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Elementos de La Ética Investigacion de Electiva 2

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1.

Elementos de la ética
2. Ética Profesional
3. Concepto de moral y moralidad
4. Diferencia entre ética, moral y moralidad
5. Relación de la ética con otras ciencias filosóficas
6. Elementos que se deben de tener en cuenta para definir correctamente la
ética
7. Importancia de la ética
8. Característica de la Ética

El concepto clásico de lo que siempre se ha entendido por ética; proviene del vocablo griego


"éthos"(con "ë" prolongada). Aunque en el origen, el "éthos" se refería no solo a la "manera de
ser" sino al "carácter", posteriormente el lenguaje fue evolucionando y se usó para referirse a
"La manera de actuar, coherente, constante y permanente del hombre para llevar a cabo lo
bueno".
En términos prácticos, podemos aceptar que la ética es la disciplina que se ocupa de la moral,
de algo que compete a los actos humanos exclusivamente, y que los califica como buenos o
malos, a condición de que ellos sean libres, voluntarios, conscientes. Asimismo, puede
entenderse como el cumplimiento del deber. Vale decir, relacionarse con lo que uno debe o no
debe hacer.
La ética estudia qué es lo moral, cómo se justifica racionalmente un sistema moral, y cómo se
ha de aplicar posteriormente a los distintos ámbitos de la vida personal y social. En la vida
cotidiana constituye una reflexión sobre el hecho moral, busca las razones que justifican la
utilización de un sistema moral u otro. "Ética" sería la disciplina filosófica que se ocupa de la
fundamentación racional del comportamiento moral del hombre
Cuando se le usa como sustantivo ("La Ética" o "La Moral") se da a entender un saber
específico dentro de las disciplinas humanas que tiene como objeto la fundamentación racional
de lo que debe ser la responsabilidad del ser humano para alcanzar lo bueno o lo recto. En ese
sentido, denominaría el saber filosófico coherente y sistematizado (en teorías orgánicas) sobre
las características que deben tener los valores, principios, normas y virtudes para que el ser
humano se realice como tal en su transcurrir histórico.
Pero con frecuencia la palabra "ética" es empleada en el lenguaje corriente como un adjetivo.
Entonces se comenta: "esto no es ético" "fulano es un inmoral". En este caso la palabra "ética" o
"moral" en tanto adjetivo, juzga la cualidad de determinadas acciones de los individuos en
cuanto tienen que ver con la manera que éstos ejercen su responsabilidad frente a los valores,
principios y normas morales. Hace un juicio evaluatorio de una acción humana en cuanto es
capaz de encarnar o realizar en la práctica, a los valores, principios, y normas éticas.

Elementos de la ética
La ética y otras disciplinas que se ocupan de la conducta humana entre los elementos de la ética
se pueden mencionar:
* Esfera ética: se ocupa de lo que es "bueno" o "recto" para la "condición" humana,
independientemente de que sea acostumbrado, legislado o mayoritariamente asumido por una
determinada sociedad. Una acción "recta" es aquella que se puede defender o justificar con
coherencia razonable en teorías éticas (que incluyen valores, principios, normas, virtudes) y en
una antropología o concepción de lo que es el hombre
* Esfera antropológico-cultural: los valores vividos de hecho y las costumbres, considerados
como "válidas" por los distintos grupos humanos de una determinada sociedad
o ambiente cultural, tengan o no tengan fundamentación racional. El antropólogo cultural (a
diferencia del filosófico) se ocupa de saber qué es lo que los hombres o sociedades valoran de
hecho.
* Esfera sociológica: las conductas estadísticamente significativas de una población. El
sociólogo se ocupa de ver las relevancias estadísticamente significativas de los distintos
componentes de la sociedad a través de un método que le es propio (a diferencia del de la
antropología cultural).
* Esfera jurídica: se ocupa de establecer lo que debe ser mandado prohibido o penado por
las leyes de una sociedad. Lo "mayoritario" o lo vivido "de hecho" en una sociedad, no
necesariamente tiene por qué coincidir con lo "legal" o lo "ético", aunque haya algunas teorías
éticas que sostengan esta postura. Un ejemplo típico de no-coincidencia entre lo ético y lo legal
es el caso de la prostitución o de los vientres de alquiler, que pueden ser legalmente admitidas
pero que desde el punto de vista ético implican una comercialización de la integridad personal
de la mujer.
* Espiritual: reafirmar la idea de lo correcto, trabajo con la fuerza pensante, fundamenta las
bases de la vida ética
* Físico: mente sana cuerpo sano, unión psicofísica, cuando la mente con angustia, tristeza,
trauma, afecta la salud física o los desequilibrios orgánicos, provocando desequilibrios en la
mente. Rescatar la importancia de la educación Física.
* Intelectual: ejercitar la mente y sus aplicaciones, la importancia de los estudios parte de la
educación. Capacitarse para formar un propio criterio particular y colectivo, impedir
acumular información dispersa. "si deseamos saber más, conoceremos mejor que hacer con
nuestras vidas, como ayudar a nuestros semejantes y disfrutar lo bueno de la existencia".
* Volitivo: diferenciar entre apetitos ciegos irracionales y los deseos racionales, los primeros
pertenecen en parte a la naturaleza humana, los segundos a la mente y cuerpo.
* Afectivo: comprende las propias emociones, neutraliza la tendencia egoísmo y utilitarismo
cortoplacista. Expresa el amor verdadero, insiste más en el saber amar que solo amor, combina
lo sensible con lo inteligible (mente y respeto).
* Estética: Componente importante para la perfección humana, relacionarse con lo bello,
mediante la comprensión de la natura. Educar el gusto por lo sensible e inteligible, aceptación
irreflexiva y acrítica. Impedir imposición por parte de las fuerzas sociales dominante de
patrones de cánones de belleza subordinadas al consumo. Descubrir la dimensión infinita y
divina de la natura.
* Social: "Nada más útil para un individuo humano que otro individuo humano". "El bienestar
económico y social nunca debe construirse sobre las espaldas de los que han sido víctimas de la
explotación, miseria y hambre". Combatir toda forma
de racismo, discriminación social, xenofobia, dogmatismo, fanatismo y sectarismo.
Las Herramientas de la Ética: En la ética se utilizan términos que han brillado por su ausencia
en gran parte de la teorías de la sociedad. Los términos claves en el lenguaje de la ética son:
valores, derechos, obligaciones y relación.
Valores: cuando se valora algo, se desea o se anhela que sucede. Los valores en cierto sentido
permanente que en si parecen buenos, como la paz o la buena voluntad.
Derecho: demandas que facultan a una persona para emprender una acción en particular.
Obligaciones: la obligación de emprender acciones o acatar y obedecer la ley.
Normas morales: son normas de conducta que por lo general penetran como valores morales.
Relaciones: todo ser humano está conectado con otros en un grupo de relaciones. Estas
relaciones existen porque necesitamos de otros para apoyarnos mutuamente y así lograr
nuestros objetivos. Desde la relación de un pequeño con su padre hasta la de
un administrador con sus empleados, las relaciones son un aspecto penetrante de la vida
moral.

Ética Profesional
La Ética profesional es la "ciencia normativa que estudia los deberes y los derechos de los
profesionales en cuanto tales". Es lo que la pulcritud y refinamiento académico ha bautizado
con el retumbante nombre de deontología o deontología profesional. En efecto, la palabra ética
confirmada por diccionarios y academias con el sentido de "parte de la filosofía que trata de la
moral y de las obligaciones del hombre", no es tan precisa en el significado como la palabra
moral.
Por lo tanto, el objeto de la ética profesional es mucho más amplio de lo que comúnmente se
supone. No es otra cosa que preguntarse (como docente, profesor, pedagogo, licenciado,
ingeniero) frente a su alumno(a), a la sociedad y al país. "¿estoy haciendo con mi trabajo lo
propio que beneficia a este alumno(a), lo necesario que beneficia a la sociedad donde estoy
inserto, lo trascendente para mi país y para la raza humana?". Consecuencialmente, ¿estoy
participando de lo que tengo derecho?. Una confianza que se entrega a una conciencia, a una
conciencia profesional.
La formación profesional es distinta para cada área y nivel de desempeño, y dependiendo de
esto mismo, la formación puede ser larga y pesada o corta y ligera e incluso puede realizarse
mientras se desempeña un trabajo ya sea similar o distinto, aunque de menor nivel por lo
general. La formación profesional también puede ser muy teórica o muy práctica. Sin embargo,
excepto algunas profesiones eminentemente especulativas como la de filósofo, todas deben
contener una cierta dosis tanto de teoría como de práctica o sea la auténtica "praxis", entendida
ésta como la aplicación de un conocimiento o de una teoría que a su vez fue extraída de
experiencias concretas.

Concepto de moral y moralidad


Moral: Es el conjunto de creencias y normas de una persona o grupo social que determinará el
obrar (es decir, que orienta acerca del bien o del mal —correcto o incorrecto— de una acción o
acciones).
La moral son las reglas o normas por las que se rige la conducta de un ser humano en
concordancia con la sociedad y consigo mismo. Este término tiene un sentido positivo frente a
los de «inmoral» (contra la moral) y «amoral» (sin moral). La existencia de acciones y
actividades susceptibles de valoración moral se fundamenta en el ser humano como sujeto de
actos voluntarios. Por tanto, la moral se relaciona con el estudio de la libertad y abarca la
acción del hombre en todas sus manifestaciones.
El término Moral, etimológicamente, proviene de la palabra latina "mores", que significa
costumbres, debe definirse como el código de buena conducta dictado por la experiencia de la
raza para servir como patrón uniforme de la conducta de los individuos y los grupos. La
conducta ética incluye atenerse a los códigos morales de la sociedad en que vivimos.
Es todo lo que se refiere a los valores en tanto asumidos y vividos por la gente, o sea, a la
dimensión subjetiva o a la moralidad vivida de hecho por los individuos o grupos
determinados.
MORALIDAD: es la calidad de los actos humanos en cuya virtud los designamos como
buenos o malos, como acertados o erróneos. Se trata de un término común relativo a la bondad
o la maldad de un acto humano, sin especificar a cuál de los dos se refiera. El opuesto de lo
moral es propiamente lo no moral, términos que indican que el acto no tiene significado moral
en absoluto, que simplemente no se refiere a la moral. La palabra amoral se utiliza también en
este sentido, pero se aplica con mayor frecuencia a personas faltas de un sentido de
responsabilidad moral. Puesto que palabra inmoral significado moralmente malo, indica un
acto que posee una calidad moral definida (un acto malo). Si se lo opone claramente a lo
inmoral, el término moral significa moralmente bueno. Así, pues, moral e inmoral son
contradictorios, porque toda cosa tiene o no tiene alguna referencia con la moral; moral e
inmoral son contrarios, por cuanto marcan los extremos del bien y del mal en el campo de la
moral, excluyendo lo moralmente neutro o insignificante.
La moralidad presupone la libertad (v.) de la persona. Por tanto, sólo aquellos actos
y actitudes que sean de algún modo accesibles a la libre decisión del hombre, pueden ser
portadores de valores o «anti valores» morales. La moralidad está profundamente ligada a la
responsabilidad y la responsabilidad presupone libertad.

Diferencia entre ética, moral y moralidad


La ética y la moral son dos caras de la misma moneda. Su diferencia radica en que la moral es
la actuación de lo bueno y lo malo en la vida cotidiana, y la ética es la reflexión filosófica sobre
ese comportamiento. Por eso a la moral se le conoce como moral vivida y a la ética como moral
filosófica., es decir, es el saber teórico-práctico de la moral.
La moralidad no es más que el término moral utilizado como sustantivo y es el modelo de
conducta establecido en una sociedad concreta.

