Canale, Elementos Básicos 1-7
Canale, Elementos Básicos 1-7
Canale, Elementos Básicos 1-7
la teología cristiana
Elamentos básicos de
la teología cristiana
Canale, Fernando
Elementos básicos de la teología cristiana/ Fernando Canalc. · la cd. - Libertador San Martín:
Universidad Adventista del Pbca, 2017.
270 p.: 23 x 15 cm.
lhducción de: Margarirn 13iaggi.
ISBN 978-987-765-002-0
1. Cristianismo. 2. Teología . l. Biaggi, Marg,1rit:1, erad. II. Título.
CDD230
·---------------- ··-----·---- - - - -
Red de Editoriales
de Univcrsid,ulcs Priva,fas
Se renninó de imprimir en Dowprinr S. A., Rur,1 Panameric,1na km 37, Parque Industrial Garín, calle
H1endcl, lote 3, (Il 16691EA) Garín, Ilucnos Aires, Argentina: en diciembre de 2017.
Prohibida la reproducción rotal o parcial de esra publicación (rexro, imágenes y diseño), su manipula-
ción informática y transmisión ya sea electrónica, mednica, por fotocopia II ocros medios, sin permiso
previo del editor.
Índice
Mientras leía los títulos de los libros del Nuevo Testamento, el libro de
"Romanos" captó mi atención. Comencé a leerlo inmediatamente. Seguí le-
yendo, esperando encontrar algo sobre los romanos, especialmente los empe-
radores y sus batallas, y las intrigas de la corte. Desilusionado, cerré el libro sin
encontrar lo que esperaba y sin entender una palabra de lo que Pablo escribió.
A través de los años, los teólogos han leído la Escritura de varias maneras,
y el cristianismo se ha fragmentado en multitud de tradiciones y denomina-
ciones, porque uno encuentra en las Escrituras lo que uno busca. En bien de
la claridad y la brevedad, en este libro me referiré a la tradición en un sentido
general como la representan la organización católica romana y la protestante
(la rama principal y las iglesias evangélicas). Al analizar la interpretación que
hace la tradición cristiana de los elementos básicos de la teología cristiana,
trabajaré con las enseúanzas de pensadores sistemáticos formativos que la tra-
dición cristiana sigue hasta el día de hoy. En especial, dialogaré con Agustín,
Tomás de Aquino, Juan Calvino y Arminio.
Los contenidos de este libro han aumentado a través del tiempo. En los
últimos aí10s, llegaron a formar parte del material que enseño en el curso
Survey of Theology I [Estudio de la Teología I] en el Seminario Teológico
Adventista del Séptimo Día a los estudiantes de segunda carrera. Mi hija,
Silvia Canale de Bacchiocchi, ha ayudado en la preparación del manuscrito
Fernando Canak A Critidsm o{1beologic,,l Rmson: Time and Ti,mlessnes.< 11s primordial Presuppo-
sitions, Andrcws Univcrsity Scminary Doctoral Dissertation Series, vol. 10 (Berricn Springs, MI:
Andrcws University Prcss, 1983 ).
Fernando Cana le, Back to Revel,,tion-Ins¡,imtion: Searching.for th,· Cognitive Formdations ofC'l1ri.<ti,m
fl,eology in II Po.<tmodem /,11,,./d (Lanham, MD: Univcrsiry Prcss of America, 2001 ).
Fernando Canale, Underst,mding Revel11tio11-Inspimtio11 in II Postmotlern M/orltl {Berricn Springs,
MI: Andrcws Univcrsity Lithorcch, 2001).
Fernando Canalc, "Evolmion, 'íl1cology and Merhod Part 1: Oucline and Limits of Scienrilic
Methodology': Antlrews Univmit_y Seminmy Studies 41, n,º 1 (2003): 65-100: "Evolurion, ·n,co-
logy, a11d Mcrhod, Pan 11: Scienrific Mechad and Evolution•: Andrews Univer.<it_y Semin,ny Studies
41, 11. 2 (2003): 165-184: y, Tvolution, 1l1eology and Merhod, Pan III: Evolurion and Advcnrist
0
Theology'; Andmvs Univmity Seminmy Studies 42, n.º 3 Spring (2004): 5-48.
xiv I Elementos básicos de lo teología crisliana
de Iglesia. 1 Desde este centro, las cuestiones que son de interés para los acadé-
micos pueden estar incluidas, con moderación, en las notas a pie de página.
Estoy convencido de que hay una sola teología. Es decir, la teología de los
pastores y los creyentes en los bancos debería ser la misma que la teología de
los eruditos en los seminarios y las universidades. La diferencia entre ellos es
el nivel de análisis detallado que los últimos ejercitan en su pensamiento, así
como el diálogo que mantienen con la tradición, la ciencia y la filosofía.
Sobre este tema [el ministerio de Cristo en el ciclo) tenemos mucho que
decir aunque es difícil explicarlo, porque a ustedes lo que les entra por un
oído les sale por el otro. En realidad, a escas alturas ya deberían ser maes-
tros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enscfíarles las verdades más
--~-----
Millard Erickson, "On Flying in 'íl1cological Fog': en Redaimingthe Center: Conji-011/ing l:,'v,mgelical
Arwmmodation in Postmotlcm T,me.<, Ed. de Millard J. Erickson (W'hcaton, IL: Crossway llooks,
2004), 339-340.
lnlroducción I xvii
A parcir del contexto de esta declaración, podemos inferir que Pablo ha-
blaba acerca de realidades y acontecimientos básicos que forman parce del
todo mayor de la teología cristiana. También sabemos que los elementos que
Pablo tenía en menee son realidades y acontecimientos que nos han sido de-
velados a través de medios públicos de revelación bíblica (oráculos [logion ]).
Los elementos básicos de la teología cristiana son elementos bíblicos, no en-
seti.anzas filosóficas introducidas posteriormente a través de la tradición de
la Iglesia.
Los énfasis en las citas bíblícas son siempre míos, a menos que se indique lo contrario.
xviii I Elementos básicos de la leología cristiana
Una teología para la Iglesia es una teología para la vida. La búsqueda del
conocimiento de la revelación divina es una búsqueda diaria del significado
de la propia existencia en el universo infinito y del propósito de la vida en la
complejidad de la historia cósmica y humana. Por definición, la teología es
la manera en que el pensamiento progresivo del creyente y de la Iglesia toma
forma diariamente en el fluir de nuestras historias personales y comunitarias.
Fernando Canale, "Inrerdisciplin~ry Mechad in Chrisrian Thcology? In Scarch ofa \Vorking Propo-
sal': Neue Zeitsd,rifiJ/ir System,1tische 'Jheologie tmd Rehif:ionsphilosophie 43, n." 3 (200 l ): 366-389.
Introducción I xix
§5.Ateísmo
No solo los creyentes cristianos piensan acerca de Dios. Los no cristianos
también piensan acerca de él. Hasta quienes no creen que hay un Dios deben
tomarlo en cuenta: se los llama ateos.
El ateísmo, entonces, no admite una teología. Para los ateos, solo hay una
comprensión filosófica y científica de sí mismos, del mundo y del futuro.
Ya que el ateísmo cuestiona la existencia de Dios con argumentos racio-
nales, muchos teólogos cristianos han proporcionado argumentos raciona-
les mostrando que existe. Este ejercicio racional es parte de la apologética
cristiana. Algunos autores comienzan su exposición de la teología cristiana
probando racionalmente la existencia de Dios. La obra de Tomás de Aqui-
no, teólogo destacado de la Iglesia católica romana, es un ejemplo clásico de
este enfoque.
Los ateos, por lo tanto, niegan que haya una manera en que podamos en-
tender a Dios, simplemente porque de acuerdo con su razonamiento no exis-
te una realidad divina. En sus mentes, entender a Dios equivale en definitiva
a no entender nada. Esta manera de pensar produce una forma de entender la
realidad sin Dios conocida como "naturalismo" y "nihilismo".
§6. Filosofía
Además de elaborar argumentos racionales para probar la existencia de
Dios, los filósofos han tratado de conocer la esencia de Dios al contemplar la
naturaleza y la historia. En otras palabras, en filosofía, las fuentes para cono-
cer a Dios son los datos cotidianos que podemos encontrar en la naturaleza
y la historia. Probablemente, Aristóteles (384-322 a. C.) haya sido el primer
filósofo en desarrollar una idea de Dios por medio de la contemplación de
la naturaleza.
Durante la Edad Media (siglos sexto al décimo tercero después de Cris-
to), los filósofos continuaron desarrollando un conocimiento "natmal" de
Dios. Concibieron la naturaleza divina negando todas las imperfecciones y
características malas que encontramos en la naturaleza y la historia (vía de la
negación); afirmando rodas las características buenas y perfectas que encon-
tramos en la realidad (vía de la afirmación); y al sostener que Vios las posee
de un modo infinitamente perfecto (vía de la eminencia). Escas eres maneras
l . Las fuentes del conocimiento teológico 1 3
"Justino intenta trazar 1111 vínculo real cncrc la filosofía y el cristianismo: según ~l. tanto el uno como
el otro tienen una parte en el Lagos, parci,ilmenrc difundido entre los hombres y plenamente nrnni-
fescado en Jesucristo (1, v, 4; 1, xlvi; 11, viii; 11, xiii, 5, 6)". Jules Lcberton, "St. Justin Mmyr'; en The
Catholic Emydopedia (www.NcwAdvcnc.org, 2003 ).
l • Las fuentes del conocimiento teológico 1 5
§ l O. Conclusión
Obviamente, pensar acerca de Dios requiere tener una forma pública de
conocerlo. Por "pública': quiero decir fácilmente accesible a todos los seres
humanos siempre. Por lo tanto, la fuente del conocimiento teológico es la
cuestión básica sobre la que se afirma la metodología teológica. Es necesaria
una explicación clara de la metodología teológica para justificar la manera en
que identificamos y entendemos los elementos básicos de la teología cristiana
en la atmósfera pluralista del cristianismo del siglo veintiuno.
