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FILOSOFÍA. 1º DE BACHILLERATO.

TEMA4. ARGUMENTACIÓN, LÓGICA, FALACIAS


Y RETÓRICA.
“Todo lo que no sea Lógica, es tontería” Vicente Muñoz Delgado,
profesor de Lógica y de Filosofía de la Ciencia de la Universidad
Pontificia de Salamanca (1922-1995).

INTRODUCCIÓN.

Todos sabemos que una de las funciones de la inteligencia humana es la capacidad de


razonar, es decir, de poder adquirir nuevos conocimientos partiendo de otros
previamente conocidos. Esta es la capacidad que nos ha permitido a los seres humanos
dominar la naturaleza mediante la Ciencia y la Técnica.

Ahora bien, para que el razonamiento cumpla su función de hacer progresar el saber
humano, es preciso que esté bien construido, es decir, que el conocimiento a que nos
lleve sea verdadero. Para progresar en el conocimiento hay que razonar, pero razonar
bien.

Además, la capacidad de razonar del ser humano no es infalible. Con frecuencia, el


razonamiento ha conducido al hombre a numerosos errores. La razón humana tiene que
potenciarse, siendo sus principales medios de perfeccionamiento la Lógica y las
Matemáticas.

Empecemos por definir qué es un razonamiento, inferencia o argumentación. En todo


razonamiento partimos de unas verdades –o supuestas verdades- a las que llamamos
premisas con el propósito de alcanzar una nueva verdad a la que llamamos conclusión.

(Ejercicio: Diferencia las premisas y la conclusión de los siguientes


argumentos:
 Ayer me resfrié puesto que hacía mucho frío y se me olvidó coger la
bufanda.

 Todos los hombres son mortales, Sócrates es un hombre. Por lo tanto,


Sócrates es mortal.

 El abuelo de Miguel, que era fumador, acabó desarrollando un cáncer de


pulmón. La madre de Luisa, que fumaba mucho, tiene cáncer de pulmón.
Al tío de Manuel, fumador empedernido, le han diagnosticado cáncer de
pulmón. Por consiguiente, el tabaco provoca cáncer de pulmón.

6
 La pérdida de peso, los sudores nocturnos, toser mucho y escupir sangre
son síntomas de tuberculosis. Este enfermo manifiesta estos síntomas.
Luego este enfermo tiene tuberculosis.

 El león es un felino y tiene garras, el tigre es un felino y tiene garras, el


puma es un felino y tiene garras. Entonces, todos los felinos tienen garras).

Pero, ¿a qué es debido que unos razonamientos nos lleven a un conocimiento verdadero
y otros no? Acabamos de decir que cuando razonamos partimos de unos conocimientos
previos –llamados premisas-; es natural pensar que si tales conocimientos, o alguno de
ellos, son falsos, el razonamiento sea defectuoso y nos conduzca al error. Este tipo de
razonamientos que nos llevan a una conclusión errónea por haber partido de
conocimientos o premisas falsos se dice que son “defectuosos por razón de su
contenido” o que son “materialmente falsos”.

Pero más grave es el caso en el que, partiendo de juicios verdaderos, podamos llegar a
una conclusión falsa, es decir, que partiendo de la verdad podamos llegar al error.
¿Cómo es posible que partiendo de premisas verdaderas lleguemos hasta una conclusión
falsa? La causa es que el razonamiento está mal estructurado. Técnicamente diríamos
que se trata de un razonamiento “formalmente inválido”.

1.- ¿QUÉ ES LA LÓGICA?

Determinar si las premisas que conforman un razonamiento son o no verdaderas no es


misión de la Lógica, sino de las diversas Ciencias Empíricas. La competencia de la
Lógica es determinar qué formas de razonar son válidas. Por ello, se suele definir a
la Lógica como la “ciencia de los principios de la validez formal de una inferencia”.

Ya hemos dicho líneas arriba que los términos “Inferencia”, “Razonamiento” o


“Argumentación” son términos sinónimos. Y también sabemos que lo específico de un
razonamiento, argumentación o inferencia es que consiste en derivar una conclusión a
partir de unas premisas.

Empecemos por señalar que las inferencias o razonamientos serán válidos o inválidos,
correctos o incorrectos, pero nunca verdaderos o falsos. La verdad o falsedad es una
característica de las premisas y la conclusión que integran la inferencia, pero nunca se
pueden aplicar a la inferencia en cuanto tal.

Una inferencia es válida cuando, suponiendo que las premisas sean verdaderas, será
imposible derivar a partir de ellas una conclusión falsa.

De lo que acabamos de decir se sigue –y esto es fundamental- la idea de que la validez


de un razonamiento no depende de la verdad o falsedad de sus premisas y su conclusión.
Por tanto, puede haber razonamientos formalmente válidos aun cuando sus premisas y
su conclusión sean falsas. Y viceversa. Lo decisivo es comprender que un

6
razonamiento o inferencia es válido solamente cuando es imposible que, siendo
verdaderas sus premisas, sea falsa su conclusión.

No obstante, merece señalar que no todas las inferencias o razonamientos son iguales o
de la misma naturaleza. Hay razonamientos deductivos e inductivos.

