El Credo1
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SANTA MUERTE
EL CREDO
Creo en dios padre, todo poderoso, creador del cielo y de
la tierra, de todo lo visible e invisible, señor nuestro.
Creo, que es el único y verdadero dios, creo, firmemente,
creo que no ha habido otro Dios ni antes ni después del
verdadero. Creo que es misericordioso y justo,
perfectísimo y santo. creo que es la sabiduría infinita y la
luz verdadera, Creo que premia por las virtudes y mortifica
por los vicios.
Creo que es el juzgador de los hombres y que ve sus
acciones y sabe bien sus pensamientos. Creo que se
comunica por el entendimiento del hombre, como Espíritu
Santo. Creo que todo lo que determina es bueno y
perfecto y que nuca se ocupará de lo superfluo y malo.
Creo que existe en su creación para conservarla toda en
beneficio de sus hijos. Creo que siempre ha mandado al
mundo hombres por quienes ha aconsejado las virtudes, a
los hombres. Creo en Jesús como el hombre en quien
Dios se oculto para salvar a los hombres de los vicios.
Creo que hemos de ser resucitados a la vida de la gracia.
Creo en la Iglesia que estableció Jesús, regida por el
espíritu Santo, y en los apóstoles modelo de perfección,
caridad y humanidad. Creo en María como Madre de Jesús
Dios y Hombre, y creo que fue mujer Santa y Pura.
Creo en el perdón de nuestras faltas, en la vida Eterna en
el seno del Señor.
Así sea.
PLATICA CON EL NIÑO JESÚS
¡oh Divino Niño Jesús!, encanto de mi vida.
¿Como es que siendo tú el padre de los pobres me pidas una limosna a mí,
como si yo fuera el rico y tú el verdadero pobre? Y que podré yo darte, ¿dulce
dueño de mi alma, que podré yo darte de lo que yo poseo que no sea tuyo?
¿Ah, bien comprendo en tu manecita extendida y en tu mirada tierna, que lo
que me pides es mi corazón!
¿Y cómo no he de dártelo, si está hecho para amarte y quieres que te ame
como tú me amas, con tu amor puro y eterno? Si te lo entrego todo, recíbelo
Niño mío, para que se ocupe este corazón en amarte y esta mi lengua en
alabarte.
Con esa sonrisa de tus labios me estás diciendo:
“pide y se te dará. Llama y se te abrirá” y yo que soy el verdadero pobre, ¿qué
podre pedirte?
Son tantas mis necesidades del alma y cuerpo, tu mejor que yo las conoces, no
tengo para referirlas.
Tú que con sólo querer puedes hacer miles de mundos, bien puedes
remediarlas si así place a tu voluntad divina.
Pues, yo no quiero sino lo que tú quieras.
Ya que vivir contigo amando, es dulce amar.
Vivir contigo sufriendo es dulce sufrir.
“pide y se te dará, llama y se te abrirá” continúas diciéndome.
Pues si así lo quieres, dígnate mandar la paz a mi espíritu, dame el pan de
cada día, perdona mis inquietudes y mis yerros que yo te prometo perdonar a
los que me ofenden. No me abandones en las tentaciones y líbrame de todo
mal.
¡Niño Divino, Dios de bondad!
En ti esperamos, piedad, piedad.
¡Niño eres fuente de caridad!
En ti esperamos, piedad, piedad.
Oración para el trabajo
Oración
Amen.
AVE MARÍA