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Desmentalización en Psicoanálisis

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Mentalización.

Revista de psicoanálisis y psicoterapia, 10; Abril 2018 1


Clínica de un estado de desmentalización


Claude Smadja

En la primera parte de este texto me he esforzado en definir la desmentalización desde un punto de


vista general, a través de algunas de sus grandes líneas clínicas, tal como le aparecen al psicoanalista-
psicosomatólogo. El cuadro general de la desmentalización es ilustrado en su singularidad y en sus
variantes personales mediante una investigación psicosomática de una paciente adulta, que presenta
una esclerosis en placas.

ción recubre de esta forma el conjunto de los


Y
Semiología Del Estado De Desmentalización mecanismos psíquicos que subtienden esta
economía y obstaculizan el tratamiento psíqui-
Para introducir la noción de desmentalización co de la conflictualidad.
Históricamente la noción de desmentali- El término desmentalización es un neolo-
zación está asociada a los estudios de psicoso- gismo. Contiene la idea de que hay algo que se
mática. Se ha impuesto como objeto de trabajo le ha quitado a la mentalización. El prefijo
teórico en las elaboraciones de los psicosoma- “des”, acoplado al término mentalización, su-
tólogos, en la medida en que la conflictualidad pone un movimiento dinámico de retirada de
psíquica se encuentra más o menos gravemen- aquello que había estado inicialmente o ante-
te en falta. Recubre en negativo el campo de riormente ubicado en el registro del trabajo
aquello que no puede ser tratado por medios psíquico. Por extensión y sin duda abusiva-
psíquicos. De este modo, la noción de desmen- mente, la desmentalización reenvía a la noción
talización no puede comprenderse sino es en de carencia, pasajera o crónica, de los meca-
su relación dinámica con la de mentalización. nismos psíquicos implicados en la elaboración
El conjunto de los psicosomatólogos está de pulsional, tal como ocurre en las neurosis ac-
acuerdo en general en definir el trabajo de tuales.
mentalización como una aptitud para tratar y La noción de desmentalización supone ri-
elaborar los representantes psíquicos de la pul- gurosamente que una cierta forma de mentali-
sión, según sus dos dimensiones: cualitativa y zación ha fracasado en un momento determi-
cuantitativa. La clínica psicoanalítica de las nado. Sin embargo, la fuerza y la precocidad de
enfermedades somáticas ha mostrado que las las situaciones traumáticas que han generado
alteraciones en la calidad de la vida de repre- defectos en la mentalización, jugarán un rol
sentación y de la vida fantasmática, orientan la determinante, tanto en la profundidad de la
economía psicosomática hacia salidas no psí- desmentalización como en las reorganizacio-
quicas, tales como los comportamientos o las nes psíquicas que le sucederán, sea de un mo-
somatizaciones. El campo de la desmentaliza- do natural, sea mediante la ayuda de un traba-
jo analítico.
Si el término mentalización figura en el
cuerpo teórico de Pierre Marty, el de desmen-
Y
Traducido por Pilar Puertas Tejedor.
talización está ausente de él. En su lugar ha
Reproducido con permiso de la Revue Française De sido desarrollada la noción de desorganiza-
Psychosomatique. Pubicado originalmente en: 2001/1 ción. Esta última supone que se encuentra ope-
(no 19)

