Construir Valparaíso
Construir Valparaíso
Construir Valparaíso
LXIII
Samuel J. Martland
objetivo principal es promover la crecimiento, más o menos 1820-1920, sus autoridades muni Historiador urbano y de las tec
investigación en las áreas men
cionadas y facilitar su conocimien
cipales y líderes particulares intentaron dominar la natura
leza y unificar la ciudad con las redes tecnológicas ofrecidas
1820-1920 nologías, ejerce como Professor
of History and Latin American
to. Recoge monografías de autores por el mismo desarrollo industrial global que impulsaba su Studies en el Rose-Hulman Ins-
nacionales y extranjeros sobre la crecimiento. Al mismo tiempo, crearon un sistema de regla Samuel J. Martland titute of Technology, Terre Hau
historia de Chile o sobre algún as mentos tanto para evitar los peligros creados por las nuevas te, Indiana, EEUU. Estudió en
pecto de la realidad nacional obje- máquinas y los nuevos productos como para controlar el Santiago en 1995 como alumno
to de estudio de alguna ciencia comportamiento de las personas. de pregrado de intercambio y
humanista o social. Con un siglo de experimentos técnicos y legales, que con ha pasado mucho tiempo en
A través de esta Colección, la frecuencia tardaban mucho en dar resultados o quedaban Chile desde esa primera visita.
Dirección de Bibliotecas, Archi inconclusos por falta de fondos, por información técnica in En 2010 enseñó como profesor
vos y Museos no sólo se vincula y adecuada o por desacuerdos entre los interesados, la Mu visitante en la Facultad de Ar
dialoga con el mundo intelectual nicipalidad, los contratistas, los consumidores y el Estado quitectura, Diseño e Urbanismo
y el de los investigadores, además, construyeron por lo menos dos Valparaísos: uno de gas y de la Pontificia Universidad
contribuye a acrecentar y difun tranvías, electricidad y desagües, y otro de ley y costumbre. Católica de Chile. Ha publicado
dir el patrimonio cultural de la Las negociaciones entre todos estos actores también contri varios artículos sobre Valparaí
nación gracias a los trabajos de buyeron a construir el Estado chileno. Si bien ministros y so, Santiago y los Telégrafos del
CONSTRUIR VALPARAÍSO:
en el siglo xix.
1820-1920
CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
Samuel J. Martland
objetivo principal es promover la crecimiento, más o menos 1820-1920, sus autoridades muni Historiador urbano y de las tec
investigación en las áreas men
cionadas y facilitar su conocimien
cipales y líderes particulares intentaron dominar la natura
leza y unificar la ciudad con las redes tecnológicas ofrecidas
1820-1920 nologías, ejerce como Professor
of History and Latin American
to. Recoge monografías de autores por el mismo desarrollo industrial global que impulsaba su Studies en el Rose-Hulman Ins-
nacionales y extranjeros sobre la crecimiento. Al mismo tiempo, crearon un sistema de regla Samuel J. Martland titute of Technology, Terre Hau
historia de Chile o sobre algún as mentos tanto para evitar los peligros creados por las nuevas te, Indiana, EEUU. Estudió en
pecto de la realidad nacional obje- máquinas y los nuevos productos como para controlar el Santiago en 1995 como alumno
to de estudio de alguna ciencia comportamiento de las personas. de pregrado de intercambio y
humanista o social. Con un siglo de experimentos técnicos y legales, que con ha pasado mucho tiempo en
A través de esta Colección, la frecuencia tardaban mucho en dar resultados o quedaban Chile desde esa primera visita.
Dirección de Bibliotecas, Archi inconclusos por falta de fondos, por información técnica in En 2010 enseñó como profesor
vos y Museos no sólo se vincula y adecuada o por desacuerdos entre los interesados, la Mu visitante en la Facultad de Ar
dialoga con el mundo intelectual nicipalidad, los contratistas, los consumidores y el Estado quitectura, Diseño e Urbanismo
y el de los investigadores, además, construyeron por lo menos dos Valparaísos: uno de gas y de la Pontificia Universidad
contribuye a acrecentar y difun tranvías, electricidad y desagües, y otro de ley y costumbre. Católica de Chile. Ha publicado
dir el patrimonio cultural de la Las negociaciones entre todos estos actores también contri varios artículos sobre Valparaí
nación gracias a los trabajos de buyeron a construir el Estado chileno. Si bien ministros y so, Santiago y los Telégrafos del
CONSTRUIR VALPARAÍSO:
en el siglo xix.
1820-1920
CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
Colección
Sociedad y Cultura
Editor
Sr. Marcelo Rojas Vásquez
Diseño de Portada
Sra. Claudia Tapia Roi
Corrección de Textos
Sra. Vanessa Cisterna Rojas
Restauración de Imágenes
Sr. Arturo Molina Burgos
Fotografía de Portada
“Bahía de Valparaíso”, por Rafael Castro y Ordóñez, 1863-1864,
en Rafael Sagredo Baeza y Miguel Ángel Puig-Samper Mulero (eds.),
Imágenes de la Comisión Científica del Pacífico en Chile
CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
Siglas y abreviaturas 11
Agradecimientos 15
Introducción 19
Historiografía 24
Las ciudades y los Estados 28
¿Cuáles ciudades en cuáles épocas? 30
Fuentes documentales 32
Apertura y crecimiento,
1820-1840 35
Conclusión 45
11
12
13
15
16
17
19
7
Como ejemplo chileno de esta interpretación, cabe citar a Jaqueline Dussaillant Christie, Las
reinas de Estado. Consumo, grandes tiendas y mujeres en la modernización del comercio de Santiago (1880-
1930), p. 162.
20
21
8
Gabriel Salazar, “‘El municipio cercenado’ (la lucha por la autonomía de la asociación
municipal en Chile, 1914-1973”), p. 12.
9
Véase, por ejemplo, Simon Collier, “From Independence to the War of the Pacific”, pp. 4-7.
22
Santiago Lorenzo S., Gilberto Harris B. y Nelson Vásquez L., Vida, costumbres y espíritu
11
23
Escribir sobre Valparaíso es una costumbre que lleva dos siglos de desarrollo y
nada indica que vaya a detenerse. Hay libros de recuerdos, nostalgia y poesía
que caben en del romanticismo del viejo puerto y, en los últimos veinte años
dentro del proyecto del sitio Patrimonio de la Humanidad. En él, encontramos
muchos estudios sobre la arquitectura de la ciudad. En relación con su historia
podemos fijar su inicio con Benjamín Vicuña Mackenna en 186812. De allí
hasta hoy, que existe una amplia historiografía producida en las últimas tres
décadas, escrita por un número significativo de autores. La principal historia
general de la ciudad es el libro de Rodolfo Urbina Burgos, Valparaíso. Auge
y ocaso del viejo Pancho (1999), para el cual contó con monografías especiales
preparadas por doce historiadores con conocimientos profundos de diversos
aspectos de la historia porteña: Baldomero Estrada, Karin Schmutzer, Gerardo
Martínez, Luz María Méndez, María Teresa Figari, Santiago Lorenzo, Eduardo
Cavieres, Juan Eduardo Vargas, Daniel Santelices, Ricardo Couyoumdjian y
René Millar13. Ese libro y las obras monográficas producidas por los historia-
dores participantes, en muchos casos después de publicadas, se dedicaron a
la economía, la cultura y la vida diaria. El Instituto de Historia de la Pontificia
Universidad Católica de Valparaíso ha publicado un conjunto de libros valiosos
sobre aspectos sociales, económicos y culturales que incluyen algunos de los
trabajos que apoyaron al libro de Rodolfo Urbina Burgos14.
Algunos de los capítulos de esos libros, además de tesis, artículos de revista
y por lo menos un libro, se tratan de temas vinculados a servicios o redes tec-
nológicas. Algunos ejemplos claves: Baldomero Estrada Turra (2012) analiza
el desarrollo del transporte público en Valparaíso desde una doble perspectiva
de la clase social y la tecnología, señalando cuales sistemas favorecían grandes
empresas o servicios municipales y cuales favorecían a pequeños empresarios15.
En el mismo libro, Mauricio Molina argumenta que el pensamiento higienista,
presente en el Puerto a partir del año 1830, impulsó a sus autoridades a apoyar
nuevas redes de servicios como el alcantarillado y al agua potable, y, también,
a reglamentar las actividades individuales16. Luis Álvarez A. (2001) argumenta
que los espacios públicos de dicho Puerto fueron creados o desocupados por
“obras de saneamiento”que transfirieron sus antiguos usos a otros lugares y que
12
Benjamín Vicuña Mackenna, Historia de Valparaíso: Crónica política, comercial i pintoresca de
su ciudad i de su puerto: desde su descubrimiento hasta nuestros días, 1536-1868.
13
Rodolfo Urbina Burgos, Valparaíso: auge y ocaso del viejo “Pancho”, 1830-1930.
14
Primera Jornada de Historia Urbana, Valparaíso 1536-1986; Lorenzo, Harris y Vásquez,
op. cit.; Baldomero Estrada Turra, Eduardo Cavieres Figueroa, Karin Schmutzer Susaeta y Luz
María Méndez Beltrán, Valparaíso: Sociedad y Economía en el siglo xix.
15
Baldomero Estrada Turra, “Tecnología y modernización: evolución del transporte urbano
en Valparaíso, 1850-1950”, pp. 135-163.
16
Mauricio Molina Ahumada, “Estado sanitario y salubridad en Valparaíso, 1870-1901”.
24
17
Luis Álvarez A., “Origen de los espacios públicos en Valparaíso: el discurso higienista y
las condiciones ambientales en el siglo xix”.
18
Luz María Méndez Beltrán, “Plazas Parques de Valparaíso. Transformaciones en el micro
paisaje urbano 1850-1900”, p. 33.
19
María Ximena Urbina Carrasco, Los conventillos de Valparaíso, 1880-1920. Fisonomía y
percepción de una vivienda popular urbana, “El terremoto de 1906: cambios y permanencias en el
habitar popular de Valparaíso” y “Viña del Mar popular del siglo xix”.
20
Nelson Vásquez L., Ricardo Iglesias S. y Mauricio Molina A., “El crecimiento urbano de
Valparaíso durante el siglo xix”.
21
Sonia Pinto V., “El ferrocarril, un elemento destacado en la urbanización de la región de
Valparaíso”, p. 52.
22
Samuel León Cáceres, Valparaíso sobre rieles. El ferrocarril, los tranvías y los 30 ascensores.
23
Elisabet Prudant Soto, “Entre la infamia y el deleite. Las cobradoras de tranvías en San-
tiago de Chile y Valparaíso, 1880-1920”. Empleamos el vocabulario de la época, basado en el
vocabulario ferroviario, en que el conductor (o la conductora, después de 1879) vendía pasajes,
mientras el cochero conducía el tranvía.
24
Colectivo Micrópolis (Simón Castillo, Marcelo Mardones y Waldo Vila), Valparaíso, un siglo
de historia visual de su transporte público 1860-1960.
25
Iris Morales y Mauricio Molina, Crecimiento urbano y urbanización: iniciativa privada en la
dotación de servicios públicos en Valparaíso durante la segunda mitad del siglo xix.
26
Alonso Vela-Ruiz P., “Temor y prevención en Valparaíso. La eficacia policial y el impacto
del alumbrado público en la lucha contra el delito. 1840-1920”.
27
Jorge Garín Jiménez, Historia del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso.
28
Gonzalo Cáceres Quiero, La suburbanización en Chile: procesos y experiencias en la for-
mación del Gran Valparaíso (1855-1906).
25
29
Rodrigo Booth, “El Estado ausente: la paradójica configuración balnearia del Gran Val-
paraíso”.
30
Este libro es una revisión, una extensión y, en muchos casos, una traducción de nuestros
trabajos sobre Valparaíso: Samuel J. Martland, “Constructing Valparaíso: Infrastructure and the
Politics of Progress in Chile’s Port, 1840-1918”, “Taming Fire in Valparaíso, 1840s-1870s”, “Social
and Political Fault Lines: The Valparaíso Earthquake of 16 August 1906”, “Trade, Progress, and
Patriotism: Defining Valparaíso, Chile, 1818-1875”, “Reconstructing the City, Constructing the
State: Government in Valparaíso after the Earthquake of 1906” y “Cuando el gas pasó de moda:
la élite de Valparaíso y la tecnología urbana, 1843-1863”.
31
Thomas Parke Hughes, Networks of Power: Electrification in Western society, 1880-1930.
26
32
Sara A. Wermeil, The Fireproof Building: Technology and Public Safety in the Nineteenth-Century
American City.
33
Dussaillant, op. cit.
34
Teresa A. Meade, “Civilizing” Rio: Reform and Resistance in a Brazilian city, 1889-1930.
27
La historia urbana chilena y latinoamericana del siglo xix toca una pregunta
fundamental del desarrollo de los estados nacionales: ¿Cómo debería ser el
Estado en la nueva época independiente, republicana e influida por la revo-
35
Matthew Esposito, “Derailing the Iron Horse: Peasant, Native, and Rebel Resistance to
Railroads, 1890-1910”.
36
Christina Jiménez, “Popular Organizing for Public Services: Residents Modernize Morelia,
Mexico, 1880-1920”, p. 497.
37
Zachary M. Schrag, “‘The Bus is Young and Honest’: Transportation Politics, Technical
Choice, and the Motorization of Manhattan Surface Transit, 1919-1936”, p. 51.
28
38
Miguel Ángel Centeno y Fernando López-Alves (eds.), The Other Mirror: Grand Theory through
the Lens of Latin America, p. 9.
39
Para un análisis de la formación del Estado en países latinoamericanos influido por Max
Weber y Charles Tilly, véase Fernando López-Alves, State Formation and Democracy in Latin America.
Muchos análisis de lealtad nacional y sentimientos nacionalistas dialogan con Benedict Anderson,
Imagined Communities. Claudio Lomnitz describe problemas en el análisis que Benedict Anderson
hace de Latinoamérica en “Nationalism as a Practical System: Benedict Anderson’s Theory of
Nationalism from the Vantage Point of Spanish America”.
40
Mario Góngora, Ensayo histórico sobre la noción del estado en Chile.
41
Gabriel Salazar Vergara, Construcción de Estado en Chile (1800-1837): Democracia de los “pue-
blos”, militarismo ciudadano, golpismo oligárquico.
42
Gilbert M. Joseph & Daniel Nugent, eds., Everyday Forms of State Formation: Revolution and
the Negotiation of Rule in Modern Mexico.
29
43
Simón Castillo Fernández, El río Mapocho y sus riberas. Espacio público e intervención urbana
en Santiago de Chile (1885-1918), pp. 46-47.
44
Serrano, Sol. Qué hacer con Dios en la República. Política y secularización en Chile (1845-1885).
45
Mara Loveman, “The Modern State and the Primitive Accumulation of Symbolic Power”.
46
Miguel Ángel Centeno, “The Disciplinary Society in Latin America” y, por ejemplo, Michel
Foucault, Discipline and Punish: The Birth of the Prison.
30
47
La mayoría de las contribuciones a Ronn Pineo & James A. Baer (eds.), Cities of Hope: People,
Protests, and Progress in Urbanizing Latin America, 1870–1930, analizan de manera exclusiva capitales
nacionales, y los editores eligieron el periodo del libro sobre la base de tendencias económicas y
políticas internacionales (véanse pp. 4-7).
48
James Scobie, “The growth of Latin American Cities, 1870-1930”. Véase también Gerald
M. Greenfield (ed.), Latin American Urbanization: Historical Profiles of Major Cities, p. xv.
31
Fuentes documentales
49
Bajo esta descripción incluimos dos tomos de oficios recibidos de la gobernación de Val-
paraíso antes de la creación de la provincia y su intendencia en 1838.
32
33
50
Ramón Cavareda, gobernador de Valparaíso a Joaquín Tocornal, ministro del Interior, 28
de septiembre de 1835, en MINT, tomo 148, fs. 49-50. Muchos documentos recuerdan el gran
movimiento y congestión en las pocas calles del Puerto; Urbina Burgos cita varios en Valparaíso...,
op. cit., pp. 114-115. En sus primeros cinco capítulos describe la vida, las costumbres, el aspecto
físico y hasta los olores de Valparaíso entre 1820 y 1850.
51
Ramón Cavareda, gobernador de Valparaíso a Joaquín Tocornal, ministro del Interior, 19
de diciembre de 1835, en MINT, tomo 148, f. 54.
52
Simon Collier & William F. Sater, A History of Chile, 1808-1994, p. 59.
35
53
Urbina Burgos, op. cit., pp. 79-83, por ejemplo, aquí cita varias fuentes sobre la visibilidad
de la colonia inglesa y los números de extranjeros de varias nacionalidades.
54
Manuel Valenzuela Castillo a Jerónimo Urmeneta García, ministro del Interior, 11 marzo
1858, en MINT, tomo 393, s.f.
55
Oficina Central de Estadística, Censo jeneral de la República de Chile levantado en abril de 1854,
última página sin número. El censo cuenta tres mil setecientos treinta y ocho extranjeros en la
provincia de Valparaíso; la mayoría probablemente vivía en la ciudad, pero algunos tienen que
haber vivido en otras partes de la provincia.
56
Gonzalo Serrano del Pozo, “Valparaíso en la configuración del paradigma político de
Juan Bautista Alberdi”, p. 129, especula que ver este espacio de tolerancia religiosa y bienvenida
a los extranjeros durante su residencia en Valparaíso influyó a Juan Bautista Alberdi de loar
semejantes libertades en California y proponerlas para Argentina en sus Bases y puntos de partida
para la organización política de la República Argentina, derivados de la ley que preside el desarrollo de la
civilización en la América del Sud.
36
16-06-17 13:03
de las demás ciudades chilenas. Aunque en el caso de la religión el tratamiento
especial significaba un menor control estatal de la vida privada de las personas,
en la mayoría de los casos esto implicaba una mayor intervención estatal-mu-
nicipal en la vida diaria, mediante reglamentos contra incendios, inversiones
en caminos y diferentes casos que se detallan en los capítulos siguientes. En
diferentes situaciones, oficiales, periodistas locales e intendentes argumentaron
que las normas nacionales no eran aptas para su ciudad. Pidieron ayuda estatal,
pero resguardaron la poca autonomía municipal que les permitía la constitución
centralizada de 1833. Los motivos citados con mayor frecuencia eran la impor-
tancia local del comercio global, la masiva presencia extranjera, el crecimiento
rápido y la alta densidad urbana, que resultó de la conjunción de crecimiento
y escasez de espacio plano. En muchos casos el gobierno de turno negó el tra-
tamiento especial pedido, pero concedió permisos que hicieron creer y ver la
ciudad como un lugar de experimentos municipales singulares. Las excepciones
más importantes le permitieron enfrentarse a la realidad de la ciudad, ideando
medidas de administración y servicios municipales recién en desarrollo en las
mayores ciudades de Europa y Estados Unidos. Debemos notar que a veces estas
iniciativas fracasaron porque esta era todavía una ciudad periférica en formación,
no tenía habitantes, recursos económicos o capacidad administrativa suficiente
para apoyarlas. Todo en función de las capacidades económicas y administrativas
de su incipiente desarrollo. Además, las reiteradas opiniones porteñas sobre la
cuestión iluminan la paradójica identidad de Valparaíso, que en ocasiones fue
importante en la realidad práctica de la ciudad. La paradoja implica que en
estas descripciones de condiciones especiales, este puerto parece la ciudad clave
de Chile y, al mismo tiempo, la ciudad menos típicamente chilena. No faltaba
lógica a esta idea, pues su importancia era en rigor, su condición de entrepuerto,
uniendo el mercado y la sociedad chilena con el mercado y la sociedad mundial.
En 1828, el Cabildo, en un oficio al ministro del Interior, dijo que la ciudad
necesitaba un gobernador competente a causa de
57
Jose Matias Lopes, Jose Domingo Otaegui, Ambrosio Ramon Achurra y José Piñeso [re
presentando al Cabildo de Valparaíso] al ministro del Interior, 5 de diciembre de 1828, en MINT,
tomo 86, f. 86.
58
Francisco de la Lastra a Melchor José Ramos, ministro del Interior, 6 de diciembre de 1828,
en MINT, tomo 86, f. 89.
38
59
Manuel Manterola, gobernador municipal, a José M. Benavente, gobernador militar, 18 de
agosto de 1829, en MINT, tomo 86, f. 123.
60
Por la Convención de San Lorenzo, 1790. Brian Loveman, Chile: The Legacy of Hispanic Ca-
pitalism, p. 109.
61
Énfasis en el original.
39
62
Isaac Foster Coffin, Chile 1820.
63
Loveman, Chile..., op. cit., p. 131.
64
Collier & Sater, op. cit., pp. 60-61.
65
Hay un buen resumen de las políticas estatales y los efectos del aumento y ordenamiento del
comercio como, asimismo, del desarrollo urbano de Valparaíso, en Molina, “Estado sanitario...”,
op. cit., pp. 42-45. Véase también Urbina Burgos, op. cit., pp. 49-50.
66
Andrew F. Burghardt, “A Hypothesis about Gateway Cities”. Para el comercio mundial
y Valparaíso, véase Eduardo Cavieres Figueroa, Comercio chileno y comerciantes ingleses 1820-1880:
un ciclo de historia económica.
67
Urbina Burgos, op. cit., p. 55.
40
68
David Shaw, Flying Cloud: The True Story of America’s Most Famous Clipper Ship and the Woman
Who Guided Her, p. 259.
69
Frederick Huth Gruning & Co., Lima, a George Peabody [London?], 8 de mayo de 1834;
Henry V. Ward for Frederick Huth Gruning & Co., Valparaíso, a George Peabody, London, 16
de diciembre de 1835; Frederick Huth Gruning & Co., Lima, a Frederick Huth Gruning & Co.,
Valparaíso, 20 de diciembre de 1836 y Frederick Huth Gruning & Co., Valparaíso, a George
Peabody, 12 de octubre de 1837, en George Peabody Papers, MSS 181, Folder 7, Box 28, Series ii.
70
Urbina Burgos, op. cit., p. 50.
71
Calculado usando datos en Legación en Gran Bretaña, Resumen de la hacienda pública de
Chile desde 1833 hasta 1941. Summary of the finances of Chile from 1833 to 1914, pp. 96.
72
Loveman, Chile..., op. cit., pp. 135 y 139.
73
Urbina Burgos, op. cit., pp. 87-88 y 116 da descripciones detalladas del trabajo de los lan-
cheros y los jornaleros y de otras ocupaciones.
41
74
British Consular Reports, Returns of Trade from Valparaíso, 1830 and 1838, F.O. 16/12B,
14 and 39, Public Records Office, Kew, en Cavieres, Comercio..., op. cit., p. 73.
75
J. Valerie Fifer, William Wheelwright, Steamship and Railroad Pioneer: Early Yankee Enterprise
in the Development of South America, p. 44 y Collier, “From Indepdence...”, op. cit., p. 19.
76
J[ames] M[elville] Gilliss, US Naval Astronomical Expedition to the Southern Hemisphere, pp.
240-241.
77
Collier, “From Independence...”, op. cit., p. 11.
78
Vicente Pérez Rosales lo visitó en el verano de 1814, cuando tenía siete años, así que su
descripción tal vez representa la memoria colectiva tanto como un informe directo, pero su des-
42
cripción concuerda con las cifras de población y las otras evidencias cualitativas. Véase su Recuerdos
del Pasado (1814-1860), tomo 1, pp. 32-33.
79
Coffin, op. cit., sin paginar.
80
Urbina Burgos, Valparaíso..., op. cit., p. 27.
81
Oficina Central de Estadística, Censo... 1854, op. cit.; Archivo Nacional, Censo de 1813 Levan-
tada por don Juan Egaña, de orden de la junta de gobierno formada por los señores Perez, Infante y Eyzaguirre,
pp. 217-218. Urbina Burgos, op. cit., pp. 78-79, compara muchas cifras de población de los años
entre 1817 y 1830 y comenta la enorme variación de ellas; por ejemplo, las cifras estimadas por
varios visitantes extranjeros y en 1822 varían de cinco mil a diecisiete mil.
82
Charles Pickering, diario de vida sin título, “In his handwriting, kept by him while on the
United States Exploring Expedition, Wilkes, Commander”.
83
Véase Urbina Burgos, Valparaíso..., op. cit., p. 106.
43
Archivo Nacional, Censo de 1813..., op. cit., páginas sin numerar cerca de la p. 215.
84
86
Urbina Burgos, Valparaíso..., op. cit., p. 80.
87
René Salinas Meza, “Nupcialidad, familia y funcionamiento del mercado matrimonial en
Valparaíso durante el siglo xix”, p. 79.
88
Véase, por ejemplo, Baldomero Estrada Turra, “Doblamiento e inmigración en una ciu-
dad-puerto”, p. 18.
89
Oficina Central de Estadística, Censo... 1854, op. cit., última página sin numerar. El censo
cuenta tres mil setecientos treinta y ocho extranjeros en la provincia de Valparaíso. La mayoría
vivía en la ciudad, pero algunos tienen que haber vivido en otras partes.
90
Salinas Meza, “Nupcialidad...”, op. cit., p. 79.
