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Guadalupe Pacheco Méndez - El Desalineamiento Electoral en México 1997-2009

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El desalineamiento electoral en México, 1997-2009

Guadalupe Pacheco Méndez*

resumen
En el periodo 1997-2009, el comportamiento electoral en México ha vivido
constantes oscilaciones en las preferencias partidarias, las cuales ponen de
manifiesto la existencia de un desalineamiento del electorado frente a los
partidos políticos. A escala nacional, la votación por los principales partidos ha
registrado importantes fluctuaciones y nuevos partidos han empezado a captar
el voto de una parte del electorado. Este desalineamiento combina modalidades
variadas en las diferentes entidades federativas: en unos casos se fortalecen los
partidos tradicionales; en otros, los partidos emergentes; hay casos en que las
fluctuaciones más fuertes ocurren entre los partidos emergentes y casos donde
la inestabilidad es relativamente baja.

Palabras clave: desalineamiento, volatilidad electoral, clivaje, partidos tradicio-


nales, partidos emergentes.

abstract
From 1997-2009, electoral behavior in Mexico has undergone constant oscillations
with regard to partisan preferences. Such occurrences have revealed a misalignment
between the electorate and political parties. Nationwide, the main parties have
experienced important fluctuations in voting results as emerging parties have
begun receiving some of votes from the electorate. This misalignment reveals
several modalities across federative entities. In some instances, the traditional
parties have been strengthened as a result, as in others the emerging parties have
benefited. There are instances in which the stronger fluctuations occur in the
emerging parties, meanwhile in other cases the instability is relatively low.

key words:misalignment, electoral volatility, cleavage, traditional parties,


emerging parties.

* Profesora-investigadora en el Departamento de Relaciones Sociales de la UAM-


Xochimilco.

Veredas especial • UAM-Xochimilco • México • 2010 • páginas 207-226


v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

En las últimas dos décadas la evolución electoral de México


ha registrado cambios importantes. Éstos se manifiestan en las
constantes oscilaciones que se registran en general en las preferencias
partidarias en los diferentes procesos electorales, en la modificación
de la relación de fuerzas entre los tres principales partidos, el Partido
Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional
(PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), así como
en el surgimiento y fortalecimiento de nuevos partidos pequeños;
unos fugaces y otros que parecen mostrar ya signos de alguna
consolidación. En consecuencia, el perfil del sistema de partidos ha
registrado constantes cambios.
Este tipo de comportamientos inestables ha sido estudiado bajo
la perspectiva del desalineamiento electoral por autores como
Beck (1984), Dalton (1984a, 1984b), Flanagan (1984), Inglehart
(1984) y Niemi y Weisberg (1993a y 1993b). Estos enfoques se
desarrollaron para analizar cambios en los alineamientos partidarios
en el electorado, provocados por cambios económicos, culturales,
sociales y, por supuesto, políticos. En el caso del México actual, este
proceso de desalineamiento electoral transcurrió enmarcado por la
transición de régimen y ha sido analizado para el periodo 1988-2000
en los trabajos de Klessner (1994), Klessner y Lawson (2002), y por
Pacheco (1995, 2003). El objetivo de este trabajo es dar seguimiento
a esta evolución durante el periodo 1997-2009. Las razones de ello
son varias.
Resulta pertinente darle continuidad a este análisis para el periodo
posterior a 2000, pues la alternancia en la Presidencia de la República
fue el punto final en ese largo proceso de desmontaje de las bases
políticas y electorales sobre las que se habían asentado las largas
décadas de la hegemonía priísta. A pesar de que la transición a la
democracia tuvo en México un alcance limitado –en el sentido de que
encaró reformas más o menos profundas sólo en el terreno electoral
y modificó poco el resto de la armazón institucional heredada de
la era del autoritarismo–, no por ello dejó de tener consecuencias
importantes en otros ámbitos políticos, particularmente a partir de
la autonomización del IFE en 1996, lo que se reflejó de inmediato
en la siguiente elección federal; la intermedia de 1997.
Así, los cambios ocurridos en el andamiaje electoral en 1996 y la
alternancia en la Presidencia de la República en 2000, replantearon el