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rante en el aparato psíquico -y en ciertos mo- relación entre el paciente y el analista, permite
mentos traumáticos- una fuerza de decons- reconocer un cierto número de signos, testigos
trucción que borra las bases sobre las cuales se del estado de desmentalización del paciente. El
ha establecido la organización psíquica del hilo rojo de este reagrupamiento semiológico
sujeto. Para este autor, dicha fuerza representa nos orienta hacia modalidades psíquicas situa-
la corriente contra-evolutiva subtendida por das más allá del principio del placer. Aquí los
los movimientos individuales de muerte. De procesos de dominio predominan sobre los
este modo, para Pierre Marty la desmentaliza- procesos de simbolización, y lo económico
ción corresponde al borramiento de los meca- pesa con todo su poder, en grados diversos,
nismos de la mentalización. De la misma ma- sobre el conjunto del funcionamiento psíquico.
nera no encontramos mención de la desmenta-
lización en el pensamiento de André Green. 1) El funcionamiento operatorio:
No obstante, se encuentra cerca de ella la fun- se trata de una modalidad particular del
ción desobjetalizante que él describe como funcionamiento psíquico, remarcable por su
testimonio de la presencia de la pulsión de carácter de sobreadaptación a la realidad colec-
muerte en el funcionamiento psíquico. La tiva. Se revela bajo dos aspectos mayores:
misma supone un movimiento radical y exclu- Uno, idéico, el pensamiento operatorio. El
sivo de desinvestidura con pérdida de las capa- otro, afectivo, la depresión esencial.
cidades psíquicas de reinvestidura. En este El pensamiento operatorio es un pensa-
sentido, la función desobjetalizante conduce a miento que se adhiere a la realidad perceptiva
una pérdida de todo estatus de objeto en el y utiliza las palabras del consenso colectivo.
funcionamiento psíquico y puede leerse en Describe acontecimientos, enumera hechos,
términos de borramiento. Podemos, de este pero no cuenta una historia. Se lo puede califi-
modo, asociar la noción de desmentalización a car como pensamiento huérfano, en la medida
una forma radical de trabajo de lo negativo en en que se trata de un pensamiento privado de
André Green. su autor. En efecto, no adviene a la consciencia
El término desmentalización ha sido pues- del sujeto como sustituto de la realización alu-
to en uso por Michel Fain. El mismo se inscri- cinatoria del deseo y no contrainviste el doble
be como un avatar del destino pulsional y su- sentido de las palabras. Se presenta más bien
pone que se ha interrumpido la trayectoria como un pensamiento autónomo, marcado
pulsional hacia su realización edípica y la or- con el sello de lo colectivo.
ganización de un superyó post-edípico. De este La depresión esencial se revela al analista
modo, la desmentalización queda ligada en el como una depresión sin expresión. Huérfana
pensamiento de Michel Fain al inacabamiento de los atributos habituales de las depresiones
pulsional. Siguiendo esta concepción se pue- clásicas del campo de la psicopatología, no es
den definir un cierto número de líneas de la fácil de reconocer. Del lado del paciente advie-
desmentalización que representan otras tantas ne a la conciencia en formulaciones lenguaje-
zonas de vulnerabilidad del funcionamiento ras que utilizan los modos sociales actuales.
psíquico marcado con el sello del inacaba- Así, se expresa por una falta de forma, una
miento pulsional. Es al nivel de estas líneas de falta de energía, una pérdida de la “falta (peca-
la desmentalización que tendrán lugar prefe- do)”
rentemente en el equilibrio psicosomático del Del lado del psicoanalista, se impone de
sujeto. entrada una percepción: la de una pérdida ge-
Reagrupamiento semiológico: la investiga- neral de investimiento libidinal en el paciente.
ción psicosomática, tomada en el crisol de la

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Esta percepción se acompaña a menudo -en el posición de dependencia placentera en rela-


analista- de un sentimiento de inquietud por la ción a los objetos. Esta exigencia de autonomía
vida psíquica del paciente y por su vida sin reivindicada por el paciente está sostenida por
más. En realidad, la depresión esencial se de- la existencia, en su funcionamiento psíquico,
clina según otra semiología que aquella a la de un Ideal represivo que impone el silencio a
que estamos acostumbrados en las depresiones toda reivindicación pulsional.
psiquiátricas clásicas. Lo que el paciente ha La sobreinvestidura de los procedimientos
perdido es el sentimiento de ligereza de la exis- del yo está ligada sobre el plano teórico a la
tencia, que confiere a aquél que la experimenta noción del imperativo de prematuración del
una aptitud al placer en todos los momentos yo, desarrollado por Michel Fain. Esta noción
ordinarios de la vida. Para él, por el contrario, pone el acento sobre el adelantamiento del yo
todo se vuelve dificultoso, pesado y grave. En en relación a la libido en el desarrollo precoz
el núcleo de esta experiencia depresiva figura del pequeño hombre. Esta sobreinvestidura de
lo que podría calificarse de pérdida de la espe- los procedimientos del yo tiene un efecto de
ranza. Esta pérdida es vivida por el paciente contrainvestidura en relación a un desarrollo
como una interrupción dolorosa del senti- autoerótico pulsional, contrariado precozmen-
miento de continuidad de la existencia. Tiene te por una conjunción traumática que pone en
como consecuencia privarlo de toda proyec- causa el inconsciente materno y el cuadro pa-
ción en el futuro a partir de sus ensoñaciones terno. El desarrollo de un ideal desmesurado
de deseo. El paciente se encuentra así aprisio- con funcionamiento represivo sustituye enton-
nado en el yugo de lo actual y de la actualidad. ces la constitución de un superyó post-edípico
Vive íntimamente esta experiencia de fractura con función represiva.
psíquica como una catástrofe interior.
El funcionamiento operatorio se impone al 3 – El narcisismo fálico:
sujeto a partir de circunstancias traumáticas se trata de un rasgo de comportamiento
brutales, tanto internas como externas. Por la que se traduce en el paciente por una valoriza-
sobreinvestidura de la realidad perceptiva que ción de la actividad en todas las cosas y en to-
pone en juego, busca proteger al sujeto del das las circunstancias. Dentro de ciertos lími-
despliegue de eventos alucinatorios internos tes y cuando las condiciones económicas, tanto
que, al mismo tiempo, mantiene reprimidos. internas como externas permanecen relativa-
Aparece así como un modo adaptativo extre- mente estables, esta valorización de la activi-
mo, que mantiene al funcionamiento psíquico dad contribuye a elevar el sentimiento de esti-
en estado de supervivencia. ma de sí del sujeto. Más allá de estos límites y
cuando las condiciones económicas se vuelven
2- La sobreinvestidura de los procedimientos inestables, esta coerción a la actividad puede
del Yo: conducir al agotamiento psicosomático. Este
se trata aquí de una orientación general de modo activo, que marca con su sello el conjun-
la economía del sujeto, que confiere al yo un to de la vida del paciente, le es impuesto en
rol desmesurado en la regulación de las excita- razón de una ineptitud para replegarse perió-
ciones psíquicas. La hipertrofia del yo se ilustra dicamente sobre una posición pasiva placente-
en la sobreinvestidura de la motricidad y de los ra. Se comprende entonces que este narcisismo
procesos secundarios y racionales del pensa- del comportamiento, por su carácter irreducti-
miento. Se revela en el paciente por una valori- blemente coercitivo, priva al paciente de los
zación de la autonomía, en detrimento de una efectos de restauración psíquica, y sobre todo

