Disfasia Trabajo Grupal
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………...3
LA DISFASIA………………………………………………………………………………………..5
LA DISFASIA DESDE EL ENFOQUE DE LA SOCIEDAD…………………………………....12
CAUSAS DE LA DISFASIA……………………………………………………………………....20
TIPOS DE DISFASIA………………………………………………………………………….…..21
SÍNTOMAS DE LA DISFASIA………………………………………………………………...….22
TRATAMIENTO DE LA DISFASIA……………………………………………………………….22
EJERCICIOS PARA NIÑOS CON DISFASIA…………………………………………………..23
ESTRATEGIAS PARA TRABAJAR EN EL AULA CON NIÑOS CON DISFASIA…………..25
CONCLUSIÓN……………………………………………………………………………………..28
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………………….29
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
INTRODUCCIÓN
Las distintas definiciones que nos ofrecen los autores y la disparidad de criterios en cuanto a
las clasificaciones de estos trastornos, nos llevan en ocasiones a confusiones más que a
clarificar nuestras ideas.
Frecuentemente, en la práctica diaria en las aulas, nos surgen dudas cuando nos encontramos
ante niños que no desarrollan adecuadamente su lenguaje, que lo hacen más lentamente que
otros, que no hablan o apenas lo hacen. Nos preguntamos acerca de cuándo es necesaria una
observación e intervención especializada de un especialista logopeda o profesor de audición y
lenguaje. El desconocimiento sobre la posible gravedad del problema nos genera normalmente
intranquilidad. ¿Cuándo nos encontramos ante un retraso simple del habla o del lenguaje?
¿Esto tratará de un retraso grave? ¿Dónde situamos las fronteras entre los retrasos? Estos
constituyen algunos de los interrogantes que surgen respecto.
La etiología de las alteraciones que provocan un retraso de lenguaje, nos conduce a campos
de especialización diversos. No es la finalidad de este trabajo profundizar en ellos, pero sí
considerarlos, pues ayudarán en la delimitación de las características principales que facilitan
la identificación de las dificultades más comunes que pueden causar un retraso de lenguaje.
Los retrasos en el desarrollo del lenguaje engloban aspectos tales como: ausencia de lenguaje,
aparición tardía de éste o la permanencia de patrones lingüísticos pertenecientes a un estadio
evolutivo inferior al que corresponde al niño por su edad cronológica, afectando en mayor o
menor medida a la comprensión y expresión.
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
El retraso del lenguaje será, por tanto, una denominación general que engloba tres subgrupos:
el retraso simple, la disfasia y el audio mudez (Rondal y Seron, 1988).
Se habla de retraso simple cuando nos encontramos con niños que sin causa patológica manifiesta
presentan un desfase en la elaboración del lenguaje con respecto a los sujetos de su misma edad
cronológica. Es el menos grave de los trastornos. A primera vista cuesta trabajo distinguirlo de
los trastornos del habla puesto que generalmente presenta problemas de habla asociados. Según
Aguado (1988), lo que más llama la atención son los procesos de facilitación fonológica. El niño
que presenta un retraso de lenguaje comunica verbalmente con su entorno, pero la impresión y
la expresión siguen siendo netamente inferiores a las de los niños de la misma edad cuyo
desarrollo lingüísticas es normal. El pronóstico es bueno, existe acuerdo en el sentido de que se
resuelve, con o sin ayuda, antes de los seis años.
EI término de disfasia, hay algunos autores como Ajuriaguerra (1980), que consideran que no se
trata de un retraso evolutivo en la adquisición del lenguaje, sino que a hablar de disfasia hablamos
de una estructuración particular que evoluciona hacia un marco lingüístico propio. Tanto la
disfasia con el audio mudez se dejarán sentir de hinchara muy perturbadora, mucho más allá de
los seis años.
Generalmente se reserva el término de audio mudez para las manifestaciones más graves de los
trastornos de adquisición y organización del lenguaje. Suelen presentarla niños que a la edad de
cinco años no han adquirido ningún tipo de lenguaje o es mínima la adquisición verbal que
poseen sin que haya otras deficiencias causantes de este retraso.
Nos centraremos a continuación en las disfasias, forma severa de los retrasos, por constituir entre
todos los retrasos del lenguaje, el que quizás más.
