tienen limitada su responsabilidad por las obligaciones sociales hasta el monto de sus
aportes. El artículo 483 del Código de Comercio señala:
“Los socios gestores son inde¿nida y solidariamente responsables de todas las obli-
gaciones y pérdidas sociales”.
“Los socios comanditarios sólo responden de unas y otras hasta concurrencia de sus
aportes prometidos o entregados”.
Al igual que la colectiva mercantil, la en comandita mercantil, si es declarada en
quiebra, faculta al juez para declarar la quiebra de los socios gestores, según dispone
el artículo 51 del Libro IV De las Quiebras del Código de Comercio.
c) Sociedad de responsabilidad limitada, regulada en la ley Nº 3.918, de 1923, en
su artículo 2º, establece que los socios en estos tipos societarios, responden limita-
damente por las obligaciones sociales hasta el monto de sus aportes o la suma mayor
que se indicare en los estatutos sociales.
Por lo tanto, este tipo societario tiene la ventaja de limitar la responsabilidad de
los socios sólo hasta el monto de sus aportes, lo que explica su gran difusión en Chile,
desde su autorización legal hasta nuestros días.
d) Sociedad por Acciones, regulada en los artículos 424 a 446 del Código de
Comercio (Ley Nº 20.190, de 2007), que establece régimen de limitación de respon-
sabilidad para los accionistas hasta el monto de su aporte.
e) Sociedades anónimas, este tipo societario por de¿nición legal, en el artículo
primero, inciso primero de la ley Nº 18.046, de 1981, establece que los accionistas
sólo responden hasta el monto de sus aportes, de lo que se concluye que no responden
por las obligaciones sociales frente a terceros.

2.6. Clasi¿cación de las sociedades


según regla de cesibilidad de derechos sociales
Considerando la disponibilidad de los derechos sociales, en los tipos societarios
de sociedades de personas (colectiva, en comandita y de responsabilidad limitada),
los derechos sociales sólo se pueden ceder, total o parcialmente de un socio a otra
persona, si existe acuerdo unánime entre los socios y además desde el punto de vista
formal requiere e implica una reforma de estatutos sociales, según dispone el artículo
404 Nº 3 en relación con artículo 350, inciso 2º, ambos del Código de Comercio.
38 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En cambio, en las sociedades de capital (anónima y comandita por acciones y


sociedad por acciones), se aplica el principio de la libre cesibilidad de las acciones,
así en el artículo 14 de la Ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas, se establece
el principio de la libre cesión de las acciones, toda vez que se trata de títulos valores
negociables en los términos establecidos por el artículo 3º de la Ley Nº 18.045, Ley
de Mercado de Valores. Por lo que las acciones son títulos valores esencialmente
negociables o cesibles por su titular.
Para efectos de materializar la cesión o traspaso de acciones, se debe cumplir con
las solemnidades y registraciones que establecen los artículos 15, 16 y 17 del Regla-
mento de la Ley de Sociedades Anónimas (decreto supremo Nº 587, de 1982), esto
es, debe constar por escrito (escritura pública o privada) y registrarse el contrato de
cesión de acciones ante la sociedad anónima, en el registro de accionistas.
En síntesis, el criterio de la cesibilidad de derechos sociales, nos indica que la
cesibilidad en las sociedades de personas se encuentra limitada o condicionada, no
siendo ello aplicable a las sociedades de capital, en las que rige el principio de la
libre cesibilidad, situación que pone de relieve la distinta naturaleza de unas y otras,
siendo una proyección del elemento “intuito personae”, que informa a las primeras
y que no es tan relevante en las de capital.

2.7. Sociedades de régimen documental tradicional y de régimen simpli¿cado


electrónico o digital
Con la dictación de la ley Nº 20.659, de 2013, titulada Simpli¿ca el régimen de
constitución, modi¿cación y disolución de Sociedades Comerciales, autoriza a cons-
tituir Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada “E.I.R.L.”, sociedades
de responsabilidad limitada, colectiva, en comandita simple y por acciones, socie-
dades por acciones “SpA”, sociedades anónimas cerradas y sociedades de garantía
reciproca, todas de carácter comercial, mediante sistema simpli¿cado en formulario
electrónico o digital inscrito en el Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio
de Economía, lo que implica que con esta nueva regulación legal, se puede distinguir
un sistema nuevo de constitución de sociedades en formato digital o electrónico y el
sistema de constitución de sociedades tradicionales en formato de escritura pública,
mas extracto inscrito en Registro de Comercio y publicado en Diario O¿cial, según
el tipo societario legal especi¿co que la regula, con lo que se visualizan dos sistemas
jurídicos societarios, el de la ley Nº 20.659, de 2013, de sociedades en formato digi-
tal o electrónico y el sistema tradicional que se funda en la codi¿cación de nuestro
derecho comercial, desde 1865 en adelante.

3. Reglas de solución de conÀictos de


intereses societarios. Jurisdicción Arbitral
La tendencia actual y creciente del derecho mercantil actual, tanto a nivel de re-
gulación positiva como a nivel de doctrina societaria y procesal, es darle un mayor
DERECHO DE SOCIEDADES 39

desarrollo y espacio de materias a la justicia arbitral y ampliar, por lo tanto, las materias
de arbitraje forzoso, en las cuestiones comerciales en general, bajo los presupuestos
de aplicar una justicia especializada a los conÀictos societarios y del desarrollo de un
proceso jurisdiccional de breve duración en lo temporal. Esta tendencia de potenciar
la jurisdicción arbitral en materias mercantiles, la podemos constatar tanto a nivel de
comercio interno como de comercio internacional.
El conÀicto entre socios o accionistas o bien, de socios con sociedad o de los ac-
cionistas con la sociedad anónima o con sus administradores, en cualquier tiempo de
su vigencia y en fase de liquidación de una sociedad, se entregan al conocimiento y
resolución de la justicia arbitral, salvo en el caso controversial que presenta el artículo
125 de la Ley de Sociedades Anónimas, que entrega a la elección del demandante
presentar su demanda a la justicia ordinaria o solicitar la designación de juez árbitro.
En este sentido, el tratadista argentino Roque J. Caivano señala: “Una característica
común a todos los casos es que el arbitraje está paulatinamente comenzado a ser visto
como una posibilidad cierta para resolver los conÀictos interpersonales con mayor
celeridad, sencillez y economía que los que hoy puede brindar el sistema estatal de
administración de justicia”7.
En nuestro sistema procesal orgánico, el Código Orgánico de Tribunales, de 1943,
en su artículo 227 Nº 4, establece que:
“Deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes”:
“4º. Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad anónima, o de
una sociedad colectiva o en comandita comercial, o entre los asociados de una par-
ticipación, en el caso del artículo 415 del Código de Comercio”;
Este artículo omite mencionar a la sociedad de responsabilidad limitada de la ley
Nº 3.918, de 1923; sin embargo, esta sociedad en su normativa efectúa un envío a
las normas sobre sociedad colectiva de manera supletoria, y por este tipo societario
colectivo se comprende también la sociedad de responsabilidad limitada en la regla
del artículo 227 del Código Orgánico de Tribunales.
En las sociedades de personas puede ser elegido o elegidos un árbitro arbitrador o
un árbitro de derecho individualmente determinados, o bien puede ser establecida en el
estatuto de la sociedad o en la escritura de su constitución, una cláusula compromisoria
sin designación de personas especí¿cas, pero sí sus calidades especiales.
Respecto de las sociedades colectivas mercantiles se aplica lo establecido en el
artículo 352 Nº 10 del Código de Comercio:
“La escritura social deberá expresar:
10º. Si las diferencias que les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas
a la resolución de arbitradores, y en el primer caso, la forma en que deba hacerse el
nombramiento”;

7 Roque J. CAIVANO, Arbitraje, Editorial Ad Hoc, Bs. Aires, año 2000, pág. 36.
40 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si la escritura de constitución nada dice, no se presenta mayor problema por lo


establecido en el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de Tribunales, en el sentido
de que los conÀictos serán resueltos necesariamente por un juez árbitro. Lo mismo se
aplica para la sociedad de responsabilidad limitada y para la sociedad en comandita,
simple o por acciones. Si el estatuto nada dice, se debe designar al juez árbitro, ya
sea por las partes en conÀicto de común acuerdo, o bien por la justicia ordinaria, a
petición de parte interesada.
Toda esta regulación de la jurisdicción arbitral funciona en nuestro Derecho posi-
tivo sin mayores problemas en el caso de las sociedades de personas. En cambio, en
el caso de las sociedades anónimas, el artículo 4º numeral 10 de la Ley de Sociedades
Anónimas, se establece que toda controversia será resuelta por juez árbitro. Puede
entonces, vía cláusula compromisoria, en la escritura de constitución declararse por
los accionistas “fundadores” o constituyentes que toda controversia va a ser resuelta
por juez árbitro; si nada dice el pacto se entiende que los conÀictos serán resueltos por
juez árbitro arbitrador, pero no se puede designar la persona del árbitro. El artículo
4º Nº 10 citado señala:
“La escritura de la sociedad debe expresar”.
10º. La naturaleza del arbitraje a que deberán ser sometidas las diferencias que
ocurran entre los accionistas en su calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus
administradores, sea durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si
nada se dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
un árbitro arbitrador”;
No obstante la claridad de la norma transcrita anteriormente, el artículo 125 de la
misma ley señala:
“En los estatutos sociales se establecerá la forma como se designarán el o los árbitros
que conocerán las materias a que se re¿ere el Nº 10 del artículo 4 de la presente ley.
En caso alguno podrá nominarse en ellos a una o más personas determinadas como
árbitros.
El arbitraje que establece esta ley es sin perjuicio de que, al producirse un conÀicto,
el demandante pueda sustraer su conocimiento de la competencia de los árbitros y
someterlo a la decisión de la justicia ordinaria”.
De acuerdo a este último artículo se puede establecer la forma de cómo va a de-
signar la persona del árbitro, pero no se puede designar la persona del juez árbitro,
sino que sólo sus calidades y cualidades. El inciso segundo de este artículo modi¿ca y
deroga tácitamente el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de Tribunales, de 1943,
en cuanto artículo 125 establece que una materia que es de arbitraje forzoso en el
Código Orgánico de Tribunales, deviene en un arbitraje facultativo y queda a elección
del demandante pedir designación de juez árbitro o bien recurrir directamente a la
justicia ordinaria, con su demanda. Sostenemos que este inciso segundo del artículo
125 de la Ley de Sociedades Anónimas es de dudosa constitucionalidad, ya que el
Código Orgánico de Tribunales, de 1943, por disposición del artículo 5º transitorio
DERECHO DE SOCIEDADES 41

de la Constitución Política es norma de rango orgánico constitucional; en cambio, la


Ley de Sociedades Anónimas es ley simple o común, por lo tanto, no puede haber
derogado el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de Tribunales una ley común u
ordinaria.
En el libro dedicamos un acápite especial para tratar el arbitraje en la sociedad
anónima, por lo relevante de la materia; y, lo mismo respecto de la sociedad por
acciones.
SEGUNDA PARTE

V. REGULACIÓN DE LAS SOCIEDADES MERCANTILES


En su versión original, el Código de Comercio de 1865 reguló sólo tres tipos
societarios conocidos a la época en el Derecho Comercial del siglo XIX: la sociedad
colectiva, la sociedad en comandita, simple y por acciones y la sociedad anónima. No se
conoció por nuestro codi¿cador mercantil del siglo XIX la sociedad de responsabilidad
limitada, pero luego al inicio del siglo XX se reguló la sociedad de responsabilidad
limitada en la ley Nº 3.198, de 1923, y recientemente la Empresa Individual de Res-
ponsabilidad Limitada, ley Nº 19.857, de 2003 y la Sociedad por Acciones artículos
424 y siguientes Código de Comercio, ley Nº 20.190, de 2007.
La Sociedad Colectiva representa el modelo o arquetipo de sociedad de personas,
es el tipo de sociedad de personas mercantil de mayor antigüedad histórica, situando
su aparición en la Edad Media en la ciudad medieval europea y actualmente en el
título societario el de menor uso o aplicación, por el problema de la responsabilidad
solidaria de los socios colectivos. Esta colectiva recoge los principios de la societas
romana, dos o más socios, aporte, carácter intuito personae, se funda en relaciones
de con¿anza entre socios colectivos.
Regula también nuestro Código de Comercio la Sociedad en Comandita, la que
presenta dos modalidades: Simple, igual a sociedad de personas y Por acciones, igual
a sociedad de capitales, con concurrencia de socio gestor.
También regula el legislador al tiempo de dictar el Código de Comercio de 1865 la
Sociedad Anónima, que es una sociedad de capitales en donde interesa el aporte eco-
nómico o de capital de los socios, regulación que fue derogada por la Ley Nº 18.046,
sobre Sociedades Anónimas de 1981, la que como señalamos, derogó los artículos
424 a 469 del Código de Comercio, los que se referían a la sociedad anónima y se
aplica actualmente la ley Nº 18.046, más su Reglamento contenido en D.S. Nº 587,
de 1982. Estas reglas del Código de Comercio de la sociedad anónima tuvieron una
aplicación en el tiempo desde 1865 a 1981 para la sociedad anónima, más las normas
que se contenían sobre la materia en el decreto con fuerza ley Nº 251, de 1931.
44 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En el Código de Comercio de 1865 sólo quedan vigentes, en su regulación origi-


nal, la sociedad colectiva y la sociedad en comandita, luego en las leyes especiales se
encuentran reguladas la sociedad de responsabilidad limitada y la sociedad anónima,
la empresa individual de responsabilidad limitada y la sociedad por acciones, compro-
bándose de este modo que estamos frente al proceso de la llamada “decodi¿cación”;
esto es la pérdida creciente del valor del Código, con a la dictación por el Estado de
leyes especiales, que “complementan” el Código.
En virtud de la ley Nº 20.190, publicada en Diario O¿cial de 5 de junio de 2007, se
creó el nuevo tipo societario mercantil, Sociedad por Acciones (“SpA”), cuyo proyecto
de ley fue conocido en prensa económica con el nombre de “Mercado de Capitales
II” o “MK2”, impulsada activamente por el Gobierno del Presidente de la República
Ricardo Lagos Escobar y su Ministro de Hacienda Nicolás Eyzaguirre Guzmán, que
entre otras materias incorpora la sociedad individualizada al artículo 348 del Código
de Comercio, el que señala lo que sigue:
“Artículo 348.- Las disposiciones de este Titulo regulan tres especies de sociedad:
1ª Sociedad colectiva;
2ª Sociedad por acciones; y,
3ª Sociedad en comandita”.
Se ha incorporado en consecuencia, este nuevo tipo societario Sociedad por Ac-
ciones o “SpA” en los artículos que originalmente regularon la sociedad anónima en
el Código de Comercio de 1865, “ocupando” los artículos 424 a 446 “nuevos”, en
el Libro II, Título VII, Párrafo 8º, lo que ha implicado una nueva “revalorización”
del Código mercantil, ya que el legislador en este caso acertadamente en nuestra
opinión, no siguió el modelo de la ley especial “separada”, para regular este nuevo
tipo societario.
La última novedad en materia de derecho positivo de sociedades ocurre con la
dictación de la ley N° 20.659, de 2013, que autoriza la constitución y modi¿cación de
personas jurídicas mediante formulario electrónico o digital con inscripción en el Re-
gistro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, que establece sociedades
constituidas por formato digital y que se explican en la sección Decimocuarta.

1. Elementos tipi¿cantes en las sociedades mercantiles


Denominamos elementos tipi¿cantes de las sociedades mercantiles aquellos que le
dan especiales características, que permiten diferenciarlas de las sociedades civiles,
según nuestro derecho positivo y son los que se pasan a enumerar seguidamente.

1.1. En virtud de la naturaleza de su giro de negocios


Las sociedades comerciales son tales en virtud de la naturaleza de su objeto o
giro de negocios que se declare en su estatuto social y excepcionalmente tal decla-
ración de mercantilidad es dada por la ley como el caso de la sociedad anónima,
DERECHO DE SOCIEDADES 45

que es siempre mercantil y la empresa individual de responsabilidad limitada, que


la ley cali¿ca de “siempre comercial”. El artículo 2059 del Código Civil establece
esta clasi¿cación dual, tradicional en nuestro sistema jurídico, que distingue entre
sociedades mercantiles y civiles, atendiendo a la naturaleza de su giro de negocios,
siendo mercantiles las que se dedican a la ejecución de uno o más actos de comercio
y las demás son civiles.
Según la naturaleza de la actividad que se declare en el estatuto social se puede
determinar si esa actividad es civil o mercantil (principio especialidad).
Los constituyentes pueden errar en la cali¿cación jurídica al constituir la sociedad,
pero se determina la naturaleza o carácter mercantil de acuerdo al objeto o giro de
negocio y su naturaleza en sí.
Además, existe la posibilidad de que una sociedad civil los socios pacten que se
regirá por las reglas establecidas para las sociedades comerciales, conforme indica
el artículo 2060 del Código Civil; pero este principio no puede operar a la inversa o
en caso contrario.
Asimismo, puede ocurrir que una sociedad de personas tenga en su objeto o giro
de negocios uno o más de carácter civil y otro u otros de carácter mercantil; esto es
que tenga objeto mixto, en cuyo caso en cuanto al derecho de fondo aplicable hay que
respetar la naturaleza jurídica de la obligación especí¿ca, para determinar el estatuto
jurídico a aplicar.
En caso de duda se reputa comercial. En derecho las cosas son lo que son y no lo
que las partes quieren que sean. Puede que una sociedad sea civil y después pasar a ser
comercial, pero no al revés; es decir, que una sociedad comercial pase a ser civil.
Surge como regla general que hay sociedades colectivas que pueden ser idóneas
para objetos de negocios civiles y mercantiles como las de responsabilidad limitada
y las en comandita. Pero en el caso de la sociedad anónima de acuerdo a la de¿nición
legal (artículo 1º, inciso 2º ley Nº 18.046), éstas son siempre mercantiles, indepen-
dientemente de su objeto o giro de negocio. Esta última es al único tipo societario que
no se le aplica la cali¿cación del artículo 2059 del Código Civil. Lo mismo ocurre
con la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (E.I.R.L.), regulada en la ley
Nº 19.857, de 2003, de¿nida en el artículo 2º, en los siguientes términos:
“La empresa individual de responsabilidad limitada es una persona jurídica con pa-
trimonio propio distinto al del titular, es siempre comercial y está sometida al Código
de Comercio cualquiera que sea su objeto, podrá realizar toda clase de operaciones
civiles y comerciales, excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónimas”.
Las razones o fundamentos del legislador para mercantilizar al tipo societario
Sociedad Anónima y a la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada son las
que se señalan:
– Primero, la constitución de estas personas jurídicas sería un acto de comercio
formal, no regulado en el artículo 3º del Código de Comercio.
46 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

– Segundo, la razón más convincente y de fondo, para sostener la ¿cción legal de


mercantilidad de la Sociedad Anónima, es en el hecho que este tipo societario se for-
ma con el aporte de dos o más personas y este aporte se materializa en que el capital
social se divide en acciones; y las acciones son títulos valores o efectos de comercio
(en los términos del artículo 3º de la Ley de Mercado de Valores), por ende, se trata
de títulos negociables y de inversión y en esta operación hay varias características de
acto de comercio. Hay un acto de comercio en el aporte de capital, emisión y entre-
ga de acciones. Elemento de transacción bursátil o negociable opera en la sociedad
anónima una verdadera operación de cambio: capital por acciones de acuerdo a la
naturaleza del tipo societario sociedad anónima está diseñada para negocios de gran
envergadura y hace oferta de sus acciones al público.
Finalmente, el fundamento de la mercantilidad de la sociedad anónima y de la
E.I.R.L., radica en que la ley sujeta a estas personas jurídicas a la regulación comercial,
en materia de prueba de obligaciones (artículos 127 a 129 del Código de Comercio), en
materia de prescripción (artículo 822 Código de Comercio) y en materia de regulación
de derecho de quiebras, con un estatuto legal más estricto respecto a la quiebra del
llamado deudor cali¿cado en comparación con los llamados deudores comunes.
Asimismo, en el caso de la sociedad por acciones “SpA”, también presenta una
naturaleza mercantil, atendido a que el artículo 424 del Código de Comercio, reenvía
supletoriamente a la normativa de la sociedad anónima cerrada este tipo societario,
por lo que concluimos que también presenta una mercantilidad formal de tipo.
De lo señalado se puede concluir que la clasi¿cación del artículo 2059 del Código
Civil, viene progresivamente experimentando una derogación tácita, al menos en el
caso de la sociedad anónima, de la empresa individual de responsabilidad limitada y
de la sociedad por acciones, que son reputadas siempre mercantiles, con prescindencia
de su objeto o giro de negocios.

1.2. Las sociedades mercantiles son


solemnes en su constitución y reforma estatutaria
Las sociedades comerciales deben cumplir una “serie secuencia” o “iter” de re-
quisitos formales para la constitución válida de las sociedades mercantiles. No así
las sociedades colectivas civiles que son consensuales, pero en la práctica por vía de
prueba constan siempre por escrito (ver artículos 1708 y 1709 Código Civil).
Estas solemnidades tienen su fundamento en que proveen a la seguridad y certeza
jurídica que hay que otorgarles a los terceros, por lo tanto, el cumplimiento de las
solemnidades no es sólo formalismo o “elegancia”, sino que cumplen una función
práctica; certeza y seguridad jurídica a los terceros, sobre todo si consideramos que
con la sociedad nace una persona jurídica. Lo que se pretende es proteger a priori a
los terceros que contratarán con la sociedad. No tienen las solemnidades una razón de
mera forma, sino que más bien se trata de una razón de fondo, para hacer oponible la
constitución de la sociedad a los terceros, máxime si se considera que con ella nace
una persona jurídica, con fuente en la ley.
DERECHO DE SOCIEDADES 47

La solemnidad esencial consiste en que el estatuto social, con menciones esencia-


les para cada tipo societario, debe constar por escritura pública, recurriéndose al más
importante ministro de fe de nuestro sistema jurídico esto es, el notario público con
fundamento en los principios de certeza y seguridad jurídica.
Cabe destacar que este régimen tradicional solemne de constitución de socieda-
des comerciales, cuya tradición y origen nace con nuestro Código de Comercio de
1865, acaba de ser una materia innovada profundamente con la dictación de la ley
Nº 20.659, de 2013, que establece un sistema digital o electrónico en la constitución y
modi¿cación de las personas jurídicas indicadas en el artículo 2º de dicha ley. En este
caso la constitución y modi¿cación se perfecciona mediante formulario electrónico
o digital con inscripción en el Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de
Economía, y que establece sociedades constituidas por formato digital o electrónico,
con lo que desde el punto de vista de las solemnidades en la formación societaria,
tenemos el sistema tradicional en base a escritura pública, y el sistema de sociedades
en formato digital, de menor solemnidad en comparación con el tradicional de la
codi¿cación de siglo XIX y siguientes.

1.3. Solemnidades compartidas por los cuatro tipos societarios


Indicamos las solemnidades que comparten los tipos societarios mercantiles co-
lectiva, en comandita simple, en comandita por acciones, responsabilidad limitada,
anónima, empresa individual de responsabilidad limitada y sociedad por acciones,
en el sistema tradicional societario de la codi¿cación mercantil.
Primera Solemnidad. El estatuto de constitución o pacto social debe constar por
escritura pública, concurriendo todos los elementos esenciales que la ley exige para
cada tipo societario. En principio, como regla general, el contrato mercantil suele ser
consensual, así es que en verdad se trata en el caso de la formación de las sociedades
mercantiles de una excepción a la regla general que es la consensualidad o el puro
consensualismo, sin perjuicio de que en la práctica los contratos mercantiles relevantes
constan por razones de seguridad jurídica por escrito.
Segunda Solemnidad. Un extracto de la escritura pública, otorgado por el notario
público, con las correspondientes menciones esenciales al extracto debe inscribirse en
tiempo y forma en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la socie-
dad, este instrumento extracto lo otorga el Notario ante el cual se otorgó la escritura
pública de constitución. Así se forma válidamente la sociedad colectiva mercantil y
sociedad en comandita simple.
Tercera Solemnidad. La publicación del extracto otorgado por el Notario Público
por una vez en el Diario O¿cial, dentro del plazo de sesenta días contados desde el
otorgamiento de la escritura pública, solemnidad solamente aplicable respecto de las
sociedades anónimas y de las sociedades de responsabilidad limitada y para la Empre-
sa Individual de Responsabilidad Limitada (“E.I.R.L.”); y, un mes contado desde el
otorgamiento de la escritura pública de constitución, para la sociedad por acciones.
48 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La razón de este tercer requisito de publicidad, aplicable a la anónima y a la de


responsabilidad limitada, es la distinta temporalidad de las normas, ya que en el
tiempo de promulgación del Código de Comercio no se contaba esta publicidad del
Diario O¿cial, que posteriormente en las nuevas leyes del siglo XX sí se considera,
en principio para publicitar a los terceros interesados.
En la medida que se dé cumplimiento a las solemnidades previstas por ley para la
constitución de una sociedad mercantil se puede decir que la sociedad está legalmente
constituida. En caso contrario, ante la omisión de solemnidades hay una formación
defectuosa o viciada que va a derivar en sociedad de hecho, la que podrá sanearse,
sólo si el vicio es de carácter formal.
En general, los vicios de constitución de las sociedades mercantiles son susceptibles
de ser saneados, en la medida que se trate de vicios formales. La ley Nº 19.499, Ley de
Saneamiento de Vicios Formales, de 1997, establece que los vicios formales pueden
ser saneados, pero si se trata de vicios de fondo no admite saneamiento alguno. Esta
nueva ley tiene una gran aplicación práctica, ya que es frecuente que se pueda incurrir
en omisiones formales, que causan sociedad irregular o de hecho, pero saneable.
Las mismas solemnidades de constitución deben llevarse a cabo o cumplirse
para el caso de que se realice alguna modi¿cación o reforma al estatuto social de
la sociedad (artículos 350, inciso 2º Código de Comercio, 3º ley Nº 3.918 y 3º ley
Nº 18.046).

VI. SECCIÓN PRIMERA


LA SOCIEDAD COLECTIVA MERCANTIL
Como señala el catedrático Rodrigo Uría en su obra Derecho Comercial (pág.
177) en cuanto a los orígenes históricos de este tipo de sociedad de personas: “es la
más antigua de las sociedades mercantiles. Nació en plena Edad Media como forma
evolutiva de las comunidades hereditarias familiares que continuaban la explotación
del comercio paterno y, por eso, en un principio, unió exclusivamente a personas li-
gadas por vínculos de sangre. Más tarde el vínculo social se extiende fuera del círculo
familiar, alcanzando a personas que no comían del mismo pan (compañía viene de
cum panis), pero la sociedad continúa, sin embargo, constituyendo una comunidad
de trabajo entre pocas personas, unidas por estrechas relaciones de con¿anza mutua.
Este carácter originario y secular, que se conserva fresco y lozano al correr del tiem-
po, es el que permite considerar a la forma social colectiva como la primera y más
genuina representación de las sociedades personalistas, así llamadas porque, estando
constituidas en atención a las condiciones de los socios (intuito personae), las vici-
situdes personales de éstos repercuten tan directamente sobre la vida de la sociedad
que la muerte o las crisis económicas de éstos pueden acarrear la disolución de la
sociedad”. Seguidamente anota el catedrático Uría, que la regla de responsabilidad
ilimitada para los socios por las obligaciones sociales acarreó su desuso frente a tipos
societarios más capitalistas.
DERECHO DE SOCIEDADES 49

Esta sociedad colectiva “llamada inicialmente por Savary y Pothier ‘sociedad en


nombre colectivo’, fue reglamentada por el Código de Comercio francés de 1807, de
donde pasó a otras legislaciones”8.
Desde este punto de vista su estudio actual se justi¿ca, más que por su “escasez”
casuística en los negocios, por el hecho de que como primera sociedad de personas con-
tinúa siendo el “arquetipo” de esta familia de las llamadas sociedades de personas.

1. Concepto de sociedad colectiva mercantil


Podemos de¿nir la sociedad colectiva mercantil como aquella sociedad de personas
que es administrada por todos y cada uno de sus socios quienes pueden usar la razón
social dentro del giro de negocios, en que la responsabilidad por las obligaciones so-
ciales es solidaria e ilimitada y en que para ceder los derechos sociales se requiere el
consentimiento unánime de todos los socios más la reforma estatutaria respectiva.

2. Solemnidades en la constitución de la sociedad colectiva mercantil


La formación de las sociedades colectivas mercantiles es solemne, toda vez que el
estatuto social debe otorgarse por escritura pública –con sus menciones esenciales–
y un extracto de la escritura de constitución –con sus menciones esenciales–, debe
inscribirse en el plazo de sesenta días corridos contados desde la fecha de la escritura
pública, en el Registro de Comercio, correspondiente al domicilio de la sociedad.
El establecimiento de constitución solemne tiene su fundamento en que es necesario
dar certeza y seguridad jurídica a los terceros, ya que con la sociedad colectiva nace
en este caso una persona jurídica mercantil.
El Código de Comercio en su artículo 350 señala:
“La sociedad colectiva se forma y prueba por escritura pública inscrita en los tér-
minos del artículo 354.
La disolución de la sociedad que se efectuare antes de vencer el término estipulado, la
prórroga de éste, el cambio, retiro o muerte de un socio, la alteración de la razón social
y en general toda reforma, ampliación o modi¿cación del contrato, serán reducidos a
escritura pública con las solemnidades indicadas en el inciso anterior.
No será necesario cumplir con dichas solemnidades cuando se trate de la simple pró-
rroga de la sociedad que deba producirse de acuerdo con las estipulaciones que existan
al respecto en el contrato social. En este caso la sociedad se entenderá prorrogada en
conformidad a las estipulaciones de los socios, a menos que uno o varios de ellos ex-
presen su voluntad de ponerle término en el plazo estipulado mediante una declaración
hecha por escritura pública y de la cual deberá tomarse nota al margen de la inscripción
respectiva en el registro de comercio antes de la fecha ¿jada para la disolución”.

8 Saúl Argeri, Diccionario de Derecho Comercial y de la Empresa, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1981,
pág. 364.
50 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El legislador reconoce que puede constar el estatuto social en un mero instrumen-


to privado, pero no se forma una sociedad, lo que hace el legislador es dar a dicho
instrumento el efecto y valor de una promesa de celebrar el contrato de sociedad y
obliga a otorgar la escritura pública antes de dar inicio a sus actividades, pudiendo
cualquier socio requerir el otorgamiento de la misma.
El artículo 351 dispone:
“El contrato consignado en un documento privado no producirá otro efecto entre los
socios que el de obligarlos a otorgar la escritura pública antes que la sociedad dé
principio a sus operaciones”.
Cualquiera de los socios puede demandar la constitución de la sociedad, de acuerdo
a lo establecido en el artículo 351 del Código de Comercio, antes de iniciar cualquier
operación social, siendo este típico caso de Conversión del Negocio Jurídico. Esto es
así porque el legislador no reconoce el efecto jurídico de formar una sociedad, sino
que le reconoce el valor de una promesa de contrato. El artículo 351 del Código de
Comercio es un caso típico de conversión de negocio jurídico.

3. Requisitos formales de la escritura


pública de constitución de la sociedad colectiva comercial
Las sociedades colectivas comerciales, según señalamos anteriormente, se forman,
existen y prueban otorgando el estatuto social por escritura pública más la inscripción
del extracto de la escritura pública, con sus menciones esenciales, en el Registro de
Comercio del domicilio de la sociedad, en el plazo de sesenta días corridos a contar de
la fecha de la escritura pública. En tanto, escritura pública debe reunir los requisitos
comunes a toda escritura pública establecidos en los artículos 403 a 406 del Código
Orgánico de Tribunales, los que deben ser especialmente considerados, ya que algunas
omisiones de menciones, propias de la escritura pública, pueden causar nulidad del
citado instrumento público.
Las menciones especiales de esta escritura pública de constitución de la sociedad
colectiva se encuentran establecidas en el artículo 352 del Código de Comercio, este
artículo contiene doce numerales, de los cuales no todos son requisitos esenciales,
ya que algunas de sus menciones son suplidas por el legislador en caso de silencio
en el estatuto social y, además, se pueden incorporar menciones accidentales por los
constituyentes.
El artículo 352 señala:
“La escritura social deberá expresar”:
1. Los nombres, apellidos y domicilios de los socios;
2. La razón o ¿rma social;
3. Los socios encargados de la administración y del uso de la razón social;
4. El capital que introduce cada uno de los socios, sea que consista en dinero, en
créditos o en cualquiera otra clase de bienes; el valor que se asigne a los aportes que
DERECHO DE SOCIEDADES 51

consistan en muebles o en inmuebles; y la forma en que deba hacerse el justiprecio de


los mismos aportes en caso que no se les haya asignado valor alguno;
5. Las negociaciones sobre que deba versar el giro de la sociedad;
6. La parte de bene¿cios o pérdidas que se asigne a cada socio capitalista o indus-
trial;
7. La época en que la sociedad debe principiar y disolverse;
8. La cantidad que puede tomar anualmente cada socio para sus gastos particulares;
9. La forma en que ha de veri¿carse la liquidación y división del haber social;
10. Si las diferencias que les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas
a la resolución de arbitradores, y en el primer caso, la forma en que deba hacerse el
nombramiento;
11. El domicilio de la sociedad;
12. Los demás pactos que acordaren los socios”.

3.1. Los nombres, apellidos y domicilios de los socios


Los socios constituyentes o fundadores deben individualizarse en la escritura
pública de constitución de la sociedad colectiva, y en ella mani¿estan su voluntad de
constituir una sociedad colectiva comercial. Las menciones esenciales de la escritura
pública previstas en el Código Orgánico de Tribunales, en el artículo 405, son más
extensas y estrictas en cuanto a la individualización de los otorgantes.

3.2. La razón o ¿rma social


La razón o ¿rma social corresponde al nombre de la sociedad, que es un atribu-
to de la persona, el que identi¿ca a la sociedad en materia jurídica y económica, y
social frente a terceros. Se encuentra regulada en los artículos 365 a 374 del Código
de Comercio.
La razón social se compone por una fórmula enunciativa de los nombres de todos
o algunos de los socios, más la palabra “y compañía”. En la práctica societaria se
suele utilizar la abreviatura “cía.”.
La razón social de la sociedad colectiva, resalta el carácter intuito personae de la
sociedad, ya que sólo los nombres de los socios colectivos puede ¿gurar en la razón
social según dispone el artículo 366 del Código de Comercio. El nombre del socio
que se retire de la sociedad o que haya muerto se debe retirar de la razón social, lo
que implica una reforma estatutaria.
En cuanto al uso de la razón social, la regla general es que la pueden usar el o los
socios a quienes se les ha conferido tal facultad en la escritura pública de formación
de la sociedad. Si en ésta nada se ha dicho, se entiende que todos pueden usar la razón
social (371 Código de Comercio). Hay que estar en esta materia a lo que establezca el
estatuto social. De ahí que se puede a¿rmar que el que administra usa la razón social,
y quien administra controla los negocios sociales.
Como principio jurídico, también se aplica la siguiente fórmula, la razón social
se puede usar dentro del ámbito o giro de negocios de la sociedad. Se piensa en la
52 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

especialidad o capacidad especial que tiene la persona jurídica, la que tiene capacidad
para actuar, pero sólo dentro del ámbito o giro de negocios, se rige por lo tanto por
el principio de especialidad.
De producirse el fenómeno de actuar más allá de su objeto o giro de negocios, surge
el problema de la oponibilidad de tal acto jurídico frente a los terceros que contrataron
con la sociedad, más allá del giro de negocios. Respecto a este tema, en el derecho
comparado hay discusión respecto a la solución a aplicar. En nuestro ordenamiento a
los terceros de buena fe siempre se les va a amparar más allá de la eventual actuación
fuera del objeto o giro de negocios, si se actúa más allá del objeto o giro se produce
una ultraactividad, pero no obstante ello, igualmente se obliga la sociedad respecto
de terceros de buena fe.
La razón o ¿rma social es, como hemos señalado, el nombre de la compañía que
permite identi¿car y distinguir a una sociedad de los otros tipos societarios, en el
mundo de los negocios.
Esta razón social no es un accesorio del establecimiento social o fabril y, por lo
tanto, no es transmisible junto a él (artículo 369 Código de Comercio).
Asimismo, puede existir una correspondencia entre la razón social de la sociedad y
el nombre comercial, que es la sigla o designación que se utiliza en los negocios frente
a terceros, el que además puede tener una registración como marca comercial, en la Ley
Nº 19.039, de Propiedad Industrial, para distinguir productos, servicios o establecimientos
comerciales o industriales de la sociedad; y puede también ampararse la razón social y el
nombre comercial como nombre de dominio CL, para su uso en Internet en sitios Web o
“direcciones electrónicas”, regulado en el Reglamento para la Registración de Nombres
de Dominio CL, de NIC Chile, entidad administrada por la Universidad de Chile.

3.3. Los socios encargados de la administración y del uso de la razón social


La indicación del o los socios encargados de la administración y uso de la razón
social no es una mención esencial de la escritura de constitución. En efecto, el Código
de Comercio suple la omisión de las reglas de administración, si no existe nada en la
materia en el estatuto se aplican las reglas supletorias de los artículos 384 a 403 del
Código de Comercio.
La regla principal consiste en que hay que aplicar en materia de administración lo
que establece al respecto el estatuto social.
La administración en las sociedades colectivas es “autogestionada” y personalizada
y ejecutada por los socios. Salvo regla diferente todos los socios tienen la facultad
para administrar la compañía con iguales facultades, principio de administración
igualitaria por los socios, lo que resalta su carácter de con¿anza, al efecto el artículo
384 del Código de Comercio señala:
“El régimen de la sociedad colectiva se ajustará a los pactos que contenga la escritura
social, y en lo que no se hubiere previsto en ellos, a las reglas que a continuación se
expresan”.
DERECHO DE SOCIEDADES 53

De acuerdo a este artículo el régimen de la sociedad colectiva se ajustará a lo


establecido en el estatuto y si no, se aplica lo que disponen en la materia los artículos
384 a 403, siendo estas reglas supletorias.

3.4. La administración corresponde a todos los socios


Como se ha señalado anteriormente, la regla de oro en materia de administración
de las sociedades de personas consiste en que en esta materia debe aplicarse lo que
señalen los estatutos sociales al efecto, pudiendo el pacto social designar el o los
administradores y las modalidades y límites de la misma, en subsidio, a falta de
regla especial en el pacto social, el Código de Comercio, en el artículo 385, dispone
que todos los socios pueden administrar la sociedad colectiva comercial con iguales
facultades:
“La administración corresponde de derecho a todos y cada uno de los socios, y éstos
pueden desempeñarla por sí mismos o por sus delegados, sean socios o extraños”.
Todos los socios tienen derecho a administrar por sí mismos o por su delegado la so-
ciedad. Se trata de la aplicación de un principio igualitario y, por lo tanto, democrático
en materia de “gerenciamiento” en la administración de la sociedad colectiva, lo que
revela que éstas son autogestionadas por sus socios, careciendo de órganos societarios,
como en el caso de las sociedades en comandita por acciones y anónima.
El legislador declara que en esta ¿gura de administración “colectiva” hay un
mandato legal que es tácito y recíproco entre todos los socios:
Artículo 387: “En virtud del mandato legal, cada uno de los socios puede hacer
válidamente todos los actos y contratos comprendidos en el giro ordinario de la
sociedad o que sean necesarios o conducentes a la consecución de los ¿nes que ésta
se hubiere propuesto”.
De acuerdo a este artículo todos los socios pueden ejecutar los actos ordinarios
del giro de administración.
Correspondientemente el artículo 386 señala:
“Cuando el contrato social no designa la persona del administrador, se entiende
que los socios se con¿eren recíprocamente la facultad de administrar y la de obligar
solidariamente la responsabilidad de todos sin su noticia y consentimiento”.
Cada vez que un socio ejecuta un acto de administración obliga a la sociedad colec-
tiva y, consecuentemente, a los socios de manera solidaria e ilimitada a sus consocios
y a sí mismo. La sociedad colectiva establece de forma legal reglas de responsabilidad
solidaria a todos y cada uno de los socios aun sin su noticia o consentimiento por el
solo ministerio de la ley.
La sociedad colectiva de acuerdo a la ley implica responsabilidad solidaria e
ilimitada de los socios por las obligaciones sociales. El acreedor tiene como persona
obligada a la sociedad y como sujetos pasivos obligados solidariamente a los socios
colectivos.
54 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Cada vez que la sociedad se obliga con terceros se obliga también solidariamente
a todos los socios colectivos sin que hayan manifestado su voluntad en contra. Por
lo mismo, en la práctica de los negocios no hay muchas sociedades colectivas, a
diferencia de lo que ocurre con las de responsabilidad limitada.
Cabe señalar que nuestro Código no establece que la administración societaria dé
lugar a una remuneración o retribución económica para los socios administradores, lo
que da la sensación que el legislador la entiende en un nivel de mera gratuidad, pero lo
razonable es que la gestión de administración de negocios dé lugar a una retribución,
vínculo jurídico que requiere una especial regulación ya en el estatuto social o bien
en un instrumento para societario.

3.5. Responsabilidad de los socios colectivos


por las obligaciones sociales
En cuanto a la responsabilidad de los socios colectivos por las obligaciones socia-
les válidamente contraídas, con su razón social dentro de su giro de negocios (o bien
incluso “ultravires”) y por la persona facultada para usar la razón social, obliga a todos
éstos solidaria e ilimitadamente, con todo su patrimonio respecto de los acreedores
sociales, lo que ha traído como consecuencia la obsolescencia de este tipo societario,
por riesgo de negocio que asumen los socios y consecuentemente, explica la gran
difusión que ha tenido desde el año 1923 la sociedad de responsabilidad limitada,
para el emprendimiento de negocios empresariales. La fuente de la solidaridad en la
sociedad colectiva es la ley y es de carácter pasivo e inderogable.
El artículo 370 del Código de Comercio, mediante norma imperativa señala:
“Los socios colectivos indicados en la escritura social son responsables solidariamente
de todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social.
En ningún caso podrán los socios derogar por pacto la solidaridad en las sociedades
colectivas”.
No se puede derogar la responsabilidad social; es decir, la solidaridad, por medio
de pactos societarios. Se trata de una norma imperativa.
La responsabilidad solidaria e ilimitada es el elemento que mejor tipi¿ca a la
responsabilidad colectiva de los socios colectivos.
Hay ciertos casos en los que se exige la formación de sociedades colectivas mer-
cantiles para ciertos negocios, como por ejemplo, en las bases de licitación del Casino
Municipal de Viña del Mar, tradicionalmente se exigió que la sociedad oferente o
licitante, fuere una sociedad colectiva comercial, en cuyo caso debía formarse una
sociedad colectiva mercantil de objeto único y exclusivo, en la especie, la explotación
del Casino Municipal de Viña del Mar.
Se trata en cuanto al régimen de responsabilidad, como señalamos, de una solida-
ridad legal pasiva, no se puede derogar o limitar esta responsabilidad societaria. Si se
estipulara lo contrario no sería válido tal pacto derogatorio de responsabilidad.
DERECHO DE SOCIEDADES 55

3.6. Administración de la sociedad colectiva y oposición


a la consumación de actos
La regla general en materia de administración de los negocios sociales consiste
en que todos los socios pueden administrar la sociedad en virtud de un mandato legal
tácito y recíproco, con iguales facultades dentro de su giro de negocios. En este sentido
es inherente a la sociedad colectiva, que sea administrada por todos y cada uno de
los socios, quienes pueden usar su razón social. Correlativamente, cada socio tiene
derecho a oponerse a los actos que pretenda emprender o consumar su consocio; así
lo dispone el artículo 388, estableciendo el llamado derecho de oposición:
“Cada uno de los socios tiene derecho de oponerse a la consumación de los actos y
contratos proyectados por otro, a no ser que se re¿eran a la mera conservación de
las cosas comunes”.
Se trata de un derecho de oposición a la consumación de actos proyectados por
otro de los socios. Sólo se puede ejercer antes que se ejecute un acto, porque una vez
ejecutado este derecho no tiene e¿cacia. Esto se da normalmente cuando todos los
socios tienen la administración de la compañía. A menos que los actos sean útiles
para la conservación de cosas comunes.
La oposición produce un efecto suspensivo respecto del acto proyectado, que
deberá ser resuelto por regla de mayoría:
Artículo 389: “La oposición suspende provisoriamente la ejecución del acto o contrato
proyectado hasta que la mayoría numérica de los socios cali¿que su conveniencia o
inconveniencia”.
Este derecho de oposición suspende la ejecución del acto proyectado hasta que la
mayoría resuelva acerca de si se ejecuta o no el acto.
El artículo 390 Código de Comercio otorga fuerza vinculante al acuerdo de mayoría
respecto a una materia que ha sido objeto de oposición de un socio y dispone:
“El acuerdo de la mayoría sólo obliga a la minoría cuando recae sobre actos de simple
administración o sobre disposiciones comprendidas en el círculo de las operaciones
designadas en el contrato social.
Resultando en las deliberaciones de la sociedad dos o más pareceres que no tengan la
mayoría absoluta, los socios deberán abstenerse de llevar a efecto el acto o contrato
proyectado”.
El acuerdo de la mayoría sólo obliga a la minoría cuando recae sobre actos de
simple administración y que se encuentren comprendidos en el giro ordinario de la
sociedad.
El artículo 391 Código de Comercio resuelve el problema de ejecución de acto,
no obstante haberse formalizado oposición y resuelve a favor del tercero:
“Si a pesar de la oposición se veri¿care el acto o contrato con terceros de buena fe,
los socios quedarán obligados solidariamente a cumplirlo, sin perjuicio de su derecho
a ser indemnizados por el socio que lo hubiere ejecutado”.
56 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si a pesar de la oposición se veri¿care el acto o contrato con terceros de buena fe,


los socios igualmente quedan obligados a cumplir. Sin perjuicio de su derecho de ser
indemnizado, artículo 2325 Código Civil.
La facultad de administrar trae consigo la facultad de usar la razón o ¿rma social.
De acuerdo al artículo 387 del Código de Comercio, en virtud del mandato legal, cada
uno de los socios puede realizar un acto comprendido en el giro ordinario.
Si hay terceros de buena fe, en el caso de “ultraactividad” o “ultravires”, se trata
de proteger siempre al tercero en buena fe. El o los administradores de la sociedad
tienen la administración judicial como extrajudicial de la sociedad. Basta, en el caso
que se presente una demanda, noti¿car a un administrador para así emplazar a la
sociedad.
En la práctica las sociedades son administradas por el Gerente, quien es un man-
datario y su mandato o poder del factor o gerente conforme dispone el artículo 237
del Código de Comercio, debe constar por escritura pública.
En general, en todas las sociedades hay un gerente y su poder y facultades han
de constar por escritura pública y de acuerdo al artículo 22 del Código de Comercio
debe inscribirse en el Registro de Comercio.
De acuerdo al artículo 8º del Código de Procedimiento Civil el gerente representa a
las sociedades no obstante cualquier limitación que se haya hecho a través de un pacto,
el cual se tendrá por no escrito, en efecto, la disposición citada señala: “El gerente o
administrador de sociedades civiles o comerciales, o el presidente de las corporaciones
o fundaciones con personalidad jurídica, se entenderán autorizados para litigar a
nombre de ellas con las facultades que expresa el inciso 1º del artículo anterior, no
obstante cualquiera limitación establecida en los estatutos o actos constitutivos de la
sociedad o corporación.”, representación procesal tanto activa como pasiva.

3.7. El capital que introduce cada uno de los socios. Los aportes
El capital de la sociedad se forma con los aportes de los socios, siendo éste un
elemento esencial a las sociedades, que si se omite, causa inexistencia jurídica o
nulidad absoluta, según sea la teoría a que adscriba.
El capital social en su cuantía se ¿ja o determina en la escritura de constitución y
se integra con los aportes de los socios, quienes se obligan a entregarlo a la sociedad,
siendo ésta acreedora de aquéllos por este concepto. El capital social es una mención
esencial del estatuto y en caso de omisión estamos ante una inexistencia, vicio de
fondo que no admite saneamiento alguno. Se encuentra establecido en el artículo 2053
del Código Civil a propósito de la de¿nición legal de la sociedad, “la estipulación
de poner algo en común”.
El capital social debe establecerse de forma precisa y determinada en el estatuto
social y la forma como se aportará por los socios; este capital social debe expresarse
en pesos, ya sea que se aporten dinero o bienes debidamente justipreciados de común
acuerdo por los socios. Este capital se compone por el aporte de los socios. Cada
DERECHO DE SOCIEDADES 57

uno de los socios debe estipular o prometer poner un aporte o “algo en común”, el
cual puede consistir en dinero, título de crédito o cualquier clase de bienes muebles
o inmuebles o bienes incorporales, indicándose el valor de cada aporte, en resumen,
se pueden aportar toda clase de bienes corporales o incorporales, con tal que sean de
lícito comercio y se encuentren justipreciados.
Respecto de los bienes hay que determinar si éstos se aportan en propiedad, usu-
fructo, o mera tenencia con entrega de uso y goce modalidades de aportes que interesan
al tiempo de la liquidación de la sociedad, ya que los bienes aportados en usufructo
y en mera tenencia se retiran en especies, no así los bienes aportados en dominio,
respecto de los cuales el socio aportante sólo tiene un crédito que hará efectivo una
vez que se hayan pagado los acreedores sociales.
El capital social debe expresarse de manera precisa y determinada.
“El capital social asciende a la suma de X pesos o unidades de fomento, que los socios
aportan de la siguiente manera”.
Los socios pueden aportar bienes corporales e incorporales, éstos tienen que
encontrarse especi¿cados, además de la naturaleza del bien, en cuanto a la calidad o
título en que se aporta dicho bien y su justipreciación o avaluación.
Se contiene en la cláusula de capital social la especi¿cación del capital y la obli-
gación de aportar a lo que cada uno de los socios se obliga.
La sociedad entendida como un contrato es un título traslaticio de dominio, porque
en virtud de este contrato el socio contrae la obligación de aportar a la caja social
y debe cumplir con su obligación de entrega de los bienes aportados a la sociedad
(ver artículo 703 Código Civil). El tradente sería el o los socios y el adquirente es
la sociedad, quien al mismo tiempo sería el acreedor de los socios en lo relativo a la
entrega de los aportes.
Si no hay aporte no hay sociedad, da lo mismo la época de la entrega del bien que
se aporta, lo importante es que exista la estipulación de aporte de todos los socios
constituyentes, así el artículo 2055 del Código Civil señala:
“No hay sociedad, si cada uno de los socios no pone alguna cosa en común, ya consista
en dinero, efectos, ya en una industria, servicio o trabajo apreciable en dinero”.
En cuanto al incumplimiento en que pueda incurrir algún socio respecto a la
entrega del bien aportado, la sociedad puede solicitar el cumplimento forzado de
la obligación, vía ejecutiva, más indemnización de prejuicios; o bien, conforme a
lo señalado en el artículo 2101 del Código Civil, autoriza a los consocios a pedir la
disolución de la sociedad.
Puede aportarse a las sociedades todas clase de bienes, cuyo comercio no esté prohibi-
do, tanto corporales como incorporales. Dentro de los bienes corporales pueden ser bienes
muebles e inmuebles, lo normal es que estos últimos se entreguen en título traslaticio de
dominio. Puede ser también en usufructo, o como aporte en mera tenencia o uso.
Esta clasi¿cación de la forma de realizar el aporte tiene importancia para efectos de
la disolución de la sociedad. De acuerdo a las reglas del Código Civil (artículo 2102)
58 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

interesa la forma de cómo se realizaron los aportes, por ejemplo en el caso que se trate
de un bien inmueble que fue entregado en título traslaticio de dominio, se tiene un
crédito equivalente al valor del bien. Si el aporte fue en usufructo tiene el derecho a
retirar el bien aportado, consolidándose la nuda propiedad con las facultades de usar
y gozar de la cosa; lo mismo si los aportes fueron en mera tenencia, puede el socio
retirar el bien aportado en esta condición.
En el caso de que se trate de bienes raíces hay que especi¿carlos jurídicamente
porque se encuentran sujetos al sistema registral, se debe realizar la correspondiente
inscripción provocando de esta forma la tradición de dicho bien, el título en este caso
es la escritura pública.
Cuando se trata de bienes incorporales como el caso de créditos tiene que mediar
la correspondiente cesión de créditos. Si es nominativo mediante cesión de créditos,
si es a la orden se hace por el simple endoso y si se trata de un crédito al portador se
efectúa la tradición por la mera entrega manual.
Si se trata de aporte de trabajo o industria personal hay que especi¿car con la mayor
precisión posible en qué consiste dicho trabajo. Los socios capitalistas aportan bienes,
los socios industriales aportan trabajo.
En cuanto a la distribución de ganancias y pérdidas de los capitalistas el artículo
382 del Código de Comercio señala:
“Los socios capitalistas dividirán entre sí las ganancias y las pérdidas en la forma
que se hubiere estipulado. A falta de estipulación, las dividirán a prorrata de sus
respectivos aportes”.
Relativo a la participación en utilidades y pérdidas, para los socios industriales el
artículo 383 del Código de Comercio dispone:
“En cuanto a las ganancias y pérdidas correspondientes al socio industrial, se estará
a lo que se hubiere estipulado en el contrato; y no habiendo estipulación, el socio
industrial llevará en las ganancias una cuota igual a la que corresponda al aporte
más módico, sin soportar parte alguna en las pérdidas”.
Para nosotros esta última regla es discutible. Si nada dice el estatuto en el reparto
al socio industrial corresponde lo mismo que el aporte más módico de los capitalistas
en cuanto a las utilidades. Da un trato discriminatorio al aportante industrial o de
trabajo. Puede haber una mezcla, que sea en parte capitalista y en parte aportante
industrial.
En los artículos 375 a 383 del Código de Comercio se encuentra una regulación
especí¿ca a lo que se re¿ere al aporte de capital social. Se compone de los aportes que
cada socio entrega. Son exigibles a los socios en tanto esté legalizada la constitución
de la sociedad, puede especi¿carse la forma de la entrega, si nada se dice se hará en
domicilio de la sociedad.
La sociedad puede exigir el cumplimiento y la entrega del aporte. Puede suceder
que el socio se encuentre en mora de la entrega o retardo en cuyo caso la sociedad
puede, de acuerdo al artículo 379 del Código de Comercio:
DERECHO DE SOCIEDADES 59

– Pedir el cumplimiento forzado más indemnización de perjuicios.


– Pedir la exclusión sólo respecto al socio moroso.
La obligación puede ser indistintamente una obligación de dar (dinero) o hacer (tra-
bajo) y depende de la sociedad recurrir ejecutivamente en contra del socio moroso.
La entrega del aporte son materias de arbitraje forzoso, ya que los conÀictos en-
tre socios en las sociedades de personas, conforme lo dispuesto por el artículo 227
Nº 4 del Código Orgánico de Tribunales tienen este carácter y hay que ver en el pacto
social, relativo a si hay o no árbitro designado, si no lo hay deberá recurrirse a los
tribunales ordinarios para solicitar la designación de juez árbitro.
Respecto a la amplitud de las materias que pueden ser objeto de aporte, los ar-
tículos 376 y 377 del Código de Comercio desarrollan dicho tema en los siguientes
términos:
a) Artículo 376:
“Pueden ser objeto de aporte el dinero, los créditos, los muebles e inmuebles, las
mercedes, los privilegios de invención, el trabajo manual, la mera industria y, en
general, toda cosa comerciable capaz de prestar alguna utilidad”.
Y b) artículo 377:
“Los o¿cios públicos de corredor, agente de cambio y cualquier otro que sea servido
en virtud de nombramiento del Presidente de la República, no pueden ser materia de
un aporte”.
En las sociedades colectivas, dentro de las obligaciones intra socios, en general,
la parte o porcentaje con que los socios participan en el capital social, determina
correlativamente los derechos sociales o la titularidad de dichos derechos sociales.
Esta titularidad puede aplicarse entre los socios, pero no es aplicable respecto de los
acreedores de los socios.
Todo aumento o disminución del capital social es materia de modi¿cación o
reforma estatutaria. Requiere de la unanimidad de los socios, sin perjuicio de las
variaciones contables y ¿nancieras a causa de la reajustabilidad del capital propio en
cada ejercicio.
Lo mismo respecto de un socio o más que pretenden ceder a un tercero sus derechos
sociales, total o parcialmente. Requiere también la unanimidad de todos los socios y
reforma de estatutos.
Toda modi¿cación estatutaria debe cumplir con todas las solemnidades propias
de la constitución. Con esto se resalta el carácter intuito personae de la sociedad
colectiva.
En lo que se re¿ere a las prohibiciones a que están sujetos los socios de la socie-
dad colectiva, los socios colectivos asumen por el tipo societario sociedad colectiva
un estatuto legal de prohibiciones, que tiene por objeto evitar la competencia desleal
entre los socios y, por lo tanto, son normas que proveen a una “sana convivencia”
societaria, en lo que fue la lógica mercantil del siglo XIX.
60 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Al efecto el Código de Comercio en su artículo 404 señala:


“Se prohíbe a los socios en particular”:
1º Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus gastos parti-
culares.
La mera extracción autoriza a los consocios del que la hubiere veri¿cado para obligar
a éste al reintegro o para extraer una cantidad proporcional al interés que cada uno
de ellos tenga en la masa social.
2º Aplicar los fondos comunes a sus negocios particulares y usar en éstos de la ¿rma
social.
El socio que hubiere violado esta prohibición llevará a la masa común las ganancias,
y cargará él solo con las pérdidas del negocio en que invierta los fondos distraídos,
sin perjuicio de restituirlos a la sociedad e indemnizar los daños que ésta hubiere
sufrido.
Podrá también ser excluido de la sociedad por sus consocios.
3º Ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse sustituir en el desempeño
de las funciones que le correspondan en la administración.
La cesión o sustitución sin previa autorización de todos los socios es nula.
4º Explotar por cuenta propia el ramo de industria en que opere la sociedad, y hacer
sin consentimiento de todos los consocios operaciones particulares de cualquiera
especie cuando la sociedad no tuviere un género determinado de comercio.
Los socios que contravengan a estas prohibiciones serán obligados a llevar al acervo
común las ganancias y a soportar individualmente las pérdidas que les resultaren”.
Normalmente el socio que se retira de la sociedad es a causa de un conÀicto jurídico
interno, por no coincidir con los otros socios en materias relevantes o por incurrir en al-
guna conducta prohibida, o bien por no estar satisfecho con la marcha de la sociedad.
Relativo a los aportes que deben entregar los socios a la sociedad, operando la
escritura de constitución como título traslaticio, el artículo 380 del Código de Comer-
cio, para la sociedad colectiva mercantil y por extensión aplicable a todos los tipos
societarios de personas –en comandita y responsabilidad limitada– se establece el
principio de la inembargabilidad de los aportes entregados por los socios a la sociedad
de parte de los acreedores personales de éstos y señala:
“Los acreedores personales de un socio no podrán embargar durante la sociedad el
aporte que éste hubiere introducido; pero les será permitido solicitar la retención de la
parte de interés que en ella tuviere para percibirla al tiempo de la división social”.
En virtud de esta disposición, los acreedores personales de un socio no pueden
embargar el aporte efectuado a la sociedad, ya que la sociedad forma una persona
jurídica distinta de los socios individualmente considerados, y estos bienes forman
parte de su patrimonio. Lo que sí es permitido a los acreedores personales de los so-
cios es el embargo de las utilidades que los socios puedan percibir de la sociedad, el
que puede trabarse anticipadamente a su percepción por el socio, de manera cautelar
o preventiva.
DERECHO DE SOCIEDADES 61

Una sentencia de 27 junio del año 1991, de la Corte Suprema, en recurso de queja
Rol Nº 3.509, declaró:
“Que lo que prohíbe el artículo 380 es el embargo del aporte que el socio hubiere
introducido a la sociedad, cosa distinta a que se embarguen los derechos que el socio
tiene en la sociedad derechos que los tiene incorporado a su patrimonio. Si resulta
natural que no se pueda embargar el aporte, puesto que desde el momento en que se
hizo dejó de serlo del socio, para ingresar a la sociedad. Por lo tanto, lo que puede
embargarse son sus derechos de socio, ya que estamos en presencia de un bien que
pertenece al deudor y queda incluido en el derecho de prenda general regulado por
los artículos 2094 y 2096 del Código Civil. No existe en el derecho chileno ninguna
norma que prohíba este embargo ni tampoco alguna que declare que los derechos de
los socios sean inembargables”.
La sentencia dictada en el recurso de queja por la Corte Suprema, citada an-
teriormente, contiene un correcto razonamiento jurídico, en el sentido de que los
derechos sociales –bienes incorporales patrimoniales– pueden ser embargados por
los acreedores personales del socio, pero este embargo sólo tiene e¿cacia en los
frutos “civiles” –rentas– que dichos derechos puedan producir para su titular, por
ello que lo correcto es sostener que el bien embargado son los frutos que dichos
derechos sociales produzcan –hecho que depende de que existan utilidades–, por
ello siendo las sociedades de personas “intuito personae” no podemos sostener
que dichos derechos puedan ser enajenados a un tercero vía juicio ejecutivo, ya
que provocaría el efecto de poner como titular de los derechos sociales a un tercero
extraño, y además habría que modi¿car el estatuto social, acto jurídico colectivo
que requiere la unanimidad de los socios, quienes pueden negarse a tal “cesión
forzada de derechos sociales”. En doctrina civilista, Arturo Alessandri y Manuel
Somarriva, sostienen que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 2096 del
Código Civil, los acreedores no tienen otros derechos que los que les con¿ere dicha
norma, por lo que no pueden embargar los derechos sociales, porque el eventual
remate de estos derechos puede llevar al ingreso de otros socios en la sociedad, sin
el consentimiento de los restantes violando la ley del contrato y el carácter intuito
personae de las sociedades.
El artículo 2096 del Código Civil establece el mismo principio relativo a que
los acreedores personales del socio carecen de acción sobre los bienes sociales, y el
inciso tercero señala:
“Podrán también pedir que se embarguen a su favor las asignaciones que se hagan a
su deudor por cuenta de los bene¿cios sociales o de sus aportes o acciones”.
El capital social establecido en el estatuto social, puede ser aumentado por la
vía de una reforma estatutaria, o bien disminuido, para lo cual deben observarse
las normas previstas para la reforma de estatutos sociales, previstas para cada tipo
societario
62 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

3.8. Las negociaciones sobre que deba versar


el giro de la sociedad

Las negociaciones sobre que deba versar el giro de la sociedad, se trata del giro de
negocios de la sociedad colectiva mercantil, que en la especie consiste en la ejecución
de uno o más actos de comercio, terrestre, marítimo o aéreo. Este objeto de negocios
debe estar determinado de forma precisa en el estatuto social. El legislador no suple
el silencio de esta mención, por lo que se trata de una mención esencial. En el caso
que no se encuentre puede haber inexistencia de la sociedad o un vicio de fondo en
la constitución de la misma, no saneable.
El artículo 1º de la ley Nº 19.499, de 1997, según hemos venido señalando ante-
riormente, distingue entre vicios formales –saneables– y vicios de fondo o esenciales
–no saneables – y dispone:
“La nulidad derivada de vicios formales, que afecte la constitución o modi¿cación de
una sociedad, puede ser saneada del modo que se señala en esta ley.
Sus disposiciones son aplicables a las sociedades colectivas mercantiles, a las de
responsabilidad limitada, a las en comandita simple mercantiles, a las en comandita
por acciones y a las sociedades anónimas.
Considérense vicios formales aquellos que consisten en el incumplimiento de alguna
solemnidad legal, tales como la inscripción o publicación tardía del extracto de la
escritura, o la falta de cumplimiento o el cumplimiento imperfecto de las menciones
que la ley ordena incluir en las respectivas escrituras como, por ejemplo, lo relacio-
nado con la razón social.
Los defectos relativos al contenido de las escrituras no se considerarán vicios formales,
sino de fondo, si implican la privación de algún elemento esencial al concepto de so-
ciedad o algún vicio de carácter substancial de general aplicación a los contratos.
Sin perjuicio de otras exigencias que se indican más adelante, para que sea saneable
la nulidad por vicios formales de que adolezca la constitución o modi¿cación de una
sociedad, es necesario que estos actos consten de escritura pública, o instrumento
reducido a escritura pública o protocolizado”.
La capacidad de actuación jurídica de la sociedad se encuentra enmarcada en el giro
de la sociedad, por aplicación del principio de especialidad de las personas jurídicas,
tienen un ámbito, un poder de actuar dentro del objeto o giro de la sociedad.
Puede tener un objeto único, múltiple y este último puede ser mixto o de una
naturaleza jurídica mixta (en parte civil y en parte mercantil).
Hemos señalado que el objeto o giro de negocios de las sociedades se encuentra
amparado en la garantía constitucional del Nº 21 del artículo 19 de la Constitución
Política, con la tutela del recurso de protección del artículo 20 de la constitución y
del llamado recurso de amparo económico, frente a actos u omisiones arbitrarios
e ilegales, de autoridad o sujeto privado que desconozca o perturbe dicha garantía
constitucional, tema que ya tratamos anteriormente.
DERECHO DE SOCIEDADES 63

3.9. La parte de bene¿cios o pérdidas


que se asigne a cada socio capitalista o industrial

Las sociedades se constituyen con el ¿n de repartir bene¿cios a sus socios bajo


condición que existan utilidades en el ejercicio comercial respectivo, y así se concluye
según lo establecido en el artículo 2053 del Código Civil.
El ¿n de la sociedad es repartir los bene¿cios, de acuerdo a lo establecido en el
artículo 2053 del Código Civil.
En este mismo sentido el artículo 2055, incisos 2º y 3º, del Código Civil señalan:
“Tampoco hay sociedad sin participación de bene¿cios”.
“No se entiende por bene¿cio el puramente moral, no apreciable en dinero”.
La noción de utilidad económica está presente en la voluntad de los socios al
constituir la sociedad de ahí que estas personas jurídicas persigan ¿nes de lucro, con
la mira de repartir los bene¿cios que de ello provengan.
La regla principal en materia de participación o distribución de las utilidades está
dada por lo que hayan acordado las partes en el pacto de constitución. Si nada dicen las
partes, el legislador suple el silencio y establece las reglas de participación en la uti-
lidades sociales en los artículos 382 y 383 del Código de Comercio que disponen:
Artículo 382: “Los socios capitalistas dividirán entre sí las ganancias y las pérdidas en
la forma que se hubiere estipulado. A falta de estipulación, las dividirán a prorrata de
sus respectivos aportes”, y artículo 383: “En cuanto a las ganancias y pérdidas corres-
pondientes al socio industrial, se estará a lo que se hubiere estipulado en el contrato; y
no habiendo estipulación, el socio industrial llevará en las ganancias una cuota igual a
la que corresponda al aporte más módico, sin soportar parte alguna en las pérdidas”.

3.10. La época en que la sociedad debe principiar y disolverse


La regla general consiste en que la sociedad principia con su constitución legal.
Las causales de disolución o terminación se encuentran establecidas en los artículos
2098 al 2115 del Código Civil, las cuales se pueden reproducir en el estatuto de manera
facultativa o bien remitirse a dichas reglas.
– Expiración o cumplimiento del plazo
– Evento de la condición que se ha pre¿jado para su vigencia
– Finalización del negocio para el que fue contraído
– Insolvencia de la sociedad
– Extinción de la cosa o cosas que forman su objeto total
– Falta por hecho o culpa de la promesa de entregar aporte
– Pérdida de la cosa entregada en propiedad o usufructo
– Muerte de uno o de todos los socios
– Incapacidad sobreviviente o la insolvencia de uno de los socios
– Consentimiento unánime
64 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

– Por renuncia de uno de los socios, cuando dicho socio es administrador estatutario
y ha renunciado sin justa causa.
En cuanto a la vigencia de la sociedad, se trata de una mención que el legislador
suple, en el caso que no se haya instituido nada en el pacto social, el legislador pre-
sume que es de duración inde¿nida en el tiempo. La sociedad inicia su existencia
cuando se encuentra legalmente constituida y a partir de esa fecha son exigibles los
aportes prometidos por los socios. En cuanto a la disolución las causales se encuentran
establecidas en el Código Civil, sin perjuicio de las que se puedan haber establecido
en el pacto social.
El artículo 407 del Código de Comercio remite a las causales de disolución con-
templadas en el Código Civil:
“La sociedad colectiva se disuelve por los modos que determina el Código Civil”.
Este artículo efectúa un envío a las normas del Código Civil a los artículos citados
anteriormente.
Sin embargo, pueden contemplarse causales especiales de disolución en el estatuto
social.
En general, la sociedad se pacta con duración inde¿nida, si nada dice el estatuto
se entiende que es inde¿nida. En las causales de disolución del Código Civil, como
regla general, se disuelve por la muerte de uno de los socios, salvo que se pacte que
se continuará con los herederos del socio muerto.
En el caso de las sociedades de responsabilidad limitada, y por expresa mención
del artículo 4º de la ley Nº 3.918, no se disuelve en caso de muerte de algunos de sus
socios, salvo que se pacte que será causal de disolución.
El artículo 4º de la ley Nº 3.918 regula la razón social:
“La razón o ¿rma social podrá contener el nombre de uno o más de los socios, o
una referencia al objeto de la sociedad. En todo caso deberá terminar con la palabra
“limitada”, sin lo cual todos los socios serán solidariamente responsables de las
obligaciones sociales.
En lo no previsto por esta ley o por la escritura social, estas sociedades se regirán
por las reglas establecidas para las sociedades colectivas, y les serán también apli-
cables las disposiciones del artículo 2104 del Código Civil y de los artículos 455 y
456 del Código de Comercio.
La mujer casada y separada parcialmente de bienes, siempre que la separación sea
convencional, y la que ejerza un empleo, o¿cio, profesión o industria con arreglo al
artículo 150 del Código Civil, no requerirán la autorización especial de que trata el
artículo 349 del Código de Comercio para celebrar una sociedad comercial de respon-
sabilidad limitada, con relación al patrimonio que separadamente administren”.
El Código Civil en su artículo 2104 dispone que:
“La estipulación de continuar la sociedad con los herederos del difunto se subentiende
en las que se forman para el arrendamiento de un inmueble, o para el laboreo de
minas, y en las anónimas”.
DERECHO DE SOCIEDADES 65

Es decir, no se disuelve por la muerte de uno de los socios, salvo que se pacte
regla en contrario. En el caso de las colectivas sí se disuelve por la muerte de uno de
los socios, salvo pacto en contrario en el estatuto social.
En la sociedad anónima o sociedades de capitales no se prevé como causal de
disolución la muerte de uno de los accionistas, pudiendo incluso morir todos los
accionistas.
Las sociedades de personas se pueden pactar con un plazo ¿jo, en el pacto de
constitución se prevé la época de su duración y por la llegada del plazo se disuelve
la sociedad.
El artículo 350 del Código de Comercio establece, en materia de duración o vigencia
de la sociedad colectiva, la llamada “Cláusula de Prórroga” automática:
“La sociedad colectiva se forma y prueba por escritura pública inscrita en los tér-
minos del artículo 354.
La disolución de la sociedad que se efectuare antes de vencer el término estipulado, la
prórroga de éste, el cambio, retiro o muerte de un socio, la alteración de la razón social
y en general toda reforma, ampliación o modi¿cación del contrato, serán reducidos a
escritura pública con las solemnidades indicadas en el inciso anterior.
No será necesario cumplir con dichas solemnidades cuando se trate de la simple
prórroga de la sociedad que deba producirse de acuerdo con las estipulaciones que
existan al respecto en el contrato social. En este caso la sociedad se entenderá pro-
rrogada en conformidad a las estipulaciones de los socios, a menos que uno o varios
de ellos expresen su voluntad de ponerle término en el plazo estipulado mediante una
declaración hecha por escritura pública y de la cual deberá tomarse nota al margen
de la inscripción respectiva en el Registro de Comercio antes de la fecha ¿jada para
la disolución”.
Esta cláusula de prórroga de vigencia es de común aplicación en las sociedades de
personas. Consiste en que se pacta un plazo en el estatuto y se declara en la misma
cláusula que si ninguno de los socios mani¿esta su voluntad de poner término a la
sociedad se entenderá prorrogada por otro período igual de tiempo.
La declaración de voluntad unilateral incausada del socio que desee poner término
a la sociedad deberá constar por escritura pública y tomar razón de ella en el extrac-
to de la constitución en el Registro de Comercio correspondiente, dentro del plazo
pactado en el estatuto.
En síntesis, en materia de causales de disolución de la sociedad, cabe tener presente
que ellas pueden tener su origen en el pacto social, en la ley, en sentencia judicial
¿rme de Tribunal Arbitral, de Tribunal de Defensa de la Libre Competencia según
artículo 26 D.L. Nº 211, que señala: “La sentencia de¿nitiva será fundada, debiendo
enunciar los fundamentos de hecho, de derecho y económicos con arreglo a los cuales
se pronuncia. En ella se hará expresa mención de los fundamentos de los votos de
minoría, si los hubiere. Esta sentencia deberá dictarse dentro del plazo de cuarenta
y cinco días, contado desde que el proceso se encuentre en estado de fallo.
66 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En la sentencia de¿nitiva, el Tribunal podrá adoptar las siguientes medidas:


a) Modi¿car o poner término a los actos, contratos, convenios, sistemas o acuerdos
que sean contrarios a las disposiciones de la presente ley;
b) Ordenar la modi¿cación o disolución de las sociedades, corporaciones y demás
personas jurídicas de derecho privado que hubieren intervenido en los actos, contratos,
convenios, sistemas o acuerdos a que se re¿ere la letra anterior”; sentencia judicial
de Tribunal Penal, en el contexto de la ley Nº 20.393, que establece la responsabilidad
penal de las Personas Jurídicas en los delitos de lavado de activos, de terrorismo y de
cohecho, regulación en la que como sanción penal se prevé en su artículo 8º número
1, la “disolución de la persona jurídica o cancelación de la personalidad jurídica”.
Según sea la naturaleza de la causal de disolución especí¿ca que ocurra a la socie-
dad, su representante debe hacer anotar en el extracto de la sociedad en el Registro de
Comercio, el acto e instrumento que declara la disolución (artículo 22 Nº 4 Código
de Comercio); y, ocurrida la disolución se debe iniciar el proceso de liquidación de la
sociedad, regulado en los artículos 408 y siguientes del Código de Comercio, materia
que se desarrolla en los párrafos 3.1.2 y 3.1.3 siguientes.

3.11. La cantidad que puede tomar


anualmente cada socio para sus gastos particulares

La idea del legislador es que la sociedad debe entregar una cantidad de dinero a
los socios durante su vigencia, para su mantención y que ellos acuerden mediante
pacto especial. Estos retiros se establecen en el pacto social o en instrumento para
societario especial, y son con cargo a las utilidades.
Se trata de una cláusula accidental, pero no es necesario que conste en el estatuto.
Sin embargo se tiene que regular, a menos que de común acuerdo entre los socios
colectivos, el problema surge cuando uno o más socios retiran más dinero efectivo
o bienes de lo pactado. Este conÀicto societario se encuentra regulado en el artículo
404 Nº 1 del Código de Comercio:
“Se prohíbe a los socios en particular:
1º Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus gastos parti-
culares.
La mera extracción autoriza a los consocios del que la hubiere veri¿cado para obligar
a éste al reintegro o para extraer una cantidad proporcional al interés que cada uno
de ellos tenga en la masa social.
2º Aplicar los fondos comunes a sus negocios particulares y usar en éstos de la ¿rma
social.
El socio que hubiere violado esta prohibición llevará a la masa común las ganancias,
y cargará él solo con las pérdidas del negocio en que invierta los fondos distraídos,
sin perjuicio de restituirlos a la sociedad e indemnizar los daños que ésta hubiere
sufrido.
Podrá también ser excluido de la sociedad por sus consocios.
DERECHO DE SOCIEDADES 67

3º Ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse sustituir en el desempeño


de las funciones que le correspondan en la administración.
La cesión o sustitución sin previa autorización de todos los socios es nula.
4º Explotar por cuenta propia el ramo de industria en que opere la sociedad, y hacer
sin consentimiento de todos los consocios operaciones particulares de cualquiera
especie cuando la sociedad no tuviere un género determinado de comercio.
Los socios que contravengan a estas prohibiciones serán obligados a llevar al acervo
común las ganancias y a soportar individualmente las pérdidas que les resultaren”.
Se establece en este número 1º del artículo 404 transcrito, la obligación de restituir
a la sociedad el exceso o bien se autoriza a los socios a retirar una suma igual. Se
asemeja un poco a un sistema de justicia por mano propia, o “ley del talión”.
Todo retiro se imputa a las futuras utilidades; esto es, son a cuenta de futuras uti-
lidades y en tanto no se determinen las utilidades reales de la sociedad, estos retiros
deben ¿gurar contablemente como pasivo del socio con la sociedad.
Relacionado a esta materia, en las sociedades de personas nuestro Código de Co-
mercio no regula el derecho a retribución que puede percibir un socio por la gestión
de administrar la sociedad, la que puede pactarse entre los socios, en el entendido
que la gestión de negocios de los socios y la administración no pueden ser entendidas
como un acto gratuito o no remunerado.

3.12. La forma en que ha de


veri¿carse la liquidación y división del haber social
La liquidación de la sociedad es un proceso complejo que tiene lugar una vez
que ha operado una causal de disolución de la sociedad, y su ¿nalidad consiste en
poner término a los negocios sociales, liquidar los activos de la sociedad y proceder
al pago de los acreedores sociales, de conformidad a las normas de la prelación de
créditos establecida en los artículos 2472 y siguientes del Código Civil; y si queda
un remanente éste debe ser restituido a los socios a prorrata de sus derechos sociales.
La liquidación la ejecutan él o los liquidadores, y durante este proceso subiste la
personalidad jurídica de la sociedad en liquidación.
No se trata esta materia de la liquidación, de una regla esencial que deba contener
el estatuto social “ex ante”, si nada dice el pacto el legislador regula la liquidación
en los artículos 409 a 418 del Código de Comercio.
Se aplican dichas normas toda vez que opere una causal de disolución, de las
cuales hay dos grupos:
– Aquellas que operan por el solo ministerio de la ley, como la llegada del plazo,
el cumplimiento del ¿n social previsto. Se debe declarar el hecho de la disolución en
una escritura pública y tomarse nota al margen del extracto inscrito en el Registro
de Comercio.
– Aquellas que requieren de la declaración jurisdiccional, mediante sentencia
arbitral ¿rme. Cualquiera de los socios puede solicitar la disolución por incum-
68 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

plimiento grave a los estatutos o a la ley. Algunas de estas causas se encuentran


establecidas en el Código Civil. Van a requerir demanda ante tribunal arbitral.
La declaración de quiebra puede ser causal que habilite a pedir la disolución de
la sociedad en quiebra, pero la quiebra en sí no trae aparejado el efecto de poner
término a la sociedad.
Operada la disolución, se inicia la liquidación de los negocios sociales. Se trata
de un proceso obligatorio toda vez que opere una causal de disolución, consiste en
poner término a los negocios sociales y debe enajenarse o liquidarse los activos con
el objeto de proceder al pago de los acreedores sociales. En caso que quede un re-
manente, luego de pagados los acreedores sociales, será dividido entre los socios a
prorrata de sus derechos en la sociedad. Es en este instante en donde toma relevancia
la manera o forma en que se realizó el aporte de bienes:
Si fue en usufructo: puede pedir la restitución de la cosa; si fue en uso o goce:
conservando dominio, también puede retirar el bien, en cambio si se aportó en domi-
nio: se tiene sólo un crédito contra la sociedad una vez que se efectúe todo el proceso
liquidatorio.

3.13. Régimen legal del proceso de liquidación


De acuerdo a lo establecido en el Código Civil cuando opera una causal de diso-
lución en la Sociedad Colectiva Civil surge una comunidad de bienes y pasivos que
se liquida de acuerdo a la partición de bienes comunes (artículos 1317 y siguientes
Código Civil).
En la Sociedad Colectiva Mercantil no se forma una comunidad, ya que sub-
siste su personalidad jurídica para efectos de la liquidación proceso que lo ejecuta
el liquidador o los liquidadores, quienes reemplazan a los administradores. Se
extingue así la persona jurídica progresivamente en tanto se realice la liquidación
completamente.
El artículo 410 del Código de Comercio, ¿ja –en nuestra opinión correctamente– la
naturaleza jurídica del liquidador como un mandatario de la sociedad disuelta:
“El liquidador es un verdadero mandatario de la sociedad y, como tal, deberá con-
formarse escrupulosamente con las reglas que le trazare su título y responder a los
socios de los perjuicios que les resulten de sus operaciones dolosas o culpables”.
El o los liquidadores tienen la representación judicial y extrajudicial de la sociedad
disuelta según dispone el artículo 416 del Código:
“Los liquidadores representan en juicio activa y pasivamente a los asociados”.
En el caso de la liquidación de la sociedad anónima, el artículo 109 de la ley
Nº 18.046 dispone expresamente que durante la liquidación subsiste la personalidad
jurídica de la sociedad disuelta (artículo 109 LSA):
“La sociedad anónima disuelta subsiste como persona jurídica para los efectos de su
liquidación, quedando vigentes sus estatutos en lo que fuere pertinente. En este caso
DERECHO DE SOCIEDADES 69

deberá agregar a su nombre o razón social las palabras ‘en liquidación’. Durante
la liquidación, la sociedad sólo podrá ejecutar los actos y celebrar los contratos
que tiendan directamente a facilitarla, no pudiendo en caso alguno continuar con la
explotación del giro social. Sin perjuicio de lo anterior, se entenderá que la sociedad
puede efectuar operaciones ocasionales o transitorias de giro, a ¿n de lograr la mejor
realización de los bienes sociales”.
En 1981, el legislador de la sociedad anónima en el artículo 109 de la LSA repite
de manera expresa el principio –implícito– establecido en el artículo 410 del Código
de Comercio, en cuanto a que durante la liquidación subsiste la personalidad jurídica
de la sociedad disuelta. Para el Código de Comercio como para la ley de sociedades
anónimas la disolución no causa comunidades, sino que subsiste la persona jurídica
para todos los efectos hasta la completa liquidación de la sociedad.
Puede determinarse en el estatuto la forma y personas que van a ser el o los liqui-
dadores, pero puede ser que dicha cláusula no exista, o bien, que la persona designada
no acepte el cargo o no exista; como fuere, las normas que regulan la liquidación
suplen el silencio del estatuto social.
La liquidación puede ser practicada por todos los socios de común acuerdo. Cual-
quiera de los socios puede solicitar un liquidador, de forma unánime o recurrir a la
justicia ordinaria para pedir la designación del liquidador. Lo más probable es que el
liquidador sea designado por la justicia ordinaria, en cuyo caso lo óptimo es que el
liquidador sea una persona con experticia en la materia.
Cualquiera sea la fuente de designación del Liquidador o Comisión Liquidadora,
según corresponda, ésta debe ser reducida a escritura pública e inscrita en extracto
en el Registro de Comercio, correspondiente al domicilio de la sociedad, según lo
dispuesto en el artículo 22 Nº 5 del Código de Comercio.
El Liquidador o la Comisión Liquidadora va a desplazar las potestades de los ad-
ministradores ordinarios de la sociedad en liquidación; esto es, desplazan en sus com-
petencias al directorio y eventualmente al gerente general, según corresponda. Tiene
el liquidador la competencia para hacerse cargo de los negocios de la sociedad para los
efectos de la liquidación. Tiene un encargo o gestión de negocios especí¿co, cual es
poner término a los negocios sociales, concluir, agotar las operaciones pendientes. No
puede iniciar nuevos negocios, a menos que tiendan a la liquidación de la sociedad.
El Liquidador o la Comisión Liquidadora puede y debe proceder a la liquidación,
enajenando los activos obteniendo los mejores precios posibles. Debe proceder a
pagar a los acreedores sociales. Puede ocurrir que en el proceso de liquidación haya
liquidez su¿ciente para pagar todos los acreedores sociales, el remanente se debe
distribuir a los socios a prorrata de sus aportes y acciones. Se paga según el orden de
prelación de crédito de cada uno de acuerdo a lo establecido en los artículos 2472 y
siguientes del Código Civil.
Una vez que se haya pagado a todos los acreedores sociales, si queda un remanente
se reparte a todos los socios a prorrata de su aporte, por ello se suele explicar que
70 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

los acreedores sociales gozan de un derecho preferente respecto de los socios para el
pago de sus acreencias.

3.14. Facultades de los liquidadores


Las potestades del Liquidador o la Comisión Liquidadora se encuentran estable-
cidas en la ley, siendo ésta su fuente principal; además los socios pueden conferirles
poderes especiales para este efecto.
El artículo 411 en cuanto a las facultades del liquidador señala:
“No estando determinadas las facultades del liquidador, no podrá ejecutar otros actos
y contratos que los que tiendan directamente al cumplimiento de su encargo.
En consecuencia, el liquidador no podrá constituir hipoteca, prendas o anticresis, ni
tomar dinero a préstamo, ni comprar mercaderías para revender, ni endosar efectos
de comercio, ni celebrar transacciones sobre los derechos sociales, ni sujetarlos a
compromiso”.
En cuanto a las gestiones y poderes del liquidador, el artículo 413 del Código de
Comercio dispone:
“Aparte de los deberes que su título imponga al liquidador, estará obligado:
1º A formar inventario, al tomar posesión de su cargo, de todas las existencias y
deudas de cualquiera naturaleza que sean, de los libros, correspondencia y papeles
de la sociedad;
2º A continuar y concluir las operaciones pendientes al tiempo de la disolución;
3º A exigir la cuenta de su administración a los gerentes o cualquiera otro que haya
manejado intereses de la sociedad;
4º A liquidar y cancelar las cuentas de la sociedad con terceros y con cada uno de
los socios;
5º A cobrar los créditos activos, percibir su importe y otorgar los correspondientes
¿niquitos;
6º A vender las mercaderías y los muebles e inmuebles de la sociedad, aun cuando
haya algún menor entre los socios, con tal que no sean destinados por éstos a ser
divididos en especie;
7º A presentar estados de la liquidación cuando los socios lo exijan;
8º A rendir al ¿n de la liquidación una cuenta general de su administración.
Si el liquidador fuere el mismo gerente de la sociedad extinguida, deberá presentar
en esa época la cuenta de su gestión”.
1º A formar inventario, al tomar posesión de su cargo, de todas las existencias y
deudas de cualquiera naturaleza que sean, de los libros, correspondencia y papeles
de la sociedad.
Un liquidador diligente debe faccionar un inventario solemne de los bienes y
pasivos de la sociedad. El título en el cual se designa el liquidador debe constar en
escritura pública si ha sido designado por los socios o bien en copia de la sentencia
cuando ha sido designado por la justicia. Esta obligación de facción de inventario se
DERECHO DE SOCIEDADES 71

justi¿ca toda vez que el liquidador es un verdadero administrador de bienes ajenos, con
obligación ¿nal de rendir cuenta de su gestión a los socios. Además, este liquidador
desplaza a los administradores de la sociedad durante la fase de liquidación.
2º A continuar y concluir las operaciones pendientes al tiempo de la disolución.
No se pueden abrir nuevos negocios, salvo que la ejecución del nuevo negocio
tienda directamente a facilitar la ejecución y por cierto es deber del liquidador cerrar
o poner término a los negocios pendientes.
3º A exigir la cuenta de su administración a los gerentes o cualquiera otro que
haya manejado intereses de la sociedad.
El liquidador está habilitado para pedir cuenta de gestión a los gerentes y socios
que hayan administrado la sociedad, sobre todo en la perspectiva de poner término a
los negocios sociales pendientes.
4º A liquidar y cancelar las cuentas de la sociedad con terceros y con cada uno
de los socios.
Se trata de un pago ordenado a los acreedores sociales, que tengan sus créditos
documentados y se paga conforme a las reglas de la prelación de créditos, establecidas
en los artículos 2472 y siguientes del Código Civil.
5º A cobrar los créditos activos, percibir su importe y otorgar los correspondientes
¿niquitos.
En materia de cobranza de créditos a los deudores de la sociedad el liquidador
puede cobrar tanto judicial como extrajudicialmente, con amplias facultades.
6º A vender las mercaderías y los muebles e inmuebles de la sociedad, aun cuando
haya algún menor entre los socios, con tal que no sean destinados por éstos a ser
divididos en especie.
La idea es enajenarlos a valor de mercado para producir liquidez y poder pagar a
los acreedores.
7º A presentar estados de la liquidación cuando los socios lo exijan.
Éstos tienen la potestad de ¿scalizar a los liquidadores. Pueden ser removidos por
los socios. En el caso que haya sido el tribunal quien designó al liquidador hay que
recurrir a éste para solicitar la remoción del liquidador.
8º A rendir al ¿n de la liquidación una cuenta general de su administración.
“La regla de responsabilidad del liquidador es que éste responde de culpa leve,
ya que se trata de un mandatario remunerado y la rendición de cuenta, parciales y/o
¿nal, debe ser documentada”.
Código de Comercio art. 417:
“Los liquidadores nombrados en el contrato social podrán renunciar o ser removidos
por las causas y en la forma que señala el artículo 2072 del Código Civil.
El que fuere nombrado en otra forma podrá renunciar o ser removido según las reglas
generales del mandato”.
72 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Código de Comercio art. 414:


“Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del socio gerente o del
liquidador se someterán precisamente a compromiso”.
Es decir, la rendición de cuenta del liquidador es materia de arbitraje forzoso.
El legislador no establece un tiempo para la liquidación por lo que va a durar tem-
poralmente hasta que la liquidación termine. En ese momento se extingue la persona
jurídica de la sociedad. En estricto rigor la persona jurídica ha terminado con el último
acto celebrado o ejecutado por el liquidador en el desempeño de sus funciones.
Corresponde concluir lo relativo a la liquidación y liquidador, que éste responde
de culpa leve por sus actos, y que cualquier materia relativa a conÀictos jurídicos
que puedan surgir son de competencia de justicia arbitral, especialmente en lo que
re¿ere a su rendición de cuenta ¿nal, según dispone el artículo 414 del Código de
Comercio.

3.15. Régimen de solución de controversias societarias


en la sociedad colectiva
En materia de régimen de solución de controversias en la sociedad colectiva, se
entrega a la competencia de la jurisdicción arbitral, por disposición del artículo 227
Nº 4 del Código Orgánico de Tribunales.
En concordancia con dicho principio el artículo 352 Nº 10 del Código de Comer-
cio, señala:
“La escritura social deberá expresar: …”
“Si las diferencias que les ocurran durante la sociedad deberán ser o no sometidas
a la resolución de arbitradores, y en el primer caso, la forma en que deba hacerse el
nombramiento”.
No se trata esta materia de una mención esencial, ya que el legislador suple el
silencio del estatuto, lo que da lugar a la jurisdicción arbitral societaria. La materia de
los conÀictos societarios son necesariamente de arbitraje forzoso, aunque en principio
pareciera ser facultativo por el uso de la frase “si las diferencias”.
De acuerdo a lo establecido en el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de Tri-
bunales, del año 1943, los litigios entre socios en las sociedades de personas y de
capital, son materia de arbitraje forzoso.
La redacción de este artículo, artículo 352 Código de Comercio, pareciera ser que
se tratara de un arbitraje facultativo, pero conforme a la norma del Código Orgánico
de Tribunales, este arbitraje es de naturaleza forzosa u obligatoria.
La ley entrega la materia sobre los conÀictos societarios a la resolución de los
jueces árbitros, quedando inhibida la competencia de los tribunales ordinarios,
quienes son incompetentes para conocer y resolver estas materias. Sólo re¿ere a los
conÀictos entre los socios, o los socios con la sociedad, o la sociedad con sus socios
y administradores.
DERECHO DE SOCIEDADES 73

Esta tendencia de justicia arbitral es ya clara en el siglo XIX, en cuanto a entregar


al conocimiento de jurisdicción arbitral los litigios societarios.
Si nada se dice en el pacto social, y aun cuando se estableciere lo contrario, se
aplica el artículo 227 del Código Orgánico de Tribunales.
Si no se establece la calidad del árbitro mediante una cláusula compromisoria, la
resolución del conÀicto corresponderá a un juez árbitro de derecho.
También se puede en el pacto social elegir la persona o las personas que se desig-
nan como juez árbitro.
En la práctica hay una diferente clasi¿cación de designación del juez árbitro, como
por ejemplo de la nómina de la Cámara de Comercio de Santiago, que plantea un
“arbitraje institucional, con un Centro de Mediación y Arbitraje que cuenta con una
nómina de jueces árbitros y reglamento de arbitraje (procedimiento y honorarios).
Otra fórmula es establecer las calidades del árbitro, profesor de derecho, etcétera, lo
que se denomina “arbitraje “ad-hoc”, o juez árbitro para el caso especí¿co.
Cada vez que surja un conÀicto “intra societario” en la sociedad colectiva, en co-
mandita, limitada y sociedad por acciones, la resolución de éste queda entregado a un
juez árbitro. De no haber persona designada cualquiera de los litigantes debe recurrir
a la justicia ordinaria para solicitar la designación de un juez árbitro. Los juzgados
civiles suelen designar jueces árbitros a abogados con conocimientos especializados
en materia mercantil y de con¿anza del tribunal.
La regulación de los jueces árbitros se encuentra en el Código Orgánico de Tri-
bunales, de 1943, en los artículos 222 a 243 y en el Código de Procedimiento Civil
en sus artículos 628 a 635, en cuanto al proceso jurisdiccional seguido ante jueces
árbitros de derecho y ante jueces árbitros arbitradores.
La comparecencia de las partes en estos procesos arbitrales debe ser mediante el
patrocinio y poder de abogado habilitado para el ejercicio de la profesión, conforme
lo ordena la ley Nº 18.120, que regula la comparecencia en juicio, incluso por cierto
ante Tribunal Arbitral.
Una causal de común ocurrencia respecto de la persona del juez árbitro es la amistad
que pueda existir con el abogado de algunas de las partes, pero no es ésta una causal
legal de recusación para el juez árbitro, en nuestro sistema jurídico.

3.16. El domicilio de la sociedad


En la escritura de constitución de la sociedad, en cuanto a la ¿jación de domicilio,
la fórmula que se usa en la práctica es establecer la ciudad en que la sociedad tendrá
dicho domicilio y no un domicilio exacto de calle o avenida y comuna, sino que es
su¿ciente declarar la ciudad en que se establecerá el domicilio social. La designación
de domicilio interesa para los efectos de determinar el Registro de Comercio compe-
tente para inscribir el extracto de la escritura de constitución, ya que será en el que
corresponda al domicilio de la sociedad; e importa también porque ¿ja la competencia
a los tribunales ordinarios de justicia como sujeto pasivo para eventuales demandas
de terceros.
74 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Esta mención del domicilio no es esencial, a partir del año 1997, ya que con la
Ley de Saneamiento de las Sociedades Nº 19.499 y de acuerdo a lo establecido en
el artículo 355 del Código de Comercio, si se omite el domicilio en la escritura de
constitución se entenderá domiciliada en el lugar en donde fue otorgada la escritura
de constitución.
El artículo 355 del Código de Comercio en cuanto a la omisión de domicilio en la
escritura de constitución establece:
“Si en la escritura social se hubiere omitido el domicilio social se entenderá domici-
liada la sociedad en el lugar de otorgamiento de aquélla”.
Se entiende por lugar de otorgamiento la ciudad o comuna correspondiente a la del
notario público en donde se ha otorgado la escritura. Este domicilio de la sociedad,
ya sea contractual o establecido por ley, determina el Registro de Comercio compe-
tente para los efectos de la inscripción del extracto, según señala el artículo 354 del
Código de Comercio.
Antes del año 1997, las sociedades en las que se había omitido el domicilio en la
escritura de constitución le faltaba un elemento esencial que el legislador no suplía
ante la omisión, vicio que sólo podía ser saneado por la denominada “Repactación
Social”; esto signi¿caba en los hechos el otorgamiento de una nueva escritura pública,
subsistiendo su personalidad jurídica, con la ¿nalidad exclusiva de sanear en la cita-
da repactación el o los vicios formales que existieren en la escritura de constitución
social. Como antecedente histórico, este procedimiento de repactación social surgió
como una solución en el ámbito de las instituciones bancarias, las que al realizar un
estudio legal a la sociedad respectiva, si reparaban la existencia de vicios formales,
sugerían como solución al problema proceder a la “repactación” social, lo que en
la práctica se traducía en otorgar el pacto social nuevamente, con las solemnidades
correspondientes.
Finalmente, el domicilio social es importante para establecer la competencia de los
Tribunales, a los ¿nes de demandar en sede civil a la sociedad conforme a las reglas
de competencia establecidas en el Código Orgánico de Tribunales, e importa también
para efectos de la iniciación de actividades como contribuyente ante el Servicio de
Impuestos Internos.

3.17. Los demás pactos que acordaren los socios


Los socios en el acto constitutivo de la sociedad tienen un amplio campo de
libertad contractual para establecer ciertos pactos o cláusulas especiales que no son
ni de la esencia ni de la naturaleza de la sociedad. Se trata básicamente de cláusulas
accidentales, que no son meramente complementarias, en cuanto a la administra-
ción, distribución de utilidades, causales de disolución no contempladas en la ley,
aquellas que regulan la cesión o traspaso de derechos sociales, cumplimiento de
negocios, futuros aumentos de capital, retribución por administración a los socios,
entre otros.
DERECHO DE SOCIEDADES 75

En la práctica no puede decirse si son usuales o no estas cláusulas, ya que de-


penden de cada caso particular. A estos pactos o convenciones la doctrina societaria
los denominan “pactos societarios”; y cuando constan en instrumento separado de la
escritura social, se les denominan “pactos para societarios”, en los que se puede dar
a la sociedad reglas especiales, que le otorguen una especial ¿sonomía, normas que
incluso pueden ser elevadas a nivel de esenciales.

4. Prueba o acreditación ante terceros de la


formación de la sociedad colectiva mercantil y acreditación de vigencia
Para acreditar frente a terceros que la sociedad colectiva se encuentra válidamente
constituida, en lo formal y en cuanto al fondo, y así lo ha desarrollado la práctica
societaria chilena, consiste en exhibir a los terceros la copia de la escritura pública de
constitución de la sociedad y la protocolización ante el Notario público de la copia
del extracto inscrito ante el Registro de Comercio. Con lo que se evita solicitar en
cada caso la copia del extracto inscrito.
En cuanto a la vigencia de la sociedad, ésta se acredita mediante “certi¿cado de
vigencia” que otorga a solicitud de parte interesada el Registro de Comercio, en el
cual se acompaña copia del extracto inscrito, con la certi¿cación o constancia de
que no existe anotación marginal de escritura pública o sentencia judicial o acto de
autoridad, que declare la disolución de la sociedad.
Del análisis de dichos documentos se puede concluir que se cumplió con los re-
quisitos formales de la constitución de la sociedad colectiva o si por el contrario se
incurrió en omisiones o vicios de forma en cuanto al “iter” legal de constitución.
Cabe destacar que el Registro de Comercio, en la práctica, desempeña o juega
un rol ¿scalizador de “validez” en cuanto a que el extracto contenga las menciones
esenciales que ordena el artículo 354 del Código de Comercio, en cuanto a que el
extracto contenga las llamadas menciones esenciales y rechaza la inscripción de los
extractos viciados en lo formal; esto es, con omisión de menciones esenciales del
extracto o que contengan incongruencias mani¿estas. Este control permite corregir
los vicios formales del extracto. Además, la parte interesada debe corroborar que el
extracto inscrito sea del mismo tenor que el presentado a inscripción ante el Registro
de Comercio, para evitar vicios formales.

5. Saneamiento de vicios en escritura de constitución de sociedad


En general se puede constatar que se suele incurrir en errores u omisiones for-
males en el llamado “iter” formativo de las sociedades, en cuanto pueden ocurrir
transgresiones a las solemnidades que la ley prevé para la formación válida de las
sociedades; esto es, que existan omisiones a las solemnidades establecidas para su
constitución válida.
Cabe precisar que con anterioridad a la dictación de la ley Nº 19.499, de 1997, que se
titula “Establece Normas Sobre Saneamiento de Vicios de Nulidad de Sociedades…”,
76 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

se mantenía un cierto debate, con la consiguiente incerteza, respecto a qué tipo de


vicios podían sanearse y cuáles no. En esta materia los bancos –de hecho– cumplían
y siguen cumpliendo un papel de ¿scalizadores en cuanto a determinar cuándo una
sociedad estaba correctamente constituida y cuándo no; cuando se detectaban vicios
formales y no de fondo en la formación, se optaba por seguir el camino de la llamada
“Repactación de la Sociedad”, que era la aplicación de la teoría de la rati¿cación del
acto jurídico viciado, admitiendo que los otorgantes –socios fundadores– volvían a
otorgar un pacto social, que contenía la corrección del o los vicios formales que fuere
pertinente sanear. En los hechos signi¿caba otorgar prácticamente la sociedad nueva-
mente por escritura pública y luego seguir con la inscripción de extracto e inscripción
si correspondía al tipo societario de que se tratara.
Con la dictación de la ley Nº 19.499, de 1997, se “sinceró” esta situación y se
reconoció expresamente la posibilidad de sanear los vicios formales, previa decla-
ración de éstos, mediante una escritura pública especí¿ca, sin tener que recurrir a la
llamada “repactación”.
Respecto a la escritura de constitución puede ocurrir que:
– Se otorgue incurriendo en vicios u omisiones meramente formales.
– Se inscriba y/o publique extracto extemporáneamente.
– Se inscriba y/o publique extracto, pero con defectos de forma u omisiones.
– No se inscriba el extracto; o bien no se haya publicado.
– O bien, hay extracto inscrito, pero ante Registro de Comercio incompetente.
En estos casos de vicios u omisiones hay que determinar si es susceptible de sanea-
miento de acuerdo a la ley Nº 19.499, de 1997. Esta ley establece que son susceptibles
de saneamiento los vicios formales, pero no los vicios de fondo.
El legislador regula los casos de anomalías societarias o sociedades de hecho y
asume que puede haber omisiones, cumplimiento imperfecto en cuanto a las solem-
nidades de la constitución de sociedad.
Hay una posibilidad de sanear el eventual vicio, pero para lograr aquello es nece-
sario que el vicio sea de carácter formal y no de fondo.
El artículo 1º ley Nº 19.499 establece lo que sigue:
“La nulidad derivada de vicios formales, que afecte la constitución o modi¿cación de
una sociedad, puede ser saneada del modo que se señala en esta ley.
Sus disposiciones son aplicables a las sociedades colectivas mercantiles, a las de
responsabilidad limitada, a las en comandita simple mercantiles, a las en comandita
por acciones y a las sociedades anónimas.
Considérense vicios formales aquellos que consisten en el incumplimiento de alguna
solemnidad legal, tales como la inscripción o publicación tardía del extracto de la
escritura, o la falta de cumplimiento o el cumplimiento imperfecto de las menciones
que la ley ordena incluir en las respectivas escrituras como, por ejemplo, lo relacio-
nado con la razón social.
Los defectos relativos al contenido de las escrituras no se considerarán vicios
formales, sino de fondo, si implican la privación de algún elemento esencial al
DERECHO DE SOCIEDADES 77

concepto de sociedad o algún vicio de carácter sustancial de general aplicación a


los contratos.
Sin perjuicio de otras exigencias que se indican más adelante, para que sea saneable
la nulidad por vicios formales de que adolezca la constitución o modi¿cación de una
sociedad, es necesario que estos actos consten de escritura pública, o instrumento
reducido a escritura pública o protocolizado”.
El piso mínimo en cuanto al incumplimiento de solemnidades es que al menos
conste en: escritura pública o en acta o documento privado que fue reducido a escri-
tura pública o se haya constituido por instrumento privado, pero protocolizado ante
notario público.
Si existe sólo un mero instrumento privado no hay posibilidad de sanear, ya que
se forma una mera comunidad legal pasiva. Puede ocurrir que exista omisión de
menciones propias del extracto o que haya extracto y no se haya registrado o publi-
cado, o ha sido inscrito, pero de forma extemporánea, o que el extracto di¿era de la
escritura pública, en estos casos sí es posible sanear el vicio respectivo; al efecto el
artículo 356 señala:
“La sociedad que no conste de escritura pública, o de instrumento reducido a escri-
tura pública o de instrumento protocolizado, es nula de pleno derecho y no podrá
ser saneada.
No obstante lo anterior, si existiere de hecho dará lugar a una comunidad. Las ganan-
cias y pérdidas se repartirán y soportarán y la restitución de los aportes se efectuará
entre los comuneros con arreglo a lo pactado y, en subsidio, de conformidad a lo
establecido para la sociedad.
Los miembros de la comunidad responderán solidariamente a los terceros con quie-
nes hubieren contratado a nombre y en interés de ésta; y no podrán oponer a los
terceros la falta de los instrumentos mencionados en el inciso primero. Los terceros
podrán acreditar la existencia de hecho por cualquiera de los medios probatorios
que reconoce este Código, y la prueba será apreciada de acuerdo a las reglas de la
sana crítica”.
Si se otorgó un mero instrumento privado existe nulidad de pleno derecho y no
podrá ser saneada. Si existe de hecho, es decir, si ha actuado jurídicamente, da lugar
a una comunidad, repartiéndose todo entre los comuneros con arreglo a lo pactado.
Responden de forma solidaria sin poder oponer como excepción la falta de las so-
lemnidades.
La prueba la aprecia el juez de acuerdo a las reglas de la sana crítica.
El legislador dice que no hay sociedad sino que comunidad, desconociendo el efecto
del acto jurídico que las partes pretendan ejecutar y lo reconduce a una comunidad.
Lo castiga haciendo que respondan de forma solidaria frente a terceros.
Lo que es efectivo es que el Servicio de Impuestos Internos igualmente les otorga
Rol Único Tributario (RUT) porque los nombra como sociedades de hecho, recono-
ciéndola como contribuyente y les reconoce, por lo tanto, una cierta capacidad jurídica.
Así el artículo 66 del Código Tributario señala:
78 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“todas las personas naturales y jurídicas y las entidades o agrupaciones sin perso-
nalidad jurídica, pero susceptibles de ser sujetos de impuestos, que en razón de su
actividad o condición causen o puedan causar impuestos, deben estar inscritas en el
Rol Único Tributario de acuerdo con las normas del régimen respectivo”.
En la práctica hay personas que no quieren formar sociedades formales sino que
celebran un contrato que se llama Sociedad de Hecho, teniendo prácticamente casi
todos los elementos de la sociedad. Jurídicamente no se forma sociedad.
El legislador la regula como comunidad, si no dice nada se aplican subsidiariamente
las reglas del artículo 356 del Código de Comercio.
Esta sociedad de hecho adolece de nulidad de pleno derecho, por lo tanto no requiere
de declaración jurídica, no admitiendo saneamiento, pero puede actuar.
El artículo 357 del Código de Comercio regula la sociedad colectiva de hecho en
los siguientes términos:
“La sociedad que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en el artículo
350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad si consta de
escritura pública o de instrumento reducido a escritura pública o protocolizado. Todo
ello, sin perjuicio del saneamiento del vicio en conformidad con la ley.
Los socios responderán solidariamente a los terceros con quienes hubieren contratado
a nombre y en interés de la sociedad de hecho”.
También modi¿cado por la ley de saneamiento, éste a diferencia de lo establecido
en el artículo 356 del Código de Comercio sí admite saneamiento. Se trata de una
sociedad irregular o de hecho saneable.
Lo que se castiga en sí, lo que no tolera el legislador, es el mero documento privado
que contenga el pacto social.
El artículo 358, Código de Comercio, excluye la posibilidad de saneamiento tácito,
respecto de la sociedad viciada:
“La ejecución voluntaria del contrato de sociedad no purga la nulidad de que ado-
lezca por incumplimiento de solemnidades legales, sin perjuicio del saneamiento a
que alude el artículo anterior”.
Y el artículo 361 señala el camino de saneamiento ante la falta de inscripción de
extracto de una modi¿cación:
“La modi¿cación cuyo extracto no ha sido oportunamente inscrito en el Registro
de Comercio no producirá efectos ni frente a los socios ni frente a terceros, salvo el
caso de saneamiento en conformidad a la ley y con las restricciones que ésta impone.
Dicha privación de efectos operará de pleno derecho, sin perjuicio de la acción por
enriquecimiento sin causa que proceda.
La modi¿cación oportunamente inscrita en el Registro de Comercio, pero que adolezca
de vicios formales, produce efecto frente a los socios y terceros, mientras no haya
sido declarada su nulidad.
La declaración a que se re¿ere el inciso anterior no produce efecto retroactivo y sólo
regirá para las situaciones que ocurran a partir del momento en que esté ejecutoriada
la sentencia que la contenga”.
DERECHO DE SOCIEDADES 79

5.1. Procedimiento o mecanismo


de saneamiento en la ley Nº 19.499, de 1997

Para sanear los vicios formales el legislador establece un mecanismo o procedi-


miento para este efecto. Los requisitos del saneamiento de los vicios formales en la
constitución o reforma de sociedades mercantiles en el sistema tradicional societario
se encuentran regulados en el artículo 3º de la ley Nº 19.499, de 1997, y señala:
“Quedará saneada la nulidad a que se re¿ere el artículo 1º, una vez que se cumplan
los siguientes requisitos”:
a) Que se otorgue una escritura pública en la cual se corrija el vicio de la constitución
o modi¿cación. No será necesario reproducir íntegramente el estatuto social.
A esta escritura deberán concurrir quienes sean los titulares de los derechos sociales
al tiempo del saneamiento de la constitución o modi¿cación. Si el vicio incide en una
cesión de derechos sociales, además, deberán concurrir a esa escritura el cedente
–o sus causahabientes– y quienes al tiempo del saneamiento sean los titulares de los
derechos materia de la cesión.
En los casos de sociedades anónimas o en comandita por acciones, la exigencia esta-
blecida en el primer párrafo de esta letra se entenderá cumplida mediante la escritura
pública a la que se reduzca el acta de la junta extraordinaria de accionistas en la cual,
mediante acuerdo adoptado con los quórum y mayorías necesarias para reformar el
estatuto social, se corrija el vicio incurrido en la constitución o modi¿cación cuya
nulidad se desee sanear. No obstante lo anterior, en las sociedades en comandita por
acciones, en cuanto a los socios colectivos se re¿ere, se aplicará, además, lo dispuesto
en el párrafo segundo de esta letra.
b) Que un extracto de la escritura de saneamiento sea inscrito y, si fuere del caso, pu-
blicado, en el plazo que corresponda, según sea el tipo de sociedad de que se trate.
En aquellos casos en que la causa de nulidad de la constitución de una sociedad con-
sista en la falta de oportuna inscripción o publicación del extracto de la respectiva
escritura, la exigencia de corrección del vicio, contenida en la letra a) precedente,
se entenderá cumplida con la inscripción y, en su caso, la publicación oportunas del
extracto de esta escritura de saneamiento”.
Los requisitos son:
– Que se otorgue una escritura pública en la cual se corrija el vicio de la consti-
tución o modi¿cación.
– Que un extracto de la escritura de saneamiento fuere inscrito y publicado en
plazo según el tipo de sociedad que se trate.
– En los casos que la nulidad consista en lo oportuno de la inscripción se saneará
por la correspondiente inscripción o publicación.
El artículo 4º de esta ley establece las menciones que debe contener el extracto de
la escritura de saneamiento de la sociedad irregular:
“El extracto de la escritura de saneamiento deberá contener:
80 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a) La fecha de la escritura extractada y el nombre y domicilio del notario ante el


cual se otorgó;
b) Según sea el caso, la fecha de la escritura pública que contenga el acto que se
sanea, o de la escritura de protocolización del documento que contenga el acto que
se sanea o de la escritura pública a que se redujo ese acto, y el nombre y domicilio
del notario ante el cual se otorgó, y
c) Un extracto de las modi¿caciones mediante las cuales se corrige el vicio de que se
trata. El extracto será autorizado por el notario que ejerza en la notaría ante la cual
se otorgó esta escritura”.
Efectos del saneamiento:
Se purga o sanea el vicio formal y la sociedad queda legalmente constituida y el
legislador le reconoce un efecto retroactivo en el artículo 2º de la ley Nº 19.499:
“El saneamiento del vicio de nulidad producirá efecto retroactivo a la fecha de las
escrituras públicas o de la protocolización aludidas, según corresponda. Pero si se
trata de una modi¿cación que no haya sido oportunamente inscrita y, en su caso
publicada, el saneamiento producirá efecto retroactivo a la fecha de la inscripción o
publicación tardía, y si ambas formalidades se practicaron con retraso, a la fecha en
que se haya realizado la última”.
Las personas que deben concurrir para otorgar la escritura de saneamiento son los
mismos que fueron a la constitución. En caso de que hayan cedido sus derechos deben
concurrir los cesionarios.
El artículo 6º de la ley de saneamiento establece un plazo de prescripción de corto
tiempo para la acción de nulidad fundada en vicio formal:
“La nulidad de la constitución o modi¿cación de una sociedad, derivada de omisiones
de que adolezca el extracto inscrito o publicado, o de contradicciones entre éste y la
correspondiente escritura pública, o de defectos en la convocación o desarrollo de
juntas de accionistas de sociedades anónimas o en comandita por acciones, no podrá
ser hecha valer después de dos años contados desde la fecha del otorgamiento de la
escritura. Esta prescripción correrá contra toda persona y no admitirá suspensión
alguna. Vencido ese plazo las disposiciones de la escritura prevalecerán sobre las
del extracto”.
Puede decirse que se asemeja al plazo de prescripción de la nulidad relativa, con
la diferencia de que ésta prescribe en 4 años.
No admite suspensión alguna y corre en contra de toda persona. El saneamiento
puede hacerse aun cuando ha sido alegado en juicio, pero antes de que haya sentencia
favorable.
La acción de nulidad exige que quien la entabla acredite que dicha nulidad causa
un perjuicio patrimonial, en efecto el artículo 8º dispone:
“La alegación de que una sociedad o su modi¿cación es nula por afectarle un vicio de
carácter formal, será desestimada si no se acredita en el proceso que la existencia de
ese vicio causa un efectivo perjuicio de carácter pecuniario a quien lo hace valer”.
DERECHO DE SOCIEDADES 81

No se puede prosperar una declaración de nulidad sin que el que la alega pruebe
que sufría un perjuicio de carácter patrimonial. Tiene que haber un perjuicio econó-
mico.
También se encuentra la regla del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil
al regular el incidente de nulidad procesal, quien alega la nulidad procesal tiene que
demostrar que el acto procesal viciado de nulidad le causa un perjuicio procesal.
También se encuentra establecido en el artículo 77 de la Ley de Letra de Cambio y
Pagaré (Nº 18.092), que señala:
“El Tribunal podrá desechar la nulidad de un protesto cuando el vicio no hubiere
causado un efectivo perjuicio al que lo invoca”.
El artículo 9º de esta ley tiene una enumeración de vicios pequeños que no son ni
de fondo ni de forma:
“No constituyen vicios formales de nulidad de una sociedad o de sus modi¿caciones
y, por lo tanto, no requieren ser saneados los siguientes errores que puedan contener
las correspondientes escrituras públicas, o sus extractos inscritos o publicados:
a) Errores ortográ¿cos o gramaticales o la contracción o resumen de palabras, si de
ello no puede derivarse dudas en cuanto al sentido de la estipulación. Esta regla se
aplicará aun cuando se trate de expresiones que constituyan una formalidad legal;
b) Errores cometidos en la individualización de socios, accionistas o representantes, si de
ello no puede derivarse dudas en cuanto a la identidad de la persona de que se trata;
c) Errores numéricos o de cifras o porcentajes, que mani¿estamente no sean de ca-
rácter sustancial;
d) Errores en los datos o características de los aportes, si de ello no puede derivarse
dudas en cuanto a su determinación, y
e) En general, las disconformidades no esenciales que existan entre las escrituras y
las inscripciones o publicaciones de sus respectivos extractos. Se entiende por dis-
conformidad esencial aquella que induce a una errónea comprensión de la escritura
extractada.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso primero, en cualquier momento podrán sub-
sanarse estos errores mediante escritura pública suscrita por alguna de las personas a
que se re¿ere el artículo 30, letra a), inciso segundo, o alguno de los administradores
de la sociedad”.
Por su parte el artículo 10 establece que no puede alegarse la nulidad si ha operado
una causal de disolución, por lo tanto ya estamos en fase de liquidación: artículo 10
ley Nº 19.499 señala:
“No podrá alegarse en juicio la nulidad fundada en vicios formales que afecten la cons-
titución o modi¿cación de una sociedad, una vez que ésta se encuentre disuelta”.
Para el saneamiento de vicios formales en la constitución de sociedades en régi-
men digital o electrónico, la ley Nº 20.659, de 2013, establece en su artículo 16 un
sistema especial para estas sociedades, con aplicación de la ley Nº 19.499, de 1997,
82 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

pero en modalidad de formulario de saneamiento en régimen digital, ante el Registro


de Empresas y Sociedades.

6. Las sociedades de hecho e irregular,


con referencia a la sociedad colectiva comercial
Nuestro viejo Código Civil de 1855, en su artículo 2057, inciso primero emplea
las expresiones “sociedad de hecho”, como concepto opuesto a sociedad de derecho
o “legal” y señala:
“Si se formare de hecho una sociedad que no pueda subsistir legalmente, ni como
sociedad, ni como donación, ni como contrato alguno, cada socio tendrá la facultad
de pedir que se liquiden las operaciones anteriores y de sacar sus aportes”.
La declaración del legislador de no poder subsistir como contrato alguno, remite
al cuasicontrato de comunidad (hecho voluntario lícito, no convencional que genera
obligaciones) de¿nida en el artículo 2304 del Código Civil, que señala:
“La comunidad de una cosa universal o singular, entre dos o más personas, sin que
ninguna de ellas haya contratado sociedad o celebrado otra convención relativa a la
misma cosa, es una especie de cuasicontrato”.
La división y liquidación de este cuasicontrato se sujeta a las reglas de la partición
de la herencia.
La sociedad colectiva comercial se forma, existe y prueba por escritura pública y
debe inscribirse su extracto en el Registro de Comercio de su domicilio, en el término
de 60 días contados desde la fecha de ésta (art. 350 C. de Comercio). El “Contrato
de Sociedad” consignado en un documento privado no produce otro efecto entre
los socios que el de obligados a otorgar la escritura pública antes que la sociedad
dé principio a sus operaciones (artículo 351 Código de Comercio). A esta ¿gura se
la conoce con el nombre de Conversión del Negocio Jurídico (sobre el tema “La
Conversión del Negocio Jurídico en el Derecho Mercantil”, María Dora Martinic
G., Ed. Jurídica, 1968). “En nuestro concepto, la conversión es la transmutación que
opera por el ministerio de la ley, en cuya virtud un negocio jurídico nulo produce los
efectos de un negocio de tipo distinto, o aun, sus propios efectos, permitiendo a las
partes satisfacer el ¿n que perseguían con el primero, aunque tal satisfacción no sea
integral” (ob. cit., pág. 34).
Los conceptos de sociedad de hecho e irregular o anómala no son conceptos
unívocos en la doctrina y en la jurisprudencia, esto es, se trata de nociones distintas
con matices particulares. La doctrina distingue la noción de anomalías societarias,
como género e identi¿ca como dos especies distintas a la sociedad de hecho y la
sociedad irregular.
La Corte Suprema, en sentencia de 5 de julio de 1940 (R.D.J. XXXVIII, sec. 1ª,
pág. 173) declaró (La nulidad de una sociedad colectiva comercial por haberse omitido
las solemnidades que la ley prescribe, da origen a una sociedad de hecho entre los
DERECHO DE SOCIEDADES 83

socios...). Esta noción en la sentencia transcrita vincula la sociedad de hecho como la


ine¿cacia causada por el simple atentado a la formalidad del acto jurídico constituti-
vo. La Corte de Apelaciones de Bordeaux, en una sentencia de 14 de mayo de 1990
(Revue des Societés, Nº 4 Dalloz, pág. 592), declaró que “Sociedad de Hecho es una
sociedad que por la intención común de sus miembros, está destinada a no ser objeto
de formalidades legales y, por lo tanto, a funcionar sin tener personalidad jurídica.
De carecerse de esta intención, las partes en causa se encuentran en la situación de
una sociedad en formación...”.
El autor argentino Enrique Zaldívar señala que “debe entenderse por sociedad de
hecho aquella que carece, en absoluto, de instrumento fundacional”9, y por sociedad
irregular, siguiendo a Saúl Argeri, debe entenderse a “aquella que a pesar de instru-
mentada, está viciada en su constitución por no satisfacer alguna de las formalidades
impuestas por la ley”10.
El nuevo artículo 357 del Código de Comercio (incorporado por la ley Nº 19.499
de 11 de abril de 1997) prescribe:
“La sociedad que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en el artículo
350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad si consta de
escritura pública o de instrumento reducido a escritura pública o protocolizado. Todo
ello, sin perjuicio del saneamiento del vicio en conformidad con la ley.
Los socios responderán solidariamente a los terceros con quienes hubieren contratado
a nombre y en interés de la sociedad de hecho”.
El artículo 350 ordena que:
“La sociedad colectiva se forma y prueba por escritura pública inscrita en los tér-
minos del artículo 354”.
Esta última disposición obliga a inscribir un extracto de la escritura de constitución,
en el término de 60 días contados de la fecha de ésta, en el Registro de Comercio
correspondiente al domicilio de la sociedad.
El nuevo artículo 355 A del Código de Comercio dispone:
“La omisión de la escritura pública de constitución o de modi¿cación, o de su ins-
cripción oportuna en el Registro de Comercio, produce nulidad absoluta entre los
socios, con la salvedad de lo dispuesto en los artículos 356, inciso primero, y 361,
inciso primero.
El cumplimiento oportuno de la inscripción producirá efectos retroactivos a la fecha
de la escritura”.

9 Enrique ZALDÍVAR, Anomalías Societarias, “Adbocatus”, pág. 67, Córdoba, Rep. Argentina.
10 Saúl ARGERI, Diccionario de Derecho Comercial y de la Empresa, pág. 368, Astrea, Buenos Aires,

1982).
84 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El artículo 356 del Código de Comercio establece una sanción de nulidad de pleno
derecho, que da lugar a una comunidad, con régimen de responsabilidad solidaria
respecto de terceros y que no admite saneamiento y dispone que:
“La sociedad que no conste de escritura pública, o de instrumento reducido a escri-
tura pública, o de instrumento protocolizado, es nula de pleno derecho y no podrá
ser saneada.
No obstante lo anterior, si existiere de hecho dará lugar a una comunidad. Las ganan-
cias y pérdidas se repartirán y soportarán y la restitución de los aportes se efectuará
entre los comuneros con arreglo a lo pactado y, en subsidio, de conformidad a lo
establecido para la sociedad.
Los miembros de la comunidad responderán solidariamente a los terceros con quienes
hubieren contratado a nombre y en interés de ésta; y no podrán oponer a los terceros
la falta de los instrumentos mencionados en el inciso primero. Los terceros podrán
acreditar la existencia de hecho por cualquiera de los medios probatorios que reconoce
este Código; y la prueba será apreciada de acuerdo a las reglas de la sana crítica”.

6.1. Casuística de la sociedad irregular


En cuanto a la casuística de la sociedad irregular se pueden observar los casos que
se indican seguidamente:
1º Se otorgó la sociedad por escritura pública e inscripción de extracto en Registro
de Comercio en tiempo, pero existe vicio formal en cuanto a falta de cumplimiento o
cumplimiento imperfecto de las menciones que la ley ordena incluir en la respectiva
escritura (art. 1º inciso 3º ley Nº 19.499).
2º Se otorgó la sociedad por escritura pública, con omisión de extracto inscrito en
Registro de Comercio.
3º Se otorgó la sociedad por escritura pública, con inscripción de extracto en Re-
gistro de Comercio fuera de plazo.
4º Se otorgó la sociedad por instrumento privado que se redujo a escritura pública.
5º Se otorgó la sociedad por instrumento privado, protocolizado.
En estos casos estamos frente a una sociedad irregular, ya que se ha gestado con
transgresión a las formas típicas que la ley prescribe, pero en estos casos, se puede
sanear el vicio formal según lo establecido por el artículo 357 del Código de Comer-
cio, que señala:
“La sociedad que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en el artículo
350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad si consta de
escritura pública o de instrumento reducido a escritura pública o protocolizado. Todo
ello, sin perjuicio del saneamiento del vicio en conformidad con la ley”.

6.2. Conceptos de vicio formal y vicio de fondo


Nuestra ley de saneamiento de vicios formales Nº 19.499, de 1997, contiene una
sistematización de tres categorías de vicios legales, a saber los vicios de fondo, de
DERECHO DE SOCIEDADES 85

forma y meramente incidentales. En esta sistemática, sólo se pueden sanear los vicios
formales y los incidentales, mas no así los llamados vicios de fondo que no admiten
saneamiento,
En este contexto, se entiende por vicio formal:
“Considérense vicios formales aquellos que consisten en el incumplimiento de alguna
solemnidad legal, tales como la inscripción o publicación tardía del extracto de la
escritura, o la falta de cumplimiento o el cumplimiento imperfecto de las menciones
que la ley ordena incluir en las respectivas escrituras, como, por ejemplo, lo relacio-
nado con la razón social” (art. 1º, inciso 3º, ley Nº 19.499).
El artículo 9º de la ley Nº 19.499 señala que no constituye vicio formal y en su
letra e) consagra la regla general subsidiaria para vicios incidentales:
“En general, las disconformidades no esenciales que existan entre las escrituras y
las inscripciones o publicaciones de sus respectivos extractos. Se entiende por dis-
conformidad esencial aquella que induce a una errónea comprensión de la escritura
extractada”.
Indudablemente los mayores problemas interpretativos, para los jueces y opera-
dores jurídicos, surgirán en relación de delimitar cuándo estamos frente a un vicio
formal, sanable, a un vicio de fondo y cuándo no estamos frente a un vicio incidental
de acuerdo a las reglas del artículo 9º de la ley.
Para la categoría vicio de fondo se señala:
“Los defectos relativos al contenido de las escrituras no se consideraran vicios forma-
les, sino de fondo, si implican la privación de algún elemento esencial al concepto de
sociedad o algún vicio de carácter sustancial de general aplicación a los contratos”
(art. 10 inciso 4º ley Nº 19.499).
Son elementos esenciales al contrato de sociedad la existencia de dos o más perso-
nas (para los tipos societarios que así lo requieran), la estipulación de aporte (capital
social), el ánimo o voluntad de formar la sociedad o compañía (afectio societatis)
(art. 2053 C. Civil); y, son elementos de la esencia o existencia comunes a todo acto
jurídico, la capacidad legal, la voluntad libre de vicios, una causa lícita, el objeto
lícito y las solemnidades en los actos jurídicos que se exigen ciertas formas típicas
en consideración a la naturaleza del mismo.

6.3. Principios generales de la nulidad en la ley Nº 19.499, de 1997,


sobre saneamiento de vicios
La nulidad regulada por la ley Nº 19.499, relativa a la existencia de vicios formales
en la constitución o modi¿cación de una sociedad comercial y de responsabilidad
limitada, admite saneamiento:
“La nulidad derivada de vicios formales, que afecte la constitución o modi¿cación
de una sociedad, puede ser saneada del modo que se señala en esta ley” (art. 1º,
inciso 1º).
86 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La ley Nº 19.499, en su artículo 3º, establece un procedimiento para sanear la


nulidad, con los siguientes requisitos: a) Que se otorgue una escritura pública en la
cual se corrija el vicio de la constitución o modi¿cación; y b) Que un extracto de la
escritura de saneamiento sea inscrito y, si fuere el caso, publicado en el plazo que
corresponda, según sea el tipo de sociedad que se trate (el art. 4º de la ley señala las
menciones que debe contener el extracto).
No es posible sanear la nulidad por vicio formal, a consecuencia de la ejecución
voluntaria del “contrato” de sociedad (art. 358 del C. de Comercio).
Para que la nulidad por vicios formales que afecte la constitución o modi¿cación
de una sociedad sea sanable, es requisito esencial que estos actos consten de escri-
tura pública, o instrumento reducido a escritura pública o protocolizado (artículos
1º, inciso 5º y 356 C. de Comercio). De no concurrir esta circunstancia, se produce
una nulidad de pleno derecho y si existiere de hecho da lugar a una comunidad, con
responsabilidad solidaria para sus comuneros frente a terceros. Saneada la nulidad
por vicio formal de conformidad a la ley, ésta produce efecto retroactivo a la fecha
de las escrituras públicas o de la protocolización aludidas. Pero si se trata de una
modi¿cación que no haya sido oportunamente inscrita y, en su caso publicada, el
saneamiento producirá efecto retroactivo a la fecha de la inscripción o publicación
tardía, y si ambas formalidades se practicaron con retraso, a la fecha en que se haya
realizado la última (art. 2º).
El procedimiento de saneamiento que contempla la ley puede practicarse “aun
después de que la nulidad haya sido hecha valer en juicio, pero antes de que quede
ejecutoriada la sentencia de término” (art. 7º).
La acción y excepción de nulidad prescribe en el plazo de dos años, contados
desde la fecha del otorgamiento de la escritura. Esta prescripción corre contra toda
clase de personas y no admite suspensión alguna. Vencido este plazo prevalecen las
disposiciones de la escritura sobre las del extracto (art. 6º).
La nulidad fundada en vicios formales que afecte la constitución o modi¿cación
de una sociedad, una vez que ésta se encuentre disuelta, no puede alegarse en juicio
(artículo 10). Esta disposición es lógica, ya que una vez que ha operado una causal
de disolución, la sociedad entra en proceso de liquidación y no tiene sentido alegar y
obtener una declaración jurisdiccional de nulidad.
Consagración del principio no hay nulidad sin perjuicio. Este principio, común
al sistema de nulidades, el legislador lo incorporó de modo expreso en la ley, en su
artículo 8º que dispone:
“La alegación de que una sociedad o su modi¿cación es nula por afectarle un vicio de
carácter formal, será desestimada si no se acredita en el proceso que la existencia de
ese vicio causa un efectivo perjuicio de carácter pecuniario a quien lo hace valer”.
Este mismo principio se aplica en materia de nulidad procesal en el artículo 83
del Código de Procedimiento Civil y artículo 77 de la Ley Nº 18.092, sobre Letra de
Cambio y Pagaré, que señala:
DERECHO DE SOCIEDADES 87

“El tribunal podrá desechar la nulidad de un protesto cuando el vicio no hubiere


causado un efectivo perjuicio al que lo invoca”.
En relación a este principio, es ilustrativa la conceptualización del procesalista
Hugo Pereira Anabalón, que expresa que “El quebrantamiento de las formas no de-
riva en nulidad si no hay perjuicio y agrega: “Es también principio universalmente
aceptado por la doctrina, que la infracción de normas de requisitos formales no
trasciende a la invalidación de los respectivos actos si la parte que la invoca no ha
experimentado perjuicio, postulado que se sintetiza en el antiguo aforismo francés
‘pas de nullité sans grief’”11.
Por el hecho de existir un vicio formal, que afecte a la constitución o modi¿cación
de una sociedad colectiva comercial, no es causal eximente de responsabilidad para
sus socios frente a terceros que hayan contratado con ésta. En efecto, conforme a lo
dispuesto por el inciso 2º del artículo 357 del C. de Comercio:
“Los socios responderán solidariamente frente a terceros con quienes hubieren contra-
tado a nombre e interés de la sociedad de hecho”.
Siguiendo las explicaciones de cátedra del profesor de Derecho Comercial
Rafael Lasalvia Copene, en este caso se protege a los terceros, consagrándose la
Teoría Integral de la Apariencia, en virtud de la cual no puede exigírseles a los
terceros que contratan con la sociedad, investigar si la sociedad se encuentra o no
bien constituida.
En relación a los terceros, también se consagra una regla de responsabilidad, al
disponer el artículo 359 del Código de Comercio que:
“El que contrate con una sociedad que no ha sido legalmente constituida, no puede
sustraerse por esta razón al cumplimiento de sus obligaciones”.

6.4. Conclusión
La ley Nº 19.499, publicada en el Diario O¿cial de fecha 11 de abril de 1997,
que establece normas de procedimiento para sanear vicios formales y que modi¿có
el Código de Comercio y otros cuerpos legales, que pueden afectar a las Sociedades
Comerciales y de Responsabilidad Limitada, en su constitución y modi¿cación, vino
a llenar un vacío legal que la práctica jurídica ya había resuelto por la vía de la lla-
mada “repactación del pacto social”, que consistía en modi¿car la sociedad viciada
en un tópico cualquiera y en esta virtud sanear los vicios de que padecía, volviendo a
otorgar un texto refundido de la sociedad, cumpliendo con las solemnidades que la ley
exigía al tipo societario. Entendemos que esta solución práctica de la “repactación”
de la sociedad viciada tuvo su origen en los negocios bancarios, ya que los Bancos
al detectar la existencia del vicio, a ¿n de materializar un negocio bancario con una
sociedad sana, exigían esta solución.

11 Hugo PEREIRA ANABALÓN, Derecho Procesal del Trabajo, pág. 320, Editorial Jurídica ConoSur,
Santiago, 1984.
88 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En tanto se publicó la ley referida, en el año 1997, comenzaron las interpretaciones


vía doctrina, las que indudablemente continuarán y serán materia en el corto plazo
de las primeras interpretaciones jurisprudenciales, cuando se presenten conÀictos de
interés en relación a la nulidad, existencia, presencia de vicio de forma o de fondo, o
ausencia de vicios formales. Frente a esta realidad, resulta destacable la incorporación
a nivel legal del principio “no hay nulidad sin perjuicio patrimonial”. Asimismo, ha-
bría sido deseable que el legislador hubiese sujetado la litis a procedimiento sumario,
a ¿n de evitar la ritualidad del juicio ordinario de común aplicación conforme a lo
dispuesto por el artículo 3º del Código de Procedimiento Civil.
Finalmente, podemos señalar que sigue en pie la máxima de que no puede pedír-
sele al legislador rasgos de genialidad cada vez que pretende resolver una necesidad
jurídica o regular un instituto.

7. Conjunto de actos o prohibiciones para los socios

Nuestro viejo Código de Comercio de 1865 contempla, en lo que fue la cultura


jurídica de la codi¿cación del siglo XIX, una regla que establece cuatro conductas
prohibidas para los socios, las que se encuentran establecidas en el artículo 404 del
Código de Comercio.
Este régimen de prohibiciones tiene por objeto impedir y sancionar conductas de
competencia desleal y también las conductas abusivas de un socio a otro socio, evi-
tando que se obtenga una ventaja o bene¿cio injusto. Tiene esta norma, por lo tanto,
dos bienes jurídicos protegidos conducta leal y la ética mercantil que debe regir entre
los socios de una sociedad de personas. La doctrina suele destacar que éstas fueron
las primeras normas que pretendieron evitar la competencia desleal, o contraria a los
correctos usos mercantiles, que miradas en la perspectiva del siglo XIX fueron una
regulación adelantada para su época. En cuanto al fundamento de dichas prohibiciones,
no es otra que preservar la relación de con¿anza y la naturaleza intuito personae que
debe imperar en las sociedades de personas.
La disposición comentada establece lo que sigue: artículo 404:
“Se prohíbe a los socios en particular:
1º Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus gastos parti-
culares.
La mera extracción autoriza a los consocios del que la hubiere veri¿cado para obligar
a éste al reintegro o para extraer una cantidad proporcional al interés que cada uno
de ellos tenga en la masa social.
2º Aplicar los fondos comunes a sus negocios particulares y usar en éstos de la ¿rma
social.
El socio que hubiere violado esta prohibición llevará a la masa común las ganancias,
y cargará él solo con las pérdidas del negocio en que invierta los fondos distraídos,
sin perjuicio de restituirlos a la sociedad e indemnizar los daños que ésta hubiere
sufrido.
DERECHO DE SOCIEDADES 89

Podrá también ser excluido de la sociedad por sus consocios.


3º Ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse sustituir en el desempeño
de las funciones que le correspondan en la administración.
La cesión o sustitución sin previa autorización de todos los socios es nula.
4º Explotar por cuenta propia el ramo de industria en que opere la sociedad, y hacer
sin consentimiento de todos los consocios operaciones particulares de cualquiera
especie cuando la sociedad no tuviere un género determinado de comercio.
Los socios que contravengan a estas prohibiciones serán obligados a llevar al acervo
común las ganancias y a soportar individualmente las pérdidas que les resultaren”.
1. Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus gastos
particulares.
Encontramos en esta hipótesis una noción asistencial, porque la sociedad debe
proveer de cierta cantidad de dinero a los socios para su mantenimiento. Puede constar
en la escritura, en un documento o acuerdo societario. Si el estatuto nada dice hay que
ir a la regla general de participación de utilidades previstas en la ley.
Esta norma supone que existe un pacto entre los socios sobre la materia. Si se
transgrede, autoriza a los socios para obligar a restituir o autoriza para que extraigan
una cantidad similar.
Si no hay regla especial hay que estar al principio general de repartición de uti-
lidades.
2. Aplicar los fondos comunes a sus negocios particulares y usar en éstos de la
¿rma social.
Se trata de dos prohibiciones en un mismo numeral. La ganancia que se obtenga
de la aplicación de bienes sociales en negocios particulares se ingresa o acrece a la
masa común, habilita también para pedir el retiro forzado del socio transgresor.
3. Ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse sustituir en el des-
empeño de las funciones que le correspondan en la administración.
La idea es conservar el carácter intuito personae de la sociedad, impidiendo que
se pueda hacer ingresar a un tercero extraño.
Sólo bajo la fórmula de cesión de derechos sociales puede valer en la medida que
todos los consocios la acepten. Implica por ende una reforma estatutaria.
4. Explotar por cuenta propia el ramo de industria en que opere la sociedad, y ha-
cer sin consentimiento de todos los consocios operaciones particulares de cualquiera
especie cuando la sociedad no tuviere un género determinado de comercio.
También se trata de dos prohibiciones en una. Es improbable que una sociedad
tenga un giro indeterminado de comercio.
Esta regla persigue evitar el comercio o conducta desleal. Las ganancias se deben
ingresar a la sociedad y las pérdidas las soporta solo.
El problema más complejo aparece en el caso en que el socio ya ejecuta actos de
comercio en el mismo giro, con antelación a la formación de la sociedad. Respecto a
este tema hay dos interpretaciones:
90 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

– se aplica el artículo 404 Nº 4


– no se aplica la regla anterior, fundamentada en que es muy improbable que los
consocios no conozcan que el socio efectúa una actividad del mismo giro. Se trata
de una cuestión fáctica que en caso de litigio corresponderá resolver a la jurisdicción
arbitral.
Un caso especial se puede presentar cuando un socio forma parte de otra sociedad,
con otros socios, y ésta se constituye para desarrollar un giro de negocios que entra
en abierta competencia con la otra, hipótesis que en nuestra opinión también queda
comprendida en la norma prohibitiva.
De lo señalado se puede concluir que la membresía a una sociedad de personas,
trae como consecuencia una pérdida de capacidad negocial para los socios, a lo me-
nos en el ámbito de negocios de la compañía, lo que se presenta como una verdadera
limitación al principio de la libertad de comercio, en el caso en concreto.
Concluye este régimen de prohibiciones con las dos siguientes reglas: artículo
405:
“Los socios no podrán negar la autorización que solicite alguno de ellos para realizar
una operación mercantil, sin acreditar que las operaciones proyectadas les preparan
un perjuicio cierto y mani¿esto”.
Para el socio industrial se establece una norma particular en el artículo 406:
“El socio industrial no podrá emprender negociación alguna que le distraiga de sus
atenciones sociales so pena de perder las ganancias que hubiere adquirido hasta el
momento de la violación”.
Los constituyentes pueden en el pacto societario regular contra excepciones a
las reglas del artículo 404 del Código de Comercio, o bien adicionar más conductas
prohibidas.
Todas las conductas del artículo 404 del Código de Comercio lesionan la con¿anza
dejando abierta la posibilidad de pedir la renuncia del socio infractor por sus consocios,
por pérdida de la con¿anza en sede arbitral.

VII. SECCIÓN SEGUNDA


LA SOCIEDAD EN COMANDITA
1. Concepto, origen y características de la sociedad en comandita
La sociedad en comandita es aquella sociedad de personas, que se forma con la
concurrencia de dos clases o estatus de socios, el o los gestores, que tienen el mono-
polio en cuanto a la administración de la sociedad y por lo mismo responden solidaria
e ilimitadamente por las obligaciones sociales, pudiendo sólo ¿gurar su nombre en la
razón social; y en los comanditarios que son típicamente socios aportantes de capital,
que limitan su responsabilidad sólo hasta el monto de sus respectivos aportes, no
administran ni puede ¿gurar su nombre en la razón social.
DERECHO DE SOCIEDADES 91

La sociedad en comandita comercial se encuentra regulada en los artículos 470 a


506 del Código de Comercio y comprende la regulación de dos tipos de sociedad:
– En comandita simple artículos 474 al 490 del Código de Comercio
– En comandita por acciones (CPA) artículos 491 al 506 Código de Comercio
Este tipo societario tendría su origen en contratos que celebraban de manera masiva
en las ciudades italianas durante la Edad Media, llamado contrato de commenda. Este
contrato de commenda consistía en una asociación entre dos o más comerciantes en
que uno aportaba capital (comanditario) y otro se obligaba a aplicar estos bienes o
dinero a un objeto o giro de negocio determinado y se obligaba a repartir los bene¿-
cios con el comanditario.
El comanditario o aportante de capital no aparecía como un aportante activo, es
decir, no era público, ya que las personas al relacionarse con la sociedad no sabían
quién era este socio aportante y estos terceros se entendían contractualmente con el
socio gestor. Había en este contrato de commenda un contrato de con¿anza.
Asimismo, ciertos tratadistas sostienen que este tipo societario parece ser una
derivación de la sociedad colectiva y no tendría un vinculación con el contrato de
commenda.
En este sentido, el catedrático español Rodrigo Uría, en su obra Derecho Mercantil,
señala que comparte con la colectiva su origen medieval, pero que “Hoy se discute si es
una transformación del antiguo contrato de commenda que, en sentido económico al
menos, asociaba capital y trabajo en la explotación de una nave, o si, por el contrario,
debe considerarse como una simple forma evolutiva de la sociedad colectiva”.
El autor argentino Saúl Argeri señala en cuanto a su origen: “Saleilles, que ha hecho
profundo estudio sobre la historia de esta clase de sociedades, encuentra su origen
en el contrato de commenda o encomienda. De esta opinión participan entre otros:
Goldschmidt, Renaud, Weber y Cosack, en Alemania; Fremery; Boistel y Thaller, en
Francia; Vivante y Manrara en Italia. En este último país se apartó de esa posición,
Bosco, sosteniendo haber surgido este tipo de sociedad en Florencia, en el año 1408,
por obra directa del legislador como reacción contra la responsabilidad ilimitada
imputada al comerciante. La primera reglamentación legislativa se efectuó, en la
época moderna, en la ordenanza francesa de 1673” y luego se regula en el Código de
Comercio francés de 1807 (ob. cit., pág. 367).
En cuanto a los socios, la sociedad en comandita simple presenta dos clases de
socios, el o los comanditarios y el o los gestores:
– Comanditarios: aquellos que realizan un aporte de capital, entendidos como
socios capitalistas.
– Gestores: aquellos que además de realizar un aporte tienen la carga o poder
monopólico de administrar exclusivamente el o los negocios de la sociedad ¿gurando
sólo el nombre de los gestores en la razón social.
El Código de Comercio en su artículo 470 de¿ne legalmente este tipo societario
en los siguientes términos:
92 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Sociedad en comandita es la que se celebra entre una o más personas que prometen
llevar a la caja social un determinado aporte, y una o más personas que se obligan
a administrar exclusivamente la sociedad por sí o sus delegados y en su nombre
particular.
Llámanse los primeros socios comanditarios, y los segundos gestores”.
Lo que caracteriza a los socios comanditarios es que son simples socios capitalistas
o meros aportantes de capital y a la vez se inhiben, renuncian a la potestad o poder de
administrar los bienes sociales y sus nombres no ¿guran en la razón social.
En paralelo los gestores también y al igual que los comanditarios, efectúan aportes,
pero sólo los gestores tienen el monopolio o exclusividad en la materia de administrar
los negocios sociales. Como consecuencia de esto tienen una regla de responsabili-
dad diferente respecto a las obligaciones sociales, ya que responden en los mismos
términos que los socios colectivos, es decir, solidaria e ilimitadamente. En cambio el
comanditario sólo responde hasta el monto del aporte.
De ahí que se diga que es una evolución de la sociedad colectiva, para así limitar
la responsabilidad de los socios comanditarios, que no quieren administrar la sociedad
y a la vez no asumen la responsabilidad solidaria propia de los gestores. Este tipo
societario tuvo una gran aplicación hasta la aparición de las sociedades de responsa-
bilidad limitada a ¿nes de Siglo XIX. .
Con lo dicho, la sociedad en comandita simple es aquélla en que existen dos tipos
de socios, los gestores que responden solidariamente de las obligaciones sociales y
tienen el poder de administración de los negocios sociales y los comanditarios que
sólo responden hasta el monto de sus aportes, y no tienen poder de administración,
y en que para ceder los derechos sociales se requiere el consentimiento unánime de
todos los socios más la consiguiente reforma estatutaria.
Hoy en día este tipo societario no tiene gran adhesión por el tema de la respon-
sabilidad solidaria e ilimitada. No así la modalidad de sociedades en comandita por
acciones, las que pueden transar sus valores en el mercado de valores, según lo dis-
puesto por el artículo 1º de la Ley Nº 18.045, de Mercado de Valores.

2. Formación y prueba de la sociedad en comandita simple


La sociedad en comandita simple, en cuanto a su formación, se encuentra sujeta a
las mismas reglas que las establecidas para la sociedad colectiva; esto es, su estatuto
social debe constar en escritura pública y un extracto de dicha escritura debe inscri-
birse en el plazo de sesenta días corridos en el Registro de Comercio correspondiente
al domicilio de la sociedad.
Al efecto el artículo 474 del Código de Comercio dispone:
“La comandita simple se forma y prueba como la sociedad colectiva, y está sometida
a las reglas establecidas en los siete primeros párrafos de este Título, en cuanto dichas
reglas no se encuentren en oposición con la naturaleza jurídica de este contrato y las
siguientes disposiciones”.
DERECHO DE SOCIEDADES 93

En cuanto a su regulación legal se rige entonces por las reglas propias de la socie-
dad en comandita, y en subsidio, sólo si no se oponen a la naturaleza del contrato, se
aplican las normas de la sociedad colectiva comercial.

3. Prueba o acreditación respecto a


terceros de la formación de la sociedad en comandita
simple mercantil y acreditación de vigencia
Para acreditar frente a terceros que la sociedad en comandita simple se encuentra
válidamente constituida, en lo formal y en cuanto al fondo, y así lo ha desarrollado
la práctica societaria chilena, consiste en exhibir a los terceros la copia de la escritura
pública de constitución de la sociedad y la protocolización ante el notario público
de la copia del extracto inscrito ante el Registro de Comercio. Con lo que se evita
solicitar en cada caso la copia del extracto inscrito.
En cuanto a la vigencia de la sociedad, ésta se acredita mediante “certi¿cado de
vigencia” que otorga a solicitud de parte interesada en el Registro de Comercio, en
el cual se acompaña copia del extracto inscrito, con la certi¿cación o constancia de
que no existe anotación marginal de escritura pública o sentencia judicial o acto de
autoridad, que declare la disolución de la sociedad.
Del análisis de dichos documentos se puede concluir que se cumplió con los re-
quisitos formales de la constitución de la sociedad colectiva o si por el contrario se
incurrió en omisiones o vicios de forma en cuanto al “iter” legal de constitución.
Cabe destacar, según ya hemos señalado anteriormente, que el Registro de Comer-
cio juega un rol o papel ¿scalizador de “validez” en cuanto a que el extracto contenga
las menciones esenciales que ordena el artículo 354 del Código de Comercio –por
remisión de los artículos 474 y 475 del Código, en cuanto a que el extracto contenga
las llamadas menciones esenciales y rechaza la inscripción de los extractos viciados
en lo formal, esto es con omisión de menciones esenciales del extracto o que con-
tengan incongruencias mani¿estas. Cabe destacar que conforme a lo dispuesto por el
artículo 475, el nombre de los socios comanditarios no puede ¿gurar en el extracto
de la sociedad en comandita simple.
Este control permite corregir los vicios formales del extracto. Además, la parte
interesada debe corroborar que el extracto inscrito sea del mismo tenor que el presen-
tado a inscripción ante el Registro de Comercio, para evitar vicios formales.

4. Reglas diferenciadoras entre la


sociedad en comandita simple y la sociedad colectiva
Hemos señalado como característica que en la sociedad en comandita simple hay
dos tipos o estatus de socios los comanditarios y los gestores, correspondiendo sólo
a estos últimos la administración de la sociedad.
Los comanditarios responden hasta el monto de sus aportes y carecen de potes-
tades de administración de la sociedad, en cambio los gestores responden por las
94 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

obligaciones sociales solidarias e ilimitadamente al igual que los socios colectivos


de la Sociedad Colectiva.
Sólo el nombre de los socios gestores puede ¿gurar en la razón social, mas no el
nombre del o los comanditarios: artículo 475:
“El nombre de los socios comanditarios no ¿gurará en el extracto de que habla el
artículo 354”.
El artículo 476 agrega:
“La sociedad en comandita es regida bajo una razón social, que debe comprender
necesariamente el nombre del socio gestor si fuere uno solo, o el nombre de uno o
más de los gestores si fueren muchos.
El nombre de un socio comanditario no puede ser incluido en la razón social.
Las palabras y compañía agregadas al nombre de un socio gestor, no implican la
inclusión del nombre del comanditario en la razón social, ni imponen a éste respon-
sabilidades diversas de las que tiene en su carácter de tal”.
El nombre del comanditario no puede ¿gurar en la razón social. Las palabras agre-
gadas “y Cía.” al gestor no implican que lleva agregado a los socios comanditarios.
Para saber bien si es sociedad en comandita simple o sociedad colectiva hay que
ver el estatuto porque normalmente la razón social suele ser la misma en ambas
sociedades.
Si se incluye el nombre del comanditario en la razón social, éste responde en los
mismos términos que el gestor, pero sólo cuando el primero lo tolera o permite.
En la sociedad colectiva sólo encontramos el estatus de socio colectivo, con res-
ponsabilidad solidaria por las obligaciones sociales, acá radica la principal diferencia
con la en comandita, que presenta el estatus de socio limitado: el comanditario.

5. Actos prohibidos a los socios comanditarios


Seguidamente reproducimos las disposiciones legales del Código de Comercio
que contienen las prohibiciones para los socios comanditarios:
Artículo 484:
“Se prohíbe al socio comanditario ejecutar acto alguno de administración social, aun
en calidad de apoderado de los socios gestores”.
Artículo 485:
“El comanditario que violare la prohibición del artículo precedente quedará soli-
dariamente responsable con los gestores de todas las pérdidas y obligaciones de la
sociedad, sean anteriores o posteriores a la contravención”.
Artículo 478:
“El comanditario no puede llevar a la sociedad, por vía de aporte, su capacidad,
crédito o industria personal.
DERECHO DE SOCIEDADES 95

Con todo eso, su aporte puede consistir en la comunicación de un secreto de arte o cien-
cia, con tal que no lo aplique por sí mismo ni coopere diariamente a su aplicación”.
No puede el comanditario realizar aporte de industria o trabajo, lo anterior porque si
no pasaría a ser un socio gestor. Este tipo de aporte sólo está reservado para los socios
gestores. Puede ser un secreto empresarial o fabril, con tal que no lo aplique por sí
mismo sino que se lo entregue a un socio gestor, para que este último lo aplique.
6. Actos permitidos a los socios comanditarios
El legislador, en los artículos 481, 482 y 487 del Código de Comercio, tipi¿ca
una serie de actos que es legítimo a los comanditarios y que no pone en riesgo su
responsabilidad, los que transcribimos seguidamente:
Artículo 481:
“El comanditario puede, sin perder el carácter de tal, asistir a las asambleas, y tendrá
en ellas voto consultivo”.
Artículo 482:
“Puede también ceder sus derechos, mas no transferir la facultad de examinar los libros
y papeles de la sociedad mientras ésta no haya dado punto a sus operaciones”.
Artículo 487:
“No son actos administratorios de parte de los comanditarios:
1º Los contratos que por cuenta propia o ajena celebren con los socios gestores;
2º El desempeño de una comisión en una plaza distinta de aquella en que se encuentre
establecido el domicilio de la sociedad;
3º El consejo, examen, inspección, vigilancia y demás actos interiores que pasan entre
los socios, siempre que no traben la libre y espontánea acción de los gestores;
4º Los actos que colectiva o individualmente ejecuten como comuneros después de la
disolución de la sociedad”.
El legislador, sin perjuicio de establecer la prohibición de ejercer la administración
por parte de los socios comanditarios, establece cuatro actos jurídicos que no implican
administración. Éstos se encuentran establecidos en el artículo 487 del Código de
Comercio, ya transcrito, y en relación con el artículo 484 del mismo cuerpo legal.
El artículo 484 establece la prohibición de administrar para el comanditario:
“Se prohíbe al socio comanditario ejecutar acto alguno de administración social, aun
en calidad de apoderado de los socios gestores”.

7. Responsabilidad de los socios y regulación


de la declaración de quiebra de la sociedad en comandita
Los comanditarios responden hasta el monto de sus aportes, no así los gestores
quienes deben responder solidaria e ilimitadamente por las obligaciones sociales,
según ya hemos señalado anteriormente.
96 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El artículo 51 del Libro IV de las Quiebras, del Código de Comercio, regula un caso
muy importante respecto a la responsabilidad de los socios en la sociedad colectiva
y en comandita comerciales. Se trata del caso más complejo de la regulación de la
responsabilidad de los socios comanditarios. Este artículo establece el caso en que el
juez que declara la quiebra de la Sociedad Colectiva Comercial y de la Sociedad en
Comandita Simple, puede declarar de o¿cio en quiebra a los socios solidarios que la
componen. La solidaridad legal pasiva es el fundamento de estas llamadas quiebras
consecuenciales. Si se acredita que existe una causal legal para declarar la quiebra de
la sociedad, existiendo incumplimiento de la obligación social, y por lo tanto deben
también responder por estas obligaciones sociales los socios solidariamente. Los
gestores responden en igual término que los colectivos, entonces no hay problema en
cuanto al fundamento de tan radical medida procesal, pero también se puede declarar
la quiebra del o los socios comanditarios cuando hayan tolerado la inserción de su
nombre en la razón social, respondiendo de manera solidaria e ilimitada.
El artículo 51 antes mencionado incluye solamente la hipótesis de inserción del
nombre del o los comanditarios en la razón social, pero no el caso de que el socio
comanditario administre o haya administrado la sociedad en comandita. Para el le-
gislador es más grave que el socio comanditario tolere la inserción de su nombre en
la razón social, por lo que habilita a los Tribunales a declarar la quiebra de o¿cio de
los gestores y del o los comanditarios.
Estas normas que regulan la quiebra consecuencial son de derecho estricto, por
lo que no cabe una interpretación analógica, por lo que no se puede sostener que se
pueda declarar en quiebra cuando se ha realizado acto de administración, de parte
del socio comanditario.
Como regla de cierre, el legislador declara que todo lo que no está especialmente
previsto en las reglas de esta sociedad, dará lugar a un reenvío a las normas de la
sociedad colectiva. Por último, en caso de duda, la sociedad se reputará colectiva.
Concluye la regulación a la sociedad en comandita simple, señalando el artículo
490 que:
“En caso de duda, la sociedad se reputará colectiva”.

8. Sociedad en comandita por acciones


Concepto. La sociedad en comandita por acciones “CPA” es aquella que se forma
con la concurrencia de socios gestores y comanditarios (al igual que la comandita
simple), y en la que su capital social se encuentra dividido en acciones, siendo por lo
tanto una sociedad mixta, de personas y de capital. En consecuencia, la división de su
capital social en acciones marca la diferencia con la modalidad comandita simple.
La sociedad en comandita por acciones gira bajo una razón social, cuya estructura
participa de la sociedad en comandita simple y de la sociedad anónima en cuanto
al capital que aportan los socios comanditarios se encuentra representado por ac-
ciones.
DERECHO DE SOCIEDADES 97

A diferencia de la en comandita simple, la comandita por acciones tiene una mayor


aplicación práctica, incluso es usual que el socio gestor sea una sociedad de respon-
sabilidad limitada. Es una sociedad en comandita con responsabilidad limitada para
los socios comanditarios, que aportan capital y concurren el o los socios gestores que
tienen a su cargo la administración exclusiva y excluyente de la sociedad en coman-
dita, siendo por lo tanto “controladores” de ésta y que responden de las obligaciones
sociales al igual que los colectivos; esto es, solidaria e ilimitadamente.
El socio gestor puede ser una persona natural o una persona jurídica, sociedad
administradora o gestora.
El Código de Comercio de¿ne la comandita por acciones en cuanto a su capital
social que se divide en acciones, pero no considera la administración ni la cesibilidad
de los derechos sociales o acciones, y señala:
Artículo 473:
“La comandita por acciones se constituye por la reunión de un capital dividido en
acciones o cupones de acción y suministrado por socios cuyo nombre no ¿gura en la
escritura social”.
Esta regla no parece ser muy lógica, no puede ser posible ocultar los nombres
de los socios gestores, ya que es de la esencia la individualización de los socios. Se
trata de una sociedad de capital al igual que la sociedad anónima. Se entrega un título
de participación social, que es la acción, el cual se entrega a cada uno de los socios
comanditarios a cambio de su aporte en dinero.
En tanto sociedad de capital, la sociedad en comandita por acciones, se empiezan
a per¿lar principios jurídicos diferentes a los de la sociedad de personas.
Por su parte la ley de mercado de valores se aplica a este tipo de sociedad,
siempre que a lo menos el 10% de su capital suscrito pertenezca a un mínimo de
100 accionistas y también esta ley la regula cuando registra 500 o más accionistas,
conforme se declara en su artículo 1º de la ley Nº 18.045, por lo tanto este tipo socie-
tario puede transar sus acciones de conformidad a esta ley, al igual que la sociedad
anónima abierta, siendo por lo tanto las dos sociedades bursátiles en nuestro sistema
de derecho societario.
Con lo dicho podemos de¿nir la sociedad en comandita por acciones como una
sociedad mixta de capital y personas, en que uno o más socios la administran con
responsabilidad solidaria para el gestor y dos o más comanditarios que sólo aportan
capital a cambio de acciones y sin poder de administrar, y en la que se pueden ceder
libremente sus acciones, no así los derechos del socio gestor que requieren unanimidad
y reforma estatutaria.

8.1. Formación de la sociedad en comandita por acciones


Su estatuto social debe otorgarse por una escritura pública con ciertas menciones
esenciales:
98 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a) El capital social se debe dividir en acciones de los accionistas;


b) Las acciones deben ser nominativas (artículo 494 Código de Comercio);
c) Se debe individualizar a todos los socios constituyentes, y
d) Su razón social no está expresamente regulada en la ley como en el caso de la
sociedad en comandita simple, en esta sociedad la regla práctica que se aplica es el de
la lex mercatoria vigente, que en este caso la identi¿ca como “C.P.A.”. En cuanto al
nombre se puede usar un nombre de fantasía, pero con la frase “comandita por accio-
nes” o bien el nombre de los socios gestores más la abreviatura o sigla “C.P.A.”, esto
implica que hay una limitación a la responsabilidad de los socios por las obligaciones
sociales sólo hasta el monto de sus aportes, relativo a los comanditarios.
El legislador ha sujetado su formación estatutaria en escritura pública y la ins-
cripción en tiempo y forma de un extracto de ésta en el Registro de Comercio corres-
pondiente al domicilio de la sociedad, en el plazo de 60 días corridos, que se cuentan
desde la fecha de la escritura pública. Si nada dice se entenderá domiciliada en el
lugar de otorgamiento.
El artículo 33 del Reglamento del Registro de Comercio, de 1866, señala que la
inscripción de escritura de la sociedad en comandita por acciones contendrá:
– El domicilio de la sociedad;
– El nombre y apellido de los administradores;
– El objeto de la sociedad;
– El capital, o acciones o cupones de acciones en que se subdivida;
– La duración de la compañía, y
– La fecha de la escritura social y la designación y domicilio del notario ante
quien se extendió.
El legislador agrega un requisito más en cuanto a su constitución, respecto a que
“no quedarán de¿nitivamente constituidas sino después de suscrito todo el capital
y de haber entregado cada accionista al menos la cuarta parte del importe de sus
acciones”, según declara el artículo 493 del Código de Comercio. Estos hechos
jurídicos a que se re¿ere el artículo se acreditan por la declaración del gerente en
escritura pública en donde se certi¿que que esté pagada la cuarta parte, aunque puede
ser que todo el capital social esté pagado. Esto signi¿ca que el legislador exige un
capital mínimo efectivamente ingresado en la caja social, aplicando el principio de
la efectividad del capital social.
El citado artículo 493 señala:
“Las sociedades en comandita no quedarán de¿nitivamente constituidas sino después
de suscrito todo el capital y de haber entregado cada accionista al menos la cuarta
parte del importe de sus acciones.
La suscripción y entrega serán comprobadas por la declaración del gerente en una
escritura pública, y ésta será acompañada de la lista de suscriptores, de un estado
de las entregas y de la escritura social”.
El capital y las acciones se pagan en dinero, pero puede ser con bienes diferentes
al dinero, en cuyo caso deben estar debidamente individualizados y justipreciados
DERECHO DE SOCIEDADES 99

por los socios constituyentes. Este principio de efectividad del capital social evita
que se forme una sociedad de papel y se reconoce como el Principio de Efectividad
del Capital.

9. Prueba o acreditación de la
formación de la sociedad en comandita por acciones
mercantil y acreditación de vigencia, respecto de terceros

Para acreditar frente a terceros que la sociedad en comandita por acciones se


encuentra válidamente constituida, en lo formal y en cuanto al fondo, y así lo ha
desarrollado la práctica societaria chilena, se debe exhibir a los terceros la copia de
la escritura pública de constitución de la sociedad, la protocolización ante el notario
público de la copia del extracto inscrito ante el Registro de Comercio y copia de la
escritura pública suscrita por el gerente general que acredite la suscripción y pago de
a lo menos una cuarta parte del capital social.
Además, según señalamos anteriormente, se debe exhibir la escritura pública
otorgada por el gerente, a que obliga el artículo 493, en la que se debe declarar que
el capital social se encuentra totalmente suscrito y que cada accionista ha entrega-
do a lo menos la cuarta parte del importe de sus acciones y la lista de accionistas
suscriptores.
En cuanto a la vigencia de la sociedad, ésta se acredita mediante “certi¿cado de
vigencia” que otorga a solicitud de parte interesada en el Registro de Comercio, en
el cual se acompaña copia del extracto inscrito, con la certi¿cación o constancia de
que no existe anotación marginal de escritura pública o sentencia judicial o acto de
autoridad, que declare la disolución de la sociedad.
Del análisis de dichos documentos se puede concluir si se cumplió con los requi-
sitos formales de la constitución de la sociedad en comandita por acciones o si por
el contrario se incurrió en omisiones o vicios de forma en cuanto al “iter” legal de
su constitución.
Cabe destacar, como ya hemos señalado anteriormente, que el Registro de Co-
mercio juega un rol ¿scalizador de “validez” en cuanto a que el extracto contenga
las menciones esenciales que ordena el artículo 354 del Código de Comercio por
remisión a los artículos 474 y 475 del Código que efectúa el artículo 491, en cuanto
a que el extracto contenga las llamadas menciones esenciales y rechaza la inscripción
de los extractos viciados en lo formal, esto es con omisión de menciones esenciales
del extracto o que contengan incongruencias mani¿estas. Cabe destacar que conforme
a lo dispuesto por el artículo 475, el nombre de los socios comanditarios no puede
¿gurar en el extracto de la sociedad en comandita simple.
Este control permite corregir los vicios formales del extracto. Además, la parte
interesada debe corroborar que el extracto inscrito sea del mismo tenor que el presen-
tado a inscripción ante el Registro de Comercio, para evitar vicios formales.
100 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

10. Órganos societarios

Un elemento diferenciador esencial de la sociedad en comandita por acciones,


respecto a las sociedades de personas colectiva y en comandita simple, consiste en
que este tipo societario presenta órganos societarios en su estructura jurídica y la
asignación de competencias legales a los mismos; nos referimos en concreto a la junta
de vigilancia, a la asamblea de socios y al socio gestor.
Por el hecho de existir órganos societarios, con competencias y responsabilidades
legales, podemos señalar que se organiza una suerte de “gobierno corporativo”, en
todo caso incipiente frente a los órganos societarios de la sociedad anónima.

10.1. La junta de vigilancia


El órgano societario junta de vigilancia es un órgano de “¿scalización de legalidad”
y se encuentra regulado en los artículos 498 a 502 del Código de Comercio.
Es nombrado, la primera vez por un año y las demás por cinco, por la asamblea
general de accionistas, que es una suerte de poder soberano o poder constituyente
societario.
El artículo 498 citado dispone:
“En toda comandita por acciones se establecerá una junta de vigilancia, compuesta
al menos de tres accionistas.
La junta será nombrada por la asamblea general inmediatamente después de la cons-
titución de¿nitiva de la sociedad y antes de toda operación social.
La primera junta será nombrada por un año y las demás por cinco”.
Relativo a las competencias de este órgano el Código de Comercio en su artículo
499 señala:
“Los miembros de la junta deberán examinar si la sociedad ha sido legalmente cons-
tituida, inspeccionar los libros, comprobar la existencia de los valores sociales en
caja, en documentos o en cualquier otra forma, y presentar al ¿n de cada año a la
asamblea general una memoria acerca de los inventarios y de las proposiciones que
haga el gerente para la distribución de dividendos”.
El artículo 500 establece como competencia que:
“La junta de vigilancia tiene derecho de convocar la asamblea general y de provocar
la disolución de la sociedad”.
El artículo 501, en cuanto a la responsabilidad de los miembros de la Junta, es-
tablece que:
“Anulada la sociedad por infracción de las reglas prescritas para su constitución,
los miembros de la junta de vigilancia podrán ser declarados solidariamente respon-
sables con los gerentes de todas las operaciones ejecutadas con posterioridad a su
nombramiento y aceptación.
DERECHO DE SOCIEDADES 101

La misma responsabilidad podrá ser declarada contra los fundadores de la sociedad que
hayan llevado un aporte en especie y estipulado a su favor ventajas particulares”.
El artículo 502, respecto a la responsabilidad de los miembros de la Junta, por-
menoriza:
“Cada uno de los miembros de la junta de vigilancia será solidariamente responsable
con los gerentes:
1º Cuando haya permitido a sabiendas que en los inventarios se cometan inexactitudes
graves que perjudiquen a la sociedad o a terceros;
2º Siempre que con conocimiento de causa haya consentido en que se distribuyan
dividendos no justi¿cados por inventarios regulares y sinceros”.
La competencia de este órgano societario junta de vigilancia se encuentra regulada
en el artículo 499 del Código de Comercio. Sus derechos en el artículo 500 del Código
de Comercio. La responsabilidad en el artículo 501. Conductas que pueden causar
daño artículo 502 Código de Comercio.
El legislador tipi¿ca penalmente ciertas conductas en el artículo 505 del Código
de Comercio, estableciendo conductas típicas de estafas o defraudaciones.
Código de Comercio, artículo 505:
“Serán castigados con arreglo a las prescripciones del Código Penal:
1º Los que por simulación de suscripciones o entregas, por publicación maliciosa
de suscripciones o entregas que no existen, o mediante otros hechos falsos, hayan
obtenido o procurado obtener suscripciones o entregas;
2º Los que para provocar suscripciones o entregas publiquen de mala fe los nombres
de personas a quienes se suponga relacionadas con la sociedad, a cualquier título
que sea”.

10.2. La asamblea de socios


El otro órgano societario colegiado de la sociedad en comandita por acciones, es
la llamada asamblea de socios, y se radican en ella los poderes soberanos, aprobar,
reprobar o modi¿car las propuestas del gerente a través de la memoria, de reparto de
dividendos. Está compuesto por todos los accionistas y es de carácter deliberante en
la materia de su competencia (artículo 496 Código de Comercio).
10.3. El gerente general
Se contempla la participación de un gerente general ejecutor de la administración
de negocios sociales, quien es jurídicamente un factor de comercio, de acuerdo a la
de¿nición del artículo 237 del Código de Comercio que señala:
“Factor es el gerente de un negocio o de un establecimiento comercial o fabril, o parte
de él, que lo dirige o administra según su prudencia por cuenta de su mandante.
Denomínanse mancebos o dependientes los empleados subalternos que el comerciante
tiene a su lado para que le auxilien en las diversas operaciones de su giro, obrando
bajo su dirección inmediata”.
102 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Lo designa la asamblea de socios, es un cargo de con¿anza y pueden terminar


sus funciones de forma unilateral, sin expresión formal de causa. La designación del
gerente general es solemne, ya que debe constar en escritura pública e inscribirse
en extracto en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la sociedad,
conforme lo ordena el artículo 22 Nº 5 del Código de Comercio.
Al presentar tres órganos societarios el estatuto de la sociedad en comandita por
acciones, junta de vigilancia, asamblea de socios y gerente general, implica que es
mucho más complejo que los otros tipos societarios de personas, lo que hace más
so¿sticada, pero a la vez más profesional o técnica su gestión.
Las acciones de la sociedad en comandita por acciones son títulos negociables,
regidos por el principio de libre cesibilidad de las acciones, y no necesita de modi¿-
cación en la escritura de constitución las referidas cesiones de acciones. Por tratarse
de títulos nominativos se trans¿eren por la cesión de créditos.
Cabe señalar que en lo relativo a la regulación jurídica de las acciones de la en
comandita, existe un vacío legal en cuanto a su régimen jurídico, por lo que deben
aplicarse los principios y reglas establecidas en la Ley de Sociedades Anónimas y en
el reglamento de la ley citada, en esta materia.

Transformación legal de la Sociedad Comandita por Acciones a Anónima Abierta


La ley Nº 20.382, de 2009, que establece perfeccionamientos a los gobiernos
corporativos de las empresas, incorporó un artículo 507 bis al Código de Comercio,
de 1867, que considera una ¿gura de transformación por el solo ministerio de la ley
del tipo societario Comandita por Acciones a Anónima Abierta, análogo al caso esta-
blecido en el artículo 430 para la Sociedad por Acciones (“SpA”).
La ley Nº 20.382, de 2009 dispone lo que sigue: “Intercálase el siguiente artículo
507 bis”:
“Artículo 507 bis.- La sociedad en comandita que durante más de 90 días seguidos
tenga 500 o más accionistas o, a lo menos, el 10% de su capital suscrito pertenezca a
un mínimo de 100 accionistas, excluidos los que individualmente o a través de otras
personas naturales o jurídicas, excedan dicho porcentaje, por el solo ministerio de
la ley se transformará en una sociedad anónima, siéndole totalmente aplicables las
disposiciones pertinentes de dicha ley, las que en este caso prevalecerán sobre el es-
tatuto social. La siguiente junta de accionistas deberá resolver las adecuaciones que
reÀejen la nueva modalidad social y elegir los miembros del directorio que continuará
la administración.”.

11. Regla de responsabilidad de la


sociedad en comandita por acciones para los accionistas
La responsabilidad de los accionistas en este tipo societario es de naturaleza limi-
tada y se encuentra en el artículo 495 del Código de Comercio.
El artículo 495 en materia de responsabilidad dispone respecto de los accionistas:
DERECHO DE SOCIEDADES 103

“Los suscriptores de acciones son responsables, a pesar de cualquiera estipulación


en contrario, del monto total de las acciones que hubieren tomado en la sociedad.
Las acciones o cupones de acción no serán negociables sino después de entregadas
dos quintas partes de su valor”.
De acuerdo al artículo 434 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil, la sociedad
puede exigir el pago de las acciones por la vía del juicio ejecutivo; ejecución que
debe ser conocida sólo por juez árbitro (artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de
Tribunales).
En lo que se re¿ere al socio gestor, éste responde de manera solidaria e ilimitada
por las obligaciones sociales.

12. Regla de solución de controversias en la sociedad en comandita comercial


De conformidad con lo dispuesto en el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico
de Tribunales, de 1943, los conÀictos entre socios de las sociedades en comandita
comerciales son materias de arbitraje forzoso, razón por la cual los litigios entre los
socios y o entre éstos y la sociedad en comandita por acciones, deben ser resueltos
sólo por juez árbitro, siendo por lo tanto incompetentes los tribunales ordinarios en
estas materias.
En cuanto a la jurisdicción arbitral, el pacto social de constitución puede conte-
ner cláusula compromisoria e incluso designar la o las personas de los árbitros y sus
calidades, arbitrador o de derecho.

VIII. SECCIÓN TERCERA


SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
1. Origen y características de la sociedad de responsabilidad limitada
En cuanto a su origen histórico, la sociedad de responsabilidad limitada aparece
en sus primeras regulaciones a ¿nes del siglo XIX en Europa. En efecto, Saúl Argeri
señala: “su origen se halla en las postrimerías del siglo XIX, generalizándose por la
práctica inglesa y el derecho alemán, que encontraron bene¿cioso estructurar una
sociedad que tuviera las ventajas de la sociedad anónima (limitación de responsa-
bilidad al aporte), eliminando, al mismo tiempo, la complicación de su estructura y
funcionamiento. Alemania la reguló por ley el año 1892, siguiéndole el Código de
Comercio portugués de 1901, Austria promulgó su ley en 1906, Inglaterra lo hace por
la ley de sociedades de 1907”12.
Para el profesor chileno de Derecho Comercial Álvaro Puelma Accorsi, la sociedad
de responsabilidad limitada tiene un doble origen: “En Alemania, después de varios
intentos, se reglamentó legislativamente la institución en la Ley General de Sociedades
de Responsabilidad Limitada, de 20 de abril de 1892. Estas sociedades se llamaban

12 Saúl ARGERI, ob. cit., pág. 366.


104 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Gesellscaft mit beschrankter Haftung, y se conocen con las iniciales “G.M.b.H.”.


Por su lado, en Inglaterra, aun antes que en Alemania, existían compañías priva-
das, creadas por la costumbre, las private company, que presentan semejanzas con
la sociedad limitada. Posteriormente, se reglamentaron especialmente por las leyes
1907,1908, 1913 y 1948”13.
En Chile, la ley Nº 3.918, de 1923, autorizó el establecimiento de sociedades
con responsabilidad limitada, civiles y comerciales, cuyo autor principal fue el
civilista y senador en esa época, mediante moción presentada al Congreso el año
1921, don Luis Claro Solar, quien utilizó como modelos la regulación europea de
Sociedades de Responsabilidad Limitada, alemana y francesa. Esta ley autoriza el
establecimiento de este tipo societario de responsabilidad limitada, para giro de
negocios civiles y mercantiles y las sujetó a las mismas formalidades de constitu-
ción, siendo en este ámbito una verdadera ley uniforme. El año 1957, mediante ley
Nº 12.588, se permitió celebrar estas sociedades a las mujeres casadas separadas
totalmente de bienes.
Se trata de un tipo societario con claro origen en el derecho europeo continental,
el que no fue regulado en el Código de Comercio de 1856, ya que a la fecha no era
conocido en Chile.
La doctrina alemana se debatía acerca de la posibilidad de limitar la responsabilidad
de los socios en las sociedades de personas, a ¿nales del siglo XIX.
Esta ley vino a llenar un vacío porque las únicas formas de limitar la responsabi-
lidad de los socios era a través de la sociedad anónima o sociedad en comandita por
acciones. Por lo mismo, era necesario que el legislador autorizara tanto a las personas
naturales como jurídicas a crear sociedades de responsabilidad limitada, con limitación
de responsabilidad por las obligaciones sociales para sus socios.
En el derecho anglosajón este tipo societario se conoce con el nombre de Ownership
Limited, equivalente a nuestra sociedad de responsabilidad limitada.
El legislador de 1923 utilizó los modelos societarios alemán y francés, pero dán-
doles un plus a los socios, es decir, permitiéndoles la limitación de responsabilidad
por las obligaciones sociales frente a los acreedores sociales hasta el monto de su
respectivo aporte o la suma mayor que se señale en el estatuto. Ya no se responde de
forma solidaria e ilimitada como en las sociedades colectivas.
La sociedad en comandita por acciones es una sociedad de capitales, en cambio
la sociedad de responsabilidad limitada es una sociedad de personas que tiene esta
importante ventaja de establecer limitación de responsabilidad para sus socios y en
esta parte se asemeja a las sociedades de capital, por ello para varios especialistas,
este tipo societario sería de carácter mixto, esto es, de personas y de capital.
Una virtud de esta ley Nº 3.918, de 1923, es que se trata de una ley breve en su
regulación, ya que sólo se compone de cinco artículos, en los que se regula de manera
uniforme, tanto la sociedad de responsabilidad limitada civil como comercial.

13 Álvaro PUELMA ACCORSI, Sociedades, tomo I, Ed. Jurídica de Chile, pág. 240.
DERECHO DE SOCIEDADES 105

Antes de la dictación de esta ley de 1923, en Chile no se podía constituir una


sociedad de responsabilidad limitada, ya que no se encontraba regulada y autorizada
en su existencia, por lo tanto, se autorizó el establecimiento de Sociedades de Res-
ponsabilidad Limitada con esta ley especial. La gran novedad de este tipo societario,
consiste en que se puede limitar la responsabilidad de los socios. De esta forma los
acreedores de la sociedad carecen de acción contra los socios. No hay comunicabili-
dad patrimonial por parte de los socios con el patrimonio social, y estos socios sólo
responden hasta el monto de sus aportes. Por lo mismo, en cuanto entró en vigencia
se observó una aplicación creciente por su formación masiva y así hasta nuestros
días. Además este tipo societario presenta la ventaja de ser útil tanto para negocios
de pequeña, como mediana y gran envergadura.
El artículo primero de esta ley es una norma claramente declarativa y permisiva
que señala:
“Se autoriza el establecimiento de sociedades civiles y comerciales con responsabilidad
limitada de sus socios, distintas de las sociedades anónimas o en comandita”.
Lo cierto es que si bien es un tipo societario distinto a la anónima y en comandita
por acciones, comparte con éstas la limitación de responsabilidad para sus socios,
formando parte del mismo elenco societario.
En el artículo 2º de la ley se señala que:
“Las sociedades con responsabilidad limitada, sean civiles o comerciales, se constituirán
por escritura pública que contendrá, además de las enunciaciones que expresa el artículo
352 del Código de Comercio, la declaración de que la responsabilidad personal de los
socios queda limitada a sus aportes o a la suma que a más de éstos se indique.
Estas sociedades no podrán tener por objeto negocios bancarios, y el número de sus
socios no podrá exceder de cincuenta”.
Se destaca de esta disposición la limitación de responsabilidad para sus socios
sólo hasta el monto de sus respectivos aportes o a la suma mayor que se indicare en
el estatuto social.
Concepto. Con lo señalado podemos de¿nir la sociedad de responsabilidad limi-
tada como aquella sociedad de personas que es administrada por todos y cada uno
de los socios, quienes responden a la sociedad sólo por el monto de sus aportes, o
por la suma mayor que se indicare en el pacto social, mas no frente a los acreedores
sociales, y en la que para ceder los derechos sociales se requiere el consentimiento
unánime de los socios y la correspondiente reforma estatutaria.

2. Formalidades en cuanto a su constitución y reforma


Respecto a las formalidades de la sociedad de responsabilidad limitada tiene ésta
una formación solemne, ya que el estatuto social se debe contener u otorgar en escri-
tura pública, salvo la modalidad sociedad de responsabilidad limitada constituida en
el régimen legal de la ley Nº 20.659, de 2013, en cuyo caso se constituye mediante
106 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

formulario digital o electrónico inscrito en el Registro de Empresas y Sociedades del


Ministerio de Economía, y que desarrollamos en una sección especial para este ¿n
en este libro.
La declaración que la responsabilidad personal de los socios queda limitada hasta
el monto del aporte o la suma mayor que se indica, es una mención de la esencia.
Si no se incorpora esta mención de la limitación de responsabilidad el legislador le
atribuye o reenvía a la sociedad colectiva. Esto es así porque el legislador considera
más la seguridad jurídica de los terceros que la de los socios.
Sostenemos que este reenvío será a la sociedad colectiva mercantil si la sociedad
que se pretendió formar era mercantil y por el contrario el reenvío será a la sociedad
colectiva civil si los constituyentes pretendieron formar una sociedad de responsa-
bilidad limitada civil.
Respecto a la razón social el legislador también le da una sanción, se trata de una
mención de la esencia en la escritura de constitución, ya que la razón social debe
terminar con la palabra “limitada”, ya que si no todos los socios son obligados en los
mismos términos que la sociedad colectiva (civil o comercial según corresponda a su
objeto o giro de negocios). Puede contener el nombre de uno o más de los socios más
la palabra “limitada”. Puede formarse la razón social, además, con una referencia al
objeto o giro de negocio con la palabra “limitada”.
Tampoco es correcto si la razón social alude a un nombre de fantasía solamente.
En la práctica, sin perjuicio de la regla del artículo 4º de la ley es común que se pacten
con un nombre de fantasía más la sigla “limitada”. Esa es la práctica, se utiliza un
nombre de “fantasía” más la palabra “limitada”, pero en el estatuto tiene que tener
una alusión clara a la responsabilidad limitada de los socios de la sociedad.
Asimismo, es práctica habitual el uso de nombre de fantasía o bien nombre abre-
viado, más la contracción o abreviatura “LTDA.”, que si bien no está expresamente
autorizado por la ley, se ha impuesto por la vía de un uso o costumbre mercantil
generalizado en Chile.
Así, el artículo 4º de la ley, en lo que re¿ere al nombre o razón social señala:
“La razón o ¿rma social podrá contener el nombre de uno o más de los socios, o
una referencia al objeto de la sociedad. En todo caso deberá terminar con la pala-
bra ‘limitada’, sin lo cual todos los socios serán solidariamente responsables de las
obligaciones sociales”.
En lo no previsto por esta ley o por la escritura social, estas sociedades se regirán por
las reglas establecidas para las sociedades colectivas, y les serán también aplicables
las disposiciones del artículo 2104 del Código Civil y de los artículos 455 y 456 del
Código de Comercio.
La mujer casada y separada parcialmente de bienes, siempre que la separación sea
convencional, y la que ejerza un empleo, o¿cio, profesión o industria con arreglo al
artículo 150 del Código Civil, no requerirán la autorización especial de que trata el
artículo 349 del Código de Comercio para celebrar una sociedad comercial de respon-
sabilidad limitada, con relación al patrimonio que separadamente administren”.
DERECHO DE SOCIEDADES 107

Un extracto de la escritura de constitución debe inscribirse en tiempo y forma en


el Registro de Comercio competente en la forma establecida en el artículo 354 del
Código de Comercio, esto es con sus menciones esenciales y en el plazo de 60 días
corridos contados desde la fecha de la escritura de constitución.
En materia de extracto el artículo 354 señala:
“Un extracto de la escritura social deberá inscribirse en el registro de comercio
correspondiente al domicilio de la sociedad.
El extracto contendrá las indicaciones expresadas en los números 1, 2, 3, 4, 5 y 7
del artículo 352, la fecha de las respectivas escrituras, y la indicación del nombre y
domicilio del escribano que las hubiera otorgado.
La inscripción deberá hacerse antes de expirar los sesenta días siguientes a la fecha
de la escritura social”.
Una tercera solemnidad es que se debe publicar el extracto por una sola vez en el
Diario O¿cial dentro del plazo de 60 días corridos, contado desde el otorgamiento de
la escritura de constitución, también se debe practicar esta publicación de extracto en
el caso de la sociedad anónima.
El legislador incorporó esta formalidad de publicar el extracto para hacer oponible
a terceros la formación de las sociedades de responsabilidad limitada, se cumple con
un elemento de publicidad.
En la práctica se realiza un cuarto acto que es protocolizar la copia del extracto
inscrito en el Registro de Comercio y la copia del aviso del Diario O¿cial, todo esto,
ante el mismo notario que otorgó la escritura pública y extractos correspondientes
para acreditar que se cumplieron las solemnidades legales frente a terceros.
Al tercero se le acredita el cumplimiento de las solemnidades de constitución me-
diante exhibición de la copia de la escritura pública de constitución y el documento
protocolizado del extracto inscrito y publicado.

3. Prueba ante terceros de la formación válida


de la sociedad de responsabilidad limitada y su vigencia
Como ya hemos señalado, para el caso de la sociedad colectiva y la en co-
mandita, para acreditar frente a terceros la constitución válida de la sociedad de
responsabilidad limitada, al tercero se le exhibe copia de la escritura pública de
constitución y protocolización ante notario público de copia del extracto inscrito
en el Registro de Comercio y de la copia del extracto publicado mediante aviso en
el Diario O¿cial.
Para efectos de acreditar ante terceros que la sociedad se encuentra vigente, se
solicita por la parte interesada certi¿cado de vigencia de la sociedad ante el Registro
de Comercio respectivo, órgano que emite el llamado “certi¿cado de vigencia”, de
conformidad con lo establecido en el artículo 39 del Reglamento para el Registro de
Comercio, de 1866.
108 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En la medida que no se haya tomado nota de una causal de disolución en el ex-


tracto de la sociedad en el Registro de Comercio competente, se puede acreditar por
certi¿cado otorgado por el registro indicado que la sociedad se encuentra vigente.

4. Naturaleza de la sociedad de responsabilidad limitada

La ley Nº 3.918, de 1923, autoriza el establecimiento de sociedades de responsa-


bilidad limitada tanto civiles como comerciales, dependiendo de su objeto o giro de
negocio declarado en la escritura pública de constitución.
Ley Nº 3.918 artículo 1º:
“Se autoriza el establecimiento de sociedades civiles y comerciales con responsabilidad
limitada de los socios distintas de las sociedades anónimas o en comandita”.
Estas sociedades se rigen por esta ley y en subsidio se rigen por las normas de las
sociedades colectivas de acuerdo a lo establecido en el artículo 4º inciso 2º de la ley.
Sin embargo, esta regla de reenvío a las normas de la sociedad colectiva presenta
los siguientes problemas:
La sociedad colectiva está regulada en dos cuerpos normativos, en el Código Civil
y el de Código de Comercio, pero ¿a cuál de los dos Códigos es el que se tiene que
aplicar para efectos del reenvío? La respuesta a esta interrogante va a depender del
objeto de la sociedad en concreto, según la naturaleza de la sociedad, si el objeto es
mercantil el envío es al Código de Comercio y, a la inversa, si el objeto es civil el
envío es a la sociedad colectiva regulada en el Código Civil.
Para el caso de fallecimiento o muerte de un socio, no es una causal de disolución
para este tipo societario, ya que continúa la sociedad con los herederos del socio
fallecido y los socios sobrevivientes, caso en el cual los herederos deben designar un
mandatario común que los represente, según lo dispuesto por el artículo 4º de la ley
Nº 3.918, en relación con el artículo 2104 del Código Civil.
Se puede, en todo caso, pactar la regla contraria relativa a que la sociedad no con-
tinuará en caso de fallecimiento de un socio, pero de forma más expresa.

5. Límites establecidos por la ley en cuanto al número máximo de socios

El legislador declara que en estas sociedades de responsabilidad limitada, el


número de socios no puede exceder de 50 personas. Este límite legal en cuanto al
número máximo de socios, es aplicable tanto al constituirse la sociedad como durante
la vigencia de la misma.
Esto es así porque hasta ese número de cincuenta todavía se comportan como una
sociedad de personas, ya que de otra forma sería una sociedad de capital muy similar
a la sociedad anónima.
Tampoco pueden tener por objeto o giro de negocio un giro bancario, ya que por
ley este giro está reservado a sociedades anónimas de giro exclusivo.
DERECHO DE SOCIEDADES 109

Finalmente, en este tipo de sociedades el acreedor social sólo tiene el derecho de


prenda general sobre la sociedad y no sobre los bienes de los socios que la compo-
nen.

