Historia Del Síndrome de Down
Historia Del Síndrome de Down
Historia Del Síndrome de Down
Lady Cockburn y sus hijos, de Sir Joshua Reynolds. El niño a la espalda de Lady Cockburn
presenta algunos rasgos compatibles con SD.
El dato arqueológico más antiguo del que se tiene noticia sobre el síndrome de Down es el
hallazgo de un cráneo sajón del siglo VII, en el que se describieron anomalías estructurales
compatibles con un varón con dicho síndrome.3 También existen referencias a ciertas
esculturas de la cultura olmeca que podrían representar a personas afectadas por el SD.
La pintura al temple sobre madera “La Virgen y el Niño” de Andrea Mantegna (1430-1506)
parece representar un niño con rasgos que evocan los de la trisomía,4 así como el cuadro de
Sir Joshua Reynolds (1773) “Retrato de Lady Cockburn con sus tres hijos”, en el que
aparece uno de los hijos con rasgos faciales típicos del SD.5
En ese año el médico inglés John Langdon Down trabajaba como director del Asilo para
Retrasados Mentales de Earlswood, en Surrey, realizando un exhaustivo estudio a muchos
de sus pacientes. Con esos datos publicó en el London Hospital Reports un artículo
titulado: “Observaciones en un grupo étnico de retrasados mentales” donde describía
pormenorizadamente las características físicas de un grupo de pacientes que presentaban
muchas similitudes, también en su capacidad de imitación y en su sentido del humor.
Las primeras descripciones del síndrome achacaban su origen a diversas enfermedades de
los progenitores, estableciendo su patogenia con base en una involución o retroceso a un
estado filogenético más “primitivo”.
En 1961 un grupo de científicos (entre los que se incluía un familiar del Dr. Down)
proponen el cambio de denominación al actual “Síndrome de Down”, ya que los términos
“mongol” o “mongolismo” podían resultar ofensivos.12 En 1965 la OMS (Organización
Mundial de la Salud) hace efectivo el cambio de nomenclatura tras una petición formal del
delegado de Mongolia.13 El propio Lejeune propuso la denominación alternativa de
“trisomía 21” cuando, poco tiempo después de su descubrimiento, se averiguó en qué par
de cromosomas se encontraba el exceso de material genético.
Epidemiología
La incidencia global del síndrome de Down se aproxima a uno de cada 700 nacimientos
(15/10.000), pero el riesgo varía con la edad de la madre. La incidencia en madres de 15-29
años es de 1 por cada 1,500 nacidos vivos; en madres de 30-34 años es de 1 por cada 800;
en madres de 35-39 años es de 1 por cada 385; en madres de 40-44 años es de 1 por cada
106; en madres de 45 años es de 1 por cada 30.14
La probabilidad de tener un hijo con SD es mayor a la media para aquellos padres que ya
han tenido otro previamente. Típicamente la probabilidad de tener otro hijo con SD en cada
embarazo subsiguiente es de una por cada cien recién nacidos vivos, esto hay que
ponderarlo para cada caso con el riesgo propio de la madre según su edad. Los antecedentes
familiares igualmente incrementan ese riesgo.
Los varones con síndrome de Down se consideran estériles,18 pero las mujeres conservan
con frecuencia su capacidad reproductiva. En su caso también se incrementa la
probabilidad de engendrar hijos con SD hasta un 50%, aunque pueden tener hijos sin
trisomía.
Genética
Las células del ser humano poseen cada una en su núcleo 23 pares de cromosomas. Cada
progenitor aporta a su descendencia la mitad de la información genética, en forma de un
cromosoma de cada par. 22 de esos pares se denominan autosomas y el último corresponde
a los cromosomas sexuales (X o Y).
Tradicionalmente los pares de cromosomas se describen y nombran en función de su
tamaño, del par 1 al 22 (de mayor a menor), más el par de cromosomas sexuales antes
mencionado. El cromosoma 21 es el más pequeño, en realidad, por lo que debería ocupar el
lugar 22, pero un error en la convención de Denver del año 1960, que asignó el síndrome de
Down al par 21 ha perdurado hasta nuestros días, manteniéndose por razones prácticas esta
nomenclatura.19
Trisomía libre
Translocación
Translocación del brazo largo del cromosoma 21 en uno de los dos cromosomas del par 14.