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
LA DISFASIA
¿No hay una definición por clasificación del término plenamente aceptada? ¿De qué hablamos
realmente cuando hablamos de disfasia? ¿Cuantas disfasias distintas hay? ¿Cuáles son sus
diferencias diagnósticas, pronósticas y terapéuticas? Los intentos de responder de forma
objetiva e inequívoca a este tipo de preguntas son numerosos. Sin embargo, hoy por hoy,
siguen siendo también numerosos los profesionales de la comunicación y el lenguaje infantil
que, al oír hablar de las disfasias manifiestan su confusión, adoptan una actitud escéptica,
confiesan su más profunda ignorancia sobre la naturaleza real de la alteración o, si acaso,
reconocen el uso habitual del concepto como diagnóstico por exclusión de todos aquellos
casos de alteración en el desarrollo del lenguaje que son difícilmente encuadrables en otras
categorías diagnósticas.
Como señala Crystal (1983:188), el término disfasia infantil se aplica por regla general a «los
niños que, por alguna razón, han fracasado totalmente en el desarrollo del lenguaje, que lo han
hecho solo parcialmente o que se han desviado del curso normal (de tal desarrollo)». Más
concretamente suele afirmarse que se trata de casos en los que la alteración en el desarrollo
lingüístico no puede atribuirse a causas obvias como la sordera, el retraso mental, alguna
dificultad motora grave o desórdenes emocionales o de personalidad.
Para Rondal ( 1982:110), el trastorno se caracterizaría por «un severo retraso en la adquisición
del lenguaje, una gran pobreza de vocabulario, grandes dificultades gramaticales y falta de
espontaneidad a nivel de expresión verbal». Para Perello (1978:418), de un «trastorno en la
adquisición del habla derivado de alteraciones en las estructuras a cuyo cargo va la percepción,
la integración y la conceptualización del lenguaje».
Según Monfort y Juárez (1993:24), ante esta falta de consenso se trata de elegir algún término
que resulte útil a la hora de entendernos cuando
compartimos datos y experiencias, a sabiendas, de que nombrar algo, en este campo, no
significa explicarlo». Estos autores parten de una concepción interactiva del desarrollo
patológico del lenguaje que resulta útil para comprender mejor el trastorno que nos ocupa.
Sostienen que «el desarrollo patológico del lenguaje no puede limitarse a los elementos que
constituyen su origen por muy conocidos que éstos puedan ser, lo que no es precisamente el
caso tratándose de las disfasias. Un trastorno de lenguaje no es solo la consecuencia de una o
varias causas, es el resultado de una historia». Es decir, parten de un enfoque interactivo,
situando al adulto y al niño al mismo nivel de importancia donde ambos interactúan y se
influyen. Así, el niño construye su conocimiento del lenguaje a partir del input que le
proporciona su entorno y los estímulos que recibe en intercambios conversacionales.
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
Por otra parte, Belinchón y Cadenas (1986) señalan que las principales dificultades que
presentan las definiciones al uso sobre la disfasia son dos. Por un lado, hacen depender el
diagnóstico, en buena medida, de la estimación subjetiva que el evaluador hace sobre el grado
de severidad del trastorno y no de criterios objetivos. Y por otro, tienden a incluir niveles
diferentes de descripción del trastorno (lingüístico, comunicativo, neurofisiológico...)sin
realizar o presentar descripciones completas del trastorno.
Resumiendo, el resultado de este tipo de aproximaciones al concepto y al diagnóstico es el de
un diagnóstico por exclusión, que priva de contenidos concretos al concepto de disfasia que
se usa, generalmente, para todos aquellos casos a los que no pueden aplicarse con certeza otros
diagnósticos. Por esta razón, desde un punto de vista educativo, clínico y científico, resultan
poco titiles, y son preferibles los intentos de definir la disfasia en base a un conjunto de
manifestaciones o alteraciones —lingüísticas y/o no lingüísticas— que pueden ser observadas
y descritas objetivamente. Sin embargo, no todos los autores están totalmente de acuerdo con
esto. Crystal por ejemplo opta por una definición muy restrictiva de la disfasia. En su libro
de l9D3 identifica únicamente como difásicos aquellos casos en los que la alteración o retraso
del lenguaje afecta el ámbito de la gramática y la semántica, pudiéndose manifestar también
en el lenguaje escrito de los sujetos, pero en los que no se observa alteraciones en otros
procesos psicológicos. Por otra parte, otros autores tienden a ofrecer descripciones en las
que sí se vinculan de forma clara las alteraciones lingüísticas y no lingüísticas, ampliándose
de este modo el ámbito de aplicación del concepto y como consecuencia el número de sujetos
potencialmente identificables como difásicos. Así, entre las alteraciones no lingüística as que
generalmente se señalan que pueden estar cursando en este tipo de cuadros, podemos citar
como ejemplos una disfunción perceptiva que afecta fundamentalmente al canal auditivo y que
estaría indicada por problemas en la identificación y secuenciación de los sonidos, respuestas
inconsistentes ante éstos, la falta de atención a los estímulos auditivos, etc.