44
Conclusión
Entre 1820 y 1840, Valparaíso era todavía un lugar complicado para construir
una ciudad. La rada era peligrosa para los barcos y difícil para la carga y
descarga, las mercaderías demoraban semanas en llegar al Valle Central por
montañosos caminos de tierra, y su terreno fácilmente edificable era limitado
a una faja de pocos metros entre las olas y los cerros. Había dos calles longi-
tudinales –y por unas cuadras, una sola– a lo largo de un kilómetro de playa,
y otras transversales muy cortas, aun cuando ascendía alguna distancia por
una quebrada. Aparte de la difícil topografía, los vecinos más pudientes ma-
nifestaban su temor a los marineros, jornaleros y demás obreros de los cuales
dependía la prosperidad de la ciudad. A su vez, los diarios y cartas de los
marineros indican que estos temían de los pillos terrestres95 que, presumible-
mente, se aprovechaban de marineros ingenuos en este Puerto como en todos.
91
Urbina Burgos, Valparaíso..., op. cit., p. 153.
92
Op. cit., p. 29.
93
Fernando Rivas I., El barrio del cerro Alegre: Orígenes y desarrollo, p. 30.
94
Véase, por ejemplo, Kenneth Jackson, Crabgrass Frontier: The Suburbanization of the United
States, pp. 45-86.
95
“Land sharks” en la frase inglesa, que significa literalmente “tiburones terrestres”.
45
46
96
Oficina Central de Estadística, Censo... 1854, op. cit.; Archivo Nacional, Censo de 1813...,
op. cit., pp. 217-218.
97
Wolfgang Schivelbusch dice “industrialización” en este sentido, por ejemplo, en Wolfgang
Schivelbusch, Disenchanted Night: The Industrialization of Light in the Nineteenth Century y Wolfgang
Schivelbusch, The Railway Journey: The Industrialization of Time and Space in the 19th Century.
98
Ernesto Greve, Historia de la ingeniería en Chile, tomo 2, pp. 378-379.
47
José Santiago Aldunate a Manuel Antonio Tocornal, ministro del Interior, Memoria Anual,
100
28 de abril de 1863, en MINT, tomo 450, s.f.; Municipalidad de Valparaíso, Reglamento para
mercado municipal, 11 de diciembre de 1863, en MINT, tomo 460, s.f.
48
El Puerto no solo era una ciudad densamente poblada sino que, además,
concentraba todo tipo de edificaciones. Compartían un mismo espacio casas,
almacenes, tiendas, herrerías, panaderías y ranchos, edificios construidos en
su mayoría con madera. Tal como en las ciudades estadounidenses y europeas
de la misma época, los edificios de albañilería tenían marcos, techos, pisos,
balcones y otros componentes de dicho material. Muchas construcciones guar-
daban mercaderías de carácter combustible, tales como telas y aceites. Estas
eran las condiciones que hicieron tan frecuentes las conflagraciones urbanas en
las ciudades occidentales del siglo xix, no solo en las ciudades nuevas, hechas
todas de madera, como Chicago y San Francisco sino, también, en Boston y
Hamburgo, construidas en albañilería. Incendios mayores destruyeron muchas
cuadras de la ciudad en 1843, 1850 y 1858. A raíz de tan tremendas perturba-
ciones, los líderes locales se dedicaron a tres labores relacionadas: determinar
la culpa, prevenir desastres futuros y aprovechar la destrucción para mejorar
los espacios públicos. Las respuestas al fuego expandieron el poder municipal
con una red de reglamentos. Se reforzó la sociedad civil mediante la creación
del grupo de bomberos voluntarios, que fue conformado, en un principio, por
personajes de la aristocracia lugareña. Finalmente, cambiaron los conceptos de
clase social a medida que los hombres de negocios reemplazaron a los artesanos
pobres como combatientes de fuego en el imaginario pública.
La élite porteña impuso su imagen de luchadora contra el fuego, en parte
porque su idea del incendio cambió. De la idea de un siniestro inevitable
cuyos estragos todos debían aguantar o cuando más compartir, a la de que
era un riesgo predecible que se podía prevenir. Este cambio, alimentado por
nuevas tecnologías y prácticas para extinguir los incendios, era parte de la
tendencia general de percibir los problemas urbanos como solucionables por
101
Gran parte de esta sección apareció como Martland, “Taming...”, op. cit., pp. 63-81.
49
“notado en los diferentes casos de incendio que han ocurrido en esta Ciu-
dad grandes inconvenientes para sofocarlos por falta de un plan qe. arregle
el servicio y manejo de las bombas, la Comision Directora de la Bolsa de
Comercio á instancia de esta Municipalidad ha formado [un] proyecto”
que podría eliminar “el desorden y confusion qe. se advierte al usarlas”102. Tam
bién querían un nuevo impuesto que recaudara mil cien pesos anuales: “para
invertirlos en las reparaciones de las maquinas, pago de sueldo al encargado
del cuidado y arreglo de ellas y en la distribucion de premios”. El Estado,
como dueño de la aduana, comandancia de la armada y otros edificios valiosos,
tendría que pagar doscientos pesos al año, mientras el ayuntamiento pagaría
cien pesos y se pagaría un total de ochocientos entre particulares y dueños de
edificios valiosos en la parte plana de la ciudad. Ni las bombas ni el impuesto
llegarían a los cerros. Los nuevos impuestos y la nueva organización de los
bomberos quedaron como propuestas, no se implementaron.
Un gran incendio devastó el Puerto el 15 de marzo de 1843103. Comenzó
dentro de un almacén en el nuevo “hermoso edificio” de Juan de Dios Co-
rrea, saltó a las casas de al lado y al frente, y quemó una vasta zona por los
dos lados de la calle Aduana, incluyendo “seis o siete almacenes arrendados
por la Aduana y llenos de mercaderías, la imprenta del Mercurio, y una con-
siderable parte de la librería española”. Al lado de las bombas locales, que
102
Ramón de la Cavareda, intendente de Valparaíso a Ramón Luis Irarrázabal, ministro del
Interior, 22 de agosto de 1838, en MINT, tomo 181, f. 47.
103
La descripción de este incendio viene de un oficio del intendente José María de la Cruz
al ministro del Interior, 16 y 20 de marzo de 1843, en MINT, tomo 695, fs. 224 y 229.
50
fueron surtidas por equipos ad hoc por no tener personal capacitado destinado
a su servicio, trabajaron marineros británicos y franceses, además de diversos
civiles reclutados por propia voluntad. Una casa fue parcialmente demolida
para proteger los “nuevos almacenes de Aduana”. Sin embargo, las bombas a
mano, los baldes y las demoliciones eran incapaces de controlar el fuego. El
incendio urbano era tan incontrolable como lo es hoy un incendio forestal.
Se suponía que se propagaría a los edificios colindantes: muchas mercaderías
fueron sacadas a las plazas Aduana y Resguardo antes de que se quemaran
sus almacenes. En las horas posteriores se temía que los escombros calientes
comenzaran a arder de nuevo. Ejemplo del carácter ad hoc de los esfuerzos: Un
oficial naval francés en estado de ebriedad amenazó a un chileno “de plebe”
cuando este no le obedeció; el chileno le lanzó una piedra y un dentista francés
tomó la espada del oficial al chileno de forma leve. Aunque el “plebeyo” fue
apresado, el almirante francés sacó a sus hombres de la lucha contra el incen-
dio y reclamó al gobierno. Debe haber estado muy enojado, porque tanto los
intereses de los comerciantes franceses como el peligro a que estaba expuesto
su barco de madera, cubierto de jarcias y brea, le daban amplio motivo para
ayudar a extinguir incendios en la ciudad.
Las autoridades respondieron al incendio con nuevos reglamentos de segu-
ridad, un cuerpo de bomberos cívico (parte de la milicia) y una propuesta de
51
104
Francisco Antonio Pinto, Inspector de Guardias Cívicas, al CJAV [El Intendente en su otro
papel], 25 de abril de 1843, en IVALP, tomo 34, s.f. [Pinto firmaba solo con sus iniciales y apellido.]
El privilegio más comentado del fuero militar fue el derecho de servir penas menores en el cuartel en
vez de en la cárcel.
105
Francisco Antonio Pinto, Inspector de Guardias Cívicas, al CJAV, 6 de mayo de 1843,
en IVALP, tomo 34, s.f.
106
The Valparaiso English Mercury, december 23, 1843, p. 1.
107
Pablo Gonzalez a Manuel Blanco Encalada, 11 de noviembre de 1847, en MINT, tomo
203, f. 175. En 1844 la municipalidad pagaba tres pesos mensuales (de cuarenta y cuatro a cuarenta
y cinco peniques británicos) por cada uno de sus ciento diez faroles a aceite.
108
Anacleto de la Cruz, Memoria anual de la municipalidad, 14 de noviembre de 1844, fs. 208-210.
109
Actas de las sesiones municipales de 16 de agosto y 13 de septiembre de 1844, MVALP,
tomo 15, fs. 105 y 111.
52
110
Joaquin Prieto al ministro del Interior, 21 de febrero de 1845, en MINT, tomo 212, f.
252; Juan A. [Vives], Brigada de Infantería Cuerpo de Bomberos, Informe, 7 de diciembre de
1846, archivado con una carta de Roberto Simpson, Intendente interino, a Manuel Camilo Vial,
ministro del Interior, 7 de diciembre de 1846, en MINT, tomo 212, f. 689.
111
Comandancia de la Brigada de Bomberos al CJAV, 25 de febrero de 1845, en MVALP,
tomo 8, parte 3 (“Bomberos”), fs. 1-7. El reglamento de Bomberos de Santiago estableció sombreros
como el uniforme entero: José de la Cavareda, Intendente de Santiago a Ramón Luis Irarrázabal,
ministro del Interior, 30 de noviembre de 1838, en MINT, tomo 181, f. 89.
112
Juan A. Vives al CJAV, 25 de septiembre de 1848, en MINT, tomo 241, f. 386.
113
Por ejemplo, Juan A. Vives al intendente de Valparaíso, 15 de febrero de 1847, en IVALP,
tomo 65, s.f.
114
Ibid.
53
115
Martin Stevenson, capitán de Brigada Infantería Cívica de Bomberos, 23 de abril de 1847
y Jose [ilegible], comandante de serenos [c. 24 de abril de 1847], en IVALP, tomo 65, s.f.
116
Ministerio de Guerra i Marina, Memoria que el Ministro de Estado en los departamentos de
Guerra i Marina presenta al Congreso Nacional de 1848, p. 6.
117
IVALP tomo 65, passim.
118
Benjamín Viel, Inspección Jeneral de Guardias Cívicas, al CJAV, 15 de noviembre de
1847, en IVALP, tomo 34, s.f.; El Comercio, Valparaíso, 23 de noviembre de 1847, p. 4.
119
Ministerio de Guerra i Marina, op. cit., tabla plegada 6.
54
Dos días después, informó del buen trabajo de sus bomberos y señaló: “como
no tienen vestido señalado so se hicieron notar sus servicios ni los puntos qe.
ocupaban”, el Intendente los elogió en un oficio al ministro de Guerra, pero
también mencionó que cuando los bomberos se cansaron, el Intendente les
prometió medio peso a cada uno121. Insatisfecho, el gabinete nacional ordenó
que el Intendente motivara a los ciudadanos notables a mejorar el sistema
para enfrentar los incendios122.
Este imaginaba mejorar el cuerpo de bomberos cívicos. En vez de eso, un
cuerpo de voluntarios liderado por muchos vecinos ricos y prominentes –tam-
bién integrado por sus hijos y empleados– reemplazó a los bomberos cívicos.
Ni el Estado ni sus representantes crearon la Asociación Contra Incendios123.
Diversas fuentes dicen que la idea de este tipo de compañía de voluntarios fue
sugerida por residentes extranjeros, quienes habían observado o participado en
tales compañías en sus países natales, tal como el comerciante estadounidense
Charles Hemenway (a veces llamado Carlos). De hecho, Carlos, el ingeniero
(tal vez británico) David Thomas y otros extranjeros residentes de largo plazo
se reunieron en octubre de 1850 para intentar formar un cuerpo de bomberos
voluntarios, pero antes de que pudieran hacerlo, el incendio de diciembre de
1850 unió al Estado, la municipalidad y muchos vecinos tanto chilenos como
extranjeros124. Una importante cantidad de residentes extranjeros participaron,
principalmente en la Primera Compañía, dominada por británicos y estadou-
120
José Santiago Melo, Intendente interino, a Antonio Varas, ministro del Interior, 16 de
diciembre de 1850, en MINT, tomo 265, f. 162 y Fran[cisc]o Delgado, comandante de serenos, a
Julián Riesco, intendente de Valsparaíso, 16 de diciembre de 1856, en MINT, tomo 265, f. 163.
121
José Santiago Melo, Intendente interino, a Antonio Varas, ministro del Interior, 16 de
diciembre 1850, op. cit. y Fran[cisc]o Delgado, comandante de serenos, al Intendente, 16 diciembre
1856, op. cit.; José Santiago Melo al ministro de Guerra, 18 de diciembre de 1850, en IVALP, tomo
73, s.f.; Veno Lorca al CJAV, 18 de diciembre de 1850, en MGUE, tomo 354, s.f.
122
José Santiago Melo, Intendente interino, a Antonio Varas, ministro del Interior, 23 de
diciembre de 1850, en MINT, tomo 265, f. 170.
123
La institución que se formó en 1851 comenzó sus servicios con el nombre de Asociación
Contra Incendios, que duró hasta por lo menos 1862. Varias personas, oficiales como represen-
tantes de negocios, también decían Asociación de Bomberos y Cuerpo de Bomberos. Para 1871
la Asociación había cambiado su nombre formal a Cuerpo de Bomberos de Valparaíso. Aquí
intentamos usar el nombre formal preferido por la agrupación en la fecha a la que nos referimos.
124
Garín, op. cit., p. 40.
55
127
Asociacion de Incendios, Presupuesto 4 de julio de 1851, en MVALP, tomo 8, parte 3,
“Bomberos”, fs. 9-11.
128
Manuel Blanco Encalada, intendente de Valparaíso, al ministro del Interior, 12 de agosto
de 1851, en MINT, tomo 265, f. 354.
129
Juan Brown al Ministro de Hacienda [c. enero de 1852], en MINT, tomo 291, f. 44.
130
José Santiago Melo, intendente de Valparaíso, decretos, 9 y 13 de junio de 1851, en IVALP,
tomo 75, s.f.; Juan Antonio Vives al CJAV, 12 de junio de 1851, en IVALP, tomo 65, s.f.
56
131
“Reglamento orgánico que ha formado el Directorio de la Asociacion Contra Incendios...”,
enviado por el intendente Jovino Novoa a Jerónimo Urmeneta García, ministro de Interior, 22
de junio de 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
132
Manuel Valenzuela Castillo, intendente de Valparaíso, a Jerónimo Urmeneta García,
ministro del Interior, 17 de diciembre de 1857, en MINT, tomo 375, s.f.; Superintendente de la
Sociedad Contra Incendios, Informe, 14 de noviembre de 1858, en Jovino Novoa al Jerónimo
Urmeneta García, ministro del Interior, 15 noviembre 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
133
Los bomberos cívicos de Santiago debían ejercer dos domingos cada mes. Intendente
de Valparíso al ministro del Interior, 30 de noviembre de 1838, en MINT, tomo 181, fs. 89-90.
134
Roberto Simpson, intendente interino, al ministro del Interior, Antonio Varas, 21 de fe
brero de 1852, en MINT, tomo 291, f. 66.
135
Tal vez Charles Hemenway et al., todos expatriados por muchos años, no lo sabían. Garín,
op. cit., p. 40; Amy. S. Greenberg, Cause for Alarm: The Volunteer Fire Department in the Nineteenth-Cen-
tury City, p. 4. Tal vez Charles Hemenway et al., todos expatriados por muchos años, no lo sabían.
57
Una compañía de bomberos, c. 1853-1856, con su bomba y sus mangueras. Están frente a una
de las piletas que surtía de la población de agua para usos domésticos y para apagar incen-
dios. “[Bomberos] Fotografía Terry y Compañía”, en Rafael Sagredo Baeza y Miguel Ángel
Puig-Samper Mulero (eds.), Imágenes de la Comisión Científica del Pacífico en Chile, p. 221.
136
Carlos Fredes Aliaga, 150 años de honor y gloria: Notas para una historia de los cuerpos de bom-
beros de Chile, pp. 22.
137
Garín, op. cit., pp. 111-121.
58
138
Roberto Simpson, Intendente interino, a Antonio Varas, ministro del Interior, 21 de febrero
de 1852, en MINT, tomo 291, f. 66.
139
Roberto Simpson, Intendente interino, a Antonio Varas, ministro del Interior, 1 de sep-
tiembre de 1853, en MINT, tomo 291, fs. 506-507.
140
Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Reglamento General, 1 de enero de 1862, en Garín,
op. cit., pp. 91-92, asume que es costumbre dar tales refrescos.
141
“Bomba Cousiño Nº 3, Cuentas por pagar”, c. 23 de diciembre de 1858, en BV, año 1862, s.f.
142
“Nº 3, cuenta de varios artículos comprados al contado”, c. 20 de marzo de 1857, en BV,
año 1862, s.f.
59
143
Naval War College (US), John Bassett Moore, International Law Situations with Solutions and
Notes, 1901, p. 28; José Ramón Lira, Intendente interino, a Álvaro Covarrubias Ortúzar, ministro
del Interior, 1 de abril de 1866, en MINT, tomo 492, s.f.
144
Cristián Gazmuri, El “48” Chileno: igualitarios, reformistas, radicales, masones y bomberos, p.
190, el autor muestra que muchos bomberos eran también masones y radicales, tal como indica
el título de su libro.
145
Garín, op. cit., pp. 60-65.
146
Carlos A[ilegible] y A. Guinadíe al secretario general de la Asociación Contra Incendios[?],
2 de noviembre de 1857, en BV, año 1858, s.f.
147
José Santiago Aldunate, intendente de Valparaíso, al Directorio del Cuerpo de Bomberos,
22 de noviembre de 1862, en BV, año 1862, s.f.
60
Esos tres incendios demuestran la precariedad del control del fuego, que
persistía después de la fundación de la Asociación Contra Incendios. El 13 de
noviembre de 1858 ese control se perdió. De acuerdo con el superintendente
de la Asociación Contra Incendios los “esfuerzos [de los bomberos] han sido en
parte inútiles por las circunstancias contrariantes del tiempo”151. El intendente
Jovino Novoa transcribió textualmente el informe del superintendente y el del
comandante de la Brigada de Policía al ministro del Interior en vez de escribir
su propio informe, sugiriendo una mayor especialización en la administración
de la ciudad y exponiendo la autoridad delegada al superintendente por el
nuevo reglamento de ese año. Sin embargo, este incendio demandó los esfuer-
zos de muchos bomberos, marineros británicos y franceses, la policía, la tropa
de la guarnición y otros, al parecer con la participación activa del Intendente.
148
Intendente de Valparaíso al ministro del Interior, 26 de diciembre de 1855, en MINT, to-
mo 300, f. 671.
149
Intendente de Valparaíso al ministro del Interior, 5 de enero de 1856, MINT, tomo 375, s.f.
150
Intendente de Valparaíso al ministro del Interior, 8 de enero de 1856, MINT, tomo 375, s.f.
151
Cita de Jovino Novoa, intendente de Valparaíso a Jerónimo Urmeneta García, ministro del
Interior, 15 noviembre 1858, en MINT, tomo 393; descripción del incendio de la misma fuente,
de Garín, op. cit., pp. 155-156, y del informe del comandante de la Brigada de Policía, 13 de no-
viembre, copiado en Jovino Novoa al Ministro, 15 de noviembre de 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
61
Los seguros
152
Intendente de Valparaíso al ministro del Interior, 15 de noviembre de 1858, en MINT,
tomo 393, s.f.
153
Superintendente de la Sociedad contra Incendios, informe sobre el incendio del 13 de
noviembre de 1858, 14 de noviembre de 1858, en Jovino Novoa, intendente del Valparaíso, a Jeró-
nimo Urmeneta García, ministro del Interior, 15 de noviembre de 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
62
“como sucede con los propietarios de Valparaiso, que tienen que asegurar
sus propiedades en Europa, sino a la caja de la sociedad a que [el asegu-
rado] pertenece”156.
La conversación sobre seguros mutuos siguió hasta 1852, pero quienes llegaron
a asegurar propiedades eran compañías de seguros por acciones.
En 1851 un “Mr. H” llegó a Chile y ofreció su “conocimiento completo del
negocio de los seguros, como asimismo de la construcción de las Compañías”157.
Quizá era Richard Heatly, quien junto a otros hombres de negocios chilenos y
extranjeros residentes en Valparaíso fundaron la Compañía Chilena de Segu-
ros, la primera del país, en 1853158. Así, los dueños, la empresa y el destino de
154
Anacleto de la Cruz, 14 de noviembre de 1844, en MINT, tomo 212, fs. 208-209.
155
E. Lynch, Proyecto de resolución municipal, 21 de mayo de 1844, en MINT, tomo 212,
f. 190; Prieto al Ministro, 24 de junio de 1844, en MINT, tomo 212, f. 122; Prieto al Ministro, 26
de noviembre de 1844, en MINT, tomo 212, f. 188; Irarrázaval [ministro del Interior] y [Manuel]
Montt [Presidente de la República], decreto, 17 de diciembre de 1844, en MINT, tomo 212, f. 189.
156
“Seguros mutuos”, en El Comercio de Valparaíso, Valparaíso, 24 de julio de 1848, p. 1.
157
“Worthy”, in Valparaíso Mercantile Reporter, Valparaíso, july 12, 1851, p. 4.
158
“Insurance company for Chile”, in Valparaíso Mercantile Reporter, Valparaíso, july 30, 1852,
p. 1. El comité organizador fue formado por los siguientes hombres, muchos de ellos entre los
63
porteños más ricos e influyentes: Juan A. Vives, José Tomas Ramos, Pablo Soruco, Nicomedes
Ossa, Richard Heatley, Charles Rowe, J. B. Garland, Charles Julian, José Cerveró, William
Miller, F. Mickle, George Fehrman, Joshua Waddington, Joaquin A. Nevel, George Lyon, Henry
Ward, E. Fauché.
159
“The Liverpool Royal Fire Insurance Agency” (aviso), in Valparaíso Echo, Valparaíso,
november, 14, 1853, p. 5.
160
Jovino Novoa, intendente de Valparaíso, a Jerónimo Urmeneta García, ministro del
Interior, 22 noviembre 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
161
Por ejemplo, “Estado de las entradas y salidas del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso
en el año 1865”, en El Mercurio, Valparaíso, 10 de marzo de 1866, p. 2; Cuerpo de Bomberos
de Valparaíso, Informe sobre el estado y operaciones del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso durante 1871,
presentado al Directorio; Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Informe sobre la marcha de los trabajos
del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso y su Directorio durante el año 1897, p. 25.
162
Valparaíso and West Coast Mail, véase “Compañías de seguros”, La Patria, Valparaíso, 19
de mayo de 1870, p. 2.
64
Reglamentos y precauciones
José María de la Cruz, intendente de Valparaíso a Ramón Irarrázaval, ministro del Interior,
164
26 de noviembre de 1842, con documentos adjuntados, en MINT, tomo 695, fs. 128-129 y 4 de
mayo de 1843, en MINT, tomo 695, f. 275.
65
165
Josué Waddington et al. al Intendente [c. 1 de mayo de 1843], en MINT, tomo 695, fs.
276-277 y José Maria de la Cruz al Ministro, 4 de mayo de 1843, en MINT, tomo 695, f. 275.
166
Joaquín Prieto, intendente de Valparaíso a Ramón Irarrázaval ministro del Interior, Val-
paraíso, 4 de mayo de 1844, en MINT, tomo 212, f. 79.
167
Joaquín Prieto, intendente de Valparaíso a Ramón Irarrázaval ministro del Interior, 9 de
julio de 1844, en MINT, tomo 212, f. 134.
168
Ordenanza de Policía, enviada al ministro del Interior para su aprobación apróx. 24 de
marzo de 1843, en MINT, tomo 203, fs. 26-38.
169
Joaquín Prieto, intendente de Valparaíso a Ramón Irarrázaval ministro del Interior, Val-
paraíso, 22 de enero de 1844, en MINT, tomo 212, f. 8.
170
Resolución municipal [c. 23 de octubre de 1844], en MINT, tomo 203, ff. 30-31.
66
“Qué hubiera sido de Valparaíso si esa fábrica [de velas que se incendió]
que no hace mucho estaba en el centro de la ciudad se hubiese incendiado
en medio de ella! Lo que será de Valparaíso el dia que un establecimiento
de fundición se incendie—ruina, desolación”171.
eran los únicos que se quejaron de los ruidos, los peligros y el humo de las máquinas a vapor.
Como un solo ejemplo de entre muchos reclamos en numerosas ciudades del mundo, Alain Corbin
describe la resistencia contra las máquinas a vapor en París a partir de 1830, y la subsiguiente
reglamentación municipal hacia 1850, en Alain Corbin, The Foul and the Fragrant: Oder and the
French social Imagination, pp. 132-135.
