Economia Circular Vs Economia Lineal Propuesta de Futuro Varelamenendez - Jacobo - TFG - 2018
Economia Circular Vs Economia Lineal Propuesta de Futuro Varelamenendez - Jacobo - TFG - 2018
Economia Circular Vs Economia Lineal Propuesta de Futuro Varelamenendez - Jacobo - TFG - 2018
Resumen
El objetivo general de este trabajo es realizar una aproximación técnica de la economía
circular en el ámbito de la UE y de España. Fenómeno que experimentó una inusual
expansión que coincide en el tiempo con los primeros análisis puramente económicos del
concepto. Es precisamente este hecho el que nos lleva a formular una de las
proposiciones que fundamenta la realización de este trabajo: la expansión de la economía
circular tanto entre los actores públicos como privados se debe, fundamentalmente, al
énfasis de los estudiosos en destacar los beneficios económicos del modelo.
En esta aproximación se estudiarán los precedentes de la economía circular, su definición
y características, así como sus principios rectores y el marco legal europeo y español,
finalizando con el análisis de su incidencia en la cadena de valor, en la sociedad y en el
medio ambiente.
La metodología se basa en la síntesis y aprendizaje, partiendo de una bibliografía holística
y transversal en la que se incluyen documentos legales; monografías técnicas, económicas
e históricas; e informes de instituciones públicas y privadas dedicadas en exclusiva al
estudio de este concepto.
Las conclusiones confirman la proposición de partida y generan una serie de propuestas e
iniciativas para implementar la economía circular sin centrarse en un solo actor implicado,
sino envolviéndolos a todos.
Palabras clave: economía circular; sostenibilidad; cadena de valor; ciclo técnico, ciclo
biológico; economía restaurativa; economía regenerativa.
Abstract
The main subject of this analysis is to make a technical approach the circular economy in
the EU and Spain. This system experienced an unusual expansion that went along with the
first economic analysis of the concept. This leads us to formulate one of the propositions of
this study: the circular economy expansion among public and private actors is due to the
emphasis made by researchers on the economic model benefits.
In this research we analyse the circular economy precedents; its definition and
characteristics; guiding principles; and legal framework, both in Europe and Spain.
Subsequently, we evaluate its influence in the value chain, in society and in the
environment.
The methodology is based on the synthesis and learning, starting from a holistic and
transversal bibliography in which legal documents are included; as well as technical,
economic and historical monographs; and reports from public and private institutions
dedicated to the study of this concept.
The conclusions confirm the starting proposition and generate proposals and initiatives to
implement the circular economy without focusing on a single actor involved, but involving
all of them.
Key words: circular economy; sustainability; value chain; technical cycle; biological
cycle; restorative economy; regenerative economy.
Índice
Introducción .......................................................................................................................... 6
Bibliografía .......................................................................................................................... 69
Índice de figuras
Ilustración 1. Economía lineal y economía circular. .................................................................. 8
Índice de tablas
Tabla 1. Los niveles en el ecodiseño. ..................................................................................... 51
Tabla 2. Medidas para la circularidad del sector textil. …………………………………………………………..56
Tabla 3. Hitos destacados en la evolución de la política europea sobre residuos. …………..……..65
Introducción
En el s. IV A.C. Aristóteles usó la palabra economía para referirse a la administración
de la casa y el hogar y la palabra crematística (del griego khrema, riqueza, posesión)
para referirse a la economía política y a lo que hoy podemos entender por
macroeconomía en un sentido altamente primitivo. Aunque no estudió en profundidad
esta ciencia, que por aquel entonces ni siquiera había nacido en su sentido moderno,
sí realizó multitud de análisis éticos referentes a la economía y a la crematística. Para
él, dentro de la crematística se encontraba el trueque de bienes por bienes o por
dinero (comercio), básico para el desarrollo social en comunidades que reconocen la
propiedad privada, y la usura o transformación del dinero en dinero, modalidad esta
contra natura que deshumaniza al ser humano y que él consideraba anti-ética.
En este trabajo, mediante el análisis de la economía circular -un nuevo modelo
económico que parece postularse como una de las salidas menos problemáticas al
actual abismo medioambiental y social que supone el modelo lineal del capitalismo
moderno-, pretendo en esencia poner en valor el sentido social y humanístico de la
economía como ciencia de la administración del hogar y la casa del ser humano, es
decir, el planeta Tierra.
La economía imperante hoy en día se caracteriza por dejar fijados unos dogmas
cuasidivinos basados en la producción y el consumo ilimitados y no regenerativos en
un mundo caracterizado por la existencia de recursos y alimentos finitos, lo cual
constituye un óximoron altamente perjudicial para la sostenibilidad del modelo. Por
suerte, la Teoría de Sistemas ha desarrollado la posibilidad de aplicar sistemas
circulares a prácticamente todas las ciencias, entre ellas la económica, lo cual permite
sostener un modelo en base a sí mismo y prescindir de las tan temidas y hasta ahora
olvidadas externalidades negativas.
Los propósitos de este trabajo, más allá de su concreción técnica en el análisis de la
economía circular -sus principios, sus carencias y su desarrollo actual en el ámbito
europeo y español- son precisamente dos. En primer lugar, incitar al lector a
reformular esa definición de economía aristotélica para no dejar de lado la necesidad
de crecer sin dañar el hogar del ser humano. En segundo lugar, demostrar que la
expansión al ámbito económico de la concienciación ambiental nacida a mediados del
s. XX de la obra de autoras como Rachel Carson no será posible, en un mundo
dominado por empresas y multinacionales y caracterizado por la implicación de los
gobiernos en los aspectos económicos de sus ciudadanos, hasta que esta conciencia
ambiental demuestre ser rentable a largo plazo y sostener el statu quo del capitalismo.
