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Manejo de La Diversidad de Los Cultivos en Los Agroecosistemas Tradicionales 1068

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Manejo de la diversidad

de los cultivos en los


agroecosistemas tradicionales

J.L. Chávez-Servia, J. Tuxill y D.I. Jarvis, editores

SW IS S AG E N C Y
FO R DE V E LO P M E N T
A N D CO OPE R AT I O N

SDC
Manejo de la diversidad
de los cultivos en los
agroecosistemas tradicionales

J.L. Chávez-Servia, J. Tuxill y D.I. Jarvis, editores


El Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) es un organismo científico
internacional autónomo que busca promover la conservación y el uso de los recursos
fitogenéticos para el bienestar de las actuales y futuras generaciones. Es uno de los 16 Centros
Future Harvest auspiciado por el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional
(GCIAI), una asociación de miembros públicos y privados quienes apoyan los esfuerzos de
los avances de la ciencia orientada a la reducción de la pobreza y el hambre, mejorar la salud
y nutrición del hombre, y proteger el ambiente. El IPGRI tiene su centro de operación en
Maccarese, Roma, Italia y oficinas en más de 20 países del mundo. El instituto opera a través
de tres programas: (1) el Programa de Recursos Fitogenéticos, (2) el Programa de Apoyo a las
Actividades de los Recursos Fitogenéticos del GCIAI y (3) la Red Internacional de Mejoramiento
de Banano y Plátano (INIBAP).
El carácter internacional del IPGRI lo confiere la firma del Convenio de Creación que, en
enero de 2003, fue ratificado por los gobiernos de Argelia, Australia, Bélgica, Benin, Bolivia,
Brasil, Burkina Faso, Camerún, Chile, China, Congo, Costa Rica, Cote d’lvoire, Chipre,
Dinamarca, Ecuador, Egipto, Eslovaquia, Grecia, Guinea, Hungría, India, Indonesia, Irán, Israel,
Italia, Jordania, Kenia, Malasia, Mauritania, Marruecos, Noruega, Pakistán, Panamá, Perú,
Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, Rusia, Senegal, Sudan, Suiza, Siria, Túnez,
Turquía, Ucrania y Uganda.
El aporte financiero para el desarrollo de la investigación del IPGRI proviene de más de
150 donantes, entre los que se incluyen gobiernos, fundaciones privadas y organizaciones
internacionales. Para conocer los detalles de los donantes y de las actividades de investigación
se recomienda revisar los reportes anuales del IPGRI, los que están disponibles en forma
impresa mediante una solicitud a ipgri-publications@cgiar.org o bien en el sitio web institucional
(www.ipgri.org).
Las designaciones geográfica referidas y la presentación del material en esta publicación
no expresan en modo alguno la opinión del IPGRI o del GCIAI sobre el estatus legal de ningún
país, territorio, ciudad o área, ni acerca de sus autoridades o la delimitación de sus fronteras.
De igual manera, los puntos de vista expresados por los autores no necesariamente reflejan el
punto de vista de las organizaciones. La mención de alguna marca registrada se suministra
sólo con fines informativos y no de apoyo al producto.

Cita correcta:
Chávez-Servia, J.L., J. Tuxill y D.I. Jarvis (eds). 2004. Manejo de la diversidad de los cultivos
en los agroecosistemas tradicionales. Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos, Cali,
Colombia.

ISBN 92-9043-658-1

IPGRI
Via dei Tre Denari 472/a
00057 Maccarese
Rome, Italy

© Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos, 2004


Contenido iii

Contenido

Agradecimientos vi

Prólogo vii

I. Diversidad en los cultivos y agroecosistemas 1

Conservación de la biodiversidad de tubérculos andinos en chacras de agricultores


de Las Huaconas, Chimborazo, Ecuador: resumen de avances 1
César Tapia Bastidas

Variedades criollas de maíz (Zea mays L.) en el estado de Puebla, México: diversidad
y utilización 18
Abel Gil-Muñoz, Pedro Antonio López, Abel Muñoz Orozco y Higinio López Sánchez

Diversidad intraespecífica del ib (Phaseolus lunatus L.) en la agricultura tradicional


de la península de Yucatán, México 26
Jaime Martínez-Castillo, Filogonio May-Pa, Daniel Zizumbo-Villareal y Patricia
Colunga García-Marín

Conservación in situ de la biodiversidad de las variedades locales en la milpa de


Yucatán, México 36
L. Arias, D. Jarvis, D. Williams, L. Latournerie, F. Márquez, F. Castillo, P. Ramírez,
R. Ortega, J. Ortiz, E. Sauri, J. Duch, J. Bastarrachea, M. Guadarrama, E. Cázares,
V. Interián, D. Lope, T. Duch, J. Canul, L. Burgos, T. Camacho, M. González, J. Tuxill,
C. Eyzaguirre y V. Cob

Diversidad morfológica del maíz criollo de la región centro de Yucatán, México 47


Tania Carolina Camacho Villa y Jose Luis Chavéz Servia

Variabilidad morfológica de maíces criollos de la península de Yucatán, México 58


Luis A. Burgos May, José L. Chávez Servia y Joaquín Ortiz Cereceres

Propuesta para definir unidades de conservación in situ en huertos familiares: caso


del chayote (Sechium edule) en Guatemala 67
C. Azurdia, H. Ayala, O. Rocha, G. Aguilar, O. Makepeace y R. Roma

Identificación de arquetipos de pitahaya cv. roja (Hylocereus undatus) en Yucatán 77


M. Meza R., D. Cituk-Chan, Ricard Ortíz Ortíz y L. Borges G.

Patrones isoenzimáticos de chiles criollos (Capsicum annuum L.) de Yucatán, México 83


Sara Hirán Morán Bañuelos, Maribel Ribero Borja, Yesenia García Flores, Porfirio
Ramírez Vallejo

Experiencias del proyecto milpa en maíz (Zea mays L.) en Chalco-Amecameca,


México en su primera etapa 90
Rafael Ortega Paczka
iv Contenido

Estudio integral del valle de Tehuacán-Cuicatlán: recursos genéticos de plantas 97


Diódoro Granados-Sánchez, Miguel A. Hernández García y Georgina F. López Ríos

II. Manejo de la diversidad de los cultivos 110

La medición agronómica de la eficiencia en el rendimiento de los cultivos múltiples 110


Celestino I. Chargoy Zamora

Intervenciones participativas para la conservación del maíz en fincas en los valles


centrales de Oaxaca, México 118
Mauricio R. Bellon, José Alfonso Aguirre Gómez, Melinda Smale, Julien Berthaud, Irma
Manuel Rosas, Jorge Mendoza, Ana María Solano y Rafael Martinez

Conservación in situ y mejoramiento participativo de la milpa en Oaxaca, México 124


Flavio Aragón-Cuevas, H. Castro, N. Dillanes, J.F. Ortega, J.M. Hernández C., E. Paredes,
S. Montes, J. S. Muruaga y S. Taba

Manejo de la sucesión ecológica como herramienta de diversificación agrícola y


conservación de las selvas 131
Celestino I. Chargoy Zamora

Effects of a regional drought on local management of seed stocks of maize, beans,


and squash in central Yucatan state, Mexico: Preliminary findings 141
John Tuxill

Sistema informal de abastecimiento de semillas de los cultivos de la milpa de Yaxcabá,


Yucatán 150
Martín Gómez López, L. Latournerie Moreno, L. M. Arias Reyes, J. Canul Kú y J. Tuxill

Sistemas de almacenamiento de las semillas de los cultivos de la milpa y sus plagas


en Yaxcabá, Yucatán 157
Elaine Yupit Moo, Luis Latournerie Moreno, Luis M. Arias Reyes y José L. Chávez Servia

Mejoramiento de tres razas de maíz para la península de Yucatán bajo retrocruza


limitada 163
Fidel Márquez Sánchez

Advances on the use of maize germplasm under the participatory plant breeding
approach 166
Froylán Rincón-Sánchez, Norma A. Ruiz-Torres, Humberto de León-Castillo, and José L.
Herrera-Ayala

Beneficios potenciales del mejoramiento participativo de maíz en el sistema roza-tumba-


quema de Yucatán, México 175
José Luis Chávez-Servia, Jaime Canul-Ku, Luis A. Burgos-May y Fidel Márquez-Sánchez
Contenido v

III. Aspectos sociales, culturales y económicos 188

Experiencias sobre la diversidad en los cultivos y aspectos económicos de la


conservación in situ en la Amazonia central peruana 188
Luis A. Collado, María Arroyo, Alfredo Riesco y José Luis Chávez Servia

Participación de la mujer campesina en la selección de semilla de maíz en seis


comunidades de los valles centrales de Oaxaca 199
Jorge Mendoza González, José Alfonso Aguirre Gómez, Irma Manuel Rosas, Mauricio
R. Bellon y Melinda Smale

La vegetación maya: otra forma de cosmovisión 208


Juan Ramón Bastarrachea Manzano

Diversidad y condiciones socioculturales de los solares mayas del municipio de Lázaro


Cárdenas, Quintana Roo 216
J.A. Novelo Pech, J.A. Ortíz Rivera, F.J. Reyna Díaz y J.A. Rivera Lorca

Asociación de la diversidad genética de los cultivos de la milpa con los sistemas


agrícolas y factores socioeconómicos en una comunidad de Yucatán 223
Víctor Manuel Interián Kú y Jorge Duch Gary

Mujeres mayas campesinas, conservadoras de la diversidad en la milpa tradicional


de Yucatán 229
Diana G. Lope-Alzina y José Luis Chávez-Servia

Diversidad, conservación y uso de las plantas cultivadas en huertos caseros de


algunas áreas rurales de Cuba 240
L. Castiñeiras, T. Shagarodsky, V. Fuentes, V. Moreno, L. Fernández, Z. Fundora-Mayor,
R. Cristóbal, A. V. González, P. Sánchez, M. García, F. Hernández, C. Giraudy, O.
Barrios, R. Orellana, R. Robaina y A. Valiente

La diversidad genética de variedades locales de maíz, frijol, calabaza y chile, y su


relación con características culinarias 250
Esmeralda Cázares Sánchez y Jorge Duch Gary
vi Agradecimientos

Agradecimientos
Este trabajo fue realizado con la ayuda de una subvención del Centro Internacional de
Investigación para el Desarrollo (CIID), Ottawa, Canadá, y el apoyo del gobierno de Suiza
(Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación, COSUDE).

Por la revisión y comentarios a los textos, se agradece la contribución de los doctores


Abel Gil Muñoz, César Azurdia, David E. Williams, Fernando Castillo González, Fidel Márquez
Sánchez, Joaquin Ortíz Cereceres, Leonor Castiñeiras, Luis Latournerie Moreno, Luis Manuel
Arias Reyes y Porfirio Ramírez Vallejo. De igual manera, se agradecen las correcciones
tipográficas y de estilo de Rogelio Dromundo.

A Maria Eugenia Guadarrama por su apoyo para la tipografía de las correcciones a los
textos durante las fases de revisión de artículos y Ana Luisa Triana por la diagramación y
correcciones finales.
Prólogo vii

Prólogo
Las exigencias en materia de conservación de los recursos fitogenéticos requieren de la
contribución de un gran número de actores para la formulación de estrategias apropiadas en
función de la variabilidad de climas, eco y agrosistemas, heterogeneidad cultural, factores
económicos y genéticos intrínsecos en el material a conservar. Las estrategias generales de
conservación in situ y ex situ requieren del desarrollo y mejora de diversas capacidades
nacionales y locales que van desde el conocimiento del germoplasma hasta el diseño o
mejoramiento de las infraestructuras.
El sureste de México forma parte del centro de diversidad mesoamericano donde tuvieron
su origen y diversificación el maíz, frijol, Cucurbita, y Capsicum, entre otros, cultivos que
además de su importancia socioeconómica regional son fuentes de genes a nivel mundial. Las
instituciones locales, regionales, nacionales e internacionales y las comunidades campesinas
que usan los recursos fitogenéticos en sus diversas formas y modalidades, ya sea como materia
de estudio, alimento (directo o procesado) o como elemento de cambio, tienen la
responsabilidad de conservar y hacer uso eficiente del germoplasma. Aunado a esta tarea, el
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) tiene como mandato fomentar la
conservación y el uso de la diversidad genética de los cultivos y sus parientes silvestres, y de
manera específica en el proyecto “fortalecimiento de las bases científicas para la conservación
in situ de la biodiversidad agrícola en fincas“, con un componente en Yucatán, México, busca
desarrollar métodos y herramientas que permitan promover la conservación de las especies
domesticadas en el ambiente dinámico y evolutivo como son las parcelas de los agricultores
(fincas) y determinar los efectos de los factores sociales, económicos, agroecológicos y culturales
en la diversidad intra-específica.
Esta publicación, Manejo de la diversidad de los cultivos en los agroecosistemas
tradicionales, reúne una serie de artículos que fueron presentados en la reunión, del mismo
nombre, realizada del 13 al 16 de febrero de 2002 en Mérida, México cuyo objetivo fue
compartir las experiencias y lecciones aprendidas acerca del manejo de la diversidad cultivada
en los sistemas tradicionales, las decisiones de los agricultores, la genética de la conservación
y el mejoramiento, y los aspectos sociales, económicos y culturales de las comunidades rurales
donde se realiza la conservación en finca. El lector obtendrá ejemplos y resultados del estado
de la conservación de los recursos fitogenéticos en México y algunas experiencias de Latino
América. La contribución de quince instituciones nacionales e internacionales, en temas de
conservación, ofrece al lector una oportunidad única de estos textos y a los autores un foro
para dar a conocer sus experiencias. Las notas al pie de página, permiten enteder el uso de los
términos regionales. El IPGRI espera que los artículos sean de utilidad para los lectores y al
mismo tiempo, reconocer la apacible y dinámica labor de los agricultores tradicionales en
favor del uso sostenible y la conservación de la agrobiodiversidad en América.

Ramón Lastra
Director Regional del IPGRI para las Américas
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 1

I. Diversidad en los cultivos y agroecosistemas

Conservación de la biodiversidad de tubérculos andinos en chacras de


agricultores de Las Huaconas, Chimborazo, Ecuador: resumen de avances

César Tapia Bastidas

Departamento Nacional de Recursos Fitogenéticos y Biotecnología (DENAREF-INIAP). Panamericana


Sur Km 13 Quito, Ecuador (denaref@ecnet.ec).

Summary
Conservation of Andean tuber biodiversity in farmers’ fields of Las Huaconas, Chimborazo,
Ecuador: Advances summary. Andean tubers (ATs) are an important dietary component of
Andean villages. One can observe an important demand for these crops in the different regions
of Ecuador, and they make an invaluable nutritional contribution as well. Even though various
factors have produced genetic erosion among ATs, there still exists in indigenous Andean
communities a very dynamic conservation perspective in terms of the importance that each crop
has in their lives, a perspective that does not disassociate conservation of a crop from its use.
The decision to conserve a variety depends in great measure on its usefulness.
As such, the principal objective of this study was to conserve and improve the productivity
and consumption of ATs, following a criterion of sustainable use and management of natural
resources in the Las Huaconas sector, a project which is being developed through the work of
the Collaborative Program for the Conservation and Use of Andean Root and Tuber Diversity.
The specific objectives focused on the following aspects: (i) Determine microcenters of genetic
diversity and identify farmer-conservationists; (ii) Identify communities that cultivate ATs within
each identified microcenter and determine genetic variability; (iii) study the function of ATs
variability in the communities; (iv) Quantify the level of genetic erosion present in the
microwatershed and adjoining sectors in the area of influence of the study; and (v) reintroduce
germplasm of ATs and their associated information. A findings summary is presented.
The results of the participatory appraisals identified the Las Huaconas sector as an
agroecosystem with potential for the in situ conservation of ATs. The communities of this sector
fall within the agroecological zone of Colta county, which is 120 km2 in area. This sector
corresponds to a low montane dry forest life zone, with elevations between 3,400 and 3,600 m
and precipitation amounts averaging 250 to 550 mm annually.
Results from quantifying genetic erosion in Chimborazo province show a worrying loss of
variability in ATs (25% to 35%) due to the following reasons: a low market demand for these
crops (principally mashua); low profitability (they receive low prices); little availability of cultivable
land (minifundio); a preference for cultivating other species; problems both abiotic (frosts, drought)
and biotic (pests and diseases) in nature; and little availability of quality seed, among other
reasons.
In 1999, for three study communities (Santa Rosa de Culluctus, San Pedro de Rayoloma y
Cooperativa Virgen de las Nieves), 40 traditional cultivars of potatoes, melloco (Ullucus tuberosa),
oca (Oxalis tuberosa), and mashua (Tropaeolum tuberosum) were identified, with the greatest
number of ecotypes (= landraces) present in oca (15) and melloco (13). Evidently, the current
variability does not reflect what was encountered 20 years previously, particularly in the case of
mashua. In 2001, a considerable increase in variability was observed in the three communities,
with increments rising from 25% to 342%. It has been possible to differentiate the ecotypes
2 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

(=landraces) present in the three communities on the basis of common names; morphological
characterization using descriptors such as form, principal and secondary color, tuber distribution,
and pulp color; and molecular characterization (RAPDs).
The dynamic variability of ATs (presence-absence) in the Andean region is distinctive, since
it is clear that some ecotypes are very common during agriculture cycles, including planting,
harvest, storage, and sale; in contrast, other types are both common and rare, appearing and
disappearing in various cycles and at different production stages. In Ecuador, it has been possible
to conduct follow-up studies during a three-year period, observing that for the harvest of melloco,
there exist two very common ecotypes (‘Pink’ and ‘Caramel’), four to six common ones, and six
rare ones. Likewise for oca, there exist two very common ecotypes (‘Zapallo’ and ‘Ronches’),
six common ones, and five rare ones, while mashua exhibits one very common ecotype (‘Zapallo’)
and four common ecotypes. Among potatoes there are two very common ecotypes, ‘Ayamarco’
and ‘Chilca’, plus ten common ecotypes and two rare ones.
The destination of the primitive cultivars of oca and melloco found in farmers’ chacras was
analyzed in terms of planting, harvest, classification, storage, home consumption, and sale.
During the 2000 agricultural cycle the planting of four types of oca and melloco took place in
October; the harvest was accomplished in July, and was destined for direct consumption, sale,
and processing. The classification of harvested tubers consisted in separating the healthy and
non-healthy tubers (those split and rotten ones); a portion of the healthy tubers was directed for
sale at local fairs, and the rest was placed in green silos. For oca, the stored tubers ripened by
July to August, while seed stock for sprouting from July to October. In September, the now
sweet oca was used for home consumption in soups, fried, and cariucho. The remainder was
processed into jams or sweets for sale in neighboring communities and at local fairs. Melloco is
eaten in soups, salads, and cariuchos, and the remaining harvest is processed into merengue
and jams to be sold at local fairs.
The undertaking of three Seed Conservation Fairs is coming together well, since one can
observe a more active participation on the part of the communities of Chimborazo, with an
equitable gender balance in terms of participation. This demonstrates a common interest, as
much on the part of women as men, to participate in the conservation of AT genetic resources.
In the fairs it was possible to identify potential farmer-conservationists both within and outside
the chosen microcenter.
[-
The rescue and collection of ATs by DENAREF during the 1980s allowed for the
reintroduction of germplasm in the study communities, which has increased the diversity of
crops in chacras, and in this way contributes towards food security in the Las Huaconas sector,
and overall family well-being. Evidently, it cannot be guaranteed that the reintroduced materials
will be maintained over time, which is why monitoring is continuing along with the search for
alternative uses and new markets that will confer sustainability to the conservation of ATs
biodiversity.

Key words: Andean tubers, biodiversity, Ecuador landraces, seed fairs.

Introducción
La región interandina ocupa el 24% del territorio ecuatoriano con aproximadamente 67,000 km2
es una de las zonas más densamente pobladas y empobrecidas del país; aproximadamente el
46% de la población nacional (4.5 millones de habitantes) se encuentran asentados en esta
región, área en la cual la desnutrición afecta aproximadamente al 40% de la población.
La biodiversidad de tubérculos andinos (TAs) como papa (Solanum tuberosum), melloco
(Ullucus tuberosus), oca (Oxalis tuberosa) y mashua (Tropaeolum tuberosum), están distribuidas
en Ecuador, no sólo en el Callejón Interandino, sino también en las estribaciones de las Cordilleras
Oriental y Occidental. En estas áreas existen agricultores con explotaciones agrícolas de sustento
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 3

familiar, aunque una buena parte de su producción se destina al mercado local y nacional. Esta
variabilidad en muchos casos es amenazada por problemas de erosión genética, falta de apoyo
a la investigación y al desarrollo de metodologías para incrementar la demanda o el consumo.
Los TAs, son parte importante de la alimentación de los pueblos andinos, observándose una
demanda importante de estos cultivos en las diferentes regiones del Ecuador. A pesar de esta
demanda actual y potencial, los TAs, con excepción de la papa, se han convertido en cultivos
secundarios y cada vez más se observa una disminución del área cultivada; estas son causas
adicionales pora que las variedades locales o tradicionales estén en proceso de desaparecer,
la producción se basa en pocas variedades locales. El presente trabajo tiene por objetivo
resumir los resultados principales de un proyecto colaborativo sobre el Uso y Conservación de
la Diversidad de Raíces y Tubérculos Andinos.

Área de estudio
El presente estudio se desarolló en la provincia de Chimborazo, localizada en la parte
central del Callejón Interadino. Ocupa una superficie de 6,471 km2, con una topografía que va
de plana a ondulada y escarpada en algunas áreas. Esta provincia se divide en 10 cantones1:
Riobamba, Alausí, Colta, Chunchi, Guamote, Chambo, Guano, Pallatanga, Penipe y Cumandá.
Las comunidades de Las Huaconas se encuentran dentro de la zona agroecológica del
cantón Colta con una superficie de 120 km2. Este sector corresponde a la zona de vida bosque
seco montano bajo (bsMB), con altitudes entre 3400 y 3600 msnm y con precipitaciones que
van de 250 a 550 mm al año y en activo proceso de erosión hídrica. Existen perspectivas de
desarrollo agropecuario en cultivos como cereales, TAs, habas y explotación de ovejas. Posee
suelos negros, profundos y limosos con poca lluvia y baja evapotranspiración.
El sector de Las Huaconas tiene una población rural aproximada de 4,121 habitantes;
2,092 hombres y 2,029 mujeres, encontrándose 18 comunidades en el área. Para seleccionar
el área geográfica de trabajo, se emplearon los siguientes criterios: (i) importancia de los TAs
en los sistemas de producción, (ii) grado de organización de los productores, (iii) potencial de
producción del área, (iv) acceso a los mercados, y (v) presencia institucional. Esto se realizó
mediante un diagnóstico rural participativo.
Comunidad Santa Rosa de Culluctús. Esta comunidad se encuentra a 40 minutos de la
ciudad de Riobamba; cuenta con carretera asfaltada de Riobamba a Cajabamba, y de tierra de
Cajabamba a la comunidad. Está conformada por 26 familias indígenas bilingües. Poseen
20 ha. de tierra comunal y el tamaño promedio de las unidades familiares es de 2.81 ha. Disponen
de agua entubada, energía eléctrica, escuela unidocente de seis grados, jardín de infantes,
casa comunal, canchas deportivas y silos verdeadores2. Los principales cultivos son papa,
haba (Vicia faba), cebada (Hordeum vulgare), oca, melloco y quinua (Chenopodium quinua).
Comunidad San Pedro de Rayoloma. Está ubicada a 7 km de la parroquia de Sicalpa. A la
comunidad se llega por vías de segundo y tercer orden sin asfalto. Está conformada por 29
familias indígenas bilingües que representan una población aproximada de 200 personas.
Poseen agua entubada y energía eléctrica en cada casa; no tiene escuela en la comunidad
pero acceden a las escuelas de las comunidades vecinas. No disponen de casa de salud y
cancha deportiva. Disponen de agua de riego para una superficie de alrededor de 50 ha. Los
principales cultivos en orden de importancia son: papa, haba, cebolla colorada (Allium cepa),
melloco y cebada.
Cooperativa Virgen de las Nieves. Está ubicada a 5 km de Sicalpa. Al igual que la anterior,
las vías de llegada son de segundo y tercer orden. Esta cooperativa está conformada por seis
comunidades (Asociación Anita, 122 habitantes; Cahuiña, 78; La Vaquería, 243; Liglig, 220;
1
Cantón, es una delimitación político-geográfica utilizada en Ecuador, inmediatamente debajo de Provincia
(=estado o departamento) y equivale a municipio en otros países.
2
Construcciones de almacén para favorecer la brotación de los tubérculos y como “tratamiento” para el
endulzamiento de la oca.
4 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Sicalpito, 452; Virgen de las Nieves, 364) con un total de 680 familias. Disponen de agua
entubada, energía eléctrica, escuela unidocente de seis grados, jardín de infantes, casa comunal,
canchas deportivas y silos verdeadores. En las comunidades del estudio los principales cultivos
son: cebolla colorada, papa, cebada y melloco, encontrándose como cultivos de autosubsistencia
a la oca y mashua. Los mayores réditos se logran con la venta de la cebolla y en épocas de
buenos precios, con la papa.

Cuantificación de la erosión genética en comunidades de la provincia de


Chimborazo: resumen
El diagnóstico inicial de la erosión genética (encuestas agro-socioeconómicas) y la recolección
de muestras de tubérculos para este estudio fueron realizados en comunidades de la provincia
de Chimborazo, con la finalidad de identificar el grado de pérdida de variabilidad en el sector de
Las Huaconas y su área de influencia. El resultado de este estudio permitió disponer de bases
más concretas sobre la necesidad de implementar procesos de conservación in situ en dicho
sector.
Se efectuaron encuestas en 11 comunidades de Chimborazo incluidas algunas del sector
de Las Huaconas. Se colectaron muestras de tubérculos de las chacras3 de agricultores
(entradas conservadas in situ), las mismas que fueron comparadas con los tubérculos disponibles
en las colecciones ex situ mantenidas en el banco de germoplasma del Departamento Nacional
de Recursos Fitogenéticos y Biotecnología (DENAREF) desde hace 20 años aproximadamente.
Las herramientas que se utilizaron para esta comparación in situ - ex situ; es decir, una
cuantificación de erosión genética, fueron las encuestas agro-socioeconómicas, caracterización
morfológica de tubérculos y caracterización molecular mediante la técnica de RAPDs.
Adicionalmente, se realizó una comparación con la información de datos pasaporte (origen
geográfico), etnobotánica y variabilidad obtenida en las expediciones de colecta de melloco,
oca y mashua realizadas por el DENAREF, información que se encuentra sistematizada en la
base de datos ECUCOL y publicada en el Catálogo de Recursos Genéticos de Raíces y
Tubérculos Andinos (Tapia et al., 1996)
De las encuestas, la caracterización morfológica de tubérculos y del análisis molecular, se
desprende que en la provincia de Chimborazo (área de influencia del estudio) existió un 27.5%
de erosión genética en melloco, 25.4% en oca y 34% en mashua. Estos valores señalan una
alta pérdida de variabilidad que día a día es creciente debido a diversos factores; así por ejemplo,
en melloco, las heladas fueron un factor restrictivo como lo señala el 40% de los entrevistados;
siguen la falta de semilla y el ataque de plagas. En oca, el 40% se atribuye a la falta de semilla,
mientras que en mashua, tanto la falta de palatabilidad como de semilla son las principales
causas (Figura 1). Esta erosión ha ocasionado, en las comunidades de estudio, problemas
nutricionales en las familias, ya que se consumen alimentos pobres en proteínas, vitaminas,
etc., que eran y son suministrados por los TAs.
Adicionalmente, en cuanto al análisis molecular de melloco, oca y mashua, las
amplificaciones y detección con la técnica de RAPDs dieron como resultado la generación de
un mayor número de fragmentos polimórficos de ADN (ácido desoxirribonucleico) en las muestras
conservadas in situ (campos de agricultores) en comparación con aquellas conservadas en el
banco de germoplasma del DENAREF. Por ello, es posible afirmar que se generaron nuevos
alelos RAPD por eventos como sustitución de nucleótidos en el ADN, detecciones, inserciones,
inversiones, etc., durante el tiempo transcurrido entre las colectas originales (en 1980) y las
realizadas para este estudio (en 1999). Esto confirma las teorías sobre la naturaleza de la
conservación in situ; es decir permite la continuación de los procesos evolutivos y coevolutivos
bajo la acción de la selección natural y antropogénica (el hombre), mecanismos responsables

3
Parcela del agricultor, donde siembra uno o más cultivos.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 5

Figura 1. Frecuencia de los factores de erosión genética por los que se ha dejado de cultivar melloco, oca y
mashua en la provincia de Chimborazo.

de crear y enriquecer la diversidad genética en los agro-ecosistemas. En contraste, dichos


procesos tienden a “detenerse” (congelarse) en la estrategia ex situ que manejan los bancos
de germoplasma.

Inventario local
Actualmente, la conservación a nivel de fincas de agricultores (in situ) en Ecuador es ejecutada
básicamente por las comunidades indígenas, con esfuerzos reducidos y quizás dispersos por
parte de otros actores. Si se refuerza la capacidad de los agricultores y de las organizaciones
locales, se incrementaría la conservación de los recursos genéticos en finca, mejorando así los
medios de vida de los agricultores y preservando la seguridad alimentaria de las futuras
generaciones. Es innegable que la conservación de la agrobiodiversidad debe ejecutarse a
través de actividades participativas en la comunidad agrícola, tomando en cuenta los grandes
ejes como la rentabilidad económica, la funcionalidad ambiental y la equidad social. En el
presente estudio, los inventarios locales, las ferias de conservación, los bancos comunales de
semillas y la selección participativa de la agrobiodiversidad de TAs en las las comunidades se
consideran experiencias válidas para estimular la conservación y el uso sustentable. Sin
embargo, además de estas iniciativas, es evidente que se requiere más colaboración entre el
sector formal de las instituciones relacionadas con los recursos genéticos y los sectores
informales, incluyendo organizaciones comunales, así como la sociedad ecuatoriana en general.
La conservación basada en la participación activa de la familia del agricultor, que involucra
el mantenimiento de variedades tradicionales o formas de cultivo dentro de los sistemas agrícolas
tradicionales, requiere de una serie de actividades a realizarse como son: estudio de la biología
de poblaciones, estudios socioeconómicos, estudios de mercado y mejoramiento participativo
en fincas, entre otras. Como actividades que estimulan la conservación de cultivares
tradicionales, se mencionan a los inventarios locales y la determinación de microcentros de
diversidad y de los agricultores conservacionistas.
6 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Dado el preocupante porcentaje de erosión genética, se realizó en 1999 el inventario de la


variabilidad inmersa en los TAs en el microcentro identificado (sector de Las Huaconas) mediante
un diagnóstico participativo, existiendo en las tres comunidades en estudio 40 cultivares
tradicionales de papa, melloco, oca y mashua, con mayor número de ecotipos4 en oca (15) y
melloco (13). La variabilidad presente en la actualidad no refleja la encontrada hace 20 años
atrás, principalmente en mashua (Figura 2).
En el 2001 se observa un considerable aumento de la variabilidad con incrementos que
van de 25 a 342% en las tres comunidades. Esto se debe al intercambio en las ferias de
conservación de semillas (estrategia de conservación) entre comunidades del sector y de la
provincia de Chimborazo, además de la intervención realizada por el banco ex situ de TAs
(principalmente en Santa Rosa de Culluctús). En el caso de papa nativa, el incremento sustancial
en Rayoloma es resultado de la recuperación de los propios agricultores sin intervención del
banco de germoplasma (Figura 2).

Figura 2. Variedades locales de melloco, papa, oca y mashua presentes en 1999 y 2001 en
tres comunidades del sector de Las Huaconas.

Elementos de la agrodiversidad
La agrobiodiversidad de TAs es muy rica y generosa en la región andina, y está íntimamente
relacionada con la riqueza cultural y etnobotánica en cada uno de los agroecosistemas. En el
sector de Las Huaconas se utilizan varios nombres comunes para identificar a las diferentes
variantes agromorfológicas .

4
Término utilizado por el autor para referirse a las variedades locales y/o variantes morfo-fenotípicas del cultivo.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 7

En las comunidades en estudio, geográficamente cercanas entre sí, se observa la existencia de


nombres comunes similares para varios ecotipos (o variedades locales), con una gran influencia
del idioma español en su designación de nombres y relacionados con el color del tubérculo,
principalmente en melloco, oca y mashua, por lo que existe una combinación de la lengua local
quechua y español para nombrar las variedades locales, como en melloco, donde se conocen a
18 morfotipos con nombres en idioma español y apenas siete con nombres quechuas. Esto no
se aplica a la papa nativa, donde la mayoría de nombres comunes son quechuas (Cuadro 1).

Cuadro 1. Nombres comunes utilizados en tres comunidades del sector de Las Huaconas.
Comunidad Melloco Oca Mashua Papa nativa

Santa Rosa de Rosado Zapallo Zapallo Ayamarco


Culluctús Amarillo Ronches Putzo Yema de huevo
Caramelo Marica Amarilla Cacho
Gallo Ambrosía Marica Ratona
Jaspeado alargado Santa Rosa Amarilla rayas rojas Chola
Blanco Blanca Amarilla ojos negros Pera
Rojo Amarilla Blanca ojos rojos
Jaspeado bola Roja Chullita
Colocon Blanca jaspes grises Negra con rojo
Soledad Bernarda
Bayo Negra
Clavel
Clavel claro
San Pedro de Rosado Blanca Amarilla Chilca
Rayoloma Quillu Ronches Zapallo Ayamarco
Caramelo Algodón Muro ronchis Cacho
Gallo lulo Zapallo Quillu zapallo Norteña
Puca Puca Huagrasinga
Bronce Ojito rojo Uvilla
Quriquinga Huancalá
Amarilla Marco
Pintado roja Jubaleña
Amarillo rojo Tulca
Andrea Soltera
Morada Puña
Ambrosía Rosa María
Muro Chola
Cuchicaca
Huarmipuña
Pepino
Pulla
Lacta
Virgen de las Caramelo rosado Blanca Amarilla Chilca
Nieves Rosado redondo Ronches Amarilla zapallo Santa Rosa
Colorado rojo Amarilla Tunca
Blanco Negra
Gallo lulo Amarillo zapallo
Chaucha Blanca jaspeada
Jaspeado Roja
Quita Amarilla pintada
Caramelo Colorada
Gallo pintón
Gallo malva
Rojo
8 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Este fenómeno se observa solamente en Ecuador, ya que en países como Perú y Bolivia
se siguen conservando los nombres comunes en el idioma propio de la zona. La erosión o
pérdida de los nombres propios utilizados en décadas anteriores se debe principalmente a la
gran influencia social, económica y cultural que tienen las comunidades en estudio con la zona
urbana. Es así que el idioma materno cada vez se habla menos en las nuevas generaciones,
prevaleciendo solamente en la gente adulta o de edad avanzada.

Los diferentes ecotipos (o variedades locales) presentes en las tres comunidades se


lograron diferenciar en base a los nombres comunes antes mencionados y a la caracterización
morfológica mediante descriptores discriminantes como forma, color principal, secundario y su
distribución del tubérculo y color de pulpa. Además, se realizó la caracterización molecular
(RAPDs) con el fin de confirmar los diferentes ecotipos presentes en las comunidades y que
ayudaron a la cuantificación de la erosión genética en este sector.

La dinámica de la variabilidad de TAs (presencia – ausencia) en la región andina es muy


especial, ya que varios morfotipos fueron muy frecuentes durante los ciclos agrícolas tanto en
la siembra, cosecha, almacenamiento y en la venta; en cambio, existen otros tipos que fueron
menos frecuentes y raros, apareciendo y desapareciendo en varias ciclos y en las diferentes
etapas de producción. Se ha logrado hacer un seguimiento durante los tres años de estudio
dentro del proyecto integral Las Huaconas, observándose que en la comunidad Santa Rosa de
Culluctús en la cosecha de melloco, se detectaron dos variantes muy frecuentes (‘Rosado’ y
‘Amarillo’), siete frecuentes y seis raros. Al igual que en melloco, en oca existieron dos variantes
muy frecuentes (‘Zapallo’ y’Ronches’), seis frecuentes y tres raros; para mashua es intermitente,
apareciendo cuatro variantes frecuentes, donde el ‘Zapallo’ fue el más conocido. La papa
‘Ayamarco’ fue muy frecuente en esta comunidad; además, existieron tres frecuentes y dos
raras (Cuadro 2).

Cuadro 2. Presencia (x) o ausencia de ecotipos de TAs en tres años (1999-2001) a la cosecha en la comunidad
de Santa Rosa de Culluctús (R, rara; F, frecuente, y MF, muy frecuente).
Cultivo Melloco Oca Mashua Papa nativa
Frec. MF F R MF F R F R MF F R
Blanca c/jaspes grises

Amarilla c/ rayas rojas


Amarilla ojos negros
Jaspeado alargado

Blanca ojos rojos

Yema de huevo
Caramelo largo

Negra con rojo


Jaspeado bola
Rosado largo

Clavel claro

Santa Rosa

Ayamarco
Caramelo

Ambrosia

Bernarda
Ronches

Año/
Cocolón
Soledad
Amarillo

Amarilla

Amarilla
Rosado

Chullita
Zapallo

Zapallo

Ratona
Blanco

Blanca
Marica

Marica

Cacho
Clavel

Negra

Chola
Putzo

variedad
Gallo

Bayo

Pera
Rojo

Roja

local
1999 X X X X X X X X X X X X X X X X X
2000 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X
2001 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X

En la comunidad de San Pedro de Rayoloma se observó una gran variabilidad de papas


nativas y escasa presencia de morfotipos en mashua y melloco. Es así que para melloco existió
solamente un morfotipo muy frecuente (‘Rosado’), cuatro frecuentes y uno raro. La variabilidad
de oca es apreciable con dos genotipos muy frecuentes (‘Blanca’ y ‘Ronches’), siete frecuentes
y cinco raras. En mashua se observó una muy frecuente (‘Amarilla’), dos frecuentes y una rara.
Rayoloma es una comunidad del sector Las Huaconas que tuvo gran variabilidad de papas
nativas con un ecotipo muy frecuente (‘Chilca’), 13 frecuentes y cinco raras (Cuadro 3).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 9

Cuadro 3. Presencia (x) o ausencia de ecotipos de TAs en tres años (1999-2001) a la cosecha en la comunidad
de Santa Pedro de Rayoloma (R, rara; F, frecuente, y MF, muy frecuente).

A pesar de que la Cooperativa Virgen de las Nieves está conformada por un gran número
de familias (680), se observó que existe poca variabilidad genotípica principalmente de oca,
mashua y papa nativa, debido al uso de nuevas variedades mejoradas de papa, lo cual ha
llevado a dejar de sembrar cultivares primitivos de TAs, privilegiando los rendimientos y no la
sostenibilidad. En las seis comunidades que conforman dicha Cooperativa existen dos ecotipos
muy frecuentes de melloco (‘Caramelo Rosado’ y ‘Rosado Redondo’), cuatro frecuentes y seis
raros; en oca tres muy frecuentes (‘Ronches’, ‘Amarilla’ y ‘Blanca’) una frecuente y cinco raras.
En mashua existieron dos ecotipos, ‘Amarilla’ y ‘Amarilla Zapallo’ como muy frecuente y
frecuente, respectivamente; en papa se observaron tres variedades locales, ‘Chilca’, ‘Santa
Rosa’ y ‘Tunca’ con las tres categorías, respectivamente (Cuadro 4).

Cuadro 4. Presencia (x) o ausencia de ecotipos de TAs en tres años (1999-2001) a la cosecha en la Cooperativa
Virgen de las Nieves (R, rara; F, frecuente y MF, muy frecuente).
MELLOCO OCA MASHUA PAPA NATIVA
MF F R MF F R MF F MF F R
Caramelo rosado
Rosado redondo

Blanca jaspeada

Amarilla pintada
Amarillo zapallo

Amarilla zapallo
Colorado rojo

Gallo pintón
Gallo malva

Santa Rosa
Caramelo
Jaspeado
Gallo lulo

Colorada
Chaucha

Ronches
Amarilla

Amarilla
Blanco

Blanca

Negra

Chilca

Tunca
Quita

Rojo

Roja

AÑO
1999 X X X X X X X X X X X X X X X X
2000 X X X X X X X X X X X
2001 X X X X X X X X X X X X X X X X X X X X

Esta información sobre la presencia y ausencia, en el tiempo, de la variabilidad de TAs


permite continuar el proceso de cuantificación de la erosión genética, así como formular
estrategias de conservación intervención, mediante ferias de conservación de semillas
(intercambio y recuperación de variabilidad), reintroducción de cultivares del banco ex situ al
sector, bancos comunales, etcétera.

Usos y destinos de la producción


Durante varios años de fomentar la conservación de TAs en las comunidades indígenas de la
región andina, se ha tratado de probar la hipótesis "a más uso, más conservación". Se observó
que en las comunidades solamente conservan de forma sostenible los materiales locales que
verdaderamente usan para medicamento, alimento, condimento, etc. Para probar la hipótesis
se comezó a realizar un seguimiento de la variabilidad de los diferentes tubérculos andinos
10 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

desde la siembra, cosecha, almacenamiento, procesamiento, venta y las ferias locales. Esta
información permitirá después de varios años, probar o corroborar que solamente el uso que
se haga de los materiales podrá dar la sostenibilidad necesaria para la conservación in situ de
TAs.
En Las Huaconas, el destino de la producción de melloco en las comunidades en estudio,
fue de 20% para el consumo familiar, 10% se usa como semilla sin seleccionar, 60% se destina
para la venta el día domingo en la feria local de Cajabamba; allí la producción tuvo dos vías: la
primera es la compra de los consumidores finales y la segunda, la compra por parte de un
intermediario que vende en los mercados urbanos (San Alfonso y La Condamine) de la ciudad
de Riobamba. El restante 10% se utilizó para la transformación en mermeladas (procesamiento)
que se venden en las ferias locales. Existen varias variedades locales que se utilizan para el
autoconsumo como el ‘Rojo’, ‘Colorado’, ‘Quita’ y otros para la venta y para el procesamiento
el ‘Rosado’, el ‘Caramelo’, los ‘Gallos’ y el ‘Quillu’. La expectativa para el futuro es capacitar a
las comunidades para que utilicen semilla de calidad, lo cual implica una mayor producción;
seguir fomentando el consumo y darle mayor valor agregado a este tubérculo por medios
artesanales como las mermeladas (Figura 3).
En oca, el destino de la producción fue similar que en melloco, con la diferencia que se
utilizó más para autoconsumo y en procesados, y en menor grado en fresco para el mercado,
debido a que este tubérculo necesita de un previo “endulzamiento”, lo cual es un inconveniente
para el consumidor que quiere productos fáciles de cocer y de uso inmediato. Las variantes
locales que se autoconsumen son las ocas "Blancas" y "Pucas", y las que se comercializan
son "Zapallo" y "Ronches" (Figura 3). La expectativa es similar al melloco con el fin de conservar
la variabilidad de estos tubérculos mediante los diferentes usos.

Figura 3. Destino de la producción de melloco y oca de tres comunidades del sector de Las Huaconas.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 11

Uso por destino


Para entender el destino de los cultivares primitivos de TAs en el agroecosistema "chacra (=
parcela) del agricultor", se realizó un seguimiento de la variabilidad que conserva una familia
campesina y para ello se realizaron encuestas en las diferentes épocas de movimiento de
semilla como son la siembra, cosecha, clasificación, almacenamiento, procesamiento, consumo
y venta. El seguimiento de las variedades locales en estas fases permitió visualizar el uso que
tienen en la chacra del agricultor.
Para oca se observó, durante el ciclo agrícola 2000, que la familia objetivo sembró en
octubre 90 kg de cuatro variantes (‘Zapallo’, ‘Amarilla’, ‘Blanca’ y ‘Colorada’), además de otros
cultivos como melloco, papa, cebada y cebolla colorada. La cosecha se realiza en julio con
rendimientos promedios de 1,600 kg, los cuales se destinan al consumo directo, venta y
procesamiento. La clasificación de los tubérculos cosechados consiste en separar los sanos y
los no sanos (partidos y podridos); el 30% de sanos va directamente a la venta en las ferias
locales; los no sanos se utilizan para alimentar los animales menores de la casa y los sanos
ingresan a los silos verdeadores; el 60% (‘Amarilla’, ‘Blanca’ y ‘Colorada’) del tubérculo
almacenado permaneció endulzándose desde julio hasta agosto y el 10% ("Zapallo") se utilizó
para semilla de julio a octubre. En el mes de septiembre, una vez endulzado, se utiliza el 40%
para el consumo en forma de sopas, frito y “cariucho” (oca cocinada y estofada) y el 20% se
procesa como mermeladas o pasteles para la venta en las comunidades vecinas, dentro de la
localidad y en las ferias locales (Figura 4).

Figura 4. Destino de la variabilidad genética de oca en la chacra de agricultor en la cooperativa Virgen de las
Nieves durante el ciclo agrícola 2000.

El seguimiento de los cultivares de melloco, en la misma chacra, es muy similar a oca con
las diferencias que se siembran 45 kg de cuatro variantes locales (‘Amarillo’, ‘Caramelo’, ‘Gallo
Lulu’ y ‘Rosado’), cosechando un promedio de 750 kg, de los cuales el 10% se utiliza para
semilla y se almacena en silos verdeadores; el 60% (‘Caramelo’, ‘Rosado’ y ‘Gallo Lulu’) se
vendió directamente entre julio y agosto en la ferias locales, 20% (‘Amarillo’) se consume en
sopas, ensaladas y cariucho; y el 10% se procesa como espumilla (dulce) y mermelada que
igualmente se vende entre los miembros de la comunidad, localidades vecinas y ferias regionales
(Figura 5).
12 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figura 5. Destino de la variabilidad genética de melloco en la chacra de agricultor en la cooperativa Virgen de


las Nieves durante el ciclo agrícola 2000.

En la Figura 6 se observan los niveles de seguimiento en oca desde el agroecosistema


hasta el mercado. Esta metodología permite la sostenibilidad mediante el uso de los materiales
locales conservados en las chacras de los campesinos, lo cual sería un importante paso hacia
la preservación continua de los recursos fitogenéticos a nivel de comunidad, cantón y sociedad
en general, lo que conlleva la recuperación de hábitos alimenticios que permitirán mejorar la
calidad de vida del campesino con una adecuada dieta nutricional.

Figura 6. Jerarquía del destino de los cultivares tradicionales de oca desde la chacra de agricultor hacia el
mercado.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 13

Intervenciones

Feria de conservación de semillas


Las ferias de conservación de semillas que se realizaron consecutivamente en el cantón Colta
(Cajabamba) en una alianza estratégica entre Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones
Agropecuarias (INIAP) y el Municipio de Colta, y contribuyeron a identificar las especies y
variedades cultivadas por los campesinos participantes, a fin de promover el intercambio de
germoplasma, caracterizar cualitativa y cuantitativamente la diversidad agrícola de un año
específico, para luego comparar los resultados de feria a feria. Las ferias constituyen un evento
de convocatoria cuyos resultados son el "termómetro" de la variabilidad genética para el
microcentro especificado. Para la cuantificación y sistematización de la información se utilizaron
formatos, mientras que para la evaluación de “conservadores” se nominaron jueces encargados
del análisis de la información y la respectiva premiación (premio simbólico) de los participantes
que presentaron mayor variabilidad, como un incentivo al esfuerzo de la conservación realizada
durante décadas. Se realizaron tres ferias de conservación de semillas en 1999, 2000 y 2001.
En estos eventos se evaluó la diversidad agrícola de TAs a nivel comunal, invitando a participar
a comunidades y otros actores del sector agroproductivo de Chimborazo.
La primera feria de conservación de semillas se realizó el 29 de julio de 1999 en Cajabamba.
Participaron 23 comunidades distribuidas de la siguiente forma: 19 de la provincia de Chimborazo
(siete del sector de Las Huaconas); tres de la provincia de Cañar y una de la provincia de
Bolívar. Un total de 115 indígenas agricultores expusieron su variabilidad, observándose una
participación por género de 54% hombres y 46% mujeres. En la segunda feria de conservación
realizada el 23 de abril de 2000, la participación de 281 campesinos de 44 comunidades (ocho
del sector de Las Huaconas) fue más entusiasta y activa. En la tercera feria de conservación de
semillas (19 de julio de 2001) participaron 307 agricultores de 38 comunidades de la provincia
(nueve del sector de Las Huaconas), notándose un incremento de los participantes.
En las tres ferias la asistencia de mujeres y de hombres fue similar, notándose el importante
papel de las mujeres en la conservación y manejo de los TAs. Así por ejemplo, la selección de
semillas realizada por las mujeres es una actividad continua y comienza en el momento en que
el cultivo florece; trabajan en los campos, observan las plantas y deciden qué semillas
seleccionar. Ellas identifican las plantas de buena calidad basándose en su tamaño, formación
de tubérculo y en su resistencia a plagas y enfermedades. Para cubrir el riesgo de heladas, las
mujeres seleccionan suficiente semilla y realizan la siembra en diferentes épocas agrícolas.
También deciden qué método de conservación debe emplearse.
Por otro lado, se observó que en las tres ferias, participó un grupo común de agricultores,
exhibiéndose mayor variabilidad en el tercer evento. En el tercer evento también se observó la
presencia de los agricultores de mayor experiencia y con confianza para exponer la
agrobiodiversidad que tenían en sus chacras, y además voluntad para intercambiar semillas
con otros campesinos, lo cual generó nuevos flujos de semillas hacia otras áreas agroecológicas.
A partir de las ferias se logró identificar un grupo de agricultores con mayor aptitud para
mantener la variabilidad nativa. A estos campesinos se los denominó "agricultores
conservacionistas", cuyas características y perfiles: tradición (herencia de los padres o abuelos);
interés marcado por mantener la diversidad mediante el intercambio o la búsqueda de las
variedades locales perdidas; dominio de ciertas estrategias de conservación, como la siembra
en varios pisos altitudinales o el uso de mezclas de semillas; y generosidad, talento y liderazgo.
En el primer evento, la mayor variabilidad de morfotipos la presentó un agricultor de la
comunidad de Aguspamba con 17 variedades locales (nueve de papa nativa y ocho de melloco)
y le siguió otro agricultor de la comunidad de Huacona San Isidro con 16. En general, se
presentaron niveles máximos de nueve morfotipos de papa nativa, ocho de melloco, seis de
oca y dos de mashua. En la segunda feria, la variabilidad en los cuatro tubérculos fue mucho
14 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

mayor, exponiéndose 13 tipos de papa nativa, siete de melloco, nueve de oca y cinco tipos de
mashuas. Los potenciales agricultores "conservacionistas" pertenecen en un 50% al sector de
Las Huaconas y el restante a varias comunidades de la provincia de Chimborazo.
En la tercera feria se observó que la influencia del proyecto en las comunidades del sector
de Las Huaconas ha sido positiva, ya que hubo más variabilidad de los cuatro tubérculos;
además, los agricultores "conservacionistas" identificados son todos del sector. También se
detectó que, en comparación con la segunda, se duplicaron las variedades locales exhibidas;
es así que un campesino de la comunidad de San Pedro de Rayoloma presentó 53 variantes
locales.
Sobre la base de datos obtenidos mediante la cuantificación de la erosión genética de TAs
y de las ferias de semillas, se corroboró al sector de Las Huaconas como el microcentro potencial
para los trabajos de conservación in situ por la interesante diversidad y variabilidad allí presente.
Sin embargo, esta riqueza sufre una acelerada erosión que tiene que ser controlada mediante
el intercambio de semillas en la región, así como a través de la reintroducción de variabilidad
desde los bancos ex situ.
En la tercera feria se ratificó que los campesinos manejan una considerable diversidad de
los cuatro tubérculos, donde el número de participantes por cultivo se duplicó, triplicó y hasta
cuadruplicó para los rubros melloco, oca y mashua. Del análisis realizado, en el contexto de
este estudio de caso, se observó además, una gran riqueza de diferentes nombres y usos que
los agricultores asignan a sus morfotipos, especialmente para los casos de papa nativa y melloco.
Cabe indicar que frente a la riqueza de la agrobiodiversidad en los campos de agricultores
se encuentra un elemento socioeconómico: la influencia del mercado, que por su propia
naturaleza es selectivo y reductor de diversidad, y que ha evolucionado en la peligrosa dirección
de eliminar estos cultivos altoandinos sub-utilizados, pero con enormes potenciales de uso en
actividades agroproductivas, de control biológico, y farmacéuticas, entre otros. Así por ejemplo,
en el sector de Las Huaconas, la mashua, como se indicó en párrafos previos sobre la
cuantificación de erosión genética, está desapareciendo ya que su uso está confinado a pocos
campesinos (viejos), para autoconsumo y sin proyecciones económicas actuales en el mercado.
De allí se desprende la necesidad de explorar y promocionar usos alternativos para estos
cultivos, como en el área medicinal (metabolitos secundarios, aprovechamiento de isotiocianatos,
etcétera).

Reintroducción de germoplasma, información de TAs e interrelación entre el banco


ex situ y la conservación en comunidades indígenas
Actualmente, en Ecuador se cuenta con algunos progresos para implementar un programa
integral de conservación in situ. Sin embargo, el inicio, enfoque y éxito de un programa depende
básicamente de dos elementos: debe ser complementario a la estrategia de conservación ex
situ; y, debe ser políticamente viable; es decir, debe ser compatible con los objetivos del desarrollo
sustentable, que en la instancia de los agricultores altoandinos se traduzca en el incremento de
los ingresos de la chacra. De igual manera, los ejes filosóficos de rentabilidad económica,
funcionalidad ambiental y equidad social son componentes importantes en las acciones de
conservación in situ.
Para la reintroducción de germoplasma desde el banco ex situ ubicado en el INIAP-
DENAREF, se identificaron los sitios o comunidades mediante un diagnóstico de la región
(recopilación y análisis de diagnósticos anteriores en la zona y levantamiento de información
complementaria a través de encuestas y técnicas participativas) y mediante reuniones con los
agricultores, además del estudio sobre erosión genética descrito. En atención a los resultados
y recomendaciones del diagnóstico, se eligieron las tres comunidades antes mencionadas,
para el establecimiento en terrenos comunales de jardines experimentales de introducción y
conservación, a fin de ampliar la base genética y orientar la reintroducción de TAs con base en
las necesidades e intereses de las comunidades.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 15

Jardines de conservación. El enfoque del fitomejoramiento participativo, usando variedades


locales como la fuente de material genético, simboliza un equilibrio entre dos objetivos: el de
mantener la diversidad genética in situ y el de mejorar la variedad según las necesidades de los
agricultores. Por lo general, los fitomejoradores han subestimado, o ignorado, la habilidad de
los agricultores y su conocimiento sobre el mejoramiento, al hacer uso de las técnicas e insumos
generados por la revolución verde. Sin embargo, los agricultores, al igual que los fitomejoradores,
tienen sus propios -y muy válidos- criterios de selección para evaluar nuevos materiales.
Precisamente, esta apertura de criterios ofrece la oportunidad de establecer lotes experimentales
(jardines) en donde sea prioritario el criterio del agricultor en conjunción con aquel de los
investigadores, estableciéndose el vínculo in situ - ex situ (campos experimentales).
Mediante el consentimiento de los campesinos para la caracterización y evaluación
participativa, en Santa Rosa de Culluctús se sembraron 30 morfotipos (muestras con similar
morfología) de melloco, 30 de oca y 28 de mashua. En San Pedro de Rayoloma se sembraron
20 morfotipos de mashua; y en Virgen de las Nieves se sembró 20 de oca y 20 de mashua.
Cada morfotipo se sembró en un área de 10 m de largo por 1 m de ancho. Se definió una lista
mínima de descriptores (variables a registrar) para la caracterización y evaluación participativa
con agricultores.
En la Figura 7 se ilustran los pasos fundamentales y los roles de los agricultores y
fitomejoradores en el proceso de caracterización y evaluación participativa de morfotipos.
Producto de esta relación entre los bancos ex situ y los morfotipos propios que conservan los
campesinos, se reintrodujeron varios morfotipos de melloco, oca y mashua con16 agricultores
a Santa Rosa de Culluctús; oca y mashua con 15 agricultores de San Pedro de Rayoloma y 20
agricultores de Virgen de las Nieves, de acuerdo con los resultados de la caracterización
participativa realizada en los jardines de conservación. Algunos de estos materiales existían
previamente en el sector, pero se habían perdido por diversos factores.

Figura 7. Selección participativa de la agrobiodiversidad de tubérculos andinos (TAs) y sus vínculos con la
conservación in situ y ex situ.
16 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Monitoreo de los morfotipos reintroducidos desde el banco ex situ a las comunidades. El


monitoreo de la variabilidad de TAs fue importante para darle seguimiento a la conservación de
agrobiodiversidad. Esta operación se realizó un año después de haberse entregado los diferentes
morfotipos, y se registró a través del conteo y observación en la chacra de los morfotipos
existentes (propios y reintroducidos), así como también de aquellas que van apareciendo y
desapareciendo (producto de flujos de semillas).
Como resultado de esta actividad se obtuvo que, de un promedio de 24 morfotipos
reintroducidos en Santa Rosa de Culluctús en el ciclo agrícola 1998-1999, Sólo 10 morfotipos
fueron observados nuevamente durante el ciclo agrícola 2000-2001. Obviamente, será necesario
continuar el monitoreo durante los siguientes años, a fin de analizar las tendencias
conservacionistas y su impacto con la presencia y posterior ausencia de esta iniciativa (Figura
8).

Figura 8. Monitoreo de morfotipos reintroducidos desde el banco ex situ a la comunidad de Santa Rosa de
Culluctús.

Por otro lado, estas cifras permiten identificar algunos campesinos "conservacionistas" en
Santa Rosa de Culluctús, con los cuales se podría, en un futuro, realizar la conformación de
una "Asociación de Campesinos Conservacionistas", como una instancia de reconocimiento a
su aptitud de conservación. Ésta y otras acciones, como las descritas en páginas anteriores
(ferias, jardines, selección participativa, bancos de germoplasma, agricultores conservacionistas,
etc.), pueden constituir, en el futuro, algunos de los pilares de acción para una eficiente
conservación in situ.

Lecciones aprendidas
Los sistemas agrícolas tradicionales, donde están inmersos los TAs se caracterizan por la
diversidad de plantas, generalmente, en forma de policultivos y patrones agroforestales. Cuando
se siembran varias especies y variedades de cultivos como estrategia para minimizar el riesgo,
los rendimientos se estabilizan con el tiempo, se asegura una variabilidad en la dieta y se
maximizan los réditos, resultados preliminares en este trabajo. Las comunidades en estudio
son un interesante reflejo de las estrategias de sistemas múltiples, pues se observa aún la
tendencia hacia el policultivo, la costumbre de sembrar una mezcla de tubérculos que permite
cumplir con el concepto de seguridad alimentaria, y el manejo de plagas y enfermedades, entre
otros.
Ahora, el reto es moverse hacia la sosteniblidad de la conservación in situ en las chacras
de los campesinos, mediante la búsqueda del aprovechamiento de la variabilidad presente en
las comunidades, La tesis del autor es "a más uso, más conservación". Esto indica un reto no
fácil de cumplir y requiere la flexibilidad y la voluntad de los profesionales de las organizaciones
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 17

gubernamentales, no gubernamentales y municipios del sector para cooperar con los agricultores
y otros actores institucionales. La conservación in situ, tampoco debe desligarse de
consideraciones externas, tales como las economías de mercado y la globalización, por lo que
los aspectos de revalorización, competitividad y exportación deben también considerarse
permanentemente.
Por otro lado, se reconoce la conservación in situ como esencial y la conservación ex situ
(bancos de germoplasma) como un complemento. Pero, ¿quiénes conservan la
agrobiodiversidad in situ?; en general, lo hacen los pequeños agricultores, más bien marginales
y con escasos recursos económicos, suelo y agua. A través de ciertas formas de cultivo, muchas
de ellas tradicionales, heredadas o rescatadas de sus antecesores, mantienen viva y en
coevolución permanente a la diversidad, en sus cultivos. La cultura de la biodiversidad (un
componente intangible) es también esencial para preservar la diversidad agrícola.

Referencias
Tapia, B.C., T. Castillo y N. Mazon. 1996. Catálogo de recursos genéticos y tubérculos andinos
en Ecuador. Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias y Departamento
Nacional de Recursos Fitogenéticos y Biotecnología. Quito, Ecuador.
18 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Variedades criollas de maíz (Zea mays L.) en el estado de Puebla, México:


diversidad y utilización

Abel Gil-Muñoz1, Pedro Antonio López1, Abel Muñoz Orozco2 y Higinio López-Sánchez1
1
Plan Puebla, Campus Puebla, Colegio de Postgraduados. Central de Maquinaria No. 1 Col. El Carmen,
C. P. 74160, Huejotzingo, Puebla, México. Tel. (222)2-85-00-13 (gila@colpos.colpos.mx).
2
Especialidad de Genética, IREGEP, Colegio de Postgraduados, Km 36.5 Carr. México-Texcoco.
Montecillo, Texcoco, México. Tel. (595)95-2-02-00.

Summary
Maize (Zea mays L.) landraces in the state of Puebla, Mexico: Diversity and use. A collection
study was conducted in the State of Puebla, Mexico between 1996 and 1997 to assess the
variability present in maize and to use it in a plant breeding program. The study revealed that in
each ecological niche or microregion there is a group of varieties (varietal pattern) that literally
has been created and designed by the farmers to confront the diverse environmental conditions
under which they farm, and, to a lesser extent, to satisfy traditional uses of the crop. Each
varietal pattern is composed of materials with different grain colors (white, yellow, blue, red,
purple or mixed, among the most important) and with one or more levels of precocity in maturation,
ranging between very early (60 to 81 days to silking -dts-) and very late (>147 dts) sub-groups.
The varietal patterns showed a high degree of adaptation to the natural environment, resulting
in grain yields that can be equal to or higher than those achieved with improved varieties.
Interviews conducted during the year 2000 in the highlands of the Puebla Valley (above 2,400
m. elevation) indicated that farmers own an average of two varieties each, with one being the
minimum and seven the maximum. There is a marked predominance of white- and blue-grained
varieties. It is concluded that there is still a large diversity of native landraces and this diversity
is useful for plant breeding purposes.

Keywords: diversity, landraces, maize, Puebla, varietal pattern.

Introducción
Según diversas evidencias arqueológicas, el hombre llegó al continente americano pasando
por el estrecho de Bering hacia Alaska, en una migración que ocurrió hace 15 a 30 mil años.
Los restos óseos localizados hasta la fecha indican que, en el caso particular de México, el
hombre ha estado presente cuando menos desde hace 10,000 años (Pompa y Serrano, 2001).
Una vez que el hombre llegó a América, tuvo necesidad de buscar alimentos para su
subsistencia. Se ha inferido que algunas de las actividades que practicó fueron la caza, la
pesca, el marisqueo, la recolección de larvas e insectos, frutos, flores, hojas, brotes tiernos,
raíces y tubérculos de diferentes especies vegetales (Mirambell, 2001). Una de las plantas que
quedó incluida en dicho proceso fue el teocintle (Zea mexicana), especie que a través de un
proceso de domesticación y mejoramiento que se remonta al menos a 8,050 años A. C. (Miranda,
1998), y en el cual han estado involucrados desde los primeros pobladores de Mesoamérica,
los diferentes grupos indígenas, hasta los agricultores de hoy en día (fundamentalmente aquellos
de las zonas agrícolas temporaleras de lluvia y de minifundio), se dio origen al maíz.
A lo largo de todo ese tiempo, el hombre fue moldeando la especie a sus necesidades
tanto alimenticias como de cultivo, dando como resultado una de las mayores diversidades
genéticas de las que se tenga noticia. En el caso particular de México, tal diversidad queda
representada por las 50 razas de maíz catalogadas, las cuales representan aproximadamente
el 23% de la diversidad genética presente en el continente americano (Goodman y Brown,
1988).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 19

El grado de variabilidad alcanzado en el maíz es tal, que en cada nicho ecológico, pequeño
valle o micro-región donde se cultiva, es posible definir un patrón varietal específico (Muñoz,
1991), el cual se conceptúa como un conjunto de variedades desarrolladas por los productores
para enfrentar los diferentes regímenes higrotérmicos y condiciones ambientales en los que se
desenvuelve su actividad productiva y, en menor medida, para responder a los usos tradicionales
del cultivo. Los elementos principales para definir un patrón varietal de maíz son: la coloración
del grano, los niveles de precocidad y las características agronómicas.
La existencia de patrones varietales locales es particularmente evidente en las zonas con
un marcado predominio de la agricultura tradicional, en las que un elemento característico lo
constituye la utilización de variedades criollas o nativas1 (producidas en condiciones de temporal
y de minifundio) y en donde el maíz desempeña un papel central, ya que en torno a él giran la
mayor parte de las actividades de la unidad de producción familiar.
Complementando lo anterior, Castillo et al. (1999) apuntan que la mayor parte de la
diversidad para maíz aún está en los campos de los agricultores debido a que, en México, las
semillas mejoradas se siembran sólo en aproximadamente el 15% del área cultivada con maíz;
estos autores agregan que en las partes altas del país y en los Estados del sur se cultivan
principalmente materiales nativos. Lo expuesto es válido para el estado de Puebla, México,
donde anualmente se siembran 627,802 ha con maíz (que representan el 65% de la superficie
cultivada) las cuales, en su mayoría (92%), se desarrollan en condiciones de temporal (INEGI,
1997). Los datos disponibles indican que se utilizan variedades criollas en más de un 90% de la
superficie (INEGI, 1997). Con estos antecedentes, entre 1996 y 1997 se efectuó un trabajo
tendiente a cuantificar la variabilidad genética existente para la especie en el estado de Puebla,
con el fin de capitalizarla con la formación de variedades mejoradas (López et al., 1998). En el
año 2000 se inició un proyecto en dos micro-regiones para dar seguimiento a una propuesta
metodológica tendiente a analizar los usos tradicionales del cultivo (Gil et al., 1999). En este
documento se presentan algunos de los resultados más relevantes obtenidos en ambos proyectos
de investigación.

Materiales y métodos
La metodología utilizada en el proyecto desarrollado en el estado de Puebla entre 1996 y 1997
constó de los siguientes pasos: a) definición de 15 nichos de trabajo con base en mapas
topográficos y recorridos de campo; b) colección del mayor número posible de variedades criollas
de maíz dentro de cada nicho; c) evaluación y caracterización en campo de los materiales
colectados, incluyendo como testigos a variedades mejoradas recomendadas para cada región;
estos testigos fueron de grano blanco, por lo general, de ciclo precoz a intermedio, generadas
por el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), el Centro
Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) o el Colegio de Postgraduados; d)
análisis estadístico de la información (López et al., 1998).
El proyecto conducido durante el año 2000 en las micro-regiones definidas como Tlahuapan-
Chiautzingo (M14) y La Malinche (M15), en el estado de Puebla constó de dos etapas: a) la
evaluación agronómica de los materiales colectados dentro de cada micro-región, y b) la medición
en tales materiales de diversas variables asociadas con los procesos tradicionales de
nixtamalización y elaboración de harinas de maíz. Como parte de la primera etapa, en las dos
micro-regiones se aplicaron entrevistas tendientes a conocer, entre otros aspectos, el número
y tipo de variedades que emplean los agricultores. En M14 se aplicaron 62 encuestas al azar, y
en M15, 93. La información obtenida se analizó aplicando técnicas de estadística descriptiva
(frecuencias, medidas de tendencia central y de dispersión).

1
El autor utiliza el término variedades criollas o nativas como sinónimo de variedades locales
20 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Resultados y discusión

Micro-regiones estudiadas
Las micro-regiones exploradas durante 1997 se presentan en el Cuadro 1; se observa que
existió una diferencia altitudinal de 2,620 m entre la micro-región más baja y la más alta. Según
datos de la Secretaría de Gobernación et al. (1988), las condiciones ambientales varían desde
los suelos regosoles, feozem y fluvisoles del clima cálido-húmedo de Ayotoxco hasta los suelos
luvisoles y litosoles del clima templado subhúmedo de La Malinche, pasando por los suelos
arenosos y los climas templados, secos o semisecos, con alta incidencia de sequías y heladas
en las localidades de Libres, Esperanza y Guadalupe Victoria, los suelos de pendiente variable
y climas templados de Zaragoza, Tetela y Zacatlán (ubicados en la Sierra Norte de Puebla)
hasta llegar a los suelos andosoles y climas templados del valle de Puebla, Mazapiltepec,
Serdán, Tlachichuca y Tlahuapan. Estas características proveen una idea preliminar de la amplia
gama de condiciones ambientales en las cuales se cultiva el maíz en el Estado de Puebla.

Cuadro 1. Ordenamiento altitudinal de las micro-regiones del estado de Puebla exploradas en 1997.
Núm. Micro-región Localidad representativa Altitud (m)
1 Ayotoxco-Tenampulco-Acateno San José Acateno 140
2 Izúcar-Ahuatlán Izúcar de Matamoros 1300
3 Tetela Tetela de Ocampo 1700
4 Quecholac-Acatzingo Quecholac 2180
5 Valle de Puebla Huejotzingo 2280
6 Zaragoza Zaragoza 2300
7 Zacatlán-Chignahuapan Chignahuapan 2320
8 Mazapiltepec-Nopalucan-S.J. Chiapa Nopalucan 2400
9 Libres-Tepeyahualco-Cuyoaco Libres 2400
10 Guadalupe Victoria Guadalupe Victoria 2440
11 Esperanza Esperanza 2440
12 Serdán Ciudad Serdán 2600
13 Tlachichuca Tlachichuca 2600
14 Tlahuapan-Chiautzingo Santa Rita Tlahuapan 2600
15 La Malinche San Bartolo 2760

Patrones varietales encontrados


Los patrones varietales se describen considerando tres características básicas: coloración del
grano, nivel de precocidad y características agronómicas (en particular el rendimiento de grano).
Coloración de grano. Producto de la colecta en todas las micro-regiones se reunieron
2,514 muestras de variedades criollas, 94.9% de las cuales (2,387) fueron evaluadas en campo
(Cuadro 2). El número de muestras reunidas por micro-región varió desde 80 hasta 315. Se
puede destacar que, en promedio, el 80% de las muestras colectadas correspondió a materiales
de grano blanco. El segundo grupo de coloración, en importancia, varió según la micro-región:
en algunos casos correspondió al azul y en otros al amarillo. Las variedades criollas con color
de grano diferente a los mencionados tuvieron frecuencias absolutas bajas. Se puede afirmar
que en el estado de Puebla y al interior de cada micro-región estudiada, aún existe una amplia
diversidad para el cultivo del maíz, la cual se refleja tanto en el número de variedades como en
la variabilidad de coloración del grano (Figura 1).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 21

Cuadro 2. Número de muestras colectadas y evaluadas de las variedades criollas en las micro-regiones del
estado de Puebla, 1997.
Muestras evaluadas en campo
Micro-región Colectadas Total Color Color Color Color Otros
Blanco Azul Amarillo Pintoa Colores
Ayotoxco 227 198 166 4 20 8 -
Izúcar 100 61 51 5 - 3 2
Tetela 100 96 73 6 17 - -
Quecholac 315 315 288 7 9 9 2
Valle de Puebla 136 136 96 16 2 17 5
Zaragoza 200 194 161 6 26 - 1
Zacatlán 136 127 80 24 20 3 -
Mazapiltepec 136 136 96 16 2 17 5
Libres 200 183 144 9 20 1 9
G. Victoria 80 77 71 3 2 1 -
Esperanza 100 94 88 3 2 1 -
Serdán 294 294 280 8 6 - -
Tlachichuca 200 200 200 - - - -
Tlahuapan 200 191 135 35 6 5 10
La Malinche 90 85 72 8 4 - 1
Totales 2514 2387 2001 150 136 65 35
a
Combinación de dos o más colores de granos

Figura 1. Muestra de la variabilidad encontrada en coloración de grano en las micro-regiones del estado de
Puebla exploradas en 1997.

Niveles de precocidad. La precocidad de cada una de las variedades se estableció con


base en los días transcurridos desde la siembra hasta la aparición de los estigmas en el 50%
(DAFF) de las plantas de una parcela. En el Cuadro 3 se muestra que hubo una diferencia de
105 días entre la variedad criolla más precoz (correspondiente a la micro-región de Ayotoxco)
y la más tardía (procedente de La Malinche). No se presenta información de Izúcar y Quecholac
debido a que se perdieron los experimentos respectivos por factores ambientales adversos.
Al agrupar las variedades criollas estudiadas por niveles de precocidad (obtenidos al
fraccionar en intervalos de igual amplitud toda la variabilidad observada para DAFF), se observó
que en siete de las micro-regiones el patrón varietal se integró por dos niveles: precoz e
intermedio o intermedio y tardío. En las micro-regiones de Ayotoxco, Esperanza y Tlachichuca
solamente existió un nivel (precoz o intermedio). En el caso de Ayotoxco, esto es atribuible a
que allí el clima es favorable y permite la obtención de cuando menos dos cosechas por año,
motivo por el cual los agricultores han seleccionado preferentemente materiales de ciclo muy
corto. En contraste, en Esperanza y Tlachichuca, tal comportamiento se debe a que se tiene
una estación de crecimiento muy bien definida y limitada, respectivamente por la ocurrencia de
bajas temperaturas y por la disponibilidad de humedad (Cuadro 3).
22 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 3. Número de colectas presentes por nivel de precocidad en cada una de las
micro-regiones del estado de Puebla, 1997.
Nivel de precocidadb
Micro-región Intervalos para DAFFa
UP P I T UT
Ayotoxco 60-77 198
Tetela 104-148 50 46
Valle de Puebla 82-111 106 30
Zaragoza 113-135 86 108
Zacatlán 99-134 33 89 5
Mazapiltepec 88-125 55 81
Libres 91-127 109 73 1
G. Victoria 100-126 9 68
Esperanza 106-124 94
Serdán 102-134 241 53
Tlachichuca 110-125 200
Tlahuapan 112-136 103 88
La Malinche 116-165 1 68 16
a
DAFF = Días al 50% de floración femenina
b
UP = Ultraprecoz (60-81 DAFF); P = Precoz (82-103 DAFF); I = Intermedio (104-125 DAFF);
T = Tardío (126-147 DAFF); UT = Ultratardío (>147 DAFF)

Aun cuando en las micro-regiones de Zacatlán, Libres y La Malinche hubo tres niveles de
precocidad, uno de estos estuvo escasamente representado. Los datos indican que en Zacatlán
predominaron los materiales intermedios, en tanto que en Libres fueron los precoces; en La
Malinche fueron los tardíos los más importantes. Lo anterior se explica en parte por las
particularidades ambientales de cada nicho: aún cuando los tres presentan un clima templado.
En Zacatlán la estación de crecimiento es relativamente amplia, por lo que pueden desarrollarse
materiales de ciclo intermedio; en contraste, en Libres se registra una precipitación errática y
una alta frecuencia de heladas, factores que han favorecido la selección de variedades precoces.
La preponderancia de materiales tardíos en La Malinche se explica básicamente por las bajas
temperaturas presentes durante el ciclo de cultivo, atribuibles a su vez a la mayor altitud
(2,700 msnm).
Cabe mencionar que, dada la amplitud de los estratos definidos, al interior de cada nicho
existe variación para DAFF, por lo que se podría particularizar aún más la clasificación de
precocidad, adecuándola a cada micro-región.
La información anterior evidencia la amplia diversidad para precocidad que existe en el
cultivo de maíz en Puebla y demuestra cómo el agricultor ha seleccionado el ciclo de sus
variedades de acuerdo a las diversas condiciones ambientales imperantes en cada micro-
región.
Rendimiento de grano. Una de las hipótesis que se planteó fue que dentro de cada micro-
región existían variedades criollas que superaban en rendimiento de grano a las variedades
mejoradas utilizadas como testigo. Los resultados obtenidos (Cuadro 4) comprueban tal hipótesis,
ya que los rendimientos promedio de grano alcanzados por los mejores criollos (empleados
posteriormente para integrar diversos compuestos en cada micro-región) superaron de manera
importante a los de las variedades testigo. Esto también apoya y justifica la ejecución de
programas de fitomejoramiento enfocados a variedades criollas pues, como quedó evidenciado
en los resultados, existe un amplio potencial que aún no ha sido plenamente aprovechado.

Utilización de variedades criollas a nivel agricultor


De acuerdo con la información presentada, es posible afirmar que en el estado de Puebla, y a
nivel de micro-región, aún existe una amplia diversidad en maíz, evidenciada por la presencia
de patrones varietales específicos a cada una de aquellas. A fin de conocer cómo el agricultor
está utilizando la amplia variabilidad de que dispone, durante el año 2000 se aplicaron entrevistas
a los agricultores de las micro-regiones de Tlahuapan-Chiautzingo (M14) y La Malinche (M15).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 23

Cuadro 4. Rendimiento de grano de los materiales colectados en las micro-regiones


exploradas en el estado de Puebla en 1997.
Rendimiento promedio (kg/ha)a
Micro-región
Del nicho De los mejores criollos De testigos
Ayotoxco 3080 4775 3114
Tetela 1406 2638 558
Valle de Puebla 5604 6935 4986
Zaragoza 3736 4346 2977
Zacatlán 3207 4422 2207
Mazapiltepec 3754 5113 3231
Libres 2979 3953 1857
G. Victoria 0967 1366 783
Esperanza 2251 3017 2148
Serdán 4546 5504 5024
Tlachichuca 5193 6257 3998
Tlahuapan 4568 5564 4565
La Malinche 4429 6205 3632
a
Los promedios se obtuvieron empleando toda la información de los experimentos disponibles. El promedio del
nicho se calculó con base en el rendimiento de todas las variedades evaluadas; el promedio de los mejores criollos
consideró únicamente el rendimiento de las variedades criollas sobresalientes (número variable); el promedio de
los testigos incluyó solamente a las variedades empleadas para tal propósito (adaptado de López et al., 1998).

Los entrevistados en ambas micro-regiones tuvieron una edad media mayor a los 50 años,
lo cual puede ser preocupante, pues indica que quienes actualmente están a cargo de las
actividades agrícolas y de la conservación de la variabilidad genética de maíz y de otras especies,
son personas de edad relativamente avanzada, por lo que en el mediano plazo puede tenerse
el problema del mantenimiento de la diversidad in situ si es que no llega a integrarse una
generación de reemplazo que tome a su cargo tales actividades.
Con respecto a la superficie total promedio de la cual dispone un agricultor para desarrollar
sus actividades, se encontró que era de 2.1 ha en M14 y de 4.0 ha en M15. De esta extensión,
el 77 y el 100%, respectivamente, se destina a la siembra de maíz, dato que resalta la importancia
de esta especie en la unidad familiar de producción. Todos los entrevistados, con excepción de
dos, manifestaron tener y cultivar solamente variedades criollas.
Número de variedades por agricultor. Los datos derivados de las entrevistas indicaron
que el agricultor promedio de Tlahuapan-Chiautzingo utiliza 2.13 ± 0.09 variedades criollas
(promedio ± error estandar), con un mínimo de una y un máximo de cuatro; en tanto que el
agricultor de La Malinche maneja 2.13 ± 0.01 variedades, con un mínimo de una y un máximo
de siete. En la Figura 2 se puede observar que en ambas regiones, una gran proporción de
agricultores (77% en M14 y 68% en M15) maneja entre una y dos variedades, lo que pudiera
interpretarse como una reducción de la variabilidad; sin embargo, es necesario hacer notar que
hay un grupo de campesinos (que representa el 23% en M14 y el 32% en M15) que todavía
conserva y emplea más de tres variedades.
Coloración de las variedades empleadas por el agricultor. Con relación al color del grano
de las variedades que utilizan los agricultores, se encontró que en Tlahuapan-Chiautzingo, el
85.2% de los entrevistados poseía una variedad de grano color blanco cremoso; el 55.7% una
de color azul; el 16.4% una de color moradillo; el 23.0% una de color pinto; el 26.2% una de
color rojo o colorado y el 6.6% una de color amarillo. En el caso de La Malinche, el 96.8% de los
productores tiene un material con grano de color blanco cremoso; el 57%, un azul; el 16.1%, un
morado; el 15.1%, un pinto; el 12.9%, un rojo o colorado; el 6.5%, un amarillo y el 8.6% uno del
tipo Cacahuacintle. Los datos anteriores evidencian que, de las dos variedades que normalmente
maneja el agricultor en las dos micro-regiones, una de ellas será con mayor frecuencia de
grano blanco, en tanto que la segunda podrá corresponder a una variedad con grano azul o
bien de alguno de los otros colores registrados. Este patrón puede ser atribuible a las condiciones
24 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

del mercado que prevalecían anteriormente, en las que se pagaba a mejor precio el maíz blanco
que el de color, situación que afortunadamente está cambiando. Gil (2000) señala que la
existencia de diferentes tipos de coloración de grano también responde en cierta medida a los
usos tradicionales del cultivo.

Figura 2. Distribución del número de variedades criollas de maíz preservadas por los agricultores de las partes
altas del valle de Puebla, año 2000.

Conclusiones
La colecta de 2,514 muestras criollas de maíz en las micro-regiones exploradas demuestra que
en Puebla aún existe una amplia diversidad genética (reflejada en la variación fenotípica), la
cual tiene un alto potencial de aprovechamiento.
En los materiales locales de maíz presentes en cada nicho ecológico existe una variabilidad
considerable en términos de coloración de grano, niveles de precocidad y características
agronómicas. Tal diversidad está asociada, principalmente con la variación en ambientes
productivos y, en menor medida, con la variación en usos tradicionales de la especie.
Todavía existe una amplia variabilidad en el cultivo del maíz, preservada y mejorada por
los agricultores, por lo que es necesario buscar estrategias que permitan, por una parte,
cuantificar y catalogar tal variación para proteger dichos recursos fitogenéticos y a sus
generadores, y por otra, emplearla en beneficio de estos últimos. Una posibilidad la constituye
el aprovechamiento de variedades criollas en programas de fitomejoramiento, que incluyan
como componente el uso tradicional.

Agradecimientos
Se agradece el apoyo de los Distritos de Desarrollo Rural del estado de Puebla y de la
Confederación Nacional Campesina del mismo que colaboraron durante la colecta de 1996. Se
reconoce el apoyo financiero del CONACYT para la realización del estudio en las micro-regiones
de La Malinche y Tlahuapan (proyecto I-32898-B).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 25

Referencias
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and grassroot strengthening. Mexico. Pp:199-200 In: D. Jarvis, B. Sthapit and L. Sears (eds.), Conserving
agricultural biodiversity in situ: A scientific basis for sustainable agriculture. International Plant Genetic
Resources Institute, Rome Italy. Proceedings of a workshop. Pokhara, Nepal. 5-12 July, 1999
Gil M., A. 2000. Usos tradicionales de los maíces criollos en dos micro-regiones de Puebla, México. P. 113
In: F. Zavala G., R. Ortega P., J.A. Mejía C., I. Benítez R. y H. Guillén A. (eds.), Memorias del XVIII
Congreso Nacional de Fitogenética: Notas Científicas. Sociedad Mexicana de Fitogenética. Irapuato,
Guanajuato, México. 15 al 20 de octubre de 2000.
Gil M., A., A. Muñoz O., P. A. López y J. de D. Guerrero R. 1999. Una propuesta para el mejoramiento
genético de maíces de uso tradicional. Pp:143-146 In: J. Espinoza V. y J. del Bosque C. (eds.), Memoria
del 2° Taller Nacional de Especialidades de Maíz. Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro,
Saltillo, Coahuila, México.
Goodman, M. M. and W. L. Brown. 1988. Races of corn. Pp:33-79 In: G. F. Sprague and J. W. Dudley (eds).
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Centro Estatal de Estudios Municipales. 1988. Los Municipios de Puebla. Talleres Gráficos de la
Nación. 1178 pp.
26 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diversidad intraespecífica del ib (Phaseolus lunatus L.) en la agricultura


tradicional de la península de Yucatán, México

Jaime Martínez-Castillo, Filogonio May-Pa, Daniel Zizumbo-Villareal y Patricia Colunga


García-Marín

Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY). Unidad de Recursos Naturales. Apartado postal
87, Cordemex, Yucatán, México (jmartic@cicy.mx)

Summary
Intraspecific diversity of ib (Phaseolus lunatus L.) in the traditional agriculture of Mexico’s
Yucatan peninsula Mexico. Ethnobotanical research was undertaken in four regions of traditional
agriculture in the Yucatan peninsula of Mexico in order to analyse the intraspecific diversity of ib
(Phaseolus lunatus L.). The richness, abundance and distribution of landraces were evaluated,
including farmer selection criteria. An abundance of wild populations was reported. Implications
for conservation of genetic diversity of P. lunatus were noted with nineteen landraces pertaining
to the cultigen groups “Papa” (8) and “Sieva” (11) present. The mulicion variety was sown in
52% of the total area, with the principal selection criteria being taste, color and seed price.
Three of the research areas showed a similar level of richness with limited distribution of certain
varieties. Seven of eight varieties of the “Papa” cultigen were cultivated in the Maya area of
Quintana Roo. Wild populations were reported and collected in two different regions. Even
though there exists a rich array of local varieties (and an abundance of wild populations) the
predominance of a few varieties due to changing markets and agroecosystem intensification
warns of a marked risk of genetic erosion. In the Sierrita de Ticul, only six varieties of P. lunatus
were cultivated as a result of the above factors. A conservation strategy to alleviate the loss of
genetic diversity in P. lunatus in the Yucatan Peninsula is needed.

Key words: Conservation, ib, intraspecific diversity, Phaseolus lunatus, traditional agriculture,
Yucatan peninsula.

Introducción
Phaseolus lunatus L. es una especie de origen neotropical (Fofana et al., 1999) y con dos
subespecies: P. lunatus ssp. silvester y P. lunatus subesp. lunatus, integrando esta última por
las formas cultivadas clasificadas en tres cultigrupos (cv-gr): el cv-gr “Sieva” con semillas planas
de tamaño medio, el cv-gr “Papa” con pequeñas semillas globulares y el cv-gr “Gran Lima” con
semillas grandes y planas (Baudet,1977). Las formas intermedias son comúnmente reportadas
entre estos cultigrupos (Gutiérrez et al., 1995). En P. lunatus estudios morfológicos, bioquímicos
(Debouck et al., 1989; Maquet et al, 1990) y moleculares (Nienhuis et al., 1995) indican la
existencia de dos grupos separados, los cuales han sido reconocidos como dos acervos genéticos
diferentes (de acuerdo a la definición de Gepts, 1988): el mesoamericano y el andino.
Los factores que han llevado a la diversificación de P. lunatus han sido, por un lado, las
presiones de selección natural sobre el material silvestre y las presiones de selección de los
agricultores sobre las formas cultivadas (Ballesteros, 1999). Esta especie es ampliamente
cultivada en regiones de América tropical, principalmente, donde se practica la agricultura
tradicional. En la península de Yucatán la subespecie cultivada es conocida como ib, siendo
esta región la que posee el mayor número de variantes existentes en México (Ballesteros,
1999). El ib es sembrado en asociación con el maíz en el sistema de roza-tumba-quema y
representa, después de la calabaza (Cucurbita sp.) y el frijol común (P. vulgaris L.), el cultivo
asociado más importante en la agricultura tradicional de la región.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 27

Esta investigación realiza un análisis de la diversidad intraespecífica existente en el


germoplasma de P. lunatus en la península de Yucatán. Los objetivos de la investigación fueron:
(1) caracterizar la riqueza, abundancia y distribución del germoplasma cultivado y silvestre de
P. lunatus, (2) conocer los criterios de clasificación y selección campesina aplicada al
germoplasma cultivado y (3) analizar algunas implicaciones sobre la conservación de la
diversidad genética de P. lunatus.

Materiales y métodos
El estudio se realizó en la península de Yucatán, México. Se seleccionaron cuatro áreas donde
se practica la agricultura de roza-tumba-quema como forma principal de producción, y
representan subáreas culturales dentro de la Península: el municipio de Felipe Carrillo Puerto,
Quintana Roo; los Chenes, en Campeche; y la Sierra de Ticul y la zona Oriente, en Yucatán
(Figura 1).

Figura 1. Áreas de estudio en la península de Yucatán, México.

Se eligieron tres comunidades agrícolas y una muestra aleatoria de 40 productores por


área. Para conocer la clasificación tradicional maya, los criterios de selección del germoplasma
y el área sembrada de cada variante, se aplicaron entrevistas informales y cuestionarios escritos.
Se colectaron semillas de todas las variantes de ib sembradas por los productores encuestados
y se realizaron exploraciones botánicas en las zonas agrícolas de cada comunidad para colectar
semillas de las poblaciones silvestres.

Se caracterizó el germoplasma colectado con base en los siguientes atributos: a) el color


primario y secundario de acuerdo a la tabla de colores usada por Maquet (1991), b) el patrón de
coloración de la testa de la semilla según la escala desarrollada por Baudoin (1990), c) la forma
de la semilla según la clasificación de cultigrupos dada por Baudet (1977), d) el largo y ancho
de 10 semillas por muestra colectada, y e) el ciclo productivo basado en reportes de los
productores donantes de las semillas. En el caso del germoplasma silvestre las variables
consideradas fueron: largo y ancho de vaina, y largo, ancho y peso de la semilla.
28 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Para conocer la forma de agrupamiento del germoplasma y determinar la riqueza de


variantes de P. lunatus, se aplicó un método de agrupamiento de promedios (del inglés,
Unweighted Pair-Group Average, UPGMA) utilizando los resultados de la caracterización
mediante la distancia euclidiana. Se aplicaron análisis estadísticos (análisis de varianza y pruebas
t de student) al largo y ancho de las semillas para conocer la variabilidad al interior de los
grupos identificados. De los resultados obtenidos del análisis estadístico y de agrupamiento, la
clasificación tradicional maya y las entrevistas informales, se caracterizó la abundancia y
distribución geográfica del germoplasma de P. lunatus.

Resultados

Riqueza del germoplasma cultivado (ib)


Se aplicó un análisis de agrupamiento a las 133 accesiones obtenidas, las cuales formaron dos
grandes clados y 19 grupos (Figura 2) que aquí son llamados de acuerdo al nombre usado más
comúnmente por los agricultores de la región.

Figura. 2. Patrón de agrupamiento (UPGMA) del germoplasma cultivado de P. lunatus de la


península de Yucatán, México.

Dentro del primer clado (primer gran grupo inferior de la Figura 2) se encuentran los grupos
chak-saac y bacalar, los cuales están integrados por semillas de forma aplanada y tamaño
medio, típicas del cv-gr Sieva. "Bacalar" es el grupo que integra a las accesiones de mayor
peso y tamaño de semilla del germoplasma colectado en la Península y posee la mayor
variabilidad en el patrón de coloración del grano de todos los grupos (Cuadro 1).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 29

Cuadro 1. Características de la semilla y ciclo de los grupos encontrados en el análisis de agrupamientos y


descriptivos del germoplasma cultivado de P. lunatus en la península de Yucatán, México.