67
173
“Esplosion de una maquina a vapor”, en El Diario, Valparaíso, 3 de enero de 1856. Citó
cinco fábricas en la ciudad con máquinas a vapor y demandó reglamentos para calderas semejantes
a los existentes para el peligro más antiguo del incendio.
174
Urbina Burgos, op. cit., p. 153.
175
“Revista para el estranjero”, en El Diario, Valparaíso, 15 de enero de 1856, p. 2.
176
Garín, op. cit., p. 60.
177
“Revista para el estranjero”, op. cit.
68
Aunque los diarios, los intendentes y tantos otros, muchas veces mantenían
en anonimato a los pobres damnificados, pero identicaban con nombre y ape-
llido a los dueños de propiedades valiosas; mostraron cierta simpatía por ellos.
Después del incendio del 25 de diciembre de 1855, el Intendente dijo que las
pérdidas eran particularmente lamentables porque la mayoría de los damnifica-
dos eran pobres que perdieron todo. Sin embargo, agradeció a los bomberos y
marineros por salvar “ese populoso barrio i de las inmensas fortunas que habria
devorado el fuego”179. No dio los nombres de los damnificados, pero sí nombró a
Blanco Briones, cuya casa, al parecer una de las mayores del sector afectado, fue
salvada. Llegamos a tener los nombres de algunos de los damnificados porque
un comité de vecinos juntó casi cuatro mil pesos y los distribuyó entre dieciséis
personas, con seguridad, jefes de familia. Mercedes Yaro recibió mil quinien-
tos pesos. Ella y las cuatro personas que la siguieron en orden de la cantidad
recibida figuraron en la lista como don o doña, y los otros once, no180. Parece
que la cantidad de ayuda dependía de la cantidad de daño, no de la necesidad
absoluta. Después del 8 de enero de 1856, el Intendente lamentó la situación
de cien personas que quedaron sin casa por haberse quemado sus “miserables
casuchas de paja”, pero no dio sus nombres ni dijo mucho de ellos181.
Un artículo de El Diario, que describe un incendio del 22 de diciembre de
1857 en “lo más alto del cerro de San Francisco”, muestra los efectos de clase y
ubicación y señala la importancia de las pérdidas de los pobres. Los bomberos
no pudieron usar sus bombas en el lugar (tal vez por no poder llegar, o por no
tener agua) y unos bomberos que “se encaminaron a la cima de ese cerro...
no encontraron mas que algunos chispeantes escombros que habian quedado
de los cinco cuartos”. El Diario explicó a sus lectores:
“que solo aquel que conoce lo que se llama pobreza, pauperismo, podrá
avaluar debidamente las pérdidas sufridas en el incendio de anoche! Ese
solamente verá en lugar de bancos, de tristes mesas, de trastos insignifican
tes –pianos, poltronas, ricos sofaes, valiosas tapicerias, etc.”182.
69
183
Jovino Novoa , intendente de Valparaíso a Jerónimo Urmeneta ministro del Interior, 29
de noviembre de 1858, en MINT, tomo 393, s.f.
184
Jovino Novoa , intendente de Valparaíso a Jerónimo Urmeneta ministro del Interior, 22
de noviembre de 1858, en MINT, tomo 393, s.f. Jovino Novoa nombró un comité del directorio
de la Asociación Contra Incendios, los siguiente agentes de compañías de seguros: Jorge Lyon,
Agacio Hermanos, Alsop y Compañia, Naylors Conrroy i Cia, F.W. Schuaguer e hijo y Hoppe y
Calman, y como “vecinos” Nicolas Gatica, Guillermo Lloyd, Juan Brown and Nicolas C. Schuth.
Ese comité nombró a José Cerveró, Jorge Lyon, Guillermo Lloyd, Carlos Hemenway y Juan
Brown como comisión para proponer reglamentos.
185
Jovino Novoa , intendente de Valparaíso a Jerónimo Urmeneta ministro del Interior, 10
de diciembre de 1858, MINT, tomo 393, s.f; la ordenanza fue aprobada por el Consejo de Estado
y firmado por el Presidente el 11 de enero de 1859, s.f.
70
“las casas de los hombres ricos... eran generalmente de fachadas muy sim-
ples forradas de zinc, siendo en general, sencillas, al menos sus fachadas
en 1857”186.
José Joaquín Pérez, decreto presidencial, con copias de varios documentos relacionados,
187
71
189
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso a Francisco Vargas Fontecilla ministro de
Interior, 27 de enero de 1868, MINT, tomo 527; Lira al Ministro, 11 de junio de 1870, en MINT,
tomo 551, s.f.
190
Esta sección, con pequeñas diferencias, apareció en Martland, “Cuando el gas...”, op. cit.
191
Al parecer un hombre clave en esta historia es Juan Ramírez. No solo dirigía el Ferrocarril
Urbano sino, también, tenía vínculos con la Compañía de Consumidores de Gas, pero el conflicto
giraba en torno a fricciones entre la Compañía de Gas y la Empresa del Ferrocarril Urbano. Se
desconoce si su vínculo con la Compañía de Consumidores de Gas influyó en la pelea con la
72
Compañía de Gas, o si fue un resultado de esa pelea, o si fue una coincidencia. No disponemos de
antecedentes sobre la Compañía de Consumidores.
73
192
Para casos análogos en Estados Unidos, véase Schrag, “The Bus is Young...”, op. cit. y Mark
H. Rose, Cities of Light and Heat: Domesticating Gas and Electricity in Urban America.
193
La gasificación del carbón fue invento francés, mientras que el sistema de gasómetros,
cañerías y modos de cobrar varios clientes desperdigados por un barrio fue invento británico.
Leslie Tomory, “Building the First Gas Network, 1812-1820”, p. 75-102 y Progressive Englightenment:
The Origins of the Gaslight Industry, 1780-1820.
194
Anacleto de la Cruz, “Memoria de los trabajos de la Municipalidad”, 12 de marzo de 1844,
en MINT, tomo 212, f. 42. Quizá podemos agregar que esos propietarios también ahorrarían la
molestia del robo o daño de sus velas y linternas, fenómeno reportado en “Rateros”, en El Vijía
de Valparaíso, Valparaíso, 5 de agosto de 1844, p. 1, y atribuido humorísticamente por ese diario
a “Algunos enemigos de las luces”.
74
195
José María de la Cruz al ministro del Interior, memoria anual, 5 de mayo de 1843, en
MINT, tomo 695, fs. 281-2.
196
Josué [ Joshua] Waddington a la Municipalidad de Valparaíso, 6 de noviembre de 1844,
en MINT, tomo 212, f. 173.
197
Contrato entre Municipalidad de Valparaíso y G. Cresy, 7 de junio de 1844, en MINT,
tomo 212, fs. 115-116.
198
Estanislao Lynch y Francisco de S. Vidal, concejales, a la municipalidad de Valparaíso,
Informe, 9 de noviembre de 1844, en MINT, tomo 212, f. 173 y Anacleto de la Cruz, memoria
anual, 14 de noviembre de 1844, en MINT, tomo 212, f. 211.
75
199
José María de la Cruz , intendente de Valparaíso a Ramón Irarrazával, ministro del Interior,
memoria anual, 5 de mayo de 1843, en MINT, tomo 695, f. 282.
200
Pedro Olate, Miguel Santa Maria, Joshua Waddington y Angus Charme, Informe de la
comisión especial a la municipalidad, 17 de octubre de 1848, en MINT, tomo 203, fs. 186-188 y
Alejo Cornou, Valparaíso, a Miguel Santa María, Valparaíso, 18 de agosto de 1848, en MINT,
tomo 203, f. 191.
201
Alejo Cornou, Valparaíso, a Miguel Santa María, Valparaíso, 10 de octubre de 1848, en
MINT, tomo 203, f. 193. Traducción del francés de Samuel Martland.
76
“Eh bien! yo también acepto Londres. Saben Uds. [cuánto gas] consumió
Londres en 1837, tomo mis datos de la ciudad, de la Municipalidad! Con-
sideren una memoria que he visto entre las manos y que creo no estarme
desconocido: Uds. encontrarán 56,680 picos o luces”202.
Alejo Cornou, Valparaíso, a Miguel Santa María, Valparaíso, 10 de octubre de 1848..., op. cit.
202
204
Por ejemplo, véanse Susan Strasser, Waste and Want: A Social History of Trash, pp. 12-13 y
Corbin, op. cit., pp. 119-123.
205
Resumen de un oficio del Ministerio del Interior incluida en el acta de la sesión municipal
de 17 de julio de 1849, en MINT, tomo 16, fs. 808-809.
77
206
Fifer, op. cit., pp. 66-67.
207
Acta de la sesión municipal de 26 de abril de 1850, en MVALP, tomo 16, f. 999.
208
Acta de la sesión municipal de 24 de mayo de 1850, en MVALP, tomo 16, fs. 1007-1008.
209
William Wheelwright a Municipalidad de Valparaíso, 17 de septiembre de 1852, en MVALP,
tomo 19, fs. 10-11.
210
William Wheelwright a Municipalidad de Valparaíso, 17 de septiembre de 1852, en MVALP,
tomo 19, fs. 10-11 y Acta de la sesión municipal de 14 de octubre de 1852, en MVALP, tomo
18, f. 287.
211
José 2° Sanchez a Municipalidad de Valparaíso [julio de 1852], en MVALP, tomo 19, f. 6.
212
El primer monumento en Valparaíso era una estatua de Guillermo Wheelwright eregida
en 1876.
78
Cooperación pública-privada:
La Compañía de Gas de Valparaíso
Pocos días después, Buena Ventura Sánchez (sin parentesco cercano con José
Segundo) propuso que en vez de una sociedad anónima el municipio formara
una compañía con él y sus hermanos. Esta propuesta fue acogida sin pérdida
José Sanchez, Rejidor, a la Municipalidad de Valparaíso, sin fecha [fines de julio 1852],
214
79
Para los hombres que dieron estos primeros pasos, la noche se mantenía
misteriosa y peligrosa, y era mejor quedarse dentro de casa al ocultarse el
Sol. En el invierno de 1848 el Intendente temía desórdenes si las elecciones
continuaban después de oscurecer, razón por la que convenció al gobierno y
Congreso de cambiar las horas legales de votación, ya que habían sido pensadas
para días largos de verano220. Hasta 1852, los serenos que guardaban la ciudad
de noche eran un cuerpo distinto de los guardias diurnos. La nueva Guardia
Municipal que reemplazó a los serenos y guardias (dos grupos supuestamente
desordenados y corruptos) todavía desplegaba ciento cuarenta hombres de
noche, el doble de la fuerza usada de día221. La ordenanza de policía de 1852
mandó que “Después de la una de la noche, toda persona que anduviere en la
216
Roberto Simpson, intendente de Valparaíso, a Antonio Varas, ministro del Interior, 29
de mayo de 1853, en MINT, vol. 291, fs. 432-436. Concesión de gas y contrato de alumbrado
público a gas acordado por la Municipalidad de Valparaíso, el 20 de mayo de 1853.
217
Buena Ventura Sanchez a Municipalidad de Valparaíso [c. 29 de octubre de 1853], en
MVALP, tomo 19, f. 22.
218
“Gas”, en Valparaiso Herald, Valparaíso, 1 de noviembre de 1853, p. 2.
219
“Alumbrado de gas”, en El Mercurio, Valparaíso, 18 de enero de 1853, p. 2.
220
Joaquin Prieto, intendente de Valparaíso, a Manuel Montt, ministro del Interior, 18 de
junio de 1846, en MINT, tomo 212, f. 525; Prieto al Ministro, 24 de junio de 1846, en MINT,
tomo 212, f. 527.
221
Salustio Peña, Recopilacion de las disposiciones vijentes en el Departamento de Valparaiso sobre los
distintos ramos de la administracion local, formada en orden del Sr. Intendente D. Franciaco Echaurren, p. 29.
80
224
Schivelbusch, Disenchanted..., op. cit., p. 81.
225
“Puertas Inseguras”, en Peña. op. cit., pp. 114-115.
226
Schivelbusch, Disenchanted..., op. cit., pp. 34-37. La primera explosión de gas vino en 1916;
véase Jorge Montt, Tres años de administración en la Municipalidad de Valparaíso, 1915-1918, p. 260.
227
Por ejemplo, véase Corbin, op. cit., p. 167. La teoría de las miasmas no se trataba de lo
que hoy entendemos como los peligros de los químicos tóxicos o carcinogénicos, sino de los
olores mismos de materiales en descomposición o de otro modo malolientes como causas de
enfermedades que en realidad son causadas por bacterias o virus y de otras que son causadas por
deficiencias de nutrición: Corbin, op. cit., p. 2 y passim; Nancy Tomes, The Gospel of Germs: Men,
Women, and the Microbe in American Life, p. 27.
81
228
Buenaventura Sánchez a la Municipalidad de Valparaíso, sin fecha, recibido el 27 de
agosto de 1853, en MVALP, vol. 19, parte 1, Gas, fs. 20-21.
229
Hay una explicación de los peligros de gas y las precauciones a tomar que hemos encon-
trado en “Recreaciones científicas o la ciencia puesta al alcance de todo el mundo”, en La Unión
Liberal, Periódico crítico-político e industrial, 31 de enero de 1863, p. 4 (periódico de Valparaíso,
citado y conocido como La Unión; pueden aparecer menciones de los peligros antes de esa fecha,
pero no los hemos encontrado.
230
“Gas”, en El Mercurio, Valparaíso, 28 de julio de 1852, p. 3. El siguiente aviso, aparecido
en El Aviso, Valparaíso, 25 de noviembre de 1853, p. 3, da una idea del tipo de artefactos que se
usaban con el gas portátil: “En el almacen N. 109 calle de S. Juan de Dios se acaba de recibir una
gran variedad de lámparas de Gas portatil las mas sencillas que conocen en el mundo. Se puede
con toda confianza recomendarlas para el uso interior del pais i en la costa, porque rara vez se
descomponen, son mui seguras, i cualquiera sirviente puede manejarlas con facilidad. Se tienen
a venta de todas clases: Lamparitas de dormir que consumen como un centavo de gas en toda la
noche, Lámparas de mesa, Arañas, etc., de una, dos, i tres luces, del último i mas elegante diseño.
Todas a precios moderados. Se fabrican faroles de Gas i de aceite de la mejor construccion para
el alumbrado. Guillermo Jenkins”.
231
“Alumbrado de gas”, en El Mercurio, Valparaíso, 27 de enero de 1853, p. 2.
82
83
“El Sr. Intendente, con sus propias manos encendió el gas, al frente de la
casa nueva del Sr. Edwards; simultáneamente apareció un gran trecho
iluminado”,
Esto fue una exageración, puesto que los incipientes barrios de los cerros
no recibieron el gas, pero la frase muestra que estos orgullosos lugareños se
imaginaban en el escenario mundial y esperaban mucho de la tecnología. La
jactancia era intencional. A pesar de la “grande sensacion y jeneral agrado”
232
“Alumbrado de gas”, en El Mercurio, Valparaíso, 2 de febrero de 1853, p. 3 y “Alumbrado
de gas”, en El Mercurio, Valparaíso, 16 de febrero de 1853, p. 3. Tres años después, La Publicidad,
Valparaíso, 1 de enero de 1856, periódico que se describió como la “Sección literaria del Mercurio”
y que parece haber salido una sola vez, mencionó que entre otros libros en inglés y francés acababa
de recibir el siguiente libro ilustrado sobre el alumbrado a gas: “Peckston. A practical treatise on gas
lighting in which the gas apparatus general in use is explained and illustrated. 1 vol. octavo with plates”.
233
“Festividades del 18”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de septiembre de 1856, p. 3.
234
“Las fiestas del diez y ocho”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de septiembre de 1856, p. 3.
84
El gas exigió una fuerte inversión. En julio de 1853 una comisión especial re-
comendó que el concejo tomara un préstamo de treinta mil pesos para pagar
su inversión en la Compañía de Gas. La comisión proyectó que con las ganan-
cias que obtendría de la Compañía de Gas podría pagar esta deuda en cinco
años y, al mismo tiempo, costear el alumbrado público; y después de saldar su
deuda tendría una fuente de ingresos para pagar otros servicios municipales236.
Sin embargo, el costo fue mayor: en vez de los sesenta o setenta y cinco mil
pesos contemplados en el contrato, sumó alrededor de $200.000237. Hasta el
Valparaíso Herald, diario anglófono, que el 1 de noviembre de 1853 pronosticó
un costo de $150.000, había errado. Además, pagó $39.119 por el terreno que
compró para pasarlo a la Compañía para que instalara allí el gasómetro. Y
además, compró ese terreno a Josué Waddington, quien había dicho al consejo
municipal que no tendría que hacer más que pagar la cuenta del alumbrado
público para implantar la luz de gas238. Por falta de capitales municipales los
hermanos Sánchez aumentaron su dominio económico a dos tercios de la
compañía, en vez de la mitad.
El entusiasmo general por el gas o por la compañía de Gas, no duró de
masiado después de la inauguración del sistema. Para el consistorio y sus cons
tituyentes el gas no solucionó el problema del alumbrado público, pero por
su minoría como accionista, no pudo impedir que los inversionistas privados
controlaran la empresa. Los mismos reclamos de faroles apagados y menor
luz que la debida, se trasladaron hacia el gas tal como había sucedido con
el aceite y el gas portátil. Además, lejos de ser una alternativa económica al
aceite, en 1857 costaba mensualmente más que por farol ($7), gas portátil (4%)
y aun menos por aceite. Tampoco fue la inversión lucrativa imaginada desde
lidad porteña, copiado en Roberto Simpson, intendente de Valparaíso a Antonio Varas, ministro
del Interior, 21 de julio de 1853, en MINT, tomo 432, fs. 437-439. La comisión asumió que la
compañía de gas pagaría intereses fijados de 12% sobre la capital municipal de treinta mil y un
dividendo anual de nueve mil quinientos cinco pesos, y que la ciudad pagaría nueve mil setecientos
cincuenta pesos anuales para trescientos faroles.
237
Julián Riesco, intendente de Valparaíso a Jerónimo Urmeneta, ministro del Interior, 27
de marzo de 1856, en MINT, tomo 375, s.f.
238
Acta de la sesión municipal de 11 de diciembre de 1855, en MVALP, tomo 22, f. 10.
85
“[cuidara] que tenga [sic] toda su luz los faroles del alumbrado público y
[diera] parte de los que no la tengan o se apagare, fijando el tiempo que
así hayan permanecido. Del mismo modo dará cuenta si hubiese pescante
o columna quebrada o vidrio roto... indagando quién sea el culpable para
capturarlo”243.
239
El presupuesto municipal de $281.908 consultaba $25.000 para gas y mantención, más
$36.626,72 para el servicio de la deuda vinculada al gas: Presupuesto municipal de 1857, 25 de
febrero de 1857, en MVALP, tomo 22, f. 183.
240
Acta de la sesión municipal de 27 de noviembre de 1858, en MVALP, tomo 22, fs. 400-401.
241
Presupuesto municipal de 1860, 15 de diciembre de 1859, en MVALP, tomo 22, fs. 571-580.
242
Presupuesto municipal de 1860, 15 de diciembre de 1859, op. cit., f. 130.
243
Peña, op. cit., p. 41.
244
“Plano de la Ciudad y Puerto de Valparaiso...”, c. 1860, reimpreso en Francisco Antonio
Encina, Resumen de la historia de Chile, vol. v: Mapas, lámina xxx [sic].
86
El ferrocarril urbano
245
Buena Ventura Sánchez a Municipalidad de Valparaíso [c. 27 de agosto de 1853], en
MVALP, tomo 19, fs. 20-21.
246
Adolfo Ibañez a Municipalidad de Valparaíso, 7 de septiembre de 1863, en MVALP, to-
mo 19, fs. 167-174.
247
Acta de la sesión municipal de 31 de agosto de 1863, citado en José Santiago Aldunate,
intendente de Valparaíso a Manuel Antonio Tocornal, ministro del Interior,2 de diciembre de
1863, en MINT, tomo 450, fs.
248
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso, a Álvaro Covarrubias, ministro del Interior,
16 de enero de 1865, en MINT, tomo 474, s.f.
87
Valparaíso en 1853. Plan der stadt und des hafens von Valparaíso, en Paul Treuler, Andanzas
de un Alemán en Chile, 1851-1863. Disponible en https://upload.wikimedia.org/wikipedia/com-
mons/4/4c/1853_-_Plan_der_Stadt_und_des_Hafens_von_Valparaiso.jpg [fecha de consulta: 20
de diciembre de 2016].
249
No hemos encontrado un Estero del Alto en ningún plano de la ciudad. El Alto del Puer-
to fue el nombre de una zona en los altos de los cerros al sur del Almendral entre los dos esteros
que mencionamos en el texto (más o menos los altos detrás de los cerros desde Monjas hasta Pa-
jonal, para darles sus nombres actuales). Para el nombre del estero de Piedrecitas, véase Eduardo
Cavieres, “La Construcción de la Ciudad: espacios, actividades y movilidad”, p. 16.
250
Municipalidad de Valparaíso, “Ordenanza municipal para los carruajes públicos”, 22 de agos-
to de 1851, en MINT, tomo 283, fs. 19-20. Estos vehículos debían llevar pasajeros a cualquier punto
en la parte plana de la ciudad entre el Arsenal en el oeste hasta el Estero de las Delicias en el este.
88
La primera propuesta
251
Alfred Tufts, “Journal of a Voyage Around the World in the Ship Ocean Pearl, Sears, mas-
ter, from Boston, November 28, 1854, to New York, November 16, 1855, touching at Valparaiso,
Honolulu, Hong Kong, Manila and Anjier”, notación de 20 de febrero de 1855, Tufts Family
Papers, Massachusetts Historical Society, Boston, Massachusetts, fs. 34-35.
252
Anacleto de la Cruz, memoria anual de la Municipalidad de Valparaíso 14 de noviembre
de 1844, en MINT, tomo 212, f. 211.
253
Antonio Varas, ministro del Interior a Cornelio Saavedra, intendente de Valparaíso, 17
de abril de 1861, en MINT, tomo 429, s.f.; (El Ministró escribió que el Consejo de Estado había
rechazado un aumento del impuesto de patente sobre los vehículos públicos y sugirió un au-
mento menor y la extensión del impuesto a los vehículos particulares) y José Santiago Aldunate,
intendente de Valparaíso, a Manuel Antonio Tocornal, ministro del Interior, 14 de noviembre de
1861, en MINT, tomo 429, s.f.
89
Acta de la sesión municipal de 26 de febrero de 1858, en MVALP, tomo 23, fs. 387-390.
254
artículo menciona propuestas anteriores de la misma índole, pero no hemos encontrado ninguna.
256
José Santiago Aldunate, intendente de Valparaíso, a Manuel Alcalde Velasco, ministro
del Interior, 14 de noviembre de 1861, en MINT, tomo 429, s.f.
90
91
259
Edward K. Spann, The New Metropolis: New York City, 1840-1857, pp. 289-293; James R.
Scobie, Buenos Aires : plaza to suburb, 1870-1910, p. 11 y Armando de Ramón, Santiago de Chile:
historia de una sociedad urbana, p. 322.
260
El alcalde José Ramón Sánchez (hermano y socio de Buena Ventura Sánchez) no participó
en el debate municipal sobre el reclamo por “considerarse implicado”; la municipalidad citó a
Buena Ventura Sánchez y a Juan E. Ramírez a discutir el asunto en una sesión municipal, pero
José Ramón Sánchez no asistió. Acta de la sesión municipal de 22 y 24 de agosto de 1859, en
MVALP, tomo 23, fs. 722 y 725.
261
Acta de la sesión municipal de 23 de noviembre de 1859, en MVALP, tomo 23, fs. 790-791.
262
“El ferrocarril urbano y la I. Municipalidad de Valparaiso”, en El Comercio, Valparaiso,
18 de noviembre de 1859, p. 2.
92
263
“Compañía de gas de Valparaíso”, en El Comercio, Valparaiso, 30 de noviembre de 1859,
p. 3; op. cit., 1 de diciembre de 1859, pp. 2-3 y op. cit., 3 de diciembre de 1859, p. 3. El artículo,
publicado en tres entregas y firmado J.E.R., critica a la Compañía de Gas en términos semejantes
a los usados por Juan E. Ramírez en sus escritos firmados.
264
“Ferrocarril de Sangre en Valparaíso”, en El Comercio, Valparaiso, 2 agosto 1859, p. 2.
265
Acta de la sesión municipal de 10 de octubre de 1860, en MVALP, tomo 26, f. 175.
266
E. Garrido a Municipalidad de Valparaiso 23 de noviembre de 1860, en MVALP, tomo
19, f. 105.
267
Acuerdo entre la Empresa del Ferrocarril Urbano, representada por D[avid] Thomas, y
la Municipalidad de Valparaiso representada por Adolfo Ibáñez y Pedro Cabieses, 21 de febrero
de 1862, en MVALP, tomo 19, fs. 149-152.
93
Este acuerdo solo trata acerca del funcionamiento de las cañerías y no de sus
roturas, pero más o menos al mismo tiempo los abogados de las dos empresas
reconocieron que así el ferrocarril urbano podría causar más filtraciones de
gas269. Sin embargo, no pretendió disminuir el peligro de incendios o explo-
siones, sino tan solo pagar el mayor costo que pudiera sufrir la Compañía de
Gas. Había gran temor de explosiones de gas en las ciudades europeas en ese
momento, pero ese temor no llegó a Valparaíso hasta unas décadas después270.
