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Virginidad de Maria

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1

LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO


Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

LA VIRGINIDAD DE MARÍA
UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO

DIÁCONO MARCO ANIBAL ALVAREZ PINTO


DIOCESIS DE ARAUCA

TRABAJO DE SÍNTESIS TEOLÓGICA

Director: Pbro: JOSE MARIA CORDOBA


SANTAFE DE BOGOTA D.C.
SEMINARIO INTERMISIONAL SAN LUIS BERTRÁN
FACULTAD DE TEOLOGIA
2001
2
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN................................................................................................................ 6

1. ALGUNOS FUNDAMENTOS BIBLICOS DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA......................7

1.1. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:..........................................................................................7

1.2. EN EL NUEVO TESTAMENTO:.............................................................................................8

2. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA......................................11

2.1. LOS TRES PRIMEROS SIGLOS.............................................................................................11

2.2. SIGLO IV..................................................................................................................................12

2.3. SIGLO VI..................................................................................................................................12

2.4. SIGLO VII................................................................................................................................13

2.5. SIGLO XI..................................................................................................................................13

2.6. SIGLO XIX – XX.....................................................................................................................14

2.7. LA VIRGINIDAD DE MARÍA EN LOS CONCILIOS............................................................15

2.8. LA VIRGINIDAD DE MARÍA EN LOS PAPAS....................................................................16

3. SENTIDO TEOLÓGICO DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA............................................17

3.1. LA DIVINIDAD DE DIOS Y LA VIRGEN COMO ICONO DEL HIJO.................................17

3.2. RELACIÓN ENTRE LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA Y SU CONCEPCIÓN


VIRGINAL......................................................................................................................................19

3.3. UNA APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO ECLESIOLÓGICO DE SU VIRGINIDAD.....20

4. LA CONCEPCIÓN VIRGINAL DE JESÚS O VIRGINIDAD ANTES DEL PARTO.........23

4.1. RAZONES DE CONVENIENCIA...........................................................................................23


3
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

4.2. SEMEJANZA...........................................................................................................................24

4.3. MENSAJE DE LA SAGRADA ESCRITURA.........................................................................24

4.4. LA FE DE LOS PADRES.........................................................................................................28

4.5. PROBLEMÁTICA ACTUAL...................................................................................................29

5. NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO O VIRGINIDAD EN EL PARTO........................33

5.1. RAZONES DE CONVENIENCIA...........................................................................................33

5.2. MATERNIDAD SIN DOLOR..................................................................................................33

5.3. SEMEJANZAS.........................................................................................................................34

5.4. DOCTRINA DE LA SAGRADA ESCRITURA.......................................................................35

5.5. LA FE DE LA IGLESIA...........................................................................................................35

5.6. ALGUNAS REFLEXIONES....................................................................................................36

5.7. SITUACIÓN DEL TEMA........................................................................................................36

5.8. SENTIDO VIRGINAL DEL PARTO.......................................................................................38

6. LA VIRGINIDAD DESPUÉS DEL PARTO.....................................................................40

6.1. RESPECTO A LA SAGRADA ESCRITURA..........................................................................40

6.2. LA FE DE LA IGLESIA...........................................................................................................42

6.3. VIRGINIDAD PERFECTA Y PERPETUA DE LA MADRE DE DIOS..................................43

6.4.SENTIDO DE LA VIRGINIDAD PERPETUA.........................................................................43

6.5. RAZONES DE CONVENIENCIA DE LA VIRGINIDAD DESPUÉS DEL PARTO:.............44

7. APLICACIÓN PASTORAL.............................................................................................45

7.1. ¿QUÉ ES LA VIRGINIDAD?..................................................................................................45

7.2. LA CASTIDAD........................................................................................................................48

7.3. EL CELIBATO.........................................................................................................................49

8. ALGUNAS AYUDAS PARA EL CONTROL DE LA SEXUALIDAD................................51


4
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

CONCLUSIONES..............................................................................................................56

BIBLIOGRAFIA.................................................................................................................60
5
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

OBJETIVOS

GENERAL: Recoger algunos de los principales argumentos en torno al amplio y


complejo tema de la virginidad de María y elaborar a partir de ellos una reflexión
sobre la virginidad, el celibato y la castidad con el fin de ofrecer al hombre del
nuevo milenio algunos medios para conservarlos.

ESPECÍFICOS:
 Fundamentar Bíblicamente el Dogma de La Virginidad de María.
 Ver algunos de los aportes que se han hecho a lo largo de la historia de la
Iglesia sobre la Virginidad de "La siempre Virgen María".
 Recoger alagunos de los elementos teológicos del Dogma Mariano de La
Virginidad.
 Presentar los tres momentos de la Virginidad de María Virgen
 Elaborar una reflexión en torno a los temas de la virginidad, la castidad y el
celibato y ofrecer algunos medios para conservarlos.
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LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

INTRODUCCIÓN

María no sólo es una virgen, sino que es – como confiesa expresamente el credo
de Niceno constantinopolitano en el año 381 - la ”virgen” tal como aparece en la
siguiente afirmación:
“Creemos... en un solo Señor Jesucristo Hijo de Dios unigénito... , que por nosotros
los hombres y por nuestra salvación bajó y se encarnó , es decir, fue perfectamente
engendrado de Santa María “siempre Virgen” por obra del Espíritu Santo..." 1 y he aquí
que la condicion virginal de María aparece entonces no como parte de un momento de
su vida sino como la característica primordial de toda su historia y por eso la fe de la
Iglesia ha sentido la necesidad de confesarla como la “siempre virgen” 2.
María es, pues, la inventora de la virginidad voluntaria. Ella la descubrió por amor
como un don exclusivo y total a Dios. Ella es en este sentido la pionera ya que
como el mismo evangelio lo afirma: Ella no conocía varón (Lc. 1,34). Su cuerpo
permanecía intacto y lo conservaba así por amor a Dios.
María es la virgen. Este es el reconocimiento que la fe cristiana hace desde sus
orígenes, que estan atestiguados en la Palabra normativa y fontal del Nuevo
Testamento y que nosotros queremos invesigar aquí, partiendo del relato pascual
de los orígenes y esforzándonos por alcanzar en la medida de lo posible los
niveles de profundidad de este misterio presentes en él respecto a Dios, respecto
a la Iglesia y respecto a la condición humana pues su virginidad es ante todo fe
pura que habrá de inspirarle un don total a Dios, incluido su cuerpo. Este don no
es esterilidad, sino principio de una fecundidad nueva: El céntuplo Evangélico que
la convierte en Madre de Dios y madre de los hombres, sus hermanos, según el
legado de Cristo en el Calvario: “ Aquí tienes a tu madre” (Jn 19,25-29).
María es un ejemplo. Su elección exclusiva la ha hecho Madre al Céntuplo, y nos
enseña a todos los cristianos, casados y célibes – sean célibes voluntarios o a
pesar suyo-, la fe que inspira y hace fructífero cualquier estado de vida
Intentemos pues, acoger su propuesta de amor y tratemos de averiguar y de ver
(tal como lo planteamos en el ùltimo capítulo), si existen algunos medios que nos
ayuden a vivir vírgenes, castos, Y/o célibes según la condición que hayamos
asumido para sí.

1
CONCILIO Constantinopolitano II (553), en Dz 150
2
Ibídem. Dz. 422, 503
7
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

1. ALGUNOS FUNDAMENTOS BIBLICOS

DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA

1.1. EN EL ANTIGUO TESTAMENTO:

Aunque no existe en la sagrada Escritura ningún texto explícito sobre esta verdad
dogmática sobre el tema de la virginidad de María, en la Bula definitoria del dogma
de la Inmaculada encontramos varios pasajes bíblicos aducidos por el Papa Pío IX
que pueden servirnos como principios orientadores de esta reflexión.
En la perícopa de Gen. 3, 15. el autor parece acercarse al tema de "la siempre
virgen María" al elaborar el paralelismo entre la enemistad de la mujer con el
diablo y la enemistad del descendiente de la mujer – el Mesías- con la serpiente.
Enemistad que es total, absoluta y radical y que se cumple en María porque ella
nunca ha estado sujeta a la ley del pecado: Ha sido concebida sin pecado original.
También en Isaías encontramos una profecía, hecha 754 años antes del
nacimiento de Cristo que nos anuncia: “He aquí que la Virgen concebirá y dará a
luz un hijo a quien pondrá por nombre Emmanuel”.
Is. 7, 14: "...11. Volvió Yahvé a hablar a Ajáz diciendo: Pide para ti una señal de Yahvé tu Dios en lo
profundo del sheol o en lo más alto. 12. Dijo Ajáz: No la pediré, no tentaré a Yahvé. 13. Dijo Isaías:
Oíd pues, casa de David: ¿Os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi Dios?
14. Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que la doncella está encinta y va a
dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel".

Las Palabras Concebirá y dará a luz, ambas se refieren al sustantivo Virgen con el
mismo sentido de presencialidad. Para muchos teólogos en este versículo se
afirma tanto la concepción, como el parto Virginal.
Dice san JUSTINO, en su apología: "Oid de qué modo predijo Isaías con palabras
precisas, que Jesús había de nacer de una virgen. Así habló: he aquí que una
virgen... Las cosas que eran increíbles y que a los hombres parecían imposibles,
Dios las predijo como futuras, para que cuando sucedieran no se les negara fe,
sino que se creyeran por haber sido predichas".
No olvidemos, sin embargo, un dato interesante al respecto. En el Antiguo
Testamento la virginidad no se veía como un valor, sino que incluso se
consideraba una maldición. Sin embargo, los profetas utilizan la imagen de la
“virgen Israel” en el contexto de la alianza (Jr. 18,13,31,4.21; Am 5,1-6): La idea es
que Israel pierde su virginidad cuando se aparta de la fidelidad del Señor, único
esposos de su pueblo (Os. 2). La presentación de María como virgen en los
relatos de la infancia manifiesta por tanto su condición ante la iniciativa divina,
evocando sobre el trasfondo veterotestamentario su fe de mujer hebrea, fiel al
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LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

pacto establecido entre Dios y la casa de Israel. Además, el título de virgen está
cargado de un valor mesiánico en el uso que de él hace Mateo 1,23 en referencia
a Isaías 7,14: “he aquí que la virgen concebirá y dará a luz a un hijo que será
llamado Emmanuel “. Desde este punto de vista María, y por consiguiente, la
virginidad en el momento de la anunciación es, ante todo y de hecho, la
constatación de un dato: La condición de una mujer joven, que todavía no ha
conocido varón. Pero se sitúa además en un clima religioso de espera mesiánica,
de espiritualidad de la alianza, aunque resulte problemático reconocer en las
palabras dirigidas al ángel – “¡cómo será esto, si yo no tengo relaciones con
ningún hombre! (Lc1,34) - la expresión de un “voto de virginidad” que agrade a su
señor como en antiguos tiempos.

1.2. EN EL NUEVO TESTAMENTO:


1.2.1. San Mateo: (Mt 1, 18 – 24), El texto nos dice con toda claridad que la
concepción de Cristo se realizó Virginalmente, sin concurso de Varón, por obra del
Espíritu Santo: Es la virginidad de María antes del Parto. El Evangelista agregó al
texto: “Que todo esto sucedió para que se cumpliera la Escritura y cita a Is 7,14.
Esto pone de manifiesto la unidad del tema sobre la mujer virgen.
1.2.2. San Lucas: (Lc 1, 26 – 33), La doctrina contenida en esta perícopa, se
puede sintetizar, afirmando que María, ya desposada con José, era Virgen; y que
el modo como ha de concebir es por obra del Espíritu Santo, no por obra de
Varón. San Lucas nos ofrece como nota teológica particular, la pregunta de Santa
María al Angel Gabriel: “Cómo será esto si no conozco varón”3.
Estas palabras de la virgen revelan su firme y decidido propósito de mantener
consagrada a Dios su Virginidad desde antes de concebir el Hijo de Dios, y esa
actitud que era fruto de la gracia, debe llevarnos a suponer también que María
después de ser Madre de Dios siguió conservando con fidelidad su virginidad
santificada. De lo contrario, sería una actitud ilógica de parte de Dios, el que
hiciera dos portentosos milagros para conservar la virginidad de su Madre en la
Concepción y en el Parto, si tal integridad no se hubiera de conservar.
Según el teólogo de LA POTTERIE, la lectura más correcta de Lc, 1,35 es: “Lo
que nacerá Santo, será llamado Hijo de Dios”; en esta interpretación el adjetivo
santo califica al nacimiento, pues el nacer Santo implica la ausencia de
contaminación y, más en concreto, de la contaminación de la efusión de la Sangre
que hacía impura a la mujer 4; por tanto, cuando el ángel dice que: “nacerá Santo",
está indicando, que el Parto será Virginal 5

3
Cf. Lc 1, 34
4
Según Levítico 12, 2.5; 18, 19
5
María Madre del Redentor, Eunsa Pág 216
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LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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Además, hay indicios muy significativos de que el parto ha sido milagroso,


teniendo en cuenta las notas teológicas características de San Lucas, cuando dice
que María: “Dio a luz a su primogénito y lo envolvió en pañales y lo reclinó en el
pesebre”. Es la misma madre la que acaba de dar a luz la que puesta
inmediatamente a su hijo, sin ayuda de nadie, los primeros cuidados, que se
reducen a abrigo y dejarlo sobre el pesebre. Así lo han interpretado algunos
padres de la Iglesia y exegetas antiguos y modernos.
1.2.3. San Juan: (19, 25): En el calvario Jesús agonizante confía María a su
discípulo amado, Juan. Este hecho ha sido considerado por los Padres de la
Iglesia como una constatación sensible de que María no tuvo ningún otro hijo,
pues sería extraño, en tal caso, la petición de Cristo a Juan. El testamento de la
Cruz es, pues, una prueba implícita de la perpetua virginidad de María.
Ahora bien, hay que anotar que en lo más profundo de estos textos lo único que
se puede ver es “una orientación, una atracción profunda por la vida virginal, un
profundo deseo de virginidad sentido y vivido existencialmente por María, pero
que no había podido tomar la forma de una decisión, dado que esto era imposible
en el ambiente social en que vivía: la condición física de virginidad remite a una
condición espiritual más profunda: María es la creyente, la figura ideal del
discípulo, tal como se complace especialmente Lucas en representarla; “así
avanzó también la santísima virgen en la peregrinación de la fe, y mantuvo
fielmente su unión con el Hijo hasta la cruz” 6, la que es bienaventurada por haber
creído en el cumplimiento de las palabras del señor (Lc,1,54) y la que supo
meditar en profundidad en el interior de su corazón todo lo que le estaba
sucediendo (Lc 2,19.51), a la luz de la Palabra de Dios (Lc. 2,35).
Criatura profundamente femenina en la capacidad de acogida radical, de silencio
fecundo, de receptividad pura y activa del Otros, la virgen llega a identificarse de
este modo con la “hija de Sión” de la esperanza mesiánica (Lc. 1,28 y Sof. 3,14s) y
con la “pobre de Yahvé del magníficat, la mujer que exulta bajo la mirada creadora
de Dios, totalmente abierta a las maravillas que él quiere realizar en ella, más allá
de toda esperanza y deducción, y hasta de un modo realmente revolucionario
respecto a los cálculos y proyectos de este mundo.
Esta total pertenencia al eterno, este ofrecimiento sin reservas de sí misma en
alma y cuerpo para toda la vida, es lo que la fe expresa particularmente en la idea
de la “perpetua virginidad” de María; no se pretende ciertamente significar el
desprecio del amor humano, que estaría totalmente en contra de la figura
evangélica de la joven de galilea y de su vinculación tierna y profunda con José,
sino la radicalidad y permanencia del don incondicionado de sí misma al Dios de
su vida; a fin de dejarse habitar y conducir exclusivamente por él.
A esto hay que añadir una nota importante y es que el testimonio independiente de
Mateo y de Lucas converge, además, en cierto número de datos históricos
6
L.G. 58 Y R.M. 12s
10
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indiscutibles por ejemplo: Jesús es verdaderamente “engendrado” (Mt. 1,20 y Lc.


1,35), en forma pasiva para provocar la trascendencia del origen Paterno), No es
José el que lo engendra (Mt 1,16.18-25, Lc 1,31.34-45;3,24) ; Solamente María
virgen es el origen humano de Jesús (Mt 1,16-25; Lc 1,27.35).
La virginidad de la madre aparece a la luz de esto como el dato objetivo sobre el
que actuó la fuerza creadora del Señor; el punto de enganche humano del milagro
inaudito e indeducible de la encarnación del Verbo. Bajo las claras afirmaciones de
los evangelistas (Mt. 1,18.20) se evoca la experiencia concreta y extraordinaria de
esta mujer que experimentó en si misma el milagro del nuevo comienzo del
mundo. Si desde el punto de vista de María la virginidad del cuerpo y del corazón
es disponibilidad y asentimiento de fe, desde el punto de vista de la obra de Dios
es el lugar de su acción inaudita, la puerta humilde y verdadera de la entrada del
Hijo eterno en la historia de los hombres, la tierra virgen sobre la que actuó el
Espíritu de la Nueva Creación.
11
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2. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA

VIRGINIDAD DE MARÍA

Enuncio de una manera muy general lo que de este asunto se dice a lo largo de la
historia. No quiere decir con ello que no hayan otras apreciaciones igualmente
válidas o incluso más importantes. Al final de este mismo numeral recojo lo que
han dicho los Concilios y algunos de los Papas que en la primera parte no
menciono.

