Desmentalización en Psicoanálisis
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Desmentalización en Psicoanálisis
Smadje, C. Clínica de un estado de desmentalización 2
rante en el aparato psíquico -y en ciertos mo- relación entre el paciente y el analista, permite
mentos traumáticos- una fuerza de decons- reconocer un cierto número de signos, testigos
trucción que borra las bases sobre las cuales se del estado de desmentalización del paciente. El
ha establecido la organización psíquica del hilo rojo de este reagrupamiento semiológico
sujeto. Para este autor, dicha fuerza representa nos orienta hacia modalidades psíquicas situa-
la corriente contra-evolutiva subtendida por das más allá del principio del placer. Aquí los
los movimientos individuales de muerte. De procesos de dominio predominan sobre los
este modo, para Pierre Marty la desmentaliza- procesos de simbolización, y lo económico
ción corresponde al borramiento de los meca- pesa con todo su poder, en grados diversos,
nismos de la mentalización. De la misma ma- sobre el conjunto del funcionamiento psíquico.
nera no encontramos mención de la desmenta-
lización en el pensamiento de André Green. 1) El funcionamiento operatorio:
No obstante, se encuentra cerca de ella la fun- se trata de una modalidad particular del
ción desobjetalizante que él describe como funcionamiento psíquico, remarcable por su
testimonio de la presencia de la pulsión de carácter de sobreadaptación a la realidad colec-
muerte en el funcionamiento psíquico. La tiva. Se revela bajo dos aspectos mayores:
misma supone un movimiento radical y exclu- Uno, idéico, el pensamiento operatorio. El
sivo de desinvestidura con pérdida de las capa- otro, afectivo, la depresión esencial.
cidades psíquicas de reinvestidura. En este El pensamiento operatorio es un pensa-
sentido, la función desobjetalizante conduce a miento que se adhiere a la realidad perceptiva
una pérdida de todo estatus de objeto en el y utiliza las palabras del consenso colectivo.
funcionamiento psíquico y puede leerse en Describe acontecimientos, enumera hechos,
términos de borramiento. Podemos, de este pero no cuenta una historia. Se lo puede califi-
modo, asociar la noción de desmentalización a car como pensamiento huérfano, en la medida
una forma radical de trabajo de lo negativo en en que se trata de un pensamiento privado de
André Green. su autor. En efecto, no adviene a la consciencia
El término desmentalización ha sido pues- del sujeto como sustituto de la realización alu-
to en uso por Michel Fain. El mismo se inscri- cinatoria del deseo y no contrainviste el doble
be como un avatar del destino pulsional y su- sentido de las palabras. Se presenta más bien
pone que se ha interrumpido la trayectoria como un pensamiento autónomo, marcado
pulsional hacia su realización edípica y la or- con el sello de lo colectivo.
ganización de un superyó post-edípico. De este La depresión esencial se revela al analista
modo, la desmentalización queda ligada en el como una depresión sin expresión. Huérfana
pensamiento de Michel Fain al inacabamiento de los atributos habituales de las depresiones
pulsional. Siguiendo esta concepción se pue- clásicas del campo de la psicopatología, no es
den definir un cierto número de líneas de la fácil de reconocer. Del lado del paciente advie-
desmentalización que representan otras tantas ne a la conciencia en formulaciones lenguaje-
zonas de vulnerabilidad del funcionamiento ras que utilizan los modos sociales actuales.
psíquico marcado con el sello del inacaba- Así, se expresa por una falta de forma, una
miento pulsional. Es al nivel de estas líneas de falta de energía, una pérdida de la “falta (peca-
la desmentalización que tendrán lugar prefe- do)”
rentemente en el equilibrio psicosomático del Del lado del psicoanalista, se impone de
sujeto. entrada una percepción: la de una pérdida ge-
Reagrupamiento semiológico: la investiga- neral de investimiento libidinal en el paciente.
ción psicosomática, tomada en el crisol de la
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jamás fumó. Cuando me puse enferma las escenas de su vida de forma muy viva y
decidí no decirle nada. Cuando iba a sugestiva.
visitar a mis padres me veía obligada a “¿sabe Ud.? Soy muy concreta, más
hacer toda una pantomima. Venía con bien técnica que intelectual, como mi
medicamentos que tenía que mantener padre por otra parte. A veces me digo
frescos en cajas especiales. Y estaba que un croquis vale más que mil pala-
obligada a tener un cómplice que venía bras para explicar las cosas”.
a buscarme a la estación. Desde que Vuelve entonces, sobre su enfermedad y
llegaba a la casa de mis padres, coloca- me dice que tiene la costumbre de materializar
ba las cajas en el refrigerador, a escon- sus brotes.
didas de mi madre. Y el único que co- “Materializar sus brotes?
nocía mi enfermedad era mi padre. Un Sí, les doy una traducción material”
día mi madre se dio cuenta al abrir el Entonces me explica que fabrica un balón
refrigerador y preguntó a quién perte- con plastilina y después le habla como si se
necían esas cajas. Interrogó a mi padre, tratase de su brote de esclerosis en placas.
