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Herramientas Teórico

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Herramientas teórico-prácticas en el desarrollo de las relaciones

interpersonales

Las Relaciones Interpersonales proporcionan el contexto para el despliegue


de la inteligencia emocional. La calidad de esas relaciones establece el clima
social y emocional que prevalece en nuestro ambiente familiar, social y de
trabajo. Una relación es habitualmente percibida como comunicación
estrecha entre dos individuos, por ejemplo, relaciones íntimas/amorosas o
relaciones padres/hijos.

Las relaciones interpersonales tienen lugar en una gran variedad de


contextos, como la familia, los grupos de amigos, el matrimonio, las
amistades, los entornos laborales, los clubes sociales y deportivos, los
entornos barriales, las comunidades religiosas, entre otros.

Para mantener relaciones interpersonales saludables se requieren que se


pongan en práctica una serie de herramientas:

COMUNICACIÓN INTERPERSONAL

 Descubrir el estilo de comunicación propio y personal.


 Establecer buenas relaciones con nuestros interlocutores.
 Utilizar un adecuado comportamiento verbal y no verbal. • Utilizar
todas sus capacidades cerebrales para tener éxito.
 Identificar las fuentes de malentendidos.
 Tomar conciencia de las condiciones de una relación equilibrada para
evitar las relaciones conflictivas
 Detectar y reconocer los “juegos” que pueden instaurarse en una
relación.
 Evitar las trampas: precipitación, perfeccionismo, rechazo de
emociones, exceso de amabilidad.
 Mejorar la empatía en las relaciones personales.

LA ASERTIVIDAD PARA DESARROLLAR RELACIONES EQUILIBRADAS

 Identificar la expresión eficaz de los sentimientos.


 Saber tomar iniciativas eficaces.
 Encontrar opciones para evitar entrar en un conflicto, o para salir de
él.
 Reaccionar ante comportamientos pasivos, agresivos o
manipuladores.
 Saber transformar un ataque sin salida en una crítica útil.
 Saber escuchar las críticas utilizándolas como informaciones
pertinentes Herramientas para desarrollar las relaciones
interpersonales

LA AUTOESTIMA Y EL DESARROLLO DEL CONOCIMIENTO DE SI


MISMO

 Tomar conciencia de sus comportamientos ante los demás (puntos


ciegos). • Definir y desarrollar la propia imagen.
 Reconocer sus puntos débiles, aceptarlos e integrarlos en sus
comportamientos cotidianos.
 Desarrollar la confianza en sí mismo reconociendo profundamente sus
cualidades y éxitos.
 La automotivación

EL CONTROL EMOCIONAL

 Practicar técnicas simples de relajación física y mental.


 Identificar y gestionar su estrés y reconducir su energía.
 Programarse para el éxito a través de la visualización.
 Encontrar soluciones originales y realistas para solucionar problemas.
 Reconocer y gestionar los sentimientos ineficaces.
 Desarrollar el papel de los sentimientos: actuar positivamente.
 Tomar conciencia de los sentimientos de los demás según su punto
de vista.
 Gestionar las diferencias con los otros.
 Superar antipatías y experiencias de fracaso.

La razón de vivir es tener buenas relaciones personales, tener a gente a


quien amar y respetar, y que te amen y respeten.

Características de las relaciones interpersonales

Las relaciones interpersonales se caracterizan por:

 Son indispensables en toda sociedad y sus grupos.


 Satisfacen de alguna forma, necesidades físicas y emocionales
explícitas o implícitas de cada
 Indistintamente del contexto donde ocurran pueden ser sanas y no
sanas.
 En toda interrelación existen personas pasivas, asertivas y agresivas.
 Son matizadas por momentos de discrepancia y conflictos, porque no
es fácil el mantenimiento adecuado de las mismas.
 Pueden ser reguladas por leyes, hábitos o acuerdos mutuos de
quienes las establecen.

Estrategias para abordar el tema del conflicto en el entorno escolar

Los conflictos implican situaciones en las que dos o más personas tienen un
desacuerdo o se encuentran en oposición porque sus intereses o intenciones
resultan incompatibles. En el aula, pueden darse conflictos entre el profesor y
los alumnos o entre los propios alumnos, y tanto unos como otros pueden
generar un clima que dificulte el desarrollo de las clases y tu labor como
docente.

