Nigua fue un destino clave en el comercio de esclavos transatlántico en la República Dominicana y el sitio de la primera rebelión de esclavos en el Nuevo Mundo en 1521. La comunidad preserva importantes patrimonios culturales como ingenios de azúcar y una ermita que datan del siglo XVI y XVIII, que reflejan la historia de esclavitud y cimarronaje. Nigua también alberga expresiones culturales vivas como música, danza y rituales que tienen sus raíces en las tradic
0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
79 vistas1 página
Nigua fue un destino clave en el comercio de esclavos transatlántico en la República Dominicana y el sitio de la primera rebelión de esclavos en el Nuevo Mundo en 1521. La comunidad preserva importantes patrimonios culturales como ingenios de azúcar y una ermita que datan del siglo XVI y XVIII, que reflejan la historia de esclavitud y cimarronaje. Nigua también alberga expresiones culturales vivas como música, danza y rituales que tienen sus raíces en las tradic
Nigua fue un destino clave en el comercio de esclavos transatlántico en la República Dominicana y el sitio de la primera rebelión de esclavos en el Nuevo Mundo en 1521. La comunidad preserva importantes patrimonios culturales como ingenios de azúcar y una ermita que datan del siglo XVI y XVIII, que reflejan la historia de esclavitud y cimarronaje. Nigua también alberga expresiones culturales vivas como música, danza y rituales que tienen sus raíces en las tradic
Nigua fue un destino clave en el comercio de esclavos transatlántico en la República Dominicana y el sitio de la primera rebelión de esclavos en el Nuevo Mundo en 1521. La comunidad preserva importantes patrimonios culturales como ingenios de azúcar y una ermita que datan del siglo XVI y XVIII, que reflejan la historia de esclavitud y cimarronaje. Nigua también alberga expresiones culturales vivas como música, danza y rituales que tienen sus raíces en las tradic
Nigua en el tránsito dominicano de una identidad negada y vedada, a la revalorización de un
rostro ocultado Nigua constituye un punto de referencia para reflexionar acerca de la diáspora africana y/o la afrodescendencia. Aquí, en la sociedad dominicana, se desarrolla una recreación fiel de la africanía. Es un lugar de memoria asociado a la trata trasatlántica de africanos. Desde Nigua se marcaron los inicios de la industria azucarera del Caribe, convirtiéndose en receptora de los primeros contingentes de africanos para ser esclavizados en el Nuevo Mundo, dando origen y evolución a la esclavitud de los africanos en las Américas, cuyas consecuencias históricas aún persisten en las sociedades latinoamericanas y caribeñas. Siendo destino de la trata, Nigua produjo hechos históricos y sociales que darían contenido al perfil de la diversidad cultural de la sociedad dominicana, albergada en una memoria histórica de contradicciones múltiples que moldearían la esencia de la identidad cultural de nuestros pueblos, haciéndonos hermanos en la historia con África, y los pueblos de América y el Caribe. El África humillada, no solo la esclava, se detuvo aquí, y desde los inicios de la colonización expresó su rebeldía a la cobardía esclavista. Un punto álgido de esa construcción histórica de la africanía lo sintetiza la primera rebelión negra del Nuevo Mundo (Nigua, 1521) protagonizada por miembros de la etnia wolof, procedentes de Senegambia. A lo anterior se suma el momento más conspicuo de la resistencia del africano a la esclavitud en el Santo Domingo español, la gran rebelión negra de Boca de Nigua, del 30 de octubre del 1796. El suelo de esta comunidad es abonado por expresiones culturales que nos remiten a la dignidad de los oprimidos. La relación de bienes patrimoniales que perviven y que son asumidos, son expresiones de la huella y el legado histórico asociado al ser africano. Encontramos asentamientos humanos del ethos africano, ruinas y monumentos de los primeros ingenios y trapiches azucareros de América. Espacios geográficos, cuyas toponimias responden a voces de origen africano, y la recreación viva de expresiones culturales que identifican a la comunidad dominicana. La presencia y la memoria de la diáspora africana sitúa al municipio de Nigua, provincia de San Cristóbal, como una comunidad dueña de una singularidad cultural tangible e intangible relacionada a la esclavitud y el cimarronaje, como es su conjunto histórico monumental, integrado por el Ingenio de Boca de Nigua (siglo XVIII), el Ingenio de Diego Caballero (siglo XVI) y la Ermita de San Gregorio Magno (siglo XVI). En Nigua encontramos una suma de simbologías infinitas que guardan una relación dialéctica con expresiones culturales de alto valor patrimonial de cohesión comunitaria; espacios ceremoniales, sitios arqueológicos, arquitectura vernácula, santuarios de prácticas de religiones de influencias africanas, tradiciones musicales y danzarinas, rituales populares, fiestas populares, mitos y enigmas asociados a la tradición oral, curativa y culinaria, y una población que reivindica su africanía en un contexto étnico-social hostil. Es Nigua, potencialmente, un nicho privilegiado para resituar los estudios y la revalorización de la presencia africana en el Nuevo Mundo.