Relación de la ética con otras ciencias filosóficas


* Relación de la Ética con la Psicología. La Psicología se parece a la Ética en cuanto a que
también estudia los actos humanos, pero ésta los explica en el aspecto del hecho y la Ética solo
se interesa en las normas de derecho de ese acto, es decir la psicología solo estudia el acto como
objeto material, el por qué ocurre. La Ética en cambio estudia la bondad o maldad de dicho
actos y dicta normas de cómo deben estos.
* Relaciones entre la Ética y la Sociología. La sociología surgió en el siglo XIX gracias a las
aportaciones de Augusto Comte y de Karl Marx. Estudia el comportamiento del hombre en
forma global, es una ciencia de hechos, mientras que la Ética es una ciencia de derechos.
* Relaciones entre la Ética y el Derecho. El derecho es un conjunto de normas que rigen la
conducta humana y en esto se parece a la Ética, sin embargo, difieren entre las normas propias
de cada una. Existen cuatro diferencias principales:
* Las normas de la Ética son autónomas (cada individuo debe darse sus normas propias) y las
del Derecho son heterónomas (las normas provienen de una autoridad diferente al individuo).
* Las normas de la Ética rigen aspectos internos y las del Derecho aspectos externos.
* Las normas de la Ética son unilaterales (el cumplir una norma no implica el surgimiento de
un derecho o una obligación por parte de otras personas), y las del Derecho son bilaterales (una
obligación implica un derecho y viceversa).
* Las normas de la Ética son incoercibles (aún cuando tienen un carácter obligatorio,
generalmente no conllevan un castigo explícito en el caso de no cumplirlas) y las del Derecho
son coercibles (la autoridad que ha establecido ciertas normas civiles, tiene la facultad de exigir
el cumplimientos de ellas, y para llevar a cabo dicha tarea, impone vigilancia, fiscalización,
sanciones, etc.).
* Relaciones entre la Ética y la Economía. La Economía es la ciencia que trata de
la producción, distribución y consumo de los bienes materiales. Sus temas son, el trabajo, la
mercancía, el dinero, la ganancia, la utilización del trabajo, el comercio, etc. La Ética
relacionada con esta ciencia en el aspecto de la vida del ser humano: su subsistencia,
sus problemas pecuniarios, su lucha diaria por el alimento, la vivienda y la ropa. Todo esto está
afectado por la explotación del asalariado, la injusticia en el pago de sueldos, la falta
de higiene en las fábricas, la falta de esmero en el trabajo del obrero o la responsabilidad de los
empleados. También como la Economía presenta un modelo ideal que hay que cumplir, como
si fuera un proyecto que seguir –como la ley de la oferta y la demanda- aquí entra también la
Ética ya que en más de una ocasión el modelo económico es el relato de una serie de abusos,
como suele ser en la ley citada anteriormente. Los dos modelos, el económico y el Ético tienen
que ir entrelazados para así evitar la explotación del trabajador, la marginación del asalariado,
la usura en los intereses cobrados a los países del Tercermundistas, la colonización del trabajo,
la producción y el gobierno de los países débiles. En fin la Ética tiene mucho que hacer en el
campo de la Economía.
* Relaciones entre la Ética y la Pedagogía. La Pedagogía es el estudio de la educación, el
significado de la palabra educación proviene del vocablo educere, que significa conducir, guiar
y también sacar hacia fuera, desarrollar lo que está implícito. También consiste en lograr que
una persona haga, por sí misma, lo que debe hacer. En sí la educación es una disciplina que
complementa a la Ética y viceversa. La Ética dicta que es lo que hay que hacer, en tanto que la
educación muestra el modo en que podemos lograr lo propuesto por la ética. La educación es
un arte en tanto que la Ética es una ciencia. De acuerdo a los diferentes significados que puede
tener la educación se puede decir que:
* Cuando educación significa conducir o guiar, la Ética muestra un modelo de conducta a
seguir y la educación dice como conducir al niño dentro de ese modelo.
* Cuando educar significa saca hacia fuera, desarrollar lo que está implícito, se da a entender
que el mismo educando (la persona a educar) es la causa principal de su educación, pues
contiene en sí mismo las potencialidades que se van a actualizar. En este caso la Ética
proporciona el modelo o guía de conducta humana buena, en tanto que la educación
proporciona las reglas prácticas para enseñar u orientar al educando dentro de esa guía
general.
* Cuando educar significa lograr que una persona haga, por sí misma, lo que debe hacer, la
educación dicta cómo se debe proceder con el educando a fin de lograr su autonomía, la
madurez y la toma de responsabilidad por parte de éste. La Ética nos dice el qué hacer,
mientras que la Pedagogía nos dice el cómo.
* Educar es actuar de tal manera que el educando capte un sentido personal en la realización de
valores, obligaciones y virtudes, los cuales constituye la Ética como un conjunto de principios y
conceptos abstractos sin ninguna aplicación práctica.
* Relaciones entre la Ética y la Metafísica. La Metafísica contiene el fundamento de toda
ciencia; ella nos dice tienen tanta validez la matemática y la física, la Psicología y la Ética por
supuesto. La Metafísica nos proporciona y explica nociones y conceptos indispensables para
entender la Ética, tales como el de ser, bien, valor, acto, potencia, sustancia, accidente, materia,
forma, etc. Mismo que nos sirve como instrumentos mentales para captar el fondo de la
temática de la Ética. La relación Ética – Metafísica es la misma que la de ciencia y su
fundamento definitivo.
* Relaciones entre la Ética y la Teología. La Teología en este caso la teología Moral trata de la
valoración moral de los actos humanos, mismo tema que el de la Ética, pero esta última utiliza
la razón como instrumentos de su estudio y la Teología Moral además de la razón utiliza
los datos de la fe como la Biblia y fuentes afines.
* Relaciones entre la Ética y la Religión. La religión es la relación entre el hombre y Dios. Es un
contacto íntimo de la persona con un Ser infinito, del cual procede y ante el cual puede ponerse
gratificante y reconfortante. La Ética se relaciona con la religión en la siguiente manera:
* Una persona que mantiene un contacto íntimo con Dios, normalmente obtiene en ese
contacto la guía personal de su conducta correcta, se contacta simultáneamente el Ser absoluto,
el terreno de los valores y la fortaleza de conducirse en la vida cotidiana.
* La Religión institucionalizada contiene una serie de preceptos, la mayoría de ellos con un alto
valor moral, como son la caridad, la humildad, el sentido comunitario, la compasión, la piedad,
etc.
* Es por esto qué la Ética y la Religión guardan una muy estrecha relación, pero la Ética
científica y la filosófica procuran mantener su autonomía con respecto a las normas morales
que pueden surgir, y de hecho han surgido, a partir de la Religión, sea esta última, una vivencia
o una institución.

Elementos que se deben de tener en cuenta para definir


correctamente la ética
1.- La axiología, o teoría de los valores.
2.- Los valores, que forman parte de los objetos, acciones y actitudes que el ser humano
persigue por considerarlos valiosos, por ejemplo, la salud, la riqueza, el poder, el amor, la
virtud, la belleza, la inteligencia, la cultura, etc. En fin, todo aquello que en un momento
deseamos o apreciamos.
3.- Los principios, entendiendo por éstos, valores que recibimos en la primera infancia, que son
inculcados por nuestros padres, parientes, maestros, y en general, por la sociedad misma.
4.- La conciencia.5.- La moral y las costumbres, es decir, el conjunto de elementos normativos
que la sociedad acepta como válidos.6.- La razón, o juicio racional.
7.- La filosofía.
8.- Las costumbres.
Estos elementos no son inmutables, pues generalmente los modificamos en función de
la interpretación de la realidad que tenemos en cada etapa de la vida, o en el tipo de sociedad
en la que nos desenvolvamos.
¿QUÉ PAPEL TIENE LA CONDUCTA ÉTICA?
Fundamentar racionalmente la forma de ser de los seres humanos, y mejorar la sociabilidad y
convivencia de quienes viven en comunidad, discerniendo en cada momento histórico acerca
de la eticidad de las relaciones sociales y socio-naturales existentes, para que los actos y
omisiones no dañen a terceros injustamente.

Importancia de la ética
Integrar la ética a nuestras vidas, no debería ser motivo de asombro o presunción, ya que debe
ser algo con lo que debemos convivir diariamente, pero al parecer es un tema muy serio y algo
complicado en nuestra realidad actual, ya que en ocasiones la ética solo se utiliza como un
simple maquillaje en nuestras acciones cotidianas. Debemos de estar plenamente consientes y
convencidos de que la ética se rige bajo principios universales básicos, como por ejemplo
la justicia, (todos apreciamos la justicia desde el momento en que a nadie le gusta ser tratado
injustamente). Por lo tanto depende de nosotros mismos, el establecer un entorno ético, con
nuestra familia, amigos, y principalmente con nuestros colaboradores, para tal misión,
debemos de emprender una serie de acciones y actitudes, cuyo objetivo sea el despertar las
reflexiones que fomenten la cultura ética en todos y cada uno de nosotros, como por ejemplo
elaborando y formando un código de valores sobre el cual vamos a proyectar nuestra vida, bajo
la premisa de que no se debe de imponer dicho código, si no que éste debe de surgir bajo la
visión, de que al darle vida, no solo crearemos un entorno de trabajo agradable sino podemos
hacer que nuestras acciones traspasen nuestras fronteras laborales para hacerlo llegar a todos
los ámbitos de nuestra vida cotidiana. Pero definitivamente, el decidir llevar un estilo de
vida con actitudes apegadas a la ética, resulta más que difícil, pues tal parece que en nuestros
días, estas acciones no son muy remuneradas económicamente, al contrario, nos hacen vernos
fuera de ritmo, dentro del mismo ritmo de vida que marca la sociedad actual. Por tanto,
debemos de hacer conciencia, de que requerimos con urgencia personas apegadas a la ética,
esto es lo que necesitamos en nuestros días para poder salir adelante en todos los aspectos de
nuestra vida, pues pienso que de esta manera podríamos mejorar nuestro nivel de vida y por
ende el país, del que formamos parte.
¿Qué importancia puede tener esta ciencia para nosotros?
La importancia de la ética deriva de su objeto de estudio: la moral. Desde que le hombre se
agrupo en sociedades tuvo la necesidad de desarrollar una serie de reglas que le permitieran
regular su conducta frente a los otros miembros de la comunidad. De manera que la moral es
una constante de la vida humana. Los hombres no pueden vivir sin normas ni valores. Es por
eso que se ha caracterizado al hombre como un "animal ético".
Los problemas que la ética estudia son aquellos que se suscitan todos los días, en la vida
cotidiana, en la labor escolar, en la actividad profesional, etc. problemas como: ¿Qué es un
comportamiento bueno o uno malo?, ¿Se es libre para realizar tal o cual acción?, ¿Quién nos
obliga a realizar esta acción?, entre estas 2 acciones, ¿Cuál se debe elegir?, etc.
Todos estos problemas que la ética estudia plantean una urgente solución, que no puede
postergarse por que constituyen el meollo de la vida misma, pues, en última instancia, el
hombre es n ser moral.
- Como escribe José Ortega y Gasset -
"La moral no es una performance suplementaria y lujosa que el hombre añade a su ser para
obtener un premio sino que es el ser mismo del hombre cuando está en su propio juicio y
vital eficacia."
"Un hombre desmoralizado es simplemente un hombre que no está en posesión de si mismo,
que esta fuera de su radical autenticidad, y por ello no vive su vida, por ello no crea ni fecunda,
ni hincha su destino."
La importancia de la ética profesional
LA MENTE DEL HOMBRE SUPERIOR VALORA LA HONRADEZ; LA MENTE DEL HOMBRE
INFERIOR VALORA EL BENEFICIO. Confuncio, filósofo chino.
La palabra "ética" procede del griego "ethikos", y en la antigua Grecia la usaban para definir el
concepto de morado o lugar donde se habitaba. Aunque con el tiempo se convirtió en el lugar
en el que el hombre convive consigo mismo y donde brotan los actos humanos. En la
actualidad, la ética es aquello que crea una conciencia de responsabilidad en los humanos y el
mundo de la belleza tampoco se encuentra absento de ello.
El profesional de la belleza no solo lo es porque posea un título que así lo certifica, sino porque
ejerce su profesión ajustándose a los criterios éticos que la propia conciencia y el entorno han
preestablecido con el paso de los años en esta profesión.
Cuando hablamos de ética no sólo nos referimos a aquello a lo que estamos sujetos de forma
contractual, como ser puntuales o tratar a los clientes con educación; sino que también
hablamos del saber escoger que es lo mejor para cada cual y aplicarlo en el día a día de forma
efectiva y eficiente.
Así, el verdadero profesional nunca puede tener sentimiento de culpabilidad en el acto de
la venta o en su relación comercial con un cliente si a esta se le imprime un carácter ético. Es
importante poseer conocimientos teóricos y prácticos para poder actuar con la ética que cabe
esperar de cualquier profesional también en el sector de la peluquería. Todos estos esfuerzos
garantizarán clientes satisfechos y, por lo tanto, fieles a nuestros servicios, algo que hoy en día,
con la gran ley de oferta y demanda existente, es muy complicado conseguir, así como a
recomendaciones futuras de dichos clientes hacia otros que sean potenciales usuarios. Por ello,
vale la pena apostar por una conducta estrictamente ética en el ámbito laboral, ya que sus
frutos a corto y largo plazo son más que evidentes.