La economía circular, dentro de sus limitaciones, parece cumplir ambos propósitos a la
perfección. El primero, porque es la única teoría económica que, fundamentando su
propia existencia en el respeto por el medio ambiente y la sostenibilidad, parece que
no está siendo relegada por el pensamiento ortodoxo imperante. El segundo, porque
es el primer modelo alternativo que se ha separado de las proclamas políticas
anticapitalistas que, mucho más radicales, jamás se preocuparon por su impacto
económico positivo y su rentabilidad. Ejemplo de esto último es el análisis de viabilidad
económica de la economía circular realizado por la Ellen MacArthur Foundation
(2014), que estima que Europa puede generar un beneficio neto de 1,8 billones de
euros de aquí a 2030 (casi 1 billón más que en la actual senda de desarrollo lineal)
con la implantación de la economía circular, y generar empleo a un ritmo creciente
(como se ha manifestado en su investigación piloto en Dinamarca).
No hay más que observar ciertos casos paradigmáticos como el del petróleo, para
comprobar la influencia en la economía de las alteraciones en la demanda de ciertos
recursos (sea por cortes en los suministros o por su potenciación “irracional”).
La dinámica de precios del petróleo, derivada particularmente de variaciones en la
oferta, suele venir acompañada de una variación o desestabilización en el resto de
productos, ya que, hoy en día, la dependencia del petróleo es casi absoluta para las
sociedades desarrolladas. “Durante medio siglo, entre 1950 y 2000, anualmente se
descubría más petróleo del que se extraía de los yacimientos. Pero desde hace varios
años es más el petróleo extraído que el que se descubre” (Max-Neef y Smith, 2011, p.
99). Además, la producción mundial de petróleo per cápita alcanzó su máximo hace
cuarenta años y desde entonces no ha hecho más que disminuir (Ilustración 3).
Concretamente, la producción diaria per cápita de petróleo muestra una tendencia
general descendente desde mediados de los setenta, cuando llegó a ser
aproximadamente de 2 litros/persona/día. “A medida que la producción de petróleo
tiene que esforzarse cada vez más en responder a una demanda cada vez mayor, y
que la población del planeta continúa aumentando, es muy improbable que la
producción mundial per cápita logre recuperar sus niveles de los años setenta”
(Bartlett, 2004, p. 53).
Ilustración 3. Producción mundial de petróleo entre 1920 y 2000
resta de siglo el 80% del suelo corre peligro de desertificación, entendiendo por tal la
“degradación de las tierras áridas, semiáridas o subhúmedas secas” (Gobierno de
España, Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, 2016), con
el consecuente riesgo y presión sobre los recursos hídricos.
d) Incremento de la pobreza y la brecha entre los países del norte y del sur y
otros problemas sociales
En torno a 1400 millones de personas están en situación de pobreza extrema en el
mundo y casi 900 millones sufren hambre y no tienen acceso a servicios básicos como
la educación, la salud o el agua potable (Oxfam Intermon, 2017). Lo relevante es que
las principales causas de pobreza son todas intrínsecas al sistema capitalista de
producción y consumo lineal: el modelo comercial multinacional; el cambio climático;
las desigualdades en el reparto de recursos y el expolio a países del sur; las
epidemias y el crecimiento de la población; el despilfarro de alimentos... Causas que a
su vez acentúan las diferencias entre los países ricos del norte y los países pobres del
sur, y, cada vez más, también acentúan la brecha interna en los países ricos, donde el
número de personas por debajo del umbral de pobreza no ha hecho más que crecer
desde la crisis global de 2008.
En el ámbito de los países desarrollados, se ha documentado la influencia perniciosa
del sistema capitalista en las interacciones humanas. Según Bauman (2007) “la
sociedad de consumidores tiende a romper los grupos, a hacerlos frágiles y divisibles,
y favorece en cambio la rápida formación de multitudes, como también su rápida
disgregación. El consumo es una acción solitaria por antonomasia (quizás incluso el
arquetipo de la soledad), aun cuando se haga en compañía” (p.109). Desde una
perspectiva sociológica el consumo es lo que da sentido, en muchas ocasiones, a
nuestras vidas, llegando al extremo en el que la aseveración de Descartes podría
modificarse para afirmar que “compro, luego tiro, y así existo”. Numerosos estudios
científicos están probando además la incidencia del sistema capitalista y del “discurso
capitalista” en términos psicoanalíticos sobre las enfermedades mentales.
En cuanto a los límites del modelo de consumo lineal, y basándome en el informe
Towards a Circular Economy de la Ellen MacArhtur Foundation, conviene destacar una
serie de límites derivados de todos los problemas mencionados, que hacen imposible
la continuidad del sistema lineal sin evitar el colapso.
a) Incremento de la celeridad en la dinámica del patrón “extraer-utilizar-tirar”
Según datos obtenidos por la Ellen MacArthur Foundation (2014), en 2010 entraron al
sistema económico en torno a 65 mil millones de toneladas de materias primas y se
espera que esta cifra se incremente hasta las 82 mil millones en 2020. Este
incremento de la celeridad se manifiesta en el consumo por el acortamiento del ciclo
de vida de los productos, especialmente de los tecnológicos, y por el rechazo a su
reparación, gracias a los esfuerzos en marketing de las grandes empresas modernas.