Actualmente la disfasia infantil carece de una definición ampliamente aceptada por la mayoría
de los investigadores o profesionales. Generalmente el término se utiliza como sinónimo de
Specific Language Impairment (SLI) —Déficit Específico del lenguaje—, Trastorno
Específico del Lenguaje (Cardona, 1997; Conti-Ramsden, 1995; Pérez, 1997; Rodriguez
Santos, 1995; Serra, 1997), o Language Development Disorders (LDD) —Trastornos del
Desarrollo del Len- guaje— (Chevrie-Muller, 1997; Rapin y Allen, 1983) o Retraso Severo
del Lenguaje (Siches, 993).
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
Resulta complejo presentar un listado sobre los problemas que presentan los niños disfásicos
en la adquisición y desarrollo del lenguaje como si de un grupo homogéneo se tratara. Aquí
precisamente se presenta la dificultad, pues estas manifestaciones no se encuentran todas
reunidas en la mayor parte de los difásicos ni están presentes con la misma intensidad.
Los distintos intentos de clasificación que han surgido tienen la ventaja de sintetizar en una
denominación relativamente corta, un conjunto de síntomas que afectan a la comunicación y
el lenguaje y que definen el estado que puede presentar un niño disfásico en un determinado
momento de su vida. Existen varias propuestas, pero nos vamos a centrar en la que hacen
Rapin y Allen ( 1983), por parecernos la más completa. Señalan seis categorías: a) Agnosia
verbal auditiva. Caracterizada por una incapacidad para decodificar la fonología. El sujeto
entiende poco o nada de lo que se le dice. Su expresión es nula o casi nula. Puede
desarrollar un lenguaje gestual. Es un cuadro asimilable a los descritos bajo las
denominaciones de afasia congénita mixta o sordera verbal; b) Displasia verbal. El sujeto
presenta una compresión normal, o casi normal, pero con enormes dificultades en la
organización articulatoria de los fonemas y de las palabras. Afecta también a la prosodia.
Los enunciados se limitan a una o dos palabras, difícilmente inteligibles. En su límite extremo
el sujeto es completamente mudo, y en este caso será asimilable a los cuadros de afasia
congénita expresiva o audio-mudez displasia; c) Déficit de programación fonológica. Como
en el anterior, la compresión es relativamente normal, pero, en este caso, existe una cierta
fluidez de producción, aunque con muy poca claridad, lo que hace casi ininteligible a estos
niños.d) Déficit fonológico-sintáctico. Corresponde a un cuadro clásicamente descrito como
disfasia. Estos sujetos presentan una mejor comprensión que expresión, pero les cuesta
entender cuando el enunciado es largo o incluye estructuras complejas. En expresión, destacan
sus dificultades de articulación, de fluidez, uso de nexos y marcadores morfológicos por lo
que la sintaxis resulta rudimentaria. A veces la formación secuencial de los enunciados resulta
laboriosa; e) Déficit léxico-sintáctico. Presentan dificultades de evocación y estabilidad del
léxico. Pueden comprender palabras sueltas, pero no frases. La expresión se caracteriza por la
abundancia de muletillas, interrupciones, parafasias, perífrasis y reformulaciones. La
calidad de la expresión empeora cuando tienen que expresar enunciados más complejos que
los simples diálogos cotidianos; f) Déficit semanI.impragmático. Caracterizado por un déficit
importante de comprensión de las oraciones, si bien entienden palabras aisladas y frases
sencillas. Destaca, sobre todo, la falta de adaptación del lenguaje del sujeto a entorno
interactivo, resultando los ajustes pragmáticos a la situación u al interlocutor del asiento.
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
Hacen referencia a otras alteraciones del desarrollo muy frecuentes en los niños con disfasias.