Característica de la Ética
La ética que es ciencia, dentro del ámbito de la filosofía, tiende a determinar la significación de
la vida humana, obliga al estudio, a la investigación y al razonamiento sobre la biología moral,
en cuanto al hombre se refiere. Estas circunstancias nos conducen a tocar los amplios campos
de la historia, la filosofía en sus variados aspectos, la sicología, etc.
La ética está en relación con el hombre, por ser energía de la personalidad humana, que es
generadora del progreso y la civilización. La ética es deber y obligación de la moralidad,
conforme la voz interior del individuo que razona, lo que nos demuestra que es la base del
saber y la voluntad humana.
Las Principales característica de la Ética son:
? Teórica o General: Por tener sus conocimientos especulativos puramente racionales, sobre los
criterios o Normas de la moral
? Práctica o Especial: Por estudiar los medios particulares, las virtudes, los deberes, etc.
? Ciencia Filosófica: Que actúa en el plano de los valores y la controversia.
? Forma de Conciencia: Se ocupa de algo muy abstracto "el debe ser".
? Establece principios universales: Busca formular explicaciones teóricas generales, aplicables
en toda sociedad y todo tiempo.
? Enfoca la moral Como fenómeno: Toma en cuenta los valores, sean estos positivos o
negativos, en cada época.
? Orienta el Comportamiento Moral: Señala las Normas adecuadas de la convivencia.
? Está presente en todo acto humano: Es UN elemento universal y básico de cohesión social.
1.4 Características de los valores En términos generales, valor es la cualidad por la que un
ser, una cosa o un hecho despierta mayor menor aprecio, admiración o estima. Es decir, un
valor nos indica la importancia, significación o eficacia de algo.
Los valores éticos o morales son principios con respecto a los cuales las personas sienten un
fuerte compromiso "de conciencia" y los emplean para juzgar lo adecuado de las conductas
propias y ajenas.
* Los valores no existen en abstracto, se depositan, algo se le da un valor, ya sea este en objetos
o personas. Están ligados los valores a la historia, a las culturas, a los individuos y a las
circunstancias que enfrentan.
* Los valores influyen en nuestra forma de pensar, en nuestros sentimientos y formas de
comportarnos.
* Los valores se proyectan a través de actitudes y acciones ante personas y situaciones
concretas.
* Los valores suponen un compromiso real y profundo de la persona ante si misma y ante la
sociedad en que vive.
* En nuestra época, podemos identificar valores que son aceptados "realmente", en todo tiempo
y lugar, porque posibilitan la existencia de una sociedad más justa y democrática y por eso los
deseamos como el : (derecho y respeto a la vida, la verdad, la libertad, la equidad, la
fraternidad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, etc.) Hay quienes piensan que es nuestra
estimación de que son deseables lo que los hace valiosos.
Pues los valores se integran mediante la reflexión, la interacción con el medio y la práctica
social, junto con el desarrollo de las capacidades, cognoscitivas, la personalidad, las
habilidades técnicas y las destrezas operativas. En si los valores sirven para orientar la acción
humana
 

I. Definiciones estipulativas

Suele haber cierta controversia acerca de las definiciones y la distinción de los


términos "ética" y "moral". Algunos filósofos ven la distinción como una cuestión de
crucial importancia para la filosofía moral, porque piensan que cada uno de estos
términos tiene una extensión definida y precisa y no se deben mezclar sus usos;
sostienen que hay usos correctos e incorrectos de los términos. En esta distinción, nos
dicen, hay en juego distintas concepciones de lo que es bueno y lo que es correcto. La
distinción suele hacer referencia a dos esferas de la conducta humana bien
delimitadas. Al distinguir estos dos términos se abre la posibilidad de que las dos
esferas a las que se refieren se opongan o entren en conflicto, de modo que pueda
haber acciones que sean éticas, pero no morales, o viceversa, morales, pero no éticas;
a muchos les parece que es importante la distinción, porque en casos de conflicto
entre la moral y la ética tendríamos que saber cuál debería prevalecer sobre la otra, o
en última instancia si sería mejor deshacernos de una en nombre de la otra.

En la vida diaria muy frecuentemente también escuchamos que la gente habla de que
hay "aspectos éticos y morales" en torno a algún asunto, con lo cual implican que hay
una diferencia entre los dos. Por ejemplo, se suele decir que alguien no puede ocupar
un cargo público "por razones éticas y morales", o que alguien se opone a hacer tal o
cual cosa porque se contrapone "a sus principios éticos y morales". Sin embargo, es
muy probable que la gente que hace esta distinción no pueda decirnos en qué consiste
la diferencia.

Aquí quiero argumentar que no hay nada en la etimología de las palabras "ética" y
"moral", ni en el empleo que diversos filósofos han hecho de estos términos a lo largo
de la historia, que nos imponga un determinado significado para el uso de cada una de
ellas. Se trata de una distinción estipulativa, es decir, depende de cómo se estipule
que se van a usar los términos; por ello, no puede haber un único significado válido
universalmente.1 En segundo lugar, las estipulaciones deben tener un propósito para
que tengan sentido; las estipulaciones comunes sobre el uso de estos dos términos
suelen tener el propósito de mostrar las diferencias de dos esferas bien definidas de la
conducta humana, pero además suelen tener la intención de mostrar la mayor
importancia relativa de una esfera sobre la otra. Por ejemplo, entre otros modos de
estipular el significado de los términos, con frecuencia se afirma que el
comportamiento ético, concebido como la afirmación de la conciencia autónoma y la
autenticidad individual, debe tener un mayor peso que el ámbito de lo moral,
entendido como la esfera de la observancia de reglas que nos son impuestas por la
sociedad. Sin embargo, esta distinción sólo cobra sentido en contextos donde hay una
clara diferenciación entre lo social y lo individual. Pero, más importante aún: concebida
del modo que he mencionado, esta distinción, por sí sola, no nos da ninguna
justificación de por qué, digamos, la conducta ética va a ser superior que la moral,
simplemente por ser producto de la autonomía o de la autenticidad de la conciencia
individual. Estos rasgos no hacen, por sí solos, que una determinada acción sea
superior a una acción guiada por los principios socialmente impuestos. Aquí me voy a
centrar precisamente en las distinciones entre ética y moral que hacen un paralelismo,
para ponerlo en términos amplios, con la distinción entre individuo y sociedad. 2 Creo, a
fin de cuentas, que la distinción ética/moral es una distinción que deberíamos
cuestionar y sobre la que no deberíamos poner tanto peso como algunos quisieran:
nada realmente significativo en la práctica (es decir, fuera de un ámbito intrateórico)
depende de la estipulación terminológica entre "ética" y "moral" -en todo caso, nada
para lo que no tengamos ya términos menos ambiguos-.

Quiero advertir que en este ensayo no intento proponer una nueva distinción entre
"ética" y "moral" ni tampoco proponer una definición de lo que es la moralidad o la
ética -lo que es notablemente difícil-. No creo que tenga sentido emprender esta tarea,
ni son claros los beneficios de tener una definición que sería dependiente de las
distintas teorías éticas y que, por lo mismo, estaría sujeta a constantes objeciones por
parte de otras teorías y que, probablemente, no capturaría el sentido que le damos a
los términos "ética" y "moral" en la vida diaria. Creo que cotidianamente estos
términos suelen ser más o menos intercambiables y que no tendríamos por qué regular
su uso, más que para propósitos específicos de teorías éticas particulares. Por otro
lado, los filósofos morales han tratado de dar una definición del término "moralidad"
sin que hayan llegado nunca a ponerse de acuerdo. Habría que tener conciencia de
este desacuerdo y simplemente tratar de especificar cómo se usan los términos.

II. ¿Nos impone significados la etimología?

La palabra "ética" proviene del griego, y puede tener dos distintas etimologías, que son
complementarias. Una primera etimología nos dice que proviene de ἕθοσ (εοσ,
τό, ἕθω)3 que significa "hábito", "costumbre", "estar acostumbrado", como cuando
Aristóteles afirma en la Ética nicomaquea: "Algunos creen que los hombres llegan a ser
buenos por naturaleza, otros por el hábito" (γίνεσθαι δ' άγαθούζ οἴονται οἴ μὲν φὺσει οἴ
δ' ἔθει οἴ δ διδαχῆ) (1179b21), en donde "hábito" se opone a "naturaleza" (φὺσει). En
el libro II de esa misma Ética afirma: "la ética [...] procede de la costumbre, como lo
indica el nombre que varía ligeramente del de 'costumbre'" (ᾐ δὲ ᾐθικῂ [άρετῂ] ἐξἔθους
περιγίνεται, ὄθεν καί τοὔνομα ἔαχηκε μικρόν παρεγκλῖνον άπὸ τοῦ ἔθους) (1103a17;
véase también 1154a33). Según esta etimología, el término "ética" compartiría sus
raíces con el término "etología", del griego ἕθοσ, costumbre, y λόγος, razonamiento,
estudio o ciencia. La etología estudia el comportamiento de los animales, sus hábitos y
sus costumbres, en el medio ambiente o en el lugar que se encuentren. Curiosamente,
la palabra griega ᾖθος, que es la otra posible raíz del término, también significaba
"lugar acostumbrado", "morada", "refugio", "guarida", como por ejemplo, en Homero:
ἥθεα ίππων (Il. 6.511), en que se refiere al hábitat de los caballos, o en Heródoto,
quien se refiere a la morada de los leones (Hdt.7.125). Éste es el significado arcaico
del término ἦθος, que luego también se usaría para referirse a la morada o a la
habitación de los seres humanos, como en Heródoto, que lo usa como "lejos de su
lugar acostumbrado" (ἔλεγον ἐξ ἠθέων τὸν ἤλιον άνατεῖλαι) (Hdt. 2.142).

Una segunda etimología del término "ética" lo haría provenir de ἦθος (éthos) que
significa "carácter", y que Aristóteles, como dije, vincula con ἕθοσ hábito o costumbre.
La vinculación de estos dos términos es clara dentro de la ética aristotélica: el carácter
se forma a través del hábito o la costumbre. Por ejemplo, es a través de la repetición
de acciones virtuosas que éstas se vuelven un hábito y se forma el carácter virtuoso
(άρετῄ). Platón, en Las leyes, también afirma que "Toda disposición de carácter
procede de la costumbre" (πᾶν ἦθος διά ἔθος) (VII 792e). Esto muestra la vinculación
que tenían los dos términos.ἠθικόσ, entonces, significaría "mostrar carácter" y se
usaba para describir las disposiciones, valores, creencias o ideales peculiares a una
persona o a un grupo de personas. Sin embargo, ἦθος; también se usa en el sentido
de "costumbre", como cuando Heródoto habla de que los egipcios les enseñaron a los
etíopes sus costumbres (ἤθεα, Hdt. 2.30.5). Se refiere, entonces, a los usos, maneras
y costumbres.

Ahora, muy probablemente la palabra "ética" hubiera pasado con similares significados
al latín de no ser por Cicerón. Tal vez el problema de distinguir entre estos dos
términos se lo debamos a él, porque se propuso "enriquecer" el idioma latino
añadiendo la palabra "moral". Cicerón comienza su tratado Del destino afirmando "ya
que atañe a las costumbres, lo que los griegos llaman ἦθος, mientras que nosotros
solemos llamar a esa parte de la filosofía 'el estudio de las costumbres', pero conviene
llamarla 'moral' para que se enriquezca la lengua latina" (quia pertinet ad mores,
quos ἤθη Graeci vocant, nos eam partem philosophiae de moribus appellare solemus.
Sed decet augentem lin-guam Latinam nominare moralem) (Cic. Fat. 1, 1). Cicerón,
entonces, propone un neologismo, el término "moral", para llamar así a la disciplina
filosófica que estudia las costumbres y que los griegos llamaban "ética". No se trataba
de un mero capricho: la filosofía romana derivaba casi exclusivamente de la griega, y
los filósofos romanos no tenían a su disposición un vocabulario filosófico comparable
con el que había evolucionado en Grecia a lo largo de muchos siglos. Había que
traducir los términos griegos o acuñar nuevos. Cicerón optó por esta segunda opción y
fue seguido por Séneca, quien afirma en sus epístolas: "Muy numerosos y grandes
autores han dicho que hay tres partes de la filosofía, la moral, la natural, y la
racional" (Philosophiae tres partes esse dixerunt et maximi et plurimi auctores:
moralem, naturalem, rationalem) (Sen. Ep. 89, 9); Quintiliano también lo sigue cuando
afirma: "Esa parte de la filosofía moral es la ἠθικῄ" (pars illa philosophiae ἠθικῄ moralis
est dicta) (Quint. Inst. 12, 2, 10; cfr. 6, 2, 8). Aunque, a partir de lo que afirma
Quintiliano uno inferiría que la ética es sólo una parte de la filosofía moral y que éstas
no tendrían la misma extensión. En todo caso, Cicerón, Séneca y Quintiliano, entre
otros, optan por llamar "moral" aquello que los griegos llamaban "ética", pero en el
sentido de la disciplina filosófica que estudia las costumbres, que es un sentido que ya
se había establecido entre los griegos, como lo prueba el que Aristóteles hablara de
una "teoría ética" (An. Post. 89b9), y en otros pasajes se refiere a sus escritos como
"los tratados éticos", que son los que se refieren al estudio filosófico de las costumbres
y del carácter (los títulos de las Éticas, por cierto, no se los dio Aristóteles, sino
Andrónico de Rodas en el siglo I d.C.). En un primer sentido, entonces, "ética" y
"moral" vendrían a ser sinónimos, dado que ambas se refieren al estudio de las
costumbres.

