Cultura Prevención
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Prevenir es vivir
E
n septiembre de 2017 México fue puesto a prueba. Tuvimos la presencia de
los huracanes Harvey, Katia y Max, que tocaron la Península de Yucatán,
Veracruz, y Guerrero y Oaxaca, respectivamente. Asimismo, las tormentas
tropicales Pilar y Lidia afectaron a Colima y Sinaloa, la primera, y Baja California,
la segunda. Además, los sismos del 7 y el 19 de septiembre impactaron los estados
de Chiapas, Oaxaca, Morelos, Puebla y la Ciudad de México.
Aunque esta actividad hidrometeorológica y sísmica pareciera inusual, se en-
cuentra dentro de los parámetros “normales” esperados. En 2017 en el océano
Atlántico se registraron 18 ciclones tropicales y nuestro país fue afectado por los
huracanes Franklin (categoría 1), Katia (cat. 2) y Nate (cat. 1); en el Pacífico se
presentaron 20 ciclones tropicales, de los cuales las tormentas tropicales Beatriz,
Lidia y Pilar y el huracán Max (cat. 1) afectaron a México. En cuanto a la activi-
dad sísmica, en 2016 el Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró 15 460 sis-
mos, con sólo uno de magnitud 6.5 y alejado de la costa de Jalisco. Podemos decir
que el nuestro es un país hidrometeorológica y sísmicamente activo.
Aunque la ciencia ha avanzado mucho, en el caso de los fenómenos hidro-
meteorológicos los modelados en grandes computadoras nos sugieren las posibles
trayectorias, con uno o dos días de anticipación; pero todavía no es posible, en
ningún país del mundo, predecir los sismos; es decir, establecer su magnitud, lo-
calización y fecha exacta de ocurrencia.
¿Podremos algún día predecir estos fenómenos? deada por sierras altas, se evita la circulación de vien-
La respuesta es sí, pero necesitamos tener un mayor tos que arrastren la contaminación atmosférica gene-
número de mediciones que, para los fenómenos hi- rada, lo que agrava la calidad del aire que respiramos.
drometeorológicos, permitan tener mejores modelos Asimismo, otro fluido vital es el agua, pero –iró-
computacionales, y para los sismos es necesario me- nicamente– de ser un lugar en el que abundaba por
dir la deformación del material en las zonas sismogé- el gran lago de Texcoco, ahora cada día cuesta más
nicas, a profundidades de más de 30 km. En ambos trabajo obtenerla, ya sea al extraerla del subsuelo
casos se trata de un reto tecnológico. mediante pozos o bombeándola del sistema Cut-
Si estos eventos se presentan en medio de vas- zamala, a una elevación de 1 100 metros más abajo
tos océanos o lejos de asentamientos humanos, no que la altura de la Ciudad de México. Pensemos en
provocarían mayor amenaza. Pero cuando los fe- subir 1 km cargando un garrafón de agua de 20 litros
nómenos actúan sobre la población, sus bienes e (20 kg), y nos daremos cuenta del trabajo que se rea-
infraestructura, representan un riesgo si las condi- liza para elevar hasta 19 m3/s (19 toneladas de agua).
ciones para soportar sus efectos no son adecuadas. La fundación de la Ciudad de México, hoy con
Es entonces importante conocer los fenómenos de una zona conurbada de más de 21 millones de habi-
origen natural y sus efectos, para diseñar infraestruc- tantes, significó la transformación del gran lago de
tura capaz de resistir sus embates y minimizar el ries- Texcoco (véase la Figura 1) y obligó a poblar el lecho
go de desastre. blando y las orillas de este cuerpo de agua. Entonces
se establecieron las condiciones de vulnerabilidad
que hoy vivimos: suelos blandos que se hunden y
El reto de la Ciudad de México fracturan por la extracción de agua y un terreno que
Desde su fundación, la Ciudad de México estable-
ció retos que nos alcanzan hasta nuestros días.
A una altura de más de 2 200 m sobre el nivel
medio del mar, respiramos 20% menos oxígeno
que a nivel del mar. Además, en una cuenca ro-
■■
Figura 1. El gran lago de Texcoco, sobrepuesto sobre la división política de la Ciudad de México, así como el mapa
de zonificación sísmica.
