Chávez-Fernández - Waldron y La Dignidad El Problema Del Fundamento de Los DDHH
Chávez-Fernández - Waldron y La Dignidad El Problema Del Fundamento de Los DDHH
Chávez-Fernández - Waldron y La Dignidad El Problema Del Fundamento de Los DDHH
diciembre - mayo
https://doi.org/10.18800/derechopucp.202002.008 pp. 247-276
Resumen: Desde hace poco más de diez años Jeremy Waldron viene
trabajando en una concepción filosófico-jurídica de la dignidad que la concibe
principalmente como «rango» o «estatus», y la entiende —no exclusiva, pero
sí significativamente— como fundamento de los derechos humanos. Dicho
enfoque se plantea como una vía alternativa a las concepciones rivales de
la dignidad que se encuentran hoy disponibles en la literatura científica y en
la jurisprudencia de las altas cortes, como la kantiana, la católica-romana
y la dworkiniana. A través de esta investigación se intentará demostrar
que, no obstante tener notables aciertos, la tesis waldroniana acerca
de la dignidad tiene al menos tres problemas importantes vinculados al
insuficiente esclarecimiento de su «idea subyacente», a los que llamaré aquí
sintéticamente: el de la «debilidad», el de la «armonización-determinación» y
el de la «secularidad». El objetivo será evidenciar que es posible ensayar una
concepción de la idea subyacente a la dignidad como rango o estatus que,
referida a una naturaleza humana de raigambre aristotélica y sin renunciar
a los aspectos positivos del enfoque waldroniano, salga mejor librada de las
dificultades señaladas.
Abstract: Since no more than ten years Jeremy Waldron has been working
on a legal and philosophical conception of dignity that conceives it mainly
as «rank» or «status», and that understands it —not exclusively, but
significantly— as the basis of human rights. This approach is proposed as
an alternative to the rival conceptions of dignity that are currently found
in legal scholarship and in the rulings of high courts, such like the Kantian,
the Roman-Catholic and the Dworkinian. This work will try to prove that,
despite its great hints, the Waldron’s thesis about dignity has at least three
relevant problems which arise from the insufficient clarification of what he
calls the «underlying idea» of human dignity, which I will classify as: that of
«weakness», that of «harmonization-determination», and that of «secularity».
* Este trabajo ha sido financiado conjuntamente por la Agencia Nacional de Promoción científica y
tecnológica de Argentina y la Pontificia Universidad Católica Argentina como parte del proyecto
de investigación PICTO UCA 2017-0032: «El concepto de dignidad humana según la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. Análisis de los casos contenciosos y de las opiniones
consultivas». El autor agradece los comentarios y las sugerencias bibliográficas respecto de una
primera versión del artículo por parte del prof. Armando Romero Muñoz y de los árbitros anónimos
de la revista.
** Doctor en Derecho por la Universidad de Zaragoza, España. Investigador Renacyt, Grupo: Carlos
Monge Medrano, Nivel III. Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Católica San Pablo,
Arequipa, Perú.
Código ORCID: 0000-0002-1121-8983. Correo electrónico: jchavezfernandez@ucsp.edu.pe
248 The goal will be to show that it is possible to test a conception of Waldron’s
«underlying idea» of human dignity that, resorting to an Aristotelian notion
of human nature and without renouncing to the positive features of Waldron’s
approach, overcomes successfully the problems mentioned.
