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EN EL PATIO DE MI CASA
Una pequeña porción del universo
Se define como patio o yard (en inglés) un lugar en ocasiones cerrados que normalmente contiene plantas y un espacio propicio para realizar actividades, en ocasiones recreativas, sea en un edificio o en una casa, sin embargo, cada patio tiene una historia diferente, todo depende del observador y de lo contado por las memorias del lugar. Los inicios El patio de mi casa es grande, incluso más grande que la mitad de un apartamento promedio, tiene un baño, una alberca subterránea, un lavadero y una casa de perros a medio construir, sus paredes están en obra negra, en algunas de ellas podrás observar el ladrillo con el cual lo construyeron y verás pequeñas inscripciones en ellos. Ya les había comentado, cada lugar tiene su historia y el patio de mi casa no es la excepción; en las paredes encontrarás los nombres de mis tíos y primos paternos, en memoria de todas las personas que han vivido y ayudado a construir aquel mágico lugar. En el suelo también observarás inscripciones y en el centro, como una roca firme y portentosa, un viejo tronco de níspero que se ha negado a desarraigarse del lugar. Ahora que conocen un poco sobre el aspecto del patio, me gustaría contarle su historia. Al inicio de los 60, una familia se situó en un barrio poco poblado de la pequeña ciudad de Santa Marta, ubicada al norte de Colombia. Esta familia inició a construir la casa poco a poco, dado que eran pobres y al tener varios hijos, no podían permitirse construirla por completo, por tanto, inicialmente el patio era mucho mas grande, con el pasar de los años se fueron añadiendo las habitaciones hasta quedar con el tamaño que tiene en la actualidad. En este patio habitaba una gran cantidad de fauna y de flora, las cuales inundaban con su aroma el viejo patio. La fauna mas común eran las gallinas y los gallos, además de los perros y los gatos, de vez en cuando había algunos tipos de aves; en cuanto a la flora, estaban los arboles de níspero, sábila, guayaba y noni. En la actualidad, la mayoría de ellos ya pasaron al otro lado, sin embargo, acompañaron al patio por mucho tiempo, guardando consigo muy buenos recuerdos de ellos, al punto que en sus tierras conserva parte de ellos. Esto quizás suene muy extraño, pero cuando era pequeña los niños siempre jugábamos con nuestras manos y cantábamos mientras las chocábamos unos entre otros, la canción decía “debajo de mi cama hay un perro muerto el que diga…(el número seleccionado), se lo come el muerto” y en realidad la canción tiene muchas variaciones, una de ellas cuenta un secreto oculto por el patio de mi casa, “en el patio de mi casa hay un perro muerto…”, advertí que podía sonar extraño, pero es cierto y no solo uno, la verdad no tengo una cuenta precisa del número de funerales que se han efectuado en mi patio con los caninos, pero desde que conozco al patio, han sido 9, eso desde el año 2000, sin embargo el patio no me ha compartido la historia de sus otros amigos que estuvieron junto a él. Entre el amor y la guerra Iniciaré con Polar, no me dio mucha información, pero diré que su raza era labrador, era muy blanca y amigable, ella se encuentra cerca de donde en algún momento se encontró el palo de guayaba; cerca de ella, tanto en tiempo como en ubicación respecto a su lugar de entierro, está Ringo, era un lobo siberiano que no le gustaba que lo molestaran al comer, pero que amaba jugar futbol, el patio me contó que en ocasiones yo era tan traviesa que le molestaba al comer y en aquel tiempo el canino tenía el doble de mi pequeña estatura al pararse en sus patas traseras, por tanto, no en una, sino en tres ocasiones el canino reaccionó frente a lo que yo consideraba una caricia. El patio cuenta que no le causó mucha gracia la escena, al mismo tiempo recordaba algo que le causó muchísima tristeza, un día fresco en la costa caribe colombiana, mi padre se hallaba pelando un mango, a Ringo le encantaban las cascaras del mango y el pequeño gato rubio y gordiflón también le gustaba estar allí. En un momento, Ringo estaba corriendo para atrapar la cascara y el gato se atravesó, el patio no está seguro si fue con intención (porque el gato lloraba mucho, quizás eso no le dejaba dormir) o si fue por accidente- yo prefiero pensar que si- pero Ringo arrancó parte de la oreja del pequeño gato. Mi hermana y yo, frente a la trágica escena- me recordaba el patio- corríamos sin parar llorando alrededor del felino intentando tomarle y ayudarle, pero nuestros esfuerzos fueron en vano, el pequeño gato no se salvó. Un manto de tristeza y penumbra inundó al patio, en ese momento no quería hablar con Ringo, se sentía muy triste, sabía que no era su culpa, sin embargo, no fue capaz de hablarle otra vez, la trágica escena se repetía sin parar en su mente. Mientras me contaba esto, se sintió un frio vapor en el aire que pasaba rápidamente frente a mí, el patio pidió disculpas por el inconveniente, se sentía muy triste al recordar la escena y