Las fuentes del conocimiento teológico que estudiamos bajo el título del
principio de la Escritura ( § 11) dejaron en claro que un proyecto teológico
basado en la Escritura sola será radicalmente diferente a codos los proyec-
tos teológicos que se basan en la matriz de múltiples fuentes del conoci-
miento teológico. Si los teólogos trabajan con diferentes series de datos, sus
conclusiones con seguridad serán diferentes.
Sin embargo, ¿por qué existen proyectos teológicos diferentes entre los
teólogos que concuerdan con la matriz de múltiples fuentes de conocimien-
to teológico? La respuesta es simple. Los teólogos que trabajan a partir de
una matriz de múltiples fuentes de conocimiento teológico interpretan la
teología y construyen su comprensión de la teología a partir de los dictados
de la filosofía y la ciencia. Como estas fuentes cambian con el desarrollo del
conocimiento humano, así también lo hace la luz de la cual los teólogos cons-
truyen sus proyectos teológicos.
Doy por sentado en este estudio mi análisis académico previo de los mismos. Ver, por ejemplo, Fer-
nando Canale, Batk to Reuelation-Inspimtion: Searchingfor the Cognitiue Foumlations of Christi,m
1heology in ,i Postmodem H1nld (Lanham, MD: Univcrsicy Prcss of Amcrica, 2001 ), 21: y, Fernando
Canalc, A Criticism o/1heo!ogic,i/ Re,1s011: Time 111ul Ti111elem1ess as Pri11101dial P,·esuppositions, vol.
19: Andmvs Uniumi~y Semina1y Doctoml Dissenation Series (Ilet'l'ien Springs, MI: Andrews Univer-
sicy Prcss, 1983).
2 • El método leológico 1 13
A primera vista, los creyentes en sola Scriptura pueden pensar que todo lo
que los teólogos necesitan hacer para entender la verdad divina es interpretar
el texto. Sin embargo, los creyentes pronto descubren que la metodología
exegética solo intenta entender el significado del texto de la Escritura sin lle-
gar a enfrentarse realmente con las cuestiones y verdades importantes que los
textos hacen surgir en la mente de los creyentes. Entender a Dios requiere
comprender lo que los textos dicen y significan para nosotros hoy (eso es lo
que hacen los exégetas bíblicos), pero también exige lidiar co11 las verdades
y los asuntos descubiertos y desvelados por la exégesis bíblica (esto es lo que
hacen los teólogos sistemáticos).
§ 15.Teología sistemática
Como la mayoría de las denominaciones cristianas usan múltiples fuentes
de teología, uno puede decir con seguridad que sus creencias y enseñanzas no
se derivan de la exégesis bíblica. En cambio, sus creencias y enseúanzas bro-
tan de interpretaciones recibidas en forma tradicional y construcciones que
16 1 Elemenlos básicos de la teología cristiana
saber qué creer acerca de cada tema''. 2 Desde esta perspectiva, la teología sis-
temática parece ser el gran "compendio" para consumo de la Iglesia de lo que
produce la exégesis bíblica.
§ 16. Conclusión
Al vivir en una sociedad cristiana, todos somos penosamente conscien-
tes acerca de la pluralidad de denominaciones que profesan representar a
Cristo. La mayoría de los cristianos y no cristianos se han acostumbrado a la
pluralidad de denominaciones cristianas y religiones no cristianas que convi-
ven en la cultura pluralisca de la civilización occidental. La actitud tolerante
promovida por la democracia y el relativismo propuestÓ po1:Ios intelectuales
posmodernos ha dado lugar a la convicción no cuestionada de que la religión
es un hecho de la cultura. Por consiguiente, el pluralismo religioso es visto
2 . El mé1odo teológico 1 19
cristiano sin que sepa, le importe o se ocupe de la teología. Según los cris-
tianos católicos romanos, lo que es importante es participar de la misa -sin
eso uno prácticamente no puede pretender ser un cristiano o poseer la salva-
ción-. Según los cristianos protestantes o evangélicos, lo decisivo es recibir
la justificación divina -sin ello uno no puede afirmar ser cristiano y poseer la
salvación-. Según los cristianos pentecostales y carismáticos, lo importante
es recibir el Espíritu Santo -sin él uno no puede pretender ser cristiano o
poseer la salvación-. Es claro que para la mayoría de los cristianos la teología
no juega un papel útil o necesario en su experiencia cristiana. Los rituales o
una experiencia directa con Dios parecen minimizar cualquier importancia
que la teología pudiera tener en su mente.
Esto puede explicar por qué la mayoría de los cristianos viven su expe-
riencia religiosa sin ocuparse de la teología. Además, buscar el significado
de la propia fe o aprender el compendio de creencias fundamentales en el
credo de la Iglesia es bastante diferente a tratar de entender la voluntad y los
hechos de Dios como se revelan en la Escritura.
"Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si ustedes permanecen
en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos; y conocerán la verdad, y la
verdad los hará libres" (Jn 8,31-32; NBLH), escribió el apósto!Juan. En una
breve síntesis,Jesús señaló los principales pasos en la recepción humana de la
salvación no en un marco teórico, sino por medio de interacciones prácticas
con personas reales que vivían vidas reales.
El primer paso: fe
Cristo edifica sobre la fe de judíos que habían creído en él. ¿Cómo se gene-
ró esta fe inicial? Obviamente fue el resulcado de la predicación, la enseñanza
y los hechos de Jesús entre ellos. Se relacionaron con Jesús y entendieron lo
que decía y quién era él, aunque fuera débilmente. Su fe inicial brotó de su
débil comprensión de la revelación divina directa en la persona de Cristo.
Creyeron en él.
Ser cristiano, entonces, es vivir cada día por la sabiduría de Dios revelada
en las palabras de la Escritura. Ellas deberían llegar a ser la luz por la cual
tomamos todas las decisiones que modelan nuestra mente y nuestro carác-
ter. Conocer a Dios es experimentar su sabiduría en nuestra vida cotidiana,
hacerla propia, tener la misma menee que Jesús tuvo cuando vivió en la tie-
rra. Según Cristo, conocemos la verdad cuando por fe hacemos elecciones
y tomamos medidas -que a veces pueden parecer contrarias a la lógica-.
Solo entonces experimentamos el poder redentor de las palabras de Dios.
26 1 Elementos básicos de lo teología cristiana
"Jesús les respondió: 'En verdad les digo que todo el que comete pecado
es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo
sí permanece para siempre. Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes serán
realmente libres"' (Jn 8,34-36; NBLH).
Esto nos muestra que la teología juega un papel central no solo en la sal-
vación de los seres humanos, sino también en la unidad de una comunidad
mundial de fe.
§20. Conclusión
La ampliamente aceptada visión de Anselmo de la teología como "fe en
busca de entendimiento" desconecta a la teología de la salvación y la vida.
Al seguir el punto de vista de Anselmo, las tradiciones católica romana y pro-
3 . Utilidacl de la teología 1 29
3. Cuando por la fe los pecadores responden a las enseúanzas del Espíritu Santo
en la Escritura (teología), se convierten en discípulos y modelan su vida dia-
ria según la sabiduría y el ejemplo de Cristo.
Tomás de Aquino, On Bei11g1111tl E.<sence, erad. de Roben T. Miller (al inglés) (http:/ /www.fordham.
edu/halsall/basis/aquinas-esse.html: Internet Medieval Source Book, 1997), prólogo.
32 1 Elementos básicos de lo teología cristiano
Casi cada ser humano tiene una idea acerca de Dios derivada de la cultura
y la tradición. Todos suponen que su concepto de Dios es correcto y a partir
4 •Aportóndose de los Escrituras: tradición, atemporalidad y Dios 1 33
del mismo tratan los asuntos religiosos sin mayor reflexión acerca del concep-
to de Dios. La mayoría de los creyentes cristianos no son conscientes del he-
cho de que hay varias ideas conflictivas acerca de Dios que generan versiones
contradictorias de teología cristiana.
Como cristianos, entonces, debemos familiarizarnos con la visión prin-
cipal acerca de Dios que sostiene la tradición para que podamos entender la
variedad de puntos de vista teológicos que circulan entre los hermanos cre-
yentes hoy. También debemos tomar conciencia de la diferencia que existe
entre la visión de Dios generada y diseminada por la tradición cristiana y la
visión de Dios generada por la revelación bíblica. En resumen, debemos fa-
miliarizarnos con los elementos básicos sobre los cuales está fundada y opera
la tradición cristiana.
Espero que el rodeo que estamos dando en este capítulo ayude a los lec-
tores a visualizar el marcado contraste entre la tradición -que busca el en-
tendimiento de la fe, y piensa a la "luz" de la filosofía- y nuestro proyecto,
que busca el entendimiento de la revelación divina y piensa a la "luz" de la
Escritura. Al percibir este contraste, los lectores descubrirán por qué un pro-
yecto teológico basado bíblicamente debe deconstruir las doctrinas cristianas
comúnmente aceptadas, elaboradas a lo largo de dos mil años de tradición y
que operan en base a la matriz de múltiples fuentes de la teología.
Los te6logos dieron por sentado que la filosofía era la lectura correcta
de la revelaci6n natural de Dios. 2 De este modo, las explicaciones filosóficas
acerca de la naturaleza de la realidad (ontología) llegaron a ser la "luz" desde
la cual los primeros pensadores cristianos entendieron la realidad de Dios.
Como la Escritura no habla acerca de la realidad en el lenguaje técnico in-
ventado por los fil6sofos griegos, los te6logos no se dieron cuenta de que la
Escritura también habla acerca de la realidad y Dios.
¿Pueden los teólogos cristianos romper las cadenas que los esclavizan a las
enseñanzas científicas y filosóficas?¿ Pueden los teólogos buscar el significado
de Dios y sus acciones salvíficas desde la "luz" que brilla de las Escrituras?
Pensar a la "luz" de las Escrituras requiere sustituir las visiones científicas y
filosóficas sobre la realidad con las visiones bíblicas acerca de la realidad últi-
ma, comenzando con la realidad de Dios.