Key words: Jeremy Waldron, basis of human rights, human dignity, rank or
status, human nature, Aristotle
I. INTRODUCCIÓN
La cronología del desarrollo de la idea de dignidad en Waldron bajo la
influencia cada vez más decisiva de las ideas de Dworkin y de Fuller en
su propia teoría, y del encaje de la tesis de la dignidad en relación con
los derechos en la sistemática general de la obra waldroniana, ya ha sido
trazada con solvencia, por lo que me remito a dichos trabajos1. Lo que
estaba pendiente y hasta donde tengo noticia no se ha ensayado aún, al
menos en castellano, es, por un lado, una síntesis de las tesis de Waldron
sobre la dignidad como fundamento de los derechos humanos (II); y, por
J O S É C H ÁV E Z - F E R N Á N D E Z P O S T I G O
otro, una valoración crítica del conjunto de sus aportes sobre la materia
que destaque sus valiosos aciertos, se ocupe también de algunos de los
problemas de su propuesta, y finalmente ofrezca un enfoque alternativo
para resolverlos (III). Para dichas tareas, desde una perspectiva propia de
la filosofía del derecho, me centraré en particular en su trabajo sobre las
posibilidades de la dignidad humana como fundamento de los derechos
humanos (Waldron, 2019a), sin perjuicio de recurrir a la bibliografía
necesaria para elaborar una idea completa de su enfoque y valorarlo
adecuadamente.
1 Por ejemplo: Benítez et al. (2019, pp. 19-26); y Gallego Saade (2019, pp. 18-33).
I I . L A D I G N I DA D CO M O F U N DA M E N TO D E LO S
D E R E C H O S H U MA N O S E N E L E N F O Q U E D E
WA L D R O N
En esta parte del trabajo me dedicaré a describir sintéticamente el modo
249
en que Waldron entiende que la dignidad humana es fundamento de los WALDRON Y LA
DIGNIDAD: EL
derechos humanos. Por una cuestión metodológica, no me detendré en
PROBLEMA DEL
otros aspectos de su pensamiento, salvo que resulten indispensables para FUNDAMENTO DE
mi objetivo. El itinerario será como sigue: en primer lugar, me ocuparé del LOS DERECHOS
enfoque metodológico de Waldron al abordar la tesis en cuestión (II.1). HUMANOS
En segundo lugar, daré cuenta de la conceptualización del contenido
WALDRON AND
de la dignidad desde dos enfoques relevantes distintos al waldroniano
DIGNITY: THE
(II.2). En tercer lugar, ofreceré una síntesis de su tesis de la dignidad PROBLEM OF THE
como rango o estatus (II.3). En cuarto lugar, haré lo propio sobre su BASIS OF HUMAN
tesis específica de la dignidad como fundamento de los derechos (II.4). RIGHTS
En quinto y último lugar, desarrollaré tres cuestiones complementarias
sobre la relación entre dignidad y derecho en los trabajos de Waldron
que aportarán a hacernos una idea más acabada de su enfoque sobre la
dignidad como fundamento de los derechos humanos (II.5).
5 Waldron (2019c) pone el caso francés conocido como «el lanzamiento de enanos», por el que el alcalde
de un municipio al sur de París y los organizadores del aludido evento de competencia acudieron en
última instancia al Consejo de Estado para definir si dicho espectáculo público —que consiste en
lanzar a sujetos de bajísima estatura con su consentimiento, con una buena remuneración económica
y contando con la debida protección a su integridad física— estaba jurídicamente permitido.
El Consejo de Estado respaldó la decisión del municipio de detener el espectáculo, señalando que
tal práctica, aunque consentida autónomamente por los sujetos que eran lanzados, «por su mismo
objeto […] socaba la dignidad humana» (pp. 237-238).
6 Como se sabe, la idea original sobre un «equilibrio reflexivo» la encontramos en Rawls (1995,
pp. 32-33).
7 Me parece que algo muy semejante, pero planteado positivamente, se propone en Waldron (2019a,
pp. 209-212). Lo abordaré más adelante en el acápite II.4.
8 Para Kant (2002), «En el reino de los fines todo tiene o bien un precio o bien una dignidad.
En el lugar de lo que tiene precio puede ser colocado algo equivalente; en cambio, lo que se
halla por encima de todo precio y no se presta a equivalencia alguna, eso posee una dignidad […]
La moralidad es la única condición bajo la cual un ser racional puede ser un fin en sí mismo, porque
sólo a través suyo es posible ser un miembro legislador en el reino de los fines. Así pues, la moralidad
y la humanidad, en la medida en que ésta es susceptible de aquélla, es lo único que posee dignidad»
(pp. 123-124 / Ak. IV: 434-435).