Muy probablemente "moral", en el sentido de "ciencia de las costumbres", determinó lo


que posteriormente se llamarían "ciencias morales" -en oposición a las "ciencias
naturales"-, que no estudiaban exclusivamente lo que hoy entendemos por
"moralidad", sino las costumbres y la sociedad en un sentido más amplio (incluirían
mucho de lo que hoy entendemos por "ciencias sociales" y que incluyen la política, la
psicología, la historia y la economía, pero también mucho de lo que hoy día llamamos
"humanidades"). Este fue el uso que prevaleció durante muchos siglos y que llega
incluso a Adam Smith, para quien el estudio de la economía formaba parte de las
"ciencias morales".4 Sin embargo, prevaleció el nombre de "ética" para el estudio de lo
que hoy entendemos por "moralidad", a pesar de que se suele tomar como sinónimo
de "filosofía moral", que es un uso que, como vimos, ya encontramos en Cicerón y en
Séneca.

Ahora, la palabra "moral" proviene del latín mos, mōris, que es de etimología dudosa,


pero quizá provenga de la raíz ma-, medida, y que sería propiamente una regla de vida
que mide o guía; de ahí proviene "manera", en el sentido de "costumbre", "modo",
"uso" o "práctica". De esa raíz proviene el término mōrālis, que se refiere a los
modales. Pero también de ahí proviene el adverbio mōrālῐter, que quiere decir
"característicamente" o "de modo característico". Cicerón usa el tér mino en el sentido
de "uso", como cuando afirma que algo va "contra los usos civiles" (contra morem
consuetudinemque civilem) (Cic. Off. 1, 41, 148); también lo usa como "costumbre":
"es la costumbre de muchas de las mismas cosas que ellos no quieren sobresalir" (mos
est hominum, ut nolint eundem pluribus rebus excellere) (Brut. 21, 84). Sin embargo,
hay un uso en el mismo Cicerón que podría interpretarse como "carácter": "es de tan
temperadas y moderadas costumbres que la suma severidad se conjuga con la suma
humanidad"(est ita tempe-ratis moderatisque moribus, ut summa severitas summá
cum humani-tate jungatur) (Cic. Fam. 12, 27, 1). Encontramos un uso similar en
Juvenal, quien afirma "es como su padre en carácter" (morum quoque filius) (Juv. 14,
52). De modo que se podría entender que, al igual que sucedía con el griego, las
disposiciones de carácter estaban determinadas por la costumbre.

En resumen, etimológicamente, "ética" querría decir, conjuntando sus dos posibles


etimologías, "carácter", "morada" o "costumbre". Por otro lado, "moral" significaría
"costumbre", pero habría también un sentido en el que significaría "carácter". En otras
palabras, etimológicamente los dos términos no difieren mucho uno del otro, tienen
significados muy semejantes. No parece haber habido un sentido diferenciado de los
términos "ética" y "moral" en el mundo clásico (de hecho, los griegos poseían sólo el
término "ética"), ni es claro que cuando Cicerón introduce el término "moral" "para que
se enriquezca la lengua latina", haya pensado en usarlo con un significado
radicalmente diferente que el que tenía "ética", entendida como el estudio de las
costumbres. Finalmente, y más importante tal vez, el origen etimológico de una
palabra no tiene por qué fijar su significado: muchas palabras tienen actualmente
significados diferentes o incluso opuestos a los que tenían las palabras de las que
provienen etimológicamente, y eso no quiere decir que tendríamos que modificar el
significado actual para hacerlo coincidir con su origen.

III. "Ética" como filosofía

Hay algo relevante en el uso que da Cicerón a los términos "ética" y "moral": él
propone el segundo para aplicarlo a "esa parte de la filosofía [que se refiere a] 'el
estudio de las costumbres'", a la que los griegos se referían como "ética". Es decir,
entiende "moral" como sinónimo de "ética", o sea, de la disciplina filosófica encargada
del estudio de las costumbres (en un sentido amplio). Sin embargo, contra la intención
de Cicerón, prevaleció el término griego "ética" para referirse a la disciplina filosófica,
mientras que el término "moral" tiene que añadirse a la palabra "filosofía", es decir,
"filosofía moral", para que tenga el mismo sentido que hoy en día entendemos como
sinónimo de "ética", la disciplina filosófica. Tal vez de esta prevalencia derivó una
distinción entre nuestros dos términos: mientras que "ética" suele referirse a la
disciplina filosófica que estudia las costumbres, "moral" pasó a referirse al objeto de
estudio de la ética, más que al estudio mismo, es decir, pasó a usarse más con
respecto a las costumbres y a las reglas y valores que las rigen.5 Sin embargo, cuando
los filósofos u otros, de manera cotidiana, trazan la distinción entre ética y moral, no
siempre están pensando en la primera como en una disciplina filosófica. Cuando se
dice, por ejemplo, que A actuó de X manera "por razones éticas y morales", o que si la
ética y la moral entran en conflicto, la primera debe prevalecer sobre la segunda, no
tiene mucho sentido afirmar que A tenía, independientemente de sus razones morales,
razones filosóficas adicionales, y mucho menos decir que una disciplina filosófica, o
consideraciones basadas en ella, deben tener prioridad sobre nuestras prácticas
morales, a menos que se esté pensando en que nuestras acciones basadas en la
reflexión filosófica de algún modo nos llevarán a comportarnos del mejor modo posible
y éstas siempre serán superiores a nuestras prácticas morales preteóricas. Pero esto
es cuestionable por varias razones.

En primer lugar, porque, si le hacemos caso a Bernard Williams, las teorías filosóficas
tienen un mal entendimiento de nuestras vidas éticas. Por eso, afirma, "estaríamos
mejor sin ellas":

Muchos errores filosóficos se tejen en la moral. Entiende mal las obli gaciones, al no
ver que forman sólo un tipo de consideración ética. En tiende mal la necesidad
práctica, al pensar que es peculiar de la ética. Entiende mal la necesidad práctica ética,
al pensar que es peculiar de las obligaciones. Más allá de todo esto, la moral hace que
la gente piense que, sin su muy especial obligación, sólo hay inclinación; sin su
absoluta voluntariedad, sólo existe la fuerza; sin su justicia en última instancia pura,
no hay justicia. Sus errores filosóficos son sólo las expresiones más abstractas de una
mala concepción de la vida profundamente arraigada y todavía poderosa (Williams, 1985, p.
196).

Las teorías filosóficas de la moralidad, para Williams, sobredimensionan el lugar que


tienen las obligaciones dentro de nuestras vidas morales: están centradas en ese
concepto y piensan que otros conceptos morales son secundarios o simplemente no los
consideran; piensan que no hay más necesidad práctica que la que deriva de las
obligaciones; piensan además que las obligaciones morales no pueden entrar en
conflicto unas con otras, de modo que estas teorías terminan negando que existan
genuinos dilemas morales, es decir, que haya conflictos de valores reales. Teorías que
llegan a este tipo de conclusiones no pueden realmente dar cuenta de nuestras vidas
morales, diría Williams, por eso es que no podríamos decir que la conducta que se
basa en estas teorías va a tener mayor valor que, o debería imponerse a, nuestra
conducta preteórica que no se basa en teorías filosóficas. De hecho, afirma,
deberíamos rechazar esas teorías.6

Curiosamente, Williams llama a la imagen que nos proponen las teorías filosóficas "el
sistema de la moralidad" o en ocasiones, simplemente la "moralidad", y nos invita a
rechazarla en nombre de la "ética". Sin embargo, para Williams, "moralidad" es
equivalente a teoría ética (entiéndase teoría ética normativa, centrada en los
conceptos de obligación, deber, lo correcto, lo bueno, etc.). Su rechazo de la moralidad
debe entenderse, entonces, como un rechazo de las teorías fi losóficas y una
afirmación de una postura antiteórica. Dicho rechazo se basa en los errores que
conllevan las teorías filosóficas. La ética, en cambio, no es la creación de los filósofos,
sino producto de la decisión del individuo de adoptar ciertos principios o modos de
vida.7
Tal vez como parte de la misma razón, supuestamente las teorías filosóficas tratan de
garantizar formas de comportamiento superiores a las de nuestra moral preteórica
(también podríamos llamarla nuestra moral de sentido común o cotidiana); pero en
ocasiones chocan con nuestra moral de sentido común de un modo que resulta
inaceptable para ésta última, y no es claro que las teorías filosóficas deban prevalecer
siempre sobre la moralidad cotidiana e incluso puede haber razones para cuestionarlas
o rechazarlas en esos aspectos (las teorías filosóficas, por ejemplo, con frecuencia
adoptan un principio de imparcialidad que suele ignorar el peso de las relaciones
personales, como la amistad o el parentesco, cosa que nos resulta chocante desde el
punto de vista de la moral cotidiana, en la que no estamos dispuestos a darle el mismo
peso moral a un hijo que a un completo desconocido con tal de ser imparciales). 8

En segundo lugar, es cierto que la filosofía moral puede darnos herramientas que nos
ayuden a guiar nuestras acciones, pero esto tampoco garantiza que el filósofo, en
tanto filósofo, siempre nos ofrezca soluciones mejores y definitivas a los problemas
morales prácticos. Como nos advierte Mark Platts, para que tal idea sea mínimamente
verosímil, habría que suponer: "(i) que la moralidad es una manifestación sólo de la
racionalidad, es decir, que la racionalidad es una condición necesaria y suficiente para
la moralidad correcta; y (ii) que, para cualquiera que desee aumentar su racionalidad,
la mejor forma de hacerlo es mediante el estudio filosófico" (Platts, 1999, p. 147). Habría
muchas razones para cuestionar ambas ideas, porque, por un lado, la moralidad es
una manifestación de muchas otras cosas además de la racionalidad (emociones,
costumbres, prejuicios, etc.), que también nos llevan a tomar decisiones morales y, en
ocasiones, a tomar mejores decisiones que las que tomaríamos si decidiéramos de un
modo completamente racional. En otras palabras, la moralidad no se reduce a la
racionalidad. Por otro lado, cualquiera que estudie filosofía debería saber que ésta no
es garantía de aumento de racionalidad. A fin de cuentas, como bien dice Platts, la
idea de que el filósofo, en tanto filósofo, nos va a dar soluciones definitivas a nuestros
problemas morales prácticos es una idea que debemos descartar. En todo caso, si el
filósofo nos puede ayudar en la resolución de problemas morales prácticos es más
probable que lo haga a través de la utilización del entrenamiento que tiene en el
desarrollo de capacidades de análisis (por ejemplo, de análisis conceptual y
argumental) y de crítica. Es decir, la filosofía nos puede ayudar, pero no es garantía de
moralidad correcta. En esto, según creo, coincidiría Aristóteles, porque si bien para él
hay un estudio sobre los asuntos humanos, piensa que ese estudio es distinto de la
capacidad de deliberar sobre los asuntos prácticos, que es en lo que consiste
la phrónesis.