IX. SECCIÓN CUARTA


LA ASOCIACIÓN O CUENTAS DE PARTICIPACIÓN
Un antiguo contrato mercantil asociativo de importante aplicación práctica entre
comerciantes, hasta nuestros días, para la realización de negocios mercantiles de
manera mancomunada o asociadas, que no forma sociedad, pero que se funda, al
igual que la sociedad, en la asociación de personas es la “asociación o cuentas en
participación”, que en subsidio se rige por las reglas de la sociedad colectiva mercan-
til y es también de carácter intuito personae. A modo de ejempli¿cación el mensaje
del Ejecutivo al Congreso, para la aprobación del Código de Comercio de 1865, la
llama expresivamente “sociedad accidental” o contrato de asociación o cuentas en
participación.
La asociación o cuentas en participación es un contrato típicamente mercantil
y que se encuentra regulado en el Código de Comercio en los artículos 507 a 511.
Este contrato se ubica dentro de la llamada familia de los contratos de colaboración
empresaria, junto a las uniones transitorias de empresas (UTE típicas del derecho
societario argentino), los contratos de colaboración empresaria, consorcios, contrato
de joint venture, entre otros.
Tiene como parte a personas cali¿cadas a saber, dos o más comerciantes.
Este contrato no forma una sociedad comercial, pero sí es un contrato asociativo
o de colaboración empresaria, ya que dos o más comerciantes acuerdan ejecutar ope-
raciones mercantiles, efectuando aportes a esta empresa común y con la voluntad de
participar en sus utilidades o bene¿cios; en este sentido, atendiendo a sus elementos
esenciales, conserva la esencia de la sociedad en el Derecho Romano.
Nuestro Código de Comercio, en su artículo 507, de¿ne este contrato en los si-
guientes términos:
“La participación es un contrato por el cual dos o más comerciantes toman interés en
una o muchas operaciones mercantiles, instantáneas o sucesivas, que debe ejecutar
uno de ellos en su solo nombre y bajo su crédito personal, a cargo de rendir cuenta y
dividir con sus asociados las ganancias o pérdidas en la proporción convenida”.
Existe en esta ¿gura contractual una unión entre dos o más comerciantes que
estipulan poner bienes en común y afectar esos aportes a una o más operaciones
mercantiles, instantáneas o sucesivas, con la obligación de distribuirse las utilidades
de acuerdo a las reglas establecidas por ellos.
Los terceros negocian con el gestor permaneciendo ocultos los otros aportantes o
partícipes. De ahí que se dice que no hay sociedad. Sólo se contrata con el gestor de
negocio y sólo éste resulta obligado frente a terceros, no comunicando su obligación
110 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a los otros participantes. De ahí que el artículo 510 del Código de Comercio diga que
el gestor se reputa único dueño.
En cuanto al rol del gestor el artículo 510 establece:
“El gestor es reputado único dueño del negocio en las relaciones externas que produce
la participación.
Los terceros sólo tienen acción contra el administrador, del mismo modo que los
partícipes inactivos carecen de ella contra los terceros.
Unos y otros, sin embargo, podrán usar de las acciones del gerente en virtud de una
cesión en forma”.
Los terceros tienen acción sólo contra el gestor y los otros socios no tienen acción
contra terceros.
Este contrato tiene un carácter estrictamente privado o reservado, de acuerdo a lo
establecido en el artículo 509 del Código de Comercio. No constituye una persona
jurídica, carece de razón social, patrimonio colectivo y domicilio. El contrato es de
naturaleza consensual y, por lo tanto, puede probarse por todos los medios que esta-
blece el Código de Comercio, incluido testigos.
Desde un punto de vista práctico lo más probable es que la asociación conste por
escrito, en instrumento privado, lo que facilita su prueba y otorga certeza jurídica a
sus partícipes.
Remarcando el carácter contractual “privado” o con¿dencial el artículo 509 de-
¿ne:
“La participación es esencialmente privada, no constituye una persona jurídica, y
carece de razón social, patrimonio colectivo y domicilio.
Su formación, modi¿cación, disolución y liquidación pueden ser establecidas con los
libros, correspondencia, testigos y cualquiera otra prueba legal”.
Como norma de cierre para los efectos de resolver los casos no previstos, el legis-
lador hace aplicable a las partes del contrato las normas que regulan las sociedades
mercantiles, este reenvío a las normas de las sociedades mercantiles, pensamos que se
re¿ere a la sociedad colectiva mercantil, por tratarse del arquetipo de las sociedades
de personas y por tratarse de la más regulada en nuestro Código de Comercio.
El artículo 511 la asemeja a la sociedad en cuanto a las relaciones de los asocia-
dos:
“Salvas las modi¿caciones resultantes de la naturaleza jurídica de la participación,
ella produce entre los partícipes los mismos derechos y obligaciones que con¿eren e
imponen a los socios entre sí las sociedades mercantiles”.
Para la solución de conÀictos entre los asociados y especialmente en lo referente
a la obligación del gestor de rendir cuenta de su gestión a sus partícipes, se recurre al
arbitraje forzoso, conforme la regla 4ª del artículo 227, Código Orgánico de Tribuna-
les, y en todo caso se le aplican las normas de las sociedades mercantiles, de manera
supletoria, con lo que igualmente nos conducen a las reglas de arbitraje forzoso.
DERECHO DE SOCIEDADES 111

Durante los años noventa en Chile se relacionó la asociación o cuentas en par-


ticipación con el contrato de origen angloamericano denominado de joint venture,
incluso se llegó a sostener que eran ¿guras contractuales idénticas, pero en estricto
rigor no es así, aun cuando ambos tipos contractuales presentan semejanzas, pero a
la vez importantes diferencias. Desde luego, en su origen, cultura y evolución son
muy diferentes, sin perjuicio de que ambos comparten el pertenecer a la familia de
contratos de colaboración empresaria, al igual que las asociaciones o uniones transi-
torias de empresas (conocidas con la sigla U.T.E.), los contratos de unión empresarial
y los llamados consorcios.
El joint venture puede ser entendido como un contrato asociativo en donde dos
o más empresas asumen el desarrollo de un negocio común en donde se ingresan
aportes, se asignan gestiones y responsabilidades y se pacta la distribución de utilida-
des o bene¿cios de este emprendimiento conjunto. Este contrato no forma ni es una
sociedad, aun cuando es posible que a propósito de la pactación de un joint venture,
se cree una sociedad especial. Tampoco obliga a los otros partícipes o socios sino
que sólo al gestor. Este contrato suele ser utilizado en negocios de gran envergadura,
en materias mineras, de energía y de construcción y explotación de obras públicas
y privadas.
El contrato de asociación o cuentas en participación tiene un aspecto microeconó-
mico, de negocios de pequeña envergadura, para negocios más especí¿cos o acotados
a ciertos actos de comercio.
Los terceros contratan con el gestor quien ejecuta el negocio por su propio nombre
y crédito no obligando a los otros partícipes.
El gestor ejecuta el encargo, tiene la obligación, concluida la operación, de partici-
par a sus asociados de las utilidades y rendir cuenta de su gestión. Esta participación
de las utilidades se hace de acuerdo a lo previsto por las partes y en forma supletoria
se aplican las reglas de la sociedad; es decir, en la misma proporción de los aportes
efectuados por los partícipes.
Las pérdidas también se reparten de acuerdo a las reglas intra asociados.
El tercero ejerce su acción sólo en contra del gestor y no contra los asociados.
El gestor debe cumplir con todo su patrimonio frente a los terceros con quienes ha
contratado. En este sentido es quien tiene toda la responsabilidad.
Este contrato tiene un carácter netamente privado, no es oponible a tercero. Esta
es otra diferencia que tiene con las sociedades que gozan de personalidad jurídica
propia, a diferencia de la asociación.
En Chile el joint venture se conoció en la década de los 90 y a partir de la gran
inversión extranjera en materia de minería, vía Estatuto de la Inversión Extranjera,
contenido en el D.L. Nº 600, de 1974. Suele ser entendido como un contrato marco
de acción entre dos o más empresas.
Estos contratos de “joint venture”, en general, son ubicados dentro de lo que son
los contratos asociativos o entre empresas y/o sociedades; también se ubican dentro
de los contratos de colaboración empresarial o contratos asociativos.
112 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La ley argentina de sociedades comerciales Nº 19.550, de 1972, en su artículo 367,


de¿ne las agrupaciones de colaboración en los siguientes términos:
“Las sociedades constituidas en la República y los empresarios individuales domicilia-
dos en ella pueden, mediante un contrato de agrupación, establecer una organización
común con la ¿nalidad de facilitar o desarrollar determinadas fases de la actividad
empresarial de sus miembros o de perfeccionar o incrementar el resultado de tales
actividades”.
Agrega la legislación citada que la agrupación carece de personalidad jurídica, ni
forman sociedad. Deben formarse por escritura pública o instrumento privado inscrito
en el Registro de Comercio.
De¿ne también la ley Nº 19.550, en su artículo 377, las uniones transitorias de
empresas (UTE), que tienen una gran similitud con el contrato angloamericano de
joint venture; el artículo citado señala:
“Las sociedades constituidas en la República y los empresarios individuales domi-
ciliados en ella, podrán mediante un contrato de unión transitoria, reunirse para el
desarrollo o ejecución de una obra, servicio o suministro concreto, dentro o fuera
del territorio de la República. Podrán desarrollar o ejecutar las obras y servicios
complementarios y accesorios al objeto principal”.
Agrega la norma que no forman sociedad ni son sujetos de derecho.

El contrato de joint venture


Hemos querido desarrollar en el presente libro, a propósito de nuestra antigua aso-
ciación o cuentas en participación, algunos comentarios jurídicos sobre los contratos
de “joint venture” (o aventura conjunta), que se presenta en nuestro sistema jurídico
como una “nueva” tipología contractual mercantil “innominada”, que siempre ha de
tener como partes, preferentemente, a dos o más sociedades partícipes y con un cierto
carácter intuito personae.
En efecto, con ocasión de la transición y restauración de la democracia en Chile,
se experimentó un fuerte incremento por la inversión extranjera en nuestro país, por
el mecanismo previsto en el D.L. Nº 600 sobre Estatuto de la Inversión Extranjera
de 1974.
Muchos proyectos de inversión se materializan en nuestra economía con un no-
vedoso instrumento contractual en nuestro sistema jurídico: el contrato denominado
de “joint venture”, institución jurídica de origen jurisprudencial anglosajón de ¿nes
del siglo XIX.
Históricamente, el origen de la institución que nos ocupa aparece en el mundo de
los negocios y en su posterior reconocimiento en las decisiones jurisdiccionales de
los tribunales ingleses y norteamericanos y así lo señala y considera la doctrina de
manera unánime; lo esencial consistió en reconocer que los comerciantes celebraban
y ejecutaban contratos de asociación especí¿ca para realizar un único y determinado
negocio con el ¿n de obtener una utilidad, combinando sus respectivos recursos y
DERECHO DE SOCIEDADES 113

potencialidades sin formar ni crear una corporación o recurrir al estatus jurídico de una
partner ship (caso “Ross v/s Willet”, New York, 1894) Sociedad en nuestro sistema
jurídico. En este sentido muestra una buena similitud con el contrato de asociación
o cuentas en participación, regulado en los artículos 507 a 511 de nuestro Código de
Comercio de 1865.
Nace el joint venture en lo jurídico como una creación jurisprudencial a ¿nes del
siglo XIX y en el siglo XX adquiere reconocimiento legal. Así en Inglaterra en la
Partner Ship Act de 1890 –Proyecto de Sir Pollok– y en Estados Unidos en la Uni-
form Partner Ship Act y en la Uniform Limited Partner Ship Act 1914 basados en el
common law y hoy adoptados en la mayoría de los estados de Estados Unidos.
El joint venture adquiere difusión y aplicación después de la Segunda Guerra
Mundial en Europa y Estados Unidos, con gran aplicación a la industria extractiva,
en obras de gran envergadura y en especial en la industria petrolera en los países
árabes, por sus bondades y seguridades para adaptarse e¿cazmente a la inversión
coparticipada (por ejemplo en los contratos Kuwait –B.P. Gulf Oil Inc.– en Libia de
septiembre de 1972).
Anotamos desde ya que el joint venture tiene un carácter esencialmente ad-hoc
o especial por su objeto y es un concepto jurídico actualmente en evolución, según
se explicará más adelante. Para ilustrar y explicar el tema que nos ocupa creemos
de interés destacar las principales características de un joint venture que permiten
distinguir los de otros tipos contractuales, tales como sociedades, asociaciones y
sociedades irregulares o de hecho y/o sociedades accidentales:
Principales características que presenta la institución:
1ª. El carácter ad-hoc: es de la naturaleza del joint venture estar destinado a un
proyecto único y especí¿co; esto es, que sea particular la aventura a un giro de ne-
gocios y no generalizada;
2ª. Necesidad de una contribución: para que haya joint venture los partícipes deben
efectuar una contribución a la aventura común, sea en bienes, tecnología, derechos,
know how, aplicación de ingenio, ¿nanciamiento, recursos naturales, etc.;
3ª. Crea una comunidad de intereses: es propio del joint venture crear una co-
munidad activa de intereses, lo que importa o signi¿ca una relación de con¿anza o
“¿duciaria” entre los partícipes o partners, interesa lo que cada parte es y aporta a la
aventura común. En este sentido destaca su carácter “intuito personae”;
4ª. Búsqueda de utilidad común: los vínculos que establecen las partes apuntan al
logro de una utilidad o bene¿cio común en virtud de la participación en el aporte;
5ª. Contribución en las pérdidas: los partícipes estipulan una cuota parte de par-
ticipación en las eventuales pérdidas riesgo y limitación de responsabilidad por la
gestión de la operación (pro cuota);
6ª. Recíproca facultad para representar y obligar al otro (mutual agency), cada par-
tícipe en el joint venture tiene la facultad para obligar al otro, frente a terceros, incluso
a los ocultos “secretos”, dentro del ámbito del “joint venture”, con salvedades;
114 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

7ª. Control y dirección sobre el proyecto, o sea, el control de la gestión empresarial


es compartido por los partícipes. Asume una particular importancia la constitución de
una estructura organizativa que asegure un igual poder de control de los partícipes en
la ejecución del contrato. Esta característica se puede expresar según la opinión de
Andrea Astol¿ en “la constitución de un comité de gestión de una sociedad órgano
en la cual los contrayentes participan en modo paritario”. A esta característica la
denominamos “principio de igualdad de gestión”. Este aspecto interesa en extremo a
los países en vías de desarrollo para recepcionar la inversión extranjera;
8ª. La jurisprudencia y autores ingleses sostienen que el joint venture no se disuelve
o termina con la muerte de sus integrantes, en el caso de personas naturales. Este
aspecto nos parece cuestionable en nuestro sistema jurídico continental en virtud de
su carácter “intuito personae” y de con¿anza de la convención, y
9ª. No es jurídicamente una sociedad, ya que los partícipes declaran, generalmente,
su expresa voluntad de no formar sociedad, así por ejemplo “en la generalidad de los
casos, en la propia voluntad de los contrayentes de convenir en una relación de cola-
boración que quiere excluir una relación social”, como acertadamente señala Andrea
Astol¿, en su obra clásica “El Contrato Internacional de Joint Venture”.
Lo señalado no signi¿ca que a causa o con ocasión de la joint venture se pueda
constituir una sociedad meramente administradora de ella (principio de igualdad de
gestión).
Constituye el joint venture un contrato autónomo con ¿sonomía y vida propia, de
tal manera que no corresponde su subsunción en un esquema societario. Tiene el joint
venture un carácter esencialmente ¿duciario, según se ha señalado anteriormente, es
decir, es una convención intuito personae o de con¿anza, interesan en extremo las
cualidades, y lo que es cada partícipe, y por tanto se deben los participantes en éstos el
deber recíproco de la más alta lealtad, conservando su libertad individual asociativa en
todo lo no comprendido en el joint venture que los obliga a diferencia de las relaciones
asociativas que se producen en las partnership anglosajona. Es preciso reÀexionar en
esta parte del tema, acerca del origen de la convención –joint venture–, al respecto
decíamos que su origen es anglosajón, ello se debe, como es sabido desde el punto de
vista jurídico, a que en el sistema jurídico de la familia del common law la costumbre
y el precedente crean derecho; o sea, la práctica uniforme y generalizada es reconocida
como elemento generador de instituciones jurídicas, sancionadas jurisprudencialmente,
y ¿nalmente en virtud de su general aplicación y aceptación logra concretarse a nivel
de acto ley. A la inversa, en los sistemas jurídicos codi¿cados de tradición francesa
o continental como el nuestro, existen dogmas, ropajes o tipologías legales previas,
típicamente aludimos y pensamos en sociedades civiles o comerciales o asociaciones;
y en estos sistemas la posibilidad de crear derecho por la vía de la costumbre mercantil
o civil es más restringida que la observada en los sistemas de common law. En con-
secuencia, la posibilidad de crear derecho en los sistemas codi¿cados corte francés,
como el nuestro, es una actividad atípica o innominada que encuentra su consagración
DERECHO DE SOCIEDADES 115

legal entre nosotros en virtud del principio de libertad contractual –ley del contrato
artículo 1545 del Código Civil– que establece que:
“Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.
Y en virtud del principio de la autonomía de la voluntad, unido éste al principio
de orden público económico constitucional contenido en el artículo 19 Nº 21 de la
Constitución Política de 1980 relativo a la libertad de empresa y que en lo pertinente
señala:
“Artículo 19 Nº 21: La constitución asegura a todas las personas: El derecho a de-
sarrollar cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden
público o la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulan”.
Por lo anterior, al celebrarse una convención –joint venture– en nuestro sistema
jurídico, encuentra su sanción tipológica como contrato innominado o atípico, en
virtud de los preceptos legales recientemente citados, adquiriendo fuerza de ley entre
los copartícipes.
Lo que interesa desde el punto de vista práctico –en el mundo de la realidad– es
que el técnico, el abogado, el juez, nuestras autoridades administrativas y político
¿nancieras sepan acoger la institución que nos ocupa y distinguir su especial ¿sonomía,
que lo hace no solamente sui géneris sino que sui juris, especial en el mundo jurídico
y en consecuencia no es apropiado aplicarle normas y principios de otras tipologías
jurídicas, como por ejemplo sociedades, asociaciones, sociedades de hecho o irregular,
etc., que no corresponden a su especial naturaleza jurídica (así Andrea Astol¿).
Desde otro punto de vista creemos que los joint venture proveen a la Àuidez y
seguridad de las operaciones empresariales, constituyendo un nuevo desafío al em-
presario y a la empresa nacional, de manera tal que puede, si éstos se lo proponen,
resultar una interesante y enriquecedora experiencia mutua entre los partners que
debe ser asumida de buena fe, respetando el carácter ¿duciario o de con¿anza que se
ha señalado anteriormente y que en de¿nitiva contribuyen al desarrollo económico
del país. A manera de reÀexión sostenemos que los empresarios y comerciantes van
creando e introduciendo instituciones jurídicas nuevas de acuerdo a sus necesidades,
intereses, ¿nes y talentos de características novedosas no sancionadas expresamente
por la ley –así ha sido históricamente en el origen Derecho Comercial– y sólo con
posterioridad dichas novedosas ¿guras jurídicas logran reconocimiento normativo
o legal; de suerte tal que el derecho va a la zaga de la capacidad, necesidades y
voluntad de los empresarios. Por ello sólo es posible esperar que la intervención
jurídica en el caso que nos ocupa –joint venture– sea positiva, incentivadora y ela-
boración. He aquí un nuevo desafío para nuestro Poder Legislativo, ya que sería del
todo deseable esperar que en una futura reforma legal se abordaran nuevas formas
jurídicas de asociación empresarial, distintas de las tipologías societarias clásicas,
con el objeto de abrir espacio de libertad, más allá de los límites del derecho común,
para que el derecho sea un instrumento útil al desarrollo económico y a la promo-
116 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

ción del cambio social. Actualmente joint venture se inscribe y supone la división
norte-sur del mundo caracterizada de una parte por la abundancia de conocimiento
tecnológico y capitales y por la escasez relativa a determinados recursos naturales
y de la otra, por la ausencia relativa de conocimiento tecnológico y la abundancia
relativa de recursos naturales; de manera tal que el joint venture es hoy una forma
de conciliación de los intereses del norte y del sur. Esta tesis es sustentada por el
distinguido profesor de Derecho Económico chileno Enrique Aimone Gibson, quien
agrega que la fórmula jurídica de los joint venture en los países subdesarrollados es
“una forma de regular la inversión extranjera” y así también opina Andrea Astol¿ en
su obra “El Contrato Internacional de Joint Venture” Ed. Depalma, Buenos Aires,
1986, págs. 15 y 16.
Hay razones de política económica tanto para los países desarrollados como para
los países en vías de desarrollo en concretar inversiones de envergadura recurriendo
al contrato de joint venture.
Para los primeros el interés radica en realizar concentraciones por coordinación;
para los segundos el interés radica en la oportunidad de favorecer la participación
local de sujetos económicos en inversiones que se supone favorecen el desarrollo
nacional. Es conveniente dejar establecido a efectos de evitar confusiones jurídicas
que, genuinamente, el joint venture excluye la formación societaria, no es sociedad por
declaración expresa de los interesados de no formar ni constituir sociedad, sin perjuicio
de contener algunos aspectos o elementos a¿nes con la sociedad como explotación o
coincidencia de algo en común (así por ejemplo Enrique Aimone en Chile, Sergio Le
Pera en Argentina y Andrea Astol¿ en Italia ob. cit.). Desde el punto de vista de su
contenido y ¿nalidades se distingue la joint venture instrumental y operacional.
La instrumental “constituye un medio para los efectos de realizar determinados
contratos o conjuntos de contratos internacionales”, conforme ha sostenido Enrique
Aimone Gibson, en una obra de envergadura, de manera tal que todos los interesa-
dos deben negociar conjuntamente con la empresa que o¿cia de “líder” en el país
huésped, como coordinadora, y con los organismos o entes o¿ciales del país huésped
estableciéndose lo que en derecho angloamericano se denomina una “no pro¿t society”
cuya función “sólo es la de organizar relaciones entre empresas coventures”, según
señala Saúl Argeri. Esta forma de joint venture instrumental termina en la gestación
del negocio, o sea en la instalación para su inicio y allí concluye.
La operacional alude y dice relación con la explotación del negocio mismo a
la que concurren dos o más empresas organizadas para este efecto. Esta forma se
identi¿ca con el concepto de Joint Venture, del tratadista argentino Saúl Argeri, que
señala lo que sigue, y que recogió sustancialmente en Chile don Fernando Fueyo La-
neri: “remite a la asociación de dos o más sociedades (empresas) unidas para realizar
operaciones civiles o comerciales de gran envergadura económico¿nanciera, con
objetivos limitados, dividiéndose la labor según aptitudes y posibilidades y sopor-
tando los riesgos correspondientes según convenios que establecen entre ellas” (Saúl
Argeri). Otro aspecto de reÀexión en torno al tema joint venture, para ¿nes de ilustrar
DERECHO DE SOCIEDADES 117

lo novedoso de la institución mencionada, es el hecho que a la fecha actual dichas


materias, generalmente, no se enseñan ni se contemplan en los programas de estudios
de las distintas facultades de Derecho del país, cuestión que no deja de llamarnos la
atención y preocuparnos. Hay, en nuestra opinión, por problema de orden cultural,
ya que éste, así como otros temas de alto interés e importancia en estas materias se
ignoran o desconocen. Por ello, el joint venture constituye desafío y una novedad para
el país y que requiere sea asumido con creatividad de parte del estudioso dejando de
lado ciertas concepciones conservadoras que continúan acariciando antiguas tipolo-
gías, arquetipos y ropajes jurídicos tradicionales, sin reparar que el mundo cambia
inevitablemente. A nivel latinoamericano es necesario y deseable esperar que los
empresarios elaboren políticas de integración y de colaboración mutua, cuestión que
requiere sea incentivada por los Estados de la región. Para estos ¿nes el joint venture
aparece como un factor coadyuvante e incentivador tanto a nivel empresarial como a
nivel macroeconómico y así, también, lo creemos respecto a las uniones transitorias
de empresas y los contratos de colaboración empresarial.
En este sentido nos parece relevante el proceso generado en el marco del Tratado
de Integración, Cooperación y Desarrollo de 1988 relativo al “MERCOSUR”, que
involucra a Brasil, Argentina y Uruguay. A nivel de Derecho Comparado Latinoame-
ricano, Argentina se ubica actualmente a la vanguardia en estas materias, ya que en
virtud de la reciente ley Nº 19.550 de 1983, se reconoce expresamente el estatuto
jurídico autónomo de las convenciones denominadas “uniones transitorias de empre-
sas” y “contratos de colaboración empresarial”.
Por todo lo señalado, el contrato de joint venture constituye un novedoso desafío
para los Estados latinoamericanos, sus empresarios y estudiosos del derecho, sobre
todo en la perspectiva de su recepción en los derechos internos, ya que, según se dijo,
ciertas inversiones y proyectos complejos de gran envergadura para nuestras econo-
mías, que contarán con el concurso de socios extranjeros, requerirán de su necesaria
implementación jurídica para su exitosa materialización.
En bibliografía especializada en esta materia destacan: Andrea Astol¿: El Contrato
Internacional de Joint Venture, Ed. Depalma Buenos Aires 1986, Enrique Aimone
Gibson: Curso Contratos Internacionales, material de trabajo Langton Clarke y Cía.
Ltda. Santiago-Chile, 1992, Saúl Argeri: Diccionario de Derecho Comercial y de la
Empresa. Edición Astrea, Argentina, 1982 y Fernando Fueyo Laneri: Los Contratos
de Colaboración Empresaria, Editorial Jurídica de Chile.

X. SECCIÓN QUINTA
CONCEPTOS DE EMPRESARIO, EMPRESA Y
GRUPO EMPRESARIAL EN EL SISTEMA JURÍDICO CHILENO

En la actualidad varias tendencias jurídicas asimilan el derecho comercial, como


una expresión del derecho de las empresas o derecho empresarial, poniendo así en el
centro del análisis a la empresa, de manera tal que el derecho comercial se le concibe
118 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

como una parte de dicho derecho “nuevo”, asimismo, a la concepción tradicional


francesa que puso la atención en el comerciante y su regulación jurídica y sus expre-
siones contractuales, se la reemplaza por la noción de empresa y empresario, análisis
y punto de vista que produce un retorno a una noción más subjetiva del fenómeno
mercantil o la mercantilidad. En este sentido, el ius mercantilista italiano Francesco
Galgano, señala “El concepto de empresa no existe en la tradición más antigua del
derecho mercantil: las fuentes intermedias emplean nociones tales como arti¿cum,
mernatia, megotatio, etc. Sin embargo, el concepto jurídico de empresa es más anti-
guo de los que normalmente se piensa. Este irrumpe en el mundo de las categorías
jurídicas a principios del siglo pasado, antes de que la ciencia económica hubiese
elaborado su propio concepto de empresa”, y agrega “Un paso hacia la concepción
jurídica de la empresa, se produce con la promulgación del Código civil italiano de
1942 la ¿gura del empresario, entendido como productor (art. 2084), sustituye a la
¿gura del comerciante entendido como “especulador”14.
El Código de Comercio chileno, siguiendo su modelo francés, no contiene una de¿-
nición legal de empresa, sino que en el artículo 166, que de¿ne el contrato de transporte,
en su inciso ¿nal de¿ne al empresario de transporte en los siguientes términos:
“El que ejerce la industria de hacer transportar personas o mercaderías por sus depen-
dientes asalariados y en vehículos propios o que se hallen a su servicio, se llama em-
presario de transportes, aunque algunas veces ejecute el transporte por sí mismo”.
Tradicionalmente se ha celebrado que esta de¿nición de empresario, si bien es
referida al contrato de transporte, contiene los elementos más característicos y típicos
del empresario y por extensión de la empresa. Además el artículo 172 clasi¿ca a los
empresarios en “públicos” y “particulares”, atendiendo a la publicidad que utilicen
frente a terceros o la anuencia de ella.
El artículo 166 del Código de Comercio, a propósito de de¿nir el contrato de
transporte terrestre, de¿ne empresario de transporte, en la parte ¿nal:
“El transporte es un contrato en virtud del cual uno se obliga por cierto precio a
conducir de un lugar a otro, por tierra, canales, lagos o ríos navegables, pasajeros o
mercaderías ajenas, y a entregar éstas a la persona a quien vayan dirigidas.
Llámase porteador el que contrae la obligación de conducir.
El que hace la conducción por agua toma el nombre de patrón o barquero.
Denomínase cargador, remitente o consignante el que por cuenta propia o ajena
encarga la conducción.
Se llama consignatario la persona a quien se envían las mercaderías. Una misma
persona puede ser a la vez cargador y consignatario.
La cantidad que el cargador se obliga a pagar por la conducción se llama porte.

14 Francesco GALGANO , Historia del derecho mercantil, pág. 199, Editorial Laia Barcelona,

2ª edición, 1987.
DERECHO DE SOCIEDADES 119

El que ejerce la industria de hacer transportar personas o mercaderías por sus


dependientes asalariados y en vehículos propios o que se hallen a su servicio, se
llama empresario de transportes, aunque algunas veces ejecute el transporte por sí
mismo”.
La noción fundamental que encontramos en nuestro Código de Comercio es la de
comerciante que en su artículo 7º señala:
“Son comerciantes los que teniendo capacidad para contratar, hacen del comercio
su profesión habitual”.
Además, en la regulación de los actos de comercio el Código en su artículo 3º, en
los números 5 a 9 y 20, declara actos de comercio a los actos de las empresas, en un
listado no taxativo, ya que el número 5 utiliza la expresión “y otros establecimientos
semejantes”, con lo que se sigue que los actos de las empresas, en su giro de nego-
cios, son actos de comercio; en el ámbito del comercio marítimo se declara actos de
comercio marítimo, a los de “las empresas de construcción, carena, compra y venta
de naves, sus aparejos y vituallas”.
Por lo que en materia de actos de comercio se sitúa a la empresa, terrestre y ma-
rítima, como el centro generador de actos de comercio.
En el Código del Trabajo, de 1981, encontramos en su artículo 3º, inciso ¿nal una
de¿nición legal de empresa, aplicable al ámbito del derecho del trabajo y de seguri-
dad social, que parece satisfactoria, ya que contiene los elementos más típicos de la
empresa, y que se de¿ne así:
“Para los efectos de la legislación laboral y de seguridad social, se entiende por em-
presa toda organización de medios personales, materiales e inmateriales, ordenados
bajo una dirección, para el logro de ¿nes económicos, sociales, culturales o bené¿cos,
dotada de una individualidad legal determinada”.
Esta de¿nición legal de empresa lo es desde el punto de vista “objeto de derecho”,
la que actúa “dotada de una individualidad legal determinada”, con lo que el agente
económico empresa ha de tener un propietario, que la explota, ya persona natural
(empresario), ya persona jurídica (sociedad civil, comercial o minera).
En la Ley de Mercado de Valores, Nº 18.045, de 1981, de¿ne lo que se entiende
por grupo empresarial, de¿niéndolo sólo para los efectos de esta ley en los siguientes
términos:
Artículo 96: “Grupo empresarial es el conjunto de entidades que presentan vínculos
de tal naturaleza en su propiedad, administración o responsabilidad crediticia, que
hacen presumir que la actuación económica y ¿nanciera de sus integrantes está guia-
da por los intereses comunes del grupo o subordinada a éstos, o que existen riesgos
¿nancieros comunes en los créditos que se les otorgan o en la adquisición de valores
que emiten.
Forman parte de un mismo grupo empresarial:
a) Una sociedad y su controlador;
120 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

b) Todas las sociedades que tienen un controlador común, y éste último, y


c) Toda entidad que determine la Superintendencia considerando la concurrencia
de una o más de las siguientes circunstancias:
1. Que un porcentaje signi¿cativo del activo de la sociedad está comprometido en
el grupo empresarial, ya sea en la forma de inversión en valores, derechos en socie-
dades, acreencias o garantías;
2. Que la sociedad tiene un signi¿cativo nivel de endeudamiento y que el grupo em-
presarial tiene importante participación como acreedor o garante de dicha deuda;
3. Que la sociedad sea miembro de un controlador de algunas de las entidades
mencionadas en las letras a) o b), cuando este controlador corresponda a un grupo de
personas y existan razones fundadas en lo dispuesto en el inciso primero para incluirla
en el grupo empresarial, y
4. Que la sociedad sea controlada por uno o más miembros del controlador de al-
guna de las entidades del grupo empresarial, si dicho controlador está compuesto por
más de una persona, y existan razones fundadas en lo dispuesto en el inciso primero
para incluirla en el grupo empresarial”.
Retornando al concepto de empresario en derecho comparado, el tratadista italiano
Francesco Messineo señala “el elemento actividad económica constituye el punto de
apoyo de la ¿gura del empresario en general”15; el Código de Comercio hondureño
en su artículo 644 da un concepto de empresa: “Se entiende por empresa mercantil el
conjunto coordinado de trabajo, de elementos materiales y de valores incorpóreos,
para ofrecer al público, con propósito de lucro y de manera sistemática, bienes o
servicios”; claramente esta noción se asemeja a hacienda mercantil o establecimiento
de comercio; también encontramos en derecho comparado en el Código Civil italiano,
de¿nición de empresario y de hacienda en los artículos 2082 y 2555: “Empresario.
Es empresario quien ejercita profesionalmente una actividad económica organizada
con ¿nalidad de producción o de intercambio de bienes o servicios”, “La hacienda
es el conjunto de los bienes organizados por el empresario para el ejercicio de la
empresa” y Empresa conforme lo dispuesto en el artículo 2082 del Código citado,
“es la actividad económica organizada a los ¿nes de la producción o del cambio de
bienes y de servicios”.
Desde un punto de vista económico el jurista italiano Alberto Asquini, en Pro¿li
dellimpresa, señala: “la doctrina económica de la empresa forma parte de la dinámica
de la economía, porque el fenómeno de la producción se desenvuelve necesariamente
en el tiempo, y, es sobre todo, en relación a la variabilidad del tiempo, del resultado útil
de la empresa para el empresario (riesgo de la empresa), que el trabajo organizativo
de éste asume relevancia económica. El riesgo de la empresa (riesgo técnico) inherente
a todo procedimiento productivo, es el riesgo económico inherente a la posibilidad
de cubrir el costo del trabajo (salarios) y del capital (intereses) utilizando con el

15 Francesco MESSINEO, Manual de Derecho Civil y Comercial, tomo II, pág. 196, Ed. Jurídica

Europa América.
DERECHO DE SOCIEDADES 121

producto de los bienes o servicios producidos para el cambio. Eso requiere un trabajo
de organización y creación de parte del empresario, para determinar, conforme a la
adecuada previsión, la modalidad de la actuación de la producción y de la distribución
de los bienes. Es ése el aporte típico del empresario; de ahí esa especial remuneración
del empresario que se llama utilidad (margen diferencial entre lo recibido y los costos)
y que constituye el normal motivo de la actividad empresarial en el plano económico.
La función del empresario es, pues, una función creativa de riquezas”.
El catedrático español Rodrigo Uría señala desde un concepto jurídico empresario
“persona física o jurídica que por sí o por medio de delegados ejercita y desarrolla
en nombre propio una actividad en el mercado constitutiva de empresa, adquiriendo
la titularidad de las obligaciones y derechos nacidos de esa actividad”; y agrega
como noción de empresa “unidad económica orgánica” consistente en “el ejercicio
profesional de una actividad económica plani¿cada, con la ¿nalidad de intermediar
en el mercado de bienes o servicios”16 . Para el catedrático español Fernando Sánchez
Calero, “empresario es la persona física o jurídica que profesionalmente y en nombre
propio ejercita la actividad de organizar los elementos precisos para la producción
de bienes o servicios para el mercado”17.
Actuadamente el derecho de las sociedades y de los negocios ha quedado com-
prendido dentro del concepto derecho de la empresa, siendo este un buen marco o
sistema de análisis jurídico y económico de estas materias.

XI. SECCIÓN SEXTA


EMPRESAS INDIVIDUALES DE RESPONSABILIDAD LIMITADA
La empresa individual de responsabilidad limitada, conocida con la sigla “E.I.R.L.”,
ha sido regulada por la ley Nº 19.857 publicada en el Diario O¿cial el 11 de febrero de
2003, luego de que en derecho comparado se tuviere noticia de su regulación desde la
década de los años 40, y de haberse desarrollado en Chile a lo menos dos memorias
de prueba que son un hito en nuestra doctrina, nos referimos a la memoria titulada
“Patrimonios de Afectación. La Empresa Individual de Responsabilidad Limitada”
de Gastón Cruzat Paul del año 1945 y la memoria titulada “La Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada” de Marcos Libedinsky Tschorne, Editorial Universitaria,
año 1959, especialmente cabe destacar ambos trabajos que contienen leyes modelo en
la materia que demuestra que la legislación, a lo menos en esta ¿gura jurídica, llegó
bastante más tarde en el tiempo que los primeros estudios jurídicos sobre el tema.
En derecho comparado, lo que nuestro derecho denomina empresa individual
de responsabilidad limitada, se conoce derechamente con el nombre de sociedad
de un solo socio o sociedad unipersonal o “unimembre” (España reconoce incluso

16 Rodrigo URÍA, Derecho Mercantil, Ed. Pons, págs. 34 y sgtes.


17Fernando SÁNCHEZ CALERO, Instituciones de derecho mercantil, Editoriales de Derecho Reunidas,
Madrid 1986, pág. 43.
122 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

la sociedad anónima formada por un solo accionista constituyente y la sociedad de


responsabilidad limitada, formada por un solo socio). En el caso de Chile, se la deno-
minó empresa individual de responsabilidad limitada, con el objeto de no modi¿car
la de¿nición legal de sociedad del artículo 2053 Código Civil, ya que requiere en
la teoría contractualista de dos o más personas; pero en el fondo la E.I.R.L., es una
“sociedad” de un solo socio.
Originalmente el proyecto de ley que inició la tramitación de la ley que regula
la E.I.R.L, la denominó sociedad individual de responsabilidad limitada, pero pos-
teriormente se cambió a su nombre actual, en el debate en el Senado se reemplazó
su nominación, para no alterar la de¿nición legal de sociedad del artículo 2053 del
Código Civil, que señala “La sociedad o compañía es un contrato en que dos o más
personas estipulan poner algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios
que de ello provengan”, de manera tal que se optó por mantener dicho concepto legal,
no obstante en que se pudo modi¿car dicha noción por “La sociedad o compañía es
un acto jurídico en que una o mas personas estipulan poner algo en común…”. Sin
perjuicio de ello, al regularse el año 2007 la Sociedad por acciones, se admite que
ella sea formada por una o más personas, sin que ésta pierda su naturaleza de socie-
dad, tesis que compartimos, según se señaló al desarrollar la naturaleza jurídica de
la sociedad, la que modernamente se aviene con el concepto de acto jurídico uni o
plurilateral, mas no así con la categoría de contrato.
Desde un punto de vista económico, esta E.I.R.L. es idónea para desarrollar
negocios de pequeña envergadura, muy dúctil a las llamadas pequeñas y medianas
empresas.
La de¿nición de esta E.I.R.L. se encuentra en el artículo 2º de dicha ley y se trata
de una de¿nición jurídica dentro del marco regulatorio legal ya referido.
Así, nuestra ley Nº 19.857, en su artículo 2º señala:
“La empresa individual de responsabilidad limitada es una persona jurídica con pa-
trimonio propio distinto al del titular, es siempre comercial y está sometida al Código
de Comercio cualquiera que sea su objeto; podrá realizar toda clase de operaciones
civiles y comerciales, excepto las reservadas por la ley a las sociedades anónimas”.
No se trata de una de¿nición económica de empresa, como la que citamos anterior-
mente del Código del Trabajo en su artículo 3º inciso ¿nal. Se trata de una de¿nición
jurídico formal de empresa individual.
El único legitimado para formar esta empresa es toda persona natural de acuerdo
a lo establecido en el artículo 1º de la ley, por lo que no pueden ser formadas por
personas jurídicas.
Así, la ley citada en su artículo 1º dispone:
“Se autoriza a toda persona natural el establecimiento de empresas individuales de
responsabilidad limitada, con sujeción a las normas de esta ley”.
No se permite entonces que una persona jurídica por su sola voluntad forme una
E.I.R.L., sólo la voluntad unilateral de la persona natural es autorizada para dar ori-
DERECHO DE SOCIEDADES 123

gen a esta empresa. Si analizamos esta limitación legal en cuanto a que una persona
jurídica no puede formar una E.I.R.L., no se encuentra una razón de fondo, ni jurídica
ni económica.
Lo interesante de esta regulación es que la persona natural, cualquiera que sea su
actividad, profesión u o¿cio, puede formar una E.I.R.L. La novedad es que forma-
lizada la declaración de voluntad de acuerdo a la ley nace una persona jurídica con
un patrimonio diferente al del constituyente o fundador. Esto viene a ser equivalente
a aquellos sistemas jurídicos que reconocen la facultad de formar una sociedad de y
por la voluntad de una sola persona.
En Chile no se puede decir que se trata de una sociedad por lo establecido en
el Código Civil en su artículo 2053, ya que la sociedad debe constar de dos o más
voluntades, de ahí el carácter contractual de la sociedad; y del carácter de acto uni-
lateral en cuanto a la formación de la E.I.R.L., ya que ésta nace de la voluntad del
constituyente persona natural.
Para que sea posible la aplicación de esta ley hay que adherir a la doctrina de la
divisibilidad del patrimonio, esto es lo que ocurre en este caso, que permite la for-
mación de la E.I.R.L. Para el desarrollo del objeto o giro nace una persona jurídica
en los términos del artículo 545 del Código Civil:
“Se llama persona jurídica una persona ¿cticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente.
Las personas jurídicas son de dos especies: corporaciones y fundaciones de bene¿-
cencia pública.
Hay personas jurídicas que participan de uno y otro carácter”.
En la década del 90 se ingresó el proyecto de la ley de E.I.R.L., durante el
gobierno de don Patricio Aylwin Azócar. Cuando se presentó el proyecto se man-
tuvo en el Congreso Nacional en trámite legislativo durante 6 ó 7 años aproxi-
madamente.
El legislador chileno no lo quiso titular como sociedad unipersonal, y si se hubiere
optado por esta fórmula habría tenido que modi¿car la de¿nición legal de sociedad
contenida en el artículo 2053 del Código Civil, según se señaló anteriormente.
En conclusión, este caso es de aquellos en que se reconoce a la voluntad unilateral
de la persona natural, como su¿ciente para crear una persona jurídica y, por lo tanto,
como fuente de obligaciones y como elemento esencial de esta regulación legal está
la doctrina de la divisibilidad del patrimonio.

1. Formalidades o solemnidades para la constitución de la E.I.R.L.


La constitución de la E.I.R.L. se debe efectuar mediante escritura pública y un
extracto de ésta se debe inscribir y publicar con arreglo a los artículos 4º y 5º de esta
ley. Son las mismas solemnidades establecidas para la constitución de las sociedades
de responsabilidad limitada y las sociedades anónimas.
124 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Sin perjuicio de la constitución solemne en el régimen de la ley Nº 19.857, de 2003,


se puede también constituir la E.I.R.L., mediante formulario electrónico inscrito en el
Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, conforme a la ley Nº
20.659, de 2013, que establece el régimen simpli¿cado de constitución de personas
jurídicas mercantiles, y que desarrollamos en la sección decimocuarta del libro.
Así el artículo 4º de la ley Nº 19.857 ordena:
“En la escritura, el constituyente expresará a lo menos:
a) El nombre, apellidos, nacionalidad, estado civil, edad y domicilio del constitu-
yente;
b) El nombre de la empresa, que contendrá, al menos, el nombre y apellido del consti-
tuyente, pudiendo tener también un nombre de fantasía, sumado al de las actividades
económicas que constituirán el objeto o el giro de la empresa y deberá concluir con
las palabras “empresa individual de responsabilidad limitada” o la abreviatura
“E.I.R.L.”;
c) El monto del capital que se trans¿ere a la empresa, la indicación de si se aporta en
dinero o en especies y, en este último caso, el valor que les asigna;
d) La actividad económica que constituirá el objeto o giro de la empresa y el ramo o
rubro especí¿co en que dentro de ella se desempeñará;
e) El domicilio de la empresa, y
f) El plazo de duración de la empresa, sin perjuicio de su prórroga. Si nada se dice,
se entenderá que su duración es inde¿nida”.
En lo que re¿ere a la inscripción y publicación del extracto de la escritura de
constitución el art. 5º de la ley dispone:
“Un extracto de la escritura pública, autorizado por el notario ante quien se otorgó,
se inscribirá en el registro de comercio del domicilio de la empresa y se publicará
por una vez en el Diario O¿cial, dentro de los sesenta días siguientes a la fecha de
la escritura. El extracto deberá contener un resumen de las menciones señaladas en
el artículo anterior”.
Con respecto a la edad del constituyente es necesario para determinar la capacidad
de la persona natural de éste y también porque una de las causales de término es la
muerte del constituyente, por lo que al declararse la edad los terceros pueden saber
de ante mano la situación particular del fundador de la E.I.R.L. en esta materia. De
ahí que sea un elemento esencial para individualizar al constituyente en la escritura
de constitución y en el extracto de la escritura. Es una de las pocas oportunidades
en que la ley exige que en una escritura pública se indique la edad de la persona del
otorgante.
Relativo a la actividad económica, letra d), da a entender que se trata de una acti-
vidad o giro único, de ahí que es factible que una persona natural pueda formar una
o más E.I.R.L., cada una con distinto giro de negocios.
Esta empresa será siempre mercantil, aunque su giro de negocio sea civil, sujetándo-
se su regulación a su ley especial y en subsidio se rigen por el Código de Comercio.
DERECHO DE SOCIEDADES 125

El plazo para inscribir en el Registro de Comercio, correspondiente al domicilio


de la E.I.R.L. y publicar en el Diario O¿cial el extracto es de 60 días corridos a contar
de la fecha de la escritura pública extractada.
En el artículo 5º, se regula el extracto de la escritura pública que debe contener un
resumen de las menciones del artículo 4º de la letra a) hasta la letra f).
Cabe destacar que se constituyen de forma bastante masiva las E.I.R.L, ya que es
muy idónea para el desarrollo de la micro y mediana empresa. No existe obstáculo
legal para que una persona natural pueda constituir dos o más E.I.R.L. Sin embargo,
en cada oportunidad se forma una persona jurídica distinta del constituyente.
No se autoriza su utilización por parte de las personas jurídicas, como ya se ha
señalado anteriormente.
En lo que re¿ere a las posibles modi¿caciones al estatuto de constitución el artículo
6º establece que:
“Toda modi¿cación a las menciones señaladas en el artículo 4º, deberá observar las
solemnidades establecidas en el artículo 3º. En el extracto deberá hacerse referencia
al contenido especí¿co de la modi¿cación”.
Este artículo establece que toda modi¿cación a un elemento esencial, debe cumplir
con los mismos requisitos de la constitución.
La ley sanciona con nulidad absoluta la omisión de alguna de las solemnidades
establecidas para su constitución, así en el artículo 7º:
“La omisión de alguna de las solemnidades de los artículos 4º, 5º y 6º, importará
la nulidad absoluta del acto respectivo. Si se tratare de la nulidad absoluta del acto
constitutivo, el titular responderá personal e ilimitadamente de las obligaciones que
contraiga en el giro de la empresa. Lo anterior, sin perjuicio del saneamiento”.
Este es un caso en que la nulidad absoluta se puede convalidar mediante el pro-
cedimiento de saneamiento.
Este artículo abre la posibilidad de que se pueda aplicar al acto jurídico viciado
formalmente la Ley de Saneamiento de Sociedades, Nº 19.499, de 1997, dependiendo
si se trate de un vicio de fondo o de forma.
Hay tres posibilidades de ine¿cacia:
– Vicio de fondo insaneable: privación de un elemento esencial de la E.I.R.L. o
de común aplicación de los contratos. Nulidad radical o de pleno derecho de la ley
Nº 19.499, por ejemplo que la constitución conste en un mero instrumento privado.
– Vicios formales o saneables.
– Nulidad absoluta del artículo 7º de la ley de E.I.R.L.
– Vicios no esenciales, ni formales.
Ley Nº 19.857, artículo 18:
“En lo demás, se aplicarán a la empresa individual de responsabilidad limitada, las
disposiciones legales y tributarias, aplicables a las sociedades comerciales de res-
ponsabilidad limitada, incluyendo las normas sobre saneamiento de vicios de nulidad,
establecidas en la ley Nº 19.499”.
126 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Estos dos artículos (artículos 7º y 18) remiten a la posibilidad de saneamiento.

2. Responsabilidad de la E.I.R.L. con terceros


En materia contractual y de acuerdo a lo establecido en el artículo 8º de la ley, la
E.I.R.L. responde de las obligaciones contraídas dentro de su giro respecto de terceros
con todos sus bienes. Se trata del principio de especi¿cidad de la persona jurídica.
La empresa no responde si los actos no están dentro del giro de negocios, es ésta la
limitante de la responsabilidad.
Ley Nº 19.857, artículo 8º:
“La empresa responde exclusivamente por las obligaciones contraídas dentro de su
giro, con todos sus bienes.
El titular de la empresa responderá con su patrimonio sólo del pago efectivo del
aporte que se hubiere comprometido a realizar en conformidad al acto constitutivo
y sus modi¿caciones”.
El constituyente o dueño de la empresa tiene que operar dentro del giro de nego-
cios de la empresa. El tercero, por otro lado, tiene que observar cuál es el giro de la
E.I.R.L. y determinar si el acto a celebrar queda comprendido o no el giro de ésta,
con el ¿n de garantizar la responsabilidad respectiva.
El artículo 8º también establece, en su inciso 2º, la obligación del empresario de
cumplir con la entrega del aporte a la E.I.R.L., siendo el elemento de limitación de
responsabilidad.
Son actos de la E.I.R.L. según establece el artículo 9º, los siguientes:
“Son actos de la empresa los ejecutados bajo el nombre y representación de ella por
su administrador.
La administración corresponderá al titular de la empresa, quien la representa judicial
y extrajudicialmente para el cumplimiento del objeto social, con todas las facultades
de administración y disposición.
El titular, o su mandatario debidamente facultado, podrá designar un gerente general,
que tendrá todas las facultades del administrador excepto las que excluya expresamen-
te, mediante escritura pública que se inscribirá en el registro de comercio del domicilio
de la empresa y se anotará al margen de la inscripción estatutaria. Lo dispuesto en
este inciso no obsta a la facultad del titular de conferir mandatos generales o espe-
ciales para actuar a nombre de la empresa, por escritura pública que se inscribirá y
anotará en la forma señalada en este inciso.
Las noti¿caciones judiciales podrán practicarse indistintamente al titular de la
empresa o a quien éste hubiere conferido poder para administrarla, sin perjuicio
de las facultades de recibirlas que se hayan otorgado a uno o más gerentes o man-
datarios”.
El artículo 9º se hace cargo de de¿nir cuáles son los actos de la empresa, y esta-
blece que son aquellos ejecutados bajo el nombre y en representación de ella por su
administrador. La razón de esto es para poder proteger a los terceros.
DERECHO DE SOCIEDADES 127

El titular de la empresa puede nombrar a un gerente, para que administre la


E.I.R.L., en cuyo caso debe establecerse con precisión los poderes y facultades que
se le otorgan. Este mandato para administrar, con sus facultades debe ser inscrito en
tiempo y forma en el Registro de Comercio según mandato del artículo 22 Nº 5 del
Código de Comercio.

3. Casos de responsabilidad ilimitada por parte del empresario


El artículo 12 establece una casuística de cinco casos en los que el titular de la
empresa debe responder ilimitadamente, con sus propios bienes:
– Por los actos y contratos efectuados fuera del objeto de la empresa, para pagar
las obligaciones que emanen de esos actos y contratos: para las obligaciones de
dichos actos.
– Por los actos y contratos que se ejecutaren sin el nombre o representación de la
empresa, para cumplir las obligaciones que emanen de tales actos y contratos: es el
caso de una persona que actúa sin poder su¿ciente. Respecto de las obligaciones de
aquellos actos se obliga al titular con sus propios bienes. Podría hablarse de un caso
de responsabilidad por el hecho ajeno. La posición de garante recae en este caso en
el titular o dueño de la empresa. El resguardo lo tiene que tomar el dueño.
– Si la empresa celebrare actos y contratos simulados, ocultare sus bienes o
reconociere deudas supuestas, aunque de ello no se siga perjuicio inmediato: cabe
destacar dos cosas: lo que se sanciona aquí principalmente es el dolo. Se castiga el
dolo y la mala fe.
– Celebrar contratos o actos simulados: no diferencia entre simulación lícita e
ilícita, da lo mismo. Para nosotros no cabe aquí diferenciación doctrinaria alguna,
comprendiendo esta hipótesis tanto la simulación lícita como la ilícita.
– Si ocultare bienes.
– Si el titular percibiere rentas de la empresa que no guarden relación con la im-
portancia de su giro, o efectuare retiros que no correspondieren a utilidades líquidas
y realizables que pueda percibir: es una cali¿cación subjetiva, tiene que ver con un
tema tributario. Con respecto a efectuar retiros que no corresponden con las utilidades
de la E.I.R.L., la ley castiga el fraude, es decir, que se use la E.I.R.L. como medio o
instrumento de blanqueo de dinero.
– Si la empresa fuere declarada en quiebra culpable o fraudulenta: es necesario
que la quiebra sea declarada y que desde el punto de vista penal sea declarada por
sentencia en sede penal, ¿rme, que la quiebra fue fraudulenta o culpable. Son dos cau-
sales en una, tiene que existir una declaración de quiebra de la E.I.R.L. por sentencia
y luego iniciarse y concluirse un proceso penal de cali¿cación de quiebra y concluir
con sentencia de¿nitiva que declare y condene al administrador de la E.I.R.L. como
autor de quiebra culpable o quiebra fraudulenta (arts. 219 y 220 de la ley Nº 18.175,
de 1982).
128 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En síntesis, el artículo 12 de la ley establece los casos en virtud de los cuales


el titular constituyente deberá responder con sus bienes por las obligaciones de la
E.I.R.L., que a saber son:
“El titular responderá ilimitadamente con sus bienes, en los siguientes casos”:
a) Por los actos y contratos efectuados fuera del objeto de la empresa, para pagar
las obligaciones que emanen de esos actos y contratos;
b) Por los actos y contratos que se ejecutaren sin el nombre o representación de la
empresa, para cumplir las obligaciones que emanen de tales actos y contratos;
c) Si la empresa celebrare actos y contratos simulados, ocultare sus bienes o recono-
ciere deudas supuestas, aunque de ello no se siga perjuicio inmediato;
d) Si el titular percibiere rentas de la empresa que no guarden relación con la impor-
tancia de su giro, o efectuare retiros que no correspondieren a utilidades líquidas y
realizables que pueda percibir, o
e) Si la empresa fuere declarada en quiebra culpable o fraudulenta”.

4. El autocontrato
El llamado autocontrato o el contrato consigo mismo, que consiste en aquellos casos
en que una misma persona, ocupando la posición jurídica de ambas partes celebra un
acto jurídico o contrato; dicha controvertida ¿gura contractual la permite el artículo 10
de la ley. Esta ¿gura ocurre cuando hay una persona natural o jurídica que por razones
de orden económico ocupa en un acto jurídico la posición de dos o más partes en di-
cho acto o contrato, generándose un problema relevante desde el punto de vista de la
formación del consentimiento, considerando que se genera con una sola voluntad; y
otro gran tema es el relativo a la veracidad o autenticidad del tal contratación.
Para el civilista Arturo Alessandri, el autocontrato o contrato consigo mismo se
de¿ne “como el acto jurídico que una persona celebra consigo misma y en el cual actúa,
a la vez, como parte directa y como representante de la otra, o como representante de
ambas partes”18. Para Jorge López Santa María: “el autocontrato es el acto jurídico
que una persona celebra consigo misma, sin que sea menester la concurrencia de otra,
y en la cual ella actúa, a la vez, ya sea como parte directa y como representante de
la otra parte; ya sea como representante de ambas partes; ya sea como titular de dos
patrimonios (o de dos fracciones de un mismo patrimonio) sometidas a regímenes
jurídicos diferentes”19.
Hay quienes sostienen que se trata de una ¿gura jurídica excepcional, de derecho
estricto que se puede llevar a cabo sólo cuando el legislador expresamente así lo
establece o autoriza.

18 Arturo ALESSANDRI, “La Autocontratación”, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo XXVIII,

sec. 1ª, págs. 1 y sgtes.


19 Jorge LÓPEZ SANTA MARÍA, Los Contratos, Editorial Jurídica de Chile, pág. 220.
DERECHO DE SOCIEDADES 129

De este modo el legislador en su artículo 10 autoriza la ¿gura jurídica del auto-


contrato, en los siguientes términos y requisitos formales:
“Los actos y contratos que el titular de la empresa individual celebre con su patrimonio
no comprometido en la empresa, por una parte, y con el patrimonio de la empresa,
por la otra, sólo tendrán valor si constan por escrito y desde que se protocolicen ante
Notario Público. Estos actos y contratos se anotarán al margen de la inscripción
estatutaria dentro del plazo de sesenta días contados desde su otorgamiento.
La pena del delito contemplado en el número 2º del artículo 471 del Código Penal,
se aplicará aumentada en un grado si fuere cometido por el titular de una empresa
individual de responsabilidad limitada”.
Un ejemplo clásico de autocontrato lo encontramos en el caso de que el mandante
autoriza al mandatario para que éste adquiera los bienes que él ha encomendado vender
o tomar en préstamo el dinero que le ha entregado para estos ¿nes, casos previstos
en los artículos 2144 y 2145 del Código Civil. Tiene que haber una facultad expresa,
determinando cuales son los bienes y el precio correspondiente a cada uno. ¿Cómo
se forma el consentimiento en estos casos? Si se ha ¿jado el precio y el bien a vender
por el mandante no hay problema alguno. Se trata de ¿guras excepcionales, tiene que
haber una autorización expresa del mandante al mandatario. Asimismo, cabe considerar
que no existe una regulación general para el autocontrato en nuestro Código Civil.
En el caso de la E.I.R.L. se faculta expresamente en el artículo 10 de la ley, sólo
si constan por escrito y se protocoliza ante notario. Aquí el legislador establece como
regla general el autocontrato, pero con ciertas condiciones:
– Que conste por escrito (instrumento privado);
– Que sea protocolizado ante notario público, y
– Tomar nota 60 días siguientes, se inscribe en el Registro de Comercio, al margen
de la inscripción de la E.I.R.L.
El legislador le dio solemnidades al autocontrato para evitar el fraude y perjuicio
de los acreedores. En esta regulación el legislador a una ¿gura excepcional le dio el
carácter de general, ya que a una regla excepcional la convirtió en la regla general.
Pero le agregó una sanción penal, la que se encuentra establecida en el inciso 2º del
artículo 10.
El artículo 10 contiene la ¿gura jurídica del autocontrato o contrato consigo mismo.
Es una ¿gura de excepción dentro del sistema jurídico. Si es excepción sólo puede haber
autocontrato cuando el legislador lo establece de forma expresa. La tendencia civilista
chilena estima que se trata de una ¿gura de excepción y no general. Si no están expre-
samente facultados por el legislador e igualmente se celebran van a ser actos nulos.
A virtud de esta licitud del autocontrato podríamos encontrarnos frente a ¿guras
de defraudación de terceros, lesionando su derecho de prenda general, ya sea el que
tienen los acreedores personales del titular de la empresa o el de los acreedores de
la empresa. Podría pasar a ser una defraudación lícita porque se encuentra permitido
en la ley.
130 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Finalmente, sostenemos que esta ¿gura del autocontrato en el contexto de la


regulación de la E.I.R.L., por la cual el constituyente puede celebrar contratos en
que tenga interés directo con la E.I.R.L. que controla y administra, puede dar lugar
a defraudaciones a los acreedores de esta última, ya que en caso de crisis económica
puede ocurrir una verdadera “mudanza” o “acarreo” de bienes del patrimonio de la
E.I.R.L. al patrimonio del constituyente, con el previsible perjuicio patrimonial a los
acreedores de la empresa individual.

4.1. Formación de consentimiento en el autocontrato


En el Código Civil, en el artículo 2144, en el mandato civil se declara que no es
lícito al mandatario comprar los bienes que el mandante le ha mandado vender salvo
que el mandante le haya facultado expresamente para aquello. Aquí hay una regla
general de ilicitud y una excepción de licitud. Se presenta un evidente un conÀicto
de intereses, ya que una misma persona asume el rol de dos partes, con intereses
contrapuestos.
Hay también un problema de formación de consentimiento porque una sola persona
es vendedor y comprador a la vez, luego no resulta claro cómo se ¿ja o determina el
precio, que es un elemento de la esencia. El tema del consentimiento no se aparece
claro y nítido. ¿Cómo se produce el encuentro de voluntades en autocontrato?
Si hay una sola voluntad:
– Hay quienes señalan que no hay consentimiento. Por lo tanto falta un elemento
de la esencia y se genera una hay nulidad o inexistencia.
– En el caso de la E.I.R.L. el legislador autoriza, pero con ciertos requisitos:
– El contrato debe constar por escrito.
– Tiene que ser protocolizado ante notario.
– Se tome nota en el Registro de Comercio.
– Dentro de un plazo de 60 días.
Si se cumple con todos estos requisitos ¿nales el acto será válido, si no será nulo
o inexistente.
El artículo 10 es una norma permisiva por una parte, pero en sentido estricto es
imperativa con requisitos.
Sostenemos que como acción pueden intentar los terceros, acreedores de la E.I.R.L.,
para evitar este traspaso de activos de la E.I.R.L. al constituyente, y ésta puede ser la
acción de nulidad o bien la acción revocatoria pauliana establecida en el artículo 2468
del Código Civil. La de nulidad por falta de consentimiento y en la acción pauliana
habría que probar la mala fe de la parte.
La sanción más drástica desde la disciplina penal es, sin duda, la establecida en el
Código Penal en su artículo 471 Nº 2 y que se trata del delito de simulación, en este
caso aumentada en un grado.
De ahí que se pueda mirar con descon¿anza o reserva, por parte de los terceros,
la celebración de un contrato con una E.I.R.L.
DERECHO DE SOCIEDADES 131

No obstante lo señalado, parece útil esta ¿gura del autocontrato en la E.I.R.L.,


para el caso de regular un contrato de trabajo entre ésta y el constituyente, con los
bene¿cios previsionales que puede obtener su operador bajo esta modalidad.

5. Causales de Terminación de la E.I.R.L.


El legislador establece un listado de causales que provocan la terminación de la
E.I.R.L., las que se encuentran establecidas en el artículo 15, en lo términos siguientes:
Artículo 15:
“La empresa individual de responsabilidad limitada terminará:
a) por voluntad del empresario;
b) por la llegada del plazo previsto en el acto constitutivo;
c) por el aporte del capital de la empresa individual a una sociedad, de acuerdo con
lo previsto en el artículo 16;
d) por quiebra, o
e) por la muerte del titular. Los herederos podrán designar un gerente común para
la continuación del giro de la empresa hasta por el plazo de un año, al cabo del cual
terminará la responsabilidad limitada.
Cualquiera que sea la causa de la terminación, ésta deberá declararse por escritura
pública, inscribirse y publicarse con arreglo al artículo 6º. En el caso de la letra
e), corresponderá a cualquier heredero declarar la terminación; excepto si el giro
hubiere continuado y se hubiere designado gerente común, pero, vencido el plazo,
cualquier heredero podrá hacerlo. Valdrán los legados que el titular hubiere señalado
sobre derechos o bienes singulares de la empresa, los que no serán afectados por la
continuación de ésta, y se sujetarán a las normas de derecho común.
Las causales de terminación se establecen tanto en favor del empresario como de sus
acreedores”.
En caso que el constituyente aporte la E.I.R.L. a una sociedad el artículo 16,
señala:
“En el caso previsto en la letra c) del artículo anterior, la sociedad responderá de
todas las obligaciones contraídas por la empresa en conformidad a lo dispuesto en el
artículo 8º, a menos que el titular de ésta declare, con las formalidades establecidas
en el inciso segundo del artículo anterior, asumirlas con su propio patrimonio”.
En el caso de terminación de la E.I.R.L. por sentencia declaratoria de quiebra el
art. 17, establece que el adjudicatario de ella, podrá continuar con ella declarándolo
así con sujeción al artículo 6º:
“En el caso de la letra d) del artículo 15, el adjudicatario único de la empresa podrá
continuar con ella, en cuanto titular, para lo cual así deberá declararlo con sujeción
a las formalidades del artículo 6º”.
Puede terminar la E.I.R.L. también por la declaración unilateral del constituyente, la
que deberá constar mediante escritura pública y su extracto inscribirse y publicarse por
una vez en Diario O¿cial, con las mismas formalidades que para su constitución.
132 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

5.1. Por la llegada del plazo previsto en el acto constitutivo

Esta causal opera por el solo ministerio de la ley, y ocurre cuando el estatuto tenía
pre¿jado un plazo de duración o vigencia para la E.I.R.L., la que terminará una vez
que se cumpla el plazo pre¿jado; y lo mismo en el caso que se haya establecido una
condición para su vigencia.

5.2. Por el aporte del capital de la empresa individual a


una sociedad, de acuerdo con lo previsto en el artículo 16

Por esta causal de terminación sólo pasan los activos, pero ¿Qué pasa con los pasi-
vos? Como establece el artículo 16 se pasan también a la sociedad a la que se aportan
los bienes, salvo que el aportante diga que él asume los pasivos por sí solo.

5.3. Por quiebra

Declarada judicialmente la quiebra de la E.I.R.L. mediante sentencia de¿nitiva,


termina la persona jurídica E.I.R.L., como un efecto inmediato de la sentencia de
quiebra, causal que opera por el solo ministerio de la ley. Que la quiebra sea una
causal de término a la persona jurídica es una excepción porque la regla general es
que la sentencia de quiebra no es causal de terminación de la personalidad jurídica
de las sociedades.
Que la declaración de quiebra de la E.I.R.L. sea causal de terminación, acarrea una
serie de desigualdades ante la ley, ya que si hay quiebra para la E.I.R.L., no se puede
acordar una continuidad de giro de sus negocios, establecida en los artículos 113 y
siguientes del Libro IV del Código de Comercio, ya que no habría personalidad jurídica
para ello; no se podrían enajenar los activos como unidad económica en continuidad
de giro, no se podría alzar la quiebra por convenio simplemente judicial, entre otros
efectos, lo que ha signi¿cado que se cuestione esta causal por inconstitucional, lo
que parece ser plausible.

5.4. Por la muerte del titular


La E.I.R.L. tendrá siempre como causal de terminación la muerte (real o pre-
sunta) de su constituyente. En este caso los herederos pueden designar un gerente
en común para continuar con el giro de la empresa hasta por un año. Para nuestra
posición en la materia, esta causal es injusta y poco práctica, ya que la E.I.R.L. es
una persona jurídica, esto es una persona ¿cticia y no se ve porque debe terminar
por la muerte del constituyente. Máxime si se considera que tal vez el giro de ne-
gocios de la E.I.R.L. es rentable, lo que además resulta injusto para los herederos
del causante.
Sostener que la E.I.R.L. tiene carácter intuito personae, tampoco resulta coherente
para justi¿car esta causal de terminación.
DERECHO DE SOCIEDADES 133

6. Conclusiones relevantes respecto de la E.I.R.L.


Del análisis de la ¿gura de la E.I.R.L, podemos establecer las siguientes conclu-
siones:
1. La E.I.R.L. viene a solucionar el problema de la sociedad de responsabilidad
limitada de papel, en donde un socio (controlador absoluto) tiene un 99,9% de los
derechos sociales y el otro, el socio de papel un 0,1% de los derechos;
2. Pareciera ser que la regulación de la E.I.R.L. es para un diseño de microeconomía
y no para negocios de gran envergadura. Puede tener un gran desarrollo para empresas
familiares, normalmente de un solo objeto, ejemplo artesanos, paisajistas, etc.;
3. Un tema delicado es el de la edad del constituyente y la causal de terminación
de la muerte del constituyente, la que genera iniquidades legales;
4. El problema del autocontrato es el consentimiento, la posibilidad de una defrau-
dación lícita respecto a los acreedores, por lo que pareciera que los terceros tienen
que estar muy atentos con la E.I.R.L. y los eventuales autocontratos;
5. Como ventaja para emprendimientos empresariales, existe un límite a la res-
ponsabilidad, el constituyente no pone en riesgo sus bienes personales, nace con un
aporte del constituyente y se separa con una división del patrimonio.
6. Se puede constituir más de una E.I.R.L. por una misma persona natural.
7. Sólo se pueden constituir E.I.R.L. por personas naturales y no por personas
jurídicas.
8. El artículo 16 establece las causales de terminación, cuando se trans¿ere el activo
a otra sociedad. Puede transferirse a otra persona natural. No hay regla prohibitiva.
No se encuentra regulado esto, pero sí está regulada la transferencia de activos. Si se
hiciera se trata de un acto jurídico solemne que debe cumplir con las mismas solem-
nidades para su constitución.
9. No se trata de una sociedad de personas, sino que es una empresa o sociedad
unipersonal propiamente tal.
10. ¿Se puede embargar utilidades futuras por los acreedores personales del cons-
tituyente, respecto de sus derechos en la E.I.R.L.?, sin ser acreedor de la E.I.R.L. Es
lo mismo que cuando se embargan los frutos de los derechos sociales. Por lo tanto, sí
se podrían embargar los derechos futuros o utilidades futuras del constituyente.
11. Cuando opera una causal de terminación prevista en el artículo 15, la E.I.R.L.
al igual que las sociedades ha de entrar en fase de liquidación, subsiste la persona
jurídica porque de acuerdo al artículo 18 se remite a la sociedad de responsabilidad
limitada mercantil, en donde la liquidación la hace el constituyente o un liquidador,
subsistiendo su personalidad jurídica sólo para los efectos de la liquidación.
12. En la fase de liquidación, van a tener preferencia para el pago los acreedores
de la E.I.R.L. que los acreedores personales del constituyente, según artículo 13,
quienes van a tener derecho respecto de las utilidades personales y del remanente de
la E.I.R.L. en el caso que quedara alguno.
134 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

13. La causal de terminación de la E.I.R.L. por sentencia declaratoria de quiebra,


es injusta y desigual en cuanto a sus efectos e inconstitucional, según señalamos
anteriormente.
La causal de terminación de la E.I.R.L. por muerte del constituyente, no parece
una solución ni jurídica ni económicamente coherente, ni justa.
Finalmente, en materia de bibliografía nacional sobre la Empresa Individual de
Responsabilidad Limitada, cabe destacar el libro de Joel González C., titulado “Em-
presas Individuales de Responsabilidad Limitada” y el texto del profesor Luis Ubilla
G., titulado “De las Sociedades y las E.I.R.L.”.

XII. SECCIÓN SÉPTIMA


LA SOCIEDAD ANÓNIMA
1. Origen histórico y su regulación en el derecho chileno
La doctrina mercantil señala de manera unánime que el origen histórico de la so-
ciedad anónima se encuentra en las compañías creadas en el siglo XVII en Europa,
para el comercio con las Indias orientales y occidentales; en efecto la expansión del
comercio por nuevas rutas y “mundos” obligó a formar sociedades “con el capital
dividido en pequeñas partes alícuotas, denominadas acciones, como medio de facilitar
la reunión de los fuertes capitales necesarios para llevar a cabo esas empresas, atrayen-
do hacia ellas pequeños capitales privados y repartiendo entre muchos partícipes los
ingentes riesgos del comercio colonial”20. Así se constituyó La Compañía Holandesa
de las Indias Orientales en 1602, que se señala como el primer ejemplo de sociedad
anónima, y tenía su capital dividido en acciones, luego se forma la Compañía de las
Indias Occidentales en 1612 y en Inglaterra la Compañía de las Indias Occidentales
en 1621, posteriormente se crean en Francia y en otros países europeos.
Como señala el ius mercantilista Francesco Galgano, “Con las compañías de las
Indias del Siglo XVII y XVIII aparece, por primera vez, el fenómeno que con el paso
del tiempo será llamado “socialización” del capital, formado con las aportaciones de la
clase mercantil y de las demás clases poseedoras de riqueza. Aunque en las compañías
inglesas la base accionaria está reducida a la clase mercantil y a la aristocracia, en
Francia la socialización del capital toma dimensiones colosales, y lo mismo ocurre,
de modo muy especial en Holanda”21.
Contemporáneamente, en el sistema jurídico anglosajón, a la sociedad anónima,
se la designa como “limited liability company “ o “corporation” o “limited incorpo-
rated”.
Volviendo al tema del origen histórico de la sociedad anónima, el profesor Ricardo
Sandoval López, señala “Pero esas compañías tenían un carácter muy diverso a las

20 Rodrigo URÍA, ob. cit., pág. 215.


21 Francesco GALGANO, “Historia del derecho mercantil”, pág. 140.
DERECHO DE SOCIEDADES 135

sociedades anónimas actuales. En efecto, ellas eran creadas por decreto real (Charte
royale) y eran instituciones de derecho público, cuya personalidad jurídica se obtenía
precisamente de dicha autorización gubernamental que les concedía unos derechos
monopólicos para determinadas explotaciones comerciales”22.
Siguiendo al Profesor uruguayo Ricardo Olivera García, es interesante destacar la
llamada poli funcionalidad o “polivalencia de la sociedad anónima”, en el sentido que
“la estructura organizativa de la sociedad anónima ha demostrado especial aptitud para
desarrollar todo tipo de actividades económicas”, y agrega “polivalencia funcional
que permite adaptarla a empresas grandes, medianas y pequeñas; estatales y privadas,
a empresas que acceden al mercado a través de la oferta pública de sus acciones y a
empresas que recurren a otras fuentes de ¿nanciamiento…23.
Este primer período se caracteriza porque la autorización de existencia la otorga
el monarca soberano, conocido como sistema regalista o del octroi, en el cual se
reserva una parte de las utilidades para el estado y se concede monopolio en el giro
de negocios a la sociedad anónima titular. Posteriormente, a partir de la revolución
francesa y producto del liberalismo, el Código de Comercio francés reconoce el poder
a la voluntad libre de los constituyentes para formar sociedades anónimas, separada
de la voluntad del Estado, pero regulada por la soberanía de la ley. Nuestro Código
de Comercio de 1865 reconoció a la sociedad anónima bajo la premisa de formación
por la voluntad de los constituyentes mediante escritura pública, sujeta eso sí a au-
torización de existencia a cargo del Presidente de la República en virtud de decreto
(artículo 427, hoy derogado por la ley Nº 18.046) y, posteriormente (desde 1931),
por acto administrativo a cargo de la Superintendencia de Compañías de Seguros,
Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio, en el D.F.L. Nº 251, de 1931 (derogado
en materia de sociedades anónimas por la ley Nº 18.046, de 1981).
El antiguo artículo 427 del Código de Comercio de 1865 –hoy derogado– dis-
ponía:
“Las sociedades anónimas existen en virtud de un decreto del Presidente de la repú-
blica que las autorice.
Esta autorización es igualmente necesaria para modi¿car sus estatutos, para prorrogar
las sociedades que se constituyen por tiempo determinado, y para disolverlas antes
del término estipulado o fuera de los casos previstos por la ley”.
Para el Profesor italiano Francesco Galgano, a partir de la Codi¿cación del Siglo
XIX, se produce una mediación entre el Estado y los poseedores del capital, bajo
la modalidad en virtud de la cual el Estado debe autorizar el establecimiento de la
sociedad anónima.

22 Ricardo SANDOVAL LÓPEZ, Sociedades de Personas y Capital, tomo I, vol. II, Ed. Jurídica de Chile,

pág. 96, año 2005.


23 Ricardo OLIVERA GARCÍA, Estudios de Derecho Societario, Rubinzal Culzoni Editores, Argentina
pág. 138, año 2005.
136 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Desde un punto de vista histórico, la sociedad anónima ha sido el tipo societario


mercantil que mayor desarrollo ha experimentado, ya que es un agente económico
relevante en el sistema económico capitalista, ya que se encuentra diseñado para
negocios de gran envergadura, que requieren la acumulación de grandes capitales,
tanto a nivel estatal como “multiestatal” o transnacional, rasgo este último cada día
más característico y evidente en la economía globalizada que gobierna a nivel plane-
tario. En este mismo sentido han evolucionado los sistemas jurídicos, los que han ido
perfeccionando la estructura y funcionamiento de la sociedad anónima, con grados
crecientes de control a cargo de la autoridad estatal, mediante técnicas de interven-
ción y control propias del derecho económico, para agentes relevantes como son los
bancos, administradoras de fondos de inversiones y pensiones de seguridad social.
Paralelamente, se ha desarrollado y regulado el mercado de valores en que interviene
este oferente de títulos valores que es la sociedad anónima. Así en nuestro sistema
jurídico, la sociedad anónima “bursátil”, actúa en cuanto se transan sus acciones en
bolsa, en la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045, de 1981, con un control y ¿sca-
lización “potente” a cargo de la autoridad pública, la Superintendencia de Valores y
Seguros (en adelante SVS), regulada en el decreto ley Nº 3.538, de 1980, que creó la
SVS, como institución autónoma, con personalidad jurídica propia.
La Sociedad Anónima (S.A.) actualmente en nuestro derecho positivo se encuentra
regulada por la ley Nº 18.046, de 22 de octubre de 1981 (en adelante LSA) y por el
Reglamento de la Ley de Sociedades Anónimas, contenido en el decreto supremo de
Hacienda Nº 702, publicado en el Diario O¿cial de 6 de julio de 2012, que establece
nuevo reglamento de sociedades anónimas y que derogó el decreto supremo Nº 587,
de 13 de noviembre de 1982, del Ministerio de Hacienda en adelante el Reglamento
o el Reglamento de la I.S.A.
La reforma más importante que ha experimentado nuestra LSA, ocurrió con la
ley Nº 19.705, de 2000, que incorporó con mayor claridad la noción de “gobierno
corporativo”, con más fuerza mediante el llamado “Comité de Auditoría” y con nor-
mas cuya ¿nalidad ha sido proteger a los accionistas minoritarios. Asimismo, esta ley
Nº 19.705, de 2000, incorporó el sistema de la Oferta Pública de Adquisición de Accio-
nes (en adelante OPA) a la Ley de Mercado de Valores, para regular la toma de control
de las sociedades anónimas abiertas, con el objeto de no marginar del mejor precio
por el control a todos los accionistas, especialmente los minoritarios. Cabe asimismo
señalar que la última reforma a la LSA, se efectuó mediante la ley Nº 20.382, de 2009,
que establece normas de Gobierno Corporativo para Empresas, según parámetros de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (“OCDE”), panel
internacional del cual es miembro Chile, a partir del año citado.
Por lo señalado, en estos dos cuerpos normativos –ley Nº 18.046 de 1981 (LSA) y
D.S. Nº 702, de 2012– se encuentra la regulación de la sociedad anónima en nuestro
derecho positivo. Se trata de una regulación bastante extensa en cuanto a número de
articulado, en efecto la ley contiene 149 artículos permanentes y el reglamento consta
de 172 artículos permanentes.
DERECHO DE SOCIEDADES 137

Esta regulación obedece a una concepción normativa uniforme y unitaria, en el


sentido de estar informada por unos principios generales comunes, en contraposición
a la regulación legal anterior, en que existía una normativa dispersa, así en el Código
de Comercio en los artículos 424 a 469 y en la Ley sobre Compañías de Seguros,
Bolsa de Valores y Sociedades Anónimas, decreto con fuerza de ley Nº 251, de 22 de
mayo de 1931, normativa que temporalmente era distinta y que obligaba a buscar en
distintos cuerpos legales su regulación. En este sentido el legislador de 1981 y 1982
uniformó en dos cuerpos legales coordinados y de manera orgánica la regulación de
las sociedades anónimas, lo que constituye un acierto.
Los modelos que se utilizaron por el legislador de 1981 fueron el modelo francés
de las sociedades anónimas y algunos principios norteamericanos de la década de
principios de los 70 y la normativa chilena vigente a la fecha.
Obedece entonces esta regulación a una matriz legislativa de carácter “liberal”
en los principios de regulación, pero con una creciente tendencia a la regulación del
concepto de “gobierno corporativo” mediante la institución del Comité de Auditoría,
creado por la ley Nº 19.705, del año 2000 con el objeto de proteger a los accionistas
minoritarios respecto a los accionistas controladores de la sociedad anónima según
señalamos; por lo tanto la regulación de la sociedad anónima en su versión de 1981,
con una clara tendencia liberal en la regulación, ha sido objeto de modi¿caciones con el
¿n de proteger a los accionistas minoritarios, tendencia que los hechos han acreditado
como correcta, si ponemos la atención en procesos de toma de control de sociedades
que han sido hostiles a estos accionistas, como el reciente caso de toma de control de
Enersis Chile, por el grupo español Endesa España y la reciente sentencia de la Corte
Suprema de julio de 2005, en que se sancionó duramente con penas pecuniarias a los
llamados gestores clave, quienes antepusieron sus intereses de accionistas de control
por sobre los intereses generales de los accionistas no controladores, según declara
la sentencia de casación de fondo que se analiza en el presente libro. En este sentido,
la mayor intervención del legislador a partir del retorno a la democracia a Chile en la
década del 90, ha estado centrado en la reforma a la LSA.
No podemos a¿rmar que sea ésta una regulación “abierta” o “libre” a la institución
de la sociedad anónima, sino que por el contrario el contenido del marco regulatorio
es exhaustivo, completo y detallado, dando a la institución una regulación total, en
la que debe enmarcarse la voluntad de los constituyentes de una sociedad anónima,
primando el principio imperativo de su regulación que se consagra en el artículo 137
de la ley que declara:
“Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos
sociales que les fuere contraria”.
Otra virtud de esta regulación es que comprende tanto la S.A. con objeto civil
como el mercantil, en una verdadera regulación uniforme, en que el legislador recurre
a la ¿cción de declarar que la sociedad anónima es siempre mercantil, aun cuando se
forme para negocios civiles, lo que se traduce en una progresiva obsolescencia de la
138 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

clasi¿cación dual del artículo 2059 del Código Civil, de 1855, que clasi¿ca y divide
las sociedades en dos grupos, civiles y mercantiles, según la naturaleza de su giro de
negocios, con dos pretensiones de regulación distintas.
La sociedad anónima es para nuestro legislador siempre de naturaleza mercantil
independiente de su objeto en sí, ya sea civil o mercantil, siendo esta regla una excep-
ción al artículo 2059 del Código Civil, según se ha señalado. Así, por ejemplo, la venta
de bienes raíces o el arrendamiento de bienes raíces, en el objeto de la S.A., pasa a ser
mercantil. Se trata de un ¿cción de la ley, aunque materialmente sean actos jurídicos
civiles, pasan a ser mercantiles. Por lo tanto se trata de una mercantilidad formal.
Por lo expuesto, todas las sociedades anónimas se rigen por la ley Nº 18.046 y
por su reglamento y luego entra a ser aplicable, subordinadamente el estatuto social,
tanto las sociedades anónimas “generales” como las llamadas “especiales” reguladas
en el artículo 126, la ley citada en su artículo 1º inciso 2º declara la mercantilidad
de la sociedad de capital haciendo una clara excepción al artículo 2059 del Código
Civil. Este modelo presenta una verdadera ventaja, ya que establece un mismo marco
regulatorio para toda la sociedad anónima, general o especial, con prescindencia de
su objeto o giro de negocios.
En el artículo 1º de nuestra Ley de Sociedades Anónimas Nº 18.046, de 1981,
encontramos la de¿nición legal del tipo societario en los siguientes términos:
“La sociedad anónima es una persona jurídica formada por la reunión de un fondo
común, suministrado por accionistas responsables sólo por sus respectivos aportes y
administrada por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables.
La sociedad anónima es siempre mercantil, aun cuando se forme para la realización
de negocios de carácter civil”.
Esta de¿nición legal de sociedad anónima de la ley Nº 18.046, de 1981, obedece
en cuanto a sus elementos a una antigua tradición jurídica que reconoce su origen en
el artículo 424 del Código de Comercio de 1865, que señalaba.
“La sociedad anónima es una persona jurídica formada por la reunión de un fondo
común, suministrado por accionistas responsables sólo hasta el monto de sus respec-
tivos aportes, administrada por mandatarios revocables i conocida por la designación
del objeto de la empresa”.
Esta de¿nición legal se conservó en el decreto con fuerza de ley Nº 251, de 1931.
El concepto actual cambió el concepto “administrada por mandatarios revocables”,
por el de “administrada por un directorio integrado por miembros esencialmente
revocables”, dando lugar a la llamada teoría del órgano o de los órganos sociales,
como señala el profesor Ricardo Sandoval López24.
Cabe destacar que nuestro Código Civil de¿ne la sociedad anónima en su artículo
2061, inciso 4º, según modi¿cación contenida en el artículo 138 de la ley Nº 18.046,

24 Ricardo SANDOVAL LÓPEZ, ob. cit., págs. 140 y siguientes.


DERECHO DE SOCIEDADES 139

de 1981, sobre sociedades anónimas, concepto legal que no es el mismo del artículo
1º de la ley de sociedades anónimas, ya que señala lo que sigue:
“Sociedad anónima es aquélla formada por la reunión de un fondo común, suminis-
trado por accionistas responsables sólo por sus respectivos aportes y administrada
por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables”.
De lo señalado se concluye, aunque resulte paradójico, que existen en nuestro
derecho positivo dos conceptos legales de sociedad anónima, uno en el Código Civil
y el otro en el artículo 1º de la ley Nº 18.046.
Si observamos la legislación comparada, podemos anotar que la regulación de las
sociedades en el derecho español declara que todas las sociedades son mercantiles,
declaración que estimamos correcta, ya que es de la esencia de las sociedades perseguir
en su objeto o giro social ¿nes de lucro para repartir bene¿cios a sus socios, factor
que evidentemente las mercantiliza.
La regulación de las sociedades anónimas se inspira, además del principio del lucro
“societario”, en el principio de libre asociación o de libertad asociativa establecido
en el artículo 19 Nº 15, que declara:
“La Constitución asegura a todas las personas: “Nº 15 El derecho de asociarse sin
permiso previo. Para gozar de personalidad jurídica, las asociaciones deberán cons-
tituirse en conformidad a la ley”.
Pero este principio de libre asociación no lo es en términos absolutos debido a que
en el artículo 137 se establece el principio de imperatividad de las normas de la ley,
declarando que las normas de la ley primarán por toda otra disposición de carácter
estatutario que sea contraria a ella. Lo mismo podemos señalar respecto de eventuales
acuerdos de la junta de accionistas y del órgano de administración Directorio.
El principio de supremacía e imperatividad de la regulación de la sociedad anónima,
a la que debe adecuarse y someterse el estatuto social, lo encontramos en el artículo
137 de la Ley de Sociedades Anónimas que señala:
“Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos
sociales que les fuere contraria”.
Por lo tanto, si bien hay un principio de libertad de asociación y organización,
hay también una sujeción a estos principios imperativos establecidos en la ley, para
organizar una sociedad anónima.
La regulación se justi¿ca por la naturaleza de la sociedad anónima por su captación
de capitales y su generación de acciones. De ahí que el legislador la unió y coordinó
con la Ley de Mercado de Valores, ley Nº 18.045 de 1981, toda vez que sus acciones
se transan en la bolsa y con el D.L. Nº 3.538, de 1982 que creó la Superintendencia
de Valores y Seguros, como órgano público de control externo, al mercado de valores
y sus agentes.
La sociedad anónima es un agente oferente de títulos valores en el mercado de
valores. Cada vez que se dice que hay una buena regulación en los mercados de
140 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

valores debe haberla también en materia de sociedad anónima. Cuando se estudia


la sociedad anónima también debe estudiarse el mercado de valores en que ésta va
a operar.
La regulación de mercado de valores y de la sociedad anónima han sido objeto
de varias reformas. La última fue la ley Nº 19.701, conocida como la Ley de Ofertas
Públicas de Adquisición de Acciones, OPAS, y de Gobierno Corporativo, del 20 de
diciembre de 2000. Actualmente, el Poder Ejecutivo, con fecha 29 de julio de 2005,
ha enviado un nuevo proyecto de ley (Mensaje Nº 140-353), que reforma tanto la Ley
de Mercado de Valores como la Ley de Sociedades Anónimas, con la idea de hacer
más transparente e igualitaria la gestión de ambas materias, las que señalaremos en
la presente Sección Séptima.
El Estado debe regular en un marco legal seguro tanto para la sociedad anónima
como para el mercado de valores, que asegure su desarrollo, fortalecimiento y trans-
parencia. Existen entonces en esta materia potestades públicas de regulación a la
sociedad anónima y al mercado de valores, cuya máxima expresión la encontramos
en la fuerte intervención de control, ¿scalización y sancionatorio a cargo del órgano
público autónomo denominada Superintendencia de Valores y Seguros, regulada en
el D.L. Nº 3.538, de 1980, al que destinamos un análisis particular en el presente
libro. Existe en consecuencia, una necesidad de regulación positiva y activa desde el
Estado tanto a la sociedad anónima como al mercado de valores y a los agentes que
intervienen en ella, con el objeto de asegurar un mercado transparente, informado y
equitativo para quienes intervienen en éste.
El otro principio de Derecho Constitucional que informa las sociedades en general y
la anónima en particular es el principio de libertad en materia económica, que ampara
especialmente el objeto o giro de negocios sociales, norma jurídica que forma parte
del orden público económico constitucional, nos referimos a la garantía del artículo
19 Nº 21 de la Constitución Política, que declara:
“La Constitución asegura a todas las personas: El derecho a desarrollar cualquiera
actividad económica que no sea contraria a la moral, el orden público o a la seguridad
nacional, respetando las normas legales que la regulen”.
Ambas garantías constitucionales propias de una concepto liberal de Estado, la
de libre asociación y de libre emprendimiento en materia económica, se encuentran
garantizadas con el llamado recurso de protección constitucional, frente a actos u
omisiones arbitrarios o ilegales, de particular o autoridad que pretendan desconocer
o amagar dichas garantías; además del llamado recurso de amparo económico para
la garantía del número 21, establecido en la ley Nº 18.681, de 1988.
De lo señalado podemos concluir que la regulación de la sociedad anónima tiene
además de la ley y reglamento que la regulan, y con mayor jerarquía normativa,
garantías constitucionales que le dan amparo y desarrollo a su constitución legal y
objeto económico de negocios, de manera tal que esta institucionalidad jurídica se
inserta en el sistema del orden público económico interno.
DERECHO DE SOCIEDADES 141

2. De¿nición legal y elementos típicos


La Ley de Sociedades Anónimas contiene una de¿nición legal en su artículo 1º,
que señala:
“La sociedad anónima es una persona jurídica formada por la reunión de un fondo
común, suministrado por accionistas responsables sólo por sus respectivos aportes y
administrada por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables”.
En esta de¿nición se encuentran los elementos esenciales y tipi¿cantes de la so-
ciedad anónima; toda sociedad anónima debe contener los elementos esenciales de
la citada de¿nición legal.
Indicamos anteriormente, que la actual de¿nición legal de sociedad anónima
arranca del antiguo artículo 424 del Código de Comercio, de 1865, siguiéndose una
vieja tradición jurídica.
De esta de¿nición legal destacan dos características esenciales, una relativa a que
la sociedad anónima se forma por la reunión de un fondo común, su capital social que
es suministrado por accionistas que sólo responden hasta el monto de sus respectivos
aportes, la sociedad con cargo a este capital social emite títulos valores que son las
acciones, las que representan el capital social, destaca también la limitación de res-
ponsabilidad para los accionistas por las deudas o pasivos sociales; y la otra caracte-
rística, relativa a que esta sociedad anónima es administrada por un órgano societario,
denominado Directorio, organizándose un verdadero “gobierno corporativo”, ajeno
a la modalidad de las sociedades de personas que en principio son “autogestionadas”
por su propios socios.
Llama la atención que para la sociedad anónima existen dos de¿niciones legales en
nuestro derecho de sociedades, que no son exactamente iguales, en efecto, encontramos
la de¿nición legal ya transcrita anteriormente del artículo 1º de la ley Nº 18.046, de
1981 y la de¿nición legal del artículo 2061 del Código Civil, inciso tercero, que fue
incorporada al Código por la misma ley Nº 18.046, que señala:
“Sociedad Anónima es aquélla formada por la reunión de un fondo común, suminis-
trado por accionistas responsables sólo por sus respectivos aportes y administrada
por un directorio integrado por miembros esencialmente revocables”.
A nivel de doctrina mercantil, el catedrático español Fernando Sánchez Calero,
de¿ne la sociedad anónima en los siguientes términos: “es el tipo de sociedad mercantil
cuyo capital está dividido en acciones y en la que únicamente responde su patrimonio
del cumplimiento de las deudas sociales”, inspirado en la de¿nición del artículo 1º de
la ley de sociedades anónimas española, que dice “en la sociedad anónima, el capital,
que estará dividido en acciones, se integrará por las aportaciones de los socios, quienes
no responderán personalmente de las deudas sociales”25.

25 Fernando SÁNCHEZ CALERO, Instituciones de Derecho Mercantil, Editoriales de Derecho Reunidas,

Madrid, 1986, pág. 177.


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Por lo señalado, un elemento característico de la sociedad anónima es la limitación


de responsabilidad para los accionistas por las deudas sociales.
Asimismo, Francesco Galgano destacando el carácter de sociedad de capital de la
anónima, vincula este tipo societario con el sistema político, lo que tiene fundamento
para la categoría jurídica actual de “Gobierno Corporativo”, y señala: “La expresión
“democracia accionaria” que se ha acuñado para signi¿car el modelo decimonónico
de sociedad anónima expresa, de manera adecuada, las analogías que en el siglo
pasado se establecieron entre la constitución del Estado y la de la sociedad anónima,
entre democracia política y democracia económica. Analogías que los escritores de la
época tendían a subrayar, como lo hacía Matteo Pescatore cuando de¿nía a la sociedad
anónima como “una especie de Estado económico ¿nanciero, cuyo gobierno debe
ordenarse a semejanza de los Estados libres y representativos”26; cabe destacar que
igual concepción se atribuye en la doctrina francesa a Ripert, quien señalaba que la
sociedad anónima era una democracia perfecta; que en nuestra opinión ha devenido
en la economía capitalista más bien una verdadera oligarquía.

2.1. La sociedad anónima


es una persona jurídica de derecho privado
La declaración de que la S.A. es una persona jurídica, de naturaleza de derecho
privado, es una reiteración del principio ya declarado por el Código Civil en su artículo
2059, inciso segundo, que señala:
“La sociedad forma una persona jurídica, distinta de los socios individualmente
considerados”,
y que se relaciona con la de¿nición de persona jurídica contenida en el artículo
545 de Código citado, que señala:
“Se llama persona jurídica una persona ¿cticia, capaz de ejercer derechos y contraer
obligaciones civiles, y de ser representada judicial y extrajudicialmente”.
En este sentido la reiteración de formar la sociedad anónima una persona jurídica
en la de¿nición del artículo 1º de la ley Nº 18.046, es una reiteración innecesaria, ya
que el artículo 2059, inciso segundo, ya establece el principio de sociedad y perso-
nalidad jurídica o sociedad personi¿cada que es válido para todo el sistema jurídico
de nuestras sociedades.
No obstante lo señalado, resulta relevante que el legislador asigne personalidad
jurídica a la sociedad, ya que históricamente, en el Derecho Romano clásico, no fue
así, ya que la sociedad carecía de personalidad jurídica propia, y actuaba por la vo-
luntad de mayoría de sus socios, la asignación de personalidad jurídica a la sociedad
fue una creación de la codi¿cación francesa del siglo XIX.

26 Francesco GALGANO, op. cit., pág. 155.


DERECHO DE SOCIEDADES 143

Desde otro prisma de análisis, es destacable que la ley reconozca a la voluntad


colectiva, y en algún caso a la voluntad individual –en la empresa individual de
responsabilidad limitada– el poder de formar por la vía de la sociedad una persona
jurídica. En este sentido, la sociedad anónima en su fundación es una convención o
contrato de asociación o asociativo, ya que deben concurrir dos o más accionistas
que otorguen su estatuto social.
Asimismo, el hecho de que el legislador asigne personalidad jurídica a la sociedad,
desorbita la declaración relativa a que la sociedad sea un contrato y, por el contrario,
nos pone más bien en el ámbito de la teoría de la institución, entendida la sociedad
como un agente intermedio entre el Estado y la persona natural, dotada de órganos
coordinados para la consecución de ¿nes comunes de los socios o accionistas, que es
la obtención de utilidades.
Concluimos que la sociedad anónima, en tanto persona jurídica de derecho privado,
tiene un amplio campo de desarrollo en materia empresarial enmarcada dentro de su
objeto o giro de negocios sociales.

2.2. La sociedad anónima no cuenta con voluntad directa,


sino que su voluntad nace de los órganos societarios de administración

La sociedad anónima, en tanto persona ¿cticia, cuenta con una voluntad, otor-
gada por el órgano de administración denominado directorio y por los acuerdos
de las juntas generales de accionistas. Ahí se encuentra radicada y nace en sentido
estricto la voluntad de la sociedad anónima. Sólo el órgano societario directorio la
puede administrar por mandato legal mediante los llamados Acuerdos. Hay, además,
ciertas potestades que corresponden a las juntas de accionistas, se trata de un poder
constituyente o soberano y no de administración o gestión de dirección como el que
compete al directorio.
La voluntad de la sociedad anónima nace en el directorio y no puede ser admi-
nistrada por un órgano diferente o por un ente distinto al directorio, porque si no se
estaría en contraposición con lo establecido en los artículos 1º, 40 y 137 de la ley
y, por lo tanto, cualquier estipulación o pacto que entregue la administración de la
sociedad anónima a otro ente distinto al directorio, se tendría por no escrito. Un caso
como el señalado, en el sentido de que la sociedad anónima fuera administrada por
otra entidad o sociedad, sería ilegal, y causaría la nulidad de tal actuación.
Una situación excepcional la encontramos en el caso de las sociedades ¿liales
respecto de su relación de dependencia con su sociedad matriz o dominante, que
corresponde a la noción de “holding”, ya que en este evento el verdadero control lo
ejerce la sociedad controladora, más aún los “holding” se constituyen para administrar
sociedades dominadas, pero en lo formal cada ¿lial cuenta con sus propios órganos
societarios de administración. En todo caso la verdadera voluntad la encontramos en
la sociedad dominante, llámese matriz o “holding”.
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Relativo a este tema de control societario, vía sociedad matriz o holding empresa-
rial, encontramos la teoría del develamiento o levantamiento del velo, también llamada
“disgregard” o del levantamiento del velo, ya que en estos casos resulta pertinente
investigar y develar cuál es el verdadero controlador de la sociedad, quien maneja sus
“hilos” y tiene el poder de controlar su voluntad societaria y de actuación.
Volviendo al tema de la administración y voluntad societaria, cabe destacar que
este tipo societario, a diferencia de las sociedades de personas, no es “autogestionado”
por los accionistas, sino que cuenta con un órgano de administración, el directorio,
en el cual se radica el poder de administrar la sociedad anónima y cuyos miembros,
los directores, son electos por las mayorías de accionistas que la controlen. El poder
de administración del directorio lo es para desarrollar el giro de negocios sociales y
para que por esta vía se bene¿cie a todos los accionistas.

2.3. La sociedad anónima se forma por


la reunión de un fondo común, llamado capital social
La sociedad anónima se caracteriza por ser esencialmente la reunión de un fondo
común o capital social, que es suministrado por los accionistas, quienes pagan las
acciones suscritas en dinero o bienes justipreciados en dinero. De ahí entonces que
la sociedad anónima sea una sociedad de capital. La regla general es que las acciones
se pagan en dinero o en bienes justipreciados en dinero por los accionistas. Este es
entonces el elemento más característico del tipo societario, la reunión de un capital
social, suministrado por los accionistas, quienes son los inversionistas o “capitalistas”,
los que a cambio de esta entrega de dinero o bienes justipreciados en dinero reciben
de la sociedad emisora títulos negociables llamados acciones, las que son emitidas
por la sociedad anónima con cargo al capital social.
Esta entrega o suministro de dinero a la sociedad anónima que aportan los accio-
nistas con el cual forma su capital social, se perfecciona mediante el llamado “contrato
de suscripción de acciones”, el que debe constar por escrito –en el estatuto social o en
el contrato de suscripción de acciones– y en el cual son partes la sociedad anónima y
el accionista aportante de capital, quien recibe acciones a cambio de su aporte.
Estas acciones son esencial y libremente cesibles a otra persona, conforme lo de-
clara el artículo 14 de la Ley de Sociedades Anónimas –mediante contrato de cesión
de acciones– y para la Ley de Mercado de Valores, Nº 18.045, es un título valor, según
dispone el artículo 3º de la citada ley.
Cabe destacar que la Ley de Sociedades Anónimas no permite la creación de
acciones de industria u organización, según lo declara como prohibición el artículo
13 de la ley, “Se prohíbe la creación de acciones de industria u organización”, con
lo que se rea¿rma el carácter de sociedad de capital. Estas acciones de industria u
organización se permitieron, en su oportunidad, creándose esta clase de acciones en
el marco de la regulación de la sociedad anónima en el D.F.L. Nº 251, de 1931, para
quienes organizaban la sociedad se les entregaban acciones sin contraprestación en
DERECHO DE SOCIEDADES 145

dinero, sino que con cargo a la gestión de haber organizado o formado la sociedad
anónima, pero actualmente están prohibidas, con lo que no existen en este tipo socie-
tario los llamados “accionistas industriales” o aportantes de trabajo o “know how”,
siendo todos accionistas aportantes de capital o dinero, siendo por lo tanto todos los
accionistas “capitalistas”.

2.4. La sociedad anónima importa limitación


de responsabilidad para los accionistas hasta el monto de su aporte
Tiene la virtud la sociedad anónima de ser un tipo societario en que los accionistas
sólo son responsables hasta el monto de su respectivo aporte. El accionista no está
expuesto a responder por las obligaciones sociales con su patrimonio individual. De
esta forma este tipo societario comparte con la sociedad de responsabilidad limitada,
con la empresa individual de responsabilidad limitada y con la sociedad en comandita
por acciones, la limitación de responsabilidad por las deudas u obligaciones sociales,
las que no son exigibles a los accionistas.
Con lo ya señalado se puede a¿rmar que este tipo de sociedad está diseñado para
el desarrollo de negocios de envergadura en cuanto a capital social.
No se disuelven por la muerte de un accionista, ya que se transmiten sus acciones a
los herederos del accionista que fallece. Esto quiere decir que no tienen carácter “in-
tuito personae” y la regla general es que son de duración inde¿nida en el tiempo.
La relación entre la sociedad y los accionistas no es otra que la titularidad de accio-
nes que detenta el accionista y su posibilidad de injerir o no en la administración por
la vía de la elección de los miembros del directorio, operando una verdadera agencia
de parte de los directores, quienes deben actuar pro bien común de los aportantes de
capital.
En resumen, los accionistas suministran capital y correlativamente limitan su
responsabilidad frente a los acreedores sociales, sólo hasta el monto de sus aportes,
así lo declara tanto el artículo 1º al de¿nir la sociedad anónima como el artículo 19
de la ley que dispone:
“Los accionistas sólo son responsables del pago de sus acciones y no están obligados a
devolver a la caja social las cantidades que hubieren percibido a título de bene¿cio.
“En caso de transferencia de acciones suscritas y no pagadas, el cedente responderá
solidariamente con el cesionario del pago de su valor, debiendo constar en el título
las condiciones de pago de la acción”.

2.5. Fundamento o razón de la mercantilidad de la sociedad anónima


Como cuestión previa, y tal vez como fundamento último respecto a la mercanti-
lidad de la sociedad anónima, cabe tener presente que esta sociedad de capital, nace
históricamente vinculada a las empresas de instalación de un modo de desarrollo del
“colonialismo” europeo, autorizada por las Monarquías, en las llamadas Compañías de
las Indias (en Francia, Holanda, España, Portugal e Inglaterra). De esta experiencia his-
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tórica, se puede concluir que este tipo societario es un producto típicamente mercantil
o comercial. En este sentido Francesco Galgano señala: “En las compañías coloniales
aparecen, por vez primera, los caracteres propios de este tipo de sociedad: la limitación
de la responsabilidad de los socios y la división del capital en acciones”27.
Asimismo, no se puede dejar de considerar que la anónima divide su capital en
acciones, estos es en títulos valores, que ella emite con cargo a su capital social, los
que son esencialmente negociables, por lo que dicho acto jurídico está impregnado
de mercantilidad material y formal, y forma parte de la esencia del tipo societario,
con prescindencia de su objeto o giro de negocios.
Por lo señalado, en nuestra opinión establece el artículo 1º inciso 2º de la LSA,
que la sociedad anónima es siempre mercantil aun cuando se forme para negocios
de carácter civil. Las razones de esta declaración de mercantilidad para la sociedad
anónima, sin perjuicios de las señaladas anteriormente, son las siguientes: al crearse
la sociedad anónima se realiza un acto formal de comercio, ya que este agente ope-
rará en el caso de ser sociedad anónima abierta en el mercado de valores, en el que
se transarán sus acciones.
Conforme a esta declaración de mercantilidad de la sociedad anónima, se la sujeta
a un régimen común y uniforme, perdiendo vigencia la clasi¿cación dual del artículo
2059 del Código Civil, que clasi¿ca las sociedades en civiles y mercantiles, según
sea lo que declare su objeto o giro de negocios.
La declaración de mercantilidad pasa por el principio de esencialidad relativo a ser
la sociedad anónima una sociedad de capital que capta dinero del público en general
y con cargo a ese capital social emite acciones, que son títulos valores. Hay un su-
ministro de capital que se entrega por los accionistas a cambio de obtener propiedad
sobre un título valor “acción”. Aquí opera entonces una transacción e intermediación
o cambio de dinero por títulos negociables –típica operación de cambio–. Este acto
de suministro de capital es un acto mercantil con prescindencia del objeto, pero este
capital se aplicará al desarrollo de los negocios sociales.
Según hemos señalado, el artículo 3º de la ley de Mercado de Valores de¿ne lo
que se entiende por un título valor en el marco regulatorio de esta ley:
“Para los efectos de esta ley, se entenderá por valores cualesquiera títulos transferibles
incluyendo acciones, opciones a la compra y venta de acciones, bonos, debentures,
cuotas de fondo mutuos, planes de ahorro, efectos de comercio y, en general, todo
título de crédito o inversión.
Las disposiciones de la presente ley no se aplican a los valores emitidos o garantizados
por el Estado, por las instituciones públicas centralizadas o descentralizadas y por
el Banco Central de Chile.
La Superintendencia podrá eximir de algunas de las obligaciones establecidas en esta
ley, a las entidades cuyas ¿nalidades se relacionen exclusivamente con actividades de-
portivas o de bene¿cencia y sólo mientras mantengan esta especial característica.

27 Francesco GALGANO, ob. cit., pág. 75.


DERECHO DE SOCIEDADES 147

Asimismo, la Superintendencia, mediante resolución fundada, podrá eximir a aquellas


entidades cuyas ¿nalidades se relacionen exclusivamente con actividades educaciona-
les, de la obligación de información o de los sistemas de control contables establecidos
o que puedan establecerse en virtud de esta ley”.
Las acciones son jurídicamente un título valor, esto es un “efecto de comercio” que
nace de los contratos mercantiles de la suscripción de acciones, son en este sentido un
título de crédito, entendido como “un documento necesario para ejercer un derecho
literal y autónomo que en él consta” (Cesare Vivante). La acción tiene una dimensión
de ser un título de crédito, pero es además un título de participación social.
Al receptar dinero del aportante y emitir acciones la sociedad anónima con cargo a
ese capital social, se celebra entre las partes un contrato de cambio, que se denomina
suscripción de acciones. La acción es una parte alícuota del capital social, es un título de
participación social que con¿ere al titular un conjunto de derechos y obligaciones.
El fundamento de la mercantilidad de la sociedad anónima radica en que recibe
capital o dinero del público en general, mediante una oferta pública, formando el fondo
o capital social que es dividido en acciones entregándoselas a los suministradores de
dicho capital el número de acciones correspondientes a esa participación. La acción
es un instrumento transferible siendo un título representativo de capital social.
Finalmente, cabe considerar que en derecho comparado, en el caso de la regula-
ción de sociedades en España, se declara que todas las sociedades son mercantiles, en
razón de que por de¿nición esencial la sociedad persigue ¿nes de lucro o ganancia,
para repartirla a sus asociados.
Podemos concluir que la declaración de mercantilidad para la sociedad anónima,
trae como consecuencia que ésta queda sujeta a la legislación mercantil, cualquiera
que sea su objeto o giro de negocios, debiendo llevar libros de contabilidad mercantil
(artículos 25 y siguientes del Código de Comercio), cumplir con la obligación de inscri-
bir ciertos documentos en el Registro de Comercio (artículo 22 Código de Comercio),
y que desde la regulación de la quiebra es un sujeto pasivo cali¿cado comprendido
en el artículo 41 del Libro IV, de las Quiebras, del Código de Comercio, quien debe
pedir su propia declaración de quiebra dentro de los quince días siguientes de haber
cesado en el pago de una obligación mercantil, entre otros efectos relevantes.

3. Clasi¿cación de la sociedad anónima


3.1. Sociedad anónima abierta y sociedad anónima cerrada
La primera gran clasi¿cación que efectúa nuestra ley de sociedades anónimas
“LSA” es la relativa a sociedad anónima abierta y sociedad anónima cerrada; la pri-
mera se identi¿ca con la sociedad bursátil, ya que sus acciones se transan en Bolsa
de Valores, en cambio la cerrada no transa en Bolsa de Valores y la negociación de
sus acciones opera en transacciones privadas en un “mercado privado”, siendo por
lo tanto una sociedad de orden “familiar” o “doméstica”, frente a la primera que es
“pública”.
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De acuerdo a la última reforma introducida por la ley Nº 20.382, que se denomina


“Introduce perfeccionamientos a la normativa que regula los Gobiernos Corporativos
de las Empresas” de 2009, a la LSA, el nuevo artículo 2º, conserva la clasi¿cación de
sociedad anónima abierta, cerrada e incorpora la categoría de “especiales”, referidas
estas últimas a las señaladas en el artículo 126 de la LSA. En efecto el nuevo artículo
segundo señala, en lo correspondiente:
“Artículo 2º. Las sociedades anónimas pueden ser de tres clases: abiertas, especiales
o cerradas.
Son sociedades anónimas abiertas aquellas que inscriban voluntariamente o por
obligación legal sus acciones en el Registro de Valores.
Son sociedades anónimas especiales las indicadas en el Título XIII de esta ley.
Son sociedades anónimas cerradas las que no cali¿can como abiertas o especiales.
Las sociedades anónimas abiertas y las sociedades anónimas especiales quedarán
sometidas a la ¿scalización de la Superintendencia de Valores y Seguros, en adelante
la Superintendencia, salvo que la ley las someta al control de otra Superintendencia.
En este último caso, quedarán además sometidas a la primera, en lo que corresponda,
cuando emitieren valores”.
En principio, según lo dicho, la clasi¿cación de sociedad anónima abierta y cerrada
obedece a una clasi¿cación “doméstica” y de actuación, ya que la sociedad anónima
cerrada es de un ámbito de desarrollo más bien familiar o de relaciones de “amistad”
entre accionistas que tiene vínculos más personales, actúa entonces en un escenario
esencialmente de economía privada; opera en una economía privada, ya que sus
acciones se transan en negociaciones privadas, a diferencia de la sociedad anónima
abierta, cuyas acciones se transan en Bolsa de conformidad a la Ley de Mercado de
Valores.
En las abiertas, cualquiera puede ingresar a ésta por la vía de suscripción de accio-
nes de primera emisión o bien por la vía de mercado secundario (por oferta en Bolsa
de Valores), por la adquisición de acciones de un accionista cedente a otro llamado
cesionario. La sociedad anónima es abierta porque sus acciones se transan periódi-
camente en el Mercado de Valores en Bolsa y no obedece a una regulación y control
puramente privado, sino que cuenta con un control de naturaleza pública a cargo de
la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
Antes de la reforma introducida al artículo 2º de la LSA por la ley Nº 20.382, de
2009, la a diferencia entre ambos tipos de sociedades anónimas es un tema de análisis
que pasa también por el tamaño o número de accionistas involucrados en su propiedad.
El elemento que caracteriza a la sociedad anónima abierta se encuentra en el artículo 1º
de la Ley de Mercado de Valores, ésta es la que realiza oferta pública de sus acciones.
Y, por lo tanto, tiene la obligación de registrar sus acciones en el Registro de Valores
que lleva la Superintendencia de Valores y Seguros. También el legislador declara
abiertas a “aquellas sociedades que tengan 500 o más accionistas” y “aquellas en
que a lo menos un 10% del capital accionario pertenezca a un mínimo de 100 ac-
DERECHO DE SOCIEDADES 149

cionistas, excluidos lo que individualmente excedan dicho porcentaje” (artículos 2º


ley y 1º Reglamento). En el primer caso, las que tengan quinientos o más accionistas
son abiertas atendido el número de accionistas, ya es para nuestra ley un factor para
sujetarla al régimen de ¿scalización y control de la SVS. En el segundo caso, esto es
“aquellas en que a lo menos un 10% del capital accionario pertenezca a un mínimo
de 100 accionistas, excluidos lo que individualmente excedan dicho porcentaje”, para
nuestra ley el hecho de que al menos 100 accionistas detenten el 10% de su capital
social, representa un factor de atomización de la propiedad accionaria, quienes en-
frentan uno o más accionistas controladores, razón por la cual justi¿ca la ¿scalización
y control de este tipo de sociedades anónimas a la SVS.
Por lo tanto, son sociedades anónimas abiertas en nuestra ley aquellas que:
– Realizan oferta pública de sus acciones conforme a la Ley de Mercado de Valores
(Nº 18.045), atendido a que éstas deben inscribir voluntariamente o por obligación
legal sus acciones en el Registro de Valores que lleva la Superintendencia de Valores
y Seguros; siendo ésta una sociedad bursátil o de Bolsa;
Las categorías que cali¿caban de abiertas a aquellas anónimas que tienen 500 o
más accionistas, y aquellas en las que a lo menos el 10% de su capital suscrito per-
tenece a un mínimo de 100 accionistas, excluidos los que individualmente o a través
de otras personas naturales o jurídicas, excedan dicho porcentaje, ha perdido valor
y aplicación luego de la reforma de 2009, en la nueva redacción del artículo 2º de la
LSA, que señala en lo pertinente:
“Son sociedades anónimas abiertas aquellas que inscriban voluntariamente o por
obligación legal sus acciones en el Registro de Valores” .
Por lo señalado, siempre hemos sostenido que la anónima abierta es en estricto
rigor la sociedad bursátil o de “Bolsa”, en efecto en estricto rigor son sociedades
anónimas abiertas propiamente tales las que realizan oferta pública de sus acciones
de conformidad a la Ley de Mercado de Valores. En España, este tipo de sociedades
anónimas reciben el nombre de sociedad anónima bursátil.
El fundamento de la casuística del 10% del capital social que pertenece a un mí-
nimo de 100 accionistas, para también declararla abierta, como ocurría en la LSA,
antes de la reforma de 2009, se debe a que éste caso aparecen los llamados accionis-
tas minoritarios, que en concepto de la ley debían ser protegidos ¿scalizando a los
accionistas mayoritarios o controladores, por parte de la Superintendencia de Valores
y Seguros.
Finalmente, también fueron sociedades anónimas abiertas, pre reforma introducida
por la ley Nº 20.382, de 2009, “aquellas que tienen 500 o más accionistas”, siendo
el criterio en este caso el número signi¿cativo de accionistas que participan en la
propiedad accionaria de la S.A.
Las demás sociedades, que no cumplen con los requisitos anteriores, eran socie-
dades anónimas cerradas, hasta la reforma del 2009.
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Actualmente, luego de la reforma introducida por la ley Nº 20.382, de 2009, son


sociedades anónimas cerradas “las que no cali¿can como abiertas o especiales”.
Desde un punto de vista casuístico, una sociedad anónima cerrada puede pasar a
ser abierta y viceversa, una abierta puede pasar a ser cerrada, por acuerdo de Junta
Extraordinaria de Accionistas.
Se conserva el criterio legal relativo a que solamente las sociedades anónimas
abiertas están sujetas a ¿scalización y control por parte de la Superintendencia de
Valores y Seguros, según lo dispuesto por el artículo 2º, inciso quinto de la LSA que
señala:
“Las sociedades anónimas abiertas y las sociedades anónimas especiales quedarán
sometidas a la ¿scalización de la Superintendencia de Valores y Seguros, en adelante
la Superintendencia, salvo que la ley las someta al control de otra Superintendencia.
En este último caso, quedarán además sometidas a la primera, en lo que corresponda,
cuando emitieren valores”.
Y lo propio en virtud del artículo 3º letra e) del D.L. Nº 3.538, de 1980, que crea
la Superintendencia de Valores y Seguros (en adelante SVS) y que dispone:
“Corresponde a la Superintendencia de Valores y Seguros la superior ¿scalización
de: e) las sociedades anónimas y las en comandita por acciones que la ley sujeta a
su vigilancia”.
Asimismo, existe una supremacía legal de las normas contenidas en el D.L.
Nº 3.538, de 1980, por sobre los estatutos sociales de las sociedades anónimas sujetas
a ¿scalización de la SVS, conforme dispone el artículo 37:
“Las disposiciones del presente decreto ley primarán sobre las establecidas en los esta-
tutos de las personas o entidades sujetas a la ¿scalización de la Superintendencia”.
Finalmente, una sociedad anónima cerrada puede mediante acuerdo adoptado en
Junta Extraordinaria de Accionistas o por disposición de sus estatutos, someterse
voluntariamente a la ¿scalización de la SVS .
Cabe tener presente que a las sociedades anónimas en que el Estado (Fisco) sea
titular de más del cincuenta por ciento de su propiedad accionaria, se rigen por las
normas de las sociedades anónimas abiertas en cuanto a su obligación de entregar
periódicamente información a la SVS, en efecto el artículo 10 transitorio de la Ley
Nº 20.285, sobre Acceso a la Información Pública, conocida como “Ley de Transpa-
rencia”, señala lo que sigue:
“Artículo décimo.- El principio de la transparencia de la función pública consagrado
en el inciso segundo del artículo 8º de la Constitución Política y en los artículos 3º
y 4º de la Ley de Transparencia de la Función Pública y Acceso a la Información de
la Administración del Estado es aplicable a las empresas públicas creadas por ley y
a las empresas del Estado y a las sociedades en que éste tenga participación accio-
naria superior al 50% o mayoría en el directorio, tales como Televisión Nacional de
Chile, la Empresa Nacional de Minería, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la
Corporación Nacional del Cobre de Chile o Banco Estado, aun cuando la ley res-
DERECHO DE SOCIEDADES 151

pectiva disponga que es necesario mencionarlas expresamente para quedar sujetas


a las regulaciones de otras leyes.
En virtud de dicho principio, las empresas mencionadas en el inciso anterior deberán
mantener a disposición permanente del público, a través de sus sitios electrónicos,
los siguientes antecedentes debidamente actualizados:
a) El marco normativo que les sea aplicable.
b) Su estructura orgánica u organización interna.
c) Las funciones y competencias de cada una de sus unidades u órganos internos.
d) Sus estados ¿nancieros y memorias anuales.
e) Sus ¿liales o coligadas y todas las entidades en que tengan participación,
representación e intervención, cualquiera sea su naturaleza y el fundamento normativo
que la justi¿ca.
f) La composición de sus directorios y la individualización de los responsables de la
gestión y administración de la empresa.
g) Información consolidada del personal.
h) Toda remuneración percibida en el año por cada Director, Presidente Ejecutivo o
Vicepresidente Ejecutivo y Gerentes responsables de la dirección y administración
superior de la empresa, incluso aquellas que provengan de funciones o empleos dis-
tintos del ejercicio de su cargo que le hayan sido conferidos por la empresa, o por
concepto de gastos de representación, viáticos, regalías y, en general, todo otro esti-
pendio. Asimismo, deberá incluirse, de forma global y consolidada, la remuneración
total percibida por el personal de la empresa.
La información anterior deberá incorporarse a sus sitios electrónicos en forma com-
pleta, y de un modo que permita su fácil identi¿cación y un acceso expedito.
Las empresas a que se re¿ere este artículo, cualquiera sea el estatuto por el que
se rijan, estarán obligadas a entregar a la Superintendencia de Valores y Seguros
o, en su caso, a la Superintendencia a cuya ¿scalización se encuentren sometidas,
la misma información a que están obligadas las sociedades anónimas abiertas de
conformidad con la ley Nº 18.046. En caso de incumplimiento, los directores res-
ponsables de la empresa infractora serán sancionados con multa a bene¿cio ¿scal
hasta por un monto de quinientas unidades de fomento, aplicada por la respectiva
Superintendencia de conformidad con las atribuciones y el procedimiento que es-
tablecen sus respectivas leyes orgánicas”.
Respecto a la carencia de control y ¿scalización de la sociedad anónima cerrada,
ya que como hemos señalado no es objeto de tales potestades a cargo de la SVS, ni de
órgano público alguno en cuanto a su gestión societaria, parece una buena corrección
que tuvieran la carga legal de registrar su balance anual ante la SVS, ya que ello evi-
taría eventuales fraudes a los accionistas minoritarios o disidentes; esta carga podría
disuadir aquellos casos en que los accionistas disidentes quedan a merced del contro-
lador, y los primeros no encuentran caminos de solución de los conÀictos societarios
de manera expedita. En síntesis, la principal crítica a la sociedad anónima cerrada es
su desregulación en cuanto a control y ¿scalización por órgano público.
152 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

3.2. Importancia que tiene la distinción


entre sociedad anónima abierta, cerrada y especial
Como cuestión previa, ya se trate de sociedad anónima abierta, cerrada o especial,
las tres categorías obedecen a la de¿nición del artículo 1º de la LSA y especialmente
esta clasi¿cación, de abierta y cerrada, en el fondo apunta a dos formas distintas de
comportamiento o actuación jurídico económica en un mercado propio. La abierta
hace oferta pública de acciones en conformidad a la Ley de Mercado de Valores,
Nº 18.045, y para que ello ocurra debe previamente registrar sus acciones en el Registro
de Valores de la SVS. La cerrada opera en un ámbito de economía privada y no públi-
co, no transa sus acciones en Bolsa, sus acciones se negocian mediante transacciones
esencialmente privadas (artículo 1º, inciso 3º Ley de Mercado de Valores).
En consecuencia, la sociedad anónima abierta transa sus acciones en un mercado
público y regulado y ¿scalizado por la SVS, en cambio la cerrada transa sus acciones
en mercado o transacciones privadas, no regulado, ni ¿scalizado por órgano público
de control.
No obstante lo señalado, podemos indicar un caso de excepción en el cual las
acciones de una sociedad anónima cerrada pueden llegar a subastarse o rematarse en
rueda en Bolsa de Valores, y es el caso regulado en la ley Nº 4. 287, de 1927, deno-
minada Ley sobre Prenda de Valores Mobiliarios a favor de bancos, en la que en su
artículo 7º se declara que el banco acreedor prendario puede “sacar” a remate en bolsa
acciones prendadas a su favor, las que pueden ser de sociedades anónimas abiertas
o cerradas indistintamente, y a su turno el artículo 23, letra b) de la Ley de Mercado
de Valores, señala que: “b) Las acciones de sociedades no inscritas en el Registro de
Valores no podrán ser cotizadas ni transadas diariamente en bolsa. Asimismo, los
agentes de valores no podrán participar en la intermediación de estos valores y los
corredores de bolsa sólo podrán hacerlo en pública subasta en la forma dispuesta en
esta letra”; luego se señala que “dos veces al mes, se efectuará una rueda especial
para la subasta de acciones no inscritas, en las que se anunciará públicamente esta
circunstancia”. Este es el único caso en que acciones de una sociedad anónima cerrada
pueden llegar a transarse en bolsa, pero lo es por vía excepcional para satisfacer el
crédito del acreedor prendario banco, respecto de las acciones de sociedades anónimas
prendadas en su favor.
Los mercados de valores funcionan regulados por el Estado, con intervención de un
órgano público con personalidad jurídica propia, y que tiene a su cargo la ¿scalización
y control del funcionamiento del mercado de valores y sus agentes e intermediarios
(corredores de bolsa y agentes de valores), entre los cuales se encuentra la sociedad
anónima abierta. Este órgano público es la Superintendencia de Valores y Seguros
(SVS), regulada en el decreto ley Nº 3.538, de 23 de diciembre de 1980, este texto ha
tenido varias modi¿caciones y reformas durante la década del 90 y la presente.
La competencia, poderes y potestades de la Superintendencia de Valores y Seguros
se encuentran en los artículos 3º, 4º, 5º y 6º del citado decreto ley Nº 3.538, materias
que son desarrolladas en el número 34 de la presente sección.
DERECHO DE SOCIEDADES 153

La sociedad anónima cerrada también puede quedar sujeta a la ¿scalización de


la Superintendencia de Valores y Seguros, si voluntariamente así lo decide en junta
extraordinaria de accionistas o sus estatutos así lo establecen, según ya señalamos ante-
riormente. En la práctica, sólo sociedades anónimas cerradas que preparan su apertura
a bolsa, acuerdan previamente quedar sujetas a dicho control y ¿scalización pública.
Una sociedad anónima abierta puede, más tarde, devenir en cerrada y al revés
también, una cerrada puede devenir en abierta. Cuando se provoca una apertura en
bolsa, es decir, se abre una cerrada por el solo hecho de registrar sus acciones ante la
SVS, puede transar en la Bolsa de Valores sus acciones.
Por regla general, tanto la sociedad anónima abierta como la cerrada están sujetas
a la misma ley y reglamento, pero existen ciertos elementos de diferenciación entre
una y otra, en el sentido de que la abierta debe cumplir con una extensa normativa
contenida en Normas Generales y circulares emanadas de la SVS, para distintas ma-
terias. Es también un principio de nuestra Ley de Sociedades Anónimas, relativo a
que el legislador permite a la sociedad anónima cerrada tener “normas” particulares
a nivel estatutario, es decir, se puede jugar con las cláusulas estatutarias con mayor
libertad, porque a falta de norma especial en el estatuto se aplicarán las normas de
las sociedades anónimas abiertas previstas especialmente en la ley; por ejemplo en
materia de dividendos, el artículo 78 de la ley establece que si existe utilidad líquida
en el ejercicio debe repartirse a los accionistas al menos el 30% de la misma, vía
dividendos, admitiendo que la cerrada tenga en el estatuto social regla distinta de
reparto, y a falta de regla especial se rigen por la norma de las abiertas.
Asimismo, a ambos tipos de sociedades anónimas se les aplica el artículo 137 de la
ley, es decir, las normas de esta ley Nº 18.045 y su reglamento D.S. Nº 702, de 2012,
por extensión priman o prevalecen por sobre las normas estatutarias que le fueren
contrarias, porque ambos textos legales son de carácter imperativo, pudiendo derogar
o hacer ine¿caz normas del estatuto social que le sean contrarias. Hay libertad de
asociación, pero sujeta dicha libertad contractual a regulación legal prioritaria, por la
vía de la llamada “técnica de regulación al agente económico relevante”.
Normas análogas encontramos también en las sociedades colectivas mercantiles
que pretendan vía pacto social alterar la regla de responsabilidad solidaria de los socios
colectivos y que se tienen por no escritas, conforme a lo establecido en el artículo
370 del Código de Comercio.
De lo señalado podemos concluir que tanto la sociedad anónima abierta como
cerrada, quedan sujetas al cumplimiento preferente de la ley y su reglamento, relativo
a cualquier disposición estatutaria que sea contraria a ambos textos legales, siendo
en todo caso más amplia la libertad contractual en el estatuto de la cerrada y menor
en el caso de la abierta.
En síntesis, la principal diferencia entre abierta y cerrada radica en el poder de
control y sujeción de la primera al órgano público externo de control y ¿scalización
Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), que ahora se establece en el inciso 5º
del artículo 2º de la LSA, que señala:
154 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Las sociedades anónimas abiertas y las sociedades anónimas especiales quedarán


sometidas a la ¿scalización de la Superintendencia de Valores y Seguros, en adelante
la Superintendencia, salvo que la ley las someta al control de otra Superintendencia.
En este último caso, quedarán además sometidas a la primera, en lo que corresponda,
cuando emitieren valores”.
En cuanto a las sociedades que dejen de ser cerradas, primarán las disposiciones
de la ley de LSA, por sobre sus estatutos sociales, según dispone el inciso ¿nal del
nuevo artículo 2º, que señala:
“Las disposiciones de la presente ley primarán sobre las de los estatutos de las so-
ciedades que dejen de ser cerradas, por haber cumplido con algunos de los requisitos
establecidos en el inciso segundo del presente artículo. Lo anterior es sin perjuicio de
la obligación de estas sociedades de adecuar sus estatutos a las normas de la presente
ley, conjuntamente con la primera modi¿cación que en ellos se introduzca”.
Para las sociedades anónimas especiales, entendidas bajo la categoría de: “Son
sociedades anónimas especiales las indicadas en el Título XIII de esta ley”, según
artículo 2º, inciso tercero de la LSA, reformada por ley Nº 20.382, de 2009, y que
se singularizan en el artículo 126 correspondiendo a las compañías aseguradoras y
reaseguradoras, las sociedades administradoras de fondos mutuos, las bolsas de valo-
res, y sociedades que se forman existen y prueban por escritura pública y obtención
de una resolución de la Superintendencia que autorice su existencia e inscripción y
publicación del certi¿cado especial que otorgue la Superintendencia, quedan someti-
das por mandato del nuevo artículo 129 de la LSA, a las normas que se aplican a las
sociedades anónimas abiertas, la disposición legal señala:
“Las sociedades a que se refriere el artículo 126 de esta ley se regirán por las mismas
disposiciones legales y reglamentarias aplicables a las sociedades anónimas abiertas,
en todo lo que no se oponga a los dispuesto en los artículos precedentes de este Título
y a las disposiciones especiales que las rigen, y no se les aplicará lo establecido en
el inciso séptimo del artículo 2º de esta Ley”.
El inciso séptimo del artículo 2º de la LSA, según reforma de la ley Nº 20.382,
de 2009, señala:
“Cada vez que las leyes establezcan como requisito que una sociedad se someta a las
normas de las sociedades anónimas abiertas o que dichas normas le sean aplicables, o
se haga referencia a las sociedades sometidas a la ¿scalización, al control o a la vigi-
lancia de la Superintendencia, o se empleen otras expresiones análogas, se entenderá,
salvo mención expresa en contrario, que la remisión se re¿ere exclusivamente a las
normas aplicables a las sociedades anónimas abiertas en cuanto a las obligaciones
de información y publicidad para con los accionistas, la Superintendencia y el público
en general. En todo lo demás, esas sociedades se regirán por las disposiciones de
las sociedades anónimas cerradas y no estarán obligadas a inscribirse en el Registro
de Valores, salvo que fueren emisores de valores de oferta pública. Las sociedades
anónimas a que se re¿ere este inciso, que no fueren abiertas, una vez que cesare la
DERECHO DE SOCIEDADES 155

condición o actividad en cuya virtud la ley las sometió al control de la Superintenden-


cia, podrán solicitar a ésta la exclusión de sus registros y ¿scalización, acreditando
dicha circunstancia”.

3.3. Diferencias entre la sociedad anónima abierta y la sociedad anónima cerrada


Seguidamente, indicaremos materias en que la LSA establece diferencias de regu-
lación para la anónima abierta y la cerrada, las que evidencian una mayor regulación
para la primera respecto de la segunda, sin dejar de considerar que una de las princi-
pales distinciones consiste en la ¿scalización para la abierta por la Superintendencia
de Valores y Seguros, y la consiguiente obligación de informar todo hecho relevante
que le ocurra en sus aspectos ¿nancieros y jurídicos, y el envío periódico de la infor-
mación trimestral mediante “¿cha estadística codi¿cada uniforme” (FECU), reguladas
mediante Normas de carácter general y circulares; carga que no afecta a la cerrada.

3.3.1. Número mínimo de directores


Conforme a lo dispuesto en el artículo 31, inciso tercero de la ley, en la sociedad
anónima abierta el número mínimo de miembros del directorio es de cinco, y en la
sociedad anónima cerrada el número mínimo de miembros del directorio es tres, lo
que evidencia un distinto tratamiento para la integración del órgano de administración,
para la ley debe existir un mínimo cinco directores en la abierta y mínimo tres en la
cerrada, con lo que asegura un funcionamiento armónico del Directorio; y en el caso
de la sociedad anónima abierta con patrimonio bursátil igual o superior a 1.500.000
unidades de fomento, el número mínimo de miembros del Directorio es de siete
miembros, ya que debe formarse el llamado “Comité de Directorio”, que se integra
con tres directores, según lo establece el artículo 50 bis de la ley, quienes deben ser
electos con acciones independientes del grupo controlador de la sociedad, toda vez
que dicho órgano societario debe controlar al directorio.
El artículo 31 de la Ley Nº 18.046, incluida la reforma la ley Nº 20.382, de 2009,
dispone:
“La administración de la sociedad anónima la ejerce un directorio elegido por la
junta de accionistas.
Los estatutos de las sociedades anónimas deberán establecer un número invariable
de directores. La renovación del directorio será total y se efectuará al ¿nal de su
período, el que no podrá exceder de tres años. Los directores podrán ser reelegidos
inde¿nidamente en sus funciones. A falta de disposición expresa de los estatutos, se
entenderá que el directorio se renovará cada año.
El directorio de las sociedades anónimas cerradas no podrá estar integrado por menos
de tres directores y el de las sociedades anónimas abiertas por menos de cinco, y si
en los estatutos nada se dijere, se estará a estos mínimos.
Sin perjuicio de lo anterior, si la sociedad anónima abierta debiere constituir el comité
a que se re¿ere el artículo 50 bis, el mínimo de directores será de siete”.
156 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En la sociedad anónima abierta cuyo patrimonio bursátil sea mayor o igual a


1.500.000 Unidades de Fomento, debe tener un mínimo de siete directores. Esto es
así porque se tiene que formar el Comité de Directores, regulado en el artículo 50
bis, que fue incorporado por la ley Nº 19.705, del año 2000, con la idea de proteger
a los accionistas minoritarios respecto a los accionistas controladores de la sociedad
anónima abierta, y a lo menos un miembro debe ser director independiente del ac-
cionista controlador.
El proyecto de ley en trámite ante el Congreso Nacional, Mensaje 140-353, propone
reemplazar el artículo 31 de la LSA, adecuándolo al órgano Comité de Directorio
para la sociedad anónima con patrimonio bursátil superior a 1.500.000 unidades de
fomento, con siete u once miembros del directorio, en los siguientes términos:
“Reemplázase el artículo 31 por el siguiente, nuevo:
“Artículo 31. La administración de la sociedad anónima la ejerce un directorio ele-
gido por la junta de accionistas.
Los estatutos de las sociedades anónimas deberán establecer un número invariable
de directores, salvo lo establecido en el inciso cuarto de este artículo. La renovación
del directorio será total y se efectuará al ¿nal de su período, el que no podrá exceder
de tres años. Los directores podrán ser reelegidos inde¿nidamente en sus funciones.
A falta de disposición expresa de los estatutos, se entenderá que el directorio se re-
novará cada año.
El directorio de las sociedades anónimas cerradas no podrá estar integrado por menos
de tres directores y el de las sociedades anónimas abiertas, por menos de cinco. Salvo
disposición contraria de los estatutos, se estará a estos mínimos.
Tratándose de una sociedad anónima abierta obligada a constituir el comité a que se
re¿ere el artículo 50 bis, el número mínimo de directores no podrá ser inferior a siete
si contare al menos con dos directores independientes o inferior a once si no contare
con ellos. No obstante, en este último caso, se podrá ¿jar un número de directores
inferior a once y superior a siete, con la aprobación de dos tercios de las acciones
emitidas con derecho a voto, pudiendo los accionistas disidentes ejercer el derecho
a retiro”.
La ley Nº 19.705, de 2000 incorporó un artículo 50 bis a la LSA, creando un nuevo
órgano societario denominado “Comité de Directorio” o “Comité de Auditoría”, como
se le designó en el mensaje de la ley Nº 19.705, de 2000, el que estableció además
sus competencias legales, cuyo texto aunque reemplazado por la ley Nº 20.382, de
2009, y que se reproduce más adelante, conservamos para efectos de la historia de
esta institución, y señaló lo que sigue:
“Las sociedades anónimas abiertas deberán designar el comité de directores a que
se re¿ere este artículo, cuando tengan un patrimonio bursátil igual o superior al
equivalente a 1.500.000 unidades de fomento.
Si durante el año se alcanzare el patrimonio a que se re¿ere el inciso anterior, la so-
ciedad estará obligada a designar comité a contar del año siguiente; si se produjere
DERECHO DE SOCIEDADES 157

una disminución del patrimonio bursátil a un monto inferior al indicado, la sociedad


no estará obligada a mantener comité a contar del año siguiente.
El comité tendrá las siguientes facultades y deberes:
1. Examinar los informes de los inspectores de cuentas y auditores externos, según
corresponda, el balance y demás estados ¿nancieros presentados por los administra-
dores o liquidadores de la sociedad a los accionistas, y pronunciarse respecto de éstos
en forma previa a su presentación a los accionistas para su aprobación.
2. Proponer al directorio, los auditores externos y los clasi¿cadores privados de
riesgo, en su caso, que serán sugeridos a la junta de accionistas respectiva. En caso
de desacuerdo con el comité, el directorio podrá formular una sugerencia propia,
sometiéndose ambas a consideración de la junta de accionistas.
3. Examinar los antecedentes relativos a las operaciones a que se re¿eren los artículos
44 y 89 y evacuar un informe respecto a esas operaciones. Una copia del informe será
enviada al presidente del directorio, quien deberá dar lectura a dicho informe en la
sesión citada para la aprobación o rechazo de la operación respectiva.
4. Examinar los sistemas de remuneraciones y planes de compensación a los gerentes
y ejecutivos principales.
5. Las demás materias que señale el estatuto social, o que le encomiende una junta
general de accionistas o el directorio, en su caso.
El comité estará integrado por tres miembros, la mayoría de los cuales deberán ser
independientes al controlador. En caso que hubiere más directores con derecho a
integrar el comité, según corresponda, en la primera reunión del directorio después
de la junta de accionistas en que se haya efectuado su elección, los mismos directores
resolverán, por unanimidad, quiénes lo habrán de integrar. En caso de desacuerdo,
se decidirá por sorteo.
Los directores vinculados al controlador podrán constituir mayoría si la cantidad de
directores independientes no fuere su¿ciente para lograrla.
Se entenderá que un director es independiente cuando, al sustraer de su votación los
votos provenientes del controlador o de sus personas relacionadas, hubiese resultado
igualmente electo.
Las deliberaciones, acuerdos y organización del comité se regirán, en todo lo que les
fuere aplicable, por las normas relativas a las sesiones de directorio de la sociedad.
El comité comunicará al directorio la forma en que solicitará información, así como
también sus acuerdos.
Los directores integrantes del comité serán remunerados. El monto de la remuneración
será ¿jado anualmente en la junta ordinaria de accionistas, acorde a las funciones
que les corresponde desarrollar.
La junta ordinaria de accionistas determinará un presupuesto de gastos de funciona-
miento del comité y sus asesores, y éste podrá requerir la contratación de la asesoría de
profesionales para el desarrollo de sus labores, conforme al referido presupuesto.
Las actividades que desarrolle el comité y los gastos en que incurra, incluidos los
de sus asesores, serán presentados en la memoria anual e informados en la junta
ordinaria de accionistas.
158 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los directores que integren el comité en el ejercicio de las funciones que señala este
artículo, además de la responsabilidad inherente al cargo de director, responderán
solidariamente de los perjuicios que causen a los accionistas y a la sociedad.
Las sociedades anónimas abiertas que no tengan el patrimonio mínimo señalado en
el inciso primero, podrán acogerse voluntariamente a las normas precedentes; en ese
caso, deberán cumplir estrictamente con las disposiciones de este artículo”.
El citado artículo 50 bis de la LSA anteriormente reproducido, fue modi¿cado o
reemplazado recientemente por un nuevo texto, por la ley Nº 20.382, de 2009, este
Comité de Directores debe integrarse por un Director Independiente, en sociedad
anónima abierta siempre que se cumplan las siguientes dos condiciones: (1) que
tenga un patrimonio bursátil igual o superior a 1.500.000 y (2) a lo menos el 12%
de sus acciones emitidas con derecho a voto, se encuentren en poder de accionistas
que individualmente controlen o posean menos del 10% de tales acciones, caso en
el cual deben designar al Comité de Directores y designar al menos un Director In-
dependiente.
El texto del actual artículo 50 bis de la LSA, con su nueva cali¿cante para consti-
tuir el Comité de Directores a la sociedad anónima abierta patrimonio bursátil igual o
superior a 1.500.000 y con a lo menos el 12% de sus acciones emitidas con derecho a
voto, se encuentren en poder de accionistas que individualmente controlen o posean
menos del 10% de tales acciones, es el siguiente:
“Artículo 50 bis. Las sociedades anónimas abiertas deberán designar al menos un
director independiente y el comité de directores a que se re¿ere este artículo, cuando
tengan un patrimonio bursátil igual o superior al equivalente a 1.500.000 unidades
de fomento y a lo menos un 12,5% de sus acciones emitidas con derecho a voto, se
encuentren en poder de accionistas que individualmente controlen o posean menos
del 10% de tales acciones.
Si durante el año se alcanzare el patrimonio y el porcentaje accionario a que se re¿ere
el inciso anterior, la sociedad estará obligada a designar los directores y el comité a
contar del año siguiente; si se produjere una disminución del patrimonio bursátil a
un monto inferior al indicado o se redujere el porcentaje accionario antes referido,
la sociedad no estará obligada a mantener los directores independientes ni el comité
a contar del año siguiente.
No se considerará independiente a quienes se hayan encontrado en cualquier momento
dentro de los últimos dieciocho meses, en alguna de las siguientes circunstancias:
1) Mantuvieren cualquier vinculación, interés o dependencia económica, profesio-
nal, crediticia o comercial, de una naturaleza y volumen relevante, con la sociedad,
las demás sociedades del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los
ejecutivos principales de cualquiera de ellos, o hayan sido directores, gerentes, ad-
ministradores, ejecutivos principales o asesores de éstas.
2) Mantuvieren una relación de parentesco hasta el segundo grado de consanguinidad
o a¿nidad, con las personas indicadas en el número anterior.
DERECHO DE SOCIEDADES 159

3) Hubiesen sido directores, gerentes, administradores o ejecutivos principales de


organizaciones sin ¿nes de lucro que hayan recibido aportes, contribuciones o dona-
ciones relevantes de las personas indicadas en el número 1).
4) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de entidades que han prestado servicios jurídicos o de consultoría, por mon-
tos relevantes, o de auditoría externa, a las personas indicadas en el número 1).
5) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de los principales competidores, proveedores o clientes de la sociedad.
Para poder ser elegidos como directores independientes, los candidatos deberán
ser propuestos por accionistas que representen el 1% o más de las acciones de la
sociedad, con a lo menos diez días de anticipación a la fecha prevista para la junta
de accionistas llamada a efectuar la elección de los directores.
Con no menos de dos días de anterioridad a la junta respectiva, el candidato y su
respectivo suplente, en su caso, deberán poner a disposición del gerente general una
declaración jurada en que señalen que: i) aceptan ser candidato a director indepen-
diente; ii) no se encuentran en ninguna de las circunstancias indicadas en los numerales
anteriores; iii) no mantienen alguna relación con la sociedad, las demás sociedades
del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los ejecutivos principales de
cualquiera de ellos, que pueda privar a una persona sensata de un grado razonable de
autonomía, interferir con sus posibilidades de realizar un trabajo objetivo y efectivo,
generarle un potencial conÀicto de interés o entorpecer su independencia de juicio,
y iv) asumen el compromiso de mantenerse independientes por todo el tiempo en que
ejerzan el cargo de director. La infracción al literal iii) no invalidará su elección ni
los hará cesar en el cargo, pero obligará a responder de los perjuicios que su falta
de veracidad o incumplimiento pueda causar a los accionistas.
Será elegido director independiente aquel candidato que obtenga la más alta vota-
ción.
El director independiente que conforme a lo establecido en el inciso tercero adquiera
una inhabilidad sobreviniente para desempeñar su cargo, cesará automáticamente
en él, sin perjuicio de su responsabilidad frente a los accionistas. No dará lugar a
inhabilidad la reelección del director independiente en su cargo o su designación
como director en una o más ¿liales de la sociedad, en cuanto los directores de dichas
entidades no sean remunerados.
El comité tendrá las siguientes facultades y deberes:
1) Examinar los informes de los auditores externos, el balance y demás estados ¿-
nancieros presentados por los administradores o liquidadores de la sociedad a los
accionistas, y pronunciarse respecto de éstos en forma previa a su presentación a los
accionistas para su aprobación.
2) Proponer al directorio nombres para los auditores externos y clasi¿cadores pri-
vados de riesgo, en su caso, que serán sugeridos a la junta de accionistas respectiva.
En caso de desacuerdo, el directorio formulará una sugerencia propia, sometiéndose
ambas a consideración de la junta de accionistas.
160 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

3) Examinar los antecedentes relativos a las operaciones a que se re¿ere el Título


XVI y evacuar un informe respecto a esas operaciones. Una copia del informe será
enviada al directorio, en el cual se deberá dar lectura a éste en la sesión citada para
la aprobación o rechazo de la operación respectiva.
4) Examinar los sistemas de remuneraciones y planes de compensación de los gerentes,
ejecutivos principales y trabajadores de la sociedad.
5) Preparar un informe anual de su gestión, en que se incluyan sus principales reco-
mendaciones a los accionistas.
6) Informar al directorio respecto de la conveniencia de contratar o no a la empresa de
auditoría externa para la prestación de servicios que no formen parte de la auditoría
externa, cuando ellos no se encuentren prohibidos de conformidad a lo establecido
en el artículo 242 de la ley Nº 18.045, en atención a si la naturaleza de tales servicios
pueda generar un riesgo de pérdida de independencia.
7) Las demás materias que señale el estatuto social, o que le encomiende una junta
de accionistas o el directorio, en su caso.
El comité estará integrado por tres miembros, la mayoría de los cuales deberán ser
independientes. En caso que hubiese más directores con derecho a integrar el comi-
té, según corresponda, en la primera reunión del directorio después de la junta de
accionistas en que se haya efectuado su elección, los mismos directores resolverán,
por unanimidad, quienes lo habrán de integrar. En caso de desacuerdo, se dará pre-
ferencia a la integración del comité por aquellos directores que hubiesen sido electos
con un mayor porcentaje de votación de accionistas que individualmente controlen o
posean menos del 10% de tales acciones. Si hubiese solamente un director indepen-
diente, éste nombrará a los demás integrantes del comité de entre los directores que
no tengan tal calidad, los que gozarán de plenos derechos como miembros del mismo.
El presidente del directorio no podrá integrar el comité ni sus subcomités, salvo que
sea director independiente.
Las deliberaciones, acuerdos y organización del comité se regirán, en todo lo que les
fuere aplicable, por las normas relativas a las sesiones de directorio de la sociedad.
El comité comunicará al directorio la forma en que solicitará información, así como
también sus acuerdos.
Los directores integrantes del comité serán remunerados. El monto de la remuneración
será ¿jado anualmente en la junta ordinaria de accionistas, acorde a las funciones
que les corresponde desarrollar, pero no podrá ser inferior a la remuneración prevista
para los directores titulares, más un tercio de su monto.
La junta ordinaria de accionistas determinará un presupuesto de gastos de funcio-
namiento del comité y sus asesores, el que no podrá ser inferior a la suma de las
remuneraciones anuales de los miembros del comité, y éste podrá requerir la contra-
tación de la asesoría de profesionales para el desarrollo de sus labores, conforme al
referido presupuesto.
Las actividades que desarrolle el comité, su informe de gestión anual y los gastos en
que incurra, incluidos los de sus asesores, serán presentados en la memoria anual
e informados en la junta ordinaria de accionistas. Las propuestas efectuadas por el
DERECHO DE SOCIEDADES 161

comité al directorio que no hubieren sido recogidas por este último, serán informadas
a la junta de accionistas previo a la votación de la materia correspondiente.
Los directores que integren el comité en el ejercicio de las funciones que señala este
artículo, además de la responsabilidad inherente al cargo de director, responderán
solidariamente de los perjuicios que causen a los accionistas y a la sociedad.
Las sociedades anónimas abiertas que no tengan el patrimonio mínimo y porcentaje
accionario señalados en el inciso primero, podrán acogerse voluntariamente a las
normas precedentes; en ese caso, deberán cumplir estrictamente con las disposiciones
de este artículo.”.

3.3.2. Libre cesibilidad de las acciones


Uno de los principios que informan este tipo societario y nuestra Ley de Sociedades
Anónimas, es el llamado principio de la libre cesibilidad de las acciones, conforme al
cual se pueden ceder o transar las acciones como título valor negociable libremente,
lo que asegura un mercado dinámico y libre, especialmente para la sociedad anónima
abierta.
La sociedad anónima se encuentra regida por el principio de la libre cesibilidad
de las acciones, de manera tal que los estatutos de la sociedad anónima abierta no
pueden contener disposiciones que limiten o condicionen la libre cesibilidad de las
acciones, este principio es absoluto respecto de la anónima abierta; en cambio en la
cerrada se pueden establecer cláusulas en su estatuto que limiten o condicionen la libre
cesibilidad de las acciones manteniéndose en un mercado “protegido” o “cerrado”,
así lo establece el artículo 14 de la LSA, modi¿cado en su inciso primero por la ley
Nº 20.382, de 2009, que señala:
Artículo 14:
“Los estatutos de las sociedades anónimas abiertas no podrán incluir limitaciones a
la libre disposición de las acciones.
Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el Registro de Accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos se tendrán por no escritos”.
El inciso primero del artículo 14, antes de la reforma de 2009, señalaba:
“Los estatutos de las sociedades abiertas no podrán estipular disposiciones que limiten
la libre cesión de las acciones”.
Este artículo establece un principio rector que consiste en la libre cesibilidad de
las acciones, sin perjuicio de que existan pactos entre accionistas que restrinjan esta
libertad, para mantener ciertos equilibrios temporales en la propiedad accionaria de
una anónima abierta. Este principio se aplica en plenitud en la sociedad anónima
abierta (salvo la existencia de pactos particulares sobre la materia entre determina-
dos accionistas), en la cerrada no se puede desconocer el citado principio, pero sí se
162 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

puede establecer una regulación diferente en cuanto a la cesión de las acciones en el


propio estatuto social.
El principio de la libre cesibilidad de las acciones para la abierta, se encuentra
“reforzado” con la regla del artículo 137 de la LSA, que señala: “Las disposiciones
de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos sociales que les fuere
contraria”, por lo que se da primacía al citado artículo 14 respecto de cualquier norma
estatutaria que lo desconozca o restrinja.
Si hay pactos especiales entre los accionistas, que establezcan reglas especiales en
cuanto a la cesión de acciones, tiene que estar registrado en la sociedad y hacerse refe-
rencia a ellos en el Registro de Accionistas de la sociedad, bajo sanción de tenerlos por
no escritos. En la cerrada puede haber pactos de moderación o regulación para ceder las
acciones a otro accionista o a un tercero, con el objeto de mantener ciertos equilibrios
en la estructura de propiedad accionaria, o bien, para establecer un procedimiento de
determinación de precio de las acciones (a cargo de un tercero justipreciador) y un
orden de prelación de oferta de venta de acciones entre accionistas.

3.3.3. En materia de auditorías contables


Otro principio que informa las sociedades anónimas es el relativo a su obligación
de confeccionar balance de su ejercicio al 31 de diciembre de cada año, en el que debe
reÀejar su resultado patrimonial. Este instrumento contable debe ser “un espejo” de su
actividad económica, en los términos que señala el mensaje del Código de Comercio
de 1856, cuando señala que los libros de contabilidad deben ser un espejo para el
comerciante de buena fe. La sociedad anónima además de confeccionar su balance
de ejercicio, debe llevar sus libros de contabilidad regulados en los artículos 27 a 42
del Código de Comercio con la debida ¿delidad.
La existencia de balance contable es una garantía para los accionistas, quienes
tienen la competencia de aprobarlos o rechazarlos y que son expresión de la gestión
del Directorio, conforme se establece en el artículo 56 de la ley.
Los estados ¿nancieros y balance de la sociedad deben ser auditados o examinados
e informados por los auditores externos, para la sociedad anónima abierta y por los
inspectores de cuenta para la cerrada; además, es competencia de las juntas ordinarias
de accionistas elegir a los auditores externos e inspectores de cuenta según corresponda,
y a éstos compete la ¿scalización de la gestión del Directorio en estas materias.
La sociedad anónima abierta debe designar para auditar sus estados ¿nancieros
y balance a auditores externos que se encuentren inscritos en el registro de la Su-
perintendencia de Valores y Seguros. La anónima cerrada tiene que designar a dos
inspectores de cuentas, siendo como hemos señalado una competencia de la Junta
Ordinaria de Accionistas.
Esta designación de auditores externos e inspectores de cuenta, se encuentran
regulados en los artículos 51 a 54 de la Ley de Sociedades Anónimas.
DERECHO DE SOCIEDADES 163

Los auditores externos en la abierta revisan los balances, memorias y estados ¿nan-
cieros de la sociedad y deben emitir un informe a la Junta Ordinaria de Accionistas,
respecto a estos instrumentos contables. Estos auditores externos son designados por
la junta ordinaria de accionistas.
Por esta institución se ¿scaliza al directorio en cuanto a la cuenta de resultados
¿nancieros del ejercicio anual respectivo. Estos controles de auditoría o contables son
formales porque se presentan ex post al ejercicio y normalmente se declara que se han
efectuado conforme a los principios de contabilidad generalmente aceptados.
El legislador en las reglas de responsabilidad del artículo 134 establece que los
auditores externos que con sus informes falsos indujeren a error a los accionistas
cometen un delito penal sancionado con multas y penas privativas de libertad. El
referido artículo 134 dispone:
“Los peritos, contadores o auditores externos que con sus informes, declaraciones o
certi¿caciones falsas o dolosas, indujeren a error a los accionistas o a los terceros que
hayan contratado con la sociedad, fundados en dichas informaciones o declaraciones
falsas o dolosas, sufrirán la pena de presidio o relegación menores en sus grados
medio a máximo y multa a bene¿cio ¿scal por valor de hasta una suma equivalente
a 4.000 unidades de fomento”.
De lo señalado, se puede concluir que la existencia de auditores externos e Ins-
pectores de Cuenta asegura una ¿scalización a la gestión ¿nanciera efectuada por el
órgano de administración Directorio y que cada año es presentado para la aprobación
o rechazo por la Junta de Accionistas.
En proyecto de ley que se tramita ante el Congreso Nacional regula a las empresas
de auditoría externa, en un nuevo título XXVII, en la Ley de Mercado de Valores
Nº 18.045, que desarrollamos más adelante al tratar del órgano de ¿scalización al
Directorio.
En la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, al artículo 51 de la LSA, se agregó para
la sociedad anónima cerrada, la posibilidad de establecer un mecanismo de control y
¿scalización más simple, como por ejemplo designar simplemente contador auditor,
“Sin embargo, los estatutos podrán eximir a la sociedad de la obligación señalada
en este artículo o establecer un mecanismo diverso de control”, lo que implica que
la anónima cerrada puede establecer un mecanismo de control distinto a inspectores
de cuenta o auditores externos, como por ejemplo simplemente contador auditor.
La nueva redacción del art. 51. de la LSA es la siguiente:
“Las juntas ordinarias de las sociedades anónimas cerradas deberán nombrar anual-
mente dos inspectores de cuentas titulares y dos suplentes, o bien auditores externos
independientes, con el objeto de examinar la contabilidad, inventario, balance y otros
estados ¿nancieros, debiendo informar por escrito a la próxima junta ordinaria sobre
el cumplimiento de su mandato. Los inspectores de cuentas podrán, además, vigilar
las operaciones sociales y ¿scalizar las actuaciones de los administradores y el ¿el
cumplimiento de sus deberes legales, reglamentarios y estatutarios. Sin embargo, los
164 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

estatutos podrán eximir a la sociedad de la obligación señalada en este artículo o


establecer un mecanismo diverso de control”.

3.3.4. Obligación de repartir dividendos


La LSA en la medida que la sociedad anónima, tanto abierta como cerrada, ob-
tenga utilidades líquidas en el ejercicio y haya absorbido las pérdidas acumuladas de
ejercicios anteriores, tiene la obligación de repartir los dividendos a los accionistas;
por ello, el derecho a percibir dividendos por los accionistas es un derecho condi-
cional, sujeto a un hecho futuro e incierto, que consiste en que la sociedad anónima
genere utilidades líquidas en el ejercicio. La ley establece en el artículo 79 el llamado
“Dividendo Mínimo Legal” u “obligatorio”, es así porque está establecido en la ley
y tiene un “piso” mínimo el 30% de dicha utilidad líquida. Lo más importante es que
se trata de una norma protectora para los accionistas minoritarios, ya que se exige
unanimidad de las acciones con derecho a voto para acordar una regla de reparto
distinta a la señalada.
El artículo 79 regulando el citado dividendo mínimo legal, con una clara vocación
de protección a los accionistas minoritarios dispone:
“Salvo acuerdo diferente adoptado en la junta respectiva, por la unanimidad de las
acciones emitidas, las sociedades anónimas abiertas deberán distribuir anualmente
como dividendo en dinero a sus accionistas, a prorrata de sus acciones o en la propor-
ción que establezcan los estatutos si hubiere acciones preferidas, a lo menos el 30%
de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas cerradas,
se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les aplicará la
norma precedente.
En todo caso, el directorio podrá, bajo la responsabilidad personal de los directores
que concurran al acuerdo respectivo, distribuir dividendos provisorios durante el
ejercicio con cargo a las utilidades del mismo, siempre que no hubieren pérdidas
acumuladas”.
La parte de la utilidad que no se destine por la Junta de Accionistas al pago de
dividendos, esto es, el 70% restante, se debe destinar a formar un fondo o reservas
para pago de futuros dividendos o bien, para provocar un aumento de capital social,
por la vía de las “acciones liberadas de pago”, según establece el artículo 80 de la
ley que dispone:
“La parte de las utilidades que no sea destinada por la junta a dividendos pagaderos
durante el ejercicio, ya sea como dividendos mínimos obligatorios o como dividendos
adicionales, podrá en cualquier tiempo ser capitalizada, previa reforma de estatutos,
por medio de la emisión de acciones liberadas o por el aumento del valor nominal de
las acciones, o ser destinada al pago de dividendos eventuales en ejercicios futuros.
Las acciones liberadas que se emitan, se distribuirán entre los accionistas a prorrata
de las acciones inscritas en el registro respectivo el quinto día hábil anterior a la
fecha del reparto.
DERECHO DE SOCIEDADES 165

Salvo estipulación en contrario, la prenda que gravare a determinadas acciones se


extenderá a las acciones liberadas que a éstas correspondieren en la distribución
proporcional”.
Para no repartir el 30%, o bien repartir más o menos que dicho guarismo, se requiere
acuerdo unánime para poder establecerlo así. No obstante, en la sociedad anónima
cerrada se puede establecer –en el estatuto social– reglas diferentes sobre el porcentaje
de distribución de dividendos, si nada dice el legislador, la reenvía a la misma regla
de la sociedad anónima abierta del artículo 79. La parte de utilidad líquida que no se
reparta vía dividendo, debe ser destinada a aumento de capital social, lo que se llama
capitalizar la utilidad, entregando acciones “liberadas de pago”, a prorrata de las ac-
ciones que se posean; esta capitalización de utilidades requiere reforma de estatutos
sociales, por lo que es materia de junta extraordinaria de accionistas.

3.3.5. Causales de disolución


En materia de causales de disolución de la sociedad anónima, la ley regula algunas
de ellas, que son comunes a toda sociedad anónima, y una en particular aplicable sólo
a sociedad anónima cerrada, que se obtiene por declaración de sentencia judicial, se-
gún analizaremos, caso este último que evidencia un fuerte conÀicto societario, que
se resuelve con la dictación de una sentencia de¿nitiva que declare la disolución de
la sociedad anónima cerrada.
Respecto a las causales de disolución, establecidas en el artículo 103 de la ley,
algunas de ellas son aplicables tanto a la anónima abierta como a la cerrada y existe
una de ellas, la del número 5º del artículo 103, disolución por sentencia judicial eje-
cutoriada, que sólo es aplicable a la anónima cerrada.
El artículo 103 de la LSA dispone:
“La sociedad anónima se disuelve:
1. Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiere;
2. Por reunirse, por un período ininterrumpido que exceda de diez días, todas las
acciones en manos de una sola persona;
3. Por acuerdo de junta extraordinaria de accionistas;
4. Por revocación de la autorización de existencia de conformidad con lo que dis-
ponga la ley;
5. Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades anónimas cerra-
das, y
6. Por las demás causales contempladas en el estatuto”.
Las causales de los números 1, 2 y 3 son aplicables a ambos tipos de sociedades
anónimas. Las causales 1. “Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubie-
re” y 2. Por reunirse todas las acciones en manos de una sola persona, operan por
el solo ministerio de la ley.
Respecto de la causal del número 2, esto es, por reunirse todas las acciones en
manos de un solo titular, que se denomina también confusión de patrimonios entre la
166 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

sociedad y el adquirente del 100% de la propiedad accionaria, existía además un caso


en donde no se disolvía por esta causal, de reunirse el 100% de la propiedad acciona-
ria en un solo titular, según disponía el recientemente derogado artículo 69 ter por la
ley Nº 20.382, de 2009, que fue incorporado por la ley Nº 19.705, de 2000, y ocurría
cuando a causa de una segunda Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA),
obligatoria, se llega a detentar o adquirir por el oferente el 100% de la propiedad ac-
cionaria, y este oferente controlador no había declarado en su aviso de oferta que era
su voluntad disolver la sociedad al resultar exitosa esta segunda OPA, caso en el cual
no se disolvía la sociedad objeto de control vía “OPA”, y podría subsistir una sociedad
anónima con un solo accionista. Este caso, sostuvimos en las ediciones anteriores que
era prácticamente de “laboratorio”, pero podía llegar a ocurrir alguna vez.
La nueva redacción al numeral 2º del artículo 103 incorporado por la Ley Nº 20.382,
señala: 2. Por reunirse, por un período ininterrumpido que exceda de diez días, to-
das las acciones en manos de una sola persona; lo que implica que no se disuelve si
duante el plazo de diez días contado desde que se reúna el 100% de las acciones en
una sola persona, se trans¿eren acciones a otro accionista, y al contrario, si ello no
ocurre la sociedad se disuelve. Estimamos que esta reforma ha sido acertada, ya que
abre la opción para que la anónima no se disuelva en este caso.
La causal de disolución del número 3 del artículo 103 también modi¿cado por
la ley Nº 20.382, que señala “Por acuerdo de junta extraordinaria de accionistas”,
requiere un quórum cali¿cado de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto, según lo establecido en el artículo 67 de la ley. Y dicho acuerdo de
junta extraordinaria debe celebrarse ante notario público y reducirse a escritura pública
y un extracto inscribirse y publicarse en tiempo y forma en Registro de Comercio y
Diario O¿cial. Esta causal es aplicable a sociedad anónima abierta y cerrada.
La causal de disolución del número 4 del artículo 103, “Por revocación de la
autorización de existencia de conformidad con lo que disponga la ley”, esta causal
de disolución es sólo aplicable a las sociedades anónimas que se encuentran sujetas
a régimen de autorización de existencia, que son aquellas señaladas en el artículo
126 de la ley, sociedades administradoras de fondos mutuos, de fondos de pensiones
previsionales, bancos e instituciones ¿nancieras, compañías de seguros y reasegu-
radoras, entre otras. La autoridad que autoriza su existencia es la Superintendencia
que corresponda, y dentro del marco regulatorio a cada una de ellas, se establece que
pueden ser disueltas por acto de autoridad administrativa, en caso de transgresión
grave de ley que las regula, normas que imparta la autoridad y a sus estatutos y en
caso de no mantener su capital mínimo legal. Estas sociedades anónimas especiales
pueden ser abiertas o cerradas, siendo más frecuente que sean abiertas.
Respecto del número 5 del artículo 103 de la ley, se re¿ere a las sociedades anóni-
mas cerradas y que pueden ser disueltas por sentencia judicial, y consiste en el caso
en que accionistas que representen al menos un 20% de las acciones demanden ante
el órgano jurisdiccional competente la disolución de la sociedad fundando la demanda
en causa grave; si se acoge la demanda se declarará la disolución de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 167

El citado artículo 103, número 5, dispone:


“Las sociedades anónimas a que se re¿ere el Nº 5 del artículo 103 de la presente ley,
podrán ser disueltas por sentencia judicial ejecutoriada, cuando accionistas que repre-
senten a lo menos un 20% de su capital así lo demandaren, por estimar que existe causa
para ello, tales como infracción grave de ley, de reglamento o demás normas que les
sean aplicables, que causare perjuicio a los accionistas o a la sociedad; declaración
de quiebra de la sociedad, administración fraudulenta u otras de igual gravedad.
El tribunal procederá breve y sumariamente y apreciará la prueba en conciencia”.
El artículo 125 de la LSA, relativo al alcance del arbitraje como regla de solución
de controversias societarias, también modi¿cado por la ley Nº 20.382, de 2009, se-
ñala que:
“En los estatutos sociales se establecerá la forma como se designarán él o los árbitros
que conocerán las materias a que se re¿ere el Nº 10 del artículo 4º de la presente
ley. En caso alguno podrá nominarse en ellos a una o más personas determinadas
como árbitros.
El arbitraje que establece esta ley es sin perjuicio de que, al producirse un conÀicto,
el demandante pueda sustraer su conocimiento de la competencia de los árbitros y
someterlos a la decisión de la justicia ordinaria. Este derecho no podrá ser ejercido
por los directores, gerentes, administradores y ejecutivos principales de la sociedad.
Tampoco por aquellos accionistas que individualmente posean, directa o indirecta-
mente, acciones cuyo valor libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento, de
acuerdo al valor de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda”.
Este último artículo se puede sostener deroga en forma tácita el artículo 227 del
Código Orgánico de Tribunales el que establece el arbitraje forzoso, dando el carácter
de arbitraje facultativo al conÀicto societario en la S.A. Este tema se desarrolla más
adelante, en forma especial por la importancia de dicha materia.
La cuestión que plantea esta causal del número 5º del artículo 103 de la ley, con-
siste en determinar si la demanda de disolución de la sociedad anónima cerrada es
de competencia de los tribunales ordinarios, o de juez árbitro; sobre este problema
se pueden sostener ambas tesis, pero la norma del artículo 125 de la ley entrega esta
cuestión de determinar el tribunal competente, ordinario o arbitral, a la elección del
demandante, con lo que este actor podrá establecer a su solo arbitrio el tribunal que
conocerá de esta cuestión litigiosa, sin perjuicio de lo que se sostiene sobre el parti-
cular al desarrollar el tema Sociedad Anónima y Arbitraje.

3.3.6. Derecho a retiro


El derecho a retiro o de “receso”, corresponde al accionista disidente con de-
terminados acuerdos de la Junta de Accionistas, en virtud del cual éste cederá sus
acciones a la anónima, y hará un abandono de la sociedad. Se amplía además de las
materias indicadas en el artículo 69 de la LSA, a un nuevo caso contemplado en el
artículo 71 bis, incorporado por la ley Nº 20.382, de 2009, para el caso en que en una
168 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

anónima un controlador, logre un 95% de la propiedad accionaria, caso en el cual


los accionistas minoritarios tienen un plazo de 30 días a contar de este evento para
ejercer el derecho a retiro, caso en el cual el controlador deberá comprar las acciones
a los minoritarios.
Relativo al derecho a retiro o de “receso”, en el contexto de los artículos 69 y 70
de la LSA, que corresponde al accionista disidente de ciertos acuerdos de la Junta
de Accionistas, la ley establece una diferencia respecto al precio a pagar por acción,
dependiendo de si la sociedad es abierta o cerrada.
El derecho a retiro que corresponde a los accionistas disidentes de las materias que
dan lugar a este derecho en el artículo 69 de la ley y establece una distinción respecto
al valor de la acción a pagar, en el caso de la abierta si tiene transacción bursátil se
paga el promedio de los últimos sesenta días de precio Bolsa; si es cerrada se paga
a valor libro. Éste se encuentra regulado en el artículo 69 de la ley. En este caso la
sociedad tiene que comprarle las acciones al accionista que opta por el retiro. El pago
que se efectúa en cada una es diferente:
– Sociedad anónima abierta: se determina por el promedio de los últimos 60 días
transados en Bolsa de Valores.
– Sociedad anónima cerrada: se paga la acción a “valor libro” de la acción, que
se regula en el reglamento de la ley y el artículo 77 de dicho cuerpo legal, señala que
el valor libro se determinará dividiendo el capital pagado más las reservas sociales
y más la utilidad o menos la pérdida, todo ello dividido por el número total de las
acciones suscritas y pagadas, total o parcialmente.
Si la sociedad anónima abierta no registra transacción en Bolsa, se le aplica el
sistema de pago a valor libro.

4. Sociedades anónimas especiales

Hemos clasi¿cado las sociedades anónimas en generales y especiales, conside-


rando las solemnidades establecidas para su formación. Llamamos generales a las
que se rigen en su formación por los artículos 3º, 4º y 5º de la LSA; y denominamos
especiales a las “anónimas especiales” señaladas en el artículo 126 de la LSA, que son
aquellas que se forman por escritura pública y que se encuentran sujetas a aprobación
de existencia a cargo de la Superintendencia que corresponda. Es decir, las llamamos
especiales, desde el punto de vista de su constitución legal, ya que se encuentran
sujetas a resolución de autorización administrativa, que autorice su existencia legal,
conservándose respecto de éstas el llamado principio regalista.
El artículo 126, de la LSA dispone lo siguiente:
“Las compañías aseguradoras y reaseguradoras, las sociedades anónimas admi-
nistradoras de fondos mutuos, las bolsas de valores y otras sociedades que la ley
expresamente someta a los trámites que a continuación se indican, se forman, existen
y prueban por escritura pública, obtención de una resolución de la Superintendencia
DERECHO DE SOCIEDADES 169

que autorice su existencia e inscripción y publicación del certi¿cado especial que


otorgue dicha Superintendencia.
Las escrituras públicas deberán contener, a más de las menciones generales exigidas
por esta ley, las especiales requeridas por las leyes particulares que las rijan.
La Superintendencia deberá comprobar que estas sociedades cumplen con las exigen-
cias legales y económicas requeridas al efecto, para autorizar su existencia.
Las resoluciones que revoquen autorización concedidas serán fundadas.
Aprobada la existencia de una sociedad, la Superintendencia expedirá un certi¿cado
que acreditará tal circunstancia y contenga un extracto de las cláusulas del estatuto
que determine dicho organismo, el que se inscribirá en el Registro de Comercio del
domicilio social y se publicará en el Diario O¿cial dentro del plazo de 60 días contado
desde la fecha de la resolución”.
Estas sociedades anónimas “especiales”, por su giro de negocios, se constituyen
por escritura pública, pero además requieren de la autorización de existencia que es
otorgada por la Superintendencia respectiva mediante resolución y certi¿cado que
contiene el extracto de ésta. En virtud de autorización de existencia por acto de autori-
dad quedan legalmente constituidas y por el contrario, si es rechazada su constitución,
por razones legales, no se autorizará su existencia. En caso a¿rmativo, esto es que
se autorice su existencia legal, lo es por resolución y se publica en Diario O¿cial e
inscribe en el Registro de Comercio un certi¿cado de la resolución administrativa que
autoriza su existencia legal, en el caso de aprobación dada por la Superintendencia,
es un extracto de la resolución que autoriza la existencia. Todas estas sociedades se
encuentran regidas por leyes especiales, en las que se les exige un capital mínimo
efectivamente ingresado a caja social al tiempo de su constitución.
La autoridad administrativa, que autoriza su existencia legal, también puede por
acto de contrario imperio, revocar su existencia, en todos aquellos casos que: se haya
transgredido gravemente la ley, reglamento o estatutos sociales, o bien si su capital
social decae bajo ciertos mínimos legales y no se aumenta capital dentro de cierto
plazo.
Este sistema de otorgamiento de personalidad jurídica por acto de autoridad admi-
nistrativa, se llamó “sistema regalista” o del otorgamiento de personalidad jurídica
dada como regalía de la autoridad política administrativa, este sistema tiene su origen
en la monarquía europea, en los tiempos modernos durante el siglo XVII, con el na-
cimiento de las Compañías de las Indias en los estados monárquicos europeos, todo
ello pre codi¿cación del siglo XIX.
La permanencia en el tiempo de este sistema “regalista” para las sociedades anó-
nimas especiales, se justi¿ca actualmente en consideración a la relevancia económica
de estas sociedades de giros especiales en el sistema económico, lo que amerita la
intervención de la Superintendencia respectiva, especialmente para ¿scalizar el con-
tenido del estatuto social y su adecuación a la ley regulatoria del tipo de sociedad de
que se trate y para controlar que se constituyan con los capitales sociales mínimos
legales.
170 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

4.1. Actividades o giros de negocios que


por ley requiere la constitución de una sociedad anónima especial
Atendida la naturaleza del giro de negocios de las empresas, en ciertos casos cali-
¿cados por importancia de su actividad, la ley obliga a quienes pretendan emprender
actividades económicas relevantes, para determinados giros de negocios, a organizar
una sociedad anónima de objeto exclusivo, no permitiéndose que dichos giros se
realicen por otros tipos societarios distintos a la sociedad anónima. La razón de esta
exigencia radica en parte en los capitales que se requieren para actividades empresa-
riales “relevantes”, mantención de capitales sociales mínimos legales y “técnica de
control y ¿scalización” respecto del agente económico y su actividad de parte de la
autoridad pública, estableciendo al efecto un control periódico, en materias legales,
económicas y ¿nancieras a cargo de una de las Superintendencias establecidas por
ley para este ¿n.
Para estos efectos podemos citar las siguientes actividades económicas relevantes
reguladas, que requieren por ley formación de una sociedad anónima especial, de
objeto o giro único de negocios:
1. Las compañías de seguro y reaseguro, reguladas en el D.F.L. Nº 251, de 1931,
deben organizarse como sociedades anónimas constituidas en Chile, que tengan por
giro exclusivo el desarrollo de dicho giro y de actividades que sean a¿nes o comple-
mentarias.
2. Los bancos conforme a lo establecido en el artículo 27 del D.F.L. Nº 3, de 1997,
Ley General de Bancos, obliga a que las empresas bancarias se organicen sólo como
sociedades anónimas y conforme a lo establecido por el artículo 41 de dicho texto
legal, se rigen supletoriamente por las normas de las sociedades anónimas abiertas.
3. Las administradoras de fondos mutuos sólo pueden ser ejercidos y administra-
dos por una sociedad anónima, conforme lo establecido por el artículo 1º del decreto
supremo Nº 1.019, de 1979.
4. Las entidades privadas de depósito y custodia de valores sólo pueden consti-
tuirse como sociedades anónimas especiales, por disposición del artículo 1º de la ley
Nº 18.876, de 1989.
5. Las administradoras de fondos de inversiones, regidas por la ley Nº 18.815, de
1989, deben constituirse como sociedades anónimas, las que administran un patrimonio
separado integrado por aportes de personas naturales y jurídicas para su inversión en
valores y bienes que la ley permite.
6. Las sociedades securitizadoras deben constituirse como sociedades anónimas
especiales y se rigen por los artículos 132 y siguientes de la ley Nº 18.045, de 1981,
sobre mercado de valores, cuyo giro consiste en la adquisición de créditos.
7. Las bolsas de valores de¿nidas en el artículo 39 de la ley Nº 18.045, de 1981,
sobre mercado de valores, señala que “son entidades que tienen por objeto proveer a
sus miembros la implementación necesaria para que puedan realizar e¿cazmente, en el
lugar que les proporcione, las transacciones de valores mediante mecanismos continuos
DERECHO DE SOCIEDADES 171

de subasta pública...”, deben constituirse como sociedades anónimas y se rigen por la


ley citada y por las normas aplicables a las sociedades anónimas abiertas.
8. Las cámaras de compensación reguladas por los artículos 154 y siguientes de la
Ley de Mercado de Valores Nº 18.045, de 1981, tienen “por objeto ser la contraparte
de todas las compras y ventas de contratos de futuro, de opciones de valores y de otros
de similar naturaleza...”, deben constituirse como sociedades anónimas.
9. El giro de negocios compra de inmuebles urbanos con destino habitacional,
para destinarlos a contrato de arrendamiento con opción de compra regidos por la ley
Nº 19.281, de 1993, llamadas Sociedades de Leasing Inmobiliario, deben constituirse
como sociedades anónimas de objeto especial y único.
10. La Administración de Fondos de Pensiones regidos por el D.L. Nº 3.500, de
1981, obliga a constituir sociedad anónima especial y de giro único, las que administran
un patrimonio separado “fondo de pensiones”, quienes administran las cotizaciones
obligatorias de trabajadores dependientes y de independientes, para otorgar pensión
de sobrevivencia y de vejez en la etapa de jubilación.
11. Las sociedades concesionarias de obra pública, que se constituyen para explotar
y mantener una obra pública, en el marco del D.F.L. Nº 164, de 1992.
12 Los operadores de casinos de juego regulados en la ley Nº 19.995, de 2005,
establece en su artículo 17 que:
“Podrán optar a permiso de operación para un casino de juego sólo sociedades anó-
nimas cerradas constituidas en Chile, que se sujeten a las normas de control que rigen
a las sociedades anónimas abiertas, según lo dispuesto en la ley Nº 18.046…”.

5. Constitución de la sociedad anónima


La LSA siguiendo ya una tradición en materia de derecho de sociedades, estable-
ce que la constitución de una anónima, debe cumplir con solemnidades, relativas a
otorgamiento de estatuto social mediante escritura pública e inscripción en Registro
de Comercio y publicación en Diario O¿cial del extracto de la escritura, y lo mismo
respecto de la reforma de estatutos sociales.
Seguidamente, expondremos sobre la formación de la sociedad anónima “general”,
abierta y cerrada y que se encuentra sujeta a un régimen solemne, que consiste en un
“iter” formativo que en caso de ser omitido o cumplido de manera imperfecta genera
un vicio, de fondo o forma según la entidad del mismo, que produce la formación de
una sociedad de hecho o de facto, eventualmente saneable si el vicio es de mera forma,
e insaneable si el vicio es de fondo, pudiendo incluso llegar, si el vicio consiste en
falta de escritura pública, a la formación de una comunidad legal pasiva, con régimen
de solidaridad para sus otorgantes. (Artículo 6º A de la ley).
El tema del iter de la constitución o formación válida de la sociedad anónima se en-
cuentra regulado en los artículos 3º, 4º, 5º y 5º A de la Ley de Sociedades Anónimas.
Ya sea sociedad anónima abierta o cerrada, se forma, existe y prueba por escritura
pública que deberá contener el estatuto social, contemplando las menciones esenciales,
172 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

y más el otorgamiento de un extracto de la escritura con sus menciones esenciales,


señaladas en el artículo 5º, el que deberá inscribirse en el Registro de Comercio y
publicarse por una vez en el Diario O¿cial, dentro del plazo de sesenta días corridos,
a contar de la fecha de otorgamiento de la escritura pública.
Las menciones de la escritura pública de constitución se encuentran establecidas
en el artículo 4º de la ley y son las que siguen:
“La escritura de la sociedad debe expresar:
1. El nombre, profesión u o¿cio, el domicilio de los accionistas que concurran a su otor-
gamiento, y el rol único tributario o documento de identidad, si debieren tenerlos;
2. El nombre y domicilio de la sociedad;
3. La enunciación del o de los objetos especí¿cos de la sociedad;
4. La duración de la sociedad, la cual podrá ser inde¿nida y, si nada se dice, tendrá
este carácter;
5. El capital de la sociedad, el número de acciones en que es dividido con indicación
de sus series y privilegios si los hubiere y si las acciones tienen o no valor nominal;
la forma y plazos en que los accionistas deben pagar su aporte, y la indicación y
valorización de todo aporte que no consista en dinero;
6. La organización y modalidades de la administración social y de su ¿scalización
por los accionistas;
7. La fecha en que debe cerrarse el ejercicio y confeccionarse el balance y la época
en que debe celebrarse la junta ordinaria de accionistas;
8. La forma de distribución de las utilidades;
9. La forma en que debe hacerse la liquidación;
10. La naturaleza del arbitraje a que deberán ser sometidas las diferencias que
ocurran entre los accionistas en su calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus
administradores, sea durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si
nada se dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
un árbitro arbitrador;
11. La designación de los integrantes del directorio provisorio y de los auditores
externos o de los inspectores de cuentas, en su caso, que deberán ¿scalizar el primer
ejercicio social;
12. Los demás pactos que acordaren los accionistas”.
El artículo 5º de la LSA regula el otorgamiento, inscripción y publicación del
extracto de la escritura pública de constitución, y sus menciones:
“Un extracto de la escritura social, autorizado por el notario respectivo, deberá
inscribirse en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la sociedad y
publicarse por una sola vez en el Diario O¿cial.
La inscripción y publicación deberán efectuarse dentro del plazo de 60 días contado
desde la fecha de la escritura social.
El extracto de la escritura de constitución deberá expresar:
1. El nombre, profesión y domicilio de los accionistas que concurran a su otorga-
miento;
DERECHO DE SOCIEDADES 173

2. El nombre, el o los objetos, el domicilio y la duración de la sociedad;


3. El capital y número de acciones en que se divide, con indicación de sus series y
privilegios si los hubiere, y si las acciones tienen o no valor nominal, y
4. Indicación del monto del capital suscrito y pagado y plazo para enterarlo, en su
caso.
El extracto de una modi¿cación deberá expresar la fecha de la escritura y el nombre
y domicilio del notario ante el cual se otorgó. Sólo será necesario hacer referencia
al contenido de la reforma cuando se hayan modi¿cado algunas de las materias se-
ñaladas en el inciso precedente”.
El artículo 5º A, regula la omisión de la mención del domicilio social:
“Si en la escritura social se hubiere omitido el domicilio social se entenderá domici-
liada la sociedad en el lugar de otorgamiento de aquélla.
En caso de omisión de cualquiera de las designaciones referidas en el número 11 del
artículo 4º, podrá efectuarlas una junta general de accionistas de la sociedad”.
El plazo de 60 días corridos para inscribir y publicar el extracto de la escritura de
constitución es fatal, pero en caso de que se inscriba y o publique vencido el plazo de
sesenta días, igualmente se incurre en un vicio formal de inscripción o publicación
tardía o extemporánea del extracto, vicio que puede ser saneado conforme al sistema
establecido en la ley Nº 19.499, de 1997. Se trata entonces de un plazo fatal de 60 días
corridos que se cuenta desde el otorgamiento de la escritura de constitución.
En la práctica de nuestro derecho de sociedades, una copia del extracto inscrito
en el Registro de Comercio y copia del aviso del extracto publicado en el Diario O¿-
cial, se protocoliza ante el notario público ante el cual se otorgó la escritura pública
de constitución de la sociedad. Con la protocolización de los instrumentos referidos
ante notario público, se obtiene dar fecha cierta a ambos instrumentos, con lo que se
puede acreditar fácilmente respecto de terceros el cumplimiento de la inscripción y
publicación del extracto, ese es el objeto de la protocolización anterior.
Puede que se incurra en el vicio de practicar una inscripción y/o publicación
extemporánea del extracto, esto es ya vencido el plazo de sesenta días corridos. No
es competencia del Diario O¿cial ¿scalizar esta situación relativa a una eventual
publicación extemporánea del extracto social, ya que la publicación de éste es de
responsabilidad del interesado y en este caso se incurre en el vicio de la publicación
extemporánea de extracto, constituyendo un vicio formal de acuerdo a lo establecido
en la ley Nº 19.499, de 1997. De acuerdo a las normas de esta ley si hay diferencias
entre lo declarado en la escritura pública de constitución y el extracto, prima la escri-
tura, incurriéndose también en vicio formal en la materia.
En cambio a diferencia del Diario O¿cial, en el caso del Registro de Comercio se
efectúa un análisis jurídico formal del extracto de la escritura de constitución social,
ya que se contrasta el texto del extracto con las menciones esenciales del artículo 5º
de la Ley de Sociedades Anónimas, y ante el caso de que falte alguna de éstas o en
que la mención respectiva no resulte inteligible, se rechaza su inscripción y la parte
174 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

interesada puede, si cuenta con plazo a su favor, efectuar las enmiendas que corres-
pondan. En este sentido, resulta aconsejable que atendido el control que efectúa el
Registro de Comercio, iniciar primero la inscripción del extracto y una vez inscrito,
se puede proceder a la publicación del mismo ante el Diario O¿cial.
Para el caso de la constitución de las sociedades anónimas especiales, reguladas
en el artículo 126 de la ley, que requieren de autorización de existencia por acto de
autoridad administrativa, se constituyen también por escritura pública, pero la autori-
zación la da la Superintendencia respectiva, que se contiene en un certi¿cado de dicha
resolución y se inscribe en el Registro de Comercio y se publica en el Diario O¿cial,
en el plazo de sesenta días contados desde la fecha de la resolución que autoriza su
existencia legal.
De acuerdo al artículo 3º, inciso segundo, de la ley las actas de las juntas genera-
les en que se modi¿que el estatuto, artículos 67 a 69 de la ley, deberá ser reducida a
escritura pública, debe inscribirse y publicarse un extracto de la escritura en el plazo
de 60 días contado desde la fecha de reducción a escritura pública, no desde la fecha
de la junta extraordinaria que acordó la reforma o modi¿cación estatutaria.
Respecto a una reforma de estatuto social es necesario anotar marginalmente el
extracto de la reforma en el extracto de constitución en el Registro de Comercio.
Cada vez que se efectúe una reforma estatutaria se tiene que cumplir con las mismas
formalidades establecidas para la constitución de la sociedad.
No se admite prueba de ninguna especie en contrario al valor de las escrituras
públicas, éstas hacen plena prueba y no admiten prueba en contrario, según lo esta-
blecido en el artículo 128 del Código de Comercio.
La constitución de la sociedad sea abierta o cerrada está sujeta, según se ha expli-
cado anteriormente, a las mismas solemnidades legales. El estatuto debe constar en
escritura pública y éste debe estar en armonía con la ley y el reglamento, conforme
a lo establecido en el artículo 137 de la ley. Hay una imperatividad y supremacía
de la ley y del reglamento, respecto al contenido material de los estatutos sociales,
los que deben estar en correspondencia con estas normas de mayor jerarquía y en
el caso que exista contraposición entre estatuto social versus ley y reglamento,
priman éstas, teniéndose por no escrito lo que se haya pretendido modi¿car en el
estatuto social.
El citado principio de inoperatividad, en virtud del cual existe un sometimiento
del estatuto social a la ley y a su reglamento, se encuentra establecido en el artículo
137, en los siguientes términos:
“Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos
sociales que les fuere contraria”.
De la lectura de este artículo se desprende que el estatuto debe estar en concordan-
cia con la ley y por extensión con el reglamento de la ley. En caso de que una norma
estatutaria contraríe a la ley o su reglamento, van a primar éstas, ya que tienen una
fuerza vinculante de mayor jerarquía que el estatuto de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 175

Cuando se establece el principio de la libre cesibilidad de las acciones el estatuto


no puede establecer límites a este principio, dentro de la disciplina del artículo 14 de
la ley, salvo la existencia de pactos de accionistas en el caso de la abierta, o de cláu-
sulas especiales en el caso de la cerrada. Se trata de una regulación material y formal
aplicable al estatuto social, que debe estar en armonía con la ley y el reglamento.
El legislador establece una cantidad de menciones esenciales que debe contener
la escritura pública de constitución de la sociedad, pero no todas las menciones del
artículo 4º de la ley son esenciales porque hay casos que el legislador suple la omisión
o silencio estatutario.
Relativo a la publicidad de la escritura de constitución y sus modi¿caciones, res-
pecto de accionistas y terceros interesados el artículo 7º de la ley obliga a mantener
en la sede principal y en sus agencias o sucursales, a disposición de los accionistas
y terceros, “ejemplares actualizados de sus estatutos, ¿rmados por el Gerente, con
indicación de la fecha y notaría en que se otorgó la escritura de constitución y las
de sus modi¿caciones”; “deberá mantener una lista actualizada de los accionistas,
con indicación del domicilio y número de acciones de cada cual”. Finalmente, esta
norma establece responsabilidad solidaria a los directores, gerentes y liquidadores,
de la falta de cumplimiento de esta norma, si se siguen perjuicios a los accionistas
y terceros.
En cuanto a la forma y contenido de los listados de accionistas la SVS dictó la
circular Nº 1.586, de 2000, que regula esta materia, para las sociedades anónimas
abiertas, listado que debe ordenarse por orden alfabético de los accionistas, número
de acciones suscritas y número de acciones pagadas, domicilio, entre otros datos
relevantes.
Asimismo, el artículo 135 de la Ley de Sociedades Anónimas obliga a la sociedad
respecto a tener a disposición de accionistas y terceros interesados un Registro Pú-
blico de los ejecutivos de la compañía, actualizado, con el nombre de los directores,
gerentes y liquidadores, con fecha de inicio y término de funciones, bajo la misma
sanción establecida en el inciso segundo del artículo 7º.