El 25 de febrero de 1862, pocos días después de acordadas estas bases
entre la municipalidad y la empresa del ferrocarril urbano, Juan E. Ramírez
publicó una comparación de las dos empresas en El Tiempo271. Allí mantuvo
que los Sánchez en realidad:
268
Acuerdo entre la Empresa del Ferrocarril Urbano, representada por D[avid] Thomas, y
la Municipalidad de Valparaiso representada por Adolfo Ibáñez y Pedro Cabieses, 21 de febrero
de 1862, op. cit., f. 151.
269
“Bases acordadas por los abogados de ambas partes”, en El Tiempo, Valparaiso, 25 de
febrero de 1862, p. 2.
270
Schivelbusch, Disenchanted..., op. cit., pp. 34-37.
271
Juan E. Ramírez, “El Ferrocarril Urbano y la Compañía de Gas”, p. 2.
272
“Memoria del directorio de la Compañía de Consumidores de Gas de Valparaíso”, en La
Patria, Valparaiso, 24 de enero de 1866, p. 3.
94
“Depósito de la Empresa del Ferrocarril Urbano en avenida Delicias..., c. 1870, ... Emilio Ga-
rreaud, Colección Biblioteca Santiago Severín”. Reimpresa en Marcelo Mardones, Valparaíso: un
siglo de historia visual del transporte público (1860-1960), p. 68.
Inauguración y críticas
95
“al pasar el carro perdió su equilibrio y cayó sobre los rieles, pasándole las
ruedas del coche por el pecho y una parte del rostro, sin que el cochero
pudiera detener los caballos a tiempo, porque también se lo impidió el
descenso que tiene la calle de Cochrane, a partir de la del Cabo. Sea por
angas o por mangas, lo cierto es que ya van tres desgracias lamentadas”277.
273
Pinto V., “El ferrocarril...”, op. cit., p. 52 y “El ferro-carril urbano”, en El Tiempo, Valpa-
raíso, 10 de enero de 1862, p. 2. Sonia Pinto V. escribe que en 1863 había un promedio de siete
mil novecientos ochenta y tres viajes por mes, doscientos sesenta y seis por día. La concesión
impresa en El Tiempo requiere catorce horas diarias de “servicio perfecto”, más entre once y trece
viajes cada noche.
274
Véase Mardones, op. cit., p. 72.
275
“Inauguración de toda la línea del ferrocarril urbano”, en El Mercurio, Valparaiso, 30 de
marzo de 1863, p. 3.
276
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., p. 52. También menciona varios reclamos acerca del
servicio en los próximos años en las pp. 53-55.
277
Cursiva en original. “Y van tres!”, en El Mercurio, Valparaíso, 6 abril 1863, p. 3.
96
Conclusión
278
Oreites Laurel, “Relación de los asuntos de que se ha ocupado la Ilustre Municipalidad de
Valparaíso durante el año de 1874”, enero 1875, en MVALP, tomo 13, parte 3, “Memorias”, f. 63.
279
Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., p. 145.
97
98
280
Sobre la necesidad de mejorar y expandir los dos mercados públicos y de construir un
solo matadero público para reemplazar los seis mataderos particulares existentes, véase Anacleto
de la Cruz, secretario de la Municipalidad, “Memoria de los trabajos de la Municipalidad”, 12
de marzo de 1844, en MINT, tomo. 212, fs. 40-41. El año anterior el Intendente había propuesto
un matadero público en el Almendral: José María de la Cruz, Intendente, memoria general en
forma de una carta al ministro del Interior, 5 de mayo de 1843, en MINT, tomo. 695, f. 281.
99
281
Sociedad Republicana Francisco Bilbao, Petición al Presidente de la República [c. 25 de
agosto de 1873], en MINT, tomo 625, f. 176-182; Sociedad Republicana Francisco Bilbao, Petición
al Presidente de la República, [c. 22 de agosto de 1873], en MINT, tomo 625, f. 170; Francisco
Echaurren, intendente de Valparaíso, a Eulogio Altamirano, ministro del Interior, 23 de agosto
de 1873, en MINT, tomo 625, fs. 172-175 y Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a
Eulogio Altamirano, ministro del Interior, 26 de agosto de 1873, en MINT, tomo 625, f. 183. El
teatro Odeón fue “inaugurado en 1869”, con una capacidad de alrededor de quinientas personas:
Urbina Burgos, op. cit., p. 192.
282
Un entretenimiento racista, pero muy común en la época representado por hombres blan-
cos con las caras pintadas de negro, cantando y contando chistes en dialecto afroamericano.
101
285
Gracias a Sol Serrano por sugerir el concepto de ilustración en este contexto.
286
Steven Johnson, The Ghost Map: The Story of London’s Most Terrifying Epidemic and How it
Changed Science, Cities, and the Modern World, pp. 139-158 & 209-213.
102
El lugar de trabajo de José Ramón Lira, Francisco Echaurren y los demás intendentes hasta
1906. Detrás se ve la creciente edificación de los cerros cuyo ordenamiento tanto les preo-
cupaba: “[Palacio de la Intendencia]”, por Rafael Castro y Ordóñez, 1863-64, en Sagredo y
Puig-Samper, op. cit., p. 177.
287
Véase Patrick Joyce, The Rule of Freedom, p. 1, passim. Ocupa la palabra ‘liberalismo’ para
describir este amplio conjunto de valores que iba más allá del liberalismo político y que incluye
a Francisco Echaurren, aunque militara en el partido conservador a partir de 1861.
288
Stephen Halliday, The Great Stink of London: Sir Joseph Bazalgette and the Cleansing of the
Victorian Metropolis, p. 38.
289
“Ordenanza sobre policia interior i esterior de los teatros de Santiago i Valparaiso”, 8 de
agosto de 1873, en MINT, vol. 660, en la sección de documentos relevantes a Santiago.
103
290
Acta de la sesión Municipal de 1 febrero 1871, en Anales de la Ilustre Municipalidad de Val
paraíso, p. 133.
291
Oreites Laurel, Secretario de la Municipalidad de Valparaíso, “Relacion de los asuntos
de que se ha ocupado la Ilustre Municipalidad de Valparaíso durante el año de 1874”, enero de
1875, en MVALP, vol. 13, parte 3: “Memorias”, f. 40.
292
Virgilio Figueroa, Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile: 1800-1928, tomo
4, p. 65.
104
293
José Ramón Lira, Memoria de la administración local de 1864 a 1870, que presenta el Intendente
de la Provincia a la I. Municipalidad de Valparaíso, pp. 6-7.
105
Castillo, op. cit., p. 86. Como ejemplos de la obra publicitaria de Benjamín Vicuña Mac-
295
kenna, podemos referirnos al plan de mejoras que publicó en su libro La trasformación de Santiago
(resumido bajo el título “Grandes Mejoras”, en El Mercurio, Valparaíso, 10 de agosto de 1872), a
su Álbum del Santa Lucia: colección de las principales vistas monumentos, jardines, estatuas i obras de arte
106
de este paseo: dedicado a la Municipalidad de Santiago por su actual presidente B. Vicuña Mackenna, a su
El Santa Lucía: Guía Popular y breve descripcion de este paseo para el uso de las personas que lo visiten, con
indicación de todos los caminos, senderos, plazas, jardines, estatuas, edificios i demas objetos de interés y a
los mensajes alegóricos o explícitos contenidos en el paseo mismo.
296
Francisco Echaurren, Valparaíso, a Benjamín Vicuña Mackenna, Santiago, 28 de marzo
de 1872, en ABVM, tomo 369, f. 97.
107
297
Recaredo Santos Tornero, Chile Ilustrado, p. 129.
298
Collier, op. cit., p. 27.
299
Véase Cavieres, Comercio..., op. cit., p. 98.
300
Sesto Censo Jeneral de la Poblacion de Chile Levantado el 26 de Noviembre de 1885 y compilado por
la Oficina Central de Estadistica en Santiago, tomo 1, p. xxxvii. El censo da las cifras de población
para el departamento de Valparaíso, una jurisdicción un poco mayor que la ciudad.
301
“Salidas de Vapores al Norte” y “Compañía Jeneral Transtlántica”, avisos en El Mercurio,
Valparaíso, 15 de septiembre de 1866.
302
“El vapor ZETA”, aviso en El Mercurio, Valparaíso, 25 de septiembre de 1867, p. 3.
303
[Aviso sin título], El Mercurio, Valparaíso, 21 de abril de 1868, p. 1.
304
“Salida de Vapores”, en El Mercurio, Valparaíso, 21 de abril de 1868, p. 1.
108
305
Gonzalo Vial Correa, Patricia Arancibia Clavel y Álvaro Góngora Escobedo, La Sudame-
ricana de Vapores en la historia de Chile, p. 54.
306
Collier, op. cit., p. 19.
307
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., p. 22.
308
En 1868, después de ser comprado por el Estado también, el ferrocarril de Santiago al sur
alcanzó a Curicó, en el Valle Central a 185 km de la capital. Ian Thomson y Dietrich Angerstein,
Historia del ferrocarril en Chile, p. 77.
109
El Puerto y los cerros desde el poniente, 1863-1864. Los edificios y malecón de la calle
de Blanco, mano izquierda, contrastan con los galpones de madera en la playa que
marcan la misma calle al otro lado de la Bolsa y el muelle de pasajeros. En los cerros,
de izquierda a derecha se ven las casas e iglesia anglicana del cerro Concepción, las
casas del cerro Alegre y las del cerro cordillera. Es notable el fuerte acantilado de los
cerros. “[Bahía de Valparaíso]”, por Rafael Castro y Ordóñez, 1863-1864, en Sagredo y
Puig-Samper, op. cit., p. 143.
309
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., p. 28.
110
Valparaíso desde el camino a Santiago, c. 1863. “[Valparaíso]”, por Rafael Castro y Ordóñez,
c. 1863-1864, en Sagredo y Puig-Samper, op. cit., p. 162.
310
Collier & Sater, op. cit., p. 117.
111
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso, a Álvaro Covarrubias Ortuzar, ministro del
312
112
319
“Bien hecho!”, en El Mercurio, Valparaíso, 7 de abril de 1866, p. 3.
320
“Las banderas”, en El Mercurio, Valparaíso, 28 de marzo de 1866, p. 3.
321
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso, a Álvaro Covarrubias Ortuzar, ministro del
Interior, 1 de abril de 1866, en MINT, tomo 492, s.f.
113
El transporte, el alumbrado
y el uso del espacio público
En enero de 1863, La Unión Liberal publicó una serie de caricaturas que satiri-
zaron a los turistas santiaguinos en Valparaíso, pues el veraneo de santiaguinos
pudientes en la ciudad data del año 1840 por lo menos326. Los turistas aparecen
en varios lugares conocidos a los lectores, pero hacen cosas “extrañas” o no
saben cómo sobrevivir en ellos. Reírse de los ricos era típico de La Unión
Liberal, que se presentaba como el diario de los obreros y artesanos de la ciu-
dad, contrastándose con El Mercurio, que representaba facciones sociopolíticas
más bien elitistas. El contraste también tiene otro tenor: hacer ver las diversas
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso, a Álvaro Covarrubias Ortuzar, ministro del
323
114
115
“Los Baños de Mar” (segundo capítulo), en La Unión Liberal, Valparaíso, 10 de enero de 1863. p. 1.
327
“Los baños de mar”, en La Unión Liberal, Valparaíso, 3 de enero de 1863, p. 1.
116
328
Con el nuevo contrato la municipalidad pagaba $5,165 por farol por mes; para compa-
ración, un guardia municipal (un policía) ganaba $12 mensuales: “Alumbrado público: Contrata
celebrada entre la Municipalidad y los señores Sánchez representantes de la Compañía de Gas...
22 de noviembre de 1865”, en Peña, op. cit., pp. 465-469.
329
“Inventario general del Capital Social de la Sociedad anónima Compañía de Gas de
Valparaíso”, 8 febrero 1865, en MVALP, tomo 19, p. 190.
330
El Mercurio, Valparaíso, 20 de marzo de 1866, p. 3.
331
Francisco Echaurren intendente de Valparaíso, a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
Memoria anual, 22 de mayo de 1871, en MINT, tomo 608.
332
Urbina Burgos, op. cit., p. 211.
333
Méndez, op. cit., p. 33.
334
Francisco Echaurren, Memoria anual dirigida a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
12 de mayo de 1873, en MINT, tomo 649, s.f.
117
335
José Ramón Lira, intendente de Valparaíso a Francisco Vargas Fontecilla, ministro del
Interior, 27 de octubre de 1868, en MINT, tomo 552, s.f.
336
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Inte-
rior, 14 de agosto de 1875, en MINT, tomo 739, en la sección “Intendencia de Valparaíso”, s.f
118
“la reserva de la noche para que esa parte de la localidad quede espedita
al servicio público, es completamente esteril, pues VS comprenderá que
cesando el tráfico durante la noche no se beneficia con esta medida los
intereses del público”338.
Sin embargo, hizo que el malecón se despejara de noche, multando a los
infractores. La Patria, que se oponía al Intendente en muchas oportunidades,
opinó que con estas multas “lleva[ba] el delirium multae hasta la locura”339.
Para el ministro del Interior el Malecón era un espacio industrial de día y
un espacio público por la noche, pero para Francisco Echaurren era equiva-
337
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
20 de marzo de 1875, en MVALP, tomo 8, en la sección “Calles”, fs. 61-63.
338
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Inte-
rior, 14 de agosto de 1875, en MINT, tomo 739, en la sección “Intendencia de Valparaíso”, s.f.
339
“Carga en el malecon”, en La Patria, Valparaíso, 19 de agosto de 1875, p. 2.
119
La tecnología peligrosa
y el mandatario autoritario
340
“Ordenanza que reglamenta el servicio de las máquinas a vapor estacionarias i portátiles
establecidas en la ciudad de Valparaíso”, propuesta por el intendente José Ramón Lira el 29 mayo
1868, y aprobada el 23 noviembre 1868, en MVALP tomo 13, f. 1.
120
Cuenta que muestra una fábrica de cañones con maquinaria que parece ser movida por una
máquina a vapor portátil estacionada afuera. También se puede apreciar varias lámparas de
gas y un wc entre los artículos en venta en Valparaíso en 1868 en esta cuenta de Tomás Rider,
“Plomero y Calderero. Fabricante de cañon de plomo para agua y de composición para gas”,
al Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, 1868, en BV, año 1868, s.f. El Cuerpo había comprado
“9 Faroles de Señal: 3 blancos 3 verdes i 3 lacres,” además de artículos de bronce necesarios
para las herramientas de las Compañías 3, 4, 5 y 6.
Acta municipal de 20 mayo 1870, en Anales de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, pp. 20-21.
341
121
“que en una de las bodegas del edificio del jeneral Herrera, quemado en la
mañana del 23 del corriente, habia un buen número de tarros de petróleo,
que sin duda contribuyeron a dar mas pábulo al fuego”.
Criticó a “la autoridad” que “consiente que en el centro mismo de nuestra in
flamable poblacion se deposite, en gran cantidad, esta clase de combustible”344.
Después del incendio, los representantes de tres compañías chilenas de seguros
pidieron al presidente de Chile que actuara para disminuir o eliminar el peligro
343
Acta municipal de 13 mayo 1870, en Anales de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso, pp.
21-23; véase también “Informe de la Comisión de Policía sobre permitir máquinas a vapor en el
recinto i suburbios de la ciudad de Valparaíso”, 14 de mayo de 1870, en MVALP, tomo 13, fs. 14-15.
344
“Petróleo”, en La Patria, Valparaíso, 26 de septiembre de 1871, p. 2.
122
345
Antonio Barrena, Manuel Montt Foro, y J. A. Gandara, Petición al Presidente de la Re-
pública [12 de septiembre de 1871], en MINT, tomo 625, p. 220. Estos agentes representaban las
siguientes empresas: La América, Unión Chilena y C[aja?] N[acional?] de Seguros; en Londres,
un centro temprano de la industria de los seguros, las compañías de seguros consideraban que
estos artículos e, incluso, otros como el té y el azúcar, eran peligrosos desde hacía décadas, pero
su capacidad de influir las condiciones de su almacenaje era relativamente reciente; Report H.R. 15
of Working Party on ‘The Development of Mercantile Fire Insurance in the City of London’, pp. 20, 22-27.
346
Donald L. Miller, City of the Century: The Epic of Chicago and the Making of America, p. 153.
347
J.M. Calleja al intendente de Valparaíso, 14 de agosto de 1875, en MINT, tomo 625, f.
300; Comandante de Policía, Informe, 21 de agosto de 1875, en MINT, tomo 625, f. 300.
348
“Don Pancho está en Valparaíso”, en Don Pancho, Valparaíso, 10 de julio de 1878, p. 1.
349
Comandante de Policía, informe, 21 de agosto de 1875, en MINT, tomo 625, f. 300.
123
350
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
informe, 27 de septiembre de 1875, en MINT, tomo 625, f. 302.
351
Este párrafo contiene datos de estos tres documentos relacionados: J.M. Calleja a Fran-
cisco Echaurren, intendente de Valparaíso, 14 de agosto de 1875, en MINT, tomo 625, f. 300;
Comandante de Policía [firma ilegible], Informe, 21 de agosto de 1875, en MINT, tomo 625, f.
300; Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, Informe a Eulogio Altamirano, ministro del
Interior, 27 de septiembre de 1875, en MINT, tomo 625, f. 302.
352
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, Memoria anual dirigida a Eulogio Alta-
mirano, ministro del Interior, sec. xxxix, 12 de mayo de 1873, en MINT, vol. 649, s.f.
353
Boletin de las leyes, libro xli, Nº 8, agosto 1873, pp. 79-86.
354
Urbina Burgos, op. cit., pp. 192, 253.
124
“Todo cañon conductor del humo, sea de chimeneas, estufas, cocinas, etc.,
deberá hacerse limpiar por las personas a quienes corresponda, en los seis
primeros días de cada mes”,
355
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, decreto sobre Chimeneas, 5 de enero de
1871, en Peña, op. cit., pp. 101-102.
356
Urbina Burgos, op. cit., pp. 212 y 257.
357
Así los describió el regidor Williams, citado en el acta de la sesión municipal del 27 de
octubre de 1873, en Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 1, p. 366.
125
358
Actas de las sesiones municipales del 6 de octubre de 1873 y 20 de octubre de 1873, en
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 2, pp. 349 y 365.
359
Todo este párrafo viene del acta de la sesión municipal del 22 de agosto de 1873, en Do
cumentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 2, pp. 327-329. La cita del regidor Leonardo
Dodds está en la página 328.
126
Muros cortafuegos, c. 1880. Se ven claramente entre las casas del paseo Atkinson,
en el borde del cerro Concepción el fondo de la foto, pero también en los edificios
del primer plano. Fotografía Félix LeBlanc, “Cerro Concepción, Valparaíso”, en
Leblanc, op. cit.
360
Acta de la sesión municipal del 25 de agosto de 1873, en Documentos municipales i adminis-
trativos de Valparaiso, tomo 1, pp. 333.
361
Op. cit., p. 334.
362
Acta de la sesión municipal de 27 octubre 1873, en Documentos municipales i administrativos
de Valparaiso, tomo 1, p. 366.
363
“Proyecto de Ordenanza para precaver los incendios i temblores”, Ordenanza aprobada
por la municipalidad, 6 de noviembre de 1873 y anotado por el Consejo de Estado, 24 de diciembre
de 1873, archivado con un oficio de Echaurren al Ministro, 8 de noviembre de 1873, en MINT,
tomo 660, s.f. El Consejo de Estado rayó las partes que no aprobó, pero no explicó sus motivos,
los cuales probablemente incluían presión de los dueños y argumentos de propiedad privada.
127
Valparaíso, 1871. Se pueden apreciar la edificación de varias quebradas y partes de varios ce-
rros y la lenta construcción de terrenos ganados al mar. El ferrocarril todavía termina en Barón,
al oriente del plano, y todavía hay una sola calle al pie del cerro Concepción. “Grabado por
Erhard”, Paris, Imp. Monroeq, 1871, reimpreso en Vásquez, Iglesias y Molina, op. cit., p. 94.
Las calles,
el orden y el poder municipal
Durante su intendencia, José Ramón Lira hizo que los ingenieros militares
hicieran un plano de la ciudad365. Sin embargo, en octubre de 1870, pocos
meses después de asumir el cargo, Francisco Echaurren convenció al ministro
364
Francisco Echaurren, decreto, 11 de agosto de 1874, en Documentos municpales i adminis-
trativos de Valparaiso, tomo 2, pp. 602-603.
365
Lira, Memoria..., op. cit., p. 16 y Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Belisario
Prats, ministro del Interior, 26 de octubre de 1870, en MINT, tomo 552, s.f.
128
366
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Belisario Prats, ministro del Interior,
26 de octubre de 1870, en MINT, tomo 552, s.f. Estos proyectos cartográficos eran una herra-
mienta para otras renovaciones urbanas, como lo explica el propio ingeniero Gabriel Izquierdo
en un extenso informe sobre el proyecto en que todavía trabajaba: Gabriel Izquierdo a Francisco
Echaurren, intendente de Valparaíso, 15 de enero de 1872, en MINT, vol. 608, s.f.; el barón
Haussmann, por ejemplo, usó “el primer plano acertado de París, el cual él había mandó confec-
cionar” para planificar sus bulevares, cañerías, parques, etc.: David P. Jordan, Transforming Paris:
The Life and Labors of Baron Haussmann, p. 371. Además, en todas sus variedades, desde la urbana
a la fronteriza, eran un trabajo típico para los ingenieros chilenos de esas décadas; entre 1843 y
1888 casi todos los ingenieros del Cuerpo de Ingenieros Civiles del Estado, que empleaba gran
parte de los ingenieros chilenos, eran “titulados de agrimensores”: Greve, op. cit, tomo 2, p. 389.
367
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Benjamín Vicuña Mackenna, Santiago,
28 de marzo de 1872, en ABVM, tomo 360, f. 97.
368
Acta de la sesión municipal de 27 octubre 1873, en Documentos municipales i administrativos
de Valparaiso, tomo 1, p. 366.
369
Lira, Memoria..., p. 16.
129
Calle Victoria con calle Maipú (“actual avenida Pedro Montt”), c. 1870. Autor desconocido,
Colección Museo Histórico Nacional, reimpresa en Mardones, op. cit., p. 61.
370
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Benjamín Vicuña Mackenna, intendente
de Santiago, Santiago, 28 de marzo de 1872, en ABVM, tomo 360, f. 97.
371
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
memoria anual, 22 de mayo de 1871, en MINT, tomo 608, s.f.
372
Ibid.
373
Lira, Memoria..., op. cit., p. 6.
374
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
memoria anual, 22 de mayo de 1871, en MINT, tomo 608, s.f.
130
375
Castillo, op. cit., pp. 50-51, propone que dentro de las ideas urbanísticas de fines del xix,
“efectivamente se trató de un ideal de lo recto” según el cual “regularizar o mejor, rectificar, era
la condición para corregir, en muchas ciudades, a una sociedad urbana cada vez más compleja
de entender” Agrega que “la rectificación constituyó también un afan por clasificar”.
376
Actas de las sesiones municipales de 30 de agosto y 2 de septiembre de 1872, Valparaíso,
Documentos, tomo 1, pp. 31-33 y 37-38. El deseo de tener calles más anchas por motivos sanitarios
era bastante común en las ciudades mayores del mundo en el siglo xix. Por ejemplo, en 1838
Edwin Chadwick propuso a lord Russell, Home Secretary del Reino Unido, que este propusiera
un proyecto de ley para proteger la salud pública, “exigiendo que las habitaciones futuras de la
clase obrera... no fueran construidas sin drenaje adecuado, y [reglamentando] el ancho de las
calles”, traducción nuestra; carta de Edwin Chadwick a lord Russell, 21 de junio de 1838, citada
en Halliday, op. cit., p. 37.
377
Para un análisis de la libertad de circulación como meta liberal en ciudades inglesas,
véase Joyce, op. cit., p. 11.
378
La Ley de Caminos de 17 de diciembre de 1842, la Ley de Régimen Interior de 10 de
enero de 1844 y la Ley de Municipalidades de 8 de noviembre de 1854.
131
“no cree el Gobierno que sea prudente aplicar en toda esa estencion la
lei vijente... mientras el Congreso no despache las leyes de espropiacion
pendientes”381.
379
Acta de la sesión municipal de 4 de noviembre de 1872, en Documentos municipales i admi-
nistrativos de Valparaiso, tomo 1, p. 68.
380
Acta de la sesión municipal de 4 de noviembre de 1872, en op. cit., tomo 1, pp. 73-75.
381
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Eulogio Altamirano, ministro del In
terior, 15 de febrero de 1873, con la respuesta del Ministro, 24 de febrero de 1873, en MINT,
tomo 625, fs. 160-161.
132
“se resistía al levantamiento de las calles por donde tenían tendidas sus
líneas férreas, por lo que no era posible mejorar los pavimentos ni tampoco
levantar los niveles de algunas calles como del Teatro, Victoria y Cochrane,
que luego de construirse la calle Blanco quedó más alta”385.