En tercer lugar, hay razones empíricas para cuestionar que la filosofía moral
garantizaría de algún modo un comportamiento superior a nuestra conducta moral
preteórica. En una serie de artículos recientes, Eric Schwitzgebel ha argumentado que
los filósofos morales profesionales no son gente moralmente mejor que los no
filósofos, cometen actos moralmente reprobables tanto o más que el resto de la
gente.9

Así, aunque la gente haga la distinción entre razones éticas y morales, no es claro que
esté pensando en que las primeras sean las razones que nos da una disciplina
filosófica, mientras que las segundas provengan, digamos, de las costumbres
establecidas preteóricas. Creo que se refieren a otra cosa -como espero que quede
claro a continuación-, y que no están pensando que las razones éticas son las que nos
da la filosofía moral. Dejemos de lado, entonces, la acepción de "ética" como disciplina
filosófica.
IV. El uso basado en la tradición filosófica: Strawson y Hegel

He mencionado antes que se suele tomar la distinción entre "ética" y "moral" como
equivalente a una distinción entre un orden moral interior (el de los ideales
individuales de vida) y un orden moral exterior (una norma impuesta socialmente),
respectivamente. Muchos filósofos han procedido de este modo, pero en realidad no
hay una tradición filosófica que nos imponga una definición particular sobre otras.
Quiero analizar aquí un par de ejemplos: el primero de ellos suscribe una distinción
como la que he mencionado, el otro, una radicalmente opuesta.

P. F. Strawson, en su clásico artículo "Moralidad social e ideal individual", distingue


entre "moral", que es la esfera de observancia de reglas que posibilitan la existencia de
una sociedad, y "ética", que se refiere a la esfera de los ideales individuales de vida. La
región de lo ético

es la región en donde hay verdades sin que haya verdad; o, en otras palabras, que la
exigencia de ver la vida como algo estable y como un todo es absurda pues ninguna de
ambas cosas puede hacerse. [...] La región de lo ético, entonces, es una región de
diversas imágenes o cuadros ideales de una vida humana, o de la vida humana,
imágenes ciertamente incompatibles entre sí y puede que recíprocamente
contrapuestas en la práctica.

La esfera de la moral, en cambio,

es la esfera de la observancia de las reglas de modo tal que la existencia de algún


conjunto semejante de reglas es una condición de la existencia de una sociedad. Esta
es una interpretación mínima de la moralidad. Representa lo que podría denominarse
literalmente un tipo de conveniencia pública: de primera importancia en tanto que
condición de todo lo que importa, pero sólo como condición de ello, no como algo que
importe por sí mismo (Strawson, 1995, pp. 72-74).

Para Strawson, la región de lo ético es la región donde conviven diversos ideales


individuales de vida que suelen ser incompatibles entre sí; es la región donde conviven
las distintas perspectivas que los individuos tienen de la vida, sus distintas "verdades",
sin que haya una sola verdad única y válida para todos. La región de lo moral, por el
contrario, es el marco básico, constituido por reglas, que posibilita una vida social
cooperativa y mutuamente benéfica, y que posibilita a su vez los ideales individuales
de vida. La moral es la condición de posibilidad de cualquier sociedad. La moral nos da
las reglas sobre las que basamos nuestras acciones y que sustentan las demandas
socialmente sancionadas que una persona puede dirigir con autoridad a otra; es un
sistema de exigencias recíprocas reconocidas "que nos hacemos unos a otros como
miembros de comunidades humanas, o como términos de relaciones humanas, muchas
de las cuales apenas si podrían existir o tener el carácter que tienen a no ser por la
existencia de tales sistemas de exigencia recíproca" (Strawson,1995, p. 90). Strawson
acepta que, dentro de una sola sociedad, puede haber una variedad indefinida de
sociedades con reglas morales específicas a ellas (como pueden ser las asociaciones
profesionales o algunos clubes, entre otros), todas con el carácter de moralidades
sociales.

En su muy rico ensayo, Strawson aborda otras cuestiones, como las variadas
relaciones que puede haber entre estos dos ámbitos o el interés que puede tener el
individuo en la moralidad, entre otras. Sin embargo, simplemente quiero rescatar la
contraposición que hace entre dos esferas de la vida humana, la ética y la moral, para
subrayar el vínculo que hace, por un lado, entre la primera y los ideales individuales de
vida (aunque no necesariamente aquí con algún ideal de conciencia autónoma y
auténtica), y entre la moralidad y las reglas que posibilitan la vida social, por el otro.

Me interesa aquí contrastar el modo en que Strawson usa los términos con uno
opuesto. Es perfectamente posible que se estipule el uso de los términos en un sentido
contrario: que lo ético refiera a lo co lectivo, mientras que lo moral remita al plano
individual. Así procede Hegel, quien hace la distinción utilizando los términos
alemanes Sitt-lichkeit y Moralitat. Sittlichkeit se ha traducido de diversos modos, como
"eticidad", "vida ética", "mundo ético", "ética objetiva" o "ética concreta" y proviene
de Sitten, "costumbre". Sitte no es nunca una costumbre individual y deliberadamente
escogida, como cuando decimos que una determinada práctica "es mi costumbre".
Hegel lo utiliza para referirse al aspecto propiamente comunitario en el que descansan
las costumbres, y que está regido por normas y prácticas sociales, pero que al mismo
tiempo posibilita la moralidad individual -coincidiendo en esto con Strawson-. Por otro
lado, "moralidad" se refiere al ámbito de la conciencia y la acción individual
("moralidad individual", "moralidad de la conciencia"). 10 Como sucede en ocasiones con
Hegel, los pasajes relevantes son relativamente oscuros y por eso tal vez sea mejor
recurrir al resumen que hace Charles Taylor de la concepción hegeliana de estos dos
términos:

La Sittlichkeit se refiere a las obligaciones morales que yo tengo hacia una comunidad
viva de la que formo parte. Estas obligaciones se basan en normas y usos establecidos,
y por ello la raíz etimológica de Sitten es importante para el empleo que le da Hegel.
La característica decisiva de la Sittlichkeit es que nos ordena producir lo que ya es.
Esta es una manera paradójica de plantearlo, pero en realidad la vida común que es la
base de mi obligación sittlich ya está en existencia. Y en virtud de que es un asunto
vivo tengo estas obligaciones; y mi cumplimiento de estas obligaciones es lo que la
sostiene y la mantiene viva. Por tanto, en la Sittlichkeit no hay brecha entre lo que
debe ser y lo que es, entre Sollen y Sein. De Moralitӓt puede decirse lo contrario.
Tenemos aquí una obligación de realizar algo que no existe. Lo que debe ser contrasta
con lo que es. Y conectada con esto, la obligación me es impuesta, no en virtud de ser
parte de una más grande vida comunitaria, sino como voluntad racional individual. 11

La Moralitӓt, para Hegel, se identifica con la obligación moral como la entendía Kant, es


decir, como aquella que se impone el individuo a sí mismo (como parte de una
comunidad de individuos racionales). Para Hegel, la moralidad kantiana es una ética
del individuo desprovista de todo contenido; ese contenido sólo se encuentra en
una Sittlichkeit, es decir, en las costumbres vivas de la comunidad de la que el
individuo forma parte.

Si en otras estipulaciones es la ética (entendida en un sentido de autodeterminación


individual), la que debe prevalecer sobre la moralidad (entendida como el conjunto de
obligaciones que nos impone la sociedad), en Hegel, los sentidos se invierten: es la
eticidad (entendida como el mundo comunitario con obligaciones que se basan en
costumbres establecidas) la que prevalece sobre la moralidad (entendida como moral
interior e individual). La moralidad individual sólo alcanza su plena realización en el
mundo comunitario de la Sittlichkeit; la vida colectiva de la polis es donde se
encuentra el significado y la esencia de la vida individual. Curiosamente, tanto Hegel
como otros contemporáneos suyos (como Schiller y Herder) veían en la polis griega la
mani festación más clara de una unidad armónica que le daba sentido a las vidas
individuales, y sin la cual éstas carecían de sentido.12

Al contraponer las concepciones de Strawson y de Hegel, he querido simplemente


poner de manifiesto cómo se pueden estipular usos diferentes de los términos "ética" y
"moral". Ahora, no me parece que Strawson, al hacer la distinción, tenga en mente
que una de las dos esferas tenga, o deba tener, prioridad sobre la otra en caso de
conflicto. Esto no es así en el caso de Hegel. Aunque moralidad y eticidad son dos
momentos de expresión del espíritu, Hegel pensaba que la sociedad, vista como la
encarnación de categorías del espíritu que evolucionan, debería tener primacía en la
evaluación del significado de los asuntos humanos. Esto le valió a Hegel la crítica de
Kierkegaard, quien pensaba que en la filosofía hegeliana el papel del individuo quedaba
disminuido y era reducido al de simplemente darle una expresión particular a la
eticidad de su época o de su sociedad. Frente a esta postura, Kierkegaard (así como la
filosofía existencialista posterior) va a reafirmar el valor del individuo para la moral y
va a contraponerlo a los dictados morales de la sociedad. Por eso es que Kierkegaard
condena a Hegel en estos términos:

La ética ha sido desplazada del Sistema [hegeliano], y como sustituto de ella, se ha


incluido algo que confunde lo histórico con lo individual, las demandas desconcertantes
y ruidosas de la época con la eterna demanda que la conciencia hace sobre el
individuo. La ética se concentra en el individuo, y eternamente es la tarea de cada
individuo convertirse en un hombre entero.13

Creo que es en esta postura individualista del existencialismo donde hallamos la fuente
de una de las distinciones entre "ética" y "moral" que encontramos actualmente, y que
es muy comúnmente aceptada, según la cual "ética" sería equivalente a un ideal
individual de vida autogobernada, donde el individuo actúa según los dictados de su
propia conciencia y su meta es convertirse en un ser "auténtico", es la autorrealización
personal, mientras que "moral" haría referencia al sistema de normas impuestas por la
sociedad, pero que podría conducir a una postura, digámoslo así, de avasallamiento
hegeliano del individuo.

V. La vida ética como autonomía y autenticidad

Quiero centrarme ahora justamente en la distinción entre "ética" y "moral" en términos


que identifican al primero con el ideal individual de vida autogobernada, mientras que
al segundo, con la observancia de un sistema de normas socialmente
impuestas.14 Como he observado antes, ésta es una distinción que no encontramos en
el mundo antiguo y que puede resultar en una lectura anacrónica de ciertas actitudes
de personajes de ese periodo. Con estos significados, se trata de una distinción
propiamente moderna, en la que la figura del individuo tiene cada vez mayor peso
sobre la figura de la comunidad -más precisamente, fuera de Hegel, no creo que
encontremos en la historia de la filosofía moderna o contemporánea filósofos que
hagan la distinción entre "ética" y "moral", sino hasta bien entrado el siglo XX-. Los
filósofos que quiero examinar a continuación no hacen la distinción, pero son quienes
de algún modo dan pie a una manera de distinguir entre nuestros dos términos.

Habría por lo menos dos modos de entender la idea según la cual el comportamiento
ético, a diferencia del moral, es producto de la conciencia individual independiente de
los mandatos impuestos por la sociedad: la primera lectura pondría énfasis en el
concepto de autonomía, la segunda, en el de autenticidad. Ambos son conceptos con
connotaciones claramente individualistas. Aunque estos dos conceptos pueden, de
algún modo, estar relacionados, son conceptos diferentes y tienen cargas teóricas muy
distintas.

La idea de autonomía personal está basada en el supuesto de que el individuo tiene la


capacidad de vivir su propia vida según las razones y los motivos que toma como
propios y que no son producto de fuerzas externas fuera de su control. "En particular-
afirma Steven Lukes-, un individuo es autónomo (en el plano social) en la medida en
que, enfrentado a determinadas presiones y normas, las someta a una evaluación
consciente y crítica, formándose intenciones y alcanzando decisiones prácticas, como
resultado de su reflexión independiente y racional" (Lukes, 1975, p. 69). La autonomía
individual así entendida comprende la autonomía moral, es decir, la capacidad que
tenemos de darnos a nosotros mismos los valores y principios con los que decidimos
guiar nuestras vidas morales. Se es autónomo cuando, enfrentado a determinadas
presiones y normas morales, el individuo las somete a evaluación crítica y forma sus
propias decisiones prácticas, como resultado de un ejercicio deliberativo. Por el
contrario, un agente deja de ser autónomo cuando ya no es él mismo quien decide
cómo dirigir su vida, sino que son agentes o causas fuera de su control las que la
guían, cuando son, por ejemplo, simplemente los mandatos de la sociedad o la moral
imperante. Según la distinción que he analizado antes, la con ducta ética sería
sinónimo de conducta autónoma.15

El concepto de ética como autonomía ha sido utilizado por muchos para manifestar una
creciente preocupación de que los seres humanos se conviertan en "borregos
laboriosos" o en siervos de una moral dominante a la que deben obedecer sumisa y
acríticamente, y por eso, según John Stuart Mill, "en estos tiempos, una simple actitud
inconformista, o una mera negativa a doblegarse ante la costumbre es, en sí misma,
útil".16 Esta actitud de autonomía frente a la esfera de lo social -y que muchos querrán
llamar "ética"-, ha sido enarbolada por liberales, anarquistas, neomarxistas o incluso
nietzscheanos para rechazar diversas formas de uniformización, enajenamiento,
represión, deshumanización, unidimensionalización o manipulación prevalecientes en
las modernas sociedades industriales o postindustriales contemporáneas y que muchas
veces se identifican con las reglas que nos impone la moralidad social. Sin embargo,
según argumentaré un poco más adelante, si lo que se busca es contraponer estas dos
esferas (la ética y la moral) para luego dar prioridad a una sobre la otra (en este caso,
la ética sobre la moral, la individual sobre la colectiva), entonces el mero concepto de
autonomía no nos da las bases suficientes para justificar esa prioridad.