Resulta necesario conocer los distintos niveles de desarrollo en estos aspectos no directamente
lingüísticos de cara a la selección de estrategias para los programas de reeducación y a
establecimiento de pronósticos. Veamos los aspectos más destacados: a) Aspectos cognitivos.
Llaman la atención las dificultades en la memoria a corto plazo y el procesamiento secuencial,
en la estructuración del tiempo y el espacio y en e1 juego simbólico; b) Aspectos perceptivos.
Sobre todo, tienen problemas en la discriminación de estímulos auditivos, necesitan mayor
tiempo de latencia para responder y más tiempo en la presentación de estímulos; c) Aspectos
psicomotores. Algunos pueden presentar acompañando a retraso del lenguaje dificultades
práxicas, alteraciones en el proceso de lateralización e inmadurez de las destrezas motoras
aunque, a decir de Engel y cols. ( 1999), hoy estos aspectos son discutibles; d) Aspectos
conductuales. Alteración de la capacidad de atención, hiperactividad y en algunos casos
alteración de las relaciones afectivas y del control de las emociones.
¿En qué consisten los déficits lingüísticos de los niños disfásicos? ¿En qué medida pueden
explicarse como resultado de un enlentecimiento en el desarrollo de competencias
cognitivas y simbólicas más generales? ¿En qué medida, por el contrario, implican una
alteración específicamente lingüística?
Como señala De la Fuente ( 1982), las fronteras entre las disfasias, los retrasos simples del
lenguaje y los retrasos del habla son a veces tan ambiguas que resultan difíciles de delimitar.
Aparecen diferencias evidentes entre los casos extremos, pero hay zonas intermedias que se
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relacionan mutuamente. Solo una observación longitudinal seguida en el tiempo permitirá una
opinión cierta. Habrá que seguir al niño durante algún tiempo antes de establecer el pronóstico.
Perello (1979), entre otros, ha establecido muy claramente la distinción entre retraso del habla
y retraso del lenguaje. El primero no afecta a la comprensión, mientras que el segundo la
afectará proporcionalmente a la gravedad del mismo. El retraso del /tohfa ha sido
denominado por autores como Ingram( 1983) y Bosch (1984) como trastorno fonológico.
El retraso simple es el menos grave de los trastornos con alteraciones a • nivel receptivo.
A primera vista cuesta distinguirlo del retraso del habla puesto que generalmente presenta
problemas de habla asociados. Aparentemente los niños tienen una buena comprensión,
entienden muchas cosas gracias a contexto extralingüístico y solo una exploración con pruebas
específicas de muestra ciertas lagunas relacionadas con los conceptos básicos (espaciales,
temporales, colores...). Por el contrario, en los niños disfásicos existen importantes
dificultades de comprensión, aunque éstas no sean tan graves como las de expresión. En la
disfasia, tienen mayor importancia los trastornos aso- ciados, especialmente los de memoria
inmediata, secuenciación, atención, discriminación auditiva y estructuración temporal. El
pronóstico en el retraso simple, como ya hemos señalado en la introducción, es alentador y
sin embargo la disfasia evoluciona muy lentamente y es muy resistente a la intervención
logopedia.
La diferencia con respecto a la afasia adquirida parece más clara. En opinión de Deus y cols. (
1992:239), «la causa de la alteración del lenguaje es la presencia de una lesión neuroanatómica
que impide que las áreas lingüísticas puedan llevar a cabo su función, pero es posible, de
acuerdo a los principios dc plasticidad cerebral durante la infancia, que otras Áreas afines
puedan llevar a cabo tales funciones. No parece ser el caso de cuadros disfasicos o afasias del
desarrollo».
La detección de la disfasia
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Es difícil ofrecer un modelo único de intervención para una dificultad que adopta formas
tan diversas. Cada niño y su necesidad es un caso distinto y sus síntomas pueden manifestarse
de diferentes maneras.
En este sentido, resulta muy práctica la propuesta que hacen Monfort y Juárez en su libro Nos
nichos disfâsicos (1993). En él, presentan un programa con tres niveles fundamentales de
intervención que pueden, en un mismo caso, aplicarse de forma sucesiva o simultánea en una
secuencia o en otra. La intención de los autores con este modelo, ha sido la de ordenar los
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niveles rudimentarios que contrastan con las necesidades y e1 grado de desa- rrollo general del
niño, se introducirâ algún sistema alternativo que, en unos pocos casos, será la solución
definitiva pero que, en la mayoría de ellos, se transformará poco a poco en un sistema
aumentativo, integrándose entonces en e1 conjunto de medidas previstas por e1 segundo nivel.
