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4 - Carr - La Revolución Rusa

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·.~·:
\

í1 ulminado el ambicioso proyecto de la «Historia de


~'4,_.... la Rusia Soviética (1917-1929)», cuya realización
le ocupó casi tres décadas d•~ investigación y de traba,jci,
E. H. CARR ha escrito un resum~n de su monumental
ohra de.stinado a facilitar al lector común y al estudiante
una primera aproximación al tema. Las diferencias de
escala y de prnpósitGs hacían necesaria una redacción
sustancfalmente nueva, sin referencias en.:ditas, nota<> a
pie de página o cita de fas füeutes, par~1 P.xplicar lai;
claves y describir el desarrollo de ese crucial período
-DE LENIN A STALIN (1917-192~l}- que contiene en
embrión e! curso ulterior ile ta Unión Soviética. Así, LA
REVOLUCION RUSA se configura, a la vez, como uaa
obra autónom:t, que recoge en una concisa síntesis las
grandes líneas de los :u:11ntecimientos, y como una
introducción p:m• la iect11ra fotegra de la «Historia de fa
Rusfa Soviética>>, dividida en cuatro grandes partes y
editada en Alianza Universidad: <(La Revolución
bolchevique (1917-1923)» (AU 15, AU 19 y AU 35); «El
fntent-gno (1923-1924)» (A.U 75), «El socialismo en un
solo país (1924-1926)» (AU 85, AU 120, AU 151 y
AU 152) y «Bases de una economía planificada
(1926-1929)» (en curso de publicación).

El Hbro de holsmo Alianza Editorial

_ ......
1. Octubre d1:: 1917
10 Edward Hallett Carr

NMM Nacional Minority Movement (Movimiento Nacio-


nal de la Ñlinoría).
NUWM National Unemployed Workers' Movement (Movi-
miento Nacional de Trabajadores en Paro).
OGPU Administración Política Unificada del Estado.
PCCh Partido Comunista Chino.
PCF Partido Comunista Francés.
PCI Partido Comunista Italiano.
Profintem Internacional Sindical Roja.
RSFSR República Socialista Federativa Soviética de Rusia.
Sovioz(i) Granja(s) Soviética(s).
Svnarjoz(i) Consejo(s) de Economía Nacional.
Sovnarkom Consejo de Comisarios del Pueblo.
SPD Partido Socialdemócrata Alemán.
SR Socialistas Revolucionarios.
TsIK Comité Ejecutivo Central.
URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
USPD Partido Socialdemócrata Independiente Alemán.
VAPP Asociación Panrusa de Escritores Proletarios.
Vesenja Consejo Supremo de Economía Nacional.
VTsIK Comité Ejecutivo Central Panruso. La revolución rusa de 1917 constituye un punto deci-
sivo en la historia, y bien puede ser considerada por los
futuros historiadores como el mayor acontecimiento del
siglo xx. Al igual que la revoludón francesa, continuará
polarizando las opiniones durante mucho tiempo, siendo
exaltada por algunos como un hito en la liberación de la
humanidad de la opresión pasada, y denunciada por otros
como un crimen y un desastre. Representó el primer de-
safío abierto al sistema capitalista, que había alcanzado
su cenit en Europa a finales del siglo XIX. El hecho de
que tuviera lugar en el momento más crítico de la pri-
mera guerra mundial, y en parte como resultado de esta
guerra, fue más que una coincidencia. La guerra había
infligido un golpe mortal al orden capitalista internacional
tal y como éste había existido antes de 1914, y había
revelado su inestabilidad intrínseca. Se puede pensar en
la revolución a la vez como consecuencia y como causa
del declinar del capitalismo.
Aunque la revolución de 1917 tuvo un significado mun-
dial, también estuvo enraizada en condiciones esp,xífica-
11
12 Edward Haliett Carr La revolución rusa: De Leniu a Stalin, 1917-1929 13