sus acciones frente a ella, desde ese día vive arrepentido, al no hablarle a Ringo, no advirtió el peligro que le sobrevenía al canino, un ser malicioso tiró un trozo de carne envenenada al patio, sin embargo, el patio no captó el aroma e ignoró que Ringo se encontraba cerca, posterior a eso, Ringo lastimosamente murió. La fidelidad y el dolor Encima de Ringo se encuentra uno de los mayores amores del patio, Luna, una perrita pequeña y negra, que con su actitud inundaba el patio y la casa con risas y bromas, se puede decir que es uno de los seres que más amor le ha irradiado- comentaba el patio- y es cierto, Luna era el ser mas dulce que te podrías cruzar, le gustaba jugar mucho, era amigable cuando era hora de bañarse y se dejaba cuidar y apapachar, además de no molestarle mi presencia mientras comía, lo cual alegró mucho al patio, ya que no observó de nuevo los ataques que en ocasiones recibí de parte de caninos o de seres alados. Mientras Luna seguía en el patio inundando su ternura por todo el lugar, le llegó una amigo, que se convirtió en su pareja de vida, su nombre era Rocco, ubicado a 5m de la tumba de Luna, eran tan inseparables, que al Luna- la cual estaba embarazada- ser atacada por una bandada de abejas poco piadosas de su condición y morir, Rocco no lo soportó, causando que una semana después se uniera al mismo destino que le había tocado a su amor. Yo soy tu amigo fiel Mentiría si el patio no lloró al contarlo y al recordar lo mucho que mi hermana y yo lloramos, incluso recuerda cuando mi padre trajo a un nuevo perro, mi prima y mi hermana estaban felices de conocerle, sin embargo- el patio rió al recordar la escena- me negaba a acercarme y compartir con el canino porque pensaba que sería una traición a mi pobre perrita que hace unos meses había muerto, el patio me contó que me tomaba eso del duelo muy seriamente, a pesar de eso- continua el patio- no me duró mucho esa actitud, ya que en los ojos del nuevo canino había tanta ternura y amor que no pude escapar a sus encantos, su nombre era Pinky, el ya estaba grande cuando llego a la casa, 8 meses quizás, a pesar de esto, el Patio le recuerda como el mejor Canino que ha vivido desde que mi familia le ha ocupado, yo también lo recuerdo así. Pinky era esa clase de perros que no te puede ver triste, molesto o preocupado, porque él también se preocupará, te miraría preguntando si todo está bien y extendería su pata en señal de ayuda. El Patio no se pudo contener, le amaba mucho, así que empezó a llorar, no sé si alguna vez has visto llorar a un Patio, pero es muy desgarrador, incluso si eres una persona de poco llorar, te aseguro que llorarás con él y más si conocieras la razón de su llanto, yo la conocía, yo conocía a Pinky mejor que nadie, incluso me atrevería a decir que mejor que el Patio, creo que el estaría de acuerdo conmigo en esto. Sé que se va un poco de la narración, pero es presto contarle un poco a profundidad de Pinky, así comprenderán cosas que el Patio no alcanzaba a percibir, ya que era dentro de mi casa. Pinky, también llamado “Pinky Pollo” por mi hermana, en mi casa le amaban tanto, que a pesar de nosotros ser vegetarianos, se le compraba unas porciones de pollo a Pinky; también era un tanto loco, en cualquier momento se descontrolaba y corría por todo el patio dando vueltas y entraba a la casa, se montaba en muebles, camas y sillas; era tan tranquilo y cariñoso que en los días lluviosos dormiría dentro de la casa y en los días de calor estaría tirado en las baldosas porque eran mas frescas que el suelo del Patio, vale aclarar que en ocasiones el Patio se quejó de esto, sentía que no le dábamos tiempo suficiente con Pinky, pero ya ustedes entenderán la razón. Continuando con el relato del Patio, me contaba de todas las travesuras de Pinky y cuanto se preocupó el día que no durmió en el Patio ni en la casa, no sabía lo que pasaba, solo hasta notar que mi hermana, mi madre y yo llorábamos sin parar, mientras mi padre desesperado salía y entraba a la casa, Pinky se había perdido en uno de sus paseos habituales por el barrio, se encontró con algunos perros y el instinto le ganó, les persiguió y luego no encontraba el camino de regreso. Aunque la noche fue dura, tanto para el Patio como para mi Familia, al día siguiente la alegría inundó el hogar, Pinky fue hallado y el Patio se sintió aliviado, no perdería a otro amigo más. Hubiéramos deseado que siempre fuera así, sin embargo, posterior a la llegada de Shadow (la amiga y esposa de Pinky) y mi partida a la universidad, lastimosamente el Patio y la casa entera se sumió nuevamente en la tristeza, no sabemos bien la causa de su muerte, si era por viejo (aunque solo tenía 8 años) o si era que me extrañaba tanto que se entristeció y murió, son cosas para las que nunca tendremos una respuesta, pero allí, en el patio se efectúo el funeral de Pinky, ubicado encima de Luna, la cual está encima de Ringo. Travesuras, enredos y más Aunque esto fue triste, semanas después Shadow dio a luz a 3 perritos (uno de ellos murió), sus nombres