2.1. LOS TRES PRIMEROS SIGLOS.


Haciendo un resumen de la tradición Eclesiástica de esta época, se puede decir
que la concepción virginal activa fue considerada por la Iglesia como un
indiscutible patrimonio doctrinal y fue puesta al servicio de la defensa de la
Divinidad del Redentor, a pesar de que esté en cierto sentido en la encrucijada de
todas las controversias y debates teológicos del siglo II. En efecto, los Padres de
la Iglesia defienden la Virginidad de Santa María, a pesar de que su defensa
pueda resultar incómoda en su controversia con los gnósticos y docetas.
La Virginidad de María es proclamada y reconocida en todos los primitivos
símbolos de Fe:
En el símbolo Niceno-Constantinopolitano, que rezamos en la misa, decimos: "Y tomó carne de la
virgen María por obra del Espíritu santo y se hizo Hombre". Dice muy bien TERRIÉN: "Desde el de
los apóstoles en sus diversas formas , hasta las profesiones de fe más explícitas de Nicea, de
Constantinopla, de Éfeso y de Calcedonia, no hay uno solo en el que María no sea proclamada
Virgen, y en el que no se afirme que Jesucristo, no sólo fue concebido, sino que nació de la Virgen y
del Espíritu Santo"7

La fórmula Romana antigua, contemporánea a la de San HIPÓLITO igualmente


afirma: “Creo en Jesucristo, su único Hijo (de Dios), nuestro Señor, que fue
concebido del Espíritu Santo, nació de María Virgen”.
A partir de estos documentos podemos sostener que desde siglo se distingue
entre el momento de la concepción y el momento del parto, pues concebido y
nacido son dos afirmaciones distintas: La primera se refiere a la concepción
Virginal y la segunda al parto.

7
Tomado de "La Madre de Dios y de los hombres", libro VI, Cap. III
12
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2.2. SIGLO IV.


El Símbolo de SAN HIPIFANIO (374) dice: “Fue perfectamente engendrado de
Santa María, la Siempre Virgen, por Medio del Espíritu Santo”. Dicha afirmación
antepone y añade el "siempre Virgen" (aeiparthernos), con sentido de plenitud y
perpetuidad.
 El credo del Concilio de Constantinopla confiesa igualmente: “que Jesucristo
se encarnó por obra del Espíritu Santo y de María la Virgen y se hizo hombre”.
También en este siglo IV empieza a utilizarse la fórmula ternaria: “Antes del parto,
en el parto y después del parto”, para contrarrestar la doctrina de algunos herejes
que negaban especialmente esto último. En efecto algunos padres salieron en
defensa de la perpetua virginidad de María, contra algunas sectas como:
 Los antidicomarianitas en Arabia, quienes fueron contrarrestados por San
Epifanio;
 Helvidio en Roma, contrarrestado por San Jerónimo.
 Bonoso obispo de Iliria por San Ambrosio.
 Contra Flaviano, patriarca de Constantinopla, contra la herejía monofisista, el
Papa San León Magno en su célebre Epístola Dogmática, formula finalmente la
fe católica sobre la Virginidad de María en la concepción y en el parto de
Cristo.

2.3. SIGLO VI.


De los textos magisteriales posteriores al de Calcedonia cabe hacer una mención
especial de:
 El Concilio II de Constantinopla (553), que en sus cánones incluye la fórmula
aeiparthernos utilizado en el símbolo de San Epifanio.
 La profesión de fe del Papa PELAGIO (557) que confiesa tanto la concepción
Virginal como la virginidad en el parto.
 El sínodo Romano o Lateranense del año 649, presidido por el Papa SAN
MARTÍN I que enseña:
“Si alguien no confiesa, de acuerdo con los santos Padres, que la Santa y siempre Virgen e
Inmaculada María es propia y verdaderamente Madre de Dios, como quiera que propia y
verdaderamente concibió sin semen, por obra del Espíritu Santo, al mismo Dios Verbo que nació del
Padre antes de todos los siglos; y que dio a luz sin corrupción, permaneciendo su virginidad
indisoluble, aun después del parto, sea anatema”
13
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2.4. SIGLO VII.


Mencionemos de manera especial a SAN IDELFONSO de Toledo (667) quien se
distinguió por su apasionada defensa de la Virginidad perpetua de Santa María, en
un tratado con dicho nombre.
La idea perfecta del tratado parece resumirse en las siguientes afirmaciones:
 Cristo es el Mesías prometido en las Escrituras.
 Ese Mesías es Dios y hombre (misterio de la encarnación).
 La maternidad virginal, que estaba anunciada también en el Antiguo
Testamento, es la gran maravilla obrada por Dios.
De esta manera los misterios de la Trinidad y de la encarnación son el
presupuesto y la razón de la maternidad virginal.
También el Concilio XI de Toledo (675) recoge en su símbolo la siguiente doctrina:
“La persona del Hijo asumió una naturaleza humana verdadera, sin pecado, de la santa e
inmaculada Virgen María; de la cual nació según un nuevo orden de cosas y un nuevo nacimiento:
Un nuevo orden de cosas, porque invisible en su divinidad aparece visible en la carne; nació con un
nuevo nacimiento, porque una virginidad intacta proporcionó la materia de su cuerpo fecundado por
el Espíritu Santo y sin conocer contacto de Varón. Este parto de la Virgen ni se descubre con la
razón, ni hay ejemplo que lo esclarezca; porque si se descubre con la razón no es admirable; si se
esclarece con un ejemplo, no es singular”

Y con él, los concilios IV de Letrán y II de Lyon profesan y defienden la perpetua


virginidad de María: “Jesucristo unigénito Hijo de Dios, encarnado.. Concebido de
María siempre Virgen, por cooperación del Espíritu Santo”; “Creemos que el
mismo hijo de Dios, Verbo de Dios, eternamente nacido del Padre en la
divinidad... nació temporalmente del espíritu Santo y de María siempre virgen”.

2.5. SIGLO XI.


Cabe destacar la actuación del Papa Pablo VI y la de Clemente VIII: El Papa
Pablo IV sale al paso de los errores difundidos por algunos protestantes mediante
la bula "Cum quorumdam". En ella se condena a los que afirman que “la
Beatísima y siempre Virgen María no concibió por obra del Espíritu Santo, sino
como los demás hombres del semen de José... ni permaneció siempre en la
integridad de la virginidad, es decir, antes del parto, en el parto, y después del
parto”
Y Clemente VIII da la explicación auténtica del misterio de la Virginidad en el Motu
Propio "Pastoralis Romani" al declarar el tercer artículo del credo. Enseña este
papa que se dice nacido de María Virgen: “Porque también en esto hay gran
novedad ya que el Hijo de Dios salió del vientre de la Madre, no dejando señal
alguna de su salida... y por esto se dice que la Madre de Nuestro señor Jesucristo
fue Virgen antes del Parto, en el parto y después del parto”
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LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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2.6. SIGLO XIX – XX


Veamos en primer lugar algunas interpretaciones incorrectas de los racionalistas y
los modernistas de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX:
 Afirmaron que la concepción virginal de Jesús es un mito Cristiano surgido por
influencias paganas: Helenistas, egipcias o persas.
 Otros pretendieron fundar esta teoría del mito de la concepción virginal de
Jesús en el supuesto entusiasmo mitificador de los primeros Cristianos, en su
afán de Divinizar a Cristo.
 En los últimos años han surgido algunas interpretaciones que, por el influjo de
planteamientos racionalistas, presentan la concepción de Cristo con un sentido
meramente Simbólico – religioso.
 Algunos autores han entendido la concepción Virginal como simple expresión
de la suma gratuidad del don que Dios nos hizo en su hijo. Razonan así: “Si
toda paternidad y maternidad son realmente un don que viene de Dios, Jesús
es el supremo don divino a los hombres, el don más excelso; sólo eso
significaría la concepción virginal de Jesús”. Pero decir simplemente que
Jesús es el don supremo y más excelso de Dios a los hombres no es afirmar el
hecho de que ha sido concebido virginalmente; una cosa es la gratuidad de un
don y otra el modo como ese don nos llega.
Aunque estas interpretaciones no niegan explícitamente la concepción Virginal de
Cristo, silencian su sentido más estricto y esencial (Que Jesús fue concebido sin
semen y por obra del Espíritu Santo), y presentan la concepción virginal como
una mera expresión simbólica de la gratuidad divina, con lo cual parecen olvidar el
realismo biológico que implica esta gran verdad.
Estas opiniones buscar vaciar la concepción Virginal de su sentido biológico (que
sería en María una mera castidad conyugal) y hacen una dicotomía entre la
concepción virginal, cuyo protagonista es Jesús, y la virginidad biológica, que
pertenece a María.
Otros autores ponen en tela de juicio la concepción Virginal basándose en que el
único modo racional de admitir esa concepción es acudir a la partenogénesis.
Pero aunque esta pudiera realizarse, nunca resultaría de ella un varón, sino una
mujer, ya que el cromosoma Y no pertenece al genoma femenino. Por tanto, un
óvulo virginal nunca posee el cromosoma que origina el sexo masculino. En el
fondo de esta teoría hay un prejuicio de carácter racionalista que lleva a rechazar
el poder omnipotente Divino, que puede hacer el milagro de engendrar una
naturaleza humana que se une al verbo, en el seno de María Santísima.
15
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

Ante tales interpretaciones incorrectas la Congregación para La Doctrina de la fe


(en ese entonces (1961) el santo Oficio) salió al paso de las doctrinas de algunos
autores modernos que tratan del Dogma de la Virginidad en el parto, discordando
claramente de la doctrina tradicional de la Iglesia y del sentir piadoso de los fieles.
Y con ésta, el Papa PABLO VI quien, en su carta al Cardenal ALFRINK sobre los
puntos en que el catecismo Holandés no debe dejar lugar a ambigüedad alguna,
cita en primer lugar, cuanto se refiere al nacimiento virginal de Cristo, dogma de
Fe católica. En la solemne profesión de Fe (1968) proclama: “Creemos que María
es la Madre, que permaneció siempre Virgen, el Verbo encarnado, nuestro Dios y
Salvador Nuestro Jesucristo”.
Recientemente el Catecismo de la Iglesia Católica resumiendo el sentir de la
Iglesia dice que: “Desde las primeras formulaciones de la fe, la Iglesia ha
confesado que Jesús fue concebido en el seno de la Virgen María únicamente con
el Poder del Espíritu Santo, afirmando también el aspecto corporal de este suceso:
Jesús fue concebido "absque semine ex Spiritu Sancto", esto es, sin elemento
humano, por obra del Espíritu Santo” 8

2.7. LA VIRGINIDAD DE MARÍA EN LOS CONCILIOS.


El concilio XI de Toledo hacía esta declaración de fe: "Creemos que de las tres
personas, solo la persona del Hijo tomó sin pecado, por la salvación del género
humano, verdadera humanidad de la santa e Inmaculada Virgen María, de la que
fue engendrado con un orden nuevo y nuevo nacimiento; porque invisible en la
divinidad , se muestra visible en la carne, y porque la virginidad intacta ignoró la
cooperación viril y proporcionó la materia de la carne, fecundada por el Espíritu
Santo"
En un concilio celebrado en roma el Papa SIRICIO condenó a JOVIANO y sus
seguidores, que afirmaban la virginidad de María en la concepción de Cristo, pero
se la negaba en su alumbramiento: Envió después las actas a Milán, y en otro
concilio que aquí se celebró bajo la presidencia de San AMBROSIO, se respondía:
" en su perversidad dicen los herejes , que concibió virgen, pero que engendró no
quedando virgen... Si no creen en las enseñanzas de los Obispos, crean en los
oráculos de Cristo, en el testimonio de los Angeles..; crean en el símbolo de los
Apóstoles, que la Iglesia Romana ha conservado y conserva siempre inmaculado" 9
Al definir la divina maternidad de María los Concilios de Efeso y Calcedonia,
llamaron a Nuestra señora, "Virgen santa" , " Siempre Virgen gloriosa".
El concilio Vaticano II, en la Constitución Lumen Gentium, ha reiterado la misma
doctrina: “María por su fe y obediencia engendró sobre la tierra al mismo Hijo de
8
Catecismo de la Iglesia Católica n. 496.
9
Lecciones Marianas: P, RAMÓN J. DE MUÑANA. Tomo I. Vida y misterios de María. Editorial el
mensajero del corazón de Jesús. Bilbao 1950.
16
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

Dios sin conocer varón cubierta con la sombra del Espíritu, y en el nacimiento,
cuando la Madre de Dios, llena de gozo presento a los pastores y a los magos a
su hijo primogénito, que lejos de menoscabar, consagró su integridad virginal” 10

2.8. LA VIRGINIDAD DE MARÍA EN LOS PAPAS


El Papa san LEON MAGNO, en su encíclica Dogmática a FLAVIANO, patriarca de
Constantinopla, la cual fue aclamada por el concilio Ecuménico de calcedonia,
afirma la virginidad de María con las mismas palabras que repetía despues el
concilio XI de Toledo:
"Vino , pues, dice, el hijo de Dios a este mundo engendrado con un orden nuevo
y un nuevo nacimiento... Con nuevo nacimiento porque la virginidad inviolada
ignoró toda concupiscencia y proporcionó la materia de la carne 11.
El papa PAULO IV en la constitución Apostólica Cumquorundam, de 7 de agosto
de 1555, escribía contra los protestantes socinianos:
" De parte de Dios Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, con autoridad apostólica corregimos y
conminamos a los que tal vez afirmaron o creyeron... que Jesucristo no fue concebido en el seno
de la Beatísima y siempre Virgen María por obra del Espíritu Santo, sino como los demás hombres...
o que la misma Bienaventurada Virgen María no es verdadera Madre de Dios, ni permaneció
siempre en perfecta integridad virginal, a saber, antes del parto, en el parto y después del parto" 12

Respecto a la Virginidad de María después del parto, el Papa SAN SIRICIO


escribía al Obispo de Tesalónica, ANISIO, en su epístola "Accepi litteras Vestras":
"No podemos negar en verdad que vuestra santidad haya reprendido con todo derecho que María tuviera
otros hijos, y que con razón le horrorizara el que del mismo seno virginal, del que nació Cristo según la carne,
hayan salido otros partos. Pues Jesús nuestro Señor, no habría elegido a la virgen para nacer, si hubiera
juzgado que sería tan incontinente, que por concúbito humano manchase aquel seno generador del cuerpo
del Señor, aquella aula del rey Eterno. Pues el que enseña esto, no enseña sino la perfidia de los judíos..." 13

También el Papa JUAN PABLO II con ocasión del XVI centenario del concilio de
Capua donde el PAPA SIRICIO condena a BONOSO por negar la Virginidad
Perpetua de María, diciendo: “Ella dio a luz verdaderamente y de forma original,
por lo cual después de su parto permaneció Virgen; virgen, también por lo que
atañe a la Virginidad de la Carne”.

3. SENTIDO TEOLÓGICO DE LA VIRGINIDAD DE MARÍA

10
Lumen Gentium 63
11
DENZINGER, Enchiridion, (Dz). No 144
12
Ibídem, No 993
13
Ibídem No 91
17
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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3.1. LA DIVINIDAD DE DIOS Y LA VIRGEN COMO ICONO DEL HIJO.


La imagen divina que se manifiesta en el relato de la anunciación y en el milagro
de la encarnación, es la del Dios de la iniciativa gratuita de amor a su criatura, la
del Señor del cielo y de la tierra que se inclina hacia su sierva y en ella hacia la
humanidad entera que vive en la esperanza, la del padre de la misericordia 14 que
sale del silencio para pronunciar en el tiempo su Palabra, vinculándola a la
humildad de una hora, de un lugar, de una carne: “Al sexto mes, envió Dios al
ángel Gabriela una ciudad de galilea llamada Nazaret, a una joven,, prometida a
un hombre llamado José, de la estirpe de David. El nombre de la joven era María
(Lc 1,26s).
Respecto a la absoluta primacía de la iniciativa divina la criatura puede entrar en
juego sólo en la forma de la Virgen María, es decir, en la forma de una humanidad
no dominadora, sino dócil, receptiva, disponible. En la concepción virginal brilla la
verdad de que sólo Dios es Dios, de que el hombre no es Dios. Y al mismo tiempo
brilla la certeza de que el nuevo comienzo del mundo, la irrupción de todo lo que
puede deducirse o proponerse por nosotros, de cuanto no pueda realizarse a
partir de nosotros, sino venir solamente de él para nosotros. Ha sido dado por la
pura gratuidad y libertad de Aquel que nos amó primero.
De estas dos premisas podemos sacar dos consecuencias: la primera es que
María no habría podido de ninguna manera realizar lo que realizó, si no hubiera
sido escogida y preparada previamente por Dios en un designio de elección
eterna. Si es verdad, como lo es, que el milagro de la encarnación viene de arriba
y que ningún presupuesto humano habría podido producirlo o merecerlo, María fue
la madre virginal del Verbo encarnado por haber sido la criatura totalmente
envuelta y plasmada por la gracia.(Lc. 1,28), la que encontró gracia delante de
Dios (Lc 1,30).
De esta forma el dogma llegó a definir el mensaje que estaba ya implícito en la
densidad del “Natus ex virgine”: Dios, y sólo Dios, es el artífice del giro de los
tiempos, de la salvación del hombre y María es el lugar donde se dió ese giro, el
arca de la nueva alianza, ya que el Padre la eligió y la preparó con una elección
eterna con vistas al Hijo plasmándola en el poder del Espíritu Santo. Su virginidad
- en la profundidad ontológica más radical - es su inmaculada concepción, el
haber sido preservada desde el primer instante de su existencia de todo lo que en
la criatura esclava del pecado se opone al Creador. María está abierta a Dios y
totalmente orientada y receptiva en su libertad para con él, ya que en ella no hay
nada de aquél amor de la criatura encorvada sobre sí misma, que el egoísmo del
pecado. La virgen es “Stella matutina”, puro reflejo del único sol del nuevo
amanecer del mundo.
Con esta primera consecuencia del “Soli Deo Gloria”, proclamado en la
concepción virginal del Verbo encarnado, va unida estrechamente la segunda” Si
14
Lumen Gentium No 56
18
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es Dios y sólo Dios quien realiza el milagro, entonces la virginidad de María no