Grupos Formaa Largo Ancho Peso Color Color Ciclo


primario secundario productivo
1. Chak-saac aplanada-d 1.33 ± 0.07 0.88 ± 0.01 37.0 rojo negro largo
2. Bacalar aplanada-d 1.38 ± 0.04 0.94 ± 0.03 37.5 crema/café café/negro largo
3. Pool-santo elíptica 1.09 ± 0.06 0.78 ± 0.04 26.7 gris rojo largo
4. Putsica-sutsuy redonda-elíp. 1.08 ± 0.04 0.79 ± 0.03 30.9 rojo crema largo
5. Chak-chí aplanada-g 1.18 ± 0.08 0.87 ± 0.06 28.6 rojo blanco corto
6. Chak-mejen aplanada-d 1.27 ± 0.01 0.88 ± 0.06 35.9 rojo 0 corto
7. Chak-petch aplanada-d 1.31 ± 0.05 0.87 ± 0.04 32.7 rojo 0 largo
8. Chak-uolis redonda 1.03 ± 0.01 0.77 ± 0.02 30.8 rojo 0 largo
9. Madza-kitam aplanada-d 1.37 ± 0.05 0.93 ± 0.05 35.2 negro blanco largo
10. Box-petch aplanada-g 1.30 ± 0.05 0.86 ± 0.04 33.5 negro 0 largo
11. Box-uolis redonda 0.91 ± 0.05 0.77 ± 0.04 30.8 negro 0 largo
12. Bacalar-2 aplanada-d 1.39 ± 0.07 0.91 ± 0.02 36.7 crema/café café/negro largo
13. X-batun aplanada-g 1.17 ± 0.06 0.85 ± 0.05 32.5 crema 0 largo
14. Kan redonda 1.04 ± 0.04 0.78 ± 0.04 27.7 amarillo 0 largo
15. Tabaco aplanada-d 1.35 ± 0.05 0.93 ± 0.06 36.4 café 0 largo
16. Nuk aplanada-g 1.24 ± 0.09 0.88 ± 0.01 33.0 blanco 0 largo
17. Mejen aplanada-g 1.24 ± 0.07 0.85 ± 0.04 32.8 blanco 0 corto
18. Sac-mejen redonda 0.95 ± 0.10 0.75 ± 0.03 26.4 blanco 0 corto
19. Mulición redonda-elíp. 0.98 ± 0.07 0.75 ± 0.03 28.9 blanco 0 largo
20. Chocolate aplanada-g 1.09 ± 0.04 0.78 ± 0.06 30.6 café 0 largo
a
Forma: aplanada-d (delgada), aplanada-g (gruesa), redonda-elíp (elíptica)

El segundo gran clado integró a los 17 grupos restantes (Figura 2). Este clado se caracteriza
por tener dentro a grupos de semillas planas delgadas conocidos localmente como chak-mejen,
chak-petch, tabaco-chocolate y madza-kitam; grupos de formas aplanadas gruesas como nuk,
mejen-ib, chak-chí, box-petch, x-batun (varios de estos grupos de formas de semillas planas
delgadas y gruesas se esperaba que se agruparan en el primer clado) y grupos con semillas de
formas redondas o elípticas típicas del cv-gr Papa, tales como sac-mejen, chak-uolis, box-uolis,
pool santo, kan, putsica-sutsuy y mulición. Así, el análisis de agrupamiento distinguió claramente
entre los cv-gr Sieva y Papa.
El análisis estadístico realizado mostró que al interior de los grupos, existe una variabilidad
significativa en el largo y ancho de la semilla para casi todos los grupos que contaron con más
de una accesión; con excepción del grupo Chak-uolis, el cual no presentó diferencias significativas
en el largo (P= 0.7764) ni en el ancho (P= 0.2239) de grano; sin embargo, no lograron detectarse
(datos no mostrados). Sólo para el caso del grupo Tabaco-Chocolate, el que a través de una
prueba t de student (P=<0.0001) se logró conocer que estaba integrado por dos accesiones
que pertenecía a variantes diferentes, como fue señalado por los productores donadores de las
semillas.
En la coloración principal del grano se observaron ocho variantes, siendo el color rojo el
más importante, seguido del blanco y el negro. En número de muestras colectadas el blanco
fue mayor. Cuando se consideró el porcentaje de reportes campesinos que siembran semillas
blancas, la importancia se incrementó notablemente (57.8%). Sobre el ciclo productivo, la mayoría
de los grupos (16) son de ciclo largo, de 7 a 8 meses para cosechar fruto seco. Sólo se encontraron
cuatro grupos con ciclo productivo corto, tardando 5 meses a la cosecha (Cuadro 1).

Abundancia de las variantes de ib


La abundancia (% de área cultivada) de los grupos se presenta en la Figura 3. Mulición abarcó
el 54.7%, siendo esta clase de germoplasma cultivado por casi todos los productores
entrevistados en las cuatro áreas estudiadas, aspectos que explican su alto porcentaje. En
30 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

segundo lugar está putsica-sutsuy con 16.5%, grupo que también presenta una amplia distribución
geográfica pero no es cultivado por muchos productores. En tercer lugar está Bacalar con un
6%, grupo que sólo es cultivado en el municipio de Felipe Carrillo Puerto.

Figura 3. Porcentaje de área cultivada de las variantes de ib (P. lunatus) en la península de Yucatán, México.
El orden izquierda-derecha de las barras=orden descendente de los nombres.

Excepto los tres grupos señalados, la mayoría del germoplasma cultivado de P. lunatus
existente en la Península no rebasa el 4% del área cultivada por los campesinos y algunas de
ellas, como pool santo, chak de forma redonda y Tabaco ib, entre otras, no alcanzan el 1%,
siendo sólo sembradas por unos cuantos agricultores en toda la región.

Distribución geográfica de las variantes de ib


La distribución numérica de los grupos encontrados fue la siguiente: seis para la Sierra de
Ticul, 13 para el Oriente de Yucatán, 10 para los Chenes y 11 para Felipe Carrillo Puerto
(Figura 4). Para la distribución geográfica de los grupos, el germoplasma se puede agrupar en:
1) aquellos que presentan una distribución restringida sólo a una de las áreas, por ejemplo los
grupos Bacalar, Tabaco, Chocolate y box-uolis, en Felipe Carrillo Puerto; y 2) aquellos que
presentan una distribución geográfica extendida por toda la región, como mulición, putsica-
sutsuy y chak-petch.
El germoplasma con semillas de formas redondas o elípticas está mejor representado en
Felipe Carrillo Puerto, donde se cultivan siete de las ocho variantes encontradas e incluso dos
(box-uolis y chak-uolis) sólo se encuentran en esta región (Figura 4). El germoplasma con
semillas de formas aplanadas o semi-aplanadas se distribuyeron en las cuatros áreas de estudio.
Sin embargo, a diferencia de esta distribución amplia, algunas variantes presentaron una
distribución geográfica muy localizada como Bacalar, el cual se cultivó únicamente en Felipe
Carrillo Puerto.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 31

Figura 4. Mapa de la distribución geográfica de las variedades criollas de P. lunatus en la península de


Yucatán, México.

Clasificación tradicional maya de P. lunatus


Los productores mayas nombran a las formas cultivadas de P. lunatus como ib y a las formas
silvestres como ib-cho (ib de ratón), asignando nombres a las variantes cultivadas de acuerdo
a las siguientes características (Cuadro 1):
Forma de la semilla. Los campesinos distinguen variantes de granos redondos o elípticos
a las cuales les asignan el término Mulición (x-uolis en maya), de las variantes de grano aplanado
las cuales reciben el calificativo de petch.
Color de la semilla. Cuando el grano es de colores lisos, la variante recibe el nombre de
dicho color en maya (p. ej. chak ib= ib rojo). Si la semilla posee un patrón de coloración que
combina dos o más colores, el campesino asigna el nombre a la variante de acuerdo a cosas o
animales que asemejan dicho patrón de coloración (p. ej. madza-kitam, cejas de jabalí).
Ciclo productivo. El productor diferencia entre variantes de ciclo corto, a las que les asigna
el calificativo de mejen (p. ej. mejen-ib es ib de ciclo corto), de las variantes de ciclo largo a las
que les asigna el calificativo nuk (p. ej. nuk-ib o ib de ciclo largo).
En el caso del ib-cho, este no es clasificado en grupos, aunque algunos campesinos
reconocen grupos según el color de la semilla. También, aplican el término de ib-cho a dos
especies diferentes de P. lunatus: Vigna sp. y Rinchosia sp. La razón de esto es la semejanza
con P. lunatus en hojas (para el caso de Vigna sp.), y en hojas y frutos con Rinchosia sp.

Criterios campesinos en la selección del germoplasma


El cultivo del ib en la región integra una serie de criterios de selección de tipo agronómicos,
alimenticios, de mercado y culturales. Sin embargo, la predominancia de algunas de las variantes
responde a dos criterios relacionados: el sabor (27.39 %) y color de la semilla (20.75 %),
siguiéndoles en un segundo orden de importancia el tiempo de cocción de la semilla (12.45 %)
y su precio en el mercado (11.2%). La importancia del sabor como criterio de selección radica
en que la semilla del ib posee sustancias cianogénicas que producen un sabor amargo, y varía
en función de las concentraciones presentes (Baudoin et al., 1990). Los productores reportaron
ademas la existencia de otros criterios de selección que poseen una importancia mayor en
variantes cuya producción es para autoconsumo, como lo son el ciclo productivo o la resistencia
al ataque de gorgojo (Sitophilus zeamais) y a la sequía, entre otros (Cuadro 2).
32 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 2. Criterios campesinos de selección del germoplasma de P. lunatus en dos


comunidades mayas en la península de Yucatán, México.
Criterios de selección del germoplasma % mencionado
Sabor de la semilla 27.39
Color de la semilla 20.75
Tiempo de cocción de la semilla 12.45
Valor económico de la semilla 11.2
Forma de la semilla 6.22
Ciclo productivo (produce pronto) 5.39
Ataque por gorgojos (Sitophilus zeamais) 5.39
Tamaño de la semilla 4.15
La variedad "aguanta" sequía 3.32
La variedad produce más semilla 2.49
La variedad crece bien en suelos cansados 1.25

Germoplasma silvestre (ib-cho)


Se encontraron 11 poblaciones distribuidas en tres áreas (la Sierra de Ticul, Yucatán no fue
considerada en la colecta de ib-cho). El análisis de conglomerados realizado generó tres grupos
(Figura 5); dos grupos 1 y 2, (izquierda de la Figura 5) integrados sólo por una población, los
que fenotípicamente parecen formas arvenses generadas por la hibridización entre las
subespecies conocidas. Dichos grupos poseen vainas y semillas de mayor tamaño y presentaron
distribución limitada, encontrándose el grupo 1 en Felipe Carrillo Puerto y el grupo 2 en el
Oriente de Yucatán. El grupo 3 se integró por las nueve poblaciones restantes, las cuales se
caracterizaron por poseer vainas y semillas pequeñas, y distribución amplia en toda la región.

Figura 5. Patrón de agrupamiento del germoplasma silvestre colectado en la península de Yucatán, México.
P, población.

La abundancia del ib-cho o ib silvestre fue como sigue: Chenes tuvo cinco poblaciones
(P-7, P-8, P-9, P-10 y P-11), Felipe Carrillo Puerto con cuatro (P-3, P-4, P-5 y P-6) y el Oriente
de Yucatán con dos (P-1 y P-2). La mayor abundancia de poblaciones de ib-cho en la region de
Los Chenes y Felipe Carrillo Puerto se debe a las condiciones edáficas de dichos lugares, ya
que el ib-cho crece en suelos de alta fertilidad, los cuales son encontrados en mayor abundancia
en esas dos áreas de la Península (Cuadro 3).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 33

Cuadro 3. Promedios y desviaciones estandar de la caracterización morfológica del germoplasma silvestre de


P. lunatus colectado en la península de Yucatán, México.
Población Largo-vainaa Ancho-vainaa Largo-semillaa Ancho-semillab Peso-semillaa
P-1 4.34 ± 0.34 0.96 ± 0.09 0.76 ± 0.04 0.61 ± 0.06 0.104 ± 0.04
P-2 4.80 ± 0.65 1.13 ± 0.12 1.05 ± 0.17 0.75 ± 0.09 0.256 ± 0.13
P-3 3.92 ± 0.35 0.96 ± 0.11 0.71 ± 0.05 0.62 ± 0.15 0.086 ± 0.02
P-4 3.89 ± 0.42 1.01 ± 0.08 0.68 ± 0.07 0.56 ± 0.04 0.076 ± 0.01
P-5 4.21 ± 0.26 1.01 ± 0.09 0.71 ± 0.06 0.61 ± 0.05 0.104 ± 0.02
P-6 5.36 ± 0.76 1.05 ± 0.04 0.89 ± 0.07 0.59 ± 0.05 0.168 ± 0.02
P-7 4.19 ± 0.31 1.04 ± 0.08 0.74 ± 0.04 0.59 ± 0.03 0.083 ± 0.01
P-8 4.12 ± 0.22 1.06 ± 0.06 0.76 ± 0.03 0.59 ± 0.04 0.092 ± 0.01
P-9 4.12 ± 0.29 0.92 ± 0.06 0.78 ± 0.08 0.61 ± 0.07 0.117 ± 0.07
P-10 3.83 ± 0.29 0.76 ± 0.09 0.77 ± 0.07 0.60 ± 0.06 0.102 ± 0.02
P-11 3.43 ± 0.33 1.14 ± 0.07 0.78 ± 0.05 0.62 ± 0.04 0.118 ± 0.02
P-12 4.39 ± 0.36 1.03 ± 0.06 0.79 ± 0.05 0.60 ± 0.04 0.111 ± 0.02
P-13 4.03 ± 0.33 0.88 ± 0.08 0.76 ± 0.04 0.59 ± 0.06 0.101 ± 0.02
a
Los valores son el promedio de 10 individuos en cm, y bgramos.

Discusión
Los resultados corroboran la alta diversidad intraespecífica reportada por Ballesteros (1999)
para el germoplasma cultivado de P. lunatus en la región, mientras que la presencia de semillas
aplanadas (cv-gr Sieva) y elípticas y redondas (cv-gr Papa) es acorde con los reportes de
Debouck et al. (1989), Fofana et al. (1999), Gutiérrez et al. (1995) y Maquet et al. (1990),
quienes las señalan como representantes del acervo genético mesoamericano, si bien el análisis
de agrupamiento no pudo diferenciar claramente los dos cultigrupos. Las semillas aplanadas
gruesas son al parecer formas intermedias entre ambos cultigrupos, ya que el cultivo simpátrico
que las genera, y su existencia había sido reportada por Gutiérrez et al. (1995) y Ballesteros
(1999).
Aún existe una alta diversidad intraespecífica dentro del ib, pero sólo unas cuantas variantes
son las que más se cultivan, lo cual es debido a una combinación de criterios de selección del
germoplasma. El sabor y color del grano son los dos criterios más importantes, los cuales a su
vez se relacionan con un tercero casi de igual valor: el precio de la semilla en el mercado. El
sabor amargo del grano causado por sustancias cianogénicas es menos acentuado en las
variantes de grano blanco (Baudoin et al., 1990). El color blanco en el grano es también una
consecuencia de la incorporación de los pequeños productores al mercado, las semillas de
testa blanca adquieren mayor precio, provocando que las variantes de otros colores dejen de
ser cultivadas. Ballesteros (1999) señala, además, que la predominancia del color blanco puede
obedecer también a un patrón de selección impuesto por la colonización.
La mayoría de variantes cultivadas de P. lunatus no rebasan el 4% del total de área e
incluso algunas no alcanzan ni el 1% y son sembradas sólo por unos cuantos agricultores en
toda la región. Esta situación pone en riesgo la existencia de variantes raras, ya que las
condiciones aleatorias en que se lleva a cabo la agricultura tradicional en la región pueden
generar la pérdida de la semilla de un año para otro, lo cual fue comprobado para el caso de
Tabaco y Chocolate ib, en el área de Felipe Carrillo Puerto. Si predominan criterios de selección
relacionados a la comercialización de P. lunatus, muchas de estas variantes raras desaparecerán,
considerando que gran cantidad son sembradas por agricultores de edad avanzada que todavía
las autoconsumen. La consecuencia directa será una erosión genética en el germoplasma
cultivado de esta especie, proceso que se presentará en pocas generaciones humanas. Otros
ejemplos han sido reportados para variedades locales de yuca en la Amazonia peruana (Salick
et al., 1997) y para variedades de papa en los Andes peruanos (Brush, 1991).
34 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Los patrones de distribución observados en las variantes cultivadas indican que las presiones
de selección han llevado a la generación de ciertas variantes que sólo existen en una de las
áreas estudiadas. Estudios sobre factores ecológicos, como presiones de selección sobre el ib,
son necesarios para ayudar a explicar estos resultados.
Aunque existen tres características de la semilla, con las cuales los campesinos nombran
y diferencian a sus variantes de ib, es común encontrar a una misma variedad con diferentes
nombres incluso dentro de la misma comunidad. Esto se debe a que parte de los productores
suelen utilizar sólo uno de los criterios para nombrar a sus variantes, como es el caso de mulición,
que es también sac ib, siendo en el primer caso nombrada por la forma redonda de la semilla y
el segundo se atribuye al color blanco. Esto genera dificultades al analizar la diversidad del ib
desde un enfoque solamente etnobotánico debido a la existencia de sinonimias entre los nombres
locales. Por otro lado, a varios campesinos jóvenes no les gusta utilizar los nombres tradicionales
de las variedades locales, por lo que asignan de forma indiscriminada un nombre para diferentes
variantes, como por ejemplo el de mulición ib para todas las de semillas redondas.
Todavía existen poblaciones silvestres en las diferentes áreas estudiadas, pero sólo se
encontraron en el Oriente de Yucatán y en Felipe Carrillo Puerto, lo cual indica que en estos
lugares pueden presentarse eventuales flujos genéticos entre las dos subespecies de P. lunatus.
Este punto es de gran importancia para la diversidad genética de la especie ya que dichas
formas arvenses pueden, en algún momento, ser sujetas a selección por parte de los productores
(algo no detectado hasta ahora en esta investigación) y conducidas a un proceso de
domesticación, lo cual incrementaría la diversidad intraespecífica de P. lunatus.

Referencias
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Tropical. Tesis Dr. Colegio de Posgraduados. Montecillo, México.
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Baudoin, J. P. 1990. L’amélioration de Phaseolus lunatus L. en zones tropicales. Bull. Rech. Agron. Glembloux,
Belgique. 25:395-442
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lima bean in relation with the infraspecific classification and the seed coat pigmentation. Bean Improv.
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Bellon, M. R. and S. B. Brush. 1994. Keepers of maize in Chiapas, Mexico. Econ. Bot. 48:196-209.
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Andean origin and a secondary gene pool for the lima bean (Phaseolus lunatus L.) using chloroplast
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DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 35

Nienhuis, J., J. Tivang and P. Skroch. 1995. Genetic relationships among cultivars and landraces of lima
bean (Phaseolus lunatus L.) as measured by RAPD markers. J. Am. Soc. Hort. Sci. 120:300-306.
Salick, J, N. Cellinese, and S. Knapp. 1997. Indigenous diversity of cassava: generation, maintenance, use
and loss among the Amuesha, Peruvian Upper Amazon. Econ. Bot. 51:6-19.
36 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Conservación in situ de la biodiversidad de las variedades locales en la


milpa de Yucatán, México

L. Arias1, D. Jarvis2, D. Williams2, L. Latournerie3, F. Márquez5, F. Castillo6, P. Ramírez6, R.


Ortega5, J. Ortiz6, E. Sauri7, J. Duch5, J. Bastarrachea4, M. Guadarrama1, E. Cázares6, V. Interián6,
D. Lope1, T. Duch1, J. Canul1, L. Burgos1, T. Camacho1, M. González1, J. Tuxill2 , C. Eyzaguirre2
y V. Cob1
1
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del -IPN Unidad Mérida, Car. Antigua a Progreso
km 6. CP 97310 Mérida, Yucatán. México (lmarias@mda.cinvestav.mx).
2
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI).
3
Instituto Tecnológico Agropecuario (ITA-2.).
4
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
5
Universidad Autónoma de Chapingo (UACH).
6
Colegio de Postgraduados (CP.).
7
Instituto Tecnológico de Mérida (ITM).

Summary
In situ conservation of biodiversity from milpa landraces in Yucatan, Mexico. Reduction
of genetic diversity in traditional agroecosystems, caused in part by modernization of agricultural
systems, is occurring in various regions of Mexico and other developing countries. For centuries,
Maya farmers have grown a high genetic diversity of maize, beans, squash and chile peppers
under a slash-and-burn “milpa” system. The rural population of the Yucatan region is highly
dependent on these crops for home consumption. An objective of Mexican research institutions
is to reinforce the structural knowledge of the farmers’ decision-making processes that influence
in situ conservation of agricultural biodiversity. As part of the global project on strengthening the
scientific basis of in situ conservation, CINVESTAV is devoted to strengthening collaboratively
the national institutions responsible for the planning and implementation of conservation programs
and involving a wider group of actors and stakeholders including farmers, communities,
universities, research centers, and other groups in order to broaden the use and conservation
of agricultural biodiversity.
The Mexico project is located in Yaxcaba, Yucatan where maize, beans, squash and chili
peppers are being studied. Cropping systems were investigated within an agroecological and
socioeconomic framework. Landrace diversity was studied using ethnobotanical samples. Farmer
perceptions of landraces were recorded and tested in agromorphological characterization plots.
Also an isozymic characterization of these varieties was undertaken using isozymes pattern.
Socioeconomic studies including gender, rural food processing, and crop culinary-gastronomic
characteristics preferred by the wives of farmers were researched. Participatory plant breeding
methods to reinforce in situ conservation have been implemented, including mass selection and
a limited backcross breeding system for maize.

Key words: Biodiversity, in situ conservation, milpa.

Introducción
El proyecto “Fortalecimiento de las Bases Científicas para la Conservación In Situ de la
Biodiversidad Agrícola: México” se inició en 1998 con los objetivos siguientes: a) apoyar la
formación de un marco de conocimientos sobre la toma de decisiones de los productores que
influyen en la conservación in situ de la biodiversidad agrícola; b) fortalecer a las instituciones
nacionales para la planeación e implementación de programas de conservación de la
biodiversidad agrícola; y c) ampliar el uso y conservación de la biodiversidad agrícola mediante
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 37

la participación de comunidades de productores y grupos interesados. Este artículo reseña tal


proyecto y resume algunos resultados de investigación encontrados en casi cuatro años de
implementación.

Materiales y métodos
Siguiendo las líneas metodológicas planteadas por Jarvis et al. (2000) y Hernández X. (1995),
de 320 colectas de maíz (Zea mays L.), 40 de frijol incluyendo Phaseolus vulgaris e ibes
(P. lunatus), 49 de calabaza (Cucurbita moschata L. y C. argyrosperma L.) y 34 de chile
(Capsicum annuum L. y C. chinense Jacq.), se obtuvo la información etnobotánica con el objetivo
de identificar la variación reconocida por los agricultores según su clasificación en lengua maya.
Las muestras fueron sembradas en lotes experimentales en milpas1 de agricultores para su
caracterización morfológica y agronómica. Adicionalmente se realizaron cruzamientos de
variedades locales de maíz con otros maíces de características deseables, utilizando inicialmente
el método de retrocruza limitada y posteriormente selección masal, como parte de un proceso
de mejoramiento participativo. Se realizaron análisis bromatológicos e isoenzimáticos a una
colección crítica de materiales de maíz, frijol, calabaza y chile identificados por los agricultores
como representativos de los principales grupos locales. Se analizaron relaciones estadísticas
por diferentes métodos de análisis como componentes principales, conglomerados y correlación
canónica. Para el contexto sociocultural de la diversidad cultivada, se entrevistaron a 68 familias
de la comunidad de Yaxcabá, incluyendo a los miembros responsables de la unidad productiva
(hombres y mujeres) mediante encuestas socioeconómicas que incluyeron aspectos de
producción, distribución, elaboración y consumo de alimentos en base a maíz, frijol, calabaza y
chile.

Resultados

Agroecología
En el estado de Yucatán se siembran anualmente cerca de 160,000 hectáreas de maíz, de las
que aproximadamente el 90% son establecidas bajo el sistema de roza, tumba y quema llamado
milpa con una producción promedio de 780 kg por hectárea, esencialmente con variedades
locales de maíz ya que el uso de las variedades mejoradas no rebasa el 10 % de la superficie
sembrada. De un total de 12 variedades mejoradas, de 1965 a la fecha persisten cinco (Chávez
et al., 2000).
El análisis de las relaciones ambientales de la agricultura en la zona corroboran su
dependencia de las condiciones orográficas y climáticas ya que la región está desprovista de
elevaciones y carece de corrientes superficiales de agua, que junto con la naturaleza calcárea
del suelo no permite la formación de cuencas para la captación de aguas pluviales. La posición
geográfica ubica al Estado dentro del cinturón intertropical mundial caracterizado por lluvias de
verano, vientos alisios, ciclones, tormentas tropicales y las corrientes de viento frío, “nortes”.
Todo esto hace que el suelo agrícola se presente en pequeños nichos de poca profundidad
entre las afloraciones pedregosas de calizas.
En la región de Yaxcabá predomina el cultivo de diversas variedades locales de maíz
(Zea mays L.), frijol conocido en lengua maya como xcolibu’l y tsamá (Phaseolus vulgaris L.),
ibes (P. lunatus L.), calabaza de las especies C. moschata L. y C. argyrosperma L., y en menor
grado C. pepo L., conocidas localmente como “Xnuc-kum”, “Xtop” y “tzol”, respectivamente. En
chile se identificaron dos especies C. annuum L. y C. chinense Jacq y una variante silvestre
C. annuum var. aviculare (Dierb) D. & E.

1
Milpa es un término utilizado en México para referirse a la parcela donde se cultiva uno o varios cultivos.
38 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diversidad cultivada en Yaxcabá, Yucatán


Considerando que las interrelaciones hombre-planta están determinadas por las condiciones
ecológicas, la cultura y los elementos productivos como las plantas en un espacio geográfico y
temporal, los estudios etnobótanicos se han enfocado hacia el conocimiento de las relaciones
del manejo humano de la diversidad cultivada desde una perspectiva de uso tradicional de los
recursos.
Los agricultores clasifican a sus variedades de maíz, frijol, calabaza y chile considerando
principalmente caracteres morfológicos apreciables mediante un nombre en lengua maya. Según
Arias et al. (2000) los milperos reconocen quince variedades principales de maíz
(Zea mays L.), relativas a las razas Tuxpeño, Dzit-bacal, Xmejen-nal (propuesta en esta
investigación) y Nal-tel. En calabaza reconocen tres variantes principales pertenecientes a
C. moschata L. y C. argyrospema L.; seis variedades de frijol; dos Phaseolus vulgaris L. y
cuatro P. lunatus L.; así como ocho tipos de chile identificados como Capsicum annuum L. y
C. chinense Jacq.
Argaez et al. (2002), encontraron que los campesinos de Yaxcabá emplean hasta 13
caracteres para distinguir y nombrar sus variedades de maíz y ocho para frijol; en ambos casos
los caracteres de la semilla (tamaño) y el ciclo del cultivo fueron los de mayor importancia. Para
chile y calabaza los caracteres de mayor peso fueron el tamaño y color del fruto. También se
encontraron características de mayor preferencia como el sabor y la precocidad. Los resultados
preliminares revelaron que los agricultores utilizan la lengua maya para nombrar sus variedades
locales, mientras que a los materiales mejorados les llaman simplemente como híbridos.

Cuadro 1. Maíces cultivados en milpas de Yaxcabá.


Poblaciones Variante local reconocida (nombre maya) Ciclo
Nal/tel Amarillo (kan-nal) 7 semanas
Blanco (sac-nal)
Xmejen-nal Amarillo (kan-nal) 2.0 meses
(Nal-Tel x Tuxpeño) Blanco (sac-nal)
Amarillo (kan-nal) 2.5 meses
Blanco (sac-nal)
Tsiit-bacal Amarillo (kan-nal) 3.5 meses
(=Dzit-bacal) Blanco (sac-nal)
Xnuk-nal Amarillo (kan-nal) 4.0 meses
(Tuxpeño) Blanco (sac-nal)
Pix-cristo
Xhe-ub
Chac-chob
Xgranada-nal
Xwob-nal

Los resultados de la caracterización agronómica de 184 poblaciones de maíz obtenidos


por Camacho (2001), indican que la diversidad está determinada por el ciclo de cultivo y por las
características de espiga, mazorca y grano. Se forman cuatro grandes grupos que concuerdan
con la clasificación que utilizan tradicionalmente los agricultores para identificar sus maíces.
Dentro de cada grupo se detectaron las poblaciones con potencial agronómico superior. Burgos
et al. (2001) encontraron que los factores que influyen el rendimiento según el genotipo, son
suelo (altamente pedregoso y ligeramente profundo) y fecha de siembra.
Los agricultores clasifican tradicionalmente a sus poblaciones de maíz, frijol, ibes, calabaza
y chile con diferentes nombres, que hacen referencia a una clase morfológica distinta pero que
no siempre corresponden a entidades genéticas distintas como es el caso del maíz. Sin embargo,
esto es cierto en frijol e ib y quizá es producto de la estructura genética de las poblaciones y sus
sistemas de reproducción. Con base en la exploración etnobotánica, la colección de
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 39

germoplasma y los ensayos de caracterización morfológica, se obtuvo una visión más precisa
de los niveles de diversidad genética que se conserva en los campos de los productores. Por
ejemplo, en maíz se reconocieron tres razas Nal-tel, Dzit-bacal y Tuxpeño de Yucatán, y algunos
complejos poblacionales formados por la combinación de las características de dos o más
razas. La raza de Nal-tel clásica cada vez es más escasa en los campos de los productores.
Previo a la colecta, caracterización y evaluación de 184 poblaciones de maíz, se realizó una
caracterización isoenzimática preliminar de nueve muestras, presentando una amplia diversidad
genética entre los materiales colectados (Figura 1).

Figura 1. Agrupamiento de nueve poblaciones de maíz con base en las distancias genéticas de Nei y 18 loci
isoenzimáticos; a. grano amarillo y b, grano blanco.

El frijol, según Cob (2002), se siembra asociado con maíz en la milpa e incluyen las especies
locales comúnmente denominadas como coli-buul (Phaseolus vulgaris L.), ibes (P. lunatus L.) y
pelón (Vigna unguiculata L.). El frijol asociado de mayor uso por los agricultores es P. vulgaris
L. tardío, mientras que los precoces se siembran imbricados y en pequeñas áreas. La
cuantificación de la diversidad fue a nivel de poblaciones homogéneas denominadas Tzama y
Xcoli-buul dentro de P. vulgaris L., y en P. lunatus L. las poblaciones son diferenciadas por el
color del grano: blanco, rojo y jaspeado (Cuadro 2). Además fue caracterizado y evaluado otro
género similar en usos Vigna unguiculata L., conocido como Xpelón. En forma conjunta se
evaluaron 42 poblaciones pertenecientes a las tres especies.

Cuadro 2. Tipos de frijol cultivado en milpas de Yaxcabá


Nombre científico Nombre maya Ciclo Habito
Vigna unguiculata L. Xnuc-pelón 4 meses Enredador
Phaseolus vulgaris L Tsama 4 meses Enredador
Phaseolus vulgaris L. Xcoli-buul 6 meses Enredador
Phaseolus lunatus L. Ib o ibes 6 meses Enredador

En calabaza, Canul et al. (2002), para explorar la variación intraespecífica o poblacional,


caracterizaron 49 muestras de C. moschata L. y C. argyrosperma L., observándose amplia
variación en la producción de semilla, ya que es el principal producto de consumo. Las variables
de mayor valor descriptivo de las diferencias entre las especies son las estructuras reproductivas
como caracteres de semilla y en menor grado las variables vegetativas. La diferencia entre
especies se encuentran en hoja (forma borde, apariencia, color del moteado), fruto (forma,
color y dureza de epidermis), semilla (tipo de margen, y peso con testa) y tallo (forma), y
pubescencia; además de la longitud del androceo y los días a floración femenina. Los caracteres
mencionados fueron determinantes para diferenciar las poblaciones en ambas especies. La
nomenclatura local que designan los agricultores, también encuentra una alta concordancia
40 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

con los días a floración masculina o femenina y precocidad a la cosecha. Lo anterior define dos
variantes principales por su ciclo de cultivo y tamaño de semilla; 'Xtop', Cucurbita argyrosperma
L, de cuatro meses y 'nuk-kum', Cucurbita moschata L. de seis meses; así la más precoz
corresponde a un tamaño de semilla más pequeño.
Latournerie et al. (2002), basados en la denominación de los agricultores, registrarón que
los chiles se clasifican en siete morfotipos; los primeros seis pertenecen a Capsicum annuum L.
nominados como Ya'ax ic, Xcat'ic, Cha'huá, Dulce, Sucurre y Maax o Maaxito, este último
C. annuum L. var. aviculare (Dierb) D. & E. Además, un morfotipo de C. chinense Jacq. conocido
ampliamente como 'habanero'. A través de la clasificación campesina, se reconocen tres niveles
de diversidad: entre y dentro de especies, y la diversidad dentro de los morfotipos o variedades
criollas, aunque ellos los llamen simplemente como tipos. Los análisis de componentes
principales, conglomerados y de discriminante determinaron que existe alta consistencia, en
más de 80% de los casos, entre la denominación campesina de chiles y los diferentes grupos
morfológicos, incluyendo ciertos complejos fenotípicos.
La conservación in situ de los recursos fitogenéticos en campo de los agricultores es
compleja y requiere de la participación multidisciplinaria. Existe alta relación entre los nombres
mayas de las variedades criollas y las unidades de diversidad genética. Por lo anterior, se
considera que los caracteres que utilizan los campesinos para distinguir sus materiales son
determinantes en la conservación de las variedades locales.

Flujo de semilla
Yucatán, como otras regiones de México, está marginada de las modernas variedades que
distribuyen las casas comerciales debido a implicaciones de orden agronómico, económico y
social. En respuesta, los productores han generado su propio sistema de abastecimiento informal
de semillas, con escasas o nulas relaciones con los sistemas formales. El movimiento de semillas
en la región de estudio es muy dinámico y obedece a la necesidad principal de producción de
alimentos. El intercambio de la semilla tiene diversas fuentes locales y regionales. Así, Gómez
et al. (2001) y Latournerie et al. (2002), encontraron en Yaxcabá que se siembra una diversidad
de 37 variedades (locales) o poblaciones criollas, de las cuales 22 corresponden a maíz, ocho
a frijol, tres a calabaza y cuatro a chiles. El 82% de las semillas de las variedades de maíz que
los agricultores manejan son criollos; el 18% son poblaciones derivadas del mejoramiento
institucional, pero ya tienen varios ciclos de acriollamiento en las milpas de los agricultores.
Para frijol, el 94% es criollo y solamente el 6% es mejorado ('Jamapa'); para calabaza todas son
criollas; y en chile el 90% son criollos y 10% mejorado ('habanero'). Los agricultores conservan
sus materiales criollos a través del tiempo y los han adquirido e introducido por distintas vías
como la compra, intercambio, regalo, préstamo y apropiación (robo). El intercambio (entrada y
salida de la comunidad) de semillas de los cultivos de la milpa se da con mayor frecuencia
dentro de la comunidad, principalmente vía familiares y con otros productores. Según Tuxill y
Chávez (2002), las sequías y el paso de huracanes han obligado un intercambio que repone
semillas perdidas a diferentes niveles dentro y fuera de la comunidad.
En relación a los sistemas de abastecimiento de semilla o germoplasma, Ix et al. (2002)
observaron que los productores de la comunidad tienen materiales provenientes del sector
formal de semillas a través de los programas de gobierno y de varias instituciones de
investigación. Estas últimas han introducido semillas criollas o mejoradas de maíz, frijol y
calabaza. También algunos productores han adquirido semillas directamente en tiendas
agropecuarias y mercados locales de Mérida (ciudad más cercana, 120 km). La semilla mejorada
que reciben los agricultores la conservan no más de uno o dos ciclos debido a que la pierden
por sequías prolongadas, por depredadores o se dañan en el almacenamiento; hecho no común
con las variedades locales.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 41

Yupit et al. (2002) encontraron que el 60% de los agricultores de Yaxcabá almacenan la
semilla de maíz en mazorca con "holoch" (cobertura de brácteas u hojas) en estructuras
construidas de madera y guano (palma), llamadas localmente trojes o almacenes, y pueden
estar ubicadas en la milpa (55%), en el solar (20%) o dentro de las casas; ademas, señalan que
no le dan el mismo manejo a las variedades mejoradas. Todos los productores seleccionan su
semilla cada ciclo; ésta puede seleccionarse durante la cosecha (20%) o en casa unos días
antes de la siembra (80%). La semilla de frijol, calabaza y chile se guarda en costales (sacos de
nylon) o en recipientes de plástico cerrados y la colocan en la cocina. Además, los productores
protegen las semillas con cal (hidróxido de calcio), insecticidas o en lugares donde se impregnen
del humo producido por sus cocinas, reportándose muy pocos insectos plaga que dañen las
semillas almacenadas.
González et al. (2002a, b y c), con base en el análisis bromatológico preliminar de 13
muestras, señalan que a nivel macro (cenizas, lípidos y proteínas) las poblaciones de maíz
cultivadas en la milpa no presentan diferencias significativas, pero no se descarta que no exista
de acuerdo a los reportes de otros análisis. En el caso del frijol, el valor nutricional promedio de
las colectas estudiadas es similar al de otras leguminosas, aunque su composición difiere en
algunos constituyentes con significado para la dieta, como son las proteínas y algunos minerales.
Las semillas de calabaza resultaron como alternativa para aportar nutrimentos a la dieta del
yucateco, en especial grasa, proteína, potasio, magnesio, hierro y zinc. En algunas colectas se
encontró alta variabilidad en algunas de las características bromatológicas evaluadas. El análisis
detallado de las diferentes poblaciones cultivadas podrá ofrecer mayores elementos de juicio
para definir las diferencias o similitudes de los materiales cultivados ya sea a nivel genético, en
capsicinas (chile), aceites (en el caso de semillas de calabaza), antinutrientes (frijol e ib) o de
aminoácidos en maíz, entre otros.

Social, cultural y económico


Lo socioeconómico y cultural se relaciona íntimamente con los aspectos etnobotánicos. Sin
embargo, para propósitos específicos de este proyecto fue conveniente desagregar por géneros
los aspectos sociales, culturales y económicos que tienen relación directa con la conservación
de recursos genéticos cultivados. Así mismo, conocer sus interrelaciones y efectos
independientes, si los hay, sobre la conservación in situ.
Interian y Duch (2002), basados en los estudios de Pérez (1983), así como en Morales y
Quiñones (2000), encuestaron a una muestra de 62 familias con actividades que giran en torno
a la asociación de cultivos en la milpa y que integran una gran diversidad de actividades de
carácter económico. En principio, los hogares encuestados fueron agricultores con variada
actividad económica principal y estructurados en una clasificación socio-económica registrada
por Duch et al. (1998) y reconocida por los mismos productores locales: a) los "milperos" o
Ko'ol Ka'ab que manejan mayor diversidad y se dedican principalmente a la agricultura; b y c)
dos estratos intermedios; y d) el grupo de "comerciantes" los cuales son los que manejan
menos diversidad en sus terrenos de cultivo. Las principales actividades económicas encontradas
fueron los "milperos" (91.2%), "comerciantes" (5.9%), albañiles (1.5%) y amas de casa (1.5%).
Además, estas actividades son complementadas con el jornaleo (venta de mano de obra), la
cría de aves de corral, la cría de cerdos, y el manejo de apiarios. Con respecto al manejo de los
productos de la milpa, el 97% almacenan granos de maíz, frijol, calabaza o chile para
autoconsumo familiar y, por otro lado, de todos los agricultores entrevistados el 86.8%
comercializan algún excedente.
Los análisis univariados obtenidos por Lope (2002) sobre las aportaciones económicas de
madres de familia de la misma muestra de Interian y Duch (2002), señalan que la mayor parte
de los ingresos están destinados en primer lugar hacia necesidades humanas básicas (96.3%),
en segundo, a inversión en el sistema de producción ó milpa y en tercer lugar, a inversión en
capital humano. Se realizaron análisis bivariados, con pruebas de ji-cuadrada para probar las
42 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

relaciones de dependencia ó independencia entre los mencionados grupos de variables. Para


las relaciones "destino del ingreso-idioma más hablado", "destino del ingreso-grupos por años
de escolaridad" y "destino del ingreso-grupo socioeconómico", se encontró dependencia en
cada caso. Hubo independencia entre el destino del ingreso y grupos de individuos cabeza de
familia por edad.
Cázares et al. (2002) exploraron las relaciones entre la diversidad cultivada y sus procesos
de elaboración de alimentos con base en una serie de entrevistas directas a las amas de casa
del 10% de los hogares de la comunidad de Yaxcabá, Yucatán. En la entrevista se exploraron
conceptos como la cantidad de platillos que se preparan con cada especie, así como la forma
en que las combinan, las variedades que más les gustan, las características organolépticas
que determinan su preferencia y la forma de consumo a lo largo del año. Se observó que las
variedades más utilizadas son el maíz Xnuk-nal amarillo y blanco (Zea mays L., raza Tuxpeño
de Yucatán) 58% del total de casos, el frijol Xcoli-bu'ul (Phaseolus vulgaris L., negro tardío)
78.3%, la calabaza Xnuk-ku'um (Cucurbita moschata L.) 91.7%, Sac-ib (Phaseolus lunatus L.)
86.7% y chile 'Habanero' (Capsicum chinense Jacq.) 98.3%. Entre las características
organolépticas preferidas en los ingredientes están el color, el sabor y la textura. Se reconocieron
más de 60 diferentes platillos en los que estas variedades son ingredientes importantes, así
como las épocas preferidas para su consumo.

Mejoramiento participativo
Los cultivos objeto de estudio presentan diferentes sistemas de polinización; por ejemplo, maíz
y calabaza son especies alógamas (polinización cruzada) y contrariamente el frijol es una especie
autógama, mientras que chile es considerada autógama, con altas tasas de polinización cruzada.
Se hicieron trabajos de mejoramiento en maíz conjuntamente con los productores y la actividad
principal fue la selección de la semilla para cada ciclo. Se implementó la retrocruza limitada y la
selección masal in situ como métodos para mejorar las variedades de los productores en los
lugares que se cultivan.
La experiencia generada en este esquema de investigación aporta elementos importantes
en la conjunción de esfuerzos multidisciplinarios para entender y agregar valor a la conservación
in situ de los recursos fitogenéticos cultivados. El enfoque participativo, es un elemento esencial
en el entendimiento del conocimiento del agricultor, quien toma la decisión sobre las unidades
de diversidad a conservar, llamadas comúnmente, materiales criollos. El mejoramiento por
selección masal o retrocruza limitada en maíz son técnicas que pueden apoyar el mejoramiento
que hacen los agricultores.
El productor conserva en su milpa diversidad de variedades locales de alto valor agronómico
que son susceptibles de ser mejoradas mediante un procedimiento sistemático de selección de
semillas. Como primer paso, se inició la documentación del sistema local de selección de semillas,
y posteriormente, para el caso de maíz, se iniciaron los trabajos de mejoramiento participativo
utilizando los métodos de selección masal in situ y la retrocruza limitada. Márquez (2002)
desarrolló tres materiales retrocruzados de las razas Tuxpeño, Nal-tel y Dzit-bacal las cuales
se trajeron a Yucatán. Se notó una tendencia de cobertura incompleta de mazorca y para
compensar este efecto, los materiales avanzados se cruzaron de nuevo con la variedad original,
sometiéndose de nuevo a selección de planta y, desde luego, para cobertura de mazorca.
Chávez et al. (2002) describen y analizan la implementación de la técnica de selección
masal visual en la comunidad de Yaxcabá en un material de interés, así como los puntos críticos
de la selección de semilla por los agricultores locales. Adicionalmente, se condujo un esquema
de retrocruza limitada la que es más dependiente del mejorador pero con grandes expectativas
para los productores.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 43

Conclusiones
Las actividades productivas de la familia “milpera” en torno a la conservación de variedades
locales están asociadas con diferentes responsabilidades; las mujeres, principalmente en la
elaboración de alimentos para el consumo, y en el caso de los hombres, en las prácticas
agrícolas, donde las actividades y la participación son complementarias y definen los escenarios
de toma de decisiones en la conservación in situ. Los agricultores clasifican sus variedades
locales de maíz, frijol, calabaza y chile considerando caracteres fenológicos y morfológicos de
planta designados en lengua maya.
Los agricultores reconocen quince variedades locales principales de maíz relativas a las
razas Tuxpeño, Dzit-bacal y Nal-tel. En calabaza reconocen tres variedades criollas de Cucurbita
spp.; dos C. moschata L. y una C. argyrospema L.; seis variedades de frijol, dos Phaseolus
vulgaris L. y cuatro P. lunatus L.; y siete variedades locales de chile de las que seis son Capsicum
annuum L. y una es C. chinense Jacq. Los estudios agromorfológicos e isoenzimáticos
practicados a estas variedades locales corroboran la correspondencia entre las variedades
agronómicas y la percepción de los agricultores basados en su nomenclatura maya. Los análisis
bromatológicos aportaron información sobre las características bioquímicas de interés nutricional
humano. Adicionalmente, se recopiló información entre las mujeres campesinas (amas de casa)
de las preferencias de variedades locales y recetas de los alimentos más frecuentes elaborados
con maíz, frijol, calabaza y chile. En maíz se ensayaron las técnicas de selección masal y
retrocruza limitada para el mejoramiento agronómico con resultados promisorios en términos
productivos.

Agradecimientos
Al Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo de Canadá por la donación de fondos
para este proyecto y al Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos por su amplia asesoría
técnica para implementar y desarrollar los trabajos del mismo. Así como a las siguientes
instituciones nacionales; Centro de Investigación y Estudios Avanzados del Instituto Politécnico
Nacional U. Mérida, Instituto Nacional de Antropología e Historia, Instituto Tecnológico de Mérida,
Instituto Tecnológico Agropecuario No. 2-SEP, Universidad Autónoma Chapingo, Colegio de
Postgraduados e Instituto de Investigaciones Agrícolas, Forestales y Pecuarias. Especialmente
al Ejido de Yaxcabá, México por las facilidades, y a todas las personas que hicieron importantes
aportaciones, en diferentes formas, al trabajo desarrollado.

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DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 45

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46 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

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México.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 47

Diversidad morfológica del maíz criollo de la región centro de Yucatán,


México

Tania Carolina Camacho Villa1 y Jose Luis Chavéz Servia2


1
Dirección General de Planeación y Evaluación de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(SEMARNAT), México, D.F. (tccvilla@yahoo.com.mx).
2
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) C/o CIAT, A.A.6713 Cali, Colombia
(j.l.chavez@cgiar.org)

Summary
Morphological diversity of maize landraces of the central region of Yucatan, Mexico.
Phenotypic diversity and classification of traditional landraces of the east-central region of
Yucatan, Mexico was studied through characterization of 182 samples collected in four
municipalities. Measured diversity was based on the racial classification of Wellhausen and
collaborators, the naming of local varieties by farmers, and the population dynamic on farm. For
each sample, sown under a simple lattice experiment on-farm, twenty-six morphological and
physiological variables were evaluated. There were significant differences among samples for
all recorded traits, except weight/volume ratio of 100 kernels. Through principal components
analysis by variance-covariance matrix, twelve plant, ear, kernel and tassel characters were
identified as having the greatest explanatory value of phenotypic variation. The results obtained
indicate that the diversity is determined first by days to silking or pollen shed, and subsequently
by the ratio of plant height/total number of leaves, and tassel characteristics (length, central
spike length, lateral and central internode length, number of branches), ear (length, number of
rows, and kernels/row) and kernel (ratio of thickness/length). Cluster analysis and hierarchical
grouping were important to understand the patterns of morphological diversity, ranging from
early (55 day) to late (89 day) time to silking. Precocity is a key element for farmers’ variety
classification, as expressed in Maya nomenclature, thus ‘Nal t’eel’ means earlier (literally, rooster
maize) and ‘Xnuuk nal’ later. Farmers continue to maintain the pre-Columbian races Nal-tel and
Dzit Bacal, ‘Xnuuk nal’ hypothesized as belonging to Tuxpeño, and one group of samples of
intermediate cycle known as ‘Xmejen nal’. In addition, one group of crop populations called
“Acriollados” (creolized varieties) was distinguished as result of the selection and probable
recombination of old improved varieties. Farmers’ variety names do not always correspond
morphologically exactly with the synonym of the respective race. In total eight different groups
were partitioned through their morphological and physiological traits.

Keywords: Landraces, local knowledge, maize races, on-farm conservation, phenotypic diversity,
Yucatan.

Introducción
El maíz representa la tradición cultural, alimentaria, económica y social de México, y en particular
de Yucatán donde la civilización Maya alcanzó su explendor. El legado cultural de las
civilizaciones precolombinas de Mesoamerica, entre ellas la Maya, esta representado en las
caracteristicas de los grupos indígenas actuales y en su racionalidad para el uso de los recursos
naturales, evidencias del traslape geografico ente la riqueza biológica y la diversidad cultural
(Toledo et al., 2001). En esta región, el maíz, desempeña una funcion social muy importante
por los altos niveles de consumo; por ejemplo, en Yucatán se producen aproximadamente
160,000 ton por año (SIACON, 2002) y es insuficiente para la demanda del Estado. El asilamiento
geográfico de los grupos influyó, en parte, en las divergencias fisicas humanas, lingüísticas y
48 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

también en la cultura del aprovechamiento del maíz; éstos grupos han mantenido, para su uso,
diferentes razas de maíz (Benz, 1986). En este contexto, la milpa, espacio agrodiverso, es un
sistema de producción en policultivo (maíz, frijol y calabaza) en donde se siembra diferentes
variedades locales en diversos arreglos topológicos (Pérez, 1981; Terán y Rasmussen, 1994).
La descripción y clasificación de la diversidad de maíz en México tiene como base los
trabajos de Anderson (1946) quien aplicó el concepto de raza para describir las variantes de la
Mesa Central a las que llamó como “mexican pyramidal”, y a las del Bajío como “mexican
narrow ear”. Wellhausen et al. (1951), hicieron también importantes aportaciones al clasificar la
variabilidad de maíz en 25 razas, 3 subrazas y 7 razas no bien definidas; a partir de entonces,
se han descrito hasta 59 razas (Cervantes et al., 1978; Hernández y Alanis, 1970; Doebley et
al., 1985; Hernández, 1986; Ortega et al., 1991; Sánchez, 1993; Sánchez et al., 2000). La
clasificación en razas es cerrada en el sentido de que toda la variabilidad de maíz corresponde
a la variación dentro de una raza. Además, tiene la particularidad de que las poblaciones o
individuos que la componen comparten un grupo de genes específicos, poseen una adaptabilidad
a nichos y usos específicos (Anderson y Cutler; 1942; Goodman y Brown, 1988).
En Yucatán, Wellhausen et al. (1951) identificaron la raza Nal-Tel y una subraza que
denominaron como Dzit-Bacal. Posteriormente Cárdenas (1997) indica que además de estos
dos grupos raciales, están presentes las razas Olotillo, Tepecintle y Zapalote Chico. En esta
región, como en otras de México, los agricultores cultivan variedades locales o criollas de maíz
en forma tradicional, intercambian semilla y generan nueva variabilidad (Louette y Smale, 2000).
Los agricultores mayas de Yucatán explotan la variabilidad de maíz que generan y preservan
en sus parcelas de cultivo bajo su racionalidad y con la asignación de diferentes nombres
locales (Pérez, 1981; Terán y Rasmussen, 1994).
Los trabajos preliminares desarrollados por Arias et al. (1999) en la región centro oriente
de Yucatán confirmaron la presencia de las razas descritas por Wellhausen et al. (1951), pero
además observaron una gran variabilidad morfológica dentro de las razas y la presencia de
combinaciones intermedias. La racionalidad de los agricultores mayas por cultivar una gran
diversidad de variedades locales obedece en parte a sus principios culturales y a la necesidad
de satisfacer los requerimientos de alimento y por la venta, obtener recursos económicos. En
objetivo para éste trabajo fue describir y clasificar la diversidad morfológica de maíz cultivado
en la región centro oriente de Yucatán, México tomando como eje el municipio de Yaxcaba, y
aportar información sobre la dinámica poblacional de las variedades locales.

Materiales y métodos

Material genético y caracterización


Las muestras de maíz utilizadas en el estudio fueron producto de una colecta realizada, durante
1999, en los municipios de Yaxcaba, Cantamayec, Dzitas y Opichen, Yucatán. En total se
incluyeron 182 muestras donadas por los agricultores, la mayor parte (86.3%) del municipio de
Yaxcaba de las comunidades de Yodzonot, Canakom, Libre Unión, Santa María, Tahdzibichén,
Tiholop y Yaxcaba (cabeza de municipio). Las colectas de Nuevo Tecoch y Opichen municipio
de Opichen; Xocempich, Dzitas; y Cantamayec y Cholul, Cantamayec integraron el 13.7%. A
las muestras de las variedades locales les fueron asignados los nombres proporcionados por
el agricultor donante. Así, la clasificación campesina en lengua maya, en grupos varietales, fue
‘Nal t’eel’, ‘Xmejen nal’, ‘T’síit bakal’, ‘Xnuuk nal’ y aunque no en lengua maya, se integró otro
grupo al que se llamó ‘Acriollados’ o materiales que el agricultor conserva y designa como
híbridos o variedades pero que fueron introducidos hace más de cinco años, algunos hace 20
años, pero que selecciona cada año y siembra cerca de sus variedades locales. Los nombres
mayas de las variedades locales fueron escritos de acuerdo con el diccionario maya de
Bastarrachea et al. (1992).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 49

En el verano de 1999, se realizó la siembra de la manera tradicional, una vez que se inició
el periodo de lluvias, en terrenos ligeramente profundos. Las 182 muestras colectadas fueron
distribuidas en el terreno de un agricultor de Yaxcaba, , distribuidas bajo un diseño de latice
rectangular simple con dos repeticiones para disminuir el efecto ambiental en la caracterización.
La caracterización morfológica se realizó utilizando los descriptores para maíz del IBPGR
(1991). Para la definir las variables a evaluar se utilizó como referencia los trabajos de Sánchez
y Goodman (1992), Sánchez et al. (1993), Herrera (1999) y Herrera et al. (2000). Así en cada
muestra se evaluaron caracteres fisiológicos (días a emisión de polen y exposición de estigmas),
vegetativos de planta (altura de planta y mazorca, número de hojas arriba y debajo de la
mazorca), de espiga o panícula (longitud total, de pedúnculo, de la parte ramificada, de la rama
central, del internudo de la rama central y del internudo de la rama lateral, y número de ramas),
de mazorca (forma, longitud, diámetro, número de hileras, número de granos por hilera, diámetro
de olote, ráquis y medula, y color de olote) y grano (longitud, ancho, grosor, forma, tipo y
textura, color, peso y volumen de 100 granos).

Análisis estadístico
Se realizó una análisis de varianza para cada carácter evaluado mediante el modelo lineal de
latice rectangular simple, y a la información proveniente de la descripción de las muestras se le
practicó un análisis de componente principales utilizando la matriz de varianzas y covarianzas
mediante el procedimiento PRINCOMP del paquete estadístico SAS (2000). Para determinar
las variables de mayor poder descriptivo de la variabilidad presente en las muestras se utilizó el
método propuesto por McCabe (1984) y consistió en seleccionar aquellas variables que
maximizaron la varianza de la matriz de covarianzas sin perder variabilidad. De esta manera,
después de discriminar las variables de aportación no significativa, se realizó el segundo análisis
de componentes principales con las variables seleccionadas de mayor poder descriptivo el
cual se presenta en los resultados.
Con las variables seleccionadas de mayor valor descriptivo se procedió a realizar un análisis
de conglomerados (cluster) y el agrupamiento para el dendrograma se realizó con el método
de Ward (SAS, 2000). La determinación del punto de corte en el dendrograma se baso en la
significancia de la seudo F y el coeficiente de determinación (r2 = 0.84).

Resultados y discusión

Descripción morfológica
Los resultados del análisis de varianza detectaron diferencias altamente significativas para
todos los caracteres excepto para la relación peso/volumen de 100 granos. Los promedios
fenotípicos, mínimo, máximo, desviación estándar y coeficiente de variación se reportan en el
Cuadro 1. Los mayores valores en el coeficiente variación y la desviación estándar se estimaron
en los caracteres altura (total y de mazorca), número de hojas (totales y arriba de la mazorca),
y en general en los caracteres reproductivos de espiga y mazorca. Todo esto indica que los
agricultores de Yucatán manejan una gran variabilidad morfológica en sus variedades locales.
Un ejemplo de ello son los rangos de variación observados en días a emisión de polen y
exposición de estigmas, de 33 y 34, respectivamente. Esto indica que existen variedades locales
que fisiológicamente tienen nula o baja posibilidad de intercambiar genes a través del flujo de
polen; aunque, se siembren juntas en espacio. Estas tendencias también se han reportado en
otras regiones de México, al valorar la diversidad interpoblacional de maíz; por ejemplo, el caso
de la raza Chalqueño reportado por Herrera et al. (2000) y el de las razas Celaya y Cónico
Norteño descrito por Aguirre et al. (2000).
50 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 1. Estadísticas descriptivas de las variables evaluadas durante la caracterización morfológica de 182
muestras de variedades locales de maíz
Variable Promedio Mínimo Máximo Desviación CV1
estandar (%)
I. Fisiológicas y de planta
Dias a emisión de polen 76.15 53.00 86.00 8.09 0.62
Días a exposición de estigmas 78.58 55.00 89.00 8.23 0.47
Altura de la planta (m) 2.89 143.25 343.88 40.67 4.07
Altura de la mazorca (m) 2.02 76.00 246.50 38.47 9.07
Hojas debajo de la mazorca 1.47 1.32 2.22 0.13 9.02
Hojas arriba de la mazorca 12.33 7.00 15.00 2.22 7.99
Hojas totales 18.66 12.00 22.00 2.45 3.14
Altura de la planta/hojas totales (cm/hoja) 15.57 12.18 17.66 0.74 4.77

II. Espiga
Longitud total (cm) 58.05 34.49 66.25 5.63 9.69
Longitud del pedúnculo (cm) 19.99 5.66 27.06 4.95 4.76
Longitud de la parte ramificada (cm) 15.83 6.37 19.81 1.94 2.26
Longitud de la rama central (cm) 22.36 17.98 31.06 2.46 0.99
Long. del internudo de la rama central (cm) 5.07 3.64 6.81 0.58 11.37
Long. del internudo de la rama lateral (cm) 6.18 4.78 7.63 0.57 9.21
Número de ramas 29.78 14.00 39.00 5.29 17.76
Long. del pedúnculo/long. espiga (cm) 0.34 0.15 0.45 0.07 20.45
Long. parte ramificada/ long. espiga (cm) 0.27 0.17 0.36 0.03 9.43
Long. rama centra/ long. panícula (cm) 0.39 0.30 0.65 0.07 17.89

III. Mazorca
Longitud (cm) 13.94 7.87 18.21 1.61 11.54
Diámetro (cm) 4.14 3.25 4.96 0.29 7.03
Número de hileras 11.81 8.00 15.00 1.36 11.49
Número de granos por hilera 37.63 21.00 52.00 6.00 15.95
Diámetro de oloteb (cm) 2.31 1.37 3.18 0.25 10.80
Diámetro del ráquis (cm) 0.64 0.29 0.95 0.12 18.27
Diámetro de la médula (cm) 1.14 0.57 1.72 0.20 17.28
Diámetro de olote/diám. de mazorca (cm) 0.56 0.42 0.69 0.05 8.27
Diámetro/ long. de mazorca (cm) 0.31 0.21 0.45 0.04 13.48
Diámetro de olote/long. mazorca (cm) 0.17 0.09 0.29 0.03 19.21

IV. Grano
Longitud (cm) 1.19 0.96 1.35 0.08 7.05
Ancho (cm) 0.89 0.70 1.06 0.06 7.19
Grosor (cm) 0.38 0.31 0.46 0.03 6.97
Peso de 100 granos (g) 0.75 0.59 0.91 0.05 6.93
Volúmen de 100 granos (ml) 0.32 0.25 0.46 0.04 2.68
Ancho/longitud (cm) 0.43 0.35 0.57 0.05 1.07
Grosor/longitud 31.08 22.45 40.35 3.61 1.62
Grosor/ancho 40.34 27.00 54.50 5.53 3.72
Peso/volúmen (g/ml) de 100 granos 0.78 0.67 0.97 0.03 4.33

a
CV, Coeficiente de variación; bOlote, termino regional para definir a la estructura donde se inserta los granos.

La descripción de la variabilidad fenotípica morfológica a partir del análisis de componentes


principales constata que existe una diversidad de poblaciones de maíz dentro de los grupos
locales. Los primeros dos componentes principales explicaron el 82.5% de la variabilidad
morfológica a partir de 11 caracteres de planta, espiga, mazorca y grano. En los dos primeros
componentes los días a la exposicion de los estigmas y longitud de la panícula fueron
determinantes. La diferencia radicó en que para el primer componente principal las variables
de mayor influencia fueron número de ramas y número de granos por hilera, y para el segundo
fue la longitud de la rama central y número de ramas de la espiga, número de granos por hilera
en la mazorca y la relación grosor/longitud de grano (Cuadro 1).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 51

Los caracteres morfo-fisiológicos seleccionados en el análisis de componentes principales,


como los de mayor valor discriminatorio de la diversidad, coinciden con los reportados por
Sánchez et al. (1993) para describir las diferencias entre las razas mexicanas de maíz, y con
los seleccionados por Herrera et al. (2000) para discriminar diferentes poblaciones nativas de
maíz dentro de la raza Chalqueño. Además de ciertas similitudes en las variables seleccionadas
con otros trabajos, se infiere que son caracteres estables, sin alterarse por el ambiente, y útiles
para la clasificacion morfológica de las variedades locales de Yucatán.

Cuador 2. Valores y vectores propios del análisis de componentes principales (CP) que describen la variación
morfológica de 182 muestras de poblaciones nativas de maíz.
Caracteristicas CP 1 CP 2 CP 3
Valor propio 138.4 16.7 12.5
Varianza explicada (%) 73.6 8.9 6.7
Varianza acumulada (%) 73.6 82.5 89.1
Vectores propios de las variables morfológicas
Dias a exposición de estigmas 0.675 -0.283 0.128
Altura de la planta/número de hojas totales 0.016 0.029 0.005
Longitud de la espiga o panícula (cm) 0.392 0.640 0.345
Longitud de la rama central (cm) -0.111 0.405 0.095
Longitud del internudo de la rama central (cm) -0.023 0.017 0.007
Longitud del internudo de la rama lateral (cm) -0.024 0.041 0.019
Número de ramas 0.371 -0.469 0.228
Longitud de la mazorca (cm) 0.112 0.108 -0.100
Número de hileras en la mazorca -0.080 -0.002 0.101
Número de granos por hilera 0.440 0.252 -0.783
Grosor/longitud de grano 0.165 0.221 0.413

En la Figura 1 se representa la variabilidad fenotípica morfológica de las muestras


caracterizadas. Se observa un continuo morfológico que inicia desde los materiales precoces a
los tardíos; es decir, desde los del grupo ‘Nal t’eel’ a ‘T’síit bakal’ o ‘Xnuuk nal’. Entre estos los
grupos extremos se encuentra el intermedio ‘Xmejen nal’ y los denominados como ‘Acriollados’.
En el lado derecho de la Figura 1 se presenta un complejo integrado por ‘T’sìit-bacal’ y ‘Xnuuk
nal’.

Figura 1. Descripción de la variabilidad agromorfológica de los grupos de variedades locales de maíz en función
de los dos primeros componentes principales (CP).
52 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Clasificación de la variación morfológica fenotípica


Después de la clasificación en razas de la diversidad del maíz de Yucatán realizada por
Wellhausen et al. (1951), son pocos los trabajos orientados a determinar la dinámica de las
poblaciones locales. En este trabajo se aportan elementos actualizados de la reciente de
variabilidad agromorfológica que manejas los agricultures en sus parcelas de cultivo. Asi, en el
análisis de conglomerados (seudo F= 22.0 y r2 =0.84) se indentificaron ocho grupos contrastantes
en sus características morfológicas (Figura 2).

Figura 2. Dendrograma de 182 muestras de variedades locales, basado en once variables morfológicas
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 53

De acuerdo con la Figura 2 la clasificación fenotípica de las muestras caracterizadas se


agruparon en ocho grupos significativamente diferentes, descritos a continuación. Es oportuno
mencionar que en lengua maya la palabra “nal” se entiende como maíz o mazorca de maíz, y
los colores de grano mas usuales son “K’aan” (amarillo), “Sak” (blanco) y “Chak” (rojo), entre
otros (Bastarrachea et al., 1992).

Grupo 1 ‘Nal t’eel’ o materiales muy precoces


El grupo se integra por los materiales más precoces (62 días a la exposición de estigmas en
promedio) dentro de todas las muestras evaluadas. Generalmente son materiales que requieren
cierto manejo diferente y con mayor cuidado en su cultivo, ocasionado, en parte, por su
precocidad y son los primeros en llegar a la madurez fisiológica, por lo que son atacados por
los pájaros y mamíferos que viven cerca de los campos de cultivo. Son de baja frecuencia en
las comunidades y requieren de menor humedad para llegar a su producción en comparación
con los materiales intermedios y tardíos. Se considera como una excelente opción para satisfacer
la demanda de alimentos de los agricultores, cuando requieren obtener maíz para autoconsumo
y aun no se alcanza la madurez en los otros materiales o bien porque la reserva del ciclo
anterior se ha agotado.
Entre las características sobresalientes del grupo se encuentra, en comparación con los
otros grupos, la precocidad, menor altura de planta (1.5 m), mazorcas pequeñas (8.5 cm de
largo) de 12 hileras y por lo tanto bajo número de granos por hilera (22). Además, tiene los
menores valores en tamaño de la espiga o panoja, en longitud y número de ramas, que en los
otros grupos (Figura 2 y Cuadro 3). Las muestras evaluadas fueron identificadas por los
agricultores donantes como ‘Nal t’eel’, ‘K’aay t’eel’ o de ‘Siete semanas’ al estado de grano
masoso lechoso, y por sus características tienen una alta similitud con la descripción que hizo
Wellhausen et al. (1951) para las muestras Yuc. 7 y 148 que llamaron como raza Nal-Tel. En
este punto cabe señalar que si la afirmación anterior es correcta entonces debe constatarse
que la primera clasificación fue asignada por el agricultores y los científicos únicamente la han
confirmado (Wellhausen et al., 1951; Cervantes et al., 1978; Doebley et al., 1985; Ortega et al.,
1991; Sánchez y Goodman, 1992; Sánchez et al., 1993; Sánchez et al., 2000).

Cuadro 3. Descripción morfológica promedio de los grupos clasificados en el dendrograma


Número de grupo en el dendrograma
variables
1 2 3 4 5 6 7 8
Días a exposición de estigmas 61.5 63.0 64.0 73.6 83.4 82.4 84.0 82.9
Altura de la planta (m) 1.53 2.16 2.24 2.75 3.03 3.14 3.09 3.07
Número de hojas totales 12.5 14.0 14.8 17.3 20.0 19.7 20.2 19.6
Altura/hojas totales 12.2 15.4 15.1 15.9 15.2 16.0 15.3 15.8
Long. de panícula (cm) 36.1 49.5 55.2 57.2 58.6 60.5 62.8 62.1
Long. rama central (cm) 21.5 25.3 28.4 22.7 20.7 21.6 23.2 22.0
Long. internudo de la rama central (cm) 5.9 5.4 5.8 5.7 5.0 5.1 4.0 4.9
Long. internudo de la rama lateral (cm) 5.7 6.7 6.9 6.8 5.94 6.2 5.3 5.9
Número de ramas 17.0 22.0 18.2 28.1 32.5 31.9 32.8 29.7
Longitud de la mazorca (cm) 8.5 11.0 14.0 13.5 14.4 14.6 14.7 16.1
Núm. hileras/mazorca 12.0 14.0 13.0 12.5 11.6 11.3 10.8 9.1
Núm. granos por hilera 21.5 27.7 33.2 34.9 39.7 39.2 41.0 50.0
Long. Grano (cm) 1.02 1.03 1.11 1.17 1.22 1.22 1.24 1.20
Grosor de grano (cm) 0.42 0.39 0.42 0.39 0.36 0.37 0.36 0.33
Grosor/long. grano 26.90 25.78 31.79 31.10 31.03 33.43 31.71 28.74

Grupo 2 ‘Xmejen nal’ o de ciclo precoz a intermedio


La forma de la mazorca tiende a cónica. A este grupo de materiales el agricultor los conoce
como ‘Xt’uup nal’, ‘Xmejen nal’ o simplemente ‘Intermedios’. En características de grano, mazorca
y planta son intermedios entre los denominados como ‘Nal t’eel’ y ‘Xnuuk nal’ o entre ‘Nal t’eel
54 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

y ‘T’siit bakal’. No obstante, este grupo posee características diferenciales para postularse
como un grupo independiente. Es precoz (65 días a la exposición de estigmas), con 2.16 m en
altura de planta, 49.5 cm de longitud de panícula y un promedio de 25.3 cm de longitud en la
rama centra de la espiga. El agricultor de Yucatán los siembra tanto en suelos pedregosos
como ligeramente profundo porque, según sus propias palabras, “rinden bien”. En este grupo
también se agrupan tres materiales que el agricultor llamó como ‘Nal t’eel’; no obstante,
corresponden, de acuerdo con la caracterización, al grupo de intermedios o ‘Xmejen nal’.

Grupo 3 Acriollados o variedades mejoradas antiguas en manos del agricultor


Este grupo se integra exclusivamente con las variedades introducidas y que fueron producidas
en los campos experimentales del Instituto Nacional de Investigaciones, Forestales, Agrícolas
y Pecuarias (INIFAP) hace más de una década. Durante la colecta de las muestras, los
agricultores mencionaron que a través de los programas gubernamentales les entregaron las
variedades V-536, V-528, V-527 o algunos no identificados que sólo los reconocen como híbridos.
La agrupación de estas muestras obedece, en parte, a que fueron originados a partir de una
mezcla de muestras provenientes de una colecta regional de Yucatán tipo ‘Xmejen nal y ‘Xnuuk
nal’ (Márquez, 1992), y por la recombinación con las variedades del agricultor.
Estas variedades ‘Acriolladas’ que se ubican dentro de los materiales precoces, se
diferencian del grupo 1 y 2 por tener mayores valores de longitud total de la panícula (55.2 cm)
y de la rama central, longitud de la mazorca y en la relación grosor por longitud de grano.
Aunque pueden obtener un rendimiento de grano más alto que los del grupo 1 y 2 tienen
problemas con plagas durante su almacenamiento, limitante que no permitió su amplia aceptación
por todos los agricultores. Este hecho, según ellos, es ocasionado por la ausencia de caracteres
que prolonguen su vida en el almacén como son buena cobertura de la mazorca, grano duro y
no muy harinoso, entre otras (Figura 2 y Cuadro 3).

Grupo 4 Complejo ‘Xmejen nal’ y ‘Xnuuk nal’ o de ciclo intermedio a tardío


El grupo esta integrado por materiales conocidos como de tres meses o tres meses y medio.
Entre los nombres que les otorga el agricultor están ‘Xe ju’, ‘K’aan nal’, ‘Xmejen nal’ y ‘Xnuuk
nal’. En el sentido de sus ciclos se pueden considerar como el grupo de transición hacia los
tardíos tipo ‘Xnuuk nal’. Su forma de mazorca se ubica entre cónica y cilíndrica, la exposición
de los estigmas, en promedio, es de 73.6 días la que se considera intermedia entre los tardíos
(grupo 5 a 8) y entre los precoces (grupos 1, 2 y 3). En general, tienden a presentar características
similares a los tardíos, excepto que en caracteres como ciclo (intermedio), grosor de grano
(0.39 cm) y longitud del internudo de la rama central es similar a los precoces.

Grupos 5 y 6 Complejo ‘Xnuuk nal’ o materiales tardíos


El grupo 5 se integra por las muestras que el agricultor llama como ‘País Xi’im’, ‘Xe ju’, ‘Sak nal’,
‘Chun yah’, ‘3.5 meses’, ‘K’aan nal’, ‘Colmillos’ o simplemente ‘Xnuuk nal’. Algunos materiales
tipo ‘T’síit bakal’ también quedaron integrados a este grupo. El grupo 6, de manera similar al
grupo 5, esta integrado esencialmente por muestras de las variantes locales denominadas
‘Xnuuk nal’, sólo que a diferencia del grupo 5 aquí se incluyen todas las posibles variantes de
los materiales tardíos que también encontraron, en Yucatán, Terán y Rasmussen (1994) y
Arias et al. (1999) y que son conocidos como ‘Xe ju, ‘Xbox holoch’, ‘Ch’on nal’, ‘Sak xi’im, ‘Nal-
xoy’, ‘Pix cristo’, K’an xi’im, ‘Chak chob’, ‘Xwob-nal’ y otros. La diferencia entre los grupos 5 y 6
radica en la mayor variación dentro del grupo 6 demostrada a través de su coeficiente de
variación, desviación estándar y varianzas (Figura 2 y Cuadro 3).
Las características evaluadas en la caracterización morfológica de los materiales conocidos
como ‘Xnuuk nal’ son muy similares a las de la raza Tuxpeño descrita por Wellhausen et al.
(1951), Cervantes et al. (1978), Sánchez y Goodman (1992) y Sánchez et al. (2000). De acuerdo
con la clasificación realizada por Sánchez (1993), respecto a la variabilidad moderna de maíz
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 55

en Mesoamérica, estos materiales también podrían clasificarse dentro del grupo denominado
como tropical dentado de madurez tardía y bajas elevaciones. La similitud genética de las
muestras tipo ‘Xnuuk nal’ y la raza Tuxpeño es una hipótesis de este trabajo y que necesita
mayores elementos de comprobación mediante el uso de marcadores moleculares. La hipótesis
se basa en la distribución de la raza Tuxpeño desde el norte de Veracruz y que puede extenderse
hasta la península de Yucatán como se infiere de la discusión de Sánchez (1993) acerca de las
razas mesoamericanas de maíz; en la marcada diferencia morfológica con las características
de planta y mazorca con la raza Nal-Tel; y también por sus diferencias en características de
mazorca (flexibilidad), olote y grano con la raza Dzit Bacal.

Grupo 7 Complejo ‘Xnuuk nal’ y ‘T’síit bakal’ muy tardíos de pocas hileras de granos
El grupo 7 se caracteriza por ser el más tardío de todos los grupos, 84 días a la exposición de
estigmas, mayor longitud de panícula (63 cm), altos (3.1 m), más granos por hilera (41), pero a
diferencia de los grupos 5 y 6 tiene, en promedio, menor número de hileras en la mazorca
(10.8), Figura 2 y Cuadro 3. Este grupo podría considerarse como la transición entre las variantes
denominadas ‘Xnuuk nal’ y ‘T’síit bakal’ por contener una combinación de ambos. Los agricultores
llamaron a las muestras que integran este grupo como ‘Xnuuk nal’ o ‘T’síit bakal’ quizá porque
el material que les dio origen (progenitores) correspondía efectivamente a estos grupos solo
que con la recombinación entre las variedades y la posterior selección de mazorca tomaron
características de ambos.

Grupo 8 ‘T’síit bakal’ tardíos de pocas hileras y mazorca flexible


Este grupo se integra por muestras muy distintivas de los materiales que el agricultor denomina
como T’síit bakal’. Se caracterizan por tener mazorcas largas (16.1 de longitud) y flexibles, de
pocas hileras (9.1 en promedio), de granos de poco grosor pero alargados (28.7 de relación
grosor por longitud), plantas altas (3.1 m), y de igual longitud de panícula que el grupo 7 (Figura
2 y Cuadro 3).
Las características descritas para este grupo coinciden con las reportadas por Wellhausen
et al. (1951) y Sanchez et al. (2000) para la raza Dzit Bacal. Por lo que pueden asumirse que
los materiales tardíos de pocas hileras y de mazorcas flexibles denominados como ‘T’síit bakal’
tienden a comportarse morfológicamente de manera similar a la colecta QR00-20 que ha sido
útil para definir la raza Dzit Bacal (Ortega et al., 1991; Sánchez et al., 2000).
La diversidad fenotípica descrita en este trabajo indica un continuo de variabilidad que
maneja los agricultores como un portafolio de opciones en función de las condiciones de suelo
y cantidad y frecuencia de las precipitaciones. Es decir, los campesinos de Yucatán tienen un
amplio conocimiento de las características de sus materiales locales similar a la que Soleri y
Cleveland (2001) describe para los de Oaxaca. Ellos perciben la variabilidad genética y la
seleccionan modificando la estructura de las poblaciones cultivadas.

Conclusiones
De acuerdo con la descripción morfológica y designación que los agricultores hacen de sus
materiales, se concluye que existe una amplia variabilidad morfológica de maíz en la región
centro oriente de Yucatán. La variación sigue un patrón de continuidad morfo-fisiológica, desde
las variedades locales muy precoces (Nal t’eel) hasta las tardías tipo ‘Xnuuk nal’ o ‘T’síit bakal’.
Para el caso de las variedades mejoradas, introducidas al sistema de cultivo desde hace más
de diez años, el agricultor las ha manejado o seleccionado adaptándolas de manera que son
parte de su portafolio de opciones y también integran el continuo de la dinámica de las
poblaciones cultivadas. Aunque se mantienen ciertas diferencias en relación con las variedades
originalmente locales, se podría asegurar que ha habido cruzamiento en ambos sentidos, y por
lo tanto, introducción de variabilidad genética.
56 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Las muestras de los materiales denominados por el agricultor de Yucatán como ‘Nal t’eel’
y ‘T’síit bakal’ mantienen cierta similitud con las razas Nal-Tel y Dzit Bacal descritas previamente.
No obstante, no todos los materiales designados con esos nombres corresponden a las razas.
Por lo que, se debe tener cuidado en asumir la denominación local igual al nombre de la raza.
Las variantes nombradas como ‘Xmejen nal’ o intermedios son un grupo fenotípico de transición,
con características propias que lo hacen diferente. El grupo ‘Xnuuk nal’ o materiales muy tardíos
mantiene ciertas similitudes con la raza Tuxpeño. La clasificación local y su correspondiente
asociación con las razas puede detallarse mediante otras técnicas mas precisas (p ej.
caracterizaciones moleculares); no obstante, este trabajo ayuda orientar la clasificación fenotípica
que hace el agricultor en relación a la equivalencia racial.

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58 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Variabilidad morfológica de maíces criollos de la península de Yucatán,


México

Luis A. Burgos May1, José L. Chávez Servia2 y Joaquín Ortiz Cereceres3

1
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del I.P.N. Unidad Mérida. Carr. Antigua a
Progreso km 6., C. P. 97310 Mérida, Yucatán, México. Tel. (52-999) 981-4287.
2
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI-Americas), (j.l.chavez@cgiar.org).
3
Instituto de Recursos Genéticos y Productividad del Colegio de Posgraduados, Carr. México-
Texcoco Km. 36.5. 56230 Montecillo, Texcoco, México (jortiz@colpos.mx)

Summary
Morphological variability of maize landraces from the Yucatan peninsula, Mexico. In a
sample of maize landraces from the Yucatan peninsula, classified initially within the pre-Columbian
races Nal-tel, Dzit-bacal and Tuxpeño, a morphological characterization was accomplished in
Yaxcaba, Yucatan, Mexico during 1999. The objective was to understand the phenotypic diversity
that exists between and within the maize landraces of the Peninsula, and provide more useful
information for a better classification of the diversity that is cultivated there. One hundred twenty
samples were evaluated for plant, tassel, ear, and kernel characters, as well as male and female
flowering times, and yield. The description and classification was accomplished through principal
components analysis (PCA) and cluster analysis (CA). Male flowering time, plant height, number
of leaves below the ear, rachis and pith diameters, tassel characters, peduncle length, and
length of the branching part, among others, were the characters that helped describe the diversity
between and within races. Within the Nal-tel group we observed materials with grain
characteristics typical of the race, but which mature later; farmers call these materials "Xmejen-
nal", and they constitute an intermediate group. The Dzit-bacal race is characterized by its thin
and flexible rachis, however we also encountered a combination of characters among Nal-tel,
Dzit-bacal, and Tuxpeño races that form a set of intermediate groups. The characters evaluated
were useful for inter- and intra-racial classification of the maize races cultivated in the Yucatan
peninsula.

Key words: Diversity, intra-racial variability, maize landraces, pre-columbian races, Yucatan
peninsula.

Introducción
El maíz de México, más que el de otros países en América, es de un interés especial debido a
su extraordinaria diversidad genética y al importante papel que ha tenido en el desarrollo de las
variedades modernas y altamente productivas de América. En gran parte esta diversidad se
encuentra representada en las cerca de 10,000 muestras colectadas en México y preservadas
en el Banco de Germoplasma de Maíz del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales,
Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Hernández (1994).
El maíz es uno de los cultivos más importantes en la península de Yucatán por ser el
alimento básico en la dieta de la población cuya producción se basa en la siembra de variedades
locales o criollas. La diversidad de la península de Yucatán está pobremente representada en
los bancos de germoplasma, destacándose no más de 10 muestras de las razas Nal-tel y Dzit-
bacal (Ortega et al., 1991).
La diversidad de maíz ha sido aprovechada por los agricultores, principalmente por aquellos
cuya actividad productiva depende de la lluvia, para generar un patrón varietal, la cual consiste
en un conjunto de variedades criollas para enfrentar los diferentes regímenes higrotérmicos y
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 59

ambientales en que expresan su potencial productivo. El precisar y comprender los patrones


varietales antes de iniciar un programa de fitomejoramiento en los nichos, permite conocer la
variabilidad presente en la especie así como la lógica productiva bajo la cual se emplea dicha
variabilidad; lo anterior puede brindar elementos para diseñar estrategias genotécnicas que
propicien un mejor aprovechamiento del germoplasma y que eviten la erosión genética (Castillo,
1994).
Cuando llegaron los españoles a México, el maíz era el alimento y la bebida principal de
estas tierras y ocupaba el lugar principal en el policultivo "milpa". Lógicamente, cada grupo
lingüístico de Mesoamérica denominaba con nombres distintos al maíz. El término "maíz" fue
introducido por los españoles, quienes al parecer lo tomaron de Haití, en las antillas. En maya-
yucateco, al maíz en planta, en elote y en mazorca se les denominaba como ‘nal’; al grano
como ‘ixi'im’ (Barrera y Rendón, 1980).
En Yucatán, el 95% de suelos cultivables son pedregosos (Duch, 1988), limitan la entrada
al arado (implemento para la remoción del suelo) y, en general, de toda la tecnología moderna.
Por eso el policultivo milpa, con maíz a la cabeza, se ha mantenido a través de los siglos y en
la actualidad continúa siendo el grano de la zona milpera y el alimento principal de la Península;
aunque, maíz no sólo es alimento. En tiempos prehispánicos fue el organizador de toda la vida
social, y actualmente, en las comunidades constituye el cultivo y alimento principal, continúa
organizando la vida familiar y comunal cotidiana y la parte sagrada. Wellhausen et al. (1951) en
su publicación Razas de maíz en México indican que: "en las variedades de polinización libre
quizá cada planta es ligeramente diferente en su genética de todas las otras plantas" y "asume
que la mayoría de las variedades locales colectadas en México son mezclas de dos o más
razas". A los maíces nativos de la península de Yucatán, estos autores, los ubican en las razas
Nal-tel, Olotillo subraza Dzit-bacal, Tuxpeño, y en combinaciones de las tres citadas; asimismo,
señalan la enorme importancia mundial que estas razas tienen en la evolución del maíz y en su
uso como fuentes de germoplasma para el fitomejoramiento.
Terán et al. (1989) mencionan que en función del ciclo de maduración, existen tres variantes
de maíz en Yucatán y dentro de ellas hay otras variaciones en color, grosor y el tamaño de los
granos. Pérez (1981) presenta una larga relación de los cultivos de la milpa comenzando con
las clases o variantes de maíz, que consideró agrupadas en dos tipos principales según el
tamaño de la mazorca y su ciclo biológico: Xnuc-nal o maíz de mazorca grande y ciclo largo (de
6 a 7 meses para alcanzar su maduración completa) y Xmejen-nal o maíz de mazorca pequeña
y ciclo corto (aproximadamente 3 meses o menos), aunque con variaciones en color y
consistencia del grano. Las variaciones en cada grupo son: Kan-nal (amarillo y cristalino), Sac-
nal (blanco y harinoso), Chac-chob (rojo), Xhe-ub (azul), y también fenotípicamente se aprecian
infiltraciones genéticas de dos razas: Nal-tel y Tuxpeño, y una subraza de Olotillo, conocida
localmente como Tsiit-bacal (Arias et al., 1999).
Las variantes de maíz cultivadas dependen de varios factores como la variación del terreno
(variante de suelo) y la variabilidad en productividad de los diferentes maíces para obtener
reserva de semilla; la incertidumbre de cómo se presentará el temporal (estación de lluvias); y
la necesidad de contar con algo de maíz antes de la cosecha principal, todo hace que los
productores siembren pequeñas parcelas de variantes precoces intermedias y tardías, y con
ello hacer frente a los factores ambientales físicos y bióticos adversos, tanto en campo como
en almacén, tener posibilidad de diferentes usos que se le da al maíz y la necesidad de variar
la dieta diaria al menos en el color o tono de los alimentos (Hernández, 1995).
Para aprovechar los recursos genéticos in situ es conveniente evaluar y documentar a
cada variedad local conservada de acuerdo a su origen filogenético y atributos agronómicos,
bajo la premisa de que cualquier evaluación de germoplasma considera la existencia de
diferencias genéticas entre poblaciones (Ortega, 1978). La información generada como producto
de la evaluación agromorfológica es invaluable, porque permite documentar el hecho de que
60 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

las variedades criollas son capaces de soportar condiciones que dañarían con severidad a las
variedades mejoradas, lo cual les confiere una mayor estabilidad basada fundamentalmente en
la diversidad de genes que contienen (Esquinas, 1983); y permitiría también delinear el
aprovechamiento de algunas variantes dentro de la diversidad intraespecífica (Castillo, 1994).
El uso de material nativo es una base técnicamente viable para emprender un programa de
mejoramiento o para la incorporación de alguna característica sobresaliente de la cual adolece
el material mejorado. Por tanto, existen variadas razones por las que el conocimiento de las
razas nativas de maíz y sus relaciones es importante (Hernández, 1994).
Para obtener una estimación del patrón de variabilidad genética de los maíces locales de
la península de Yucatán, se unieron los esfuerzos de los proyectos "conservación y rescate de
los maíces criollos en México" y "fortalecimiento de las bases científicas para la conservación in
situ de la biodiversidad agrícola en finca: Mexico". En su primera fase, con resultados aquí
presentados, el objetivo específico fue caracterizar la variabilidad morfológica de una muestra
de 120 poblaciones locales de maíz de los estados de Quintana Roo, Campeche y Yucatán,
México.

Materiales y métodos
En 1999 se realizó una exploración y colecta de maíces criollos en la península de Yucatán y se
tomaron como base las exploraciones previas de Wellhausen et al. (1951). Del total de muestras
colectadas (376), con base en la expresión fenotípica de la mazorca y en la disponibilidad de
recursos y espacio para caracterizarlas, fueron elegidas 120 como representantes de las
principales regiones exploradas en los estados de Campeche, Quintana Roo y Yucatán. La
representatividad fue geográficamente identificada como la región Centro y Oriente del estado
de Yucatán, la que comprende desde Thamek, Tunkás, Dzitás, Tizimín y Chemax; en Campeche
se denominó el Camino Real y la región de Los Chenes; y en Quintana Roo la región Centro
Sur (Cuadro 1).

Cuadro 1. Regiones geográficas representadas en las muestras caracterizadas de maíces criollos de la


penínsulade Yucatán
Núm. de
Estado Región Municipios representados
muestras
Yucatán 27 Centro y Oriente Thamek, Tunkás, Dzitás, Tizimín y Chemax
Campeche 14 Camino Real y Xcumpich, Tenabo, Hopelchén, Hecelchakán
Los Chenes
Quintana Roo 80 Centro Sur José Ma. Morelos, Felipe Carrillo Puerto,
Othón P. Blanco, Lázaro Cárdenas y Benito Juárez

Las 120 poblaciones muestreadas fueron caracterizadas en la comunidad de Yaxcabá


Yucatán en condiciones de suelo medianamente profundo conocido localmente como Kankab.
El manejo agronómico del ensayo experimental de una distribución de látice simple rectangular
con dos repeticiones, fue de gran importancia para lograr la mayor expresión fenotípica de las
poblaciones a caracterizar. El clima en la región es cálido húmedo [AW(x')(i') g] de acuerdo con
la clasificación de Koppen modificada por García (1973). Las temperaturas promedio son de
25.9°C y una precipitación promedio cercana a los 1,000 mm anuales.
Para la caracterización morfológica fueron evaluados caracteres vegetativos, reproductivos,
de la mazorca, del grano, fisiológicos y rendimiento de grano, basados en los "Descriptores
para maíz" del IBPGR (1991), y en los trabajos de Sánchez et al. (1993) y Herrera (1999),
Cuadro 2.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 61

Cuadro 2. Lista de variables utilizadas para la caracterización morfológica de 120 poblaciones


muestreadas de maíz de la península de Yucatán, México.
Fisiológicas Mazorca:
Días a floración masculina Forma de la mazorca (escala)
Días a floración femenina Longitud de la mazorca (cm)
Planta: Diámetro de la mazorca (cm)
Altura de la planta (cm): Hileras por mazorca
Altura de la mazorca (cm) Granos por hilera
Número de hojas abajo de la mazorca Diámetro del olote (cm)
Número de hojas arriba de la mazorca Diámetro de la médula (cm)
Diámetro del raquis (cm)
Espiga: Color de olotea
Longitud de espiga o panícula (cm) Número de semillas por mazorca
Longitud del pedúnculo (cm): Grano:
Longitud de la parte ramificada de la espiga (cm) Longitud de grano (cm)
Longitud de la rama central (cm) Ancho de grano (cm)
Longitud del internudo de la rama central (cm) Grosor de grano (cm)
Longitud del internudo de la rama lateral (cm) Forma del grano (escala de descriptores)
Número total de ramificaciones de la espiga Tipo de grano (escala de descriptores)
Color de grano (escala de descriptores)
Peso de 100 granos (gr)
Volumen de 100 granos (ml)
a
Olote: término utilizado en ciertas regiones de México para referirse a la estructura donde se unen los granos de la mazorca.

Para describir la variabilidad morfológica de las 120 poblaciones de maíces criollos, se


realizó un análisis de componentes principales (ACP), mediante un descarte de variables
basados en la propuesta de Sánchez et al. (1993) y utilizando el metodo de Joliffe (1973). Una
vez identificadas las variables de mayor valor para explicar la variabilidad morfológica se realizó
un análisis de conglomerados de agrupamiento jerárquico por el método del promedio utilizando
las distancias euclidianas entre las poblaciones. La determinación del número de grupos
formados se basó en el coeficiente determinación parcial r2 > 80%, y la significancia estadística
de la seudo F y la seudo t2 (SAS, 2000).

Resultados y discusión

Descripción morfológica
En general, las poblaciones evaluadas presentaron una amplia variabilidad morfológica en sus
estructuras vegetativas y reproductivas. Dentro de las variables de mayor importancia para
explicar la diversidad de las muestras fueron los días a floración masculina, ancho y forma de
grano, longitud y número de hileras de la mazorca, altura de la mazorca y número de hojas
abajo de la mazorca; y de los caracteres de espiga, la longitud del pedúnculo, de la porción
ramificada y del internudo de la rama central, de acuerdo con los vectores propios del análisis
de componentes principales (Cuadro 3).
La variabilidad fenotípica estimada en las poblaciones criollas de maíz de la península de
Yucatán fue de enormes contrastes. Es decir, no hay un grupo específico de características
que identifiquen las regiones exploradas mediante una diferenciación morfológica de sus
materiales. En otras palabras, entre todos forma un continuo de variación morfológica de maíz,
que se inicia desde los materiales precoces (raza Nal-tel) a los tardíos (raza Tuxpeño de la
Península) entre los tres estados de la Península y las regiones exploradas (Figura 1). Dentro
de la raza Tuxpeño de la península de Yucatán, se concentra la mayor variabilidad de formas
cultivadas, las variantes de Nal-tel se concentran preponderantemente en la región izquierda y
Ditz-bacal hacia la derecha de la Figura 1 (CP1 vs. CP2 y CP1 vs. CP3). Esto indica que a
62 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

pesar de las distancias geográficas que separan a las poblaciones muestreadas, mantienen
cierta similitud morfológica. Esta misma tendencia observó Herrera (1999) en la caracterización
morfológica de diferentes poblaciones nativas de la raza Chalqueño del estado de México.