208
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

problema del equilibrio de poderes al liberar a las cámaras legislativas


del control que sobre ellas ejercía el Poder Ejecutivo por medio de
la vertical disciplina priísta; en segundo lugar, la extensión de la
alternancia a más de la mitad de las gubernaturas de los estados,
también contribuyó a modificar la mecánica de funcionamiento de
ese escenario legislativo. Estos constantes cambios han afectado al
Poder Legislativo, cuya composición se ha visto sometida al inestable
vaivén de los resultados electorales de cada uno de los últimos cinco
procesos electorales federales. De lo anterior deriva la importancia
de tener una idea más exacta de la magnitud y características de
estos constantes cambios en las preferencias electorales, que se
traducen a su vez en cambios en el perfil del sistema de partidos y
en desalineamiento electoral.
Ciertamente, desde las elecciones federales de 1988, 1991 y 1994,
se habían empezado a registrar oscilaciones significativas en las
preferencias electorales; sin embargo, en esa fase, el proceso electoral
aún seguía bajo la égida del gobierno federal y no fue sino hasta 1996
que finalmente se desprendió al Instituto Federal Electoral (IFE) del
control del secretario de gobernación; por lo mismo, la expresión de
las preferencias partidarias en las elecciones no se encontraba aún
totalmente liberada, y de alguna manera estaba distorsionada, por
eso ya no incluimos esos años en el estudio.
Por otra parte, aunque la elección presidencial de 2000 fue crucial,
pues a consecuencia de ella ocurrió la primera alternancia en la
Presidencia de la República, la elección federal intermedia de 1997
también fue importante, porque fue la primera organizada desde
el esquema de un IFE autónomo; en segundo lugar, porque fue la
primera vez que, de manera oficial, el PRI perdió la mayoría absoluta
en la Cámara de Diputados y se tuvo que contentar con la mayoría
simple. Por esta razón, aunque el foco de atención de este estudio
es la volatilidad electoral posterior al 2000, tomamos como punto de
partida la elección federal de 1997; esto nos permite además tener
un punto de referencia anterior a la alternancia en la Presidencia de
la República y compararlo con la situación reciente surgida de los
comicios de 2009.
Por último, hay que destacar que las oscilaciones electorales
que percibimos a escala nacional, son en realidad la resultante de
numerosas evoluciones locales específicas y diversas, por lo que no
se debe olvidar que cuando hablamos del desalineamiento, también

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nos estamos refiriendo a una suma de una enorme diversidad de


situaciones locales, motivo por el que abordaremos también el
problema desde la perspectiva de las entidades federativas que
integran la República Mexicana.

desalineamiento electoral y transición en el régimen

De acuerdo con los planteamientos de los autores antes mencionados


–cuyos artículos forman parte de la compilación de Dalton,
Flanagan y Beck (1984), y las dos reunidas por Niemi y Weisberg
(1993a y 1993b)–, la inestabilidad de las preferencias electorales
se presenta en periodos de intenso cambio económico, social o
político. Dentro del marco de esta perspectiva teórica se forjó
el concepto de desalineamiento, el cual se refiere a un periodo
prolongado caracterizado por un cambio inestable en la distribución
de votos entre los partidos, que no ha logrado desembocar aún en
una reestructuración estable del sistema de partidos que refleje
cabalmente el reacomodo social en torno al nuevo eje de clivajes
sociales, culturales, económicos y/o políticos. Es decir, hay un
desalineamiento electoral frente al sistema de partidos.
De acuerdo con esos mismos autores, las fluctuaciones en las
preferencias partidarias expresadas por el electorado son el resultado
de la erosión de los apoyos sociales hasta entonces prevalecientes
en torno a un determinado sistema de partidos. La situación de
desalineamiento puede caracterizarse, además de las constantes
oscilaciones en las preferencias electorales, por la presencia adicional
de uno o más de los siguientes fenómenos: el aumento del voto en
favor de partidos menores, sin que importe si éstos son recientes o
antiguos; el surgimiento de candidatos independientes, la aparición de
partidos fugaces, el debilitamiento de la identificación de los electores
con los partidos e incluso el incremento del abstencionismo.
Estos cambios en las preferencias partidarias, cuando alcanzan
cierta magnitud, modifican el perfil del sistema de partidos,
aunque sólo sea durante una coyuntura precisa. Usualmente,
durante la situación de desalineamiento el apoyo hacia los partidos
tradicionales se debilita en favor de nuevos partidos emergentes;
dicho cambio puede obedecer a dos razones diferentes, o bien los
electores simplemente no desean votar por los partidos tradicionales,

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el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

o bien los nuevos partidos han logrado dar expresión a un nuevo


clivaje en el que determinados electores se reconocen. En ambos
casos se da una dispersión del voto entre un mayor número de
partidos, es decir, hay una mayor diversificación o pluralización
del sistema de partidos.
Las situaciones de transición hacia un régimen democrático
son una forma específica de cambio político. Por lo mismo, las
circunstancias que caracterizan al desalineamiento electoral concuer-
dan con las situaciones vividas en las transiciones hacia regímenes
democráticos, sobre todo en lo que se refiere al reacomodo de las
bases sociales del sistema de partidos. Simplemente hay que destacar
que la especificidad propia de las situaciones transicionales reside
en que sus procesos electorales suelen incorporar a la participación
a amplios sectores de ciudadanos que antes no lo hacían, ya fuese
porque se les impedía hacerlo o porque no confiaban en el régimen
autoritario preexistente.
Para analizar la evolución electoral de México desde 1997 desde
la perspectiva del desalineamiento electoral, nos centraremos en dos
características fundamentales: la emergencia de nuevos partidos y
las fluctuaciones en las preferencias partidarias expresadas durantes
las elecciones federales de diputados de mayoría relativa en los
comicios de 1997, 2000, 2003, 2006 y 2009. La información utilizada
será la difundida por el Instituto Federal Electoral.
El criterio para distinguir entre partidos mayores y menores será
el convencional de diez por ciento, es decir, un partido menor es
aquel cuya votación nacional no rebasa ese umbral, y un partido
mayor es aquel que lo iguala o rebasa; bajo este criterio sólo el PRI,
el PAN y el PRD, pueden ser considerados como partidos mayores
durante el periodo estudiado; a todo el resto de partidos los consi-
deraremos como menores.
Para distinguir entre los partidos tradicionales y los partidos
emergentes nos concentraremos en revisar únicamente a aquellos
que sí contendieron en busca de registro, al menos en uno de
los comicios estudiados (1997 a 2009). Por partidos tradicionales
enten-deremos aquellos que han estado presentes en la contienda
electoral durante un largo periodo, particularmente el PRI, fundado
como tal en 1946 y el PAN en 1939. Cabe señalar la participación de
un partido tradicional menor, el Partido Popular Socialista (PPS),
fundado en 1949, que contendió todavía en 1997 logrando un