9 Kant (2005) desarrolla esta idea de respeto: «De nuestra comparación sincera y precisa con la ley
moral (con su santidad y rigor) tiene que seguirse inevitablemente una verdadera humildad: pero del
hecho de que seamos capaces de tal legislación interna, del hecho de que el hombre (físico) se sienta
obligado a venerar al hombre (moral) en su propia persona, tiene que seguirse a la vez la elevación
y la suprema autoestima, como sentimiento del propio valor (valor) interno, según el cual el hombre
no puede venderse por ningún precio (pretium) y posee una dignidad que no puede perder (dignitas
interna), que le infunde respeto (reverentia) por sí mismo» (p. 300 / Ak. VI: 436).
10 Para una valoración positiva de los aportes del libro, se puede consultar la reseña que le hace
Waldron (2013a, pp. 555 y ss.).
11 Para Waldron (2019c): «La función de términos como “la imagen de Dios” y “la dignidad humana”
pueden reconstruirse parcialmente en referencia a un estatus que poseemos en virtud de algo
extraordinariamente profundo y poderoso que se encuentra en la raíz de nuestro ser y en nuestra
relación con quien nos ha creado» (p. 233).
12 Aunque se refiera a la dignidad como valor en muchas ocasiones, por ejemplo: Waldron (2016, p. 10).
Confrontar también con Waldron (2012a, pp. 201 y ss.; 2010, pp. 1610-1612).
13 «The idea of dignitas was central to Roman political and social life and closely related to the meaning
of honor. Political offices, and as a consequence the personas holding them, like that of a senator, or
the emperor, had dignitas» (Iglesias, 2001, p. 120).
14 Por ejemplo: «Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria,
que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana […]»
(Declaración Universal de Derechos Humanos, 1948, art. 23.3).
15 Por ejemplo: «Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano» (Convención Americana sobre Derechos Humanos, 1969, art. 5.2).
16 Por ejemplo, en esta síntesis: «Introduzco ahora dos principios que, a mi parecer, enuncian exigencias
fundamentales del buen vivir […] El primero es un principio de autorrespeto. Cada persona debe
tomar en serio su propia vida: debe aceptar que es un asunto de importancia que su vida sea una
ejecución exitosa y no una oportunidad desperdiciada. El segundo es un principio de autenticidad.
Cada individuo tiene la responsabilidad personal especial de identificar lo que representa un éxito
en su vida; tiene la responsabilidad personal de crear esa vida por medio de un relato o un estilo
coherentes que él mismo avale. Juntos, los dos principios proponen una concepción de la dignidad
humana: la dignidad requiere autorrespeto y autenticidad […]» (Dworkin, 2014, p. 254).
17 Se ocupa de esta idea con mayor extensión en Waldron (2013b, pp. 9 y ss.).
18 Por ejemplo: «Reconociendo que estos derechos se derivan de la dignidad inherente a la persona
humana» (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1976, Preámbulo).
19 Por ejemplo: «Considerando que, conforme a los principios enunciados en la Carta de las Naciones
Unidas, la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad
inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus derechos iguales e inalienables» (Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, 1976, Preámbulo).
20 Por ejemplo: «Toda persona privada de libertad será tratada humanamente y con el respeto debido
a la dignidad inherente al ser humano» (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, 1976,
art. 10.1).
21 Waldron ha insistido recientemente en los dos extremos de esta idea: por un lado, los derechos
humanos son derechos que se tiene en virtud de ser seres humanos; y, por otro, no debe buscarse
algo así como una única fuente de donde derivar todos los derechos (2020, pp. 159-161).
22 Para una revisión de los problemas que Waldron advierte sobre el «derecho natural», puede
consultarse Waldron (2013c, pp. 73-89).