Se trata de un hecho que se viene manifestando en la producción desde antes incluso
del comienzo de la Revolución Industrial, cuando en el s.XVIII se consiguió
incrementar la producción textil gracias a la invención de la hiladora Jenny que
permitió mecanizar el proceso de trenzado de los hilos y permitir que una persona
trabajase a la par con ocho hilos en vez de ir uno a uno, multiplicándose así por ocho
la velocidad de producción. Este ejemplo muestra cómo las limitaciones son infinitas.
El ser humano no cesa en su empeño de eludir un límite tras otro. Así, el paso
siguiente fue la creación de hiladoras mecanizadas que utilizaban fuerzas alternativas
a la del trabajo humano (Concheiro, 2016).
b) Pérdida de valor
Un sistema basado en el consumo y no en el uso restaurador de recursos no
renovables y en la reutilización de los renovables, ocasiona cuantiosas pérdidas de
valor y efectos negativos a lo largo de la cadena de material.
c) Eliminación de residuos
Se trata de un problema que actúa también como limitación ya que mientras la
economía circular propone la reutilización y reciclaje de los residuos y, en definitiva, su
aprovechamiento, el modelo lineal se sostiene en la necesidad de gestionar la
eliminación de los residuos. Ambos planteamientos suponen cuantiosos costes, pero
sólo el primero permite la regeneración de beneficios a lo largo de toda la cadena de
valor.
2.1.1 Origen
A mediados de la década de los setenta, Walter R. Stahel, arquitecto suizo, comenzó a
teorizar la disyuntiva entre una economía lineal basada “en la optimización del proceso
de producción para reducir los costes unitarios y superar así la escasez de bienes de
todo tipo” (Stahel, 1998, p. 1), en la que las economías de escala ya no representan
una solución viable ni mucho menos sostenible, y una economía cíclica, en círculos o
en bucles sin génesis ni finales. En sus investigaciones, apostó por el impacto positivo
de la economía de ciclo cerrado en los principales problemas de las economías
estatales: el paro y la flexibilidad del mercado laboral, la contaminación y la gestión de
residuos, la inflación, etc. Fue él quien acuñó el término que más tarde pondrían de
moda McDonough y Braungart para referirse a la economía circular como “de la cuna
a la cuna” y no de la “cuna a la tumba” o al vertedero.
el año 2002 lanzaron su propuesta al mundo con el libro Cradle to Cradle: Remaking
the Way we make things, en el que proponen una nueva forma de ver el problema
ecológico global y asientan las bases de la economía circular y el nuevo ecologismo
con fórmulas como la de “Residuo = Alimento”. Pretenden transformar la línea recta
que describe la cadena de valor de todas las organizaciones que ofrecen productos y
servicios en un círculo en el que lo que para unos es desecho tras la aplicación de sus
procesos, pueda ser materia prima para otros. Se trata de un enfoque que, lejos de ser
ajeno al ser humano, es el mecanismo principal por el que la naturaleza se desarrolla y
mantiene sin malgastar ni generar ningún tipo de desecho, aprovechándolo y
reciclándolo todo ya que en el mundo natural los desechos de un proceso son el
alimento para otro: así, los excrementos de los animales sirven de fermento natural
para la tierra, pasando del mundo animal al vegetal (Zhexembayeva, 2014).
La aportación principal de la filosofía cradle to cradle fue la consideración de que no
necesitamos un círculo para reestructurar el modelo lineal, sino dos: el círculo
biológico y el círculo técnico. El primero existe en el mundo de manera natural y es un
ejemplo de la fuerza de la naturaleza. En este círculo encontraríamos todos los
productos considerados biodegradables, es decir, “que pueden ser degradados por
acción biológica” (RAE). El segundo, es una copia técnica y humana del ciclo
biológico, necesario en la medida en la que sigamos produciendo productos cuyos
componentes no son biodegradables y que, por lo tanto, a la naturaleza le cuesta más
procesar y digerir de manera natural. Estos productos, deben ser tratados de otro
modo para que puedan ser utilizados para otros fines, sirviendo como input en la
generación de un producto o servicio nuevo.
Sin poder profundizar en todos por cuestiones de espacio, conviene no olvidar
mencionar otros antecedentes de la economía circular, que, junto con los
anteriormente descritos, acabaron dando forma a la propuesta que en el presente
trabajo se describe: la Permacultura de Mollison y Holmgren, desarrollada en la
década de los setenta; el Biomimetismo o biomímesis de Janine Benyus, desarrollada
a finales de los noventa; el Capitalismo natural de Amory Lovins y Paul Hawken
impulsada por el Rocky Mountain Institute (RMI); o la Economía Azul de Gunter Pauli,
en la que aplica una visión en base a la teoría de sistemas. Estas iniciativas, quizás
por su mayor facilidad para ponerlas en práctica y por la incidencia que se ha hecho
desde sectores sociales y privados para que los organismos públicos apuesten por
ellas, están de rigurosa actualidad.
2.1.2 Concepto
Desde que el término “economía circular” se hizo un hueco entre diferentes actores
económicos y académicos, han sido muchas las definiciones que se han propuesto,
compartiendo la mayoría de ellas unos elementos característicos que son la esencia
de esta propuesta. A continuación me limitaré a reproducir algunas de las definiciones
dadas para posteriormente extraer una conceptualización que las integre a todas, con
un pequeño análisis preliminar de cada uno de los elementos que la conforman.
Hay definiciones dadas por investigadores y estudiosos del fenómeno, a título
individual o colectivo, en el seno de fundaciones y centros de estudios. Así, la
Fundación COTEC (2017) define la adopción de la economía circular como un:
cambio hacia sistemas regenerativos a partir de su diseño, para mantener el valor
de los recursos (…) y de los productos y limitando, exponencialmente, los
insumos de materias primas y energía. Esto evitará la creación de residuos e
impactos negativos derivados, mitigando las externalidades negativas para el
medioambiente, el clima y la salud humana (…).