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somática, de una regresión narcisista de plena En una concepción psicoanalítica de la


aplicación. economía psicosomática, consideramos el re-
El narcisismo fálico es un avatar del desa- curso a la vía somática como una de las vías
rrollo pulsional y un testigo de su inacaba- posibles de que dispone el sujeto en un mo-
miento. Es el resultado del fracaso del estable- mento dado de su existencia para hacer frente
cimiento del doble retorno pulsional, que tien- a conflictos de todo orden con los que se ha de
de a asegurar a la pulsión una posición de goce enfrentar. Cuando el aparato psíquico se en-
pasivo con la ayuda de un objeto activo. Es, en cuentra desbordado, o en un estado en que es
definitiva y según Michael Fain, sobre las bases incapaz de elaborar las excitaciones pulsionales
de una negación concerniente a la vivencia de según el principio del placer-displacer, es fre-
una falta al nivel de los autoerotismos del suje- cuente que la vía somática sea utilizada de pre-
to, que se establecerá esta perversión narcisista ferencia.
que representa el narcisismo fálico. En los estados de desmentalización que se
organizan en un funcionamiento operatorio, la
4 – La dramatización en la polaridad externa reactividad psíquica está indisponible y todo
En los pacientes que están en estado de aquello que toma valor de conflicto para el
desmentalización, el espacio de la realidad ex- paciente entraña inmediatamente modifica-
terna deviene el lugar de la dramatización. Al ciones somáticas. El cortocircuito del funcio-
revés de la dramatización interna histérica, namiento psíquico y el pasaje por las vías cor-
asociada a la vida de las representaciones y de tas hacia la escena somática, devienen de esta
las fantasías individuales del sujeto, la dramati- forma, uno de los parámetros clínicos de los
zación externa tiene su fuente en las percep- estados operatorios.
ciones. La conflictualidad se despliega enton-
ces sobre la escena de la realidad, con otros Algunas notas sobre la contratransferencia.
actores diferentes a los actores habituales de la La investigación psicosomática de un pa-
conflictualidad psíquica. Por ejemplo, es fre- ciente enfermo desde el plano somático, repre-
cuente que el sujeto experimente conflictos senta habitualmente el primer tiempo de un
entre sus ideales y las exigencias de la realidad encuentro con un psicoanalista. El recorte se-
colectiva. miológico que resulta de aquí, procede de un
Esta exteriorización dramática confiere a trabajo de pensamiento del analista après-
la realidad del paciente un carácter vivo, inclu- coup, a partir de su experiencia vivida en el
so iridiscente, que conserva el sello de la senso- contacto con el paciente y con sus marcos con-
rialidad. La ruptura entre el yo y sus fuentes ceptuales. La forma en la cual el paciente se
pulsionales y la puesta fuera de juego de la ac- presenta al analista, a lo largo de su primer
tividad preconsciente que entraña subtiende encuentro con él, a veces es contradicha por el
esta actividad de exteriorización perceptiva y curso de los encuentros ulteriores. Además, a
obliga a distinguir este mecanismo de la pro- lo largo de la primera consulta, la escucha del
yección. Esta última, en efecto, implicaría una analista, su presencia y su actividad pueden
infiltración fantasmatica de la realidad externa modificar sensiblemente la naturaleza de los
y su retorno hacia el funcionamiento psíquico materiales producidos psíquicamente por el
del sujeto bajo la forma alucinatoria. paciente. Se revela así que los estados de des-
5 – El recurso a la vía somática mentalización pueden mostrarse muy variables
y su grado o su profundidad modularse en
función del intercambio entre el paciente y el

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psicoanalista. Éste, puede sin embargo estar Primera entrevista