23 Me parece que esta idea es a la que alude Waldron cuando reflexiona sobre la dignidad a partir
de la siguiente tesis de Fuller (2019): «Embarcarse en la empresa de sujetar la conducta humana
al gobierno de reglas implica, necesariamente, un compromiso con la idea de que el hombre es,
o puede llegar a ser, un agente responsable, capaz de entender y seguir reglas, y ser responsable
de sus faltas. Toda desviación de los principios de la moral interna del derecho es una afrenta a la
dignidad del hombre como agente responsable» (p. 172). Para Waldron (2019e): «La autoaplicación
es un rasgo importante del modo de operar de los sistemas jurídicos, pues operan disponiendo
de —y no saltándose— la agencia de individuos humanos ordinarios. Ello implica que descansan
en las capacidades de las personas de entendimiento práctico, autocontrol, autosupervisión y la
modulación de su propio comportamiento sobre la base de normas que ellos pueden aprehender y
comprender» (p. 83).
24 En concreto, para Waldron (2019f): «existen también teorías ontológicas referentes a la dignidad y al
alto rango inherentes a cada persona humana. Una primera idea que se deriva de estas teorías es que
la especie humana posee un rango que es mucho más elevado que el de cualquier otra especie de
la naturaleza —más alto que el de los animales y un poco inferior que el de los ángeles— en virtud
de nuestra razón y capacidades morales. Una segunda idea —que se conecta con la primera— es
que cada ser humano tiene un alto rango en virtud de su creación a la imagen de Dios. Un elemento
común a ambas ideas es la insistencia en que esta dignidad ontológica es un derecho natural de cada
ser humano» (p. 176). Sobre esta teoría ontológica volveré en la parte III del trabajo.
25 Por ejemplo: «Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes
[…]» (Pacto de Derechos Civiles y Políticos, 1976, art. 7).
a lo que pasaría con las leyes contra el discurso de odio, las que se
justifican por proteger a la persona contra el trato indigno y no contra
la mera ofensa, pues solo el primero traería ribetes objetivos (2012b,
pp. 105 y ss.). Waldron precisa, en todo caso, que esta objetividad
259
moral se referiría «a hechos sociales», al posible consenso cultural sobre WALDRON Y LA
DIGNIDAD: EL
principios suficientemente compartidos y «que apuntan hacia una PROBLEMA DEL
dirección de carácter universal», y no a «la moral crítica o la “realidad FUNDAMENTO DE
moral” de los filósofos» o a auténticos «principios morales universales»26. LOS DERECHOS
HUMANOS
La tercera y última cuestión es solo en apariencia paralela al problema
de la dignidad y, no obstante su importancia, se puede decir que es WALDRON AND
relativamente reciente entre las preocupaciones de Waldron (2002, DIGNITY: THE
2005b, 2010b y 2017). Me refiero al esclarecimiento de la naturaleza PROBLEM OF THE
de la tesis acerca de la igualdad básica entre todos los seres humanos; BASIS OF HUMAN
RIGHTS
es decir, que todos, más allá de nuestras innumerables diferencias y
deficiencias, merecemos ser tratados como iguales, dado que ya lo somos
de «algún modo»27. Por cuestiones de espacio, seré bastante breve.