puede ser causa de los que sucede, sino solamente condición escogida
libremente por Dios y signo del carácter prodigioso del nuevo comienzo. María es
Madre del Hijo de Dios no por ser virgen, sino porque el padre la ha escogido
como virgen y la ha cubierto con la sombre del espíritu. El motivo de esta elección
no puede ser ciertamente la presunta voluntad divina de excluir del instante del
nuevo comienzo del mundo una actividad de orden sexual, pues esta
interpretación contrastaría con la misma voluntad de Aquel que los creó varón y
mujer (Gen 1,27), dándoles el mandato de ser fecundos, de multiplicarse y
dominar la tierra (Gen 1,28). La elección de una virgen expresa simplemente el
carácter extraordinario del acontecimiento, la ausencia de un principio humano
determinante, la falta de un padre terreno real, cuya sola presencia habría podido
justificar las sospechas de que lo nacido de María era un producto del hombre, un
fruto de la carne y de la sangre, expresión del poder humano: Además, la elección
de una mujer pone de manifiesto las preferencias de Dios por la acogida fecunda,
típica de lo femenino, como lugar y condición del milagro. El silencio acogedor y
rico de vida de un seno de mujer fue escogido por el Eterno como espacio en
donde hacer resonar su Palabra en la carne del mundo: Y así es como la
virginidad de María Viene a ofrecerse como el signo del acontecimiento prodigioso
que Dios ha realizado en ella, haciéndola madre de su propio Hijo: Por tanto, lo
que se deriva del “natus ex Virgine” no es un nexo de causalidad, como si lo
humano produjese lo divino, sino la señal querida por Dios para remitir al milagro
de la Navidad, y por tanto a la victoria sobre el pecado y sobre la muerte, y el
nuevo comienzo del mundo, que llega a cumplirse ene el crucificado resucitado.
“La confesión “nacido de virgen”, es pues, una confesión de la dimensión
trascendente de una maternidad a través de la cual una mujer creyente de nuestra
casa da a luz al Mesías, revelación plena de Dios a la humanidad”. 15 La negación
de la virginidad de la Madre, escogida por Dios como lugar y signo del milagro de
la encarnación del Hijo, se traduce inevitablemente en la negación de la
trascendencia absoluta de aquella concepción realizada desde lo alto en el seno
de la virgen y por tanto de la condición divina del engendrado. Es verdad que en
línea de pura posibilidad Dios habría podido escoger un signo diferente para su
acción; pero de hecho escogió este signo, ligándolo indisolublemente al milagro de
su iniciativa gratuita y poderosa. Separar el hecho de este signo de su significado,
como si lo uno pudiera subsistir sin lo otro, no es legítimo, sostener que “la filiación
divina de Jesús no sufriría menoscabo alguno, si Jesús no hubiera nacido de un
matrimonio normal16 es una hipótesis que respeta las infinitas posibilidades de
Dios, pero que no está de acuerdo con el dedo de la “Historia salutis”, en donde el
beneplácito del padre quiso que a la generación eterna del Hijo correspondiera su
generación de una virgen en el tiempo. “Afirmar que la concepción virginal no
forma parte del “Núcleo central del Evangelio” ni constituye “un fenómeno histórico
15
A. Müller. Reflexiones Teológicas sobre María, la Madre de Jesús, Madrid 1985. 91
16
J. Ratzinger. Introducción al cristianismo. Salamanca 1976. 238
19
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biológico” sino que es tan solo una “leyenda etiológica”, un “símbolo preñante” del
giro realizado por Dios en Jesucristo” 17, “es contradecir a la economía de la
revelación, hecha de acontecimientos y de palabras íntimamente vinculados entre
sí”18. El hecho biológico de la concepción virginal.. No puede separarse jamás del
sentido profundo escondido en él. Se trata justamente del hecho inaudito y único
de que una mujer haya sido madre permaneciendo virgen, y al mismo tiempo de
su significado religioso en la revelación cristiana… Toda la obra de la salvación es
una intervención de Dios en la historia por medio de hechos concretos. Pero la
revelación del plan de salvación querido por Dios se encuentra precisamente
escondida en esos hechos y no puede separarse de ellos.

3.2. RELACIÓN ENTRE LA MATERNIDAD DIVINA DE MARÍA Y SU


CONCEPCIÓN VIRGINAL.
La divina Maternidad y la concepción virginal de Jesús no son solamente hechos
milagrosos, sino que son verdaderos misterios relacionados. Al menos se advierte
de forma inmediata que la relación existente entre ellos es histórica y personal,
pues ambos se realizaron en María. Pero algunos teólogos se preguntan sino
existe entre ellos un nexo más íntimo.
Los padres de la Iglesia enseñaron con frecuencia que el verbo de Dios no podía
nacer más que de Madre – virgen y, viceversa, que una concepción del todo
virginal no podía tener por sujeto más que al Hijo de Dios. Tal enseñanza parece
superar la mera relación histórica entre ambos misterios y parece insinuar que
existe una cierta relación.
El Catecismo de la Iglesia Católica, repitiendo la doctrina Patrística, da diversas
razones por las que: “Dios, en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de
una Virgen. Estas razones se refieren tanto a la persona y a la misión redentora
de Cristo como la aceptación por María de esta misión para con los hombres.
La virginidad de María manifiesta la iniciativa absoluta de Dios en la Encarnación.
Jesús no tiene como Padre más que a Dios. La naturaleza humana que a tomado
no le ha alejado jamás de su Padre…; consustancial con su Padre en la Divinidad,
consustancial con su Madre en la Humanidad, pero propiamente Hijo de Dios en
sus dos naturalezas.
Jesús fue concebido por obra del Espíritu Santo en el seno de la Virgen María,
porque él es el Nuevo Adán que inaugura la nueva creación: El primer hombre,
salido de la tierra, es terreno; el segundo viene del Cielo. La humanidad de Cristo,
desde su concepción, está llena del Espíritu Santo porque Dios le da el Espíritu sin

17
H. Küng. Ser cristiano. Madrid 1977. 587
18
Constitución Dei Verbum 2. En documentos del Concilio Vaticano II. Madrid 1980
20
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medida. De su plenitud, cabeza de la humanidad redimida, hemos recibido todos


gracia por gracia.
María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no adulterada por duda
alguna y de su entrega total a al voluntad de Dios. Su fe es la que le hace llegar a
ser Madre del Salvador.
María es a la vez Virgen y Madre porque ella es la figura y la más perfecta
realización de la Iglesia. La Iglesia se convierte en Madre por la Palabra de Dios
acogida con fe, ya que, por la predicación y el Bautismo, engendra para una vida
nueva, la inmortal a los Hijos concebidos por el Espíritu Santo y nacidos de Dios.
También ella es Virgen que guarda íntegra y pura la fidelidad prometida al Esposo”
19

3.3. UNA APROXIMACIÓN AL SIGNIFICADO ECLESIOLÓGICO DE SU


VIRGINIDAD.
La virgen María ha sido presentada desde los orígenes como la Discípula de su
Hijo. Ella siempre permanecerá unida a los demás discípulos en el testimonio de
la Gloria que se había manifestado en Cristo y en la fe en él: “En Cana de Galilea
ella fue la impulsora del primer signo realizado por Jesús y luego lo acompañó
silenciosamente como dice el texto: Después, Jesús bajó a Cafarnaún,
acompañado de su madre, sus hermanos y sus discípulos, y se quedaron allí unos
cuantos días” (Jn 2,11s).
En los albores de la Iglesia naciente María se presenta como miembro significativo
de la comunidad asidua y concorde en la plegaria (Hechos 1,14); la experiencia de
pentecostés no le es ciertamente extraña, teniendo especialmente en cuenta las
analogías de esta escena con la de la anunciación tal como lo observamos en la
siguiente afirmación:
“En el misterio de la Iglesia que con razón es llamada también Madre y Virgen, precedió la santísima Virgen,
presentándose de forma evidente y singular como modelo tanto de la virgen como de la madre. La Iglesia
contemplando su profunda santidad e imitando su caridad y cumpliendo fielmente la voluntad del Padre, se
hace también madre mediante la palabra de Dios aceptada con fidelidad… y es igualmente virgen, que guarda
pura e íntegramente la fe prometida al Esposo, y a imitación de la Madre de su Señor, por la virtud del Espíritu
Santo, conserva virginalmente una fe íntegra, una esperanza sólida y una caridad sincera” 20

Preguntémonos ahora: ¿Qué actitudes fundamentales reconoce la Iglesia en la


virginidad de María para imitarlas en su propia vida? 21. Partiendo del testimonio
bíblico y acumulando el tesoro de la profundización dogmática, se pueden
reconocer tres indicaciones ejemplares que sugiere a la Iglesia la contemplación
de la Virgen para su itinerario en el seguimiento de Cristo: la inocencia, la falta de
toda garantía humana, la presencia de Dios.
19
Catecismo de la Iglesia Católica 502 - 507
20
L.G. No 63-64.
21
Exhortación apostólica Marialis Cultus de Pablo VI No 16-23.
21
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1) La virginidad en María es ante todo Inocencia, ésta no se identifica con una


especie de determinismo moral, de incapacidad de pecar por inducción externa o
por falta de libertad. La inocencia virginal de la Madre del Señor es la receptividad
profunda de su ser ante el obrar de Dios, la capacidad de querer únicamente
para sí la voluntad del Altísimo: “Aquí está la esclava del Señor; que me suceda
según dices” (Lc 1,38). Esta especie de “Connaturalidad” en el discernimiento y en
la realización de los proyectos del Señor, este “sentido” de las cosas de Dios se le
da a la Iglesia con la gracia bautismal y constituye el fundamento de la que la
tradición creyente llama “Sensus o consensus fidei” Su ejercicio es tanto más
espléndido y transparente cuan mayor es la fidelidad al don recibido en el
bautismo. En María el pueblo de Dios reconoce el modelo realizado de esta
“inocencia” virginal a la que están llamados los creyentes por puro don del Señor,
“que nos eligió en Cristo antes de la creación del mundo para que fuéramos su
pueblo y nos mantuviéramos sin mancha en su presencia ( Ef 1,4).
2) La virginidad de María es, en segundo lugar, ejemplo para la Iglesia en cuanto
dice “ausencia de toda seguridad humana”, de toda garantía ligada a la
capacidad y al poder del hombre. El “no conozco varón” de la virgen no nace del
desprecio o del miedo, de la presunción o de la autosuficiencia sino de su total
abandono a Dios; de su forma análoga, la virgen Iglesia no está llamada
ciertamente a despreciar lo que es humano o a temerlo, a encerrarse en la
ciudadela de sus certezas en la defensa de lo que posee.
El “no conozco varón” de la Iglesia es su confianza total en Dios y por
consiguiente su rechazo, no ya de lo humano, sino de todo lo que implica
compromiso con la presunción humana de hacerse protagonista exclusivo de su
propio destino. La pobreza de los medios terrenos es en este sentido un
aspecto de la virginidad de la Iglesia; el recurso a los poderes de este mundo, la
búsqueda de honores o de prestigio, la confianza en las garantías humanas, son
otros tantas formas de tentación y de pecado contra su virginidad. La Iglesia se
enorgullece de renunciar a las grandezas humanas, para verse totalmente
envuelta por la única luz para la que ha sido hecha, la de su Señor, el Cristo.
3) Finalmente, la virginidad de María es modelo para la Iglesia en cuanto
manifiesta la experiencia profunda que ha tenido de la presencia de Dios;
cubierta por la sombra del Espíritu. La Virgen es el arca consagrada, la morada
del Altísimo, aquella cuya sola presencia irradia gozo y exultación en el Espíritu
Santo (Lc 1,39-45). María vivió bajo la mirada de Dios en el humilde
reconocimiento de su pobreza, en el incesante himno de alabanza a aquel que
había hecho en ella grandes cosas, la espiritualidad del magníficat es el reflejo de
todo lo que ella había querido ser y de lo que fue en realidad (L 1,46): Como pobre
de Yahvé, la virgen está totalmente de la presencia del Señor, habitada y
conducida por él, dócil en dejarse amar por el terno, que la escogió y la llenó de
gracia. En su virginidad María es el silencio en el que viene a resonar la Palabra
eterna en la carne del mundo, la noche acogedora en que se hace presente la luz
22
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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que ha de iluminar a todo hombre. También la Iglesia está cubierta por la sombra
del Espíritu, que aletea sobre las aguas de la fuente bautismal; también ella es
templo de Dios, la morada santa, habitada por la presencia del Eterno: Como la
Virgen María, también la Iglesia virgen goza bajo la mirada de su Señor y,
reconociéndose pobre, canta su magníficat, celebrando con las mismas palabras
de la virgen las maravillas e Dios con ella. La pobreza virginal de la Iglesia es el
vacío colmado de la riqueza de la divina presencia, el ambiente en que el
Omnipotente realiza sus hazañas, prometidas en María. En la escuela de la
virgen la Iglesia aprende el amor al silencio interior, la escucha profunda en donde
la palabra viene a plantar su tienda entre los hombres.
“La gran mujer no es solamente la gloriosa, sino también la que sigue siendo aún
terrena, la que engendra con dolor, la que clama, la perseguida por el dragón, la
que huye al desierto, la que buscando amparo mira a su Hijo arrebatado al trono
de Dios. Todo esto ciertamente se lleva a cabo primero en el destino de la Iglesia
que sufre en la tierra, pero también estuvo prefigurado en el destino terreno de la
madre de Dios… Así como la luna, astro nocturno, solamente es iluminada por la
luz del sol, así como se transforma y mengua, así como va desapareciendo a
medida que se acerca el sol, así sucede con el destino de la Iglesia no
transfigurada22”.
Lo mismo que la virgen María, también la virgen Iglesia canta su magníficat,
porque ha escuchado la Palabra de Dios. (LC 1,26-33), la ha acogido (Lc 1,34-
38), permanece en ella (Lc 2,19.51), la proclama (Lc 1,39-45) y la pone en
práctica (Lc 11,28). “Criatura verbi” es la Virgen María, “Criatura Verbi” es la
virgen Iglesia en la experiencia común y vivificante de la presencia de Dios, que
cambia el mundo y la vida. Pidamos a Dios que nos conceda la correcta
inteligencia de este magníficat, que no nos contentemos con iluminar y hablar,
sino que inflame y viva en el cuerpo y en el alma. ¡Que Cristo, pues, nos lo
conceda por la intercesión y la voluntad de su querida madre María!.

22
H. Rahner, María y la Iglesia. P. 121-122
23
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4. LA CONCEPCIÓN VIRGINAL DE JESÚS

O VIRGINIDAD ANTES DEL PARTO.

Aquí se trata de una virginidad ante todo FÍSICA, CORPORAL: integridad virginal
= María tuvo un esposo; María tuvo un Hijo; pero lo concibió SIN INTERVENCIÓN
DE VARÓN... Porque Jesucristo no fue concebido como los demás hombres .
"En las entrañas de la virgen María formó el Espíritu Santo de la Purísima sangre de esta señora un
cuerpo perfectísimo; crió de la nada un alma y la unió a aquel cuerpo, y en el mismo instante a este
cuerpo y alma se unió el Hijo de Dios, y de esta suerte el que antes era sólo Dios, sin dejar de ser
Dios, quedó hecho hombre" 23

4.1. RAZONES DE CONVENIENCIA


No haré más que indicarlas, siguiendo a Santo Tomás:
 El Hijo natural de Dios, al nacer de María no debía tener en la tierra otro padre
sino a Dios.
 Como nuestra inteligencia no percibe mancha al concebir el verbo, la idea;
tampoco la Santísima Virgen debía perder su pureza virginal al concebir al
Verbo de Dios.
 No convenía a la majestad del Espíritu Santo, obrador de este misterio, que
con él tuviera parte ningún varón.
 Cristo Redentor no debió entrar en el mundo por la vía común por donde la
culpa se transmite.
 El nacimiento de Cristo es figura de nuestro nacimiento a la vida de la gracia;
por tanto, para que la figura fuese perfecta, su concepción no debía ser por
voluntad de la carne sino por la virtud de Dios.
 Cristo, nuevo Adán, que venía a restaurar lo que el primero había perdidom,
debía ser formado de Madre Virgen por la sola virtud de Dios, como el primero
fue creado por Dios de Tierra virgen.
 La Madre de Dios debía ser también Virgen, para que la virginidad fuese
argumento de la divinidad de su Hijo.
 La Nueva Eva y corredentora con Cristo debía concebir sin obra de Varón
como la primera mujer fue formada de Adán por un acto de Dios.

23
Catecismo Astete.
24
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4.2. SEMEJANZA
Así como el sol envía sus rayos al espejo y reflejando éstos en el espejo, se
enciende el fuego, sin daño del espejo, así el Espíritu santo envió el rayo de su
sombra y de su gracia a la Virgen María, como a espejo de pureza, y por este
rayo, mediante el espejo de María , encendió la luz del mundo, esto es, a Cristo;
pero de tal manera, que el espejo, o la Virginidad de María, quedó enteramente
ilesa y sin daño alguno.

4.3. MENSAJE DE LA SAGRADA ESCRITURA.


Is. 7, 14:"10. Volvió yahweh a hablar a Ajaz diciendo: Pide para ti una señal de Yahweh tu Dios en
lo profundo del sheol o en lo más alto. 12. Dijo Ajaz: No la pediré, no tentaré a Yahweh. 13. Dijo
Isaías: Oíd pues, casa de David: ¿os parece poco cansar a los hombres, que cansáis también a mi
Dios? 14. Pues bien, el Señor mismo va a daros una señal: He aquí que la doncella está encinta y
va a dar a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. 15. Cuajada y miel comerá hasta que
sepa rehusar lo malo y elegir lo bueno. 16. Porque antes que sepa el niño rehusar lo malo y elegir
lo bueno, será abandonado el territorio cuyos dos reyes te dan miedo”.

