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Miguel Antonio Tacón y Rosique

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MIGUEL ANTONIO TACÓN Y ROSIQUE

Biografía:

Fue hijo de Miguel Antonio Tacón y Fosca, brigadier de la Real Armada, y de María Francisca
Rosique y Ribera.

Casó en Aranjuez, el 6 de abril de 1806, con Ana Polonia García y Socoli, nacida en Murcia, hija de
Patricio García y Lisón, comisario ordenador del Ejército, y de Anastasia Socoli y Victoria. Se
embarcó hacia América, con su esposa, el 5 de junio de 1806. En la boca del río Magdalena
(Colombia) cayeron prisioneros de los ingleses que, sin embargo, les permitieron desembarcar en
Cartagena de Indias.

Tacón introdujo en Cuba importantes reformas.

Falleció en Madrid (y no en Cartagena, como dicen algunas historias y biografías) el 13 de octubre


de 1855

Cargo:

el 6 de marzo de 1806 fue nombrado gobernador civil y militar de Popayán, en el virreinato de


Nueva Granada.

 30 de noviembre de 1821 al Gobierno Militar de Málaga. En 1822 fue jefe del 9.º distrito militar
(Granada y Jaén). Después, sufrió una “purificación” por sus, leves, ideas liberales y estuvo de
cuartel en Sevilla hasta la muerte de Fernando VII. La Reina Gobernadora lo ascendió a teniente
general y le nombró capitán general de Andalucía el 7 de marzo de 1834, por poco tiempo. Con la
guerra civil y perdidas las posesiones americanas, salvo Cuba y Puerto Rico, para evitar que
llegaran a “la perla de las Antillas” las chispas de carlistas y de secesionistas, nombró a Tacón
gobernador y capitán general de Cuba (1 de junio de 1843).

Relación con Hacienda Calibío:

La derrota de Tacón en el bajo río Palacé (28 de marzo de 1811) por las tropas de
Baraya, Atanasio Girardot, la caballería de Miguel Cabal (caído en el campo) e Ignacio
Torres, abrió un margen de respiro a Popayán frente al asedio de los patianos y limeños.
A ella siguió el efímero triunfo de los patriotas en La Ladera (26 de abril de 1812) que se
amargó con la fallida incursión a Pasto de Joaquín de Caycedo y Cuero, presidente de las
ciudades confederadas. Además, las imprudencias militares de Macaulay, un soldado
norteamericano, adicto al chocolate y a los amores furtivos por correspondencia con
Claudina, la hija del presidente Montes de Quito, le costó la vida a ambos militares y dejó
el sur del país en manos del brigadier español. La grave amenaza unió al Congreso
Federal y al Estado de Cundinamarca. Las fuerzas comandadas por Antonio Nariño
atendieron el auxilio pedido por José María Cabal y se batieron con las de Sámano en la
hacienda de Calibío (15 de enero de 1814) derrotándolo y ocupando a Popayán.

Cabildos:

Miguel Tacón y Rosique no era un gobernador que se dejara amedrentar por las
novedades calamitosas de la península. Sabía muy bien que si el rey, por la invasión
napoleónica, había sido despojado del trono, él estaba junto con el poder virreinal en
Santafé, para representar la legitimidad en la vasta Gobernación de Popayán. Tenía la
convicción de que el Cabildo local, que hacía poco había jurado fidelidad a Fernando VII
(29 de octubre de 1808)1 lo acompañaría hasta el último minuto, cualquiera fueran las
circunstancias. Así que la “pérfida” y “sediciosa” invitación formulada desde Quito por el
marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montúfar2 para que Popayán adhiriera a la Junta
Suprema que gobernaba con el título de “Majestad” y de la cual fungía como presidente,
con el de “ su alteza serenísima ”, mientras el rey era restablecido en el trono, “o viniese a
gobernar en América” no era una idea sincera y acorde con el pacto inmemorial de
defender la religión, la patria y al rey.
Quizás lo más importante de este hecho es que el afectar la vida social de la provincia
con medidas político militares, obligaba a la reflexión sobre el futuro del régimen
monárquico y sacaba a la esfera de lo público un dilema que, ni Tacón ni sus seguidores
los realistas podían resolver en el ámbito privado del Cabildo: la defensa paradójica de
una monarquía sin rey.