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v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

porcentaje mínimo de votos (0.33%), por lo cual no logró mantener


su registro como partido y luego ya no volvió a participar. Al igual
que el anterior, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana
(PARM), un partido menor fundado en 1954, intentó conseguir, sin
lograrlo, el registro con su participación en las elecciones federales
de 2000 (0.74%); desde entonces no ha vuelto a participar. Así, en
la categoría de partidos tradicionales sólo están el PRI y el Partido
Acción Nacional.
En cuanto a la emergencia de nuevos partidos, enlistaremos sólo
aquellos que contendieron en las elecciones federales estudiadas,
independientemente de que hubiesen rebasado o no el umbral
mínimo para obtener el registro y acceso a la representación propor-
cional. Así, por partidos nuevos o emergentes, entenderemos
aquellas organizaciones y corrientes políticas que, bajo diferentes
siglas, empezaron a contender a partir de la reforma política de
1978, esto es, a partir del periodo de liberalización política y que
participaron en al menos uno de los comicios federales bajo estudio
(1997 a 2009). En este conjunto, el caso del PRD merece una reflexión
propia pues, a pesar de compartir con el PRI y el PAN la categoría de
partido mayor, a diferencia de ellos –que organizativamente tienen
una historia de varias décadas–, aquél es de constitución reciente,
se fundó en 1989 y su primera participación en elecciones federales
ocurrió en 1991,1 lo que lo ubica como un partido emergente mayor.
Entre los emergentes menores cabe destacar que sólo han logrado
permanecer como organizaciones con registro, durante el periodo
1997-2009, el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), el Partido
del Trabajo (PT), Convergencia y, más recientemente, Nueva Alianza
(NA). Todas las demás organizaciones obtuvieron pocos votos, lo que
las dejó lejos del umbral mínimo para obtener el registro o bien no
lograron permanecer en el escenario de los partidos registrados.2

1
No hay que confundir al PRD con la alianza no oficial, formada en 1988, por el grupo
integrado por la “Corriente democrática”, formada dentro del PRI y luego expulsada
de éste, con el PPS, el PARM, el Partido Mexicano Socialista (PMS) y el Partido del Frente
Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN). Estas organizaciones aunque se
autodenominaron Frente Democrático Nacional y apoyaron la candidatura presidencial
de Cuauhtémoc Cárdenas, no formaron una verdadera coalición electoral.
2
Algunas organizaciones políticas minoritarias recurrieron a una maniobra posible
en la legislación electoral, esto les permitió conseguir su registro aliándose a partidos
mayores. Las posteriores reformas al código electoral les impidió usar la misma vía.

212
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

Durante los procesos electorales federales realizados entre 1997 y


2009, los diferentes partidos en la contienda participaron en algunas
ocasiones de modo individual y en otras ocasiones formando
coaliciones electorales, principalmente con motivo de las elecciones
presidenciales de 2000 y 2006. En 1997, todos los partidos participantes
contendieron de modo individual. En 2000, se formaron la Alianza por
el Cambio constituida por el PAN y el PVEM; y la Alianza por México,
constituida por el PRD, el PT, Convergencia y dos partidos menores
más. En 2003, el PRI y el PVEM formaron la coalición Alianza para
Todos sólo en una parte de los distritos electorales de mayoría relativa
y en el resto de los distritos contendieron independientemente;
el resto de los partidos participó también de modo individual. En
2006, se formaron la coalición Alianza por México, integrada por
el PRI y el PVEM; y la Coalición por el bien de todos, compuesta
por el PRD, el PT y Convergencia. En 2009, al igual que en 2007, los
partidos contendieron a título individual en las elecciones federales.
Es importante recordar las diversas coaliciones electorales y el año
en que ocurrieron para evitar malos entendidos.
El hecho de que en algunas ocasiones los partidos contendieron
solos (1997 y 2009) y en otras lo hicieron en coalición electoral
dificulta el desglose de la votación individual para los años 2000,
2003 y 2006. Para evitar confusiones en el manejo de las estadísticas
electorales optamos por utilizar el término de rubro partidario para
referirnos a la votación de alguno de los tres partidos mayores, sin
distinguir si participaron individualmente o encabezando alguna
coalición. También utilizamos el término de rubro partidario para
referirnos a la sumatoria de la votación obtenida por conjunto de los
partidos menores, emergentes o no, que contendieron de manera
individual en alguna elección federal. Así, la expresión “voto por el
partido x” se reservó sólo para referirnos a aquellas circunstancias
precisas en que dicho partido contendió de manera individual.
A continuación describiremos los indicadores que utilizaremos
para medir la inestabilidad electoral, principal rasgo durante los
periodos de desalineamiento. En primer lugar, la fluctuación trienal
del voto por un partido, la cual se obtiene al sustraer a la votación
obtenida por una partido en una elección dada, la que obtuvo en
la votación inmediata anterior; si el signo es positivo, su votación
mejoró, y si es negativo, retrocedió. En nuestro estudio, este indi-