En Mt 1,18-25 se afirma que María concibió a Jesús sin intervención de su


esposo, por obra del Espíritu Santo, y que así se cumplió el oráculo de Isaías: “he
aquí que la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán por nombre
Emmanuel”.
¿Qué pensó exactamente Isaías cuando escribió ese oráculo? Hay, por lo menos,
tres interpretaciones posibles:
1. Pudo haber pensado que se refería a un hijo de Ajaz para asegurarle a éste
que, cuando el niño cumpliera 7 años, quedaría abandonado el territorio de los dos
reyes (el de Aram y el de Israel) que entonces estaban amenazando a Jerusalén.
Pero Mt, divinamente inspirado, interpreta a Is. 7,14 como cumplido en la
concepción virginal de Jesucristo, entonces Is. 7,14 en un sentido verdaderamente
bíblico pero TIPICO se refiere a la Virgen María.
2. Isaías mismo estaba consciente de que no todo lo que estaba diciendo se iba a
cumplir inmediatamente, sino que tenía a la vista, como todo profeta, dos
perspectivas: uno próximo y otro más lejano; él era consciente de que algo de lo
que decía se debía cumplir, pero para él era totalmente oscuro. Entonces, en el
mismo Isaías, consciente de esto, el sentido total queda abierto, y con Mt 1,18-25
queda declarado por Dios el SENTIDO PLENO vagamente intentado por Isaías
3. Isaías pudo ser consciente de que ante todo estaba hablando de una Virgen
que concebiría sin dejar de ser virgen, y, entonces, en Is 7,14 se tendría un
sentido bíblico LITERAL sobre María que había de concebir virginalmente a su
hijo.
La primera interpretación es probable. La segunda no deja de ser bastante
probable porque no es como concebible que Isaías considerara al hijo de Ajaz
25
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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como digno de llamarse “Emmanuel”. La tercera es la menos probable: La


palabra usada por Isaías es “ALMAH” que significa “doncella”, y no “BETULAH”,
que significa “Virgen”; aunque los LXX y demás versiones tradujeron “ALMAH” por
“la Virgen” (“he parthénos” etc.). Le da a uno la impresión de que los judíos, a
pesar de conocer a Is 7,14 no tenían idea de que el Mesías debería ser concebido
virginalmente.
A la luz de Mt 1,18-25 hay que aceptar que Is. 7,14 se refiere por lo menos en
sentido bíblico típico, a la Madre de Dios que había de concebir virginalmente a su
Hijo.
Mt. 1,8-25:“18. La generación de Jesús Cristo fue así: estando desposada su Madre, con José,
antes de juntarse ellos, encontró que estaba en cinta en su vientre, del Espíritu Santo. 19. José el
esposo de ella, siendo justo y no queriendo denunciarla, decidió repudiarla en secreto. 20. Habiendo
deliberado esto, he aquí que un ángel del Señor se le apareció en sueños diciendo: José hijo de
David, no temas tomar a María, tu mujer, pues lo engendrado en ella es del Espíritu Santo 21. Dará
a luz un hijo y llamarás su nombre: Jesús, pues él salvará a su pueblo de sus pecados. 22. Ahora
bien, todo esto ha sucedido para que se cumpla lo dicho por el Señor por el profeta cuando dijo: 23.
He aquí que la virgen estará encinta y dará a luz un hijo y llamarán su nombre Emmanuel, que
quiere decir Dios con nosotros. 24. Despertándose José del sueño, hizo como le había prescrito el
ángel del Señor y tomó a su mujer, 25. Y no la conocía hasta que dio a luz un hijo, y llamó su
nombre Jesús”.

Aquí se tiene una explicación de lo raro que se ha dicho antes sobre la generación
de Jesús: se ha venido diciendo que fulano de tal, EL VARON, ENGENDRÓ A
FULANO (Mt. 1,2-15), y en el v. 16 se afirma que Jacob “engendró a José, el
esposo de María, DE LA QUE FUE ENGENDRADO Jesús, el llamado Cristo”.
Esto, tan raro en comparación de los versículos anteriores, se explica desde el v.
18 hasta el 25 Expliquemos un poco:
DESPOSADA: Estar desposada, prometida. En Palestina la costumbre era que el
joven se presentaba ante el padre de la joven para hacer una propuesta formal de
matrimonio; una vez que se llegaba al acuerdo, tenía lugar los DESPOSORIOS; a
partir de éstos, la joven permanecía bajo la autoridad de su padre, normalmente
un año. Luego tenía lugar la trasferencia de la novia a la casa del novio. Desde los
desposorios la novia era considerada como mujer del novio, el cual tenía ciertos
derechos sobre ella; si la desposada se entregaba a otro hombre, debía ser
tratada como mujer casada adúltera.
“ANTES DE JUNTARSE ELLOS”: Para algunos juntarse “significaría” “tener
relaciones sexuales”; pero la mayoría entiende “vivir definitivamente juntos”; es
decir, que José y María estaban todavía en el período de los desposorios: aún la
Virgen no había sido llevada por José a su casa para vivir definitivamente con él.
“SE ENCONTRÓ QUE ESTABA ENCINTA EN SU VIENTRE DEL ESPÍRITU
SANTO”: Textualmente = “fue encontrado tener en vientre de Espíritu Santo”. No
se mienta expresamente la palabra “hijo”; no se dice, v. gr.: “resultó que esperaba
un hijo de Espíritu Santo”, porque equívocamente podría pensarse que tal hijo era
del Espíritu Santo, es decir, que Este habría sido el padre del niño; pero por
ninguna parte se insinúa, ni en Mt ni en Lc, que el Espíritu Santo hubiera sido
26
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como el elemento masculino que hubiera suplido el papel del marido para poder
María concebir: “Espíritu Santo” no es masculino en griego (sino neutro) ni en
hebreo (sino femenino); la acción del Espíritu Santo aquí no es sexual sino
creativa. Las palabras “de Espíritu Santo” las habría puesto aquí anticipadamente
Mt para que los lectores no tuvieran ni siquiera por un momento la sospecha que
parecía tener San José: para que no se imaginaran que el embarazo de María se
debía a relaciones sexuales con algún varón.

Ante el embarazo de su prometida José tenía tres posibilidades:


1) Denunciarla y repudiarla públicamente para que fuera apedreada de acuerdo
con Deut. 22,23-27.
2) Renunciar a los desposorios sin denunciarla y, mediante un libelo de repudio
concedido de manera privada, dejarla en libertad para casarse con otro.
3) Tomarla como mujer suya a pesar de lo acontecido.
José, por ser JUSTO, optó por la segunda posibilidad. ¿Porqué Mt asocia esa
decisión de José con su calidad de JUSTO? 24 Se ha dado dos explicaciones en la
suposición de que José no sabe que esa concepción es por obra del Espíritu
Santo: 1ra = José era justo y por eso no quiso denunciarla; ya sea que hubiera
considerado a María culpable de adulterio, ya sea que hubiera abstenido de
juzgarla, José se mostró justo al no querer urgir la ley contra el adulterio; esta
explicación se basa en el hecho de que algunos salmos (112,4; 37,21) y Sabiduría
12, 19 unen JUSTICIA con la clemencia o con la compasión o con la bondad; 2da.
= José era justo pero no quiso denunciarla = era justo pero también clemente; el
Deuteronómio exigía la lapidación de la adúltera para hacer “desaparecer el mal
de en medio de ti” (Deut.22, 24); en un sistema legal menos severo José piensa
que observa la ley del Deut. Divorciándose de María pero sin acusarla de
adulterio.
“DECIDIÓ REPUDIARLA RESERVADAMENTE”, o sea, en secreto: en realidad un
divorcio totalmente secreto era imposible porque el libelo de repudio tenía que ser
entregado delante de dos testigos, y además, al fin la gente viendo a María con un
hijo se iba a dar cuenta de que el divorcio fue causado por el adulterio; por lo
tanto, lo de “repudiarla reservadamente” quiere decir probablemente “de manera
no violenta”, es decir, no acusando a su esposa públicamente de adulterio ni
sometiéndola a juicio.
En el V. 20 hay un énfasis en lo de “José, HIJO DE DAVID” como para dar a
entender a José que, tomando a María por mujer, hará, de Jesús un HIJO DE
DAVID.

24
En la tradición recogida por Mt “JUSTO” probablemente significaba observante de la ley.
27
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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“TOMAR A MARÍA, TU MUJER”: “ tomar ” aquí significa “llevar consigo”, es el


mismo sentido de Mt 2,14.21; es decir, José debe ya llevar consigo a la que era su
desposada o comprometida, es decir, llevarla a su casa para vivir con ella.
“PUES LO ENGENDRADO EN ELLA ES DEL ESPÍRITU SANTO”: los que siguen
la interpretación de la SOSPECHA en los V. 18-19 dicen que ese “PUES” se toma
en sentido CAUSAL = José debe dejar la perplejidad y llevarse consigo a María
PORQUE lo engendrado en ella es de Espíritu Santo, o sea, que sólo en este
momento José sabe que tal concepción es por obra del Espíritu Santo.
“Y LLAMARÁS SU NOMBRE: JESÚS” Es un semitismo que vuelve aparecer en
1,23.25 y el Lc 1,13.31: en Mt es José quién impondrá el nombre al Niño, mientras
que en Lc es María (1,31).
“Y NO LA CONOCÍA HASTA QUE DIO A LUZ UN HIJO”: Todo el contexto de Mt 1
hace pensar que a Mt lo que le interesa es subrayar que María fue virgen antes de
la concepción y nacimiento de Jesús; no le interesa decir nada expresamente
sobre la virginidad o no virginidad de María después del nacimiento de Jesús; O
sea, que respecto a lo que pasó después de ese nacimiento Mt no intenta dar
ninguna información.
Lucas 1,34-35: 34. “Y María dijo al ángel: ¿cómo será esto, puesto que no conozco varón? 35. El
ángel respondió: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el que ha de nacer santo será llamado hijo de Dios.

“¿CÓMO SERÁ ESTO, PUESTO QUE NO CONOZCO VARON”: La palabra


“CONOCER” es aquí un semitismo para designar las relaciones sexuales;
“VARON” se debe tomar en sentido amplio y no en restringido de “marido”: María
no ha conocido NINGÚN HOMBRE; ella es VIRGEN (LC 1,27)
No hay aquí suficiente fundamento para sostener que tal pregunta de María
signifique que ella se había comprometido a ser virgen de por vida. Contra esta
opinión se suele traer la siguiente dificultad HISTÓRICA: la tradición judía
consideraba a los hijos como la bendición suprema del matrimonio y miraba el
matrimonio estéril como una desgracia.
“EL ESPÍRITU SANTO VENDRÁ SOBRE TI Y LA FUERZA DEL ALTÍSIMO TE
CUBRIRÁ CON SU SOMBRA; POR ESO EL QUE HA DE NACER SANTO SERÁ
LLAMADO HIJO DE DIOS”: LA EXPRESIÓN “venir sobre ti” no tiene ahí ningún
sentido sexual.
“FUERZA” es como sinónimo de “ESPÍRITU SANTO”.
“TE CUBRIRÁ CON SU SOMBRA”: Tampoco aquí hay alusión a algo sexual.
“VENIR SOBRE” y “CUBRIR CON LA SOMBRA” son expresiones paralelas. Para
Lc el ESPIRITU DE DIOS CUBRIRÁ CON SU SOMBRA a la Virgen María, al estilo
28
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de cómo la gloria de Dios descendía antes sobre la TIENDA del testimonio y la


llenaba con su presencia.25
“POR ESO EL QUE HA DE NACER SANTO SERÁ LLAMADO HIJO DE DIOS”.
Parecería que para Lc es la concepción virginal la que hace que Jesús sea HIJO
DE DIOS; Lc no parece tener idea de la PREEXISTENCIA de Jesús como Hijo
de Dios.
La virginidad de María antes del parto, o sea, la concepción virginal de Jesús en
las entrañas de María, fue un HECHO, UN ACONTECIMIENTO REAL, aunque los
Escrituristas con todas sus técnicas no logren mostrar exactamente cómo llegó a
conocimiento de Mt y de Lc tal HECHO.

4.4. LA FE DE LOS PADRES.


Aquí abundan los testimonios, y desde un principio. Por ejemplo, SAN JUSTINO
en varios lugares afirma que la concepción de Jesús en María no fue por germen
de hombre, no fue de germen humano, no simiente de linaje de hombre, no fue
obra humana26. En varias formulaciones del SIMBOLO DE LOS APOSTOLES se
profesa esa verdad. v, gr. En la de la tradición apostólica de HIPÓLITO: “Nació de
María Virgen por obra del Espíritu Santo”27
Jamás nos imaginemos que habría sido indigno del Hijo de Dios ser concebido
como hombre mediante las relaciones sexuales de una pareja.
Tanto en el credo, como en los concilios, cuando se mienta a lo de “fue concebido
por obra del Espíritu Santo”, o “se encarnó por obra del Espíritu Santo, de María
Virgen”, etc., se está tratando de JESUCRISTO; o sea, que es una profesión, no
mariana, sino ante todo CRISTOLÓGICA, como para decirnos que el nacimiento
en este mundo de Jesucristo nuestro Redentor es debido exclusivamente a la
intervención directa de Dios.
NACIDO DE MARÍA = para indicar el papel de la HUMANIDAD que recibe a
Cristo; pero “nacido de la VIRGEN María” = para mostrar que la humanidad no ha
hecho más que ACEPTAR el don de Dios; o sea, que con la CONCEPCIÓN
VIRGINAL SE PROFESAN TRES COSAS:
Que Jesús debe el origen de su vida terrena sólo a Dios, no al hombre.
Que Jesús realmente era hombre.
Que la única contribución del hombre a la Encarnación es la de recibir el DON de
manos de Dios.
25
Ver Ex. 40,34-35 Según los LXX. “CUBRIR CON SU SOMBRA” en el A.T. griego se refiere casi siempre
a la PRESENCIA DE DIOS. Ver Is. 4,2-6.
26
DE ALDAMA, “María en la patrística de lo Siglos I y II, pp. 83-87.
27
“Qui natu est de Spiritus sancto ex María Virgine”: Ds 10
29
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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En cierto sentido toda la humanidad dice con María: “HÁGASE EN MI según tu


palabra” (Lc 1,38).

4.5. PROBLEMÁTICA ACTUAL


Para la teología ortodoxa no representó ni representa problema la concepción
virginal como confesión de fe eclesial. Escribe sencillamente un teólogo:
“Es necesario, por tanto, concluir que la afirmación de la concepción virginal de Jesucristo tiene su
lugar en el Evangelio de la Salvación, no porque ella solamente está escrita en la letra de los
sagrados libros, sino porque se inscribe en el corazón mismo de la Buena Nueva que nos dice que
el Hijo de Dios que se ha hecho hombre sin dejar de ser Dios, que ha muerto y ha resucitado, ha
dado poder a los que creen de llegar a ser Hijos de Dios, aquellos que no han nacido de la sangre,
ni de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios” 28

En el Campo Protestante: Con el movimiento de la ilustración, que despierta una


razón erigida en autonomía absoluta se mantiene como dogma inconcluso la
imposibilidad de la intervención milagrosa de Dios y se buscan razones para
interpretar los pasajes de la Escritura, donde se hable de ello.
4.5.1 DAVID F. STRAUSS (1808 – 1874): Después de la llamada interpretación
naturalista de los hechos milagrosos, propone en su obra Das Leben Iesu
(1835) la explicación mítica como intento conciliador entre la teología liberal
(Naturalista) y el supranaturalismo de los teólogos protestantes ortodoxos,
fieles a la reforma.
 Para este autor la dimensión histórico – sobrenatural de la Escritura es puro
ropaje mítico en función del contenido religioso – doctrinal. Por tanto, la razón
de ser de las narraciones milagrosas no es la historia sino la dimensión ético –
religiosa que sirvió de germen cristalizador, alrededor del cual se forma el
ropaje.
 Él niega la historicidad de la concepción Virginal, por ser irreconciliables con
las leyes de la naturaleza, porque no es exigida por ninguna razón teológica, y,
además, porque las dificultades exegéticas: (La presunción de la paternidad de
José), son de hecho insuperables; pero sobre todo porque para él, el mito es
“el ropaje histórico de la ideas cristianas primitivas”
 Para este autor, la cuestión única y fundamental radica, en buscar el origen de
ese mito y en establecer su auténtico sentido religioso.