Situación:

La independencia de las trece colonias norteamericanas respecto de Inglaterra, y su influencia en


las colonias de centro y sur América, la invasión de Francia a España en 1808 con el derrocamiento
de la monarquía, la abdicación del rey Fernando VII a favor de las tropas napoleónicas y la
inestabilidad del gobierno de José Bonaparte (José I de España), son situaciones que producen un
ambiente de incertidumbre generalizada por el vacío de poder político dentro y fuera del territorio
español, con influencia directa en las colonias, y principalmente en el fortalecimiento de los
ánimos independentistas.

En 1811 se conforma el nuevo estado independiente, con dos orientaciones, una centralista
liderada por las ideas de Antonio Nariño y otra federalista, siguiendo las ideas de Camilo Torres,
ambos próceres ilustrados con gran influencia en el medio criollo. Iniciándose así una lucha interna
entre formas de poder (período de la Patria Boba) que más tarde en 1812, desata la guerra. En
referencia a lo anterior, en la Historia de la Caballería Colombiana se expresa que:

(…) y debido a las diferencias entre federalistas y centralistas y entre cantones y corregimientos,
no existía claridad sobre la suerte de las provincias que estaban aún bajo el control de los
españoles. Principalmente las del sur bajo la presidencia de Quito que tenían anexado territorio
Granadino de la provincia del Cauca, distrayendo la atención republicana con la presencia de los
focos realistas considerables para la época que amenazaban la independencia. (Vacca, 2008).

Situación geográfica. En los Andes colombianos se encuentran ubicadas las principales ciudades de
la época: Santafé, Antioquia, Neiva, Cali, Popayán y Pasto. El área comprendida por el macizo
colombiano forma parte del sistema orográfico de los Andes suramericanos, en el cual se
desarrolló el principal sistema político, social y militar de la conquista y colonia de España en
América. Se convirtió en región de vital interés para los países en la gesta emancipadora, siendo el
escenario principal de las batallas que condujeron a la independencia definitiva de la Nueva
Granada.

El poder político y militar español estaba concentrado en Quito, Pasto, Popayán y Cali.
El sistema de gobierno independentista estaba en camino de estructurarse y las provincias
empezaban a organizarse política y militarmente a pesar de sus limitados recursos económicos y
bélicos, como lo afirma el General Valencia Tovar: “La junta provisional de gobierno que
representaba la denominada Confederación de las Ciudades Amigas del Valle del Cauca, de la cual
formaba parte don Joaquín Caicedo y Cuero, solicitó a la junta de gobierno de Santafé su apoyo
para poder hacer frente a las amenazas del gobernador de Popayán Miguel Tacón y Rosique
(Puyana, 1993, 97).

Situación Particular. En el sur la situación se caracteriza por que el 3 de julio de 1810, el Cabildo de
Cali reconoce la Regencia y jura fidelidad a Fernando VII, pero se declara separada de Popayán
donde más tarde, el 11 de agosto de 1810, el español Miguel Tacón formó la Junta bajo su
presidencia. Cartago se adhiere a la Confederación de Ciudades del Valle del Cauca en contra del
régimen español el 13 de Septiembre de 1810. Ipiales en el sur de Pasto se declara independiente
bajo el liderazgo de Francisco Sarasti el 18 de Septiembre. Más tarde, en octubre, Cali solicita el
reconocimiento de su separación como parte de Santa Fe, pasando a ser provincia de las Ciudades
Confederadas del Valle del Cauca.

Miguel Tacón, al ver la falta de acción de las tropas patriotas estacionadas en Cali bajo el mando
de Baraya, tomó la decisión de salir de sus posiciones de atrincheramiento, en los alrededores de
Popayán e inició marcha hacia Cali con 550 soldados realistas. “Se desplaza hacia la margen
derecha del Río Cauca, cerca del puente organizó una fuerza de artillería al mando del capitán
Almansa y del teniente Moledo, su artillería compuesta por varias culebrinas, algunos pedreros y
otras piezas fundidas por don Antonio García (Riaño, 1971,84). 3.