Bonsor explica que "la convicción básica de que la razón y la te juntas ofrecen a.la humanidad el acce-
so a la verdad de nucmo mundo afirmó el lugar de la filosofía en la teología católica. La filosofía es el
esfoerzo de la razón humana por entender la namrnleza de la realidad y el significado de la existencia
humana". Jack A. Bonsor, Athms ,mtljemsnlem: 7be role ofPhilosophy in 1beology (Ncw York, NY:
Paulist, 1993 }, 12.
4 • Apartóndose de las Escrituras: tradición, atemporalidad y Dios 1 35
Platón (427-348 a, C.), cal vez el filósofo más influyente de todos los tiem-
pos, se convenció de que la visión básica de Parménides de que la realidad era
atemporal e inmutable era correcta, A parcir de esta convicción, desarrolló la
visión dualista de la realidad como un todo. La conocemos como la cosmolo-
gía de dos niveles de Platón. El nivel más alto era el cielo, donde las realidades
atemporales espirituales residen eternamente como modelos delas realidades
materiales, transitorias y temporales. Dentro de esta cosmología dualista, en-
contramos la noción dualista más familiar de la realidad humana como com-
puesta de una realidad espiritual (real, atemporal) y una realidad corporal
(ilusoria, temporal). En sus obras, Platón describió este modelo cosmológico
con más detalles. Después de su muerte, sus discípulos encontraron que sus
Parménides, "1he \X/ay to ·fruth': en Ancill,, to tbe Pre-Socmtic Philosopbers: A Complete Tmnsl,ition
oftbe Fmgments in Diels, cd. de Kachlecn Freeman ( Oxford: Blackwell, 1948), fragmentos, 7 y 8.
36 1 Elementos básicos de la teología cristiana
Para el tiempo en que Cristo caminó por las calles de Nazaret, el plato-
nismo era la tradición filosófica principal entre los intelectuales de su época.
Persuadidos de que la visión de la realidad de Platón era compatible con el
Antiguo Testamento, los teólogos judíos comenzaron a entender la teología a
la luz de su visión de la realidad. Es interesante notar que Filón de Alejandría
(c. 20 a. C.- 40 d. C.) escribía su sistema teológico a la luz de la cosmología
dualista platónica, mientras que Jesús promovía la teología a la luz de la vi-
sión de la realidad del Antiguo Testamento (p. ej., Le 24,27).
"Porque no había días y noches y meses y ai'los antes de que fuera creado el ciclo, pero cuando cons-
trnyó el cielo los creó también. Son codos panes del tiempo, y el pasado y el fucuro son especies de
4 •Apartándose de las Escrituras: tradición, atemporalidad y Dios 1 37
----------·----·•--------
tiempo creados, que inconsciente pero erróneamente transferimos al ser eterno, porque decimos que
'era: o 'es: o 'será; pero la verd.1d es que sólo 'es' se le atribuye corrcct.unence, y que 'era' y 'sed' sólo
se habla de llegar a ser en el tiemµo, porque son movimientos, pero lo que es inamovible el mismo
para siempre no puede llegar a ser más viejo o más joven por el tiempo, ni puede decirse que llegó a
ser en el pasado, o ha llegado a ser en el presente, o lleg.1rá a ser en el furnro, ni es sl!jeto en absoluto
a ninguno de esos estados que afectan a las cosas sensibles y móviles y de las cuales la generación es
la causa". Platón, "Ti meo", en Pl11to: 1be Col!ected Dialogues, ed. de Edith Hamilton (l'rinceton, NJ:
Princeton University Prcss, 1989), 1167; 37.d-38.b.
Aristóteles lo dijo en las siguientes palabras. "Está claro entonces de lo que se ha dicho que hay una
sustancia que es eterna e inamovible y separ,1da de las cosas sensibles. También se ha mostrado que
esta susrnncia no puede tener magnitud sino que es sin partes e indivisible. Porque produce movi-
miento a través del tiempo infinito, pero nada finito tiene poder infinito. Y, aunque cada magnitud
es infinita o finita, no puede, por la razón dada, tener magnitud finita, y 110 puede tener magnitud
infinita porque no existe[;\ magnitud infinita. Pero también es claro que es impasible e inalterable;
porque todos los demás cambios son posteriores al cambio de lugar. Es claro, emonces, por qué el pri-
mer motor tiene estos atributos''. Aristóteles, 1he Complete IH,rks ofAristotle, ed. de Jonathan Barnes,
2 vols. (Princecon, NJ: Princcton University Press, 1984), 1695; 073a 4-12.
38 1 Elementos básicos de la teología cristiano
Aristóteles no solo interpretó la realidad de Dios como más allá del tiem-
po y el espacio, sino que también diseñó el modelo general de lo que un Dios
atemporal puede y no puede hacer. En sus escritos, Aristóteles reconoce tres
tipos principales de actividades humanas.
espacial que tienen muchos otros seres "eternos" según Ariscóceles. 6 Debido
a su inmovilidad absoluta, Aristóteles identifica su noción de Dios como el
"primer motor inmóvil''.
Según Aristóteles, por ejemplo, las estrellas son eternas: no tienen magnitud pero expcrimcnc,m cam-
bio espacial en su rotación. Sin embargo, ese cambio no cambia la naturaleza eterna de sus sustancias
no 111atc1-i.llcs (Aristóteles, 1Het,1phvsics, trad. de \v'.D. Ross, XII. 8).
Juli;\n Marias, History ofPhilosophy, trad. de Stanlcy Applcbaum y Clarence C. Strowbriclgc. (New
York: Dover, 1967), 65.
40 1 Elementos bósicos de lo teología cristiana
Ver, por ejemplo, Justo L. González, A Histmy o/Christian Tho11ght, vol. 3 (Nashville, TN: Abing-
don, 1975), 227.
4 • Apartándose de las Escrituras: tradición, atemporalidad y Dios 1 41
Agustín, "Confcssions': trad. de J.G. Pilkington, ed. de Philip Schaff; vol. 1, en Tl,e Niane ,,mi Post-
Niane ¡.;11hm (Albany, OR: Ages Sofcwarc, 1996), XI, 14, 17.
'" Guillermo Fraile, Historia del,, hlo.<oji,1, 3 vols. (Madrid: 13. A. C., 1965, 1966), 211.
11 lbíd., 212; Agusrín, 'Jhe 'Jiinity (\V.,shington, DC: 11,e Catholic University of Arncrirn Prcss.,
1963), VII, 5-10.
12
Fraile, Historia de In l·,losojf,1, 212.
,., Ibíd.; Agusdn, Tl,e 1iinity, VIII, 3-4.
42 1 Elementos básicos de lo teología cris1iana
11
· Agustín, Con/essiom, X, 46, 65; XII, 25-35, Agustfn, The 1,'inity, 2,3.
11
Para un csmdio erudito drtallado de la historia del cambio del sfoado ,11 domingo, ver Samuele
Bacchiocchi, from Snbbnth to S11ndny: A Historien! lnvestig,,tion ofthe Ri.<e o/Sundny Observnnce in
Emly Christi,mity (Romc: Pontifical Grcgorian Univcrsity, 1995).
4 - Apor1ándose de los Escrituras: tradición, atemporalidad y Dios 1 43
16
Ver, por ejemplo, Jacqucs D011khan, Im,el mul the Clnm-h: 1ivo Voiw_/or rhe Smne Cor! (Pcabody,
MA: Hendrickson, 2002),Jacqucs Doukhan, lvlystery q(Ismel (Hagerstown, MS: Rcvicw & 1-frrald:
2004).
17
J.' P. Arcndzcn, "Marcionircs''. en '/he C,1tholh Enqclopedia, ed. de Robcrt Applccon (www.NcwAd-
vcnt.org, 2003).
44 1 Elementos bósicos de lo teología crisliono
§30. Conclusión
El primer elemento de la teología cristiana del cual todo se origina, co-
hesiona y apunta, es Dios. Tomás de Aquino advirtió a todos los futuros
teólogos: "Un pequeño error al principio se hace grande al final". 18 En este
capítulo, nos hemos dado cuenta de que la teología cristiana comienza por
entender la naturaleza básica de la realidad de Dios. Este pequeño comienzo
afecta la totalidad de la teología cristiana. Una modificación en este nivel
de entendimiento tendrá un efecto en cadena que alcanzará hasta la última
idea, interpretación, acción y doctrina del cristianismo. Este efecto dominó,
sistemático, inevitable, ocurre porque Dios es el centro dinámico, sistemáti-
co de la teología cristiana. Pablo reconoce la centralidad sistemática de Dios
al decir "de él y por medio de él y para él son todas las cosas" (Rom 11,36;
RVA-2015).
Lamentablemente, los primeros teólogos cristianos se apoyaron en la defi-
nición griega de la característica básica de la realidad como atemporal. La in-
tuición de Parménides de la naturaleza de la realidad, la cosmología de Platón
y la visión de Aristóteles de Dios fueron bautizados dentro del cristianismo
por Agustín. Como los primeros teólogos cristianos encendieron este primer
elemento de la teología cristiana desde el punto de partida de la atemporalidad
filosófica, el papel sistemático de la doctrina de Dios en la teología tiñó codo
el sistema de doctrinas cristianas.
Como lo entendía la filosofía griega y más tarde lo desarrollaron los fi-
lósofos y teólogos cristianos, la atemporalidad describe una realidad que es
totalmente vacía de tiempo. Una realidad atemporal no existe en el flujo de
tiempo pasado-presente-futuro. No puede experimentar nada nuevo porque
no tiene futuro. No puede experimentar nada ahora, porque no tiene pre-
sente. No puede recordar nada porque no tiene pasado. Según la definición
clásica de Boecio (480-525?), una realidad atemporal experimenta todas las
cosas como un codo simultáneo. 19 Esca visión le impide completamente a
-~----·-··---
pasado efímero; y tal existencia debe estar siempre presente en sí misma para controlar y ayudarse
a sí mism,1, y t;1mbién debe mantener presente consigo misma la infinidad del tiempo cambiante''.