4.5.2. HARNACH: En él, esta corriente del miticismo alcanza su máxima cumbre.
 Su tesis se resume con estas palabras: “El Concepto del Espíritu Santo no es
una confesión primitiva, sino un derivado de la idea Cristólogica Hijo de Dios y
tiene dos o tres etapas. La primera la marca Rom 1, 14: Jesús vino a ser Hijo
28
Kniazeff. LA MADRE DE NUESTRO DIOS. Pág 95.
30
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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de Dios por la resurrección. Las otras etapas son los relatos de la


transfiguración (este es mi Hijo Amado) y el del Bautismo, con el motivo
combinado del Espíritu y el Hijo. Los relatos del nacimiento, con esa misma
expresión, llegan hasta el primer momento de la aparición en la tierra de Jesús.
Todas estas etapas, que bien pudieran entremezclarse, tienen su origen en la
experiencia de la Comunidad de que lo esencial en la actividad de Jesús
procede de una acción específica del Espíritu Santo. El motivo
complementario del relato “Ex Maria Virgine” se explica desde especulaciones
en torno a la fe, que ha interpretado la palabra de Is 7, 14.”
4.5.3. R. BULTMANN. Amplía notablemente su reflexión en trono al tema.
4.5.3.1. Sentido Teológico de la Concepción: “La mirada de fe, unida al
conjunto de la revelación, puede descubrir las razones misteriosas por la que Dios,
en su designio salvífico, quiso que su Hijo naciera de una Virgen. Estas razones
se refieren tanto a la persona y a la misión redentora de Cristo como a la
aceptación por María de esta misión para con los hombres”. 29
4.5.3.2. Sentido Cristológico: En los Evangelios que narran la génesis humana
del Salvador (Mt – Lc y Jn), su concepción virginal, está ligada estrechamente a la
concepción de fe en la Divinidad de quien nacerá de la mujer virgen. “El ser de
Jesús como Hijo de Dios consiste en el hecho de que él existe como ser humano
exclusivamente gracias a Dios en un sentido absoluto, no condicionado por una
condición creatural de los padres, y por ello puede ser también la presencia
escatológica de salvación de Dios como redentor y como vida para los hombres”.
30
Por tanto, la naturaleza humana de Jesús en toda la amplitud de su naturaleza
humana nace del acto de la voluntad de Dios de hacerse presente históricamente
y subsiste directamente en Virtud del mismo Dios, de la persona divina del Verbo.
Por ello, ese hecho histórico se convierte en el signo visible, inscrito en la carne,
de que no es una simple creatura la que viene a la existencia, sino el mismo Dios.
Estos textos quieren resaltar el profundo signo Cristológico de la divinidad del
engendrado, él es desde el momento de la concepción y no en el Bautismo o las la
resurrección el Hijo de Dios.
4.5.3.3. Sentido Pneumatológico: “Ella concibió por obra y gracia del Espíritu
Santo”. Conviene subrayar lo que implica esta intervención del Espíritu, tan
significativa en el hecho de la Concepción Virginal. La sierva del Señor es toda
relativa a él, al quien la Santa se abre plenamente en un acto de Fe, obediencia y
humanidad, de modo que ella concibe antes por la fe que en el cuerpo. “El
Espíritu Santo, que con su poder cubrió, con su sombra el cuerpo virginal de
María, dando en ella inicio a la divina Maternidad, al mismo tiempo hizo su
corazón perfectamente obediente a aquella autocomunicación de Dios, que

29
Catecismo Iglesia Católica n. 502
30
Müller G.L., Nacimiento Virginal de María: Intepretación Teológica, Pág. 66
31
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

31
superaba todo pensamiento y toda capacidad del hombre” Lo que el Espíritu
opera en la anunciación es:
1. Una prolongación armónica de lo que realiza en el seno de la Trinidad.
2. Es como el principio ejemplar de lo que hace en la Iglesia por la misión, que
comienza en Pentecostés.
3. En el ámbito de la trascendencia Divina: El espíritu es el vínculo de unión en el
interior de la Trinidad.
4. Y en el momento de la encarnación lleva acabo la unión de la humanidad con
la Divinidad en el seno de la Virgen.
5. La Iglesia hoy establece la unión entre los cristianos y Cristo.
6. Hacer de María el lugar privilegiado de elección, por lo que se convierte:
 En el tipo de toda la Iglesia en unión vital con Cristo.
 En el templo viviente del Espíritu Santo.
 En su icono.
 En la testigo de la realidad más profunda y vital del ser de la Iglesia.
4.5.3.4. Sentido de Liberación y Salvación: La humanidad esclavizada por el
pecado, no puede salvarse por sí misma. Será el Espíritu no el poder humano,
quien nos libere, quien nos conceda al Salvador. La ausencia del amor humano
en la concepción, ratifica que el hijo de María, el Salvador de los hombres, viene
de Dios, porque a través de ella aparece más claramente no sólo que Dios es el
único autor de la salvación, sino que es el único que puede salvarnos.
4.5.3.5. Sentido Eclesiológico: Aunque la concepción virginal sea un acto de
continuidad de la Historia de la Salvación de Dios a los hombres es un acto que
tiene carácter de novedad, pues la concepción es signo de que Dios ha realizado
un acto nuevo, una señal de que el Reino de Dios irrumpe en el mundo. La
verdadera maternidad de la Madre de Dios coloca a Cristo en la línea de las
generaciones humanas. Pero su concepción virginal indica una ruptura con
relación a ellas, una novedad superadora. Es también signo de la novedad que
representa el nacimiento propio del Cristiano, de modo que pertenece y es
paradigma de este orden nuevo, del hombre nuevo. Por eso la maternidad virginal
de María se abre al significado Eclesiológico: Como María; la Iglesia es también la
Madre Virgen, que da también nuevos hijo en Cristo no de la carne ni de la sangre.
"Jesús, nuevo Adán, inaugura por su concepción virginal el nuevo nacimiento de
los hijos de adopción en el Espíritu Santo por la fe. La acogida de esta vida es
virginal porque toda ellas es dada al hombre por el Espíritu. El sentido esponsal

31
Juan Pablo II, Dominum et Vivicantem
32
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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de la vocación humana con relación a Dios se lleva a cabo perfectamente en la


maternidad virginal de María" 32
La virgen es la única persona Humana que interviene en el momento de la
encarnación: y según las palabras del ángel, es verdaderamente el Verbo el que
toma carne de su propio cuerpo. El misterio de la concepción y el parto lo explica
bellamente PROCLO de Constantinopla: "En el caso de que yo me atreviese a
interrogar a la Madre de Dios y le dijere: ¿Explícame de qué modo ha sido Madre
sin experimentar las nupcias?, ella sin duda me respondería así:
 Primero un Ángel incorruptible y purísimo se aventuró a presentarse ante mí.
 Yo oí la Palabra, concebí la Palabra y di a luz la Palabra.
 Parí la Luz, pero desconozco la manera como esto se realizó.
 Tengo un Hijo, pero no conozco las nupcias.
 Tengo en mí un manantial de leche, pero conservo intacta los sellos de mí
virginidad.
 Llevo en brazos a un niño, pero no puedo explicar de qué modo he sido Madre.
 Yo lo reconozco como Hijo mío y al propio tiempo como mi creador y Señor.
 Es un niño pequeño, pero anterior a todos los siglos.
Es importante dejar constancia de que no es María quien hace de Cristo su Hijo,
sino que es el Verbo quien hace de ella su Madre. Ella aparece como la que
recibe, aunque activamente, la iniciativa es de Dios de encarnarse en su seno.

5. NACIMIENTO VIRGINAL DE CRISTO

O VIRGINIDAD EN EL PARTO

32
Catecismo de La Iglesia Católica n. 505.
33
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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Iluminamos este numeral con las siguientes reflexiones, esperamos sean


suficientes para entender el tema en cuestión.
"Tú has nacido de María Virgen como quisiste y como tú sólo sabes; no violaste su virginidad, sino
que la conservaste y se la diste con el nombre de Madre; y ni la virginidad impidió tu nacimiento, ni
tu nacimiento violó la virginidad, sino que se unieron cosas tan contrarias como parto y virginidad,
porque para ti, creador de la naturaleza, esto es fácil y sencillo" 33
"Si la integridad de María se hubiera destruido por el que de ella nació , éste ya no nacería de virgen
y toda la Iglesia profesaría falsamente que había nacido de María Virgen; la cual (La Iglesia),
imitando a su Madre (María), diariamente da a luz nuevos hijos y es siempre virgen" 34
"Si quitas a nuestra virgen o la generación o la integridad, haces ignominiosamente injuria a Dios.
Pues niegas que tuviera poder para conservarla pura. Confesando que pudo acercarse a la virgen
sin corromperla. Niegas que Dios pueda hacer lo que quiera, si concedes que, encontrando íntegra
a su Madre, la dejó sujeta a la corrupción"35

5.1. RAZONES DE CONVENIENCIA


 El verbo de Dios, que debió ser concebido sin menoscabo de la virginidad de la
madre. Debía nacer también sin detrimento de la misma virginidad.
 El Redentor, que venía a quitar la corrupción de nuestros pecados, no debía
ser causa en su nacimiento de que su madre perdiera la misma integridad.
 Si el Espíritu Santo dejó intacta la virginidad de María en el misterio de la
encarnación del verbo, esa virginidad debía quedar intacta en el nacimiento de
Cristo.
 El nacimiento virginal de Cristo debía mostrarnos que Jesús es Dios y la
Virgen Madre de Dios.
 Si en pena del pecado Eva y las otras mujeres están sujetas al dolor y a la
corrupción del parto, María la Nueva Eva, que fue inmaculada y concibió sin
placer carnal, debió ser exenta de las penalidades del Parto.

5.2. MATERNIDAD SIN DOLOR


Parece insinuarlo el Evangelista San Lucas en su capítulo dos verso siete, cuando
nos dice que "dio a luz a su Hijo Primogénito, y lo envolvió en pañales y lo recostó
en un pesebre". En verdad que si María hubiera estado sujeta como las otras
mujeres a los dolores del parto, no hubiera podido ocuparse en estos menesteres.
Los santos padres lo afirman unánimemente: "Nació de virgen", dice SAN EFRÉN,
abriendo el Espíritu Santo el seno, para que saliera el hombre que era autor de la
naturaleza.., Por lo cual, ni el que nació removió el sello de la virginidad, ni la
virgen sintió en el parto dolor y trabajo.

33
Palabras que SAN GREGORIO TAUMATURGO, en su sermón "In sancta Theophanía", Le dice al Señor.
34
San Agustín, en su Enchiridium, Cap XXXIV.
35
San Idelfonzo De Toledo. Palabras que dirige al hereje ELVIDIO.
34
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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San Bernardo en el sermón sobre las doce prerrogativas de la


bienaventurada Virgen, No 9. Dice:
" Fue también privilegio exclusivo de María el verse totalmente libre de las molestias que suelen
seguirse a la concepción natural, pues Ella sólo concibió de un modo enteramente sobrenatural: por
esto, no es de admirar que apenas hubo concebido por obra del espíritu santo, sin molestia alguna
pudiera emprender el viaje a casa de su prima santa Isabel, atravesando para ello las montañas de
Judea. Subió también más tarde a Belén, estando ya cercano el parto, llevando en su purísimo seno
aquel preciosísimo depósito, aquel peso dulce, llevando a quien la llevaba. Y en lo que toca a su
divino alumbramiento ¡De cuanto esplendor es el haber dado a luz con un gozo nuevo la nueva
prole, viéndose sola ella entre todas las mujeres, exenta de la común maldición y del dolor y
molestias que ésta llevaba consigo!." 36

5.3. SEMEJANZAS
Dice san ATANASIO: "Como una casa cerrada por todos lados y que tiene hacia el
oriente un ventanillo de cristal puro y limpio, saliendo el sol y penetrando sus rayos
el cristal, se ilumina toda, y, atravesando el cristal por los rayos, no se rompe, sino
que permanece ileso, así también a la Virgen María, tan casta, el Hijo de Dios,
como rayo divino que desciende del Padre, Sol de Justicia, la ilumina toda y entra
en ella y sale sin manchar en lo más mínimo su virginidad"
San BERNARDO , en la homilía II de las excelencias de la virgen Madre, trae
otras semejanzas de la sagrada Escritura, que no vamos a repetir aquí, pero
fijémonos en estas dos:
"1. Qué significa el vellocino de Gedeón, que he quitado de la carne, pero sin herida de la carne, es
puesto en la era, y ahora la lana, después la misma era es humedecida con el rocío, sino aquella
carne tomada de la carne de la Virgen sin detrimento de su virginidad?. En la cual verdaderamente,
destilando los cielos, se infundió toda la plenitud de la divinidad... 2. Se compara María
oportunísimamente a la estrella, porque así como la estrella despide el rayo de su luz sin corrupción
de sí misma; así, sin lesión suya, dio a luz la Virgen a su hijo. Ni el rayo disminuye a la estrella su
claridad, ni el Hijo a la Virgen su integridad"37

Dos razones suelen alegarse en pro de este privilegio: La primera, que siendo
Dios aquel fruto bendito de su vientre, y saliendo al mundo de manera milagrosa,
como el rayo del sol atraviesa el cristal, no podía producir en la carne de su Madre
turbación ni dolor. La segunda, porque habiendo concebido la Virgen sin los
deleites carnales, debía estar excenta del dolor en su alumbramiento. Y si el
nacimiento de Cristo había de ser de tanto gozo para todo el mundo, como el
ángel anunció a los pastores, ¿había de estar la Virgen preocupada con los
dolores del Parto?

5.4. DOCTRINA DE LA SAGRADA ESCRITURA


5.4.1. Juan 1, 13: La formula "El cual no de las sangres... sino de Dios fue
engendrado", debe referirse al parto virginal según Lev 12, 5.7 y Ez 16, 6.9,
para probar que el autor inspirado se refiere a la pérdida de la sangre de la
36
J. PONS, Obras completas de san Bernardo. T.II. pg. 122,.
37
Ibidem. T. I pg. 44 y 53.
35
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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Madre en el Parto, lo cual hacía a la mujer impura. En este caso hay que
interpretar este texto afirmando que Jesús nació sin derramamiento de
sangre en el parto, es decir, Virginalmente.
5.4.2 Lucas 1, 35b: "Lo que nacerá Santo, será llamado Hijo de Dios". Pues
bien, en la expresión Nacer santo, indica la pureza del parto, es decir, que
no está sometida a la impureza legal y que, por tanto, es Virginal.

5.5. LA FE DE LA IGLESIA.
El Papa San León Magno, enseña:
“El mismo sempiterno unigénito del Engendrador Sempiterno “nació” por obra del Espíritu Santo y
de María Virgen … Concebido ciertamente por obra del Espíritu Santo entre las entrañas de la
Virgen Madre, la cual de tal manera lo dio a luz salva la virginidad, así como salva la virginidad lo
había concebido. Esa parto singularmente admirable y admirablemente singular no se debe
entender como si por la novedad se hubiera suprimido la propiedad de la naturaleza humana. La
natividad del señor según la carne, aunque tenga ciertas cosas propias por las que trasciende los
comienzos de la condición humana, ya porque EL solo fue concebido y nació sin concupiscencia de
virgen "in violata", ya porque de tal manera fue dado a luz por las entrañas de la madre que la
fecundidad pariera y la virginidad permaneciera, no obstante su carne no fue de otra naturaleza que
la nuestra…”38

Nótese cómo desde San León Magno se volvió bastante común interpretar la
fórmula, “fue concebido por obra del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen”,
en el sentido de dos verdades distintas, a saber, de la concepción virginal (“fue
concebido por obra del Espíritu Santo”) y del parto virginal (“nació de santa María
Virgen”).
En la L.G. 57 se afirma que Jesucristo al nacer “no disminuyó sino que consagró la
integridad virginal” de su Madre.
El antiguo catecismo de ASTETE traía lo siguiente:
“¿Por qué Jesucristo nació de manera sobrenatural? Rta.: Jesucristo nació de
manera sobrenatural, porque salió del seno de María Santísima sin ningún
perjuicio de su virginidad, a la manera que el rayo del sol pasa por un cristal sin
romperlo ni mancharlo”.

5.6. ALGUNAS REFLEXIONES


Entre los teólogos católicos se ha discutido si pertenece al DOGMA de la
virginidad en el parto la explicación en el sentido de que la Virgen dio a luz a su
Hijo sin que se abriera su sagrado vientre (“ex útero clauso”) y sin dolor (“sine
dolore”) o si tal explicación es una mera interpretación teológica apoyada en el
pensamiento de algunos Padres de la Iglesia.

38
Dz. 291-292; 299.
36
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La discusión sigue LIBRE mientras el Magisterio de la Iglesia no se pronuncie.


Un autor católico se pregunta con toda razón: ¿una dilatación normal de las vías
maternales en un parto normal se puede considerar como lesión de la “integridad
corporal”? Si los síntomas del embarazo y la lactancia del Niño Jesús no dice nada
contra la virginidad de María, ¿por qué se va a pensar distinto del parto?
Hay que considerar el parto como un acto corporal de la Virgen, pero exento de la
maldición dirigida por Dios a “Eva”, es el acto corporal de una mujer libre de
pecado original desde el primer momento de su concepción. Se debe sostener un
una INTEGRIDAD en el proceso del nacimiento; INTEGRIDAD de la madre, libre
de la maldición; no tiene sentido descender a detalles: el parto de María fue REAL
aunque INEFABLE. Fue el ACTO MATERNO más auténticamente PERSONAL
que haya existido porque fue realizado por la única mujer inmaculada desde su
concepción.
No hay argumentos apodícticos para demostrar que lo de “útero clauso” y “sine
dolore” pertenezca al DOGMA mismo de la VIRGINIDAD EN EL PARTO; fijarse en
eso sólo es pretender reducir esa virginidad a lo físico, a lo biológico; eso de “utero
clauso” y “sine dolore” es nada comparado con lo que realmente significa el
PARTO VIRGINAL.