382
Bravo, Petición al Presidente de la República [c. 23 de octubre de 1873], en MINT, tomo
625, fs. 190-191.
383
Acta de la sesión municipal de 31 de octubre de 1873, en Documentos municipales i admi-
nistrativos de Valparaiso, tomo 1, p. 384.
384
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
6 de noviembre de 1873, en MINT, tomo 660, s.f.
385
Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., p. 142.
386
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Eulogio Altamirano, ministro del In
terior, 6 de noviembre de 1873, en MINT, tomo 660, s.f.
387
Secretario de la Municipalidad de Valparaíso al Intendente [Francisco Echaurren], transcrito
en Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior, 5
de noviembre de 1873, en MINT, tomo 660, s.f.
133
388
Acta de la sesión municipal de 16 de noviembre de 1874, en Documentos municipales i ad
ministrativos de Valparaiso, tomo 1, pp. 738-750.
389
Énfasis del autor
390
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
6 de noviembre de 1873, en MINT, tomo 660, s.f.
391
Énfasis del autor. Acta de la sesión municipal de 31 de octubre de 1873, en Documentos
municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 1, p. 386.
392
Acta de la sesión municipal de 25 de agosto de 1873, en Documentos municipales i adminis-
trativos de Valparaiso, tomo 1, p. 334.
134
Conclusión
393
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
6 de noviembre de 1873, en MINT, tomo 660, s.f.
394
“Interpelacion sobre ciertas medidas arbitrarias del intendente de Valparaíso”, en La
Patria, Valparaíso, 21 de octubre de 1871, p. 3.
135
“En Valparaíso todo marcha a las mil maravillas respecto al ornato y aseo
públicos. De los escombros de las casas quemadas se levantan edificios
suntuosos, se cuida de que las cornisas de esos edificios sean sólidas y no
pasen de cierta dimension sobre la calle; éstas se barren diariamente con la
mayor prolijidad, los acueductos ya no exhalan ese olor nauseabundo que
395
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Benjamín Vicuña Mackenna, intendente
de Santiago, Santiago, 29 de abril de 1872, en ABVM, vol. 360, f. 101.
396
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso, a Benjamín Vicuña Mackenna, intendente
de Santiago, Santiago, 28 de marzo de 1872, en ABVM, tomo 369, f. 97.
397
“Ecos del Dia”, en La Patria, Valparaíso, 4 de octubre de 1871.
136
Esta opinión era optimista, pero la idea de Valparaíso como ciudad importante
que mejoraba a pasos agigantados fue común en la prensa y la política. En
1877, el periodo contemplado al final de este capítulo, la municipalidad aceptó
la invitación del prefecto del Sena de canjear publicaciones con su homóloga
parisina, oferta que contribuyó de manera concreta a la idea de la importancia
de Valparaíso. Los concejales opinaron:
Es decir, para esos concejales, París era una fuente potencial de ideas, pero su
adelanto no impedía que ambas ciudades pudiesen compartir399.
En 1860 y 1870 la urbanización de Valparaíso no se extendía más allá del
plan y las faldas de los cerros, en algunos casos alcanzando hasta la cota 150.
Los debates que analizamos en el presente capítulo tenían como materia esa
ciudad. Sin embargo, ya había comenzado, en escala pequeña y poco comen-
tada por los contemporáneos, un proceso que sería clave en el siglo xx: cierto
número de familias ricas vivían en Viña del Mar mientras sus padres u otros
jefes masculinos trabajaban en el Puerto. Gonzalo Cáceres cita un cúmulo de
evidencias, entre ellas la venta de muchos pasajes de ferrocarril de primera
clase entre Viña del Mar y Valparaíso, para mostrar que aquella ciudad ya era
un suburbio en 1880 y no una ciudad independiente400. Esto no hizo de Viña
del Mar una ciudad solo de la clase adinerada; por el contrario, María Ximena
Urbina muestra que la presencia popular fue muy fuerte y muy integrada en las
zonas centrales de Viña del Mar, tanto por el importante desarrollo industrial
como por variedad en las fuentes de trabajo401. No obstante, parece que vivir
en Viña del Mar y trabajar en Valparaíso sí era un fenómeno de élite.
137
402
El borrador de este capítulo fue traducido del inglés en gran parte por Ximena Vanessa
Goecke Saavedra, licenciada en Historia, y revisado por el autor.
403
Halliday, op. cit., pp. 59-76.
139
404
Oficina Central de Estadística, Quinto Censo Jeneral de la Poblacion de Chile levantado el 19
de abril de 1875, p. 420; Sesto Censo..., op. cit., p. 548.
405
Oficina Central de Estadística, Quinto Censo..., op. cit., p. 359; Sesto Censo..., op. cit., p. 475.
406
Oficina Central de Estadística, Quinto Censo..., op. cit., p. li; Sesto Censo..., op. cit., p. xli.
140
La importancia de los cerros comenzó a ser tan evidente, que el sector plano de
la ciudad empezó a ser mencionado cada vez con más frecuencia como sector
de la ciudad, indicado a veces con la frase descriptiva “la parte plana”, pero cada
vez más con el nombre “el plan”, que aparece como el vocablo estándar en los
documentos oficiales a fines de los 1890408. Si bien el plan todavía era la parte
más urbanizada, con mejor infraestructura, ahora se hablaba de la ciudad como
dos zonas grandes en vez de una ciudad real y una periferia poco importante.
“Vista jeneral, desde el Cerro de la Artillería”. La edificación en los cerros se está extendiendo
hacia el Camino de Cintura proyectada para la cota 100 m. LeBlanc, op. cit., lám. 157.
407
“Actualidad”, en El Pueblo, Valparaiso, 23 de abril de 1892.
408
El regidor Juan E. Ramírez habló de “la población del plan” en la sesión municipal del
3 de julio de 1882 o, por lo menos, así quedó escrito en el acta de la sesión de ese día, publicada
en Documentos municpales i administrativos de Valparaiso, tomo 5, p. 789. Las bases oficiales de lici-
tación de un sistema de luz y tracción eléctrica de 1897 usan “el plan” en dos artículos: Acta de
la sesión municipal de 26 octubre 1897, en Documentos municipales i administrativos de Valparaiso,
tomo 11, pp. 312-313.
409
Cáceres, op. cit., pp. 35-36.
141
410
Loveman, Chile..., op. cit., p. 177.
411
Collier, op. cit., pp. 36 and 61.
412
Collier, op. cit., pp. 46-47; Castillo, op. cit.
413
Collier, op. cit., pp. 57.
414
Calculado a partir de datos en Legación en Gran Bretaña, op. cit., p. 96.
415
Urbina Burgos, op. cit., pp. 268-269. Nótese que el tonelaje de esta comparación parece
ser el “tonelaje de registro”, o sea, el peso teórico de los barcos, no el peso de la carga.
142
El borde costero en el Puerto, década de 1880. Ahora el ferrocarril y el malecón han reempla-
zado la playa y las construcciones más toscas de 1863-1864. Hay muchas construcciones en los
cerros, y es posible que la linea diagonal en el cerro en centro de la foto es el ascensor Cordille-
ra (1886) o en función o en construcción. LeBlanc, op. cit., lám. 164.
416
Estos datos vienen de muchas fuentes, demasiado numerosas para nombrar, pero hay un
buen resumen en Urbina Burgos, op. cit., pp. 268-283, 285. Rodolfo Urbina Burgos comenta que
“los negocios salitreros seguían acordándose en Valparaíso”, p. 268.
417
Albert Davin, Chile y Perú en tiempos de la Guerra del Pacífico, pp. 117 y 123.
143
Hacia fines de 1870, la ciudad había crecido mucho más allá de lo que podía
sostener su rudimentario sistema sanitario418. Las letrinas contaminaban las
napas subterráneas, y hacían de los conventillos lugares asquerosos. Montones
de estiércol crecieron hasta desbordarse y algunas calles también oficiaban
de excusados públicos. Donde los excrementos no se arrojaban directamente
a la calle, su “retiro... de las viviendas se hacía por medio de barriles... con la
consiguiente molestia del público por los nauseabundos olores”419. Las aguas
lluvias, más que limpiar, hicieron de estos desperdicios una mezcla hedionda
omnipresente. Decreto tras decreto, el gobierno local falló en su intento de
detener el vaciamiento ilegal de los excrementos en las calles, los sitios eriazos
y los esteros que corrían cerro abajo en las quebradas, y a través del plan, hacia
el mar. Y poco hizo por frenar los drenajes privados legales, que vaciaban sus
efluvios en los mismos esteros. Al mismo tiempo, a medida que los cerros sobre
la ciudad se limpiaban de arbustos y árboles, también perdían su capacidad
de detener las aguas, las cuales se secaban en el verano y desbordaban en el
invierno. A pesar del continuo proceso de cerrar los cauces de los esteros, que
se venía haciendo en el plan desde 1860, las corrientes apestaban en verano y
ensuciaban todo en las inundaciones de invierno. Los olores y asquerosidades
provocaban la ira editorial y la preocupación de la municipalidad420.
En 1876, la municipalidad le otorgó a Juan C. Vera, un emprendedor local,
la concesión para establecer un sistema de alcantarillas421. Tal vez no pudo
conseguir el capital para construirlo y vendió sus derechos a The Valparaíso
Drainage Company, Ltd., una compañía británica establecida el 31 de mayo
de 1880422. El hecho de que una empresa extranjera fuera el concesionario de
418
La descripción general que sigue se basa en los datos e ideas que aparecen repetidos con
frecuencia en los documentos municipales y la prensa durante los 1870 y las décadas anteriores,
fuentes tan numerosas que no caben referencias específicas.
419
La cita viene de Urbina Burgos, op. cit., p. 219. Rodolfo Urbina Burgos describe la suciedad
general también, pp. 217-219. Molina, “Estado sanitario...”, op. cit., pp. 56-55, muestra que los
temores higiénicos ocasionados por esta falta de aseo, que las autoridades también percibieron
como una falta de orden, motivaron muchos reglamentos y varios proyectos de drenaje y agua
potable en Valparaíso en el siglo xix.
420
Nótese la existencia de la siguiente publicación; J.B. Mannheim, Estudio crítico sobre la
evacuación jeneral de la ciudad de Valparaíso. Memoria presentada en 1875 al señor Intendente Echaurren
por J.B. Mannheim, Director de Obras Públicas; el Intendente envió un ejemplar al Ministerio del
Interior donde fue archivado en MVALP, tomo 746, sección “Intendencia de Valparaíso”, s.f.
421
Francisco Echaurren, intendente de Valparaíso a Eulogio Altamirano, ministro del Interior,
16 de septiembre de 1876, en MINT, tomo 769. El mapa que muestra la red solicitada se ha perdido.
422
Aunque algunos documentos se refieren a la Compañía o Empresa de Desagües, el
nombre en inglés –The Valparaíso Drainage Company– era usado, incluso, en documentos en
español y parece haber sido el nombre oficial. No sabemos si la compañía fue creada en Chile o
Inglaterra, pero los dueños eran en definitiva británicos y el directorio parece haber funcionado
en Inglaterra, actuó acá a través de un gerente en Valparaíso.
144
Por supuesto, los olores de que se acusaba a las alcantarillas eran los mismos
olores que antes se atribuían a los arroyos y las letrinas desbordadas. Las ver-
tientes aún estaban sucias y las dependencias todavía estaban allí, pero la gente
423
Parece que no había reclamos en la prensa ni en las sesiones municipales. De cierto modo
era lógico que una empresa de alcantarillado extranjera fuera británica, porque a mediados del
siglo los británicos eran los innovadores de los sistemas de agua y drenaje domésticos y urbanos;
los franceses, por ejemplo, instalaban el agua potable, los baños y el alcantarillado de manera
lenta hasta fines del siglo xix, véase Corbin, op. cit., pp. 172-173, a pesar de las famosas cloacas
construidas en París en los 1850 y 1860 por el barón Hausmann, concebidas originalmente para
las aguas lluvias y las aguas servidas de los lavamanos, lavaplatos, baños, etc., pero no para los
excrementos, que “se manejaban separadamente”: Jordan, op. cit., p. 275.
424
F[rancisco?] E. Gamham, director de Obras Públicas, Informe sin título, 9 de enero de
1895, en MVALP, tomo 133, f. 603.
425
Eulogio Altamirano, Informe anual al ministro de Interior, sin título, 23 de mayo de 1882,
en MINT, tomo 744, fs. 197-240.
426
Concejales Edwards y Romero Silva, en minutas de la Municipalidad de Valparaíso, 22
de diciembre de 1882, en Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 5, pp. 1023-
1024. El concejal Romero Silva dijo que las rejillas de ventilación en las azoteas no serían buenas
para el Puerto, porque los olores volarían hacia los cerros.
427
“Cañerías de desagües”, en La Patria, Valparaíso, 15 de diciembre de 1883, p. 2.
145
428
Cabe notar que algunas de las ciudades mayores de los países industriales eran sucias y
malolientes. En 1880, por ejemplo, París sufrió un verano muy maloliente; las descripciones de la
ciudad en este verano revelan excrementos humanos en las calles de “algunos distritos”, estiércol
en muchos lugares, etc.: Corbin, op. cit., p. 223. La rica ciudad comercial de Hamburgo quedaba
sin un sistema comprensivo de alcantarillado y agua potable hasta después de su gran epidemia de
cólera en 1895, la última epidemia de cólera en una gran ciudad de la Europa occidental: Robert
J. Evans, Death in Hamburg: Society and Politics in the Cholera Years, 1830-1910.
429
Halliday, op. cit., pp. 17 y 138-142. Stephen Halliday escribe: “el vínculo entre la cons-
trucción de los interceptores [en Londres] y la desaparición del cólera y de la tifoidea fue hecha
o directa o implícitamente por muchos que se ocupaban de la salud pública, aunque la doctrina
‘miasmática’ sobrevivió muchos años más entre algunas personas”, p. 142. Steven Johnson, op.
cit., pp. 139-158 y 209-213.
430
Esta idea predominaba también en Estados Unidos.
431
Molina, “Estado sanitario...”, op. cit., pp. 50-51.
432
Sandra Caponi, “Miasmas, microbios y conventillos”, p. 172.
433
Caponi, op. cit., pp. 166-170.
434
Castillo, op. cit., pp. 103 y 143.
435
Op. cit., p. 138.
146
Franc[isco] Freire, Memoria intendencia, 14 de abril de 1888, en MINT, tomo 1471, p. 231.
436
438
“Desagües particulares”, en La Unión, Valparaíso, 15 de octubre de 1886, p. 2.
439
Véase, por ejemplo, Caponi, op. cit., pp. 161, 169 y 172.
440
Acta municipal del 28 junio 1888, en Documentos municipales i administrativos de Valparaiso,
tomo 8, pp. 71-80.
441
José Tomás Ramos, Resolución propuestas a la Municipalidad de Valparaíso, 3 de mayo
de 1893, en MVALP, tomo 133, f. 652.
147
442
José Tomás Ramos y Ramos, informe del Alcalde a Municipalidad de Valparaíso para
1895, abril 1896, en MVALP, tomo 122, f. 166.
443
Compañía de Desagües de Valparaíso, “Memorandum sobre el desarrollo de la Empresa
de Desagües desde 1890/91 hasta 1895/6 i su desarrollo futuro” (Memorandum sobre el desa-
rrollo de la Compañía de Desagües desde 1890-91 a 1895-96 y su futuro desarrollo), sin fecha,
en MVALP, tomo 133, f. 655.
444
José Tomás Ramos, Resolución propuesta al Concejo Municipal, 3 de mayo de 1893, en
MVALP, tomo 133, f. 651.
445
Juan Icherzery, Compañía de Desagües de Valparaíso Drainage Company, al alcalde de
Valparaíso, Samuel León Silva, 11 de abril de 1896, en MVALP, tomo 120, s.f.
446
Samuel León Silva, Alcalde, a la Municipalidad de Valparaíso, 5 de octubre de 1896, en
MVALP, tomo 164, fs. 55-56.
447
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 10, parte 2, f. 1429.
448
Samuel León Silva, Alcalde, a la Municipalidad de Valparaíso, 5 de febrero de 1897, en
MVALP, tomo 163, fs. 438-439.
148
16-06-17 13:03
comenzó a investigar las violaciones a estos decretos. Un ejemplo muy adecua-
do al propósito y contexto de los decretos de alcantarillado, es el caso de las
numerosas casas propiedad de Cariola Hermanos, en la calle del hospital, en la
desembocadura de la quebrada de Pacuro, un vecindario pobre en el sudeste de
esta cosmopolita urbe. Roberto McIndoe inicialmente informó a la municipali-
dad que las casas “carecian de desagües y arrojaban aguas sucias al callejon que
existe en la Queba. de Pacuro”. No obstante, él más tarde supo que las casas sí
estaban conectadas al alcantarillado, pero que cuando se les preguntaba a los
residentes si tenían “desagües”, ellos pensaban que la palabra significaba letrinas
(pozos negros) ilegales, y decían que no. Podemos imaginar la difícil situación de
los arrendatarios, temerosos de ser multados por eliminar de manera ilegal sus
desechos y que comprendían con dificultad al oficial de la ciudad que les había
venido a interrogar449. Roberto McIndoe concluyó que alguna otra persona,
que no vivía allá, debía estar tirando desechos a la quebrada y sugirió que la
policía debía buscar y multar al culpable. Esto podía haber sido malo para otros
arrendatarios de la vecindad, quienes corrían el riesgo de ser sospechosos para
los investigadores. Los registros de la ciudad para el año 1897, contienen quejas,
informes, solicitudes y extensiones sucesivas de fechas límite relacionadas con
la conexión obligatoria de alcantarillados. Las conexiones de alcantarillas eran
menos comunes en las edificaciones habitadas por los pobres. Los informes de
Roberto McIndoe, no culpan ni a los inquilinos ni a los propietarios; los pe-
riódicos, en contraste, tienden a culpar a los dueños antes que a los inquilinos.
La municipalidad y la compañía también discutieron sobre dinero: dis
putaron los costos, ganancias y cobros por uso del alcantarillado. En 1896, por
ejemplo, la Valparaíso Drainage Company se quejó de que la ciudad había
restringido sus ganancias por no permitirle cobrar todo el precio establecido en
el contrato, un 3% de la renta de cada casa. Además, debido a que la compañía
británica tenía que pagar sus dividendos en libras esterlinas, esta reclamó el
derecho a cargar más para compensar la caída del peso en relación con el oro
y a la libra450. La compañía también se quejó de que a medida que el sistema
crecía, la ganancia por conexión caía debido a que los nuevos clientes tendrían
casas más baratas. En la misma página, no obstante, la compañía admitió que
parte de la diferencia sería compensada porque los valores de las propiedades
iban en alza, y que las nuevas conexiones del cerro agregarían relativamente
poca agua al sistema y, por lo tanto, no impondrían tanto trabajo adicional a
las bombas como se podría temer. Las industrias y otros clientes comerciales
en el plan eran los usuarios de mayor volumen en el drenaje. La compañía
estimaba que el servicio obligatorio elevaría el número de conexiones de ocho
449
Roberto McIndoe a Samuel León Silva, alcalde de Valparaíso, 24 de marzo de 1897, en
MVALP, tomo 130, s.f.
450
Compañía de Desagües de Valparaíso, “Memorandum sobre el desarrollo de la Empresa
de Desagües desde 1890/91 hasta 1895/6 i su desarrollo futuro, n.d., en MVALP, tomo 133, f. 653.
150
451
Compañía de Desagües de Valparaíso, “Memorandum sobre el desarrollo...”, op. cit., fs.
653-663.
452
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 10, parte 2, p. 1040.
453
Ibid.
454
Ronn Pineo, “Public Health Care in Valparaíso, Chile”, pp. 196-197 y 202. Las muertes
totales en esos tres años fueron diecinueve mil setecientos veintitrés, y el número llegó alrededor
de seis mil por año desde entonces, con el aumento de la población. Incluso, después de 1900
entre un tercio y la mitad de todas las muertes en Valparaíso eran por causas desconocidas, com
plicando adicionalmente las declaraciones de causa.
151
455
Acta municipal de 1 abril y 10 abril 1896, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 10, parte 2, pp. 1051-1052 y 1069.
456
Acta municipal de 26 de marzo de 1896, en op. cit., p. 1039.
457
Ibid.
458
Acta municipal de 1 de abril de 1896, en op. cit., p. 1051.
459
Op. cit., p. 1069; F[rancisco?] E. Garnham, Director de Trabajos Públicos, Informe sin
título, 9 de enero de 1895, en MVALP, tomo 133, f. 612.
460
Acta municipal de 1 de abril de 1896, en op. cit., tomo 10, parte 2, pp. 1052-1053.
461
Op. cit., p. 1051.
462
Acta municipal de 10 de abril de 1896, en op. cit., tomo 10, parte 2, p. 1069.
152
463
Acta municipal de 1 de abril y 10 de abril de 1896, en Documentos municipales i administrativos
de Valparaiso, tomo 10, parte 2, pp. 1069 y 1052. La municipalidad de Valparaíso empleaba un
director de obras públicas desde por lo menos 1852, véase el acta de la sesión de 6 de abril de 1852,
en MVALP, vol. 18, p. 15. En 1892, después de la Ley de la Comuna Autónoma y a pocos años
de la creación del Ministerio y de la Dirección de Obras Públicas, el municipio reemplazó la frase
obras públicas con obras municipales en los títulos de sus propios oficiales y comisiones. Véase, por
ejemplo, las actas de sesiones municipales de 10 de noviembre de 1891 y 11 de noviembre de 1892,
que usan las palabras antiguas y nuevas, respectivamente, en op. cit., tomo 9, pp. 36, 347 y passim.
464
Acta municipal de 10 de abril de 1896, en op. cit., tomo 10, parte 2, p. 1070.
465
Op. cit., p. 1360.
466
Op. cit., p. 1483.
467
Jerente Compañía de Desagües al alcalde de Valparaíso, 22 de abril de 1898, en MVALP,
tomo 163, f. 192.
468
Anjel Guarello a la Municipalidad de Valparaíso, 19 de diciembre de 1898, en MVALP,
tomo 156, fs. 6-13.
153
pero con ello no justificó que no se respetara la ley, haciendo un contrato sin
licitación472. Y agregó:
esta fue una de las pocas referencias a clientes individuales en un debate que
se solía enfocar en los ingresos y gastos municipales y en las metas de la salud
pública. Su argumento no convenció a los concejales, quienes rechazaron
reconsiderar su posición. José T. Ramos demandó la revocación del nuevo
contrato ante los tribunales. El 19 de junio de 1900, la Corte Suprema dio de
469
Einar Rosenqvist, Gerente, Valparaíso Drainage Company Limited, al alcalde [c. 28 de
diciembre de 1899], en MVALP, tomo 162, fs. 6-7.
470
Contrato entre la Municipalidad de Valparaíso y la Valparaíso Drainage Company Limited
[c. 28 de diciembre de 1899], con modificaciones hechas en lápiz grafito en 3-5 de enero de 1900
y firmado por A. Rosenqvist, en MVALP, tomo 162, fs. 8-11.
471
José Tomas Ramos y Ramos, Petición a la Municipalidad de Valparaíso [c. 19 de enero de
1900], en MVALP, tomo 162, f. 368; José F. Cifuentes, Petición a la Municipalidad de Valparaíso
[9 de enero de 1900], en MVALP, tomo 162, fs. 375-376.
472
Cifuentes, Petición..., op. cit., fs. 375.
473
Op. cit., fs. 375-376.
154
Cabe notar también el importante papel estatal en la canalización del río Ma-
pocho entre 1873 y 1895477. Simultáneamente, la ingeniería y los ingenieros
cobraban mayor importancia dentro del Estado chileno, un aumento señalado
en 1886 por el senador Francisco Puelma y Castillo, quien propuso un nuevo
ministerio que creara “un sistema mas adecuado para llevar a cabo todas las
474
Gonzalo Montt, Secretario de la Corte Suprema de Justicia de Chile, Notificación de fallo
de la Corte Suprema, 20 de junio de 1900, en MVALP, tomo 163, fs. 562-565.
475
Sergio Villalobos R. (dir.), Historia de la ingeniería, p. 207; véase también De Ramón, San-
tiago..., op. cit., pp. 204-206. El Dr. Federico Puga Borne fue un político liberal que sirvió como
ministro de Justicia e Instrucción Pública y de Relaciones Exteriores, Culto y Colonización en
varias oportunidades entre 1888 y 1920; fue además médico y profesor y ocupo varios cargos
vinculados con la higiene, Armando de Ramón, Biografías, vol. iii, pp. 275-276. Alberto González
Errázuriz era ingeniero-geógrafo de la Universidad de Chile y político, De Ramón, Biografías...,
op. cit., vol. ii, pp. 163-164. Víctor Domingo Santa María, “ingeniero civil titulado en Gante en
1877”, había sido director de los Ferrocarriles del Estado, además de ser hijo del ex Presidente del
mismo apellido, De Ramón, Biografías..., op. cit., vol. iv, pp. 112-113. Parece que el Estado pagó
a la empresa, dejando las obras terminadas como propiedad pública, en vez de dejarlas como
servicio concesionado a una empresa particular.