Después de la trisomía libre, la causa más frecuente de aparición del exceso de material
genético es la translocación. En esta variante el cromosoma 21 extra (o un fragmento del
mismo) se encuentra “pegado” a otro cromosoma (frecuentemente a uno de los dos
cromosomas del par 14), por lo cual el recuento genético arroja una cifra de 46 cromosomas
en cada célula. En este caso no existe un problema con la disyunción cromosómica, pero
uno de ellos porta un fragmento “extra” con los genes del cromosoma “translocado”. A
efectos de información genética sigue tratándose de una trisomía 21 ya que se duplica la
dotación genética de ese cromosoma.
Mosaicismo
Cuadro clínico
En cuanto al fenotipo han sido descritos más de 100 rasgos peculiares asociados al SD,
pudiendo presentarse en un individuo un número muy variable de ellos. De hecho ninguno
se considera constante o patognomónico aunque la evaluación conjunta de los que aparecen
suele ser suficiente para el diagnóstico.
Algunos de los rasgos más importantes son un perfil facial y occipital planos,
braquiocefalia (predominio del diámetro transversal de la cabeza), hendiduras palpebrales
oblicuas, diastasis de rectos (laxitud de la musculatura abdominal), raíz nasal deprimida,
pliegues epicánticos (pliegue de piel en el canto interno de los ojos), cuello corto y ancho
con exceso de pliegue epidérmico nucal, microdoncia, paladar ojival, clinodactilia del
quinto dedo de las manos (crecimiento recurvado hacia el dedo anular), pliegue palmar
único, y separación entre el primer y segundo dedo del pie. Las enfermedades que se
asocian con más frecuencia son las cardiopatías congénitas y enfermedades del tracto
digestivo (celiaquía, atresia/estenosis esofágica o duodenal, colitis ulcerosa...). Los únicos
rasgos presentes en todos los casos son la atonía muscular generalizada (falta de un tono
muscular adecuado, lo que dificulta el aprendizaje motriz) y la discapacidad cognitiva
aunque en grados muy variables.24 Presentan, además, un riesgo superior al de la población
general, para el desarrollo de enfermedades como leucemia (leucemia mieloide aguda),
diabetes, hipotiroidismo, miopía, o luxación atloaxoidea (inestabilidad de la articulación
entre las dos primeras vértebras, atlas y axis, secundaria a la hipotonía muscular y a la
laxitud ligamentosa). Todo esto determina una media de esperanza de vida entre los 50 y
los 60 años, aunque este promedio se obtiene de una amplia horquilla interindividual (las
malformaciones cardíacas graves o la leucemia, cuando aparecen, pueden ser causa de
muerte prematura). El grado de discapacidad intelectual también es muy variable, aunque
se admite como hallazgo constante una discapacidad ligera o moderada. No existe relación
alguna entre los rasgos externos y el desarrollo intelectual de la persona con SD.
Porcentaje de Porcentaje de
Características Características
aparición25 aparición
Microdoncia total o
Discapacidad cognitiva 100% 60%
parcial
Retraso del crecimiento 100% Puente nasal deprimido 60%
Clinodactilia del 5º
Dermatoglifos atípicos 90% 52%
dedo
Diástasis de músculos
80% Hernia umbilical 51%
abdominales
Hiperlaxitud ligamentosa 80% Cuello corto 50%
Manos
Hipotonía 80% 50%
cortas/braquidactilia
Braquiocefalia/región
75% Cardiopatía congénita 45%
occipital plana
Pliegue palmar
Genitales hipotróficos 75% 45%
transversal
Hendidura palpebral 75% Macroglosia 43%
Extremidades cortas 70% Pliegue epicántico 42%
Paladar ojival 69% Estrabismo 40%
Oreja redonda de 60% Manchas de Brushfield 35%
implantación baja (iris)
Entre un 40 y un 50% de los recién nacidos con SD presentan una cardiopatía congénita, es
decir, una patología del corazón presente en el momento del nacimiento,26 siendo estas la
causa principal de mortalidad en niños con SD. Algunas de estas enfermedades sólo