Más que con el concepto de autonomía, es posible que el concepto de acción ética,
bajo la estipulación que estamos analizando, tenga una mayor vinculación con el
concepto de autenticidad, tal como lo encontramos en las filosofías existencialistas (de
Kierkegaard, Heidegger y Sartre, principalmente, aunque cabe recalcar que ninguno de
ellos distingue explícitamente entre ética y moral).17 Si bien el concepto de
autenticidad está relacionado con las ideas de autonomía, sinceridad y
autorrealización, es distinto de ellas.18 La autenticidad puede explicarse de algún modo
como ser fiel a uno mismo, así como aquello que es más particular y único de cada ser
humano. Heidegger usa el término eigentlich, en el que eigen significa "propio" o
"peculiar" (por eso tal vez podría traducirse mejor como "propiedad"
y uneigenlich como "impropiedad", pero le debemos a Sartre la popularización del
término "autenticidad" para describir el mismo fenómeno). Lo que es auténtico es lo
que es más propio o peculiar a mí, lo que tiene que ver con la estructura a partir de la
primera persona que tiene la existencia; tiene que ver con lo que distingue la relación
del yo consigo mismo de la relación con los otros. Nos dice Taylor Carman sobre el
concepto de autenticidad en Heidegger:

Heidegger insiste en que toda la conducta humana participa de normas y prácticas


sociales anónimas, que él designa con el pronombre impersonal nominalizado, "el Uno"
(das Man), como en "uno no hace tales cosas". Incluso la existencia más auténtica por
lo tanto presupone algún trasfondo social normativo, mientras que lo que caracteriza
los modos indiferenciados e inauténticos es su rutina y su conformidad desensibilizada
al entendimiento promedio que prevalece en la sociedad.19

Heidegger hace una distinción entre modos auténticos e inauténticos (o propios e


impropios) de ser. Grosso modo, el modo inauténtico tiene que ver con aceptar el rol
que uno tiene en la sociedad, estar completamente integrado y conforme con las
prácticas sociales anónimas. Apelar a las normas morales institucionalizadas o
socialmente aceptadas conlleva el riesgo de ser víctimas de la inautenticidad -o de eso
que Sartre llamaría "mala fe"-. Cuando se vive en la inautenticidad o en la
impropiedad, la responsabilidad le es enajenada al individuo y el das Man lo dota de
las garantías existenciales para que no pueda apropiarse de sí mismo. Estar contento
con esto es vivir de modo inauténtico o impropio. La existencia auténtica o propia, por
otro lado, consiste en buscar la realización de las propias posibilidades como un
individuo solo y como si uno estuviera aislado y en independencia. También es tomar
plena responsabilidad para cualquier cosa que se hace. Consiste en tomar mis
compromisos personales como irreductiblemente propios, a pesar de que puedan
entrar en conflicto, o ser irreconciliables, con las normas morales socialmente
aceptadas que se aplican a todos, yo incluido.

Heidegger sostiene que usa el término eigenlich en un sentido descriptivo -como una


descripción fenomenológica-, sin embargo, hay un sentido claramente evaluativo en
que lo usa, que se revela desde la misma elección de los términos -y ese carácter
evaluativo de la distinción es algo que Sartre vio muy claramente-. Ser eigenlich es
manifiestamente algo bueno y deseable. Bajo este sentido podríamos decir que las
decisiones libres y resueltas de individuos auténticos constituyen la autoridad moral
más alta, no las normas morales impuestas por la colectividad. Así, Heidegger es fiel al
espíritu individualista del existencialismo.20 El sentido evaluativo del concepto de
autenticidad (authenticité) es todavía más claro en Sartre, para quien uno de los
objetivos de la filosofía existencialista es precisamente ayudar al ser humano a
alcanzar la autenticidad: "el primer paso del existencialismo es poner a todo hombre
en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su
existencia" (Sartre, 1982, p. 17), es decir, es ayudarlo (aunque suene redundante) a apropiarse
de lo que le es propio, ayudarlo a ser auténtico. En El ser y la nada, al exponer el
concepto heideggeriano de autenticidad, afirma: "la autenticidad y la individualidad
han de ganarse",21 e implica que el existencialismo es el medio para ayudar al ser
humano a ganarlas y a evitar la mala fe. El proyecto existencialista es que uno llegue a
convertirse en un individuo.

Aunque ni Kierkegaard ni Heidegger ni Sartre hacen una distinción entre los términos
"ética" y "moral" -los usan, me parece, de manera indistinta-, lo que está en el
trasfondo de la distinción que comúnmente se acepta entre "ética" y "moral" son
conceptos como autenticidad o autonomía, con sus connotaciones individualistas, en
que se contrapone la postura individual frente a un sistema de normas socialmente
establecidas.
Sin embargo, el problema principal con los conceptos de autonomía individual (de
nuevo, no en su sentido kantiano) y de autenticidad o propiedad es que, si lo que se
busca es contraponer la esfera de la autonomía/autenticidad individual con la de
conformidad con las normas morales que la sociedad nos impone, para luego darle
prioridad a la primera sobre la segunda, no hay nada en los meros conceptos de
autonomía o de autenticidad que justifique esa prioridad. Ambos conceptos pueden
tener gran valor, pero no hay nada en ellos, por sí solos, que justifique su prioridad
sobre la conformidad con las normas socialmente establecidas. Por más valiosa que
sea una actitud inconformista y crítica (o incluso rebelde), la actitud de alguien que
decide por sí mismo cómo vivir su propia vida y a qué normas atenerse, no garantiza
que estas normas, por más auténticas o propias que sean, sean moral o éticamente
correctas o superiores a la obediencia a las normas socialmente aceptadas. Alguien
podría, por ejemplo, tomar una distancia crítica frente a la "moral del rebaño" y luego
adoptar, a través de un proceso reflexivo y de autonomía individual, valores, digamos,
como el egoísmo, la indiferencia ante el sufrimiento ajeno, el trato inequitativo y
parcial, etc. Asimismo, alguien podría abrazar los ideales, por ejemplo, del neonazismo
y del antisemitismo como una manifestación de una existencia auténtica y propia.
¿Tendrían estos mayor valor simplemente por haber arribado a ellos de un modo
autónomo o au téntico? El problema radica en que, despojadas de una teoría
normativa (como la que muchas de estas teorías nos invitan a rechazar), o de un
cierto sistema de valores previamente aceptados, que provea la justificación de por
qué ciertos valores son superiores a otros, la autonomía o la autenticidad, por sí
mismas, no tienen mayor valor moral que la conformidad a un sistema establecido de
normas morales. Del mismo modo, la distinción entre la ética y la moral, por sí misma
-es decir, si no cuenta con sustento normativo independiente-, no tiene modo de
justificar el mayor peso relativo de una esfera sobre la otra. Si esto es así, se pierde
buena parte del sentido de la estipulación de estos términos, que es mostrar la mayor
importancia de una esfera sobre la otra. Entonces no es claro por qué deberíamos
distinguir entre "ética" y "moral" en el sentido que hemos venido discutiendo, y luego
afirmar que hay que ser éticos aunque seamos inmorales.

Sin embargo, Simone de Beauvoir enfrentó una objeción como la que ahora hago
sobre el neonazi "auténtico" diciendo que la exigencia de la libertad individual es que
ésta trate de prolongarse a través de la libertad de los otros, en lo que ella llamaba un
"porvenir abierto". Según esto, mi libertad aumenta cuando trato de expandir la
libertad de los otros.22 El neonazi no cumpliría con esta condición, de modo que no
podría existir la figura de un neonazi "auténtico" -esto elabora el punto de vista de
Sartre de que, al escoger, uno escoja la libertad de los otros y trate de maximizar su
libertad, porque con ello se aumenta la propia libertad-. Sería inauténtico dejar que los
otros vivan en opresión o que vivan existencias inauténticas. Esta sería una respuesta
a la cuestión de que uno podría adoptar cualquier actitud individual simplemente
cuando fuera adoptada de modo auténtico. También nos explicaría por qué la actitud
individual de autenticidad tendría primacía sobre el plano de la moralidad social con
sus normas y obligaciones. No obstante, esto dota a la teoría existencialista de un
contenido normativo del que parece carecer a primera vista -tal vez mucho más
contenido del que los propios existencialistas estarían dispuestos a aceptar, con su
rechazo a la idea de que la filosofía moral provea recetas-. Sin embargo, ese contenido
normativo viene en la forma de universalización: todo agente racional debe buscar su
propia libertad y autenticidad, pero el criterio de corrección moral que guíe sus
acciones es que, al buscar su propia autenticidad, escoja aquel curso de acción que
maximice la libertad y la autenticidad de los otros. Pero esto, como mucho se ha
señalado, suena sospechosamente kantiano porque, por un lado, parece proveer a la
moral de un principio universal de acción y, por otro, enen conflicto con la idea según
la cual el individuo, de un modo completamente libre, determina su curso de acción de
modo independiente a las normas morales de la comunidad -así sea una comunidad
ideal de individuos autónomos o auténticos-.

Creo entonces que la distinción individuo/sociedad (ética/moralisi no viene


acompañada de una justificación normativa más amplia no tiene modo de explicarnos
por qué una de las esferas debe tener un mayor peso relativo a la otra, con lo cual se
pierde el sentido que muchos quieren darle a la distinción. Por otro lado, si se le dota
de mayor contenido normativo, entonces la esfera de la acción ética parece colapsar
en la de las normas morales sociales o en la de una ética nor mativa. Esto es lo que he
tratado de argumentar a partir de los conceptos de autenticidad y autonomía, en
particular a partir del ejemplo del existencialismo, que tradicionalmente tendió a
privilegiar el punto de vista del individuo frente al de la moralidad socialmente
establecida, cuyos mandatos podían conducirnos a la mala fe.

En conclusión, he tratado de argumentar que ni la etimología ni alguna tradición


filosófica nos imponen una determinada manera de entender los términos "ética" y
"moral". Se trata de una distinción estipulativa que ha cambiado según la han usado
los filósofos (mayormente los filósofos contemporáneos). Asimismo, he argumentado
que usualmente se ha visto la distinción entre estos términos de modo paralelo a la
distinción entre individuo y sociedad. No obstante, por un lado, si contamos con estos
últimos términos, así como con términos como "autonomía", "autenticidad", etc., ¿por
qué utilizar entonces los términos "ética" y "moral" que tienen otras connotaciones y
que resultan ambiguos cuando queremos referirnos a la distinción entre individuo y
sociedad? Hacerlo simplemente duplica una distinción ya existente e introduce
ambigüedad. Por otro lado, a menos que estos términos vayan acompañados de una
teoría normativa o de una justificación más amplia, por sí mismos no pueden justificar
que la conducta ética sea superior a la moral o viceversa, y que debamos
comportarnos o vivir nuestra vida de un modo llamado "ético" y no de otro llamado
"moral". Si esto es así, entonces no es claro por qué se insiste en estipular un
determinado uso para cada uno de estos términos, pretendiendo que algo importante
depende de la estipulación. Fuera del ámbito de la teoría que haga la distinción, nada
importante depende de una estipulación terminológica como ésta... ni ética ni
moralmente hablando.

* Presenté versiones anteriores de este texto en un coloquio de la Universidad


Autónoma Metropolitana y en un seminario de metaética en la Universidad Nacional
Autónoma de México, donde me beneficié de los comentarios de los participantes.
Quiero agradecer especialmente a Leticia Flores Farfán, Elizabeth Mares, José Molina y
Paulina Rivero Weber por su lectura del ensayo, así como por sus sugerencias y
comentarios. Agradezco a la Dirección General de Asuntos del Personal Académico de
la UNAM por el financiamiento que me dio para la realización de este proyecto.

etica aplicada en el desarrollo endogeno


viernes, 9 de octubre de 2009
Etica aplicada en el desarrollo endógeno

Etica:

La Ética se finca en la razón, y depende de la filosofía. tiene como única autoridad al juicio racional,
de cada uno de nosotros. la etica es la base de la existencia.