confrontado a tres tipos de dificultades contra- Regina A. tiene 31 años, se acercó al IPSO
transferenciales: siguiendo los consejos de una amiga que cono-
1. El aburrimiento. Se trata de una posición cía a un paciente que había sido tratado en el
de desinvestidura progresiva del analista hospital Pierre Marty. Cuando fui a buscarla a
con respecto a su paciente. Algunos dis- la sala de espera, no vi a nadie. La paciente está
cursos operatorios o marcados por una ra- en el despacho de la secretaria y parlotea con
cionalización excesiva, aparecen extrema- ella. Como estoy con algunos minutos de re-
damente cerrados y no dejan sino poca o traso, pido disculpas, y me dice entonces:
ninguna apertura al analista. Éste se puede “¡Oh! no pasa nada”. Desde que llegamos al
sentir colocado fuera de juego y desinves- despacho y antes de sentarse, me interpela di-
tir progresivamente a su paciente. ciendo: “¿Sabe Ud.? Sólo tengo mi trabajo des-
2. La fatiga. Este estado contratransferencial pués de esta cita. No pasa nada… ¿No está Ud.
resulta de un esfuerzo constante que susci- de acuerdo?”.
ta en el analista el discurso de su paciente. Es una mujer joven, delgada, incluso flaca,
La cerrazón de la vía regrediente que per- de mediana talla y vestida sin elegancia. Tiene
mite actualmente al analista replegarse so- un aire fatigado que contrasta con una activi-
bre una escucha flotante, le obliga a man- dad voluble y una tonalidad logorréica en su
tenerse en una actitud progrediente de vi- discurso, el contacto es directo, familiar. Pare-
gilancia intelectual. También es posible ce continuar la conversación que había inicia-
que participe en este estado de fatiga la do con la secretaria. El paso de un objeto a
proyección por parte del paciente de una otro, de un interlocutor a otro, parece haber
violencia desorganizada. escapado a un trabajo de diferenciación.
3. La ausencia de contratransferencia. En Sentada sobre el borde del sofá y redu-
algunos estados operatorios, la ausencia de ciendo así la distancia conmigo sigue diciendo:
investidura transferencial por parte del “Tengo una esclerosis en placas y mi neurólo-
paciente hace imposible en el analista el go piensa que estoy deprimida. Desde hace
desarrollo de la contratransferencia. La re- varios meses me prescribe un tratamiento an-
lación permanece funcional y el analista se tidepresivo, pero no sigo regularmente este
ve privado de las representaciones contra- tratamiento. No estoy de acuerdo con su diag-
transferenciales que puede, si lo elige, nóstico. Yo no me siendo deprimida. Sin em-
proponer a su paciente. Va a ser en este bargo, sabe Ud. continúo trabajando y nunca
contexto, muy alejado del trabajo analítico tengo ideas sombrías. No entiendo entonces
actual, donde el analista tendrá que dar por qué insiste tanto en este diagnóstico de
prueba de un verdadero “arte de la con- depresión. Y además, es curioso, me dice desde
versación”, utilizando la riqueza y la poli- que estoy enferma, casi es lo contrario lo que
semia de las palabras para decondensar la me pasa. En fin, tengo un diagnóstico preciso.
alocución lingüística conformista de su Antes yo sufría de numerosos síntomas, iba de
paciente. un médico a otro y nadie sabía lo que me pasa-
ba. Hoy en día, desde que sé que tengo una
Una Investigación Psicosomática esclerosis en placas me siento mucho mejor.
La investigación psicosomática de Regina Hace unos meses, mi médico me ha indicado
A. comprende dos tiempos separados por un una casa de reposo, en fin, una clínica psiquiá-
periodo de quince días. trica. Me ha puesto durante 15 días bajo perfu-

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sión de Neuroxyl, y después he salido. Estaba su enfermedad somática y la depresión. Como


completamente dopada. Yo no podía hacer Fritz Zorn, el autor de Mars, ¿se siente mejor
nada. No me sentía bien. Mi médico me dice desde que está enferma?, o más precisamente,
que es necesario que olvide, pero yo no sé qué desde que se sabe enferma con un diagnóstico
olvidar y por lo demás, no tengo nada que ol- médico preciso. Un segundo malentendido
vidar. Por mi esclerosis en placas, me han entre la paciente y su médico se evoca aquí.
puesto Interferon. Esto crea mucha fatiga y yo Concierne a la cuestión del olvido. Esta cues-
lucho contra esta fatiga”. tión está ligada a la de la represión. Para su
Como percibo en su elocución una discre- neurólogo, parece evidente que la depresión de
ta disartria, le pregunto si se da cuenta. En un su paciente está ligada a la ausencia de la re-
primer tiempo me dice que no se había dado presión de acontecimientos traumáticos de su
cuenta hasta ahora. Después, poco a poco a lo vida ordinaria. Para Regina A. al contrario,
largo de la entrevista me va a señalar esta difi- todo pasa como si la existencia de otro lugar -
cultad de elocución como si tomara conciencia lo inconsciente- hacia el cual estarían reprimi-
personalmente de ello. das, rechazados un cierto número de aconte-
La enfermedad somática y la depresión cimientos psíquicos traumáticos, no tuviera
son de entrada colocadas bajo el mismo plano razón de ser. Para ella las excitaciones psíqui-
en el discurso de la paciente. Entre ella y su cas insoportables deberían ser tratadas de otra
médico-neurólogo se desarrolló un malenten- manera, con otras modalidades económicas. Se
dido sobre el diagnóstico de depresión. Para plantea aquí, en todo caso, cuáles son los me-
Regina A. no hay reconocimiento de un afecto dios defensivos de los que ella puede disponer
depresivo. Ella lo prueba diciendo que perma- para regular su economía psíquica y psicoso-
nece activa y que no tiene ideas sombrías. Di- mática.
cho de otra manera, la expresión depresiva Es en 1996 cuando el diagnóstico de escle-
ordinaria y común está ausente en ella. Su de- rosis en placas se plantea por primera vez. Re-
fensa hipomaníaca habitual parece servirle de gina me explica que había perdido entonces la
cobertura a una experiencia depresiva ausente sensibilidad de medio cuerpo izquierdo, desde
de su conciencia. Para el médico, por el con- el cuello hasta el pie, pero no se había dado
trario, no hay duda en cuanto a la percepción cuenta. Va a ser un poco más tarde, cuando
de una vivencia depresiva en esta paciente. De aparecen las dificultades motoras, que le llevan
ahí la insistencia de su neurólogo en tratarla a consultar a un neurólogo.
como se trata a un paciente deprimido. En este Me doy cuenta del defecto de la percep-
malentendido, pienso que los dos protagonis- ción psíquica de su sensibilidad, y lo asocio a
tas tienen razón. No perciben las cosas según el lo que va a evocar más tarde, a lo largo de la
mismo punto de vista. entrevista de su resistencia al dolor.
Del mismo modo que su médico, yo perci- Le pido que me hable de ella en ese mo-
bo en Regina una depresión difusa, extendida y mento.
profunda, pero se trata de una depresión esen- “Me estaba separando de un novio con
cial que su defensa hipomaníaca constante en el que vivía desde hacía 6 años. Era un
ella, no puede contrainvestir. Se trata de una hombre blando, con el que de hecho yo
depresión sin expresión habitual, sin colora- me aburría todo el tiempo. No tenía
ción sintomática. A lo sumo queda figurada ningún proyecto de casarme con él”.
por un sentimiento de fatiga, de cansancio de ¿Blando?
vivir. Para mi paciente lo que está puesto en “Si, nunca tomaba iniciativas. Por
primer término es la relación paradójica entre ejemplo, por la tarde yo le proponía ir