Batalla del Bajo Palacé

La Batalla del Bajo Palacé se desarrolla el 28 de Marzo de 1811, cuando a las siete de la mañana la
vanguardia patriota al mando del Teniente Atanasio Girardot, en forma sorprendente había
sobrepasado hacia el sur el punto de reunión determinado por Baraya, en el norte del río Cofre al
no encontrar resistencia enemiga por su propia iniciativa.

Girardot, sirviéndose de las excelentes condiciones de transitabilidad del río, atravesó su cauce y
decidió continuar hacia el sur, hasta el norte del río Palacé, en donde aprovechando las
condiciones del terreno, tomó posiciones y procedió a informar a su comandante, Capitán Torres
en Piendamó. El capitán, al ver el riesgo que corría su vanguardia en el alargamiento de las líneas
de comunicación –a dos horas de distancia del grueso de las tropas–, forzó su marcha y apresuró
el apoyo en forma escalonada a la medida de sus medios y condiciones. Los Realistas habían
continuado el mismo día hasta las alturas de la margen sur del rio Palacé para proteger y asegurar
el puente, punto de paso obligado hacia la margen norte; al identificar plenamente la fuerza
patriota de Girardot y desarrollar la situación enemiga, Tacón decidió atacarla y con tal propósito
empleó la artillería con dos culebrinas e inició sus fuegos a las doce y treinta horas, protegiendo el
avance de la infantería realista.

Las tropas patriotas después de la batalla mantuvieron sus posiciones finales en la noche,
recogieron los hombres, material enemigo abandonado por los realistas, y se reorganizaron para
continuar hacia el sur y ocupar a Popayán, al cual llegaron el primero de abril. En un concepto del
General Valencia en su análisis sobre la Batalla del Bajo Palacé expresa:

Este combate fue prácticamente el bautizo de fuego de las armas patriotas y se constituyó en la
primera victoria de la guerra de la Independencia. Sin entrar en un análisis de fondo, puede
estimarse que el triunfo se debió no a la capacidad operacional de las fuerzas patriotas sino a la
impericia y actitud defensiva mostrada por el comandante español. Baraya había recibido
instrucciones de la junta suprema de Santafé de buscar un arreglo pacífico antes de llegar al
enfrentamiento. Ello puede explicar la demora observada en sus movimientos y la falta de un
espíritu ofensivo que le hubiera permitido obtener ventajas del triunfo logrado en el combate.
(Puyana, 1993,101).

La muerte de los comandantes Almarán y Moledo, alma del ejército de Tacón, desalentó a los
seguidores del gobernador, quienes desordenados, abandonaron el campo de combate. El triunfo
de los criollos tuvo importantes consecuencias: los rebeldes tomaron a Popayán y  Tacón  y
Rosique se desplazó a la costa del océano Pacífico, donde las guerrillas  patriotas lo derrotaron y
con 25 sobrevivientes de su ejército llegó a Lima. En 1819 viajó a España con el grado de Mariscal
de Campo, el rey lo nombró gobernador de Málaga y de allí pasó a gobernar a Cuba.
Bibliografía:

http://portal.unicauca.edu.co/versionP/Conozca%20Unicauca/Museos/Pante%C3%B3n%20de
%20los%20Pr%C3%B3ceres

https://www.banrepcultural.org/biblioteca-virtual/credencial-historia/numero-243/la-
independencia-en-el-gran-cauca-mariquita-y-neiva

https://historiayregion.blogspot.com/2013/06/bajo-la-bota-del-gobernador-tacon-y.html

http://portal.unicauca.edu.co/versionP/Conozca%20Unicauca/Museos/Pante%C3%B3n%20de
%20los%20Pr%C3%B3ceres

https://www.redalyc.org/pdf/4762/476248923017.pdf

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