 Las DEDUCCIONES son aquellos razonamientos en los que la verdad de las


premisas garantiza con absoluta certeza la verdad de la conclusión. De
estudiar este tipo de razonamientos se ocupa la Lógica deductiva, que es la que
nosotros vamos a estudiar.

 Las INDUCCIONES son aquellos razonamientos en los que la verdad de las


premisas fundamenta únicamente la probabilidad de que la conclusión
también sea verdadera. De estudiar estas formas de razonamiento se ocupa la
Lógica inductiva, mucho más compleja, y de la cual nosotros no vamos a
ocuparnos.

Aquí tienes un ejemplo de un razonamiento deductivo:

“Si todos los pucelanos son españoles (Pr)

y Sócrates es pucelano (Pr)

Entonces Sócrates es español” (Concl).

Aquí tienes un ejemplo de un razonamiento inductivo:

“Llueve en Tordesillas (Pr)

llueve en Olmedo (Pr)

llueve en Medina de Rioseco (Pr)

llueve en Torrelobatón (Pr)

Entonces, llueve en toda la provincia de Valladolid” (Concl).

1.1.- La Lógica como una Ciencia Formal.

Ya sabemos que todo razonamiento tiene una forma y un contenido, una estructura y un
asunto del que trata. Veamos los dos razonamientos siguientes:

 “Si todos los estudiantes son mentirosos, y todos los mentirosos van al infierno,
entonces todos los estudiantes van al infierno”.

 “Si todos los escritores son fumadores, y todos los fumadores sufren problemas
respiratorios, entonces todos los escritores sufren problemas respiratorios”.

6
Es evidente que se trata de dos razonamientos distintos en cuanto a su contenido. Pero
su forma es la misma. Esta forma sería más o menos la siguiente: “Si todos los a son b,
y todos los b son c, entonces todos los a son c”, donde a, b y c son variables que
pueden ser rellenadas con cualquier contenido.

La Lógica es una Ciencia Formal, lo cual indica que únicamente le interesa la forma de
los razonamientos, no se ocupa del contenido, sino únicamente de las formas o
esquemas válidos de razonamiento.

¿A qué llamamos una forma válida de razonamiento? A un esquema de inferencia tal


que, dado cualquier razonamiento que podamos hacer dotando de contenido a las
variables de este esquema, podemos tener la certeza de que si las premisas del
razonamiento son verdaderas, entonces también lo será necesariamente la conclusión.

Retomando el ejemplo anterior, el esquema de inferencia “Si todos los a son b, y todos
los b son c, entonces todos los a son c” es un esquema válido, ya que sean cuales sean
los contenidos con que rellenemos estas variables, estaremos siempre ante un
razonamiento formalmente válido.

Como vemos, lo esencial en un razonamiento formalmente válido es la relación de


necesidad que se establece entre las premisas y la conclusión, de tal modo que la verdad
de las premisas acarrea necesariamente la verdad de la conclusión.

En resumen, la tarea de la Lógica es averiguar qué formas de razonamiento son


válidas y cuáles no. A partir de aquí, será tarea de las distintas Ciencias Empíricas el
rellenar de contenido a las formas válidas de razonar descubiertas por la Lógica. Es en
este sentido en el que la Lógica –al igual que las Matemáticas- se convierte en una
herramienta auxiliar de las Ciencias Empíricas, al proporcionar a éstas las formas
válidas de razonar.

1.2. La necesidad de un lenguaje formal en Lógica.

La Lógica necesita de un lenguaje artificial –vamos a llamarlo lenguaje formal- que le


permita exponer con mayor facilidad y precisión la forma lógica de los argumentos.

Este lenguaje formal tiene, frente al lenguaje natural –el lenguaje que utilizamos en
nuestra vida diaria- la ventaja de la precisión y la exactitud con que trata las formas de
argumentar, pero no sirve para nada más. Se trata de un lenguaje artificial construido
por los lógicos con este único propósito.

Efectivamente, el lenguaje natural sirve para cualquier cosa que nos propongamos mejor
que el lenguaje formal de la Lógica, excepto para mostrar la forma lógica de un
argumento. En este caso, su propia flexibilidad le hace ser excesivamente ambiguo, lo
cual es, precisamente, lo menos indicado para analizar la validez de un modo de
razonar.

6
El lenguaje formal de la Lógica fue construido por los lógicos de fines del siglo XIX y
primeras décadas del XX; y gracias a él la Lógica ha avanzado más en estos últimos 100
años que lo que lo hizo desde su aparición en el mundo griego.

El lenguaje formal de la Lógica nos permite dos cosas:

 Traducir un argumento expuesto en lenguaje natural al lenguaje formal, para así


poder examinar su corrección o incorrección lógica con mayor facilidad y
precisión.

 Calcular todos los pasos que se deducen de unas premisas, por complejas que
éstas sean, y extraer la conclusión que se deriva de ellas, o bien reproducir todos
los pasos de un argumento que deben llevarnos a una conclusión, y ver si están
bien realizados.

Gracias a esta segunda ventaja del lenguaje formal de la Lógica, ésta se nos presenta –al
igual que las Matemáticas- como un cálculo, o mejor, como un conjunto de cálculos,
en función de la mayor o menor complejidad de los argumentos que se analicen.