Iloccio, Yhe Consol11tio11 q/'Philosophy, cd. de Israel Golancz, trad. de W.V.Coopcr (London: J.M.
0cm, 1902), 161.
5
El Dios histórico de las Escrituras
Ver Colin Tlrown, cd., Diclionmy of New Testnment 1heology, 3 vols. (Grand Rapius: ZonJcrvon,
1978), 3:827, 828.
50 1 Elementos básicos de la teología cristiana
Osear Cullmann, Christ ,md Tt'me: 11Je Primitive Christi,m Conuption of1l'me and Histmy, trad. de
Floyd V. Filson, 3.' ed. (Philadclphia, PA: Wcstminstt'r Press, 1964).
5 · El Dios his1órico de los Escriluras 1 51
Como con Eliú, David no está tratando de aclarar la narnraleza del tiem-
po humano ni divino. En cambio, hace un contraste entre la realidad finita
de la criatura y la realidad infinita del creador, al comparar las diferencias en
sus temporalidades. La temporalidad de las criaturas es limitada, finita, con
un claro comienzo y final. Pero la temporalidad del amor de Dios es infinito,
del pasado ilimitado más discante al más distante futuro.
"Y la vida rnmbkn perccnece a Dios; porque la realid,,d del pensamiento es la vida, y Dios es esa rea-
lidad; y la realidad autónoma de Dios es b vid.1 más buena y ctema. Por lo tanto, decimos que Dios es
un ser vivo, eterno, lo más bueno, de modo que la vida y la duración continuas y. cccnus pertenecen a
Dios; porque esto es Dios" (Aristóteles, Mct,1physfrs, trad. de \V.O. lloss, XII, 7).
Boecio, ·neConsolntion qf'Philosophy, trad. de \V.V. Cooper, cd. de Israel Golancz (London: J.M.
Dcnt, 1902), 161.
5 . El Dios histórico de las Escriluras 1 53
En el principio, oh Scúor, tú afirmaste la tierra, y los ciclos son la obra de tus manos,
Ellos perecerán, pero tú permaneces para siempre. Todos dios se desgastarán como nn
vestido. Los doblar.Is como nn manto, y cambiar.ín como ropa que se muda; pero tú
eres siempre el mismo, y rus años no tienen fin. Hebreos 1,10-12 (NVI)
creó el tiempo cuando creó el mundo a imagen de las cosas celestiales eternas,
inamovibles. 5
En este punto -que el tiempo creado tiene un comienzo- Platón y la
Escritura están de acuerdo. Pablo escribió que Dios prometió vida eterna "an-
tes del comienzo del tiempo" (Te 1,2; RVA-2015), literalmente, "antes de los
tiempos de los siglos" [npo xpovwv aíwvíwv]. Aquí Pablo simplemente quiere
que sepamos que Dios prometió la vida eterna, y diseüó el plan de salvación
antes siquiera de crear nuestro mundo y su tiempo (ver 2 Tim 2,9 y 1 Co
2,7). Es claro que no se ocupa del tiempo en lo abstracto, ni está interesado
en explicar la naturaleza del tiempo creado. Sin embargo, estos y otros textos
señalan el hecho de que Dios existe y actúa "anees" de la creación. ¿Fue ese
período "antes" atemporal o temporal?
Platón, "Timeo", en Pla/o: ?he C'ollected Dialogues, ccl. de Edith 1-lmniltcin (Princcton: Princ-
eton University Press, 1989), 37, c.
Agustín. C'onfessions, trad. ele Jolm K. Ryan (Garden City, NY: lmage ílooks, 1960), XI, 13, 16.
lbíd.
5 • El Dios histórico de los Escrituras 1 55
decirlo mejor, lo que nosotros llamamos 'tiempo' no es nada más que una par-
ce, definida y delimitada por Dios, de esca misma duración sin fin del tiempo
de Dios''. 8 Desde el punto de vista de Cullmann, entendemos las referencias
bíblicas a la existencia de Dios (Jn l 7,5.24;Jds 25; if. Col 1.17) y sus acciones
"antes" del tiempo como que ocurren en la "pre-temporalidad" de Dios al
tiempo creado. En otras palabras, la existencia y las acciones de Dios tienen
lugar en el flujo pasado-presente-futuro del tiempo divino infinito con ante-
rioridad a su creación del universo y su tiempo.
Los escritores del Nuevo Testamento colocan en el tiempo temporal de
Dios "antes" del tiempo creado, la "sabiduría oculta" de Dios ( 1 Co 2,7), la
predestinación (Ef 1,4; 1 Pe 1,20) y la presciencia (Rom 9,29).
Para completar este cuadro, debemos recordar lo que en el Antiguo Tes-
tamento el profeta Miqueas dijo acerca de los orígenes de Cristo, el Mesías:
"Pero tú, oh Belén Efrata, aunque eres pequeña entre las familias de Judá,
de ti me saldrá el que será el gobernante de Israel, myo origen es antiguo, des-
de los días de la eternidad" (Miq 5,2; RVA-2015, énfasis añadido). El profe-
ta penetra hacia atrás a la propia eternidad de Dios en la persona del Hijo
eterno, quien a través de la encarnación llegará a ser el gobernante de Israel.
La existencia y la actividad de Cristo son literalmente "desde los días de la
eternidad". Esto nos ayuda a completar el cuadro de la temporalidad previa
de Dios. Cuando los escritores bíblicos se refieren a las acciones divinas que
precedieron a la creación del mundo, hablan de "anees de la creación". Sin
embargo, cuando Miqueas habla acerca del mismo ser del eterno Dios antes
de la creación, él dice que Cristo es "desde los días de la eternidad [('olam),
tiempos antiguos]" de los cuales no hay un "antes". Por medio de Miqueas, la
Escritura afirma claramente la infinitud de la temporalidad de Dios antes de
la creación del universo y de su tiempo y espacio limitado.
Estudiaremos las acciones "eternas" de Dios antes de la creación del mun-
do en capítulos posteriores.
Por ejemplo, que Dios experimente "mil años como el día de ayer, que
pasó" (Sal 90,4) nos dice que él es capaz de relacionarse con los eventos tem-
porales creados extendidos mucho más allá de nuestro alcance, con com-
prensión e inmediatez. La complejidad de los eventos mundiales en mil años
se encuentra en la experiencia de Dios como los eventos de ayer en nuestra
memoria. Obviamente, Moisés da por sentado que el tiempo pertenece a la
misma esencia de la realidad de Dios y por lo tanto pertenece a su poder
y actividades divinas. El texto nos dice que Dios vivencia el tiempo de una
manera diferente a la que nosotros experimentamos. Aunque Dios vivencia
el tiempo de una forma diferente, el tiempo también pasa para Dios. Es por
eso que él puede experimentar mil aüos como nuestro ayer. Esta percepción
Por ejemplo, coment;1ndo sobre 2 Pedro 3,8, Lmcro explica que "hay dos m;1neras de mirar a lasco-
s;1s: la m;1ncm de Dios y la del mundo. Así esta vida y la vida por venir son de dos clases. Esta vida no
puede ser la misma que l,1 vid.\ por venir, ya que n,ldie puede entrar,\ la vid,1 porvenir excepto,\ través
de la muerte, o sea, por la ccs,ición de esca vida. Es1;1 vida equivale ;1 comer, beber, dormir, digerir,
engendrar hijos, cce. Aquí codo se da por números: horns, días y ai10s en sucesión. Ahora, cuando
quiere mirar a la vida por venir, debe borrar rl curso de esca vida de su mente. No se atreve ;1 pens;1r
que puede 111cdirl;1 como se puede medir esrn vida. Allí codo será un día, una hor,1, un momento"
Luthcrs /¼,-k,, vol. 30: lhe C1tholic Episcles, cd. de J. J. Pelikan, H. C. Oswald, y H. T. Lehmann
(S;1inc Louis: Concordia Publishing House, 1999), 2 Pedro 3, 11.
'° Comentando sobre 2 Pedro 3,8, Cnllmann explica que el propósito de Pedro "es ;1firm;1r, no la ;11em-
porali,bd de Dios, sino m,ís bien el carácter infinito del tiempo de Dios, que él solo puede captar y
que puede expresarse sólo diciendo que para Dios las normas para medir el tiempo son diferentes"
(Cullmann, Christ ,md Time, 69).
5 . El Dios histórico de las Escrituras 1 57
La Biblia habla de Dios como que tiene años. ¿~é significa decir que
Dios tiene años? Siguiendo la tradición, la mayoría de los cristianos entien-
de estos versículos, y otros como estos, como metafóricos o simbólicos, que-
riendo decir que no deberíamos tomar la declaración de que Dios tiene ailos
como que literalmente tiene años y tiempo.
el cual existen las criatmas finitas sin compartir sus limitaciones temporales
o espaciales.
1. El tiempo no es un "envase"
En las declaraciones bíblicas analizadas anteriormente, descubrimos que
los autores bíblicos no piensan del tiempo en el abstracto como un asunto se-
parado de las realidades o eventos temporales 11 (este planteamiento no pro-
viene del enfoque pastoral o práctico de los autores bíblicos). En cambio, este
planteamiento revela el hecho de que el tiempo "co-aparece" para nosotros
como una característica general básica de realidades concretas. En otras pala-
bras, el tiempo es "co-dado" a nuestra reflexión en las realidades temporales
que encontramos en la vida. 12
11
Considerar el tiempo en fornlit abstracta es una calle sin salida. Agustín sci\aló la imposibilidad de
proporcionar una comprensión del tiempo mismo sin relación con las realidades temporales: "¿~é
es el tiempo? ¿~én puede explicar esto f.1cil y brevemente? ¿~én puede comprender esto aÍln en
pensamiento, p,1ra poder expresarlo en una palabra? Pero ¡qué discutimos más familiar y conscien-
temente en la conversación que el tiempo? Ciertamente lo entendemos cuando hablamos de ello, y
también lo entendemos cuando cscuclumos a otros hablar de ello? Entonces, ¿qué es el tiempo? Si
nadie me pregunta, yo sé; si quiero explicarlo a alguien que sí me pregunta, no lo se" (Agustín, Con-
_(essions, XI, 14,17).