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v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

cador lo calculamos trienalmente, porque las elecciones federales


ocurren cada tres años.
Sin embargo, ante la dificultad que imponen las coaliciones
electorales para desglosar la votación individual de los partidos,
optamos por construir el indicador de la fluctuación neta del
periodo 1997-2009, años en que todos los partidos participaron
individualmente. Este indicador consiste en sustraer directamente
a los resultados de 2009 los obtenidos en 1997. Esta decisión se vio
reforzada por tres razones, la primera, que en 1997 se realizó la
primera elección federal con el IFE autónomo; la segunda, porque
fue la primera vez que oficialmente el PRI perdió la mayoría absoluta
–más del 50% de los escaños de diputados– y se tuvo que contentar
con la mayoría simple; y la tercera, porque fue la última ocasión en
que el PRI contendió en una elección federal bajo la égida de un
presidente de la República que llegó a ese cargo postulado por este
mismo partido.
Así pues, las fluctuaciones trienales o netas, especifican no sólo la
magnitud del cambio en las preferencias partidarias, sino también el
sentido de ese cambio, es decir, si un partido ganó o perdió puntos
en su porcentaje de votación. Ahora bien, cuando lo que importa
es medir la magnitud de los cambios, independientemente de su
dirección, el signo positivo o negativo no se toma en cuenta y,
en este caso, se habla de la variación absoluta de la votación de un
determinado partido, la cual nos indica qué tan estable o inestable
es el apoyo que obtiene de una parte del electorado. A su vez, las
variaciones absolutas de cada partido son utilizadas para construir
un indicador compuesto, el índice de volatilidad, que cuantifica la
variación global dentro de un sistema de partidos. Este indicador se
construye de una manera sencilla: se suman las variaciones absolutas
de todos los partidos contendientes, los rubros partidarios en nuestro
caso, y se dividen entre dos; el cociente obtenido es el índice de
volatilidad. Es nuestro indicador de la inestabilidad o volatilidad
del sistema de partidos.
Sobre la base de todas las consideraciones hechas en este apar-
tado, en el siguiente aplicaremos estas mediciones para determinar
el grado de volatilidad y las fluctuaciones de las preferencias
partidarias a escala nacional y trataremos de detectar, qué tanto
hay de alejamiento respecto de los partidos tradicionales y un

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el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

fortalecimiento de los emergentes. Como los indicadores nacionales


son la resultante de un variado conjunto de situaciones locales,
en el último apartado revisaremos estos mismos indicadores por
entidad federativa, para tratar de dilucidar los diversos patrones
específicos en el comportamiento de la fluctuación del voto de cada
rubro partidario.

desalineamiento electoral y partidos emergentes


a escala nacional, 1997-2009

Por principio, es necesario revisar los resultados agregados a escala


nacional de las elecciones federales de diputados de mayoría relativa
ocurridas en el periodo estudiado, cuyos resultados absolutos
por rubros partidarios aparecen en el cuadro 1. Los porcentajes
obtenidos por los rubros del PRI, PAN y PRD, ya sea los que obtuvieron
cuando contendieron individualmente o los que sumaron cuando
encabezaron coaliciones electorales con otros partidos, se presentan
en el cuadro 2; en estos dos cuadros ya hemos reunido a los partidos
menores en un solo rubro, el de otros partidos, para evitar una
excesiva dispersión de la información, ya que lo que nos interesa es
destacar la gente que vota por ellos y no revisar con detenimiento
la distribución de votos entre esos partidos menores.
Los resultados relativos nacionales de cada rubro partidario
reunidos en el cuadro 2 e ilustrados en la gráfica 1, exhiben cómo
en los rubros del PRD y el de otros, es decir, en esa área del sistema de
partidos compuesta por organizaciones emergentes, se registra una
mayor variabilidad en la votación, en comparación con la mostrada
por los rubros tradicionales del PRI y del PAN, lo cual sugiere que
las fluctuaciones de las preferencias electorales, desde 1997, han
afectado mucho más a los rubros partidarios emergentes que a
los tradicionales. Por supuesto, en el caso del rubro otros partidos,
esta elevada variabilidad se explica en parte por su estrategia de
aliarse con algunos de los tres partidos mayores para las elecciones
presidenciales de 2000 y de 2006.