En lo que sigue, nosotros vamos a estudiar el cálculo más elemental de la Lógica, la


Lógica de la proposición sin analizar.

2.- LA LÓGICA DE LAS PROPOSICIONES.

El cálculo más simple de todos los que integran la Lógica deductiva es el que
corresponde a la Lógica de las proposiciones o Lógica de la proposición sin analizar.

2.1 ¿Qué es una proposición?

Las expresiones lingüísticas que poseen significado pueden ser de diversas clases:
interrogativas (“¿qué hora es?”); desiderativas (“¡ojalá vuelva pronto!”); imperativas
(“¡hazme la cena!”); y enunciativas (“está lloviendo en Galicia”). De todas ellas,
solamente estas últimas pueden ser consideradas proposiciones. Ello es debido a que
solamente las oraciones enunciativas pueden ser calificadas como verdaderas o falsas.

Por tanto, podemos definir una proposición como una oración enunciativa que
puede ser verdadera o falsa.

(EJERCICIO: Indica cuáles de los siguientes enunciados son


proposiciones y cuáles no: a) “Esperemos que venga antes de la hora”;
b) “¡Cómprame el periódico!”; c) “¿Me puedes acercar la sal, por
favor?”; d) “Los taxistas son buenos conductores”; e) “Algunos
estudiantes de Matemáticas no saben la tabla de multiplicar”).
 Tipos de proposiciones: Según el análisis de Bertrand Russell, podemos
distinguir dos clases de proposiciones que se usan en el cálculo lógico:
proposiciones atómicas y moleculares. Son proposiciones atómicas aquellas

6
que ya no pueden ser descompuestas en partes que sean a su vez proposiciones
(Ej.: “La Tierra es un planeta”). Son proposiciones moleculares aquellas
compuestas por dos o más proposiciones atómicas (Ej.: “Pedro se levantó, abrió
la nevera y vio que estaba vacía”).

 Simbolización de las proposiciones: Variables proposicionales: En el


lenguaje formal de la Lógica, las proposiciones se simbolizan mediante las
últimas letras minúsculas del alfabeto a partir de la “p”. Así, la primera
proposición que se simbolice se designará con una “p”, la segunda con una
“q”… A estas letras se les llama variables proposicionales. Una variable es,
pues, un símbolo que puede ser sustituido –interpretado- por una proposición
cualquiera.

La verdad de una proposición se simboliza mediante un “1”; su falsedad, mediante un


“0”. En el lenguaje formal de la Lógica lo expresaríamos así:
p

1 (cuando “p” es verdadera)

0 (cuando “p” es falsa).

Si en lugar de una variable (“p”) consideramos dos (“p” y “q”), la combinación de


valores posibles serán 4 (dos elevado a dos), porque son dos variables con dos posibles
valores de verdad cada una.
p q

1 1

1 0

0 1

0 0

Y si tomamos tres variables, la tabla de valores ofrecerá 8 posibilidades (dos elevado a


tres).
p q r

1 1 1

1 1 0

1 0 1

1 0 0

0 1 1

0 1 0

0 0 1

0 0 0

6
2.2 Noción de juntor o conector.

En cualquier texto escrito no solo encontramos proposiciones, sino también partículas


lingüísticas que “conectan” de determinada manera las proposiciones entre sí. Son los
juntores o conectores.

Los conectores, en la Lógica proposicional son los que permiten unir proposiciones
atómicas para formar proposiciones moleculares.

Vamos a exponer a continuación el uso y formalización de los cinco conectores más


frecuentes en el lenguaje ordinario.

 Negación: Se simboliza “¬”, y responde a las expresiones del lenguaje


corriente: “no”, “no es cierto que”... La negación de una proposición se realiza
anteponiendo a la variable proposicional el símbolo ¬. Ej.: si “Ahora está
lloviendo” lo simbolizamos como “p”, “Ahora no está lloviendo” lo
simbolizamos como “¬p”.

Si una proposición es verdadera, su negación será falsa; y viceversa. Su tabla de


verdad es la siguiente:

p ¬ p

1 0

0 1

 Conjunción: Se simboliza “^”, y responde a las expresiones del lenguaje


natural “y”, “pero”, “sin embargo”... Ej.: “Juan estudia y ve la televisión”.

La conjunción de dos o más proposiciones atómicas constituye una proposición


molecular. La proposición molecular formada por dos proposiciones atómicas solo será
verdadera cuando lo sean las dos composiciones atómicas que la componen. Su tabla de
verdad es la siguiente:

p ^ q

1 1 1

1 0 0

0 0 1

0 0 0

6
 Disyunción: Se simboliza “V”, y responde a las expresiones del lenguaje natural
“o”, “o bien”... Ej.: “Uno se hace rico ganando a la lotería o descubriendo una
mina de oro”.

