Lengua 3eraño C.Básico - Relatos-Policiales
Lengua 3eraño C.Básico - Relatos-Policiales
Lengua 3eraño C.Básico - Relatos-Policiales
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RELATOS POLICIALES
CICLO: Básico
1
Material sintetizado del Ateneo “El género policial” del Programa Nacional de Formación Situada. Año 2018
Esta secuencia propone recorrer una serie de cuentos que están unidos por una
marca de género: el policial. Como se expone para todos los itinerarios, no se trata
de reflexionar sobre el verosímil policial desde la primera clase, porque esto teñiría
todas las futuras lecturas. Por el contrario, se trata de comenzar leyendo para más
tarde sistematizar y abstraer los aspectos comunes.
El origen del género policial estuvo centrado en los relatos clásicos de enigma, allí
el detective o investigador concentra todas las capacidades de deducción,
comparables con las que tiene que tener un buen lector que no se deja llevar por
primeras impresiones. Estos detectives, como los lectores esperados para este
género, tienen que tener cualidades para observar, identificar pistas, reconstruir
hechos y asociar sentidos. El trabajo de los detectives en el policial de enigma se
focaliza en los detalles, lo que parece no tener importancia (pero da sentido al
relato) y que es dejado de lado por el común de la gente (aquello que un lector
experto no deja de lado).
Desarrollo de la Tarea
La presente secuencia fue planteada para que, durante estos días que van a estar
en casa, los alumnos lean y relean tres cuentos policiales. Se trata de poner
intensidad en el relato policial, lo que supone no solo conocer historias, sino
también reflexionar sobre los indicios, las características psicológicas y físicas de
los personajes, el contexto histórico en el que actúan, el trabajo narrativo con el
suspenso, la destreza lógica en la concatenación de hechos y detalles, lo que dice
y lo que no dice el relato para lograr ciertos efectos, entre otros.
Autor Título
Rodolfo Walsh Tres portugueses bajo un paraguas
Roberto Arlt El Crimen casi perfecto
Rodolfo Walsh En defensa propia
✔ Lectura parcial
En esta primera lectura, se plantea que el alumno lea en voz alta (o en silencio) el
cuento excepto la parte 11 y 12. Aquí se sugiere tapar las dos últimas
partes y hacer la siguiente actividad antes de la lectura completa.
Después de haber leído y analizado dos cuentos del género policial, la propuesta
es completar el siguiente cuadro que posibilitara el seguimiento, relación y
contraste entre los textos leídos. Para esto deberán recuperar las notas
realizadas, los glosarios, entre otros.
Texto 1
1
El primero portugués era alto y flaco.
El segundo portugués era bajo y gordo.
El tercer portugués era mediano.
El cuarto portugués estaba muerto.
2
- ¿Quién fue?- preguntó el comisario Jiménez.
- Yo no - dijo el primer portugués.
- Yo tampoco - dijo el segundo portugués.
- Yo menos - dijo el tercer portugués.
3
Daniel Hernández puso los cuatro sombreros sobre el escritorio.
El sombrero del primer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del segundo portugués estaba seco en el medio.
El sombrero del tercer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del cuarto portugués estaba todo mojado.
4
- ¿Qué hacían en esa esquina? - preguntó el comisario Jiménez.
- Esperábamos un taxi - dijo el primer portugués.
- Llovía muchísimo - dijo el segundo portugués.
- ¡Cómo llovía! - dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.
5
- ¿Quién vio lo que pasó? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo miraba hacia el norte - dijo el primer portugués.
- Yo miraba hacia el este - dijo el segundo portugués.
- Yo miraba hacia el sur - dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba muerto. Murió mirando hacia el oeste.
6
- ¿Quién tenía el paraguas? - preguntó el comisario Jiménez.
- Yo tampoco - dijo el primer portugués.
- Yo soy bajo y gordo - dijo el segundo portugués.
- El paraguas era chico - dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués no dijo nada. Tenía una bala en la nuca.
7
- ¿Quién oyó el tiro? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo soy corto de vista - dijo el primer portugués.
- La noche era oscura - dijo el segundo portugués.
- Tronaba y tronaba - dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba borracho de muerte.
8
- ¿Cuándo vieron al muerto? - preguntó el comisario Jiménez.
- Cuando acabó de llover - dijo el primer portugués.
- Cuando acabó de tronar - dijo el segundo portugués.
- Cuando acabó de morir - dijo el tercer portugués.
Cuando acabó de morir.
9
- ¿Qué hicieron entonces? - preguntó Daniel Hernández.
- Yo me saqué el sombrero - dijo el primer portugués.
- Yo me descubrí - dijo el segundo portugués.
- Mis homenajes al muerto - dijo el tercer portugués.
Los cuatro sombreros sobre la mesa.
10
- Entonces, ¿qué hicieron? - preguntó el comisario Jiménez.
- Uno maldijo la suerte - dijo el primer portugués.
- Uno cerró el paraguas - dijo el segundo portugués.
- Uno nos trajo corriendo - dijo el tercer portugués.
El muerto estaba muerto.
11
- Usted lo mató - dijo Daniel Hernández.
- ¿Yo, señor? - preguntó el primer portugués.
- No, señor - dijo Daniel Hernández.
- ¿Yo, señor? - preguntó el segundo portugués.
- Sí, señor - dijo Daniel Hernández.
12
- Uno mató, uno murió, los otros dos no vieron nada - dijo Daniel Hernández. - Uno
miraba al norte, otro al este, otro al sur, el muerto al oeste. Habían convenido en
vigilar
cada uno una bocacalle distinta, para tener más posibilidades de descubrir un
taxímetro
en una noche tormentosa.
"El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les
mojó la
parte delantera del sombrero.
"El que miraba al norte y el que miraba al sur no tenían que darse vuelta para
matar al
que miraba al oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o derecho a un
costado. El que
miraba al este, en cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de
espaldas a
la víctima. Pero al darse vuelta se le mojó la parte de atrás del sombrero. Su
sombrero
está seco en el medio; es decir, mojado adelante y atrás. Los otros dos sombreros
se
mojaron solamente adelante, porque cuando sus dueños se dieron vuelta para
mirar el
cadáver, había dejado de llover. Y el sombrero del muerto se mojó por completo
por el
pavimento húmedo.
"El asesino utilizó un arma de muy reducido calibre, un matagatos de esos con
que juegan
los chicos o que llevan algunas mujeres en sus carteras. La detonación se
confundió con
los truenos (esta noche hubo tormenta eléctrica particularmente intensa). Pero el
segundo portugués tuvo que localizar en la oscuridad el único punto realmente
vulnerable
a un arma tan pequeña: la nuca de su víctima, entre el grueso sobretodo y el
engañoso
sombrero. En esos pocos segundos, el fuerte chaparrón le empapó la parte
posterior del
sombrero. El suyo es el único que presenta esa particularidad. Por lo tanto, es el
culpable."
El primero portugués se fue a su casa. Al segundo no lo dejaron. El tercero se
llevó el
paraguas. El cuarto portugués estaba muerto. Muerto.
Texto 2