mente rusas. La imponente fachada de la autocracia za- contento general respecto a la forma en que ésta era di-
.rista encubría una economía rural estancada, que había rigida. La abdicación del zar era lo único que podía dete-
'~echo P?cos avances sustanciales desde la emancipación ner la marea de revueltas. La autocracia fue reemplazada
de los siervos, y un campesinado hambriento e inquieto. por la proclamación de un Gobierno Provisional basado
J?esde Ia década de 1860 venían actuando grupos terro- en la autoridad de la Duma. Pero el carácter híbrido de
nstas, con estallidos recurrentes de violencia y represión. la revolución se hizo una vez más evidente. Al lado del
En este período tuvo lugar e1 nacimiento del movimiento Gobierno Provisional se reconstituyó el soviet de Petro-
narodnik, al que sucedería más tarde el Partido Socialista grado -la capital había cambiado de nombre en 1914-
Revolucionru:io, y cuyo mensaje se dirigía a los campesi- según el modelo de 1905.
nos. A partir de 1890, la industrialización comenzó a La revolución de febrero de 1917 trajo de vuelta a
irrumpir de forma importante en la primitiva economía Petrogrado, desde Siberia y desde el exilio en el exterior,
rusa; y el desarrollo de una clase industrial y financiera a una multitud de revolucionarios anteriormente proscri-
de influencia y riqueza crecientes, fuertemente dependien- tos. La mayoría de éstos pertenecían a una de las dos
te del capital extranjero, potenció la infiltración de algu- ramas -bolchevique y menchevique- del Partido Obre-
nas ideas liberales occidentales, que encontraron su más ro Socialdemó~rata, o al Partido Socialista Revoluciona-
completa expresión en el Partido Kadete (Demócrata rio (SR), y encontraron una plataforma ya dispuesta en
Constitucio.na!ista). Pero este proceso se vio acompañado el soviet de Petrogrado. El soviet era en cierto sentido
por el crecumento de un proletariado de obreros fabriles un rival del Gobierno Provisional establecido por los
Y por los primeros síntomas de conflictividad proletaria· partidos constitucionales en la antigua Duma; la expre-
en la décad~ de 1890 t.uvieron lugar las primeras huelgas'. sión «doble poder» fue acuñada pará describir esta ambi-
Estos cambios se refleJaron en la fundación en 1897 de gua situación. Pero la actitud del soviet era mucho me-
una partido marxista, el Partido Obrero Socialdemócrata nos tajante. El esquema histórico de Marx postulaba dos
Ruso, el partido de Lenin, Martov y Plejanov. El males- revoluciones distintas y sucesivas, la burguesa y la socia-
tar 1.ater:te surgió a la superficie con las frustraciones y füta. Los miembros del soviet, con pocas excepciones, ·Se
humdlac10nes de la guerra ruso-japonesa. contentaban con reconocer en los. acontecimientos de fe-
La primera revolución rusa de 1905 tuvo un carácter brero la revolución burguesa rusa que establecería un ré·
r:tixto. Fue una revuelta de los liberales y constituciona- gimen democrático-burgués según el modelo occidental,
listas burgueses contra una autocracia arbitraria y anti- y posponían la revolución socialista a una fecha futura
cuada. Fue una revuelta obrera, desatada por la atrocidad aún indeterminada. La cooperación con el Gobierno Provi-
del «domingo sangriento», y que condujo a la elección del sional era la conclusión de este punto de vista, que com-
primer soviet de diputados obreros de Petersburgo. Fue partían los dos primeros dirigentes bolcheviques que
una extensa revuelta campesina, espontánea y carente de regresaron a Petrogrado: Kamenev y Stalin.
coordinación, a menudo extremadamente cargada de re- La dramática llegada de Lenin a Petrogrado a comien-
sentimiento y violencia. Estos tres cabos nunca llegaron zos de abril hizo añicos este precario compromiso. Lenin,
a entrelazarse, y la revolución fue fácilmente dominada en un primer momento casi en solitario incluso entre los
con el coste de algunas concesiones constitucionales en bolcheviques, atacó la suposición de que el cataclismo que
buena medida irreales. Los mismos factores inspirara~ la estaba teniendo lugar en Rusia fuera una revolución bur-
revolución de febrero de 1917, pero esta vez reforzados guesa y nada más. El desarrollo de la situación después
Y dominados por el cansancio de la guerra y por el des· de la revolución de febrero confirmaría el punto de vista
Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 15