Cuadro 3. Vectores propios, valores propios y proporción de la varianza morfológica explicada por los primeros
componentes principales (CP) en 120 poblaciones muestreadas de maíz.
Caracteres CP1 CP2 CP3 CP4 CP5 CP6
Longitud del pedúnculo 0.170 0.230 0.467 0.427 -0.350 0.415
Longitud de la parte ramificada de la espiga 0.227 -0.003 0.467 0.059 -0.147 -0.525
Longitud del internudo de la rama central 0.150 0.105 -0.179 0.515 0.209 -0.557
Longitud del grano 0.231 0.185 -0.350 -0.186 -0.173 0.121
Ancho del grano 0.251 0.139 -0.424 -0.275 0.212 0.029
Forma del grano -0.142 -0.047 0.010 0.431 0.689 0.318
Número de semillas por mazorca -0.247 -0.292 0.328 -0.01 -0.094 0.158
Días a floración másculina 0.346 0.097 0.242 -0.221 0.174 0.073
Altura de la planta 0.321 0.250 0.296 -0.287 0.178 0.142
Hojas abajo de la mazorca 0.336 0.021 -0.165 -0.160 0.237 0.148
Longitud de la mazorca 0.326 0.021 -0.165 0.298 -0.172 0.076
Número de hileras -0.325 -0.298 -0.087 0.116 -0.195 0.097
Granos por hilera 0.314 -0.218 0.001 0.261 -0.252 0.179
Diámetro del raquís -0.133 0.559 0.1357 -0.015 0.018 -0.355
Diámetro de la médula -0.186 0.520 0.1367 -0.013 -0.005 -0.038
Valor propio o característico 5.257 2.642 1.387 1.374 0.955 0.736
Varianza explicada 0.350 0.176 0.092 0.091 0.063 0.049
Varianza acumulada 0.350 0.526 0.619 0.710 0.774 0.823

Los resultados de este trabajo tienen cierta semejanza con la variabilidad morfológica
descrita por Wellhausen et al. (1951) acerca de las razas de maíz en la península de Yucatán.
Los patrones de variabilidad se mantien más o menos constantes entre las razas Nal-tel, Dzit-
bacal y Tuxpeño de la Península. Aunque se observan ciertas formas intermedias entre las
razas, las variantes intermedias locales denominadas como Xmejen-nales y Xtup-nales
presentan caracteres entre Nal-tel y Tuxpeño como lo han descrito Arias et al. (1999) y Teran
et al. (1989).

Agrupamiento morfológico
El resultado del análisis de conglomerados permitió el reconocimiento de siete grandes grupos
(r2= 83.8 %; seudo F=28.4 y seudo t2= 3.0 con =0.001). Dos grupos centrales de Tuxpeño
entre dos grupos de Dzit-Bacal, uno de Nal-tel y dos grupos de variación fenotípica entre Nal-
tel--Tuxpeño y Nal-tel--Dzit-bacal. Esta clasificación confirma la descripción de los componentes
principales, donde el ciclo del cultivo es uno de los caracteres de mayor influencia en la
descripción de la variabilidad observada. No obstante, las características de grano, mazorca y
espiga son determinantes en la precisión de los agrupamientos. Los caracteres mencionados
están comprendidos dentro del grupo de caracteres que utiliza Sánchez y Goodman (1992)
para describir las relaciones entre las razas mexicanas de maíz, en donde ubican a Dzit-bacal
y Nal-tel dentro del grupo razas tropicales dentadas de madurez tardía y precoz, respectivamente
(Figura 2).

Además de la variación inter-racial se observó una gran variación intra-racial. La variación


mayor en Tuxpeño, en palabras de los agricultores, obedece a una amplia adaptación a las
condiciones agroecológicas restrictivas como son los suelos altamente pedregosos y la
variabilidad de la estación de lluvias año tras año. Estos materiales resisten mejor la variación
de cambios agro-ambientales, y de acuerdo a la propuesta de Smale et al. (1999), tendrán un
mayor valor público por satisfacer muchos de los requisitos que el productor necesita; seguridad
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 63

a la cosecha, tolerancia a la sequía, y en condiciones óptimas, los mayores niveles de


productividad, entre otros. Le siguen en variabilidad los complejos formados con Dzit-bacal;
aunque en algunos casos más tardíos que los Tuxpeño, tienen mayor aceptación en el mercado
rural local para la preparación de "elotes"1 y en algunos casos superan en rendimiento de
grano a los del complejo Tuxpeño (Cuadro 4).

Figura 1. Dispersión de la variabilidad morfológica de 120 colectas, descritas a través de los tres primeros
componentes principales.

Las variantes de la raza Nal-tel descritas fueron las menos frecuentes en todas las regiones
exploradas (menos del 10 %). Esto indica que en los proximos años estará en menos frecuencia
y probablemente en peligro de extinción como identidad genética. Uno de los caracteres de
mayor identidad de la raza es la precocidad (60 días en promedio a la floración masculina) y la
mazorca más pequeña (máximo 13.5 cm) de las razas de cultivadas en la península de Yucatán
(Cuadro 4).
1
Mazorcas inmaduras en estado masoso-lechoso cocidas.
64 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figura 2. Dendrograma de distancias euclidianas basado en la caracterización morfológica de 120 poblaciones


de maíz de la península de Yucatán, México. NT, Nal-tel; DB, Dzit-bacal y TP, Tuxpeño.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 65

Cuadro 4. Valores mínimos y máximos de los principales caracteres morfológicos que describen la variabilidad
de los grupos morfológicos del análisis de conglomerados
Grupos de variabilidad morfológicaa
Caracteres Dzit-bacal Tuxpeño Tuxpeño Dzit-bacal Nal-tel Nal-tel-- Nal-tel-
Tuxpeño Dzit-bacal
Longitud del pedúnculo (cm) 14.4-22.6 16.1-24.1 16.9 20.2-23.5 10.3-21.8 12.3 17.5-22.9
Longitud de la parte 13.9-19.7 12.6-18.7 20.0 17.1-19.1 13.1-16.5 15.5 16.6-19.3
ramificada de la espiga (cm)
Longitud del grano (mm) 21.7-27.1 20.2-27.4 25.2 22-24.88 20.4-23.5 20.4 20.6-21.6
Ancho del grano (mm) 13.8-19.4 11-20.3 17.6 16.7-18.3 11.7-16.5 11 10.3-13.9
Forma del granob 1-3 1-4 1 2-3 1-4 2 2-3
Días a floración masculina 66.5-77 57.5-75 79 68.5-72.5 48-62 56 62-65.5
Altura de la planta (m) 2.9-3.73 2.8-3.73 3.4 3.3-3.7 2.3-3.1 2.3 2.9-3.1
Hojas abajo de la mazorca 11.7-14.5 9.9-13.5 12.6 12.6-14.6 9.9-13.1 11.1 11.6-12.4
Longitud de la mazorca (cm) 12.0-15.8 11.9-15.2 11.5 15.7-17.4 10.9-13.5 10 10.7-12.4
Número de hileras 9.4-13.1 11.7-15.4 10.8 9.7-9.9 12.2-15.7 12.9 13.3-14.7
Granos por hilera 31.5-51.2 29.7-41.6 30.2 40.9-51.4 27.2-36.2 30 32.1-36.5
Diámetro del raquis (cm) 0.8-1.5 1.2-1.9 1.3 0.7-1.1 1.1-1.4 1.1 0.9-1.2
a
Grupos determinados en el análisis de conglomerados, Figura 2.
b
Forma de grano: 1, contraido; 2, dentado; 3, plano; 4, redondo; 5, puntiagudo; 6, muy puntiagudo.

Conclusiones
La diversidad caracterizada y evaluada sigue un patrón de variabilidad morfológica racial. Las
razas Nal-tel, Dzit-bacal y Tuxpeño de la península de Yucatán continuan manteniéndose, a
excepción de un grupo intermedio (62-66 días a floración masculina) conocido localmente como
Xmejen-nal y que en este trabajo fue asignado como una combinación de expresión fenotípica
entre Nal-tel y Dzit-bacal o bien Nal-tel y Tuxpeño. Dentro de la raza Tuxpeño existe la mayor
variabilidad intra-racial y en contraposicón Nal-tel presentó menor variabilidad, la que en próximos
años estará amenazada como identidad genética en la península de Yucatán.
Los caracteres de mayor utilidad que permitieron describir, en este trabajo, la mayor
variabilidad presente en las 120 muestras de variedades criollas de la península de Yucatán
fueron; a) altura, longitud, número de hileras, diámetro del raquis y diámetro de la médula de la
mazorca; b) la longitud, ancho y forma del grano; c) la longitud del pedúnculo, longitud de la
parte ramificada y del internudo de la rama central de la espiga; y d) los días a floración masculina
o femenina; estos últimos por estar altamente correlacionados.

Agradecimientos
Se agradece al Dr. Rafael Ortega Pazcka las sugerencias emitidas para mejorar este escrito, y
a los proyectos "Fortalecimiento de las Bases Científicas para la Conservación In Situ de la
Biodiversidad Agrícola en Finca: México" (fondos del CIID, Canadá) y "Conservación y Rescate
de los Maíces Criollos en México" (fondos CONACYT, México) por el apoyo recibido para realizar
este trabajo.

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DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 67

Propuesta para definir unidades de conservación in situ en huertos


familiares: caso del chayote (Sechium edule L.) en Guatemala

C. Azurdia1, H. Ayala1, O. Rocha2, G. Aguilar2, O. Makepeace1 y R. Roma1

1
Facultad de Agronomía, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala.
2
Escuela de Biología, Universidad de Costa Rica, Ciudad Universitaria "Rodrigo Facio", San José, Costa
Rica.

Summary
A proposal for determining the in situ conservation unit size in home gardens: The case
of chayote (Sechium edule L.) in Guatemala. Huisquil or chayote (Sechium edule) is a cucurbit
crop native to Mexico and Guatemala, where wild chayote and its wild relative species (S.
compositum) thrive. Chayote in Guatemala is primarily cultivated in home gardens everywhere
it occurs, suggesting that its germplasm is best conserved in such ecosystem. Two areas with
contrasting cultural and ecological conditions were studied in Alta Verapaz province in the north
of the country. The goal of the study was to determine the intra-specific genetic variability in
order to have basic knowledge for determining the in situ conservation unit. In situ morphological
characterization showed differences in qualitative and quantitative fruit traits. Biochemical
characterization using isozymes indicted differences in both allelic frequencies and gene
heterozygosity. AFLPs analysis showed that S. compositum and wild S. edule are closely related
to each other and widely isolated from Guatemalan cultivated varieties. There was not a noticeable
separation between materials from the two eco-regions. As a general statement, one can say
that the results showed differences within home gardens and localities, and also to some degree
at the eco-region level. To define how many and which localities would be selected to make up
an in situ conservation unit, a methodology for identifying the localities that harbor the highest
genetic diversity is suggested. It is based on the cluster analysis generated by using morphological,
biochemical and molecular traits.

Key words: Chayote, genetic diversity, home gardens, in situ conservation

Introducción
El guisquil o chayote (Sechium edule L.) es una especie nativa de Mesoamérica, específicamente
del sur de México y Guatemala, en donde se encuentra la mayor diversidad genética, así como
la presencia de materiales en estado silvestre y la especie silvestre más emparentada (Sechium
compositum (J.D. Smith) C. Jeffrey), Newstrom (1991). Se puede encontrar ampliamente
distribuido en un rango altitudinal amplio desde cerca del nivel del mar hasta más de 2,000
msnm. Por otro lado, es reconocido que el fruto, los brotes tiernos y las raíces engrosadas han
sido importantes en la alimentación de las culturas precolombinas que habitaban Mesoamérica.
Para el caso de Guatemala, esta especie es cultivada en algunas regiones específicas del
país en extensiones considerables, destinándose la producción para los principales mercados
del país. Además, el guisquil cultivado en huertos familiares es común en la mayoría de
localidades de Guatemala.
Algunos estudios han mostrado la alta diversidad morfológica existente en guisquil a nivel
mesoamericano (Maffioli, 1981; Engels, 1983), y mexicano (Cruz y Querol, 1985). Es notorio
que en dichos trabajos no se ha analizado la relación existente entre la diversidad genética de
guisquil y los huertos familiares en los cuales crece (en su mayoría). Es reconocido que los
huertos familiares en Mesoamérica son ricos en especies útiles al hombre, por lo cual se indica
que este agrosistema juega un papel importante en la conservación de los recursos genéticos
vegetales. Sin embargo, a la fecha no se tiene un estudio que muestre realmente la diversidad
68 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

genética intra-específica que confirme la aseveración de alta riqueza genética. Este conocimiento
básico es necesario para plantear metodologías de conservación de recursos genéticos in situ
en huertos familiares. Es recomendable realizar estudios en especies indicadoras, profundizando
en caracteres morfológicos, pero principalmente en caracteres neutrales (moleculares) y en
caracteres adaptativos (Guarino y Hoogendijk, 2000).
La Facultad de Agronomía de la Universidad de San Carlos, con el apoyo del Instituto
Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) y la GTZ de Alemania, desarrolló el proyecto
denominado "contribución de los huertos familiares para la conservación in situ de recursos
genéticos vegetales". Se estudiaron dos regiones contrastantes en ambiente (clima, suelo,
vegetación) y cultura (diferentes etnias) en el departamento de Alta Verapaz, Guatemala. En la
región norte con zona de vida; bosque muy húmedo subtropical cálido, habitada en mayoría
por población de origen Q´eqchi, y la región central con zona de vida; bosque muy húmedo
subtropical también habitada por la etnia Q´eqchi y la Pocomchi.
Dicho estudio mostró que el guisquil se encuentra en el 52% de los huertos familiares de la
zona cálida de Alta Verapaz y en todos los huertos de la zona fría (Azurdia et al., 2000). Por
esta razón, esta especie se seleccionó como representativa para conducir estudios más
detallados a nivel de variación genética intra-específica utilizando marcadores morfológicos,
bioquímicos y moleculares. El presente trabajo es un resumen de los resultados obtenidos. En
base a los mismos se analizan algunas ideas relativas a conservación in situ a nivel de huerto
familiar.

Materiales y métodos
Exploración inicial. Durante abril de 2000 se recorrió el departamento de Alta Verapaz,
Guatemala, para definir las épocas apropiadas de recolección de frutos, así como las localidades
en las cuales existía mayor cantidad de huertos familiares con presencia de guisqail.
Recolección de frutos. Basado en información generada en la primera fase del proyecto
de huertos familiares, se eligieron 11 comunidades de la parte cálida del norte de Alta Verapaz,
en donde se recolectaron un total de 39 muestras o accesiones. Esta actividad fue desarrollada
en el mes de julio de 2000. Por otro lado, durante el mes de noviembre de 2000 se recolectaron
81 accesiones presentes de 16 localidades de la parte fría del departamento. En la mayoría de
las localidades se trató de obtener una muestra de los diferentes fenotipos de fruto.
Caracterización de frutos. Se caracterizaron varios frutos por accesión en las instalaciones
de la Facultad de Agronomía en Guatemala, capital de la república (10 frutos en la mayoría de
accesiones), utilizando una lista de descriptores basada en previos publicados para esta especie
(Maffioli, 1981; Engels, 1983).
Caracterización isoenzimática. Se estudió la variación presente en las isoenzimas
shiquimato deshidrogenasa (SKD: E.C. 1.1.1.25), superóxido dismutasa (SOD: E.C.1.15.1.1.),
enzima málica (ME: E.C. 1.1.1.140), peroxidasa (PRX: E.C. 1.11.1.7), esterasa (EST: E.C.
3.1.11) y malato dehidrogenasa (MDH: E.C. 1.1.1.37). Dentro de las muestras estudiadas se
incluyó la especie silvestre S. compositum.
Caracterización molecular. Se utilizaron las muestras de la zona cálida así como un grupo
representativo de la zona fría, adicionando muestras de los materiales cultivados a nivel comercial
en Guatemala (tres variantes), guisquil en estado silvestre procedente de Veracruz, México y
una muestra de la especie silvestre S. compositum de la región de Escuintla, Guatemala. El
análisis se realizó en la Universidad de Costa Rica, utilizando la técnica de AFLPs.

Análisis de la información. Con la información generada se realizó un análisis de


agrupamiento o conglomerados empleando el paquete de estadística NTSYS. En cada
fenograma generado se seleccionaron las localidades que presentaban la mayor variación
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 69

(número de núcleos de variación en los que estaba presente el número total de accesiones de
la localidad), obteniéndose un coeficiente. La suma de estos coeficientes (morfológico,
isoenzimático y molecular) definieron las localidades con mayor variación.

Resultados y discusión

Diversidad morfológica
La comparación detallada entre los materiales genéticos colectados en la parte cálida y los de
la parte fría (Cuadros 1 y 2), indica que a pesar de que en la zona cálida se colectaron menos
accesiones (39), en dicha zona se encontraron más formas de frutos (16) que los presentes en
la zona fría (11). Así mismo, las formas más comunes de la zona cálida no corresponden a las
formas más comunes de la zona fría. Ademas, los frutos de la zona fría son frecuentemente de
color verde o verde intenso con presencia de mayor cantidad de espinas. Los frutos de la zona
fría son en promedio más pesados que los presentes en la zona cálida.

Cuadro 1. Comparación de la variación de caracteres cuantitativos del fruto de guisquil en


huertos familiares entre la zona fría y cálida de Alta Verapaz, Guatemala.
Zona Carácter Media Desviación Mínimo Máximo
Fría Peso (g) 320.00 119.11 54.00 1,042.00
Largo (cm) 10.90 3.67 4.80 25.80
Ancho (cm) 7.82 1.73 4.10 14.90
Grosor (cm) 6.62 1.23 3.80 8.90
Cálida Peso (g) 248.00 76.30 99.00 427.00
Largo (cm) 11.79 2.54 5.50 18.56
Ancho (cm) 6.30 0.74 4.50 7.80
Grosor (cm) 5.25 0.73 3.93 7.50

Cuadro 2. Comparación de la variación de caracteres cualitativos del fruto de Guisquile en


huertos familiares de la zona fría y cálida de Alta Verapaz.
Carácter Zona cálida Zona fría
Forma del fruto Forma 6= 13 % Forma 8=53 %
Forma 5= 13 % Forma 7=17 %
Forma 3= 4 % Forma 9=10 %
Núm. de formas = 16 Núm. de formas = 11
Lenticelas Ausente = 52 % Ausentes = 60 %
Pocas = 24 % Pocas = 23 %
Intermedias = 0% Intermedias = 11 %
Intensas = 24 % Intensas = 6 %
Densidad de espinas Tipo 1= 26 % Tipo 1 = 19 %
Tipo 3 = 18 % Tipo 3 = 17 %
Tipo 5 = 30 % Tipo 5 = 17 %
Tipo 7 = 21 % Tipo 7 = 25 %
Tipo 9 = 5 % Tipo 9 = 22 %
Color del fruto Blanco = 8 % Blanco = 9 %
Blancuzco = 58 % Blancuzco = 2 %
Verde = 21 % Verde = 42 %
Verde oscuro = 13 % Verde oscuro = 47 %

Las diferencias examinadas hacen referencia a las zonas ecológicas. Sin embargo, existen
diferencias aun entre las accesiones presentes dentro de un mismo huerto familiar y entre los
huertos familiares de una región. El Cuadro 3 muestra las localidades en donde se recolectaron
varias accesiones y se obervaron que dentro de una misma localidad las accesiones varían en
70 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

cierto grado ya que se distribuyen en diferentes núcleos del fenograma de caracteres


morfológicos. Evidentemente, la zona cálida es en donde se puede presentar mayor variación,
ya que sus localidades presentan accesiones en mayor número de núcleos, comparados con
las de zona fría. La relación entre el número de núcleos en los que se encuentran las accesiones
de una localidad específica y el número total de accesiones, en promedio, es más alto en la
zona cálida (0.68 ) que en la zona fría (0.44).

Cuadro 3. Variación del número de accesiones por localidad y número de núcleos a los que
pertenecen.
Localidad Zona Núm. de Núm. de Relación
accesiones núcleos núcleos/accesiones
Sn. José Ikbolay Cálida 6 4 0.56
Salacuin, Cobán Cálida 9 5 0.67
Sechaj, Chisec Cálida 5 5 1.00
Trece Aguas, Chisec Cálida 4 2 0.50
Media 0.68
Sn. Luis, Sn. Juan Chamelco Fría 12 4 0.33
Las Pacayas, Sn. Cristóbal Fría 9 4 0.44
Chamil, Sn. Juan Chamelco Fría 8 4 0.50
Chichoj, Sn. Cristóbal Fría 8 4 0.50
Media 0.44

El tipo de huerto familiar define la composición y riqueza vegetal que lo compone. Azurdia
et al. (2000) indican que en la zona fría del departamento de Alta Verapaz, los huertos familiares
son en su mayoría de tipo comercial, en los cuales el guisquil siempre está presente. Los
productos de esos huertos son comercializados en los mercados locales o regionales porque
existen buenas vías de comunicación y mayor desarrollo urbano. Por el contrario, en la zona
cálida los huertos son más pequeños, con mayor riqueza de especies, destinándose la
producción al autoconsumo. En este sentido, no es raro que en la zona fría los frutos tengan
formas menos variables, siendo el más común el de forma redondeada de color verde o verde
intenso, sin muchas lenticelas, características requeridas por el mercado. A su vez, en la zona
cálida, se puede encontrar mayor tipo de fenotipos, debido a que la presión de selección por
parte de los agricultores en cuanto a tipos específicos, es menor.

Diversidad isoenzimática
El estudio de algunos componentes de la estructura genética de las poblaciones de S. edule
(Cuadro 4) indica la existencia de baja riqueza alélica lo que implica deriva genética como
resultado del “cuello de botella” producido por el menor tamaño de la población. Además, el
alto grado de heterocigosidad observado en la población de la parte Alta (fria) indica la existencia
de cruzamiento, lo cual es esperado dado que esta especie es polinizada por insectos. Por el
contrario, en la parte Baja (cálida) la heterocigosidad se reduce. Esto se debe a que en los
huertos de la parte Alta existe mayor número de plantas por huerto familiar que en la parte
Baja, produciendo un efecto de aislamiento que conduce a la reducción del cruzamiento y por
lo tanto, reducción de la heterocigosidad. La frecuencia alélica presente en cada una de las dos
regiones en estudio indica que existe separación entre los materiales de ambas regiones.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 71

Cuadro 4. Algunos componentes de la estructura genética de poblaciones de Sechium edule en dos eco-
regiones de Alta Verapaz, Guatemala.
Eco-región
Isoenzima Gen Alelo Región fría Región cálida
asignado
Frecuencia Heterocigotes Frecuencia Heterocigotes
EST 1 100 0.44 0.00
101 0.56 54 % 1.00 0%
2 100 0.50 0.47
101 0.50 100% 0.53 95%
SKD 1 100 0.50 0.37
101 0.50 100% 0.63 51%
SOD 1 100 0.47 0.29
101 0.53 62% 0.71 46%
MDH 1 100 0.62 0.26
101 0.38 76% 0.74 51 %
PRX 1 100 0.33 0.26
101 0.67 65 % 0.74 51%

Al analizar en forma individual cada uno de los materiales de ambas regiones, el fenograma
elaborado indicó que algunos materiales son propios de la zona cálida o bien de la zona fría.
Sin embargo, existen núcleos que están conformados por materiales de ambas regiones.
Dentro de cada localidad existe diferente nivel de diversidad. En este sentido, el Cuadro 5
resume las características de cada núcleo conformado en el fenograma. Es evidente que se
observa más variabilidad en la zona cálida con respecto a la fría (relación 0.67 vs. 0.52,
respectivamente), confirmando así los resultados obtenidos en base a datos morfológicos. Es
notorio que en la parte cálida, las localidades de Salacuim, San José Ikbolay y Raxhujá son los
más variables, mientras que San Luis, Chichoj y Chichoc lo son en la parte Alta o fría.

Cuadro 5. Variación en el número de accesiones por localidad y número de núcleos a los que
pertenecen. Basado en la información isoenzimática.
Localidad Zona Accesiones Núcleos Relación
núcleos/accesiones
Trece Aguas Cálida 4 2 0.50
Sn. Lucas Samox Cálida 2 2 1.00
Salacuim Cálida 9 5 0.56
San José Ikbolay Cálida 5 4 0.80
Sechaj Cálida 4 2 0.50
Raxhujá Cálida 3 3 1.00
Media 0.67
Guiquel Fría 8 3 0.37
Chichoj Fría 6 4 0.67
Las Pacayas Fría 8 3 0.37
San Luis Fría 12 4 0.33
Chamil Fría 5 2 0.40
La Colonia Fría 4 2 0.50
Bancab Fría 3 2 0.66
Raxnha Fría 4 1 0.25
Chichoc Fría 3 3 1.00
Media 0.52
72 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diversidad molecular basada en AFLPs


Estudios realizados con esta metodología muestran resultados similares a los obtenidos con
otros marcadores bioquímicos y moleculares (Azurdia et al., 1999), por lo tanto, dicha
metodología es de alta confiabilidad. Por esta razón, el uso de AFLPs es una metodología
apropiada para estudios de diversidad genética, especialmente en aquellas especies en las
que poco o nada se ha hecho a nivel molecular, tal es el caso del guisquil.
Se obtuvo bandas polimórficas utilizando cuatro combinaciones de iniciadores primers,
produciendo en total 38 bandas de diferentes longitudes. El análisis de agrupamientos o
conglomerados mostró que la especie silvestre emparentada del guisquil (S. compositum y
S. edule) está completamente separada del resto de materiales de guisquil cultivado, número
51 y 52 en la Figura 1. Así mismo, esta especie silvestre (S. compositum) está más cercana al
material reconocido como S. edule en condición silvestre y de origen mexicano. De esta manera,
se pueden plantear las siguientes inquietudes: ¿el llamado guisquil silvestre de origen mexicano,
pertenece realmente al taxon S. edule?, o bien, ¿debe clasificarse como otra especie dentro
del género Sechium?. Si es realmente S. edule en estado silvestre, podría inferirse que puede
ser el ancestro directo de S. edule. Por otro lado, ¿cuál es la relación entre este material
mexicano y la especie S. compositum?, referida como el pariente silvestre más emparentado
con S. edule. Debe considerarse que S. compositum crece en forma natural en Guatemala y
en la frontera de México con Guatemala; por lo tanto, en forma natural no está en contacto con
el llamado S. edule silvestre, el cual crece en forma silvestre en Veracruz y Oaxaca, México
(Lopez, 1991; Newstron, 1991). La información generada con los marcadores moleculares es
un indicio de la cercanía existente entre S. compositum y el llamado guisquil silvestre de México.
En todo caso, para dilucidar estas interrogantes, se requiere de estudios complementarios ya
sugeridos por Newstron (1991).

Figura. 1. Similitud entre los diferentes materiales de guisquil de Alta Verapaz basada en el análisis de AFLPs.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 73

Los materiales de guisquil cultivados comercialmente en Guatemala corresponden a tres


tipos o variantes; 'Perulero blanco', 'Negro' como los más antiguos y abundantes, y 'Chayote',
recientemente en condiciones de cultivo. Se desconoce el origen de los mismos; sin embargo,
algunos agricultores mencionan que en el caso del 'Chayote', fue introducido de México (el
nombre común pertenece al nombre que se le asigna a S. edule en México). Es interesante
observar en la Figura 1, que los materiales cultivados, se distribuyen en diferentes grupos y no
están asociados a ningún grupo de materiales de huertos familiares de la parte cálida o fría. Se
puede decir que estos materiales cultivados no se diferencian claramente de los materiales
presentes en los huertos familiares; por lo tanto, la base genética presente en ellos es aún
amplia. El cultivo de guisquil en Guatemala no utiliza variedades provenientes de un programa
de mejoramiento; es decir, los materiales utilizados no han sido modificados sustancialmente
en relación con los cultivados en el huerto familiar.
Los grupos conformados en el fenograma de la Figura 1 no muestran una clara separación
entre los materiales de cada una de las regiones bajo estudio (Cuadro 6). La técnica AFLPs
registra mutaciones a todo lo largo del genoma; por lo cual, los resultados obtenidos muestran
la diversidad genética presente en los materiales estudiados. En el caso presentado con
caracteres morfológicos e isoenzimáticos, existe alguna separación entre los materiales de la
parte cálida y fría. Esta variación fue parcial y es el resultado de pocos genes responsables de
los caracteres cualitativos y cuantitativos del fruto (seleccionados por los cultivadores), así como
de algunos que participan en el metabolismo (específicamente isoenzimas), el cual es influenciado
por las condiciones ambientales.

Cuadro 6. Resumen de los núcleos formados por el fenograma con información de AFLPs
representativo de las accesiones de guisquil (Sechium edule) de Alta Verapaz
incluidas muestras de materiales cultivados comercialmente.
Núcleo Núm. de muestras Zona cálida Zona fría Var. cultivada
1 6 1 4 1
2 2 2 0
3 16 11 4 1
4 25 6 18 1
5 1 0 1
6 1 0 1
7 5 3 2
8 1 1 0
9 2 2 0
10 2 1 1

A nivel de localidad, el análisis de variabilidad, en cada zona de estudio, mostró que en la


zona cálida las localidades de Ikbolay, Sechaj y Raxhujá tienen materiales representados en el
mayor número de grupos de diversidad conformados en el fenograma de la Figura 1. Guiquel,
Tampoc, Chichoj y Bancab son las localidades con mayor diversidad en la zona fría (Cuadro 7).

Consideraciones acerca de conservación in situ


Pocas especies producen frutos con tanta diversidad morfológica, principalmente, en forma,
tamaño, tipo de epicarpio y en menor grado, color, como la observada en guisquil. Por esta
razón, esta especie parece tener un gran potencial desde el punto de vista de recursos genéticos
(Lira, 1996). Por lo tanto, esta diversidad genética debe ser utilizada como base para el
mejoramiento genético. Hasta hoy, poco se ha hecho en Guatemala en mejoramiento genético,
así mismo, poco se conoce sobre la base genética que gobierna los caracteres morfológicos y
fisiológicos importantes para la producción de guisquil. Es necesario realizar más investigación
al respecto, lo cual requiere como elemento condicionante, la conservación de la diversidad
presente.
74 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 7. Variación del número de accesiones por localidad y número de núcleos a los que pertenecen basada
en información de AFLPs.

Localidad Zona Accesiones Núcleos Relación


núcleos/accesiones
Ikbolay Cálida 4 3 0.75
Salacuim Cálida 9 4 0.44
Sechaj Cálida 5 4 0.80
Raxhujá Cálida 3 3 1.00
Media 0.75
Guiquel Fría 4 4 1.00
Tampoc Fría 5 4 0.80
Chichoj Fría 6 4 0.66
Las Pacayas Fría 5 2 0.40
San Luis Fría 5 3 0.60
Bancob Fría 3 3 1.00
Media 0.75

En condiciones silvestres se encuentran identificadas, a la fecha, sólo algunas poblaciones


dispersas de guisquil en los estados de Veracruz, Oaxaca, Puebla e Hidalgo (López,1991;
Newstrom, 1991; Lira, 1996). Además, la especie silvestre más emparentada al guisquil
(S. compositum) se encuentra distribuida en la costa sur de Guatemala y en el sur oriente de
Chiapas, México. Por lo tanto, la conservación in situ de la diversidad genética del guisquil
presente en Guatemala, se puede realizar exclusivamente en huertos familiares. Hasta ahora
no se tiene ningún estudio de esta naturaleza, por lo cual la información generada en este
trabajo de investigación es importante para tratar de entender cómo está la diversidad genética
distribuida en los huertos familiares y a la vez, sugerir metodologías de conservación.
Como se observó en campo, en cada huerto familiar existen pocos individuos de guisquil
y no se puede hablar de poblaciones reales; además, cada uno de estos individuos se diferencia
en su morfología de fruto; es decir, existen diferentes "variedades locales" en el mismo huerto.
Al comparar los huertos de la zona cálida con los de la zona fría, se observaron diferencias
entre el germoplasma presente, principalmente de tipo fenológico, ya que los materiales genéticos
de la zona cálida se cosechan a mediados del año y los de la zona fría al final del año. El
análisis isoenzimático y molecular amplió la información disponible, por lo que con estos
elementos, se pueden examinar algunos factores que afectan la conservación in situ, basados
en los conceptos teóricos de la genética de poblaciones.
La diversidad genética de guisquil se reduce por el tamaño pequeño de la población presente
en cada huerto familiar, lo que ocasiona deriva genética. Por esto, se puede suponer que las
variedades locales presentes en los huertos familiares tienen una composición particular de
alelos. De acuerdo a Guarino y Hoogendijk, (2000), el intercambio de material reproductivo
entre los diferentes huertos (lo cual es parte del concepto de huerto) de una localidad o diferentes
localidades puede contrarrestar el efecto negativo generado por la deriva genética. El sistema
de cruzamiento de guisquil es de tipo entomófilo, lo cual define que esta especie es básicamente
de polinización abierta. Se sabe que las poblaciones de polinización abierta tienen mayor
diversidad dentro que entre poblaciones (Azurdia et al., 1999); por lo que, debe entenderse que
basta con conservar mayor número de individuos en una población antes que diferentes
poblaciones. Para el caso de guisquil en huertos familiares, se analizó que no existen poblaciones
verdaderas dentro de cada huerto, y está afectado por el hecho de que actúan como unidades
separadas (factor aislamiento) debido a la estructura, así como al manejo que le dan los
propietarios. El concepto de cantidad de diversidad genética definido por el sistema de
cruzamiento no se aplica en su totalidad, en este caso.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 75

El tamaño reducido de las poblaciones de guisquil en los huertos familiares, puede inducir
depresión endogámica. De acuerdo a Frankel & Soule (1981; citados por Guarino y Hoogendijk,
2000), el tamaño mínimo de una población es de 500 individuos para mantener la diversidad
genética, balancear la tasa de mutaciones y reducir los efectos de deriva genética. Además, 50
individuos son suficientes para minimizar los efectos de la depresión endogámica. Este tamaño
de población no se puede alcanzar a nivel de huerto familiar para el caso de guisquil. Por lo
tanto, es necesario pensar en la distribución de la diversidad genética a nivel eco-regional
como una primera aproximación.
Brown y Marshall (1995) proponen un número de 50 sitios por cada eco-región para efectos
de conservación in situ. En este sentido, es conveniente seleccionar huertos familiares presentes
en diferentes localidades en cada región, preferentemente donde existen varios fenotipos que,
como se ha mostrado, normalmente son relativamente diferentes a pesar de que se encuentren
en el mismo huerto familiar.
Continuar con estudios más detallados sobre la distribución de la diversidad genética en
poblaciones de guisquil en huertos familiares, utilizando marcadores bioquímicos y moleculares,
es uno de los caminos para definir claramente la distribución de la diversidad genética y contribuir
al conocimiento a fin de establecer una metodología de conservación in situ. La presente
investigación mostró que la diversidad genética de guisquil (basada en morfología de fruto)
varía de localidad a localidad, en cierto grado, entre eco-regiones; y además, que las
características de las poblaciones y su sistema de cruzamiento permiten adelantar que la
conservación in situ debe enfocarse en alto número de poblaciones (alto número de huertos
con pocos individuos) a pesar de ser una especie de polinización abierta.
En este sentido, se propone establecer un sistema de huertos familiares localizados en las
dos eco-regiones (cálido y frío) ya que el factor ambiental define en parte la variabilidad. Con el
programa FLORAMAP (Jones y Gladkov, 1999) se realizó un análisis de grupos basado en
características climáticas de las localidades en las cuales se encuentran los huertos familiares
en estudio. Se comprobó que existen dos grupos, los huertos de la parte fría y los de la parte
cálida; por lo tanto, se debe hacer una unidad de conservación in situ para cada una de estas
regiones y seleccionar aquellas localidades en las cuales se presenta la mayor variación en los
materiales de guisquil. Se cuenta con información a tres niveles, morfología de fruto, variación
isoenzimática y variación molecular. Las localidades que presentan mayor variación en estos
niveles, serán seleccionadas para conformar la unidad de conservación in situ. El Cuadro 8
resume esta información. Estos resultados se refuerzan mediante el análisis de diversidad
genética utilizando el programa DIVA (Hijman et al., 2000) y datos de variabilidad basados en
AFLPs.

Cuadro 8. Localidades recomendadas para conformar la unidad de conservación in situ de


guisquil (Sechium edule) en el departamento de Alta Verapaz, Guatemala.
Nivel de variación
Eco-región Localidad
Morfología Isoenzimas AFLPs Media
Cálida Ikbolay 0.66 0.80 0.75 0.74
Sechaj 1.00 0.50 0.80 0.77
Raxhujá 1.00 1.00 1.00 1.00
Salacuim 0.67 0.56 0.44 0.56
Fría Chichoj 0.50 0.67 0.66 0.61
Guiquel 0.50 0.38 1.00 0.63
Tampoc 0.50 0.67 0.80 0.66
Bancab 0.40 0.66 1.00 0.68
76 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

En cada una de las localidades anotadas se debe tomar el mayor número de huertos
familiares de tal manera que la población real (la sumatoria de las plantas de guisquil presentes
en todos los huertos) sea lo más grande posible. De esta manera se puede aplicar el concepto
de especies de polinización abierta, la mayor diversidad genética se encuentra dentro de la
población antes que entre poblaciones. Por lo tanto, se espera tener más individuos de guisquil
en una localidad antes que seleccionar más localidades.
Este tipo de estudio necesita complementarse con otros de la especie clave del huerto
familiar ya que es un agroecosistema constituido por un número alto de especies con utilidad
antropogénica. La metodología propuesta en este artículo trata de combinar la información
obtenida a partir de diferentes fuentes; ambiental, morfológica, bioquímica y molecular, y se
buscan los puntos críticos y su mejoramiento.

Referencias
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428.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 77

Identificación de arquetipos de pitahaya cv. roja (Hylocereus undatus) en


Yucatán

M. Meza R.1, D. Cituk-Chan2, R. Ortíz Ortíz2 y L. Borges G.2

1
Ex alumna de Maestría del Instituto Tecnológico Agropecuario No.2, Centro de Investigación y
Graduados Agropecuarios (CIGA).
2
Instituto Tecnológico Agropecuario No.2, Centro de Investigación y Graduados Agropecuarios
Km 16.3 Antigua Carretera Mérida-Motul, C.P. 97345, Conkal, Yucatán, México.

Summary
Identification of archetypes of pitahaya cv. red (Hylocereus undatus) in Yucatan. Pitahaya
(Hylocereus undatus), is a specie native to the Americas whose fruits and cutting have been
used since pre-hispanic times. Currently in the Yucatan State, Mexico there is a broad genetic
variability, still not identified, resulting from sexual or asexual propagation and expressed in
growth habit, flowering and fruiting, fresh color and nutritional value of protein, N and P in the
home gardens and traditional systems. In the experimental area of tropical fruits from the CIGA-
ITA 2 Conkal, Yucatan, research was conducted in four parts. Phase one consisted of the
identification of 12 archetypes of pitahaya cv. red according to the vegetative traits and flowering
and fruiting under field conditions. These results were analyzed by multivariate analysis with
NTSYS 2.0. In the second phase the nutritional content of protein, P and K of pitahaya fruits was
analyzed, and compared with carrots and soursop. In the third phase, the propagation of the 12
pitahaya archetypes was carried out. Initial results showed that 53.56% of morphological variation
was concentrated in the first two principal components. Both principal components and cluster
analysis showed consistence in the six cluster groups of archetypes. At 65 days after planting,
the fifth archetype, with greatest foliar growth and vegetative bud length, was recognized. Phase
four identified the presence of the pathogen Erwinia sp., observed mainly in October and
November in the nursery.

Key words: archetypes, genetic variability, Hylocereus undatus, native, pitahaya, propagation.

Introducción
Entre las numerosas especies de cactáceas de mayor importancia económica en México, por
sus frutos, pertenecen a los géneros Opuntia, Hylocereus y Stenocereus. El aprovechamiento
de estas especies, en algunas regiones de Mexico, es principalmente a través de la recolección
de frutos en estado silvestre o bien su cultivo en huertos familiares. Sin embargo, en los últimos
tres años, el cambio de actitud de los cultivadores por establecer sistemas intensivos de
producción para surtir el mercado demandante ha marcado la orientación de las recientes
investigaciones en el cultivo de pitahaya (Hylocereus undatus). Para el caso en Yucatán, de
2001-2002 fueron establecidas en promedio 937 ha de las que sólo 300 ha fueron cosechadas
con una producción de 1,200 ton; durante este periodo se observó un crecimiento de 71 %
(Koo et al., 2001). Las zonas de cultivo se encuentran distribuidas en zonas estratégicas en
función del tipo de suelo, clima, y condición agroecológica.
Las pitahayas son plantas nativas de América que producen un fruto llamativo y exquisito.
Su cultivo, en buena medida, sigue siendo tradicional, a pesar de que tienen amplia demanda
en el mercado regional, y es apreciado y demandado en el mercado internacional. Colombia y
Nicaragua son los principales países productores y han desarrollado técnicas modernas de
cultivo (Góngora, 1994; Ortiz y Livera, 2000).
78 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

En México, existe poco conocimiento que mejore los sistemas de producción de pitahayas
para su mejor aprovechamiento a nivel de huerto familiar, el cultivo es aún incipiente. Las
pitahayas cultivadas muestran excesiva variación morfológica en la estructura de la planta
como consistencia de los brotes vegetativos, aristas, disposición de areolas y espinas, tamaño
de las estructuras florales, color de pulpa en el fruto y períodos de fructificación. Este último
carácter dificulta el manejo intensivo, ya que en ocasiones el mercado exige ciertas características
para la comercialización. Dentro de esta necesidad, el objetivo de este trabajo consistió en
identificar "arquetipos" (poblaciones con estructuras o plantas idóneas para la siembras
comerciales) de pitahaya con potencial económico.

Materiales y métodos
El trabajo se desarrolló en las instalaciones e infraestructura del Instituto Tecnológico
Agropecuario ubicado en el km 16.3 de la antigua carretera Mérida-Motul, Conkal, Yucatán,
México a 19° 20' de latitud Norte y 20° 37' de longitud Oeste de los meridianos y una altitud de
8 msnm. La investigación consistió de cuatro fases; I) descripción vegetativa y reproductiva,
II) contenido nutricional del fruto, III) propagación vegetativa, y IV) detección de agentes
patogénicos.
La información presentada corresponde a una muestra de 12 arquetipos (=variantes
morfológicas) provenientes de una población de 250; es decir, el 4.8% de la población total. La
selección de los arquetipos, para su posterior evaluación, se basó en características fenotípicas,
morfológicas, hábito de crecimiento, fructificación y frutos de epidermis de color rojo, sabor
dulce mayor de 12 °B, peso promedio de 400 hasta 700 g y forma ovalada.
Una vez seleccionados los 12 arquetipos se evaluaron las características siguientes; longitud
del brote vegetativo (cm), número de aristas, número de espinas, número de botones florales,
longitud de pétalos (cm), número de estambres, número de sépalos (cm), longitud de estigma
(cm), longitud del estilo (cm) y diámetro del estilo en (cm).
El análisis nutricional fue realizado para determinar el contenido de proteínas, P, K, Ca,
Mg, Mn, Fe, B, Zn y humedad de la pulpa. Previo a la determinación de cada elemento, la
cáscara/pulpa fue deshidratada a 65°C durante 24 horas, el peso de la pulpa se registró en
base fresca. Para la determinación de N, se pesó 1 g de la muestra molida, se agregó 1 g de
mezcla del reactivo selénica con 20 ml de ácido sulfúrico QP (químicamente puro); posteriormente
se procedió a la digestión y destilación agregando sulfuro de amonio, 60 ml de hidróxido de
sodio (sosa). De la destilación se obtuvo 150 ml de solución que se procedió a titular con ácido
sulfúrico 0.1 N. El valor obtenido de la muestra equivale al nitrógeno obtenido en 100 g de
muestra (cáscara/pulpa). Para estimar el valor de proteína contenida en la pulpa del fruto, el
valor calculado para el nitrógeno fue multiplicado por el factor 6.45.
Para el análisis de K, macro y micro elementos, se aplicó la cuantificación por absorción
atómica. En Ca y Ma se usaron inhibidores como el cloruro de lantano y en Fe, Cu, Mn y Zn se
cuantificaron directamente. Para la calibración del espectrofotómetro de absorción atómica se
supervisó el flujo de aire y el flujo del acetileno para obtener la mezcla adecuada. Para la
cuantificación de Fe, Mg, Zn y Mn se utilizó la lámpara de deuterio. Previo a todo esto se calibró
el equipo mediante el ajuste de la curva por mínimos cuadrados con los diferentes estándares
de cada elemento. Para fósforo se utilizó la técnica de ELON. El porcentaje de humedad se
estimó con 0.2 g de muestra secadada a 100°C durante 24 horas.
Para evaluar la capacidad regenerativa en la propagación, el material utilizado se desinfectó
con una solución de hipoclorito de sodio al 20 % y utilizando alcohol al 70% para los instrumentos.
El tamaño de los brotes vegetativos fue de 20 cm con el corte de la yema terminal. Lo anterior
tuvo como objetivo romper la dominancia apical del brote vegetativo, promoviendo una
estimulación de las yemas vegetativas. La propogación y cuidado en vivero fue homogénea
para todos los materiales. En el vivero se evaluó la longitud de brotes vegetativos (cm) y área
foliar (cm2).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 79

La identificación de agentes patogénicos fue orientada hacia el aislamiento de bacterias.


Con la finalidad de aislar la bacteria, se realizó el muestreo de material con síntomas de
bacteriosis infectado en forma natural (daños en el campo), se realizaron cortes de 1 cm y
desinfectado con hipoclorito de sodio 1% durante un minuto. El sub-cultivo se realizó en
condiciones asépticas en cajas de petri con medio de cultivo agar-papa-dextrosa. Para determinar
el género y especie de la bacteria fue necesario aplicar cuatro pruebas; pudrición de tubérculos
de papa, tinción de Gram, producción de pigmento amarillo (fluorescencia), y el metabolismo
oxidativo y de fermentación de carbohidratos.
Análisis estadístico de la información. Con las variables de la descripción vegetativa,
fenológica y reproductiva, y contenido nutricional del fruto, se realizó un análisis de componentes
principales (CP), con datos estandarizados, utilizando dos réplicas por arquetipo mediante el
programa NTSYS. Así mismo, se realizó un análisis de conglomerados usando las distancias
euclidianas y el agrupamiento mediante el ligamiento promedio. La diferencia entre arquetipos
respecto a los caracteres vegetativos durante la propagación en vivero se obtuvo a través de
un análisis de varianza y la comparación de promedios por el método de Tukey.

Resultados y discusión

Descripción de caracteres vegetativos, de floración y fruto


El análisis de componentes principales (ACP) permitió determinar la existencia de una variación
morfológica de un 53.56% en los primeros tres componentes principales; el CP1 con 25.35%
de variación incluye las características de peso del fruto, número de brácteas basales y grados
Brix, y el CP2 (17.95%) y CP3 (10.25%) captaron en mayor medida de la variación de caracteres
vegetativos y número de aristas, respectivamente. Estos resultados superan a lo mencionado
por Maldonado (2000) donde reporta una variación de 46.42% (para los primeros componentes
principales) de las colectas evaluadas, en pitahaya cv. blanca Hylocereus undatus. Sin embargo,
Chávez y Castillo (1999) al caracterizar otra especie hortícola obtuvo resultados que explicaron
la variación morfológica por encima del 60%.
En la Figura 1 se graficaron los dos primeros componentes principales, lo que permite
distinguir la identificación y agrupación de los arquetipos de pitahaya. Se aprecia la distribución
e integración de seis grupos de pitahaya cv. roja Hylocereus undatus. Así, el grupo VI comprende
al A3 y A11 basándose en las características vegetativas de floración y de fructificación; el

Figura 1. Distribución de los 11 arquetipos (A) de pitahaya y su integración en seis grupos en función de los dos
primeros componentes principales (CP1 y CP2) de acuerdo a los caracteres vegetativos, de floración
y fructificación.
80 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

grupos V con el A6; III integra a A3, A11, y A4; y IV A2 los que se dispersan en la parte inferior.
Los grupos opuestos son el grupo I con A9, A8, A5 y A1 y el grupo II (A7 y A12) presentando las
características de fructificación del CP1.

El análisis de conglomerados con las mismas variables utilizadas en el ACP permitió orientar
de una forma más congruente los agrupamientos de los arquetipos evaluados. En la Figura 2
(dos muestras por número de arquetipo) se presenta el dendrograma con los grupos siguientes:

Figura 2. Dendograma de 11 arquetipos (A) de pitahaya cv. roja (Hylocereus undatus) obtenidos por distancia
euclidiana, utilizando caracteres vegetativos de floración y de fructificación.

Grupo I. Integrado por los arquetipos 9, 8, 5 y 1 los que presentan hábitos de crecimiento
rastrero, botes vegetativos con tres aristas de 32.3 cm, 29 espinas de apertura floral nocturna
y hermafrodita. La flor está integrada con un estigma de 2.4 cm, 933 estambres, estilos de 21.3
cm y con 27 sépalos y pétalos. El fruto, una baya con 405 g en promedio, 21 cm de diámetro y
12.7 grados Brix.
Grupo II. Agrupó a los arquetipos 7 y 12 de flores hermafroditas con 34 sépalos, una
longitud de pétalos de 27.33 cm, 1,100 estambres, el estigma de 2.1 cm, un estilo de 22.9 cm y
2.01 mm de longitud y diámetro, respectivamente. La heterostilia de este y otros grupos es
frecuente como lo señalan Ortiz y Livera (2000). El fruto pesó 86.1 g de cáscara, 417.2 g de
pulpa y con 14.56°B.
Grupo III. Los arquetipos 3, 4 y 11 integraron este grupo, que presentó gran variabilidad en
longitud de estacas y número de aristas no así para el número de espinas que fueron los
indicadores de la inducción floral. Esto coincide con lo reportado previamente por Cituk (1999)
para este y otros materiales. Asimismo, se registraron tres ciclos de floración cuyas estructuras
florales presentaron un promedio de 862 estambres, 22.5 cm en pétalos, 27.7 cm sépalos, dos
cm de estigma y 20.3 cm para el estilo. Los frutos alcanzaron en promedio 453.2 g de pulpa,
67 g de cáscara y 12.5°B.
Grupo IV. Está integrado por un arquetipo que supera en el peso del fruto a los grupos I, II,
II y VI, al obtener 536 g, 17.4 cm de longitud, 31 cm en diámetro y 15.5°B. Es importante
mencionar que el peso del fruto y los grados Brix son parámetros complejos en pitahaya, ya
que puede variar por el manejo agronómico e interactuar con el ambiente, y económicamente
se ve reflejado en el precio de mercado según Castillo y Cáliz (1995) y Ortiz y Livera (2000).
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 81

Grupo V. Las caraterísticas de los arquetipos del grupo son el mayor crecimiento del brote
vegetativo (145.5 cm) de tres aristas y 63 espinas, caracteres que influyen en la propagación,
peso del fruto y en grados Brix.
Grupo VI. Los arquetipos 3 y 11 de este grupo se identifican por presentar flores
hermafroditas con el mayor número de estambres (1,842). Estos dos materiales, con fines de
investigación, son apropiados para evaluar la cantidad de granos de polen, viabilidad e
incompatibilidad, y su influencia en el tamaño, forma y peso del fruto. Cabe mencionar que en
este grupo el peso del fruto fue de 448.7 g y 12.25°B.

Contenido nutricional del fruto


El análisis nutricional del fruto de pitahaya cv. roja de Hylocereus undatus presentado en el
Cuadro 1 indica la importancia de incluir en la dieta familiar el consumo de la pulpa de pitahaya.
El fruto contiene 1.2 g de proteína, 0.09 g en fósforo y 0.4 g de potasio, nutrientes que están
asociados con la prevención de desórdenes en el sistema nervioso, cardiaco y estructura
muscular. Así mismo, interactúan en forma proporcional con la presencia de Ca, Mg, Mn, Cu,
Zn y Fe en el fruto, aunque puede variar de acuerdo al manejo agronómico del cultivo y la
nutrición del suelo. Los resultados del análisis coinciden en parte con los reportados por Castillo
y Cáliz (1995).

Cuadro 1. Resultados del análisis nutricional de la pulpa de pitahaya (Hylocereus undatus).


Elemento/100 g de muestra Conkal, Yucatán Castillo y Cáliz (1995)
Proteína (g) 1.2 1.2
Fósforo (g) 0.0948 No detectable
Potasio (g) 0.3873 -
Calcio (mg) 22.16 7.5
Magnesio (g) 0.121 -
Cobre (mg) 1.3166 -
Fierro (mg) 3.0 No detectable
Zinc (mg) 2.1666 -
Manganeso (mg) 0.75 -
Humedad (%) 84.63 87.5

Crecimiento vegetativo durante la propagación en vivero


Área foliar de brotes vegetativos. El análisis de varianza determinó diferencias significativas
(P<0.01) entre los 12 arquetipos a los 65 días. Mediante comparaciones de medias por el
método de Tukey (P<0.01), se identificó al arquetipo 5 como el mayor crecimiento de área
foliar. Morales y Dell (1980) mencionan que el área foliar está asociada a la cantidad de hojas,
y por consiguiente realizan una mayor absorción de los nutrimentos favoreciendo el crecimiento.
Longitud del brote vegetativo. De manera similar al área foliar, hubo diferencias significativas
entre los 12 arquetipos respecto al crecimiento vegetativo. La prueba de medias por Tukey
(P<0.01) determinó que los arquetipos 5, 2, 12 y 8 fueron similares; no obstante, el primero
registró la mayor longitud con 11.6 cm. Estos resultados fueron inferiores a los que obtuvieron,
en la misma especie, Koo et al. (2001) y Martínez et al. (1999), quienes reportan un crecimiento
de 20 a 34 cm, también en condiciones de invernadero.

Identificación de agentes patogénicos


De los análisis realizados a las 24 muestras de material colectado con síntomas de pudrición
del filocladodio, se logró determinar que el agente causal es una bacteria fitopatógena
grampositiva, de acuerdo a las pruebas de pudrición en papa y tinción, respectivamente (Chi et
al., 1998). Así mismo, con base en cinco pruebas químicas y bioquímicas, se logró establecer
que la bacteria pertenecía al grupo Erwinia. De los 12 arquetipos en estudio, el 9 y 10 mostraron
82 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

susceptibilidad a Erwinia mediante puntos necróticos, acuosos y halo amarillento. La


sintomatología es similar a la que reporta Góngora (1994) correspondiente a la subespecie
Carotovora.

Conclusiones
El análisis de conglomerados permitió agrupar a los 12 arquetipos de pitahaya en seis grupos
bastante diferentes de acuerdo a los caracteres vegetativos de floración y de fructificación. En
relación a los elementos nutritivos, los frutos pueden aportar a las dietas proteínas, fósforo,
potasio y en menor proporción cobre, calcio, hierro, manganeso, magnesio y zinc.
Se presentó cierta variación en el crecimiento vegetativo donde el arquetipo 5 presentó el
mayor crecimiento de área foliar (107 cm2) y longitud de brotes vegetativos (11.6 cm).
Erwinia spp. fue el agente causal de puntos necróticos, acuosos y halo amarillento donde
los arquetipos 9 y 10 fueron los más susceptibles. La identificación del agente patogénico
favorece la definición del método más adecuado de control.

Referencias
Castillo M., R. y H. Cáliz de D. 1995. Valores nutricionales del género Hylocereus (''pitahaya''). In: D.
Granados S. et al. (eds.), Memorias del Primer Simposium Internacional sobre Pitayas y Frutos Afines.
División de Ciencias Forestales y del Ambiente, Universidad Autónoma de Chapingo. Chapingo,
México.
Cituk Ch., D. 1999. Caracterización botánica de pitahaya (Hylocereus undatus). Folleto de la DGETA -ITA
2-CIGA. Conkal, Yucatán.
Chávez S., J.L. y F. Castillo G. 1999. Variabilidad en caracteres morfológicos de colectas de chile manzano
(Capsicum pubescens R. y P.) Revista Fitotecnia Mexicana 22:27-41.
Chi, M.F, Tun S.J y D.Cituk. CH. 1998. Etiología y manejo integral de la bacteriosis (Erwinia caratovora
Smith) en pitahaya (Hylocereus undatus Britton y Rose). Tesis M.C. Instituto Tecnológico Agropecuario
No.2. Conkal, Yucatán.
Góngora, J. 1994. Manejo fitosanitario de la Pitahaya en Nicaragua: Enfermedades. Pp:99-105 In: Memorias
del Primer Encuentro Nacional del Cultivo de la Pitahaya. San Marcos, Nicaragua.
Koo C., G, D. Cituk CH. y M. Soria F. 2001. Efecto del N y P en el crecimiento de pitahaya cv. Roja
(Hylocereus undatus Britton & Rose) en vivero. Tesis Ing. Agr. Instituto Tecnológico Agropecuario No.
2. Conkal, Yucatán.
Maldonado, P.L. 2000. Caracterización morfológica de colectas de pitahaya blanca (Hylocereus undatus)
de Yucatán.Tesis Ing. Agr. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo, México.
Martínez, G.A., M. López V., Y. Ortíz D. y F. Arce G. 1999. Avances en la nutrición de estacas de pitahaya
Hylocereus undatus bajo hidroponia e invernadero. In: Memoria de Cáctaceas y otras plantas suculentas
del II Congreso Mexicano y I Congreso Latinoamericano y del Caribe Oaxaca, México.
Morales, D. y J.A. Dell. 1980. Efecto de la humedad del suelo sobre el crecimiento de postura de cafetos
en viveros con sombra. Instituto de Ciencias Agrícolas, ISAAC, La Habana, Cuba. 179 p.
Ortíz, H., Y D. y M. Livera M. 2000. Manual para la propagación de pitahaya (Hylocereus spp.). CGP1-
IPN98800, SIBEJ-CONACYT RNMA 058, CONACYT 3750P Y FMCNB1/21. México.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 83

Patrones isoenzimáticos de chiles criollos (Capsicum annuum L.) de


Yucatán, México

Sara Hirán Morán Bañuelos, Maribel Ribero Borja, Yesenia García Flores, Porfirio Ramírez
Vallejo

Programa de Genética y Laboratorio de Marcadores Genéticos, IREGEP. Colegio de Postgraduados.


56230, Montecillo, Texcoco, México ( morans@colpos.mx).

Summary
Isozyme patterns on chile pepper landraces (Capsicum annuum L.) from Yucatan, Mexico.
Mexico has a great variety of cultivated and wild forms of chile pepper (Capsicum annuum L.)
broadly distributed throughout the country. In Yucatan, farmers cultivate chile varieties in
cornfields, plots, irrigation parcels, and in pots in home gardens. The proximity of plants have
generated the following types: cha'hua, maax, sucurre, xkat ík and ya'ax ík; all of these belong
to the species C. annuum L. In order to describe the intraspecific isozymic diversity in the
community of Yaxcaba, Yucatan, 13 populations were evaluated: maax (1), xkat ík (2), sucurre
(2), ya'ax ík (4) and cha'hua (4). Four systems per gel type revealed isozymically a total of
twenty isozymes based on the protocols of Stuber et al. (1988): ACO, ACP, ADH, AMP, CAT,
DIA, ENP, EST, GDH, GLU, GOT, HEX, IDH, MDH, ME, PGD, PGM, PHI, RUBISCO and SAD.
The isozymes CAT, EST, GOT and IDH showed only one locus, while ME, PGD, PHI, and SAD
showed two loci, and MDH four loci. Of the 40 genotypes, 27 were homozygous and 13 were
hybrids. The polymorphism percentage was of 75%. The variety ya'ax ík showed 82.5% of total
genotypes, while maax and sucurre displayed the least variation (55%).

Key words: Cha'hua, chilli pepper landraces, isozymes, maax, sucurre, xkat ík, ya'ax ík.

Introducción
El chile es un cultivo hortícola de gran demanda en todo el mundo, pertenece al género Capsicum,
compuesto de aproximadamente 27 especies, de las que C. annuum, C. chinense, C. frutescens,
C. baccatum y C. Pubescens, se cultivan en todo el territorio mexicano y se encuentra en el
mercado todo el año. Diversos autores reconocen a México como el centro de mayor diversidad
genética y centro de domesticación de C. annuum L.; así mismo, los estudios sobre variación
morfológica, cromosómica y de hibridización sugieren que las especies silvestres del género
Capsicum son los ancestros de las variedades cultivadas y que conforme aumenta la
domesticación disminuye la variación genética (Pickersgill, 1971 y 1977; Gómez, 1978;
Eshbaugh, 1980; Rodríguez, 1988; Corona, 2000). La especie C. annuum incluye a una gran
variedad de plantas de importancia alimenticia para México, ya que de ellas se obtienen frutos
apreciados comercialmente, por su pungencia y color característicos.
Además de su importancia como alimento, se ha reportado que la especie es utilizada
como medicamento entre las comunidades indígenas en México, Centro y Sudamérica. (Simon
et al., 1984; Coe y Anderson, 1996; Ibarra-Manríquez et al., 1997). Los tipos o variantes locales
más importantes en México son: Serrano, Ancho, Mulato, Mirasol, Jalapeño, Pasilla, Dulce,
Cora y Árbol (Muñoz y Pinto, 1966). Sin embargo, un gran número de variedades locales son
poco conocidas a nivel nacional, pero importantes regionalmente; en el estado de Yucatán los
campesinos mantienen morfotipos (diversidad de formas de fruto) específicos en las milpas1 ,
solares, tierras donde existe acceso al agua de riego y en macetas de la casa. La cercanía
entre plantas de diversas formas de chile genera los tipos clasificados localmente como: cha'hua,
ma'ax, sucurre, xcat ik y ya'ax ik de la especie C. annuum. (Latournerie et al., 2002).

1
Milpa es un término utilizado en México para referirse al lugar de cultivo de una o más especies.
84 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

El objetivo del trabajo fue describir los patrones de bandeo isoenzimáticos en cinco
morfotipos de chile de Yucatán, México y determinar la variabilidad u homogeneidad existente
en las poblaciones, ya que su forma de herencia está controlada por genes de tipo mendelianos
simples, con alelos codominantes y la información se interpreta en términos genéticos. Así
mismo, tienen la ventaja de no ser influenciados por relaciones epistáticas que supriman su
expresión y son muy estables a cambios ambientales (González, 1986); de esta manera se
aportará información del número de loci y alelos, para su utilización en trabajos de diversidad
genética.

Materiales y métodos
Se utilizaron plantas de 13 poblaciones que representaron a cinco morfotipos de la especie
C. annuum L.; ma'ax (1), xcat ik (2), sucurre (2), ya'ax ik (4) y cha'hua (4). Las semillas fueron
proporcionadas por el Instituto Tecnológico Agropecuario (I.T.A.) No. 2 de Conkal, Yucatán,
México, éstas se colocaron en una cámara de germinación en condiciones controladas de
humedad, luz y temperatura constante de 25°C ± 2°C. Una vez que se desprendió la testa de la
semilla de las hojas cotiledóneas se trasplantó a macetas dentro de invernadero. Las plantas
crecieron y previo a la etapa de floración se obtuvo una muestra de hojas jóvenes de 30 mg las
que fueron homogeneizadas con 150 ml de solución de extracción (5 g de ácido ascórbico y 10
g de sacarosa disueltos en 45 ml de agua destilada, pH 7.38). Con el fin de liberar las enzimas,
cada extracto homogenizado fue macerado y sometido a centrifugación (14,000) (rpm) durante
30 min a 4°C. El sobrenadante se almacenó a -18 °C para su posterior corrimiento electroforético.
Para este trabajo se asumió que la electroforesis es un método de separación de variantes
enzimáticas producto de la sustitución de uno o varios aminoácidos, su secuencia depende del
ADN del gen que codifica para esa isoenzima. La preparación, corrimiento y revelado de los
geles de almidón de papa hidrolizado se realizó conforme al protocolo de Stuber et al. (1988).
Las isoenzimas se organizaron para su electroforesis en los sistemas de geles B, C, D y F
como sugiere Stuber et al. (1988), Cuadro 1.
Cuadro 1. Sistemas enzimáticos analizados y tipo de gel usado para el corrimiento electroforético
Gel Abreviatura Sistema enzimático
(Stuber et al., 1988)
B ACP Fosfatasa ácida
GLU Beta-glucosidasa
MDH Malato deshidrogenasa
ME Enzima málica
C ADH Alcohol deshidrogenasa
CAT Catalasa
ENP Endopeptidasa
EST Esterasa
GDH Glutamato deshidrogenasa
GOT Glutamato oxalacetato transaminasa
RUBISCO Ribulosa bifosfato carboxilasa
D IDH Isocitrato deshidrogenasa
PGD 6-Fosfogluconato deshidrogenasa
PHI Fosfohexosa isomerasa
PGM Fosfoglucomutasa
SAD Ácido shiquímico deshidrogenasa
F ACO Aconitasa
AMP Arginina aminopeptidasa
DIA Diaforasa
HEX Hexoquinasa

Se registraron las distancias de migración, los loci y alelos por enzima para cada individuo
con base en el trabajo de Loaiza (1985); donde la zona de actividad más cercana al cátodo
corresponde al locus 1, la siguiente al locus 2 y así sucesivamente; así mismo, se emplearon
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 85

como testigos las líneas S5 y J1 que corresponden a chile serrano y jalapeño (C. annum L.),
respectivamente, ya que resultan altamente confiables por presentar un número constante de
alelos por locus (Chávez, 1999). Con los datos obtenidos se estimó el porcentaje de polimorfismo,
número de alelos por loci, distancias de migración promedio y frecuencias genotípicas.

Resultados y discusión
De los veinte sistemas enzimáticos, sólo nueve revelaron favorablemente: CAT, EST, GOT y
IDH muestran un sólo locus; ME, PGD, PHI y SAD dos loci y MDH cuatro loci (Figura 1). Se
lograron observar un total de 16 loci; 12 polimórficos (75%). De 40 genotipos; 27 fueron formas
homocigóticas (67.5 %) y 13 heterocigóticas (32.5 %). El número promedio de alelos por locus
fue de 1.81. Los nueve sistemas isoenzimáticos que mostraron patrones de bandeo definidos,
han sido reportados en la literatura (Jensen et al., 1979; McLeod et al., 1983; Chávez, 1999;
Corona, 2000); Sin embargo, el número de loci y alelos identificados en el presente trabajo no
coinciden, en su totalidad, con lo observado por estos autores para otras especies del género.
Cada población fue caracterizada con base en la presencia de bandas o formas genotípicas
identificadas en cada isoenzima (Figura 1) y nombradas como se indica a continuación. En
MDH se identificaron cuatro loci a los que se les designó Mdh-1, Mdh-2, Mdh-3 y Mdh-4. Tanto
en Mdh-1 como en Mdh-4 se identificó un sólo alelo: Mdh-1100 y Mdh-4100. En Mdh-2 se observó
la presencia de dos alelos, el más cercano al cátodo fue Mdh-2100 y el siguiente Mdh-295. Se
observó una forma híbrida resultado de la presencia de ambas bandas, la cual fue nombrada
Mdh-2100/95. Para Mdh-3 se distinguieron los alelos Mdh-3100, Mdh-3105 y el heterocigoto Mdh-
3105/100. Los resultados concuerdan con los trabajos de Chávez (1999) y Corona (2000), quienes
al aplicar una técnica electroforética similar, a poblaciones de C. annuum L. y C. pubescens R.
y P., reportan cuatro loci en MDH; por otro lado, McLeod et al. (1983) y Jensen et al. (1979) sólo
identifican dos loci en las especies C. cardenasii, C. eximium, C. pubescens y C. tovari. Loaiza-
Figueroa et al. (1989) no observó el genotipo heterocigótico del locus Mdh-3 en cultivos
procedentes del Sur del México, mientras que las poblaciones de Yucatán aquí evaluadas sí lo
presentan.

Figura 1. Distancias de migración promedio y patrones de bandeo típicos de 13 poblaciones de C. annuum L.,
colectadas en Yucatán, México.
86 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Los loci observados en ME fueron designados como Me-1 y Me-2, el más cercano al cátodo
fue monomórfico, observándose sólo el alelo Me-1100; es de mencionar que no todas las
poblaciones mostraron este locus; los resultados concuerdan con lo reportado por Corona (2000),
aunque debido a la baja resolución observada, otros autores podrían reportar la presencia de
un sólo locus en este sistema. En el locus Me-2 se observó polimorfismo con dos alelos, el más
cercano al cátodo fue Me-2100 y el siguiente Me-290, lo cual coincide con Chávez (1999); sin
embargo, se han reportado hasta tres alelos (Jensen et al., 1979; McLeod et al., 1983). En este
locus destacó la presencia de un híbrido; el cual se nombró como Me-2100/90.
El bandeo de CAT muestra una zona de actividad única, locus Cat-1, el cual mostró dos
alelos; el más cercano al cátodo Cat105 y el segundo Cat100; se observó una forma híbrida asignada
como Cat105/100. Hay concordancia con otros autores al reportar dos alelos para el mismo género
(Jensen et al., 1979; Chávez, 1999; Corona, 2000). Sin embargo, McLeod et al. (1983) observaron
como monomórfico a este locus en C. annuum L., mientras que en el presente trabajo se
distinguen los dos alelos y la forma híbrida.
El locus Est-1 presentó el mayor polimorfismo, pues fue posible distinguir tres alelos: Est105,
Est100 y Est95; y tres híbridos, nombrados en base a los alelos que los forman: Est100/95, Est105/100
y Est105/95. McLeod et al. (1979) identificaron hasta ocho loci polimórficos para esta enzima; sin
embargo, lo que ellos identifican como loci es posible que corresponda a alelos como aquí
fueron nombrados y la diferencia puede estar dada por la metodología para identificar y nombrar
loci o por los protocolos utilizados. Por otro lado, hay concordancia con el patrón reportado por
Conicella et al. (1990), quienes señalan la presencia de dos de estas bandas o alelos en colectas
del centro de México y una tercera banda para América Central.
En el caso de GOT, se encontró un sólo locus, Got-1100, en forma monomórfica en todas
las poblaciones analizadas; esta condición es un hecho contrastante con lo señalado por Corona
(2000), Jensen et al. (1979) y McLeod et al. (1983) quienes reportan desde dos hasta cinco loci
con variaciones en el número de alelos de uno a tres por locus. La distancia de migración del
locus sugiere correspondencia con el locus 2 reportado por Chávez (1999) y Corona, (2000);
sin embargo, estos observaron un locus más cercano al cátodo en colectas de esta especie.
En IDH se distingue un locus: Idh-1, con dos bandas alélicas Idh100 e Idh110. Las formas
alélicas observadas concuerdan con lo reportado por Loaiza-Figueroa et al. (1989), ya que
identifican un locus con dos alelos en chiles cultivados en el centro y sur de México, mientras
que McLeod et al. (1983) y Jensen et al. (1979) establecen la presencia de tres loci con dos o
tres alelos cada uno. Se observó también la formación de un híbrido, Idh110/100, resultado de la
presencia de ambas bandas.
En PHI se obtuvo la resolución de dos loci designados como: Phi-1 y Phi-2, cada uno con
dos alelos Phi-1100 y Phi-195; y Phi-2105 y Phi-2100, respectivamente. Es importante señalar que la
enzima presenta una baja resolución en este último locus y destacó la presencia de un híbrido
denominado Phi-2100/105, lo cual difiere con el reportado por Chávez (1999) al citar tres loci
donde Phi-1 y Phi-2 muestan tres alelos cada uno y un tercer locus con dos alelos.
Para PGD se obtuvo la resolución de dos loci con dos alelos cada uno, el más cercano al
cátodo designados como Pgd-1105 y Pgd-1100. Se observó la presencia de la forma híbrida
Pgd-1105/100. En Pgd-2 el alelo más cercano al cátodo se designó Pgd-2100 y el siguiente Pgd-295.
En este locus se destacó la presencia del híbrido Pgd-2100/95. El patrón coincide con lo realizado
por Corona (2000), Chávez (1999) y Jensen et al. (1979); del mismo modo concuerda con dos
de los tres loci que reportó Loaiza-Figueroa et al. (1989) en material genético de chile cultivado
en los estados de Yucatán y Campeche, México.
Respecto al bandeo de SAD, esta enzima mostró resolución para dos loci, Sad-1 y Sad-2.
El primer loci presentó el alelo Sad-1100 y la forma híbrida Sad-1100/95; del mismo modo, Sad-2
presentó además del homocigoto Sad-2100, el híbrido Sad-2100/95. Ninguno de los individuos
analizados presentaron las formas homocigóticas para los alelos Sad-195 y Sad-295. El bandeo
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 87

de SAD corresponde con lo reportado por Chávez (1999) y Corona (2000) en cuanto al número
de loci, no así en el número de alelos, ya que ellos observaron una tercer banda en Sad-1, lo
cual puede atribuirse a la mayor cantidad de colectas que evaluaron.
Las discrepancias con otros autores respecto al número de loci y alelos reportados para
cada enzima, pueden atribuirse de manera general a las diferencias en la técnicas electroforéticas
aplicadas, la forma de identificar loci y alelos. En este trabajo los alelos identificados se
consideraron codominantes, lo cual permitió analizar las bandas como formas genotípicas y
hacer inferencias respecto a la estructura genética de las poblaciones (Cuadro 2).

Cuadro 2. Frecuencia de genotipos isoenzimáticos en cinco morfotipos de chiles criollos (C. annuum L.) colectados
en Yaxcabá, Yucatán (n, individuos).
Frecuencia genotípica por morfotipo
Gel Locus Genotipo Cha'hua Ma'ax Sucurre Xcat ik Ya'ax ik
(n=180) (n=6) (n=10) (n=9) (n=39)
B Mdh-1 100 1 1 1 1 1
Mdh-2 100 0 0 0 0 0.33
95 0.12 0 0.1 0 0
100/95 0.88 1 0.9 1 0.67
Mdh-3 105 0.88 0 0 0 0
100 0.12 0 0.1 0 0.04
105/100 0 1 0.9 1 0.96
Mdh-4 100 1 1 1 1 1
Me-1 100 1 1 1 1 1
Me-2 100 0.19 0.17 0.5 0.66 1
90 0.12 0 0.2 0 0
100/90 0.69 0.83 0.3 0.33 0
C Cat-1 105 0.43 0.67 0.6 0.83 0.25
100 0.57 0.33 0.4 0.083 0.67
105/100 0 0 0 0.083 0.08
Est-1 105 0 0 1 0 0.46
100 0.43 0.33 0 0.42 0.08
95 0.38 0.17 0 0 0.17
105/100 0 0.17 0 0.08 0
105/95 0 0 0 0 0.25
100/95 0.19 0.33 0 0.5 0.04
Got-1 100 1 1 1 1 1
D Idh-1 110 0 0 1 0 0.04
100 0.88 0.67 0 1 0.76
110/100 0.12 0.33 0 0 0.2
Phi-1 100 0.77 0 0 0.83 0.75
95 0.23 0 0 0.17 0.25
Phi-2 105 0.11 0 0 0 0.33
100 0.78 0 0 0.92 0.67
105/100 0.11 0 0 0.08 0
Pgd-1 105 0.38 0 0 0.08 0.25
100 0.62 1 1 0.92 0.67
105/100 0 0 0 0 0.08
Pgd-2 105 0.5 0.5 0.9 0.17 0
100 0.44 0.5 0.1 0.83 0.91
105/100 0.06 0 0 0 0.09
Sad-1 100 0.5 0 0.5 0.25 0.17
100/95 0.5 1 0.5 0.75 0.83
Sad-2 100 0.6 0.83 0.6 0 0.25
100/95 0.4 0.17 0.4 0 0.12
(37% de casos)
88 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

La caracterización isoenzimática de las poblaciones advierte diferencias entre los morfotipos,


con base en la frecuencia de los genotipos descritos (Cuadro 2). Además, se pueden señalar a
ya'ax ík y cha'hua, como los de mayor polimorfismo; 82.5 y 80%, y el menor número de loci
monomórficos 12.5 y 10%, respectivamente. En contraste, los morfotipos considerados de menor
polimorfismo fueron ma'ax y sucurre, por presentar sólo el 55% de los genotipos. Se lograron
distinguir algunas peculiaridades respecto a la presencia de ciertos alelos: los genotipos Mdh-
2100, Est-1105/95 y Pgd-1105/100 sólo se observaron en ya'ax ík; Me-2100, Cat-1105, Cat-1100, Pgd-2100
y Sad-1100/95 y los de condición monomórfica se detectaron en los cinco morfotipos; Phi-1 y Phi-
2 no presentaron resolución en Ma'ax y Sucurre. El locus Est-1 se observó monomórfico en
Sucurre, presentándose sólo el alelo Est-1105, a pesar de haber sido la enzima con mayor número
de alelos.
La descripción aquí presentada sugiere la presencia de variación genética intraespecífica,
estimada por la presencia de genotipos isoenzimáticos, en cada morfotipo; esta variación se
atribuye al mantenimiento de formas de chile en un sistema de cultivo donde prevalecen los
invidividuos aislados, cuya cercanía promueve un nivel de variación mayor, como el caso de
ya'ax ik, un morfotipo preferido en la región; en tanto que el tipo ma'ax, considerado como
silvestre, presentó la menor variación. En este sentido es pertinente señalar que el polimorfismo
obtenido está influenciado por la heterogeneidad de las muestras y el número de individuos
analizados, así como su asignación a una población o morfotipo; lo cual establece la necesidad
de analizar un mayor número de individuos para un estudio de diversidad genética de mayor
profundidad, el que no existe para la región; el presente trabajo aporta las bases para un análisis
más preciso de la magnitud de la diversidad genética, la que conservan los productores de
Yucatán y contribuye con información útil para otras investigaciones del género Capsicum en
México.

Conclusiones
La metodología empleada permite visualizar patrones de bandeo definidos. Las enzimas catalasa
(CAT), esterasa (EST), glutamato oxalacetato transaminasa (GOT) e isocitrato deshidrogenasa
(IDH) presentaron un sólo locus; la enzima málica (ME), 6-fosfogluconato deshidrogenasa (PGD),
fosfohexosa isomerasa (PHI) y ácido shiquímico deshidrogenasa (SAD) dos loci; y malato
deshidrogenasa (MHD) cuatro. Se contabilizó un total de 29 alelos, distribuidos en 16 loci con
un número promedio de alelos por locus de 1.81 y un 75% de polimorfismo.
Se identificó un total de 40 genotipos; 27 formas homocigóticas y 13 híbridas. Los resultados
indican que el morfotipo ya'ax ik fue el de mayor polimorfismo, por presentar el mayor número
de genotipos y contraste ma'ax y Sucurre el más bajo número y con la mayor proporción de loci
monomórficos.

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90 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Experiencias del proyecto milpa en maíz (Zea mays L.) en Chalco-


Amecameca, México en su primera etapa

Rafael Ortega Paczka

Universidad Autónoma Chapingo, Dirección de Centros Regionales. CP 56230, Chapingo, México,


Tel. y Fax (52-595) 95-463-36. (paczka @taurus1.chapingo.mx).

Summary.
Experiences of the "milpa" project in maize (Zea mays L.) in Chalco-Amecameca, Mexico.
This paper is a summary of the main achievements and problems of the "Milpa" Project Maize
Team in the Chalco-Amecameca region. Considerable progress was made in knowledge of
diversity, breeding potential for grain yield and other traits of maize landraces. In training,
achievements are reflected in the doctoral degrees earned by Edgar Herrera-Cabrera and Jorge
Romero-Peñaloza, and also in the master thesis of Virgilio Moreno-Moreno, Ileana Núñez-Arias
and Valdemar Ballesteros-Sandoval. The main problems confronted by the peasants were related
to low maize grain prices as a result of the liberalization of maize imports, which are of lower
quality. The main problems for the research team were limitations in time for project work,
insufficient funding, and few students, as well as the problems derived from the interdisciplinary,
inter-institutional approach of work. For future projects, it is necessary to pay attention to a) not
only research but also development needs of communities; b) promoting better prices and policies
relative to products that are the objects of the projects; c) better collaboration between in situ
and ex situ conservation; d) the distribution of work (different plant diversity groups, regions and
research approaches) among different researchers and institutions participating in the project;
e) having full time personnel; f) different products, by-products and other aspects of the target
plants.

Key words: Changes in agriculture, in situ and ex situ conservation, inter-disciplinary and
inter-institutional approach, participatory plant breeding.

Introducción
El proyecto "Milpa", financiado por la fundación McKnight inició en 1995, y en el 2002, el autor
propone hacer un balance de las aportaciones del proyecto y de los principales obstáculos que
enfrentó, esto con el objetivo de continuar los trabajos en sus áreas temáticas y geográficas,
así como para que tales análisis se tomen en cuenta en otros proyectos sobre conservación in
situ y mejoramiento participativo que se realicen en México. En este trabajo se presenta una
visión de los trabajos realizados por el sub-grupo maíz del proyecto "Milpa" en el área Chalco-
Amecameca, México, en su primera etapa o de estudio regional.

Aspectos generales del proyecto "Milpa”1


Un consorcio de investigadores de cuatro instituciones de México y cuatro de Estados Unidos,
con apoyo financiero de la fundación McKnight, llevaron a cabo el proyecto "Milpa" (acrónimo
utilizado del título en inglés "Conservation of Genetic Diversity and Improvement of Crop
Production In Mexico: A Farmer-based Approach"). Se partió de los hechos de que México es
un centro de origen y diversidad de numerosas plantas, en forma destacada de maíz y frijol;
que en el país están cambiando las prácticas agrícolas y la dinámica social; y para fines del
proyecto, que es altamente deseable conservar la cultura tradicional de las comunidades rurales

1
Mayor información sobre la propuesta de investigación consultar la página electrónica
<http://www.grcp.ucdavis.edu/milpa/MIL-FRES.HTM>, 2003.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 91

y las plantas que cultivan para su subsistencia. Se proponen métodos de mejoramiento genético
de la producción de esas plantas que en forma congruente conserven la diversidad biológica y
cultural. Se trabajó con las principales plantas de la "milpa" (sistema de mono o policultivo)
como maíz, frijol, calabazas (Cucurbita sp.) y quelites (plantas hortícolas que crecen en los
terrenos cultivados), en dos regiones contrastantes del país; Chalco-Amecameca, estado de
México y Sierra Norte de Puebla. Para abordar el trabajo se formaron los siguientes grupos de
investigación: maíz, frijol, calabazas, quelites y socioeconomía. Un aspecto fundamental en el
proyecto fue la capacitación de personal, principalmente a través de estudios de postgrado
para estudiantes y colaboradores, y de estancias en universidades para los investigadores. El
subgrupo maíz estuvo formado por cuatro investigadores mexicanos de tres instituciones, dos
investigadores de Estados Unidos y ocho trabajadores de campo. Participaron diez estudiantes
de licenciatura (pregrado), maestría y doctorado.

Algunas generalidades sobre Chalco-Amecameca y la importancia del cultivo de


maíz
El Sureste del estado de México, al que se denominará en este trabajo región Chalco-
Amecameca, se integra por 12 municipios donde el maíz en es el más importante y cubre casi
30,000 ha. La superficie se siembra aprovechando la humedad residual producto de las
precipitaciones invernales. Las características socioeconómicas de los productores y de las
unidades de explotación de maíz varían considerablemente, pero predominan los minifundistas
(explotaciones pequeñas), y los campesinos en promedio siembran entre 0.5 y 12.0 ha, utilizan
dos variedades locales; venden una parte del grano que cosechan y también el totomoxtle
(hojas que cubren a la mazorca) para envolver los conocidos "tamales”2; el 70% selecciona su
semilla para siembra de su propia cosecha. Desde hace aproximadamente 25 años, la agricultura
en esta región ha venido en detrimento por la elevación en los precios de los insumos y mano
de obra, así como por el descenso de los precios reales de las cosechas, situación que se ha
agudizado en los últimos años a partir de 1994 con la entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio entre México, Canadá y Estados Unidos (TLC), por la importación masiva a México
de maíz, leche en polvo y otros productos agrícolas; esto se realiza a pesar de que el maíz
producido en la región se considera de "mejor" calidad que el importado.
El proyecto "Milpa" escogió la región Chalco-Amecameca para impulsar un programa de
conservación in situ y mejoramiento participativo por la importancia de las milpas, ya que la
costumbre en la región es seleccionar la semilla de su propia cosecha; por el alto potencial en
rendimiento de los maíces nativos de la raza Chalqueño y logísticamente, por la cercanía de
las instituciones mexicanas que participaron en el proyecto.

Estrategia seguida por el sub-grupo maíz del proyecto "Milpa"


El proyecto en maíz tuvo como modelo general el siguiente esquema: a) exploración
etnobotánica; b) caracterización morfológica y evaluación de las muestras recolectadas en
ensayos de campo; c) exploración de la aplicación de la selección masal visual estratificada
(SMVE) como método de mejoramiento participativo; d) invitación a los poseedores de las
poblaciones de maíz, que resultaran sobresalientes, a dedicar parte de sus esfuerzos a producir
semilla para distribuirla a otros agricultores; y e) estudios especiales. La propuesta tuvo dos
etapas; la regional y otra concentrada en el municipio de Ayapango, Morelos, México, en este
trabajo se hace referencia a la etapa regional.
La etapa regional abarcó, en tiempo, desde 1995 al 2001 y consistió en la evaluación de
muestras de maíces nativos y SMVE estuvo sobrepuesta; es decir, la SMVE se realizó en
poblaciones que no se eligieron con base en experimentos previos, sino incluyendo poblaciones

2
Preparación especial, producto cocinado de la masa del maíz
92 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

contrastantes en sus características de grano y pertenecientes a agricultores reconocidos que


mostraron disposición a colaborar. Se partió de la exploración etnobotánica de toda la región,
siguiendo la metodología de Hernández (1971) y se reunieron 144 muestras de 30 localidades.
Para trabajos específicos, adicionalmente se recolectaron 15 muestras en la Ciénega de Zacapu,
Michoacán, México. Estas muestras en su mayor parte se evaluaron en ensayos de rendimiento
en varias localidades de la región y en el Campo Experimental de Tecámac del Colegio de
Postgraduados (Herrera, 1999 y Romero, 2002). De 1995 al 2001 se practicó la SMVE propuesta
por Molina (1981) con la modificación de preselección y marcado de plantas deseables en dos
poblaciones de maíz de grano blanco para "tamales", uno azul oscuro y dos cremas. Además,
de 1996 al 2001 se practicó el mismo tipo de selección en un tercer maíz de grano crema. Los
materiales de la selección masal y las poblaciones originales fueron evaluados en 1996 (Moreno,
1998) y 1999 (Moreno et al., 2002).
Veinte poblaciones de maíz de la región Chalco-Amecameca seleccionadas por rendimiento,
buenas características agronómicas y de grano; 56 de la raza Chalqueño pero de otras regiones;
nueve de razas relacionadas; y algunas cruzadas entre estos materiales y tres probadores
(uno de ellos de la región), formaron parte del estudio de Romero (2002) sobre "diversidad
genética y heterosis en cruzas de poblaciones nativas de maíz de la raza Chalqueño en los
valles altos de México". En forma simultánea se hizo el análisis físico y químico de 20 muestras
de maíz representativas de la diversidad en el sureste del estado de México; de dos maíces
especiales; y dos harinas nixtamalizadas comerciales. Además, se realizaron diferentes pruebas
de "nixtamal" (maíz precocido con cal), "tortillas" (base de los "tacos"), "pozole" (platillo con
granos como ingredientes) y "tamales" elaborados con esos maíces y harinas (Núñez et al.,
2002).

Principales aportaciones de los trabajos del sub-grupo maíz


En la exploración etnobotánica se detectó que de 1996 a 2002 fueron importantes en la región,
no sólo los maíces de la raza Chalqueño de grano cremoso, cuyo uso es para "tortillas", sino
también los de grano blanco, producidos para "tamales" y los azules para antojitos (platillos
mexicanos especiales); además se identificó una muestra de Chalqueño de color amarillo intenso
que al parecer antes era más frecuente, una de la raza Cacahuacintle, una de Palomero
Toluqueño y otra de Ancho, por lo que se concluyó que la región tenía mayor diversidad de la
considerada anteriormente.
Los trabajos de Herrera (1999) aportaron lo siguiente: a) afinó la lista de caracteres
morfológicos adecuados para estudiar la diversidad de la región; b) precisó la estructura de los
grupos de diversidad, confirmando en gran parte lo detectado en la exploración etnobotánica;
c) definió las muestras convenientes para integrar una colección central que represente la
diversidad regional; d) detectó ocho poblaciones de maíces nativos sobresalientes que en
promedio rindieron 17% más que la media; e) encontró que los maíces mejorados en buena
parte no se siembran en la región por el menor tamaño de grano y mayor porcentaje de olote3
o raquis; f) observó que las muestras recién colectadas en el área rindieron en promedio más
que las preservadas de 30 años atrás.
En la investigación de Romero (2002) se destacó que: a) la diversidad genética dentro de
la raza Chalqueño es amplia; b) las cruzas intervarietales superaron a las poblaciones nativas
en 26.4 % y mostraron mejor capacidad de adaptación a los ambientes desfavorables; c) hubo
cruzas intervarietales de Chalqueño x Chalqueño que igualaron estadísticamente, en
rendimiento, al mejor híbrido comercial; d) los patrones heteróticos adecuados para el
mejoramiento genético de la raza Chalqueño son el intra-racial Chalqueño x Chalqueño y el
inter-racial Chalqueño x Celaya. En sus recomendaciones destaca poblaciones y cruzas
específicas que deben ser consideradas en programas regionales de selección recurrente.

3
Término usado en México para referirse a la estructura donde se insertan los granos de la mazorca.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 93

Moreno et al. (2000) reportaron que en cuatro años de selección hubo una ganancia en
rendimiento del 14.2%, un 11% en la reducción de la altura de la mazorca y prácticamente se
mantuvieron los mismos días a floración. También observó que los híbridos comerciales
mostraron mayor número de días a floración, mazorca y grano más pequeños comparados con
los maíces nativos originales y sus selecciones.
Núñez et al. (2002) indicaron que: a) el maíz tipo "crema" presentó, en promedio, mayor
espesor del pericarpio del grano que los maíces mejorados, lo cual puede ser una ventaja
contra el ataque de insectos al grano; b) en contenido de triptófano destaca el tipo Chalqueño
azul obscuro; c) en elasticidad de "tortilla", todos los tipos de maíz nativo presentaron mayor
elasticidad que la harinas nixtamalizadas comerciales; d) por firmeza o "correa", el grupo superior
correspondió a "tortillas" de Ancho y Chalqueño Palomo, mientras que las de menor calidad
fueron las elaboradas con harinas nixtamalizadas; e) Ancho fue el maíz más adecuado para
"pozole".

Principales problemas encontrados en la realización del proyecto


Problemas para los productores. Los principales problemas estuvieron relacionados con el
desánimo por el bajo precio del grano de maíz, causado por la importación masiva de grano
"barato" aunque de inferior calidad. Las reacciones de los campesinos del área ante los bajos
precios del grano de maíz estándar, que se utiliza para tortillas, presentaron las siguientes
tendencias, aunque con frecuencia se dan combinaciones: 1) orientación técnica de la producción
con base en las recomendaciones o exigencias de programas de gobierno y/o empresas
privadas; 2) producción de grano de tipos específicos para usos especiales en lugar de "crema",
que es el común para "tortillas"; 3) mayor atención a subproductos; 4) orientación a la venta de
productos con valor agregado de la cadena productiva en lugar de grano de maíz; 5) descuido
y simplificación de las prácticas agrícolas, incluida la selección de semilla; 6) abandono por
parte de los campesinos, principalmente de sus hijos, del cultivo del maíz.
Algunos problemas de los productores para participar más activamente en el proyecto
fueron: a) edad avanzada de la mayoría de los campesinos y no reemplazo por sus hijos;
b) costumbre de recibir subsidios de parte de programas gubernamentales; y c) falta de
organización de los productores, lo que obliga a hacer en gran parte una labor de individuo a
individuo.
Con cierta frecuencia pierden la semilla de alguna o todas las poblaciones de maíz que
siembran, principalmente por sequías; porque se mezcla y/o cruzan demasiado con otras;
cambian a otro tipo de maíz; dejan de sembrar ese tipo; dejan de sembrar maíz en general o de
trabajar en la agricultura. Lo anterior quedó evidenciado cuando en un año o dos después de la
primera recolecta se regresó con los agricultores que habían donado muestras sobresalientes
y con frecuencia ya la habían perdido.
El nivel de participación de los agricultores cooperantes en los lotes de selección masal es
un indicio de las dificultades del proyecto en su aspecto de mejoramiento participativo; en el
año 2001, de seis poblaciones de maíz que estuvieron bajo selección masal, sólo dos fueron
atendidas satisfactoriamente por sus dueños, dos atendidas con serias deficiencias y las dos
restantes fueron atendidas directamente por el proyecto, porque eran muestras interesantes
para el investigador porque sus dueños originales por avanzada edad y mal estado de salud,
ya no trabajan en el campo. Esta situación lleva a plantear la necesidad de que, una vez mostrada
la utilidad de la SMVE, se dedique mayor atención a la participación campesina en la apropiación
de este método de mejoramiento.