precisan vigilancia para comprobar que su evolución es adecuada, mientras que otras
pueden necesitar tratamiento quirúrgico urgente. Casi la mitad de ellas se corresponden con
defectos del septo aurículo-ventricular (ausencia de cierre más o menos completa de la
pared que separa aurículas y ventrículos). Una tercera parte (en torno al 30% según las
fuentes) son defectos de cierre del septo ventricular (pared que separa los ventrículos entre
sí), y con menos frecuencia se encuentran otras enfermedades como ostium secundum,27
ductus arterioso persistente28 o tetralogía de Fallot.29 En general casi todos estos defectos
provocan paso inapropiado de sangre desde las cavidades izquierdas del corazón a las
derechas, aumentando la circulación pulmonar. La tetralogía de Fallot, en cambio, provoca
un cortocircuito inverso, por lo que disminuye el flujo sanguíneo pulmonar y aparece
cianosis (color azulado por la deficiente oxigenación de la sangre), sobre todo en crisis de
llanto o esfuerzos. Esta es una patología grave que precisa cirugía, habitualmente en el
primer año de vida, para reparar los defectos. Es frecuente que el examen clínico del recién
nacido no ofrezca datos de sospecha por lo que pueden quedar sin diagnosticar en la etapa
neonatal hasta un 50% de los recién nacidos con cardiopatía congénita. Por este motivo se
recomienda la realización de una ecografía del corazón a todo recién nacido con SD.30 En la
etapa de adolescencia o adulto joven pueden aparecer defectos en las válvulas cardíacas
(Con mayor frecuencia, prolapso de la válvula mitral). Los adultos con SD presentan, en
cambio, menor riesgo de arterioesclerosis y unas cifras de tensión arterial inferiores a las de
la población general, por lo que se consideran un grupo poblacional protegido frente a
enfermedad coronaria (angina de pecho, infarto de miocardio…).31
Diagrama de los defectos presentes Eco-Doppler demostrando insuficiencia mitral
en la tetralogía de Fallot: A. (incapacidad de la válvula para cerrarse
Estenosis pulmonar, B. Aorta completamente, provocando regurgitación de sangre
acabalgada, C. Defecto del septo hacia la aurícula izquierda, en azul. Esta patología
ventricular, D. Hipertrofia del valvular degenerativa puede aparecer precozmente en
ventrículo derecho. personas con SD.
Cardiopatías congénitas y degenerativas en el síndrome de Down
Alteraciones gastrointestinales
Trastornos endocrinos
Las personas con SD de cualquier edad tienen un riesgo superior al promedio de padecer
trastornos tiroideos. Casi la mitad presentan algún tipo de patología de tiroides durante su
vida. Suele tratarse de hipotiroidismos leves adquiridos o autoinmunes que en muchos
casos no precisan tratamiento, aunque cuando su gravedad lo requiere deben instaurarse lo
más precozmente posible para no ver comprometido el potencial de desarrollo intelectual.
Trastornos de la visión
Más de la mitad (60%) de las personas con SD presentan durante su vida algún trastorno de
la visión susceptible de tratamiento o intervención. El astigmatismo, las cataratas
congénitas o la miopía son las enfermedades más frecuentes. Dada la enorme importancia
que la esfera visual supone para el aprendizaje de estos niños se recomiendan controles
periódicos que corrijan de manera temprana cualquier déficit a este nivel.
Trastornos de la audición
Trastornos odontoestomatológicos
Las personas con SD tienen una menor incidencia de caries, pero suelen presentar con
frecuencia trastornos morfológicos por malposiciones dentarias, agenesia (ausencia de
formación de alguna pieza dentaria), o retraso en la erupción dentaria. Son necesarias
revisiones periódicas para una corrección precoz de los trastornos más importantes o que
comprometan la función masticatoria o fonatoria.
