Armonía G, M, L
Armonía G, M, L
Armonía G, M, L
Durante la Edad Media, en la música se usa un sistema armónico basado en los modos
eclesiásticos, derivados de las antiguas escalas griegas y del canto Bizantino. En el
Renacimiento, y de forma paulativa, las melodías modales empiezan a tomar algunos
giros tonales, como el uso de la sensible. En esta época se componen piezas que se
encuentran en un punto medio entre la modalidad y la tonalidad. Éstas obras tienen
cadencias tonales en distintos grados, pero no establecen una tonalidad a la manera que
entendemos hoy día, y siguen manteniendo elementos modales.
LA SEXTA AJOUTÉE
Este acorde es más antiguo que la séptima de dominante. Posibilita una cadencia en la
que los acordes quedan enlazados por notas comunes, cumpliendo función de
subdominante. De esta manera, la sexta ajoutée es seguida por la dominante, y después
por la tónica, para hacer una cadencia perfecta.
Por ejemplo:
En Do mayor,
Ejercicio: escribir en distintas tonalidades acordes de séptima de dominante, en todas
sus inversiones, resolviendo correctamente las notas de resolución obligada.
El movimiento melódico de las voces puede efectuarse sin alterar la armonía del pasaje.
A veces, cuando el tiempo de acción melódico es mayor que el armónico, las notas
extrañas pueden enturbiar la claridad armónica. Por esto, han de estar completamente
justificadas.
4. Escapadas. La escapada está en tiempo débil. Se trata de una nota situada a intervalo
de segunda junto a una nota del acorde, que luego da un salto descendente de un
intervalo mayor.
5. Anticipación. Una voz alcanza en tiempo débil una nota de un acorde que el resto de
voces alcanzarán en tiempo fuerte.
PROGRESIONES DE QUINTA
En modo mayor y en menor pueden usarse progresiones de quinta, esto es, progresiones
armónicas que son repetidas en varias tonalidades, recorriendo el círculo de quintas.
Cuando el oyente llega a la progresión, sabe lo que va a ocurrir. Por esto, muchas
progresiones seguidas pueden dar sensación de banalidad. En su justa medida, sin
embargo, produce un sentimiento de fluidez e inteligibilidad.
La triada mayor, construida sobre el séptimo grado de la escala, y en el menor sobre el
segundo, es permitida en estas progresiones. Además, debido a que en progresiones
largas se pierde el sentido funcional, la notación tradicional con números romanos (en
vez de la notación funcional) es preferible.
En DoM: D, T.
En Rem: T S.
EL ACORDE DE SEXTA
Hacia el año 1600 era común desplegar sobre un bajo la tercera y la quinta, o bien la tercera y la
sexta, formándose lo que después se conoció como acorde en primera inversión. En estos
acordes estaba permitido duplicar cualquier nota, mientras que en los acordes en estado
fundamental sólo se duplicaba la fundamental. Sin embargo, no es hasta el clasicismo vienés
que se reconocen estos acordes como inversiones. Antes eran acordes con una sexta.
Esta nota, la tercera, era considerada una nota delicada que situándose en el bajo hacía al acorde
menos robusto, más gracioso, menos estable y, según Wilhelm Maler, saca a primer plano el
contenido sonoro del acorde.
Bach utiliza estos acordes la mayoría de las veces con la misma función que el acorde en estado
fundamental y a veces sitúa a este acorde como sonido culminante, aprovechando su
luminosidad y sensibilidad
Este acorde puede formarse de cuatro maneras distintas, teniendo en cada caso una función
diferente y considerándose a veces consonante, y otras disonante.
1. Por bordadura:
Se produce cuando, con un bajo inmóvil, hay un movimiento de ida y vuelta de dos
voces a la segunda superior. Como este acorde se considera disonancia, aparece sobre el
tiempo débil.
Ejemplo:
2. Por retardo:
La quinta y la tercera de una tríada son retardadas en el tiempo fuerte por la cuarta y la
sexta. Este acorde es disonante, debido al retardo.
Ejemplo:
3. Por inversión:
En torno a 1640 aparece uno de los más importantes tipos de melodía en modo mayor, que
seguía la siguiente estructura:
DOMINANTES INTERMEDIAS
Son las que en la actualidad llamamos dominantes secundarias. Se cifran como “D” y se
relacionan con el acorde que vaya a continuación. Todas las funciones pueden ser el centro de
desviaciones tonales.
En el modo menor, las dominantes intermedias desempeñan un papel mucho menos importante.
Esto se debe a varios motivos:
1. El modo menor es de por sí más rico armónicamente que el mayor. Por eso, no le hace
falta vestir a los acordes con cadencias perfectas.