Problemas por parte del equipo de investigación


Limitaciones de tiempo. Los investigadores son profesores-investigadores que sólo dedican
parte de su tiempo a esta actividad, ya que también demanda su atención las actividades
académicas. En tres de los cinco años, se contó con un investigador auxiliar de tiempo compartido
94 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

con los otros subgrupos del proyecto. Una parte importante de la investigación la realizaron
tesistas que principalmente se preocuparon por la investigación específica y no por el proyecto
en conjunto. El personal auxiliar del proyecto vive en el área de Texcoco, el que atendió los
trabajos de campo en Chalco-Amecameca y estuvo en el área sólo en etapas indispensables,
ya que la distancia de 40 a 60 km entre estos sitios implicaba considerables gastos. Para
realizar mejor el proyecto se requiere personal investigador y de apoyo en la región, de tiempo
completo y exclusivo, ya que los trabajos de conservación in situ y mejoramiento participativo
con los agricultores cooperantes demandan tiempo. La carencia de personal de tiempo completo
y exclusivo estuvo relacionada con limitaciones financieras y hubo necesidad de reducir gastos
en viajes, materiales de campo y se invirtió poco en infraestructura.
En estudiantes y tesis se tuvo la fortuna de contar con tesistas brillantes; sin embargo, el
volumen de trabajo y en algunos casos problemas personales, trajeron como consecuencia
atrasos considerables en la terminación de las investigaciones particulares, lo que repercutió
en el trabajo conjunto. Por otro lado, el proyecto generó datos que podían haber sido
aprovechados por tesistas adicionales de los cuales no se dispuso.
Dificultades para el trabajo interdisciplinario e interinstitucional. La naturaleza del proyecto
requirió de un enfoque interdisciplinario en el que debieron intervenir en forma armónica la
etnobotánica, genética, fitomejoramiento, antropología social y socioeconomía no habiéndose
logrado de manera suficiente la participación e integración. Las facilidades que otorgaron las
diferentes instituciones participantes en los trabajos no fueron del todo suficientes y compatibles.

¿Qué hacer en futuros programas?


Conforme a las experiencias del subgrupo maíz del proyecto "Milpa" en la etapa regional, y
teniendo en cuenta otros proyectos de conservación in situ y mejoramiento participativo de
maíz que se llevan a cabo en México, se proponen los siguientes aspectos, adicionales a lo
que se hizo en el proyecto "Milpa":
No sólo quedarse en la investigación sino impulsar el desarrollo en las comunidades. Una
de las preguntas básicas que se planteó a lo largo del proyecto "Milpa", y que también ha
aflorado en otros proyectos sobre estas temáticas, es hasta dónde es aceptable que los proyectos
se reduzcan a investigación cuando la conservación in situ y el mejoramiento participativo
presuponen, y en gran parte se validan, en función de la participación de los campesinos en
dichos proyectos. De establecerse otros proyectos sobre esta temática es indispensable que
estén enfocados al aspecto participativo campesino y no sólo a la investigación. Lo que diferencia
principalmente a la conservación in situ en parcelas de los agricultores de la ex situ, es que se
trata de un proceso en manos de los productores y no tanto de los investigadores.
Luchar por mejores precios de los productos objeto de estudio y mejores políticas
relacionadas con los mismos. Los investigadores de proyectos de este tipo no deben ignorar
los principales problemas que están auspiciando la erosión genética y el escaso interés de los
productores por mejorar sus variedades. Estos problemas son los bajos precios de los productos,
y en general, las políticas inadecuadas en la agricultura como la importación masiva de productos
agrícolas y la ausencia o debilidad de estímulos a la productividad. Incidirían favorablemente
en la conservación in situ y al mejoramiento participativo, políticas de protección a la agricultura
campesina como son el proporcionar protección al control sobre sus tierras, aranceles a las
importaciones de bienes producidos por los campesinos del país, subsidios y créditos a los
insumos agrícolas, estímulos a la productividad y precios de garantía diferenciales conforme a
la calidad de los productos agrícolas.
Mayor colaboración de conservación in situ y ex situ. En el proyecto encontró resistencia
de los bancos de germoplasma para conservar las muestras de maíz recolectada; la razón de
los curadores de los bancos fue que ya tenían en sus colecciones demasiadas muestras de la
región. Los siguientes hechos hacen necesaria la colaboración entusiasta de dichos bancos en
la conservación de las muestras de estudio y una revisión de los postulados en que se basan
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 95

los bancos: en las investigaciones de Herrera (1999) y Romero (2002), cuando se incluyeron
en las evaluaciones muestras de los maíces nativos con diferencias de veinte o más años,
resultó que las muestras recientes rindieron significativamente menos que las muestras más
recientes. Esto tiene varias explicaciones, no excluyentes entre sí; existe un probable deterioro
de las muestras en los bancos de germoplasma o bien porque el mejoramiento, a través de la
selección de semilla, que efectúan los agricultores han incrementado la productividad de los
materiales que se siembran actualmente. El muestreo más exhaustivo de la diversidad de maíz,
que los comúnmente aplicados en el pasado, han detectado diversidad adicional no reunida
con anterioridad, o al menos han destacado que algunas variantes, consideradas como
marginales en trabajos anteriores, juegan papeles muy importantes en la economía de las
familias, comunidades y regiones, y en la calidad de recursos genéticos para el futuro.
Se requiere del apoyo de los bancos de germoplasma porque durante la vigencia de un
proyecto de este tipo, que con frecuencia es de varios años, necesitan preservarse muestras
de algunas poblaciones que resultan interesantes para fines prácticos o teóricos, y con frecuencia
los agricultores las pierden por diversas causas. Por lo que es necesario contar con un respaldo
que garantice la constitución genética y altos niveles de germinación y vigor.
Un número importante de investigadores de diferentes instituciones realizan proyectos de
conservación in situ y mejoramiento participativo de maíz con diferentes razas, regiones y
enfoques; por lo que, es conveniente organizar el trabajo y auspiciar el intercambio de
información.
Este tipo de proyectos demandan atención, las instituciones y donantes que estén decididos
a apoyarlos deben contemplar cómo proporcionar el personal investigador y de apoyo de campo
de tiempo completo. También, prestar atención a diferentes aspectos: mayor trabajo para agregar
valor por medio del mejoramiento genético, comercialización colectiva y presentacion de la
producción; atención a problemas de subproductos y fases avanzadas de la cadena productiva;
simplificar los métodos de mejoramiento para facilitar la participación campesina y la adopción;
e investigar la posibilidad de mayores estímulos a valores económicos no inmediatos.

Reconocimientos
El financiamiento de operación fue proporcionado por la Fundación McKnight, el Colegio de
Postgraduados y la Universidad Autónoma Chapingo. En el subgrupo maíz del proyecto "Milpa"
en su etapa regional colaboraron las siguientes personas. Investigadores: Fernando Castillo
González y Porfirio Ramírez Vallejo, del Colegio de Postgraduados, Major M. Goodman, de
N.C. State University, Margaret Smith, de Cornell University, Jesús Sánchez González del INIFAP
(durante el trabajo) y el autor de este trabajo. Tesistas: Braulio Edgar Herrera Cabrera, Jorge
Romero Peñaloza, Virgilio Moreno Figueroa, Valdemar Ballesteros Sandoval e Ileana Margarita
Núñez Arias. En la coordinación de la atención a los experimentos: Bismarck Aguilar Garzón y
Antonio Ramírez Hernández. Ayudantes de investigación: Felipe Espejel Terrazas, José Martínez
Zavala, Marcos Moreno Moreno, Rafael Morales Aguilar, Gustavo Espejel Miranda y Yovani
Guerrero González. El proyecto no hubiera sido posible sin la colaboración de numerosos
agricultores, particularmente de Ignacio Rosas Flores, Isidro Cruz García, Pedro Cruz Linares,
Manuel Montes de Oca, Francisco González, José Santos Altamirano, de la Región Chalco-
Amecameca y de Efrén Marcelino Mateo Diago, Rodrigo Arroyo Santiago, Pedro Lucas Gómez
y Carmelo Tamanez, de la Sierra Norte de Puebla.

Referencias
Hernández X., E. 1971. Exploración etnobotánica y su metodología. Colegio de Postgraduados-Escuela
Nacional de Agricultura. Chapingo, México. 70 p.
Herrera C., B.E. 1999. Diversidad genética y valor agronómico entre poblaciones de maíz de la raza
Chalqueño. Tesis Dr. Colegio de Postgraduados, Instituto de Recursos Genéticos y Productividad.
Montecillo, Texcoco, México. 140 p.
96 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Molina G., J. 1981. Selección masal visual estratificada en maíz. Colegio de Postgraduados. Chapingo,
México. 35 p.
Moreno F., V. 1998. Selección masal visual estratificada en cinco criollos de maíz en la región Chalco-
Amecameca, México. Tesis Ing. Agr. Universidad Autónoma Chapingo, Departamento de Fitotecnia.
Chapingo, México. 111p.
Moreno F., V., F. Castillo and R. Ortega. 2000. Stratified visual mass selection in maize landraces from
Chalco-Amecameca region. p.17 In: Scientific Basis of Participatory Plant Breeding and Conservation
of Genetic Resources, Oaxtepec, Morelos, Mexico, October 8-14, 2000. Abstracts. Report No. 25.
University of California Division of Agriculture and Natural Resources, Genetic Resources
Conservation Program, Davis, CA. USA.
Núñez A., I., R. Ortega, F. Castillo, Y. Salinas y P. Ramírez. 2002. Diversidad de grano y formas de uso del
maíz en el sureste del Estado de México. Pp. 68-69. In: J.L. Chávez-Servia, L.M. Arias, D. Jarvis, J.
Tuxill, D. Lope, C. Eyzaguirre (eds.), Resúmenes del Simposio: Manejo de la diversidad cultivada de
los agroecosistemas tradicionales. 13 al 16 de febrero del 2002. IPGRI. Roma, Italia.
Romero P., J. 2000. Diversidad genética y heterosis en cruzas de poblaciones de maíz de la raza Chalqueño
en los valles altos de México. Tesis Dr. Colegio de Postgraduados, Instituto de Recursos Genéticos y
Productividad, Especialidad en Genética. Montecillo, Texcoco, México. 200 p.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 97

Estudio integral del valle de Tehuacán-Cuicatlán: recursos genéticos de


plantas

Diódoro Granados-Sánchez, Miguel A. Hernández García y Georgina F. López Ríos

División de Ciencias Forestales. Universidad Autónoma, C. P. 56230, Chapingo, México.

Summary
Integrated study of the Tehuacan-Cuicatlan valley: Plant genetic resources. The Tehuacan-
Cuicatlan valley is located in the southeastern region of Puebla State and the northwestern part
of Oaxaca State. The climate is preponderantly arid, and there is a great variety of soils and
shallow hydrology. The region has high plant diversity, with ten different plant associations, and
is notable for having a high number of endemic species. Human presence in the Valley goes
back to prehistory; nine cultural phases and anthropological evidence of occupation since ancient
times are described. The archeology of the Valley highlights evidence of agriculture practices,
based on findings of maize remains. The most important economic activities are irrigated
agriculture, agroforestery, home gardens, gathering and, on a smaller scale, the exploitation of
salt mines. Irrigated agriculture is possible thanks to the filtering galleries, which are a system
of water collecting by underground channels, following the slope of the land. Plant genetic
resources of the Tehuacan-Cuicatlan Valley are listed, along with their management and
usefulness to the cultural groups of the region.

Key words: Cultural phases, origin of agriculture, paleontology, plants of the Tehuacan valley.

Introducción
El valle de Tehuacán, México ("lugar de dioses" o "lugar de piedras") está localizado en la
porción sur-sureste del estado de Puebla y la porción noroeste del estado de Oaxaca, es una
región árida importante, no tanto por su extensión sino por su riqueza florística, antropológica e
histórica. Se encuentra limitada al norte y oriente por la Sierra Madre de Oaxaca dentro de la
Sierra Madre Oriental que localmente se conoce como Sierra de Zongolica, Sierra de Acutzingo
y Sierra de Tecamachalco, que separan a los estados de Puebla y Veracruz; al noroeste está
limitado por el Cerro de Tlacotepec; al sur y poniente por la Sierra de Zapotitlán que junto a
otras masas montañosas del sur forman la Mixteca Alta o Sierra Mixteca; al sureste está limitado
por la Sierra Mazateca de la Sierra Madre de Oaxaca.
La caracterización de la zona de estudio se realizó mediante el análisis cartográfico (cartas
topográficas, geológicas, edafológicas, de vegetación y de uso actual y potencial de suelo) y
aerofotográfico, los cuales se complementaron con recorridos de campo para la verificación de
datos, delimitación y ubicación de sitios de muestreo y colecta de especies. Para la elaboración
del diagnóstico preliminar, se contó con la participación de campesinos y habitantes de la región,
tanto en los recorridos de campo como en la realización de entrevistas abiertas, a fin de conocer
el estado actual de los recursos naturales y su potencial de aprovechamiento, los sistemas de
producción agrícola, las especies de importancia económica y las áreas de recolección, así
como para conocer los mercados locales y regionales.
El presente trabajo tuvo como finalidad estudiar la diversidad genética de los recursos
florísticos y las múltiples formas de adaptación a las condiciones ambientales; determinar la
importancia de los recursos en proceso de domesticación; evaluar la variedad de recursos y su
impacto en la economía familiar como productos de recolección; conocer las variadas formas
de aprovechamiento por parte de los habitantes de la región; y la diversidad de productos que
al confluir en los mercados locales y regionales muestran la complejidad cultural de una región,
que posesiona en su entorno la identidad y sus raíces.
98 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Marco teórico
La región Centro y Sur de México es reconocida por ser el centro de origen de más de cien
especies de plantas, originalmente cultivadas y domesticadas por los nativos americanos,
incluidas aquellas de las que ahora depende las población mundial. Una de las más comunes
y extendidas es el maíz, que procede de México. En el registro de los cultivos americanos
también se incluye el camote o boniato, la yuca o mandioca, varias clases de frijol, calabazas
(Cucurbita sp.), tomate, ají (=chile en México), aguacate (Persea sp.), girasol (Heliantus annus)
y amaranto. Además, cultivaron otras plantas que se utilizaron como estimulantes (tabaco y
coca), fibra (algodón) y recipientes (calabaza), Fiedel (1996).
El valle de Tehuacán es depositario de un largo proceso histórico y cultural que se manifiesta
por las múltiples evidencias encontradas en diversidad de sitios, los cuales conservan aún no
sólo vestigios de la presencia humana en el Valle sino también reminiscencias de los primeros
ensayos de las prácticas agrícolas en Mesoamérica y de la domesticación del maíz, frijol,
calabaza y otras plantas (McNeish y Byers, 1967).
McNeish (1964) trazó una secuencia cultural en fases que van desde 9,500 A.C. hasta
1531 D.C. con la que reconstruyó las estrategias de sobrevivencia e interacción con el ambiente,
de los antiguos tehuacanos, las cuales van desde los más rudimentarios instrumentos para la
cacería, el paulatino proceso de conocimiento y utilización de especies vegetales en las diferentes
épocas del año, hasta la domesticación de algunas plantas y con ello, la aparición de la
agricultura, los asentamientos humanos, la intensificación de la producción y la subsecuente
estratificación de la sociedad. El desarrollo de la sociedad en esta región, que transitó desde
las formas más simples hasta alcanzar elevados niveles de organización social, muestra no
solamente la diversidad del ambiente, sino la capacidad de los grupos humanos para establecer
una interrelación equilibrada con los recursos naturales que subsisten parcialmente en la
actualidad les permitió hallar múltiples formas de producir y reproducir su existencia. No
constituían una amenaza para las plantas y los animales de los que dependían para su
alimentación y, aunque con variaciones en la abundancia de recursos, las plantas alimenticias
más importantes eran el maguey (Agave sp.), cactus, tuna (Opuntia sp.), así como árboles de
mezquite (Prosopis sp.) y guaje (Leucaena sp.); asimismo, la fuente de carne más importante
en Tehuacán y Oaxaca era el venado cola blanca y el conejo rabo de algodón.
Los cazadores recolectores pudieron haber continuado indefinidamente la explotación de
los recursos. Sin embargo, el sistema fue desestabilizado por el pequeño cambio genético
ocurrido con el teocintle-maíz, el que fue rentable para plantar y recolectar, visión occidental.
Aumentó la población humana, lo que llevó a la adopción de formas de cultivo más intensivas.
Cuando la población creció y se amplió la tierra cultivada, el hombre ejerció mayor presión
sobre esta región, particularmente sobre las especies animales más apreciadas por su valor
comestible.
Este proceso cronológico de transformaciones, que se diferencia por los cambios
observados en los medios y técnicas de producción, fue el marco a través del cual se proyectaron
las formas de producción y reproducción de los rasgos culturales que paulatinamente alcanzaron
particulares y elevados grados de cohesión y estructuración social, muchos de los cuales
prevalecen hoy día en multitud de comunidades del valle de Tehuacán y son la base de la
relación del hombre con su entorno.

Resultados y discusión

La diversidad de la región
El valle de Tehuacán-Cuicatlán, ubicado al sureste de Puebla y porciones adyacentes de Oaxaca,
México, comprende una superficie aproximada de 490,187 ha, que se caracteriza por un clima
semiárido, el cual es resultado del fenómeno conocido como sombra orográfica y que es causado
por la Sierra Madre Oriental. Aun en estas condiciones, presenta una diversidad biológica de
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 99

las más sobresalientes de México, lo cual se evidencia por el registro de un total de 2,750
especies de plantas vasculares, lo que significa que en esta zona se representa alrededor del
10% de la flora de México y se estima casi el 1% de la flora del mundo (Villaseñor et al., 1990;
Dávila et al., 1991).
El valle de Tehuacán-Cuicatlán, con vastas planicies, rodeadas por altas montañas,
pequeñas colinas con pendiente suave, así como zonas fuertemente erosionadas desprovistas
de vegetación, presenta una flora diversa y con alto grado de endemismo, entre los que destacan
las tetecheras o tetecho (Neobuxbaumia tetetzo); los cardonales como el "cardón viejo"
(Pachycereus weberi) (Cepphalocereus hoppenstedtii); la selva baja caducifolia que se localiza
principalmente en zonas de baja altitud; y el izotal o comunidad de plantas rosetófilas. El clima
varía de árido a subárido. La precipitación media anual es de 450 mm, con promedios mensuales
que van de 56 mm en enero a 110 mm en junio, presentándose la mayoría de las precipitaciones
entre junio y septiembre; la temperatura media anual es de 17.8°C en mayo, a una altitud de
1,648 msnm. El tipo climático al que corresponde en su mayoría la zona es seco semiárido
(BS).

Rasgos múltiples de la relación sociedad-naturaleza

Productos de recolección
La recolección es una actividad de gran importancia, no sólo constituye una fuente de productos
complementarios de la dieta y de las necesidades cotidianas de la familia, sino además, la
obtención de recursos económicos mediante el intercambio o venta en los mercados locales o
en la misma comunidad. Las actividades de recolección, comprenden una gran variedad de
frutos, tallos, hojas, raíces, cortezas, troncos, varas, ramas y otros productos vegetales que
pueden consumirse directamente como alimento o indirectamente en forma de infusiones,
cataplasmas o utilizarse en la construcción y elaboración de implementos necesarios para las
actividades agrícolas (Cuadro 1).

Cuadro 1. Productos obtenidos en las actividades de recolección


Producto Especie
Frutos Coyol, halache, chupandilla, jiotilla, mezquite (vaina), pitaya y guaje
Semillas Pochote y piñón
Hojas comestibles Pino, encino, madroño, carbón y chimalacate
Fibras Maguey, palma e izote
Resinas Copal
Atenuantes Pulque y sotol
Condimentos Laurel y orégano
Flores alimenticias Acacalla e izote.
Ornato Bromelia y manglia
Usos varios Tecomate, biznaga, jícara, doradilla, paxtle y cholulo

Algunas de las especies de recolección más importantes son: Tempesquistle [Sideroxilum


palmeri (Rose) Pennington, sin: Bumelia Laeteviren)]; es un árbol de la familia Moraceae de
10-15 m, ramas generalmente espinosas, hojas de 5-12 cm oblongas y elípticas o anchamente
ovadas de 5-12 cm de haz brillante y envés sericeo y con peciolo de 10-20 mm; flores blancas
y aromáticas en densos racimos, fruto oval o globoso de 1.5 a 2.5 cm de color negro. Se
distribuye en Chiapas, Tamaulipas, Veracruz, San Luis Potosí, Querétaro y Puebla. Su área de
mayor aprovechamiento comprende el valle de Tehuacán y la Mixteca Poblana-Oaxaqueña.
Se observó en los sitios de antiguos asentamientos humanos; actualmente es común en huertos
familiares, en cultivos como lindero y en oasis (áreas húmedas). Su domesticación se centra
en el fruto localmente conocido como "aceituna nacional" (80 kg / árbol), el que se consume
100 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

inmaduro (verde) en diferentes guisos (platillos) y ensaladas, pero antes debe someterse a
cocción debido a que contiene un látex lechoso con toxinas; el fruto maduro es negro y de sabor
dulce sin toxinas para comerse directamente. El fruto llamado "tiliapo" o "tilapo" se comercializa
en los mercados de la región Mixteca por costal (o saco) y cuartillos (medidas locales de volumen/
peso aproximado 1.5 kg), en el valle de Tehuacán de enero a mayo y en la Mixteca Poblana-
Oaxaqueña de noviembre a julio. Su madera se utiliza para hacer muebles rústicos o para leña.
Las hojas en infusión tienen propiedades vermífugas. McNeish (1967) encontró evidencias de
su consumo en el Valle desde hace alrededor de 7,000 años.
Guaje rojo [Leucaena esculentam (Lam.) de Wit.]. Es uno de los frutos más apreciados y
proviene de plantas silvestres de la región de Cuicatlán, aunque cultivado se produce en traspatios
de muchos poblados. Es común su aprovechamiento en Guerrero, el oriente de Morelos, valle
de Tehuacán y en la Mixteca Poblana-Oaxaqueña, donde se observa en huertos familiares
entremezclado con cultivos agrícolas y en plantaciones. Los frutos de los árboles cultivados se
comercializan principalmente de noviembre a enero. Los botones florales se consumen en los
meses de julio a septiembre; con las flores maduras ("huesquelites") y con las semillas se
elaboran distintos guisos y ensaladas.
La semilla o "chinchi" se "tuesta" y se come en seco como "botana"; las yemas foliares de
primavera son apreciadas como verdura fresca. Las agallas o "huelexocos", producidas por la
infestación de larvas de insectos en las ramas de la planta, se pueden comer crudas o asadas.
La madera se usa para leña y postes; sus hojas no pueden ser utilizadas para forraje porque
contienen el alcaloide mimosina que provoca la caída del pelo de los animales. Cuando las
semillas maduran y son liberadas en forma natural, se conocen como "guajitos" o "polochocos",
los cuales se consumen con sal y limón en ensaladas. Sus hojas tiernas se consumen como
parte de la comida, denominada como huaxquelite y se comercializan en el mercado en las
épocas en que el árbol no fructifica.
Chupandilla o coco (Cryptocarpa procera H. B. K.). Árbol de la familia Anacardiaceae de 7
a 10 m de altura, tronco robusto de color gris oscuro pubescente; hojas imparipinnadas (de 17
foliolos oblongos de 4-7 cm) con raquis alado. Flores blancas de alrededor de 3 cm y su fruto
amarillo pubescente es globoso de 2 cm; su semilla es de color café claro con almendra blanca.
Se localiza en las zonas cálidas y húmedas, generalmente a lo largo de arroyos temporales y
como individuos aislados dentro de la vegetación espinosa, en donde alcanza un menor tamaño.
Se distribuye desde Jalisco hasta Guerrero, Oaxaca y Puebla, pero sólo en áreas forestales
naturales y aún en zonas desmontadas. El área de aprovechamiento se ubica en la Mixteca
Poblana-Oaxaqueña desde Coxcatlán hasta Cuicatlán. De la semilla se extrae la "almendra" o
"coco", la cual es comestible y en exceso puede ocasionar diarrea y malestares estomacales.
También se aprovecha como forraje para el ganado; las hojas se utilizan como base para secar
y empacar quesos y frutos silvestres; en infusión se usan para combatir la tos y para desinflamar
el vientre de los animales. La madera se usa en la construcción por ser muy resistente.
Pitaya (Stenocereus pruinosus). Es una Cactaceae que se ramifica en su parte superior
con una altura de hasta 5 m. Las flores son amarillentas y se observan en los meses de marzo
a mayo. El fruto espinoso es ovalado de un rojo intenso, carnoso, jugoso y con alto contenido de
semillas. Forma parte de la vegetación silvestre de Zapotitlán y Coxcatlán, donde es abundante
en áreas con pendientes poco pronunciadas y de escasa elevación. La mayor abundancia se
registró en Coxcatlán y Cuicatlán en forma asociada con las poblaciones de Pachycereus spp.,
Escotria chiotilla y Stenocereus stellatus.
Pitahaya [Hylocereus undatus (Haw.) Britton & Rose]. Es una planta suculenta trepadora
de longitud variable, perenne, ramificada, con bordes ondulados y rojizos de 3 a 5 cm de diámetro
con espinas delgadas y escasas. Las flores son blancas o rojas y alargadas. El fruto, una baya
de gran tamaño (hasta 20 cm de largo y 7-10 cm de diámetro), de color rosado iridiscente cuya
epidermis forma "escamas" verdosas simétricas; la pulpa es jugosa blanca con numerosas
semillas negras muy pequeñas. La flor ya seca se guarda como remedio contra diabetes y
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 101

males cardiacos, en forma de infusión. La fruta es ampliamente aceptada por su sabor dulce y
refrescante en todos los mercados de la zona. La guía tierna y la flor se comen en forma de
nopal o en caldo.
Jiotilla o Chonole [Escotria chiotilla (F.A.C. Weber) Rose]. De la familia Cactaceae, mide
hasta 7 m de altura, ampliamente ramificada, con tronco corto y no muy grueso. Las flores
amarillas se encuentran casi en la punta de las ramas; el fruto es pequeño de 4-7 cm de largo
y 3 cm de diámetro de cáscara y pulpa roja. Se distribuye en las zonas más áridas de la región
asociado con cardón y pitaya principalmente en Coxcatlán, Cuicatlán y Zapotitlán Salinas. En
Cuicatlán se conoce como "chonole". El fruto se come únicamente maduro; sin embargo, su
sabor penetrante deja un mal aliento, por lo que la gente prefiere prepararlo como agua de
tiempo o en gelatina. En los mercados se vende o se usa en operaciones de trueque. Al igual
que otras cactáceas, los troncos viejos y lignificados se utilizan como leña, principalmente en
época de lluvias.
Xoconostle [Stenocereus stellatus (Pfeiffer) Riccobono]. Un cactus columnar altamente
ramificado mide hasta 7 m de altura; la floración (las flores son rojas en las partes altas de las
ramas) se extiende de mayo a julio, fructificando de julio a septiembre. Se distribuye ampliamente
en la región como parte de la vegetación característica del matorral xerófilo. Es abundante en
Coxcatlán y en las partes áridas de Cuicatlán. Los brotes tiernos de la guía se consumen
ocasionalmente. Las flores pueden consumirse pero se tornan amargosas. El fruto se consume
y poco se comercializa o bien se usa como trueque por maíz o frutas; las semillas pueden
consumirse tostadas en salsa o molidas y mezcladas con la masa usada para hacer las tortillas.
En excavaciones, se obtuvieron registros del uso de esta especie que datan del año 6,500 A.C.
Nopal cruceta [Acanthocereus subinermis Britton (Rose)]. Es una Cactaceae, arboriforme
de hasta 1.7 m de altura compuesta únicamente por tallos continuos ramificados a partir de la
base. Sus flores son blancas, tubulares y alargadas, que se producen de marzo a mediados de
junio. Se distribuye desde Oaxaca hasta Cuicatlán. Es escasa en estado silvestre y generalmente
se presenta asociada a cultivos e incluso propagada como cerco vivo o junto a árboles grandes
en las partes húmedas de laderas, ya que tiende a enredarse en sus troncos. Por la dificultad
para remover la cutícula, se consumen únicamente las partes tiernas. Las flores tiernas se
comen y reciben el nombre de "tetechas". La característica de este "nopal" es una menor
cantidad de "baba" al cocerlo, razón por la que es preferido por la gente quien lo ha adoptado
como una especie del huerto o traspatio.
Mala mujer (Cnidoscolus aconitifolius). Arbusto caducifolio altamente espinoso y urticante
de tamaño variable lo que depende de la altitud. La época de floración se presenta de mediados
de marzo a mediados de junio y la fructificación es de junio a noviembre. Durante todo el año
proporciona hojas para realizar curaciones. Dentro del valle de Zapotitlán y Chazumba la
distribución es restringida en el estrato arbustivo de las poblaciones de Yuca, Dasylirion y
pochote (Ceiba parvifolie). Los usos son alimenticios y en la medicina tradicional como remedio
contra la picadura de víbora. Las semillas tiernas se hierven y tuestan con sal; este producto se
lleva a los mercados y se usa principalmente en transacciones de trueque.
Pochote (Ceiba parvifolia Rose y Ceiba escualifolia). Es un árbol deciduo que llega a
alcanzar hasta 7 m de altura; es característico de la vegetación de la Mixteca en Chazumba y
parte de la Sierra Colorada. En Oaxaca se encuentra a lo largo de la Sierra Madre del Sur, en
el tramo de Teotitlán del Camino y en las zonas no irrigadas por los ríos. La floración es de julio
a noviembre, fructificando desde noviembre hasta mediados de mayo. El fruto es redondo de
12 cm de diámetro y cáscara muy dura con semillas cuyo arilo algodonoso era muy apreciado
como relleno de almohadas y en la fabricación de cotorinas (ropa para el frío). La producción
de semillas es de marzo a junio. El pochote que fructifica de junio a julio es llamado de "aguas"
(C. parvifolia) y el que lo hace entre marzo y abril se denomina de "secas" (C. escualifolia); por
el aprovechamiento este último es de mayor importancia.
102 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Las semillas se venden cocidas en los mercados con sabor similar a chícharo o frijol debido
a su contenido de almidón. En platillos se combina con rábano, lechuga y aguacate (Persea
sp.) en forma de ensalada. Las semillas maduras se consumen crudas o asadas en salsas y
ensaladas; cocidas se comercializan y se comen como el "tepesquintle" (Bumelia lactevirens)
y "chinchi" (Leucaena esculenta) o "teshca". Los botones florales y los frutos inmaduros también
suelen acompañar a guisos y ensaladas. De la corteza del tallo elaboran artesanías como
pagodas y templos. Las hojas se usan como forraje para la ganadería mixta trashumante. Su
raíz tierna se conoce como "jícama de pochote". La flor se hierve y mezcla con una salsa
preparada con chiltepe (Capsicum annum var. aviculare) que recibe el nombre de "pochonene".
Palmitos (Yucca spp.). Son plantas arbóreas de 3 a 5 m y cuyo tronco puede ser simple o
ramificado con hojas dispuestas en roseta. Muy conocido en la región con evidencias de su uso
y consumo que datan de 6- 800 años A.C. Dentro del valle de Zapotitlán, la Yucca periculosa se
distribuye en lugares de escasa precipitación pluvial y terrenos accidentados como San Antonio
Texcala y San Juan Raya. En la Mixteca es abundante y las comunidades le llaman "izotales"
o "izotes". Se utiliza principalmente la flor o botones hervidos en combinación con otros alimentos.
Las flores son aromáticas de color blanco brillante cuyos pétalos se abren durante la noche, se
producen en panículas que llegan a medir hasta un metro de largo en la parte terminal de un
tronco simple o ramificado. Esta flor tiene una alta proporción de ácido ascórbico (95 mg /
100g).
Entre las variantes de la región se encuentran el palmito blanco "fino" (Yucca filifera) debido
a que su flor es más dulce, por lo cual se cultiva en los huertos de las casas. El palmito verde
"rasposo" (Yucca periculosa), es silvestre y de sabor amargo. Del tronco se aprovechan las
hojas para la obtención de fibras textiles y en la construcción de paredes, ya que tienen
propiedades acústicas. Recientemente se ha considerado la posibilidad de obtener saponinas
(hasta un 12%) de sus raíces, las cuales tienen un alto valor industrial en la elaboración de
químicos y fármacos.
Orégano (Lippia graveolens). Es un arbusto leñoso que llega a medir 1.2 m, hojas de color
verde opaco o blanco, pequeñas, de superficie irregular y bordes aserrados. La planta genera
un fuerte aroma cuando la temperatura ambiental es elevada, lo que facilita su localización. Se
distribuye en forma silvestre en todo el Valle, en la cima de elevaciones de poca altura, en los
municipios de Coxcatlán y San Antonio Cañada. Su producción es estacional durante el período
de lluvias. Las hojas de esta planta son una especia o condimento de uso común tanto en la
región como fuera de ella.

Huertos familiares o solares


Los huertos familiares son los sistemas agroforestales más completos y de aprovechamiento
integral de los recursos con que cuenta un campesino. De acuerdo con las características y las
condiciones de los recursos, así como con el uso tradicional que se hace de una determinada
especie, la composición de un huerto generalmente presenta: a) especies frutales tropicales y,
b) especies xerófilas como el guaje y el mezquite (Cuadro 2). También es importante contar
con animales para el consumo, ya que estos influyen en el desarrollo del huerto para la aireación
del suelo, control de plagas y fertilización.
Para cada una de las especies existentes en los huertos familiares se tienen épocas de
cosecha diferentes (Cuadros 3, 4 y 5) lo cual hace posible que los productores cuenten con una
fuente de ingresos económicos o alimenticios a lo largo de casi todo el año. Además, es en los
huertos familiares donde se tiene una gran variedad de plantas medicinales (Cuadro 6) y el
aprovechamiento es a lo largo del año.
Dentro de la diversidad de frutos que se cultivan en los huertos familiares (Cuadro 7),
destaca la producción de pitayas, la cual se realiza en terrenos no muy extensos que se ubican
junto a la casa habitación. La producción que se obtiene de estos huertos es relativamente alta,
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 103

debido a la extensa producción y a los variados usos a que se destinan sus productos, por lo
cual no es sólo para los mercados locales, sino que también con frecuencia es trasladada a
otros estados de la República Mexicana para su venta.

Cuadro 2. Especies encontradas en el sistema agroforestal de huertos familiares de Santiago Miahuatlán, Puebla,
México.
Usosa
Nombre común Nombre científico Ab
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12
Aguacate Persea americana x x e
Biznaga Echinoctus grandis x me
Bugambilia Bugainvillea espectabilis x x e
Cardón Pachycereus weberi x me
Carrizo Arundo donax x x e
Casuarina Casuarinacea equisetifolia x x x e
Cazahuate Ipomoea arborescens x e
Ciruela Spondias purpurea y S. mombin x x e
Colorín Erythrina americana x x me
Copa de oro Erblichia odorata x me
Chayote Sechium edule x e
Chicozapote Manilkara zapota x x e
Chirimoya Annona reticulata x x x e
Frijol Phaseolus vulgaris x x e
Granada Punica granatum x x x x e
Guaje Leucaena esculenta x x x x x x e
Guayaba Psidium guajava x x x x x e
Guamuchil Pithecellobium dulce x x x x x x x x x x a
Higuerilla Ricinus communis x x x x a
Hule Castilla elastica x me
Izote Yucca elephantipes y Y. periculosa x x x e
Lima Citrus limmeta x x x x x a
Limón Citrus limon x x x x x a
Mezquite Prosopis laevigata x x x x x x a
Mora Morus celtidifoli x me
Nanche Byrsonimia crassifolia x x x x x x x x x e
Nochebuena Euphorbia pulcherrima x e
Nopal Opuntia spp. x x x x e
Nopalillo Nopalea karwinskiana x x x x e
Orquídea Laelia albida y L. anceps x e
Papaya Carica papaya x x x e
Plátano Musa acuminata x e
Pirul Schinus molle x x x a
Pitayo de mayo Stenocereus pruinosus x x x a
Pitahaya Hylocereus undatus x x x a
Sávila Aloe barbadensis x x x x a
Tamarindo Tamarindus indica x x x x x me
Tetecho Cephalocereus hoppenstedtii x me
Tepesquistle Bumelia lactevirens x x x x e
Toronja Citrus maxima x x x e
Trueno lucidum Ligustrum x x me
Xoconostle Stenocereus stellatus x x x e
Zapote negro Diospyros digyna x x x e
Zapote blanco Casimiroa edulis x x x e
Copal Bursera simaruba x x x e
a
1, combustible; 2, forraje; 3, bebidas; 4, alimentos; 5, medicinal o estimulante; 6, cerco vivo; 7, fibra; 8, postes o material para construcción;
9, incorporación de nitrógeno; 10, taninos o esencias; 11, tutores en cultivos; 12, ornato.
b
A, abundancia: abundante (a) ; escasa (e); muy escasa (me).
104 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 3. Época de cosecha de especies frutales de los huertos familiares en la comunidad de


Santiago Miahuatlán, Puebla
Especie Meses del año
E F M A M J J A S O N D
Ahuacate x x x
Ciruela x x x
Chicozapote x x x
Guayaba x x x x x
Granada x x x x x x x x x x x x
Guamuchil x x x x
Lima x x
Limón x x x x x x x x
Mamey x x x x x x x
Nopal x x x x x x x x x x x x
Papaya x x
Plátano x x x x x x x x x x x x
Zapote x x x x

Cuadro 4. Época de cosecha de especies comestibles de los huertos familiares de Santiago Miahuatlán,
Puebla.
Especies Meses del año
E F M A M J J A S O N D
Pitaya x x x
Xoconostle x x x
Guaje x x x
Sávila x x x x x x x x x x x x

Cuadro 5. Época de cosecha y valor de uso de las especies utilizadas en la economía familiar en el
valle de Tehuacán, Puebla
Meses del año
Especies Valor de uso
E F M A M J J A S O N D
Tempesquiste Fruta comestible x x x
Chimalacate Industria familiar x x x x x x x
Pochote Fruta comestible x x x x
Pitaya Fruta comestible x x
Guaje Verdura x x x
Jiotilla Fruta comestible x x x
Garambuyo Fruta comestible x x x x
Pitahaya Fruta comestible x x x
Guamuchil Fruta comestible x x x x
Chicozapote Fruta comestible x x x
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 105

Cuadro 6. Plantas medicinales encontradas en los huertos familiares.


Nombre común Nombre científico Usos
Ajenjo Artemisia absinthium Estómago
Albahacar Ocinum basilicum Limpias
Asumiate Mikania cordifolia Hígado
Capitaneja Verbesina crocata Post-embarazo
Cinco negritos Rauwolfia tetraphylla Infecciones de piel
Cordoncillo Piper amalago Limpias
Espárrago plumoso Asparagus plumosus Nervios
Florifundio Datura candida Estómago
Hierba del cáncer Salvia occidentalis Infecciones
Hierba del golpe Oenothera rosea Golpes
Hierba buena Menta citrata Estómago
Hierba mora Solanum nigrum Estómago
Hierba de pollo Commelina diffusa Hemorragias
Estafiate Artemisia mexicana Estómago
Jasmín mosqueta Philadelphus mexicanus Estómago
Lengua de vaca Plantago major Parásitos intestinales
Mirto Salvia occidentalis Insomnio
Muicle Jacobina spicegera Estómago
Olacancuayo Iresina celosia Estómago
Poleo Mentha pulequium Vías respiratorias
Romero Rosmarinus officinalis Estómago
Ruda Ruta graveolens Limpias
Zábila Aloe barbadensis Infecciones estomacales
Sauco Sambucus mexicana Vías respiratorias

Cuadro 7. Productos provenientes de huertos familiares


Productos Especie/uso/parte utilizada
Frutos Chirimilla, guaje, chabacano, anona, polochocos, capulín, zapote mamey, mango, guayaba,
zapote blanco, manzana, granada, tejocote, chico zapote, pera, membrillo, plátano, chayote,
zapote negro, granadilla, pitaya, higo, cuajilote, xoconostle, pitahaya, aguacate, tamarindo,
jitomate, zapote amarillo, tilapo, guaje, durazno, coyol, halaches, chupandilla, jiotilla, mezquite
(vaina), pitaya, guaje y nopal-tuna.
Hojas Cilantro, lechuga, guaje (brotes), nopal. Verdolaga, pino, encino, madroño, carbón, y
chimalacate
Semillas Frijol, capulín (semilla), haba, maíz, pochote y piñón.
Especias y Epazote, yerbabuena, hoja santa, perejil, tomillo, hoja de aguacate, laurel y orégano
condimentos
Flores Colorín, izote (yuca), acacallas e izote.
comestibles
Ornato Alcatráz, bromelias y manglia
Medicinales Sávila, estafiate, hoja de naranjo, azahar, noche buena, epazote de zorrillo, cola de caballo,
gordolobo, oaxaqueña, salvia real, manzanilla, yerbabuena, cuajilote, hoja de aguacate,
hierba del aire, hoja santa, romero, cempasúchil, ruda, pericón, hierba dulce y árnica.
Fibras Maguey, palmas e izote.
Resinas Copal.
Atenuantes Maguey-pulque y sotol.
Varios usos Tecomate, bisnaga, jícara, doradilla, paxtle, cholulo.

Plantas silvestres no convencionales


Además de las plantas de utilidad tradicional o convencional que se desarrollan en condiciones
naturales en el campo, o que se cultivan en los huertos familiares, existen otras que generalmente
son poco conocidas, pero que también son de importancia tanto económica como para la dieta
alimenticia de las comunidades que habitan en esta región. En el Cuadro 8 se presenta un
conjunto de especies silvestres que se desarrollan en condiciones naturales, dentro de hábitats
primarios no perturbados por las actividades humanas y de los cuales se obtienen directamente
algunos productos útiles.
106 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 8. Plantas silvestres de importancia no convencional


Nombre común
Nombre científico Usoa
Indígena Español
Flores
Agave marmorata Cantarocacaya Cacaya V
Agave triangularis Clilcaya Cacaya V
Agave angustiarum Tochcacaya Cacaya V
Agave salmiana Cacaya de castilla V
— Cacaya de tunecho V
Agave stricta Cacaya pelo de ángel V
Agave karwinski Cacaya de cachitum V
Agave macrocantha Cacaya rabo de león V
Ceiba parvifolia Pochote V
Dasilyrion lucidum Matzitze Manitas V
Erythrina americana Pipe o niquemite Colorín V
Neobuxbaumia tetezo Tetechas V
Aloe barbadensis Zábila V
Mimosa sp. Uña de gato V
Nopalea cochenelifera Cocochitas V
Yucca periculosa Palmitos V
Polyphillum tegetoides Picha C
Phaseolus vulgaris Frijol de verano V
Pilosocereus chrysacanthus Barbas de viejo V
Hojas
— Jabonera V
Solanum americanum Hierbamora V,C
Plantago major Lengua de vaca V
— Cuayeca C
— Bahquilitl V
— Patas de gallo V
— Hierba santa C
Anoda cristata Halaches V
— Cerraja V
— Choquita D,C
— Malva V
— Chaya V
— Malacacuahuetl V
— Hierba de hediondo V
— Payanal Hierba del aire C
— Oreja de liebre V
Gliricida sepium Flor de ratón V
Hylocereus undatus Pitahaya (guía) V
Bumelia laetivirens Tempesquistle V
Bumelia lactevirens Tiliapo V
Escotria chiotilla Chonole Jiotilla F,B
Myrtillocactus geometrizans Garambullo F,D,B
Myrtillocactus schenctii Garambullo F,D,B
— Cuajilote D
— Baboso F
Hylocereus undatus Pitahaya F
— Pepino criollo V
— Coxinicuili F
— Cogoppe Toritos F
— Malinche F,D
— Chende F,D
Cryptocarpa procera Chupandilla F
Stenocereus pruinosus Pitaya F
Pachycereus weberi Cotzotze Cardón F,B
— Obos F
Stenocereus stellatus Xoconoxtli Xoconoxtle F
a
V, verdura; F, frutas; R, raíces, tubérculos y bulbos; D, dulces; C, condimentos; B, bebidas.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 107

Cuadro 8. Plantas silvestres … (continuación)


Nombre común
Nombre científico Usoa
Indígena Español
— Chicuico F
— Vetevenado
— Chilitos B
Rauwolfia tetraphylla Cinco negritos F
— Chilequemiche C
— Angú V
— Nanche rojo F
Raíces y tubérculos
Ceiba parvifolia Pochote R
— Camote hediondo R
Solanum sp. Papa silvestre R
Semillas
Gossypium sp. Algodón V
— Calabaza pisto D
Pachycereus weberi Cotzotze Cardón C
Leucaena esculenta Guajes V
— Sangre de dragón D
— Frijol mayesu V
Ceiba parviflora Pochote V
Cnidoscolus aconiyifolios Mala mujer D
Dasilyrion sp. Matzitze C
a
V, verdura; F, frutas; R, raíces, tubérculos y bulbos; D, dulces; C, condimentos; B, bebidas.

Agricultura
En el valle de Tehuacán se distinguen dos sistemas de producción agrícola; 1) el de riego con
infraestructura de galerías filtrantes, canales de riego, zanjas o acequias para aprovechar las
aguas pluviales de las barrancas, manantiales y otras obras menores, y 2) el de temporal de la
Sierra que se caracteriza por la práctica de una agricultura en condiciones marginales; no
obstante, es productor de maíz, trigo y frijol.
La agricultura de temporal se practica, aprovechando una irregular y aleatoria precipitación,
sobre suelos asentados en rocas calizas y extensos afloramientos rocosos. Gran parte del
área cultivada se encuentra en las laderas de los lomeríos con delimitaciones de los terrenos
cuidadosamente bordeados para prevenir la erosión, captar y retener el máximo posible de
humedad. Alrededor de las poblacionales o comunidades, el cultivo es intensivo y también se
emplean todos los medios para canalizar el flujo de agua disponible. Maíz es el cultivo principal.
La agricultura de riego del valle de Tehuacán es producto de mantos acuíferos que se
forma como producto de la infiltración y acumulación de las aguas de la Sierra Madre Oriental,
así como de las masas montañosas del centro de México. De la misma manera que en el
temporal, el drenaje superficial ha sido canalizado y concentrado por diversos medios para
llenar los canales de irrigación. En el Cuadro 9 se muestra la diversidad de productos agrícolas
que se comercializan en pequeña escala.

Mercados agrícolas
Los mercados del valle de Tehuacán, México, constituyen una de las expresiones de la diversidad
de recursos y reminiscencia de relaciones de intercambio y comercialización, así como de los
mecanismos de la economía indígena campesina, y muestran una de las principales fuentes
de abastecimiento de recursos vegetales y animales, de enseres agrícolas y artículos para el
hogar que provienen de la agricultura local y de los productos de recolección. Los mercados en
el valle de Tehuacán se presentan en forma periódica uno ó dos días a la semana en los
diferentes poblados y su importancia depende de la cantidad de personas que acuden a ofrecer
sus productos.
108 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 9. Uso y diversidad de productos agrícolas


Productos Especies
Productos comestibles Chilacayote, calabaza, pepino, jitomate, guaje, mango, manzana, plátano macho,
plátano, ejote, aguacate, tomate, chícharo, ciruela, durazno, guayaba, pera, chayote,
tamarindo, uva, haba, elote, piña, chiles serrano, poblano, piquín, de árbol, papaya,
sandía, lima, limón, toronja, mandarina, naranja, tejocote y melón
Hojas comestibles Acelga, cilantro, alcachofa, lechuga, apio.
Semillas comestibles Alegría, cacahuate, garbanzo, coco, lenteja, arroz, ayocote, frijol, chícharo, haba y
maíz
Raíces y tubérculos Cebolla, ajo, betabel, zanahoria, camote, jícama, rábano y papa
comestibles
Ornato Margaritas, clavel, gardenias, nube, alhelí, nardos y alcatraz
Condimentos Chile, epazote, perejil, pimienta gorda
Flores comestibles Flor de calabaza y jamaica
Varios usos Carrizo y maíz

Relaciones de comercialización
El estudio de un sistema de mercados, puede proporcionar una visión real de las relaciones
entre los grupos y clases dentro de una sociedad. En la región del valle de Tehuacán, el trueque
es un tipo de intercambio de carácter cultural más que mercantil, que se realiza,
independientemente de los tianguis o mercados, por la relación directa que se establece entre
productor y consumidor, en un rol que se intercambia constantemente. La producción y
comercialización de los productos agrícolas es estacional y en pequeña escala. Los mercados
de Tehuacán constituyen una de las principales fuentes de abastecimiento de recursos vegetales,
los cuales van desde productos alimenticios provenientes de la agricultura local hasta una gran
diversidad de productos de recolección. Estos últimos tienen un importante papel en la economía
de las personas dedicadas a esta actividad. Las cactáceas se destacan dentro de esta gran
variedad de productos y usos.
El mercado-plaza de Tehuacán, Puebla es un centro económico rector donde se
comercializa un gran número de artículos derivados de la agricultura, huerto familiar o de algún
hábitat natural. Un total de 180 productos de importancia económica se comercializan de manera
constante; 30% es producido en la región y la mayoría son obtenidos mediante la recolección,
lo que evidencia que en la región existe un gran número de productos potencialmente utilizables.

Conclusiones
El valle de Tehuacán, México, conforma una región en la que su pasado documental muestra la
riqueza natural que hizo posible el asentamiento humano gracias al aprovechamiento integral
de la diversidad biológica, la proyección y la estructuración de formas de organización social y
de convivencia.
En las comunidades que se asientan en la región del valle de Tehuacán existe un amplio
conocimiento tradicional relacionado con multitud de recursos genéticos y cuyo aprovechamiento,
que se remonta a la época prehispánica, aún están en plena evolución. La continuidad de las
diversas formas de utilización de una variedad de plantas hace necesario revalorar y sistematizar
el conocimiento local, considerando que varias de las formas de aprovechamiento contribuyen
no únicamente a proporcionar ingresos económicos, que de alguna manera mitigan las
necesidades de la población, sino que ademas constituyen formas de manejo racional que
tienden a preservar una relación equilibrada con los ciclos de los ecosistemas y la conservación
de los recursos naturales.
DIVERSIDAD EN LOS CULTIVOS Y AGROECOSISTEMAS 109

Literatura citada
Aguilera, H. N. 1970. Suelos de las zonas áridas de Tehuacán. Cactáceas Suculentas Mexicanas XV: 51-63.
Arias, H. 1993. Cactáceas: conservación y diversidad en México. In: R. Gío y E. López Ochoterena (eds.),
Diversidad Biológica de México. Revista de la Sociedad Mexicana de Historia Natural. Vol. XLIV
(especial).
Culter, H.C. and T.W. Whitaker. 1967. Cucurbits for the Tehuacan Valley. In: D.S. Byers (ed.), The Prehistory
of the Tehuacan Valley. Vol 1. The R.S. Peadbody Foundation, Phillips Academy. University of Texas
Press. Austin, Texas, USA.
Dávila-Aranda, P.D. 1983. Flora genérica del valle de Tehuacán-Cuicatlán. Tesis de Maestría. Facultad de
Ciencias. UNAM. México
Flannery, K.V. 1967. Vertebrate fauna and hinting patters. Pp:132-177 In: D.S. Byers (ed.), The Prehistory
of the Tehuacan Valley. Vol 1. The R.S. Peadbody Foundation, Phillips Academy. University of Texas
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Flannery, K.V. 1973. Los orígenes de la agricultura en Mesoamérica. Annual Review of Anthropology 2:
271-310.
Fiedel, J. S. 1996. Prehistoria de América. Crítica/Arqueología. Grijalbo Mondadori S. A. Barcelona, España.
Flores, H. N. 1996. Caracterización del matorral esclerófilo perennifolio del valle de Tehuacán, Puebla:
una comparación con los existentes en el clima mediterráneo. Tesis de Biol.. Facultad de Ciencias.
UNAM. México, D.F.
Harlan, J. R. 1971. Agricultural origins: centers and noncenters. Science 174:468-474.
Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). 1997. Simposio Internacional Tehuacán y su
Entorno: balance y perspectivas. Compilado por Eréndira de la Lama. INAH. México, D.F. 479 pp.
Jaramillo L., B. y M. F González. 1983. Análisis de la vegetación arbórea de la provincia florística de
Tehuacán-Cuicatlán. Boletín de la Sociedad Botánica de México. 45: 49-64.
McNeish, R.S. 1967. A Summary of the subsistence. Pp:290-331 In: D.S. Byers (ed.), The prehistory of the
Tehuacán Valley. Vol. 1. The R.S. Peadbody Foundation, Philliphs Academy. University of Texas
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McNeish, R.S. 1964. Los orígenes de la civilización en el nuevo mundo. Science 143:531-537.
McNeish, R.S. 1971. Speculation about how and why food production and village life developed in the
Tehuacan Valley, Mexico. Archaeology 24:307-315.
Moseley, M. E. 1972. Subsistence and demography: An example of interaction from prehistoric Peru.
Southwestern Journal of Anthropology 28:25-49.
Struever, S. (ed.) 1971. Prehistoric Agriculture. Natural History Press, Garden City. New York.
Ucko, P. J. and G. W. Dimbleby (eds.). 1969. The domestication and exploitation of plants and animals.
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Villaseñor, J. L., P. Dávila y F. Chiang. 1990. Fitogeografía del valle de Tehuacán-Cuicatlán. Boletín de la
Sociedad Botánica de México 50:135-149.
110 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

II. Manejo de la diversidad de los cultivos

La medición agronómica de la eficiencia en el rendimiento de los cultivos


múltiples

Celestino I. Chargoy Zamora

Profesor-Investigador y Coordinador del Campo Ecotecnológico para la Conservación y Uso de la


Selva (CECUSE), Universidad Autónoma Chapingo, Km 51.3 Carretera Chetumal-Felipe Carrillo
Puerto. A.P. 333, Chetumal Q.R., México (chargoy@taurus1.chapingo.mx ó
cchargoy@latinmail.com).

Summary
Agronomic measurement of efficiency in yields from multicropping. To select the best
strategy of cultivation between monoculture or polycropping systems, the agronomist frequently
uses the concept of the land equivalent ratio (LER) = ya/y’a + yb/y’b. However, this index does
not function correctly when comparing absolute yields that are very discordant. The responses
of each crop under association are measured properly by the relative yields, where LER is
estimated by (yi / y’i). For the measurement of the mix responses we suggest using the yield-
area comparative index (YACI), whose mathematical form is YACI = r (ya + yb) / (y’a + y’b).

Key words: Agronomic land use efficiency, land equivalent ratio, multiple cropping efficiency.

Introducción
Desde la década de los años 60 y 70 del recién concluido siglo XX hubo una re-evaluación del
papel de las asociaciones de plantas cultivadas, hecho relevante cuando en la mayor parte del
ámbito académico y todo el gubernamental, en pleno auge de la Revolución Verde, era proclive
el manejo de monocultivos en gran escala (de Wit, 1960 citado por Harper, 1977; Donald ,1963;
de Wit y Van den Bergh, 1965; Trenbath, 1974; Harper, 1977).
El uso de monocultivos como estrategia agrícola era cuestionado desde varios puntos de
vista; el ecológico (Odum, 1972), el social (Stavenhagen, 1976) y el agronómico mismo (Moreno
et al., 1973; Trenbath, 1974; Andrews y Kassam, 1976; Sánchez, 1977; Lépiz, 1978; Willey,
1979; Turrent, 1979). Varias investigaciones fueron orientadas a explicar el porqué; a pesar de
que, no obstante, los rendimientos de los monocultivos a veces fueron superiores, los cultivos
asociados o mixtos podían producir más en términos económicos o agronómicos (Trenbath,
1974).
La determinación numérica que resume la eficiencia de las estrategias en comparación
fue propuesta por de Wit (citado por Harper, 1977) como el Coeficiente Relativo de
Amontonamiento (CRA) y la Razón de Superficie Equivalente (RASE) o su sinonimia del inglés,
Land Equivalent Ratio (LER), Mc Gilchrist (1965) propuso el Coeficiente de Agresividad (CA).
Chargoy y Solís (1986) encuentran inconsistencias en LER y proponen resolverlas con el
Índice Comparativo de Rendimiento-Área (ICRA), y además señalan que dichas inconsistencias
se extienden al CRA y al CA.
Sin embargo, por imitación o por desconocimiento de tales incongruencias, en los centros
de educación superior e investigación científica vinculada a la agronomía, sigue en uso cotidiano,
al menos, el LER. No sería por sí mismo un gran problema si el ámbito fuera solo científico, el
asunto es grave cuando en la práctica, se pide certeza: “¿Cuánto ganó o dejo de ganar por
sembrar en monocultivo o en asociación?” según el análisis de Chargoy y Solís (1986), los
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 111

resultados de LER (el más usado) pueden ser erróneos o desastrosos y pueden conducir a
errores en las recomendaciones técnicas. Por ese motivo, este documento refiere las
incongruencias y aporta elementos de cómo superarlas.

Modelos experimentales de asociaciones de plantas cultivadas


Cuando se revisan estudios de asociaciones experimentales de cultivos se encuentra que el
investigador maneja indistintamente tanto la densidad de siembra como la proporción de siembra.
Ello provoca confusión y hace difícil la interpretación coherente de los resultados (Harper,
1977). Para resolver ese problema se tienen dos tipos de diseños experimentales: los aditivos
y los substitutivos. En experimentos aditivos la densidad de una de las especies se mantiene
constante, en tanto que la de la acompañante se hace variar (Figura 1).

Figura 1. Posibles efectos en el rendimiento de una especie (I) cuya densidad permanece constante, en
tanto que varía la de las especies asociadas. La especie J muestra una mayor agresividad que las
especies K y L.

Harper (1977) dice que este tipo de experimentos tiene una importancia obvia puesto que
semejan muchas condiciones de campo donde la especie cultivada con densidad constante,
es invadida en el área que ocupa por otras especies; las arvenses o malezas. El análisis del
experimento, sin embargo, es particularmente difícil debido a que tanto la proporción de la
composición como la densidad de la mezcla son cambiantes y sus efectos se confunden
completamente.
Los experimentos substitutivos o de series de reemplazo, eliminan la mayoría de los
problemas atribuidos a los experimentos aditivos, aunque establecen una situación artificial;
variar las proporciones sin cambiar las densidades; sin embargo, a juicio de Harper (1977), son
particularmente elegantes para este tipo de estudios. La Figura 2 muestra una serie de resultados
posibles.
El Modelo 1 muestra a dos especies que no se interfieren en modo alguno; el rendimiento
conjunto está en función de la densidad de siembra de manera directa. El Modelo 2 enseña que
la especie J es más agresiva que la especie I; el rendimiento conjunto se mantiene constante
debido a que el detrimento de J es compensado por la ganancia de I. El Modelo 3 muestra una
relación negativa para ambas especies, con la consecuente reducción del rendimiento conjunto.
El modelo 4, por el contrario, muestra una interacción mutualista o positiva para ambas
poblaciones (Figura 2).
112 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figura 2. Posibles resultados de cultivos mixtos sembrados en experimentos substitutivos o en series de


reemplazo, en cuatro modelos hipotéticos.

El coeficiente relativo de amontonamiento (CRA)


Se presume que este coeficiente relativo de amontonamiento (CRA) es una medida formal de
la agresividad de una especie hacia la acompañante. La fórmula establece que:

Coeficiente relativo de Rendimiento medio por Rendimiento medio por planta


amontonamiento de I planta de I en mezcla de I en monocultivo
respecto a J = +
Rendimiento medio por Rendimiento medio por planta
planta de J en mezcla de J en monocultivo

O bien
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 113

De Wit dice que cuando el CRA de I respecto a J (k i j ) es igual a la unidad, entonces no


existe el carácter de dominante o dominado. Sin embargo, como se desprende del Cuadro 1 la
unidad se obtiene en cuatro situaciones biológicas completamente distintas (Chargoy y Solís,
1986).

Cuadro 1. Arreglo de rendimientos de I y J que proporcionan k i j = 1, pero con situaciones


biológicas diferentes.
Xi Yi Xj Yj Interpretación biológica
1 1 2 0.5 Comensalismo
2 1 2 2 Mutualismo
0.5 1 0.5 1 Competencia
1 1 1 1 Neutralismo

En síntesis; cuatro interacciones biológicas completamente diferentes pueden confundirse


con el Coeficiente Relativo de Amontonamiento desarrollado por de Wit.
No habiendo detectado la inconsistencia anterior, de Wit (citado por Harper, 1977 y Willey,
1979) sugiere determinar un CRA conjunto (K), que permita discernir la mejor opción de siembra:

K = ki j * kj i

Si K > 1, entonces la asociación de plantas cultivadas es superior


Si K = 1, es indistinto el modo de sembrar
Si K < 1, entonces la asociación es desventajosa

Obviamente, en forma matemática, no es de esperarse que el producto corrija los posibles


defectos de los multiplicandos. El sentido biológico, derivado del Cuadro 1, sería ciertamente
inexplicable.

Coeficiente de agresividad (Mc Gilchrist, 1965)


Se entiende también que este indicador es generado a partir de experimentos substitutivos y
se calcula de la siguiente manera:

Rendimiento en mezcla de i Rendimiento en mezcla de j


Aij = X
Rendimiento en monocultivo de i Rendimiento en monocultivo de j

Donde z es igual a la proporción de siembra de cada especie. Si Aij = 0, entonces se


supone que las especies componentes de la mezcla son igualmente competitivas. Pero se
obtiene cero si las fracciones componentes son iguales entre sí, y pueden ser iguales en tres
condiciones biológicas totalmente distintas:
xi /yi * z j = xj / yj * zj > 1, Mutualismo
xi /yi * z j = xj / yj * zj < 1, Competencia
xi /yi * z j = xj / yj * zj = 1, Neutralismo

De lo anterior, se entiende que sólo el neutralismo sería correctamente estimado por el


Coeficiente de Agresividad (CA).
114 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

La razón de superficie equivalente (RASE)


Una medición apropiada de los efectos de vecindad de poblaciones vegetales que comparten
un espacio común se obtiene mediante la aplicación del concepto de rendimiento relativo (de
Wit y Van den Bergh, 1965; Harper, 1977) que se obtiene de la siguiente manera:

Rendimiento de i en asociación
Rendimiento relativo de la especie i =
Rendimiento de i en monocultivo

ó
rrt = xi /yi
Igual cálculo se aplica a la especie componente j.

Los rendimientos relativos por componente dan una idea de la habilidad competitiva de
cada especie:
Si rrt < 1, entonces la especie tiene poca habilidad competitiva
Si rrt = 1, igual capacidad competitiva
Si rrt > 1, la especie alta capacidad de asociación
Si estos valores relativos se suman, se obtiene el Rendimiento Relativo Total (RRT)
atribuido a de Wit (citado por Harper, 1977). Estos valores pueden ser empleados para describir
las relaciones mutuas de pares de especies (Figura 3).

Figura 3. Comportamiento entre especies que comparten un mismo espacio. (A) Ambas especies tienen
diferentes demandas de recursos y muestran algún tipo de mutualismo. (B) Las especies establecen
competencia por el uso de los recursos, dándose una relación antagónica mutua. (C) Ejemplo de
neutralismo.

El RRT es más conocido como Razón de Superficie Equivalente (RASE) o Índice de


Eficiencia Relativa de la Tierra (IERT, según Turrent, 1979). Willey (1979) menciona que la
RASE “puede ser definida como la superficie relativa de tierra bajo monocultivos que se requiere
para igualar los rendimientos logrados en los cultivos asociados”. Según este autor, un concepto
adecuado para el empleo de la RASE, es el de cuando diferentes especies de cultivo, cualquiera
que sea su tipo o nivel de rendimiento, son expresadas en bases relativas y directamente
comparables. RASE puede adoptar valores menores, iguales o mayores a la unidad lo que
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 115

significará que la asociación sub-rinde, es indiferente o sobre-rinde respectivamente. Este


indicador es el de mayor uso en la literatura vinculada a la ecología de poblaciones vegetales y
a la agronomía de cultivos asociados (de Wit y Van den Bergh, 1965; de Wit et al., 1966; Trenbath,
1974; Harper, 1977; Turrent, 1979; Mead y Stern, 1979; Willey, 1979; Rao y Willey, 1979; Mead y
Willey, 1980; Willey y Rao, 1980;Vandermeer, 1981; Albarrán, 1983). Sin embargo, Mead y
Willey (1980) y Chargoy y Solís (1986) encuentran que este indicador muestra fallas que hacen
dudoso su empleo; en particular, para los segundos, la principal debilidad del índice radica
precisamente en el hecho de sumar los valores relativos y suponer que ello refleja objetivamente
alguna situación biológica de ganancia, pérdida o equilibrio entre las poblaciones componentes.

Un ejemplo con rendimientos hipotéticos en el Cuadro 2 muestra lo expuesto. Según Willey


(1979) y Turrent (1979), RASE también se puede emplear con valores monetarios.

Cuadro 2. Comportamiento de la RASE o LER para rendimientos hipotéticos de dos cultivos que se asocian.
Cultivo / Amaranto Amaranto Maíz Maíz Rendimiento RASE
Tratamiento kg/ha r.r. kg/ha r.r. 2 ha

Rendimientos hipotéticos
Monocultivo 500 - 3,000 - 3,500 0
Asociación 1 450 0.9 300 0.1 1,500 1
Asociación 2 50 0.1 2,700 0.9 5,500 1
Asociación 3 250 0.5 1,500 0.5 3,500 1

En términos monetarios
Monocultivo 5,000 - 6,000 - 11,000 0
Asociación 1 4,500 0.9 600 0.1 10,200 1
Asociación 2 500 0.1 5,400 0.9 11,800 1
Asociación 3 2,500 0.5 3,000 0.5 11,000 1

Como se desprende del Cuadro 2, RASE es insensible al cambio de parámetro. La


explicación matemática de ello se da por lo siguiente:

Sea xi el rendimiento de i en asociación; yi el rendimiento de i en monocultivo; y pi, el


precio o valor monetario de i por unidad de peso comparable. Entonces; por ubicarse pi en el
numerador y el denominador, su posible aportación es nula.

El índice comparativo de rendimiento área (ICRA)


Propuesto por Chargoy y Solís (1986) como una medida efectiva del rendimiento conjunto,
previsto por de Wit y conocido en la ecología como biomasa, pero inefectivamente medido por
los índices revisados. Se expresa de la siguiente manera:

Donde; xi es el rendimiento de la i-ésima especie cultivada en asociación; yi es el rendimiento


de la misma i-ésima especie en monocultivo; y r es el coeficiente de compensación = número
de especies que se cotejan = número de unidades de superficie comparables.
116 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

ICRA, entonces, es la proporción que define relativamente el rendimiento obtenido, en


superficies comparables, por especies o variedades que se cultivan asociadas respecto a las
mismas cuando se cultivan solas (Chargoy y Solís, 1986).
Si ICRA > 1, la asociación de cultivos es ventajosa.
Si ICRA = 1, es indistinto el modo de siembra.
Si ICRA < 1, los monocultivos superan al policultivo.
Con los datos empleados en el Cuadro 2 se aplicó el ICRA. Un ejemplo hipotético se
muestra en el Cuadro 3. Como se puede notar, ICRA detecta claramente la pérdida o ganancia
en grano conjunto; 2,000 kg en ambos sentidos, mismos que corresponden al 57%, también en
ambos sentidos. Así entonces, ICRA cubre la necesidad de medir la respuesta global de las
asociaciones, tal y como lo pretenden los diseños de experimentos en series de reemplazo
según se observó en la Figura 2.

Cuadro 3. Comportamiento del ICRA al medir el comportamiento de tres asociaciones


hipotéticas.
Cultivos/ Amaranto Maíz Rendimiento ICRA
Tratamientos (kg/ha) (kg/ha) en 2 ha
Monocultivos 500 3,000 3,500 0
Asociación 1 450 300 1,500 0.43
Asociación 2 50 2,700 5,300 1.57
Asociación 3 250 1,500 3,500 1.00

El hecho de sumar biomasa de distintos cultivos es una práctica corriente en ecología


cuando interesa conocer la biomasa de distintas especies componentes de un mismo nivel
trófico y construir con ello las llamadas pirámides ecológicas (véase Odum, 1972; p. 88), el
hecho está previsto también por de Wit (véase Figura 1). Es frecuente encontrar conceptos
populares tales como producción total nacional de granos básicos (trigo, maíz, cebada, fríjol,
etc.) y producción total nacional de alimentos (carnes de distintas especies, más granos básicos,
más hortalizas, etc.). En el ejemplo, la suma de kg de granos más kg de amaranto genera el
concepto de granos alimenticios. En otras palabras, sube el nivel jerárquico y cambia el género
que califica. Sin embargo, si por otros conceptos fuese necesario no sumar biomasa, el ICRA
podría trabajar con rendimientos monetarios, proteínicos, energéticos, etcétera.

Conclusiones
La evaluación de las asociaciones de cultivos en cuanto a sus rendimientos debe considerar la
respuesta del rendimiento conjunto y el efecto individual producido por cada uno de los
componentes. Un método experimental adecuado a estos fines es el de las siembras en series
de reemplazo.
La razón de superficie equivalente (RASE) y el índice comparativo de rendimiento área
(ICRA), han sido diseñadas para evaluar la respuesta global de la asociación. Sin embargo,
RASE puede confundir situaciones biológicas y agronómicas del todo distintas. No es, en
consecuencia, una medición confiable.
Así, para conocer la respuesta de las asociaciones de plantas cultivadas el ICRA es el
indicador confiable que dice, en términos relativos, los efectos de ganancia o pérdida.
Complementariamente, para conocer la respuesta del efecto de asociación de cada una de las
plantas cultivadas, es adecuado el empleo de los rendimientos relativos (xi /yi) que son los
componentes de la RASE.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 117

Referencias
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118 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Intervenciones participativas para la conservación del maíz en fincas en los


valles centrales de Oaxaca, México

Mauricio R. Bellon1, José Alfonso Aguirre Gómez2, Melinda Smale1,3, Julien Berthaud1,4, Irma
Manuel Rosas1, Jorge Mendoza1, Ana María Solano1 y Rafael Martinez1

1
International Maize and Wheat Improvement Center (CIMMYT).
2
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Caudillo
del Sur 121, Fracc. Bosques de la Alameda, Celaya, 38050 Guanajuato, México.
3
International Plant Genetic Resources Institute (IPGRI), Roma, Italia.
4
Institut de Recherche pour le Développement (IRD), Francia.

Summary
Participatory interventions for the on-farm conservation of maize in the Central Valleys
of Oaxaca, Mexico. The on-farm conservation of agrobiodiversity is now recognized as a
important component of a global strategy for the conservation of genetic resources. With the
objective of exploring and evaluating ways of helping farmers’ efforts to maintain the diversity of
maize landraces in the Central Valleys of Oaxaca, Mexico, a project was carried out to determine
whether it is possible to increase maize productivity while also conserving or improving genetic
diversity. (“Maize productivity”, understood in a broad sense, is defined not only in terms of
yield but also as yield stability and other characteristics of interest to farmers.) The project
organized and compared diverse interventions with small-scale farmers in six communities of
the Central Valleys. Through the project, the farmers obtained access to the diversity of maize
landraces or local varieties found in the region, by means of field days and the sale of seeds of
a subset of landraces that were identified as valuable for farmers and scientists. They also
received training in techniques for managing and selecting seeds, and learned about principles
that could aid them in conserving the characteristics of local varieties that they valued. This
project was divided into three components: 1) diagnostic, 2) execution and evaluation of the
interventions, and 3) evaluation of its impact. The project results indicate that the participating
farmers in the study zone require access to diversity, especially to the relatively rare types of
maize. The farmers value different characteristics in their maize landraces, especially those
related to food consumption. Among women, colored maize materials, and especially the rarest
ones, are especially in demand; the diversity increases when these preferences are taken into
consideration. The subgroup of maize types selected jointly by the farmers and scientists for
sale produced good results. During the two years in which seed was sold (1999 and 2000), 287
farmers bought a total of 1,889.5 kg. The training activities showed that participating farmers
frequently did not understand certain aspects of maize reproduction, but when this knowledge
was shared with them, at least some showed a desire to try out the new management techniques.
A total of 739 farmers were trained between 1999 and 2000, with an average participation of 1.5
training sessions per farmer. These results suggest that farmers’ access to germplasm and
knowledge constitute an important limitation for the on-farm maintenance of agrobiodiversity. In
particular, transaction costs are associated with having access to a diversity of varieties or
types of maize, both accesses to seeds as well as to information about the performance of
distinct varieties available. The interventions of this project helped to reduce these costs. In
terms of farmers’ knowledge, we identified that important gaps exist, which limit farmers’ capacity
to store their seeds and grains, but farmers also have the ability to adopt practices which could
allow them to manage their diversity more effectively.

Key words: Participatory interventions, small-scale farmers, training, seed selection.


MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 119

Introducción
La conservación en finca de la agrobiodiversidad es reconocida como un componente importante
de una estrategia global de la conservación de los recursos genéticos (Brush 1999; IPGRI
1993; Jarvis et al., 2000; Maxted et al., 1997; Wood y Lenné 1999). Este tipo de conservación
requiere de la participación activa de los agricultores y sólo será exitosa en la medida que
estos consideren que está en su interés mantener la diversidad en sus fincas (Brush 1995).
Las zonas de domesticación y alta diversidad de cultivos probablemente son los sitios más
indicados para la conservación en finca dado que en estos lugares los agricultores, además de
haber mantenido una gran diversidad de variedades del cultivo por generaciones, tienen una
cultura que le da gran valor a esta diversidad, debido a diversos usos culinarios, a la buena
adaptación al ambiente y otros usos especializados para el cultivo de interés. Estas condiciones
se traducen en una alta demanda local por la diversidad, lo que probablemente disminuye los
costos para mantenerla. En la medida en que los agricultores locales se benefician de la
diversidad presente, los costos de las intervenciones necesarias para mantener esta diversidad
disminuyen. Sin embargo, aun en estas condiciones, las intervenciones externas son necesarias
para apoyar los esfuerzos de los agricultores a fin de mantener la agrobiodiversidad dado que
los costos de producir o tener acceso a diversas variedades de un cultivo aumentan, mientras
que el interés de mantener esta diversidad van disminuyendo debido a cambios culturales,
tecnológicos y económicos (Bellon, 2001a).
Con el objeto de explorar y evaluar maneras de apoyar los esfuerzos de los agricultores
para mantener la diversidad de variedades criollas de maíz en los Valles Centrales de Oaxaca,
México se llevó al cabo un proyecto para determinar si es posible aumentar la productividad del
maíz, al tiempo que se conserva o se mejora la diversidad genética. La “productividad del
maíz”, entendida en un sentido amplio, se define no sólo en términos de rendimiento sino también
en estabilidad del rendimiento y de otras características de interés para los agricultores.
En el proyecto se organizan y comparan diversas intervenciones con pequeños agricultores
en seis comunidades de los Valles Centrales. Por medio del proyecto, los agricultores obtienen
acceso a la diversidad de variedades criollas o locales de maíz en la región, reciben capacitación
en técnicas de manejo y selección de semilla, y aprenden principios que los ayudan a conservar
las características de las variedades locales que ellos valoran. Este proyecto para su operación
se dividió en tres componentes: 1) diagnóstico, 2) realización y evaluación de las intervenciones
y 3) evaluación del impacto.
Los investigadores eligieron los Valles Centrales para este proyecto por varias razones.
Una de las más importantes fue que los agricultores de esa región han cultivado maíz durante
mucho tiempo y siguen conservando hasta la fecha la diversidad de sus variedades criollas.
Estos materiales tienen un valor considerable para la agricultura más allá de los Valles Centrales,
ya que han contribuido a la generación de variedades mejoradas de maíz tolerantes a la sequía
muy conocidas en otras partes de México. Sin embargo, las variedades mejoradas de maíz
han tenido muy poco impacto en los Valles Centrales, y aunque la virtual ausencia de esas
variedades puede haber ayudado o no a conservar la diversidad del maíz en la región, sí indica
que la investigación científica no ha proporcionado a los agricultores nuevas opciones
tecnológicas.
Asimismo, la región es étnicamente diversa y agroecológicamente heterogénea, y a pesar
de los cambios económicos ocurridos en los últimos años, las comunidades de los Valles
Centrales continúan haciendo énfasis en su cultura indígena, que incluye las distintas formas
de preparar y/o aprovechar el maíz. Sin embargo, como no existe ninguna garantía de que los
agricultores seguirán interesándose por conservar la diversidad de variedades, es importante
comenzar a explorar opciones que sustenten este interés, esto es, investigación científica que
responda a los intereses, necesidades y restricciones de los agricultores.
120 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diagnóstico
El diagnóstico abarcó varias actividades en las que se aplicaron las metodologías de la
investigación participativa (Bellon, 2001b). Para comenzar, los investigadores recolectaron
muestras de variedades locales de maíz que se consideraron representativas del espectro de
la diversidad del maíz en los Valles Centrales. Las muestras se recolectaron en 15 comunidades
elegidas por la variedad de sus condiciones agroecológicas y socioeconómicas y por su
diversidad étnica y cultural. Los investigadores también se guiaron por algunos estudios
anteriores sobre la distribución de la diversidad del maíz. En cada comunidad, los científicos
recopilaron información sobre la taxonomía local de los tipos o variedades de maíz de informantes
clave para identificar la diversidad de las variedades locales y para localizar agricultores que
estuvieran dispuestos a donar muestras. Si bien la falta de recursos económicos no permitió
que se llevara a cabo una investigación participativa más completa en las 15 comunidades, se
hizo un ejercicio de selección de sitios, con objeto de formar un subgrupo de seis comunidades
en las que se realizaría la mayor parte del trabajo.
Para evaluar la heterogeneidad de las familias campesinas en las seis comunidades y
lograr una mayor comprensión de sus metas, recursos y limitaciones, así como de la variabilidad
espacial y temporal que afectaba su agricultura, se utilizó una serie de metodologías participativas,
basadas principalmente en grupos de enfoque y en informantes clave. Las metodologías
incluyeron la obtención de la taxonomía local de los suelos, la taxonomía local de los tipos o
variedades de maíz, la clasificación local de los agricultores, la clasificación local del clima y la
clasificación con base en los recursos económicos.
Adicionalmente se llevó a cabo una encuesta base con una muestra aleatoria de 40 familias
por comunidad, a fin de obtener una muestra representativa de las familias en las comunidades
(Smale et al., 1999). Esta muestra se utilizará como grupo de control para verificar o comparar
la información obtenida con los métodos participativos, y también permitirá realizar la evaluación
del impacto posterior. La encuesta base incluyó una evaluación sistemática de las características
que los agricultores consideraban importantes (derivadas de la taxonomía local de los tipos o
variedades de un cultivo en particular) en las variedades criollas de maíz, y de la forma en que
esas características estaban distribuidas entre las variedades que cultivaban (la demanda y la
oferta de características).
Para evaluar el comportamiento agronómico y la diversidad morfológica de las variedades
recolectadas (información particularmente importante para los científicos), se sembraron
ensayos de todas las variedades en las 15 comunidades donde se habían recolectado. Los
ensayos se plantaron en campos de agricultores, pero los científicos se encargaron de ellos.
Se organizaron seis días de campo para que los agricultores pudieran visitar tres de estos
experimentos: se dedicaron tres días al periodo en que las plantas de maíz alcanzaron la madurez
fisiológica, y tres a la cosecha. En los días de campo, se invitó a los agricultores a que observaran
las variedades y “votaran” a favor de las que les gustaran. Los agricultores recorrieron el ensayo
y anotaron los números de todas las parcelas en las que estaban las variedades que les habían
gustado. Los investigadores consideraron la elección de los participantes como “votos” y
asumieron que entre más alto fuera el porcentaje de agricultores que votaran una variedad de
maíz, mayor era el valor que probablemente tenía para ellos. El propósito de este ejercicio
consistía en poder ordenar de manera rápida y sencilla las muestras de maíz en un gradiente
de interés por parte de los agricultores. Para que los investigadores pudieran tener una idea de
quién había participado en los días de campo, se recopiló un conjunto mínimo de indicadores
socioeconómicos de los participantes. Con base en los datos de la evaluación agronómica y
los votos de los agricultores, para el segundo componente del proyecto: las “intervenciones”,
se seleccionaron 16 variedades criollas y una variedad mejorada (Bellon et al., 2003).
Un tema importante en este tipo de investigación es la forma de pasar del diagnóstico a la
selección de intervenciones específicas. En los Valles Centrales, el diagnóstico mostró que los
agricultores apreciaban muchas características en sus variedades criollas de maíz, sobre todo
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 121

aquellas relacionadas con el consumo. Los días de campo, en los que se pudo apreciar la
diversidad del maíz recolectado en la región, atrajeron la atención y la participación de los
agricultores, y el ejercicio de la votación indicó que no hubo ninguna variedad “mejor” o “ideal”.
En cambio, los agricultores parecían querer un conjunto de variedades (es decir, una gama de
diversidad). Si bien la colección de variedades criollas locales contenía diferentes tipos de
maíz, los agricultores sembraron únicamente un promedio de 1.6 variedades por familia; por
tanto, los investigadores llegaron a la conclusión de que los agricultores deseaban tener acceso
a la diversidad. Los científicos descubrieron cuáles características específicas en una variedad
de maíz la mayoría de los agricultores apreciaban más: que tolerara la sequía, que fuera resistente
a las plagas de grano almacenado y que “siempre diera algo” hasta en los años malos. Dados
los recursos disponibles para el proyecto, ninguna de estas características se podía mejorar
fácilmente mediante el fitomejoramiento, pero sí por medio de prácticas más eficientes de
almacenamiento y de selección de semilla. El diagnóstico mostró que las prácticas actuales de
almacenamiento y de selección de semilla no satisfacían las necesidades de los agricultores,
y que la capacitación podría desempeñar un papel importante en la modificación de esas
prácticas. La capacitación se ha basado en comprender el conocimiento de los agricultores
acerca de estos problemas, y ha intentado proveer principios generales que los agricultores
puedan aplicar por sí mismos, de acuerdo con las ideas de Bentley sobre la interacción entre el
conocimiento local y el científico (Bentley, 1994).

Intervenciones
Las intervenciones consistieron en 1) proporcionar a los agricultores en las seis comunidades
acceso a la diversidad de las variedades criollas de maíz existentes en la región (los 17
materiales seleccionados en los días de campo), 2) capacitarlos en técnicas de selección y
manejo de semilla, y 3) enseñarles principios que les ayuden a mantener las características de
las variedades que consideran valiosas. En estas intervenciones podía tomar parte quien así
lo deseara, y las invitaciones abiertas y la publicidad fomentaron la participación de todo tipo de
agricultores. Los investigadores utilizaron este enfoque porque les interesaba saber quién
participaba, cuáles eran los incentivos de la participación, a quién beneficiaba, y de qué manera
los beneficiaba a ellos.
Para proporcionar a los participantes acceso a la diversidad de variedades criollas de
maíz, se establecieron parcelas de demostración en las seis comunidades y se organizaron
más días de campo. Durante los días de campo, los participantes observaron las plantas y las
mazorcas de las variedades criollas de maíz que se les ofrecían, y también recibieron información
sobre el comportamiento de éstas en el campo. Después de visitar las parcelas de demostración,
los agricultores podían comprar semilla del material que quisieran. La idea de permitir el acceso
a esta diversidad consistía en facilitar la experimentación del agricultor con las variedades
criollas. Los investigadores establecieron una serie de experimentos de los agricultores con un
subgrupo de agricultores escépticos pero muy motivados.
Con el propósito de capacitar e instruir a los agricultores, se impartieron en sus comunidades
cinco sesiones de capacitación, las cuales comenzaron con una evaluación de su conocimiento
sobre la reproducción del maíz y sus percepciones del mejoramiento de este cereal. En las
sesiones adicionales se enseñaron los principios básicos de la reproducción del maíz, los
principios de la selección de semilla en el campo y en el hogar (incluyendo ejercicios prácticos
en el campo) y los principios y técnicas para almacenar semilla y grano.

Evaluación del impacto


El tercer componente del proyecto, la evaluación del impacto, incluye la encuesta base (antes
descrita) y el monitoreo de una muestra de los agricultores que participaron en cada intervención.
El monitoreo consiste en entrevistas sistemáticas anuales con esta muestra de agricultores;
las entrevistas abarcan su participación y sus percepciones de las ventajas y desventajas de
122 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

participar. Asimismo, los científicos y los agricultores participantes determinaron un conjunto


de indicadores del impacto. Para evaluar la distribución de los participantes y los impactos
según su estatus socioeconómico, se efectúo una clasificación con base en los recursos
económicos de todos los participantes.

Resultados
A la fecha, los resultados del proyecto indican que los agricultores participantes en la zona de
estudio requieren acceso a la diversidad, especialmente a la de tipos de maíz relativamente
raros. Los agricultores valoran características diferentes en sus variedades criollas de maíz,
especialmente aquellas relacionadas con el consumo. Entre las mujeres los materiales de color,
y particularmente los más raros, tienen especial demanda; la diversidad aumenta cuando se
tienen en cuenta estas preferencias. El subgrupo de tipos de maíz seleccionado conjuntamente
por los agricultores y los científicos para distribución dio buenos resultados. En los dos años
en que se ha vendido semilla (1999 y 2000), 287 agricultores compraron un total de 1,889.5 Kg.
Las actividades de capacitación mostraron que los agricultores participantes con frecuencia
no comprendían ciertos aspectos de la reproducción del maíz, pero que en cuanto se les
proporcionaba este conocimiento, por lo menos algunos se mostraban deseosos de probar las
nuevas técnicas de manejo. Un total de 739 agricultores fueron capacitados entre 1999 y 2000,
con un promedio de participación de 1.5 sesiones de entrenamiento por agricultor. Un resultado
particularmente importante es que hubo un interés limitado, así como participación, en las sesiones
de capacitación que involucraron selección de plantas en campo. Esta es una práctica muy
importante para hacer selección masal, un método que ha sido propuesto de manera importante
para el mejoramiento participativo en cultivos de polinización abierta como el maíz. Esto sugiere
que este tipo de práctica no será ampliamente adoptado.
Los agricultores que participaron en los experimentos colectivos verificaron que los tipos
de maíz “experimental” produjeron en sus circunstancias, y opinaron que algunos de los tipos
fueron incluso mejores que sus propias variedades criollas, las cuales se emplearon como
control en los experimentos. Tomando en cuenta todos los tipos de participación, más de 900
agricultores colaboraron en este proyecto.

Conclusiones
Estos resultados sugieren que el acceso a germoplasma y conocimiento por parte de los
agricultores constituyen una limitación importante para mantener la agrobiodiversidad en finca.
Particularmente los costos de transacción para tener acceso a la diversidad de variedades o
tipos de maíz, tanto en cuanto al acceso a la semilla como a la información acerca del desempeño
de las distintas variedades disponibles. Las intervenciones de este proyecto sirvieron para
reducir estos costos. En términos del conocimiento de los agricultores, se identificó que existen
brechas importantes, que limitan su capacidad para almacenar sus semillas, granos y también
su habilidad para adoptar prácticas que les permitirían manejar su diversidad de manera más
efectiva. En particular, esto indica por qué la selección masal puede no ser adoptada de manera
generalizada, a menos que se proporcione a los agricultores información especializada sobre
la reproducción del maíz. Aun así, los resultados sugieren que los agricultores probablemente
no están dispuestos a invertir el tiempo y trabajo necesarios para implementar este tipo de
selección.
El gran interés y participación de los agricultores que colaboraron con este proyecto sugiere
que la conservación en finca de la agrobiodiversidad es factible, pero depende de que existan
incentivos tales como una tradición cultural fuerte que vincule a las personas con la
agrobiodiversidad que utilizan y mantienen. Los métodos participativos son herramientas
importantes en este proceso.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 123

Agradecimientos
El proyecto cuyos resultados se reportan aquí ha sido financiado por el Centro Internacional de
Investigaciones para el Desarrollo de Canadá. Agradecemos a los agricultores que donaron
muestras de maíz y que participaron con gran entusiasmo en las actividades del proyecto.

Referencias
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Wood, D. and J. M. Lenné (eds.). 1999. Agrobiodiversity: Characterization, Utilization and Management.
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124 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Conservación in situ y mejoramiento participativo de la “milpa” en Oaxaca,


México

Flavio Aragón-Cuevas1, H. Castro2, N. Dillanes2, J.F. Ortega2, J.M. Hernández C1., E. Paredes2,
S. Montes1, J. S. Muruaga1 y S. Taba3
1
Investigadores del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP); Manuel Doblado 1010, Centro, Oaxaca, Oaxaca (ps602@prodigy.net.mx).
2
Profesores de la Universidad Autónoma Chapingo.
3
Investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).

Summary
In situ conservation and participatory breeding of Milpa in Oaxaca, Mexico. Oaxaca is
one of the centers of origin of many plant species, including maize, beans, squash, amaranth,
and chile peppers. The region also is home to sixteen native groups, distributed throughout the
state, who have a rich cultural background of cultivation, knowledge of useful species, and the
ways they should be prepared and eaten. In the Sierra Norte of Oaxaca, where Mixes,
Mazatecos, Cuicatecos, Zapotecos, Chinantecos, Mixtecos and Nahuatl groups live, “milpa”
agriculture is practiced. This cultivation system maintains high levels of genetic variation and
provides a steady production of food and other products. Nevertheless demand for food has
increased in recent years due to rapid population growth and related pressure upon natural
resources, so it is important to improve agricultural productivity and preserve the species in the
system. This research aims to maintain and improve the genetic abundance of the “milpa”
system with the active participation of growers. Since 1999, INIFAP and the Centro Regional
Universitario Sur of the Universidad Autonoma Chapingo have been working together on this
project.

Key words: Milpa, participatory plant breeding, in situ conservation.

Introducción
La conservación de los recursos genéticos representa un beneficio económico y social tanto
para las comunidades donde se implementan iniciativas de este tipo como para la humanidad
en general. Ante una situación de cambio climático global (temperaturas extremas, lluvias
torrenciales, sequías, plagas, nuevas enfermedades, etc.), y cambios sociales y económicos
vertiginosos (sobrepoblación, presión sobre los recursos naturales, pobreza, migración, trans-
culturación y abandono de las actividades del campo) la permanencia de las semillas criollas
se ve seriamente amenazada. Además, se agrega la amenaza real de los materiales transgénicos
del mercado mundial, que ya están en México, particularmente en Oaxaca, e incrementa la
preocupación por los recursos genéticos criollos debe ser mayor. Por lo anterior, es urgente la
colecta del germoplasma que manejan los pequeños agricultores, así como rescatar su cultura
de manejo y uso.
Los grupos indígenas de Oaxaca, México referidos en este artículo están catalogados
como de alta marginación y es donde existe un alto déficit de maíz y frijol, a pesar de disponer
de alta riqueza genética. Por tanto, al implementar y lograr mejoras en la productividad y calidad
de sus sistemas de producción se impulsará no sólo un factor de justicia social, sino también el
reconocimiento a la labor de los campesinos.
Con la iniciativa aquí descrita se busca que los pequeños productores tengan alternativas
productivas para enfrentar el hambre y materiales de maíz, frijol y calabaza con el mayor
potencial productivo (20 % más de rendimiento), y de calidad para el autoconsumo e industria.
Logrando identificar materiales promisorios por su contenido de proteína, aceite, almidones,
calcio, hierro u otro elemento importante para la alimentación humana o animal, se estará en
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 125

posibilidades de implementar proyectos productivos para estas áreas marginadas. Con la


iniciativa aquí referida, se buscó impactar alrededor de 60,000 hectáreas, donde existen cerca
de 30 mil agricultores, en su mayoría indígena.

Materiales y métodos
A continuación se describe brevemente las actividades realizadas dentro de un proyecto de
conservación in situ y mejoramiento participativo: Colecta de la diversidad de la milpa1. Fueron
identificadas 26 comunidades a través de la zona Mazateca (8 comunidades), Cuicateca (8
comunidades) y Mixe (10 comunidades) de Oaxaca, México, para estudiar las poblaciones de
maíz. Estas comunidades se encuentran ubicadas entre los 1,450 msnm y 2,500 msnm. Los
criterios de selección de las comunidades de muestreo fueron; grupo étnico, diversidad genética
de maíz, potencial productivo, clima, suelo, altitud, disponibilidad de agua (temporal-lluvia y
riego), topografía, migración, uso del maíz (grano, elote -mazorca inmadura cocida-, forraje,
tortillas, etc.) y destino de la producción (autoconsumo, venta).
En cada comunidad se trató de colectar la mayor parte de la diversidad genética de maíz,
frijol y calabaza (Cucurbita sp), manejada por cada productor. El tamaño de muestra obtenido
por cada productor fue de 40 mazorcas por cada “tipo” de maíz, de 3 a 4 kilos de semilla de frijol
y de cinco frutos de calabaza. Si un productor cultivaba más de un maíz, frijol o calabaza se
trató de tener la muestra de todos sus materiales. De cada colecta se tomaron sus datos de
pasaporte, uso, manejo y tiempo de cultivar los materiales.