La disyunción de dos o más proposiciones atómicas constituye una proposición


molecular. La proposición molecular formada por la disyunción de dos proposiciones
atómicas solo será falsa cuando lo sean las dos proposiciones atómicas que la
componen. Su tabla de verdades la siguiente:

p V q

1 1 1

1 1 0

0 1 1

0 0 0

 Condicional: Se simboliza “--->”, y responde a las expresiones del lenguaje


natural “Si…. entonces”, “Cuando….entonces”…La expresión “p-->q” se lee “si
p entonces q”, donde “p” es el antecedente y “q” el consecuente. Lo único que
indica el condicional es que el antecedente es condición suficiente, pero no
necesaria, para que se dé el consecuente. Dicho de otro modo, siempre que se dé
el antecedente debe darse el consecuente, pero éste puede darse a causa del
antecedente o por otra causa cualquiera. Ej.: “Si duermes más, entonces rendirás
más en el trabajo”. Un condicional solamente es falso cuando el antecedente es
verdadero y el consecuente no lo es. Su tabla de verdad es la siguiente:

p ----> q

1 1 1

1 0 0

0 1 1

0 1 0

Date cuenta de que los dos primeros casos de la tabla parecen claros. Pero, ¿qué decir de
los casos 3º y 4º? Al ser falso el antecedente, estaríamos tentados de decir que el
condicional será también falso. Nada más ilógico. El condicional sólo es falso en el caso
(1,0); por tanto, es verdadero en los restantes. En el caso (0,1), al decir “si p entonces
q”, lo único que decimos es que “p” es condición suficiente de “q”, pero no condición
necesaria, es decir, no la única condición. Cabe, pues, que “p” sea falsa y “q” verdadera.
En el caso (0,0) (ej.: “Si Cervantes escribió La Celestina, entonces Quevedo era un
famoso ciclista”), tanto “p” como “q” son falsos, pero el condicional es verdadero.
Viene a expresar algo así como la conexión entre absurdos: si fuera verdad el absurdo

6
de que Cervantes escribió La Celestina, también sería verdad el absurdo de que
Quevedo era un gran ciclista.

 Bicondicional: Se simboliza “< ---- >”, y responde a las expresiones del lenguaje
natural “Si y solo si…, entonces…”, “Solamente en el caso de que…,
entonces…”… Ej.: “Solamente en el caso de que estudies, aprobarás”. La expresión
“p < --- > q” se lee “Si p, y solo si p, entonces q” El bicondicional indica que “p” no
es solo condición suficiente, sino también necesaria, para que se dé “q”. Del hecho
de que se dé “p” inferimos con absoluta certeza que se da “q”; y también a la
inversa.

Un enunciado bicondicional es verdadero en dos casos: cuando su antecedente y su


consecuente son ambos verdaderos; o cuando ambos son falsos. Su tabla de verdad es la
siguiente:

p < ----- > q

1 1 1

1 0 0

0 0 1

0 1 0

(Símbolos auxiliares): Además de variables y conectores, la Lógica proposicional


utiliza otros símbolos auxiliares que sirven para evitar ambigüedades en las expresiones.
Estos símbolos son fundamentalmente paréntesis y corchetes.

(EJERCICIO: Formaliza –es decir, traslada del lenguaje natural al


lenguaje formal de la Lógica- las siguientes expresiones:
A. Los animales, como las plantas, son seres vivos.

B. Dos rectas son paralelas si tienen la misma dirección.

C. Si perseveras en tus decisiones y no cedes al desaliento frente a los obstáculos, verás


cómo el éxito te sonríe.

D. Ni Alemania ni Francia ganaron el último Mundial de fútbol.

E. No lo reconoces pero me has engañado.

F. O lo recoges todo o no vas de excursión y no te regalo el vestido.

G. Si llegas después de las 10, te encontrarás con la puerta cerrada y no podrás entrar.

H. Los gatos son mamíferos pero las arañas no.

6
I. En el supuesto de que un polígono tenga tres lados, entonces es un triángulo.

J. Siempre que hace frío me acatarro.

K. Los patos no son gasterópodos.

L. Era de noche, sin embargo llovía.

2.3 Las tablas de verdad.

Las tablas de verdad son un método de evaluación que, mediante la combinación de los
valores de verdad de las proposiciones atómicas, nos permite indagar el valor de verdad
de las proposiciones moleculares.

El modo de proceder para realizar una tabla de vedad de cualquier expresión es el


siguiente

i. Se halla la tabla de verdad de la proposición o proposiciones afectadas por la


conectiva de menor extensión, entendiendo por extensión de una conectiva el
número de proposiciones y de otras conectivas que abarca

ii. Se continúa hallando la tabla de verdad correspondiente a las demás conectivas,


en progresión creciente en cuanto a su extensión.

iii. El proceso termina cuando hallamos la tabla de verdad correspondiente a la


proposición molecular entera.

(EJERCICIO: Realiza la tabla de verdad de las siguientes


expresiones):

1) [(p ^ q) V (¬ p ^ ¬ r)] ---- > (q < ---- > r)

2) [ (p ^ q) V r ] < ---- > ( p ^ ¬ r)

3) ( p ---- > q) V ¬ q

4) [ ( p --- >q ) ^ p ] ---- > q

2.4 Tautologías, contradicciones y contingencias.

Cuando realizamos la tabla de verdad de una expresión pueden suceder tres cosas: que
en el resultado final nos aparezcan sólo unos; que aparezcan sólo ceros; o que aparezcan
unos y ceros indistintamente.

