Apocalipsis 09, Ellen White
Apocalipsis 09, Ellen White
Apocalipsis 09, Ellen White
Apocalipsis Capítulo 9
Versículo 1. “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la
tierra, y se le dio la llave del pozo del abismo.”
“La Quinta trompeta presenta el levantamiento del islamismo con sus nubes de errores,
pero especialmente el período de cinco meses, o ciento y cincuenta años literales desde
el tiempo que ellos tuvieron rey. El 27 de julio de 1299, Toman, el fundador del imperio
otomano, invadió el territorio de Nicomedia. Desde ese tiempo, los otomanos atacaron y
atormentaron al imperio del oriente de Roma hasta 1449, los ciento y cincuenta años
del sonar de la quinta trompeta.” J.N. Loughborough, The Great Second Advent:128.
Versículo 2. “Y cuando abrió el pozo del abismo, subió una humareda como el humo de
un gran horno, que oscureció el sol y el aire.”
HM, 1 de Septiembre de 1892. El Salvador ha dicho: “El que creyere en el Hijo tiene
vida eterna: y el que no creyere en el Hijo no verá la vida; sino que la ira de Dios está
sobre él” Él dice nuevamente: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único
Dios verdadero, y a Cristo Jesús a quien tu has enviado.” El islamismo tiene sus
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conversos en muchas tierras, y sus defensores niegan la divinidad de Cristo. ¿Debe tal fe
ser propagada, y los defensores de la verdad dejar de manifestar celo intenso para vencer
tal error, y enseñar a los hombres la pre-existencia del único Salvador del mundo? O
cómo necesitamos hombres que escudriñen y crean la palabra de Dios, quienes
presenten a Jesús al mundo en su naturaleza divina y humana, declarando con poder y
demostración del Espíritu, que “no existe otro nombre bajo el cielo dado a los hombres,
en el cual podemos ser salvos.” ¡O cómo necesitamos creyentes que ahora presenten a
Cristo en sus vidas y caracteres, quienes le exalten ante el mundo como el resplandor de
la gloria del Padre, proclamando que Dios es amor.
Versículo 3. “Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder como el
que tienen los escorpiones de la tierra.”
Versículo 4. “Y se les dijo que no dañaran la hierba de la tierra, ni cosa verde alguna, ni
ningún árbol; sino sólo a los hombres que no tuvieran el sello de Dios en sus frentes.”
7T:22. Con humilde dependencia en Dios, las familias han de establecerse en los
lugares baldíos de su viña. Se necesitan hombres y mujeres consagrados que se
presenten como árboles que dan frutos de justicia en los lugares desérticos de la
tierra. Como recompensa de sus esfuerzos abnegados para sembrar las semillas de
la verdad, levantarán una gran cosecha. Al visitar familia tras familia, abriendo las
Escrituras a los que se encuentran en tinieblas espirituales, muchos corazones serán
tocados.
Versículo 5. “Y se les dio poder, no para matarlos, sino para atormentarles durante cinco
meses. Y su tormento era como la picadura de un escorpión cuando hiere a un hombre”.
Versículos 6-10. “En aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán;
desearán morir, y la muerte huirá de ellos. Las langostas eran semejantes a caballos
preparados para la guerra. Sobre sus cabezas tenían como coronas de oro, y sus caras
eran como caras de hombres. Tenían cabello como cabello de mujer, y dientes como
dientes de león. Tenían corazas como corazas de hierro. El ruido de sus alas era como el
estruendo de carros con muchos caballos que corren a la batalla. Tenían colas y
aguijones semejantes a los escorpiones, y en sus colas tenían el poder de dañar a los
hombres durante cinco meses”.
Versículos 11-12. “Y tienen por rey sobre sí al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo
es Abadón, y en griego Apolión (destructor). El primer ay ya pasó. Vienen aún dos ayes
más”.