Caracterización y evaluación del germoplasma. Para disponer de información del comportamiento


agronómico de las diferentes colecciones de maíz, frijol y calabaza, se establecieron ensayos
experimentales en diferentes comunidades y en diferentes años (1999, 2000 y 2001):
Maíz. Para obtener resultados confiables sobre las características agromorfológicas del
maíz en la zona de estudio, durante 1999, se establecieron tres ensayos en las comunidades
de San Pedro Ocopetatillo, Teotitlán; San Miguel Santa Flor, Cuicatlán; y El Portillo Matagallinas,
Ayutla, Mixes. En cada comunidad se sembraron 254 colectas de maíz (238 colectas locales y
16 del banco de germoplasma del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo –
CIMMYT- como testigos). En todos los experimentos se utilizó un diseño experimental de bloques
incompletos con dos repeticiones. El tamaño de la parcela fue de dos surcos de cinco metros
de largo, 0.80 m. de ancho, y con 7 matas por surco, depositando 4 granos por mata.
Frijol. En el año 2001, se establecieron dos ensayos con 52 muestras de frijoles de guía.
Los materiales se establecieron en asociación con el maíz criollo del productor y se registraron
20 características agromorfológicas para detectar los materiales sobresalientes.
Calabaza. Durante el ciclo de temporal del año 2000 se estableció un ensayo con las 30
muestras de las calabazas colectadas. Se sembraron 22 semillas por surco, depositando 2
semillas cada metro, en surcos de 10 m de largo y 12 m de ancho. Después del primer cultivo
se aclareó dejando solamente 11 plantas.

Demostraciones de campo. Una práctica común durante cada ciclo de evaluación de los
diferentes ensayos, parcelas de validación o parcelas demostrativas, fue la realización de
demostraciones de campo para que los agricultores pudieran observar el comportamiento de
todos los materiales de maíz, frijol y calabaza. Los agricultores fueron los jueces para la selección
de los mejores materiales en función de sus criterios de selección y gustos personales. Ellos
observaron no solamente el rendimiento sino también otros criterios como color de grano,
apariencia de la mazorca, textura, facilidad de desgrane, color de olote2 y de totomoxtle (conjunto
de hojas que cubren a la mazorca) para el caso del maíz. Para frijol tenían la oportunidad de ver

1
Término utilizado en México para referirse al lugar de siembra de una o más especies.
2
Mexicanismo para llamar a la estructura donde se insertan los granos de la mazorca
126 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

ciclo, forma de vaina y color de grano, entre otros. A cada productor participante se le
proporcionaba una hoja para que realizara una “votación”, anotando los materiales de maíz o
frijol que más le gustaban. Este evento se realizó en dos etapas: en elote y cosecha para el
caso del maíz, y solo en cosecha para frijol y calabaza. Posteriormente, se realizaba un análisis
de los materiales elegidos por los productores y se seleccionaban los materiales más votados.

Feria de semillas. Los objetivos de esta actividad fueron dar acceso a la diversidad entre
productores, conocer las semillas criollas que posee cada productor, intercambiar experiencias
y semillas, revalorar la importancia de la conservación y detectar materiales de maíz, frijol y
calabaza, no colectados en el muestreo inicial. El procedimiento de este evento fue invitar a
todas las comunidades cercanas a una comunidad núcleo designada para realizar la feria de
semillas criollas. A cada productor se le pedía que llevara toda la diversidad de maíces, frijoles
y calabazas que sembraban en sus parcelas, así como los quelites3 y otros cultivos de
importancia para su alimentación y el sostenimiento de sus familias. El día de la feria se registraba
e identificaba a cada productor. En una hoja se anotaba toda la diversidad que traía. Se
designaban los jueces para evaluar las muestras y se otorgaban premios a la diversidad (3) y
a la calidad (3).

Capacitación. Con base a la problemática detectada en el sistema de producción de la milpa,


se diseñaron cursos de capacitación para proporcionarles elementos a los productores para
favorecer la conservación de sus recursos genéticos y obtener mayor productividad. Se trató
de fortalecer los conocimientos que ya poseen los productores y de corregir y enseñar lo que
no se conoce bien del proceso tanto de mejoramiento como de manejo de la milpa. El curso
principal fue sobre “Técnicas de Conservación y Mejoramiento de la Milpa”.

Mejoramiento participativo. En una colaboración estrecha entre productores e investigadores


se realizó la selección masal de los materiales detectados como sobresalientes, tanto en maíz
como en frijol y calabaza.

Resultados y discusión
Colecta de la diversidad. En total se colectaron 334 muestras, de las cuales 238
correspondieron a maíz, 64 de frijol y 30 de calabaza. Para el caso de maíz se colectaron 115
materiales de color blanco, 92 amarillos, 14 negros, 16 pintos (varios colores) y 1 rojo. Se
encontraron 15 razas de maíz: Olotón, Serrano, Chalqueño, Comiteco, Bolita, Tepecintle, Celaya,
Pepitilla, Chiquito, Cónico, Elotes Occidentales, Olotillo, Tehua, Mushito y Vandeño. En frijol;
12 fueron de mata y 52 de guía. Las especies detectadas fueron: P. coccineus, P. polyanthus y
P. vulgaris. La mayoría de los materiales de la especie Polyanthus se consumen como ejote,
(grano con vainas) y una vez seca la vaina, lo cual indica que tiene poca fibra. Se encontraron
una alta variación en colores, hábitos de crecimiento, texturas y tamaños. Respecto a las
calabazas, se encontraron cuatro de las cinco especies cultivadas existentes en el mundo: C.
pepo, C. argyrosperma, C. moschata y C. ficifolia. Fue interesante observar la alta diversidad
de especies que manejan los productores de la región, en promedio, un productor tiene 1.94
variantes de maiz, 1.66 de frijol y 1.94 de calabazas.

Caracterización de la diversidad. De la evaluación de los materiales de maíz en varios ambientes,


y después de realizar un análisis canónico, se encontraron seis grupos de diversidad genética
(Figura 1). De cada grupo se seleccionaron los materiales sobresalientes por sus características
agromorfológicas y por la selección realizada por los productores.

3
Quelite, es una palabra de uso común en México para llamar a las especies hortícolas consumibles que crecen
“espontáneamente” dentro de los cultivos.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 127

Figura 1. Diversidad genética de 238 accesiones de maíz pertenecientes a 16 razas típicas de la zona Mazateca,
Cuicateca y Mixe. A, B, C, D, E y F.

En el Cuadro 1 se listan algunos de los materiales detectados como sobresalientes. Se


puede observar que son materiales que tienen alto potencial de rendimiento de grano; aunque,
tienen largos ciclos de cultivo, porte alto y pudrición de mazorca.

Cuadro 1. Materiales de maíz sobresalientes en tres comunidades de la zona Mazateca, Cuicateca y Mixe de
Oaxaca, 1999.
G.D. Colecta Color Altitud Raza1 Raza2 SI AN PH EH YLD EROT EL KL KW SEL
A* 46 amarillo 2100 Q 109 103 259 149 3728 *33 11 1.2 0.9 75
E 141 amarillo 2000 Q 127 121 316 206 3250 25 19 1.1 1.0 42
E 157 blanco 1860 Q 122 115 296 175 3792 26 19 1.2 1.0 66
E* 159 blanco 1860 Co 121 116 294 180 4218 *24 20 1.2 1.1 71
E* 163 pinto 1860 Q 113 105 252 132 3691 18 18 1.1 1.0 95
E 189 amarillo 1950 Q 116 112 295 177 3540 31 19 1.1 1.0 59
C 191 amarillo 1760 Nt Q 130 123 293 188 3035 *17 18 1.1 0.9 64
E 263 blanco 2050 Ol Q 123 120 269 158 2606 34 18 1.0 0.9 49
C 268 blanco 2050 Co Q 133 128 293 188 2679 25 18 0.9 0.9 44
E 271 blanco 2050 Q 126 118 289 179 3337 27 19 1.0 1.1 51
E* 310 blanco 2050 Q 124 118 311 189 3853 15 19 1.0 1.1 91
E* 317 amarillo 1900 Q 119 114 301 176 4194 *22 19 1.0 1.0 100
E* 322 blanco 1900 Q 121 115 291 183 4082 19 18 1.0 1.1 85
C* 324 amarillo 1900 Q Ol 127 118 314 201 3438 *29 18 1.0 1.0 74
D 332 amarillo 2050 Nt Q 114 105 223 116 2422 *50 16 1.0 1.2 41
Media general 119 112 257 150 2626 42 16 1.0 1.0 41
DMS (5%) 1009
C.V. 20
Simbología: G.D., grupo de diversidad de acuerdo a la figura 1; Raza: Q, quiche; Co, comiteco, Nt, ntamta y Ol, oloton; SI, días
a flor femenina; AN, días a flor masculina; PH, altura de planta (cm); EH, altura de mazorca (cm); YLD, rendimiento de grano
(kg/ha); EROT, pudrición de mazorca (%); EL, longitud de mazorca (cm); KL, longitud de grano (mm); KW, ancho de grano
(cm); SEL, índice de selección (%).
128 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Con base en los resultados se puede decir que la mayoría de los materiales evaluados
presentaron ciclos vegetativos largos y porte alto de planta. Estas evidentes deficiencias será
necesario mejorarlas en coordinación con los productores.

Evaluación y caracterización de frijol. Los frijoles tienen fuertes problemas de plagas en ciertas
etapas de desarrollo del cultivo, esto provoca bajos rendimientos de grano. En el Cuadro 2 se
muestra el comportamiento de algunas de las colectas, que evaluadas en dos ambientes, tuvieron
comportamientos aceptables para las condiciones de manejo de los productores.

Cuadro 2. Características agromorfológicas de frijoles de guía evaluados en las comunidades de Totontepec y


Ayutla, Oaxaca, 2001.
Núm. Especie Largo Ancho Semillas/ Longitud Ancho Grosor Rend.
Colecta vaina vaina vaina semilla semilla semilla grano
(cm) (cm) (kg/ha)
82 P. vulgaris 13.6 0.8 6.7 0.9 0.6 0.5 217.4
231 P. polyanthus 10.1 1.2 4.3 1.2 0.9 0.6 257.2
234 P. polyanthus 9.1 1.1 3.1 1.0 0.7 0.5 270.6
245 P. vulgaris 12.7 0.7 6.7 0.9 0.5 0.4 203.4
251 P. polyanthus 9.4 1.2 3.5 1.1 0.8 0.5 293.3
288 P. polyanthus 10.3 1.1 4.0 1.1 0.7 0.5 325.5
302 P. polyanthus 9.4 1.1 4.0 1.1 0.7 0.5 270.8
304 P. polyanthus 9.6 1.2 3.7 1.1 0.8 0.5 383.1
316 P. polyanthus 9.3 1.0 3.6 1.1 0.7 0.5 313.7
333 P. coccineus 9.7 1.1 3.9 1.1 0.8 0.5 223.6

El frijol de mata se evaluó en el año 2000 en San Pedro Ocopetatillo, Teotitlán. Estos materiales
superaron ampliamente a los materiales mejorados ‘Michigan’ y ‘Strike’ (Cuadro 3). La mayoría
de los materiales criollos tienen ciclos precoces y tiene buen comportamiento agronómico al
establecerlos como unicultivo.

Cuadro 3. Características agromorfológicas del frijol de mata evaluados en San Pedro Ocopetatillo, Teotitlán,
Oaxaca, 2000.
Núm. Colecta Días a Altura Vainas Largo Ancho Largo de Peso 100 Rend.
Colecta madurez planta por vaina vaina grano semillas (kg/ha)
(cm) planta (cm) (cm) (cm) (g)
22 85 42 20 7.3 0.8 1.0 16.0 775
97 95 48 19 10.2 1.1 1.1 17.6 936
108 92 56 18 10.3 0.9 1.1 16.3 1101
145 90 35 7 10.2 1.2 1.3 23.1 924
149 101 58 12 11.7 1.1 1.3 19.8 1438
175 97 50 14 11.1 1.1 1.1 19.1 975
183 105 55 13 11.6 1.1 1.2 20.3 1346
210 105 59 13 10.7 1.0 1.1 20.6 965
239 89 29 16 7.5 0.7 0.9 14.6 707
241 87 38 10 9.3 0.9 1.2 22.6 781
243 87 34 13 8.7 1.0 1.0 19.3 625
244 90 37 14 6.7 0.8 1.0 15.1 954
fríjol delgado (Ta) 90 41 21 8.1 0.8 1.0 15.8 1097
Michigan (T) 100 30 14 9.0 1.0 0.9 15.3 669
Strike (ejotero) (T) 89 15 11 11.9 0.8 1.4 25.6 388
Criollo productor (T) 90 46 14 9.2 0.7 1.0 15.5 613
a
Testigo
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 129

Evaluación y caracterización de calabaza. El único ensayo de caracterización se estableció


en las instalaciones del Campo Experimental Valles Centrales del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Los resultados se muestran en el
Cuadro 4, donde se observa que tres colectas (169, 280 y 319) no produjeron frutos posiblemente
por falta de adaptación. La producción de flores masculinas fue profusa pero ninguna femenina.
Los materiales más productivos por el número de frutos/parcela fueron la colecta 227 (71
frutos), colecta 260 (78), colecta 253 (76 frutos) y 228 (81 frutos). Los materiales con mayor
peso de semilla por fruto generalmente fueron los chilacayotes (C. ficifolia). Se identificaron 12
muestras de la especie Cucurbita pepo, cinco muestras de C. moschata, dos de C.
angyrosperma y 11 de C. ficifolia.

Cuadro 4. Características agromorfológicas de calabazas criollas de la zona Mazateca, Cuicateca y Mixe de


Oaxaca, 2000.
Peso Long. Peso P100a Frutos/
Núm. Especie Días Long.
fruto semillas sem./fruto sin parcela
colecta a flor fruto
(cm) (kg) (cm) (g) testa
121 C. ficifolia 108 26.1 3.9 1.76 73.60 12.00 32
227 C. pepo 65 18.4 2.0 2.02 91.50 16.50 71
90 C. pepo 110 24.1 2.3 1.85 85.30 10.50 20
314 C. ficifolia 140 35.6 0.5 1.85 79.00 13.50 2
7 C. pepo 71 17.3 2.3 2.02 87.80 17.50 31
290 C. ficifolia 150 29.2 4.6 1.78 79.80 12.50 38
39 C. pepo 69 14.6 1.6 1.92 51.30 12.50 36
185 C. ficifolia 141 32.7 6.2 1.83 72.60 13.50 36
91 C. pepo 71 19.6 2.1 1.95 44.60 6.00 38
246 C. argyrosperma 82 21.3 2.8 2.53 152.00 23.50 10
19 C. pepo 72 18.6 2.6 2.24 88.60 19.50 44
298 C. ficifolia 145 27.5 3.3 1.77 54.22 12.00 25
171 C. pepo 67 13.9 2.0 1.78 64.80 16.50 42
319 C. moschata 120 - - - - - -
176 C. ficifolia 145 32.0 4.2 1.84 84.12 13.00 28
307 C. ficifolia 144 32.3 4.4 1.98 86.00 14.50 47
110 C. pepo 74 17.5 2.6 1.88 95.10 18.50 18
247 C. moschata 89 22.7 3.6 2.10 116.70 18.50 59
116 C. argyrosperma 70 15.1 1.4 2.01 69.50 16.00 59
260 C. pepo 66 15.5 1.8 2.02 89.50 15.00 78
162 C. moschata 95 - - - - - 5
228 C. ficifolia 140 30.4 4.2 1.74 82.70 12.50 81
23 C. pepo 71 19.5 2.0 2.07 87.10 17.00 34
266 C. moschata 79 18.6 2.5 2.17 93.80 18.50 18
132 C. ficifolia 108 20.9 3.2 1.76 82.50 11.5 42
205 C. moschata 87 15.2 3.0 1.56 68.50 12.0 32
148 C. ficifolia 86 27.2 3.8 1.67 52.18 11.00 26
253 C. ficifolia 140 29.6 4.3 1.79 76.36 14.00 76
66 C. pepo 79 16.8 2.1 2.02 99.70 22.00 23
280 C. moschata 95 - - - - - 0
a
peso de 100 semillas

Feria de semillas. Se realizaron cinco ferias de semillas criollas: dos en San Pedro Ocopetatillo,
Teotitlán (29 de junio de 2000 y 2001) con semillas criollas Mazatecas, dos en Concepción
Pápalo, Cuicatlán (8 de diciembre de 2000 y 2001) y una en San Pedro y San Pablo Ayutla (27
de enero de 2002). La finalidad de estas ferias fue promover la conservación in situ de las
semillas criollas, el intercambio de experiencias y de semillas entre los productores de la región
y dar un reconocimiento a los campesinos por la conservación de la riqueza genética. Hubo
una entusiasta participación de los agricultores de diferentes comunidades de la región. Para
dar un reconocimiento a los productores que presentaron las mejores muestras de semillas
130 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

criollas, se otorgaron tres premios en dos categorías; diversidad y calidad. Los premios
consistieron en herramientas útiles para el campo como silos metálicos para el almacenamiento
de granos, bombas de aspersión de pesticidas, molinos de nixtamal (máquina para moler el
maíz precocido) y herramientas para el campo.

Mejoramiento participativo. Junto con los productores e investigadores se logró realizar dos
ciclos de selección masal en 16 criollos de maíz. Estos materiales presentaron excelentes
rendimientos bajo temporal -lluvia-, buena calidad de tortilla y son los más demandados por los
productores de la región. Así mismo, se tiene el segundo ciclo de selección de seis variantes
locales de frijol de guía y cuatro de mata.

Demostraciones de campo. Se realizaron 10 demostraciones de campo durante el período del


proyecto. Alrededor de 550 productores asistieron a los eventos, por lo que la tecnología es
conocida a nivel regional.

Acceso a la diversidad. Con la finalidad de distribuir entre los productores los mejores materiales
de maíz y frijol detectados como sobresalientes por los productores y por la evaluación
agronómica, durante los años 1999, 2000 y 2001, se incrementó la semilla de las 16 colectas
sobresalientes de maíz y seis de frijol. En total se distribuyeron alrededor de 2,500 kg de maíz
y 1,500 kilos de frijol en diferentes comunidades del área de estudio.

Cursos de capacitación. Para lograr que los productores realizaran una mejor selección de su
semilla de maíz, frijol y calabaza se realizaron en diferentes lugares cursos de capacitación
sobre “Técnicas de conservación y mejoramiento de la milpa”. Las comunidades beneficiadas
con estos eventos en la zona Mazateca fueron San Pedro Ocopetatillo, San Lorenzo
Cuaunecuiltitla, Santa María Teopoxco, Santiago Texcalcingo, San Jerónimo Tecoatl y
Buenavista Texcalcingo. En total se capacitaron en forma directa alrededor de 260 productores.
También se impartieron talleres sobre manejo de plagas de granos almacenados, plagas del
follaje en frijol, fertilización en maíz y frijol, y labranza de conservación.

Conclusiones
Del estudio se generó la recomendación de 15 criollos mejorados de maíz para la zona Mazateca,
Cuicateca y Mixe de Oaxaca, que a largo plazo significa la producción de estos materiales en
al menos 20,000 hectáreas de la región, y desde luego la comercialización de la producción
en el mercado local, regional y nacional, lo cual se manifestaría indudablemente en un mejor
nivel de vida del productor maicero regional. También se tiene un segundo ciclo de selección
en seis poblaciones de frijol de guía y cuatro de frijol de mata. Además, se identificaron las
mejores colecciones de calabaza. Existe una estrecha colaboración entre los investigadores
y agricultores en la selección de la diversidad de la milpa.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 131

Manejo de la sucesión ecológica como herramienta de diversificación agrícola


y conservación de las selvas

Celestino I. Chargoy Zamora

Profesor-Investigador y Coordinador del Campo Ecotecnológico para la Conservación y Uso de la


Selva (CECUSE), Universidad Autónoma Chapingo, Km 51.3 Carretera Chetumal-Felipe Carrillo
Puerto. A.P. 333, Chetumal Q.R., México (chargoy@taurus1.chapingo.mx o
cchargoy@latinmail.com).

Summary
Management of ecological succesion as a tool for agricultural diversification and the
conservation of tropical rain forest. Nearly 95% of Mexico’s rain forest has disappeared
from the national territory in spite of its incredible ecological value in terms of biodiversity, high
gross primary production, and maximal terrestrial ecosystem biomass. In the opinion of
governmental officials, as well as in the academic opinion of a number of experts in agronomy
and biology, the main responsibility for this loss rests with the slash and burn system of native
agriculture. However, the real causes of deforestation are linked to industrialized monoculture
systems promoted by government actions. The ecological conservation of the jungle is not
incompatible with agricultural development if we pay attention to the experiences of tropical
native groups. In this context, the paper describes the application of directional ecological
succession as a tool for managing a 1000 ha ranch in Quintana Roo State in southeastern
Mexico, which presently is 90% covered by tropical rain forest in different stages of development.
The strategy adopted recommends the integrated management of fauna and flora, both domestic
and wild. Some advances are mentioned along with academic, legal, and practice aspects of
the work.

Key Words: Directional ecological succession, tropical agroforestry, alternatives to the slash
and burning system.

Introducción
Las selvas tropicales conforman el bioma terrestre que expresa la mayor biomasa y diversidad
ecológica existentes en el planeta. Así por ejemplo, Fittkau y Klinge (1973) encuentran que en
una hectárea de selva amazónica hay un plantel aproximado de 94,000 individuos vegetales,
con 940,000 kg de materia orgánica, 30 kg de herbívoros y 5 kg de carnívoros. En tanto, las
selvas de Malasia pueden tener 227 especies arbóreas en un lote de 24.2 ha o hasta 375 en
346.1 ha (Richards, 1969, citado por Krebs, 1978), los datos son altos cuando se comparan
con los de un bosque caducifolio de Michigan que apenas sostiene de 10 a 15 especies en una
superficie de 24.2 ha (Krebs, 1978).
Por otro lado, cuando se compara la productividad de los ecosistemas naturales con algunos
antropogénicos se encuentra que una selva alta perennifolia (en Puerto Rico) tiene una
producción primaria bruta aproximada de 45,000 kcal/m2/año, en tanto que un campo de alfalfa
en los Estados Unidos produce apenas 24,400 kcal/m2/año (Odum, 1972). En otras palabras,
el sistema natural sin subsidios ni trabajo alguno produce casi el doble de lo que el hombre
logra en una de las economías más fuertes del mundo. Sin embargo, pareciera que el escaso
aprovechamiento de dicho ecosistema hace que la productividad neta de la comunidad (la
disponible para el hombre) sea casi nula, en tanto que el cultivo de alfalfa rinde 24,400 kcal/m2/
año (Odum,1972).
132 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

A pesar de esa alta riqueza específica, de la gran biomasa, y la elevada producción primaria
bruta, en términos agronómicos convencionales, las selvas son consideradas como
improductivas; de hecho su contribución anual al Producto Interno Bruto (PIB) no alcanza ni el
0.3%, de ahí la tendencia a destruirlas o modificarlas en favor de los agroecosistemas
monoculturales, simples en tiempo y espacio.
En México, la bovinocultura ha sido la más favorecida por los desmontes de tales
ecosistemas. Así por ejemplo, en Tabasco, de 1960 a 1970 el número de cabezas de ganado
vacuno se incrementó en un 135%; de manera ligada en 1950, los pastos cubrían 220,000 ha y
para 1970 tenían ya 980,000 ha (Gómez et al., 1976). Este período fue muy intenso en la
expansión de la bovinocultura a nivel nacional.
Aunque el argumento que justificó (y aún justifica) la actividad, el de satisfacer la demanda
alimentaria de la población, el hecho es que, a tal incremento no correspondió un aumento en el
consumo per capita de carne de bovino. Más aún, de los años 70 hacia acá, el consumo
nacional está en descenso constante. Para 1988, los periódicos1 reportaban que el kilogramo
de carne de bovino tenía un valor superior al del salario mínimo y que en el plazo de un año el
producto había incrementado su precio en un 400%. Para los 90’s el salario mínimo le alcanzaba
a un trabajador para comprar 0,5 kg del producto. En otras palabras, las selvas se han destruido
desde hace décadas y desde hace décadas también el discurso político que justificaba la
destrucción normal carece de validez científica, social y práctica.
Es muy común la idea de que “el hombre tiende a destruir las selvas para subsistir” Se
trata de una generalización sin fundamentos porque existen evidencias botánicas e históricas
que muestran que las selvas se desarrollaron a la par de las grandes culturas. En México, al
menos las ruinas mayas, olmecas, huastecas y totonacas dan un ejemplo de tal coexistencia,
a pesar de haber alcanzado poblaciones tan elevadas como 25 millones de habitantes en 1519
en toda el área mesoamericana (Cook y Simpson, 1948). Este tamaño de población en el
México contemporáneo se alcanzó en el año de 1950. Así las cosas, los mayas del Petén
guatemalteco parecían efectuar cierto manejo de las selvas con el conocido sistema agrícola
roza-tumba-quema, ellos obtenían materiales para la construcción, alimentos y materias primas,
y posteriormente promovieron el alto crecimiento con algunos árboles de zapote (Manilkara
zapota) o ramón (Brosimum alicastrum), útiles también para la producción de alimentos (Lundell,
citado por Morley, 1972; Sanders, 1973; Barrera et al., 1978; Chargoy y Loustaunau-Vidrio,
1994a y b).
Las selvas quintanarroenses en México parecen ser de las últimas del país en cuanto a
extensión y continuidad. No obstante, el área que cubren está dentro de la llamada “frontera
agrícola” a desarrollar por el estado mexicano. Este desarrollo con frecuencia se da mediante
la colonización con gente que proviene de otras regiones del país, con desiguales niveles
económicos y culturales y, por lo general, ignorantes de los recursos disponibles en la zona
tropical (Gómez et al., 1976). De concretarse los planes puede ser que las selvas de Quintana
Roo corran suerte similar a la que han corrido y corren las de Tabasco, Veracruz, Oaxaca y
Chiapas, derivadas en favor de ecosistemas artificiales, supuestamente, más productivos a
los intereses nacionales. El mismo discurso ecologista gubernamental parece proveer tal
destrucción y como medida atenuante contempla sólo a las restrictivas o reservas naturales;
prohibiciones de uso de los mismos recursos naturales selváticos y la creación de áreas
intocables para el hombre. Sin embargo, los sugeridos antecedentes precolombinos de la región,
pareciera que alternativas no destructivas pudieran rescatarse para ser puestas en práctica en
el futuro cercano.

1
Periódico “Uno más Uno” del 18 de febrero de 1988. Mexico D.F.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 133

Propuesta metodológica
El manejo agroecológico de las selvas opta por la producción de satisfactores (alimentos,
materias primas para la transformación, bienes culturales, etc.) con la condición de que deben
darse junto con la conservación de los recursos con principios ecológicos de “diversidad”,
“estabilidad” y “eficiencia energética”, entre otros (Chargoy y Loustaunau, 1997).
Para llegar al “policultivo integral” se requiere una zonificación del terreno, ya sea por un
recorrido de campo o por fotografía aérea, a fin de distinguir diferentes tipos de suelo y, sobre la
base de esto, determinar su manejo permanente o semipermanente en áreas sujetas a la
“sucesión ecológica dirigida” (Chargoy y Loustaunau, 1990). En lo que era el rancho “San Judas
Tadeo” y actual Campo Ecotecnológico para la Conservación y Uso de la Selva (CECUSE) de
Quintana Roo, México, se han distinguido los siguientes sistemas; área de asentamientos
humanos, laguna de San Conejo, cerca de 15 hectáreas de “tintal” (suelos inundables)
correspondientes a los llamados akalché o “bajo”, -suelos negros, tipo rendzina, pesados y
equivalentes a los vertisoles de otras regiones- y selva mediana subperennifolia en distintas
etapas sucesionales asentada en suelos de kankab (rojizos, tipo rendzina con afloramientos
frecuentes de material madre). Cada sistema demanda una estrategia agroecológica diferente
tal y como se resume en el Cuadro 1.

Cuadro 1. Esquema de uso policultural a desarrollarse en el CECUSE; área de selva en el sur de Quintana Roo,
México.
Sistema Estrategia agroecológica Productos
Selva Sucesión ecológica dirigida Frutas, materiales de construcción, leña,
medicamentos, ornatos, carne, pieles,
plumas, materias primas, etc.

Laguna Chinampas, Piscicultura, Crococultura, Cereales, flores, pieles, huevos, plumas,


Anaticultura, Ranicultura carnes, etc.

Tintal Agricultura de cereales mecanizada, Alimentos, maderas, etc.


Piscicultura de temporal, Forestería,
Forrajes en franjas

Urbano Ganadería de solar, Estabulación, Área de Alimentos, Materias primas,


micro industrialización, Casas Industrializados, etc.
Ecotecnológicas, Fungicultura

Ecología análoga
Hart (1980) indicó que en las zonas templadas los sistemas de cultivo suelen ser simples y
basados en una sola especie de cultivo; en tanto que para las zonas tropicales los sistemas de
cultivo suelen ser complejos y en arreglos cronológicos de muchas especies. Por ello, la
información de una sola especie puede tener muy poco valor.
El diseño de sistemas de cultivo, según Hart (1980), requiere la generación y la prueba de
sistemas potencialmente viables. Para determinar tal viabilidad hay tres fuentes de información;
1) los sistemas de cultivo actualmente conducidos por los agricultores; 2) la información
agronómica acerca de los requerimientos ambientales de especies y variedades potencialmente
componentes del sistema complejo; y 3) los ecosistemas naturales.
Hart (1980) mencionó que “los ecosistemas naturales pueden ser explotados como fuentes
de información para la aplicación selectiva de principios ecológicos derivados hacia el diseño
de sistemas de cultivo”. El uso del conocimiento de ecosistemas naturales son como un modelo
para el diseño de sistemas de cultivo, y se basa en la aseveración de que hay una relación
análoga entre ambos. Tanto ecosistemas como agroecosistemas tienen, jerárquicamente, iguales
subsistemas; plantas, animales y microorganismos, y tales estructuras funcionan análogamente
134 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

en ambos casos. Así “los ecosistemas en los cuales los cultivos, los animales domésticos y el
hombre son las poblaciones dominantes pueden ser definidos como agroecosistemas”.
Odum (1972) distingue en los ecosistemas seis componentes estructurales; régimen
climático, substancias inorgánicas, substancias orgánicas libres, productores, consumidores
y degradadores. Posteriormente distingue seis aspectos funcionales que vinculan esa estructura;
cadenas alimenticias, circulación de nutrimentos, flujo de energía, desarrollo y evolución,
diversidad y homeostasis. Para el caso de las regiones tropicales, dos aspectos parecen resaltar
la diversidad y el desarrollo (o sucesión ecológica); la diversidad es más alta que en las zonas
templadas y el dinamismo de los procesos también es mayor; es decir, una sucesión ecológica
particular. Basándose en el concepto de la sucesión ecológica, Odum (1972), sugiere el diseño
de un sistema de cultivo para los ambientes forestales tropicales.

Sucesión ecológica
Clements (citado por Tecpa y Barrera, 1992) entendía a la sucesión como un proceso de
desarrollo de la comunidad (formación vegetal), desde una etapa de nudación (o remoción de
la vegetación por algún disturbio), seguida de una migración (arribo al sitio denudado por
organismos potencialmente colonizadores), una eceis (colonización), competencia, reacción
(la alteración del sitio por los organismos colonizadores) y la estabilización (obtención de un
estado final del desarrollo). Clements también sostenía que las plantas pioneras crean
modificaciones en el ambiente, hecho que permite la llegada de nuevas especies que, al final,
desplazarán a las pioneras; esta acción es conocida como facilitación.
Tecpa y Barrera (1992) argumentan que el enfoque Clementsiano de la sucesión tiene
tres presunciones fundamentales; 1) hay una tendencia hacia una comunidad propia del sitio
donde se desarrolla (comunidad clímax), 2) manifiesta una dirección lineal y predecible y 3) la
facilitación es un fenómeno propio de este proceso.
Este enfoque, sin embargo, parece contraponerse al individualista que propuso H.A.
Gleason (citado por Tecpa y Barrera, 1992), en donde dice que la vegetación de un área es el
resultado de la interacción entre la inmigración fortuita de las plantas y la selección diferencial
del ambiente, el cual puede variar en tiempo y espacio. Por tanto, no es frecuente a priori,
poder predecir el futuro de las comunidades ni establecer la composición y estructura de una
comunidad de un sitio determinado.
No es el ánimo de este trabajo discurrir en las profundidades teóricas de esta posible
controversia. Es posible que ni la controversia exista; el enfoque de Clements parece referir
una perspectiva fisonómica irrefutable, una secuencia de herbáceas, arbustivas y arbóreas en
tanto que Gleason entra al aspecto específico y por lo tanto, según sus argumentos, difícilmente
predecible en condiciones naturales. Su aportación sólo tendría un pequeño inconveniente;
“inmigración fortuita”, pero como en términos ecológicos se señala que “en la naturaleza nada
parece darse al azar”.
Odum (1972) define la sucesión ecológica natural en función de tres parámetros; 1) es un
proceso ordenado de desarrollo de la comunidad biótica que comprende cambios en la estructura
y en los procesos a su interior, se vincula al tiempo, es razonablemente orientada y predecible;
2) resulta de la modificación del medio físico por la comunidad; y 3) culmina en un ecosistema
estabilizado (Whittaker, 1975).
El proceso de la sucesión ecológica (SED) dirigida recuerda a la roza-tumba-quema de
las culturas autóctonas mesoamericanas. La Figura 1 muestra el desempeño propuesto para
la SED. A continuación se detalla la propuesta:
1) Cada lote es ocupado en el tiempo por tres etapas serales: herbácea, arbustiva y arbórea.
Cada etapa tiene componentes vegetales y animales.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 135

Figura 1. Modelo a modo de reloj mecánico que muestra el proceso de Sucesión Ecológica Dirigida (SED). Los
números identifican los lotes en los que se divide el sitio donde se aplica el sistema y marca la
secuencia de substituciones para las tres etapas principales: herbácea (h), arbustiva (a) y arbórea (A).
Cada etapa implica el manejo de especies silvestres y domésticas, animales y vegetales, tal y como
se describe en los Cuadros 3 y 4.

2) La etapa herbácea (h, Figura 1) refiere a las plantas que producen los alimentos básicos:
cereales, leguminosas, hortalizas y algunas frutas de ciclo anual, incluso forrajeras. La
superficie dedicada a la etapa herbácea considera el tiempo necesario para recuperar la
vegetación clímax. Por ejemplo se disponen de 50 lotes o parcelas (cercanas a las 20
hectáreas cada una) se da el tiempo necesario para regresar a la vegetación clímax.
3) Cada especie a cultivarse estará sujeta a ensayos en cuanto a diversos factores de manejo
agronómico como pueden ser; a) condición genética; b) arreglo topológico; c) fuentes de
fertilización; d) control de agentes biológicos adversos; y e) manejo del clima y el suelo.
4) El componente animal en la etapa herbácea involucra a vacunos y bovinos domésticos.
Los primeros deberán estar bajo confinamiento y como consumidores de esquilmos
agrícolas de su propia etapa serial, en tanto que los segundos entrarán a las área de
reciente cosecha con el fin de aprovechar las arvenses que ahí se desarrollan.
136 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

5) La producción de cereales servirá para complementar la alimentación de gallinas y cerdos,


animales domésticos que no necesariamente se desarrollan en áreas desmontadas. Las
primeras se ubican en los alrededores de las áreas habitadas, los segundos consiguen su
alimento en el área selvática y por las mañanas y tardes se les proporciona algo de maíz
en los confinamientos.
6) La producción de hortalizas de especies introducidas (jitomate, chile, cebolla, etc.) se
puede desarrollar en forma intensiva bajo sistemas hidropónicos fertilizados con efluentes
de digestores anaeróbicos instalados para tratar el excremento de animales en
confinamiento.
7) La fase arbustiva se inicia después del paso de los borregos, con la siembra de frutales,
forrajeras y para condimento tal y como se refiere en el Cuadro 2. Algunas especies toleran
las asociación de gramíneas. Los excedentes de frutas que sean comercializados en
fresco o tras alguna industrialización, se aprovechan como alimento de cerdos y vacunos.

Cuadro 2. Relación de especies vegetales sujetas a manejo o ensayo en el CECUSE,


predio de la Universidad Autónoma Chapingo en el sur de Quintana Roo, según
la etapa que pueden ocupar en la Sucesión Ecológica Dirigida.
Especie Etapa Estado actual
Maíz Herbácea Cultivada
Fríjol Herbácea Cultivada
Calabaza Herbácea Cultivada
Chile Herbácea Cultivada
Cacahuate Herbácea Cultivada
Jitomate Herbácea Cultivada
Jamaica Herbácea Cultivada
Jitomate Herbácea Pendiente
Caña Herbácea Ensayos
Yuca Arbustiva Cultivada
Achiote Arbustiva Ensayos
Chaya Arbustiva Cultivada
Piña Arbustiva Cultivada
Plátano Arbustiva Cultivada
Papaya Arbustiva Cultivada
Naranja Arbustiva Cultivada
Limón Arbustiva Cultivada
Café Arbustiva Cultivada
Canela Arbustiva Pendiente
Anona Arbórea Cultivada
Hule Arbórea Ensayos
Tamarindo Arbórea Cultivada
Cocotero Arbórea Cultivada
Ciricote Arbórea Silvestre
Guayacán Arbórea Silvestre
Caoba Arbórea Cultivada y silvestre
Cedro Arbórea Cultivada
Chicozapote Arbórea Cultivada y silvestre
Mango Arbórea Ensayos
Mamey Arbórea Pendiente
Caimito Arbórea Inducida

8) El componente animal de la etapa considera a los cerdos en pastoreo a animales silvestres


en vías de domesticación, particularmente venado cola blanca (Odocoileus virginianus) y
jabalí de collar (Tayassu tajacu), los que, con algunos acondicionamientos especiales
deberán aprovechar la vegetación secundaria o “acahuales” o también llamados como
“huamiles” que se desarrollan en donde hubo pastizales localmente. También estarán
bajo aprovechamiento y estudio las aves silvestres que se encuentran en la fase, como
las chachalacas (Ortalis vetula), palomas (Columbidae) y Pscitacidae (pericos y cotorras),
Cuadro 3.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 137

Cuadro 3. Relación de algunas especies animales sujetas a manejo y ensayo dentro del esquema de Sucesión
Ecológica Dirigida aplicada en el CECUSE de la Universidad Autónoma Chapingo.
Especie Etapa Ubicación
Gallinas Herbácea Asentamientos humanos
Vacunos Herbácea Establo-digestor
Borregos Herbácea Arvenses
Venados Arbustiva Huamiles
Pecarí Arbórea Huamiles y selva
Cerdos Arbórea Libre pastoreo en el día; confinamiento nocturno s/digestor
Chachalacas Arbórea Huamiles y selva
Pericos Arbórea Huamiles y selva
Monos Arbórea Libres en la selva
Jaguar Arbórea Libres en la selva
Tapir Libres en la selva Libre en selva y tintal
Abejas Todas Apiarios control

9) Tras las siembras y producción de los arbustos se inicia la siembra de árboles frutales
perennes (como mangos, zapotes y ramones), junto con especies maderables, forrajeras
y productoras de resinas.
10) Este proceso de siembra de árboles se efectuará también en áreas actualmente ocupadas
por selva perturbada. Constituirá un proceso de enriquecimiento.
11) La fase arbórea significará aprovechamiento de maderas, leñas, resinas y frutos, además
de permitir el desarrollo de la floricultura epifítica. También será posible la obtención de
alimentos y forrajes que apoyen el manejo de cerdos y vacunos (como es el caso del
ramón Brosimum alicastrum), Cuadro 3.
12) El aprovechamiento de especies faunísticas silvestres corresponderá principalmente a la
etapa arbórea. Requiere de inventario previo.
13) El derribo de árboles (lo que dará paso nuevamente a la fase herbácea) puede hacerse
selectivo con los de alto valor comercial, no tocándolos hasta que alcancen la talla
comercialmente aceptable.

Restricciones y avances

Ámbito académico
Probablemente es el sector que mayor oposición ha presentado. Es fácil entender por qué en
las escuelas y universidades agronómicas lo que se enseña cae en el ámbito de los
monocultivos, y en el caso de la producción animal (sector pecuario) la explotación se
circunscriben tan sólo a las especies introducidas o no nativas como cerdos, ovejas, cabras y
vacunos (Chargoy, 1977). Por otro lado, en las escuelas de biología el aspecto uso de los
recursos es soslayado, y el conocimiento se orienta hacia la taxonomía, la morfología y, en su
relación con el hombre, con la idea de áreas protegidas, vedas, etc. Entonces, propuestas
como la que se sustenta aquí, enfrentan todo tipo de reticencias, dudas, antagonismos o
descalificaciones, lo mismo al interior que al exterior de la institución académica que en principio
ampara el trabajo. La resistencia se traduce en aspectos prácticos logísticos cuando se busca
financiamiento; los organismos de apoyo (fundaciones, consejos, asociaciones civiles, etc.)
se basan en la decisión de grupos de expertos, con formación agronómica o biológica que
consideran imposible el uso de los recursos naturales para fines agrícolas.
Así entonces, un avance importante es el hecho de que esta propuesta se haya reconocido
como viable hacia el interior de la Universidad Autónoma Chapingo; con ciertos apoyos desde
1993. Lo que antes había sido un rancho ganadero convencional, se transformó en el Campo
Ecotecnológico para la Conservación y Uso de la Selva. Académicamente, sobre esta iniciativa
se pretende apoya las nuevas carreras de Ingeniero en Agroecología (instituida en 1990) y la
138 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

de Ingeniero en Planeación, Manejo y Uso de Recursos Naturales (1994) y con algunos vínculos
también a la maestría en Agroforestería (1996). En cierta medida también auxilia a otras
derivaciones convencionales de la agronomía; por ejemplo, el Departamento de Fitotecnia se
dicta un curso a cerca de 40 estudiantes por año en las perspectivas de la propuesta dentro del
curso de Agricultura de zonas cálido-húmedas. Otro hecho relevante hacia el interior de la
Universidad fue la creación de los Programas Nacionales de Investigación en 1993-94. Esta
propuesta ha recibido un fuerte respaldo (en términos relativos) por parte del programa de
Recursos Naturales y Ecología.

Ámbito legal
En parte como una consecuencia de la estrechez de conceptos académicos de lo que es y
significan agronomía y ecología (con una frecuencia insospechadamente alta, se confunde
con ambiente natural y con ecologismo) la propuesta aquí descrita se ubica en el límite de la
ilegalidad por las siguientes razones:
a) Usar la selva, sus recursos de flora o fauna es sancionado por la Ley General del
Equilibrio Ecológico, ordenamiento en el que impera el sentido ecologista y no el ecológico. El
pretendido uso, obliga a trámites impresionantes, con frecuencia caros y las más de las veces
inútiles.
b) También, si para esta propuesta se buscara el apoyo de la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), se vería que no hay rama
alguna en la ley respectiva que la contemple siquiera como posible. Esta Secretaría, basada en
su ley, promueve especies y sistemas de manejo introducidas y exóticos a la mayoría de los
ecosistemas naturales del país, con las consecuencias desastrosas referidas en el inicio de
este escrito, recuérdese la existencia de una Comisión Nacional de Desmontes. Además, el
actual Procampo no apoya siquiera a los cultivos asociados de plantas anuales (p.e. maíz-
frijol).
c) Hay una tercera Ley y la Secretaría correspondiente que inciden en este tipo de
propuestas es la Reforma Agraria: ¿Cómo declarar el uso del predio? ¿agrícola?, ¿pecuario?,
¿forestal? ¿cómo afecta esa clasificación al tamaño del predio?. Si la tierra está cubierta por
bosque (o selva), ¿será considerada “tierra ociosa” por el funcionario?
d) Quizá la interrogante principal ¿quién es el dueño de los recursos naturales?. Dentro de
las leyes, hasta ahora se ha invocado a una figura impresionante la Nación. El poder de las
palabras no hace imaginar que ello es justo y benéfico para todos; sin embargo, en los hechos
la personalidad de la Nación la ha asumido el Gobierno, figura que otorga a quien pueda cumplir
sus ordenamientos y requisitos (por lo general no los campesinos -mestizos o indígenas-) la
facultad de aprovechar tales recursos. En otras palabras, los propietarios de la tierra (ricos o
pobres, mestizos, blancos o indígenas) no son propietarios de flora ni fauna, a pesar de ser
miembros de la Nación-gobierno-país.

Ámbito regional-rural
A la fecha, 23 ejidos de los Municipios de Carrillo Puerto y Othón P. Blanco de Quintana Roo,
México, se interesan por el esquema completo de manejo. Aparte, en el ámbito local ciertos
grupos específicos están interesados por algunos de los subproyectos como la cría de fauna
silvestre, agroindustria ecotecnológica, entre otros. Al parecer la receptividad es mucho mayor
en este ámbito, por razones simples; se trata de un esquema de manejo que está presente en
la memoria histórica de los pueblos, donde se trata tan sólo de ordenar los conocimientos y las
prácticas existentes entre la propia gente, y no hay cosas desconocidas.
Hay una condición restrictiva; el esquema no funciona en superficies minifundistas. La
tendencia al minifundio parece que se puede revertir invitando a la gente a ser accionistas de
una empresa silvoagropecuaria, misma que garantizará el uso total de los predios, integra el
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 139

aprovechamiento de los recursos, es rentable por los valores actuales y potenciales de los
recursos, socialmente viable porque generará empleos para los propios ejidatarios-accionistas
y para sus descendientes. Evidentemente hay mucho trabajo pendiente en este aspecto.

Avances físicos
Hasta 1989, de las 1,000 hectáreas originales, 300 ha ya se habían transformado en pastos
introducidos. Su productividad, como en casi todos los suelos conocidos como kankab (en la
nomenclatura maya) apenas permitían sostener media unidad animal por hectárea. Eso se
tradujo en rendimientos económicos negativos y el consecuente abandono de la actividad.
Dado el nuevo modelo de uso, esas 300 hectáreas están incorporadas, en su mayoría, a
un proceso de sucesión ecológica no controlada. Los huamiles resultantes son el gran parte de
la fauna original, de la rara o en extinción en el resto del país. Ese es un recurso que requiere
aprovecharse porque de hecho, se convierten en plagas severas en el área de cultivos anuales;
por ejemplo, bandadas de hasta 50 tejones, cientos de pericos y cotorras, y jabalíes por decenas
destrozan los cultivos. La cacería es, como se contempla en el esquema de trabajo, un
componente imprescindible. El detallar el avance en cada actividad merece trabajo aparte. Por
lo pronto, se menciona que se avanza en la medida de la disponibilidad financiera.

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MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 141

Effects of a regional drought on local management of seed stocks of maize,


beans, and squash in central Yucatan state, Mexico: Preliminary findings

John Tuxill

Joint Program in Economic Botany, Yale School of Forestry and the New York Botanical Garden,
205 Prospect Street, New Haven, CT 06520 USA (john.tuxill@yale.edu).

Resumen
Efecto de una sequía regional sobre el manejo local de las reservas de semillas de
maíz, frijol y calabaza en el centro del estado de Yucatán, México: Resultados
preliminares. Este trabajo examinó los efectos de una sequía regional sobre el manejo local
de las semillas de maíz, frijol y calabaza cultivadas en las milpas de Yaxcabá, Yucatán, México.
La mayoría de agricultores entrevistados manifestaron que tuvieron una reducción en su cosecha
de sus principales cultivos y en algunos casos una pérdida total. Los factores principales que
afectaron la calidad y cantidad de la cosecha de maíz fueron la fecha de siembra y la localización
geográfica del terreno de cultivo, reflejando de alguna manera una variabilidad temporal y espacial
de las precipitaciones de mayo a octubre de 2001. El éxito de la cosecha de frijol y calabaza
se correlacionó, principalmente, con el tipo de variedad sembrada: en frijol estuvo ligada a la
respuesta diferencial a la seguía y en el caso de la calabaza a las diferencias en precocidad.
A pesar de que la mayor precipitación fue en un periodo corto, muchos agricultores guardaron
semilla para volver a sembrar, particularmente de maíz y calabaza (85-90% de los casos). La
relativa baja pérdida de la sequía, ocasiona consecuencias significativas para la conservación
de la agrodiversidad in situ en Yucatán y varía en función de como los agricultores escogen la
semilla de sus materiales para el siguiente ciclo agrícola.

Palabras clave: Sequía, manejo integrado, zona de maíz, recursos genéticos de la milpa,
manejo de semillas, Yucatán.

Introduction
Both in Mexico and worldwide, rural communities that practice rainfed agriculture under complex
environmental conditions maintain many unique crop varieties, making an outsized contribution
to the conservation of crop genetic diversity (Brush 1992, Friis-Hansen 1999). Over the past
decade, researchers have learned a great deal about how informal seed systems function in
farming communities, and how seed flows help shape patterns of crop genetic diversity (e.g.
Bellon and Brush 1994, Sperlinget al.,1996, Louette and Smale 1998). To date, however, most
seed flow research has not considered in depth how fluctuations in environmental conditions
are likely to influence seed flows, and how the challenges of growing rainfed crops in an
unpredictable climate shape farmers’ management of seed stocks.
This study examines the implications of a regional drought for seed stock management by
Yucatec Maya smallholder farmers in central Yucatan state, Mexico. As has been the case for
thousands of years, the agricultural mainstay of central Yucatan is the cultivation of maize (Zea
mays), beans (Phaseolus spp.), and squash (Cucurbita spp.) in milpas —plots of multicrops
and varying degrees of permanency that are cleared and burned from secondary forest vegetation.
Yucatecan maize farmers confront a high degree of variability in climatic conditions, soils, and
vegetation— variability that can be both beneficial and hazardous. Annual plantings are centered
on a single season of rainfall that normally begins in mid-May, peaks in September, and gradually
tapers off into November. The majority of the rain during the planting season comes in the form
of convection-generated thunderstorms that are highly unpredictable in space and time.
142 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

During the 2001 agricultural cycle, central Yucatan experienced exceptionally sparse and
erratic rainfall, the magnitude of which, according to local residents, had not been experienced
for several decades. By August 2001, it was clear to local farmers that the lack of timely rainfall
was having a major impact on agricultural yields, above all else on the maize harvest. It was in
this context that a research project was undertaken in Yucatan from September 2001 to May
2002 with the objectives of 1) documenting the effects of the regional drought on milpa production,
2) quantifying its impacts on seed flows and farmer management of seed stocks, and 3) assessing
the ramifications of the findings for the in situ conservation of crop diversity.

Methods
The study was located in the community of Yaxcaba, one of the most important municipal
seats of central Yucatan, with approximately 2,300 residents (INEGI 1995). Milpa agriculture
remains a ubiquitous economic activity in Yaxcaba, although it is distinguished more for meeting
household consumption needs than for generation of cash income. Over 550 heads-of-
household cultivate milpas in Yaxcaba, with 447 of these cultivators being ejidatarios means
farmers with cultivation plots.
There is currently no weather monitoring station in Yaxcaba, so data on rainfall amounts
for 2001 were obtained from the National Water Commission (CNA) for the stations closest to
Yaxcaba, in Sotuta (22 km. to the west) and Valladolid (80 km. to the east). These data were
compared with annual rainfall averages for the two stations and with historical records from
Yaxcaba, where the CNA collected data until 1990.
Farm-level data was gathered principally through semi-structured interviews with
approximately 10% of the heads-of-household who make milpa in Yaxcaba (n = 65 interviews).
While most of the respondents were male, one woman (widowed) was interviewed. The
interviews were conducted in both Spanish and Yucatec Maya, in accordance with the language
preference of each individual farmer. Farmers were queried as to the size of each milpa planted,
the soils found there, the duration of cultivation at the site, crop varieties planted, dates of
planting, and crop yields—the latter expressed both using a qualitative scale and with quantitative
estimates. Farmers were also asked to locate their milpas on a map of Yaxcaba’s ejido (the
communally owned land base used for maize farming). Statistical analysis of these data was
accomplished using SAS packages. To verify and complement the information obtained in
interviews, field visits were made to the milpas of a subset of 23 farmers interviewed.
To analyze information on seed flows, the concept of seed lots was used (following Louette
et al., 1997) where a seed lot is an identifiable variety managed as a single unit by one farmer
during a single population generation (i.e. one cropping cycle). Each farmer interviewed was
asked if he/she had lost seed lots (semilla) during the 2001 harvest cycle, and if so, what were
the precise circumstances that led to that loss.

Results and discussion


Rainfall during the May to October growing season of 2001 was only slightly below normal in
Sotuta, but in Valladolid was about 15% less than the historical average and not far above the
lowest growing-season rainfall total ever recorded there, 742 mm in 1970 (Table1). A month by
month breakdown reveals that in both Sotuta and Valladolid rainfall during the months of June
and July was well below normal, and this pattern continued in Valladolid through September
(dryer than normal months are in bold). These regional patterns are basically consistent with
what farmers experienced in Yaxcaba: farmers in the north and west (in the direction of Sotuta)
received more timely and reliable rains over the course of the season, while those in the east
and south of the ejido, closer to the epicenter of the drought, received erratic, patchy rainfall at
best for most of the summer.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 143

Table 1. Precipitation (mm) in maize-grown zone, Yucatan.


Season and time May Jun July Agu. Sep. Oct Total precip
May-Oct.
Sotuta, 2001 121 84 150 218 251 116 940
Sotuta - Historical averagea 92 169 175 164 232 128 960
Valladolid, 2001 152 55 116 141 126 175 765
Valladolid - Historical average a 99 154 144 170 204 129 900
Yaxcaba - Historical average a, b 93 163 187 197 236 120 996
Source: Comision Nacional de Aguas.
a
Sotuta average correspont from 1960 to 1998, Valladolid of 1961-1998, and Yaxcaba of 1963-1987.
b
In 1990, Yaxcaba meteorological station over for data recording.

The farmers interviewed reported planting 151 individual milpas, an average of 2.25 milpas
per farmer, covering a total of 220.6 hectares, or 3.29 ha per farmer. The yields and harvest
categorizations reported suggest that the drought produced at least a 50 % decline in maize
yields for 2001 compared with 2000, which Yaxcaba farmers universally view as a good harvest
year. This estimate corresponds with production declines reported at the state level by Secretaría
de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Pesca (SAGARPA)1 Of the farmers interviewed,
54% had their maize crop fail in at least one milpa, while 29% lost their entire maize crop. Yield
estimates for beans and squash are harder to evaluate due to greater variability in area planted
and amounts harvested, but the totals reported by farmers suggest harvest declines even more
pronounced than those for maize, with over half of all farmers reporting crop failures for beans
and for squash.
Correlation analysis indicates that planting date and the geographical location of the milpa
are the factors that most significantly influenced harvest success in the case of maize (Table
2). Generally speaking, milpas that were planted on a delayed schedule, in late June, July, and
August, had a better chance of success than those planted in May or early June (Figure 1).
This pattern reveals that one of farmers’ principal strategies for coping with drought conditions,
simply delaying when they plant their milpas, in this case produced good results for a number of
farmers. In addition, milpas that were planted in the northwest sector of the ejido generally
yielded better than those in the east and south, a trend which can be seen emerging in a
preliminary map of 76 milpas (Figure 2). These patterns appear to reflect primarily when and
where the summer rains fell, and thus demonstrate the extreme spatial and temporal variability
inherent in rainfed maize farming in Yucatán.

Figure 1. Harvest in relation with sown month, Yaxcaba 2001.

1
Newspaper. Diario de Yucatán, February 11th, 2002
144 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figure 2. Location of 76 milpas within the ejido of Yaxcaba. Horizontal lines squares, normal maize harvest;
black points squares, 50% maize harvest; and vertical lines squares, minimal (<15%) maize harvest.

On a sample-wide basis, the soil type, size, and time under cultivation of the milpa did not
correlate with the quality the harvest (Table 2). However, farmers’ observations suggest that
within individual milpas, when the effects of planting date and geographic locale were controlled
for, the type of soil present did have an effect, with lower-lying areas of milpas with deeper soils
(known as “kankabales”) producing better yields than the shallow, extremely stony soils found
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 145

on small hillocks (known as “altillos”). The type of maize variety planted likewise did not correlate
with harvest success, although a slightly higher percent harvest decline was estimated for the
short-cycle maize races xmejen-nal and nal-t’el (55.5%) than for the long-cycle races xnuk-nal
and ts’íit-bakal (51.1%).

Tabla 2. Pearson correlation (r) results: Factors related to quality of maize harvest
Farmer Type of Size of Location Type of Variety Planting
Quality milpa milpa of milpa soil planted date
of r 0.1510 0.0539 -0.0322 0.2243 0.1202 -0.0861 0.4288
maize
harvest Pr > l t l 0.0563 0.5226 0.7208 0.0034 0.1526 0.3064 <0.0001

For both beans and squash, planting date and geographic locale were not strongly correlated
with harvest (Tables 3 and 4). This could be for a variety of factors, most of which are related
to the status of beans and squash as associated crops, rather than principal ones. For instance,
beans and squash mature on different cycles from maize, generally later in the summer and fall,
and thus may be subject to different patterns of wet and dry spells. Beans and squash are also
planted at lower densities and in smaller areas, and may be disproportionately affected by pests
and disease, confounding the effects of location and planting time. Many farmers also target
their bean and squash plantings for specific microsites that may provide some buffering against
climatic cycles.

Table 3. Pearson correlation (r) results: Factors related to quality of bean harvest
Farmer Type of Size of Location Type of Variety Planting
Quality milpa milpa of milpa soil planted date
of bean r -0.0983 0.0395 0.0556 -0.1362 0.1509 0.2648 0.0963
harvest Pr > l t l 0.2477 0.6435 0.5140 0.1087 0.0751 0.0016 0.2576

Table 4. Pearson correlation (r) results: Factors related to quality of squash harvest
Farmer Type of Size of Location Type of Variety Planting
Quality milpa milpa of milpa soil planted date
of squash r 0.0291 -0.0692 0.0449 -0.0052 -0.1205 -0.2213 -0.0811
harvest Pr > l t l 0.7418 0.4320 0.6105 0.9534 0.1703 0.0111 0.3571

In the case of beans and squash, the quality of harvest was correlated by variety. For
beans, the plantings that generally fared the worst were of P. vulgaris, while P. lunatus plantings
produced somewhat better harvests, and Vigna plantings generally fared the best (Table 5).
These tendencies support the results of Cob (2001), who found significantly greater drought
susceptibility in P. vulgaris than in P. lunatus in evaluation trials in Yaxcaba, as well as the direct
observations of Yaxcaba farmers who comment that Vigna is very drought- resistant.

Table 5. Bean harvest by species


Phaseolus Phaseolus Vigna
Estimator vulgaris lunatus unguiculata
(var. xkolibu’ul) (var. ib) (var- xpelón)
% of milpas yielding minimal harvest 89.4 73.3 28.6
% of milpas yielding surplus harvest 10.6 26.7 71.4
for sale or consumption
146 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

For squash, C. moschata var. ‘xnuk k’úum’ was the most reliable in terms of harvest,
followed by C. moschata var. ‘xmejen k’úum’ and then C. argyrosperma (Table 6). In this case,
harvest quality appears linked to maturation times. In evaluation trials, Canul (2001) found
significant differences between the time to fruiting of each variety. C. argyrosperma is the most
precocious and is typically planted very early by farmers, which means its development may
have suffered most from the drought conditions that persisted into June and July. By contrast,
C. moschata var. ‘xnuk-k’úum is the last squash to mature, in late summer to early fall, which
may have enabled it to benefit more from the late-arriving rains.

Table 6. Squash harvest by species and variety.


Cucurbita Cucurbita Cucurbita
Condition
moschata moschata argyrosperma
(var. ‘xnuk k’úum’) (var. ‘xmejen k’úum’) (var. ‘xtop’)
% of milpas yielding minimal harvest 67.1 76.9 87.2
% of milpas yielding surplus harvest 32.9 23.1 14.7
for sale or consumption

Despite the generally poor harvest, farmers reported that they were able to secure planting
stocks of most of their crops on-farm (Table 7). Of 163 maize seed lots planted by farmers,
only about 10% were lost—in other words, the majority of farmers were able to harvest enough
ears of sufficient quality to meet their maize seed needs for the coming cycle. For squash, the
proportion of seed stocks lost was only slightly higher that of maize, at 15%. For beans, however,
fully one-quarter of the stocks were lost. Seed losses were distributed relatively broadly amongst
farmers, with just over 50% of farmers reporting the loss of at least one seed lot.

Table 7. Seed lot losses in Yaxcaba, Yucatan, 2001.


Crop Seed lots Number of lots lost % of lots lost
Maize 169 16 9.5
Beans 141 39 27.7
Squash 105 16 15.4
Total 414 71 17.2

The higher rate of loss among bean lots appears to reflect, at least in part, the fact that
beans are a less reliable crop in general in Yucatán, as evidenced by the fact that local farmers
rely more on off-farm sources of bean seed, in both good years and bad, than they do for maize
and squash (Gomez-Lopez et al., 2001). The possible reasons for this off-farm reliance involve
greater pest and disease problems both during cultivation and during post-harvest storage, the
labor demands of harvesting beans, and susceptibility of bean plants to herbicides used for
weed control in the milpa. Regional studies in Latin America found similarly that 35% of farmers
relied on off-farm sources (commercial purchase or exchange with neighbors) for their bean
seed (Janssen et al., 1995).
Overall, the relatively low frequency of loss of seed lots gives support to the idea that even
under adverse environmental conditions small-scale farmers are able to retain most of their
seed supply on-farm, at least during the relatively short time span from one cropping season to
another. Most of the farmers with very poor harvests indicated that they gave priority to setting
aside their own seed stocks, particularly in the case of maize, and then purchasing grain for
home consumption in place of consuming all of their harvest. One reason that farmers were
able to do this was because of the ready availability of milpa products, above all of maize.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 147

Those Yaxcaba residents who achieved a more or less normal harvest had excess maize to
sell locally from their homes. In addition, Yaxcaba also has two government cooperative stores
(known as DICONSA) that sell maize at a subsidized rate. Beans and squash seed were also
readily available for purchase in town shops.
Nevertheless, it would be premature to conclude that the drought had only minimal
implications for local seed flows and the conservation of crop diversity. Harvests of many seed
lots were minimal—a handful of squash fruits, 2 or 3 kilograms of beans, or a small sack of
maize ears. It is not yet clear whether farmers will choose to plant these small lots as is in an
attempt to rescue the seed; whether they will choose to supplement the quantities they obtained
on-farm with different lots (i.e. seed of the same variety obtained externally); or whether they
will decide to consume the seed and switch to a different lot. These decisions, which farmers
are making during the 2002 planting season, are what will determine the ultimate effects of the
drought on local seed flow.
For certain crop varieties that are already difficult to encounter, adverse events like a
drought may have the effect of amplifying ongoing processes of decline. One crop genetic
resource that is quite rare in central Yucatan is an ancestral maize race known as nal-t’el, or
“rooster maize”. As its name reflects, nal-t’el is the most precocious maize grown in Yucatan,
maturing in around seven weeks from planting. Only five farmers in Yaxcaba and surrounding
towns were known to have nal-t’el seed for planting at the start of the 2001 growing season. By
year’s end, only one of the five had achieved a regular harvest; three had lost their seed
entirely, and one had a total harvest of just three years. The drought was not the only reason
farmers reported for having lost their nal-t’el seed (the maize also tends to suffer high animal
predation because it is the first to mature) but it emerged as a key factor that complicated
farmers’ ability to maintain their nal-t’el stocks. The case of nal-t’el suggests that in the case of
crop varieties grown at very low frequencies on a regional basis, the frequency of adverse
weather events like droughts become important factors to consider when assessing the
possibilities for conserving crop genetic resources in situ.

Conclusions
In 2001, scarce and erratic rains in central Yucatan state, Mexico, resulted in a steep decline in
milpa farmers’ production of maize, beans, and squash. In the community of Yaxcaba, average
maize are estimated to have declined by about 50%, with 29% of farmers losing virtually their
entire maize crop. Likewise, over half of all farmers reported near-total harvest losses.
The factors that most closely determined how a farmer’s maize crop fared were the
geographic location of his milpas, and the planting date. Milpas in the north and west of Yaxcaba’s
ejido tended to yield better harvests than those in the south and east, and milpas planted in July
and August had a higher rate of success than those planted in May and June. These patterns
essentially reflect the extreme spatial and temporal variability characteristic of summer rainfall
patterns in central Yucatan. As well, the temporal trend in milpa harvests reflects the successful
application of one of Yaxcaba farmers’ key strategies for coping with drought conditions, that of
postponing their milpa planting dates.
Neither bean nor squash harvests followed the same patterns as the maize harvest, a
difference which appears linked overall to the fact that both are secondary associate crops,
while maize remains the principal focus of farmers decisions about when and where to plant
their milpas. For beans and squash, the likelihood of a successful harvest varied between
species and varieties, with Vigna unguiculata and Phaseolus lunata bean plantings faring better
than those of P. vulgaris, and two varieties of Cucurbita moschata faring better than
C. argyrosperma. These differences appear linked to differential drought tolerance in beans,
and variation in time to flowering and fruit maturation in squash.
148 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Despite the substantial declines in the harvest of milpa crops, most farmers were able to
secure a harvest of seed lots on-farm for next year’s planting. The frequency of loss of seed
stocks was under 15% for maize and squash, but slightly higher for beans, a pattern that appears
to reflect the general status of beans as a less reliable crop. The case of Yaxcaba demonstrates
how small-scale farmers are able to retain most of their seed supplies on-farm even under
moderately adverse environmental conditions. Nevertheless, the possibility remains that farmers
who harvested relatively small seed lots in 2001 may choose not to plant them in the subsequent
agricultural cycle
The ultimate effects of the 2001 drought on crop diversity, and thus its implications for in
situ conservation, will not be known until Yaxcaba farmers’ planting choices can be surveyed
again in 2002.

Acknowledgements
This research was undertaken in conjunction with the project “Conservacion In Situ de la Milpa”,
sponsored by the International Plant Genetic Resources Institute (IPGRI) and implemented by
the Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (CINVESTAV), Merida Unit. For
assistance with interviews in Yaxcaba, I thank Aureliano Cob Cen, Elaine Yupit Moo, and
Victor Interian Ku. Jaime Canul Ku and Luis Burgos may provided advice on interpreting survey
results, as well as information on nal-t’el cases. I also thank the Comisario Ejidal of Yaxcaba
for making available maps and additional information on harvest losses. At CINVESTAV, Luis
Arias Reyes obtained rainfall data and advised on interpretation, while Jose Luis Chavez Servia
assisted with statistical analysis and interpretation of study results. Special thanks to all ejiditarios
of Yaxcaba for their generous and patient responses to my many questions. Funding support
for this study was provided by a Fulbright-Hays fellowship from the United States Department
of Education, a Scientific Cooperation Research Program grant from the United States
Department of Agriculture, and a Henry Hart Rice fellowship from the Center for International
and Area Studies of Yale University. This article is dedicated in memory of don Esteban Cuxin
Uc (1952-2002) of Yaxcaba, Yucatan.

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150 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Sistema informal de abastecimiento de semillas de los cultivos de la milpa


de Yaxcabá, Yucatán

Martín Gómez López 1, L. Latournerie Moreno 2, L. M. Arias Reyes 3, J. Canul Kú 3 y


J. Tuxill4

1
Tesista, Instituto Tecnológico Agropecuario No.2. Km 16.3 ant. Carret. Mérida-Motul, C.P. 97345,
Conkal, Yucatán, México.
2
Centro de Investigaciones y Graduados Agropecuarios. Instituto Tecnológico Agropecuario No. 2.
Km 16.3 ant. Carret. Mérida-Motul, C.P. 97345, Conkal, Yucatán, México.
3
Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del I.P.N. Unidad Mérida. Ant. Carret. Mérida-
Progreso Km 6.5, C.P. 97310, Mérida, Yucatán, México.
4
Estudiante de doctorado de Yale-NYBG Joint Program in Economic Botany.

Summary
Informal seed supply systems of milpa crops in Yaxcaba, Yucatan. The objective of the
present research is to describe and analyze the dynamics of informal seed flows of milpa crops
(maize, beans, squash and chili pepper) between Maya farmers in the community of Yaxcaba,
Yucatan. In 1999 and 2000, 62 farmers (10% of the local farming population) were interviewed.
First, houses within the community were mapped, according to four cardinal points, in order to
facilitate the random selection of households for interviewing. The interviews were structured
around farmer management of germplasm diversity: how seeds are obtained, from which sources
and origins, how they are exchanged, and under which conditions different varieties are planted.
Interviews were conducted primarily in Maya according to farmer language preferences. In
terms of diversity, farmers sow at least 37 local milpa varieties (landraces): 22 of maize, 8 of
beans, 3 of squash and 4 of chile. Of the total maize seed lots that farmers manage, 82% are
landraces, while 15% are improved varieties and 3% represent crosses among landraces and
improved varieties. For beans, 94% are of local varieties, with only one improved variety
(Jamapa) present in the community. In the case of squash all are local varieties, while for chili
10% of seed lots are of an improved variety (Habanero). Farmers maintain their local varieties
(landraces) over time, acquiring them by various means, including direct cash purchase, seed-
for-seed exchange with other farmers, as gifts, and by covert selection from other milpas when
they encounter plantings with desirable characteristics. Most farmers exchange their seeds of
milpa crops within the community, especially among relatives and other farmers.

Key words: Capsicum spp, Cucurbita spp, informal seed supply systems, Maya farming
systems, Phaseolus spp, Zea mays L.

Introducción
En México, la agricultura cuenta con un gran potencial en sus recursos fitogenéticos, entre
ellos maíz, frijol, calabaza (Cucurbita spp.) y chile (Capsicum spp.), manejados por el hombre,
en calidad y cantidad disponible para producir y satisfacer las necesidades de alimento, así
como para crear un sistema de intercambio intrafamiliar de semillas de los cultivos tradicionales
(Hernández, 1985). Estos flujos e intercambios de semillas describen el proceso por el cual
los agricultores obtienen la unidad física de una variedad dada. El sistema local o informal de
suministro de semillas para el hogar y, en las parcelas de los agricultores, es un sistema que
ha sido usado por los campesinos, desde tiempos inmemoriales, para mejorar la calidad y el
rendimiento de los cultivos, y es aceptado como el predecesor de los sistemas formales de
producción de semillas. Sin embargo, la velocidad y la efectividad de los sistemas de
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 151

abastecimiento han dependido en gran medida de la calidad del material difundido, de las
relaciones de parentesco entre agricultores, de sus antecedentes culturales y de la estabilidad
económica (McAndrew, 2000).
La dinámica que establecen los agricultores en el manejo tradicional de sus semillas, los
criterios de selección y conservación a través del tiempo, los flujos constantes de entrada y
salida de semillas en una población y los usos de las variedades locales, han favorecido la
variabilidad fenotípica y genética que se observa. Este proceso es muy flexible, ya que a través
de la compra, cambio e introducción de variedades (local o mejorada), el agricultor
constantemente está evaluando diferentes variedades; sin embargo, los criterios que lo llevan
a conservar una variedad son estrictos, ya que estas deben manifestar buena adaptación (al
ambiente y manejo) y una producción aceptable, esto indica que el productor busca, con la
introducción de materiales explorar características deseables que aparecen en la población
cultivada (producto de mezclar variedades foráneas con las locales), como son el tamaño de
semilla, forraje y resistencia a sequía, entre otros (Louette, 2000).
Por otro lado, estos materiales introducidos conviven con los locales, por lo que afecta su
estructura genética. Sin embargo, el agricultor los conserva en la medida que satisfacen sus
necesidades, y es un indicador de que la diversidad agrícola que se maneja en la comunidad
constituye un sistema abierto y dinámico de intercambio. Así los agricultores deciden sobre la
cantidad de semilla, que seleccionaron y almacenaron del ciclo anterior, a sembrar cada año,
así como también si sembrarán semillas introducidas de los mercados o de otros agricultores
(Jarvis y Hodgkin, 2000). Al respecto Bellon y Smale (1998) mencionan que las semillas de
una planta o cultivo que el agricultor siembra, pueden haber sido seleccionadas de sus propios
cultivos en un ciclo anterior, intercambiada, comprada a otros agricultores, instituciones o de
una mezcla de diferentes fuentes.
En particular en la comunidad de Yaxcabá, Yucatán, los agricultores conservan y
aprovechan una gran diversidad de variantes de semillas en los cultivos de maíz, frijol, calabaza
(Cucurbita spp) y chile (Capsicum) dentro del sistema tradicional de agricultura (roza-tumba-
quema) conocida localmente como milpa1 (kool en lengua maya). Por lo que es importante
comprender esta diversidad genética, así como los diversos sistemas de flujos e intercambios
de semillas que se dan entre agricultores y dentro de comunidades. Con esta base, se planteó
el objetivo de describir y analizar la dinámica del flujo informal de semillas de los cultivos de la
milpa (maíz, frijol, calabaza y chile), así como determinar la diversidad de variedades que manejan
los agricultores de Yaxcabá, México.

Materiales y métodos
La comunidad de Yaxcabá se sitúa a 108 km al oriente de la ciudad de Mérida capital del
estado de Yucatán, México; a 20° 32´ latitud norte y 88° 56´ longitud oeste, y a 30 msnm, limita
al norte con el municipio de Sudzal y Dzitás, al sur con Tahdziú, Peto y Chinkindzonot, al este
con Tinum y Chankom, y al oeste con el municipio de Sotuta y Cantamayec. En la región
predomina el clima cálido húmedo (AW(x´)(i´)g), IIsley (1984). La temperatura media anual es
de 25.9°C. La precipitación media anual de 1118.3 mm y posee suelos permeables, altos en
material consolidado, cuya composición corresponde en la mayor extensión al tipo Cambisol
(Duch, 1988; CNEM, 1988).
Para el efecto del estudio se partió de un croquis de la comunidad. Se constituyó un
marco físico de referencia de 75 manzanas y 600 viviendas, se estableció un tamaño de muestra
de 62 agricultores (familias) que equivalen al 10% del total que la integran. El estudio se realizó
de agosto 2000 a febrero 2001. Los formatos de la entrevista se estructuraron debidamente,
tomando como variables la diversidad genética del germoplasma que manejan los agricultores,

1
Término utilizado en México para referirse al campo donde se siembra una o más especies por ciclo de cultivo.
152 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

vías de acceso, fuentes de adquisición y origen de la semilla. La entrevista fue abierta en relación
al movimiento de la semilla y cerrada con relación a ciertos tópicos como la cuantificación del
flujo inter e intracomunidades, y las respuestas fueron tanto de información numérica como
verbal (resultado de las preguntas abiertas). Dichas entrevistas se hicieron en español y cuando
fue necesario en lengua maya.
La información obtenida fue complementada y cotejada con los datos de una entrevista
previa aplicada de abril a junio de 1999 de un estudio socioeconómico en donde se consideró
como la unidad de encuesta la vivienda y como unidad de estudio a la familia. De la entrevista
previa sólo se tomó la información sobre flujo de semillas (Morales y Quiñones, 2000). En
resumen, la información analizada comprende dos ciclos agrícolas. El criterio para definir la
unidad de muestreo se basó en estudios previos realizados en Yaxcabá por Pérez (1980) y
Dzib (1987) en los que encontraron que la familia campesina es la célula básica de la
organización de la comunidad de Yaxcabá, para trabajar en la unidad de producción, y la milpa
(sistema de cultivo), es la actividad más importante. La milpa es considerada, local y
familiarmente como una responsabilidad del padre o esposo (agricultor), y en excepciones de
las mujeres viudas cabezas de familia.
Las variedades locales y/o criollas que manejan los agricultores se identificaron con base
en la clasificación campesina descrita por Arias et al. (2000) y basados en la clasificación de
Wellhausen et al. (1951), Pérez (2000) y Terán et al. (1998).

Resultado y discusión

Diversidad en los cultivos


De acuerdo a los resultados en la comunidad de Yaxcabá, Yucatán, los agricultores siembran
37 variedades o poblaciones criollas de maíz, calabaza, frijol y chile bajo el sistema milpa, cada
una de ellas nombradas por los agricultores con diversas terminologías mayas, tal como lo
mencionan Arias et al. (2000). De las 37 poblaciones 22 corresponden a maíz, 8 a frijol, 3 a
calabaza y 4 a chiles (Cuadro 1).
Del total de la diversidad de variedades de maíz que siembran en la comunidad, el 82 %
son criollos, el 18% restante corresponde a variedades acriolladas (mejorado x criollo), pero el
agricultor lo denomina como híbrido aun cuando tienen varios ciclos de que lo siembra. Para el
frijol, el 94% fue criollo y solamente el 6% mejorado (‘Jamapa’), mientras que para la calabaza
todas, fueron criollas y en el caso del chile el 82% criollos y el 18% se le atribuye al chile
‘habanero’, que puede ser acriollado o mejorado. Al respecto Ortega et al. (2000), mencionan
que en la península de Yucatán menos del 10% de la semilla que utilizan los agricultores en la
milpa proviene de generaciones avanzadas de las variedades mejoradas. Similarmente, Aguirre
(1999), en un estudio de análisis de la diversidad de maíz, señala que los agricultores del Sureste
de Guanajuato siembran proporcionalmente un 92% de materiales criollos, 3.5% de acriollados
y 3.9% de mejorados.
El tiempo en el que los agricultores conservan sus variedades de los cultivos de la milpa,
varía de acuerdo a una serie de factores como son las sequías y huracanes, entre otros. Se
observó que para maíz un 3.9% de los agricultores han adquirido sus semillas en los últimos
tres años, el 7.3% tiene de 4 a 15 años con sus semillas, mientras que el 75.9% han conservado
sus semillas desde hace más de 30 años (31 a 52 años), Cuadro 2. Esto implica que los
agricultores conservan sus materiales criollos a través del tiempo y que un bajo porcentaje
(4%) se abastecen de semillas, con sus vecinos o comunidades cercanas, normalmente de
maíz con mayor frecuencia. Para calabaza solamente el 20% adquirieron sus semillas los últimos
tres años. Esta tendencia es un poco diferente para frijol y chile donde el 36.2 y 42.9% de los
agricultores, han adquirido sus semillas en los últimos tres años y solamente el 14.9% y 14.3%
han conservado sus semillas por más de 30 años, respectivamente.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 153

Cuadro 1. Diversidad genética por nombre común de las variedades locales que se siembra por los agricultores
de Yaxcabá, bajo el sistema milpa.
Variedades locales Nombre científico Variedades locales Nombre científico
Maíz frijol
Xnuc-nal amarilloa Zea mays Xcooli-bu´ula Phaseolus vulgaris
Xnuc-nal blancoa Zea mays Tsamáa Phaseolus vulgaris
Dzit-bacal amarilloa Zea mays Jamapac Phaseolus vulgaris
Dzit-bacal blancoa Zea mays Sac iba Phaseolus lunatus
Pix cristoa Zea mays Chac iba Phaseolus lunatus
Xt’uup-nal amarilloa Zea mays Xpinto iba Phaseolus lunatus
Xt’uup-nal blancoa Zea mays Xnuc pelóna Vigna unguiculata
Xtrees amarilloa Zea mays Xmejen pelóna Vigna unguiculata
Xtrees blancoa Zea mays
Xmejen-nal amarilloa Zea mays Calabaza
Xmejen-nal blancoa Zea mays Xnuc kúuma Cucurbita moschata
Nal-t’el amarilloa Zea mays Xmejen kúuma Cucurbita moschata
Nal-t’el blancoa Zea mays Xtopa Cucurbita argyrosperma
Nal Xoy amarillob Zea mays
Xhe uba Zea mays Chiled
Híbrido amarilloc Zea mays Ya´ax ica Capsicum annuum
Híbrido blancoc Zea mays Cha huáa Capsicum annuum
V-527 Bc Zea mays Habanero Capsicum chinense
V-528 Bc Zea mays Xcat´ica Capsicum annuum
V-532 Bc Zea mays
V-533 Bc Zea mays
VS-536 Bc Zea mays
a
Materiales criollos de acuerdo al concepto del agricultor.
b
Material acriollado Dzib (2000).
c
Materiales mejorados.
d
El cultivo de chile fue explorado por Pérez (2000) quien reportó además las variantes ‘Dulce’, ‘Sucurre’, ‘Maax’ y ‘Pico
paloma’, no registradas/encontradas en la muestra de estudio.

Cuadro 2. Porcentaje de agricultores con base en el tiempo en que han conservando


sus semillas
Tiempo en años
Cultivo
1-3 4-15 16-30 31-52
Maíz 3.93 7.30 12.92 75.86
Fríjol 36.17 38.30 10.64 14.90
Calabaza 20.00 32.22 26.66 21.15
Chile 42.86 32.14 10.71 14.28

Vías por las que los agricultores adquieren su semilla


A través del tiempo, los agricultores de Yaxcabá han adquirido el germoplasma, para la siembra
de los cultivos de la milpa (maíz, frijol, calabaza y chile), vía compra, regalado, intercambio,
préstamo o semilla apropiada, esto último se observa cuando el productor la toma al pasar por
alguna parcela de otro productor (Cuadro 3). Para maíz, el regalo es la principal vía (42.7%),
seguido de la compra con 38.8%, mientras que el préstamo fue la vía de menor importancia
(1.12%). Al respecto Louette (2000), Aguirre (1999) y Mendoza (2000) coinciden en señalar
que los agricultores tienen diversas formas de adquirir la semilla de sus diversos cultivos,
además de la selección que hacen en sus milpas, la obtienen principalmente por intercambio
(p. ej. semillas por semillas), por regalo o compra. Estos mecanismos de abastecimiento
(intercambio) que utilizan los agricultores de Yaxcabá aseguran la recuperación de materiales
ante catástrofes naturales sequías y huracanes en la región. Beniya et al. (1999) mencionan
que el entendimiento del sistema de flujo de semillas que manejan los agricultores es un
prerrequisito para entender la conservación in situ.
154 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 3. Vías por las que los agricultores adquieren las semillas para la siembra de sus cultivos.
Vías de adquisición (%)
Cultivo
Compra Regalo Intercambio Préstamo Apropiadaa
Maíz 38.7 42.64 10.64 1.12 6.72
Frijol 45.32 46.8 1.42 2.84 3.55
Calabaza 30.0 58.89 3.33 - 7.77
Chile 32.14 64.28 - - 3.57
* Materiales que el productor ha extraido cuando pasa por alguna parcela de otro productor.

Fuentes de abastecimiento de semilla


En la comunidad de Yaxcabá las semillas que conservan los agricultores, las han adquirido
por diferentes fuentes: de sus ancestros, familiares (recientemente), agricultores vecinos y el
sector formal (Cuadro 4). La principal fuente de abastecimiento de semilla de maíz ha sido a
través de productores vecinos (43.8%) o de familiares (37.1%) y en menor grado como herencia
de sus ancestros (1.7%). También el sistema formal de abastecimiento de semilla desempeña
una función importante (17.4%); es decir, principalmente por los programas de gobierno e
instituciones que abastecen de semilla en épocas adversas. La tendencia es similar en frijol,
calabaza y chile.

Cuadro 4. Fuentes de abastecimiento de semillas que utilizan los agricultores en Yaxcabá.


Fuentes de abastecimiento (%)
Cultivo
Ancestros Familiares Agricultores Vía formal
Maíz 1.7 37.1 43.8 17.4
Frijol 4.2 36.1 40.4 19.2
Calabaza 1.1 52 38.9 7.7
Chile 3.6 42.8 50 3.6

Cuando se presentó a los agricultores, el origen primario de su semilla, se observó que la


comunidad de Yaxcabá se abastece a si misma. Por ejemplo el 90% de la semilla de maíz es
producida en la misma comunidad, el 80% del frijol, 84% de calabaza y el 86% de chile.
(Cuadro 5). Esto quiere decir que menos del 20% de la semilla, se obtienen en otras comunidades
y disminuye significativamente a mayor distancia.

Cuadro 5.Lugar de donde provienen los materiales que adquieren los productores en la
comunidad de Yaxcabá.
Origen del material (%)
Cultivos Yaxcabá Localidades circunvecinas Localidades
a Yaxcabá a mayor distancia
Maíz 90.4 5.8 3.5
Frijol 80.1 14.8 4.9
Calabaza 84.4 9.9 5.5
Chile 85.7 7.2 7.2

Las localidades de donde provino parte del material de siembra fueron Cacalchen, Chimay,
Kancabdzonot, Libre Unión, Santa María, Xan-la, Tahdzibichen, Tiholop, Tixcacal tuyup, Xpujuy
y Yodzonot y en menor grado de localidades del centro, sur y oriente del estado de Yucatán.
Resultados similares se reportaron en arroz en Vietnam (CBDC, 2001a) y en Malasia (CBDC,
2001b) en el sentido de los porcentajes de abastecimiento de semillas de otras localidades.
Este sistema de suplemento informal de semilla permite explicar el mecanismo que usan los
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 155

productores para restituir sus materiales que pierden en ciclos desfavorables (p. ej. sequías o
ciclones). En un estudio en las comunidades de Murut in Dalit Keningau, Sabah, Malasia,
encontraron un constante intercambio entre productores de variedades de arroz el que permitía
conservar sus materiales y aseguraban la disponibilidad de la semilla (CBDC, 2001b)

Conclusiones
Los agricultores en Yaxcabá de la muestra de estudio manejan un promedio de 37 variedades
de los cultivos de la milpa (maíz, frijol, calabaza y chile) en cada ciclo. De estas el 59.45%
pertenece a maíz, el 21.62% a frijol, el 8.1% a calabaza y el 10.81% a chile. Más del 82% de
los productores conservan y utilizan sus propias variedades tradicionales, las que adquieren
vía regalo, venta, intercambio, préstamo y apropiación de materiales. Las diferentes fuentes
de abastecimiento son principalmente agricultores, vecinos, familiares y en menor grado como
herencia de sus ancestros y del sistema formal. El mayor flujo de semilla ocurre dentro de la
misma comunidad, seguido de comunidades cercanas y en menor proporción con las
comunidades lejanas.

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MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 157

Sistemas de almacenamiento de semillas de los cultivos de la milpa y sus


plagas en Yaxcabá, Yucatán

Elaine Yupit Moo1, Luis Latournerie Moreno2, Luis M. Arias Reyes3 y José L. Chávez Servia4

1
Estudiante, Instituto Tecnológico Agropecuario No. 2 (ITA-2) Km 16.3 Carr. Mérida-Motul, C.P.
97345 Conkal, Yucatán, México.
2
Subdirección de Investigación y Graduados Agropecuarios. -ITA-2 Km 16.3 Carr. Mérida-Motul,
C.P. 97345, Conkal, Yucatán, México. .
3
Centro de Investigación y Estudios Avanzados del I.P.N. Unidad Mérida. Carret. Mérida-Progreso
km 6 C.P. 97310 Mérida, Yucatán, México.
4
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos-IPGRI, C/o CIAT, A.A.6713 Cali, Colombia.

Summary
Seed storage systems of milpa crops and their storage pests in Yaxcaba, Yucatan. This
study was undertaken to document seed storage systems for maize and the methods used by
farmers to protect the grain from pests during storage in the community of Yaxcaba, Yucatan.
It was accomplished by interviewing 61 traditional farmers in the target community from august
2001 to june 2002. Information was collected from farmers´ milpas or their backyard, depending
on the location and particular system used to store maize seeds. Interviews were conducted in
both Spanish and Maya. Results indicate that 87% of farmers from Yaxcaba store their maize
seed as whole ears in rustic granaries (locally named trojes) made of wood and roofed with
palm thatch. Granaries may be located in the farmers’ milpas (62.1%), backyard (15.2%), in
sacks inside the house (15.2%) or inside the kitchen (6.1%). All farmers select their own seeds
annually, either during harvest (7%) or a few days before sowing (93%). The principal method
for protecting seeds from pests during storage is the application of powdered calcium carbonate
(lime).

Keys words: Zea mays L., milpa farming systems, seed storage systems.

Introducción
En el sistema milpero o milpa1 las actividades productivas las realizan un heterogéneo grupo
de personas organizadas para la producción campesina, las cuales desarrollan un conjunto de
actividades que les permiten la subsistencia. Entre las principales actividades se destacan la
milpa por ser la productora de alimentos básicos: maíz, frijol, calabaza (Cucurbita spp) y
hortalizas. El manejo actual de la milpa se basa en el conocimiento empírico y milenario del
campesino maya, basado en el sistema roza-tumba-quema (Hernández, 1985).
El maíz ha estado ligado al desarrollo cultural de los diferentes pueblos americanos;
especialmente de México, Centroamérica y la zona andina de Sudamérica. Los diferentes
sistemas agrícolas de latinoamerica involucran gran cantidad de prácticas tradicionales
emanadas del conocimiento empírico desarrollado durante siglos por agricultores de
subsistencia. Entre las prácticas importantes se encuentran las de almacenamiento de granos
para consumo y para semilla. A pesar de las afinidades entre los numerosos grupos indígenas,
las construcciones que se desarrollaron para solucionar los problemas de almacenamiento
están en continua y variada evolución dando como resultado un sinnúmero de formas de graneros
que hoy se usan en las distintas regiones rurales de México (Ramírez, 1980; Hernández, 1985).
El almacenamiento de granos y semillas en las zonas rurales, en la mayoría de los casos,
son de características transitorias; las bodegas o trojes rústicos que los agricultores utilizan

1
Término utilizado en México para designar al espacio donde se cultivan una o más especies
158 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

para guardar sus granos, por lo general, no están construidas y adaptadas para conservar
material por prolongados periodos, comúnmente lo hacen por un año (Ramírez, 1980). Rodríguez
(1992), en un estudio que realizó en 43 comunidades de Yucatán, encontró que las prácticas
de almacenamiento comienzan con la construcción de una bodega o troje ventilada, la que se
construye cerca de la vivienda, en la parcela o aprovechando las paredes del interior de la
casa habitación.
En Xocen, Yucatán los campesinos realizan dos tipos de cosechas, la primera denominada
cosecha chica, que es cuando el maíz es poco y se consume en corto plazo, entonces la
mazorca es cosechada y almacenada sin holoch (sin brácteas). En la cosecha grande se deja
la envoltura que protege a la mazorca durante el almacenamiento. La mayoría de los campesinos
almacenan su maíz en una troje (almacén) del solar que se denomina Ch’iil (palabra maya) en
Xocen y Kumché en Yaxcabá. Los campesinos que tienen sus milpas lejos de sus casas,
prefieren almacenar el maíz en trojes que construyen en los propios terrenos de cultivo (Terán
et al., 1998).
La importancia de los métodos de almacenamiento radica en que cada agricultor requiere
conservar las semillas para asegurar su siguiente siembra y preservar la cosecha con el fin de
abastecerse de alimentos y en ciertos casos vender un excedente (Rodríguez, 1992). Sin
embargo, se tienen pocos estudios relacionados sobre la forma y métodos de almacenamiento,
lo que origina un reducido conocimiento de la variedad y la eficiencia de estos sistemas
tradicionales de almacenamiento de semillas, así como también de los problemas que se tienen
con las plagas que la dañan. El presente trabajo se planteó con el objetivo de conocer los
diversos sistemas de almacenamiento y los métodos de control de las plagas que utilizan los
agricultores de Yaxcabá, México, para conservar la semilla de maíz.

Materiales y métodos
El trabajo se realizó en el municipio de Yaxcabá, Yucatán, México, comprendido entre los
paralelos 20O 19’ Y 20O 49’ de latitud norte y meridianos 88o 36’ y 88o 56’ de longitud oeste;
forma parte de la región maicera y dista 118 km al oriente de Mérida la capital del estado de
Yucatán. Limita al norte con el municipio de Sudzal y Tunkas, al sur con Peto, al este con
Chankóm, al oeste con Sotuta y Cantamayec (CNEM, 1988). La precipitación media anual es
de 1024 mm, la temperatura de 26oC y un clima del subtipo AW(x1) (i1)g (García, 1984).
El trabajo consistió en entrevistas abiertas hechas a los agricultores tradicionales de la
comunidad, la que se realizó en las casas o en las parcelas de cultivo (milpa), dependiendo del
agricultor y también del lugar en donde se tenía almacenada la semilla de maíz (Zea mays).
Esto permitió obtener información directa de los materiales utilizados en la construcción de las
trojes (graneros) y de los diferentes sistemas de almacenes que manejan para conservar sus
semillas, así como la forma, la ubicación, y adicionalmente de cómo controlan las plagas.
Además, se obtuvo información del proceso y la frecuencia de selección de la semilla que
hacen los agricultores cada ciclo. Para la entrevista se tomó en cuenta a ambos cabezas de
familia (mujer y hombre), con excepción de cuando la mujer decía no conocer bien el proceso.
El estudio se realizó de agosto de 2001 a junio de 2002, se entrevistaron a 61 agricultores
tradicionales que corresponde al 10% del total de la comunidad. Los datos se analizaron con la
ayuda del programa estadístico SPSS, y consistió básicamente de estimaciones descriptivas.