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de Lenin de que aquélla no podía mantenerse dentro de desde su primera etapa, que había dado el poder a la
límites burgueses. Lo que siguió al colapso de la au~o­ burguesía, a una segunda. etapa, que daría e~ poder a
cracia no fue tanto una bifurcación de la autoridad (el los obreros y a los campesinos pobres. E~ Gobierno ~ro­
«doble poder») como una total dispersión de ésta. El visional y los soviets no eran aliados, smo antagomstas
sentimiento común a obreros y campesinos, a la vasta ma- que representaban ª,c~ases diferentes: El. objetivo a ~a
yoría de la población, era de inmenso alivio ante el aleja- vista no era una repubhca parlamentarra, smo «un~ repu-
miento de un íncubo monstruo·so, sentimiento que venía blica de los soviets de diputados obreros, cai;npesm.os Y
acompañado de un profundo deseo de conducir sus propios campesinos pobres en todo el país? .de. aba¡~ arnba».
asuntos a su manera, y de la convicción de que esto era El socialismo no podía ser introducido mr:iediatamen,te,
posible, de un modo u otro, y fundamental. Se trataba claro está. Pero como primer paso los soviets se. ha~1an
de un movimiento de masas inspirado por una ola de carao del control de «la producción social y la distrtbu-
inmenso entusiasmo y por visiones utópicas de la eman- ció~». A lo largo de las vicisitudes de.l, ve~ano de 1~17,
cipación de la humanidad de las cadenas de un poder Lenin consiguió gradualmente la adheston de los segui.do-
remoto y despótico, y que no estaba interesado en los res de su partido a este programa. El avance en los soviets
principios occidentales de democracia parlamentaria y go- fue más lento. Cuando en junio se reunió un Congreso
bierno constitucional proclamados por el Gobierno Provi- Panruso de los Soviets -el primer intento de crear una
sional. Se rechazaba tácitamente la noción de autoridad organización soviética central con un comité ejecutivo
centralizada. Por toda Rusia se extendieron los soviets permanente-, de un :oral de n;iás de 800 delegados lo.s
locales de obreros y campesinos. Algunas ciudades y dis- socialistas revolucionar10s obtuvieron 285, los menchevi-
tritos se autoproclamaron repúblicas soviéticas. Los co- ques 248 y los bol~heviques ~an sólo 105. F~e ei: esta
mités obreros de fábrica se atribuyeron el ejercicio exclu- ocasión cuando Lemn, respondiendo a un desaf10~ hizo la
sivo de la autoridad en su campo. Los campesinos se afirmación, ácogida con gran burla, de que habta en el
apoderaron de la tierra y la repartieron entre ellos. Y todo soviet un partido dispuesto a tomar el P?~er guberna-
lo demás se eclipsaba ante la demanda de paz, de poner mental: los bolcheviques. Mientras el presttg10 y la auto-
fin a los horrores de una guerra sangrienta y sin sentido. ridad del Gobierno Provisional se desvanecían, la influen-
En las unidades militares, grandes y pequeñas, desde las cia de los bolcheviques en las fábricas y en el ejército
brigadas hasta las compañías, se eligieron comités de sol- crecía rápidamente; y en julio e! Gobierno .~rovisional
dados, que a menudo pedían la elección de los oficiales decidió proceder contra ellos .ba10 la ac~:ac!on de que
y desafiaban su autoridad. En el frente, los ejércitos aban- realizaban propaganda subversiva en el e¡ercito y actua-
donaron las duras imposiciones de la disciplina militar, ban como agentes alemanes. Varios dirigentes fueron de-
y lentamente comenzaron a desintegrarse. Este movimien- tenidos. Lenin huyó a Finlandia, desde donde mantuv?
to general de revuelta contra la autoridad les parecía a correspondencia regular con el comi!é ~ei:tral del parti-
la mayor parte de los bolcheviques un preludio del cum- do, que ahora trabajaba en la danoestm1dad en Petro-
plimiento de sus sueños sobre un nuevo orden social; no grado.
·tenían ningún deseo de detenerlo ni los medios para ello. . Fue durante esta retirada forzosa de la escena de fa
Por tanto, cuando Lenin redefinió el carácter de la acción cuando Lenin escribió uno de sus más famosos
revolución en sus famosas «tesis de abril», su diagnóstico escritos, y el más utópico de ellos, El Estado y la revo-
mostraba a la vez agudeza y visión de futuro. Describía lución, un estudio de la teoría del Estado de Marx. Este
lo que había sucedido como una revolución en transición no sólo había predicado la destrucción del Estado burgués
16 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 17