fueron Stark y Penny Lane. Los tres eran demasiados traviesos, dañaban muchas cosas y el patio se reía de vez en cuando de la reacción de mi madre frente a la escena, aunque los tres eran muy cariñosos, Shadow se resistía a que se le diera amor. El patio lo intentó muchas veces, pero le fue casi imposible. Tiempo después, el patio volvió a llorar, Stark y Penny murieron, Shadow cayó enferma a causa de una infección en la oreja derecha y aunque la intenté ayudar, no se pudo salvar. El patio me contaba entre risas y lagrimas lo que sucedió semanas antes de la muerte de Shadow, mi padre, cabo un hoyo en el Patio, a sabiendas que no podríamos salvar a Shadow a pesar de las diferentes intervenciones que habíamos hecho y Shadow, feliz y campante frente al calor que se presenta en la costa, amaneció acostada en su tumba, ya que allí se sentía mas el fresco de la mañana. El Patio interrumpió la narración y tomó un respiro: “Esa fueron los únicos momentos en los que Shadow se dejó amar tal y como ella era”. Se puede volver a amar Después siguió con la historia de Patch, un braco de Weimar o también llamado Weimaraner, de hermosos ojos azules y un pelaje tan gris como las penumbras que cubren a las montañas en la noche. Este fue el segundo perro que el Patio mas amó y ya verán por qué se ganó el corazón del Patio, que había pasado ya por tantas perdidas. Patch, al igual que Pinky, tenía acceso directo a la casa, hacía las cosas con mi familia y jugaba con todo aquel que se le atravesara, aunque fue muy amado por el Patio, poco me contó sobre él, esto era por los recuerdos que venían a su mente cada vez que pronunciaba su nombre, al igual que a Ringo, otra persona maliciosa con interés en robar la casa y acallar al canino, le dio veneno y Patch, el perro amado, murió. No todos son malos Aquí me parece valido abrir un pequeño paréntesis sobre los otros animales que mencioné al inicio, las gallinas no eran tan importantes para el patio como lo fueron los perros y los gatos, fueron tantos que hay nombres que se le han olvidado, pero el siguiente animal, un felino, llegó al patio para quedarse. Paco, gato largo, flaco y rubio, amante del pan y felino que desconocía el control de esfínteres, más que ganarse el corazón del patio, se ganó el corazón de mi madre. Paco se la pasaba durmiendo o tomando el sol, era muy flojo para salir a conocer el mundo; el Patio cuenta que lo más difícil para Paco fue a la llegada de los mellizos, Scott y Dublín, caninos juguetones, que no dejaban descansar al pobre de Paco, aunque permítanme decirlo con las palabras que dijo el Patio: “Ellos le amaron muchísimo, a tal punto que su inesperada partida, los sumió en profundo dolor”. Y hablando de los mellizos, son unos labradores, uno negro y el otro blanco, uno bajo y el otro alto, ambos les gusta jugar, pero son demasiado celosos (ya que ambos son machos) con mi hermana, mi mamá y conmigo, constantemente se pelean y en ocasiones Paco terminaba en la mitad de las trifulcas. Poco tiempo después, se añadió otro personaje a la vida del Patio, su nombre es Pepe, la guacamaya, ave ruidosa y pretenciosa, no le gustan ciertos tipos de semillas y es el rey del Patio, respetado por todos, incluso por el veterano de Paco. A Pepe le encanta pasar el día junto al Patio y el Patio se siente complacido al ver su hermoso plumaje y al verle dar sus primeros pasos de vuelo. Cierto día triste y lastimero, Paco no volvió, no fueron horas, ni un día, sino semanas, el Patio se encontraba muy preocupado, pensaba que quizás, al igual que los otros felinos que habían vivido en la casa, le habían envenenado o peor, robado. Días después vio a Paco caminar por el borde del techo vecino, se veía diferente, algo en su rostro había cambiado, caminaba junto a otros gatos, dice el Patio que se ha unido a una pandilla, la cual está detrás de una gata. El Patio se sintió decepcionado, ¿cómo fue posible que Paco hiciera eso? ¿Por qué a pesar de tanto amor que se le dio, él le traicionó? Aquí se refleja lo que se dice acerca de los felinos, aunque sinceramente pensábamos que Paco era diferente, aún el Patio espera que Paco regrese, quiere presentarle a su nueva amiga, otra Felina, está pequeña, pero es muy dulce y especial, aún está aprendiendo a hacer las cosas sola, se llama Allison, ella tiene mas actitud que Paco, no se deja mandar ni por Pepe, ni por los mellizos. Reflexiones del Patio El Patio me ha dicho que ha decidido contar todas estas cosas porque cree fielmente que las historias están para eso, para ser contadas y aunque sea un Patio, quizás no el más atractivo, desea contar las historias que han impactado su vida, que le han hecho ser quien es en la actualidad, que cada perro, cada gato o ave, le ha dado una gran lección, que ellos son parte de su vida, que ellos son parte de su corazón y teme que a este paso, su corazón se quede completamente con partes de perros, de gatos (sus buenas virtudes) o de aves y no sepa que hacer sin ellos o peor, no poder recordarles, por tanto, él cuenta su historia.