[PH028] 3. El “¡ay, ay, ay!” fue pronunciado sobre una iglesia que caminaba en las
chispas de su propio fuego, que no derivó su luz y poder de la gran Luz central, el Sol de
Justicia, ni difundió esa luz y gloria a los que estaban en tinieblas. Al absorber y difundir
la luz, hacen que su propia luz brille más. El que recibe luz, pero no la propaga como
Dios requiere de él, llegará a ser un receptáculo de tinieblas.
Versículos 13-15. “El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz que salía de los cuatro
cuernos del altar de oro que está ante Dios. Y dijo al sexto ángel que tenía la trompeta:
"Suelta a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Eufrates. Y fueron sueltos
los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, el día, el mes y el año, para
matar a la tercera parte de los hombres.
CS:691 (Apéndice en inglés). Como parte de la sexta trompeta, Josías Litch delineó una
aplicación del tiempo profético, dando fin a la independencia turca en agosto de 1840.
La postura de Litch se encuentra en su totalidad en su “The Probability of the second
coming of Christ bout A.D. 1843” (publicado en junio, 1838); “An Address to the
Clergy” (publicado en primavera de 1840; una segunda edición, con datos históricos
apoyando lo certero de anteriores cálculos del período profético que se extendía hasta la
caída del imperio otomán, fue publicada en 1841).
Véase EGW sobre 9:5; véase también la nota introductoria por Edwin Thiele.
Versículos 16-20. “El número de los soldados de a caballo era doscientos millones. Oí
su número. Los caballos y jinetes que vi en visión tenían corazas del color del fuego, de
jacinto y azufre. Las cabezas de los caballos eran como cabezas de león, y de su boca
salía fuego, humo y azufre. De estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los
hombres, por el fuego, el humo y el azufre que salían de la boca de ellos. El poder de los
caballos estaba en su boca y en sus colas, porque sus colas eran como serpientes, tenían
cabezas y con ellas dañaban. Los otros hombres que no fueron muertos por estas plagas,
no se arrepintieron de la obra de sus manos, para dejar de adorar a los demonios, y a las
imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera; que no pueden ver, ni oír,
ni andar”.
RH, 4 de Marzo de 1875. Aquellos que siguen a estos guías ciegos cierran las avenidas
de sus almas a la recepción de la verdad. No permitirán que la verdad con sus
significados prácticos afecte sus corazones. La mayoría cierran el corazón con prejuicio
contra nuevas verdades, y también contra la más clara luz que muestra la correcta
aplicación de una antigua verdad, la ley de Dios, que es tan antigua como el mundo. Los
intemperantes y licenciosos se deleitan en el muy repetido aserto de que la ley de los
diez mandamientos no tiene vigencia en esta dispensación. La avaricia, los robos, el
perjurar, y los crímenes de toda descripción, se llevan a cabo bajo el manto del
cristianismo.
1.
El quinto ángel.
La quinta trompeta, el primer "ay", se presenta en los versos 1-12 (ver com. cap. 8:13;
cf. cap. 9:12-13).
Una estrella que cayó.
O "una estrella que había caído". Esta estrella no se ve caer, como la que se menciona en
la tercera trompeta (cap. 8:10); se presenta como que ya ha caído sobre la tierra.
Es interesante notar que la figura de una estrella caída aparece también en la literatura
apocalíptica judía, para describir a Satanás como una estrella que cayó del ciclo (Enoc
Etiópico 88: 1).
Se le dio.
El poder representado por la llave 807 no era intrínsecamente suyo; le fue concedido por
un poder superior
La llave.
La posesión de la llave significa poder para abrir y para cerrar (Apoc. 3:7; cf. Mat.
16:19).
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Diversos comentadores han identificado las trompetas quinta y sexta con el asolamiento
causado por los árabes mahometanos y los turcos. Destacan las guerras entre los persas
y los romanos, dirigidas respectivamente por Cosroes II (590-628) y Heraclio I (610-
641), como causa del debilitamiento de los dos imperios, lo que preparó el camino para
las conquistas de los musulmanes, Sugieren que la llave simboliza la caída de Cosroes,
cuya derrota y asesinato en el año 628 d.C. marcó el fin del Imperio Persa como poder
efectivo y abrió el camino para el avance de las fuerzas árabes.