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al cine y él prefería quedarse delante de este intercambio, dejándome escucharla, me


la televisión. Entonces, yo permanecía a lanza:
su lado y hacía punto. Dos años más “Soy charlatana ¿no es así?”.
tarde fue cuando encontré al hombre Hago una mímica de confirmación.
con el que vivo hoy. Ya le conocía, pero “Siempre he sido charlatana y os he
no había pasado nada entre nosotros, y contado muchas cosas. Sí, en efecto,
decidimos casarnos”. pero Ud. podría decirme algo más so-
Asocia inmediatamente con su suegra o bre Ud.”
futura suegra. Yo entonces le pregunto sobre su historia
“Me hiere todo el tiempo, se queja de personal y sobre su familia.
estar apartada de los preparativos de la Ella tiene a sus padres, y a un hermano
boda, que va a ocurrir el próximo Julio. 9 años más joven que ella.
Telefonea decenas de veces por día. Por Después de esta sucinta presentación,
ejemplo, por la mañana llama muy va a ser su abuela paterna la que viene a ocupar
temprano y nos despierta. Pregunta a el primer lugar en su mente.
su hijo sobre consejos para la Bolsa. Es “Se murió un poquito antes del inicio
totalmente loco, ¿no?”. de mi esclerosis en placas. Ha sido mi
Evoca numerosas situaciones conflictivas verdadera madre, mi amiga, mi confi-
con su suegra, y me describe con lujo de deta- dente. Sabía todo de mí y si yo conti-
lles las disputas violentas que tienen lugar en núo hablándole de ella, me voy a poner
su casa, entre su novio y su madre. a llorar. Prefiero hablarle de otra cosa”.
Esta secuencia centrada sobre las relacio- La evocación de su abuela, la madre de su
nes conflictivas con su futura suegra se desa- padre, muerta un poco antes del inicio de su
rrolla en un clima afectivo de discreta vehe- enfermedad, contrasta con las descripciones
mencia y reivindicación. Sin embargo, el tono factuales de sus relaciones con los otros objetos
general de su discurso permanece fuertemente de su entorno personal. Esta evocación es
descriptivo. Adhiriéndose a los detalles concre- acompañada de afectos violentos de tristeza,
tos y a los acontecimientos. La sobreinvesdura cuya intensidad es tal que teme ser arrastrada
perceptiva de las escenas que describe, tiene al hablar de ello. Decido respetar esta posición.
efectos muy sugestivos. Me siento tocado co- Esta asociación permanecerá en latencia y re-
mo un testigo visual de las escenas que me surgirá 15 días más tarde, durante la segunda
describe. Todo pasa como si el lugar donde se entrevista al hilo de un sueño que me relatará.
juegan sus relaciones con el otro, se encontrara No tengo ninguna duda en ese momento de
situado en el exterior y no en el interior de su que la calidad psíquica de su relación con su
espacio psíquico. La dramatización parece es- abuela contrasta nítidamente con el tratamien-
tar aquí exteriorizada y no internalizada. En to que hace de sus otros objetos. Este parénte-
algunos momentos, cuando ella se queja de su sis, aunque sea breve es el único que fue enun-
suegra, tengo el sentimiento de que me la pinta ciado fuera de todo discurso operatorio.
como un objeto persecutorio. Sin embargo, “Siempre me he embroncado con mi
pienso que lo que aquí ocurre es más bien un madre. Ella también está enferma, des-
mecanismo de exteriorización que de proyec- de 1993 ha ido haciendo cáncer sobre
ción auténtica. Después de esta primera parte cáncer. Comenzó con un cáncer de pe-
de la entrevista y como capturada por la cons- cho y después, actualmente, se encuen-
ciencia del lugar que ella ha tomado al hilo de tra en quimioterapia por un cáncer de
pulmón. Resulta curioso ya que ella