El acorde de séptima y novena con elisión de la nota fundamental es un acorde muy importante
en el modo menor. Este acorde está formado por terceras menores y pierde su función para
pasar a ser dominante de la dominante. Se lo cifra como Ddv.
De la misma forma que en el modo menor aparecen acordes del modo mayor, en el modo mayor
encontraremos también acordes subdominantes del ámbito menor.
Aunque en los libros y manuales de costumbre nos dicen que, para que el modo menor tenga
sensible, hay que alterar el séptimo grado, en realidad la sensible es mucho más antiguas que los
modos mayor y menor. Por eso, no se debe pensar que es un “añadido” al modo menor. De esta
forma, los acordes de la subdominante menor en modo mayor no son en la época de Bach un
enriquecimiento añadido, sino el aprovechamiento de una plenitud armónica que ya existía.
EJERCICIO: Armonizar la siguiente melodía de forma que contenga una subdominante menor
en el modo mayor (s), con un acorde por tiempo, y tocar en distintas tonalidades.
LA TRIADA AUMENTADA
Acorde de sexta napolitana En el oratorio Jefté de Carissimi utilizó por primera vez una
formación armónica hasta entonces economizada. Un acorde entrañable para la ópera
napolitana, denominado por ese motivo acorde de sexta napolitana (en una palabra, la
napolitana), una subdominante en modo menorcon una sexta menor en vez de una
quinta, en su origen una sexta menor como retardo de la quinta. Ejemplo:
Podemos ver en el primer compás la típica modulación hacia la tP. Clasificar tales
pasajes en la tonalidad fundamental produce un efecto artificioso y antimusical. Vemos
en el cuarto compás la rara desviación tonal en el menor al ámbito de la dominante.
Como ejercicio realizar esta serie de acordes en dos tonalidades menores:
ACORDES RELATIVOS
Acordes relativos La menor es la tonalidad que tiene iguales alteraciones que Do mayor.
Ambas son tonalidades relativas entre sí. La tonalidad tiene por lo tanto su relativa una
tercera menor más abajo, y la tonalidad menor pues una tercera más arriba. Igual que los
acordes fundamentales, las dominantes son también mutuamente relativas.
Riemann introdujo para estas tríadas menores, cuando aparecen referidas a una
tonalidad mayor relativa, las clasificaciones de relativa de la tónica, relativa de la
subdominante y relativa de la dominante,que siguen empleándose exactas en la
actualidad La clasificación de los seis acordes, referidos a la modalidad menor como
centro tonal, seria, según Riemann:
En tP aparece claramente que la ónica es una tríada menor y que su acorde relativo (la P
mayúscula) es una tríada mayor. Todos los acordes relativos tienen dos notas en común
con la función principal. Ya había hecho notar Riemann que dos de estos acordes
pordrían prestarse a más de una interpretación por tener también dos notas en común
con otra función principal. La Tp es al mismo tiempo una relativa de la S, y de la Dp
está relacionada al mismo tiempo con la T. Sólo sigue siendo terminante ls Sp, puesto
que en el séptimo grado no existe ninguna función principal. En el menor la tP está
relacionada al mismo tiempo con la d, y la sP, con la t.
Desde Grabner llamamos a las tríadas secundarias, que representan a una función
principalsin ser su relativa, contraacordes relativos, o, mas avreviadamente
contraacordes. Esos contraacordes están por tanto en la modalidad mayor, situados por
encima de la función principal, y en la modalidad menor, por debajo de ella. En menor
se indica con una G mayúscula, ya que los contraacordes son como acordes relativos
mayores Cadencia evitada: después de la D en modo mayor ( la sensible generalmente
en la voz superior) esperaríamos la T como conclusión de una pieza o de una frase, y en
su lugar aparece, en cambio, la Tp; después de la D en modo menor esperaríamos la t, y
en su lugar aparece en cambio el tG. Ejercicio: tocar las siguientes cadencias evitadas en
diferentes tonalidades, pero no de modo mecánico: hay que aprender a escuchar el
acorde final de la cadencia evitada, representante aquí de la tónica. Debido al peligro de
los movimientos paralelos, se deberá duplicar la tercera en el acorde final de la cadencia
evitada, y también con objeto de reforzar de un modo especial en este acorde el
elemento tónica.
Mayor: Los relativos aislados situados entre tríadas principales aparecen tanto en
tiempos fuertes como en los débiles, aunque a veces se oiga la nada autorizada opinión
docente de que son preferibles los tiempos débiles.
Menor: A diferencia del modo mayor, los relativos mayores situados individualmente
(exceptuando el tG) dentro del modo mayor consituyen un caso rarísimo, mientras que
son muy frecuentes en grupos de dos.