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Cuadro 1
Resultados nacionales absolutos en las elecciones
para diputados de mayoría relativa, 1997-2009

Rubro partidario 1997 2000 2003 2006 2009


PAN* 7 696 197 14 212 032 8 189 699 13 753 633 9 679 435
PRI** 11 311 963 13 722 188 9 804 043 11 619 679 12 702 481
PRD*** 7 436 466 6 942 844 4 694 365 11 941 842 4 217 985
Otros 2 482 523 1 425 444 3 066 889 2 846 379 6 092 714
Votación válida 28 927 149 36 302 508 25 754 996 40 161 533 32 692 615
* En 2000, hizo coalición con el PVEM, en las otras ocasiones contendió solo.
** Contendió solo en 1997 y en 2000. En 2003 hizo alianza parcial con el PVEM, y nacional
en 2006 y 2009.
*** Contendió solo en 1997, 2003 y 2009. En 2000 y en 2006 se alió con partidos
menores.
Fuente: elaboración propia con datos del IFE.

Cuadro 2
Resultados nacionales absolutos en las elecciones
para diputados de mayoría relativa, 1997-2009 (porcentaje)

Rubro partidario 1997 2000 2003 2006 2009


PAN 26.6 39.1 31.8 34.2 29.6
PRI 39.1 37.8 38.1 28.9 38.9
PRD 25.7 19.1 18.2 29.7 12.9
Otros 8.6 3.9 11.9 7.1 18.6
Votación válida 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0
Fuente: elaboración propia con datos del IFE.
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

Gráfica 1
Votaciones nacionales para diputados
de mayoría relativa 1997-2009
50%

40%

30%

20%

10%

0%
1997 2000 2003 2006 2009

Otros PAN
PRD PRI

En el cuadro 3 se presentan las fluctuaciones de votación


registrada entre una elección y otra para cada uno de los rubros
partidarios, es decir, contamos con cuatro indicadores simples, los
cuales se pueden combinar en un indicador compuesto, el índice
de volatilidad (IV) mencionado en el apartado anterior. Aunque
debido a las coaliciones electorales, la medición que obtenemos al
calcular el IV para cada trienio electoral pierde precisión, no deja
de ser un indicador útil del estado de las cosas. Así, vemos que en
el trienio 1997-2000 este indicador tuvo un valor intermedio y la
mayor fluctuación ocurrió en favor del rubro partidario del PAN.
En el trienio siguiente (2000-2003) el IV fue relativamente bajo y
las fluctuaciones mayores fueron el retroceso del rubro partidario
PAN y el avance del rubro de otros partidos. En el trienio 2003-2006
la variación del IV volvió a una posición intermedia y las mayores
fluctuaciones se registraron en el avance del rubro partidario del
PRD y el retroceso en el del PRI. Por último, en el trienio 2006-2009
el IV obtuvo sus valores más altos en todo el periodo 1997-2009; la
mayor variación, de signo negativo, ocurrió en el rubro partidario
del PRD, pero en los rubros partidarios del PRI y de otros partidos
las fluctuaciones positivas fueron importantes.

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v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

Cuadro 3
Fluctuaciones trienales de la votación nacional
en elecciones de diputados de mayoría relativa
Suma de Fluctuación
fluctuaciones neta
1997-2000 2000-2003 2003-2006 2006-2009 absolutas 1997-2009
PAN 12.5 -7.4 2.4 -4.6 26.9 3.0
PRI -1.3 0.3 -9.1 9.9 20.6 -0.3
PRD -6.6 -0.9 11.5 -16.8 35.8 -12.8
Otros -4.7 8.0 -4.8 11.5 29.0 10.1
Índice
de volatilidad 12.5 8.3 13.9 21.4 - -

Fuente: elaboración propia con datos del IFE.

Visto desde el ángulo de la clasificación entre partidos tradicionales


y partidos emergentes, se aprecia que en los tres primeros trienios las
fluctuaciones son movimientos compensatorios entre tradicionales
y emergentes. En 1997-2000 avanza el rubro tradicional del PAN y
retroceden los rubros emergentes del PRD y de otros. En 2000-2003,
a un retroceso del rubro tradicional panista correspondió un avance
del rubro otros. Algo similar ocurre en el trienio 2003-2006, pero aquí
ya cambiaron los rubros partidarios que registraban altos cambios,
pues el rubro tradicional del PRI retrocedió, mientras que el rubro
emergente del PRD avanzó.
Sin embargo, el último trienio (2006-2009) presenta una modalidad
inesperada; igual que en los anteriores casos, el elevadísimo retroceso
del rubro emergente del PRD tuvo su contraparte en un avance de un
rubro tradicional, el del PRI; lo singular es que en este trienio el avance
del rubro de otros, también emergente, tuvo un avance incluso
mayor; es decir, hubo un reacomodo entre los partidos tradicionales
y los emergentes, combinado con un reacomodo entre los partidos
emergentes mismos.
Ahora bien, desde el punto de vista individual de cada rubro
partidario podemos evaluar su volatilidad global para todo el
periodo 1997-2009 sumando sus respectivas variaciones absolutas,
lo que arroja los resultados reportados en la penúltima columna del
cuadro 3. Ahí se aprecia que las mayores fluctuaciones absolutas
218
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