Es aquella ciencia, ya que estudia las cosas por sus causas, de lo universal y necesario, que se
dedica al estudio de los actos humanos. Pero aquellos que se realizan tanto por la voluntad y
libertad absoluta, de la persona. Todo acto humano que no se realice por medio de la voluntad de
la persona y que esté ausente de libertad, no ingresan en el estudio o campo de la ética.

Desarrollo Endogeno:

Es un modelo de desarrollo que busca potenciar las capacidades internas de una nación, región o
comunidad local; de modo que puedan ser utilizadas para fortalecer la sociedad y su economía de
adentro hacia afuera. De esta forma este modelo procura confluir todas las capacidades, usos y
costumbres de un grupo humano y ponerlos al servicio de la instalación de una sociedad nacional o
comunitaria que sea sustentable y sostenible en el tiempo.
También es importante señalar que en el Desarrollo Endógeno el aspecto económico es importante,
pero no lo es más que el Desarrollo Integral del colectivo y del individuo: en el ámbito moral,
cultural, social, político, y tecnológico.

Desarrollo Sustentable:

Es aquel desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer
las posibilidades de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades" considera,
por tanto, que es fundamental la interrelación entre factores sociales, económicos y ambientales
para mejorar la calidad de vida humana, y además prevé que esto debe ser cierto tanto para las
presentes como para las futuras generaciones.
Esquema de los tres pilares del desarrollo sostenible.

El término desarrollo sostenible, perdurable o sustentable se aplica al desarrollo socio-económico y


fue formalizado por primera vez en el documento conocido como Informe Brundtland (1987), fruto
de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas, creada
en Asamblea de las Naciones Unidas en 1983. Dicha definición se asumiría en el Principio 3.º de la
Declaración de Río (1992):
Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las
del futuro para atender sus propias necesidades.

Segun Informe de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Comisión


Brundtland): Nuestro Futuro Común,el ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse
conceptualmente en tres partes: ambiental, económica y social. Se considera el aspecto social por
la relación entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica. El triple
resultado es un conjunto de indicadores de desempeño de una organización en las tres áreas.

Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo,
pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas
las ecológicas. Asimismo, el desarrollo y el bienestar social, están limitados por el nivel tecnológico,
los recursos del medio ambiente y la capacidad del medio ambiente para absorber los efectos de la
actividad humana.Ante esta situación, se plantea la posibilidad de mejorar la tecnología y la
organización social de forma que el medio ambiente pueda recuperarse al mismo ritmo que es
afectado por la actividad hmana.

Ahora bien, ya dedifinidos los conceptos anteriores, podemos decir que el desarrollo endogeno se
da especial importancia a los recursos productivos como el trabajo, la tierra, los recursos naturales
y la tecnología; partiendo de las potencialidades propias se postula que cada región puede y debe
buscar nuevas maneras de inserción en un contexto nacional difícil pero no impenetrable. El
modelo endógeno busca la implementación de una estrategia autóctona de desarrollo que impulse
una economía solidaria orientada a las necesidades del colectivo y a los mercados nacionales, por
ende, que impulse la defensa y valorización del capital natural, cultural y patrimonial; la defensa del
capital social y democrático; es decir, la importancia del fortalecimiento de las instituciones
públicas, el fomento de la participación ciudadana en el espacio municipal, regional y nacional, la
defensa del capital humano mediante la mejora del acceso a la educación, a la nutrición y a la
salud. Por ello, el capital económico debe generarse desde dentro en función a las necesidades
internas de empleo y crecimiento, programas territoriales que atiendan a ventajas comparativas,
servicios de apoyo a la producción, acceso a los mercados de los pequeños y medianos
productores, fomento a la innovación productiva de calidad, a la gestión eficaz y acceso al crédito,
mientras que eldesarrollo sostenible abarca un conjunto de relaciones entre sistemas (naturales y
sociales), dinámica de procesos (energía, materia e información) y escalas de valores (ideas, ética),
este ultimo punto es el que queremos tocar, pues es de suma importancia ya que juega un papel
fundamental en dicho desarrollo debido a que este fomenta el Desarrollo Integral del colectivo y del
individuo: en el ámbito moral, cultural, social, político, y tecnológico.con esto no queremos decir
que el aspecto economico que abarca el desarrollo endogeno no es importante, sino que pensamos
que lo es mucho mas importante la parte etica y moral pues el desarrollo endógeno en primer lugar
es una alternativa ante el modo de vida integral implantado en la mayor parte del mundo basado
en el dominio del mercado mundial representado en las grandes transnacionales petroleras
tecnológicas y alimenticias, es una opción ecológica ante este modo de vida aniquilador y
depravante donde se puedan integrar todos los elementos de una sociedad en torno a si misma.

A través del desarrollo endógeno se le otorga poder a las comunidades organizadas para que
desarrollen sus potenciales agrícolas, industriales y turísticos de sus regiones; se reintegran todas
aquellas personas que fueron excluidas del sistema educativo, económico y social por los gobiernos
precedentes; se construyen redes productivas donde los ciudadanos participen activamente en
igualdad de condiciones y disfruten un fácil acceso a la tecnología y el conocimiento; se le ofrece a
las comunidades la infraestructura del Estado que había sido abandonada tales como los campos
industriales, maquinarias, tierras inactivas, con el objeto de generar bienes y servicios para la
nación.

El desarrollo endógeno se basa en el cambio del sistema productivo del país, para que cada región
sea capaz de transformar sus recursos naturales en bienes y servicios que multipliquen el empleo y
el bienestar social, lo que garantiza la calidad de vida para las personas y el medio ambiente.Este
desarrollo es sostenible, cuando satisface las necesidades presentes, sin menoscabar las
capacidades de las futuras generaciones y si toma en cuenta el futuro, es además sustentable.

Lo esencial del concepto de desarrollo endógeno sustentable es el elemento humano, lo cual


implica asumir que el centro de todos los esfuerzos de desarrollo deben ser las personas,
consideradas no sólo como beneficiarias o depositarias de las acciones sino, como sujetos sociales
activos.

En este sentido, el desarrollo endógeno busca la solución de los problemas y necesidades


insatisfechas producto del esfuerzo realizado por los mismos sujetos, grupos de personas o familias
que deciden compartir solidariamente sus recursos, mediante el apoyo mutuo y el trabajo
mancomunado. Aprovechando los propios recursos disponibles, satisfaciendo las necesidades
presentes sin comprometer la capacidad y posibilidad de las futuras generaciones. La
sustentabilidad, es vista no como un asunto restringido a los problemas ambientales, de justicia
social y desarrollo, sino que también es vista desde el punto de vista humano, con un mayor grado
de autonomía y estrategia de diversificación, reducción local, participación directa de la población
destinataria y de los otros actores que puedan ser impactados por los programas de desarrollo.

en conclusion podemos decir que el desarrollo endogeno esta profundamente ligado a la etica pues
esta afecta las valoraciones en los procesos empresariales y define el tipo de convivencia en la
sociedad, de esta forma, la moral se desempeña trascendentalmente en el desarrollo endógeno
porque determina el marco valorativo social individual desde donde se propone el futuro y se
prepararan condiciones necesarias paras u consecución definitiva.

Desarrollo endógeno
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Este aviso fue puesto el 9 de septiembre de 2009.

Desarrollo endógeno es un modelo de desarrollo que busca potenciar las


capacidades internas de una región o comunidad local; de modo que puedan ser
utilizadas para fortalecer la sociedad y su economía de adentro hacia afuera, para
que sea sustentable y sostenible en el tiempo. Es importante señalar que en el
desarrollo endógeno el aspecto económico es importante, pero no lo es más que
el desarrollo integral del colectivo y del individuo: en el ámbito moral, cultural,
social, político, y tecnológico. Esto permite convertir los recursos naturales en
productos que se puedan consumir, y distribuir al mundo entero.
En una organización de este tipo existen individuos o recursos humanos idóneos
en alguna rama del conocimiento y están dispuestos a poner ese conocimiento al
alcance de los otros miembros de la organización, con el propósito de la
transferencia tecnológica voluntaria para el crecimiento de todos. Esto redunda en
el fortalecimiento, amplitud, integración y desarrollo de las capacidades
individuales y en consecuencia la formación natural de equipos multidisciplinarios
de trabajo que cooperan para el desarrollo armónico de la organización en un
ambiente sistémico, simbiótico y sinérgico.
Hay otra visión sobre el desarrollo endógeno que lo presenta como una pregunta
sobre los modos en que una comunidad puede desplegarse (desarrollarse) en
armonía con su entorno, entendiendo que este despliegue pasa por garantizar el
despliegue de todos los seres humanos que forman parte de esa comunidad. En
este sentido, el ser humano pasa de ser objeto de desarrollo a ser sujeto de
desarrollos
Características del desarrollo endógeno[editar]
-El desarrollo endógeno en primer lugar es una alternativa ante el modo de vida
integral implantado en la mayor parte del mundo basado en el dominio del
mercado mundial representado en las grandes transnacionales petroleras
tecnológicas y alimenticias, es una opción ecológica ante este modo de vida
capitalista donde se puedan integrar todos los elementos de una sociedad en
torno a sí misma. El desarrollo endógeno busca reconvertir la cosmovisión artificial
creada por el neocolonialismo y el consumo irracional y cambiarlo una visión
centrada en valores comunitarios que hagan mirar a las personas a su entorno
local. 66

Objetivos de un proyecto de desarrollo endógeno[editar]


Promover, garantizar y fomentar el desarrollo armónico y coherente de las
políticas, planes y proyectos del Ejecutivo Nacional, para el desarrollo endógeno,
la economía comunal, colectiva y solidaria
Coordinar acciones con los demás organismos del Poder Público, directa o
indirectamente vinculados a los objetivos del Fondo, en especial con aquellos
cuyas competencias sean necesarias para garantizar la profundización y
consolidación del desarrollo endógeno.
Promover la formación y asistencia necesaria a las organizaciones de la economía
comunal y solidaria, para afianzar su desarrollo y consolidación como base
fundamental y primaria del sistema económico nacional.
Promover el uso eficiente y responsable de los recursos que se otorguen para el
financiamiento de planes y proyectos para el desarrollo endógeno.
Promover y contribuir con la capacitación y formación de las organizaciones de la
comunidad y de la economía solidaria, impulsando su participación corresponsable
en los planes y proyectos de desarrollo endógeno, así como en la contraloría
social responsable.
Financiar planes y proyectos destinados a fortalecer la estructura y la capacidad
productiva nacional, a través de organizaciones de la comunidad y de la economía
comunal y solidaria, en concordancia con las políticas y planes que dicte el
Ejecutivo Nacional sobre la materia. Angel Cannizzaro inc.

Subjetividad y Objetividad del Valor.

Subjectivity and Objectivity of value.

Nahir J. Sequera T1
1
Escuela de Bioanalisis. Departamento socio epidemiológico. Facultad de Ciencias de la
Salud-Sede Aragua. Universidad de Carabobo. Correspondencia: nahirjose@gmail.com

Recibido: Noviembre, 2013 Aprobado: Enero, 2014

INTRODUCCIÓN

La filosofía de los valores, es una de las divisiones de la filosofía contemporánea que


estudia lo que se considera valioso, analizando los principios que permiten considerar
que algo es o no valioso, dependiendo de los fundamentos de tal juicio.1 De acuerdo a
su naturaleza, los valores no eran propiedades, sino objetos en sí que se diferencian a
su vez de los objetos reales y de los ideales, en virtud de este concepto, el valor se
halla fuera del espacio y del tiempo, de hecho, el Diccionario Enciclopédico
Bruguera2 afirma que "el valor es indestructible".

Por ello, cuando se trata de la concepción del valor, Frondizi3 trae a colación tres
términos a los cuales se les debe prestar atención "objeto, valores y bienes". Mientras
los valores se captan por vía emocional, los objetos se captan por vía intelectual, de
donde emerge la conocida noción de que, no todos los objetos son valiosos, pero todos
los bienes si lo son, perspectiva que permite delimitar el significado del valor y los
valores. Vinculado al concepto, todos los valores tienen como una de sus
características, la bipolaridad, aquello que se contrapone al valor en sí, denominado
antivalor.1

Entre tanto, el valor desde su naturaleza subjetiva, es valorado por los sujetos y desde
la objetiva, es parte de una realidad donde dicho sujeto interactúa histórica y
socialmente. Son subjetivos, porque el hombre los resalta u objetivos porque los
descubre, son intrínsecos porque se hacen instrumentales a través de la educación y
de la salud y son extrínsecos porque son socialmente valorables.