5.1. Menciones de la escritura pública de constitución


Hemos señalado que las menciones de la escritura pública de constitución de la
sociedad anónima se encuentran individualizadas en el artículo 4º de la LSA, y son
las que siguen:
1. El nombre, profesión y domicilio de los accionistas que concurran a su otor-
gamiento.
Se trata de una mención esencial, mediante la cual se individualiza a los accionis-
tas fundadores o constituyentes de la sociedad anónima; obviamente el legislador no
puede suplir esta mención en caso de silencio en los estatutos. Asimismo, esta también
es una mención esencial que debe contener el extracto, conforme a lo establecido en
el artículo 5º de la ley.
176 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los accionistas constituyentes o fundadores pueden ser personas naturales o


jurídicas, con o sin ¿nes de lucro, y son quienes otorgan el estatuto social, en el que
suscriben y se obligan a pagar el todo o una parte del capital social que se divide en
acciones.
2. El nombre y domicilio de la sociedad.
Respecto de estas dos menciones, sólo el nombre o razón social de la sociedad es
una mención esencial, que naturalmente el legislador no suple ante el silencio estatu-
tario. El artículo 8 regula la razón social o nombre de la sociedad anónima. No indica
que debe componerse con un nombre ¿cticio, ni con el nombre de los accionistas.
En la práctica subsiste de la legislación anterior de sociedades anónimas (D.F.L.
Nº 251, de 1931) la indicación o abreviatura S.A.C.I. que se utilizaba cuando las
sociedades anónimas eran comerciales e industriales en su giro de negocios.
Por lo señalado existe libertad para designar el nombre de la sociedad anónima
en la escritura pública de constitución, pudiendo usarse idioma español o extranjero,
debiendo en todo caso llevar la frase “sociedad anónima” o la abreviatura “S.A.”.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 5 A de la ley, incorporado por la ley
Nº 19.499, de 1997, la cláusula del domicilio no es esencial porque en caso de omisión
se entenderá domiciliada en el lugar de otorgamiento, a falta de mención especial
en el estatuto. El domicilio es relevante porque se determina con ésta el Registro de
Comercio competente para realizar la inscripción del extracto de la constitución.
También el domicilio social es importante para los efectos de las demandas judicia-
les y emplazamientos dirigidos contra la sociedad anónima, ya que la regla general en
materia de competencia de tribunales civiles es el correspondiente al domicilio social.
Puede la sociedad anónima tener uno o más domicilios determinados, y domicilios
particulares de sucursales o agencias, en Chile o en el extranjero.
El artículo 8º señala relativo al nombre de la anónima:
“El nombre de la sociedad deberá incluir las palabras ‘Sociedad Anónima’ o la
abreviatura ‘S.A.’”.
Por lo señalado existe libertad en cuanto a la indicación de nombre en la escritura
de constitución, pudiendo emplearse idioma extranjero, números, nombres de fantasía,
pero siempre acompañado con la frase “Sociedad Anónima” o la abreviatura “S.A.”.
Es necesario concordar la disposición citada relativa al nombre con la regla
establecida en el artículo 109, inciso primero de la ley, en la que se obliga a los Li-
quidadores a agregar a la razón social las palabras “en liquidación” en esta fase de la
“vida” societaria, con el objeto de que los terceros sepan y tengan conocimiento de
que la sociedad se encuentra en dicha fase de su existencia.
Finalmente, el legislador en el artículo 8º, en su inciso segundo establece que si el
nombre de una sociedad anónima fuere “idéntico o semejante” al de otra ya existente,
esta última tiene derecho a demandar en juicio sumario su modi¿cación. Este juicio
se tramita ante Tribunales Ordinarios y evidentemente quien primero fue titular del
nombre tiene derecho a él por aplicación del principio “primero en llegar, primero
DERECHO DE SOCIEDADES 177

en establecerse”, toda vez que el nombre es un atributo de la persona jurídica y, por


lo tanto, ganará el litigio quien primero haya constituido la sociedad y la parte ven-
cida deberá modi¿car su estatuto social, conforme lo que se resuelva en la sentencia
respectiva.
La idea del legislador es evitar la confusión en el público y mercados en que
operen las sociedades, de tal suerte que no pueden coexistir dos o más sociedades
con nombre social idéntico o semejante, ya que se produciría confusión de identidad
empresarial, incluso podría operar un aprovechamiento de una sociedad respecto de
otra más antigua y que ya goza de un prestigio o nombre de reputación valioso, se
persigue por lo tanto evitar la competencia desleal en materia mercantil.
Relacionado al nombre o razón social de la sociedad anónima, se encuentran las
materias de propiedad industrial y nombres de dominio, en el primer estatuto men-
cionado encontramos la ley Nº 19.996, de 2005, que en su artículo 19 de¿ne marca
comercial en los siguientes términos:
“Bajo la denominación de marca comercial, se comprende todo signo que sea suscep-
tible de representación grá¿ca capaz de distinguir en el mercado productos, servicios o
establecimientos industriales o comerciales. Tales signos podrán consistir en palabras,
incluidos los nombres de personas, letras, números, elementos ¿gurativos tales como
imágenes, grá¿cos, símbolos, combinaciones de colores, así como también, cualquier
combinación de estos signos”.
En la práctica en muchos casos el nombre de la sociedad anónima se aplica también
a los productos y servicios que se producen u ofrecen en el mercado a los consumidores,
en cuyo caso se registra como marca comercial el mismo nombre de la sociedad.
Lo mismo respecto a los llamados nombres de dominio de la red Internet, regulados
en Chile en el Reglamento para el Registro de Nombres de Dominio a cargo de “NIC
Chile”, del Departamento de Ciencias de la Computación de la Universidad de Chile,
en que la sociedad anónima puede registrar como nombre de dominio para Internet su
nombre o razón social o su nombre de fantasía o marcas comerciales, para distinguir
en la red Internet sus productos o servicios e imagen corporativa.
3. La enunciación del o de los objetos especí¿cos de la sociedad.
De acuerdo a lo establecido en el artículo 9º de la ley, la sociedad anónima podrá
tener por objeto u objetos cualquiera actividad lucrativa que no sea contraria a la ley,
a la moral, al orden público o la seguridad del Estado.
Este artículo debe concordarse y entenderse dentro del marco de la garantía cons-
titucional del artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política, que consagra el principio
de la libertad de emprendimiento en materia de actividades económicas. La relación
que existe entre objeto o giro de negocio con la garantía constitucional consiste en
que la sociedad es titular de una garantía –derecho subjetivo público– respecto a su
giro de actividades económicas, que naturalmente persigue el lucro de sus asociados,
tutela constitucional, en virtud de la cual no se puede prohibir el desarrollo de su
giro empresarial por acto u omisión arbitrario e ilegal de autoridad administrativa o
178 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

agente privado, en la medida que dicha actividad económica se enmarque dentro de


los límites de la citada garantía. Tiene esta garantía y el objeto o giro de negocios
sociales, el llamado recurso de amparo económico y recurso de protección constitu-
cional, establecido en el artículo 20 de la Constitución, ante los Tribunales de Jus-
ticia, para restablecer el imperio del derecho, frente a actos u omisiones arbitrarios
o ilegales que signi¿quen una amenaza o perturbación en el ejercicio de la garantía
constitucional referida.
Relativo al número de objeto o giro de negocios éste puede ser único (singular)
o múltiple (plural), y éste en cuanto a la naturaleza de la o las actividades puede ser
civil o comercial, pero el artículo 1º, inciso segundo, reputa a la sociedad anónima
siempre mercantil, con prescindencia de su objeto o giro real de negocios, derogando
tácitamente el artículo 2059 del Código Civil, para este tipo societario.
Este objeto o giro de negocios debe consistir en una actividad empresarial lucra-
tiva y no meramente altruista o de pura bene¿cencia ideal o social, ya que esa es la
¿nalidad de las sociedades –el ¿n de lucro o ganancia–, giro de actividades que no
puede ser contraria a la ley, a la moral, al orden público o a la seguridad del Estado,
siendo esta última categoría un resabio de la década de los 80, en que el gobierno
militar “de turno” establecía como límite constante a la libertad la “Seguridad del
Estado” o la “Seguridad Nacional”, en materia económica y en materia de libertades
públicas en general, como es de conocimiento público e histórico.
4. La duración de la sociedad, la cual podrá ser inde¿nida y, si nada se dice,
tendrá este carácter.
El pacto social puede establecer un plazo de vigencia para la sociedad, a contar
de la fecha de su otorgamiento, o bien una condición prevista para su duración, la
que una vez cumplida cause la terminación de ésta, como por ejemplo la terminación
de una obra o evento; o bien pactarse por una duración inde¿nida. Esta cláusula es
meramente accidental, ya que si nada dice el estatuto el legislador señala que será de
duración inde¿nida en el tiempo. Por lo general, las sociedades anónimas se pactan
de duración inde¿nida en el tiempo, pero si hay plazo pre¿jado en el estatuto, a la
llegada de éste se disolverá de pleno derecho, salvo que se modi¿que el estatuto
social antes de la llegada del plazo de vigencia; asimismo, puede existir plazo ¿jo
y la llamada cláusula de prórroga “automática” y sucesiva por períodos iguales de
vigencia, pero esta modalidad es más bien propia de sociedades de personas que de
capital. El artículo 103 de la Ley de Sociedades Anónimas regula las situaciones en
las que una sociedad anónima debe disolverse.
El artículo 103 en cuanto a la terminación o vencimiento por la llegada del plazo
dispone:
“Artículo 103. La sociedad anónima se disuelve:
1) Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiere;
2) Por reunirse, por un período ininterrumpido que exceda de 10 días, todas las ac-
ciones en manos de una sola persona;
DERECHO DE SOCIEDADES 179

3) Por acuerdo de junta extraordinaria de accionistas;


4) Por revocación de la autorización de existencia de conformidad con lo que dis-
ponga la ley;
5) Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades anónimas cerra-
das, y
6) Por las demás causales contempladas en el estatuto”.
Cabe destacar que por regla general las sociedades anónimas se pactan de duración
inde¿nida y, por lo tanto, pueden superar temporalmente la vida o existencia de sus
fundadores, por ello el legislador señala que si nada dice el estatuto social la sociedad
anónima debe considerarse de duración inde¿nida en el tiempo.
También se puede establecer como hecho que motiva la terminación de la sociedad
anónima el acaecimiento de una condición, esto es, un hecho futuro e incierto, que se
precise en el estatuto social, de tal suerte que ocurrido éste la sociedad termine, como
por ejemplo la conclusión de una obra o faena.
5. El capital de la sociedad, el número de acciones en que es dividido con indicación
de sus series y privilegios si los hubiere y si las acciones tienen o no valor nominal;
la forma y plazos en que los accionistas deben pagar su aporte, y la indicación y
valorización de todo aporte que no consista en dinero
El capital social y el número de acciones en que se divide es un elemento esencial
de la sociedad anónima, que debe ¿jarse de manera precisa en sus estatutos sociales y
su disminución o aumento es materia de reforma estatutaria, de competencia de junta
extraordinaria de accionistas. Se trata, como señalamos, de un elemento de la esencia
de esta sociedad de capital, recogido en la esencia de la de¿nición de sociedad anónima
del artículo 1º de la Ley de Sociedades Anónimas, que establece “…formada por la
reunión de un fondo común suministrado por accionistas responsables sólo por sus
respectivos aportes…”. El capital social se determina de manera precisa en los estatu-
tos sociales. Si hay un defecto en la composición hay que analizarlo especí¿camente,
caso a caso, si es o no un vicio de fondo o meramente formal, caso en este último en
que admite saneamiento de acuerdo a la ley Nº 19.499, de 1997.
El capital social se divide en acciones de igual valor, nominativas y por regla general
son todas de una misma disciplina legal, salvo cuando se establecen preferencias o
privilegios. Está regulado el capital social en la ley en los artículos 10 al 30 y en el
Reglamento en los artículos 6º a 33.
Hemos sostenido que esta materia es una de las más relevantes de la sociedad
anónima, ya que se trata precisamente de una sociedad de capital, lo que obliga a un
estudio detallado de esta materia.
El capital social se ¿ja en los estatutos y puede modi¿carse a virtud de reforma
estatutaria, ya sea que se trate de aumento o disminución del capital social, siendo esta
una materia de competencia de la Junta Extraordinaria de accionistas (ver artículos
57 y 67 de la ley).
180 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La sociedad anónima emite acciones con cargo a su capital social, entregando


dichos títulos valores a sus accionistas, de ahí que se exprese tradicionalmente que
la acción es una parte alícuota del capital social.
Este capital social a su turno puede encontrarse suscrito y pagado o bien suscrito
y no pagado; esto es, debido por los accionistas, o bien no suscrito –vacante– y por
lo tanto no pagado aún.
Con todo, el capital social y el número de acciones en que se divide debe encon-
trarse suscrito y pagado en el plazo de tres años contado desde la constitución y si así
no ocurriere se va a reducir de pleno derecho al monto efectivamente pagado, según
lo dispone el artículo 11, inciso segundo de la ley, norma que establece el principio
de efectividad del capital social.
De otra parte, por regla general, salvo el caso de sociedades anónimas regidas por
leyes especiales como los bancos, administradoras de fondos de pensiones, compañías
de seguro, sociedades anónimas deportivas, entre otras, no se exige a la sociedad
anónima “general” un capital mínimo al tiempo de su constitución, ni mantener dicho
capital social mínimo durante su vigencia, so pena de incurrir en causal de disolución
ante el dé¿cit de patrimonio, a diferencia de las sociedades anónimas especiales.
En derecho comparado, en la ley de sociedades anónimas de España, se establece
como causal de disolución general de las anónimas el caso en que sufran o experi-
menten una pérdida de patrimonio superior al doble de su capital social, evento que
causa su terminación anticipada.
6. La organización y modalidades de la administración social y de su ¿scalización
por los accionistas.
La organización y modalidades de la administración de la sociedad anónima son
también elementos de la esencia del tipo societario y conforma lo que se denomina
concepto de “gobierno corporativo”, en el sentido de que se debe declarar y así lo
hace el legislador, que la administración corresponderá al Directorio y ¿jar el número
de miembros de que se compone, teniendo presente que para la sociedad anónima
cerrada son mínimo tres y cinco para la sociedad anónima abierta y siete para la anó-
nima que tenga o logre un patrimonio bursátil igual o superior a 1.500.000 unidades
de fomento. Corresponde al directorio entonces la administración de los negocios
sociales, regulado en tanto órgano societario e integrantes en los artículos 31 a 50 bis
de la ley y en el reglamento artículos 34 a 42.
El órgano de administración directorio se encuentra en la de¿nición legal de
sociedad anónima, por lo que no se puede establecer una modalidad distinta de ad-
ministración societaria, luego el órgano directorio es obligatorio y necesario para la
administración de la sociedad.
No se puede pactar que la administración va a recaer en otro órgano distinto al
directorio, ya que se entenderá dicha cláusula como no escrita, como por ejemplo si
se pactara que la S.A. será administrada por otra sociedad administradora o por una
persona natural o jurídica única o unimembre. No obstante lo señalado, no podemos
DERECHO DE SOCIEDADES 181

desconocer que los “holding” de empresas se organizan y tienen por objeto adminis-
trar a sus sociedades controladas, pero se hace aquello por medio de sus Directorios
y en concreto por la elección de los miembros de los directorios de las sociedades
controladas por el controlador del holding.
La ley le da el poder a la junta de accionistas de ¿scalizar al Directorio respecto
de la gestión de administración de los negocios sociales, en lo que se re¿ere a la
aprobación de la memoria, balance y estados ¿nancieros, elección de los miembros
del directorio y ¿jación de su “dieta”, elección de los auditores externos, reparto de
dividendos y, en general, cualquier materia de interés social, que no sea propia de
una junta extraordinaria de accionistas (materias indicadas por el artículo 56 de la
ley), y especialmente los negocios que haya celebrado la sociedad con algún director
que tenga interés en el negocio (artículo 44 de la ley). Este control de parte de las
juntas ordinarias de accionistas es auxiliado por los inspectores de cuentas o auditores
externos.
La administración de los negocios sociales es de cargo y responsabilidad de los
miembros del directorio y es de responsabilidad colectiva e individual, y los poderes
de administración del directorio emanan de la ley, en concreto del artículo 40. La so-
ciedad anónima no puede ser administrada por una entidad distinta, según ya hemos
señalado, y los directores son elegidos por la junta de accionistas con este propósito
exclusivo.
La administración de la sociedad se encuentra regulada en los artículos 31 a 50
bis de la Ley de Sociedades Anónimas y en Título IV “De la administración de la
Sociedad”, en los artículos 70 a 89 del Reglamento de las Sociedades Anónimas, re-
feridas a Directores y Gerentes, normas que destacan o relevan el carácter de órgano
societario.
El artículo 31 de la ley señala:
“La administración de la sociedad anónima la ejerce un directorio elegido por la
junta de accionistas.
Los estatutos de las sociedades anónimas deberán establecer un número invariable
de directores. La renovación del directorio será total y se efectuará al ¿nal de su
período, el que no podrá exceder de tres años. Los directores podrán ser reelegidos
inde¿nidamente en sus funciones. A falta de disposición expresa de los estatutos, se
entenderá que el directorio se renovará cada año.
El directorio de las sociedades anónimas cerradas no podrá estar integrado por menos
de tres Directores y el de las sociedades anónimas abiertas por menos de cinco, y si
en los estatutos nada se dijere, se estará a estos mínimos, sin perjuicio de lo anterior,
si la sociedad anónima abierta debiere designar al menos un director independiente
y constituir el comité a que se re¿ere el artículo 50 bis, el mínimo de directores será
de siete”.
En el artículo 50 bis de la ley se encuentra regulado el “Comité de Directores”, que
fue incorporado por la ley Nº 19.705, de 2000, conocida en su tiempo como “Ley de
OPAS y Gobierno Corporativo”, incorporando este nuevo órgano societario, que se
182 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

integra por tres miembros del directorio, que tengan la calidad de independientes del
accionista controlador y que debe existir en toda sociedad anónima abierta que tenga
un patrimonio bursátil igual o superior a 1.500.000 unidades de fomento y a lo menos
un 12,5 por ciento de sus acciones emitidas con derecho a voto, se encuentren en poder
de accionistas que individualmente controlen o posean menos del 10% de tales accio-
nes, y su competencia fundamental consiste en ¿scalizar la gestión de administración
del Directorio, y especialmente al accionista controlador. Cabe tener presente que el
Comité de Directores deberá tener a lo menos un director independiente.
El artículo 50 bis de la LSA, recientemente reformado por la ley Nº 20.832, de
2007, señala:
“Artículo 50 bis. Las sociedades anónimas abiertas deberán designar al menos un
director independiente y el comité de directores a que se re¿ere este artículo, cuando
tengan un patrimonio bursátil igual o superior al equivalente a 1.500.000 unidades
de fomento y a lo menos un 12,5% de sus acciones emitidas con derecho a voto, se
encuentren en poder de accionistas que individualmente controlen o posean menos
del 10% de tales acciones.
Si durante el año se alcanzare el patrimonio y el porcentaje accionario a que se re¿ere
el inciso anterior, la sociedad estará obligada a designar los directores y el comité a
contar del año siguiente; si se produjere una disminución del patrimonio bursátil a
un monto inferior al indicado o se redujere el porcentaje accionario antes referido,
la sociedad no estará obligada a mantener los directores independientes ni el comité
a contar del año siguiente.
No se considerará independiente a quienes se hayan encontrado en cualquier momento
dentro de los últimos dieciocho meses, en alguna de las siguientes circunstancias:
1) Mantuvieren cualquier vinculación, interés o dependencia económica, profesio-
nal, crediticia o comercial, de una naturaleza y volumen relevante, con la sociedad,
las demás sociedades del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los
ejecutivos principales de cualquiera de ellos, o hayan sido directores, gerentes, ad-
ministradores, ejecutivos principales o asesores de éstas.
2) Mantuvieren una relación de parentesco hasta el segundo grado de consanguinidad
o a¿nidad, con las personas indicadas en el número anterior.
3) Hubiesen sido directores, gerentes, administradores o ejecutivos principales de
organizaciones sin ¿nes de lucro que hayan recibido aportes, contribuciones o dona-
ciones relevantes de las personas indicadas en el número 1).
4) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de entidades que han prestado servicios jurídicos o de consultoría, por mon-
tos relevantes, o de auditoría externa, a las personas indicadas en el número 1).
5) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de los principales competidores, proveedores o clientes de la sociedad.
Para poder ser elegidos como directores independientes, los candidatos deberán
ser propuestos por accionistas que representen el 1% o más de las acciones de la
DERECHO DE SOCIEDADES 183

sociedad, con a lo menos diez días de anticipación a la fecha prevista para la junta
de accionistas llamada a efectuar la elección de los directores.
Con no menos de dos días de anterioridad a la junta respectiva, el candidato y su
respectivo suplente, en su caso, deberán poner a disposición del gerente general una
declaración jurada en que señalen que: i) aceptan ser candidato a director indepen-
diente; ii) no se encuentran en ninguna de las circunstancias indicadas en los numerales
anteriores; iii) no mantienen alguna relación con la sociedad, las demás sociedades
del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los ejecutivos principales de
cualquiera de ellos, que pueda privar a una persona sensata de un grado razonable de
autonomía, interferir con sus posibilidades de realizar un trabajo objetivo y efectivo,
generarle un potencial conÀicto de interés o entorpecer su independencia de juicio,
y iv) asumen el compromiso de mantenerse independientes por todo el tiempo en que
ejerzan el cargo de director. La infracción al literal iii) no invalidará su elección ni
los hará cesar en el cargo, pero obligará a responder de los perjuicios que su falta
de veracidad o incumplimiento pueda causar a los accionistas.
Será elegido director independiente aquel candidato que obtenga la más alta vota-
ción.
El director independiente que conforme a lo establecido en el inciso tercero adquiera
una inhabilidad sobreviniente para desempeñar su cargo, cesará automáticamente
en él, sin perjuicio de su responsabilidad frente a los accionistas. No dará lugar a
inhabilidad la reelección del director independiente en su cargo o su designación
como director en una o más ¿liales de la sociedad, en cuanto los directores de dichas
entidades no sean remunerados.
El comité tendrá las siguientes facultades y deberes:
1) Examinar los informes de los auditores externos, el balance y demás estados ¿-
nancieros presentados por los administradores o liquidadores de la sociedad a los
accionistas, y pronunciarse respecto de éstos en forma previa a su presentación a los
accionistas para su aprobación.
2) Proponer al directorio nombres para los auditores externos y clasi¿cadores pri-
vados de riesgo, en su caso, que serán sugeridos a la junta de accionistas respectiva.
En caso de desacuerdo, el directorio formulará una sugerencia propia, sometiéndose
ambas a consideración de la junta de accionistas.
3) Examinar los antecedentes relativos a las operaciones a que se re¿ere el Título
XVI y evacuar un informe respecto a esas operaciones. Una copia del informe será
enviada al directorio, en el cual se deberá dar lectura a éste en la sesión citada para
la aprobación o rechazo de la operación respectiva.
4) Examinar los sistemas de remuneraciones y planes de compensación de los gerentes,
ejecutivos principales y trabajadores de la sociedad.
5) Preparar un informe anual de su gestión, en que se incluyan sus principales reco-
mendaciones a los accionistas.
6) Informar al directorio respecto de la conveniencia de contratar o no a la empresa de
auditoría externa para la prestación de servicios que no formen parte de la auditoría
externa, cuando ellos no se encuentren prohibidos de conformidad a lo establecido
184 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

en el artículo 242 de la ley Nº 18.045, en atención a si la naturaleza de tales servicios


pueda generar un riesgo de pérdida de independencia.
7) Las demás materias que señale el estatuto social, o que le encomiende una junta
de accionistas o el directorio, en su caso.
El comité estará integrado por tres miembros, la mayoría de los cuales deberán ser
independientes. En caso que hubiese más directores con derecho a integrar el comi-
té, según corresponda, en la primera reunión del directorio después de la junta de
accionistas en que se haya efectuado su elección, los mismos directores resolverán,
por unanimidad, quiénes lo habrán de integrar. En caso de desacuerdo, se dará pre-
ferencia a la integración del comité por aquellos directores que hubiesen sido electos
con un mayor porcentaje de votación de accionistas que individualmente controlen o
posean menos del 10% de tales acciones. Si hubiese solamente un director indepen-
diente, éste nombrará a los demás integrantes del comité de entre los directores que
no tengan tal calidad, los que gozarán de plenos derechos como miembros del mismo.
El presidente del directorio no podrá integrar el comité ni sus subcomités, salvo que
sea director independiente.
Las deliberaciones, acuerdos y organización del comité se regirán, en todo lo que les
fuere aplicable, por las normas relativas a las sesiones de directorio de la sociedad.
El comité comunicará al directorio la forma en que solicitará información, así como
también sus acuerdos.
Los directores integrantes del comité serán remunerados. El monto de la remuneración
será ¿jado anualmente en la junta ordinaria de accionistas, acorde a las funciones
que les corresponde desarrollar, pero no podrá ser inferior a la remuneración prevista
para los directores titulares, más un tercio de su monto.
La junta ordinaria de accionistas determinará un presupuesto de gastos de funcio-
namiento del comité y sus asesores, el que no podrá ser inferior a la suma de las
remuneraciones anuales de los miembros del comité, y éste podrá requerir la contra-
tación de la asesoría de profesionales para el desarrollo de sus labores, conforme al
referido presupuesto.
Las actividades que desarrolle el comité, su informe de gestión anual y los gastos en
que incurra, incluidos los de sus asesores, serán presentados en la memoria anual
e informados en la junta ordinaria de accionistas. Las propuestas efectuadas por el
comité al directorio que no hubieren sido recogidas por este último, serán informadas
a la junta de accionistas previo a la votación de la materia correspondiente.
Los directores que integren el comité en el ejercicio de las funciones que señala este
artículo, además de la responsabilidad inherente al cargo de director, responderán
solidariamente de los perjuicios que causen a los accionistas y a la sociedad.
Las sociedades anónimas abiertas que no tengan el patrimonio mínimo y porcentaje
accionario señalados en el inciso primero, podrán acogerse voluntariamente a las
normas precedentes; en ese caso, deberán cumplir estrictamente con las disposiciones
de este artículo.”.
Finalmente, en cuanto a las potestades de administración del Directorio, éstas tie-
nen fuente u origen legal y son amplias, siendo este artículo 40 de la LSA un artículo
clave en la materia, que dispone:
DERECHO DE SOCIEDADES 185

“El directorio de una sociedad anónima la representa judicial y extrajudicialmente y


para el cumplimiento del objeto social, lo que no será necesario acreditar a terceros,
está investido de todas las facultades de administración y disposición que la ley o el
estatuto no establezcan como privativas de la junta general de accionistas, sin que sea
necesario otorgarle poder especial alguno, inclusive para aquellos actos o contratos
respecto de los cuales las leyes exijan esta circunstancia. Lo anterior no obsta a la
representación que compete al gerente, conforme a lo dispuesto en el artículo 49 de
la presente ley.
El directorio podrá delegar parte de sus facultades en los gerentes, subgerentes o
abogados de la sociedad, en un director o en una comisión de directores y, para objetos
especialmente determinados, en otras personas”.
Hemos sostenido que compete al directorio el desarrollo del objeto o giro de ne-
gocios sociales, con amplios poderes legales, cuyo límite son correlativamente los
poderes y competencias entregadas por la ley a las Juntas Generales de Accionistas
–verdadero poder soberano y de control– cuyas competencias las encontramos en los
artículos 56 (materias de juntas ordinarias) y 57 y 67 (materias de juntas extraordina-
rias). Desde este punto de vista nuestra ley de sociedades anónimas es marcadamente
pro directorio o pro administración, más que “asambleísta”, por lo menos en lo que
se re¿ere al día a día de la gestión de negocios sociales.
Hay por lo tanto en nuestra ley una verdadera asignación de competencias y po-
testades repartidas entre el directorio y las juntas de accionistas. El límite a las potes-
tades del directorio son las materias que la ley entrega a las juntas de accionistas, de
tal suerte que si el directorio se aboca a materias entregadas por la ley a las Juntas,
causa un acto nulo por falta de competencia legal. En este sentido se sostiene que se
ha aplicado en esta materia la teoría del órgano societario que es propia del derecho
público administrativo.
Este complejo de órganos societarios que interviene en la organización de la
sociedad anónima, con atribución legal de competencias a cada uno de ellos, le da
una especial ¿sonomía al denominado “gobierno corporativo” que se concretó con la
última reforma a la ley de mercado de valores y de sociedades anónimas, que reguló
por primera vez las ofertas públicas de adquisición de acciones (OPAs) y tomas de
control societario, como también incorporó el “Comité de Directorio” o de “Audito-
ría”, establecido en el ya citado artículo 50 bis de la ley, todo ello en virtud de la ley
Nº 19.705, de 2000, tomando partido el legislador por la protección a los accionistas
minoritarios respecto de los controladores, que por cierto tienen poder para defender
por sí mismos sus intereses. Un antecedente real de esta nueva regulación la aportó la
experiencia de la toma de control de Endesa España a la sociedad chilena Enersis S.A.,
con la colaboración expedita que le otorgaron los ejecutivos “clave” que controlaban
las acciones de las llamadas sociedades de Inversión Chispas S.A., quienes según la
SVS y la Excma. Corte Suprema, mediante sentencia de casación de forma y fondo,
de fecha 7 de julio de 2005 declaró que estos ejecutivos clave, antepusieron sus pro-
pios intereses a los de los accionistas en general, operación por la cual entregaron el
186 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

control societario del Holding Enersis, a cambio de una “multimillonaria” venta de


sus acciones, que no signi¿có el mismo bene¿cio económico para los otros accionistas
no ejecutivos clave del Holding Enersis y sus sociedades accionistas.
Un concepto interesante de gobierno corporativo lo entiende y de¿ne como “el
sistema por el cual las compañías son dirigidas y controladas, especi¿cando la distri-
bución de derechos y responsabilidades entre los distintos partícipes de la sociedad,
principalmente directorio, gerentes y accionistas, quienes deben velar por los mejores
intereses de la empresa” (diario El Mercurio, Economía y Negocios, 24 de julio de
2005, pág. B7); el concepto señalado tiene la virtud de comprender lo que se pretende
de¿nir, pero habría que agregar que se integra por normas que aseguren el control de
los administradores y que contenga sanciones patrimoniales en caso de obtenerse por
los administradores ventajas patrimoniales que se obtienen en perjuicio de la sociedad
y sus accionistas, privándoles de una legítima utilidad.
En resumen, nuestra ley de sociedades anónimas a partir de la reforma del año
2000, efectuada por la ley Nº 19.705, se encamina a un estándar aceptable de “gobierno
corporativo” con control, con una creciente protección a los accionistas minoritarios,
respecto de los accionistas controladores, que tienen poder su¿ciente para proteger
adecuadamente sus intereses económicos y societarios.
7. La fecha en que debe cerrarse el ejercicio y confeccionarse el balance y la
época en que debe celebrarse la junta ordinaria de accionistas.
De acuerdo a lo establecido por los artículos 51 a 54 y 73 de la Ley de Sociedades
Anónimas, el ejercicio anual de los negocios se cierra al día 31 de diciembre de cada
año. Se trata del cierre del ejercicio y de sus estados de resultado ¿nanciero, económico
y contable de la sociedad. Si el balance y estado de ganancias presenta utilidades o
“números azules”, el Directorio deberá proponer a la Junta de Accionistas el reparto
de dividendos, en consecuencia sólo al cierre del ejercicio se puede determinar si exis-
ten utilidades líquidas, evento en el cual nace el derecho de los accionistas a percibir
dividendos, lo que acredita el carácter de derecho condicional del mismo.
Hemos señalado que la ley establece los llamados dividendos mínimos legales
u obligatorios, en virtud del cual se debe repartir a los accionistas, a prorrata de sus
acciones, a lo menos el 30% de la utilidad líquida del ejercicio, siempre que se hayan
absorbido las pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores, según lo prescrito por el
artículo 79 de la ley.
Puede contener el estatuto social una regla distinta a la establecida en el artículo
79 de la ley, en cuanto a la distribución de los dividendos, estableciendo un porcen-
taje mayor de reparto que el 30% legal, pero no inferior a ese 30%, ya que de ser así
dicha cláusula contraría la ley y se encuentra afecta a lo dispuesto en el artículo 137
de la ley.
Si existen en el estatuto social acciones preferentes o privilegiadas, pueden éstas
participar en un mayor porcentaje de reparto al citado 30%, según lo establecido en
el acto constituido que establezca la preferencia.
DERECHO DE SOCIEDADES 187

También puede el estatuto social ¿jar la fecha para la celebración de las juntas
ordinarias de accionistas, las materias de esta clase de junta se encuentran estable-
cidas en el artículo 56 de la Ley de Sociedades Anónimas y las materias de junta
extraordinaria se encuentran establecidas en el artículo 57 de la Ley de Sociedades
Anónimas, siendo ambas normas un límite a las competencias legales del Directorio.
En la práctica, los estatutos sociales suelen repetir en estas materias las normas de la
ley citadas anteriormente.
Las juntas ordinarias de accionistas se deben celebrar dentro del cuatrimestre
siguiente al término o cierre del ejercicio comercial; esto es, desde el día 2 de enero
al día 30 de abril de cada año (artículo 55 de la ley).
En síntesis, la fecha en que debe cerrarse el ejercicio y confeccionarse el balance
y la época en que debe celebrarse la junta ordinaria de accionistas, son menciones
y materias que el legislador suple en silencio del estatuto social, por lo que se trata
de cuestiones de la naturaleza.
8. La forma de distribución de las utilidades.
La distribución de utilidades es un elemento esencial a la sociedad, conforme lo
establecido en el artículo 2053 del Código Civil, toda vez que la sociedad debe repartir
los bene¿cios que se obtengan del giro de negocios a sus socios o accionistas. Los
dividendos, en sentido clásico, son los frutos civiles que producen las acciones, bajo
condición de existir utilidad en el ejercicio de la sociedad anónima, es por lo tanto
un derecho condicional. Se encuentra regulado por la ley en los artículos 78 al 85 de
la Ley de Sociedades Anónimas. También se encuentra regulado en el Reglamento,
en los artículos 78 y 85 a 99.
Las personas participan en las sociedades con el ánimo de obtener utilidades o
dividendos, para ello se invierte en esta clase de títulos valores de renta variable y el
reparto es a prorrata de las acciones que se posean, salvo que en el estatuto existan
acciones preferentes o preferidas, que participen en un mayor porcentaje que el citado
30% en la utilidad del ejercicio.
El legislador establece el dividendo mínimo legal u obligatorio para evitar even-
tuales conÀictos entre accionistas y con clara vocación de proteger a los accionistas
minoritarios, de las decisiones de los accionistas controladores quienes podrían abusar
de éstos.
En materia de dividendos, el artículo 79 de la LSA establece:
“Salvo acuerdo diferente adoptado en la junta respectiva, por la unanimidad de las
acciones emitidas, las sociedades anónimas abiertas deberán distribuir anualmente
como dividendo en dinero a sus accionistas, a prorrata de sus acciones o en la propor-
ción que establezcan los estatutos si hubiere acciones preferidas, a lo menos el 30%
de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas cerradas,
se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les aplicará la
norma precedente.
En todo caso, el directorio podrá, bajo la responsabilidad personal de los directores
que concurran al acuerdo respectivo, distribuir dividendos provisorios durante el
188 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

ejercicio con cargo a las utilidades del mismo, siempre que no hubieren pérdidas
acumuladas”.
Este artículo protege a los accionistas minoritarios, y para repartir más o menos
cantidad que este 30%, es necesario que exista acuerdo unánime de los accionistas.
Las utilidades pueden tener dos destinos, repartirse entre los accionistas vía di-
videndo, o bien ingresarlo al capital social aumentándolo mediante la capitalización
de las utilidades, entregando con cargo al aumento “acciones liberadas de pago”
(artículo 80 LSA).
Asimismo, en los artículos 86 y 87 del reglamento se regulan los llamados “divi-
dendos opcionales”.
Esta mención en caso de silencio en los estatutos es suplida por el legislador, por
lo tanto no es esencial.
9. La forma en que debe hacerse la liquidación.
Relativo a la forma en que debe hacerse la liquidación de la sociedad anónima, el
estatuto puede contener reglas sobre la materia, pero el legislador suple el silencio
de éstos aplicándose un conjunto de normas que regulan el proceso de liquidación,
que tiene por objeto poner término a los negocios sociales, pagar acreedores sociales,
liquidar activos, cobrar créditos y si resulta un remanente repartirlo a los accionistas
a prorrata. En esta fase de la “vida” de la sociedad, el directorio es desplazado en
sus potestades por la comisión liquidadora o por el liquidador “unipersonal”, según
sea el caso.
Las causales de disolución aplicables a la sociedad anónima se encuentran esta-
blecidas en los artículos 103 y siguientes de la Ley de Sociedades Anónimas.
Acaecida una causal de disolución, salvo la Nº 3 del artículo 103 –esto es por
reunirse todas las acciones en manos de un mismo titular–, caso en el cual no hay
proceso de liquidación, se procede a la liquidación de la sociedad, proceso que
se encuentra regulado y es de cargo de la comisión liquidadora, que es un órgano
societario colegiado y que desplaza al directorio en sus potestades y competencias.
Durante la liquidación subsiste la personalidad jurídica para los efectos de la liqui-
dación, la que se terminará una vez que se ejecute el último acto de este proceso
(artículo 109 ley).
La liquidación consiste en un proceso societario “complejo” de cierre de sus nego-
cios, en virtud del cual se pone término a los negocios sociales, se procede a liquidar
los activos y a pagar a los acreedores sociales de conformidad a las normas de prela-
ción de créditos establecidas en el Código Civil, en los artículos 2472 y siguientes y
el remanente que resulte se reparte entre los accionistas a prorrata de sus acciones.
El proceso de liquidación se encuentra regulado en los artículos 103 a 120 de la
ley.
10. Arbitraje en la Sociedad Anónima.
La mención Nº 10 del artículo 4º de la LSA, re¿ere a la cláusula compromisoria
que puede incluirse en el estatuto social, la que es de carácter facultativa, ya que si
DERECHO DE SOCIEDADES 189

nada se señala en la materia, entran a jugar la norma citada, y el artículo 125 de la


LSA, disposiciones que a primera vista presentan una “antinomia” o contradicción.
El número 10 del artículo 4º, señala:
“La naturaleza del arbitraje a que deberán ser sometidas las diferencias que ocu-
rran entre los accionistas en su calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus
administradores, sea durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si
nada se dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
un árbitro arbitrador”.
Esta cláusula de carácter “accidental” del estatuto se re¿ere a la forma en que
se van a resolver los futuros conÀictos societarios entre accionistas o bien entre la
sociedad anónima y éstos, los que en el estatuto social se puede declarar que serán
de competencia de juez árbitro, de derecho o arbitrador. Obedece esta cláusula a una
forma de expresión de la llamada cláusula compromisoria. No se puede designar a la
o las personas especí¿cas que van a desempeñarse como jueces árbitros, a diferencia
de las sociedades de personas.
Adelantamos que existe en esta materia una abierta contradicción o antinomia
entre esta regla del artículo 4º Nº 10 y el artículo 125 de la ley y el artículo 227 Nº 4
del Código Orgánico de Tribunales, de 1943.
Sostenemos que la regla establecida en el artículo 125 de la ley, en que la juris-
dicción arbitral deviene en un arbitraje facultativo a la sola voluntad del demandante,
en una verdadera regresión en la materia, e implica un perjuicio a los derechos de
los accionistas, siendo por lo tanto una mala regulación, por la redacción del citado
artículo 125 de la LSA. Además, dicha norma adolece de ciertos visos de inconsti-
tucionalidad, ya que la ley de sociedades anónimas es una ley común o simple y el
Código Orgánico de Tribunales, conforme lo dispuesto en el artículo 5º transitorio de
la Constitución Política, tiene rango de ley orgánica constitucional, siendo de mayor
jerarquía normativa que la primera, razón por la cual no pudo operar una derogación
tácita del artículo 227 Nº 4 del Código citado, que declara como materia de arbitraje
forzoso los conÀictos jurídicos en la sociedad anónima.
El referido y discutido artículo 125 de la LSA, recientemente modi¿cado por la
ley Nº 20.382, de 2009, ampliando el ámbito del arbitraje en la anónima en relación
a su versión del año 1981, señala:
“En los estatutos sociales se establecerá la forma cómo se designarán el o los árbitros
que conocerán las materias a que se re¿ere el Nº 10 del artículo 4º de la presente
ley. En caso alguno podrá nominarse en ellos a una o más personas determinadas
como árbitros.
El arbitraje que establece esta ley es sin perjuicio de que, al producirse un conÀicto,
el demandante pueda sustraer su conocimiento de la competencia de los árbitros y
someterlos a la decisión de la justicia ordinaria. Este derecho no podrá ser ejercido
por los directores, gerentes, administradores y ejecutivos principales de la sociedad.
Tampoco por aquellos accionistas que individualmente posean, directa o indirecta-
190 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

mente, acciones cuyo valor libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento,
de acuerdo al valor de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda.”.
En materias comerciales, como es sabido, la tendencia dominante es a dar amplia
aplicación a la justicia arbitral, como regla obligatoria de solución de conÀictos jurí-
dicos, por un tema de rapidez de solución de controversias y por un tema de experticia
más acorde si se compara con los tiempos y experticia de la justicia ordinaria, en
estas materias.
En un título especial desarrollaremos más profundamente el tema del arbitraje en
la Ley de Sociedades Anónimas, atendida su importancia.
11. Directorio Provisorio.
En la mención 11º del artículo 4º de la LSA, encontramos el denominado Direc-
torio Provisorio de la anónima, cuyos miembros son designados por los accionistas
constituyentes en la escritura pública de constitución, quienes estarán en funciones
hasta la próxima Junta Ordinaria de Accionistas. La designación de los miembros del
Directorio provisorio, es esencial y su competencia consiste en la puesta en marcha de
la anónima; y, lo propio respecto a la designación de auditores externos, inspectores
de cuentas o contadores auditores, según corresponda.
El número 11º del artículo 4º de la LSA, señala:
“La designación de los integrantes del directorio provisorio y de los auditores ex-
ternos o de los inspectores de cuentas, en su caso, que deberán ¿scalizar el primer
ejercicio social”.
Los miembros del Directorio Provisorio, se designan en los artículos ¿nales
transitorios del estatuto social, cuya competencia principal es la puesta en marcha
de la sociedad anónima. Normalmente son miembros del directorio provisorio los
accionistas fundadores y permanecen en funciones hasta la primera junta ordinaria
de accionistas, la que deberá elegir a los miembros del directorio mediante votación
de los accionistas. Asimismo, se designa a los inspectores de cuenta, contadores au-
ditores o bien auditores externos, según corresponda a sociedad anónima cerrada o
abierta, respectivamente.
12. Pactos de Accionistas.
Finalmente, el número 12 del artículo 4º, vuelve a establecer una mención vo-
luntaria, en cuanto autoriza a incluir en el estatuto social otros pactos de accionistas,
distintos a las llamadas menciones esenciales.
En numeral 12 indicado dispone: “Los demás pactos que acordaren los accio-
nistas.
Se pueden establecer cláusulas especiales en los estatutos sociales, que acuerden
los accionistas fundadores con el objeto de articular regulaciones particulares en sus
relaciones societarias, tales como reglas relativas a la designación de diario en que
deben hacerse las publicaciones legales de la sociedad; reglas relativas a cesión de
acciones en la sociedad anónima cerrada y la manera o procedimiento para establecer
DERECHO DE SOCIEDADES 191

el precio de las acciones que se cedan, orden y procedimiento para efectuar la oferta de
cesión a los otros accionistas de parte del cedente, regulaciones de futuros aumentos
de capital, ¿jando plazos y montos, establecimiento de estrategias de desarrollo de los
negocios societarios, políticas de ¿nanciamiento de proyectos y de endeudamiento,
causales especiales de disolución distintas a las legales, un porcentaje de reparto de
dividendos distinto al mínimo legal, entre otras materias.

6. Pactos de accionistas en la sociedad anónima


y su relación con las Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones (OPA)
Seguidamente, desarrollamos el tema pactos de accionistas, y especialmente su
relación con las ofertas públicas de adquisición de acciones (“OPAs”), entendiendo
a estas últimas como un procedimiento reglado y controlado por la SVS, para tomar
el control en la administración de una sociedad anónima, preferentemente aplicables
a anónimas abiertas, institución reglada en Chile a partir de la reforma de la ley
Nº 19.705, del año 2000. La idea de establecer un procedimiento reglado para la
toma de control de una anónima abierta, tiene como ¿nalidad o bien jurídico prote-
gido el valor de las acciones de los accionistas minoritarios, en una toma de control.
La protección entonces apunta a que los accionistas que vendan sus acciones a un
controlador “entrante”, reciban un precio unitario por acción, superior al de bolsa,
antes de ocurrir el proceso de toma de control. La teoría económica, re¿ere a que en
los procesos de toma de control de sociedades, el valor de las acciones es superior a
aquel que pueden tener sin dicho proceso.
Observaremos este tema, mediante el análisis de los Pactos de Accionistas, Accio-
nista Controlador y Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones (OPA) en el Mercado
de Valores chileno, considerando la reforma incorporada el año 2000, mediante la
ley Nº 19.705.
Primero, indicamos que los Pactos de Accionistas han tenido un desarrollo o apli-
cación en las últimas décadas bastante intenso, según se han complicado las relaciones
intersocios en las sociedades anónimas. En este sentido, resulta característico de esta
realidad que en nuestra legislación la regulación a estos acuerdos es breve y escueta,
y por el contrario es común observar en las publicaciones económicas la frecuencia
con que es conocida la existencia de pactos suscritos entre accionistas, cuya ¿nalidad
es regular ciertas materias especí¿cas en la administración de la sociedad anónima,
o bien en materia de cesión de acciones disponiendo de ciertos procedimientos es-
peciales para proceder a la venta de estos instrumentos e imponiendo la obligación
de ofrecerlos preferentemente el otro accionista, con quien se ha suscrito el referido
pacto, en temas en que se persigue alejarse de las reglas supletorias de la voluntad de
los asociados en una compañía y que el legislador suple a falta de regulación especial,
en este sentido los Pactos de Accionistas, tienen un carácter excepcional y requieren
el acuerdo de los accionistas “pactados”, para que tengan existencia jurídica. Por lo
señalado anteriormente, no encontraremos en nuestra Ley de Sociedades Anónimas
192 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Nº 18.046 y su Reglamento (D.S. Nº 702, de 2012) una regulación extensa en relación


a los Pactos de Accionistas, sino que en general es necesario analizar el contenido de
éstos según se presentan en el mundo de los negocios “parasocietarios” y en la medida
en que se tenga conocimiento y acceso a ellos, atendido a que en variados casos son
con¿denciales o enteramente privados, a lo menos en la modalidad cerrada, ya que
en la abierta son conocidas por la sociedad y los demás accionistas.
Un aspecto que no deja de llamar la atención es que el viejo principio igualitario,
relativo a la igualdad de los accionistas en la sociedad anónima, que llevó al tratadista
Ripert a concebir la sociedad anónima como una auténtica y verdadera democracia,
no es tal, ya que la sola existencia de tales pactos especiales lleva a concluir que la
ley no satisface los intereses de todos los accionistas de una compañía y que por
tales razones ingresan a ésta y coexisten en ella formalizando los pactos particulares
un estatuto sui géneris que persigue como hemos indicado una especial regulación
a materias en que se precisa asegurar una regulación distinta al funcionamiento y
establecimiento legal o común. Por ello muchos de estos pactos no son conocidos
por los otros accionistas de la compañía y sólo lo son ante un caso de conÀicto eco-
nómico jurídico que es llevado a resolución de justicia arbitral u ordinaria. Se puede
observar en este aspecto, que suele ser característico en la dinámica de estos pactos
societarios, la naturaleza con¿dencial o secreta en que se gestan y, por ello, los ac-
cionistas ajenos a ellos desconocen las actuaciones y obligaciones que asumen sus
suscriptores, que muchas veces se traducen en el manejo de determinadas políticas
que implementan los directores que son electos por los accionistas miembros de di-
chos pactos. Esta situación, en que son actores los accionistas controladores quienes
pueden encontrarse, en algunos casos, guiados incluso por un pacto o acuerdo de
actuación conjunta, de¿nido en el artículo 98, inciso primero, de la Ley de Mercado
de Valores como aquel “Acuerdo de actuación conjunta es la convención entre dos
o más personas que participan simultáneamente en la propiedad de una sociedad,
directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas controladas, mediante
la cual se comprometen a participar con idéntico interés en la gestión de la sociedad
u obtener el control de la misma”.
No obstante en la anónima abierta, dichos pactos son depositados en la sociedad
y registrados en el Registro de Accionistas, con el objeto de hacerlos oponibles a la
propia sociedad y demás accionistas.
En el caso particular del “Acuerdo de Actuación conjunta”, éste se encuentra regla-
do en la Ley de Mercado de Valores en su artículo 98, y señala: “Acuerdo de actuación
conjunta la convención entre dos o más personas que participan simultáneamente en
la propiedad de una sociedad, directamente o a través de otras personas naturales
o jurídicas controladas, mediante la cual se comprometen a participar con idéntico
interés en la gestión de la sociedad u obtener el control de la misma”, la idea matriz
que ha utilizado el legislador en la de¿nición legal, consiste en la concurrencia de
voluntades de dos o más accionistas de una misma sociedad, que convienen dirigir sus
intereses mancomunados para inÀuir en la gestión de la compañía, por ello los acuerdos
DERECHO DE SOCIEDADES 193

se formalizan en la administración por lo tanto a nivel de Directorio con la ¿nalidad


de materializar estos intereses en las políticas que se proponen a los accionistas, que
comprenden políticas de reparto de dividendos, ¿nanciación o endeudamiento, ges-
tión estratégica para desarrollar determinados negocios en el giro de industria a que
pertenece la compañía, o sistema de consultas recíprocas entre accionistas para tomar
acuerdos en ciertas materias en el manejo de los negocios sociales.
El problema que presentan estos pactos de actuación conjunta, especialmente cuan-
do se dirigen a la toma de control de una sociedad, es el nivel de secreto estratégico
que le dan sus suscriptores o de con¿dencialidad, de tal suerte que muchas veces se
altera el “normal” funcionamiento de los precios de las acciones de esa compañía
en un período de tiempo y al desconocerse, por los inversionistas institucionales y
accionistas en general, y especialmente los minoritarios, toman decisiones de cambios
de posiciones en sus carteras de inversión o venden, sin saber las consecuencias que
se pueden sobrevenir en el corto plazo, en cuanto al cambio de valor de la sociedad y
sus acciones. De otra parte, el accionista minoritario observa estos procesos de toma
de control, seguido de conÀicto con la autoridad de control y ¿scalización, más las
consecuentes variaciones de precio accionario, como un simple espectador.
En este sentido nuestra Ley de Mercado de Valores y de Sociedad Anónima ha
venido desde una ausencia o regulación mínima a los procesos de toma de control de
anónimas, considerando que en los años 80 y 90 no se regulaba la Oferta Pública de
Adquisición de Acciones, a una mayor regulación como la que conocemos a partir
del año 2000, con la reforma de la ley Nº 19.705, en adelante, con una regulación
especí¿ca en los artículos 198 a 219 de la Ley de Mercado de Valores, Nº 18.045,
de 1981.
En síntesis, los pactos de accionistas, para toma de control en la abierta entran en
la esfera de la regulación de las OPAS; y, en lo que re¿ere a acuerdos de ejercicio
de poder y cesión o venta de acciones, quedan en un ámbito con¿dencial o privado,
salvo si re¿eren a una sociedad anónima abierta.

6.1. Regulación mínima de los pactos de accionistas


en nuestra legislación de sociedades anónimas Nº 18.046
Nuestra Ley sobre Sociedades Anónimas Nº 18.046, publicada en el Diario O¿-
cial con fecha 22 de octubre de 1981, contiene una regulación mínima o meramente
nominal a los Pactos de Accionistas. En efecto, en el extenso articulado, sólo dos
disposiciones legales hacen referencia a esta materia.
Por una parte, al regular las menciones que debe contener la escritura pública de
constitución de la Sociedad Anónima en su artículo 4º, último número señala “La
escritura de la sociedad debe expresar: 12. Los demás pactos que acordaren los
accionistas”.
Podemos a¿rmar que el legislador concibe los pactos de accionistas como elementos
accidentales al acto jurídico constitutivo de la Sociedad Anónima, ya que no se trata
194 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de un elemento ni de la esencia ni de la naturaleza de la sociedad y queda entregado


a la libre disposición de los accionistas fundadores, siendo en de¿nitiva un elemento
contingente y no obligatorio o necesario.
Además, el legislador supone que estos pactos de accionistas son públicos, tanto
que entiende que de existir forman parte de la escritura pública de constitución. No
obstante, nada obsta, y en la práctica suele ocurrir con frecuencia, que dichos pactos
no se forman al constituir sociedad y pueden válidamente constar en un simple ins-
trumento privado autorizado ante notario público, con lo que adquieren carácter de
privado o secreto y con¿dencial.
En una visión más amplia, debemos considerar que el legislador de la Ley de
Sociedades Anónimas de 1982 ha seguido una tendencia antigua en la materia, en
cuanto a regular mínimamente o de manera nominal los pactos, ya que en la Socie-
dad Colectiva Comercial encontramos que al regular nuestro Código de Comercio
de 1865 los elementos de la escritura pública de constitución, en el artículo 352 bajo
el número 12 señala: “Los demás pactos que acordaren los socios”. Asimismo, para
consagrar la imperatividad de la responsabilidad solidaria de los socios colectivos
por las deudas sociales, en el artículo 70 señala:
“Los socios colectivos indicados en la escritura social son responsables solidariamente
de todas las obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social. En ningún caso
podrán los socios derogar por pacto la solidaridad en las sociedades colectivas”.
Este importante tema no puede ser materia de un pacto societario modi¿catorio
de la responsabilidad solidaria frente a terceros por obligaciones de la sociedad co-
lectiva válidamente contrarias bajo la razón social, pero podría regularse en un pacto
societario la manera cómo se repartirá la deuda entre los socios (contribución a la
deuda), este pacto es válido entre socios, pero naturalmente no es oponible a terceros
los acreedores de la sociedad, por la disposición legal transcrita. Esta disposición
contenida en el artículo 370 del Código de Comercio se aplica por reenvío a la socie-
dad en comandita, simple o por acciones a los socios gestores (artículos 474 y 491
del Código de Comercio).
Idéntica regulación mínima a los pactos societarios la encontramos en la Ley sobre
Sociedades de Responsabilidad Limitada Nº 3.918, publicada en el Diario O¿cial de
14 de marzo de 1923, cuyo redactor fue el jurista don Luis Claro Solar, cuando en
su artículo 2º al disponer que este tipo societario se constituye por Escritura Pública,
cuyo extracto es necesario publicar en el Diario O¿cial e inscribir en el Registro de
Comercio del domicilio de la sociedad, por una vez en el plazo de 60 días a contar de la
fecha de la Escritura, ¿naliza ordenando “que la responsabilidad personal de los socios
queda limitada a sus aportes o a la suma que a más de éstos se indique”. No pueden
en consecuencia los socios limitados rebajar esta limitación de responsabilidad por
deudas sociales a menor suma que el aporte y si pueden pactar una suma superior.
La otra disposición que, en nuestra Ley de Sociedades Anónimas, regula estos
pactos societarios la encontramos en la norma contenida en el artículo 14 de la ley,
que dispone:
DERECHO DE SOCIEDADES 195

“Los estatutos de las sociedades abiertas no podrán estipular disposiciones que limiten
la libre cesión de las acciones.
“Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el Registro de accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos se tendrán por no escritos”.
De lo señalado se sigue que los pactos de accionistas, en la sociedad anónima
abierta, para que sean oponibles a la sociedad y demás accionistas, requieren publi-
cidad; esto es, registro ante la compañía y hacerse referencia a ellos en el Registro de
Accionistas, si no se tienen por no escritos.

6.2. Naturaleza jurídica y límites normativos a los pactos de accionistas


Los pactos o acuerdos de accionistas, ya sea que tengan su origen en el Estatuto
Societario o en instrumentos “para societarios”, incluida la hipótesis de acuerdo o
pacto suscrito para la toma de control de una compañía ya existente, tienen una na-
turaleza convencional.
En efecto, su naturaleza convencional se encuadra en la del acto jurídico bilateral
(o multilateral), cuya ¿nalidad es crear un estatuto jurídico de excepción que regule
las relaciones e intereses entre dos o más accionistas de una sociedad, la mayor de las
veces regulando hipótesis de contenido económico, más allá de las reglas que prevé
el legislador. Esta naturaleza jurídica convencional sujeta estos acuerdos o pactos
a las reglas de la autonomía de la voluntad y de la libertad contractual que nuestro
sistema jurídico reconoce como principios generales del sistema de derecho privado
chileno. En este orden de ideas el legislador reconoce a los sujetos la capacidad para
celebrar las convenciones que estimen convenientes a sus intereses, dentro del marco
de lo lícito.
En cuanto acto jurídico bilateral, los pactos de accionistas deben cumplir con los
requisitos propios de esta clase de actos; esto es, tener capacidad de libre ejercicio sus
autores, una causa y objeto lícitos y generarse respetando la voluntad de sus autores
libre de vicios del consentimiento, error fuerza o dolo.
Si analizamos el contenido de fondo de los pactos de accionistas observaremos que
éstos presentan una especial regulación de los intereses de los accionistas suscriptores,
que persiguen lograr un ¿n común (ejemplo, toma de control de una sociedad anó-
nima existente y ejercicio del poder dentro de ella, en especial en cuanto a la gestión
de la empresa, su administración y a partir de ella las políticas en materias del giro
del negocio) o bien regular procedimientos en cuanto a retiro de un accionista de
la compañía y opción de ofertar acciones de quien se retira a los otros accionistas,
conjuntamente con un procedimiento para justipreciar el valor de las acciones en las
sociedades anónimas cerradas (distinto al valor libro señalado en el artículo 77 del
Reglamento de Sociedades Anónimas que: “se determinará dividiendo el capital pa-
gado más las reservas sociales y más la utilidad o menos las pérdidas por el número
total de las acciones suscritas y pagadas, total o parcialmente”).
196 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Con lo dicho, el contenido de fondo de los pactos o acuerdos de accionistas es


la regulación y aseguramiento de los intereses económicos de sus suscriptores cuya
motivación la encontramos en la estrategia de negocios que estos agentes persiguen.
Finalmente, es necesario destacar que en cuanto convenciones, su e¿cacia se encuentra
amparada en el principio de la “ley del contrato”, que re¿ere a la fórmula consistente
en que “Todo contrato legalmente celebrado es una ley para las partes y no puede
ser invalidado sino que por mutuo acuerdo o por causas legales”, contenido en el
artículo 1545 del Código Civil, pero el contenido de los pactos de accionistas no puede
ir en contra de normas de naturaleza imperativa, como la misma LSA, por mandato
del artículo 137, ni en contra de normas prohibidas, con la consiguiente ine¿cacia
de la nulidad.

6.3. Límites legales a los contenidos


de los pactos de accionistas en la sociedad anónima
Explicamos anteriormente que en materia de pactos de accionistas, ya sea que
éstos se generen en el acto constitutivo de la Sociedad Anónima, o bien que nazcan
con posterioridad a la existencia de ésta, en instrumentos “para societarios”, el prin-
cipio general consiste en la plena libertad en cuanto a su celebración y en cuanto a su
contenido. Se aplica en la materia el clásico principio de la libertad contractual y de
la autonomía de la voluntad de las personas, reconociendo como limites inmediatos
las normas imperativas y prohibitivas, y especialmente normas de orden público
económico.
Por lo señalado, los límites legales a los pactos de accionistas constituirán –en
principio– la excepción. Esto explica nuestra a¿rmación consistente en que la regu-
lación a estos pactos es meramente nominal o mínima.
Primera Limitación.
El legislador consagró para la Sociedad Anónima Abierta, originalmente, “aquellas
que hacen oferta pública de sus acciones en conformidad a la Ley de Mercado de
Valores; aquellas que tienen 500 o más accionistas y aquéllas en las que a lo menos
el 10% de su capital suscrito pertenece a un mínimo de 100 accionistas” (artículo 2º,
inciso 2º), y a partir de la reforma del año 2009, simplemente entendiendo por abier-
tas “aquellas que inscriban voluntariamente o por obligación legal sus acciones en
el Registro de Valores” un principio absoluto y que consiste en que los estatutos de
estas compañías no pueden contener disposiciones que limiten la libre cesión de las
acciones. A este principio se le conoce con el nombre de “Principio de la Libre Cesión
de las Acciones” y se encuentra contenido en el artículo 14 de la ley, en su inciso pri-
mero, según reforma del 2009, que señala: “Los estatutos de las sociedades anónimas
abiertas no podrán incluir limitaciones a la libre disposición de las acciones”.
La redacción del precepto es indicativo de norma prohibitiva y, por lo tanto, la
ine¿cacia o sanción que afecta a una cláusula societaria o de pacto, que transgreda la
norma citada, es la nulidad absoluta de la misma.
DERECHO DE SOCIEDADES 197

Segunda Limitación. Inoponibilidad a Terceros adquirentes.


Con lo señalado un pacto de accionistas no puede contener disposiciones ni
procedimientos que signi¿quen privar o desconocer el derecho de los accionistas de
ceder o transferir libremente sus acciones, a título gratuito u oneroso, en cualquier
tiempo a la persona que determinen. Tampoco podrían contenerse disposiciones en
los pactos de accionistas en la abierta, que signi¿quen entrabar o limitar este derecho
del accionista.
La razón que tuvo el legislador para establecer esta prohibición o límite radica en
que es de la esencia del título acción en la sociedad anónima abierta ser transferido,
ya que es un instrumento de inversión, que debe circular libremente, elemento que
se aprecia en las transacciones en los mercados secundarios, entre ellos en las Bolsas
de Valores.
No obstante, el mismo artículo 14 en su inciso 2º, discurre sobre la idea de cómo
dar validez a los pactos de accionistas, que modelen o maticen el principio de la libre
cesibilidad de las acciones, para la abierta, y señala según redacción actual, incluida
la reforma del año 2009:
“Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el registro de Accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos serán inoponibles a terceros. Tales pactos no afectarán la obligación de
la sociedad de inscribir sin más trámite los traspasos que se le presenten, de confor-
midad a lo establecido en el artículo 12”.
Cabe distinguir, si el pacto no ha sido inscrito en el Registro de Accionistas, se
produce la ine¿cacia de la inoponiblidad respecto de terceros; y, si las acciones han
sido cedidas a otro, aun cuando inscrito en la compañía, la cesión de acciones debe
inscribirse. Con lo señalado el pacto ha perdido fuerza jurídica respecto de terceros
adquirentes de acciones “pactadas”; en consecuencia, se privilegia la enajenación de
acciones en la abierta.
La ine¿cacia jurídica que afecta a toda disposición estatutaria o de pacto de ac-
cionistas, que amague o desconozca este principio en la sociedad anónima abierta
es la nulidad absoluta de dicha cláusula (considerando la imperatividad del artículo
137 de la LSA).
Este principio de libre cesión de las acciones no es aplicable a la sociedad anónima
cerrada (antes de la reforma de 2009 aquélla no comprendida en ninguno de los casos
tipi¿cantes de sociedad anónima abierta artículo 2º, inciso 3º), actualmente en artículo
2º, inciso 4º, LSA simplemente: “las que no cali¿can como abiertas o especiales”.
En efecto, la disposición legal citada del artículo 14 LSA, sólo es aplicable a la
sociedad anónima abierta y no a la cerrada. El legislador reguló la sociedad anóni-
ma cerrada con un carácter o espíritu más bien “familiar” o con rasgos de intuito
personae, por ello, los estatutos o un pacto de accionistas podría contener reglas o
procedimientos especiales, en cuanto al régimen de la cesión de acciones.
198 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Así es de común ocurrencia que en las sociedades anónimas cerradas se pacte


que el accionista que pretenda ceder todo o parte de sus acciones, deberá ofertarlas
previamente a los otros accionistas, señalando incluso un orden de prelación, estable-
ciendo un procedimiento y plazos de caducidad de la oferta y la manera de determinar
el precio unitario de la acción, bajo la modalidad de auditoría especializada o bien a
valor libro.
Es necesario considerar que la posibilidad de interesar a terceros en la compra
de acciones de una sociedad anónima cerrada es muy menor o limitada, ya que sus
acciones no se transan en Bolsa de Valores, ni existe un precio de mercado o¿cial y
público. Este tipo de acción es normalmente de escasa o limitada liquidez, ya que su
precio se determina en transacciones privadas y carece de presencia en Bolsa.

6.4. Regulación al pacto de accionistas


sobre cesión de acciones en sociedades anónimas cerradas
Nuestra Ley de Sociedades Anónimas reguló el pacto de accionistas de contenido
cesión de acciones, al establecer en el artículo 14, inciso 2º, antes de la ley Nº 20.382,
de 2009:
“Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el Registro de Accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos se tendrán por no escritos”.
La omisión de registro del pacto de Accionistas en el Registro de Accionistas de
la compañía, se solucionaba con la declaración de “tenerlos por no escritos”, esto es,
por inexistentes.
Esta norma legal es aplicable tanto en anónima abierta como cerrada.
Estos pactos de accionistas regulatorios de la cesión de acciones, en virtud de
los cuales, ordinariamente, se pacta que en caso de cesión o venta de acciones éstas
deberán ser ofrecidas a los otros accionistas, estableciendo un orden de prelación,
plazos, formalidades de comunicación y manera de determinar el precio unitario de
la acción debe constar por escrito. Para estos efectos puede contenerse el pacto en
instrumento privado o público. Además, debe el pacto entregarse en copia a la socie-
dad, con la ¿nalidad que sea conocido por los otros accionistas y terceros interesados,
anotándose en el Registro de Accionistas, que debe llevar el Gerente General, la
existencia del mismo.
De no cumplirse con estos requisitos de publicidad para los accionistas de la com-
pañía, la ine¿cacia consiste en que se tiene por no escrito, en consecuencia no va a
producir los efectos jurídicos que pretendían sus autores. Al emplear el legislador la
expresión: “Si así no se hiciere, tales pactos se tendrán por no escritos”, ha querido
signi¿car que son inexistentes y no nulos.
Actualmente, en la nueva redacción del inciso 2º del artículo 14 de la LSA, la
ine¿cacia jurídica no es el tener por no escrito el pacto que se ha omitido de registro,
sino que la inoponiblidad al tercero adquirente de las acciones pactadas entre accio-
DERECHO DE SOCIEDADES 199

nistas, en cuanto a la cesión de las mismas; y, ¿nalmente si en de¿nitiva hubiere sido


inscrito ante el Registro de Accionistas, la cesión de acciones debe ser inscrita por la
compañía al nuevo adquirente. El artículo 14, inciso segundo señala:
“Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el registro de Accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos serán inoponibles a terceros. Tales pactos no afectarán la obligación de
la sociedad de inscribir sin más trámite los traspasos que se le presenten, de confor-
midad a lo establecido en el artículo 12”.
Otra limitación en cuanto al contenido de fondo de los pactos de accionistas, de
aplicación común a la sociedad anónima cerrada y abierta, la encontramos en el ar-
tículo 39, inciso ¿nal, que establece:
“Los Directores elegidos por un grupo o clase de accionistas tienen los mismos de-
beres para con la sociedad y los demás accionistas que los directores restantes, no
pudiendo faltar a éstos y a aquélla a pretexto de defender los intereses de quienes
los eligieron”.
Esta norma legal es trascendente en cuanto a su contenido, ya que en un pacto
no se podrían establecer normas que sujeten a los directores que puedan elegir los
accionistas, en el sentido que éstos de¿endan sólo los intereses de sus accionistas
electores, proponiendo políticas societarias en esa dirección.
No podemos desconocer que los accionistas mayoritarios, los que poseen el diez o
más por ciento de la propiedad accionaria de la compañía, unidos a otros accionistas
mayoritarios, pueden elegir más directores y por lo tanto controlar la administración
de la sociedad y, obviamente, estos directores van a perseguir concretar las políticas
que sus accionistas electores les hayan sugerido. Por ello, las estrategias comerciales
y de mercado no suelen incorporarse expresamente en los pactos y más bien se con-
cretan a un nivel con¿dencial, y se concretan en la medida que se logra el control de
la compañía a nivel de su directorio, ya que como bien se sabe el o los que logran el
control de la sociedad la administran.
En prevención al principio consistente en que los directores no pueden buscar
proponer o desarrollar políticas que miren al exclusivo interés de los accionistas que
los eligieron, el artículo 42 de la Ley de Sociedades Anónimas, en su número primero
prescribe:
“Los Directores no podrán: 1. Proponer modi¿caciones de estatutos y acordar emi-
siones de valores mobiliarios o adoptar políticas o decisiones que no tengan por ¿n
el interés social, sino sus propios intereses o los de terceros relacionados”.
Dentro de los terceros interesados se encuentran comprendidos los accionistas
que los eligieron en la Junta Ordinaria respectiva. Si un director transgrede esta
norma prohibitiva, realizando la conducta contraria a la norma transcrita, podría ser
removido de su calidad de tal y si su actuación ha causado perjuicios deberá indem-
nizar, conforme a lo dispuesto por el artículo 133 de la Ley de Sociedades Anónimas,
200 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

considerando además que los directores deben emplear en el ejercicio de su cargo el


cuidado y diligencia que los hombres emplean ordinariamente en sus propios negocios,
respondiendo por lo tanto de culpa leve (artículo 41 Ley de Sociedades Anónimas).
El problema práctico consiste en probar o acreditar en un juicio declarativo el hecho
consistente en que un Director o grupo de ellos ha transgredido la norma prohibitiva
del artículo 42 Nº 1 de la ley Nº 18.046.

6.5. Pactos o acuerdos de accionistas de actuación conjunta


La Ley de Mercado de Valores chilena (ley Nº 18.045, de 1981), contiene unas
de¿niciones básicas que consideramos relevantes para desarrollar el tema de los pactos
o acuerdos de accionistas de actuación conjunta.
Un concepto básico en el de accionista minoritario, que encontramos en el artículo
4º bis, en su letra D), que establece:
“Accionista Minoritario: toda persona que por sí solo o en conjunto con otras con
las que tenga acuerdo de actuación conjunta, posea menos del 10% de las acciones
con derecho a voto de una sociedad, siempre que dicho porcentaje no le permita
designar un Director”.
En consecuencia, es accionista minoritario toda persona que posea menos de un
10% de la propiedad accionaria, y siempre que dicho porcentaje no le permita elegir
a lo menos un miembro del Directorio, de lo que se sigue que el minoritario no puede
tener injerencia en la administración de la anónima, y debe estar a los resultados de
la gestión societaria de los controladores.
Si esa persona por sí sola o en conjunto con otras con las que tenga acuerdo de
actuación conjunta, posee más del 10% de las acciones con derecho a voto, debe ser
considerado como accionista mayoritario.
Existe el deber de informar a la Superintendencia de Valores y Seguros y a cada
una de las Bolsas de Valores, respecto de toda persona que por sí o a través de otras
personas naturales o jurídicas, que posea o llegue a poseer el l0% o más del capital
suscrito de una sociedad cuyas acciones se encuentren inscritas en el registro de
valores, respecto de toda adquisición o enajenación de acciones de esa compañía,
dentro de los cinco días siguientes al de la transacción o transacciones respectivas.
Igual obligación de información recae respecto de los directores, gerente general y
gerentes, cualquiera sea el porcentaje de acciones de que se trate.
En EE.UU., la Ley Williams introdujo una norma general en virtud de la cual
cualquier persona que directa o indirectamente adquiera más del 5% de cualquier tipo
de acciones de una S.A. que transe instrumentos en Bolsa, deberá informar tal hecho
a la Securities Exchange Commission (SEC); esta información debe suministrarse
aun cuando no se tenga la intención de realizar una Oferta Pública de Adquisición de
Acciones (OPA) o adquirir el control de la compañía.
Esta obligación de informar a la Superintendencia y Bolsas de Valores en que se
transen las acciones de la compañía, se encuentra consagrada en el artículo 12 de la
DERECHO DE SOCIEDADES 201

Ley de Mercado de Valores, y tiene por ¿nalidad asegurar la transparencia que debe
informar al Mercado de Valores. Es relevante tanto para la autoridad de control –Su-
perintendencia– como para el público en general conocer quiénes son los accionistas
mayoritarios de una compañía y si su estrategia es o no la toma de control de ella. Este
último fenómeno inÀuye directamente en el precio en que se transan las acciones en
el mercado. Naturalmente si opera un accionista mayoritario cuyo interés es la toma
de control el valor de las acciones tiende a subir en tanto concreta dicha operación
bursátil y por lo tanto inÀuye en los valores de transacción, y así mientras más cerca
de concretar su política se encuentre el valor de transacción bursátil tiende a subir,
hasta que concluida la operación los precios se estabilizan.
Si la toma de control se pudiere hacer, silenciosamente o de manera discreta, fal-
taría información esencial en el mercado, que de estar en conocimiento del público y
demás accionistas, permitiría que estos últimos tomen decisiones de venta o perma-
nencia sin conocer el accionar que desarrolla el accionista mayoritario que pretende
la toma de control.
Cabe considerar que la posición de accionista mayoritario en la estructura de pro-
piedad de una anónima, permite a éste o éstos, elegir miembros del Directorio, y por
esta vía va a tener peso o injerencia en la administración de los negocios sociales, por
lo que existe una máxima que señala “el que controla, administra” , por lo que en la
mayoría de las anónimas abiertas, existe un grupo relevante en número que no son
controladores, sino que minoritarios, que están entregados al “talento de negocios”
del controlador y su línea de ejecutivos principales.
Atendida esta realidad, y a que la noción de democracia que se atribuyó durante
el Siglo XIX a la anónima, que como sabemos más bien se asemeja a una aristocra-
cia economía, es que las legislaciones han tenido una tendencia durante la segunda
mitad del Siglo XX, hasta nuestros días, de instalar en las regulaciones mecanismos
de protección o defensa para los accionistas minoritarios. Nuestra legislación de
anónimas da cuenta de ello, considerando que todas las reformas legales ocurridas
en la primera década de este Siglo XIX, han tenido claramente esta inspiración, por
ejemplo el Comité de Directores y sus competencias del artículo 51 bis de la LSA, la
extensa regulación a los negocios con parte relacionada en el artículo 44 de la LSA,
y el nuevo Título XVI “De las operaciones con partes relacionadas en las sociedades
anónimas abiertas y sus ¿liales”, también de la LSA, la ampliación al derecho a retiro
del artículo 71 bis, entre otras, y a nivel de ley de mercado de valores la regulación al
uso de información privilegiada y la toma de control vía oferta pública de adquisición
de acciones. Incuestionablemente, en estos casos el bien jurídico protegido son los
intereses de los accionistas minoritarios.

6.6. Regulación de la toma


de control de una sociedad anónima abierta
En consideración a la importancia que reviste el fenómeno económico de la toma
de control de una sociedad anónima abierta y a los intereses en juego, el legislador
202 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

buscando asegurar el principio de transparencia que debe informar a todo mercado y


en especial al bursátil, reguló en el Título IX de la Ley de Mercado de Valores “De
la Información en la Obtención de Control”, en su artículo 54 el procedimiento a que
deben sujetarse las personas que persigan concretar tal interés.
La trascripción del artículo resulta necesaria en este punto:
“Cuando una o más personas directamente o a través de una Sociedad Filial o
Coligada pretendan obtener el control de una sociedad, sometida a la ¿scalización
de la Superintendencia, deberán informar previamente tal propósito al público en
general. En dicha información se indicará a lo menos el precio y condiciones de la
negociación a efectuarse, cualquiera sea la forma de adquisición de las acciones
comprendiéndose incluso la que pudiese realizarse por suscripciones directas o
transacciones privadas.
Para los ¿nes señalados en el inciso precedente se enviará comunicación escrita a la
Superintendencia y a las Bolsas de Valores y, cumplido lo anterior, se publicará un
aviso destacado en un diario de circulación nacional.
La adquisición de acciones sólo podrá perfeccionarse transcurridos cinco días hábiles
desde la fecha en que se publique el aviso a que se re¿ere el inciso anterior”.
El artículo 54 de la Ley de Mercado de Valores impone la obligación de informar
al público en general el propósito de obtener el control de una sociedad anónima so-
metida a la ¿scalización de la Superintendencia, cuando tal motivación o interés guía
a una persona o más personas directamente o través de una sociedad ¿lial o coligada.
Sociedad ¿lial y coligada se encuentran de¿nidas en los artículos 86 y 87 de la Ley
de Sociedades Anónimas.
El propósito debe ser entendido como la intención y como tal si sólo pertenece
a una persona natural o jurídica, permanece en su fuero interno. Si tal propósito es
compartido por dos o más personas constará en un documento, que puede ser preci-
samente un Acuerdo de Actuación conjunta y que se encuentra también de¿nido en
el artículo 98 de la Ley de Mercado de Valores, en los siguientes términos:
“Acuerdo de actuación conjunta es la convención entre dos o más personas que par-
ticipan simultáneamente en la propiedad de una sociedad, directamente o a través de
otras personas naturales o jurídicas controladas, mediante la cual se comprometen
a participar con idéntico interés en la gestión de la sociedad u obtener el control de
la misma.
Se presumirá que existe tal acuerdo entre las siguientes personas: entre los represen-
tantes y representados, entre una persona y su cónyuge o sus parientes hasta el segundo
grado de consanguinidad o a¿nidad, entre entidades pertenecientes a un mismo grupo
empresarial, y entre una sociedad y su controlador o cada uno de sus miembros.
La Superintendencia podrá cali¿car si entre dos o más personas existe acuerdo de
actuación conjunta considerando entre otras circunstancias, el número de empresas
en cuya propiedad participan simultáneamente, la frecuencia de votación coincidente
en la elección de Directores o designación de administradores y en los acuerdos de
las juntas extraordinarias de accionistas.
DERECHO DE SOCIEDADES 203

Si en una sociedad hubiere como socios o accionistas, personas jurídicas extranjeras


de cuya propiedad no haya información su¿ciente, se presumirá que tienen acuerdo
de actuación conjunta con el otro socio o accionista, o grupo de ellos con acuerdo
de actuación conjunta, que tenga la mayor participación en la propiedad de la so-
ciedad”.
El sentido implícito en la regulación de toma de control del artículo 54 de la Ley
de Mercado de Valores lo es a los ¿nes de velar por el principio de transparencia que
informa el mercadode valores y su ámbito de aplicación es preventivo, en el sentido
que regula el propósito individual o colectivo de obtener el control de una sociedad
sometida a la ¿scalización de la Superintendencia de Valores y Seguros. Este propósito
o ¿nalidad puede ir unido a un Pacto de Actuación conjunta.
Si se omite con la formalidad establecida en el artículo 54 ya mencionado trans-
grediéndosele, opera la sanción general contenida en el artículo 55, que dispone que
la persona que transgreda las disposiciones contenidas en la presente ley, sus normas
complementarias o las normas que imparta la Superintendencia ocasionando daño a
otro, está obligada a la indemnización de perjuicios, lo que no obsta a las sanciones
administrativas o penales que pudieran concurrir.
Regulación y estatus del controlador de una sociedad obtenido el propósito de
toma de control que es regulado a priori de su concreción por la regla del artículo 54,
surge la posición o estatus de controlador de la sociedad o sociedades en la que una
o más personas adquirieron propiedad accionaria.
Nuestra Ley de Mercado de Valores, en su artículo 97 establece quién es contro-
lador de una sociedad (o sociedades) y dispone:
“Es controlador de una sociedad toda persona o grupo de personas con acuerdo de
actuación conjunta que, directamente o a través de otras personas naturales o jurí-
dicas, participa en su propiedad y tiene poder para realizar alguna de las siguientes
actuaciones:
A) Asegurar la mayoría de votos en las juntas de accionistas y elegir a la mayoría de
los Directores tratándose de sociedades anónimas, o asegurar la mayoría de votos en
las asambleas o reuniones de sus miembros y designar al administrador o representante
legal o la mayoría de ellos, en otro tipo de sociedades”.
Asegurar la mayoría de votos en las juntas de accionistas re¿ere a las mayorías
tanto para materias de junta ordinaria como extraordinarias (artículos 56 y 57 Ley de
Sociedades Anónimas) y que conforme al artículo 67 de la Ley de Sociedades Anó-
nimas requiere las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto,
en los acuerdos relativos a transformación, división y fusión de la sociedad, modi¿-
cación de la sociedad si lo hubiere, la disolución anticipada, el cambio del domicilio
social, la disminución de la sociedad, la aprobación de aportes y estimación de bienes
no consistentes en dinero, la modi¿cación de las facultades reservadas a la junta de
accionistas o de las limitaciones a las atribuciones del directorio, la disminución del
número de directores, la enajenación del activo y pasivo de la sociedad o del total
204 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de su activo, la forma de distribuir los bene¿cios sociales, las demás materias que
señalen los estatutos, el saneamiento de la nulidad causada por vicios formales de que
adolezca la constitución, de la Sociedad o sus modi¿caciones, la creación de prefe-
rencias requiere también para detentar la calidad de controlador, elegir a la mayoría
de los directores de la sociedad anónima o a la mayoría de los administradores si se
trata de una sociedad de personas.
El tema se complica si la sociedad objeto de control presenta acciones comunes y
privilegiadas, ejemplo, si sólo la serie “X” puede elegir directores en mayor número
que la serie “Y”, o hay distinciones de voto para ciertas materias en poder de una
serie y no de la otra u otras.
Concluye el artículo 97 con la letra B), señalando cuando hay controlador dispo-
niendo que:
“B) InÀuir decisivamente en la administración de la sociedad.
Cuando un grupo de personas tiene acuerdo de actuación conjunta para ejercer alguno
de los poderes señalados en las letras anteriores, cada una de ellas se denominará
miembro del controlador.
En las sociedades en comandita por acciones se entenderá que es controlador el
socio gestor”.
El artículo 99 señala cuando se está en la posición de inÀuir decisivamente en la
administración o en la gestión de la sociedad:
“Toda persona, o grupo de personas con acuerdo de actuación conjunta que, direc-
tamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, controla al menos un 25%
del capital con derecho a voto de la sociedad, o del capital de ella si no se tratare de
una sociedad por acciones...”.
Esta regulación tiene explicación en aquellos caso en que una serie de acciones,
ejemplo serie “X”, tiene el derecho a elegir cierto número de directores, superior a
la otra serie “Y”, de tal manera que los titulares de la serie “X” pueden elegir a la
mayoría del directorio y exista entre ellos acuerdo de actuación conjunta.
Finalmente, en el artículo 96 de la Ley de Mercado de Valores, se contiene una
de¿nición de grupo empresarial señalando que “es el conjunto de entidades que
presentan vínculos de tal naturaleza en su propiedad, administración o responsabi-
lidad crediticia, que hacen presumir que la actuación económica y ¿nanciera de sus
integrantes está guiada por los intereses comunes del grupo o subordinada a éstos,
o que existen riesgos ¿nancieros comunes en los créditos que se les otorgan o en la
adquisición de valores que emiten”.
El legislador ejempli¿có en una casuística al colocar como integrantes de un grupo
empresarial a una sociedad y su controlador, típicamente una sociedad matriz y su
o sus ¿liales, todas las sociedades que tiene un controlador común y este último; y
toda entidad que determine la Superintendencia según los parámetros que la norma
indica en su letra C).
DERECHO DE SOCIEDADES 205

La toma de control de una sociedad anónima abierta y sus ¿liales, a partir de la


reforma a la Ley de Mercado de Valores, ley Nº 19.705, de 2000, obliga a quien
pretenda tomar el control a formular una Oferta Pública de Adquisición de Acciones
(OPA), regulada en los artículos 198 a 219.

6.7. Las Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones (OPAS)28


Las Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones (OPA), es una materia regulada
en las legislaciones de países con una actividad intensa y desarrollada en cuanto al
mercado de valores; así se regulan las OPA en EE.UU., México, Brasil, Argentina y
en la Comunidad Económica Europea (España e Italia entre otros), sujetándola a un
régimen de control en cuanto a su generación y sanciones. En Chile no se reguló la
OPA en la Ley de Mercado de Valores en su versión 1981, existiendo por largo tiempo
un vacío legal, pero se estudió a nivel de Ministerio de Hacienda la elaboración de un
proyecto de ley para su regulación luego de la actuación del grupo Endesa España en
la toma de control de Enersis S.A. Chile, con indicación de parte de la autoridad de
seguirse de cerca el modelo de la ley de EE.UU.
La OPA es una típica estrategia de negocios bursátil, cuya ¿nalidad es la obtención
del control de una sociedad anónima y suele colocar a dos o más accionistas mayo-
ritarios en la posición de Grupo Empresarial (coordinado), unidos bajo la forma de
Pacto de Actuación Conjunta.
El origen de la institución es anglosajón cuya denominación corresponde a “take
over bids” o “tender Offer”.
La jurisprudencia de EE.UU. ha determinado frente a cada caso conocido en deci-
siones entregadas a los tribunales, cuando se ha intervenido por agentes económicos el
mercado accionario con la ¿nalidad de obtener o tomar el control de una compañía.
La Securities Exchange Commission (SEC), ha tratado de determinar cuáles son
los elementos que integran una Oferta Pública de Adquisición de Acciones y para estos
efectos ha establecido un estándar de ocho parámetros que tipi¿can esta operación
bursátil: 10 la amplitud con que se ha hecho o formula la oferta de compra de acciones
(porcentaje de la propiedad accionaria que se pretende adquirir del público); 20 Si la
oferta de compra se re¿ere a un % sustancial de las acciones de una compañía; 30 Si
la oferta de compra se ha hecho a un sobreprecio respecto del precio de mercado de
acciones; 40 Si es que los términos de la oferta de compra son ¿rmes o más o menos
negociables; 50 Si la oferta de compra está sujeta o condicionada a que el oferente
en un tiempo predeterminado adquiera un cierto porcentaje de la propiedad; 60 Si la
oferta está sujeta a un tiempo predeterminado; 70 Si es que los eventuales vendedores
están sujetos a un cierto tipo de presión para vender; 80 Si es que el comprador ofreció
por medios públicos un cierto programa de compra.

28 La OPA se desarrolla en sección decimaquinta.


206 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los tribunales norteamericanos han aceptado este test de ocho factores para de-
terminar cuándo se está frente a una OPA, en la medida que concurran estos factores
en la actuación de uno o más agentes económicos.
Existe asimismo el derecho del oferente de revocar una oferta de compra si se
completa un porcentaje mínimo de la propiedad accionaria que se pretende adquirir
en un tiempo predeterminado.
El interés en regular las OPA surge a consecuencia de observar que tiene impacto
relevante en los mercados bursátiles, la aparición de una Oferta Pública en los precios
de los valores a adquirir, hecho esencial que ante una falta de información lleva a
alterar el funcionamiento del mercado, atentando a la transparencia e información que
debe huir en este sensible mercado accionario y la posible utilización de información
privilegiada por los agentes que intervienen en este proceso bursátil. En esta materia
quien persigue una toma de control de una sociedad, se encuentra guiado por una
estrategia de negocios, que coloca a los pequeños accionistas y a los inversionistas
institucionales y a la autoridad de control en una posición de mero observador, ante
la falta de regulación en nuestro sistema jurídico.
El tratadista español Rodrigo Uría señala en su Tratado de Derecho Mercantil, que
la OPA “constituye uno de los procedimientos utilizados modernamente para obtener
el control de una sociedad anónima que cotice en Bolsa, o una posición relevante en
la misma, mediante compra de porcentajes signi¿cativos de su capital social”.
Resulta pertinente e ilustrativo recordar la “secreta” estrategia de toma de control
desplegada en Chile en 1989 por Amerop Sugar Corporation para tomar el control de
Industria Azucarera de Chile S.A. (Iansa) y el conÀicto suscitado con la Compañía Cam-
pos Chilenos S.A. y la agresiva estrategia desarrollada por Endesa España en 1997 para
llegar a ser accionista mayoritario o de control en la Empresa Enersis Chile, cuyo giro de
negocios es la estratégica actividad de producción de energía eléctrica y su importante
participación en la generación y comercialización de energía eléctrica en Argentina y
Perú, por su participación propietaria, a través de ¿liales del holding, en empresas de
esos países. Este proceso desarrollado en el segundo semestre de 1997, no estuvo exento
de problemas a nivel de la propia compañía Enersis, en la cual negociaron sus ejecuti-
vos con el grupo español, quienes a su vez eran importantes propietarios de sociedades
propietarias de acciones en Enersis con capitalistas trabajadores de la compañía, pero
en posición de aportantes de capital frente a accionistas gestores “claves”.
En derecho comparado podemos citar la regulación de la Ley de Mercado de
Valores de España y en los Reales Decretos de 1984, 1989 y de 26 de julio de 1991,
que ha seguido en la materia de regulación de OPAS, las directrices comunitarias
(13ª Directiva comunitaria en materia de Derecho de Sociedades). Dos principios
básicos inspiran esta legislación: el deber de proporcionar por la Sociedad Oferente
información amplia y contrastada, y, el respeto a la igualdad de trato de todos los
accionistas de la Sociedad afectada por la OPA.
El artículo 60 de la Ley de Mercado de Valores española señala “que quien pre-
tenda adquirir, en un solo acto o en actos sucesivos, un determinado volumen de ac-
ciones admitidas a negociación en una Bolsa de Valores u otros valores– que directa
DERECHO DE SOCIEDADES 207

o indirectamente puedan dar derecho a su suscripción o adquisición (obligaciones


convertibles, derechos de suscripción, warrants, etc.) y de esta forma llegar a alcan-
zar una participación signi¿cativa en el capital de una sociedad, no podrá hacerlo
sin promover una oferta pública de adquisición dirigida a todos sus titulares”29. Se
distingue a nivel de doctrina comercial entre la OPA Obligatoria y Facultativa, asig-
nándole a la primera la calidad de irrevocable de parte del oferente y de facultativa
a aquella oferta de adquisición que se encuentra condicionada a que en determinado
plazo el oferente haya adquirido cierto porcentaje de la propiedad accionaria al precio
ofrecido comprar, de tal suerte que si no se cumplen las condiciones formuladas por
el oferente, no se perfecciona la OPA.
Estas operaciones de toma de control vía OPA se encuentran ¿scalizadas en España
por la Comisión Nacional de Mercado de Valores, para los títulos con transacción
en Bolsa.
La legislación española distingue la OPA Obligatoria como “aquellas típicas
ofertas dirigidas a conseguir el control de una sociedad anónima o cuando menos
una situación predominante en ella, merced a la adquisición o aumento de una par-
ticipación signi¿cativa en su capital social”30, esta clase de OPA es la única vía para
obtener el control de una sociedad ya constituida. OPA voluntaria, son “aquellas
ofertas públicas que se promueven y formulan sin ser obligatorias, al no perseguir
una participación signi¿cativa”31. OPA Competidoras, “su característica principal
está en que han de tener por objeto, al menos, el mismo número de valores que la
última oferta precedente y, además, han de mejorarla “bien elevando el precio o el
valor de la contraprestación, ofreciendo al menos un 5% de aquélla, aparte de que
la contraprestación deba ser todo en metálico”32.
Finalmente, se prohíbe al insider trading la utilización de información privile-
giada.
En Argentina, la Ley Nº 17.811 del año 1968, Ley de Bolsas y Mercado de Valores,
en su artículo 16 contiene una de¿nición de Oferta Pública de Títulos Valores:
“Se considera oferta pública la invitación que se hace a personas en general o a
sectores o grupos determinados para realizar cualquier acto jurídico con títulos
valores, efectuada por los emisores o por organizaciones unipersonales o sociedades
dedicadas en forma exclusiva o parcial al comercio de aquéllos, por medio de ofreci-
mientos personales, publicaciones periodísticas, transmisiones radiotelefónicas o de
televisión, proyecciones cinematográ¿cas, colocación de a¿ches, letreros o carteles,
programas, circulares y comunicaciones impresas o cualquier otro procedimiento de
difusión”.

29 Rodrigo URÍA, ob. cit., pág. 583.


30 Rodrigo URÍA, pág. 692.
31 Rodrigo URÍA, ob. cit. pág. 694.
32 Rodrigo URÍA, ob. cit. pág. 694.
208 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Corresponde a la Comisión Nacional de Valores autorizar la solicitud de oferta


pública de valores, la que debe recaer en títulos valores emitidos en masa.
Podemos concluir que no cabe duda que la regulación de la OPA en la ley mercantil
con¿gura una técnica limitativa del derecho fundamental de libertad económica que
asiste a personas naturales y jurídicas en el mercado. El referido derecho fundamental
de libertad económica consagrado en el artículo 19 Nº 21 de la Constitución Política
es un componente garantístico de nuestra Constitución Económica. Efectivamente,
uno de los contenidos del derecho consagrado en el artículo 19 Nº 21 de la Constitu-
ción es la libertad de empresa que queda sometida a una reserva legal, es decir sólo
por ley formal y por normas dictadas conforme a ella es legítima la regulación de la
actividad empresarial, en concreto de la societaria bursátil. Sin embargo, el Estado
Regulador, que se mani¿esta a través de la ley en general y de la ley mercantil en
particular puede imponer limitaciones a la libertad de empresa y a todo derecho
subjetivo privado conexo a ésta; tal limitación puede operar fundado en conceptos
jurídicos determinados que el propio artículo 19 Nº 21 señala: moral, orden público
y seguridad nacional.
En la materia analizada, la OPA, en la ley mercantil comparada, es una técnica
limitativa de la libertad de empresa y derechos subjetivos privados conexos; de suerte
que tal limitación se funda en cláusulas de orden público económico, que en nuestro
sistema tiene expreso reconocimiento en la Constitución de 1980.
A principios de siglo el decano M. Houriau de¿nió el orden público como “el
buen orden de las cosas”, preocupación del Estado en su actividad de policía y que
modernamente el Derecho Público denomina actividad reguladora u ordenadora del
Estado en la Economía. Parafraseando al maestro tolosano podemos sostener que la
regulación de la OPA en la ley mercantil se inserta en ese buen orden de las cosas que
el orden público exige cuando se trata de la actividad económica de privados.
En consecuencia, el análisis comparatista recogido nos ilustra acerca de antece-
dentes válidos para que política y técnicamente el legislador asuma la tarea de colmar
un vacío legal, ya que de lo contrario casos como el de Endesa-España en la toma de
control del Holding Enersis, seguirán siendo objeto de cuestionamientos, hechos que
motivaron la dictación de resoluciones sancionatorias dictadas por la SVS, que fueron
con¿rmadas por la sentencia de la Corte Suprema de fecha 5 de julio de 2005, que
con¿rmó la sentencia de segunda instancia, que aplicó sendas sanciones económicas
a los llamados “ejecutivos o gestores claves” en la toma de control referida y que se
analiza en el tema de las obligaciones de los directores de la sociedad anónima.
Finalmente, como ya hemos señalado, la ley Nº 19.705, de 2000, modi¿có la Ley
de Mercado de Valores y reguló en los artículos 198 a 221, en el Título XXV “De la
oferta pública de adquisición de acciones”, y al efecto el artículo 198 la de¿ne en los
siguientes términos:
“Se entenderá que oferta pública de adquisición de acciones es aquella que se for-
mula para adquirir acciones de sociedades anónimas que hagan oferta pública de
sus acciones o valores convertibles en ellas, que por cualquier medio ofrezcan a los
DERECHO DE SOCIEDADES 209

accionistas de aquéllas adquirir sus títulos en condiciones que permitan al oferente


alcanzar un cierto porcentaje de la sociedad y en un plazo determinado”.
En términos generales se debe formular OPA cada vez que se pretenda adquirir el
control de una sociedad anónima abierta, y el bien jurídico protegido son los intereses
de los accionistas minoritarios, que de no existir esta institución, verían vulnerados
sus derechos. No desarrollaremos más el tema, ya que excede el presente trabajo, en
el que sólo se da una visión elemental del mismo.

7. Acreditación ante terceros


de la formación válida de la sociedad anónima
Para acreditar o probar ante terceros que la sociedad anónima ha sido legalmente
constituida, esto es con pleno pago al “iter” legal establecido para su formación esta-
blecido en los artículos 3º, 4º y 5º de la Ley de Sociedades Anónimas, se debe exhibir
una copia de la escritura pública de constitución y protocolización ante notario público
de copia del extracto inscrito en Registro de Comercio y copia de extracto publicado
en el Diario O¿cial. Lo mismo respecto a las reformas estatutarias.
En cuanto a su vigencia, se acredita con la exhibición de copia del llamado “cer-
ti¿cado de vigencia” que otorga el Registro de Comercio respectivo.

8. Sociedades anónimas de hecho. Anomalías societarias


Denominamos sociedad anónima de hecho o de “facto” –como opuesta a sociedad
de derecho–, a aquella anomalía societaria, que ocurre cuando los constituyentes han
omitido cumplir con las solemnidades que la ley establece para la constitución legal
o de derecho de este tipo societario, o bien se cumplen, pero de manera imperfec-
ta. En este sentido, a la sociedad en que se incurre en dichas irregularidades en su
constitución legal se las designa como sociedades de hecho como opuesta a sociedad
de derecho, entendida ésta como la válida y legalmente constituida; también se las
denomina sociedades irregulares como opuesto a las sociedades regulares en su
constitución. Dentro de las categorías de sociedad irregular, que comparten adolecer
de vicios de constitución, reservamos como una categoría particular, dentro del con-
cepto de sociedad de hecho o anomalía societaria, a aquella en que falta uno o más
elementos de la esencia del llamado “contrato de sociedad”, o sea aquella que adolece
de vicio de fondo y no formal, y comprende especialmente a aquella en que sólo se
ha otorgado su estatuto social en un mero instrumento privado, no protocolizado
ante notario público, casos en los cuales devienen en una nulidad de pleno derecho,
que no admite saneamiento, y que el legislador convierte como sanción legal en una
comunidad legal insanable, con responsabilidad solidaria para sus constituyentes por
las deudas que haya contraído esta “entidad”. Se trata entonces de la más radical de
las sanciones de derecho privado cual es la nulidad radical o de pleno derecho, con
conversión del negocio jurídico, de “sociedad anónima” que se pretendía constituir
a comunidad legal insanable.
210 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En resumen, dentro de la noción sociedad de hecho o sociedad irregular, se distin-


guen aquellas que adolecen de vicio formal en su constitución y aquellas que adolecen
de vicio de fondo, como el caso del otorgamiento de estatuto en mero instrumento
privado, caso en el cual deviene en comunidad legal no saneable, pero en el caso en
que hubieren operado frente a terceros, se rigen por su “pacto” y a falta de regla se
liquidan por las reglas de las sociedades.
A) Caso de Vicio Formal Saneable: Omisión de domicilio y de designación de
miembros del Directorio Provisorio:
Artículo 5 A:
“Si en la escritura social se hubiere omitido el domicilio social se entenderá domici-
liada la sociedad en el lugar de otorgamiento de aquélla.
En caso de omisión de cualquiera de las designaciones referidas en el número 11) del
artículo 4º, podrá efectuarlas una junta general de accionistas de la sociedad”.
B) Casos de Vicios Formales saneables en el otorgamiento de la escritura pública
de constitución y omisiones en los extractos y tardanza en la inscripción o publicación
de extractos:
Artículo 6º:
“Sin perjuicio de lo que dispone el artículo 6º A, la sociedad anónima que no sea cons-
tituida por escritura pública o en cuya escritura de constitución se omita cualquiera
de las menciones exigidas en los números 1, 2, 3 ó 5 del artículo 4º, o cuyo extracto
haya sido inscrito o publicado tardíamente o en el cual se haya omitido cualquiera
de las menciones que para él se exigen en el artículo 5º, es nula absolutamente, sin
perjuicio del saneamiento en conformidad a la ley. Declarada la nulidad de la sociedad,
ésta entrará en liquidación. La sociedad nula, sin embargo, gozará de personalidad
jurídica y será liquidada como una sociedad anónima si consta de escritura pública
o de instrumento reducido a escritura pública o protocolizado.
De la misma nulidad adolecerán las reformas de estatutos y el acuerdo de disolución de
una sociedad oportunamente inscritos y publicados, pero en cuyos extractos se omita
cualquiera de las menciones exigidas en el artículo 5º; sin embargo, estas reformas y
acuerdo producirán efectos frente a los accionistas y terceros mientras no haya sido
declarada su nulidad; la declaración de esta nulidad no produce efecto retroactivo
y sólo regirá para las situaciones que ocurran a partir del momento en que quede
ejecutoriada la resolución que la contenga; todo sin perjuicio del saneamiento en
conformidad a la ley.
Se equipara a la omisión cualquiera disconformidad esencial que exista entre las
escrituras y las inscripciones o publicaciones de sus respectivos extractos. Se entien-
de por disconformidad esencial aquella que induce a una errónea compresión de la
escritura extractada.
Los otorgantes del pacto declarado nulo responderán solidariamente a los terceros
con quienes hubieren contratado a nombre y en interés de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 211

En todo caso, no podrá pedirse la nulidad de una sociedad o de una modi¿cación


del estatuto social, luego de transcurridos cuatro años desde la ocurrencia del vicio
que la origina”.
C) Caso de sociedad de hecho, con vicio de fondo no saneable, comunidad legal
pasiva con solidaridad para los asociados de hecho, vía nulidad de pleno derecho y
conversión de negocio jurídico: constancia de estatuto social en mero instrumento
privado:
Esta categoría jurídica se encuentra regulada en el artículo 6 A LSA, que señala:
“No obstante lo dispuesto en el artículo anterior, la sociedad anónima que no conste
de escritura pública, ni de instrumento reducido a escritura pública, ni de instrumento
protocolizado, es nula de pleno derecho y no podrá ser saneada.
No obstante lo anterior, si existiere de hecho dará lugar a una comunidad entre sus
miembros. Las ganancias y pérdidas se repartirán y soportarán y la restitución de los
aportes se efectuará entre ellos con arreglo a lo pactado y, en subsidio, de conformidad
a lo establecido para las sociedades anónimas.
Los miembros de la comunidad responderán solidariamente a los terceros con quienes
hubieren contratado a nombre y en interés de ésta; y no podrán oponer a los terceros
la falta de los instrumentos mencionados en el inciso primero. Los terceros podrán
acreditar la existencia de hecho por cualquiera de los medios probatorios que reco-
noce el Código de Comercio, y la prueba será apreciada de acuerdo a las reglas de
la sana crítica.
La modi¿cación cuyo extracto no haya sido oportunamente inscrito y publicado no
producirá efectos ni frente a los accionistas ni frente a terceros, salvo el caso de
saneamiento en conformidad a la ley y con las restricciones que ésta impone. Dicha
privación de efectos operará de pleno derecho, sin perjuicio de la acción por enri-
quecimiento sin causa que proceda”.
Estos artículos regulan, según hemos señalado, las hipótesis de sociedad de facto
o de hecho. Hay que distinguir entre vicios de fondo y de forma. La materia de sanea-
mientos de vicios formales en la constitución de la sociedad anónima es de competencia
de la junta extraordinaria de accionistas. Requiere de un quórum de 2/3 de las acciones
emitidas con derecho a voto a favor del acuerdo de sanear los vicios formales. Esta
junta tiene que celebrarse con un notario público presente y debe reducirse el acta a
escritura pública, y dicho extracto debe inscribirse y publicarse, en tiempo y forma y
da derecho a retiro a los accionistas disidentes (ver artículo 69).
Hay casos en que no admite saneamiento, según hemos señalado en el caso del
artículo 6º, toda vez que existe un vicio de fondo y se forma una comunidad legal,
vía conversión del negocio jurídico, hipótesis al que la doctrina reserva el nombre de
“sociedad de hecho”.

9. El capital social
La sociedad anónima es el arquetipo de una sociedad de capital, siendo expresión
de ello el hecho consistente en que divide su capital en acciones, esto es, en títulos
212 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

representativos de capital social emitidos por la anónima con cargo al mismo, y son
esencialmente negociables o transferibles.
De acuerdo a la de¿nición del artículo 1º de la Ley de Sociedades Anónimas, se
puede extraer la de¿nición de capital social. El capital de la sociedad anónima es
el fondo común suministrado por los accionistas y dividido en títulos negociables
representativos de una parte de él, que se denominan acciones. Generalmente son del
mismo valor, aunque existe la posibilidad de estar divididas en acciones de distintas
series, es decir, que no son de igual valor, en este caso, cada serie tiene su valor, pero la
seriación suele ir unida al establecimiento de acciones preferidas o privilegiadas, caso
en el cual existe serie ordinaria o común y serie o series privilegiadas o preferentes.
En la sociedad de personas, en el tipo colectivo mercantil, los socios colectivos
responden solidariamente de las obligaciones contraídas bajo la razón social, y los
acreedores pueden hacer efectivo su crédito tanto en el patrimonio de la compañía
colectiva como en el de los socios colectivos. Por lo tanto, la normativa positiva
chilena, para las sociedades de personas no contiene normas relativas a la efectividad
del capital, en el sentido de que se exija a su constitución un capital social mínimo
y realmente ingresado a caja social por los socios. En cambio, en las sociedades de
capital ofrecen la ventaja de la limitación del riesgo al monto del aporte y la falta
de comunicabilidad de las deudas sociales al patrimonio de los socios, quienes res-
ponden tan sólo del monto de sus aportes. Sobre el capital social, en las sociedades
anónimas, se constituye y radica el llamado “derecho de prenda general” de los
acreedores sociales en los bienes del patrimonio de ésta y, por esto mismo, el legis-
lador se ha preocupado de reglamentar minuciosamente el capital social respecto
de los socios accionistas imponiendo ciertos principios que apuntan a materializar
el derecho de los acreedores sociales. Estos principios persiguen: asegurar la ¿jeza
o inmutabilidad del capital social determinado de manera precisa en el estatuto so-
cial, la efectividad e integración del capital social y la conservación del capital de
la Sociedad Anónima.
Así se asegura a los terceros que contratan con la sociedad anónima y a los propios
accionistas.
Existen casos incluso en que la ley establece capitales mínimos al constituir la
sociedad y durante su vigencia para ciertos giros de negocios, como el caso de los
bancos, administradoras de fondos de pensiones, compañías de seguro y de reaseguro,
sociedades anónimas deportivas, entre otras.
De conformidad a lo ordenado por el número 5º del artículo 4º de la LSA, el estatuto
de la sociedad debe señalar: “El capital de la sociedad, el número de acciones en que
es dividido con indicación de sus series y preferencias si los hubiere y si las acciones
tienen o no valor nominal; la forma y plazos en que los accionistas deben pagar su
aporte, y la indicación y valorización de todo aporte que no consista en dinero”; y,
de conformidad al artículo 10 de la LSA, este capital social estatutario, “sólo podrá
ser aumentado o disminuido por reforma de los mismos”.
DERECHO DE SOCIEDADES 213

9.1. Principio de efectividad del capital social


Atendiendo a que el accionista de una sociedad anónima sólo responde del pago de
sus acciones y no de las deudas sociales, este principio persigue que el capital social
de la sociedad anónima corresponda a la realidad, es decir, que el capital social sea
real y que exista porque así se puede constituir el derecho de prenda general sobre
éste; en el fondo el citado principio apunta a que el capital social sea real y no ¿cti-
cio o inexistente, con el objeto de evitar la formación de “sociedades de papel”, con
el consiguiente fraude a los acreedores sociales. Este principio se mani¿esta en los
artículos de la Ley de Sociedades Anónimas que se citan a continuación.

Artículo 11, inciso 2º de la Ley de Sociedades Anónimas


Este precepto ordena que el capital social inicial debe quedar totalmente suscrito
y pagado en un plazo no superior a tres años a contar de la fecha de constitución de
la sociedad anónima y, si esto no ocurre al vencimiento de dicho plazo, el capital
social queda reducido de pleno derecho al monto efectivamente suscrito y pagado.
Este artículo se relaciona con la exigencia legal relativa a que la escritura pública
de constitución debe expresar la forma y plazo en que los accionistas deben efectuar
su aporte (artículo 4º Nº 5), y que el extracto de la escritura pública debe expresar
indicación del capital suscrito y pagado y el plazo para enterarlo en su caso. Esta
regla del artículo 11 lo es sin perjuicio de las sociedades anónimas especiales que se
encuentran reguladas por leyes especiales, como el caso de los bancos (artículos 66
y 67 Ley General de Bancos), compañías de seguros, administradoras de fondos de
pensiones, sociedades anónimas deportivas, entre otras, deben cumplir con un capital
mínimo inicial, efectivamente ingresado a caja social.
El artículo 11, inciso segundo, que señala:
“El capital inicial deberá quedar totalmente suscrito y pagado en un plazo no supe-
rior a tres años. Si así no ocurriere, al vencimiento de dicho plazo, el capital social
quedará reducido al monto efectivamente suscrito y pagado”.
Sostenemos que el pacto social o la reforma estatutaria en su caso, no puede esta-
blecer un plazo superior al legal de tres años, conforme a lo dispuesto por el artículo
137 de la ley, ya citado anteriormente, que establece el principio de supremacía de la
ley por sobre el pacto social.
Mismo principio encontramos en el artículo 24 de la LSA, en virtud del cual los
acuerdos de juntas extraordinarias de accionistas no pueden establecer un plazo su-
perior a tres años, contados desde los mismos, para la emisión, suscripción y pago de
las acciones respectivas; vencido el plazo de tres años el capital queda reducido de
pleno derecho al monto efectivamente pagado.
La excepción al plazo legal referido, lo encontramos en los incisos segundo, ter-
cero y cuarto, ya que este plazo de tres años puede ser superior si se emiten bonos
con cláusula de convertibilidad en acciones, caso en el cual se puede emitir acciones,
214 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

las que tendrán plazo de pago por todo el tiempo que se establezca para que el titular
de bonos efectúe su opción de canje, esta excepción es lógica, ya que los bonos o
debentures son títulos de deuda de mediano y largo plazo (superior a tres años).
La otra situación de excepción la encontramos en el caso en que la junta extraor-
dinaria de accionistas acuerde un aumento de capital social, en la sociedad anónima
abierta, si se reserva un 10% del aumento del capital social, para que en un plazo de
cinco años, los trabajadores de la sociedad ejerzan su derecho de suscripción con cargo
a un programa o plan de compensaciones, en que se entregan acciones con imputación
a indemnizaciones por años de servicios, reguladas en el artículo 27 C, incorporado
por la ley Nº 19.705, de 2000, este mecanismo tiene la virtud de hacer accionistas
de la sociedad anónima abierta a sus trabajadores lo que puede dar mayor cohesión
social a la compañía, ya que los trabajadores pueden así participar en la propiedad
de la empresa. En el lenguaje económico, se conoce este mecanismo de entrega de
propiedad accionaria a los trabajadores de la sociedad anónima, con cargo a un plan
de compensación laboral, como “stock option”.

Artículo 15 inciso 4º Ley de Sociedades Anónimas


Este artículo 15, inciso 4º de la LSA, establece que los aportes no consistentes en
dinero, o sea bienes de todas clases, que es la regla general para el pago de las accio-
nes suscritas, deben ser avaluados por peritos, salvo acuerdo unánime en contrario
de las acciones emitidas y su valor será el que determinen los accionistas. Esta regla
se relaciona con el artículo 4º Nº 5 de la Ley de Sociedades Anónimas, relativo a la
determinación precisa del capital social en el estatuto social.
Los directores y el gerente que aceptaren una forma de pago de acciones distintas
al pago en efectivo, o a la acordada en los estatutos serán solidariamente responsables
del valor de colocación de las acciones pagadas en otra forma.
En caso de aumento de capital será necesario que la junta de accionistas apruebe
dichos aportes y estimaciones. Sin embargo, con el afán de evitar vicios formales, la
ley Nº 19.499, de 1997, agregó un inciso ¿nal al artículo 15, que dispone que la falta
de cumplimiento de lo anterior no podrá hacerse valer pasados dos años contados
desde la fecha de la escritura en la cual conste el respectivo aporte. El cumplimiento de
tales formalidades efectuadas posteriormente a la escritura de aporte sanea la nulidad.
La falta de cumplimiento de la obligación de valorar los aportes que no consisten en
dinero, por peritos no puede hacerse valer pasados dos años del otorgamiento de la
escritura del aporte. El cumplimiento de estas formalidades después del otorgamiento
de la escritura sanea la nulidad.

Artículo 13 Ley de Sociedades Anónimas


Otra manifestación del principio de efectividad del capital social, lo encontramos en la
prohibición la creación de acciones de industria y de organización, ya que no representan
aporte en dinero o bienes justipreciados que ingresen al capital social vía aportes.
DERECHO DE SOCIEDADES 215

Antes de la dictación de ley Nº 18.046, de 1981, en la regulación de la sociedad


anónima en el D.F.L. Nº 251, de 1931, era frecuente que se pagara a los organizadores
de la empresa, quienes aportaban su industria o trabajo personal, con acciones “libres
de pago”, que obviamente no eran representativas del capital efectivo de la sociedad
anónima. Por lo tanto, ahora están expresamente prohibidas por la ley, para garantizar
a toda persona que las acciones de la sociedad anónima sean producto de un de capital
efectivo y real, y que correspondan a una parte de dicho capital social y representen
un valor pagado. De este punto de vista no se permiten en la sociedad anónima los
aportes en trabajo o industria, modernamente “know how” o conocimientos especiali-
zados a cambio de acciones, con lo que no existen los “socios industriales”, sino que
son todos socios capitalistas, minoritarios o mayoritarios, a diferencia de los socios
en las sociedades de personas, que pueden ser clasi¿cados en socios capitalistas e
industriales.

9.2. Principio de la conservación del capital


Este principio pretende que el capital social mantenga el valor que tenía al tiempo
de la constitución de la sociedad, por la vía de su reactualización o revalorización del
capital social, cada vez que la junta de accionistas aprueba el balance del ejercicio,
aprueba también en el estado ¿nanciero la “revalorización” del capital propio de la
sociedad. Se aplica este principio en las siguientes normas legales:

Artículo 10 incisos 2º y 3º de la Ley de Sociedades Anónimas


El capital y el valor de las acciones se ajustan automáticamente al resultado de
cada ejercicio. Cada vez que la junta ordinaria de accionistas apruebe el balance del
ejercicio, éste debe expresar el nuevo capital y el valor de las acciones resultante de
la distribución de la revalorización del capital propio.
El artículo 52 del reglamento de la LSA señala que:
“Artículo 52. La modi¿cación de pleno derecho del capital social que se produzca
por la capitalización proporcional de la revalorización del capital propio, en caso
que corresponda, no afectará al número de acciones emitidas por la sociedad y sólo
incrementará el capital pagado de ésta. Para estos efectos, se considerará como capital
pagado el correspondiente a las acciones pagadas, incluyendo a las acciones de la so-
ciedad que ésta posea en cartera, por haberlas adquirido en conformidad a la ley”.
Esto signi¿ca que con cargo a este concepto revalorización del capital propio no
se emiten más acciones que las que ya existen en la división del capital de la sociedad
anónima, declarado en el estatuto social.

Artículo 16 inciso 1º Ley de Sociedades Anónimas


La norma citada provee a la conservación del capital social, en el sentido que
ésta establece que los saldos insolutos de las acciones suscritas y no pagadas serán
216 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

reajustados en la misma proporción en que varíe el valor de la unidad de fomento, así


se actualiza el saldo de capital social adeudado por los accionistas.
Asimismo, el principio de reajustabilidad del capital social se aplica en el caso de
suscripción de acciones y no pagadas a nivel de Reglamento en el artículo 35, inciso
primero que señala: “Los saldos insolutos de las acciones suscritas y no pagadas serán
reajustados en la misma proporción en que varíe el valor de la unidad de fomento”.

Artículo 24 Ley de Sociedades Anónimas


Relativo a materia de cobro de acciones suscritas y no pagadas, se establece con
la reforma del año 2009, la obligación para el Directorio de la sociedad anónima, de
iniciar acciones de cobro, ya extrajudiciales ya judiciales, para el cobro del capital
social suscrito y no pagado, salvo que la Junta de Accionistas por dos tercios de las
acciones le haya autorizado para no ejecutar el cobro del saldo insoluto de las accio-
nes impagas.
Agotadas las gestiones de cobro, el Directorio debe proponer a Junta Extraordi-
naria de Accionistas, la reducción del capital social al monto efectivamente suscrito
y pagado a la sociedad.
El artículo 24 de la LSA se modi¿ca en la siguiente forma:
a) Sustitúyese la oración ¿nal del inciso primero, por las siguientes:
“Vencido el plazo establecido por la junta de accionistas sin que se haya enterado el
aumento de capital, el directorio deberá proceder al cobro de los montos adeudados,
si no hubiere entablado antes las acciones correspondientes, salvo que dicha junta
lo hubiere autorizado por dos tercios de las acciones emitidas para abstenerse del
cobro, caso en el cual el capital quedará reducido a la cantidad efectivamente pagada.
Agotadas las acciones de cobro, el directorio deberá proponer a la junta de accionistas
la aprobación, por mayoría simple, del castigo del saldo insoluto y la reducción del
capital a la cantidad efectivamente recuperada.”.

Artículo 27 Ley de Sociedades Anónimas


Establece la posibilidad de que la misma sociedad anónima adquiera sus acciones.
Ésta es una norma excepcional, y este caso re¿ere la disminución del capital social,
por lo que se encuentra muy limitada y reglamentada en la ley, pudiendo efectuarse
dicha operación en los casos taxativos que señala este artículo, esto es, en el caso de
ejercido el derecho de retiro de los accionistas disidentes regulado en el artículo 69 de
la LSA, en el caso de fusión en que accionista de la sociedad absorbente, para ejecutar
una disminución de capital social, y para adquirir acciones de propia emsión y en
los casos de los artículos 27 a 27 D de la LSA. De todos modos la sociedad anónima
debe enajenar las acciones adquiridas mediante venta en una bolsa de valores dentro
del plazo máximo de un año, como regla general, contado desde su adquisición, so
pena de disminución del capital de pleno derecho.
DERECHO DE SOCIEDADES 217

El artículo 27 de la LSA señala: “Artículo 27.Las sociedades anónimas sólo podrán


adquirir y poseer acciones de su propia emisión cuando la adquisición:
1. Resulte del ejercicio del derecho de retiro referido en el artículo 69;
2. Resulte de la fusión con otra sociedad, que sea accionista de la sociedad absor-
bente;
3. Permita cumplir una reforma de estatutos de disminución de capital, cuando la
cotización de las acciones en el mercado fuera inferior al valor de rescate que pro-
porcionalmente corresponda pagar a los accionistas.
4. Permita cumplir un acuerdo de la junta extraordinaria de accionistas para la
adquisición de acciones de su propia emisión, en las condiciones establecidas en los
artículos 27 a 27 D”.
En concordancia con el artículo 27 de la LSA, los artículos 62 y 62 del Reglamento
señalan en materia de adquisición por la sociedad anónima de acciones propias, y en
cuanto a plazos para enajenar si corresponde, disponen:
Artículo 62. Cuando la sociedad adquiera acciones de propia emisión como resulta-
do del ejercicio del derecho a retiro de un accionista disidente o como consecuencia
de la fusión con otra sociedad que sea accionista de la sociedad absorbente, dichas
acciones deberán enajenarse en bolsa de valores dentro del plazo máximo de un año
a contar de su fecha de adquisición. Si dichas acciones no fueran enajenadas en el
plazo señalado, las acciones y la inscripción de éstas a nombre de la sociedad serán
canceladas y el capital se disminuirá de pleno derecho en un monto igual al costo en
que la sociedad adquirió dichas acciones.
Artículo 63. Las acciones adquiridas en virtud de un acuerdo de la junta extraordinaria
de accionistas, deberán ser enajenadas por la sociedad dentro del plazo máximo de
veinticuatro meses o de 5 años, en ambos casos a contar de su adquisición, depen-
diendo si fueron adquiridas o no para cumplir un programa o plan de compensación
a trabajadores. Si no se enajenaran en los plazos señalados, las acciones y la ins-
cripción de éstas a nombre de la sociedad serán canceladas y el capital 16 quedará
disminuido de pleno derecho en un monto igual al costo en que la sociedad adquirió
dichas acciones.

Artículo 28 Ley de Sociedades Anónimas


El artículo 28 de la LSA prevé la posibilidad de disminuir el capital de la sociedad
anónima restringidamente y sometida a exigencias de publicidad y con la mayoría
de dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto. Estas exigencias
están destinadas a que sea conocida por todos los accionistas en caso que se produzca
una disminución de capital de pleno derecho. El gerente debe dejar constancia de ello
por escritura pública anotada al margen de la inscripción social.
“ARTICULO 28º.- Todo acuerdo de reducción de capital deberá ser adoptado por
la mayoría establecida en el inciso segundo del Artículo 67º, y no podrá procederse
al reparto o devolución de capital o a la adquisición de acciones con que dicha dis-
218 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

minución pretenda llevarse a efecto, sino transcurridos treinta días desde la fecha de
publicación en el Diario O¿cial del extracto de la respectiva modi¿cación.
Dentro de los 10 días siguientes a la publicación referida en el inciso anterior, deberá
publicarse además un aviso destacado en un diario de circulación nacional, en el que
se informe al público del hecho de la disminución de capital y de su monto”.
El artículo 28 de la LSA se complementa con los actuales artículos 49 a 51 del
Reglamento de la ley, que señalan:
Artículo 49. Todo acuerdo de reducción de capital requerirá del voto conforme
de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto, y no podrá
procederse al reparto o devolución de capital o a la adquisición de acciones con
que dicha disminución pretenda llevarse a efecto, sino transcurridos treinta días
desde la fecha de publicación en el Diario O¿cial del extracto de la respectiva
modi¿cación.
Artículo 50. Dentro de los 10 días siguientes a la publicación referida en el artículo
anterior, deberá publicarse además un aviso destacado en un diario de circulación
nacional y en el sitio de Internet de las sociedades anónimas abiertas que dispongan
de tales medios, en el que se informe al público del hecho de la disminución de capital
y de su monto.
Artículo 51. La disminución de capital afectará a todos los accionistas por igual, sin
necesidad de cancelar acciones. Si las acciones tuvieren valor nominal, a consecuencia
de la disminución de capital se reducirá dicho valor en forma proporcional.

Artículo 78 Ley de Sociedades Anónimas régimen de dividendos


El artículo 78 de la LSA obliga a destinar sólo las utilidades líquidas del ejercicio
para pagar los dividendos, lo que impide repartir dividendos con cargo al capital social
aportado por los accionistas, pero si hay pérdidas acumuladas de ejercicios comerciales
anteriores, las utilidades deben ser destinadas primero a absorber dichas pérdidas.
El sistema de reparto de dividendos provisorios y de¿nitivos, modo de pago, se
encuentra regulado en los artículos 137 a 141 del Reglamento de la LSA.
Cabe destacar que el artículo 137 del nuevo Reglamento de la LSA, de¿ne con
claridad los conceptos de dividendo provisorio, dividendo mínimo obligatorio, di-
videndo adicional y dividendo eventual: “Artículo 137. Se entenderá por dividendo
provisorio aquel que acuerda distribuir el directorio, durante el ejercicio con cargo a
las utilidades del mismo. Este dividendo debe ser pagado en la fecha que determine
el directorio.
Dividendo mínimo obligatorio es aquel que acuerda la junta de accionistas con el
¿n de cumplir la obligación de distribuir anualmente como dividendo, el porcentaje
mínimo de las utilidades que exige la ley o los estatutos. Todo dividendo que acuerde
la junta de accionistas por sobre el dividendo mínimo obligatorio, recibirá el nom-
bre de dividendo adicional y deberá pagarse durante el ejercicio en que se adopta el
DERECHO DE SOCIEDADES 219

acuerdo y en la fecha que ¿je la junta o el directorio, si aquélla lo hubiere facultado


al efecto.
Recibirá el nombre de dividendo eventual aquel que corresponde a la parte de las
utilidades que no ha sido destinada por la junta de accionistas a ser pagada durante
el ejercicio respectivo, como dividendo mínimo obligatorio o adicional, sino que a
ser pagado en ejercicios futuros, pudiendo la junta de accionistas acordar su pago en
cualquier momento”.

9.3. Capital mínimo en las sociedades de capital


Nuestra Ley de Sociedades Anónimas, como ya hemos señalado, no establece
ningún capital social mínimo para la existencia y funcionamiento u operación de la
sociedad, a diferencia de ciertas sociedades anónimas especiales en que por ley se
establece un capital mínimo, como el caso de los Bancos en que el artículo 50 de la
Ley General de Bancos, establece un capital mínimo de 800.000 unidades de fomento
y las Compañías de Seguro deben tener un capital mínimo de 90.000 unidades de
fomento al tiempo de su constitución, según establece el artículo 7º del D.F.L. Nº 251
Sobre Compañías de Seguros, entre otras.
El capital social debe quedar establecido o ¿jado en los estatutos sociales de ma-
nera precisa y el número de acciones en que se divide, siendo esta exigencia una de
las cláusulas esenciales de la escritura pública de constitución, y también es mención
esencial en el extracto. En el caso que este capital social se pretenda disminuirlo
o aumentarlo, se requiere modi¿cación estatutaria, con las mismas solemnidades
establecidas para la constitución, y es materia de junta extraordinaria de accionistas
conforme lo establecido en el artículo 67 de la ley.
Asimismo, la pérdida total o parcial del capital social no es causal de terminación
de la sociedad, a diferencia de lo que se establece en la ley de sociedades anónimas
española, en la cual la pérdida del patrimonio social a menos de la mitad o 50%, es
causal de disolución de la sociedad anónima.
Este capital social y el número preciso de acciones en que se divide, se denomina
capital social inicial y también nominal, en el sentido que es el declarado en la escri-
tura de constitución.
Hemos señalado anteriormente que sólo para ciertos tipos de sociedades anóni-
mas reguladas por leyes especiales se exige la existencia y mantención de capitales
mínimos, prevista en el caso de los bancos, compañías de seguro y reaseguro, admi-
nistradoras de fondos de pensiones, sociedades anónimas deportivas, entre otras.

9.4. Diversas clases de capital y su formación


9.4.1. Capital inicial o nominal
Capital social inicial o nominal es el establecido en el estatuto social, ya sea en la
escritura pública de constitución o en las modi¿caciones ulteriores. Sin embargo, el
220 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

capital se entiende modi¿cado de pleno derecho cada vez que la junta ordinaria de
accionistas aprueba el balance del ejercicio, conforme lo dispuesto en el artículo 10
incisos 2º y 3º de la Ley de Sociedades Anónimas. Este capital puede denominarse
capital nominal o de “libro”.

9.4.2.Capital suscrito
Capital suscrito es aquel que se ha colocado entre los accionistas, vía contrato de
suscripción de acciones, el que a su vez puede encontrarse enteramente pagado, o
bien suscrito y no pagado.
El aporte es un elemento de la esencia de toda sociedad, cualquiera que sea su tipo
y la obligación de todo socio consiste en estipular y pagar su aporte prometido; desde
este punto de vista el capital suscrito y no pagado es una deuda para el accionista sus-
criptor y un activo para la sociedad anónima. En la sociedad anónima, la estipulación
del aporte consiste en la suscripción de acciones aunque en el acto de suscribirlas no
las pague en todo o parte, pero se compromete u obliga a pagarlas en un plazo deter-
minado en el contrato de suscripción. Por lo tanto el capital suscrito se conforma por
acciones que han adquirido los accionistas, sea que las hayan pagado totalmente o no,
por ello este capital suscrito puede estar pagado o bien no pagado o debido.
En el balance de la sociedad anónima, se asientan las partidas capital social, capital
suscrito y capital pagado, lo mismo en el registro de accionistas, se consigna por cada
accionista las acciones suscritas y pagadas y no pagadas.
Para efectos de los cómputos de los quórum de las juntas de accionistas se con-
sideran todas las acciones emitidas, ya sea que se encuentren pagadas o no pagadas,
pero para efectos de reparto de dividendos, sólo se consideran y se reparte a las
acciones efectivamente pagadas por los accionistas, mas no las acciones suscritas y
no pagadas.
Asimismo, si un accionista cede acciones suscritas y no pagadas, se obligan so-
lidariamente al pago de éstas con la sociedad, tanto el cedente como el cesionario,
conforme lo establecido en el artículo 19 de la ley, principio que replica el artículo
38 inciso 2º del Reglamento. “La adquisición de acciones de una sociedad implica
la aceptación de los estatutos sociales, de los acuerdos adoptados en las juntas de
accionistas, y de la obligación de pagar las acciones en el caso que éstas no estén
pagadas a la sociedad.
En cuanto a la imputación de pago de las acciones suscritas y no pagadas, se
establece por el inciso tercero del artículo 16 de la LSA, mediante la reforma de la
ley Nº 20.382, de 2009, que deben imputarse los pagos parciales primeramente a las
acciones suscritas de más antigua data:
“Los pagos parciales del saldo insoluto de las acciones suscritas y no pagadas, se
abonarán a las respectivas acciones impagas de acuerdo a su antigüedad de emisión,
de una en una, hasta completar el pago de la totalidad de ellas”.
DERECHO DE SOCIEDADES 221

El artículo 36 del reglamento re¿ere al mismo tema: Artículo 36. De conformidad a


lo establecido en el artículo 16 de la ley, los pagos parciales del saldo insoluto de una
suscripción de acciones se abonarán acción por acción hasta que se complete el pago
de la totalidad de las acciones suscritas. En caso que de abonar la totalidad del pago,
quedare una acción sin ser completamente pagada, ésta gozará de iguales derechos a
las íntegramente pagadas, salvo en lo relativo a la participación en bene¿cios sociales
y en las devoluciones de capital, en cuyo caso dicha acción otorgará esos derechos en
aquella fracción que está efectivamente pagada. Lo anterior, a menos que los estatutos
sociales estipulen norma diferente.

9.4.3.Capital pagado
Capital social pagado corresponde a aquel cuyo valor ha ingresado efectivamente
en las arcas o caja de la sociedad anónima; el capital social se forma por la suma de
los aportes de los accionistas, sean éstos en dinero o en otros bienes debidamente
justipreciados por la junta de accionistas. Por regla general las acciones se pagan en
dinero, y los pagos que no consistan en dinero deben ser tasados por peritos o expertos,
o bien, su valor puede ser ¿jado por la unanimidad de accionistas en la constitución
de la sociedad. Los bienes distintos al dinero deben cumplir con la tradición a favor
de la sociedad, con las solemnidades correspondientes en cada caso para el tipo de
bien de que se trate. Si los aportes en especies, no en dinero, se efectúan durante la
vigencia de la sociedad, va a implicar un aumento de capital, por lo que la junta de
accionistas deberá aprobar dichos aportes y estimaciones requiriendo un quórum de
2/3 partes de las acciones emitidas con derecho a voto (en relación al artículo 15 inciso
4º y artículo 67 inciso 2º Nº 6 de la ley).
Los accionistas que concurrieron al otorgamiento de la escritura de constitución
deben pagar las acciones dentro de un plazo máximo de tres años contado desde la
fecha de su otorgamiento, siendo muy discutible que pueda vía contrato de suscripción
establecerse un plazo mayor al legal de tres años. El mismo plazo, pero contado desde
la fecha de la escritura pública que contengan los acuerdos de la junta de accionistas,
tendrán los socios para la emisión, suscripción y pago de las acciones de aumento
de capital social (artículo 11 inciso 2º de la ley). Vencidos estos plazos, sin que se
haya enterado el capital o su aumento, el capital quedará reducido a la cantidad efec-
tivamente pagada de pleno derecho, sin necesidad de reforma estatutaria, pero con
la carga de que el gerente general consigne este hecho mediante escritura pública y
que se tome razón al margen del extracto de constitución de la sociedad anónima en
el Registro de Comercio (artículo 11 inciso 2º y artículo 24 de la ley).
Referido al plazo de tres y cinco años, respectivamente, para cumplir con el pago de
las acciones producto de un aumento de capital, el nuevo artículo 18 del Reglamento
establece: “Artículo 18. Los acuerdos de las juntas de accionistas sobre aumentos de
capital no podrán establecer un plazo superior a tres años, contado desde la fecha de
los mismos, para la emisión, suscripción y pago de las acciones respectivas, cualquiera
222 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

sea la forma de su entero. Respecto de acciones destinadas a planes de compensación


de trabajadores de la sociedad y sus ¿liales, el plazo máximo antes referido será de
cinco años. Las acciones que sean necesarias para dar cumplimiento a la opción
contenida en bonos convertibles en acciones podrán ser emitidas, suscritas y pagadas
mientras esté vigente dicha opción.
Vencido el plazo establecido por la junta de accionistas sin que se haya enterado
el aumento de capital, éste se reducirá en la parte no suscrita hasta esa fecha.
Respecto de las acciones suscritas y no pagadas, vencido el plazo antes indicado,
el directorio deberá proceder al cobro de los montos adeudados, salvo que la junta de
accionistas lo autorice para abstenerse del cobro con el voto conforme de dos tercios
de las acciones emitidas, caso en el cual el capital quedará reducido de pleno derecho
a la cantidad efectivamente pagada.
Agotadas las acciones de cobro, el directorio deberá proponer a la junta de accio-
nistas la aprobación, por mayoría simple, del castigo del saldo insoluto y la reducción
del capital a la cantidad efectivamente recuperada”.
El capital social y acciones se encuentra regulado en los artículos 10 a 30 en la Ley
de Sociedades Anónimas y en los artículos 7º a 69 del Reglamento de la ley.
Es de la esencia que el capital social se forme por la reunión de los aportes de
todos los accionistas y que se divida en acciones y se les entreguen acciones con
cargo a ese capital social, así se consigna en la de¿nición legal de la sociedad en el
artículo 1º de la ley.
Siguiendo una de¿nición ya clásica, la acción es una parte representativa de ese
capital social. La sociedad anónima debe dividir su capital social en un número pre-
ciso de acciones, con indicación de si éstas tienen o no valor nominal y sus series y
privilegios si los hubiere.
Aquí encontramos la fundamentación real de la mercantilidad de la sociedad anóni-
ma –declarada en el artículo 1º de la LSA–, ya que recibe los aportes de los accionistas
y les entrega a cambio de éstos acciones. Ahí esta visiblemente la relación de cambio
u operación de cambio que caracteriza al contrato de suscripción de acciones. La
sociedad anónima es un agente emisor de acciones con cargo al capital social que le
pertenece y estas acciones son títulos valores esencialmente negociables, ya en bolsa
de valores ya en negociaciones privadas.
De acuerdo al artículo 10 de la ley el capital social debe ser ¿jado de manera
precisa en los estatutos. Por su parte el artículo 11 de la LSA establece que se debe
determinar el número de acciones en que se divide este capital social y se entregan
a los accionistas, en estado de suscritas y pagadas o suscritas y no pagadas, por lo
tanto se debe determinar el capital y el número de acciones en que se divide, tanto en
la escritura pública de constitución cuanto en su extracto.
Por regla general el capital social sólo se puede aumentar o disminuir por reforma
del estatuto, siendo competencia de la junta extraordinaria de accionistas, ya que
el artículo 57 Nº 6 Ley de Sociedades Anónimas establece esta materia de reforma
estatutaria, de competencia de esta clase de juntas.
DERECHO DE SOCIEDADES 223

Este capital social inicial debe quedar totalmente suscrito y pagado en un plazo no
superior a tres años, y si no quedará reducido de pleno derecho al monto efectivamente
pagado y suscrito al vencimiento de dicho plazo legal. En la constitución se requería,
en la versión primera de la LSA que se pagara a lo menos un tercio del capital social
(principio de efectividad del capital; que establece que realmente exista el capital
social y encontrarse ingresado a caja social), pero esta exigencia de pago mínimo de
capital social fue derogada.
Si posteriormente se reforma el estatuto social aumentando el capital social, en
junta extraordinaria de accionistas, existe el mismo plazo de tres años para integrar
dicho aporte. Se aplica tanto en la constitución como en la reforma estatutaria, el
mismo plazo legal de tres años.
El capital social que ¿gura en la constitución se denomina capital nominal o
inicial, según ya hemos señalado y éste puede encontrarse en dos estados jurídicos
y contables:
– Capital social nominal suscrito y no suscrito o vacante, y
– Capital social suscrito y pagado y suscrito y no pagado.
El capital social inicial suscrito es aquel que ha sido colocado efectivamente en
los accionistas por parte de la sociedad anonima en virtud del contrato de suscrip-
ción de acciones, y éste a su vez puede encontrarse pagado o –bien– no pagado; el
pagado es el que ha ingresado efectivamente en la caja social y el que no está pagado
se encuentra colocado en los accionistas, esto es suscrito, pero no han pagado aún
por los accionistas suscriptores; en este último caso el accionista debe el pago de las
acciones suscritas y en el contrato de suscripción de acciones se determina el plazo y
modalidades para cumplir la obligación de pago, pero, en principio, el plazo no puede
exceder los tres años que establece la LSA.

9.5. Contrato de suscripción de acciones o del capital


Debemos señalar que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1º de la LSA,
el capital social es suministrado por los accionistas, quienes correlativamente limitan
su responsabilidad hasta el monto de sus aportes.
De lo indicado podemos a¿rmar que la sociedad anónima forma el capital social
por suministro de dinero o colocaciones de aportes que entregan los accionistas y que
con cargo al capital social que establece el estatuto se emiten las acciones, las que son
colocadas en el público o mercado.
Si la oferta de acciones es pública queda sometida además a la Ley de Mercado
de Valores Nº 18.045, y a la inversa si no se trata de una oferta publica de acciones,
dirigida al público en general, no queda sometida a dicha ley, y tienen el carácter de
privada, según ordena el artículo 1º de la LMV.
Cualquiera sea la naturaleza de la oferta de acciones que formula la sociedad anó-
nima –pública o privada–, el vínculo jurídico que existe entre la sociedad anónima y
los accionistas a causa del suministro de capital, se denomina contrato de suscripción
224 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de acciones, el que nace por la voluntad de estas dos partes, la sociedad anónima, por
sí o representada por el agente de valores colocador y el accionista.
El contrato de suscripción de acciones es solemne, toda vez que debe perfeccionarse
por escrito, público o privado y tiene el carácter de mercantil tanto para la sociedad
anónima emisora de las acciones como para el accionista suscriptor de las acciones,
conforme a lo dispuesto por nuestro artículo 3º números 10 y 12 del Código de Co-
mercio, esto signi¿ca que el contrato de suscripción de acciones es, típicamente, un
acto formal de comercio, para ambas partes.
La suscripción de acciones puede constar en el estatuto social para los accionistas
constituyentes y por vía de contrato de suscripción de acciones para los accionistas
no constituyentes o fundadores.
El artículo 12 de la LSA, establece:
“Las acciones serán nominativas y su suscripción deberá constar por escrito en la
forma que determine el reglamento”.
El nuevo reglamento de la LSA, en sus artículos 33 y 34 regula el contrato de
suscripción de acciones, efectuada con posterioridad a la constitución de la socie-
dad, el que debe constar en instrumento público o privado, y señalan los requisitos
y efectos del mismo:
Artículo 33. La suscripción de acciones efectuada con posterioridad a la constitu-
ción de la sociedad, deberá constar en instrumento público o privado ¿rmado por las
partes en el que se exprese el número de las acciones que se suscriben, la serie a que
pertenezcan, en su caso, la fecha de entrega de los títulos respectivos y el valor y la
forma de pago de la suscripción.
Artículo 34. El contrato de suscripción de acciones producirá efecto entre las partes
contratantes desde el otorgamiento del mismo. La adquisición de las acciones suscritas
por el titular se produce al momento en que se inscriban las acciones a su nombre en
el Registro de Accionistas, momento desde el cual adquiere la calidad de accionista.
La inscripción la practicará la sociedad dentro del día siguiente hábil al otorgamiento
del contrato de suscripción de acciones.
En el caso de la emisión de acciones liberadas de pago, no será necesario el otorga-
miento de un contrato de suscripción de acciones, procediendo la sociedad a inscribir
las acciones liberadas de pago a nombre de los accionistas con derecho a recibirlas
el mismo día utilizado para precisar a estos accionistas.
El contrato de suscripción de acciones es en consecuencia, como ya lo hemos
indicado, solemne, ya que se perfecciona por escritura pública o por instrumento
privado, instrumento en que se establece el número de acciones que se suscriben, la
serie a la cual pertenecen (sólo si existen series distintas de acciones), la fecha de
entrega de los títulos respectivos y el valor y o forma de pago de la suscripción. Se
trata del único artículo del Reglamento que regula este contrato. Dicho contrato es
bilateral, ya que se obligan ambas partes recíprocamente, la sociedad a entregar las
acciones y el accionista a pagarlas en dinero, es un contrato oneroso, ya que ambas
DERECHO DE SOCIEDADES 225

partes se bene¿cian mutuamente, conmutativo, ya que las prestaciones de las partes


se miran como equivalentes, solemne porque debe constar por escrito, principal en
términos relativos, ya que la causa del contrato es la existencia previa de la sociedad
anónima y nominado, ya que sus principales contenidos están regulados en los citados
artículos 33 a 37 del Reglamento. Es también un contratao nominado y típicamente
un contrato de cambio, ya que la sociedad anónima entrega acciones a cambio de la
obligación de pago de una suma de dinero de parte del accionista.
Para la sociedad anónima el contrato de suscripción de acciones es un contrato
mercantil porque a virtud de este contrato la sociedad recepta o recibe dinero a cambio
de entregar acciones (títulos valores) a los accionistas, funcionando una verdadera
operación de cambio de títulos valores por dinero.
Este contrato de suscripción de acciones presenta la característica de ser un contrato
de adhesión para el accionista, en el sentido de que al perfeccionarse el accionista se
obliga a aceptar los estatutos sociales y los acuerdos adoptados en juntas de accio-
nistas anteriores, conforme a lo establecido en el artículo 22 de la Ley de Sociedades
Anónimas. El fundamento de esta adhesión a los estatutos sociales y acuerdos de
juntas radica en proporcionar estabilidad y seguridad jurídica para la sociedad anó-
nima y todos sus accionistas, ya que quien se incorpore a ésta debe acatar y respetar
“las reglas del juego”; esta característica prueba que la formación y membresía a las
sociedades anónimas no es meramente contractual, sino que institucional, ya que este
tipo societario es una institución.
El principio de adhesión que implica el contrato de suscripción de acciones se
encuentra establecido en el artículo 22 de la ley:
“La adquisición de acciones de una sociedad implica la aceptación de los estatutos
sociales, de los acuerdos adoptados en las juntas de accionistas, y la de pagar las cuotas
insolutas en el caso que las acciones adquiridas no estén pagadas en su totalidad”.
La adquisición de acciones de la sociedad implica la automática e incondicional
aceptación de los estatutos sociales.
La adquisición de acciones implica en consecuencia: (uno) La aceptación de los
estatutos sociales; (dos) La aceptación de los acuerdos adoptados en las juntas de accio-
nistas (anteriores a la adquisición de acciones), y (tres) El suscriptor se obliga a pagar
la cuota insoluta en caso que estas acciones adquiridas no se encuentren pagadas.
Esta obligación de pago de las acciones suscritas y no pagadas, también ocurre
en el caso de que se ceda o trans¿era a otro una acción suscrita y no pagada, siendo
responsables solidariamente del pago cedente y cesionario. Se trata de una obligación
solidaria de acuerdo al artículo 19 de la Ley de Sociedades Anónimas:
“Los accionistas sólo son responsables del pago de sus acciones y no están obligados a
devolver a la caja social las cantidades que hubieren percibido a título de bene¿cio.
En caso de transferencia de acciones suscritas y no pagadas, el cedente responderá
solidariamente con el cesionario del pago de su valor, debiendo constar en el título
las condiciones de pago de la acción”.
226 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En resumen, la calidad de accionista de una sociedad anónima se adquiere por el


contrato de suscripción de acciones o por la cesión o traspaso de acciones y en ambos
casos implica una adhesión al estatuto social y a los acuerdos adoptados válidamente
por las juntas de accionistas de la compañía.
Finalmente, desde el punto de vista de la e¿cacia de la obligación de pago, la
sociedad anónima puede elegir por el cumplimiento forzado de la obligación vía
juicio ejecutivo según artículo 434 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil, o bien,
ordenar la venta de acciones debidas y no pagadas por el accionista moroso en Bolsa
de Valores, conforme lo establecido en el artículo 37 del Reglamento:
Artículo 37. Cuando un accionista no pagare oportunamente las acciones que hubiere
suscrito, sin perjuicio de las acciones de cobro que intente la sociedad, ésta podrá
vender en una bolsa de valores, por cuenta y riesgo del moroso, el número de accio-
nes de propiedad del moroso que sea necesario para que la sociedad se pague de los
saldos insolutos y de los gastos de enajenación.
Realizada la operación señalada en el inciso anterior, el gerente general o quien
haga sus veces deberá reducir en el Registro de Accionistas el número de acciones a
nombre del accionista moroso a la cantidad de acciones que le resten, descontando las
acciones vendidas por la sociedad y dando por pagada la deuda en el monto que alcance
a cubrir el resultado de dicha enajenación después de los gastos correspondientes.
Lo anterior es sin perjuicio de las compensaciones que procedieren por cualquier
suma que la sociedad le adeudare al accionista y cualquier otro mecanismo que, ade-
más, se pudiere estipular en los estatutos.

10. Las acciones


La Ley de Sociedades Anónimas establece el principio de igualdad entre las accio-
nes suscritas y pagadas, y las suscritas y no pagadas, ya que gozan de iguales derechos
y obligaciones. Se computan todas las acciones suscritas para establecer y determinar
los quórum de las juntas de accionistas y de los acuerdos que se adopten. La diferen-
cia es que las acciones no pagadas no pueden participar en el reparto de dividendos,
ya que si no habría un enriquecimiento sin causa. Este principio de igualdad general
de las acciones, respecto al conjunto de derechos que con¿eren a los accionistas, se
puede ver alterado, en caso de que existan acciones preferidas, que pueden poseer
mejores derechos y pérdida en algunos derechos en materias especí¿cas, según se
verá más adelante.
El principio de igualdad de trato entre acciones suscritas y pagadas y suscritas y
no pagadas, salvo en que las últimas no tienen derecho a dividendo ni devolución de
capital, se establece en el artículo 36 del nuevo Reglamento de la LSA, que señala:
Artículo 36. De conformidad a lo establecido en el artículo 16 de la ley, los pagos
parciales del saldo insoluto de una suscripción de acciones se abonarán acción por
acción hasta que se complete el pago de la totalidad de las acciones suscritas. En caso
que de abonar la totalidad del pago, quedare una acción sin ser completamente pagada,
DERECHO DE SOCIEDADES 227

ésta gozará de iguales derechos a las íntegramente pagadas, salvo en lo relativo a la


participación en bene¿cios sociales y en las devoluciones de capital, en cuyo caso
dicha acción otorgará esos derechos en aquella fracción que está efectivamente pagada.
Lo anterior, a menos que los estatutos sociales estpulen norma diferente.
Las acciones que se emiten son títulos valores y de participación social. Son títulos
nominativos, ya que se emiten a nombre del accionista propietario y su suscripción
deberá constar por escrito, en instrumento público o privado, conforme se regula en
los artículos 4º Nº 5 de la Ley de Sociedades Anónimas y 11 del Reglamento.
Las acciones son títulos valores nominativos, representativos de una parte del
capital social de la sociedad anónima, ya que se emiten y registran a nombre del ac-
cionista en el registro de accionistas de la compañía y sólo a esa persona le compete
el título y derechos que de ese documento emanan. Por disposición del artículo 12 de
la LSA, las acciones son nominativas, no pudiendo emitirse acciones a la orden ni al
portador, como ocurre en otros sistemas jurídicos.
De acuerdo al principio de “nominatividad” de las acciones hay una importante
razón de seguridad jurídica y certeza jurídica en el sentido que la acción aparece emi-
tida al nombre de una determinada persona y registrada a su nombre en el Registro de
Accionistas de la sociedad. En principio, es necesario que la persona propietaria de la
acción debe tenerla en su poder para ejercer los derechos que le con¿ere, sin perjuicio
de que queden en depósito en la misma sociedad o en sociedades cuyo objeto o giro
es la custodia de valores (Bancos y Sociedades de Depósito de Valores). El traspaso
de la acción se perfecciona de acuerdo al régimen de cesión de créditos más acto de
noti¿cación y registro ante la Sociedad Anónima del Traspaso accionario.
La ventaja de este sistema nominativo y registral de las acciones consiste en que da
certeza y seguridad jurídica a los titulares de las acciones y además es de fácil control
por parte de los órganos públicos ¿scalizadores, como Servicios de Impuestos Internos,
Tribunales de Justicia y Superintendencia de Valores y Seguros, si comparamos este
sistema respecto a los sistemas de acciones con régimen al portador o a la orden.
Por otra parte, vinculado al principio de la “nominatividad” de las acciones, el
artículo 14 de la Ley de Sociedades Anónimas establece el principio de la libre cesi-
bilidad de las acciones, en virtud del cual los accionistas tienen el derecho a ceder, en
cualquier tiempo, libremente sus títulos accionarios, lo que permite dar dinamismo
y libertad al mercado accionario.
Así el artículo 14 de la ley (con la modi¿cación introducida por la ley Nº 20.382,
de 2009, establece que:
“Los estatutos de las sociedades abiertas no podrán estipular disposiciones que limiten
la libre cesión de las acciones.
Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones, deberán ser
depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros intere-
sados, y se hará referencia a ellos en el Registro de Accionistas. Si así no se hiciere,
tales pactos serán inoponibles a terceros. Tales pactos no afectarán la obligación de
228 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

la sociedad de inscribir sin más trámites los traspasos que se le presenten, de confor-
midad a lo establecido en el artículo 12”.
Este principio de la libre cesibilidad de las acciones, se aplica especial y princi-
palmente en los tipos societarios anónima abierta. El estatuto de la sociedad anónima
abierta no puede impedir, condicionar o restringir la cesibilidad de las acciones, ya sea
que éstas se encuentren pagadas o no pagadas. Si hay pactos de accionistas que digan
relación con la cesión de acciones, en ámbitos restringidos a determinadas personas
y condiciones, tienen que cumplir los varios requisitos establecidos en el artículo
14 de la Ley de Sociedades Anónimas, ya que de otra forma se entenderán por no
escritos. Para que dicho acuerdo sea oponible a terceros y a la sociedad, es necesario
que se encuentren depositados en la compañía. Sin estos requisitos de depósito en
la sociedad son inoponibles, antes de la reforma de 2009, se tenían por inexistentes,
ya que el legislador utilizaba la expresión “tales pactos se tendrán por no escritos”,
esto es derechamente sanción de inexistencia jurídica, luego de la reforma de 2009,
si no hay depósito de los pactos de accionistas en la sociedad, tales pactos se tienen
por inoponibles al adquirente de las acciones; y aun cuando se haya inscrito el pacto
de accionistas en la sociedad, si se presenta un traspaso de acciones “pactadas”, igual-
mente la sociedad anónima debe inscribir las acciones a nombre del nuevo accionista,
lo que le ha restado todo valor jurídico a los pactos en esta materia, para la sociedad
anónima abierta. Otro tema es el posible litigio entre los accionistas pactados, a causa
de un incumplimiento contractual.
La nominatividad de las acciones de la sociedad anónima y los requisitos literales
del título se detallan en el artículo 11 del Reglamento de la LSA, que señala:
Artículo 11. Los títulos de acciones llevarán el nombre del titular, su rol único tri-
butario o cédula de identidad, si los tuviera, el nombre y domicilio de la sociedad y
su rol único tributario, la fecha de la escritura de constitución y la notaría en que se
haya otorgado, la indicación de la inscripción del extracto de la escritura de cons-
titución de la sociedad en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación
en el Diario O¿cial, el número de acciones que el título represente, la serie a que
pertenezcan, una referencia a las preferencias que otorgan y si las acciones tienen o
no valor nominal.
Si los estatutos de la sociedad incluyen limitaciones a la libre disposición de las
acciones, los títulos también deberán hacer referencia a ellas. Igualmente deberán
constar en el título las condiciones de pago de la acción si se tratare de acciones que
no estuvieren pagadas íntegramente.
Cuando la sociedad no haya sido constituida como sociedad anónima, a las referencias
indicadas en el inciso anterior a su constitución se deberán agregar las referencias
correspondientes a la escritura de transformación en sociedad anónima. Si la entidad
se ha convertido en sociedad anónima en virtud de una fusión por creación o de una
división, en el título se indicará la fecha de la escritura que da cuenta de ese acto y
la notaría en que se haya otorgado, la indicación de la inscripción del extracto de
dicha escritura en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación en el
Diario O¿cial.
DERECHO DE SOCIEDADES 229

En el caso de sociedades anónimas especiales se expresará además en el título la fecha


y número de la resolución de autorización de existencia correspondiente, la indicación
de su inscripción en el Registro de Comercio y publicación en el Diario O¿cial.
Los títulos de acciones serán numerados correlativamente y se desprenderán de un
libro talonario. El talón correspondiente será ¿rmado por la persona a quien se haya
entregado el título. Los títulos serán ¿rmados por el presidente del directorio y por
el gerente general o las personas que hagan sus veces.
Las sociedades podrán establecer sistemas para que la ¿rma de ellos queden estam-
padas mediante procedimientos mecánicos que ofrezcan seguridad.

11. Cesibilidad de las acciones


El principio de la libre cesibilidad de las acciones establecido en el artículo 14 de
la ley que es funcional a la naturaleza misma de las acciones, en cuanto deben ser
cesibles en todo tiempo y oportunidad como regla general atendido el carácter del
mercado de valores, y que se relaciona con el principio de la “nominatividad” expli-
cado anteriormente, se encuentra regulado en el nuevo Reglamento de la ley, en los
artículos 38 a 45, en los que se regula la forma y solemnidades que deben cumplirse
para transferir las acciones de la sociedad anónima, libre cesibilidad que en todo caso
es solemne, ya que la cesión debe constar en escritura pública o instrumento privado,
pues la acción es un título de crédito nominativo, y para su transferencia debe cumplir
con la cesión o traspaso de acciones.
Cabe tener presente que es de la esencia de la anónima que sus acciones se puedan
transferir o ceder libremente entre accionistas, de tal suerte que este es un derecho
esencial, y sobre este derecho de libre disposición descansan los mercados de valores
o accionarios. Por ello, en general los requisitos formales que se establecen para la
cesión o traspaso de acciones no deben ser muy engorrosos o rígidos, por lo que debe
conjugarse la solemnidad del acto jurídico con el principio de certeza jurídica.
Las disposiciones citadas del nuevo reglamento de la ley establecen los actos
solemnes que siguen, para materializar la cesión de acciones:
Artículo 38: “Toda cesión de acciones se celebrará por instrumento privado ¿rmado
por el cedente y el cesionario, ante notario público o bien cada uno ante dos testigos
mayores de edad o ante un corredor de bolsa, debidamente individualizados por su
cédula nacional de identidad o rol único tributario, los que podrán ser los mismos si
cedente y cesionario suscriben el instrumento en un mismo acto.
También podrá hacerse por escritura pública suscrita por el cedente y el cesionario o
conforme a lo previsto en la ley Nº 18.876, si procediere. No podrá actuar en calidad de
testigo, corredor de bolsa o notario público quien comparece en la escritura de cesión
como cedente o cesionario de las acciones, ni aún respecto de su contraparte”.
Son cuatro por lo tanto las formas jurídicas previstas para transferir las acciones,
a saber, por escritura privada, ¿rmada por el cedente y el cesionario ante dos testigos
mayores de edad; o bien otorgada ante corredor de bolsa o ante notario público; y
¿nalmente por escritura pública. Se concluye que la cesión de acciones es solemne,
230 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

ya que debe constar por escrito. En dicho instrumento se individualizan las acciones
cedidas y la sociedad emisora, su precio y el nombre del cedente y el cesionario,
debidamente individualizados.
En el artículo 40 del reglamento se establece un principio de neutralidad de la
sociedad anónima respecto a la cesión de acciones y a la oportunidad o temporalidad
en que se perfeccione, y señala:
Artículo 40: “A la sociedad no le corresponde pronunciarse sobre la transferencia
de las acciones y está obligada a inscribir sin más trámite los traspasos que se le
presenten, a menos que éstos no se ajusten a las formalidades que establecen los
artículos precedentes”.
El rol que le corresponde a la sociedad anónima emisora es sólo ¿scalizar el cum-
plimiento de las formalidades del instrumento cesión o traspaso y que correspondan
las acciones al cedente, conforme información del Registro de Accionistas, en conse-
cuencia el análisis y control que efectúa la sociedad anónima es meramente formal.
En los artículos 40 y 41 del reglamento se establece un principio de oponibilidad
y/o publicidad del acto cesión o traspaso de acciones, toda vez que obliga al adquirente
de las acciones a registrarlas a su nombre exhibiendo el título del traspaso o cesión de
acciones y la materialidad de las acciones que le han sido cedidas, estableciéndose un
plazo de “sin más trámite” para practicar el registro y emisión de los títulos accionarios
a nombre del cesionario de parte de la sociedad anónima:
Así los artículos 40 y 41 del Reglamento señalan:
Artículo 40: A la sociedad no le corresponde pronunciarse sobre la transferencia
de las acciones y está obligada a inscribir sin más trámite los traspasos que se le
presenten, a menos que éstos no se ajusten a las formalidades que establecen los
artículos precedentes.
Artículo 41. La cesión de las acciones producirá efecto entre las partes desde su ce-
lebración, y respecto de la sociedad y de terceros, desde el momento de la inscripción
del nuevo titular en el Registro de Accionistas. La sociedad practicará la inscripción
en el momento que tome conocimiento de la cesión.
Los interesados podrán acreditar que la sociedad ha tomado conocimiento de la cesión
en mérito a una noti¿cación practicada por un corredor de bolsa o notario público,
quienes en el acto de la noti¿cación deberán entregar una copia del contrato de cesión
y el título de las acciones, a menos que este último estuviese en poder de la sociedad
o no tuviere obligación de imprimir láminas físicas de los títulos.
En cuanto a los requisitos formales del contrato de cesión de acciones de una sociedad
anónima, se perfecciona por escritura pública o bien instrumento privado, e implica
la adhesión a los estatutos sociales. Los artículos 38 y 39 del Reglamento señalan:
Artículo 38. Toda cesión de acciones se celebrará por instrumento privado ¿rmado
por el cedente y el cesionario, ante notario público o bien cada uno ante dos testigos
mayores de edad o ante un corredor de bolsa, debidamente individualizados por su
cédula nacional de identidad o rol único tributario, los que podrán ser los mismos si
cedente y cesionario suscriben el instrumento en un mismo acto.
DERECHO DE SOCIEDADES 231

También podrá hacerse por escritura pública suscrita por el cedente y el cesionario
o conforme a lo previsto en la ley Nº 18.876, si procediere.
No podrá actuar en calidad de testigo, corredor de bolsa o notario público quien
comparece en la escritura de cesión como cedente o cesionario de las acciones, ni
aún respecto de su contraparte.
La adquisición de acciones de una sociedad implica la aceptación de los estatutos
sociales, de los acuerdos adoptados en las juntas de accionistas, y de la obligación
de pagar las acciones en el caso que éstas no estén pagadas a la sociedad.
Artículo 39. En caso que la transferencia de las acciones tenga por antecedente el
cumplimiento de un mandato, la custodia de las acciones o su entrega en garantía,
se deberá cumplir con las mismas formalidades indicadas en el artículo anterior,
pero deberá dejarse constancia de dicha circunstancia en el instrumento por el que
se celebre la transferencia.

Finalmente, el artículo 44 del reglamento establece los requisitos que deben cum-
plirse para el caso de transmisión por causa de muerte de las acciones, del patrimonio
del accionista fallecido a sus herederos, distinguiendo si la sucesión es testada o
intestada.
Artículo 44: En caso de transmisión o sucesión por causa de muerte, el sucesor, he-
redero, asignatario y/o adjudicatario de las acciones podrá inscribirlas a su nombre,
previa exhibición a la sociedad del testamento inscrito, si lo hubiere, de la inscripción
del auto de posesión efectiva de la herencia y del respectivo acto de adjudicación, en
su caso, de todo lo cual se tomará nota en el Registro de Accionistas. A la sociedad
no le corresponde pronunciarse sobre la transmisión o adjudicación de las acciones
y está obligada a inscribirlas, a menos que éstos no se ajusten a las formalidades
establecidas en este reglamento.

Resulta pertinente hacer el paralelo entre el sistema de propiedad accionaria de la


ley chilena, respecto de los sistemas jurídicos con acciones al portador, como el caso
de la República Oriental del Uruguay y de Panamá, Estados en los que las acciones
pueden ser títulos valores al portador, pertenecen a quien las detente materialmente, ya
que se trans¿eren por la mera entrega manual, no existiendo Registro de Accionistas
ni cesión o traspaso formal de acciones, eventos que hacen “anónima” la propiedad
accionaria, a diferencia de los sistemas jurídicos “públicos”, con la consiguiente
imposibilidad o di¿cultad de determinar quiénes son los verdaderos dueños de las
acciones, regímenes que son propios de los llamados “paraísos legales”, como Islas
Gran Caimán, entre otras, que evidentemente permiten “ocultar” fortunas de orígenes
discutibles o eventualmente ilícitos.

12. Menciones que debe contener la acción. Disciplina formal del título
La sociedad anónima en cuanto emisora del título valor accionario, debe emitir
las acciones en el número exacto en que divide su capital social en el estatuto, las
232 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que son emitidas nominativas, indicado en nombre del accionista, como se ha expli-
cado anteriormente. Los artículos 12 de la Ley de Sociedades Anónimas y el 19 del
Reglamento, regulan la disciplina formal que deben contener los títulos accionarios,
siendo por lo tanto títulos valores típicos y regulados especialmente por el legislador
en cuanto al contenido o literalidad de sus menciones esenciales.
De otra parte, la acción en cuanto título de crédito o valor, obliga a su titular para
ejercer sus derechos a que este titular esté en posesión material del título y en el even-
to que éste se extravíe, se deteriore, hurte o robe, debe ser objeto de reconstitución,
conforme se señala en el reglamento de la ley, ya que se emiten en ejemplares únicos
o singulares, no existiendo copias de los mismos.
Así el artículo 12 de la ley señala:
“Las acciones serán nominativas y su suscripción deberá constar por escrito en la
forma que determine el Reglamento. La transferencia se hará en conformidad a dicho
Reglamento, el cual determinará, además, las menciones que deben contener los títulos
y la manera como se reemplazarán aquellos perdidos o extraviados.
A la sociedad no le corresponde pronunciarse sobre la transferencia de acciones y
está obligada a inscribir sin más trámite los traspasos que se le presenten, siempre
que éstos se ajusten a las formalidades mínimas que precise el Reglamento.
En las sociedades abiertas la Superintendencia resolverá administrativamente, con
audiencia de las partes interesadas, las di¿cultades que se produzcan con motivo de
la tramitación e inscripción de un traspaso de acciones.
La Superintendencia podrá autorizar a las sociedades sometidas a su control, para
establecer sistemas que sustituyan la obligación de emitir títulos o que simpli¿quen
en casos cali¿cados la forma de efectuar las transferencias de acciones, siempre que
dichos sistemas resguarden debidamente los derechos de los accionistas”.
El artículo 11 del Reglamento especi¿ca las menciones esenciales que debe con-
tener todo título accionario, en cuanto a su literalidad:
“Los títulos de acciones llevarán el nombre del titular, su rol único tributario o cédula
de identidad, si los tuviera, el nombre y domicilio de la sociedad y su rol único tribu-
tario, la fecha de la escritura de constitución y la notaría en que se haya otorgado, la
indicación de la inscripción del extracto de la escritura de constitución de la sociedad
en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación en el Diario O¿cial, el
número de acciones que el título represente, la serie a que pertenezcan, una referencia
a las preferencias que otorgan y si las acciones tienen o no valor nominal.
Si los estatutos de la sociedad incluyen limitaciones a la libre disposición de las
acciones, los títulos también deberán hacer referencia a ellas. Igualmente deberán
constar en el título las condiciones de pago de la acción si se tratare de acciones que
no estuvieren pagadas íntegramente.
Cuando la sociedad no haya sido constituida como sociedad anónima, a las referencias
indicadas en el inciso anterior a su constitución se deberán agregar las referencias
correspondientes a la escritura de transformación en sociedad anónima. Si la entidad
se ha convertido en sociedad anónima en virtud de una fusión por creación o de una
DERECHO DE SOCIEDADES 233

división, en el título se indicará la fecha de la escritura que da cuenta de ese acto y


la notaría en que se haya otorgado, la indicación de la inscripción del extracto de
dicha escritura en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación en el
Diario O¿cial.
En el caso de sociedades anónimas especiales se expresará además en el título la fecha
y número de la resolución de autorización de existencia correspondiente, la indicación
de su inscripción en el Registro de Comercio y publicación en el Diario O¿cial.
Los títulos de acciones serán numerados correlativamente y se desprenderán de un
libro talonario. El talón correspondiente será ¿rmado por la persona a quien se haya
entregado el título. Los títulos serán ¿rmados por el presidente del directorio y por
el gerente general o las personas que hagan sus veces.
Las sociedades podrán establecer sistemas para que la ¿rma de ellos queden estam-
padas mediante procedimientos mecánicos que ofrezcan seguridad”.
Cabe considerar que conforme la regulación del Código de Procedimiento Civil,
la acción de la sociedad anónima puede constituir título ejecutivo, de la sociedad
emisora en contra del accionista que se encuentre en mora de pagar las acciones
suscritas y no pagadas, mediante gestión procesal preparatoria de la vía ejecutiva de
“confrontación”, en efecto, el artículo 434 del Código citado, que establece los títulos
ejecutivos, en su número 6º señala:
“Cualesquiera títulos al portador, o nominativos, legítimamente emitidos, que repre-
senten obligaciones vencidas, y los cupones también vencidos, siempre que los cupones
confronten con los títulos, y éstos, en todo caso, con los libros talonarios.
“Resultando conforme la confrontación, no será obstáculo a que se despache la eje-
cución la protesta de falsedad del título que en el acto haga el director o la persona
que tenga la representación del deudor, quien podrá alegar en forma la falsedad como
una de las excepciones del juicio”.
De acuerdo al artículo 434 Nº 6 del Código de Procedimiento Civil existe la po-
sibilidad de realizar la “confrontación” entre el libro talonario del cual se desprendió
la acción en su día y la acción. De esta forma, mediante la “confrontación” se puede
obtener la con¿guración procesal de un título ejecutivo, lo que exige la realización
de una gestión judicial preparatoria de vía ejecutiva y resultando conteste la “con-
frontación” ante el tribunal civil ordinario, y luego se puede presentar la demanda
ejecutiva de cobro de pesos en contra del deudor ejecutado, actuando la sociedad
anónima como ejecutante y el accionista moroso en el pago de las acciones suscritas
como ejecutado.
Los títulos inutilizados y el talón correspondiente llevarán estampada en forma
visible la palabra “inutilizado” y en el respaldo del talón se anotará el número del
título que les haya reemplazado (artículo 20 del reglamento).
Finalmente, el artículo 13 del reglamento regula el caso de hurto, robo o extravío
o inutilización del título accionario, en cuyo caso el accionista inscrito debe pedir la
emisión de uno nuevo, previa publicación de aviso en diario de circulación nacional,
234 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que comunique el hurto, robo o extravío, la sociedad anónima emitirá nuevo título
luego de transcurrido tres días de la publicación del aviso y del envío a las bolsas de
valores, del ejemplar del diario, si se trata de sociedad anónima abierta.

13. Contenido de las acciones


Las acciones son esencialmente títulos representativos del capital social en que
la sociedad divide el mismo y el accionista que las suscribe se obliga, mediante el
contrato de suscripción de acciones, a pagarlas en dinero a la sociedad salvo que
la junta permita el pago de las mismas de otra forma, como en bienes corporales e
incorporales, los que deben previamente ser justipreciados.
La acción es, conforme lo señalado, un título representativo de parte alícuota del
capital social, pero es más que aquello, ya que es también un título de participación
social y en este sentido excede al concepto de título de crédito o título valor; la acción
es un título de crédito en tanto es negociable y faculta al portador a ejercer el derecho
que éste contiene, pero además otorga a su titular un conjunto de derechos, más de lo
que literalmente se establecen en el título, ya que es un título de participación social,
siendo más que un título valor o de crédito, esencialmente negociable o cesible. En
síntesis, como señala el catedrático español Fernando Sánchez Calero, la acción en
cuanto a su contenido se expresa en el conjunto de derechos que con¿ere a su titular,
siendo en consecuencia más que un título valor, un título de participación social dentro
de la sociedad anónima33.
El artículo 11 del reglamento de la LSA señala los requisitos que debe cumplir el
título accionario y señala:
Artículo 11. Los títulos de acciones llevarán el nombre del titular, su rol único tributa-
rio o cédula de identidad, si los tuviera, el nombre y domicilio de la sociedad y su rol
único tributario, la fecha de la escritura de constitución y la notaría en que se haya
otorgado, la indicación de la inscripción del extracto de la escritura de constitución de
la sociedad en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación en el Diario
O¿cial, el número de acciones que el título represente, la serie a que pertenezcan, una
referencia a las preferencias que otorgan y si las acciones tienen o no valor nominal.
Si los estatutos de la sociedad incluyen limitaciones a la libre disposición de las
acciones, los títulos también deberán hacer referencia a ellas. Igualmente deberán
constar en el título las condiciones de pago de la acción si se tratare de acciones que
no estuvieren pagadas íntegramente.
Cuando la sociedad no haya sido constituida como sociedad anónima, a las referencias
indicadas en el inciso anterior a su constitución se deberán agregar las referencias
correspondientes a la escritura de transformación en sociedad anónima. Si la entidad
se ha convertido en sociedad anónima en virtud de una fusión por creación o de una
división, en el título se indicará la fecha de la escritura que da cuenta de ese acto y

33 Fernando SÁNCHEZ CALERO, ob. cit., pág. 183.


DERECHO DE SOCIEDADES 235

la notaría en que se haya otorgado, la indicación de la inscripción del extracto de


dicha escritura en el Registro de Comercio correspondiente y su publicación en el
Diario O¿cial.
Los títulos de acciones serán numerados correlativamente y se desprenderán de un
libro talonario. El talón correspondiente será ¿rmado por la persona a quien se haya
entregado el título. Los títulos serán ¿rmados por el presidente del directorio y por
el gerente general o las personas que hagan sus veces.
Las sociedades podrán establecer sistemas para que la ¿rma de ellos queden estam-
padas mediante procedimientos mecánicos que ofrezcan seguridad.”.

14. Tipos o clases de acciones


Acciones ordinarias y preferidas
Una primera clasi¿cación accionaria distingue entre acciones ordinarias o comunes
y acciones preferidas o preferentes. La regla general es que las acciones de una so-
ciedad anónima tengan el carácter de ordinarias; esto es, que con¿eran a cada uno de
los accionistas el mismo conjunto de derechos y obligaciones. Sin embargo, también
pueden haber acciones preferidas, las que requieren de establecimiento expreso en
el pacto o estatuto social.
El artículo 20 de la Ley de Sociedades Anónimas establece esta clasi¿cación de
acciones ordinarias y preferidas, y señala que no se pueden estipular preferencias sin
¿jar un plazo de vigencia, no pueden ser inde¿nidas en el tiempo. Tampoco se pueden
establecer como preferencia, que ciertas acciones reciban dividendos que no proven-
gan de las utilidades del ejercicio; esto es, no puede establecerse una preferencia con
dividendos “a todo evento”.
La existencia de acciones con preferencia debe constar en los estatutos sociales,
y temporalmente no pueden tener una vigencia temporal por más de cinco años, los
que son prorrogables por acuerdo de junta extraordinaria de accionistas; vencido el
plazo de cinco años pierden su estatus de privilegio y pasan a ser ordinarias.
El artículo 20 de la ley regula esta clase de acciones:
“Las acciones pueden ser ordinarias o preferidas.
Las preferencias deberán constar en los estatutos sociales y en los títulos de las accio-
nes deberá hacerse referencia a ellas. No podrá estipularse preferencias sin precisar
el plazo de su vigencia. Tampoco podrá estipularse preferencias que consistan en el
otorgamiento de dividendos que no provengan de utilidades del ejercicio o de utili-
dades retenidas y de sus respectivas revalorizaciones. Los estatutos de las sociedades
anónimas que hagan oferta pública de sus acciones podrán contener preferencias o
privilegios que otorguen a una serie de acciones preeminencia en el control de la
sociedad, por un plazo máximo de cinco años, pudiendo prorrogarse por acuerdo de
la junta extraordinaria de accionistas”.
Estas preferencias deben constar en los estatutos sociales siendo ésta su única
fuente; y una preferencia puede consistir en que una serie de acciones puede tener
236 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

un mayor número de votos para la elección de miembros del directorio, pero sólo
por un plazo de 5 años el cual puede llegar a ser prorrogable; estas son las llamadas
acciones de control, cuya preferencia consiste precisamente en aquello, poder elegir
mayor número de directores que la serie ordinaria, por ejemplo, cinco la primera y
sólo dos a los titulares de las llamadas ordinarias. Cuando consiste la preferencia en
este mayor control, signi¿ca que esa serie de acciones tiene el poder de instalar la
administración, en la medida que tienen derecho a elegir mayor número de directo-
res, que el poder electoral de las acciones ordinarias. En general, cuando se observa
esta ¿gura, correlativamente tiene menor porcentaje de participación en la utilidad
en relación a los accionistas que no tiene el control, los accionistas que ejercen el
control son inversionistas.
Respecto al concepto de acciones preferidas, la Superintendencia de Valores y
Seguros señala que “Los accionistas titulares de acciones preferidas tienen ciertos
privilegios que deberán establecerse en los estatutos sociales y en los títulos de las
acciones deberá hacerse referencia a ellas, como por ejemplo, mayor ponderación de
su voto en la elección de directores, preferencia en los pagos por liquidación de la
empresa y otros” (“Glosario” sitio web www.svs.cl).
Para el catedrático español Rodrigo Uría el principio de igualdad de derechos en la
sociedad anónima sufrió una rotura, ya que “Al democratizarse la sociedad anónima
en el siglo XIX se hizo descansar el régimen de los derechos corporativos o sociales
sobre el postulado de la igualdad absoluta de las acciones. Pero el principio se debilitó
rápidamente por la presión de las necesidades prácticas, que nunca permitieron man-
tener ese estado teórico de perfecta igualdad de derechos entre unos y otros socios”34.
Agrega el tratadista español Uría que “la posible desigualdad entre las acciones y
las distintas clases permite hablar de acciones ordinarias o comunes y de acciones
privilegiadas o preferentes” y de¿ne a las primeras indicando que “son aquellas que
atribuyen a sus titulares el régimen normal de derechos y obligaciones integrantes de
la condición de socio”, y las privilegiadas como aquellas que “conceden particulares
ventajas o privilegios en relación a los derechos de las acciones ordinarias”, pero
señala “aunque sea lícita la emisión de acciones privilegiadas, esa facultad debe ser
empleada con la prudencia necesaria para no hacer en excesos que hagan intolerable
el privilegio por anular prácticamente los derechos de los demás accionistas”.
Para el tratadista argentino Mariano Gagliardo la acción preferida “se trata de
títulos de crédito de participación que con¿eren una preferencia patrimonial sobre el
patrimonio de la entidad a la que acceden, sea en la distribución de bene¿cios o en la
distribución de aquél o bien en ambas a la vez”35.
El catedrático español Garrigues, siguiendo a Rodrigo Uría, señala que dentro de
esta modalidad cabe la más variada gama de preferencias con relación a las acciones

34 Rodrigo URÍA, ob. cit., pág. 255.


35 Mariano GAGLIARDO, Sociedades Anónimas, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, pág. 108.
DERECHO DE SOCIEDADES 237

ordinarias, sin que ello signi¿que incurrir en excesos o bien violar la prohibición de
pactos leoninos36.
Podemos concluir que la existencia de acciones preferidas o preferentes altera
el principio de igualdad entre las acciones, estableciendo una serie de acciones con
estatus preferente, con el fundamento de hacer más atractivo a cierto tipo de inver-
sionistas esta clase de acciones con preferencia o privilegio, que en principio son
esencialmente temporales.
Esta estructura accionaria, con acciones ordinarias y preferentes y seriación de
acciones, se presenta normalmente en las sociedades anónimas abiertas de gran pre-
sencia bursátil y se utiliza como mecanismo para incentivar determinadas políticas
de incorporación de capital a la compañía u otras.
En el caso de los bancos, regulados en la Ley General de Bancos, que se contiene
en el D.F.L. Nº 3, del año 1997, el artículo 49, en su número 2º, no permite que los
bancos emitan acciones con privilegio o preferencia, y agrega “Podrán, sin embargo,
emitir distintas series de acciones”. Entendemos que esta prohibición legal tiene por
fundamento impedir que una clase privilegiada de acciones dentro de la propiedad
accionaria del banco, pudiera incurrir en abusos de poder en un giro de negocios
especialmente delicado por su peso económico.
Otro caso especial, referido a acciones preferentes que otorguen mayor control en
la administración de la sociedad anónima, lo encontramos en las Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFP) o las sociedades especiales, por el principio de especi¿-
cidad del objeto o giro de negocios, no pueden involucrarse en la administración de
otras sociedades, estableciéndose límites máximos de inversión por sociedad anónima
en que pueden invertir. Se trata de un inversionista institucional, solamente se dedican
a invertir en títulos valores y no pueden hacerlo de manera concentrada en una o grupo
de sociedades. No son accionistas controladores. No lo pueden hacer ni por ley ni
por el objeto o giro de negocio propio, ya que su giro social único es administrar uno
o más fondos de pensiones y obtener las mejores rentabilidades o utilidades para los
fondos de pensiones que administran.
Los accionistas no controladores confían en que los controladores van a hacer
lo posible por tener una mejor rentabilidad o utilidades sociales y así obtendrán
dividendos al cierre de cada ejercicio, en este sentido confían en las políticas y estra-
tegias de negocios que persiguen los controladores, aplicándose la llamada política
económica del “chorreo”, que re¿ere a que cuando los “grandes” obtienen ganan-
cias arrastran también a los “chicos”. Las Administradoras de Fondos de Pensiones
(AFP) no pueden, de acuerdo al D.L. Nº 3.500, con sus acciones, elegir a la mayoría
del directorio de las sociedades en que invierten, lo único que se les permite hacer
es levantar candidaturas de directores personas “independientes” del controlador o
controladores de la sociedad.

36 GARRIGUES, Comentario a la Ley de Sociedades Anónimas, Madrid, 3ª edición.


238 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En consecuencia, la acción preferente lo es en relación a las llamadas acciones


ordinarias y a costa o con “sacri¿cio de éstas. Ésta deberá constar en el respectivo
estatuto social y hacerse mención a esta circunstancia en el Registro de Accionistas.
Gozan de un mayor número de voto o votos privilegiados para cierto tipo de materias
que son de competencia de la junta ordinaria o bien de junta extraordinaria. Nor-
malmente estas acciones se re¿eren al número de los directores, exclusividad para
elegir los auditores externos, mayor porcentaje de participación en los dividendos
que entregue la sociedad.
En el nuevo reglamento de la LSA, en los artículos 57 a 60 regula en su párrafo 9º,
las Series de Acciones, y vincula la seriación de acciones a las categorías de ordinarias
o preferidas, cuyo texto es el siguiente:
Artículo 57. Las acciones pueden ser ordinarias o preferidas. El estatuto social deberá
establecer en forma precisa las obligaciones, preferencias o derechos especiales que
afecten o de que gocen una o más series de acciones y su plazo de vigencia.
Los estatutos deberán establecer las consecuencias de la falta de pago total o parcial
de los dividendos preferentes otorgados a una serie de acciones, si éste tiene o no
carácter acumulativo en relación a los dividendos no pagados. No podrá estipularse
preferencias que consistan en el otorgamiento de dividendos que no provengan de uti-
lidades del ejercicio o de utilidades retenidas y de sus respectivas revalorizaciones.
No es de la esencia de las preferencias su vinculación a una o más limitaciones en los
derechos de que pudieran gozar las demás acciones.
Artículo 58. Los titulares de acciones de una serie sin derecho a voto podrán parti-
cipar en las juntas de accionistas con derecho a voz.
Cuando la ley o el presente reglamento dispongan que una materia requiere la apro-
bación de un quórum determinado de las acciones emitidas, sin especi¿car que dicho
quórum se calcula solamente sobre las acciones con derecho a voto, las acciones de
una serie sin derecho a voto o con voto limitado deberán ser consideradas para los
efectos del quórum y para la votación de dichas materias especí¿cas.
Cuando corresponda que los accionistas titulares de una serie de acciones deban apro-
bar alguna materia que les afecta por una mayoría determinada por el voto emitido
sólo por esas acciones, la votación correspondiente deberá efectuarse separadamente
en junta de accionistas conforme al mismo procedimiento establecido en el párrafo
4 del Título VI de este reglamento.
Artículo 59. Si las acciones de una serie tuvieran como preferencia la posibilidad
de ser canjeadas por acciones ordinarias o de otra serie preferente en una relación
de uno a uno, el estatuto deberá señalar claramente el número total de acciones en
que se divide el capital, pero el número de acciones que compone cada serie podrá
cambiar de tiempo en tiempo producto del canje de acciones entre una serie y otra,
manteniendo en todo momento el mismo número total de acciones.
Si la relación de canje es distinta de uno a uno, el estatuto deberá señalar como
número de acciones en que se divide el capital, el monto máximo de acciones en que
podría dividirse el capital si se efectuara el canje de todas ellas, pero consignando
DERECHO DE SOCIEDADES 239

el número de acciones que compone cada serie a la fecha de la constitución o de la


modi¿cación de capital respectivo.
En todo caso, los estatutos deberán establecer la relación de canje correspondiente
y podrán establecer el mecanismo y oportunidad para solicitar y llevar a cabo dicho
canje, y la forma en que se consignarán periódicamente las acciones que componen
cada serie de acuerdo a los canjes ocurridos. Si los estatutos no se re¿eren al meca-
nismo y oportunidad para solicitar y llevar a cabo el canje, el accionista que deseare
canjear total o parcialmente sus acciones deberá presentar una solicitud de canje, que
deberá estar acompañada de los títulos de las acciones que se canjean si la sociedad
imprime láminas físicas de los mismos. La solicitud de canje y la inscripción de la
misma se someterán al mismo procedimiento, formalidades y plazos establecidos para
la inscripción de traspasos de acciones.
En cada junta ordinaria de accionistas, se deberá informar a los accionistas y dejar
constancia en el acta respectiva, del número de acciones emitidas, suscritas y pagadas
de la sociedad y el número de acciones que componen cada serie, según conste del
Registro de Accionistas al momento de iniciarse la junta.
Artículo 60. Para el caso del término o extinción de cualquiera de las preferencias y
limitaciones de una serie de acciones, el directorio o el gerente general de la sociedad
consignará este hecho por escritura pública, anotada al margen de la inscripción social
dentro de los 60 días siguientes a la ocurrencia del hecho que provocó el término o
extinción de la preferencia o limitación. Además, el directorio o gerente general de la
sociedad deberá informar a los accionistas del término o extinción de la preferencia o
limitación, de conformidad con el artículo 8º de este reglamento o mediante aviso que
se publicará en forma destacada en el diario en que deban realizarse las citaciones
a juntas de accionistas.
Acciones suscritas y no suscritas o vacantes

Otra clasi¿cación relevante la encontramos en aquella que distingue acciones sus-


critas y no suscritas, siendo las primeras las que han sido “colocadas” en los accionistas
mediante el contrato de suscripción de acciones; y las segundas “no suscritas”, son
aquellas que no han sido aun colocadas en los accionistas, de lo que se sigue la dis-
tinción en capital social suscrito y no suscrito. A su vez, las acciones suscritas pueden
encontrarse pagadas, esto es ya ingresado su valor de colocación a la caja social; “no
pagadas”, esto es debidas o pendientes de pago por el accionista.
Se distingue también las llamadas acciones de pago, que son aquellas que emite
la sociedad anónima con la ¿nalidad de captar “capital” del público, el precio en que
se oferten o coloquen depende del acuerdo de la junta extraordinaria de accionistas
y respecto de ellas los accionistas tienen derecho preferente para su suscripción, pu-
diendo ceder a terceros su derecho de opción preferente.
Encontramos también el concepto de acciones “liberadas“ de pago, lo que debe
entenderse en sentido metafórico, ya que estas acciones las emite la sociedad anóni-
ma a consecuencia de una capitalización de utilidades retenidas, mediante acuerdo
240 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de la junta extraordinaria de accionistas, pero en el fondo son pagadas con cargo a


la parte que no se distribuyó por concepto de dividendos, que de otro modo habrían
recibido en dinero.
También, desde el punto de vista de los derechos reales que puedan incorporarse
a las acciones, encontramos acciones prendadas, con accionista “deudor prendario” y
acreedor prendario; acciones con usufructo, distinguiéndose accionista constituyente
y nudo propietario y titular de derecho real de usufructo; y encontramos acciones
con propietario singular y acciones en copropiedad o comunidad y correlativamente
comuneros.
Otra clasi¿cación la podemos observar respecto a las acciones de libre disponi-
bilidad por el accionista, respecto a las que estén pactadas o sujetas a pacto entre
accionistas, que limiten su libre disponibilidad o bien por existir alguna medida
precautoria o embargo que impida su libre disposición.
Finalmente, en cuanto a la clasi¿cación de las acciones, encontramos una clasi¿-
cación en el artículo 91 de la Ley de Mercado de Valores, que señala que los títulos
accionarios:
“...se clasi¿carán en acciones de primera clase, de segunda o sin información su¿-
ciente, en atención a la solvencia del emisor, a las características de las acciones, a
la información del emisor y sus valores y a otros factores que determinen los proce-
dimientos de clasi¿cación”.
Esta clasi¿cación de acciones las efectúan periódicamente las Entidades Clasi¿ca-
doras de Riesgo, reguladas en los artículos 71 a 95 de la Ley de Mercado de Valores.

15. Obligaciones de los accionistas


Hemos señalado que la acción de la sociedad anónima excede el concepto clásico
de título de crédito o valor o de mero instrumento negociable y cesible, que si bien
comparte los elementos esenciales de estos títulos de crédito, es además un título de
participación social, que con¿ere un conjunto o haz de derechos a su titular con¿gu-
rando un verdadero estatus jurídico societario, pero también implican el estableci-
miento de un catálogo o conjunto de obligaciones que son exigibles por la sociedad
a los accionistas y también por los demás accionistas a quienes se encuentren en
incumplimiento de obligaciones sociales. Seguidamente señalaremos las principales
obligaciones y su contenido, las que tienen como fundamento el bienestar de la so-
ciedad en su conjunto, eso es una suerte de “bien común” particular a los miembros
de este “club” o “elite” capitalista.

15.1. Ejercer sus derechos sociales sin causar perjuicio o


lesión a los derechos de los demás accionistas y de la propia sociedad
Esta obligación se encuentra establecida en el artículo 30 de la Ley de Sociedades
Anónimas que señala: “Los accionistas deben ejercer sus derechos sociales respetando
DERECHO DE SOCIEDADES 241

los de la sociedad y los de los demás accionistas”, disposición que en un principio fue
leída y entendida por especialistas, a principios de los años 80, como una obligación
meramente “semántica” “programática” o norma de buena crianza”, pero tomó un
contenido o sentido real con la modi¿cación del artículo 133 bis, con la reforma de
la ley Nº 19.705, del año 2000. Estas tesis interpretativas que entendieron el artículo
30 como norma “semántica” o casi “metafórica” de un mero estándar de buen com-
portamiento, indudablemente se asentaron de manera preferente en la creencia de
un derecho de propiedad absoluto o absolutista, entendiendo que “el ejercicio de un
derecho a su titular” no puede causar lesión a los derechos e intereses de otros, tesis
que por cierto no compartimos y que tiene una buena semejanza con la “teoría del
abuso del derecho” y la controversia de si ella puede o no tener lugar en el sistema
jurídico. Un caso interesante, en cuanto a la aplicación práctica de esta norma, lo
encontramos en el bullado caso de la toma de control ejecutado por Endesa España
a Enersis Chile, en que los accionistas y ejecutivos “claves”, que dieron la llave de
entrada al inversionista español al holding chileno, quienes actuaron sólo en resguardo
y obtención de utilidades particulares, por sobre los intereses generales de los accio-
nistas minoritarios, como reconoce la reciente sentencia de casación de fondo de la
Excma. Corte Suprema de 7 de julio de 2005, que así lo declaró y sancionó con multas
pecuniarias elevadísimas a favor de las arcas del Fisco (US$ 150.000.000).
Generalmente, esta obligación de “ejercer sus derechos sociales sin causar per-
juicio o lesión a los derechos de los demás accionistas y de la propia sociedad” se la
entiende como un patrón de conducta estimado valioso por el legislador, que exige
que el accionista se comporte en pro del bien común de la sociedad y sus accionistas,
abteniéndose de ejecutar actos hostiles que vayan en contra de los intereses colectivos
de todos los accionistas y de la sociedad.
El escueto, pero claro y útil artículo 30 de la ley señala: “Los accionistas de-
ben ejercer sus derechos sociales respetando los de la sociedad y los de los demás
accionistas”, obligación que comprende tanto a accionistas de control como a los
minoritarios; esto es, a todos los accionistas de la compañía.
Si uno o más accionistas concertados al efecto emprenden actos u omisiones o
incurren en conductas o estrategias concertadas que causen lesión o daño a la sociedad
anónima ejerciendo sus derechos de accionistas en contra de los otros accionistas de
la compañía, serán pasibles de ser demandados de indemnización de prejuicios por el
daño patrimonial causado a la sociedad anónima y a los accionistas víctimas de tales
actos u omisiones. Este nuevo enfoque respecto a la regulación de la responsabilidad
de los accionistas en el ejercicio de sus derechos sociales, fue en el sistema societa-
rio chileno una creación del legislador del año 2000, mediante la reforma de la ley
Nº 19.705, visión y espíritu que no tuvo en su época el legislador del año 1981, ya que
esta norma, insistimos, fue en principio meramente lírica o “programática”, pero sin
un resguardo o sanción que ampararan el bien jurídico protegido de manera expresa,
aun cuando se podía construir una teoría en torno al llamado “abuso del derecho”.
242 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los artículos 133 y 133 bis de la LSA señalan:


Artículo 133: “La persona que infrinja esta ley, su reglamento o en su caso, los es-
tatutos sociales o las normas que imparta la Superintendencia ocasionando daño a
otro, está obligada a la indemnización de perjuicios. Lo anterior es sin perjuicio de
las demás sanciones civiles, penales y administrativas que correspondan.
Por las personas jurídicas responderán además civil, administrativa y penalmente,
sus administradores o representantes legales, a menos que constare su falta de par-
ticipación o su oposición al hecho constitutivo de infracción.
Los directores, gerentes y liquidadores que resulten responsables en conformidad a los
incisos anteriores, lo serán solidariamente entre sí y con la sociedad que administren,
de todas las indemnizaciones y demás sanciones civiles o pecuniarias derivadas de la
aplicación de las normas a que se re¿ere esta disposición”.
Cabe destacar que el artículo 30 citado tenía pleno amparo en este artículo 133,
pero el legislador ha sido más expreso en la versión del artículo 133 bis, agregado
por la ley Nº 19.705, de 2000, norma que recoge expresamente la teoría del abuso
del derecho, y que es un verdadero desmentido a la “teoría absoluta del derecho de
propiedad”.
Artículo 133 bis: “Toda pérdida irrogada al patrimonio de la sociedad como conse-
cuencia de una infracción a esta ley, su reglamento, los estatutos sociales o las normas
que imparta la Superintendencia, dará derecho a un accionista o grupo de accionistas
que representen, a lo menos, un 5% de las acciones emitidas por la sociedad o a cual-
quiera de los directores de la sociedad, a demandar la indemnización de perjuicios a
quien correspondiere, en nombre y bene¿cio de la sociedad.
Las costas a que hubiere lugar serán pagadas a los demandantes y no podrán, de forma
alguna, bene¿ciar a la sociedad. Por su parte, si los accionistas o el director deman-
dantes fueren condenados en costas, serán exclusivamente responsables de éstas.
Las acciones contempladas en este artículo, son compatibles con las demás acciones
establecidas en la presente ley”.
Toda pérdida causada al patrimonio da derecho a un accionista o a un grupo de
ellos que representen al menos un 5% o al director para demandar a quien ocasionó
la pérdida al patrimonio social. En ese caso la indemnización ingresará a la sociedad,
ya que ella sufrió el daño. Este bene¿cio no debiera bene¿ciar al accionista que causó
el daño.
Esta norma establece una suerte de “acción de clase” o “class action”, que pueden
ejercer los accionistas en representación de la sociedad, o la sociedad para sí en con-
secuencia para los accionistas con el objeto de que indemnicen los daños causados al
patrimonio de la sociedad anónima. Esta acción procesal puede ser conocida por la
justicia ordinaria o por un juez árbitro a elección del demandante, conforme lo señala
la regla del artículo 125 de la ley.
Desde el punto de vista procesal sostenemos que la estructura procesal que mejor
se aviene con esta acción indemnizatoria es el juicio sumario, y la prueba debería
haberse señalado que se apreciará en conciencia, previo informe pericial.
DERECHO DE SOCIEDADES 243

Finalmente, la norma del artículo 30 de la LSA, que establece una obligación de


hacer para los accionistas, tiene un claro matiz ¿losó¿co liberal, relacionado con el
principio político relativo a que la libertad tiene como límite la libertad de el otro.

15.2. Obligación de pagar las acciones que ha suscrito el accionista


El accionista se obliga por el contrato de suscripción de acciones a pagar las
acciones suscritas y en el evento que las ceda a un tercero, y no estén pagadas al
tiempo de la cesión a la sociedad anónima, tiene la obligación solidaria de pagarlas el
cedente junto con el cesionario, conforme lo dispuesto por el artículo 19 de la LSA,
que señala:
Artículo 19: “Los accionistas sólo son responsables del pago de sus acciones y no
están obligados a devolver a la caja social las cantidades que hubieren percibido a
título de bene¿cio.
En caso de transferencia de acciones suscritas y no pagadas, el cedente responderá
solidariamente con el cesionario del pago de su valor, debiendo constar en el título
las condiciones de pago de la acción”.
Para obtener el pago de las acciones suscritas y no pagadas, la sociedad está au-
torizada para sacar en venta acciones en Bolsa a riesgo del moroso y a reducir las
acciones al número efectivamente pagado, si alguna le quedare, conforme lo dispuesto
por el artículo 17 de la ley.
En la sociedad anónima cerrada, puede la sociedad iniciar juicio ejecutivo en
contra del accionista moroso, con el objeto de obtener cumplido pago de la deuda
por concepto de acciones suscritas y no pagadas en tiempo y forma, sin perjuicio de
otras sanciones previstas en los estatutos sociales.
La tutela o remedio en relación al accionista en mora de pagar, pasa por la opción
de la sociedad anónima de ejecutar vía juicio ejecutivo al accionista deudor, según
dispone el artículo 434 Nº 6 Código de Procedimiento Civil, o bien por la medida de
sacar en venta en Bolsa el número de acciones debidas, para pagar el saldo insoluto,
según artículo 37 del reglamento de la LSA.