Abismo.
Gr. fréatos t's abússou, "pozo del lugar sin fondo", o "pozo del abismo". La palabra
ábussos se usa repetidas veces en la LXX para traducir la palabra hebrea tehom (ver
com. Gén. 1:2, donde ábussos representa el océano primitivo). En Job 41:31 representa
el mar en general; en Salmo 71:20, las profundidades de la tierra. El ábussos es donde
vive el leviatán, según la LXX, cuyo texto se refleja en la BJ. He aquí la descripción
que aparece en Job: "Hace del abismo una olla borbotante, cambia el mar en pebetero.
Deja tras sí una estela luminosa, el abismo diríase tina melena blanca... Es rey de todos
los hijos del orgullo" (Job 41:23-24, 26, BJ). El pozo del abismo puede considerarse
como un símbolo de las extensas regiones de los desiertos árabes, de donde salieron los
seguidores de Mahoma para extender sus conquistas en grandes regiones.
2.
Pozo del abismo.
Ver com. verso 1.
Se oscureció.
Cf. com. cap. 6:12. La oscuridad es también característica de la quinta plaga (cap. 16:
10). El oscurecimiento del sol puede considerarse, con respecto a los musulmanes,
como el oscurecimiento del sol del cristianismo. Tal fue el efecto de la propagación de
la religión del Islam.
3.
Langostas.
Esta plaga recuerda la plaga de langostas que azotó a Egipto (Éxo. 10:13-15). Beato,
monje español, identificó en el siglo VIII d.C. el símbolo de las langostas con los árabes
musulmanes, quienes en sus días habían invadido todo el norte del África, el Cercano
Oriente y España. Desde ese tiempo se conoce a muchos expositores que han hecho una
identificación similar
Como... los escorpiones.
Las langostas normalmente no atacan a los seres humanos; pero se afirma que estas
langostas tienen veneno de escorpiones, y éstos son conocidos por ser hostiles a los seres
humanos (Eze. 2:6; Luc. 10:19; 11:12).
4.
No dañasen.
Las langostas destruyen la vegetación, no a las personas; pero a estas langostas se les
ordena que no hagan daño a ninguna cosa verde. Sus ataques deben dirigirse sólo contra
los impíos.
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Los que identifican el símbolo de la langosta con los sarracenos, han sugerido que esta
prohibición refleja la política de los conquistadores árabes, quienes no destruían
indiscriminadamente la propiedad ni mataban a los cristianos y los judíos si se sometían
al pago de un tributo. En cuanto a cierta clase de personas se registra que Abubeker, el
sucesor de Mahoma, dijo a sus soldados: " 'Hallaréis otra clase de personas que
pertenecen a la sinagoga de Satanás, que tienen la coronilla afeitada; estad seguros de
hender sus cráneos, y no les deis cuartel, hasta que se hagan mahometanos o paguen
tributo' " (citado en Edward Gibbon, The Decline and Fall of the Roman Empire, Ed. J.
B. Bury, t. 5, p. 416). Esta clase de personas aún no ha sido identificada en forma
definitiva.
Si esta restricción se aplica a los árabes musulmanes como parte de su conducta, puede
considerarse como que representa su política de no exterminar a los vencidos. Este
proceder fue adoptado para que los subyugados apoyaran a los guerreros que salían a
conquistar.
Que no tuviesen el sello de Dios.
Algunos han sugerido que como la observancia del sábado será finalmente la señal
externa de la obra interior de sellamiento realizada por el Espíritu Santo (ver com. Eze.
9:4), los atacados aquí por las "langostas" son los que no observan el verdadero día de
reposo, el sábado.
En sus frentes.
Cf. Eze. 9:4, Apoc. 7:3.
5.
No que los matasen.
El castigo infligido por las langostas es la tortura, no la muerte;
Cinco meses.
Se trata este período en la Nota Adicional al final de este capítulo.