a mi hermano, y después a mí, y me di- “Y de qué le habla?
jo: “Ya que esto no pertenece ni a mí, ni Le pido que me deje tranquila”.
a tu padre, ni a tu hermano, ¿son tu- Esta técnica evoca las visualizaciones de las
yas?”. Inicialmente esquivé la pregunta que hacen uso algunos pacientes cancerosos,
y le dije que eran productos para mi gracias a las cuales se figuran su cáncer y los
alergia. Después, no podía hacer otra medios de luchar contra él.
cosa, le dije que tenía una esclerosis en Al final de la entrevista yo le pregunto có-
placas. Esto la conmovió y seguida- mo se representa lo que espera del Instituto de
mente se fue a un psiquiatra que aún Psicosomática. Capturada por esta pregunta
sigue viendo. Con mi madre todo se que parecía incomodarle y por primera vez en
convierte inmediatamente en conflicto. este intercambio, hace una pausa y después me
No se puede hablar sin enfadarse”. dice:
Después de un tiempo le señalé que no ha- “Ah, ahí me ha pillado”.
blaba de su padre. Sin duda, mi solicitud para que se repre-
“Yo me siento muy cómplice de mi pa- sente las cosas más que describirlas y figurarlas
dre, hemos estado siempre muy próxi- completamente por imágenes u objetos, le ha
mos el uno del otro. Tenemos los mis- generado una dificultad.
mos intereses intelectuales, somos más Retomando su modo habitual de funcio-
bien científicos y matemáticos los dos. namiento, me dice en forma interrogativa:
Es lo contrario que con mi madre”. “¿Piensa ud. que yo soy una materia
Después me lanza: trabajable?
“Quizás por esto es por lo que he esta- Pienso que podemos continuar ha-
do muy ligada a mi abuela. Creo que blando los dos”.
mi madre ha estado celosa de esta Yo le señalo que me ha descrito numerosas
complicidad con mi padre. relaciones difíciles y algunas insoportables
¿Celosa? para ella, pero no me ha dicho cómo las vivía
Sí, ella no lo mostraba, pero era autori- interiormente.
taria”. “Sabe Ud.? Yo nunca me he deprimido,
Hacia el fin de la entrevista, le señalo el ta- pero siempre he estado enferma”.
lento particular que tiene cuando me cuenta
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Me describe entonces crisis de porphyria, tos de su vida actual, y por la otra, la exclusión
que han atravesado su adolescencia y después, de toda expresión afectiva.
en los últimos 10 años, accesos de vértigo que Al final de esta primera entrevista tengo el
le han obligado a ir de médico en médico. sentimiento en relación a Regina de que es una
Estos accesos de malestar o de vértigos paciente muy frágil, tanto en el plano psíquico
evocan estados de angustia difusa que Michel -por la precariedad de sus medios psíquicos de
Fain ha descrito muy bien. repliegue defensivo- como en el plano somáti-
“Actualmente, tengo miedo a dejarme co. Me parece constantemente al borde de la
desbordar nuevamente por estados de desorganización psicosomática.
angustia”.
Yo le pregunto qué es lo que ella entiende Segunda entrevista:
por esto. Entrando en el despacho y aún de pie, Re-
Aproximándose un poco a mí, y mirán- gine exclama: “¡Ah! me viene bien veros de
dome fijamente, ayudándose de gestos de sus nuevo; acabo de salir de La Salpêtrière, he te-
dos manos, me dice entonces: nido un acceso de la esclerosis”. Una vez sen-
“Soy como un león enjaulado. No hay tada me dice que está muy nerviosa, lo repite
nada que sea más terrible para mí que varias veces, acompañando sus palabras de
esto. Tengo necesidad de estar perma- gestos con sus dos manos, dando vueltas. “No
nentemente activa, no soporto no hacer puedo más. No llego a poder gestionar la situa-
nada”. ción”.
Le invito a que nos veamos de nuevo una Percibo un clima afectivo sensiblemente
segunda vez, con el fin de que nos tomemos diferente del que tenía en la entrevista previa.
nuestro tiempo para hablar de esto. Aquí domina la angustia y la desorganización
psíquica. Su soporte defensivo precario se ha
Después de la entrevista me acerco al des- resquebrajado sensiblemente. Me siento de
pacho de la secretaria, y ésta me dice: entrada objeto de una investidura masiva, con
“¿sabe Ud.? La paciente que acaba Ud. valor de apuntalamiento narcisista.
de ver es muy interesante. Ha hablado Sin tener nada que preguntarle de lo que
conmigo antes de que Ud. la atendiese está ocurriendo, con un gesto le invito a aso-
en consulta. Simplemente me doy ciar.