15.3. Obligación de asistir a las juntas ordinarias y extraordinarias


Sostenemos que los accionistas tienen la carga de asistir y participar en las Juntas
de Accionistas, siendo discutible que se trate de una verdadera obligación legal en
sentido estricto, de asistir o asistencia a las juntas ordinarias y extraordinarias de
accionistas, personalmente o representados. Parece ser más bien una carga, ya que
si el accionista no asiste, le van a afectar los acuerdos válidamente adoptados, sin
que éste haya podido manifestar su discordancia o desacuerdo con el contenido de
los mismos, toda vez que no asistió a la junta respectiva. Esta eventual disidencia
o inasistencia tiene relevancia en el caso del ejercicio del derecho a retiro, según se
analiza más adelante al tratar este derecho societario.
244 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

A partir de la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, existe una pérdida de derechos


sociales, para los accionistas que no concurran a las Juntas de accionistas durante un
plazo superior a diez años continuos, en efecto se agregó un inciso ¿nal al artículo
18 de la LSA, que señala:
“Sin perjuicio de lo señalado en los incisos precedentes, los titulares de acciones de
una sociedad anónima que durante 10 años continuados no concurran a las juntas
de accionistas ni cobren los dividendos a que tengan derecho, dejarán de ser con-
siderados accionistas para los efectos señalados en la letra c) del artículo 5º de la
Ley Nº 18.045, sobre Mercado de Valores, y el inciso primero del artículo 50 bis de
la presente ley. En cualquier tiempo que dichos titulares o sus sucesores concurran a
una junta de accionistas o cobren dividendos, volverán a ser considerados accionistas
con derecho a voto para los ¿nes antes señalados”.
En este caso para el accionista inasistente a las Juntas de Accionistas de sociedades
anónimas abiertas, hay dos sanciones o pérdidas de estatus, (uno) no son considerados
para los efectos de la constitución del Comité de Directores que regula el artículo 50
bis de la LSA, y (dos) no se les considera para los efectos establecidos en el artículo 5º
letra c) de la Ley de Mercado de Valores (Nº 18.045), esto implica que no se consideran
dichas acciones en el Registro Público que lleva la SVS, para dicha sociedad.
Teóricamente, el legislador por está vía de las sanciones indicadas, incentiva a
que los accionistas de las anónimas abiertas asistan a las Juntas de Accionistas, de
manera continua.
15.4. Obligación de adherir
a los estatutos sociales y acuerdos de juntas
El acto jurídico contrato de suscripción de acciones de la sociedad anónima implica
a los accionistas la obligación de aceptar y adherir a los estatutos sociales y acuerdos
de juntas de accionistas, según lo dispuesto en el artículo 22 de la ley de sociedades
anónimas que replica el artículo 38, inciso 2º del reglamento, referido a la obliga-
toriedad de los estatutos sociales y acuerdos anteriores de las juntas de accionistas
válidamente acordados, por vía de adhesión, principio que provee a la seguridad ju-
rídica en las relaciones entre accionistas y que a su vez evidencia la fuerza vinculante
del estatuto social y los acuerdos de juntas de accionistas. De algún modo, hemos
señalado que la suscripción de acciones y la adquisición de las mismas por cesión o
traspaso, implican un verdadero contrato de adhesión en esta materia. El artículo 22
de la ley de sociedades anónimas establece que se deben pagar por los accionistas las
acciones que se suscriben y, además, se someten a respetar y adherir al estatuto social
y acuerdos de las juntas de accionistas.
16. Derechos de los accionistas
Bajo el concepto que la acción con¿ere al accionista un estatuto jurídico integrado
por un conjunto de derechos y obligaciones societarias, seguidamente expondremos
el haz de derechos de que es titular el accionista.
DERECHO DE SOCIEDADES 245

16.1. Derecho a participar con voz y voto en las juntas de accionistas.


Poderes y cali¿cación de poderes
Las acciones con¿eren a su titular el derecho a participar con voz y voto en las
juntas ordinarias y extraordinarias de accionistas –lo que implica conocer (derecho
a la información), deliberar y votar. Se trata de un derecho político que se ejerce en
el órgano societario colectivo en el cual se han entregado o radicado los “poderes
constituyentes” de la sociedad. El derecho a voz es un derecho que se expresa en
las potestades de opinar sobre materias propias de las juntas y requerir información
en público de viva voz del órgano de administración que compete al directorio, el
que debe responder a sus requerimientos e inquietudes. Se votan las materias que el
directorio somete a consideración de las juntas de accionistas, y que se encuentran
establecidas en los artículos 56 y 57 de la ley. El artículo 21 de la Ley de Sociedades
Anónimas establece que cada accionista tiene un voto por acción, pero el estatuto
puede establecer una regla distinta, en la medida que existan acciones con privilegio,
para votar exclusivamente sobre ciertas materias especí¿cas. Este artículo también
establece una regla de solución de conÀictos, de carácter administrativo a cargo de
la Superintendencia en las abiertas y jurisdiccional en el caso de las cerradas, en el
caso de que la sociedad no haya cumplido con las preferencias establecidas, caso en
el cual recuperan los eventuales límites que hayan existido en materia de derecho a
voto, así lo establece el artículo 21 de la ley:
“Cada accionista dispondrá de un voto por cada acción que posea o represente. Sin
embargo, los estatutos podrán contemplar series de acciones preferentes sin derecho
a voto o con derecho a voto limitado.
No podrán establecerse series de acciones con derecho a voto múltiple.
Las acciones sin derecho a voto o las con derecho a voto limitado, en aquellas materias
que carezcan igualmente de derecho a voto, no se computarán para el cálculo de los
quórum de sesión o de votación en las juntas de accionistas.
En los casos en que existan series de acciones preferentes sin derecho a voto o con
derecho a voto limitado, tales acciones adquirirán pleno derecho a voto cuando
la sociedad no haya cumplido con las preferencias otorgadas en favor de éstas,
y conservarán tal derecho mientras no se haya dado total cumplimiento a dichas
preferencias. En caso de duda, en las sociedades anónimas abiertas, la adquisición
de pleno derecho a voto será resuelta administrativamente por la Superintendencia
con audiencia del reclamante y de la sociedad y en las cerradas, por el árbitro o
la justicia ordinaria en su caso, en procedimiento sumario de única instancia y sin
ulterior recurso”.
Cabe destacar que conforme a lo dispuesto por el artículo 74, inciso 3º de la LSA,
se con¿ere derecho a los accionistas que posean o representen el 10% o más de las
acciones emitidas con derecho a voto, a incluir como anexo en la memoria anual “una
síntesis ¿el de los comentarios y proposiciones que formulen” relativa a la marcha de
los negocios sociales, siempre que dichos accionistas así lo soliciten al directorio.
246 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los accionistas pueden asistir a las juntas a ejercer sus derechos, personalmente o
representados por mandatario, en caso de asistir representados, el poder que se otorgue
al efecto puede constar por escritura pública o privada; al efecto, los artículos 63 y 64
del reglamento de la ley señalan los requisitos de ambos tipos de poderes.
Los artículos 110 y 111 del Reglamento señalan:
Artículo110. Los accionistas podrán hacerse representar en las juntas por otra per-
sona, sea o no accionista, cuyo poder deberá cumplir con las formalidades que se
indican en los artículos siguientes.
Artículo 111. El poder para hacerse representar en junta otorgado por instrumento pri-
vado, contendrá el lugar y fecha de otorgamiento, el nombre y apellidos del apoderado,
el nombre y apellidos del poderdante, indicación de la naturaleza de la junta para la
cual se otorga el poder y la fecha de su celebración, declaración de que el apoderado
podrá ejercer en dicha junta de accionistas todos los derechos que correspondan al
mandante en ella, los que podrá delegar libremente en cualquier tiempo, declaración
de que el poder sólo podrá entenderse revocado por otro que se otorgue con fecha
posterior y la ¿rma del poderdante. Además, el poder podrá contener instrucciones
especí¿cas al apoderado para aprobar, rechazar o abstenerse respecto de cada una
de las materias sometidas a votación en la junta que hubieren sido incluidas en la
citación. La infracción a las instrucciones especí¿cas, si las hubiere, no afectará la
validez de la votación.
Si el poder para hacerse representar en junta fuere otorgado por escritura pública,
bastará que contenga el nombre y apellidos del apoderado, el nombre y apellidos del
poderdante, el lugar, naturaleza de la junta y fecha de otorgamiento del poder.
La cali¿cación de poderes en la Junta de Accionistas se encuentra regulada en los
artículos 114 a 118 del Reglamento de la LSA:
Artículo 115. Durante el proceso de cali¿cación de poderes, sólo deberán examinarse
y decidirse las siguientes situaciones:
1) El cumplimiento de las formalidades y menciones de los poderes establecidas en
este reglamento;
2) Los poderes repetidos, entendiéndose por tales aquellos otorgados por un mismo
accionista más de una vez, y
3) Los poderes que algún accionista objetare especí¿ca y fundadamente.
Artículo 116. En las sociedades anónimas abiertas la cali¿cación de poderes será
efectuada sin forma de juicio por el abogado que corresponda, de acuerdo al orden
de inscripción en el Registro de Abogados cali¿cadores.
En las sociedades anónimas cerradas la cali¿cación de poderes será efectuada sin
forma de juicio por un cali¿cador nombrado de común acuerdo por los interesados;
si éstos no se pusieren de acuerdo, la sociedad deberá recurrir al Registro a que se
re¿ere el inciso anterior y hará la cali¿cación el abogado que corresponda de acuerdo
al orden de precedencia.
La Superintendencia establecerá las normas de funcionamiento del Registro de
Abogados cali¿cadores que ésta mantendrá, los plazos para inscribirse, y la docu-
DERECHO DE SOCIEDADES 247

mentación e información que deban proporcionar los abogados que se inscriban en


él. El Registro será confeccionado considerando las regiones en que se divide el país
y será actualizado cada 2 años.
Artículo 117. La cali¿cación de poderes se efectuará en caso que lo estime conveniente
el directorio de la sociedad o cuando uno o más accionistas así lo hubieren solicitado
por escrito a la sociedad, dentro del plazo que media entre los 20 días y los 10 días
anteriores al día de la junta.
No se podrá celebrar una junta de accionistas en la que por cualquier causa no pudiere
veri¿carse la cali¿cación de poderes legalmente solicitada.
Artículo118. Las decisiones adoptadas en el proceso de cali¿cación de poderes son
sin perjuicio de lo que en de¿nitiva resuelva la justicia ordinaria o el árbitro, si se
recurriere a ella.

16.2. Derecho a percibir dividendos

La principal razón que motiva a las personas a adquirir acciones de una sociedad
anónima es invertir un capital para participar en los dividendos, lo que signi¿ca que
se invierte en estos títulos valores, con la expectativa de obtener rentas vía dividendos
sociales; esto es, con vocación de invertir y obtener utilidades, esto es ánimo de lucro.
De este modo, la sociedad anónima es un vehículo o medio de inversión, al que se
accede por la participación en su propiedad accionaria.
Al directorio corresponde obtener una mayor valorización de la compañía, me-
diante el desarrollo de su giro de negocios tras la búsqueda del lucro y proponer la
materia o política de dividendos a la junta ordinaria y compete a aquélla aprobar
tales proposiciones, bajo la condición de haber obtenido utilidades líquidas en cada
ejercicio comercial. El derecho a participar y percibir dividendos está sujeto entonces
a la condición de que exista utilidad líquida en el ejercicio de la compañía, es por lo
tanto un derecho esencialmente condicional, sujeto a un hecho futuro e incierto.
Toda vez que exista utilidad líquida en el ejercicio de la sociedad anónima, y se
hayan absorbido las pérdidas acumuladas, nace la obligación de repartir dividendos,
salvo acuerdo unánime en contrario de las acciones emitidas, si no debe repartirse al
menos un 30% de la utilidad líquida del ejercicio, que es el dividendo mínimo legal
establecido en el artículo 79 de la Ley de Sociedades Anónimas.
Para la SVS, dividendo: es la parte del bene¿cio neto de una sociedad o¿cialmente
declarado por el directorio de la compañía, para ser distribuido entre los accionistas.
El dividendo se paga en una cantidad ¿ja por cada acción poseída por los accionis-
tas, el que generalmente se paga en dinero, sin embargo, en las sociedades anónimas
abiertas se podrá cumplir con la obligación de pagar dividendos, en lo que exceda a
los mínimos obligatorios, otorgando opción a los accionistas para recibirlos en dine-
ro, en acciones liberadas de la propia emisión o en acciones de sociedades anónimas
abiertas de que la empresa sea titular. (Glosario SVS).
248 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El derecho a los dividendos es un derecho eventual, y al inicio del ejercicio una


mera expectativa, sujeto a la condición de que existan utilidades en el ejercicio de la
compañía, y jurídicamente son los frutos civiles que produce el título accionario lo
que constituye una renta esencialmente variable y contingente.
Se considera para efectos del reparto a los accionistas o con derecho a recibir
dividendos a los inscritos en el registro de accionistas a lo menos con cinco días de
anterioridad a la junta ordinaria respectiva.
Los dividendos se encuentran regulados en los artículos 77 a 85 de la Ley de
Sociedades Anónimas, que transcribimos a continuación:
Artículo 77: “La junta de accionistas llamada a decidir sobre determinado ejercicio,
no podrá diferir su pronunciamiento respecto de la memoria, balance general y estados
de ganancias y pérdidas que le hayan sido presentados, debiendo resolver de inmediato
sobre su aprobación, modi¿cación o rechazo y sobre el monto de los dividendos que
deberán pagarse dentro de los plazos establecidos en el artículo 81 de esta ley.
Si la junta rechazare el balance, en razón de observaciones especí¿cas y fundadas,
el directorio deberá someter uno nuevo a su consideración para la fecha que ésta
determine, la que no podrá exceder de 60 días a contar de la fecha del rechazo.
Si la junta rechazare el nuevo balance sometido a su consideración, se entenderá re-
vocado el directorio, sin perjuicio de las responsabilidades que resulten. En la misma
oportunidad se procederá a la elección de uno nuevo.
Los directores que hubieren aprobado el balance que motivó su revocación, quedarán
inhabilitados para ser reelegidos por el período completo siguiente”.
Artículo 78: “Los dividendos se pagarán exclusivamente de las utilidades líquidas
del ejercicio, o de las retenidas, provenientes de balances aprobados por junta de
accionistas.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, si la sociedad tuviere pérdidas acumu-
ladas, las utilidades del ejercicio se destinarán primeramente a absorberlas.
Si hubiere pérdidas en un ejercicio, éstas serán absorbidas con las utilidades reteni-
das, de haberlas”.
Artículo 79: “Salvo acuerdo diferente adoptado en la junta respectiva, por la unani-
midad de las acciones emitidas, las sociedades anónimas abiertas deberán distribuir
anualmente como dividendo en dinero a sus accionistas, a prorrata de sus acciones
o en la proporción que establezcan los estatutos si hubiere acciones preferidas, a lo
menos el 30% de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas
cerradas, se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les
aplicará la norma precedente.
En todo caso, el directorio podrá, bajo la responsabilidad personal de los directores
que concurran al acuerdo respectivo, distribuir dividendos provisorios durante el
ejercicio con cargo a las utilidades del mismo, siempre que no hubieren pérdidas
acumuladas”.
Artículo 80: “La parte de las utilidades que no sea destinada por la junta a divi-
dendos pagaderos durante el ejercicio, ya sea como dividendos mínimos obligatorios
DERECHO DE SOCIEDADES 249

o como dividendos adicionales, podrá en cualquier tiempo ser capitalizada, previa


reforma de estatutos, por medio de la emisión de acciones liberadas o por el aumento
del valor nominal de las acciones, o ser destinada al pago de dividendos eventuales
en ejercicios futuros.
Las acciones liberadas que se emitan, se distribuirán entre los accionistas a prorrata
de las acciones inscritas en el registro respectivo el quinto día hábil anterior a la
fecha del reparto.
Salvo estipulación en contrario, la prenda que gravare a determinadas acciones se
extenderá a las acciones liberadas que a éstas correspondieren en la distribución
proporcional”.
Artículo 81: “El pago de los dividendos mínimos obligatorios que corresponda de
acuerdo a la ley o a los estatutos, será exigible transcurridos treinta días contados
desde la fecha de la junta que aprobó la distribución de las utilidades del ejercicio.
El pago de los dividendos adicionales que acordare la junta, se hará dentro del ejer-
cicio en que se adopte el acuerdo y en la fecha que ésta determine o en la que ¿je el
directorio, si la junta le hubiere facultado al efecto.
El pago de los dividendos provisorios se hará en la fecha que determine el direc-
torio.
Los dividendos serán pagados a los accionistas inscritos en el registro respectivo el
quinto día hábil anterior a las fechas establecidas para su solución”.
Se distinguen también en nuestra LSA los llamados dividendos provisorios, que
son aquellos que acuerda repartir anticipadamente al cierre del ejercicio el directo-
rio, cuando ya se registra utilidad líquida en el ejercicio respectivo y se encuentran
regulados en el artículo 79, inciso segundo de la ley, que dispone:
“En todo caso, el directorio podrá, bajo la responsabilidad personal de los directo-
res que concurran al acuerdo respectivo, distribuir dividendos provisorios durante
el ejercicio con cargo a las utilidades del mismo, siempre que no hubiere pérdidas
acumuladas”.
Finalmente, la LSA distingue los llamados dividendos adicionales, que son aquellos
que acuerda distribuir a los accionistas la junta, por sobre los llamados dividendos
mínimos legales establecidos en el artículo 79. En efecto, el artículo 81 de la ley, en
su inciso segundo, señala:
“El pago de los dividendos adicionales que acordare la junta, se hará dentro del
ejercicio en que se adopte el acuerdo y en la fecha en que ésta determine o en la que
¿je el directorio, si la junta le hubiere facultado al efecto”.
En cuanto a la manera de su pago, el artículo 82 de la ley señala:
“Salvo acuerdo diferente adoptado en la junta respectiva por la unanimidad de las
acciones emitidas, los dividendos deberán pagarse en dinero.
Sin embargo, en las sociedades anónimas abiertas se podrá cumplir con la obligación
de pagar dividendos, en lo que exceda a los mínimos obligatorios, sean éstos legales o
250 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

estatutarios, otorgando opción a los accionistas para recibirlos en dinero, en acciones


liberadas de la propia emisión o en acciones de sociedades anónimas abiertas de que
la empresa sea titular.
El dividendo opcional deberá ajustarse a condiciones de equidad, información y demás
que determine el Reglamento. Sin embargo, en el silencio del accionista, se entenderá
que éste opta por dinero”.
Como ya hemos señalado, el sistema de reparto de dividendos provisorios y de¿-
nitivos y modo de pago, se encuentra regulado en los artículos 137 a 141 del nuevo
Reglamento de la LSA.
Cabe destacar que el artículo 137 del nuevo Reglamento de la LSA, de¿ne con
claridad los conceptos de dividendo provisorio, dividendo mínimo obligatorio, di-
videndo adicional y dividendo eventual: “Artículo 137. Se entenderá por dividendo
provisorio aquel que acuerda distribuir el directorio, durante el ejercicio con cargo a
las utilidades del mismo. Este dividendo debe ser pagado en la fecha que determine
el directorio.
Dividendo mínimo obligatorio es aquel que acuerda la junta de accionistas con el
¿n de cumplir la obligación de distribuir anualmente como dividendo, el porcentaje
mínimo de las utilidades que exige la ley o los estatutos. Todo dividendo que acuerde
la junta de accionistas por sobre el dividendo mínimo obligatorio, recibirá el nom-
bre de dividendo adicional y deberá pagarse durante el ejercicio en que se adopta el
acuerdo y en la fecha que ¿je la junta o el directorio, si aquélla lo hubiere facultado
al efecto.
Recibirá el nombre de dividendo eventual aquel que corresponde a la parte de las
utilidades que no ha sido destinada por la junta de accionistas a ser pagada durante
el ejercicio respectivo, como dividendo mínimo obligatorio o adicional, sino que a
ser pagado en ejercicios futuros, pudiendo la junta de accionistas acordar su pago en
cualquier momento”.
Finalmente, si el accionista no exige la entrega de su dividendo dentro del plazo de
cinco años, desde que se hayan hecho exigibles pertenecerán al Cuerpo de Bomberos
de Chile, conforme a lo dispuesto en los artículos 85 de la ley y 26 del Reglamento.
Desde el punto de vista de la exigibilidad para el pago de los dividendos, el artículo
83 de la LSA señala que la Superintendencia en las sociedades anónimas abiertas, y un
notario, en las cerradas, podrán certi¿car a petición de la parte interesada, una copia
del acta de la junta o del acuerdo del directorio, o la parte pertinente de la misma, en
que se haya acordado el pago de dividendos; esta copia y el título de las acciones o el
documento que haga sus veces, constituirán título ejecutivo en contra de la sociedad
para demandar el pago de esos dividendos.
En cuanto a la responsabilidad de los directores de la anónima, se presume cul-
pabilidad de los directores, respondiendo solidariamente de los perjuicios causados
a la sociedad, accionistas y terceros, conforme establece el artículo 45 de la LSA, en
su número 2, establece dicha responsabilidad solidaria:
DERECHO DE SOCIEDADES 251

“Si se repartieren dividendos provisorios habiendo pérdidas acumuladas, respecto de


los directores que concurrieron al acuerdo respectivo”.
En materia de quiebra el Libro IV, Título XIII, en la cali¿cación penal del delito
de falencia o quiebra punible, el artículo 232, inciso segundo, tipi¿ca como ilícito
penal, la siguiente conducta ilícita para directores y gerentes:
“Serán castigados con reclusión o relegación menores en su grado mínimo a medio
si se han repartido dividendos a los socios, a propuesta del directorio, a sabiendas
que no correspondían a utilidades efectivas. La pena se elevará en un grado si esos
repartos han ocasionado la quiebra”.
Este tipo penal para directores y gerentes de la sociedad anónima supone que se
ha declarado por sentencia de¿nitiva ¿rme la quiebra de la sociedad anónima, y en el
proceso penal de cali¿cación se ha acreditado dicho ilícito penal.

16.3. Derecho a información


Este derecho a la información que compete y asiste a los accionistas, y dice relación
con poder tener acceso a materias relevantes de la sociedad anónima en lo que re¿ere
a los negocios sociales. Esto no implica que se tenga acceso a todo lo que ha ocurrido
y proyecta ejecutar a futuro la sociedad anónima, ya que existe lo que se denomina
información con¿dencial o reservada mediante acuerdo de directorio, por lo que se
re¿era a información ¿nanciera y jurídica de la compañía, que no tenga el carácter de
con¿dencial o reservada. Como contrapartida corresponde al Directorio y su Gerente
General entregar la información que los accionistas requieran.
Como expresión de este derecho a la información, previo a la realización de la
junta ordinaria de accionistas, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 54 de la Ley de
Sociedades Anónimas, los accionistas tienen acceso a la memoria, balance y estados
¿nancieros de resultado del ejercicio e informes de los auditores externos. Estos ins-
trumentos que reÀejan la gestión del directorio quedan a disposición de los accionistas
para su examen con la anticipación de 15 días a la fecha de la celebración de la junta.
La ¿nalidad es que los accionistas puedan votar con conocimiento e informadamente
de lo que se va a debatir y votar en estas materias, también tienen esta obligación las
sociedades ¿liales de la matriz respectiva.
Sin embargo, con la aprobación de los ¾ del directorio pueden dar el carácter de
reservado a ciertos hechos o antecedentes que se re¿eran a negociaciones pendientes
que al conocerse podrían perjudicar el interés social, según lo dispone el artículo 10,
inciso 3º, de la Ley de Mercado de Valores.
Respecto al derecho a la información, la sociedad anónima abierta debe publicar
su balance general con a lo menos 10 días de anticipación a la Junta Ordinaria de
Accionistas:
Artículo 76: “Las sociedades anónimas abiertas deberán publicar las informaciones
que determine la Superintendencia sobre sus balances generales y estados de ganancias
252 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

y pérdidas debidamente auditados, en un diario de amplia circulación en el lugar del


domicilio social, con no menos de 10 ni más de 20 días de anticipación a la fecha en
que se celebre la junta que se pronunciará sobre los mismos.
Asimismo, los documentos señalados en el inciso anterior deberán presentarse den-
tro de ese mismo plazo a la Superintendencia, en el número de ejemplares que ésta
determine.
Si el balance y cuentas de ganancias y pérdidas fueren alterados por la junta, las
modi¿caciones, sin perjuicio de la obligación establecida en el artículo anterior, se
publicarán en el mismo diario en que se hubieren publicado dichos documentos de
acuerdo al inciso primero, dentro de los 15 días siguientes a la fecha de la junta.
Si estos mismos documentos fueren observados por la Superintendencia, ésta podrá
disponer la publicación de sus observaciones en la forma que ella determine.
Lo anterior es sin perjuicio de las otras facultades que disposiciones legales, regla-
mentarias y administrativas otorguen a la Superintendencia”.
Cabe destacar que el nuevo Reglamento de la LSA, en los artículos 135 y 136
regulan con mayor detalle el derecho a la información de los accionistas, y así en lo
que re¿ere a libros, actas, memorias, balances, inventarios e informes de auditores,
deben estar a disposición de los accionistas en la sede social y también en sitio Web
de la sociedad, quince días antes de las juntas ordinarias o extraordinarias de accio-
nistas: artículo 135:
“De conformidad a lo establecido en el artículo 54 de la Ley, toda sociedad ¿lial de
una sociedad anónima deberá mantener en su o¿cina principal así como en el sitio
de Internet de la sociedad matriz que sea anónima abierta, en que disponga de tales
medios, a disposición de los accionistas de la matriz, durante los 15 días anteriores
a la fecha de las Juntas ordinarias o extraordinarias de ésta, todos sus libros, actas,
memorias, balances, inventarios y los informes de los auditores externos o inspecto-
res de cuentas, o empresa de auditoría externa regida por el Título XXVIII de la Ley
Nº 18.045, en su caso. Tales accionistas sólo podrán examinar dichos documentos
en el término señalado, de manera que no se entorpezca la marcha de los negocios
sociales de la sociedad ¿lial.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, con la aprobación de las tres cuartas
partes de los directores en ejercicio de la ¿lial, podrá darse el carácter de reservado
a ciertos documentos que se re¿eran a negociaciones aún pendientes que al conocerse
pudieran perjudicar el interés social de la ¿lial. Tratándose de sociedades no admi-
nistradas por un directorio u otro órgano colegiado, la decisión de reserva debe ser
tomada por la unanimidad de los administradores si fueren más de uno.
Los directores o administradores que dolosa o culpablemente concurran con su voto
favorable a la declaración de reserva, responderán solidariamente de los perjuicios
que ocasionaren”.
En cuanto al derecho a formular comentarios y proposiciones por los accionistas,
en nuevo artículo 136 establece lo que sigue:
DERECHO DE SOCIEDADES 253

Artículo 136. El o los accionistas de la sociedad que posean o representen el 10% o


más de las acciones emitidas con derecho a voto, podrán:
a) Formular comentarios y proposiciones relativas a la marcha de los negocios sociales
en el ejercicio correspondiente, no pudiendo un mismo accionista formular individual-
mente o en conjunto más de una presentación. Estas observaciones deberán presentarse
por escrito a la sociedad en forma sucinta, responsable y respetuosa, y expresándose
la voluntad que ellas se incluyan como anexo en la memoria respectiva.
El directorio estará obligado a incluir en un anexo a la memoria del ejercicio la sín-
tesis ¿el de los comentarios y proposiciones pertinentes que hubieren elaborado los
interesados, siempre que se presentaren durante el ejercicio o dentro de los 30 días
siguientes al término de éste.
b) Hacer comentarios y proposiciones sobre las materias que el directorio someta a
conocimiento o votación de los accionistas. El directorio deberá incluir una síntesis
¿el de esos comentarios y proposiciones en toda información que envíe a los accio-
nistas, siempre y cuando la posición de los accionistas sea recibida en las o¿cinas
de la sociedad con a lo menos 10 días de anticipación a la fecha del despacho de la
información por parte de la sociedad.
Los accionistas deberán presentar a la sociedad sus comentarios y proposiciones de
acuerdo a lo indicado en las letras anteriores en la forma indicada en el artículo 17
del presente reglamento, expresando su voluntad que ellas se incluyan en el anexo
en la memoria respectiva o en las informaciones enviadas a los accionistas, según
corresponda.
Las observaciones a que se re¿ere este artículo, podrán formularse separadamente
por cada accionista que posea el 10% o más de las acciones emitidas con derecho a
voto o por accionistas que en conjunto alcancen dicho porcentaje, los que deberán
actuar de consuno”.

16.4. Derecho a ceder libremente las acciones


Los accionistas tienen derecho a ceder libremente sus acciones, en la sociedad
anónima abierta y en la cerrada salvo que el estatuto de esta última contenga límites
a dicho derecho, conforme lo establece el artículo 14 de la ley, cesiones que deben
cumplir con las solemnidades establecidas en los artículos 15 a 17 del Reglamento de
la ley, y que analizamos anteriormente como principio que informa al capital social
de la compañía.
Hemos indicado anteriormente que en este principio de libre cesibilidad de las
acciones descansa el mercado de valores, en el que se transan las acciones de las
compañías anónimas.
Las limitaciones a este derecho de cesión libre de las acciones pueden tener su
origen en los llamados “pactos de accionistas” en la sociedad anónima abierta y en
la cerrada, siempre que consten en escritura pública y sea registrado en el registro de
accionistas de la sociedad, por lo tanto este derecho puede limitarse vía contractual, la
que tiene plena aplicación entre las partes que suscriban el referido pacto. La discusión
254 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

respecto de las prohibiciones contractuales de gravar y enajenar acciones, se radica en


la validez de las mismas respecto de terceros no partes de dicha convención, ya que
ésta sólo produce efectos relativos a sus partes directas, pero no respecto de terceros
extraños a ella, en cuyo caso habrá que analizar si el pacto transgredido contiene
cláusula penal respecto de la parte incumplidora, o si se debe actuar vía indemnización
de perjuicios ordinaria o general, respecto del incumplimiento de una prohibición de
gravar y/o enajenar acciones, vía pacto de accionistas.
Relativo a la naturaleza jurídica de los pactos de accionistas, existe cierto consenso
en nuestra literatura societaria, en cuanto a la naturaleza jurídica de los citados acuerdos
suscritos entre accionistas, y en este sentido se les atribuye una naturaleza jurídica
contractual, sosteniendo que se trata de contratos bilaterales, en este sentido opinan
Juan Esteban Puga Vial en su libro “La Sociedad Anónima”, en igual sentido Cristián
Herrera Barriga “Los Pactos de Accionistas en la Sociedad Anónima”, quien los cali¿ca
de contratos plurilaterales asociativos, y con matices Gonzalo Baeza Ovalle, que en su
libro Derecho Comercial (Tomo II, pág. 1143), los cali¿ca en un sentido más amplio
como convenciones. (Juan Esteban Puga Vial, La Sociedad Anónima, pág. 252)
Un nuevo reconocimiento a los pactos de accionistas se establece en el artículo 16
del Reglamento de la LSA, que establece la carga legal de depositarlos en la compañía,
y la obligación del gerente general de anotarlos en el registro de accionistas en un
plazo de 25 horas desde la noti¿cación, y que señala:
“Artículo 16. Los pactos particulares entre accionistas relativos a cesión de acciones
se entenderán depositados en la sociedad desde que una copia de los mismos autori-
zada ante notario se entregue en el lugar en que funcione el Registro de Accionistas
por un notario público que así lo certi¿que. No será necesaria la intervención del
notario cuando el gerente general o quien haga sus veces, deje constancia escrita de
la recepción de la copia referida.
Una vez depositado un pacto, el gerente general o quien haga sus veces deberá rea-
lizar una anotación en el Registro de Accionistas en referencia al pacto a más tardar
dentro de las 24 horas siguientes.
Realizada la anotación antes referida, una copia del pacto deberá quedar a disposición
de los accionistas y terceros interesados para consulta en el lugar donde funcione el
Registro de Accionistas.
Si el pacto incluye estipulaciones sobre materias distintas de la cesión de acciones,
la copia de éste para los efectos de su depósito podrá limitarse sólo a lo relativo a
la cesión”.
Las otras limitaciones al principio y derecho de libre cesibilidad de las acciones
puede tener su origen en resoluciones judiciales, ya por concepto de embargo de ac-
ciones en juicio ejecutivo seguido contra el accionista ejecutado por algún acreedor
personal suyo, que obtenga la referida medida cautelar, embargo que de conformidad
a lo dispuesto por el artículo 1464 del Código Civil, sanciona con objeto ilícito la
enajenación de bienes o especies embargadas.
DERECHO DE SOCIEDADES 255

Para que el embargo produzca efectos respecto de la sociedad anónima es necesario


registrar el embargo mediante receptor judicial en el Registro de Accionistas de la
sociedad, conforme lo establecido en el artículo 22, incisos primero y segundo de la
Ley de Sociedades Anónimas que establecen:
“La constitución de gravámenes y de derechos reales distintos al del dominio sobre
las acciones de una sociedad, no le serán oponibles a ésta, a menos que se le hubiere
noti¿cado por ministro de fe, el cual deberá inscribir el derecho o gravamen en el
Registro de Accionistas.
El embargo sobre acciones no priva a su dueño del pleno ejercicio de los derechos
sociales, excepto el de la libre cesión de las mismas que queda sujeta a las restricciones
establecidas en la ley común”.
El nuevo Reglamento de la LSA de 2012, en su artículo 48 referencia al embargo
de acciones, y señala:
“Artículo 48. En el caso de embargo de acciones, se observarán las disposiciones
contenidas en el artículo anterior.
Las restricciones a la libre cesión que imponga la ley común a las acciones embar-
gadas, no limitarán la transformación, división, fusión o disolución de la sociedad
emisora de ellas, ni afectará otras decisiones de las juntas de accionistas. En todo
caso, el embargo se extenderá a las acciones o derechos sociales que reemplacen o
sucedan a las acciones embargadas en caso de transformación, división o fusión de
la sociedad emisora d e las mismas”.
Esta norma reglamentaria radica los derechos políticos que otorga la acción en su
propietario, y entrega los frutos líquidos que éstas producen, esto es, los dividendos
al embargo.
Otra limitación con fuente en resolución judicial puede ocurrir si se decreta me-
dida prejudicial precautoria o precautoria de retención de acciones o de prohibición
de gravar y enajenar decretada contra el accionista en juicio civil o penal, las que
también deben inscribirse en el registro de accionistas de la compañía, mediante
actuación de receptor judicial.
Finalmente, otra limitación al derecho de ceder libremente las acciones puede tener
su origen en la institución del desasimiento que afecta a los bienes del deudor fallido
en caso de quiebra del accionista, regulado en los artículos 64 y 65 en el Libro IV
de las Quiebras, del Código de Comercio en virtud de la cual, declarada la quiebra
del deudor por sentencia judicial, el fallido queda inhibido por el solo ministerio de
la ley de administrar y disponer de sus bienes presentes, potestades que competen al
Síndico de Quiebras, quien debe proceder a incautar e inventariar las acciones del
accionista declarado en quiebra, y deberá inscribir la sentencia de quiebra en el registro
de accionistas de la compañía.
Dentro del concepto de la libre cesibilidad de las acciones, debemos concebir que
así como el accionista puede ceder o transferir libremente su acción, asimismo puede
limitar su derecho de dominio o propiedad mediante la constitución de derechos reales
256 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

distintos del de propiedad, como por ejemplo constituir derecho real de prenda sobre su
acción, caso en el cual distinguimos al accionista propietario y al acreedor prendario.
La prenda sobre acciones se debe celebrar por escrito, mediante escritura pública o por
instrumento privado, con las mismas solemnidades que la ley y el reglamento establecen
para ceder la acción y para que dicho acto jurídico sea oponible a la sociedad y a terce-
ros, debe registrarse en el Registro de Accionistas. Respecto a si existe o no traslación
del bien prendado al acreedor prendario habrá que estarse a lo que las partes hayan
establecido en el contrato de prenda, tema que es relevante para establecer quién ejerce
los derechos que con¿ere la acción ante la sociedad anónima. Asimismo, el acreedor
prendario puede hacer ejecutivo su crédito ante la mora del deudor ejerciendo las
acciones ejecutivas que pueda hacer valer conforme a las reglas generales, pudiendo
embargar las acciones prendadas vía juicio ejecutivo y obtener pago de la obligación
principal incumplida con el producto de la realización de las acciones prendadas.
Otra posibilidad consiste en que se constituya derecho real de usufructo sobre ac-
ciones, con las mismas solemnidades establecidas para la cesión de acciones; esto es,
escritura pública o privada, más registro del usufructo ante el registro de accionistas
para efectos de su oponibilidad; en esta ¿gura contractual distinguimos nudo propie-
tario y usufructuario, y habrá que determinar lo que se pacte entre las partes para el
ejercicio del derecho del nudo propietario y los derechos del usufructuario.
Relativo a constitución de prenda, usufructo, comunidad y embargo de acciones,
el artículo 23 de la LSA señala:
“La constitución de gravámenes y de derechos reales distintos al del dominio sobre
las acciones de una sociedad, no le serán oponibles a ésta, a menos que se le hubiere
noti¿cado por ministro de fe, el cual deberá inscribir el derecho o gravamen en el
Registro de Accionistas.
El embargo sobre acciones no priva a su dueño del pleno ejercicio de los derechos
sociales, excepto el de la libre cesión de las mismas que queda sujeta a las restricciones
establecidas en la ley común.
En los casos de usufructo, las acciones se inscribirán en el Registro de Accionistas a
nombre del nudo propietario y del usufructuario, expresándose la existencia, moda-
lidades y plazos del usufructo. Salvo disposición expresa en contrario de la ley o la
convención, el nudo propietario y el usufructuario deberán actuar de consuno frente
a la sociedad.
En caso de que una o más acciones pertenezcan en común a varias personas, los
codueños estarán obligados a designar un apoderado de todos ellos para actuar ante
la sociedad”.
El artículo 46 del nuevo reglamento de la LSA regula la materia usufructo de
acciones en lo que re¿ere a la relación de nudo propietario y usufructuario, y señala
lo que sigue:
“Artículo 46. En el usufructo de acciones, la calidad de accionista reside en el nudo
propietario. Salvo que el título constitutivo de usufructo establezca lo contrario,
DERECHO DE SOCIEDADES 257

durante el usufructo el ejercicio de los derechos políticos correspondientes a las


acciones deberá ser ejercido de consuno por el nudo propietario y el usufructuario
y pertenecerán a este último los dividendos acordados por la sociedad, las acciones
que se entreguen liberadas de pago provenientes de utilidades generadas durante la
vigencia del usufructo y la parte de los repartos que se efectúe durante la liquidación
que corresponda a las utilidades no distribuidas por la sociedad, si el usufructo no
hubiere terminado antes.
Salvo estipulación en contrario, el usufructo se extenderá a las acciones o derechos
sociales que reemplacen o sucedan a las acciones objeto del usufructo en caso de
transformación, división o fusión de la sociedad emisora de las mismas. Las opcio-
nes de suscripción preferente de acciones corresponderán al usufructuario y al nudo
propietario, conjuntamente, a menos que el usufructo disponga otra cosa”.
En cuanto a la prenda de acciones, el artículo 47 del nuevo reglamento de la LSA,
establece como regla general que el ejercicio de los derechos que con¿ere la acción
corresponde al titular de aquella, y que la prenda se extiende a las acciones y derechos
sociales que reemplacen o sucedan las acciones prendadas, en caso de transformación,
división o fusión de la sociedad emisora de las mismas.
Finalmente, en lo que re¿ere al embargo de acciones, el artículo 48 del nuevo
Reglamento de la LSA, el que establece que la libre cesibilidad que se ve limitada
según el derecho general, toda vez que hay objeto ilcito en la enajenación de las espe-
cies embargadas según artículo 1464 del Código civil, no es obstáculo para limitar la
transformación, división, fusión o disolución de la sociedad emisora de las mismas.
16.5. Derecho de opción preferente para
suscribir acciones de aumento de capital de la sociedad anónima
Este derecho de opción preferente para suscribir acciones producto del aumento
de capital social, se con¿ere a los accionistas de la sociedad anónima a prorrata de
sus acciones actuales respecto a un aumento del capital social, para que no sufran
una dilución de su propiedad accionaria. Esto es más bien un derecho de opción no
una obligación para los accionistas, constituye un derecho de carácter negociable y
cesible y puede ser transado en el mercado de valores, en tanto “opción preferente”.
Se encuentra regulado en el artículo 25 de la Ley de Sociedades Anónimas y en el
reglamento en los artículos 24 al 32 y se sujeta a las mismas formalidades de la cesión
de acciones. La opción preferencial va a tener un precio determinado por acción y puede
tener mayor valor cuando éste es adquirido por un tercero extraño a los accionistas.

16.6. Derecho a retiro


El derecho a retiro o de “receso”, como lo denomina la doctrina argentina, tiene su
origen en el siglo XIX, en el Código de Comercio alemán de 1861 y en la legislación
francesa de sociedades anónimas de 1867, en las que admitía, pero en el Código de
Comercio italiano de 1882, es citado como el precursor de esta institución. El tratadista
258 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

italiano Giuseppe Donadio, en su obra Il receso del socio permodi¿che statutario,


Giuffré, Miloano 1940, págs. 4 y siguientes, destaca que el receso surge como con-
secuencia de proclamarse la modi¿cación de los pactos estatutarios por determinadas
mayorías, produciendo de tal modo y en este sentido la quiebra total y de¿nitiva de
la unanimidad para las sociedades por acciones y como un medio de defensa de los
derechos de los accionistas para evitar ser aplastados por la mayoría.
El derecho a retiro del accionista, además del caso en que los estatutos así lo es-
tablezcan con causales especí¿cas, se encuentra regulado en el artículo 69 de la Ley
de Sociedades Anónimas, en relación a los artículos 76 al 81 del reglamento.
Es un derecho que se con¿ere al accionista que ha manifestado su disidencia
respecto de ciertos acuerdos adoptados por la junta de accionistas, en materias que
dan lugar a este derecho. Este derecho a retiro es de regulación estricta y no es de
aplicación general, tiene por fuente “natural” a la ley, pudiendo el estatuto social
agregar materias especialmente previstas al efecto y que dan también lugar al derecho
a retiro, además de las causales legales. Así como hay libertad para adquirir y ceder
las acciones, se permite también el derecho a retiro de la sociedad, debiendo este
camino ser expedito y poco formal o engorroso, debe existir para poder ejercer este
derecho una cierta cantidad de causales o materias relevantes, que pueden ser más o
menos extensivas dependiendo del sistema jurídico en particular, y que motiven su
ejercicio. Con lo señalado, se puede a¿rmar que el derecho a retiro ampara y protege
a los llamados accionistas minoritarios, respecto de los accionistas controladores o
de mayoría, que adoptan acuerdos en materias, que estos minoritarios votaron en
contra, o se abstuvieron o no asistieron a la junta de accionistas que adoptó el acuerdo
respectivo y mani¿estan su disidencia por escrito dentro de los treinta días siguientes
a la fecha de celebración de la junta respectiva.
En la legislación chilena de sociedades anónimas, en su versión año 1981, original-
mente había pocas materias consideradas al efecto y casos eran “extremos” que daban
lugar a este derecho, pero con la reforma del año 2000, mediante la ley Nº 19.705,
se modi¿ca el artículo 69 de la ley, ampliando las causales que dan lugar a retiro. Se
pretende ahora dar mayor cobertura a los derechos de los accionistas minoritarios,
ejerciendo el derecho a retiro con ciertas formalidades, la sociedad debe comprar las
acciones, pero debe enajenarlas en el plazo de un año.
Si se declara la quiebra de la sociedad anónima, se suspende el derecho a retiro
hasta que se termine de pagar los acreedores. El accionista disidente es el que en la
junta extraordinaria se opone o si no concurrió a ésta tiene un plazo de 30 días para
ejercer este derecho o lo pierde.
En la sociedad anónima cerrada se paga el valor libro y en la S.A. abierta según
valor de mercado.
El artículo 69 de la LSA señala:
“La aprobación por la junta de accionistas de alguna de las materias que se indican
más adelante, concederá al accionista disidente el derecho a retirarse de la sociedad,
previo pago por aquélla del valor de sus acciones. Sin perjuicio de lo anterior, en
DERECHO DE SOCIEDADES 259

caso de haberse declarado la quiebra de la sociedad, se suspenderá el ejercicio del


derecho a retiro hasta que no sean pagadas las acreencias que existan en el momen-
to de generarse ese derecho. Igual norma se aplicará en caso de quedar sujeta la
sociedad a un convenio aprobado de acuerdo al Título XII de la Ley de Quiebras y
mientras esté vigente, salvo que dicho convenio autorice al retiro o cuando termine
por la declaración de quiebra.
Considérase accionista disidente a aquel que en la respectiva junta se hubiere opuesto
al acuerdo que da derecho a retiro, o que, no habiendo concurrido a la junta, ma-
ni¿este su disidencia por escrito a la sociedad, dentro del plazo establecido en el
artículo siguiente.
El precio a pagar por la sociedad al accionista disidente que haga uso del derecho a retiro
será, en las sociedades anónimas cerradas, el valor libros de la acción y, en las abiertas,
el valor de mercado de la misma, determinado en la forma que ¿je el Reglamento.
Los acuerdos que dan origen al derecho a retiro de la sociedad son:
1. La transformación de la sociedad;
2. La fusión de la sociedad;
3. La enajenación del 50% o más del activo social, en los términos referidos en el
Nº 9 del artículo 67;
4. El otorgamiento de las cauciones a que se re¿riere el Nº 11 del artículo 67;
5. La creación de preferencias para una serie de acciones o el aumento o la reducción
de las ya existentes. En este caso, tendrán derecho a retiro únicamente los accionistas
disidentes de la o las series afectadas;
6. El saneamiento de la nulidad causada por vicios formales de que adolezca la
constitución de la sociedad o alguna modi¿cación de sus estatutos que diere este
derecho;
7. Los demás casos que establezcan la ley o sus estatutos, en su caso”.
Las materias acordadas en junta extraordinaria que motivan ejercer el derecho a
retiro son las siguientes:
– Si se acuerda la transformación de la sociedad anónima. El artículo 96 de la Ley
de Sociedades Anónimas de¿ne la transformación como el cambio de espacio o tipo
social y establece que subsiste la personalidad jurídica, esta materia debe formalizarse
por medio de reforma estatutaria.
– Si se acuerda la fusión de la sociedad, la fusión puede ser por absorción o crea-
ción. El artículo 99 de la Ley de Sociedades Anónimas de¿ne fusión por incorporación
como la reunión de dos o más sociedades en una sola, que la sucede en todos sus
derechos y obligaciones y a la que se incorpora el total del patrimonio social como
también todos los accionistas.
– En la fusión por creación, el activo y pasivo de dos o más sociedades son apor-
tados a una nueva sociedad que la sucede disolviéndose las fusionadas.
Se puede criticar que la transformación y fusión den derecho a los accionistas
disidentes a ejercer su derecho a retiro, mas no se considera el caso de división o
escisión de la sociedad, que tiene el mismo nivel de relevancia que las dos primeras
materias.
260 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

– Si se acuerda la enajenación del 50% o más del activo, o planes que en conjunto
signi¿quen enajenar el 50% o más de su activo, de acuerdo a lo establecido en el
artículo 67 número 9 de la Ley de Sociedades Anónimas, también da lugar al derecho
a retiro para los accionistas disidentes.
– El otorgamiento de cauciones o garantías, conforme al artículo 67 número 11
de la Ley de Sociedades Anónimas, para obligaciones de terceros, ya sean reales o
personales, da lugar al derecho a retiro para los disidentes, ya que por esta vía se
aumentan los pasivos sociales.
– La creación de nuevas acciones con carácter de preferentes, o la eliminación de
otras ya existentes, ya que implican la creación de derechos especiales para algunos
accionistas o la supresión de los existentes.
– El saneamiento de nulidad por vicio formal en la constitución de la sociedad
anónima o el vicio formal en una reforma estatutaria. Parece discutible que el sanea-
miento de la sociedad anónima sea una materia que dé derecho a retiro a quien esté
en contra de dicho saneamiento, ya que no se observa el eventual perjuicio que pueda
producírsele al accionista disidente, si la sociedad viciada se sanea.
– Otros casos establecidos en la ley o estatutos.
Todas las materias indicadas anteriormente son de competencia de la junta extraor-
dinaria de accionistas y todas, salvo la enajenación de activos y el otorgamiento de
garantías para obligaciones de terceros, implican reforma estatutaria y requieren el
voto conforme de las 2/3 partes de las acciones emitidas con derecho a voto, conforme
lo establecido en el artículo 67 de la ley.
En cuanto a la determinación del precio a pagar al accionista disidente por el valor
de sus acciones, el reglamento de la ley distingue si la sociedad es abierta o cerrada
y en el primer caso si sus acciones se transan en Bolsa.
Los artículos 126 a 134 del nuevo reglamento de la LSA, regulan el derecho a
retiro a nivel de este cuerpo normativo.
El artículo 130 del reglamento establece el concepto de valor libro de la acción,
que se aplica a la sociedad anónima cerrada:
Artículo 130. El valor de libros de la acción que se deberá pagar en las sociedades
anónimas cerradas a los accionistas que ejercieren su derecho a retiro, se determinará
dividiendo el patrimonio por el número total de las acciones suscritas y pagadas de
la sociedad. Si la sociedad tuviere series de acciones de valor diferente, el valor de
libros por acción deberá ajustarse de acuerdo al porcentaje que el valor de dichas
series representen en el total del patrimonio.
Para los efectos de lo dispuesto en este artículo, se estará a las cifras del último balance
que se haya presentado a la Superintendencia, o del último balance que se disponga
en caso que la sociedad no deba presentar su balance ante aquélla, y al número de
acciones suscritas y pagadas a la fecha de dicho balance. Las cifras antes indicadas
deberán ser reajustadas a la fecha del hecho o del acuerdo de junta que motivó el
retiro. El reajuste se efectuará conforme a la variación que haya experimentado la
DERECHO DE SOCIEDADES 261

unidad de fomento, ¿jada por el Banco Central de Chile, entre el día de cierre del
balance utilizado y la fecha de la junta que motivó el retiro.
Cuando se hubieren enterado aumentos de capital con posterioridad a la fecha del
último balance, se deberá agregar al valor del patrimonio y al número de acciones
suscritas y pagadas el monto enterado y el número de acciones suscritas y pagadas
de dicho aumento de capital.
Para las sociedades anónimas abiertas con transacción bursátil, el artículo 132 utiliza
el concepto “valor de mercado de la acción, y señala:
Artículo 132. El valor de mercado de la acción que se deberá pagar a los accionistas
que ejercieren su derecho a retiro en las sociedades anónimas abiertas se sujetará a
las siguientes normas:
1. Se deberá distinguir entre las acciones que tienen o no presencia bursátil.
2. Se entiende por acciones con presencia bursátil aquellas que así sean cali¿cadas
por la Superintendencia mediante norma de carácter general.
3. Cuando se trate de acciones con presencia bursátil, el valor de la acción será el
promedio ponderado de las transacciones bursátiles de la acción durante el período
de 60 días hábiles bursátiles comprendidos entre el trigésimo y el nonagésimo día
hábil bursátil anterior a la fecha de la Junta que motiva el retiro.
4. Si las acciones no tuvieren presencia bursátil se considerará que su precio de
mercado es igual al de su valor libros, determinado de acuerdo a lo dispuesto en el
artículo 130 de este reglamento.
No obstante, siempre a la sociedad anónima le queda un recurso para suspender
el derecho a retiro; en efecto el Directorio puede citar a una nueva junta y proponer
que se dejen sin efecto los acuerdos que permiten el derecho a retiro, así se impide
el derecho a retiro por la mayoría, esta propuesta del directorio igualmente puede no
ser aprobada por la junta.
Una crítica al derecho a retiro en la sociedad anónima abierta consiste en que el
accionista que sea disidente a las materias señaladas en el artículo 69 de la ley, puede
libremente dar orden de venta a sus acciones en la Bolsa, sin tener que esperar todo
el trámite a que da derecho el procedimiento de retiro, sólo se justi¿ca esperar si el
promedio de los últimos sesenta días en Bolsa es superior al que se transa al tiempo
de pretender vender en Bolsa.
Con la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, se amplía el derecho a retiro en la
anónima abierta al incorporar a la LSA un nuevo artículo 71 bis, que establece una
nueva causal de derecho a retiro para proteger a los accionistas minoritarios, cuando
un controlador adquiera más del 95% de las acciones de una sociedad anónima abierta,
mediante un procedimiento de Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA).
La nueva norma señala:
“Artículo 71 bis. También dará derecho a retiro en favor de los accionistas minorita-
rios, que un controlador adquiera más del noventa y cinco por ciento de las acciones
de una sociedad anónima abierta. Este derecho a retiro deberá ser ejercido dentro del
plazo de 30 días contado desde la fecha en que el accionista controlador alcance la
262 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

participación indicada, lo que se comunicará dentro de los dos días hábiles siguientes
a través de un aviso destacado publicado en un diario de circulación nacional y en
el sitio en Internet de la sociedad, si ella dispone de tales medios.
Asimismo, los estatutos de la sociedad podrán facultar al controlador para exigir que
todos los accionistas que no opten por ejercer su derecho a retiro, le vendan aquellas
acciones adquiridas bajo la vigencia de esa facultad estatutaria, siempre que haya
alcanzado el porcentaje indicado en el inciso anterior a consecuencia de una oferta
pública de adquisición de acciones, efectuada por la totalidad de las acciones de
la sociedad anónima abierta, o de la serie de acciones respectiva, en la que haya
adquirido, de accionistas no relacionados, a lo menos un quince por ciento de tales
acciones. El precio de la compraventa respectiva será el establecido en dicha oferta,
debidamente reajustado y más intereses corrientes.
El controlador deberá noti¿car que ejercerá su derecho de compra dentro de los
quince días siguientes al vencimiento del plazo previsto para el ejercicio del derecho
a retiro indicado en el inciso primero, mediante carta certi¿cada enviada al domicilio
registrado en la sociedad por los accionistas respectivos, así como a través de un aviso
destacado publicado en un diario de circulación nacional y en el sitio en Internet de
la sociedad, si ella dispone de tales medios.
La compraventa se entenderá perfeccionada quince días después de noti¿cado el
ejercicio del derecho de compra sin necesidad que las partes ¿rmen el respectivo
traspaso, debiendo proceder la sociedad a registrar las acciones a nombre del con-
trolador y poner inmediatamente a disposición de los accionistas el producto de la
venta, de la misma forma prevista para el reparto de los dividendos sociales. En el
caso de acciones prendadas, la sociedad registrará las acciones a nombre del con-
trolador sin alzar la prenda respectiva, pero retendrá el producto de la venta hasta
que ello ocurra. Para estos efectos se aplicará lo dispuesto en el artículo 18 en todo
aquello que resulte aplicable.
La Superintendencia, mediante norma de carácter general, podrá establecer los pro-
cedimientos y regulaciones que faciliten el legítimo ejercicio de estos derechos”.

17. La sociedad anónima y la emisión de American Depositary Receipts (ADR)


Los títulos denominados American Depositary Receipts, en adelante ADR, son
títulos valores representativos de acciones de sociedades anónimas, que bajo esta
designación se transan en la Bolsa de Valores de Nueva York, y que son emitidos o
creados por un banco depositario norteamericano, que cumple funciones ¿duciarias,
esto es, de con¿anza, estos títulos valores extranjeros en cuanto a su emisión, han
sido recepcionados por el Capítulo XXVI del Compendio de Normas de Cambios
Internacionales del Banco Central de Chile, denominado “CONVENCIONES RELATIVAS A
ADQUISICIÓN DE ACCIONES DE SOCIEDADES ANÓNIMAS, Y EMISIÓN DE TÍTULOS PARA SU TRAN-
SACCIÓN EN BOLSAS OFICIALES EXTRANJERAS U OTRAS MODALIDADES”. Al respecto, también
la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) con fecha 28 de junio de 1990, dictó
la circular normativa Nº 951, que imparte normas sobre información para operaciones
con ADR y otras obligaciones y por la circular Nº 1.375, de 1998 de la SVS.
DERECHO DE SOCIEDADES 263

La circular Nº 1.375, de 1998, de¿ne ADR en los siguientes términos: “Certi¿cados


negociables emitidos por un banco de los Estados Unidos de América, que representan
propiedad del tenedor de dichos certi¿cados, sobre acciones emitidas por sociedades
emisoras inscritas en el Registro de Valores que lleva la Superintendencia”. Sabemos
que la sociedad anónima que registra sus acciones en el Registro de Accionistas que
lleva la SVS es la sociedad anónima abierta.
El instrumento jurídico económico ADR ha sido recibido en nuestro derecho
interno bajo la modalidad de los tres cuerpos o fuentes jurídicas mencionadas ante-
riormente; esto es, el citado Capítulo XXVI del Banco Central de Chile y la circular
Nº 951, de 1990, derogada por la Nº 1.375, de 1998 de la Superintendencia de Valores
y Seguros. En nuestro caso, la institución ha sido recepcionada en el país en virtud de
potestades o poderes normativos de dos instituciones de derecho público esenciales
en el manejo, dirección, control y regulación de nuestro orden económico, el Banco
Central de Chile y la SVS. Se trata, en consecuencia, de dos fuentes normativas que
emanan de entes u órganos autónomos con potestades especiales en el ámbito de la
regulación y organización de la economía interna.
Los ADR, según la de¿nición otorgada por la Superintendencia de Valores y
Seguros en la circular Nº 951 y luego en la Nº 1.375, de 1998, son “Certi¿cados ne-
gociables emitidos por un banco de los Estados Unidos de América, que representan
propiedad del tenedor de dichos certi¿cados, sobre acciones emitidas por sociedades
emisoras inscritas en el Registro de Valores que lleva la Superintendencia, deposita-
das en el banco depositario”, hacemos notar que en el Capítulo XXVI citado no hay
de¿nición alguna de ADR. Lo más relevante de la de¿nición citada consiste en que
son elementos de la esencia de los ADR los siguientes: son jurídicamente un título de
crédito, esto es, siguiendo la de¿nición de Cesare Vivante “un documento necesario
para ejercitar el derecho literal y autónomo expresado en el mismo”; es un título de
crédito de carácter representativo de cierta cantidad determinada de acciones de una
sociedad anónima abierta chilena; a consecuencia de lo anterior se trata de un título
de crédito de carácter complejo, ya que otorga a su tenedor legítimo un conjunto de
derechos y obligaciones; es un título de crédito de carácter extranjero en cuanto a su
origen, toda vez que es emitido o creado por un banco depositario norteamericano que
cumple funciones ¿duciarias y que los crea o emite con el respaldo de las acciones
de la sociedad anónima abierta chilena que mantiene en su custodia.
La función económica que cumplen estos títulos de crédito denominados ADR
consiste en que inversionistas extranjeros pueden adquirir, mediante el ingreso de
capitales en divisas al país, acciones de una sociedad anónima abierta, domiciliada
en Chile inscrita en el Registro de Valores que lleva la Superintendencia de Valores
y Seguros, cuyos títulos son de transacción bursátil. El capital que ingrese para estos
efectos a la sociedad receptora chilena no puede ser inferior a US$ 50.000.000, de
los Estados Unidos de Norteamérica o su equivalente en otras monedas extranjeras.
Para la sociedad receptora chilena puede o no representar un aumento de capital so-
264 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

cial y para el titular de los ADR representa una participación en dominio o propiedad
de acciones de ese capital social. Adquiridas las acciones y en poder y custodia de
la empresa bancaria o el banco custodio, del país de origen de la empresa, aquélla
o éste deben establecer un registro de los títulos que representen a dichas acciones.
Los títulos referidos precedentemente “serán los instrumentos que la empresa ban-
caria o las personas naturales o jurídicas domiciliadas y residentes en el extranjero
podrán transar en la correspondiente bolsa o¿cial extranjera o entidad equivalente o
en forma privada, según corresponda” (Nº 5 del Capítulo XXVI). Estos títulos son
los que en la Bolsa de Valores de Nueva York se denominan American Depositary
Receipts (ADR).
La función económica de estos títulos de crédito denominados ADR se expresa
o mani¿esta en que la riqueza circula representada por los títulos que se superponen
materialmente a las cosas a tal punto que la economía de Occidente ha sido denomi-
nada como “La Economía del Papel”. El titular o legítimo tenedor de los ADR puede
libremente negociar o transar sus títulos en la Bolsa extranjera o en forma privada
según sea su conveniencia. En el caso de ser transferidos, mediante circulación, debe
procederse a su actualización en el registro de los títulos en el banco custodio, ade-
más, el tenedor de títulos puede en cualquier momento requerir a la empresa bancaria
o al banco custodio, según sea el caso, que proceda a su sustitución por el número
pertinente de acciones de la sociedad receptora. En este caso es necesario dejar sin
efecto los títulos de ADR y sólo sean válidas las acciones de la sociedad receptora,
con todos los derechos y obligaciones que con¿ere la calidad y estatuto de accionista
en nuestro sistema jurídico para su titular.
Una vez aprobada una operación de ADR ante el Banco Central de Chile y ante la
Superintendencia de Valores y Seguros, la Sociedad Anónima Abierta Receptora, debe,
según circular Nº 951, informar a los tenedores de ADR las principales ligaciones que
tienen los accionistas en la República de Chile, especialmente las obligaciones de in-
formar y de publicitar la toma de control de una sociedad, consagradas en los artículos
12 y 54 de la Ley de Mercado de Valores. Estimamos que debiera proporcionarse por
la sociedad receptora una información sobre los derechos y obligaciones del tenedor de
títulos de ADR más sustancial y completa en la materia, especialmente en lo relativo
al estatuto jurídico contenido en el Capítulo XXVI del Compendio de Normas del
Banco Central de Chile. Dicho estatuto jurídico es de jerarquía superior a la circular
Nº 1.375 de la SVS, toda vez que emana de un órgano autónomo, de derecho público,
de origen y rango constitucional; regido por su Ley Orgánica Constitucional Nº 18.840,
cual es, el Banco Central de Chile. De esta manera nos atrevemos a sugerir que, sería
conveniente, por razones de certeza y seguridad jurídica para nuestro orden público
económico que se uniformaran las disposiciones jurídicas que reglan la materia, en
concreto, que se armonice de manera sistemática y orgánica la circular Nº 1.375 de la
Superintendencia de Valores y Seguros a los derechos y principios consagrados en el
Capítulo XXVI del Compendio de Normas del Banco Central de Chile, norma jurídica
de superior jerarquía según hemos señalado. En acierto a lo señalado anteriormente,
DERECHO DE SOCIEDADES 265

es útil recordar que el artículo 82, inciso primero, de la Ley Orgánica Constitucional
del Banco Central de Chile, Nº 18.840, dispone que:
“Las resoluciones que adopte el Banco serán obligatorias para los organismos del
sector público que tengan las facultades-normativas necesarias para ponerlas en
ejecución, los cuales deberán impartir las instrucciones que sean pertinentes en los
términos que ¿je al efecto el Consejo del Banco”.
No pueden en consecuencia, jurídicamente, existir contradicciones entre la nor-
mativa que imparte el Banco Central y la circular normativa dictada por la Super-
intendencia de Valores y Seguros en esta materia y en el evento de existir, dichas
contradicciones deben ser subsanadas; y en todo caso armonizada la circular citada
a las disposiciones del Capítulo XXVI.
Entre las empresas chilenas –actualmente una decena– que han operado con este
sistema de capitalización con ADR ¿gura la Compañía de Teléfonos de Chile S.A.,
en la Bolsa de Nueva York, con el carácter de pionera en Latinoamérica, con gran
éxito según la información que se ha publicitado en la prensa económica, siendo en
consecuencia un atractivo instrumento o título de inversión en ese mercado de capita-
les y a la vez una fuente de recursos ¿nancieros para la compañía que la vincula a la
economía mundial y que, por cierto, hace más complejo su escenario de negocios.
El acuerdo de emitir títulos ADR en la sociedad anónima abierta es competencia
de la junta extraordinaria de accionistas, ya que implica aumento del capital social y,
por lo tanto, reforma de estatutos sociales, determinando en número de ADR a emitir
y colocar y el número de acciones que representa, dentro del capital social.
En las juntas de accionistas de la sociedad anónima que ha colocado ADRs, ejerce
los derechos de los tenedores de dichos títulos la entidad depositaria o custodia de las
acciones que han dado lugar a la emisión de dichos títulos extranjeros, en efecto, la
citada circular Nº 1.375, en su número 3, dispone: “Las acciones que den origen a los
ADR permanecerán en custodia y registradas en la emisora a nombre del depositario.
Por esta circunstancia, se reconoce que el depositario puede ejercer ante la entidad
emisora los derechos que les corresponden a los tenedores de ADRs, pues éstos son
representativos de las pertinentes acciones”; pueden ser custodios bancos chilenos o
banco extranjero con agencia en Chile o una empresa de depósito de valores.

18. Órganos societarios de toda sociedad anónima


La sociedad anónima es un tipo societario que en nuestra legislación se encuentra
estructurado con la participación o gestión de los llamados órganos societarios, a
diferencia de las sociedades de personas que por regla general son “autogestionadas”
en un complejo normativo que se denomina actualmente “gobierno corporativo”, en
virtud del cual la LSA organiza y reparte poderes a los órganos societarios y respon-
sabilidades respecto de la sociedad y sus accionistas.
Como señala el catedrático español Rodrigo Uría, “La sociedad anónima, como
entidad jurídica dotada de personalidad, necesita valerse de órganos para el despliegue
266 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de su actividad interna y externa. La teoría organicista cobra en esta sociedad especial


relieve en razón a su carácter capitalista y deshumanizado”; y agrega “Los órganos
sociales encarnan en personas físicas o en pluralidades de personas investidas por
la ley de la función de manifestar la voluntad del ente o de ejecutar y cumplir esa
voluntad, desarrollando las actividades jurídicas necesarias para la consecución de
los ¿nes sociales”37.
Este tipo societario en su de¿nición legal del artículo 1º de la LSA, señala que se
trata de una persona jurídica administrada por un órgano que se denomina directorio,
cuyos miembros son esencialmente revocables. Encontramos además un segundo
órgano societario, en el que reside el “poder soberano” o constituyente, esto es, las
Juntas de Accionistas; asimismo, en tercer lugar se encuentran órganos internos de
control y ¿scalización de la gestión del Directorio, nos referimos a los “Auditores
Externos” para la sociedad anónima abierta e “Inspectores de Cuenta” para la socie-
dad anónima cerrada y, ¿nalmente, se regula al “Comité de Directorio” establecido
en el artículo 50 bis de la LSA, y que incorporó la ley Nº 19.705, del año 2000, para
la sociedad anónima abierta con patrimonio bursátil superior a 1.500.000 unidades
de fomento, recientemente modi¿cado en la nueva versión que incorporó la ley
Nº 20.382, de 2009.
En la fase de liquidación de la sociedad anónima actúa el órgano societario deno-
minado “Comisión Liquidadora” o el “Liquidador”, que desplazan en potestades al
órgano de administración “natural” denominado Directorio.
Agregamos para la sociedad anónima abierta un órgano público de control y ¿sca-
lización denominado Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), establecida en el
D.L. Nº 3.538, de 1980, tema al que dedicamos el número 34 de esta Sección.
Esta regulación y participación de órganos societarios en la sociedad anónima la
distingue de las sociedades de personas que, como hemos señalado, desde el punto
de vista de su administración son “autogestionadas” por los propios socios, bajo la
regla democrática, cada socio tiene iguales derechos de administración o uso de razón
social e iguales potestades de control.
La doctrina societaria española sostiene que la moderna regulación de la sociedad
anónima, al recurrir a los llamados órganos societarios, ha tomado “prestado” un
modelo del derecho público, cual es la llamada teoría del órgano, tesis que es correc-
ta, en tanto la ley establece órganos societarios, asigna potestades o competencias y
establece responsabilidades legales de gestión.
En efecto, nuestra Ley de Sociedades Anónimas establece órganos de admi-
nistración, el directorio, órgano de ejecución el o los gerentes, órgano soberano
o constituyente, las juntas de accionistas y órganos de control o ¿scalización, las
juntas de accionistas, los auditores externos e inspectores de cuentas y el comité de
directorio. A ello se agrega, según hemos señalado, un control público de órgano

37 Rodrigo URÍA, ob. cit., pág. 291.


DERECHO DE SOCIEDADES 267

externo para las sociedades anónimas abiertas, la Superintendencia de Valores y


Seguros (SVS).
Aplicando conceptos propios de la teoría del órgano, la Ley de Sociedades Anóni-
mas establece los llamados órganos societarios, cuya fuente es la ley, como asimismo
sus competencias y potestades, de tal manera que si éstos actúan fuera de sus potes-
tades causan una actuación nula, por falta de competencia legal, lo que apareja como
sanción legal la nulidad absoluta del acto o acuerdo jurídico ilegal.
Seguidamente individualizamos los órganos societarios y su regulación especí¿ca,
los que encontramos en los siguientes artículos de la LSA y su reglamento:
– Órgano de Administración: Directorio regulado en los artículos 1º, 31 a 50 bis
y 135 de la ley y en los artículos 70 a 87 del nuevo Reglamento de la ley del año
2012.
– Comité de Directorio, para las sociedades anónimas con patrimonio bursátil
superior a 1.500.000 unidades de fomento, regulado en el artículo 50 bis de la ley.
– El Gerente General, verdadero mandatario del directorio, órgano de ejecución,
regulado en los artículos 49 y 50 de la ley y 88 y 89 del nuevo Reglamento de la LSA
de 2012.
– Órgano Soberano o Constituyente: Juntas de Accionistas, órgano que ¿scaliza al
directorio y además delibera sobre materias importantes o relevantes para la sociedad,
artículos 55 a 72 de la ley y 101 a 125 del nuevo Reglamento de la LSA de 2012.
– Órgano de ¿scalización o control: auditores externos e inspectores de cuentas,
órgano que ¿scaliza los estados ¿nancieros y contables de la gestión de la compañía
y del directorio, artículos 51 a 54 y 134 de la ley y 90 a 100 del nuevo Reglamento
de la LSA de 2012.
– La Comisión Liquidadora o el Liquidador, que es el órgano societario que asume
la representación y término de los negocios de la sociedad anónima, cuando opera
una causal de disolución, reemplazando al órgano societario directorio, regulada en
los artículos 103 a 120 de la ley y en los artículos 161 a 165 del nuevo Reglamento
de la LSA de 2012.
– La Superintendencia de Valores y Seguros, SVS, que es un órgano externo, per-
sona jurídica de derecho público y que controla a las sociedades anónimas abiertas
y las cerradas que voluntariamente se sujeten a su control y al mercado de valores,
regida por el decreto ley Nº 3.538, de 1980.
A manera de síntesis, en lo que re¿ere a “gobierno corporativo”, cabe destacar que
a partir de mediados de la década del 90 se inició un proceso de reforma legislativa
creciente y sistemático a la LSA, y a la Ley de Mercado de Valores, cuya principal
directriz ha sido perfeccionar el gobierno de las sociedades anónimas, especialmente
en su modalidad abierta, haciendo más transparente la gestión e información y con
una clara vocación de protección a los accionistas minoritarios frente a los contro-
ladores. La última reforma en este sentido ha sido la que incorporó a la LSA, la ley
Nº 20.382, de 2009, titulada “Establece perfeccionamientos a la normativa que regula
los gobiernos corporativos de las empresas”, la que recogió variadas sugerencias que
268 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

entregó en su oportunidad la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico


“OCDE”, como requisito al ingreso de Chile como miembro pleno a dicho panel
internacional.
Asimismo, la expresión “gobierno corporativo” es adoptada del derecho societario
angloamericano.

18.1. El directorio
El directorio es el órgano societario de naturaleza colegiado, que tiene a su cargo la
competencia legal de administrar los negocios sociales mediante políticas y estrategias
societarias, con el objeto de obtener utilidades para repartir bene¿cios a los accionistas
llamados dividendos. Como señala el catedrático español Fernando Sánchez Calero,
“El Consejo de Administración es un órgano colegiado, que ha de actuar mediante
acuerdos, al que se con¿ere la facultad de administrar la sociedad”38.
Cabe consignar que en nuestra doctrina societaria existe consenso en cuanto a
la noción organicista que informa al Directorio, y en esta opinión podemos citar
a Juan Esteba Puga Vial en “La Sociedad Anónima”39, en el mismo sentido María
Fernanda Vásquez en “Sociedades” en que sostiene “no se trata de un mandatario de
los accionistas, ni de la sociedad, el directorio es un órgano colegiado cuya función
primordial es la administración superior de la sociedad que ¿ja las políticas legales,
económicas y ¿nancieras”40.
Este poder amplio que la LSA entrega al directorio para administrar la sociedad
anónima, no se puede entender como “un cheque en blanco”, sino que se debe ejer-
cer en pro de la sociedad y de todos los accionistas de la compañía, atendido que su
cometido es dar mayor valor a la compañía.
El directorio es un órgano profesional, necesario y esencial para la sociedad
anónima, de tal suerte que no la podemos concebir sin el citado órgano colegial,
que conforme a la de¿nición legal del artículo 1º de la LSA, le compete de manera
preferente la administración de la sociedad anónima. Por ello, no puede prescindirse
o alterarse dicha regla, en el sentido de que una persona o entidad distinta al órgano
directorio administre la sociedad anónima, como por ejemplo que lo fuese una persona
natural o una sociedad administradora, y en el evento de que se aplicare una regla
distinta a la indicada en el artículo primero de la LSA, el citado pacto y actuación
sería ilegal y por lo tanto nula; así se puede concluir del artículo 137 de la ley, que
establece “Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma que les
fuere contraria”; en consecuencia, si la ley establece que la sociedad anónima es
administrada por un directorio, cualquier convención en contrario causa nulidad y
responsabilidad indemnizatoria.

38 Fernando SÁNCHEZ CALERO, ob. cit., pág. 224.


39 Juan Esteban PUGA VIAL, ob. cit., pág. 349.
40 María Fernanda VÁSQUEZ “Sociedades”, pág. 611 y ss.
DERECHO DE SOCIEDADES 269

En cuanto al carácter esencial del Directorio en relación a la sociedad anónima,


son coincidentes en nuestra doctrina nacional los autores Juan Esteban Puga Vial “El
Directorio es un órgano inherente a la sociedad anónima y en él la ley encomienda la
administración de la sociedad, al extremo que no puede existir una sociedad anónima
sin directorio. No se puede encomendar la administración superior de una sociedad
anónima a otra entidad o persona…”41. En igual sentido María Fernanda Vásquez
Palma, “Se trata de un elemento inherente a la sociedad anónima, de manera que no
puede existir sociedad sin éste42.
No obstante lo señalado, hemos indicado anteriormente que los llamados “Hol-
ding” que son sociedades que tienen por objeto preciso administrar sociedades que
controlan, normalmente ¿liales, la citada administración la deben aplicar mediante
la elección de miembros de los directorios de las sociedades que controlan, pero no
pueden administrar sociedades anónimas de manera directa, “extra” órgano societario
directorio, como por ejemplo una persona jurídica.
Señalaremos más adelante que la fuente de los poderes de administración, su
competencia es de origen legal y no contractual, y que estas facultades son amplias
o extensas dentro del giro de negocios sociales, conforme establece el artículo 40 de
la ley, potestades que desde un punto de vista axiológico deben ejercerse en pro de
los negocios sociales y de todos los accionistas.
Una visión interesante presenta el tratadista nacional Enrique Barros Bourie, quien
observa que el órgano Directorio no administra de manera directa la sociedad anónima,
sino que le compete dar las líneas generales de administración y que la gestión de
ejecución corresponde a los gerentes y ejecutivos principales, y señala el autor: “Es
un principio aceptado de gobierno societario que las sociedades anónimas no son
administradas directamente por el directorio, sino bajo la dirección de este órgano.
En otras palabras, el directorio no tiene a su cargo la administración corriente de
los asuntos de la compañía, sino la dirección superior. El directorio debe cuidar que
la sociedad tenga una alta administración profesional y una estrategia de desarrollo
de sus negocios; controlar la ejecución de esta última por la administración; cuidar
que la sociedad tenga sistemas contables, de información, de control y de auditoría
apropiados; proveer la existencia de un control de los estándares legales y éticos en
el funcionamiento de la compañía; y aprobar las decisiones de negocios e inversión
más importantes, usualmente a proposición de la administración. En otras palabras,
el directorio es el órgano político de la sociedad y su función es de dirección, obser-
vación y seguimiento de la marca de la compañía, para cuyo efecto está dotado de
los amplios poderes de administración antes referidos”43.

41 Juan Esteban PUGA VIAL, La Sociedad Anónima, pág. 352, año 2011.
42 María Fernanda VÁSQUEZ PALMA, Sociedades, Editorial AbeledoPerrot, pág. 612, año 2013.
43 Enrique BARROS BOURIE, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Editorial Jurídica de
Chile, págs. 829 y 830.
270 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Un punto discutible y opinable es la naturaleza de la relación entre el Directorio


y la sociedad anónima, así Juan Esteban Puga Vial, siguiendo al tratadista español
Joaquín Garrigues, sostiene que “la relación de los directores con la sociedad es
contractual”44, aun cuando en nuestra opinión el estatuto o vinculo es de carácter
esencialmente legal en el contexto de nuestra LSA y su reglamento.
En cuanto a sus fuentes normativas, el órgano directorio se encuentra regulado en
el Título IV de la LSA, artículos 31 a 50 bis y en el nuevo Reglamento de la ley en
su Título IV, artículos 70 a 87.
El artículo 31 de la ley reitera el concepto esencial relativo a que la administración
corresponde al órgano societario directorio:
“La administración de la sociedad anónima la ejerce un directorio elegido por la
junta de accionistas.
Los estatutos de las sociedades anónimas deberán establecer un número invariable
de directores. La renovación del directorio será total y se efectuará al ¿nal de su
período, el que no podrá exceder de tres años. Los directores podrán ser reelegidos
inde¿nidamente en sus funciones. A falta de disposición expresa de los estatutos, se
entenderá que el directorio se renovará cada año.
El directorio de las sociedades anónimas cerradas no podrá estar integrado por menos
de tres directores y, el de las sociedades anónimas abiertas, por menos de cinco, y si
en los estatutos nada se dijere, se estará a estos mínimos.
Sin perjuicio de lo anterior, si la sociedad anónima abierta debiere constituir el comité
a que se re¿ere el artículo 50 bis, el mínimo de directores será de siete”.
Los miembros del directorio son electos por la Junta Ordinaria de Accionistas
periódicamente, por lo que esta Junta es un verdadero poder constituyente y órgano
electoral; los directores a su vez, pueden ser o no además accionistas de la sociedad,
pero no son mandatarios de la referida junta de accionistas, como ocurría en el D.F.L.
Nº 251, de 1931, sobre Bolsas y Sociedades Anónimas.
Las potestades y competencias del directorio emanan de la ley y no se otorgan por
la junta de accionistas, conforme señala el artículo 40 de la ley:
“El directorio de una sociedad anónima la representa judicial y extrajudicialmente y
para el cumplimiento del objeto social, lo que no será necesario acreditar a terceros,
está investido de todas las facultades de administración y disposición que la ley o el
estatuto no establezcan como privativas de la junta general de accionistas, sin que sea
necesario otorgarle poder especial alguno, inclusive para aquellos actos o contratos
respecto de los cuales las leyes exijan esta circunstancia. Lo anterior no obsta a la
representación que compete al gerente, conforme a lo dispuesto en el artículo 49 de
la presente ley.

44 Juan Esteban PUGA VIAL, ob. cit., pág. 352.


DERECHO DE SOCIEDADES 271

El directorio podrá delegar parte de sus facultades en los gerentes, subgerentes o


abogados de la sociedad, en un director o en una comisión de directores y, para objetos
especialmente determinados en otras personas”.
El órgano directorio no tiene que acreditar ante terceros la representación y poderes
que le competen, ya que éstos le son otorgados por ley, pero sí se debe exhibir una
copia auténtica de la junta ordinaria de accionistas que los eligió y una copia de la
sesión de directorio en que asumen sus cargos, designan Presidente y Gerente Gene-
ral, ya que lo que se debe acreditar es que existe un directorio válidamente instalado.
Desde este punto de vista, para acreditar a terceros, la existencia del órgano directorio
resulta conveniente reducir a escritura pública, a lo menos de manera parcial, el acta
de la junta de accionistas que eligió a los miembros del directorio y la primera sesión
constitutiva de dicho órgano societario.
El directorio tiene las facultades de administración y disposición que la ley no
ha entregado a la junta de accionistas, siendo las potestades de este órgano Junta
o Asamblea un límite a los poderes del directorio, por lo que este último no puede
invadir, ni abocarse a materias que conforme a la ley son de competencia de las Jun-
tas de Accionistas, so pena de causar una actuación viciada de nulidad, por falta de
competencia legal en razón de materia. Estas potestades del directorio no obstan a la
representación que compete al gerente general de acuerdo al artículo 49 de la ley, en
tanto órgano de colaboración y de ejecución de las políticas que aplique el directorio.
El directorio puede delegar parte de sus facultades en mandatarios cali¿cados según
señala la ley, en abogados, en gerentes o en una Comisión de Directores para objetos
especí¿cos, pero no puede delegar todas sus facultades y poderes lo que se delega son
encargos o gestiones determinadas, pero no es lícita la delegación general de poderes
de administración o la administración en sentido lato; así lo establece el artículo 40
inciso 2º de la ley.
Esta norma destaca el carácter y función monopólica que la ley asigna al directorio
en su poder de administración societaria.
En nuestra Ley de Sociedades Anónimas encontramos tres artículos claves para
comprender las extensión de las potestades del órgano directorio, ya que el legislador
establece una verdadera distribución o repartición de poder y competencias entre las
potestades que corresponden al directorio y las que asigna a las Juntas de Accionistas;
en lo que se re¿ere a los poderes legales del Directorio citamos los artículos 1º, 31 y 40
de la Ley de Sociedades Anónimas. En estos tres artículos se encuentran las potestades
o poderes, y establecen una regla de competencias amplias en cuanto a las potestades
de administración. Este amplio poder que la ley asigna al directorio en cuanto a las
potestades de administración y control de los negocios sociales reconoce como límite
los poderes que la ley asigna al órgano soberano denominado Juntas de Accionistas.
La administración de los negocios sociales tiene y reconoce como límites y controles
objetivos las potestades del órgano societario juntas de accionistas.
Las materias de competencia de las juntas de accionistas están señaladas en los
artículos 56 y 57 de la Ley de Sociedades Anónimas.
272 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Por su parte, el artículo 40 de la ley señala que el directorio representa tanto judicial
como extrajudicialmente a la sociedad para cumplir con el objeto social y que no es
necesario acreditarlo a terceros y se señala que está investido de todas las facultades
de administración y disposición que la ley o el estatuto no establezcan como privativas
de la junta general de accionistas.
El límite entonces del poder amplio de administración del directorio, en lo que se
re¿ere a la administración del objeto social y para cumplir éste, son las materias que
la ley entrega a la junta de accionistas.
A objeto de entender esta asignación de poderes a los órganos societarios, no pode-
mos olvidar que los accionistas son los aportantes del capital social y, eventualmente,
pueden volver a aportar en la medida de que se aumente el capital social, y corresponde
al directorio administrar los negocios sociales y obtener la rentabilidad del capital
aportado. Esta relación entre aportantes de capital y gestores de negocios, puede tener
su explicación en la teoría de la agencia, en el sentido de que los accionistas, que no
pueden administrar los negocios sociales, y “delegan” el poder de administrar a los
gestores “sociales” de los negocios, en quienes se confía en cuanto a su vocación y
habilidades para administrar los negocios. Agregamos que los accionistas que tengan
vocación de control de la sociedad, tendrán que acumular un número relevante de
acciones que les permitan elegir el número de directores “de mayoría”, con lo que se
logra el control de la sociedad.
El Directorio o las Juntas de Accionistas no pueden resolver materias que estén
entregadas a uno o a otro, respectivamente. Se trata de un verdadero sistema de re-
parto de poderes entre ambos organismos societarios, regulados por ley en cuanto a
su integración y competencias.
A los miembros del directorio los elige la junta de accionistas y en la medida que
se represente un mayor número de acciones habrá más poder para elegir miembros
integrantes del directorio, tema en el que aparece el control de la sociedad a cargo
de uno o más accionistas controladores, frente a los llamados accionistas sin poder
o minoritarios.
El control de la propiedad accionaria está entonces en directa relación con la admi-
nistración de la sociedad anónima, ya que se puede a través de este control accionario
elegir o hacer elegir un mayor número de directores; y de contrario, en toda sociedad
anónima habrá un número relevante de accionistas que no tiene poder para elegir
miembros del directorio, por lo que carecerán de poder de inÀuir en las decisiones del
órgano societario. Sin embargo, la función del director es esencialmente transitoria
ya que la ley establece que si nada dice el estatuto, la duración máxima es de un año,
debiendo ser electos anualmente y el plazo máximo de ejercicio de potestades es de
tres años, por cláusula de estatuto social.
Relativo a la administración de las sociedades anónimas abiertas, un reciente estu-
dio de aquellas que integran la canasta e índice “IGPA” (Índice General de Precios de
Acciones), realizado por MV Amrop (fuente El Mercurio 24 de julio de 2005), revela
que la propiedad accionaria de estas sociedades no se encuentra “atomizada” y que
DERECHO DE SOCIEDADES 273

existe un alto número de repetición de directores en estas sociedades, lo que signi¿ca


que la propiedad accionaria de las sociedades anónimas abiertas en Chile, se encuentra
altamente concentrada en grupos económicos –controladores– y que los cargos de
directores están concentrados en un reducido número de personas, que se repiten en
varios directorios de sociedades relevantes. Este hecho, indudablemente, determina
que en general los criterios de administración de sociedades anónimas en Chile sean
a la vez homogéneos y evidencian verdaderas “elites” de grupos de personas que se
dedican a la función de director.
Los miembros del directorio, hemos señalado, son electos por los accionistas
mayoritarios, y una vez electos su relación jurídica lo es con la sociedad anónima
que representan y administran, no teniendo un vínculo de mandato con la junta de
accionistas, toda vez que sus potestades son legales e indelegables, pero pueden ser
revocados por la junta de accionistas en su totalidad, conforme a lo establecido en
el artículo 38 de la LSA. Del mismo modo, el legislador ha establecido como prin-
cipio que la función de los directores sea remunerada, y así el artículo 33 de la ley
señala que los estatutos sociales establecerán si sus funciones son o no remuneradas
y, en caso de serlo, su cuantía debe ser ¿jada anualmente por la junta ordinaria de
accionistas (ver artículo 56 LSA); esta “remuneración” se denomina en la práctica
societaria como “dieta”.
En materia de dietas de los Directores, el nuevo artículo 75 del reglamento de la
LSA, reitera el principio relativo a que esta remuneración debe ser ¿jada ex ante a la
elección de los miembros del órgano de administración por la Junta de Accionistas:
Artículo 75: En los casos en que los estatutos establezcan que los directores serán
remunerados por sus funciones, estas remuneraciones deberán ser ¿jadas en forma
anticipada por la junta ordinaria de accionistas.
Cualquiera otra retribución de monto relevante que se efectúe a los directores por
funciones o empleos distintos del ejercicio de su cargo, deberá ser autorizada o
aprobada, cumpliendo con las formalidades indicadas en los artículos 44 o 147 de
la ley, según corresponda. En el caso de las sociedades anónimas cerradas deberán
cumplirse tales formalidades aun cuando los estatutos autoricen la realización de
operaciones sin sujeción a dicha disposición”.
Resulta destacable que, desde un punto de vista axiomático o axiológico, nuestra
ley de sociedades anónimas establece en su artículo 39, inciso ¿nal que:
“Los directores elegidos por un grupo o clase de accionistas tienen los mismos de-
beres para con la sociedad y los demás accionistas que los directores restantes, no
pudiendo faltar a éstos y a aquélla a pretexto de defender los intereses de quienes
los eligieron”.
Esta disposición legal establece un principio de representación general de los
accionistas y no de los accionistas electores en exclusiva, norma que acredita que en
la relación director, sociedad y accionistas, se aplica la teoría de la agencia.
274 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Volviendo al tema vínculo entre director y sociedad, sostenemos que la utilización


del concepto “remuneración” –en la práctica “dieta”– no implica que la relación entre
el director y la sociedad anónima se trate de un vínculo de subordinación y depen-
dencia, propio del contrato de trabajo laboral, por el contrario, los directores por este
dinero que reciben emiten boleta de honorarios, con lo que se trata de una prestación
de servicios profesionales, sujeto a régimen de retención de impuestos por la sociedad.
Además, las “remuneraciones”, llamadas “dietas”, son establecidas o ¿jadas mediante
acuerdo de la Junta Ordinaria de Accionistas, según lo señalado por el artículo 56
Nº 4 de la ley. Pero no existe obstáculo legal para que un director sea a la vez traba-
jador dependiente de la sociedad anónima.
Esta naturaleza y carácter oneroso y no gratuito de las funciones del director hace
que la función sea de carácter profesional, siendo un óptimo que los directores sean
“profesionales” con especialidad en negocios sociales. Siendo entonces remunerado
las funciones y cargo de director, la sociedad anónima puede exigir el cumplimiento
de sus deberes y estándar de responsabilidad a nivel de culpa leve; así lo establece
expresamente el artículo 41 de la ley que señala:
“Los directores deberán emplear en el ejercicio de sus funciones el cuidado y diligen-
cia que los hombres emplean ordinariamente en sus propios negocios y responderán
solidariamente de los perjuicios causados a la sociedad y a los accionistas por sus
actuaciones dolosas o culpables”.
Relativo al deber de cuidado y diligencia debida, el nuevo artículo 78 del Reglamen-
to de la LSA, es más explícito que la propia ley, ya que establece que los Directores
están obligados a actuar en el ejercicio de sus potestades, en una actitud activa pro
cargo y a favor de la sociedad:
“Artículo 78. El deber de cuidado y diligencia de los directores incluye, pero no está
limitado a, efectuar con el esfuerzo y atención que los hombres emplean ordinaria-
mente en sus propios negocios, las gestiones necesarias y oportunas para seguir de
forma regular y pronunciarse respecto de las cuestiones que plantea la administración
de la sociedad, recabando la información su¿ciente para ello, con la colaboración
o asistencia que consideren conveniente. Salvo que no fuere posible atendido que el
directorio hubiere sesionado de urgencia, cada director deberá ser informado plena
y documentadamente de la marcha de la sociedad por parte del gerente general o el
que haga sus veces.
Dicho derecho a ser informado puede ser ejercido en cualquier tiempo y, en especial,
en forma previa a la sesión de directorio respecto de la información y antecedentes
necesarios para deliberar y adoptar los acuerdos sometidos a su pronunciamiento en
la sesión respectiva. El ejercicio del derecho de ser informado por parte del director
es indelegable.
El deber de cuidado y diligencia de los directores los obliga a participar activamente
en el directorio y comités, en su caso, asistiendo a las sesiones, instando que el di-
rectorio se reúna cuando lo estime pertinente, exigiendo que se incluya en la orden
DERECHO DE SOCIEDADES 275

del día aquellas materias que considere convenientes, de acuerdo con la ley y los
estatutos sociales, y a oponerse a los acuerdos ilegales o que no bene¿cien el interés
de la sociedad de la cual es director”.
Cabe tener presente que con la reforma efectuada por la ley Nº 20.382, de 2009,
a la LSA, corresponde ahora al Directorio y no al gerente general, la existencia
y custodia de los libros y registros sociales. Se establece entonces, para todas las
sociedades anónimas, la obligación de cargo del Directorio de mantener la custodia
de los Libros y Registros Sociales. Se deroga esta obligación respecto del Gerente
General en el artículo 50 de la LSA. En todo caso, esta obligación se puede delegar
por el Directorio mediante acuerdo a otro sujeto, debiendo dejarse constancia en el
acta respectiva.
En efecto, se incorpora en el artículo 7º de la LSA, un nuevo inciso segundo que
señala:
“Es de responsabilidad del directorio la custodia de los libros y registros sociales,
y que éstos sean llevados con la regularidad exigida por la ley y sus normas com-
plementarias. El directorio podrá delegar esta función, de lo que deberá dejarse
constancia en actas”.

18.2. Inhabilidades de los directores


La Ley de Sociedades Anónimas ha establecido causales legales, en virtud de las
cuales una persona no puede ser director ya en general de una sociedad anónima y en
casos especiales para una sociedad anónima abierta y sus ¿liales. Estas causales de
inhabilidad legal pretenden que las personas que sean directores gocen de idoneidad
ética y capacidad de edad o madurez para ejercer estas funciones; y en ciertos casos
especí¿cos apuntan a evitar conÀictos de interés, ya que no resulta legítimo que perso-
nas que ejercen cargos políticos puedan además ejercer como directores de anónimas
abiertas, ya que sus decisiones en sede política podrían inÀuir favorablemente en las
sociedades que integran como directores; se pretende entonces no “mezclar” cargos
políticos con funciones de director de sociedad anónima abierta.
Así en el artículo 35 de la ley se establecen causales de inhabilidad en virtud de
las cuales las personas que se encuentren en las hipótesis respectivas no pueden ser
directores en ninguna clase de sociedad anónima, abierta o cerrada:
Artículo 35: “No podrán ser Directores de una sociedad anónima:
1. Los menores de edad;
2. Las personas afectadas por la revocación a que se re¿ere el artículo 77 de esta
ley;
3. Las personas condenadas por delito que merezca pena aÀictiva o de inhabilitación
perpetua para desempeñar cargos u o¿cios públicos, y los fallidos o los administra-
dores o representantes legales de personas fallidos condenadas por delitos de quiebra
culpable o fraudulenta y demás establecidos en los artículos 203 y 204 de la ley de
quiebras;
276 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

4. Los funcionarios ¿scales, semi¿scales, de empresas u organismos del estado y de


empresas de administración autónoma en las que el Estado efectúe aportes o tenga
representantes en su administración, en relación a las entidades sobre las cuales dichos
funcionarios ejercen, directamente y de acuerdo con la ley, funciones de ¿scalización
o control”.
En el caso del número 1, menores de edad, re¿ere a menores de dieciocho años,
caso en el cual el legislador supone una carencia de madurez su¿ciente para admi-
nistrar negocios propios y ajenos; en el caso del número 2 se re¿ere a las personas
que siendo Directores de una sociedad hayan sido objeto de rechazo en la Memoria y
estados ¿nancieros presentados a la junta de accionistas y este órgano societario los
haya rechazado por segunda vez; en el caso del número 3 se fundamenta en inhabilidad
que afecta a personas que han sido condenadas por delito con pena aÀictiva (tres años
y un día) o de inhabilidad para ejercer cargos públicos, administradores de personas
declaradas en quiebra y condenadas como cómplices o autores de quiebra culpable o
fraudulenta; y el número 4 se re¿ere a funcionarios y empleados públicos.
Existen también inhabilidades respecto de las cuales ciertas personas en razón
de su cargo político o de función de control y ¿scalización, no pueden ser directores
de sociedades anónimas abiertas ni de sus ¿liales, pero sí pueden ser directores en
sociedades anónimas cerradas. Estas inhabilidades están establecidas en el artículo
36 de la ley, recientemente modi¿cado por la ley Nº 20.382, de 2009:
Artículo 36. “Además de los casos mencionados en el artículo anterior, no podrán
ser directores de una sociedad anónima abierta o de sus ¿liales:
1. Los senadores y diputados y alcaldes;
2. Los ministros de Estado, subsecretarios, intendentes, gobernadores, secretarios re-
gionales ministeriales y embajadores, jefes de servicio y el directivo superior inmediato
que deba subrogar a cada uno de ellos, con excepción de los cargos de director de las
sociedades anónimas abiertas en las que el Estado, según la ley, deba tener represen-
tantes en su administración, o sea accionista mayoritario. Directa o indirectamente a
través de organismos de administración autónoma, empresas ¿scales, semi¿scales, de
administración autónoma, o aquellas en que el Estado sea accionista mayoritario;
3. Los funcionarios de las Superintendencias que supervisen a la sociedad respectiva
o a una o más de las sociedades del grupo empresarial a que pertenecen, y
4. Los corredores de bolsa y los agentes de valores, así como sus directores, gerentes,
ejecutivos principales y admnistradores. Esta restricción no se aplicará en las Bolsas
de valores”.
El proyecto de ley que se tramitó ante el Congreso Nacional en el año 2005, contenía
la siguiente norma de reemplazo al citado artículo 36 de la LSA, con una redacción
más amplia que la aprobada ¿nalmente:
“Reemplázase el artículo 36, por el siguiente:
“Artículo 36. Además de los casos mencionados en el artículo anterior, no podrán
ser directores de una sociedad anónima abierta o de sus ¿liales:
DERECHO DE SOCIEDADES 277

1. Los senadores, diputados y alcaldes;


2. Los ministros de Estado, subsecretarios, intendentes, gobernadores, secretarios
regionales ministeriales, y embajadores;
3. Los jefes de servicio y el directivo superior inmediato que deba subrogar a cada uno
de ellos, con excepción de los cargos de director de las sociedades anónimas abiertas
en las que el Estado, según la ley, deba tener representantes en su administración, o
sea accionista mayoritario, directa o indirectamente a través de organismos de ad-
ministración autónoma, empresas ¿scales, semi¿scales, de administración autónoma,
o aquellas en que el Estado sea accionista mayoritario;
4. Los funcionarios de la Superintendencia de Valores y Seguros, y
5. Los corredores de bolsa y los agentes de valores, salvo en las bolsas de valores”.

18.3. Regla de responsabilidad de los miembros del directorio


Hemos señalado que por regla general los miembros del directorio son remunerados
en sus funciones, y que la ley impone la obligación mínima de funcionamiento una
vez al mes, así lo establece el artículo 38 del reglamento que dispone:
“En las sociedades anónimas abiertas el directorio celebrará sesiones ordinarias, a
lo menos una vez al mes, y en las sociedades anónimas cerradas se estará a lo que
determine el estatuto social y en su silencio, a lo dispuesto precedentemente”.
De este modo el legislador fuerza u obliga a que el directorio sesione a lo menos
una vez al mes en sesiones ordinarias y en sesiones extraordinarias cuando las cite
especialmente el Presidente, por sí, o a indicación de uno o más directores, previa
cali¿cación que haga el Presidente de la necesidad de la misma. En consecuencia, la
gestión de los directores ha de ser remunerada y correlativamente la ley impone a los
directores el estándar de ejercicio de sus funciones y obligaciones conforme al patrón
de responsabilidad de culpa leve; esto es, deben aplicar un nivel de aplicación equi-
valente al cuidado ordinario que las personas emplean en sus negocios importantes;
así lo establece el artículo 41 de la LSA:
“Los directores deberán emplear en el ejercicio de sus funciones el cuidado y diligen-
cia que los hombres emplean ordinariamente en sus propios negocios y responderán
solidariamente de los perjuicios causados a la sociedad y a los accionistas por sus
actuaciones dolosas o culpables.
Es nula toda estipulación del estatuto social y todo acuerdo de la junta de accionistas
que tienda a liberar o a limitar la responsabilidad de los directores a que se re¿ere
el inciso anterior.
La aprobación otorgada por la junta general de accionistas a la memoria y balance
presentados por el directorio o a cualquier otra cuenta o información general, no libera
a los directores de la responsabilidad que les corresponda por actos o negocios deter-
minados; ni la aprobación especí¿ca de éstos los exonera de aquella responsabilidad,
cuando se hubieren celebrado o ejecutado con culpa leve, grave o dolo”.
278 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La norma legal citada establece responsabilidad individual, con patrón de culpa


leve y responsabilidad colectiva, con patrón de responsabilidad solidaria si a causa
de actos u omisiones causan perjuicios a los accionistas y a la sociedad.
Como señala el tratadista nacional Enrique Barros Bourie, en su obra “Tratado de
Responsabilidad Extracontractual”, “La Ley sujeta a los directores al estándar ge-
neral de conducta del empresario prudente y diligente en la atención de sus propios
asuntos (art. 41). Esta norma se limita a establecer para los directores un estándar
general de cuidado, que los hace responsables de culpa leve”45.
En cuanto a la responsabilidad legal solidaria que afecta a los Directores, el artículo
48, inciso 4º, señala que:
“El Director que quiera salvar su responsabilidad por algún acto o acuerdo del Di-
rectorio, deberá hacer constar en el acta su oposición, debiendo darse cuenta de ello
en la próxima junta ordinaria de accionistas por el que presida”.
El artículo 133 de la Ley de Sociedades Anónimas establece la regla general de
responsabilidad en materia de sociedades anónimas y señala:
“La persona que infrinja esta ley, su reglamento o, en su caso, los estatutos sociales
o las normas que imparta la Superintendencia ocasionando perjuicio a otro, está
obligada a la indemnización de perjuicios. Lo anterior es sin perjuicio de las demás
sanciones civiles, penales y administrativas que correspondan.
Por las personas jurídicas responderán además civil, administrativa y penalmente,
sus administradores o representantes legales, a menos que constare su falta de par-
ticipación o su oposición al hecho constitutivo de infracción.
Los directores, gerentes y liquidadores que resulten responsables en conformidad a los
incisos anteriores, lo serán solidariamente entre sí y con la sociedad que administren,
de todas las indemnizaciones y demás sanciones civiles o pecuniarias derivadas de
la aplicación de las normas a que se re¿ere esta disposición”.
Respecto a la obligación o deber que se aplica a los Directores de la sociedad
anónima, el tratadista nacional Enrique Barros Bourie, en lo que re¿ere al artículo
133 de la LSA, en su obra “Tratado de Responsabilidad Extracontractual”, señala
que: “…los directores tienen el deber de cumplir las normas legales, estatutarias
y administrativas que se re¿eren a su gestión, de modo que su infracción da lugar
a responsabilidad (artículo 133), de acuerdo con las reglas generales sobre culpa
infraccional, que da lugar a responsabilidad bajo la condición general de que el
daño sufrido por la sociedad, por accionistas o terceros sea atribuible precisamente
a ese incumplimiento” y agrega: “En general, su deber de cuidado es participar en
el gobierno y dirección superior de la sociedad mediante su participación personal
e indelegable en la actuación en la sala del directorio, sin someterse al arbitrio de
un tercero y en el solo interés de la sociedad”46.

45 Enrique BARROS BOURIE, ob. cit. Editorial Jurídica de Chile, pág. 832.
46 Enrique BARROS BOURIE, ob. cit., pág. 833.
DERECHO DE SOCIEDADES 279

Por lo señalado si los directores incurren en conductas de trasgresión u omisión


a normas legales, estatutarias y administrativas que regulan a la sociedad anónima,
y de ello se causa perjuicio al patrimonio social, surge la obligación de indemnizar
los perjuicios irrogados.
Además del artículo 133, la ley Nº 19.705, del año 2000, incorporó otra regla de
responsabilidad, con protección al patrimonio de la sociedad anónima, conforme a
la cual la persona que causa daño a dicho patrimonio debe indemnizar los perjuicios
causados, siendo los sujetos activos de dicho daño los directores, el directorio en
cuanto órgano colegiado y el o los gerentes y mandatarios de la sociedad, los sujetos
activos que pueden accionar son accionistas que sean titulares o representen a lo me-
nos el 5% de las acciones emitidas de la sociedad o bien uno o más directores, y en
el evento de que obtengan indemnización de perjuicios ésta pertenece a la sociedad
anónima. Esta regla contempla entonces una acción procesal de “clase” o grupo, en
este caso de accionistas.
La disposición legal se contiene en el artículo 133 Bis de la LSA, con la reforma
incorporada por la ley Nº 20.382, de 2009, señala lo que sigue.
“Toda pérdida irrogada al patrimonio de la sociedad como consecuencia de una
infracción a esta ley, su reglamento, los estatutos sociales, las normas dictadas por
el Directorio en conformidad a la ley o las normas que imparta la Superintendencia,
dará derecho a un accionista o grupo de accionistas que representen, a lo menos,
un 5% de las acciones emitidas por la sociedad o a cualquiera de los directores de
la sociedad, a demandar la indemnización de perjuicios a quien correspondiere, en
nombre y bene¿cio de la sociedad.
Las costas a que hubiere lugar serán pagadas a los demandantes y no podrán, de forma
alguna, bene¿ciar a la sociedad. Por su parte, si los accionistas o el director deman-
dantes fueren condenados en costas, serán exclusivamente responsables de éstas.
Las acciones contempladas en este artículo, son compatibles con las demás estable-
cidas en la presente ley”.

18.4. Prohibiciones que afectan a los directores y gerentes


Los directores, gerentes y ejecutivos principales de la sociedad anónima, y el ór-
gano societario de administración directorio en particular, están investidos de poderes
y competencias legales, con el objeto de desarrollar en bene¿cio de los accionistas
el objeto o giro de negocios sociales. Se señala tradicionalmente que los accionistas
esperan de su directorio una buena gestión empresarial, que se reÀeje en que al término
del ejercicio existan utilidades y, por lo tanto, dividendos para repartir a los accionis-
tas; en este sentido, se sostiene que los accionistas “esperan dividendos”, con lo que
su capital ha producido renta y no “esperan” que existan pérdidas en el ejercicio, de
tal suerte que “aplaudirán” a los miembros del directorio en la medida que existan
utilidades y que se pueda materializar la “política de dividendos”, que se propuso el
órgano de administración. Asimismo, en un sentido utilitario y metafórico, se sostiene
que el Directorio está para dar mayor valor a la compañía.
280 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El legislador entrega los poderes de administración al directorio y correlativamente


poder a los directores, quienes obrando como “buenos padres de familia” deben aplicar
estos poderes en bene¿cio de la sociedad toda y de todos los accionistas, con prescin-
dencia del accionista que los haya elegido o instalado en el cargo. Se sostiene que éste
es un caso típico de “Teoría de Agencia”, en que el o los agentes –los directores– deben
actuar en bene¿cio de su principal o mandante que serían los accionistas.
Por lo mismo, la ley establece una serie de conductas prohibidas a los directores,
en cuanto no pueden usar de su poder para bene¿cio propio o de terceros relacionados,
con lo que se espera y exige una conducta de agencia o comercial leal en pro de un
bien común colectivo.
Estas reÀexiones permiten explicar las prohibiciones que establece el artículo 42
de la ley, y los bienes jurídicos protegidos y que pasamos a detallar, con las reformas
incorporadas a dicha disposición por la ley Nº 20.382, de 2009:
Artículo 42: “Los directores no podrán:
1. Proponer modi¿caciones de estatutos y acordar emisiones de valores mobiliarios o
adoptar políticas o decisiones que no tengan por ¿n el interés social, sino sus propios
intereses o los de terceros relacionados;
2. Impedir u obstaculizar las investigaciones destinadas a establecer su propia
responsabilidad o la de los gerentes, administradores o ejecutivos principales en la
gestión de la empresa;
3. Inducir a los gerentes, administradores, ejecutivos principales y dependientes, o a
los inspectores de cuenta o auditores externos y a las clasi¿cadoras de riesgo, a rendir
cuentas irregulares, presentar informaciones falsas y ocultar información;
4. Presentar a los accionistas cuentas irregulares, informaciones falsas y ocultarles
informaciones esenciales;
5. Tomar en préstamo dinero o bienes de la sociedad o usar en provecho propio, de
sus parientes, representados o sociedades a que se re¿ere el inciso segundo del ar-
tículo 44, los bienes, servicios o créditos de la sociedad, sin previa autorización del
directorio otorgada en conformidad a la ley;
6. Usar en bene¿cio propio o de terceros relacionados, con perjuicio para la sociedad,
las oportunidades comerciales de que tuvieren conocimiento en razón de su cargo, y
7. En general, practicar actos ilegales o contrarios a los estatutos o al interés social o
usar de su cargo para obtener ventajas indebidas para sí o para terceros relacionados
en perjuicio del interés social.
Los bene¿cios percibidos por los infractores a lo dispuesto en los tres últimos números
de este artículo pertenecerán a la sociedad, la que, además, deberá ser indemnizada
por cualquier otro perjuicio.
Lo anterior, no obsta a las sanciones que la Superintendencia pueda aplicar en el
caso de sociedades sometidas a su control”.
La disposición transcrita toma partido en forma clara por los legítimos intereses de
los accionistas y los de la sociedad, por sobre los intereses particulares de directores
y gerentes o personas relacionadas a ellas; por ello que la función de director debe
apuntar a los intereses generales de la sociedad y debe de inhibirse de actuar en interés
DERECHO DE SOCIEDADES 281

propio o de persona relacionada con él. Además esta norma se relaciona en caso de
incurrirse en las conductas descritas con los artículos que establecen la responsabilidad
de los directores, contenidos en los artículos números 133 y 133 bis de la ley.
En nuevo artículado del Reglamento de la LSA, de 2012, además de explicitar con
mayor claridad y vigor la obligación o deber de cuidado y diligencia de los Directores,
en su artículo 78, y lo mismo da mayor fuerza a la obligación de actuar en pro de los
intereses generales de la sociedad, inhibiendo sus propios intereses, lo que releva el
nuevo artículo 79 que señala:
“Artículo 79. El director debe también, entre otras conductas, abstenerse de proponer,
acordar o realizar actos o contratos, o tomar decisiones que no tengan por ¿n el interés
social. Asimismo, debe evitar que eventuales conÀictos de intereses perjudiquen a la
sociedad, comunicando oportunamente la existencia de tales para su debido trata-
miento conforme a la ley y, en caso de tener un conÀicto, debe abstenerse de votar en
los casos que señala la ley, sin perjuicio de poder ejercer su derecho a voz.
El director que quiera salvar su responsabilidad por algún acto o acuerdo del direc-
torio, deberá hacer constar en el acta su oposición, aún en aquellos casos en que
la Ley lo obliga a abstenerse, debiendo darse cuenta de ello en la próxima junta de
accionistas que tenga lugar.”.
En un claro resguardo a los intereses de los accionistas de la sociedad, con el objeto
de velar por el correcto funcionamiento y resguardo de éstos, la ley contempla causa-
les de presunción de responsabilidad de los directores, estableciendo responsabilidad
solidaria de éstos, en el evento de que ocurra alguna de las hipótesis establecidas en
el artículo 45 de la ley que dispone:
“Se presume la culpabilidad de los directores respondiendo, en consecuencia, soli-
dariamente de los perjuicios causados a la sociedad, accionistas o terceros, en los
siguientes casos:
1. Si la sociedad no llevare sus libros o registros;
2. Si se repartieren dividendos provisorios habiendo pérdidas acumuladas, respecto
de los directores que concurrieron al acuerdo respectivo;
3. Si la sociedad ocultare sus bienes, reconociere deudas supuestas o simulare ena-
jenaciones.
Se presume igualmente la culpabilidad del o de los directores que se bene¿cien en
forma indebida, directamente o a través de otra persona natural o jurídica de un
negocio social que, a su vez, irrogue perjuicio a la sociedad”.
Que respecto a las normas citadas anteriormente, que establecen las obligaciones
de los directores de las sociedades anónimas, especialmente a la disposición conte-
nida en el artículo 42, números 6 y 7, que obligan a una actuación en bene¿cio de la
sociedad anónima y de todos sus accionistas, sancionando la deslealtad del Director,
establecen:
“Los Directores no podrán: 6) Usar en bene¿cio propio o de terceros relacionados,
las oportunidades comerciales de que tuvieren conocimiento en razón de su cargo, y
282 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

7) En general, practicar actos ilegales o contrarios a los estatutos o al interés social


o usar de su cargo para obtener ventajas indebidas para sí o para terceros relacio-
nados en perjuicio del interés social. Los bene¿cios percibidos por los infractores a
lo dispuesto en los tres últimos números de este artículo pertenecerán a la sociedad,
la que, además, deberá ser indemnizada por cualquier otro perjuicio”;
La Corte Suprema de Justicia, en sentencia de casación de forma y fondo, de fecha
7 de julio de 2005, en ingreso Nº 4261-04, caratulada Mackenna y otros con Super-
intendencia de Valores y Seguros, con¿rmó la sentencia de segunda instancia de la
I. Corte de Apelaciones, de fecha 8 de julio de 2004, que sancionó a los ejecutivos
“clave” (Yuraszeck, Zylberberg, Molina, Brito, Mackenna, Gardella, quienes facili-
taron la toma de control de Enersis S.A. por el Grupo Endesa España, el año 1997,
quienes fueron condenados a pagar sendas multas económicas a favor del Fisco de
Chile (ascendentes en total a US$ 150.000.000 de los Estados Unidos de Norteamé-
rica)), y se declaró en su considerando 48º lo que se pasa a transcribir:
“Que las conductas de los reclamantes, debidamente precisadas y sancionadas en las
resoluciones sancionatorias consisten en síntesis, en la infracción de los siguientes
preceptos legales:
a) el inciso 3º del artículo 39 de la LSA, en cuanto comprometieron el ejercido de sus
respectivos cargos ejecutivos y o directivos en el grupo de empresas del conglome-
rado de Enersis al servicio y en interés de sólo uno de los accionistas de esta última,
como lo era Endesa España, como contraprestación al pago de parte del precio de
las acciones serie B de las Chispas que vendieron EE; y en cuanto comprometieron el
ejercicio de sus cargos al obligarse anticipadamente a obrar de un modo previamente
acordado con EE en retribución del pago del precio de las acciones serie B de las
Chispas, como lo era –entre otras materias a que se re¿ere el contrato de gestión–, la
designación de directores y ejecutivos en el Grupo Enersis, la adopción de acuerdos
en materias relativas a políticas de inversión, reparto de dividendos, y otras de igual
relevancia precisadas en el Contrato de Gestión y de promesa de compraventa del
49% de las acciones serie B de las Chispas;
b) del número 6 del artículo 42 de la LDSA, en cuanto utilizaron sus cargos directivos
y o ejecutivos en bene¿cio propio y de terceros relacionados, ya que fueron preci-
samente los cargos que detentaban los que les permitieron conocer el interés de EE
de adquirir el control de Enersis, a la que luego se le trans¿rió dicho control, por la
vía de vender sus propias acciones en las sociedades Chispas, incorporándose –sub-
terfugiamente– el precio de venta de las acciones serie B una clara retribución por
las prestaciones, compromisos de colaboración y lealtad con el adquirente Endesa
España, incurriendo en las demás infracciones anotadas;
c) de los números 1, 3 y 4 del artículo 42 de la LSA, en cuanto en sus respectivas cali-
dades ejecutivas y o de directores del grupo de empresas del conglomerado Enersis y
de alguna de las sociedades Chispas, ocultaron información a los restantes directores
y accionistas de las citadas compañías, al no informar en ninguno de los directorios
de las Chispas ni de Enersis ni ¿liales el interés de Endesa España de ingresar a la
DERECHO DE SOCIEDADES 283

propiedad de aquélla ni sus intenciones de venderle las acciones de las que eran
titulares, asumiendo los compromisos para con un único accionista, Endesa España;
en cuanto ocultaron bajo cláusula de con¿dencialidad los acuerdos alcanzados con
EE para ejercer el poder de administración –que en parte importante detentaban por
la con¿anza que todos los accionistas del Grupo Enersis les habían conferido– sólo
en bene¿cio e interés del nuevo accionista mayoritario, EE; en cuanto estipularon,
expresamente, que si EE obtuviera ahorros efectivos en los pagos realizados por las
compras efectuadas en las ofertas públicas de compras de acciones serie A, referidas
en el contrato de compraventa, respecto de los importes que se derivan de los precios
ponderados y estructura de propiedad de las acciones descritas en anexo al contra-
to, el contravalor en moneda nacional chilena de los primeros US$ 1.600.000.000
ahorrados, se pagarían los gestores clave, entre los que se cuentan los reclamantes;
en cuanto estipularon que los precios aplazados se acelerarán si EE decidiera cesar
sin justa causa todos o alguno de los gestores clave o a algún director de Enersis y
Endesa Chile, designados de común acuerdo (Nº 3 de fojas 610, contrato de promesa
del 49% de las acciones serie B de las sociedades Chispas); en cuanto se compro-
meten y aseguran la permanencia de un conjunto de ejecutivos en el Grupo Enersis
(Nº 4 de fojas 610, contrato de gestión); y en cuanto se aseguran uno y, eventualmente,
contratos que dieron origen a la operación; y en cuanto suscribieron los contratos de
gestión y de promesa de compraventa del 49% de las acciones serie B de las Chispas,
mediante los cuales comprometieron y acordaron con EE de un modo anticipado sus
decisiones como directores y ejecutivos del grupo Enersis;
d) del número 7 del artículo 42 de la LSA, en cuanto antepusieron sus intereses como
futuros accionistas y ejecutivos remunerados por Endesa España, como parte del
precio de venta de sus acciones serie B de las Chispas, a sus obligaciones y deberes
como ejecutivos y o directores del conglomerado de empresas del grupo Enersis, al
asumir obligaciones por estas compañías sin autorización ni consulta previa con sus
directores, entre otros, en el contrato de gestión, y
e) del artículo 44 de la LSA, sólo en el caso del señor Yuraszeck, quien en su especial
calidad de gerente general de Enersis, al no excusarse realizar el encargo de nego-
ciar y suscribir en representación de ésta el acuerdo de Alianza estratégica, toda vez
que a esa fecha negociaba la venta de sus propias acciones serie B de las Chispas y
la suscripción de otros contratos en que tenía personal interés. Tampoco informó de
tales negociaciones al mencionado Directorio”.
Por las consideraciones de derecho señaladas anteriormente, la Iltma. Corte de
Apelaciones de Santiago con¿rmó las Resoluciones Exentas Nºs. 351, 352 y 353 de
21 de noviembre de 1997 y 371, 372 y 373 de 17 de diciembre de 1997 de la SVS;
dicha sentencia fue con¿rmada por la Excma. Corte Suprema, mediante sentencia
de casación de forma y fondo, de fecha 7 de julio de 2005, redactada por la ministro
señorita María Antonia Morales Villagrán.
A virtud de la sentencia de la Excma. Corte Suprema, los citados ejecutivos o
gestores clave fueron condenados a pagar una indemnización a bene¿cio ¿scal as-
cendente en su equivalente en pesos a US$ 150.000.000 (de EE.UU.), conforme a lo
284 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

establecido en el D.L. Nº 3.538, de 1980, que crea y regula la Superintendencia de


Valores y Seguros, siendo ésta la multa más cuantiosa que se ha impuesto en nuestra
historia económica, en estas materias mediante resolución del órgano ¿scalizador.
El artículo 45 citado establece cuatro hipótesis en las que se presume la culpabilidad
de los directores de la sociedad anónima, debiendo responder solidariamente de los
perjuicios causados a la sociedad, accionistas y terceros:
Primer caso: Si la sociedad no llevare sus libros o registros, lo que re¿ere a la
obligación de llevar libros de contabilidad, libro de Registro de Accionistas, libro de
sesiones de Directorio, libro de Juntas de Accionistas y libro de los Ejecutivos Prin-
cipales de la sociedad (artículos 135 de la ley y 106 del Reglamento).
Segundo caso: Si se repartieron dividendos provisorios habiendo pérdidas acu-
muladas, lo que implica la adopción de un acuerdo previo del directorio. En efecto,
el artículo 78 de la ley obliga a repartir dividendos a los accionistas sólo si existen
utilidades líquidas en el ejercicio y siempre que se hayan absorbido las eventuales
pérdidas acumuladas de ejercicios anteriores.
Tercer caso: Si la sociedad oculta bienes, reconociere deudas supuestas o simulare
enajenaciones, lo que supone acuerdo de directorio en este sentido de materias y la
ejecución de actos jurídicos falsos, con la ¿nalidad de defraudar a la sociedad, a los
accionistas y a terceros, casos en que, además, se puede incurrir en responsabilidad
penal, por delitos de estafa o defraudación penal.
El cuarto caso se re¿ere a hipótesis en que el o los directores se aprovechan de
su cargo para obtener un negocio que lo era para la sociedad, causando perjuicio
patrimonial a ésta, ¿gura que cae de lleno en la competencia desleal y falta de ética
en los negocios.

18.5. Obligación de reserva y con¿dencialidad de los directores


El artículo 43 de la LSA establece la obligación de reserva de los negocios
sociales que conocen los directores a causa de sus cargos y que no haya sido o¿-
cialmente divulgada por la compañía. El fundamento de esta obligación de reserva
de los negocios sociales lo encontramos en que toda sociedad maneja información
con¿dencial de sus propios negocios, que suelen constituir estrategias de negocios;
pero esta obligación de reserva no rige cuando la reserva “lesione el interés social” “o
se re¿era a hechos u omisiones constitutivas de infracción de los estatutos sociales,
de la legislación aplicable a las sociedades anónimas, o de sus normas complemen-
tarias”.
Por su parte el artículo 10 de la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045 establece
como principio general la obligación de informar a la Superintendencia y al público
en general respecto a su situación económica y ¿nanciera y, en general, respecto de
los llamados hechos esenciales que pueden ocurrirle; pero la disposición citada esta-
blece que “con la aprobación de las tres cuartas partes de los directores en ejercicio
DERECHO DE SOCIEDADES 285

podrá darse el carácter de reservado a ciertos hechos o antecedentes que se re¿eran a


negociaciones aún pendientes, que, al conocerse, puedan perjudicar el interés social”;
y en el caso de usar esta facultad “dolosa o culpablemente, responderán en la forma
y términos establecidos en el artículo 55 de la Ley de Mercado de Valores, que esta-
blece obligación de indemnizar si se causan perjuicios, pudiendo aplicarse, además,
sanciones administrativas o penales según corresponda.
Esta obligación de reserva que deben cumplir los directores de la sociedad, res-
pecto de los negocios sociales no divulgada o¿cialmente por la compañía, puede
entrar en colisión con el derecho a la información que son titulares los accionistas
de la sociedad y así, el artículo 46 de la ley establece la obligación al directorio de
informar a los accionistas respecto “de la situación legal, económica y ¿nanciera de la
sociedad”; principio que genera obligación solidaria de indemnización de perjuicios
a los infractores.
Referido a la obligación de reserva y con¿dencialidad de los Directores, el nuevo
artículo 80 del Reglamento de la LSA, re¿ere al mismo, con una excepción poco feliz
en su redacción y ¿nalidad en su inciso segundo que habilita a comunicar información
con¿dencial si el destinatario también tiene a la vez obligación de con¿dencialidad
legal o contractual con el Director, y que señala:
“Artículo 80. El director deberá guardar reserva respecto de los negocios de la so-
ciedad y de la información social a que tenga acceso en razón de su cargo y que no
haya sido divulgada o¿cialmente por la sociedad.
No obstante lo anterior, y solamente para una correcta interpretación y análisis de la
información recibida y dar cabal cumplimiento a su deber de diligencia, el director
podrá entregar dicha información a terceros, siempre y cuando éstos tengan a su vez
una obligación de con¿dencialidad legal o contractual para con el director.”.

18.6. Negocios celebrados entre director y la sociedad anónima


Los negocios que un director de sociedad anónima pretenda celebrar con la socie-
dad anónima que integra como tal, son los llamados negocios relacionados, también
llamados negocios con parte o persona relacionada o negocios en que tiene interés
un director de la sociedad anónima, los que deben ser acordados y celebrados con
estricto apego al artículo 44 de la Ley de Sociedades Anónimas.
Estos negocios con parte o persona relacionada al directorio de la sociedad anó-
nima, regulados en el actual artículo 44 a partir de la reforma del año 2009 a la LSA,
sólo se aplica a sociedad anónima cerrada según se desarrolla más adelante, tienen
una buena cercanía con el “autocontrato” o “contrato consigo mismo”, de¿nido de
manera muy acertada por el Profesor Jorge López Santa María, como “el acto jurídico
que una persona celebra consigo misma, sin que sea menester la concurrencia de
otra, y en la cual ella actúa, a la vez, ya sea como parte directa y como representante
de la otra parte; ya sea como representante de ambas partes; ya sea como titular de
dos patrimonios (o de dos fracciones del mismo patrimonio) sometidos a regímenes
286 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

jurídicos diferentes”47; de la de¿nición citada sólo falta el elemento relativo a que la


persona actúe por sí sola, acá en el negocio relacionado con la sociedad anónima, el
o los directores con interés directo en el negocio a celebrar con la sociedad anónima
requieren el acuerdo del órgano colegiado que acuerde la celebración del citado con-
trato; esto es, no depende de la sola voluntad del director con interés en el negocio.
El fundamento de establecer un sistema de control a estos negocios relacionados, o
también negocios con parte relacionada, se justi¿ca toda vez que existe una posición
privilegiada de parte del director que pretende celebrar un acto jurídico oneroso con
la sociedad anónima, esencialmente por el acceso a la información que pertenece a
la esfera societaria, en muchos casos de carácter estratégica. En este sentido, el o los
directores se encuentran en una posición privilegiada, en comparación con cualquier
persona que no tenga esta calidad; y, asimismo, existe la tentación de bene¿ciar a la
parte relacionada con la anónima, en perjuicio del patrimonio de esta última.
Además, el hecho de que se pueda celebrar un negocio jurídico entre el director
y la sociedad anónima a que pertenece, suscita ante la falta de un control previo y a
posteriori, el obtener ventajas indebidas o no legítimas, debemos pensar que entre los
directores de la sociedad anónima se forman lazos de con¿anza mutua, de tal suerte que
la materialización de negocios entre el director y la sociedad anónima, administrada
por el directorio, pone el tema en una situación delicada, que evidencia un conÀicto
de interés, ya que el director que pretende celebrar el contrato también es parte del
órgano colectivo de administración de la sociedad anónima, e indudablemente ese
director involucrado en el contrato va a tener una tendencia a mejorar su propia si-
tuación, con detrimento a la posición económica de la sociedad.
Tal relevancia tiene esta materia, que se ha sostenido que en la regulación del
artículo 44 de la Ley de Sociedades Anónimas que establece el procedimiento a apli-
car en este caso, existe o hay una cierta similitud con la ¿gura del “autocontrato” o
contrato consigo mismo, con la consiguiente discusión acerca de cómo se forma el
consentimiento en esta discutida ¿gura contractual.
En nuestra legislación de sociedades anónimas, la regulación del caso del contrato
relacionado ha tenido una larga evolución que ha ido, felizmente, de menos a más,
en cuanto a perfeccionar el control del caso difícil. En efecto, el primer antecedente
legislativo que encontramos respecto del citado artículo 44 de la LSA lo tuvimos en
el artículo 104 del D.F.L. Nº 251, de 1931, luego esta disposición se incorporó a la
LSA de 1981, en una versión “relativamente simple” o ligera; y posteriormente, en la
reforma de la ley Nº 19.705, de 2000, se introducen importantes reformas “de mayor
control a la ¿gura analizada”, con intervención del Comité de Directores o de Auditoría
que regula para la gran sociedad anónima abierta el artículo 50 bis.
Por último, en la reforma del año 2009, a virtud de la ley Nº 20.382, se reemplaza
enteramente el artículo 44 de la LSA, por el texto actualmente vigente, el que se reserva

47 Jorge LÓPEZ SANTA MARÍA, ob. cit. pág. 220.


DERECHO DE SOCIEDADES 287

sólo a la sociedad anónima cerrada, y se destina un nuevo Título XVI en la LSA para
la anónima abierta, denominado “DE LAS OPERACIONES CON PARTES RELACIONADAS EN LAS
SOCIEDADES ANÓNIMAS ABIERTAS Y SUS FILIALES”, en artículos 146 a 149.
Seguidamente, analizaremos la evolución que ha experimentado –en el tiempo– la
regulación al negocio relacionado en nuestro sistema de sociedades anónimas, desta-
cando su regulación más relevante.
(1). El artículo 44 de la LSA encuentra su primer antecedente en el artículo 104
de la anterior Ley de Sociedades Anónimas, contenida en el D.F.L. Nº 251, sobre
Compañías de Seguros, de 1931, que señalaba:
“Los Directores que tuvieren interés, por sí o como representantes de otra persona, en
una operación determinada, deberán comunicarlo a los demás Directores y abstenerse
de toda deliberación sobre dicha operación.
Los acuerdos respectivos se tomarán con prescindencia del Director o Directores
implicados y serán dados a conocer en la Primera Junta Ordinaria de Accionistas.
No se entenderá que actúan como representantes de otra persona los Directores de
las sociedades ¿liales designados por la matriz, ni aquellos que representan al Estado
o a los organismos o empresas a que se re¿ere la letra d) del artículo 95.
Se presume de derecho que hay interés de un Director en toda negociación, acto,
contrato u operación en la que debe intervenir el mismo, su cónyuge o sus parientes
hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad, o las empresas en las cuales
sea director o dueño de un 10% o más de su capital”.
Este artículo fue incorporado por reforma del año 1970 al D.F.L. Nº 251, de 1931.
Lo que permite a¿rmar que por un largo período el tema de negocios relacionados,
careció de regulación legal.
Este artículo 104 pasó con algunas reformas a denominarse 44 en la ley Nº 18.046,
de 1981, y si lo comparamos con el actual artículo 44, luego de la reforma incorporada
por la ley Nº 19.705, de 2000, podemos observar cómo de una tímida y breve redac-
ción hoy es un artículo de notable extensión y con amplio control a priori al llamado
negocio relacionado o en que un director tiene interés.
(2). Versión del artículo 44 de la LSA, en la primitiva versión 1981, antes de la refor-
ma de la ley Nº 19.705, de 2000, que se aplicó a la anónima abierta y a la cerrada:
“Artículo 44: Una sociedad anónima sólo podrá celebrar actos o contratos en los
que uno o más directores tengan interés por sí o como representantes de otra per-
sona, cuando dichas operaciones sean conocidas y aprobadas por el directorio y se
ajusten a condiciones de equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el
mercado. Los acuerdos que al respecto adopte el directorio serán dados a conocer
en la próxima junta de accionistas por el que la presida, debiendo hacerse mención
de esta materia en su citación.
Se presume de derecho que existe interés de un director en toda negociación, acto,
contrato u operación en la que deba intervenir él mismo, su cónyuge o sus parientes
hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad, o las sociedades o empresas
288 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

en las cuales sea director o dueño directo o a través de otras personas naturales o
jurídicas de un 10% o más de su capital.
No se entenderá que actúan como representantes de otra persona, los directores de las
sociedades ¿liales designadas por la matriz, ni aquellos que representen al Estado,
a los organismos de la administración autónoma, empresas ¿scales, semi¿scales o
de administración autónoma que, conforme a la ley, deben tener representantes de la
administración de la sociedad o ser accionistas mayoritarios de ésta.
La infracción a este artículo no afectará la validez de la operación, pero además de
las sanciones administrativas en su caso y penales que correspondan, otorgará a la
sociedad, a los accionistas o a terceros interesados, el derecho de exigir indemniza-
ción por los perjuicios ocasionados y pedir el reembolso a la sociedad por el director
interesado, de una suma equivalente a los bene¿cios que a él, a sus parientes o a sus
representados les hubieren reportado dichas negociaciones”.
(3). A continuación, analizamos la versión del artículo 44 de la LSA, con las re-
formas introducidas por la ley Nº 19.705, de 2000, actualmente reemplazado por el
nuevo artículo 44 según reforma de la ley Nº 20.382, de 2009. En este sentido, resulta
de interés destacar, en un sentido histórico, lo que el legislador del año 2000, en el
mensaje del proyecto de ley, señaló respecto a la versión ya reemplazada del citado
artículo 44 de la LSA:
“Se perfeccionan los mecanismos para dar mayor transparencia a las negociaciones
con partes relacionadas al Directorio, además, se trata de minimizar, con las medidas
que se proponen, los conÀictos de interés que pueden generarse en una operación
determinada, así como las sociedades ¿liales de las mismas”.
El artículo 44 de la LSA, modi¿cado por ley Nº 19.705, de 2000 (reemplazado el
año 2009 por el nuevo artículo 44 que reproducimos más adelante), señalaba lo que
se transcribe:
“Una sociedad anónima sólo podrá celebrar actos o contratos en los que uno o
más directores tengan interés por sí o como representantes de otra persona, cuando
dichas operaciones sean conocidas y aprobadas previamente por el directorio y se
ajusten a condiciones de equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el
mercado. Los acuerdos que al respecto adopte el directorio serán dados a conocer
en la próxima junta de accionistas por el que la presida, debiendo hacerse mención
de esta materia en su citación.
Modi¿cado ley Nº 19.705, 2000. Se presume de derecho que existe interés de un di-
rector en toda negociación, acto, contrato u operación en la que deba intervenir el
mismo cónyuge o sus parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad,
o las sociedades o empresas en las cuales sea director o dueño directo o a través de
otras personas naturales o jurídicas de un 10% o más de su capital las sociedades
o empresas en las cuales alguna de las personas antes mencionadas, sea director o
dueño directo o indirecto del 10% o más de su capital; y las personas por quien actúe
como representante.
DERECHO DE SOCIEDADES 289

No se entenderá que actúan como representantes de otra persona, los directores de las
sociedades ¿liales designadas por la matriz, ni aquellos que representen al Estado,
a los organismos de administración autónoma, empresas ¿scales, semi¿scales o de
administración autónoma que, conforme a la ley, deben tener representantes en la
administración de la sociedad o ser accionistas mayoritarios de ésta.
Incorporado ley Nº 19.705, 2000: Siempre que el acto o contrato involucre montos
relevantes, el directorio deben pronunciarse previamente si éste se ajusta a condicio-
nes de equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el mercado. En caso
que se considere que no es posible determinar dichas condiciones, el directorio, con
la obtención del director con interés, podrá aprobar o rechazar la operación o, en su
caso, designar para estos efectos a dos evaluadores independientes.
Los actos o contratos referidos en el inciso anterior, así como el nombramiento de los
evaluadores independientes, tendrán el carácter de hecho esencial.
Los informes de los evaluadores deberán pronunciarse acerca de las condiciones de
la operación y de la forma en que se proponga pagar el precio cuando sea en bienes
que no consista en dinero.
Los informes de los evaluadores serán puestos a disposición de los accionistas y del
directorio en las o¿cinas sociales al día siguiente hábil de recibidos en la sociedad,
por el plazo de 20 días hábiles contado desde la fecha en que se recibió el último de
esos informes, debiendo comunicarse por escrito a los accionistas tal hecho.
El directorio podrá acordar, con la abstención del director con interés, darle el ca-
rácter de reservada a la operación y a los informes, respectivamente. El directorio
sólo podrá pronunciarse sobre la aprobación o rechazo del acto o contrato una vez
transcurrido el plazo a que se re¿ere el inciso séptimo, desde recibido el último de
los informes, con la abstención del director con interés.
Si accionistas que representen al menos un 5% de las acciones emitidas con derecho
a voto estimaren que las condiciones no son favorables a los intereses sociales o las
evaluaciones fueren sustancialmente distintas entre sí, podrán solicitar al directorio
dentro del plazo a que se re¿ere el inciso séptimo, que se cite a una junta extraordi-
naria de accionistas para que ésta resuelva con el acuerdo de las dos terceras partes
de las acciones emitidas con derecho a voto.
El controlador o la persona relacionada que pretenda realizar la operación deberá
poner a disposición del directorio, en forma oportuna, todos los antecedentes, infor-
mes, documentos y comunicaciones, referidos a esa operación, remitidos a entidades
supervisoras o reguladoras extranjeras competentes o a bolsas de valores extranjeras,
a la fecha en que se someta a consideración del directorio la enajenación del negocio,
activos y pasivos, o activos en su caso. Asimismo, esos antecedentes serán puestos a
disposición de los accionistas por el directorio, al día siguiente hábil de recibidos.
También se presume de derecho que un director tiene interés cuando éste o personas
relacionadas con él presten asesoría para la celebración de tal acto o contrato.
En las actas de la sesión de directorio correspondiente deberá hacerse constar, expre-
samente, las deliberaciones del directorio para aprobar los términos y condiciones
de los respectivos actos o contratos.
290 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En la citación que se envíe por correo a los accionistas, conforme al artículo 59,
deberá indicarse expresamente el nombre de los directores y la forma en que cada
uno de ellos votó en la sesión respectiva, acerca de las materias que trata este
artículo.
Para los efectos de este artículo, se entiende que es de monto relevante todo acto o
contrato que supere el 1% del patrimonio social, siempre que dicho acto o contrato
exceda el equivalente a 2.000 unidades de fomento y, en todo caso, cuando sea superior
a 20.000 unidades de fomento.
La infracción a este artículo no afectará la validez de la operación, pero además de
las sanciones administrativas en su caso y penales que correspondan, otorgará a la
sociedad, a los accionistas o a los terceros. Interesados el derecho de exigir indem-
nización por los perjuicios ocasionados y pedir el reembolso a la sociedad por el
director interesado, de una suma equivalente a los bene¿cios que a él, a sus parientes
o a sus representados les hubieren reportado dichas negociaciones. Incorporado
ley Nº 19.705, de 2000. En caso de demandarse los perjuicios ocasionados por la
infracción de este artículo, corresponderá a la parte demandada probar que el acto
o contrato se ajustó a condiciones de mercado o que las condiciones de negociación
reportaron bene¿cios a la sociedad, salvo que la operación haya sido aprobada por
junta extraordinaria de accionistas”.
Este artículo 44 de la LSA, debía en su versión año 2000, ser complementado con
el artículo 136 de LSA, que señala:
“Cada vez que en esta ley se haga referencia a las condiciones de equidad, a las im-
perantes en el mercado o a las ventajas o bene¿cios indebidos u otras similares, debe
entenderse que son aquellas imperantes en la misma época de su ocurrencia”.
Requisitos habilitantes que debían cumplirse, antes del año 2009, para celebrar
válidamente un contrato en que un director de la sociedad anónima tenga interés en
que es contraparte la propia sociedad anónima:
1. La operación debe ser conocida y aprobada previamente por el directorio, con
exclusión del director involucrado;
2. El negocio debe ajustarse a “condiciones de equidad similares a las que habi-
tualmente prevalecen en el mercado”, para este efecto el legislador señala que “son
aquellas imperantes en la misma época de su ocurrencia” (artículo 136).
3. Los acuerdos que al respecto adopte el directorio serán dados a conocer en la
próxima junta ordinaria de accionistas por el que presida, debiendo hacerse mención
de esta materia en su citación;
4. Puede existir informe sobre los negocios comprendidos en el artículo 44 de la
LSA a la junta de accionistas, si la sociedad anónima ha debido formar el Comité de
Auditoría del artículo 50 bis de la LSA;
5. Puede ser necesario designar dos evaluadores independientes que determinen
las condiciones de equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el mer-
cado, y
DERECHO DE SOCIEDADES 291

6. Puede incluso ser necesaria la celebración de una junta extraordinaria de ac-


cionistas, para que se pronuncie sobre la aprobación o rechazo a la celebración del
negocio relacionado.
Finalmente, si existía infracción al complejo procedimiento establecido en el
artículo 44 de la LSA, el inciso ¿nal de dicha disposición señala que el acto jurídico
es válido, lo que signi¿ca que no es nulo:
“...pero además de las sanciones administrativas en su caso y penales que correspon-
dan, otorgará a la sociedad, a los accionistas o a los terceros interesados, el derecho de
exigir indemnización de los perjuicios ocasionados y pedir el reembolso a la sociedad
por el director interesado, de una suma equivalente a los bene¿cios que a él, a sus
parientes o a sus representados les hubiere reportado dichas negociaciones”.
Se establecía una acción indemnizatoria, a favor de la sociedad, juicio en el cual
“corresponderá a la parte demandada probar que el acto o contrato se ajustó a las
condiciones de mercado o que las condiciones de la negociación reportaron bene¿cios
a la sociedad”, salvo que la operación haya sido aprobada por la junta extraordinaria
de accionistas”.
(4). El proyecto de ley (año 2005), en trámite ante el Congreso Nacional, proponía
el reemplazo del artículo 44 de la LSA, por el que se transcribe:
Reemplázase el actual artículo 44 por el siguiente, nuevo:
“Artículo 44. A menos que los estatutos establezcan algo distinto, una sociedad anó-
nima cerrada sólo podrá celebrar actos o contratos que involucren montos relevantes
en los que uno o más directores tengan interés por sí o como representantes de otra
persona, cuando dichas operaciones sean conocidas y aprobadas previamente por el
directorio y se ajusten a condiciones de equidad similares a las que habitualmente
prevalecen en el mercado.
El directorio deberá pronunciarse con la abstención del director con interés. Si el
directorio resolviere que no es posible determinar las condiciones de equidad simi-
lares a las que habitualmente prevalecen en el mercado, también con la abstención
del director con interés, podrá aprobar o rechazar la operación. En el acta de la
sesión de directorio correspondiente deberá dejarse constancia de las deliberaciones
para aprobar los términos y condiciones de los respectivos actos o contratos, y tales
acuerdos serán informados en la próxima junta de accionistas por el que la presida,
debiendo hacerse mención de esta materia en su citación.
Se presume de derecho que existe interés de un director en toda negociación, acto,
contrato u operación en la que deba intervenir él mismo, su cónyuge o sus parientes
hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad, o las sociedades o empresas
en las cuales sea director o dueño, directamente o a través de otras personas na-
turales o jurídicas, de un 10% o más de su capital, o las sociedades o empresas en
las cuales alguna de las personas antes mencionadas sea director o dueño, directo
o indirecto, del 10% o más de su capital; o el controlador de la sociedad o sus per-
sonas relacionadas, si el director ha resultado electo con los votos determinantes
de aquél o aquéllos.
292 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Para los efectos de este artículo, se entiende que es de monto relevante todo acto o
contrato que supere el 1% del patrimonio social, siempre que dicho acto o contrato
exceda el equivalente a 2.000 unidades de fomento y, en todo caso, cuando sea superior
a 20.000 unidades de fomento.
La infracción a este artículo no afectará la validez de la operación y sin perjuicio
de las sanciones que correspondan, otorgará a la sociedad, a los accionistas y a los
terceros interesados, el derecho de exigir indemnización por los perjuicios ocasio-
nados. En caso de demandarse los perjuicios ocasionados por la infracción de este
artículo, corresponderá a la parte demandada probar que el acto o contrato se ajustó
a condiciones de mercado o que las condiciones de negociación reportaron bene¿cios
a la sociedad.
Con todo, no será aplicable lo establecido en el inciso primero, si la operación ha
sido aprobada o rati¿cada por la junta extraordinaria de accionistas o si se trata de
operaciones entre matriz y ¿lial”.
4. La nueva versión del artículo 44 de la LSA, que regula el acto o contrato con parte
relacionada o con interés en la sociedad anónima cerrada, según reforma introducida
por la ley Nº 20.382, de 2009, vigente a partir del 1º de enero de 2010.
Con la dictación de la ley Nº 20.382, de 2009, se remplaza la anterior versión del
artículo 44 de la LSA (del año 2000), disposición legal que ahora se aplica sólo a
sociedad anónima cerrada, y a la Sociedad por Acciones “SpA”, por el reenvío que
efectúa el artículo 424, inciso segundo, del Código de Comercio.
Se reemplaza entonces enteramente el artículo 44 de la LSA, que regula los ne-
gocios (actos o contratos) con parte relacionada o con interés, el que se aplica sólo a
Sociedades Anónimas cerradas y a la “SpA”.
Para Sociedades Anónimas Abiertas se regula, en la reforma de la ley Nº 2.0382,
de 2009, un nuevo Título XVI en la LSA, denominado “DE LAS OPERACIONES CON PAR-
TES RELACIONADAS EN LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS ABIERTAS Y SUS FILIALES”, en artículos 146
a 149.
El nuevo artículo 44 de la LSA versión 2009, sujeta a control previo sólo los actos
o contratos en la anónima cerrada, que involucren “montos relevantes”, en la que uno
o más Directores tengan interés por sí o como representante de otra persona.
Se de¿ne “monto relevante”, como “todo acto o contrato que supere el 1% del pa-
trimonio social, siempre que el acto o contrato exceda el equivalente a 2.000 unidades
de fomento”, y “en todo caso cuando sea superior a 20.000 unidades de fomento”.
En consecuencia, los negocios sujetos a control previo son aquellos que:
(1) superen el 1% del patrimonio social, siempre que el acto o contrato exceda el
equivalente a 2.000 unidades de fomento;
(2) y en todo caso cuando sea superior a 20.000 unidades de fomento”, y
(3) Asimismo, “se presume que constituyen una sola operación todas aquellas
que se perfecciones en un período de 12 meses consecutivos por medio de uno o más
actos similares o complementarios, en los que exista identidad de partes, incluidas
las personas relacionadas, u objeto”.
DERECHO DE SOCIEDADES 293

Estas operaciones con parte relacionada (indicadas en los tres números anteriores)
deben cumplir los siguientes requisitos habilitantes, de manera previa o “a priori” a
su celebración:
(1) Deben ser conocidas y aprobadas previamente por el Directorio mediante
acuerdo (con exclusión del Director, Gerente General o Ejecutivo Principal, según
sea el caso),
(2) Las operaciones deben justarse a condiciones de equidad similares a las que
habitualmente prevalecen en el mercado;
(3) El acuerdo debe aprobar los términos y condiciones del acto o contrato en sus
elementos fundamentales, y
(4) Debe informarse de éstos negocios en la próxima Junta de Accionistas.
Estas operaciones deben ser conocidas y aprobadas previamente por el Directorio,
las que deben justarse a condiciones de equidad similares a las que habitualmente pre-
valecen en el mercado. El acuerdo debe aprobar los términos y condiciones de dicho
acto o contrato, el que debe informarse además en la próxima Junta de Accionistas.
En caso de infringirse el artículo 44, no se afecta la validez del acto o contrato,
pero da lugar a la responsabilidad indemnizatoria a la sociedad anónima, accionistas
y terceros interesados, ante el evento que se causen perjuicios patrimoniales, y desde
el punto de visita procesal –en el litigio indemnizatorio– se invierte el peso de la
prueba en cuanto corresponde al demandado probar que acto o contrato se ajustó a
las condiciones de mercado o que reportó bene¿cio a la sociedad y que no ha causado
perjuicios patrimoniales a la parte demandante.
Este nuevo artículo 44 de la LSA, debe concordarse con los artículos 133 y 133
bis de la LSA, relativo a reglas de responsabilidad y sanciones.
El nuevo texto del artículo 44 de la LSA, según versión incorporada por la ley
Nº 20.382, de 2009, que entró en vigencia el día 1 de enero de 2010, es el siguiente
tenor:
“Artículo 44. Una sociedad anónima cerrada sólo podrá celebrar actos o contratos
que involucren montos relevantes en los que uno o más directores tengan interés
por sí o como representantes de otra persona, cuando dichas operaciones sean
conocidas y aprobadas previamente por el directorio y se ajusten a condiciones de
equidad similares a las que habitualmente prevalecen en el mercado, salvo que los
estatutos autoricen la realización de tales operaciones sin sujeción a las menciona-
das condiciones.
El directorio deberá pronunciarse con la abstención del director con interés. En el
acta de la sesión de directorio correspondiente, deberá dejarse constancia de las
deliberaciones para aprobar los términos y condiciones de los respectivos actos o
contratos, y tales acuerdos serán informados en la próxima junta de accionistas por
el que la presida, debiendo hacerse mención de esta materia en su citación.
Se entiende que existe interés de un director en toda negociación, acto, contrato u
operación en la que deba intervenir en cualquiera de las siguientes situaciones: (i) él
mismo, su cónyuge o sus parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿ni-
294 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

dad; (ii) las sociedades o empresas en las cuales sea director o dueño, directamente o
a través de otras personas naturales o jurídicas, de un 10% o más de su capital; (iii)
las sociedades o empresas en las cuales alguna de las personas antes mencionadas sea
director o dueño, directo o indirecto, del 10% o más de su capital, y (iv) el controlador
de la sociedad o sus personas relacionadas, si el director no hubiera resultado electo
sin los votos de aquél o aquéllos.
Para los efectos de este artículo, se entiende que es de monto relevante todo acto o
contrato que supere el 1% del patrimonio social, siempre que dicho acto o contrato
exceda el equivalente a 2.000 unidades de fomento y, en todo caso, cuando sea superior
a 20.000 unidades de fomento. Se presume que constituyen una sola operación todas
aquellas que se perfeccionen en un período de 12 meses consecutivos por medio de
uno o más actos similares o complementarios, en los que exista identidad de partes,
incluidas las personas relacionadas, u objeto.
La infracción a este artículo no afectará la validez de la operación y sin perjuicio
de las sanciones que correspondan, otorgará a la sociedad, a los accionistas y a los
terceros interesados, el derecho de exigir indemnización por los perjuicios ocasio-
nados. En caso de demandarse los perjuicios ocasionados por la infracción de este
artículo, corresponderá a la parte demandada probar que el acto o contrato se ajustó
a condiciones de mercado o que las condiciones de negociación reportaron bene¿cios
a la sociedad que justi¿can su realización.
Con todo, no será aplicable lo establecido en el inciso primero si la operación ha
sido aprobada o rati¿cada por la junta extraordinaria de accionistas con el quórum
de 2/3 de los accionistas con derecho a voto.
En el caso de las sociedades anónimas abiertas, se aplicará lo dispuesto en el Título
XVI.”.
El artículo 44 de la LSA y en Título XVI de la LSA “De las operaciones con partes
relacionadas en la sociedades anónimas abiertas y sus ¿liales”, deben relacionarse
con los nuevos artículos 170, 171 y 173 del Reglamento de la LSA, señalan lo que
sigue:
TÍTULO XII De las operaciones con partes relacionadas en las sociedades anónimas
abiertas y sus ¿liales
“Artículo 170. Cuando la mayoría absoluta de los miembros del directorio deba
abstenerse en la votación destinada a resolver una operación de la sociedad con una
parte relacionada, dicha operación sólo podrá llevarse a cabo si es aprobada por la
unanimidad de los miembros del directorio no involucrados.”.
“Artículo 171. Para exceptuar de los requisitos y procedimientos establecidos en los
numerales 1) al 7) del artículo 147 de la ley a las operaciones que se señalan en los
literales a), b) y c) de dicho artículo 40 el directorio deberá adoptar en forma expresa
una autorización de aplicación general e informar las operaciones como hecho esencial
cuando corresponda. Una vez aprobada dicha autorización general, no será necesario
que el directorio se pronuncie especí¿camente acerca de cada operación exceptuada,
sin perjuicio que en caso de considerarlo pertinente así lo haga”.
DERECHO DE SOCIEDADES 295

“Artículo 172. Las operaciones con partes relacionadas, incluidas aquellas excep-
tuadas del procedimiento de aprobación establecido en el artículo 147 de la ley,
deberán tener por objeto contribuir al interés social y ajustarse en precio, términos y
condiciones a aquéllas que prevalezcan en el mercado al tiempo de su aprobación”.

18.7. De las operaciones con partes


relacionadas en las Sociedades Anónimas Abiertas y sus ¿liales
La ley Nº 20.382, de 2009, que se tituló Introduce perfeccionamientos a los Go-
biernos Corporativos de Empresas, incorporó un Título XVI De Las Operaciones
con partes relacionadas en las Sociedades Anónimas Abiertas y sus ¿liales, a la
LSA, aplicables a sociedades anónimas abiertas y ¿liales de éstas cualquiera sea su
naturaleza y a sociedades anónimas especiales. Consecuentemente, se dispone no
se les aplica el nuevo artículo 44 de la LSA, que quedó reservado sólo a sociedades
anónimas cerradas.
Aspectos relevantes de esta nueva regulación:
1. Se de¿ne operación con parte relacionada y personas comprendidas en dicha
hipótesis, el artículo 146 señala:
“Artículo 146. Son operaciones con partes relacionadas de una sociedad anónima
abierta toda negociación, acto, contrato u operación en que deba intervenir la sociedad
y, además, alguna de las siguientes personas:
1) Una o más personas relacionadas a la sociedad, conforme al artículo 100 de la
ley Nº 18.045.
2) Un director, gerente, administrador, ejecutivo principal o liquidador de la sociedad,
por sí o en representación de personas distintas de la sociedad, o sus respectivos cón-
yuges o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad inclusive.
3) Las sociedades o empresas en las que las personas indicadas en el número anterior
sean dueños, directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, de un 10%
o más de su capital, o directores, gerentes, administradores, ejecutivos principales.
4) Aquellas que establezcan los estatutos de la sociedad o fundadamente identi¿que
el comité de directores, en su caso, aun cuando se trate de aquellas indicadas en el
inciso ¿nal del artículo 147.
5) Aquellas en las cuales haya realizado funciones de director, gerente, administrador,
ejecutivo principal o liquidador, un director, gerente, administrador, ejecutivo principal
o liquidador de la sociedad, dentro de los últimos dieciocho meses”.
2. Estas operaciones con parte relacionada sólo se pueden efectuar en la sociedad
anónima abierta, cuando tengan: A) “por objeto contribuir al interés social”, B) “se
ajusten en precio, términos y condiciones a aquellos que prevalezcan en el mercado
al tiempo de su aprobación”; C) deben ser informadas a priori al Directorio; D) Debe
ser aprobada por la mayoría absoluta de los miembros del Directorio, con exclusión
de las personas involucradas en el negocio; E) Debe darse a conocer en próxima
Junta de Accionistas; F) Puede, incluso, ser necesario citar a Junta de Accionistas con
296 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

quórum de acuerdo de dos tercios de las acciones con derecho a voto, con informe
previo de evaluador.
3. La infracción a estas normas genera responsabilidad indemnizatoria, equivalente
al bene¿cio obtenido; y corresponde al demandado probar que la operación no causó
perjuicio a la sociedad.
4. Se contemplan dos excepciones a esta regulación, en el número 7, letras a), b)
y c) del artículo 147.
5. Se establece una prohibición a los Directores, Gerentes, Administrador, Ejecutivo
principal, Liquidador, Controlador, y a sus personas relacionadas, relativa a aprove-
charse de oportunidades comerciales de la sociedad, y la obligación de indemnizar
en el monto del bene¿cio obtenido a favor de la sociedad (artículo 148).
6. En caso que se incumpla con las normas que regulan los contratos con parte
relacionada, no se afecta la validez del acto o contrato, pero se establece la obliga-
ción de indemnizar los perjuicios causados, según dispone el artículo 147 Nº 7) que
señala:
“Sin perjuicio de las sanciones que correspondan, la infracción a este artículo no
afectará la validez de la operación, pero otorgará a la sociedad o a los accionistas el
derecho de demandar, de la persona relacionada infractora, el reembolso en bene¿cio
de la sociedad de una suma equivalente a los bene¿cios que la operación hubiera
reportado a la contraparte relacionada, además de la indemnización de los daños
correspondientes. En este caso, corresponderá a la parte demandada probar que la
operación se ajustó a lo señalado en este artículo”.
8. Corresponde ¿scalizar la legalidad de dichos actos o contratos con parte rela-
cionada, “ex ante” a la celebración del mismo, cuando dicho órgano societario exista
en la sociedad anónima abierta “bursátil”, al Comité de Directores establecido en
el artículo 50 bis de la LSA, y emitir un informe para el Directorio, relativo a la
aprobación o rechazo del acto jurídico respectivo, en el número tercero del citado
artículo dispone:
“3) Examinar los antecedentes relativos antecedentes relativos a las operaciones a
que se re¿ere el Título XVI y evacuar un informe respecto a esas operaciones. Una
copia del informe será enviada al directorio, en el cual se deberá dar lectura a éste
en la sesión citada para la aprobación o rechazo de la operación respectiva”.
El nuevo título XVI incorporado por la ley Nº 20.382, de 2009 a la LSA, es el
siguiente:
“TÍTULO XVI DE LAS OPERACIONES CON PARTES RELACIONADAS EN LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS
ABIERTAS Y SUS FILIALES”.

Artículo 146. Son operaciones con partes relacionadas de una sociedad anónima
abierta toda negociación, acto, contrato u operación en que deba intervenir la socie-
dad y, además, alguna de las siguientes personas:
DERECHO DE SOCIEDADES 297

1) Una o más personas relacionadas a la sociedad, conforme al artículo 100 de la


ley Nº 18.045.
2) Un director, gerente, administrador, ejecutivo principal o liquidador de la sociedad,
por sí o en representación de personas distintas de la sociedad, o sus respectivos cón-
yuges o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad inclusive.
3) Las sociedades o empresas en las que las personas indicadas en el número anterior
sean dueños, directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, de un 10%
o más de su capital, o directores, gerentes, administradores, ejecutivos principales.
4) Aquellas que establezcan los estatutos de la sociedad o fundadamente identi¿que
el comité de directores, en su caso, aun cuando se trate de aquellas indicadas en el
inciso ¿nal del artículo 147.
5) Aquellas en las cuales haya realizado funciones de director, gerente, administrador,
ejecutivo principal o liquidador, un director, gerente, administrador, ejecutivo principal
o liquidador de la sociedad, dentro de los últimos dieciocho meses.
Artículo 147. Una sociedad anónima abierta sólo podrá celebrar operaciones con
partes relacionadas cuando tengan por objeto contribuir al interés social, se ajusten
en precio, términos y condiciones a aquellas que prevalezcan en el mercado al tiempo
de su aprobación, y cumplan con los requisitos y procedimientos que se señalan a
continuación:
1) Los directores, gerentes, administradores, ejecutivos principales o liquidadores
que tengan interés o participen en negociaciones conducentes a la realización de
una operación con partes relacionadas de la sociedad anónima, deberán informar
inmediatamente de ello al directorio o a quien éste designe. Quienes incumplan esta
obligación serán solidariamente responsables de los perjuicios que la operación
ocasionare a la sociedad y sus accionistas.
2) Antes que la sociedad otorgue su consentimiento a una operación con parte re-
lacionada, ésta deberá ser aprobada por la mayoría absoluta de los miembros del
directorio, con exclusión de los directores o liquidadores involucrados, quienes no
obstante deberán hacer público su parecer respecto de la operación si son requeridos
por el directorio, debiendo dejarse constancia en el acta de su opinión. Asimismo,
deberá dejarse constancia de los fundamentos de la decisión y las razones por las
cuales se excluyeron a tales directores.
3) Los acuerdos adoptados por el directorio para aprobar una operación con una
parte relacionada serán dados a conocer en la próxima junta de accionistas, debiendo
hacerse mención de los directores que la aprobaron. De esta materia se hará indicación
expresa en la citación a la correspondiente junta de accionistas.
4) En caso que la mayoría absoluta de los miembros del directorio deba abstenerse
en la votación destinada a resolver la operación, ésta sólo podrá llevarse a cabo si
es aprobada por la unanimidad de los miembros del directorio no involucrados o, en
su defecto, si es aprobada en junta extraordinaria de accionistas con el acuerdo de
dos tercios de las acciones emitidas con derecho a voto.
5) Si se convocase a junta extraordinaria de accionistas para aprobar la operación,
el directorio designará al menos un evaluador independiente para informar a los
298 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

accionistas respecto de las condiciones de la operación, sus efectos y su potencial


impacto para la sociedad. En su informe, los evaluadores independientes deberán
también pronunciarse acerca de los puntos que el comité de directores, en su caso,
haya solicitado expresamente que sean evaluados. El comité de directores de la so-
ciedad o, si la sociedad no contare con éste, los directores no involucrados, podrán
designar un evaluador independiente adicional, en caso que no estuvieren de acuerdo
con la selección efectuada por el directorio.
Los informes de los evaluadores independientes serán puestos por el directorio a
disposición de los accionistas al día hábil siguiente de recibidos por la sociedad, en
las o¿cinas sociales y en el sitio en Internet de la sociedad, de contar la sociedad con
tales medios, por un plazo mínimo de 15 días hábiles contado desde la fecha en que
se recibió el último de esos informes, debiendo comunicar la sociedad tal situación a
los accionistas mediante hecho esencial.
Los directores deberán pronunciarse respecto de la conveniencia de la operación
para el interés social, dentro de los 5 días hábiles siguientes desde la fecha en que se
recibió el último de los informes de los evaluadores.
6) Cuando los directores de la sociedad deban pronunciarse respecto de operacio-
nes de este Título, deberán explicitar la relación que tuvieran con la contraparte de
la operación o el interés que en ella tengan. Deberán también hacerse cargo de la
conveniencia de la operación para el interés social, de los reparos u objeciones que
hubiese expresado el comité de directores, en su caso, así como de las conclusiones
de los informes de los evaluadores o peritos. Estas opiniones de los directores debe-
rán ser puestas a disposición de los accionistas al día siguiente de recibidos por la
sociedad, en las o¿cinas sociales así como en el sitio en Internet de las sociedades
que cuenten con tales medios, y dicha situación deberá ser informada por la sociedad
mediante hecho esencial.
7) Sin perjuicio de las sanciones que correspondan, la infracción a este artículo no
afectará la validez de la operación, pero otorgará a la sociedad o a los accionistas el
derecho de demandar, de la persona relacionada infractora, el reembolso en bene¿cio
de la sociedad de una suma equivalente a los bene¿cios que la operación hubiera
reportado a la contraparte relacionada, además de la indemnización de los daños
correspondientes. En este caso, corresponderá a la parte demandada probar que la
operación se ajustó a lo señalado en este artículo.
No obstante lo dispuesto en los números anteriores, las siguientes operaciones con
partes relacionadas podrán ejecutarse sin los requisitos y procedimientos establecidos
en los números anteriores, previa autorización del directorio:
a) Aquellas operaciones que no sean de monto relevante. Para estos efectos, se entiende
que es de monto relevante todo acto o contrato que supere el 1% del patrimonio social,
siempre que dicho acto o contrato exceda el equivalente a 2.000 unidades de fomento
y, en todo caso, cuando sea superior a 20.000 unidades de fomento. Se presume que
constituyen una sola operación todas aquellas que se perfeccionen en un periodo de
12 meses consecutivos por medio de uno o más actos similares o complementarios, en
los que exista identidad de partes, incluidas las personas relacionadas, u objeto.
DERECHO DE SOCIEDADES 299

b) Aquellas operaciones que, conforme a políticas generales de habitualidad, determi-


nadas por el directorio de la sociedad, sean ordinarias en consideración al giro social.
En este último caso, el acuerdo que establezca dichas políticas o su modi¿cación será
informado como hecho esencial y puesto a disposición de los accionistas en las o¿cinas
sociales y en el sitio en Internet de las sociedades que cuenten con tales medios, sin
perjuicio de informar las operaciones como hecho esencial cuando corresponda.
c) Aquellas operaciones entre personas jurídicas en las cuales la sociedad posea,
directa o indirectamente, al menos un 95% de la propiedad de la contraparte.
Artículo 148. Ningún director, gerente, administrador, ejecutivo principal, liquidador,
controlador, ni sus personas relacionadas, podrá aprovechar para sí las oportunidades
comerciales de la sociedad de que hubiese tenido conocimiento en su calidad de tal.
Se entenderá por oportunidad comercial todo plan, proyecto, oportunidad u oferta
exclusiva dirigida a la sociedad, para desarrollar una actividad lucrativa en el ámbito
de su giro o uno complementario a él.
Los accionistas podrán utilizar para sí tales oportunidades comerciales cuando el
directorio de la sociedad las haya previamente desechado, o si hubiere transcurrido un
año desde la adopción del acuerdo de postergar o aceptar la oportunidad comercial,
sin que se hubiese iniciado su desarrollo.
Sin perjuicio de las sanciones que correspondan, la infracción a este artículo no afec-
tará la validez de la operación y dará derecho a la sociedad o a los accionistas a pedir
el reembolso, a favor de la sociedad, de una suma equivalente a los bene¿cios que la
operación hubiere reportado al infractor y los demás perjuicios que se acrediten.
Artículo 149. Las disposiciones de este título serán aplicables tanto a las sociedades
anónimas abiertas como a todas sus ¿liales, sin importar la naturaleza jurídica de
éstas.”.
Hemos señalado en el número 18.7 anterior, que tanto el artículo 44 de la LSA y
en Título XVI de la LSA “De las operaciones con partes relacionadas en la sociedades
anónimas abiertas y sus ¿liales”, deben relacionarse con los nuevos artículos 170,
171 y 173 del Reglamento de la LSA, señalan lo que sigue:
TÍTULO XII De las operaciones con partes relacionadas en las sociedades anónimas
abiertas y sus ¿liales
“Artículo 170. Cuando la mayoría absoluta de los miembros del directorio deba
abstenerse en la votación destinada a resolver una operación de la sociedad con una
parte relacionada, dicha operación sólo podrá llevarse a cabo si es aprobada por la
unanimidad de los miembros del directorio no involucrados.”.
“Artículo 171. Para exceptuar de los requisitos y procedimientos establecidos en los
numerales 1) al 7) del artículo 147 de la ley a las operaciones que se señalan en los
literales a), b) y c) de dicho artículo 40 el directorio deberá adoptar en forma expresa
una autorización de aplicación general e informar las operaciones como hecho esencial
cuando corresponda. Una vez aprobada dicha autorización general, no será necesario
que el directorio se pronuncie especí¿camente acerca de cada operación exceptuada,
sin perjuicio que en caso de considerarlo pertinente así lo haga.”.
300 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Artículo 172. Las operaciones con partes relacionadas, incluidas aquellas exceptua-
das del procedimiento de aprobación establecido en el artículo 147 de la ley, deberán
tener por objeto contribuir al interés social y ajustarse en precio, términos y condi-
ciones a aquéllas que prevalezcan en el mercado al tiempo de su aprobación.”.

18.8. Funcionamiento del órgano directorio. Acuerdos


Hemos señalado que la administración de los negocios sociales corresponde al
órgano colegiado directorio, con las facultades legales amplias que señala el artículo
40 de la LSA.
El directorio forma y mani¿esta su voluntad mediante los acuerdos, que son actos
jurídicos solemnes, toda vez que deben constar por escrito, y cuya ¿nalidad es crear,
modi¿car o extinguir derechos y obligaciones societarios, con el objeto de desarrollar
los negocios sociales. Estos acuerdos del directorio, para que sean válidos, deben
acordarse por mayoría simple y en sesión válidamente celebrada y en consideración
al factor materia o fondo, debe tratarse de un negocio o acto comprendido dentro de
su competencia legal de administración del giro de negocios sociales (artículos 1 y
40 LSA). Los artículos que regulan los acuerdos del directorio son el 47 y 48 de la
ley y 38, 39, 40 y 41 del reglamento de la ley.
Los principios que rigen los acuerdos de directorio, contenidos en las disposiciones
citadas, son los siguientes:
1º Las reuniones del directorio se constituirán con la mayoría absoluta del número
de directores titulares establecidos en los estatutos (artículo 47 ley);
2º Los acuerdos se adoptarán por la mayoría absoluta de los Directores asistentes
con derecho a voto (artículo 47 ley);
3º La materia comprendida en el acuerdo debe ser de competencia del órgano
directorio, de tal suerte que si se trata de una materia fuera de su competencia legal,
el acto adolecería de nulidad absoluta;
4º En caso de empate, y salvo que los estatutos dispongan otra cosa, decidirá el
voto del que presida la reunión (artículo 47 ley);
5º Se entenderá que participan en las sesiones aquellos directores que, a pesar de
no encontrarse presentes, están comunicados simultánea y permanentemente a través
de medios tecnológicos que autorice la Superintendencia; en este caso, su asistencia
y participación en la sesión será certi¿cada bajo responsabilidad del presidente, o de
quien haga sus veces, y del secretario del directorio, haciéndose constar este hecho
en el acta que se levante de la misma (artículo 47 ley);
6º Las deliberaciones y acuerdos del directorio se escriturarán en un libro de
actas por cualesquiera medios, manifestando el carácter solemne de los acuerdos en
el sentido de que deben constar por escrito, siempre que éstos ofrezcan seguridad
que no podrá haber intercalaciones, supresiones o cualquiera otra adulteración que
pueda afectar la ¿delidad del acta, que será ¿rmada por los directores que hubieran
concurrido a la sesión (artículo 48 ley);
DERECHO DE SOCIEDADES 301

7º Se entenderá aprobada el acta desde el momento de su ¿rma y desde esa fecha


podrán llevar a efecto los acuerdos a que ella se re¿ere (artículo 47 ley);
Los acuerdos del directorio podrán llevarse a efecto una vez aprobada el acta que
los contiene, lo que ocurrirá cuando así se haga en una sesión posterior o cuando el
acta se encuentre ¿rmada por todos los directores que concurrieron a la sesión res-
pectiva, salvo las excepciones legales (artículo 41 reglamento ley);
8º El director que quiera salvar su responsabilidad por algún acto o acuerdo del
directorio, deberá hacer constar en el acta su oposición, debiendo darse cuenta de ello
en la próxima junta ordinaria de accionistas por quien la presida (artículo 48 ley);
9º El director que estimare que un acta adolece de inexactitudes u omisiones, tiene
el derecho a estampar, antes de ¿rmarla, las salvedades correspondientes (artículo 48
ley);
10º Las funciones de director de una sociedad anónima no son delegables y se
ejercen colectivamente, en sala legalmente constituida (artículo 39 ley);
11º El directorio podrá delegar parte de sus facultades en los gerentes, subgerentes
o abogados de la sociedad, en un director o en una comisión de directores y, para
objetos especialmente determinados, en otras personas;
12º Las sesiones de directorio serán ordinarias y extraordinarias. Las primeras se
celebrarán en las fechas y horas predeterminadas por el propio directorio y no reque-
rirán de citación especial. Las segundas se celebrarán cuando las cite especialmente
el presidente, por sí, o a indicación de uno o más directores, previa cali¿cación que el
presidente haga de la necesidad de la reunión, salvo que ésta sea citada por la mayoría
absoluta de los directores, caso en el cual deberá necesariamente celebrarse. En las
sociedades anónimas abiertas el directorio celebrará sesiones ordinarias a lo menos
una vez al mes; en las sociedades anónimas cerradas a lo que dispongan los estatutos,
y a falta de regla rige la regla precedente (artículo 39 reglamento ley).
Conforme las reglas citadas anteriormente, se concluye que los acuerdos de
directorio deben constar por escrito en el libro de actas de sesiones del directorio y
pueden ser impugnados en cuanto a su validez por falta u omisión de algún requisito
de fondo o de forma; y la impugnación respectiva puede serlo vía juicio ordinario o
arbitral conforme a lo dispuesto por el artículo 125 de la LSA.
En lo que se re¿ere a impugnación de acuerdos de directorio y sus efectos, observa-
mos la carencia de una regulación expresa en la LSA en esta importante materia, que
debiera ser acogida en una futura reforma legal, ya que no se regula la legitimación,
plazo, procedimiento y órgano jurisdiccional competente, prescripción, efectos de
la impugnación respecto del acuerdo impugnado, entre otras materias a considerar,
para conocer la impugnación de una acuerdo de directorio o de junta de accionistas.
Sobre el particular, la prescripción de la acción debiera ser de dos años, la tramitación
debería ser en juicio sumario, con apreciación de la prueba conforme a sana crítica,
y de competencia de justicia arbitral.
En cuanto el acuerdo de directorio es solemne, el Secretario del órgano de admi-
nistración tiene la competencia de dar fe del contenido del acuerdo, el artículo 39 del
reglamento señala:
302 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“En su primera reunión después de la junta ordinaria de accionistas en que se haya


efectuado su elección, el directorio elegirá de su seno un presidente, que lo será tam-
bién de la sociedad. En caso de empate, decidirá la suerte.
Actuará de secretario del directorio el gerente o la persona especialmente designada
para este cargo”.
En lo referente a la impugnación de los acuerdos del directorio, se encuentra
legitimado cualquier accionista, sin que la ley establezca un porcentaje mínimo para
ejercer la acción de impugnación. La acción de impugnación se tramita conforme a
las reglas del juicio ordinario o sumario si se requiere urgencia, y su prescripción se
rige por las reglas comunes establecidas en el Código Civil, de cinco años para la
acción ordinaria (artículo 2515 del Código Civil).
Casos especiales de acciones indemnizatorias de perjuicios en contra de los direc-
tores, se encuentran establecidas en los artículos 133 y 133 bis de la ley.
En materia de acuerdos de directorio, el proyecto de ley (2005) en trámite ante
el Congreso Nacional, propone el reemplazo de los siguientes artículos: Agrégase al
artículo 47 un inciso ¿nal, nuevo, con el siguiente texto:
“Los medios tecnológicos autorizados por la Superintendencia de Valores y Seguros
para las sociedades sometidas a su ¿scalización, serán los únicos aplicables a las
sociedades anónimas cerradas”.
Agrégase al artículo 48 el siguiente inciso cuarto, nuevo:
“La unanimidad de los directores que concurrieron a una sesión podrá disponer que
los acuerdos adoptados en ella se lleven a efecto sin esperar la aprobación del acta,
de lo cual se dejará constancia en un documento que contenga el acuerdo suscrito
por ellos y el gerente”.
Cabe señalar que con la dictación de la ley Nº 20.382, de 2009, se autoriza la eje-
cución inmediata de un acuerdo de Directorio, la obligación de grabar las sesiones en
la sociedad anónima abierta, y se incorporaron las siguientes disposiciones al artículo
48 de la LSA: modifícase el artículo 48, de la siguiente forma:
a) Agrégase en el inciso tercero, después del punto aparte (.), que pasa a ser punto
seguido (.), la siguiente oración:
“Con todo, la unanimidad de los directores que concurrieron a una sesión podrá dis-
poner que los acuerdos adoptados en ella se lleven a efecto sin esperar la aprobación
del acta, de lo cual se dejará constancia en un documento ¿rmado por todos ellos que
contenga el acuerdo adoptado.”.
b) Agrégase en el inciso quinto, después del punto aparte (.), que pasa a ser punto
seguido (.), la siguiente oración:
“Salvo acuerdo unánime en contrario, las sesiones de directorio de las sociedades
anónimas abiertas deberán ser grabadas, por quien haga las veces de secretario,
en medios que permitan registrar ¿elmente el audio de las deliberaciones. Dichas
grabaciones deberán ser guardadas en reserva por la sociedad, hasta la aprobación
DERECHO DE SOCIEDADES 303

del acta respectiva por todos los directores que deban ¿rmarla, y puestas a disposi-
ción de los directores que deseen comprobar la ¿delidad de las actas sometidas a su
aprobación. En caso que un director estime que existen discrepancias fundamentales
y substanciales entre el contenido de las actas y el de las grabaciones, podrá solicitar
que a ellas se incorporen literalmente sus propias palabras, según el contenido de las
grabaciones en los pasajes respectivos.”.
c) Agrégase en el inciso ¿nal, después del punto aparte (.), que pasa a ser punto
seguido (.), la siguiente oración:
“La Superintendencia podrá autorizar, mediante norma de carácter general, que las
sociedades bajo su control adopten para tales ¿nes los mecanismos que permitan
el uso de ¿rma electrónica u otros medios tecnológicos que permitan comprobar la
identidad de la persona que suscribe.”.
Asimismo, la ley Nº 20.382, de 2009, autorizó que en la sociedad anónima cerrada,
se puedan ejecutar acuerdos, sin que se haya adoptado en sesión de Directorio, sin
concurren todos los directores a la suscripción del acto o contrato. En efecto, en la
anónima cerrada, se establece la posibilidad de prescindir de Acuerdo de Directorio,
sin concurren todos los Directores a la celebración del acto o contrato y siempre que
se formalice mediante escritura pública, con la excepción del caso de las sociedades
¿liales (cerradas), por los derechos que pueden ejercer los Directores de la matriz en
el Directorio de la sociedad ¿lial (concordancia artículo 92 LSA).
Para estos ¿nes, la ley Nº 20.382, de 2009, ordenó:
“Agrégase en el artículo 39, el siguiente inciso ¿nal, nuevo:
“Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso primero, en las sociedades anónimas cerra-
das se podrá prescindir de los acuerdos de directorio siempre que la unanimidad de sus
miembros ejecute directamente el acto o contrato y que éstos se formalicen mediante
escritura pública. Esta alternativa no podrá ser utilizada por sociedades anónimas
que tengan por matriz otra sociedad anónima, pero la infracción de esta prohibición
no afectará la validez del acto o contrato, sino que hará personalmente responsables
a los directores de los perjuicios ocasionados a la sociedad matriz o a sus directores,
por no haber podido ejercer el derecho previsto en el artículo 92.”.
Los artículos 81 a 87 del nuevo Reglamento de la LSA se re¿eren a las Sesiones
de Directorio, y tratan las siguientes materias:
1º Sesiones de Directorio ordinarias y extraordinarias, mínimo de sesione, lugar de
las sesiones y reducción de actas a escritura pública:
“Artículo 81. Las sesiones de directorio serán ordinarias o extraordinarias. Las
primeras se celebrarán en las fechas y horas predeterminadas por el propio directo-
rio y no requerirán de citación especial. Las segundas se celebrarán cuando las cite
especialmente el presidente, por sí, o a indicación de uno o más directores, previa
cali¿cación que el presidente haga de la necesidad de la reunión, salvo que ésta sea
solicitada por la mayoría absoluta de los directores, caso en el cual deberá necesa-
304 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

riamente celebrarse la reunión sin cali¿cación previa. En las sociedades anónimas


abiertas el directorio celebrará sesiones ordinarias, a lo menos una vez al mes, y en
las demás sociedades anónimas se estará a lo que determine el estatuto social y en
su silencio, a lo dispuesto precedentemente.
Las sesiones de directorio se realizarán en el domicilio social, salvo que la unanimidad
de los directores acuerde la realización de una determinada sesión fuera del domicilio
social o participen en ella la unanimidad de los directores.
Estarán facultados para reducir, total o parcialmente, a escritura pública el acta de
cualquier sesión de directorio o reunión de junta de accionistas, quien haya desem-
peñado el cargo de presidente, o el gerente general o la persona que haga sus veces
y que haya asistido, o la persona que haya actuado de secretario, o la persona o
personas expresamente autorizadas para estos efectos por el directorio o la junta
respectiva.”.
2º Sesiones de Directorio no presenciales de manera “física directa”, sino que conec-
tadas por medios tecnológicos, como Internet, “Skype” o teleconferencias:
“Artículos 82: Se entenderá que participan en las sesiones aquellos directores que,
a pesar de no encontrarse físicamente presentes, están comunicados simultánea y
permanentemente a través de medios tecnológicos con los demás directores. La Su-
perintendencia determinará mediante instrucciones de general aplicación los medios
tecnológicos autorizados para dicha comunicación. En las sociedades anónimas
cerradas aquellos medios serán los que acuerde el directorio, y a falta de acuerdo,
se podrán utilizar los mismos que haya determinado la Superintendencia.
La asistencia y participación en la sesión de los directores que participaron a través
de los medios tecnológicos antes señalados, será certi¿cada bajo la responsabilidad
del presidente, o de quien haga sus veces, y del secretario del directorio, haciéndose
constar este hecho en el acta que se levante de la misma.”.
3º En materia de citación a sesiones extraordinarias, se faculta al directorio establecer
los medios de comunicación para convocar a los Directores, y subsidio sistema de
citación mediante carta certi¿cada, según se establece en artículo 84 del reglamento
de la LSA:
“La citación a sesiones extraordinarias de directorio se practicará por los medios de
comunicación que determine el directorio por unanimidad de sus miembros, siempre
que den razonable seguridad de su ¿delidad o, a falta de determinación de dichos
medios, mediante carta certi¿cada despachada a cada uno de los directores con, a
lo menos, tres días de anticipación a su celebración. Este plazo podrá reducirse a 24
horas de anticipación, si la carta fuere entregada personalmente al director por un
notario público.
La citación a sesión extraordinaria deberá contener una referencia a la materia a
tratarse en ella y podrá omitirse si a la sesión concurriere la unanimidad de los di-
rectores de la sociedad.
Para la citación a sesiones de directorio en las sociedades anónimas cerradas se
estará a lo que dispongan los estatutos y en su silencio, a lo indicado en los incisos
anteriores”.
DERECHO DE SOCIEDADES 305

4º En materia de ejecución o cumplimiento de los acuerdos del directorio, el artículo


85 del Reglamento, considera la posibilidad de llevar a efecto el acuerdo aun cuando
el acta no esté aun ¿rmada:
“Artículo 85. Sin perjuicio de lo establecido en el artículo 48 de la ley, los acuerdos
del directorio podrán llevarse a efecto una vez aprobada el acta que los contiene,
lo que ocurrirá cuando el acta se encuentre ¿rmada por todos los directores que
concurrieron a la sesión respectiva. Con todo, la unanimidad de los directores que
concurrieron a una sesión podrá disponer que uno o más acuerdos adoptados en ella
se lleven a efecto sin esperar la aprobación del acta, en la medida que dejen constancia
de dichos acuerdos en un documento ¿rmado por todos ellos.”.
5º Obligación de llevanza de Libro de Actas de Sesiones de Directorio por medios
seguros y con¿ables, custodia y reconstitución en caso de extravío o destrucción,
Artículos 86 y 87:
“Artículo 86. Las deliberaciones y acuerdos del directorio deberán constar en actas
almacenadas en medios que a lo largo del tiempo garanticen la ¿delidad e integridad
de tales deliberaciones y acuerdos y den certeza de la autenticidad de las ¿rmas y
anotaciones que quienes las sostuvieron, compartieron y suscribieron; así como de
aquellos que se opusieron o estamparon salvedades.
Los documentos y demás antecedentes que formen parte integrante de un acta de
sesión de directorio deberán ser almacenados en medios que cumplan las mismas
condiciones requeridas a las actas por este artículo, debiendo además constar en esos
medios la identi¿cación de las actas de las cuales forman parte.”.
“Artículo 87. Si se produce la pérdida o extravío de actas de sesión de directorio,
se podrá reconstituir con la documentación que se haya presentado a la Superinten-
dencia, con las copias de éstas que obren en poder de la sociedad o sus directores y
con las copias de escrituras públicas cuando, en este último caso, las referidas actas
hayan sido reducidas a escritura pública o protocolizadas, según correspondiere. En
la reconstitución del acta, se deberá dejar constancia de su conformidad con ésta por
parte de los directores asistentes a la respectiva sesión para la reconstitución. Si no
fuere posible obtener la conformidad por parte de tales personas, se dejará constancia
de este hecho al inicio de la respectiva acta reconstituida.”.

18.9. Revocación del directorio


La revocación de un directorio es potestad exclusiva de la junta ordinaria o ex-
traordinaria de accionistas, no procediendo la revocación individual, así lo establece
el artículo 38 de la ley que dispone:
“El Directorio sólo podrá ser revocado en su totalidad por la junta ordinaria o ex-
traordinaria de accionistas, no procediendo en consecuencia la revocación individual
o colectiva de uno o más de sus miembros”.
Esta norma del artículo 38 de la ley es manifestación del concepto de órgano so-
cietario que corresponde al directorio, ya que no es válida la revocación individual de
306 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

directores, toda vez que no existe mandato en la relación director y sociedad anónima,
en consecuencia la revocación afecta a todos los miembros del directorio.

18.10. Remuneración de los directores


El artículo 33 de la LSA señala que los estatutos sociales deben señalar si los di-
rectores son o no remunerados por sus funciones, y en caso de serlo la junta ordinaria
de accionistas, anualmente, ¿jará su cuantía.
Hemos señalado que a esta remuneración se la denomina en la práctica societaria
chilena “dieta”, y deben ¿gurar en la Memoria anual de la compañía, para conoci-
miento de la junta ordinaria y lo mismo respecto de todo otro estipendio que hayan
recibido “que provengan de funciones o empleos distintos del ejercicio de su cargo”
o por concepto de gastos de representación, viáticos, regalías “y, en general, todo
otro estipendio”.
Por o¿cio Nº 1.616, de 1990, de la SVS, se determinó que si un director es a la
vez trabajador dependiente de la sociedad anónima, debe indicarse en la memoria
anual, “todas las remuneraciones que cada uno de ellos haya percibido por este últi-
mo concepto, sea que se trate de sueldos, sobresueldos, asignaciones, grati¿caciones
etc.”. Este o¿cio Nº 1.616, de 1990, tiene especial importancia en aquellas sociedades
anónimas en que exista la ¿gura de director representante de los trabajadores.

19. Comité de directores o de auditoría


El Comité de Directores o de Auditoría se incorporó como un nuevo órgano
societario por el artículo 50 bis de la LSA, aplicable a la sociedad anónima abierta
“bursátil”, por la reforma legal a la Ley de Sociedades Anónimas de la ley Nº 19.705,
del año 2000, cuya idea principal fue proteger –mediante este órgano societario ad
hoc– a los accionistas minoritarios de los accionistas controladores.
Su ¿nalidad fue fortalecer la “autorregulación” al interior de las sociedades
anónimas abiertas, cuyo patrimonio de cotización bursátil sea superior a un millón
quinientas mil unidades de fomento, según se estableció en la primera versión del
artículo 50 bis. Se inspira este órgano societario dentro del modelo de “gobierno
corporativo” de nuestra LSA.
Además de su regulación en el artículo 50 bis, el Comité de Directorio se encuentra
regulado en las circulares Nºs. 1.526, de 2001 y 1.667, de 2003 de la SVS.
En el trámite legislativo del proyecto de ley de OPA y Gobierno Corporativo,
nombre con que se conoció la ley Nº 19.705, de 2000, en el Informe de la Comisión
de Hacienda se señaló respecto al Comité de Auditoría: “A esta normativa se viene
incorporando por el proyecto el Comité de Auditoría al interior de las sociedades
anónimas para ¿scalizar las actividades del directorio”. Esta es, en consecuencia, la
principal competencia de este órgano societario en la sociedad anónima abierta, cuyo
capital de transacción bursátil sea superior a un millón quinientas mil unidades de
fomento, en su versión original del año 2000. La ¿nalidad de este órgano es controlar
DERECHO DE SOCIEDADES 307

a los accionistas controladores, quienes actúan mediante los directores que “controla”,
en defensa de los llamados accionistas minoritarios.
En la reciente reforma de la ley Nº 20.382, de 2009 a la LSA, que introduce per-
feccionamientos a los gobiernos corporativos de empresas, se contempla una nueva
redacción para dicho órgano societario, regulado en el nuevo artículo 50 bis que
reemplaza el creado por el legislador del año 2000, y que se reproduce más adelan-
te, estableciéndose que este órgano societario, debe existir o formarse en aquellas
sociedades anónimas abiertas cuyo patrimonio de transacción bursátil sea superior
a 1.500.000 unidades de fomento y en que y a lo menos el 12% de sus acciones emi-
tidas con derecho a voto, se encuentren en poder de accionistas que individualmente
controlen o posean menos del 10% de tales acciones, deben designar al Comité de
Directores y designar al menos un Director Independiente. Asimismo, se aumentan
sus competencias legales, entre otras, a las materias del nuevo Título XVI de la LSA,
que regula los negocios con parte relacionada.
El Comité de Auditoría está integrado por tres directores –en el mejor de los casos
independientes de los accionistas controladores–, quienes deben ser electos sin el
voto decisivo del accionista controlador y su funcionamiento es similar al del direc-
torio. Sus miembros gozan de remuneraciones adicionales al del cargo de director y
pueden contratar profesionales asesores para su correcto desempeño y deben emitir
un Informe anual en las materias de su competencia, el que debe ser incluido en la
Memoria Anual de la Sociedad y están sujetos a responsabilidad solidaria en caso de
incumplimiento de las obligaciones legales que se les impone.
Las obligaciones del Comité de Auditoría se re¿eren a: examinar informes contables
y ¿nancieros de la compañía antes de presentarlos a las juntas generales de accionis-
tas; proponer al directorio los auditores externos y clasi¿cadores de riesgo; examinar
las operaciones derivadas de las negociaciones en que tenga interés un director de la
compañía y emitir un informe al respecto; requerir que se cite a junta de accionistas
para resolver sobre operaciones de tomas de control y de conÀictos de interés que
se presente con los directores que tienen interés en una determinada operación que
puede perjudicar el interés social.
El Comité de Auditoría está consagrado en el artículo 50 bis de la Ley de Socie-
dades Anónimas. Este artículo se establece, como hemos señalado, en virtud de la
reforma del año 2000, mediante la ley Nº 19.705.
La potestad de este Comité está dada con la ¿nalidad de proteger, en la gran sociedad
anónima abierta o “bursátil”, a los accionistas minoritarios de la política o acuerdos
de los accionistas controladores. Fiscaliza al directorio en general. El supuesto es que
se integre por directores elegidos por accionistas distintos a los controladores.
El artículo 50 bis en la versión de la ley Nº 19.705 del año 2000 (reemplazado por
la ley Nº 20.382, de 2009, señalaba lo que sigue:
“Las sociedades anónimas abiertas deberán designar el comité de directores a que
se re¿ere este artículo, cuando tengan un patrimonio bursátil igual o superior al
equivalente a 1.500.000 unidades de fomento.
308 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si durante el año se alcanzare el patrimonio a que se re¿ere el inciso anterior, la so-


ciedad estará obligada a designar comité a contar del año siguiente; si se produjere
una disminución del patrimonio bursátil a un monto inferior al indicado, la sociedad
no estará obligada a mantener comité a contar del año siguiente.
El comité tendrá las siguientes facultades y deberes:
1. Examinar los informes de los inspectores de cuentas y auditores externos, según
corresponda, el balance y demás estados ¿nancieros presentados por los administra-
dores o liquidadores de la sociedad a los accionistas, y pronunciarse respecto de éstos
en forma previa a su presentación a los accionistas para su aprobación.
2. Proponer al directorio, los auditores externos y los clasi¿cadores privados de
riesgo, en su caso, que serán sugeridos a la junta de accionistas respectiva. En caso
de desacuerdo con el comité, el directorio podrá formular una sugerencia propia,
sometiéndose ambas a consideración de la junta de accionistas.
3. Examinar los antecedentes relativos a las operaciones a que se re¿eren los artículos
44 y 89 y evacuar un informe respecto a esas operaciones.
Una copia del informe será enviada al presidente del directorio, quien deberá dar
lectura a dicho informe en la sesión citada para la aprobación o rechazo de la ope-
ración respectiva.
4. Examinar los sistemas de remuneraciones y planes de compensación a los gerentes
y ejecutivos principales.
5. Las demás materias que señale el estatuto social, o que le encomiende una junta
general de accionistas o el directorio, en su caso.
El comité estará integrado por 3 miembros, la mayoría de los cuales deberán ser
independientes al controlador. En caso que hubiere más directores con derecho a
integrar el comité, según corresponda, en la primera reunión del directorio después
de la junta de accionistas en que se haya efectuado su elección, los mismos directores
resolverán, por unanimidad, quiénes lo habrán de integrar. En caso de desacuerdo,
se decidirá por sorteo.
Los directores vinculados al controlador podrán constituir mayoría si la cantidad de
directores independientes no fuere su¿ciente para lograrla.
Se entenderá que un director es independiente cuando, al sustraer de su votación los
votos provenientes del controlador o de sus personas relacionadas, hubiese resultado
igualmente electo.
Las deliberaciones, acuerdos y organización del comité se regirán, en todo lo que les
fuere aplicable, por las normas relativas a las sesiones de directorio de la sociedad.
El comité comunicará al directorio la forma en que solicitará información, así como
también sus acuerdos”.
Podemos concluir que la principal competencia del órgano societario Comité de
Directores es ¿scalizar en la gestión del directorio, en lo que re¿ere a los miembros
electos con los votos del accionista controlador, como un verdadero custodio o guar-
dián en bene¿cio de los accionistas minoritarios.
La nueva versión del artículo 50 bis introducida por la ley Nº 20.382, de 2009,
vigente a partir del 1 de enero de 2010, señala lo que sigue:
DERECHO DE SOCIEDADES 309

Reemplázase el artículo 50 bis, por el siguiente:


“Artículo 50 bis. Las sociedades anónimas abiertas deberán designar al menos un
director independiente y el comité de directores a que se re¿ere este artículo, cuando
tengan un patrimonio bursátil igual o superior al equivalente a 1.500.000 unidades
de fomento y a lo menos un 12,5% de sus acciones emitidas con derecho a voto, se
encuentren en poder de accionistas que individualmente controlen o posean menos
del 10% de tales acciones.
Si durante el año se alcanzare el patrimonio y el porcentaje accionario a que se re¿ere
el inciso anterior, la sociedad estará obligada a designar los directores y el comité a
contar del año siguiente; si se produjere una disminución del patrimonio bursátil a
un monto inferior al indicado o se redujere el porcentaje accionario antes referido,
la sociedad no estará obligada a mantener los directores independientes ni el comité
a contar del año siguiente.
No se considerará independiente a quienes se hayan encontrado en cualquier momento
dentro de los últimos dieciocho meses, en alguna de las siguientes circunstancias:
1) Mantuvieren cualquier vinculación, interés o dependencia económica, profesio-
nal, crediticia o comercial, de una naturaleza y volumen relevante, con la sociedad,
las demás sociedades del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los
ejecutivos principales de cualquiera de ellos, o hayan sido directores, gerentes, ad-
ministradores, ejecutivos principales o asesores de éstas.
2) Mantuvieren una relación de parentesco hasta el segundo grado de consanguinidad
o a¿nidad, con las personas indicadas en el número anterior.
3) Hubiesen sido directores, gerentes, administradores o ejecutivos principales de
organizaciones sin ¿nes de lucro que hayan recibido aportes, contribuciones o dona-
ciones relevantes de las personas indicadas en el número 1).
4) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de entidades que han prestado servicios jurídicos o de consultoría, por mon-
tos relevantes, o de auditoría externa, a las personas indicadas en el número 1).
5) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o indi-
rectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de los principales competidores, proveedores o clientes de la sociedad.
Para poder ser elegidos como directores independientes, los candidatos deberán
ser propuestos por accionistas que representen el 1% o más de las acciones de la
sociedad, con a lo menos diez días de anticipación a la fecha prevista para la junta
de accionistas llamada a efectuar la elección de los directores.
Con no menos de dos días de anterioridad a la junta respectiva, el candidato y su
respectivo suplente, en su caso, deberán poner a disposición del gerente general una
declaración jurada en que señalen que: i) aceptan ser candidato a director indepen-
diente; ii) no se encuentran en ninguna de las circunstancias indicadas en los numerales
anteriores; iii) no mantienen alguna relación con la sociedad, las demás sociedades
del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los ejecutivos principales de
cualquiera de ellos, que pueda privar a una persona sensata de un grado razonable de
310 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

autonomía, interferir con sus posibilidades de realizar un trabajo objetivo y efectivo,


generarle un potencial conÀicto de interés o entorpecer su independencia de juicio,
y iv) asumen el compromiso de mantenerse independientes por todo el tiempo en que
ejerzan el cargo de director. La infracción al literal iii) no invalidará su elección ni
los hará cesar en el cargo, pero obligará a responder de los perjuicios que su falta
de veracidad o incumplimiento pueda causar a los accionistas.
Será elegido director independiente aquel candidato que obtenga la más alta vota-
ción.
El director independiente que conforme a lo establecido en el inciso tercero adquiera
una inhabilidad sobreviniente para desempeñar su cargo, cesará automáticamente
en él, sin perjuicio de su responsabilidad frente a los accionistas. No dará lugar a
inhabilidad la reelección del director independiente en su cargo o su designación
como director en una o más ¿liales de la sociedad, en cuanto los directores de dichas
entidades no sean remunerados.
El comité tendrá las siguientes facultades y deberes:
1) Examinar los informes de los auditores externos, el balance y demás estados ¿-
nancieros presentados por los administradores o liquidadores de la sociedad a los
accionistas, y pronunciarse respecto de éstos en forma previa a su presentación a los
accionistas para su aprobación.
2) Proponer al directorio nombres para los auditores externos y clasi¿cadores pri-
vados de riesgo, en su caso, que serán sugeridos a la junta de accionistas respectiva.
En caso de desacuerdo, el directorio formulará una sugerencia propia, sometiéndose
ambas a consideración de la junta de accionistas.
3) Examinar los antecedentes relativos a las operaciones a que se re¿ere el Título
XVI y evacuar un informe respecto a esas operaciones. Una copia del informe será
enviada al directorio, en el cual se deberá dar lectura a éste en la sesión citada para
la aprobación o rechazo de la operación respectiva.
4) Examinar los sistemas de remuneraciones y planes de compensación de los gerentes,
ejecutivos principales y trabajadores de la sociedad.
5) Preparar un informe anual de su gestión, en que se incluyan sus principales reco-
mendaciones a los accionistas.
6) Informar al directorio respecto de la conveniencia de contratar o no a la empresa de
auditoría externa para la prestación de servicios que no formen parte de la auditoría
externa, cuando ellos no se encuentren prohibidos de conformidad a lo establecido
en el artículo 242 de la ley Nº 18.045, en atención a si la naturaleza de tales servicios
pueda generar un riesgo de pérdida de independencia.
7) Las demás materias que señale el estatuto social, o que le encomiende una junta
de accionistas o el directorio, en su caso.
El comité estará integrado por tres miembros, la mayoría de los cuales deberán ser
independientes. En caso que hubiese más directores con derecho a integrar el comi-
té, según corresponda, en la primera reunión del directorio después de la junta de
accionistas en que se haya efectuado su elección, los mismos directores resolverán,
por unanimidad, quiénes lo habrán de integrar. En caso de desacuerdo, se dará pre-
DERECHO DE SOCIEDADES 311

ferencia a la integración del comité por aquellos directores que hubiesen sido electos
con un mayor porcentaje de votación de accionistas que individualmente controlen o
posean menos del 10% de tales acciones. Si hubiese solamente un director indepen-
diente, éste nombrará a los demás integrantes del comité de entre los directores que
no tengan tal calidad, los que gozarán de plenos derechos como miembros del mismo.
El presidente del directorio no podrá integrar el comité ni sus subcomités, salvo que
sea director independiente.
Las deliberaciones, acuerdos y organización del comité se regirán, en todo lo que les
fuere aplicable, por las normas relativas a las sesiones de directorio de la sociedad.
El comité comunicará al directorio la forma en que solicitará información, así como
también sus acuerdos.
Los directores integrantes del comité serán remunerados. El monto de la remuneración
será ¿jado anualmente en la junta ordinaria de accionistas, acorde a las funciones
que les corresponde desarrollar, pero no podrá ser inferior a la remuneración prevista
para los directores titulares, más un tercio de su monto.
La junta ordinaria de accionistas determinará un presupuesto de gastos de funcio-
namiento del comité y sus asesores, el que no podrá ser inferior a la suma de las
remuneraciones anuales de los miembros del comité, y éste podrá requerir la contra-
tación de la asesoría de profesionales para el desarrollo de sus labores, conforme al
referido presupuesto.
Las actividades que desarrolle el comité, su informe de gestión anual y los gastos en
que incurra, incluidos los de sus asesores, serán presentados en la memoria anual
e informados en la junta ordinaria de accionistas. Las propuestas efectuadas por el
comité al directorio que no hubieren sido recogidas por este último, serán informadas
a la junta de accionistas previo a la votación de la materia correspondiente.
Los directores que integren el comité en el ejercicio de las funciones que señala este
artículo, además de la responsabilidad inherente al cargo de director, responderán
solidariamente de los perjuicios que causen a los accionistas y a la sociedad.
Las sociedades anónimas abiertas que no tengan el patrimonio mínimo y porcentaje
accionario señalados en el inciso primero, podrán acogerse voluntariamente a las
normas precedentes; en ese caso, deberán cumplir estrictamente con las disposiciones
de este artículo.”.
El órgano Comité de Directores o de Auditoría, debe ser concordado con lo esta-
blecido en el nuevo inciso ¿nal del artículo 18 de la LSA, que establece la pérdida de
la calidad de accionista para los efectos del artículo 50 bis y señala:
“Sin perjuicio de lo señalado en los incisos precedentes, los titulares de acciones de
una sociedad anónima que durante 10 años continuados no concurran a las juntas
de accionistas ni cobren los dividendos a que tengan derecho, dejarán de ser consi-
derados accionistas para los efectos señalados en la letra c) del artículo 5º de la Ley
Nº 18.045, sobre Mercado de Valores, y el inciso primero del artículo 50 bis de la
presente ley. En cualquier tiempo que dichos titulares o sus sucesores concurran a
una junta de accionistas o cobren dividendos, volverán a ser considerados accionistas
con derecho a voto para los ¿nes antes señalados.”.
312 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Por lo tanto, por esta vía se puede afectar la cali¿cante del inciso primero del
artículo 50 bis, en aquella parte que señala:
“y a lo menos un 12,5% de sus acciones emitidas con derecho a voto, se encuentren
en poder de accionistas que individualmente controlen o posean menos del 10% de
tales acciones.”.