Lo que quiere decir la primera posibilidad es que la fórmula o expresión es


necesariamente verdadera, independientemente de que las proposiciones que la
componen sean verdaderas o falsas. A las proposiciones de este tipo se les llama
Tautologías, fórmulas necesariamente verdaderas. Un ejemplo de una tautología sería

6
[(p --- >q) ^ p] --- > q (Si haces la tabla de verdad verás que el resultado son todo
unos).

Lo que quiere decir la segunda posibilidad es que la fórmula en cuestión es


necesariamente falsa, sean sus proposiciones componentes verdaderas o falsas A las
proposiciones de este tipo se les llama Contradicciones, fórmulas necesariamente
falsas. Ejemplo: (p ^ ¬ p) (Haz la tabla de verdad para ver que salen todo ceros).

La tercera posibilidad nos informa de que la fórmula en cuestión no es ni


necesariamente verdadera ni necesariamente falsa, sino unas veces una cosa y otras otra.
A las proposiciones de este tipo se les llama Contingencias. Ejemplo: [(p^q) V ¬r]
< ---- > (p ^ ¬ r) (Haz la tabla de verdad para ver que salen unos y ceros
indistintamente).

(EJERCICIO: Realiza la tabla de verdad de las siguientes expresiones


e indica si se trata de tautologías, contradicciones o contingencias):

1.- ¬p V q

2. - (p ^ q) ---- > p
3. - p < ---- > ¬p

4. - (p < --- > ¬q) ^ ( p V ¬q)

5.- (p < ---- > ¬q) V (p V ¬q)

6.- (¬p V q) < ---- > (p ---- > q)

Como las tautologías son verdaderas necesariamente, podemos decir que son verdades
de la Lógica proposicional, o Leyes de la Lógica proposicional.

Llegados aquí, debemos hacer la siguiente precisión:

 Una proposición implica a otra cuando es imposible que la primera sea


verdadera y la segunda falsa.

 Una proposición equivale a otra cuando ambas se implican mutuamente.

Por ejemplo, (p ^ q) implica p; pero p no implica (p ^ q). Por tanto, p y (p^q) no son
equivalentes. En cambio, ¬(p^q) equivale a ¬pV¬q.

6
2.5 Leyes lógicas y reglas de inferencia.

La idea de implicación tiene una relación muy estrecha con la idea de validez (o de
deducción valida).

En efecto, en una inferencia o razonamiento válido las premisas implican a la


conclusión. En otras palabras, si la conjunción de premisas implica a la conclusión,
entonces la deducción es válida.

La validez de las inferencias o razonamientos ya sabemos que se comprueba sobre su


forma lógica. Y lo que probamos cuando demostramos que una inferencia es válida, es,
en realidad, que hay una cierta forma de argumentar que es válida, forma según la cual
podrán ser construidos todos los argumentos concretos válidos que queramos.

Todas las leyes lógicas que son condicionales, y todas las que son bicondicionales, dan
lugar a “reglas de inferencia justificadas”. Entendemos por “regla de inferencia” un
modo de deducir o inferir válidamente una conclusión a partir de una o más premisas.

En otras palabras, las leyes de la Lógica proposicional representan formas válidas de


inferencia, esquemas que pueden dar lugar a razonamientos formalmente válidos.

Veamos un ejemplo: si tomamos una ley como ésta: [(p ---- >q) ^¬q] --- > ¬p, la
regla correspondiente sería: “Si tomamos como premisa un condicional y la negación de
su consecuente siempre dos.

Vamos a representar las reglas de inferencia de modo que la forma de la premisa (o


premisas) y la forma de la conclusión queden unas encima de la otra, en ese orden, y
separadas por una raya horizontal.

Ejemplo: de la ley (p^q) ---- > p extraemos la siguiente regla de inferencia: p^q

De la ley ¬ (p^q) < ---- > (¬pV¬q) extraemos dos reglas de inferencia:

¬(p^q) y ¬pV¬q
¬pV¬q ¬(p^q)

6
2.6 Métodos de decisión acerca de la validez o invalidez formal de un argumento.

Vamos a conocer dos métodos para comprobar la validez o invalidez de una inferencia.
Veamos cada uno de ellos por separado.

- PRUEBA DE VALIDEZ MEDIANTE TABLAS DE VERDAD.

Ya sabemos que la validez de un razonamiento consiste en que tenga tal estructura que
la conclusión se siga necesariamente de las premisas. Supongamos que hemos
establecido unas determinadas premisas que son verdaderas; si el razonamiento es
válido, la conclusión tendrá que ser necesariamente verdadera. Es inconcebible que,
partiendo de premisas verdaderas y razonando correctamente lleguemos a una
conclusión falsa.

Es en lo que acabamos de decir en lo que se basa la llamada prueba de validez o


invalidez de un razonamiento mediante el método de tablas de verdad. El modo de
proceder sería el siguiente:

 Se halla la tabla de verdad de cada una de las premisas y de la conclusión.

 Si se da el caso de que, teniendo valor verdadero todas las premisas, la


conclusión es falsa, entonces el razonamiento o inferencia es inválido.

 Si no se da el anterior supuesto, se trata de una inferencia válida.