Resultados y discusión
Con base en los resultados, se observó que todos los agricultores entrevistados de Yaxcabá
siembran maíz cada ciclo agrícola, e implica que todos utilizan sus semillas ciclo tras ciclo; es
decir, conservan sus recursos genéticos a través del tiempo, con excepción de cuando se
pierde la cosecha (Cuadro 1). En las prácticas de selección que realizan los agricultores se
involucran una serie de procesos y criterios. Todos hacen una preselección durante la cosecha,
que consiste en separar todo el maíz con mazorca chica, picado o dañado, etc., y frecuentemente
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 159

destinan la no dañada para el consumo humano e incluyen cierta proporción para alimentar a
los animales domésticos. Posteriormente, algunos productores (7%), seleccionan y separan
las mazorcas que utilizarán como semilla para siembra, poco después de la cosecha. El 93%
de los entrevistados, almacenan todas las mazorcas juntas de donde tomarán para su consumo
y otras actividades domésticas, y unos días antes de la siembra del nuevo ciclo realizan la re-
selección de las mazorcas de donde obtendrán la semilla. La semilla la obtienen desgranando
(separacion de granos) la parte central de la mazorca, dejando los extremos sin desgranar,
debido a que los granos de ambos extremos son más pequeños que en el centro.

Cuadro 1. Diferentes prácticas de selección y almacenamiento que realizan los agricultores con
sus semillas de maíz en Yaxcabá.
Agricultores Porcentaje que
Variables
visitados realizan la práctica
Cultivan maíz cada ciclo 61 100
Pre-selección de la semilla 61 100
Seleccionan la semilla:
- A la cosecha 4 7
- Antes de la siembra 57 93
Almacenan la semilla cada ciclo 61 100
Formas de almacenar la semilla:
- En mazorcas con holocha 55 87
- En mazorcas sin holoch 8 13
a
El término regional holoch se refiere a las brácteas que cubren la mazorca.

Herrera et al. (2002), en un estudio que realizaron en 16 regiones de 15 estados de la


República Mexicana, encontraron que existe una clara preferencia de la mayoría de los
productores por seleccionar la mazorca para semilla después de la cosecha (77.8%), mientras
que otros la realizan antes y después de la cosecha (13.9%) y solamente un 8.3% durante y
después de la misma. Esto confirma lo que menciona Rodríguez (1992), respecto a que los
mismos agricultores seleccionan su propia semilla para la siembra y además prefieren las
variedades criollas, tanto de maíz como de frijol. Gómez et al. (2002) encontraron que en
Yaxcabá México más del 85% de los agricultores conservan las semillas criollas (locales) de
maíz, frijol, calabaza y chile a través de los años, y en baja proporción adquieren semillas
mejoradas.
Todos los agricultores tienden a almacenar sus semillas cada ciclo a través de diferentes
modalidades; 87% almacenan su semilla como mazorcas de maíz con holoch (brácteas) y el
13% sin él. Esta última práctica lo hacen comúnmente con el maíz mejorado ya que no lo
almacenan por mucho tiempo. Es decir, los agricultores no almacenan sus semillas de maíz en
grano sino que tienen una marcada preferencia por conservarla en mazorca y con sus hojas de
cobertura para evitar el ataque de plagas de almacén. Tendencia similar reportó Rodríguez
(1992) en Yucatán, el 92% de los productores almacenan en mazorca y solamente el 8% lo
hacen en grano.
Los agricultores utilizan diferentes estructuras y contenedores para almacenar sus semillas,
las que depende del cultivo. Así, para maíz los agricultores utilizan la troje (almacén); una
construcción donde guardan las mazorcas y pueden ser de forma redonda o cuadrada, el piso
y las paredes son de madera, su altura varía de acuerdo con la cantidad de mazorcas
almacenadas. En Yaxcabá, el 84% de los agricultores construyen la troje o Kumché (bodega o
almacén en lengua maya), y el restante 16% utiliza otros tipos de contenedores. En cualquiera
de los casos, el objetivo es no dejarlo en contacto directo con el suelo o con la finalidad de
evitar que los animales domésticos se coman las mazorcas. El techo de las trojes generalmente
es de guano (palma, 88%), esto se debe a la disponibilidad de esta palma en las parcelas de los
agricultores, y solamente un 12% usan lámina o cobertura de cartón; aunque, esta última es de
uso limitado porque tienen que comprarla (Cuadro 2). Los agricultores manejan por separado
160 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

la semilla de cada variedad local con el fin de evitar la mezcla (77%), es decir, no almacenan
dos variedades en una misma troje, por lo que construyen algunas veces más de una troje o
bien la subdividen para conservar por separado sus materiales (izquierda, Figura 1). Las
variedades mejoradas también se separan de las criollas, y generalmente se almacenan en
costales (derecha Figura 1), dado que no siembran grandes áreas y también porque son
susceptibles a insectos plaga. Las formas de almacenamiento descritas son tradicionales y
comunes para preservar las semillas, por periodos cortos, no más de tres años. Los métodos
tradicionales locales son económicos ya que aprovechan los recursos naturales disponibles
en la zona como son madera, paja, palma, o bien contenedores o recipientes de múltiples
materiales (plásticos, lámina, paja, etc), bolsas de algodón, sacos de nylon, ollas de arcilla o
alguna otra estructura (Beniya et al., 1999; CONSERVE, 2001; CBDC, 2001).

Cuadro 2. Diferentes estructuras que utilizan los agricultores en Yaxcabá, México para almacenar
sus semillas.
Materiales Agricultores visitados % que utilizan
la estructura
Construyen trojesa 51 84
Trojes de madera y guano 45 88
Trojes de madera y lámina de cartón 6 12
a
Ver Figura 1

Figura 1. Sistema de almacenamiento de maíz en una misma troje (izquierda) y formas de almacenamiento
dentro en la casa (derecha).

El lugar donde se almacene la semilla (trojes) la elige el agricultor con base en las
implicaciones de seguridad, distancia y transporte. Los productores construyen las trojes en
los terrenos de cultivo (62.1%), esto tiene que ver con la distancia que hay de los sitios de
cultivo a sus casas, tal como lo menciona Terán et al. (1998) y porque de esa forma evitan
problemas con los animales que tienen en sus casas. El 15.2% lo hacen en los solares o
huertos caseros (Figura 2), mientras que otros agricultores almacenan las semillas dentro de
sus casas, en la cocina y solamente el 1.3% utilizan bodegas sólidas (cemento o concreto),
estos últimos son aquellos agricultores que cuentan con medios de transporte (Cuadro 3).
Rodríguez (1992) reporta que en Yucatán, el 48% construyen sus trojes en el solar, el 29% en
la parcela y un 20% de los agricultores aprovechan las paredes de sus casas como almacén.
Sin embargo, parece estar relacionado con las condiciones agroclimáticas de la región y las
facilidades disponibles; por ejemplo, en Nepal Beniya et al. (1999) mencionan que los agricultores
colocan los contenedores con sus semillas en lugares secos, separados, en la oscuridad, en
construcciones altas (graneros) o bien en sus casas para mantenerlos libres de insectos.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 161

Figura 2. Los tipos de trojes que construyen los agricultores en los terrenos de cultivo (izquierda) y en el solar
(derecha).

Cuadro 3. Ubicación de las trojes y otros lugares de almacenamientos que utilizan los
agricultores en Yaxcabá.
Lugares de almacenamiento Núm. de agricultores Porcentaje
Ubicación de la troje:
- milpa 41 62.1
- solar 10 15.2
Otros lugares:
- Casa 10 15.2
- Cocina 4 6.1
- Bodega 1 1.5

Los agricultores tratan o protegen sus semillas almacenadas de diferentes formas (Cuadro
4), y depende del cultivo. Así para maíz, el 82% de agricultores utilizan cal (hidróxido de calcio)
esparcida en el piso de la troje antes de colocar las mazorcas, y posteriormente se esparce
sobre todas las hileras de mazorcas. Para los agricultores parece claro que el olor penetrante
de la cal hace que los insectos se alejen; cabe aclarar que con este método de protección la
incidencia promedio de daño por insectos es del 15%. También los agricultores utilizan algún
insecticida, pero en muy bajo porcentaje (18%). Adicionalmente, el 52.2% de los agricultores
mencionaron que el maíz Xnuc nal amarillo es resistente al ataque de los insectos durante el
almacenamiento y el segundo más resistente es el Xnuc nal blanco el que presentó un incidencia
del 17.8%. Las características que les confieren esta resistencia, según los agricultores, son
principalmente la buena cobertura (mazorcas cerradas con sus brácteas protectoras) y las
brácteas gruesas rígidas.

Cuadro 4. Métodos de tratamiento de la semilla que utilizan los agricultores para prevenir el
ataque de plagas del almacén.
Método de tratamiento Totalde productores visitados % que realizan la práctica
Tratamiento a la semilla 45 73.7
- Cal 37 82
- insecticidas 8 18

Conclusiones
Los agricultores de Yaxcabá, México, construyen trojes (almacenes rústicos), principalmente
en los terrenos de cultivo y en menor grado en los solares o huertos familiares, también utilizan
las paredes de sus casas como almacén (colgar las mazorcas o hacer una estructura unida a
162 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

la pared), además de la cocina -habitación. Por otro lado, el 87% de los agricultores almacenan
su semilla de maíz en mazorcas con las brácteas y además mantienen perfectamente separadas
sus variedades locales durante este período. La cal (hidróxido de calcio) es el principal método
de tratamiento que utilizan para proteger las semillas durante el almacenamiento.
Con base en los resultados de la muestra de estudio, se concluye que los agricultores
tienden a realizar una preselección de sus semillas de maíz al momento de la cosecha, y
realizan la selección final algunos días antes de la siembra.

Referencias
Baniya, B.K., A. Subedi, R.B. Rana, C.L. Paudel, S.P. Khatiwada, D.K. Rijal, and B.R. Sthapit. 1999. Informal
rice seed supply and storage systems in mid-hills of Nepal. Pp:79-91 In: B. Sthapit, M. Upadhyay
and A. Subedi (eds.), A Scientific Basis of In Situ Conservation of Agrodiversity On-farm: Nepal´s
contribution to global project. NP Working Paper No. 1/99. LIBIRD and IPGRI. Nepal.
Centro Nacional de Estudios Municipales (CNEM). 1988. Los Municipios de Yucatán. Secretaría de
Gobernación. México. 548 p.
Community Biodiversity Development and Conservation (CBDC). 2001. Programme Vietnam Project:
A study on the plant genetic diversity and seed supply system of Vietnam. Technical Report No. 9.
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Community-Based Native Sedes Research Center (CONSERVE). 2001a. Center Based and Community
Based Seedbank. Handbook No.1. Philippines. 55 pp.
García C., E. 1981. Modificaciones al Sistema de Clasificación Climática de Köpen. UNAM. México.
Gómez L., M., L. Latournerie M., J.L. Chávez y L. Arias R. 2001. Intercambio de semillas de maíz, frijol,
calabaza y chile entre agricultores de una comunidad de Yucatán. In: Resúmenes del XII Congreso
Nacional de Investigación y Desarrollo Tecnológico Agropecuario, 19-21 Noviembre, 2001. Conkal,
México.
Hernández X., E. 1985. Xolocotzia; Revista de Geografía Agrícola. Tomo 1. Universidad Autónoma de
Chapingo. México.
Herrera C., E.B., A. Macías L., R. Díaz R., M. Valadez R. y A. Delgado A. 2002. Uso de semillas criollas y
caracteres de mazorca para la selección de semillas de maíz en México. Revista Fitotecnia Mexicana
25:17-24.
Ramírez, G. 1980. Almacenamiento y Conservación de Granos. México. Continental, S.A., México. 300 p.
Rodríguez R., R. 1992. Manejo de la producción y almacenamiento de granos de la milpa. In: D. Zizumbo
V., Ch. Rasmussen, L. M. Arias y S. Terán (eds), La Modernización de la Milpa en Yucatán: Utopía o
Realidad. Centro de Investigación Científica de Yucatán. Mérida, México.
Terán, S., C. Rasmussen y O. May C.1998. Las Plantas de la Milpa entre los Mayas. Tun Ben Kin, A.C.
Mérida, México. 278 p.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 163

Mejoramiento de tres razas de maíz para la península de Yucatán bajo


retrocruza limitada

Fidel Márquez Sánchez

Centro Regional Universitario de Occidente. Universidad Autónoma Chapingo. Apdo. Postal 2-


858. 44281 Guadalajara, Jalisco. México (cruoc@udgserv.cencar.udg.mx).

Summary
Genetic improvement of maize landraces for the Yucatan peninsula with limited
backcrossing. In Mexico there are some fifty documented maize landraces, of which only four
are used for genetic improvement: Chalqueño, in the highest central valley of the country;
Tuxpeño, in the Gulf of Mexico lowlands; Celaya, in the lowlands north of the central valleys;
and Conico, in the central valleys that lack sufficient rainfall. Many other landraces had high
yields in their regions of origin, with outstanding qualities. Adaptations from farmer selection
and climate have brought about special characteristics held in high regard by the farmers.
However, for high and intermediate agricultural production, some of these traits are inadequate,
such as plant height and ear length.
In 1991 a project was initiated by the National Center for Rescue and Improvement of
Maize Landraces, at the Universidad Autonoma Chapingo, to cross outstanding landrace varieties
with genetically improved maize populations to create varieties with high productivity and locally
advantageous adaptations. F1 crosses pass to F2 crosses under random mating and later
segregate plants (showing the expected genotype) are backcrossed once to the landrace. After
one or two generations of this type of mating, populations already may be defined as improved
backcrossed varieties, or they may be submitted to additional systems of recurrent selection.
Some years ago we conducted a demonstration using thirty-six of these types of populations
compared with the original varieties. Yield superiority of the backcrossed populations was over
30%, showing shorter and more vigorous plant types, and with wider adaptability. Three of
these varieties—Tuxpeño, Nal-T’el, and Dzit-Bacal—were brought to Yucatan. As a result of a
lack of observational care, the varieties tended to produce inferior husks, making them
susceptible to attack by insects, birds, and rodents. In order to compensate for this defect, the
backcrossed varieties were backcrossed once more to the original varieties. Desirable
segregants with good yield and vigor, but with good husking, have been selected. At full-winter
season 2001-2002, a new selected population was obtained, and will be sown in the spring-
summer 2002 in Yucatán.

Key words: Back-cross, maize, races of maize, Yucatan.

Generalidades y antecedentes
En México se tienen 50 razas documentadas de maíz (Zea mays L.), la mayor parte se
encuentran en las regiones centrales y del sur-sureste. Sin embargo, el aprovechamiento de
tal cantidad de germoplasma es muy restringido. Apenas cuatro razas; Chalqueño, Cónico
Norteño, Celaya y Tuxpeño, se encuentran en uso intensivo en los programas de mejoramiento
genético nacional. Otras razas como Bolita, Vandeño y Comiteco, también están experimentando
mejoramiento, aunque en mucho menor grado que las mencionadas. La razón de esto último,
es que estas razas, además de tener altos rendimientos, cuentan con vigor más que satisfactorio
y una amplia adaptabilidad regional e inclusive nacional. Tuxpeño, por ejemplo, se extiende
desde la costa norte del Golfo y da la vuelta por Yucatán y Chiapas cubriendo así la porción
sureste del Pacífico.
164 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

No sucede así con las otras cuarenta y seis razas criollas. En general, aunque en sus
regiones naturales de origen pueden tener características deseables; particularmente en el
sureste son de gran altura, y con frecuencia causa acame (caída de plantas) con mermas
apreciables. Por otra parte, en las regiones centrales, norcentrales y en las costas secas del
pacífico, o sea, en donde la precipitación es baja, las variedades locales son pequeñas, poco
rendidoras y de adaptabilidad limitada.
En México, y en instituciones de otros países, nacionales o internacionales, el mejoramiento
poblacional se hace tomando como base a una población. Esta puede ser una población criolla
como tal o bien un compuesto varietal de variedades seleccionadas por el rendimiento u alguna
otra característica. A veces, en México, se hacen híbridos inter-raciales, como los que usan
germoplasma de variedades del norte cruzándose con materiales de la raza Celaya o de la
raza Tuxpeño, notándose un cierto grado de heterosis entre estos tipos de cruzas.
El mejoramiento que aproveche varias cruzas interraciales prácticamente no existe, si no
es en la forma de compuestos varietales en los que pueden concurrir varias razas u otras
fuentes de germoplasma de diferentes orígenes. Generalmente lo que se hace es detectar
patrones heteróticos en series de cruzas dialélicas, y así escoger grupos de pares de variedades
que muestren alta heterosis. Con ellos se pueden comenzar programas de selección recurrente
recíproca o bien programas de hibridación interracial.

Trabajos en la Universidad Autónoma Chapingo


En el Centro Regional Universitario de Occidente (CRUOC), dentro de la Dirección de Centros
Regionales Universitarios de la Universidad Autónoma Chapingo, sito en Guadalajara, Jalisco,
desde el año 1991 se inició un programa de mejoramiento de las razas criollas regionales.
Para el año 2000, se terminó con las 50 razas, estando una decena de ellas ya en la producción
de semilla básica o en uso por los campesinos.
El objetivo inicial fue el de acortar la altura de planta, pues las razas del Sureste llegan a
alcanzar, en ocasiones, hasta 5 m. La selección masal para este carácter puede ser efectiva,
pero toma bastante tiempo, y no cambia esencialmente el contenido alélico de la población.
Con las experiencias en Nicaragua, donde se mejoró un maíz blanco del Centro Internacional
de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), que carecía de buena cobertura de mazorca, la
cual se incorporó cruzándolo con una variedad criolla de excelente cobertura y enseguida se
retrocruzó dos veces hacia el maíz del CIMMYT, se advirtió que tanto en la primera como en la
segunda retrocruza se manifestaba una gran cantidad de heterosis. Se suspendió ahí el
retrocruzamiento e inició una selección visual para el carácter cobertura.
En 1991, con 10 razas de maíz del Pacífico y del Sureste se inició un programa de
mejoramiento bajo el sistema “retrocruza limitada”. Cada raza se cruzó con una variedad
mejorada de adaptación similar, se llevó de la F1, por polinización manual a la F2 y en esta
generación aparecieron ya algunas plantas con el genotipo de la raza del caso, pero más
vigorosas y adaptadas a la región de Guadalajara, México, en donde se hacían los trabajos.
Con estas plantas se retrocruzó una sola vez hacia la raza, de manera que la progenie resultó
con la fórmula ¾ raza + ¼ donante, razón por lo que a las razas así trabajadas se le llamó de
“retrocruza limitada”.
En una comparación demostrativa en la que se sembraron cinco surcos de cada raza
original y cinco surcos contiguos de su contraparte retrocruzada, la superioridad de éstas
sobre aquéllas fue del orden del 30%, lo que mostraba la gran heterosis residual que aún se
mantenía, y con tipos de plantas más vigorosas, más cortas y con mucho más resistencia al
acame. Por otra parte, con los dos juegos de razas, criollas y retrocruzadas, se establecieron
dos experimentos, uno en La Barca, Jalisco, en la región en que se obtuvieron las razas
retrocruzadas y otro en el Campo Cotaxtla, Veracruz, lugar general de origen de varias de las
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 165

10 razas utilizadas. Se obtuvo, de esta experimentación, un promedio del 36% de superioridad


de las razas sobre las versiones originales, aunque en una o dos no hubo tal superioridad
debido a que se trataba de razas de regiones muy diferentes a las del Golfo.

Trabajos para Yucatán, México


Las razas retrocruzadas Tuxpeño, Nal-Tel y Dzit- Bacal fueron traídas a Yucatán para el
programa del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados Unidad Mérida (CINVESTAV-
Mérida). En la segunda siembra, sobre todo Dzit Bacal y Nal-Tel mostraron una adaptación
extraordinaria. Sin embargo, las razas mostraban el defecto de carecer de buena cobertura de
mazorca que en las regiones tropicales del Sureste es indispensable. Después de hacer en la
siguiente siembra una selección visual en la cosecha hacia este carácter, se decidió llevar la
semilla al CRUOC para hacer una retrocruza más hacia la raza, recombinarla genéticamente
y devolver la semilla, ya con este carácter incorporado, a Yucatán. En esta siembra, que se
cosecharía en el mes de mayo de 2002, esperaba cumplir la meta.
Vale la pena añadir que, a pesar del carácter indeseado, los agrónomos del CINVESTAV-
Mérida, han estando cruzando las razas con otras regionales como el Nalxoy, y el Ratón
retrocruzado de este trabajo. Puede ser que algunas recombinaciones favorables resulten en
razas precoces de mejor rendimiento que sus progenitores.
166 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Advances on the use of maize germplasm under the participatory plant


breeding approach

Froylán Rincón-Sánchez1, Norma A. Ruiz-Torres1, Humberto de León-Castillo2 and José L.


Herrera-Ayala1

1
Departamento de Fitomejoramiento, Universidad Autónoma Agraria “ Arturo Narro”
(UAAAN) (frincon@uaaan.mx).
2
Instituto Mexicano del Maíz, UAAAN, C.P. 25315, Buenavista, Saltillo, Coah.

Resumen
Avances en el aprovechamiento de germoplasma de maíz bajo el enfoque del
mejoramiento participativo. El trabajo de investigación tuvo como objetivos determinar el
potencial genético de variedades criollas de maíz y explorar estrategias para su
aprovechamiento en un sistema de agricultura tradicional sustentable. El estudio consistió de
dos partes: la evaluación de variedades criollas en condiciones de riego y un estudio para su
mejoramiento bajo el enfoque participativo. En la primera parte, se estudió el potencial genético
de 10 poblaciones criollas con base en su comportamiento en cruzas con tres variedades
(probadores). La segunda parte consistió en la evaluación de 182 familias de hermanos
completos, obtenidas previamente entre individuos de la población criolla y una población
mejorada. El rendimiento de mazorca de las variedades criollas (primer estudio) varió de 1.639
a 10.253 t/ha indicando diferencias genotípicas entre ellas, las cuales fueron separadas con
base en la combinación específica con probadores. Se encontró que el rendimiento de las
cruzas (segundo estudio) varió de 7.7 a 16.7 t/ha, de estas, el 48 % obtuvieron rendimientos
superiores a la población mejorada, alcanzando valores promedio de heterosis de 15.8 %. Con
base en el interés del agricultor, se identificaron dos grupos de familias (precoz y tardía), cada
uno con 20 familias, usando como criterio su comportamiento agronómico e índices de selección.
La recombinación y selección posterior dentro de cada grupo dará origen a dos poblaciones,
cada una con 50 % de germoplasma criollo y mejorado, respectivamente. Los resultados
preliminares indican que la combinación de germoplasma puede ser una estrategia para el
mejoramiento de variedades criollas.

Palabras clave: Aptitud de combinación genética, diversidad genética, conservación y uso,


heterosis, mejoramiento participativo de cultivos, Zea mays L.

Introduction
In Mexico, approximately 70 % of the area cultivated with maize is mostly planted with native or
local populations; these varieties are usually grown in restrictive conditions, therefore they are
adapted to variable rainfall, and are tolerant of biotic and abiotic stresses, among other factors.
These populations are the only source of genetic resources available for sowing, due to their
flexible response to adverse situations. In unfavorable environments, farmers regularly keep
two types of maize varieties with early and late maturation times, in order to be able to respond
to unpredictable climatic conditions. In this manner, late varieties are planted if rainfall occurs
very early in the rainfall season, whereas early varieties are sown if rainfall is delayed. The
genetic diversity of maize in any cropping system is determined –among other factors- by the
use of local varieties. Conceptually two types of genetic materials are commonly developed,
those obtained from preferences (color, flavors, crop type, etc.) and those selected for adaptability
to biotic or abiotic microenvironments (Eyzaguirre and Iwanaga, 1996b). In the first case, local
varieties are planted in a very small area, basically for consumption; whereas, in the second
case, materials are planted in a large area, are widely distributed, and are frequently used for
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 167

seed exchange among farmers, within the same community or with other communities. In either
case, strategies focused on the conservation and efficient use of the germplasm need to be
determined. Exploring and understanding the genetic potential of adapted cultivars on traits of
interest may determine and guide further research for a particular environment or crop system,
as well as the efficient use of both economic and human resources.
Traditionally, landrace or native cultivars are used to enhance the genetic diversity of
populations utilized for genetic improvement. Several researchers have emphasized that the
conservation and sustainable utilization of genetic diversity is feasible under traditional agricultural
systems (Dempsey, 1996; Louette and Smale, 1996). The conventional concept of in situ
conservation (FAO, 1989) is the conservation of the variation between species and of the
dynamics associated with the environment, and it is usually referred to an ecosystem preserved
in its natural habitat. However, genetic diversity contained in the locally adapted varieties within
a traditional agroecosystem is not static; it varies from sowing to sowing as a consequence of
many factors such as migration, mutation, selection, genetic drift (Falconer and Mackay, 1996),
and adaptation to changes and interactions with external factors associated with ecosystem
development, as a consequence of the evolutionary process and selection (Harlan, 1992).
Louette (1997) and Louette and Smale (1996) indicate that there are other aspects associated
with possible changes on the genetic structure in a population, such as the seed exchange
between farmers within a community or among different communities, which, depending on the
migration index and introgression of foreign germplasm, would contribute to genetic variation in
a native population. The same authors concluded that seed exchange between farmers
contributes to gradual changes associated with the genetic diversity of local materials, instead
of substituting the local materials by the improved or introduced germplasm. Independently of
how the changes in genetic diversity of native crops take place, there is a general concern on
how to preserve a large amount of genes within a local population, through the promotion and
establishment of in situ conservation of cultivated species in traditional crop systems.
Participatory plant breeding has been suggested as a potential strategy to enhance local
populations and, at the same time, to preserve the genetic diversity inherent to the local material
as well as other characteristics of interest, useful in a sustainable traditional system (Eyzaguirre
and Iwanaga, 1996a; Louette and Smale, 1998). Germplasm enhancement and improvement of
local populations for a sustainable production system can be accomplished through the joint
efforts of formal breeders working with farmers in the improvement of their genetic resources
within unfavorable environments (Eyzaguirre and Iwanaga, 1996b). Moreover, the efficient use
of local materials to meet the needs of a sustainable crop system requires integral and
comprehensive participation at different levels (Geilfus, 1998; Voss, 1996). Therefore, it is
expected that all parts involved in the development of cultivars for a sustainable crop system,
such as plant breeders, decision-making farmers, communities and institutions, will share the
commitments and promote direct participation and relationships in order to be successful.
The area of study was located near Saltillo, Coahuila, in northern Mexico. This part of the
country is not recognized as an area important for genetic diversity concentration, particularly
of cultivated species such as maize (Wellhausen et al., 1951). However, locally adapted varieties
of maize are the most important cultivars planted in the area, since they are adapted to very
limiting climatic and input conditions, typical of a semiarid region. The objectives of the research
were to determine the genetic potential of locally adapted maize populations and to identify
strategies for crop improvement in a sustainable and traditional agriculture system using a
participatory plant breeding approach.
168 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Materials and methods


This paper includes two parts: first, an evaluation of locally adapted varieties, and second, a
study dealing with local crop improvement, using the participatory plant breeding approach.
Both studies were initiated with an exploratory work, where eleven local varieties were collected
during the summer-autumn of 1997, in eight communities located near Saltillo, Coahuila. Each
variety represented a sample of the genetic variety preserved by the farmers.
In the first study, the genetic potential of ten of the eleven populations was assessed with
evaluations conducted in 1998 and 1999 using three different populations as testers: VS-221,
CAFIME and CPRE, the latter, an experimental population formed with 13 inbred lines, selected
on the basis of their combining ability, and developed by the Instituto Mexicano del Maíz,
Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro (UAAAN). The evaluation was carried out in Celaya,
Guanajuato in 1998 and 1999, under well-watered conditions; in this paper only the 1999 data
are presented.
The second study consisted of an evaluation of a set of 182 full sib families, previously
obtained in Tepalcingo, Morelos, from plant to plant crosses between individuals from a locally
adapted maize variety (JAGUEY) from Jagüey de Ferniza, Coahuila, and the CPRE population.
It is important to point out that the farmers have preserved the JAGUEY variety through mass
selection, and that it is frequently planted at other sites as a result of seed exchange with
farmers from other communities. Since JAGUEY displays wide adaptation to critical environment
conditions as well as early maturity characteristics, it was used to explore strategies for developing
novel cultivars via the combination with the improved material CPRE. Field evaluations were
conducted during 2001 at three sites: Celaya, Guanajuato (1800 masl) and Derramadero,
Coahuila (1650 masl), both under irrigation, and at Jagüey de Ferniza (1950 masl), under rainfall
conditions (400 mm). The last site belongs to farmers who are organized as a rural cooperative
society for crop production, the “Ejido Jagüey de Ferniza”. The farmers’ participation in the
research work consisted of providing the land for the experiments, contributing their local
germplasm, and direct cooperation during the crop season including family selection at harvest.
The experiments were organized in a 20 x 10 incomplete block design with two replications.
The two parents and two public varieties (VS-221 and CAFIME) were used as checks. Families
were classified considering agronomic and morphological traits such as days to anthesis and
silking, plant and ear height (m), husk cover (%), stalk and root lodging (%), and ear yield (t/ha)
adjusted to a 15 % moisture content. Data were examined using analysis of variance and principal
component analysis procedures in SAS (SAS, 1990). Family selection was made at the two
irrigated sites; the selection process was enhanced with direct farmer participation at both the
irrigated and non-irrigated sites at Coahuila. Heterosis for ear yield was calculated as the
difference between the family’s performance and the mean of the two parents (Falconer and
Mackay, 1996), and data from the two irrigated sites was considered. Besides the phenotypic
characterization, a multiple-trait selection was computed using the selection indices methodology
(Baker, 1986; Barreto et al., 1991) with emphasis on good husk cover, low stalk and root lodging,
and days to flowering (early and late cycles). Because a multiple-trait selection was applied,
grain yield was not the only target trait for the final family selection. Principal component analysis
(Johnson and Wichern, 1992) was computed to explore the relative association among families,
parents, checks, and entries finally selected in the early and late family groups.

Results and discussion

Evaluation of local populations


The genetic potential of locally adapted maize varieties was assessed during 1998 and 1999
through evaluations per se, and evaluations of their combinations with improved varieties used
as testers. Data for the 1999 evaluations (Table 1) is presented in this paper.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 169

Table 1. Means for ear yield (t/ha) of ten local varieties and their crosses with testers, and heterosis estimates.
Celaya, Guanajuato 1999.
Crosses with testers Heterosis (%)a
Local varieties per se
VS-221 CAFIME CPRE VS221 CAFIME CPRE
Chapultepec 4.296 7.257 5.232 6.767 22.7 -13.4 -24.0
Santa Fe 7.522 9.245 7.737 9.154 22.8 1.1 -13.0
Cuauhtémoc (Mixture) 6.595 10.497 7.404 11.457 48.6 3.0 13.9
Cuauhtémoc (White) 7.379 10.077 8.470 8.347 35.1 11.7 -20.1
Garambullo (White) 7.767 8.546 7.053 9.797 11.7 -9.3 -7.9
Garambullo (Mixture) 5.025 9.396 9.264 9.235 49.6 44.7 -0.4
Sabanilla 10.253 11.166 10.245 11.288 25.5 13.6 -5.0
San José 5.715 6.680 5.750 5.536 0.8 -14.8 -42.4
Pinto mosca 1.639 8.311 7.842 7.203 81.2 66.5 -4.9
Galeana 6.234 8.385 8.640 9.550 21.8 23.3 -3.3

Average 6.243 8.956 7.764 8.833 32.0 12.6 -10.7


Mean of testers 7.534 7.783 13.515
a
Computed based on the difference between the mid-parent and families performance.

The analysis of variance showed significant differences among varieties (P=0.01) and testers
(P=0.05) for ear yield, indicating a considerable genetic variation within the local varieties and
the testers (data not shown). As an indication of genotypic differences, it is important to note
that ear yield of local varieties ranged from 1.639 to 10.253 t ha–1. Even though there was not a
statistical difference for the varieties x testers interaction, which is based on the average yield
(data not shown), the average and specific heterosis indicated that varieties could be
discriminated by the testers used (Table 1). CAFIME and VS-221 showed an average heterosis
of 12.6 and 32.0 % respectively, whereas CPRE had a negative heterosis (-10.7 %). The results
obtained for CAFIME and VS-221 are indicative of genetic divergence between the testers and
the populations evaluated; the value obtained for CPRE can be attributed to the outstanding
performance of the tester (13.515 t ha-1), which caused all the heterosis values to be negative,
with the exception of Cuauhtemoc (mixture).
Based on the average performance of local populations, their combination with testers, and
the yield of specific crosses, CPRE is adding a complementary phenotypic expression to
progenies, accounted by dominance and additive-by-additive interaction within the genetic
divergence (Lamkey and Edwards, 1999). Data shown in Table 1 indicate that local varieties
are efficiently discriminated by considering their specific combination with testers. Genetic
differences among local varieties are also shown in Table 1, indicating the relative magnitude of
the genetic divergence concentrated by farmers in a small area.
Based on these results, and the specific combinations with local varieties, two approaches
may be defined: CPRE can be a good choice to introduce genes to a local material, and to
exploit its combining ability to develop new varieties adapted to limiting rainfall conditions and
low inputs (fertilizers and pesticides, generally), characteristics of traditional cropping systems.
In the case of combinations with CPRE, the absence of heterosis suggests that a recurrent
selection methodology can be utilized for developing new cultivars (Hallauer and Miranda, 1988),
assuming that randomly mating the F1 reduces heterosis by 50 % (Lamkey and Edwards, 1999).
On the other hand, for those local materials where heterosis is positive and relatively high when
combined with varieties like VS221, a reciprocal recurrent selection methodology may be used.
The results suggest that genetic diversity studies need to be carried out prior to establishment
of a participatory crop improvement program.
170 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Participatory crop improvement


Average ear yields for each environment were 13.386, 11.153 and 9.148 t/ha for Celaya,
Derramadero and Jaguey, respectively (Table 2). Since the Jaguey experiment was sown
under rainfall conditions, there were inconsistencies on family yield estimates and lack of
correlation across environments between ear yield and days-to-flowering or moisture content,
among other traits. Analyzing the days-to-flowering per environment, the average anthesis-
silking interval (ASI) was 2, 4 and 7 for Celaya, Derramadero and Jaguey, respectively, while
the ASI maximum values were 5, 8 and 17 for Celaya, Derramadero and Jaguey, respectively.
Considering the ASI and ear yield performance, the two irrigated environments were utilized for
analysis and selection among families.
The combined analysis of variance showed significant differences (P=0.01) among families
and for the families x environments interaction for all traits evaluated, except plant and ear
height. The two environments were statistically different (P=0.01) for days-to-flowering, ear
height and stalk lodging; significantly different (P=0.05) for plant height and ear lodging; and
statistically similar for yield performance (Data not shown). Yield performance of the best 15
families across environments is presented in Table 2.
Data on Table 2 shows how families interact with the environment, as indicated by their
position (C) in each environment. None of the best 15 families showed yield stability across all
environments. Two families (14 and 27) performed well at Jaguey and Derramadero sites (rain-
fed and irrigated, respectively); family 49 performed well at the Jaguey and Celaya sites. These
two examples clearly demonstrate a lack of correlation among the evaluation environments,
and also express the genotype x environment interaction including the two irrigated sites
(Derramadero and Celaya). Looking at the performance of parents (Jaguey and CPRE) and
checks, the pattern indicates an increase in yield from the non-irrigated to the best environment
(Celaya); the same pattern was observed for the average yield by site. Using the mean standard
error as an indicator of reliability shows that the value in Jaguey de Ferniza was almost twice
the value at Derramadero, and that the value obtained at Derramadero was very similar to that
of Celaya. The genotype by environment (GxE) interaction (Table 2) indicates that those families
that performed well under most favorable environments do not necessarily perform well under
poor environments, and vice versa. The significant GxE interaction suggests that strategies for
selection and adaptation within a population for a particular environment need to be identified, as
pointed out by Ceccarelli et al.(1996), who reported similar results.
It is important to point out that because traits like husk cover and lodging percentage showed
undesirably high values, they were considered on the multiple-trait selection. In addition to the
phenotypic characterization, the selection index approach assisted in defining two family groups
(early and late selection), each with 20 families; their average values are indicated in Table 3,
with reference to the population mean.
The two family groups were defined according to the farmers’ interest in managing two types
of cultivars with different growing cycles and adapted to rainfall conditions. Farmers enhanced
and contributed to the selection process in both the non-irrigated and irrigated environments at
Coahuila (Jaguey and Derramadero); their selection was then combined with phenotypic and
multiple-trait selection to make the final selection of families. During selection, special attention
was given to the unfavorable environment, because it is for those conditions that improvement
of the local population is desired.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 171

Table 2. Mean yield performance of 15 families, parents and checks evaluated in three environments in Mexico,
2001.
Entries Average Ca Celaya, C Derramadero, C Jaguey de C
Gto. Coah. Ferniza Coah.
Families
27 15.503b 3 15.400 23 14.961* 7 16.793* 2
99 15.457 b 4 14.738 38 16.895* 1
25 15.435 b 5 19.511* 3 11.360 86
46 15.160 6 15.539 22 12.882 33 16.679* 3
14 15.152 7 14.879 36 15.576* 4 15.275* 6
49 15.109 b 8 16.208* 12 13.324 20 16.481* 5
126 14.696 10 16.423* 11 12.958 29 14.719 9
82 14.379 11 14.480 51 14.539* 10 13.855 13
68 14.237 12 13.164 102 15.942* 2 12.970 23
21 14.138 14 16.706* 9 13.309 21 10.663 52
43 13.935 15 14.401 52 13.603 16 13.668 14
129 13.906 16 14.624 44 13.187 24
34 13.628 b 18 14.904 34 12.934 30 12.464 31
55 13.596 19 14.598 46 12.865 34 13.056 20
92 13.561 20 14.958 30 11.666 74 12.662 27
Parents
CPRE 10.547 147 14.552 48 10.070 142 5.843 136
Jaguey 8.459 194 9.075 195 8.479 184 5.920 135
Checks
CAFIME 9.926 174 12.286 141 8.650 182 5.591 141
VS221 9.592 183 10.540 189 8.887 175 8.621 92
Mean 11.605 13.386 11.153 9.148
Se 1.107 1.218 1.677 2.985
a
Classification based on yield performance; b
Selected families; Se = Mean standard error; *, Greater than µ + 2Se .

Table 3. Mean phenotypic expression of the best 13 families evaluated at two irrigated environments. Mexico,
2001.
Days to Plant Ear Husk Root Stalk Ear
Entries
anthesis height height cover lodging lodging yield
(d) (m) (m) (%) (%) (%) (t ha-1)
Families
99 a 76 2.19 1.43 22.4 23.1 0.00 15.457
25 a 82 2.26 1.20 0.00 18.9 0.00 15.435
22 a 80 2.57 1.42 20.3 6.3 15.9 15.211
27 a 80 2.53 1.61 18.9 18.5 7.20 15.180
14 74 2.36 1.37 17.3 27.0 6.10 15.111
21 76 2.28 1.37 42.3 32.2 23.8 15.007
49 a 77 2.40 1.32 14.5 20.2 6.10 14.766
126 77 2.28 1.16 31.2 16.7 13.2 14.690
134 a 77 2.40 1.30 26.9 20.7 7.5 14.658
46 75 2.43 1.47 34.3 30.2 15.7 14.653
68 75 2.06 1.32 39.8 17.0 6.10 14.553
128 77 2.43 1.43 34.4 47.2 3.3 14.519
82 77 2.21 1.19 36.1 25.7 10.3 14.510
Mean 76 2.22 1.23 28.4 17.3 11.3 12.269
Early selectionb 74 2.20 1.22 20.0 11.0 6.8 12.374
Late selectionb 80 2.36 1.33 14.7 14.4 7.3 14.793
172 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Ear yields of the crosses over the two irrigated environments varied from 7.7 to 16.7 t/ ha.
Nearly half of the crosses showed higher yields than the improved population, reaching heterosis
values up to 47%, with an average of 15.8%. A frequency distribution of heterosis estimates is
shown in Figure 1.

Figure 1. Frequency distribution of heterosis estimates for 182 crosses between individuals of a local variety of
maize and an improved population.

The heterosis values ranged from –36.7% to 47.0%, demonstrating the genetic diversity
sampled from the local population through plant-to-plant crosses (Figure 1), and indicating that
heterosis is specific to a particular cross (Lamkey and Edwards, 1999). The wide range for
heterosis and its average (15.8 %) suggest that additive genetic effects are mostly contributing
to the crosses between individuals from the locally adapted and the improved populations.
Recombination of selected families and further selection within each group of crosses (early
and late) will produce two populations with 50% adapted and 50% improved germplasm, an
approach that can be used as a strategy to develop varieties with a broad genetic base adapted
to limited rainfall conditions.
Modern plant breeding programs are responsible for changing the genetic structure of
populations by the fixation of favorable alleles. A combination of both local and introduced
germplasm (50% each) would preserve the genetic constitution of local material and would
incorporate favorable alleles from the improved population. The latter may play an important
role, because the improved population is selected based on its genetic combining ability in
crosses with local materials, and its constitution per se. The 50% germplasm combination (local
and improved, respectively) corresponds to the initial approach, as a strategy to manage and
use local genetic diversity; however, in order to study a possible expression of undesirable
traits, a backcross to both parents needs to be carried out. Evaluation of different germplasm
proportions will identify the best combination, and should consider the evaluation of traits of
interest to farmers.
A principal components analysis (PCA) was computed using the correlation matrix obtained
from the agronomic traits over the two irrigated environments (Figure 2).
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 173

Figure 2. Scatter plot of the first two principal component scores showing the dispersion of families, parents (local
and improved), checks and selected families (early and late), evaluated at two irrigated environments.

The relative dispersion among the evaluated entries represents only 51.3% of the total
variability corresponding to the original traits, and is the sum of the first two principal component
scores (31.3% and 20.0% for PC1 and PC2, respectively). Even though the proportion of the
variation explained is not high, these two PC scores are the most important for analyzing the
relative variation among all evaluated entries.
Figure 2 shows that all entries can be discriminated based on days-to-flowering, plant height,
and moisture content (PC1) and ear yield (PC2). Phenotypic characteristics of both the late
and early selection groups (Table 3) also are shown in Figure 2, as well as their relationship with
the local and improved populations, the checks, and the non-selected families.

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MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 175

Beneficios potenciales del mejoramiento participativo de maíz en el sistema


roza-tumba-quema de Yucatán, México

José Luis Chávez-Servia1, Jaime Canul-Ku2, Luis A. Burgos-May2 y Fidel Márquez-Sánchez3


1
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI-Américas), c/o CIAT, A.A. 6713,
Cali, Colombia (j.l.chavez@cgiar.org).
2
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados-IPN Unidad Mérida.
3
Centro Regional Universitario del Occidente de la Universidad Autónoma Chapingo.

Summary
Potential benefits of participatory plant breeding of maize in the slash-and-burn farming
system of Yucatan, Mexico. A diversity of research activities have been carried out in the
north-central Yucatan Peninsula, Mexico, from 1999 to 2002. Such activities have been focused
on the identification of outstanding germplasm and implementation of participatory breeding
techniques, with the objective of increasing regional production and/or adding specific traits to
the landraces preserved by farming communities. As a starting point, documentation of local
systems of seed selection was undertaken, and is ongoing. The next step consisted of a
characterization and preliminary evaluation of 182 maize samples from the Yaxcaba region (4
municipalities of Yucatan) that was done as an independent trial. Twenty-eight samples were
selected to represent the four principal maize racial groups present in the region. These were
evaluated under two local conditions of soils and two sowing dates. In addition, 3 and 8 back-
crosses between local germplasm and improved material were made at different times, using
the improved materials as a donor. With the collaboration of a farmer from Yaxcaba, a visual
mass selection was initialized with a maize population of interest to him. In the traditional
improvement method, the critical point in farmers’ seed selection was the choosing of ears
from the previous or current crop harvest. The estimated quantity of seed needed for the next
crop cycle is 7.1% of the total volume of grain production. In general, regional production
averages less than 1 tn/ha with population densities of less than 30,000 plants/ha. Agronomically,
use of the best local samples could increase grain production between 10% and 20% in the
Yaxcaba region. Visual mass selection in its four-selection cycle has remained a very simple
agricultural practice, with genetic gains of 6% per selection cycle. The backcrossing technique
is dependent on the breeder; however, farmers have great enthusiasm for the technique.

Key words: Evaluation, limited backcrossing, maize, mass selection, plant breeding.

Introducción
La diversidad preservada por los agricultores ha sido la base fundamental del mejoramiento de
los cultivos, tanto en México como en otros países. Aunque los agricultores son los dueños de
la diversidad en primera instancia, son los últimos en beneficiarse. Los agricultores de la región
de Yucatán, México basan su producción en los sistemas agrícolas tradicionales de cultivo,
aproximadamente el 90% lo hacen mediante la utilización de semillas locales o variedades
mejoradas antiguas las que fueron liberadas dos o tres décadas atrás (Márquez, 1992).
El mejoramiento de maíz en Yucatán tiene gran historia pero con pocos productos finales,
variedades mejoradas. Márquez (1992) hace una revisión rápida, desde 1956 hasta 1990, del
mejoramiento de maíz en la región y puntualiza que en todo ese tiempo, sólo se liberaron para
la región no más de cinco variedades mejoradas (V-528, V-530, V-532, V-533, y V-534), pero
todas ellas para suelos mecanizados o poco pedregosos. Es decir, no se obtuvieron variedades
para las condiciones marginales de alta pedregosidad y estacionalidad del período de lluvias.
En las variedades liberadas se utilizaron como fuentes de germoplasma a las variedades criollas
176 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

de los tipos “Xmejen nal” (ciclo intermedio) y “Xnuc nal” (tardío) de Yucatán, germoplasma del
Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y del Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). El maíz es el único componente
de la milpa1 yucateca que ha sido sometido a mejoramiento genético dejando de lado a los
cultivos de calabaza, y frijol. El chile, aunque es un componente de la milpa, no se encuentra
asociado directamente con los otros cultivos.
Las metodologías utilizadas para la obtención de las cinco variedades recomendadas para
Yucatán fueron: (1) la selección masal, (2) selección recurrente en esa época (1970-80)
conocida como selección cíclica, y (3) la selección de hermanos completos y medios hermanos.
Con estos métodos se obtuvieron las llamadas “variedades experimentales” (VEX), Márquez
(1992). Otro método propuesto es la aplicación de la selección masal dentro de “matas”
(seleccionar una de cada cuatro plantas por mata, 25%) y la retrocruza limitada, pero hasta
ahora no se han generado, en Yucatán, materiales con estos métodos (Márquez, 1979; Márquez,
1990). El mejoramiento participativo (FMP) de maíz en México y en especial en Yucatán es
incipiente y con adecuaciones tan variadas de acuerdo a la región objetivo, a los agricultores
involucrados, a las condiciones agroecológicas y a razas locales de maíz (Blanco, 1998; Aragón
et al., 2000; Aguirre y Bellon, 2000; Bellon, 2000; Castillo et al., 2000; Chávez et al., 2000;
Cleveland et al., 2000; Dzib, 2000; García et al., 2000; Moreno et al., 2000).
En el FMP la participación del agricultor tiene lugar en algunas de las etapas o bien en todo
el proceso de mejoramiento; la que depende del tipo y forma de colaboración establecida
previamente entre el agricultor y el mejorador. Las bases del FMP se establecen en los métodos
de investigación participativa (del enfoque llamado en inglés Participatory Rural Appraisal, PRA),
los que enfatizan sobre el uso del conocimiento local para cualquier situación de investigación.
Esta metodología se inició a finales de los 70 y principios de los 80 pero fueron compiladas,
publicadas y difundidas hasta los 90 (Chambers, 1994). El punto clave de los enfoques del
FMP, radicó en que los sistemas institucionales dejaron de lado la participación de los
agricultores, quienes son los principales conocedores del material local y usuarios del material
mejorado.
Las razas mexicanas de maíz “Nal-tel”, “Dzit-bacal” y “Tuxpeño” (Xnuc nal, versión local
de la península de Yucatán) son ampliamente conocidas y siguen presentando gran variabilidad
en el estado de Yucatán. Sin embargo, hasta el momento ningún mejorador ha puesto atención
en las razas Nal-tel y Dzit-bacal para obtener una variedad mejorada o utilizarlas como fuente
de caracteres, entre ellos la precocidad de la primera y alto rendimiento en la segunda. A pesar
de ello, siguen sembrándose dentro del sistema roza-tumba-quema y usualmente bajo asociación
con los cultivos de calabaza y frijol. El mejoramiento del maíz en Yucatán ha dado resultados
limitados debido entre otras causas a la gran variabilidad de factores del agro-ecosistema y al
limitado número de programas de mejoramiento para las condiciones restrictivas (Márquez,
1992; Chávez et al., 2000). Se han tenido avances teóricos para evaluar la competencia entre
dos o más cultivos pero poca experiencia y desarrollos teóricos para el mejoramiento conjunto
de cultivos asociados.
A pesar de las restricciones tecnológicas y los limitados recursos de inversión, la siembra
de las variedades locales, ciclo tras ciclo, por los agricultores mayas Yucatáneses, les ha
permitido generar el alimento para sus familias. La selección conciente que hacen los agricultores
al escoger su semilla para la siembra ha generado la combinación genética de caracteres
favorables en sus variedades locales, y al repetirlo por décadas han conferido adaptabilidad
local o geográfica a sus materiales a pesar de las fuertes presiones ambientales. Es indudable
el reconocimiento que hacen los fitomejoradores, sobre la potencialidad del germoplasma
preservado in situ desde los antiguos mayas.

1
Terreno de cultivo donde se siembra una o más especies
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 177

Con estos antecedentes, en este escrito, y con base en las experiencias de evaluación de
germoplasma local, selección masal in situ, y mejoramiento por retrocruza limitada en la región
de Yaxcabá, México, se analizaron los beneficios potenciales del FMP y la factibilidad de
incrementar la producción de maíz en Yucatán, México.

Métodos de mejoramiento explorados


Se presentan las experiencias de los trabajos sobre mejoramiento de maíz desde 1999 al
2002 en la región de Yaxcabá, Yucatán, México, bajo un esquema de participación en campo
de los agricultores. La región maicera bajo estudio se encuentra situada en la porción centro-
norte de la Península de Yucatán y forma parte del centro Mesoamericano de diversidad; el
clima es cálido sub-húmedo con lluvias en verano de cerca de 1000 mm de precipitación
anual, interrumpida en agosto por una breve sequía intraestival. Los suelos son calizos, altamente
pedregosos con ligeras planicies llamadas localmente como “Kankabales” y abundantes altillos
pedregosos (tsekeles, en maya). La altitud general de la zona está entre 20 y 25 metros sobre
el nivel del mar. El análisis de los resultados están basados en cuatro fuentes de información;
1) documentación del mejoramiento tradicional, 2) caracterización y evaluación agronómica
del germoplasma regional de Yaxcabá, 3) las experiencias del mejoramiento por retrocruza
limitada, y 4) los avances en la implementación del método de selección masal visual.

Documentación del mejoramiento tradicional. Esta fase se desarrolló mediante entrevistas


informales y observación directa y participante de las actividades de los productores (estudio
etnobotánico), tanto en la región de Yaxcabá como municipios cercanos. Se hizo un registro
de las principales actividades y procedimientos para la selección de la semilla por los
productores y posteriormente fueron estimadas las diferentes presiones de selección que utilizan
los agricultores de Yaxcabá, Yucatán. Se incluyen tamaños de muestras y principales caracteres
que utilizan los agricultores para hacer la selección de su semilla de siembra.
Se realizaron evaluaciones del número de plantas por el método de cuadros (5 m x 5 m)
para obtener estimaciones de las densidades de población de maíz que manejan los agricultores
mayas en sus diferentes parcelas de cultivo (suelos ligeramente profundos “kan kab” o suelos
pedregosos, “tzekeles”), la proporción de mazorcas seleccionadas (en volumen), el número de
matas por planta y una estimación del rendimiento promedio (Graefe, 2001). Además, se incluyen
los criterios generales que utilizan los agricultores para elegir la semilla de su siguiente ciclo de
siembra.

Caracterización y evaluación de colectas regionales y peninsulares. En 1999-2000 se realizó


una caracterización y evaluación preliminar de 182 poblaciones regionales de maíz de Yucatán
constituidas por material colectado en los municipios de Yaxcabá, Cantamayec, Dzitas y
Opichen (región de Yaxcabá, México). En el trabajo se utilizaron los testigos mejorados H-
515, H-512, Tuxpeño Norteño (UACH)2, ratón (UACH), V-524, V-535, V-528, una cruza
proveniente del CIMMYT (108*321), y un grupo de 10 colectas comunes. Durante la cosecha
y evaluación de características agronómicas un grupo de agricultores fue calificando a cada
uno de las poblaciones en cinco categorías (desde 1, buenos a 5, pésimos) de acuerdo a las
características de la mazorca a la cosecha (sanidad, tamaño, hileras definidas y buena cobertura
de mazorca, entre otros).
Con los resultados de la evaluación preliminar se formó un conjunto de poblaciones
agronómicamente “sobresalientes” con base en los criterios de los agricultores y la estimación
del rendimiento de grano. Posteriormente, el conjunto de 28 poblaciones sobresalientes de la

2
Origen: Universidad Autónoma Chapingo, México
178 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

región de Yaxcabá, fueron evaluadas agronómicamente durante el año 2000. En este caso se
utilizaron dos micronichos de evaluación, uno con suelo ligeramente profundo “Kankab” y otro
altamente pedregoso “Tzekel”, y bajo dos fechas de siembra.

Mejoramiento por retrocruza limitada. Con base en la metodología propuesta por Márquez
(1990) se condujo la experiencia aquí descrita. El método general se basa en la incorporación
de caracteres mediante la retrocruza hacia el material local y utilizando como donadores, en el
cruzamiento inicial, el progenitor que posee el carácter a incorporar, (mayores detalles véase
Chávez et al., 2000). El material genético local utilizado estuvo constituido por cuatro poblaciones
de maíz de la comunidad de Yaxcabá, Yucatán. Los materiales como donadores estuvieron
constituidos por variedades comerciales y una raza Mesoamericana de maíz. En este trabajo
se presentan las observaciones de dos generaciones de retrocruzamientos.

Selección masal visual in situ. Después de una revisión detallada de la caracterización de las
182 poblaciones de maíz colectadas durante 1998-99, y caracterizadas y evaluadas en 1999-
2000 en la región de Yaxcabá, Yucatán, 28 poblaciones fueron las más sobresalientes en
sanidad, tamaño, número de hileras y buena cobertura de la mazorca, y representantes de la
diversidad local. Una de estas poblaciones fue seleccionada y sembrada por uno de los
agricultores, y posteriormente en común acuerdo se le ha aplicando, hasta el 2002, cuatro
ciclos de selección masal visual estratificada, adaptando la metodología descrita por Molina
(1990). La modalidad de la técnica en su primer ciclo fue una práctica muy elemental ajustándose
la selección de mazorcas de acuerdo a los criterios e inquietudes del agricultor, y poco a poco
se fueron realizando las adecuaciones necesarias para establecer las restricciones mínimas
de la metodología. El ajuste más importante de la técnica se realizó en el último ciclo de selección
(SM–C4) cuando el productor mostró mayor interés por ciertos progresos visuales en su material
sembrado. En el año 2001, se hizo una evaluación agronómica de las poblaciones seleccionadas
con el objetivo de tener una estimación de la respuesta a la selección. No obstante que en el
año de la evaluación hubo una sequía intraestival y sólo se estableció en un ambiente, se
cumplió el objetivo.

Experiencias y resultados

Descripción del sistema tradicional de selección


El proceso de selección de maíz que sigue un agricultor año con año para obtener su semilla,
tiene como base el conocimiento cultural hereditario de sus ancestros y las prácticas de prueba
y error que él experimenta. En la región de Yaxcabá, Yucatán es común que el agricultor
seleccione su semilla de maíz “I’nah” en dos etapas; 1) al momento de la cosecha se escogen
las mazorcas que reúnen las características de su preferencia junto con las brácteas que la
cubren. La selección la hacen al tacto para verificar llenado y cobertura de la mazorca, y
además que presente las mayores longitudes. Al momento de realizar esta actividad se observó
cierto “sesgo” debido a que los productores comúnmente orientaron la selección hacia los
lugares donde visualmente estaban las mejores expresiones fenotípicas de la planta y que
regularmente correspondían a los lugares de mayor fertilidad y/o profundidad del suelo. 2) La
segunda presión de selección se realiza en días previos a su siguiente siembra y consistió en
“la limpieza y desgrane” de las mazorcas previamente seleccionadas. Al momento de desgranar
(separar los granos del raquis de la mazorca), sólo se incluyen mazorcas sin daño por plagas
o enfermedades y eliminando los granos de la base y ápice de la mazorca. En este proceso de
selección de mazorcas, limpieza y desgrane, los agricultores ejercen diferentes presiones de
selección sobre las poblaciones cultivadas, y de agricultor a agricultor se presentan diversas
variaciones de acuerdo al material y superficie a sembrar en su próximo ciclo (Cuadro 1). Aquí
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 179

debe hacerse notar que a diferencia de otras regiones de México, la principal selección se
hace en campo y no en el almacén como lo reporta Aguirre et al. (2000) para el estado de
Guanajuato.

Cuadro 1. Estimación de los tamaños promedios de muestras seleccionadas por los agricultores para las
siguientes siembras de maíz en la comunidad de Yaxcabá, Yucatán. 1999-2000.
Variedad local Cicloa Superficie Al nalc I’nahe Total Semilla Presión
o mejorada (meses) (mecatesb) (sacosd) (sacos) cosechado final I’nah selección
de origen (sacos) (kg) (%)
Nal-xoy 3 15 8 10 18 20 11.1
V-536 3.5 52 34.5 15 49.5 40 8.1
Xmejen nal – Amarillo 2.5 2 4 1 5 2.5 5
Xmejen nal – Amarillo 2 8 10 0.5 10.5 3 2.1
Xmejen nal – Blanco 2.5 7 15 0.5 15.5 3 1.4
Xnuc nal 4 50 20 10 30 20 6.7
Xnuc nal – Amarillo 4 200 25 10 35 50 14.3
Total 337 118.5 48 166.5 131.9 7.1%
(prom.)
a
Ciclo estimado desde la siembra hasta alcanzar el estado masoso-lechoso del grano.
b
Unidad de superficie local (1 mecate = 20 m x 20 m = 400 m2).
c
Palabra maya para referirse a la mazorca que es cosechada pero que se elimina la cobertura y es utilizada para el consumo
inmediato.
d
Un saco equivale a 20 kg de peso en mazorca.
e
Palabra maya utilizada para distinguir a las mazorcas cosechadas con cobertura que serán destinadas para seleccionar
la semilla.

Las observaciones de campo indican que cada agricultor tiene diferentes criterios para
escoger la semilla de su variedad; en el Cuadro 1, se presentan diferentes poblaciones
seleccionadas y se observa una diferencia en las presiones de selección. Por ejemplo, en las
poblaciones de Nal-xoy y V-536 (mejorada pero con algunos años con el agricultor) tienen en
promedio un 9.6%, en Xmejen-nal fue de 4.2% y Xnuc-nal del 10.5%, estas últimas son las que
ocupan mayor superficie sembrada en la región. Deben señalarse también, que estas
estimaciones son bastante variables pues en ciertos casos, si la necesidad de alimentos es
alta, se consume la proporción de maíz que en principio se destinó para semilla.
El promedio general en la presión de selección fue 7.1%, este porcentaje parecería bajo
pero similar a lo que se emplea en un esquema de selección masal (Martínez et al., 2000), a
pesar de ello es el principal criterio a tomar en cuenta cuando se quiere establecer una estrategia
de mejoramiento participativo. El “mecate” (=400 m2) es la unidad de superficie regional utilizada
por los agricultores de Yucatán; por tanto, en esos múltiplos de unidad se realiza la selección
por el agricultor, las estimaciones de las cantidades de semilla que necesita en su siguiente
ciclo, y la estimación de su rendimiento.
Como resultado de la observación directa y el acompañamiento de los agricultores, se
puede argumentar que los criterios utilizados por cada agricultor, para seleccionar las mazorcas
de maíz, pueden variar de comunidad a comunidad. Aun así, los más generalizados son:
1. En campo:
- Mazorcas grandes en longitud
- Mazorcas medianas pero de buen peso “mazorcas gordas”.
- Excelente cobertura
2. Selección final en el kunche (troje o almacén):
- Hileras “derechas” o bien definidas
- Granos sin daño por gorgojo (Carpophilus lugobris)
- Eliminación de ambas puntas de la mazorca (base y ápice)
180 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Desde el punto de vista del mejoramiento genético, las densidades de población que maneja
el agricultor son importantes para formular conjuntamente las más adecuadas estrategias de
selección participativa de la semilla. En los municipios de Yaxcabá, Tekax y Peto, México, las
densidades promedio por hectárea estimadas fueron cercanas a las 25,000 plantas con un
rendimiento promedio de 934 Kg. Con base en la prueba de “t”, se estimó una diferencia
significativa (DMS=3,814; densidad de plantas) entre las parcelas de suelo plano medianamente
profundo (Kan kab) y las de suelos pedregosos superficiales (Tze-kel), t=2.48 y α=0.05. Esto
es debido entre otras cosas, a que las siembras se realizan de forma manual en matas de
cuatro plantas y en el caso de los suelos pedregosos sin un arreglo topológico (Cuadro 2).

Cuadro 2. Estimadores de los tamaños de las poblaciones cultivadas en las milpas típicas tradicionales de tres
municipios de Yucatán. Adaptado de Graefe (2001).
Densidad de plantas/suelo2
Agricultor Ejido/ Densidad Matas1 Plantas Rend.
promedio promedio por Ligeramente Pedregoso promedio
Municipio
(plantas/ha) /ha mata profundo (kg/ha)3
Esteban Yaxcabá 27,933 7,644b 3.6 28,489a 25,067 1,375 b
/ Yaxcabá
Pablo Yaxcabá/ 19,399 6,067 3.2 21,066 17,733 800a
Yaxcabá
Ignacio Becanchén
/ Tekax 26,133 7,200 3.6 26,133 —- 1,280c
Apolonio Becanchén/
Tekax 30,133 7,467 4.0 30,133 —- 1,000
Valerio Progresito/
Peto 23,533 6,067 3.9 24,800 22,267 950b
Jerónimo Progresito/
Peto 22,433 7,911 2.9 22,867 22,000 200a
Promedios 24,927 7,059 3.5 25,581 21,767 934 ± 418
1
Término para referirse a dos o más semillas o plantas en un mismo lugar.
2
Estimación del número promedio de plantas por hectárea en suelos ligeramente profundos (kankab) y pedregosos (tzekel).
3
Rendimiento promedio estimado de las variedades locales.
a, b, c
promedios generados con 3, 4 y 5 valores de igual número de parcelas, respectivamente.

Caracterización y evaluación de colectas


Mediante la evaluación preliminar de 182 colectas regionales de cuatro municipios de la región
de Yaxcabá, México, en un solo ambiente, se determinó que existe una gran variabilidad en
días a floración femenina y en rendimiento (Cuadro 3). Esto indica la gran diversidad que se
conserva entre los materiales regionales y aun en las poblaciones híbridas acriolladas, las
que se generan con la combinación o cruzamiento natural entre los materiales mejorados
introducidos hace más de cinco años y las poblaciones locales. Además, los agricultores
manejan y seleccionan cada uno de sus materiales de manera independiente, la semilla es
separada y sembrada en espacios diferentes e identificados.
A partir de la información recopilada en la caracterización y evaluación preliminar, se clasificó
el material en cuatro grupos genéticos de acuerdo a la precocidad y características de mazorca.
Entre los materiales evaluados se distingue una diferencia clara en días a floración femenina
como son los precoces de 62 a 72 días (Nal-tel y Xmejen-nal) y los tardíos Dzit-bacal y Xnuc
nal (Tuxpeño) de 83 a 90 días. Entre los precoces y tardíos se encuentra el grupo de intermedios,
que corresponden a las variedades mejoradas antiguas (acriollados) y a los testigos (variedades
mejoradas). El rendimiento de cada uno estos grupos mostró una tendencia paralela a su
precocidad; el grupo de tardíos presentaron los mayores rendimientos (hasta 4.5. ton) y los
precoces los mínimos (2.5 ton), Cuadro 3. En número de hileras y granos promedio, también
hubo diferencias significativas entre los grupos.
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 181

Cuadro 3. Comportamiento promedio de cinco grupos de germoplasma de maíz de la región de Yaxcabá,


Yucatán.
Días floración Rend. Prom. Granos Hilera/ Núm.
Grupo genético
femenina (kg/ha) Prom./mazorca Mazorca muestras
Nal-tel 62 ± 6.8 2,556 ± 381 328 ± 62 13 ± 1.1 5
Xmejen-nal 66 ± 6.6 3,285 ± 598 397 ± 35 13 ± 1.0 30
Dzit-bacal 83 ± 3.0 4,176 ± 589 458 ± 51 11 ± 1.3 30
Xnuc-nal (Tuxpeño) 83 ± 2.2 4,134 ± 493 449 ± 40 12 ± 1.0 101
Acriollados a 72 ± 8.9 4,363 ± 536 431 ± 35 13 ± 1.0 16
Mejorados 74 ± 7.3 3,130 ± 520 437 ± 41 14 ± 1.1 10
Promedio 88 ± 7.0 3,940 ± 682 437 ± 49 12 ± 1.4 192
a
Variedades en proceso de acriollamiento V-527, V-528, V-533, V-536 y algunos híbridos no identificados.

El vigor híbrido evidente entre los materiales acriollados se presentó en las variedades
antiguas V-528, V-533, y V-535 preservadas por algunos agricultores, y que fueron introducidas
al menos cinco años previos a esta evaluación, sin renovación de semilla. El promedio del
rendimiento de los materiales acriollados se encuentra ligeramente arriba del promedio de los
testigos mejorados (entre ellos las mismas variedades pero con semilla certificada). El ligero
incremento de rendimiento con respecto a su progenitor mejorado, presenta evidencias de
heterosis entre las variedades locales y los materiales mejorados introducidos (Cuadro 3). Una
situación similar cuantificó Romero et al. (2002) al cruzar un grupo de poblaciones nativas de
maíz de la raza Chalqueño con un grupo de variedades comerciales, la heterosis estimada con
respecto al progenitor medio varió del 2.2 al 16.7%.
En la Figura 1 se observa con mayor definición la variabilidad de cada uno de los grupos
evaluados durante el 1999-2000. Los materiales más precoces y de bajo rendimiento fueron
los del grupo Nal-tel y Xmejen-nal. Entre los tardíos se destacan Dzit-bacal y Xnuc-nal (esta
última la variante regional de la raza Tuxpeño), ambos con un rendimiento promedio similar. En
la porción derecha de cada grupo se encuentran los materiales motivo de selección con los
que se obtendría un mayor rendimiento promedio regional. Por ejemplo, si son seleccionados
los mejores materiales dentro de cada grupo o bien del total, 5 o 10%, posibilita un incremento
potencial del 15 al 25% en el rendimiento regional. Aunque deben considerarse los ajustes
necesarios por efecto de ambientes de evaluación; aun así, en diferentes grados se obtendrían
ganancias en el rendimiento. Es decir, si se tiene un promedio general de 3,978 kg/ha se obtendría,
teóricamente, un rendimiento de 5,004 ± 242 kg/ha al sembrar los 18 mejores materiales, 10%
de los 182 evaluados (Cuadro 3 y Figura 1). En un ejercicio teórico fueron estimados incrementos
en el rendimiento del 2 al 20% en el rango de precoces a tardíos. Con este enfoque, es factible
que en el material seleccionado puedan incluirse agronómicamente a los mejores representantes
dentro de cada grupo de diversidad con el propósito de conservarla in situ.

Figura 1. Rendimiento de 182 colectas o poblaciones locales de maíz de la región de Yaxcabá, Yucatán. 1999-
2000.
182 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Posterior a la evaluación, fueron seleccionados 28 materiales dentro de los principales


grupos locales (Nal-tel, Xmejen-nal, Dzit-bacal y Xnuc-nal) y evaluados durante el año 2000 en
dos condiciones de suelo (Kan kab; ligeramente profundo y Tzekel; altamente pedregoso) y
dos fechas de siembra. Se observaron diferencias significativas entre los grupos locales de
diversidad respecto a su rendimiento. Los materiales precoces del grupo Nal-tel y Xmejen-nal
fueron más estables en comparación con los tardíos Dzit-bacal, (Tsiit-bacal) y Xnun-nal. Los
materiales seleccionados en promedio rinden como mínimo 2.7 ton, y es superior al rendimiento
promedio que obtienen los agricultores en sus parcelas (0.934± 0.4 ton, Cuadro 2), Cuadro 4.

Cuadro 4. Rendimientos promedio y desviaciones estandar de 28 poblaciones evaluadas en la región de


Yaxcabá durante el ciclo 2000-2001.
Poblaciones Evaluación 2000
Promedio del Suelo Suelo Promedio Promedio
por grupo de
grupo en 1999 ligeramente pedregosoc 2000 1999 y 2000
diversidad
profundoc
Nal-tel (3) 2,556 ± 381 2,553 ± 528 2,600 ± 456 2,576 ± 442 2,703 ± 266
Xmejen-nal (9) 3,285 ± 598 2,840 ± 342 2,260 ± 257 2,550 ± 418 3,043 ± 436
Dzit-bacal (7)a 4,176 ± 589 3,605 ± 410 3,168 ± 397 3,386 ± 449 4,100 ± 342
Xnuc-nal (9)b 4,134 ± 493 4,036 ± 407 3,402 ± 294 3,719 ± 475 4,336± 329
Promedio 3,537 ± 515 3,385 ± 687 2,890 ± 587 3,138 ± 680 3,545 ± 343
a b
Tsiit-bacal (maya contemporáneo); Tuxpeño; cpromedio de dos fechas de siembra

De acuerdo a los gustos o preferencia de los agricultores por sembrar ciertos materiales,
también se pueden lograr los propósitos de incrementar la producción, utilizando a los mejores
materiales dentro de cada grupo de diversidad local o bien a las mejores poblaciones evaluadas.
Por ejemplo, si fueran elegidas las mejores poblaciones con rendimientos superiores a los 3.5
ton/ha, entonces sólo los grupos tardíos Dzit-bacal (=Tsiit bacal) y Xnuc-nal (=Tuxpeño) se
seleccionarían. Las mejores opciones de ciclo corto son quizás un material de Nal-tel y tres de
Xmejen-nal con rendimientos superiores a los 2.6 tn/ha. Como fue demostrado en la evaluación
agronómica, cada material tiene ciertos micronichos donde alcanza sus mayores potenciales y
otros estabilizan su rendimiento a través de los ambientes; el punto clave aquí es la posibilidad
de elegir materiales, dentro de cada grupo de diversidad, que le permita al agricultor enfrentar
las condiciones restrictivas de cultivo y la estacionalidad del período de lluvias.

Aplicación de la retrocruza limitada


La retrocruza limitada es una estrategia simple operativamente, desde el punto de vista del
mejorador, para incorporar caracteres agronómicos a los materiales locales sin perder su
identidad principal. Para el caso analizado se realizaron dos fases o grandes etapas; la primera
consistió en continuar con un retrocruzamiento previamente realizado en un campo experimental
con materiales de la mismas razas de maíz que existen en Yucatán aunque con diferente
origen. En esta primera etapa los resultados en la RC1-F3 fueron sobresalientes con relación a
la reducción en altura de mazorca y planta. Los materiales originados en esta fase continúan
incrementándose para realizar un ensayo agronómico y determinar con mayor precisión las
características del material retrocruzado.
Basados en la primera, la segunda fase de la experiencia se enfocó en los materiales
locales de la región objeto de estudio, uno de cada grupo, entre ellos Nal-tel, Xmejen-nal, Tsiit
bacal o Dzit-bacal, Tuxpeño o Xnuc-nal y Nal-Xoy, esta última una variedad local mejorada
obtenida por un agricultor proveniente de la cruza de una población del germoplasma de CIMMYT
con su variedad local (Dzib, 2000). Los resultados de esta segunda fase son promisorios; se
observó reducción de altura de mazorca y planta, mejor cobertura de la mazorca (favorable
para la región debido al ataque de plagas) y promisorias en el rendimiento, dato no confirmado
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 183

con precisión. Los materiales locales tardíos han transferido esta característica a las poblaciones
retrocruzadas. En contraposición, la población originada de la cruza entre el precoz Nal-tel y el
donador también precoz Ratón dieron lugar a un precoz pero con excelente cobertura de mazorca
(Cuadro 5).

Cuadro 5. Concentrado de materiales retrocruzados desde 1999 al 2001 en Yaxcabá, Yucatán.


Cruzamientos Progenitor Generación Características del donador
recurrente
Primer retrocruzamiento (etapa 1):
[Nal-tel (Yuc. 815) x P3002W] x Nal-tel Nal-tel RC1-F2 P3002W; híbrido comercial
[Dzit-bacal (Guat. 5190) x Ceres 8] x Dzit-bacal RC1-F3 Ceres 8; híbrido comercial
Dzit-bacal
[Tuxpeño (Bejuco) x (V-531 + Nicob)] x Tuxpeño RC1-F3 Nicob; variedad nicaragüense de
Tuxpeño excelente cobertura de mazorca

Segundo retrocruzamiento (etapa 2):


V-424 x Nal-tel Nal-tel RC1-F2 V-424; variedad comercial
Ratón x Nal-tel Nal-tel RC1-F2 Ratón; población precoz
V-533 x Nal-xoy Nal-xoy RC1-F2 V-533; variedad local comercial
V-528 x Xmejen-nal Xmejen-nal RC1-F2 V-528; variedad local comercial
C-343 x Xmejen-nal Xmejen-nal RC1-F2 C-343;
Nal-xoy x Tsiit-bacal Tsiit bacal RC1-F2 Nal-Xoy; local semi-comercial de
amplia adaptación
V-533 x Tsiit-bacal Tsiit-bacal RC1-F2 V-533; variedad local comercial
Xnuc-nal x V-533 Xnuc-nal RC1-F2 V-533; variedad local comercial

Aplicación de la selección masal visual


En 1999 se inicio junto con un agricultor participante, un proceso de selección masal en una
población de “Xmejen-nal” (ciclo intermedio) colectada en el estado de Yucatán. Las
características fenotípicas del material que le llamaron la atención al productor fueron la
excelente cobertura y un tamaño mediano de mazorca, coloración morada de la planta y altura
intermedia.
Durante el proceso de selección masal visual, el agricultor ha participado y elegido las
“mejores” plantas y mazorcas no perdiendo la cobertura. En este proceso, para mayor comodidad
y aceptación del agricultor, no se ha seguido una selección rígida en el sentido metodológico y
poco a poco se ha ajustado la técnica ciclo tras ciclo. La siembra y conducción del cultivo la
realizó el agricultor utilizando sus propios medios y conocimientos, y a la madurez fisiológica
del grano se procedió a marcar las plantas seleccionadas tomando como referencia el centro
de la superficie sembrada. La planta elegida debía estar bajo competencia completa, formar
parte de un sublote previamente estratificado de manera imaginaria o bien utilizando una cuerda
para tal efecto. El lote de selección generalmente corresponde a unidades o múltiplos de su
medida de superficie local, el “mecate” (20 x 20 = 400 m2). Hasta el año 2002 se hicieron cuatro
ciclos de selección.
En el año 2001 se condujo una evaluación agronómica de las tres poblaciones
seleccionadas, hasta ese momento, con el objetivo de obtener un estimador de la respuesta a
la selección. Con el rendimiento de las poblaciones se obtuvo el coeficiente de regresión o
respuesta por ciclo de selección. La evaluación se condujo en una sola localidad, Yaxcabá, y
por tanto tiene sus limitaciones. A pesar de esto, el avance genético en la selección masal fue
del 6% por ciclo de selección, en rendimiento de grano (Figura 2). El valor estimado de ganancia
está ligeramente arriba del intervalo propuesto por Martínez et al. (2000) para condiciones de
ambientes restrictivos en los que se conduce la evaluación; por ejemplo, en un ambiente
dependiente exclusivamente del período de lluvias, las estimaciones de ganancias están entre
1.2 a 4.6%. Aun con las restricciones del caso o ligeras sobre estimaciones de la ganancia
184 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

genética, es posible determinar que hubo un avance en respuesta a la selección masal in situ,
la que modestamente puede estar entre el 3 y 4% por ciclo. Es decir, la selección masal permite
mejorar las variedades locales (criollos) con un poco de esfuerzo del agricultor. La facilidad del
método permitirá que más de un agricultor la lleve a cabo. Todo esto permite aprovechar la
diversidad genética de los materiales locales y con la posibilidad de mejorar la forma en que se
practica la selección de semilla por parte de los agricultores.

Figura 2. Recta de regresión de la respuesta a la selección masal visual (RSM) in situ por ciclo.

Beneficios y perspectivas para mejorar la producción de maíz en Yucatán


De acuerdo con la compilación de experiencias locales y experimentales acerca del
mejoramiento participativo de maíz en la región de Yaxcabá, se tienen diferentes opciones y
perspectivas para mejorar la producción de maíz en Yucatán. Las opciones escaladas o
independientes son las siguientes:
1. Evaluar el germoplasma local y determinar los potenciales productivos de las variedades
locales de maíz. Este proceso ayuda a conocer la variabilidad genética del material en
cuanto al rendimiento y otros caracteres agronómicos. La selección de las mejores
poblaciones (10-20%) posibilita incrementos del 10.9% en el rendimiento promedio de
maíz (Figura 3).
2. La aplicación de una técnica de mejoramiento sencillo en las condiciones de la agricultura
local. La dinámica de la diversidad genética de maíz en México tiene sus particularidades
de acuerdo a la región. Por ejemplo, en Yucatán las razas precolombinas Nal-tel, Dzit-
bacal y Tuxpeño (variantes locales) están adaptadas y ampliamente distribuidas en cada
uno de los centros de producción tradicional. Objetivamente esas son las fuentes de
variabilidad intra-racial para iniciar un esquema de mejoramiento.
La selección masal visual in situ es una estrategia práctica y factible para aprovechar la
estratificación de la diversidad racial y de los grupos genéticos regionales. La etapa
experimental con un material local (Xmejen-nal) en tres ciclos de selección demostró que
hubo un incremento en la producción de maíz del 6% por ciclo de selección, aunque debe
tomarse en consideración que la evaluación se realizó en un solo ambiente (Figura 3).
MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS 185

Figura 3. Posibilidades de incrementar la producción de maíz con la utilización de la variabilidad local. SM,
selección masal.

Los datos de otros autores reportan valores inferiores al de este trabajo pero aún así es
factible una ganancia conservadora entre el 3 y 4% por ciclo de selección
Otro de los métodos que se ensayaron fue la retrocruza limitada para el aprovechamiento
de la heterosis residual que se produce al cruzar una variedad local con una variedad
mejorada o híbrido y su posterior retrocruzamiento y selección hacia el material local. El
método requiere de mayor asistencia del mejorador para seleccionar los progenitores
donadores del carácter a incorporar. La ganancia directa es la incorporación gradual del
carácter(es) de los que adolecen las variedades locales. La experiencia aquí descrita
indica que fue eficiente para disminuir la altura de la planta y mazorca e incorporar mayor
cobertura de la mazorca.
La aplicación de uno u otro método de mejoramiento debe tener como elementos base las
características de manejo del cultivo por el agricultor tradicional. La unidad de superficie
operativa para el agricultor de Yucatán, México, es el “mecate” (400 m2), densidades de
siembra de 20-30,000 plantas por hectárea, siembra por matas en un arreglo irregular,
presiones de selección de semilla entre el 2 y 15%, y los caracteres y grupos raciales de
interés para el productor (Cuadro 1 y 2).
3. El escalamiento de la evaluación y selección de las mejores variedades locales, y sobre
ellas aplicar un método de mejoramiento tiene la factibilidad de incrementar como mínimo
hasta un 20% de la producción de maíz en Yucatán. Los incrementos pueden ser mayores
o inferiores de acuerdo con la variabilidad genética utilizada. Por ejemplo, con las variantes
de las razas Tuxpeño (localmente conocidas como Xnuc-nal) y Dzit-bacal, es posible
incrementar hasta un 30% la producción (Figuras 1 y 3).
4. Otras opciones. No se descarta todas las posibilidades estratégicas que siguen utilizando
los campos experimentales para el mejoramiento de las variedades locales como son la
selección recurrente, los métodos de hibridación o cualquier otro método. Una estrategia
propuesta por Romero et al. (2000), para el mejoramiento de las variedades nativas, es
aprovechar el vigor híbrido que se produce al cruzar dos variedades nativas de significativa
divergencia genética y origen geográfico distinto. Por ejemplo, la raza Tuxpeño de maíz
en México se distribuye desde el estado de Tamaulipas hasta Quintana Roo, entonces el
cruzamiento de las variedades locales de Tuxpeño de Yucatán con sus homólogas de
186 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

otras regiones aprovecharían esa heterosis. Este mismo enfoque puede utilizarse para
Nal-tel y Dzit-bacal. Como indicios de la heterosis, en este trabajo, se observó que las
variedades mejoradas antiguas (o acriolladas) que llevan mucho tiempo con el agricultor
manifestaron cierto incremento en su rendimiento probablemente por el cruzamiento natural
con el material local (Cuadro 3).

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188 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

III. Aspectos sociales, culturales y económicos

Experiencias sobre la diversidad de los cultivos y aspectos económicos de la


conservación in situ en la Amazonia central peruana

Luis A. Collado1, María Arroyo1, Alfredo Riesco1 y José Luis Chávez Servia2

1
Consorcio para el Desarrollo Sostenible de Ucayali, Centro Ecorregional, Carretera Federico
Basadre Km. 4.2, Pucallpa, Perú (codesu@terra.com.pe).
2
Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI-Américas), C/o CIAT, A.A. 6713, Cali,
Colombia (j.l.chavez@cgiar.org).

Summary
Experiences with crop diversity and economic aspects of in situ conservation in central
Peruvian Amazonia. A project focused on in situ conservation of plant genetic resources
maintained by 13 indigenous communities was started in 2001, in central Peruvian Amazonia,
within the Aguaytia, Upper Ucayali and Pichis-Pachitea Valleys. The objectives were to quantify
crop diversity and identify factors affecting the in situ conservation of agricultural biodiversity in
the region. The focus crops were: cassava (Manihot esculenta Crantz), maize (Zea mays L.),
beans (Phaseolus vulgaris L. y P. lunatus L.), peanuts (Arachis hypogaea L.), chile pepper
(Capsicum annuum L. and C. chinense Jacq.) and cotton (Gossypium barbadense L. y G.
hirsutum L.). The Ucayali River and its tributaries, with a humid tropical climate, dominate the
Amazonian region under study. Three physiographic forms were identified: annually flooded
soils, occasionally flooded soils and non-flooded plains. Participatory methodologies were applied
and interviews were conducted with key informants. The greatest variability was found in cassava
and maize crops, in terms of number of varieties that the indigenous groups recognized. Access
to markets and involvement in off-farm labor both significantly affect the conservation of local
varieties. About 95% of the communities studied were riverside populations. Annual changes
due to flooding affect the agricultural systems and increase the element of risk in decision-
making about what varieties to sow.

Key words: Market access, Amazonian Peru, crop diversity, indigenous communities, variability.

Introducción
La conservación in situ de la biodiversidad está interesada en el mantenimiento de las
poblaciones de especies en el hábitat en el cual se desarrollan. En el caso de los cultivos
agrícolas, la conservación in situ se realiza en el hábitat donde expresan su potencial, es
decir, en las parcelas de los productores. Las variedades locales se trasmiten de generación
en generación de productores y están sujetas a diferentes presiones de selección. Todos los
factores ambientales, biológicos y socioeconómicos influyen en la decisión del agricultor para
sembrar una variedad particular en algún momento particular.
Perú es extremadamente rico en biodiversidad, probablemente cuenta con más de 20,000
especies de plantas vasculares, ocupando el lugar 11 en número de especies vegetales en el
mundo. Existe una gran diversidad genética de plantas cultivadas, con una variedad asombrosa
de variedades locales que aún son cultivadas por los agricultores. La región de Ucayali-Huanuco-
Pasco de las tierras bajas peruanas forma parte de la gran área cultural amazónica, donde por
primera vez fueron domesticados cultivos como yuca, mani (=cacahuate) y ají (=chile). En
esta región se encuentran asentadas las etnias: Shipibo-Conibo, Asháninkas, Cashibo-
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 189

Cacataibo, entre otras principalmente. El territorio ocupado por las comunidades indígenas
está virtualmente desprovisto de caminos y la navegación por río es el único medio de transporte.
Estos agricultores tradicionales continúan empleando el sistema agrícola de roza-tumba-quema
(agricultura itinerante) en cultivos nativos; sin embargo, existe un crecimiento en las presiones
económicas y culturales sobre la comunidad. La erosión genética de las especies y variedades
cultivadas nativas en la región surge como resultado de la deforestación, el proceso de
aculturación étnica, la explotación petrolera, la migración, la colonización, el terrorismo y el
desplazamiento por cultivos exóticos.
Es alto el número de trabajos sobre la amazonia peruana que hacen énfasis sobre la
diversidad biológica y también sobre su legado cultural, que se conservan a través de los
grupos étnicos que la habitan. Sin embargo, existe una gran brecha por explorar en la disyuntiva
de las relaciones entre la diversidad de las plantas cultivadas y el hombre que las conserva
para su beneficio. Los grupos humanos de la selva (étnicos y mestizos) conservan y seleccionan
las variedades locales que ellos han preservado de generación en generación. Es decir, las
variedades locales han evolucionado bajo vigilancia del cultivador quien las distingue por poseer
características útiles específicas y que en algunos casos le asignan nombres locales bien
definidos.
Con esta base el objetivo del trabajo fue cuantificar la diversidad local cultivada de acuerdo
a la percepción y criterios utilizados por los agricultores, y obtener información de los factores
económicos que afectan su conservación in situ.

Metodología

Área de estudio
El trabajo se desarrolló en la región comprendida entre los departamentos de Ucayali-Huanuco-
Pasco de la selva central de Perú. La región objetivo está dominada por los ríos Aguaytía, San
Alejandro, Ucayali, Pachitea y Pichis, e incluye un intrincado sistema de serpenteantes planicies
anegadizas, lagos de recodo, canales y pantanos, limitados por planicies inter-fluviales
ligeramente altas. La región está cubierta por una densa selva tropical con precipitaciones
comprendidas entre 1,000 y 3,000 mm de ahí que los ríos incrementen sus cauces hasta 10 m
de su nivel normal (Cecchi, 1999).
Para estudiar la diferente apreciación que tienen los grupos indígenas y comunidades
sobre su diversidad cultivada, la región objeto de estudio se subdividió en tres sub regiones; 1)
Alto Ucayali, 2) Valle del Aguaytía y 3) Valle del Pichis-Pachitea, Cuadro 1. El muestreo de
viviendas para los aspectos socioeconómicos se hizo con base en el Censo Nacional de
Población y Vivienda de 1993 (INEI, 1993) e información obtenida en la comunidad; la variación
en número de hogares fue de 20 a 159 con una población de 74 a 874 habitantes,
respectivamente. El número total de hogares por comunidad permitió determinar los tamaños
mínimos de hogares a entrevistar (10-25%).
El acceso a las comunidades se hizo generalmente por el río principal o bien a través de
uno de sus afluentes. Una vez en la comunidad se tomaron las coordenadas geográficas
respectivas mediante un geoposicionador satelital (GPS) y se procedió con el reconocimiento
de las áreas de cultivo, tipos de parcelas cultivadas e identificación de las personas clave para
los objetivos del trabajo.
La región en estudio presenta una agroecología heterogénea; las sub regiones presentan
condiciones particulares y éstas influyen en las actividades agrícolas de los grupos indígenas
asentadas en los valles aluviales y terrenos de altura. En las comunidades los cultivos, objetivo
de estudio fueron yuca (Manihot esculenta Crantz), maíz (Zea mays L.), frijol (Phaseolus vulgaris
L. y P. lunatus L.), maní (Arachis hypogaea L.), ají (Capsicum annuum L. y C. chinense Jacq.)
y algodón (Gossypium barbadense L. y G. hirsutum L.).
190 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 1. Sub regiones, comunidades, número de familias entrevistadas, grupo étnico y coordenadas
geográficas de la comunidad.
Sub- Provincia Distrito Comunidad Núm. Grupo Alt. Lat. Lat.
región Fam. étnico Sur Oeste
Alto Coronel Masisea Nuevo 8 Shipibo- 180 8°37’38" 74°16’31"
Ucayali Portillo Ceylán Conibo

Santa Elisa 7 Shipibo- 165 8°34’01" 74°14’03"


Conibo
Iparia Vista Alegre 7 Shipibo- 185 9°15’36" 74°26’21"
Conibo
Nuevo Ahuaypa 8 Shipibo- 175 9°04’45" 74°28’02"
Conibo
Valle del Padre Abad Padre Abad Santa Rosa 15 Shipibo- 217 8°44’36" 75°28’46"
Aguaytía Conibo
Irazola Sinchi Roca 10 Cashibo- 236 8°57’27" 75°13’44"
Cacataibo
Coronel Campo San José 7 Asháninka 174 8°23’09" 74°56’17"
Portillo Verde de Tunuya
Nueva Panaillo 8 Shipibo 145 8°03’34" 74°38’23"
Requena -Conibo
Santa Clara 10 Shipibo- 153 8°12’18" 74°51’59"
de Uchunya Conibo
Yarinacocha Santa Clara 8 Shipibo- 130 8°16’12" 74°39’01"
Conibo
Valle del Puerto Inca Puerto Inca Santa Teresa 7 Asháninka 195 9°12’4 9"74°52’37"
Pichis-
Pachitea Llullapichis Nueva Galilea 7 Asháninka 240 9°40’05" 74°53’30"
Oxapampa Puerto Cahuapanas 8 Asháninka 270 10°00’39" 74°59’25"
Bermúdez

Subregión Valle del Aguaytía. En esta región fueron visitadas seis comunidades donde se
encuentran asentados tres grupos indígenas: Shipibo-Conibo, Cashibo-Cacataibo y Asháninka.
La zona está dominada por los ríos Aguaytía y San Alejandro, afluentes del río Ucayali, presenta
una topografía ondulada, con formaciones de restingas medias y altas, así como suelos de
altura. Las inundaciones son ligeras y de poca duración; pero, aunque ocasionalmente ocurren
grandes inundaciones con pérdidas a los lugareños, el tipo de bosque tropical es siempre
verde estacional, cuya vegetación es variada (Figura 1).
En la subregión del alto Ucayali se ubica las comunidades de Santa Elisa, Nuevo Ceylán,
Vista Alegre y Nuevo Ahuaypa que pertenecen al grupo Shipibo-Conibo, asentadas a orillas del
río Ucayali. La región perteneció a la llanura aluvial la que contiene sedimentos transportados
por los ríos desde las montañas; la calidad de estos suelos dependen de la cantidad de materia
orgánica depositada. El río Ucayali en su recorrido deja formaciones de complejos orillares,
acumulaciones de arena y terrazas que forman las “playas” (bancos de arena), los barrizales,
las restingas bajas, medias y altas y los suelos de altura. La vegetación es variada y asociada
a las zonas de bajial y restingas. El río Ucayali en épocas lluviosas presenta cursos inestables
que influyen en las actividades de los lugareños (Figura 1).
Subregión del Pichis–Pachitea. Dominada por el río Pachitea, su orografía es ondulada, la
formación de suelo predominante es de altura, generalmente no anegable y de mediana fertilidad
localizada. En este caso el río es de curso más definido con grandes inundaciones ocasionales.
El bosque del lugar es diversificado y exquisito. Dentro de esta región existen micronichos
como la comunidad de Asháninka Nueva Galilea asentada a orillas de la quebrada Huembo
(afluente) del río Pachitea; la quebrada Huembo sólo es navegable en la época de máxima
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 191

precipitación. Su orografía es ondulada, con presencia de suelos de altura, la característica del


bosque muy variado e inexplorado en algunas zonas. Otro micronicho lo constituye el río Pichis,
afluente del Pachitea y las comunidades asentadas a orillas viven, en parte, de la explotación
de suelos no anegables.