476
Villalobos R., op. cit., p. 208.
477
Simón Castillo Fernández analiza esta obra, que considera “la gran obra pública de fin de
siglo donde no solo hubo un protagonismo de los distintos poderes del Estado sino que resaltó
la actividad de la propia sociedad urbana, con su campaña pro-parque y luego, con sus variados
usos del mismo”, véase op. cit.
155
Agua:
El primer empréstito extranjero
y la primera asunción de control estatal
“el deseo mui laudable de dotar a Valparaíso del agua suficiente, no solo para
sus necesidades de hoi sino para las que pueda sentir en un porvenir lejano
es lo que había impedido llegar a un acuerdo provechoso para la ciudad”
porque los grandes proyectos estudiados “en las circunstancias actuales estaban
fuera de nuestro alcance”480. Entre esos proyectos, había uno de empresarios
particulares de crear una represa en Peñuelas, que él consideraba:
En general, el Cuerpo de Ingenieros Civiles había dirigido las obras públicas fiscales,
479
mientras que la nueva Dirección las estudiaba y las licitaba a empresas particulares: Villalobos
R. op. cit., pp 123-124 y Greve, op. cit., p. 384.
480
E. Altamirano, “Memoria del Intendente de Valparaíso correspondiente al año 1876”, 15
de abril de 1877, en MINT, tomo 783, s.f.
481
Ibid.
156
No obstante, y para evitar ese gasto extra, sugirieron construir solo la mitad del
sistema que sirviera al plan de la ciudad (y no la mitad que sirviera los cerros),
construcción que se presupuestó en un máximo de $300.000, y dejar todo el agua
de las quebradas para los cerros485. Las autoridades aceptaron esta sugerencia.
Intendencia y municipio, en consulta, en “una gran reunion de los comer-
ciantes i vecinos mas influyentes”, decidieron costear el proyecto a través de
lo que llamaban “una suscricion [sic] popular”486, con bonos de cien y qui-
nientos pesos, esperando traer a Chile lo que ellos veían como la beneficiosa
costumbre de una:
482
E. Altamirano, “Memoria del Intendente de Valparaíso correspondiente al año 1876”, 15
de abril de 1877, op. cit.
483
Ibid.
484
Su informe lleva solo sus apellidos, pero Luis Álvarez los identifica con sus nombres
“Origen de los espacios...”, op. cit.
485
“Proyecto de agua Potable del Valle de Viña del Mar: Informe de los Injenieros Kammerer
y Lyon” [21 de diciembre de 1876], documento penúltimo de MINT, en tomo 783, s.f.
486
Ibid.
157
487
“Proyecto de agua Potable del Valle de Viña del Mar: Informe de los Injenieros Kammerer
y Lyon” [21 de diciembre de 1876], op. cit.
488
Vásquez, Iglesias y Molina, op. cit., p. 43.
489
Urbina Carrasco, Los conventillos..., op. cit., p. 66.
490
Manuel Ramírez, petición a la Municipalidad de Valparaíso [c. 10 de noviembre de
1886], archivado bajo la fecha de su aprobación ministerial, 31 de diciembre de 1886, en MINT,
tomo 1385, s.f.
491
Directorio de la “Empresa de Agua Potable”, Informe anual sin título a la Municipalidad,
de Valparaíso, archivado bajo la fecha de su aprobación ministerial, 31 de diciembre de 1886,
en MINT, tomo 1385, s.f.
158
“El municipio no puede ni debe hacer negocio con un artículo cuyo uso
está en la obligación de generalizar. A un particular, por el contrario, no
puede exijírsele el sacrificio de su interés ni aun ante la conveniencia de
un pueblo; i en estos casos, siempre se concluye por comprar caro i a
destiempo, empresas que debieron desde su principio ser municipales”492.
El informe hizo notar que este argumento era todavía más fuerte debi-
do a que dos tercios de la ciudad ya tenían agua potable y la ciudad había
invertido medio millón de pesos en el sistema existente. El informe también
descartaba un sistema de provisión pública, con una fuente privada, debido
a que la compañía privada demandaría garantías onerosas y también porque
no se podría confiar a una empresa de este tipo el control de la provisión de
agua, por ejemplo,en caso de guerra o revuelta. Por último, se argumentó que
casi todas las ciudades habían emprendido servicios públicos de provisión
de agua potable. El informe dio muchos más detalles y predicciones de uso.
Parece que los directores estaban más comprometidos con mantener el
agua municipal y sus propios puestos antes que sus ideales contra el lucro.
Contradiciendo la idea de que el servicio de agua potable no debería ser fuen
te de ganancia, el directorio de la Empresa de Agua Potable informó que la
inversión municipal de medio millón de pesos en el sistema de agua potable
había doblado su valor a partir de 1877 y pronosticó que a través de la ex
pansión propuesta por el sistema, la ciudad habría “asegurado su crédito con
empresas valiosas i reproductivas que valdran algunos millones de pesos”493.
El directorio también dijo que a pesar del susto ocasionado por la sequía
invernal, no era necesario precipitarse en el proyecto de provisión debido a
que el suministro existente podría servir a la ciudad entera hasta el Camino de
492
Directorio de la “Empresa de Agua Potable”, Informe anual sin título a la Municipalidad, de
Valparaíso, archivado bajo la fecha de su aprobación ministerial, 31 de diciembre de 1886, op. cit.
493
Ibid.
159
494
Directorio de la “Empresa de Agua Potable”, Informe anual sin título a la Municipalidad, de
Valparaíso, archivado bajo la fecha de su aprobación ministerial, 31 de diciembre de 1886, op. cit.
495
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 8, pp. 72-73.
496
Op. cit., p. 78.
497
Op. cit., pp. 79-80 y 106.
498
Op. cit., p. 178.
499
“Un proyecto digno de pronta aceptación” (editorial), en La Unión, Valparaíso, 19 de
marzo de 1892, p. 2.
160
502
Op. cit., pp. 440 y 442.
503
Op. cit., p. 509.
504
“Escases [sic] de Agua”, en El Pueblo, Valparaíso, 18 de enero de 1893, p. 3.
505
Op. cit., pp. 686.
506
José Tomás Ramos y Ramos, alcalde, Memoria anual sin título a la Municipalidad de
Valparaíso para 1895, abril de 1896, en MVALP, tomo 122, fs. 200-202.
507
Op. cit., fs. 206-208.
161
508
Arturo Alessandri, Ministro de Industria i Obras Públicas, y Federico Errázuriz, Presidente
de la República, decreto de 27 de abril de 1899, considerando número 7, en Memoria del Ministro
de Industria i Obras Públicas presentada al Congreso Nacional en 1899, p. 56.
509
Aníbal Zañartu, ministro de Interior, al intendente de Valparaíso, Santiago, 30 septiembre
1897, transcrito por un secretario, en MVALP, tomo 135, fs. 146-147. Una ley de 25 de enero de
1898 también afectó las condiciones de la transferencia.
510
El catálogo del Archivo Histórico Nacional, Fondo Ministerio de Obras Públicas, incluye
cuatro tomos de “Documentos sobre el Acueducto de Peñuelas” (volúmenes 960, 1060, 1062 y
1063) y uno de “Decretos sobre el Acueducto de Peñuelas” (1061), además de indicar referencias
a Peñuelas en otros tomos más generales. Estos tomos, que no hemos revisado, parecen útiles
para un estudio de, por ejemplo, la gestión de proyectos por la Dirección de Obras Públicas,
incluyendo el trato con los contratistas y obreros.
511
Arturo Alessandri, Ministro de Industria..., considerando número 7, op. cit. p. 54.
512
Ley de 21 de junio de 1887, citada en Greve, op. cit., vol. 4, pp. 110-112. Por la ley Nº 1.012
de 31 de enero de 1898 el Estado tomo control de la Empresa de Agua Potable que pertenecía
162
“pasaría de ser una vana ilusión para la salubridad tanto mas peligrosa
cuanto que haría nacer en el ánimo del consumidor una seguridad que
puede serle fatal”517.
a esa municipalidad para dedicar “el saldo líquido” de la empresa al pago de “la deuda que la
Ilustre Municipalidad de Santiago reconoce a favor del Banco Comercial de Chile” ($970.565,53).
Este arreglo fue solo para pagar la deuda, cuyo origen no explica; no resultaba de un proyecto
estatal de agua potable, aunque parece que la Empresa seguía su expansión bajo el control estatal,
usando sus propias entradas para pagar esos costos: Memoria del administrador de la empresa de agua
potable de Santiago correspondiente al año de 1902 Presentada al Ministro del Interior y á la Municipalidad
de Santiago, pp. 23-24 y passim.
513
Op. cit., p. 52.
514
Op. cit., pp. 52-53.
515
Villalobos R. (dir.), op. cit., p. 208. Un ejemplo del funcionamiento de esta ley: Iquique
figuraba en esta ley, pero el gobierno del momento determinó comenzar en “las ciudades que
no tienen nada” e Iquique ya tenía una pequeña red de agua potable. Tras varias peticiones del
municipio al Estado y varios años de peleas entre el municipio y la Tarapacá Water Works, en 1912
fue promulagado una ley “que autorizaba al Presidente de la República a subastar [unos] terrenos
salitrales [e] invertir hasta 3.800.00 oro de 18 peniques en dotar de agua potable a la ciudad de
Iquique”. Carlos Donoso Rojas, Aguas de Iquique desde tiempos precolombinos hasta 1912, pp. 86 y 95.
516
Resolución municipal, 20 de marzo de 1896, en MVALP, vol. 122, f. 102; Dr. Benjamín
. Manterola [y otra persona de firma ilegible], informe a la Municipalidad de Valparaíso, 25 de
enero de 1896, en MVALP, vol. 122, fs. 103-108; J. Ramón Gutierrez, Fco. Graham, Ramón J.
Soffia ( Jerente de la Empresa de Agua Potable), 25 de enero de 1896, en MVALP, fs. 109-112.
517
Manterola et al., op. cit., f. 108.
163
518
Gutierrez et al., op. cit., f. 112.
519
Johnson, The Ghost..., op. cit., pp. 210-211; Halliday, op. cit., pp. 137-140.
520
Tomes, op. cit., pp. 78-79.
521
C.S. Nebel a Ricardo H. de Ferari, 24 de julio de 1900, en BV, “Archivo Año 1901” [sic], s.f.
164
522
Nicanor Marambio [gerente de la Empresa de Agua Potable] al Superintendente del
Cuerpo de Bomberos, 9 de agosto de 1900, en BV, “Archivo Año 1901” [sic], s.f.
523
No para siempre; cuando concluía la redacción del presente libro una sequía prolongada
había dejado casi vacío el lago Peñuelas, y las otras fuentes con que cuenta Valparaíso estaban en
condiciones precarias. Sin embargo, el Valparaíso de 2015 es mucho mayor que la ciudad de 1901.
524
“Semana porteña”, en Valparaíso, Valparaíso, 4 de noviembre de 1901, p. 2.
165
525
Informe del Directorio de la Empresa de Agua Potable, citado en “El agua de Peñuelas”,
en La Unión, Valparaíso, 22 de octubre de 1902, p. 2.
526
Acta de la sesión municipal de 22 de octubre de 1902, reimpresa en “Municipalidad”, en
La Unión, Valparaíso, 23 de octubre de 1902, p. 4.
527
Contrato entre la Municipalidad de Valparaíso y Saavedra, Bénard y Ca., publicado en
“Cesión de agua para el alumbrado eléctrico”, en La Unión, Valparaíso, 15 de octubre de 1902, p. 4.
528
“Declaración y protesta. Saavedra, Benard y Co. contra Municipalidad de Valparaíso
y el Fisco”, Municipalidad de Valparaíso, Secretaría, Contratos y concesiones vijentes, pp. 109-110.
166
531
Véase, por ejemplo, Davín, op. cit., p. 124 y Julio Arriagada H., “Valparaíso, pionero del
progreso”, pp. 231-38.
167
532
Poco a poco su nombre común cambiaba de plaza de la Victoria a plaza Victoria, así que
se ven ambas formas del nombre en las fuentes de estos años.
533
Méndez, op. cit., p. 33.
534
Acta municipal de 8 de mayo de 1888, en Documentos municipales i administrativos de Val
paraiso, tomo 8, p. 14; Acta municipal de 2 de junio de 1888, en op. cit., p. 37.
535
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 8, p. 72.
536
Acta municipal de 9 de noviembre de 1888 y 14 de noviembre de 1888, en op. cit., tomo
8, pp. 204 y 212; Contrato entre la Municipalidad de Valparaíso y Guillermo Jenkins, 21 de enero
de 1853, en MINT vol. 291, pp. 369-370.
537
“La Compañía de Gas de Valparaíso”, en La Unión, Valparaíso, 1 de junio de 1889, p. 2
y “La Municipalidad y la Compañía de Gas de Valparaíso”, en La Unión, Valparaíso, 9 de junio
de 1889, p. 2.
168
538
Acta municipal de 31 de agosto de 1888, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 8, p. 130.
169
539
Las luces de arco podían ser montados en postes en las calles como faroles comunes, más
brillantes, pero también podía ser instalados en torres bastante altas para iluminar áreas mayores.
Por ejemplo, en 1881 se instalaron siete torres de casi 50 m en Denver, Colorado, para iluminar
barrios que no tenían alumbrado a gas: Rose, op. cit., p. 26. En 1872 o 1873, la comisión encargada
de la construcción del paseo del cerro Santa Lucía en Santiago consideró brevemente la idea de
instalar una luz de ese tipo en la cumbre del cerro para iluminar no solo el cerro sino las cuadras
vecinas o, más aun, la ciudad entera; calculaban su costo de construcción en $16.000 a $18.000,
pero pronosticaron ahorros netos porque bajaría o eliminaría la necesidad de faroles en las calles
de la ciudad: Benjamín Vicuña Mackenna, El paseo de Santa Lucía: Lo que es i lo que deberá ser. Segunda
Memoria de los Trabajos ejectuados desde el 10 de Setiembre de 1872 al 15 de Marzo del presente año, p. 43.
540
Por ejemplo, véase Ernest Freeberg, The Age of Edison, p. 263.
541
Acta municipal de 26 de junio de 1889, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 8, p. 479.
542
Op. cit., pp. 476-477.
543
“Lámparas de gas ‘Westphall’” (anuncio comercial), en La Unión, Valparaíso, 2 de junio de
1889, p. 3; “Hermosa lámpara”, en La Unión, Valparaíso, 29 de mayo de 1889, p. 2 y “Lámparas
Westphall”, en La Patria, Valparaíso, 2 de junio de 1889, p. 2.
544
Christian Westphall, “Gas Lamp”.
170
La plaza de la Victoria, década de 1880. Los árboles han crecido y casi bloquean la vista de los
faroles de gas y de las rejas ornamentales. “Plaza de la Victoria”, en LeBlanc, op. cit., Nº 170.
545
Schivelbusch, op. cit., pp. 48-49 y el artículo sobre Carl Auer, Freiherr von Welsbach, en
Encyclopedia Brittanica, tomo 15, p. 576. El gas incandescente usa un quemador que calienta un
manguito incandescente; se usa todavía en muchas linternas de gas y de gasolina.
171
172
553
Roberto McIndoe a Samuel León Silva, alcalde de Valparaíso, 11 de octubre de 1897 y
8 y 18 de diciembre de 1897, en MVALP, tomo 130, s.f.
554
“Ultimatum de la Compañia de Gas de Valparaíso”, en La Patria, Valparaíso, 12 de
diciembre de 1890, p. 2.
555
Para una discusión sobre las mejoras en iluminación a gas después del establecimiento
de la iluminación eléctrica, véase Rose, op. cit., p. 29.
556
Acta de la Municipalidad, 14 de noviembre de 1890, en Documentos municipales i adminis-
trativos de Valparaiso, tomo 8, pp. 909-910.
173
557
Acta municipal de 19 de junio de 1891, p. 646, en MVALP, tomo 94, s.f. Las actas de
las sesiones celebradas durante la guerra civil no fueron incluidas en la versión publicada, pero
existen entre las actas manuscritas en el archivo.
558
Actas municipales de 23 de junio y 10 de julio de 1891, en MVALP, tomo 94, pp. 655-656 y 699.
559
Acta municipal de 21 noviembre 1892, en Documentos municipales i administrativos de Val-
paraiso, tomo 9, pp. 353-354.
174
La plaza Aníbal Pinto en la década de 1880. El edificio del centro de la foto existe hoy, con la
fuente y las palmeras, ahora crecidas. Se ve el adoquinado y los rieles un tanto toscos del fe-
rrocarril urbano, con un tranvía acercándose desde la calle O’Higgins, mano izquierda. “Plaza
Aníbal Pinto”, LeBlanc, op. cit., Nº 197.
560
Acta municipal de 5 de diciembre de 1892, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 9, pp. 362-363.
561
Ibid.
562
John P. McKay, Tramways y Trolleys: The Rise of Urban Mass Transport in Europe, pp. 49-50.
Richmond no solo tuvo el primer sistema, sino el primer sistema a escala de toda una ciudad.
Varias pequeñas líneas de tranvías eléctricos (en varias ciudades europeas y estadounidenses) se
entregaron al servicio público a lo largo de la década de 1880. Creemos que está demás citar las
diversas páginas web que atestan a este hecho.
175
563
Acta municipal de 21 y 26 de junio de 1889, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 8, pp. 472 y 489.
564
Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., pp. 144.
565
Por ejemplo, “Ferrocarril urbano”, en La Patria, Valparaíso, 1 enero 1887, p. 2.
566
“Retreta”, en La Patria, Valparaíso, 15 de junio de 1889 y J. Burgmein [pseud.], Tramway:
Galop Carateristico. En abril de 2015 la siguiente versión estaba disponible en YouTube: G. Ricordi
( J. Burgmein), “Tramway Galop caratteristico”, tocado y subido por Franco Meoli, www.youtube.
com/watch?v=7ltjwn1I1cA. [Fecha de consulta: 20 de diciembre de 2016].
567
Nos hemos formado la impresión del discurso de género y clase en los tranvías después
de leer muchos artículos de varios diarios y la hemos confirmado por los artículos de Elisabet
Prudant Soto y Baldomero Estrada Turra.
176
568
Dussaillant, op. cit., p. 164 y passim. Christie Dussaillant, en su importante estudio, no
comenta directamente el efecto de las grandes tiendas santiaguinas sobre el uso de los tranvías
capitalinos, y no dice nada de Valparaíso, pero en la p. 37 señala la importancia del transporte
urbano entre los nuevos barrios de las clases más acomodadas y en el desarrollo de las grandes
tiendas del centro. Un estudio clave de uno de los primeros grandes almacenes de París, donde se
veían innovaciones como vitrinas ofertas, grandes avisos en los diarios, y la posibilidad de ver y
tocar las mercaderías sin ningún compromiso de comprarlas, es Michael B. Miller, The Bon Marché:
Bourgeois Culture and the Department Store, 1869-1920. Un análisis importante de la expansión de
democratización parcial de la cultura del consumo en Francia a fines del siglo xix es Rosalind
Williams, Dream Worlds: Mass Consumption in Late Nineteenth-Century France.
569
Urbina Burgos, op. cit., p. 415. La cita se refiere a “la reconstruída Condell” después del
terremoto, y dice que la situación era “tal como en los años noventa”.
570
Por ejemplo, “Abusos de conductoras”, en La Unión, Valparaíso, 5 de noviembre de 1890, p. 2.
Estrada Turra también describe el fenómeno en “Tecnología..., op. cit., p. 145.
571
“Siempre las conductoras”, en La Patria, Valparaíso, 30 de abril de 1892, p. 2.
572
Prudant, op. cit., párrafos 10-16.
573
Op. cit., párrafo 17, confirmamos nuestras propias impresiones de la tendencia de la mayoría
de la prensa porteña en este sentido.
574
Op. cit., párrafo 18.
177
La conductora está atrás (mano izquierda) vestida de blanco, y el cochero está adelante. La Pla-
ya Ancha era una empresa distinta de la principal, pero no estuvo exenta de las críticas. “Carro
del Ferrocarril Urbano de Playa Ancha, c. 1900.... Autor desconocido, Colección Municipali-
dad de Valparaíso”, reimpresa en Colectivo Micrópolis, op. cit., p. 77.
Elisabet Prudant nota que “en varias ocasiones se calificó a las cobradoras de
insolentes y altaneras”, y agrega que “especial repercusión tuvieron estas denun-
cias cuando las afectadas eran “personas de bien”576. Creemos que, la evidencia
sugiere que muchas personas de clase media o alta se sentían amenazadas por el
poder que estas personas de clase trabajadora ejercían como encargados de sus
respectivos tranvías. De ahí la existencia de comentarios como este: “las conduc-
toras carecen de aquellas nociones más vulgares de educación para tratar a los
pasajeros, por todo arman riña”577. Semejantes ideas se ven en muchos diarios, no
577
Véase op. cit., párrafo 10. La opinión de la clase media y alta porteña estuvo influenciada
por la alta burguesía parisina de las décadas 1840 y 1850, que también se quejó de las vendedoras
178
del mercado de París, les Halles, pensando que era imposible que una mujer trabajara para man-
tener a su familia y que el pregonar las mercaderías y emplear mujeres jóvenes como asistentes
disimulaba la prostitución: Victoria E. Thompson, “Urban Renovation, Moral Regeneration:
Domesticating the Halles in Second-Empire Paris”, pp. 98-99.
578
“Aurigas peligrosos”, en La Patria, Valparaíso, 27 de octubre de 1886, p. 2.
579
“Huelga de los cocheros”, en El Pueblo, Valparaíso, 5 de diciembre de 1891, p. 3.
580
“Circular”, en El Pueblo, Valparaíso, 23 de abril de 1892, p. 3.
581
“Cerro del Recreo”, en El Pueblo, Valparaíso, 23 de enero de 1892, p. 3; “Actualidad”, en
El Pueblo, Valparaíso, 23 de abril de 1892, p. 2.
582
Hay una buena historia de la construcción, uso, efectos y declive de los ascensores por-
teños en Mardones, op. cit., pp. 79-107. Un dato, p. 92, que sugiere que Valparaíso participaba
del desarrollo de la tecnología urbana (en vez de solo hacer una copia incompleta de ella) es que
estos pequeños funiculares dependían de la disponibilidad de “el cable de hacer dúctil, capaz que
resistir carga pesada, [que] fue absolutamente innovador, ya que había sido creado en Inglaterra
en la década de 1820, pero se masificó sólo hacia 1880”.
179
El ascensor cerro Cordillera, con su escalera lateral, mostrando como estos funiculares se adap-
taron al acantilado inicial de los cerros. Harry Grant Olds. Ascensor cerro Cordillera, ca. 1900.
Disponible en Memoria Chilena, Biblioteca Nacional de Chile www.memoriachilena.cl/602/
w3-article-67776.html [fecha de consulta: 20 de agosto de 2015].
583
Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., pp. 156-162.
180
584
Acta municipal de 28 de marzo de 1892, en Documentos municipales i administrativos de
Valparaiso, tomo 9, p. 187.
585
Acta municipal de 13 de noviembre de 1893, en op. cit., p. 601.
586
Juan Fco. Prieto, Informe sin título a la Municipalidad de Valparaíso, 30 de diciembre de
1901, en MVALP, tomo 177, f. 236.
587
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 9, pp. 193-194, 200.
588
Op. cit., p. 289.
181
591
Josiah Harding llegó a Chile en 1870 a la edad de veinticuatro años. Trabajó extensamente
en construcción ferroviaria en el norte y sur de Chile: José Manuel Reyes, Trabajos efectuados en
Chile por Mr. Josiah Harding, p. 2.
592
No disponemos de los datos exactos de esta decisión, pero la Dirección de Alumbrado
ya existía en 1896.
593
“Gran Avenida” (Informe de la “Comisión de la ‘Gran Avenida’” al alcalde de Valparaíso),
por Alejo Barrios, presidente, 31 diciembre 1895, transcrito en la memoria anual de la Municipalidad
para 1895, por José Tomás Ramos y Ramos, Alcalde, abril de 1896, en MVALP, tomo 122, f. 180.
594
Op. cit., f. 180.
182
595
“Gran Avenida” (Informe de la “Comisión de la ‘Gran Avenida’” al alcalde de Valparaíso),
por Alejo Barrios, presidente, 31 diciembre 1895, transcrito en la memoria anual de la Municipalidad
para 1895, por José Tomás Ramos y Ramos, Alcalde, abril de 1896, op. cit., f. 182.
596
“La Gran Avenida”, en La Unión, Valparaíso, 15 de septiembre de 1895, p. 3.
597
“La iluminación de la ciudad”, en La Unión, Valparaíso, 18 de septiembre de 1895, p. 2.
598
“Eco de las fiestas”, en La Unión, Valparaíso, 22 de septiembre de 1895, p. 4 y “La Pascua”,
en La Unión, Valparaíso, 26 de diciembre de 1895, p. 2.
599
Roberto McIndoe al alcalde de Valparaíso, 13 de junio de 1898, en MVALP, tomo 148, s.f.
183
600
Alberto Riofrio, gerente de la Compañía de Gas de Valparaíso a Roberto McIndoe, 28
de mayo de 1896, en MVALP, tomo 120, s.f.