cuenta de que no reconocía su enfer- “Me he enfadado con mi madre en re-
medad. Me ha dicho que jamás ha es- lación a mi suegra. Mi madre me ha
tado deprimida, y me ha preguntado si propuesto organizar una comida fami-
yo lo había estado de vez en cuando. Yo liar, invitando a mi suegra. Entonces
le respondí, un poco incómoda, que exploté y le dije: “No quiero invitar a
ocurre a veces que una tenga una baja mi suegra y cocinar para ella”. Y des-
en la moral. Me respondió que no co- pués mi madre ha telefoneado a mi no-
nocía lo que era eso.” vio para pedirle que le invite a su ma-
dre a una comida común. Ud. Se da
Encuentro notable que la secretaria haya cuenta, ha pasado por encima de mí,
percibido dos de los aspectos más sobresalien- ahora la cosa ya está en marcha y estoy
tes del funcionamiento psíquico de la paciente: fuera de mí. Todo esto ha ocurrido el
Por un lado, el interés que ha suscitado en ella fin de semana pasado”.
su manera peculiar de describir acontecimien-
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porte habitual, esta reorganización se apuntala “Sí, pero soy así con todo el mundo, no
sobre una relación de buena calidad conmigo, sólo con mi madre. Al mismo tiempo
evocándome la relación de confidencia y con- he hecho muchos amigos, me abro fá-
fianza que tenía con su abuela paterna. Señalo cilmente y no soy nada tímida”.
cómo existe una intercambiabilidad entre su “Y con los chicos?”
madre y su suegra y los efectos económicos de “Con los chicos también. Oh, Ud. Sabe,
descarga que tiene su discurso de rechazo refe- los hombres son frágiles y siempre he
rido a su madre. Parece que ésta debe ser man- obtenido de ellos lo que quería”.
tenida a distancia por parte de ella. Toda apro- Ah ¿sí?
ximación genera una situación de desorganiza- “Si, cada vez que he querido a un chico,
ción. lo he tenido. Y cada vez que he querido
“Ud. Sabe, tan atrás como me recuerdo, abandonarlo, lo he abandonado”.
siempre he sido una persona muy au- A través de esta última secuencia Regina
tónoma. Me da rabia depender de los ha encontrado su porte habitual. Tiene un
demás” tono directo, familiar, incluso malicioso. Lo
“¿Le da rabia?” que me parece digno de señalar es que me ha-
“Si, por ejemplo hoy, una colega del bla en el mismo tono y en el mismo plano,
despacho me ha acompañado aquí. Ha tanto de sus relaciones amistosas como de sus
venido conmigo a la Salpêtrière y des- relaciones amorosas, tanto en relación a sus
pués aquí, al IPSO. Ha insistido mucho amigas chicas como a sus amigos chicos. La
porque no me encontraba bien. Reco- sexualidad no parece haber dibujado diferen-
nozco que es muy amable, pero no ciaciones en sus diferentes relaciones de obje-
quiero ser una carga para los demás”. to. Ningún sentimiento de pudor o de reserva,
Sigue después dándome otros ejemplos, ninguna formación reactiva, ninguna dramati-
esta vez más personales, y en el núcleo de su zación histérica vienen a perturbar el curso
familia. lineal de su discurso.
“Mis padres eran maestros, y nunca he La cuestión de la autonomía me parece es-
querido que me ayudasen en el plan es- tar en el núcleo de su economía psíquica. Plan-
colar. Yo hacía mis deberes sola, y des- tea el problema de una posición narcisista fáli-
pués hacía mis tareas domésticas sola. ca en Regina, y de una de sus mayores conse-
Yo era la que lavaba mi propia ropa, cuencias: La falta de pasividad psíquica. Antes
me ocupaba personalmente de ello. Mis de explorar esta vía de una falta en la interiori-
padres no estaban para asistirme. Por zación psíquica, le pregunto si de vez en cuan-
ejemplo, cuando yo tenía necesidad de do tiene ensoñaciones.
comprar algo, tenía que ganar yo mis- “No, muy poco. Soy más bien activa.
ma el dinero para hacerlo. No pedía No soporto no hacer nada. Hago pun-
nada a mis padres”. to, hago la casa. Siempre estoy ocupa-
Parece que para Ud. es muy importante da”.
sentirse una carga para los demás. Sin “¿y los sueños de la noche?”
embargo, Ud. antes me ha dicho que, “Ah, sí, a veces sueño.”
desde siempre, ha pensado que había “¿Me quiere Ud. contar un sueño?”
estropeado la vida de su madre, por su “He tenido uno recientemente, hace
embarazo difícil ¿no se considera Ud. – unos días. Estaba con mi abuela, aque-
por lo tanto- una carga para su madre? lla de la que os he hablado la última
vez. Era el psi de la familia, hacía falta
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casi hacer cola y esperar turno para ha- “Era en una tienda. Ella tenía un co-
blar con ella. En el sueño discutía con mercio, pero es curioso, había sillones y
ella, pero al mismo tiempo estaba por canapés”
encima de la escena, viéndola”. “¿Cómo aquí?”
“¿De qué hablaba Ud.?” Estalla en risas, y de pie antes de separarse,
“Bueno, hablaba de mi suegra”. dice, girándose hacia mí dice:
“¿Dónde ocurría esta conversación? le
pregunto” “Soy complicada ¿eh? Una auténtica
paradoja viviente”.