Este modelo de organización de las estrategias de intervención en tres niveles complementarios
y flexibles, constituye una guía práctica muy completa para la intervención logopédica con
niños que presentan graves retrasos del lenguaje. La propuesta abarca la mayoría de las técnicas
que se utilizan habitualmente en los problemas del lenguaje y nos facilita, al mismo tiempo, la
posibilidad de poder emplear varias en un momento determinado.
Prestigiosos autores cubanos, consideran que los atrasos del habla pueden manifestarse
como retraso secundario del lenguaje y como trastorno específico del desarrollo del
lenguaje. Esta última entidad es el término que se emplea para definir el diagnóstico por
exclusión de la existencia o no de discapacidades. Prefieren los especialistas de la escuela
cubana de Cabanas identificarlo de esta forma y no con el término de Disfasia.7
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Llama la atención a los autores de este trabajo, que el término logofoniátrico es el que
ha variado en todas las conceptualizaciones realizadas y actualmente el conocimiento más
actual está plasmado en la Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE). La
registra con este término e incluso en la revisión y adaptación realizada por más de 100
doctores cubanos en Psiquiatría, se considera denominarla Disfasia en el capítulo V:
"Trastornos mentales y del comportamiento."8
Exponen en la clasificación que realizan a los Trastornos del Desarrollo Psicológico, que
los trastornos del lenguaje expresivo exige una demostración objetiva mediante pruebas
estandarizadas de la comprensión del lenguaje y el estado óptimo neurológico, sensorial
y anatómico.9 En dicho manual la existencia de un Coeficiente de Inteligencia menor de
70, o de noxas del tipo en el criterio último referido, constituye un motivo de exclusión.
De acuerdo con ese manual el diagnóstico desde el punto de vista epistemológico se
denomina Disfasia del Desarrollo (de tipo expresivo). Aunque cuando se presenta como
un nivel inferior de comprensión del lenguaje al correspondiente a la edad del niño, que
casi siempre se acompaña de un deterioro de la expresión del lenguaje y la pronunciación
y la comunicación extraverbal es normal, no existen causas anatómicas, sensoriales ni
neurológicas que, por sí solas expliquen la presencia de la intensidad de los síntomas se
estaría en presencia de una Disfasia del Desarrollo (de tipo receptivo).10
Los autores de este trabajo se adhieren al criterio analizado y descrito por el CIE X, 8 en
la adaptación cubana efectuada por el equipo de especialistas en Psiquiatría y define que
la Disfasia es el trastorno del lenguaje por fallas en su organización, afecta la expresión
y comprensión de éste por causas de origen posiblemente endógeno presentes dentro del
organismo de estos niños desde el principio de su desarrollo. Se afecta severamente la
función comunicativa del lenguaje.
Se parte del análisis que dentro de los trastornos del lenguaje expresivo existe un
trastorno específico del desarrollo de la capacidad del niño para la expresión del lenguaje
oral, la cual es significativamente inferior a la apropiada para su edad, (cronológica y
Coeficiente de Inteligencia no verbal, sin que existan alteraciones significativas de sus
capacidades para la comprensión del lenguaje y uso de la comunicación extraverbal)
acompañada o no de trastorno de la pronunciación. Además se considera que para arribar
a un diagnóstico hay que tener en cuenta algunas pautas.
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puede confundir con el cuadro de retraso severo del lenguaje, debido a que la maduración
psicológica del niño no ha alcanzado todos los indicadores propios de edades tempranas.
Independientemente que existe el criterio acerca del momento en que puede arribarse a
un diagnóstico final, la intervención en la corrección debe efectuarse desde edades
tempranas basada en la sintomatología que refleja el paciente. El niño se debe estimular
desde temprana edad por la plasticidad del cerebro lo que le permite compensar las
funciones afectadas, afirmación que se ratifica en este estudio.