12
Ver, por ejemplo, Martín Heidegger, "What Is Mctaphysics ?" en Exútence ,md Being, cd. de \'v'erner
llrock (Chicago: Henry Rcgnery, 1949), 340, 347-348; y Manin Heidegger, Being ,md Time, rrad.
de John Mac,1uarric y Edward Robinson (Ncw York, NY: Harpcr and Collins, 1962), lntr. 11. 7. C.;
TI1orlcifl3oman, Hebreu, 1ho11gh1 Compm-erl with Greek (New York: W\V/. Nonon, 1970).
60 1 Elemenlos básicos de la teología cris1iana
significado'. Equívoco significa 'una palabra que tiene uno o más significados
diferentes', y analógico significa 'una palabra que tiene uno o más significados
similares'.
Cuando aplicamos la palabra "tiempo" a Dios y la creación, entonces
podríamos entender "tiempo" en un sentido unívoco. En dicho caso, "tiem-
po" significaría lo mismo tanto para Dios como para la creación. También
podríamos entender "tiempo" en un sentido equívoco. En cal caso, "tiempo"
tendría dos significados completamente diferentes, uno para Dios y otro para la
creación. Finalmente, podríamos entender "tiempo" en un sentido analógico.
En este caso, "tiempo" tendría dos significados similares, uno para Dios y el
otro para creación.
La filosofía y la teología clásicas han entendido la palabra "tiempo" en
un sentido unívoco. En otras palabras, entendieron el tiempo con el mismo
significado, fuera que se aplicara a Dios o la creación. Para ellos, "tiempo" sig-
nificaba la medida de cambio, de ese modo, solo podía aplicarse a la realidad
creada, nunca a Dios. Esca concepción creaba un vacío intelectual que sepa-
raba a Dios de su creación. La natmaleza de sus respectivas realidades creaba
una brecha entre un Dios atemporal y una creación temporal que impedía
que Dios se comunicara directamente con, se relacionara con, y actuara den-
tro del orden histórico de las causas creadas. La realidad de Dios era conside-
rada "trascendente''. es decir, separada de su creación e incompatible con ella.
La idea más familiar del alma humana puede ayudarnos a visualizar esta
perspectiva, de otra manera compleja, de Dios. Así como quienes creen en la
existencia del alma conciben la realidad humana como una combinación de
un cuerpo corporal visible y un alma espiritual invisible, quienes conciben la
realidad de Dios en modelos panteístas y panenteístas ven a Dios como una
combinación de un lado visible (el mundo temporal) y un alma invisible (su
lado espiritual atemporal más allá del mundo).
1.1 Karl Ilarch, Ch111·,h Dog,n11tin, cd. de G. \'íl. Bromilcy y T. E 'fo1-r;1ncc, m1d. de G. \V/. Bromilcy, 2.•
ed., vol. I !.' Pt (Edinburgh: 1: & T. Clark, I 975), 111. I, 66.
'' lbfd., III. 1, 67.
" lbld., 11. I, 608-677.
" lbíd., III. 1, 73-74.
" lbíd., I1I. 1. 7.
5 . El Dios histórico de las Escrituras 1 63
'" "En fo historia y desarrollo del concepto de analogía como un inscnunenro para la extensión dd
conocimiento una base de univocidad es por lo tanto una premisa decisiva aun cuando puedan obser-
varse relaciones análogas" \X1olfhart Panncnbcrg, Systemntic Theology, trad. de Gcoffrcy W Dromlcy,
3 vols., vol. 1 (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1994), 344, n. 14.
64 1 Elementos básicos de la teología crisliano
§40. Conclusión
Comenzamos este capítulo formulando las siguientes preguntas: si Dios
no es atemporal, como suponen las tradiciones cristianas, ¿es temporal?; ¿en-
tiende la Escritura la realidad divina como atemporal?; si no lo hace, ¿cómo
entiende la Escritura la realidad de Dios?; ¿es el Dios bíblico, temporal?; ¿no
sería un Dios temporal un Dios impotente, limitado, finito?
Después de nuestra breve incursión en algunos pasajes bíblicos, descubri-
mos que la Escritura se aparta radicalmente de la tradición al entender la rea-
lidad de Dios como temporal. Esto denota que la comprensión tradicional de
la naturaleza de la realidad divina es una desviación radical del pensamiento
bíblico. Entre la tradición y la Escritura, hay una separación de los caminos al
mismo comienzo del pensamiento teológico, donde Tomás de Aquino advir-
tió que no deberíamos errar para evitar el desastre al final.
Los autores bíblicos adoptan un encendimiento analógico del tiempo di-
vino. Esto significa que la realidad infinita y eterna de Dios experimenta el
flujo del tiempo en su plenitud, de acuerdo con su propia naturaleza divina.
También es capaz de experimentar directamente nuestro tiempo creado limi-
tado sin limitarse al mismo. La comprensión analógica del tiempo divino nos
ayuda a encender por qué los autores bíblicos no tenían problemas en hablar
de un Dios inmutable, eterno e infinito, que era capaz de actuar directa y
personalmente dentro del flujo del tiempo creado.
Expusimos que la visión analógica del tiempo divino no hace a Dios im-
potente, limitado o finito. Por el contrario, le permite expresar plenamente
su poder en la creación. Sin embargo, una visión de Dios atemporal, sí lo
5 • El Dios his1órico de las Escriluros 1 65
§41. Introducción
Hace muchos años, cuando trabajaba como pastor distrital en Argentina,
los miembros de mis iglesias a menudo nos invitaban como familia para al-
morzar los sábados. Después de lo que muchas veces era una fiesta culinaria,
nos sentábamos para disfrutar de una amable sobremesa. Frecuentemente, de
la nada, sin preliminares, mi anfitrión preguntaba: "Pastor, ¿cómo entiende
usted la Trinidad?". Como ya había tenido alguna experiencia como profesor
en el seminario, estaba lo suficientemente familiarizado con el tema como
para reconocer que estaba en un callejón sin salida. En cierto sentido, mis an-
fitriones trataban de recuperar su dinero, por así decirlo, a través de un mini-
curso sobre la Trinidad. La mayoría de ellos, de hecho, tenían ideas formadas
y sencillamente querían que las corroborara. Lamentablemente, la naturaleza
de la Trinidad, siendo la misma naturaleza de la realidad del Dios infinito,
impide que los humanos finitos la entiendan. Solo Dios puede entenderse a sí
mismo; la naturaleza de la infinita Trinidad está más allá de nuestro alcance o
comprensión. Desafortunadamente, esa no era la respuesta que mis anfitrio-
nes esperaban, pero después de una suculenta comida, mis anfitriones no es-
taban en condición física para explorar la cuestión con reflexión y en profun-
didad. Sin embargo, anticipo que el lector está preparado y listo para ahondar
en algunas verdades reveladas sobre el complejo asunto de la Trinidad.
Desde Ireneo (m.c. 202 d. C.), un teólogo cristiano primitivo de Asia me-
nor que llegó a ser obispo de Lyon, la palabra economía se convirtió en una
expresión técnica usada por los teólogos para designar el nivel histórico de
realidad donde Dios se revela a sí mismo y lleva a cabo sus obras de creación
y redención.
Karl Rahncr, Thc Trinity, trad. dcJoscph Doncccl (Ncw York: Herder and Herder, 1970), 10-11.
6 • La realidad de la Trinidad 1 71
Fernando Cana le, "1hc 1heo-Onto-Logical Scructurc ofRcason in Sacred Scripmrc': en A Cricicism
of1hcological Rcason: Time and Timelcssness as Primordial Prcsuppositions, Andrcws Universi-
ty Semi,ury Docroral Oisscrcacion Series, vol. JO {Ilcrricn Springs, MI: Andrews Univcrsicy Prcss,
1983).
"Deutcronomy 6:4", 1l1e Scventh·D;ty Advemisc Bible Commencary,ed. de Francis D. Nicho!, 7 vols.
(Washington, D.C.: Review an<l Hcr;tld, e 1978-80).
72 1 Elementos bósicos de la teología cristiana
Esta evidencia parece ser fa más fuerte de las tres que defienden la plura-
lidad de Dios. Y sin embargo, los tres tipos de referencias del Antiguo Testa-
mento pueden entenderse como que señalan a la pluralidad divina revelada
más plenamente en el Nuevo Testamento por Cristo mismo.
de Jehová. A veces, sin embargo, el contexto revela que el "Angel del Seii.or"
no es una criatura angélica, sino una persona divina.
Este Ángel no es un ángel normal, creado. Noten que se les dijo a los israe-
litas que obedecieran su voz y que no lo provocaran. Más aún, este ángel tiene
el poder de perdonar el pecado porque el nombre [realidad] de Dios estaba
en él. Podemos concluir fácilmente que por estos atributos, este Ángel era un
ser divino. Así, desde la perspectiva de la revelación del Antiguo Testamento,
encontramos aquí dos seres divinos: Jehová y su "ángel" excepcionalmente
dotado, un "ángel" que posee realidad divina ("en él está mi nombre") y el
poder de perdonar pecados (un acto que requiere justicia divina). Aquí en-
tonces hay una instancia en la cual Moisés da a encender la existencia de dos
entidades divinas. Desde la ventaja de la revelación del Nuevo Testamento,
algunos identifican a este ángel con Cristo.
5. Jehov6 y su siervo
Siguiendo de forma consecuente las enseñanzas del Antiguo Testamento,
Isaías reconoce claramente que la salvación y el perdón de pecados es obra de
Jehová (Is 43,24-25). Pero en el capítulo 53 Jehová coloca la carga del pecado
y la obra de perdonar en alguien más, su siervo. Isaías predice que Jehová
colocará sobre su siervo "la iniquidad de todos nosotros" (Is 53,6; NBLH).