En este sentido, desde la perspectiva objetiva y subjetiva, el valor en Ciencias de la


Salud cobra una connotación de acuerdo con la filosofía que esté rigiendo el momento
histórico de una sociedad. Así, si el momento que determina la praxis de la salud está
enmarcado sobre la base de una axiología definida por lo utilitario, el valor de la salud
se hace tangible. No obstante, si el contexto que enmarca a la salud se orienta desde
una visión humanística, el valor de la salud se encamina hacia una praxis preventiva y
formativa que atiende los fundamentos sociales del entorno.

SUBJETIVIDAD Y OBJETIVIDAD DEL VALOR

El valor es un concepto de amplia dimensión que se debate entre la subjetividad y


objetividad; filosóficamente para los subjetivistas el valor es creado por el hombre,
pero para los objetivistas los valores existen fuera de él.1,4 Desde la perspectiva
subjetivista, el idealismo de Inmanuel Kant asume que el valor es, ante todo, una idea,
no parte de la razón, depende de las ideas del individuo y por lo tanto no son
concretos, en otras palabras su estimación depende de las personas, por lo tanto, va a
depender del deseo, agrado o interés de estas.5,6

Para este entonces, el valor iba acorde con las ideas y el deseo, inclusive Lotza a quien
se le atribuye ocuparse de este tema desde el origen de la Axiología, manifestaba que
los valores no son, sino que valen.1 Es fundamental hacer mención de los valores
subjetivos, aquellos que valen porque al sujeto le agrada o lo desea (un vehículo, una
propiedad material, una festividad), representan un medio para llegar a un fin, en la
mayoría de los casos caracterizados por un deseo personal.6

En consecuencia, si se valora lo que no es, es porque también se valora lo que se


desea. En virtud de ello, la salud es un valor porque es valorada por el ser humano, de
hecho, en la posición subjetivista, tener salud es el deseo de un bien, siempre es
deseada; si ya se posee se desea conservar, todos desean estar saludables y se desea
si no se tiene, como es un valor que se desea o aprecia, es considerada un bien ideal. 6

Kant afirmaba "podemos sentirnos bien, esto quiere decir, juzgar según nuestra
impresión de bienestar vital, pero nunca podemos saber si estamos bien. La ausencia
de la impresión de estar enfermo no le permite al hombre expresar que él está bien,
sino decir que él aparentemente está bien".7 La subjetividad ha sido estudiada
entendiendo que lo estrictamente humano es la medida de todas las cosas, de lo que
vale y de lo que no vale, y de la misma escala de valores, sin sustento en la realidad
exterior.

Desde la óptica de Payá8 en la subjetividad de los valores, agrada aquello que tiene
valor, pero deja de agradar a medida que son jerarquizados, que el valor no se mide
por el deseo sino por la calidad de dicho deseo, lo deseado no puede reducirse a los
deseado, el subjetivismo destaca entre deseable y deseado, algo tiene valor porque
tiene interés o interesa.

Según el planteamiento de Perry,5 un interés correcto no es automáticamente mejor


que uno incorrecto, con lo cual no sería el interés el que produce el valor, sino que se
busca en el objeto el valor que fundamenta el interés. Por otra parte, si todo
dependiera en última instancia del deseo de cada persona, la educación y la salud no
tendrían razón de ser, debido a que cada sujeto construiría en el marco de su propia
lógica, los valores deseados en ambos ámbitos, sin que ello represente los valores de
una ideología imperante socialmente.

De esta manera, según Payá8 "el subjetivismo, en general, deja de lado el problema


axiológico al centrarse bien sea en el agrado, deseo o interés". Así es como la
dimensión personal, es un elemento indiscutible del proceso de valoración y la
educación de los valores es innegable en Ciencias de la Salud. En el subjetivismo,
también se considera el empirismo lógico, que establecía la verdad o falsedad, cuya
conclusión arroja que se tenía que enfocar el estudio de los valores a partir del
significado.

No obstante, ante la visión subjetiva del valor, surgieron interrogantes al respecto,


como las que señala Zapata6 "¿serían también valores la droga que me agrada?, ¿el
asesinato que deseo?, ¿serán valores para mí si no los conozco ni deseo?". Surge así
una nueva corriente de pensamiento que se opone desde un principio a este enfoque
subjetivista del valor, desde las aportaciones de Scheler y Hartmann.

En contraposición al subjetivismo del valor, los objetivistas como Max Scheler,


sostienen que los valores valen por sí mismos, están en la realidad exterior, valen
independientemente de las estimaciones de las personas, si son descubiertos o no por
las personas, siempre serán valores. Desde esta visión, surge una jerarquía debido a
que sí el valor vale por sí mismo, habrá valores superiores a otros, dependiendo de
determinados criterios.4,8,9
Desde la perspectiva objetivista, la salud es un valor vital, que de acuerdo con la tabla
de valores de Scheler, está por debajo de los valores religiosos y espirituales, en la
clasificación de Ibáñez4 la salud está por encima de los valores estéticos, intelectuales,
morales y trascendentales, mientras que en la escala de Rokeach13 es un valor
terminal, porque la salud es un estado deseable de existencia, asimismo, otras
consideraciones de notables filósofos expresan que al satisfacer las necesidades de
salud de la población, la salud en sí se convierte en un valor social.

De hecho, en Ciencias de la Salud, algunas concepciones desde la perspectiva


biologicista fueron valoradas como inamovibles, pero actualmente se explican con una
visión integral desde lo social, cultural, educativo, psicológico y filosófico, como es el
caso de la violencia basada en género, que hoy día constituye un problema de salud
pública, lo cual era impensable en otros tiempos.

Con respecto a lo objetivo del valor, Payá8 señala que "la ética de Scheler se propone
corregir la ética material centrada en los bienes y fines por una ética

material de los valores". El objetivismo de Scheler comienza con la crítica de las


teorías de Kant, argumentando que este creyó poder prescindir de los valores
manifestados en los bienes y confundió los valores, con los bienes y los fines.6

En efecto, Scheler no admite las ideas de Kant y se opone a las teorías subjetivistas
del valor, rechazando toda moral de los bienes y los fines, la existencia de un bien
supremo o fin último y sobre todo rechaza que el valor esté relacionado con la
actividad subjetiva del sujeto moral. Refiere el mencionado filósofo, que los valores
son independientes de las cosas en que se manifiestan.10

Así es como la teoría de los valores de Sheler fundaría su nueva ética material,
corrigiendo a quienes se centra en los bienes y fines, argumentando que para
desarrollar una axiología pura se puede distinguir entre, una teoría pura de los valores
mismos y una teoría de las posturas valorativas, correspondientes a una teoría lógica
del objeto y una teoría del pensamiento, respectivamente. 10, 11

La fundamentación de la objetividad de los valores, establece una distinción entre


valores, bienes y fines;1,3,6 este filósofo explica que, el hecho de que haya bienes y
fines y normas, no quiere decir que haya valores, debido a que estos son
independientes de las estructuras reales, además diferencia los valores respecto del
objeto concreto, reflexionando de la manera siguiente "lo propio de las cosas es ser,
pero lo propio de los valores no es ser, sino que es valer, las cosas son y los valores
valen".12

Desde la episteme fenomenológica, se reconoce que los valores son ideales y


perfectos, por ello, se retoma la postura de Rockeach13 de que los valores son los
verdaderos impulsores de la conducta humana, donde se sustituye la actitud por el
valor con elementos cognitivos, conductuales y afectivos. De aquí se desprende la
incorporación de otras lógicas de pensamiento para interpretar la salud y la
enfermedad, desde una posición que encierra todas las dimensiones que rigen lo
humano y lo social.

Se dice que los valores son descubiertos mediante la experiencia, porque están en la
realidad exterior, se encuentran en una esfera especial de las esencias, por esto, no
son captados por una intuición racional, sino por una intuición emocional, dado que
son aprendidos por percepción afectiva absoluta. Por consiguiente, según Sheler, se
llegaría a una teoría pura del valor tomando en cuenta que, no solo hay una lógica de
la razón, sino también una lógica emocional conocida como intuición emocional de las
esencias o percepción de los valores por la vía del sentimiento. 12

A continuación, se exponen los criterios de la jerarquía axiológica de Sheler,


examinados por Payá8: Duración: los valores parecen ser superiores cuanto más
duraderos son. Es de esencia de lo agradable el captarse como variable y efímero.

Divisibilidad: los valores son tantos más altos cuanto menos divisibles o fraccionados.
Esto parece realizarse el mínimo en lo agradable, sensorial y se realiza más en los
valores estéticos.

Fundamentación y Relatividad: los valores que se fundamentan en otros, son


inferiores a estos, porque dependen de ellos y son relativos a otro valor. Este otro
valor será más alto, llegando al final a valores independientes (que no se fundamentan
en ningún otro) y absolutos.

Satisfacción: lo agradable sensorial sería un valor inferior porque no puede dar una
satisfacción entera. Los valores del conocimiento serían superiores a los valores
sensoriales y a los vitales, porque pueden satisfacer incluso dentro del displacer de la
enfermedad. También Scheler plantea una ordenación jerárquica de los valores,
reduciendo a cuatro las clases o modalidades de valores: a) la serie de lo agradable y
lo desagradable, en la que estarían los sentimientos sensoriales de placer y dolor
sensible. En ellos diferencia los estados afectivos de la vida sensible, de los valores de
lo agradable y de lo desagradable, percibidos por el espíritu en la intuición emocional;
b) la categoría de los valores vitales, de los bienes y males físicos que acompañan la
vida, como la salud, vigor, enfermedad, vivencias emocionales e instintos; c) el reino
de los valores espirituales, que serían independientes del cuerpo y captados por un
percibir afectivo espiritual.6

Dentro de ellos están los valores estéticos, los valores de lo justo e injusto, los valores
del puro conocimiento de la verdad realizados por la filosofía y los valores por
referencia; d) los valores de lo santo y lo profano, dados solo respecto de objetos
absolutos o divinos, alcanzados por una forma de amor que se dirige a las personas. El
valor de lo santo es esencialmente un valor de personas, con reacciones específicas
como la fe, la incredulidad, la veneración, la adoración y valores de referencia como el
culto, los sacramentos, personas y cosas santas, entre otros.6,14

He aquí precisamente el dilema de la sociedad, que separa valores objetivos


(tangibles) de los subjetivos (intangibles) y le da supremacía al conocimiento y a la
razón, por encima de la esencia y lo social; cuando al reflexionar al respecto, la
unificación de ambas visiones constituiría al verdadero ser.

En la sociedad venezolana y en la mayoría de los países del mundo, existe una crisis
de valores y la investigación de una teoría del valor ha encontrado una aplicación
especial en ámbitos donde este concepto posee una relevancia específica en la vida
personal y social, especialmente en el sector salud y educación.

A MANERA DE CONCLUSIÓN
La disyuntiva que se debate desde los orígenes mismos de la Axiología es el de la
subjetividad u objetividad de la totalidad de los valores, tal como lo señala Payá 8 en su
obra "Educación en Valores para una Sociedad Abierta y Plural". Estas visiones, se han
convertido en debate para la ciencia que los estudia, de acuerdo con los fundamentos
y juicios de la Teoría del Valor, así como de sus características.

En armonía con estas posiciones, se podría decir que el valor se sirve de ambas
visiones de pensamiento filosófico por ser un atributo, una particularidad o un rasgo
conferible a actos, sujetos u objetos. En la definición dada por Ibáñez4 el valor es "la
perfección o dignidad que tiene lo real o que debe tener y que reclama de nosotros el
adecuado juicio y estimación". Así es como este concepto, capta el sentido de
profundidad y complejidad de la relación subjetividad-objetividad del valor, con una
marcada atención hacia las Ciencias de la Salud, por la interacción sujeto-objeto que
se presenta en la relación médico-paciente, donde el profesional de la salud es el
sujeto que valora al paciente, quien valora a su vez las acciones de este y su propio
estado de salud. Por consiguiente, en la dimensión relacional del valor según
Frondizi3 "el subjetivismo tiene razón cuando sostiene que no hay valor sin valoración,
el objetivismo a su vez acierta al indicar la importancia de las cualidades objetivas".
Entre tanto, los valores vienen a ser una tensión entre el sujeto y el objeto, y ofrecen
por tal razón una cara subjetiva y otra objetiva, engañando a quienes prestan atención
a una sola cara y en Ciencias de la Salud, se necesita tanto la presencia de la
objetividad como de la subjetividad del valor.

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