por la revolución proletaria, sino que había previsto, des- noviembre del calendario occidental, que sería introducido
pués de la victoria de la revolución y de un período de unos meses más tarde), la Guardia Roja, formada prin-
transición bajo la dictadura del proletariado, el progresivo cipalmente por obreros industriales, tomó posiciones es-
debilitai;niento y 1~ extinción final del Estado. Lo que el tratégicas en la ciudad y avanzó sobre el Palacio de In-
proletariado necesita en el momento de su victoria, ob- vierno. Fue un golpe sin sangre. El Gobierno Provisional
serva~a Lenin, es «un Estado que se extinga, es decir, se vino abajo sin resistencia. Algunos <le los ministros
orga?12ado de tal modo que comience a extinguirse in- fueron detenidos. El primer ministro Kerenski huyó al
mediatamente y que no pueda por menos de extinguirse». extranjero.
El Estado ha sido siempre un instrumento de dominación La fecha del golpe había sido fijada para coincidir con
Y op~esión. de clase. La soc~edad comunista sin clases y el II Congreso Panruso de los Soviets de Diputados Obre-
la ex1stenc1a del Estado son incompatibles. Lenin lo resu- ros y Soldados, que comenzó en la tarde del día siguiente.
mía en un aforismo de su propio cuño: «Mientras existe Los bolcheviques tenían ahora la mayoría -399 sobre
el Estado, no existe libertad. Cuando haya libertad no un total de 649 delegados-, y asumieron la dirección del
habrá Estado.» Lenin no sólo era un profundo conoc~dor acto. El congreso proclamó la disolución del Gobierno
de .Ma~, sino que tenía un oído sensible al sentir revo- Provisional y el paso de la autoridad a los soviets, y
luc~onano de los obreros y campesinos, cuyo entusiasmo aprobó por unanimidad tres importantes decretos, los dos
se inflamaba ante la perspectiva de escapar a las cadenas primeros a propuesta de Lenin. El primero era una pro-
de un ~stado poderoso y omnipresente. El" Estado y la clama, en nombre del «Gobierno Obrero y Campesino»,
revoluctón es una notable síntesis de las enseñanzas de que proponía a todos los pueblos y gobiernos beligeran-
Marx y las aspiraciones de las masas carentes de instruc- tes el comienzo de negociaciones en pro de una «paz justa
ción. El partido apenas aparece en sus páginas. y democrática», sin anexiones ni indemnizaciones, y pedía.
En septiembre, tras el abottado intento de toma del particularmente «a los obreros conscientes de las tres
poder. del general derechista Kornilov, los bolcheviques naciones más adelantadas de la humanidad» -Inglaterra,
o?tuv1e~on la mayoría en lo~ so:riets de Petrogrado y Mos- Francia y Alemania- su ayuda para poner fin a la guerra.
cu. Lenm, tras algunas vacilaciones, resucitó la consigna El segundo era un decreto sobre la tierra, e incluía un
«!odo el poder para los soviets», que suponía un desafío texto redactado por los socialistas revolucionarios, que
directo al Gobierno Provisional. En octubre regresó dis- respondía a las aspiraciones pequeño-burguesas del cam-
frazado a Petrogrado para asistir a una reunión del comi- pesino antes que a las teorías bolcheviques a largo plazo
t~ central del partido. Persuadido por él, el comité deci- sobre la socialización de la agricultura. La propiedad de
c1ó, con las únicas opiniones en contra de Zinoviev y los terratenientes era abolida sin compensación; tan sólo
Kamene':', preparar una inmediata toma del poder. Los la tierra de los «simples cru;npesinos y cosacos» quedaba
prepara~1v,os ~i:eron llevad.os a. cabo principalmente por libre de confiscación. La propiedad privada de la tierra
un com1te militar revoluc1onar10 que había sido creado quedaba abolida a perpetuidad. El derecho a usar la tie-
por el comité central del Congreso de los Soviets, y que rra se concedía a «todos los ciudadanos del Estado ruso
se encontraba ahora firmemente en manos de los bolche- (sin distinción de sexo) que deseen trabajarla ellos mis-
viques. Trotski, que se había unido a los bolcheviques mos». Los derechos sobre los minerales, y otros derechos
~ras su regreso a Petrogrado en el verano, desempeñó un de tipo subsidiario, quedaban reservados al Estado. La
importante papel en la planificación de la operación. El compra, venta y arrendamiento de la tierra, así como el
25 de octubre (del viejo calendario, equivalente al 7 de empleo de trabajo asalariado, quedaban prohibidos. Esto
18 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 19