Figura 1. Ubicación geográfica del área de estudio, grupos étnicos y comunidades visitadas, dentro de la
Amazonía Central Peruana.

Reconocimiento de la diversidad
El procedimiento para determinar qué diversidad inter e intraespecífica se cultiva se realizó un
reconocimiento etnobotánico mediante el enfoque rural participante (ERP) dentro de cada
comunidad, el que estuvo aunado a una familiarización tanto con la diversidad presente en la
comunidad como con el respeto a las formas socio-culturales de la comunidad. Al mismo
tiempo fue aplicada una entrevista mediante un cuestionario de preguntas dirigidas a los
agricultores y/o sus esposas sobre características del manejo de su unidad de producción
(socioeconómicos, manejo de la parcela y de su unidad de diversidad). El porcentaje mínimo
de hogares entrevistado, en las 13 comunidades indígenas, por comunidad fue del 25% del
total de hogares con una variación de 7 a 15 familias entrevistadas. Las preguntas clave fueron
orientadas con relación a ¿cuáles son las variedades locales cultivadas dentro de cada especie
en estudio?, ¿cuáles son las principales características usadas para distinguirlas?, y una
descripción de las características sociales y económicas de las familias, y la facilidad de
acceso a la comunidad como un indicador indirecto del mercado. Este último fue estimado
indirectamente mediante el costo de transportar un saco de 50 kg de la comunidad al mercado
más cercano.
La descripción de las variedades locales se obtuvo con la conjunción de dos fuentes: 1) la
proporcionada por los informantes claves al momento de ejecutar el cuestionario en la chacra
(= parcela) y la información de 2) los talleres participantes desarrollados (ERP). El procedimiento
descriptivo se basó en las características morfológicas, reproductivas, y usos de las variedades
locales. En estos talleres la participación de la mujer tuvo ciertas limitaciones siendo más
192 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

restringida en el grupo Shipibo-Conibo, debido a la propia cultura y por el limitado conocimiento


de la lengua local por parte del investigador. El tamaño promedio de los grupos participantes
fue de 25 hombres y 18 mujeres. La verificación de la descripción y clasificación, en géneros,
especies y variantes dentro de la variedad local, se realizó en la parcela de los agricultores a
través de la observación directa de la morfología de cada variedad, y mediante un registro
fotográfico, en algunos de los casos, cuando las variantes presentaban cierto parecido fenotípico.

Mapeo de la diversidad cultivada en las comunidades indígenas


En el mapa de diversidad se representaron los valores del índice de Shannon-Weaver (H) y la
accesibilidad a las comunidades, este último como un indicador indirecto del acceso al mercado.
Para ello se utilizó el programa Arcview GIS 3.2 para su diseño y los datos del geoposicionador
satelital (GPS).
Para el mapa de accesibilidad se utilizó el costo de transporte (flete) de un saco de 50 kg
desde la comunidad hasta el mercado más cercano. Los mercados importantes son: 1) Aguaytía
para las comunidades de Santa Rosa; 2) Pucallpa para las comunidades de Panaillo, Nuevo
Ahuaypa, Vista Alegre, Santa Elisa, Nuevo Ceylán, Santa Clara, Sinchi Roca, San José de
Tunuya, Santa Clara de Uchunya, Santa Teresa y Nueva Galilea; y 3) La Merced para la
comunidad de Cahuapanas.

Análisis de la información
Con los datos del número de variedades locales por comunidad y por grupo étnico se estimó el
índice de Shannon-Weaver (H) y de riqueza varietal (S). El H fue adaptado al trabajo en el que
las clases estuvieron constituidas por los cultivos y cada variante o variedad local los individuos
de cada clase; de esta manera el índice de Shannon-Weaver por comunidad se obtuvo
mediante la expresión siguiente:
6
H = −∑ p log p
i i
i =1

Donde; pi es la frecuencia relativa del número de variedades dentro de cada cultivo (maíz,
frijol, yuca, maní, ají y algodón).
Para estimar la riqueza varietal (S), los datos usados fueron el número total de variedades
preservadas dentro de cada comunidad dividido entre el total de variedades registradas en las
tres sub-regiones de estudio. La expresión utilizada fue:

S = ∑
6
V i

i =1 NVT

Donde; Vi,representa el número de variedades dentro de cada cultivo en cada comunidad, y


NVT, el número total de variedades identificadas en las tres sub-regiones de estudio.
Con el objetivo de validar el efecto de la accesibilidad al mercado sobre la diversidad se
realizó un análisis de regresión lineal múltiple entre el número de variedades (variable
dependiente) y la dificultad de acceso al mercado, grupo indígena en la comunidad y el bienestar
de la familia, este último mediante indicadores locales.

Resultados
En la zona de estudio de la selva central peruana; además de la inmensa diversidad en número
de especies, se encuentra habitada por grupos nativos y “mestizos” quienes viven,
generalmente, a lo largo de los ríos. La difícil forma de vida ha hecho posible, entre otras
cosas, que los grupos conserven, mejoren y modifiquen sus variedades locales. En el Cuadro
2 se enumeran las principales variedades locales que son preservadas dentro de 13
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 193

comunidades. La variedad de nombres es sólo una representación global de la variabilidad


encontrada en campo; es decir, que varios agricultores mencionaron un solo nombre para
muchas variantes del material y en forma contraria varios nombres y fenotípicamente un solo
material.
Cuadro 2. Clasificación de la diversidad con base en la nominación de variedades locales que hacen las
comunidades indígenas.
Cultivo objetivo Género y especies Nombre local de las variedades
Yuca Manihot esculenta Crantz Amarilla, Blanca de tres meses, Blanca de un año,
Blanca de seis meses, Señorita, Morada de seis meses,
Palo negro, Rontu-atza, Torrado, Arpón, Tres mesino,
Navajilla, Arpón Morado, Huangana-morado, Umsha
Rumo, Amarilla de tres meses, Tres mesina-tijerita,
Blanca hoja morada, Amarilla Uyicániri, Dulce, Amarilla
tallo rosado, Morada de tres meses, Palomita, Tatin,
Arpón de un año, Kisháñagui-moradita, Lagarto de un
año, Osheto-moco, Tangana, Huevo, Patita Rojita y
María Rumo.
Maíz Zea mays L. (raza Piricincoa) Amarillo, Serrano, Cancha, Amarillo Duro, Suavea,
Híbrido, Piedra, Amarillo Brillante, Duro Coloradito,
Azúcara, Cancha Amarillo, Amarillo Suavea, Pushuco,
Duro Morado y Duro Blanco
Frijol Phaseolus vulgaris L. Poroto, Paltacho, Vacapaleta y Frijol que apesta
Phaseolus lunatus L. Charimentaki-pallar (grupo Big Limab)
Maní Arachis hypogaea L. subesp. Pelacho-rojo, Rayado, Negro y Blanco
fastigiatac
Ají Capsicum annuum L. Dulce, Charapita, Amarillo, Pinchito de mono,
Pucunucho
Capsicum chinense Jacq. Picante
Algodón Gossypium barbadense L. Blanco, Morado, Amarillo y Rosado
G. hirsutum L.
a
Raza de maíz Piricinco de acuerdo con las comparaciones de las fotografías de las accesiones del banco de germoplasma
de la Universidad Nacional Agraria La Molina.
b
Frijol originario de la región Costera del Perú y clasificado dentro del tipo Big Lima (Debouck, 1994).
c
Clasificación con base en ciclo corto, flores en el eje central, frutos de 3-5 semillas y en los primeros nudos de las ramas
erectas (Comunicación personal, D. E. Williams, 2002).

La diversidad descrita de yuca se basó en la variabilidad de caracteres de planta como


color de hojas y tallo (moradas, verde intenso, verde claro, entre otras), forma de la raíz, longitud
de ciclo siembra-cosecha y altura de la planta. Las formas de uso o procesamiento de la yuca
también fue otro indicador de la variabilidad. Por ejemplo, las variantes de raíces amarillas son
preferidas para elaborar ‘mazato’ (bebida local). Se logró apreciar que en las comunidades
crecen diversas variaciones locales sólo relevantes para ese ámbito. Por ejemplo, en yuca la
variedad local ‘pan atza’ (pan yuca) blanca de tres meses precoz, es muy apreciada en los
grupos Shipibos; y para los Asháninkas lo son las variantes ‘Tangana’, planta alta (más de 3
metros) sin ramas, ‘Dulce’ que únicamente se consume cruda (cocida se torna fibrosa o dura),
‘Navajilla’ planta de porte bajo y blanca muy productiva a partir de los seis meses. En región de
los Asháninkas las variantes fenotípicas más importantes de maíz fueron ‘Pushuco’, ‘Duro
morado’ y el ‘Amarillo suave’.
No obstante que cada variedad local es designada con nombres locales en lengua Shipiba,
Asháninka o Cashiba, en las tres prevalece la descripción de las características de planta. La
mayor variabilidad observada se cuantificó en yuca (Manihot esculenta Crantz) con 36 en total;
le sigue maíz (Zea mays L.) con 18; frijol (Phaseolus vulgaris L. y P. lunatus L.) con 5; maní
(Arachis hypogea L. spp fastigiata) con cuatro; nueve variantes de ají (Capsicum annuum L. y
C. chinense Jacq.) y por último cuatro variantes de algodón (Gossypium barbadense L. y G.
hirsutum L.), Cuadro 2.
194 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Con relación al total de variedades por comunidad se detectó un mínimo de 12 en las


comunidades Shipibas de Panaillo y Vista Alegre, y el máximo de 33 en la comunidad Asháninka
de Santa Teresa. En yuca, la comunidad Shipiba de Santa Rosa presentó el menor número de
variedades (3) y contrariamente, la comunidad Asháninka de Santa Teresa definieron mayor
número de variedades (12), en ambos casos se refiere a variedades locales morfológicamente
diferentes (Cuadro 3).

Cuadro 3. Número de variedades designadas por las comunidades estudiadas, riqueza de variedades locales
(S) e índice de Shannon-Weaver (H)
Índices de
Sub- Número de variedades con nominación diferente diversidad
Comunidad
región Yuca Maíz Frijol Maní Ají Algodón S H
a
Aguaytía Panaillo (SC ) 5 4 0 1 2 0 0.15 7.25
Sinchi Roca (CCa) 9 5 1 0 3 2 0.25 10.4
S. C. Uchunya (SC) 8 7 1 0 5 1 0.28 10.8
S.J. Tunuya (Aa) 7 6 0 1 0 0 0.18 5.18
Santa Rosa (SC) 3 4 3 0 3 3 0.20 9.08
Santa Clara (SC) 8 3 0 2 3 2 0.23 9.79
Pichis-Pachitea Cahuapanas (A) 9 5 2 2 6 4 0.35 12.6
Nueva Galilea (A) 9 7 3 3 5 3 0.38 12.4
Santa Teresa (A) 12 9 2 3 5 2 0.42 13.2
Alto Ucayali Nuevo Ceylán (SC) 7 4 1 1 3 2 0.23 13.2
Santa Elisa (SC) 5 4 0 1 4 3 0.21 9.68
Vista Alegre (SC) 6 2 1 0 2 1 0.15 10.3
Nvo. Ahuaypa (SC) 7 4 1 0 4 0 0.20 7.37
a
SC, Shipibo-Conibo; CC, Cashibo-Cacataibo; A, Asháninca

En el Cuadro 4 se presenta, también, la riqueza varietal (S) y el índice de Shannon-Weaver


(H) como indicadores de la diversidad presente por comunidad. Los mayores índices de riqueza
varietal (S) fueron estimados en la sub-región del Pichis-Pachitea, ámbito de influencia de los
Asháninkas (0.35 a 0.42), en tanto que en las sub-regiones de Aguaytía y el alto Ucayali la
riqueza varietal varía desde 0.15 a 0.28.

Cuadro 4. Número de variedades diferentes, designadas y estudiadas por las comunidades, riqueza de
variedades locales (S) e índice de Shannon-Weaver (H)
Etnia y Núm. de Indices de
Núm. Núm. de variedades con nominación diferente
variedades locales comunidades diversidad
Yuca Maíz Frijol Maní Ají Algodón S H
Shipibo-Conibo (48) 8 16 13 3 2 9 5 0.61 13.3
Cashibo-Cacataibo (20) 1 9 5 1 0 3 2 0.25 10.4
Asháninka (64) 4 27 15 4 4 8 6 0.81 13.3

Fue evidente en este trabajo que existen factores culturales, agroecológicos y de


accesibilidad que influyen en la agrodiversidad local. El grupo Ashánincas del Pichis-Pachitea
son los que mostraron mayor número total de variedades (64) con relación a los Shipibo-Conibo
(48) y los Cashibo-Cacataibo (20). La diversidad manejada por cada grupo étnico se ve reflejada
en las diferencias en la riqueza varietal (S) e índice de Shannon-Weaver (H). Cabe aclarar que
la cobertura geográfica fue mayor en el caso de los Shipibo-Conibo (ocho comunidades) en
comparación con los Cashibo-Cacataibo (1 comunidad) y Asháninca (cuatro comunidades).
Sin embargo, a pesar de ello las comunidades Asháninkas fueron quienes presentaron el mayor
número de variedades locales (Cuadro 4).
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 195

El nivel económico para clasificar a las familias se basó en las características de una
“economía campesina” donde los bienes y servicios pasan a segundo término y se toma más
en cuenta la capacidad y medios con que cuenta la familia para la transformación de los recursos;
se utilizó como indicador del nivel una combinación de la actividad que realiza la venta de mano
de obra, posesión de bienes primarios (canoa o bote, escopeta para caza), destino de la
producción (comercial o de autoconsumo) y actividad comercial.

Accesibilidad al mercado y conservación de la diversidad


La accesibilidad a las comunidades amazónicas tiene sus restricciones. En algunas solamente
se puede entrar por río y a otras se tienen acceso tanto por tierra como por río; sin embargo,
también el acceso por carretera es difícil en las estaciones de lluvia. Para este caso, la dificultad
de acceso al mercado más cercano está relacionado con el costo de transportar un saco de
50 kg desde la comunidad.
En el análisis de regresión lineal múltiple, por el método de mínimos cuadrados ordinarios,
entre el número total de variedades locales por comunidad y el acceso al mercado, grupo étnico,
y el nivel económico de la familia, se detectó que el acceso al mercado en las comunidades
Asháninkas estuvo significativamente relacionado con su diversidad preservada (Cuadro 5).
Esto quiere decir que la dificultad de acceder al mercado sí influye sobre la diversidad, y en este
caso el grupo Asháninka de las comunidades que se estudió tienen este problema por estar
ubicado en zonas de difícil acceso. Se está consciente que el coeficiente de determinación fue
bajo (0.16).

Cuadro 5. Efecto del grupo étnico, acceso al mercado y nivel económico de las familias sobre el número de
variedades presentes en las comunidades de la Amazonía Central del Perú. 2002.
Variable independiente Coeficiente Error estándar Valor t Significanciaa
1. Total de variedades locales
Intercepto 2.62 1.41 1.86
Shipibos -1.17 1.04 -1.03
Asháninkas 1.90 1.05 1.81 **
Acceso al mercado 0.46 0.22 2.04 ***
Nivel económico 0.43 0.59 0.75
2. Variedades locales de yuca
Intercepto 1.94 0.64 3.02
Shipibos -0.87 0.47 -1.83 **
Asháninkas -0.06 0.48 -0.12
Acceso al mercado 0.19 0.10 1.80 **
Nivel económico -0.17 0.27 -0.63
3. Variedades locales de maíz
Intercepto 0.71 0.43 1.66
Shipibos 0.40 0.29 1.38
Asháninkas 0.69 0.28 2.47 ***
Acceso al mercado 0.10 0.07 1.35
Nivel económico 0.01 0.18 0.00
a
Nivel de significancia, **significativo al 10%; ***Significativo al 5%; n = 74-110; R2 = 0.16

En el análisis del número de variedades locales de yuca se presentó la misma tendencia


general, sólo que ahora la influencia Shipibas tuvo más efecto. En el caso de las comunidades
Shipibas, el mercado que sirvió de referencia fue el de Pucallpa y para las comunidades
Asháninkas el de la Merced. En los Asháninkas, el maíz, presentó la mayor variabilidad de
variedades locales y quizás, se ven restringidos por los beneficios del mercado debido a su
lejanía. No obstante, obtienen beneficios directos por la diversidad local mejor adaptada.
Una representación directa de las condiciones de accesibilidad de las comunidades se
presenta en la Figura 2. Obsérvese que las comunidades Asháninkas asentadas en el Valle
del Pichis-Pachitea son las más afectadas (Santa Teresa y Nueva Galilea). En contraste, las
196 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

comunidades del distrito de Masisea en el Alto Ucayali (Nuevo Ceylán y Santa Elisa), aunque
con cierto problema para acceder al mercado, son favorecidas por estar a orillas del río Ucayali
y con cierta facilidad para acceder al mercado de Pucallpa a través de las embarcaciones de
transporte.

Figura 2. Representación de la accesibilidad al mercado: 2; altamente accesible, 4; regularmente accesible, y


5-6; poco accesible.

Discusión
La selva Amazónica en su connotación literal lleva implícito el mito “lo tiene todo y sólo hay que
cosechar”. Sin embargo, esta afirmación es muy lejana a la realidad local dadas las condiciones
agrestes del ambiente para el desarrollo de la vida. Las comunidades de la Amazonia central
peruana conservan una gran diversidad agrícola a pesar de las frecuentes y anuales
situaciones de emergencia provocadas por el incremento de los cauces de los ríos. El
conocimiento de los grupos indígenas sobre su germoplasma lleva implícito el origen del material:
1) si es de reciente introducción (últimos 10 años) ó 2) ha sido heredado desde sus ancestros.
En total, 76 variedades locales fueron diferenciadas por los poseedores del germoplasma.
La más abundante fue la yuca (36) y tiene cierto fundamento debido a que la región de
estudio se encuentra comprendida cerca o dentro de los probables centros de origen del cultivo,
refiriéndose a Manihot peruvianum. También Boster (1984a, 1984b) encontró, en sus trabajos
con los Aguarunas y Huambisas, una amplia variabilidad de yuca en el norte del Amazonas
peruano; logró diferenciar hasta 100 materiales, 61 de ellos con nombre propio. Todo esto
sugiere una alta variabilidad genética inexplorada de yuca que se preserva in situ por los grupos
étnicos que aún habitan el Amazonas del Perú.
El segundo más diverso fue el maíz, a pesar de que en la región no se encuentran los
mayores niveles de producción. Puede considerarse uno de los cultivos potenciales de la
región por haber gran demanda en el mercado, y ahora por preservar las variedades locales de
la región de transición entre Selva y Sierra. Otra especie interesante fue el ají con mayor
variabilidad en morfología de frutos que en nombres locales. La diversidad encontrada en estos
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 197

tres cultivos (yuca, maíz y ají), obedece, en parte, al destino del producto. Por ejemplo, la yuca
es el alimento básico de las familias marginales amazónicas, el maíz es un producto de venta
y el ají formando parte de las especias de alta demanda en la cocina popular. Al respecto,
Hiraoka (1986) estimó que una familia de esta región consume en promedio 6.5 kg de yuca por
día necesitando aproximadamente 2,400 kg al año; por lo tanto, la yuca es indispensable en las
familias para su sobrevivencia. Las formas de consumo y productos que se obtienen de la
yuca son variadas: “masato” (bebida), “fariña” (harina), “sancochada”, frita, hervida, y otras
más (Bergman, 1980; Hiraoka, 1986).
El maíz desempeña una función diferente a la yuca; 1) un producto de transformación
directa en recurso económico efectivo a través de su venta, y en otros casos 2) mediante la
transformación en proteínas al alimentar a las aves de cría o ganado menor. En la región la
raza “Piricinco” es la más conocida con los nombres de “suave”, “azúcar” o “amarillo suave”.
Las poblaciones de maíz se recombinan fácilmente en la parcela de cultivo y en otros casos se
homogenizan como producto del aislamiento natural de las parcelas debido a que se encuentran
alejadas varios kilómetros unas de otras. De ahí que, una variedad local introducida, toma una
o ambas rutas en diferentes etapas cambiando su constitución genética inicial.
La variación de ají y su clasificación es tema de debate en el ámbito científico debido a su
amplia diversidad mundial, las especies de flores blancas se han considerado dentro del grupo
C. annuum-chinense-frutescens, y los antecedentes indican que en el Amazonas se originó el
Capsicum chinense Jacq. (Eshbaugh, 1993). En la región de estudio son pocos e incipientes
los antecedentes documentales de la especie y los especímenes encontrados fueron clasificados
dentro de C. annuum y C. chinense, estos últimos basados en la coloración morada-azul de
sus anteras. Los materiales de C. chinense encontrados en la región fueron el “Charapita” y el
“picante”. El ají en la cultura culinaria amazónica tiene su lugar especial y su ambiente preferido
en la conservación son los huertos caseros.
En frijol se encontró gran variabilidad de Phaseolus lunatus en color y tamaño de semilla,
de acuerdo a las similitudes fenotípicas con las descripciones hechas por Debouck (1994) y
todo indica que corresponden al grupo de “Big Lima” y probablemente es una introducción, a
las regiones Asháninkas, de la costa del Perú donde se encuentra su origen. P. vulgaris presentó
mayor variación fenotípica entre variedades que dentro de ellas.
Los antecedentes de algodón señalan que tiene más de 20 años cultivándose en la región
(Bergman, 1980). Sin embargo, las poblaciones cultivadas por los nativos son pequeñas desde
unas cuantas plantas en los huertos caseros hasta pequeñas plantaciones, estas últimas con
materiales de la costa peruana. La descripción morfológica, verificada en las parcelas de los
productores, indicó que corresponde en su mayoría a Gossypium hirsutum y escasas plantas
aisladas de G. barbadense.
La ubicación geográfica de la comunidad fue un factor que influye en su acceso al mercado
y por ende en la diversidad preservada. Las comunidades más cercanas al mercado de Pucallpa
presentaron la menor diversidad. El caso contrario se observó en las comunidades Asháninkas,
las que están más alejadas del mercado, tiene más diversidad y los valores socio-culturales y
agronómicos tienen mayor peso que el precio de venta (Cuadro 4 y Figura 2). El mercado de
una y otra forma puede determinar la permanencia de una variedad local o incentivar su cultivo
de acuerdo con lo observado en este trabajo.

Conclusiones
Se observó gran diversidad de variedades locales, donde la mayor variabilidad se detectó en
yuca (36 grupos clonales) y maíz (cuatro grupos varietales). Los Asháninkas, Shipibo-Conibo
y Cashibo-Cacatibo comparten una serie de variedades en común; pero también tienen
variedades particulares. Los Asháninkas del Pichis-Pachitea presentaron los mayores valores
de riqueza varietal.
198 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

La accesibilidad al mercado se mostró como un indicador indirecto de la diversidad


preservada en las comunidades. Las comunidades más alejadas y poco accesibles fueron los
de mayor diversidad. El nivel económico de las familias no tuvo efecto significativo en la
variabilidad preservada de los cultivos objetivo.

Referencias
Bergman, R. 1980. Amazon Economics; The Simplicity of Shipibo Indian Wealth. Department of
Geography, Syracuse University. USA.
Boster, J. S. 1984a. Inferring decision making from preferences and behavior: An analysis of Aguaruna
Jivaro Manioc selection. Hum. Ecol. 12:343-358.
Boster, J.S. 1984b. Classification, cultivation, and selection of Aguaruna cultivars of Manihot esculenta
(Euphorbiaceae). Adv. Econ. Bot. 1:34-47.
Cecchi, S.K. 1999. Genetic diversity dinamics in traditional agricultural systems of Peruvian Amazon.
MSc. Thesis. Department of Land Use and Blanning, Appalachian State University. Boone, North
Carolina, USA.
Debouck, D. 1994. Beans (Phaseolus spp.). pp: 47-62. In: J.E. Hernando Bermejo and J. Leon (eds.), Neglected
Crops: 1492 from a Different Perspective. Plant Production and Protection Series No. 26. FAO, Rome,
Italy.
Eshbaugh W. H. 1993. Peppers: history and exploitation of a serendipitous new crop discovery. Pp:132-
139. In: J. Janick and J. E. Simon (eds), New crops. J. Wiley and Sons, New York.
Hiraoka, M. 1986. Zonation of mestizo riverene farming systems in northeast Peru. Nat. Geogr. Res.
2:354-391.
Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). 1993. Resultados del Censo Nacional de Población
y Vivienda. INEI, Perú.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 199

Participación de la mujer campesina en la selección de semilla de maíz en


seis comunidades de los valles centrales de Oaxaca

Jorge Mendoza González1, José Alfonso Aguirre Gómez2, Irma Manuel Rosas3, Mauricio R.
Bellon4 y Melinda Smale5

1
Estudiante de Maestría en Ecología Humana. Centro de Investigación y de Estudios Avanzados
del IPN Unidad Mérida (jmendoza@mda.cinvestav.mx).
2
Investigador Titular, INIFAP-Guanajuato.
3
Investigador del Proyecto Oaxaca, Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo
(CIMMYT), (mrosasi@hotmail.com).
4
Investigador, CIMMYT, (m.bellon@cgiar.org).
5
Investigador, CIMMYT, (m.smale@cgiar.org)

Summary
Participation of rural women in seed selection of maize in six communities of the central
valleys of Oaxaca, Mexico. In situ conservation of maize biodiversity in the Central Valleys
of Oaxaca, a study of local management of maize diversity, was established as a collaborative
project between International Maize and Wheat Improvement Center (CIMMYT) and Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP). Between November
1997 and May 1998, 25 families in six representative communities of the Central Valleys of
Oaxaca, Mexico, were studied to examine the participation of women in the process of seed
selection. The following activities were compared for men and women of each family: the
number of events of selection, the timing of each event, the quantity of seed selected, the
motivation for each activity, and the characteristics settled upon for the seed selection. The
resulting data were analyzed descriptively and tested statistically for similarities between men
and women in their selection criteria and motivations. The data suggest that seed selection is
a dynamic activity and the participation of women can be considered equal to that of the men.

Key words: Biodiversity, Oaxaca state, gender, rural family, seed selection.

Introducción
La selección de semilla de maíz es un proceso agrícola importante en los sistemas tradicionales,
además de ser uno de los factores clave en el manejo y la conservación de las plantas
cultivadas. En este importante proceso no se tiene gran información del papel que juegan las
mujeres en la selección de semillas.
Algunos estudios en diferentes partes y culturas del mundo, revelan que la mujer interviene
de forma directa o indirecta en el proceso de selección de semilla de maíz (Doss, 1999; Song,
1998; Tapia y De la Torre, 1997; Chiriboaga et al., 1995; Duvick, 1995). En México se menciona
la importancia que la mujer rural tiene al conservar gran cantidad de vegetales y semillas
(Hernández, 1978), así como la participación que tiene en la selección de semilla de maíz (Rice
et al., 1998; Smale et al., 1999).
Este trabajo formó parte del proyecto “Conservación in situ de la biodiversidad de maíz en
los Valles Centrales de Oaxaca”, y se desarrolló bajo la colaboración del Centro Internacional
de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales
Agrícolas y Pecuarias de México (INIFAP). La hipótesis fue que la selección de semilla de
maíz que realiza la mujer campesina de la región responde a criterios propios y necesidades
primarias que se presentan en su unidad de producción, las que pudieran relacionarse al
consumo, gusto, cocción, preparaciones especiales o a la alimentación de animales, y la
selección que realiza el hombre podría corresponder a características agronómicas de la planta.
200 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

El ámbito incluye seis comunidades de los Valles Centrales, lugar ubicado dentro de la zona
considerada como centro de origen y alta diversidad de maíz. El objetivo fue conocer y entender
el papel de la mujer en la selección de semilla de maíz, y es importante para integrar sus
conocimientos a proyectos o programas encaminados al mejoramiento o la conservación de la
diversidad del maíz.

Métodos de investigación

Sitios de referencia
Las seis comunidades fueron seleccionadas por la variación entre dos factores, el agroecológico
y el socioeconómico. Para el primer factor se tomó en cuenta el potencial productivo y para el
segundo se consideró la importancia del origen de los ingresos (Smale et al., 1999).

Unidades de estudio
En cada comunidad se estableció la conveniencia metodológica de realizar un seguimiento del
manejo campesino (SMC) con cuatro familias, de acuerdo con las propuestas de Aguirre y
Quijano (1992). Con ayuda de las autoridades locales se eligieron veinticinco familias, dos de
ellas con representación femenina, con las características siguientes: a) representativas del
resto de las demás; b) reconocidas como productoras de maíz; c) que su maíz se produjera
tanto para el autoconsumo como alimento para animales, venta y trueque en las comunidades;
y d) confiables y con buena disposición para proporcionar información.

Obtención de la información
El seguimiento de manejo campesino (SMC) consistió en registrar diariamente el uso y manejo
que le dieron a la cosecha del maíz. En este registro se anotaron las actividades tanto de la
mujer como del hombre encargados de la unidad de producción (UP). Los datos se registraron
tal y como los informantes los mencionaron, con sus propios nombres y unidades de medidas.
El registro de la información se realizó con la ayuda de dos jóvenes, hombre y mujer, por
comunidad, que vivieran ahí mismo; dividiéndose el trabajo entre el hombre jefe de familia y la
mujer, respectivamente. Se instruyó a los jóvenes para la obtención de los datos y se recomendó
no tomarlos cuando la pareja de agricultores estuviera junta, para no condicionar las respuestas.
Además, se mantuvo el contacto semanal con las familias y con los jóvenes encargados de
recabar la información.

Análisis de los datos


Al final del SMC, se realizó un muestreo sobre las unidades locales de medida en cada
comunidad para homogeneizar los datos en la unidades internacionales de pesos y medidas
para facilitar su captura y análisis en una hoja de cálculo. Con estos datos, se realizaron
diversos análisis descriptivos y pruebas estadísticas, siendo utilizada la prueba t con muestras
pareadas.

Resultados
El SMC proporcionó, de cada informante, datos respecto al proceso de selección de semilla
de acuerdo a los siguientes parámetros: métodos de obtención de semilla, el número de veces
de selección, la cantidad seleccionada en kilogramos, momento de la selección y las
características en las que se fijó para obtener la semilla.

Métodos de selección de semilla


Los métodos de selección de semilla que a continuación se muestran fueron los tradicionales
que se presentaron en el SMC, los que se consideraron como una práctica por medio de la
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 201

cual los agricultores, hombres o mujeres, tomaron una porción de su cosecha, ya sea de
mazorcas o de grano, con características idóneas para ser consideradas como semilla, las
cuales fueron apartadas y guardadas.
Los métodos de selección de semilla que realizaron los agricultores se agruparon en cinco
grupos: (1) separado en montones; (2) apartado de mazorcas cuando usaron el maíz con dos
variantes: (a) apartó cuando se manejó y (b) apartó cuando se preparó nixtamal1; (3) selección
antes de sembrar; (4) selecciona una vez; y (5) recurre al intercambio (Cuadro 1).

Cuadro 1. Número de mujeres y hombres por método de selección de semilla de maíz en los valles centrales
de Oaxaca.
Método Mujeres Hombres Total
1. Separa en montón (SM) 25 23 48
2. Aparta mazorcas para semilla (AMS) 20 18 38
a) Aparta cuando lo maneja (AMM) 9 17 26
b) Aparta cuando prepara nixtamal (AMN) 18 14 32
3. Selecciona antes de sembrar (SAS) 9 3 12
4. Selecciona una vez (SUV) 0 4 4
5. Intercambio de semilla (INT) 0 3 3

Separación en montones (SM). Este método es considerado el inicio de la selección de semilla,


se distinguió por la separación en dos montones de la mazorca que fue cosechada y llevada a
la casa; es una práctica sanitaria y para facilitar el manejo posterior de la producción. Un
montón constituido por las mazorcas más grandes y sanas, que presentaron las mejores
características para los agricultores, fue usado para el consumo de la familia así como para la
obtención de la semilla y, dependiendo las necesidades y usos, fueron fuente de venta,
transformación (en tortillas), regalo o guelaguetza2, y en el menor de los casos para la
alimentación de los animales. A este grupo de mazorcas se le llamó montón original (MO).
El otro montón se formó de las mazorcas podridas y picadas, que presentaron daños
debido a los excesos de humedad al final del ciclo y por el “gorgojo”, una plaga de los granos.
Representó cerca del 30% de la producción total y fue utilizado como fuente de alimento para
todos los animales domésticos.
Esta práctica la realizaron conjuntamente varios miembros de la familia, las personas fueron
contratadas o bien se les pidió guelaguetza para la cosecha. Los responsables de la UP
controlaron que las mazorcas “buenas” y más grandes, con totomoxtle3, fueran colocadas en
la parte más baja del montón y conforme iba incrementando la dimensión, las que quedaban
encima fueron las “pequeñas” pero “buenas”. Se colocaron así con la finalidad de dejar las
mejores para el final ya sea para comer u obtener la semilla.

Apartado de mazorcas para semilla (AMS). Fue uno de los métodos más importantes y
dinámicos de la selección de semilla, ya que se convirtió en una actividad constante en donde
las mujeres hicieron notar su participación. El AMS se realizó cuando se removieron las
mazorcas del MO para preparar el nixtamal (AMN) y/o cuando se le dio algún manejo (AMM)
como el asoleado, el deshoje, el desgrane o cuando se alimentó a los animales.
Los agricultores, conforme usaron y manejaron su cosecha, separaron mazorcas con
características ideales para semilla, ya fuera que (a) las “aventaran” encima del MO, (b) que
las apartaran en un montón nuevo, o (c) que se apartaran en canastos y costales. Las mazorcas
apartadas contenían o no el totomoxtle.

1
Maíz cocido con cal para su posterior molido, amasado y transformado en tortilla.
2
Ayuda que en cualquier momento puede ser devuelta.
3
Hojas que cubren la mazorca.
202 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuando los hombres aplicaron este método de división del trabajo, se centraron en el
deshoje, limpia, asoleado, almacenamiento, desgrane y alimentación de ganado mayor (bovinos
y equinos). Al realizar estas labores, con cierto grado de esfuerzo, los hombres iniciaron
pausadamente el apartado, que se hizo más activo al pasar el tiempo.
Alternativamente a los hombres, las mujeres empezaron a separar mazorcas cuando
utilizaron el maíz para la preparación del nixtamal y cuando alimentaron al ganado pequeño
(porcinos, caprinos y aves). A diferencia de los hombres, las mujeres realizaron mayor esfuerzo
al apartar mazorcas cuando prepararon el nixtamal ya que en el tiempo invertido, realizaban
una inspección más detallada, además de que tenían que deshojar, desgranar, separar granos
“buenos” de los “malos”, juntarlos con la semilla antes obtenida y finalmente almacenarla.
El apartado fue responsabilidad de ambos representantes de la familia y se complementaron.
Las mazorcas apartadas por ambos miembros de la familia fueron colocadas en el mismo sitio,
o en lugares distintos.

Selección antes de sembrar (SAS). Este método consistió en seleccionar y separar semillas
de las mazorcas, quince días antes de sembrar. Se presentó cuando algunos agricultores
sembraron en la época de estiaje con ayuda de algunas lluvias esporádicas o de forma segura,
con riego.
Este método puede considerarse complementario al AMS, ya que consiste en separar la
semilla de las mazorcas apartadas y complementarlas con semillas del MO, sí es que no fue
suficiente. Sin embargo, este método puede realizarse de forma independiente de los AMS
cuando sólo se recurre al MO.
Este procedimiento de obtención de semilla fue realizada principalmente por las mujeres,
ya que nueve mujeres de doce casos obtuvieron la semilla en esta forma. Los hombres se
encontraban preparando el terreno y la mujer fue quien se encargó de obtener la semilla. En
estos casos, es posible que las mujeres hayan utilizado los AMN que realizaron en primera
instancia y, después, si fuera necesario, pudo haber obtenido semilla de los AMM que realizó el
hombre.

Selección una vez (SUV). Se caracterizó porque la obtención de la semilla se realizó en un


período de uno a tres días, sin una fecha en especial ni necesidad inmediata. Cuando los
agricultores decidieron realizar la selección, la mazorca pudo estar cubierta o no por el
totomoxtle. Como es una práctica de sólo una ocasión la semilla provino del MO, y en algunos
casos de los AMS. Es un método que suministró, en un período muy corto, la totalidad de la
semilla que se requería para sembrar. La semilla seleccionada fue almacenada y protegida
hasta el día de su uso.
Como se muestra en el Cuadro 2, esta práctica fue realizada solamente por los hombres.
Fue una actividad de tiempo completo, y por lo mismo, la mujer dedicó poco o ningún tiempo por
sus múltiples actividades reproductivas. Como es una actividad que requirió de apoyo en el
deshoje y desgrane, no se puede descartar la posibilidad de que la mujer haya participado en
este método.
Cuadro 2. Número de eventos de selección por método utilizado por mujeres y hombres en los valles centrales
de Oaxaca.
Eventos de selección
Eventos de selección
Mujeres Hombres Ambos
Aparta cuando prepara nixtamal (AMN) 74 69 143
Aparta cuando lo maneja (AMM) 78 74 152
Aparta mazorcas para semilla (AMS) 152 143 295
Selecciona antes de sembrar (SAS) 9** 3 12
Selecciona una vez (SUV) 0 7* 7
Total 156 153 314
*Diferencia significativa, prueba de t al 0.10 de probabilidad en muestras pareadas
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 203

Intercambio (INT). Aun cuando esta transacción de intercambio de semilla no sea


propiamente una selección, presenta características como si lo fuera. Tres agricultores
recurrieron a semillas de una fuente externa, uno quería sembrar en la época de estiaje, otro
quería renovar un tipo de semilla y el otro quería completar la cantidad para sembrar. Dos de
estas transacciones fueron regalos en tanto que la otra fue una compraventa. Los regalos se
dan en un ámbito de solidaridad y reciprocidad, entendido en la región como guelaguetza.
Estas transacciones las realizan los hombres, ya sea porque recae en ellos la
responsabilidad familiar o porque por costumbre sean los hombres quienes realicen las
transacciones. Algunos agricultores mencionaron que las mujeres pueden participar en este
método trayendo semilla de algún pariente o conocido con previo conocimiento del maíz.
Los métodos descritos pueden tener diferentes combinaciones. En cualquier actividad
referente a la selección de semilla, los miembros de la familia (la abuela, el abuelo, el tío, los
hijos, etc.) ayudaron con la labor, ya fuera deshojando, desgranando, separando y almacenando.

Frecuencia de selección. La frecuencia fue el número de veces en que se realizó una actividad
de selección, a cada una de ellas se le llamó evento de selección (ES). El Cuadro 3 muestra
que las mujeres y los hombres realizaron casi el mismo número de ES en los métodos de
AMS, sin que se diera una diferencia significativa. Se observaron diferencias significativas en
los métodos SAS y SUV, el primero fue más utilizado por las mujeres quienes lo realizaron
nueve veces, en tanto que los hombres lo hicieron en tres ocasiones. En el segundo método
(SUV) cuatro hombres fueron los que efectuaron esta actividad. Ambos métodos se realizan
bajo responsabilidades diferentes pero equitativas, de acuerdo a su rol en ese momento.

Cuadro 3. Cantidad de semilla seleccionada por método utilizado entre mujeres y hombres en los valles
centrales de Oaxaca.
Kilogramos seleccionados
Eventos de separación de semillas
Mujeres Hombres Ambos
Aparta cuando prepara nixtamal (AMN) 802 1,100 1,902
Aparta cuando lo maneja (AMM) 673 922 1,595
Aparta mazorcas para semilla (AMS) 1,475 2,022 3,497
Selecciona antes de sembrar (SAS) 192 50 242
Selecciona una vez (SUV) 0 484 484
Total 1,667 2,556** 4,223
** Significativamente diferente al 0.05 de probabilidad

En la suma de los ES totales no existió diferencia estadísticamente significativa entre


mujeres y hombres para asumir que la selección se realizó de forma similar. En los AMS, el
hombre o mujer responsable de la unidad de producción (UP) participaron equitativamente en
el número de veces de selección.

Cantidad de semilla seleccionada. En el apartado anterior, no se observaron diferencias


significativas más que en los métodos que representaban las mujeres y los hombres. De la
cantidad total de 4,223 kg de semilla seleccionada entre todas las familias, los hombres
seleccionaron un total de 2,556 kg, contra los 1,667 kg de las mujeres, existiendo diferencias
significativas. Sin embargo, esta diferencia no desmerece la participación de las mujeres. Los
datos indican que las mujeres aportaron más de la tercera parte (39%) de la semilla que se
seleccionó aquel año y el aporte lo hizo durante el proceso de selección (Cuadro 3).
204 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Con excepción del SAS, los hombres seleccionaron más cantidad de semilla en todos los
métodos que las mujeres. La mujer participa de igual forma que el hombre tanto en los métodos
de selección como en los ES, pero selecciona menos cantidad de semilla, aunque suele ser
con mayor cuidado; es decir, mayor paciencia y conocimientos, como mencionaron algunos
agricultores. Además, la diferencia se puede explicar por los papeles diferenciados en la división
del trabajo familiar.
En promedio, hombres o mujeres, seleccionaron seis veces durante el apartado de
mazorcas para sembrar (AMS). La moda por cada ES, en las mujeres, fue de cuatro kilogramos,
en tanto que en los hombres lo más frecuente fue que obtuvieran doce. Considerando la
frecuencia de selección y la cantidad promedio de kilos obtenidos, una pareja responsable de
la UP, puede llegar a seleccionar un total de 106 kg, suficientes para sembrar una superficie de
6.5 ha. El promedio de la superficie de siembra por familia en este AMS fue de 4.3 ha, lo que
asegura la cantidad requerida para sembrar esa superficie de maíz más aún sin considerar que
pueden conseguir semilla a través de una SAS o un INT.

Criterios de selección.
Cada vez que se realizó un ES, los agricultores se fijaban en una o más de las 18 características
fenotípicas de la mazorca que mencionaron (Cuadro 4), las que son necesarias para el
mantenimiento y conservación del lote de semilla (Louette y Smale, 1998). Sobresalen los
criterios de tamaño de mazorca, tamaño de semilla, sanidad de mazorca y sanidad de semilla.
El tamaño de grano y/o mazorca es importante como criterio ya que tiene que ver con la
percepción que tiene el agricultor con respecto a la germinación y el vigor de la planta. Por el
otro lado, la sanidad de la mazorca y grano es preferible por ser la semilla “mejor” adaptada al
ambiente y porque se irá al almacén por un tiempo relativamente largo.

Cuadro 4. Criterios de selección por mujeres y hombres en seis comunidades de los valles centrales de
Oaxaca. Observaciones totales.
Criterios de selección Mujeres Hombres Porcentaje/total de criterios
Sanidad de mazorca 46 57 10.7
Tamaño de mazorca 47 52 10.3
Tamaño de grano 42 49 9.5
Sanidad de grano 35 52* 9.1
Color de grano 26 35 6.3
Color de mazorca 23 37 6.2
Peso de mazorca 24 32 5.8
Forma de grano 16 29 4.7
Tamaño de olote 18 27 4.7
Color de olote 13 28* 4.3
Textura de totomoxtle 17 23 4.2
Número de hileras 15 22 3.9
Peso de grano 12 25 3.9
Forma de mazorca 12 22 3.5
Cubierta de totomoxtle 11 22** 3.4
Sanidad de totomoxtle 10 22** 3.3
Color de totomoxtle 10 22 3.3
Peso de olote 10 18** 2.9
*Diferencia significativa al 0.10%
** Diferencia significativa al 0.05%

Los hombres se diferenciaron con respecto a las mujeres, en elegir características que se
pueden relacionar con aspectos agronómicos. Observaron con mayor atención la cubierta y la
sanidad del totomoxtle, criterios que pueden estar relacionados con la resistencia al ataque de
plagas del campo o almacén, y en el color del olote, que según percepciones de los agricultores
(junto con el diámetro del olote, y el color del totomoxtle), se relaciona con el ciclo de desarrollo
de la planta. En los demás criterios no hubo diferencias importantes, lo que sugiere que no
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 205

solamente son cuatro los criterios sobre los que la mujer y el hombre se fijan en la mazorca. La
conjunción puede ser la mejor explicación de complementariedad que tienen ambos miembros
de cada familia. Los criterios, por consiguiente, se encuentran entrelazados, cada característica
es importante y se torna complejo encontrar la importancia por separado.

Período de selección de semilla. A través del método más dinámico de selección, el apartado
de mazorcas para semilla (AMS) se logró establecer un período de selección (PS), ya que
presenta eventos constantes con cierta frecuencia y tiempo. El período de selección se refiere
al momento en el cual los miembros de la familia seleccionan, de una forma dinámica, la
proporción de mazorcas que serán utilizadas como semilla para el siguiente ciclo. Los elementos
del PS están integrados por los eventos de selección (ES), cantidad seleccionada (CS), la
fecha y el número de días que duró esta actividad. El inicio del PS se estableció cuando más
de la mitad de las personas (mujeres y hombres) realizaron la selección tomando en cuenta
los ES y la CS. La conclusión del PS se marcó cuando se obtuvo la totalidad de la semilla. Un
período consta de 120 días, y fue desde la tercera semana de enero hasta la tercera semana
de abril.
La Figura 1 muestra que las mujeres empezaron a seleccionar desde la semana doce,
tercera semana de enero, y continuaron por un espacio de dos meses más, de los cuales, en
la segunda semana de marzo, tienen su máximo y decrece bruscamente en abril. Los hombres
inician una semana después que las mujeres y continúan el proceso durante tres meses. La
curva presenta una característica singular ya que por un momento parece que la mujer inició
más rápido a seleccionar y, de pronto, se cruza la curva de los hombres. Es probable que la
selección se alterne y el hombre pueda estar seleccionando más y de momento la mujer lo
alcanza y sustituye, ocupando su lugar.

Figura 1. Momentos y períodos de selección de semilla de maíz

El hecho de que la mujer tenga un período de selección más corto que el hombre no
significa que deje de realizar la selección, pero sí que tal vez su tiempo sea limitado y tenga que
ocuparse de otras tareas. También se debe acotar que hubo más mujeres que realizaron SAS
comparado con los hombres. Este PS puede tener implicaciones importantes en la selección
de la semilla de siembra al obtener el grano de un número adecuado e importante de mazorcas
a través del tiempo, y lograr con esto una mayor variabilidad y a la vez representatividad de toda
la población cultivada.
206 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Discusión
Rice et al. (1998) en un trabajo también en México, mencionan que las mujeres seleccionan la
semilla cuando preparan el nixtamal; sin embargo, los resultados indicaron que el hombre
también hace la selección. Al parecer, el hombre aparta una gran cantidad de mazorcas para
que después sean desgranadas, ya sea por él mismo, por la mujer o algún otro miembro de la
familia, pero siempre bajo observación de ambos responsables.
Aun cuando las mujeres hayan seleccionado menos cantidad de semilla, 39% del total, y
aportado casi el 50% de los eventos de selección totales, la duda es, qué tanto ese aporte es
real, qué calidad tiene esta proporción y si contiene los criterios de consumo que ellas pueden
observar en la mazorca.
Es posible que las mujeres aporten más del 39% de la cantidad de semilla o que esta sea
de mejor calidad. Ellas realizan la selección antes de la siembra y alternan en los momentos en
que no está el hombre, además es más “curiosa” o cuidadosa en hacer la selección. Para
sembrar una hectárea de maíz en la región se requieren de 16 kg de semilla, el promedio en
superficie por familia, en las 24 de estudio, fue de 4.3 ha y una mujer seleccionó un promedio de
66.7 kg; entonces, la cantidad que ella selecciona cubre el 97% de la superficie promedio a
sembrar. De ser así, las mujeres estarían seleccionando semilla de mejor calidad y más
eficientemente que el hombre. Aún más, si en algún momento el hombre, responsable de la
unidad de producción, tiene que salir a trabajar a otra parte y esto le impide realizar esta actividad,
y por tanto, la mujer tiene que darle la continuidad al cultivo realizando totalmente la selección
de la semilla (comunicación personal J. A. Aguirre, 2002; Song, 1998). La estimación de la
calidad de semilla que seleccionó la mujer quedó fuera del alcance de los resultados de este
trabajo.
Aunado a esto, los criterios de selección muestran que puede ser la mejor forma de
complementariedad entre ambos. Los cuatro criterios principales para las hombres fueron los
mismos que para las mujeres; sin embargo, estos no fueron los únicos criterios. Se describieron
dieciocho características de la mazorca que adquieren más importancia dependiendo de la
situación y necesidades de cada agricultor. Así, la mujer puede observar características de
consumo (a conclusiones similares llegaron Hernández, 1972 y Tapia y De la Torre, 1997) en
tanto que el hombre podría estar observando características agronómicas.
Los elementos analizados en los resultados como fueron los métodos, los eventos, la
cantidad, los criterios, así como los momentos de selección, sugieren que no se puede hablar
de una diferencia entre mujeres y hombres en el proceso de selección de semilla, sino de una
complementariedad. La posición de este trabajo es colocar a la mujer y al hombre y, por qué no,
a los miembros de la familia, en forma equitativa en este proceso.

Conclusiones
La mujer al igual que el hombre, interviene en forma directa en la toma de decisiones en el
proceso de selección de semilla de maíz en los Valles Centrales de Oaxaca. La selección de
semilla no se puede ver sin desligar la participación de la mujer y la del hombre, por lo tanto, es
una condición de la sociedad, de mutuo acuerdo y de complementariedad.
Para la mujer, la selección de semilla es una actividad que mantiene su patrimonio,
conservando el maíz, y a través de la que crea, acumula y transmite estos conocimientos y
son más cuidadosas o “curiosas”.
La selección de semilla es un proceso dinámico y metódico, el cual puede ser establecido
en un período de selección, importante para incidir en la búsqueda de su eficiencia, como
puede ser captar la mayor variabilidad existente y la mayor representatividad de la población,
mejorar las prácticas de almacén de semilla y favorecer los intercambios de semilla, entre
otras.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 207

Reconocimientos
Los autores agradecen al Centro Internacional de Investigación para el Desarrollo de Canadá
por los fondos proporcionados y al CIMMYT por el apoyo técnico y humano. De forma especial
a las autoridades, familias y encuestadores de cada una de las comunidades.

Referencias
Aguirre G., J. A. y J. A. Quijano C. 1992. Perspectivas en la investigación con la participación de pequeños
productores. In: Memorias del Coloquio Mesoamericano de Sistemas de Producción. ORSTOM
Francia y C.P.-CEDERU, México.
Chiriboaga, M., R. Grynspan y L. Pérez. 1995. Mujeres de maíz. IICA, BID, Costa Rica.
Doss, C. R. 1999. Gender issues and maize production in Africa: Implications for agricultural research.
Economics Program Paper 99-02. CIMMYT. Mexico, DF.
Duvick, D. N. 1995. Annual Meeting of Am. Ass. Adv. Sc., Atlanta. GA. USA.
Hernández X., E. 1972. Consumo humano de maíz y el aprovechamiento de tipos con alto valor nutritivo.
In: Memorias del simposio sobre desarrollo y utilización de maíces de alto valor nutritivo. Colegio
de Posgraduados. Chapingo, México.
Hernández X., E. 1978. La participación de la mujer en la selección bajo domesticación de plantas
cultivadas en las regiones cálido húmedas. Agrociencia (México) 71:287-294.
Louette, D. and M. Smale. 1998. Farmers’ seed selection practice and maize variety characteristics in a
traditionally-based Mexican community. Economics Working Paper 98-04. CIMMYT. Mexico.
Rice, E., M. Smale and J.L. Blanco. 1998. Farmers’ use of improved seed selection practices in Mexican
maize: Evidence and issues from the Sierra de Santa Marta. World Development 26:1625-1640.
Smale, M., A. Aguirre, M. Bellon, J. Mendoza and I. Manuel Rosas. 1999. Farmer management of maize
diversity in the Central Valleys of Oaxaca, Mexico: 1998 baseline socioeconomic survey. Economics
Working Paper No. 99-09. CIMMYT. Mexico, DF.
Song, Y. 1998. New seed in old China: impact of CIMMYT’s collaborative program on breeding in south-
western China. Technical and Institutional issues in PPB-done from a perspective of farmer plant
breeding. Working document No.2. CGIAR-CIAT.
Tapia, M. E. y A. De la Torre. 1997. La mujer campesina y las semillas Andinas: Género y el manejo de los
recursos genéticos. FAO, IPGRI. Lima, Perú.
208 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

La vegetación maya: otra forma de cosmovisión

Juan Ramón Bastarrachea Manzano

Centro Regional Yucatán del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Yucatán) km


7 Antigua Carr. a Progreso, Mérida, Yucatán, México. Fax (999) 9440043.

Summary
Mayan vegetation: A different form of cosmovision. While it frequently is said that the mere
cataloging of data obtained in field research is not “doing science”, it is hardly ever recognized
(even though it is the primordial objective of science) that discovering the organic order of the
universe of studiable things not only involves processes of interpretation, but also that this
order itself reflects the nature of the components of this universe. As such, the diverse
relationships of these components can be explained and, in this way, one can try to understand
the origins in order to bridge the lines of evolutionary development for the phenomena that are
analyzed. An ethnobotanical study was undertaken with the objective of understanding the
traditional knowledge of the multiple and diverse elements of a flora within a cultural boundary,
which in this case is the geographical territory of the present-day Maya of the Yucatan peninsula.
Since plants have different levels of value within a given culture, they can be studied from
diverse perspectives, for instance by focusing on their magical value, religious importance,
institutional value, or economic value, to name but a few possible perspectives.
The majority of the plants known to the Mayas appear to be recognized because of their
demonstrable (or suspected) curative properties. Many plants without recognized uses not
only possess one or more denominations in Maya, but also are recognized in Maya as different
morphological, technological, genealogical, and even ecological entities. This seems to indicate
(up to a certain point) that mere cognitive intention holds important value for the Maya. Not only
is medical ethnobotany important for its empirical and magical aspects, but we also should keep
those aspects in mind when considering how threatened ecosystems today are managed by
modern practices and techniques whose application throughout the Yucatan peninsula could
be disastrous in both the short and the long term.
The study of traditional uses of ecological niches by humans will be able to contribute to
the maintenance and regeneration of these niches in the face of the massive destruction of our
time. This contribution tries, then, to rescue part of the naturalistic wisdom of both the long-ago
and present-day Mayas.

Key words: Cosmovision, plant values, traditional knowledge.

Introducción
En toda la península de Yucatán, México, desde hace muchos siglos se mantienen inter-
contactos, entre los grupos humanos, y la flora y fauna. Los mayas yucatecos sostienen una
compleja diversidad de esos contactos, expresada en su idioma, aunque con localismos en
los tres estados peninsulares (Campeche, Quintana Roo y Yucatán). En forma somera, se
expone un panorama de lo que en el Instituto Nacional de Antropología e Historia está
investigando respecto a la cultura de los mayas actuales en cuanto a la etnografía de México
en el siglo XXI.
El objetivo de este trabajo fue desarrollar el enfoque de la cosmovisión indígena desde el
punto de vista de los campesinos y de sus intelectuales conocidos j-meenes quienes perciben
y proyectan una forma más clara de su universo, tal como ellos vislumbran a esta cosmovisión
vegetal-humana, puesto que aunque también campesinos, tienen conocimientos para curar a
la gente en cuanto a las dolencias de origen biológico como espiritual. Usualmente penetran a
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 209

los montes para enfrentarse a los yuumtsilo’ob (señores guardianes de los montes, cenotes y
aguadas) y obtienen de ellos los beneficios y los permisos para resguardar y proteger a los
seres humanos y sus cultivos o milpas.
Aquí, el monte es interpretado por los mayas como un ser vivo, que contiene múltiples
cosas, animales y vegetales, todas vivas y con alma (tanto particular como una totalizadora o
sea la del monte-universo). Los mayas nunca han considerado al suelo en sí (entre otras
cosas por no ser muy fértil) sino que la riqueza es por el humus de la vegetación y de la masa
de microorganismos que permite que prosperen los bosques y los seres vivos que ahí habitan.
La milpa (sistema de producción) es el producto del esfuerzo humano, y cuando se realiza,
culturalmente, es a través de un “convenio ritual” entre los humanos y las deidades guardianas
y dueñas del monte.

Métodos
Se suele decir que la mera catalogación de los datos obtenidos en la investigación de campo
“no es hacer ciencia” y casi nunca se reconoce, aunque fuera éste el objetivo primordial de la
ciencia, y que el descubrimiento del orden orgánico del universo del objeto de estudio no involucra
solamente a los procesos de interpretación sino que en dicho orden se refleja la naturaleza y
los componentes del universo. De tal manera que pueden explicarse las diversas relaciones
que suelen guardar entre sí y así intentar conocer (y reconocer) los orígenes para poder trazar
líneas de desarrollo evolutivo respecto a los fenómenos analizados, hombre-universo.
Un estudio etnobotánico debería darse con el objeto de conocer esta actitud tradicional
hacia los bosques de acuerdo a los variados elementos que se encuentran en la flora dentro de
su marco cultural, y de esta forma sería en el territorio geográfico de los mayas actuales de la
península de Yucatán, donde las plantas presentan diversos niveles de valor dentro de esta
cultura.
La vegetación puede ser estudiada desde diversas perspectivas, tales como la mágica,
religiosa, la utilitaria y/o la económica, por decir algunas. Evidentemente la mayor parte de las
plantas conocidas por los mayas actuales, lo son por sus comprobadas o supuestas propiedades
curativas. Muchas plantas de uso reconocido no sólo poseen una denominación en maya, sino
que se reconocen diferentes aspectos morfológicos, tecnológicos, genealógicos y aun
ecológicos. Esto parece indicar que además de la mera intención cognoscitiva que tienen los
mayas, del valor de sus recursos, hay que considerar la etnobotánica médica, en sus aspectos
empíricos y mágicos, así como el manejo de ecosistemas. El estudio de usos y costumbres en
los diversos nichos ecológicos en cuanto a su delimitación por los seres humanos, pudiera
contribuir a su mantenimiento y regeneración ante la destrucción masiva de los ecosistemas.
El presente estudio integra los esfuerzos de intensa recopilación de información de viva
voz, en lengua maya, acerca de un grupo de plantas útiles en diversas comunidades de la
península de Yucatán, mediante entrevistas diseñadas para el caso. Posteriormente se hizo
un análisis etnolingüístico considerando los diferentes diccionarios mayas más recientes (Barrera
et al., 1976; Cordemex, 1980; Bastarrachea et al., 1992).

Resultados
Entre los mayas actuales de la península yucateca, diversas plantas poseen un valor mágico-
religioso y se utilizan en algunas ceremonias de carácter ritual, y de relación onomástica con
las deidades prehispánicas. A continuación, una lista breve de algunas plantas con valor mágico
y religioso:

1. Baalche’ (Lonchocarpus violaceus). Su corteza es utilizada en la preparación de la bebida


ritual denominada “baalché’” o “balche’” que se usa en las ceremonias relacionadas con
las actividades agrícolas.
210 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

2. Boob (Coccoloba schiedeana). Esta especie es común en el bosque seco peninsular.


Sus hojas sirven de envoltura en los diversos “panes ceremoniales” antes de ponerlos a
cocer en el horno subterráneo o píib.

3. Chakaj (Bursera simaruba). Con la madera de este árbol, el j-meen o sacerdote agrario
fabrica el Leelem o instrumento parecido a un machete que simula al rayo que produce el
kuumk’u’ cháak, o principal cháak, el cual es manejado por la persona que lo personifica
durante la ceremonia para atraer la lluvia o ch’a’ cháak.

4. Ja’abin (Piscidia communis). Aunque la planta en sí es considerada como “fría”, sirve


como un instrumento de medición de la temperatura cultural del suelo. Para realizar la
auscultación se entierra un pedazo de ja’abin y si después de tres días al sacarlo del
terreno, si permanece fresco o vivo, la tierra es “fría”, en cambio si sale reseco entonces
la tierra es “caliente”.
En los altares que se construyen para las ceremonias del culto indo-colonial hacia los
yuumtsilo’ob y los cháak-es, se usan ramas de ja’abin para amarrarlas a las esquinas de
dichos altares, uniendo sus extremos superiores para formar arcos, dos de cada lado.
Para las ceremonias del ch’a’ cháak se ponen ramas de ja’abin sobre la cruz verde
para protegerla de los rayos del sol. La corteza del ja’abin sirve para cubrir las piedras
que han sido calentadas al rojo en el horno subterráneo o píib, para posteriormente colocar
encima lo que se va a cocer. En cuanto a la ceremonia de redención de algún corral, el
altar circular simulado en el suelo en el centro del corral, se cubre con hojas de ja’abin o
se atan al poste o mayol che’ que suele sembrarse en el centro.
En diversos sitios de la península, los frutos del ja’abin sirven para conocer el tiempo
adecuado para iniciar el took o quema de la futura milpa (parcela de cultivo). Es decir,
esto es cuando suenan las semillas por estar secas en la vaina.

5. Jalal (Phragmites australis). Es un carrizo o tallo alargado con propiedades “frías”. De su


junco o tallo se fabrican las lancetas para cortar el cordón umbilical de los recién nacidos.
Los j-meen-es usan las cañas del jalal como estuche para sus piedras de adivinación o
saastun-es y otros instrumentos como los huesos de pescado para realizar operaciones
de sangrado.

6. Joma’ (Crescentia cujete). Con el fruto de esta planta se elaboran los vasos rituales
designados con el mismo nombre utilizados por el j-meen y sus acompañantes en las
ceremonias de la milpa y de las grutas, y, eventualmente para que éste haga sangrías
curativas y aplique ventosas (extracción de “aire”). Durante la ceremonia del janlikool, (la
comida de la milpa) el j-meen usa un recipiente de joma’ más pequeño que los comunes
para una parte importante de la ceremonia en la cual, las hojas de ja’abin lo tapan formando
con ellas una cruz.

7. Ixi’im (Zea mays L.). La sagrada planta del maíz. Sus frutos y granos se utilizan en diversas
formas en todos los ritos religiosos; para elaborar panes y bebidas o para ofrecer sus
mazorcas cocidas bajo tierra (joolche’ píibilnal). El maíz germinado es usado para adivinar
la suerte del enfermo: el j-meen cuelga fuera de la casa un recipiente vegetal (jícara, leek
o joma’) con saka’ (bebida de maíz cocido y molido); si los maíces germinados aparecen
flotando por pares, el pronóstico de su salud será bueno, de lo contrario el pronóstico será
malo.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 211

8. Ixi’m ché (Caesaria nitida). Con la madera del ixi’m ché se fabrica el arco que se pone en la
mesa altar durante las ceremonias del Ch’a’ Cháak o del Janlikool. La hoja se utiliza como
cuchara para tomar un poco de vino sagrado de baalché (bebida fermentada con miel y la
corteza del árbol Lonchocarpus spp.) y las ramitas apropiadamente cortadas para hacer la
señal de la cruz en ambas ceremonias.

9. K’uuts (Nicotiana tabacum). Tabaco, suple a la sagrada planta de sipche’ en algunos casos
del rito de “santiguar”. En Quintana Roo aún se utiliza el cigarro ceremonial. También es un
objeto que se ofrenda a las deidades. K’u uts significa “bondad de Dios”.

10. Nikte’ (Plumeria spp). Flor de mayo, es la flor sagrada ofrecida en los altares católicos. En
algunos lugares del sur del estado de Yucatán las muchachas llevan la flor en el cabello
para atraer al hombre que les gustaría como esposo o amante pasando frente a él. Esto es
una reminiscencia del valor mágico de esta flor como símbolo o filtro de amor. La ceremonia
del k’ay nikte’ que se practica aún hoy para atraer al amante fugitivo está descrita
parcialmente en el libro de Los cantares de Dzitbalche’ (Barrera, 1965). En toda
Mesoamérica tuvo y parcialmente sigue teniendo relación con el sexo, el amor, sus ritos,
ceremonias y deidades. En ciertos poblados se utiliza en la consagración de un nuevo j-
meen.

11. Poom o copal (Protium copal). La resina es usada para los sahumerios rituales mayas.

12. Sikil (Semilla de Cucurbita spp). Se usa simbólicamente en la ceremonia del Jéets Méek’ o
iniciación simbólica del infante en las actividades propias de su género. Cada vez que da,
una de las 9 o 13 vueltas rituales alrededor de la mesa, la madrina o el padrino en cuestión,
toma una semilla de la mesa para tal efecto y la abre para comer su contenido. El significado
es que la mente del niño sea abierta a la cultura de su grupo social.

13. Sipche’ (Bunchosia swartziana). Sus hojas se usan para retacar al cartucho de la escopeta
(o para retacar la escopeta que antiguamente se cargaba por el cañón), si uno quiere
cazar con ella al Sip, guardián o protector de los venados. En el oriente del estado de
Yucatán durante la ceremonia del jaats’ paach o “flagelamiento de la espalda” se utilizan
las hojas para adornar la mesa ceremonial en casa del encargado o Nojoch Mayol y una
rama se usa para golpear levemente la espalda y la cabeza de las bailadoras “vaquerías”
para purificarlas y protegerlas de los malos vientos que durante el baile de “la vaquería”
han acumulado ellas mismas por las licencias del baile y por no haber dormido regularmente.
En general, es un antídoto contra los malos vientos usado en numerosas ceremonias de
raíces indígenas. Sipche’ significa “El árbol de Sip”, Sip es la deidad protectora de los
venados.
En algunos lugares los cazadores se refieren a él como “el dueño o el señor de los
venados”. Durante la ceremonia de los Loj Korral se amarra al joven que representa a
Wáan Túul, al poste o Mayol che’ y se le da a beber aguardiente. Otra persona lo vigila a su
vez para que no se duerma y para el efecto, le pega con cierta frecuencia con ramas de
sipche’.

14. Sukure iik o chile (Capsicum annuum). Es usado para ahuyentar a los malos vientos en las
ceremonias de “Santiguar”.

15. Taankas che’ (Zanthoxylum fagara). Raspaduras de su corteza son agregadas a ron aguado,
mixtura con la que el j-meen “cura” los ojos de las “vaqueras” o sea las muchachas que
participaron en los bailes de las fiestas populares con objeto de que los malos vientos no
212 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

les hagan daño y no tengan pesadillas al dormir. Cruces de la madera de esta planta son
enterradas conjuntamente con tallos de jalal che’ (Pedilanthus nodiflorus) en las cuatro
salidas de los pueblos para prevenirlos de los malos vientos. El entierro de estas plantas
debe contener además, un trozo o navaja de obsidiana y una pizca de sal. También sirve
para elaborar cruces de su corteza, las que se ponen a los niños en sus collares para
protegerlos, así mismo, de los malos vientos.

16. Tuk’ (Acrocomia mexicana). En la ceremonia de la bendición o redención del sitio de residencia
denominada en maya como loj kajtal. Se usan las semillas o huesos del cocoyol o tuk’
como vasos diminutos para ofrendar baalche’. También se usan los cocoyoles para hacer
collares contra los malos vientos.

17. Xiat o Yuyat (Chamaedorea graminifolia). Es una planta palmácea “fría”. Es utilizada para el
altar-mesa durante la ceremonia del Ch’a’ cháak, representando al monte o sea a la
naturaleza con toda su fuerza vital.

18. Ya’axche (Ceiba pentandra). Las niñas no deben jugar con sus frutos porque corren el
riesgo de tener senos grandes y colgantes. Cuando tiene abundantes frutos es signo de
que las cosechas serán abundantes. El tronco de este árbol se corta y se transporta
ceremonialmente para plantarlo en medio de la plaza de toros en las fiestas pueblerinas
anuales, para servir de poste central donde se amarran los toros. Para presidir la fiesta se
escoge una planta joven o ya’axche’ de tronco muy verde.
En la historia de toda la cultura mesoamericana, la ceiba fue un árbol sagrado. Para los
mayas simbolizó el origen mismo de la vida humana y se le rindió culto. El nombre ya’axche’
significa “árbol verde” o sea, proporcionador de vida.

19. K’in-im (Ceiba schottii). El nombre esotérico de la ceiba es Imix, cuya representación
jeroglífica es parcialmente una mamá. Por otra parte, se consideró a la ceiba como la
madre de la humanidad o de la tierra misma. Es una deidad terrestre. K’in-im podría significar
“la madre (o mamá) del sol”. A esta planta se le denomina también pi’im o k’uch.

20. K’u’ che’el (Machaonia linderiana). El nombre maya significa “árbol de los dioses”. Esta
planta rubiácea llamada también k’uil che’ (en su forma más completa) k’an pokolche’.

21. Xaache’ Xtaabay (Pithecoctenium echinatum). En la actualidad la xtaabay es un demonio


que en forma de mujer bella atrae a los hombres por la noche en la vecindad de los poblados
para matarlos. Es versión moderna de la deidad de la caza, contraria a Sip folklóricamente,
se cree que la xtaabay utiliza las cápsulas de los frutos como cepillo para peinar su larga
cabellera ya que xaache’ significa peine para el cabello. También se le llama a esta planta
X-nej Tolok ó X-nej Ma’ax que significa respectivamente cola de basilisco (Basiliscus sp.)
y cola de mono. El nombre técnico genérico significa peine de mono.

Para los mayas yucatecos las plantas se subdividen, según su biotipo o forma biológica
en por lo menos nueve grandes grupos:
1. Che’ ; árboles y arbustos, plantas leñosas
2. Xiw ; plantas herbáceas
3. Áak’ ó kan; plantas trepadoras y rastreras
4. Su’uk; gramíneas y Ciperaceae
5. Kij; agaves
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 213

6. Xa’an; Palmaceae
7. Ts’ipil; nolinas y Beaucaneae
8. Tuk’; yucas
9. Tsakam; cactus

Independientemente que la pertenencia a dichos grupos se exprese o no en los nombres


particulares o específicos de cada planta, de los grupos anteriores, tres son los fundamentales:
che’, xiw y su’uk; y después Áak’ o ka. Muchos de los géneros de la taxonomía botánica tradicional
maya corresponden a géneros reconocidos por la taxonomía científica. Otros en cambio,
incluyen dos o más géneros de la misma familia botánica.
Numerosas plantas con denominación en lengua maya tienen nombres que comienzan
con los morfemas chak, k’an, sak y eek’; esto es, con el signo de un color aplicado al lexema al
cual precede. Estos cuatro señaladores de lexemas con significado genérico parecen
corresponder a una antigua nomenclatura culta cuyos vestigios se encuentran mezclados con
otra de carácter popular.

Chak, tendrá diversos significados tales como rojo, lo que es fuerte, poderoso, rayo, y es
un color asociado al oriente, “señal del amanecer del mundo”. De acuerdo con Bruce et al.
(1971) por simbolismo lingüístico, cháak: lluvia, podría participar en el mismo juego de conceptos
con asociaciones adicionales de fecundidad.

K’an, significa amarillo y es color asociado con el sur.

Ya’ax, significa verde y ocasionalmente azul; también puede significar precioso. Es color
asociado con el quinto punto cardinal de los mayas, el centro, el lugar desde donde se señalan
los otros cuatro y las direcciones de arriba y abajo.

Sak, significa blanco y es color asociado con el norte. Otra acepción sería falso o imitador.

Éek’, es la denominación menos común y significa negro y también es asociado con el


poniente. Los géneros vegetales que califica también pueden tener el sufijo Box, oscuro, prieto
o moreno.

Es notable el hecho de que el árbol sagrado de los mayas, la ceiba ó ya’axche’ no aparezca
con un nombre genérico significado por un color. Sin embargo, realmente lo está por ya’ax,
verde en la reminiscencia ya’ax che’ que lo designa cuando se selecciona un ejemplar joven,
de tronco verde, para sembrarlo en medio de una plaza o de un corral que se va a utilizar como
ruedo taurino. Además, el nombre esotérico de la ceiba, imix ó imixche’ es calificado por chak,
sak, k’an y/o éek’, en relación con las deidades de los cuatro puntos cardinales, a cada una de
las cuales corresponde un color y un ave con marcas de ese mismo color en el plumaje. Así
como ya’ax verde, significa el centro desde el cual se marcan los rumbos este, norte, oeste, y
sur.
Ya’ax imix che’, la ceiba verde “sostiene el plato y el vaso, la estera y el trono de los K’atun-
es por ella viven” (Barrera y Rendón, 1948).
La relación con los colores asociados a los puntos cardinales no es de tipo geográfico ni
meramente descriptivo sino esotérico y quizá esté ligado con los atributos de las deidades
correspondientes que son una sola y cuatro a la vez; un chak y cuatro chaak-es. El chak del
oriente, rojo, manda la lluvia (cháak) que da vida. El chak del norte, blanco, manda el frío, el
chak del sur, amarillo, manda el viento; y el chak del poniente, negro, manda la enfermedad y la
muerte, según diversos informantes del oriente de Yucatán y Quintana Roo.
214 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Los términos genéricos calificados por un color (y a veces por el propio color) son por sí
mismos descriptivos y tienen su origen en nombres-frase cuyo significado literal se ha perdido
como tal y que sólo puede descubrirse mediante un cuidadoso análisis etimológico.
Hoy, por ejemplo, abal significa simple y popularmente “ciruela” y para cualquier botánico
sería exactamente Spondia. Nadie toma en consideración que abal se deriva de a’+ab+al ó
ab+al, significa “acuoso, que se pone blando o aguado”, cuando se habla comúnmente. Lo
mismo sucede al pronunciar la palabra castellana “automóvil”, que significa “se–mueve–por–
sí-mismo”.
Al parecer, coexisten, casi amalgamados, dos grandes modos y/o tradiciones en la
formación de los nombres botánicos mayas. Una, quizá más antigua y al parecer también más
culta, que integra la nomenclatura al simbolismo de los colores, números y direcciones que, a
su vez, forman parte del concepto funcional del universo tal como era entendido por los antiguos
mayas. La segunda, posiblemente menos antigua en la región, pero más sencilla y popular,
con notables semejanzas a la nomenclatura nahuatl, que no sólo se conserva como los residuos
de la primera, sino que se aplica en la formación de nuevos nombres. Por ejemplo, los aplicados
a las plantas introducidas a Yucatán durante y después del siglo XVI, frecuentemente de
tendencia descriptiva sin señalamiento de género, y se les puede incluir a uno pre-existente en
la zona.
La coexistencia de una botánica sistemática culta con otra más popular puede ser indicio
de una notable dicotomía cultural que existió entre los mayas antiguos. Por una parte, los
sacerdotes de alto rango fueron los conocedores de la ciencia tal y como se presentaba en
aquel tiempo y por otra, el pueblo fue su sostenedor y aun fuente de nuevos conocimientos de
desarrollo y modificaciones debidas a procesos de transculturación originados por el comercio
y las invasiones. Entre estos dos estratos los J-Meeno’ob (los libros con jeroglíficos) sirvieron
de puente cultural. Es posible que las diversas concurrencias en los dos sistemas tengan
explicación en la influencia tolteca, la cual comienza en el siglo X y termina, al menos en la
costa oriental de Yucatán, hasta la conquista española.
Consumada la conquista, desaparecidos los altos sabios-sacerdotes mayas y destruidos
la mayor parte de los J-Meeno’ob. Los Shamanes que sirvieron en diversas épocas de puente
de comunicación entre la clase sacerdotal y el pueblo, permanecieron como los guardianes y
mantenedores de algunas partes de la ciencia de los iniciados y como los únicos miembros de
la sociedad maya capaces de ejercer funciones médico-religiosas.
Por otra parte, la trascripción secreta de algunos de los libros de Chilam Balam (historia
Maya) y el llamado ritual de los Bacabes (dioses de los puntos cardinales), coadyuvó a la
conservación (aunque modificada por los errores, omisiones y adiciones de los transcriptores
a través del tiempo) de la más valiosa información directa que actualmente se posee sobre la
historia y ciertos aspectos culturales de los antiguos mayas.
En tales escritos, frecuentemente se citan plantas, ya sea mediante nombres esotéricos o
por términos botánicos muchos de los cuales aún están en uso. A menudo, los términos se
encuentran asociados a uno o más de los cinco colores cardinales. Respecto a esto, es
necesario tener en consideración que a veces el color señala precisamente una determinada
especie botánica, en tanto que en otros, la asignación es únicamente ritual.
Aunque esto es aplicable en general a las típicas clasificaciones taxonómicas “folk”
mantenidas únicamente por tradición oral, en las que se reconocen fundamentalmente formas
de vida, géneros y especies sin ningún sistema de codificación, no lo es del todo en los casos
en que se establece un principio ordenador; es decir, un procedimiento capaz de abarcar un
máximo de objetos con un mínimo de conceptos, por emplear la expresión de Hartman (1959).
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 215

Discusión y conclusiones
Los nombres mayas de las plantas son, con ciertas excepciones, eminentemente descriptivos
y constituyen, con frecuencia, verdaderos nombres-frase.
No se ha llegado a ningún catálogo botánico maya al igual que a ningún tratado de
matemáticas o astronomía propiamente dicho. En una cultura en la que la ciencia, arte, religión
y magia integran un todo estructuralmente coherente sólo se han recopilado fragmentos, y en
cuanto al aspecto científico, sólo los resultados de su aplicación a la medida del tiempo, a la
agricultura, a la arquitectura y a la medicina, principalmente.
La herbolaria médica maya yucatanense no sólo ha persistido por tradición oral, sino a
través de escritos, algunos de los cuales pueden haberse originado de fuentes que datan del
siglo XVI. Se podría pensar que los términos genéricos mayas de las plantas, hoy difícilmente
analizables lingüísticamente, tuvieron remoto origen en nombres-frase descriptivos de carácter
popular, pero que su engarce en la montadura de la simbología de los colores asociados a los
rumbos no parece ser el producto de una larga serie de meras casualidades. El resultado de
este hecho es un sistema que, aplicado consistentemente a no más de 500 géneros, dará la
oportunidad teórica de distinguir de entrada un máximo de 2,500 especies. Esto resulta de
modificar 500 veces el significado genérico mediante el uso del “imitador” (sak), amén de utilizar
explícitamente morfemas indicadores de formas de vida y otros de carácter descriptivo para
distinguir especies en géneros representados por más de cinco. Con tal sistema pudo haberse
cubierto un número mucho mayor de especies de las que podría suponerse que existen en
toda la península de Yucatán.
Al sobrevenir la invasión Tolteca del siglo X, ocurrió un importante cambio cultural en el
que más que una sustitución tuvo lugar una serie de persistencias, sobre-posiciones y
amalgamas de elementos que permitieron la preservación de una importante parte del
conocimiento guardado por los altos sacerdotes mayas y la mezcla, más o menos integral de
otra, con las aportaciones toltecas y la popularización de modos de ser y de hacer procedentes
del altiplano central mexicano.
La conquista española en cambio, se caracterizó por su insistente afán de erradicación y
substitución de los antiguos patrones culturales, de tal modo que causa admiración la
persistencia de los que ahora subsisten como remanentes de una larga y dolorosa resistencia
cultural indígena.

Referencias
Barrera M. A., A. Barrera V. y R. M. López F. 1976. Nomenclatura Etnobotánica Maya. Colección Científica.
Etnología. I.N.A.H. México.
Barrera V. A. y S. Rendon. 1948. El libro de los libros de Chilam Balam. Fondo de Cultura Económica,
México
Cordemex. 1980. Diccionario MAYA CORDEMEX. Ediciones CORDEMEX. Mérida, Yucatán, México.
Bastarrachea, J. R., E. Yah y F. Briceño 1992. Diccionario Español-Maya-Español, Maldonado Eds. Mérida,
Yucatán, México.
Bruce, S. R. D., C. Robles V. y E. Ramos Chao. 1971. Los Lacandones. Cosmovisión Maya. Proyecto de
Estudios Antropológicos del Sureste. Departamento de Investigación Antropológica. I.N.A.H.
México, D. F., México
Hartman, R. S. 1959. La Estructura del Valor. Fundamentos de la axiología científica. Fondo de la Cultura
Económica, México.
216 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diversidad y condiciones socioculturales de los solares mayas del municipio


de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo

J.A. Novelo Pech1, J.A. Ortíz Rivera1, F.J. Reyna Díaz2 y J.A. Rivera Lorca2

1
Tesistas del Instituto Tecnológico Agropecuario No. 2 Km 16.3 Ant. Carretera Mérida-Motul, CP
97345, Conkal, Yucatán, México.
2
Centro de Investigación y Graduados Agropecuarios ITA 2, Km 16.3 Ant. Carretera Mérida-
Motul, CP 97345, Conkal, Yucatán, México, (jared@itaconkal.edu.mx y riveral@sureste.com).

Summary
Diversity and socioeconomic conditions of maya homegardens in Lazaro Cardenas,
Quintana Roo. The environmental crisis has been generated by new agricultural production
models, causing the loss of soil and water resources, deforestation, and declines of flora and
fauna, among other factors. At the same time, the mass media and the influence of urban
culture have provoked the lost of cultural identity and local knowledge. Homegardens are
subsistence agroforestry systems, where trees and bushes are cultivated for multi-use purposes
along with crops and animals, providing complementary food and healthcare benefits. However,
the benefits of these systems have been underappreciated. A typological study was carried
out on 60 homegardens in Lazaro Cardenas, Quintana Roo, using vegetation components.
Based on cluster analysis and the Jaccard similarity, a cluster diagram was generated using
the complete-link method. Four different homegarden types were identified based on shared
common species, the most abundant being Citrus spp., Spondias purpurea and Cocus nucifera.
Animal components were evaluated in a subsample of 42 homegardens, with pigs and poultry
predominant. The presence of and knowledge about medicinal plants was evaluated in a
subsample of 18 homegardens. Cluster analyses also were carried out considering
socioeconomic and cultural factors. Four homegarden family groups were differentiated,
according to house type, level of education, and use of Maya language.

Key words: Crop diversity, maya homegardens, Quintana Roo state, Mexico.

Introducción
Actualmente la pérdida de valores culturales y la crisis ambiental se agudizan debido a las
tendencias de desarrollo que dirigen los medios masivos de comunicación, la penetración de
la cultura urbana, creación de proyectos turísticos, explotación de los recursos naturales,
abandono de las labores agrícolas y la política de globalización. En este contexto, es importante
enfatizar aspectos que van más allá de las ideas románticas de conservación. Se trata de
mantener y rescatar los conocimientos tradicionales que les permitan mejorar su nivel de vida
a los habitantes de las comunidades rurales y planificar su desarrollo en equilibrio, o con base
a la capacidad de los ecosistemas con los que interactúan (Torres, 2000; Ruiz y Orellana,
2000 ).
Los trabajos etnobotánicos tratan de difundir los conocimientos locales, tanto al interior
como al exterior de la comunidad, evaluando las prácticas de manejo de los recursos naturales
como punto de partida para el diseño de sistemas alternativos de producción sustentables
(Torres, 2000).
Jiménez et al. (1999) mencionan que los mayas usaron las selvas tropicales para mantener
una alta densidad de población (conservando la diversidad biológica) a través de la aplicación
de diversas estrategias como los huertos familiares, el manejo de los ecosistemas forestales
naturales y la milpa, entre otros; sin embargo, aún se conoce poco de la complejidad de estos
sistemas, que continúan en uso.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 217

Entre los diversos agroecosistemas utilizados por las familias campesinas, está la milpa
(parcela de cultivo), la que provee básicamente de maíz, frijol y calabaza, y el solar o huerto
familiar, como fuente de frutas, verduras y tubérculos, la farmacia en vivo, el taller de trabajo y
fuente de recursos primarios para la generación de ingresos (Jiménez et al., 1999; Lok, 1996).
Así mismo, es un laboratorio donde se experimentan y cultivan especies nativas, silvestres e
introducidas, convirtiéndose en reservorio de germoplasma (Canché, 2000).
Sin embargo, el fenómeno de la emigración especialmente de los jóvenes, y los actuales
modelos de desarrollo en las comunidades rurales, han influenciado negativamente, dificultando
la implementación de algunas innovaciones tecnológicas que permitirían un aprovechamiento
de estos agroecosistemas tradicionales (Mellado, 1994; Fernández et al., 1984). Es importante
conocer hasta qué punto los solares están siendo afectados por el proceso de desarrollo y
urbanización en el que se encuentran inmersas las comunidades rurales.
El presente trabajo tiene como objetivo general, analizar la riqueza de especies vegetales
y animales en relación con las condiciones socioculturales de las familias y sus solares en el
municipio Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, México. Participa una fracción de la población
estudiantil de nivel bachillerato, que convive en una crisis de identidad cultural, con el propósito
de revalorar el conocimiento y las experiencias de sus ancestros. Los objetivos específicos
fueron caracterizar los solares con base en las especies perennes comestibles, plantas
medicinales y componentes animales, y analizar su relación con algunas condiciones
socioculturales como tipo de vivienda, uso de la lengua Maya, nivel de escolaridad, ocupación
y origen de los padres.

Materiales y métodos
El trabajo se llevó a cabo en el municipio Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, en las comunidades
de Kantunilkín, Chiquilá, Solferino, San Pedro y San Ángel durante un período de seis meses
(agosto del 2001 a enero del 2002).
Mediante la participación 80 entrevistadores, a quienes se les dio a conocer los formatos
de registro, se compiló información de las especies vegetales presentes en cada solar, la
estructura de la casa, tipo de cerco, habitantes del solar, tipo de familia, origen y edad del solar.
En este trabajo se incluyen los datos de 60 encuestas.
Por la importancia y permanencia dentro de la estructura de los solares, se dio mayor
peso a las especies perennes alimenticias, y se registró la presencia-ausencia. Las
características socioculturales se registraron como variables multiestado, considerando el tipo
de vivienda, en tres categorías: tradicional maya, combinada urbana-tradicional y urbana; la
lengua: lengua maya, bilingüe con predominio de maya, bilingüe con predominio de español, y
español. Para el caso del nivel de escolaridad, los cinco fueron sin escolaridad, primaria,
secundaria, preparatoria y nivel técnico ó profesional. Origen de los padres: originarios de
Kantunilkín e inmigrantes y por último, la ocupación del padre, se consideró: agricultor, otra
actividad agropecuaria, empleo no relacionado con las actividades agropecuarias, actividad
mixta y padres pensionados.
Con la matriz básica de los 60 solares se realizó el análisis de conglomerados (cluster
analysis) utilizando NTSYS 2.0, por medio del coeficiente de ligamiento simple que emplea
datos multiestados y para generar el dendrograma de tipología de solares se utilizó el método
de clasificación jerárquica no traslapada (SAHN) por el vecino más lejano.
Para el componente animal se diferenciaron las especies y su abundancia, utilizando una
submuestra de 42 solares. Se empleó el índice de distancia euclidiana y posteriormente se
generó el dendrograma con el método de SAHN por el vecino más lejano.
De igual forma se obtuvo una submuestra de 18 solares considerando el uso y presencia
de plantas medicinales en relación con aspectos socioculturales, generando un dendrograma
con la metodología antes descrita. Se realizó un análisis de correlación entre el número de
218 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

plantas medicinales conocidas y el número de integrantes de la familia y la edad de la madre; el


número total de plantas del solar y la edad de la madre, número de plantas medicinales y edad
del solar.

Resultados y discusión
De los 60 solares encuestados se registró un total de 68 especies de plantas, entre ellas
especies perennes alimenticias, y una clasificación de nativas y introducidas. En el Cuadro 1
se puede apreciar que del total de las ocho familias botánicas de las especies introducidas, las
Rutaceae representan el 53%, y el 47% corresponden a otras siete familias.

Cuadro 1. Listado de especies perennes introducidas.


Núm. Nombre común Nombre científico Familia
1 Mango Mangifera indica L. Anacardiaceae
2 Grosella Phyllantus acidus L. Euphorbiaceae
3 Caña Sacharum oficinarum Graminae
4 Tamarindo Tamarindus indica L. Leguminosae
5 Jamaica Hibiscus sabdariffa Malvaceae
6 Plátano Musa paradisiaca L. Musaseae
7 Coco Cocus nucifera L. Palmae
8 Limón Citrus aurantifolia (Christh) Rutaceae
9 Naranja agria Citrus aurantium L. Rutaceae
10 Naranja dulce Citrus sinensis (L) Osbeek Rutaceae
11 Mandarina Citrus reticulata Blanco Rutaceae
12 Cajera Citrus amara Linc. Rutaceae
13 China lima Citrus sp. Rutaceae
14 Lima Citrus limetta Risso Rutaceae
15 Toronja Citrus grandis Rutaceae

En el Cuadro 2 se listan las 18 especies nativas perennes alimenticias. De las 12 familias


las Sapotaceae representan el 17%, las Solanaceae, Euphorbiaceae, Cactaceae y Annonaceae
corresponden al 11% cada una, y las siete familias restantes integran el 39%.

Cuadro 2. Listado de especies perennes nativas.


Núm. Nombre común Nombre científico Familia
1 Ciruela Spondias spp. Anacardiaceae
2 Guanábana Annona muricata L. Annonaceae
3 Anona Annona reticulata L. Annonaceae
4 Nopal Opuntia spp. Cactaceae
5 Pitahaya Hylocereus undatus (Haworth) Cactaceae
6 Papaya Carica papaya L. Caricaceae
7 Camote Ipomea batatas (L.) Convolvulaceae
8 Yuca Manihot esculenta Crantz Euphorbiaceae
9 Chaya Cnidoscolus chayamansa McVaugh Euphorbiaceae
10 Toronjil Cedronella mexicana Benth Labiatae
11 Aguacate Persea americana Miller Lauraceae
12 Nance Byrsonima crassifolia Malphighiaceae
13 Guayaba Psidium guajaba L. Myrtaceae
14 Caimito Chrysophyllum cainito L. Sapotaseae
15 Zapote Manilkara sapota (L.) VanRoyen Sapotaseae
16 Mamey Pouteria mamosa L. Cronquis Sapotaseae
17 Chile max Capsicum annum Solanaceae
18 Chile habanero Capsicum chinense (Jacq.) Solanaceae
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 219

En la Figura 1 se observa la formación de cuatro grupos y subgrupos que muestran gran


heterogeneidad entre solares, donde los agrupamientos no reflejan un patrón muy claro de
asociación entre la estructura de los solares y las variables socioculturales. Sin embargo, el
origen de los padres, la presencia de cítricos, tamarindos, cocoteros y ciruelos, influyen en la
formación de los grupos.

Figura 1. Dendrograma de las especies perennes alimenticias y variables socioculturales

En el grupo IV se encuentran 30 solares con menos de nueve especies que comparten la


presencia de cítricos y la ausencia de tamarindos y cocotero, en este grupo no se aprecia una
relación con las variables socioculturales. Los 11 solares del grupo III coinciden en que los
padres de familia son de Kantunilkín. El grupo II corresponde a ocho solares que comparten la
presencia común de ciruelos y los padres de familia son originarios de otras comunidades. Por
último, el grupo I contiene 11 solares que presentan en común la presencia de tamarindos,
cocoteros, limoneros, naranjos del tipo dulce y naranjos del tipo agrio. Dentro de este grupo, el
subgrupo de la parte inferior (seis solares) presentan la mayor riqueza de especies con 10 a 17
plantas perennes.
Lo descrito coincide con las observaciones de Lok (1996) y de Caballero (1992) respecto
a que los solares no muestran una estructura de composición de especies de plantas que se
asocie con factores socioeconómicos, lo que aparentemente refleja variación en las decisiones
e intereses particulares de las familias.
De los 42 solares de la submuestra para el análisis del componente animal, en 34 hubo
presencia de animales (81%) y de estos, en 26 solares se encontraron cerdos y gallinas,
aunque no necesariamente coexistiendo. Los pavos estuvieron presentes en 10 solares, y
otros animales como caballos, conejos, bovinos y caprinos se registraron en siete solares.
220 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

En la Figura 2 se observa un gradiente en la parte inferior del dendrograma que incluye


siete solares que tienen la mayor diversidad de animales, con pocos individuos de cada especie
entre caballos, bovinos, caprinos y conejos. El grupo I, con cinco solares, se caracteriza por
presentar en común gallinas y pavos. En el grupo II se encuentran los cerdos. En el subgrupo
IIb1 hay presencia de gallinas y cerdos. Mientras que en el subgrupo IIb2 se encuentran los
solares que tienen en común gallinas. En el subgrupo IIb3 se tiene ausencia de animales y por
último en el subgrupo IIb4 existe la presencia común de cerdos.