Pensemos en que realizamos un viaje de la acero que se fracturan con facilidad por su misma
Ciudad de México a Acapulco en un auto último rigidez. Por ello es importante asegurar estos tan-
modelo o en uno que es de hace 40 años: ¿en cuál ques al piso; si no es posible atornillarlos, se pueden
vehículo nos sentiríamos más seguros? Al igual que colocar cintas metálicas alrededor que los sujeten y
con los autos, en las casas, el paso del tiempo tiene eviten que en caso de un sismo se muevan, rueden
un efecto de deterioro. Por lo general consideramos y caigan de la azotea.
que sólo con pintar los inmuebles es suficiente pa- Por otra parte, estamos acostumbrados a contra-
ra que estén en buenas condiciones; pero el tiempo, tar seguros para nuestros autos, pero no para nues-
más los efectos de la temperatura y el ambiente, o tras viviendas, aun cuando el valor de reposición de
bien el paso de vehículos que produce microvibra- un inmueble es mucho mayor que el de un vehículo.
ciones, eventualmente deterioran los materiales, Existen seguros integrales que consideran daños por
la cimentación, las tuberías, el cableado eléctrico, sismos, inundaciones, erupciones volcánicas, etc., a
etc., y entonces las viviendas ya no tienen la misma un costo moderado. Por ejemplo, para un departa-
capacidad de resistencia con la que fueron construi- mento de 130 m2, en el piso 16 de un edificio cons-
das. Inclusive, dejar una pared sin repellar, esto es, truido en 1979 y localizado en una Zona Sísmica I,
con los ladrillos expuestos –como es común en las hasta el año pasado, este tipo de seguro costaba $450
paredes que se comparten hacia el exterior, con pesos mensuales; ahora cuesta $750 pesos al mes.
los vecinos–, tendrá más efectos con el paso del Aún así, es más barato que un seguro para un ve-
tiempo, la humedad por lluvias, los cambios de tem- hículo de reciente modelo, que por lo menos cuesta
peratura, etc., pues harán que esa pared sea menos $1 000 pesos mensuales. Con los seguros para autos,
resistente en comparación con una previamente re- en una pérdida total difícilmente reponemos el mis-
pellada y pintada. mo vehículo; lo mismo sucede con la vivienda, pero
Las edificaciones construidas en los años cin- al menos no perdemos todo.
cuenta no cumplirían el reglamento actual. Pero
como la ley no es retroactiva, las normas vigentes
no pueden ser aplicadas a las construcciones con fe- Vulnerabilidad social
chas anteriores. Lo que sí es recomendable es cono- Desde 1985, en la Ciudad de México cada año rea-
cer cómo mejorarlas, para que éstas puedan soportar lizamos un simulacro el 19 de septiembre; algunos lo
sismos importantes. La mayoría de las veces el costo tomamos en serio y otros no. Los jóvenes menores
de reforzamiento no es muy alto si lo comparamos
con el costo del daño o colapso por un sismo. En la
Figura 3 se muestra un ejemplo del fortalecimiento
de columnas y trabes de un edificio antiguo para au-
mentar su capacidad ante los sismos.
Asimismo, pocas veces revisamos las instala-
ciones eléctricas y de gas, a menos que presenten
desperfectos. En 1985 eran relativamente escasas las
instalaciones de gas estacionario con grandes tan-
ques de almacenamiento, pero hoy son lo más co-
mún. Estos grandes tanques colocados en las azoteas
pocas veces están atornillados al techo, pues mu-
chos suponen que el peso del tanque y del gas es sufi-
ciente para mantenerlos en su sitio. Sin embargo, el
movimiento de grandes sismos los puede desplazar; ■■Figura 3. Fortalecimiento de columnas y trabes de un edificio
antiguo, mediante el uso de ángulos y soleras de acero, para me-
además del peligro que representan las tuberías de jorar la capacidad de resistencia ante sismos.
de 32 años el pasado 7 y 19 de septiembre nunca puede buscar un enlace con algún conocido que se
habían sentido unos sismos con esas características; encuentre fuera de la ciudad y tenga otras vías de
es probable que para ellos llevar a cabo simulacros y comunicación.
hablar de los sismos de 1985 no tenía la relevancia
que ahora ven.