Waldron intenta justificar esta «igualdad continua y distintiva» (2017,
p. 30)28 a un nivel descriptivo, para que pueda ser sólida también en su
dimensión normativa (pp. 248-250). Para Waldron solo los humanos
poseemos algunos caracteres como la capacidad de sufrir y amar, la de
razonamiento abstracto, práctico y moral, y la de ser dueños de nuestras
propias vidas (2019e, p. 83). Dichas propiedades, en conjunto —aunque
sin tenerlas en el mismo grado, o incluso sin tenerlas todas—, son
propias de un mismo rango (range) (2017, p. 45) y de ellas superviene
(supervene) una «igualdad básica» entre los humanos (p. 61)29. Para
Waldron, esta argumentación no obliga lógicamente a creer en la
igualdad, sino que ofrece apenas algunas razones para aceptar dicho
principio (pp. 135-136). No obstante ello, piensa que la dimensión
normativa de la igualdad de trato es un principio que se extiende a todos J O S É C H ÁV E Z - F E R N Á N D E Z P O S T I G O
los seres humanos sin importar su calidad moral o los delitos cometidos,
ofreciéndoles en igualdad los beneficios de los principios básicos de la
dignidad y del valor humanos30, aun cuando ello pueda colisionar con
26 Sobre la posición waldroniana respecto del «realismo moral», confrontar con Waldron (2005a,
pp. 195 y ss.).
27 En la síntesis de Waldron (2017): «the idea that we humans are fundamentally one another´s
equals» (p. 10).
28 Brevemente: «there are no distinctions of the relevant kind between human and human, nothing like
the distinctions commonly made between human and animal» (Waldron, 2017, p. 30).
29 En opinión de Rosen (2018): «By invoking supervenience, Waldron takes the position that basic
equality bears a significant, but unspecifiable, relationship to the properties. What can be said is
that basic equality is neither logically entailed by, nor caused by, the properties. The supervenient
properties serve as the ‘host’ for basic equality in some ultimately indescribable respect. Waldron’s
reliance on supervenience is one factor that accounts for the epistemic modesty of his book’s
conclusions» (p. 500). Volveré sobre esta «modestia epistémica» en la parte III del trabajo.
30 Para Waldron (2019f): «Pareciera ser que la dignidad hace su trabajo más complejo y contundente,
así como su trabajo más convincentemente religioso en los casos en los que debemos enfrentar lo
peor de lo peor de los seres humanos. La dignidad se articula inescindiblemente con la idea de valor
humano y se separa, radicalmente, de las ideas de mérito y merecimiento» (pp. 250-251).
I I I . VA R I O S A C I E R TO S , A LG U N O S P R O B L E M A S Y
U N E N S AY O D E P R O P U E S TA
En esta parte del trabajo realizaré una valoración crítica de la tesis
waldroniana acerca de que la dignidad humana es fundamento de
los derechos, y esbozaré algunas ideas para el desarrollo de una teoría
alternativa. En primer lugar, me centraré en sintetizar lo que considero
que son sus principales aciertos (III.1). En segundo lugar, me detendré en
algunos problemas que me parece haber detectado en su planteamiento
(III.2). En tercer y último lugar, esbozaré una propuesta alternativa
de la tesis que, tomando en cuenta los aciertos de Waldron, intente
desmarcarse de algunos de los problemas de su enfoque (III.3).
31 Para Rosen (2018, pp. 517 y ss.), se trataría de «exigencias absolutistas», aunque luego dicho
absolutismo moral no se sostenga coherentemente, a su juicio. Me ocuparé también de este punto en
la parte III de este trabajo.
32 En opinion de Waldron (2005b): «“Religious” can also connote “faith-based.” To call an argument
religious might suggest that it is supposed to be based on revelation. But most of Locke’s argument
in the Second Treatise is not based on revelation, though he appeals to revelation here and there in
a confirmatory role. The key to my argument is that Locke thinks we can reason to the existence of
God and to the significance of our relation to Him» (pp. 504-505). Luego añade: «like everyone else,
I have my doubts about the possibility of a rational proof of the existence of God. But I have no doubt
that Locke believed that reason could lead one to a belief in the deity» (p. 505). Ya volveré en la
siguiente parte sobre la importancia de este matiz del argumento.