La economía circular se basa en principios como la diversidad, la resiliencia y el
pensamiento sistémico, que requieren un enfoque metabólico, integrando ciclos
materiales biológicos y tecnológicos (p. 22).
La Ellen MacArthur Foundation (2015) –una de las organizaciones que más recursos
destina al estudio y la implantación en Europa de la economía circular- en su informe
Growth within a Circular Economy: visión for a competitive Europe describe el término
de la siguiente manera:
(La economía circular) se caracteriza, más que definirse, como una economía
restaurativa y regenerativa por intención y por diseño para mantener productos,
componentes y materiales en su máximo grado de utilidad y valor en todo
momento. El concepto distingue entre ciclos técnicos y biológicos (p. 46).
Para este organismo se trata por tanto de un sistema industrial caracterizado por una
serie de nociones que superan al sistema de producción y consumo lineal: el término
“caducidad” es sustituido por “restauración”; se elimina en la medida de lo posible la
utilización de químicos y tóxicos que dañan la biosfera y perjudican la reutilización
mediante la eliminación de residuos y la apuesta por energías renovables; todo ello
mediante la optimización del diseño de productos y materiales por un lado y sistemas y
modelos de negocio por otro (Ellen MacArthur, 2014).
elementos comunes. A partir de ellas, podemos proponer una definición del término
que en breves palabras explique la total magnitud que lo caracteriza.
Así, la economía circular sería un modelo de producción y consumo competitivo y
sostenible y, por ende, antagónico al obsoleto modelo lineal, que pretende optimizar
el uso de recursos, materias primas y energía, incorporando primero –a la cadena
de valor- y superando después las externalidades negativas. Basándose en los
principios de restauración, regeneración y resiliencia, que permiten asimilar el
ciclo técnico de los productos al ciclo biológico de los nutrientes, se dota al modelo de
la circularidad que lo caracteriza evitando la generación de residuos y permitiendo
maximizar la utilidad y valor de los productos y materiales en todo momento.
A continuación explicaré brevemente los ejes vectores de esta conceptualización.
• Modelo de producción y consumo competitivo y sostenible
Se trata de un modelo de producción y consumo antagónico al modelo lineal. Es
sostenible precisamente por optimizar el uso de recursos, materiales y energías,
reduciendo el desperdicio de estos y la generación de residuos y aprovechando al
máximo los pocos residuos que se podrían generar (y que, precisamente por ser
aprovechados no cabe denominar como tales). Por tanto, la sostenibilidad del modelo
radica en que la finitud de los recursos disponibles en el planeta no es esencial para
que el sistema se mantenga o quiebre. Como se muestra en la Ilustración 9, tras el
consumo del bien no se sucede el desecho, sino que se produce la fase de reciclado
y/o reutilización.
Ilustración 9. Círculo de la sostenibilidad
Distribución
Diseño y
fabricación de
productos. Venta/Alquiler
Prestación de
servicios
Reutilización Distribución
Reciclado o
Recuperación
Consumo/Uso
de producto o
partes
locales por la globalización de las cadenas de valor. Este hecho tampoco se incorpora
en el precio ni en la responsabilidad de la organización que lo produce y, precisamente
esto, como un círculo vicioso, contribuye a incrementar dichos efectos negativos.
Por tanto, la economía circular, en cuanto economía más ecológica, debe promover la
responsabilidad social corporativa y la inserción de las externalidades negativas en el
ámbito de la propia responsabilidad de la organización que las produce.
• Se basa en la triple R: Restauración, Regeneración y Resiliencia
Si bien sería más oportuno hablar de la “doble triple R”, ya que los clásicos principios
reclamo de la sostenibilidad siguen estando presentes: reciclar, reutilizar y recuperar.
El primer término hace referencia al proceso por el que un sistema, un objeto o un
modelo de negocio mejora su funcionamiento mediante la vuelta a un estado previo
que se considera más puro o eficiente.La regeneración, por su parte, permite que algo
recupere su forma o estado, permitiendo así que pueda reutilizarse; y la resiliencia
económica garantiza que un sistema económico se recupere con mayor facilidad tras
una perturbación. En la economía circular la regeneración y la restauración suelen
diferenciarse porque el primer término hace referencia al ciclo biológico mientras que
el segundo se refiere al técnico.
2.2 Caracterización
2.2.1 Principios de actuación
Los tres principios de actuación sobre los que descansa la economía circular y que se
mantienen presentes en cada una de sus dimensiones de desarrollo fueron formulados
inicialmente por la Ellen MacArthur Foundation (vid. Ilustración 10), si bien a
continuación serán completados en base a otros autores y organismos.
2.2.1.1 Primer Principio: Preservar y mejorar el capital natural
Esto se consigue mediante el control y seguimiento de las reservas finitas de recursos
y la potenciación del uso de recursos renovables. Cuando un actor económico
necesita un recurso, la economía circular es el mecanismo que le permite obtenerlo de
manera sensata y consciente, lo cuál incide en el resto de la cadena de valor, ya que
precisamente esa consciencia de los efectos negativos de la obtención del recurso
acompañará al agente en todo el proceso de transformación del recurso, permitiéndole
compensarlos. Además de seleccionar los recursos de manera sensata y consciente,
este principio incide en el uso de tecnologías y procesos basados en recursos y
energías renovables o de mayor rendimiento. En definitiva, con este principio, el actor
económico interioriza “los flujos de nutrientes dentro del sistema y genera las
condiciones para la regeneración” (Espaliat, 2017, p.30).