Escorpión.
Ver com. verso 3. La picadura de un escorpión puede ser sumamente dolorosa, pero
pocas veces es fatal para el hombre.
6.
Buscarán la muerte.
Compárese este proceder con el que se describe en el cap. 6:16. Cf. Job 3:21; 1 Jer. 8:3.
7.
Semejante a caballos.
Este pasaje recuerda a otro similar del AT. Ver com. Joel 2:4. Algunos ven en los
caballos una referencia a la caballería, peculiar de las fuerzas militares árabes.
Coronas.
Gr. stéfanos, símbolo de victoria (ver com. cap. 2:10). Algunos ven aquí una referencia
al turbante, que por mucho tiempo fue el tocado nacional de los árabes.
Caras humanas.
Tal vez indique que los instrumentos de este castigo son seres humanos.
8.
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Cabello de mujer.
Algunos han aplicado este detalle de la visión al cabello largo que se dice que usaban las
tropas árabes.
Dientes... de leones.
Símbolo que sugiere fuerza y voracidad.
9.
Corazas de hierro.
Las escamas de las langostas pueden haber sugerido esta descripción. El símbolo indica
que los instrumentos de este castigo eran invencibles.
Estruendo de muchos carros.
Cf. Joel 2:5.
10.
Como de escorpiones.
Es decir, como las colas de los escorpiones, que tienen aguijones ponzoñosos.
Dañar a los hombres.
Ver com. verso 5.
Cinco meses.
Ver la Nota Adicional al final del capítulo.
11.
Por rey sobre ellos.
El sabio Agur declaró que "las langostas... no tienen rey, y salen todas por cuadrillas"
(Prov. 30:27); sin embargo, las langostas de este pasaje están mucho más organizadas en
su obra de destrucción, pues tienen un gobernante cuyas órdenes obedecen. Algunos
que aplican la quinta y sexta trompetas a los árabes y turcos musulmanes, ven en este
rey una referencia a Osmán (Otmán) I (1299-1326), el fundador tradicional del imperio
otomano. Su primer ataque contra el Imperio Griego, que según Gibbon aconteció el 27
de julio de 1299, es tomado como la señal del comienzo del período de tormento de
cinco meses (Apoc. 9:7, 10). Este período se trata en la Nota Adicional al final de este
capítulo.
Ángel.
O "mensajero", el que está a cargo de las fuerzas que salen del pozo del abismo.
Abismo.
Ver com. verso 1.
Abadón.
Gr. Abbadon, transliteración del Heb. 'abbadon, "destrucción", "ruina". Esta palabra se
usa en sentido genérico en Job 31:12, y equivale a "infierno" (Heb. she'ol, el reino
figurado de los muertos; ver com. Prov. 15:11) en Job 26:6. El uso de este nombre
hebreo aquí es importante porque buena parte del simbolismo de Juan tiene origen
hebreo. En la tradición judía el 'Abbadon es personificado (ver Talmud Shabbath 89a).
En griego.
Juan añade un nombre griego -la traducción de 'Abbadon- para sus lectores de habla
griega.
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Apolión.
Gr. apollúon, "el que destruye", "destructor".
12.
Ay.
Ver com. cap. 8:13.
13.
Sexto ángel.
O sea el segundo "ay" (ver com. cap. 8:13; 11: 14; cf. cap. 9:12).
Cuatro cuernos.
Algunos MSS omiten el número "cuatro", pero la evidencia textual se inclina (cf. p. 10)
por su inclusión. En cuanto a los cuernos del altar del incienso en el antiguo tabernáculo
del desierto, ver Éxo. 37:26.
Altar de oro.
Sin duda el mismo altar en donde el ángel había ofrecido las oraciones de los santos
(cap. 8:3-5).
14.
Cuatro ángeles.
El profeta había visto antes cuatro ángeles que tenían poder para retener los vientos a fin
de que no soplasen (cap. 7:1). Tenían poder mundial; pero los cuatro que se presentan
aquí parecen estar limitados.