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jamás fumó. Cuando me puse enferma las escenas de su vida de forma muy viva y
decidí no decirle nada. Cuando iba a sugestiva.
visitar a mis padres me veía obligada a “¿sabe Ud.? Soy muy concreta, más
hacer toda una pantomima. Venía con bien técnica que intelectual, como mi
medicamentos que tenía que mantener padre por otra parte. A veces me digo
frescos en cajas especiales. Y estaba que un croquis vale más que mil pala-
obligada a tener un cómplice que venía bras para explicar las cosas”.
a buscarme a la estación. Desde que Vuelve entonces, sobre su enfermedad y
llegaba a la casa de mis padres, coloca- me dice que tiene la costumbre de materializar
ba las cajas en el refrigerador, a escon- sus brotes.
didas de mi madre. Y el único que co- “Materializar sus brotes?
nocía mi enfermedad era mi padre. Un Sí, les doy una traducción material”
día mi madre se dio cuenta al abrir el Entonces me explica que fabrica un balón
refrigerador y preguntó a quién perte- con plastilina y después le habla como si se
necían esas cajas. Interrogó a mi padre, tratase de su brote de esclerosis en placas.
a mi hermano, y después a mí, y me di- “Y de qué le habla?
jo: “Ya que esto no pertenece ni a mí, ni Le pido que me deje tranquila”.
a tu padre, ni a tu hermano, ¿son tu- Esta técnica evoca las visualizaciones de las
yas?”. Inicialmente esquivé la pregunta que hacen uso algunos pacientes cancerosos,
y le dije que eran productos para mi gracias a las cuales se figuran su cáncer y los
alergia. Después, no podía hacer otra medios de luchar contra él.
cosa, le dije que tenía una esclerosis en Al final de la entrevista yo le pregunto có-
placas. Esto la conmovió y seguida- mo se representa lo que espera del Instituto de
mente se fue a un psiquiatra que aún Psicosomática. Capturada por esta pregunta
sigue viendo. Con mi madre todo se que parecía incomodarle y por primera vez en
convierte inmediatamente en conflicto. este intercambio, hace una pausa y después me
No se puede hablar sin enfadarse”. dice:
Después de un tiempo le señalé que no ha- “Ah, ahí me ha pillado”.
blaba de su padre. Sin duda, mi solicitud para que se repre-
“Yo me siento muy cómplice de mi pa- sente las cosas más que describirlas y figurarlas
dre, hemos estado siempre muy próxi- completamente por imágenes u objetos, le ha
mos el uno del otro. Tenemos los mis- generado una dificultad.
mos intereses intelectuales, somos más Retomando su modo habitual de funcio-
bien científicos y matemáticos los dos. namiento, me dice en forma interrogativa:
Es lo contrario que con mi madre”. “¿Piensa ud. que yo soy una materia
Después me lanza: trabajable?
“Quizás por esto es por lo que he esta- Pienso que podemos continuar ha-
do muy ligada a mi abuela. Creo que blando los dos”.
mi madre ha estado celosa de esta Yo le señalo que me ha descrito numerosas
complicidad con mi padre. relaciones difíciles y algunas insoportables
¿Celosa? para ella, pero no me ha dicho cómo las vivía
Sí, ella no lo mostraba, pero era autori- interiormente.
taria”. “Sabe Ud.? Yo nunca me he deprimido,
Hacia el fin de la entrevista, le señalo el ta- pero siempre he estado enferma”.
lento particular que tiene cuando me cuenta