5.7. SITUACIÓN DEL TEMA


La Virginidad en el parto, está atestiguada en la fórmula: "Siempre virgen María"
de los símbolos de la fe. Título que está en los labios de muchos de nuestros fieles
cristianos y que hace referencia a la perpetua virginidad de María, que distingue la
virginidad antes, en y después del parto. Se trata de una virginidad ordenada
antes del parto, a no tener más padre que a la primera persona trinitaria; ordenada
en el parto a la imitación más perfecta de la eterna generación del Hijo, y
ordenada después del parto a guardar intacto el perfume de consagración del
Espíritu santo.
Aspectos clarificadores: Es necesario tener en cuenta desde el principio que el
tema sobre la Virginidad incluye:
a) La integridad física, como elemento necesario, aunque derivado.
b) La ausencia de relaciones sexuales.
c) La decisión de María, consciente y libre, de no tener tales relaciones.
d) La motivación religiosa, es decir, la entrega generosa con corazón indiviso,
como raíz explicativa de esta decisión y elemento formal de la virginidad
corporal.
Estos cuatro elementos resumen el capítulo anterior y ponen de manifiesto la fe de
la Iglesia en la expresión: Virginidad de Cuerpo y Alma.
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LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

Veamos ahora diferentes campos de la situación del tema:


1. El Concilio Vaticano II afirma, en línea con la tradición, que el nacimiento de
Cristo: "No disminuyó su integridad Virginal, sino que la consagró".
2. A. MITTER, en su libro: Dogma y Biología de la Sagrada Familia en 1952,
defendió que la aceptación de la Virginidad perpetua de nuestra señora no
incluye un parto milagroso, en el que se conserva intacta la Virginidad física de
María, sino que constituido se limita al propio y específico de la Concepción
Virginal.
3. JEAN GALOT, alude a la fuerza de los testimonios de la tradición, cree también
que la virginidad en el parto es una denominación extrínseca de la concepción
virginal. Presenta así la tradición de los Padres anteriores, al caso de
JOVIANO:
a) Estos afirman vivamente la realidad corporal del nacimiento contra los errores
docetas.
b) Lo cual comporta la abertura del seno materno.
c) Y, aunque se produce por las vías naturales, el nacimiento tiene carácter único,
porque Jesús es el único que ha abierto al nacer el seno Materno.
d) Sin embargo, el nacimiento es virginal. La virginidad de María se confirma,
porque la abertura del seno materno deja subsistir el cierre propio de la
virginidad.
También algunos autores aducen el parto de María como un hecho natural, sin
que lleve consigo nada especial:
1. SAN HILARIO DE POITIERS: "Jesús ha nacido según la ley de los hombres,
aunque no fue concebido según esta ley".
2. Papa HORMISDAS: En su escrito sobre la interpretación de la fe contra el
emperador JUSTINO, año 521, en el mismo sentido de San HILARIO.
3. Otros autores: Según ellos, no puede interpretarse como negación de la
virginidad en el parto, ya que en el mismo texto afirma que este nacimiento no
destruye la virginidad de la Madre.
4. Muchos Teólogos: que, basándose en la tradición de la Iglesia, creen que el
concepto de Virginidad en el parto incluye los aspectos biológicos del parto sin
dolor e integridad corporal. Para ellos "el milagro físico de la integridad virginal
es un dato de la tradición.
5. El santo oficio: elaboró en 1960 un decreto, que no publicó oficialmente pero
que envió a algunos Obispos y superiores Generales religiosos, a fin de velar
de modo que se evite la propagación de ideas novedosas y de cuidar que los
teólogos no usaran un lenguaje crudo, cuando traten de la virginidad en el
parto.
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5.8. SENTIDO VIRGINAL DEL PARTO


De la doctrina Bíblica y Patrística se puede deducir que la virginidad en el parto,
tomada en su integridad, es un signo, un mensaje relativo a la persona misma de
Cristo. Entre estos sentidos tenemos:
5.8.1. Parto admirable, misterioso, para destacar el sentido sobrenatural: A.
SERRA subraya el anuncio del hecho como realidad profética: "Será oportuno
recordar ya aquí que en los textos del Judaísmo arriba citados lo que sorprende
justamente es esto: el hecho del parto indoloro de los tiempos mesiánicos no es
visto como una excepción gratuita o un capricho de la naturaleza; al contrario tiene
valor de signo, porque remite a un orden de cosas más profundas: es acreditada
la palabra profética del Señor; es destruido el Reino de la corrupción" 39
5.8.2. Es un criterio de verdad Cristológica, un signo de que Jesús es Dios:
"Si la Madre no permaneció Virgen, entonces el nacido es solo un hombre, y no ha
tenido lugar ningún nacimiento prodigioso. En cambio, si después del parto, ha
permanecido Virgen ¿Por qué entonces él no iba a ser Dios? Él mismo, en efecto,
que es verdadero Dios, es verdadero hombre... El nacimiento en la carne es
manifestación de la naturaleza humana, el parto de la virgen es indicio del poder
Divino" 40
5.8.3. Es también un signo de Dios Salvador: En los milagros de Jesucristo se
manifiesta una anticipación de nuestra salvación definitiva, un signo de la Nueva
Tierra y de los Nuevos Cielos. El parto Virginal de María tiene esta carga
profética, porque es signo del principio que preludia el fin. La carne de María,
exenta de los dolores del parto, la intacta, es símbolo de que la Salvación ofrecida
en Cristo afecta también nuestro cuerpo. Así mismo, que la concepción virginal,
preanuncia el nuevo nacimiento de los Cristianos en el seno virginal de la iglesia.
5.8.4. Es signo de la Resurrección de Cristo: El modo como él sale del
sepulcro, dejando intactos los sellos de la tumba, sin desnudar los lienzos en que
estaba envuelto, y entrando después, cerradas las puertas, donde se encontraban
los discípulos, es termino de comparación del parto virginal.
5.8.5. No solamente hay que presentar el parto de la virgen como el signo del que
el nacido es Dios, sino hay que interesarse también por la mujer virgen, por su
actitud interior, por la coherencia de su vida, por el aspecto salvífico de su
virginidad. A la fe integra de María, “Concibió antes en la mente que en el
cuerpo”, corresponde a la integridad corporal, que adquiere todo su valor, cuando
expresa la actitud interior de acogida y disponibilidad al plan salvador de Dios. Es
signo, de la fe integra de la Iglesia.

39
SERRA A., VIRGEN P. 210
40
MIGUEL PONCE, María Madre del Redentor y madre de la Iglesia. Pág. 336 - 337.
39
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40
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6. LA VIRGINIDAD DESPUÉS DEL PARTO

6.1. RESPECTO A LA SAGRADA ESCRITURA


En el Nuevo testamento no encontramos una afirmación clara de la Virginidad
Pos-parto de María. Pero si en los textos del Nuevo Testamento no se atestigua
la Virginidad Perpetua de la Theotokos (Madre de Leche), al menos se deduce de
ellos mediante la reflexión de fe en la tradición de la Iglesia. Esta realidad suele
deducirse de los siguientes textos escriturísticos:
Mt 1,25: “y (José) no la conocía hasta que dio a luz un hijo 41…” Lc 2,7: “y dio a luz
a su hijo PRIMOGÉNITO”.
Mc 6,3: “¿no es éste el carpintero, el hijo de María y HERMANO de Santiago,
José, Judas y Simón? ¿y no están sus HERMANAS aquí entre nosotros?
Jn 2,12: “después bajó a Cafarnaún con su madre y sus HERMANOS…”
Mc 3,31-32: “Llegan su madre y sus HERMANOS… Le dicen: oye, tu Madre, tus
HERMANOS y tus HERMANAS están fuera y te buscan”…
Jn 7,5: “Es que ni siquiera sus HERMANOS creían en él”.
1Cor 9,5: “Los HERMANOS del Señor”
Gal 1,19: “Santiago el HERMANO del Señor”
Lc 2,7 nos quiere decir que NO HUBO NINGÚN HIJO ANTES DE JESÚS y que
por lo tanto Este goza de los privilegios y condición atribuido a los primogénitos
entre los hebreos (Ex 13,2; Núm. 3,12-12; 18,16-16). Sencillamente con este título
Lc está preparando lo que dirá más adelante en vv. 22-23 sobre la dedicación de
Jesús como primogénito.
Los “HERMANOS DE JESÚS”. 1. La palabra “ADELFOS” por regla general
designa al hermano o hermanastro; pero también puede expresar cualquier grado
de parentesco, por ejemplo el de PRIMO 42. 2. En ningún lugar del N. T. se habla
de “hijos de María” o de “hijos de José”. 3. En Mc 6,3 se dice textualmente. ¿No es
éste el carpintero EL HIJO de María…? esto da a entender que es hijo único. 4. la
madre de Santiago y de José, “hermanos de Jesús”, no es la Virgen sino otra
“María” (Mt 27,56; Mc 15,40). 5. La entrega de la Virgen a Juan por parte de Jesús
(Jn 19,26-27) sería incomprensible si Ella en ese momento hubiera tenido más
41
Mc. HUGH hace notar lo siguiente: “Quienes creen ver en esta frase una indicación de que el matrimonio
fue posteriormente consumado pasan por alto un hecho en extremo significado: el verbo usado para 10
‘conocer’ (Egínosken) no está en aoristo, sino en imperfecto, por lo que el acento queda puesto en la duración
del período a lo largo del cual se abstuvieron de relaciones sexuales”; si Mt hubiera querido decir que,
después de nacer Jesús, si hubo esa relaciones, probablemente habría escrito “NO LA CONOCIÓ” (Egno).
42
Gén. 13,8;14,16;29,15; Lev. 10,4; 1Crón. 23,22.
41
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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hijos; y es bueno recordar que entre los que estaban reunidos en oración antes de
Pentecostés se encontraban “los HERMANOS” de Jesús (Act. 1,14).

6.1.1. Interpretación en torno al sentido de algunos de estos textos:


1. Mc 3, 6.31–32. // Mt 12, 46 – 47 // Lc 8, 19 –20. Hech 1, 14; Jn 2, 12; 7,
3.5.10; 1Cor 9,5; Mt 13, 56: LOS HERMANOS DE JESÚS O TAMBIÉN SUS
HERMANAS.
2. Algunos autores del Nuevo Testamento hablan de hermanos y hermanas de
Jesús, pero es raro o curioso, sin embargo, que nunca los llamen Hijos de
María. De la Virgen, aunque se halle reunida con ellos, sólo dice que es la
Madre de Jesús.
3. El término hermana o hermano es mucho más amplio en los textos semitas o
de su influencia lingüística que en nuestras lenguas modernas, de modo que,
además de significar hijos de un mismo Padre, incluyen la acepción de primo –
sobrino – cuñado, para lo que no tenían un término específico. Ej. (Génesis
17, 27; 14, 12) (Génesis 29, 12) etc.
4. Mc 6,3 y Mt 13, 55: Santiago y José, los dos primeros hermanos mencionados,
aparecen como hijos de María diversa de la madre de Jesús: Del estudio
minucioso de estos fragmentos aduce BLINZLAR que los llamados hermanos
eran primos del señor, hijos de un hermano de San José, llamado Cleofás y de
la citada María.

6.1.2. Dificultades que se plantean por aquellos que sostienen su sentido


Propio:
1. El Nuevo Testamento conoce la voz griega anepsios que significa primo (Col 4,
10), luego debieron los evangelistas utilizar este término, si los hermanos del
Señor no hubieran sido tales. La objeción no parece ser concluyente, si
tenemos en cuenta que los hermanos del Señor tuvieron en la primitiva
comunidad un puesto muy especial, formando con los apóstoles un grupo
aparte (Hech 1, 14; 1 Cor 9, 5), Se explica que las comunidades griegas no se
atrevieron a cambiar tal denominación, ya que significaba un título especial
dentro de la Iglesia Primitiva.
2. Mt 1, 25: Suena literalmente así: “Y él (José) no la conocía hasta que no (Éws
où) dio a luz un Hijo”. Del texto parece deducirse que, después del nacimiento
de Jesús, José consumaría el Matrimonio con María, lo cual por tanto podría
haber tenido otros hijos. La objeción sería insoluble, si la partícula anterior
(hasta que) hubiera que tenerla necesariamente en el sentido de la objeción.
Sin embargo:
42
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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a) Es necesario tener en cuenta que en numerosos textos bíblicos esa partícula


no se traduce en ese sentido, como es el caso del texto de Mt 28, 20: “Jesús
dice a los apóstoles que estará con ellos hasta el fin del mundo, pero
curiosamente Jesús permanece con ellos después.
b) HERVANZ MARCO hace un análisis del texto y concluye, que el interés de la
perícopa se centra en lo que el ángel propone a San José, es decir, que reciba
a su mujer y que le imponga el nombre al niño.
c) En este contexto, y de acuerdo con un estudio del sustrato Arameíco de la
partícula (hasta que), ésta, se puede traducir por la conjunción (y), sin sentido
temporal, de modo que la frase completa sonará así: “Y tomó consigo a su
esposa, y no la conocía; y ella dio a luz un hijo, y le impuso por nombre Jesús.
3. Del término: Primogénito, utilizado por Lucas 2, 7, deducen que Jesús debió
tener más hermanos. Pero primogénito se interpretaba como el Hijo primero,
al que siguen o no otros hermanos, porque ésta designa aún se utiliza para
señalar los privilegios que la tradición Hebrea otorga al primer nacido y el
rescate que hay que ofrecer por él (Ex 13, 12; Núm. 3, 12 – 13; 18, 15 – 16).

6.2. LA FE DE LA IGLESIA.
Empecemos esta reflexión con la siguiente cita:
"Se indagan los santos Padres contra aquellos herejes, entre otros ELVIDIO y BONOSO, que se
atrevieron a negar la virginidad de María después del parto. "Es una perfidia renovada por los
judíos". Dice el papa SAN SIRICIO. "Es el más digno de condenación de todos los sacrilegios",
exclama SAN AMBROSIO. "Es un crimen abominable, una blasfemia, un furor ciego y digno de
execración" añade SAN JERONIMO. Y encarándose con ELVIDIO le dice: " Tú, has sido el
profanador de l santuario del Espíritu santo.. . ¿Es que no podría yo oponer contra ti toda la serie de
los ancianos de la Iglesia: a IGNACIO, a POLICARPO, a IRENEO, a JUSTINO el mártir, y a otros
muchos más varones apostólicos renombrados por su Padre?. Y estas palabras de SAN
EPIFANIO: "pues, ¿Quién osó nunca pronunciar el nombre de María sin añadir, cuando se la
pregunta, la apelación de Virgen?" 43.

La Madre de Dios, después de Jesús, no tuvo más hijos y permaneció siempre


virgen. María es la SIEMPRE VIRGEN = “ aeiparthernos ”: este título, usado a
comienzos del siglo IV por Pedro de Alejandría, aparece también en otros
documentos de la fe de la Iglesia 44. Explícitamente se profesa la virginidad
DESPUÉS DEL PARTO en el CONCILIO DE LETRAN DEL 649 y en otros
documentos de la Iglesia45.

43
J.B. TERRIEN; La Madre de Dios y de los hombres. Libro VI, cap III.
44
DZ 13; 201-202; 214,218,227; 255,257;344;429;462;735.
45
CONCILIO DE LETRAN DEL 649: “Si alguno no confiesa, con los SS. Padres, propiamente y según
verdad por Madre de Dios a la santa y siempre Virgen María, ya que concibió en los últimos tiempos sin
semen por obra del Espíritu Santo al mismo Dios Verbo y verdaderamente, que antes de todos los siglos nació
de Dios Padre, e incorruptiblemente le engendró, permaneciendo ella, aún después del parto, en su virginidad
indisoluble, sea condenado” (Dz 256)
43
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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6.3. VIRGINIDAD PERFECTA Y PERPETUA DE LA MADRE DE DIOS.


El Concilio de Letrán reunido bajo Martín I en 649, sentencia que: "Si alguno no
confiesa de acuerdo con los Santos Padres, que propia y verdaderamente la
Madre de Dios, la Santa y Siempre Virgen María concibió al mismo Verbo de Dios
y de manera incorrupta le dio a luz, permaneciendo su virginidad intacta también
después del parto, sea excomulgado".
La Virginidad perfecta (espiritual y corporal) y perpetua de la Madre de Dios es un
dogma de fe profesado siempre por la Iglesia e incluye tres cosas, a saber,
virginidad antes del parto o concepción virginal, virginidad en el parto, y virginidad
después del parto.46

6.4.SENTIDO DE LA VIRGINIDAD PERPETUA


1. La Virginidad perpetua se entiende en el contexto de su Maternidad Plena con
todo lo que ella implica de dedicación a su Hijo y de exclusividad absoluta en la
entrega por el Reino.
2. En modo alguno indica una minusvaloración del Matrimonio, ella va a ser
virgen al interior de una familia constituida, ni, por tanto, depreciación del amor
humano, sino una asunción, elevación de ese amor para dedicarse en
exclusiva al Espíritu, que la consagró como templo de Dios y signo de una
nueva fecundidad.
3. Esta virginidad es asumida libre y voluntariamente por María en respuesta a la
Palabra de Dios, como un íntimo deseo de su corazón de disponibilidad total,
de entrega absoluta al plan salvador del Padre. Por eso su virginidad no
significa en ella frustración, sino plenitud de las aspiraciones más profundas de
su ser donado.
4. Es un sentido de pobreza en su sentido más profundo, entonces la expresión:
“He aquí la esclava del señor” que, sacrificándolo todo, realiza jubilosamente el
“Hágase en mi según tu palabra” en todos los momentos de su vida.
5. María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no alterada por duda
alguna y de su entrega total a al voluntad de Dios. Su fe es la que le hace
llegar a ser la Madre del salvador.
6. María es la Virgen y Madre porque ella es la figura y la más perfecta
realización de la Iglesia.

46
Ver CIC. nn 496-507; Pp 510.
44
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6.5. RAZONES DE CONVENIENCIA DE LA VIRGINIDAD DESPUÉS DEL


PARTO:
 Aquel Hijo, que bastaba parfa saciar las infinitas complacencias de Dios, ¿No
bastaría para complacer plenamente a su madre?.
 El que era Unigénito del padre, ¿no habnía de ser también Unigénito de su
Madre?.
 El seno de maría, tamplo escogido por el Espíritu santo para obrar en él el más
grande de los misterios, ¿había de ser después profanado por algún contacto
vergonzoso?.
 La virginidad de maría conservada en virtud del milagro, ¿la Perdería después
la Señora con tanta ingratitud?.
 San José, conocedor por el ángel de aquel divino misterio y custodio del
mismo, ¿se atrevería a manchar con su contacto a la Madre de Dios?.
 La integridad virginal de maría iba unida inseparablemente a la divina
maternidad y se ordenaba a la producción de un fruto único divino y virginal,
tanto que en él se agotase la fecundidad virginal. Por eso la madre de Dios
debía ser también virgen despùes del parto; siempre Virgen.

7. APLICACIÓN PASTORAL

7.1. ¿QUÉ ES LA VIRGINIDAD?