Los simulacros salvan vidas, pues son una serie ¿Qué debemos hacer en un simulacro?
de acciones que llevamos a cabo para prepararnos Lo primero es evaluar el sitio seguro en el que debe-
ante un evento como una inundación, incendio, mos resguardarnos o replegarnos y al que hay que eva-
tornado, huracán, sismo, etc. Estas acciones nos pre- cuar o dirigirnos. La decisión entre replegarnos o eva-
paran ante lo que podemos esperar en el caso real. cuar debe estar basada en la capacidad que tengamos
La repetición de los simulacros y hacerlos cada vez de desalojar un inmueble en un tiempo corto (véase
más complejos nos da seguridad y confianza, nos el Recuadro 1). Debemos hacer simulacros que con-
ayuda a mejorar nuestra actuación. templen la evacuación del inmueble y darnos cuenta
Como ya lo vivimos en el pasado, nuestra reac- del tiempo que requerimos para salir a una zona segu-
ción y el impacto psicológico y social de un sismo ra. El tiempo de recorrido debe considerar escaleras,
son diferentes si éste ocurre a media noche o en el puertas cerradas, falta de luz por pérdida de energía
día, en fin de semana o día laboral, con lluvia, con eléctrica, más gente que está evacuando, etcétera.
frío, etc. El sismo del 7 de septiembre nos encontró Si el resultado de ese tiempo de recorrido es
a la mayoría en nuestras casas, con nuestra fami- mayor a 50 segundos, hay que buscar un sitio de
lia y también ya dormidos; en cambio, el del 19 de
septiembre ocurrió en horas laborales, con nuestros
colegas y lejos de nuestras familias. Tanto los simula-
cros como un plan familiar de acción ante un sismo
deben considerar un caso como el del 19 de septiem- Recuadro 1. Tiempo de alerta ante un sismo
bre y establecer un punto de reunión de las familias
si están fuera de casa.
El plan de acción es una decisión en familia. Por E l Sistema de Alerta Sísmica (SAS) fue diseñado hace más de
20 años para detectar la ocurrencia de sismos importantes en
la costa de Guerrero, entre Acapulco y Petatlán, en la Costa Gran-
ejemplo, si hay niños es recomendable que el punto
de reunión sea su escuela, y debemos considerar el de (zona conocida como la Brecha Sísmica de Guerrero). El SAS
detecta el sismo en el sitio de ocurrencia, procesa la información
tiempo para desplazarnos a esos sitios y contemplar
rápidamente y, si establece que será un sismo mayor de 5.5 de
que iremos a pie, ya que el tránsito de la ciudad pue- magnitud, entonces emite una alerta. Las ondas sísmicas impor-
de estar colapsado. Si tenemos adultos mayores con tantes –que son las superficiales y viajan entre 3 y 3.5 km/s– tar-
capacidades diferentes, lo adecuado puede ser reu- darán cerca de 100 segundos en recorrer los 300 km entre la
nirse en la casa con ellos, de nuevo, considerando costa y la Ciudad de México, a esto se le resta el tiempo usado para
los tiempos de arribo. Asimismo, en el plan familiar detectar el sismo, determinar la magnitud y transmitir la alerta, que
debemos discutir la forma de comunicarnos. Resulta puede ser de hasta 50 segundos; por lo tanto, el tiempo final de avi-
claro que en la actualidad el teléfono celular es el so puede ser de 50 segundos. Si el sismo se encuentra más cerca,
el tiempo de detección, cálculo de magnitud y transmisión de aler-
medio de comunicación preferido, pero es también
ta se mantiene constante, pero el tiempo de viaje de las ondas sís-
el más vulnerable ante un sismo importante, por la
micas será menor, por lo que se reduce el tiempo de alertamiento.
caída de torres de telecomunicación, falta de ener- Por eso, la alerta del sismo del 7 de septiembre llegó hasta con
gía eléctrica o saturación por los usuarios durante 80 segundos de anticipación a la Ciudad de México; pero el del
la emergencia. Una opción podría ser enviar un 19 de septiembre, mucho más cercano, no permitió un tiempo de
mensaje de texto breve, que diga que estamos bien alerta anticipada para la zona sur, y sólo unos pocos segundos
o que necesitamos ayuda, en dónde estamos y dón- de anticipación para el norte de la ciudad.
de es el punto de reunión. En ocasiones también se
Lecturas recomendadas
Cenapred (20s18), Atlas Nacional de Riesgos. Disponible
en: <http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx/>.
Consultado el 7 de mayo de 2018.
Lomnitz, C. (2005), El próximo sismo en la Ciudad de Mé-
xico, México, Dirección General de Divulgación de
la Ciencia-UNAM.
Ugalde Aguirre, A. (2009), Terremotos. Cuando la Tierra
tiembla, Madrid, Consejo Superior de Investigacio-
nes Científicas.