El siervo de Jehová "justificará a muchos, y cargará con las iniquidades de
ellos" (Is 53, 11; NVI). Como el "ángel del Señor" en el tiempo de Moisés,
en el futuro el "siervo de Jehovf' efectuará las obras divinas de la redención y
la justificación. Entonces, en estos textos, vemos otra vez el reconocimiento
implícito de una dualidad de entidades divinas, Jehová y su siervo. Esta es
74 1 Elementos bósicos de la teología cris1iona
7. Conclusión
La evidencia de los textos del Antiguo Testamento proporciona el marco
apropiado para la revelación del Nuevo Testamento de la realidad de Dios
como Trinidad. Esto no quiere decir que el Antiguo Testamento enseñe ex-
plícitamente la doctrina de la Trinidad o que los israelitas estuvieran familia-
rizados con el Dios trino.
2. La divinidad de Jesucristo
Por medio de docenas de villancicos y escenas del pesebre, se le presenta a
casi cada nifi.o y niña a Jesús en Navidad. Desde ese humilde comienzo, la hu-
manidad de Cristo eclipsó su divinidad a través de gran parte de su vida en la
tierra. Ocasionalmente, aparecían aspectos en su vida que ofrecían a sus discí-
pulos un raro atisbo a su divinidad. Es claro, en términos teológicos, que Jesu-
cristo era mayor que el templo, los profetas y hasta los reyes (Mt 12,6.41-42).
Sin embargo, Hebreos 1,S-6 es una cita del salmo 2, conocido como un
salmo de "coronación" porque los israelitas lo cantaban dmante la ceremonia
de coronación de un nuevo rey. En la ceremonia de inauguración, el coro
cantaba: "Proclama el decreto del Señor: El Señor me dijo: 'Tú eres mi hijo.
Hoy he llegado a ser tu Padre"' (Sal 2,7; NTV).
Considere el desarrollo de la idea de la generación eterna del Hijo en el tiempo desde el Credo Apos-
tólico (segundo siglo?) y el Credo Niceno (325 d.C.) hasta el Credo de Atanasia (siglo cuarto).
6 • La realidad de la Trinidad 1 79
Así, cuando los autores del Nuevo Testamento usan el lenguaje padre-hijo
en referencia a Dios, revelan las características personales y relacionales que
pertenecen a la divina pluralidad del ser único de Dios. Tanto el Hijo como
el Padre son Dios, el solo y único Dios del Antiguo Testamento y del Nuevo
Testamento. Hay dos entidades divinas completas idénticas la una a la otra
que comparten todas las características y la realidad divinas.
¿Por qué la existencia del Espíritu Santo como persona divina fue reve-
lada precisamente en ese tiempo? Debido al Aujo histórico y la naturaleza
del plan de salvación, el Espíricu Santo debía ser revelado como una persona
divina a fin de explicar cómo continuarla la obra redentora de Cristo simul-
táneamente en la tierra y en el santuario celestial después de su ascensión (Hb
8,1.2). También deberíamos tener presente que Dios revela su realidad trina
no con el propósito especulativo de revelar la naturaleza de Dios. Más bien,
el propósito divino era ayudar a los humanos a encender sus actos redentores
en la historia.
En esta sección, sigo de cerca a Fernando Canalc, "Doctrine o!God'; en Handbook ofScvcnth-Day
Advcncist 1hcology, ed, de Raoul Dedertn (Hagcrscown, MS: Revicw and Hcrald, 2000), 133.
82 1 Elementos bósicos de lo teología cristiana
2015). De igual manera, Pablo escribe en 1 Corintios 3,16: "¿No sabéis que
sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (RVR
1960). Nuevamente, en 1 Corintios 6,19; escribe: "¿O ignoráis que vuestro
cuerpo es templo del Espíritu Sanco, el cual está en vosotros, el cual tenéis de
Dios?" (RVR 1960). Pablo parece usar las palabras "Dios" y "Espíritu Sanco"
indistintamente, como sinónimos.
La idea de que el Espíritu Sanco procede del Padre y del Hijo se origina
en la promesa de Jesucristo de enviar al Espíritu Santo como su sucesor en la
tierra. "Cuando venga el Consolador, a quien yo enviaré del Padre, es decir, el
Espíritu de verdad que procede (ekporeuetai) del Padre, él dará testimonio de
mí" (Jn 15,26; NBLH; énfasis agregado).
9. Fórmulas binitarias
¿Cómo reunieron los autores bíblicos información revelada acerca de la
unicidad y la pluralidad de Dios? Consideremos primero una de las formas
que Pablo usó para tratar con la pluralidad y la unicidad de Dios. Este es un
ejemplo de fórmulas "binitarias", porque no menciona al Espíritu Santo.
"Respecto pues del comer de las cosas ofrecidas en sacrificio a los ídolos, sabemos
que el ídolo es nada en d mundo, y que no hay más que un solo Dios. Porque aunque
haya algunos llamados dioses; ora en el cielo, ora en la tierra (como que hay muchos
dioses y muchos scííores); para nosotros empero hay un solo Dio.,~ el Ptldre, procedente
de quien son codas las cosas, y nosotros para él; y un solo Serim;Jesucristo, por medio
de quien son codas las cosas, y nosotros por medio de él" ( 1 Co 8,4-6; VM 1929.
énfasis mío).
Pablo afirma enfáticamente la unicidad de Dios: "No hay más que un solo
Dios". No obstante, también afirma enérgicamente la pluralidad de la reali-
dad de Dios en una forma binitaria, "hay un solo dios, el Padre ... y un solo Se-
íí.or,Jesucristo". Pablo se apega a los hechos revelados sin tratar de disimular o
borrar la contradicción lógica que la revelación de la realidad de Dios plantea
para la lógica humana.
86 1 Elemen1os bósicos de lo 1eologío cristiano
Tal es el caso en la tradición teológica con los padres capadocios 8 que tra-
taron de explicar la unidad de las eres personas de la Trinidad en forma rela-
cional. Este enfoque tradicional se denomina la explicación de la "comunión"
de la Trinidad. Los capadocios construyeron su visión sobre las declaraciones
de Cristo acerca de la unidad entre sí mismo y el Padre. Cristo habló acerca de
su unidad con el Padre en su oración "sacerdotal" después de celebrar la últi-
ma cena con los discípulos. En esca oración, Jesús le pide a su Padre que pro-
teja a sus discípulos: "guárdalos en Tu nombre, el nombre que me has dado,
para que sean uno, así como nosotros somos uno" (Jn 17,11; NBLH). Más
adelante, en la misma oración, Cristo amplía este pensamiento: "para que
todos sean uno. Padre, así como tú estás en míy yo en ti, permite que ellos tam-
bién estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado" (Jn
17,21; NVI). Por supuesto, los capadocios suponían que la realidad de Dios
era atemporal y aespacial. En consecuencia, leían la relación entre el Padre y
el Hijo (y la hacían extensiva al Espíritu Santo) como "la in-existencia y coe-
xistencia de cada persona en las otras dos". Llamaron a esta visión perichoresis
(literalmente, "danzando alrededor"), y circuminsessio (la circulación vital o
efusión o compenetración mutua de la vida divina). 9 No obstante, la comuni-
dad de vida, incluso la vida atemporal, no iguala a la realidad.
Los padres capadocios eran teólogos importantes de la Iglesia griega. Gregorio de Nadanzo (c. 325-
389 d. C.), Gregario de Nisa ( +385 d. C.) y Basilio el Grande (329/379 d. C.) componían el trío
distinguido de teólogos capadocios.
Willi,un J. Hill, lhe 1hree Pmoned God: The Ti-irlity a.< ,1 Myste1y o/S,,lv,1tio11 (\'v.lshingron, D.C.:
llic Catholíc Univcrsity of America Prcss, 1982), 272.
6 , La realidad de la Trinidad 1 89
entidad divina atemporal (Dios) como que es idéntica a las relaciones mu-
tuas de tres entidades no existentes. El Dios "único" que exigen los supuestos
filosóficos griegos todavía rige sobre las relaciones de la vida divina que se
describe en la Escritura. Este punto de vista reduce la pluralidad de las enti-
dades divinas reveladas por la encarnación y las enseñanzas de Cristo a "dife-
renciaciones (distinciones) reales y relacionales" dentro de la realidad única
de Dios. 10 El único Dios atemporal de la tradición todavía oculta y encadena
las tres entidades divinas que, de acuerdo con el Nuevo Testamento, están
obrando la salvación en el flujo de la historia.
Contrariamente a la teoría capadocia de la "comunión" que lee los pasajes
del Nuevo Testamento como Juan 14,11; 10,31 y 17,S como que se refieren
a la unicidad trinitaria, el contexto bíblico demuestra en cambio que se refie-
ren a la vida y la unidad de propósito trinitario. En estos textos, Cristo habla
acerca de su relación viva y eterna con el Padre, que continuó durante la en-
carnación. Cuando Cristo habla de su relación ininterrumpida con el Padre,
se refiere a lo que los teólogos llaman la "Trinidad económica". Como vimos
al comienzo de este capítulo, este enfoque significa que la Trinidad de perso-
nas divinas, que la Escritura presenta como entidades separadas, está obrando
nuestra salvación dentro del flujo continuo de espacio y tiempo. Es más, las
expresiones de Cristo refieren a la vida trinitaria, no a la entidad. La unidad,
entonces, no iguala la unicidad de las revelaciones del Antiguo Testamento y
del Nuevo Testamento, sino la unidad de propósito en la obra de la salvación.
Sí, la vida de las tres personas existe como una singular comunidad de vida
y acción. Pero la comunidad se afirma sobre la existencia de tres entidades
reales y separadas. De acuerdo con la revelación bíblica, la pluralidad de enti-
dades divinas no colapsa en la unidad de propósito de la vida divina.