601
Documentos municipales i administrativos de Valparaiso, tomo 10, p. 1546.
602
Harold Blakemore, “From the War of the Pacific to 1930”, p. 63.
603
Cámara de Diputados de Chile, Boletín de las Sesiones Ordinarias en 1897, 14 de agosto de
1897 y 20 de agosto de 1897, pp. 810 y 904.
604
Acta municipal de 26 de octubre de 1897, en MVALP, tomo 137, f. 144.
605
Op. cit., fs. 166-167.
184
en MVALP, tomo 162, fs. 13-14 y Reyes, op. cit., p. 3. En esta biografía breve y muy favorable,
publicada mientras Josiah Harding estaba construyendo el ferrocarril del expuerto peruano
de Arica a la capital boliviana, La Paz, José M. Reyes parece confundir las fechas del pleito en
Valparaíso. Quizá también exagera las pérdidas de Josiah Harding, que siguió como empresario
en servicios públicos y ferrocarriles. Agrega, p. 5: “una empresa de agua potable, desagües, luz i
tracción eléctrica” que Josiah Harding organizó en 1902 también fracasó “a consecuencia... de la
que se creia inevitable guerra con la República Arjentina”.
608
Por ejemplo, cuando la publicación semanal Valparaíso celebró la apertura del nuevo
teatro de la Victoria, también reclamó por la oscuridad de la plaza de la Victoria: “no hay paseo
posible sin luz, mucha luz, derroche de luz. La pocilga es oscura, la busca el crímen”. “Teatro,
plaza y calle de la Victoria”, en Valparaíso, Valparaíso, 26 de agosto de 1901, p. 6. Esta revista
semanal, propiedad de Victor Bobillier, Domingo Carvallo, Ricardo Cruz Coke, Luis Garnham,
Gustavo Helfmann, Luis Lyon, Ambrosio Montt, Lorenzo Montt, Samuel Ossa Borne, Eduardo
Romby, Daniel Ugarte y Sánchez, Cifuentes y Ca., duró poco –solo apareció durante unos meses
en 1901–, pero su comentario refleja un discurso más generalizado sobre la necesidad de más luz.
185
“no es posible por ahora exijir la colocación de tranvías en los cerros, como
se indica en aquel proyecto, por el hecho de estar el Camino de Cintura
construido solo hasta la Quebrada de Jaime y además por no presentar el
mismo camino comodidad ni espacio suficiente”610.
609
“Segundo Contrato sobre Alumbrado Eléctrico entre la Municipalidad de Valparaíso y Saa-
vedra, Benard y Ca.”, en La Unión, Valparaíso, 10 de octubre de 1902, p. 4. Dice “segundo” porque
en el diario de ese día sigue el “Primer Contrato Sobre Ferrocarril Urbano con Tracción Eléctrica”.
610
Informe sin título de la “Comisión especial nombrada para estudiar las bases de las pro-
puestas que deban pedirse para establecer en este puerto la tracción eléctrica”, 27 de diciembre
de 1901, en MVALP, tomo 177, f. 249.
611
Op. cit., f. 250.
186
Tales garantías eran usuales en otras partes de América Latina, pero Arturo
Benavides se oponía a ellas, y en cualquier caso era improbable que la alcaldía
ofreciera alguna.
Arturo Benavides propuso exigir ocho líneas hacia, o en los cerros. Quería
dar preferencia a los ofertantes que propusieran más líneas y reducir el impuesto
612
Informe sin título de la “Comisión especial nombrada para estudiar las bases de las pro-
puestas que deban pedirse para establecer en este puerto la tracción eléctrica”, 27 de diciembre
de 1901, op. cit., f. 250.
613
Op. cit., fs. 251-258.
614
Op. cit., f. 262.
615
“La tracción eléctrica--Idea que merece estudio”, en La Unión, Valparaíso, 1 de enero de
1902, p. 2. Es un artículo de muchos que este diario publicó sobre el tema durante esas semanas.
187
616
Informe de la comisión especial nombrada para estudiar las bases de las propuestas que
deban pedirse para establecer en este puerto la tracción eléctrica”, 27 de diciembre de 1901, en
MVALP, tomo 177, f. 249.
617
Op. cit., f. 263.
618
“La tracción eléctrica--Idea que merece estudio”, op. cit. y “Tracción a los cerros–Nuevos
adherentes”, en La Unión, Valparaíso, 1 de febrero de 1902, p. 2.
619
“La tracción eléctrica”, en La Unión, Valparaíso, 19 de enero de 1902, p. 2.
620
“Tracción eléctrica. Reunión de propietarios”, en La Unión, Valparaíso, 25 de enero de
1902, p. 2.
621
Ibid.
188
622
Eduardo Cavieres Figueroa, “Grupos intermedios e integración social: la Sociedad de
Artesanos de Valparaíso a comienzos del siglo xx”, pp. 37-39 y passim, muestra que esta sociedad
incluía a muchos empleados y pequeños comerciantes, pero también a artesanos “y, menos sig-
nificativamente... desde jornaleros y obreros hasta propietarios e industriales”. Sobre la base de
esta observación sugiere una mayor participación obrera en las sociedades mutualistas porteñas
que se suele atribuir. Además, pp. 41-42, explica que las sociedades mutualistas, que en un prin-
cipio no tenían fines políticos, a veces “participaron activamente junto a otras instituciones para
defender públicamente los derechos de los trabajadores”; como ejemplos; también –p. 42– señala
una protesta contra un impuesto propuesto sobre “la importación de ganado argentino” en 1905
y otra contra “la posibilidad de una nueva emisión de papel moneda aprobada por el Congreso”.
623
Entre el 9 de enero de 1902 y el 9 de marzo, La Unión publicó más de diez listas parciales
de organizaciones y personas que habían firmado la petición. El 2 de marzo reportó que peticiones
con más de cinco mil firmas habían sido presentados a la municipalidad: “La tracción eléctrica”,
en La Unión, Valparaíso, 2 de marzo de 1902, p. 2.
624
“La tracción eléctrica. En la Municipalidad”, en La Unión, Valparaíso, 2 de marzo de
1902, p. 2.
625
Juan Ricardo Couyoumdjian, “El alto comercio de Valparaíso y las grandes casas extran-
jeras, 1880-1930. Una aproximación”, pp. 63-99.
189
Al parecer, no votó por aceptar una propuesta hecha por la antigua Empresa
del Ferrocarril Urbano628.
¿Dio la municipalidad la espalda a décadas de tradición de buscar el mejo-
ramiento y la integración de los cerros o, más bien, continuó una tradición de
décadas de poner a los cerros en último lugar? El acceso a los cerros, aunque
siempre subordinado a los proyectos de calles en el plan, nunca había dejado de
ser atendido. Los permisos de ascensores habían sido expedidos rápidamente
así como las máquinas consideradas importantes. ¿Qué había ocurrido ahora?
Pudo ocurrir que, sabiendo que un camino plano y un servicio de tranvías a
Viña del Mar estaba próximo a existir, la mayoría decidió dejar que la ciudad
creciera en esta dirección, suponiendo que las clases ricas y medias preferirían
vivir en Viña, que colonizar los cerros, y que los pobres al final no importaban
tanto. Tal vez la alcaldía estaba controlada por terratenientes y otros que ha-
626
“La tracción eléctrica. El pueblo burlado”, en La Unión, Valparaíso, 22 de marzo de
1902, p. 2.
627
“A las clases obreras de Valparaíso”, en El Grito del Pueblo, Valparaíso, 27 de marzo de
1902, p. 1; Loveman, Chile..., op. cit., p. 194.
628
“Candidatos a Municipales”, en El Demócrata, Valparaíso, 22 de febrero de 1903, p. 4 y 28
de febrero de 1903, p. 2. Desconocemos si esta agrupación estaba vinculada al Partido Demócrata,
dominado por artesanos y clase media.
190
“Las familias que se ven obligadas a traficar en los carros, sufren molestias
a cada momento por tener que estar mirando un andrajo, y oliendo algo
que repugna como lo es el olor de sebo o grasa”.
León Cáceres, Valparaíso.. op. cit., p. 57. Couyoumdjian, op. cit., pp. 63-99, califica a Saa-
630
vedra, Benard, y Cía. como empresa alemana-chilena, citando la presencia de socios alemanes
y chilenos en 1914.
631
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., p. 57.
632
Ximena A. Cuzmar Poblete y Daniel M. Jerez Galaz, Transporte urbano de Valparaíso,
1920-1932, p. 58.
633
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., p. 59.
634
En esa fecha firmaron el siguiente documento: “Compromisos. Cía. de Tranvías Eléctricos
de Valparaíso con Fisco”, en Municipalidad de Valparaíso, Secretaría, op. cit., p. 115.
635
Mardones, op. cit., p. 116.
191
192
Los lugares comunes acerca de los tranvías que se desarrollaron en la época de los carros de
sangre continuaron en la de la tracción eléctrica. En esta caricatura de un atropellamiento,
Pug (Nataniel Cox Méndez), dibuja una conductora fea, más mono que humano, que huye del
lugar del accidente al lado del chófer. Pug, “Después del accidente”.
641
Carlos Donoso Rojas, “De la Compañía Chilena de Teléfonos de Edison a la Compañía
de Teléfonos de Chile: Los primeros 50 años de la telefonía nacional, 1880-1930”, p. 109.
193
Conclusiones
642
Juan de D. Ugarte Yávar, Valparaíso 1536-1910: Recopilación histórica, comercial y social, p. 70.
194
195
Un poco antes de las veinte horas del 16 de agosto de 1906, “el conocido co-
merciante don Manuel González”644, su mujer Consuelo Quesada de González
y sus hijos Amparo, María, Felicia, Ángela, Manuel y Carmela, estaban en su
departamento, del segundo piso de una casa en el Almendral. Las fotos publi-
cadas les muestran con los trajes y vestidos de personas pudientes; a lo menos
dos empleadas trabajaban en aquel lugar. Con el impacto del terremoto a las
19:55 hrs.645, los González y sus sirvientas corrieron escaleras abajo y llegaron
a la vereda justo a tiempo para ser aplastados por el muro del “sólido” edificio
vecino, casi terminado en la esquina de Jaime y Victoria. Su propia casa se
mantuvo en pie. La familia Mery, que vivían en el tercer piso, salió sana y
salva momentos después. La madre, una hija y un hijo fueron sacados con vida
y llevados, con los cuerpos de sus familiares, a una enfermería improvisada
en un convento cercano. Carmela vivió dos días. Consuelo y su hijo Manuel
sobrevivieron. El libro que cuenta la historia no nos informa si las empleadas
sobrevivieron; y solo las menciona al momento de ser aplastadas646.
El gran terremoto del 16 agosto de 1906, que destruyó gran parte de la ciu-
dad, creó una crisis humana que puso a prueba todos sus sistemas de infra
estructura y administración. También creó una crisis política local que giraba
alrededor de la enorme oportunidad de reestructurar el espacio urbano. El
saldo político y administrativo del terremoto es complejo, pero en general
disminuyó el poder municipal y aumentó el poder estatal. El Estado tomó
una posición dominante no solo durante la emergencia y las grandes obras
públicas, sino, también, en los detalles mundanos de reglamentos y zonifi-
cación local. Una ley creó una junta de vecinos especial de reconstrucción,
con participación municipal, pero con muchos miembros nombrados por el
Presidente, y sujetó sus decisiones a la aprobación presidencial. Por medio
de esta junta, que de gran modo diseñó el nuevo Puerto, el Estado asumió al
gunos poderes municipales existentes y casi toda la iniciativa para moldear la
643
Muchas partes de este capítulo aparecieron en los siguientes artículos: Martland, “Social...”,
op. cit. y “Reconstructing...”, op. cit.
644
La historia de los González aparece en Alfredo Rodríguez Rozas y Carlos Gajardo Cru-
zat, La catástrofe del 16 de agosto de 1906 en la República de Chile, pp. 80-82. Disponible en www.
memoriachilena.cl. [Fecha de consulta: 20 de diciembre de 2016].
645
El terremoto, de 8,6º Richter, tuvo su epicentro cerca de Valparaíso. Carolina Cifuentes,
Carolina Castillo y Andrea Lobos, Valparaíso 1900: Un viaje de nostalgia al primer puerto de Chile.
646
Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 80-81.
197
Alfredo Rodríguez y Carlos Gajardo dicen: “Los tranvías eléctricos sirvieron asimismo de
refugio, a muchas familias, sobre todo a esas que tenían alguno de sus miembros enfermos, o
niños pequeños que requerían un gran cuidado para evitar fatales consecuencias”647. Nótese el
salvataje de ladrillos de las ruinas, mano derecha (postal de época en la colección del autor).
Tal como los González, muchos porteños, en especial los más acomodados,
estaban en casa al momento del terremoto. Otros estaban en bares, pero los
teatros todavía no se habían abierto y la mayoría de los otros negocios estaban
cerrados. El primer choque precipitó una salida general a las calles, donde
muchos murieron cuando el segundo choque, a las 20:06 hrs., derrumbó más
edificios. Los que sobrevivieron se encontraron en una oscuridad húmeda
y fría: La electricidad se había cortado y las luces de gas habían durado lo
necesario para incendiar algunas ruinas. Paradójico espectáculo el de los incen-
647
Otras familias se instalaron en un galpón de almacenaje de tranvías: Rodríguez Rozas y
Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 61 y 93.
198
648
Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., passim; “La relación del terremoto”, en El Mer-
curio, Valparaíso, 20 de agosto de 1906, p. 1 y Antonio Acevedo Hernández, “Cuando Valparaíso
Agonizó: El Terremoto de 1906”, pp. 324-326.
649
Urbina Carrasco, “El terremoto de 1906...”, op. cit., p. 332.
650
Ugarte Yávar, op. cit., p. 128.
651
Por ejemplo, el Museo Histórico Nacional de Chile, Terremotos Earthquakes en Chile, pp.
9-17, describe leyendas mapuches y creencias y experiencias hispano-coloniales y republicanas.
199
16-06-17 13:03
dañó varias docenas de casas en el suelo arenoso del Almendral, pero que
dejó “sólo daños menores” “en el sector Puerto”652. Las últimas siete décadas
habían producido importantes reglamentos contra incendios, además del
Cuerpo de Bomberos, los grifos, etc. Había consenso en que se debía prevenir
las inundaciones; el gobierno local llevaba décadas cerrando cauces y, por lo
menos, considerando otras medidas, aunque sin mucho éxito. Un año antes
del terremoto, Zig-Zag reclamó que “la absoluta desidia de los gobernantes y
el completo desamparo de las autoridades” permitía que “las inundaciones y
su consiguiente secuela de infección y epidemias, han llegado a ser fenómenos
naturales y previstos que a nadie estrañan”, pero casi no existían medidas contra
terremotos aparte de una prohibición de cornisas pesadas en la mal llamada
“Ordenanza para precaver los incendios i temblores”653. Cornisas débiles (a
pesar de la ordenanza) y muros pesados, incluyendo los muros cortafuego
mandados por las ordenanzas contra incendios, mataron o lesionaron a muchas
personas. Después del terremoto, en general nadie criticaba a las autoridades
ni a los constructores. Incluso Hormidas Henríquez, ingeniero que analizó los
daños y estudió reglamentos de seguridad sísmica de otros países, no reclamó
por la ausencia de tales reglamentos en Chile antes del terremoto654.
Aunque Valparaíso no se había preparado para un terremoto, sí había
desarrollado una gran capacidad estatal y particular de enfrentar las crisis. Las
experiencias con desastres menores, con la operación de los bomberos volun-
tarios y con actividades afines posibilitó la organización de respuestas rápidas.
El prestigio social de la actividad bomberil voluntaria tal vez contribuyó a la
aceptación de las actividades de socorro voluntarias que fueron claves en las
primeras horas. Aun sin un plan de desastre, médicos, monjas y otros vecinos
improvisaron postas médicas. Sacerdotes cruzaron la ciudad, dando socorro a los
vivos y absolución a los moribundos655. Algunos bomberos intentaron apagar los
incendios y otros sacaron sobrevivientes de los escombros a pesar de bomberos
muertos o lesionados y los grandes daños a comunicaciones, bombas y cañerías
de agua656. Hasta los vecinos más sencillos rescataron a sus compañeros de barrio.
Zig-Zag, año i, Nº 25 , Santiago, 6 de agosto de 1905, s.p.; “Ordenanza para precaver los
653
201
659
Op. cit., pp. 179-180; “Consulado de Italia”, en Zig-Zag, año 2, Nº 74, Santiago, 14 de
octubre de 1906, s.p.; Alfredo A...?, cónsul general de Italia, al intendente, 20 de agosto de 1906,
en IVALP, tomo 1172, s.f.
660
Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., p. 180; Enrique Larraín Alcalde, intendente
de Valparaíso, al Ministro del Interior, Santiago, 18 de agosto de 1906, en Rodríguez Rozas y
Gajardo Cruzat, op. cit., p. 182. Enrique Larraín dijo que todavía necesitaba más fuerzas, o para
resguardar Valparaíso o para enviar a Santiago.
661
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, al ministro del Interior, decreto, 18
de septiembre de 1906, en IVALP, tomo 1187, fs. 377-378.
202
662
Collier & Sater, op. cit., p. 196; Collier, op. cit., p. 63.
663
El tomo 1187 del Fondo Intendencia de Valparaíso del Archivo Histórico Nacional His-
tórico contiene cientos de decretos de las semanas después del terremoto, algunos en papeles
comunes en vez de membrete, tal vez una indicación de los resultados de los grandes daños a
la intendencia. Los tomos 1172, 1175, 1179 de ese fondo, además del tomo 3185 del Interior y el
3591 de Guerra también incluyen documentos relevantes.
664
Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 179-80; el decreto de Enrique Larraín
Alcalde, fechado el día siguiente, el 18 de agosto de 1906, está en IVALP, tomo 1187, f. 369.
665
Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 179-181.
666
Op. cit., p. 10.
667
Ugarte Yávar, op. cit., p. 127.
203
668
Figueroa, op. cit., tomo 2, p. 187.
669
Decreto del capitán de navío Luis Gómez Carreño, 21 de agosto de 1906, en IVALP, tomo
1187, f. 373. Estos decretos están publicados en Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 195-199.
670
Henry E. Swinglehurst, “An Englishman to a Chilean: Capitan Luis Gomez Carreño (After
the Valparaiso Earthquake, 16th August, 1906)”.
671
Enrique Larraín, intendente de Valparaíso a Belisario Prats, ministro de Guerra y Marina,
4 de octubre de 1906, en ANCh, MGUE, tomo 3591, s.f.
672
Patricio Manns, Los terremotos chilenos (libro primero), pp. 72-78.
204
673
“Lo que queda por hacer”, en El Mercurio, Valparaíso, 19 de agosto de 1906, p. 1.
674
“El Orden Publico”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de agosto de 1906, p. 1.
675
Alberto Ried, El mar trajo mi sangre, p. 95.
676
En Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat , op. cit., pp. 195-197, aparecen fotos de algunos
de los ejecutados por ladrones y por incendiarios; en p. 195 los autores califican a esta como
“triste y dolorosa medida, pero indispensable de esa chusma inconsciente, siempre dispuesta al
bandolerismo y al pillaje”. Urbina Burgos, op. cit., p. 390, afirma: “quince fueron fusilados sin
juicio alguno. Después se formó un Tribunal Militar en la Avenida Brasil”, pero no cita fuente
específica para ese detalle. Rodríguez y Gajardo, Catástrofe, p. 195, mencionan “alrededor de quince
fusilamientos”, pero no dejan claro si esos quince fueron fusilados antes del establecimiento del
Tribunal Militar y otros fueron fusilados después, o si la cifra incluye todos los fusilados en toda
la emergencia. Manns, op. cit., p. 78, cita “los testigos de 1906” y “una centena de testimonios
gráficos, algunos de ellos dados a la publicidad, los cuales, observados con atención, indican que
los grabados corresponden a diferentes ejecuciones en su mayor parte”, op. cit., p. 78, cita “los
testigos de 1906” y “una centena de testimonios gráficos, algunos de ellos dados a la publicidad,
los cuales, observados con atención, indican que los grabados corresponden a diferentes ejecu-
ciones en su mayor parte”.
677
Copiado en un decreto del intendente de Valparaíso, Enrique Larraín Alcalde del 8 de
septiembre de 1906, en IVALP, tomo 1187, f. 418.
205
678
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, al ministro de Guerra, 4 de octubre
de 1906, en ANCh, MGUE, vol. 3591, s.f.
679
Augusto D’Halmar, “Valparaíso en su elemento”, p. 311.
680
“Un denuncio grave”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de agosto de 1906, p. 4.
681
El capitán Leonard D. Wildman del U.S. Army Signal Corps informó que un bombero
le había contado de este fenómeno en San Francisco “en la mañana del terremoto”; Wildman,
Fort Mason, California, a The Military Secretary, Department of California, n.p., April 27, 1906,
in The Virtual Museum of the City of San Francisco, disponible en www.sfmuseum.org/1906.2/
arson.html ]Fecha de consulta: 4 de diciembre de 2007]. No sabemos si era verdad, o si alguien en
Valparaíso sabía de la noticia para el 27 de agosto, pero para el 8 de diciembre los diarios porteños
prestaban atención cuidadosa a las decisiones legales acerca de los seguros en San Francisco: “Los
seguros”, en La Unión, Valparaíso, 8 de diciembre de 1906, p. 5.
206
207
de 1906. En su análisis del crecimiento de las grandes tiendas de Santiago, Dussaillant, op. cit.,
p. 35 y passim, señala un aumento del “consumismo” a fines del siglo xix, y describe la venta
de mercaderías importadas, fenómeno que puede tal vez explicar la existencia de comida fina,
probablemente enlatada o de otra manera conservada, en esos almacenes. Esos almacenes, de
acuerdo a Urbina Burgos, op. cit., p. 415, eran los mejores del país o, por lo menos, lo eran en la
década de 1890 y después de la reconstrucción tras el terremoto.
689
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, al ministro del Interior, Santiago, 18
de agosto de 1906, en Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., pp. 182-183; Enrique Larraín
Alcalde, proclama, [19?] de agosto de 1906, en Rodríguez Rozas y Gajardo Cruzat, op. cit., p.
184; Gómez Carreño, Orden del Día, [18?] de agosto de 1906, en Rodríguez Rozas y Gajardo
Cruzat, op. cit., p. 199.
690
“El Aprovisionamiento”, en El Mercurio, Valparaíso, 19 de agosto de 1906, p. 1.
691
“Para la jente que quiera salir”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de agosto de 1906, p. 1;
“Detalles de la catástrofe”, en El Mercurio, Valparaíso, 21 de agosto de 1906, p. 1; “Ultima hora”,
en El Mercurio, Valparaíso, 24 de agosto de 1906, p. 2.
692
“Local para los damnificados en Angol”, en El Mercurio, Valparaíso, 26 de agosto de
1906, p. 4.
693
Carlos Edwards M., Santiago, a Luis Gómez Carreño, reimpreso como “Albergues in
Santiago”, en El Mercurio, Valparaíso, 26 de agosto de 1906, p. 3.
208
209
pero que los residentes se negaron a salir porque no tenían a dónde ir698. En
diciembre, el alcalde mandó a instalar desagües en los campamentos para
prevenir epidemias y decidió lavar los cauces de la ciudad con agua potable699.
Con rapidez los habitantes convirtieron sus carpas improvisadas en algo
más permanente. El 21 de agosto El Mercurio escribió que “los campamentos
van perdiendo el carácter de refujio de jente sin hogar y tomando un tono de
alegre vivác”700. Un aviso del 25 de agosto informó que “Jerman Bruhn [o Brunn]
efectua trabajos de carpinteria y se ofrece para hacer carpas, galpones, barracas,
etc.”701, indicando así la presencia de gente con dinero en los campamentos y la
construcción allí mismo, de viviendas de medio plazo. Quienes tenían capital
estaban reemplazando lo perdido: Para ese día estaban abiertos bancos, tiendas
y restaurantes, y empresas de ropa anunciaban trabajos para sus costureras.
696
“Lo que queda por hacer”, en El Mercurio, Valparaíso, 19 de agosto de 1906, p. 1.
697
BV, tomo rotulado año 1905, pero que en realidad contiene 1906-1907, Enrique Bermúdez,
alcalde de Valparaíso, a Superintendente del Cuerpo de Bomberos, 26 de septiembre de 1906.
698
Urbina Carrasco, “El terremoto de 1906...”, op. cit., p. 333.
699
“La higiene de la ciudad”, en La Unión, Valparaíso, 7 diciembre 1906, p. 4.
700
“La vida en Valparaíso”, en El Mercurio, Valparaíso, 20 de agosto de 1906, p. 1.
701
Aviso, en El Mercurio, Valparaíso, 25 agosto 1906, p. 2. El microfilme es borroso; el apellido
puede ser Bruhn o Brunn.
210
702
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso al Sr. presidente de la Iltrma. Corte
de Apelaciones, Valparaíso, 5 de septiembre de 1906, en IVALP, tomo 1179, s.f.; Luis Ignacio
Silva, presidente de la Corte de Apelaciones, Valparaíso, a Enrique Larraín Alcalde, intendente
de Valparaíso, 7 de septiembre de 1906, en IVALP, tomo 1179, s.f.