globales las obtuvo el rubro partidario PRD, seguido luego de la


sumada por los rubros de otros partidos, en tanto que los rubros
partidarios tradicionales registraron una menos variabilidad, en
particular el del PRI.
Dado que la existencia de coaliciones electorales en tres de cinco
de los procesos electorales estudiados dificulta la interpretación de
los datos anteriores, para obtener una visión un poco más precisa de
la fluctuación en las votaciones, optamos por comparar directamente
las fluctuaciones entre la elección de 1997 y la de 2009, como si se
tratara de un modelo de caja negra donde tenemos un input, los datos
de 1997, y un output, los datos de 2009. Los valores de esta fluctuación
1997-2009, que calificaremos de neta, aparecen registrados en la
última columna del Cuadro 3. Analizar esta variación neta ofrece
varias ventajas, las dos elecciones contempladas son del mismo
tipo, intermedias; miden la variación neta global entre el inicio y
el término del periodo estudiado; en estos dos procesos electorales
no hubo coaliciones partidarias, lo que permite apreciar con mayor
nitidez la evolución, ahora sí, de los tres partidos mayores –PRI, PAN
y PRD– y del rubro de los otros partidos, que hemos mantenido.
Las variaciones netas en la votación del PRI y del PAN fueron
menores, respectivamente -0.3% y +3.0%, mientras que los cambios
en la votación del PRD y la de otros partidos fue mayor, -12.8% en
el primer caso y +10.1 en el segundo. Lo anterior también apunta
en la misma dirección de los hallazgos anteriores, en el sentido de
que hay menos inestabilidad en el conjunto de rubros partidarios
tradicionales y mayor inestabilidad en los emergentes.
Los resultados hasta aquí descritos reflejan un comportamiento
agregado nacional que es la resultante de situaciones y dinámicas
locales variadas; ahora revisaremos estos mismos indicadores por
entidad federativa, para tratar de dilucidar los diversos patrones
específicos en el comportamiento de la fluctuación del voto de cada
rubro partidario.

219
v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

los cambios en las entidades federativas:


ganadores y perdedores

Ahora bien, como lo que nos interesa es comprender esta volatilidad


electoral no en lo general sino en función de las variaciones
registradas entre los partidos tradicionales (PRI y PAN) y los
emergentes (PRD y otros), optamos por construir una clasificación
de entidades federativas combinando las fluctuaciones netas de
los rubros partidarios del PRD y el de los emergentes, dado que
estas dos variables son las que registran las mayores variaciones
entre un año y otro. Esta decisión la tomamos en función de la
revisión hecha en el apartado anterior, donde quedaron expuestos
las importantes fluctuaciones de votación registradas en esos dos
rubros, en contraste con la relativa estabilidad o menor fluctuación
en los rubros partidarios tradicionales.
En el cuadro 4 se reúnen los datos electorales relativos por
entidad federativa para 1997 y 2009, así como los de las variaciones
netas registradas por todos los rubros partidarios. Recordemos
que en estos dos años, los tres partidos mayores contendieron
individualmente, por lo cual aludimos a ellos en tanto partidos
individuales; sólo en el caso del conjunto de los partidos menores
conservamos el término de “rubro partidario otros”, pues ahí
se suman los votos captados por todos esos pequeños partidos,
aunque destacando que sólo cuatro de ellos parecen tener visos
de consolidación, PVEM, PT, NA y Convergencia. La clasificación
de las 32 entidades federativas se presenta de acuerdo con los
siguientes criterios: primero se les distribuyó en dos grupos de
igual tamaño en función de las fluctuaciones en la votación del
PRD, los de mayor retroceso y los de menor retroceso; enseguida,
a cada uno de éstos se les subdividió a su vez en dos grupos, uno
de menor avance del rubro partidario “Otros”, y uno de mayor
avance. A estos cuatro conjuntos obtenidos los denominaremos
“grupos de comportamiento electoral”. Ellos quedaron integrados
de la siguiente manera (Cuadro 4):

220
Cuadro 4
Resultados electorales relativos por entidad federativa
y sus fluctuaciones en elecciones de diputados de mayoría relativa
(1997-2009) (por grupos de estados)