20. El gerente
En la práctica quien ejecuta la administración o “gerenciamiento” de los negocios
sociales son el o los gerentes de la sociedad anónima; como enseñara el profesor Ál-
varo Puelma Accorsi, a nivel de cátedra, al gerente general corresponde el día a día
de la sociedad. Este gerente general es designado por el directorio y es un cargo de
exclusiva con¿anza del órgano de administración. Su principal función es ejecutar los
acuerdos del directorio, siendo un verdadero mandatario o factor de comercio, que es
designado por su principal para administrar los negocios sociales.
Como señala el mercantilista argentino Saúl Argeri en su Diccionario de Derecho
Comercial y de la Empresa, gerente tiene su origen en el latín, “gerens, entes” “el que
dirige” y agrega “persona a quien la ley, los estatutos societarios o la asamblea de
socios según el tipo de empresa, le encomiendan la administración de los negocios”,
y que en la terminología corriente es sinónimo de factor48.
En nuestro viejo Código de Comercio de 1867, se regula al factor de comercio
como un mandatario, y el artículo 237 señala: “Factor es el gerente de un negocio
o de un establecimiento comercial o fabril, o parte de él, que lo dirige o administra
según su prudencia por cuenta de su mandante”, asimismo, el poder o mandato del
factor es solemne se debe otorgar mediante escritura pública con las facultades que
se le con¿eren, y es un titulo que debe inscribirse en el Registro de Comercio, según
ordena el artículo 22 Nº 5 del Código de Comercio, y regulado en cuanto mandatario
en los artículos 338 a 341 del Código citado.
En cuanto a su estatuto jurídico, concurren en esta relación sociedad anónima y
gerente una doble naturaleza jurídica, por una parte normas de mandato comercial,
actuando como un factor de comercio siendo su mandante el directorio (factor de
comercio es de¿nido como uno de los tipos de mandato mercantil, en el artículo 237
del Código de Comercio) y por la otra se genera un vínculo jurídico de naturaleza
laboral, mediante contrato individual de trabajo, por el cual existe un vínculo jurí-
dico de subordinación y dependencia del trabajador con su empleador, en la especie
la sociedad anónima. Esta doble naturaleza jurídica puede tener puntos de conÀicto,
ya que por una parte el cargo es de exclusiva con¿anza del directorio, quien puede
revocarlo a su arbitrio, sin expresión de causa; y por la otra este gerente se encuentra
amparado en su contrato de trabajo, como cargo de exclusiva con¿anza, que en el

48 Saúl ARGERI, ob. cit. Editorial Astrea, pág. 230.


DERECHO DE SOCIEDADES 313

evento de terminar por declaración unilateral del empleador, debe indemnizársele por
sus años de servicios, conforme lo establecido en los artículos 160 y siguientes del
Código del Trabajo. Además, se le aplican disposiciones propias de director, según
establece el artículo 50 inciso primero.
En lo que se re¿ere a la Ley de Sociedades Anónimas, la función del gerente se
encuentra regulada en los artículos 49 y 50 de la Ley de Sociedades Anónimas:
Artículo 49: “Las sociedades anónimas tendrán uno o más gerentes designados por
el directorio, el que les ¿jará sus atribuciones y deberes, pudiendo sustituirlos a su
arbitrio.
Al gerente o gerente general en su caso, corresponderá la representación judicial de
la sociedad, estando legalmente investido de las facultades establecidas en ambos
incisos del artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, y tendrá derecho a voz en
las reuniones de directorio, respondiendo con los miembros de él de todos los acuer-
dos perjudiciales para la sociedad y los accionistas, cuando no constare su opinión
contraria en el acta.
El cargo de gerente es incompatible con el de presidente, auditor o contador de la
sociedad y en las sociedades anónimas abiertas, también con el de director”.
El estatuto legal de responsabilidades del gerente es análogo al régimen de los
directores, en consecuencia debe ejercer su cargo conforme al patrón de “persona
juiciosa”, respondiendo por sus actos en nivel de culpa leve, el artículo 50 establece
la citada homologación de obligaciones referida:
“A los gerentes, a las personas que hagan sus veces y a los ejecutivos principales, les
serán aplicables las disposiciones de esta ley referente a los directores en lo que sean
compatibles con las responsabilidades propias del cargo o función, y en especial, las
contempladas en los artículos 35, 36, 37, 41, 42, 43, 44, 45 y 46, según el caso.
Es de responsabilidad del gerente la custodia de los libros y registros sociales y que éstos
sean llevados con la regularidad exigida por la ley y sus normas complementarias”.
Se trata, como hemos señalado, de un cargo de exclusiva con¿anza de la mayoría
del directorio, por lo tanto permanece en su función en la medida que cuente con la
con¿anza del órgano directorio. La designación de gerente general debe constar por
escrito, mediante acuerdo en el libro de sesiones de directorio y el acta de la sesión
del directorio en donde se designa la persona del gerente general se debe reducir a
escritura y tomarse nota marginal de ella en el Registro de Comercio. La revocación
debe cumplir con los mismos requisitos previstos para la designación. Se trata, por
lo tanto, de un poder solemne de acuerdo a lo dispuesto por el artículo 22 Nº 5 del
Código de Comercio, que debe ser inscrito.
Las potestades del gerente general se encuentran en el artículo 49 de la Ley de
Sociedades Anónimas, lo que signi¿ca que tienen por fuente la ley. Al realizarse
la designación de gerente éste cuenta con ciertas potestades legales, de acuerdo al
artículo 7º del Código de Procedimiento Civil, representa a la sociedad en materias
jurisdiccionales, tanto activa como pasivamente, con amplias facultades. Tiene derecho
314 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a voz en las sesiones de directorio y responde en iguales términos que los directores,
esto es de culpa leve.
Se aplican las reglas de responsabilidad solidaria del directorio, salvo que conste
en actas que se opuso a determinados acuerdos.
El artículo 42 del reglamento señala que el directorio tiene la obligación de designar
una o más personas que individualmente en ausencia del gerente, pueda representar
válidamente a la sociedad en todas las noti¿caciones que se le practiquen. Estos su-
brogantes deben ser designados en sesión de directorio y constar en el libro de actas
respectivo y en el libro de ejecutivos que obliga a llevar los artículos 135 de la LSA
y, referido a la persona subrogante del Gerente general el artículo 89 del nuevo Regla-
mento de la LSA, de 2012, establece que esta obligación corresponde al Directorio.
Para el tratadista nacional Enrique Barros Bourie el gerente es un órgano socie-
tario designado por el Directorio, en nuestra opinión de carácter unipersonal, y en
cuanto su régimen de responsabilidad señala: “En consecuencia, el deber de cuidado
en la administración gerencial está regido por el estándar general establecido por
el artículo 41 respecto de los directores. El alcance concreto de esos deberes de
cuidado depende de la distribución de funciones que tengan los gerentes al interior
de la compañía. A los gerentes corresponde la gestión en concreto de los negocios
sociales, porque son los ejecutivos principales de la sociedad”49.
Cabe señalar que los artículos 88 y 89 del Reglamento de la LSA de 2012, re¿eren
al Gerente General, y señalan:
“Artículo 88. Las sociedades anónimas tendrán uno o más gerentes designados por
el directorio, el que ¿jará sus atribuciones y deberes, pudiendo sustituirlos a su arbi-
trio. Entre los gerentes designados, el directorio nombrará uno en calidad de gerente
general, a quien le corresponderá la representación judicial de la sociedad conforme
a lo dispuesto por la ley”.
“Artículo 89. El directorio está obligado a designar a una o más personas que, indi-
vidualmente, actúen en ausencia del gerente, la que no será necesaria acreditar por
el interesado, representando válidamente a la sociedad en todas las noti¿caciones
que se le practiquen.
El directorio y la sociedad serán responsables de que existan personas designadas
para los efectos del inciso precedente, de que su nombramiento esté vigente y de que
se encuentren inscritos en el registro a que se re¿ere el artículo 135 de la ley”.

21. Los auditores externos e inspectores


de cuenta, órgano externo de ¿scalización al directorio
Corresponde a los accionistas constituyentes –en la escritura de constitución– y a
la Junta Ordinaria de Accionistas de la sociedad anónima, anualmente, la elección de

49 Enrique BARROS BOURIE, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, Edit. Jurídica de Chile,

pág. 836.
DERECHO DE SOCIEDADES 315

auditor externo independiente e inspectores de cuenta (titular y suplente), según se trate


de sociedad anónima abierta o cerrada. “Con el objeto de examinar la contabilidad,
inventario, balance y otros estados ¿nancieros, debiendo informar por escrito a la
próxima junta ordinaria de accionistas sobre el cumplimiento de su mandato. Los
inspectores de cuentas podrán, además vigilar las operaciones sociales y ¿scalizar
las actuaciones de los administradores y el ¿el cumplimiento de sus deberes legales,
reglamentarios y estatutarios”, según ordena el artículo 51 de la LSA.
El auditor externo independiente y los inspectores de cuenta se encuentran regula-
dos en el Título V de la ley, “De la Fiscalización de la Administración”, en los artículos
51 a 54 de la ley y en el Título IV del nuevo Reglamento de la LSA, “Registro de
Inspectores de Cuentas y Auditores Externos” en los artículos 92 a 100.
Corresponde al órgano societario Junta Ordinaria de Accionistas, en la sociedad
anónima abierta elegir anualmente auditor externo e independiente y a la sociedad
anónima cerrada, le corresponde elegir inspector de cuenta –titular y suplente– con el
objeto de que auditen e informen respecto a la contabilidad, balance y otros estados
¿nancieros de la sociedad y con la obligación de informar por escrito a la próxima
junta ordinaria de accionistas, sobre el cumplimiento de su mandato. Conforme a
lo dispuesto por el artículo 58 del reglamento, los cargos de inspectores de cuenta
y auditores externos son indelegables y, esencialmente, revocables por la junta de
accionistas, lo que refuerza el vínculo de mandato que existe entre la junta ordinaria
de accionistas y los inspectores de cuenta y auditores externos.
De conformidad a lo dispuesto por el artículo 54 de la LSA, la memoria, balance,
inventario, actas, libros y los informes de los auditores externos e inspectores de
cuenta, según corresponda, quedarán a disposición de los accionistas para su exa-
men en la o¿cina de la administración de la sociedad, durante los 15 días anteriores
a la celebración de la junta ordinaria de accionistas, para el examen de los mismos.
Asimismo, respecto de las sociedades ¿liales, ya que deben confeccionar balances
consolidados (artículo 90 LSA). Los auditores externos e inspectores de cuenta tienen
derecho a asistir a las juntas ordinarias con derecho a voz.
El reglamento los faculta para revisar los libros, documentos y antecedentes de la
sociedad anónima y sus ¿liales, debiendo mantener obligación de reserva de los hechos
no difundidos o¿cialmente al público de la entidad ¿scalizada, obligación de reserva
que cesa si se trata de delitos o hechos irregulares (artículo 59 Reglamento).
Estos auditores externos e inspectores de cuenta son remunerados por su gestión
de auditoría, conforme lo apruebe la Junta Ordinaria de Accionistas, y de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 53 de la LSA responden de culpa leve en cuanto causen
perjuicios a los accionistas con sus informes, actuaciones u omisiones.
Los auditores externos son sociedades especializadas en esta gestión de auditoría
contable y se encuentran inscritos en un registro que lleva la SVS y quedan sujetos a
su ¿scalización. Conforme al reglamento pueden hacer auditoría externa los contadores
auditores, los ingenieros comerciales y cualquier otra persona que de conformidad
316 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a la ley pueda emitir informes de auditoría (artículo 98 del nuevo Reglamento de la


LSA).
El legislador indica que estas entidades ¿scalizan la administración de la sociedad,
esto es, al directorio, y deben emitir un informe razonado de su auditoría contable y
hechos relevantes en la materia, especialmente en lo que dice relación al estado de
resultado del ejercicio, ya que los accionistas hacen fe de que la auditoría efectuada
reÀeja el verdadero estado de negocios sociales.
En cuanto a la competencia de los auditores externos y cumplimiento de sus fun-
ciones, en el nuevo artículo 93 del Reglamento de la LSA, de 2012, que reemplazó
los artículos 55 y 56 del reglamento del D.S. Nº 587, de 1982 que señalaban:
“Artículo 55. En el cumplimiento de sus funciones el auditor externo debe examinar
la contabilidad, inventario, balance y otros estados ¿nancieros y expresar su opinión
profesional e independiente sobre dichos documentos. Esta función implica entre
otras:
1. Examinar con el máximo de diligencia si los diversos tipos de operaciones reali-
zadas por la sociedad están reÀejadas razonablemente en la contabilidad y estados
¿nancieros de ésta.
2. Señalar a la dirección de la sociedad las de¿ciencias que se detectan respecto a
la adopción de prácticas contables, al mantenimiento de un sistema administrativo
contable efectivo y a la creación y mantención de un sistema de control interno ade-
cuado.
3. Velar para que los estados ¿nancieros se preparen de acuerdo a los principios y
normas contables generalmente aceptados y a las instrucciones dictadas por la Su-
perintendencia en su caso.
4. Cuidar por revelar la posible existencia de fraudes y otras irregularidades que
puedan afectar la presentación justa de la posición ¿nanciera o de los resultados de
las operaciones”.
A su turno, el artículo 56 del reglamento señala:
“A los auditores externos les corresponde especialmente:
1.Emitir sus informes cumpliendo con las normas de auditoría de aceptación general
y en el caso de las sociedades anónimas abiertas con las instrucciones o normas que
les imparta la Superintendencia.
2.Utilizar técnicas y procedimientos de auditoría que garanticen que el examen
que se realice de la contabilidad y estados ¿nancieros sea con¿able y adecuado
y proporcione elementos de juicio válidos y su¿cientes que sustenten el contenido
del dictamen.
3. Mantener durante un período no inferir a cinco años, contado desde la fecha del
respectivo dictamen, todos los antecedentes que les sirvieron de base para emitir su
opinión. En las sociedades anónimas abiertas estos antecedentes deberán ser propor-
cionados a la Superintendencia, cuando ésta así lo requiera.
4. Toda opinión, certi¿cación o dictamen, escrito o verbal, debe ser veraz y expresado
en forma clara, precisa, objetiva y completa”.
DERECHO DE SOCIEDADES 317

Estos artículos 55 y 56 del D.S. 587, de 1982, fueron reemplazados por el nuevo
artículo 93 del nuevo Reglamento de la LSA, de 2012, y que manera más escueta señala
en cuanto a las competencias de los Inspectores de cuentas y Auditores externos:
“Artículo 93. Los inspectores de cuentas y auditores externos tendrán aquellas facul-
tades y funciones que les otorguen los estatutos de las sociedades que los requieran
para los sistemas de ¿scalización mencionados en el artículo anterior, debiendo al
menos contar con facultades para examinar la contabilidad, inventario, balance y
otros estados ¿nancieros de la sociedad. Además, podrán disponer de las facultades
necesarias para revisar las operaciones sociales y el ¿el cumplimiento de los deberes
legales, reglamentarios y estatutarios por parte de los administradores, que se rela-
cionen con las materias que le fueron encomendadas para supervisar.”.

Tan relevante es la actuación y responsabilidad de los inspectores de cuenta y


auditores externos, que el artículo 134 de la LSA establece un tipo penal y multa a
bene¿cio ¿scal de hasta 4.000 unidades de fomento, en la siguiente hipótesis.
“Los peritos, contadores o auditores externos que con sus informes, declaraciones o
certi¿caciones falsas o dolosas, indujeren a error a los accionistas o a los terceros que
hayan contratado con la sociedad, fundados en dichas informaciones o declaraciones
falsas o dolosas, sufrirán la pena de presidio o relegación menores en sus grados
medios a máximos y multa a bene¿cio ¿scal por valor de hasta una suma equivalente
a 4.000 unidades de fomento”.
Este tipo penal re¿ere a una falsedad y tiene como sujeto activo a “auditores
externos” y no a los inspectores de cuenta, ya que los omite; y como sujetos pasivos
–víctima– “a los accionistas” “o a los terceros que hayan contratado con la socie-
dad” fundados en los citados informes falsos o dolosos.
Esta responsabilidad penal es sin perjuicio de la responsabilidad civil –artículos
133 y 133 bis LSA– y de la responsabilidad administrativa ante la SVS.
Conforme a la reforma incorporada a la LSA por la ley Nº 20.382, de 2009, en
la sociedad anónima cerrada se puede establecer un mecanismo o procedimiento de
control distinto al de los Inspectores de Cuenta o Auditores Externos, el que se puede
articular en los estatutos sociales, como procedimiento de control y ¿scalización al
Directorio, distinto a la modalidad de designar anualmente por la Junta Ordinaria de
Accionistas Inspectores de Cuenta o Auditores Externos.
En efecto, se modi¿ca el artículo 51, de la siguiente forma:
a) Agrégase la siguiente oración ¿nal: “Sin embargo, los estatutos podrán eximir a
la sociedad de la obligación señalada en este artículo o establecer un mecanismo
diverso de control.”.
Para concluir con la reforma introducida por la ley Nº 20.382, de 2009 a la LSA,
en materia de Inspectores de Cuenta y Auditores Externos, se les con¿ere derecho a
voz en las Juntas de Accionistas y se establece que responderán por culpa leve, por
o que corresponde sean citados a la Junta respectiva.
318 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El Directorio de la sociedad anónima (abierta o cerrada), representado por su Pre-


sidente, y/o su Gerente General, deberá citar a los Inspectores de Cuenta o Auditor
Externo a las Juntas Ordinarias de Accionistas, con el objeto ejerzan su derecho a
voz respecto a su Informe sobre los estados ¿nancieros y balance de la sociedad, que
requieran una explicación a solicitud de los accionistas asistentes, materia que debe
consignarse en el Acta de la Junta de Accionistas respectiva.
En efecto, de conformidad a la nueva normativa legal, a los Inspectores de Cuenta
y Auditores Externos, según corresponda, se les con¿ere derecho a voz en las Juntas
de Accionistas, y se establece en materia de responsabilidad legal, que responderán
por culpa leve respecto de su gestión profesional de auditoría, esto es responden por
“la falta de aquella diligencia y cuidado que los hombres emplean ordinariamente en
sus negocios propios” (según establece artículo 44 del Código Civil).
En este sentido, la ley Nº 20.382, de 2009 reemplaza el actual artículo 53, por el
siguiente:
“Artículo 53. Los inspectores de cuentas y auditores externos que no se encuentren
regidos por el Título XXVIII de la ley Nº 18.045, no estarán sometidos a la ¿scaliza-
ción de la Superintendencia, excepto para efectos de su incorporación o exclusión del
Registro de Inspectores de Cuenta y Auditores Externos que dicha entidad establecerá.
El Reglamento determinará los requisitos de idoneidad profesional o técnica, así como
las inhabilidades o causales en virtud de las cuales dichos inspectores de cuentas y
auditores externos podrán ser incorporados y excluidos del mencionado registro, o
bien rechazada su inscripción en el mismo. De las decisiones que al respecto tome la
Superintendencia, se podrá reclamar ante el juez de letras conforme a lo previsto en
el artículo 30 del decreto ley Nº 3.538, de 1980, en lo que fuere aplicable. El tribunal
podrá suspender la ejecución de lo resuelto por la Superintendencia, cuando su apli-
cación en el intertanto pueda provocar un daño irreparable al reclamante.
El informe de los auditores externos e inspectores de cuentas será incorporado en
la memoria junto con los estados ¿nancieros y éstos podrán concurrir a las juntas
generales de accionistas con derecho a voz pero sin derecho a voto.
Los auditores externos e inspectores de cuenta responderán hasta de la culpa leve por
los perjuicios que causaren.”.
Asimismo, la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, ordena que el Informe de
Auditores Externos sea publicado en el sitio Web de Sociedad Anónima Abierta. En
efecto, en sociedades anónimas abiertas se establece la obligación de poner en Internet
en sito Web de la sociedad, el Informe de Auditores Externos y los Estados Financie-
ros Auditados, en cumplimiento a la obligación de información a los accionistas y se
agrega en el artículo 54, el siguiente inciso ¿nal, nuevo:
“En el caso de las sociedades anónimas abiertas, la memoria, el informe de los audi-
tores externos y los estados ¿nancieros auditados de la sociedad, deberán ponerse a
disposición de los accionistas en el sitio en Internet de las sociedades que dispongan
de tales medios.”.
DERECHO DE SOCIEDADES 319

A nivel de “lege ferenda”, se presentó a tramite legislativo el año 2005 ante el


Congreso Nacional, un proyecto de ley Mensaje Nº 140-353, de 29 de julio de 2005,
que incorpora un nuevo Título XXVIII, a la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045,
de 1981, denominado “De las Empresas de Auditoría Externa”, que comprende de
los artículos 239 a 251, de los que reproducimos los más relevantes y son las que se
reproducen a continuación. Evidentemente, el legislador pretende dar mayor jerarquía
e importancia a la función de ¿scalización al órgano societario directorio.
El mensaje Nº 140-353, en lo que re¿ere a empresas de auditoría externa señala
lo que sigue: “Mejoramiento de la Industria de Auditores Externos”.
En su reporte de 2003, el Banco Mundial a¿rma que los principios de gobiernos
corporativos referidos a auditores sólo se cumplen parcialmente en Chile y recomienda
mayor regulación y supervisión de los auditores en nuestro país.
A continuación, en el año 2004, el mismo organismo elaboró un informe especial
sobre los auditores en Chile, donde se recomienda realizar las reformas propuestas en
este mensaje: necesidad de mejorar la calidad de los informes de auditoría, solicitar
información en áreas críticas, fortalecer sus códigos de buenas prácticas o autorregu-
lación, vigilar su independencia, reforzar las capacidades de la SVS y darle un rol más
proactivo para monitorear a los auditores, y mejorar el mecanismo de acreditación y
de control de la calidad de los informes de auditoría.
Para esos efectos, en el presente proyecto se establecen requisitos que garanticen
su profesionalización e independencia económica y capacidad técnica.
Entre otros aspectos, el proyecto establece lo siguiente:
“a) Exige que las sociedades anónimas abiertas sean auditadas por empresas, dado
que hoy lo pueden hacer personas naturales;
b) Prohíbe a las empresas de auditoría externa prestar ciertos servicios a las empresas
auditadas, dado que son actividades que comprometen su independencia (ej. recomen-
darle al Gerente de Finanzas y simultáneamente auditar los estados ¿nancieros);
c) Establece que el total de los ingresos de la auditora provenientes de un mismo
grupo empresarial no puede ser superior al 10%, requisito que, para evitar que cons-
tituya una barrera a la entrada, sólo comenzará a aplicarse al tercer año de actividad
en caso de nuevas empresas auditoras”.
El artículo 239 del proyecto de ley de¿ne las empresas de auditoría externa en los
siguientes términos:
“Artículo 239. Las empresas de auditoría externa son sociedades que prestan servicios
de examen y análisis respecto del control interno, la contabilidad y los estados ¿nan-
cieros de una sociedad anónima abierta, por designación de la junta de accionistas,
o de otras entidades por exigencia de la ley, y que realizan las demás tareas que les
encomiende la Superintendencia conforme a sus facultades legales.
Para los efectos de esta ley, se entiende por “servicios de auditoría externa” o
“auditoría externa” los indicados precedentemente. Las referencias hechas en esta
u otras leyes a auditores externos inscritos en el registro de la Superintendencia o
320 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a expresiones similares, deberán entenderse efectuadas a las empresas de auditoría


externa que se encuentren inscritas en el Registro de Empresas de Auditoría Externa
que llevará la Superintendencia de conformidad con la presente ley.
Toda empresa de auditoría externa podrá prestar sus servicios siempre que ella, los
socios principales que suscriban el informe de auditoría, los encargados de dirigir la
auditoría externa y todos los miembros del equipo de auditoría, tengan independencia
de juicio en relación con la entidad auditada”.
El artículo 240 del proyecto señala que las empresas de auditoría externa quedan
sometidas a la ¿scalización de la SVS y sujetas a régimen de registro ante el órgano
público:
“Artículo 240. Las empresas de auditoría externa, en lo referido a los servicios de
auditoría externa, quedarán sometidas a la ¿scalización de la Superintendencia y
sólo podrán prestarlos cuando se encuentren inscritas en el Registro de Empresas de
Auditoría Externa que llevará la Superintendencia, en adelante el “Registro”.
La Superintendencia deberá efectuar la inscripción en el Registro una vez que la
empresa de auditoría externa acredite el cumplimiento de los requisitos legales y
de reglamentación interna. Las empresas de auditoría externa, al solicitar su ins-
cripción en el Registro, deberán acompañar copia de su reglamento interno, en el
que se establecerá, a lo menos, las políticas de procedimiento, control y análisis de
auditoría, política de con¿dencialidad interna, manejo de información privilegiada
y solución de conÀictos de intereses, política de independencia de juicio e idoneidad
técnica del personal encargado de la dirección y ejecución de la auditoría externa, y
los demás elementos que garanticen la independencia de juicio e idoneidad técnica
que se precisarán en una norma de carácter general que al respecto dictará la Su-
perintendencia.
La inscripción de una empresa de auditoría externa podrá ser cancelada o suspendida
hasta por el plazo máximo de un año, cuando la Superintendencia, mediante resolu-
ción fundada y previa audiencia del afectado, así lo resuelva por haber incurrido la
empresa de auditoría externa en algunas de las siguientes causales:
a) Dejar de cumplir con alguno de los requisitos necesarios para la inscripción. La
Superintendencia, en casos cali¿cados, podrá otorgar al interesado un plazo para
subsanar la situación, el que en ningún caso podrá exceder de 120 días;
b) Incurrir en infracciones graves a las obligaciones que le imponen esta ley, sus
normas complementarias u otras disposiciones que los rijan;
c) Incurrir en forma culposa o dolosa en transacciones incompatibles con las sanas
prácticas de los mercados de valores;
d) Dejar de desempeñar la función de auditoría externa, en los términos señalados
en el artículo 239 de esta ley, por más de un año;
e) Incumplir obligaciones resultantes de auditorías relacionadas con transacciones
de valores de emisores auditados por ellos;
f) Haber incurrido la empresa auditora en incumplimiento de lo dispuesto en el artículo
241 de esta ley, y mantenerse dicha situación por espacio de 90 días; y
DERECHO DE SOCIEDADES 321

g) Encontrarse un socio principal en alguna de las situaciones señaladas en el artículo


242 y mantenerse en ella por más de noventa días”.
Relativo al giro de servicios de las empresas de auditoría externa, el artículo 243
del proyecto de ley señala:
“Artículo 243. Las empresas de auditoría externa podrán desarrollar actividades
distintas de las señaladas en el artículo 239, siempre que no comprometan su idonei-
dad técnica o independencia de juicio en la prestación de los servicios de auditoría
externa, y previo cumplimiento del Reglamento Interno. Con todo, no podrán prestar
simultáneamente y respecto de una misma sociedad servicios de auditoría externa y
cualquiera de los servicios indicados a continuación:
a) Auditoría interna;
b) Desarrollo o implementación de sistemas contables y de presentación de estados
¿nancieros;
c) Teneduría de libros;
d) Tasaciones, valorizaciones y servicios actuariales que impliquen el cálculo, es-
timación o análisis de hechos o factores de incidencia económica que sirvan para
la determinación de montos de reservas, activos u obligaciones y que conlleven un
registro contable en los estados ¿nancieros de la entidad auditada;
e) Asesoría para la colocación o intermediación de valores y agencia ¿nanciera.
Para estos efectos, no se entenderán como asesoría aquellos servicios prestados por
exigencia legal o regulatoria en relación con la información exigida para casos de
ofertas públicas de valores;
f) Asesoría en la contratación y administración de personal y recursos humanos, y
g) Asumir el patrocinio o la representación de la sociedad auditada en cualquier tipo de
procedimiento judicial o arbitral o en cualquier gestión de carácter administrativo”.
Con el objeto de garantizar la independencia de la empresa de auditoría externa res-
pecto de la sociedad anónima auditada, el artículo 244 del proyecto de ley señala:
“Artículo 244. Se entenderá que carecen de independencia de juicio respecto de una
sociedad auditada, las siguientes personas naturales:
a) Las relacionadas con la sociedad auditada;
b) Las que tengan algún vínculo de subordinación o dependencia, o quienes presten ser-
vicios a la sociedad auditada o a cualquier otra entidad de su grupo empresarial;
c) Las que posean valores emitidos por la sociedad auditada o por cualquier otra
entidad de su grupo empresarial. Se considerará para los efectos de esta letra, los
valores que posea el cónyuge y también las promesas, opciones y los que haya recibido
éste en garantía, como asimismo las que posean los demás socios principales de la
empresa de auditoría externa respectiva;
d) Los trabajadores de un intermediario de valores de colocación de títulos de la
sociedad auditada y las personas relacionadas de éstos, y
e) Las que tengan o hayan tenido durante los últimos doce meses una relación laboral
o relación de negocios signi¿cativa con la sociedad auditada o con las entidades del
grupo empresarial de que forma parte, distintas de la auditoría externa misma o de
322 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

las otras actividades realizadas por la empresa de auditoría externa de conformidad


con la ley”.
El artículo 245 del proyecto de ley señala casos en los cuales la empresa de audi-
toría externa no tiene independencia respecto de la sociedad auditada y el artículo 246
impone obligación de informar al directorio de la sociedad anónima respectiva:
“Artículo 245. Se entenderá que la empresa de auditoría externa no tiene indepen-
dencia de juicio respecto de una sociedad auditada en los siguientes casos:
a) Si tiene directamente o a través de otras personas, una signi¿cativa relación con-
tractual o crediticia activa o pasiva con la sociedad auditada o con las entidades
del grupo empresarial del que aquella forma parte, distinta de la auditoría externa
misma o de las otras actividades realizadas por la empresa de auditoría externa de
conformidad con la ley;
b) Si, en forma directa o a través de otras personas, posee valores emitidos por la
sociedad auditada o por cualquier otra entidad de su grupo empresarial;
c) Si el 10% o más de sus ingresos anuales totales, por cualquier concepto, sumados a
los de sus ¿liales y matrices, provienen del mismo grupo empresarial al que pertenece
la sociedad auditada. Tratándose de empresas del Estado o aquellas en que el Estado,
sus instituciones o empresas tengan aportes de capital mayores o iguales al 50%, esta
causal no será de aplicación. Esta causal de falta de independencia será aplicable
a contar del inicio del tercer año de inscrita la empresa de auditoría externa en el
Registro de Empresas de Auditoría Externa que llevará la Superintendencia; o
d) Haber prestado alguno de los servicios indicados en las letras d) y e) del artículo
243 durante los 180 días previos a la fecha de su designación por la junta de accio-
nistas para la prestación de los servicios de auditoría externa”.
“Artículo 246. En el evento que exista o sobrevenga una causal de falta de inde-
pendencia de juicio de las que se describen en los artículos precedentes, la empresa
de auditoría externa deberá informar al directorio u órgano de administración y no
podrá prestar o continuar prestando sus servicios de auditoría externa hasta que las
personas afectas no sean separadas del equipo de auditoría, en caso del artículo 244,
y hasta que sean aplicadas las medidas correctivas que aseguren el restablecimiento de
la independencia de juicio respecto de la sociedad auditada, en caso de los artículos
244 y en las letras a) y b) del artículo 245”.
En cuanto a la competencia legal de las empresas de auditoría externa el artículo
247 del proyecto señala:
“Artículo 247. A las empresas de auditoría externa les corresponde especialmente
examinar y expresar su informe profesional e independiente sobre la contabilidad,
inventario, balance y otros estados ¿nancieros conforme a las Normas de Auditoría de
General Aplicación y las instrucciones que imparta la Superintendencia, en su caso.
Esta función implica, entre otras actividades, las siguientes:
a) Veri¿car si las operaciones realizadas por la sociedad auditada están reÀejadas
razonablemente en la contabilidad y estados ¿nancieros de ésta;
DERECHO DE SOCIEDADES 323

b) Cerciorarse que los estados ¿nancieros de la sociedad auditada se hayan preparado


de acuerdo a los principios de contabilidad generalmente aceptados y a las normas
dictadas por las autoridades ¿scalizadoras competentes;
c) Señalar a la administración de la sociedad auditada las de¿ciencias que se detec-
ten durante el desarrollo de la auditoría externa en la adopción y mantenimiento de
prácticas contables, sistema administrativo y de auditoría interna;
d) Comunicar a las autoridades administrativas correspondientes, cualquier de¿ciencia
grave y no solucionada por la administración de la sociedad que pueda afectar la
adecuada presentación de la posición ¿nanciera o de los resultados de las operaciones
de la sociedad auditada, y
e) Denunciar ante el Ministerio Público los hechos señalados en la letra d) cuando
fueran constitutivos de delitos Àagrantes que conozcan durante el desarrollo de la
auditoría externa”.
El artículo 248 del proyecto de ley establece las obligaciones que debe cumplir la so-
ciedad auditada con la empresa, en cuanto a la exhibición de libros y documentos:
“Artículo 248. Sólo para los ¿nes de la auditoría externa, la sociedad auditada deberá
poner a disposición de la empresa de auditoría externa toda la información necesaria
para efectuar dicho servicio, incluyendo todos los libros, registros, documentos y
antecedentes de la sociedad y de sus ¿liales, en su caso. La obtención de información
podrá incluir la entrevista a los miembros del directorio, gerente general, gerentes
y ejecutivos principales, lo que será solicitado a través del gerente general. La revi-
sión de la documentación e información social por el personal designado a tal efecto
podrá realizarse en las o¿cinas de la sociedad auditada en cualquier momento, pero
de manera de no afectar la gestión social.
En caso que la información puesta a su disposición sea con¿dencial o sujeta a
reserva, la empresa de auditoría externa deberá mantenerla en secreto y será
responsable de la revelación o utilización impropia que sus dependientes hagan
respecto de ella”.
El artículo 249 del proyecto de ley describe los requisitos de forma y fondo de los
informes y certi¿caciones de la empresa de auditoría externa:
“Artículo 249. Toda opinión, certi¿cación, informe o dictamen debe fundarse en téc-
nicas y procedimientos de auditoría que otorguen un grado razonable de con¿abilidad
del examen y proporcionen elementos de juicio válidos y su¿cientes y su contenido
deberá ser veraz, completo y expresado en forma clara, precisa y objetiva.
La empresa de auditoría externa deberá mantener por, a lo menos, seis años desde la
fecha de la respectiva opinión, certi¿cación, informe o dictamen, todos los antecedentes
que le sirvieron de base para su emisión. La Superintendencia podrá dictar normas
de carácter general, estableciendo medios y condiciones de archivo y custodia de
tales antecedentes y podrá autorizar la eliminación de parte de ese archivo antes de
ese plazo o exigir que determinados documentos se guarden por plazos mayores. En
ningún caso podrán destruirse los documentos que digan relación directa o indirecta
con algún asunto o litigio pendiente.
324 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El informe de auditoría externa deberá ser suscrito por la persona que condujo la
auditoría externa y, a lo menos, dos socios principales, al menos uno de los cuales
deberá tener domicilio y residencia en Chile. Los socios principales ¿rmantes deberán
¿rmar por sí o por medio de representante especialmente facultado para ello y no po-
drán suscribir más de cinco informes consecutivos respecto de los estados ¿nancieros
anuales de un mismo auditado”.
El artículo 250 del proyecto de ley establece regla de responsabilidad en patrón de
culpa leve, para el cumplimiento de las obligaciones que la ley impone a la empresa
de auditoría externa:
“Artículo 250. Las empresas de auditoría externa, en la prestación de sus servicios de
auditoría externa, y las personas que en su nombre participen en la conducción de dicha
auditoría, responderán hasta de la culpa leve por los perjuicios que causaren.
La empresa de auditoría externa, las personas que hubieren dirigido la auditoría
externa y los que suscriban los informes de auditoría responderán solidariamente de
los perjuicios causados a terceros”.
Finalmente, el artículo 251 del proyecto de ley señala que la junta de accionistas
puede revocar a la empresa de auditoría externa y que la función de ésta es indele-
gable:
“Artículo 251. La facultad de la junta de accionistas para designar o revocar a la
empresa de auditoría externa es indelegable. Toda revocación deberá ser informada
por la sociedad con el carácter de hecho esencial.
Con todo, si la misma empresa de auditoría externa hubiera auditado los estados ¿-
nancieros de la sociedad durante cinco ejercicios consecutivos, un accionista o grupo
de accionistas que representen, a lo menos, un 5% de las acciones con derecho a voto
podrán determinar que la empresa de auditoría externa sólo pueda ser reelegida por
la junta de accionistas con el voto conforme de las dos terceras partes de las acciones
emitidas con derecho a voto”.
El proyecto de ley transcrito precedentemente se materializó en la Ley Nº 20.382,
publicada en Diario O¿cial de 20 de octubre de 2009, que incorporó un Título XXVIII
en la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045, de 1981, en adelante “LMV”, y que regula
la Empresas de Auditoría Externa, en los artículos 239 a 249.
Los artículos 239, 245 y 246 de la LMV establecen la competencia de las Empresas
de Auditoría Externa en la gestión de auditoría contable y ¿nanciera, en lo que re¿e-
re a la prestación de servicios a las sociedades anónimas abiertas y demás personas
sometidas a la ¿scalización de la SVS, y señalan lo que sigue:
Artículo 239:
Artículo 239. Para los efectos de esta ley, las empresas de auditoría externa son
sociedades que, dirigidas por sus socios, prestan principalmente los siguientes
servicios a los emisores de valores y demás personas sujetas a la ¿scalización de la
Superintendencia:
DERECHO DE SOCIEDADES 325

a) Examinan selectivamente los montos, respaldos y antecedentes que conforman la


contabilidad y los estados ¿nancieros.
b) Evalúan los principios de contabilidad utilizados y la consistencia de su aplicación
con los estándares relevantes, así como las estimaciones signi¿cativas hechas por la
administración.
c) Emiten sus conclusiones respecto de la presentación general de la contabilidad y
los estados ¿nancieros, indicando con un razonable grado de seguridad, si ellos están
exentos de errores signi¿cativos y cumplen con los estándares relevantes en forma
cabal consistente y con¿able.
Las referencias hechas en esta u otras leyes a auditores externos inscritos en el registro
de la Superintendencia o a expresiones similares, deberán entenderse efectuadas a las
empresas de auditoría externa que se encuentren inscritas en el Registro de Empresas
de Auditoría Externa que llevará la Superintendencia de conformidad con el presente
Título, en adelante el “Registro”.
Toda empresa de auditoría externa podrá prestar sus servicios a los emisores de va-
lores y a las sociedades anónimas abiertas y especiales, siempre que ella los socios
que suscriban los informes de auditoría, los encargados de dirigir la auditoría y todos
los miembros del equipo de auditoría, tengan independencia de juicio respecto de la
entidad auditada y cumplan con las disposiciones de este título.”.
“Artículo 245. En el evento que exista o sobrevenga una causal de falta de in-
dependencia de juicio de las que se describen en los artículos precedentes, la
empresa de auditoría externa deberá informar de ello al directorio o al órgano
de administración de la entidad auditada y no podrá prestar o continuar pres-
tando sus servicios de auditoría externa, salvo en las siguientes circunstancias:
a) En los casos del artículo 243, cuando las personas afectadas sean separadas del
equipo de auditoría y se apliquen medidas correctivas que aseguren el restablecimiento
de la independencia de juicio respecto de la sociedad auditada, o
b) En caso que sobrevenga alguna de las causales relativas a falta de independencia
del artículo 244 y ésta no fuera subsanada dentro de los 30 días siguientes a dicho
informe, la empresa de auditoría externa podrá seguir prestando los servicios con-
tratados para el ejercicio en curso.”.
“Artículo 246. A las empresas de auditoría externa les corresponde especialmente
examinar y expresar su opinión profesional e independiente sobre la contabilidad,
inventario, balance y otros estados ¿nancieros conforme a las Normas de Auditoría
de General Aceptación y las instrucciones que imparta la Superintendencia, en su
caso. Adicionalmente a lo señalado en el artículo 239, las empresas de auditoría
externa deberán:
a) Señalar a la administración de la entidad auditada y al comité de directores, en su
caso, las de¿ciencias que se detecten dentro del desarrollo de la auditoría externa en
la adopción y mantenimiento de prácticas contables, sistemas administrativos y de
auditoría interna, identi¿car las discrepancias entre los criterios contables aplicados
en los estados ¿nancieros y los criterios relevantes aplicados generalmente en la
326 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

industria en que dicha entidad desarrolla su actividad, así como, en el cumplimiento


de las obligaciones tributarias de la sociedad y la de sus ¿liales incluidas en la res-
pectiva auditoría.
b) Comunicar a los organismos supervisores pertinentes cualquier de¿ciencia grave
a que se re¿ere el literal anterior y que, a juicio de la empresa auditora, no haya sido
solucionada oportunamente por la administración de la entidad auditada, en cuanto
pueda afectar la adecuada presentación de la posición ¿nanciera o de los resultados
de las operaciones de la entidad auditada.
c) Informar a la entidad auditada, dentro de los dos primeros meses de cada año, si
los ingresos obtenidos de ella, por sí sola o junto a las demás entidades del grupo
al que ella pertenece, cualquiera sea el concepto por el cual se hayan recibido tales
ingresos, e incluyendo en dicho cálculo aquellos obtenidos a través de sus ¿liales y
matriz, superan el 15% del total de ingresos operacionales de la empresa de audito-
ría externa correspondientes al año anterior. En el caso de las sociedades anónimas
abiertas, tras dicho aviso, los servicios de auditoría externa sólo podrán ser renovados
por la junta ordinaria de accionistas por dos tercios de las acciones con derecho a
voto y así en todos los ejercicios siguientes, mientras los ingresos de la empresa de
auditoría externa superen el porcentaje indicado.”.
En lo que re¿ere al régimen de responsabilidad legal de los auditores externos,
se ¿ja el estándar de culpa leve, en efecto el artículo 249 señala: “Las empresas de
auditoría externa, en la prestación de sus servicios de auditoría externa, y las personas
que en su nombre participen en dicha auditoría, responderán hasta de la culpa leve
por los perjuicios que causaren”.

22. Las juntas de accionistas


La junta de accionistas es otro órgano societario necesario y esencial para el go-
bierno y funcionamiento de la sociedad anónima y se encuentra regulado en el Título
VI de la LSA, en los artículos 55 a 72, complementados en el nuevo en el Reglamento
en el Título VI, artículos 101 a 125.
De la de¿nición del artículo 1º de la sociedad anónima se concluye que los accio-
nistas son quienes suministran el capital a la sociedad, por la vía de la suscripción de
acciones, o por la forma derivada de la adquisición de acciones vía cesión o traspaso
de acciones (ya suscritas y pagadas o no pagadas). Estos accionistas que aportan el
capital social limitan su responsabilidad sólo hasta el monto de sus aportes, no res-
pondiendo frente a los terceros acreedores sociales. Los accionistas de la sociedad
se reúnen en este órgano societario, junta o asamblea de accionistas, las que según la
materia de que conocen y resuelven, pueden ser ordinarias o extraordinarias. Cada
acción da derecho a voz y voto en las juntas referidas. Para poder ejercer este derecho
a voz y voto, que algunos autores de¿nen como un derecho político, el accionista
debe estar inscrito a lo menos con 5 días de anticipación a la junta respectiva en el
registro de accionistas.
DERECHO DE SOCIEDADES 327

En general se sostiene que en este órgano societario se encuentran radicadas


las materias legales y económicas de mayor trascendencia para la sociedad, entre
las que destaca la reforma de estatutos sociales, y es por lo tanto es un verdadero
poder constituyente o soberano. En este sentido, el poder soberano reside en los
accionistas.
El tratadista español Rodrigo Uría señala que “la junta general puede ser de¿nida
así: reunión de accionistas, debidamente convocados para deliberar y decidir por
mayoría sobre asuntos sociales propios de su competencia”, y agrega que “es el
órgano de formación y expresión de la voluntad social: órgano soberano, encarna-
dor del poder supremo, cuyas decisiones obligan a los administradores y a todos los
accionistas, incluso a los disidentes y a los que no hayan participado en la junta. La
voluntad social se forma por la fusión de las voluntades individuales de los socios
en los acuerdos o decisiones tomadas en junta”50. En el mismo sentido el tratadista
argentino Mariano Galgiardo, señala “La asamblea de accionistas constituye el ór-
gano máximo de deliberación. Por su intermedio, se expresa la voluntad inmediata
y se gobiernan los destinos de la sociedad, conforme los intereses sociales. Se trata
de un órgano de carácter corporativo y necesario que no debe ser confundido con la
sociedad misma, pues es insustituible”51.
Hemos señalado que la Ley de Sociedades Anónimas asigna o “reparte” poderes
tanto al órgano Directorio como al órgano Junta de Accionistas, de tal suerte que
existe un principio de interdependencia entre ambos órganos societarios y de com-
petencias legales, radicadas en cada uno de ellos, poderes que se re¿eren al gobierno
de la sociedad.
Las materias de competencia de la junta ordinaria de accionistas se encuentran
reguladas y señaladas en el artículo 56 de la Ley de Sociedades Anónimas:
Artículo 56: “Son materias de la junta ordinaria:
“1. El examen de la situación de la sociedad y de los informes de los inspectores de
cuentas y auditores externos y la aprobación o rechazo de la memoria, del balance,
de los estados y demostraciones ¿nancieras presentadas por los administradores o
liquidadores de la sociedad;
2. La distribución de las utilidades de cada ejercicio y, en especial, el reparto de
dividendos;
3. La elección o revocación de los miembros titulares y suplentes del directorio de los
liquidadores y de los ¿scalizadores de la administración; y
4. En general, cualquiera materia de interés social que no sea propia de una junta
extraordinaria”.
Si bien el directorio tiene amplios poderes de administración según hemos venido
señalando, el límite de este amplio poder son precisamente los poderes que la ley

50 Rodrigo URÍA, ob. cit., pág. 292.


51 Mariano GALGIARDO, ob. cit., pág. 239.
328 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

entrega a la junta de accionistas. Es decir, el directorio no puede abocarse a resolver


materias propias de la junta de accionistas, bajo sanción de causar un acto nulo. Estas
materias, como regla general, no son delegables al directorio, salvo en los casos en
que la ley especialmente faculta un delegación especí¿ca.
Es en este sentido que se aplica la teoría del órgano público de separación de
poderes, y actuación válida de cada órgano societario dentro de las materias de su
exclusiva competencia legal, de lo contrario el acto que transgreda estos principios
es susceptible de ser anulado, impugnando el acuerdo ilícito por incompetencia en
razón de materia.
Se sostiene que la junta de accionistas tiene dentro de su competencia el controlar
y ¿scalizar las actuaciones del directorio. En cierta medida esta a¿rmación es correcta
porque la junta ordinaria de accionistas se convoca a lo menos una vez al año, dentro
del cuatrimestre siguiente al cierre del ejercicio, que ocurre al día 31 de diciembre
de cada año, celebrándose estas juntas ordinarias entre el 2 de enero y al 31 de abril
del año siguiente al cierre del ejercicio. Pero este control de la junta de accionistas es
de naturaleza “ex-post” a la gestión del directorio, por ello el artículo 56 de la Ley
de Sociedades Anónimas señala que es competencia de esta junta el examen de la
situación de la sociedad.
Así, el estado ¿nanciero y económico que presenta el directorio a la junta de ac-
cionistas es siempre ex-post, ya que se encuentra ejecutado. La aprobación o rechazo
que realiza la junta de accionistas respecto del estado ¿nanciero y económico de la
sociedad pasa por el juego de la mayoría de los accionistas.
En las juntas de accionistas pueden participar y ejercer sus derechos de voz y
voto los titulares de acciones inscritas en el registro de accionistas con cinco días de
anticipación a aquel en que haya de celebrarse la junta respectiva (artículo 62 LSA);
pueden participar con derecho a voz los titulares de acciones sin derecho a voto; los
directores y los gerentes (con derecho a voz) y la SVS puede hacerse representar en
toda junta de sociedad sometida a su control, con derecho a voz y con poder para
resolver administrativamente sobre cualquier cuestión que re¿era a cali¿cación de
poderes, o con relación a la legitimidad de la junta o la validez del acuerdo (artículo 63
LSA); asimismo puede participar con derecho a voz el representante de los tenedores
de bonos (artículos 103 y sgtes. Ley de Mercado de Valores Nº 18.045).
Es preciso señalar que la ley Nº 20.382 de 2009 introdujo algunas modi¿caciones
a la regulación de las Juntas de Accionistas, que se indicarán en el desarrollo de los
números siguientes, según corresponda.

22.1. Materias de competencia de la Junta Ordinaria de Accionistas


El examen de la situación de la sociedad y de los informes de los inspectores de
cuentas y auditores externos y la aprobación o rechazo de la memoria, del balance,
de los estados y demostraciones ¿nancieras presentadas por los administradores o
liquidadores de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 329

La presentación del directorio a la junta de accionistas de la existencia de utilidades


y pérdidas del ejercicio se contienen en los instrumentos Memoria, Balance y Estados
Financieros de la compañía. Si se aprueba el estado ¿nanciero que reÀeja utilidad
habrá posibilidad de repartir utilidades. Los accionistas también pueden decidir sobre
el reparto de esa utilidad. Si el balance representa irregularidades, operaciones dudosas
o poco claras y ello es representado por los informes de los auditores externos, esta
memoria estará expuesta a ser rechazada. Si existe rechazo el directorio debe presentar
por segunda vez un nuevo balance y si es nuevamente rechazado acarrea la revocación
del directorio conforme lo establecido en el artículo 77 de la ley:
Artículo 77: “La junta de accionistas llamada a decidir sobre determinado ejercicio,
no podrá diferir su pronunciamiento respecto de la memoria, balance general y estados
de ganancias y pérdidas que le hayan sido presentados, debiendo resolver de inmediato
sobre su aprobación, modi¿cación o rechazo y sobre el monto de los dividendos que
deberán pagarse dentro de los plazos establecidos en el artículo 81 de esta ley.
Si la junta rechazare el balance, en razón de observaciones especí¿cas y fundadas,
el directorio deberá someter uno nuevo a su consideración para la fecha que ésta
determine, la que no podrá exceder de 60 días a contar de la fecha del rechazo.
Si la junta rechazare el nuevo balance sometido a su consideración, se entenderá re-
vocado el directorio, sin perjuicio de las responsabilidades que resulten. En la misma
oportunidad se procederá a la elección de uno nuevo.
Los directores que hubieren aprobado el balance que motivó su revocación, quedarán
inhabilitados para ser reelegidos por el período completo siguiente”.
Relativo a la responsabilidad de los inspectores de cuenta y auditores externos de
la sociedad anónima, especialmente respecto de sus informes a los estados ¿nancieros
el artículo 134 de la ley contempla el siguiente tipo penal:
Artículo 134: “Los peritos, contadores o auditores externos que con sus informes,
declaraciones o certi¿caciones falsas o dolosas, indujeren a error a los accionistas o a
los terceros que hayan contratado con la sociedad, fundados en dichas informaciones
o declaraciones falsas o dolosas, sufrirán la pena de presidio o relegación menores
en sus grados medio a máximo y multa a bene¿cio ¿scal por valor de hasta una suma
equivalente a 4.000 unidades de fomento”.
La distribución de las utilidades de cada ejercicio y, en especial, el reparto de
dividendos:
El derecho de dividendo es condicional a que exista utilidad líquida en el ejercicio.
El legislador estableció que de haber utilidad líquida en el ejercicio se debe repartir
un mínimo del 30% de la misma a los accionistas vía dividendos. Salvo acuerdo
unánime en contrario lo que es muy difícil que ocurra. El dividendo debe ser pagado
en dinero y a prorrata de las acciones o en el porcentaje que establezca la escritura
de constitución de la sociedad:
Artículo 79: “Salvo acuerdo diferente adoptado en la junta respectiva, por la unani-
midad de las acciones emitidas, las sociedades anónimas abiertas deberán distribuir
330 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

anualmente como dividendo en dinero a sus accionistas, a prorrata de sus acciones


o en la proporción que establezcan los estatutos si hubiere acciones preferidas, a lo
menos el 30% de las utilidades líquidas de cada ejercicio. En las sociedades anónimas
cerradas, se estará a lo que determinen los estatutos y si éstos nada dijeren, se les
aplicará la norma precedente.
En todo caso, el directorio podrá, bajo la responsabilidad personal de los directores
que concurran al acuerdo respectivo, distribuir dividendos provisorios durante el
ejercicio con cargo a las utilidades del mismo, siempre que no hubieren pérdidas
acumuladas”.
Con el 70% de la utilidad del ejercicio, no repartida vía dividendo, la junta de
accionistas debe determinar dos destinos posibles:
– Aumentar el capital social con cargo a las utilidades no repartidas, entregando
a los accionistas acciones “liberadas de pago”, esto es, capitalizar esta utilidad. Esta
utilidad pertenece a los accionistas, pero ahora por la vía de entregar propiedad ac-
cionaria.
– La otra opción consiste en acordar formar un fondo de reserva para futuros
repartos de dividendos. Así lo establece el artículo 80 de la ley.
Respecto a la responsabilidad del directorio si propone repartir dividendos pro-
visorios existiendo pérdidas en la sociedad, el artículo 45 contempla la siguiente
presunción de culpa:
Artículo 45: “Se presume la culpabilidad de los directores respondiendo, en con-
secuencia, solidariamente de los perjuicios causados a la sociedad, accionistas o
terceros, en los siguientes casos:
1. Si la sociedad no llevare sus libros o registros;
2. Si se repartieren dividendos provisorios habiendo pérdidas acumuladas, respecto
de los directores que concurrieron al acuerdo respectivo;
3. Si la sociedad ocultare sus bienes, reconociere deudas supuestas o simulare ena-
jenaciones.
Se presume, igualmente, la culpabilidad del o de los directores que se bene¿cien en
forma indebida, directamente o a través de otra persona natural o jurídica de un
negocio social que, a su vez, irrogue perjuicio a la sociedad”.
Además esta conducta del directorio de presentar un estado ¿nanciero falaz
constituye fuente de responsabilidad indemnizatoria a los accionistas, conforme se
establece en el artículo 46:
“El directorio deberá proporcionar a los accionistas y al público las informaciones
su¿cientes, ¿dedignas y oportunas que la ley y, en su caso, la Superintendencia deter-
minen respecto de la situación legal, económica y ¿nanciera de la sociedad.
Si la infracción a esta obligación causa perjuicio a la sociedad, a los accionistas o a
terceros, los directores infractores serán solidariamente responsables de los perjuicios
causados. Lo anterior no obsta a las sanciones administrativas que pueda aplicar, en
su caso, la Superintendencia y a las demás penas que establezca la ley”.
DERECHO DE SOCIEDADES 331

• La elección o revocación de los miembros titulares y suplentes del directorio de


los liquidadores y de los ¿scalizadores de la administración.
Es competencia de la junta ordinaria de accionistas la elección de los miembros
integrantes del directorio, titulares y suplentes; como asimismo de los liquidadores en
caso de disolución de la sociedad y de los auditores externos e inspectores de cuenta
según corresponda.
• En general, cualquiera materia de interés social que no sea propia de una junta
extraordinaria.
La competencia de la junta ordinaria es más amplia que la competencia de la junta
extraordinaria, en el sentido de que comprenderá “cualquier materia de interés social”;
un ejemplo típico lo encontramos en las materias establecidas en el artículo 44 de la
ley, que regula los contratos en que un director tenga interés directo, los que deben
ser presentados al conocimiento de la junta de accionistas.

22.2. Citación a junta ordinaria


La citación a la junta ordinaria se encuentra regulada en los artículos 58 y 59 de la
Ley de Sociedades Anónimas y en el artículo 104 del reglamento, en virtud del cual
se debe citar a junta mediante tres avisos destacados, publicado el primero con quince
días de anticipación a la junta, los que se publican en el diario que haya determinado
una Junta anterior y a falta de tal designación se debe publicar en el Diario O¿cial.
El artículo 58 de la LSA señala que las juntas serán convocadas por el directorio
de la sociedad, y agrega que debe convocar a junta ordinaria, a efectuarse dentro del
cuatrimestre siguiente a la fecha del balance, con el ¿n de conocer de todos los asun-
tos de su competencia. También debe el directorio citar a junta ordinaria, cuando así
lo soliciten accionistas que representen a lo menos el 10% de las acciones emitidas
con derecho a voto, expresando los asuntos a ser tratados en la junta; y cuando así lo
requiera la SVS, sin perjuicio de citarlas directamente.
En cuanto a la publicidad para la citación o convocatoria a junta de accionistas el
artículo 59 de la ley señala:
“La citación a la junta de accionistas se efectuará por medio de un aviso destacado que
se publicará, a lo menos, por tres veces en días distintos en el periódico del domicilio
social que haya determinado la junta de accionistas o, a falta de acuerdo o en caso
de suspensión o desaparición de la circulación del periódico designado, en el Diario
O¿cial, en el tiempo, forma y condiciones que señale el Reglamento.
En las sociedades abiertas, además, deberá enviarse una citación por correo a cada
accionista con una anticipación mínima de quince días a la fecha de la celebración de la
junta, la que deberá contener una referencia a las materias a ser tratadas en ella.
La omisión de la obligación a que se re¿ere el inciso anterior no afectará la validez
de la citación, pero los directores, liquidadores y gerente de la sociedad infractora
responderán de los perjuicios que causaren a los accionistas, no obstante las sanciones
administrativas que la Superintendencia pueda aplicarles”.
332 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En cuanto al número de avisos para citar a Junta de Accionistas y plazos para


efectuarlos, el artículo 104 nuevo del Reglamento dispone:
“Artículo 104. De conformidad a lo dispuesto en el artículo 59 de la ley, la citación a
la junta de accionistas se efectuará por medio de un aviso destacado que se publicará,
a lo menos, por tres veces en días distintos en el periódico del domicilio social o en
el Diario O¿cial, según corresponda. Los avisos de citación a juntas de accionistas
deberán publicarse dentro de los 20 días anteriores a la fecha de su celebración. El
primer aviso no podrá publicarse con menos de 15 días de anticipación a la junta.
El aviso deberá señalar la naturaleza de la junta y el lugar, fecha y hora de su celebra-
ción y en caso de junta extraordinaria, las materias a ser tratadas en ella. Los avisos
de la segunda citación a junta deberán cumplir con todos los requisitos señalados en
los incisos anteriores.”.
Con la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, se establece la obligación o deber para
el Directorio de la Sociedad Anónima Abierta de citar a Junta Ordinaria o Extraordi-
naria de Accionistas, cuando lo solicite la Superintendencia de Valores y Seguros y
en Sociedad Anónima Cerrada, cuando lo soliciten accionistas que representen a lo
menos el 10% de las acciones con derecho a voto.
De este modo en el artículo 58 de la LSA, se sustituye el número 4), por el si-
guiente:
“4) A junta ordinaria o extraordinaria, según sea el caso, cuando así lo requiera la
Superintendencia, con respecto a las sociedades anónimas abiertas o especiales, sin
perjuicio de su facultad para convocarlas directamente. En el caso de las sociedades
anónimas cerradas, si el directorio no ha convocado a junta cuando corresponde,
accionistas que representen, a lo menos, el 10% de las acciones emitidas con derecho
a voto, podrán efectuar la citación a junta ordinaria o extraordinaria, según sea el
caso, mediante la publicación de un aviso en un diario de circulación nacional, en
el cual expresarán la fecha y hora en que se llevará a cabo y los asuntos a tratar en
la junta.”.
El artículo 60 de la LSA contiene una importante norma, de gran aplicación prác-
tica, para celebrar juntas de accionistas –ordinarias o extraordinarias–, especialmente
aplicable a la sociedad anónima cerrada, cuando se encuentre presente el 100% de la
propiedad accionaria, aun cuando no se haya practicado publicación alguna:
“Podrán celebrarse válidamente aquellas juntas a las que concurran la totalidad
de las acciones emitidas con derecho a voto, aun cuando no hubieren cumplido las
formalidades requeridas para su citación”.
En esta materia la ley Nº 20.382, de 2009, señala en cuanto a la celebración de
Juntas de Accionistas según artículo 60 LSA, con asistencia de 100% de acciones, que
se pueden celebrar válidamente Juntas de Accionistas en que se encuentre presente
el 100% de las acciones, bajo modalidad de auto convocatoria; y señala: intercálase
en el artículo 60, entre las palabras “podrán” y “celebrarse”, la expresión “auto con-
vocarse y”.
DERECHO DE SOCIEDADES 333

En materia de quórum para la celebración de la junta ordinaria es el de la mayoría


de las acciones emitidas con derecho a voto:
Artículo 61: “Las juntas se constituirán en primera citación, salvo que la ley o los
estatutos establezcan mayorías superiores, con la mayoría absoluta de las acciones
emitidas con derecho a voto y, en segunda citación, con las que se encuentren pre-
sentes o representadas, cualquiera que sea su número, y los acuerdos se adoptarán
por la mayoría absoluta de las acciones presentes o representadas con derecho a
voto.
Los avisos de la segunda citación sólo podrán publicarse una vez que hubiere fraca-
sado la junta a efectuarse en primera citación y en todo caso, la nueva junta deberá
ser citada para celebrarse dentro de los 45 días siguientes a la fecha ¿jada para la
junta no efectuada.
Las juntas serán presididas por el presidente del directorio o por el que haga sus veces
y actuará como secretario el titular de este cargo, cuando lo hubiere, o el gerente en
su defecto”.
Los artículos 62, 63, 64, 65 y 66 de la LSA establecen normas y principios co-
munes aplicables a toda clase de juntas de accionistas (ordinarias o extraordinarias),
que seguidamente reproducimos: Haciendo presente que el artículo 62 antes de la
reforma de 2009 señalaba:
“Artículo 62: Solamente podrán participar en las juntas y ejercer sus derechos de
voz y voto, los titulares de acciones inscritas en el Registro de Accionistas con cinco
días de anticipación a aquel en que haya de celebrarse la respectiva junta.
Los titulares de acciones sin derecho a voto, así como los directores y gerentes que
no sean accionistas, podrán participar en las juntas generales con derecho a voz.
Para los efectos de esta ley, se entiende por acciones sin derecho a voto aquellas que
tengan este carácter por disposición legal o estatutaria”.
La ley Nº 20.382, de 2009, modi¿có el artículo 62, de la siguiente forma:
Agrégase, en el inciso primero, después del punto aparte (.), que pasa a ser punto
seguido (.), la siguiente oración:
“Sin embargo, tratándose de una sociedad anónima cerrada, podrán participar
en la junta todos los accionistas que al momento de iniciarse ésta ¿guraren como
accionistas en el respectivo registro.”; se suprime en inciso segundo la expresión
“generales” y se agregan dos incisos nuevos tercero y cuarto.
En consecuencia, el nuevo artículo 62, con la reforma de 2009, quedó con la si-
guiente nueva redacción:
Artículo 62: “Solamente podrán participar en las juntas y ejercer sus derechos de voz
y voto, los titulares de acciones inscritas en el Registro de Accionistas con cinco días
de anticipación a aquel en que haya de celebrarse la respectiva junta. Sin embargo,
tratándose de una sociedad anónima cerrada, podrán participar en la junta todos
los accionistas que al momento de iniciarse ésta ¿guraren como accionistas en el
respectivo registro
334 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Los titulares de acciones sin derecho a voto, así como los directores y gerentes que
no sean accionistas, podrán participar en las juntas con derecho a voz. Para los
efectos de esta ley, se entiende por acciones sin derecho a voto aquellas que tengan
este carácter por disposición legal o estatutaria”.
“Las materias sometidas a decisión de la junta deberán llevarse individualmente a
votación, salvo que, por acuerdo unánime de los accionistas presentes con derecho
a voto, se permita omitir la votación de una o más materias y se proceda por acla-
mación. Toda votación que se efectúe en una junta deberá realizarse mediante un
sistema que asegure la simultaneidad de la emisión de los votos o bien en forma
secreta, debiendo el escrutinio llevarse a cabo en un solo acto público, y en ambos
casos, que con posterioridad pueda conocerse en forma pública cómo sufragó cada
accionista. Corresponderá a la Superintendencia aprobar, mediante norma de ca-
rácter general, los referidos sistemas para las sociedades anónimas abiertas.
Siempre que la ley ordene a un accionista emitir su voto de viva voz, se entenderá
cumplida esta obligación cuando la emisión del mismo se haga por uno de los siste-
mas de votación simultánea o secreta y con publicidad posterior referidos en el inciso
precedente. Cuando en el ejercicio de la facultad que otorga el inciso anterior, la
junta por la unanimidad de los presentes haya aprobado una modalidad diferente,
dicho accionista deberá emitir en todo caso su voto de viva voz, de lo cual se dejará
constancia en el acta de la junta”.
Conforme al nuevo artículo 103 del Reglamento de la LSA, se distingue el derecho
a participar en Juntas de Accionistas, dependiendo si es anónima abierta o cerrada;
en el caso de la abierta se establece que tienen derecho a participar “aquellos que se
encuentren inscritos en el Registro de Accionistas a la medianoche del quinto día hábil
anterior a aquel ¿jado para la celebración de la Junta…”, y en la cerradas se radica
el derecho a participar en la Junta a “los accionistas que al momento de iniciarse ésta
¿guren inscritos como accionistas en el respectivo Registro”.
Artículo 63: “Las sociedades anónimas abiertas deberán comunicar a la Superinten-
dencia la celebración de toda junta de accionistas, con una anticipación no inferior
a quince días.
La Superintendencia, en las sociedades anónimas abiertas, podrá suspender por
resolución fundada la citación a junta de accionistas y la junta misma, cuando fuere
contraria a la ley, a los reglamentos o a los estatutos.
La Superintendencia podrá hacerse representar en toda junta de una sociedad sometida
a su control, con derecho a voz y en ella su representante resolverá administrativa-
mente sobre cualquiera cuestión que se suscite, sea con relación a la cali¿cación de
poderes o a cualquier otra que pueda afectar la legitimidad de la junta o la validez
de sus acuerdos”.
Artículo 64 LSA, antes de la reforma de 2009, señalaba lo que sigue:
“Artículo 64: Los accionistas podrán hacerse representar en las juntas por medio de
otra persona, aunque ésta no sea accionista. La representación deberá conferirse por
DERECHO DE SOCIEDADES 335

escrito, por el total de las acciones de las cuales el mandante sea titular a la fecha
señalada en el artículo 62.
El Reglamento señalará el texto del poder para la representación de acciones en las
juntas y las normas para la cali¿cación”.
En Sociedad Anónima Abierta, se establece por la reforma de la ley Nº 20.382, de
2009, posibilidad de emitir voto a los accionistas por medios tecnológicos a distancia,
pero requiere la necesidad de dictación de norma de carácter general por la SVS; y
agrega en el artículo 64, el siguiente inciso ¿nal, nuevo:
“La Superintendencia, mediante norma de carácter general, podrá autorizar a las so-
ciedades anónimas abiertas, para establecer sistemas que permitan el voto a distancia,
siempre que dichos sistemas resguarden debidamente los derechos de los accionistas
y la regularidad del proceso de votación.”.
En consecuencia el nuevo artículo 64 de la LSA, queda de la siguiente forma, con
la incorporación de un inciso segundo:
“Artículo 64: Los accionistas podrán hacerse representar en las juntas por medio de
otra persona, aunque ésta no sea accionista. La representación deberá conferirse por
escrito, por el total de las acciones de las cuales el mandante sea titular a la fecha
señalada en el artículo 62.
El Reglamento señalará el texto del poder para la representación de acciones en las
juntas y las normas para la cali¿cación”.
“La Superintendencia, mediante norma de carácter general, podrá autorizar a
las sociedades anónimas abiertas, para establecer sistemas que permitan el voto a
distancia, siempre que dichos sistemas resguarden debidamente los derechos de los
accionistas y la regularidad del proceso de votación.”.
Artículo 65: “El ejercicio del derecho a voto y del derecho a opción por acciones
constituidas en prenda, corresponderá al deudor prendario, y por acciones gravadas
con usufructo, al usufructuario y al nudo propietario, conjuntamente, salvo estipu-
lación en contrario”.
Artículo 66: “En las elecciones que se efectúen en las juntas, los accionistas po-
drán acumular sus votos en favor de una sola persona, o distribuirlos en la forma
que estimen conveniente, y se proclamará elegidos a los que en una misma y única
votación resulten con mayor número de votos, hasta completar el número de cargos
por proveer.
Si existieren directores titulares y suplentes, la sola elección de un titular implicará
la del suplente que se hubiere nominado previamente para aquél.
Lo dispuesto en los incisos precedentes no obsta a que por acuerdo unánime de los
accionistas presentes con derecho a voto, se omita la votación y se proceda a elegir
por aclamación”.
De las deliberaciones y acuerdos de la junta de accionistas se deja constancia en
el libro de la junta de accionistas en que contendrán las actas de la junta ordinaria y
extraordinaria. De ello se concluye que los acuerdos de las juntas de accionistas son
336 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

solemnes, toda vez que deben constar por escrito. Así se regula en el artículo 72 de
la Ley de Sociedades Anónimas.
En cuanto a la formalidad de los acuerdos de junta el artículo 72 de la LSA se-
ñala:
“De las deliberaciones y acuerdos de las juntas se dejará constancia en un libro
de actas, el que será llevado por el secretario, si lo hubiere, o en su defecto, por el
gerente de la sociedad.
Las actas serán ¿rmadas por quienes actuaron de presidente y secretario de la junta,
y por tres accionistas elegidos en ella, o por todos los asistentes si éstos fueren menos
de tres.
Se entenderá aprobada el acta desde el momento de su ¿rma por las personas seña-
ladas en el inciso anterior y desde esa fecha se podrán llevar a efecto los acuerdos a
que ella se re¿ere. Si alguna de las personas designadas para ¿rmar el acta estimara
que ella adolece de inexactitudes u omisiones, tendrá derecho a estampar, antes de
¿rmarla, las salvedades correspondientes.
Las deliberaciones y acuerdos de las juntas se escriturarán en el libro de actas
respectivo por cualquier medio, siempre que éstos ofrezcan seguridad que no podrá
haber intercalaciones, supresiones o cualquier otra adulteración que pueda afectar
la ¿delidad del acta. Lo anterior es sin perjuicio de las atribuciones que sobre estas
materias competen a la Superintendencia respecto de las entidades sometidas a su
control.
El presidente, el secretario y las demás personas que se hayan obligado a ¿rmar el
acta que se levante de la junta de accionistas respectiva, no podrán negarse a ¿rmarla.
El acta que se levante de una junta de accionistas deberá quedar ¿rmada y salvada,
si fuere el caso, dentro de los 10 días hábiles siguientes a la celebración de la junta
de accionistas correspondiente”.
Asimismo, los acuerdos de las Juntas se regulan en los artículos 122 a 125 del
nuevo Reglamento de la LSA, y que re¿eren a las actas de las juntas y acuerdos,
pérdida o extravío de actas, contenido de las actas y reducción a escritura pública,
respectivamente, y señalan:
Artículo 122. Las deliberaciones y acuerdos de la junta de accionistas deberán constar
en actas almacenadas en medios que a lo largo del tiempo garanticen la ¿delidad e
integridad de tales deliberaciones y acuerdos, den certeza de la autenticidad de las
¿rmas y anotaciones de quienes las sostuvieron, compartieron y suscribieron; así
como de aquellos que se opusieron o estamparon salvedades.
Los documentos, anexos, informes y demás antecedentes que formen parte integrante
de un acta deberán ser almacenados en medios que cumplan las mismas condiciones
requeridas a las actas por este artículo, debiendo además constar en esos medios la
identi¿cación de las actas de las cuales forman par te.
Las actas serán suscritas por quienes actuaron de presidente y secretario de la junta,
y por tres accionistas elegidos en ella, o por todos los asistentes si éstos fueren menos
de tres.
DERECHO DE SOCIEDADES 337

Artículo 123. Si se produce la pérdida o extravío de actas, se podrá reconstituir con la


documentación que se haya presentado a la Superintendencia, con las copias de éstas
que obren en poder de la sociedad y con las copias de escrituras públicas cuando,
en este último caso, las referidas actas hayan sido reducidas a escritura pública o
protocolizadas, según correspondiere. En la reconstitución del acta, se deberá dejar
constancia de la conformidad de ésta, por parte de las personas designadas para la
¿rma del acta respectiva. Si no fuere posible obtener la conformidad de tales personas,
se dejará constancia de este hecho al inicio de la respectiva acta reconstituida.
Artículo 124. En las actas de las juntas de accionistas deberán contener, al menos,
el nombre de los accionistas presentes, ya sea físicamente o a través de los sistemas
indicados en el artículo 108 de este reglamento, y el número de acciones que cada
uno posee o representa; una relación sucinta de las observaciones e incidentes pro-
ducidos, una relación de las proposiciones sometidas a discusión y del resultado de
la votación y la lista de accionistas que hayan votado en contra. La constancia en
el acta de los nombres de los accionistas presentes y número de acciones que cada
uno posee o representa, podrá omitirse si se adjunta a la misma la hoja o registro de
asistencia. Sólo por consentimiento unánime de los concurrentes podrá suprimirse
en el acta la constancia de algún hecho ocurrido en la reunión y que se relacione con
los intereses sociales.
Artículo 125. Cuando se reduzca a escritura pública el acta de una junta de accionis-
tas no será necesario transcribir el nombre de los asistentes, bastando que el notario
certi¿que su número y el total de acciones que poseían y representaban, conforme
al texto.
El libro de juntas de accionistas y sus actas son instrumentos privados, al igual
que el libro de sesiones del directorio. Algunas juntas de accionistas, especialmente
las extraordinarias que signi¿can reforma de estatuto social requieren presencia
de notario público que certi¿que que ha asistido a la junta extraordinaria, que los
acuerdos consignados son los acordados y que el número de acciones que aparecen
son las que asistieron a la junta. Además es necesario que se encuentre escriturado
y ¿rmado por los accionistas designados al efecto y requiere, ¿nalmente, de reduc-
ción a escritura pública, ya sea total o parcialmente. Otorgada la escritura pública,
un extracto de ésta se inscribe en el Registro de Comercio y se debe publicar en
el Diario O¿cial, en un plazo de 60 días contado desde la fecha de reducción a
escritura pública.

22.3. Materias de junta extraordinaria


La convocatoria a junta extraordinaria de accionistas se encuentra también regulada
en el artículo 58 de la ley, y señala que el directorio deberá citar a junta extraordi-
naria de accionistas cuando “a su juicio, los intereses de la sociedad lo justi¿quen”;
cuando así lo soliciten al menos el 10% de las acciones emitidas con derecho a voto,
expresando las materias a tratar; y cuando lo solicite la SVS o este órgano la convo-
338 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que directamente (sólo para la sociedad anónima abierta). En cuanto a su publicidad,


debe citarse mediante aviso, en el número y plazos que señala el artículo 59 de la
LSA y el reglamento, según señalamos al tratar esta materia para la citación a juntas
ordinarias. El aviso que cita a junta extraordinaria debe señalar expresamente la o
las materias a tratar y sólo éstas pueden ser objeto de debate y votación y eventual
acuerdo o rechazo.
Las materias de la Junta Extraordinaria de Accionistas se encuentran reguladas en
el artículo 57 de la Ley de Sociedades Anónimas en relación con el artículo 67. Se
suele señalar que las materias de junta extraordinaria son las de mayor importancia
y trascendencia jurídica y económica para la vida de la sociedad anónima, y en estas
materias se expresa el verdadero poder constituyente o soberano que se radica en el
órgano Junta de accionistas.
Los artículos 57 y 67 de la ley contienen el listado de materias de las juntas ex-
traordinarias y el primero señala:
“Son materias de junta extraordinaria:
1. La disolución de la sociedad;
2. La transformación, fusión o división de la sociedad y la reforma de sus estatutos;
3. La emisión de bonos o debentures convertibles en acciones;
4. La enajenación del activo de la sociedad en los términos que señala el Nº 9 del
artículo 67, o el 50% o más del pasivo.
5. El otorgamiento de garantías reales o personales para caucionar obligaciones de
terceros, excepto si éstos fueren sociedades ¿liales, en cuyo caso la aprobación de
directorio será su¿ciente, y
6. Las demás materias que por ley o por los estatutos, correspondan a su conocimiento
o a la competencia de las juntas de accionistas.
Las materias referidas en los números 1, 2, 3 y 4 sólo podrán acordarse en junta cele-
brada ante notario, quien deberá certi¿car que el acta es expresión ¿el de lo ocurrido
y acordado en la reunión”.
El artículo 67 de la LSA, luego de la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009 en la que
se reemplazó su numeral 9 y se agregaron los números 15 y 16, contiene el siguiente
catálogo de materias de competencia de la junta extraordinaria, y al efecto señala:
“Los acuerdos de la junta extraordinaria de accionistas que impliquen reforma de los
estatutos sociales o el saneamiento de la nulidad de modi¿caciones de ellos causada
por vicios formales, deberán ser adoptados con la mayoría que determinen los esta-
tutos, la cual, en las sociedades cerradas, no podrá ser inferior a la mayoría absoluta
de las acciones emitidas con derecho a voto.
Requerirán del voto conforme de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto, los acuerdos relativos a las siguientes materias:
1. La transformación de la sociedad, la división de la misma y su fusión con otra
sociedad;
2. La modi¿cación del plazo de duración de la sociedad cuando lo hubiere;
3. La disolución anticipada de la sociedad;
DERECHO DE SOCIEDADES 339

4. El cambio de domicilio social;


5. La disminución del capital social;
6. La aprobación de aportes y estimación de bienes no consistentes en dinero;
7. La modi¿cación de las facultades reservadas a la junta de accionistas o de las
limitaciones a las atribuciones del directorio;
8. La disminución del número de miembros de su directorio;
9. La enajenación de 50% o más de su activo, sea que incluya o no su pasivo, lo
que se determinará conforme al balance del ejercicio anterior, y la formulación o
modi¿cación de cualquier plan de negocios que contemple la enajenación de activos
por un monto que supere dicho porcentaje; la enajenación de 50% o más del activo
de una ¿lial, siempre que ésta represente al menos un 20% del activo de la sociedad,
como cualquier enajenación de sus acciones que implique que la matriz pierda el
carácter de controlador;
10. La forma de distribuir los bene¿cios sociales;
11. El otorgamiento de garantías reales o personales para caucionar obligaciones de
terceros que excedan el 50% del activo, excepto respecto de ¿liales, caso en el cual
la aprobación del directorio será su¿ciente;
12. La adquisición de acciones de su propia emisión, en las condiciones establecidas
en los artículos 27 A y 27 B;
13. Las demás que señalen los estatutos, y
14. El saneamiento de la nulidad, causada por vicios formales, de que adolezca la
constitución de la sociedad o una modi¿cación de sus estatutos sociales que comprenda
una o más materias de las señaladas en los números anteriores.
Las reformas de estatutos que tengan por objeto la creación, modi¿cación o supresión
de preferencias, deberán ser aprobadas con el voto conforme de las dos terceras partes
de las acciones de la serie o series afectadas.
15. En las sociedades anónimas abiertas, establecer el derecho de compra a que hace
referencia el inciso segundo del artículo 71 bis, y
16. Aprobar o rati¿car la celebración de actos o contratos con partes relacionadas,
de conformidad a lo establecido en los artículos 44 y 147”.
Para la materia enajenación del 50% o más de activo de la sociedad, otorgamiento
de garantías reales o personales para caucionar obligaciones de terceros que excedan
el 50% del activo el artículo 121 del Reglamento señala que se deberá considerar el
monto del activo que consta del balance anula de la sociedad:
“Artículo 121. En la determinación del 50% o más del activo de una sociedad para
efectos de la aprobación por la junta extraordinaria de accionistas de la enajenación
de activos de la sociedad o el otorgamiento de garantías reales y personales, se deberá
considerar el monto del activo que consta del balance anual de la sociedad.”.
Las juntas extraordinarias de accionistas que traten las materias disolución de la
sociedad, la transformación, fusión o división, la reforma de estatutos, la emisión de
bonos o debentures convertibles en acciones y la enajenación del activo de la sociedad
en más de un 50% o más del 50% del pasivo, requieren la presencia durante todo su
340 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

desarrollo de ellas de notario público, quien deberá certi¿car que el acta es expresión
¿el de lo ocurrido y acordado en la reunión (artículo 57, inciso ¿nal LSA).
Asimismo, puede asistir un representante de la SVS en las sociedades anónimas
abiertas, con derecho a voz y con potestad para:
“Resolver administrativamente sobre cualquiera cuestión que se suscite, sea con re-
lación a la cali¿cación de poderes o cualquiera otra que pueda afectar la legitimidad
de la junta o la validez de los acuerdos” (artículo 63 LSA).

23. Acuerdos y contenidos


de la junta extraordinaria de accionistas
El quórum general de las materias de junta extraordinaria son la mayoría absoluta
de las acciones emitidas con derecho a voto y las dos terceras partes de las acciones
con derecho a voto en materias que son de trascendencia e importancia jurídica y
económica para la sociedad, según establece el artículo 67:
“Los acuerdos de la junta extraordinaria de accionistas que impliquen reforma de los
estatutos sociales o el saneamiento de la nulidad de modi¿caciones de ellos causada
por vicios formales, deberán ser adoptados con la mayoría que determinen los esta-
tutos, la cual, en las sociedades cerradas, no podrá ser inferior a la mayoría absoluta
de las acciones emitidas con derecho a voto.
Requerirán del voto conforme de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto, los acuerdos relativos a las siguientes materias:
1. La transformación de la sociedad, la división de la misma y su fusión con otra
sociedad;
2. La modi¿cación del plazo de duración de la sociedad cuando lo hubiere;
3. La disolución anticipada de la sociedad;
4. El cambio de domicilio social;
5. La disminución del capital social;
6. La aprobación de aportes y estimación de bienes no consistentes en dinero;
7. La modi¿cación de las facultades reservadas a la junta de accionistas o de las
limitaciones a las atribuciones del directorio;
8. La disminución del número de miembros de su directorio;
9. La enajenación de 50% o más de su activo, sea que incluya o no su pasivo, lo
que se determinará conforme al balance del ejercicio anterior, y la formulación o
modi¿cación de cualquier plan de negocios que contemple la enajenación de activos
por un monto que supere dicho porcentaje; la enajenación de 50% o más del activo
de una ¿lial, siempre que ésta represente al menos un 20% del activo de la sociedad,
como cualquier enajenación de sus acciones que implique que la matriz pierda el
carácter de controlador;
10. La forma de distribuir los bene¿cios sociales;
11. El otorgamiento de garantías reales o personales para caucionar obligaciones de
terceros que excedan el 50% del activo, excepto respecto de ¿liales, caso en el cual
la aprobación del directorio será su¿ciente;
DERECHO DE SOCIEDADES 341

12. La adquisición de acciones de su propia emisión, en las condiciones establecidas


en los artículos 27 A y 27 B;
13. Las demás que señalen los estatutos, y
14. El saneamiento de la nulidad, causada por vicios formales, de que adolezca la
constitución de la sociedad o una modi¿cación de sus estatutos sociales que comprenda
una o más materias de las señaladas en los números anteriores.
Las reformas de estatutos que tengan por objeto la creación, modi¿cación o supresión
de preferencias, deberán ser aprobadas con el voto conforme de las dos terceras partes
de las acciones de la serie o series afectadas.
15. En las sociedades anónimas abiertas, establecer el derecho de compra a que hace
referencia el inciso segundo del artículo 71 bis, y
16. Aprobar o rati¿car la celebración de actos o contratos con partes relacionadas,
de conformidad a lo establecido en los artículos 44 y 147”.
De acuerdo a este artículo 67 de la LSA (incluida su reforma de 2009), la regla
consiste en que los acuerdos se adopten la con mayoría absoluta de acciones presentes,
tales como la reforma de estatutos sociales (que no sean de quórum cali¿cado) y el
saneamiento de la sociedad por causa de vicios formales. Requieren del voto de las
2/3 partes en las materias indicadas en los números 1 a 16, que no correspondan a las
indicadas anteriormente.

23.1. La transformación de la sociedad,


la división de la misma y su fusión con otra sociedad
Las tres materias indicadas –transformación de la sociedad, la división de la misma
y su fusión con otra sociedad– requieren si se aprueban por la junta extraordinaria
de accionistas, la reforma del estatuto social y requiere presencia de notario público,
que certi¿que la autenticidad del acta.
La transformación consiste en el cambio en la especie o tipo societario, mediante
reforma de estatutos, subsistiendo la personalidad jurídica. Se encuentra regulado en
los artículos 96 a 98 de la Ley de Sociedades Anónimas. De acuerdo al artículo 96,
la transformación es el cambio de especie o tipo social de una sociedad reformando
sus estatutos y manteniendo su personalidad jurídica. En la misma junta se aprueba
el estatuto social del nuevo tipo societario.
La fusión o reunión societaria, puede ser por vía de absorción o por creación. La
fusión es, de acuerdo al artículo 99 inciso 1º, la reunión de dos o más sociedades en
una sola que la sucede en todos sus derechos y obligaciones.
En la fusión por absorción una sociedad adquiere el total de los derechos sociales
de otra sociedad, ¿gura que evita la liquidación de la sociedad absorbida.
En la fusión por creación, dos o más sociedades aportan todos sus activos y pasivos
a una nueva sociedad que se crea, caso en que no hay liquidación.
La división o escisión de la sociedad, se encuentra regulada en los artículos 94
y 95 de la Ley de Sociedades Anónimas y es la distribución de su patrimonio entre
342 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

sí y una o más sociedades anónimas que se constituyan al efecto, correspondiéndoles


a los accionistas de la sociedad dividida, la misma proporción en el capital de cada
una de las nuevas sociedades que aquella que poseían en la sociedad que se divide.
La división de la sociedad anónima, en dos o más sociedades que de ello resulten,
toda vez que pasa por una distribución del activo y pasivo de la sociedad anónima
dividida, implica un cambio en cuanto a la persona del deudor, ya que los pasivos
serán distribuidos en las nuevas sociedades que de ello resulte. En este caso, pueden
verse perjudicados los acreedores sociales, que tendrán ahora un “nuevo” deudor,
eventualmente con menos activos –a causa de la división– con lo que el derecho de
prenda general de los acreedores se ve disminuido. Además, los acreedores no han
consentido en el citado cambio de deudor, lo que implica una suerte de “novación”,
por cambio de sujeto pasivo de la obligación. Evidentemente frente a un proceso de
división los acreedores sociales se encuentran desprotegidos en sus derechos.
Las sociedades anónimas pueden experimentar cambios relevantes desde el punto
de vista estatutario. Estos son la división, transformación y fusión. Estas son materias
de la junta extraordinaria de accionistas. Estas materias requieren de un quórum es-
pecial de aprobación, que es de 2/3 de acciones emitidas con derecho a voto, se trata
por lo tanto de un quórum cali¿cado.
Se debe convocar a esta junta extraordinaria de acuerdo a las normas establecidas
en la ley y su reglamento. Además debe estar presente en la junta extraordinaria un
notario público y contar con el quórum mínimo legal para adoptar válidamente los
acuerdos. Se trata de una junta que es compleja, porque además es necesario que se
apruebe la reforma estatutaria correspondiente. El acta de la junta de accionistas debe
ser reducida a escritura pública y un extracto de ésta debe ser inscrito en el Registro
de Comercio y publicado en el Diario O¿cial, en tiempo y forma, ya que son las
solemnidades legales propias de dicho acto jurídico.
La división de la sociedad, se encuentra de¿nida en el artículo 94 de la Ley de
Sociedades Anónimas, consiste en la distribución del patrimonio de una sociedad,
entre sí y una o más sociedades anónimas que se constituyen al efecto. Los accionistas
de la sociedad anónima dividida pasan a tener igualmente acciones en las sociedades
anónimas que resultan de la división de este patrimonio.
De acuerdo al artículo 95 de la Ley de Sociedades Anónimas debe acordarse la
división en la junta extraordinaria y debe aprobarse las siguientes materias:
– La disminución del capital social y la distribución del patrimonio de la sociedad
entre ésta y la nueva o nuevas sociedades que se crean, indicando su capital social y
en número de acciones en que se divide.
– La aprobación de los estatutos de la o de las nuevas sociedades a constituirse,
los que podrán ser diferentes a los de la sociedad que se divide, en todas aquellas
materias que se indiquen en la convocatoria. Esta aprobación incorpora de pleno
derecho a todos los accionistas de la sociedad dividida en la o las nuevas sociedades
que se formen.
DERECHO DE SOCIEDADES 343

La transformación de la sociedad, se re¿ere al cambio de especie o tipo social


de una sociedad anónima por otro, reformando su estatuto, y subsistiendo la perso-
nalidad jurídica de la sociedad. Se encuentra regulada en el artículo 96 de la Ley de
Sociedades Anónimas.
Las fusiones o uniones, se encuentran reguladas en el artículo 99 de la Ley de
Sociedades Anónimas. La fusión consiste en la reunión de dos o más sociedades en
una sola que las sucede en todos sus derechos y obligaciones, y a la cual se incorporan
la totalidad del patrimonio y accionistas de los entes fusionados.
La fusión puede ser por creación o bien por incorporación. La fusión por creación
es aquella en que los activos y los pasivos de las sociedades se aportan a una nueva
sociedad diferente a las dos o más que se disuelven. En este caso para las sociedades
absorbidas ocurre su disolución sin liquidación.
Por otro lado la fusión por incorporación es aquella en que una o más sociedades
que se disuelven son absorbidas por una sociedad que ya existe. Aquí ocurre una ad-
quisición de derechos de los socios y de las acciones que se aportan por una sociedad
preexistente. En este caso, también hay disolución sin liquidación.
De los dos tipos de fusiones en la práctica es más utilizada la fusión por absorción
o por incorporación, que la ¿gura de fusión por creación.
En consecuencia, ya se trate de fusión por absorción o por creación, se trata de un
proceso de crecimiento societario.
Finalmente, conforme a lo establecido en el artículo 69 de la ley, los acuerdos
referidos a la transformación, la fusión, la enajenación del 50% o más del activo
social, el otorgamiento de cauciones a favor de terceros, la creación de preferencias
para una serie de acciones, el saneamiento de los vicios formales de que adolezca la
constitución o alguna modi¿cación social, y los demás que señalen los estatutos dan
derecho a retiro a los accionistas disidentes.
En el nuevo Reglamento de la LSA de 2012, el Título IX “De la división, transfor-
mación y fusión de sociedades anónimas”, se re¿ere a éstas materias en los artículos
147 a 159.

23.2. La modi¿cación del plazo de duración de la sociedad cuando lo hubiere


La modi¿cación del plazo de duración de la sociedad anónima, cuando lo hubiere
y que comprende el caso en que existe plazo de vigencia determinado en el estatuto
social, y se pretende prorrogarlo o bien pasar a declaración de duración inde¿nida.
El acuerdo requiere las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a
voto y debe tomarse el acuerdo respectivo y perfeccionarse jurídicamente, antes del
vencimiento del plazo, mediante reforma de estatutos sociales.

23.3. La disolución anticipada de la sociedad


La disolución anticipada de la sociedad supone que el estatuto tiene plazo de vi-
gencia y se encuentra pendiente, o bien la sociedad anónima es de duración inde¿nida.
344 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si se acuerda la disolución, se pasa a la fase liquidación de la sociedad a cargo de la


comisión liquidadora y requiere las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto. El acta de la junta extraordinaria de accionistas que acuerda la diso-
lución debe reducirse a escritura pública y el extracto de ésta inscribirse en registro
de Comercio y publicarse en el Diario O¿cial en tiempo y forma. Coetáneamente, o
bien, seguidamente, se debe designar por la junta de accionistas a los tres miembros
integrantes de la comisión liquidadora, y su designación debe constar en escritura
pública e inscribirse en el Registro de Comercio (artículo 22 Código de Comercio).
El artículo 160 del nuevo reglamento de la LSA, re¿ere a la obligación del Direto-
rio de consignar los hechos constitutivos de la disolución mediante escritura pública,
cuyo extracto debe publicarse en Diario O¿cial e inscribirse en registro de Comercio,
en el plazo de sesenta días a contar de la fecha de la escritura pública, conforme a lo
establecido en el artículo 5º de la LSA.
El artículo 160 del Reglamento señala:
“La obligación que impone el artículo 108 de la ley al directorio de consignar la
disolución de la sociedad por escritura pública dentro del plazo de treinta días de
producidos los hechos respectivos, cuando se produzca por vencimiento del término
de la sociedad, por reunión de todas las acciones en una sola mano, o por cualquiera
causal contemplada en el estatuto, se entenderá cumplida, indistintamente, por el otor-
gamiento de una escritura pública por la mayoría de los directores necesarios para
adoptar acuerdos, dejando constancia de esos hechos o por la reducción a escritura
pública de un acta de sesión de directorio en la cual se acuerde dicha consignación.
El extracto de dicha escritura o reducción a escritura pública se deberá inscribir y
publicar en la forma establecida en el artículo 5 de la referida ley.”.

23.4. El cambio de domicilio social


El cambio de domicilio social implica la radicación de un nuevo domicilio para la
sociedad anónima distinto al establecido en su estatuto social, materia que requiere las
dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto. Esta materia también
implica reforma de estatutos sociales.

23.5. La disminución del capital social y la


aprobación de aportes y estimación de bienes no consistentes en dinero
La disminución del capital social, conforme a los artículos 10 y 28 de la LSA,
es materia de junta extraordinaria, ya que implica reforma de estatutos sociales. La
disminución de capital social conlleva devolución de capital a los accionistas y canje
de las acciones respectivas y sólo puede llevarse a cabo transcurridos 30 días desde
la publicación del extracto de la reforma en el Diario O¿cial y debe publicarse aviso
dentro de los 10 días siguientes en un diario de circulación nacional que informe al
público este hecho esencial. El acuerdo de la junta requiere las dos terceras partes de
las acciones emitidas con derecho a voto.
DERECHO DE SOCIEDADES 345

En el caso de disminución de capital social y del número de acciones en que se


divide, evidentemente ocurre una disminución o “emprobrecimiento” del patrimonio
de la sociedad, situación económica que afecta a los acreedores sociales, quienes no
están investidos de una acción procesal nominada para impedir dicho acuerdo y acto
jurídico, pero no existe obstáculo para que ejerzan acciones cautelares para evitar los
perjuicios que esta ¿gura causará.
La aprobación de aportes y estimación de bienes no consistentes en dinero, para
pagar las acciones de la sociedad, requiere que estos bienes sean estimados por peritos
y que la junta apruebe dicha estimación (artículo 15 LSA). La aprobación requiere
acuerdo de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto.
En el caso de disminución de capital social y del número de acciones en que se
divide, evidentemente ocurre una disminución o “emprobrecimiento” del patrimonio
de la sociedad, situación economica que afecta a los acreedores sociales, quienes no
están investidos de una acción procesal nominada para impedir dicho acuerdo y acto
jurídico, pero no existe obstáculo para que ejerzan acciones cautelares para evitar los
perjuicios que esta ¿gura causará.
Los artículos 49, 50 y 51 del Reglamento de la LSA re¿eren a la disminución de
capital por acuerdo de Junta Extraordinaria de Accionistas, los que señalan:
Artículo 49. Todo acuerdo de reducción de capital requerirá del voto conforme de las
dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto, y no podrá proce-
derse al reparto o devolución de capital o a la adquisición de acciones con que dicha
disminución pretenda llevarse a efecto, sino transcurridos treinta días desde la fecha
de publicación en el Diario O¿cial del extracto de la respectiva modi¿cación.
Artículo 50. Dentro de los 10 días siguientes a la publicación referida en el artículo
anterior, deberá publicarse además un aviso destacado en un diario de circulación
nacional y en el sitio de Internet de las sociedades anónimas abiertas que dispongan
de tales medios, en el que se informe al público del hecho de la disminución de capital
y de su monto.
Artículo 51. La disminución de capital afectará a todos los accionistas por igual, sin
necesidad de cancelar acciones. Si las acciones tuvieren valor nominal, a consecuencia
de la disminución de capital se reducirá dicho valor en forma proporcional.

23.6. La modi¿cación de las facultades reservadas a la junta


de accionistas o de las limitaciones a las atribuciones del directorio
Esta materia, modi¿cación de las facultades reservadas a la junta de accionistas
o de las limitaciones a las atribuciones del directorio, nos parece absolutamente
controvertido como caso, en cuanto a su legitimidad, ya que como hemos señalado
las potestades a los órganos societarios las asigna la ley, en un verdadero sistema de
reparto de potestades. Estimamos que esta materia se hace fuego con el artículo 137
de la ley que señala:
346 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos
sociales que les fuere contraria”.

23.7. La disminución del número de miembros de su directorio


Hemos señalado que conforme a lo establecido por el artículo 31 de la LSA, la
sociedad anónima cerrada debe tener mínimo tres directores, y la abierta, mínimo
cinco, y la abierta con gran patrimonio de transacción bursátil, esto es superior a
1.500.000 unidades de fomento, debe tener mínimo siete directores, ya que debe
formar el Comité de Auditoría establecido en el artículo 50 bis.
Por lo señalado, la disminución del número de directores no puede bajar de los
mínimos legales; y esta materia, en el caso de ser modi¿cada, requiere reforma de
estatutos sociales, y cuyo acuerdo en Junta requiere acuerdo de las dos terceras partes
de las acciones emitidas con derecho a voto.

23.8. La enajenación de un 50% o más de su activo, sea que incluya


o no su pasivo; como asimismo, la formulación o modi¿cación de
cualquier plan de negocios que contemple la enajenación de activos
por un monto que supere el porcentaje antedicho
Esta materia ha sido recientemente reformada con la nueva redacción al número 9
del artículo 67 de la LSA, según la modi¿cación de la ley Nº 20.382, de 2009.
El nuevo numeral 9º del artículo 67, señala lo que sigue:
“9) La enajenación de 50% o más de su activo, sea que incluya o no su pasivo, lo
que se determinará conforme al balance del ejercicio anterior, y la formulación o
modi¿cación de cualquier plan de negocios que contemple la enajenación de activos
por un monto que supere dicho porcentaje; la enajenación de 50% o más del activo
de una ¿lial, siempre que ésta represente al menos un 20% del activo de la sociedad,
como cualquier enajenación de sus acciones que implique que la matriz pierda el
carácter de controlador”.
La redacción anterior a la reforma de 2009, señalaba que para estos efectos se
presume que constituyen una misma operación de enajenación aquellas que se per-
feccionen por medio de uno o más actos relativos a cualquier bien social, durante
cualquier período de 12 meses consecutivos.
La enajenación de activos en un 50% o más de ellos o planes que en conjunto
comprendan ese porcentaje durante doce meses consecutivos, implica una impor-
tante pérdida de patrimonio social, lo que signi¿ca una pérdida de valor de la com-
pañía y consecuentemente del valor de las acciones. En principio la enajenación de
activos implica contar con mayor liquidez, pero probablemente se destine a pago
de pasivos. Puede ser este un expediente de solución de un estado de insolvencia
societaria.
Lo mismo en cuanto a la enajenación de pasivos o deudas es también materia de
junta extraordinaria, si se enajenan pasivos, se soluciona la eventual insolvencia de
DERECHO DE SOCIEDADES 347

la compañía, pero normalmente esta operación implica asunción de nueva deuda, ya


que la enajenación de este pasivo no puede concebirse a título gratuito.
Estas materias requieren acuerdo de las dos terceras partes de las acciones emitidas
con derecho a voto.
En artículo 121 del Reglamento de la LSA, re¿ere a esta materia e indica:
Artículo 121. En la determinación del 50% o más del activo de una sociedad para
efectos de la aprobación por la junta extraordinaria de accionistas de la enajenación
de activos de la sociedad o el otorgamiento de garantías reales y personales, se deberá
considerar el monto del activo que consta del balance anual de la sociedad.

23.9. La forma de distribuir los bene¿cios sociales


La forma de distribuir las bene¿cios sociales son los dividendos, los que no pue-
den establecerse en la sociedad anónima abierta, bajo el mínimo legal del 30% de las
utilidades líquidas del ejercicio, que establece el artículo 79 de la LSA, por lo tanto
toda reforma debe ocurrir por sobre ese porcentaje mínimo legal. No así en la sociedad
anónima cerrada, en que pueden ¿jarse mínimos distintos, hacia abajo a hacia arriba
del 30% del artículo 79.
Estas materias requieren acuerdo de las dos terceras partes de las acciones emitidas
con derecho a voto e implican reforma de estatutos sociales.

23.10. El otorgamiento de garantías reales o personales para caucionar


obligaciones de terceros que excedan el 50% del activo, excepto respecto de
¿liales, caso en el cual la aprobación del directorio será su¿ciente
Esta materia implica otorgamiento de hipotecas, prendas o ¿anzas, avales, codeuda
solidaria, para caucionar obligaciones de terceros, que excedan en cuantía del 50%
del activo de la sociedad; esta materia requiere acuerdo de las dos terceras partes de
las acciones emitidas con derecho a voto e implican reforma de estatutos sociales. No
rige esta regla para garantías a favor de ¿liales, bastando el acuerdo del directorio.

23.11. La adquisición de acciones de su propia emisión, en las condiciones


establecidas en los artículos 27 A y 27 B
Esta materia re¿ere a dos de los cinco casos que se regulan en los artículos 27
de la LSA, en virtud de las cuales la sociedad puede adquirir acciones de su propia
emisión en bolsa, por un porcentaje no superior al 5% de las acciones y las adquiere
con el producto de utilidades retenidas, las que puede mantener en propiedad por un
plazo máximo de tres años, el supuesto económico de esta operación consiste en que
la sociedad compra sus propias acciones a cierto valor y las revenderá en bolsa en
otro tiempo, teóricamente pudiendo ganar una diferencia de precio por el mayor valor
de venta. Es una intervención directa de la sociedad en bolsa respecto de sus propias
acciones, hecho que resulta cuestionable, ya que existe una operación típicamente
348 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

especulativa y de riesgo, pues las acciones son títulos de valor variable. Esta materia
requiere acuerdo de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a
voto.
El régimen de la propiedad de acciones de propia emisión en mano de la sociedad
anónima, se regula en los artículos 61, 62 y 63 del Reglamento de la LSA y seña-
lan:
Artículo 61. Mientras la sociedad sea titular de acciones de propia emisión, éstas
quedarán inscritas a su nombre en el Registro de Accionistas, pero no se computarán
para la constitución de quórum de las juntas de accionistas y no tendrán derecho
a voto, dividendo o preferencia en la suscripción de aumentos de capital o valores
convertibles en acciones.
Artículo 62. Cuando la sociedad adquiera acciones de propia emisión como resulta-
do del ejercicio del derecho a retiro de un accionista disidente o como consecuencia
de la fusión con otra sociedad que sea accionista de la sociedad absorbente, dichas
acciones deberán enajenarse en bolsa de valores dentro del plazo máximo de un año
a contar de su fecha de adquisición. Si dichas acciones no fueran enajenadas en el
plazo señalado, las acciones y la inscripción de éstas a nombre de la sociedad serán
canceladas y el capital se disminuirá de pleno derecho en un monto igual al costo en
que la sociedad adquirió dichas acciones.
Artículo 63. Las acciones adquiridas en virtud de un acuerdo de la junta extraordi-
naria de accionistas, deberán ser enajenadas por la sociedad dentro del plazo máxi-
mo de veinticuatro meses o de 5 años, en ambos casos a contar de su adquisición,
dependiendo si fueron adquiridas o no para cumplir un programa o plan de compen-
sación a trabajadores. Si no se enajenaran en los plazos señalados, las acciones y la
inscripción de éstas a nombre de la sociedad serán canceladas y el capital quedará
disminuido de pleno derecho en un monto igual al costo en que la sociedad adquirió
dichas acciones.

23.12. Las demás que señalen los estatutos


El estatuto social puede establecer a priori ciertas materias que serán de conoci-
miento y resolución de la junta extraordinaria de accionistas y su quórum de apro-
bación, como por ejemplo políticas de endeudamiento, por sobre ciertas cantidades
relevantes, estrategias de crecimiento e inversión, creación de acciones preferentes,
incorporación de socios estratégicos y otras.

23.13. El saneamiento de la nulidad, causada por vicios formales, de que adolezca


la constitución de la sociedad o una modi¿cación de sus estatutos sociales que
comprenda una o más materias de las señaladas en los números anteriores
El saneamiento de los vicios formales de que adolezcan los estatutos sociales y las
reformas, fueron incorporadas a la LSA por la ley Nº 19.499, de 1997, y se encuentran
DERECHO DE SOCIEDADES 349

regulados en los artículos 5º A, 6º y 6º A de la LSA. Esta materia de saneamiento de


vicios formales que puedan adolecer los estatutos sociales o una reforma estatutaria,
requiere acuerdo de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a
voto. Si se acuerda el saneamiento de los vicios formales, que puedan contener los
estatutos o la reforma, se bene¿cia a todos los accionistas de la compañía, no obstan-
te el artículo 69 de la LSA con¿ere derecho a retiro a los accionistas disidentes del
acuerdo respectivo.

23.14. Las reformas de estatutos que tengan por objeto la creación, modi¿cación o
supresión de preferencias deberán ser aprobadas con el voto conforme de las dos
terceras partes de las acciones de la serie o series afectadas
Señalamos que las acciones preferentes tienen su fuente en el estatuto social y que
no pueden tener una duración temporal de más de cinco años; en todo caso prorrogable,
e implican un trato desigual a los accionistas “afectados”. Esta materia queda com-
prendida en reforma estatutaria y con¿ere derecho a retiro a los accionistas disidentes
según lo dispuesto en el artículo 69 de la LSA. Sobre el tema acciones preferentes,
nos remitimos al desarrollo de dicha materia en este libro.

24. Regulación a la compra de acciones de la


sociedad anónima, por ella misma
La regla general en materia de adquisición de acciones consiste en que éstas sean
colocadas y adquiridas por los accionistas, que son quienes suscriben las acciones
y se obligan a pagarlas en dinero o bienes justipreciados de común acuerdo o por
peritos.
La LSA contempla casos de excepción, en virtud de los cuales la propia sociedad
anónima puede adquirir sus propias acciones, en ciertos porcentajes máximos y debe
enajenarlas dentro de cierto plazo (un año como regla general), bajo sanción de re-
ducirse el capital social con rebaja de las acciones no enajenadas.
En estas ¿guras de compra de propias acciones, temporalmente la sociedad anó-
nima pasa a ser accionista de ella misma, pero estas acciones no se computan para
los efectos de las juntas de accionistas.
PRIMER CASO REGULADO EN EL ARTÍCULO 27 DE LA LSA.
El primer caso lo encontramos establecido en el artículo 27 de la LSA, tratado en
los siguientes términos:
“Las sociedades anónimas sólo podrán adquirir y poseer acciones de su propia emisión
cuando la adquisición resulte”:
“1. Resulte del ejercicio del derecho de retiro referido en el artículo 69”.
En caso de ejercicio de derecho a retiro la sociedad anónima abierta adquiere las
acciones del accionista disidente, en el valor promedio de los últimos sesenta días en
Bolsa, y si es cerrada adquiere a valor libros.
350 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“2. Resulte de la fusión con otra sociedad, que sea accionista de la sociedad absor-
bente”.
En este caso la sociedad absorbida puede adquirir acciones de sí misma para
perfeccionar la fusión por absorción, que luego serán adquiridas por la sociedad
absorbente.
“3. Permita cumplir una reforma de estatutos de disminución de capital, cuando la
cotización de las acciones en el mercado fuere inferior al valor de rescate que pro-
porcionalmente corresponda pagar a los accionistas”.
En este caso la sociedad anónima abierta puede rescatar acciones en bolsa, para
perfeccionar la reducción de capital, si el valor en Bolsa es inferior al valor de rescate
establecido por la junta extraordinaria de accionistas.
“4. Permita cumplir un acuerdo de la junta extraordinaria de accionistas para la
adquisición de acciones de su propia emisión, en condiciones establecidas en los
artículos 27 A a 27 D”.
SEGUNDO CASO, REGULADO EN EL ARTÍCULO 27 A, se re¿ere que habilita a la sociedad
anónima abierta a adquirir sus propias acciones bajo las siguientes condiciones:
A) Que sea acordada en junta extraordinaria por acuerdo de las 2/3 partes de las
acciones con derecho a voto;
B) La adquisición sólo puede hacerse hasta por el monto de las utilidades rete-
nidas;
C) Si existen series de acciones deben adquirirse proporcionalmente.
La junta extraordinaria debe aprobar un plan o programa para tal efecto, y debe
enajenarse en un plazo máximo de tres años.
Este programa o plan supone adquirir a determinado precio y vender a posterior
a uno superior, hecho esencialmente aleatorio.
El artículo 27 B señala que las acciones deben adquirirse en Bolsa.
TERCER CASO, REGULADO EN EL ARTÍCULO 27 C, señala que las acciones adquiridas en el
caso del Nº 4 del artículo 27: “4. Permita cumplir un acuerdo de la junta extraordinaria
de accionistas para la adquisición de acciones de su propia emisión, en condiciones
establecidas en los artículos 27 A a 27 D”, deben ser enajenadas en un plazo máximo
de 24 meses, y si así no ocurre el capital se reduce de pleno derecho.
En este caso, si la junta de accionistas faculta a la sociedad, se puede adquirir hasta
un 1% del capital accionario de la sociedad siempre que se trate de un programa o
plan de compensación a trabajadores de la sociedad.
Este es el caso que se conoce como “stock-options”, que en el caso de Chile, por
información de prensa, sólo ha operado para ejecutivos de empresas de las grandes
tiendas de “retail” y para ejecutivos de bancos, especialmente como modalidad de
mantenerlos unidos a la empresa, para evitar que se “vayan” a la competencia. Pero
no se ha visto, desde el año 2000, a favor de todos los trabajadores de una sociedad
anónima abierta.
DERECHO DE SOCIEDADES 351

EL CUARTO CASO ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 27 D regula la adquisición de acciones


por un banco, la que requiere autorización por la Superintendencia de Bancos, la que
puede denegarla si el banco no se encuentra en categoría I, según señala el artículo
60 de la Ley General de Bancos.

25. El representante de los tenedores de bonos. Juntas de tenedores de bonos


La sociedad anónima mediante acuerdo de junta extraordinaria de accionistas
(artículo 57 Nº 3 de la ley), puede acordar la emisión de bonos, también llamados
debentures, que consiste ¿nancieramente en la emisión de títulos de deuda de largo
plazo, siendo por lo tanto uno de los mecanismos típicos de obtención de ¿nancia-
miento para los negocios sociales, distinta de los mecanismos aumento de capital
social o endeudamiento con agentes bancarios. Desde este punto de vista los titulares
de bonos de la sociedad anónima son acreedores sociales.
Dentro de los requisitos de un proceso de emisión de bonos, debe constituirse
mediante escritura pública un representante de los tenedores de bonos, el que en
principio es electo por la sociedad emisora de los bonos, pero puede ser sustituido
por acuerdo de la Junta general de tenedores de bonos, conforme lo dispuesto por el
artículo 104 de la Ley de Mercado de Valores.
El representante de los tenedores de bonos es un mandatario de éstos, cuyas fa-
cultades deben constar en la escritura pública de emisión de bonos. Su remuneración
goza de la preferencia de pago establecida en el artículo 2472 Nº 1 del Código Civil,
respondiendo de culpa leve en el desempeño de sus funciones, quien tiene competen-
cia para la defensa del interés común de sus representados, encontrándose investido
de poder en materia judicial y extrajudicial. Puede requerir al emisor y sus auditores
externos los informes que sean necesarios para la adecuada representación de los
intereses de sus representados, teniendo derecho a ser informado por el Gerente “de
todo lo relacionado con la marcha de la empresa”; “asimismo, el representante podrá
asistir sin derecho a voto a las juntas de accionistas del emisor” (artículo 108 Ley de
Mercado de Valores).
Asimismo, puede pactarse en la escritura de emisión de bonos, que ciertas materias
de administración de la sociedad anónima, lo que constituye un eventual límite a los
poderes del directorio en cuanto a su poder de administración de la sociedad anónima
(artículo 111 Ley de Mercado de Valores).
Cabe destacar que la sociedad emisora puede conceder a los tenedores de bonos
la opción de canjearlos por acciones ordinarias o privilegiadas de la misma sociedad,
según se establezca en la escritura de emisión de bonos (artículo 121 Ley de Mercado
de Valores). En este caso, conforme a lo señalado por el artículo 24 de la LSA, puede
establecerse un plazo superior a los tres años para optar por el canje de bonos por
acciones a elección del acreedor, ya que se trata de títulos de deuda de largo plazo.
Los tenedores de bonos de la sociedad anónima se reúnen en juntas de tenedores
de bonos, que pueden ser ordinarias o extraordinarias, para tratar materias de interés
352 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

común y, especialmente, para la reforma del contrato de emisión de bonos con el


emisor. Este órgano accidental de la sociedad anónima emisora, se encuentra regulado
en los artículos 122 a 129 de la Ley de Mercado de Valores.

Derecho de compra en caso de derecho a retiro del artículo 71 bis


La reforma establecida en la ley Nº 20.382, de 2009, incorporó una nueva materia
que otorga derecho a retiro para los accionistas minoritarios en la sociedad anónima
abierta, ante un proceso de Oferta Pública de Adquisición de acciones “OPA”, en que
el controlador adquiera el 95% de la propiedad accionaria, lo que implica que queda
un 5% de propiedad accionaria en poder de accionistas minoritarios. Cabe destacar
que el controlador puede provocar la compra del 5% de acciones restantes, lo que
constituye una novedad en el principio que informa el derecho a retiro, el que se
otorga al accionista disidente, en este caso, el que puede “forzar” u obligar la compra
es precisamente el accionista controlador que formuló la OPA, incluso no se requiere
se perfeccione la compra mediante traspaso de acciones.
En efecto, el nuevo artículo 71 bis de la LSA, señala lo que sigue:
“Artículo 71 bis. También dará derecho a retiro en favor de los accionistas minorita-
rios, que un controlador adquiera más del noventa y cinco por ciento de las acciones
de una sociedad anónima abierta. Este derecho a retiro deberá ser ejercido dentro del
plazo de 30 días contado desde la fecha en que el accionista controlador alcance la
participación indicada, lo que se comunicará dentro de los dos días hábiles siguientes
a través de un aviso destacado publicado en un diario de circulación nacional y en
el sitio en Internet de la sociedad, si ella dispone de tales medios.
Asimismo, los estatutos de la sociedad podrán facultar al controlador para exigir que
todos los accionistas que no opten por ejercer su derecho a retiro, le vendan aquellas
acciones adquiridas bajo la vigencia de esa facultad estatutaria, siempre que haya
alcanzado el porcentaje indicado en el inciso anterior a consecuencia de una oferta
pública de adquisición de acciones, efectuada por la totalidad de las acciones de
la sociedad anónima abierta, o de la serie de acciones respectiva, en la que haya
adquirido, de accionistas no relacionados, a lo menos un quince por ciento de tales
acciones. El precio de la compraventa respectiva será el establecido en dicha oferta,
debidamente reajustado y más intereses corrientes.
El controlador deberá noti¿car que ejercerá su derecho de compra dentro de los
quince días siguientes al vencimiento del plazo previsto para el ejercicio del derecho
a retiro indicado en el inciso primero, mediante carta certi¿cada enviada al domicilio
registrado en la sociedad por los accionistas respectivos, así como a través de un aviso
destacado publicado en un diario de circulación nacional y en el sitio en Internet de
la sociedad, si ella dispone de tales medios.
La compraventa se entenderá perfeccionada quince días después de noti¿cado el
ejercicio del derecho de compra sin necesidad que las partes ¿rmen el respectivo
traspaso, debiendo proceder la sociedad a registrar las acciones a nombre del con-
trolador y poner inmediatamente a disposición de los accionistas el producto de la
DERECHO DE SOCIEDADES 353

venta, de la misma forma prevista para el reparto de los dividendos sociales. En el


caso de acciones prendadas, la sociedad registrará las acciones a nombre del con-
trolador sin alzar la prenda respectiva, pero retendrá el producto de la venta hasta
que ello ocurra. Para estos efectos se aplicará lo dispuesto en el artículo 18 en todo
aquello que resulte aplicable.
La Superintendencia, mediante norma de carácter general, podrá establecer los pro-
cedimientos y regulaciones que faciliten el legítimo ejercicio de estos derechos”.
Con la reforma de 2009, es materia de junta extraordinaria, aprobar o establecer
ex ante, mediante cláusula estatutaria, o bien mediante acuerdo societario, el proce-
dimiento para hacer operativo el derecho a retiro o compra “forzada” de acciones que
establece la nueva regla del artículo 71 bis de la LSA.
Para estos efectos el artículo 67, con la reforma de 2009, señala lo que sigue:
“Artículo 67: Los acuerdos de la junta extraordinaria de accionistas que impliquen
reforma de los estatutos sociales o el saneamiento de la nulidad de modi¿caciones
de ellos causada por vicios formales, deberán ser adoptados con la mayoría que
determinen los estatutos, la cual, en las sociedades cerradas, no podrá ser inferior a
la mayoría absoluta de las acciones emitidas con derecho a voto.
Requerirán del voto conforme de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto, los acuerdos relativos a las siguientes materias:
(...)
15) En las sociedades anónimas abiertas, establecer el derecho de compra a que hace
referencia el inciso segundo del artículo 71 bis”.

Aprobar o rati¿car la celebración de actos o contratos con partes relacionadas, de


conformidad a lo establecido en los artículos 44 y 147 de la LSA
Finalmente, también es materia de Junta extraordinaria, aprobar o rati¿car los actos
o contratos con parte relacionada, según nueva regulación en los artículos 44 y 147
y siguientes de la LSA, para anónima cerrada y abierta respectivamente, a partir de
la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009.
Esta nueva legislación incorporó un nuevo numeral 16 en el artículo 67 de la LSA,
cuya nueva redacción es la siguiente:
Para estos efectos, el artículo 67 Nº 15, con la reforma de 2009, señala lo que
sigue:
“Artículo 67: Los acuerdos de la junta extraordinaria de accionistas que impliquen
reforma de los estatutos sociales o el saneamiento de la nulidad de modi¿caciones
de ellos causada por vicios formales, deberán ser adoptados con la mayoría que
determinen los estatutos, la cual, en las sociedades cerradas, no podrá ser inferior a
la mayoría absoluta de las acciones emitidas con derecho a voto.
Requerirán del voto conforme de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto, los acuerdos relativos a las siguientes materias:
(...)
354 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

16) Aprobar o rati¿car la celebración de actos o contratos con partes relacionadas,


de conformidad a lo establecido en los artículos 44 y 147”.
Corresponde tener presente que en la sociedad anónima abierta bursátil, esta junta
extraordinaria de accionistas, al conocer de esta materia, debe contar con un informe
preparado para estos ¿nes por el Comité de Auditoría regulado en el artículo 50 bis.
En el nuevo Reglamento de la LSA, se destina el Título XII “ De las operaciones
con partes relacionadas en las sociedades anónimas abiertas y sus ¿liales, artículos
170 a 172, los que señalan:
Artículo 170. Cuando la mayoría absoluta de los miembros del directorio deba
abstenerse en la votación destinada a resolver una operación de la sociedad con una
parte relacionada, dicha operación sólo podrá llevarse a cabo si es aprobada por la
unanimidad de los miembros del directorio no involucrados.
Artículo 171. Para exceptuar de los requisitos y procedimientos establecidos en los
numerales 1) al 7) del artículo 147 de la ley a las operaciones que se señalan en los
literales a), b) y c) de dicho artículo 40 el directorio deberá adoptar en forma expresa
una autorización de aplicación general e informar las operaciones como hecho esencial
cuando corresponda. Una vez aprobada dicha autorización general, no será necesario
que el directorio se pronuncie especí¿camente acerca de cada operación exceptuada,
sin perjuicio que en caso de considerarlo pertinente así lo haga.
Artículo 172. Las operaciones con partes relacionadas, incluidas aquellas exceptuadas
del procedimiento de aprobación establecido en el artículo 147 de la ley, deberán tener
por objeto contribuir al interés social y ajustarse en precio, términos y condiciones a
aquéllas que prevalezcan en el mercado al tiempo de su aprobación.

26. Sociedad matriz y ¿liales.


Sociedad coligante y coligadas
La Ley de Sociedades Anónimas regula en los artículos 86 a 93 las denominadas
sociedades ¿liales y coligadas. Ambas ¿guras societarias forman parte de lo que se
denomina los grupos o “familias” de sociedades o grupos societarios.
Estas agrupaciones de sociedades forman parte de un grupo de interés económico,
lo que implica que se gobiernan por criterios e intereses dominantes, que emanan del
controlador del grupo, en que se crea una verdadera estructura o red de sociedades
que integran una misma entidad, en cuya cúspide se encuentra el “cabeza de holding”.
En ellas se observa una política y administración común, que las hace ejecutar parte
de una misma estrategia de negocios en los mercados.
En estas ¿guras de ¿liales y coligadas se observan grados o niveles de control,
siendo el más intenso el que presenta la relación matriz y ¿lial o ¿liales, y de menor
grado de control, en la relación existente entre coligante y coligada, y suelen estar
asociadas a la noción de control societario. Este control puede ser más o menos inten-
DERECHO DE SOCIEDADES 355

so. Es muy intenso en el caso de la sociedad ¿lial, y es menos intenso en la sociedad


coligada.
La relación matriz y ¿liales puede presentar la modalidad de “Holding”, que
según Francesco Galgano “en general es una sociedad (sociedad matriz o cabeza
grupo) llamada Holding a la que le compete la dirección y la coordinación del
grupo completo. Internamente, esta sociedad regula los sectores o fragmentos y los
reconduce hacia una unidad económica”; agrega que “existe, exclusivamente, un
grupo societario donde una pluralidad de sociedades es conducida hacia la unidad
mediante el direccionamiento unitario que una de ellas ejercita sobre las demás”;
en cuanto al direccionamiento Galgano señala que: “se presume que los administra-
dores de la sociedad matriz impartirán instrucciones a los administradores de las
sociedades controladas quienes de hecho, a pesar de estar formalmente habilitadas
para desatenderlas, las ejecutarán quizá luego de discutirlas y de adaptarlas a las
exigencias de gestión de su sociedad – porque su norma, su validación, los recursos
¿nancieros para la gestión y en una palabra, la suerte de la empresa, está en manos
de quienes la controlan”52.

26.1. Sociedad matriz y ¿liales


Señalamos que el mayor nivel de control societario entre sociedades se presenta
en la relación existente entre sociedad matriz y sociedad ¿lial, en la que la primera
controla su propiedad accionaria a lo menos en un 51% de ella, o bien puede designar
a su administrador si se trata de sociedad de personas. En consecuencia, la primera de-
nominada matriz controla la administración de la segunda llamada ¿lial. La agrupación
de empresas mediante matriz y ¿liales da lugar a los llamados “grupos empresariales”,
de¿nidos en el artículo 96 de la Ley de Mercado de Valores. En sentido estricto el
concepto legal de sociedad matriz obedece al concepto empresarial de “Holding”,
entidad cuyo objeto es controlar y administrar otras sociedades, relacionadas o no en
sus giros de negocios.
El artículo 86 de la LSA de¿ne ¿lial en los siguientes términos:
“Es sociedad ¿lial de una sociedad anónima, que se denomina matriz, aquella en la
que ésta controla directamente o a través de otra persona natural o jurídica más del
50% de su capital con derecho a voto o del capital, si no se tratare de una sociedad
por acciones o pueda elegir o designar o hacer elegir o designar a la mayoría de sus
directores o administradores.
La sociedad en comandita será también ¿lial de una anónima, cuando ésta tenga el
poder para dirigir u orientar la administración del gestor”.
Una sociedad va a ser matriz de otra cuando controla a lo menos el 50% de la
propiedad accionaria de aquella otra o, también, cuando pueda elegir o designar o

52 Francesco GALGANO, Los Grupos Societarios, Editorial LexisNexis.


356 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

hacer elegir o designar a la mayoría de sus directores o administradores, si se trata


de una sociedad de personas.
Así, si se trata de una sociedad en comandita debe tener la matriz derechos sociales
su¿cientes para elegir o hacer elegir un grupo de socios gestores que constituyan la
mayoría o al socio gestor si es uno solo el que tiene esta calidad.
Estos niveles de control de matriz a ¿lial son propios del llamado “holding em-
presarial”.
El legislador permite la participación de propiedad accionaria hacia abajo o “aguas
abajo” esto es de la matriz hacia la ¿lial. De matriz a ¿liales y ¿liales a otros. Pero
no se permite participación de propiedad accionaria hacia arriba, esto es de ¿liales a
matriz, en los que sería participaciones recíprocas de ida y vuelta. Esta regla de pro-
piedad accionaria “hacia abajo” se encuentra establecida en el artículo 88 de la Ley
de Sociedades Anónimas. Si llegara a ocurrir una participación hacia arriba producto
de una fusión por incorporación o creación, esta realidad deberá terminar en el plazo
máximo de un año. Esta limitación tiene por fundamento evitar el riesgo patrimonial
o de negocios, en propiedad accionaria “hacia arriba” y “hacia abajo”.
En lo que re¿ere al control de propiedad accionaria de matriz a ¿lial, que hacen
que la primera controle y gobierne a la segunda, de tal suerte que la verdadera vo-
luntad la encontraremos en la sociedad matriz, siendo la ¿lial una mera ejecutora de
la voluntad de negocios de la matriz, ello justi¿ca que el artículo 92 establezca que
los directores de la matriz puedan participar con derecho a voz en las sesiones de
directorio de la ¿lial, y se ordena:
“Los directores de una sociedad matriz, aunque no sean miembros del directorio de una
sociedad ¿lial o administradores de la misma, podrán asistir con derecho a voz, a las
reuniones de dichos directorios o a las de los administradores, en su caso, y tendrán
además facultad para imponerse de los libros y antecedentes de la sociedad ¿lial”.
Por lo señalado, es muy improbable que los directores de la ¿lial desatiendan el
“consejo” de los directores de la matriz, por ello que existe unidad de actuación y
ejecución de intereses comunes de grupo.
Por lo mismo, al existir unidad de actuación y, por lo tanto, riesgos ¿nancieros
compartidos, la ley obliga a confeccionar balances consolidados del grupo empresarial;
así lo establecen los artículos 90 de la ley y 100 y 101 del reglamento, que obligan
a llevar sistemas contables compatibles y a contener información recíproca en sus
memorias y balances anuales.
El Título VIII del nuevo Reglamento de 2012, denominado “De las ¿liales y co-
ligadas”, destina los artículos 142 a 146 de dichas materias.
Finalmente, la noción de Holding Empresarial tiene plena coincidencia con el
concepto de Grupo Empresarial, que contiene nuestra Ley de Mercado de Valores
Nº 18.045 y que en su artículo 96 señala:
“Grupo empresarial es el conjunto de entidades que presentan vínculos de tal natura-
leza en su propiedad, administración o responsabilidad crediticia, que hacen presumir
que la actuación económica y ¿nanciera de sus integrantes está guiada por los intereses
DERECHO DE SOCIEDADES 357

comunes del grupo o subordinada a éstos, o que existen riesgos ¿nancieros comunes
en los créditos que se les otorgan o en la adquisición de valores que emiten.
Forman parte de un mismo grupo empresarial:
a) Una sociedad y su controlador;
b) Todas las sociedades que tienen un controlador común, y este último, y
c) Toda entidad que determine la Superintendencia considerando la concurrencia de
una o más de las siguientes circunstancias:
1. Que un porcentaje signi¿cativo del activo de la sociedad está comprometido en el
grupo empresarial, ya sea en la forma de inversión en valores, derechos en sociedades,
acreencias o garantías;
2. Que la sociedad tiene un signi¿cativo nivel de endeudamiento y que el grupo em-
presarial tiene importante participación como acreedor o garante de dicha deuda;
3. Que la sociedad sea miembro de un controlador de algunas de las entidades men-
cionadas en las letras a) o b), cuando este controlador corresponda a un grupo de
personas y existan razones fundadas en lo dispuesto en el inciso primero para incluirla
en el grupo empresarial, y
4. Que la sociedad sea controlada por uno o más miembros del controlador de alguna
de las entidades del grupo empresarial, si dicho controlador está compuesto por más
de una persona, y existan razones fundadas en lo dispuesto en el inciso primero para
incluirla en el grupo empresarial”.

26.2. Sociedad coligante y coligada


La relación societaria de control existente entre sociedad coligante y sociedad
coligada es de menor entidad en cuanto a dicho control societario, que la existente
entre sociedad matriz y sociedad ¿lial. En efecto, la coligante posee respecto de la
coligada el 10% o más de su capital accionario o puede elegir a lo menos un miembro
del Directorio, de tal manera que la primera puede inÀuir en la administración de la
segunda, pero no controla la mayoría de los directores.
El artículo 87 de la Ley de Sociedades Anónimas de¿ne coligante y coligada:
“Es sociedad coligada con una sociedad anónima aquella en la que ésta, que se deno-
mina coligante, sin controlarla, posee directamente o a través de otra persona natural
o jurídica el 10% o más de su capital con derecho a voto o del capital, si no se tratare
de una sociedad por acciones, o pueda elegir o designar o hacer elegir o designar por
lo menos un miembro del directorio o de la administración de la misma.
La sociedad en comandita será también coligada de una anónima, cuando ésta pueda
participar en la designación del gestor o en la orientación de la gestión de la empresa
que éste ejerza”.
La participación social aquí es más tenue como hemos señalado. Si es sociedad de
capital se es coligante cuando se controla a lo menos un 10% de la propiedad accionaria
o bien si puede elegir a lo menos un miembro en la sociedad de personas que tenga
injerencia en la administración de la sociedad. Es una relación más liviana que en el
caso de la relación matriz y ¿lial. Sin embargo, se aplica la misma regla respecto de
358 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

la participación de propiedad “hacia abajo” y si hay participación hacia arriba debe


terminar esta realidad en un mínimo de un año.
De acuerdo al artículo 90 de la Ley de Sociedades Anónimas las sociedades ¿lia-
les o colegiadas tienen la obligación de confeccionar balances consolidados, la regla
señala:
Artículo 90: “En la memoria anual, el directorio deberá señalar las inversiones de
la sociedad en sociedades coligadas o ¿liales y las modi¿caciones ocurridas en ellas
durante el ejercicio, debiendo dar a conocer a los accionistas, los balances de dichas
empresas y una memoria explicativa de sus negocios.
En todo caso, la existencia de inversiones en sociedades ¿liales obliga a la sociedad
matriz a confeccionar el balance anual en forma consolidada y el dividendo mínimo
establecido en el artículo 79 de esta ley deberá calcularse sobre las utilidades líquidas
consolidadas.
Las notas explicativas de las inversiones deberán contener información precisa sobre
las sociedades coligadas y ¿liales, en la forma que determine el Reglamento”.

27. La quiebra de la sociedad anónima


En todo sistema jurídico la cesación de pagos o la insolvencia –causa de la decla-
ración de quiebra– y, por lo tanto, la declaración de quiebra de la sociedad anónima,
conceptualizando la quiebra como “el estado de insolvencia o cesación de pagos judi-
cialmente declarada” de¿nición que corresponde al brillante profesor de Derecho Co-
mercial chileno Rafael Lasalvia Copene, trae aparejada consecuencias relevantes, desde
el punto de vista de la economía en que ésta opera, atendido a que su impacto y efectos
inmediatos en el sistema de pagos y en el mercado laboral, ya que se puede producir un
efecto reÀejo en otros agentes económicos, que ven complicada su disponibilidad en
cuanto a liquidez para hacer frente a sus propias obligaciones ante el incumplimiento
del deudor sociedad anónima, pudiendo incluso afectar la fuente de trabajo de sus tra-
bajadores, por paralización de la empresa y desde luego por los eventuales créditos que
ha contraído en el sistema ¿nanciero, con bancos, tenedores de bonos, puede afectarse
también la oferta de bienes y servicios en el mercado, ya que eventualmente puede
desaparecer un oferente relevante, entre otros efectos económicos.
Esta situación implica que el tratamiento de la sociedad anónima como deudor
en estado de insolvencia, justi¿ca que el Libro IV del Código de Comercio, De las
Quiebras, establezca que el deudor que ejerce una actividad comercial, industrial,
minera o agrícola, que cese en el pago de una obligación mercantil deba solicitar su
propia declaración de quiebra, dentro de los quince días siguientes, conforme establece
el artículo 41 de la ley citada.
Hemos señalado que por de¿nición legal, la sociedad anónima es siempre mercan-
til aun cuando se forme para negocios civiles, según establece el inciso segundo del
artículo 1º de la ley Nº 18.046, de 1981, con lo que podemos concluir que la sociedad
anónima que cese en el pago de una obligación mercantil debe pedir su propia decla-
ración de quiebra, o bien recurrir a la presentación de un convenio judicial preventivo,
DERECHO DE SOCIEDADES 359

para evitar su declaración de quiebra, conforme a lo regulado en los artículos 173 y


siguientes del Libro IV del Código de Comercio.
En la Ley de Sociedades Anónimas, el artículo 101 señala que:
“El directorio de la sociedad que ha cesado en el pago de una o más de sus obliga-
ciones o que ha sido declarada en quiebra por resolución ejecutoriada, deberá citar
a junta de accionistas para ser celebrada dentro de los 30 días siguientes de acaeci-
dos estos hechos, para informar ampliamente sobre la situación legal, económica y
¿nanciera de la sociedad.
Cuando una sociedad anónima abierta cesare en el pago de una o más de sus obli-
gaciones, el gerente o el directorio en su ausencia, deberá dar aviso el día siguiente
hábil a la Superintendencia.
Igual comunicación deberá enviar si algún acreedor de la sociedad solicitare la
quiebra de ella, sin perjuicio de que el juzgado ante el cual se entablare la acción
deberá poner este hecho en conocimiento de la Superintendencia, como asimismo,
comunicarle la declaratoria posterior de quiebra”.
El artículo 101 de la Ley de Sociedades Anónimas amerita los siguientes comen-
tarios:
1. Se utiliza la expresión “cesación de pago de una o más de sus obligaciones”,
entendiendo la cesación de pago en sentido material o restringido, como el mero incum-
plimiento en el pago de una obligación de dar una suma determinada o determinable
de dinero. En el mismo sentido, establece el Libro IV del Código de Comercio la
causal de quiebra del artículo 41 y del 43 Nº 1, utilizando la expresión “cesación de
pago”, la diferencia es que la “cesación de pago” en esta ley es de “una obligación
mercantil”, excluyéndose la cesación de pagos de obligaciones de naturaleza laboral,
provisional, civil, tributaria, administrativa u otras.
2. El artículo 101 es más amplio que el 41 y 43 Nº 1 del Libro IV del Código de
Comercio, ya que utiliza la expresión amplia de “cesación de pago de una o más de
sus obligaciones”, sin cali¿car la naturaleza de la obligación cesada en el pago.
3. Ocurrida una cesación de pago, de una o más obligaciones, el directorio o el
gerente deben citar a junta extraordinaria de accionistas dentro de los 30 días siguientes
a haber acaecido la cesación, para informar ampliamente a los accionistas sobre la
situación legal, económica y ¿nanciera de la compañía. En esta junta extraordinaria se
podría acordar aumento de capital social, para hacer frente a las obligaciones cesadas
en el pago, lo que implica una urgente reforma estatutaria, y siempre que no se haya
declarado la quiebra de la sociedad por sentencia de¿nitiva.
4. Debe el directorio, en el caso de la sociedad anónima abierta, comunicar
inmediatamente a la Superintendencia de Valores y Seguros si algún acreedor soli-
citare la declaración de quiebra y si se dicta posteriormente sentencia declaratoria
de quiebra.
5. En todo caso, la sociedad anónima abierta o cerrada, debe pedir su propia
declaración de quiebra dentro de los 15 días siguientes a haber cesado en el pago
de una obligación mercantil (según dispone el artículo 41 del Libro IV del Código
360 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de Comercio), o bien recurrir a la presentación de un convenio judicial preventivo,


para evitar su declaración de quiebra, conforme a lo regulado en los artículos 173 y
siguientes del Libro IV del Código de Comercio.
En el evento que se declare la quiebra de la sociedad anónima, puede iniciarse
proceso penal de cali¿cación de la quiebra, para determinar si fue fortuita, culpable o
fraudulenta, conforme se regula en el Título XIII del Libro IV del Código de Comer-
cio. Para efectos de hacer efectiva la responsabilidad penal, esto es para determinar
la participación como autores o cómplices del ilícito penal quiebra punible por de
quiebra culpable o fraudulenta, el artículo 232 de la Ley de Quiebras dispone que:
“Los gerentes, directores o administradores de una persona jurídica declarada en
quiebra, cuyo giro quede comprendido en el artículo 41, serán castigados, sin perjuicio
de la responsabilidad civil que les pueda afectar, como reos de quiebra culpable o
fraudulenta, según el caso, cuando en la dirección de los negocios del fallido y con
conocimiento de la situación de éstos, hubieren ejecutado alguno de los actos o incu-
rrido en alguna de las omisiones a que se re¿eren los artículos 219 y 220, o cuando
hubieren autorizado expresamente dichos actos u omisiones”.
En el inciso segundo del artículo 232, se agrega otro tipo penal que señala:
“Serán castigados con reclusión o relegación menores en su grado mínimo a medio
si se han repartido dividendos a los socios, a propuesta del directorio, a sabiendas
que no correspondían a utilidades efectivas. La pena se elevará en un grado si esos
repartos han ocasionado la quiebra”.
Se concluye que la responsabilidad penal se hará efectiva en caso de cali¿cación
penal de la quiebra en el gerente y directores de la sociedad anónima; esto es, en sus
administradores.
Finalmente, el artículo 29 de la LSA señala que en caso de declaración de quie-
bra de la sociedad anónima, los créditos de los acreedores sociales prevalecerán por
sobre los créditos que posean los accionistas en razón de una disminución de capital,
y será aplicable el artículo 73 del Libro IV del Código de Comercio, respecto de los
pagos ya efectuados a éstos. El artículo 73 del Libro IV del Código de Comercio,
señala que son inoponibles a la masa los actos y contratos ejecutados o celebrados
por el fallido, en este caso la sociedad anónima, desde la fecha de la sentencia de
declaración de quiebra, por lo tanto si la sociedad ha pagado a los accionistas por
concepto de devolución de capital a partir de la fecha de la sentencia de quiebra, el
accionista deberá restituir a la masa lo pagado a partir de la fecha de la sentencia de
quiebra. Esta restitución requiere proceso y sentencia jurisdiccional del Tribunal de
la Quiebra, en procedimiento incidental conforme a lo establecido en el artículo 6º
del Libro IV del Código de Comercio.
En suma, en caso que se declare la quiebra de la sociedad anónima, por sen-
tencia judicial, los créditos de los accionistas, distintos al crédito que nace a causa
de una disminución de capital, prevalecen sobre éstos y se les aplicará el artículo
76 de la legislación de quiebras relativa a acciones de inoponiblidad a los pagos
DERECHO DE SOCIEDADES 361

efectuados a causa de una disminución de capital, desde los diez días anteriores
a la fecha de cesación de pagos hasta el día de la declaración de quiebra de la so-
ciedad anónima.
Es necesario tener presente que la “Ley de Quiebras”, a que alude el artículo 29
de la LSA, actualmente está contenida en el Libro IV del Código de Comercio y no
en la Ley Nº 18.175 de Quiebras.

28. La transformación, fusión y división de la sociedad anónima


Atendida la importancia de las materias transformación, fusión y división, en este
número las desarrollamos con mayor detalle y precisión que el tratamiento que le desti-
namos al tratar las materias de la junta extraordinaria de accionistas, anteriormente.

28.1. La transformación de las sociedades


1. La transformación de sociedad en nuestra LSA
La transformación de la sociedad la podemos de¿nir como el cambio de especie o
tipo societario que se efectúa mediante reforma de sus estatutos sociales, subsistiendo
su personalidad jurídica, como por ejemplo de sociedad de responsabilidad limitada
a anónima, o bien a la inversa. Actualmente nuestra LSA, en su artículo 96 de¿ne la
transformación, señalando que “es el cambio de especie o tipo social de una sociedad,
efectuado por reforma de estatutos subsistiendo su personalidad jurídica”.
Esta materia debe ser deliberada y acordada en junta extraordinaria de accionistas,
con un quórum de aprobación de las dos terceras partes de las acciones emitidas con
derecho a voto (artículo 67 LSA) y conforme a lo dispuesto en el artículo 69 que
con¿ere derecho a retiro a los accionistas disidentes. En lo formal, la transformación
se perfecciona mediante reforma de estatutos sociales, por lo que requiere la presen-
cia de notario público en la junta extraordinaria, y el acta de la junta debe reducirse
a escritura pública y debe cumplirse con la solemnidad que el tipo societario exige
para su constitución legal; esto es, un extracto de la escritura debe inscribirse en el
registro de comercio del domicilio de la sociedad y publicarse en el Diario O¿cial,
según corresponda, todo ello dentro del plazo de sesenta días corridos contados desde
la fecha de la escritura pública.
Antes de la entrada en vigencia de la LSA, de 1981, se había estudiado la posibi-
lidad de que una sociedad civil se convirtiera en comercial mediante una expresión
mani¿esta de los socios. Sin embargo siempre se tuvo los más diversos obstáculos de
índole jurídica para regular sus alcances, los que apuntaban siempre a la problemática
de la subsistencia de la personalidad jurídica de la sociedad transformada.
Hasta la dictación de la ley Nº 18.046, de 1981, no existía unanimidad a nivel de
doctrina respecto a la posibilidad de que una sociedad se pudiera transformar, subsis-
tiendo su personalidad jurídica. Quienes sostenían una posición negativa respecto a
esta “operación jurídica”, se fundaban en la carencia de una normativa aplicable a este
362 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

caso, en cambio quienes sostenían la validez de la transformación se fundaban en el


principio de la libertad contractual y en la autonomía de la voluntad de los socios.
Antes de la dictación de la ley Nº 18.046, de 1981, se estimó que la transforma-
ción podía efectuarse mediante una modi¿cación del pacto social, previamente debía
disolverse y liquidarse la primera sociedad, y luego proceder a la constitución de
una nueva sociedad, procedimiento que era absurdo, ya que en el fondo consistía en
terminar una sociedad e iniciar otra nueva.
El sistema de pasar de un tipo de sociedad a otra, mediante la disolución y liqui-
dación de la primera para luego constituir la segunda, presentaba graves inconve-
nientes:
1.1. La liquidación de la sociedad es operación que requiere un largo período de
tiempo y, por regla general, determina pérdidas considerables, especialmente para
aquellos negocios que venden mercaderías con grandes facilidades de pago y tienen,
por lo mismo, numerosas cuentas por cobrar.
1.2. Si la transformación se produce mediante aporte del activo y pasivo que la
primera sociedad hace a la segunda, surgen de inmediato los inconvenientes de carácter
legal, y que apuntan a que la transformación de la sociedad debe cumplir con todas
las formalidades legales exigidas para los actos modi¿catorios de la misma.
El distinguido profesor de Derecho Comercial don Raúl Varela Varela, en un
notable estudio del año 1961 titulado “Modi¿caciones al Contrato de Sociedad con
cambio de Tipo”, desarrolló una tesis a¿rmativa a la transformación, en aquel período
en que no existía una regulación expresa para esta ¿gura jurídica, abordando el tema
con brillantez y profundidad y de dicho trabajo podemos citar los siguientes párrafos:
“En la vida de toda sociedad se presentan situaciones que hacen necesario, o por
lo menos útil, introducir cambios en su estatuto. Pueden referirse esos cambios a
meras alteraciones en el personal de socios, por que se retiren unos y entren otros,
o a las relaciones de los socios entre sí, en cuanto al reparto de las utilidades o su
participación en el gobierno de los negocios, o a la composición de la razón social,
al domicilio o el objeto social y otras materias semejantes.
Pero también esos cambios pueden referirse a la forma social, sustituyendo, por
ejemplo, el tipo de sociedad colectiva, por el de responsabilidad limitada”.
La solución al problema de la subsistencia de la personalidad jurídica radica en
la necesaria distinción que debe hacerse “entre modi¿caciones al contrato social
que conservan el tipo social originalmente adoptado y aquellas que implican el
cambio de él. Para estas últimas se emplea la palabra transformación, y se dice, por
ejemplo, que la sociedad se ha transformado de sociedad colectiva a sociedad de
responsabilidad limitada”.
“En una primera época se pensó sin discrepancias que la vía de la mera modi¿-
cación del contrato no era en este caso posible y recurrió al expediente de disolver
la sociedad original, para crear, acto seguido, una sociedad nueva, del tipo que las
necesidades actuales aconsejaban adoptar.
DERECHO DE SOCIEDADES 363

Esta solución es, ciertamente inobjetable desde el punto de vista legal, pero está
llena de inconvenientes prácticos, el más grave de los cuales es la ruptura de la
identidad entre la persona moral de la primera sociedad y la de la segunda”.
“No solamente surgen esos inconvenientes en el plano del Derecho Tributario,
por los impuestos que el procedimiento devenga, sino que se plantea de modo muy
agudo en el ámbito del derecho privado.
En efecto, la disolución de la sociedad, a la que debe seguir otra sociedad, pone a
los socios en la necesidad de liquidarla para dar término a sus negocios y, realizando
los bienes su¿cientes, pagar sus deudas, lo que implica serios conÀictos de tipo casuís-
tico”. “Consecuencia de la renovada preocupación sobre el asunto fue un cambio en
las ideas que ha conducido al abandono de la antigua posición substituida por otra
auténticamente adherida a la idea de no importar la transformación de la sociedad
la disolución de la sociedad original y la creación de la nueva, sino la continuación,
bajo una forma nueva, de la misma sociedad considerada como el mismo sujeto de
derechos y obligaciones. Esta nueva posición no sólo se presenta como prácticamente
útil, porque supera todos los inconvenientes que antes se señalaron, sino que, además,
parece corresponderse mejor con la realidad económica del fenómeno”.
“En conclusión:
a) La transformación de la sociedad de un tipo a otro, no es sino un aspecto
particular de las modi¿caciones al estatuto social que los socios pueden acordar en
virtud de la autonomía de la voluntad contractual;
b) La transformación debe someterse a las normas que rigen las modi¿caciones
estatutarias de la sociedad existente y a las que gobiernan la constitución del nuevo
tipo que se trate de establecer;
c) La transformación conserva las responsabilidades personales por las deudas
sociales que pesen sobre los socios, por las deudas asumidas por la sociedad antes
de su transformación, y crea esa misma responsabilidad personal de los socios por
todas las deudas sociales, si el nuevo tipo social asumido así lo exige;
d) La personalidad jurídica de la sociedad transformada se conserva sin solución
de continuidad en el nuevo tipo asumido; la sociedad sigue siendo, bajo su nuevo
estatuto, el mismo sujeto de derecho que era bajo el estatuto anterior;
e) No hay en consecuencia, transferencia de activo y pasivo de la sociedad antigua
a la nueva; aquélla y ésta constituyen idéntico sujeto”.
En derecho comparado, la Ley de Sociedades Anónimas de España contempla
la transformación de sociedad anónima a colectiva, en comandita o limitada, y a la
inversa de tipo societario de personas a anónima, dejando subsistente la responsabi-
lidad de los socios por las obligaciones sociales anteriores, según el tipo societario
de que se trate.
Este mismo principio lo encontramos en el artículo 98 de la LSA, que señala:
“La transformación de sociedades en comandita o colectivas en sociedades anónimas, no
libera a los socios gestores o colectivos de la sociedad transformada de su responsabilidad
364 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

por las deudas sociales contraídas con anterioridad a la transformación de la sociedad,


salvo respecto de los acreedores que hayan consentido expresamente en ella”.
La transformación se encuentra regulada en los artículos 151 a 154 del nuevo
Reglamento de la LSA, de 2012.

2. Aspectos tributarios de la transformación de sociedades


Con fecha 28 de diciembre de 1985 se publicó la ley Nº 18.482 que modi¿có la
normativa tributaria que afectaba la transformación de sociedades.
En primer término se agregó al artículo octavo del Código Tributario un número
trece que de¿ne qué se entiende por transformación de sociedades en la legislación
tributaria. Además se sustituye el inciso segundo del artículo 69 del Código Tributario
por una nueva normativa, que tiene por objeto eliminar la obligación de dar aviso de
término de giro establecida en dicho inciso tratándose de los casos de transformación
de sociedades, coincidiendo con el concepto vertido en la de¿nición.
El efecto principal de estas modi¿caciones consiste en que para los efectos tri-
butarios subsiste la misma persona jurídica, es decir, el mismo contribuyente con
distinta organización, y, en consecuencia, la empresa que se transforma no debe dar
aviso de término de giro al cual se encontraba obligada hasta hace un tiempo. Por
consiguiente, la sociedad que subsiste será responsable de todas las obligaciones
tributarias devengadas con anterioridad a la transformación.
Por otra parte, el artículo 69 del Código Tributario establece que cuando con motivo
del cambio de giro o de la transformación de una empresa social en una sociedad de
cualquier especie, el contribuyente queda afecto a otro régimen tributario en el mismo
ejercicio, deberán separarse los resultados afectados con cada régimen tributario sólo
para los efectos de determinar los impuestos respectivos de dicho ejercicio.
Esto con el propósito de aplicar los impuestos correspondientes a cada período.
Por lo tanto, las empresas sociales que al transformarse en otro tipo de sociedad
queden afectas a un régimen tributario distinto al que les era aplicable hasta antes de
la transformación, y siempre que esta transformación se haga en un mismo período
tributario, deberán practicar un balance por el tiempo que ha pasado desde el 1º de
enero hasta el día ¿jado de transformación, y otro balance que abarque el período
comprendido entre la última fecha señalada y hasta el 31 de diciembre siguiente, con
el propósito de separar los resultados tributarios de ambas épocas para los efectos de
la declaración anual correspondiente.
De¿nición del Código Tributario: El artículo octavo del Código Tributario en su
número trece de¿ne como transformación de sociedades como: “el cambio de especie
o tipo social efectuado por reforma del contrato social o de los estatutos, subsistiendo
la personalidad jurídica”.
En consecuencia, se entiende que para estar en presencia de una transformación
de sociedad debe veri¿carse una variación o cambio de la especie o tipo social que
ha adoptado la persona jurídica.
DERECHO DE SOCIEDADES 365

La variación mencionada debe realizarse legalmente; es decir, reforma del contrato


social, en caso de sociedades de personas; y modi¿cación de los estatutos, en caso
de sociedades anónimas.
Deberá entenderse por lo tanto como transformación de sociedades la variación
que se produce en la organización jurídica de la sociedad convirtiéndose en otro tipo
societario contemplado en nuestra legislación.
De acuerdo a lo expuesto, la de¿nición no contempla los casos en que la empresa
original o resultante sea una persona natural, comunidad o sociedad de hecho.

28.2. La división de las sociedades. Doctrina


Nuestra LSA, en su artículo 94, de¿ne la división señalando lo que sigue:
“La división de una sociedad anónima consiste en la distribución de su patrimonio entre
sí y una o más sociedades anónimas que se constituyan al efecto, correspondiéndole a
los accionistas de la sociedad dividida, la misma proporción en el capital de cada una
de las nuevas sociedades que aquella que poseían en la sociedad que se divide”.
Cabe destacar que la división sólo puede dar lugar al nacimiento de una o más
sociedades anónimas, no pudiendo surgir sociedades de otro tipo societario.
La división, al igual que la transformación y la fusión, son materias que deben
ser deliberadas y acordadas en junta extraordinaria de accionistas, con un quórum
de aprobación de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto
(artículo 67 LSA) y conforme a lo dispuesto en el artículo 69, no con¿ere derecho a
retiro a los accionistas disidentes al acuerdo de división de la compañía (a diferencia
de la transformación y la fusión). En lo formal, la división se perfecciona mediante
aprobación de la distribución del patrimonio de la sociedad que se divide y mediante
la reforma de estatutos sociales y la aprobación del estatuto social de la nueva que
nace a causa de la división, por lo que requiere la presencia de notario público en la
junta extraordinaria, y el acta de la junta debe reducirse a escritura pública y debe
cumplirse con la solemnidad que el tipo societario requiere para su constitución legal
de la nueva sociedad que surge de la división, esto es un extracto de la escritura que
debe inscribirse en el Registro de Comercio del domicilio de la sociedad y publicarse
en el Diario O¿cial, según corresponda, todo ello dentro del plazo de sesenta días
corridos contado desde la fecha de la escritura pública. Asimismo, debe reformarse
el estatuto social de la sociedad dividida, ya que necesariamente debe disminuir su
capital social y número de acciones en que se divide.

1. Conceptos de división
Seguidamente, señalamos distintos conceptos de división de sociedades, legal y
de doctrina.
1. El artículo 94 de la LSA de¿ne la división de sociedad en los siguientes tér-
minos:
366 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“La división de una sociedad consiste en la distribución de su patrimonio entre sí y


una o más sociedades anónimas que se constituyan al efecto, correspondiéndole a los
accionistas de la sociedad dividida, la misma proporción en el capital de cada una de
las nuevas sociedades se poseían en la sociedad que se divide”.
2. Para el distinguido profesor de Derecho Comercial argentino Héctor Cámara
de¿nió la división en los siguientes términos:
“El traspaso del total del capital social de una sociedad a varias sociedades nacidas
con posterioridad, las que absorben a la primera y conservando el derecho que los
accionistas tenían en ella”.
3. El profesor argentino Enrique Zaldívar de¿ne la división en los siguientes
términos:
“La escisión del patrimonio social entre las varias sociedades que se forman, conser-
vando los socios de la antigua sociedad, la misma cuota en las nuevas sociedades”.
4. Para el profesor chileno Alberto Lyon P., la división de sociedades es:
“La escisión de las cuentas de capital y eventualmente de las cuentas de reserva
y pasivo del patrimonio de una persona jurídica y la posterior distribución de las
cuentas que resultan de dicha división entre la antigua sociedad y una o más personas
jurídicas que necesariamente deben surgir de dicho acto, sin que por ello se pierda
la condición jurídica que dichas cuentas tenían en la antigua sociedad. El entero
del capital y reservas de la o las nuevas entidades se hace mediante la adjudicación
de bienes tasados para tal efecto y la asunción del pasivo mediante un acto jurídico
apto para ello”.
5. La ley de sociedades anónimas de España, en su artículo 252, de¿ne la división,
como escisión, señalando:
“Se entiende por escisión: a) la extinción de una sociedad anónima, con división de
todo su patrimonio en dos o más partes, cada una de las cuales se traspasa en blo-
que a una sociedad de nueva creación o es absorbida por una sociedad ya existente.
b) la segregación de una o varias partes del patrimonio de una sociedad anónima sin
extinguirse, traspasando en bloque lo segregado a una o varias sociedades de nueva
creación o ya existentes”.
5.1. Surgimiento de una o varias sociedades del proceso de división.
Como resultado obvio del proceso en estudio, y como lo establece el artículo 94
de la ley Nº 18.046, surgen de esta reforma estatutaria una o más sociedades, en las
que los accionistas de la “primera” sociedad conservan sus proporciones en el capital
de la “segunda” que se crea al efecto, de manera que los derechos de los accionistas
concurren en proporción en ambas sociedades.
5.2. Disminución del capital de la sociedad ascendente.
Esta consecuencia es propia de toda división y se deriva del concepto mismo de
escisión de una sociedad, ya que, como sabemos, la nueva sociedad que surge de
DERECHO DE SOCIEDADES 367

dicho acto tiene como capital inicial una parte del capital de la “primera” sociedad,
lo que implica de cualquier modo la disminución de éste.
5.3. Aprobación de los estatutos sociales de los entes jurídicos implicados en el
proceso de división.
Al igual que toda sociedad, las que surgen de los procesos de escisiones requieren de
estatutos que regulen su participación en la vida del derecho. Lo anterior hace necesario
que la junta extraordinaria de accionistas delibere y apruebe los estatutos de la o las so-
ciedades que nacen de la división. En este sentido debe cumplirse con las solemnidades
que la ley establece para los tipos societarios que nacen de la citada división.
5.4. La aprobación de la división y la aprobación de los estatutos de las socieda-
des que surgen de la división, incorpora de pleno derecho a todos los accionistas en
todas ellas.
Esta consecuencia deriva del concepto mismo de división de una sociedad y no
requiere de un mayor análisis, toda vez que los accionistas de la antigua sociedad
pasan a formar parte de la o las nuevas sociedades nacidas producto de la división.
Así lo declara expresamente el artículo 100 de la LSA, que señala:
“Ningún accionista, a menos que consienta en ello, podrá perder su calidad de tal
con motivo de un canje de acciones, fusión, incorporación, transformación o división
de una sociedad anónima”.
La voluntad del legislador consiste en que ningún accionista sufra privación de
sus derechos de propiedad en el capital, a consecuencia de un proceso de división
societaria.
Destacamos que el acuerdo de la división de la sociedad no es considerado por el
legislador en el artículo 68 de la LSA como causal que dé lugar al derecho a retiro a
los accionistas disidentes, norma que sólo contempla como causales de derecho a retiro
la transformación y la fusión, entre otras, mas no considera la división de la sociedad,
lo que constituye una asimetría o desigualdad en el tratamiento de esta materia.
5.5. El problema de la división de sociedades se presenta respecto a los acreedo-
res de la sociedad que se divide, ya que como la división consiste en la escisión del
patrimonio de la primera sociedad que lo distribuye con la segunda que se crea, los
acreedores deben ser asignados a una de las dos o más que resulten de la división y,
por lo tanto, ven disminuido su derecho de prenda general del deudor, y eventualmente
pueden incluso cambiar de deudor, si su crédito pasa a la sociedad nueva que surge
de la división.
Respecto a la división del patrimonio de la sociedad que se divide, el Servicio
de Impuestos Internos, mediante o¿cio Nº 3.382, de 1998, señaló, respecto al patri-
monio a dividir que: “Una sociedad objeto de división debe tener necesariamente un
patrimonio real a distribuir, que no es otro que un patrimonio neto, por lo cual, como
consecuencia del proceso de división, no puede resultar una de las sociedades con
un patrimonio negativo. Esta situación se produce cuando el pasivo de una sociedad
excede a su patrimonio”.
368 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El criterio del referido o¿cio Nº 3.382, de 1998, es correcto jurídicamente, ya que


no se pueden distribuir a las nuevas sociedades que resulten de la división solamente
pasivos o deudas, de tal suerte que su patrimonio sea negativo, si se produce este
efecto, los acreedores sociales, cuyos pasivos cambian de titular, no tienen activos en
los cuales hacer efectivo el cumplimiento de los créditos. Esta ¿gura de la división
no puede usarse en fraude o perjuicio de los acreedores sociales.
Los artículos 147 a 150 del nuevo Reglamento de la LSA de 2012 se re¿eren a la
división de sociedades.
28.3. La fusión de las sociedades
1. De¿nición legal de fusión, clases y requisitos
La fusión de sociedades se encuentra de¿nida en el artículo 99 de la LSA, que
señala:
“La fusión consiste en la reunión de dos o más sociedades en una sola que las sucede
en todos sus derechos y obligaciones, y a la cual se incorporan la totalidad del patri-
monio y accionistas de los entes fusionados”.
Seguidamente, el artículo 99, en su inciso segundo, divide la fusión en dos tipos:
la fusión por creación y por incorporación:
“Hay fusión por creación, cuando el activo y pasivo de dos o más sociedades que
se disuelven, se aporta a una nueva sociedad que se constituye”; y, “hay fusión por
incorporación, cuando una o más sociedades que se disuelven, son absorbidas por
una sociedad ya existente, la que adquiere todos sus activos y pasivos”.
Finalmente, la norma señala que en estos casos “no procederá la liquidación de
las sociedades fusionadas o absorbidas”.
Los procesos de fusión, especialmente por incorporación, son los que más frecuen-
temente se han experimentado en nuestra economía a partir de la década de los años
noventa, en virtud de las economías de escala que se logran cuando se fusionan dos
o más sociedades de un mismo giro de negocios, causando una concentración de los
oferentes en los mercados, factor que limita la libre competencia (así ha ocurrido en la
industria de los Bancos, Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), cadenas de
farmacias y grandes tiendas de “retail”, entre otras), procesos que no necesariamente
han traído el efecto de “abaratar” los costos de las comisiones y precios que cobran
a sus clientes o a¿liados.
La fusión, en términos metafóricos, implica una verdadera “fagocitosis” de la so-
ciedad absorbente a las absorbidas. En la práctica, según hemos señalado, la mayoría
de las fusiones opera por sistema de absorción y en los hechos se produce mediante
la adquisición del 100% de las acciones de la sociedad anónima absorbida, por la
sociedad absorbente.
Además, si la sociedad anónima que se absorberá es abierta, la sociedad absor-
bente, según corresponda, deberá para materializar la fusión por absorción, efectuar
una Oferta Pública de Adquisición de Acciones (OPA), de “fusión”, conforme a lo
DERECHO DE SOCIEDADES 369

establecido en los artículos 198 y 199 de la Ley de Mercado de Valores, caso en el cual
el oferente debe indicar en el aviso de oferta que su voluntad es fusionar la sociedad
anónima cuyas acciones se pretende adquirir vía OPA.
La fusión es también una materia de competencia de las juntas extraordinarias
de accionistas, de las dos o más sociedades que pretende fusionarse, las que deben
primero acordar la fusión y todos su extremos especialmente el pacto de fusión, que
suele anteceder a las referidas juntas, y luego debe aprobarse la fusión con el quórum
de las dos terceras partes de las acciones con derecho a voto. En el caso de que se
trate de fusión por creación, es necesario que se apruebe el estatuto social de la nueva
sociedad que surge del proceso de fusión, y luego cumplir con toda la formalidad de
la constitución de la sociedad respectiva.
Conforme a lo establecido por el artículo 69 de la LSA, los accionistas disidentes
tienen derecho a ejercer retiro de la compañía.
En el caso de tratarse de sociedades anónimas especiales, regidas por el artículo
126 de la LSA, según lo dispuesto por el artículo 127,
“La modi¿cación de los estatutos de las sociedades a que se re¿ere el artículo ante-
rior y su disolución anticipada acordadas por sus respectivas juntas de accionistas,
luego de ser reducidas sus actas a escrituras públicas, deberán ser aprobadas por la
Superintendencia, efectuándose en lo pertinente la inscripción y publicación indicadas
en el artículo anterior”.
Si la fusión es por incorporación, se disuelve la sociedad absorbida, y conforme a
o¿cio Nº 3.400, de 1999, del Servicio de Impuestos Internos, “el término de giro de la
sociedad absorbida se produce el día de la fecha de la escritura pública que se suscribe
al efecto”, por lo que la publicación y registro del extracto de la fusión por incorpo-
ración se retrotrae en el tiempo a la fecha de la escritura pública respectiva. Lo cierto
es que el o¿cio citado no considera que el artículo 108 de la LSA, cuando se produce
disolución por la causal de reunirse todas las acciones en una sola mano, el directorio
de la sociedad disuelta debe consignar este hecho mediante escritura pública dentro del
plazo de treinta días de producido este hecho, y un extracto de ella debe inscribirse en el
Registro de Comercio y publicarse en el Diario O¿cial, conforme ordena el artículo 5º
de la LSA, luego, el término de giro debe entenderse a la fecha de la escritura pública
que debe otorgar el directorio de la sociedad anónima absorbida.
Los artículos 155 a 159 del nuevo Reglamento de la LSA de 2012 se re¿eren a la
fusión de sociedades

2. Conceptos de fusión
Desde el punto de vista doctrinario, y siguiendo primeramente a Lyon-Caen y Renault,
podemos de¿nir la fusión como la “reunión de dos o más sociedades, hasta entonces
distintas, realizada de tal manera que ya no constituyen sino una sola sociedad”.
Un concepto aún más completo y acorde en la doctrina actual le de¿ne señalando que
la fusión es “un acto por el cual dos o más sociedades se identi¿can en una sola, ya sea
370 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que todas las compañías que participan en la operación se disuelvan y formen una nueva
(fusión por creación), o que sólo se disuelva una o algunas y se mantenga una de ellas
vigente, la cual absorbe a la otra u otras que se han disuelto (fusión por anexión)”.
La fusión implica “unión” de dos o más sociedades, sea para constituir una nueva o
para absorber una a la otra. Este último procedimiento de crecimiento “vertical” de las
empresas ha sido el “medio clásico” por el cual empresas “fuertes” fueron creciendo
y absorbiendo a las más débiles.
Ya señalamos que nuestra LSA en su artículo 99 de¿ne la fusión señalando que:
“Consiste en la reunión de dos o más sociedades en una sola que las sucede en todos
sus derechos y obligaciones, y a la cual se incorporan la totalidad del patrimonio y
accionistas de los entes fusionados”.
Como señalamos la fusión puede presentarse de dos formas típicas:
1. Por anexión o absorción: Mediante la cual una o varias sociedades aportan la
totalidad de su activo y pasivo a otra que aumenta su capital en cantidad su¿ciente
como para pagar, con acciones propias, el antedicho aporte. En este caso existe una
sociedad absorbente que adquiere la universalidad del patrimonio de otra, y una ab-
sorbida que se extingue.
2. Por creación o fusión propiamente tal: En que dos o más sociedades se unen crean-
do así una nueva sociedad. Aquí las dos sociedades desaparecen para dar nacimiento a
otra, que adquiere todos los derechos y contrae todas las obligaciones de aquéllas.
La ley de sociedades anónimas de España señala por fusión: “1. La fusión de
cualesquiera sociedades en una sociedad anónima nueva implicará la extinción de
cada una de ellas y la transmisión en bloque de los respectivos patrimonios sociales
a la nueva entidad que haya de adquirir por sucesión universal de los derechos y
obligaciones de aquéllas.
Naturaleza jurídica de la fusión de sociedades. 2. Si la fusión hubiese de resultar
de la absorción de una o más sociedades por otra anónima ya existente, ésta adqui-
rirá en igual forma los patrimonios de las sociedades absorbidas, que se extinguirán,
aumentando en su caso, el capital social en la cuantía que proceda”.
A través de la historia el concepto de fusión de sociedades ha evolucionado con-
siderablemente originando incluso diversas teorías acerca de su naturaleza jurídica
atendiendo a las circunstancias que cada una de ellas considera como primordial en
la existencia de esta institución.
3. Las principales teorías que apuntan a explicar la naturaleza
jurídica de la fusión de sociedades son las siguientes
A. Teoría de la fusión como variedad de la disolución
Originada en Italia, esta teoría explica que la Fusión de Sociedades debe conside-
rarse simplemente como una causal más de disolución de las compañías, de manera
que no podría presentarse una fusión sin que exista una disolución de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 371

“La fusión implica disolución”. Sin embargo se dice que no considera el hecho
de que si bien en la institución de la fusión la disolución de la misma juega un rol
fundamental, no puede desconocerse que por otra parte en la fusión no se presenta la
liquidación de la sociedad respectiva, lo que es un elemento tipi¿cador en la disolu-
ción de una sociedad.

B. Teoría de la fusión como contrato constitutivo de sociedad

La doctrina alemana y ciertos tratadistas franceses ven en la fusión una forma de


creación de sociedades, siendo la disolución de las compañías que participan en ella
un elemento de la esencia en la fusión.
La fusión impediría que las sociedades que participan en ella continúen vigentes,
lo cual hace que quede fuera de esta institución la ¿gura de la anexión que se verá
más adelante.

C. Fusión como transmisión a título universal

Esta teoría ha sido modernamente presentada por tratadistas alemanes e italianos,


los que han encontrado en la fusión un fenómeno parecido al que se produce en la
sucesión por causa de muerte entre causante y heredero. Según ellos la compañía que
se extingue encarga a la que continúa vigente el cumplimiento de sus obligaciones
y la recepción de sus créditos, los que son considerados como su aporte a la nueva
compañía.
El elemento tipi¿cador de la fusión sería la transmisión a título universal de todo el
patrimonio de la sociedad que se disuelve a la que permanece vigente, lo que abarca
tanto el pasivo como el activo.
Esta teoría ha tenido considerable aceptación, especialmente en países en que la
fusión no está regulada legalmente.
En todo caso en Chile aun antes de la regulación jurídica a la sociedad anónima
en la ley Nº 18.046 ha tenido poca aplicación, ya que existen normas del derecho con
que se le contraponen, como el art. 2056 del Código Civil que prohíbe toda sucesión
a título universal.

D. Teoría de la fusión como forma de aumento de capital


Señala que en la fusión existe una sociedad absorbente que, merced a un aumento
de su capital, entrega acciones a los socios de la sociedad absorbida a cambio de que
éstos se obliguen a efectuar las aportaciones patrimoniales correlativas al aumento de
capital de la sociedad absorbente; es decir, considera la fusión sólo como una forma
de pagar un aumento de capital.
Esta teoría restringe el campo de aplicación de fusión sólo a la anexión, dejando
fuera la fusión por creación que veremos más adelante.
372 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

E. Teoría o doctrina contractualista


Otros tratadistas sostienen que la fusión es de naturaleza netamente contractual,
a¿rman que la fusión es un contrato de constitución de sociedad por el cual dos o más
sociedades acuerdan unirse para crear otra nueva o para agrandar una que ya existe,
obligándose ambas, en el caso que la creación, a efectuar la transmisión patrimonial;
y en el caso de absorción, la una, a efectuar la aportación y la otra a proceder a un
aumento de capital.
Es posible rebatir esta doctrina, señalando que la reunión de dos o más personas
jurídicas mediante el medio técnico de la fusión, es totalmente diversa a una operación
constitutiva de sociedad, en la que sí se crea una nueva, pero no ocurre lo mismo en
la fusión.
Por otra parte, se ha señalado por los críticos que el evento de ser la fusión un
contrato, no cabría dentro de ninguna de las clasi¿caciones tradicionales que se hacen
de ellos.
No comparto estas críticas y creo que no puede desconocerse el hecho de que la
fusión tiene un aspecto contractual, que se mani¿esta en los pactos de fusión.

F. Teoría o doctrina de la modi¿cación estatutaria o transformación extintiva


Para otros autores la fusión es una transformación extintiva de la sociedad, por lo
que exige una modi¿cación del nexo social y de los estatutos. Para ellos lo esencial
son las modi¿caciones estatutarias necesarias para llevar a efecto la fusión.
Dicen que es una modi¿cación de estatutos que, en conformidad a la voluntad
de los socios o accionistas de las intervinientes, adecua la sociedad resultante a las
nuevas relaciones que se constituyen entre ellos, tanto en el plano personal como en
el patrimonial.
Se pronuncian en este sentido Brunetti y Duque Domínguez.
Me parece que no puede considerarse la fusión como una simple modi¿cación
de los estatutos. Conlleva todo el procedimiento que se suscita tanto respecto de la
disolución, de la constitución, como de los aumentos de capital de las sociedades, y
creo que por estas razones no puede considerarse a la fusión como una simple mo-
di¿cación estatutaria, aunque para llevarla a cabo efectivamente será necesaria una
modi¿cación de los estatutos sociales.

G. Teoría moderna de la fusión


A partir de la década de los 70 adquirió importancia una teoría más pragmática y
evolucionada del concepto de fusión de sociedad, la cual es seguida por la mayoría
de las legislaciones, entre ellas la chilena con la ley Nº 18.046, y que tiene como
fundamento a la teoría de la fusión como variante de la disolución.
Plantea que para que exista fusión es necesaria una transmisión de todos los nego-
cios de una sociedad a otra, adquiriendo esta última la calidad de socio de la nueva,
DERECHO DE SOCIEDADES 373

con todos los derechos y obligaciones que ello implica. De tal manera que múltiples
¿guras que se presentan entre las sociedades no pueden ser consideradas como fusión
de las mismas, ya que no implican una manera inequívoca de disolución y extinción,
como por ejemplo un aporte de activo entre sociedades, o un aporte de activo y pasivo
de una compañía a una sociedad anónima que se considera transformación y no como
fusión de sociedades.

4. Expresiones o formas económicas que puede adoptar la fusión


Desde una perspectiva económica, la fusión puede presentarse mediante las si-
guientes formas:

4.1. Fusión horizontal


Es aquella que se presenta en caso de unión de varias empresas que ejecutan diver-
sas etapas en el proceso productivo, de manera que se produce una complementación
entre las funciones que desempeñan cada una de ellas.
Es el caso de empresas que fabrican determinados productos que se fusionan con
las empresas que distribuyen los mismos.

4.2. Fusión vertical


Se presenta entre empresas competidoras que elaboran el mismo producto o que
prestan los mismos servicios, con el objeto de unir sus fuerzas y competir con mayores
posibilidades en el mercado, siempre y cuando no caigan en prácticas monopólicas.

4.3. Fusión conglomerada


Se produce entre empresas ubicadas en distintas líneas de comercio (distintos pro-
ductos o servicios), o entre aquellas que ofreciendo los mismos productos o servicios
actúan en áreas geográ¿cas económicamente separadas. Dentro de esta categoría se
ha distinguido entre la fusión con extensión de producto, con extensión geográ¿ca
de mercado y la fusión conglomerada pura.

5. Formas jurídicas que adopta la fusión


La fusión, desde un punto de vista jurídico según ya hemos señalado, puede pre-
sentarse básicamente a través de dos formas:
A) Fusión por absorción o anexión
En virtud de la cual una sociedad (o varias) aporta la totalidad de su activo y pasivo
a otra que aumenta su capital en la cantidad su¿ciente como para pagar, con acciones
propias, el antedicho aporte.
Por lo tanto, la fusión por anexión presupone la existencia de a lo menos dos socie-
dades legalmente constituidas y vigentes con anterioridad a la época de su realización,
374 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

en que necesariamente subsistirá una de ellas después de la fusión aumentando su


capital (sociedad anexante), y en que por el contrario, se presenta la disolución sin
liquidación de la sociedad anexada.
Sin embargo, algunos autores sostienen que la fusión acarrea necesariamente
“ipso jure” la liquidación de la sociedad junto a la disolución de la misma (doctrina
francesa), criterio que a mi juicio no es acertado, pues en la fusión se requiere una
ausencia de liquidación por razones de orden práctico, ya que ello implicaría una
pérdida de tiempo y dinero.
Sólo imaginemos a una sociedad anexada viéndose en la obligación de vender sus
bienes para comprar acciones en la anexante, y a ésta comprándolos con posterioridad
para perfeccionar la fusión.
Los acuerdos de las sociedades que se anexan se pueden ver desde el punto de
vista de la sociedad anexante y la sociedad anexada.
Para la sociedad anexada o absorbida la decisión a tomar es la de ser disuelta
practicando su liquidación anticipada.
Para la sociedad anexante la decisión es simplemente la de un aumento de capital,
una simple modi¿cación de estatutos.
Finalmente hay que mencionar que algunos autores han creído ver en la fusión por
anexión una excepción a los principios generales sobre fusión de sociedades, ya que
sostienen que siempre se requiere la disolución de todas las sociedades que participan
en ella, lo que para nuestro derecho y jurisprudencia no es aceptado, ya que incluso
es precisamente la fusión por anexión la que tiene mayor importancia.
B) Fusión por creación o fusión propiamente tal
Existe cuando dos o más sociedades se unen creando así una nueva sociedad. De
lo dicho podemos distinguir claramente dos elementos que la diferencian de la fusión
por anexión:
1. Disolución de todas las sociedades que intervienen en la fusión.
2. Nacimiento de una nueva sociedad totalmente diferente, pero sucesora de las
sociedades que participaron en el proceso de fusión y se disolvieron.
Aun cuando algunos autores hacen distinciones marcadas entre los dos tipos de
fusión, la mayoría de los autores considera que esa doble modalidad no hace variar
la esencia íntima del fenómeno jurídico, pues en ambos supuestos se produce la uni-
¿cación de patrimonios, de socios y de relaciones jurídicas que es característica de
la fusión. La diferencia entre ambos procedimientos de fusión es puramente externa
y formal, no sustancial. Así lo han reconocido las legislaciones más modernas sobre
la materia. En todo caso, en nuestra legislación ambos tipos de fusión aparecen am-
pliamente reconocidos.

6. Fusión de sociedades de distinta naturaleza y estructura social


En nuestro concepto, la fusión es un fenómeno común, no excluyente y, por lo
tanto, aplicable a los diversos tipos de sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 375

Siguiendo la tradicional distinción entre sociedades de personas y sociedades de


capital, podemos diferenciar los diversos tipos sociales, incluyendo dentro de las
primeras a la sociedad colectiva, a la sociedad de responsabilidad limitada y a la
sociedad en comandita simple; y dentro de las sociedades de capital, a las sociedades
anónimas y a las sociedades en comandita por acciones.
Diremos primero que pueden fusionarse tanto las sociedades de personas entre sí,
como las de capital entre sí, y unas con otras.
Obviamente que el procedimiento y las solemnidades para llevar a cabo la fusión
será diverso, dependiendo del tipo de sociedades que participan en el proceso. La
casuística que puede presentarse en esta materia es numerosa, y los casos se darán,
dependiendo del número de formas sociales reconocidas por cada ordenamiento. Así
sin pretender agotar los casos y tomando como base la legislación nacional, podemos
enunciar las siguientes fórmulas de fusión partiendo a modo ejemplar desde la sociedad
colectiva: sociedad colectiva con:
- responsabilidad limitada
- comandita simple
- comandita por acción
- sociedad anónima.
Se observa que las fórmulas son diversas y son aplicables a todas las formas sociales
reconocidas por la ley. En todo caso es necesario tomar medidas de protección respecto
de los acreedores sociales, especialmente tratándose de sociedades de personas que
se fusionan con sociedades de capital, ya que la responsabilidad de los accionistas
sufrirá profundas modi¿caciones.
Por esto es que los acreedores deben ser pagados o garantizados con anterioridad
a la fusión, o deben concurrir con su consentimiento a la misma.
Por lo anteriormente expuesto es que la doctrina está conteste en cuanto a la con-
veniencia de reglamentar la fusión de sociedades, cualquiera que sea su naturaleza
o tipo.
Es preferible establecer una regulación completa para evitar casos complicados de
solucionar, ya que por el hecho de no estar una situación regulada por el ordenamiento
jurídico, no podemos suponer que no se va a presentar en la práctica.
Si se omite su reglamentación, se está desconociendo una realidad muy importante
y vital en el desarrollo económico de las empresas.

7. Fusión de sociedades con diverso objeto social


Puede presentarse el caso de que las sociedades que pretendan fusionarse desa-
rrollen un objeto social distinto.
Si la actividad empresarial es diversa, no existen razones para prohibir esta posi-
bilidad de fusión y en este caso existirá una fusión de tipo vertical. El procedimiento
reviste una mayor complejidad exigiéndose, además de los requisitos propios de la
fusión, una modi¿cación en cuanto al objeto cuando la sociedad resultante adopta el
objeto social de las que desaparecieron.
376 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si la resultante mantiene su objeto se hace obviamente innecesaria una modi¿cación


en este sentido. Es importante precisar que en nuestro sistema positivo la sociedad
resultante de la fusión puede mantener su objeto sumado al de la sociedad desaparecida
mediante una modi¿cación estatutaria, situación expresamente prevista por la Ley de
Sociedades Anónimas al admitir que la sociedad puede tener más de un objeto social
(artículos 4º número 3, y 9º LSA).

8. Fusión de sociedades con entes irregulares


Se produce esta situación cuando uno de los entes que intervienen en la fusión no
está reconocido por el ordenamiento jurídico, y por lo tanto carece de personalidad
jurídica, como por ejemplo: sociedad anónima que pretende fusionarse con una agru-
pación o entidad que carece de personalidad jurídica, como puede ser la hipótesis de
una sociedad de hecho. En estos casos es inadmisible la fusión en sentido jurídico
porque no puede fusionarse una persona jurídica con otra entidad que carece de per-
sonalidad jurídica.

29. La disolución de la sociedad anónima


Las causales de disolución de la sociedad anónima la encontramos establecidas
en los artículos 103, 104 y 105 de la Ley de Sociedades Anónimas e implican toda
ellas, salvo una “por reunirse todas las acciones en manos de una sola persona”, el
término progresivo de los negocios sociales, mediante el proceso de la liquidación de
la personalidad jurídica disuelta.
Ocurrida una causal de disolución sobreviene el proceso que denominamos liqui-
dación de la sociedad, que el legislador regula en los artículos 109 a 120 de la ley.
Podemos de¿nir la liquidación como un proceso complejo en virtud del cual se
procederá a poner término a los negocios sociales pendientes, se liquidarán sus acti-
vos, se pagará a los acreedores sociales según los normas de la prelación de créditos
establecidas en los artículos 2472 y siguientes del Código Civil, y luego, si conclui-
do el pago de los acreedores sociales queda un remanente se debe repartir entre los
accionistas a prorrata de sus acciones. Por ello, podemos señalar que los acreedores
sociales tienen un derecho preferente respecto de los accionistas.
Las causales de disolución las encontramos en el artículo 103 de la Ley de
Sociedades Anónimas, recientemente reformado en una de sus causales por la ley
Nº 20.382, de 2009, y en ellas se pueden distinguir las que operan de pleno dere-
cho y las que requieren declaración de autoridad administrativa o judicial, según
corresponda. De otra parte existen causales comunes a toda clase de sociedades
anónimas –abiertas y cerradas– y otras aplicables a sociedades anónimas “espe-
ciales” y una de ellas sólo aplicable a la sociedad anónima cerrada, en virtud de
sentencia judicial ¿rme.
El artículo 103 de la LSA, luego de la reforma de 2009, señala:
DERECHO DE SOCIEDADES 377

“La sociedad anónima se disuelve:


1. Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiere;
2. Por reunirse por un período ininterrumpido que exceda de 10 días todas las acciones
en manos de una sola persona;
3. Por acuerdo de junta extraordinaria de accionistas;
4. Por revocación de la autorización de existencia de conformidad con lo que dis-
ponga la ley;
5. Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades anónimas cerra-
das, y
6. Por las demás causales contempladas en el estatuto”.
1. Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiere.
Esta causal ocurre cuando en el estatuto social se ha establecido un plazo para
la vigencia o duración de la sociedad; cumplido el plazo opera la causal por el solo
ministerio de la ley. El directorio tiene la obligación de consignar en escritura pública
la ocurrencia de la causal de disolución respectiva. Este acto de escrituración se debe
hacer en un plazo de 30 días desde que se produjeron los hechos que dan lugar a la
disolución y debe inscribirse un extracto en el Registro de Comercio y publicarse en
el Diario O¿cial, en tiempo y forma, así lo dispone el artículo 108:
“Cuando la disolución se produzca por vencimiento del término de la sociedad, por
reunión de todas las acciones en una sola mano, o por cualquiera causal contemplada
en el estatuto, el directorio consignará estos hechos por escritura pública dentro del
plazo de treinta días de producidos y un extracto de ella será inscrito y publicado en
la forma prevista en el artículo 5º.
Cuando la disolución se origine por resolución de revocación de la Superintendencia
o por sentencia judicial ejecutoriada, en su caso, el directorio deberá hacer tomar
nota de esta circunstancia al margen de la inscripción de la sociedad y publicar por
una sola vez un aviso en el Diario O¿cial, informando de esta ocurrencia.
Transcurridos sesenta días de acaecidos los hechos antes indicados sin que se hubiera
dado cumplimiento a las formalidades establecidas en los incisos precedentes, cual-
quier director, accionista o tercero interesado podrá dar cumplimiento a ellas.
La falta de cumplimiento de las exigencias establecidas en los incisos anteriores hará
solidariamente responsables a los directores de la sociedad por los daños y perjuicios
que se causaren con motivo de ese incumplimiento”.
2. Por reunirse todas las acciones en manos de una sola persona.
En el caso de que se reúnan todas las acciones en manos de una sola persona, opera
causal de disolución para la sociedad anónima, de tal suerte que se señala que este
caso opera “confusión” del patrimonio del adquirente con el de la sociedad anónima
adquirida en esta operación, única o sucesiva. Cuando esta adquisición de acciones
opere en manos de otra sociedad anónima, ocurre una verdadera fusión por absorción.
En la práctica a esta modalidad se la denomina “fusión corta”, ya que en un solo acto
se pueden adquirir las acciones de una sociedad anónima cerrada.
378 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En esta causal de disolución hay disolución sin liquidación, ya que como hemos
señalado opera una adquisición de todos los activos y pasivos de la sociedad anónima
absorbida.
Además, puede llegarse a esta fórmula de disolución por la vía de una Oferta Pública
de Adquisición de Acciones (OPA) regulada en los artículos 198 y siguientes de la Ley
de Mercado de Valores, en un proceso de toma de control de una sociedad por otra.
Asimismo, existió, hasta la dictación de la ley Nº 20.382, de 2009, un caso único
en nuestro derecho de sociedades, en que por adquirirse el 100% de la propiedad
accionaria de una sociedad, por la vía de dos ofertas públicas de adquisición de ac-
ciones, según se establecía en el artículo 69 ter de la Ley de Sociedades Anónimas
(incorporado a la LSA en la reforma del año 2000), y si en la formulación de la
oferta del remanente (25% de la propiedad accionaria) el oferente no declaraba en su
segunda OPA, que su voluntad es disolver la sociedad, ésta no se disolvía, caso en
el que podíamos tener como resultado una sociedad anónima con un solo accionista
dueño del 100% de la propiedad accionaria sin disolución; esto es, sociedad anónima
con un solo accionista, lo que formal y materialmente contradecía la vieja de¿nición
legal de sociedad del artículo 2053 del Código Civil, que exige dos o más personas
para formar sociedad. Tampoco el legislador establecía un plazo para solucionar esta
situación de sociedad con un solo socio.
A partir de la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, se incorporaron las siguientes
reformas: primero, se derogó el artículo 69 bis de la LSA, esto es, la ¿gura de sociedad
anónima con un solo accionista producto de una o más OPA; y, segundo se reformó la
causal de disolución de la sociedad anónima establecida en el artículo 103 Nº 2, que
señala: “2. Por reunirse por un período ininterrumpido que exceda de 10 días todas
las acciones en manos de una sola persona”; por lo que si durante el periodo de 10
días el accionista que ha adquirido el 100% de las acciones cede una o más acciones
a otro, la anónima no se disolverá, solución que parece razonable.
3. Por acuerdo de la junta general extraordinaria de accionistas.
La sociedad anónima puede terminar en cualquier tiempo por acuerdo de la junta
extraordinaria de accionistas. Hemos señalado que la junta de accionistas está investida
de un verdadero poder constituyente. Este poder popular puede provocar la disolución
de la sociedad anónima. El quórum para el acuerdo es de 2/3 de las acciones emitidas
con derecho a voto. El acta de la junta debe reducirse a escritura pública y un extracto
de ella debe inscribirse en el Registro de Comercio y publicarse por una vez en el
Diario O¿cial, en tiempo y forma.
4. Por revocación de la autorización de existencia de conformidad con lo que
disponga la ley.
Se trata de los casos de las sociedades anónimas especiales, cuya autorización de
existencia depende de acto administrativo de autoridad, que se señala en el artículo
126 de la Ley de Sociedades Anónimas. Corresponde al acto admnistrativo de re-
vocación de autorización de existencia de la Superintendencia correspondiente, que
DERECHO DE SOCIEDADES 379

se materializa en una resolución. Opera en estos casos el principio del regalismo el


órgano del Estado que con¿ere la personalidad jurídica, el que puede revocarla por
acto de autoridad reglado en las leyes especiales.
El artículo 126 de la ley señala:
“Las compañías aseguradoras y reaseguradoras, las sociedades anónimas admi-
nistradoras de fondos mutuos, las bolsas de valores y otras sociedades que la ley
expresamente someta a los trámites que a continuación se indican, se forman, existen
y prueban por escritura pública, obtención de una resolución de la Superintendencia
que autorice su existencia e inscripción y publicación del certi¿cado especial que
otorgue dicha Superintendencia.
Las escrituras públicas deberán contener, a más de las menciones generales exigidas
por esta ley, las especiales requeridas por las leyes particulares que las rijan.
La Superintendencia deberá comprobar que estas sociedades cumplen con las exigen-
cias legales y económicas requeridas al efecto, para autorizar su existencia.
Las resoluciones que revoquen autorización concedidas serán fundadas.
Aprobada la existencia de una sociedad, la Superintendencia expedirá un certi¿cado
que acreditará tal circunstancia y contenga un extracto de las cláusulas del estatuto
que determine dicho organismo, el que se inscribirá en el Registro de Comercio del
domicilio social y se publicará en el Diario O¿cial dentro del plazo de 60 días contado
desde la fecha de la resolución”.
Las leyes especiales que regulan estas sociedades anónimas especiales contienen,
como causal de revocación, casos de transgresión grave a la ley que las regula, o a las
normas que imparta la Superintendencia, pérdida de patrimonio o capitales mínimos
para seguir operando, entre otras (así Ley General de Bancos, D.L. Nº 3.500, para
Administradoras de Fondos de Pensiones, D.F.L. Nº 251 para Compañías de Seguros,
entre otras).
5. Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades no sometidas
a la ¿scalización de la Superintendencia en razón de esta ley o de otras leyes.
La causal de disolución se encuentra establecida en el artículo 103 Nº 5 de la LSA,
recientemente modi¿cada por la ley Nº 20.382, de 2009, y señala:
“La sociedad anónima se disuelve:
5. Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades anónimas cerra-
das”.
Esta causal de disolución es aplicable para las sociedades anónimas cerradas,
y opera en virtud de sentencia judicial ¿rme, que acoja la demanda de disolución
presentada por accionistas que representen más del 20% de las acciones, y si así lo
soliciten, mediante demanda judicial, fundada en causa grave. Se ha discutido si el
tribunal competente es ordinario o arbitral, por el problema que plantean los artículos
4º Nº 10 y 125 de la LSA, en relación con el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de
Tribunales, problema ante el cual tomamos partido por competencia de juez árbitro,
según señalamos en numeral denominado “Sociedad Anónima y Arbitraje”. Este litigio
380 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de disolución se tramita de conformidad a las reglas procesales del juicio sumario, y


la prueba se aprecia en conciencia o conforme a la sana crítica.
Corresponde al Tribunal además confeccionar una quina de liquidadores, para
que la junta de accionistas elija uno de dicha nómina, según dispone el artículo 110,
inciso ¿nal.
El artículo 105 de la ley ordena lo que sigue:
“Las sociedades anónimas a que se re¿ere el Nº 5 del artículo 103 de la presente ley,
podrán ser disueltas por sentencia judicial ejecutoriada, cuando accionistas que repre-
senten a lo menos un 20% de su capital así lo demandaren, por estimar que existe causa
para ello, tales como infracción grave de ley, de reglamento o demás normas que les
sean aplicables, que causare perjuicio a los accionistas o a la sociedad; declaración
de quiebra de la sociedad, administración fraudulenta u otras de igual gravedad.
El tribunal procederá breve y sumariamente y apreciará la prueba en conciencia”.
Finalmente, el artículo 110 de la LSA dispone, en lo que se re¿ere a liquidación:
“Disuelta la sociedad, se procederá a su liquidación por una comisión liquidadora
elegida por la junta de accionistas en la forma dispuesta por el artículo 66, la cual
¿jará su remuneración.
De igual manera se procederá para la liquidación de las sociedades declaradas
nulas.
Si la sociedad se disolviere por reunirse las acciones en manos de una sola persona,
no será necesaria la liquidación.
Si la disolución de la sociedad hubiere sido decretada por sentencia ejecutoriada,
la liquidación se practicará por un solo liquidador elegido por la junta general de
accionistas de una quina que le presentará el tribunal, en aquellos casos en que la ley
no encomiende dicha función a la Superintendencia o a otra autoridad”.
6. Por las demás causales contempladas en el estatuto.
Como norma de cierre el artículo 103 señala en su número 6º, “Por las demás
causales contempladas en el estatuto”. Puede entonces el estatuto social contener
causales de disolución distintas a las señaladas anteriormente por el legislador, como
por ejemplo, una pérdida porcentual importante del capital social. Así ocurre en
derecho societario español Ley de Sociedades Anónimas (260), que establece como
causal de disolución: “por reducción del capital por debajo del mínimo legal” o “por
conclusión de la empresa que constituya su objeto o la imposibilidad mani¿esta de
realizar el ¿n social o por la paralización de los órganos sociales, de modo que resulte
imposible su funcionamiento”.
Otra posibilidad consiste en que el estatuto social establezca un hecho futuro e
incierto del cual depende la terminación de la sociedad; o bien, la causal de término
del objeto social para el cual fue constituida la sociedad.
En nuestro sistema jurídico, la fusión por absorción también es causal de disolución
según señalamos anteriormente. La sentencia declaratoria de quiebra de la sociedad
anónima no causa en efecto de su disolución, lo que resulta razonable.
DERECHO DE SOCIEDADES 381

Por sentencia dictada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia


Tanto la sociedad anónima como las sociedades en general, pueden terminar por
sentencia ¿rme dictada por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, estable-
cido en el artículo 18 del decreto ley Nº 211, de 1973, texto legal que establece en su
artículo 26 letra B) lo que sigue:
“Artículo 26. La sentencia de¿nitiva será fundada, debiendo enunciar los fundamentos
de hecho, de derecho y económicos con arreglo a los cuales se pronuncia. En ella se
hará expresa mención de los fundamentos de los votos de minoría, si los hubiere. Esta
sentencia deberá dictarse dentro del plazo de cuarenta y cinco días, contado desde
que el proceso se encuentre en estado de fallo.
En la sentencia de¿nitiva, el Tribunal podrá adoptar las siguientes medidas:
a) Modi¿car o poner término a los actos, contratos, convenios, sistemas o acuerdos
que sean contrarios a las disposiciones de la presente ley;
b) Ordenar la modi¿cación o disolución de las sociedades, corporaciones y demás
personas jurídicas de derecho privado que hubieren intervenido en los actos, con-
tratos, convenios, sistemas o acuerdos a que se re¿ere la letra anterior;
c) Aplicar multas a bene¿cio ¿scal hasta por una suma equivalente a veinte mil
unidades tributarias anuales. Las multas podrán ser impuestas a la persona jurídica
correspondiente, a sus directores, administradores y a toda persona que haya inter-
venido en la realización del acto respectivo. En el caso de las multas aplicadas a
personas jurídicas, responderán solidariamente del pago de las mismas sus directores,
administradores y aquellas personas que se hayan bene¿ciado del acto respectivo,
siempre que hubieren participado en la realización del mismo”.
En virtud del texto legal citado, puede el Tribunal de Defensa de la Libre Compe-
tencia decretar mediante sentencia, como sanción por atentado a la libre competencia,
la disolución de la sociedad anónima que haya incurrido en conductas que constituyan
un atentado a la libre competencia en el mercado interno, conforme a la regulación
establecida en el citado D.L. Nº 211, de 1973.