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Me describe entonces crisis de porphyria, tos de su vida actual, y por la otra, la exclusión
que han atravesado su adolescencia y después, de toda expresión afectiva.
en los últimos 10 años, accesos de vértigo que Al final de esta primera entrevista tengo el
le han obligado a ir de médico en médico. sentimiento en relación a Regina de que es una
Estos accesos de malestar o de vértigos paciente muy frágil, tanto en el plano psíquico
evocan estados de angustia difusa que Michel -por la precariedad de sus medios psíquicos de
Fain ha descrito muy bien. repliegue defensivo- como en el plano somáti-
“Actualmente, tengo miedo a dejarme co. Me parece constantemente al borde de la
desbordar nuevamente por estados de desorganización psicosomática.
angustia”.
Yo le pregunto qué es lo que ella entiende Segunda entrevista:
por esto. Entrando en el despacho y aún de pie, Re-
Aproximándose un poco a mí, y mirán- gine exclama: “¡Ah! me viene bien veros de
dome fijamente, ayudándose de gestos de sus nuevo; acabo de salir de La Salpêtrière, he te-
dos manos, me dice entonces: nido un acceso de la esclerosis”. Una vez sen-
“Soy como un león enjaulado. No hay tada me dice que está muy nerviosa, lo repite
nada que sea más terrible para mí que varias veces, acompañando sus palabras de
esto. Tengo necesidad de estar perma- gestos con sus dos manos, dando vueltas. “No
nentemente activa, no soporto no hacer puedo más. No llego a poder gestionar la situa-
nada”. ción”.
Le invito a que nos veamos de nuevo una Percibo un clima afectivo sensiblemente
segunda vez, con el fin de que nos tomemos diferente del que tenía en la entrevista previa.
nuestro tiempo para hablar de esto. Aquí domina la angustia y la desorganización
psíquica. Su soporte defensivo precario se ha
Después de la entrevista me acerco al des- resquebrajado sensiblemente. Me siento de
pacho de la secretaria, y ésta me dice: entrada objeto de una investidura masiva, con
“¿sabe Ud.? La paciente que acaba Ud. valor de apuntalamiento narcisista.
de ver es muy interesante. Ha hablado Sin tener nada que preguntarle de lo que
conmigo antes de que Ud. la atendiese está ocurriendo, con un gesto le invito a aso-
en consulta. Simplemente me doy ciar.
cuenta de que no reconocía su enfer- “Me he enfadado con mi madre en re-
medad. Me ha dicho que jamás ha es- lación a mi suegra. Mi madre me ha
tado deprimida, y me ha preguntado si propuesto organizar una comida fami-
yo lo había estado de vez en cuando. Yo liar, invitando a mi suegra. Entonces
le respondí, un poco incómoda, que exploté y le dije: “No quiero invitar a
ocurre a veces que una tenga una baja mi suegra y cocinar para ella”. Y des-
en la moral. Me respondió que no co- pués mi madre ha telefoneado a mi no-
nocía lo que era eso.” vio para pedirle que le invite a su ma-
dre a una comida común. Ud. Se da
Encuentro notable que la secretaria haya cuenta, ha pasado por encima de mí,
percibido dos de los aspectos más sobresalien- ahora la cosa ya está en marcha y estoy
tes del funcionamiento psíquico de la paciente: fuera de mí. Todo esto ha ocurrido el
Por un lado, el interés que ha suscitado en ella fin de semana pasado”.
su manera peculiar de describir acontecimien-

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Me dice que se siente angustiada y total- “¿Sabe Ud.? Mi hermano le ha devuelto


mente impotente para tratar esta situación. Le la vida.”
pregunto lo que le dijo a su suegra. Después de la evocación del nacimiento de
“Oh Ud. Sabe, he sido muy educada, así su hermano, me habla asociativamente de un
soy con todo el mundo”. acontecimiento traumático para ella. Cuando
Le hago notar la distancia que existe entre su hermano tenía un año y medio, le pilló los
la intensidad de lo que vive interiormente y el dedos en una puerta, y ella siempre guardó la
conformismo de su actitud con respecto a su huella de este acontecimiento.
suegra. “Mi madre es como mi suegra, es inva-
Me responde inmediatamente: siva. Le das el dedo y te coge el brazo.
“Es la educación. Siempre nos han edu- Siempre trata de implicarse en los
cado así. Hay que ser siempre muy asuntos de los demás y en particular en
educados y diplomáticos con los otros los míos. Por ejemplo –sigue diciendo-
y nunca generar conflictos” cuando supo que yo tenía esclerosis en
Sigue hablándome largamente de diversas placas, enseguida dijo que era por culpa
situaciones al hilo de las cuales ha tenido que de ella, por su embarazo difícil. ¿Se da
escuchar a su suegra hablándole de problemas Ud. cuenta? ¡Que yo tengo esclerosis en
domésticos: placas porque mi madre tuvo un emba-
“Me invade. Me telefonea varias dece- razo difícil! Le repliqué entonces “Estás
nas de veces al día”. completamente loca”. De hecho, mi
Durante varios meses experimentó náu- madre también nació después de un
seas y se puso a vomitar cada vez que el telé- embarazo difícil de su propia madre, y
fono sonaba. De vez en cuando, no pudiendo piensa que, de la misma manera, sus di-
más, pide a su novio intervenir con su madre. ferentes enfermedades, en particular
Eso dura 15 días y después, su suegra comienza sus cánceres recientes, están ligados a
de nuevo. este acontecimiento de su nacimiento”.
“Está muy bien que yo os vea hoy”, me Para Regina, esta forma que tiene su ma-
repite. dre de endosar la responsabilidad de su propia
“¿Si?” enfermedad es una forma de implicarse en los
“Con mi madre siempre he estado en asuntos de su hija.
conflicto. Por cierto, el conflicto es su “Ud. Sabe, para mí mi enfermedad es
modo de ser habitual. Si no se está de una fatalidad. De hecho, desde siempre
acuerdo con ella, hay conflicto”. la enfermedad ha formado parte de mí
“Ah ¿si?” y cuando caí enferma, hace algunos
“Ud. sabe, mi madre siempre ha estado años, no me cayó de sorpresa. Creo que
más o menos enferma.” este sentimiento de fatalidad lo he he-
Al hilo de este discurso, Regina me dice redado de mi abuelo paterno. Era así:
que nació después de un embarazo muy difícil. fatalista”.
En su familia siempre se le transmitió la idea Del mismo modo que ocurrió en la prime-
de que había estropeado la vida de su madre. ra consulta, el discurso de Regina, es rápido,
Cuando ella tenía 4 o 5 años, su madre hizo un logorréico, dejando poco sitio al otro. Sin em-
embarazo extrauterino y los médicos pensaron bargo, la siento menos hipomaníaca y más
que ya no podría tener un niño de forma natu- deprimida. De hecho, sobre todo está muy
ral. Algunos años después se embarazó nue- angustiada. Poco a poco a lo largo de la entre-
vamente, esta vez de su hermano. vista se reanima discretamente. Encuentra su