La mayoría de los comentadores que aplican la quinta trompeta a los árabes
mahometanos, han visto en la sexta una representación de los turcos. Algunos de ellos
relacionan a los cuatro ángeles con los cuatro sultanatos del imperio turco (otomano), los
que identifican como Alepo, Iconio, Damasco y Bagdad. Otros ven en estos ángeles las
fuerzas destructivas que se dirigieron contra el mundo occidental.
Están atados.
Literalmente "han estado atados". Estos ángeles han sido impedidos de realizar su obra
de castigo hasta que el sexto ángel haga sonar su trompeta.
Eufrates.
Algunos comentadores que aplican la sexta trompeta a los turcos, dan una interpretación
literal al Eufrates, en el sentido de que fue por la región del Eufrates por donde
penetraron los turcos en el imperio bizantino. Pero como los nombres de Sodoma,
Egipto (cap. 11:8) y Babilonia (cap. 14:8; 17:5; 18:2, 10, 21) se usan simbólicamente en
el Apocalipsis, otros comentadores sostienen que el Eufrates también debe entenderse
simbólicamente (ver com. cap. 16:12). Algunos de ellos advierten que para los israelitas
el Eufrates constituía la frontera norte de la tierra que idealmente habían de ocupar
(Deut. 1:7-8) y que en la cumbre de su poder lo dominaron por lo menos hasta cierto
punto (ver com. 1 Rey. 4:21). Más allá del Eufrates estaban las naciones paganas del
norte que repetidas veces dominaron a Israel (cf. com., Jer. l:14). Según este punto de
vista, el Eufrates indica aquí una frontera más allá de la cual Dios retiene las fuerzas que
ejecutan sus juicios durante la sexta trompeta.
Otros relacionan el Eufrates con la Babilonia simbólica. Hacen notar que como la
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apostasía final se describe más tarde en el Apocalipsis como la Babilonia simbólica (cap.
17:5), y se llama especialmente la atención a que está sentada "sobre muchas aguas"
(verso l), y que como la Babilonia histórica estaba situada junto a las aguas del Eufrates
(ver t. IV, p. 823), este río simboliza aquí el dominio del poder representado como la
Babilonia simbólica (cf. com. cap. 16:12).
15.
Cuatro ángeles.
Ver com. verso 14.
Para la hora.
En cuanto a la expresión, para la hora, día, mes y año", ver Nota Adicional al final del
capítulo; cf. com. cap. 17:12.
Tercera parte.
Ver com. cap. 8:7.
16.
Ejércitos de los jinetes.
Los cuatro ángeles se describen como ejecutando sus castigos por medio de un gran
ejército de caballería. En los tiempos antiguos la caballería era el arma más rápida y ágil
de un ejército. Por lo tanto, puede considerarse aquí como un símbolo de la rapidez y
los vastos alcances de este castigo.
Doscientos millones.
El número sin duda simboliza una hueste inmensa, innumerable.
Oí.
El verbo griego usado aquí significa oír y entender. La información oral confirmó su
impresión de una hueste innumerable.
17.
Así vi.
La descripción de los caballos y de sus jinetes parece seguir el paralelismo invertido
hebreo común: primero los caballos, luego se menciona a los jinetes; después se describe
a los jinetes y finalmente a los caballos.
Corazas.
Es decir, de los jinetes.
De fuego.
O ardientes. Tal vez parecía brillante no sólo la armadura de los jinetes, sino que las
tropas pueden haberle parecido al profeta que estaban vestidas como con fuego. Ver
com. "zafiro".
Zafiro.
Gr. huakínthinos, un color violeta o azul oscuro. Algunos sugieren que esto puede
representar el humo que acompañaba al fuego (ver com. "fuego, humo y azufre"). Otros
ven en el color una descripción del uniforme turco, en el cual predominaban los colores
rojo (o escarlata), azul y amarillo. Creen que el fuego representa el color rojo, y el
azufre, al amarillo.
Azufre.