2.2.1.2 Segundo Principio: Optimizar el rendimiento de los recursos
distribuyendo productos, componentes y materias procurando
mantener su máxima utilidad en todo momento, tanto en los
ciclos técnicos como en los biológicos
Para mantener en todo momento los productos, componentes o materias en su mayor
grado de utilidad es necesario fabricarlos específicamente para ello. Evidentemente,
un producto puede resultar más útil en sus primeros momentos de vida, pero eso no
obsta para que hacia el final de su vida útil no podamos mantenerlo en su máxima
utilidad (sin perjuicio de que esta sea menor que en el pasado). La clave es
mantenerlos en el mayor grado de utilidad posible para cada momento y circunstancia.
A continuación ilustraré la aplicación de este principio tanto al ciclo técnico (diseñar
para refabricar y reciclar) como al ciclo biológico (diseñar para metabolizar).
Dentro del ciclo técnico, este principio implica diseñar para refabricar, reacondicionar,
reciclar y actualizar. Con este tipo de diseños se permite que los materiales y los
componentes técnicos de los productos estén siempre en continuo movimiento,
circulando, como el agua de una bomba acuífera. Este perpetuo movimiento de los
materiales dinamiza la economía y no superpone su buena marcha a la linealidad que
caracteriza a las industrias tradicionales (con el fin de un producto en el vertedero y el
inicio de la creación de uno nuevo desde la extracción). Además, existen tres técnicas
fundamentales de las que se sirve la economía circular para optimizar el rendimiento
de los recursos:
a) Maximizar el tiempo empleado en cada ciclo interno del sistema
Por ejemplo, mediante el incremento del bucle de mantenimiento antes de pasar al de
reparación; el de reparación antes de pasar al de uso en cascada; el de uso en
cascada antes del de reciclaje, y así sucesivamente.
b) Terminar con la obsolescencia
Aumentando la vida útil de los productos y apostando por la reutilización. La
obsolescencia, en sus distintas vertientes (técnica, natural, psicológica –como la
moda-) supone uno de los pilares fundamentales de la economía lineal, ya que permite
mantener activo el consumo y la demanda constante. Ahora bien, si un mundo sin
obsolescencia con los pilares de la economía lineal sería imposible o muy perjudicial
para los beneficios empresariales, en una economía circular es fundamental terminar
con ella. Los puntos de partida son distintos, y no se sustenta en un consumo y
derroche continuo, sino en el usuario que alquila bienes; en los que comparten bienes;
en los ingresos que obtiene el propio fabricante mediante la reparación y el reciclaje,
etc.
c) Compartir recursos
Aquí entra en juego, desde la perspectiva del consumidor, la economía colaborativa,
ya que compartiendo recursos se “incrementa el grado de utilización de los productos
y de reutilización de subproductos y residuos valorizables” (Espaliat, 2017, p. 31).
Dentro del ciclo biológico, se trata de permitir que los nutrientes biológicos sean
reintroducidos en la biosfera con las máximas garantías y seguridad. La
descomposición en la biosfera de estos nutrientes generará de nuevo recursos
valiosos que podrán ser reincorporados a un nuevo ciclo, y así las veces que sea
necesario.
Los ciclos biológicos se caracterizan por abarcar productos y nutrientes cuya
idiosincrasia los destina a ser metabolizados o consumidos por la biosfera. En estos
casos, “la esencia de la creación de valor consiste en la oportunidad de extraer valor
adicional de productos y materias mediante su paso en cascada por otras
aplicaciones” y etapas (Ellen MacArthur, 2015, p. 7).
Los productos y materias del ciclo biológico los podemos identificar con los de
actividades del sector primario como la agricultura (donde pueden utilizarse abonos
naturales); la ganadería (el abono ecológico permite que los excrementos del ganado
den vida al que será su alimento); la pesca, etc.
Una meta fundamental de la economía circular es hacer los ciclos técnicos,
dependientes de la tecnología y la fuerza humana, lo más parecidos posibles a los
ciclos biológicos, siguiendo de esta manera el hombre el ejemplo de la naturaleza.
2.2.1.3 Tercer Principio: Promover la eficacia de los sistemas
detectando y eliminando del diseño los factores externos
negativos
Este principio pretende instaurar sistemas de control para eliminar externalidades
negativas del ciclo productivo y de cada una de las fases de la cadena de valor. Deben
no solo reducirse o compensarse con impuestos, sino eliminarse por completo la
contaminación directa del aire y de las aguas, así como el vertido de tóxicos. Así
mismo, es fundamental evitar los potenciales efectos dañinos que cualquier actividad o
industria pueda tener en la sanidad y la salud, en la educación, o en la alimentación.
Para ello, es recomendable que las empresas que pretenden instaurar sistemas
circulares de gestión, desarrollen planes de futuro para reducir estos factores externos
Fabricante
CADENA INVERSA
Gestor cadena
Distribuidor
inversa
RESTAURACIÓN
USUARIOS
No obstante, en abril de 2017 parece que se volvió a apostar, aunque de manera muy
vaga, por estas energías renovables con una megasubasta decretada por el Ministerio
de Energía de dos mil megavatios para instalar renovables. Y es que no le queda más
remedio, si el gobierno quiere cumplir los objetivos en materia de energía diseñados
por la Unión Europea.
Si se atiende a la composición de las renovables en el sector eléctrico español, puede
apreciarse el dominio de la energía eólica, que supone un 49,8% del total, seguida de
la hidráulica (31,1%) y muy por detrás la energía solar, los biocombustibles y otras.