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porte habitual, esta reorganización se apuntala “Sí, pero soy así con todo el mundo, no
sobre una relación de buena calidad conmigo, sólo con mi madre. Al mismo tiempo
evocándome la relación de confidencia y con- he hecho muchos amigos, me abro fá-
fianza que tenía con su abuela paterna. Señalo cilmente y no soy nada tímida”.
cómo existe una intercambiabilidad entre su “Y con los chicos?”
madre y su suegra y los efectos económicos de “Con los chicos también. Oh, Ud. Sabe,
descarga que tiene su discurso de rechazo refe- los hombres son frágiles y siempre he
rido a su madre. Parece que ésta debe ser man- obtenido de ellos lo que quería”.
tenida a distancia por parte de ella. Toda apro- Ah ¿sí?
ximación genera una situación de desorganiza- “Si, cada vez que he querido a un chico,
ción. lo he tenido. Y cada vez que he querido
“Ud. Sabe, tan atrás como me recuerdo, abandonarlo, lo he abandonado”.
siempre he sido una persona muy au- A través de esta última secuencia Regina
tónoma. Me da rabia depender de los ha encontrado su porte habitual. Tiene un
demás” tono directo, familiar, incluso malicioso. Lo
“¿Le da rabia?” que me parece digno de señalar es que me ha-
“Si, por ejemplo hoy, una colega del bla en el mismo tono y en el mismo plano,
despacho me ha acompañado aquí. Ha tanto de sus relaciones amistosas como de sus
venido conmigo a la Salpêtrière y des- relaciones amorosas, tanto en relación a sus
pués aquí, al IPSO. Ha insistido mucho amigas chicas como a sus amigos chicos. La
porque no me encontraba bien. Reco- sexualidad no parece haber dibujado diferen-
nozco que es muy amable, pero no ciaciones en sus diferentes relaciones de obje-
quiero ser una carga para los demás”. to. Ningún sentimiento de pudor o de reserva,
Sigue después dándome otros ejemplos, ninguna formación reactiva, ninguna dramati-
esta vez más personales, y en el núcleo de su zación histérica vienen a perturbar el curso
familia. lineal de su discurso.
“Mis padres eran maestros, y nunca he La cuestión de la autonomía me parece es-
querido que me ayudasen en el plan es- tar en el núcleo de su economía psíquica. Plan-
colar. Yo hacía mis deberes sola, y des- tea el problema de una posición narcisista fáli-
pués hacía mis tareas domésticas sola. ca en Regina, y de una de sus mayores conse-
Yo era la que lavaba mi propia ropa, cuencias: La falta de pasividad psíquica. Antes
me ocupaba personalmente de ello. Mis de explorar esta vía de una falta en la interiori-
padres no estaban para asistirme. Por zación psíquica, le pregunto si de vez en cuan-
ejemplo, cuando yo tenía necesidad de do tiene ensoñaciones.
comprar algo, tenía que ganar yo mis- “No, muy poco. Soy más bien activa.
ma el dinero para hacerlo. No pedía No soporto no hacer nada. Hago pun-
nada a mis padres”. to, hago la casa. Siempre estoy ocupa-
Parece que para Ud. es muy importante da”.
sentirse una carga para los demás. Sin “¿y los sueños de la noche?”
embargo, Ud. antes me ha dicho que, “Ah, sí, a veces sueño.”
desde siempre, ha pensado que había “¿Me quiere Ud. contar un sueño?”
estropeado la vida de su madre, por su “He tenido uno recientemente, hace
embarazo difícil ¿no se considera Ud. – unos días. Estaba con mi abuela, aque-
por lo tanto- una carga para su madre? lla de la que os he hablado la última
vez. Era el psi de la familia, hacía falta

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casi hacer cola y esperar turno para ha- “Era en una tienda. Ella tenía un co-
blar con ella. En el sueño discutía con mercio, pero es curioso, había sillones y
ella, pero al mismo tiempo estaba por canapés”
encima de la escena, viéndola”. “¿Cómo aquí?”
“¿De qué hablaba Ud.?” Estalla en risas, y de pie antes de separarse,
“Bueno, hablaba de mi suegra”. dice, girándose hacia mí dice:
“¿Dónde ocurría esta conversación? le
pregunto” “Soy complicada ¿eh? Una auténtica
paradoja viviente”.

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