33 Contrastar con la síntesis del acápite II.1 de este trabajo y la bibliografía allí citada.
modos [(2), (3) y (4)] como las limitaciones del primero [(1)]. Por
otro lado, creo que Waldron tiene razón al entender que la dignidad
humana puede ser fundamento de los derechos en los modos señalados,
sin perjuicio de que pueda ser también el contenido —o parte del
contenido— de algunos derechos humanos en concreto. Finalmente,
creo que el profesor neozelandés acierta también en entender que la
dignidad humana no puede ser el fundamento definitivo o último de los
derechos humanos, sino que requiere el esclarecimiento de una «idea
subyacente» a ella que, en última instancia, explique por qué la dignidad
41 Para una crítica al planteamiento de Waldron acerca de la dignidad-estatus como fundamento de los
derechos humanos, ver, por ejemplo, Liosi (2017, pp. 55 y ss.).
42 Revisar los acápites II.4 y II.5, y la bibliografía allí referenciada.
43 Para un análisis de los adjetivos «universal», «absoluto» e «inalienable» aplicados a los derechos,
con matices distintos a como los entiendo en este trabajo, ver Laporta (1987, pp. 32 y ss.).
44 Aun cuando se pueda aceptar sin problema que la idea de dignidad de Waldron pretende ser «más
robusta» que la que se encuentra habitualmente en las decisiones jurisdiccionales sobre derechos
humanos (Benítez et al., 2019, p. 33).
45 Revisar los acápites II.1, II.4, II.5 y III.1, y la bibliografía allí referenciada.
46 Revisar acápites II.3, II.4 y II.5 de este trabajo, y la bibliografía allí citada.
47 Waldron (2010b) es bastante consciente de que «we cannot assume that a religious foundation —let
alone a difficult and controversial doctrine such as imago Dei— will leave everything as it is. I believe
that if we build a conception of human rights on the basis that humans are created in the image of God,
we must expect to find some differences between our conception and conceptions erected on other
foundations or conceptions arrived at pragmatically with no foundations at all» (p. 234).
48 Para Waldron (2019a): «la invocación de la dignidad apunta no solo hacia los derechos que
constituyen un estatus particular, sino a la idea subyacente que los unifica. Tal idea subyacente podría
considerarse […1} aquello en lo que está basada en últimas la dignidad o en lo que están basados en
definitiva los derechos que comprende la dignidad» (p. 199).
Derecho PUCP, N° 85, 2020 / e-ISSN: 2305-2546
85
50 Por ejemplo, George (2017, pp. 63-65) o Spaemann (2011, pp. 61-81).
51 Como se sabe, habría una falacia si se pretende pasar lógicamente de juicios en indicativo sobre
lo que el ser humano es —premisas— a un juicio en prescriptivo sobre lo que el ser humano debe
ser —conclusión—, dado que no puede haber en la conclusión lo que no ha estado presente antes
en las premisas. La respuesta a esta objeción ha sido amplia y variada. Para Kalinowski (1982), por
ejemplo, no habría propiamente una falacia si el paso inferencial del razonamiento práctico no se da
exclusivamente a partir de premisas en indicativo sobre la naturaleza humana, sino que también se
utiliza el primer principio práctico o deóntico, que no se infiere de información teórica alguna y más
bien suele omitirse entimemáticamente por considerarse evidente: aquel que prescribe hacer el bien
y evitar el mal (pp. 81-94).
52 Para Rosen (2018), con más detalle: «Waldron ultimately concludes that the properties that are
“supposed to underpin basic equality” must be understood “in terms of the actual presence of
capacities like rationality or moral agency within the human range as ordinarily defined” (p. 250)
[Waldron, 2017]. But if so, what is to become of the PD [the profoundly disabled] and LSA [late stage
Alzheimer’s patients] in particular, and of continuous equality more generally? In a remarkable act of
philosophical alchemy, Waldron propounds a definition of “actual presence” that encompasses the
PD and LSA. Actual presence for purposes of basic equality includes three states beyond the case of
an ordinarily functioning adult human being [...] The last two sub-definitions are perfectly tailored to
include the PD and LSA.