era un fuero para el pequeño campesino independiente ción; y las elecciones se habían fijado para el 25 de no-
que cultivara si: parc~la. de tierr_a co:-i su propio trabajo viembre. Lenin no deseaba suspenderlas, o no se sentía
Y el?e su familia, sir~~endo pr1manamente sus propias suficientemente fuerte para hacerlo. Como cabía esperar
en un electorado predominantemente rural, el voto dio
necesidades. La resoluc1on final de la cuestión de la tie-
rra se reservaba para la futura Asamblea Constituyente. la mayoría absoluta a los socialistas revolucionarios, con
El ter_c;r decreto, propuesto por Kamenev, que presidía 267 de 520 diputados; los .bolcheviques obtuvieron 161,
la ses10n, creaba un Consejo de Comisarios del Pueblo sumando el resto un gran número de grupos minorita-
(So~narkom), como Gobierno Provisional Obrero y Cam- rios. Cuando los diputados se reunieron en enero de 1918,
pesmo que gobernaría el país bajo la autoridad del Con- el Gobierno Obre;o y Campesino estaba firmemente es-
greso Panruso ~; los Soviets y de su comité ejecutivo tablecido en Petrogrado, y era improbable que ab<licara
hasta la formac10n de la Asamblea Constituyente. en favor de un cuerpo que representaba los confusos sen-
Estas proclamaciones tenían varios rasgos distintivos. timientos de las áreas rurales dos meses antes. Bujarin
Pocas horas antes, Lenin había cerrado su intervención habló de «la línea que en este momento divide a esta
ante el s?viet de Petrogrado con estas audaces palabras: asamblea en [ ... ] dos campos irreconciliables, de princi-
«En Rusia debemos ocuparnos de la construcción del Es- pio [ ... J a favor del socialismo o contra el socialismo».
tado socialista proletario.» En los decretos del Concrreso La asamblea escuchó mucha oratoria poco concluyente.
de los. Sc;iviets, más formales, los conceptos de «Est~do» Avanzada la noche se levantó la sesión; y el Gobierno
Y «soc1al1smo» permanecieron entre bastidores. En medio impidió por la fuerza que volviera a reanudarse. Este fue
del entusiasmo. de la victoria, cuando el viejo Estado y un momento decisivo. La revolución había dado la espal-
sus. correspondientes males estaban siendo barridos, nadie da a las convenciones de la democracia burguesa.
ansiaba enfrentarse al problema de la construcción de un La primera consecuencia de la revolución que afectó
nuevo Estado. La revolución era internacional, y no tenía al mundo oceidental, despertando horror e indignación,
en enema_ las fronteras nacionales. El Gobierno Obrero fue la retirada de la guerra y la deserción del campo
Y ~ampesmo carecía de definición o designación terri- aliado en el desesperado clímax de su lucha con Alema-
tonales:. la extensi?n. última de su autoridad no podía nia. Cuando esta traición imperdonable vino seguida por
ser prevista. El socialismo era un ideal del futuro· Lenin medidas como el repudio de las deudas de anteriores
afirmó, ~1 J?resentar el decreto. sobre la paz, que la ~ictoria gobiernos rusos y la expropiación de los terratenientes y
del m?v!m1ento obrer<? abriría «el camino hacia la paz y propietarios de fábricas, y cuando la revolución se pre-
el soc~a~smo». Pero mnguno de los decretos mencionaba sentó a sí misma como primera etapa de una revolución
al socialismo como fin o propósito de la revolución: el destinada a extenderse por Europa y por el mundo, se
contenido de ésta, al .igual que su extensión, se verían reveló como un ataque fundamental al conjunto de la so-
en el futuro. ciedad capitalista occidental. Pero esta amenaza no fue
, ~inalmente, el gesto de deferencia hacia la autoridad tomada muy en serio. Pocas personas imaginaron en un
ultima de_ la Asamblea Constituyente, que visto de forma principio en Occidente que el régimen revolucionario pu-
retrospectiva resulta singularmente ilógico fue aceptado diera sobrevivir en Rusia más allá de unos pocos días o
sin o_b)eción. Entre febrero y octubre, tan;o el Gobierno semanas. Los mismos dirigentes bolcheviques no creían
Prov1s1onal como los soviets habían pedido la formación poder sostenerse indefinidamente, a menos que los traba-
d.e una ~s?mblea constituyente, procedimiento democrá- jadores de los países capitalistas acudieran en su ayuda
ttco trad1c1onal para la redacción de una· nueva constitu- lc.:rnntándose contra sus propios gobiernos.
:;,
20 Edward Hallett Carr