A. Grupo de estados de bajo retroceso o avance del PRD


y de bajo avance del rubro partidario otros
1997 2009 Fluctuación neta
Entidad
federativa PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros
Tlaxcala 20 43 24 13 40 24 15 21 20.9 -19.6 -9.1 7.8
Querétaro 45 37 9 9 40 40 3 16 -5.0 3.0 -6.0 7.9
Durango 24 38 11 27 25 54 5 16 1.2 15.5 -5.9 -10.8
Yucatán 38 51 7 3 36 52 2 10 -2.1 0.6 -5.6 7.0
Tabasco 5 52 41 3 8 43 38 10 3.8 -8.4 -2.5 7.1
Nuevo León 49 40 3 8 40 45 2 13 -9.3 4.9 -0.8 5.2
Nayarit 23 51 21 5 22 43 26 9 -1.3 -8.2 5.2 4.3
BCS 19 50 12 19 17 24 38 21 -2.3 -25.3 26.1 1.5
B. Grupo de estados de elevado retroceso del PRD
y de bajo avance del rubro partidario otros
1997 2009 Fluctuación neta
Entidad
federativa PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros
Campeche 8 47 36 8 42 45 2 11 33.9 -2.5 -33.9 2.5
Sonora 31 38 28 4 43 47 5 6 12.3 8.9 -23.2 2.0
Tamaulipas 19 48 27 7 32 52 5 11 13.6 4.1 -22.4 4.7
Veracruz 21 44 27 8 35 47 6 12 13.7 3.4 -21.4 4.3
Sinaloa 30 43 23 5 35 47 4 14 5.1 4.1 -18.4 9.1
Colima 39 37 20 4 43 43 2 12 4.6 5.3 -17.7 7.8
México 20 35 34 11 22 41 17 20 2.2 6.2 -17.6 9.2
Coahuila 30 49 14 7 21 64 3 12 -8.9 14.8 -10.9 4.9
C. Grupo de estados de bajo retroceso o de avance del PRD
y de alto avance del rubro partidario otros
1997 2009 Fluctuación neta
Entidad
federativa PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros
Ags. 36 42 13 8 32 31 5 33 -4.7 -11.9 -8.2 24.8
BC 43 36 13 7 41 28 6 25 -2.6 -8.1 -7.1 17.8
Chihuahua 41 42 10 6 30 43 4 23 -10.8 1.0 -6.4 16.2
Jalisco 45 36 12 8 37 39 6 18 -7.5 3.0 -5.7 10.3
Guanajuato 43 34 13 10 45 27 8 21 1.5 -7.1 -5.3 10.9
SLP 38 44 11 7 40 35 7 19 1.5 -9.3 -3.8 11.6
Chiapas 13 51 30 6 27 26 27 20 13.9 -24.3 -3.4 13.8
Zacatecas 26 50 14 10 19 21 36 24 -7.1 -29.5 22.4 14.2
continúa
v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

Cuadro 4
(continuación)

D. Grupo de estados de elevado retroceso del PRD


y de alto avance del rubro partidario otros
1997 2009 Fluctuación neta
Entidad
federativa PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros PAN PRI PRD Otros
Morelos 16 36 40 8 21 32 19 28 5.2 -4.4 -21.3 20.5
DF 18 24 45 13 23 18 28 31 4.8 -5.5 -17.3 18.1
Q. Roo 23 47 24 6 25 48 9 19 1.7 0.5 -14.6 12.4
Oaxaca 13 50 31 6 17 46 17 20 4.4 -4.2 -14.2 14.1
Hidalgo 16 50 27 7 16 44 14 26 -0.1 -6.4 -12.6 19.1
Guerrero 6 46 43 6 11 40 30 19 4.9 -5.8 -12.2 13.1
Puebla 26 49 18 7 29 44 6 21 3.2 -4.5 -11.9 13.3
Michoacán 18 36 40 6 26 26 30 18 8.1 -10.0 -10.4 12.4
Fuente: elaboración propia con datos del IFE.

• Grupo A: en el que la fluctuación negativa de la votación del


PRD fue baja o incluso tuvo avances positivos en dos casos, y en
donde el rubro partidario otros registró avances más bajos. Lo
componen los estados de Tlaxcala, Querétaro, Durango, Yucatán,
Tabasco, Nuevo León, Nayarit y Baja California Sur.
• Grupo B: donde el PRD registró, entre 1997 y 2009, una pérdida neta
muy elevada en sus votaciones, mientras que el rubro partidario
otros tuvo un avance moderado. Lo integran Campeche, Sonora,
Tamaulipas, Veracruz, Sinaloa, Colima, estado de México y
Coahuila.
• Grupo C: aquí el PRD presentó bajo retroceso en su votación o
incluso ganancia en un caso; mientras que el rubro partidario
“otros” registró un alto avance. Lo constituyen los estados de
Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Jalisco, Guanajuato,
San Luis Potosí, Chiapas y Zacatecas.
• Grupo D: donde el retroceso del PRD fue alto y el rubro partidario
“otros” tuvo un avance también alto. Lo forman, Morelos, Distrito
Federal, Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo, Guerrero, Puebla y
Michoacán.