Veamos un ejemplo: consideremos el siguiente razonamiento: pVq

¬p
q

Calculemos la tabla de verdad de las premisas y de la conclusión:

pVq ¬p q

1 0 1

1 0 0

1 1 1

0 1 0

Observemos que no hay ningún caso en el que, siendo verdaderas las premisas, la
conclusión sea falsa. Luego el argumento es válido.

Veamos otro ejemplo: (pV¬q) ---- > p

p ---- > q

p^q

6
Calculemos la tabla de verdad de las premisas y de la conclusión:

(pV¬q) ---- > p p ---- > q p^q

1 1 1

1 0 0

1 1 0

0 1 0

En este caso, vemos que en la tercera fila de la tabla se da el caso de que las dos
premisas son verdaderas y la conclusión es falsa. Por tanto, el razonamiento es inválido.

(Otra variante del método que acabamos de presentar consiste en realizar enteramente la
tabla de verdad de la expresión. Así, si la expresión es una tautología –es decir, el
resultado son todo unos- se tratará de un esquema de inferencia válido, ya que no será
posible que las premisas sean verdaderas y la conclusión sea falsa; en cualquier otro
caso, el modo de argumentar no será válido, ya que siempre será posible el hecho de que
partiendo de premisas verdaderas lleguemos a una conclusión falsa).

EJERCICIO: Prueba la validez o invalidez de los siguientes


argumentos utilizando el método de tablas de verdad:
p---- >q p---- q p--- > (qVr)

pVq p---- > (q---- >r) r---- > (q^p)

p p---- >r q---- > r

p< ---- >q

-MÉTODO DE DEDUCCIÓN NATURAL.

Este método nos suministra un instrumento eficaz para comprobar la validez de un


razonamiento, deduciendo la conclusión a partir de las premisas mediante una
sucesión de razonamientos elementales, cada uno de los cuales es un razonamiento
correcto.

Para pasar de las premisas a la conclusión utilizaremos las “Reglas de inferencia”,


por las cuales podemos pasar de una fórmula bien formada a otra.

Las ventajas que presenta este método sobre el anterior son dos. En primer lugar,
este método nos muestra no solo si un razonamiento es correcto, sino también por
qué lo es. En segundo lugar, nos permite calcular qué conclusión se debe seguir
necesariamente de unas premisas dadas.

6
Ya sabemos que reglas de inferencia hay tantas como leyes lógicas, y, por
consiguiente, infinitas. Nosotros vamos a presentar ahora las más comunes, las
cuales nos servirán para llevar a cabo cualquier demostración.

1.- Introducción del Condicional (IC): Si suponemos la verdad de una proposición


cualquiera, y por pasos que sean todos y cada uno de ellos inferencias válidas, llegamos
a tener que afirmar otra proposición cualquiera, entonces decimos que la que supusimos
implica a la segunda. En otras palabras, esta regla garantiza la legitimidad de introducir
una relación de implicación entre dos proposiciones una vez que se ha demostrado que
de la suposición de una proposición cualquiera –por ejemplo “p”- se deduce
legítimamente una consecuencia –por ejemplo “q”. (Ojo: cuando suponemos algo en
una deducción lo señalamos abriendo a su izquierda un ángulo).

q .

p---- > q

2.- Modus Ponens (MP) o regla de eliminación del condicional: La regla dice que si
tenemos una implicación en un paso de una deducción, y, en otro paso, el antecedente,
podemos inferir el consecuente.

p---- >q

p .

3.- Regla del producto (prod.).

La regla dice que si tenemos en dos premisas o pasos de la deducción dos fórmulas
cualesquiera (por ejemplo, “p” y “q”), podemos unirlas mediante una conjunción. Es
claro que si “p” y “q” son verdaderas por separado, también lo será su conjunción.

q .

p^q

4.- Regla de simplificación (simp).

La regla dice que si tenemos en una premisa o paso de una deducción una fórmula que
sea una conjunción (por ejemplo “p^q”), podemos deducir cada uno de los dos
miembros de la conjunción. En efecto, si la conjunción de “p” y “q” es verdadera,
también lo serán por separado “p” y “q”.

p ^q p ^q

p q

6
5.- Regla de adición (ad.).

La regla dice que si tenemos en una premisa o paso de una deducción una fórmula, por
ejemplo, “p”, podemos añadir mediante el disyuntor otra fórmula cualquiera, por
ejemplo “q”, esté o no en la deducción. Ya sabemos que en una disyunción basta con
que uno de los miembros sea verdadero para que lo sea la disyunción. Por tanto, si “p”
es verdadero, también lo será “p” en disyunción con cualquier otra fórmula.

p .

pVq

6.- Regla de la doble negación (DN.).

Esta regla nos permite eliminar un doble negador porque es lo mismo que una
afirmación.

¬¬p p .

p ¬¬p

7.- Regla de la reducción al absurdo (Abs.).

La regla dice que de todo aquello que se siga una contradicción podemos garantizar su
falsedad, y afirmar necesariamente la verdad de su contrario. La regla supone los
siguientes pasos: a) Supongamos que queremos demostrar una cosa (difícil de inferir
directamente); b) Partimos del supuesto contrario a lo que queremos demostrar; c)
Extraemos consecuencias intentando alcanzar una contradicción (la afirmación y
negación de lo mismo); d) Todo aquello que genera una contradicción no es posible, por
tanto afirmamos como conclusión lo que queríamos demostrar en el paso a).

q^¬q

¬p

8.- Regla del bicondicional (B.).