San Ambrosio dice que "es la Integridad corporal libre de toda mancha" La
virginidad supone el hecho de la integridad corporal, no desflorada por ninguna
baja satisfacción, y la resolución o voto, de privarse para siempre de esas
satisfacciones carnales, sólo lícitas en el estado del matrimonio.
"La virginidad tiene un elemento extrínseco, material; y otro íntimo, formal; así,
pues, no consiste la virginidad en la fría blancura que ennoblece el cuerpo, sino
45
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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principalmente en la total soberanía de Dios, por la deslumbradora blancura de la


mente, de la imaginación, del corazón, del sentimiento: De ahí que dice San
Agustín: "Púritas sequitur naturam lucis"; la pureza es semejante a la luz" (V
Capanaga)
Etimológicamente la palabra Virginidad viene de verdor: Decimos que está verde
lo que no ha sido agostado por el excesivo calor. Es virgen aquel cuya pureza no
se ha marchitado por los incendios de la concupiscencia, que acompañan a los
placeres carnales.
Y no es lo mismo castidad que virginidad: La castidad regula los apetitos y deleites
carnales; nunca se pierde sin culpa, y perdida, puede recuperarse otra vez. La
virginidad es virtud más excelente; flor tan bella y delicada, que puede ajarse aún
sin pecado, y si una vez se marchita, ya nunca florecerá.
"La virginidad fue siempre la aliada de los ángeles. Y es que vivir en carne como si no se tuviese
carne, no es vida de la tierra, sino del cielo. Más vale adquirir la gloria de los ángeles que
poseerla. Ser ángel es una dicha; ser virgen es una virtud: Porque la virginidad obtiene con su
esfuerzo lo que el ángel tiene por naturaleza" 47

Desde un punto de vista científico se entiende por Virginidad la integridad corporal


de una persona que no ha tenido comercio sexual. Desde una perspectiva
Neotestamentaria, la virginidad comporta la entrega total de la persona, alma y
cuerpo, mente y corazón a Jesucristo. Es un don brindado por el Señor, no
impuesto (cf. Mt 19,11), que supone una llamada y una elección previas, que
consagra a la persona al servicio de Dios.
Esta donación completa de la persona comporta: La virginidad del cuerpo y la
virginidad del alma.
7.1.1. Virginidad del Cuerpo: Es decir, afecta a la corporalidad. Esta integridad
inviolada es, como dicen los teólogos, el elemento material de la virginidad. Tal
integridad plena no debe ser considerada como algo accidental o secundario al
hecho mismo de la virginidad; es, por el contrario, elemento esencial e
imprescindible.
7.1.2. La virginidad del alma: o sea, la decisión consciente y libre de pertenecer
exclusivamente a Dios y apartar todo aquello que atenta contra la caridad perfecta.
Presupone y requiere no solo la total integridad física, como mera realidad
biológica, sino la voluntad de conservar siempre tal integridad.
María en su maternidad, fue requerida totalmente por Dios y se lanzó a este
requerimiento sin reserva. Toda su energía anímica y espiritual se abandonó a
Dios, y es tal la entrega a la misión que le designó, que su voluntad divina fue tan
absoluta que en su corazón no hubo división.
Esta entrega con corazón indiviso constituye el elemento formal e intencional de la
virginidad. Si tal entrega tiene por motivo una razón sobrenatural (por el Reino de

47
San Pedro Crisólogo, sermón 173 De annuntiatione, Mgne, P. L. T. LII, col. 583
46
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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los cielos Mt 19,12), entonces la virginidad, del cuerpo, de los sentidos y del alma,
adquiere un sentido trascendente y sobrenatural.
De ahí que la integridad corporal tiene que ser fruto y consecuencia de la
virginidad del alma; Ésta es la que da sentido, valor y mérito a la virginidad
corporal, que no resulta entonces una renuncia ni una negación, sino una
afirmación gozosa donde el querer, el dominio, el vencimiento, no lo da la carne, ni
viene del instinto que procede de la voluntad, sobre todo si está unida a la
voluntad del Señor.
No olvidemos, por tanto, que el noble ideal de la virginidad, valorado por cuantos
comprenden del bien de la pureza, lo alcanzan sólo las personas a quienes Dios
da su gracia para triunfar contra la fuerza impetuosa de la carne y del instinto. Ya
es motivo de alabanza por sí mismo el calificativo que acompaña ordinariamente
al nombre de virginidad: exento de corrupción. Este epíteto es señal de la pureza
que en ella se encierra, porque siendo muchos los dones que se siguen de las
obras virtuosas, sólo a la virginidad conviene la expresión de Incorruptible. Mas si
fuere necesario probar con elogios la nobleza de este gran don de Dios, bastaría
la alabanza del divino apóstol que encierra en dos palabras toda posible hipérbole
llamándola santa e inmaculada, 48que se dice propiamente y ante todo de la gloria
de Dios incorruptible ¿Cabe mayor elogio de la virginidad que mostrar cómo por
ella se divinizan en cierto modo los que participan de sus puros misterios hasta el
punto de que se hallan en comunión con la gloria de Dios?. Él es el único
verdaderamente santo e inmaculado. Los demás son familiares suyos por la
pureza e incorrupción.
Si hemos comprendido la excelencia de esta gracia, debemos también considerar
las consecuencias. No es fácil, como alguno podría pensar, llevar perfectamente
una vida de virginidad, pues esta no consiste solamente en la continencia corporal
sino que penetra e inspira con su agudeza mental todo lo que es y parece ser
perfección del alma.
Todos somos conscientes de que son innumerables las desviaciones que nos
llevan al pecado o por lo menos a la tentación de caer y como diría el salmista
“Numerosos son mis perseguidores y adversarios. Innumerables son los que me
hostigan”49, pero hay que tener valor y coraje para enfrentarlas y alejarlas de
nosotros - pues adultera es la ira, adúltera la avaricia, adúltera la envidia, el rencor
la enemistad, la detracción y el odio- 50 y el alma presa de un vicio es
absolutamente incapaz de vivir con el Señor.
¿De qué podría servir a una persona, ostentar serenidad y comunión con sus
hermanos, y por lo mismo, pertenencia y sumisión a Dios si con el transcurrir del
tiempo se ha hecho un esclavo de sus pasiones y sus vicios?. Hay que tener

48
Ef 5,27
49
Sal 119 y 157
50
1 Tim 1,10
47
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mucho cuidado en esto y es que la mayoría de nosotros podríamos sentirnos


tranquilos ante un cierto dominio de sí y de ciertas pasiones, pero no del todo
libres interiormente como nos ven exteriormente, ¿Valdría la pena, entonces, ser
libre de una pasión para convertirse en esclavo de otra, que aunque no la juzga el
común de la gente, si la conciencia?.
Somos muchos los que en la lucha contra los placeres nos mostramos bravos
contra los animales, pero luego somos débiles en el combate de la vida ordinaria y
nos dejamos vencer fácilmente por la tristeza, cólera, rencor y otros vicios de los
cuales difícilmente llegamos a liberarnos sin la ayuda del cielo. Por tanto, si de
veras queremos conservar sano e íntegro nuestro cuerpo tenemos que empezar
por dominarnos a sí mismos y actuar como seres racionales que somos.
Impetus, ira, odio, son fuerzas que han de estar vigilantes a la puerta, como perros
guardianes. Sólo con el fin de resistir al pecado, dispuestos a utilizar su fuerza
natural contra el ladrón, contra el enemigo que se desliza dentro para destruir el
tesoro divino, para robar, matar y destruir la pureza y la santidad 51.
Hay que empuñar como si fuesen armas, la valentía y audacia, sin dejarnos
atemorizar “por el espanto repentino ni los ataques de los impíos” 52, tenemos que
apoyarnos en la esperanza y la paciencia como si éstas fuesen un bastón cuando
llega el día en que las tentaciones nos fatigan. Si la tristeza nos visita
aprovechémosla como bien precioso por nuestros pecados en el momento
propicio del arrepentimiento, pues fuera de estas circunstancias no es útil.
Conservemos, pues, la justicia como norma de vida, mostrando de palabra y de
obra el camino de la verdad sin tropiezos y dispongamos las potencias interiores
del alma para dar a cada uno su propio valor 53.
Si Dios no es tristeza ni placer ni libertinaje, ni temor ni temeridad, ni ira ni pasión
alguna semejante, que domine a la persona sin formación, sino que es como dice
san Pablo “santidad, verdad, alegría, paz 54 y lo que a esto se parezca, ¿Cómo va
a poder unirse a Dios un hombre dominado por sus pasiones y sus vicios?.
Procuremos pues, descubrir lo bueno que hay en todas partes de modo que
nuestra vida halle seguridad bajo todos sus aspectos. Aún cuando una gran
mayoría no crea en el don de la virginidad. El soldado que defiende con armas
alguna parte del propio cuerpo no se expone al peligro quedándose todo al
desnudo. Luego, al ideal de virginidad responde la vida interior.

51
Jn. 10,10
52
Prov. 3,25
53
Salmo 45,7-8
54
1 Cor 1,30; Rom 14,17; Gál 5,22
48
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7.2. LA CASTIDAD.
Decíamos anteriormente que la castidad regula los apetitos y deleites carnales y
que nunca se pierde sin culpa, y que perdida, puede recuperarse otra vez. Como
quien dice, es el uso adecuado, recto y ordenado de la genitalidad. Todos los
hombres pueden gozar de ella si a su voluntad ponen disciplina y fe. Recordemos
entonces, que conservar la pureza no es atrofiarse. No es un disminuirse. Es
encausar todas las energías hacia fines inmensamente importantes.
El concilio Vaticano recuerda, sin embargo, que la castidad es un carisma, o sea
un regalo enviado por Dios. La castidad no es el resultado de hermosas
meditaciones: Ella es simplemente un don, un regalo que nos trae el Espíritu
Santo. Por eso hay que pedirla mucho. Y no cansarse de pedirla todos los días.
Al deseo insaciable que todos llevamos por dentro debemos añadir, por tanto, el
que Dios infunde en nosotros si queremos ser felices porque aprenderíamos a
hacer violencia allí donde se hace necesario el esfuerzo y la sabiduría y la
inteligencia serían nuestros consejeros para no sufrir jamás daño por ignorancia o
idiotez. Recordemos que “todo el que comete pecado se hace esclavo del
pecado” 55 y es que las desviaciones hacia el vicio, en cualquier forma que fuere,
esclavizan al hombre, lo estigmatizan, llagando su carne con cicatrices y
quemadura por los golpes del capricho. Por eso quienes se propongan vivir el alto
ideal de la castidad deberían conservar la propia dignidad en toda circunstancia y
manifestarse puros en todas las actuaciones de la vida así es como según la
Palabra del Señor, se hace la pesca56, separando los peces buenos y alimenticios,
de los malos y nocivos. Así procede la verdadera templanza: De toda clase de
vida escoge lo más puro y provechoso arrojando de sí lo que no le conviene. Lo
regala a la vida vulgar y mundana, que es mucho más extensa.
La virtud, pues, es ligera, tiende a lo alto. El pecado, en cambio, es pesado,
sentado sobre un platillo de plomo como dice el profeta Zacarías 57.

7.3. EL CELIBATO.
Es la renuncia absoluta a todo acto genital. No exige necesariamente la virginidad
pero si la castidad. Es una opción de vida que se hace por amor a Cristo y a su
Iglesia. En consecuencia es propia de los clérigos y los consagrados. Como todo
valor evangélico, debe ser vivido como una novedad liberadora, como un
testimonio de radicalidad en el seguimiento de Cristo y como signo de la realidad
escatológica. "No todos entenderlo, sino sólo aquellos a los que les ha sido
concedido". Existen, en efecto, eunucos que han nacido así del vientre de sus
madre; otros han sido hecho eunucos por los hombres y también algunos, que se
55
Jn 8,34
56
Mt. 13,47
57
Zac. 5,7
49
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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han hecho eunucos por el Reino de los cielos. El que pueda entender que
entienda" 58
"Para vivir con amor y con generosidad el don recibido, es particularmente
importante que el sacerdote entienda desde la formación del seminario la
motivación teológica y espiritual de la disciplina sobre el celibato". 59 "Éste, como
don y carisma particular de Dios, requiere la observancia de la castidad y, por
tanto, de la perfecta y perpetua continencia por el reino de los cielos, para que los
ministros sagrados puedan unirse más fácilmente al servicio de Dios y de los
hombres.60
La carta a los Efesios pone en estrecha relación la oblación de sacerdotal en
Cristo con la santificación de la Iglesia, amada con amor esponsal. Insertado
sacramentalmente en este sacerdocio de amor exclusivo de Cristo por la Iglesia ,
su Esposa Fiel, el presbítero expresa con su compromiso de celibato dicho amor,
que se convierte en caudalosa fuente de eficacia pastoral" 61
"El celibato, por tanto, no es un influjo, que cae desde fuera sobre el ministerio
sacerdotal, ni puede ser considerado simplemente como una institución impuesta
por la ley, porque el que recibe el sacramento del Orden se compromete a ello con
plena conciencia y libertad" 62, después de una preparación que dura varios años,
de una profunda reflexión y oración asidua. Una vez que ha llegado a la firme
convicción de que Cristo le concede este don por el bien de la Iglesia y para el
servicio a los demás, el sacerdote lo asume para toda la vida, reforzando esta
voluntad suya con la promesa que ya ha hecho durante el rito de la Ordenación
diaconal".63
El celibato así entendido, es entrega de sí mismo "en" y "con" Cristo a su Iglesia, y
expresa el servicio del sacerdote a la Iglesia "en" y "con" el Señor. 64 Se
permanecería en una continua inmadurez si el celibato fuese vivido como " un
tributo que se paga al Señor" para acceder a las sagradas órdenes, y no más bien
como un don que se recibe de su misericordia, como elección de libertad y grata
acogida de una particular vocación de amor por Dios y por los hombres. Por tal
motivo la iglesia desde los tiempos apostólicos, ha querido conservar el don de la
continencia perpetua de los clérigos, y ha tendido a escoger los candidatos al
Orden sagrado entre los célibes.65
Como todas los regalos que nos vienen del cielo este es difícil de asumir si desde
el inicio de la vida no se ha ordenado a buscar los bienes del cielo. Luego, hay que
58
Juan Pablo II , carta Enc. Veritatis Splendor (6 agost 1993) 22b-c: AAS 85 (1993). 1151 (Mt. 19,10-12
59
Conc. Vaticano II. Decreto Optatam Totius, 10
60
Concilio Vaticano II. Decreto. Presbiterorum Ordinis, 16
61
Efesios 5,25-27;
62
Concilio Vaticano II. Decreto. Presbiterorum Ordinis, 16 c. C.IC. No 1036,1037.
63
Pontificale Romanum- De Ordinatione Episcopi, presbiterorum et Diaconorum. Cap III. No 228
64
Pastores Dabop Vobis No 29
65
2 Tes. 2,15; 1 Cor 7,5; 1 Tim. 3,2-12; 5,9; Tit. 1,6-8
50
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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pedirlo y hay que saberlo llevar. Recordemos lo que san Pablo nos advierte y es
que "nuestro tesoro lo llevamos en vaso muy frágil (2 Cor. 4) y que necesita
cuidadosa protección y defensa.
51
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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8. ALGUNAS AYUDAS

PARA EL CONTROL DE LA SEXUALIDAD

Iniciemos este numeral señalando que el tema de la virginidad de María como un


reto para el hombre del nuevo milenio fue pensado para ayudar en cierto modo, a
quienes crean que todavía es posible un estilo de vida basado en la pureza.
Recordemos que, hace más de dos mil años el hombre no creía en la virginidad y
hasta la consideraba maldita y que en ese ambiente nació María, "la Virgen
Perfecta Y perpetua". Su venida al mundo planteó entonces nuevos estilos de
vida para el bien de las personas y por eso fue criticada y despreciada por
muchos.
Si nos detenemos a comparar la mentalidad del hombre de este nuevo milenio con
la de aquellos en la época de María, vamos a encontrar innumerables semejanzas
y por eso hay que volver a hablar del valor de la virginidad, la castidad y el celibato
aunque volvamos a ser criticados, y despreciados. Y no solo hablar. Pues no
basta con volver a hablar, hay que asumir nuevamente este valor como un
verdadero reto frente a tantos que lo han devaluado y lo han subyugado.
Lo que hago a continuación es presentar algunos de los remedios más sencillos
que una persona puede emplear o recordar si quiere optar por llevar una vida más
o menos casta y pura. No quiero con ello solucionar todas las inquietudes ni
abarcar como científico o como moralista todo lo que inquiete al lector. Esto es
apenas una reflexión y del lector depende que sea asumida o no.
Estos son, pues, algunos de los remedios que propongo:
 Huir del peligro: Los santos han considerado la huida como el mejor remedio
en esto. No se puede ver todo lo que se presenta ante los ojos en la Televisión,
el Cine, las revistas, los periódicos, etc. No se puede leer de todo.
Recordemos la frase bíblica que nos advierte que "el que ama el peligro en el
perece"66. Muchos hay que no hubieran perdido la paz de su alma si no se
hubieran expuesto a la ocasión dice Pascal. San Jerónimo repetía: "Huyo para
no ser vencido. El valor entonces, se demuestra huyendo y para esto hay que
alejar de nosotros ideas como "No puedo o no soy capaz". Unicamente queda
vencido quien acepta que lo venzan.
 Manejar muy bien los sentidos. Es igualmente inútil pretender tener al alma
pura, si las miradas son impuras. Si por las ventanas del alma, que son los
ojos, entran los asesinos y los ladrones de la santidad, será imposible que el
alma quede sin ser herida y manchada. Las miradas despiertan la
concupiscencia, y la concupiscencia arrastra a la voluntad. Es muy imprudente
66
Ecl. 3,7
52
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jugar con el fuego y aunque a la carne le agrade y se deleite en esto, lo