También puede apreciarse cómo el crecimiento inicial entre los años 2004 y 2010 se
va frenando y se mantiene estancado hasta el 2015 (Eurostat). No obstante, medidas
como la reciente iniciativa del ayuntamiento madrileño de contratar energía
proveniente en su 100% de fuentes renovables para 2019, y el aval del Tribunal
Supremo a esta medida, son un paso importante en el crecimiento de las renovables.
Según datos de Red Eléctrica Española sobre la incidencia de los diferentes tipos de
recursos energéticos predominantes en España sobre las emisiones de CO2 en
toneladas, en 2007 esta cifra se situaba en 111.691.005, por la incidencia de la crisis y
su influencia sobre el sector de la energía y la industria, en 2012, pese al freno de las
renovables, este impacto en las emisiones de CO2 disminuía levemente hasta las
86.971.186 tCO2. En 2017, continuó esta tendencia al situarse en 74.883.611 tCO2
(vid. Ilustración 15).
Ilustración 15. Comparativa de emisiones de CO2 en 2007, 2012 y 2017
7. FLOOW2 (www.floow2.com)
Esta plataforma es un ejemplo del continuo auge del consumo colaborativo.
Identificando como oportunidad de negocio el exceso de capacidad de producción tras
la caída de la demanda con la crisis global de 2008, esta organización permite a las
empresas compartir recursos técnicos y humanos, permitiendo a unos aprovechar su
sobrecapacidad y a otros ahorrarse grandes inversiones iniciales. Es un ejemplo de
consumo colaborativo entre empresas (frente al más conocido consumo colaborativo
entre consumidores) que permite que los participantes, en lugar de poseer las
instalaciones, servicios y maquinaria, puedan compartirlo.
8. TERRACYCLE y HP (www.terracycle.es y www.hp.com)
TerraCycle fue la primera compañía en fabricar el primer producto hecho 100% de
residuos: el fertilizante natural Worm Poop, envasado en botellas de plástico
recicladas. Es una empresa que basa su estrategia competitiva en el reciclaje. Recicla
botellas, envases de vidrio, plásticos, y demás productos para fabricar mochilas,
pizarras, neceseres, marcos de fotos o álbumes que vende en multitud de comercios
como Walmart o Target.
HP por su parte, ha comenzado a recuperar los productos que desechan sus clientes,
en el marco de su programa Renew. A cambio, los clientes reciben nuevos productos
de HP o incluso dinero. Se trata de un paso previo hacia la servitización.
9. SOURCEMAP (www.sourcemap.com)
“La gente tiene derecho a conocer de dónde vienen los productos que compra, de qué
están hechos y qué impacto ambiental y social tienen” (web de Sourcemap). En base a
este principio, la compañía ha desarrollado el primer directorio de cadenas de
suministro y huellas medioambientales fruto de un crowdfunding. Se trata de una
plataforma colaborativa basada en el intercambio de información para luchar contra las
asimetrías informativas, que surgió en el seno del MIT Media Lab. Es una empresa
que supo convertir una necesidad, la de la transparencia en un negocio rentable.
10. TENNANT (www.tennantco.com)
Fabricante de equipos para limpieza de suelos, cambió su modelo de negocio en el
año 2002 para aprovechar el agotamiento global de recursos y convertirlo en una
oportunidad que les permitiese diferenciarse. En base a ello desarrollaron una
tecnología no química, ni tóxica, ni contaminante que revolucionaría la industria de la
limpieza. Para ello usaron como producto de limpieza agua ionizada, de manera que
tras el uso tampoco quedarían residuos contaminantes, sino tan solo agua sucia. El
resultado fue un producto más barato y menos contaminante.
Ø Consumidores
Los consumidores tienen en sus manos que las empresas sigan desarrollando
productos y modelos de negocio respetuosos con el medio ambiente y con la
sociedad, implicándose más en sus decisiones de compra, agrupándose en
asociaciones que luchen por los postulados del marco RESOLVE y de la economía
circular, y presionando a las administraciones públicas para que también se involucren
en este proyecto. Es precisamente en las sociedades con ciudadanos consumidores
más implicados con el medio ambiente dónde más triunfan estos novedosos modelos
de negocio y dónde los gobiernos más se involucran (véase el proyecto piloto
implantado en Dinamarca sobre economía circular). Entre las acciones concretas que
pueden desarrollar los consumidores están dejar de consumir productos alimenticios
que abusen de los embalajes plásticos y comprar más productos a granel y frescos;
apostar por el comercio local, por el consumo colaborativo y digital; fomentar el
reciclaje en los hogares; informarse sobre el recorrido, los materiales y la huella
ecológica de los productos que consumen, etc.
.
4.1.2 Aprovisionamiento
Encontrar y posteriormente adquirir los materiales, recursos, bienes o servicios
necesarios para la producción de otros es un aspecto fundamental de la cadena de
valor que determinará los costes de producción y, por tanto, el precio. En la economía
circular es fundamental que en esta fase las empresas tengan en cuenta la
renovabilidad de los materiales que establecen los diseños de productos, así como su
toxicidad y su huella ambiental. Para que el diseño del producto siga los estándares de
tiendas o por entidades benéficas y son ellas las que se encargan de reintroducir los
productos en el mercado (en este caso donándolos a personas en riesgo de pobreza).
Otro ejemplo es la recogida de electrodomésticos en determinados ayuntamientos. En
este caso son las propias administraciones públicas (entidades locales), las que se
encargan de gestionar la recogida de los mismos a través de puntos limpios.