Para efectuar la evaluación es muy válido lo que propone Monfort:13 los procesos de
producción y comprensión del lenguaje (en términos cualitativos); procesos cognoscitivos
que actúan en la adquisición del lenguaje y que darían claridad en cuanto a los factores
etiológicos; procesos de producción del habla (praxis buco faciales y de la articulación del
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Además de estas pruebas, se sugiere por los autores de este trabajo incluir en la
evaluación baterías del lenguaje que van encaminada a la apreciación del vocabulario
expresivo (IPP), es decir, el Inventario de Primeras Palabras y al vocabulario receptivo
con la Prueba de (Peabody); 2 por tener un carácter cuantitativo y estar sustentadas en
el método científico. Así cómo incluir en la evaluación del lenguaje receptivo otras pruebas
orales que van encaminadas a descartar déficit auditivo y sí la presencia de una sordera
verbal,14 por tratarse de una Disfasia de tipo sensorial o receptiva. Las pruebas a aplicar
son:1) Escala del lenguaje de Reynell,14 pues proporciona una evaluación amena, una
motivación al trabajar con juguetes y responde a la situación social de desarrollo por la
que está atravesando el niño en su etapa de maduración psicológica. 2) La Prueba de los
sonidos Ling,15 ya que la misma permite evaluar la discriminación que ejecuta el sujeto
del lenguaje y contribuye a realizar un análisis para determinar si se trata de una Disfasia
de tipo receptiva.
La valoración del carácter etiopatogénico de esta entidad es una premisa de gran interés
para el especialista.16 En su estudio da a conocer que la Disfasia se produce como
consecuencia de diversas causas, entre las que se puede mencionar los traumatismos o
golpes, parasitosis encefálicas, la presencia de un tumor cerebral, traumatismos en el
momento del parto, enfermedades infecciosas como la meningitis. En un gran porcentaje
de los casos ni siquiera se conoce la causa. Este mismo autor encuentra alteración difusa
en el hemisferio cerebral izquierdo, asociados a cuadros como prematuridad,
incompatibilidades de grupos sanguíneos, complicaciones del parto, diversos desórdenes
glandulares y epilepsia. En la actualidad este tema constituye una polémica de estudio.
Partiendo de lo expuesto por cada una de los autores, a continuación se puntualiza los
procedimientos que siempre deben estar presentes en este proceso de evaluación para el
estudio de esta entidad nosológica.
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la ejecución de movimientos articulatorios bajo instrucción verbal, con apoyo visual y por
imitación.
Este examen permite evaluar el déficit en el análisis auditivo, en el papel regulador de las
instrucciones orales o defectos motores, así como en el paso de una estructura rítmica a
otra.
Intervención logopédica
Los aspectos abordados por estos autores para la rehabilitación son de gran importancia.
Sin embargo se debe señalar que es de gran valor la necesidad de un tratamiento
multidisciplinario, en el cual se debe incluir un terapista del lenguaje, el psicólogo, mucho
apoyo familiar y escolar y en algunos casos la terapia ocupacional. Además el tratamiento
puede llegar a ser muy largo, por ejemplo, comprender el periodo desde que se detecta
el trastorno hasta la adolescencia. Los que reciben tratamiento desde temprana edad
alcanzan la integración como cualquier niño de su edad y logran estudiar con resultados
positivos. En este sentido se ha considerado válido los principios que describen Monfort y
Juárez.
1-Principio de intensidad y larga duración: es necesario que las familias y los profesionales
sean conscientes de que se proyectará una intervención logopédica, como un apoyo que
deberá mantenerse durante muchos años y a veces no tiene más limitaciones que la
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propia ambición del niño y de su entorno. Por esto la intervención debe ser intensiva,
estable y continua, fundamentalmente en los primeros años.
3- Principio etológico: la palabra etológico significa relativo a las costumbres. Por tanto,
la intervención logopédica estará limitada en sus medios y en sus logros si no se tiene en
cuenta a la familia del niño y no se hace que participe en el proceso de construcción
comunicativo y lingüístico.
5- Principio de potenciación de las aptitudes: se impone por parte del especialista evaluar
con profundidad los síntomas lingüísticos en función del resto de las aptitudes de cada
caso, para que sirva de ayuda en el proyecto de construcción del lenguaje, por eso es
importante conocer sus potencialidades. En el caso de la Disfasia, a veces se ve
potenciada la memoria visual, la retención auditiva global o la expresión mímica gestual.