importante es que el Espíritu se oponga y rechace lo que la carne le exige.
Recordemos que a la castidad no se llega sino a base de un riguroso
autocontrol, y de un negarse continuamente a sí mismo, a sus impulsos
sensuales y para esto hay que examinar con cuidado, debilidades y tendencias
que puedan hacernos perecer.
 Evitar los excesos de afectividad: El mayor de los peligros proviene de
andar siempre en manos de uno y otro y el de darse a las amistades
morbosas. San Francisco de sales decía al respecto: "Más vale que te digan
maleducado por no ser meloso, y no que seas impuro por ser demasiado
meloso". Es importante entonces recordar que hay que saber situarse como
persona serena y madura (espiritual) frente a la persona que atrae y excita la
sensualidad de lo contrario uno terminará en manos de cuantos nos inquieten
sexualmente.
 No inquietarse: La inquietud puede aumentar el deseo y el nerviosismo. Hay
que recordar que "sentir no es consentir". La psicología enseña que la
tentación y la pasión se fortifican si en el interior de las personas hay
intranquilidad. La inquietud no trae ningún bien y en cambio debilita mucho la
voluntad. Si viajamos por el mar de la vida, lo más normal es que encontremos
tempestades. Observemos a las personas que viven en gracia de Dios: su
alma está tranquila y en paz, aunque no rían a carcajadas ni anden gritando a
voces su alegría. En cambio quienes viven en pecado sufren una verdadera
agonía en su interior, y por más que rían a voz en grito, su alma está llorando.
 Sustituir el pensamiento malo por el bueno: Concentrar la mente en un
pensamiento malo es fortalecerlo. Por eso hay que dedicarse a labores que
distraigan y mantengan ocupada la mente como el deporte, el trabajo, la
lectura asidua de libros edificantes, etc. (Más adelante volveremos hablar de
esto)
 Evitar la satisfacciones: Por pequeñas que parezcan, estas van exigiendo
cada vez más. Recordemos que el instinto se vuelve insaciable y como fiera
hambrienta, devora a quien le ofreció pequeños alimentos que puedan
despertar su voracidad. El hombre debería aprender a ejercitarse en
contradecir con sus actuaciones la inclinación que siente hacia la sensualidad.
Y recordar que ella es como la mal hierba que hay que cortar de raíz y que hay
que tratar de arrancarla y disminuirla todos los días de la vida.
El padre Álvaro Jiménez cadena S. J. En su libro aportes de la Psicología a la vida
religiosa habla claramente de que lo primero que un hombre o una mujer deben
hacer para aprender a manejar su sexualidad es aprender a controlar las
53
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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emociones67. Y para ello propone una serie de medios que clasifica como
naturales y sobrenaturales y que nosotros hemos sintetizado así.
 El control racional, sereno y maduro de los estímulos eróticos que vienen
como causa del cambio hormonal, de la imaginación, y de la influencia de los
medios de comunicación social o incluso del medio social y cultural en el que
uno se desenvuelve.
 Al respecto, Fridja68 anota que los estímulos emocionales se pueden regular
de varias maneras: por ejemplo, aproximándose a ellos e intensificándolos o
evitándolos y disminuyendo su impacto. Algunos ejemplos: Un hombre puede
mirar o dejar de mirar una película; puede fomentar y escuchar determinadas
conversaciones o no fijar en ellas su atención; puede entretener fantasías
eróticas así como puede ocupar su imaginación con otro tipo de imágenes
distractivas, interesantes, agradables” 69. Esta anotación es importante porque
nos recuerda que “no sólo se puede atender selectivamente a ciertos
estímulos, dejando otros en la penumbra de la conciencia, fuera del foco de la
atención, sino que también es posible modificar la apreciación acerca de la
importancia que para uno tiene el estímulo y sobre la propia capacidad para
controlar sus impulsos”70.
 El segundo control se refiere no sólo a los estímulos externos que vienen
directamente a través de los sentidos de la vista, del tacto, del oído, etc., sino
muy principalmente se refiere a los estímulos internos, provenientes de los
pensamientos, recuerdos y fantasías de la imaginación . Como vemos este
último punto el control de la imaginación es también de los más importantes
para la madurez sexual.
 Un tercer control versa sobre los comportamientos de los individuos y es que
ante una emoción que se despierta espontáneamente, el individuo puede
tomar actitudes muy diversas: disfrutarla voluntariamente y complacerse en
ella (Consentir) o rechazarla con la conciencia tranquila de que “sentir no es
consentir”; actuar de acuerdo con los impulsos (v.g. masturbándose, o
realizando un acto sexual) o bien absteniéndose de tales comportamientos.
 Recordemos que la intensidad de muchas emociones se puede atenuar o
intensificar, mediante la acción voluntaria sobre los mismos comportamiento y
que la respuesta comportamental es apta para generar nuevos estímulos,

67
La emoción es : “La tendencia que se experimenta hacia algo intuitivamente apreciado como bueno
(benéfico), o a evitar algo apreciado como malo (nocivo). Esta atracción o aversión va acompañada de un
patrón de cambios fisiológicos organizados para aproximarse o alejarse (del estímulo). El patrón es
diferente para emociones diferentes”. Definición de Arnold, M. En su libro Emotion and personality. New
York: Columbia University press 1960 p 182.
68
Fridja, N, H., The Emotions. Cambridge: Cambridge University press pp. 401-453.
69
Jimenaz Cadena Alvaro. Aportesde la psicología a la vida religiosa. San pablo. Bogotá. 1993. P. 90
70
Ibídem. P. 91
54
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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que, a su vez, producen nuevas respuestas emocionales. Así sucede con la


rabia, los celos, el sexo, la tristeza, la alegría.
 El control emocional también se puede ejercer sobre la expresión emocional
aunque en grado menor. Alguien que se siente atraído y admirado por otro
puede ruborizarse, sentir que los latidos de su corazón se aceleran, expresar
su emoción en mil indicios sutiles del rostro o de sus movimientos corporales;
se trata de simples reacciones involuntarias , regidas por el sistema nervioso
autónomo y por las glándulas endocrinas, sobre las cuales no tenemos un
control directo de la voluntad. Pero sí está en sus manos el sonreír, mirar con
ternura, dejarse coger la mano o el cuerpo, abrazar o besar y otras
expresiones de cariño. No parece fácil establecer un límite claro entre la
expresión emocional (en parte involuntaria y en parte voluntaria) y los
comportamientos, que normalmente son controlables por la voluntad.
 Existen otros mecanismos de defensa que se pueden emplear para el manejo
intrapsíquico de las emociones, pero son menos sanos y nada recomendables
porque incluyen cierto grado, mas o menos serio de defensividad v.g. el
desprendimiento o aislamiento emocional, la intelectualización, etc. Entre los
más peligrosos y patógenos se cuentan la proyección, la negación y sobre todo
la represión.
 Se puede concluir entonces, “que las últimas enseñanzas de la psicología
científica acerca del control de los estímulos, viene simplemente a corroborar
lo que enseña la ascética y la espiritualidad tradicional cuando recomiendan
una cierta austeridad de vida y una disciplinada guarda de los sentidos” tal
como lo recuerda la siguiente afirmación:71
“Atendiendo también a nuestra fragilidad, compañera inseparable en la evolución del amor casto,
desde la juventud hasta la ancianidad, no podemos en modo alguno olvidar las normas ascéticas
que la experiencia de la Iglesia ha consagrado y que los actuales peligros de la castidad exigen hoy
mas que en otros tiempos”.72

A continuación hablo de los medios sobrenaturales y para ello voy a valerme de


una imagen. La imagen de la cruz sobre la cual debería descansar todo esfuerzo
por vivir en plenitud la virginidad, el celibato o la castidad según sea nuestra
opción.
 El cimiento sobre la roca, lo forman la madurez humana, afectivo sexual y un
profundo espíritu de fe. Sobre esta base descansan firmemente asentadas las
tres actitudes fundamentales: serenidad (capacidad para entender que aunque
haya transformación en el ser, hay que dominar con equilibrio el impulso de la
naturaleza), generosidad (capacidad de guardarse uno para ofrendarse a
alguien) y discernimiento espiritual (capacidad para comprender que además
de las necesidades físicas existe una fuerza divina capaz de transformarnos y
ayudarnos en los momentos de soledad y dificultad). Recordemos que la cruz
71
Ibídem. P. 93
72
Congregación general XXXI. S. J. , No 8. d.16
55
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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de Jesucristo esta formada por dos atravesaños: el palo vertical, por una
parte, que simboliza la unión con Dios por medio de la vida de Oración, los
sacramentos, y la vida virtuosa, y el palo horizontal que simboliza la dimensión
comunitaria y de caridad fraterna entre los hombres, así mismo la entrega
generosa al respeto de sí, la dedicación al trabajo, al descanso y a los
Hobbies.
No obstante, la castidad, el celibato y la virginidad siempre van a tener una
dimensión de crucifixión y sacrificio, aunque se vivan a plenitud según el estado de
vida que cada uno de nosotros haya querido para sí.
56
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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CONCLUSIONES

Se ha dicho: La virginidad de María es un insulto al plan creador de Dios, a la


sexualidad, a la familia. El hecho de que Dios no naciera de una manera normal,
que fuera un Hijo sin padre, esto disminuye su autenticidad y su misma
humanidad. Este Dogma expresa “La represión de clérigos célibes” y “el
menosprecio por la noble relación de hombre y mujer”.

La repuesta a esta afirmación es que:


 En ningún momento hay devaluación de la sexualidad. Al contrario, este
pasa a ser uno de los valores más preciosos de la creación, esencial a la
comunión humana y a la supervivencia de la humanidad. Según el plan de
Dios, se necesita el amor de dos seres humanos: un hombre y una mujer, para
crear una nueva persona humana. Si se da una modalidad diferente para
Cristo es porque el nacimiento del Hijo de Dios es algo diferente. Sus padres
no tenían que darle existencia personal, puesto que él preexistía: Viene como
Dios entre los hombres, y para ello recibe la humanidad: este efecto, Dios
escogió la partenogénesis, por escandalosa que la misma resulte a los sabios
y a los juiciosos y por chocante que resultara para los dos evangelistas -Mt y
Lc- como hemos visto.
 La familia no resulta devaluada, puesto que el Hijo de Dios fue criado en una
familia humana, en la que José desempeñó integralmente el papel de Padre
adoptivo, y veremos que la adopción no es en modo alguno una paternidad o
maternidad disminuida.
 Luego, “Si un Dios tenía que nacer, sólo podía nacer de una virgen y si una
virgen tenía que dar a luz, sólo podía dar a luz a un Dios” (De Trinitate, 13,18-
23)
Por tanto, lo que la Iglesia enseña como verdad revelada sobre la virginidad de
María es lo siguiente:
a) La absoluta y perpetua integridad corporal de la Virgen.
b) Su virginidad de alma, es decir, la plena y exclusiva unión esponsal de su alma
con el Señor.
c) Es un Dogma de la fe católica que supone:
- Que María concibió milagrosa y virginalmente por el poder omnipotente de
Dios, por lo que Jesús no tuvo padre humano.
57
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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- Que dio a luz sin perder su virginidad en el nacimiento de su Hijo.


- Que María, después del nacimiento de Cristo, permaneció virgen durante toda
su vida terrestre.
María es el mejor símbolo de Israel 73. Nadie encarnó como ella el espíritu y la
vocación de aquel pueblo que Dios se escogió para preparar la venida de su Hijo
al mundo. “Ella misma sobresale entre los humildes y pobres del Señor, que de Él
con confianza esperan y reciben la salvación. En fin, con ella, excelsa Hija de
Sión, tras la larga espera de la promesa, se cumple la plenitud de los tiempos y se
inaugura la nueva economía de la salvación antes iniciada y corrompida con
Eva.”74
Su virginidad se convierte enteramente en un signo de consagración para el
servicio exclusivo de Dios. Signo de pobreza que reclama la Plenitud de Dios.
Signo de novedad del Reino, que viene a sacudir y a perfeccionar las leyes de la
creación. Su decisión no revela en ningún momento el temor al matrimonio o
desprecio de la vida sexual como creen muchos, sino total consagración a Dios y
a la Humanidad no como vivencia de un momento sino como opción de vida.
María no será entonces sólo virgen y Madre, como si fueran dos realidades
consecutivas, sino Virgen Madre y Madre Virgen como Dos experiencias
simultáneas porque como dice el Alemán DIETRICH BONHOEFFER: “Dios la
eligió para ser la madre del salvador no por sus méritos o su piedad, que sin duda
alguna eran grandes, ni siquiera a causa de su humildad, sino única y
exclusivamente porque la voluntad de Dios ama, elige y engrandece al que es
modesto, oscuro y pequeño”.
La devoción a María no es traducible a los estrechos límites del sentimiento, que
en el fondo es estéril y transitorio. Tampoco puede definirse y confinarse como
una mera reflexión teológica, mucho menos en aquella que pretendiese someterla
a toda crítica: Sin María, nos dice Puebla, “el evangelio se descarna, se desfigura
y se transforma en ideología, en racionalismo espiritualista.” (Puebla. 301).
María abraza toda la vida humana, religiosa y civil, individual y social, como
camino en esta vida y como término en la futura, sólo así la devoción a María
puede ser verdaderamente liberadora.
VIRGINIDAD INTEGRAL: La iglesia cobró conciencia muy pronto de que María,
Virgen por excelencia, fue integralmente virgen “antes, durante y Después del
parto”, o dicho de otro modo: "siempre virgen" (aeiparthernos) y totalmente. La
Iglesia afirma, pues, que María, virgen en su concepción, lo ha sido
perfectamente, en el doble plano corporal y espiritual: El nacimiento de Jesús no
disminuyó, sino que consagró su virginidad, dice, con fuerza y sentido poético, una
antigua antífona litúrgica asumida por el concilio Vaticano II (L.G. 57).
Respetemos, entonces, el misterio de la integridad virginal de María, y
73
Paulinas, Diccionario de Mariología. Pág. 910.
74
L.G. 55
58
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
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entendámosla, como hacen la Escritura, y los Padres, con referencia a su fe


virginal. María es así el prototipo de la virginidad, la que la inventó en su forma
perfecta: La más profunda y la más fructuosa, en la luminosidad.
VIRGEN MADRE DE DIOS: Madre de Dios y virgen, realidades que no se
contradicen. Los que han querido eliminar la virginidad de María han perdido
generalmente, al mismo tiempo y en el mismo grado, la divinidad de Jesús.
Puede parecer extraño afirmar esta correlación, porque, abstractamente,
teóricamente, escolásticamente parece excluirse. La encarnación se define por el
solo hecho de que Dios asume la humanidad. Que nazca de una virgen o de una
pareja, esto no cambia nada la esencia de la encarnación. Pero el que pierde la
dimensión virginal de la encarnación oscurece o liquida este misterio, según una
lógica más profunda que la de las abstracciones. Los padres de la Iglesia
expresan a veces esta lógica diciendo: “El hijo de Dios se ha convertido en lo que
no era (hombre), sin dejar de ser lo que era (Dios), y María se ha convertido en lo
que no era (madre) sin dejar de ser lo que era (Virgen). La paradoja de la
virginidad es una paradoja de la trascendencia de Dios hecho hombre entre los
hombres.
UN SIGNO: Tenía que manifestarse un signo de la generación humana del Hijo
de Dios más allá de la naturaleza como venida del Dios trascendente, pero al
mismo tiempo, según la naturaleza, por su auténtica inserción humana: Material y
maternal.
UN HECHO: Los evangelistas quedaron sorprendidos por este hecho que se
reveló como resultado de su atenta encuesta a contracorriente de las ideas
convencionales y de su mismo proyecto. Este proyecto apuntaba a probar que
Jesús presentaba cumplidamente el marchamo de Mesías: “Hijo de David”, según
los profetas, y que las muchedumbres tenían razón al aclamarle como “Hijo de
David” 75 por José, oscuro descendiente de David. Ahora bien, la investigación en
los orígenes familiares en Jerusalén, para Lucas; y quizá en Nazaret, para Mateo
les dio a conocer que José no era el padre biológico de Jesús.
¿PROBLEMAS CIENTIFICOS?: ¿Qué aspecto adquiere ante la ciencia este
dogma paradójico? La biología de hoy que ha llevado la partenogénesis a estados
más avanzados cada vez, incluso entre los mamíferos, da a la virginidad de María
una nueva verosimilitud, que no nos permite, a pesar de ello, recomponer el
modelo de ese acontecimiento único y misterioso, porque la ciencia sólo puede
estudiar fenómenos experimentales y repetibles, y carecemos de cualquier
medida para dar respuesta a las cuestiones particulares que plantea este misterio.
Normalmente el producto de una partenogénesis debería ser femenino. ¿Cómo
es que el Hijo de María es una persona de sexo masculino?. La biología
encontrará quizás un día elementos de respuesta a esta pregunta, al modular el
elemento que desencadena la partenogénesis.
75
Mt. 9,27; 15,22; 20,30-31; 21,9.15; Mc. 10,47-48 y 11.10)
59
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Un biólogo cualificado, el profesor LEJEUNE, de la academia de Medicina, al que


un sacerdote preguntó si la virginidad de María era recusada por la ciencia,
respondió con la siguiente invitación a un mayor respeto, para el misterio y para la
ciencia bien entendida: “Si la vida es, de acuerdo con lo que hoy se enseña, la
ejecución de un mensaje contenido en ADN (Cromosomas, etc.), la encarnación
es entonces la ejecución de un mensaje completo del Verbo en un determinado
lugar y en un determinado momento. Cuando los teólogos descubrieron que esta
encarnación del Verbo requería una etapa previa, la de un receptáculo adecuado
- de ahí la inmaculada concepción de María- , hicieron quizá el descubrimiento
más importante de la historia del conocimiento aunque no o comprendamos
todavía. En cuanto a la encarnación de Jesús, fue el fruto de una intervención
nueva del Espíritu: Con ello el mensaje de vida se encuentra de pronto completo,
el Verbo de Dios se hace hombre permaneciendo Dios. Intentar descubrir esta
operación del Espíritu Santo en términos de estructura cromosómica, fórmula de
nucleoproteína y división de células, etc., no me parecería irreverente, pero sí
perfectamente baladí. En el estadio en que nos encontramos, quiero decir: en el
estado actual de ignorancia, esto sería no ya pretender asaltar el Olimpo, sino
pretender descubrir el funcionamiento de un ordenador sin saber apenas contar
con los dedos (carta del 17.2.76)
Si he propuesto al final del trabajo algunos medios naturales y sobrenaturales
para conservar la pureza del cuerpo y del alma es porque, aunque ya los
conocemos, muchos nos los practicamos y por eso vamos perdiendo el interés por
las cosas que nos hacen bien.
60
LA VIRGINIDAD DE MARÍA UN RETO PARA EL HOMBRE DEL NUEVO MILENIO
Diácono Marco Aníbal Alvarez Pinto

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