This is extraordinary. On Waldron’s approach, there is actual presence of a host property in someone
who cannot presently exercise it, never will, and even never has. This “complex” (pp. 250-251)
[Waldron, 2017] definition of “actual” is not only peculiar, but substantially drains the term “actual” of its
meaning. After all, under Waldron’s definition, “actual presence” is at least as capacious a category as
“potential presence”» (pp. 514-515).
53 Para Waldron (2019a), «la caracterización de un conjunto de derechos como derechos humanos
podría significar simplemente que son derechos apropiadamente asignados a todos los seres
humanos con un fundamento universal. Presumiblemente esto significa que cada derecho se basa
en algún hecho acerca de la naturaleza humana. Pero la naturaleza humana es multifacética… Para
que estos sean considerados derechos humanos no es necesario que exista una única teoría de la
humanidad» (p. 196).
54 Por ejemplo, Serna (1998, p. 67).
difícil estar en desacuerdo. En ese sentido, me parece que solo una tesis
como la teísta puede justificar —no en primer término, pero sí en última
instancia— cómo todo ser humano, no obstante su contingencia, resulta
merecedor de un respeto absoluto a partir de su naturaleza racional,
271
cuya forma es, como vimos, la idea aristotélica de «alma inmaterial»55. WALDRON Y LA
DIGNIDAD: EL
Por ello creo que Waldron no es preciso cuando, al nombrar los más PROBLEMA DEL
importantes intentos históricos de fundar la dignidad, no distingue entre FUNDAMENTO DE
un enfoque racional metafísico como el que he intentado defender aquí LOS DERECHOS
HUMANOS
y el desarrollo teológico hecho por la Iglesia católica56. Sin perjuicio de
ello, creo que es de justicia reconocer lo valioso del esfuerzo que ha WALDRON AND
significado ensayar una justificación de la distribución igualitaria de la DIGNITY: THE
dignidad como estatus, descargándola de cierta «presión metafísica» PROBLEM OF THE
(Gallego Saade, 2019, p. 29), lo que no significa que una cosa como BASIS OF HUMAN
RIGHTS
la que ha intentado sea realmente posible de lograr. A fin de cuentas,
Waldron (2010b, pp. 233-234) ha sido bastante consciente de que los
fundamentos importan y que tienen consecuencias decisivas sobre cómo
entendemos los derechos humanos que en ellos se sustentan.
I V. C O LO F Ó N
Creo que a través de su preocupación por la indagación abierta, honesta
y rigurosa sobre el fundamento de la igual dignidad de todos los miembros
de la especie humana, Waldron evidencia que los problemas en materia de
derechos humanos no se reducen a su necesario reconocimiento positivo
ni al de su efectiva y extensa aplicación, sino que hay todavía mucho
trecho por recorrer en torno a su interpretación correcta y que dicho
problema hermenéutico es fuertemente tributario de la discusión
filosófico-jurídica en torno a su fundamentación. El presente ensayo ha
sido un intento de aportar en dicho debate a partir de sus reflexiones.
Espero que pueda cumplir con ese propósito.
J O S É C H ÁV E Z - F E R N Á N D E Z P O S T I G O
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55 En todo caso, cabe dejar constancia de que la propuesta aquí defendida sobre la naturaleza humana
como idea subyacente a la dignidad no plantea que la tesis teísta sea un presupuesto teórico para
su discusión racional, sino más bien lo contrario: la manera en la que entendemos algunos derechos
humanos como «absolutos» exige en consistencia una idea subyacente sobre el ser humano como
la defendida, pero esta solo parece consistentemente posible si se admite en última instancia de
justificación también la tesis teísta. Desde luego, este no es el lugar para abordar la ardua cuestión de
la posibilidad de la demostración racional de la existencia de Dios; en todo caso, puede consultarse
los clásicos argumentos de Tomás de Aquino al respecto (2006, pp. 110-112 / I, q. 2, a. 3).
56 Por ejemplo, Waldron (2019a, p. 199; 2019b, pp. 60-63).
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Recibido: 07/05/2020
Aprobado: 22/06/2020
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