En resumen, la teoría de la comunión divina que se asume entre el trío de
entidades divinas no responde a la enseñanza bíblica que Dios es uno. La co-
munión entre personas divinas no explica o responde a la "unicidad" del Dios
bíblico. Una comunión entre tres personas divinas reales todavía nos deja con
tres Dioses. Hay solo un Dios cristiano, el Dios trinitario.
10
lbíd .. 49.
90 1 Elementos bósicos de la 1eología cristiana
Hemos hecho buenos progresos en este y los capítulos previos hacia con-
testar esta pregunta. Sabemos que la Escritura revela a un Dios que no es
atemporal, sino infinito y analógicamente temporal. También sabemos que
el Dios de la Escritura es, al mismo tiempo, uno y plural. La pluralidad divina
incluye a tres personas divinas, coeternas, diferentes, que interactúan entre
sí. En consecuencia, la Trinidad económica que interactúa con la historia
humana como lo reveló Cristo durante su encarnación es la Trinidad inma-
nente. En otras palabras, la Trinidad económica y la Trinidad inmanente
son idénticas.
hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce
los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios" ( 1 Co 2, 11; NBLH).
Cuando Dios se acomoda a la finitud de la historia humana, se muestra
como tres entidades divinas. En ellas, conocemos a Dios directamente como
él es en sí mismo, pero él se muestra a sí mismo dentro de las limitaciones
impuestas por la finitud de las criaturas. Porque la unicidad de su entidad
escapa a las limitaciones de nuestro conocimiento, permanece oculta para
nosotros. La unicidad divina pertenece al lado escondido del misterio de la
realidad de Dios.
Hablando acerca de la fe que no salva, Santiago aborda el lado oculto de
la Trinidad: "Tú crees que Dios es uno. Haces bien; también los demonios
creen, y tiemblan" (St 2, 19; LBLA). Consideraremos detenidamente la exis-
tencia de ángeles y demonios más adelante en nuestro estudio. Por ahora,
entendemos que los demonios son criaturas angélicas que vivieron en la pre-
sencia directa de Dios, pero eligieron romper su comunión al rebelarse con-
tra Dios (Ap 12,7-9). Antes de su rebelión, sin embargo, conocieron a Dios
directamente sin la distancia y las limitaciones que el pecado impuso sobre
los humanos. No obstante, aun los ángeles que tenían acceso directo a Dios
solo lo conocen como tres personas divinas. Aceptan la verdad de la "unici-
dad" de Dios no por conocimiento o percepción personal, sino por fe en la
declaración de Dios acerca de la unicidad de su realidad.
§45. Conclusión
En este estudio, intentamos entender los elementos básicos de la teolo-
gía cristiana. Los "elementos" son realidades y acciones que encontramos
en la base, el centro y la estructura de la teología para la Iglesia. La realidad
y las acciones de la Trinidad son el elemento básico más importante de la
teología cristiana.
Esca diferencia hace que sea Dios. Esta diferencia siempre existirá. Dios
no puede eliminarla. El objetivo del plan de salvación no es eliminar la dife-
rencia entre el Creador y la criatura, sino eliminar el pecado.
§46. Reseña
Teología es buscar encender la revelación de Dios en la Escritura a través
de sus interacciones/relaciones con los humanos (ver introducción). Aunque
seguimos el principio de sola Scriptura, nuestro propósito no es encender solo
los textos bíblicos, sino también las realidades y acciones de las cuales habla la
Escritura. Primero centramos nuestra atención en la realidad de Dios.
los escritores bíblicos piensan acerca del tiempo de Dios no como idéntico al
tiempo humano creado, sino como análogo a él. En pocas palabras, Dios es
capaz de vivenciar el flujo del tiempo humano y actuar directamente a través
de él sin asumir sus limitaciones.
Desde esta perspectiva general, analizamos la enseíianza bíblica acerca de
la entidad divina. Descubrimos que la Escritura presenta una comprensión
trinitaria de Dios. Cuando Dios adapta su realidad para interrelacionarse con
criaturas de'ntro del flujo y los límites de sus naturalezas temporales y espacia-
les, lo encontramos como tres personas divinas coetemas, el trío divino del
Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. 1
del flujo del tiempo creado, finito. Por consiguiente, deberíamos entender la
secuencia bíblica de actos divinos involucrados en la obra de salvaci6n como
un proceso histórico.
¿Cómo accedemos a la lógica interna de la actividad histórica de Dios?
La tradición reduce la "historia de Dios" a la encarnación de Cristo. ¿Es ese
el punto de partida y la duración total de la historia divina de la salvación?
La Escritura comienza mucho antes de la encarnación con la creación, sin
embargo, sabemos que la historia de Dios no tiene comienzo. ¿Tuvo relación
Dios con la historia antes de la creación del mundo, cuando había solo histo-
ria divina? La respuesta es sí. Aunque el relato de la Escricura de las historias
divina y creada es parcial e incomplero, Dios ha dejado suficientes rastros
para que nosotros reconstruyamos el bosquejo esencial de su participación
personal en la historia de la creación y la redención.
Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo
aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios
conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados según la im,1gen de
su Hijo, parn que él sea el primogénito entre muchos hermanos. A los que predestinó,
también los llamó; a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también
los glorificó (Rom 8,28-30; NVI).
_________ ___
.,
de Dios, ni tampoco la Escritura aporta información sobre este tema, los teó-
logos derivan su visión del conocimiento de la filosofía.
En este punto, nuestro estudio exige que hagamos una zambullida teo-
lógica y que nos lancemos a las aguas teológicas profundas, para analizar los
puntos de vista sobre presciencia divina de los principales representantes de
la tradición cristiana. Mi propósito es ayudar a los lectores a ver por sí mis-
mos el marcado contraste entre la tradición cristiana y la perspectiva de la Es-
critura sobre la presciencia divina. Aunque trataré de simplificar las cuestio-
nes tanto como sea posible, la lectura puede resultar escabrosa para los laicos
que no tienen experiencia previa en la lectura de escritos teológicos. ~izá
quieran pasar por alto las secciones §50-§54 y saltar a la sección §55 donde
'N. de la T. El dicho en inglés cxprcsa, lircralmeme "che devil is in thc derails" (d diablo está en los
detalles), entonces el amor adara "fucr,1 de bromas''.
102 1 Elementos bc'isicos de la teología cristiano
lomás de Aquino, S11mm,1 Theologíu1, trad. de Padres de la Provincia Dominicana Inglesa, 3 vals.
(New York: Dcnzingcr Brothers, 1947), la.14.4.
!bid., la. 14.2
Jbíd., la. 14.8.
lbíd., la. 14.13.
7 . Prescienciaa divina I l 03
Agustín (354-430), otro gran teólogo católico romano. Calvino tomó pres-
tado el énfasis de Agustín sobre la voluntad y la predestinación divinas dando
más importancia a la voluntad de Dios que a su naturaleza. La voluntad de
Dios y su poder son la causa última de todo lo que es real.
"¿ Dirás que estas cosas son falsas, que la Verdad me dice, con gran voz, en mi oído interno, acerca de
la etcrni(bd misma del Creador; que su esencia no es en modo alguno modificada por el tiempo, y
que su voluntad no es distinta de su esencia? Por lo cual, no quiere una cosa ahora y otra m:ís ,tdclan-
te, sino que una vez y para siempre quiere cod,ts las cosas que él quiere; 110 una y otra vez, ni ahor,t
esto, ahora eso; ni quiere después lo ,¡ue no IM querido antes, ni deja de querer lo que había querido
antes. Porque cal voluntad es mutable y ninguna cosa murnblc es eterna; pero nuestro Dios es eterno''.
Agnscín, "Confessions", trad. de J.G. Jlilkingcon, cd. de Philip Schaff. en ]be Niane and Post-Niane
Fathers, vol. 1 (Albany, OR: Ages Software, 1996), 12.15.18.
John Calvin, lmtitutes q(the Clnisti1111 Re!igion, ed. de John T. McNcill, erad. de Ford Lewis Da teles
(Albany, OR: Ages Digital Libr,try, 1998), Ill.21.5.
'º lbíd., IIL23.6.
7 • Presciencia a divina 1 105
Para que tenga más sentido, necesitamos entender cuál creía Calvino que
era la diferencia entre las decisiones divinas y las humanas. Cuando nosotros
los humanos decidimos hacer algo, todavía tenemos que hacerlo. En el orden
de la sucesión temporal, la decisión no es igual a la realidad de lo que se decide.
Sin embargo, la decisión de Dios, como es atemporal, es simultáneamente la
realidad de su decisión. Podemos ver que Calvino asocia muy estrechamente
no solo la presciencia y la predestinación, sino también la predestinación y
la omnipotencia.
Porque las tradiciones teológicas católica romana y protestante dan por
sentado la atemporalidad de la realidad de Dios, su voluntad y acciones, estas
pueden llegar a ser difíciles de comprender. Los teólogos clásicos y protes-
tantes, convencidos de que Dios es atemporal, explican que la dificultad gira
alrededor del hecho que los humanos solo pueden usar conceptos y palabras
temporales para describir lo que es en realidad atemporal. Por consiguiente,
cuando escuchamos a Calvino sugerir que la predestinación "crea" las ideas
que Dios "entonces" conoce de antemano, no deberíamos imaginar que Dios
primero toma una decisión y luego la conoce.
En la visión de Calvino, Dios es soberano en sentido absoluto. Dios co-
noce de antemano porque él ha decidido y es la causa de todo. Obviamente,
esta manera de pensar suscita preguntas acerca de qué tipo de papel juega la
libertad humana en nuestra salvación y en la vida diaria.
El concepto de atemporalidad divina afecta no solo la realidad de Dios,
sino también sus acciones. Dios no puede actuar en una secuencia temporal.
En él, todo existe simultáneamente, hasta la predestinación y la presciencia.
No hay historia de Dios, solo la atemporalidad de su decisión. Las historias
divina y humana están predeterminadas y cerradas. En el análisis final, nues-
tra libertad humana es una falsa ilusión; nuestras vidas e historias, pura fic-
ción precscrica en la mente de un Dios titiritero.