8-Principio de ajuste del tiempo: debido a que el niño con disfasia presenta un
rendimiento lento en las tareas de discriminación, imitación, comprensión o expresión, ya
que depende del ritmo de presentación de los estímulos, se aconseja hablar más despacio
y claro, pero también alargar los tiempos de espera de las respuestas, pues ellos
necesitan a veces varios segundos para contestar una demanda. Exigir una respuesta
rápida ocasionaría un desorden mayor en el niño. De observar que no ha entendido, se
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“AÑO DEL BICENTENARIO DEL PERÚ: 200 AÑOS DE INDEPENDENCIA”
La propuesta de estas actividades parte de una compilación, diseñada los varios autores.17
Su selección tiene como criterio el cumplimiento a los principios descritos anteriormente.
Se tiene presente que la comunicación es un proceso complejo, de carácter social e
interpersonal en el que se lleva a cabo un intercambio de información verbal y no verbal,
se ejerce una influencia recíproca y se establece un contacto a nivel racional y emocional
entre los participantes.
Trabajar la enseñanza incidental: a la solicitud por parte del niño dar un objeto o una
ayuda de forma verbal o no verbal, enseñar un modelo verbal o destreza de comunicación
más compleja siguiendo los siguientes pasos: procedimiento de modelado (entrenar
formas o estructuras nuevas), procedimiento de incitación o modelado (entrenar
destrezas conversacionales) y el procedimiento de retraso temporal (entrenar
comportamientos comunicativos a partir de los estímulos del entorno).
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Aspecto sintáctico: papá (mano debajo de la barbilla), está (ambas manos abiertas), en
(hacer girar el dedo índice) casa (unión de las yemas de los dedos), trabajando (tocar el
pecho con el dedo pulgar); B) Gestos de apoyo a la pronunciación: se acompañan del
habla, resalta la producción de los fonemas, fundamentalmente los consonánticos, y se
emplean con la lectura labial. Por ejemplo: /b - v/: Se unen los labios y la mano haciendo
el dactilema de la b, /j/ se imita el jadeo y con la mano se aprieta la garganta suavemente;
/d/ se muestra la posición articulatoria y con la mano se cierra los cuatro dedos, se eleva
el pulgar a la boca;/l/ se muestra la posición articulatoria y se hace el gesto de flexionar
el brazo hacia arriba; /ll- y/ sólo se enseñan unidos los dedos índice y mayor; /s/ se
pronuncia, con una mano se hace el cierre y la otra abre en el momento de la emisión;
/n/ se emite el sonido y se presiona el dedo índice sobre un orificio nasal; /p/ se pronuncia,
con una mano se hace el cierre y la otra abre en el momento de la emisión; /r/ el dedo
índice debe moverse de izquierda a derecha de forma rápida.
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B. Lo mismo ocurre con los elementos gráficos, pero pueden ser utilizados en los tableros
de comunicación para un uso alternativo del lenguaje;
C. El sistema alternativo se empleará cuando un niño oyente de más de dos años de edad
mental no entiende ni utiliza el lenguaje oral, o cuando de más de tres años entiende el
lenguaje, pero no presenta ninguna producción verbal;
La disfasia infantil está asociada con un retraso en la maduración de las estructuras del
lenguaje. Aunque no hay datos concluyentes al respecto, factores que pueden influenciar en
esta maduración son lesiones cerebrales producidas por:
● Traumatismo craneoencefálico en el momento del parto.
● Lesión cerebral o falta de oxígeno al nacer.
● Enfermedades infecciosas que afectan al sistema nervioso central como la
meningitis, la encefalitis, etc.
● Periodos largos de hospitalización o malestar en el ambiente familiar.
Tipos de disfasia
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Otros síntomas que podemos encontrarnos como consecuencia de estos son: dificultades en la
orientación espacial y temporal, dificultades psicomotoras (adquisición tardía de la lateralidad
o poco definida; alteración del ritmo), dificultades en la memoria auditiva y secuencial
(capacidad para retener y reproducir una serie de números o palabras), problemas de
discriminación auditiva (confunden sonidos con otros), retraso en el desarrollo del
pensamiento abstracto, dificultades en la lectoescritura, o déficit de atención e hiperactividad.
Todo ello puede producir un aislamiento social, fracaso escolar debido a la falta de
aprendizajes básicos como la lectoescritura, y alteraciones globales en las relaciones afectivas,
presentando cierta ansiedad, problemas emocionales y déficit de autoestima.
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La imitación
Los juegos en los que sea necesario buscar objetos o encontrar diferencias. Algunos de
ellos pueden ser: juegos para hallar diferencias de objetos, buscando a Wally, sopa de
letras, etc.