Las infecciones del tracto respiratorio representan a día de hoy la segunda causa de
fallecimiento (tras las cardiopatias congénitas) y la primera causa de hospitalizaciones y
complicaciones en niños con SD.34
Diagnóstico
A partir de 1979 se dispone en los laboratorios de una prueba en sangre que permite
establecer una sospecha diagnóstica para varios defectos congénitos (espina bífida y otros
defectos del tubo neural). Esta prueba es la determinación de los valores de AFP (Alfa-
fetoproteína), que se encuentran aumentados en los embriones que presentan estos
trastornos del desarrollo. Varios años después se establece una relación estadística entre
valores bajos de esta proteína y la aparición de trastornos cromosómicos, en especial del
SD. En años posteriores se descubrieron algunas asociaciones similares con otras sustancias
en sangre materna. Hoy día es común la determinación de AFP, estriol y hCG
(Gonadotropina coriónica humana) para determinar el riesgo de aparición del SD. A esto se
le llama “triple prueba”. Algunos laboratorios incluyen la determinación de inhibina
(cuádruple prueba). Los valores de estas sustancias en sangre, así como datos acerca de la
edad materna y los antecedentes personales y familiares permiten calcular un riesgo de
aparición de SD, pero no suponen un diagnóstico de certeza. Determinadas mediciones que
se realizan durante las ecografías (longitud del fémur, grosor del pliegue nucal, y otras)
también aportan información para el cálculo de ese riesgo, pero tampoco permiten
establecer el diagnóstico definitivo.
Desde el año 2012 existe un test de determinación de ADN fetal en sangre materna que
permite obtener resultados con una sensibilidad próxima al 100% (aunque resultados
positivos requieren confirmación mediante amniocentesis)35
Tratamiento
La mejoría en los tratamientos de las enfermedades asociadas al SD ha aumentado la
esperanza de vida de estas personas, desde los 14 años hace unas décadas, hasta casi la
normalidad (60 años, en países desarrollados) en la actualidad. A lo largo de los últimos
150 años se han postulado diferentes tratamientos empíricos (hormona tiroidea, hormona
del crecimiento, ácido glutámico, dimetilsulfóxido, complejos vitamínicos y minerales, 5-
Hidroxitriptófano o piracetam) sin que ninguno haya demostrado en estudios longitudinales
a doble ciego que su administración provoque ningún efecto positivo significativo en el
desarrollo motor, social, intelectual o de expresión verbal de las personas con SD. No existe
hasta la fecha ningún tratamiento farmacológico eficaz para el SD, aunque los estudios
puestos en marcha con la secuenciación del genoma humano permiten augurar una posible
vía de actuación (enzimática o genética), eso sí, en un futuro todavía algo lejano.
Los únicos tratamientos que han demostrado una influencia significativa en el desarrollo de
los niños con SD son los programas de Atención Temprana, orientados a la estimulación
precoz del sistema nervioso central durante los seis primeros años de vida. Especialmente
durante los dos primeros años el SNC presenta un grado de plasticidad muy alto lo que
resulta útil para potenciar mecanismos de aprendizaje y de comportamiento adaptativo.36 37
Los individuos con grandes dificultades para el aprendizaje a menudo han sido internados
en instituciones, pero se ha comprobado que deben vivir en su domicilio, donde desarrollan
de forma más completa todo su potencial. La adaptación curricular permite en muchos
casos una integración normalizada en colegios habituales, aunque deben tenerse en cuenta
sus necesidades educativas especiales. La edad mental que pueden alcanzar está todavía por
descubrir, y depende directamente del ambiente educativo y social en el que se desarrollan.
Cuando este es demasiado protector, los chicos y chicas tienden (al igual que ocurriría en
una persona sin SD) a dejarse llevar, descubriendo escasamente sus potencialidades. Los
contextos estimulantes ayudan a que se generen conductas de superación que impulsan el
desarrollo de la inteligencia. Como consecuencia, es imposible determinar los trabajos y
desempeños que pueden conseguir durante la vida adulta. Potenciar sus iniciativas y romper
con los planteamientos estáticos que históricamente les han perseguido son compromisos
sociales ineludibles que las sociedades actuales deben atender.
Atención temprana
Todos los niños precisan de estímulos para el correcto desarrollo de sus capacidades
motrices, cognitivas, emocionales y adaptativas. Los niños con SD no son una excepción,
aunque sus procesos de percepción y adquisición de conocimientos son algo diferentes a los
del resto de la población: Las capacidades visuales de los niños con SD son, por ejemplo,
superiores a las auditivas, y su capacidad comprensiva es superior a la de expresión, por lo
que su lenguaje es escaso y aparece con cierto retraso, aunque compensan sus deficiencias
verbales con aptitudes más desarrolladas en lenguaje no verbal, como el contacto visual, la
sonrisa social o el empleo de señas para hacerse entender. La atonía muscular determina
también diferencias en el desarrollo de la habilidad de caminar, o en la motricidad fina.