11
"Otra vez pregunto: ¿de dónde ocurre que la caída de Adán implicó irremediablemente a t;\lltas per-
sonas, junto con su descendencia infontil. en la muerte eterna a menos ,¡ue por eso complaciera a
Dios? Aquí sus lenguas, de otro modo can locuaces, deben ennmdecer. El decreto es cicrcamentc
terrible, lo confieso. Sin embargo, nadie ¡rnedc negar que Dios conoció de antemano el fin que habría
de tener el hombre ames de que lo crease, y por lo tanto lo sabía previ,1mentc porque así lo había
ordenado por su decreto". lbíd., 111.23.7.
12
John Calvin, Concerning the Eternnl Pmlestinntion o( God, trad. de J. K. Reíd (Philadclphia, PA:
Wescminsccr, 1977), 56-58.
11
· Jacobo Arminio, 1he Works oj}nmes Amlinius, 3 vols. (Albany, OR: Agcs Sofi:ware, 1997), l. 358.
" lbíd., l. Dispurnrion 4.31-46.
7 . Prescienciaa divina [ l 07
11
"De estos signe un CUARTO DECRETO, relativo a b salv;tción de estas personas particulares, y la
condenación de aqnelbs. Esto descansa o depende de b presciencia y previsión de Dios, por medio
de las males él sabl,1 desde ro,fa la eternidad qué hombres, ;l través de mi administración, creerían por
la ayuda de la gracia prcvenciva o precedente, y perseverarían con la ayuda de la gracia siguiente o
subsiguiente, y quienes no creerlan y perseverarían". lbíd., 2:466.
1
" lbíd., 2:69.
17
lbíd.
1
" lbíd., 1.360.
1
' lbíd., 1.358.
20
lbíd., 1.359.
21
lbíd., 1.365.
108 1 Elementos básicos de la teología cristiana
" Ibíd.
" Clark H. Pinnock, Most lvfoved Mover: A 7heology o{God's Openne.<.< (Grand R.ipids, MI: Baker,
2001), 143-144.
7 • Prescienciaa divina I l 09
" Jolrn E. Sandcrs, lhe God rVho Risks: A ll,eolog_r ofProviden(e (Downcrs Grovc, IL: lnccrVarsicy,
1998). 133.
25
lbíd., 131.
11 O I Elementos básicos de ta teología crisliano
Por esta razón, es imposible construir una teoría de las actividades cogni-
tivas de Dios, ni siquiera analógicamente. Dios hace su "presciencia" dentro
de las profundidades de la escrnctura trinitaria de su realidad trascenden-
te, de cuya estructura y funcionamiento no tenemos noción, excepto para
saber que está más allá de nuestro alcance. Sin embargo, por revelación, po-
demos conocer los resultados de sus acciones y el contenido de su conocimiento.
2. Omnisciencia divina
La presciencia de Dios es un aspecto de su habilidad de conocerlo todo
(omnisciencia). "Ninguna cosa creada escapa a la vista de Dios. Todo está al
descubierto, expuesto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas"
(Hb 4,13; NVI). Esca declaración enseúa que Dios conoce todo en la crea-
ción, y por lo tanto es omnisciente, pero no puede especificar todo lo que
Dios conoce.
Si uno supone que la realidad de Dios es atemporal, entonces la "vista de
Dios" en este texto se refiere a su conocimiento simultáneo, eterno, atempo-
ral, no solo de la creación, sino también de su propia realidad. Interpretado
así, este texto afirma la omnisciencia total. Por el contrario, si uno sigue la
Escritura y da por sentado que la realidad de Dios es infinita y análogamente
temporal, la "vista de Dios" en este texto se refiere a su "conocimiento presen-
te" en la secuencia de las realidades espaciocemporales creadas. Interpretado
así, el texto afirma la omnisciencia en relación con el universo creado.
Las cosas pasadas desde hace tiempo las declaré, de mi boca salieron y las proclamé.
De repente actué y se cumplieron. Por cuanto sé que eres obstinado, que tendón de
hierro es tu cerviz y de bronce cu frente, yo, pues, te las declaré desde hace tiempo;
anees de que sucedieran te las proclamé, no sea qne dijeras: "Mi ídolo las ha hecho, y
mi imagen callada o fundida las ha ordenado" (Is 48,3-5; LBLA).
Dios no solo sabe lo que él hará en el futuro, sino también lo que los agen-
tes libres creados harán. Dios declara cosas nuevas "antes que salgan a la luz"
(Is 42,9; RVA 2015). Estas "cosas nuevas" entonces, incluyen no solo (a) los
actos de Dios, sino también (6) los actos libres de los creyentes. Por ejemplo,
Dios conocía a Jeremías cuando todavía no era, antes de que existiera. Dios le
dijo a Jeremías: "Anees que yo ce formara en el seno materno, te conocí" (Jer
7 . Prescienciaa divina 1 115
1,5; NBLH). Además, "cosas nuevas" incluye (c) actos de no creyentes. Dios
conocía la rebelión de la nación judía (Is 48,8; Rom 11,2). Finalmente, "cosas
nuevas" incluye (d) también la compleja historia de los imperios humanos
(Dn 2,28-29). Entonces, según la Escritura, el contenido de la presciencia
.divina incluye los pensamientos y fas acciones libres de las criaturas.
Para los teólogos clásicos, la afirmación de la presciencia divina y la liber-
tad humana se convierte en un problema que resuelven por medio de su visión
compatihilista de la libertad humana. Ellos conciben que la libertad humana
es compatible, es decir, subordinada, a la presciencia divina. Para los teístas de
la visión abierta, el problema que presenta 1a presciencia a la mente humana
gira en torno a la no existencia del objeto que Dios conoce. ¿Cómo puede
conocer Dios lo que todavía no está allí para que él conozca? ¿Cómo pue-
de conocer Dios sin un objeto? Su respuesta es que Dios no conoce lo que
no está allí para que él conozca. Esta convicción básica permite a los teólogos
de la visión abierta afirmar su convicción igualmente básica acerca de la na-
turaleza libertaria de la libertad humana. Como Dios no conoce el futuro, la
historia está abierta antes que cerrada, como lo es en el pensamiento clásico.
La libertad humana involucra decisiones reales, cuyo resultado no está prede-
terminado, sino abierto para que los humanos "cierren".
" J. Douglas, New Bible Dktionmy, edición elcctr6nica de la 2.' ed. (Whcaton, IL: Tyndalc House,
1996). 1255.
7 . Presciencioa divina 1 117
29
Mi rradncdón en el ccxco es dinámica, no liceral. Incluyo aquí la craduCción más liccrnl del texto
p,1ra que el lector compare. "Jehová me creó (poseyó) [desde el ciempo de] el principio de su cami-
no (obra), anees de sus obras (cosas hechas [caminos]) desde entonces (en ese tiempo). Desde los
días de L1 antigüedad fui exaltada (ungida, consagrada), desde el principio, desde a11tcs que la cierra
[fuera creada]. Desde [cuando no había} ningLm abismo, fu¡ engendrada, desde [cu.indo no había]
ningunos manantiales abunda11tes en aguas". (Proverbios 8,22-14). En ambas craducciones, lo que
puse entre corchetes son palabras que no escán presentes en el texto, pero se Muden para complcrnr
el significado del original. Lo que ap,1rece e11tre paré11tesis son crndnccioncs alternativas de b palabra
que lo precede.
'º Para una introducción a este dcbacc crudico, ver Richard Davidson, "Proverbs 8 and che Place of
Christ in thc Trinicy",}oumn/ ofthe Adventist 7heologicnl Society 17, n.º 1 {Primavera 2006): 33-54.
118 1 Elementos básicos de la teología cristiana
hacen Génesis 1,1 y Juan 1,1? En estos textos, Salomón habla acerca de Dios,
su sabiduría, y Cristo, en relación con un principio que tuvo lugar anees del
principio de la creación de la tierra y el universo (Gn 1,1), un tiempo cuando
no había ningún abismo primordial (23-24). Esto es lo más atrás que la reve-
lación de Dios retrocede al hablar acerca del "principio de su camino".
Si esto es así, no necesitamos suponer que Dios conoció todas las cosas al
mismo tiempo; más bien conoce todas las cosas en la secnencia dinámica de
su vida eterna. Teniendo esto en cuenta, consideremos la declaración clásica
de Isaías de que la presciencia divina conoce "elfin desde el principio, y desde
La antigüedad Lo que no ha sido hecho" (Is 46, 10; NBLH).
La aseveración de Isaías no muestra ninguna indicación de que Dios co-
noce el futuro por la "lectura" de su propia realidad atemporal. En cambio,
sugiere que la presciencia divina se extiende desde el principio hasta el final
de la historia. Ahora, ¿acerca de qué principio y de qué fin habla el texto? De-
beríamos reconocer el tono general de la afirmación de Isaías. Él solamente
asegura que Dios conoce el fin de la historia desde su comienzo. Las criaturas
humanas y los eventos tienen principio y fin. Entonces, Dios conoce todos
los finales desde todos los principios.
§56. Conclusión
La comprensión teológica de cada doctrina cristiana se sustenta en pre-
suposiciones humanas acerca de la realidad de Dios y sus acciones. Lógica y
secuencialmente, Dios se relaciona primero con los humanos en su prescien-
cia. Nu¡:srra percepción sobre la realidad divina modela directamente nuestra
comprensión de la presciencia divina. Comenzamos a apreciar cómo todo se
relaciona en el pensamiento teológico.
Solo cuando hay un principio, es decir, una decisión o una acción divina,
una serie específica de posibilidades se torna real. Por ejemplo, el principio
7 . Presciencia □ divina 1 123
Aunque no podemos explicar cómo anticipa Dios lo que los humanos ha-
rán libremente antes de que realmente existan, piensen y tomen decisiones,
podemos comprender que su conocimiento perfecto y exhaustivo no cierra
la historia ni cancela la realidad causal última de los agentes humanos libres.