El ciclo inverso, con recogida selectiva, tratamientos de calidad y una segmentación
eficaz de los productos al fin de su vida útil, permite reducir la pérdida de materias e
impulsa la economía del diseño circular, a la vez que esta impulsa la necesidad de
ofrecer una logística inversa eficiente (vid. Ilustración 22).
Ilustración 22. Bucle positivo entre el diseño circular y la logística inversa
Diseño
Logística
circular y
inversa
ecodiseño
4.1.6 Compostaje
Así como el reciclaje, la reutilización y el reaprovechamiento de residuos y
subproductos son las últimas etapas de los ciclos técnicos, el compostaje es la última
etapa de los ciclos bioeconómicos o biológicos, ya que supone la reincorporación de
los materiales biodegradables en la biosfera. Mediante esta técnica los residuos
biodegradables como el papel, la madera, el agua o los alimentos, son tratados para
acelerar o facilitar su descomposición y su conversión en materia orgánica que sea
devuelta a la biosfera con el fin de generar nuevos recursos o tratarse como
fertilizante.
consumidora de recursos: las materias primas que necesitan (cada vez más sintéticas
y menos naturales); el elevado consumo de agua para el bordado y el planchado y la
creación de hilos; la contaminación derivada del transporte y la logística, etc. Según un
estudio de la Cambridge University, por cada kilo de tejido textil producido se consume
0,6 kg de petróleo y se emiten 2 kg de CO2. Además, para producir un pantalón
vaquero se requieren tres mil litros de agua y para una camiseta de algodón unos mil
doscientos litros (Fundación para la Economía Circular, 2017). Además, la vida útil de
la ropa es cada vez más corta y el consumo más habitual. Según un estudio de la
Fundación para la Economía Circular (2015), en España, “la cantidad promedio de
residuos textiles que se reciclan no llega al 15%; más del 85% restante termina en
plantas de incineración o vertido” (Fundación para la Economía Circular, 2017).
Algunas medidas que pueden aumentar la circularidad del textil son las siguientes
(Tabla 2):
Tabla 2. Medidas para la circularidad del sector textil
Fomentar la ecoconfección de los productos. Utilizando otras prendas, cortinas, alfombras
para reciclar sus hilos.
Optimizar la recuperación material y mejorar Con una cadena inversa eficiente.
las estadísticas de recogida y reutilización.
Crear un esquema de responsabilidad de los Como el Eco-TLC francés.
productores.
Fomentar la moda sostenible y la de segunda
mano.
Fomentar cambios de comportamiento en los Mejorando la información de la que disponen.
consumidores.
Fuente: Fundación para la Economía Circular (2017). Elaboración propia
Reducción de las
Reducción de emisiones de consecuencias negativas de
Dióxido de Carbono la extracción de materias
primas
Reducción e
internalización de
las externalidades
negativas
Prevención de riesgos y
Mejora de la calidad del
mejora de la gestión de los
suelo
recursos naturales
El Dióxido de Carbono (CO2) “es un potente gas de efecto invernadero cuya función
vital es regular la temperatura de superficie de la Tierra mediante su forzamiento
radiativo y el efecto invernadero” (Petty, 2004, pp. 229 y ss.). Las emisiones de CO2 a
la atmósfera son uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la población
mundial, ya que perjudica el sistema de protección natural de la capa de ozono,
contribuyendo al calentamiento global y a todos los problemas ambientales derivados.
Estas emisiones son producidas a mayor escala por la industria, pero también por los
hogares y familias.
Su reducción es una tarea pendiente por todos los gobiernos y, de hecho, el Acuerdo
de París de diciembre de 2015 recoge unas metas factibles al respecto, aplicables a
partir de 2020, cuando finalice la aplicabilidad del Protocolo de Kioto. Según el propio
texto del acuerdo, su objetivo es “reforzar la respuesta mundial a la amenaza del
cambio climático, en el contexto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por
erradicar la pobreza” (art. 2 Acuerdo de París, Naciones Unidas) para lo cual se
establecen tres acciones concretas a desarrollar:
relación entre las medidas a tomar y el impacto que tendrán para conseguir un
equilibrio óptmo entre los costes y beneficios económicos de las propuestas y los
medioambientales y sociales.
d) Barreras tecnológicas y de infraestructura
Para poder diseñar productos con el fin de no generar residuos es necesario invertir
tiempo y dinero en dichos diseños. Lo mismo sucede con los procesos y con el modelo
de negocio. Por lo tanto, para poner en marcha la economía circular es necesario
desarrollar un knowhow, unas habilidades, conocimientos y técnica que las empresas
que quieran ser las primeras en este nuevo paradigma deben comenzar a poner en
marcha cuanto antes.
para 2019 proveedores de energía que se nutran con energías limpias o renovables
para todas sus instalaciones y dependencias. Por su parte, la Comunidad de Cataluña
desarrolló el año pasado una ley del cambio climático, actualmente suspendida, pero
que introduce a nivel legal el concepto de economía circular. Así mismo, el Gobierno
de España, desde el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente
y el de Economía e Industria, ha desarrollado el documento España Circular 2030 en
el marco de la Estrategia Española de Economía Circular. Documento en el que
desgrana las ventajas de este sistema, analiza su implantación y define un plan de
acción para el futuro.
países europeos más comprometidos con el medio ambiente, con medidas como la
reciente prohibición de tirar alimentos impuesta sobre los supermercados franceses, a
favor de la donación de los mismos.