Todos esos aspectos deben ser contemplados en programas específicos de atención
temprana (durante los primeros seis años de vida) para estimular al máximo los
mecanismos adaptativos y de aprendizaje más apropiados. Intentar enseñar a leer a un niño
con SD utilizando métodos convencionales, por ejemplo, puede convertirse en una tarea
muy difícil, si no se tiene en cuenta su superior capacidad visual. Hoy día existen métodos
gráficos (a partir de tarjetas, o fichas, que asocian imagen y palabra) que están
consiguiendo resultados muy superiores al clásico encadenado de letras en estos niños.38
Además el objetivo de estos programas no es tan sólo la adquisición de habilidades, sino
que estas se alcancen mucho antes, permitiendo continuar con programas educativos que
integren al máximo a la persona con SD en entornos normalizados.39
Vacunaciones
Se enumeran las vacunas recomendables, número de dosis y edades en niños con Sd. de
Down (notas al pie: consultar en http://www.pap.es]34
Un buen número de las infecciones que con frecuencia padecen estos niños son
inmunoprevenibles, de modo que las vacunas vienen a ser una herramienta importante en la
mejora de los niveles de salud de estas personas. Los expertos recomiendan como
vacunaciones sistemáticas de los niños con SD, las siguientes:34
Hepatitis B.
Difteria, tétanos y tosferina.
Sarampión, rubeola y parotiditis.
Poliomielitis.
Gripe.
Enfermedad neumocócica.
Hepatitis A.
Enfermedad por Haemophilus influenzae tipo b.
Varicela.
Rotavirus.
Las pautas de vacunación son variables según la edad y la historia vacunal de cada
individuo, y serán determinadas por los médicos pediatras o médicos de familia en cada
caso.34 40
Pronóstico
Se desconocen todavía los mecanismos que provocan la discapacidad en las personas con
SD, aunque la secuenciación del genoma humano y diversos estudios llevados a cabo en
sujetos con translocaciones parciales están empezando a servir para descubrir los genes
responsables del cuadro. Estos mapas fenotípicos también se han comparado con algunos
casos de monosomía 21 (cuadro de ausencia de uno de los dos cromosomas del par 21, la
situación contraria al SD) obteniéndose así mapas de rasgos asociados al exceso o defecto
de dosis cromosómica.41 En las próximas décadas todo este conocimiento sobre el
funcionamiento y expresión de los genes permitirá, con seguridad, establecer nuevas
estrategias terapéuticas capaces de revertir los trastornos cognitivos asociados al síndrome
de Down, y muchos de sus problemas asociados.
En 1981 se diseñó el primer Programa de Salud específico para personas con SD, pero el
más ampliamente aceptado y difundido en la comunidad científica es el diseñado por el
Down Syndrome Medical Interest group (DSMIG).42 En estos programas de salud se
contemplan las actuaciones preventivas mínimas para un adecuado diagnóstico precoz y
seguimiento de las enfermedades o complicaciones que se pueden presentar, mejorando
significativamente el pronóstico de estas personas. Por otra parte los programas, cada vez
más extendidos, de estimulación precoz, y el cambio progresivo de mentalidad que la
sociedad está experimentando con respecto a la discapacidad intelectual son los principales
motivos de la gran transformación que se está viviendo en torno a las personas con SD.
Hace apenas unas décadas estas personas eran apartadas de la sociedad en instituciones, o
escondidas por sus progenitores, basándose en un falso complejo de culpa. A pesar del
enorme esfuerzo que aún queda pendiente hoy podemos comprobar cómo un entorno
basado en la aceptación, en la adaptación de los métodos de aprendizaje y en la virtud de la
diversidad está dotando a las personas con SD de la autonomía suficiente como para
trabajar, vivir en pareja o desarrollar habilidades artísticas impensables hace muy poco
tiempo.43
Tabla resumen del programa de salud para personas con síndrome de Down44
http://www.mychildwithoutlimits.org/understand/down-syndrome/down-syndrome-prognosis/?
lang=es