703
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, decreto, 11 septiembre 1906, Inten-
dencia de Valparaíso, Archivo Histórico Nacional, IVALP, tomo 1187, fs. 428-429.
704
Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, decreto, 15 septiembre 1906, Inten-
dencia de Valparaíso, Archivo Histórico Nacional, IVALP, tomo 1187, f. 440.
705
José Tomás Ramos y Ramos a Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, Valpa-
raíso, 23 de septiembre de 1906, en IVALP 1187, f. 173.
706
[Firma ilegible], [encargado del matadero público en Portales?], a Enrique Larraín Alcalde,
intendente de Valparaíso, 25 de septiembre de 1906, en IVALP, tomo 1187, fs. 194-195.
707
Luis Ignacio Silva Enrique Larraín Alcalde, intendente de Valparaíso, 8 de octubre de
1906, en IVALP, tomo 1179, s.f.
708
Enrique Larraín Alcalde, Armada de Chile, al intendente de Valparaíso, 12 de octubre
de 1906, en IVALP, tomo 1172, s.f.; Luis A. Goñi al Intendente, 24 de noviembre de 1906, en
IVALP 1172, s.f.
211
709
Humeaban, por lo menos, hasta fines de septiembre: BV, volumen sin foliar, 1905, Enrique
Bermúdez a Superintendente del Cuerpo de Bomberos, Valparaíso, 26 de septiembre de 1906.
710
“En el Malecón de Valparaíso”, en Zig-Zag, año 2, Nº 77, Santiago, 25 de noviembre de 1906.
711
“Para construir más y más barato”, en La Unión, ciudad, 7 de diciembre de 1906, p. 1.
712
Urbina Carrasco, “El terremoto de 1906...”, op. cit., p. 334.
212
713
Urbina Carrasco, Los conventillos..., op. cit., pp. 135-36.
714
Pablo Paez analiza los planes de reconstrucción en detalle: Pablo Paez G. La oportunidad
de la destrucción en la urbanística moderna. Planes y proyectos para la reconstrucción de Valpa-
raíso tras el terremoto de 1906, pp. 103-110.
715
Pineo, “Public...”, op. cit., pp. 185-86.
716
Ricardo Larraín Bravo criticó la ausencia de una comisión oficial para estudiar los daños
y recomendar reglamentos y precauciones: Ricardo Larraín Bravo, La higiene aplicada en las cons
trucciones, tomo 3, p. 1618.
717
Henríquez, op. cit., pp. 349-356.
718
Op. cit., p. 356.
213
“los escombros en algunas zonas eran tantas que las autoridades abando-
naron la idea de removerlos y sencillamente los apilaron sobre las calles
y colocaron concreto nuevo encima”719.
Esta no era una decisión aislada. En San Francisco, California, una zona pan-
tanosa fue rellenada con escombros de su terremoto, y no se adoptaron fuer-
tes estándares de construcción antisísmica. En ambos países, los códigos de
construcción antisísmica vinieron un par de décadas después.
El 9 de abril de 1907, el alcalde Enrique Bermúdez decretó que “todos los
ocupantes de las carpas... situadas en la Avenida del Brasil... entre la Avenida
de las Delicias y calle de la Merced” desalojaran dentro de quince días, “bajo
apercibimiento de veinte pesos diarios de multa y de hacerlas desalojar con
el ausilio de la fuerza pública”720. Opinó que “ocho meses... es un tiempo
prudencial para que esas personas hayan encontrado habitaciones”, pero les
prometió otro “lugar que posteriormente puedan ocupar”. El edil presentó
su decreto en el contexto de un plan de mejorar las condiciones de vivienda
en la ciudad que también incluía la clausura (usando una ordenanza de 1893)
de ciertos conventillos de piezas pequeñas y húmedas, y un proyecto de
construcción de viviendas sanitarias que todavía esperaba dinero del Estado.
Enrique Larraín, menos optimista, dijo que era necesario “clausurar algunos
conventillos... a pesar de que con motivo del terremoto, hay carencia absoluta
de locales adecuados para que viva esta gente”721. Más o menos al mismo tiem-
po, varias sociedades de obreros de socorros mutuos o protectoras convocaron
reuniones para tratar el tema de dueños de viviendas abusivos722. El 8 de abril,
El Mercurio reclamó que los campamentos de la avenida de las Delicias eran
especialmente feos723. Había escombros y ruinas en todas partes, y la mayoría
del Almendral quedaba sin reconstruir724.
Después del terremoto, el Estado representó un papel mucho mayor
en los asuntos locales que en cualquier momento desde la independencia.
Durante la reconstrucción, una junta especial, que dependía del gobierno,
ejerció mucho poder, esquivando al gobierno local. El Estado asumió muchos
poderes constituidos por oficiales municipales durante décadas, expandiendo
así la capacidad estatal de intervenir en la vida económica y privada. La re-
719
Harriet Chalmers Adams, “A Longitudinal Journey through Chile”, pp. 219-273.
720
“Las Carpas de la Avenida del Brasil”, en El Mercurio, Valparaíso, 10 de abril de 1907, p. 6.
721
“Habitaciones para obreros”, en El Mercurio, Valparaíso, 10 de abril de 1907, p. 6.
722
Avisos en ediciones varias de El Mercurio, Valparaíso, 6-11 de abril de 1907.
723
“Una visita a la ciudad”, en El Mercurio, Valparaíso, 8 de abril de 1907, p. 7.
724
Ibid.
214
La Unión habló de orgullo local, al que la revista ilustrada Zig-Zag agregó orgullo
chileno. Pocas semanas después del terremoto, publicó una rendición artística
de un Valparaíso reconstruido. El artista, como generaciones de planificado-
res, imaginó una ciudad gentrificada, es decir, aquella reorganiación social
mediante la cual gente rica y de clase media vivirían ahora, en los cerros. El
texto dijo que su comercio y sus construcciones serían superiores “a todos los
puertos de la América en la costa del Pacífico” y sugirió que la destrucción era
una oportunidad para el progreso: progreso nacional motivado por “orgullo
patriótico726. Ni La Unión ni Zig-Zag ni otro periódico pronosticó un gran au-
mento en el manejo estatal de asuntos locales.
La devastación y la oportunidad de reformar gran parte de la ciudad dieron
nueva energía a la competencia económica y política sobre el escaso terreno
plano y al debate sobre el poder municipal para imponer sus preferencias
urbanísticas sobre los propietarios. La Ley de Transformación de 1876 solo
trajo cambios graduales –en muchas calles los edificios nuevos tenían que ser
construidos cierta distancia atrás para ensanchar la calle, pero los antiguos
725
“Después de la catástrofe”, en La Unión, Valparaíso, 29 de agosto de 1906, p. 1.
726
“De las ruinas”, en Zig-Zag , año 2, Nº 73, Santiago, 9 de septiembre de 1906, sin paginación.
215
216
727
“Ideas acerca de los remedios para la situación”, en El Mercurio, Valparaíso, 21 de agosto
de 1906, p. 1.
728
Eduardo Cavieres, “Alberto Fagalde y el puerto de Valparaíso. Entre proyectos técnicos
y decisiones políticas”, pp. xxi-xxii.
729
Schmutzer, “El Puerto: Comercio, ingresos, los hombres y infraestructura”, p. 132. El
terremoto destruyó el muelle fiscal, dejando facilidades portuarias aún menos adecuadas que antes.
730
“Nuevo puerto de Valparaíso”, en La Unión, Valparaíso, 30 agosto 1906, p. 5. Myriam
Waisberg, en La vivienda de fines de siglo xix en Valparaíso: casas de Playa Ancha, p. 22, describiendo
ocho casas construidas en el pasaje Harrington en Playa Ancha en 1908 y 1909, opina que “es
probable que el terremoto del 16 de agosto de 1906... haya sido uno de los estímulos para” su
construcción.
731
Alberto Fagalde, El Puerto de Valparaíso y sus obras de mejoramiento, p. 44.
217
732
“Espansion de Valparaiso”, en El Heraldo, Valparaíso, 6 de agosto de 1906, p. 5.
733
Cavieres, “Alberto...”, op. cit., p. xxii.
734
Ugarte Yávar, op. cit., p. 53.
218
737
Ley Nº 1.887, Trabajos que se ordenan ejecutar para reparar los daños causados a la
ciudad de Valparaíso por el terremoto de agosto de 1906”, de 6 de diciembre de 1906, artículo 1.
738
Op. cit., artículo 4.
739
Pablo Paez, comunicación personal, Santiago, julio 2013. Basa esta interpretación sobre
una extensa investigación inédita.
219
Mark Healey, “The Fragility of the Moment: Politics and Class in the Aftermath of the
741
220
747
Cáceres, op. cit., pp. 35-36.
748
Figueroa, op. cit., tomo 4, pp. 975-976.
749
Pedro Montt heredó el problema de Valparaíso de su predecesor, German Riesco Errázuriz,
al comenzar su mandato el 18 de septiembre de 1906.
750
Véase, por ejemplo, el discurso de Alejo Barrios en la apertura de la Gran Avenida (hoy
avenida Brasil), “Inauguración de la Gran Avenida”, en La Unión, Valparaíso, 18 de septiembre
de 1895, p. 2.
221
“cierta tendencia a vivir en las afueras del puerto, i una vez que haya
comunicaciones cómodas, se poblarán los alrededores de Valparaíso en
forma que admirará a muchos”753.
“no divisamos nosotros qué razones podrían hacerse valer para reconstruir
el Almendral con calles estrechas, sin plazas lo suficientemente numerosas
i amplias, i sin tomar en consideración la parte relativa a los cerros”757.
751
“Reconstrucción de Valparaíso. Reunión en la Intendencia”, en La Unión, Valparaíso, 7
de diciembre de 1906, p. 4.
752
“La reconstrucción”, en La Unión, Valparaíso, 8 de diciembre de 1906, p. 1.
753
“Los problemas actuales”, en El Heraldo, Valparaíso, 6 de diciembre de 1906, p. 3.
754
Collier & Sater, op. cit., p. 168.
755
Ibid.
756
“Lo que debe ser el almendral”, en El Heraldo, Valparaíso, 19 de diciembre de 1906, p. 1.
757
Énfasis del autor.
222
758
“Reconstrucción de Valparaíso”, en La Unión, Valparaíso, 8 de diciembre de 1906, p. 4.
759
“Municipalidad”, en La Unión, Valparaíso, 10 de octubre de 1902, p. 4 y “Prórroga. I.
Municipalidad de Valparaíso con Cía. de Tranvías y Alumbrado Eléctricos de Valparaíso”, 2 de
enero de 1908, en Municipalidad de Valparaíso, Secretaría, op. cit., pp. 111-14. En parte a causa
del terremoto, la prórroga del contrato no tomó efecto hasta enero de 1908.
760
“Compromisos. Cía. de Tranvías Eléctricos de Valparaíso con Fisco”, “Ampliación del
Contrato de Alumbrado. I. Municipalidad de Valparaíso con Compañía de Tranvías Eléctricos”,
en Municipalidad de Valparaíso, op. cit., pp. 115-134. Énfasis del autor.
223
761
Ley Nº 2.267, 1 de marzo de 1910. Desde antes de 1906 a 1910, la tasa de la contribución
sobre la propiedad era tres por mil. La ley de 1906 contemplaba un alza a cinco por mil, pero la
ley de 1910 permitió seis por mil.
762
Daniel Martner, Estudio de Política comercial chilena e historia económica nacional, pp. 601 y 624.
763
Jorge Montt a Izquierdo, Ministro del Interior, 3 de agosto de 1916, en Montt, op. cit., p. 268.
764
Montt, op. cit., p. 6.
765
Collier & Sater, op. cit., pp. 188 y 198. El poder externo (o no porteño) se resentía por
lo menos en otro asunto importante: Cavieres, “Alberto...”, op. cit., p. xxvi, señala que en esos
224
La infraestructura,
los inversionistas y el Estado
mismos años “se alzaban las voces porteñas para paralizar las obras” portuarias porque eran
controlados por “los santiaguinos”.
766
Agradecemos a Pablo Paez por informarnos del actuar de la comisión del puerto en la
construcción de desagües y calles, en una comunicación personal de julio 2013.
767
Salazar, “El municipio...”, op. cit., analiza el movimiento de asociación entre municipalidades
de todas partes de Chile que buscaba más autonomía municipal efectiva, además de administra-
ciones municipales más competentes, menos políticas y menos corruptas. Observa, p. 27, que para
1919, cuando celebró su Segundo Congreso de Gobierno Local (en Valparaíso), el movimiento
prestaba menos atención que antes a “los problemas de fondo del municipio (dependencia del
poder central, politización y desfinanciamiento)”, aunque el primer alcalde, José Fabres Pinto, sí
los explicó en su discurso. Sin embargo, la existencia del movimiento muestra que algunos de los
problemas de la ciudad eran típicos de los municipios chilenos de la época.
768
Gonzalo Cáceres cita un surtido de evidencias, entre ellas la venta de muchos pasajes de
ferrocarril de primera clase entre Viña del Mar y Valparaíso, para mostrar que aquella ciudad ya
era un suburbio en la década de 1880, no una ciudad independiente; op. cit., pp. 32-41.
769
Rodrigo Booth señala el efecto fundamental de la relación entre Viña del Mar y Valparaíso
en su artículo sobre la falta de interés estatal en balnearios: Booth, op. cit., p. 117. Cáceres, op. cit.,
p. 47, hace un argumento semejante.
225
“la ciudad tiende a desarrollarse hacia Viña del Mar y nosotros que somos
representantes de Valparaíso facilitamos esto, estableciendo doble línea de
tracción y dejamos abandonados a la indiferencia nuestra los importantes
centros de población de los cerros Monjas, Florida, Bellavista, Alegre y
Reina Victoria”.
Aceptó la doble vía a Viña, pero quería que la municipalidad también hiciera
todo lo posible para “obtener una línea de Tracción por las Avenidas de Yerbas
Buenas o Yungay” con cremallera si el pendiente lo exigiera, y por el Camino
Viña del Mar era economicamente mezclada, pero al parecer los hombres que vivían allá
771
y viajaban a sus trabajos en Valparaíso eran bastante pudientes; Cáceres, op. cit., pp. 42-44. La
prensa no siempre usaba el nombre exacto de las compañías. Por ejemplo, La Unión la llamaba
“la Tracción Eléctrica”.
772
“El contrato de la Tracción Eléctrica con la I. Municipalidad”, en La Unión, Valparaíso,
14 de julio de 1908, p. 5.
773
“El contrato con la tracción eléctrica”, en La Unión, Valparaíso, 12 de julio de 1908, p. 1.
774
No hemos podido encontrar su nombre.
226
775
“El Nuevo Contrato con la Tracción Eléctrica. Observaciones del regidor Sr. Rodríguez
Rozas”, en La Unión, Valparaíso, 12 de julio de 1908, p. 1.
776
“La sesión municipal de anoche. El alza de tarifas aprobada. Diversas incidencias”, en La
Unión, Valparaíso, 10 de julio de 1908.
777
“Las tarifas de los tranvías”, en El Heraldo, Valparaíso, 18 de julio de 1908, p. 1.
778
“Carros-salones”, en El Heraldo, Valparaíso, 4 de diciembre de 1906, p. 4.
227
779
“Siempre la tracción eléctrica”, en La Unión, Valparaíso, 27 de diciembre de 1906, p. 5;
“El servicio directo de tranvías a Viña”, en La Unión, Valparaíso, 8 de julio de 1908, p. 5.
780
“Un abuso de la empresa de tranvías”, en La Unión, Valparaíso, 17 de julio de 1908, p. 5.
781
Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., p. 149.
782
Ibid.; León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., describe la misma situación en la p. 74.
783
León Cáceres, Valparaíso..., op. cit., pp. 71-72.
784
Op. cit., pp. 75-76.
228
pero también señala que la prensa popular celebraba su fuerza, alegría e in
dependencia788.
Los inversionistas querían ganancias y, por ende, querían construir las
líneas de tranvía (u otros proyectos) que parecían más rentables. Sin embargo,
cuando la mayoría de ellos vivían en Valparaíso, querían mejores servicios
para su ciudad. Querían mostrar su grandeza por medio de la conquista de los
cerros, que al final fue más difícil que la conquista de la distancia. Como los
inversionistas extranjeros no compartían estos motivos, preferían seguir las
rutas fáciles y dejar que la ciudad fluyera hacia Viña del Mar, flujo que creó
demanda segura para los servicios más caros de la compañía: Nadie camina-
ría de Viña a Valparaíso, pero dentro del Puerto caminar era una alternativa
posible. No tenemos evidencias de que esta empresa tuviera intereses directos
en negocios inmobiliarios viñamarinos, como ocurrió en muchas ciudades del
mundo. Cuando los primeros autobuses independientes entraron en servicio
1908, p. 4.
787
Prudant, op. cit., párrafos 20-21, cita dos poesías; además, la noción surge en muchos
artículos de prensa de la época.
788
Op. cit., párrafos 20 y 25-33.
229
789
Todos los datos sobre autobuses en Estrada Turra, “Tecnología...”, op. cit., p. 153.
790
Espinoza, op. cit., pp. 189 y 193.
791
Gobierno de Chile, Chile, p. 49.
230
Conclusión
792
Cáceres, op. cit., pp. 51-52.
231
793
Blakemore, op. cit., p. 68.
794
Silva, op. cit., p. 287.
232
795
Jules Verne, Paris au xxe siecle.
233
234
235
237
238
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240
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248
249
250
Títulos publicados
1990-2017
Fernández Labbé, Marcos, Bebidas alcohólicas en Chile. Una historia económica de su fo-
mento y expansión, 1870-1930 (Santiago, 2010, 270 págs.).
Fondo de Apoyo a la Investigación 1992, Informes, Nº 1 (Santiago, julio, 1993).
Fondo de Apoyo a la Investigación 1993, Informes, Nº 2 (Santiago, agosto, 1994).
Fondo de Apoyo a la Investigación 1994, Informes, Nº 3 (Santiago, diciembre, 1995).
Fondo de Apoyo a la Investigación 1995, Informes, Nº 4 (Santiago, diciembre, 1996).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 1998, Informes, Nº 1 (Santiago, diciembre,
1999).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 1999, Informes, Nº 2 (Santiago, diciem-
bre, 2000).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2000, Informes, Nº 3 (Santiago, diciem
bre, 2001).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2001, Informes, Nº 4 (Santiago, diciem-
bre, 2002).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2002, Informes, Nº 5 (Santiago, diciembre,
2003).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2003, Informes, N° 6 (Santiago, diciembre,
2004).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2004, Informes, N° 7 (Santiago, diciembre,
2005).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2005, Informes, N° 8 (Santiago, diciembre,
2006).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2006, Informes, N° 9 (Santiago, diciembre,
2007).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2007, Informes, N° 10 (Santiago, diciembre,
2008).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2008, Informes, N° 11 (Santiago, diciembre,
2009).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2009, Informes, N° 12 (Santiago, diciembre,
2010).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2010, Informes, N° 13 (Santiago, diciembre,
2011).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2011, Informes, N° 14 (Santiago, diciembre,
2012).
Fondo de Apoyo a la Investigación Patrimonial 2012, Informes, N° 15 (Santiago, diciembre,
2013).
Biblioteca Darwiniana
Darwin, Charles, Observaciones geológicas en América del sur, traducción de María Teresa
Escobar Budge (Santiago, 2012, 464 págs.).
Fitz Roy, Robert, Viajes del “Adventure” y el “Beagle”. Apéndices (Santiago 2013, 360
págs.).
Fitz Roy, Robert, Viajes del “Adventure” y el “Beagle”. Diarios, traducción de Armando
García González (Santiago 2013, 584 págs.).
Vol. i Jaime Valenzuela Márquez, Bandidaje rural en Chile central, Curicó, 1850-1900
(Santiago, 1991, 160 págs.).
Vol. ii Verónica Valdivia Ortiz de Zárate, La Milicia Republicana. Los civiles en armas.
1932- 1936 (Santiago, 1992, 132 págs.).
Vol. iii Micaela Navarrete, Balmaceda en la poesía popular 1886-1896 (Santiago, 1993,
126 págs.).
Vol. iv Andrea Ruiz-Esquide F., Los indios amigos en la frontera araucana (Santiago, 1993,
116 págs.).
Vol. v Paula de Dios Crispi, Inmigrar en Chile: estudio de una cadena migratoria hispana
(Santiago, 1993, 172 págs.).
Vol. vi Jorge Rojas Flores, La dictadura de Ibáñez y los sindicatos (1927-1931) (Santiago,
1993, 190 págs.).
Vol. vii Ricardo Nazer Ahumada, José Tomás Urmeneta. Un empresario del siglo xix (San-
tiago, 1994, 289 págs.).
Vol. viii Álvaro Góngora Escobedo, La prostitución en Santiago (1813-1930). Visión de las
élites (Santiago, 1994, 259 págs.).
Vol. ix Luis Carlos Parentini Gayani, Introducción a la etnohistoria mapuche (Santiago,
1996, 136 págs.).
Vol. x Jorge Rojas Flores, Los niños cristaleros: trabajo infantil en la industria. Chile, 1880-
1950 (Santiago, 1996, 136 págs.).
Vol. xi Josefina Rossetti Gallardo, Sexualidad adolescente: Un desafío para la sociedad chi-
lena (Santiago, 1997, 301 págs.).
Vol. xii Marco Antonio León León, Sepultura sagrada, tumba profana. Los espacios de la
muerte en Santiago de Chile, 1883-1932 (Santiago, 1997, 282 págs.).
Vol. xiii Sergio Grez Toso, De la “regeneración del pueblo” a la huelga general. Génesis y
evo- lución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890) (Santiago, 1998, 831
págs.).
Vol. xiv Ian Thomson y Dietrich Angerstein, Historia del ferrocarril en Chile (Santiago,
1997, 279 págs.).
Vol. xiv Ian Thomson y Dietrich Angerstein, Historia del ferrocarril en Chile, 2ª edición
(Santiago, 2000, 312 págs.).
Colección de Antropología
Vol i. Rodrigo Sánchez R. y Mauricio Massone M., La Cultura Aconcagua (Santiago, 1995,
64 págs.).
Vol. i Aunque no soy literaria. Rosa Araneda en la poesía popular del siglo xix, compilación
y estudio Micaela Navarrete A. (Santiago, 1998, 302 págs.).
Vol. ii Por historia y travesura. La Lira Popular del poeta Juan Bautista Peralta, compi
lación y estudio Micaela Navarrete A. y Tomás Cornejo C. (Santiago, 2006, 302
págs.).
Vol. iii Los diablos son los mortales. La obra del poeta popular Daniel Meneses, compilación
y estudios Micaela Navarrete A. y Daniel Palma A. (Santiago, 2008, 726 págs.).
Vol. iv Si a tanta altura te subes. “Contrapunto” entre los poetas populares Nicasio García y
Adolfo Reyes, compilación y estudios Micaela Navarrete A. y Karen Donoso F. (San-
tiago, 2011, 530 págs.).
Samuel J. Martland
objetivo principal es promover la crecimiento, más o menos 1820-1920, sus autoridades muni Historiador urbano y de las tec
investigación en las áreas men
cionadas y facilitar su conocimien
cipales y líderes particulares intentaron dominar la natura
leza y unificar la ciudad con las redes tecnológicas ofrecidas
1820-1920 nologías, ejerce como Professor
of History and Latin American
to. Recoge monografías de autores por el mismo desarrollo industrial global que impulsaba su Studies en el Rose-Hulman Ins-
nacionales y extranjeros sobre la crecimiento. Al mismo tiempo, crearon un sistema de regla Samuel J. Martland titute of Technology, Terre Hau
historia de Chile o sobre algún as mentos tanto para evitar los peligros creados por las nuevas te, Indiana, EEUU. Estudió en
pecto de la realidad nacional obje- máquinas y los nuevos productos como para controlar el Santiago en 1995 como alumno
to de estudio de alguna ciencia comportamiento de las personas. de pregrado de intercambio y
humanista o social. Con un siglo de experimentos técnicos y legales, que con ha pasado mucho tiempo en
A través de esta Colección, la frecuencia tardaban mucho en dar resultados o quedaban Chile desde esa primera visita.
Dirección de Bibliotecas, Archi inconclusos por falta de fondos, por información técnica in En 2010 enseñó como profesor
vos y Museos no sólo se vincula y adecuada o por desacuerdos entre los interesados, la Mu visitante en la Facultad de Ar
dialoga con el mundo intelectual nicipalidad, los contratistas, los consumidores y el Estado quitectura, Diseño e Urbanismo
y el de los investigadores, además, construyeron por lo menos dos Valparaísos: uno de gas y de la Pontificia Universidad
contribuye a acrecentar y difun tranvías, electricidad y desagües, y otro de ley y costumbre. Católica de Chile. Ha publicado
dir el patrimonio cultural de la Las negociaciones entre todos estos actores también contri varios artículos sobre Valparaí
nación gracias a los trabajos de buyeron a construir el Estado chileno. Si bien ministros y so, Santiago y los Telégrafos del
CONSTRUIR VALPARAÍSO:
en el siglo xix.
1820-1920
CENTRO
DE INVESTIGACIONES
DIEGO BARROS ARANA
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