Para analizar mejor las características electorales de estos cuatro


grupos, calculamos para cada uno de ellos la votación promedio del

222
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

PRI,del PAN, del PRD y del rubro “otros”, obtenida en 1997 y 2009.
Los resultados aparecen reunidos en el cuadro 5.
Los estados del grupo A, constituyen el grupo menos inestable
de todos, pues aquí, las pérdidas netas del PRD son moderadas y
su variación promedio es cero. Igualmente, la variación del PAN es
mínima. El PRI registra un retroceso moderado y el rubro “otros”
un avance moderado. Por esta razón, el perfil promedio de las
preferencias partidarias en 1997 y 2009 es casi el mismo, salvo por
un moderado retroceso del PRI. Tanto el bloque tradicional como
el emergente permanecen más o menos estables dentro de cada
uno de ellos y entre ellos. Este es un grupo donde, con prudencia,
podemos hablar de una relativa estabilidad de las preferencias
electorales netas de 1997 y 2009.
En los estados del grupo B, las pérdidas promedio del PRD son
muy altas (-21 puntos), pero el principal beneficiario neto de ello
fue el PAN, (+9 puntos); también el PRI y el rubro “otros” registraron
avances más moderados (+5 puntos) cada uno de ellos. Así,
como conjunto, este grupo es el que acumula mayor inestabilidad
promedio en sus preferencias electorales. Aquí, el peso conjunto

Cuadro 5
Promedios de las votaciones relativas
por grupo de comportamiento electoral, 1997-2009
A B
Bajo retroceso del PRD Alto retroceso del PRD
Bajo avance de otros Bajo avance de otros
Partido 1997 2000 Diferencia Partido 1997 2000 Diferencia
PAN 28 29 +1 PAN 25 34 +9
PRI 45 41 -4 PRI 43 48 +5
PRD 16 16 0 PRD 26 5 -21
Otros 11 15 +4 Otros 7 12 +5
C D
Bajo retroceso del PRD Alto retroceso del PRD
Alto avance de otros Alto avance de otros
Partido 1997 2000 Diferencia Partido 1997 2000 Diferencia
PAN 36 34 -2 PAN 17 21 +4
PRI 42 31 -11 PRI 42 37 -5
PRD 15 12 -3 PRD 33 19 -14
Otros 8 23 +15 Otros 7 23 +16
Fuente: elaboración propia con datos del IFE.

223
v e r e d a s. r e v i s t a d e l p e n s a m i e n t o s o c i o l ó g i c o

de los partidos tradicionales se fortaleció frente a los partidos


emergentes juntos y la principal variación (negativa en este caso)
ocurrió en un partido emergente, el PRD. Este grupo se caracteriza,
entonces, por el avance de los partidos tradicionales y el retroceso
de los emergentes.
En los estados del grupo C, los principales retrocesos se registran
en el PRI (-11 puntos), mientras que el rubro partidario “otros”
presenta un importante avance (+15 puntos); el PAN y el PRD se
mantienen relativamente estables, con retrocesos promedio bajos.
En este grupo, el conjunto de partidos emergentes se fortaleció y
el de los tradicionales se debilitó.
En los estados del grupo D, el alto retroceso del PRD (-14 puntos)
se combina con un muy moderado retroceso promedio del PRI (-5
puntos); en cambio, el rubro “otros” registró una ganancia neta alta
(+15 puntos), y el PAN presentó un avance moderado (+4). Es decir,
los altos cambios en las preferencias partidarias fueron resultado
del reacomodo de preferencias electorales dentro del bloque de
los partidos emergentes. De este modo, el peso conjunto de los
partidos tradicionales y de los emergentes se mantuvo casi igual
en ambos casos, debido a que los principales cambios derivaron de
una redistribución de votos entre el PRD y los integrantes del rubro
partidario “otros”.
En resumen, tenemos un grupo de estados (A) algo estable –o
menos inestable que el resto–, que en 2009 presentaron un perfil de
preferencias partidarias más o menos parecido al que mostraron en
1997; en el segundo grupo (B), los partidos tradicionales recuperaron
terreno y los emergentes retrocedieron; en el tercer grupo (C), los
partidos tradicionales retrocedieron y los emergentes avanzaron
como conjunto; y un grupo de estados (D) donde los partidos
tradicionales se mantuvieron relativamente estables, pero en el
bloque de los partidos emergentes se registraron importantes
reacomodos entre ellos.

conclusión

El anterior análisis nos ha permitido apreciar que a escala nacional


hay más inestabilidad en las fluctuaciones de la votación hacia los
componentes del bloque de partidos emergentes que la que existe

224
el desalineamiento electoral en méxico, 1997-2009

entre este bloque y el de los partidos tradicionales. La comparación


entre las elecciones federales de 1997 y 2009, nos permitió precisar
las especificidades del desalineamiento electoral en las diferentes
entidades federativas de México y se pudo constatar que los fenó-
menos que caracterizan al desalineamiento electoral nacional tienen
una expresión local diferenciada y que las dinámicas de cambio en
las preferencias electorales han seguido pautas distintas.
Aunque el PRI ha sufrido retrocesos estratégicos –que significó su
salida de la Presidencia de la República, especialmente en 2006– y el
PAN ha conseguido avances –que en dos ocasiones le han asegurado
la titularidad del Ejecutivo Federal–, la magnitud de estos cambios
ha sido superada por los negativos vaivenes electorales del PRD, el
principal partido emergente y por el avance de los otros partidos
emergentes; de éstos, el caso más llamativo fue el del PRD, partido que
en unos estados retrocede ante alguno de los partidos tradicionales
y en otros casos cede terreno a los otros partidos emergentes.

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