Otra cuestión que se trata en este Programa y que, de nuevo, también se aprecia en
informes de la Ellen MacArthur Foundation como el Policymaker Toolkit, es la
necesidad de que los Estados miembro y las regiones europeas, adopten medidas
para cumplir el objetivo de aplicar criterios de contratación pública ecológica en al
menos el 50% de las licitaciones.
Según el PMA, perfeccionando la prevención y gestión de residuos, no solo se
mejoraría la calidad ambiental y el desarrollo sostenible de la economía, sino que
podrían crearse nuevos mercados y empleos y reducir la dependencia de las
importaciones de materias primas. Cuestiones que deberían importar en un elevado
grado al Gobierno Español debido, en primer lugar, al tradicional saldo negativo de
nuestra balanza comercial y a la gran dependencia española de materias primas
extranjeras y, en segundo lugar, al problema estructural del mercado laboral español.
En palabras del VII PMA, “solo se prepara para su reutilización o se recicla una media
del 40% de los residuos sólidos, si bien algunos Estados miembros alcanzan un
porcentaje del 70%, lo que demuestra que los residuos sólidos podrían llegar a ser un
recurso clave de la Unión”. Los hitos normativos de la Unión Europea en relación a la
economía circular, y en particular a planes medioambientales y de gestión de residuos,
se sintetizan a continuación en la Tabla 3.
Tabla 3. Hitos destacados en la evolución de la política europea sobre residuos
1973 Primer Programa de Acción Ambiental
1975 Primeras directivas del sector
1987 Cuarto Programa de Acción Ambiental
1990 Resolución del Consejo de 7 de mayo, relativa a la estrategia comunitaria sobre residuos
1991 Modificación de las principales normas del sector
1993 Quinto Programa de Acción Ambiental
1997 Resolución del Consejo de 24 de febrero relativa a la estrategia comunitaria sobre residuos
2002 Sexto Programa de Acción Ambiental
2003 Comunicación de la Comisión “Política de productos integrada”
2005 Comunicación de la Comisión “Estrategia temática sobre prevención y reciclado de residuos”
2006 Codificación de la Directiva-marco de residuos
2008 Nueva Directiva-marco de residuos (Directiva 2008/98)
2010 “Europa 2020 – una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador”
2011 Iniciativa Emblemática “Una Europa que utilice eficazmente los recursos”
“Hoja de ruta hacia una Europa eficiente en el uso de los recursos”
2013 (Séptimo) Programa General de Medio Ambiente de la Unión Europea hasta 2020
2014 Comunicación de la Comisión “Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa”
2015 Comunicación de la Comisión “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular”
Conclusiones
Todos conocemos bien los efectos que nuestros actos generan en el mundo. Antes
podíamos excusarnos con el factor de la ignorancia. Hoy en día es imposible, tras
haber sido bombardeados con cientos de estudios que miden el impacto de las
emisiones de CO2 en la atmósfera o los daños que el efecto invernadero puede
ocasionar sobre la capa de ozono y, en consecuencia, sobre nuestra salud y sobre la
biodiversidad del planeta. Solo tenemos dos opciones: o asumir que nuestro modo de
vida daña el planeta en el que vivimos y, en consecuencia, no solo a otras sino
también a nuestra propia especie, y hacer algo para cambiarlo; o simplemente mirar
para otro lado mientras destrozamos nuestro hábitat. La economía circular surge en el
contexto de la primera alternativa de acción.
La economía circular es un modelo de incipiente aceleración en Europa que, pese a
tratarse de una estrategia relativamente novedosa, está siendo aceptado y adoptado
por numerosos actores económicos que apuestan por la sostenibilidad en todas sus
dimensiones: como propulsora de una mejor calidad ambiental y social, pero también
como estrategia competitiva en el mundo empresarial.
En 2014 la Ellen MacArthur Foundation realizó los primeros análisis y estudios piloto
de viabilidad económica y rentabilidad de la economía circular y comenzó a estimar los
efectos positivos de la transición hacia el nuevo modelo para empresas, mercados y
gobiernos. De este estudio podemos concluir que, desde ese año, esta estrategia
Bibliografía
Monografías
McGrath, Rita G. (2013). The End of Competitive Advantage: How to Keep Your
Strategy Moving as Fast as Your Business. Harvard Business Review Press.
Sempere, J., Riechmann, J., Linz, M. (2007). Vivir (bien) con menos. Sobre suficiencia
y sostenibilidad. Editorial: Icaria, Más Madera.
Wallerstein, I. (1988). Historical Capitalism (1. Ed.). Madrid, España: Siglo XXI de
España Editores S.A.
Petty, G.W. (2004). A first Course in Atmospheric Radiation. Sundog Publishing. Pp.
229-251.
Simón Segura, F. (1996). Manual de historia económica mundial y de España (pp. 390
– 400). Madrid, España: Editorial Universitaria Ramón Areces.
Ellen MacArthur Foundation (2014). Hacia una economía circular. Resumen Ejecutivo.
Editorial Ellen MacArthur Foundation.
Ellen MacArthur Foundation (2015). Hacia una economía circular: motivos económicos
para una transición acelerada. Editorial Ellen MacArthur Foundation.
Ellen MacArthur Foundation (2015). Growth within: A circular economy vision for a
competitive Europe. Editorial Ellen MacArthur Foundation.
Textos legales
Balboa, C. H., & Somonte, M. D. (2014). Economía circular como marco para el
ecodiseño: El modelo ECO-3. Informador Técnico, 78(1), 82-90.
Cervantes Torre-Marín, G., Sosa Granados, R., Rodriguez Herrera, G., & Robles
Martínez, F. (2009). Ecología industrial y desarrollo sustentable. Ingerniería,
13(1).