Este escepticismo no carecía de fundamento. La auto-


ridad del Gobierno Obrero~y Campesino apenas si se
extendía más allá de Petrogrado ·y unas pocas grandes
ciudades más. Incluso en los soviets los bolcheviques no
disponían de un apoyo unánime; y era difícil saber hasta
cuándo el Congreso Panruso de los Soviets -única auto-
ridad central soberana- sería reconocido por los soviets
locales que habían brotado por todo el país, por los co-
mités de fábrica que ejercían el «control obrero» en las
fábricas, o por los millones de campesinos que ahora re-
gresaban en tropel a sus casas desde el frente. Los buró-
cratas, los directivos y los técnicos a todos los niveles
habían entrado en huelga, y se negaban a servir al sedi-
cente nuevo gobierno. Las fuerzas armadas a disposición
del régimen consistían en un núcleo de unos pocos miles
de guardias rojos y en algunos batallones letones leales
que habían sobrevivido a la desintegración de los ejér-
citos imperiales que lucharon en la guerra. A las pocas
semanas de la revolución, en las regiones del Don, el
Kubán y los Urales se estaban organizando ejércitos co-
sacos comprometidos a su derrocamiento. Para los bol-
cheviques había sido fácil derribar al raquítico Gobierno
Provisional. Sustituirlo, establecer un control efectivo so-
bre el caos en el que estaba sumergido el vasto territorio
del difunto Imperio ruso, y crear un nuevo orden social
que enlazara con. las aspiraciones de las masas obreras y
campesinas que habían visto en los bolcheviques a sus
salvadores y liberadores, era una tarea mucho más for-
midable y compleja.
3. El comunismo de guerra La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 35

quienes in~iten a otros a oponérseie o a .deso?edecerle».