Esta regla nos permite sustituir el bicondicional por la conjunción de dos condicionales.

p< ---- >q . (p---- >q) ^(q---- >p)

(p---- >q) ^ (q---- >p) p< ---- >q

9.- Regla de transitividad del condicional (TC.).

La regla afirma que si una proposición implica a otra, y esta segunda implica a una
tercera, entonces la primera también implica a la tercera.

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p---- >q

q---- >r

p---- >r

10.- Modus Tollens (MT.).

La regla dice que, si dada una expresión condicional, no se produce la consecuencia


esperada, entonces podemos garantizar que tampoco se da el antecedente.

p---- >q

¬q .

¬p

11.- Regla básica del silogismo disyuntivo (SD.).

El sentido de la regla es claro: si sabemos que una disyunción es verdadera, y también


sabemos que uno de los términos de la disyunción es falso, entonces sabemos que el
otro término tiene que ser necesariamente verdadero.

pVq pVq

¬p . ¬q

q p

12.- Reglas de De Morgan (DM).

Nos permiten permutar la conjunción por la disyunción, y viceversa. Atención a estas


reglas porque son de las más usadas.

¬(p^q) ¬(pVq)

¬pV¬q (y viceversa) ¬p^¬q (y viceversa)

13.- Regla de definición del condicional (Def. Cond.).

Nos permite permutar el condicional por la disyunción y viceversa.

p ---- >q

¬p V q (y viceversa)

(Atiende a los ejemplos que vamos a resolver en la pizarra para aprender a usar las
reglas)

EJERCICIO: Prueba la validez de los siguientes argumentos utilizando el


método de deducción natural o reglas de inferencia (Ver hoja de ejercicios).

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Formaliza los siguientes argumentos y demuestra su validez:

 Si fueras un mandarín de la China, vivirías con lujo y no tendrías que


trabajar. Si vivieras de esa manera, te distraerías haciendo viajes alrededor
del mundo o alimentando a los faisanes de tu palacio. Como no es el caso de
que te distraigas con tales cosas, deduzco que no eres un mandarín de la
China.

 Si suben los salarios, entonces suben los precios. Si suben los precios,
entonces baja el pode adquisitivo de la moneda. Es así que no suben los
salarios. Luego baja el poder adquisitivo de la moneda.

 Si no hay control de nacimientos, entonces la población crece


ilimitadamente. Pero si la población crece ilimitadamente, aumentará el
índice de pobreza. Por consiguiente, si no hay control de nacimientos,
aumentará el índice de la pobreza.

3.- LAS FALACIAS.

Entendemos por falacias aquellos razonamientos incorrectos que tienen la apariencia de


un argumento pero que están incorrectamente construidos. Las falacias también son
conocidas con el nombre de sofismas (cuando la falacia es utilizada conscientemente
con voluntad de engaño) o paralogismos (cuando el razonamiento falso es utilizado sin
voluntad de engaño). Saber que son argumentos inválidos es muy importante para poder
razonar mejor y para impedir que otros nos engañen con la defensa de tesis sustentadas
en argumentos inválidos.

Las falacias se suelen clasificar en dos grupos: falacias formales y falacias


materiales.

1.1 Falacias formales.

Son aquellas debidas a un error en la forma o estructura del argumento. Las más
frecuentes son:

 Falacia de afirmar el consecuente: Este falso razonamiento se asemeja al


Modus Ponens, pero se trata de un argumento inválido:

Modus Ponens: Falacia:

p--- >q p--- >q

p . q .

q p

Ejemplo: “Si usted es un alborotador, está en contra de las medidas


adoptadas por el gobierno. Usted está en contra de las medidas adoptadas por el
gobierno. Luego usted es un alborotador”.

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 Falacia de negar el antecedente: Este falso razonamiento se asemeja al Modus
Tollens, pero se trata de un argumento inválido.

Modus Tollens: Falacia:

p--- >q p--- >q

¬q . ¬p .

¬p ¬q

Ejemplo: “Si usted es un alborotador, está en contra de las medidas


adoptadas por el gobierno. Pero como usted no es un alborotador, ello indica
que usted está a favor de las medidas adoptadas por el gobierno”.

1.2 Falacias materiales. Vamos a conocer algunas de las más típicas:

 Falacias ad hominem: Consisten en apelar a las circunstancias personales del


contrincante para descalificar sus argumentos En ellas subyace la suposición de
que si la persona no es de fiar, los argumentos que defiende carecen de valor.
Para quien emplea este tipo de falacias, lo fundamental es derrotar al adversario
antes que descalificar sus ideas. (Ejemplo: argumentar que la filosofía de
Nietzsche es errónea porque el filósofo acabó loco). Un caso especial de falacia
ad hominem es la conocida como falacia del tu quoque (“tú también”): consiste
en replicar a una argumentación en la que somos acusados de algo acusando al
contrario de lo mismo. Por ejemplo: supongamos que los dirigentes de un
partido político son acusados por los dirigentes de un partido rival de
financiación ilegal, y que se defienden acusándolos de haber hecho ellos lo
mismo.