Ejercicios gesticulares
Dado que estas actividades resultan ser muy complejas para los niños, es importante
que ellos realicen algún ejercicio de relajación luego de las prácticas. Para ello pueden
escuchar música relajante o bien descansar sobre algunas colchonetas. También es de
utilidad la práctica de la meditación infantil por 10 o 15 minutos.
La producción de sonidos sin formar palabras puede resultar de mucha utilidad. Así, se
pueden practicar ejercicios como los siguientes:
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● Pídele al niño que repita las siguientes letras: /b/. Una vez que el niño haya
podido repetir dicha letras será de utilidad que la repita de forma sostenida.
Por ejemplo. /bbbbbbbbbb/. Esto se debe repetir varias veces para que la
práctica sea efectiva.
● A continuación se puede complejizar aún más la tarea: /brrrrrrr/ y más
adelante /bra/, /bre, /bri/, Bro, /bru/.
Este ejercicio se basa en el cambio de las sílabas por otras, por ejemplo en vez de decir
/perro/ se dice /parro/. Las palabras pueden decirse al azar o bien se pueden utilizar en
frases.
Una vez que los niños se encuentran concentrados y prestando atención, se puede
incurrir en un error silábico intencional con el objetivo de percibir cuál de los niños ha
detectado el error.
Se pueden vendar los ojos de los niños, luego colocar diferentes sonidos para que ellos
logren distinguirlos.
También se pueden utilizar tarjetas con figuras para que sean ellos los que deban
realizar el sonido que identifica a esa imagen. Por ejemplo si se muestra una vaca, ellos
deberán realizar el sonido correspondiente a la vaca, es decir: /muuuu/.
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Como profesionales de la enseñanza, si nos encontramos ante un caso de este tipo, debemos
tener este último matiz muy claro: tenemos ante nosotros a un niño/a con unas dificultades
que el resto de sus compañeros no tienen y tenemos que ayudarle a que éstas vayan
desapareciendo progresivamente, pero debemos hacerlo sin apartar al niño/a del grupo.
Para ello vamos a utilizar varias estrategias de intervención que clasificaremos en:
Δ ESTRATEGIAS INDIRECTAS:
– Ejercicios buco-faciales: Ej. Se les puede presentar como “gimnasia con la boca”
indicándose movimientos y pautas como:
√ Mover la lengua en distintas direcciones y posiciones (arriba, derecha, fuera, tocando los
dientes superiores, el paladar,…)
Δ ESTRATEGIAS DIRECTAS:
Ej. A partir de ilustraciones o dibujos jugar a relacionar unos conceptos con otros que tengan
relación con él (a partir de la ilustración de un árbol, relacionarlo con un bosque).
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Ej. Observando una lámina que contenga una imagen o paisaje pedir a los niños/as que
cuenten una historia que tenga relación con lo que se ve en la ilustración. Puede ser algo que
ellos recuerden que les ha pasado en un lugar así. (Si el paisaje es de una playa, que cuenten
qué hacen cuando ellos van a la playa).
Ej. Proponer a los niños/as contar un cuento oralmente y entre todos, aportando un poco de la
historia de cada uno. Empezará el educador y seguirán ellos de uno en uno y siguiendo un
orden.
Ej. Presentar al niño/a dos palabras y pedir que forme una frase en la que aparezcan ambas.
Progresivamente, aumenta el número de palabras para que la frase adquiere, poco a poco, una
cierta complejidad.
Consecuencias
Debido a la dificultad, tanto para expresarse como para comprender , se produce aislamiento
social llevándolo a tener dificultades para integrarse socialmente ya que al no hablar o no
entender, tienden a aislarse. Esto puede llevar también a que se realicen diagnósticos erróneos
como retraso en el desarrollo del lenguaje, sordera, autismo, etc.
Como consecuencia de todo esto pueden llegar a sufrir trastornos psicológicos como
alteraciones en las relaciones afectivas, problemas emocionales, rasgos de ansiedad, déficit de
autoestima y en ocasiones manifiestan alteraciones del carácter.
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Conclusiones
Aún son varias las cuestiones que quedan por resolver sobre este tema.
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Bibliografía
https://www.educapeques.com/escuela-de-padres/disfasia.html
https://amandarbls.wordpress.com/en-el-aula/
https://www.psicoayudainfantil.com/disfasia-infantil-causas-tipos-y-tratamiento/
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