Figura 2. Dendrograma del componente animal.

La cría de animales en el solar sigue siendo una actividad importante para las familias de
la Península de Yucatán, ya que permite ahorrar dinero para responder a necesidades no
previstas y obtener artículos de consumo. Además de que se emplean los animales en festejos
religiosos y familiares, contribuyendo al aporte de proteína como lo indican Acosta et al., (1998),
Stuart (1993) y Terán y Rasmussen (1998).
Resultan particularmente importantes la presencia de cerdos y aves en los solares debido
a su facilidad de manejo, compatible con otras actividades de las familias campesinas y con
sus hábitos alimenticios (Acosta et al., 1998). Las gallinas son los animales más abundantes,
siguiéndoles en orden numérico los guajolotes, pavos y cerdos; tendencia que también se
observó en los solares de Xocen, Yucatán, estudiados por Terán y Rasmussen (1998).
La Figura 3 corresponde al análisis de las plantas medicinales de la submuestra de 18
solares, donde se observan dos grupos con dos subgrupos principales y quedando un solar
aislado en la parte inferior del dendrograma que no se integró a los grupos descritos, debido a
que el propietario es de edad avanzada, de sexo femenino y no tiene una actividad productiva,
es pensionada.
El grupo I está constituido por siete solares, donde los del subgrupo Ia (tres solares)
presentan viviendas de tipo urbano, se habla español, hay pocas plantas medicinales y son los
solares más jóvenes; mientras que el subgrupo Ib corresponde a cuatro solares con vivienda
es combinada urbano-tradicional, los padres de familia no tienen ningún grado de escolaridad,
se habla esencialmente Maya, los jefes de familia son de Kantunilkín y los padres son agricultores.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 221

Completamente, el grupo II corresponde a solares donde se habla principalmente español y los


jefes de familia son de Kantunilkín con un subgrupo IIa con cuatro solares, con el tipo de vivienda
es urbano-tradicional y del subgrupo IIb, agrupa a seis solares donde los padres son agricultores.

Figura 3. Dendrograma de especies medicinales en solares.

De las variables correlacionadas solamente el número de plantas medicinales del solar vs


número total de plantas del solar presentó una correlación significativa (0.7); mientras que las
otras variables presentaron valores de correlación menores de 0.15.
La respuesta de los jóvenes estudiantes de bachillerato fue satisfactoria, no obstante hubo
un 25% de encuestas que no se consideraron en el análisis de los datos, debido a la falta de
cooperación, aunque no quedó claro si la falta de interés era originada por el núcleo familiar.

Conclusiones
Los solares de las comunidades del municipio de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo se
caracterizan por cuatro tipos diferentes de estructuras con base en las especies perennes
alimenticias, como fueron la presencia o ausencia de cítricos, cocotero, tamarindo y ciruelo;
sin embargo, sus bajos niveles de similitud demuestran una gran heterogeneidad.
Los componentes vegetales y las condiciones socioculturales no muestran una tendencia
clara de relación. La diversidad de especies animales es baja, no obstante la abundancia de
las gallinas y los cerdos demuestran la preferencia por estas especies. En los solares con
estructuras más urbanizadas y menos antiguos existe menor número de plantas medicinales,
mientras que en solares con menor estructura de urbanización es mayor el número de plantas
medicinales.
222 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Referencias
Acosta B., L.E., S.F. Flores G. y A. Gómez P. 1998. Uso y manejo de plantas forrajeras para cría de
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Yucatán. Red de Gestión de Recursos Naturales (México) 14:30-40.
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5
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México.
Stuart, W.J. 1993. Contribution of dooryard gardens to contemporary Yucatecan Maya subsistence.
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Lic. Antrop. Facultad de Antropología, Universidad Veracruzana. Xalapa, Veracruz. México.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 223

Asociación de la diversidad genética de los cultivos de la milpa con los


sistemas agrícolas y factores socioeconómicos en una comunidad de
Yucatán*

Víctor Manuel Interián Kú1 y Jorge Duch Gary2

1
Estudiante del Colegio de Postgraduados, Especialidad en Genética. Montecillo, Texcoco, México,
Calle 18 No. 88 A, CP97854, Dzan, Yucatán, México, (interian@colpos.mx)
2
Profesor investigador, Universidad Autónoma Chapingo, Texcoco, México.

Summary
Associations between the genetic diversity of milpa crops and agricultural strategies
and socio-economic factors in a Yucatan farming community. A survey of 10% of households
in the community of Yaxcaba, Yucatan, Mexico, was carried out in order to understand how the
genetic diversity of milpa crops (maize, beans, squash and chile peppers) is related to traditional
management strategies and socio-economic relations. Of the farming households surveyed,
91.2 % classified themselves as farmers or “milperos”, while 5.9% were shopkeepers or
“comerciantes”, 1.5% were bricklayers or “albañiles”, and 1.5% were house workers. In terms
of income generation, just over half (54.4%) of all households worked periodically in the milpas
of other farmers, while 86.8% raised chickens, 79.4% kept pigs, and 36.8% were involved in
honey production. Nearly all households (97 %) grow and store maize, beans, squash and
chiles principally for home consumption. However, 86.8% of households reported selling at
least some of their surplus production of these crops. Farmers themselves identified a preliminary
socio-economic classification of village households that participate in farming: kool kaab is the
category for those farmers who focus primarily on agriculture and manage the highest levels of
crop diversity, followed by two intermediate categories, and finally comerciantes (shopkeepers)
who manage the lowest levels of diversity.

Key words: Genetic resources, in situ conservation, farming system, socio-economic factors.

Introducción
En todo el continente americano, se han realizado una serie de estudios encaminados a conocer
y comprender la dinámica y la lógica en la cual los campesinos de las zonas rurales llevan a
cabo sus actividades agrícolas, sorteando en la mayoría de las ocasiones las condiciones
agro-ecológicas, sociales, económicas y políticas propias de cada zona o región. Todas estas
restricciones que se presentan de manera cotidiana han propiciado que los agricultores
desarrollen diferentes técnicas y herramientas para la producción agropecuaria, y de igual
manera desarrollen los sistemas de producción; entendiendo a estos como un conjunto de
relaciones entre las actividades económicas de tipo artesanal, pecuario, o cualquier otra
actividad fuente de un ingreso económico adyacente a la obtenida de la venta de productos
agrícolas. Como ejemplos están los diferentes agro-ecosistemas desarrollados en Centro y
Sudamérica, donde los mayas e incas practicaron y siguen practicando los sistemas de cultivos
múltiples y en asociación (Francis, 1986), y son los más importantes, ya que han mostrado
una gran eficiencia en la obtención de productos básicos alimenticios como maíz, frijol, calabaza,
chile y yuca entre otros. Por consiguiente, es necesario entender al agro-ecosistema como un
sistema de relaciones entre los organismos copartícipes de la actividad agrícola, e influenciados

* Investigaciones dentro del proyecto “Fortalecimiento de las Bases Científicas para la Conservación In Situ de la
Biodiversidad Agrícola en Finca: México”, IPGRI-IDRC-CINVESTAV.
224 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

por los aspectos socio-económicos, tecnológicos y ecológicos (Ruiz, 1995). Por su parte,
Friis-Hansen (1999), menciona que los conocimientos técnicos, las habilidades y capacidades
para el manejo de los recursos fitogenéticos locales están inmersos en el contexto social,
cultural y ecológico de una comunidad rural. Conocimiento adquirido por los campesinos en el
lugar y de manera empírica, que les ha permitido subsistir hasta nuestros días. Zapata y Mercado
(1996) comentan que las estrategias empleadas por los campesinos en sus sistemas de
producción, están relacionadas con la organización del sistema económico familiar que se
estructura como una unidad funcional y coherente. De tal manera que para el caso específico
de la parte central del estado de Yucatán, México, donde la economía familiar está dejando de
fundamentarse exclusivamente en la agricultura milpera, están incrementándose las estrategias
económicas diversificadas (Duch, 1991). Por tal motivo, el presente trabajo estuvo orientado a
identificar las características sociales y económicas que limitan o no a la diversidad genética
cultivada en los diferentes agro-ecosistemas mayas de Yaxcabá, Yucatán.

Materiales y métodos
Se realizó una encuesta al 10% del total de hogares de la comunidad de Yaxcabá y constó de
tres apartados:
I. Características de las unidades de producción. Con lo cual se identificó la actividad
económica principal del jefe de familia, número de hijos, número de habitantes, edad y
estado civil.
II. Diversificación productiva y económica de la unidad de producción. Aquí se identificó las
actividades económicas secundarias o adyacentes a la principal fuente de ingreso, mercado
de trabajo y manejo de semillas y productos.
III. Características de las milpas (sistema de producción). Se obtuvieron datos de superficie
trabajada, años de uso y descanso de los montes, régimen de explotación (propia o pagada),
distancia del pueblo y tenencia de la tierra, especies y variedades de maíz, frijol, calabaza
y chile cultivadas y adicionalmente el uso y distribución de los diferentes tipos de suelos.
Para cuantificar la diversidad cultivada entre los agricultores se utilizó los índices de Shannon-
Weber. Para este caso se realizará una modificación en la que se considerarán como unidades
de muestreo a los hogares y como unidades de diversidad a los cultivos y a las variedades
dentro de cultivos que maneja cada hogar. De igual manera, para detectar los estratos sociales
y económicos dentro de la muestra se tomó como base la propuesta de Duch (1991).

Resultados y discusión
Se detectaron cuatro tipos principales de actividades de las que se vale el campesino para su
subsistencia económica; hacer milpa (91.2%), comercio (5.9%), albañil-construcción (1.5%)
y trabajo en el hogar (1.5%). Sin embargo, lo anterior no basta y se ve obligado a buscar otras
actividades que le permitan complementar este ingreso como la producción de miel, bovinos,
artesanías y el empleo remunerado (Figura 1 y 2). De igual manera, Villanueva (1996) reporta
para el Municipio de Halachó, Yucatán, en los años de 1940 a 1965, que la subsistencia de los
campesinos dependían de una serie de actividades, como el cultivo de la milpa y la producción
de los solares (frutas, hortalizas, cerdos y aves de corral), además de su trabajo en los planteles
henequeneros y de la producción de ganado bovino. Esta gama de actividades económicas
de las que se vale el campesino para su subsistencia, es el resultado de la inestabilidad
económica y ambiental que existe en la región.
De manera general, el sistema productivo para los mayas no está concebido como un
proceso de producción de mercancías para el mercado, si no como un satisfactor de necesidades
primarias para la reproducción de la familia y de la comunidad (González et al., 1995). Por tal
motivo, además de las actividades económicas principales, almacena e intercambia (86.8%)
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 225

sus semillas y productos; esta estrategia se ha seguido por los campesinos durante años para
obtener satisfactores primarios básicos, lo cual asegura la reproducción de la unidad de
producción y la alimentación familiar a lo largo del año, y le permite mantener la diversidad entre

Figura 1. Actividad económica principal (%) en la comunidad de Yaxcabá, Yucatán.

Figura 2. Actividades económicas complementarias (%) en el municipio de Yaxcabá, Yucatán.

Figura 3. Manejo de semillas y productos (%) en Yaxcabá, Yucatán.


226 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

y dentro de las especies cultivadas (Figura 3). Esto es particularmente importante porque
conforman como unidad económica campesina a la comunidad.
Estas estrategias de subsistencia que el campesino sigue obedecen a múltiples factores
como el agro-ecológico (clima, suelo), y las condiciones económicas y sociales de la comunidad.
Para el caso de los suelos en las milpas, se da en forma de asociaciones muy complejas de
varios tipos, por lo que existe una gran diversidad edáfica. Aun cuando el productor busque un
tipo específico de suelo, se tendrán asociaciones, ya que la condición edáfica del Municipio es

Cuadro 1. Tipos de suelos reportados en Yaxcabá, Yucatán.


Suelos Clasificación técnicaa Frecuencia %
Ch’och’ol lu’um Rendzina en fase pedregosa 11 4.7
Eek’ lu’um Rendzina 30 12.8
Box lu’um Rendzina 27 11.5
Ka’akab Rendzina 20 8.5
Tsek’el Litosol en transición a rendzina 37 15.8
Bu’u tun Litosol 11 4.7
Cha’al tun Litosol 1 0.4
Pu’us lu’um Cambisol 13 5.6
Chac k’ankab Luvisol 56 23.9
K’an k’ankab Luvisol 27 11.5
Box k’ankab Luvisol 1 0.4
Total 234b 100.0
a
Proporcionada por Duch G., J. 2001. Comunicación personal.
b
Las 234 observaciones resultan de contar las ocasiones en las que los informantes señalan la
presencia de uno o varios tipos de suelo en cada una de las milpas reportadas.

de alta variación en un espacio pequeño. Por lo menos ocho variantes o combinaciones de


estas variantes se pueden observar en los sistemas de producción agrícola (Cuadro 1).
A pesar de la variabilidad edáfica, los tipo de suelos más cultivados son Chac k’ankab,
Tsek’el, Eek’ lu’um, y son los que tienen mayor posibilidad de ofrecer una buena cosecha en
condiciones óptimas de temporal o la obtención de lo mínimo necesario en malas condiciones
de temporal (Cuadro 1). Lo anterior es debido a la profundidad que tienen estos suelos así como
a la capacidad de retención de humedad y un alto contenido de materia orgánica. Otra de las
estrategias que sigue el campesino para su subsistencia de esta zona maya es obtener, a lo
largo de los años, especies o variedades vegetales adaptadas a estas condiciones. De tal
manera que la mejor adaptación en el caso de los maíces, se obtiene en variante de ciclo de 2.5
hasta cuatro meses, conlleva a las diferentes maneras de asociación de los frijoles en las
milpas (Cuadro 2).
Es posible encontrar alguna relación entre configuración fisiográfica y uso de la tierra. Es
decir, se observó una tendencia entre establecimiento de sistemas agrícolas y pecuarios y
ciertas condiciones ambientales dominantes; la condición agreste de poca vegetación y suelos
superficiales permiten el desarrollo de sistemas pecuarios y no agrícolas y contrariamente;
aunque, en algunos casos estas condiciones se hayan modificado por intervenciones técnicas
específicas (Duch, 1991). Sin embargo, las condiciones económicas de una región, así como
los apoyos gubernamentales, influyen grandemente en la adecuación de estas condiciones
ambientales (como el establecimiento de distritos de riego), de tal manera que en la zona de
estudio, en donde aparentemente las condiciones no son las óptimas, se sigue practicando la
agricultura de manera tradicional y para el autoconsumo familiar. Ante esta situación, se desarrolla
una compleja relación de tipo económico, social, ambiental y tecnológico dentro de la comunidad,
misma que lleva a una diferenciación socio-económica. Para este caso, Duch (1991), reporta
para la parte central del estado de Yucatán y región maicera, una tipificación de los hogares de
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 227

Cuadro 2. Variedades cultivadas en las unidades de producción en Yaxcabá, Yucatán.


% de la muestra que Ciclo forma de cultivos
Variedades cultivadas
siembra la variedad en meses
Maíz ciclo
Xnuc-nal amarillo 36.6 4
Xnuc-nal blanco 24.6 4
Tsiit bakal, amar, blan y rojo 2.9 3.5
Xmehen-nal amarillo y blanco 13.1 2.5-3
Híbrido amarillo, blan y rojo. 8.6 2.5
Nal t’el amarillo y blanco 2.8 1.7
Nal xoy amarillo y blanco 3.5 3
Ehub morado 1.7 4
V-527, 528, 532, 533, 536 6.3 2.5-3.5

Frijol Forma de cultivo


Xcolibuul 40.1 Asociado
Tsamá 6.8 Sólo en milpa
Sac-ib 26.0 Asociado
Chac-ib 13.0 Asociado
Pinto-ib 1.6 Asociado
Xnuc-pelon 11.5 Asociado
Xmehen-pelon 0.5 Asociado
Jamapa 0.5 Sólo en milpa

Calabaza
Xnuc-k’um 53.9 Asociado
Xmehen-k’um 13.3 Asociado
Xtop’ 32.8 Asociado

Chiles
Ya’ax-ik 75.0 Sólo en milpa
Chac-ik 3.1 Sólo en milpa
Ch’ahua 9.9 Sólo en traspatio
Chile dulce 3.1 Sólo en traspatio
Habanero 9.9 Sólo en traspatio

acuerdo a sus actividades en: (1) Ko’ol ká o conservadores, (2) Ko’ol na’al o emprendedores,
(3) parcelarios y (4) comerciantes.
De acuerdo a lo anterior, en esta muestra de estudio se encontró cuatro estratos socio-
económicos que los mismos productores distinguen: (1) Ko’ol ka’ab, este estrato de hogares
se dedica principalmente a la producción para el autoconsumo, y todas sus actividades
económicas fuera de ella están encaminadas a mantener la unidad de producción; (2) Ko’ol
na’al, se dedican principalmente a la venta de mano de obra, pero también desarrollan la actividad
de la milpa; (3) Parcelarios, este estrato además de tener milpa tienen áreas de riego con
frutales y sólo en casos extremos venden mano de obra y los (4) comerciantes, en algunos
casos desarrollan la actividad de la milpa pero de manera indirecta ya que su actividad principal
es la compra-venta de mercancías en locales establecidos. Estos grupos sociales manejan y
aprovechan sus recursos de acuerdo a sus necesidades de alimentación y a las presiones de
tipo económico, social, político y agro-ecológico, de tal manera que la obtención los de escasos
recursos económicos tienden como estrategias la mayor diversidad de cultivos, almacenamiento
de productos y empleo de mano de obra familiar, entre otros. Los comerciantes parecen ser el
mejor estrato en el sentido económico, por el mayor manejo de recursos capitales. En la muestra
el estrato más bajo (entendido esto en términos económicos) fueron los ko’ol ka’ab y son quienes
manejan mayor diversidad de variedades locales en sus unidades de producción. Por el
contrario, los comerciantes son quienes manejan menos diversidad (Figura 4).
228 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figura 4. Índice de diversidad en los estratos socio-económicos de Yaxcabá, Yucatán.

Conclusiones
Las condiciones agro-ecológicas, los factores económicos, sociales y tecnológicos de la
comunidad, dan pauta a una diversificación de las actividades económicas realizadas por los
campesinos. Las estrategias utilizadas están orientadas para asegurar la alimentación básica
de la familia; y al mismo tiempo diferencia su estrato socio-económicos dentro de la comunidad
(Ka’ol Kaáb, Kol na’al, parcelario o comerciante). Una de las mejores estrategias de subsistencia
seguida por los campesinos, es el almacenamiento de productos y semillas, el manejo y
conservación de una gran diversidad de especies cultivadas en las unidades de producción, y
sobre todo en los estratos sociales más bajos de la comunidad Ka’ol Kaáb y Kol na’al.

Referencias
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Yucatán, México.
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del Seminario de Investigación sobre Desarrollo Rural. Colegio de Postgraduados. Montecillo,
México.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 229

Mujeres mayas campesinas, conservadoras de la diversidad en la milpa


tradicional de Yucatán

Diana G. Lope-Alzina1 y José Luis Chávez-Servia2

1
Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados del I. P. N. Ant. carr a Progreso Km 6, 97310,
Mérida, Yucatán, México (dlope@mda.cinvestav.mx).
2
International Plant Genetic Resources Institute (IPGRI). C/o CIAT A.A. 6713, Cali,
Colombia (j.l.chavez@cgiar.org).

Summary
Rural Maya women, conservators of diversity in the traditional milpas of Yucatan. In
order to determine the relationship between landrace diversity maintained by households and
the activities performed by women in a Maya community of Mexico, a survey was applied to 55
wives of farmers from Yaxcaba, Yucatan. Information was collected about: 1) agricultural
activities undertaken at the family production unit (field preparation, planting, harvest, post-
harvest, and care of major and minor livestock) and 2) diversity of maize (Zea mays), bean
(Phaseolus vulgaris, P. lunatus, Vigna unguiculata), squash (Cucurbita moschata,
C. argyrosperma, C. pepo), and chile pepper (Capsicum annuum, C. chinense). Based on the
results, not all women participated in seed selection for the next sowing period. However,
when they do, this participation is most frequently seen in chile pepper, squash, and sometimes
in maize. Activities pursued by women were organized into 11 groups according to a hierarchical
clustering based on Jaccard distances. Also 11 groups of households were identified based
on the landrace richness preserved by household. Results of a chi-square analysis show a
significant relationship between groups of diversity and groups of activities. The range of
landraces maintained by household was from one to 14, with an average of 2.3, 1.3, 1.2, and
1.8 for maize, beans, squash, and chiles, respectively.

Keywords: Family production unit, on-farm conservation, landraces, rural women, Yucatan.

Introducción
La agricultura tradicional se define como el conocimiento derivado de la experiencia cotidiana
de un grupo local, el cual se transmite oralmente, y en la práctica de una generación a otra. La
agricultura moderna, por su parte, deriva de los conocimientos de la ciencia occidental y los
transmite mediante servicios de extensión, fábricas, agentes y ventas a cada agricultor a
través de una diversidad de medios. En México, los estudios enfocados en el conocimiento
tradicional que poseen las comunidades indígenas-rurales sobre sus propios y singulares
sistemas de producción se inician; más o menos formalmente, a partir de los 70. En Yucatán,
esta misma línea de investigación toma forma en los años 80 con los trabajos de Hernández y
su equipo de colaboradores, quienes concentraron sus esfuerzos en entender la estructura y
funcionamiento del sistema tradicional de la milpa en las comunidades maya-rurales del centro-
oriente del estado de Yucatán, región caracterizada como el área milpera de esta entidad
(Hernández, 1995). Estos trabajos han generado información relevante y trascendental para
entender la dinámica dentro y entre las unidades de producción a través de las cuales el
conocimiento indígena se presenta sistematizado de tal forma que el sistema local ha logrado
mantenerse y sobrevivir a diversos procesos y transformaciones sociotecnológicas por siglos.
Sin embargo, poco se conoce sobre la participación de otros miembros de la unidad de
producción tales como mujeres, niños y ancianos.
La subsistencia de la familia rural depende en gran parte del manejo de los recursos naturales
dentro de la unidad de producción. Dentro de esta estructura familiar, hombres y mujeres tienen
230 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

diferentes funciones y responsabilidades basadas en inter-relaciones que no son fijas, lo que


implica que pueden cambiar en respuesta a los cambios sociales (Jarvis et al., 2000). Por
ejemplo, en algunas regiones del mundo, existe una responsabilidad compartida en ciertas
actividades (comercio, producción y preparación de alimentos) mientras que en otras la división
de tareas por género es muy marcada (Schalkwyk et al., 1997). De este modo, el análisis de
género representa una herramienta en la investigación que permite obtener una visión más rica
y completa de las dinámicas que ocurren dentro de los sistemas de producción (Fieldstein y
Jiggings, 1994). Es esencial conocer quién, qué, cómo y cuándo realiza actividades dentro del
sistema de producción. De esta forma, se permite la adecuada identificación de la participación
de los diferentes miembros de la unidad de producción familiar, tomando como punto de partida
sus funciones, responsabilidades y necesidades. Así, el análisis de género contribuye a
fortalecer el entendimiento sobre cómo los sistemas tradicionales han subsistido a través del
tiempo e igualmente, permite la identificación de fortalezas y debilidades en áreas específicas
que deben ser reforzadas para un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles, tanto
naturales como de capital humano.
En el contexto global, la implementación de los estudios de género se presenta como
respuesta a la necesidad de ampliar la visión de los estudios de agricultura tradicional sobre la
participación de la mujer, lo que surge en 1984 como una iniciativa de la Universidad de Florida.
Posteriormente, en 1986, el Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional
comienza a integrar estos aspectos dentro de sus programas de investigación (Fieldstein y
Jiggings, 1994). A partir de entonces, se han venido realizando importantes reuniones
internaciones donde se ha hecho énfasis sobre el papel del análisis de género para alcanzar un
desarrollo humano y sostenible en el mundo. Así, en 1992, se establece el compromiso
internacional para incluir estudios de género y ampliar el conocimiento de la participación de la
mujer en la conservación de la biodiversidad dentro del marco de la Conferencia de Naciones
Unidas para el Medio Ambiente y Desarrollo (Río de Janeiro, Brasil). Finalmente, en 1996, se
formalizaron estos acuerdos a través de un convenio entre 150 países miembros de la
Conferencia de la FAO al adoptar el Plan Global de Acción para la Conservación y Utilización
Sostenible de los Recursos Fitogenéticos (Leipzig, Alemania), FAO (1996).
Con respecto a la aplicación de estas iniciativas en Yucatán, región de estudio en este
trabajo, es escasa la información que se ha generado sobre la materia. Se conoce, por estudios
anteriores, que dentro de la unidad de producción, existe una organización de las tareas de
acuerdo a edad y sexo de los miembros de la familia maya-rural (Pérez,1983). Igualmente, se
conoce el hecho de que las mujeres rurales de la región invierten su tiempo en una amplia
gama de actividades, entre las cuales, gran parte corresponde a actividades agrícolas y a las
reproductivas. Estas a su vez, están intrínsecamente relacionadas con el valor privado de las
variedades locales, valor per se, y se basan en una perspectiva dinámica que se fundamenta
en el propio contexto sociocultural que impera en la comunidad ó región.
Poco se ha documentado sobre el desempeño específico de las mujeres maya-rurales en
áreas como la conservación de la agrobiodiversidad cultivada. El presente trabajo tiene como
objetivos contribuir a la valorización de la participación de estas mujeres mayas, dentro del
sistema de agricultura tradicional de la milpa de Yucatán, mediante el conocimiento detallado
de las actividades que realizan durante el cultivo de las variedades locales de maíz, frijol, chile
(Capsicum Spp.) y calabaza (Cucurbita Spp.). Para esto, se asume que dentro de la unidad de
producción existen diferentes grupos de actores con diferentes funciones de acuerdo a la
asignación de tareas de producción de alimentos o de reproducción. En este sentido, se
establecieron las tendencias de grupos de mujeres en desempeñar ciertas actividades agrícolas
en los tres principales espacios de producción: el solar, la parcela de cultivo ó milpa y la parcela
horto-frutícola de riego, y su relación con la diversidad genética cultivada en la comunidad de
Yaxcabá, Yucatán, México.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 231

Materiales y métodos
El estudio se realizó en la comunidad de Yaxcabá, localizada en el centro-oriente del estado de
Yucatán, México. En la comunidad predomina un sistema de agricultura tradicional basado
principalmente en la roza-tumba-quema, el cual es conocido localmente como milpa. En la
región, este sistema se apoya en la participación de todos los miembros de la familia para la
producción. Cada unidad familiar de producción está conformada: 1) por la vivienda familiar
(edificación); 2) el traspatio ó solar donde la familia siembra y cosecha plantas ornamentales,
frutales, medicinales y cultivos anuales entre ellos chile y frijol, y lugar de confinamiento del
ganado mayor (vacuno y equino) o menor (aves y porcinos); 3) la parcela o parcelas (también
llamada milpa), es el lugar donde se produce la mayor proporción de alimentos para el
autoconsumo y venta, cuando hay excedentes ligeros, y es el espacio o agroecosistema donde
se preservan en cultivo las variedades de maíz, frijol, calabaza y chile; y 4) frecuentemente
una parcela de riego o parcela horto-frutícola donde se producen las frutas (cítricos y
zapotáceas) y hortalizas destinadas a los mercados locales.

Tamaño de la muestra. Teniendo un conocimiento previo del tamaño de la población y la


organización geopolítica de la comunidad, se diseñó un mapa (estudios socioeconómicos
previos). Este mapa divide a la comunidad en cuatro sectores de acuerdo a las dos principales
vías o rutas que atraviesan el centro de la comunidad. De acuerdo al número de viviendas por
sector, se establecieron muestras aleatorias correspondientes al 10% del total de las viviendas
para cada uno de los cuatro sectores. El tamaño total de la muestra consistió en 55 unidades
de producción en las que se aplicó una encuesta por hogar a la mujer que participa
preponderantemente en el desarrollo de las actividades agrícolas.

Obtención de información. Dentro del hogar, a la mujer entrevistada se le preguntó sobre su


participación en las actividades pecuarias y agrícolas como el cuidado de ganado mayor y
menor, presiembra, siembra, prácticas agrícolas de cultivo, cosecha, y selección de semilla
de los cultivos que se desarrollan dentro del solar, la milpa y la parcela horto-frutícola. Además,
también se le preguntó sobre el nombre y número de variedades locales cultivadas, dentro de
la unidad de producción, en los últimos dos ciclos de cultivo, 1999 y 2000. Las mujeres de la
comunidad se sentían más confortables siendo entrevistadas en su propia lengua; debido a
esto, el 90% de las encuestas se realizaron en lengua Maya.

Análisis de la información
Las herramientas analíticas usadas en este trabajo pudieran parecer demasiado elevadas y
fueron adaptadas para el contexto del estudio social. Las herramientas, también son una
propuesta para trabajar con datos provenientes de una muestra pequeña. De acuerdo a la
experiencia obtenida en este trabajo y al margen de una comprobación más exhaustiva, el
análisis de conglomerados y posteriormente el análisis de correspondencia son factibles de
ser utilizados en una combinación de datos, tanto biológicos como sociales, siempre y cuando
se cumplan las condiciones básicas de los análisis.

Actividades de las mujeres campesinas. Las respuestas de cada mujer entrevistada fueron
de escala dicotómica (si ó no) y para agrupar sistematizadamente a las mujeres que realizaban
actividades comunes, se realizó un análisis de conglomerados de agrupamiento jerárquico por
medio de las medias no ponderadas (UPGMA, acrónimo del inglés) a partir del coeficiente de
Jaccard, que fue estimado con las respuestas de las mujeres entrevistadas. En función de las
similitudes de respuestas, se adaptó el coeficiente de Jaccard utilizando la expresión siguiente:

Sj = a / (a+b+c)
232 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Dónde; Sj es el coeficiente de Jaccard o similaridad de respuestas entre dos mujeres (A y B)


de diferentes hogares; a, significa que ambas mujeres (A y B) realizan ó no la actividad x ó y;
b, es cuando A realiza la actividad x y B realiza la actividad y; y c, es cuando A realiza la
actividad y y B realiza la actividad x.

Diversidad cultivada por unidad familiar o de producción. Con los datos de los nombres y
número de variedades cultivadas de maíz, frijol, calabaza y chile, por cada unidad familiar, se
estimó la riqueza varietal (S) por cultivo, estandarizada por el número total de variedades
identificadas en la comunidad, mediante la expresión siguiente:

S = V/NVT

Donde; V, es el número de variedades por cultivo en cada hogar, y NVT el número total de
variedades identificadas en la comunidad.
Con el valor de la riqueza varietal por hogar (S) se hizo un análisis de conglomerados de
agrupación jerárquica a partir de las distancias euclidianas entre hogares con el objetivo de
clasificar las unidades familiares de acuerdo a la diversidad preservada. El punto de corte del
análisis de conglomerados fue determinado con base en el valor significativo de la seudo t2,
seudo F y el coeficiente de determinación (r2) al 85% de explicación (SAS, 2000). Una vez
definidos los grupos de hogares por la diversidad que cultivan, se estimó el índice de Shannon-
Weaver promedio por hogar como un estimador robusto de la variabilidad presente en la unidad
familiar.

Relación entre diversidad preservada y actividades de las mujeres campesinas. Con los grupos
formados en cada análisis de conglomerados: (1) grupos de hogares que conservan
significativamente diferentes niveles de diversidad y (2) los grupos de mujeres con ciertas
actividades comunes, se procedió a hacer un análisis de correspondencia con el objetivo de
probar, mediante la prueba de ji-cuadrada múltiple, la relación o independencia entre los grupos
de diversidad y las actividades de las mujeres. Con el objeto de mostrar gráficamente la
tendencia de asociación entre los grupos de mujeres que realizan actividades comunes y los
grupos de hogares que preservan similar diversidad, y con los valores de los ejes dimensionales
resultantes en el análisis de correspondencia se estimaron las respectivas curvas ajustadas,
sus ecuaciones, y sus coeficientes de determinación (r2).

Resultados y discusión
Dentro de la familia se comparten y se tiene igual acceso a los recursos y beneficios de la
producción. Aunque no se descarta que en las familias mayas campesinas existen ciertos
patrones de decisión sobre los recursos de acuerdo a la dinámica intra-familiar, los que también
cambian en tiempo y espacio. Por ejemplo, en ausencia del agricultor, la esposa es quien toma
las decisiones sobre los recursos y el manejo de las actividades de producción. Además,
existen espacios propios de la mujer, como el solar, donde ella decide sobre los recursos
(plantas y animales) así como el destino de la producción. En este espacio existe una alta
diversidad florística (cultivada y semi-domesticada) y de gran influencia cultural, conservada
para el uso inmediato, y es el espacio, junto con la parcela de riego, donde se concentra la
mayor variabilidad de chiles cultivados (C. annuum y C. chinense) y semidomesticados
(C. annuum var. aviculare), lo cual coincide con lo reportado por García (2000) en su estudio
sobre la etnobotánica de los huertos mayas.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 233

Actividades de las mujeres campesinas


Características de las mujeres entrevistadas. Las mujeres de la muestra fueron agrupadas en
tres categorías: “20-39 años”, “40-59 años” y “60+ años”. La media de la edad fue 43.4 años,
el cual es un promedio más elevado que la media de 24.2 años de edad de las mujeres en
comunidades similares a Yaxcabá con menos de 2,500 habitantes dentro del mismo estado de
Yucatán (INEGI, 2002). Con respecto a la lengua, 72% de las mujeres entrevistadas usan
maya como su primer lengua. Con respecto a años de escolaridad, la media para estas mujeres
consistió en 2.16, equivalente a segundo año de primaria (Figura 1).

Figura 1. Proporción de edades de las mujeres entrevistadas y de la lengua que utilizan para comunicarse.

En la localidad de estudio, se observó que las mujeres son las que comúnmente se
comunican más en maya que en español en comparación con los hombres cabeza de familia.
Dentro de las familias entrevistadas se observó una bivalencia en el uso de la lengua maya.
Las personas adultas pueden hablar en maya y los hijos hablan en español pero entendiendo
perfectamente la lengua maya. Por ejemplo, los términos relacionados con las actividades de
siembra, control de malezas, cosecha y selección de semilla, son usados con connotaciones
o lexemas mayas.
Como resultado del análisis de conglomerados, las 55 mujeres entrevistadas se clasificaron
en 11 grupos según las actividades comunes que realizan (Figura 2), la definición del punto de
corte se basó en el r2=0.85. A pesar de lo limitado de la muestra se encontraron situaciones
relevantes para destacar. En esta comunidad maya, como en otras del estado de Yucatán,
existen grupos de mujeres con un número bajo de actividades agropecuarias directas en las
parcelas de cultivo, y se pensaría que son menos diversificadas; sin embargo, esto no es así
debido a que generalmente son las mujeres que tienen mayor número de hijos (5-6) y la mayoría
pequeños, entonces sus tareas están más enfocadas hacia la reproducción de la familia que a
la producción de alimentos. En un sistema de economía campesina, la mujer desempeña diversas
tareas de reproducción y procesamiento de alimentos, lo que limita la su tiempo para dedicarse
a alguna actividad extra, lo cual concuerda con lo señalado por Schalkyk et al. (1997).
En la Figura 2 se agrupan o se distinguen mujeres, quienes, de acuerdo con la entrevista,
son consideradas como casos especiales, grupo 2, 3, 5, 6, 8 y 9 porque cada grupo desarrolla
actividades diferentes uno de otro. En este rápido análisis, se determinó que las mujeres participan
esencialmente en todas las actividades agrícolas y pecuarias (alimentación del ganado mayor
y menor), en mayor o menor grado dependiendo de la naturaleza de sus actividades
reproductivas. Cerca del 50% se distinguen por realizar actividades en el solar, grupo 10 de la
Figura 2. Una descripción general de las actividades principales por rubros generales que
realizan las mujeres campesinas en los tres distintos espacios de producción, se presentan en
el Cuadro 1. La clasificación refleja una categorización de grupos bastante diferentes en cuanto
a las actividades que realizan. Por ejemplo, el grupo 1 fue el más activo debido a que se llevan
234 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

a cabo una diversificación de actividades donde tanto mujeres como hombres tienen igual decisión
sobre los recursos. El grupo 10 fue el más numeroso, y corresponden al grupo de mujeres que
realizan actividades de cosecha, cuidado de ganado mayor y menor, y también es donde el
poder de decisión de las mujeres, sobre los recursos, es mayor, y culturalmente el hombre
acepta esa función de la mujer en decidir y tener el control de las actividades en el solar, huerto
familiar o traspatio. El Grupo 7 de mujeres es otro igualmente importante porque además de
realizar actividades en el solar apoyan a la familia en la cosecha de las variedades locales, y si
se recuerda que durante la cosecha se realiza la selección de semilla de maíz (ver Chávez et
al., 2000); por lo tanto, este grupo de mujeres así como las de los grupos 1 y 8 participan
activamente en la selección de la semilla en cada ciclo de cultivo. Es decir, las decisiones de
las mujeres sobre las prácticas de conservación son decisivas para preservar in situ las
variedades locales.

Figura 2. Dendrograma de las distancias de Jaccard, basado en las actividades de las mujeres campesinas
relacionadas con el manejo de la diversidad en Yaxcabá, Yucatán, México.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 235

Cuadro 1. Descripción de la categorización de las actividades realizadas por las mujeres campesinas de
Yaxcabá, Yucatán, México.
Solar (traspatio) Milpa (parcela) Parcela de riego
Grupoa Núm.
Casos Cosecha Ganado Ganado Pre- Siembra Cosecha Otras cosecha de
mayor menor siembra hortalizas/ frutas
1 6 x x x x x x x
2 1 x
3 2 x
4 4 x x x x x
5 1 x x x x x
6 1 x x
7 7 x x x x
8 1 x x x
9 1 x x
10 25 x x x
11 6 x x
a
Grupos de acuerdo al análisis de conglomerados (Figura 2)

Con respecto al destino de productos generados a partir de las actividades de las mujeres,
se encontró que generalmente los productos cosechados en la milpa y la parcela de riego son
principalmente para autoconsumo (87%), mientras que los cosechados en el solar y lo que se
genera del cuidado y venta de ganado, representan, en ciertos casos, la principal y única
fuente de ingresos a la unidad de producción.

Diversidad preservada
De manera análoga a la clasificación de las mujeres por las actividades que realizan, se obtuvo
una clasificación de los hogares por su riqueza varietal (S) preservada. El análisis de
conglomerados dio como resultado un total de 11 grupos diferentes (r2 = 85%). La clasificación
de las 55 unidades familiares o de producción se presenta en la Figura 3. Es importante resaltar,
que en la comunidad, se encontró un rango de 1 a 14 variedades conservadas por hogar y con
mayor variación en el cultivo de maíz. Además, dentro de la comunidad, no en todas las unidades
familiares, se preserva un número constante de variedades y para el caso de Yaxcabá, de
acuerdo a la muestra, hubo un mayor número de casas que preservan pocas variedades las
que se agruparon dentro de los grupos 6 y 7 de la Figura 3.

Un visión más detallada de los agrupamientos determinados en la Figura 3 se presentan


en el Cuadro 2 como un concentrado de los resultados más relevantes de la diversidad en
número de variedades preservadas en las unidades familiares. En general, chile y calabaza
fueron menos diversos en cuanto al número de variedades cultivadas comparado con maíz y
frijol. Cabe destacar que las estimaciones de la riqueza varietal (S) y el índice de Shannon-
Weaver presentados fueron obtenidos con los promedios por hogar. Con relación a la S, los
grupos 2, 9 y 11 conservan alto número de variedades en los cuatro cultivos en cuestión y
contrastan con los grupos 3, 6, 7, y 8 en los que sólo uno o dos de los cultivos mantiene un alto
promedio de variedades: frijol y chile, maíz o maíz y frijol.

El índice de Shannon-Weaver refleja también la diversidad en función del número de


variedades por cultivo. En este sentido, los grupos sobresalientes fueron 2, 9 y 11 y con grandes
diferencias entre ellos, donde el grupo 9 en promedio preserva la mayor variabilidad de variedades
en los cuatro cultivos.
236 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Figura 3. Dendrograma de la riqueza de variedades locales preservadas por 55 hogares familiares de la


comunidad de Yaxcabá, Yucatán, México.

Cuadro 2. Descripción de los grupos de hogares por diversidad preservada, riqueza varietal (S) e índice de
Shannon-Weaver (H).
Promedio del número de variedades
Grupo de Núm. de locales por hogar Sa Hb
diversidadc casos
i Maíz Frijol Calabaza Chile
1 9 3.0 2.7 1.0 1.8 0.06 1.58
2 4 2.5 2.8 2.0 2.8 0.07 2.29
3 4 2.0 2.0 0.5 3.0 0.05 1.18
4 8 2.8 3.5 2.0 0.8 0.06 1.82
5 1 1.0 5.0 2.0 1.0 0.06 1.82
6 10 1.4 0.5 0.4 1.2 0.02 0.12
7 12 1.7 2.0 1.1 0.4 0.04 0.33
8 2 2.0 5.0 0.5 0.0 0.05 1.18
9 3 4.0 4.0 2.7 2.7 0.09 4.01
10 1 4.0 1.0 3.0 1.0 0.06 1.82
11 1 6.0 3.0 2.0 1.0 0.08 3.30
a
Riqueza varietal promedio por hogar y estandarizada por el número total de variedades encontradas en la comunidad.
b
Índice de Shannon-Weaver promedio por hogar.
c
Grupos de diversidad según la Figura 3
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 237

Relación entre actividades de mujeres y diversidad preservada


El análisis de correspondencia mostró una alta asociación entre la diversidad preservada y las
actividades de las mujeres campesinas de Yaxcabá, Yucatán, de acuerdo con un valor de X2 =
76.98 (α=0.01). En la Figura 4 se presenta la asociación entre el grupo de mujeres que hacen
ciertas actividades y los grupos de hogares que manejan una diversidad similar. La cercanía o
lejanía entre los puntos y/o curvas indican la asociación entre ellos. Aquí sólo se graficaron las
dos primeras dimensiones del análisis de correspondencia, las que ofrecen una explicación de
54.98% y las tendencia en las demás dimensiones fueron similares. En la dimensión 4 se
obtiene una explicación de 84.97%. La tendencia observada entre las líneas ajustadas, por un
lado la de grupos de mujeres de actividades similares y por otra los grupos de hogares de
diversidad homóloga, hace evidente que hay una asociación entre la diversidad preservada y
las prácticas que se realizan. Es importante mencionar que en la comunidad de estudio, todas
las actividades que realizan los miembros de una familia campesina están encaminadas en
dos sentidos: lograr el abastecimiento de alimentos y favorecer la reproductividad de la unidad
familiar.

Figura 4. Dispersión y curvas ajustadas de las dos primeras combinaciones lineales del análisis de
correspondencia entre grupos de riqueza de variedades locales y grupos de actividades.

En este trabajo no hubo una asociación completa o total entre la diversidad preservada en
la unidad familiar y clasificación de las mujeres por la actividad que realizan. Sin embargo, es
un caso que ofrece la posibilidad de exploración más profunda o ampliarlo a mayor número de
comunidades y regiones diferentes. Es decir, la asociación encontrada en este trabajo es una
condición particular de la región de estudio dentro de su propio concepto económico, cultural,
religioso, ecológico y biológico. Las actividades que realizan las mujeres en las comunidades
238 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

mayas de México son muy diversas y aquí sólo se presenta una visión rápida por rubros
generales. Las mujeres que participan activamente en las labores de producción en la región
de estudio son comparables con las que realizan las mujeres del Sureste de Asia quienes
proveen de hasta el 90 % de mano de obra para el cultivo de arroz (comunicación personal, R.
Rao, 2000)
Las mujeres campesinas dedican la mayor parte de su tiempo en las actividades
reproductivas (procesamiento de alimentos, cuidado de la familia, etc.), pero aun así, se observó
que participan en las actividades de la producción agrícola y pecuaria (cuidado de ganado
mayor y menor).

Conclusiones
El trabajo de las mujeres en la comunidad de Yaxcabá rescata el reconocimiento de la aportación
que hacen las mujeres mayas rurales a las actividades de producción (agrícolas o pecuarias);
por lo tanto, a la unidad de producción familiar. Las mujeres tienen un fuerte potencial no sólo
como conservadoras sino también como contribuyentes activas en la economía familiar. En
este contexto, el solar o huerto casero no sólo representa un espacio para la conservación de
biodiversidad sino también un espacio con potencial económico donde las decisiones de la
mujer son de gran importancia. Esto se debe principalmente al hecho de que las variedades
con un alto valor de mercado se cultivan en este espacio (por ejemplo: el chile habanero).
De acuerdo a la alta correlación encontrada entre actividades agrícolas y diversidad genética
mantenida, la participación de las mujeres mayas campesinas sí influye en la conservación de
las variedades locales de maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus vulgaris, P. lunatus y Vigna
unguiculata), calabaza (Cucurbita moschata, C. argyrosperma y C. pepo) y chile (Capsicum
annuum, C. chinense) en la comunidad de Yaxcabá, Yucatán, México a través de la realización
de actividades agrícolas tales como siembra y cosecha en tres espacios de producción: solar,
milpa (=parcela) y parcela de riego. Las mujeres, durante la cosecha, intervienen, lo mismo que
los hombres, en la selección de la semilla que siembran en cada ciclo agrícola. Por ejemplo,
uno de los grupos de las mujeres más activas realizó las actividades de siembra y cosecha en
el solar y cosecha en la milpa, mostró una alta correlación con el grupo de hogares donde se
cuantificó la mayor diversidad (9 a 11 variedades registradas).

Agradecimientos
Al Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos (IPGRI) por el marco de investigación
sobre conservación de la agrodiversidad in situ, provisto para el desarrollo de este trabajo. Al
Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID) de Canadá, por los fondos
otorgados. Muy especialmente a Gloria Cob Uicab por su invaluable apoyo con el idioma maya
y a las mujeres de Yaxcabá por su amable y desinteresada cooperación.

Referencias
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ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 239

García de M., J. 2000. Etnobotánica maya: Origen y evolución de los huertos familiares de la Península
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In: Handbook for Mainstreaming: A gender perspective in the agriculture sector. Agriculture and
Rural Development No. 6. SIDA, Dept. of Natural Resources and Environment. Stockholm, Sweden
240 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Diversidad, conservación y uso de las plantas cultivadas en huertos caseros


de algunas áreas rurales de Cuba

L. Castiñeiras1, T. Shagarodsky1, V. Fuentes1, V. Moreno1, L. Fernández1, Z. Fundora-Mayor1,


R. Cristóbal1, A. V. González2, P. Sánchez1, M. García3, F. Hernández3, C. Giraudy4, O.
Barrios1, R. Orellana1, R. Robaina5 y A. Valiente6

1
Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt”;
MINAGRI. Calle 1 y 2, Santiago de las Vegas, Mpio. Boyeros, CP 17200, Ciudad de la Habana,
Cuba. (inifat@ceniai.inf.cu).
2
Instituto de Ecología y Sistemática, CITMA. Ciudad de la Habana, Cuba.
3
Estación Ecológica Sierra del Rosario, CITMA. Pinar del Río, Cuba.
4
Centro de Áreas Protegidas de Guantánamo, CITMA. Guantánamo, Cuba.
5
Centro de Antropología, CITMA. Ciudad de la Habana, Cuba.
6
Jardín Botánico de Cienfuegos, CITMA. Cienfuegos, Cuba.

Summary
Diversity, conservation and use of cultivated plants in home gardens from rural areas
of Cuba. In order to evaluate the role of home gardens for in situ conservation of genetic
resources of cultivated plants, 107 home gardens in Cuba were visited during 1998-1999, and
38 of them were selected for study; 13, 12, and 13 home gardens from the western, central and
eastern regions, respectively, of Cuba. The diversity of plants conserved in home gardens
reflects the length of time that families have lived at the sites, their deeply rooted customs and
the maintenance of their traditions from one generation to another. The inventory of plants
revealed 239 species under cultivation for different purposes, belonging to 163 genera and 69
families. The number of species registered was highest in the central region, followed by the
western and eastern ones. Western and central regions have more common species than the
eastern region, while the central region had the highest percentage of species that were present
in only one of the studied areas. Medicinal plants occupy an important place in Cuban home
gardens, followed by fruit trees, according to the number of species observed. The study of
key species (Pouteria sapota, Phaseolus lunatus and Capsicum spp.) revealed the existence
of considerable infraspecific diversity throughout the island, demonstrating the necessity of
complementary in situ and ex situ conservation mechanisms. By integrating socio-economic,
cultural and geographic information together with details about the useful diversity of home
gardens, three areas for in situ conservation have been proposed.

Key words: Cuba, infraspecific diversity, in situ conservation, home gardens.

Introducción
De una generación a otra los campesinos mantienen los recursos genéticos de los cultivos de
forma tradicional en sus fincas, donde están sujetos a diferentes presiones de selección natural
y humana. Los factores ambientales, biológicos, culturales y socio-económicos influyen en la
decisión del campesino al seleccionar y mantener un cultivo, o una variedad, según sus
necesidades (Jarvis et al., 1998). Entre estos factores también se encuentran los patrones de
alimentación y la demanda del mercado local (Van der Heide et al., 1996). El mantenimiento de
esa diversidad por parte de los campesinos es una forma de conservación in situ de los recursos
fitogenéticos.
Los resultados preliminares de estudios conducidos sobre la temática de conservación in
situ de recursos genéticos de plantas cultivadas en los últimos años en Cuba (INIFAT-IPGRI,
1995; INIFAT-ACTAF/CROCEVIA-IPGRI, 1998; Castiñeiras et al., 2000) resaltan la necesidad
de continuar e incrementar estas investigaciones en el futuro, así como conectar los resultados
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 241

con otros esfuerzos que se están realizando para la conservación in situ de la flora y la fauna
silvestre en las áreas protegidas del país, y con la conservación ex situ de los recursos
fitogenéticos que se realiza en los bancos de germoplasma y jardines botánicos.
Con este propósito, el proyecto global “Contribución de los huertos caseros a la conservación
in situ de recursos fitogenéticos en sistemas de agricultura tradicional”, en el que participaron
cinco países, y que se desarrolló con el apoyo técnico y financiero del Instituto Internacional de
Recursos Fitogenéticos (IPGRI) y la Agencia Alemana para la Cooperación Técnica (GTZ), tuvo
como objetivo principal promover el uso y desarrollo de los huertos caseros en la conservación
in situ de la biodiversidad agrícola en Cuba, conduciendo investigaciones que demuestren el
valor de los huertos caseros en el mantenimiento de la diversidad a través de su uso. El presente
trabajo resume los resultados obtenidos durante la investigación realizada por el componente
cubano en dicho proyecto.

Materiales y métodos

Misiones de exploración y selección de huertos caseros


En el estudio preliminar realizado en Cuba sobre la conservación in situ de recursos genéticos
de plantas cultivadas en huertos caseros (Castiñeiras et al., 2001), se determinó la existencia
de 30 áreas del país, con una amplia diversidad de especies cultivadas, así como información
de aspectos geográficos, culturales y socioeconómicos interesantes, los que requerían de
estudios más profundos desde el punto de vista conservacionista.
Dentro del proyecto global no era posible estudiar un gran número de áreas, por lo que se
decidió seleccionar tres de las antes señaladas, representantes de las regiones occidental,
central y oriental, ecogeográficas de Cuba, como se observa en la Figura 1.

Figura 1. Esquema de las áreas de estudio sobre conservación in situ en huertos caseros (conucos) en Cuba.

En total se visitaron 107 huertos caseros y se seleccionaron 39, lo que representó un


36.4% del total de huertos visitados (Cuadro 1). En cada uno se realizaron entrevistas
compartidas, principalmente con los propietarios.
242 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Cuadro 1: Número de huertos visitados y seleccionados en cada región objeto de estudio.


Región Occidente Centro Oriente Total
Número de huertos visitados 36 45 26 107
Número de huertos seleccionados 13 12 14 39
Representación porcentual del total 36 27 50 36.4

Para la selección de los huertos se tuvieron en cuenta diversos criterios, que fueron el
resultado del análisis e intercambio entre los miembros del equipo de investigación y especialistas
de IPGRI (T. Hodgkin, 2000; comunicación personal):
- Número de especies cultivadas (frutales, viandas, hortalizas, medicinales, etc.), con
preferencia para más de 30.
- Presencia de variedades locales/ tradicionales, mientras mayor cantidad, mejor.
- Fuente principal de obtención de semillas; con preferencia a aquellos agricultores que
producen su propia semilla.
- Tamaño y composición familiar; con preferencia para matrimonios con hijos, buscando
seguridad en la sucesión del huerto.
- Uso de los productos del huerto; con preferencia para el autoconsumo familiar.
- Tiempo transcurrido desde el establecimiento del huerto; preferiblemente más de 20 años.
- No-existencia de litigios por la propiedad de la tierra.

Resultados y discusión
Las regiones seleccionadas para el estudio pertenecen al área de pre-montaña de tres de los
cuatro principales macizos montañosos del país y, como se describirá más adelante, tienen
características diferenciales, no sólo desde el punto de vista fitogenético, sino también
geográfico, histórico y sociocultural. Algunas de sus características más generales se muestran
en el Cuadro 2.

Cuadro 2. Características generales de las regiones de estudio.


Área/características Occidente Centro Oriente
Macizo montañoso Cordillera de Guamuhaya Sagua - Baracoa
Guaniguanico
Clima:
Precipitación anual 2000 – 2013 mm 1200 – 1500 mm 1200 – 2448mm
Temperatura anual 23 – 24°C 19 – 26°C 16 – 23°C
Suelos predominantesa FR, FRL, FAL FR, FRL, PS, PG, HS FR, FRL, PS
Actividades económicas Turismo ecológico y Comercialización de Producción de café y
fundamentales producción de café plátanos, bananos y madera
producción de café
Instituciones vinculadas Reserva de la Biosfera Jardín Botánico Parque Nacional
al Proyecto “Sierra del Rosario” Cienfuegos “Alejandro de Humboldt”
a
Suelos: FR, Ferralítico rojo; FRL, Ferralítico rojo lixiviado; FAL, Ferralítico amarillo lixiviado; PS, Pardo sialítico; PG, Pardo
grisáceo; HS, Húmedo sialítico.

Los huertos familiares visitados se encuentran tanto en el núcleo como en la periferia de


las áreas protegidas “Sierra del Rosario” (región occidental) y el Parque Nacional “Alejandro de
Humboldt” (región oriental). Los miembros de las comunidades de esta área han recibido, de
una forma u otra, una educación ambiental dirigida a la conservación de la flora y la fauna
silvestre del lugar.
Las posibilidades de integración de la conservación in situ de recursos genéticos de plantas
de cultivo con la conservación in situ de la flora y la fauna silvestre de la región (áreas protegidas),
es uno de las aspectos que se tuvo en cuenta durante el desarrollo del trabajo.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 243

En el caso de la región central, las comunidades del área seleccionada tienen una marcada
influencia del Jardín Botánico de Cienfuegos, el más antiguo del país, fundado en el año 1901 y
que cumple la funciones de conservación y capacitación en la región.

Inventario general de la diversidad cultivada ó útil


El inventario realizado sobre las plantas cultivadas y/o útiles en los huertos caseros,
seleccionados en las tres áreas estudiadas, reveló la existencia de 508 especies, con 352
géneros y 108 familias, distribuidas por regiones, como se muestra en el Cuadro 3. Alrededor
del 80% de esta diversidad, corresponde a especies cultivadas y el resto, a especies silvestres
utilizadas por las familias.

Cuadro 3: Inventario de especies en los huertos caseros de las regiones estudiadas.


Región Occidente Centro Oriente Total
Especies 320 315 258 508
Géneros 235 237 204 352
Familias 91 90 82 108

El mayor número de especies registrado, se observó en la región central, la que podría


considerarse como una zona de transición entre la región occidental y oriental, debido a la
forma alargada y estrecha de la isla de Cuba.
Se debe destacar la presencia de tres especies endémicas: Protium cubense, Garcinia
aristata y Piper aduncum subsp. ossanum, conservadas y utilizadas como condimento en
algunos huertos de la región oriental de Cuba.
La Figura 2 permite comparar la diversidad (en cuanto a número de especies) entre las
áreas seleccionadas. Se observa que aproximadamente la cuarta parte (24.29%) de la diversidad
total registrada se encuentra presente en las tres regiones estudiadas, lo que indica que existen
diferencias entre ellas. La región central y oriental fueron similares (coincidencia de especies)
sólo en un 5.26%, mientras que los huertos seleccionados en occidente y en oriente fueron
similares sólo en un 4.45%.
En la región oriental se registró un menor número de especies en comparación con el
resto de las áreas de estudio; sin embargo, presenta una riqueza mayor en cuanto a variabilidad
infraespecífica. Al comparar las áreas entre sí, se observó que las regiones occidental y central
de Cuba fueron similares en un 13.36%.

Figura 2. Porcentaje de especies comunes entre las regiones estudiadas


244 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

El aislamiento y el difícil acceso del área, así como algunos rasgos sociales y culturales
(fuerte influencia haitiana) que diferencian la región oriental del resto de las comunidades de la
Isla, influyen en el manejo agrícola de las especies. Por ejemplo, las especies de raíces y
tubérculos, en el oriente son de más amplia aceptación que en el resto de las áreas, y se ha
observado una mayor variabilidad infraespecífica, como por ejemplo algunas especies de ñame
(Dioscorea spp.) cuyo cultivo es característico de esta región. Por otro lado, también se cultivan
y consumen un mayor número de especies de granos (Phaseolus vulgaris, Phaseolus lunatus,
Cajanus cajan, Zea mays y Vigna umbellata son las más frecuentes), con respecto a las otras
dos regiones de estudio.
Estos resultados confirman que la diversidad registrada, cultivada en los huertos caseros
estudiados, se encuentra uniformemente distribuida entre las tres regiones de estudio, lo que
sería el punto de partida para analizar estas áreas, como posibles unidades efectivas mínimas
de conservación in situ de recursos fitogenéticos en Cuba.

Utilización de las plantas del huerto


Como se aprecia en el Cuadro 4, y de acuerdo a su utilización, las especies ornamentales
ocupan un lugar importante en el huerto familiar, seguido de las plantas con uso medicinal,
maderable para construcción y reparación de viviendas, frutales, condimentos, etc. La mayoría
son utilizadas para el consumo familiar.

Cuadro 4. Resultado del inventario de especies por su uso primario.


Uso/ Región Occidente Centro Oriente Total
Ornamentales 138 127 87 197
Medicinales 64 65 56 114
Maderable construcción viviendas 24 22 30 54
Frutales 32 33 21 38
Condimentos 17 13 17 25
Otros (carbón, leña, insecticida, cerca, melíferas, etc.) 9 10 4 20
Hortalizas 9 12 7 14
Cercas vivas 9 8 8 12
Maderable construcción instrumentos trabajo 1 4 8 11
Raíces y tubérculos 8 8 6 10
Bebida 4 5 5 10
Granos 7 6 8 9
Alimento animal 3 3 4 7

Este comportamiento de utilización se mantiene en cada región, donde el número de


especies utilizadas con diferentes fines es proporcional el mismo en cada región, con respecto
al total de especies. Las hortalizas son una excepción, ya que hay un ligero aumento en la
región central, quizá debido a que algunos huertos se ubican en áreas más urbanizadas, donde
el acceso al agua para el riego es mayor.
Los campesinos cubanos manejan la diversidad a través de su uso, y la seleccionan de
acuerdo a las necesidades de la familia, fundamentalmente a nivel de especie y dentro de la
especie. Así, para algunos cultivos la diversidad infraespecífica es considerable, en estos
casos el número de individuos por especie/variedad/población es pequeño. Sin embargo, para
cultivos que reportan mayor beneficio económico a las familias rurales, el agro-ecosistema y el
paisaje, en general juegan un papel importante en la selección de las especies; pues ésta es
mayor el área pero con un número reducido de especies/variedades en el huerto, y un alto
número de individuos por variedad. En este caso los factores bióticos y abióticos del ecosistema
se tienen en cuenta, dado que los criterios de selección fundamentales van dirigidos al
rendimiento y a la adaptación de la especie en cuestión; actividades que se realizan con un
mínimo costo ecológico, dada la muy escasa utilización de productos químicos.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 245

Estudio de variabilidad morfológica y mercado de las especies seleccionadas


Se seleccionaron tres cultivos para estudiar la diversidad infraespecífica en los huertos caseros
de Cuba. Aunque, en general algunas de estas especies no fueron inventariadas entre las de
mayor variabilidad infraespecífica en todos los huertos, ni en todas las regiones estudiadas;
diversas razones motivaron su selección como fueron el nivel de importancia actual para abordar
el estudio en la región; de acuerdo al origen, dispersión y variabilidad; el tiempo necesario para
realizar un estudio de diversidad con un conjunto de características mínimas de cada especie;
que fueran representativas de un determinado estrato; así como la posible dependencia de la
supervivencia de la especie, con respecto al manejo de la diversidad dentro del huerto casero.

Pouteria sapota (mamey colorado). Se realizó el estudio de 42 árboles localizados en huertos


familiares y fincas de campesinos en el occidente (30 árboles) y el oriente (12 árboles) de
Cuba. La caracterización se basó en 11 caracteres de fruto y semillas (España, 1997); los
cuales permiten apreciar una amplia diversidad de formas, principalmente observadas a través
del peso promedio del fruto (194.0-1324.1 g), número de semillas/fruto (1-4), grosor del
mesocarpio (13.6-31.8 mm) y del pericarpio (1.4-2.1 mm), entre otros. Los resultados permiten
afirmar que, a pesar de no estar Cuba en el centro de diversidad para la especie, existe una
variabilidad que no debe ser descartada, en especial para la distribución del momento de la
cosecha, que tiene una alta frecuencia hacia los meses de abril, mayo y junio, con rangos que
varían desde marzo hasta julio.
No existen colecciones ex situ de la especie en el país, al menos formalmente reconocidas,
sólo algunos ejemplares aislados en jardines botánicos y una colección privada formada por
los mejores materiales existentes en Cuba (por la calidad de los frutos), y que se encuentran
amenazados de erosión genética. Se podría rescatar esta colección reintroduciendo los
materiales en los huertos de los agricultores involucrados en el proyecto, lo que permitiría
complementar la conservación de ambas colecciones y aportar un nuevo renglón a la economía
familiar.
La especie abunda en el mercado entre mayo y julio, aunque su presencia en el mismo
puede extenderse a todo el año. El precio de venta de los frutos es bastante alto, aunque varía
en función del tamaño y la escasez del producto.
Otras especies de interés, de la misma familia Sapotaceae, que se han observado con
una baja frecuencia sin llegar a tener la significación del mamey colorado. Son el canistel (Pouteria
campechiana) el caimito, (Chrysophyllum caimito) y el níspero (Manilkara sapota).

Phaseolus lunatus (frijol caballero). Se estudiaron 53 poblaciones de las regiones occidental,


central y oriental de Cuba (24 huertos familiares), con base en 11 caracteres morfológicos de
la semilla (IBPGRI, 1982; Castiñeiras et al., 1991). De acuerdo con la caracterización
infraespecífica, basada en el estudio morfológico de las semillas, 42 poblaciones
correspondieron al cv-gr. Sieva (79.25%), seis al cv-gr. Papa (11.34%), cuatro al cv-gr. Lima
(7.55%) y una colecta fue observada como maleza, características silvestres.
Los colores primarios más frecuentes de las semillas fueron el blanco, el rojo y el crema,
mientras que el color secundario, más frecuente, fue el marrón, el negro, y rojo. No pudo
reconocerse un patrón definido de variabilidad que diferenciara las regiones en estudio, ya que
la presencia de los diferentes cultigrupos mantuvo el mismo patrón a lo largo de la Isla.
La colección ex situ de esta especie ha sido fuertemente erosionada, pero se podrá rescatar
una gran parte de la variabilidad perdida, a través de la colecta y posterior conservación ex situ
de las accesiones mantenidas por los campesinos en los huertos caseros; lo que confirma la
importancia de mantener ambos mecanismos de conservación (in situ y ex situ) como estrategias
complementarias.
246 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Actualmente, la especie no se comercializa en Cuba; fuera del entorno del huerto casero
es difícil de encontrar, aun en los mercados locales de las regiones donde la especie se encuentra
con mayor frecuencia, y el conocimiento tradicional del cultivo sólo perdura en las áreas rurales
del país.
A partir de la variabilidad existente es posible extender la producción y consumo de esta
especie. Mediante una buena divulgación, que incluya las diferentes formas tradicionales de
elaboración; podrá apoyarse la diversificación del consumo y el mercado, tratándose de una
especie de alto contenido proteico.

Capsicum spp. El estudio se realizó en el occidente, centro y oriente del país, a partir de 85
plantas del género localizadas en 31 huertos familiares, utilizando 25 descriptores de la planta,
flor y fruto (IPGRI/CATIE/AVRDC, 1995; Barrios, 2000). Se confirmó la presencia de tres
especies en la Isla, formando el complejo Capsicum annuum-chinense-frutescens con un
acervo genético compuesto por materiales silvestres y cultivados, así como tipos intermedios,
que presentan características tanto de cultivados como de silvestres.
La mayor variación infraespecífica se observó en las especies C. annuum con cinco
morfotipos cultivados (uno con características intermedias), y C. frutescens representada por
dos morfotipos cultivados con características intermedias y tres formas silvestres. En la especie
C. chinense se detectaron tres morfotipos cultivados. La distribución de los diferentes morfotipos,
dentro de las especies estudiadas mostró una baja frecuencia a la C. annuum, en la región
occidental y C. chinense en la región oriental.
Se logró apreciar que la diversidad conservada in situ es representativa de la conservada
ex situ, las excepciones fueron los tipos ‘Tarro de chivo’ y ‘Ají de jardín’ (C. annuum), ‘chile
blanco’ (C. frutescens), encontrados en los huertos caseros; así como el tipo ‘Corazón de
paloma’ (no identificado aún) creciendo silvestre en “Tumbas” (ambientes perturbados). Estos
morfotipos han enriquecido la colección ex situ, mantenida actualmente en el Banco de
Germoplasma, lo que sugiere la utilización de ambas colecciones como estrategias
complementarias de conservación del acervo genético del cultivo en Cuba.
El estudio de mercado reflejó que las especies C. chinense y C. frutescens se encuentran
en frecuencia muy baja, especialmente la segunda (utilizada como medicinal, condimento o
encurtido), mientras que el C. annuum se observó regularmente. Esto sugiere que las
potencialidades de utilización que brinda el complejo annuum-chinense no están totalmente
explotadas, pues el consumidor tiene muy poco conocimiento de la diversidad presente en los
huertos de las áreas rurales.

Aspectos relacionados con el manejo de la agrobiodiversidad


El huerto casero cubano, se caracteriza por ser un ecosistema agrícola dinámico, donde se
aprecia una alta diversidad de especies útiles. El jardín ornamental se ubica casi siempre, en
la parte anterior y a uno de los lados de la vivienda, también allí a algunas especies de frutales,
medicinales y condimentos. Otras especies utilizadas para la alimentación de la familia se
distribuyen un poco más alejadas de la vivienda, en un sistema de rotación continuo, en
dependencia del tamaño de la propiedad, donde participan hombres y mujeres; aunque, las
actividades agrícolas son prioridad para los primeros.
Se puede considerar al huerto como una unidad dinámica por la movilidad interna, en el
espacio y tiempo, así como la variabilidad de labores, las cuales influyen en el número de
especies y la variabilidad infraespecífica presente. El hombre juega un papel predominante en
el manejo del huerto, aunque, la mujer se ocupa casi totalmente de algunos grupos de cultivos
como son las plantas ornamentales y medicinales, así como del cuidado de los animales
domésticos (Cuadro 5).
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 247

Cuadro 5. Algunas características socio-económicas de los huertos familiares de las regiones estudiadas.
Elementos de descripción/región Occidente Centro Oriente
Sistemas de producción del huerto Raíces/tubérculos- Raíces/tubérculos- Raíces/tubérculos-
granos-frutas granos-frutas granos
Género del dueño del huerto 85% Hombres 75% Hombres 93% Hombres
15% Mujeres 25% Mujeres 7% Mujeres
Número de personas que se benefician
17 15 24
con los productos del huerto
Porcentaje de familias que venden los
92.4 53.0 78.5
productos de sus huertos

En cuanto al sistema de cultivo (Cuadro 5), los frutales juegan un importante papel en el
aporte de vitaminas y minerales sustituyendo el de las hortalizas. Estas requieren de un alto
consumo de agua y en las áreas rurales escasea principalmente durante su período de cultivo,
el que coincide con la época seca. En general la yuca (Manihot esculenta), los plátanos (Musa
spp.), la malanga (Colocasia sp. y Xanthosoma sp.), los frijoles (Phaseolus spp.) y el maíz
(Zea mays), entre otros, manifiestan el apego a una determinada cultura alimentaria y su
origen se remonta a algunas culturas aborígenes de Mesoamérica y América del Sur, donde
las raíces, los tubérculos y los granos tienen una importancia alta en la dieta familiar. Por esta
razón, ocupan mayores espacios dentro del huerto, debido a la necesidad de mayores volúmenes
para la alimentación de la familia y de los animales domésticos. La presencia de otras especies
se ve influenciada por factores históricos; tal es el caso del café, que es importante para la
economía del Estado y se localiza en zonas de montaña.
Como el número de individuos por especie cultivada y/o por variedad es pequeño, en el
huerto casero en ocasiones se mantiene una sola planta; esto puede constituir una amenaza
para la conservación de la variabilidad intraespecífica. Por lo que es imprescindible trazar
estrategias nacionales, que incluyan una amplia divulgación popular, para disminuir en lo posible
esta amenaza.
La mejor salud ambiental, en términos de fertilidad del suelo, manejo de las especies dentro
del sistema de huertos, etc., se aprecia en los huertos familiares localizados dentro de las
áreas protegidas y en la zona de transición. La preparación de la tierra, el control de malezas y
la cosecha se realiza manualmente ó con tracción animal. La mayoría de las especies son
cultivadas sin riego, con fertilización orgánica o sin fertilización.
Por otro lado, años atrás se produjeron flujos migratorios de las familias del campo a la
ciudad, lo que conllevó al abandono de sus propiedades. Otra forma de migración es cuando
los hijos de los agricultores realizan estudios no relacionados con esta actividad o se marchan
hacia otros lugares buscando mayores beneficios económicos. Sin embargo, en los últimos
años el fenómeno se ha estacionado y probablemente se encuentre inverso, favorecido por
determinadas políticas agrarias de entrega de tierras y estímulos que representa en conjunto
un mayor precio de los productos agrícolas en el mercado. El propio autoconsumo familiar, que
en buena medida se logra con la producción del huerto, favorece la permanencia del campesino
en sus propiedades.
La composición familiar promedio de los huertos estudiados es de cinco personas; sin
embargo, se benefician un número mucho mayor de personas con los productos que ahí se
cosechan (Cuadro 5). En general, los huertos también proporcionan un beneficio económico a
las familias por la venta de productos excedentes del mismo.
248 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

Talleres entre científicos y campesinos


En cada región se realizaron encuentros entre agricultores y científicos participantes del
proyecto en forma de talleres, que tuvieron un impacto positivo en las comunidades, ya que
permitieron el intercambio de experiencias en cuanto a prácticas de conservación de semillas,
el intercambio de semillas de diferentes variedades y especies entre los agricultores; así como
la divulgación del valor de la conservación, mediante el intercambio entre los participantes,
entre ellos las autoridades políticas y educacionales en cada región.

Unidades mínimas efectivas de conservación in situ


Después de analizar los resultados generales y específicos obtenidos durante el desarrollo
del proyecto, y que han sido abordados en los epígrafes anteriores, teniendo en cuenta las
similitudes y diferencias de la diversidad dentro de los cultivos, con aspectos relacionados
con el manejo, la variabilidad de especies claves en los huertos familiares estudiados de las
tres regiones del país, y la motivación de los campesinos por continuar conservando sus
variedades tradicionales, se proponen las regiones estudiadas occidental, central y oriental,
como Unidades Mínimas Efectivas de Conservación In Situ de los recursos fitogenéticos en
Cuba, para concentrar y potenciar la conservación en estas áreas en el futuro cercano.

Conclusiones
Los huertos caseros de las áreas rurales en el occidente, centro y oriente de Cuba brindan
una garantía material y espiritual a las familias, y son un reservorio de diversidad, mantenimiento,
manejo y conservación de las especies y variedades locales para las comunidades rurales a
través de su uso. Estas comunidades han jugado un papel determinante, en función del tiempo,
gracias al cual la diversidad cultivada y silvestre ha llegado a nuestros días.

Agradecimientos
El colectivo de autores desea expresar su agradecimiento a las comunidades de las áreas en
estudio por su colaboración en el desarrollo del trabajo, al IPGRI y GTZ por la asesoría técnica
y financiera brindada para la ejecución del trabajo, así como a los conocedores locales por su
apoyo en la localización de los huertos.

Referencias
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a component in the national strategy of in situ conservation of plant genetic resources in Cuba, a
pilot study. Plant Genetic Resources Newsletter 123: 9-18.
Castiñeiras, L., Z. Fundora, V. Fuentes, O. Barrios, V. Moreno, P. Sánchez, A.V. González, M. García, A.
Martínez Fuentes y A. Martínez. 2000. La conservación in situ de la variabilidad de plantas de
cultivo en dos localidades de Cuba. Rev. Jardín Botánico Nacional (Cuba), Vol. XXI (1): 25-45.
Castiñeiras, L., M. Esquivel, N. Rivero y A. Mariño. 1991. Variabilidad de las semillas de Phaseolus
lunatus L. colectadas en Cuba. Rev. Jardín Botánico Nacional (Cuba) 12:109-114.
España, E.A. 1997. Caracterización morfológica y fenológica in situ de los cultivares de zapote Pouteria
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Producción Agrícola, Facultad de Agronomía, Instituto de Investigaciones Agronómicas,
Universidad de San Carlos de Guatemala. 89 p.
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INIFAT-ACTAF/CROCEVIA-IPGRI. 1998. Proyecto Piloto para la Conservación in situ de la Variabilidad
de Plantas Cultivadas en Cuba. Informe Final, La Habana, Cuba.17 pp.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 249

INIFAT-IPGRI. 1995. Home gardens as a component of a national in situ conservation strategy for crop
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Van der Heide, R. Tripp and W.S. de Boef (comps.). 1995. Local crop development: an annotated
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Rome, Italy. 153 p.
250 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

La diversidad genética de variedades locales de maíz, frijol, calabaza y chile,


y su relación con características culinarias

Esmeralda Cázares Sánchez1 y Jorge Duch Gary2

1
Estudiante del Colegio de Postgraduados, Especialidad en Genética Montecillo, Texcoco, México,
(esmeralda@colpos.mx).
2
Profesor investigador, Universidad Autónoma Chapingo.

Summary
Genetic diversity of maize, beans, squash and chile pepper and its relationship with
culinary characteristics. In regions of traditional agriculture, food strategies of peasant families
are based on the use of high numbers of species and varieties. Local management of genetic
diversity is related to the end use of agricultural products, of which home consumption is the
primary destination. Culinary research on maize, beans, squash and chili peppers was carried
in the municipality of Yaxcaba, Yucatan. Data were collected from direct interviews of 60 women
within the community (10 % of households). The questions asked included: How many dishes
are prepared per species?, How are species combined in dishes?, Which varieties and
characteristics are preferred? What are the organoleptic characteristics that determine
preference? How seasonal are patterns of home consumption?. The mostly and commonly
used varieties were ‘Xnuk-nal’ yellow and white (Zea mays, Tuxpeño race) 58%, bean ‘Xkolibu’ul’
(Phaseolus vulgaris, late black) 78.3%, squash ‘Xnuk-kúum’ (Cucurbita moschata) 91.7%,
bean ‘Sak-ib’ (Phaseolus lunatus) 86.7% and chilli pepper ‘habanero’ (Capsicum chinense)
98.3%. Colour, taste, and texture were the preferred organoleptic characteristics. In total, 60
different dishes were recorded; the varieties mentioned above were important ingredients, with
marked seasonality in consumption.

Key words: Staple crops, regional dishes, food strategies, genetic diversity, organoleptic
characteristics.

Introducción
Los campesinos de la comunidad de Yaxcabá, Yucatán, al igual que otros agricultores de
México, emplean diferentes estrategias para asegurar la subsistencia de la familia a lo largo
del año, debido entre otros factores, a las condiciones agroclimáticas imperantes, como la
precipitación, que tienen un comportamiento altamente aleatorio en cantidad y distribución.
Para enfrentar esta aleatoriedad, los agricultores siembran un gran número de especies y de
variedades locales, las que se caracterizan por tener diferentes ciclos de producción y hábitos
de desarrollo. La gran diversidad de materias primas o ingredientes disponibles, facilitan a las
mujeres rurales la tarea de la elaboración de gran variación en las formas de aprovechamiento
y, en consecuencia, una amplia variedad de platillos que se acentúa por las preferencias
culturales regionales.
En las comunidades rurales, la alimentación está íntimamente ligada a las condiciones que
favorecen la productividad de las tierras que cultivan, la disponibilidad de otros recursos naturales,
la interacción entre el hombre y su medio ambiente, las aplicaciones culturales de
aprovechamiento que se derivan del intercambio entre comunidades, así como la manera en
que las unidades socioeconómicas familiares se vinculan entre sí, y con la esfera social más
amplia a través de la relación producción-consumo (Peraza, 1986).
En el grupo de cultivos tradicionales destaca como ejemplo el maíz, que es el principal
cultivo en México, del que se obtiene aproximadamente 45% del consumo calórico nacional,
porcentaje que es mucho más alto en el medio rural; por ejemplo, en las regiones centrales del
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 251

sur y sureste del país esta proporción alcanza el 70% (Chávez, 1972). El patrón de consumo
de los productos de esta especie a lo largo del año, es con base en la disponibilidad, la que a su
vez está relacionada con las diferentes etapas de desarrollo del cultivo, y con la disponibilidad
de otras especies cultivadas, todas esenciales para la alimentación de las comunidades
tradicionales.
El maíz se cocina de diversas maneras durante el año, es parte de la comida principal en
las fiestas regionales y ceremonias rituales. Por ejemplo, en la comunidad de Pixoy, Valladolid,
Yucatán, el nixtamal (precocido de maíz) se prepara durante todo el año para elaborar las
tortillas; en las diversas fiestas se hacen tamales de maíz colado y el platillo conocido como
relleno negro; en la semana santa (festividad cristiana) se come pipián de repollo, de ibes
(Phaseolus lunatus), de frijol; en agosto se consumen los pibinales (elotes1 (cocinados enterrados
en el suelo) en pib), atole nuevo (bebida de grano de maíz en estado masoso) y tortilla de maíz
nuevo; y en el día de muertos, conocido como hanalpixan (en lengua maya fiesta de muertos),
y fiesta de navidad, se elaboran atoles y tamales de diferentes maneras (Ucán et al., 1982).
La diversidad y estacionalidad de usos de los ingredientes provenientes de los sistemas
de producción contribuyen al proceso histórico de socialización de los productores como parte
de una comunidad. Las formas de utilización de un recurso, así como las relaciones entre las
familias campesinas, que están ligadas a las diversas formas de parentesco y de las obligaciones,
reflejan una serie de tradiciones como las de fiestas cristianas de la comunidad y eventos de
participación colectiva, que se realizan gracias a la producción de excedente (Perelló, 1979).
La presente investigación se llevó a cabo con el objetivo de determinar la función de las
variedades locales (maíz, frijol (P. lunatus y vulgaris), calabaza y chile) en la preparación de
alimentos en la región maya del municipio de Yaxcabá, Yucatán y describir el valor de las
características organolépticas preferidas de las variedades locales. Todo esto aportará
información para estudios más profundos, de las relaciones entre las variedades locales y los
usos en la preparación de alimentos.

Materiales y métodos
El estudio se basó en la aplicación de una entrevista a las amas de casa mediante un
cuestionario. La muestra de amas de casa fue definida con base en la encuesta socioeconómica
realizada en 1999-2000 por el proyecto “Fortalecimiento de las Bases Científicas para la
Conservación in situ de la Biodiversidad Agrícola en fincas, México” (Interián y Duch, 2002), e
incluyó 60 viviendas (hogares) como espacio físico, número que correspondió al 10% del total
de viviendas de la población.
Para obtener la información se hizo un reconocimiento previo de la dinámica de trabajo de
las señoras en la cocina de sus viviendas; lo que permitió, determinar los horarios de visita y
obtener una lista previa de platillos elaborados a base de maíz (Zea mays), frijol (Phaseolus
vulgaris), ib (Phaseolus lunatus), xpelón (Vigna unguiculata), calabaza (Cucurbita spp.) y chile
(Capsicum spp.). En el cuestionario se incluyeron los siguientes aspectos:
Apreciación de las variedades. Las opiniones se ordenaron con base en una escala
establecida que consideró a las variedades como 1= muy buenas; 2= buenas; 3=regulares;
4=malas; y 5=muy malas. En cada una de las especies estudiadas, se tomó en cuenta la
preparación de los platillos específicos que lo tienen como ingrediente principal.
Estacionalidad del consumo. Se recopiló información sobre la preparación y épocas de
consumo de los diferentes platillos preparados con las especies objetivo. Las respuestas a las
preguntas ¿cada cuando prepara este platillo? y ¿lo prepara para alguna celebración en
específico?, se clasificaron en nueve tiempos diferentes de consumo: 1) cotidiano, 2) fiestas

1
Elote, mazorca de maíz con grano en estado masoso-lechoso cocido
252 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

patronales, 3) cuaresma, 4) semana santa, 5) día de muertos, 6) navidad y novenas (todas


estas festividades religioso-cristianas), 7) fiestas familiares (bodas, bautizos, cumpleaños), 8)
primicias (ceremonia de agradecimientos , p. ej. ch’aa chac, Hetz’e luum, y Lisa saká), y 9)
otros, concepto en el que se incluyó a otros tiempos diferentes a los anteriores.
Características organolépticas. Las características organolépticas, tales como el color,
sabor, olor, textura (suave, dura, grumosa), además de la apreciación del rendimiento en el
platillo, durabilidad, cocción y valor nutritivo, fueron evaluadas con base en las preguntas ¿por
qué le gusta esta variedad?, ¿qué es lo que le gusta de esta variedad?.
Adicionalmente, se solicitó a cada ama de casa la receta de un platillo de su elección con
el objeto de verificar o diferenciar los tipos de platillos locales y con ello cuantificar el número
total. Cada receta incluyó la cantidad y tipo de ingredientes, el número de porciones y el modo
de preparación, para determinar las combinaciones de las especies bajo estudio.

Resultados y discusión
En la comunidad se reconocieron más de 60 platillos diferentes en los que destacan por su
participación preponderante el maíz (Zea mays), seguido por la calabaza (Cucurbita spp.), el
frijol (Phaseolus vulgaris), los ibes (P. lunatus) chile (Capsicum spp.) y por último, el xpelón
(Vigna unguiculata), Figura 1. Algunos ejemplos de estos platillos se anotan en el Cuadro 1.

Figura 1. Número de platillos en los que cada especie es reconocida como ingrediente principal.

Cuadro 1. Ingrediente principal y nombres locales de los platillos en la comunidad de Yaxcabá,


Yucatán, México.
Ingrediente principal Nombres de los platillos locales y sus combinaciones
Maíz Tamales, atoles, tortillas, pozol, elotes, pibes, panuchos, salbutes.
Frijol En caldo, sólo o combinado con carne de cerdo, fideo, arroz o en chimole.
Ibes Con carne de cerdo, en caldo (tiernos o secos), con repollo y en polkanes.
Xpelón Pibes, tamales, caldo (secos o tiernos).
Calabaza Fruto tierno: frita, con fideo, en potaje, con picadillo.
Pepita: En pipián, atole, molida en tacos, tostada.
Chile Asado, en salsas, relleno negro, chimole, escabeche, con naranja agria.

En la mayoría de las preparaciones que combinan dos o más especies, el maíz participa,
ya sea como espesante o en forma de masa. Por ejemplo: el pipián de frijol que se prepara con
pepita de calabaza y se espesa con masa (maíz), los polkanes (especie de tamal) que se
elaboran con ibes, pepita de calabaza y masa; y los vaporcitos (tamales, masa de maíz cocida)
que se preparan con Vigna y masa o el relleno negro que se elabora con chile y se espesa con
masa.
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 253

Apreciación de las variedades


Cabe mencionar que las familias aprovechan todas las diferentes variedades locales, la
expresión común fue “aprovecha lo que hay”. Sin embargo, hay ciertas variedades locales de
cierta preferencia, y mayor frecuencia de uso; además de ser consideradas como muy buenas,
buenas o regulares para preparar alimentos. Por ejemplo, los maíces Xnuc-na’al, amarillo y
blanco, fueron utilizados preferentemente por el 58.4% y 54.9% de las entrevistadas,
respectivamente, y el criterio general fue de bueno. El frijol xcolibu’ul (P. vulgaris) es utilizado
por el 81.7% de las amas de casa, y de ellas el 66.7% lo consideran bueno, el 10% muy bueno
y el 5% restante, regular. Otro ejemplo que se obtuvo información fue para las dos variedades
de calabaza más utilizadas, el 91.7% usan el Xnuc-k’um por sus características organolépticas
preferidas (Cuadro 2).

Cuadro 2. Apreciación del valor de las diferentes especies y variedades.


Usoa Muy bueno Bueno Regular
Especie Variedades principales
(%) (%) (%) (%)
Maíz Xnuc-nal amarillo 58.4 1.7 55.0 1.7
Xnuc-nal blanco 54.9 3.3 48.3 3.3
Frijol Xcolibu’ul 81.7 10.0 66.7 5.0
Sac-ib 86.3 3.3 80.0 3.3
Xnuc-pelón 58.3 0 58.3 0
Calabaza Xmehen-k’um 53.4 6.7 46.7 0
Xnuc-k’um 91.7 86.7 5.0 0
Chile Ya’ax-ik 76.7 8.3 66.7 1.7
Habanero 98.4 26.7 66.7 5.0
a
Proporción de uso en el grupo de hogares evaluados, equivalente a la suma de las últimas tres
columnas y fueron considerados eventos independientes a las variedades dentro de un mismo cultivo.

Características organolépticas preferidas


Los hábitos de consumo y de preferencias de los consumidores por ciertos sabores, colores
y texturas determinan la gran variedad de platillos, que se preparan en la comunidad. Los
consumidores son capaces de identificar características organolépticas específicas de las
variedades utilizadas en la preparación del platillo. La característica organoléptica de mayor
frecuencia en el maíz es el sabor; adicionalmente, las amas de casa identifican una propiedad
específica para el maíz Xnuc-na’al blanco; la textura suave de la masa, y en el maíz xnuc nal
amarillo lo identifican como el de mayor rendimiento de masa. En frijol, la característica
organoléptica de mayor atención fue el sabor; principalmente, en la preparación del sac ib y el
Xcolibuul. En estado inmaduro el consumidor se fija en el sabor del sac ib y el Xpelón. En el
frijol Xcolibu’ul, las amas de casa identifican, además, otras características como el rendimiento
al cocinarse, el menor tiempo de cocción y la mayor densidad del caldo (queda espeso). En el
caso de las calabazas, las preferencias se dan por el sabor del fruto tierno de Xnuc-k’um y
Xmehen-k’um, 60% y 55%, respectivamente. No obstante, la calabaza xnuc-k’um se prefiere
preponderantemente por el sabor de su pepita (semilla), la que es utilizada principalmente en
la elaboración del pipián. El sabor, es la característica organoléptica preferida en las variedades
de chile Yaax-iik y habanero, 85% y 91.7%, respectivamente. El sabor se aprecia en las
salsas o guisos en las que intervienen como ingredientes (Figura 2).

Estacionalidad del consumo


El consumo de los diferentes platillos varía a lo largo del año. Más del 70% de los platillos
elaborados con las diferentes variedades de maíz, frijol, calabaza y chile son consumidos en
forma cotidiana; la proporción complementaria indica que ciertos platillos son de preparación
254 MANEJO DE LA DIVERSIDAD DE LOS CULTIVOS EN LOS AGROECOSISTEMAS TRADICIONALES

estacional. Esto es porque para su elaboración se requieren productos que son obtenidos sólo
en determinadas épocas del año, y dependen del ciclo biológico y de las estaciones de
crecimiento de los cultivos, aspectos que determinan su disponibilidad. Por ejemplo, elotes,
calabacitas, maíz nuevo, frijoles, ibes y xpelón en vaina. Solo se pueden obtener en ciertas
estaciones del año y además son los que forman parte de los platillos elaborados en las diferentes
ceremonias o rituales relacionados con las labores de la milpa, en memoria de los familiares
muertos, navidad, bodas, bautizos y en fiestas regionales.

Figura 2. Características físicas y organolépticas preferidas por las esposas de agricultores, en relación con
sus variedades locales de maíz y frijol.

Particularmente, los platillos elaborados con frijol se consumen de manera cotidiana; por
ejemplo, como frijol colado, frijol con puerco, frijol simple sancochado, entre otros. El consumo
de pepita (semilla) de calabaza resulta cotidiano dadas las múltiples formas en que es
aprovechada; pepita tostada, pepita molida, pipián de chaya, pipián de conejo, pipián de panza
de venado y pipián de frijol; mientras que el consumo de los platillos elaborados con el fruto
tierno (calabaza frita, potaje de lentejas, calabacita y fideo, relleno de calabaza), se observa
con mayor frecuencia cuando se encuentran en la milpa; es decir, durante los meses de
septiembre y octubre.
El 95% de los platillos que se preparan con ibes se consumen de manera cotidiana; ejemplo,
ibes con carne de cerdo, ibes con repollo, polkanes y toksel (estos últimos cocinados con maíz
e ib). Cuando los ibes se encuentran en estado tierno en la milpa se pueden preparar en caldo.
El xpelón es preferido en estado tierno (100%), principalmente para preparar pibes o
simplemente cocido. El chile es consumido de manera cotidiana principalmente el “habanero”
(88%) en forma de salsas. El chile Ya’ax iik se utiliza exclusivamente para elaborar el platillo
llamado relleno negro (chile, maíz y otros ingredientes), comunmente es preparado por el 55%
de la muestra de hogares y regularmente se ofrece en las fiestas familiares.

Conclusiones
Las diferentes variedades de maíz, frijol, calabaza y chile cultivadas en la milpa y los solares
de la comunidad de Yaxcabá, Yucatán, se utilizan como ingredientes únicos o combinados en
la elaboración de una gran diversidad de platillos que forman parte fundamental de su dieta. La
mayoría de las mujeres entrevistadas consideran como buenas a sus variedades y el sabor
es la característica organoléptica predominante en la selección de los ingredientes. Los
ASPECTOS SOCIALES, CULTURALES Y ECONOMICOS 255

productos derivados de estas especies se consumen en general, de manera cotidiana durante


el año; sin embargo, el consumo de ciertos platillos es estacional y dependiente de la
disponibilidad de los frutos de la milpa, principalmente en estado inmaduro. Además, algunos
platillos son preparados específicamente en ceremonias, rituales y fiestas familiares dentro de
la comunidad. Todo esto indica que hay ciertas relaciones entre las variedades locales y la
preparación de ciertos platillos.

Agradecimientos
Al IDRC, por el financiamiento otorgado para esta investigación y al representante del IPGRI
en México, así como a los profesores investigadores del Colegio de Postgraduados y de la
Universidad Autónoma Chapingo por el asesoramiento para la mejor conducción del trabajo.

Referencias
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de maíces de alto valor nutritivo. Colegio de Postgraduados. Chapingo, México.
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sistemas agrícolas y factores socioeconómicos en una comunidad agrícola de Yucatán. In: J. L.
Chávez-Servia, L.M. Arias-Reyes, D.I. Jarvis, J. Tuxill, D. Lope-Alzina y C. Eyzaguirre (eds),
Resúmenes del simposio: Manejo de la diversidad cultivada en los agroecosistemas tradicionales,
13-16 de febrero del 2002, Mérida, México. Instituto Internacional de Recursos Fitogenéticos. Roma,
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Peraza L., M. E. 1986. Patrones alimenticios en Ichmul, Yucatán: sus determinantes socioeconómicas,
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Autónoma de Yucatán.
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de Culturas Populares. Consejo Nacional de Fomento Educativo. Secretaría de Educación Pública.
México D.F.
ISBN 92-9043-658-1

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