Por sentencia dictada por Tribunal Penal conforme Ley Nº 20.393, de 2009,
Establece la Responsabilidad Penal de las Personas Jurídicas:
Delitos de Lavado de Activos, Terrorismo y Cohecho
Mediante la ley Nº 20.393, de 2009, se estableció por primera vez en nuestro
sistema jurídico penal, la responsabilidad penal de las personas jurídicas, para los
delitos de lavado de activos, terrorismo y cohecho.
Este tema ha sido desde principios de Siglo XX tremendamente controvertido, en
cuanto a que si las personas jurídicas pueden ser sujetos activos de delito, esto es,
si pueden ser capaces de cometer delito penal al igual o a la manera de una persona
natural, como autor, cómplice o encubridor de ilícitos penales.
El planteamiento del tema sigue siendo controversial en nuestros días, ya que en
el ámbito del derecho, no podemos abandonar la noción relativa a que la persona
382 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

jurídica es una persona ¿cticia, en esencia una categoría jurídica que nace de una
¿cción legal, la que debe actuar en el ámbito jurídico debidamente representada por
personas naturales, las que forman su voluntad.
No obstante lo señalado, con la dictación de la ley Nº 20.393, de 2009, se establece
la responsabilidad penal de las personas jurídicas de derecho privado, con y sin ¿nes
de lucro y se incluye también a las empresas del Estado, para los delitos previstos
en el artículo 27 de la Ley Nº 19.913, en el artículo 8º de la ley Nº 18.314 y en los
artículos 250 y 251 bis del Código Penal.
El artículo 3º de la ley Nº 20.393, de 2009, señala:
“Atribución de responsabilidad penal. Las personas jurídicas serán responsables de
los delitos señalados en el artículo 1º que fueren cometidos directa e inmediatamente
en su interés o para su provecho, por sus dueños, controladores, responsables, ejecu-
tivos principales, representantes o quienes realicen actividades de administración y
supervisión, siempre que la comisión del delito fuere consecuencia del incumplimiento,
por parte de ésta, de los deberes de dirección y supervisión”.
El artículo 8º de la ley Nº 20.393, de 2009, establece como pena penal, aplicable a
las personas jurídicas, entre otras: “1º Disolución de la persona jurídica o cancelación
de la personalidad jurídica” y agrega que “Esta pena no se aplicará a las empresas
del Estado, ni a las personas jurídicas de derecho privado que presten un servicio
de utilidad pública cuya interrupción pudiere causar graves consecuencias sociales
y económicas o daños serios a la comunidad, como resultado de la aplicación de
dicha pena”.
Por lo tanto, una persona jurídica de derecho privado, en la especie sociedades
civiles o comerciales y las empresas del Estado, pueden ser objeto de sanción penal,
y en concreto puede el Juez con competencia en lo penal, establecer mediante sen-
tencia condenatoria en el ámbito de la ley Nº 20.393, de 2009, la sanción penal de
“disolución de la persona jurídica o cancelación de la personalidad jurídica”, en los
términos establecidos por el artículo 8 Nº 1 de la citada ley penal. En este caso, como
efecto de la sentencia penal ¿rme, debe procederse a la liquidación de la sociedad, de
conformidad a las normas establecidas para estos ¿nes.

29.1. Obligación del directorio de reducir a escritura pública


el hecho de la disolución. Inscripción y publicación de extracto
Ocurrida una causal de disolución el directorio tiene la obligación o carga legal
de otorgar una escritura publica, en la que se declare o constate el hecho de la causal
de disolución, así lo establece el artículo 108 de la LSA, que señala:
“Cuando la disolución se produzca por el vencimiento del término de la sociedad, por
reunión de todas las acciones en una sola mano, o por cualquiera causal contemplada
en el estatuto, el directorio consignará estos hechos por escritura pública dentro del
plazo de treinta días de producidos y un extracto de ella será inscrito y publicado en
la forma prevista en el artículo 5º”.
DERECHO DE SOCIEDADES 383

Agrega que si la disolución se produce por resolución de revocación de la Su-


perintendencia o por sentencia judicial ejecutoriada en su caso, el directorio deberá
hacer tomar nota de esta circunstancia al margen de la inscripción de la sociedad y
publicar aviso por una vez en el Diario O¿cial, comunicando esta circunstancia. Si
transcurren 60 días sin que el directorio haga lo suyo, cualquier director, accionista
o tercero interesado podrá dar cumplimiento a ellas. En este caso los directores son
solidariamente responsables por el daño y perjuicio que tal incumplimiento cause a
accionistas y terceros.
El artículo 160 del Reglamento de la LSA, de 2012, re¿eren a la disolución de
la sociedad anónima, la obligación del Directorio de otorgar escritura pública que
consigne los hechos de la disolución, y señala:
Artículo 160. La obligación que impone el artículo 108 de la ley al directorio de con-
signar la disolución de la sociedad por escritura pública dentro del plazo de treinta
días de producidos los hechos respectivos, cuando se produzca por vencimiento del
término de la sociedad, por reunión de todas las acciones en una sola mano, o por
cualquiera causal contemplada en el estatuto, se entenderá cumplida, indistintamente,
por el otorgamiento de una escritura pública por la mayoría de los directores nece-
sarios para adoptar acuerdos, dejando constancia de esos hechos o por la reducción
a escritura pública de un acta de sesión de directorio en la cual se acuerde dicha
consignación. El extracto de dicha escritura o reducción a escritura pública se deberá
inscribir y publicar en la forma establecida en el artículo 5 de la referida ley.

30. Liquidación de la sociedad


anónima o sociedad anónima “en liquidación”
La liquidación de la sociedad anónima podemos de¿nirla como un proceso necesa-
rio, en virtud del cual se precederá por el Liquidador o por la Comisión Liquidadora,
según corresponda, a poner término a los negocios sociales, esto es, a liquidar sus
activos y a pagar a los acreedores sociales, conforme a las reglas de la prelación de
créditos establecidas en los artículos 2472 y siguientes del Código Civil; y en el evento
de que quede un remanente luego de pagados los acreedores sociales, se procederá a
repartirlo entre los accionistas a prorrata de sus acciones.
La liquidación de la sociedad va a tener lugar toda vez que opere una causal de
disolución que implique liquidación, ya señalamos que la causal de disolución “por
reunirse el 100% de las acciones en manos de un solo titular”, no causa liquidación, ya
que en este caso opera la confusión entre el patrimonio del adquirente y el patrimonio
de la sociedad anónima, que pasan a formar uno solo, el del adquirente.
En este proceso de la liquidación, el órgano de administración y su gerente serán
reemplazados por la Comisión Liquidadora o el Liquidador unipersonal, según co-
rresponda, perdiendo poder ambos órganos societarios en pro de la Comisión; en este
período de liquidación continuarán reuniéndose las juntas de accionistas, quienes se
informarán de la gestión realizada por el órgano de liquidación.
384 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Durante esta fase ¿nal de liquidación subsiste la personalidad jurídica de la sociedad


anónima, según lo establece expresamente el artículo 109 de la LSA, que dispone:
Durante esta fase ¿nal de liquidación subsiste la personalidad jurídica de la sociedad
anónima, según lo establece expresamente el artículo 109 de la ley, que dispone:
“La sociedad anónima disuelta subsiste como persona jurídica para los efectos de su
liquidación, quedando vigentes sus estatutos en lo que fuere pertinente. En este caso,
deberá agregar a su nombre o razón social las palabras “en liquidación”.
Durante la liquidación, la sociedad sólo podrá ejecutar los actos y celebrar los con-
tratos que tiendan directamente a facilitarla, no pudiendo en caso alguno continuar
con la explotación del giro social. Sin perjuicio de lo anterior, se entenderá que la
sociedad puede efectuar operaciones ocasionales o transitorias de giro, a ¿n de lograr
la mejor realización de los bienes sociales”.
La liquidación, como lo señalamos, por regla general la efectúa una Comisión
de Liquidadores, integrada por el número de tres miembros electos por la Junta de
Accionistas (artículo 56 Nº 3), y por excepción un sólo Liquidador (unimembre en el
caso de la causal establecida en el artículo 103 Nº 5 de la LSA, aplicable a sociedad
anónima cerrada) o bien, el Superintendente o funcionario delegado de la Superinten-
dencia, en los casos que la sociedad anónima esté sujeta a autorización de existencia
a cargo de dicho órgano público.
El Liquidador o la Comisión Liquidadora desplazan al órgano directorio en sus
potestades y competencias. Ese órgano societario es reemplazado por los Liquidadores,
así lo dispone el artículo 110 de la LSA, que señala:
“Disuelta la sociedad, se procederá a su liquidación por una comisión liquidadora
elegida por la junta de accionistas en la forma dispuesta por el artículo 66, la cual
¿jará su remuneración.
De igual manera se procederá para la liquidación de las sociedades declaradas
nulas.
Si la sociedad se disolviere por reunirse las acciones en manos de una sola persona,
no será necesaria la liquidación.
Si la disolución de la sociedad hubiere sido decretada por sentencia ejecutoriada,
la liquidación se practicará por un solo liquidador elegido por la junta general de
accionistas de una quina que le presentará el tribunal, en aquellos casos en que la ley
no encomiende dicha función a la Superintendencia o a otra autoridad”.

30.1. La Comisión Liquidadora


La Comisión Liquidadora o el Liquidador en su caso, tiene la competencia legal
de llevar a cabo el proceso de liquidación de la sociedad anónima y debe, por lo tanto,
ser entendida como un órgano societario, que desplaza en sus poderes al directorio,
correspondiendo a esta Comisión o Liquidador la administración de los negocios
sociales en esta fase de liquidación, debiendo rendir cuenta de su desempeño a la
Junta Ordinaria de Accionistas.
DERECHO DE SOCIEDADES 385

La elección de los integrantes de la Comisión Liquidadora o el Liquidador uniper-


sonal, corresponde a la Junta de Accionistas, lo mismo que su eventual revocación.
A los miembros de la Comisión Liquidadora se les aplican las normas relativas a los
Directores en cuanto a las reglas de responsabilidad, debiendo emplear en el ejercicio
de sus cargos el cuidado que los hombres aplican a sus negocios importantes, esto es,
responden de culpa leve en el ejercicio de sus potestades.
El artículo 111 de la LSA regula su integración de tres miembros:
“Salvo acuerdo unánime en contrario de las acciones emitidas con derecho a voto y
lo dispuesto en el artículo anterior, la comisión liquidadora estará formada por tres
liquidadores.
La comisión liquidadora designará un presidente de entre sus miembros, quien repre-
sentará a la sociedad judicial y extrajudicialmente y si hubiere un solo liquidador, en
él se radicarán ambas representaciones.
Los liquidadores durarán en sus funciones el tiempo que determinen los estatutos, la
junta de accionistas o la justicia ordinaria en su caso, plazo que no podrá exceder de
tres años y si nada se dijere, la duración será precisamente de tres años.
Si el liquidador hubiere sido designado por la justicia ordinaria, vencido su período
se procederá a designar al reemplazante en la forma que se establece en el inciso
¿nal del artículo precedente. Los liquidadores podrán ser reelegidos por una vez en
sus funciones”.
Esta Comisión de Liquidadores inicia sus funciones una vez que se hayan prac-
ticado las inscripciones y publicaciones que ordena la ley en cuanto a la publicidad
de la disolución:
Artículo 112: “Los liquidadores no podrán entrar en funciones sino una vez que estén
cumplidas todas las solemnidades que la ley señala para la disolución de la sociedad.
Entretanto, el último directorio deberá continuar a cargo de la administración de la
sociedad.
A los liquidadores les serán aplicables, en lo que corresponda, los artículos de esta
ley referentes a los directores”.
El artículo 113 de la LSA regula la potestad de revocación de los miembros de la
comisión, a cargo de la junta de accionistas:
“La junta de accionistas podrá revocar en cualquier tiempo el mandato de los li-
quidadores por ella designados, salvo cuando hubieren sido elegidos de las quinas
propuestas por la Superintendencia o la justicia, casos en los cuales la revocación
no surtirá efecto mientras no cuente con la aprobación de la Superintendencia o de
la justicia, según corresponda”.
El artículo 114 de la LSA asigna a la Comisión de Liquidadores análogas potes-
tades que el artículo 40 entrega al directorio, lo que acredita que el primero desplaza
al segundo en la fase de liquidación:
“La comisión liquidadora o el liquidador, en su caso, sólo podrán ejecutar los ac-
tos y contratos que tiendan directamente a efectuar la liquidación de la sociedad;
386 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

representarán judicial y extrajudicialmente a ésta y estarán investidos de todas las


facultades de administración y disposición que la ley o el estatuto no establezcan
como privativos de las juntas de accionistas, sin que sea necesario otorgarles poder
especial alguno, inclusive para aquellos actos o contratos respecto de los cuales las
leyes exijan esta circunstancia.
No obstante lo anterior, las juntas que se celebren con posterioridad a la disolución o
la que la acuerde, podrán limitar la facultad de los liquidadores señalando especí¿ca-
mente sus atribuciones o aquéllas que se les suprimen. El acuerdo pertinente deberá
reducirse a escritura pública y anotarse al margen de la inscripción social.
Cuando la liquidación sea efectuada por liquidadores propuestos por el tribunal o
por la Superintendencia, o directamente por esta última, en su caso, los liquidadores
actuarán legalmente investidos de todas las facultades necesarias para el adecuado
cumplimiento de su misión, no pudiendo la junta restringírselas o limitárselas de
manera alguna.
La representación judicial a que se re¿ere este artículo es sin perjuicio de la que
tiene el presidente de la comisión liquidadora o el liquidador, en su caso, conforme
al artículo 111 de esta ley. En ambos casos, la representación judicial comprenderá
todas las facultades establecidas en los dos incisos del artículo 7º del Código de
Procedimiento Civil”.
Relativo a la plena competencia de la junta de accionistas en la fase de liquidación,
el artículo 115 de la LSA señala:
“Durante la liquidación, continuarán reuniéndose las juntas ordinarias y en ellas
se dará cuenta por los liquidadores del estado de la liquidación y se acordarán las
providencias que fueren necesarias para llevarla a cumplido término. Los liquidado-
res enviarán, publicarán y presentarán los balances y demás estados ¿nancieros que
establecen la presente ley y sus normas complementarias.
Los liquidadores convocarán extraordinariamente a junta general, de conformidad
con el artículo 58 de esta ley.
Las funciones de la comisión liquidadora o del liquidador en su caso, no son delega-
bles. Con todo, podrán delegar parte de sus facultades en uno o más liquidadores si
fueren varios, y para objetos especialmente determinados, en otras personas.
Cuando la liquidación la practique el Superintendente por sí o por delegados, convo-
cará a junta de accionistas sólo cuando lo estime necesario o se lo soliciten para ¿nes
de información, accionistas que posean a lo menos el 10% de las acciones emitidas.
Concluida la liquidación, comunicará esta circunstancia por tres avisos consecutivos
en un periódico del domicilio social y proporcionará una información general del
proceso de liquidación a aquellos accionistas que lo soliciten dentro del plazo de 60
días contado desde la fecha de publicación del último aviso”.
En cuanto a la remuneración del Liquidador delegado por la SVS, en los casos
en que este órgano efectúe la liquidación de las sociedades anónimas especiales, el
artículo 120 de la LSA señala:
“Cuando la liquidación sea efectuada por liquidadores delegados del Superintendente
o designados a propuesta de éste o de la justicia, la remuneración total de éstos no
DERECHO DE SOCIEDADES 387

podrá ser inferior al 1/2% del total del activo, ni superior al 3% de los repartos que
se hagan a los accionistas, sin perjuicio de la facultad de la junta de accionistas para
¿jarles una remuneración superior.
Cuando la liquidación sea efectuada por la Superintendencia o sus funcionarios, la
remuneración pertenecerá a la Superintendencia y constituirá un ingreso propio de
ésta”.
La competencia ¿nal de los Liquidadores es la siguiente:
– Poner término a los negocios sociales.
– Liquidar los activos de la sociedad, y
– Proceder al pago de pasivos con el producto de la liquidación, conforme a las
normas de la prelación de créditos del Código Civil; si éste es su¿ciente para pagar los
pasivos sociales, el remanente que quede debe distribuirlo a los accionistas a prorrata
de sus acciones. Si no queda un remanente no hay nada que repartir a los accionistas,
por lo tanto los acreedores sociales tienen un derecho preferente para el pago de sus
créditos, respecto de los accionistas.
El artículo 116 de la LSA establece la posibilidad de efectuar repartos a los ac-
cionistas durante la liquidación, lo que supone que se ha pagado o existen bienes
su¿cientes para pagar a los acreedores sociales y señala:
“Los repartos que se efectúen durante la liquidación, deberán pagarse en dinero a
los accionistas, salvo acuerdo diferente adoptado en cada caso por la unanimidad de
las acciones emitidas. No obstante lo anterior, la junta extraordinaria de accionistas,
por los dos tercios de las acciones emitidas, podrán aprobar que se efectúen repartos
opcionales siempre que las opciones ofrecidas sean equitativas, informadas y se ajusten
a las condiciones que determine el Reglamento”.
Relativo al derecho preferente de los acreedores sociales el artículo 117 de la LSA
señala que:
“La sociedad sólo podrá hacer repartos por devolución de capital a sus accionistas,
una vez asegurado el pago o pagadas las deudas sociales.
Los repartos deberán efectuarse a lo menos trimestralmente y en todo caso, cada vez
que en la caja social se hayan acumulado fondos su¿cientes para pagar a los accio-
nistas una suma equivalente, a lo menos, al 5% del valor de libros de sus acciones,
aplicándose lo dispuesto en el artículo 84 de esta ley.
Los repartos deberán ser pagados a quienes sean accionistas el quinto día hábil
anterior a las fechas establecidas para su solución.
Los repartos no cobrados dentro del plazo de cinco años desde que se hayan hecho
exigibles, pertenecerán a los Cuerpos de Bomberos de Chile y el Reglamento deter-
minará la forma en que se procederá al pago y distribución de dichas cantidades”.
Una vez que concluya la gestión de la Comisión Liquidadora o el Liquidador, según
sea el caso, deberá rendir cuenta ¿nal de su administración a la Junta de Accionistas
de modo documentado y con Informe de los Auditores Externos o Inspectores de
Cuenta (según se trate de anónima abierta o cerrada); y puede surgir en este contexto
388 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

un eventual litigio entre las personas que efectuaron la liquidación y los accionistas
que tengan disconformidad con la gestión realizada, con el objeto de hacer efectiva
la responsabilidad de los Liquidadores, que alcanza como señalamos hasta la culpa
leve. Dicha materia queda entregada a la jurisdicción arbitral, en el marco del arbitraje
establecido por el artículo 125 de la LSA.
Asimismo, la personalidad jurídica de la sociedad anónima en liquidación, tendrá
vigencia y existencia hasta que concluya enteramente el proceso de la liquidación. Cabe
destacar que la Comisión Liquidadora o el Liquidador en su caso, deberán tramitar el
término de giro de la sociedad en liquidación ante el Servicio de Impuestos Internos,
según o establecido en los artículos 69 y 70 del Código Tributario.
Los artículos 161 a 165 del nuevo Reglamento de la LSA, de 2012, regulan la
liquidación.
El artículo 161 re¿ere a la hipótesis en que la SVS o la Justicia ordinaria cite u
ordene se cite a Junta de Accionistas, con el objeto de modi¿car el régimen de la
liquidación, designando a un solo liquidador:
Artículo 161. Cuando la Superintendencia o la justicia ordinaria, en su caso, decida
citar u ordenar que se cite a junta de accionistas a petición de a lo menos el 10%
de las acciones emitidas con el objeto de modi¿car el régimen de liquidación para
designar un solo liquidador, los liquidadores hasta entonces en funciones cesarán en
sus funciones una vez aceptado el cargo por quien los sustituya, de conformidad a lo
establecido en los artículos 110 y 111 de la ley.
El artículo 162. Declara que a los Liquidadores, se les aplicarán las normas de los
Gerentes y Directores previstas en el Reglamento, lo que rea¿rma la naturaleza legal
de su régimen jurídico en materia de responsabilidad, excluyendo el estatuto de la
responsabilidad contractual:
Artículo 162. A los liquidadores les serán aplicables, en lo que corresponda, los
artículos de este reglamento, referentes al gerente general y los directores.
Finalmente los artículos 163 a 165 regulan el reparto de dividendos opcionales durante
la fase de liquidación, con un quórum de aprobación de dos tercios de las acciones en
Junta Extraordinaria, la que sostenemos no puede tener lugar mientras no se pague
o asegure el derecho preferente de pago de los acreedores sociales, respecto de los
retiros de los accionistas.

31. Régimen de responsabilidad


y sanciones en la Ley de Sociedades Anónimas
Nuestra LSA, hemos señalado que reparte o asigna poder o competencias legales,
reglamentarias y estatutarias a los órganos societarios, directorio, juntas de accionistas,
gerentes y ejecutivos principales, auditores externos e inspectores de cuentas, comisión
liquidadora y liquidadores, accionistas, y correlativamente regula la responsabilidad
DERECHO DE SOCIEDADES 389

de éstos en el llamado gobierno corporativo que implica la sociedad anónima. En


consecuencia existe, por una parte, poder legal o competencias asignadas a los órga-
nos societarios y, por otra, régimen o estatuto de responsabilidad legal “societaria”,
regidos por el principio de legalidad y competencia legal en la materia.
En este sentido el sistema de responsabilidad de los órganos societarios es de
fuente legal y no contractual, lo que implica que se rige por las reglas especiales
de responsabilidad de la LSA, y por el sistema de responsabilidad extracontractual
del Título XXXV del Libro IV del Código Civil, “De los delitos y cuasidelitos”, de
manera subsidiaria o residual.
Temporalmente nuestra LSA contempló primero el artículo 133 como norma ge-
neral de responsabilidad societaria y a partir de la reforma del año 2000, incorporó
el artículo 133 bis con una nueva norma complementaria y especí¿ca en la materia;
contempló también un artículo 134 reservado para peritos, inspectores de cuenta y
auditores externos.
La regla general en materia de responsabilidad base en la Ley de Sociedades Anó-
nimas se encuentra establecida en los artículos 133 y 133 bis de la ley. Seguidamente,
se citan el artículo 134, aplicable a la responsabilidad de los inspectores de cuenta
y auditores externos (asimismo, en nuevo artículo 53 LSA para auditores externos
quienes responden de culpa leve), el artículo 45 contiene normas de presunción legal
de culpa en los directores, el artículo 44 que regula la posibilidad de celebrar actos y
contratos en que un director tenga interés y en el inciso ¿nal se establece la obliga-
ción de indemnizar al director que haya causado daño al patrimonio de la sociedad a
causa de “negocio relacionado” (en sociedad anónima cerrada), y citamos también el
artículo 50 bis, que establece el comité de directorio y su competencia para la materia
negocio relacionado (artículo 44 LSA), y los nuevos artículos 146 y siguientes “De
las Operaciones con partes relacionadas en las Sociedades Anónimas Abiertas y sus
¿liales”, para sociedad anónima abierta.
La regla general en materia de responsabilidad societaria, ante el caso de infracción
de ley, reglamento o estatutos o normas de la SVS (y a partir de la reforma de 2009, los
acuerdos de Directorio para artículo 133 bis), y que a causa de la citada ilicitud cause
daño a otro –la sociedad o accionistas– se establece en el artículo 133 de la LSA:
“La persona que infrinja esta ley, su reglamento o en su caso, los estatutos sociales o
las normas que imparta la Superintendencia ocasionando daño a otro, está obligada
a la indemnización de perjuicios. Lo anterior es sin perjuicio de las demás sanciones
civiles, penales y administrativas que correspondan.
Por las personas jurídicas responderán además civil, administrativa y penalmente,
sus administradores o representantes legales, a menos que constare su falta de par-
ticipación o su oposición al hecho constitutivo de infracción.
Los directores, gerentes y liquidadores que resulten responsables en conformidad a los
incisos anteriores, lo serán solidariamente entre sí y con la sociedad que administren,
de todas las indemnizaciones y demás sanciones civiles o pecuniarias derivadas de
la aplicación de las normas a que se re¿ere esta disposición”.
390 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La regla de responsabilidad del artículo 133 de la LSA, supone los siguientes


requisitos:
A) Que exista un acto, hecho u omisión ilegal, en el sentido de que transgreda
una norma: Ley de Sociedades Anónimas, su reglamento, el estatuto social o norma
que imparta la SVS;
B) Que el acto, hecho u omisión ilegal cause “daño a otro”; este otro puede ser
la sociedad anónima, los accionistas o un tercero y el daño puede ser patrimonial y
eventualmente moral, si corresponde;
C) El sujeto activo del acto, hecho u omisión ilegal, que causa daño ha de ser
ejecutado o en la esfera de competencia y responsabilidad de uno o más directores o
bien el órgano societario directorio, o bien un accionista que ejecuta “actos hostiles”
a la propia sociedad;
D) El sujeto pasivo o víctima del daño, como señalamos puede ser: la sociedad
anónima, los accionistas o un tercero.
Sostenemos que cuando se causa daño a la sociedad anónima, provocándole una
pérdida de valor a la “empresa”, correlativamente se daña a los accionistas por esa
pérdida de valor o daño a otro, en principio patrimonial o económico.
El artículo 133 bis, incorporado por la ley Nº 19.705, de 2000, declara como sujeto
pasivo o víctima de daño el patrimonio de la sociedad, que sufra pérdida, por infrac-
ción de ley, reglamento, estatuto o norma de la SVS, y recientemente los acuerdos
de Diretorio con la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, mediante el ejercicio de
una acción colectiva o de clase, idemnizatoria, que pueden ejercer accionistas que
representen a lo menos el 5% de las acciones:
“Toda pérdida irrogada al patrimonio de la sociedad como consecuencia de una
infracción a esta ley, su reglamento, los estatutos sociales, las normas dictadas por
el directorio en conformidad a la ley o las normas que imparta la Superintendencia,
dará derecho a un accionista o grupo de accionistas que representen, a lo menos,
un 5% de las acciones emitidas por la sociedad o a cualquiera de los directores de
la sociedad, a demandar la indemnización de perjuicios a quien correspondiere, en
nombre y bene¿cio de la sociedad.
Las costas a que hubiere lugar serán pagadas a los demandantes y no podrán, de forma
alguna, bene¿ciar a la sociedad. Por su parte, si los accionistas o el director deman-
dantes fueren condenados en costas, serán exclusivamente responsables de éstas.
Las acciones contempladas en este artículo, son compatibles con las demás acciones
establecidas en la presente ley”.
El artículo 133 bis de la LSA establece una acción indemnizatoria a favor de la
sociedad anónima, cuyo sujeto activo procesal es o son accionistas que representen
a lo menos el 5% de la propiedad accionaria o un director, quienes si ejercen esta
acción lo hacen en bene¿cio de la sociedad anónima “dañada en su patrimonio”; y si
obtienen en el proceso indemnizatorio sentencia judicial favorable tendrán derecho
a percibir las costas judiciales.
DERECHO DE SOCIEDADES 391

Este artículo 133 bis supone la concurrencia de los siguientes requisitos:


A) Infracción, por acción u omisión, a la Ley de Sociedades Anónimas, su re-
glamento, estatuto social, acuerdos de directorio o norma general de la SVS; esto es
existencia de acto o hecho ilegal o contra norma;
B) Que la infracción señalada en la letra A) anterior cause “pérdida al patrimonio
de la sociedad anónima”, esto es daño al patrimonio –comprendiendo daño emergente
y lucro cesante– de carácter económico;
C) En cuanto al sujeto activo responsable puede ser uno o más directores o el
órgano directorio o el o los gerentes o mandatarios de éstos, esto es las personas y
órganos a quienes compete la administración de la sociedad anónima y eventualmente
un accionista “hostil”;
D) La víctima o sujeto pasivo es la sociedad anónima en su patrimonio.
Hemos señalado que la indemnización favorece y bene¿cia a la sociedad anónima,
y consecuencialmente a sus accionistas, pero habría que excluir al autor del daño, en
el caso del accionista hostil de la citada “reparación” patrimonial, cuestión fáctica
que no deja de ser compleja.
Los artículos 133 y 133 bis de la LSA deben ser concordados con los artículos
41 y 48, inciso tercero de la LSA, que establecen la responsabilidad individual de
los directores en culpa leve y solidaria en tanto órgano colegiado, por los perjuicios
causados a la sociedad y accionistas y con el artículo 50 respecto del Gerente General,
que hace aplicable a éste el artículo 41 de la LSA, asimismo, comprende a auditores
externos e inspectores de cuenta (artículo 53 LSA) y a la Comisión Liquidadora o
Liquidador, en su caso.
Asimismo, las reglas que regulan la responsabilidad en la LSA en los referidos
artículos 133 y 133 bis, además deben ser entendidas e interpretadas en relación a
los casos de presunción de culpa de los directores, contenido en el artículo 47 de la
LSA y con las prohibiciones o actos prohibidos a los directores establecidas en el
artículo 42 de la LSA, y también los nuevos artículos 44 y 146 y siguientes de la LSA
(incorporados por la ley Nº 20.382, de 2009).
El artículo 134 establece la responsabilidad indemnizatoria para inspectores de
cuenta y auditores externos, quienes mediante informes falsos induzcan a error a los
accionistas:
“Los peritos, contadores o auditores externos que con sus informes, declaraciones o
certi¿caciones falsas o dolosas, indujeren a error a los accionistas o a los terceros que
hayan contratado con la sociedad, fundados en dichas informaciones o declaraciones
falsas o dolosas, sufrirán la pena de presidio o relegación menores en sus grados
medio a máximo y multa a bene¿cio ¿scal por valor de hasta una suma equivalente
a 4.000 unidades de fomento”.
Asimismo, cabe tener presente que de acuerdo al nuevo artículo 53 de la LSA (incor-
porado por la ley Nº 20.382, de 2009), establece que los auditores externos e inspectores
de cuenta, responden también de culpa leve, en efecto la disposición legal señala:
392 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Artículo 53. Los inspectores de cuentas y auditores externos que no se encuentren


regidos por el Título XXVIII de la ley Nº 18.045, no estarán sometidos a la ¿scaliza-
ción de la Superintendencia, excepto para efectos de su incorporación o exclusión del
Registro de Inspectores de Cuenta y Auditores Externos que dicha entidad establecerá.
El Reglamento determinará los requisitos de idoneidad profesional o técnica, así como
las inhabilidades o causales en virtud de las cuales dichos inspectores de cuentas y
auditores externos podrán ser incorporados y excluidos del mencionado registro, o
bien rechazada su inscripción en el mismo. De las decisiones que al respecto tome la
Superintendencia, se podrá reclamar ante el juez de letras conforme a lo previsto en
el artículo 30 del decreto ley Nº 3.538, de 1980, en lo que fuere aplicable. El tribunal
podrá suspender la ejecución de lo resuelto por la Superintendencia, cuando su apli-
cación en el intertanto pueda provocar un daño irreparable al reclamante.
El informe de los auditores externos e inspectores de cuentas será incorporado en
la memoria junto con los estados ¿nancieros y éstos podrán concurrir a las juntas
generales de accionistas con derecho a voz pero sin derecho a voto.
Los auditores externos e inspectores de cuenta responderán hasta de la culpa leve por
los perjuicios que causaren”.
El artículo 45 de la LSA, establece hechos o conductas en que se presume legal-
mente la culpa de los directores y del gerente general, en su caso:
Artículo 45: “Se presume la culpabilidad de los directores respondiendo, en con-
secuencia, solidariamente de los perjuicios causados a la sociedad, accionistas o
terceros, en los siguientes casos:
1. Si la sociedad no llevare sus libros o registros;
2. Si se repartieren dividendos provisorios habiendo pérdidas acumuladas, respecto
de los directores que concurrieron al acuerdo respectivo;
3. Si la sociedad ocultare sus bienes, reconociere deudas supuestas o simulare ena-
jenaciones.
Se presume igualmente la culpabilidad del o de los directores que se bene¿cien en
forma indebida, directamente o a través de otra persona natural o jurídica de un
negocio social que, a su vez, irrogue perjuicio a la sociedad”.
Señalamos al analizar los llamados negocios relacionados, regulados en el artículo
44 de la LSA (en su nueva versión 2009), que si ocurren transgresiones al procedi-
miento de control que dicha disposición indica, el contrato es plenamente válido, y
en el inciso quinto se establece la responsabilidad de indemnizar a los infractores y
declara lo que sigue:
“La infracción a este artículo no afectará la validez de la operación y sin perjuicio
de las sanciones que correspondan, otorgará a la sociedad, a los accionistas y a los
terceros interesados, el derecho de exigir indemnización por los perjuicios ocasio-
nados. En caso de demandarse los perjuicios ocasionados por la infracción de este
artículo, corresponderá a la parte demandada probar que el acto o contrato se ajustó
a condiciones de mercado o que las condiciones de negociación reportaron bene¿cios
a la sociedad que justi¿can su realización”.
DERECHO DE SOCIEDADES 393

Para la anónima abierta y sus ¿liales, en el caso de negocios con parte relacionada
o para el caso de aprovechamiento de oportunidades comerciales el artículo 148 de
la LSA señala que:
“Artículo 148. Ningún director, gerente, administrador, ejecutivo principal, liquidador,
controlador, ni sus personas relacionadas, podrá aprovechar para sí las oportunidades
comerciales de la sociedad de que hubiese tenido conocimiento en su calidad de tal.
Se entenderá por oportunidad comercial todo plan, proyecto, oportunidad u oferta
exclusiva dirigida a la sociedad, para desarrollar una actividad lucrativa en el ámbito
de su giro o uno complementario a él.
Los accionistas podrán utilizar para sí tales oportunidades comerciales cuando el
directorio de la sociedad las haya previamente desechado, o si hubiere transcurrido un
año desde la adopción del acuerdo de postergar o aceptar la oportunidad comercial,
sin que se hubiese iniciado su desarrollo.
Sin perjuicio de las sanciones que correspondan, la infracción a este artículo no
afectará la validez de la operación y dará derecho a la sociedad o a los accionistas
a pedir el reembolso, a favor de la sociedad, de una suma equivalente a los bene¿-
cios que la operación hubiere reportado al infractor y los demás perjuicios que se
acrediten”.
En lo que se re¿ere a la responsabilidad de los miembros del Comité de Auditoría,
que deben responder en tanto directores de la sociedad –artículo 41 LSA–, el artículo
50 bis (en su nueva redacción establecida por la ley Nº 20.382, de 2009) , que establece
la competencia y actuación de dicho órgano societario, en la sociedad anónima abierta
con patrimonio bursátil superior a 1.500.000 unidades de fomento, contempla en su
inciso decimocuarto la responsabilidad solidaria de sus miembros y declara:
“Los directores que integren el comité en el ejercicio de las funciones que señala este
artículo, además de la responsabilidad inherente al cargo de director, responderán
solidariamente de los perjuicios que causen a los accionistas y a la sociedad”.
Además, para la sociedad anónima abierta y sus directores y ejecutivos principales,
el D.L. Nº 3.538, de 1981, contempla sanciones especiales para la transgresión de con-
ductas especialmente previstas en los artículos 26 a 37, que analizamos más adelante
y también se establece un estatuto legal especial para sancionar a quienes estando en
poder de información privilegiada hagan uso ilegítimo de ella, en los artículos 164 a
172 de la Ley de Mercado de Valores, que también analizamos más adelante.

32. Aspectos procesales y prescripción de las acciones indemnizatorias


En cuanto a la tramitación estas acciones indemnizatorias al carecer de regla
especial en la LSA, se deben regir por el juicio ordinario de mayor cuantía regulado
en el Código de Procedimiento Civil (artículo 3º); con la consiguiente demora de
los tribunales ordinarios de justicia, si el demandante opta por esta justicia ordinaria
y no por la jurisdicción arbitral, conforme lo establecido en el artículo 125, inciso
segundo de la LSA.
394 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En cuanto al régimen de prescripción de las acciones indemnizatorias, la LSA no


establece regla especial en cuanto al tiempo de prescripcción, por lo tanto, se rigen
las acciones indemnizatorias por las reglas generales o comunes del artículo 2532
del Código Civil; esto es, por la prescripción ordinaria de 4 años, establecida para
la respondabilidad extracontractual, si no hay vínculo contractual con el autor del
daño, como el caso de los Directores y liquidadores; y, si existe vínculo contractual
como por ejemplo en el caso de los gerentes, por el régimen de prescripción de 5 años
establecido en el artículo 2515 del Código Civil.

32.1. Crítica al régimen de


responsabilidad en la Ley de Sociedades Anónimas
Una de las críticas que podemos formular al régimen de responsabilidad en la LSA
consiste en que no se establecen reglas procesales sumarias para hacerlas efectivas,
en efecto no se establece una regla general para tramitar la acción indemnizatoria
que corresponda, debiendo haberse establecido que estas acciones indemnizatorias
se tramitarán de acuerdo a proceso sumario y que la prueba se apreciará por el sen-
tenciado en conciencia o de acuerdo a las reglas de la sana crítica o en conciencia,
previo informe pericial.
Asimismo, nuestra LSA no establece un procedimiento expedito y con aprecia-
ción de prueba en conciencia o sana crítica para impugnar los acuerdos de junta de
accionistas o de directorio que lesionen el patrimonio de los accionistas de minoría
y de los terceros –acreedores sociales– en el caso de la división de la sociedad o de
enajenación del 50% o más del activo social, casos en que estos últimos experimen-
tarán un perjuicio por el cambio de deudor o por la pérdida de activos del patrimonio
del deudor.
Estas acciones indemnizatorias deberían tener plazo de prescripción de corto
tiempo, por ejemplo dos años desde la ejecución del acto ilegal y deberían de ser de
competencia de juez árbitro, por las razones de especialidad y tiempo de litigio.
En derecho comparado, la Ley de Sociedades Anónimas española establece expre-
samente la impugnación de acuerdos de las juntas de accionistas, por causal de nulidad,
la que se tramita conforme a regla de julio de menor cuantía y una prescripción de un
año para la acción de nulidad (artículos 115 a 122).

33. El arbitraje en la Ley de Sociedades Anónimas chilena


La regulación de la jurisdicción arbitral en la sociedad anónima chilena la encon-
tramos especialmente en los artículos 4º, número 10 y 125 de la ley Nº 18.046, de
1981, Ley de Sociedades Anónimas y en el artículo 227 Nº 4 del Código Orgánico de
Tribunales, normas de distinta jerarquía legal que como se expondrá en el presente
artículo se encuentran en oposición. Cabe señalar, que mediante reforma introducida
a la LSA por la ley Nº 20.382, de 2009, se agregó al inciso segundo del artículo 125
de la LSA, una modi¿cación, en virtud de la cual se amplía el ámbito del arbitraje
DERECHO DE SOCIEDADES 395

en la sociedad anónima, para dos casos en que los litigantes no pueden optar por
“sustraer” el litigio a efectos de radicarlo ante la justicia ordinaria y se debe radicar
el litigio ante juez árbitro, y corresponde al caso en que los demandantes sean Direc-
tores, Gerentes, Ejecutivos principales; y, accionistas de la sociedad anónima, cuyo
valor en propiedad accionaria sea superior a 5.000 unidades de fomento, tema que
se explica más adelante.
La primera de las disposiciones legales citadas anteriormente, el artículo 4º, nú-
mero 10 de la LSA, dispone que la escritura pública de la sociedad anónima debe
expresar:
“La naturaleza del arbitraje a que deberán ser sometidas las diferencias que ocu-
rran entre los accionistas en su calidad de tales, o entre éstos y la sociedad o sus
administradores, sea durante la vigencia de la sociedad o durante su liquidación. Si
nada se dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
un árbitro arbitrador”.
De la disposición legal transcrita se concluye que la cláusula arbitral o cláusula
compromisoria, entendida como “...un contrato por el cual las partes sustraen deter-
minados asuntos litigiosos, presentes o futuros, al conocimiento de las jurisdicciones
ordinarias y los someten a juicio arbitral, obligándose a nombrar árbitros en acto
posterior”53, no es un elemento, requisito o mención de la esencia en la escritura
pública de constitución de la sociedad anónima, siendo una de aquellas menciones
que el legislador suple en caso de silencio de los constituyentes en el estatuto social,
y que se entiende incorporada por la sola disposición de la ley mercantil, ya que “Si
nada se dijere, se entenderá que las diferencias serán sometidas a la resolución de
un árbitro arbitrador”.
Esta regla legal supletoria de la voluntad de los constituyentes de la sociedad
anónima, remite el conÀicto societario en la sociedad anónima a la resolución de un
árbitro arbitrador, de¿nido en la ley en los siguientes términos:
“El arbitrador fallará obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren,
y no estará obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que
las que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si nada
hubieren expresado, a las que se establecen para este caso en el Código de Procedi-
miento Civil” (artículo 223, inciso 3º del Código Orgánico de Tribunales).
Si nos atenemos a la regulación establecida por el artículo 4º, número 10, de la
ley Nº 18.046, de 1981, encontramos una concordancia y armonía regularoria con
lo dispuesto en el artículo 227 número 4º del Código Orgánico de Tribunales, que
regula los casos de arbitraje forzoso u obligatorio en nuestro derecho positivo y que
dispone:

53 Patricio AYLWIN AZÓCAR, “El Juicio Arbitral”, pág. 323.


396 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes: 4º Las diferencias que ocurrieren
entre los socios de una sociedad anónima, o de una sociedad colectiva o en comandita
comercial, o entre los asociados de una participación, en el caso del artículo 415 del
Código de Comercio”.
En efecto, la lectura de ambas disposiciones legales aparece concordante –a primera
vista– en cuanto a que las diferencias entre los accionistas de una sociedad anónima
es materia de resolución de arbitraje forzoso, sin perjuicio de que más adelante se
concluye que se trataría de un arbitraje voluntario o más bien facultativo, con evidente
contradicción normativa.
Debemos consignar que de conformidad con lo establecido en el artículo 74 de la
Constitución Política de la República, una ley Orgánica Constitucional determinará
la organización y atribuciones de los tribunales que fueren necesarios para la pronta
y cumplida administración de justicia en todo el territorio de la República. Por ello,
las normas que regulan los tribunales de justicia, en su organización y competencia,
son por mandato de la Constitución Política materia de Ley Orgánica Constitucional
y por lo tanto para su aprobación, modi¿cación o derogación requerirán de las cuatro
séptimas partes de los diputados y senadores en ejercicio, conforme lo establecido en
el artículo 63, inciso 2º, de la Carta Fundamental. Además, conforme a lo dispuesto
en la disposición quinta transitoria de la Carta Constitucional, el Código Orgánico
de Tribunales, de 1943, tiene el carácter de Ley Orgánica Constitucional, en tanto
no se dicte la ley nueva que regule la organización y atribuciones de los tribunales
de justicia.
Establecida la jerarquía de Ley Orgánica Constitucional de nuestro Código Orgá-
nico de Tribunales, de 1943, regulación que contempla la asignación de competencias
a la justicia arbitral, corresponde analizar la segunda disposición legal que regula
el arbitraje en la Ley de Sociedades Anónimas de 1981, ya citada, contenida en el
artículo 125.
En la ley Nº 18.046, Título XII, denominado “DEL ARBITRAJE”, el artículo 125, luego
de la reforma a su inciso segundo efectuado por la ley Nº 20.382, de 2009, que amplia
el ámbito del arbitraje societario comparado con la versión original del artículo 125
de la LSA, señala lo que sigue:
“Artículo 125. En los estatutos sociales se establecerá la forma cómo se designarán
el o los árbitros que conocerán las materias a que se re¿ere el Nº 10 del artículo 4º
de la presente ley. En caso alguno podrá nominarse en ellos a una o más personas
determinadas como árbitros.
El arbitraje que establece esta ley es sin perjuicio de que, al producirse un conÀicto,
el demandante pueda sustraer su conocimiento de la competencia de los árbitros y
someterlo a la decisión de la justicia ordinaria. Este derecho no podrá ser ejercido
por los directores, gerentes, administradores y ejecutivos principales de la sociedad.
Tampoco por aquellos accionistas que individualmente posean, directa o indirecta-
mente, acciones cuyo valor libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento, de
acuerdo al valor de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda”.
DERECHO DE SOCIEDADES 397

El primer comentario que sugiere el artículo 125 de la Ley de Sociedades Anó-


nimas dice relación con la forma o procedimiento mediante el cual se designarán el
o los árbitros que conocerán de las materias señaladas en el artículo 4º Nº 10 de la
Ley de Sociedades Anónimas, procedimiento que puede establecerse en el estatuto
social de constitución, como asimismo respecto a las calidades que deben reunir el o
los árbitros en cuanto a si se trata de árbitros de derecho o arbitradores y requisitos
especiales, como por ejemplo profesor de Derecho Comercial, abogado integrante de
Corte de Apelaciones u otra. Si el estatuto social nada dice, la ley suple este silencio
u omisión declarando que “se entenderá que las diferencias serán sometidas a la
resolución de un árbitro arbitrador” (artículo 4º ley Nº 18.046).
Segundo, el artículo 125 declara que “En caso alguno podrá nominarse en ellos
a una o más personas determinadas como árbitros” a diferencia de la cláusula com-
promisoria en los estatutos de las sociedades de personas –colectivas, en comandita
y de responsabilidad limitada– en los que puede designarse la o las personas que
conocerán de los conÀictos societarios en tal calidad, atendida su naturaleza intuito
personae o de relación de con¿anza que existe entre sus socios.
El sentido de esta disposición –que prohíbe la designación de juez árbitro determina-
do en el estatuto de constitución– radica en que la sociedad anónima puede incorporar
nuevos accionistas –por la vía de las cesiones o traspasos de acciones de accionistas
fundadores o constituyentes a nuevos adquirentes de acciones– que no participaron
en el otorgamiento del estatuto social, a quienes se les impondría un juez árbitro en
cuya designación no han podido participar y por lo mismo no resulta conveniente la
designación a priori o ex ante al surgimiento del conÀicto jurídico societario, de un
juez árbitro. Además, no podemos dejar de considerar que la designación de un juez
árbitro por las partes es un acto colectivo de con¿anza en el que las partes designan
–antes del surgimiento del conÀicto– un juez “ad hoc” para la resolución de una
litis eventual, razón por la cual para las partes en conÀicto eventual o actual no es
indiferente quien ejerza esta función jurisdiccional. Una tesis que discrepa de esta
interpretación, la formula la autora nacional doña María Fernanda Vásquez Palma, en
su libro “Arbitraje en Chile. Análisis Crítico de su Normativa y Jurisprudencia” (Edi-
torial LegalPublishing, Santiago 2009, págs. 482 y 483), en el sentido que no parece
correcta la interpretación que hemos sostenido, en cuanto a que se pueda designar ex
ante al litigio al juez árbitro en los estatutos sociales de la anónima, fundado en que
se impondría la persona del juez árbitro a nuevos accionistas que no fueron parte del
estatuto social fundacional de la compañía, a quienes se les impondría la designación
efectuada con anterioridad por los accionistas constituyentes.
En el caso de que los constituyentes de la sociedad anónima designaran personas
determinadas como árbitros en el estatuto social, dicha designación carecería de
validez ya que el artículo 137 de la Ley de Sociedades Anónimas señala que: “Las
disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos sociales
que les fuere contraria”, siendo por lo tanto ine¿caz tal designación de una o más
personas determinadas como árbitros.
398 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Tercero, el arbitraje que establece la Ley de Sociedades Anónimas es de carácter


“facultativo” y no obligatorio o forzado, como lo reguló en su oportunidad el Código
Orgánico de Tribunales según se señaló anteriormente–, ya que producido el conÀicto
jurídico el demandante puede optar por someter éste a la resolución de juez árbitro
o bien recurrir a la justicia ordinaria para su resolución. En efecto, el inciso segundo
del artículo 125 (incluida la nueva frase ¿nal que agregó la ley Nº 20.382, de 2009)
establece lo siguiente:
“El arbitraje que establece esta ley es sin perjuicio de que, al producirse un conÀicto,
el demandante pueda sustraer su conocimiento de la competencia de los árbitros y
someterlo a la decisión de la justicia ordinaria. Este derecho no podrá ser ejercido
por los directores, gerentes, administradores y ejecutivos principales de la sociedad.
Tampoco por aquellos accionistas que individualmente posean, directa o indirecta-
mente, acciones cuyo valor libro o bursátil supere las 5.000 unidades de fomento, de
acuerdo al valor de dicha unidad a la fecha de presentación de la demanda”.
Por lo tanto, producido un conÀicto jurídico entre accionistas o entre éstos y la
sociedad anónima o entre ésta y algún accionista sea durante su vigencia o su liqui-
dación, queda a elección del demandante presentar su demanda ante los tribunales
ordinarios, o bien, a su elección solicitar la designación de juez árbitro para conocer
del conÀicto, quien una vez que ejerza su facultad radica la causa ante Tribunal
competente y obliga a sus litigantes a aceptar dicha competencia arbitral.
La conclusión a que llegamos consiste en que en materia de conÀictos societa-
rios en la sociedad anónima, el arbitraje es de naturaleza facultativo o voluntario
no de las partes en conÀicto, sino que sólo de la voluntad unilateral del accionista
“litigante”, ya que la ley entrega a su elección interponer su demanda ante la jus-
ticia ordinaria o bien solicitar la designación de juez árbitro para la resolución del
conÀicto. Si opta por la designación de juez árbitro tiene que asumir los costos de
los honorarios del tribunal arbitral, pero tendrá la ventaja de contar con un juez ad
hoc para su litigio, en el mejor de los casos con experticia en materia societaria y
de derecho comercial, en comparación con el principio de gratuidad de las partes
frente al juez ordinario, ya que éste en su calidad de empleado público es remu-
nerado por el Estado. Si opta por la designación de juez árbitro para la resolución
del conÀicto societario, se inhibe la competencia de los tribunales ordinarios en
la materia.
Sin perjuicio de lo señalado, la Excma. Corte Suprema, en Recurso de Queja con
fecha 24 de agosto de 2002, señaló que:
“El arbitraje que establece la Ley de Sociedades Anónimas es aquel supletorio para el
caso que las partes nada dispongan en la escritura social, respecto del cual es posible
substraerse para entregar el conocimiento del conÀicto a los tribunales ordinarios de
justicia, situación que no es la de autos, toda vez que el arbitraje fue expresamente
pactado y reglamentado en la escritura social, de modo que en este caso no procede
la opción a que alude el inciso segundo del art. 125 de la ley Nº 18.046”.
DERECHO DE SOCIEDADES 399

Finalmente, concluye el fallo que comete falta o abuso el juez que no razona de
este modo, y acoge una excepción de incompetencia absoluta opuesta por el recurrente
de queja (Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo LXXXIX, sec. 2ª, pág. 127).
La doctrina que se extrae de esta sentencia de la Corte Suprema se puede expresar
en que si el estatuto de la sociedad anónima contiene cláusula compromisoria, el
eventual litigio debe ser sometido a la resolución de juez árbitro, sin que sea aplicable
la regla de arbitraje facultativo contenida en el inciso 2º del artículo 125 de la ley
de sociedades anónimas, la que sólo se aplicaría en caso de silencio u omisión en el
estatuto social.
Respecto a este fallo hay un comentario de don Sergio Rossel, en la Revista, en
el cual adhiere a la doctrina de la Excma. Corte Suprema, agregando entre otros
argumentos que si existe cláusula compromisoria en el estatuto social, ésta tiene la
fuerza de un contrato conforme lo establecido en el artículo 1545 del Código Civil y
que en este caso no puede la voluntad unilateral de un accionista en conÀicto ocurrir
a la justicia ordinaria, ya que se transgrede el artículo citado. Agrega el autor que
en opinión contraria a la señalada se encuentran las interpretaciones de don Patricio
Aylwin (“El Juicio Arbitral” pág. 95) y Ricardo Sandoval López (Manual de Derecho
Comercial, tomo I, pág. 569).
Lo que compartimos con don Sergio Rossel es que el artículo 125, inciso segundo
no es claro, pero el suscrito se inclina también por la interpretación de don Patricio
Aylwin y de don Ricardo Sandoval López, en el sentido de que el arbitraje en la Ley
de Sociedades Anónimas es facultativo, ya que el inciso segundo utiliza la expresión
sustraer, señalando “...el demandante puede sustraer su conocimiento de la compe-
tencia de los árbitros y someterlo a la decisión de la justicia ordinaria”. La expresión
gramatical “sustraer” que utiliza el legislador es clave para resolver esta aparente
contradicción de normas, ya que si el demandante puede sustraer o restar el conÀicto
del o los árbitros de la cláusula compromisoria y someterla a la decisión de los tribu-
nales ordinarios, quiere decir que tiene el poder o facultad de prescindir a su arbitrio
de dicha cláusula, siendo un derecho potestativo del accionista o bien un derecho
disponible a su solo arbitrio, lo que no signi¿ca desconocer la fuerza obligatoria de
las convenciones o contratos.
Esta regla relativa a establecer que los conÀictos jurídicos en las sociedades
anónimas sean de arbitraje facultativo, modi¿có tácitamente el artículo 227 Nº 4 del
Código Orgánico de Tribunales, de 1943, que como señalamos establecía que estas
materias eran de arbitraje forzoso u obligatorio las que a partir de 1981 son de arbitraje
voluntario o facultativo.
Cabe tener presente que conforme lo establecido en el artículo 74 de la Consti-
tución Política, la ley que determine la organización y atribuciones de los tribunales
es ley de carácter orgánico constitucional; esto es, de aquellas que requieren para su
aprobación, modi¿cación o derogación de las cuatro séptimas partes de los diputados
y senadores en ejercicio (artículo 63, inciso segundo, de la Constitución Política) y
la Ley de Sociedades Anónimas de 1981 es de mayoría simple, no obstante no hubo
400 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

reparos u observaciones en este sentido en su proceso de revisión ante el Tribunal


Constitucional de la época.
Podemos concluir que la disposición legal comentada –artículo 125 de la ley
Nº 18.046– cuyo tenor literal al decir de Rossel no es claro, representa en nuestra
opinión un retroceso en materia de regulación de la sociedad anónima, ya que tra-
dicionalmente los conÀictos jurídicos societarios de accionistas entre sí y el órgano
de administración directorio, han sido materia de arbitraje forzoso, tanto a nivel de
derecho chileno –así fue también regulado en nuestro Código de Comercio, de 1865,
en el artículo 426– (derogado por la ley Nº 18.046, de 1981) y lo propio en derecho
comparado, sobre todo si se considera que progresivamente se sostiene la conve-
niencia de ampliar las materias de arbitraje en derecho comercial, sustrayéndolas del
conocimiento de la justicia ordinaria la que se ve desahogada en su extensa cantidad
y variada naturaleza de litigios civiles que le exige resolución, pre¿riéndose el esta-
blecimiento de jueces especiales vía jurisdicción arbitral. Por lo señalado la actual
regulación en materia de solución de conÀictos en la sociedad anónima rompió una
antigua tradición en nuestro derecho, que creemos debería ser objeto de una reforma
a la ley vigente, volviendo al sistema de arbitraje forzoso.
Las conclusiones señaladas anteriormente no son aplicables a los pactos de accio-
nistas o convenciones “parasocietarias” como las denomina la doctrina mercantilista,
ya que los pactos son suscritos entre accionistas para regular materias especí¿cas entre
éstos y es común y habitual que se establezcan pactos compromisorios y designación
precisa de árbitros, calidades y otros, materias de arbitraje voluntario, cláusula com-
promisoria que si tienen la fuerza obligatoria de la llamada “ley de los contratos” del
artículo 1545 del Código Civil, para conocer y resolver conÀictos entre accionistas
que se encuentran vinculados por los llamados “pactos de accionistas”.
Sostenemos asimismo como conclusión que el citado artículo 125 de la LSA ado-
lece de inconstitucionalidad, ya que la norma contenida en el artículo 227 del Código
Orgánico de Tribunales, de 1943, es de rango orgánico constitucional, por mandato del
artículo 5º transitorio de la Constitución Política (Carta Fundamental que a partir de la
promulgación del año 2005 y su reforma debería llamarse derechamente Constitución
Política de 2005, según sostiene una corriente de juristas) y no pudo derogar un arbi-
traje forzoso mediante una ley común (la LSA), ya que este arbitraje en la sociedad
anónima ha devenido en meramente facultativo a la voluntad del demandante.
Cabe señalar, como ya hemos indicado anteriormente, que la ley Nº 20.382, de
2009, agregó una frase ¿nal al inciso segundo del artículo 125 de la LSA, que establece
que si los que litigan son Directores, Gerentes o Ejecutivo Principales, o Accionistas
cuyas acciones tengan un valor superior a 5.000 unidades de fomento, no podrán optar
por recurrir a la Justicia Ordinaria con su demanda, sino que tendrán que litigar ante
jurisdicción arbitral.
La nueva redacción en el inciso segundo del artículo 125 de la LSA señala lo que
sigue:
DERECHO DE SOCIEDADES 401

“Este derecho no podrá ser ejercido por los directores, gerentes, administradores y
ejecutivos principales de la sociedad. Tampoco por aquellos accionistas que indi-
vidualmente posean, directa o indirectamente, acciones cuyo valor libro o bursátil
supere las 5.000 unidades de fomento, de acuerdo al valor de dicha unidad a la fecha
de presentación de la demanda”.
En una nueva mirada al problema del arbitraje en la sociedad anónima chilena, la
única justi¿cación que podría encontrarse a la primera parte del inciso segundo de la
LSA, en la que fue su versión original de 1981, y en cuanto contempla un arbitraje
“facultativo” a la voluntad del demandante, podría encontrarse en que así se deja en
libertad al accionista de recurrir a la justicia ordinaria, o bien pedir al Tribunal Ordi-
nario la designación de un juez árbitro para el litigio, radicaría en un tema de costes o
gastos, esto es en consideraciones de índole económicas, considerando que la justicia
ordinaria es gratuita en cuanto a la remuneración del juez ordinario, versus a que la
remuneración del juez árbitro corresponde a las partes en litigio, hecho que podría
ser una “barrera de entrada económica” para la parte que debe litigar, y que debe
solventar los gastos del litigio y además los honorarios del Tribunal Arbitral, los que
suelen pagarse en regla de prorrata o mitades entre los litigantes. Por ello, se habría
optado por esta modalidad de arbitraje “facultativo” a elección del demandante, con
el objeto de no provocar gastos a un litigante que eventualmente no tiene los recursos
económicos para solventar aquello. Sin perjuicio, cabe señalar que atendido a que
la ley Nº 18.046, de 1981, fue dictada en un período de excepción constitucional y
política, no hay una historia ¿dedigna del establecimiento de dicha ley, ya que no
había en Chile poder legislativo en sentido propio o estricto; pero no obstante puede
haber sido este el sentido y fundamento de la primera parte del inciso segundo del
artículo 125 de la LSA; y, de algún modo la nueva excepción que incorporó la ley
Nº 20.382, de 2009, en cuanto agrega un nuevo caso en que el litigante “demandante
cali¿cado” (Director, Gerente, Ejecutivo principal y accionistas con acciones de valor
superior a 5.000 unidades de fomento) quienes no pueden optar por justicia ordinaria,
sino que deben solicitar la designación de juez árbitro para conocer de ésta litis en
la sociedad anónima.

34. Regulación a la información privilegiada

Nuestra Ley de Mercado de Valores (en adelante LMV), regula la llamada infor-
mación privilegiada, en el Título XXI, en los artículos 164 a 172, que fue agregado
a la LMV, por la ley Nº 19.301, de 1994.
Estas normas se aplican principalmente a los directores, gerentes, administradores
y liquidadores de la sociedad anónima abierta y del inversionista institucional, en su
caso, entendiendo por inversionistas institucionales a aquellos que se de¿nen como
tales en el artículo 4º bis letra e) de la LMV, “a los bancos, sociedades ¿nancieras,
compañías de seguro, entidades nacionales de reaseguro y administradoras de fondos
402 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

autorizados por ley” y las entidades que señale la SVS, mediante norma de carácter
general.
Se pretende por el legislador que la persona que ocupa un cargo relevante de ad-
ministración, y que a causa de tal cargo tenga acceso a información privilegiada, se
abstenga de usarla en bene¿cio propio o de persona relacionada a él, y en la medida
que dicha información no ha sido divulgada al mercado y por lo tanto al público, y en
tal carácter “con¿dencial” puede inÀuir en los valores que se transan en el mercado de
valores. De no existir este estatuto legal que regula la “información privilegiada, se
podría usar en bene¿cio propio de quien tiene acceso a ella por su cargo, con evidente
ventaja respecto de quienes no tienen acceso a dicha información. Evidentemente,
esta regulación pretende evitar asimetrías en el mercado de valores y reprimir la
“competencia desleal” en éste.
El artículo 164 de la LMV, de¿ne qué se entiende por información privilegiada,
y al efecto señala:
“Para los efectos de esta ley, se entiende por información privilegiada cualquier
información referida a uno o varios emisores de valores, a sus negocios o a uno o
varios valores por ellos emitidos, no divulgada al mercado y cuyo conocimiento, por
su naturaleza, sea capaz de inÀuir en la cotización de los valores emitidos, como
asimismo, la información reservada a que se re¿ere el artículo 10 de esta ley”.
“También se entenderá por información privilegiada, la que se tiene de las opera-
ciones de adquisición o enajenación a realizar por un inversionista institucional en
el mercado de valores”.
El artículo 10 de la LMV dispone:
“Las entidades inscritas en el Registro de Valores quedarán sujetas a esta ley y a sus
normas complementarias y deberán proporcionar a la Superintendencia y al público
en general la misma información a que están obligadas las sociedades anónimas
abiertas y con la periodicidad, publicidad y en la forma que se exige a éstas.
Asimismo, y sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, las entidades com-
prendidas en él deberán divulgar en forma veraz, su¿ciente y oportuna, todo hecho o
información esencial respecto de ellas mismas y de sus negocios al momento que él
ocurra o llegue a su conocimiento.
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, con la aprobación de las tres cuartas
partes de los directores en ejercicio podrá darse el carácter de reservado a ciertos
hechos o antecedentes que se re¿eran a negociaciones aún pendientes que al cono-
cerse puedan perjudicar el interés social. Tratándose de emisores no administrados
por un directorio u otro órgano colegiado, la decisión de reserva debe ser tomada
por todos los administradores.
Las decisiones y acuerdos a que se re¿ere el inciso anterior deberán ser comunicados
a la Superintendencia al día siguiente hábil a su adopción.
Los que dolosa o culpablemente cali¿quen o concurran con su voto favorable a de-
clarar como reservado un hecho o antecedente, de aquellos a que se re¿ere el inciso
tercero de este artículo, responderán en la forma y términos establecidos en el artículo
55 de esta ley”.
DERECHO DE SOCIEDADES 403

La SVS, mediante o¿cio Nº 2.506 de 1989, señala respecto al artículo 10 de la


LMV, que:
“Por información reservada se entiende aquella que aun no ha sido divulgada o¿cial-
mente al mercado por la compañía y que es capaz de inÀuir en la cotización de los
valores de la misma. Explicado de otro modo, es aquella información no divulgada en
forma pública que a un inversionista le sería conveniente conocer para la adopción
de sus decisiones de comprar o vender un determinado valor”.
Asimismo, corresponde a la SVS, conforme a lo establecido en el artículo 4º letra
q) del D.L. Nº 3.538, de 1980, determinar el monto de los bene¿cios percibidos por
las personas que hayan usado información privilegiada en operaciones de mercado de
valores y aplicar las multas administrativamente; el artículo 4º letra q) señala:
“Estimar el monto de los bene¿cios, expresado en su equivalente en unidades de
fomento, que hayan percibido los infractores al Título XXI de la ley Nº 18.045, sepa-
rándolo en la resolución que aplica la sanción. En la estimación de los bene¿cios, la
Superintendencia, considerará el precio de mercado promedio ponderado del valor
de oferta pública en los 60 días anteriores al de la fecha de las transacciones hechas
con información privilegiada”.
La multa que la SVS puede aplicar a los infractores al Título XXI de la Ley de
Mercado de Valores, conforme señala el artículo 172, inciso tercero ceden en bene-
¿cio ¿scal:
“Cuando no hubiere otro perjudicado, toda utilidad o bene¿cio pecuniario que hubie-
ren obtenido a través de transacciones de valores del emisor de que se trate”.
Puede además la SVS, con el objeto de velar por los intereses de terceros, en caso
de uso de información privilegiada, solicitar medidas precautorias ante los tribunales
competentes (artículo 4º letra q) D.L. Nº 3.538 de 1980.
En cuanto a las personas que tienen acceso a la información privilegiada, el ar-
tículo 166 de la LMV establece una presunción legal en la materia, en los siguientes
términos:
“Artículo 166. Se presume que tienen acceso a información privilegiada, las siguientes
personas:
a) Los directores, gerentes, administradores y liquidadores del emisor o del inversio-
nista institucional, en su caso;
b) Las personas indicadas en la letra a) precedente, que se desempeñen en una socie-
dad que tenga la calidad de matriz o coligante controlador, de la emisora de cuyos
valores se trate, o del inversionista institucional en su caso;
c) Las personas controladoras o sus representantes, que realicen operaciones o ne-
gociaciones tendientes a la enajenación del control, y
d) Los directores, gerentes, administradores, apoderados, asesores ¿nancieros u
operadores, de intermediarios de valores.
Tratándose de las personas indicadas en la letra d) del inciso precedente, la presun-
ción señalada se entenderá referida exclusivamente a la información privilegiada
404 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de¿nida en el inciso segundo del artículo 164, y también respecto de la información


que tuvieren sobre la colocación de acciones de primera emisión que les hubiere sido
encomendada.
También se presume que tienen información privilegiada, en la medida que puedan
tener acceso directo al hecho objeto de la información, las siguientes personas:
a) Los auditores externos e inspectores de cuenta del emisor, así como los socios y
administradores de las sociedades de auditoría;
b) Los socios, administradores y miembros de los consejos de clasi¿cación de las socie-
dades clasi¿cadoras de riesgo, que clasi¿quen valores del emisor o a este último;
c) Los dependientes que trabajen bajo la dirección o supervisión directa de los
directores, gerentes, administradores o liquidadores del emisor o del inversionista
institucional;
d) Las personas que presten servicios de asesoría permanente o temporal al emisor;
e) Los funcionarios públicos dependientes de las instituciones que ¿scalicen a emisores
de valores de oferta pública o a fondos autorizados por ley, y
f) Los cónyuges o parientes hasta el segundo grado de consanguinidad o a¿nidad, de
las personas señaladas en la letra a) del inciso primero”.
El artículo 167 establece la obligación de abstenerse de aplicar o usar la información
privilegiada a las personas que se señalan en dicha norma, aun cuando hayan cesado
en sus cargos, y en tanto dicha información mantenga tal carácter de “privilegiada”.
“Artículo 167. Los directores, gerentes, administradores, asesores que presten ser-
vicios a la sociedad, o personas que en razón de su cargo o posición, hayan tenido o
tengan acceso a información privilegiada, estarán obligados a dar cumplimiento a
las normas de este Título aunque hayan cesado en el cargo respectivo”.
El artículo 168 de la LMV establece la prohibición a los directores, gerentes y
apoderados de un intermediario de valores corredor de bolsa o agente de valores, para
que adquieran valores que su mandante, la sociedad emisora, ordene vender o comprar,
en la medida que queden comprendidas dichas operaciones dentro del concepto de
información privilegiada del artículo 164; el artículo 168 dispone:
“Los intermediarios de valores cuyos directores, administradores, apoderados, geren-
tes u operadores de rueda, participen en la administración de un emisor de valores de
oferta pública, mediante su desempeño como directores, administradores, gerentes o
liquidadores de este último, o de su matriz o coligante, quedarán obligados a informar
a sus clientes de esta situación, en la forma que determine la Superintendencia y debe-
rán abstenerse de realizar para sí o para terceros relacionados, cualquier operación
o transacción de acciones emitidas por dicho emisor.
Se exime de la prohibición señalada precedentemente a aquellos intermediarios que
sean sociedades ¿liales del emisor de acciones, siempre que ambos tengan exclusi-
vamente en común directores y éstos no participen directamente en sus decisiones de
intermediación”.
Para operadores de mesas de dinero de inversionistas institucionales e intermedia-
rios de valores, no pueden realizar operaciones de valores en conjunto con las de su
DERECHO DE SOCIEDADES 405

mandante, deben realizarse separadamente y del mismo modo no pueden aprovechar


las oportunidades de inversión –con información privilegiada– para una sociedad ad-
ministradora cuando ésta cede en bene¿cio del fondo de inversión que administran:
Artículo 169. Las actividades de intermediación de valores y las de las personas que
dependan de dichos intermediarios, que actúen como operadores de mesas de dinero,
realicen asesorías ¿nancieras, administración y gestión de inversiones y, en especial,
adopten decisiones de adquisición, mantención o enajenación de instrumentos para sí o
para sus clientes, deberán realizarse en forma separada, independiente y autónoma de
cualquier otra actividad de la misma naturaleza, de gestión y otorgamiento de créditos,
desarrollada por inversionistas institucionales u otros intermediarios de valores.
Asimismo, la administración y gestión de inversiones y, en especial, las decisiones de
adquisición, mantención o enajenación de instrumentos para la administradora y los
fondos que ésta administre, deberán ser realizados en forma separada, independiente
y autónoma de cualquier otra función de la misma naturaleza o de intermediación de
valores, asesoría ¿nanciera, gestión y otorgamiento de créditos, respecto de otros.
Esta limitación no obstará para que las administradoras de fondos, exclusivamente
en las actividades propias de su giro, puedan compartir recursos o medios para
realizarlas.
Los directores, administradores, gerentes, apoderados, asesores ¿nancieros, opera-
dores de mesas de dinero u operadores de rueda de un intermediario de valores, no
podrán participar en la administración de una Administradora de Fondos de terceros
autorizada por ley”.
Corresponde a los auditores externos ¿scalizar la existencia de los mecanismos
de control en la sociedad anónima abierta, respecto a la administración y cumpli-
miento de las normas que regulan la “información privilegiada”, según dispone el
artículo 170:
“Los auditores externos que auditen los estados ¿nancieros de inversionistas insti-
tucionales o de los intermediarios de valores, deberán pronunciarse acerca de los
mecanismos de control interno que aquéllos y éstos se impongan, para velar por el
¿el cumplimiento de las normas de este Título, como también sobre los sistemas de
información y archivo, para registrar el origen, destino y oportunidad de las tran-
sacciones que se efectúen con los recursos propios y de terceros que administren o
intermedien, en su caso.
La Superintendencia, mediante norma de carácter general, determinará la información
que deberán mantener los inversionistas institucionales y los intermediarios de valores
para el cumplimiento de las disposiciones de este Título, y los archivos y registros
que deberán llevar en relación a las transacciones con recursos propios, las de sus
personas relacionadas y las efectuadas con recursos de terceros que administren.
La información contenida en esos archivos hará fe en contra de los obligados a
llevarlos”.
El artículo 171 establece la obligación a los directores y ejecutivos de toda compra
o venta de valores a la sociedad emisora, dentro de 24 horas de efectuada la operación
406 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

y se debe llevar un registro especial para estos efectos y se debe informar a la SVS de
toda operación de estas personas superior a 500 unidades de fomento:
“Artículo 171. Sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo anterior, las personas que
participen en las decisiones y operaciones de adquisición y enajenación de valores para
inversionistas institucionales e intermediarios de valores y aquellas que, en razón de
su cargo o posición, tengan acceso a la información respecto de las transacciones de
estas entidades, deberán informar a la dirección de su empresa, de toda adquisición o
enajenación de valores que ellas hayan realizado, dentro de las 24 horas siguientes a
la de la transacción, excluyendo para estos efectos los depósitos a plazo y los valores
de las instituciones y entidades a que se re¿eren los incisos segundo, tercero y cuarto
del artículo 3º de esta ley.
La empresa deberá informar a la Superintendencia, en la forma y oportunidad que
ésta determine, acerca de las transacciones realizadas por todas las personas indi-
cadas, cada vez que esas transacciones alcancen un monto equivalente en dinero a
500 unidades de fomento”.
En cuanto a las personas que infrinjan las prohibiciones en cuanto hayan usado
información privilegiada en su bene¿cio o de terceros relacionados a ellos, deberán
indemnizar los perjuicios causados, siendo sujetos activos de esta acción la sociedad
anónima respectiva y sus accionistas, esta acción indemnizatoria prescribe en el pla-
zo de un año, contado desde la fecha en que la información privilegiada haya sido
divulgada al público y se tramita ante juez ordinario en lo civil o ante juez árbitro, a
elección del demandante conforme establece el artículo 125 de la LSA. El artículo
172 señala:
“Toda persona perjudicada por actuaciones que impliquen infracción a las disposi-
ciones del presente Título, tendrá derecho a demandar indemnización en contra de
las personas infractoras.
La acción para demandar perjuicios prescribirá en un año contado a partir de la
fecha en que la información privilegiada haya sido divulgada al mercado y al público
inversionista.
Las personas que hayan actuado en contravención a lo establecido en este Título,
deberán entregar a bene¿cio ¿scal, cuando no hubiere otro perjudicado, toda utilidad
o bene¿cio pecuniario que hubieren obtenido a través de transacciones de valores
del emisor de que se trate.
Aquel que infrinja lo dispuesto en el artículo 169, será responsable civilmente de los
daños ocasionados al cliente respectivo o a los fondos en su caso, sin perjuicio de las
sanciones penales y administrativas que correspondan”.

34.1. Proyecto de ley de reforma a la Ley de Mercado de Valores


año 2005, en materia de información privilegiada
El proyecto de ley en trámite ante el Congreso Nacional (año 2005), que reforma
la LMV, contempla las siguientes disposiciones en materia de “información privile-
giada”:
DERECHO DE SOCIEDADES 407

1. Regulación de operaciones de inversión de persona con cargo o posición rele-


vante:
“Artículo 12 bis. Las personas indicadas en el artículo 12 que se encuentren ocu-
pando el cargo o posición relevante en cualquiera de las fechas de compra o venta
descritas a continuación, sólo podrán obtener una ganancia o evitar una pérdida
en la compra y posterior venta o la venta y posterior compra de valores de oferta
pública, si entre tales operaciones hubiere transcurrido un plazo de a lo menos 90
días, so pena de ser obligadas a pagar al emisor de dichos valores una suma equi-
valente al monto total de la ganancia obtenida o pérdida evitada. La ganancia o
pérdida también podrá obtenerse o evitarse, según sea el caso, en forma indirecta
por medio de actos jurídicos o valores cuyo resultado ¿nanciero dependa o esté
condicionado en todo o en parte signi¿cativa a la variación o evolución del precio
de dichas acciones.
El monto total de la ganancia obtenida se calculará sustrayendo el menor valor de
mercado registrado en la fecha de adquisición al mayor valor de mercado registra-
do en la fecha de disposición de los valores correspondientes y el monto total de la
pérdida evitada se obtendrá en forma inversa. La ganancia o pérdida obtenida o
evitada, según sea el caso, en forma indirecta, se calculará según lo determinado
por la Superintendencia mediante norma de carácter general. Los valores utilizados
para los cálculos antedichos no serán reajustados ni serán aplicables descuentos
de naturaleza alguna.
Será competente para conocer del reclamo de las cantidades de que trata este ar-
tículo, el juez civil con asiento en el lugar donde la sociedad tenga su domicilio. En
caso que la sociedad no inicie la acción de reclamo, cualquier accionista o grupo de
accionistas de la sociedad podrá hacerlo a nombre de ésta, conforme al artículo 133
bis de la ley Nº 18.046, sin perjuicio de la responsabilidad de la administración de
la sociedad por causa de su omisión. El juicio declarativo de la obligación de pago
será tramitado con arreglo a las normas del juicio sumario y la acción de cobro de
este artículo prescribirá en el plazo de dos años contados desde la fecha en que se
obtenga la ganancia o se evite la pérdida.
Las obligaciones establecidas en este artículo no serán aplicables en los casos si-
guientes:
a) Si las personas referidas en el inciso primero hubieran informado a la Superin-
tendencia y a cada una de las bolsas de valores del país en que la sociedad tenga
valores registrados para su cotización de su intención a ¿rme de adquirir directa o
indirectamente o enajenar las acciones de la sociedad correspondiente con al menos
dos días hábiles bursátiles de antelación al inicio de la ejecución de tal operación
en la forma que señale la Superintendencia, la que deberá exigir al menos el número
estimado de acciones, el rango de precio y el período de vigencia de la orden de
intermediación; o
b) Si dichas personas hubieran obtenido para dicha operación la autorización previa
del directorio o de la persona u órgano en quien éste delegue”.
408 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

2. Obligación de efectuar declaración jurada reservada a la SVS de inversiones al


inicio y término de cargo de ejecutivo principal:
Artículo 12 ter. Todo director, liquidador, gerente general, gerente y ejecutivo principal
de una sociedad anónima abierta, deberá informar en forma reservada a la Superin-
tendencia, tanto al momento de asumir su cargo como a su término, así como cuando
se modi¿que en forma signi¿cativa, la posición en valores de la compañía, ya sean
acciones, bonos, opciones u otros derivados, que posea directamente o a través de
otras personas naturales o jurídicas”.
3. Se de¿ne legalmente “ejecutivo principal”: Reemplázase el inciso segundo,
del artículo 68 por el siguiente:
“Se entenderá por ejecutivo principal de una entidad sujeta a la ¿scalización de la
Superintendencia, la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras o la
Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones, a cualquier persona
que tenga la capacidad de determinar la conducción superior de los negocios, ya sea
por sí solo o junto con otros. En el desempeño de las actividades precedentemente
señaladas no se atenderá a la calidad, forma o modalidad laboral o contractual bajo
la que el ejecutivo principal esté relacionado a la entidad”.

4. Se agrega nuevo caso de información privilegiada para inversionista institucional:


Reemplázase el inciso segundo del artículo 164 por el siguiente, nuevo:
“También se entenderá por información privilegiada la que se tiene de las decisiones
de inversión de un inversionista institucional sobre valores, en forma directa o por
medio de actos jurídicos referidos a tales valores”.
5. Modifícase el artículo 165, de la siguiente forma:
a) Prohibición de uso de información privilegiada: Reemplázanse los actuales
incisos primero y segundo por el siguiente, nuevo:
“El que posea información privilegiada deberá guardar estricta reserva y no podrá
utilizarla o valerse de ella en bene¿cio propio o ajeno, a menos que, en forma previa,
haya sido debidamente difundida o comunicada. Asimismo, se le prohíbe recomen-
dar la adquisición o enajenación de los valores correspondientes o cualquier tipo de
operación de las precedentemente indicadas”.
6. Nueva casuística de presunción legal de posesión de información privilegiada:
Reemplázase el artículo 166 por el siguiente, nuevo:
“Artículo 166. Se presume que poseen información privilegiada, las siguientes per-
sonas:
a) Los directores, gerentes, administradores y liquidadores del emisor o del inversio-
nista institucional, en su caso;
b) Las indicadas en la letra a) precedente, que se desempeñen en una sociedad que
tenga la calidad de matriz, coligante o controlador de la emisora de que se trate, o
del inversionista institucional, en su caso;
DERECHO DE SOCIEDADES 409

c) Los controladores o sus representantes;


d) Los directores, gerentes, administradores, apoderados, asesores ¿nancieros u ope-
radores, de intermediarios de valores, respecto de la información del inciso segundo
del artículo 164;
e) Los ejecutivos principales y dependientes de las empresas de auditoría externa del
emisor o del inversionista institucional, en su caso, que conduzcan o participen de la
auditoría externa correspondiente y sus socios principales;
f) Los socios, los miembros de un consejo de clasi¿cación, los ejecutivos principales
y los dependientes de las sociedades clasi¿cadoras de riesgo, que conduzcan o par-
ticipen en una clasi¿cación de valores del emisor o de este último;
g) Las personas que presten servicios de asesoría permanente o temporal al emisor, y
h) Los funcionarios públicos dependientes de las instituciones que ¿scalicen a emisores
de valores de oferta pública o a fondos autorizados por ley”.

35. La Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).


Órgano de ¿scalización externo a la sociedad anónima abierta

En el desarrollo de distintas materias en el presente libro hemos mencionado a la


Superintendencia de Valores de Seguros (SVS), como órgano público de ¿scalización
y control a la sociedad anónima abierta o “bursátil” como se la denomina en el derecho
societario español, en tanto agente emisor de acciones que se transan en el mercado
de valores, regulado en la ley Nº 18.045, de 1981.
Contemporáneamente, en todos los sistemas jurídicos económicos relevantes se
considera la actuación de un órgano público de control de los agentes que intervie-
nen en los mercados de valores, así en EE.UU. la Security Exchange Commission
(SEC, creada en los años 30), en España, la Comisión Nacional de Valores (CNV)
en Chile la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS), que se denominó en el
marco regulatorio del D.F.L. Nº 251, de 1931, Superintendencia de Compañías de
Seguros, Sociedades Anónimas y Bolsas de Comercio, entidad respecto de la cual
es su sucesora legal.
De lo señalado podemos a¿rmar que todo mercado de valores requiere para su mejor
funcionamiento la intervención de un órgano público de control y ¿scalización, que
regule permanentemente el funcionamiento del mismo y los agentes que intervienen,
para que dicho mercado sea transparente, informado y público, con el objeto de que
no ocurran intervenciones ilegales, que signi¿quen alteración a las reglas del juego
que deben operar en el mismo.
La SVS es nuestro gran órgano rector del mercado de valores, y se encuentra
regulada en el D.L. Nº 3.538, de 1980, en una normativa que integra nuestro sistema
de orden público económico, en virtud del cual se permite una intervención en el mer-
cado de valores, con el objeto de controlarlo, ¿scalizarlo y regularlo, con potestades
normativas y sancionatorias, si el caso lo amerita. Seguidamente, expondremos las
410 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

características y potestades o competencias del citado órgano público, en lo que se


re¿ere a la sociedad anónima abierta o “bursátil”.
Del análisis de las normas que regulan la SVS se puede concluir que se trata de
un órgano de derecho público, con competencias y potestades para interpretar ad-
ministrativamente las leyes, reglamentos y demás normas que rigen a las personas
o entidades ¿scalizadas; impartir instrucciones a las entidades ¿scalizadas y aplicar
administrativamente sanciones que comprenden censura, multas pecuniarias y revo-
caciones de existencias, según corresponda.
En tanto órgano del Estado de derecho público, con personalidad jurídica propia,
se rige en su actuar por el principio de legalidad, establecido en el artículo 6º de la
Constitución Política, que señala:
“Los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las demás
normas dictadas conforme a ella.
Los preceptos de esta Constitución obligan tanto a los titulares o integrantes de dichos
órganos como a toda persona, institución o grupo.
La infracción de esta norma generará la responsabilidad y sanciones que determine
la ley”.
Asimismo, se encuentra regida la SVS por el principio de competencia y actuación
válida establecido en el artículo 7º de la Constitución Política, que señala:
“Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus inte-
grantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni
aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los
que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades
y sanciones que la ley señale”.
Por lo tanto, la SVS se encuentra sometida en su actuación y competencia a la
Constitución Política y a la ley que la regula; esto es, el D.L. Nº 3.538, de 1981, y en
la medida que actúe fuera de su competencia legal causa un acto administrativo nulo
afecto a nulidad de derecho público.
Sobre el particular, el artículo 44 establece que:
“Las personas que estimen que los actos administrativos que realice la Superinten-
dencia o sus omisiones no se ajustan a la ley, reglamentos o normas que le compete
aplicar, podrán impugnarlos mediante los recursos que señala este título”.

Y al efecto el artículo 45 establece un recurso de reposición ante el Superintendente,


y el artículo 46 establece un recurso de reclamación ante la Corte de Apelaciones de
Santiago; y el artículo 30 establece una acción de reclamación por aplicación de multa
patrimonial ante el juez de letras en lo civil que corresponda. Temas que analizamos
más adelante.
DERECHO DE SOCIEDADES 411

35.1. De¿nición legal de la SVS y representación

El artículo 1º del D.L. Nº 3.538, de 1980, crea la SVS y señala:


“Créase la Superintendencia de Valores y Seguros, que se regirá por la presente ley,
institución autónoma, con personalidad jurídica y patrimonio propio, que se relacio-
nará con el gobierno a través del Ministerio de Hacienda.
Su domicilio es la ciudad de Santiago, sin perjuicio de las o¿cinas regionales que
pueda establecer el Superintendente en otras ciudades del país.
Su patrimonio está integrado por los bienes que se le trans¿eran en virtud de este
decreto ley, los fondos que anualmente destina al efecto la ley de Presupuestos, los
ingresos que perciba por los servicios que preste y los demás bienes que adquiera a
cualquier título”.
Se trata en consecuencia de una persona jurídica de derecho público regida por la
Constitución Política y por su ley especial D.L. Nº 3.538, de 1980.
El artículo 7º señala que un funcionario con el título de Superintendente de
Valores y Seguros es el jefe superior de la SVS y tiene la representación judicial y
extrajudicial de la misma. Este Superintendente es nombrado por el Presidente de la
República, “siendo de su exclusiva con¿anza”. Es subrogado por el intendente que
ocupe el segundo nivel de jerarquía. En materia procesal, el artículo 9º señala que el
Superintendente “podrá cometer a un funcionario de su dependencia para absolver
posiciones ante los tribunales correspondientes”.
Conforme a lo establecido en el artículo 10 del D.L., corresponden al Superinten-
dente las siguientes competencias, que interesan a esta presentación:
“a) Plani¿car, organizar, dirigir, coordinar y controlar el funcionamiento de la Su-
perintendencia;
b) Velar por el cumplimiento de las normas aplicables a la Superintendencia y adoptar
medidas necesarias para asegurar su e¿ciente funcionamiento;
c) Establecer o¿cinas regionales cuando el buen funcionamiento del servicio así lo exija;
d) Ejecutar los actos y celebrar las convenciones necesarias para el cumplimiento de
los ¿nes de la Superintendencia;
e) Delegar atribuciones o facultades especí¿cas en funcionarios de las plantas direc-
tiva, profesional o técnica de la Superintendencia, y
f) Aplicar las sanciones que señala el presente decreto ley, de conformidad a lo esta-
blecido en el título III”.
Cabe destacar que de conformidad a lo establecido en el artículo 11 del D.L., las
“aseveraciones” de los funcionarios de la SVS, pertenecientes o asimilados a las
plantas de ¿scalizadores, profesional y técnica, y directiva:
“Designados como ¿scalizadores, sobre los hechos constatados en el ejercicio de sus
funciones y en la veri¿cación de infracciones, se apreciarán conforme a las reglas de
la sana crítica y se les podrá otorgar el carácter de plena prueba”.
412 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Si bien es cierto las a¿rmaciones de los ¿scalizadores de la SVS puede causar


plena prueba y ésta se aprecia conforme a la sana crítica, corresponde a los órganos
jurisdiccionales darles este valor de plena prueba, como medio probatorio.
De otra parte, conforme a lo establecido por el artículo 23, el personal que a cual-
quier título preste servicios en la SVS:
“Están obligados a guardar reserva acerca de los documentos y antecedentes de las
personas o entidades sujetas a ¿scalización de ella, siempre que tales documentos y
antecedentes no tengan el carácter de públicos. La infracción a esta obligación será
sancionada en la forma establecida en el inciso primero del artículo 247 del Código
Penal”.
El artículo 274 del Código Penal, en la violación de secretos, señala:
“El empleado público que, sabiendo por razón de su cargo secretos de un particular,
los descubriere con perjuicio de éste, incurrirá en las penas de reclusión menor en
sus grados mínimo a medio y multa de seis a diez sueldos vitales”.
Asimismo, este personal no puede prestar servicios profesionales a las personas
o entidades sometidas a su ¿scalización.

35.2. Competencias o potestades legales relevantes de la SVS,


respecto de la sociedad anónima abierta
Respecto a las competencias legales o potestades de la SVS, seguidamente, extrac-
taremos una síntesis de las más relevantes para los ¿nes del presente libro, omitiendo
las que escapen a éste, y que se contienen en los artículos 3º y 4º del D.L. Nº 3.538.
Artículo 3º declara:
“Corresponde a la Superintendencia de Valores y Seguros la superior ¿scalización
de:
a) Las personas que emitan o intermedien valores de oferta pública;
b) Las bolsas de valores mobiliarios y las operaciones bursátiles;
c) Las asociaciones de agentes de valores y las operaciones de valores que éstos
realicen;
d) Los fondos mutuos y las sociedades que los administren;
e) Las sociedades anónimas y las en comandita por acciones que la ley sujeta a su
vigilancia;
f) Las empresas dedicadas al comercio de asegurar y reasegurar cualquiera sea su
naturaleza y los negocios de éstas, y
g) Cualquiera otra entidad o persona natural o jurídica que la presente ley u otras
leyes así le encomienden.
No quedan sujetas a la ¿scalización de esta Superintendencia los bancos, las sociedades
¿nancieras, las sociedades administradoras de fondos de pensiones y las entidades y
personas naturales o jurídicas que la ley exceptúe expresamente”.
Los bancos y las sociedades ¿nancieras se encuentran sujetas al control de la Su-
perintendencia de Bancos y las sociedades administradoras de fondos de pensiones
DERECHO DE SOCIEDADES 413

se encuentran sujetas al control de la Superintendencia de Administradoras de Fondos


de Pensiones (en D.L. Nº 3.500, de 1980).
El artículo 4º del D.L. Nº 3.538, de 1980, detalla las competencias legales especí-
¿cas a cargo de la SVS, de las que reproducimos aquellas exclusivamente atingentes
a los ¿nes de este libro:
La norma base de competencia de ¿scalización de legalidad a los entes ¿scaliza-
dos:
Artículo 4º: “Corresponde a la Superintendencia velar porque las personas o insti-
tuciones ¿scalizadas, desde su iniciación hasta el término de su liquidación, cumplan
con las leyes, reglamentos, estatutos y otras disposiciones que las rijan, y, sin perjuicio
de las facultades que éstos le otorguen, está investida de las siguientes atribuciones
generales:
a) Interpretar administrativamente, en materias de su competencia, las leyes, reglamen-
tos y demás normas que rigen a las personas o entidades ¿scalizadas, y ¿jar normas,
impartir instrucciones y dictar órdenes para su aplicación y cumplimiento.
Si en el ejercicio de estas facultades de interpretación y aplicación se originaren con-
tiendas de competencia con otras autoridades administrativas, ellas serán resueltas
por la Corte Suprema;”.
Esta competencia atribuye a la SVS potestad de interpretar administrativamente
la ley, reglamentos y normas particulares, en una verdadera “hermenéutica” a car-
go de autoridad, la que puede ser discutida, ya que la interpretación administrativa
puede ser errada o bien arbitraria. Puede dar lugar, en propiedad, a la interposición
de recurso de reclamación establecido en el artículo 46 del D.L., o bien, con tal vez
menor fuerza, ya que existe recurso especí¿co, “recurso de protección constitucional”
o de “amparo económico”.
Asimismo, esta letra a) otorga potestad de dictar normas generales o particulares,
que se expresan en abundantes O¿cios y Normas Generales o Circulares.
“b) Absolver las consultas y peticiones e investigar denuncias o reclamos formulados
por accionistas, inversionistas u otros legítimos interesados, en materia de su com-
petencia, determinando los requisitos o condiciones previas que deba cumplir para
entrar a conocer de ellas;”.
Esta potestad se re¿ere a consultas, peticiones y reclamos de accionistas, pero no
puede referirse a materias que estén sometidas a conocimiento de los Tribunales de
Justicia, ya que la SVS no es órgano jurisdiccional, y si obrara actuaría con “vicio”
de nulidad de derecho público.
“d) Examinar todas las operaciones, bienes, libros, cuentas, archivos y documentos de los
sujetos o actividades ¿scalizados y requerir de ellos o de sus administradores, asesores o
personal, los antecedentes y explicaciones que juzgue necesarios para su información”.
En el ejercicio de esta potestad puede solicitar la “ejecución y presentación de
balances y estados ¿nancieros en las fechas que estime convenientes, para comprobar
la exactitud e inversión de los capitales y fondos”.
414 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“e) Fijar las normas para la confección y presentación de las memorias, balances,
estados de situación y demás estados ¿nancieros de los sujetos ¿scalizados y determinar
los principios conforme a los cuales deberán llevar su contabilidad”.
Esta potestad re¿ere a las llamadas “Fichas Estadísticas Contables Uniformes”,
conocidas con la sigla “FECU”, que las sociedades anónimas abiertas deben enviar
cada dos meses.
“f) Inspeccionar, por medio de sus empleados o de auditores externos, a las personas
o entidades ¿scalizadas;”.
“g) Requerir de las personas o entidades ¿scalizadas que proporcionen, por las vías
que la Superintendencia señale, veraz, su¿ciente y oportuna información al público
sobre su situación jurídica, económica y ¿nanciera”.
Esta potestad apunta a que el mercado de valores sea informado y transparente
respecto de los agentes que emiten acciones.
“h) Citar a declarar a los representantes, administradores, asesores y dependientes
de las entidades o personas ¿scalizadas y a toda otra persona que hubiere ejecuta-
do o celebrado con ellas actos y convenciones de cualquiera naturaleza, respecto
de algún hecho cuyo conocimiento estime necesario para el cumplimiento de sus
funciones”.
Esta potestad re¿ere a la necesidad de investigar hechos por parte de la SVS,
para poder controlar y ¿scalizar y, eventualmente, sancionar las infracciones a la ley,
reglamentos, normas y otros dentro de la esfera de su competencia.
“i) Dictar normas que aseguren la ¿delidad de las actas, libros y documentos que la
Superintendencia determine y requerir, en su caso, que en ellos se deje testimonio o
se inserten, parcial o íntegramente, sus comunicaciones;”.
“j) Ordenar a las personas o entidades ¿scalizadas que ella determine, la designa-
ción de auditores externos, los que deberán informar sus balances generales y, en su
caso, reemplazarán a los inspectores de cuentas y estarán investidos de sus mismas
atribuciones y deberes. La Superintendencia podrá ¿jar los requisitos que aquéllos
y éstos deban reunir para el cumplimiento de su cometido, todo ello en relación con
las características de dichas personas o entidades ¿scalizadas;”.
“k) Vigilar las actuaciones de todos los auditores externos e inspectores de cuentas
designados por las personas o entidades sometidas a su ¿scalización; impartirles
normas respecto al contenido de sus dictámenes y requerirles cualquier información
o antecedente relacionado con el cumplimiento de sus funciones;”.
“l) Designar auditores externos en las entidades o personas ¿scalizadas, a ¿n de que realicen las
tareas que especí¿camente les encomiende, con las facultades que estime necesarias;”.
“q) Estimar el monto de los bene¿cios, expresado en su equivalente en unidades de
fomento, que hayan percibido los infractores al Título XXI de la ley Nº 18.045, seña-
lándolo en la resolución que aplica la sanción. En la estimación de los bene¿cios, la
Superintendencia considerará el precio de mercado promedio ponderado del valor
de oferta pública en los 60 días anteriores al de la fecha de las transacciones hechas
con información privilegiada.”.
DERECHO DE SOCIEDADES 415

Conforme a lo dispuesto en el artículo 172, inciso tercero de la ley Nº 18.045, esta


sanción cede en bene¿cio ¿scal, cuando no hubiere otro perjudicado; y con el objeto
de velar por los intereses de terceros, en caso de uso de información privilegiada,
puede solicitar medidas precautorias ante los tribunales competentes.
“r) En asuntos civiles, presentar a los tribunales de Justicia informes escritos respecto
de los hechos que hubiere constatado, los que se apreciarán conforme a las reglas de
la sana crítica y se les podrá otorgar el carácter de plena prueba;”.
“s) Proporcionar asistencia técnica y colaborar en la investigación de infracciones a
la legislación de valores y seguros, que le soliciten entidades reguladoras o superviso-
ras extranjeras u organismos internacionales, en virtud de convenios o memorándum
de entendimiento que haya celebrado, para la cooperación técnica, intercambio de
información, capacitación y asistencia recíproca, en materias de su competencia;”.
“u) Ejercer las demás facultades que otras leyes o normas expresamente le con¿eran.”.
Además, podemos citar la potestad de la SVS de participar con derecho a voz en
toda clase de juntas de accionistas de sociedades sujetas a su control, resolver ad-
ministrativamente respecto a la legalidad de la convocatoria y validez de acuerdos,
suspender juntas de accionistas, ejercer la función de liquidador en la sociedad que
requieren de su autorización de existencia; revocar la existencia legal de las sociedades
anónimas especiales que requieren este trámite, entre otras.
Las competencias de la SVS, según se puede apreciar, son amplias, y de variada
naturaleza, algunas son esencialmente de investigación y ¿scalización del mercado de
valores, otras son órgano auxiliar de la administración de justicia y de colaboración
internacional con sus entidades pares o gemelas. Estas potestades o competencias del
órgano público son de derecho estricto, y se rigen por el principio de que en derecho
público se puede hacer sólo aquello que la ley expresamente faculta o autoriza, de
contrario se causa un acto administrativo susceptible de declaración de nulidad de
derecho público.

35.3. Régimen de apremios y sanciones


En lo que se re¿ere al régimen de apremios y sanciones legales, la ley ha otorgado
a la SVS potestades excepcionales, que tienen por objeto obtener el cumplimiento
forzado de sus competencias especí¿cas, y al efecto el Título III se denomina “Apre-
mios y Sanciones” y comprende los artículos 26 a 37 del D.L. Nº 3.538, normas que
se analizan seguidamente.
A) APREMIO CORPORAL A PERSONAS, ARTÍCULO 26. El artículo 26 establece la posi-
bilidad de que la SVS, para obtener el cumplimiento de las letras d y g del artículo
4º, pueda solicitar al juez de turno en lo civil del departamento de Santiago o el del
domicilio del infractor, procedimiento de apremio conforme a lo establecido en los
artículos 93 y 94 del Código Tributario, a las personas que se nieguen a cumplir con
las obligaciones siguientes:
416 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Letra d):
“Requerir de las personas o entidades ¿scalizadas que proporcionen, por las vías que
la Superintendencia señale, veraz, su¿ciente y oportuna información al público sobre
su situación jurídica, económica y ¿nanciera”.
Y letra g):
“Requerir de las personas o entidades ¿scalizadas que proporcionen, por las vías que
la Superintendencia señale, veraz, su¿ciente y oportuna información al público sobre
su situación jurídica, económica y ¿nanciera”.
Si las informaciones que se entregan a la SVS son falsas se incurre en el delito
penal que establece el artículo 210 del Código Penal, que dispone:
“El que ante la autoridad o sus agentes perjurare o diere falso testimonio en materia
que no sea contenciosa, sufrirá las penas de presidio menor en sus grados mínimo a
medio y multa de seis a diez sueldos vitales”.
Además, en caso de oposición al cumplimiento de las letras d) y g) del artículo
4º, la Superintendencia:
“Podrá solicitar directamente al Intendente o Gobernador que corresponda, el auxilio
de la fuerza pública con facultades de allanamiento y descerrajamiento”.
B) SANCIONES A SOCIEDADES ANÓNIMAS ABIERTAS. El artículo 27 del D.L. Nº 3.538
señala que las sociedades anónimas sujetas a ¿scalización de la Superintendencia
que incurran en:
“Infracciones a las leyes, reglamentos, estatutos y demás normas que las rijan, o en
incumplimiento de las instrucciones y órdenes que les imparta la Superintendencia,
podrán ser objeto de la aplicación por ésta, sin perjuicio de las establecidas especí-
¿camente en otros cuerpos legales o reglamentarios, de una o más de las siguientes
sanciones:
1. Censura,
2. Multa a bene¿cio ¿scal, hasta por un monto global por sociedad equivalente a
15.000 unidades de fomento. En caso de tratarse de infracciones reiteradas de la
misma naturaleza, podrá aplicarse una multa de hasta tres veces el monto máximo
antes expresado; y
3. Revocación de la autorización de existencia de la sociedad, cuando proceda”.
En caso de multa, la norma señala tres parámetros a considerar respecto de la sociedad
anónima sancionada: “se determinará apreciando fundamentalmente la gravedad y
las circunstancias del hecho, la capacidad económica del infractor y si éste hubiere
cometido infracciones de cualquier naturaleza en los últimos 24 meses”.
Las sanciones censura y multa pueden ser aplicadas a la sociedad, directores, ge-
rentes, dependientes o inspectores de cuentas o liquidadores, según lo determine la
SVS (artículo 27, inciso 3º) y puede poner en conocimiento de la junta de accionistas,
debiendo el directorio citar a ella en el plazo que la SVS ¿je, para que “aquélla pueda
removerlos de sus cargos si lo estima conveniente”.
DERECHO DE SOCIEDADES 417

El artículo 28 del D.L. Nº 3.538 contempla la posibilidad de aplicar sanciones,


censura, multa a bene¿cio ¿scal desde 15.000 unidades de fomento, hasta el máximo
de cinco veces esa cantidad, a personas o entidades distintas a la sociedad anónima
abierta contemplada en el artículo 27.

35.4. Resolución que aplica multa y demanda de reclamación ante juzgado civil
El artículo 30 establece que las multas a bene¿cio ¿scal serán ¿jadas por el Su-
perintendente, mediante resolución fundada y debe ser pagada en Tesorería Comunal
correspondiente al domicilio del infractor, dentro del plazo de diez días, contados
desde la noti¿cación mediante carta certi¿cada.
El afectado puede reclamar –mediante demanda de reclamación– de la aplicación
de la multa o de su monto ante el juez civil que corresponda, dentro del plazo de diez
días indicado anteriormente, previa consignación del 25% del monto total de la multa,
en la Tesorería General de la República, consignación que no puede ser superior a 500
unidades de fomento si el sancionado es persona natural y 1.000 unidades de fomento
si se trata de persona jurídica, salvo el caso de infracción reiterada o de aplicación
de multa por uso de información privilegiada, regulada en el Título XXI de la ley
Nº 18.045, en cuyo caso debe consignar el 25% de la multa.
La demanda de reclamación se debe noti¿car por cédula al demandado “reclamado”,
que es el Superintendente, y se debe practicar la noti¿cación de ella dentro del plazo
de 10 días hábiles siguientes al vencimiento del plazo para su interposición.
Esta demanda de reclamación se tramita conforme a las reglas del juicio sumario y
la sentencia de¿nitiva puede ser apelada ante la Corte de Apelaciones que corresponda,
cabe recordar que en estos procesos los informes que emanan de la SVS se aprecian
conforme a regla de sana crítica y puede constituir plena prueba, si el juez así lo
determina en su sentencia. Las sentencias de primera y segunda instancia que no den
la razón al reclamante llevan condena en costas. El pago de la multa, más reajustes e
intereses, debe efectuarse dentro de quinto día de ejecutoriado el fallo.
Si el demandado vencido, multado, no cumple con el pago, la SVS puede iniciar
juicio ejecutivo para obtener su cumplimiento, con la copia de la sentencia ¿rme o
ejecutoriada, sin perjuicio de solicitar el cumplimiento incidental del fallo ante el pro-
pio tribunal que lo dictó, conforme a lo establecido en los artículos 233 y siguientes
del Código de Procedimiento Civil, a elección del demandado vencedor (artículo 31
D.L. Nº 3.538).
En esta ejecución el demandado sólo puede oponer las excepciones de prescripción,
pago o bien la de no empecerle el título.
En materia de prescripción el artículo 33, inciso segundo, del D.L. señala que:
“La acción de cobro de una multa prescribe en el plazo de dos años, contados desde
que se hizo exigible, conforme a lo establecido en los artículos 30 y 31”.
En cuanto a la prescripción extintiva de responsabilidad por infracciones a la ley,
ésta prescribe en el plazo de cuatro años desde:
418 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“La fecha en que hubiere terminado de cometerse el hecho penado o de ocurrir la


omisión sancionada” (artículo 33 del D.L.).
Los plazos de días que establece el D.L. Nº 3.538, son de días hábiles, las noti¿ca-
ciones que practique la SVS, lo son por carta certi¿cada y los plazos empiezan a correr
al tercer día después de su despacho; y las apelaciones “se verán en lugar preferente
de la tabla” de la Corte de Apelaciones correspondiente (artículo 36 D.L.).

35.5. Régimen de “recursos” administrativos en el D.L. Nº 3.538


Los llamados “recursos” o medios de impugnación a las resoluciones que dicte la
SVS, distintos al proceso de reclamación establecido en el artículo 30 ya explicado en
el número anterior, se encuentran regulados en los artículos 45 y 46, respectivamente, y
pasamos a analizarlos a continuación. En estricto rigor se trata de medios de impugna-
ción de actos u omisiones administrativos, razón por la cual no son recursos procesales,
ya que no impugnan resoluciones judiciales, y son en sentido estricto anulatorios.
A) RECURSO DE REPOSICIÓN ESTABLECIDO EN EL ARTÍCULO 45. Este precepto legal con-
sagra un “recurso de reposición” claramente administrativo y no jurisdiccional, toda
vez que no se impugna una resolución judicial, sino que una resolución emanada de
órgano administrativo, en la especie la SVS.
La resolución impugnada es en consecuencia un acto administrativo que se deno-
mina resolución y que niega lugar a una petición de parte interesada.
Debe fundarse en “nuevos antecedentes” que no se conocieron al dictarse la re-
solución recurrida, se formula por escrito y “contendrá en forma clara y precisa los
hechos y derecho en que se fundamenta”.
El plazo para deducirlo son cinco días hábiles a partir de la noti¿cación de la
resolución respectiva y la SVS dispone de otros cinco días hábiles para resolverlo; si
nada dice “se entenderá que rechaza el recurso para los efectos del inciso siguiente”.
El inciso ¿nal del artículo 45 señala:
“La interposición de este recurso, suspenderá el plazo para reclamar de ilegalidad
cuando se trate de las materias por las cuales procede dicho recurso”.
B) RECLAMACIÓN ANTE LA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO MEDIANTE RECLAMACIÓN
ANULATORIA, ESTABLECIDA EN EL ARTÍCULO 46 DEL D.L.
El artículo 46 del D.L. establece una acción de reclamación en contra de “una
norma de carácter general, instrucción, comunicación, resolución o una omisión de
la Superintendencia”, que una persona afectada estima ilegal y le cause perjuicio. En
este caso, se puede interponer acción de reclamación ante la Corte de Apelaciones
de Santiago, la que previamente debe pronunciarse sobre su admisibilidad, “para lo
cual el reclamante señalará en su escrito, con precisión, la disposición que supone
infringida, la forma en que se ha producido la infracción y las razones por las cuales
ésta lo perjudica”. Del tenor de los requisitos del recurso, se observa que se trata de
una acción de nulidad en contra de la resolución recurrida.
DERECHO DE SOCIEDADES 419

El tribunal puede rechazar de plano el recurso si no cumple con los requisitos se-
ñalados anteriormente, y, consecuentemente, la Corte debe declararlo inadmisible.
El plazo para deducir el recurso de reclamación –anulatorio– es de diez días hábiles
contados desde la noti¿cación de la resolución de la SVS, o desde que el recurrente
tuvo conocimiento de la omisión reclamada.
Si la Corte declara admisible el recurso de reclamación, dará traslado a la SVS
por seis días hábiles, para que conteste el reclamo, noti¿cándole por o¿cio. La Corte
conoce de este recurso en cuanto, esto es sin previa vista de la causa –relación pública
y alegatos orales de las partes– y evacuado el traslado a la SVS, o en su rebeldía, debe
dictar sentencia en el plazo de 15 días, sentencia contra la cual no procede recurso
alguno, salvo el de queja disciplinaria ante la Corte Suprema, pero actualmente no es
un recurso procesal sino que meramente disciplinario. En todo caso sostenemos que,
ante el silencio del artículo 46, puede la Corte de Apelaciones ordenar que el recurso
sea conocido previa relación y alegatos de las partes, conforme a las facultades legales
privativas del tribunal de alzada.
Cabe destacar que las instrucciones de la SVS se aprecian conforme a la sana
crítica y pueden constituir plena prueba, según señalamos en números anteriores, si
la Corte le asigna tal valor probatorio.
El contenido de la sentencia de la Corte de Apelaciones puede acoger la reclama-
ción del recurrente y, por lo tanto, invalidar la resolución administrativa recurrida,
por ilegalidad, o bien obligar a actuar a la SVS si se trata de una omisión reclamada;
o bien puede rechazar el reclamo y con¿rmar la resolución reclamada.
Finalmente, como regla general la interposición del recurso de reclamación no
suspende la resolución recurrida, salvas las materias exceptuadas en el inciso cuarto
del artículo 46; y salvo que se otorgue orden de no innovar por la Corte, conforme a
las reglas generales en la materia.

Regulación empresas del Estado


Las empresas del Estado fueron creadas mayoritariamente en la década de 1940
por el Estado, en la mayoría de los casos a través de la participación en su funda-
ción, propiedad y administración de la Corporación de Fomento de la Producción,
“CORFO”. De este modo, se formó un conjunto relevante de empresas de propiedad
del Estado, en áreas estratégicas de la economía nacional, como fue el caso de las tele-
comunicaciones, generación y distribución de energía eléctrica, agua potable urbana,
transporte aéreo, terrestre y marítimo, metalúrgica, acero y turismo, entre otros sectores
relevantes de la economía interna. De este modo, el Estado fue creador y propietario
de un verdadero “holding” empresarial, en que esencialmente se formaron empresas
en sectores estratégicos de la economía nacional, en que los agentes privados carecían
de recursos ¿nancieros para desarrollarlos adecuadamente; y, además mediante esta
gestión empresarial del Estado, se entregaban bienes y servicios a los consumidores
y empresas, a precios subsidiados.
420 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Estas empresas del Estado formadas durante cuatro décadas, durante los años 80
a 90 fueron objeto de un sistemático proceso de privatización por el régimen militar
de la época, mediante procesos de licitación de propiedad accionaria, en los que se
recurrió al llamado “capitalismo popular”, por la vía de entregar ciertos porcentajes
de acciones a los trabajadores de las empresas licitadas, con cargo a sus indemniza-
ciones por años de servicios, luego de lo cual, se experimentaron fuertes procesos de
concentración en manos de grupos económicos ya que la mayoría de los trabajadores
enajenaron sus acciones, con procesos de tomas de control de sociedades, sin regu-
lación de Ofertas públicas de adquisición de acciones, como la que conocemos en
nuestra ley de mercado de valores, a partir de ¿nes de los años 90. En la mayoría de
los casos, la privatización de las empresas del Estado en la década de los 80, careció
de transparencia, se adjudicaron a determinados grupos económicos y ejecutivos de
las mismas empresas licitadas, y los precios que recibió el Fisco en dicho proceso
de privatización, no fueron equitativos, ya que no existió transparencia ni estudios
previos de valorización de las empresas licitadas.
Los últimos procesos de privatización se conocieron en la década de los 90 ya en
democracia, en que CORFO licitó importantes paquetes accionarios de control de
las empresas de agua potable urbana de las ciudades de distintas Regiones del país,
tales como EMOS, ESVAL, ESBIO, ESSEL, entre otras, conservando CORFO unos
paquetes accionarios que le permiten intervenir en la administración y gestión de estas
compañías, como accionista minoritario.
Las empresas del Estado, es un concepto que comprende actualmente a las perso-
nas jurídicas, creadas y regidas por leyes especiales, como es el caso de Corporación
Nacional del Cobre, “Codelco”, Televisión Nacional de Chile, “TVN”, Empresa
Nacional de Minería, “Enami”, Empresa Nacional del Petróleo, “ENAP”, Banco del
Estado de Chile, Empresa de Ferrocarriles del Estado, “EFE”, entre otras, y com-
prende también este concepto, a aquellas personas jurídicas de derecho privado, que
tienen una formación de sociedad comercial especí¿ca, en las que el Estado (Fisco)
o a través de otros órganos públicos como “CORFO”, es accionista controlador, ya
sea que se trate de sociedades anónimas (abiertas o cerradas) o limitadas, como por
ejemplo, Metro S.A., Empresa Periodística La Nación S.A., Zona Franca de Iquique
S.A., “Zofri S.A.”, Corporación de Investigaciones Mineras S.A., “CIMM S.A.”, Casa
de la Moneda S.A., entre otras, las que se rigen por leyes especiales (como la “ley de
transparencia”), y como regla general, por la legislación aplicable a las sociedades
de derecho privado, esto es, a las sociedades anónimas abiertas.
El principio de sujeción a la legislación de los agentes privados, se encuentra esta-
blecido en la garantía constitucional contenida en el artículo 19 Nº 21, parte segunda,
de la Constitución Política de 1980, que señala:
“El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar
en ellas sólo si una ley de quórum cali¿cado los autoriza. En tal caso, esas actividades
estarán sometidas a la legislación común aplicable a los particulares, sin perjuicio
DERECHO DE SOCIEDADES 421

de las excepciones que por motivos justi¿cados establezca la ley, la que deberá ser,
asimismo, de quórum cali¿cado”.
En este contexto de llamado “orden público económico constitucional”, durante
la década del 90 y la presente, se ha venido dictando una legislación que regula a
las empresas del Estado, bajo estándares de sujetarlas a la normativa propia de las
sociedades anónimas abiertas en cuanto a la obligación de informar a la Superinten-
dencia de Valores y Seguros, “SVS”, y a terceros, información relevante de éstas,
y sujeción al principio de transparencia de información de su gestión empresarial a
terceros, otorgándoles un régimen de gobierno corporativo análogo al de las sociedades
anónimas abiertas. Asimismo, se las ha comprendido también en la regulación penal
de la ley Nº 20.393, de 2009, que establece la responsabilidad penal de las personas
jurídicas en los delitos de lavado de activos, ¿nanciamiento del terrorismo y delitos
de cohecho.
En este contexto, las empresas del Estado, tienen que cumplir con la regulación
especial contenida en la Ley Nº 20.285, de 2008, “sobre Acceso a la Información
Pública”, conocida simplemente como “ley de transparencia”, aplicable a los órganos
de Estado y a las empresas del Estado, o sociedades en que éste tenga participación en
más de un 50% de su propiedad accionaria, según lo dispone el artículo 10 transitorio
de la ley citada; y, se ordena que deben cumplir con la entrega de la misma información
que las sociedades anónimas abiertas deben entregar a la Superintendencia de Valores
y Seguros (SVS), y en materias especi¿cas a terceros interesados.
Cabe señalar, que con cierta periodicidad y especialmente en períodos electorales,
se debate sobre la idea de transformar a CODECO, en sociedad anónima, y enajenar
parte de su propiedad accionaria, a agentes cali¿cados como las Administradoras de
Fondos de Pensiones (AFPs), con el argumento que sería mejor administrada y más
e¿ciente. En este caso, el tema de fondo es que valor económico y estratégico tiene
para Chile la empresa CODELCO; y si estos agentes económicos tienen los recursos
económicos para pagar el valor de un determinado porcentaje de sus acciones, las que
en nuestra opinión, aun cuando el tema es opinable en términos políticos, debieran
quedar cautivas las acciones en dichas empresas previsionales.

Información que deben entregar a la


Superintendencia de Valores y Seguros, según Ley Nº 20.285,
de 2008, sobre Acceso a la Información Pública
La Ley Nº 20.285, de 2008, sobre Acceso a la Información Pública, establece
y regula el principio de transparencia de la función pública y también establece el
derecho a la información de los órganos de la administración del Estado, entre otros;
y, contempla que cualquier interesado puede recavar o solicitar información de parte
del sujeto obligado. El objeto de esta legislación es establecer una gestión transpa-
rente para las empresas del Estado, para que no actúen en un ámbito que se preste
a inequidades en sus relaciones económicas con terceros, sin que existan “zonas de
opacidad” en su gestión.
422 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En efecto, el artículo 5º de la ley citada, contempla el principio de publicidad


o transparencia en el actuar de los órganos del Estado y sus Empresas –en sentido
lato– y señala:
“Artículo 5º.- En virtud del principio de transparencia de la función pública, los actos
y resoluciones de los órganos de la Administración del Estado, sus fundamentos, los
documentos que les sirvan de sustento o complemento directo y esencial, y los proce-
dimientos que se utilicen para su dictación, son públicos, salvo las excepciones que
establece esta ley y las previstas en otras leyes de quórum cali¿cado.
Asimismo, es pública la información elaborada con presupuesto público y toda otra
información que obre en poder de los órganos de la Administración, cualquiera sea
su formato, soporte, fecha de creación, origen, clasi¿cación o procesamiento, a menos
que esté sujeta a las excepciones señaladas”.
Por otra parte, el artículo 8º de la ley sobre transparencia, determina el sujeto activo
en lo que podemos denominar “derecho a la información” y señala lo que sigue:
“Artículo 8º.- Cualquier persona podrá presentar un reclamo ante el Consejo si
alguno de los organismos de la Administración no informa lo prescrito en el artículo
anterior. Esta acción estará sometida al mismo procedimiento que la acción regulada
en los artículos 24 y siguientes”.
Consecuentemente, la “ley de transparencia”, en su artículo Décimo transitorio
hace aplicable el referido principio de transparencia a las Empresas públicas creadas
por ley y a las empresas del Estado y a las sociedades en que este tenga participación
accionaria superior al 50 por ciento o mayoría en el directorio de Estado.
El principio de transparencia obliga a las empresas del Estado, en cuanto deben
mantener a disposición permanente del público, a través de sus sitios electrónicos en
la web, los siguientes antecedentes debidamente actualizados:
a) El marco normativo que les sea aplicable.
b) Su estructura orgánica u organización interna.
c) Las funciones y competencias de cada una de sus unidades u órganos inter-
nos.
d) Sus estados ¿nancieros y memorias anuales.
e) Sus ¿liales o coligadas y todas las entidades en que tengan participación, re-
presentación e intervención, cualquiera sea su naturaleza y el fundamento normativo
que la justi¿ca.
f) La composición de sus directorios y la individualización de los responsables de
la gestión y administración de la empresa.
g) Información consolidada del personal.
h) Toda remuneración percibida en el año por cada Director, Presidente Ejecutivo
o Vicepresidente Ejecutivo y Gerentes responsables de la dirección y administración
superior de la empresa, incluso aquellas que provengan de funciones o empleos dis-
tintos del ejercicio de su cargo que le hayan sido conferidos por la empresa, o por
concepto de gastos de representación, viáticos, regalías y, en general, todo otro esti-
DERECHO DE SOCIEDADES 423

pendio. Asimismo, deberá incluirse, de forma global y consolidada, la remuneración


total percibida por el personal de la empresa.
La información anterior deberá incorporarse por las Empresas del Estado, en sus
sitios electrónicos Web en forma completa, y de un modo que permita su fácil iden-
ti¿cación y un acceso expedito.
El artículo décimo transitorio de la “ley de transparencia”, en su inciso ¿nal,
señala:
“Las empresas a que se re¿ere este artículo, cualquiera sea el estatuto por el que se
rijan, estarán obligadas a entregar a la Superintendencia de Valores y Seguros o, en
su caso, a la Superintendencia a cuya ¿scalización se encuentren sometidas, la misma
información a que están obligadas las sociedades anónimas abiertas de conformidad
con la. En caso de incumplimiento, los directores responsables de la empresa infrac-
tora serán sancionados con multa a bene¿cio ¿scal hasta por un monto de quinientas
unidades de fomento, aplicada por la respectiva Superintendencia de conformidad con
las atribuciones y el procedimiento que establecen sus respectivas leyes orgánicas”.
Para efectos de ordenación expositiva, el artículo décimo transitorio de la “ley de
transparencia” establece lo que sigue:
“Artículo décimo.- El principio de la transparencia de la función pública consagrado
en el inciso segundo del artículo 8º de la Constitución Política y en los artículos 3º
y 4º de la Ley de Transparencia de la Función Pública y Acceso a la Información de
la Administración del Estado es aplicable a las empresas públicas creadas por ley y
a las empresas del Estado y a las sociedades en que éste tenga participación accio-
naria superior al 50% o mayoría en el directorio, tales como Televisión Nacional de
Chile, la Empresa Nacional de Minería, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la
Corporación Nacional del Cobre de Chile o Banco Estado, aun cuando la ley res-
pectiva disponga que es necesario mencionarlas expresamente para quedar sujetas
a las regulaciones de otras leyes.
En virtud de dicho principio, las empresas mencionadas en el inciso anterior deberán
mantener a disposición permanente del público, a través de sus sitios electrónicos,
los siguientes antecedentes debidamente actualizados:
a) El marco normativo que les sea aplicable.
b) Su estructura orgánica u organización interna.
c) Las funciones y competencias de cada una de sus unidades u órganos internos.
d) Sus estados ¿nancieros y memorias anuales.
e) Sus ¿liales o coligadas y todas las entidades en que tengan participación, repre-
sentación e intervención, cualquiera sea su naturaleza y el fundamento normativo
que la justi¿ca.
f) La composición de sus directorios y la individualización de los responsables de la
gestión y administración de la empresa.
g) Información consolidada del personal.
h) Toda remuneración percibida en el año por cada Director, Presidente Ejecutivo o
Vicepresidente Ejecutivo y Gerentes responsables de la dirección y administración
424 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

superior de la empresa, incluso aquellas que provengan de funciones o empleos dis-


tintos del ejercicio de su cargo que le hayan sido conferidos por la empresa, o por
concepto de gastos de representación, viáticos, regalías y, en general, todo otro esti-
pendio. Asimismo, deberá incluirse, de forma global y consolidada, la remuneración
total percibida por el personal de la empresa.
La información anterior deberá incorporarse a sus sitios electrónicos en forma com-
pleta, y de un modo que permita su fácil identi¿cación y un acceso expedito.
Las empresas a que se re¿ere este artículo, cualquiera sea el estatuto por el que
se rijan, estarán obligadas a entregar a la Superintendencia de Valores y Seguros
o, en su caso, a la Superintendencia a cuya ¿scalización se encuentren sometidas,
la misma información a que están obligadas las sociedades anónimas abiertas de
conformidad con la . En caso de incumplimiento, los directores responsables de la
empresa infractora serán sancionados con multa a bene¿cio ¿scal hasta por un monto
de quinientas unidades de fomento, aplicada por la respectiva Superintendencia de
conformidad con las atribuciones y el procedimiento que establecen sus respectivas
leyes orgánicas”.

Circular Nº 1.954, de 2009, Regula Información que las Empresas


Públicas deben remitir en conformidad a la ley Nº 20.285, a la SVS
La Superintendencia de Valores y Seguros, con fecha 3 de diciembre de 2009, dictó
la circular Nº 1954, de conformidad a lo establecido en el inciso ¿nal del artículo
10 transitorio de la ley Nº 20.285, para todas las empresas públicas creadas por ley,
empresas del Estado y sociedades en que éste tenga participación accionaria superior
al 50% o mayoría en el Directorio.
La información que debe ser enviada a la SVS, re¿ere a los siguientes instrumen-
tos: A) Informes y Estados Financieros trimestrales y anuales; B) Memoria Anual;
C) Hechos esenciales; y, D) Otros antecedentes, documentos que se envían a la SVS
mediante sistema de envío de Información en línea al sitio Web www.svs.cl.
A) Informes y Estados Financieros:
Los informes y Estados Financieros individuales y consolidados se deben pre-
parar y presentar ante la SVS, en la oportunidad que corresponda, de acuerdo a las
Instrucciones impartidas por las circulares Nºs. 1.501 y 1533 y sus modi¿caciones
respectivas.
En cuanto a los plazos de presentación, los Informes trimestrales, individuales y
consolidados, correspondientes a marzo y septiembre deberán presentarse dentro del
plazo de treinta días contado desde la fecha de cierre del respectivo trimestre calenda-
rio. En lo que re¿ere al Informe trimestral, individual y consolidado, correspondiente
a junio, deberá presentarse dentro del plazo de 45 días, contado desde la fecha de
cierre de dicho trimestre calendario.
En cuanto al plazo de presentación del Informe anual será de sesenta días contados
desde la fecha de cierre del ejercicio anual.
DERECHO DE SOCIEDADES 425

Sin perjuicio de lo señalado, las sociedades anónimas deberán presentar sus Estados
Financieros anuales, individuales y consolidados, con a lo menos 20 días de antici-
pación a la fecha de la celebración de la Junta de Accionistas que deba pronunciarse
sobre los mismos.
Además, conforme a lo señalado por el artículo 76 de la Ley Nº 18.046, sobre
Sociedades Anónimas, los Estados Financieros deben publicarse dentro del cuatri-
mestre siguiente a la fecha de cierre del ejercicio anual y conjuntamente con el envío
a la SVS.
B) Memoria Anual:
La Memoria anual de la sociedad anónima abierta, debe ser enviada en dos ejem-
plares a la SVS, junto a una declaración jurada de responsabilidad respecto de la
veracidad de toda la información incorporada a la Memoria.
C) Hechos esenciales:
La comunicación de todo hecho esencial establecido en el artículo 147 de la ley
Nº 18.046, deberá efectuarse por las entidades en la oportunidad en que el hecho
ocurra o llegue a su conocimiento.
La regulación especi¿ca a los hechos esenciales, se encuentra contenida en la
Norma de Carácter General Nº 210, de 2008 de la SVS.
D) Otros Antecedentes:
En cuanto a otros antecedentes que deben enviar las sociedades anónimas abiertas
a la SVS, se consideran copia de las actas de Juntas de Accionistas, debidamente cer-
ti¿cadas por el Gerente, en el plazo de 10 días contados desde su celebración; toda
modi¿cación estatutaria dentro del plazo de 10 días de contados desde su reducción a
escritura pública; los cambios de accionistas dentro del plazo de 10 días de ocurrido el
hecho; el hecho de haber cesado en el pago de sus obligaciones, de haber solicitado su
propia quiebra o de haberla solicitado un acreedor, al día siguiente de haber ocurrido
un de estos hechos; los honorarios pagados a los Auditores Externos, cuyo plazo de
envío será a más tardar al 28 de Febrero de cada año.

O¿cio Nº 844, de 2008, regula obligación de


Empresas Públicas de entregar Información a la SVS
El o¿cio Nº 844, de 2008, de la Superintendencia de Valores y Seguros, indica
las materias que las empresas públicas deben entregar a dicho órgano público, el que
fue dictado con el objeto de dar cumplimiento al artículo décimo Transitorio de la ley
Nº 20.285, de 2008, en cuanto se trata de información que deben enviar las sociedades
anónimas abiertas a la SVS.
Las materias indicadas en el o¿cio Nº 844, de 2008, son las siguientes:
A) Artículo 63 ley Nº 18.046, que establece que toda sociedad anónima abierta debe
comunicar a la SVS la celebración de toda junta de Accionistas, con una anticipación
no inferior a quince días.
426 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

B) Artículo 76 ley Nº 18.046, establece que las sociedades anónimas abiertas


deben publicar las informaciones que la SVS determine sobre sus balances generales
y estados de ganancias y pérdidas debidamente auditados, en un diario de amplia
circulación en el lugar del domicilio social, con no menos de 10 ni mas de 20 días de
anticipación a la fecha en que se celebre la Junta que se pronunciará sobre los mismos.
Estos documentos deben ser enviados también a la SVS dentro del mismo plazo.
C) Artículo 101 ley Nº 18.046, que establece que cuando una sociedad anónima
abierta cesare en el pago de una o más de sus obligaciones, el gerente o en directorio
en su ausencia, deberá dar aviso al día siguiente hábil a la SVS. Igual comunicación
deberá enviar si algún acreedor de la sociedad solicitare la quiebra de ella.
D) Artículos 44 y 93 de la ley Nº 18.046, se establece la obligación de informar a
la SVS, respecto de todo negocio celebrado con parte relacionada o en la que uno o
más Directores tengan interés.

Circular Nº 18, de 2009, Ministerios de Interior,


Hacienda y Secretaría General de la Presidencia
La circular Nº 18, de 2009 dictada por los Ministerios de Interior, Hacienda y
Secretaría General de la Presidencia en cumplimiento del artículo décimo transitorio
de la ley Nº 20.285, de 2008, establece que las empresas del Estado, deben publicar
las remuneraciones individuales brutas percibidas en el año anterior, iniciándose con
el año 2008 de los siguientes Ejecutivos y trabajadores:
a) Integrantes de Directorios y Consejos,
b) Presidente Ejecutivo, si corresponde,
c) Vicepresidente ejecutivo si corresponde,
d) Responsable de la dirección y administración superior de la Empresa, según lo
prescrito en la ley Orgánica respectiva o en los estatutos, si corresponde.
Para los Ejecutivos que reporten directamente en el ejercicio de sus funciones
a los responsables de la dirección y administración superior de la empresa, deberá
publicarse el monto total de las remuneraciones preciadas por los consignados en las
letras b), c) y d) anterior.
Para el personal de la Empresa, deberá publicarse el monto total de las remunera-
ciones percibidas de forma global y consolidada en el año anterior.

O¿cio circular Nº 349, de 2006,


Superintendencia de Valores y Seguros, regula presentación de
Declaración de Intereses y Patrimonio por parte de Directores y Gerentes
obligados de acuerdo a la ley Nº 18.575.
La SVS mediante vircular Nº 349, de 2006, en virtud de lo dispuesto por el ar-
tículo 60 A de la ley Nº 18.575 y 37 de la ley Nº 18.046, los Directores y Gerentes de
Empresas del Estado, deben presentar una Declaración de Intereses en los términos
DERECHO DE SOCIEDADES 427

establecidos en el decreto supremo Nº 99, de 2000; y, una Declaración de Patrimonio


en los términos establecidos en el decreto supremo Nº 45, de 2006, del Ministerio
Secretaría General de Gobierno.
Las Declaraciones de Intereses y Patrimonio, deben otorgarse dentro del plazo de
30 días de asumido el cargo de Director o Gerente y deben actualizarse cada cuatro
años, la que debe ser remitida a la SVS.
La circular Nº 349, de 2006, de la SVS, contiene los dos formularios tipos que
deben emplearse para la Declaración de Intereses y Patrimonio.

Información que deben entregar las empresas


del Estado a terceros conforme a ley Nº 20.285, de 2008
Las empresas públicas creadas por ley y aquellas en que el Estado tiene participa-
ción accionaria superior al 50% o mayoría en el Directorio, queda comprendida en
la regulación de la Ley Nº 20.285, de 2008, sobre Acceso a la Información Pública,
según dispone su artículo 2º, que señala:
“Las disposiciones de esta ley serán aplicables a los ministerios, las intendencias, las
gobernaciones, los gobiernos regionales, las municipalidades, las Fuerzas Armadas,
de Orden y Seguridad Pública, y los órganos y servicios públicos creados para el
cumplimiento de la función administrativa”.
“La Contraloría General de la República y el Banco Central se ajustarán a las dis-
posiciones de esta ley que expresamente ésta señale, y a las de sus respectivas leyes
orgánicas que versen sobre los asuntos a que se re¿ere el artículo 1º precedente.
También se aplicarán las disposiciones que esta ley expresamente señale a las empresas
públicas creadas por ley y a las empresas del Estado y sociedades en que éste tenga
participación accionaria superior al 50% o mayoría en el directorio.
Los demás órganos del Estado se ajustarán a las disposiciones de sus respectivas leyes
orgánicas que versen sobre los asuntos a que se re¿ere el artículo 1º precedente”.
Por lo señalado, desde el punto de vista de la llamada transparencia activa y según
lo ordena el artículo 7º de la “ley de transparencia”, las empresas del Estado, deben
mantener a disposición permanente del público o terceros, a través de sus sitios elec-
trónicos web, los siguientes antecedentes actualizados, a lo menos una vez al mes:
“a) Su estructura orgánica.
b) Las facultades, funciones y atribuciones de cada una de sus unidades u órganos
internos.
c) El marco normativo que les sea aplicable.
d) La planta del personal y el personal a contrata y a honorarios, con las correspon-
dientes remuneraciones.
e) Las contrataciones para el suministro de bienes muebles, para la prestación de
servicios, para la ejecución de acciones de apoyo y para la ejecución de obras, y las
contrataciones de estudios, asesorías y consultorías relacionadas con proyectos de
inversión, con indicación de los contratistas e identi¿cación de los socios y accionistas
principales de las sociedades o empresas prestadoras, en su caso.
428 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

f) Las transferencias de fondos públicos que efectúen, incluyendo todo aporte econó-
mico entregado a personas jurídicas o naturales, directamente o mediante procedi-
mientos concursales, sin que éstas o aquéllas realicen una contraprestación recíproca
en bienes o servicios.
g) Los actos y resoluciones que tengan efectos sobre terceros.
h) Los trámites y requisitos que debe cumplir el interesado para tener acceso a los
servicios que preste el respectivo órgano.
i) El diseño, montos asignados y criterio de acceso a los programas de subsidios y otros
bene¿cios que entregue el respectivo órgano, además de las nóminas de bene¿ciarios
de los programas sociales en ejecución.
No se incluirán en estos antecedentes los datos sensibles, esto es, los datos personales
que se re¿eren a las características físicas o morales de las personas o a hechos o
circunstancias de su vida privada o intimidad, tales como los hábitos personales, el
origen social, las ideologías y opiniones políticas, las creencias o convicciones reli-
giosas, los estados de salud físicos o psíquicos y la vida sexual.
j) Los mecanismos de participación ciudadana, en su caso.
k) La información sobre el presupuesto asignado, así como los informes sobre su eje-
cución, en los términos previstos en la respectiva Ley de Presupuestos de cada año.
l) Los resultados de las auditorias al ejercicio presupuestario del respectivo órgano
y, en su caso, las aclaraciones que procedan.
m) Todas las entidades en que tengan participación, representación e intervención,
cualquiera sea su naturaleza y el fundamento normativo que la justi¿ca”.
“La información anterior deberá incorporarse en los sitios electrónicos en forma
completa y actualizada, y de un modo que permita su fácil identi¿cación y un acceso
expedito. Aquellos órganos y servicios que no cuenten con sitios electrónicos propios,
mantendrán esta información en el medio electrónico del ministerio del cual dependen
o se relacionen con el Ejecutivo, sin perjuicio de lo cual serán responsables de preparar
la automatización, presentación y contenido de la información que les corresponda”.
“En el caso de la información indicada en la letra e) anterior, tratándose de adquisi-
ciones y contrataciones sometidas al Sistema de Compras Públicas, cada institución
incluirá, en su medio electrónico institucional, un vínculo al portal de compras públi-
cas, a través del cual deberá accederse directamente a la información correspondiente
al respectivo servicio u organismo. Las contrataciones no sometidas a dicho Sistema
deberán incorporarse a un registro separado, al cual también deberá accederse desde
el sitio electrónico institucional”.
”En el caso de la información indicada en la letra f) anterior, tratándose de transfe-
rencias reguladas por la ley Nº 19.862, cada institución incluirá, en su sitio electrónico
institucional, los registros a que obliga dicha ley, sin perjuicio de lo establecido en
el artículo 9º de la misma norma legal. Las transferencias no regidas por dicha ley
deberán incorporarse a un registro separado, al cual también deberá accederse desde
el sitio electrónico institucional”.
Cabe tener presente que de conformidad a la ley citada, existe una sujeción legal
de las empresas del Estado al órgano público Consejo para la Transparencia, regulado
en los artículos 31 a 44 de la ley Nº 20.285, de 2008, por la vía de la ¿scalización que
DERECHO DE SOCIEDADES 429

corresponde a dicho órgano público, en cuanto le compete ¿scalizar el cumplimiento


de las disposiciones de la ley Nº 20.285, según se declara en el artículo 33, letra a)
de la ley citada.
La sujeción legal indicada debe entenderse sin perjuicio que en caso de discrepancia
en cuanto al contenido de una resolución especi¿ca del Consejo para la Transparencia,
existe un recurso jurisdiccional de “reclamo de ilegalidad”, que conoce la Corte de
Apelaciones del domicilio del reclamante, el que debe interponerse en el plazo de
15 días corridos contados desde la noti¿cación de la resolución reclamada, el que se
regula en los artículos 28 a 30 de la ley Nº 20.285, de 2008.

XIII. SECCIÓN OCTAVA


LA NOCIÓN DE GOBIERNO CORPORATIVO
EN LA LEY DE SOCIEDADES ANÓNIMAS CHILENA

Sumario
La noción subyacente de “Gobierno corporativo” en la Sociedad anónima ya está
presente de manera implícita mediante principios jurídicos en la Codi¿cación de Siglo
XIX, reformulada en la Ley Nº 18.046, de 1981 de Sociedades Anónimas, y reactua-
lizado vigorosamente en las reformas de las leyes números 19.705, de 2000 y 20.382,
de 2009, conformado un concepto en evolución, el que se funda en los principios del
liberalismo clásico económico, con especial aplicación a las sociedades anónimas
abiertas y a las Empresas del Estado, por ley Nº 20.285, de 2008, Sobre Acceso a
la Información Pública (denominada “Ley de Transparencia”), con una marcada in-
Àuencia legislativa reciente a causa de la preparación e incorporación de Chile como
Estado miembro del Panel Internacional de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico (“OCDE”), concretada el año 2010.
Progresivamente luego de las últimas reformas legales introducidas a la Ley de So-
ciedades Anónimas 18.046, de 1981 (“LSA”), mediante las leyes Nº 19.705, de 2000 y
Nº 20.382, de 2009, se ha incorporado una “nueva noción” de “Gobierno corporativo”,
mediante principios y reglas que establecen mayores controles al Directorio, mayor
protección a los accionistas minoritarios y procura hacer más transparente la gestión
societaria, los que conviven con los clásicos principios del liberalismo económico
aplicados a la sociedad anónima de siglo XIX.
En efecto, si consideramos la regulación original de la sociedad anónima en versión
ley Nº 18.046, de 1981, si bien existe en ella de manera subyacente una noción y prin-
cipios de “Gobierno corporativo”, en la medida que se establecen órganos societarios,
asignación de competencias y régimen de responsabilidad a los órganos societarios,
considerando al Directorio como el órgano colegiado encargado de la administración
de la compañía, unido a la gestión del gerente general, como órgano de ejecución, a las
Juntas de Accionistas, como órgano soberano y de control del Directorio, y órganos
externos de control representados por los auditores externos y especialmente al órgano
público que ¿scaliza y controla a la sociedad anónima abierta, Superintendencia de
430 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Valores y Seguros (SVS). En este sentido, la versión original de la LSA, de 1981, re-
conoce y da cuenta de un modo de organización y asignación de competencias legales
y responsabilidades, que establecen un modo de gobierno societario.
No podemos dejar de considerar, que las primeras regulaciones a las sociedades
anónimas en la codi¿cación de siglo XIX, también regularon y establecieron una
forma de “Gobierno corporativo” o societario de carácter económico liberal. En este
contexto, se atribuye al jurista George Ripert54, la declaración relativa a que la so-
ciedad anónima era una suerte de democracia perfecta, considerando que presentaba
un poder soberano la Junta de Accionistas, un órgano de gobierno representado por
el Directorio y el Gerente General, como poder ejecutivo.
Esta caracterización obedece a un modelo de regulación de economía liberal para
la sociedad anónima, y que fue la tendencia dominante durante el siglo XIX y parte
del siglo XX.
Este concepto económico liberal decimonónico comienza a ser revisado por la
doctrina mercantil, de manera tal que luego de analizar el comportamiento real de
los órganos de la sociedad anónima, se observan fenómenos que ponen en duda el
modelo democrático de gobierno replicado en la sociedad anónima, uno de cuyos
exponentes críticos, el jurista italiano Francesco Galgano55, pone en el centro del
análisis en la formación de una oligarquía o aristocracia dominante en las anónimas
(los accionistas controladores).
Sin duda cualquier análisis respecto al comportamiento de los accionistas en la
sociedad anónima de relativa envergadura en cuanto a su capital y administración
societaria, arroja varias conclusiones, como por ejemplo que los accionistas no están
en igualdad de condiciones en cuanto a su poder de inÀuir en las decisiones relevantes
de la sociedad. Esto ya evidencia que en las anónimas hay accionistas controladores
o con “vocación de controlar”, y accionistas minoritarios entre los cuales hay incluso
aquellos que presentan un papel pasivo o de desinterés. De este modo, claramente el
o los accionistas controladores si tienen el poder de administrar los negocios sociales,
y los minoritarios deben estar a los resultados de la gestión que ejerzan los primeros,
o sea toda sociedad anónima presenta o tiene propietarios conocidos (descartando los
modelos legales de acciones al portador).
En este contexto, los accionistas que tienen un poder accionario su¿ciente para
elegir a lo menos un director, sí pueden intentar por esta representación inÀuir en la
administración, versus los accionistas que carecen de este poder.
Siguiendo la noción o concepto democrático liberal de sociedad anónima, que en
nuestro opinión se mantiene hasta nuestros días, la representa a cabalidad el artículo
39, inciso tercero de nuestra LSA, referido a la conducta de actuación de los directo-
res, que han resultado electos por los accionistas, y señala: “Los directores elegidos

54 RIPERT, George “Tratado Elemental de Derecho Comercial”.


55
GALGANO, Francesco “Las Instituciones de Economía Capitalista. Sociedades Anónimas, Estado
y Clases Sociales”.
DERECHO DE SOCIEDADES 431

por un grupo o clase de accionistas tienen los mismos deberes para con la sociedad
y los demás accionistas que los directores restantes, no pudiendo faltar a éstos y a
aquella a pretexto de defender los intereses de quienes los eligieron”. Esta norma con
un claro contenido programático (“neutral de representación de intereses”), establece
un paradigma de actuación leal para los directores, quienes deben representar los
intereses de todos los accionistas y los de la sociedad, no pudiendo desentenderse de
los demás accionistas, que incluso no votaron por él.
La verdad es que cualquier análisis empírico demuestra que los directores no son
neutrales respecto al poder del accionista que los ha elegido o “instalado” en el sillón
de director (con quienes han tenido “ex –ante” a la elección un acuerdo electoral), ya
que evidentemente las políticas que promueva y adopte en el directorio de la compañía,
han sido previamente dadas o entregadas por el accionista elector o controlador, o a
lo menos consultadas con éste.
Si no fuere así, y si todos los directores asumieran el paradigma que establece el
artículo 39, inciso tercero de la LSA, no habría sido necesario establecer y reconocer
en la reforma de la ley Nº 19.705, de 2000, reformado por la ley Nº 20.382, de 2009,
el órgano societario “Comité de Directores” el concepto y la categoría de “director
independiente” del controlador, respectivamente, y así la norma del artículo 50 bis,
que establece el llamado “Comité de Directores”, en su inciso tercero señala para la
categoría Director independiente: “No se considerará independiente a quienes se
hayan encontrado en cualquier momento dentro de los últimos dieciocho meses, en
alguna de las siguientes circunstancias:
1) Mantuvieren cualquier vinculación, interés o dependencia económica, profesio-
nal, crediticia o comercial, de una naturaleza y volumen relevante, con la sociedad,
las demás sociedades del grupo del que ella forma parte, su controlador, ni con los
ejecutivos principales de cualquiera de ellos, o hayan sido directores, gerentes, ad-
ministradores, ejecutivos principales o asesores de éstas.
2) Mantuvieren una relación de parentesco hasta el segundo grado de consangui-
nidad o a¿nidad, con las personas indicadas en el número anterior.
3) Hubiesen sido directores, gerentes, administradores o ejecutivos principales
de organizaciones sin ¿nes de lucro que hayan recibido aportes, contribuciones o
donaciones relevantes de las personas indicadas en el número 1).
4) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o
indirectamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecuti-
vos principales de entidades que han prestado servicios jurídicos o de consultoría, por
montos relevantes, o de auditoría externa, a las personas indicadas en el número 1).
5) Hubiesen sido socios o accionistas que hayan poseído o controlado, directa o in-
directamente, 10% o más del capital; directores; gerentes; administradores o ejecutivos
principales de los principales competidores, proveedores o clientes de la sociedad”.
Si se contrasta el paradigma de comportamiento de los directores que establece
el artículo 38, inciso tercero ya citado, con el propio artículo 50 bis de la LSA, se
llega a la conclusión consistente en que los directores no necesariamente representan
432 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

al universo de todos los accionistas y sus intereses, sino que representan al grupo de
control y los intereses de quien los eligió.
Otra disposición programática, que también establece un paradigma de actuación
societaria para los accionistas, la encontramos en el artículo 30 de la LSA. Esta de-
posición legal se inspira claramente en un principio liberal, relativo a la libertad y sus
límites, o sea, a aquel paradigma que señala que la libertad individual tiene o reconoce
como límite de actuación la esfera de libertad del otro, y se expresa en la máxima
“mi libertad llega hasta donde comienza tu libertad”. Es interesante constatar que el
principio que entra en juego, re¿ere a que todos los accionistas de la anónima deben
actuar respetado el derecho de los otros accionistas y el de la propia sociedad.
La norma del artículo 30 de la LSA señala: “Los accionistas deben ejercer sus
derechos sociales respetando los de la sociedad y los de los demás accionistas.”,
expresando que todos los derechos que competen a los accionistas, y que legítima-
mente puede ejercer, tienen como límite los derechos de la propia sociedad y los de
sus “pares” los otros accionistas.
Esta norma que también hemos cali¿cado como de naturaleza programática, en
nuestra opinión discurrió en el ámbito del puro deber ser en la versión original de la
LSA, de 1981, y su mayor concordancia podía establecerse con la regla general de
responsabilidad que establece el artículo 133 de la LSA, y que dispone: “La persona
que infrinja esta ley, su reglamento o en su caso, los estatutos sociales o las normas
que imparta la Superintendencia ocasionando daño a otro, estará obligada a la in-
demnización de perjuicios. Lo anterior es sin perjuicio de las demás sanciones civiles,
penales y administrativas que correspondan”.
Pienso que el tema de la responsabilidad de los accionistas, directores y gerentes,
tomó mayor fuerza y cuerpo a partir de la reforma incorporada por la ley Nº 19.705, de
2000, que establece un “refuerzo” al régimen general del artículo 133, incorporando el
articulo 133 bis, que establece: “Toda pérdida irrogada al patrimonio de la sociedad
como consecuencia de una infracción a esta ley, su reglamento, los estatutos sociales
o las normas que imparta la Superintendencia, dará derecho a un accionista o grupo
de accionistas que representen, a lo menos, un 5% de las acciones emitidas por la
sociedad o a cualquiera de los directores de la sociedad, a demandar la indemnización
de perjuicios a quien correspondiere, en nombre y bene¿cio de la sociedad”.
Otra expresión relevante en el tema de la nueva noción de “Gobierno corporativo”,
la encontramos en el mencionado órgano societario denominado “Comité de Direc-
tores”, establecido por la ley Nº 19.705, de 2000, y recientemente reformado por la
ley Nº 20.382, de 2009, que obliga a su formación en aquellas sociedades anónimas
abiertas, las que conforme al artículo 50 bis indica que: “…deberán designar al me-
nos un director independiente y el comité de directores a que se re¿ere este artículo,
cuando tengan un patrimonio bursátil igual o superior al equivalente a 1.500.000
unidades de fomento y a lo menos un 12,5% de sus acciones emitidas con derecho a
voto, se encuentren en poder de accionistas que individualmente controlen o posean
menos del 10% de tales acciones”., y cuya competencia esencial consiste en controlar
DERECHO DE SOCIEDADES 433

al Directorio en sus actuaciones relevantes, especialmente lo referido a los negocios


celebrados con parte o interés relacionado entre la sociedad y los directores o socie-
dades vinculadas a los controladores e informar a la Junta de accionistas.
En este contexto de normas, toma relevancia el carácter imperativo de las disposi-
ciones de la LSA, y su reglamento, declarado en el artículo 137 de la LSA, que señala:
“Las disposiciones de esta ley primarán sobre cualquiera norma de los estatutos
sociales que les fuere contraria”.
A manera de conclusión podemos señalar, que en las primeras regulaciones de la
sociedad anónima, en el período de la codi¿cación de siglo XIX, se la entendió como
una expresión de la forma de gobierno político democrático, y encontramos en ella un
“Gobierno corporativo” de orden político liberal, y sostenemos que dicho concepto ha
experimentado, a partir de su matriz original, una evolución al estado actual de lo que
se denomina “Gobierno corporativo”, lo que ha implicado una revisión del concepto
y puesta al día poniendo la atención en la “protección a los accionistas minoritarios”,
la transparencia en las decisiones que ejecuta el accionista controlador y el Directo-
rio, régimen de control y responsabilidad societaria, con el ¿n de evitar abusos que
impliquen una desigual repartición de los bene¿cios sociales y en el ejercicio de los
derechos sociales, una aplicación real del mayor valor de la compañía que bene¿cie
a todos los accionistas en los procesos de tomas de control, objetivo que se pretende
se alcance mediante la regulación de las Ofertas Públicas de Adquisición de acciones
(“OPAs”), reguladas en la Ley de Mercado de Valores (incorporada en los artículos
183 a 197 por la ley Nº 19.601, de 1999).
Asimismo, cabe considerar que la noción de “Gobierno corporativo”, también es
aplicable a las Empresas del Estado y a las sociedades en que éste tenga participación
accionaria superior al 50% o mayoría en el directorio, tales como Televisión Nacional
de Chile, la Empresa Nacional de Minería, la Empresa de Ferrocarriles del Estado, la
Corporación Nacional del Cobre de Chile o Banco Estado, las que de conformidad
a lo ordenado en la Ley Nº 20.285, de 2008, Sobre Acceso a la Información Pública
(denominada “Ley de Transparencia”), las que deben entregar a la Superintendencia
de Valores y Seguros (SVS) la misma información a que están obligadas las socieda-
des anónimas abiertas, según lo señala el artículo Décimo transitorio y dispone: “Las
empresas a que se re¿ere este artículo, cualquiera sea el estatuto por el que se rijan,
estarán obligadas a entregar a la Superintendencia de Valores y Seguros o, en su
caso, a la Superintendencia a cuya ¿scalización se encuentren sometidas, la misma
información a que están obligadas las sociedades anónimas abiertas de conformidad
con la L. En caso de incumplimiento, los directores responsables de la empresa infrac-
tora serán sancionados con multa a bene¿cio ¿scal hasta por un monto de quinientas
unidades de fomento, aplicada por la respectiva Superintendencia de conformidad con
las atribuciones y el procedimiento que establecen sus respectivas leyes orgánicas”.
La ¿nalidad de esta ley Nº 20.285, de 2008, es obligar a las Empresas del Estado a
que se comporten legalmente y sean administradas por sus órganos institucionales y
societarios con los mismos estándares legales de transparencia exigibles a las socie-
dades anónimas abiertas, sujetándolas al control de la SVS.
434 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

No está demás recordar que los estándares de la puesta al día e incorporación


de las reformas legales recientes, que establecen este nuevo orden del “Gobierno
corporativo” a las sociedades anónimas (especialmente para la modalidad abierta) y
empresas del Estado, tiene como antecedente la incorporación de Chile como Estado
miembro del Panel Internacional de la Organización para la Cooperación y el Desa-
rrollo Económico (“OCDE”).
Finalmente, para ilustrar adecuadamente las ideas expuestas anteriormente, re-
sulta conveniente la cita al concepto de “Gobierno corporativo” (en la nomenclatura
anglosajona “Corporate governance”), de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, que señala: “Gobierno corporativo es un sistema por el cual
las empresas son dirigidas y controladas, y de esta misma forma la estructura con la
que se maneja la organización nos permite saber cuáles son los derechos y responsa-
bilidades de los diferentes personajes que participan en la empresa; como lo llega a
ser la dirección, la gerencia, los accionistas, los empleados y las diferentes personas
que tengan algún interés con respecto a la empresa”56.
7. Conclusión sobre Gobierno Corporativo en la LSA
Nuestra conclusión entonces es que animan y conviven nuestra legislación de
sociedades anónimas en la noción de “Gobierno corporativo” viejos principios del
liberalismo económico y político de siglo XIX, con modernas corrientes regulatorias
y principios propios de un estado social democrático de ¿nes de siglo XX, lo que hace
que nuestra LSA tenga un carácter mixto o híbrido a la hora de exponer los principios
y normas que conforman este “nuevo orden societario” que denominamos “Gobierno
corporativo”, noción que obliga a un proceso de revisión que debe estar abierto ante
la cambiante realidad y comportamiento de los actores involucrados en la sociedad
anónima, e incluso con reciente alcance y aplicación a las Empresas del Estado.

XIV. SECCIÓN NOVENA


LAS SOCIEDADES POR ACCIONES “SPA”
1. La Sociedad por Acciones “SpA”, un nuevo
tipo societario en el Código de Comercio, de 1867
La Sociedad por Acciones individualizada mediante la sigla o abreviatura “SpA”,
es un nuevo tipo societario que se incorporó a nuestro Código de Comercio, de 1867,
creada por la ley Nº 20.190, que fue publicada en Diario O¿cial el día 5 de junio
de 2007, cuyo proyecto de ley fue conocido en prensa económica con el nombre de
“Mercado de Capitales II” o “MK2”, impulsada activamente por el Gobierno del
Presidente de la República Ricardo Lagos Escobar y su Ministro de Hacienda Nico-
lás Eyzaguirre Guzmán, la que entre otras materias legales que modi¿có, incorporó

56
CAPÍTULO I, Gobierno Corporativo en “www. catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/.../
capitulo1.pdf.”
DERECHO DE SOCIEDADES 435

la sociedad individualizada al artículo 348 del Código de Comercio, el que ahora


establece lo que sigue:
“Artículo 348.- Las disposiciones de este Título regulan tres especies de sociedad:
1ª Sociedad colectiva;
2ª Sociedad por acciones, y
3ª Sociedad en comandita”.
Se ha incorporado al Código de Comercio este nuevo tipo societario Sociedad por
Acciones o “SpA” en los artículos que originalmente regularon la sociedad anónima,
“ocupando” los artículos 424 a 446 “nuevos”, en el Libro II, Título VII, en el nuevo
“Párrafo 8º”.
Este tipo societario presenta la Àexibilidad de una sociedad diseñada para “negocio
único” con un capital social que se divide en acciones, por lo que se ubica dentro de
las denominadas sociedades de capital, que puede tener un único socio o bien dos o
más, lo que facilita la iniciativa individual o asociativa para nuevos emprendimientos
empresariales, de distintas envergaduras en cuanto a la exigencia de acumulación de
capital.
En consecuencia, se trata de un tipo societario que participa de los principios
propios de las sociedades de capital, como la anónima, y a la vez admite una gestión
de negocios semejante a las sociedades de personas, esto es, más Àexible, “liviana”
y “personalizada” que la rígida estructura de la sociedad anónima.
Cabe destacar que por primera vez se admite la constitución de una sociedad a cargo
de un solo accionista y puede subsistir bajo esta modalidad unipersonal y siguiendo
una tendencia moderna, es reputada de naturaleza mercantil, con prescindencia de su
objeto o giro de negocios real o efectivo.
Resulta destacable y relevante para el estudioso del derecho societario, el hecho
que por primera vez se admite en el derecho chileno la sociedad con un sólo socio o
“sociedad unimembre”, razón por la cual no es aplicable a este tipo societario “SpA”,
la de¿nición legal de sociedad contemplada en nuestro viejo Código Civil, el que en el
artículo 2053, que de¿ne la sociedad o compañía como un contrato en que dos o más
personas estipulan poner algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios
que de ello provengan.
En cuanto al constituyente, admite la posibilidad de una o más personas; y en
el caso que se trate de un constituyente, puede ser persona natural o bien persona
jurídica con o sin ¿nes de lucro, a diferencia de la E.I.R.L., que esta reservada sólo
a persona natural.

2. Antecedentes relevantes en la
tramitación legislativa de la Sociedad por Acciones
La Sociedad por Acciones se denominó originalmente “Sociedad de Responsabi-
lidad Limitada por Acciones”, en el Mensaje del Proyecto de Ley presentado por el
Poder Ejecutivo al Congreso Nacional, de fecha 30 de junio de 2003, con el número
436 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

39-349, titulado “Proyecto de Ley que introduce adecuaciones de índole tributaria


e institucional para el fomento de la industria de capital de riesgo y continúa con la
modernización del mercado de capitales”.
Cabe considerar que el Proyecto de Ley incorporaba la Sociedad de Responsabi-
lidad Limitada por Acciones, en la Ley de Sociedades Anónimas Nº 18.046, de 1981,
bajo el Título XVI.
Durante la tramitación del Proyecto de Ley, en el 2º Informe de la Comisión de
Hacienda del Senado, de fecha 7 de enero de 2007, el tipo societario cambia de nombre
de “Sociedad de Responsabilidad Limitada por Acciones” a “Sociedad por Acciones”
y se propone que se incorpore al Código de Comercio, en el Libro II, Párrafo 8º, en
los artículos 424 a 446, abandonándose la idea de incorporarla en la Ley Nº 18.046,
de 1981, sobre Sociedades Anónimas, ambos cambios resultaron en nuestra opinión,
objetivamente acertados.
Cabe destacar que en el Proyecto de Ley durante su tramitación y discusión en el
Congreso, se asoció la “Sociedad de Responsabilidad Limitada por Acciones” luego
denominada “Sociedad por Acciones”, a la industria de “capital de riesgo”, enten-
diéndola como un vehículo Àexible para el emprendimiento de nuevos negocios,
que requieren una estructura jurídica más Àexible que las sociedades anónimas y por
cierto menos rígidas en la transferencia de los derechos sociales que las sociedades
de personas.
Estimamos pertinente, para entender la naturaleza y funciones de este nuevo tipo
societario “Sociedad por Acciones”, reproducir las ideas matrices contenidas en el
Mensaje del Proyecto de Ley, y que seguidamente resumimos.
A) “Se propone la incorporación de un nuevo tipo social, dada las rigideces que
los actuales modelos presentan”.
B) “En el marco del fortalecimiento y desarrollo de la industria de capital de riesgo,
la experiencia internacional demuestra que uno de los elementos que ha resultado
clave para el buen funcionamiento de este tipo de actividades, ha sido contar con un
vehículo social lo su¿cientemente Àexible que permita separar los roles y derechos
de los distintos tipos participantes”.
C) “Actualmente la legislación nacional cuenta con varios tipos sociales, ninguno
de los actuales resulta ser completamente apropiado para el desarrollo de la industria
de capital de riesgo. Por lo anterior, es necesario contar con un tipo social donde
la participación de cada socia sea fácilmente transable, de manera de permitir una
salida expedita y así se creen los incentivos a participar en la industria de capital
de riesgo”;
D) “Con relación al desarrollo de proyectos de capital de riesgo, el vehículo que
canaliza la inversión en tales proyectos emergentes resulta ser uno de los elementos
más determinantes al momento de medir el costo y las contingencias involucradas en
el mismo, de tal forma una estructura liviana y Àexible permitirá que los inversionistas
DERECHO DE SOCIEDADES 437

en capital de riesgo puedan, a través de tecnología contractual más so¿sticada, hacer


valer directamente sus derechos en la forma pactada y no pasando por intrincadas
alternativas legales diseñadas para dar cabida a las especi¿cidades puntuales de un
proyecto y sus condicionantes ¿nancieras”.
E) “En consecuencia, un vehículo social e¿ciente bajará los costos de entrada a
la inversión en capital de riesgo y tal efecto es, de por sí, una herramienta de fomento
a la inversión y a la industria de capital de riesgo”.
De las ideas matrices del Proyecto de Ley que creó la Sociedad por Acciones, se
evidencia que ésta no es una modalidad más de la sociedad anónima cerrada, sino
que, por el contrario, forma un tipo social distinto de aquéllas, cuyo mayor mérito es
su Àexiblididad para el giro de negocios que requiere capital de riesgo.

3. De¿nición legal de Sociedad por Acciones


El legislador de¿ne la Sociedad por Acciones en los siguientes términos en el
artículo 424 del Código de Comercio:
“La sociedad por acciones, o simplemente la sociedad, para los efectos de este pá-
rrafo, es una persona jurídica creada por una o más personas mediante un acto de
constitución, perfeccionado de acuerdo a los preceptos siguientes, cuya participación
en el capital es representada por acciones”.
De acuerdo al precepto legal citado, la de¿nición esencial es la siguiente:
“La sociedad por acciones es una persona jurídica creada por una o más personas
mediante un acto de constitución, cuya participación en el capital es representada
por acciones”.
Siguiendo la tradición societaria europeo continental, la Sociedad por Acciones
debe formarse por escritura pública, cuyo extracto debe ser inscrito en el Registro de
Comercio correspondiente al domicilio de la sociedad y publicarse por una vez en
el Diario O¿cial, escritura en la que debe otorgarse su estatuto social, por lo que su
constitución es solemne.
Por lo señalado, la Sociedad por Acciones es un tipo societario, cuya participación
en el capital es representado por acciones formando una persona jurídica propia,
distinta a la del constituyente o fundador.
Cabe destacar que la sociedad por acciones se puede constituir con la voluntad
de una o más personas, ya sea persona natural o jurídica, por lo que por primera vez
en nuestro derecho societario se admite la posibilidad que la voluntad unipersonal
pueda constituir un tipo societario, sin tener que recurrir a la voluntad de otra persona,
para formar el consentimiento, requisito propio del la sociedad “contractual” clásica,
de¿nida en el artículo 2053 del Código Civil, que dispone:
“La sociedad o compañía, es un contrato en que dos o más personas estipulan poner
algo en común con la mira de repartir entre sí los bene¿cios que de “ello proven-
gan”.
438 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Por lo señalado, la “SpA” rompe el concepto clásico de sociedad o compañía, ya


que se puede constituir y subsistir durante su vigencia, con un solo socio, sin que el
legislador haya tenido que modi¿car el concepto de sociedad ya citado, por lo que
para este tipo societario no corresponde aplicar el citado concepto legal, admitiéndose
ahora la sociedad de un solo socio, denominada en el derecho anglosajón “one man
company” y para nosotros sociedad “unimembre” o sociedad “unipersonal”.
De alguna manera ya el concepto de sociedad del artículo 2053 del Código Civil se
encontraba en tensión, con la regulación de la Empresa Individual de Responsabilidad
Limitada “E.I.R.L.”, que también se constituye con la voluntad de una persona natural,
regulada en la ley Nº 19.857, de 2003, oportunidad en la cual el legislador optó por
no denominarla Sociedad Individual de Responsabilidad Limitada, sino que Empresa
Individual, para no tener que modi¿car el concepto legal de sociedad. En todo caso,
hemos sostenido que en el fondo la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada
es una sociedad unipersonal. En esta oportunidad el legislador de la ley Nº 20.190, de
2007, que crea el tipo societario “SpA”, sin modi¿car la de¿nición legal de sociedad
del artículo 2053 del Código Civil, autoriza que la sociedad se forme por la voluntad
individual del constituyente, por lo que la “SpA”, siendo sociedad, no se aviene con
el concepto de contrato de sociedad o “compañía”, no permitiendo por lo tanto esta
institución (“contractualista”) explicar ni fundamentar su naturaleza jurídica.
Por lo señalado, es forzoso concluir que la constitución de la “SpA”, a cargo de
un solo accionista obedece a una naturaleza jurídica distinta a la de contrato, siendo
en nuestra opinión un acto jurídico unilateral y si hubiere pluralidad de accionistas,
sería un acto jurídico unilateral colectivo, pero no se puede seguir sosteniendo que la
sociedad sea un contrato, en nuestro derecho tributario.

4. Naturaleza Jurídica de la Sociedad por Acciones

Tradicionalmente la dogmática nacional, siguiendo a la francesa, con base en el


artículo 2053 del Código Civil, explicó la naturaleza jurídica de la sociedad como
contrato, esto es, como un acuerdo de voluntades de dos o más personas destinado a
crear, modi¿car o extinguir derechos y obligaciones. Por lo que resultaba obvio a¿r-
mar que la sociedad era un contrato ya que así la de¿nía el legislador, siendo por lo
tanto una especie dentro de los distintos tipos contractuales. No obstante, la doctrina
mercantilista desde principios del siglo XX comenzó a cuestionar la naturaleza “con-
tractualista” de la sociedad, observando que esta institución no permitía explicar los
derechos y obligaciones que nacen a partir de la sociedad. Particular interés presentan
las doctrinas que a¿rmaban que la sociedad no es un contrato sino que obedece en su
constitución a un acto constituivo “pluri o unilateral”, según las distintas modalidades
de los derechos positivos particulares, a nivel de derecho comparado.
En este sentido, ahora frente al nuevo tipo societario Sociedad por Acciones,
considerando que se puede constituir por una o más personas y subsistir con un
DERECHO DE SOCIEDADES 439

solo socio, la teoría contractualista no admite aplicación, debiendo tomarse partido


obligatoriamente por las doctrinas “unilateralistas” o de acto jurídico unilateral,
individual o colectivo, pero en todo caso abandonando la teoría contractualista, por
no resultar adecuada su aplicación a la sociedad. En el Mensaje del Proyecto de Ley
se señaló expresamente en cuanto a su existencia “Esta sociedad podrá contar con
uno o más socios”.
Por lo señalado, podemos a¿rmar que a partir de la incorporación del tipo societario
Sociedad por Acciones, no se puede seguir sosteniendo que la sociedad sea un contrato,
al menos para este tipo societario, no siendo por lo tanto aplicable en este sentido la
de¿nición contractualista establecida en el artículo 2053 del Código Civil.
Por lo señalado, la “SpA” se puede constituir por un solo accionista, persona natural
o jurídica y puede subsistir con un único accionista sin que cause su disolución, así
lo dispone el artículo 424 del Código de Comercio, ya en cuanto a su constitución o
formación, ya en cuanto a su subsistencia con un solo accionista, por ello el artículo
444 del Código citado dispone:
“Salvo que el estatuto disponga lo contrario, la sociedad no se disolverá por reunirse
todas las acciones en un mismo accionista”.
En conclusión, estamos derechamente frente a la sociedad unipersonal o unimem-
bre, por primera vez en nuestro derecho societario, sin que sea aplicable el concepto
de contrato.
En derecho comparado, en materia de sociedad unipersonal podemos citar las
siguientes legislaciones: Francia admitió la sociedad unipersonal como “Empresa
Unipersonal de Responsabilidad Limitada (E.U.R.L.) en la ley Nº 85.697, de 1985, la
que se presenta como una variante de la sociedad de responsabilidad limitada, y cuyo
socio único puede ser una persona natural o persona jurídica. En España, la legislación
admite la unipersonalidad, originaria o derivada, tanto respecto de las sociedades de
responsabilidad limitada como anónimas ; en Alemania se recepta el tipo en la década
de 1980, denominándola “Sociedad de Fundación Unipersonal”; en Italia en 1994 se
incluyó en el Código Civil la Sociedad de Responsabilidad Limitada Unipersonal,
constituida por un acto unilateral de voluntad (artículos 2475 y siguientes). En Lati-
noamérica, Colombia admite la Empresa Unipersonal “EU” en la ley Nº 222, de 1995,
mediante la cual se introdujeron reformas al Código de Comercio, y la de¿ne como
“un tipo de organización mediante la cual una persona, natural o jurídica, que reúna
las condiciones para ejercer el comercio, puede destinar parte de sus activos para la
realización de una o varias actividades de carácter mercantil”.
En Estados Unidos de Norteamérica, como señala el profesor Manuel Vargas Vargas,
en su libro “La Sociedad Anónima en el Derecho Anglonorteamericano”, algunas legisla-
ciones estaduales permiten expresamente la sociedad anónima de una persona, como las
de Iowa, Kentucky, Michigan y Wisconsin y en los Estados donde esto no está expresa-
mente permitido por la ley, los Tribunales han llegado al mismo resultado; igual cosa ocurre
en Inglaterra, donde la licitud de la “one man corporation”, fue reconocida en 1894, por la
440 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Cámara de los Loores, en el célebre caso Salomón versus A. Salomón & Co. Ltd.57. Cabe
destacar que el libro más completo en materia de sociedades de Estados Unidos de
Norteamérica, en nuestra bibliografía nacional, es sin duda la notable obra del profe-
sor Manuel Vargas Vargas, ya citada, que fuera publicada en 1964, el que en nuestra
opinión, a pesar del tiempo transcurrido, es una cita obligada en la materia, ya que
permite al jurista chileno conocer los principios jurídicos del derecho societario an-
glonorteamericano y su jurisprudencia.

5. Carácter Mercantil de la Sociedad por Acciones


La Sociedad por Acciones, al igual que la sociedad anónima reglada en la ley
Nº 18.046, de 1981, es cali¿cada por el legislador como de carácter mercantil, con
prescindencia de la naturaleza de su real y efectivo objeto o giro de negocio, cons-
tituyendo por lo tanto esta modalidad societaria una excepción a la clasi¿cación
establecida por el artículo 2059 del Código Civil, que señala que la sociedad puede
ser civil o comercial, indicando que son sociedades comerciales “las que se forman
para negocios que la ley cali¿ca de actos de comercio” y “las otras son sociedades
civiles”.
Por lo tanto, con prescindencia de su real objeto de negocio, la Sociedad por Ac-
ciones es siempre mercantil, cualquiera que sea su objeto o giro de negocio.
La Sociedad por Acciones, en cuanto a su objeto, “será siempre mercantil”, señaló
el Mensaje del Proyecto de Ley.
Hemos sostenido que la mercantilidad de la sociedad anónima y la de la Sociedad
por Acciones, –verdadera ¿cción legal– tiene su fundamento en que es esencial a la
constitución de estos tipos societarios, la división de su capital social en acciones, las
que son entregadas a los accionistas suscriptores, a cambio de su pago por regla general
en dinero, por lo que nace junto con estas sociedades un título valor (circulatorio) ya
que la acción es un instrumento esencialmente negociable o cesible.
En cuanto a la naturaleza comercial del objeto de negocios de la Sociedad por
Acciones, el destacado profesor de Derecho Comercial Arturo Prado Puga, sostiene
que: “Como se advierte, es la propia ley la que ¿ja la condición de comerciante de
esta sociedad haciéndola nacer como tal por su objeto, aun cuando en la práctica no
realice ningún acto de comercio” y agrega que “En concreto, el radio de actividades
que pueden cubrir estas sociedades pareciera ser amplio, comprendiendo incluso plu-
ralidad de ellas. De esa manera la SpA puede desarrollar actividades inmobiliarias o
agrícolas, pero éstas serán realizadas con carácter de accesorias de una organización
económica estable cuyo objeto es siempre mercantil”58.

57 Manuel VARGAS VARGAS, ob. cit. Editorial Jurídica de Chile, 1964, pág. 55.
58
Arturo PRADO PUGA, “Aspectos Comerciales de las Sociedades por Acciones”, Ed. Cámara de
Comercio de Santiago, 2007, pág. 7.
DERECHO DE SOCIEDADES 441

Cabe tener presente que la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045, de 1981, en


su artículo 3º de¿ne valores, indicando “se entenderá por valores cualquiera títulos
transferibles incluyendo acciones, opciones a la compra y venta de acciones, bonos,
debentures, cuotas de fondos mutuos, planes de ahorro, efectos de comercio y, en
general, todo título de crédito o inversión”.
Por lo tanto, al constituirse estos tipos societarios, se crea con ellas un título va-
lor, cuya característica más típica es la circulación, luego en el acto de crear o emitir
acciones, a cambio de dinero o bienes entregados por los accionistas suscriptores a la
sociedad, se realiza o tiene lugar un acto de comercio formal cual es una operación de
cambio y también una operación de creación de un título valor o de crédito (tipi¿cados
como actos de comercio en el artículo 3º números 10º y 11º del Código de Comercio).
En este sentido sostenemos que el contrato de suscripción de acciones, tipi¿cado en
los artículos 12 de la Ley de Sociedades Anónimas y 12 de su Reglamento, es un
contrato mercantil para ambas partes, tanto para la sociedad anónima emisora de las
acciones cuanto para su suscriptor o accionista.
En conclusión, al disponer el Código de Comercio en su artículo 425, inciso se-
gundo, número 2, que: “El acto de constitución de la sociedad irá acompañado de
su estatuto, el que deberá expresar, a lo menos, las siguientes materias: 2.- El objeto
de la sociedad, que será siempre considerado mercantil”, recurre a una ¿cción legal,
consistente en declarar mercantil la Sociedad por Acciones, cualquiera sea su objeto
o giro de negocio, que tiene su fundamento último, –sostenemos–, en su estructura
de capital social y división en acciones, que a la vez tiene la virtud de uniformar a
este tipo societario en un solo cuerpo normativo, para todas las sociedades de este
tipo, lo que evita establecer una regulación jurídica dual: civil y mercantil, para esta
institución.
Como conclusión, podemos sostener que viene operando una progresiva deroga-
ción o inaplicabilidad de la clasi¿cación establecida en el artículo 2059 del Código
Civil a las sociedades, que las divide en civiles y comerciales, según su objeto o giro
de negocios.

6. Constitución de la Sociedad por Acciones


Siguiendo una técnica legal ya tradicional al derecho societario europeo continen-
tal, recogida en nuestro Código de Comercio de 1865, “la Sociedad por Acciones se
forma de manera solemne, ya que su estatuto social de constitución, debe constar
en escritura pública o en instrumento privado suscrito por sus otorgantes, y cuyas
¿rmas sean autorizadas por notario público, en cuyo registro será protocolizado
dicho instrumento” (artículo 425 Código de Comercio).
De ello se sigue que la “SpA” en su constitución y posterior modi¿cación o re-
forma, es siempre un acto solemne, toda vez que debe otorgarse mediante escritura
pública o instrumento privado autorizado ante notario e incorporado en su registro
de protocolo.
442 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Este instrumento público, escritura pública o instrumento privado autorizado ante


notario e incorporado en su registro de protocolo, debe contener el estatuto social de
la “SpA”, con sus menciones esenciales.
Al igual que las sociedades de responsabilidad limitada y anónima, pero en este
caso dentro del plazo de un mes contado desde la fecha del acto de constitución social,
un extracto del mismo, autorizado por el notario respectivo, deberá inscribirse en el
Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la sociedad y publicarse por
una sola vez en el Diario O¿cial.

7. Contenido de la escritura
pública o instrumento privado protocolizado

Como cuestión previa, conviene precisar que la escritura pública de constitución


de la Sociedad por Acciones, debe cumplir con los requisitos de validez comunes a
toda escritura pública, establecidos en los artículos 404, 405 y 406 del Código Or-
gánico de Tribunales.
En cuanto al contenido de la escritura pública o instrumento privado protocolizado
de la constitución de la Sociedad por Acciones, es en esencia el estatuto o pacto social
del tipo societario “SpA”, el que de conformidad con lo establecido en el artículo 424,
inciso ¿nal del Código de Comercio “puede ser establecido libremente”, por el o los
constituyentes, por lo que rige en esta materia el principio de libertad contractual; en
efecto la disposición citada señala:
“La sociedad tendrá un estatuto social en el cual se establecerán los derechos y obli-
gaciones de los accionistas, el régimen de su administración y los demás pactos que,
salvo por lo dispuesto en este Párrafo, podrán ser establecidos libremente”.
En cuanto a las materias que debe contemplar y contener el estatuto o pacto social,
el artículo 425, inciso ¿nal señala:
“El acto de constitución de la sociedad irá acompañado de su estatuto, el que deberá
expresar, a los menos, las siguientes materias:
1.- El nombre de la sociedad, que deberá concluir con la expresión SpA;
2.- El objeto de la sociedad, que será siempre considerado mercantil;
3.- El capital de la sociedad, y el número de acciones en que el capital es dividido y
representado;
4.- La forma cómo se ejercerá la administración de la sociedad y se designarán sus
representantes; con indicación de quienes la ejercerán provisoriamente, en su caso
5.- La duración de la sociedad, la cual podrá ser inde¿nida y, si nada se dijere, tendrá
este carácter”.
Como se puede observar, las menciones del estatuto social son indicadas como ma-
terias, las que éste debe desarrollar y particularizar, en cuanto a derechos y obligaciones
de los accionistas, el nombre de la sociedad, el objeto social, el capital y en número
de acciones en que se divide, la administración y la duración de la sociedad.
DERECHO DE SOCIEDADES 443

De manera supletoria a las normas establecidas en el pacto social, y en lo que no


se contraponga con el Párrafo 8º, nuevo, del Código de Comercio, en silencio o sea a
falta de norma expresa, la “SpA” se regirá supletoriamente y sólo en aquello que no
se contraponga con su naturaleza, por las normas de las sociedades anónimas cerradas,
contenidas en la ley Nº 18.046, de 1981.

8. Contenido del Extracto de la


Escritura Pública o Instrumento Protocolizado
que contiene el Estatuto Social de la SpA

Otorgada la escritura pública o instrumento privado protocolizado de la constitu-


ción de la Sociedad por Acciones, siguiendo con el “iter” constituivo, corresponde
que el Notario Público extienda el extracto de la constitución. Este extracto es un
resumen de lo más sustancial de la escritura de constitución y debe ser un reÀejo de
ésta, ya que lo que se pretende es que no existan disconformidades entre la escritura y
el extracto. Evidentemente, en caso de existir disconformidad entre las menciones del
extracto, respecto de la escritura extractada, priman las disposiciones de esta última y
debe estarse a ese contenido, ya que existe un principio de supremacía de la escritura
respecto del extracto (así artículo 9, letra e) ley Nº 19.499, de 1997, Establece normas
sobre saneamiento de vicios de nulidad de sociedades.
Las menciones del extracto de la constitución de la SpA se encuentran enumeradas
en el artículo 426, inciso ¿nal y son los siguientes:
“El extracto deberá expresar:
1.- El nombre de la sociedad;
2.- El nombre de los accionistas concurrentes al instrumento de constitución;
3.- El objeto social;
4.- El monto a que asciende el capital suscrito y pagado de la sociedad;
5.- La fecha de otorgamiento, el nombre y domicilio del notario que autorizó la escritura
o que protocolizó el instrumento privado de constitución que se extracta, así como el
registro y número de rol o folio en que se ha protocolizado dicho documento”.
El extracto debe ser inscrito en el Registro de Comercio, correspondiente al do-
micilio de la sociedad y publicado en el Diario O¿cial, dentro del plazo de un mes
contado desde la fecha del acto de constitución social, según lo dispone el artículo
426, inciso primero del Código de Comercio.
En el caso en que se haya omitido la ¿jación de domicilio en el acto de la consti-
tución, la sociedad se entenderá domiciliada “en el lugar de otorgamiento de ésta”
de la escritura social, según lo dispone el artículo 433 del Código de Comercio, de
lo que se concluye que la mención del domicilio en la escritura de constitución no es
esencial, ya que el legislador suple su silencio.
Concluidos los trámites de inscripción y publicación del extracto social, en tiempo
y forma, la práctica societaria, a efectos de acreditar a los terceros el cumplimiento
444 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de las solemnidades de la constitución de las sociedades mercantiles, obliga a pro-


tocolizar ante Notario Público que autoriza la escritura de constitución, copia del
extracto inscrito otorgado por el Conservador del Registro de Comercio y copia de
la publicación del extracto en el Diario O¿cial.

9. Vicios o Anomalías Societarias en


la Constitución de la Sociedad por Acciones
Tal como lo hemos señalado en los otros tipos societarios mercantiles, al cons-
tituirse la Sociedad por Acciones puede el o los constituyentes incurrir en vicios en
la formación societaria, que pueden ir desde una inexistencia jurídica o nulidad de
pleno derecho regulada en el artículo 6A de la ley Nº 18.046, a una nulidad puramente
formal o saneable como la establecida en el artículo 6 de la ley citada.
Naturalmente, en materia de nulidad societaria, es necesario aplicar los conceptos
establecidos en el artículo 1º de la ley Nº 19.499, de 1997, que distingue vicio formal
o saneable en su inciso 3º, vicio de fondo o no saneable en su inciso 4º y vicio inci-
dental o nimio en su artículo 9º.
Por lo señalado el artículo 428, inciso 2º, del Código de Comercio señala que:
“El saneamiento de las nulidades que afecten la constitución y modi¿caciones de
sociedades por acciones regidas por el presente párrafo se efectuará conforme lo
dispuesto por la ley Nº 19.499”.
En consecuencia, los vicios formales, esto es, los no esenciales, en que se incurra
en el otorgamiento o modi¿cación al estatuto social, se pueden sanear mediante el
procedimiento de saneamiento establecido en los artículos 3º y 4º de la ley Nº 19.499,
de 1997.
Los vicios de fondo o esenciales, esto es, aquellos que “implican la privación de
algún elemento esencial al concepto de sociedad o algún vicio de carácter substancial
de general aplicación a los contratos” (artículo 1º, inciso cuarto ley Nº 19.499), no
admiten saneamiento y causan una nulidad esencial no saneable, lo que en derecho
comercial conocemos con el nombre de “sociedad de hecho”, que puede también en
un caso excepcional devenir en una comunidad legal pasiva, como el caso del artículo
6A de la ley Nº 18.046, de 1981.
Cabe consignar que para la “SpA” no es aplicable el requisito esencial de que
se constituya con dos o más personas, propio del artículo 2053 del Código Civil, ya
que este tipo societario se puede constituir con un solo socio y no se produce nulidad
esencial, según ya explicamos anteriormente.
En cuanto al órgano societario competente para sanear un vicio formal, si la “SpA”
tiene dos o más accionistas, será una materia de competencia de la Junta Extraordi-
naria de Accionistas, según lo establecido en el artículo 67 de la ley Nº 18.046, sobre
Sociedades Anónimas, que dispone:
“Los acuerdos de la junta extraordinaria de accionistas que impliquen reforma de los
estatutos sociales o el saneamiento de la nulidad de modi¿caciones de ellos causada
DERECHO DE SOCIEDADES 445

por vicios formales, deberán ser adoptados con la mayoría que determinen los esta-
tutos, la cual, en las sociedades cerradas, no podrá ser inferior a la mayoría absoluta
de las acciones emitidas con derecho a voto”;
Asimismo, esta materia da derecho a retiro a los accionistas disidentes, conforme
a lo establecido en el artículo 69, inciso ¿nal, número 5), de la ley citada. Materia
que como hemos sostenido en el presente libro resulta muy controversial, ya que no
se divisa el perjuicio a los accionistas, si la junta de accionistas acuerda sanear un
vicio formal. Si la “SpA” sólo tiene un accionista éste puede acordar el saneamiento,
en junta extraordinaria, cumpliendo los requisitos y procedimiento establecido en los
artículos 3º y 4º de la ley Nº 19.499.
El artículo 428 del Código de Comercio regula los vicios en que se puede incurrir
en la constitución o modi¿cación estatutaria de la “SpA”, y señala lo que sigue:
“Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos anteriores, si se hubiere omitido alguno
de los requisitos y menciones en ellos establecidos, se aplicará lo dispuesto en los
artículos 6º y 6A de la ley Nº 18.046.
El saneamiento de las nulidades que afecten la constitución y modi¿caciones de las
Sociedades por Acciones regidas por el presente Párrafo se efectuará conforme lo
dispuesto por la ley Nº 19.499.
Si de acuerdo a lo dispuesto en dichas normas se declara nula la sociedad o no es
procedente su saneamiento, los accionistas podrán liquidar por sí mismos la sociedad
de hecho o designar uno o más liquidadores”.

10. El Nombre y Objeto Social


El nombre de la Sociedad por Acciones es una mención esencial del estatuto
social y del extracto (artículos 425, inciso 2º, y 426, inciso 2º C. de Comercio), los
que señalan el nombre de la sociedad, “que deberá concluir con la expresión SpA.”.
La disposición transcrita sólo obliga a incluir en el nombre la sigla “SpA.”, con lo
que existe libertad para su denominación, ya se trate de un nombre de naturaleza
conceptual, descriptivo o alusivo a su objeto social, o de carácter arbitrario, ya en
idioma español o extranjero, con palabras, guarismos o signos, terminando en todo
caso siempre con la sigla “SpA”.
El artículo 432 del Código de Comercio dispone ante la identidad o similitud de
nombres sociales entre dos o más Sociedades por Acciones, que:
“Si el nombre de un sociedad fuere idéntico o semejante a otra ya existente, ésta
tendrá derecho a demandar la modi¿cación del nombre de aquélla mediante juicio
sumario”,
Con el objeto de evitar la confusión en el mercado respecto al origen e identidad
empresarial de la sociedad. Asimismo, esta norma tiene por objeto no permitir que una
sociedad se asemeje a otra ya existente en el mercado, para que no exista aprovecha-
miento de la imagen empresarial de la que ya está consolidada, hecho que constituiría
un acto típico de competencia desleal.
446 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En cuanto al objeto social, este es un elemento esencial en la escritura de cons-


titución y en el extracto (artículos 425, inciso segundo, Nº 2 y 426, inciso segundo,
Nº 3.- Código de Comercio).
El objeto de negocios o giro social es único y “será siempre considerado mercan-
til”, según ya explicamos en el número 5 anterior, especialmente en lo que re¿ere al
fundamento de tal mercantilidad.

11. Capital Social, Acciones, Clases y Privilegios


El capital de la SpA debe ser ¿jado de manera precisa en el estatuto social y es-
tará dividido en un determinado número de acciones nominativas, se autoriza por el
artículo 434 del Código de Comercio que el estatuto social pueda establecer que las
acciones de la sociedad sean emitidas sin imprimir láminas físicas de dichos títulos,
modalidad que admite que las acciones no sean emitidas en soporte de papel, con lo
que habría la modalidad de acciones inmateriales.
En cuanto al tiempo de entero de los aportes de capital por los accionistas, el
artículo 434 inciso ¿nal, establece que el capital social y sus posteriores aumentos
deberán quedar totalmente suscritos y pagados en el plazo que indiquen los estatutos;
si nada señalaren al respecto el plazo será de cinco años, contados desde la fecha de
constitución de la sociedad o del aumento respectivo, según corresponda. Si no se
pagare oportunamente al vencimiento del plazo correspondiente, el capital social
quedará reducido al monto efectivamente suscrito y pagado. Salvo disposición en
contrario en los estatutos, las acciones cuyo valor no se encuentre totalmente pagado,
no gozarán de derecho alguno.
La disposición citada establece dos principios esenciales: uno relativo a la efec-
tividad del capital social, ya que si al vencimiento del plazo estatutario o legal de
cinco años no se ha pagado el capital social éste quedará reducido al monto efecti-
vamente pagado; cabe tener presente que en la LSA, la sociedad anónima conforme
a lo establecido en el artículo 24, el plazo de pago del capital social es de tres años;
y, el segundo principio, relativo a que por regla general las acciones suscritas y no
pagadas no otorgan ningún derecho social, salvo que el estatuto disponga lo contra-
rio, especi¿cando los derechos que con¿ere la acción impaga en esta materia. Cabe
destacar que en esta cuestión, la “SpA” también tiene un regla distinta a la sociedad
anónima en la LSA, ya que su artículo 16 inciso ¿nal establece:
“Las acciones cuyo valor no se encuentre totalmente pagado gozarán de iguales
derechos que las íntegramente pagadas, salvo en lo relativo a la participación que
les corresponda en los bene¿cios sociales (derecho a percibir dividendos) y en las
devoluciones de capital, salvo que el estatuto de la sociedad anónima disponga otra
cosa”.
Las acciones en que se divide el capital de la Sociedad por Acciones pueden tener
todo tipo de privilegios dentro de su clase o serie. Tales privilegios no requieren de
DERECHO DE SOCIEDADES 447

compensaciones y pueden establecer la eliminación total o parcial de uno más dere-


chos sociales.
Los privilegios y seriación de acciones deben establecerse en el estatuto social, y
la idea es que puedan incorporarse accionistas con derechos preferentes en cuanto a
los bene¿cios sociales y/o administración, con la ¿nalidad de atraer a determinado
tipo de capitalistas, noción que vincula el tipo societario a capital de riesgo.
En consecuencia, al igual que la sociedad anónima, la SpA puede emitir acciones
ordinarias o preferidas según dispone el artículo 436 del Código de Comercio, que
señala:
“Las acciones pueden ser ordinarias o preferidas. El estatuto social deberá establecer
en forma precisa las cargas, obligaciones, privilegios o derechos especiales que afecten
o de que gocen una o más series de acciones. No es de la esencia de las preferencias
su vinculación a una o más limitaciones en los derechos de que pudieran gozar las
demás acciones”.
En la “SpA”, al igual que en la sociedad anónima, cada accionista dispondrá de
un voto por cada acción que posea o represente. Sin embargo, el estatuto podrá con-
templar series de acciones sin derecho a voto o con derecho a voto limitado o a más
de un voto por acción; en cuyo caso deberán determinar la forma de computar dichas
acciones para el cálculo de los quórum (artículo 437 del Código de Comercio).
Se prevé la posibilidad que la “SpA” adquiera acciones de su propia emisión, ello
ocurre en los eventos de acuerdos de reducción de capital social, en el caso en que
uno o más accionistas ejerzan su derecho a retiro y la “SpA” les debe comprar sus
acciones, normalmente a valor libro (según lo establece el artículo 69 de la LSA). El
artículo 438 del Código de Comercio dispone que:
“La sociedad podrá adquirir y poseer acciones de su propia emisión, salvo en cuanto
esté prohibido por el estatuto social. Con todo, las acciones de propia emisión que
se encuentren bajo el dominio de la sociedad, no se computarán para la constitución
del quórum en las asambleas de accionistas o aprobar modi¿caciones del estatuto
social, y no tendrán derecho a voto, dividendo o preferencia en la suscripción de
aumentos de capital.”; asimismo, estas acciones deben enajenarse dentro del plazo
de un año a contar de su adquisición; salvo que el estatuto social establezca un plazo
diferente. En todo caso, si vence el plazo legal de un año o el plazo estatutario, el
capital quedará reducido de pleno derecho y las acciones se eliminarán del registro”
(artículo 438, inciso ¿nal).