 Falacia ad populum: Consiste en halagar al oyente, o apelar a sus sentimientos


con el fin de que admita nuestra propuesta, pero sin aportar pruebas reales de la
bondad de dicha propuesta. Este tipo de argumentación es frecuente en los
discursos electorales. Por ejemplo: supongamos que un político, ante un acto
violento protagonizado por un inmigrante, argumenta que hay que recluir a los
inmigrantes en guetos porque alteran nuestra tranquilidad y nos hacen sentirnos
inseguros.

 Falacia ad verecundiam: También llamada “argumento de autoridad”. Consiste


en defender una tesis invocando a alguna persona de gran reputación, autoridad
o poder que haya sostenido esta tesis. Ejemplo: durante siglos la cultura

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occidental consideró que la Tierra estaba situada en el centro del Universo
porque así lo había dicho Aristóteles.

 Falacia ad ignorantiam: Consiste en pretender que algo es falso porque no se


ha podido demostrar que es verdadero (o viceversa). Por ejemplo, argumentar
que Dios existe porque nadie ha podido demostrar su inexistencia.

 Falacia ad baculum: Supone recurrir a la fuerza o a la amenaza para convencer,


en caso de discrepancia, a quien discute con nosotros. Ejemplo: “Estoy en lo
cierto; y si no estás de acuerdo conmigo, atente a las consecuencias”.

 Falacia de eludir la cuestión: Consiste en responder a una cuestión diferente a


la que se nos pregunta. Imaginemos que preguntamos a un dirigente político
acerca de una cuestión espinosa, por ejemplo, los recortes en Educación o
Sanidad, y nos responde aludiendo a la bajada de la Prima de Riesgo.

 Falacia de la generalización precipitada. Consiste en hacer una generalización


a partir de una pequeña muestra que no es representativa. Por ejemplo, leemos
en la prensa un suceso protagonizado por un inmigrante y concluimos que la
causa de la delincuencia en nuestro país se encuentra en la población extranjera.

 Falacia ex populo: Consiste en defender una tesis apelando a que todo el mundo
está de acuerdo. Ejemplo: la televisión basura es buenísima ya que muchísima
gente la ve.

 Falacia de confundir una relación accidental con una relación causal:


Conocida por su nombre latino post hoc, ergo propter hoc. Consiste en
establecer una relación causal entre dos fenómenos solo porque uno va después
de otro. Por ejemplo, tras ver un gato negro te deja tu pareja, y atribuyes el
abandono a la visión del gato negro.

 Falacia de petición de principio: También conocida como argumentación


circular. Consiste en que, para demostrar algo, partimos precisamente de aquello
que hay que demostrar. Por ejemplo, intentar demostrar el principio de
causalidad (“todo sucede por una causa”) argumentando que nada puede existir
sin una causa.

EJERCICIO: Señala la falacia que aparece en los siguientes


argumentos:

 Como dijo Aristóteles, todo el mundo es curioso por naturaleza.

 Es pobre, y por lo tanto es un tonto.

 Ha ganado la carrera porque llevaba el amuleto nque le regalé.

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 ¿Por qué Mozart componía música? Porque era compositor.

 Espero que estudies la lección, porque, si no, te quedarás sin recreo.

 Claro que existen los Reyes Magos, pero si no crees no te traerán regalos.

 Cuando un alumno estudia, acaba aprobando. Sandra ha aprobado; sin


duda, ha estudiado.

 Clinton fue un mal presidente porque engañó a su mujer.

4.- LA RETÓRICA.

En su origen, la Retórica es el conjunto de técnicas necesarias para que el lenguaje


hablado o escrito sea eficaz para convencer, agradar o conmover. La retórica
representaba una herramienta fundamental de los ciudadanos en las polis griegas de la
Grecia Antigua. El sistema democrático directo daba a todos los ciudadanos el derecho
a tomar la palabra en la asamblea; por ello, quienes querían participar en la vida política
se preocupaban por dar a sus discursos el contenido y la forma más adecuada para
persuadir a los oyentes.

En Roma se continuó con esta tradición, y, así, Cicerón (siglo I aC) y Quintiliano (siglo
I dC) sistematizaron las técnicas retóricas. De acuerdo con Cicerón, para elaborar un
buen discurso hay que seguir las siguientes fases:

1. INVENTIO: consiste en recopilar el material con el que se va a elaborar el


discurso.

2. DISPOSITIO: se trata de ordenar las ideas por su importancia, su impacto, su


orden lógico. La estructura básica que se suele seguir es:
introducción/desarrollo/conclusión.

3. ELOCUTIO: se refiere a todo lo relativo a cómo se va a exponer ese discurso:


recursos estilísticos, tipo de lenguaje, ejemplos…

4. MEMORIA: se necesita memorizar el discurso, puesto que no es lo mismo leer


un discurso que irlo recitando. De esta forma es más fácil convencer al público
de que se domina la materia de la que se está hablando.

5. ACTIO: es el acto de pronunciar el discurso, la puesta en escena: tono de voz,


ritmo, silencio, gestos, miradas, imagen de quien pronuncia el discurso, uso de
recursos…

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