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Gr. theiodes, "como azufre". El fuego y el azufre se mencionan juntos frecuentemente en
el Apocalipsis (cap. 9:18; 14:10; 19:20; 20:10; 21:8). En cuanto a un posible significado
del color, ver com. "zafiro".
Cabezas de leones.
Esta comparación de los jinetes con el rey de las fieras, sugiere ferocidad y majestad.
Fuego, humo y azufre.
Los mismos adornos que parecían revestir a los jinetes, salen también por las bocas de
sus caballos. El "humo" en lugar del "zafiro" de los jinetes, apoya la creencia de que los
dos son lo mismo (ver com. "zafiro"). Compárese con la descripción del leviatán en Job
41:19-21. Los expositores que identifican la sexta trompeta con los asolamientos
causados por los turcos otomanos, ven en el "fuego, humo y azufre" una referencia al
uso de la pólvora y las armas de fuego, que comenzaron en ese tiempo. Destacan que la
descarga de un fusil hecha por un soldado de caballería parecería a la distancia como si
saliese fuego de la boca del caballo.
18.
Estas tres.
El hecho de que estos castigos se llamen plagas es tomado por algunos como un indicio
de que hay un estrecho paralelo entre las trompetas y las siete postreras plagas (ver com.
cap. 8:6).
Tercera parte.
Ver com. cap. 8:7.
El fuego, el humo y el azufre.
Ver com. verso 17.
19.
Boca.
Juan ya ha descrito estos caballos diciendo que matan a los hombres con el fuego, humo
y azufre que salen de sus bocas (ver com. verso 17).
Colas.
Estos caballos causan destrozos con la cabeza y también con la cola. Compárese con las
langostas de la quinta trompeta, cuyo aguijón estaba en su cola (verso 10). En relación
con los turcos, ciertos expositores ven en estas "colas" una referencia a la cola del
caballo como estandarte de esos guerreros.
20.
Los otros hombres.
La mayoría de los hombres no fueron destruidos por este terrible castigo, pero a pesar de
lo que habían sufrido sus prójimos, no aprendieron la lección como debieran haberlo
hecho, ni se arrepintieron.
Las obras de sus manos.
Específicamente los ídolos que habían hecho (ver Deut. 4:28; Salmo 135:15; Jer.1:16).
Los hombres que dan ahora a las obras de su genio inventiva más importancia en sus
vidas que la que dan a Dios y su reino, están igualmente condenados. Las comodidades
materiales modernas -las obras de las manos humanas- no son malas, pero a menudo
Pág. 12
pueden llenar tanto la vida de los seres humanos que se convierten en ídolos, así como lo
eran los antiguos dioses de madera, piedra y metal. Cf. com. 1 Juan 5: 21.
Demonios.
Gr. daimónion (ver com. 1 Cor. 10:20). Se refiere a la adoración de los espíritus, común
en los tiempos antiguos y que aún se encuentra ampliamente difundida entre muchos
grupos paganos.
Imágenes.
En contraste con la adoración de los espíritus, se condena la adoración de objetos
concretos, pero inanimados.
Oro.
Oro, plata, bronce, piedra y madera: se enumeran en el orden descendente de su valor
como materiales.
No pueden ver.
Una dramática presentación de la insensatez de su idolatría, porque estos objetos,
adorados como dioses, no tienen ni siquiera las facultades propias de un animal, mucho
menos las de un hombre (ver Salmo 115:4-7; Jer. 10:5; Dan. 5:23).
21.
Homicidios.
El pecado de la idolatría contra Dios a menudo lleva a cometer crímenes como los que
aquí se detallan (Apoc. 21:8; 22:15; cf. Gál. 5:20).
Hechicerías.
Ver com. cap. 18:23.
Fornicación.
Gr. pornéia, "prostitución", "libertinaje", término genérico que indica toda clase de
relación sexual ilícita.
Hurtos.
Cf. 1 Cor. 6: 10.
https://sites.google.com/site/eme1888 ; eme1888@gmail.com