12. Registro de Accionistas


Al igual que la sociedad anónima, la “SpA” debe abrir y llevar un Registro de
Accionistas, en el que anotará, a lo menos, el nombre, domicilio y cédula de identidad
o rol único tributario de cada accionista, el número de acciones de que sea titular, la
fecha en que éstas se hayan inscrito a su nombre y tratándose de acciones suscritas y
no pagadas, la forma y oportunidad de pago de ellas.
448 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En dicho Registro se anotarán las cesiones o traspasos de acciones, por acto entre
vivos o por causa de muerte (sucesión, acto testamentario o partición de bienes);
asimismo, la constitución de gravámenes (prenda, usufructo) y de derechos reales
distintos al dominio, tales como embargos y medidas precautorias y prohibiciones
de gravar o enajenar.
El registro del título traslaticio de dominio de las acciones o su limitación al do-
minio, es un requisito de oponibilidad del acto jurídico respectivo, de tal suerte que
si se omite la anotación de este acto en el Registro de Accionistas, no será oponible
ni a la sociedad ni a terceros.
En este sentido, el artículo 446 del Código de Comercio dispone que:
“En los traspasos de acciones deberá constar la declaración del cesionario en el
sentido que conoce la normativa legal que regula este tipo social, el estatuto de la
sociedad y las protecciones que en ellos puedan o no existir respecto del interés de
los accionistas. La omisión de esta declaración no invalida el traspaso, pero hará
responsable al cedente de los perjuicios que ello irrogue.”. Por lo tanto, el deber de
información en estas materias en el sentido que el cesionario “conoce la normativa
legal que regula este tipo social, el estatuto de la sociedad y las protecciones que en
ellos puedan o no existir respecto del interés de los accionistas”,
Corresponde al cedente quien debe informar al cesionario y además incorporar una
cláusula en este sentido en el documento de la cesión o traspaso de acciones.
El Registro de Accionistas puede llevarse por cualquier medio, siempre que éste
ofrezca seguridad de que no podrá haber intercalaciones, supresiones u otra adulte-
ración que pueda afectar su ¿delidad y que, además, permita el inmediato registro o
constancia de las anotaciones que deban hacerse y estará, en todo tiempo, disponible
para su examen por cualquier accionista o administrador de la sociedad (artículo 431,
inciso 2º, Código de Comercio).
En cuanto a la obligación de existencia y llevanza del Registro de Accionistas, el
artículo 431 del Código de Comercio dispone que:
“Los administradores y el gerente general de la sociedad serán solidariamente res-
ponsables de los perjuicios que causaren a los accionistas y a terceros con ocasión
de la falta de ¿delidad o vigencia de las informaciones contenidas en el registro a
que se re¿ere este artículo”.

13. Régimen de responsabilidad patrimonial de los accionistas


La Sociedad por Acciones, al igual que los tipos societarios sociedad de responsa-
bilidad limitada y sociedad anónima, tienen la ventaja respecto de los tipos societarios
de personas, como la colectiva y la comandita simple mercantiles, que implican una
limitación de responsabilidad para los accionistas, por la deudas o pasivos sociales,
de tal manera que éstos no responden por aquéllos a los acreedores sociales.
Por ello, el artículo 429 del Código de Comercio establece la regla general en
materia de responsabilidad por deudas sociales de la “SpA” y declara que
DERECHO DE SOCIEDADES 449

“Los accionistas sólo serán responsables hasta el monto de sus respectivos aportes
en la sociedad”.
Por lo tanto, las excepciones a este principio de la limitación de responsabilidad de
los accionistas por las obligaciones sociales, tendrán su fuente en negocios jurídicos
que impliquen que alguno de éstos asuma una responsabilidad solidaria por alguna
obligación social o por la vía de una ¿anza personal u otra obligación real, garanti-
zada con una prenda o hipoteca sobre bienes propios para asegurar una obligación
societaria; o bien, en el caso excepcional del artículo 6 A de la Ley Nº 18.046, sobre
Sociedades Anónimas, que regula el caso de la comunidad legal con solidaridad pasiva,
para quienes hayan causado la anomalía societaria allí establecida.

14. Aumento y reducción del cal social


Señalamos que el capital social debe ¿jarse de manera precisa en el estatuto social
y el número de acciones en que se divide.
Por ello, el aumento del capital y su reducción implican una reforma estatutaria,
que para su perfección debe cumplir con los mismos requisitos legales establecidos
para la constitución de la sociedad.
En cuanto al aumento del capital social y en número de acciones resultantes de
este aumento, es materia de competencia de la asamblea de accionistas, acuerdo que
requerirá la mayoría de las acciones presentes con derecho a voto, salvo que el estatuto
estipule un quórum mayor; sin perjuicio puede también la administración, debidamente
facultada al efecto por el estatuto, acordar el aumento del capital social.
El artículo 434, inciso segundo, del Código de Comercio dispone:
“Los aumentos de capital serán acordados por los accionistas, sin perjuicio que el
estatuto podrá facultar a la administración en forma general o limitada, temporal o
permanente, para aumentar el capital con el objeto de ¿nanciar la gestión ordinaria
de la sociedad o para ¿nes especí¿cos”.
El artículo 439 del Código de Comercio dispone:
“La sociedad podrá emitir acciones de pago, que se ofrecerán al precio que deter-
minen libremente los accionistas o quien fuere delegado al efecto por ellos. No será
obligatorio que dicha oferta se realice preferentemente a los accionistas”.
“Sin embargo, el estatuto social podrá establecer que las opciones para suscribir
acciones de aumento de capital de la sociedad o de valores convertibles en acciones
de la sociedad, o de cualquiera otros valores que con¿eran derechos futuros sobre
éstas, sean de pago o liberadas, deban ser ofrecidos, a lo menos por una vez, prefe-
rentemente a los accionistas, a prorrata de las acciones que posean”.
En cuanto a la reducción o disminución del capital social, debe ser adoptada por
la mayoría que establezca el estatuto social; y en silencio de éste, se requerirá el voto
conforme de la unanimidad de los accionistas. En cuanto al reparto o devolución de
capital o la adquisición de acciones con que se pretenda llevar a efecto la disminución
450 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de capital social, sólo puede ejecutarse una vez que quede perfeccionada la modi¿ca-
ción estatutaria, según lo dispone el artículo 440 del Código de Comercio.

15. Pactos de Accionistas


Siguiendo los principios que señaló el Mensaje del Proyecto de Ley, en la Sociedad
por Acciones se autoriza a que en su estatuto social se pueda establecer porcentajes o
montos mínimos o máximos del capital social para uno o más accionistas; y en caso
de sobrepasarse los márgenes pactados, los estatutos deben contener disposiciones de
ajuste de participaciones o mecanismos de salida (ventas forzosas).
Por lo señalado, la regulación del tipo societario Sociedad por Acciones, recoge de
manera más explícita que la LSA en su artículo 14, los llamados pactos de accionistas,
que puede contener el propio estatuto social.
Así, el artículo 435 del Código de Comercio establece:
“El estatuto social podrá establecer porcentajes o montos mínimos o máximos del
capital social que podrá ser controlado por uno o más accionistas, en forma directa
o indirecta. En caso de existir tales normas, el estatuto deberá contener disposiciones
que regulen los efectos y establezcan las obligaciones o limitaciones que nazcan para
los accionistas que quebranten dichos límites, según sea el caso. En su defecto dichas
disposiciones se tendrán por no escritas”.
“El estatuto también podrá establecer que bajo determinadas circunstancias se pueda
exigir la venta de las acciones a todos o parte de los accionistas, sea a favor de otro
accionista, de la sociedad o de terceros. En caso de existir tales normas, el estatuto
deberá contener disposiciones que regulen los efectos y establezcan las obligaciones
y derechos que nazcan para los accionistas. En su defecto, dichas estipulaciones se
tendrán asimismo por no escritas”.
En la disposición citada se contemplan dos tipos de pactos de accionistas, el pri-
mero, que denominaremos de “control” o “equilibrio” de la propiedad accionaria,
en cuya virtud se estipula un porcentaje de acciones mínimos o máximos en poder
de cada accionista o persona relacionada a él, con el objeto de mantener ciertos con-
troles y equilibrios en la propiedad accionaria y especialmente en la administración
de la sociedad.
El segundo pacto societario lo denominaremos de “venta o enajenación obliga-
toria”, en virtud del cual, bajo ciertos supuestos fácticos especi¿cados en el estatuto
social, motiva que los accionistas deban vender todo o parte de sus acciones, a otro
accionista, a un tercero o incluso a la propia sociedad. La ¿nalidad de este pacto dice
relación con la inclusión de otros accionistas que se pueden denominar en ciertas cir-
cunstancias, como “estratégicos”. Cabe destacar que la existencia de estos pactos de
venta o enajenación, es que como lo indica su nombre llevan implícita la posibilidad de
que el accionista tenga que enajenar el todo o parte de sus acciones, siendo la otra cara
de la moneda de la cláusula de prohibición de gravar o enajenar. Este pacto de “venta
o enajenación obligatoria” de acciones genera típicamente una obligación de hacer.
DERECHO DE SOCIEDADES 451

Para que estos pactos societarios tengan validez, se requiere que: i) consten en el
pacto social, sin perjuicio que puedan constar en un instrumento separado en cuyo
caso tienen la e¿cacia de las convenciones establecido en el artículo 1545 del Código
Civil; esto es, “Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes,
y no puede ser invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.;
ii) en caso de existir tales pactos en los estatutos sociales, éste deberá contener:
A) disposiciones que regulen los efectos y B) establezcan las obligaciones o limitacio-
nes que nazcan para los accionistas que quebranten dichos límites; o bien, establezcan
las obligaciones y derechos que nazcan para los accionistas, según corresponda.
De no cumplirse con los requisitos señalados con las letras A) y B) anteriores, “dichas
estipulaciones se tendrán por no escritas”, lo que signi¿ca que adolecen de la ine¿cacia
inexistencia jurídica y por lo tanto no obligan ni generarán efectos jurídicos.
El legislador exige para la validez de los citados pactos de accionistas, que éstos
expliciten: i) disposiciones que regulen los efectos y ii) establezcan las obligaciones
o limitaciones que nazcan para los accionistas que quebranten dichos límites; o bien,
establezcan las obligaciones y derechos que nazcan para los accionistas, según co-
rresponda.

16. Derecho a Dividendos y Acciones Preferentes


Es un principio esencial y tradicional a las Sociedades por Acciones, que los accio-
nistas participen en su propiedad accionaria con la perspectiva de obtener dividendos,
este es su interés y que consiste en que su capital genere una renta o bene¿cio, y la
sociedad anónima es el tipo societario que mejor reÀeja ese interés. Ello explica el
porqué las personas participen en la propiedad accionaria de una compañía de capi-
tales. Asimismo, el Directorio o sus administradores tienen por misión hacer rentable
el negocio social, o sea aumentar el valor de la compañía.
Si la sociedad obtiene utilidades en un ejercicio social, y no existiendo pérdidas
acumuladas de ejercicios anteriores, debe repartir dividendos a sus accionistas; en este
sentido hemos sostenido que el derecho a los dividendos al inicio del ejercicio es un
derecho eventual o más bien condicional, sujeto en cuanto a su exigibilidad a un hecho
futuro e incierto, cual es la existencia de utilidades líquidas al cierre del ejercicio.
Recordamos que tanto en la sociedad anónima como en la sociedad por acciones, la
regla general es que todas las acciones sean iguales y otorguen los mismos derechos,
a menos que se estipule lo contrario en el pacto social, estableciendo las llamadas
acciones preferentes en oposición a las acciones ordinarias.
Como señala el profesor Manuel Vargas Vargas, “acciones preferidas son las
que con¿eren un privilegio con respecto a las acciones ordinarias o con respecto a
acciones preferidas de grado inferior”59. De acuerdo con las legislaciones modernas,
una sociedad puede tener simultáneamente varias clases de acciones preferidas, con

59 Manuel VARGAS VARGAS, ob. cit., pág. 156.


452 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

distintas preferencias, y cada clase puede dividirse en series con preferencias más
especí¿cas dentro de cada clase.
La “SpA” presenta dos reglas especiales en materia de dividendos: una relativa a
dividendos “¿jos y preferentes” y otra relativa a pago de “dividendos provenientes
de las utilidades de unidades de negocios o activos especí¿cos de ésta”.
Relativo a la primera modalidad que denominamos “dividendos ¿jos y preferentes”,
el artículo 442 del Código de Comercio dispone lo que sigue:
“En caso que el estatuto establezca que la sociedad deba pagar un dividendo por
un monto ¿jo, determinado o determinable, a las acciones de una serie especí¿ca,
éstos se pagarán con preferencia a los dividendos a que pudieren tener derecho las
demás acciones. Salvo que el estatuto señale algo distinto, si las utilidades no fueren
su¿cientes para cubrir el dividendo ¿jo obligatorio, el accionista podrá optar por
alguna de las siguientes opciones:
1.- Registrar el saldo insoluto en una cuenta especial de patrimonio creada al efecto
y que acumulará los dividendos adeudados y por pagar. La sociedad no podrá pagar
dividendos a las demás acciones que no gocen de la preferencia de dividendo ¿jo
obligatorio, hasta que la cuenta de dividendos por pagar no haya sido completamente
saldada. En caso de disolución de la sociedad, el entero de la cuenta de dividendos
por pagar tendrá preferencia a las distribuciones que deben hacerse, o
2.- Ejercer el derecho a retiro respecto de las acciones preferidas a partir de la fecha
en que se declare la imposibilidad de distribuir el dividendo. Si el estatuto no señalare
otra cosa, el precio a pagar será el valor de rescate si lo hubiere o en su defecto el
valor de libros de la acción, más la suma de los dividendos adeudados a la fecha de
ejercer el derecho de retiro”.
De la disposición transcrita se concluye que las acciones con dividendo ¿jo
obligatorio, son necesariamente preferentes y que la preferencia consiste en que se
asegura por la “SpA” un dividendo o utilidad ex ante al cierre de cada ejercicio, o sea
son dividendos a todo evento, con utilidad o pérdida en el ejercicio, lo que hace esta
materia radicalmente diferente al principio establecido en el artículo 78 de la LSA,
con lo que dividendo ¿jo obligatorio sería lo mismo que dividendo a todo evento, con
pérdida o utilidad en el ejercicio; asimismo gozan de preferencia para el pago antes
que las acciones ordinarias o no preferidas, ya durante la vigencia de la sociedad y lo
mismo al tiempo de la liquidación.
El profesor Manuel Vargas Vargas sostiene que la preferencia más usada es la que
dice relación con el pago de dividendos; y señala “Comúnmente se dice que la ac-
ción preferida tiene garantizado el pago de un determinado dividendo; pero esto no
signi¿ca que dicha acción dé derecho a dividendo a todo evento, en cada ejercicio.
El dividendo de la acción preferida, como todo dividendo, sólo puede pagarse con
cargo a fondos que, según la ley, se hallen disponibles para este ¿n”60.

60 Manuel VARGAS VARGAS, ob. cit., pág. 156.


DERECHO DE SOCIEDADES 453

Cabe destacar que en la modalidad de dividendos “¿jos y preferentes” o “asegu-


rados”, se ha seguido por el legislador chileno el modelo de la llamada “preferencia
acumulativa”, tomada del derecho norteamericano de sociedades, ya que “por la
preferencia acumulativa la sociedad asegura al accionista que le pagará un deter-
minado porcentaje de dividendo anual y que, cuando en un determinado ejercicio no
existan fondos para este efecto, los dividendos no pagados se acumularán, de manera
que, cuando un ejercicio futuro lo permita, se pagarán los dividendos atrasados a
los accionistas preferidos antes de repartir dividendos a las acciones ordinarias o
de preferencia inferior”61.
El Mensaje del Proyecto de Ley, en materia de “dividendos asegurados”, señaló
lo que se transcribe: “Se permite establecer privilegios relativos a dividendos ase-
gurados que deben pagarse siempre sobre utilidades líquidas o retenidas, pero en
caso de pérdidas, tales dividendos insolutos podrán anotarse en una cuenta especial
creada al efecto con el objeto de pagarse con preferencia a las restantes acciones,
sin perjuicio de otras preferencias que puedan prevalecer”.
Relativo a la segunda modalidad que denominamos “dividendos provenientes de
las utilidades de unidades de negocios o activos especí¿cos de ésta”, se encuentran
establecidos en el artículo 443 del Código de Comercio, y dispone:
“En caso que la sociedad deba pagar dividendos provenientes de las utilidades de
negocios o activos especí¿cos de ésta, deberá llevar cuentas separadas respecto de
ellos y las utilidades sobre las que se pagarán dichos dividendos serán calculados
exclusivamente sobre la base de esta contabilidad, sin importar los resultados generales
de la sociedad. Por su parte, la sociedad no computará las cuentas separadas para el
cálculo de sus utilidades generales, en relación con el pago de dividendos ordinarios
a los accionistas. Las ganancias provenientes de las unidades de negocios o activos
separados que no sean distribuidas como dividendos se integrarán a los resultados
generales del ejercicio correspondiente”.
Esta modalidad de dividendos provenientes de las utilidades de unidades de ne-
gocios o activos especí¿cos de ésta, sostenemos que deben constar en los estatutos
sociales y la determinación de las acciones que participan de esta modalidad, con lo
que también se trata de acciones preferentes, en cuanto obtienen utilidades de unidades
especí¿cos o activos especí¿cos de la sociedad. De algún modo, al establecer que estas
utilidades corren por carril distinto a los otros activos y negocios de la sociedad, pode-
mos sostener que se trata de activos separados, una suerte de patrimonio de afectación,
con contabilidad y contingencias económicas propias distintas a las “generales”, con
lo que la SpA, en los hechos administra dos o más patrimonios separados.
Desde un punto de vista tributario o impositivo, el Mensaje del Proyecto de Ley
señaló: “…sujeto al establecimiento de un plan de separación de cuentas que ase-
gure el pago de los impuestos aplicables y evite la duplicidad de ingresos o gastos

61 Manuel VARGAS VARGAS, ob. cit., pág. 156.


454 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

deducibles de ingresos, podrán segregarse unidades de negocio de manera que los


dividendos o demás derechos económicos de una serie de acciones pueda relacionarse
directamente del rendimiento de dicha unidad de negocios”.
Supletoriamente, en ausencia de este régimen de dividendos ¿jos obligatorios y
vinculados a negocios o activos especí¿cos, esta importante materia se rige por las
normas establecidas en los artículos 78 a 85 de la LSA, salvo que el estatuto social
disponga otras reglas en la materia.

17. Órganos Societarios y Administración


La Sociedad por Acciones, siguiendo los principios típicos de las sociedades de
capital, cuenta con órganos societarios para la gestión de sus negocios, por lo que
deben considerar en sus estatutos sociales un órgano de administración, que podemos
denominar el Administrador o Administradores, o bien la modalidad de un órgano
colegiado, como puede ser el establecimiento de un Directorio o Consejo de Adminis-
tración, a la manera de una Sociedad Anónima y debe estatuir un órgano de ¿scalización
y soberano o constituyente, como es el órgano Asambleas de Accionistas o Juntas de
Accionistas. Además de establecer la modalidad de administración y órganos, debe
también asignarse las competencias o poderes que competen a cada uno de ellos.
Cabe considerar que el artículo 425, inciso 2º, número 4, del Código de Comercio,
que establece los requisitos que debe contener el estatuto social, señala:
“4.- La forma cómo se ejercerá la administración de la sociedad y se designarán
sus representantes; con indicación de quienes la ejercerán provisoriamente, en su
caso”.
El establecimiento de la forma de administración y sus representantes y compe-
tencias es un elemento esencial que el legislador no suple en caso de silencio en los
estatutos sociales, por lo que deben ser establecidos en los estatutos sociales, de tal
manera que se omiten estas materias, se generará un vicio esencial que causa una
nulidad no saneable.
Asimismo, debe tenerse presente que el artículo 424 del Código de Comercio, en
su inciso segundo, señala que:
“la Sociedad por Acciones tendrá un estatuto social, en el cual se establecerán los
derechos y obligaciones de los accionistas. El régimen de su administración y los de-
más pactos, que salvo lo dispuesto en el Párrafo 8 “De las Sociedades por Acciones”,
podrán ser establecidos libremente, por su o sus constituyentes.
Por razones prácticas, parece conveniente replicar como órganos de administración
y control los propios de la sociedad anónima cerrada, a saber, Directorio, Gerente
General, Inspectores de Cuenta y Juntas de Accionistas, indicando las materias o
poderes de actuación, eso sí haciendola más Àexible y expedita en su obrar.
Finalmente, relativo a la administración y Asambleas de Accionistas, en el caso en
que la “SpA” tenga un solo accionista, éste tendrá el poder total, y deberá gestionar
DERECHO DE SOCIEDADES 455

la sociedad en cuanto a la administración y deberá constituir la Asamblea de accio-


nistas. En esta hipótesis de sociedad unimembre o unipersonal, no parece factible la
existencia de conÀicto societario.

18. Comunicaciones y Noti¿caciones


En materia de comunicaciones y noti¿caciones de informaciones y citaciones
en la Sociedad por Acciones, ya entre la sociedad y sus accionistas, corresponde al
estatuto social ¿jar la modalidad de comunicación, tal como aviso publicado en de-
terminado diario y cartas certi¿cadas despachadas a los domicilios registrados por los
accionistas en la sociedad. Si el estatuto nada señala en esta materia, la ley establece
que las comunicaciones serán mediante el envío de carta certi¿cada, despachada al
domicilio del accionista, registrado en la sociedad; en efecto el artículo 445 Código
de Comercio dispone:
“El estatuto establecerá los medios de comunicación entre la sociedad o los accionis-
tas, siempre que den razonable seguridad de su ¿delidad. En silencio del estatuto se
utilizará el correo certi¿cado. El envío de¿ciente no afectará la validez de la citación,
pero la administración responderá de los perjuicios que causare a los accionistas”.
Consideramos que este medio de comunicación de carta certi¿cada es razonable,
para una sociedad con un número reducido de accionistas y su costo no es muy oneroso,
pero si los accionistas de la “SpA” son en cantidad un número elevado, conviene el
sistema de noti¿cación mediante Aviso en Diario de circulación nacional, establecido
en el estatuto social.
19. Régimen de Solución de Controversias Jurídicas.
Arbitraje Obligatorio
Respecto al sistema jurisdiccional de solución de controversias jurídicas entre la
sociedad y accionistas o entre éstos y la sociedad, la Sociedad por Acciones queda
sujeta a régimen de arbitraje obligatorio o forzoso, a diferencia de las sociedades
anónimas en la cual el sistema de solución de controversias puede ser de compe-
tencia de Tribunal Ordinario Civil o bien Arbitral a elección del demandante, según
dispone el artículo 125 inciso segundo, de la LSA, norma que hemos criticado en el
presente libro al tratar el tema del arbitraje en la sociedad anónima. En este sentido,
la regulación del sistema de arbitraje como medio de solución de controversias en la
“SpA” es mejor que en el caso de la regulación a la sociedad Anónima, toda vez que
en este caso para el tipo societario SpA, se trata de una materia de arbitraje forzoso
u obligatorio.
El artículo 441 del Código de Comercio establece lo que sigue:
“Las diferencias que ocurran entre los accionistas, los accionistas y la sociedad o sus
administradores o liquidadores, y la sociedad y sus administradores o liquidadores,
deberán ser resueltas por medio de arbitraje. El estatuto deberá indicar:
456 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

1.- El tipo de arbitraje y el número de integrantes del tribunal arbitral. En silencio


del estatuto, conocerá de las disputas en única instancia un solo árbitro de carácter
mixto, que no obstante actuar como arbitrador en cuanto al procedimiento, resolverá
conforme a derecho, y
2.- El nombre o la modalidad de designación de los árbitros y sus reemplazantes.
En silencio del estatuto, los árbitros serán designados por el tribunal de justicia del
domicilio social”.
Cabe considerar que el Juez Árbitro, por regla general en este sistema, resuelve
en única instancia, salvo que se establezca también, a lo menos en la constitución del
arbitraje, un Tribunal Arbitral de segunda instancia. El Juez Árbitro es de carácter
“mixto”, esto es, arbitrador en el procedimiento y de derecho en cuanto a la resolución
de la cuestión controvertida.
En cuanto a su designación en concreto, la designación del Juez Árbitro puede
establecerse en el estatuto social, o bien a falta de éste o si el designado no acepta,
deberá designarlo el Juez Civil correspondiente al domicilio de la sociedad, en una
gestión judicial, que mayoritariamente se considera no contenciosa, en la que se cita
a los interesados en el arbitraje a comparendo para designar el Juez Árbitro; y si no
asisten o si no se ponen de acuerdo en la persona del Juez Árbitro, lo designará el Juez
Civil, según lo dispuesto por el artículo 232 del Código Orgánico de Tribunales.
Asimismo, de conformidad con lo establecido en el artículo 223 del Código Or-
gánico de Tribunales, el Juez Árbitro de derecho, a diferencia del arbitrador, debe ser
necesariamente abogado.
20. Regulación Supletoria a la Sociedad por
Acciones por las normas que regulan a las Sociedades Anónimas Cerradas
La Sociedad por Acciones se regula por las normas establecidas en el Libro Segun-
do, Título VII, Párrafo 8 denominado “De las sociedades por Acciones”, del Código
de Comercio, luego se aplican las normas establecidas en sus estatutos sociales; y
supletoriamente y en lo que no oponga a su naturaleza, se rigen por las normas de
las sociedades anónimas cerradas, establecidas en la ley Nº 18.046, de 1981 y en el
Reglamento de Sociedades Anónimas, contenido en el decreto supremo Nº 587, del
Ministerio de Hacienda, de 1982.
El artículo 424, inciso ¿nal, Código de Comercio, señala:
“En silencio del estatuto social y de las disposiciones de este Párrafo, la sociedad se
regirá supletoriamente y sólo en aquello que no se contraponga con su naturaleza,
por las normas aplicables a las sociedades anónimas cerradas”.

21. Transformación de tipo Sociedad por


Acciones a tipo Sociedad Anónima Abierta, por disposición de ley
En la regulación de la Sociedad por Acciones se considera especialmente el caso
consistente en que durante la vigencia de ésta, se con¿gure la causal que constituye la
DERECHO DE SOCIEDADES 457

tipi¿cación de sociedad anónima abierta, previstas en el artículo 2º, inciso segundo,


de la Ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas, que señala:
“Son sociedades anónimas abiertas aquellas que inscriban voluntariamente o por
obligación legal sus acciones en el Registro de Valores”.
Si la Sociedad por Acciones durante un término de más de 90 días se encuentra en
alguno de estos dos casos señalados, se transforma por el solo ministerio de la ley en
sociedad anónima abierta, debiendo adecuar su estatuto social a esta nueva modalidad
societaria, para lo que deberá convocar a Junta Extraordinaria de Accionistas para
reformar su estatuto social y elegir a los miembros de su Directorio. Seguidamente,
pasará a ser ¿scalizada por la Superintendencia de Valores y Seguros.
El artículo 430 del Código de Comercio establecía antes de la reforma de 2009,
la transformación “legal” de tipo societario de Sociedad por Acciones a sociedad
anónima abierta, de carácter o con fuente legal en los siguientes términos:
“Artículo 430: La sociedad por acciones que durante más de 90 días seguidos re-
úna los requisitos de los números 1) ó 2) del inciso segundo del artículo 2º de la ley
Nº 18.046, por el solo ministerio de la ley se transformará en una sociedad anónima
abierta, siéndole totalmente aplicables las disposiciones pertinentes de dicha ley, las
que en este caso prevalecerán sobre el estatuto social. La siguiente junta de accionistas
deberá resolver las adecuaciones que reÀejen la nueva modalidad social y elegir los
miembros del directorio que continuará la administración”.
Con la reforma de la ley Nº 20.382, de 2009, Respecto a la Sociedad por Acciones
“SpA”, se conserva esta ¿gura de transformación legal de tiposocietario, si durante 90
días seguidos registra 500 o más accionistas, o al menos, el 10% de su capital suscrito
pertenezca a un mínimo de 100 accionistas, excluidos los que individualmente o a
través de otras personas naturales o jurídicas, excedan dicho porcentaje, por el solo
ministerio de la ley la SpA se transformará en una sociedad anónima.
Este es un caso de trasformación legal, esto es por el solo ministerio de la ley,
que obliga efectuar la adecuación estatutaria correspondiente, en próxima Junta de
Accionistas.
La ley Nº 20.382, de 2009, sustituye en el artículo 430 del Código de Comercio,
las expresiones que van desde “La sociedad” hasta “abierta”, por las siguientes:
“La sociedad por acciones que durante más de 90 días seguidos tenga 500 o más
accionistas o, a lo menos, el 10% de su capital suscrito pertenezca a un mínimo de 100
accionistas, excluidos los que individualmente o a través de otras personas naturales
o jurídicas, excedan dicho porcentaje, por el solo ministerio de la ley se transformará
en una sociedad anónima”.
En consecuencia el nuevo artículo 430 del Código de Comercio, queda con la
siguiente redacción:
“Artículo 430: La sociedad por acciones que durante más de 90 días seguidos tenga
500 o más accionistas o, a lo menos, el 10% de su capital suscrito pertenezca a un
458 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

mínimo de 100 accionistas, excluidos los que individualmente o a través de otras


personas naturales o jurídicas, excedan dicho porcentaje, por el solo ministerio de
la ley se transformará en una sociedad anónima, siéndole totalmente aplicables las
disposiciones pertinentes de dicha ley, las que en este caso prevalecerán sobre el es-
tatuto social. La siguiente junta de accionistas deberá resolver las adecuaciones que
reÀejen la nueva modalidad social y elegir los miembros del directorio que continuará
la administración”.

22. División, Transformación y Fusión de la Sociedad por Acciones


La Sociedad por Acciones, como toda sociedad de capital, puede durante su vigencia
experimentar cambios o transformaciones relevantes en su estructura estatutaria, que
implican una reforma de sus estatutos sociales.
Nos referimos especialmente a los casos de la división, transformación y fusión
de la Sociedad por Acciones, conceptos que encontramos de¿nidos y regulados en
los artículos 94 a 100 de la ley Nº 18.046.
En consecuencia, una sociedad por acciones puede dividirse distribuyendo su
patrimonio entre sí y una o más sociedades anónimas que se constituyan al efecto,
correspondiéndoles a los accionistas de la sociedad dividida la misma proporción en
el capital de cada una de las nuevas sociedades que aquella que poseían en la sociedad
que se divide.
Puede transformarse mediante el cambio de especie o tipo social de una sociedad,
efectuado por reforma de sus estatutos, subsistiendo su personalidad jurídica, en los
términos establecidos en los artículos 96, 97 y 98 de la ley Nº 18.046.
Finalmente, puede la Sociedad por Acciones fusionarse ya por la vía de una fusión
por creación o por absorción, en los términos establecidos en el artículo 99 de la ley
Nº 18.046.
Estas materias de división, transformación y fusión son de competencia de la
Junta Extraordinaria de Accionistas e implican reforma al estatuto de la Sociedad
por Acciones.

23. Terminación de la Sociedad por Acciones y Liquidación


En cuanto a las causales de terminación de la sociedad por acciones, éstas pueden
tener su fuente en el propio estatuto social, o bien en causales legales, las que necesa-
riamente serán las señaladas en el artículo 103 de la Ley de Sociedades Anónimas, y
sólo las exclusivamente aplicables a la sociedad anónima cerrada, que reproducimos
seguidamente, en lo pertinente.
En efecto, el artículo 103 de la ley Nº 18.046, señala:
“La sociedad anónima se disuelve:
1) Por el vencimiento del plazo de su duración, si lo hubiere.
2) Por reunirse todas las acciones en manos de una sola persona”.
DERECHO DE SOCIEDADES 459

Esta causal no tiene aplicación en el caso de la Sociedad por Acciones, en virtud


que el artículo 444 del Código de Comercio que señala:
“Salvo que el estatuto disponga lo contrario, la sociedad no se disolverá por reunirse
todas las acciones en un mismo accionista”.
Por lo tanto, si el estatuto nada dice al respecto, o bien no señala expresamente
que será causal de terminación el hecho de reunirse todas las acciones en manos de
un mismo accionista, ésta subsistirá.
“3) Por acuerdo de junta general extraordinaria de accionistas;
4) Por sentencia judicial ejecutoriada en el caso de las sociedades no sometidas a la
¿scalización de la Superintendencia de Valores y Seguros, y
5) Por las demás causales contempladas en el estatuto”.
En cuanto a la liquidación de la “SpA”, habrá que aplicar las reglas que se hayan
establecido en la materia en el estatuto social, y a falta de reglas se aplicarán las pre-
vistas para las sociedades anónimas cerradas en la ley Nº 18.046, en los artículos 108
a 120, ya tratadas en este Libro en la sección destinada al desarrollo y explicación de
las Sociedades Anónimas.

XV. SECCIÓN DÉCIMA


SOCIEDADES Y COOPERATIVAS DE GARANTÍA RECÍPROCA
Por ley Nº 20.179, publicada en Diario O¿cial de fecha 20 de junio de 2007, se au-
torizó y reguló el establecimiento de las Sociedades Anónimas de Garantía Recíproca,
designadas por la sigla “S.A.G.R.”, las que se rigen, además, por la Ley Nº 18.046, de
1981 sobre Sociedades Anónimas y su Reglamento. Asimismo, se autoriza la creación
de Cooperativas de Garantía Recíproca, designadas con la sigla “CGR”.
La tramitación legislativa de las Sociedades de Garantía Recíproca se inició me-
diante Mensaje presentado al Congreso Nacional, por el Poder Ejecutivo, con fecha
10 de agosto del año 2004, mediante Boletín Nº 3627-03, y la historia de su tramita-
ción puede consultarse en Biblioteca del Congreso Nacional (sitio Internet “bnc.cl”).
El Proyecto de Ley de Sociedades de Garantía Recíproca se inscribe también el lo
que fue la agenda económica del Gobierno de Ricardo Lagos Escobar, que tuvo por
¿nalidad el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas, con la ¿nalidad de
asegurar su acceso a los créditos.
Así, en el Mensaje del Proyecto de Ley se describen las distintas di¿cultades que
deben enfrentar las pequeñas y medianas empresas, para acceder a créditos ante las
instituciones ¿nancieras, debiendo constituir garantías reales (prenda o hipoteca),
cauciones que requieren de un acto complejo y solemne y cuyos trámites de cons-
titución son onerosos, sobre el particular el Mensaje señaló: “el actual sistema de
cauciones genera importantes ine¿ciencias que se traducen en costos para el pequeño
y mediano empresario”.
460 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En este contexto el Poder Ejecutivo analizó la potencialidad de generar un marco


normativo para la operación de las denominadas Sociedades de Garantía Recíproca,
y al efecto se señala en el Mensaje: “A través de estas sociedades, los empresarios
pueden organizarse para administrar un sistema de garantías de general aceptación
entre los agentes ¿nancieros, que les permite superar las di¿cultades antes señaladas.
De este modo, los bene¿ciarios del sistema obtienen mejores y más Àexibles cauciones,
mejorando así las condiciones de acceso al crédito y a servicios adicionales que son
propios de la actividad que desarrollan.
En cuanto a su forma de funcionamiento, en lo esencial, estas sociedades operan
otorgando garantías a favor de sus asociados o bene¿ciarios, las que se encuentran
respaldadas por un patrimonio colectivo aportado principalmente por quienes solici-
tan tales garantías. El modelo predominante de operación de este tipo de sociedades
establece una identidad entre (i) quienes aportan el capital de garantía, (ii) quienes
gestionan y otorgan las cauciones, y (iii) entre quienes son los bene¿ciarios de las
mismas.
Las Sociedades de Garantía Recíproca son un instrumento jurídico utilizado desde
hace varios años en el derecho comparado. En efecto, en la mayoría de los países
europeos y algunos sudamericanos, como Argentina, se reconoce expresamente la
existencia de este tipo de sociedades. En Europa, por ejemplo, constituyen verdaderas
entidades ¿nancieras que han tenido un gran éxito y un importante desarrollo; y que
incluso se encuentran relacionadas entre sí y cuentan con una forma de organización
y de integración supranacional”.

1. Antecedentes de la Sociedad de
Garantía Recíproca en Derecho Comparado
A nivel de derecho comparado, encontramos regulación a la Sociedad de Garantía
Recíproca en España a partir de 1978, organizada por el Instituto de la Mediana y
Pequeña Industria (“IMPI”), pero sólo a partir de la aprobación de la Ley Nº 1/1994,
sobre Régimen Jurídico de las Sociedades de Garantía Recíproca se las regula es-
pecialmente, las que se han desarrollado con un fuerte impulso de órganos de la
Administración Pública.
A nivel latinoamericano, en Argentina mediante la leyNº 24.467, de 1995, regula
las Sociedades de Garantía Recíproca, dirigida a dar un remedio alternativo ante la
falta de garantías de la pequeña y mediana empresa, no obstante hasta 1997 sólo se
ha inscrito una sola sociedad en el registro establecido para estas sociedades.

2. Explicación del Negocio de la Garantía Recíproca


El negocio de la garantía recíproca consiste esencialmente en que se crea una
Sociedad de Garantía Recíproca, de objeto único, a la que sus accionistas concurren
aportando su capital social. Seguidamente, el accionista puede ser bene¿ciario de un
DERECHO DE SOCIEDADES 461

Certi¿cado de Garantía que se emitirá a su favor al suscribir un Contrato de Garantía


Recíproca, en el que la persona bene¿ciaria del Certi¿cado otorgará, asimismo, una
caución o garantía personal o real a favor de la sociedad. El bene¿ciario podrá obte-
ner crédito de otra institución ¿nanciera, entregando el certi¿cado como garantía de
cumplimiento de su obligación créditicia.
La sociedad de Garantía Recíproca, pactará y percibirá del bene¿ciario –su cliente
a¿anzado– una comisión por la garantía que asuma frente al acreedor y cobrará además
los honorarios de los estudios económicos ¿nancieros y jurídicos del caso, todo lo
cual se pacta en el Contrato de Garantía Recíproca que las partes celebren.
El acreedor, otorgante del crédito al bene¿ciario, tendrá acción contra su deudor
directo –el bene¿ciario– y en contra de la Sociedad de Garantía Recíproca, en tanto
¿adora de la obligación crediticia, accionando con el Certi¿cado de Garantía, el
que tiene mérito ejecutivo y un proceso ejecutivo especialmente regulado en la ley
Nº 20.179, entidad que debe pagar la obligación garantizada, la que si es pagada por
ésta, se subroga en los derechos del acreedor en contra de su deudor, la que tiene a su
vez una contragarantía previamente otorgada por el bene¿ciario a la Sociedad.
Estimamos conveniente la cita textual al Mensaje del Proyecto de Ley en esta
materia, ya que resulta particularmente ilustrativo respecto al funcionamiento de este
negocio: “El funcionamiento del nuevo sistema: las garantías y contragarantías.
El sistema que se propone en el presente proyecto de ley, asociado a la creación de
las Sociedades de Garantía Recíproca, consiste fundamentalmente en lo siguiente:
1) Los socios de una Sociedad de Garantía Recíproca podrán otorgar garantías
a ésta (las “contragarantías”), con cargo a las cuales la sociedad a¿anzará las
obligaciones que aquellos contraigan con terceros acreedores.
2) Para efectos de a¿anzar las obligaciones de uno de sus bene¿ciarios, la Socie-
dad de Garantía Recíproca suscribirá con el accionista un “Contrato de Garantía
Recíproca” y extenderá un “Certi¿cado de Garantía”, que tendrá mérito ejecutivo
para su cobro.
e) Frente al incumplimiento del deudor, la Sociedad de Garantía Recíproca, en su
calidad de ¿adora, deberá asumir la deuda ante el acreedor respectivo.
Además, deberá accionar en contra del referido deudor, con el ¿n de hacer efec-
tivas las contragarantías que éste hubiere otorgado a la sociedad.
4) La sociedad podrá a¿anzar diversas obligaciones del deudor y ante uno o varios
acreedores, aun cuando el bien entregado en garantía sea uno. En otros términos,
para efectos de caucionar las obligaciones de uno de sus socios la Sociedad deberá
atender únicamente al valor del o los bienes que garantizan la ¿anza.
Cabe hacer presente que el sistema propuesto permitirá que, con cargo a los
aportes de capital del accionista bene¿ciario y de las contragarantías que rinda, se
pueda emitir uno o más Certi¿cados de Garantía, con los cuales el aportante podrá
garantizar obligaciones ante uno o más acreedores. El alzamiento de la ¿anza, así
como la transferencia de la garantía, sólo consistirá en la restitución, destrucción
462 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

o entrega del certi¿cado, con lo cual no será necesario recurrir al sistema general
que rige en materia de cancelación o transferencia de prendas e hipotecas. De este
modo, pagadas sus obligaciones, el bene¿ciario podrá otorgar nuevas garantías a
otros acreedores para efectos de acceder a nuevo ¿nanciamiento, o bien, enajenar sus
acciones y alzar de este modo sus garantías; todo esto con los debidos resguardos y
restricciones que el proyecto establece para la seguridad del comercio”.
Con lo señalado, podemos a¿rmar que las Sociedades de Garantía Recíproca
cumplirán un rol fundamental en el negocio de las garantías crediticias, para apoyar
a la pequeña y mediana empresa en sus emprendimientos.
Seguidamente, expondremos sobre las principales características de este nuevo
tipo societario denominado “Sociedad de Garantía Recíproca”, los sujetos que inter-
vienen y su regulación.

3. Objeto o Giro de Negocios


Las Sociedades de Garantía Recíproca se de¿nen como sociedades anónimas de
objeto único y con actividades complementarias de apoyo consistente en la asesoría
técnica, económico, legal y ¿nanciera a sus bene¿ciarios.
En lo que re¿ere a su objeto o giro de negocios, de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 3º letra A) señala:
“ a) Su objeto será exclusivo, y consistirá en el otorgamiento de garantías persona-
les a los acreedores de sus bene¿ciarios, con la ¿nalidad de caucionar obligaciones
que ellos contraigan, relacionadas con sus actividades empresariales, productivas,
profesionales o comerciales.
Asimismo, podrán prestar asesoramiento técnico, económico, legal y ¿nanciero a los
bene¿ciarios y administrar los fondos a que se hace referencia en el artículo 33 y las
contragarantías que se hayan rendido a su favor de conformidad con los pactos que
se celebren entre las partes”.
La Sociedad de Garantía Recíproca percibe una comisión por la ¿anza o aval que
otorgue al bene¿ciario, la que se pacta en el Contrato de Garantía Recíproca que éstos
celebren, la que se puede pactar de contado o en régimen de cuotas; asimismo, cobrará
al bene¿ciario un honorario por el estudio económico-¿nanciero y jurídico que deba
efectuar para establecer la o las obligaciones que a¿anzará.
Respecto al tipo de obligaciones garantizables por las Sociedades de Garantía
Recíprocas, el Mensaje del Proyecto de Ley señaló expresamente en esta materia:
“Las obligaciones garantizables serán aquellas obligaciones de dar o entregar una
suma de dinero que principalmente provienen de operaciones de crédito de dinero o
de compraventas a plazo, u obligaciones de hacer o no hacer que provienen princi-
palmente del cumplimiento de contratos de obras u otros; todas las cuales deberán
estar relacionadas con las actividades empresariales, productivas o comerciales de
los bene¿ciarios”.
DERECHO DE SOCIEDADES 463

En cuanto a actos o negocios prohibidos a estas instituciones, el artículo 4º


de la ley prohíbe que las Sociedades de Garantía Recíproca otorguen créditos o
préstamos en dinero, valores o bienes a sus accionistas o a terceros, disponiendo
lo que sigue:
“Artículo 4º.- Está prohibida la concesión de créditos directos por parte de la Insti-
tución a sus accionistas o terceros. Todo acto en contravención a este artículo es nulo
y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale.
Los directores y ejecutivos que hayan participado en la decisión de conceder un
crédito en contravención a lo dispuesto por el inciso anterior, serán solidariamente
responsables por los perjuicios que ésta irrogue”.
Mediante esta prohibición no pueden estas instituciones ejecutar actos u operaciones
propios de los bancos comerciales.

4. Nombre o razón social


El nombre o razón social se encuentra regulado en el artículo 3º letra b), en los
siguientes términos: “b) El nombre deberá contener la frase “Sociedad Anónima de
Garantía Recíproca”, o la abreviación “S.A.G.R.”, en el caso de las sociedades, y
“Cooperativa de Garantía Recíproca”, o la abreviación “CGR”, para el caso de las
cooperativas. La sigla de fantasía que adopte, en su caso, deberá también contener
la señalada frase o su abreviación”.

5. Capital social
En cuanto al capital social, el artículo 3º letra c) señala:
“c) El capital social mínimo inicial deberá ser una suma equivalente a 10.000 unidades
de fomento. En todo momento estas instituciones deberán mantener un patrimonio a
lo menos equivalente al capital social mínimo inicial”.
Originalmente, el Proyecto de Ley establecía un capital mínimo de 15.000 uni-
dades de fomento, pero en la tramitación este guarismo bajó a 10.000 unidades de
fomento.
El capital social de las Sociedades de Garantía Recíproca y de las Cooperativas,
será aportado por sus accionistas o socios, quienes a su vez pueden optar a ser be-
ne¿ciarios.

6. Constitución y Existencia de las Sociedades de Garantía Recíproca


Las Sociedades de Garantía Recíproca se deben constituir como sociedades anó-
nimas o como Cooperativas de Garantía Recíproca, que se constituyan especialmente
para dicho efecto (artículo 1º).
Si se constituye como sociedad anónima, debe cumplir con los requisitos de exis-
tencia establecidos en los artículos 4º y 5º de la ley Nº 18.046, según lo dispone el
464 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

artículo 5º de la ley, por lo tanto se constituyen por escritura pública y un extracto de


ésta se inscribe en el Registro de Comercio correspondiente al domicilio social y se
publica por una vez en el Diario O¿cial, todo ello en el plazo de sesenta días contados
desde la fecha de otorgamiento de la escritura pública; y debe, además, contemplar
las siguientes materias:
“Artículo 5º.- Los estatutos de la Institución de Garantía Recíproca deberán con-
tener, además de las señaladas en el artículo 4º de la ley Nº 18.046, las siguientes
materias:
1. Las condiciones generales aplicables a las garantías que otorgue la entidad y a las
contragarantías que se constituyan a su favor.
2. Los porcentajes máximos de las garantías que la entidad podrá otorgar, en relación
con su patrimonio, con el valor de los fondos de garantía que administre o con las
contragarantías que se le haya rendido.
3. La relación máxima entre el capital social que aporte cada accionista bene¿ciario
y el importe máximo de las deudas cuya garantía éste solicite de la sociedad, con
cargo a sus acciones.
Los estatutos podrán establecer requisitos para adquirir la calidad de accionistas y
de bene¿ciario”.
Cumplidos los trámites de su constitución legal, debe solicitarse autorización para
inicio de actividades ante la Superintendencia de Valores y Seguros, órgano público
que la ¿scalizará durante su existencia y liquidación, en efecto, el artículo 17 de la
ley dispone lo que sigue:
“Artículo 17.- Para ejercer el giro de Institución de Garantía Recíproca, se deberá
acreditar previamente ante la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financie-
ras:
a) Que se encuentran constituidas legalmente y tienen como giro exclusivo el desa-
rrollo de las actividades a que se re¿ere esta ley; y que sus administradores no han
sido condenados por crimen o simple delito, y
b) Que tienen un patrimonio igual o superior a 10.000 unidades de fomento, acreditado
en conformidad a las instrucciones que imparta la Superintendencia.
Estas mismas circunstancias deberán ser acreditadas, además, anualmente ante la
Superintendencia”.
En el caso que el negocio de la garantía recíproca sea ejercido por una Cooperativa,
denominada “Cooperativa de Garantía Recíproca”, bajo la sigla “CGR”, ésta debe
constituirse especialmente al efecto, de conformidad a lo establecido en la materia
en el decreto con fuerza de ley Nº 5, “Ley General de Cooperativas”, del año 2004,
y la autorización previa al inicio de sus actividades corresponde sea otorgada por el
Departamento de Cooperativas del Ministerio de Economía, Fomento y Reconstruc-
ción. El artículo 1º, inciso ¿nal de la ley dispone:
“Podrán, además, desarrollar el giro de Sociedad de Garantía Recíproca aquellas
cooperativas que se constituyan especialmente para tal efecto, previa autorización
DERECHO DE SOCIEDADES 465

del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Economía, Fomento y Recons-


trucción. Su constitución se regirá por las normas aplicables a las cooperativas de
ahorro y crédito y su ¿scalización se hará de conformidad con las normas aplicables
a las cooperativas de importancia económica, sin perjuicio de lo señalado en el Título
V de la presente ley”.
La remisión al Título V de la ley re¿ere a la ¿scalización que corresponde ejercer
a la Superintendencia de Valores y Seguros, artículos 17 a 22.
El artículo 34 de la ley, autoriza al Fondo de Garantía del Pequeño Empresario,
conocido con la sigla “FOGAPE”, establecido en el decreto ley Nº 3.472, para re-
a¿anzar las garantías que otorguen las instituciones –Sociedades y Cooperativas–,
a sus bene¿ciarios, en una clara vocación de apoyo del legislador a las pequeñas y
medianas empresas.

7. Los Accionistas o Socios y sus Bene¿cios


Los accionistas de la Sociedad de Garantía Recíproca y los socios de las Coope-
rativas de Garantía Recíproca, además de tener los bene¿cios propios del accionista
o socio, pueden optar a ser bene¿ciarios de la garantía que les otorgue la sociedad o
cooperativa, mediante el certi¿cado de ¿anza, por el cual la entidad se constituye en
¿adora de obligaciones de un bene¿ciario para con un acreedor.
En cuanto a la calidad de accionistas, el artículo 1º, inciso segundo señala:
“Sus accionistas podrán ser personas naturales o jurídicas que participan de la
propiedad del capital social, tendrán los derechos y obligaciones que les con¿ere la
ley y podrán optar a ser a¿anzados por la sociedad para caucionar determinadas
obligaciones que contraigan, de conformidad a las normas de la presente ley”.
El accionista o socio, en su caso, no puede gravar ni enajenar sus acciones en la
Sociedad o en la Cooperativa de Garantía Recíproca, mientras mantenga obligaciones
insolutas con ésta, así lo establece el artículo 8º de la ley, que dispone:
“Artículo 8º.- El accionista o socio bene¿ciario no podrá gravar ni enajenar sus
aportes de capital a ningún título, excepto a bene¿cio de la entidad, mientras tenga
obligaciones vigentes o con saldo insoluto a¿anzadas por ésta”.
Lo mismo, en cuanto al derecho a participar en los dividendos o bene¿cios so-
ciales, en cuanto a que éstos se aplicarán al pago de las obligaciones que mantenga
con la Sociedad o Cooperativa, si se encuentra en mora en su cumplimiento, así lo
dispone el artículo 9º:
“Artículo 9º.- Para tener derecho a la distribución de dividendos o excedentes, los
accionistas o socios bene¿ciarios de servicios de a¿anzamiento no podrán encontrarse
en mora en el cumplimiento de las obligaciones que la entidad les hubiese caucionado
a la fecha en que tal distribución se acuerde. En este último caso, el monto de los
dividendos o excedentes que le hubiere correspondido se aplicará al pago del interés
466 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

moratorio pactado o, en caso de no estarlo, al máximo convencional sobre el saldo


insoluto, y el remanente, si lo hubiere, al pago del capital adeudado”.
Finalmente, en caso de mora o simple retardo en el cumplimiento de obligaciones
del socio o accionista con la institución de garantía recíproca, se suspenden todos
los derechos sociales de pleno derecho, así lo dispone el artículo 10 de la ley que
transcribimos:
“Artículo 10.- Los demás derechos sociales de los accionistas o socios bene¿ciarios
se suspenderán de pleno derecho en caso de mora o simple retardo en el cumplimiento
de obligaciones que tuvieren con la entidad o de las a¿anzadas por ésta”.

8. Conceptos Legales Esenciales en el Negocio de Garantía Recíproca


La ley Nº 20.179, de 2005, que establece el marco legal para la constitución y opera-
ción de Sociedades de Garantía Recíproca, contiene ciertos conceptos legales esenciales
para su funcionamiento y que permiten entender esta actividad empresarial.
Así, el artículo 2º de la ley de¿ne los conceptos esenciales de “Bene¿ciarios”,
“Contrato de Garantía Recíproca”, “Certi¿cado de Fianza”, “Contragarantía” e “Ins-
titución (es)”, los que reproducimos y comentamos seguidamente:
A) Bene¿ciarios: “las personas naturales o jurídicas que de conformidad al es-
tatuto de la Institución pueden optar a ser a¿anzados por ésta para caucionar sus
obligaciones, de acuerdo con las normas de la presente ley”;
El bene¿ciario celebra un contrato de garantía recíproca con la institución, mediante
el cual obtiene un Certi¿cado de Garantía que podrá entregar a un tercero acreedor,
quien tendrá la posibilidad de accionar tanto contra el deudor directo como en contra
del ¿ador (la institución). En este sentido el bene¿ciario es deudor de la institución,
por la garantía otorgada.
B) Contrato de Garantía Recíproca: “el celebrado entre los bene¿ciarios que soli-
citen el a¿anzamiento de sus obligaciones y la Institución, que establece los derechos
y obligaciones entre las partes”.
El contrato de garantía recíproca es nominado, mercantil para la institución, bila-
teral y solemne ya que debe constar por escrito, protocolizado ante Notario Público
o extenderse mediante ¿rma electrónica avanzada.
El artículo 11 de la ley regula el perfeccionamiento del contrato de garantía recí-
proca, sus elementos esenciales y su perfeccionamiento, y dispone:
“Artículo 11.- Las personas que soliciten a la Institución de Garantía Recíproca el
a¿anzamiento de sus obligaciones, suscribirán previamente con ésta un contrato de-
nominado “Contrato de Garantía Recíproca”, en el cual se deberá dejar establecido,
a lo menos, lo siguiente:
a) Los bienes, cauciones y derechos que el bene¿ciario entregue para garantizar a
la entidad las ¿anzas que ésta, a su vez, le proporcione por sus respectivas obliga-
ciones;
DERECHO DE SOCIEDADES 467

b) El monto máximo de las obligaciones que la entidad podrá a¿anzar al bene¿cia-


rio;
c) El plazo de duración del contrato, que podrá ser inde¿nido;
d) Las modalidades y características de las garantías que rinde el bene¿ciario a la
entidad, pudiendo pactarse una cláusula de garantía general, limitada a un monto
máximo;
e) Los derechos y obligaciones de las partes, y
f) Las demás menciones que las partes acuerden.
No obstante lo señalado en este artículo, de conformidad con su estatuto, la entidad
podrá otorgar certi¿cados de ¿anza sin la existencia de contragarantías.
El Contrato de Garantía Recíproca deberá protocolizarse ante notario o extenderse
con la ¿rma electrónica avanzada de los contratantes con anterioridad a que se inicie
su ejecución.
En ningún caso la inexistencia de este contrato, su cumplimiento o incumplimiento
o los vicios o errores que éste contuviere, relativos a su formalización, suscripción
o contenido, afectarán la validez del certi¿cado de ¿anza, ni sus efectos contra la
entidad o terceros”.
C) Certi¿cado de Fianza: “el otorgado por la Institución mediante el cual se cons-
tituye en ¿adora de obligaciones de un bene¿ciario para con un acreedor”.
La regulación a la garantía personal ¿anza que otorga la institución al bene¿ciario,
se perfecciona mediante la emisión del denominado certi¿cado de ¿anza, y que se
encuentra regulado en los artículos 12 a 16 de la ley.
El artículo 13 autoriza a emitir el “Certi¿cado de Fianza”, por medios inmateriales
o físicos y señala:
“Artículo 13.- El Certi¿cado de Fianza podrá emitirse por medios inmateriales, sin que
sea necesaria la impresión de una lámina física en la que conste la ¿anza respectiva a
efectos de su constitución, entrega, archivo o cobro, pero en tal caso los certi¿cados
emitidos bajo esta modalidad deberán depositarse en un depósito centralizado de
valores autorizado por la ley Nº 18.876, o en una institución ¿nanciera autorizada
para ejecutar este tipo de comisiones.
Las Instituciones de Garantía Recíproca que opten por utilizar la emisión inmaterial
señalada en este artículo, deberán solicitar la apertura de una cuenta destinada al
depósito de dichos certi¿cados y al registro de los bene¿ciarios y sus respectivos
acreedores, en la entidad en que depositen el Certi¿cado de Fianza.
No obstante lo anterior, en el caso que los bene¿ciarios de dichos certi¿cados así lo
requieran, la entidad deberá solicitar la apertura de cuentas individuales a nombre
de aquéllos.
Las operaciones que se realicen para el otorgamiento de la ¿anza serán efectuadas
por cuenta de la entidad, quien será la obligada por los instrumentos respectivos.
Con todo, si por alguna razón legítima fuere requerida la impresión física de un
documento en el que conste la ¿anza, éste contará con las características necesarias
para impedir su falsi¿cación y los costos de impresión serán de cargo del requirente.
El Certi¿cado impreso deberá llevar la ¿rma del gerente de la empresa depositaria
468 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

o de quien éste designe, será nominativo, no negociable y tendrá igualmente mérito


ejecutivo para su cobro, a cuyo efecto podrá transferirse como valor en cobro”.
Atendida la de¿nición legal del denominado “Certi¿cado de Fianza” y sus efectos
jurídicos, podemos a¿rmar que este documento corresponde en cuanto a su naturaleza
jurídica a un título de crédito, entendido éste, siguiendo la de¿nición clásica del gran
mercantilista italiano Cesare Vivante como “un documento necesario para ejercer
el derecho literal y autónomo que en él se contiene”, y corresponde a aquellos de
carácter nominativo en cuanto a su circulación y representativo de una obligación de
garantía o caución.
En este sentido, la Institución de Garantía Recíproca es quien emite el Certi¿ca-
do de Fianza y se obliga a cumplir con el acreedor la obligación garantizada, en los
términos señalados en el título de crédito.
En cuanto a las menciones que debe contener el título de crédito denominado
“Certi¿cado de Fianza”, el artículo 12, inciso primero indica sus menciones esenciales
en los siguientes términos:
“Artículo 12.- La garantía que la Institución de Garantía Recíproca otorgue a sus
bene¿ciarios se extenderá mediante la emisión de uno o más Certi¿cado de Fianza, en
el cual se consignará la individualización de la entidad, del a¿anzado y del acreedor,
la singularidad de las obligaciones a¿anzadas y el monto determinado o determinable
al cual se extienda la ¿anza, sin perjuicio de los documentos o menciones adicionales
que las partes convengan”.
El bene¿ciario queda obligado frente a la entidad por los pagos que ésta efectúe en
cumplimiento de las obligaciones garantizadas; las obligaciones a¿anzadas en virtud
de la ley Nº 20.179, en su artículo 12 inciso 5º, dispone que: “gozarán del privilegio
establecido por el artículo 2481 Nº 1, del Código Civil”, esto es corresponde a un
crédito de la cuarta clase.
El Certi¿cado de Fianza tiene mérito ejecutivo, y en caso de extravío, pérdida, hurto
o robo se puede reconstituir mediante el procedimiento jurisdiccional establecido en
la Ley Nº 18.092, sobre Letra de Cambio y Pagaré.
En el inciso noveno a catorce del artículo 12, se regulan los aspectos procesales
del juicio ejecutivo que puede impetrar el acreedor de la obligación garantizada, en
contra de la Entidad de Garantía Recíproca.
D) Contragarantía: “las cauciones entregadas por los bene¿ciarios a la Institución
como respaldo del cumplimiento de las obligaciones que, a su vez, ésta se obligue a
garantizar o que les hubiese garantizado frente a terceros acreedores”.
La “contragarantía”, que debe otorgar el bene¿ciario a la institución, en virtud
de un contrato de garantía recíproca, puede ser real (prenda o hipoteca) o personal
(¿anza).
Si el bene¿ciario es accionista de la institución, de conformidad al artículo 16 de
la ley, puede constituir en prenda sus acciones a favor de la Institución, en efecto la
disposición legal citada dispone:
DERECHO DE SOCIEDADES 469

“Artículo 16.- Para acceder a la ¿anza de la Institución de Garantía Recíproca, el


accionista o socio bene¿ciario podrá constituir en favor de ésta, prenda sobre las
acciones o cuotas de capital que posea en el capital de la mismas. A tales efectos,
serán aplicables las disposiciones de la Ley Nº 4.287, de Prenda Bancaria sobre
Valores Mobiliarios.
La entidad podrá adquirir acciones o cuotas de capital de su propia emisión,
sin necesidad de un acuerdo de la junta de accionistas o socios, en el caso de ejecución
de la garantía que señala el presente artículo o de dación en pago de las acciones o
cuotas prendadas, sin perjuicio de las normas generales que rigen la materia”.
F) Institución(es): “Entidad (es) de Garantía Recíproca: las sociedades anónimas
y cooperativas de garantía recíproca”.

9. Cuestiones Finales
Para concluir con el desarrollo de la regulación a la Sociedad de Garantía Recí-
proca, indicaremos las materias relevantes en cuanto a la Inversión de los Recursos
y de los Fondos de Reserva Patrimonial; y la regulación en cuanto a su insolvencia y
cesación de pago, mecanismos de capitalización y declaración de quiebra.

A) Inversión de los Recursos y de los Fondos


En materia de inversión de recursos las Sociedades de Garantía Recíproca pueden
invertir libremente en toda clase de bienes, que autoricen sus estatutos sociales; y salvo
disposición en contrario un 50% de sus recursos debe ser invertido en los instrumentos
¿nancieros señalados en los números 1, 2, 3 y 4 de la ley Nº 18.815 (artículo 6º).
La ley Nº 18.815, de 1989, regula los Fondos de Inversión, y su artículo 5º, números
1, 2, 3 y 4 establece lo que se transcribe:
“Artículo 5º.- La inversión de los fondos, sin perjuicio de las cantidades que man-
tengan en caja y bancos, deberá efectuarse en:
1) Títulos emitidos por la Tesorería General de la República, por el Banco Central
de Chile, o que cuenten con garantía estatal por el 100% de su valor hasta su total
extinción;
2) Depósitos a plazo y otros títulos representativos de captaciones de instituciones
¿nancieras o garantizados por éstas;
3) Letras de crédito emitidas por bancos e Instituciones Financieras;
4) Bonos, títulos de deuda de corto plazo y títulos de deuda de securitización cuya
emisión haya sido inscrita en el Registro de Valores de la Superintendencia respec-
tiva”.
La Institución de Garantía Recíproca debe constituir un fondo de reserva patrimo-
nial, con cargo a los resultados de su operación de un valor equivalente, al menos, al
20% del capital, que tendrá como ¿nalidad absorber las pérdidas futuras que generen
las operaciones de giro, constituyendo este fondo un verdadero “encaje de capital”
(artículo 7º).
470 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

B) Insolvencia y Quiebra de una Sociedad de Garantía Recíproca


La ley Nº 20.179, regula en su Título VI “Medidas para enfrentar Situaciones
de Inestabilidad Financiera e Insolvencia” de las Sociedades y Cooperativas de
Garantía Recíproca, destinando al efecto los artículos 23 a 26, complementado por
los artículos 30 y 31 que contemplan la regulación a la liquidación por declaración
de quiebra.
Si una Institución de Garantía Recíproca enfrenta hechos que pongan en riesgo
su situación ¿nanciera o solvencia y su Directorio no logra en treinta días contados
desde la elaboración del estado ¿nanciero normalizar la situación, debe citar a Junta
Extraordinaria de Accionistas, para que ésta acuerde el aumento de capital que resulte
necesario para su normal funcionamiento.
Si dicha junta no se celebra, o si no se logra acuerdo, obliga al Directorio a presentar
un convenio judicial preventivo a sus acreedores, dentro del plazo de diez días desde
que se haya detectado la falta de solvencia (artículo 26). Sin perjuicio de conformi-
dad con lo establecido en el artículo 41 del Libro IV, del Código de Comercio, puede
solicitar su propia declaración de quiebra dentro de los quince días siguientes a haber
cesado en el pago de una obligación mercantil.
Declarada la quiebra de una sociedad de garantía recíproca, el Síndico debe
licitar la totalidad de las ¿anzas, mediante licitación pública, en la que sólo pueden
participar como oferentes otras sociedades o cooperativas de garantía recíproca
(artículo 30).

XVI. SECCIÓN UNDÉCIMA


LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS

Las Sociedades Anónimas Deportivas Profesionales “SADP” son una de las formas
de organizaciones deportivas profesionales, junto a las corporaciones y fundaciones,
que pueden adoptar las entidades o personas jurídicas que “tengan por objeto or-
ganizar, producir, comercializar y participar en espectáculos deportivos” y que se
encuentren registradas en el Registro de Organizaciones Deportivas administrado
por el Instituto Nacional de Deportes de Chile, reguladas por la ley Nº 20.019, publi-
cada en Diario O¿cial de 7 de mayo de 2005, que regula las Sociedades Anónimas
Deportivas Profesionales.
En su artículo 16 se de¿ne las “SADP” en los siguientes términos:
“Son sociedades anónimas deportivas profesionales aquellas que tienen por objeto
exclusivo organizar, producir, comercializar y participar en actividades deportivas de
carácter profesional y en otras relacionadas o derivadas de éstas”.
La idea de legislador es que, entre otras, la actividad del fútbol profesional se or-
ganice mediante estas sociedades anónimas mercantiles, ello atendido a la naturaleza
de su actividad económica o empresarial.
DERECHO DE SOCIEDADES 471

Estas sociedades anónimas deportivas profesionales se constituyen al igual que


las sociedades anónimas generales, según lo establecido en la ley Nº 18.046, en sus
artículos 3º, 4º y 5º, esto es se constituyen por escritura pública y mediante extracto
inscrito en Registro de Comercio y publicado en Diario O¿cial, en tiempo y forma.
Los estatutos sociales deben contener como mínimo las siguientes menciones
especiales:
1. El nombre y la razón social de la sociedad, que deberá incluir la expresión
“Sociedad Anónima Deportiva Profesional” o la sigla “SADP”, con lo que puede
constituirse con nombre en idioma español o extranjero, o bien con nombres ¿cticios
o de fantasía;
2. El domicilio social; con lo que basta la indicación a la ciudad en que tendrá su
sede principal;
3. La identi¿cación de los accionistas que participan de la constitución de la so-
ciedad. Esta mención no di¿ere de los requisitos comunes a todo tipo societario;
4. Los activos esenciales de la sociedad anónima constituida. Esta mención re-
¿ere al capital social, más que a los “activos”; en efecto se trata del capital social
y el número de acciones en que se divide, si tienen o no valor nominal y si existen
preferencias o privilegios.
En lo que se re¿ere a capital social, el artículo 13 señala que:
“El capital mínimo de constitución de las organizaciones deportivas profesionales,
tratase de sociedades anónimas deportivas profesionales o de Fondos de deporte
Profesional, en el caso de las corporaciones y fundaciones, será de 1.000 unidades
de fomento. Con todo, las organizaciones deportivas deberán mantener como capital
mínimo de funcionamiento el monto indicado en el inciso anterior”.
El artículo 19 establece que cada acción debe tener un valor igual o inferior a
media unidad de fomento y su capital social inicial mínimo debe encontrarse pagado
dentro del plazo de un año contado desde su constitución social, asimismo, con el
objeto de asegurar la efectividad de su capital social, además el artículo 20 de la ley
condiciona la existencia de la SADP:
“Dentro del plazo de un año contado desde la fecha de la asamblea en que se acordó
su constitución, se hayan suscrito y pagado tantas acciones como sean su¿cientes
para enterar el capital inicial mínimo”.
En lo que se re¿ere a la regulación de la concentración de la propiedad accionaria,
el artículo 21 de la ley establece que:
“Los accionistas que posean un porcentaje igual o superior al 5% de las acciones
con derecho a voto no podrán poseer en otra sociedad regulada por la presente ley,
que compita en la misma actividad y categoría deportiva, una participación superior
al 5% de las acciones con derecho a voto en esta última”.
Limitación que pretende evitar la presencia de accionistas que puedan inÀuir en la
administración de dos o más SADP. Si de hecho se produce esta participación múl-
472 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

tiple en dos o más SADP, por sobre el 5% de la propiedad accionaria con derecho a
voto, se pierde el derecho a voto en el exceso de dicho porcentaje y debe enajenar la
diferencia en el plazo de seis meses (artículo 21 ley).
5. El giro social. Este giro de negocios es exclusivo, en el sentido de que sólo
puede referir a:
“Organizar, producir, comercializar y participar en actividades deportivas de carácter
profesional y en otras relacionadas o derivadas de éstas”.
Si bien el giro es exclusivo, no signi¿ca que sea limitado, ya que la norma dice “y
en otras relacionadas o derivadas de éstas”, frase que puede ser amplia.
Cabe destacar que el giro de negocios de las SADP es por de¿nición legal de ca-
rácter mercantil, conforme a lo señalado por el artículo 1º de la LSA, lo que signi¿ca
que quedan sujetas a la regulación mercantil; además, estas SADP pueden ser abiertas
o cerradas, según la cali¿cación legal establecida en el artículo 2º de la LSA.
Para modi¿car el estatuto social en lo que re¿ere a las materias 2, 3, 4 y 5 “sólo
podrán ser modi¿cadas con el voto favorable de los dos tercios de los accionistas con
derecho a voto”; y el número 1º, el nombre y la razón social de la sociedad, exigen
los cuatro quintos de los accionistas con derecho a voto.
Finalmente, además de los órganos ordinarios de toda sociedad anónima, las de-
portivas deben contener en sus estatutos sociales una Comisión de Ética o Tribunal
de Honor y de una Comisión de Auditoría o Revisora de Cuentas (artículo 12).
El artículo 18 señala que su Directorio se integrará a lo menos por cinco miembros,
cuya duración se ajustará a lo que señalen los estatutos, la norma utiliza la expresión
“mandato”, lo que se encuentra en contra de la de¿nición legal de sociedad anónima
(artículo 1º ley Nº 18.046), ya que el Directorio no actúa por mandato, sino que por
potestades legales reguladas en los artículos 31 a 50 bis de la LSA y en el Reglamento
de la ley.
El artículo 22 de la ley en caso de riesgo de insolvencia de la SADP, obliga a su
Directorio a citar a una Junta Extraordinaria de Accionistas con el objeto de que se
acuerde un aumento de capital; la citación debe ser aprobada por la Superintendencia
de Valores y Seguros. Si la Junta de Accionistas no aprueba el aumento de capital
social o si la SVS no aprueba la convocatoria a la referida Junta, la SADP:
“No podrá aumentar el monto global de sus colocaciones requerido para restablecer
su situación ¿nanciera ni podrá efectuar inversiones, cualquiera sea su naturaleza, a
menos que se trate de instrumentos emitidos por el Banco Central de Chile”.
Finalmente, como norma de cierre el artículo 24 de la ley señala que en lo no pre-
visto en ésta, las SADP se regirán por la Ley Nº 18.046, sobre Sociedades Anónimas,
con excepción de lo establecido en el artículo 14 de dicha ley, lo que signi¿ca que el
estatuto social puede contar en normas que limiten o condicionen la libre cesibilidad
de las acciones de la SADP.
DERECHO DE SOCIEDADES 473

XVII. SECCIÓN DUODÉCIMA


LAS COOPERATIVAS

1. Naturaleza y origen de las cooperativas

Las cooperativas se encuentran reguladas en el decreto con fuerza de ley Nº 5,


publicado en el Diario O¿cial de 17 de febrero de 2004, que ¿ja texto refundido,
coordinado y sistematizado de la Ley General de Cooperativas. El origen de nuestra
actual normativa de las cooperativas se encuentra en el decreto con fuerza de ley
Nº 326, de 1960, las que tuvieron activa participación en la década del 60 en nuestro
país en el proceso de la Reforma Agraria, cuya ¿nalidad fue terminar con el “latifundio”
improductivo, llevándose a cabo un traspaso de la propiedad rural a las Cooperativas
Campesinas y Agrícolas.
Históricamente, las cooperativas tuvieron su origen en Inglaterra en el año 1830
en la ciudad de Rochdale, en la Cooperativa de los Justos Pioneros de Rochdale,
fundada por Charles Howarth, discípulo de Robert Owen (1771-1858), socialista
utópico, considerado como el padre del cooperativismo, defendía la posibilidad de
desarrollar un sistema económico alternativo al capitalismo basado en el cooperati-
vismo; desde su perspectiva los obreros debían unirse para crear una nueva realidad
europea basada en cooperativas que fuesen más rentables que las industrias: coope-
rativas de producción y cooperativas de distribución. Estos planteamientos fueron
los frutos iniciales, y en 1832 ya existían unas 500 cooperativas que englobaban a
20.000 trabajadores; en Alemania se aplicó el principio cooperativista en relación
al crédito por obra de la Schultze Delitzsch, extendiéndose a todos los países de
Europa en el siglo XIX.
Otro hito histórico relevante en el siglo XX lo encontramos en la Comisión Especial
del Congreso Internacional Cooperativo celebrado en Viena el año 1930, evento en el
que se declararon los principios esenciales del régimen cooperativista, consistentes
en: la libre adhesión de las personas, control democrático, participación del bene¿cio
excedente por parte del cooperativista en cuantía proporcional al capital aportado;
prohibición de intervenir en cuestiones religiosas, políticas o sociales y fomento a la
educación popular.
En doctrina se señala que las cooperativas se caracterizan por tratarse de una es-
tructura de unión de personas que no aspiran a especular, sino a ayudarse mutuamente
ante necesidades comunes, obtener la prestación de un servicio necesario para todas
ellas que de otro modo les resultaría más gravoso; suprimir intermediarios costosos
o realizar colectivamente determinada función con bene¿cios comunes. En el caso
chileno existen experiencias interesantes en materia de cooperativas rentables en el
ámbito agrícola y pisquero en la IV Región del país.
En Derecho comparado, en el derecho español en una ley de 1987, se las de¿ne
en los siguientes términos:
474 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Las cooperativas son sociedades que, con capital variable y estructura y gestión
democráticas, asocian, en régimen de libre adhesión y baja voluntaria, a personas
que tienen intereses y necesidades socioeconómicas comunes, para cuya satisfacción
y al servicio de la comunidad desarrollan actividades empresariales, imputándose
los resultados económicos a los socios, una vez atendidos los fondos comunitarios,
en función de la actividad cooperativizada que realizan” (art. 1.1).

2. Regulación legal de las cooperativas


En el D.F.L. Nº 5, Ley General de Cooperativas, de 2004, se regula a las coope-
rativas y se las de¿ne como sigue:
“Para los ¿nes de la presente ley son cooperativas las asociaciones que de conformidad
con el principio de la ayuda mutua tienen por objeto mejorar las condiciones de vida
de sus socios y presentan las siguientes características fundamentales:
Los socios tienen iguales derechos y obligaciones, un solo voto por persona y su
ingreso y retiro es voluntario.
Deben distribuir el excedente correspondiente a operaciones con sus socios, a pro-
rrata de aquéllas.
Deben observar neutralidad política y religiosa, desarrollar actividades de educación
cooperativa y procurar establecer entre ellas relaciones federativas e intercoopera-
tivas”.
En lo que se re¿ere a su objeto, el artículo 2º del D.F.L. Nº 5 señala que:
“Las cooperativas pueden tener por objeto cualquier actividad y estarán sujetas a las
disposiciones de la presente ley y sus reglamentos.
Sin perjuicio de lo establecido en el inciso anterior, en cuanto a las operaciones propias
de su giro, las cooperativas se sujetarán, en lo que les sea aplicable, a la regulación
y ¿scalización establecida por leyes especiales que rijan a la actividad económica
que constituya su objeto”.
Si las cali¿camos según su objeto serán civiles, mercantiles o mineras, según la
naturaleza de su objeto o giro especí¿co de negocios.
Conforme a lo señalado en los artículos 1º y 2º del D.F.L. Nº 5, de 2004, se rigen
por las normas del decreto citado y además por las normas que regulen su actividad
económica especí¿ca.
El legislador con¿ere personalidad jurídica a las cooperativas, debiendo contener
elementos indicativos a la naturaleza cooperativa en su razón social, “los cuales po-
drán omitirse en la sigla o denominación de fantasía que se adopte”, según señala el
artículo 5º del D.F.L. Nº 5, de 2004.
El capital de las cooperativas es “variable e ilimitado”, a partir del mínimo que
¿jen sus estatutos y se formará con las sumas que paguen los socios por la suscripción
de sus cuotas de participación. El capital de la cooperativa se encuentra regulado en
los artículos 31 a 42 del D.F.L.
DERECHO DE SOCIEDADES 475

3. Distintos tipos de cooperativas


El D.F.L. Nº 5, de 2004, reconoce los siguientes tipos de cooperativas:
1. Cooperativas de Trabajo: “las que tienen por objeto producir o transformar
bienes o prestar servicios a terceros, mediante el trabajo mancomunado de sus socios
y cuya retribución debe ¿jarse de acuerdo a la labor realizada por cada cual” (artículo
60 D.F.L.);
2. Cooperativas Agrícolas y Campesinas: “las que se dedican a la compraventa,
distribución, producción y transformación de bienes, productos y servicios, relaciona-
dos con la actividad silvoagropecuaria y agroindustrial, con el objeto de procurar un
mayor rendimiento de ella y que actúan preferentemente en un medio rural y propenden
al desarrollo social, económico y cultural de sus socios” (artículo 65 D.F.L.);
3. Cooperativas Pesqueras: “aquellas que se dedican a la producción, compra,
venta, distribución, transformación de bienes, productos y servicios relacionados con
la explotación de productos del mar y a las actividades que persigan el mejoramiento
de las condiciones de vida de quienes las desempeñan” (artículo 67 D.F.L.);
4. Cooperativas de Servicio: “las que tengan por objeto distribuir los bienes y
proporcionar servicios de toda índole, preferentemente a sus socios, con el propósito
de mejorar sus condiciones ambientales y económicas y de satisfacer sus necesidades
familiares, sociales, ocupacionales o culturales” (artículo 68 D.F.L.);
5. Cooperativas Escolares: “las que se constituyen en los establecimientos de edu-
cación básica, media, especial o superior, con el objeto de propender al mejoramiento
de las escuelas en las cuales se fundan y de la comunidad en que éstas funcionan.
El propósito principal de las cooperativas escolares es educativo y secundariamente
económico” (artículo 69 D.F.L.);
6. Cooperativas de Abastecimiento y Distribución de Energía Eléctrica: “las que
se constituyen con el objeto de distribuir energía eléctrica” (artículo 72 D.F.L.);
7. Cooperativas de Vivienda: “aquellas que tienen por objeto satisfacer necesida-
des habitacionales y comunitarias de sus socios y prestar los servicios inherentes a
dicho objetivo”, éstas pueden ser cerradas o abiertas, según ejecuten una obra o varias
simultáneamente (artículo 74 D.F.L.);
8. Cooperativas de Ahorro y Crédito: “las de servicio que tengan por objeto único
y exclusivo brindar servicios e intermediación ¿nanciera en bene¿cio de sus socios”
(artículo 86 D.F.L.);
9. Cooperativas de Consumo: “las que tienen por objeto suministrar a los socios
y sus familias, artículos y mercaderías de uso personal o doméstico, con el objeto de
mejorar sus condiciones económicas” (artículo 91 D.F.L.).
Llama la atención que no se mencione expresamente a las Cooperativas Mineras,
en un país como el nuestro que tiene inmensa riqueza y tradición minera.
476 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Cabe destacar que algunos de los giros de las cooperativas son típicamente mercan-
tiles ya que se trata de actos de empresa regidos por el artículo 3º números 5 a 9 y 20
del Código de Comercio, como las Cooperativas de Abastecimiento y Distribución de
Energía Eléctrica, Cooperativas de Vivienda (artículo 3º Nº 20 Código de Comercio),
Cooperativas de Ahorro y Crédito.

4. Constitución de cooperativas y órganos

En cuanto a su constitución, debe extenderse “acta de la Junta General Consti-


tutiva, que debe ser reducida a escritura pública y debe inscribirse un extracto de la
escritura en el Registro de Comercio, correspondiente al domicilio de la cooperativa
y publicarse por una vez en el Diario O¿cial, todo ello dentro del plazo de sesenta
días siguientes a la fecha de la escritura pública respectiva, según se ordena en los
artículos 6º y 7º del D.F.L. Nº 5, de 2004.
Conforme a lo dispuesto por el artículo 20 del D.F.L., las cooperativas deben
actuar mediante los siguientes órganos: a) La Junta General de Socios, b) El Consejo
de Administración, c) El Gerente, d) La junta de Vigilancia.
La Junta General de Socios es la autoridad suprema de la cooperativa, formada por
los socios, teniendo una competencia análoga a la juntas de accionistas en la sociedad
anónima. Se encuentra regulada en los artículos 21 a 23.
El Consejo de Administración es un órgano elegido por la Junta General de Socios,
que “tiene a su cargo la administración superior de los negocios sociales y representa
judicial y extrajudicialmente a la cooperativa para el cumplimiento del objeto social”,
sin perjuicio de la representación que compete al gerente. Este órgano colegiado de
administración se encuentra regulado en los artículos 24 y 25.
El gerente “es el ejecutor de los acuerdos y órdenes del Consejo de Adminis-
tración” y representa judicialmente a la cooperativa y se encuentra regulado en el
artículo 27.
La Junta de Vigilancia es también un órgano colegiado, compuesta por cinco
miembros y tiene por objeto examinar la contabilidad, inventario, balance y otros
estados ¿nancieros y las demás atribuciones que se establezcan en los estatutos y en
el reglamento de la ley y se encuentra regulado en el artículo 28 del D.F.L.

5. Causales de terminación de las cooperativas

El artículo 43 del D.F.L. establece las causales de disolución o terminación de las


Cooperativas, señalando las siguientes: a) Por vencimiento del plazo de duración, si
lo hubiere; b) Por acuerdo de la Junta General, c) Por las demás causales señaladas
en los estatutos; d) Por sentencia judicial ejecutoriada, dictada por juez ordinario o
árbitro según capítulo V del D.F.L., basada en incumplimiento reiterado de las normas
que la regulan; y, contravención grave o inobservancia de la ley o estatutos; e) Las
demás que contemple la ley.
DERECHO DE SOCIEDADES 477

Ocurrida una causal de disolución corresponde al Consejo de administración, dentro


de los 30 días siguientes, consignar este hecho por escritura pública, cuyo extracto
debe inscribirse en el Registro de Comercio y publicarse en el Diario O¿cial.
La liquidación de las cooperativas se efectúa por una comisión de tres personas
elegidas por la junta general de socios, subsistiendo su personalidad jurídica, debiendo
agregar a su razón social las palabras “en liquidación” (artículos 47 y 48 D.F.L.).

XVIII. SECCIÓN DECIMATERCERA


SOCIEDADES MINERAS REGULADAS EN EL CÓDIGO DE MINERÍA
Indicamos en la clasi¿cación de las sociedades que nuestro Código de Minería,
de 1983, regula en sus artículos 172 a 199 la llamada sociedad legal minera y en los
artículos 200 a 205 las sociedades que nacen de un contrato o sociedades contrac-
tuales mineras.
En los artículos indicados encontramos la regulación a las sociedades en el Código
de Minería.
No obstante, la actividad minera puede ser desarrollada por las sociedades regidas
en otros Códigos o en leyes especiales, tal como declara el artículo 172 del Código
de Minería, que señala:
“Para la exploración o la explotación de las sustancias minerales podrán constituirse
sociedades en la forma establecida en otros Códigos o en leyes especiales.
Podrán, además, constituirse las sociedades mineras de que trata este párrafo”.
Por lo tanto, la minería en Chile puede desarrollarse mediante sociedades regidas
por el Código Civil, Comercial o en leyes mercantiles especiales –anónima o de
responsabilidad limitada– o mediante las dos formas de sociedad reguladas en el Có-
digo de Minería. Además, no existe obstáculo para que sea desarrollada –la pequeña
minería– mediante la constitución de una Empresa Individual de Responsabilidad
Limitada (“E.I.R.L.”).

1. Naturaleza jurídica de las sociedades mineras


El tema de la naturaleza jurídica de las sociedades mineras es complejo y por cierto
debatible u opinable, ya que ambos tipos, la legal y la “contractual”, dividen su capital
en acciones, razón por la cual se podría sostener desde la disciplina societaria, que
éstas son formalmente mercantiles, no obstante que el Código de Minería no contiene
regla expresa en este sentido.
De otra parte, aplicando el criterio del artículo 2059 del Código Civil, las so-
ciedades mineras, meramente extractivas de productos o sustancias mineras, serían
típicamente civiles, en cuanto a su objeto social y actividades; pero en la medida que
las sustancias mineras sean usadas en procesos productivos, como insumos o materia
prima, obteniéndose “productos mineros” son ellos los que deben ser comercializados,
y entonces estaremos frente a “empresas de fábrica”, y por lo tanto en el artículo 3º
478 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Nº 5 del Código de Comercio, en los actos de comercio de empresas, caso en el cual


estos giros de “producción o fabricación de elementos mineros”, pasan a ser mer-
cantiles. Esta cali¿cación jurídica de las sociedades mineras en civiles o mercantiles
tiene relevancia por el estatuto jurídico aplicable, además del propio contenido en el
Código de Minería y leyes o normas especiales de dicha rama del Derecho.
Además, si el giro minero es el objeto de una sociedad anónima o de una empresa
individual de responsabilidad limitada, por mandato de las leyes que las regulan son
siempre mercantiles en nuestro sistema jurídico.

2. La sociedad legal minera


La sociedad legal minera nace de un hecho, elemento generador que resulta excep-
cional respecto al concepto o noción contractualista de la sociedad, que se contiene
en la de¿nición legal de sociedad del artículo 2053 del Código Civil.
En efecto, el artículo 173 del Código de Minería señala:
“Por el hecho de que se inscriba un pedimento o una manifestación formulado en
común por dos o más personas o por el hecho de que, a cualquier otro título, se
inscriba cuota de una concesión minera que estaba inscrita a nombre de una sola
persona, nace una sociedad minera que, por el solo ministerio de la ley, forma una
persona jurídica”.
Dos son en consecuencia los hechos que hacen nacer una sociedad legal mine-
ra, a saber: (1) por el hecho de que se inscriba un pedimento o una manifestación
formulado en común por dos o más personas, y (2) por el hecho de que, a cualquier
otro título, se inscriba cuota de una concesión minera que estaba inscrita a nombre
de una sola persona.
Esta sociedad legal minera “tomará el nombre de la concesión, con mención del
asiento minero en que ésta se halle ubicada”, y su domicilio “será la ciudad donde se
encuentre inscrita la concesión cuyo nombre se incluye en el de la sociedad”, conforme
disponen los incisos 2º y 3º del artículo 173.
Esta sociedad legal minera que nace de los dos hechos señalados anteriormente,
jurídica y materialmente se establece una vez que el conservador de minas inscriba
alguno de los títulos constitutivos a que se re¿ere el artículo 173, después de inscri-
birlo en el registro de descubrimientos o en el de propiedad minera, según sea el caso,
deberá hacer a continuación, en el mismo registro, una nueva inscripción a favor de
la sociedad, que queda constituida por ese hecho, y, acto continuo, inscribirá en el
registro de accionistas los nombres de las personas de que se compone la sociedad,
con indicación del número de sus acciones y de fracción de acción en su caso, según
dispone el artículo 176 del Código.
Efectuada la inscripción en el Registro de Minas a favor de la sociedad, ésta ad-
quiere la concesión, conservando sus miembros un derecho mueble, o acción, con
relación a la sociedad (artículo 177).
DERECHO DE SOCIEDADES 479

Si analizamos lo establecido por el artículo 176, la sociedad legal minera nace por
acto de autoridad, siendo por lo tanto su origen solemne: “una nueva inscripción a favor
de la sociedad, que queda constituida por ese hecho”. Además, podemos a¿rmar que los
dos casos que dan lugar al nacimiento de una sociedad legal minera y no “comunidad
minera”, obedece a la ¿gura jurídica de la “conversión del negocio jurídico”; esto es,
el legislador reconduce la ¿gura jurídica “comunidad” a sociedad legal minera, con
lo que queda de mani¿esto su reticencia a la formación de comunidades en materia
de propiedad minera. Para la profesora chilena de Derecho Minero Carmen Ansaldi
Domínguez, esta ¿gura obedece a una naturaleza jurídica de cuasicontrato, en los
términos establecidos en el artículo 2284 del Código Civil, que establece:
“Las obligaciones que se contraen sin convención, nacen o de la ley, o del hecho vo-
luntario de una de las partes. Las que nacen de la ley se expresan en ella. Si el hecho
de que nacen es lícito, constituye un cuasicontrato”.
En cuanto al objeto o giro de negocios, esta sociedad legal minera “podrá compren-
der dos o más concesiones, siempre que los socios sean unos mismos y tengan igual
participación en cada una de ellas; en este caso la sociedad tomará la denominación
de la primera concesión que el título mencione” (artículo 174).
Respecto al capital social, la ley lo divide en cien acciones, “que corresponderán
a los socios, a prorrata de sus cuotas en la concesión” (artículo 175).
Para efectos de transferir las acciones del socio a otro adquirente, se debe efectuar
la tradición de las acciones por la inscripción del título en el Registro de Accionistas
del Conservador de Minas que haya practicado la inscripción societaria (artículo
178). Si se adquieren por acto de adjudicación, debe reducirse a escritura pública e
inscribirse en el registro, si se adquiere por asignación testamentaria, se debe inscribir
el testamento, y si la transmisión es por sucesión por causa de muerte se aplica el ar-
tículo 688 del Código Civil; esto es, debe obtenerse por los herederos del causante la
posesión efectiva de la herencia, e inscribirse en el Registro de Accionistas, herederos
que deben designar un mandatario común (artículo 179).

2.1. Responsabilidad de los socios


Respecto a los acreedores sociales, los socios no son responsables frente a ellos
por las deudas de la sociedad, respondiendo a la sociedad sólo por el monto de sus
acciones, de lo que se concluye que existe limitación de responsabilidad para los
socios por las obligaciones sociales (artículo 180).

2.2. Órganos sociales


La sociedad legal minera cuenta con órganos societarios, distinguiéndose las juntas
de socios y los administradores nombrados por la junta.
Las juntas de socios. El Código de Minería señala que “Todo negocio concerniente
a la sociedad se tratará y resolverá en junta, que tendrá lugar en el domicilio de la
480 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

sociedad” (artículo 181). La junta entonces es el órgano colegiado, integrado por los
accionistas o socios, cuya competencia es acordar los negocios sociales.
Estas juntas pueden ser convocadas por el juez del domicilio social, a solicitud de
cualquier socio o del administrador (artículo 183), y también puede “autoconvocarse”
mediante la asistencia del 100% de las acciones o si todas éstas comparecen mediante
escritura pública (artículos 182 y 185).
Para su constitución válida se requiere la asistencia de una o más personas que
representen, a lo menos, la mayoría absoluta de las acciones de la sociedad, no habien-
do el citado quórum, se practicará una segunda citación, la que se celebrará con las
acciones que concurran y se adoptarán los acuerdos que procedan (artículo 186).
La citación a junta se hará mediante aviso, indicando día, lugar, hora y materias
a tratar, el que deberá publicarse con al menos ocho días de anticipación a la junta
(artículo 182). El aviso se publica en el boletín o¿cial de minería, que publica el Diario
O¿cial, por mandato del artículo 238 del Código.
La junta será presidida por quien represente el mayor número de acciones y ha-
biendo igualdad entre dos o más accionistas, decide un sorteo (artículo 187).
Los acuerdos se toman por la mayoría absoluta de las acciones presentes y deben
ser consignados en un acta que será ¿rmada a lo menos por la o las personas que vo-
taron favorablemente, o que sean designadas para ello por la junta, en caso de empate
resuelve el juez teniendo en consideración el interés de la sociedad (artículo 188).

2.3. La administración
La administración de la sociedad legal minera compete a uno o más administradores
nombrados en junta, la que determinará las atribuciones, remuneración y duración
del encargo (artículo 191). La designación debe constar por escritura pública e ins-
cribirse al margen del Registro de Accionistas. Sin estos requisitos el nombramiento
es inoponible a terceros.
En cuanto a su naturaleza jurídica, el artículo 182 declara que el administrador es un
mandatario de la sociedad y por lo tanto debe ceñirse a los términos de su mandato.
Sin perjuicio, el Código señala que tiene poder para actos de mera administración,
como ser: “pagar las deudas, cobrar los créditos de la sociedad, siempre que perte-
nezcan al giro ordinario de la sociedad, perseguir en juicio a los deudores, intentar
acciones posesorias e interrumpir prescripciones, comprará materiales necesarios
para la exploración o explotación de la mina, celebrar contratos de trabajo y ponerles
término y vender los materiales extraídos”. En materia judicial está investido de las
facultades establecidas en el artículo 7º del Código de Procedimiento Civil.

2.4. Distribución de bene¿cios


En materia de distribución de bene¿cios, éstos se reparten en proporción a las
acciones de cada socio (artículo 194); la distribución se hará cuando lo determine la
junta o el administrador lo estime conveniente. La distribución se “hará en minerales,
DERECHO DE SOCIEDADES 481

en pastas o en dinero, según lo acuerden los socios” (artículo 194, inciso 3º), a falta
de acuerdo se hará en dinero.
En cuanto a los gastos sociales, el artículo 195 dispone que “los socios contribuirán
al pago de los gastos necesarios tanto para la conservación y exploración de la con-
cesión de exploración y de la pertenencia, como para la explotación de esta última,
en proporción a las acciones que tengan en la sociedad”. Es competencia de la junta
¿jar la cuantía de la cuota y se hace exigible dentro de 30 días siguientes a la fecha
de la segunda publicación del acuerdo respectivo.
En caso de inconcurrencia al pago de la cuota, la sociedad puede enajenar los
minerales, pastas o disponer del dinero del inconcurrente, para cubrir la cuota que
adeude. Si ello no fuere posible o su¿ciente, la sociedad puede demandar en juicio
ejecutivo al socio moroso, siendo su¿ciente título la copia autorizada del acta o de la
escritura pública de la junta que acordó el cobro de la cuota.

2.5. Causales de terminación de la sociedad legal minera


El artículo 199 del Código de Minería señala que “la sociedad sólo terminará.
1º Por la enajenación, extinción o caducidad de todas las concesiones de que sea
dueña, y 2º Por la reunión en una sola persona de todas las acciones que componen
su haber”.
Sólo en el caso de la primera causal legal se debe proceder a la liquidación de la
sociedad legal minera, a cargo de liquidador, ya que en el caso 2º, opera confusión
de patrimonio, caso en el cual no es procedente la liquidación.

3. Sociedades mineras que nacen de un contrato


o sociedad contractual minera
El Código de Minería de 1983, luego de regular las sociedades legales mineras,
regula las sociedades contractuales mineras, en los artículos 200 a 205.
A diferencia de la legal, la contractual nace del acuerdo de voluntades de dos o
más personas, naturales o jurídicas.
Al efecto, el artículo 200 señala:
“Para la prospección o la exploración de la concesión de exploración o de la pertenencia,
o la explotación de esta última y el bene¿cio de sus minerales, podrá también pactarse
sociedades que se rijan por las disposiciones contenidas en la sección 1) de este párrafo,
caso en el cual se observarán, además, las reglas de los artículos siguientes”.

3.1. Formación de la sociedad contractual minera


La sociedad contractual minera, siguiendo la regla general de las sociedades mer-
cantiles, se forma y prueba por escritura pública, inscrita en extracto en el Registro
de Propiedad del Conservador de Minas del domicilio social, conforme a lo dispuesto
por el artículo 201, de los que se sigue que son solemnes en su constitución.
482 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El Código señala los elementos esenciales que debe contener la escritura pública
de constitución: 1. La individualización de los socios y el nombre, domicilio, objeto
y duración de la sociedad;
9. La forma de administración.
10. La división del interés social en acciones y su distribución total entre los
socios, y
11. El aporte o transferencia de la concesión a la sociedad.
Agrega el artículo 201: “En la misma escritura podrán expresarse los demás
pactos que acuerden los socios”, con lo que se pueden incorporar menciones o
cláusulas accidentales, que los socios estimen para la regulación de sus relaciones
societarias, tales como reglas para el aumento de capital, cláusula compromisoria
para la resolución de conÀictos jurídicos, designación de jueces árbitros, entre otras
materias.
En cuanto al extracto, éste debe contener las menciones del número 1 a 4 citadas
anteriormente, y no se señala plazo para proceder a la inscripción en el Registro de
Propiedad del Conservador de Minas del domicilio social. Tampoco se establece el
requisito de publicar en el extracto en el registro referido.

3.2. Responsabilidad de los socios


En materia de responsabilidad de los socios por las obligaciones sociales, el artículo
202 del Código señala:
“En la sociedad de que trata esta sección, los socios responderán con todos sus bienes
de los aportes a que se obligan en el contrato social”; y respecto de los acreedores
sociales señala. “Los socios no son responsables ante terceros de las obligaciones de
la sociedad, salvo estipulación en contrario”.
Lo que se concluye es que esta sociedad contractual minera implica limitación de
responsabilidad de los socios respecto de los acreedores sociales, quienes sólo tienen
acción en contra de la sociedad.

3.3. Causales de terminación de la sociedad contractual minera


Respecto a las causales de disolución o terminación de la sociedad contractual
minera, el artículo 203 señala:
“Esta sociedad termina en los casos contemplados en el artículo 199 y además:
a) Por expiración del plazo o el cumplimiento de la condición, ¿jados para su dura-
ción en el contrato, y
b) Por acuerdo de los socios, tomado en la horma prevista en la escritura social”.
No señala la ley que esta sociedad termina por la extinción de la cosa productiva;
esto es, por el agotamiento de la pertenencia minera, caso en el cual debe terminar,
ya que carecería de objeto social.
DERECHO DE SOCIEDADES 483

3.4. Régimen de liquidación


Ocurrida una causal de disolución, siguiendo principios generales, debería con-
signarse el hecho mediante escritura pública e inscribirse en el Registro de Propiedad
del Conservador de Minas del domicilio social, no obstante el Código no prevé esta
actuación a favor de terceros.
El artículo 204 señala que operada la disolución ha de procederse a la liquida-
ción, por el administrador, salvo regla distinta en el estatuto social, o que los socios
dispongan o acuerden otra persona como liquidador. Agrega que el liquidador se
sujetará a las potestades que establece el Código de Comercio para la liquidación de
las sociedades colectivas, previstas en los artículos 407 y siguientes.
Se declara expresamente, que “se entiende que la personalidad jurídica de la
sociedad subsiste para los efectos de su liquidación”.
Como norma de cierre, el artículo 205 declara que: “En todo aquello que no está
previsto en el contrato social o en la presente sección, según el caso, regirán las
disposiciones de la sección anterior”; esto es, en la regulación de la sociedad legal
minera, artículos 173 a 199 del Código de Minería.

4. Reglas de solución de conÀictos entre socios


En materia de resolución de conÀictos entre socios, o entre la sociedad y los so-
cios de las sociedades legales y contractuales mineras, el artículo 234 del Código de
Minería, señala que será juez competente el juez de letras en lo civil en cuyo territorio
jurisdiccional se encuentre ubicado el punto medio en el pedimento o manifestación
(artículo 231), y se tramitan estas cuestiones en el procedimiento sumarísimo que
regula el artículo 235, todo ello sin perjuicio de que se pacte cláusula compromisoria
o se designe juez árbitro en la escritura social o en pacto de socios.

5. Quiebra de las sociedades mineras


Conforme a lo establecido por el artículo 41 del Libro IV del Código de Comercio,
sobre quiebras, el deudor que se dedique a la actividad minera es deudor cali¿cado,
comprendido en dicho artículo, al igual que el industrial, comerciante y agricultor,
por lo tanto tiene la sociedad minera la carga legal de pedir su propia declaración de
quiebra, dentro de los quince días siguientes a haber cesado en el pago de una obli-
gación mercantil, bajo sanción de presumirse legalmente que su quiebra es, desde el
punto de vista penal, culpable conforme a lo establecido en el artículo 219 Nº 4 del
Libro IV del Código de Comercio.

XIX. SECCIÓN DECIMACUARTA


RÉGIMEN SIMPLIFICADO, CONSTITUCIÓN, MODIFICACIÓN
Y DISOLUCIÓN DE SOCIEDADES COMERCIALES

La ley Nº 20.659 de 2013, publicada en Diario O¿cial de 8 de febrero de 2013,


establece un régimen simpli¿cado de constitución, modi¿cación y disolución de
484 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

sociedades comerciales, mediante el cual se pueden constituir empresas individuales


de responsabilidad limitada ley Nº 19.857, sociedades de responsabilidad limitada
ley Nº 3.918, sociedades anónimas cerradas ley Nº 18.046, sociedades colectivas,
sociedades por acciones, en comandita simple y por acciones del Código de Comercio,
mediante formulario –documento electrónico– de constitución inscrito en el Registro
de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, que
se de¿ne como repositorio Electrónico, de carácter público, nacional y único, que
deberá constar en un sitio Web y en el cual deberán inscribirse las personas jurídicas
indicadas que se acojan a esta ley.
Técnicamente con esta ley Nº 20.659, en adelante Ley de Sociedades Simpli¿cada
“LSS”, se puede constituir, modi¿car y disolver una sociedad de los tipos societarios
indicados en horas mediante documento electrónico, por lo que se eliminan los actos
y tiempos más extensos que involucra y requiere constituir una sociedad conforme
al régimen tradicional de estatuto por escritura pública y extracto inscrito en registro
de comercio y publicación en Diario O¿cial.
Complementa la ley el Reglamento Decreto Nº 45 de Ministerio de Economía,
publicado en Diario O¿cial de 28 de marzo de 2013, y que entró en vigencia al el
primer día hábil del mes subsiguiente al de la publicación del Reglamento en el Diario
O¿cial (artículo 2º transitorio LSS).
El fundamento de la ley Nº 20.659 expresado en su Mensaje del Ejecutivo Proyecto
de ley Nº 382-358, de 29 de octubre de 2010, fue lo que se cita:
“La evidencia internacional obtenida a partir del ranking elaborado el año 2010 por
Doing Business (Corporación del Banco Mundial que cuanti¿ca las regulaciones para
realizar negocios existentes en sus países miembros) muestra que Chile aparece en
el lugar número 69 sobre un total de 183 países en la categoría de iniciar un nego-
cio. En lo que respecta al ranking general de facilidad para hacer negocios, Chile
se encuentra relativamente mejor posicionado en el lugar 49, pero de todas formas
registró un retroceso de 9 puestos respecto a la medición del año 2009, evidenciando
una pérdida de competitividad en la materia.
El ranking del Doing Business en cuanto a iniciar un negocio considera la siguiente
información a destacar:
a) El número de trámites para constituir una empresa en Chile asciende a 9 versus un
promedio de 5,7 para los países que pertenecen a la Organización de Cooperación y
Desarrollo Económico (“OCDE”).
b) El tiempo en constituir una empresa en Chile alcanza a 27 días; en cambio en la
OCDE alcanza a 13 días en promedio.
c) El costo como porcentaje del ingreso per cápita en Chile es de 6,9% (US$415)
mientras que en la OCDE dicho valor es de un 4,7%.
En vista de lo anterior, Chile está muy rezagado en las facilidades para emprender en
relación a los países desarrollados (“países OCDE”), por lo cual resulta urgente dis-
minuir fundamentalmente los costos y el tiempo de constitución de una empresa, entre
otros factores, para cumplir la meta de ser un país desarrollado hacia el 2018”.
DERECHO DE SOCIEDADES 485

Por ello, la idea es establecer un sistema simpli¿cado de constitución de socieda-


des, electrónico, público, a escala nacional y a bajo costo económico y con brevedad
de tiempo, de manera que en horas puedan formarse sociedades comerciales, en el
Registro de Empresas y Sociedades a cargo del Ministerio de Economía, Fomento
y Turismo.
Una opinión crítica al sistema de sociedades simpli¿cadas ha sido expresada por
Alfredo Martin, Notario Público, en columna de opinión en Diario Constitucional
Nº 187, de 15 de marzo de 2013, titulado Sociedad Express y su constitucionalidad,
quien citando a los constitucionalistas Francisco Zúñiga y José Luis Cea, y señala
como conclusión: “No resultan convenientes, especialmente para los emprendedores,
iniciativas que sólo buscan posicionarse en un determinado Ranking, sin que se hagan
mayores y mejores análisis…” y agrega: “Como se puede apreciar en otras iniciativas
legales a cargo del área económica, hay una clara tendencia de subordinar el derecho
a criterios estrictamente económicos, situación claramente contraria a lo que ocurre
en la actualidad en los países desarrollados, y que conduce al grave error de confundir
rapidez con ligereza” (ver artículo en www.diario constitucional.cl).
En nuestra opinión, aun cuando se puede criticar el sistema simpli¿cado de so-
ciedades, en cuanto se instala como un modelo legal paralelo al régimen tradicional
societario chileno, donde la mayor duda pasa por la hipótesis que los otorgantes
prescindan de asesoría de abogado especialista, y se generen sociedades simpli¿cadas
con vicios de fondo y forma, atentando a la seguridad y certeza jurídica que informa
el derecho de sociedades. La aplicación en el tiempo logrará despejar estas dudas,
juicio crítico que podrá contrastarse con el uso estadístico y cuantitativo de la ley,
para poder evaluar sus bondades y defectos. En todo caso cabe consignar que esta ley
implícitamente invita a los constituyentes de sociedades a prescindir de la asesoría de
abogado y costes de notariado, bajo el parámetro economicista de abaratar costes, y
privilegiar la velocidad o tiempo en la constitución de sociedades.
Cabe destacar que esta Ley sobre Sociedades Simpli¿cadas se encuentra en
concordancia, y tiene como fundamento jurídico la Ley Nº 19.799, de 2002, sobre
Documento Electrónico, Firma Electrónica y Servicios de Certi¿cación de ¿rma elec-
trónica, que establece la institucionalidad base de lo que se denomina regulación al
comercio electrónico, y en la que se regulan y de¿nen documento electrónico, ¿rma
electrónica avanzada, Entidad Certi¿cadora de ¿rmas electrónicas, entre otros con-
ceptos, siendo la ley Nº 20.659 una extensión de aquella legislación en el ámbito del
derecho de sociedades, ya que el sistema que se establece funciona con la exigencia
de formulario electrónico, que es un jurídicamente un “documento electrónico”, y
debe ser suscrito por sus otorgantes mediante ¿rma electrónica avanzada propia o de
Notario Público.
Es necesario tener presente que la ley Nº 19.799, sobre comercio electrónico, en
su artículo 4 hace equivalente el acto jurídico en formato de documento de papel al
acto jurídico otorgado en “documento electrónico” y señala: “Artículo 3º. Los actos
486 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

y contratos otorgados o celebrados por personas naturales o jurídicas, suscritos por


medio de ¿rma electrónica, serán válidos de la misma manera y producirán los mismos
efectos que los celebrados por escrito y en soporte de papel. Dichos actos y contratos
se reputarán como escritos, en los casos en que la ley exija que los mismos consten
de ese modo, y en todos aquellos casos en que la ley prevea consecuencias jurídicas
cuando constan igualmente por escrito”.
La formación de sociedades por medio electrónico, como es el caso del modelo
de la LSS, debemos necesariamente explicarla y entenderla en su naturaleza jurídi-
ca dentro del moderno concepto de “contrato electrónico” o “contrato por medios
electrónicos”, toda vez que siguiendo a Ricardo Lorenzetti “una vez constatado
que se usa el medio digital para celebrar, cumplir o ejecutar un acuerdo, estamos
ante “un contrato electrónico”62. En igual sentido, Ricardo Sandoval, siguiendo a
Davara Rodríguez, conceptualiza el contrato electrónico como “aquel que se realiza
mediante la utilización de algún elemento electrónico cuando éste tiene o puede tener
una incidencia real y directa sobre la formación de la voluntad o el desarrollo de la
interpretación futura del acuerdo”63.
En consecuencia, las sociedades constituidas por medios electrónicos en la LSS,
son una expresión de contratos celebrados por medios electrónicos o digitales, siendo
un ejemplo del impacto de las nuevas tecnologías de Internet en el ámbito del Derecho,
y especialmente, en ámbito de la contratación ha dado lugar a la denominada “lex
informática”, así como hay una “lex mercatoria”.
En los números siguientes se exponen los aspectos más relevantes de la nueva
regulación a la Empresa individual de responsabilidad limitada y sociedades comer-
ciales admitidas en la “LSS” y su Reglamento, y termina con nueve conclusiones al
nuevo sistema de sociedades simpli¿cadas o digitales.
I. Personas Jurídicas que se pueden acoger a la Ley de Sociedades Simpli¿ca-
das
Conforme lo establece el artículo 2 de la LSS, se pueden acoger al régimen de
constitución simpli¿cada, la empresa individual de responsabilidad limitada “E.I.R.L.”,
regulada en al ley Nº 19.857, la sociedad de responsabilidad limitada, regulada en la
ley Nº 3.918, la sociedad anónima cerrada establecida en la ley Nº 18.046, la sociedad
anónima de garantía reciproca, regulada en la ley Nº 20.179, las sociedades colectiva
comercial, sociedad por acciones “SpA”, la sociedad en comandita simple y la sociedad
en comandita por acciones, reguladas en el Libro II del Código de Comercio.
Se excluye del ámbito de aplicación de la LSS las sociedades anónimas abiertas,
y las sociedades anónimas cerradas regidas por leyes especiales.

62 Ricardo LORENZETTI, Comercio Electrónico, Buenos Aires, Editorial AbeledoPerrot, pág. 174.
63
Ricardo SANDOVAL LÓPEZ, Derecho del Comercio Electrónico, Santiago, Editorial Jurídica de
Chile, pág. 63.
DERECHO DE SOCIEDADES 487

El artículo 2º de la LSS señala: “Las personas jurídicas que pueden acogerse a la


presente ley son las siguientes:
1. La empresa individual de responsabilidad limitada, regulada por la ley
Nº 19.857.
2. La sociedad de responsabilidad limitada, contemplada en la ley Nº 3.918.
3. La sociedad anónima cerrada, establecida en la ley Nº 18.046.
4. La sociedad anónima de garantía recíproca, regulada por la ley Nº 20.179.
5. La sociedad colectiva comercial, contemplada en los Párrafos 1 a 7, ambos
inclusive, del Título VII del Libro II del Código de Comercio.
6. La sociedad por acciones, establecida en el Párrafo 8 del Título VII del Libro
II del Código de Comercio.
7. La sociedad en comandita simple, contemplada en los Párrafos 10 y 11 del Título
VII del Libro II del Código de Comercio.
8. La sociedad en comandita por acciones, establecida en los Párrafos 10 y 12 del
Título VII del Libro II del Código de Comercio.”.
En todo lo que dice relación con las normas de derecho de fondo o sustantivo
aplicables a la Empresa Individual de Responsabilidad Limitada, E.I.R.L., y a las
sociedades reguladas en sus estatutos legales y reglamentarios especiales, se les aplica
la legislación de fondo que regula su especial naturaleza jurídica.
II. Constitución, modi¿cación, fusión, división, transformación y disolución
La constitución, modi¿cación, fusión, división, transformación y disolución, se
perfecciona mediante la suscripción de un formulario por el constituyente, socios o
accionistas, el que deberá incorporarse en el Registro de Empresas y Sociedades a
cargo del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo.
Desde el punto de vista de nuestro derecho positivo, la constitución mediante sus-
cripción de formulario, es jurídicamente un documento electrónico, de¿nido en la ley
Nº 19.799, de comercio por medios electrónicos, y que conceptualiza en su artículo
2º letra d) “Documento electrónico: toda representación de un hecho, imagen o idea
que sea creada, enviada, comunicada o recibida por medios electrónicos y almacenada
de un modo idóneo para permitir su uso posterior.”
Para estos ¿nes el artículo 4º de la LSS establece: “Las personas jurídicas que se
acojan a la presente ley serán constituidas, modi¿cadas, fusionadas, divididas, trans-
formadas, terminadas o disueltas, según sea el caso, a través de la suscripción de un
formulario por el constituyente, socios o accionistas, el que deberá incorporarse en
el Registro.
En estos casos, la fecha del acto jurídico respectivo será la fecha en que ¿rme el
formulario el primero de los socios o accionistas o el constituyente, según corres-
ponda. Sin perjuicio de lo anterior, el formulario sólo se entenderá incorporado al
Registro cuando fuere ¿rmado por todos los que hubiesen comparecido al acto que
lo origina”.
488 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La importancia de la suscripción del documento de constitución, modi¿cación o


disolución de persona jurídica, y su incorporación al Registro de Empresas y Socie-
dades, radica en que una vez incorporado el documento suscrito por sus otorgantes
al Registro se entiende que la persona jurídica ha sido legalmente constituida o mo-
di¿cada o disuelta según sea el caso, y así se establece en el artículo 21 de la LSS,
que señala:
“Artículo 21.- Toda vez que las leyes exijan una anotación o inscripción en el Registro
de Comercio o una publicación en el Diario O¿cial en relación con los actos señalados
en el artículo 1º respecto de las personas jurídicas acogidas a esta ley, esas formali-
dades se entenderán cumplidas y reemplazadas, en su caso, por la incorporación en
el Registro del formulario que da cuenta del acto respectivo”.
III. La suscripción del formulario por los constituyentes u otorgantes re¿ere según el
artículo 3º número 2 de la LSS a: “Formulario: el documento electrónico que contiene
el contrato social y sus modi¿caciones”, para el Reglamento de la Ley, contenido en
decreto Nº 45, de 22 de marzo de 2013, en su artículo 2º formulario tiene el siguiente
signi¿cado: 8. “Formulario”: Documento electrónico dispuesto por el Administrador
del Registro, en el cual los usuarios deben dejar constancia de la actuación es de las
personas jurídicas acogidas a la ley Nº 20.659, y mediante cuya suscripción e ins-
cripción en el Registro de Empresas y Sociedades quedan perfeccionadas legalmente
dichas actuaciones”.
La suscripción o ¿rma del formulario, previo lleno en sus campos disponibles en
el Registro, debe incorporar la ¿rma electrónica avanzada del constituyente, socios
o accionistas, según corresponda, o bien, si carecen de ¿rma electrónica avanzada
puede usarse la ¿rma electrónica avanzada de un Notario Público, todo ello según lo
establece el artículo 9º de la LSS, que señala:
“Para efectos de la suscripción de los formularios respectivos, el constituyente, socios
o accionistas deberán completarlos previamente en el Registro y deberán cumplirse
las demás disposiciones que al efecto señale el Reglamento.
La suscripción de los formularios se realizará mediante la firma del cons-
tituyente, socios o accionistas, según sea el caso, a través de la firma elec-
trónica avanzada de éstos, de acuerdo a lo que establezca el Reglamento.
El constituyente, socio o accionista que no cuente con ¿rma electrónica avanzada
deberá suscribir los formularios ante un notario. En este caso, el notario deberá es-
tampar su ¿rma electrónica avanzada en el formulario de que se trate, entendiéndose
de esta forma suscrito el formulario por parte del constituyente, socio o accionista
para todos los efectos. Con todo, el constituyente, socios o accionistas, en su caso,
podrá concurrir a la suscripción del respectivo formulario por medio de representante
legal o de apoderado. En este último caso, el mandato deberá ser otorgado por escri-
tura pública, dejándose constancia en el formulario de la fecha, nombre y domicilio
del notario ante el cual se otorgó y del número de repertorio de la correspondiente
escritura. En estos casos, la suscripción de los formularios sólo podrá realizarse ante
DERECHO DE SOCIEDADES 489

un notario, quien deberá veri¿car el cumplimiento de las normas que a este respecto
disponga el Reglamento y dejar constancia del instrumento en el que consta la per-
sonería en virtud de la cual actúa el apoderado o del documento que acredita dicha
representación, según sea el caso. Una copia digital íntegra de éste o de aquél, según
corresponda, deberá incorporarse al Registro bajo el número de identi¿cación de la
persona jurídica respectiva.
En los casos antes señalados, deberá dejarse constancia en el formulario del nombre
y domicilio del ministro de fe ante quien se ¿rme, así como de la fecha del respectivo
acto de suscripción. El Reglamento determinará la forma en que se deberá acreditar
en estos casos la ¿rma de los formularios por parte del constituyente, socios o accio-
nistas, o su apoderado o representante legal, según corresponda”.
Los constituyentes, socios o accionistas podrán designar en el formulario de cons-
titución o en cualquier otro que al efecto disponga el Registro, a un mandatario
para que actúe en representación de todos ellos, para los efectos de suscribir
con su ¿rma electrónica avanzada o ante notario los formularios de que se trate.
Los notarios sólo podrán cobrar por la ¿rma electrónica avanzada que estampen la
tarifa ¿jada mediante decreto supremo del Ministerio de Economía, Fomento y Turis-
mo, emitido bajo la fórmula “Por orden del Presidente de la República” y suscrito,
además, por el Ministro de Justicia.”.
En esta materia resulta esencial considerar que la suscripción del documento elec-
trónico debe incorporar necesariamente para su validez la ¿rma electrónica avanzada,
regulada de los otorgantes del formulario o documento electrónico, regulada en la
ley Nº 19.799, de 2002, y que se de¿ne en su artículo 2º, letra f) como: f ) Firma
electrónica avanzada: aquella certi¿cada por un prestador acreditado, que ha sido
creada usando medios que el titular mantiene bajo su exclusivo control, de manera
que se vincule únicamente al mismo y a los datos a los que se re¿ere, permitiendo la
detección posterior de cualquier modi¿cación, veri¿cando la identidad del titular e
impidiendo que desconozca la integridad del documento y su autoría”.
Cabe asimismo considerar que la ¿rma electrónica avanzada, incorporada en un
instrumento para perfeccionar una acto o contrato, equivale a la ¿rma olografa o
manuscrita de su titular, según se establece en la ley Nº 19.799, “La ¿rma electró-
nica, cualquiera sea su naturaleza, se mirará como ¿rma manuscrita para todos los
efectos legales, sin perjuicio de lo establecido en los artículos siguientes”. Y que los
documentos electrónicos que tengan la calidad de instrumento público, deben suscri-
birse mediante ¿rma electrónica avanzada conforme lo declara la ley Nº 19.799, en
su “Artículo 4º. Los documentos electrónicos que tengan la calidad de instrumento
público, deben suscribirse mediante ¿rma electrónica avanzada.
Referido a los formularios y el llenado de los campos del mismo por el o los
otorgantes, el artículo 14 del Reglamento distingue entre menciones esenciales, de la
naturaleza y accidentales y establece lo que sigue:
“De las Menciones. Los formularios deberán contener todos los campos necesarios
para completar las menciones esenciales que las leyes establecen para efectuar váli-
490 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

damente cada una de las actuaciones. Además, se considerarán menciones esenciales,


la cédula nacional de identidad, cédula de identidad para extranjeros o rol único tribu-
tario, según corresponda, y una dirección de correo electrónico para cada titular.
Asimismo, los formularios deberán contener campos para la incorporación de men-
ciones que no sean obligatorias según las leyes correspondientes y que podrán ser
completadas voluntariamente; en caso contrario, se entenderá que a su respecto rigen
las normas supletorias de las leyes que regulan dichas actuaciones. En todo caso,
se deberá completar el campo correspondiente al domicilio tributario, especi¿cando
una dirección, para obtener Rol Único Tributario.
Sin perjuicio de lo señalado en los incisos anteriores, los formularios contendrán
campos en que los usuarios podrán agregar las menciones accidentales que estimen
pertinentes. En caso que alguna de estas menciones se contraponga con alguna de las
indicadas en los incisos anteriores, estas últimas primarán sobre las accidentales.
El formato de cada uno de los formularios y los campos que contendrá dicho formulario
en relación a cada una de las personas jurídicas, serán los que determine el Manual
de Operaciones en conformidad a la ley y a este reglamento.”.
Una vez llenado el formulario de la persona jurídica que se constituye, corresponde
la suscripción del instrumento por el constituyente, socios o accionistas, según el tipo
de sociedad a constituir.
La suscripción se perfecciona por la incorporación al formulario o documento
de la ¿rma electrónica avanzada de los titulares o bien mediante el uso de la ¿rma
electrónica avanzada ante Notario Público.
Así el artículo 15 del Reglamento señala para la suscripción:
“De la Suscripción. Los formularios podrán ser suscritos sólo cuando se haya ingre-
sado la información requerida en los campos obligatorios, en la forma dispuesta en el
Manual de Operaciones y cumplidas las normas establecidas para cada actuación.
Una vez suscrito un formulario por todos los titulares que correspondan de acuerdo
a la Ley, cualquier otro formulario respecto de una misma persona jurídica ya cons-
tituida, pendiente de suscripción por alguno de sus titulares, quedará sin efecto y se
eliminará del Sistema”.
En cuanto a la modalidades de suscripción del documento se establecen dos formas,
una mediante incorporación de ¿rma electrónica avanzada de los constituyeres o bien
mediante ¿rma manuscrita en el documento descargado del sitio web ante el Notario,
quien autorizará las ¿rmas manuscritas, y el formulario debe ser suscrito mediante
¿rma electrónica avanzada por el Notario.
El artículo 16 señala:
“Modalidades de Suscripción. Los formularios se suscribirán mediante ¿rma electró-
nica avanzada de los titulares o ante un notario. En este último caso, no será necesario
que todos los titulares ¿rmen ante un mismo notario o en un mismo lugar”.
Relativo a suscripción mediante ¿rma electrónica avanzada de los titulares el
artículo 17 del Reglamento dispone:
DERECHO DE SOCIEDADES 491

“Suscripción mediante Firma Electrónica Avanzada de los Titulares.


Los titulares podrán suscribir los formularios mediante ¿rma electrónica avanzada, de
acuerdo a las normas establecidas en la ley Nº 19.799, sobre documentos electrónicos,
¿rma electrónica y servicios de certi¿cación de dicha ¿rma, y su reglamento. Esta
modalidad requiere y solo se puede aplicar si los constituyentes cuentan con ¿rma
electrónica avanzada propia contratada con una entidad Certi¿cadora de Firmas
electrónicas.
Respecto a la modalidad mediante ¿rma electrónica avanzada ante Notario Público,
se regula en los artículos 18 y 19 del Reglamento de la ley: “Artículo 18. Suscripción
mediante Firma Electrónica Avanzada ante un Notario.
Los formularios serán suscritos ante notario mediante ¿rma electrónica avanzada de
este último, en caso que el titular no cuente con ¿rma electrónica avanzada o no desee
hacer uso de ella, o bien cuando sea una persona jurídica o concurra a la suscripción
del formulario representado”.
Para la modalidad ¿rma electrónica avanzada ante Notario Publico, el “artículo
19 del Reglamento señala:
“Procedimiento para la Suscripción mediante Firma Electrónica Avanzada ante un
Notario. En los casos en que la suscripción deba realizarse ante un notario conforme
a las reglas del artículo anterior, y en los casos en que deba suscribir un requerimiento
de anotación, la suscripción se efectuará con sujeción al siguiente procedimiento:
a) El notario deberá requerir el código de atención a que hace referencia el artículo
4º del presente reglamento, y descargar e imprimir el formulario o requerimiento de
anotación que se pretende incorporar en el Registro. Para efectos de la suscripción
de un Formulario, todos los campos con menciones esenciales deberán haber sido
completados en forma previa a su impresión;
b) El notario veri¿cará la identidad del ¿rmante, requiriéndole su cédula de identidad
y, cuando corresponda, revisará el instrumento público en el que conste la personería
del ¿rmante para actuar por el titular y su capacidad para suscribir el formulario.
En el caso de poderes otorgados en el extranjero, dicho poder deberá constar en un
documento registrable y cumplir con las demás solemnidades legales;
c) El documento impreso deberá ser ¿rmado en forma manuscrita ante el notario;
d) El formulario o requerimiento de anotación deberá ser suscrito mediante ¿rma
electrónica avanzada por el notario dentro del mismo día en que hubiere sido suscrito
por los titulares, de acuerdo a lo señalado en la letra anterior, y
e) Junto con el respectivo formulario o requerimiento de anotación, se anotará en el
Registro el instrumento público en el que se acredita la personería o representación
del ¿rmante, incorporándose al Registro una copia digital del mismo.
Para estos efectos, los formularios deberán contener los campos y los requerimientos
de anotación, así como los espacios que fueren necesarios para dejar constancia en
ellos de la fecha, nombre, notaría y domicilio del notario público ante el cual se otorgó
dicho mandato y del número de repertorio de la correspondiente escritura.
Siempre que un formulario sea suscrito en distintas fechas, se considerará que, para
todos los efectos legales, la fecha del mismo será la de la primera suscripción.
492 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La inscripción de los formularios reemplaza, respecto de las personas jurídicas que se


acojan a la Ley, las solemnidades de otorgamiento de escritura pública, inscripción
y publicación de extractos requeridas por las leyes que las regulan”.
Suscripción de formularios distintos a la constitución de una persona jurídica el
artículo 20 del Reglamento establece: “Titulares. Para la suscripción de formularios
distintos de la constitución, junto con el formulario respectivo se deberá incorporar
al Registro, como anotación, un certi¿cado emitido por un notario que acredite la
calidad e identidad de todos los titulares de la persona jurídica. Dicho certi¿cado
no será requerido, si la referida información constare en el Estatuto Actualizado de
la persona jurídica respectiva, o si de cualquier otra forma ¿dedigna constare en el
Sistema la calidad e identidad de los titulares.”.
IV. Formularios de Escrituras Sociales
Para la LSS formulario es “el documento electrónico que contiene el contrato social
y sus modi¿caciones”, según lo de¿ne su artículo 2º número 2.
Artículo 6º.- Los formularios deberán contener todos los campos necesarios para
completar las menciones que las leyes establecen para efectos de proceder válidamente
a la constitución, modi¿cación, fusión, división, transformación, terminación o disolu-
ción de las personas jurídicas a las cuales se aplica esta ley. Asimismo, los formularios
deberán contener todas las menciones que establezca esta ley y su Reglamento para
efectos de proceder a la migración de un sistema de registro al otro.
El o los suscriptores del formulario, según corresponda, deberán completar todos los
campos que contengan las menciones de requisitos que las leyes exijan para la validez
del acto respectivo de la persona jurídica de que se trate. Las menciones que no sean
obligatorias según las leyes correspondientes podrán ser completadas voluntariamente
por el o los suscriptores del formulario. En caso que estas últimas menciones no fueren
completadas, se entenderá que a su respecto rigen las normas supletorias de las leyes
que regulan dichos actos. Deberá completarse necesariamente el campo correspon-
diente al domicilio social si la ley que rige a la respectiva persona jurídica lo exige,
pero todas deberán especi¿car una dirección para obtener Rol Único Tributario.
Sin perjuicio de lo señalado anteriormente, el Reglamento establecerá el sistema
a través del cual podrán completarse en los formularios todos los datos que fueren
necesarios para la acertada identi¿cación del constituyente, socio, accionista o re-
presentante, según sea el caso, y de su capacidad para celebrar los actos o contratos
que se inscriban en el Registro.
Se establece también el principio de publicidad y libre acceso a las bases de dato de
los formularios tipo paras las paresotas jurídicas reguladas en la LSS, en el sentido
que cualquier interesado puede tener acceso a las bases que contienen los referidos
formularios, así el artículo 7º señala: “Los formularios deberán estar en el Registro
permanentemente a disposición de los interesados”.
Artículo 8º.- Sin perjuicio de que se cumpla en el formulario con la mención al
capital según la especie de persona jurídica de que se trate, cuando se requiera de
DERECHO DE SOCIEDADES 493

formalidades o solemnidades especiales para enterar el aporte, según el tipo de bien,


deberá efectuarse conforme a ellas.
Mientras no se dé cumplimiento a lo señalado en el inciso anterior, las estipulacio-
nes, pactos o acuerdos que establezcan los interesados no producirán efectos frente a
terceros, sin perjuicio de las demás sanciones que a este respecto dispongan las leyes
que establecen y regulan a las respectivas personas jurídicas.
V. Del Registro de Empresas y Sociedades
La administración del sistema simpli¿cado de sociedades se encuentra a cargo del
Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo,
en el cual los usuarios podrán celebrar las actuaciones para la constitución, modi-
¿cación, transformación, fusión, división, terminación y disolución de las personas
jurídicas señaladas en el artículo 2º de la LSS.
Este Registro de Empresas y Sociedades tiene el carácter de público, nacional en
cuanto rige en todo el territorio de la República, es gratuito y electrónico, en cuanto
funciona mediante un sitio web de internet.
En el Registro de Empresas y Sociedades, el Subsecretario de Economía y Empresas
de Menor Tamaño, corresponde la función pública de ministro de fe para la emisión
de los certi¿cados mediante ¿rma electrónica (artículo 12 LSS).
En el Registro se incorporan los instrumentos que al efecto se le presenten, siempre
que cumplan con los requisitos que establece la LSS (artículo 12, inciso 2º LSS).
Los artículos 11 y 12 del Título IV de la LSS, establecen el órgano público Registro
de Empresas y Sociedades y asignan su competencia legal:
“TÍTULO IV Del Registro de Empresas y Sociedades
Artículo 11.- Este Registro de Empresas y Sociedades deberá constar en un sitio
electrónico, al que deberán incorporarse las personas jurídicas que se acojan a esta
ley para los efectos de ser constituidas, modi¿cadas, transformadas, fusionadas,
divididas, terminadas, disueltas o migradas.
Este Registro es único, rige en todo el territorio de la República, es público, gratuito
y deberá estar permanentemente actualizado a disposición de quien lo consulte en el
sitio electrónico, de manera que asegure la ¿el y oportuna publicidad de la informa-
ción incorporada en él.
El Ministerio de Economía, Fomento y Turismo estará encargado de su administración
y de que dicho Registro cumpla las normas de la presente ley y de su Reglamento”.
“Artículo 12.- Corresponderá al Subsecretario de Economía y Empresas de Menor
Tamaño, en su calidad de ministro de fe del Ministerio de Economía, Fomento y Tu-
rismo, emitir los certi¿cados a que alude esta ley, mediante ¿rma electrónica.
El Subsecretario podrá delegar dicha facultad de conformidad con las disposiciones
legales correspondientes.
En el Registro se incorporarán los instrumentos que al efecto se le presenten,
siempre que cumplan con los requisitos señalados en esta ley.
494 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

No se efectuarán las inscripciones en el Registro si los formularios no contienen


las designaciones legales o reglamentarias requeridas para ello.
La recti¿cación de errores mani¿estos u omisiones que, según el Reglamento, el
Registro, de o¿cio o a petición de parte, tuviere que efectuar respecto a una persona
jurídica incorporada, deberá ser registrada de acuerdo a las disposiciones de esta ley.
Se podrá incorporar al Registro, en la forma que señale el Reglamento, cualquier otro
acto que diga relación con una persona jurídica y que no importe una modi¿cación
social.
De igual modo, se incorporará una sentencia u otra resolución judicial que cause
ejecutoria y que ordene la disolución o modi¿cación de una persona jurídica de las
enumeradas en el artículo 2º, así como cualquier otra resolución judicial referida a
una persona jurídica incorporada al Registro.
El Registro no hará cancelación alguna de o¿cio.
El Reglamento establecerá el procedimiento a través del cual se efectuarán las
actuaciones indicadas en este artículo”.
El reglamento de la LSS en su artículo 2º número 16 de¿ne el registro de
Empresas y Sociedades o “Registro”, como “Repositorio electrónico, de carácter
público, nacional y único, que deberá constar en un sitio web y en el cual deberán
inscribirse las personas jurídicas que se acojan a la ley para efectos de las actua-
ciones. Asimismo suscribirse los formularios respectivos y emitirse los certi¿ca-
dos de migración, y debiendo anotarse los demás documentos registrables, previa
suscripción del requerimiento de anotación, todo lo anterior, con sujeción a la ley
y a este reglamento”.
En relación a que el Registro no puede actuar de o¿cio, sino que sólo a reque-
rimiento de parte, el Reglamento de¿ne también el concepto de “Requerimiento de
Anotación” en el citado artículo 2º número 17, y señala:
“Requerimiento de Anotación”: Acto mediante el cual uno o más usuarios solicitan la
incorporación electrónica en el Registro de uno o más documentos registrables, o la
referencia a aquellos. Para que el requerimiento de anotación se entienda efectuado,
deberá ser suscrito ante un notario conforme a lo establecido en el artículo 12”.
La importancia del Registro en el sistema es esencial para la existencia y formación
legal de las personas jurídicas reguladas por la LSS, ya que sólo una vez incorporado al
Registro el acto jurídico debidamente suscrito por sus otorgantes, adquiere existencia
legal. Así de se puede concluir de los artículos 11 y 12 de la LSS, y especialmente del
artículo 21 de la LSS, que señala:
“Artículo 21.- Toda vez que las leyes exijan una anotación o inscripción en el Registro
de Comercio o una publicación en el Diario O¿cial en relación con los actos señalados
en el artículo 1º respecto de las personas jurídicas acogidas a esta ley, esas formali-
dades se entenderán cumplidas y reemplazadas, en su caso, por la incorporación en
el Registro del formulario que da cuenta del acto respectivo”.
DERECHO DE SOCIEDADES 495

VI. Principios de Gratuidad y Publicidad del Sistema y del Registro de Empresas


y Sociedades
Como señala el artículo 11 de la LSS el Registro de Empresas y Sociedades y el
Sistema, se rige por los principios de gratuidad y publicidad.
En efecto el artículo 2º número 18 del reglamento de¿ne Sistema, y señala:
“Conjunto de elementos técnicos que sirven de base a la operación electrónica del
régimen simpli¿cado, para la realización de las actuaciones y trámites”.
En cuanto al principio de gratuidad que informa toda la operación del sistema y
del Registro de Empresas y Sociedades, el artículo 3 letra a) del reglamento dispone:
“a) Gratuidad. La incorporación de las actuaciones y documentos registrables en el
Registro y el acceso a la información existente en éste, así como el otorgamiento de
certi¿cados digitales por el Administrador del Registro, serán gratuitas. Con todo, para
la suscripción de formularios y requerimientos de anotación, se incurrirá en los costos
asociados a las respectivas modalidades de suscripción a que se hace referencia en
el párrafo 3º del Título III de este reglamento y demás costos en que deba incurrirse
para migrar de un régimen registral al otro.
En lo que re¿ere a la publicidad del sistema y del Registro, el artículo 3º letra c)
del Reglamento señala:
“Publicidad de la Información y Protección de Datos. La información incorporada
en el Registro será esencialmente pública. Con todo, el Administrador del Registro
velará por que la transmisión de datos personales contenidos en el Registro, en lo
que fuere aplicable, cumpla con las disposiciones establecidas en la Ley Nº 19.628,
sobre Protección de la Vida Privada.
El Administrador del Registro deberá mantener disponible en su sitio web institucio-
nal, la política de privacidad sobre el tratamiento de la información contenida en el
Registro, la divulgación de ésta y sus ¿nalidades.
En todos los formularios y requerimientos de anotación se insertará una cláusula que
señalará que quien lo suscribe tiene pleno conocimiento que la información relativa a
su identi¿cación personal, o la de su representado, y la concerniente a la inscripción
de la respectiva persona jurídica en el Registro, será de carácter público”.
VII. Certi¿cados emitidos por Subsecretaría de Economía y Empresas de Menor
Tamaño
El sistema establece que corresponde al Subsecretario de Economía y Empresas
de Menor Tamaño, la función legal de ministro de fe para emitir los certi¿cados que
establece la LSS, mediante ¿rma electrónica, conforme se declara en los artículos
12 y 22 de la ley.
Así se de¿ne especialmente el Certi¿cado para Migración en el artículo 3º número
6º, y señala:
“6. Certi¿cado para migración: el documento en papel o el documento electrónico
emitido, según sea el caso, por el Registro de Comercio del Conservador de Bienes
496 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Raíces o por el administrador del Registro de Empresas y Sociedades regulado en


esta ley, destinado a acreditar la vigencia de la persona jurídica correspondiente y
cuyo objeto es permitir la migración de un sistema de registro al otro, y que desde su
emisión impide cualquier anotación, inscripción, subinscripción o incorporación en
el Registro, respectivamente, en relación a esa persona jurídica”.
En general todo certi¿cado de las personas jurídicas pertenecientes al Registro
de Empresas y Sociedades debe ser otorgado por el Subsecretario de Economía y
Empresas de Menor Tamaño, y dicho certi¿cado electrónico tiene el carácter de
instrumento público y se declara que tiene mérito ejecutivo, lo que puede ocurrir
solo si el certi¿cado respectivo da cuenta de un una obligación liquida actualmente
exigible y no prescrita, con la determinación del deudor y del acreedor respectivo.
En este sentido el artículo 22 de la LSS, señala: “Artículo 22.- Los certi¿cados de
las personas jurídicas incorporadas al Registro serán emitidos por la Subsecretaría de
Economía y Empresas de Menor Tamaño, en la forma que establezca el Reglamento.
Estos certi¿cados tendrán valor probatorio de instrumento público, constituirán título
ejecutivo y contendrán las menciones que señale el Reglamento”.
VIII. Suscripción de formulario constitutivo de persona jurídica y Servicio de
Impuestos Internos. Rol único tributario e indicio de actividades
Con la incorporación del formulario de constitución de la persona jurídica en el
Registro de Empresas y Sociedades, se entiende informado el Servicio de Impuestos
Internos, con el objeto le asigne un número de rol único tributario, para que quede
registrado como contribuyente. Para este ¿n el artículo 6º, inciso 2º de la LSS, señala
que es obligatorio indicar en el formulario constitutivo el domicilio de la persona
jurídica, para el otorgamiento del rol único tributario, y señala:
“Deberá completarse necesariamente el campo correspondiente al domicilio social si
la ley que rige a la respectiva persona jurídica lo exige, pero todas deberán especi¿car
una dirección para obtener Rol Único Tributario”.
Asimismo, se puede solicitar en el formulario de constitución societario que se
inicie actividad y timbraje de documentos tributarios. Para inicio de actividades el
artículo 7 del Reglamento, faculta a los representantes de la persona jurídica desig-
nados en el formulario para dicho tramite:
“Artículo 7º. Representante ante el Servicio de Impuestos Internos e Inicio de Acti-
vidades. Los representantes de las personas jurídicas designados en los formularios
especialmente para representarla ante el Servicio de Impuestos Internos, podrán
realizar la iniciación de actividades, para lo cual el Sistema proveerá un enlace al
sitio web del Servicio de Impuestos Internos, donde podrá realizarse la iniciación de
actividades, cumpliéndose los requisitos que allí se indiquen”.
El artículo 13 de la LSS señala:
“Artículo 13. Una vez suscrito un formulario por todos quienes hubiesen comparecido
al acto en conformidad con esta ley y su Reglamento, se incorporará automáticamente
DERECHO DE SOCIEDADES 497

en el Registro a contar de esa fecha, y con su solo mérito se entenderá informado el


Servicio para todos los efectos a que haya lugar, sin perjuicio de las facultades de
¿scalización que le correspondan.
No obstante, en los casos a que se re¿eren los artículos 69, inciso ¿nal, y 70, ambos
del Código Tributario, la incorporación de la respectiva actuación se realizará sólo
una vez que el Servicio así lo autorice.
El Reglamento establecerá el modo por el cual se noti¿cará periódicamente al Servicio
la incorporación de nuevos formularios. También establecerá el mecanismo por el
cual el Servicio comunicará al Registro las autorizaciones a que se re¿ere el inciso
segundo.
El Servicio de Impuestos Internos asignará, sin más trámite, un Rol Único Tributario
a toda persona jurídica que se constituya conforme a esta ley, en forma simultánea
al acto de incorporación al Registro. Con la sola incorporación del formulario de
constitución por el constituyente, socio o accionista, se entenderá requerido el Servicio
para asignar el Rol Único Tributario a la persona jurídica que se incorpora.
En el mismo formulario de constitución se podrá solicitar al Servicio el inicio de
actividades y el timbraje de documentos tributarios, todo ello según lo determine el
Reglamento.
Dicho rol será el número de identi¿cación en el Registro y servirá para registrar e
identi¿car todos los antecedentes que se hubieran originado respecto de la persona
jurídica de que se trate y que hayan sido debidamente indicados en los formularios
a que se re¿ere esta ley.
El Reglamento determinará la forma en que los formularios respectivos serán elec-
trónicamente incorporados al Registro, los aspectos operativos necesarios para el
correcto funcionamiento del sistema de tratamiento informático de datos, la publicidad
de los actos que se registren en éste y los requisitos de interconexión que deberán
existir entre el Registro y los órganos del Estado.
El Reglamento establecerá, asimismo, la o las modalidades informáticas y tecnológi-
cas para que los formularios de constitución, las estipulaciones, pactos o acuerdos,
así como toda modi¿cación, transformación, fusión, división, terminación o disolu-
ción y, en general, todos aquellos actos relativos a personas jurídicas que deban ser
incorporados al Registro, queden registrados y se individualicen con su número de
identi¿cación”.
IX. Cláusula capital social y aportes en el formulario constitutivo de la persona
jurídica
Un tema esencial para la existencia de las sociedades es el aporte que se obliga
a entregar el constituyente y los socios en su caso. En este sentido el aporte es un
elemento esencial para la sociedad, en los términos que señala el artículo 2055 del
Código Civil que señala:
“No hay sociedad, si cada uno de los socios no pone alguna cosa en común, ya
consista en dinero o efectos, ya en una industria, servicio o trabajo apreciable en
dinero”. Por lo tanto, sino hay estipulación de aporte en el acto constitutivo, no hay
sociedad.
498 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Por ello, en el formulario de constitución debe precisarse el monto a que asciende


el capital social expresado en pesos, y especi¿car los aportes y el plazo y modalidades
para su entrega. Si el bien aportado requiere del cumplimiento de solemnidades, como
sería el caso de aporte de bienes sujetos a régimen de registro como modo de tradición
como forma de adquirir el dominio, como ocurre con el aporte en dominio o usufructo
de bienes raíces, inscripción en registros como el aporte en dominio de acciones de
sociedades anónimas, que requiere inscripción en Registro de Accionistas, el caso
de los vehículos motorizados que requieren registro en el Servicio de Registro Civil,
u otros, necesariamente para que el aporte se perfeccione y para que se cumpla con
la entrega del aporte, es condición esencial cumplir con las solemnidades y tramites
necesarios para perfeccionar el aporte. Si no se cumple con la solemnidad propia del
bien aportado según su naturaleza, además de incumplirse por el socio aportante con
la obligación de entrega a la sociedad, la LSS en el artículo 8º declara que dicho acto
no será oponible a terceros, estableciendo una sanción de inoponibilidad.
Por esta razón el artículo 8º de la LSS, señala:
“Sin perjuicio de que se cumpla en el formulario con la mención al capital según la
especie de persona jurídica de que se trate, cuando se requiera de formalidades o
solemnidades especiales para enterar el aporte, según el tipo de bien, deberá efec-
tuarse conforme a ellas.
Mientras no se dé cumplimiento a lo señalado en el inciso anterior, las estipulacio-
nes, pactos o acuerdos que establezcan los interesados no producirán efectos frente a
terceros, sin perjuicio de las demás sanciones que a este respecto dispongan las leyes
que establecen y regulan a las respectivas personas jurídicas”.
Idéntico principio y efecto de inoponibilidad como ine¿cacia jurídica ante el in-
cumplimiento de entregar validamente el aporte por el constituyente o socios, establece
el artículo 10 del reglamento, que señala:
“Aporte de capital. Sin perjuicio de que se cumpla en el formulario con la mención
al capital según la especie de persona jurídica de que se trate, cuando se requiera de
formalidades o solemnidades especiales para enterar el aporte, según el tipo de bien,
deberá efectuarse conforme a ellas.
Mientras no se dé cumplimiento a lo señalado en el inciso anterior, las estipulacio-
nes, pactos o acuerdos que establezcan los interesados no producirán efectos frente a
terceros, sin perjuicio de las demás sanciones que a este respecto dispongan las leyes
que establecen y regulan a las respectivas personas jurídicas”.
X. Modi¿cación, Transformación, fusión, división y terminación y disolución de
personas jurídicas sistema ley Nº 20.659
El Título V de la LSS se destina a la modi¿cación, transformación, fusión, división,
terminación y disolución de las personas jurídicas acogidas a esta ley.
Se establece en el artículo 14 de la LSS, que la modi¿cación de estatutos sociales,
la trasformación o cambio de tipo societario, la fusión o absorción mediante la cual
una persona jurídica adquiere todo el capital de otra u otras, las que se extinguen, o
DERECHO DE SOCIEDADES 499

la fusión por creación que consiste en la unión de dos o más personas jurídicas que
se extinguen y forman una nueva, la terminación esto es, el acaecimiento de algún
hecho o evento que le ponga término a la persona jurídica como la llegada del plazo
previsto para su existencia, y la disolución que ocurre cuando opera alguna causal
estatutaria o legal que implique el término de la persona jurídica, se perfeccionan
mediante la sola suscripción del formulario respectivo, según el acto jurídico que
haya de celebrarse y su incorporación en el Registro de Empresas y Sociedades del
Ministerio de Economía, Fomento y Turismo. Así lo establece el artículo 14 incisos
primero y segundo, que señala:
“Artículo 14. Las personas jurídicas acogidas a esta ley serán modi¿cadas, trans-
formadas, fusionadas, divididas, terminadas y disueltas, mediante la sola suscripción
del formulario respectivo, según el acto que haya de celebrarse, y su incorporación
al Registro.
La suscripción de esos formularios será realizada por el titular o, en su caso, por
quienes sean los titulares de los derechos sociales o acciones emitidas con derecho a
voto al tiempo de celebrarse dicho acto, o por sus apoderados o representantes legales,
debiendo para tales efectos sujetarse a lo señalado en el Título III de esta ley”.
Los acuerdos de Junta Extraordinaria de Accionistas en Sociedades Anónimas
cerradas y Sociedad por Acciones, que impliquen transformación, fusión, división,
terminación y disolución, son materias que conforme a lo establecido por los ar-
tículos 57 y 67 de la Ley de Sociedades Anónimas (Nº 18.046), son de competencia
de junta extraordinaria de accionistas, y requieren para su aprobación mayoría
cali¿cada de las dos terceras partes de las acciones emitidas con derecho a voto.
Lo mismo ocurre si se trata de una sociedad por acciones, por el reenvió a la so-
ciedad anónima cerrada que establece el artículo 424, inciso segundo del Código
de Comercio, que señala:
“En silencio del estatuto social y de las disposiciones de este Párrafo, la sociedad se
regirá supletoriamente y solo en aquello que no se contraponga con su naturaleza,
por las normas aplicables a las sociedades anónimas cerradas”.
El artículo 14 inciso tercero de la LSS establece que la copia el acta de la Junta
de accionistas respectiva, y que re¿era a modi¿cación, transformación, fusión, divi-
sión, terminación y disolución, debe reducirse a escritura pública y una copia digital
debe incorporarse al registro bajo el número de identi¿cación de la persona jurídica
respectiva, y señala:
“En los casos en que para adoptar acuerdos sobre las materias señaladas en el
inciso primero se requiera la celebración de una junta, el acta que se levante, pre-
vio cumplimiento de las formalidades que sean necesarias, deberá ser reducida a
escritura pública o protocolizada, según corresponda. Una copia digital íntegra de
ésta deberá incorporarse al Registro bajo el número de identi¿cación de la persona
jurídica respectiva”.
500 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En materia de acuerdo de Junta de Accionistas que apruebe que la sociedad anónima


cerrada o una sociedad por acciones se acoja a la ley Nº 20.659, deben incorporarse
en formulario, lo que implica reducir a escritura pública el acta de la Junta, y enviar
una copia digital al registro. El acta de la Junta debe indicar las cláusulas del estatuto
social que se modi¿can o eliminan o reemplazan según corresponda, así se puede
concluir del tenor literal del artículo 14, inciso cuarto:
“Los acuerdos que se adopten por los socios o accionistas de las sociedades que se
acojan a esta ley deberán incorporarse en los formularios, indicándose las nuevas
cláusulas de los estatutos y aquellas que se modi¿quen o sustituyan”.
En general, cualquier acuerdo en Sociedad Anónima cerrada o Sociedad por Ac-
ciones, que obligue a reducir a escritura pública el acto jurídico respectivo, obliga a
otorgar escritura pública y enviar documento notarial digital al Registro, dentro del
plazo de 10 días desde la fecha de la escritura publica que corresponda. Esta norma
es aplicable especialmente a los acuerdos de Directorio, que deben reducirse a es-
critura pública, como por ejemplo la designación de gerente general y mandatarios
especiales, con las facultades que se les invista. Así se puede concluir de la regla del
artículo 14 inciso ¿nal que señala:
“En caso que algún otro acto deba ser reducido a escritura pública o protocolizado,
el notario respectivo o el titular o, en su caso, quienes sean los titulares de los dere-
chos sociales o acciones emitidas con derecho a voto al tiempo de celebrarse dicho
acto, o sus apoderados o representantes legales, deberán, en la forma que disponga
el Reglamento, incorporar una copia digital del mismo al Registro, dentro de los
diez días hábiles siguientes a la fecha de la escritura pública o de la protocolización,
según corresponda”.
En caso de fusión entre una sociedad anónima de la ley Nº 20.659, con otra u
otras regidas por la Ley General Nº 18.046, el artículo 15 señala que la nueva socie-
dad resultante de la fusión por creación seguirá regida por la ley aplicable según su
estatuto legal, así si la nueva sociedad se rige por la ley Nº 18.046 continúa en dicho
estatuto, y al contrario si la nueva sociedad que se crea se sujeta a la ley Nº 20.659, se
regirá por ésta, sin perjuicio que posteriormente pueda migrar de sistema regulatorio
legal. Lo mismo ocurre en caso de fusión por absorción y en este caso la legislación
aplicable a la absorbente es la que regirá a la sociedad anónima cerrada. El artículo
15 inciso primero dispone para la fusión:
“En los casos de fusión de personas jurídicas acogidas a la presente ley con personas
jurídicas que no lo están, cada una de ellas deberá cumplir con las solemnidades que
particularmente le son aplicables para efectos de celebrar la fusión, y la persona
jurídica resultante de ésta continuará regulada por el régimen de formalidades que le
resulte aplicable, sin perjuicio que posteriormente migre a otro régimen”.
Para la división o escisión, que es conforme al artículo 94 de la LSA “La división
de una sociedad anónima consiste en la distribución de su patrimonio entre sí y una
DERECHO DE SOCIEDADES 501

o más sociedades anónimas que se constituyan al efecto, correspondiéndole a los ac-


cionistas de la sociedad dividida, la misma proporción en el capital de cada una de las
nuevas sociedades que aquella que poseían en la sociedad que se divide”, la que debe
acordarse en junta extraordinaria, y conforme al artículo 95, exige disminuir capital
para distribuir en las sociedades resultantes de la división y aprobar estatutos sociales,
según señala le citado artículo: Art. 95. La división debe acordarse en junta general
extraordinaria de accionistas en la que deberán aprobarse las siguientes materias:
1) La disminución del capital social y la distribución del patrimonio de la sociedad
entre ésta y la nueva o nuevas sociedades que se crean;
2) La aprobación de los estatutos de la o de las nuevas sociedades a constituirse,
los que podrán ser diferentes a los de la sociedad que se divide, en todas aquellas
materias que se indiquen en la convocatoria. Esta aprobación incorpora de pleno
derecho a todos los accionistas de la sociedad dividida en la o las nuevas sociedades
que se formen”.
Si la división tiene por origen una sociedad anónima cerrada que se rige por la
ley Nº 20.659, conforme al articulo 15 inciso segundo de la LSS la nueva que nace
producto de la división debe continuar regida por la misma ley, sin perjuicio de poder
migrar al sistema registral tradicional, y señala:
“En caso de división de una persona jurídica a la cual se le aplica la presente ley, la
nueva persona jurídica que se constituya al efecto deberá acogerse a las disposiciones
de esta ley, sin perjuicio de que posteriormente migre a otro régimen”.
En el caso de transformación, esto es, el cambio de tipo societario subsitiendo su
personalidad jurídica, de¿nido en el artículo 96 de la LSA:
“La transformación es el cambio de especie o tipo social de una sociedad, efectuado
por reforma de sus estatutos, subsistiendo su personalidad jurídica” la ley Nº 20.659,
no contiene norma que regule esta ¿gura, pero estimamos que puede aplicársele el
régimen del artículo 14 de la LSS, si la junta extraordinaria de la sociedad anónima
cerrada o la sociedad por acciones, así lo acuerda, en el sentido de migrar el nuevo
tipo societario limitada, colectiva o en comandita simple o por acciones o sociedad
por acciones a la ley de sociedades simpli¿cada. Y lo mismo si la transformación lo
es desde cualquiera persona jurídica indicada en el artículo 2º de la LSS a otro tipo
societario regulado en dicha norma.
Finalmente el artículo 11 del reglamento establece que los actos jurídicos de modi¿ca-
ción de estatutos sociales, transformación, división, fusión, terminación o disolución,
de una persona jurídica fuera del sistema, entendiendo por sistema “Conjunto de ele-
mentos técnicos que sirven de base a la operación electrónica del régimen simpli¿cado,
para la realización de las actuaciones y trámites”, y conforme a las disposiciones
legales y reglamentarias que las regulan, dichos actos se perfeccionaran únicamente
mediante la suscripción e inscripción del formulario correspondiente, sin perjuicio
del valor de dichos actos jurídicos puedan producir en cuanto a obligaciones para
sus titulares, celebrados fuera del Sistema.
502 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El artículo 11 del Reglamento establece:


“Actos realizados fuera del Sistema. Cuando los titulares de una persona jurídica
constituida en o migrada al régimen simpli¿cado, realicen cualquier acto tendiente
a la modi¿cación, transformación, división, fusión, terminación o disolución de una
persona jurídica fuera del Sistema y conforme a las disposiciones legales y reglamen-
tarias que las establecen o regulan, se entenderá que dichos actos se perfeccionarán
únicamente mediante la suscripción e inscripción del formulario correspondiente.
Lo anterior es sin perjuicio de las demás obligaciones que para los titulares puedan
emanar de dichos actos jurídicos celebrados fuera del Sistema”.
XI. Registro de Documentos que no implique modi¿cación estatutaria de persona
jurídica
El artículo 12 de la LSS en su inciso segundo y siguientes establece la posibilidad
de inscribir documentos en el Registro de Empresas y Sociedades, que no consistan
en modi¿caciones sociales de estatutos, y señala:
“En el Registro se incorporarán los instrumentos que al efecto se le presenten, siempre
que cumplan con los requisitos señalados en esta ley.
No se efectuarán las inscripciones en el Registro si los formularios no contienen las
designaciones legales o reglamentarias requeridas para ello.
La recti¿cación de errores mani¿estos u omisiones que, según el Reglamento, el Regis-
tro, de o¿cio o a petición de parte, tuviere que efectuar respecto a una persona jurídica
incorporada, deberá ser registrada de acuerdo a las disposiciones de esta ley. Se podrá
incorporar al Registro, en la forma que señale el Reglamento, cualquier otro acto
que diga relación con una persona jurídica y que no importe una modi¿cación social.
Se considera también en el artículo 12, inciso segundo de la LSS, el registro de sen-
tencias y resoluciones judiciales:
“De igual modo, se incorporará una sentencia u otra resolución judicial que cause
ejecutoria y que ordene la disolución o modi¿cación de una persona jurídica de las
enumeradas en el artículo 2º, así como cualquier otra resolución judicial referida a
una persona jurídica incorporada al Registro.
Pueden inscribirse resoluciones judiciales que consistan en medidas prejudiciales
y precautorias que afecten derechos sociales, como prohibición de celebrar actos y
contratos, retenciones y también embargo de bienes de frutos sociales o dividendos, ya
sea que se hayan decretado en jurisdicción ordinaria: laboral, civil, penal o tributaria,
o en sede de jurisdicción arbitral, o bien en el ámbito de competencias del Tribunal
de Defensa de la Libre Competencia.
El Reglamento de la LSS establece el procedimiento a través del cual se efectuarán
las actuaciones indicadas en el artículo 12 de la ley, y correlativamente el artículo 12
del reglamento regula la incorporación electrónica de los documentos y señala:
“De los Documentos Registrables. Los usuarios podrán incorporar en el Registro
cualquier tipo de documento que no importe una modi¿cación de la persona jurídica
mediante un requerimiento de anotación.
DERECHO DE SOCIEDADES 503

Sólo podrán tener el carácter de documento registrable, las escrituras públicas o


cualquier otro documento que de conformidad a las leyes tenga la calidad de ins-
trumento público, los documentos protocolizados, los documentos o¿ciales emitidos
por autoridades nacionales o extranjeras debidamente legalizados y protocolizados
en una notaría en Chile”.
La incorporación electrónica de dichos documentos registrables se realizará previo
requerimiento de la anotación respectiva conforme a lo señalado en el inciso primero
del presente artículo, el que deberá ¿rmarse mediante ¿rma electrónica avanzada ante
un notario de acuerdo al procedimiento establecido en los artículos 18 y siguientes,
debiendo el notario certi¿car que la copia digital del documento registrable que se
solicita incorporar al Registro es copia ¿el de su original.
Deberá necesariamente incorporarse al Registro copia de los documentos donde conste
la personería del representante o apoderado del o los titulares que tuvo a la vista el
notario ante el cual se suscribió el formulario respectivo y los demás que establezcan
la Ley, este reglamento u otras leyes”.
Para los poderes de los gerentes y factores de comercio y mandatarios mercantiles,
el inciso ¿nal del artículo 12 del reglamento establece:
“De conformidad a lo establecido en el artículo 21 de la Ley, la obligación establecida
en el artículo 22 número 5 del Código de Comercio se entenderá cumplida con la
incorporación de los poderes otorgados por las personas jurídicas para que actúen
en su representación, en el Registro”.
Para la inscripción de resoluciones judiciales, el artículo 13 del reglamento esta-
blece que es necesario noti¿car al Administrador del Registro, esto es “El Ministerio
de Economía, Fomento y Turismo, encargado de administrar el registro creado por
la ley Nº 20.659 (artículo 2 número 2 del reglamento), a quien corresponde realizar
la actuación de registro correspondiente.
En sentido estricto la noti¿cación de resoluciones judiciales corresponde sea prac-
ticada ante El Registro por un Receptor Judicial, según lo establecido en el artículo
390 del Código Orgánico de Tribunales.
El artículo 13 del Reglamento de la LSS señala para el cumplimiento de las reso-
luciones judiciales:
“De las Resoluciones Judiciales. En aquellos casos en que una resolución judicial
produzca efectos respecto de una persona jurídica constituida o migrada al régimen
simpli¿cado, la parte interesada deberá solicitar su noti¿cación, al Administrador
del Registro, quien realizará la actuación o trámite correspondiente en los términos
señalados en la resolución, procediendo a la inscripción o anotación respectiva.”.
XII. Saneamiento de Vicios Formales en el formulario de constitución, modi¿ca-
ción, transformación, división, fusión, terminación o disolución de personas jurídicas
regidas por la ley Nº 20.659
La ley y el Reglamento regulan en los artículos 16 y 17 y 21 a 23, respectivamente
el tema del saneamiento de vicios formales que causan nulidad de las personas jurí-
504 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

dicas regidas por la ley Nº 20.659, que se pueda haber incurrido por los otorgantes
en los formularios de constitución, modi¿cación, transformación, división, fusión,
terminación o disolución.
El procedimiento para corregir los vicios formales que se pueda incurrir en los
actos jurídicos constitución, modi¿cación, transformación, división, fusión, termina-
ción o disolución, consiste en la suscripción de formulario de saneamiento conforme
a lo establecido en el Título III de la LSS, lo que obliga a que los otorgantes o sus
cesionarios o causahabientes, suscriban el instrumento de saneamiento mediante ¿rma
electrónica avanzada de los suscriptores o bien mediante ¿rma electrónica avanzada
ante Notario Público.
Cabe precisar que de conformidad a la ley Nº 19.499, de 1997, sobre saneamiento
de sociedades comerciales, solo se pueden sanear los vicios derivados de nulidad
formal, según lo ordenado por el artículo 1º, inciso tercero, que establece:
“Considéranse vicios formales aquellos que consisten en el incumplimiento de alguna
solemnidad legal, tales como la inscripción o publicación tardía del extracto de la
escritura, o la falta de cumplimiento o el cumplimiento imperfecto de las menciones
que la ley ordena incluir en las respectivas escrituras como, por ejemplo, lo relacio-
nado con la razón social.
Los defectos relativos al contenido de las escrituras no se considerarán vicios forma-
les, sino de fondo, si implican la privación de algún elemento esencial al concepto de
sociedad o algún vicio de carácter substancial de general aplicación a los contratos”,
y no se pueden sanear los llamados vicios de fondo o esenciales.
Para el saneamiento de vicios formales en la constitución, modi¿cación, transfor-
mación, división, fusión, terminación o disolución de una sociedad anónima cerrada,
es necesario convocar a junta extraordinaria de acciones, y lograr que la mayoría de
las acciones con derecho a voto acuerden el saneamiento, según lo establecido en el
artículo 67 de la LSA, y conforme al artículo 69 otorga derecho a retiro a los accio-
nistas disidentes. El acta de la junta extraordinaria de accionistas debe ser reducida
a escritura pública, y enviarse en formato digital al registro por el Notario Público
respectivo.
El artículo 16 de la LSS, señala:
“Para efectos del saneamiento de la nulidad derivada de vicios formales que afecten la
constitución, modi¿cación, transformación, división, fusión, terminación o disolución
de las personas jurídicas acogidas a esta ley, el titular o, en su caso, quienes sean los
titulares de los derechos sociales o acciones de la sociedad al tiempo del saneamiento
respectivo, o sus representantes o apoderados para estos efectos, deberán corregir
el formulario en que conste el vicio y suscribirlo de conformidad a las normas sobre
suscripción señaladas en el Título III de esta ley.
Si el vicio incide en una cesión de derechos sociales, deberán concurrir a la suscrip-
ción del formulario, además, el cedente o sus causahabientes, y quienes al tiempo del
saneamiento sean los titulares de los derechos materia de la cesión.
DERECHO DE SOCIEDADES 505

En los casos en que para adoptar acuerdos sobre el saneamiento de la nulidad a que se
re¿ere este artículo se requiera de la celebración de una junta, el acta que se levante,
previo cumplimiento de las formalidades que sean necesarias, deberá ser reducida a
escritura pública. Una copia digital íntegra de aquélla deberá incorporarse al Registro
bajo el número de identi¿cación de la persona jurídica respectiva. Con todo, no se
requerirá del acta reducida a escritura pública ni de su incorporación al Registro,
si la totalidad de los socios o accionistas suscriben el formulario correspondiente.
El procedimiento antes señalado sustituye a aquel establecido en la ley Nº 19.499 en
todo lo que sea contrario a la presente ley, respecto de las personas jurídicas regidas
por ésta”.
El procedimiento de saneamiento establecido en el artículo 16 de la LSS, reem-
plaza o sustituye a aquel regulado en la ley Nº 19.499, aplicable a las sociedades
en régimen tradicional de constitución formal mediante escritura publica y extracto
inscrito en registro de comercio y publicación en Diario O¿cial, según corresponda
a cada tipo societario.
El artículo 21 del Reglamento, desarrolla el artículo 16 de la LSS, y señala:
“De los Vicios, Errores u Omisiones. Para los efectos de la ley y del presente regla-
mento, la distinción entre aquellos vicios formales que afecten la validez de una ac-
tuación, y que por lo tanto requieran ser saneados, y aquellos errores que no afectan
la validez de una actuación, pero que sin perjuicio de ello puedan ser subsanados o
recti¿cados, se sujetará a lo establecido en la ley Nº19.499, que establece normas
sobre saneamiento de vicios de nulidad de sociedades.
El Administrador no dará curso al saneamiento o recti¿cación solicitada si no cumplen
con los requisitos legales aplicables.
Si el vicio incide en una cesión de derechos sociales, deberán concurrir a la suscrip-
ción del formulario, además, el cedente o sus causahabientes, y quienes al tiempo del
saneamiento sean los titulares de los derechos materia de la cesión.”.
Se reconoce el efecto retroactivo propio del acto jurídico de saneamiento de vicios
formales, y que purga o sanea la nulidad por vicio formal, ya que una vez perfeccionado
ante el Registro el instrumento de saneamiento, tiene efecto retroactivo a la fecha del
acto jurídico saneado, según se establece en el artículo 17:
“El saneamiento del vicio de nulidad producirá efecto retroactivo a la fecha de la
incorporación del formulario recti¿cado al Registro”.
Referido a los requisitos del formulario de saneamiento el artículo 22 del Regla-
mento establece:
“Artículo 22. Del Formulario de Saneamiento. Cada vez que exista un vicio formal
que de acuerdo al artículo anterior pueda ser objeto de un saneamiento, los titulares
o sus apoderados podrán proceder a la suscripción, con sujeción a las normas del
artículo 15 y siguientes, de un formulario de saneamiento, cuyo contenido será en
cada caso determinado por el Manual de Operaciones en conformidad a la ley.
506 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

La falta de suscripción del formulario dentro del plazo de 60 días desde la ¿rma del
primer Titular, no se considerará un vicio formal de nulidad, sino que producirá la
caducidad del formulario no suscrito.”.
Finalmente se distingue la hipótesis de recti¿cación para subsanar o corregir los
errores formales u omisiones mani¿estas, que tengan el carácter de vicios subsanables,
ya a petición de parte interesada o bien incluso de o¿cio por el Administrador del
sistema, en el artículo 23 del Reglamento que señala: “Artículo 23. De la Solicitud de
Recti¿cación. Cualquiera de los titulares o alguno de los representantes o apoderados
de la persona jurídica podrán requerir, a través de la suscripción de una solicitud de
recti¿cación en conformidad a los artículos 15 y siguientes, subsanar o corregir los
errores formales u omisiones mani¿estas, siempre que de acuerdo a lo dispuesto en
el artículo 21 anterior, dichos vicios tengan la calidad de recti¿cables.
El Administrador tendrá asimismo la facultad de realizar de o¿cio la recti¿cación
de un error que cumpla con las características mencionadas en el inciso anterior.
Realizada la recti¿cación, el Administrador enviará un correo electrónico a cada
uno de los titulares de la persona jurídica de que se trate dando cuenta de dicha rec-
ti¿cación”.
XII. Migración de personas jurídicas del sistema de la ley Nº 20.659, a régimen
tradicional y viceversa, migración de régimen tradicional societario a sistema sim-
pli¿cado de la ley Nº 20.659
La ley y el Reglamento regulan la hipótesis que una sociedad constituida en el
sistema de régimen simpli¿cado de la ley Nº 20.569, migre o cambie su regulación al
sistema tradicional societario regulado en Código de Comercio y en leyes especiales,
según cada tipo societario especí¿co. Regula también el camino contrario, esto es la
migración de una sociedad formada y regida por el sistema tradicional societario al
sistema de la ley Nº 20.659.
La ley en sus artículos 18, 19 y 20 regulan la ¿gura de la migración, y lo mismo
en los artículos 24 a 28 del Reglamento.
El Reglamento de la ley en su artículo 2º número 12 de¿ne migración en los si-
guientes términos:
“12. “Migración”: Es el acto por el cual alguna de las personas jurídicas indicadas
en el artículo 2º de la Ley, transita desde el régimen general al régimen simpli¿cado
o viceversa”.
Como regla general podemos señalar que la migración de un sistema societario
tradicional a simpli¿cado y viceversa, de simpli¿cado a tradicional societario, es
una decisión y acto jurídico enteramente voluntario y libre, que corresponde sea
acordado por unanimidad de los socios en los tipos societarios de personas y en el
caso de sociedades de capital por mayoría absoluta de las acciones emitidas con de-
recho a voto, salvo en el caso en que una persona jurídica de aquellas señaladas en
el artículo 2º de la LSS, deje de tener la naturaleza de persona jurídica regida por la
ley Nº 20.659, y pase en consecuencia a tener la calidad de sociedad anónima abierta
DERECHO DE SOCIEDADES 507

o sociedad anónima cerrada especial en cuanto a la ley que la regula, en cuyo caso
debe necesariamente migrar de sistema simpli¿cado a sistema societario tradicional,
en un plazo de sesenta días contados desde que ocurra el hecho por el cual deja de
cumplir con los requisitos de permanencia de la LSS, y para este ¿n debe suscribir un
formulario de migración a régimen general y el Registro emitirá un certi¿cado digital
de migración que contendrá el contrato social y los estatutos de la persona jurídica, un
extracto de éstos Registro emitirá un certi¿cado digital de migración que contendrá
el contrato social y los estatutos de la persona jurídica, un extracto deberá inscribirse
en el Registro de Comercio del Conservador respectivo y, si fuere necesario según
las leyes que establecen y regulan a esa persona jurídica, publicarse por una sola vez
en el Diario O¿cial en el plazo de treinta días desde que fuere emitido.
1. Migración del sistema simpli¿cado a sistema tradicional societario
El artículo 19 de la LSS, dispone:
Las personas jurídicas que se hayan acogido a esta ley y que con posterioridad dejen
de corresponder a algunas de las indicadas en el artículo 2º deberán migrar, dentro
del plazo de sesenta días contado desde que se produjo el hecho por el cual dejaron
de cumplir los requisitos dispuestos por la presente ley, al sistema general establecido
en la ley aplicable a la persona jurídica respectiva para efectos del registro de su
modi¿cación, transformación, fusión, división, terminación y disolución.
Para estos ¿nes, el titular o, en su caso, quienes sean los titulares de los derechos
sociales o acciones de la sociedad deberán suscribir el formulario denominado “de
migración al régimen general”. Dicho formulario deberá ser suscrito por todos los
titulares de los derechos sociales, o sus apoderados o representantes, en su caso, o
por la persona designada para estos efectos por la junta de accionistas. La suscrip-
ción de dicho formulario deberá efectuarse conforme a las normas establecidas en
el Título III de esta ley.
Si nada dijeren el contrato social o los estatutos, la migración deberá aprobarse por
la totalidad de los titulares de los derechos sociales, y en el caso de sociedades cuyos
acuerdos deban adoptarse por juntas, por mayoría absoluta de las acciones emitidas
con derecho a voto. El acta que se levante de la junta, previo cumplimiento de las
formalidades que sean necesarias, deberá ser reducida a escritura pública o protoco-
lizada, según corresponda. Una copia digital íntegra de ésta deberá incorporarse al
Registro bajo el número de identi¿cación de la persona jurídica respectiva. Con todo,
no se requerirá del acta reducida a escritura pública ni de su incorporación al Registro
si la totalidad de los socios o accionistas suscriben el formulario correspondiente.
Una vez suscrito dicho formulario, el Registro emitirá un certi¿cado digital de migra-
ción que contendrá el contrato social y los estatutos de la persona jurídica, un extracto
de éstos y las demás materias que señale el Reglamento. El extracto antes indicado
deberá inscribirse en el Registro de Comercio del Conservador respectivo y, si fuere
necesario según las leyes que establecen y regulan a esa persona jurídica, publicarse
por una sola vez en el Diario O¿cial en el plazo de treinta días desde que fuere emitido.
Dicho extracto contendrá las menciones que exigen las leyes que establecen y regulan
a la persona jurídica de que se trate para los efectos de su constitución. Desde la fecha
508 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de la inscripción del extracto en el Registro de Comercio del Conservador respectivo


y su publicación en el Diario O¿cial cuando ésta fuere necesaria según las leyes que
establecen y regulan a esa persona jurídica, se entenderá perfeccionada la migración
para todos los efectos y será, asimismo, oponible a terceros”.
El artículo 27 del reglamento regula el llamado formulario de migración al régi-
men general:
“Artículo 27. Formulario de Migración al Régimen General. Para migrar al régi-
men general, se suscribirá un formulario digital de migración al régimen general, de
acuerdo a las reglas establecidas en el párrafo III del Título III de este reglamento.
Suscrito el formulario de migración al Régimen General, el Administrador informará
al Servicio de Impuestos Internos”.
El artículo 28 del Reglamento regula el certi¿cado digital de migración al régimen
general para ser inscrito en el Registro de Comercio:
“Artículo 28. Certi¿cado Digital de Migración al Régimen General. Una vez sus-
crito el formulario señalado en el artículo anterior, el Registro emitirá un certi¿cado
digital de migración al régimen general, que contendrá las siguientes dos secciones,
claramente diferenciadas:
a) Una primera sección con Rol Único Tributario de la persona jurídica y las menciones
estatutarias que sean materia de extracto conforme a las leyes que crean y regulan a
la respectiva persona jurídica, la cual será el extracto que se deberá inscribir en el
Registro de Comercio respectivo; y
b) Una segunda sección con el texto completo de los estatutos de la persona jurídica
vigentes al tiempo de la migración, de conformidad a las actuaciones inscritas en el
Registro”.
2. Migración de sistema tradicional societario a sistema simplificado ley
Nº 20.659.
La migración de las personas jurídicas señaladas en el artículo 2º de la LSS, pue-
den migrar del sistema tradicional societario bajo el cual se constituyeron, al sistema
simpli¿cado de la ley Nº 20.659, cuyo fundamento fáctico ha de ser el optar por la
simplicidad y economía de solemnidades y formas establecido en este cuerpo legal.
Este acto de migración supone el acuerdo de la unanimidad de los socios en las
sociedades de personas, y en el caso de sociedades cuyos acuerdos deban adoptarse
por juntas –sociedades anónimas cerradas, sociedad por acciones y en comandita por
acciones–, por mayoría absoluta de las acciones emitidas con derecho a voto.
El acto jurídico de acuerdo de migración debe contenerse en escritura pública, e
ingresar una copia digital de aquella al Registro de Empresas y Sociedades. Se puede
omitir la escritura pública si todos los socios o accionistas suscriben el formulario
correspondiente.
Además debe solicitarse un Certi¿cado de migración emitido por el Registro de
Comercio del Conservador respectivo, el que debe contener un extracto de los estatutos
sociales, dejando constancia de éste en el extracto de la sociedad. A contar de la fecha
DERECHO DE SOCIEDADES 509

del Certi¿cado de migración, corre un plazo de 30 días para suscribir el formulario


denominado “de migración al régimen simpli¿cado”, hecha la suscripción, luego el
Registro de Empresas y Sociedades emitirá un certi¿cado digital de migración que
contendrá el contrato social y las demás materias que señale el Reglamento. Este
certi¿cado será enviado electrónicamente, a más tardar dentro del día siguiente hábil,
por el Registro al Conservador respectivo, el que tendrá el plazo de un día hábil para
anotar al margen de la inscripción del Registro de Comercio de la persona jurídica
migrada, que ésta se encuentra inscrita en el Registro de esta ley.
El artículo 18 de la ley regula el procedimiento de la migración de régimen tradi-
cional a régimen simpli¿cado y señala:
“Artículo 18.- Las personas jurídicas señaladas en el artículo 2º, constituidas de
conformidad a las leyes propias que las establecen y regulan, podrán regirse por las
disposiciones de esta ley mediante su migración en conformidad a las disposiciones
de este Título.
Para los efectos de la migración al régimen electrónico, si nada señalare el contrato
social y los estatutos de la persona jurídica, la migración deberá aprobarse por la
totalidad de los titulares de los derechos sociales y, en el caso de sociedades cuyos
acuerdos deban adoptarse por juntas, por mayoría absoluta de las acciones emitidas
con derecho a voto. El acta que se levante de la junta, previo cumplimiento de las
formalidades que sean necesarias, deberá ser reducida a escritura pública. Una copia
digital íntegra de ésta deberá incorporarse al Registro bajo el número de identi¿ca-
ción de la persona jurídica respectiva. Con todo, no se requerirá del acta reducida
a escritura pública ni de su incorporación al Registro, si la totalidad de los socios o
accionistas suscriben el formulario correspondiente.
Para estos efectos, el titular o, en su caso, quienes sean los titulares de los derechos
sociales o la persona que designe la junta de accionistas en que se acordó la migra-
ción, o los apoderados o representantes legales de éstos o de la sociedad deberán
requerir del Registro de Comercio del Conservador respectivo la emisión de un
certi¿cado para migración. Dicho certi¿cado deberá ser emitido por el Conservador
respectivo y contendrá el extracto de los estatutos sociales y las demás materias que
determine el Reglamento. Una vez emitido el certi¿cado para migración, deberá dejar
constancia de ésta al margen de la inscripción de la persona jurídica y desde ese mo-
mento no se podrán efectuar anotaciones, inscripciones ni subinscripciones en ésta.
Asimismo, en un plazo no superior a treinta días desde la fecha de emisión del certi-
¿cado referido en el inciso anterior, el titular o, en su caso, quienes sean los titulares
de los derechos sociales o acciones de la sociedad deberán suscribir el formulario
denominado “de migración al régimen simpli¿cado” y acompañar una copia de dicho
certi¿cado. Una vez suscrito el formulario, el Registro emitirá un certi¿cado digital
de migración que contendrá el contrato social y las demás materias que señale el
Reglamento. Este certi¿cado será enviado electrónicamente, a más tardar dentro del
día siguiente hábil, por el Registro al Conservador respectivo, el que tendrá el plazo
de un día hábil para anotar al margen de la inscripción del Registro de Comercio de
la persona jurídica migrada, que ésta se encuentra inscrita en el Registro de esta ley.
510 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

El Conservador de Bienes Raíces, en el caso de las personas jurídicas señaladas en


el artículo 2º, constituidas de conformidad a las leyes propias que las establecen y
regulan, podrá negarse a otorgar el certi¿cado de migración cuando éste se solicite
estando en trámite una solicitud de inscripción o anotación marginal.
Transcurridos treinta y cinco días contados desde la emisión del certi¿cado de vigencia
para migración sin que se haya comunicado al Conservador respectivo la incorpo-
ración al Registro Electrónico de la sociedad migrada, caducará dicho certi¿cado y
desde esa fecha podrán hacerse todas las anotaciones, inscripciones y subinscripciones
a que hubiere lugar en el Registro de Comercio del Conservador correspondiente, en
relación a esa persona jurídica.
La suscripción del formulario de migración a régimen simpli¿cado se efectuará
exclusivamente ante ministro de fe. La migración al régimen establecido en esta ley
efectuada en conformidad al presente artículo, no será una modi¿cación social”.
Para la Migración desde el Régimen General al Régimen Simpli¿cado, el artículo
24 de la Ley, regula el Certi¿cado y las menciones que debe contener, para migración
al régimen simpli¿cado:
Artículo 24. Certi¿cado para Migración al Régimen Simpli¿cado. El Conservador
de Bienes Raíces encargado del Registro de Comercio en el que se encuentre inscrita
una persona jurídica cuyos titulares soliciten su migración al régimen simpli¿cado,
deberá emitir un certi¿cado denominado “Certi¿cado para Migración al Régimen
Simpli¿cado”, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 18 de la ley.
Este certi¿cado sólo podrá ser solicitado al conservador respectivo por los titulares
que deben aprobar la migración al Régimen Simpli¿cado, personalmente o repre-
sentados.
El certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado deberá contener al menos:
a) Nombre, domicilio, jurisdicción en la cual ejerce y dirección de correo electrónico
del conservador respectivo;
b) La fecha de emisión y de caducidad del certi¿cado; y
c) Extracto actualizado de los estatutos sociales.
Una vez emitido el certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado, el Registro
de Comercio respectivo deberá dejar constancia de dicha emisión al margen de la
inscripción de la persona jurídica, y desde ese momento no se podrán efectuar ano-
taciones, inscripciones, o subinscripciones marginales. En todo caso, dicha prohibi-
ción no regirá si caduca el certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado, como
tampoco de la anotación que debe efectuarse conforme a lo dispuesto en el artículo
26 siguiente”.
El artículo 25 del Reglamento regula el denominado formulario para la migración
al régimen simpli¿cado:
“Artículo 25. Formulario de Migración al Régimen Simpli¿cado. Para la migración
al régimen simpli¿cado, se requerirá que el o los titulares de la persona jurídica res-
pectiva suscriban, en la forma dispuesta en los artículos 18 y 19 de este reglamento,
un formulario denominado “De Migración al Régimen Simpli¿cado”. El notario que
DERECHO DE SOCIEDADES 511

suscriba dicho formulario, deberá veri¿car la plena coherencia de este último con el
contenido del certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado.
El formulario de migración al régimen simpli¿cado deberá ser suscrito dentro de los
treinta días siguientes a la emisión del certi¿cado a que se re¿ere el artículo anterior.
Dicho certi¿cado constituirá un documento registrable y deberá ser anotado en el
Registro.
El formulario de migración al régimen simpli¿cado deberá contener los mismos
campos que el formulario en virtud del cual deba constituirse la respectiva persona
jurídica bajo el régimen simpli¿cado, incluyendo el Rol Único Tributario, cuando la
persona jurídica lo tenga.
En el caso de sociedades en que los acuerdos necesarios para aprobar una actuación
deban adoptarse en junta, la migración deberá ser aprobada por la mayoría absoluta
de las acciones emitidas con derecho a voto, en el caso que los estatutos sociales no
contemplen una regla diferente. Para ello, el formulario de migración al régimen
simpli¿cado respectivo, aprobado por la junta, deberá ser reducido a escritura pública
conjuntamente con el acta que se levante de la junta que aprobó la migración.
Los socios o accionistas de la persona jurídica objeto de la migración y las menciones
de sus estatutos que constituyan materias propias de extracto bajo el régimen general,
no podrán ser modi¿cados en el formulario de migración al régimen simpli¿cado,
debiendo el contenido de los campos relativos a aquéllos y a éstas, corresponder a lo
señalado en el certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado. Anotaciones, ins-
cripciones, o subinscripciones marginales. En todo caso, dicha prohibición no regirá
si caduca el certi¿cado para migración al régimen simpli¿cado, como tampoco de la
anotación que debe efectuarse conforme a lo dispuesto en el artículo 26 siguiente”.
El artículo 26 del reglamento regula el Certi¿cado Digital de migración al régimen
simpli¿cado, el que debe ser noti¿cado al Registro de Comercio correspondiente:
“Artículo 26 Certi¿cado Digital de Migración al Régimen Simpli¿cado. El Regis-
tro de Empresas y Sociedades emitirá un certi¿cado digital de migración una vez
perfeccionada la migración de una persona jurídica al régimen simpli¿cado. Dicho
certi¿cado será noti¿cado al Conservador en cuyo Registro de Comercio la persona
jurídica se haya encontrado inscrita bajo el régimen general, de acuerdo al artículo
18 inciso 4º de la ley, y contendrá al menos:
a) El extracto del Estatuto de la persona jurídica migrada;
b) Foja, número y año del Registro de Comercio del conservador respectivo donde
consta la inscripción original de la persona jurídica migrada; y
c) La constancia de haber migrado la persona jurídica al régimen simpli¿cado y la
fecha de dicha migración”.
XIII. Conclusiones respecto del sistema simpli¿cado de constitución y modi¿cación
de empresas y sociedades
A manera de conclusiones ¿nales respecto del sistema simpli¿cado de constitución
y modi¿cación de empresas y sociedades establecido por la ley Nº 20.659, de 2012,
y su Reglamento, se pueden establecer las siguientes:
512 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

1. El sistema simpli¿cado o electrónico de constitución y modi¿caciones de so-


ciedades en el Registro de Empresas y Sociedades del Ministerio de Economía, tiene
costo cero mirado desde el punto de vista de sus usuarios, regido bajo principio de
gratuidad, lo que parece un contra sentido, ya que se produce en los hechos un subsidio
respecto de la constitución de personas jurídicas con ¿nes de lucro, asumiendo el Es-
tado el coste ¿nanciero del todo el sistema. En este sentido, los costos económicos de
mantener operativo el sistema de sociedades digitales, no debe ser bajo considerando
el software computacional involucrado, su custodia y administración.
¿Cuál sería el fundamento de la gratuidad respecto de actividades económicas
empresariales de privados, que persiguen ¿nes de lucro?
2. Atendida la tradición jurídica registral del sistema societario chileno, es alta-
mente probable que las personas que recurran al sistema de empresas y sociedades
electrónicas o digitales, re¿eran a capitales sociales módicos, favoreciendo a la pe-
queña empresa;
3. Existe una materia en la ley Nº 20.659, que presenta un límite objetivo, cual
es el caso en que el aporte de capital sean bienes sujetos a sistema registral, como
los bienes raíces, vehículos motorizados, acciones de sociedades anónimas, marcas
comerciales y en general privilegios de propiedad industrial, entre otros, que hace
que el aporte no se perfecciones por la sola suscripción del documento constitutivo,
ya que atendida la naturaleza de los bienes y sistema de registro, obliga a otorgar un
acto jurídico posterior solemne –según el estatuto legal del bien aportado– para cum-
plir con la entrega del aporte a la sociedad. En este sentido, a diferencia del sistema
solemne tradicional societario, el instrumento constitutivo de la sociedad digital no se
basta así mismo, lo que constituye una debilidad del sistema digital, que se proyecta
en inseguridad jurídica de la persona jurídica “electrónica” o digital.
4. Se observa una debilidad del sistema de sociedades digital, el hecho que no
tenga una obligatoriedad de convenio con el Diario O¿cial, para los ¿nes de regis-
trar o anotar en el Registro de Empresas y Sociedades, la sentencia declaratoria de
quiebra de la persona jurídica de la ley Nº 20.659, ya que el artículo 54 del Libro IV
del Código de comercio, señala que “la sentencia que declare la quiebra se noti¿cará
al fallido, a los acreedores y a terceros por medio de un aviso”, el que conforme al
artículo 6º del Libro IV debe ser en extracto en el Diario O¿cial. En consecuencia el
reglamento de la ley debió establecer este convenio con el Diario O¿cial y lo propio
con la Superintendencia de Quiebras.
5. Finalmente, las correcciones al sistema de la ley Nº 20.659 y su reglamento, lo
evidenciaran los hechos en el breve plazo, lo que obligará a su reforma legislativa.
6. Otro aspecto muy opinable radica en que con la modalidad de sociedad digital de
la ley ya citada, provoca una prescindencia de la asesoría de abogado en una materia
tradicionalmente de asesoría legal cali¿cada, existiendo la natural tentación a bajar
costes por esta vía, lo que no parece adecuado a una economía moderna debidamente
informada respecto de los operadores económicos.
DERECHO DE SOCIEDADES 513

XX. SECCIÓN DECIMOQUINTA


LA OFERTA PÚBLICA DE ADQUISICIÓN DE ACCIONES Y SU REGULACIÓN
EN LEY DE MERCADO DE VALORES

La presente sección pretende dar una visión al especialista en temas de mercado


de valores, regulado en la ley Nº 18.045, de 1981, y de la modi¿cación introducida
por la ley Nº 19.705, publicada en Diario O¿cial de 20 de diciembre de 2000, en
lo que re¿ere a la toma de control de sociedades anónimas que hacen oferta de sus
acciones y a las ofertas publicas de adquisición de acciones, también conocidas por
la sigla “Opas”.
El proyecto de ley, que modi¿có la ley de mercado de valores, tuvo su origen en
moción del Poder Ejecutivo, y se inició su trámite por Mensaje Nº 153-339, de fecha
30 de diciembre de 1998, y se inscribe en un llamado proceso de modernización del
mercado de capitales, que denomina de “tercera etapa”, en el cual se buscó esencial-
mente “introducir mecanismos de proteger a los accionistas minoritarios”.
Las reformas que se introdujeron por la ley Nº 19.705 tuvieron por objeto: “a)
mejorar y perfeccionar la regulación sobre tomas de control de las sociedades anóni-
mas que hacen ofertas públicas de sus acciones, b) establecer un marco de regulación
–inexistente a la fecha– a través de la incorporación de un nuevo Título, sobre las
Ofertas Públicas de Adquisición de Acciones (Opas), de tal manera de establecer un sis-
tema orgánico y armónico que solucione las iniquidades que el mercado, a través de las
leyes económicas de oferta y demanda, no ha podido superar” (1 Mensaje pág. 2).
Cabe destacar que el texto primitivo de la ley de mercado de valores Nº 18.045,
de 1981, carecía de un marco regulatorio de protección a los accionistas minoritarios,
frente a un proceso de toma de control de una sociedad anónima cuyos títulos se tran-
san en Bolsa. En este marco legal los procesos de toma de control de una sociedad
anónima que hace oferta pública de sus acciones, se veri¿caba en un negocio en que
era su¿ciente la voluntad del grupo pretensor del control de la sociedad anónima,
frente al grupo o accionista controlador que se desprendía del poder, sin que tuviera
participación en dicho proceso los accionistas minoritarios, quienes no eran consi-
derados en este nuevo traspaso accionario, no participando del premio por el mayor
precio que este tipo de operaciones conlleva. Esta situación ha sido regulada en el
nuevo Título XXV, de la ley, denominado “De la Oferta Pública de Adquisición de
Acciones”, que comprende los artículos 198 a 216, de la ley Nº 18.045, que regula
el mercado de valores.
Por lo señalado los procesos de toma de control de las sociedades anónimas, antes
de la regulación introducida por la ley Nº 19.705, de 2000, se llevaban a efecto “a
puertas cerradas” entre quien pretendía el control de la sociedad y el o los accionis-
tas que detentaban el control, sin participación de dicho negocio por los accionistas
minoritarios, quienes se enteraban por publicación de aviso en diario de circulación
nacional del inicio de la toma de control (artículo 54 ley Nº 18.045), observando
pasivamente el ingreso del nuevo grupo de control societario.
514 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En las décadas ochenta y noventa se llevaron a efectos varios procesos de toma


de control de sociedades anónimas abiertas, algunos de los cuales tuvieron altos
niveles de litigiosidad, de parte de los accionistas minoritarios, frente a los grupos
controladores salientes y entrantes, ejemplo de dichos procesos fueron los casos de
Industria Azucarera Nacional S.A. (Iansa) y Endesa en 1997, que fue objeto de toma
de control por Endesa España, dándose un trato desigual a los accionistas minori-
tarios, evidenciando la falencia de nuestra legislación en la materia, por un distinto
trato -discriminatorio– al valor del total de las acciones de la sociedad, toda vez que
se bene¿ció sólo a los accionistas controladores salientes.
Por estas razones en el mensaje del Poder Ejecutivo, al Proyecto de ley, se señala
“los acontecimientos económicos acaecidos durante los años 1996 y especialmente,
en 1997, en que hubo gran demanda por las tomas de control de algunas compañías,
ha generado la necesidad de contar con mecanismos de regulación prudente y mínima.
En efecto, estos mecanismos deben ser razonables, pues deben permitir corregir las
de¿ciencias y mejorar las disposiciones legales sobre “tomas de control” que regulan
el mercado de valores; también deben permitir contar con un marco de regulación
que otorgue una mayor protección en el caso de las Ofertas Públicas de adquisición
de acciones, que han proliferado en estos últimos años y que han producido iniqui-
dades en el pago de los precios obtenidos por los accionistas minoritarios” (2 Pág.
4 Mensaje).
Por lo señalado, la ley Nº 19.705, de 2000, tiene por principal principio inspirador
la protección de los accionistas minoritarios, en los procesos de toma de control o
cambios de control de una sociedad anónima que hace oferta publica de sus acciones,
siendo todas las acciones destinatarias de la oferta que debe formular el oferente que
pretende el control, con la ¿nalidad de que todos los accionistas puedan potencialmente
participar en el premio por el mayor precio de las acciones que se pretende adquirir,
dándose un igual trato a todos los accionistas.