Sin embargo, si se afrontan de manera adecuada, pueden contribuir a


mejorar la relación entre las personas enfrentadas y en el grupo donde se
integran, abriendo nuevos caminos y posibilidades de avanzar. Entre las
estrategias para abordar este tema en el entorno escolar citamos:

 Trabaja en la prevención. Un buen ambiente en el aula y una


adecuada disciplina pueden ayudarte a evitar el inicio de conflictos.
Actúa de manera individual con los alumnos que puedan presentar
problemas o dificultades, practica el refuerzo positivo, educa en
valores y favorece el desarrollo de habilidades emocionales y de
competencia social en tus estudiantes a través de actividades
grupales. Puedes establecer unas normas básicas de convivencia
como estas y llevar a cabo actividades para mejorar el diálogo y la
convivencia en el aula.
 Fomenta y cuida la comunicación. Tanto la comunicación verbal como
la no verbal marcan las relaciones en el aula. Debes trabajar las
habilidades comunicativas de tus alumnos pero también las tuyas,
porque de ellas depende en buena medida que en el aula haya un
clima de tranquilidad o de crispación. Cuando el conflicto ya se ha
desarrollado, la comunicación también puede ser la llave para
afrontarlo con calma, mediante el diálogo y la escucha activa de las
partes implicadas.
 Mantén el control del aula. Aunque el diálogo y la colaboración entre
alumnos y docentes son importantes, como profesor te corresponde
marcar el ritmo y el desarrollo de la clase. Es importante que, ante
problemas de conducta o faltas de disciplina, puedas mantener ese
control sin alterarte, evites el enfrentamiento directo o la discusión y te
mantengas firme. Responde con calma y rotundidad y, si lo consideras
necesario y el conflicto se repite, habla con el alumno o alumnos
implicados de manera individual, fuera de clase, donde los estudiantes
conflictivos no se sienten tan protegidos y será más fácil reconducir su
conducta.
 Prepara a tus alumnos en la gestión de conflictos. Si tus estudiantes
están preparados para analizar, afrontar y resolver los problemas que
les surjan conseguirás que muchos conflictos se zanjen antes de
agravarse.
 Analiza la naturaleza, gravedad y persistencia del conflicto. En el aula
pueden darse diversos tipos de conflictos (curriculares, sociales,
culturales o relacionales) y en distintos grados de intensidad. Es
importante que identifiques el origen del conflicto, el problema
concreto, quién está implicado y cuáles son las necesidades e
intereses de todas las partes del conflicto. Por ejemplo, en pequeños
problemas diarios, o con alumnos que solo quieren llamar la atención,
la solución puede estar en mantenerte firme, conservar la calma y,
simplemente, seguir con el desarrollo de la clase. Pero si el conflicto
se repite o se agrava, tendrás que recurrir a estrategias de
intervención: consenso, mediación, conciliación, arbitraje, arreglo
normativo etc.
 Pon en práctica distintas dinámicas de resolución de conflictos. Según
el tipo de conflicto al que te enfrentes o la edad de los alumnos, las
medidas para solucionarlo pueden variar. Tras analizar la situación,
opta por la dinámica o actividad que consideres más adecuada.
 Busca soluciones concretas, constructivas y duraderas al problema.
En vez de enfocar el conflicto desde las posturas de quienes lo
protagonizan, analiza los intereses y necesidades de cada uno y, en
un ambiente de negociación, ayuda a cada uno a reflexionar sobre la
situación y armonizar sus posiciones. Debes profundizar en las causas
del conflicto y no solucionarlo de manera superficial o temporal ni
limitarte a dar la razón a una de las partes, sino encontrar las claves
para atajarlo y resolverlo a largo plazo.
 Recurre a la mediación. Cuando las partes implicadas en un conflicto
no consiguen resolverlo por sí mismas, se puede poner en práctica
esta herramienta, muy útil para los enfrentamientos entre alumnos
donde el docente ejerce de mediador. Tu papel en este caso es
favorecer el proceso y ayudar así a las partes a tomar decisiones y
llegar a un acuerdo: reúne a los implicados en el conflicto, escucha
sus opiniones y su versión, promueve el diálogo entre los implicados e
invítales a buscar soluciones. También puedes poner en práctica la
mediación entre iguales, donde el mediador es otro alumno no
implicado en el conflicto. En cualquiera de los casos, se trata de una
técnica muy interesante porque se basa en la comunicación, la
autonomía y la igualdad y, por lo tanto, es una buena alternativa a los
castigos y sanciones. Además, al aceptar los protagonistas sus
propias resoluciones, es más probable que sean justas y equitativas y
los actores se comprometan con ellas y las cumplan.
 Actúa de manera coordinada. Cuando hay un alumno o un grupo o
clase que genera conflictos es importante diseñar una estrategia
compartida con el resto de profesores, de modo que el problema se
afronte de manera transversal y coordinada. Así, unos y otros
docentes compartirán los mismos criterios, avanzarán en la misma
dirección y contribuirán a reforzar la resolución del conflicto. En los
casos más graves o cuando así lo decida el equipo docente, puede
ser necesario involucrar también en este plan coordinado a la familia,
como parte esencial de la educación del niño.
 Haz un seguimiento. Los actos de violencia y otros conflictos
requieren cierto seguimiento. No descuides la situación una vez
resuelta, presta atención a cómo evoluciona y, ante cualquier indicio
de que el conflicto resurge, actúa para atajarlo y refuerza las normas o
las soluciones consensuadas.

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