1. La oferta pública de valores


El primer concepto esencial que debe tenerse presente en materia de tomas de
control y ofertas públicas de adquisición de acciones, es el concepto de oferta pública
de valores.
La oferta pública de valores tiene en nuestra Ley de Mercado de Valores Nº 18.045,
de 1981, una de¿nición legal en el artículo 4º, que señala:
“Se entiende por oferta pública de valores la dirigida al público en general o aciertos
sectores o a grupos especí¿cos de éste”.
El artículo 3º, de la ley de mercado de valores, de¿ne el concepto de valores en los
siguientes términos “Para los efectos de esta ley, se entenderá por valores cualesquiera
títulos transferibles incluyendo acciones, opciones a la compra y venta de acciones,
bonos, debentures, cuotas de fondos mutuos, planes de ahorro, efectos de comercio
y, en general, todo título de crédito o inversión”.
DERECHO DE SOCIEDADES 515

Cabe destacar que nuestra ley, para los efectos de de¿nir legalmente los valores, ha
utilizado un concepto amplio, ya que la disposición legal citada concluye señalando
“y, en general, todo título de crédito o inversión”, incorporando así un concepto ya
clásico en la disciplina jurídica mercantil, cual es el concepto de título de crédito,
de¿nido brillantemente por el tratadista italiano Cesar Vivante, quien señala que “título
de crédito es todo documento necesario, para ejercer el derecho literal y autónomo
que en él se contiene”.
Resulta necesario, como cuestión previa ¿jar estos conceptos de oferta pública
de valores y de valores, ya que en los procesos de toma de control de sociedades y
en los de ofertas públicas de adquisición de acciones, la pretensión del controlador u
oferente, tiene por objeto adquirir acciones o títulos representativos de acciones de
una sociedad emisora, esto es la oferta tiene por objeto adquirir valores. Por ello, el
objeto de una toma de control y la formulación de una oferta pública de adquisición de
acciones, recae sobre una cantidad o número o porcentaje de acciones de la sociedad
cuyo control se pretende.
En virtud de la aprobación de la ley Nº 19.705, publicada en el Diario O¿cial de
fecha 20 de diciembre de 2000, titulada “Regula las ofertas públicas de adquisición
de acciones (OPAS) y establece régimen de gobiernos corporativos”, se modi¿ca-
ron entre otros textos legales la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045 y la Ley de
Sociedades Anónimas Nº 18.046, incorporando la regulación a las ofertas públicas
de adquisición de acciones, luego de un largo trámite legislativo, en que se debatió
largamente en el Congreso Nacional, respecto a la conveniencia de incorporar esta
nueva regulación. En dicho debate se presentaron dos tendencias; una que a¿rmaba
la necesidad de regular este proceso, fundando sus argumentos en razones de justicia
de mercado, ya que se busca un igual trato económico a los accionistas de la sociedad
“ofertada”, de manera tal que el mayor precio por la venta de acciones se reparta de
manera proporcional entre los accionistas y no sólo en bene¿cio de un accionista
mayoritario que ante el incentivo de un buen precio vende y entrega el control a otro
inversionista, protegiendo de esta forma a los accionistas minoritarios, evitándose
el trato desigual y por lo tanto discriminatorio en materia económica, posicionando
este argumento como un estándar esencial para el correcto y justo funcionamiento
del mercado de valores. En paralelo surgió una segunda posición, de algunos econo-
mistas y parlamentarios, que a¿rmaban que esta regulación vendría a ser un freno al
desarrollo de los negocios, que por el contrario a lo que se a¿rmaba en el Mensaje del
Ejecutivo, el mercado de valores funciona mejor sin una excesiva regulación en ésta
materia, ya que a los pequeños accionistas les convienen los cambios de controlador
en las sociedades anónimas, que recibirán los bene¿cios de mayores dividendos y
valoración de sus acciones, ya que los controladores buscan la mayor rentabilidad de
su inversión, ¿nalidad que bene¿cia por igual a todos los accionistas de las compañías;
en síntesis, una aplicación de la “teoría del chorreo” aplicada a la sociedad anónima.
En síntesis, esta segunda posición era contraria abiertamente a la regulación de los
procesos de toma de control.
516 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

Finalmente, el debate concluyó con el trámite legislativo y se aprobó por el


Congreso la ley Nº 19.705, publicada en Diario O¿cial de 20 de diciembre de 2000,
cuyos frutos se verán en el mediano y largo plazo, oportunidad en la que se podrán
sacar conclusiones ciertas sobre los bene¿cios de esta nueva legislación, y si se han
cumplido en el mercado de valores los principios y ¿nes perseguidos por esta nueva
regulación.
En la presente sección se pretende exponer con claridad y simpleza, los nuevos
cambios que incorpora esta nueva normativa de OPAS, en lo que re¿ere a toma de
control de sociedades, que transan en bolsa de valores y en el procedimiento de oferta
pública de adquisición de acciones.

2. Toma de Control de una sociedad que hace oferta pública de sus acciones
La formación de una sociedad de capital implica asumir un riesgo para sus fun-
dadores, ya que para éstos signi¿ca poner un capital como aporte y la afectación del
mismo a la consecución de un ¿n lucrativo que se expresa en la administración del
giro de negocios sociales, de tal suerte que en algún momento entregará utilidades o
bene¿cios a sus socios o accionistas, bajo la forma de dividendos en la medida que
existan utilidades líquidas en el ejercicio.
Puede ocurrir que la sociedad anónima no logre una gestión exitosa o habiéndola
tenido decaiga, oportunidad en la cual sus aportantes de capital habrán disminuido o
perdido sus aporte y toda expectativa de ganancia o lucro.
El mayor riesgo empresarial o de negocio que asumen los accionistas fundadores de
una sociedad anónima, más la consiguiente pérdida de prestigio u honor en el mundo
de los negocios, consiste en la perdida o disminución del capital aportado.
Puede ocurrir por el contrario que la sociedad anónima en su gestión logre buenos
y crecientes niveles de rentabilidad, en cuyo caso la inversión de los accionistas se
verá incrementada por los buenos resultados del giro social, frente a un aumento del
patrimonio, que puede llevar a la participación en los dividendos sociales e incluso al
aumento de capital social, por la vía de capitalización de todo o parte de la utilidad,
con la ¿nalidad de emprender nuevos negocios o expansiones en sus inversiones.
Frente a esta realidad, ha preocupado a los tratadistas y a los legisladores regular
los procesos de toma de control de las sociedades anónimas, de tal suerte que cuando
un agente o inversionista inicia una actividad en este sentido, debe haber una infor-
mación mínima y veraz en el mercado de valores en que se transan las acciones de la
sociedad, ya que no es indiferente para los accionistas y para el mercado de valores
tener conocimiento oportuno de estos procesos de tomas de control.
La toma de control de las sociedades anónimas ocurre cuando una persona o grupo
empresarial tiene por ¿nalidad o motivación inÀuir decisivamente en la administración
o gestión de la sociedad. Se inÀuye decisivamente en la administración de la sociedad
anónima o el la gestión de esta, cuando se tiene un porcentaje de la propiedad acciona-
ria, que permita elegir a lo menos un director del Directorio, hecho que permitirá a ese
DERECHO DE SOCIEDADES 517

accionista o grupo inÀuir en la administración de los negocios sociales; en la medida


que el porcentaje accionario permita elegir más de un Director, se irá progresivamente
inÀuyendo hasta que esa inÀuencia puede a llegar ser decisiva.
Por ello, si un accionista o grupo concertado puede elegir a la mayoría del Direc-
torio, signi¿ca que ya la inÀuencia es decisiva, puesto que los acuerdos del Directorio
estarán determinados por este grupo controlador, al tener la mayoría del directorio de
la sociedad. En síntesis, la toma de control de una sociedad se expresa en la formula
el que controla administra, o quien controla administra, y por lo tanto, conduce los
negocios sociales; los accionistas que no administran tienen el conjunto de derechos
que les con¿ere la acción, en posición de minoritarios, especialmente el derecho a la
información y al control o ¿scalización de la gestión del órgano Directorio.
En general, se señala que los accionistas minoritarios o no controladores aspiran a
que los controladores hagan una buena gestión social, de tal suerte que éstos pueden
participar en las utilidades de la gestión, vía dividendos. Incluso se ha sostenido que
a los accionistas minoritarios les puede resultar indiferente quien detente el control de
la sociedad anónima, en la medida que el grupo de control tenga una gestión exitosa,
que se traducirá en el bienestar de todos los accionistas por la vía de participar en los
dividendos que la sociedad reparta.
Los accionistas minoritarios se encuentran de¿nidos en plural en el artículo 4º bis,
letra d) de la ley de mercado de valores, en los siguientes términos: “toda persona que
por sí sola o en conjunto con otras con las que tenga acuerdo de actuación conjunta,
posea menos del 10% de las acciones con derecho a voto de una sociedad, siempre
que dicho porcentaje no le permita designar un director”; en el evento que dicho
porcentaje (menos de 10% de la propiedad accionaria) le permita elegir un director
en la sociedad, ya no se encuentra en posición de accionista minoritario, ya que con
ese director que elige puede inÀuir en la administración de la sociedad.
El artículo 99 de la ley de mercado de valores, en su primera parte señala que se
entiende por inÀuir decisivamente en la administración o gestión de una sociedad,
al indicar:
“Se entenderá que inÀuye decisivamente en la administración o en la gestión de una
sociedad toda persona, o grupo de personas con acuerdo de actuación conjunta, que,
directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, controla al menos
un 25% del capital con derecho a voto de la sociedad, o del capital de ella si no se
tratare de una sociedad por acciones,...”.
De lo señalado se entiende que una persona o grupo, se encuentra en posición de
controlador, y por lo tanto puede inÀuir decisivamente en la administración de la sociedad
en su gestión, cuando por sí o con otros mediante un acuerdo de actuación conjunta,
son propietarios o titulares de al menos el 25% de la propiedad accionaria. En efecto,
ser titular de un 25% de la propiedad accionaria permite a éste accionista o accionistas
unidos, elegir al menos un Director y eventualmente dos directores, que frente a un
directorio de tres (número mínimo para la sociedad anónima cerrada) o de cinco miem-
518 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

bros (número mínimo para la sociedad anónima abierta), los pone en posición de poder
inÀuir decisivamente en la administración de la sociedad o en su gestión.
Esta posición de controlador no existe cuando de conformidad a lo dispuesto en el
artículo 99, letras a), b) y c), ocurre uno cualquiera de los siguientes casos:
“a) Que exista otra persona, u otro grupo de personas con acuerdo de actuación con-
junta, que controle, directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, un
porcentaje igual o mayor;”. El fundamento de esta primera excepción es lógico, ya que
si otra persona o grupo controla un porcentaje igual (25%) o mayor de la propiedad
accionaria, su poder se ve limitado o al menos neutralizado, hecho que puede llevar
a estos accionistas a suscribir una pacto de accionistas para regular entre ellos el
ejercicio de un poder insu¿ciente de manera individual para controlar.
“b) Que no controle directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas
más del 40% del capital con derecho a voto de la sociedad, o del capital de ella si
no se tratare de una sociedad por acciones, y que simultáneamente el porcentaje
controlado sea inferior a la suma de las participaciones de los demás socios o ac-
cionistas con más de un 5% de dicho capital. Para determinar el porcentaje en que
participen dichos socios o accionistas, se deberá sumar el que posean por sí solos con
el de aquellos con quienes tengan acuerdo de actuación conjunta.” Este caso ocurre
cuando frente al 40% de la propiedad accionaria, sumados los accionistas con más
del 5% de la propiedad accionaria, ese 40% es inferior, al de los segundos, es decir
éstos representan más del 40%.
“c) Cuando así lo determine la Superintendencia en consideración de la distribución
y dispersión de la propiedad de la sociedad”.
Para efectos de concordar lo dispuesto en el artículo 99 de la ley de mercado de
valores, es necesario citar la de¿nición de acuerdo de actuación conjunta, que se
establece en el artículo 98, inciso 1º, y que señala:
“Acuerdo de actuación conjunta es la convención entre dos o más personas que par-
ticipan simultáneamente en la propiedad de una sociedad, directamente o a través de
otras personas naturales o jurídicas controladas, mediante la cual se comprometen
a participar con idéntico interés en la gestión de la sociedad u obtener el control de
la misma”.
La de¿nición legal de acuerdo de actuación conjunta, atribuye dos posibles ¿nalida-
des a la convención : participación “con idéntico interés en la gestión de la sociedad”
o, bien, “obtener el control de la misma”. Esta convención, en cuanto a su naturaleza
jurídica debe ser entendida como un pacto “para societario”, o simplemente como
un pacto de accionistas, que podrá ser de gestión de la sociedad o de toma de control
según su contenido.
Este acuerdo de actuación conjunta supone la unión de fuerza accionaria de parte
sus participes, el que formalmente debe constar por escrito, a lo menos por exigencia
de prueba, y puede que se contenga en escritura pública o privada. En la medida en
que conste por instrumento privado, conserva una privacidad o secreto, ante lo cual
DERECHO DE SOCIEDADES 519

existe imposibilidad material de que terceros interesados tengan acceso al texto del
acuerdo.
Ante la posibilidad de que el acuerdo no sea público, la ley presume la existencia
del mismo, y así en el artículo 98, inciso 2º, señala:
“Se presumirá que existe tal acuerdo entre las siguientes personas: entre representan-
tes y representados, entre una persona y su cónyuge o sus parientes hasta el segundo
grado de consanguinidad o a¿nidad, entre entidades pertenecientes a un mismo grupo
empresarial, y entre una sociedad y su controlador o cada uno de sus miembros”.
En lo que re¿ere a grupo empresarial, el artículo 96, señala que “es el conjunto de
entidades que presentan vínculos de tal naturaleza en su propiedad, administración o
responsabilidad crediticia, que hacen presumir que la actuación económica y ¿nanciera
de sus integrantes está guiada por los intereses comunes del grupo o subordinada a
éstos, o que existen riesgos ¿nancieros comunes en los créditos que se les otorgan o
en la adquisición de valores que emiten.”.
La ley de mercado de valores da también un concepto y casuística de controlador
en su artículo 97. En efecto, en su inciso primero de¿ne quien es controlador:
“Es controlador de una sociedad toda persona o grupo de personas con acuerdo
de actuación conjunta que, directamente o a través de otras personas naturales o ju-
rídicas, participa en su propiedad y tiene poder para realizar alguna de las siguientes
actuaciones:
“a) Asegurar la mayoría de votos en las juntas de accionistas y elegir a la mayoría
de los directores tratándose de sociedades anónimas, o asegurar la mayoría de votos
en las asambleas o reuniones de sus miembros y designar al administrador o repre-
sentante legal o a la mayoría de ellos, en otro tipo de sociedad”.
Si una persona o grupo de personas, con acuerdo de actuación conjunta, puede asegu-
rar la mayoría de votos en las juntas de accionistas, signi¿ca que posee un porcentaje
su¿ciente para aprobar materias propias de juntas de accionistas, entendemos que se
trata de juntas ordinarias, cuyas materias se acuerdan “por la mayoría absoluta de
las acciones presentes o representadas con derecho a voto” (artículo 61, inciso 1º,
ley Nº 18.046.) , o elegir a la mayoría de los directores, o sea, tres de un directorio
de cinco.
“b) inÀuir decisivamente en la administración de la sociedad”. La ¿gura de inÀuir
decisivamente en la administración de la sociedad, la encontramos regulada en el
artículo 99 de la ley de mercado de valores, ya transcrita anteriormente.
Finalmente, los conceptos de pacto de actuación conjunta, grupo empresarial y toma
de control, los debemos relacionar, en la medida en que se inicia u obtiene una toma
de control, con los conceptos de sociedad ¿lial y coligada.
Los conceptos de sociedad ¿lial y coligada, van unidos a la noción de control, ya que
en la medida que el control sea más o menos intenso, observado del controlador al
controlado, se pueden presentar una de estas dos ¿guras.
En el concepto de sociedad ¿lial la intensidad del control de la propiedad accionaria
de parte de la sociedad matriz o dominante es mayor. Tal es el nivel de control que los
520 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

autores señalan que la voluntad de la sociedad ¿lial hay que buscarla en la sociedad
matriz que la controla, siendo la primera un ¿el reÀejo de la segunda. El artículo 86
de la ley de sociedades anónimas es bastante explícito al de¿nir la ¿gura de sociedad
¿lia: “Es sociedad ¿lial de una sociedad anónima, que se denomina matriz, aquella en
la que ésta controla directamente o a través de otra persona natural o jurídica más del
50% de su capital con derecho a voto o del capital, si no se tratare de una sociedad
por acciones o pueda elegir o designar o hacer elegir o designar a la mayoría de sus
directores o administradores”.
Existe la posición de sociedad ¿lial, cuando se controla más del 50% de la pro-
piedad o derechos sociales de ésta, o bien, cuando, cualquiera sea el porcentaje de la
propiedad accionaria, se pueda elegir o designar la mayoría de los directores o admi-
nistradores. En relación a la segunda hipótesis, elegir a la mayoría de los directores o
administradores, puede haber excepcionalidades al principio de un voto por acción,
cuando hay acciones privilegiadas y una serie tiene derecho a elegir más número de
directores que otra, o bien tiene exclusivamente derecho a elegir a los Directores.
Por la situación de la sociedad ¿lial en relación a su matriz, se dice que la verdadera
voluntad societaria de la ¿lial se encuentra en la matriz, que la controla en su admi-
nistración y gestión. Por lo mismo el artículo 92 de la Ley de Sociedades Anónimas
señala que “Los directores de una sociedad matriz, aunque no sean miembros del
directorio de una sociedad ¿lial o administradores de la misma, podrán asistir con
derecho a voz, a las reuniones de dichos directorios o a las de los administradores
en su caso, y tendrán además, facultad para imponerse de los libros y antecedentes
de la sociedad ¿lial”. Podemos concluir que la sociedad ¿lial hará lo que la sociedad
matriz quiera que haga.
En cuanto a la estructura jurídica de la sociedad matriz, la ley la de¿ne como
sociedad anónima, pero puede perfectamente ser o tratarse de una sociedad distinta
al tipo anónima, como por ejemplo comandita por acciones o sociedad de personas,
colectiva o limitada.
La posición de sociedad coligada, el control que ejerce la coligante no es tan intenso
como en la ¿lial, en efecto, el artículo 87 de la Ley de Sociedades Anónimas, señala:
“Es sociedad coligada con una sociedad anónima aquella en la que ésta, que se deno-
mina coligante, sin controlarla, posee directamente o a través de otra persona natural
o jurídica el 10% o más de su capital con derecho a voto o del capital, si no se tratare
de una sociedad por acciones, o pueda elegir o designar o hacer elegir o designar por
los menos un miembro del directorio o de la administración de la misma”.
La relación entre coligante y coligada aparece por dos hipótesis, o por que se de-
tenta el 10% o más de la propiedad accionaria, o bien, por que se puede elegir o hacer
elegir un miembro del directorio o de la administración de la misma.
La ¿gura de sociedad coligada, observado en un proceso dinámico de toma de
control, puede ser el punto de partida de una estrategia mayor, cuya intención ¿nal
es llegar a la ¿gura de sociedad ¿lial.
DERECHO DE SOCIEDADES 521

Observado como un proceso de concentración económico, no es indiferente que el


mercado de valores, que debe ser informado, conozca la intención de una persona o
grupo de tomar el control de una sociedad, no resulta indiferente conocer la existencia
de un pacto de actuación conjunta, y no resulta indiferente a los accionistas participar
de una oferta publica de adquisición de acciones, donde se pueden ver bene¿ciados
por un mayor precio, frente a una carencia de información, donde el controlador se
entiende directamente con quien pretende el control ¿jando un precio que no lleva
incorporado el concepto de “prima o mayor precio por el control”, que sólo bene¿cia
al controlador saliente.
Al promulgarse la Ley Nº 18.045, sobre Mercado de Valores, en el año 1981, no
se reguló la oferta pública de adquisición de acciones (Opas) y a la toma de control,
se encontraba regulada en un tímido artículo 54, único en el Título IX, denominado
“De la información en la obtención de control”, que señalaba:
“Cuando una o más personas directamente o a través de una sociedad ¿lial o coligada
pretendan obtener el control de una sociedad, sometida a la ¿scalización de la Super-
intendencia, deberán informar previamente tal propósito al público en general. En
dicha información se indicará a lo menos el precio y condiciones de la negociación a
efectuarse, cualquiera sea la forma de adquisición de las acciones comprendiéndose in-
cluso la que pudiese realizarse por suscripciones directas o transacciones privadas.
Para los ¿nes señalados en el inciso precedente se enviará comunicación escrita a
la Superintendencia y a las bolsas de valores y, cumplido lo anterior, se publicará un
aviso destacado en un diario de circulación nacional.
La adquisición de acciones solo podrá perfeccionarse transcurridos cinco días hábiles
desde la fecha en que se publique el aviso a que se re¿ere el artículo anterior”.
Como puede observarse la regulación era bastante elemental y apuntaba a cumplir
con informar al público en general, indicando mediante aviso el precio y demás condi-
ciones de la negociación a efectuarse y más una comunicación a la Superintendencia
y Bolsas, sujetando la compra de acciones a un plazo de cinco días hábiles a tales
avisos y cartas. Bajo esta regla bastaba la puesta de acuerdo entre quien pretendía
obtener el control y quien era propietario del control de la sociedad; los demás ac-
cionistas simplemente observaban la ejecución de la operación de control, sin tener
más injerencia que ¿scalizar que se cumpliera con la ritualidad del artículo 54, esto
es sin poder ofrecer a quien pretendía obtener el control sus acciones en venta a igual
precio que el ofrecido al destinatario controlador.
En este marco regulatorio se llevaron a efecto procesos de toma de control sin
que estuvieran exentos de “hostilidad”, de los accionistas controlados frente al nuevo
controlador; basta recordar el caso de cambio de propiedad de controlador en Indus-
tria Azucarera de Chile S.A. (Iansa), de parte del grupo Amerop Sugar Internacional,
ocurrido en 1990, donde los accionistas Campos Chilenos S.A., fueron mudos tes-
tigos del negocio de los controladores frente al nuevo controlador, sin que tuvieran
la oportunidad de bene¿ciarse también del mayor precio por toma de control”, que
debe haber pagado el nuevo controlador al controlador saliente. Este proceso se llevó
522 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

a efecto utilizando varias sociedades de inversión mediante un pacto secreto, suscrito


en EE.UU. En este caso que se ventiló ante los tribunales de justicia, ¿nalmente se
impusieron multas administrativas por la Superintendencia a las personas que trans-
gredieron el citado artículo 54, conforme a las reglas contenidas en el artículo 55 de
la ley de mercado de valores.

3. Nueva regulación al proceso de toma de control


La ley Nº 19.705, de 20 de diciembre de 2000, modi¿có, entre otros, el Título IX
de la ley de mercado de valores, incorporando un nuevo artículo 54, 54 A, 54 B y 55,
bajo la idea matriz de dar debida protección a los accionistas minoritarios e informa-
ción su¿ciente al mercado de valores, ante los procesos de toma de control.
El mensaje del proyecto de ley, en esta materia señala: “La ley de mercado de
valores tiene un solo artículo referido a esta materia. Este se ha tornado insu¿ciente
para comprender ¿guras, como las referidas a las ofertas públicas de adquisición de
acciones. Por ello, el proyecto perfecciona los mecanismos de información al público,
cuando se pretenda obtener el control de una sociedad que hace oferta pública de sus
acciones” (3. Mensaje pág. 5).
En consecuencia, los resguardos que incorpora esta nueva regulación en materia
de toma de control, es informar al público en cuanto a la existencia de una persona o
grupo de personas, con acuerdo de actuación conjunta, que pretende tomar el control
de una sociedad anónima, ya que estos procesos conllevan un aumento de precio de
las acciones a adquirir por el que pretende el control, por lo tanto, esta regulación
apunta a proveer la transparencia que debe imperar en el mercado de valores.
Así, en el TÍTULO IX
“De la información en la obtención de control”, de la LMV, establecen lo que
sigue:
Artículo 54.- Toda persona que, directa o indirectamente, pretenda tomar el control
de una sociedad anónima abierta, cualquiera sea la forma de adquisición de las accio-
nes, comprendiéndose incluso la que pudiese realizarse por suscripciones directas o
transacciones privadas, deberá previamente informar tal hecho al público en general.
Para los ¿nes señalados en el inciso anterior, se enviará una comunicación escrita
en tal sentido a la sociedad anónima que se pretende controlar, a las sociedades que
sean controladoras y controladas por la sociedad cuyo control se pretende obtener,
a la Superintendencia y a las bolsas en donde transen sus valores. Con igual objeto,
se publicará un aviso destacado en 2 diarios de circulación nacional y en el sitio en
internet de las entidades que pretendan obtener el control, de disponer de tales medios.
La comunicación y la publicación antes mencionadas deberán efectuarse, a lo menos,
con diez días hábiles de anticipación a la fecha en que se pretenda perfeccionar los
actos que permitan obtener el control de la sociedad anónima respectiva y, en todo
caso, tan pronto se hayan formalizado negociaciones tendientes a lograr su control o
tan pronto se haya entregado información o documentación reservada de esa sociedad
DERECHO DE SOCIEDADES 523

El contenido de la comunicación y de la publicación señaladas en el inciso anterior


será determinado por la Superintendencia, mediante instrucciones de general aplicación
y contendrá al menos, el precio y demás condiciones esenciales de la negociación a
efectuarse.
La infracción de este artículo no invalidará la operación, pero otorgará a los accio-
nistas o a los terceros interesados el derecho de exigir indemnización por los perjuicios
ocasionados, además de las sanciones administrativas que correspondan. Asimismo,
las operaciones que permitan obtener el control que no cumplan con las normas de
este Título, podrán ser consideradas, en su conjunto, como una operación irregular
para los efectos de lo dispuesto en el artículo 29 del decreto ley Nº 3.538, de 1980.
Artículo 54 A.- Dentro de los dos días hábiles siguientes a la fecha en que se
perfeccionen los actos o contratos mediante los cuales se obtenga el control de una
sociedad anónima abierta, deberá publicarse un aviso en el mismo diario en que se
haya efectuado la publicación señalada en el artículo anterior, que dé cuenta de ello
y enviarse una comunicación en tal sentido a las personas señaladas en el inciso
segundo del artículo 54.
Artículo 54 B.- Si se pretendiere obtener el control a través de una oferta regulada
en el Título XXV de esta ley, serán aplicables exclusivamente las normas de dicho
Título.

4. Fases de una toma de control de sociedad anónima abierta


4.1. Toma de control de sociedad anónima
La toma de control de una sociedad anónima abierta, obliga que el que pretende
el control informar tal hecho al público en general:
“Artículo 54.- Toda persona que, directa o indirectamente, pretenda tomar el control
de una sociedad anónima que haga oferta pública de sus acciones, cualquiera sea
la forma de adquisición de las acciones, comprendiéndose incluso la que pudiese
realizarse por suscripciones directas o transacciones privadas, deberá previamente
informar tal hecho al público en general”.
La comunicación y aviso se regula en los siguientes términos:
“Para los ¿nes señalados en el inciso anterior, se enviará una comunicación escrita
en tal sentido a la sociedad anónima que se pretende controlar, a las sociedades que
sean controladoras y controladas por la sociedad cuyo control se pretende obtener, a
la Superintendencia y a las bolsas en donde transen sus valores. Con igual objeto, se
publicará un aviso destacado en 2 diarios de circulación nacional. La comunicación y
publicación antes mencionadas deberán efectuarse, a lo menos, con diez días hábiles
de anticipación a la fecha en que se pretenda perfeccionar los actos que permitan
obtener el control de la sociedad anónima respectiva y, en todo caso, tan pronto se
hayan iniciado negociaciones tendientes a lograr su control, mediante la entrega de
información y documentación de esa sociedad”.
524 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“El contenido de la comunicación y de la publicación señaladas en el inciso anterior


será determinado por la Superintendencia, mediante instrucciones de general aplica-
ción y contendrá al menos, el precio y demás condiciones esenciales de la negociación
a efectuarse.”.
La infracción a la obligación de comunicación y aviso no invalida la adquisición
de acciones, pero establece la obligación de indemnizar perjuicios a los accionistas
afectados patrimonialmente y pueden aplicarse sanciones administrativas por la
SVS:
“La infracción de este artículo no invalidará la operación, pero otorgará a los
accionistas o a los terceros interesados el derecho de exigir indemnización por los
perjuicios ocasionados, además de las sanciones administrativas que correspondan.
Asimismo, las operaciones que permitan obtener el control que no cumplan con las
normas de este Título, podrán ser consideradas, en su conjunto, como una operación
irregular para los efectos de lo dispuesto en el artículo 29 del decreto ley Nº 3.538,
de 1980”.
De un simple análisis comparado del primitivo artículo 54 con el texto vigente, se
observa una mayor pulcritud en la regulación del proceso de toma de control. En efecto,
por una parte la obligación de informar de parte de quien pretende tomar el control de
una sociedad anónima que haga oferta pública de sus acciones, debe realizarse previo
a cualquier compra accionaria, informado tal hecho al publico en general.
Además, se debe enviar a la sociedad cuyo control se pretende, a las sociedades
controladoras y controladas, a la Superintendencia y a las Bolsas donde se transan
sus acciones, una comunicación escrita en tal sentido.
Debe también publicarse un aviso destacado en dos diarios de circulación nacio-
nal, con una anticipación mínima de 10 días hábiles a la fecha en que se pretenda
perfeccionar los actos que permitan obtener el control y, en todo caso tan pronto se
hayan iniciado negociaciones tendientes a lograr su control, mediante la entrega de
información y documentación de esa sociedad. Se puede señalar que la comunica-
ción escrita y el aviso deben enviarse y publicarse, tan pronto se realicen gestiones
tendientes a lograr el control, mediante la entrega de información y documentación
de la sociedad que se pretende controlar.
El aviso y comunicación debe comprender al menos, el precio y demás condiciones
esenciales de la negociación a efectuarse. Esta exigencia busca que la operación de
toma de control sea conocida y por lo tanto pública en el mercado de valores, con la
¿nalidad de evitar compras y negociaciones secretas.
En caso que se transgredan estas reglas, infringiéndose el artículo 54, las perso-
nas que estimen haber sufrido perjuicios, accionistas y terceros interesados, tendrán
derecho a pedir indemnizaciones de perjuicios, más la aplicación de sanciones admi-
nistrativas, y puede ser considerada una operación irregular conforme lo señalado en
el artículo 29 del D.L. Nº 3.538, de 1980. Sin perjuicio, la transgresión al artículo 54,
no invalida la operación de toma de control, aun cuando irregular.
DERECHO DE SOCIEDADES 525

Existe también la obligación del controlador de informar a la Superintendencia de


Valores y a las bolsas en donde transen sus valores, dentro de los dos días siguientes
a la toma de control, mediante aviso y comunicación escrita:
“Artículo 54 A.- Dentro de los dos días hábiles siguientes a la fecha en que se
perfeccionen los actos o contratos mediante los cuales se obtenga el control de una
sociedad que haga oferta pública de sus acciones, deberá publicarse un aviso en el
mismo diario en que se haya efectuado la publicación señalada en el artículo ante-
rior, que dé cuenta de ello y enviarse una comunicación en tal sentido a las personas
señaladas en el inciso segundo del artículo 54.
Finalmente, obtenido el control de la sociedad anónima, el controlador debe publicar
un aviso en los mismos diarios en que se publicó el aviso de pretensión de toma de
control, dentro de los dos días siguientes a la fecha en que se perfeccionaren los actos
que habilitaron la obtención de control, y enviar carta a las personas señaladas en
el inciso 2º del artículo 54.
El artículo 54 B de la LMV, regula la toma de control de una sociedad anónima abierta
y o de sus ¿liales, mediante oferta pública de adquisición de acciones OPA: Artículo
54 B.- Si se pretendiere obtener el control a través de una oferta regulada en el Título
XXV de esta ley, será aplicables exclusivamente las normas de dicho Título”.
El artículo 54 B prescribe que si se pretende obtener la toma de control mediante
un proceso de oferta pública de adquisición de acciones, se aplicará solamente el
Título XXV, de la ley.
En consecuencia si la toma de control de una sociedad anónima que haga oferta
pública de sus acciones, lo es por la vía de un proceso de una o más negociaciones
privadas, que no impliquen la aplicación obligatoria del sistema de ofertas públicas
de adquisición de acciones prevista en el artículo 199, letras a), b) y c), se rige exclu-
sivamente por los artículos 54, 54 A y 54 B.

5. Responsabilidad legal solidaria pasiva de dos o más oferentes


de una misma oferta pública de adquisición de acciones
El artículo 55, inciso primero, de la ley de mercado de valores, establece el régimen
general de responsabilidad frente a infracciones a la ley, sus normas complementarias
o las normas que imparta la Superintendencia, ocasionando daño a otro, “está obligada
a la indemnización de perjuicios”.
El inciso segundo de esta regla establece que por las personas jurídicas responden,
además civil, administrativa y penalmente sus administradores o representantes legales
a menos que constare su falta de participación o su oposición al hecho constitutivo
de infracción.
El inciso tercero del artículo 55 establece una regla de responsabilidad solidaria,
frente a los perjuicios que causen a otro los Directores, liquidadores, administradores,
gerentes y auditores de emisores de valores de oferta pública.
La ley Nº 19. 705 agregó al artículo 55, el siguiente inciso ¿nal:
526 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“Cuando dos o más oferentes de una misma oferta pública de adquisición de acciones
infringieran el Título XXV de esta ley, responderán solidariamente de los perjuicios
que causaren.”.
Amplio este inciso ¿nal del artículo 55, el ámbito de sujetos pasivos que se en-
cuentran en la obligación de responder solidariamente frente a terceros los perjuicios
que causen, y que comprende la hipótesis de dos o más oferentes de una oferta pública
de adquisición de acciones, quienes estarán vinculados por una Pacto o acuerdo de
actuación conjunta.
Desde el punto de vista procesal, la acción de indemnización de perjuicios se
tramita en juicio ordinario, a diferencia de la regla procesal del artículo 161, inciso
4º, que establece trámite de juicio sumario para la sociedad administradora de fon-
dos ¿scalizados por la Superintendencia, que inicie juicio contra terceros que le han
causa daño.
Además desde el punto de vista de la prescripción de la acción civil que nace de
los hechos que motivan la indemnización de perjuicios, esta prescribe en el término
de cinco años conforme la regla general de prescripción del Código Civil, establecida
en el artículo 2515. No se aplica a esta responsabilidad del artículo 55, la regla de
prescripción extintiva prevista en el artículo 180 de la ley de mercado de valores, que
establece un término de cuatro años, ya que en esta disposición no se contemplan los
derechos establecidos en el Título IX y XXV de la ley.
De lo señalado podemos concluir que el legislador de la ley Nº 19.705, debió haber
uniformado el sistema de prescripción, al régimen de cuatro años, y desde el punto
de vista procesal debió haber ¿jado como sistema procesal único o uniforme la regla
del juicio sumario, para la acción indemnizatoria de perjuicios.
Finalmente, en cuanto al tribunal competente, en lo que re¿ere al Título XXV “De
la oferta pública de adquisición de acciones”, la ley Nº 19.705, en su artículo 204,
inciso 5º y siguientes, entregó toda “controversia que se origine sobre el cumplimiento
de la oferta entre el oferente y los accionistas aceptantes, deberá ser resuelta por un
juez árbitro arbitrador designado por el juez de turno en lo civil con jurisdicción en
el domicilio del oferente y que deberá recaer en un abogado con al menos 15 años de
ejercicio. No procederá el nombramiento de común acuerdo.”.
Las tomas de control de una sociedad cuyas acciones se transan en el mercado
de valores, se pueden efectuar a través de los siguientes caminos: una fórmula lo es
mediante la adquisición de acciones, cuyo origen puede ser por aumento de capital de
la sociedad, por la compra al actual accionista controlador, de una fusión, o cualquier
otro negocio jurídico que permita obtener el control; otra forma es mediante la sus-
cripción de un pacto de accionistas que permitan a sus partícipes obtener el control de
la sociedad; a través de un cambio en la propiedad del controlador, en el caso en que
la negociación ocurre respecto a las acciones del ente controlador, que son adquiridas
por otro; y, ¿nalmente un proceso de toma de control, se puede veri¿car a través de
una oferta pública de adquisición de acciones (OPA), regulada en el Título XXV de la
DERECHO DE SOCIEDADES 527

ley de mercado de valores, en cuyo caso de conformidad a lo dispuesto por el artículo


54B de la ley, se aplican las normas de ese Título.
La Superintendencia de Valores de Seguros, mediante Norma de Carácter General
Nº 104, de fecha 5 de enero de 2001, dictada en virtud del artículo 1º de la ley Nº 19.705
y en uso de sus facultades, estableció instrucciones sobre la obligación de informar
tomas de control, la información mínima que se debe explicitar por el controlante,
contenido del aviso y planes de negocios.
En lo que re¿ere al contenido del aviso, este debe indicar la palabra CONTROL,
el nombre de la sociedad cuyo control de pretende, el nombre de los informantes, el
nombre de las sociedades controladas si la que se pretende controlar es controladoras
de éstas; se debe indicar la forma por la cual se va a obtener el control (adquisición
de acciones, compra al controlador actual, fusión de sociedades o cualquier forma
que permita tomar el control; monto y condiciones de la operación, esto es, número
de acciones que se desea adquirir, porcentaje que representan frente al capital social
y precio. Se debe indicar el objetivo de la toma de control, señala el plan de negocios
para los próximos 12 meses, para la sociedad y sus ¿liales; intenciones o proyecto de
fusión. Reorganización o liquidación; venta o transferencia de una parte relevante de
los activos de la sociedad o sus ¿liales; cierre de la sociedad.
En relación a los pactos de accionistas cuya ¿nalidad sea obtener el control de
una sociedad, debe ser informado a la SVS y a las bolsas de valores, “tan pronto el
hecho ocurra”, con la siguiente información: indicar el nombre o razón social de la
sociedad cuyo control se pretende, objetivo de la toma de control y planes de negocios;
en cuanto al pacto de accionistas se deben señalar sus principales características de
sus acuerdos, documentos del pacto, “en particular, se deberá indicar si se establecen
derechos preferentes de compra o venta de acciones entre los integrantes del pacto”;
identi¿car las personas que integran el pacto de accionistas, del controlador ¿nal si
lo hubiere, grupo controlador o accionistas mayoritarios de cada uno de ellos.
Finalmente, la Norma de Carácter General Nº 104, de 2000, de la SVS, establece
que las sociedades que cambien de controlador, deberán informar a la Superinten-
dencia y a las bolsas de valores, “tan pronto tomen conocimiento de este hecho”. La
manera normal y ordinaria por la cual la sociedad toma conocimiento de un cambio
de controlador, ocurre por la inscripción en el registro de accionistas, del traspaso de
acciones del controlador al nuevo controlador.
En resumen, en el caso de que la toma de control se efectúe mediante una OPA,
no se aplican los artículos 54, 54 A y 54 B, sino que el Titulo XXV de la Ley de
Mercado de Valores, y la Sección II de la Norma de Carácter General Nº 104, de
2000, de la SVS.

6. La oferta pública de adquisición de acciones


Las ofertas públicas de adquisición de acciones se encuentran reguladas en la ley
Nº 18.045 en el Título XXV y Título XXVI, este último en lo que re¿ere a las ofertas
528 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

públicas de acciones o valores convertibles en el extranjero conocidos comúnmente


como ADRs, abarcando desde el artículo 198 a 219 de la ley de mercado de valores
y en el artículo décimo transitorio de la ley Nº 19.705, de 2000. Además, se aplican
a las OPAS la Sección II, de la Norma de Carácter General Nº104, de la Superinten-
dencia de Valores.
En el mensaje del proyecto de ley, en lo que re¿ere a las ofertas públicas de adqui-
sición de acciones se señala: “Como es de público conocimiento, no existe un marco
de regulación adecuado para este tipo de operaciones, que han surgido con gran auge
en los últimos años, como una forma de comprarse las sociedades anónimas”.
“El proyecto comprende un nuevo título que, inspirado en el estudio de numerosa
legislación comparada y teniendo en cuenta los principios de transparencia de la in-
formación, otorga un trato igualitario para los accionistas y las debidas protecciones
a los poseedores de las acciones.” (4. Mensaje pág. 5)
Podemos señalar que esta materia fue la de mayor discusión parlamentaria en las
Comisiones de la Cámara de Diputados y Senado, ya que las posiciones frente a la
materia fueron dos. Una relativa a la pertinencia de la regulación, fundado en el prin-
cipio de defensa de los accionistas minoritarios frente a un proceso de oferta pública
de adquisición de acciones; y la otra, relativa a cuestionar la regulación por estimarla
excesiva, razón por la cual podría transformarse en un freno a la inversión.
Las ofertas públicas de adquisición de acciones han dado nacimiento a lo que se
denomina en doctrina el derecho de la OPA y cuyo origen se encuentra en Inglaterra
en la City Code on Takeovers and Mergers, que según señala el catedrático español
Javier García de Enterría, en su obra “Mercado de Control, Medidas defensivas y
Ofertas competidoras. Estudios sobre OPAS”, “especial importancia cabe atribuir al
régimen británico, considerando que el City Code encarna el modelo normativo más
perfeccionado de regulación de OPAS del continente europeo; en particular, el reino
Unido es el país de donde procede y en el que se ha perfeccionado el sistema de OPA
obligatoria, que básicamente ha conformado toda la evolución legislativa posterior
de la mayoría de los países europeos y, en concreto, del derecho español”. (ob. Cit,
pág. 91).
En cuanto a la naturaleza jurídica de las normas jurídicas que regulan las ofertas
públicas de adquisición de acciones, la doctrina ha establecido que en esta institución
se observa una función tutelar o de protección a los accionistas minoritarios, razón por
la cual obedece a una institución de orden público, aplicado al mercado de valores.
Así, la Comisión de Mercado de Valores de España, ha manifestado que uno de los
principios básicos que orientan su actuación en materia de OPAS “es la protección
genérica de los socios ante situaciones efectivas de cambios de control, que tienen una
signi¿cación de orden público por afectar al funcionamiento del mercado de valores y
a la protección de los participantes del mismo” (Informe Anual de 1990, pág. 143).
Según se verá en el presente trabajo, la naturaleza imperativa de las normas re-
guladoras de la OPA, aparecen en la denominada OPA obligatoria en los artículos
198 y siguientes, donde la voluntad del oferente que pretende obtener el control de
DERECHO DE SOCIEDADES 529

una sociedad anónima cuyas acciones se transan bolsa, se enmarca y contiene en un


procedimiento reglado, que pretende bene¿ciar o dar la oportunidad a los accionistas
de la sociedad afectada de participar en el mayor valor o precio de las acciones que
se pretende adquirir.
En síntesis, la voluntad de oferente en la OPA se regula en un procedimiento reglado,
cuya fundamentación y justi¿cación es la protección de los accionistas minoritarios
en el mercado de valores.

6.1. Concepto de Oferta Pública de Adquisición de Valores


La operación de oferta pública de adquisición de acciones de una sociedad que
hace oferta pública de sus acciones, es uno de los mecanismos que se puede utilizar
por quien pretende tomar el control de ésta, cuya ¿nalidad es adquirir un porcentaje
de su capital accionario, existiendo por lo tanto de parte del oferente un estudio y una
estrategia de mercado, previa al lanzamiento de su oferta.
Se trata por lo tanto de un conjunto de actos jurídicos complejos que conforman
un proceso en el mercado de valores, que si resulta exitoso para el oferente –en el
sentido de alcanzar el porcentaje de propiedad que se pretende–, le llevará a la toma
de control de la sociedad “concursada” o afectada.
Como operación bursátil o de bolsa, es en cuanto a su naturaleza jurídica un acto
de comercio formal, reglado en el artículo 3º número 12, que declara acto de comercio
a “las operaciones de bolsa”, y señalamos que se trata de un acto de comercio formal,
ya que es tal por pura forma, sin necesidad de apelar a la calidad del oferente ni a su
intención, y es un acto de comercio formal tanto para el oferente de la oferta pública
de adquisición de acciones, cuanto para el o los aceptantes de la oferta.
En cuanto al derecho de fondo o material, las ofertas públicas de adquisición de
acciones se encuentran reguladas en la Ley de Mercado de Valores Nº 18.045, de
1981, y a virtud de la modi¿cación incorporada por la ley Nº 19.705, de 2000, en
los Títulos XXV y XXVI ya citados; y en la Norma de Carácter General Nº 104, de
2001, de la Superintendencia de Valores y Seguros, que establece normas respecto
de toma de control y de las ofertas públicas de adquisición de acciones (opas) y en
la circular Nº 1.514, de 2001, de la Superintendencia, que establece normas para la
denominada OPA simpli¿cada .
En efecto, el artículo 1º de la Ley de Mercado de Valores señala:
“A las disposiciones de la presente ley queda sometida la oferta pública de valores y
sus respectivos mercados e intermediarios, los que comprenden las Bolsas de Valores;
los emisores e instrumentos de oferta pública y los mercados secundarios de dichos
valores dentro y fuera de las bolsas, aplicándose este cuerpo legal a todas aquellas
transacciones de valores que tengan su origen en ofertas públicas de los mismos o que
se efectúen con intermediación por parte de corredores o agentes de valores”.
Complementan las disposiciones legales citadas, la Norma de Carácter General
Nº 104, de la Superintendencia de Valores y Seguros, de fecha 5 de enero de 2001,
530 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que establece normas respecto de toma de control y de las ofertas públicas de adqui-
sición de acciones (opas) y deroga circular Nº 608, de 1986; y la circular Nº 1.514, de
la Superintendencia citada, de fecha 5 de enero de 2001, que establece obligaciones
de las que se eximirán aquellas ofertas de adquisición de acciones a que se re¿ere el
inciso quinto del artículo 198 de la ley Nº 18.045, ambas dictadas conforme a la ley
Nº 19.705, de 2000.
Conforme a lo prescrito por el artículo 1º de la ley de mercado de valores, las ofertas
públicas de adquisición de acciones, re¿eren a operaciones de valores en mercados
secundarios, en el sentido que se formulan o dirigen para adquirir acciones que ya han
sido colocados por la sociedad emisora en accionistas, o sea se trata de acciones que
ya pasaron en su oportunidad por un mercado primario o de primera emisión, que se
caracteriza por vincular directamente a la sociedad emisora y sus adquirentes, por pri-
mera vez de manera originaria, y no derivada como en los mercados secundarios.
Se trata por lo tanto, de una operación bursátil o de bolsa sobre acciones o títulos
representativos de acciones, que se compone de una serie compleja de actos, siendo
en consecuencia una operación reglada y típica en cuanto a su disciplina jurídica,
compuesta de un iter de actos jurídicos, según se verá seguidamente.
La regulación de la oferta pública de adquisición de acciones, de sociedades
anónimas que hagan oferta pública de sus acciones, coloca a nuestra legislación de
mercado de valores dentro de los sistemas jurídicos más avanzados y so¿sticados del
mundo, en la materia.
Evidentemente en esta moderna regulación resguarda la fe pública o con¿anza
que las personas suponen en el mercado, sobre el particular la opinión del Ministro
de Hacienda Nicolás Eyzaguirre Guzmán, recogida en la Sesión Nº 31 ante la Comi-
sión de Hacienda del Senado, el 18 de abril de 2000, resulta clari¿cadora al respecto:
“Luego de largos estudios de la legislación internacional existente y de las necesidades
del mercado chileno, hemos concluido que existe la urgente necesidad de mejorar las
normas sobre divulgación de información, y de de¿nir los procedimientos y requisitos
en el caso de las OPAS. Ello, con el objeto de cautelar la fe pública del mercado de
valores chileno y de prevenir la repetición de algunas experiencias recientes que pu-
dieran resultar traumáticas a una parte de los actores de nuestro mercado”. (5. Actas
Comisión de Hacienda del H. Senado, página 3227, año 2000).
Las ofertas públicas de adquisición de acciones, tienen lugar en el mercado de
valores regulado por la ley Nº 18.045, de 1981, y como operaciones bursátiles quedan
sujetas a la ¿scalización y control de la Superintendencia de Valores y Seguros, esta-
blecida en el D.L. Nº 3.538, de 1980, persona jurídica de derecho público, autónoma,
que se relaciona con el Poder Ejecutivo a través del Ministerio de Hacienda.

6.2. La Oferta Pública de Adquisición de Acciones es un procedimiento típico para


obtener el control de una sociedad anónima cuyos valores se transan en Bolsa
La oferta pública de adquisición de acciones, se encuentra dentro de lo que se
denomina “mercado de control societario”, y siguiendo al profesor español Benito
DERECHO DE SOCIEDADES 531

Arruñada, “en el cual los equipos directivos compiten entre sí por el control de las
sociedades anónimas y el uso de sus recursos. En su operación más característica,
tras observar que los directivos en el poder no maximizan el valor de las acciones,
un equipo alternativo presenta a los accionistas una oferta de adquisición (OPA),
ofreciéndoles una prima por encima de su cotización en bolsa”64. En su traducción al
inglés dicho mercado se conoce como “takeover market”, que corresponde a mercado
de absorciones o de tomas de control, o “market fo corporate control”, lo que equivale
a “mercado de control societario”. La formulación de una OPA, y eventualmente el
ingreso de una OPA competitiva, pone a los accionistas minoritarios ante la situación
de tener que tomar decisiones, en relación a la o las ofertas, decisión que resulta la
mayoría de las veces compleja, por sus componentes económicos.
La oferta pública de adquisición de acciones son procedimientos típicos para ob-
tener el control de una sociedad anónima que transa en Bolsa de valores sus títulos
accionarios, integrando el denominado “mercado de las OPAS”, cuya regulación
primera se encuentra en la City Code de Inglaterra y actualmente, en los mercados
de valores más desarrollados.
El fundamento de equidad de la OPA lo encontramos en que ante una toma de
control, el precio que debe pagar el adquirente debe ser igual para todos los accionis-
tas, sin que se puedan establecer “premios” o bene¿cios a accionistas determinados
y claves que posibilitan el control mínimo accionario, desentendiéndose de los ac-
cionistas minoritarios, que de otro modo no se verían bene¿ciados en este proceso
de toma de control.
El tratadista español Rodrigo Uría, en su obra “Derecho Mercantil”, señala sobre
esta institución, “Las ofertas públicas de adquisición y venta de valores son uno de los
procedimientos utilizados modernamente para obtener el control de una sociedad o una
posición relevante de la misma, mediante la compra de porcentajes signi¿cativos de su
capital social”, negocio de origen anglosajón cuya denominación es “take over bids”.
Estas operaciones suelen ser objeto de regulación especial en los ordenamientos de
los países con mercados bursátiles relevantes”, esencialmente con el objeto de evitar
iniquidades o trato desigual a los accionistas de la compañía.
El objetivo de la regulación de la OPA consiste en asegurar y cautelar por la
transparencia del mercado de valores y proteger adecuadamente los intereses de
los inversores que se consideren prioritarios frente a los intereses de las entidades
y personas que desarrollen actividades relacionadas con los mercados de valores,
dando un estatuto de protección a todos los accionistas de la sociedad anónima, es-
pecialmente a los minoritarios, frente a un proceso de toma de control o de cambio
de controlador, ya que la oferta pública debe dirigirse a todos los accionistas de ésta
y no a un grupo de éstos. Esta institución obliga a quien pretenda tomar un control

64 Benito ARRUÑADA, Control y Regulación de la Sociedad Anónima, pág. 17, Alianza. Madrid,
1990.
532 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

signi¿cativo o relevante de la sociedad que transa en Bolsa, a formular una oferta


pública de adquisición de acciones, dirigida a todos los accionistas, ofreciendo un
mismo precio por los títulos que se pretenden adquirir. De esta forma, el que pretende
tomar el control debe participar a todos del premio por prima de control y no a un
grupo de los accionistas.
El proyecto de ley chileno, en el Mensaje Nº 153-339, de fecha 30 de diciembre de
1998, que envió al Congreso el proyecto de ley de OPAS, declaró expresamente que
con esta nueva regulación se pretende: “establecer un marco de regulación –inexis-
tente a la fecha– a través de la incorporación de un nuevo título, sobre las ofertas
públicas de adquisición de acciones (OPAS), de tal manera de establecer un sistema
orgánico y armónico que solucione las iniquidades que el mercado, a través de las
leyes económicas de oferta y demanda, no ha podido superar...”.
Las experiencias prácticas de tomas de control de sociedades anónimas conoci-
das en Chile, durante la década de los noventa, demostraron que éstas se realizaban
entendiéndose directamente entre quienes tenían el control con los que pretendían
adquirirlo, bene¿ciando esta operación sólo al que “vendía el control”, siendo los
demás accionistas meros observadores del negocio, tomando conocimiento del mismo
a la hora de la ¿rma de los contratos de traspaso, o bien al publicarse en el diario de
circulación nacional el aviso de toma de control que obligaba el artículo 54 de la ley
de Mercado de Valores.
Radicado el negocio de traspaso de control entre accionista vendedor y adquiren-
te, el mayor precio por la toma de control sólo bene¿ciaba al vendedor y los demás
accionistas no participaban del mejor precio que signi¿caba la venta.
Los casos conocidos en el década de lo noventa, son los de Industria Azucarera
de Chile, Iansa, que fue controlada por la transnacional Amerop Sugar Corporation e
International Finance Corporation, proceso en que sólo se negoció con los vendedores
del control, siguiendo a ello una batalla legal en Tribunales y Superintendencia de
Valores y Seguros, activada por el accionista Campos Chilenos S.A., la que fue dise-
ñada en su fundación como sociedad de trabajadores, dentro de lo que se denominó
“capitalismo popular”. El otro caso relevante fue la toma de control, de Endesa Chile
S.A. por Endesa España, donde los ejecutivos de ésta se entendieron directamente con
los ejecutivos de las sociedades de inversión Chispas S.A., para la toma de control y
venta de acciones, negocio que no incluyó a otros accionistas, quienes no se vieron
bene¿ciados por el mayor precio de venta. También en este caso siguió una seguidi-
lla de acciones legales, transformado la toma de control en un proceso “hostil”, con
variados costos no considerados por los ejecutivos de Endesa España en su ingreso
estratégico al sector eléctrico en América del Sur.

7. Principios de Doctrina y Legislación comparada


que informan el derecho de OPAS
Los principios que inspiran la legislación de la oferta pública de adquisición de
acciones a nivel de doctrina y derecho comparado son los principios de Protección
DERECHO DE SOCIEDADES 533

a los Accionistas minoritarios, de Transparencia de la Información que debe prece-


der a un proceso de toma de control de una sociedad anónima, el principio de Trato
igualitario entre accionistas, que se expresa en que el oferente debe ofrecer un igual
precio unitario por acción y a todos los accionistas de la sociedad y el principio de
Responsabilidades y sanciones, a virtud de los cuales se regula la responsabilidad de
el oferente, la administración de la sociedad que se pretende controlar y las sanciones
para el caso de trasgresión a la regulación.
Por ello el mensaje del proyecto de ley chileno señaló en esta materia: “teniendo
en cuenta los principios de transparencia de la información, otorga un trato igualitario
para los accionistas y las debidas protecciones a los poseedores de las acciones.

7.1. Concepto de oferta pública de adquisición de acciones


La doctrina y los sistemas jurídicos en las leyes de mercado de valores contemplan
de¿niciones de ofertas públicas de adquisición de acciones, que como se ha señalado
son procesos de negocios bursátiles, cuya ¿nalidad es lograr u obtener el control de
una propiedad accionaria relevante de una sociedad anónima cuyos títulos se transan
en bolsa.
Un concepto depurado de OPA lo encontramos en la Propuesta XIII de la Directiva
del Parlamento Europeo del año 1997, que señala: “una oferta hecha a quienes posean
los valores de una sociedad para adquirir todos o parte de dichos valores a cambio de
dinero y / o de otros valores”. Este concepto de OPA comprende tanto la de dinero
como la de canje por otros valores, desde el punto de vista del pago de las acciones
que se ofrece adquirir.
La Ley de Mercado de Valores chilena incorporó por la ley Nº 19.705, el siguiente
concepto de OPA en el artículo 198.- Se entenderá que oferta pública de adquisición
de acciones es aquella que se formula para adquirir acciones de sociedades anónimas
que hagan oferta pública de sus acciones o valores convertibles en ellas, que por cual-
quier medio ofrezcan a los accionistas de aquéllas adquirir sus títulos en condiciones
que permitan al oferente alcanzar un cierto porcentaje de la sociedad y en un plazo
determinado.
En derecho comparado podemos citar los siguientes conceptos y regulaciones de
OPA:
El Real Decreto de España Nº 1169, del año 1999, describe las hipótesis en virtud
de las cuales existe una OPA, en su artículo 1, que señala: Oferta pública de adqui-
sición en caso de toma o aumento de una participación signi¿cativa.
1. Toda persona física o jurídica (en lo sucesivo, oferente), que pretenda adquirir
a título oneroso, en un solo acto o en actos sucesivos, acciones de una sociedad (en
lo sucesivo, sociedad afectada), cuyo capital esté en todo o en parte admitido a ne-
gociación en Bolsa de Valores, u otros valores tales como derechos de suscripción,
obligaciones convertibles, warrants o cualesquiera instrumentos similares que puedan
534 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

dar derecho directa o indirectamente a la suscripción o adquisición de aquéllas, para


de esta forma llegar a alcanzar, junto con la que ya se posea, en su caso, una participa-
ción signi¿cativa en el capital con derecho de voto de la sociedad emisora de dichos
valores, títulos o instrumentos no podrá hacerlo sin promover una oferta pública de
adquisición en los términos previstos en el presente Real Decreto.
2. A los efectos del presente Real Decreto tendrán la consideración de participación
signi¿cativa, en sus respectivos casos, todas aquellas que representan porcentajes
iguales o superiores al 25 y al 50% del capital de la sociedad afectada.
3. Cuando se pretenda alcanzar una participación igual o superior al 25% del capital
de la sociedad, la oferta deberá realizarse sobre un número de valores que represente,
como mínimo, el 10% del capital de la sociedad afectada.
4. Cuando ya se posea una participación en el capital de la sociedad igual o supe-
rior al 25%, pero inferior al 50%, y se pretenda incrementar dicha participación en,
al menos, un 6% en un período de doce meses, la oferta deberá realizarse sobre un
número de valores que represente, como mínimo, el 10% del capital de la sociedad
afectada.
5. Cuando se pretenda alcanzar una participación igual o superior al 50% del capital
de la sociedad, la oferta deberá realizarse sobre un número de valores que le permita
al adquirente alcanzar, al menos, el 75% del capital de la sociedad afectada.
La aplicación de esta regla será preferente respecto a la de las reglas establecidas
en los números 3 y 4 precedentes.
6. La oferta pública deberá dirigirse:
a. A todos los titulares de las acciones de la sociedad afectada, incluidos los de
acciones sin voto que, en el momento de solicitarse la autorización de la oferta, tengan
derecho de voto de acuerdo con lo establecido en la legislación vigente.
b. Cuando existan, a todos los titulares de derechos de suscripción de acciones,
así como a los titulares de obligaciones convertibles en ellas.
Aunque en ningún caso se tendrá en cuenta a efectos del cómputo del número mí-
nimo de valores al que deberá dirigirse obligatoriamente la oferta pública, ésta podrá
o no dirigirse a los titulares de warrants o de otros valores o instrumentos que den
opción a la adquisición o suscripción de acciones, con excepción de los menciona-
dos en el apartado b) del presente número, por emitir o emitidas. Pero si se dirigiera
a ellos, la oferta pública de adquisición deberá obligatoriamente dirigirse a todas
aquellas personas que ostenten la titularidad de los warrants, valores o instrumentos
en cuestión.
7. La obligación de promover una oferta pública de adquisición en los términos
establecidos en los números anteriores será igualmente de aplicación a la adquisición
de acciones respecto a las que se haya producido la solicitud de admisión a negocia-
ción en Bolsa de Valores.
En España, el marco legal de las OPAS descansa en gran medida sobre la impo-
sición de severos deberes informativos a cargo de quien pretende hacerse del control
DERECHO DE SOCIEDADES 535

de una sociedad, con la ¿nalidad como señala el artículo 12.1, del decreto, de que “las
personas a quienes vaya dirigida la oferta puedan formular un juicio fundado sobre
ella” (Javier García de Enterría, ob. Cit. Pág. 127.)
La Ley de Mercado de Valores de Venezuela, en su artículo 68 de¿ne oferta pública
de adquisición de acciones en los siguientes términos:
Oferta Pública de Adquisición de Participación Signi¿cativa.- La persona natural
o jurídica que pretenda adquirir, directa o indirectamente, en un solo acto o en actos
sucesivos, una cantidad de acciones con derecho a voto inscritas en rueda de bolsa,
o de bonos convertibles, derechos de suscripción u otros valores que puedan dar
derecho a la suscripción o adquisición de tales acciones, con el objeto de alcanzar
en dicha sociedad una participación signi¿cativa, o incrementar la ya alcanzada,
deben efectuar una oferta pública de adquisición dirigida a los titulares de acciones
de dicha sociedad.
La Ley de Mercado de Valores de Costa Rica Nº 7732, en su artículo 36, señala:
“Oferta pública de adquisición. Quien pretenda adquirir, directa o indirectamente,
en un solo acto o actos sucesivos, un volumen de acciones u otros valores de una so-
ciedad inscrita en Registro Nacional de Valores e Intermediarios, y alcanzar así una
participación signi¿cativa en el capital social, deberá promover una oferta pública
de adquisición dirigida a todos los tenedores de acciones de esta sociedad.
La Superintendencia reglamentará las condiciones de las ofertas públicas de adqui-
sición en los siguientes aspectos por lo menos:
a) La participación considerada signi¿cativa para efectos de las ofertas públicas de
adquisición.
b) Las reglas y los plazos de cómputo del porcentaje de participación señalado, de
acuerdo con las participaciones directas o indirectas.
b) Los términos en que la oferta será irrevocable o podrá someterse a condición y
las garantías exigibles según que la contraprestación ofrecida sea en dinero, valores
ya emitidos o valores cuya emisión aún no haya sido acordada por la sociedad o
entidad oferente.
d) La modalidad de control administrativo a cargo de la Superintendencia y, en ge-
neral, el procedimiento por el cual se realizarán las ofertas públicas de adquisición.
e) Las limitaciones a la actividad del órgano de administración de la sociedad cuyas
acciones sean objeto de la oferta.
f) El régimen de las posibles ofertas competidoras.
g) Las reglas de prorrateo, si fueren pertinentes.
h) El precio mínimo al que debe efectuarse la oferta pública de adquisición.
i) Las operaciones exceptuadas de este régimen por consideraciones de interés público
y los demás extremos cuya regulación se juzgue necesaria”.
En la legislación de Argentina, por Resolución General Nº 330, de 1999, se reguló
la oferta pública de adquisición de acciones, en el título “7.1.5 Ofertas públicas de
adquisición y venta de acciones.”, y se contiene la siguiente de¿nición de OPA:
536 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“ARTICULO 23: Toda persona física o jurídica que, en forma directa o por” “inter-
medio de otras personas físicas o jurídicas, tenga intención de obtener” una canti-
dad de acciones u opciones sobre acciones, que a través de una” “oferta pública de
adquisición:”
“a. le permita alcanzar el control de una sociedad o,”
“b. le permita adquirir una porción del capital social de una sociedad” “igual o su-
perior al VEINTE POR CIENTO (20%) del mismo, aun” “cuando dicha porción de
capital no alcance por sí sola para lograr el” “control de esa sociedad o ese control
ya estuviera en manos de la” “persona física o jurídica de que se tratara,” “deberá
seguir el siguiente procedimiento”
“1. presentar a la Comisión”
“1.1 un informe previo y completo de las características de la oferta,” “incluyendo
su plazo, que no podrá ser inferior a VEINTE (20) días,” “ni exceder de treinta días
hábiles bursátiles contados desde la última” “publicación de la oferta, cantidades
mínimas y máximas a adquirir,” “incluyendo la solución de los conÀictos en caso de
ofertas por debajo” “o por encima de los mínimos y prelaciones entre las ofertas que
se” “reciban”
“1.2 toda información sobre la sociedad emisora de las acciones de la” “oferta, que
no se encuentre ya en el dominio público y sea que dicha” “información se hubiese
recibido de la sociedad o de terceros o” “hubiese sido elaborada por el propio oferente,
que sea relevante para” “resolver sobre la aceptación o el rechazo de la oferta”
“1.3 un compromiso de adquisición irrevocable, excepto en cuanto al” “precio ofre-
cido, el que podrá ser solamente elevado, en un porcentaje” “no inferior al cinco
por ciento (5%) y ello con carácter general y” “extendiéndose las condiciones a los
accionistas que ya hubiesen” “aceptado la oferta”
“La Comisión dispondrá de un plazo de CINCO (5) días hábiles bursátiles para formu-
lar objeciones, transcurridos los cuales los términos se” “considerarán aprobados en
lo formal y el oferente podrá continuar con el” “procedimiento” “2. Simultáneamente
con la presentación a la Comisión, el oferente deberá”
“2.1 noti¿car detalladamente a la sociedad emisora respecto de las” “condiciones
de su oferta;”
“2.2 Transcurridos, por lo menos CINCO (5) días hábiles bursátiles de” “efectuada la
noti¿cación indicada en el apartado anterior de este” “inciso 2º, publicar por UN (1)
día como mínimo, en el Boletín de la” “Bolsa de Comercio de Buenos Aires o entidad
autorregulada en” “donde las acciones coticen y por TRES (3) días como mínimo, en
un” “diario de gran circulación en la República Argentina, las condiciones” “esencia-
les de la oferta pública de adquisición y los domicilios en los” “que estará disponible
para su consulta por los interesados, la” “información indicada en el apartado 2 del
inciso 1 de este artículo,” “uno de los cuales indefectiblemente deberá ser el de la
Bolsa de” “Comercio o entidad autorregulada donde las acciones coticen”.
“3. El directorio de la sociedad emisora deberá en tiempo oportuno pero” “nunca
después de transcurridos quince días de recibida la noti¿cación” “establecida en el
apartado 1 del inciso anterior”.
DERECHO DE SOCIEDADES 537

“3.1 opinar sobre la razonabilidad del precio ofrecido en la oferta” “pública de ad-
quisición y efectuar una recomendación técnica sobre” “su aceptación o rechazo,”
“3.2 informar cualquier decisión tomada o inminente o que estuviese” “en estudio
tomar con posibilidades razonables de ser adoptada, que a” “juicio de los directores
sea relevante a los ¿nes de la aceptación o el” “rechazo de la oferta,”
“3.3 informar la aceptación o el rechazo que se propongan realizar de” “la oferta,
los directores y los gerentes de la primera línea gerencial,” “que sean accionistas de
la sociedad emisora”.
“La opinión y las informaciones requeridas por este inciso” “deberán ser presentadas
inmediatamente de producidas, pero siempre” “dentro del plazo establecido, a la
Comisión y a la Bolsa de Comercio o” “entidad autorregulada en la que las acciones
coticen, las que las publicarán” “o pondrán a disposición de los interesados en forma
amplia y oportuna”.
“Vencido el plazo de la oferta pública de adquisición, el” “oferente y los agentes inter-
vinientes, en su caso, informarán sus resultados a la Comisión y a los aceptantes”.
En Estados Unidos de Norteamérica, la Securities Exchange Commission (SEC),
como la ley no de¿ne oferta pública de adquisición de acciones, ha recurrido a ocho
factores que de concurrir en una adquisición accionaria, motivan que el oferente se
sujete a una oferta pública de compra. La Ley Williams obliga a quien pretenda adqui-
rir el 5% de la propiedad accionaria de una sociedad que transa en bolsa, a informar
tales adquisiciones a la SEC.
La SEC ha considerado los siguientes criterios para estimar que hay una “tender
offer”: la amplitud con que se ha hecho la oferta de compra de acciones, , si la compra
se re¿ere a un porcentaje sustancial de acciones, si la oferta se ha hecho a un precio
superior al de mercado imperante, si los términos de la oferta son más bien ¿rmes
que negociable, si la compra está sujeta a la condición de adquirir un porcentaje de
las acciones o un número determinado de ellas, si la oferta está sujeta a un tiempo
determinado, si el oferente anunció un programa de comprar de acciones. Los tribu-
nales han aceptado este test de ocho factores para hacer aplicables a estas ofertas la
Ley Williams.
En Estados Unidos, el Tribunal Supremo “ha declarado que el principal objetivo
de la Williams Act de 1968 (y que es la normativa federal reguladora de las OPAS
todavía vigente) “es asegurar que los accionistas que se ven confrontados a una oferta
de adquisición de sus acciones no tengan que responder sin una información adecuada
sobre las condiciones e intenciones de la parte oferente” (Rondeau v. Mosinee Pape
Corp., 422 U.S. 49, 1975, citado por Javier García de Enterría, ob. Cit. Pág. 126).
En resumen, como señala García de Enterría, “la OPA se con¿gura como un cauce
de democracia accionarial, de cierto carácter plebiscitario, a través de la cual pueden
los accionistas decidir sobre la atribución del poder de gestión de la sociedad en la que
participan, es, evidentemente, bajo el presupuesto ineludible de la difusión oportuna
de una información completa y exhaustiva, sin la cual, es claro, este mecanismo se
vería completamente desvirtuado” (Ob. Cit. Pág. 127).
538 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

8. Concepto de oferta pública de adquisición de acciones


en la Ley de Mercado de Valores chilena
La Ley de Mercado de Valores chilena en el Título XXV “De la Oferta Pública de
Adquisición de Acciones”, en el artículo 198, inciso primero, de¿ne oferta pública
de adquisición de acciones:
“Se entenderá que oferta pública de adquisición de acciones es aquella que se for-
mula para adquirir acciones de sociedades anónimas que hagan oferta pública de
sus acciones o valores convertibles en ellas, que por cualquier medio ofrezcan a los
accionistas de aquéllas adquirir sus títulos en condiciones que permitan al oferente
alcanzar un cierto porcentaje de la sociedad y en un plazo determinado”.
“El oferente podrá hacer la oferta por acciones de sociedades anónimas que hagan
oferta pública de sus acciones, por valores convertibles en ellas o por ambos. En todo
caso, la oferta por unos no obliga a formular oferta por los otros”.
“Las disposiciones de este Título se aplicarán tanto a las ofertas que se formulen
voluntariamente como a aquellas que deban realizarse conforme a la ley”.
De la de¿nición legal de oferta pública de adquisición de acciones, se concluye que
esta oferta se dirige “para adquirir acciones de sociedades anónimas que hagan oferta
pública de sus acciones o valores convertibles en ellas”.
Lo que resulta tipi¿cante de la OPA en el derecho chileno, es que esta oferta se
dirige respecto a la propiedad accionaria de una sociedad anónima abierta, que son
“aquellas que hacen oferta pública de sus acciones”, de conformidad a la Ley de
Mercado de Valores.
La de¿nición de sociedad anónima abierta la encontramos en el artículo 2º de la
ley Nº 18.046, de 1981, que señala: “Son sociedades anónimas abiertas:
1) Aquellas que tienen 500 o más accionistas.
2) Aquellas en las que, a lo menos, el 10% de su capital suscrito pertenece a un
mínimo de 100 accionistas, excluidos los que individualmente, o a través de otras
personas naturales o jurídicas, excedan dicho porcentaje, y
3) Aquellas que se inscriban en el registro de valores voluntariamente o en cum-
plimiento de una disposición legal”.
Por lo tanto, la oferta pública de adquisición de acciones afecta, en principio, sólo
a las sociedades anónimas abiertas, y no a las sociedades anónimas cerradas, que son
las no comprendidas en la numeración anterior; ni a sociedades de otro tipo distinto
de las anónimas.

9. Clasi¿cación: OPA de acciones y OPA de valores


En el concepto de oferta pública de adquisición de acciones que se contiene en
el inciso primero del artículo 198 de la ley de mercado de valores, se desprende que
la OPA puede dirigirse a “adquirir acciones” o “valores convertibles en ellas”, de lo
que resulta una primera clasi¿cación, que denominamos OPA sobre acciones y OPA
DERECHO DE SOCIEDADES 539

sobre valores representativos de acciones, o sobre ambos tipos de títulos, acciones y


valores representativos de acciones.
La oferta pública de adquisición de acciones es aquella en que el oferente dirige su
oferta a adquirir un número determinado o un porcentaje de acciones de una sociedad
anónima cuyos títulos se transan en bolsa.
La oferta pública de adquisición de “valores convertibles en ellas”, es aquella en
que el oferente ofrece adquirir títulos valores representativos de acciones, como por
ejemplo American Depositary Receipts (ADRs), o bonos convertibles en acciones,
ya que ambos títulos son representativos de acciones.
El inciso segundo del articulo 198 se desarrolla esta clasi¿cación, de OPA de
acciones y de títulos representativos de acciones, y establece:
“El oferente podrá hacer la oferta por acciones de sociedades anónimas que hagan
oferta pública de sus acciones, por valores convertibles en ellas o por ambos. En
todo caso, la oferta por unos no obliga a formular oferta por los otros”; de donde se
concluye que si la sociedad anónima objeto de la oferta pública de adquisición tiene
acciones y títulos convertibles en acciones, no esta obligado el oferente a hacer oferta
pública por todos sus títulos, entregando a su voluntad formular su oferta por ambos
tipos de instrumentos o solo por alguno de ellos; tampoco es obstáculo comprender
en la OPA, tanto acciones como valores convertibles en ellas.

10. Ámbito de aplicación del Título XXV de la


Ley de Mercado de Valores Chilena
Las normas contenidas en el Título XXV, denominado “De la oferta pública de
adquisición de acciones”, se aplica tanto a los procesos voluntarios de toma de con-
trol, como a aquellos que es necesario formular de conformidad a la ley, regla que se
contiene en el inciso tercero del artículo 198, que señala:
“Las disposiciones de este Título se aplicarán tanto a las ofertas que se formulen
voluntariamente como a aquellas que deban realizarse conforme a la ley.”.
Asimismo, este Título XXV, comprende bajo el concepto de acción, tanto a dichos
títulos valores, cuanto a los títulos valores “convertibles en acciones”, regla contenida
en el inciso cuarto del artículo 198, que señala:
“Cada vez que en este Título se hable de acciones como objeto de la oferta, dicha
expresión comprenderá también los valores convertibles en acciones; y cuando se
haga referencia a una oferta, se entenderá que se re¿ere a una oferta pública de
adquisición de acciones”.

11. OPA simpli¿cada


Se regula en la nueva legislación contenida en la ley Nº 19.705, la denominada ofer-
ta pública de adquisición de acciones simpli¿cada, que es aquella que tiene por objeto
adquirir por el oferente sólo hasta un 5% de las acciones emitidas de una S.A.
540 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En efecto el inciso quinto del artículo 198 establece:


“La Superintendencia podrá eximir del cumplimiento de una o más normas de este
Título, a aquellas ofertas de hasta un 5% del total de las acciones emitidas de una
sociedad, cuando ellas se realicen en bolsa y a prorrata para el resto de los accio-
nistas, conforme a la reglamentación bursátil que para este efecto apruebe la Super-
intendencia.”.
La Superintendencia de Valores y Seguros, con fecha 5 de enero de 2001, dictó la
circular Nº 1.514, en ejercicio de la potestad que le con¿rió el inciso 5º del artículo
198 de la ley Nº 18.045, en virtud de la cual estableció obligaciones de las que se
eximirán aquellas ofertas de adquisición de acciones de hasta un 5% del total de las
acciones emitidas por una sociedad anónima, que haga oferta pública de sus acciones
de conformidad a la ley mercado de valores.
Para acogerse a las disposiciones de la circular Nº 1.514, de 2001, se deben cumplir
los siguientes requisitos:
“1.- La transacción de las acciones deberá realizarse en bolsa, conforme a la re-
glamentación que apruebe la SVS”.
“2.- La adquisición de las acciones ofrecidas deberá efectuarse a prorrata entre los
accionistas que acepten la oferta”.
“3.- Que el porcentaje que se pretenda adquirir no le permita tomar el control de
la sociedad emisor”.
La circular indicada exime al oferente de la OPA simpli¿cada de las siguientes
obligaciones que impone el Título XXV de la ley Nº 18.045:
1.- De la obligación de elaboración del prospecto al que se re¿ere el artículo 203.
El artículo 203 obliga al oferente a “poner a disposición de los interesados, a contar
de la fecha del aviso de inicio y durante la vigencia de la oferta, un prospecto que
contenga todos los términos y condiciones de la oferta”. Copia del prospecto debe
estar a disposición del público en las o¿cinas de la sociedad por cuyas acciones se hace
la oferta, como en las o¿cinas de las sociedades controladas por aquella y que hagan
oferta pública de sus acciones, de la Superintendencia y de las Bolsas de Valores.
2.- La sociedad emisora quedará eximida de las obligaciones impuestas en el artícu-
lo 207 de la ley Nº 18.045. El artículo 207, obliga a la sociedad emisora de las acciones
objeto de una OPA y a su Directorio, a las siguientes obligaciones y restricciones: a)
No se puede durante la vigencia de una oferta, adquirir acciones de propia emisión,
resolver la creación de sociedades ¿liales, enajenar bienes del activo que representen
más del 5% del valor total de éste e incrementar su endeudamiento en más de un 10%
respecto del que mantenía antes del inicio de la oferta. Sin perjuicio, la SVS puede
autorizar por resolución fundada, cualquiera de los actos jurídicos señalados, “siem-
pre que ellas no afecten el normal desarrollo de la oferta”; b) La sociedad emisora
deberá entregar dentro de los dos días de hincada la oferta, un listado actualizado de
los accionistas de la sociedad; y, c) Los Directores de la sociedad deben emitir indi-
vidualmente, un informe escrito con su opinión fundada acerca de la conveniencia de
DERECHO DE SOCIEDADES 541

la oferta para los accionistas. Estos informes deben ponerse a disposición del publico
conjuntamente con el prospecto a que se re¿ere el artículo 203, y entregarse una copia
dentro de los cinco días hábiles, contados desde la fecha de publicación del aviso de
inicio de la oferta, a la SVS, a las Bolsas de valores, al Oferente, al Administrador u
organizador de la oferta, si lo hubiere.
3.- De la publicación del aviso de aceptación a que se re¿ere el artículo 212 de la
ley Nº 18.045. La disposición legal citada obliga al oferente de una OPA, a publicar
dentro de tercero día de la fecha de expiración del plazo de vigencia de una oferta o de
su prórroga, a publicar en los mismos diarios en los cuales se efectuó la publicación
del aviso de inicio, el resultado de la oferta, en el que debe incluirse “el resultado de
la oferta, desglosando el número total de acciones recibidas, el número de acciones
que adquirirá, el factor de prorrateo, si fuere el caso, y el porcentaje de control que
se alcanzará como producto de la oferta”.
El oferente que se sujete a la circular 1.514 de la SVS, debe cumplir con las si-
guientes obligaciones: 1.- La publicación del aviso que da inicio a la oferta pública
de adquisición de acciones a que se re¿ere el artículo 202 de la ley Nº 18.045, aviso
que debe contener las siguientes menciones: A) Señalar en forma destacada el nombre
o razón social de la sociedad sobre la que se efectúa la oferta, las palabras “Oferta
Pública de Adquisición de Acciones conforme al inciso 5º del artículo 198 de la ley
Nº 18.045”, y el nombre de los informantes (oferente); B) Identi¿cación del oferente
y participación en la sociedad emisora; C) Objetivo de la oferta, incluyendo objetivos
generales que se persiguen. Cualquier acuerdo del oferente con accionistas del emi-
sor en relación a la oferta; señalar si su propósito es mantener a la sociedad inscrita
en el Registro de Valores, conforme lo dispone el artículo 213 de la ley Nº 18.045.
La disposición legal citada obliga al oferente de una OPA a señalar en su oferta “si
su propósito es mantener la sociedad sujeta a las normas aplicables a las sociedades
anónimas abiertas e inscrita en el Registro de Valores, por un plazo o inde¿nidamen-
te , aun cuando no esté obligada legalmente a ello”; D) Características de la oferta:
Monto total de la operación, acciones o valores a que se re¿ere la oferta, cantidad
de acciones que se pretende adquirir, indicando además el porcentaje que representa
sobre el capital suscrito de la sociedad, mecanismo de prorrateo en la asignación de las
acciones ofrecidas, plazo de duración de la oferta, que no podrá ser inferior a 20 días
ni superior a 30 días, plazo para declarar exitosa la oferta, y forma de comunicar al
mercado el éxito de la misma, accionistas a que esta dirigida, sistema bursátil utilizado
para la materialización de la operación; E) Precio y condiciones de pago, determinar
el precio a pagar por las acciones, forma de pago, plazo y lugar para el pago de las
acciones adquiridas; F) Procedimiento para aceptar la oferta: formalidades que deben
cumplir los accionistas que concurran a la oferta, especi¿cando la documentación a
ser presentada por estos últimos, lugar y plazo donde debe presentarse la aceptación
de la oferta; plazo para la devolución de los valores, en caso que fracasare la oferta o
en caso de presentarse un exceso de acciones ofrecidas; G) Revocación de la oferta:
542 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

plazos y condiciones o eventos que pueden producir la revocación de la oferta de


compra de las acciones por parte del oferente; H) Derecho de retractación: procedi-
miento y plazos para retractarse de la oferta de venta de las acciones y devolución
de las mismas al accionista, conforme a los establecido en el artículo 211 de la ley
Nº 18.045; I) Agentes participantes en la oferta: nombre o razón social, RUT, objeto
o giro y domicilio del tercero que el oferente hubiere designado para que organice
o administre la oferta; J) Lugares de Información: indicar los lugares y horarios de
atención y medios de difusión donde se puede obtener mayor información.
Finalmente, el oferente debe dentro de los dos días siguientes a la expiración del
plazo de vigencia de una oferta o de su prórroga, remitir a la sociedad emisora, a las
Bolsas de valores y a la SVS, una comunicación indicando el resultado de la oferta,
número de acciones recibidas, número de acciones que adquirirá, el factor de prorrateo,
y el porcentaje total de participación en la sociedad emisora que se alcanzará.
Si el oferente ha tomado el control de la sociedad, en los doce meses anteriores
a ésta OPA simpli¿cada, el precio ofrecido “no podrá ser inferior al pagado en la
operación de toma de control”.

12. Oferta pública de adquisición de acciones “amistosa” y OPA “hostil”


La doctrina estudiosa de la disciplina de la OPA y a la luz de casos prácticos que
se han presentado en los mercados de valores, ha desarrollado entre las categorías de
análisis, las denominadas OPAS hostiles.
La OPA hostil o inamistosa es citada como uno de los factores culturales que hacen
que la OPA no sea bien considerada como proceso o instrumento regulador en el mer-
cado de valores. Es común en los mercados de valores, que al presentarse una OPA,
sea esta recibida como una operación hostil o inamistosa, ya que en muchos casos
los directores de las compañías, perciben la formulación de ésta, como un factor de
disputa por el control de la compañía. En algunos casos, se presenta la OPA como un
factor “extranjerizante” de las economías locales, ya que en un mundo globalizado,
el cambio de controlador, cuando el oferente es extranjero, trae una vez concluido
el proceso, una cambio estructural al grupo de sociedades afectadas, con procesos
de reorganización empresarial, que se traducen a veces en políticas de reducción de
personal, con lo cual se introduce un factor de incertidumbre en los trabajadores de
la compañía afectada por un proceso de OPA.
Cabe tener presente, que al presentarse una OPA, puede formularse una o más OPAS
competidoras, dando lugar a un verdadero mercado por el control de las compañías,
escenario que mediante una verdadera puja, hace que se enfrenten dos o más grupos que
pretenden el control de la compañía, haciendo que las OPAS den lugar a un escenario
confrontacional por el poder, elemento propio de un mercado en competencia.
Asimismo, algunos estudios revelan que las sociedades que pueden ser objeto de
OPAS, son normalmente aquellas que presentan una administración ine¿ciente, que
provoca que un grupo externo o intra societario, formule una OPA, para zanjar un poder
que se encuentra “neutralizado” por la estructura de poder accionario existente.
DERECHO DE SOCIEDADES 543

Se ha señalado también, que las OPAS no son amistosas o inamistosas u hostiles,


ya que en de¿nitiva, considerando los intereses de los accionistas minoritarios, a és-
tos les conviene la operación de venta a mejor precio, o bien un cambio en el poder
que puede traer como nueva política un mayor rendimiento en los negocios sociales,
tesis para la cual no hay OPAS hostiles. En este sentido Pickens “The stockholder
revolution”, quien señala “lo que es amistoso o lo que es hostil está sólo en la mente
de los administradores de la sociedad afectada”, es decir, la OPA puede ser amistosa
o no para los órganos de gestión de la sociedad, mas no para los accionistas de ésta.
Sobre esta materia, resulta interesante la opinión de Javier García de Enterría,
quien señala: “La misma contraposición entre OPAS negociadas o amistosas es, por
lo demás, considerablemente equívoca. La gran mayoría de las OPAS suelen pre-
sentar elementos de ambos tipos, en el sentido de que tanto la operación puramente
amistosa, en la que falta cualquier tipo de presión más o menos encubierta, como
la absolutamente hostil, en la que no hay línea de comunicación alguna entre las
dos partes, son supuestos extremos difíciles de encontrar en estado puro” (Ob. Cit.
Pag. 71.).
En conclusión, lo que puede ser hostil e incluso presentar niveles importantes de
litigiosidad, son los procesos de toma de control de una sociedad, especialmente,
la disputa entre dos o más grupos por el poder accionario su¿ciente para lograr el
control de la sociedad.

13. Sujeción a la Superintendencia de Valores y Seguros para


los admnistradores y organizadores de una OPA
Las personas que efectúen ofertas públicas de adquisición de acciones, los orga-
nizadores y los administradores de la oferta quedarán sujetos en relación con esas
ofertas a la ¿scalización de la Superintendencia (artículo 198, inciso 6º).
En virtud de esta disposición los oferentes, los organizadores y los administradores
de una oferta pública de adquisición de acciones quedan sujetos a la potestad de la
Superintendencia de Valores y Seguros, creada por decreto ley Nº 3.538, de 1980,
especialmente en lo que re¿ere a la potestad establecida en la letra q) del artículo 4º,
que dispone:
“Corresponde a la Superintendencia velar por que las personas o instituciones ¿s-
calizadas, desde su iniciación hasta el término de su liquidación, cumplan con las
leyes, reglamentos, estatutos y otras disposiciones que las rijan, y, sin perjuicio de las
facultades que éstos le otorguen, está investida de las siguientes atribuciones genera-
les: q) Estimar el monto de los bene¿cios, expresado en su equivalente en unidades
de fomento, que hayan percibido los infractores al Título XXV de la ley Nº 18.045,
señalándolo en la resolución que aplica la sanción. En la estimación de los bene¿cios,
la Superintendencia considerará el precio de mercado promedio ponderado del valor
de oferta pública en los 60 días anteriores al de la fecha de las transacciones hechas
con información privilegiada.
544 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“La Superintendencia para el solo efecto de velar por los intereses de los terceros
perjudicados, según lo previsto en el artículo 172 de la ley Nº 18.045, podrá solicitar
al Tribunal competente que decrete las medidas precautorias que la ley señala”.
En el ámbito estrictamente administrativo del derecho de OPA, la SVS puede con-
forme a lo dispuesto por el artículo 214 de la ley Nº 18.045, “formular observaciones
y exigir al oferente antecedentes adicionales a los proporcionados, con el objeto que
los inversionistas cuenten con la información veraz, su¿ciente y oportuna requerida
para decidir si aceptan la oferta”. Esta disposición se encuentra en armonía con el
principio de información y transparencia que debe imperar en el mercado de valores,
principios que conforme a la doctrina comercial son el fundamento de la regulación de
las ofertas publicas de adquisición de acciones, que a su vez forman parte del concepto
de protección a los accionistas minoritarios, quienes en aras a tomar una decisión de
venta deben contar con la información veraz y oportuna y su¿ciente para ello. En este
sentido existe de parte del oferente la obligación de informar al mercado de valores
y a los accionistas de la sociedad objeto de OPA, sobre los todos los extremos de su
propuesta y proyecto de estrategia societario que pretende concretar.
En tutela de estos mismos principios, la SVS de conformidad a lo dispuesto por el
artículo 214, inciso 2º, ante “las de¿ciencias en la información proporcionada” o ante
“el incumplimiento de los requisitos establecidos en esta ley” (Nº 18.045) facultarán
a este órgano de control y ¿scalización para “suspender hasta por 15 días el inicio
o la continuación de la oferta”; suspensión de la OPA que puede “prorrogarse por
una vez y por el mismo plazo”; y, si vencida la prorroga “subsisten las causas que la
fundaron”, puede “dejar sin efecto la oferta”, mediante resolución fundada.
Por lo tanto, la sujeción de los oferentes y agentes a la Superintendencia, no es
sólo nominal o formal, sino que la ley otorga al ente de ¿scalización unas potestades
exorbitantes y por lo tanto de derecho estricto, pudiendo al efecto requerir del oferente
mayor información que la proporcionada, y ante de¿ciencias respecto de la informa-
ción entregada o incumplimiento de las obligaciones legales que la ley de mercado
de valores exige al oferente, puede suspender el proceso de OPA y si subsisten la
de¿ciencias observadas, puede dejar sin efecto la OPA. La intervención de la SVS,
sólo se explica por razones de interés público, a virtud de la transparencia que debe
informar el mercado de valores, debiendo el oferente entregar información “veraz”,
“su¿ciente” y “oportuna”, para que los accionistas decidan si aceptan la oferta.
Si un órgano de Estado puede intervenir con tal vigor una oferta publica de ad-
quisición de acciones, signi¿ca que la OPA no se encuentra exclusivamente y regida
por el principio de la libertad contractual de derecho privado que impulsa al oferente,
sino que la disciplina de la OPA, se encuentra reglada por la ley y sujeta en cuanto
a su cumplimiento a la Superintendencia, interviniendo con potestades propias del
llamado derecho económico público, pudiendo en casos extremos suspender o dejar
sin efecto el procedimiento de oferta publica de adquisición de acciones, atendido el
bien jurídico regulado.
DERECHO DE SOCIEDADES 545

14. Adquisiciones sujetas a procedimiento de OPA obligatoria según ley


De conformidad a lo establecido en el artículo 199 de la Ley de Mercado de Va-
lores, deben sujetarse a procedimiento de oferta pública de adquisición de acciones,
dando a la regulación del derecho de OPAS una naturaleza imperativa, a lo menos
en lo re¿ere a los casos de OPA obligatoria, los caso que en la deposición legal se
mencionan, haciendo intervenir un procedimiento reglado de oferta, no discrecional,
en el cual el principio de autonomía de la voluntad del oferente cede a una regulación
que se a¿nca en el orden público económico, cuyo bien tutelado es la protección a los
accionistas minoritarios, frente a un controlador que pretende formular una invitación
para hacerse del control de la sociedad anónima cuyos títulos se transan en Bolsa,
esto es una sociedad bursátil como la denomina la doctrina española. A continuación
analizaremos los casos en que se regula la OPA obligatoria o imperativa.
El artículo 199 de la Ley de Mercado de Valores señala:
“Deberán someterse al procedimiento de oferta contemplado en este Titulo, las si-
guientes adquisiciones de acciones, directas o indirectas, de una o más series, emitidas
por una sociedad que haga oferta pública de las mismas”
“a) Las que permitan a una persona tomar el control de una sociedad”. Esta primera
hipótesis, a virtud de la cual el oferente debe proceder a formular una Oferta Pública
de Adquisición de Acciones regida por el Título XXV de la Ley de Mercado de Valores,
re¿ere a la adquisición de acciones, de una o más series, de una sociedad anónima
abierta o bursátil, que permitan a una persona o grupo de personas, con acuerdo de
actuación conjunta “tomar el control de una sociedad”.
Desde luego el oferente puede ser una persona natural o jurídica, o bien, dos o
más personas con acuerdo de actuación conjunta. En efecto, si bien la ley señala
“una persona”, debe comprenderse también la actuación de dos o más personas que
actuando por pacto o acuerdo de actuación conjunta, cuyo objeto es tomar el control
de una sociedad. Nuestra a¿rmación de que el oferente pueden ser dos o más perso-
nas, con acuerdo de actuación conjunta, tiene fundamento legal en el artículo 203 que
regula el prospecto que contiene las condiciones de la oferta, el que en la letra a) de
la disposición citada, señala:
“Individualización completa de las personas naturales o jurídicas que efectúan la
oferta; y en caso de tratarse de éstas últimas, deberá indicarse el nombre, cargo
y domicilio. De sus directores. Gerentes, ejecutivos principales y administradores,
participación en otras sociedades e individualización de las personas relacionadas
con el oferente”. Se concluye, de los requisitos del prospecto de oferta pública que
el oferente puede ser una o más personas en conjunto. Además, el propio artículo
199, en su inciso cuarto dispone expresamente: “Para lo efectos del presente Título,
se considerarán como directas aquellas adquisiciones de acciones por personas que
actúen concertadamente o bajo un acuerdo de actuación conjunta”.
El artículo 98 de la Ley de Mercado de Valores de¿ne en su inciso primero que se
entiende por acuerdo de actuación conjunta señalando que:
546 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“es la convención entre dos o más personas que participan simultáneamente en la


propiedad de una sociedad, directamente o a través de otras personas naturales o
jurídicas controladas, mediante la cual se comprometen a participar con idéntico
interés en la gestión de la sociedad u obtener el control de la misma”.
Volviendo a la hipótesis de adquisición de acciones que permitan a una persona
tomar el control de una sociedad abierta, nos remite a los artículos 97 y 99 de la Ley
de Mercado de Valores, que indican quién es controlador de una sociedad y cuándo
hay control. En efecto el artículo 97 señala:
“Es controlador de una sociedad toda persona o grupo de personas con acuerdo de
actuación conjunta que, directamente o a través de otras personas naturales o jurídi-
cas, participan en su propiedad y tiene poder para realizar alguna de las siguientes
actuaciones”
a) Asegurar la mayoría de votos en las juntas de accionistas y elegir a la mayoría de
los directores tratándose de sociedades anónimas, o asegurar la mayoría de votos en
las asambleas o reuniones de sus miembros y designar a su administrador o represen-
tante legal o la mayoría de ellos, en otro tipo de sociedades...”; asegurar la mayoría
de votos en las juntas de accionistas y elegir a la mayoría de los directores, indica que
se trata de tener o ser titular de la mayoría absoluta de las acciones de la sociedad
anónima, o de la serie de acciones que permitan llegar a este resultado, si hay series,
en consecuencia, se trata del 50 por 100, más uno de las acciones si no hay series
privilegiadas de acciones que con¿eran más derechos políticos; y, su hay acciones
privilegiadas detentar el número o porcentaje de acciones que permitan asegurar la
mayoría de las juntas de accionistas y elegir a la mayoría del Directorio, hipótesis
que debe ser resuelta conforme a los estatutos de la sociedad.
También hay control de una sociedad anónima abierta, en la hipótesis de la letra b)
del artículo 97 de la ley de mercado de Valores, que señala: “b) InÀuir decisivamente
en la administración de la sociedad”. Para inÀuir decisivamente en la administración
de la sociedad anónima se requiere controlar una propiedad accionaria que permita
elegir a la mayoría del Directorio; pero el legislador ha establecido un porcentaje
de la propiedad accionaria que coloca al accionista la posición de controlador y en
concreto es el control del 25% del capital con derecho a voto en la sociedad; así se
concluye de lo dispuesto por el artículo 99 de la ley de mercado de valores, que esta-
blece” Se entenderá que inÀuye decisivamente en la administración o en la gestión de
una sociedad toda persona, o grupo de personas con acuerdo de actuación conjunta
que, directamente o a través de otras personas naturales o jurídicas, controla al menos
un 25% del capital con derecho a voto de la sociedad...”.
El tema de la ¿jación del porcentaje de la propiedad accionaria que obliga a formular
una OPA fue ampliamente debatido en el trámite legislativo de la ley Nº 19.705, pero
se optó por no establecer un porcentaje especi¿co, sino que dejar como porcentaje el
su¿ciente para “inÀuir decisivamente en la administración de la sociedad”, o sea el
25% del capital con derecho a voto de conformidad a lo dispuesto por los artículos
97 letra b) y 99 de la Ley de Mercado de Valores.
DERECHO DE SOCIEDADES 547

Conclusión
El porcentaje que permite a una persona tomar el control de una sociedad, si es
un oferente que no tiene propiedad accionaria en la sociedad será el 25% del capital
con derecho a voto; y si se trata de un accionista que tiene acciones en la sociedad,
deberá formular una OPA si el número de acciones que pretende adquirir le permite
llegar al 25% del capital con derecho a voto. Si el porcentaje para tomar el control
es de un 5% o inferior a éste podrá acogerse al sistema de OPA simpli¿cada previsto
en el artículo 198, inciso 5º.
La segunda hipótesis que obliga a formular una OPA de conformidad al Título
XXV de la ley de mercado de valores, se indica en la letra b) del artículo 199 que
dispone:
“b) La oferta que el controlador deba realizar de acuerdo a lo dispuesto en el artículo
69 ter de la ley Nº 18.046, siempre que en virtud de una adquisición llegue a controlar
dos tercios o más de las acciones emitidas con derecho a voto de una sociedad o de
la serie respectiva”.
El artículo 69 ter de la Ley de Sociedades Anónimas dispone lo que sigue: “Si
como consecuencia de cualquier adquisición, una persona alcanza o supera los dos
tercios de las acciones emitidas con derecho a voto de una sociedad que haga oferta
pública de sus acciones, tendrá el plazo de 30 días, contado desde la fecha de aquélla,
para realizar una oferta por las acciones restantes, en los términos establecidos en el
Título XXV de la ley Nº 18.045. Dicha oferta deberá hacerse a un precio no inferior
al que correspondería en caso de existir derecho a retiro.
De no efectuarse la oferta en el plazo señalado, nacerá para el resto de los accio-
nistas el derecho a retiro en los términos del artículo 69. En este caso, se tomará como
fecha de referencia para calcular el valor a pagar, el día siguiente al vencimiento del
plazo indicado en el inciso primero.
No regirá la obligación establecida en el inciso primero, cuando se alcance el por-
centaje ahí referido como consecuencia de una reducción de pleno derecho del capital,
por no haber sido totalmente suscrito y pagado un aumento dentro del plazo legal.
En caso que todos los accionistas ejercieren la opción de enajenar la totalidad de
sus acciones al controlador o ejercer el derecho a retiro en su caso, a la sociedad no
le será aplicable la causal de disolución establecida en el Nº 2) del artículo 103, a
menos que el controlador decida lo contrario y así lo señale conforme al artículo 213
de la ley Nº 18.045.’’. La causal de disolución prevista en el número 2º del artículo
103, consiste en reunirse todas las acciones en manos de una sola persona, no le será
aplicable a la sociedad en caso de que el controlador adquiera las acciones de los
restante accionistas, salvo que el oferente en la oferta que regula el artículo 213, que
la sociedad se disolverá, operando en este caso una verdadera fusión por absorción.
La tercera hipótesis que contempla el artículo 199, y que obliga al adquirente de
acciones a formular una OPA regulada por el Título XXV, se indica en la letra“c) del
inciso primero y que dispone lo siguiente:
548 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

“c) Si una persona pretende adquirir el control de una sociedad que tiene a su vez el
control de otra que haga oferta pública de sus acciones, y que represente un 75% o
más del valor de su activo consolidado, deberá efectuar previamente una oferta a los
accionistas de esta última conforme a las normas de este Título, por un cantidad no
inferior al porcentaje que le permita obtener su control”.
En este caso se trata de una sociedad que tiene el control de una sociedad anónima
abierta, en que la primera –controladora– es titular del 75% o más del valor de su ac-
tivo consolidado; caso en el cual debe el oferente formular una OPA por una cantidad
de acciones no inferior al porcentaje que le permita obtener su control, o sea el 50
por 100 más uno de la acciones. En este caso podrían haber dos OPAS simultáneas,
una dirigida a la sociedad anónima controladora y la otra a la sociedad anónima
controlada, condicionada cada una en su éxito a alcanzar un porcentaje mínimo de
acciones en cada OPA.

15. Adquisiciones de acciones no sujetas a procedimiento de OPA.


Excepciones a la OPA obligatoria
El legislador contempla también en el artículo 199, inciso segundo, los casos en
que si bien hay control por parte de un accionista, no existe obligación de formular
una OPA. En estricto rigor en estos casos se llega a detentar el control de una sociedad
anónima de manera excepcional por un accionista, por efecto de la ley.
Los casos son los siguientes: “Se exceptúan de las normas precedentes, las si-
guientes operaciones”
“1) Las adquisiciones provenientes de un aumento de capital, mediante la emisión
de acciones de pago de primera emisión, que por el número de ellas, permita al ad-
quirente obtener el control de la sociedad emisora”. En este caso un accionista llega
a tener el control de la sociedad anónima a causa de un aumento de capital, en que
adquiere acciones de pago de primera emisión por su derecho de opción preferente
a adquirir acciones de aumento de capital y al que puede agregar acciones de otros
accionistas que le ceden su propio derecho de opción a suscribir acciones, y a causa
de estas adquisiciones adquiere el control de la sociedad. El pago de las acciones lo
efectúa a la propia sociedad ya que se trata de aumentos de capital social.
El segundo caso de excepción a la obligación de formular una OPA se establece
en los siguientes términos: “2) La adquisición de las acciones que sean enajenadas
por el controlador de la sociedad, siempre que ellas tengan presencia bursátil y el
precio de la compraventa se pague en dinero y no sea sustancialmente superior al
precio de mercado”;
Este caso se encuentra fuera de OPA obligatoria en consideración a que un contro-
lador sale de la propiedad de la sociedad, y el adquirente paga un precio de contado
y éste no es sustancialmente superior al precio de mercado. En este caso no hay un
“premio por el control”, que se exprese en un mejor precio. Por precio de mercado
de una acción se entiende, “aquel que resulte de calcular el promedio ponderado de
DERECHO DE SOCIEDADES 549

las transacciones bursátiles, que se hayan realizado entre el nonagésimo día hábil
bursátil y el trigésimo día hábil bursátil anteriores a la fecha en que debe efectuarse
la adquisición”; y, precio sustancialmente superior al de mercado es “aquel valor que
exceda al precio de mercado de una acción, en un porcentaje que determinará una
vez al año la Superintendencia, mediante norma de carácter general, y que no podrá
ser inferior al 10% ni superior al 15%.
Para los efectos de lo dispuesto en este segundo caso “se entenderá por”:
i) Precio de mercado de una acción, aquel que resulte de calcular el promedio
ponderado de las transacciones bursátiles, que se hayan realizado entre el nonagésimo
día hábil bursátil y el trigésimo día hábil bursátil anteriores a la fecha en que deba
efectuarse la adquisición, y
ii) Precio sustancialmente superior al de mercado, aquel valor que exceda al
indicado en la letra precedente en un porcentaje que determinará una vez al año la
Superintendencia, mediante norma de carácter general, y que no podrá ser inferior al
10% ni superior al 15%.
La Superintendencia determinará, mediante instrucciones de general aplicación,
las condiciones mínimas que deberán reunir las acciones para ser consideradas con
presencia bursátil. En todo caso, de la aplicación de estas instrucciones no podrá re-
sultar que queden excluidas sociedades en las cuales pudiere invertir un fondo mutuo,
de acuerdo a las normas que le sean aplicables a éstos”.
El tercer caso que se libera de oferta pública de adquisición de acciones, lo señala
el número “3) Las que se produzcan como consecuencia de una fusión”.
En este caso el fundamento que permite liberar al adquirente de acciones de for-
mular una OPA, la encontramos en el hecho consistente en que en la fusión, ya sea por
creación o por absorción, no hay voluntad del adquirente –fusionante– de mantener
las sociedades fusionadas, por el contrario se llega a una fusión por acuerdo entre el
absorbente en los accionistas de la sociedad absorbida, con la ¿nalidad de que se disuel-
va esta ultima, para lo que se requiere la voluntad conteste del 100% de la propiedad
accionaria,. Por lo tanto esa un negocio bursátil excluido de proceso de OPA.
El cuarto caso excluido de OPA obligatoria, lo encontramos en el número “4) Las
adquisiciones por causa de muerte”. En este caso una persona, accionista o no de la
sociedad anónima, adquiere acciones, incluso a nivel de poder adquirir el control de
la sociedad, por sucesión por causa de muerte, que es típicamente un modo de adqui-
rir el dominio de las acciones sin que exista causa onerosa, ya sea por tratarse de la
¿gura de heredero o legatario.
El quinto y último caso que contempla el artículo 199, inciso segundo, son las
adquisiciones de acciones “5) Las que provengan de enajenaciones forzadas”. Se trata
de un caso también excepcional, en que la propia ley obliga a enajenar acciones de
una sociedad anónima, como puede ser la subasta publica de acciones que provienen
de un embargo de acciones en un juicio ejecutivo; ventas de acciones producto de
procesos de desconcentración de propiedad accionaria prevista para Administradoras
de Fondos de Pensiones (AFP) en los artículos 124 y siguientes del D.L. Nº 3.500,
550 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

en el caso de los bancos comerciales, que deben enajenar acciones en el plazo de un


año conforme se señala en el artículo 84 Nº 5 letra b) de la Ley General de Bancos,
o cuando la sociedad anónima saca en venta en bolsa acciones suscritas y no paga-
das por los accionistas de conformidad a lo dispuesto por el artículo 17 de la Ley de
Sociedades Anónimas.

16. Obligatoriedad de formular una segunda OPA


La ley de mercado de valores contempla un caso que podemos denominar de “obli-
gación de formular una segunda OPA”. Se trata de un oferente que ya formuló una
OPA que concluyó exitosa tomando el control de la sociedad, quien deberá formular
una segunda OPA si pretende adquirir acciones en los doce meses siguientes iguales
o superiores al 3% de la propiedad accionaria. Se trata de un accionista que pretende
seguir adquiriendo acciones de la sociedad, agregando progresivamente porcentajes
accionarios.
Esta obligación de formular una segunda OPA se regula en el artículo 200 en los
siguientes términos: “El accionista que haya tomado el control de una sociedad no
podrá, dentro de los doce meses siguientes contados desde la fecha de la operación,
adquirir acciones de ella por un monto total igual o superior al 3%, sin efectuar una
oferta de acuerdo a las normas de este Título, cuyo precio unitario por acción no
podrá ser inferior al pagado en la operación de toma de control. Sin embargo, si la
adquisición se hace en bolsa y a prorrata para el resto de los accionistas, se podrá
adquirir un porcentaje mayor de acciones, conforme a la reglamentación bursátil que
para este efecto apruebe la Superintendencia”.
Esta segunda OPA en la medida que se trate de un porcentaje inferior al 5% de la
propiedad accionaria, puede sujetarse a la denominada OPA simpli¿cada regulada en
el artículo 198 inciso 5º y circular Nº 1.514 de fecha 5 de enero de 2001 de la SVS.

17. Compras de acciones antes, durante y post OPA a mejor precio


Puede ocurrir que el oferente de una OPA, 90 días antes de la vigencia de una
oferta de adquisición de acciones, durante su vigencia y hasta 120 días después de
publicado el aviso que declaró exitosa o aceptada la OPA regulado en el artículo 211,
adquiera de las mismas acciones sobre las que recae su OPA, a mejor precio, caso en
el cual se produce un desigual trato a los accionistas de la sociedad, transgrediéndose
el principio de la par conditio, hecho que ha signi¿cado una alteración de los precios
en el mercado por el mismo bien o “producto”. Es el caso en que el oferente de la
OPA ha formado mercados paralelos al que creo con su OPA, alternado el precio en
el mercado. En estos casos el oferente sufre un castigo o sanción consistente en que
debe igualar al mejor precio pagado a los accionistas lesionados en su precio. Evi-
dentemente, se trata de una norma protectora a los accionistas minoritarios, que debe
recibir un igual trato en el precio que deben recibir.
DERECHO DE SOCIEDADES 551

En este caso los accionistas pueden exigir al oferente que les iguale el precio pa-
gado, en la diferencia que hayan experimentado, siendo solidariamente obligados al
pago el oferente y “las personas que se hubieren bene¿ciado”, y puede comprender
incluso a los accionistas que vendieron a mejor precio.
Si esta operación ocurre durante el periodo de vigencia de la oferta, esto es formar
u mercado paralelo a mejor precio para ciertos accionistas, la operación puede ser
considerada una adquisición irregular y dar lugar a la aplicación de sanciones de parte
de al Superintendencia, conforme a lo dispuesto por el artículo 29 del D.L. Nº 3.538,
de 1980, que creó la Superintendencia de Valores y Seguros.
El artículo 200 regula los casos que hemos analizado precedentemente en los
siguientes términos: “Si dentro del plazo que media entre los 90 días anteriores a la
vigencia de la oferta y hasta los 120 días posteriores a la fecha de publicación del aviso
de aceptación dispuesto en el artículo 211, el oferente, directa o indirectamente, haya
adquirido o adquiriese de las mismas acciones comprendidas en la oferta en condicio-
nes de precio más bene¿ciosas que las contempladas en ésta, los accionistas que las
hubieren vendido tendrán derecho a exigir la diferencia de precio o el bene¿cio de que
se trate, considerando el valor más alto que se haya pagado. En tales casos, el oferente
y las personas que se hubieren bene¿ciado será obligadas solidariamente al pago”.

18. Monopolio u obligatoriedad de la OPA para el oferente durante su vigencia


El oferente de una OPA queda sujeto durante su vigencia a la obligación de no
adquirir acciones de la sociedad a través de otro procedimiento que el de la OPA re-
gulada en el Título XXV de la Ley de Mercado de Valores, así se señala expresamente
en el artículo 201, inciso ¿nal:
“Durante el periodo de vigencia de la oferta, el oferente no podrá adquirir acciones
objeto de la oferta a través de transacciones privadas o en bolsas de valores, nacionales
o extranjeras, sino a través del procedimiento establecido en este Título”.
Se establece un monopolio legal para el oferente en el sentido de que sólo puede
adquirir acciones de la sociedad a través de la OPA formulada, y si adquiere acciones
fuera de OPA, a distinto precio, este procedimiento puede ser estimado por la Super-
intendencia como irregular, sin perjuicio de lo ya explicado apropósito del artículo
201, inciso primero.

19. Procedimiento de formulación de una OPA


La formulación de una oferta pública de adquisición de acciones, consiste esen-
cialmente en un proceso cuya ¿nalidad de parte del oferente es lograr una participa-
ción signi¿cativa en una sociedad anónima abierta o bursátil, quien pretende tomar
el control de ésta. A consecuencia de la toma de control de la sociedad anónima
abierta, por el cambio en la propiedad de las acciones, el nuevo controlador, podrá
inÀuir en la administración de la sociedad, cambiando a la mayoría de los miembros
del Directorio y aplicando una nueva política empresarial. Respecto al cambio en la
552 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

administración de la sociedad, la doctrina comercialista señala que la experiencia


practica del derecho de OPAS, arroja como resultado que normalmente las sociedades
con una administración de¿ciente han sido objeto de ofertas públicas.
Desde el punto de vista económico, los accionistas a quienes se dirige la oferta pú-
blica de adquisición de acciones tienen la oportunidad de participar de un mejor precio
por sus acciones, que el que se transa en el mercado de valores, ya que en la oferta irá
implícito el premio por el control, percibiendo un bene¿cio económico no esperado.
Como señalábamos, la oferta pública de adquisición de acciones se caracteriza por
ser un procedimiento reglado de toma de control de una sociedad anónima o bursátil,
cuyo fundamento es la protección a los accionistas minoritarios, proceso en el cual
rige un principio ordenatorio legal –en oposición a discrecional– en el que no tiene
aplicación el principio de la autonomía de la voluntad, destacando la naturaleza de
orden público económico de sus normas reguladoras.
En cuanto a su naturaleza jurídica, la oferta pública de adquisición de acciones,
es una propuesta dirigida a los accionistas de la sociedad anónima abierta, en la que
se les propone adquirírselas en las condiciones y bajo las modalidades que en la pro-
puesta se indican o publicitan. Como señala acertadamente el Profesor de Derecho
Civil Claudio Illanes Ríos, en su separata “Seminario Ley de OPAS”, de 2001, “se
trata de una promesa unilateral de compra de acciones” (Pág. 8), regida por la Ley de
Mercado de Valores (artículo 198 a 219) y supletoriamente por el Código de Comercio,
en lo que re¿ere a la formación del consentimiento, artículos 97 a 106, y sujeta a la
supervigilancia, control y potestad sancionatoria de la Superintendencia de Valores
y Seguros, regida por el D.L. Nº 3.538, de 1980.
La propuesta del oferente de la OPA se encuentra sujeta por regla general a una
condición, consistente en que a consecuencia de la OPA sea esta aceptada por un
porcentaje o número mínimo de acciones, para que sea declarada exitosa, siendo por
lo tanto una condición de naturaleza suspensiva.
El procedimiento de una OPA se inicia con la publicación de un aviso, informando
el inicio de la vigencia de la oferta, aviso que se encuentra regulado en el artículo
203 y Norma de carácter general Nº 104 de la SVS, de fecha 5 de enero de 2001,
cuya Sección II establece instrucciones para las ofertas públicas de adquisición de
acciones. Debe el oferente poner a disposición de los interesados un Prospecto, que
contenga todos los términos y condiciones de la oferta (artículo 203); y, concluye
con el aviso de resultado de la oferta (artículo 212). Para los efectos de materializar
el procedimiento de OPA, intervendrán por cuenta del oferente los administradores
y asesores de la OPA.
Iniciada una oferta pública de adquisición de acciones, se producen efectos es-
peciales respecto a la sociedad anónima afectada, en el sentido de que no se pueden
realizar ciertos actos jurídicos (artículo 207); y rige el principio de neutralidad del
órgano de administración de la sociedad.
Puede durante la OPA, presentarse una o más OPA competidora (artículo 206),
formándose un verdadero mercado de la toma de control de la sociedad anónima
afectada; y, puede también surgir conÀicto de relevancia jurídica entre el oferente y
DERECHO DE SOCIEDADES 553

los accionistas, materia que el legislador entrega a la resolución de la justicia arbitral


(artículo 204). Todas estas materias las desarrollaremos a continuación.

19.1. Aviso inicio vigencia de la OPA


Indicábamos que el procedimiento de formulación de una oferta pública de ad-
quisición de acciones, que jurídicamente es una acto jurídico unilateral de promesa
de compra de acciones, se inicia con la publicación de un aviso, en dos diarios de
circulación nacional, “informando del inicio de la vigencia de la oferta de adquisi-
ción”. Este aviso debe ser destacado y publicarse el día previo al inicio de la vigencia
de la oferta.
El artículo 201 de la Ley de Mercado de Valores regula el aviso de inicio en los
siguientes términos:
“El oferente deberá publicar un aviso informando el inicio de la vigencia de la oferta
de adquisición. El aviso deberá ser destacado y publicarse el día previo al inicio de
la vigencia de la oferta en, a lo menos, dos diarios de circulación nacional”.
“El aviso deberá contener los antecedentes esenciales para su acertada inteligencia,
que la Superintendencia determinará mediante norma de carácter general.”.
El aviso de inicio de la vigencia de la oferta de adquisición contiene la manifes-
tación de voluntad del oferente, de adquirir bajo las condiciones y modalidades que
indique, un porcentaje o número determinado de acciones de una sociedad anónima
abierta, y va dirigido a los accionistas de ésta. Es jurídicamente la promesa unilateral
de compra de acciones.
Por ello, la Superintendencia de Valores y Seguros, en ejercicio de la facultad que
le con¿rió el artículo 202, inciso segundo, dictó la Norma de carácter general Nº 104,
de fecha 5 de enero de 2001y en su Sección II, número III, reguló el “Contenido del
Aviso de Inicio de la OPA, el que debe reunir las siguientes once menciones”.

19.2. Prospecto que contiene los términos y condiciones de la OPA


En paralelo con la publicación del aviso de inicio, y durante la vigencia de la oferta,
el oferente debe poner a disposición de los interesados, un prospecto que contenga
todos los términos y condiciones de la oferta. Copia del prospecto debe estar a dispo-
sición del publico en las o¿cinas de la sociedad anónima abierta, en las o¿cinas del
oferente o en la de su representante, como también en las o¿cinas de las sociedades
controladas por la sociedad respecto de la cual se ofrece comprar sus acciones, de la
Superintendencia y de las bolsas de valores.
La obligación del oferente de hacer y entregar el prospecto de la OPA se encuentra
regulada en el artículo 203 de la Ley de Mercado de Valores y en la Sección II, número
I, de la Norma de carácter General Nº 104, de 2001 de la Superintendencia.
El artículo 203 citado dispone lo siguiente:
“El oferente deberá poner a disposición de los interesados, a contar de la fecha del
aviso de inicio y durante la vigencia de la oferta, un prospecto que contenga todos los
554 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

términos y condiciones de la oferta. Una copia del prospecto deberá estar a disposi-
ción del público en las o¿cinas de la sociedad por cuyas acciones se hace la oferta,
asimismo de las sociedades que sean controladas por aquélla y que hagan oferta pú-
blica de sus acciones, de la Superintendencia y de las bolsas de valores. En la misma
fecha en que se publiquen los avisos de inicio de la oferta, el oferente deberá remitir
copias del prospecto a la Superintendencia y a las bolsas de valores.

19.3.Menciones del prospecto


“El prospecto deberá contener, al menos, las siguientes menciones”:
a) Individualización completa de las personas naturales o jurídicas que efectúan
la oferta; y en caso de tratarse de estas últimas, deberá indicarse el nombre, cargo
y domicilio, de sus directores, gerentes, ejecutivos principales y administradores;
participación en otras sociedades e individualización de las personas relacionadas
del oferente. Adicionalmente, deberá contener una descripción ¿nanciera, jurídica
y de los negocios del oferente o de sus controladores efectivos y ¿nales, si fuere el
caso.
El oferente en todo caso, deberá ¿jar un domicilio en el territorio nacional.
b) Acciones o valores a que se re¿ere la oferta y número de acciones o porcentaje
de las acciones emitidas cuya adquisición mínima es requisito para el éxito de la
oferta.
c) Precio y condiciones de su pago. El precio de la oferta deberá ser determinado
y podrá consistir en dinero o en valores de oferta pública, que se indicarán en forma
precisa.
d) Vigencia de la oferta y procedimiento para aceptarla. Se indicarán con precisión
aquellos antecedentes o documentos que deberán acompañar los accionistas intere-
sados, en el momento de entregar sus acciones.
e) Forma y oportunidades en que los oferentes adquirieron las acciones que poseen
al inicio de la oferta, si fuere el caso; y relaciones existentes con otros controladores
de la sociedad o accionistas mayoritarios, en su caso.
f) Forma en que el oferente ¿nanciará el pago del precio de las acciones que sean
adquiridas al ¿nal de la oferta. En caso de tener comprometidos créditos o contribu-
ciones de capital, deberá proveer los antecedentes necesarios para concluir que existen
efectivamente fondos para el pago del precio. Si se tratare de una oferta de canje de
valores, deberá detallarse la forma en que el oferente ha adquirido o adquirirá los
valores destinados al canje.
g) Monto y forma de la garantía constituida por los oferentes, si la hubiere, e in-
dividualización del encargado de su custodia, formalización y ejecución.
h) Condiciones o eventos que puedan producir la revocación de la oferta.
i) Individualización completa y domicilio del tercero que el oferente hubiere de-
signado para que organice o administre la oferta, debiendo precisarse las facultades
que se le hayan otorgado.
DERECHO DE SOCIEDADES 555

j) Individualización completa y domicilio de las personas y profesionales indepen-


dientes que han asesorado al oferente para la formulación de su oferta.
Las demás que disponga la Superintendencia, mediante normas de carácter ge-
neral.
k) Las demás que disponga la Superintendencia, mediante normas de carácter
general”.
La Sección II, de la Norma de carácter General 104 de la Superintendencia, bajo
su número I, exige que el Prospecto cumpla con los siguientes requisitos:

19.4. Constitucion de garantia para asegurar el ¿el


cumplimiento de parte del oferente
El oferente tiene la facultad o potestad de constituir una garantía formal de cumpli-
miento de la obligación de cumplir con su oferta, esto es una garantía cuya ¿nalidad
es asegurar el cumplimiento de su obligación principal que contrae con los accionistas
que acepten su oferta. Por lo tanto, la garantía tiene relevancia ante el incumplimiento
del oferente se sus obligaciones con los accionistas aceptantes, la que se puede hacer
efectiva por la eventual sentencia arbitral condenatoria, que dicte el juez arbitro,
conforme se regula en el artículo 204 de la ley de mercado de valores. En el evento
de existir constitución de garantía por el oferente, los accionistas aceptantes de la
oferta tendrán un activo liquido sobre el caula hacer efectiva la eventual sentencia
condenatoria arbitral que se dicte, en caso de litigio, lo que evita iniciar a posteriori
una sentencia de ejecución del fallo condenatorio, para embargar bienes del oferente, a
¿n de hacer pago a los perjuicios que se acredite haber causado a los demandantes.
El fundamento de esta exigencia potestativa del oferente de constituir garantía
real, no es otro que la protección que el legislador asegura a los accionistas mino-
ritarios, quienes valorarán con mayor entusiasmo si la OPA cuenta con garantía del
oferente.
El artículo 204 de la ley de mercado de valores no obliga a constituir una garantía,
sino que establece la facultad para el oferente de constituirla. Evidentemente una OPA
que cuente con garantía dará mayores seguridades a los destinatarios de la oferta,
que aquella que no cuente con garantía, por la mayor incertidumbre que este evento
puede producir.
El legislador fue bastante estricto en la regulación de esta garantía que puede ofrecer
el oferente, ya que establece la manera de constituirla, en la especie boleta bancaria o
endoso en garantía de un depósito a plazo tomado en un banco o institución ¿nanciera
de la plaza, por un monto no inferior a un 10% del monto total de la oferta; y , se
constituye como una avaluación anticipada de prejuicios a todo evento, para cubrir los
perjuicios que resulten del “incumplimiento de la obligación de pago de precio”. Es
por lo tanto esta garantía en relación a la obligación de pago de precio de las acciones
ofrecidas comprar, una avaluación anticipada de perjuicios a todo evento.
En el mercado de las ofertas publicas de valores, el hecho de que una OPA se inicie
con una garantía de parte del oferente, para responder de los eventuales perjuicios
556 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que cause el incumplimiento de pago de precio de las acciones, es una buena señal
para los destinatarios de la OPA, que apunta a las seguridades que ofrece el oferente
y otorga una señal de seriedad de su oferta. En consecuencia, no es indiferente para
los accionistas destinatarios de la oferta que el oferente constituya garantía, y así lo
dé a conocer en el aviso de inicio y en el prospecto de la OPA.
La facultad del oferente de constituir una garantía, su monto, formalidad de
constitución y ¿nalidad, aparece regulada en el artículo 204 de la ley de mercado de
valores, en los siguientes términos: “Junto con el lanzamiento de su oferta, el oferente
podrá incluir en ella una garantía formal de cumplimiento, constituida en la forma
señalada en este artículo.
Si el oferente optare por constituir la garantía, deberá acreditar su constitución
ante la Superintendencia, en términos que asegure el pago de una indemnización de
perjuicios mínima y a todo evento a los afectados, en caso de incumplimiento de la
obligación de pago del precio. Esta garantía podrá otorgarse mediante boleta bancaria
o endoso en garantía de un depósito a plazo tomado en un banco o sociedad ¿nanciera
de la plaza, prenda sobre valores de oferta pública o póliza de seguros, la cual quedará
en custodia en una institución bancaria o bolsa de valores”.
En cuanto a la vigencia de la garantía, el artículo 204, inciso tercero señala:
“La garantía deberá permanecer vigente durante los treinta días siguientes a la pu-
blicación a que se re¿ere el artículo 211 o al vencimiento del plazo establecido para
el pago, si éste fuere posterior.”.
En cuanto al monto de la garantía, el legislador en el artículo 204, inciso cuarto
establece:
“El valor de la garantía no podrá ser inferior al 10% del monto total de la oferta.
Finalmente, es preciso indicar que en el Sección II de la Norma de carácter General
Nº 104, de la Superintendencia, se debe incluir tanto en el prospecto como en el aviso
de inicio de la oferta, en lo que re¿ere al prospecto: “12. Garantía. El monto, tipo y
emisor de la garantía constituida por los oferentes, si la hubiere, e individualización
del encargado de la custodia, formalización y ejecución”; y, en lo que re¿ere al aviso
de inicio de la OPA, se indica como mención : “9. Garantía. Declarar si existe garantía
y su monto, si correspondiere”.
A continuación, se analizará la forma como se puede hacer efectiva la garantía
en bene¿cio de los destinatarios de la oferta, ante el incumplimiento del oferente en
cuanto a la obligación de pago de precio de las acciones prometidas comprar.

19.5. Controversias sobre cumplimiento de la oferta entre el oferente y los


accionistas aceptantes. Jurisdicción arbitral
La ley de mercado de valores, siguiendo una tendencia comercial moderna en la
materia, establece que las controversias que se originen entre el oferente y los accio-
nistas aceptantes deberán ser resuelta por un juez árbitro arbitrador.
DERECHO DE SOCIEDADES 557

Esta materia es por lo tanto de aquellas que deben ser resueltas por juez árbitro,
siendo por tanto materia de arbitraje forzoso u obligatorio, siendo por tanto incompe-
tente la justicia ordinaria para resolver los litigios o conÀictos de relevancia jurídica,
entre oferente y aceptantes de la oferta.
En este sentido, resulta destacable que el legislador haya entregado los litigios
entre oferente y accionistas aceptantes a la resolución y cumplimiento de lo resuelto
a un juez árbitro arbitrador, ya que las partes tendrán un órgano jurisdiccional espe-
cializado, cargo que debe recaer en abogado con a lo menos 15 años de ejercicio de
profesión. Además, de contar las partes en litigio con un juez árbitro especializado,
éste tendrá mayor expedición y velocidad para resolver la controversia, que los tiempos
que suelen emplearse en estas materias en la justicia civil ordinaria.
El juez árbitro es designado por el Juez de Turno en lo Civil, con competencia en el
domicilio del oferente. El artículo 204, inciso 5º, utiliza la expresión “con jurisdicción
en el domicilio del oferente”, lo que no es correcto desde el punto de vista procesal,
ya que el concepto correcto es competencia y no jurisdicción.
Para designar el juez árbitro arbitrador, cualquiera de las partes, tanto el oferente,
como el o los accionistas aceptantes de la oferta, tienen legitimación para recurrir al
Tribunal de Turno en lo Civil, del domicilio del oferente, para solicitar la designa-
ción de éste siendo su¿ciente, en nuestra opinión, la sola fundamentación de existir
divergencias entre el solicitante y su contraparte y acreditar la calidad de oferente o
accionista aceptante, según corresponda; asimismo, en esta gestión preparatoria, no
corresponde citar a las partes a comparendo para designar el juez árbitro, ya que el
artículo 204, inciso quinto señala “no procederá el nombramiento de común acuerdo”,
lo que implica que no es procedente ni necesario citar a comparendo para designación
de común acuerdo, siendo por lo tanto designado el juez árbitro con el sólo mérito de
los antecedentes acompañados por el solicitante.
El Juez Árbitro Arbitrador o amigable componedor es designado por el Juez de
Turno en lo Civil, designando al Abogado para resolver el litigio, que reúna la cali-
dad de tener más de 15 años de ejercicio de la profesión, y que estime idóneo ética y
profesionalmente, que evidentemente no tenga conÀicto de interés en la causa y que
en su parecer no se encuentre afecto a causal de implicancia o recusación conocida.
Naturalmente es aconsejable que el Abogado designado tenga experticia en materias
comerciales y económicas de mercado de valores. Lege ferenda, habría sido con-
veniente, que se hubiere establecido por la ley una lista de Abogados idóneos para
resolver en estas materias, confeccionada por oposición por las Cortes de Apelaciones
respectivas.
Otra ventaja de este arbitraje consiste en que el Juez Árbitro designado, lo es en la
calidad de Arbitrador o amigable componedor, ya que de conformidad a lo establecido
por el artículo 223, inciso 3º, del Código Orgánico de Tribunales:
“El arbitrador fallará obedeciendo a lo que su prudencia y la equidad le dictaren, y
no estará obligado a guardar en sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las
558 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

que las partes hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada
hubieren expresado, a las que establecen para este caso en el Código de Procedimiento
Civil”. Las reglas procésales, tramites esenciales y requisitos de la sentencia arbitral,
se encuentran establecidos en los artículos 636 a 643 del Código de Procedimiento
Civil, bajo el párrafo 2. Del juicio seguido ante arbitradores”.
La competencia del juez árbitro arbitrador y su forma de designación se encuentra
establecida en el artículo 204, inciso cuarto, en los siguientes términos:
“Cualquier controversia que se originare sobre el cumplimiento de la oferta entre el
oferente y los accionistas aceptantes, deberá ser resuelta por un juez árbitro arbitrador
designado por el juez de turno en lo civil con jurisdicción en el domicilio del oferente
y que deberá recaer en un abogado con al menos 15 años de ejercicio. No procederá
el nombramiento de común acuerdo.”.

19.6. Constitución del juicio arbitral


Designado el Juez Árbitro Arbitrador por resolución judicial, dictada por Tribunal
Civil competente, deberá aceptar el cargo y jurará desempeñarlo con la debida ¿de-
lidad y en el menor tiempo posible, conforme lo ordena el artículo 236 del Código
Orgánico de Tribunales, aceptación y juramento que prestará ante el Secretario del
Tribunal que lo haya designado.
Con copia de la resolución judicial que los designó como Juez Árbitro Arbitrador,
para resolver litigios o controversias entre partes de la Oferta Pública de Adquisición
de Acciones de la sociedad anónima de que se trate, más copia de su aceptación del
cargo y juramento, dará por constituido el Tribunal arbitral, designando como ministro
de fé al Secretario del Tribunal Civil que lo designó o al Notario Público que desig-
ne. En la misma resolución ¿jará las bases del procedimiento a las que se sujetará
la substanciación del juicio. Para estos efectos podrá establecer las reglas del juicio
sumario, previsto en el artículo 680 del Código de Procedimiento Civil o tramitación
incidental o juicio ordinario, según estime prudente, ya que en el juicio se debatirá
acerca del incumplimiento de la obligación de pagar el precio de las acciones o alguna
otra obligación conexa a ésta.
La ley de mercado de valores establece que el Juez Árbitro publicará la constitución
del arbitraje, en el Diario O¿cial y en el mismo diario en que se publicó el aviso de
inicio de la oferta pública de adquisición de acciones, publicación que constituye la
noti¿cación y emplazamiento legal a las partes, ya que todos los interesados tendrán
el término común de treinta días para que hagan valer sus derechos ante el tribunal
Arbitral.
El artículo 204, inciso sexto, regula la constitución y emplazamiento legal a las
partes al Tribunal Arbitral, para que los interesados hagan valer sus derechos, en los
siguientes términos:
“El árbitro publicará, en la misma fecha, un aviso en el Diario O¿cial y otro en el
diario en que se anunció la oferta, en los cuales comunicará la constitución del ar-
DERECHO DE SOCIEDADES 559

bitraje, otorgando un plazo de 30 días para que todos los involucrados en la oferta
hagan valer sus derechos, esta publicación constituirá el emplazamiento legal para
todos los efectos procesales”. En consecuencia, los accionistas que sostengan haber
sufrido perjuicios por el incumplimiento del oferente, en cuanto a la obligación del
pago del precio de las acciones, tienen el término de treinta días para presentar su
demanda ante el Tribunal Arbitral, la que será tramitada conforme al procedimiento
¿jado para la substanciación del juicio. La o las demandas que se presenten deberán
ser noti¿cadas al oferente personalmente. Posteriormente deberá recibirse la causa
a prueba, en la que los demandantes deberán probar por los medios de prueba legal,
que el demandado ha incumplido su obligación de pagar el precio de las acciones,
conforme el contenido formulado en el aviso y prospecto de la OPA. Los accionistas
podrán demandar el cumplimiento forzado de la obligación incumplida, o bien la re-
solución de la venta de las acciones, en ambos casos con indemnización de perjuicios.
Si resulta probado el incumplimiento de la obligación del oferente, el Juez Árbitro dará
lugar a la o las demandas presentadas, dictando sentencia de¿nitiva condenatoria, la
que incluirá la obligación de indemnizar perjuicios, en el caso que hayan sido también
probados; o bien, pueden los demandantes reservar su derecho a probar perjuicios en
la fase de cumplimiento incidental del fallo arbitral, ante el juez árbitro.
Los gastos del juicio arbitral, incluido los honorarios del Tribunal, y la indemniza-
ción de prejuicios que puede resultar de la sentencia de condena, se pagan sobre la
garantía del oferente, si su oferta incluyó ésta: “Además, en la primera resolución que
dicte, ¿jará el procedimiento a que se sujetará la substanciación del juicio. Los gastos
que irrogue la publicación, otras gestiones que sean necesarias y los honorarios del
árbitro, serán costeados con cargo a la garantía, sin perjuicio de lo que se resuelva
en materia de costas, debiendo la institución bancaria o la bolsa de valores poner a
disposición de aquél las cantidades que requiera y que sean su¿cientes al efecto”.
Para los efectos del cumplimiento del fallo arbitral, la Ley de Mercado de Valo-
res, prevé la posibilidad de hacerlo ejecutivo, por el propio juez árbitro, sujetando la
garantía como caución para el resultado del litigio y su cumplimiento: “Los dineros
provenientes de la realización de la garantía, cualquiera sea la forma en que se haya
constituido, quedarán en prenda, de pleno derecho, en sustitución de aquella. El
árbitro podrá ordenar al tenedor de la garantía, que ésta sea depositada a interés en
una institución bancaria, mientras se resuelve el asunto”. “El árbitro podrá ordenar
al tenedor la garantía, que ésta sea depositada a interés en una institución bancaria,
mientras se resuelve el asunto”.

19.7. Efectos de la sentencia arbitral


La ley de mercado de valores establece que la sentencia que dicte el Juez Árbitro
es oponible a todos los interesados en la oferta, por lo tanto puede ser aplicada en
cuanto a sus efectos no solo a las partes que litigaron, sino que a todos quienes hayan
tenido la condición de parte interesada en la OPA, ya como oferente o representante
de éste o ya en calidad de accionistas de la sociedad anónima abierta afecta a la OPA,
560 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

esto es a los destinatarios de la oferta. La sentencia arbitral les será oponible a los
accionistas destinatarios de la OPA, en la medida que haya sufrido perjuicios deriva-
dos del incumplimiento del oferente, y podrán solicitar que se les aplique también la
sentencia arbitral aun cuando no haya litigado ante el Tribunal arbitral.
Este efecto de la sentencia arbitral, erga accionistas destinatarios de la OPA, que
sin haber litigado, pueden solicitar se les hagan extensivos los efectos de la sentencia
condenatoria dictada contra el oferente, es una excepción al principio del efecto rela-
tivo de las sentencias judiciales, que establece que los efectos de esta solo se aplican
y aprovechan a quienes han sido partes en el litigio. Podemos señalar que la sentencia
arbitral en materia de OPA, tiene una titularidad más allá de las partes que litigaron,
aprovechando, a quienes sin haber litigado, pueden invocar lo resuelto, para que tam-
bién se les hagan extensivos los bene¿cios de la sentencia arbitral. En este sentido,
el ámbito de titularidad de la acción de cosa juzgada, la tienen no sólo los litigantes
en el juicio arbitral, sino que también aquellos que habiendo sido destinatarios de la
OPA, han sufrido el incumplimiento del oferente.
Respecto a la titularidad de la acción de cosa juzgada, la sentencia arbitral en
materia de OPA, tiene concordancia y tutela en lo dispuesto por el artículo 176 del
Código de procedimiento Civil, que dispone:
“Corresponde la acción de cosa juzgada a aquel a cuyo favor se ha declarado un
derecho en el juicio, para el cumplimiento de lo resuelto o para la ejecución del fallo
en la forma prevenida por el Titulo XIX de este Libro”.
Podemos concluir de los expuesto, que la naturaleza jurídica de los derechos de
los accionistas minoritarios, destinatarios de la OPA, son derechos colectivos difusos,
esto es de aquellos, que interesan a un colectivo o grupo.
El artículo 204, inciso 8º, consagra este principio colectivo o universal, a los ac-
cionistas destinatarios de la OPA, en relación al contenido de la sentencia arbitral:
“La sentencia que dicte el árbitro será oponible a todos los interesados en la oferta,
aunque no se hayan apersonado en el juicio”.

19.8. Ejecución de la sentencia arbitral


La ejecución de la sentencia arbitral, vía cumplimiento incidental del fallo,
conforme a los establecido en los artículos 231 a 241 del Código de Procedimiento
Civil, Título XIX, Libro Primero, sobre la ejecución de las resoluciones, corresponde
al Tribunal Arbitral que dictó el fallo, una vez que la sentencia cause ejecutoria. El
artículo 204, inciso 9º, de la Ley de Mercado de Valores, establece:
“La ejecución de lo resuelto por el árbitro se hará sin más trámite por la institución
bancaria o bolsa de valores, según el caso, entregando el valor de la garantía a cada
uno de los accionistas, a prorrata de las acciones entregadas en la oferta.”.
Por lo tanto, el Juez Árbitro ordenará el cumplimiento del fallo, una vez que la
sentencia se encuentre ejecutoriada o ¿rme, hecho que acontece una vez noti¿cado
DERECHO DE SOCIEDADES 561

el fallo y certi¿cado por el actuario del Tribunal arbitral que se encuentra ¿rme.
Cabe tener presente que el juez árbitro conoce de la litis en única instancia, ya que
contra las resoluciones que dicte, no procede recurso alguno, conforme lo establece
el artículo 204, inciso ¿nal.
Las instituciones que deberán cumplir lo resuelto en el fallo son la institución ban-
caria o bolsa de valores, que tenga en su poder la garantía constituida por el oferente
vencido, por lo que la sentencia arbitral deberá incluir la forma en que la institución
bancaria o bolsa de valores debe entregar a los accionistas, aplicándose la regla de a
prorrata de las acciones entregadas o transferidas al oferente.

20. Juicio sumario posterior al arbitraje por perjuicios


no cubiertos por la garantía
Si la sentencia arbitral contiene una condena al oferente, superior al monto com-
prendido en la garantía, o si ésta es insu¿ciente para cubrir los prejuicios ha que ha
sido condenado el oferente, a los accionistas les reconoce la ley la posibilidad de
entablar un juicio sumario posterior al arbitral, para obtener una suma superior a la
que se obtuvo en el juicio arbitral, en efecto el artículo 204, inciso 10º, establece: “Si
la sentencia del árbitro fuere condenatoria para el oferente, los accionistas podrán
demandar en juicio sumario los demás perjuicios que pudieren acreditar, cuyo monto
exceda de la suma cubierta por la garantía”.
Por lo tanto, la cosa juzgada que nace de la sentencia arbitral en este caso, es sólo
formal, pero no material, en cuanto permite a los demandantes volver a demandar por
perjuicios no cubiertos por la garantía.

21. Régimen de recursos en contra de las resoluciones


dictadas durante el arbitraje
El juez árbitro que conoce del litigio de OPA es un tribunal que falla en única
instancia, es decir contra sus resoluciones no procede recurso alguno, tanto en lo
que re¿ere a las resoluciones que se dicten durante el proceso cuanto a la sentencia
de¿nitiva, no son susceptibles de revisión y enmienda vía recursos interpuestos para
ante tribunal superior.
El artículo 204 inciso ¿nal establece:
“Contra las resoluciones que dicte el árbitro no procederá recurso alguno.”.

22. Vigencia de la OPA: plazo no inferior a 20 días, ni superior a 30 días


El oferente de una OPA debe ¿jar un plazo de vigencia de su oferta, en el cual
los destinatarios deberán manifestar su voluntad de aceptar la oferta formulada. La
vigencia de la oferta se encuentra establecida por el aviso de inicio regulado en el
artículo 202 y en el prospecto regulado en el artículo 203 de la ley de mercado de
valores.
562 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

En este plazo de vigencia los destinatarios de la oferta deberán concurrir ante el


representante del oferente a ¿rmar los documentos de aceptación y entrega de los
títulos accionarios, los que quedan en custodia de éste, a la espera del resultado ¿nal
de la OPA, ya que la oferta suele estar sujeta a la condición suspensiva de obtener
un porcentaje o número determinado de acciones en el periodo de vigencia, hecho
que si se cumple hará cumplida que sea exigible el cumplimiento de la obligación de
compra de las acciones entregadas.
La vigencia de la OPA se inicia con la publicación del aviso de inicio de la OPA,
establecido en el artículo 202 y en él se establece el plazo de su vigencia, que no puede
ser inferior a 20 días ni superior a 30 días, vigencia que puede prorrogarse a voluntad
del oferente en un mínimo de 5 días más y hasta 15 días máximo.
El artículo 205 de la ley mercado de valores regula la vigencia de la oferta y su
eventual prorroga en los siguientes términos:
“Artículo 205.- La vigencia de la oferta será establecida por el oferente mediante la
¿jación de un plazo, que no podrá ser inferior a 20 días ni superior a 30 días, salvo
que la sociedad tenga inscritas en sus registros a entidades depositarias, en cuyo caso
el plazo será de 30 días”.
“Sin perjuicio de lo anterior, el oferente podrá prorrogar la oferta por una sola
vez y por un mínimo de 5 días y hasta por 15 días adicionales. Esta prórroga deberá
comunicarse a los interesados antes del vencimiento de la oferta, mediante un aviso
publicado en un mismo día, en los diarios en los cuales se efectuaron las publicaciones
el aviso de inicio”.
De lo señalado se puede concluir que es de la esencia de una oferta pública de
adquisición de acciones, que esta se encuentre sujeta a una vigencia o plazo, que
se encuentra unido a la condición de resultar exitosa o no la oferta, conforme lo ha
propuesto el oferente.

23. Fomulación de una OPA competidora


En el mercado de valores es frecuente que presentada una oferta pública de adquisi-
ción de acciones, surja una segunda oferta formulada por otro oferente, produciéndose
un verdadero mercado de OPAs, en que se produce una verdadera puja por adquirir
el control de la sociedad anónima.
Para los accionistas de la sociedad anónima resulta bene¿cioso que se forme un
verdadero concurso de ofertas dirigidas a sus acciones, ya que tendrán al menos dos
alternativas entre las cuales elegir y una de ellas será necesariamente más atractiva
desde el punto de vista económico que la otra.
El artículo 206, inciso primero, reconoce la posibilidad de que durante la vigencia
de una OPA, se presente una segunda OPA presentada por un segundo oferente:
“Durante la vigencia de una oferta, podrán presentarse otras ofertas respecto de las
mismas acciones a que se re¿eren las disposiciones anteriores.”.
DERECHO DE SOCIEDADES 563

Respecto al periodo en que se pueden presentar OPAS competidoras, la ley establece


que éstas deben presentarse a los menos con 10 días de anticipación, al vencimiento
de la primera OPA, y deben cumplir con las mismas formalidades a que se sujeta toda
oferta pública de adquisición de acciones, el inciso segundo del artículo 206, regula
la oportunidad para presentar la segunda OPA, denominada competidora:
“Estas ofertas se regirán por las normas de este Título y sólo tendrán valor cuando
sus respectivos avisos de inicio se publiquen al menos con 10 días de anticipación al
vencimiento del plazo de la oferta inicial. Los avisos de inicio de las ofertas competi-
doras deberán publicarse en la misma forma dispuesta en el artículo 201.”.
Finalmente, las personas que participan en una OPA, no pueden participar tam-
bién en la segunda OPA como oferentes, “No podrán participar en las nuevas ofertas
simultáneas las personas naturales o jurídicas interesadas como oferentes en aquellas
que estén vigentes”. El sentido de esta disposición consiste en que cada oferente debe
mantenerse vinculado a su propia oferta, pero no puede hacerse parte como oferente
de la OPA formulada por otro.

24. Obligaciones de la sociedad emisora y directores ante una OPA. Principio


de neutralidad de los órganos de admnistración o de dirección de la sociedad
afectada por una OPA
Los sistemas jurídicos consagran como principio informador del derecho de oferta
pública, lo que se denomina principio de neutralidad de los órganos de administración
o de dirección de la sociedad anónima afectada por una OPA.
Este principio obliga a los directores de la sociedad anónima y a su Directorio, a
no desarrollar actos en contra de la oferta, con la ¿nalidad que esta fracase o no pros-
pere. Este es uno de los temas más sensibles en materia de OPA, ya que una tendencia
natural de parte del grupo de control o que tenga inÀuencia en la administración,
consiste en resistir la pérdida de ese poder. Por estas razones el grupo de control o
los directores de la sociedad anónima afecta a una OPA, suele recepcionar la oferta
como una atentado, cali¿cando a la acción del oferente como hostil.
En efecto, el oferente pretende adquirir un poder accionario que le permita controlar
la sociedad e implementar una política societaria nueva, que es percibida por el grupo
que detenta el poder como un atentado a la sociedad anónima objeto de OPA, bajo la
modalidad de cuestionar los ¿nes y estrategia del oferente.
En la literatura jurídica sobre derecho de OPA se han estudiado distintos casos
paradigmáticos de las denominadas OPAs hostiles, entendiendo que son aquellas que
no gozan de la simpatía del grupo de control o de los directores de la sociedad, ya
que se inicia un proceso que culminará con un cambio de poder, lo que signi¿cará un
cambio en los directores de la sociedad.
Es frecuente que el lanzamiento de una OPA sea recibida con recelo de parte in-
cluso de los propios accionistas de la sociedad, ya que intervienen factores culturales
o de nacionalidad en contra de los oferentes de la OPA. Un ejemplo de lo que se ha
564 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

denominado una toma de control hostil, la encontramos en el caso chileno, en la toma


de control de Iansa desarrollada por Amerop Sugar Corporation, que fue resistida
por los accionistas de Campos Chilenos S.A., la toma de control de Endesa Chile
por Endesa España, que encontró cierta resistencia en las sociedades de inversiones
denominadas Chispas y en grupos ecologistas y étnicos.
En los casos señalados, se creó una atmósfera de publicidad de prensa escrita, en
que era necesario seguir la noticia día a día, para no perder la visión de los distintos
intereses en juego.
En doctrina se sostiene que los grupos de control y los directores de una sociedad
afecta a una oferta pública, no deben realizar actos que tiendan a obstaculizar la OPA,
como por ejemplo judicializar el caso, ejerciendo acciones judiciales que puedan
paralizar o suspender el proceso. Pero, lo cierto es que los accionistas de la sociedad
“concursada” por una OPA, pueden ante hipótesis de ilegalidades de parte del oferente,
ejercer acciones judiciales en resguardo de sus intereses.
En el ámbito en que el principio de neutralidad de los órganos de administración y
de los Directores tiene plena aplicación, es en lo relativo a ejecutar actos que tiendan
a disminuir los activos o aumentar los pasivos de la sociedad “concursada” por una
OPA, que evidentemente tienden a disminuir el valor patrimonial de la compañía.
Con el principio de neutralidad de los órganos de administración, se pretende que
el Directorio de la sociedad afectada, no pueda provocar disminuciones de capital
por enajenación de activos, ni que se pueda endeudar a la sociedad. Queda en algún
sentido limitada la actividad y potestades del directorio, en cuanto hay ciertos actos
jurídicos que no podrá realizar, según se verá a continuación.
Este principio de neutralidad lo encontramos regulado en el artículo 206, en los
siguientes términos:
“Como resultado del anuncio de una oferta, tanto la sociedad emisora de las acciones
que son objeto de dicha oferta, como los miembros de su directorio, según corresponda,
quedarán sujetos a las siguientes restricciones y obligaciones:
a) No se podrá, durante toda la vigencia de una oferta, adquirir acciones de propia
emisión; resolver la creación de sociedades ¿liales; enajenar bienes del activo que
representen más del 5% del valor total de éste e incrementar su endeudamiento en
más del 10% respecto del que mantenía hasta antes del inicio de la oferta. Con
todo, la Superintendencia podrá autorizar, por resolución fundada, la realización
de cualquiera de las operaciones anteriores, siempre que ellas no afecten el normal
desarrollo de la oferta.
b) La sociedad emisora deberá proporcionar al oferente, dentro del plazo de 2 días
hábiles contado desde la fecha de la publicación del aviso de inicio, una lista ac-
tualizada de sus accionistas que contenga, al menos, las menciones indicadas en el
artículo 7º de la ley Nº 18.046, respecto de aquellos que se encontraban inscritos en
dicho registro en esa fecha.
c) Los directores de la sociedad deberán emitir individualmente un informe escrito con
su opinión fundada acerca de la conveniencia de la oferta para los accionistas. En
DERECHO DE SOCIEDADES 565

el informe, el director deberá señalar su relación con el controlador de la sociedad y


con el oferente y el interés que pudiere tener en la operación. Los informes presenta-
dos deberán ponerse a disposición del público conjuntamente con el prospecto a que
se re¿ere el artículo 202 y entregarse una copia dentro del plazo de 5 días hábiles
contado desde la fecha de la publicación del aviso de inicio, a la Superintendencia,
a las bolsas de valores, al oferente y al administrador u organización de la oferta, si
lo hubiere”.
En lo que re¿ere a las restricciones y obligaciones que establece el artículo 207,
nos parece relevante comentar la obligación que establece la letra c), consistente en
que los Directores deberán emitir dentro del plazo de cinco días, contados desde la
publicación del aviso de inicio de la OPA, un informe escrito “con su opinión fundada
acerca de la conveniencia de la oferta para los accionistas”.
El informe de los Directores debe ser individual, no siendo admisible un informe
conjunto o colectivo. Además, no es una actuación facultativa, sino que obligatoria.
La idea del legislador de la ley Nº 19.705, es que los accionistas tomen su decisión
de aceptar o rechazar la oferta, de manera informada, en consecuencia la opinión de
los Directores de la sociedad “concursada”, es relevante en la materia, ya que éstos
se encuentran en condiciones de evaluar la conveniencia de la oferta para los accio-
nistas. En cuanto a la ponderación o mérito de cada informe, que puedan tener los
accionistas de la sociedad, dependerá esencialmente del prestigio e inÀuencia que el
Director tenga en la sociedad y en el mercado de valores. A efectos los accionistas
ponderen los informes de los Directores, la ley obliga a éstos a declarar su relación
con el actual controlador de la sociedad y su eventual relación con el oferente y si
tiene interés en la operación de OPA, obligación que tiene por ¿nalidad hacer trans-
parente la operación, garantizando la ¿delidad de la información que se entrega a los
accionistas para su decisión ¿nal frente a la oferta.
Si el Director oculta información, en cuanto a su relación con el controlador, el
oferente o si tiene interés en la operación, puede verse expuesto a acción sanciona-
toria ante la Superintendencia y ante Tribunales de Justicia, si ha causado perjuicios
a los accionistas.

25. Destinatarios de la oferta pública de adquisición de acciones. Principio de


igualdad de trato a los accionistas de la sociedad afectada por una OPA
La oferta pública de adquisición de acciones debe dirigirse a todos los accionistas
de la sociedad, y si se trata de acciones de una serie, a todos a los accionistas de esa
serie, y si la oferta se dirige a una serie que “otorguen preeminencia en el control
de la sociedad, toda oferta que se dirija a dicha serie de acciones, obligará a realizar
una oferta conjunta por igual porcentaje respecto de las demás series de acciones de
la sociedad.
El principio que rige a la oferta publica de adquisición de acciones, consiste en que
la oferta debe dirigirse a todos los accionistas de la sociedad, consagrando el principio
566 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

de igualdad de trato a todos los accionistas de la compañía, de tal suerte que no puede
dirigirse la oferta a un grupo de accionistas, omitiendo a los otros, la oferta se dirige
al total de los accionistas de la sociedad, siendo éstos los destinatarios de la oferta.
Si la sociedad divide su capital accionario en series, la oferta debe dirigirse a todos
los accionistas de esa serie, y si esa serie tiene preeminencia en la administración de
la sociedad (acciones con voto privilegiado para elegir a todos a un número mayori-
tario de Directores), debe el oferente hacer también oferta para la otra u otras series
de acciones.
Lo que sí el oferente puede manejar en su oferta es el número de acciones a adquirir
o el porcentaje que ofrece comprar, sujetando la oferta a la condición de adquirir el
número o porcentaje indicado; pero debe comprender y respetar en su oferta, la regla
indicada si se trata de acciones seriadas.
El principio de universalidad e igual trato de los destinatarios de la oferta se en-
cuentra regulado en el artículo 208, que señala:
“La oferta deberá estar dirigida a todos los accionistas de una sociedad o de la serie
de que se trate, en su caso”.
El régimen de la oferta dirigida a una serie de acciones de la compañía, lo encon-
tramos en el artículo 209:
“En caso de ofertas dirigidas a una serie especi¿ca de acciones, ellas deberán ser
hechas en iguales condiciones para los accionistas de dicha serie.”
“Si las preferencias o privilegios establecidos para una serie especi¿ca de acciones
otorgaren preeminencia en el control de la sociedad, toda oferta que se dirija a dicha
serie de acciones, obligará a realizar una oferta conjunta por igual porcentaje respecto
de las demás series de acciones de la sociedad. Para los efectos de este artículo, se
entenderá que el control de la sociedad podrá obtenerse a través de alguna de las
actuaciones señaladas en el artículo 97”.
La indicación de las acciones comprendidas en la oferta se encuentra regulada en
el aviso de inicio de la oferta, y en el prospecto de la oferta, reguladas en los artículos
202 y 203, y en la Norma de carácter General Nº 104, de la Superintendencia, ya
analizadas anteriormente.
Si la sociedad afectada por una OPA, tiene en su capital accionario, American
Depositary Receipts (ADRS), que son títulos representativos de acciones de una
sociedad anónima chilena, que se transan en bolsas extranjeras, de conformidad a
lo dispuesto por los artículos 218 y 219, los titulares de certi¿cados o valores emiti-
dos contracciones, tienen los mismos derechos que las leyes y los estatutos sociales
con¿eren a los accionistas, ejerciendo sus derechos a través de los tenedores de los
certi¿cados, razón por la cual también son destinatarios de la OPA.

26. Regla de prorrateo


Si al término de la oferta, el número de acciones entregadas a los administradores
de la oferta, supera las acciones que se han ofrecido adquirir, lo que signi¿ca que ha
DERECHO DE SOCIEDADES 567

existido una mayor aceptación de acciones que las que se pretende adquirir, se aplica
una regla de prorrateo o reparto, regulada en el artículo 208, inciso segundo, en los
siguientes términos:
“Si el número de acciones comprendidas en las aceptaciones de la oferta supera la
cantidad de acciones que se ha ofrecido adquirir, el oferente deberá comprarlas a
prorrata a cada uno de los accionistas aceptantes. Para este efecto, se calculará un
factor de prorrateo que resultará de dividir el número de acciones ofrecidas comprar
por el número entero de acciones que resulte de la fórmula antes descrita.”.
La regla de repartición de aceptaciones, conocida como regla de prorrateo, garantiza
el igual trato que deben recibir los accionistas de la sociedad “concursada” y la igual
participación en los bene¿cios patrimoniales de la oferta.

27. Principio de irrevocabilidad de la oferta. Causales de caducidad


La oferta pública de adquisición de acciones, por regla general es irrevocable, esto
es una vez formulada por el oferente no se puede retractar o dejas sin efecto, es por lo
tanto un camino sin retorno o viaje sin boleto de regreso. El oferente queda cautivo de
su propuesta. Sin perjuicio, la oferta entendida como acto jurídico unilateral complejo,
cuyo contenido es una promesa de compra de acciones, puede contener causales de
caducidad y condiciones.
Tanto las causales de caducidad de la oferta, como la o las condiciones que con-
temple el oferente deben indicarse de manera clara y precisa en el aviso de inicio de
la oferta como en el prospecto de la oferta, elementos que también se regulan en la
Norma de carácter General 104, en la Sección II, número 9.- “Plazos, condiciones
o eventos que pueden producir la revocación de la oferta de compra de las acciones
por parte del oferente”.
Las causales de caducidad o eventos en virtud de los cuales la oferta puede ser
dejada sin efecto, se contemplan en el artículo 209, inciso segundo:
“Las ofertas que se efectúen conforme a las disposiciones de este Título serán irre-
vocables. Sin perjuicio de ello, los oferentes podrán contemplar causales objetivas
de caducidad de su oferta, las que se incluirán en forma clara y destacada tanto en
el prospecto como en el aviso de inicio”.
Ejemplos de causales o eventos de caducidad son comunes en las ofertas publicas
de adquisición de acciones, y pueden consistir en que la sociedad “concursada” por
una OPA, sea objeto de una demanda o pedido de quiebra, que se presente una ac-
ción judicial tendiente a suspender o retrasar la OPA, que se experimenten cambios
patrimoniales sustanciales en la sociedad objeto de OPA.
Un caso concreto de OPA sujeta a causales de caducidad lo encontramos en la
oferta voluntaria formulada por el Bank Of Nova Scotia, respecto del 39,1% de las
acciones del Banco Sud Americano, publicada con fecha 17 de agosto de 2000, en el
diario La Tercera, en el cual avisó, se contemplan las siguientes causales o eventos de
568 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

caducidad de la oferta, entre las más relevantes: El remate podrá no llevarse a efecto
si, a juicio exclusivo de The Bank Of Nova Scotia, han ocurrido o se espera que
ocurran algunos de los siguientes eventos: a) Que se haya presentado alguna acción
o procedimiento por cualquier autoridad o tribunal, nacional o extranjero, tendiente
a: suspender, retrasar o prohibir el remate o cualquiera de las condiciones del mismo;
b) haya ocurrido cualquier cambio o circunstancia relevante que afecte sustancialmente
de manera adversa a los negocios, activos, situación ¿nanciera o patrimonial a Banco
Sud Americano o sus ¿liales, o al valor de las acciones de Banco Sud Americano; se
imponga alguna limitación al oferente para ejercer sus derechos de accionista en banco
Sud Americano; existan ofertas competitivas; no se autorice al oferente a acoger su
inversión al D.L. Nº 600, sobre inversiones extranjeras.
Se puede concluir que el oferente tiene plena libertad para establecer en el aviso
de inicio y prospecto de su oferta pública de adquisición de acciones los casos o
eventos de caducidad de su oferta, siempre que no signi¿quen estas causales de ca-
ducidad, desconocer los derechos regulados en el Título XXV, de la Ley de Mercado
de Valores, ni normas de orden público económico, ni las normas que regulan la libre
competencia en el mercado regulado en el D.L. Nº 211, de 1973. Por ejemplo, no
resulta válido en nuestra opinión, poner como causal de caducidad de la oferta, si se
presentan otras ofertas públicas de adquisición de acciones competidora, ya que tal
disposición altera sustancialmente el principio de libre concurrencia en el mercado
o de libertad de empresa y emprendimientos, consagrado constitucionalmente en la
garantía constitucional Nº 21 del artículo 19 de la Constitución Política, que integra
las normas de orden público económico constitucional, sin perjuicio de ser una con-
dición que restringe la libre competencia en el mercado de valores, conducta reñida
con el artículo 1º del D. L. Nº 211, sobre libre competencia.
Distinto es el caso de la o las condiciones a que se sujete la oferta publica de
adquisición de acciones, esto es el hecho futuro e incierto que puede suceder o no,
del cual depende la existencia o resolución de un derecho, establecido en el artículo
1473 del Código Civil, como obligación condicional, “es obligación condicional
la que depende de una condición, esto es, de un acontecimiento futuro que puede
suceder o no”.
La oferta pública de adquisición de acciones puede estar sujeta a una condición
suspensiva, “la condición se llama suspensiva si, mientras no se cumple, suspende la
adquisición de un derecho” (artículo 1479 del Código Civil) , ya que conforme a lo
dispuesto por el artículo 210, inciso segundo:
“En caso de haberse propuesto por el oferente la adquisición de un número mínimo
de acciones, la oferta quedará sin efecto cuando no se logre, circunstancia que estará
indicada en forma destacada tanto en el aviso de inicio como en el prospecto a que
se re¿eren las disposiciones precedentes. Lo anterior es sin perjuicio que el oferente
redujere su pretensión a los valores recibidos en la fecha de expiración de ésta. Ello
será también aplicable en el caso que el comprador condicione resolutivamente la
DERECHO DE SOCIEDADES 569

oferta, al evento de ser adquirido un número mínimo de acciones de otra sociedad


durante una oferta simultánea”.
La condición de adquirir a virtud de la OPA un porcentaje o cantidad mínima de
acciones, puede que se cumpla o no al término de la oferta; si se llega al porcentaje
mínimo de acciones o cantidad precisa, la condición se entenderá cumplida, y el
derecho de los destinatarios es exigible, pudiendo aplicarse la regla de prorrata, si se
exceden los mínimos propuestos por el oferente. Si no se llega al porcentaje mínimo
de acciones o al número mínimo de acciones, la condición se entenderá fallida. En este
caso el oferente puede reducir su oferta a las acciones que hayan aceptado la oferta.
Si ocurre una causal de caducidad de la OPA, o falla la condición a la que sujetó la
oferta, el oferente sólo podrá volver a formular una nueva oferta, transcurridos 20 días
después de ocurrido alguna de las causas contempladas como evento de caducidad o
condición, conforme se regula en el inciso ¿nal del artículo 210:
El oferente podrá efectuar nuevas ofertas por las mismas acciones, sólo trans-
curridos 20 días después que la oferta quedare sin efecto por alguna de las causas
contempladas en esta disposición.

28. Principio de inmutabilidad de la oferta. Cambio de precio


o de número de acciones a adquirir
Hemos señalado que el oferente una vez formulada su OPA, no puede retractarse
de ella, siendo irrevocable, salvo los casos de condición y causales de caducidad,
previstos en el aviso y prospecto respectivo.
No obstante, puede el oferente durante la vigencia de la oferta pública, modi¿car
el contenido de la oferta, en dos aspectos, uno en cuanto puede mejorar el precio de
comprar por acción, esto es mejorar su oferta en cuanto al precio a pagar, arbitrio que
puede ser útil frente al evento o presentación de una OPA competidora, produciéndose
una verdadera puja por el control de la sociedad “concursada”, abriéndose un merca-
do de competencia de OPAS, o bien, puede alterar el oferente su oferta primitiva, en
cuanto a aumentar el número de acciones a adquirir, el artículo 210, inciso tercero,
prevé esta posibilidad de modi¿car la OPA primitiva, en cuanto a precio y número
de acciones:
“Con todo, las ofertas podrán modi¿carse durante su vigencia sólo para mejorar
el precio ofrecido o para aumentar el número máximo de acciones que se ofreciere
adquirir. Cualquier incremento en el precio, favorecerá también a quienes hubieren
aceptado la oferta en su precio inicial o anterior”.

29. Principio de retractación de la aceptación: antes del vencimiento del plazo


Los accionistas que hayan aceptado la oferta pública de adquisición de sus acciones
pueden retractarse o dejar sin efecto unilateralmente su aceptación, sin expresión de
causa, siendo por lo tanto un derecho o facultad potestativa. Lo que sí existe es una
oportunidad para ejercer el derecho de retractación, y que es el periodo de tiempo
570 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

comprendido entre la aceptación y hasta que se encuentre vigente la oferta o su pro-


rroga, si la hubiere.
La utilidad de este derecho de retractación ocurre ya porque el accionista ha cam-
biado de opinión acerca de la conveniencia de la OPA, o bien por que se ha formulado
una OPA competidora con mejores ventajas económicas para el accionista.
Del punto de vista práctico y formal, los accionistas deben entregar al administrador
de la OPA, sus títulos accionarios, ¿rmar el documento de traspaso de las acciones,
acreditar con documentos ¿dedignos su calidad de accionistas y número de acciones
de que se es titular, mediante certi¿cado emanado de la sociedad anónima objeto de
oferta, todo ello según se señale en el aviso y prospecto de la OPA. Por lo tanto, el
accionista que ejerza su derecho a retractación, deberá hacerlo por escrito ante el
administrador de la OPA.
El derecho de los accionistas de retractación de la aceptación dada al oferente, se
encuentra reglado en el artículo 210:
“La aceptación de la oferta será retractable, total o parcialmente. Los accionistas
que hayan entregado sus acciones podrán retractarse hasta antes del vencimiento del
plazo o de sus prórrogas. En tal caso, el oferente o el administrador de la oferta, si lo
hubiere, deberá devolver los títulos, traspasos y demás documentación proporcionada
por el accionista tan pronto éste le comunique por escrito su retractación.”.

30. Aviso de resultado de la oferta


El oferente tiene la obligación de informar mediante aviso el resultado de la oferta,
al tercer día de expirado el plazo de vigencia de su oferta, o de su prorroga si la hubiere,
en los mismos diarios en que se publicó el aviso de inicio de la oferta, indicando el
resultado de la oferta. Si no se cumple con la publicación de los avisos de resultado
en el plazo señalado, los accionistas podrán retractarse de la oferta.
La regulación del aviso de resultado de la oferta y sus efectos, se encuentran
regulados en el artículo 212:
“Al tercer día de la fecha de expiración el plazo de vigencia de una oferta o de su
prórroga, el oferente deberá publicar en los mismos diarios en los cuales se efectuó la
publicación del aviso de inicio, el resultado de la oferta, desglosando el número total
de acciones recibidas, el número de acciones que adquirirá, el factor de prorrateo, si
fuere el caso, y el porcentaje de control que se alcanzará como producto de la oferta.
Toda esta información deberá remitirse a la Superintendencia y a las bolsas de valores
en la misma fecha en que se publique el aviso de aceptación”.
El perfeccionamiento de la aceptación de la oferta se entiende que ocurre el día de
publicación de los avisos de resultado, conforme se indica en el artículo 212, inciso
segundo: “Para todos los efectos legales, la fecha de aceptación por los accionistas
y de formalización de cada enajenación de valores será la del día en que se publique
el aviso de aceptación.”. Cabe consignar que de conformidad a la Ley de Sociedades
Anónimas Nº 18.046, de 1981, el traspaso o cesión de acciones, se perfecciona por
DERECHO DE SOCIEDADES 571

escrito entre cedente y cesionario, y para que sea oponible a terceros y a la sociedad
es necesario proceder a la Registración del traspaso en el registro de Accionistas; en
materia de oferta pública, ya existe el documento de traspaso de las acciones en poder
de los administradores de la OPA y la ley entiende perfeccionado el acto jurídico con
la publicación del aviso de resultado de la OPA.
Asimismo, las acciones que no sean aceptadas por el oferente, por aplicación de
la regla de prorrateo o reparto, deben ser puestas a disposición de los accionistas,
concluido el proceso de registración de las acciones en el registro de accionistas:
“Las acciones que no hubieren sido aceptadas por el oferente serán puestas a dis-
posición de los accionistas respectivos en forma inmediata por el oferente o por la
sociedad, una vez concluido el proceso de inscripción de las acciones en el Registro
de Accionistas, en su caso” (artículo 212, inciso tercero).

31. Retractación de la aceptación por omisión


en la publicación de aviso de resultado
Indicamos anteriormente, que los accionistas pueden retractarse, si el oferente no
cumple con su obligación de publicar el aviso de resultado de oferta, en los mismos
diarios en que publicó el aviso de inicio de la OPA, en el término de tres días de
concluida la vigencia de la oferta o de su prorroga, si la hubiere:
“Si transcurrido el plazo indicado en el inciso primero, el oferente no hubiere pu-
blicado el aviso de resultado, los accionistas podrán retractarse de su aceptación.”
(artículo 212, inciso cuarto).

32. Responsabilidad del oferente por omisión de publicación de aviso de resultado


de la OPA, más allá de 15 días de expirado el período de vigencia de la oferta.
Incumplimiento grave de sus obligaciones
Sin perjuicio de la sanción prevista ante el caso de no publicación de aviso de re-
sultado dentro de los tres días siguientes al término de la vigencia de la oferta o de su
prórroga, en el sentido de que los accionistas pueden retractarse de la aceptación dada
durante la oferta, si ya transcurren 15 días sin que se practique la publicación del aviso
de resultado de la oferta, la ley agrava la responsabilidad del oferente, sancionando
esta conducta como incumplimiento grave de las obligaciones del oferente:
“En todo caso, la declaración del oferente no podrá otorgarse más allá de los 15 días
contados desde la expiración de la vigencia de la oferta, incluidas sus prórrogas. Si
así no ocurriere, se entenderá que el oferente ha incurrido en incumplimiento grave
de sus obligaciones.” (artículo 212, inciso ¿nal).
Este incumplimiento grave de sus obligaciones causará perjuicio a los accionistas,
que no hayan ejercido su derecho de retracto, razón por la cual pueden solicitar la
designación de juez árbitro, conforme a lo establecido en el artículo 204, para hacer
efectiva esta responsabilidad del oferente, contra la garantía si existiere, y reservado
572 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

la posibilidad de demandar en juicio sumario los prejuicios no cubiertos en el juicio


arbitral.

33. Facultad de la SVS para requerir más antecedentes del oferente.


Control de actuacion del oferente
Como señalamos anteriormente, la Superintendencia tiene el control y ¿scalización
del correcto proceder en los procesos de oferta pública de adquisición de acciones,
potestad que se contempla en el artículo 214, que establece:
“La Superintendencia conforme a sus facultades podrá formular observaciones y
exigir al oferente antecedentes adicionales a los proporcionados, con el objeto que
los inversionistas cuenten con la información veraz, su¿ciente y oportuna requerida
para decidir si aceptan la oferta.”.
Tiene la facultad legal la Superintendencia de suspender el inicio o continuación
de la oferta: “Las de¿ciencias en la información proporcionada o el incumplimiento
de los requisitos establecidos en esta ley, facultarán a la Superintendencia para sus-
pender hasta por 15 días el inicio o la continuación de la oferta. Esta suspensión podrá
prorrogarse por una vez y por el mismo plazo. Si vencida la prórroga subsisten las
causas que la fundaron, la superintendencia dejará sin efecto la oferta por resolución
fundada”.

34. Participacion como aceptantes de OPA para


las sociedades admnistradoras de fondos
La ley Nº 19.705 estableció la facultad a las Administradoras de Fondos (Pen-
siones, Inversión, Mutuos y otros) de participar como aceptantes de las OPAs, en el
artículo 214, que dispone:
“No obstante las limitaciones contempladas en la leyes que las regulan, las sociedades
administradoras de fondos ¿scalizados por la Superintendencia podrán participar
como aceptantes respecto de las ofertas públicas a que se re¿ere este Título, en re-
presentación de los respectivos fondos, enajenando las acciones correspondientes y
ejerciendo todos los derechos que les asistan en tal calidad”.

35. Intermediación de acciones objeto de OPA


Pueden participar como administradores de la oferta pública de adquisición de
acciones, los Agentes de Valores y Corredores de Bolsa, regulados en el Título VI
de la ley de mercado de valores, artículos 24 a 37, intermediarios que también se
encuentran sometidos a la ¿scalización y control de la Superintendencia.
El artículo 215 regula la actuación de estos intermediarios en los procesos de ofertas
publicas de adquisición de acciones, en los siguientes términos:
“Las transacciones provenientes de una oferta pública de adquisición de acciones podrán
ser intermediadas fuera de bolsa por agentes de valores o corredores de bolsa.”.
DERECHO DE SOCIEDADES 573

“Si fueren intermediadas por corredores fuera de bolsa, éstos deberán informar las
transacciones a las bolsas de valores de que formen parte para que las incorporen a
los sistemas de información a los inversionistas”.

36. OPA de valores extranjeros ADRs


En los artículos 217 a 219 de la LMV se regula la situación de las OPA, cuando la
sociedad anónima abierta tiene títulos representativos de acciones, bajo la modalidad
de ADRs que se transan en mercados extranjeros, y en este caso la OPA también debe
comprender dichos valores como destinatarios, para el objeto de la toma de control de
la sociedad ofertada. Esta modalidad obliga a que el oferente deba formular la OPA
correspondiente en el extranjero, ante las autoridades que regulan dichos mercados
de valores, siendo este un caso excepcional en que la ley chilena debe ejecutarse en
el extranjero extraterritorialmente.
Así la LMV en su Título XXVI “De la oferta pública de acciones o valores con-
vertibles en el extranjero”, establece los siguientes artículos:
Artículo 217.- Las sociedades anónimas que hagan oferta pública de sus valores
estarán autorizadas para registrar dichos valores en el extranjero, con el objeto de
permitir su oferta, cotización y transacción en los mercados internacionales.
Artículo 218.- Los emisores estarán obligados a presentar a la Superintendencia y
a las bolsas de valores locales la misma información y en iguales plazos que deba
presentarse a las autoridades reguladoras extranjeras y mercados internacionales,
por los valores que registren, coloquen y transen en dichos mercados.
La información que deba proporcionarse en idioma extranjero, se presentará a la Su-
perintendencia y a las bolsas de valores locales, en texto original y con una traducción
efectuada por el propio emisor en idioma español, debidamente suscrita por el gerente
emisor. Dicha información se tendrá como documento auténtico para todos los efectos
legales, desde que se haga entrega del mismo a la Superintendencia.
Artículo 219.- Los tenedores de certi¿cados o valores emitidos contra acciones depo-
sitada tendrán los mismos derechos que con¿eren las leyes o los estatutos a todos los
accionistas de la sociedad, los que ejercerán a través de aquéllas y por intermedio de
la entidad depositaria, la que se ajustará a las estipulaciones del contrato de depósito
o a las instrucciones que reciba en cada oportunidad.
El depositario de los certi¿cados representativos de los valores, votará en juntas de
accionistas en la forma que se haya pactado en el contrato de depósito. En lo no previsto
en el contrato, el depositario se estará a las instrucciones recibidas de los respectivos
titulares de los valores, por cada una de las materias señaladas en la convocatoria.
En caso que el depositario no pudiere votar, las acciones que represente solamente
se deberán considerar para el cálculo del quórum de asistencia.
La infracción de las instrucciones o de la ausencia de las mismas, no invalidará el voto
que se haya emitido, pero hará responsable al depositario de los perjuicios causados
a los titulares de los certi¿cados.
574 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

37. El artículo 10 transitorio de la ley Nº 19.705


El artículo 10 transitorio de la ley Nº 19.705, estableció que:
“No obstante lo dispuesto en el artículo 199 de la ley Nº 18.045, los controladores
actuales de las sociedades anónimas abiertas que hagan oferta pública de sus acciones,
podrán optar por enajenarlas libremente, aun cuando el precio sea sustancialmente
superior al de mercado, siempre que realicen dicha enajenación dentro del curso de
los próximos tres años contados desde el día primero del mes siguiente a la fecha de
publicación de la presente ley y sea acordado en una junta extraordinaria de accionis-
tas. El directorio de la sociedad convocará a la junta y ésta resolverá por la mayoría
absoluta de las acciones emitidas con derecho a voto”
“Este bene¿cio podrá invocarse por una sola vez”.
“Para acogerse a lo previsto en el inciso anterior, se deberá convocar a junta extraordi-
naria dentro de los seis meses siguientes a la fecha de vigencia de la presente ley”.
“Si el adquirente de las acciones provenientes del control pretendiere enajenar las
acciones, no podrá utilizar el procedimiento señalado en los incisos anteriores y
deberá ceñirse estrictamente al cumplimiento de las disposiciones del Título XXV de
la ley Nº 18.046.”.
El artículo 10º transitorio de la ley Nº 19.705, de 2000, tiene su origen en una
negociación o transacción política llevada a cabo durante la tramitación ¿nal del
proyecto de ley, y a virtud de la cual se estableció que los actuales controladores de
las sociedades anónimas abiertas que hagan oferta pública de sus valores, pueden en
el plazo de tres años, a contar del día 1 de enero de 2001, enajenar libremente sus
acciones en negociaciones directas entre controlador saliente y entrante, aún cuando
el precio que se pague por acción sea “sustancialmente superior al de mercado”, sin
tener que sujetar tal negociación a régimen oferta publica regulada en el Titulo XXV
de la ley de mercado de valores, sujeto a la condición habilitante consistente en que
así se acuerde en junta extraordinaria de accionistas, por la mayoría absoluta de las
acciones emitidas con derecho a voto, y que tal junta de accionistas se celebre dentro
de los seis meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley Nº 19.705, esto es a
contar del día 20 de diciembre de 2001 hasta el día 20 de junio de 2001.
Este bene¿cio sólo puede ser usado por el controlador existente a la fecha de entrada
en vigencia de la ley, por una sola vez en el plazo de tres años, término que expira el
día 1 de enero de 2004, y que no es traspasable o cesible al controlador entrante, que
adquiera el paquete accionario de control a virtud de esta disposición legal.
La ¿nalidad que se persigue con esta disposición legal es que los accionistas
controladores no compartan el premio de control, con los accionistas minoritarios,
durante el periodo establecido por la ley, di¿riendo por lo tanto la entrada en vigencia
del Titulo XXV de la ley de mercado de valores.
Conforme datos o¿ciales de la Superintendencia de Valores y Seguros, al mes de
agosto de 2001, 92 sociedades anónimas abiertas que hacen oferta pública de sus accio-
nes, de un total de 285, se acogieron a la disposición transitoria 10º de la ley Nº 19.705,
cantidad que representa un 32% del total de sociedades anónimas abiertas.
DERECHO DE SOCIEDADES 575

38. Oferta pública de adquisición de acciones y pactos de accionistas


Como es sabido, los accionistas de una sociedad anónima tienen plena libertad
para celebrar los pactos y convenciones que estimen convenientes a sus intereses, en
materias de relevancia para la administración de la sociedad, establecimiento de reglas
especiales para participar en determinados acuerdos en juntas de accionistas, maneras
de ejercer los derechos a voz y voto en juntas de accionistas y en sesiones de directo-
rios, reglas especiales para concurrir a los aumentos de capital, regulación de cesión
de acciones entre accionistas y formas de determinar el precio, reglase de solución de
controversias bajo la modalidad de arbitraje obligatorio, sistema de infracciones a las
obligaciones contraídas a virtud del pacto de accionistas y multas, entre otras.
Estas convenciones societarias se denominan pactos de accionistas y en cuanto
convenciones, se encuentran regladas por el principio de la ley del contrato, consa-
grado en el artículo 1545 del Código Civil, que establece:
“Todo contrato legalmente celebrado es una ley para los contratantes, y no puede ser
invalidado sino por su consentimiento mutuo o por causas legales”.
Los pactos de accionistas en cuanto convenciones, regidas por el principio de la
ley del contrato, se rigen también por el principio “res inter aleas pactae”, o efecto
relativo del contrato a las partes que lo celebran, siendo en cuanto a sus efectos extraño
respecto de terceros, sin perjuicio de la salvedad que se señala seguidamente.
Estos pactos de accionistas son solemnes, ya que deben constar por escrito, siendo
igualmente válido que conste por instrumento privado o público; en la práctica y aten-
dida su trascendencia, suelen constar por escritura pública, siendo inusual que consten
el estatuto social, no obstante pueden pactarse en la constitución de la sociedad.
El artículo 14 de la Ley de Sociedades Anónimas Nº 18.046, de 1981, reconoce la
existencia de tales pactos de accionistas, estableciendo primero el principio de libre
cesibilidad de las acciones y señala:
“Los estatutos de las sociedades abiertas no podrán estipular disposiciones que limiten
la libre cesión de las acciones.”
“Los pactos particulares entre accionistas relativos a la cesión de acciones, deberán
ser depositados en la compañía a disposición de los demás accionistas y terceros
interesados, y se hará referencia a ellos en el Registro de Accionistas, Si así no se
hiciere, tales pactos se tendrán por no escritos.” .
Si bien el artículo 14 de la ley de sociedades anónimas se re¿ere a los pactos de
accionistas “relativos a cesión de acciones”, indicando este acto estimamos que lo es
sólo a vía de ejemplo, ya que comprende en general a estas convenciones y no sólo a
los pactos de cesión de acciones, sin perjuicio que no es frecuente encontrar un pacto
de accionistas sólo de cesión de acciones, en estado puro y exclusivo.
Para que estos pactos de accionistas tengan e¿cacia jurídica, se requiere que sean
depositados en la compañía, exigencia que se cumple entregando un ejemplar del
mismo, y además debe hacerse referencia a ellos en el registro de accionistas de la
sociedad, tomando nota de ellos, requisitos sin los cuales tales pactos se tienen “por
576 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

no escritos”, estos es, por inexistentes. De esta disposición legal se extrae la conclu-
sión que son solemnes, solemnidad que consiste en su escrituración, única manera a
virtud de la cual puede ser depositado en la sociedad.
La disposición legal citada, que establece como ine¿cacia jurídica la inexisten-
cia, tiene por ¿nalidad garantizar la transparencia en el mercado de valores, con la
¿nalidad que estos pactos de accionistas sean conocidos por los accionistas y por
terceros interesados. Más aún, puede ocurrir que estos pactos de accionistas, en cuanto
establecen derechos y obligaciones especiales relativas a las acciones y su ejercicio,
puede traspasarse a terceros adquirentes que no han sido parte en el pacto, pero que
adquieren las acciones con la especial convención de seguir sujetas a pacto.
La ley Nº 19.705, de 2000, en su artículo primero transitorio, reguló la situación
de los pactos de accionistas que estuvieren en vigencia a la fecha de entrada en vigor
de la ley, reconociéndoles plena e¿cacia, sin limite en el tiempo, salvo el que se haya
pactado en el pacto mismo, en cuanto si en ellos se han establecido reglas especiales
para la cesión y compra de acciones entre las partes, no les serán aplicables las reglas
del Título XXV de la ley de mercado de valores, en la medida que tales pactos hayan
cumplido antes de la entrada en vigencia de la ley, con los requisitos establecidos en
el artículo 14 de la Ley de Sociedades Anónimas Nº 18.046, de 1981.
Por lo tanto, para que los pactos de accionistas relativos a compra y venta de ac-
ciones o de nueva suscripción de acciones, pueda continuar en vigencia, sin que las
partes del pacto les sea aplicable el Título XXV, de las ofertas publicas de adquisición
de acciones, deben haberse depositado en la sociedad antes de la entrada en vigencia
de la ley Nº 19.705, de 2000, y debe haberse hecho referencia a ellos en el Registro
de Accionistas.
Este es otro caso de excepción a la OPA obligatoria regulada en los casos contem-
plados en el artículo 199, inciso primero, letras a), b) y c).
En efecto, si por la existencia de un pacto de accionistas, vigente a la fecha de
entrada en vigor de la ley Nº 19.705, en que dos o más accionistas han establecido
reglas especiales en cuanto a la compra y venta de acciones o ejercicio de derecho
preferente a suscribir acciones de una sociedad anónima que haga oferta pública de
acciones, se ha pactado un precio sustancialmente superior al de mercado, y que a
virtud de tal compra regulada en el pacto de accionistas o de ejercer un derecho prefe-
rente a suscribir acciones, toma el control de la sociedad, tal adquisición de acciones
se excluye del Titulo XXV de la ley de mercado de valores.
En resumen, el artículo primero transitorio de la ley Nº 19.705, reconoció los de-
rechos adquiridos con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley, contenidos en un
pacto de accionista y que permitan a un accionista adquirir el control de la sociedad
anónima que haga oferta publica de sus acciones.
Finalmente, la regla de excepción que se contiene en este artículo primero transi-
torio de la ley Nº 19.705, sólo tutela a los pactos de accionistas, más no a la promesa
de compra de acciones pura y simple o el acto jurídico unilateral de venta de acciones
DERECHO DE SOCIEDADES 577

a otro accionista, que no reúna las condiciones de pacto de accionista, inscrito en la


sociedad en los términos del artículo 14 de la Ley de Sociedades Anónimas; sin per-
juicio que el pacto de accionistas debidamente depositado e inscrito en el Registro de
Accionistas en la sociedad, contenga una promesa de compra de acciones.

39. Oferta pública de adquisición de acciones y legislación antimonopolio.


Problemas que presenta la OPA y la posición dominante en el mercado.
Casos regulados
Un tema que ha concentrado la atención de los estudiosos de la OPA y su regulación,
es el relativo a la posible colisión que puede ocurrir cuando a partir de una OPA, un
grupo empresarial toma una posición dominante en el mercado especí¿co de que se
trate, utilizando una estrategia cuya ¿nalidad es hacer desaparecer la competencia en
ese mercado de productos y servicios.
El caso podría presentarse si un agente económico, grupo empresarial con pre-
sencia signi¿cativa en el mercado, inicia una estrategia de negocios en un mercado
especí¿co, en el cual hay concurrencia de varios oferentes de un bien o servicio, y
se lanza una oferta pública de adquisición de acciones, que de concretarse o llegar
a éxito, produce una posición dominante o controladora en ese mercado especí¿co,
o bien hace que ese mercado experimente una concentración tal que establezca un
oligopolio o derechamente un monopolio.
Podría ocurrir que a causa de una o varias OPAS se llegue a un resultado de inte-
gración horizontal o vertical en un sector o segmento del mercado.
Frente a esta situación, en nuestro sistema jurídico puede ocurrir que se trate de
un caso, o más bien sector de la economía interna, en que ya exista un pronuncia-
miento con anterioridad de parte de la Comisión Resolutiva, órgano jurisdiccional
cuya competencia, en nuestro sistema jurídico económico, es sancionar o evitar que
se produzca una posición dominante o monopolio en el sector de que se trate, norma-
tiva establecida en el decreto ley Nº 211, de 1973, hipótesis en la que este precedente
puede ser invocado por quien tenga interés legitimo como una correcta doctrina en la
materia para evitar la actuación de un agente económico que establezca o desarrolle
una conducta monopólica en el mercado; o bien, puede ocurrir que se trate de un
sector de la economía respecto del cual no exista un pronunciamiento de parte del
órgano jurisdiccional indicado.
En relación a este tema de participación de grupos en los mercados, existen casos
especialmente regulados en leyes especiales, cuya ¿nalidad es evitar que se produz-
can concentraciones en un sector especí¿co del mercado de bienes y servicios, para
garantizar la existencia de un mercado en libre concurrencia de parte de los oferentes,
como ocurre en la Ley General de Servicios Sanitarios, contenida en el D.F.L. Nº 382,
de 1988, que en su artículo 63 establece primero tres categorías de empresas, mayor,
“la que tiene un número total de clientes igual o superior al 15% del total de usuarios
del país; mediana, “a la que tiene un número de clientes inferior al 15% e igual o
578 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

superior al 4% del total de usuarios del país” y menos, “a la que tiene un número de
clientes inferior al 4% del total de usuarios del país”. El inciso segundo del artículo
63 de la ley General de Servicios Sanitarios señala:
“En cada una de las categorías anteriores ninguna persona o grupo de personas con
acuerdo de actuación conjunta, directamente o por medio de otras personas naturales
o jurídicas, podrá participar en la propiedad o usufructo de acciones o explotación de
concesión o concesiones sanitarias de un número de empresas prestadoras que sea su-
perior al 49% del número total de empresas clasi¿cadas en la respectiva categoría”.
“Asimismo, ninguna persona o grupo de personas con acuerdo de actuación conjunta,
directamente o por intermedio de otras personas naturales o jurídicas, podrá partici-
par en la propiedad o usufructo de acciones de un número de empresas o explotación
de concesión o concesiones sanitarias tal que la suma de sus clientes urbanos se
servicios de agua potable y alcantarillado de aguas servidas sea superior al 50%
del total de usuarios urbanos de servicios de agua potable y alcantarillado de aguas
servidas del país”.
Otro ejemplo de límites a la actividad económica lo encontramos en las sociedades
de objeto exclusivo con reserva legal, entre los que podemos indicar los Bancos e
Instituciones Financieras, Administradoras de Fondos de Pensiones y Compañías de
Seguros, que en su estatuto legal tienen exclusividad en el objeto o giro de negocios y
a la vez la ley ¿ja el marco de actividades u operaciones que les son permitidos, para
el desarrollo de su giro empresarial. Estas entidades no pueden realizar actividades
empresariales que excedan su giro legal de negocios, y así no podrían formular una
oferta pública de adquisición de acciones para una sociedad de distinto giro, pero sí
podrían tramitar una OPA para provocar una fusión de una sociedad de igual giro de
negocios.
En consecuencia un límite a la iniciativa de formular una OPA lo conforma el
estatuto legal contenido en el decreto ley Nº 211, de 1973, cuyo texto refundido,
coordinado y sistematizado se contiene en el decreto Nº 511, de 1980, del Ministerio
de Economía, toda vez que una OPA puede tener por objeto de parte del oferente
hacer desaparecer la competencia en el mercado para un determinado bien o servicio,
tomando una posición dominante, que se hace fuego con el principio de libertad de
concurrencia que informa la economía chilena.
Por lo tanto, si analizamos la OPA desde el punto de vista del estatuto de la libre
competencia, si ésta en nuestra economía provoca el efecto de impedir o suprimir la
libre competencia en el mercado, eliminando una empresa de la competencia, colo-
cando al oferente en una posición monopólica o dominante, puede verse entrabado
o limitado en su iniciativa, a causa de aplicarse al caso concreto el artículo 1º, que
establece un tipo penal o en el artículo 2º que contiene un catálogo de conductas, en
numerus apertus, que tienden a impedir la libre competencia, ambos del D.L. Nº 211,
ya citado que disponen:
“Articulo 1º. El que ejecute o celebre, individual o colectivamente, cualquier hecho,
acto o convención que tienda a impedir la libre competencia dentro del país en las
DERECHO DE SOCIEDADES 579

actividades económicas, tanto en las de carácter interno como en las relativas al


comercio exterior, será penado con presidio menor en cualquiera de sus grados”.
“Cuando el delito incida en artículos o servicios esenciales, tales como los corres-
pondientes a alimentación, vestuario, vivienda, medicina o salud, la pena se aumentará
en un grado”. El artículo 2º, complementando al 1º, señala:
Para los efectos previstos en el artículo anterior se consideran entre otros, como hechos,
actos o convenciones que tienden a impedir la libre competencia, los siguientes:
a) Los que se re¿eran a la producción, tales como el reparto de cuotas, reducciones
o paralizaciones de ellas;
b) Los que se re¿eran al transporte;
c) Los que se re¿eran al comercio o distribución, sea mayorista o al detalle, tales
como el reparto el reparto de cuotas o la asignación de cuotas de mercado o la dis-
tribución exclusiva, por una sola persona o entidad, de un mismo artículo de varios
productores;
d) Los que se re¿eran a la determinación de precios de bienes y servicios, como
acuerdos o imposición de los mismos a otros;
e) Los que se re¿eran a la libertad de trabajo o a la libertad de los trabajadores para
organizarse, reunirse, o negociar colectivamente, como los acuerdos o actos de em-
presarios, sindicatos u otros grupos o asociaciones, tendientes a limitar o entorpecer
el libre curso de negociaciones colectivas dentro de cada empresa o los que impidan
o entraben el legitimo acceso a una actividad o trabajo, y
f) En general, cualquier arbitrio que tenga por ¿nalidad eliminar, restringir o entor-
pecer la libre competencia.”.
Sin perjuicio del estatuto legal que sanciona los atentados a la libre competencia
en el mercado, la oferta pública de adquisición de acciones siempre deberá someterse
al análisis constitucional, ya que tampoco puede el oferente transgredir o desconocer
los derechos subjetivos públicos contenidos en la Constitución Política, en el artículo
19º, especialmente la garantía contenida en el número 23º, que establece el principio
de libre empresa o de libertad de emprendimiento empresarial, que dispone:
“Articulo 19.- La Constitución asegura a todas las personas: 21.- El derecho a de-
sarrollar cualquiera actividad económica que no sea contraria a la amoral, al orden
publico o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen”.
Esta garantía constitucional se encuentra resguardada por al acción de protección
establecida en el artículo Nº 20, de la carta fundamental, que legitima al titular de la
garantía a recurrir a la Corte de Apelaciones respectiva, para reestablezca el imperio
de derecho, cuando “por causa de actos arbitrarios o ilegales sufra privación, per-
turbación o amenaza en el legitimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos
en el artículo 19º, números...23º...”.
Por lo señalado, si la persona o grupo de personas que formula una OPA lesiona o
priva a alguna persona del derecho constitucional indicado, puede recurrir a la Corte
de apelaciones respectiva, para que vía recurso de protección restablezca el imperio
580 OSCAR ANDRÉS TORRES ZAGAL

del derecho, lo que puede expresarse en la suspensión, como medida cautelar, de la


OPA y en de¿nitiva su revocación en sede jurisdiccional.
Asimismo, de conformidad a lo dispuesto por el artículo 214 de la Ley de Mer-
cado de Valores, la Superintendencia tiene el control administrativo de la OPA,
desde su formulación, durante su tramitación y hasta su término, pudiendo si detecta
“de¿ciencias en la información proporcionada o el incumplimiento de los requisitos
establecidos en esta ley, facultarán a la Superintendencia para suspender hasta por 15
días el inicio o la continuación de la oferta. Esta suspensión podrá prorrogarse por
una sola vez y por el mismo plazo. Si vencida la prórroga subsisten las causas que la
fundaron, la Superintendencia dejará sin efecto la oferta por resolución fundada”. Las
potestades de la SVS en lo que re¿ere al derecho de OPA, solo se re¿ere al control
de ésta dentro del marco de la ley de mercado de valores, mas no en lo que re¿ere
al marco regulatorio extra ley de mercado de valores, tales como libre competencia,
ámbito de garantía constitucionales u otros estatutos legales.
En conclusión, el gran tema radica en la posibilidad de que una OPA lesione el
principio de la libre competencia en el mercado, y más aun sea constitutiva de una
conducta sancionada como ilícita en el D.L. 211, de 1973, por lo tanto, esta materia
queda entregada a la Competencia del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia
y a la Fiscalía Económica, sistema jurídico en el cual se puede suspender una OPA y
hasta dejar sin efecto y aplicar sanciones patrimoniales y penales.
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