Basta jumo de 1918 el tribunal revolucionario no pro-
nunció su primera sentencia de muerte. Pero en muchas
partes d_el país se produjer~n asesinatos in~iscriminados de
bolcheviques y de adversarios suyos; y la Cheka tuvo cada
vez más trabajo en perseguir a los oponentes activos al
récrimen. En abril de 1918 fueron arrestados en Moscú
va~ios cientos de anarquistas; en julio la Cheka debió su-
primir un intento de golpe de los socialistas revoluciona-
rios que asesinaron al embajador alemán, aparentemente
corda protesta contra el tratado de Brest-Litovsk. Durante
el verano de 1918 dos destacados dirigentes bolcheviques
fueron asesinados en Petrogrado, y Lenin fue tiroteado en
Moscú. La ferocicfocl con la que se <lesnrrolló b luch,1 du-
rante la guerra civil llevó la tensión a su clímax. Las atro-
cidades de un bando fueron igualadas por las represalias
del otro. El «terror rojo» y el «terror blanco» pnsaron a
formar parte del vocabulario político.
Estas desesperadas condiciones se reflejaban en el total
La hostilidad del mundo exterior fue tan s6lo uno de desorden de la economía. Durante la guerra, la producción
los peligros a los que se enfrentaron los bolcheviques tras se había visto paralizada y distorsionada por las necesi-
su toma del poder. En Petrogrado la revolución se realizó dades militares, y por la ausencia de los trabajadores agrí-
sin sangre; pero en Moscú hubo fuertes combates entre colas e industriales que se encontraban en el frente. La
unidades bolcheviques y cadetes militares leales al Go- misma revolución, y los estragos de la guerra civil, com-
bierno Provisional. Los partidos políticos desplazados co- pletaron el cuadro de desintegración económica, social y
menzaron a organizarse contra la autoridad de los soviets. financiera; el hambre y el frío sorprendieron a grandes
Las comunicaciones quedaron interrumpidas por una huel- sectores de la población. Los iniciales remedios bolchevi-
ga de los trabajadores del ferrocarril, cuyo sindicato estaba ques para los males económicos no fueron más allá de la
controlado por los mencheviques. Se desorganizaron los proclamación de principios generales, tales como la distri-
servicios administrativos; y las condiciones anárquicas fue- bución igualitaria, la nacionalización de la industria y la
ron aprovechadas por individuos asociales para realizar tierra, y el control obrero. En los primeros meses de la
motines y saqueos. Seis semanas ·después de la revolución, revolución fueron tomadas muchas empresas, unas veces
un decreto del gobierno creó la Comisión Extraordinaria por órganos del Estado responsables ante el Consejo Su-
Panrusa (Cheka) para «combatir la contrarrevolución y el premo de Economía Nacional (Vesenja), otras veces por
sabotaje»; y se invit6 a los soviets locales a crear comi- los mismos trabajadores. Los bolcheviques, que todavía
siones similares. Pocos días más tarde se estableció un tenían poco poder en el campo, habían adoptado para la
tribunal revolucionario para juzgar «a quienes organicen agricultura el programa de los socialistas revolucionarios
revueltas contra el Gobierno Obrero y Campesino, a quie- y proclamado la «socialización» de la tierra y su distribu-
nes se le opongan activamente o no le obedezcan, o a ción igualitaria entre quienes la cultivaban. Lo que su-
34
36 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 37
cedió, de hecho, fue que los campesinos tomaron y distri- suministro de alimentos a· las ciudades, ya que era más
buyeron entre ellos las fincas, grand~s y pequeñas, de la probable que. el pequeño ag;·ic~tor consumi~ra para sus
nobleza terrateniente y las posesiones de los campesinos propias necesidades lo qu~ ~l nusmo pro.ducrn. Los c;im-
acomodados, llamados normalmente kulaks, que habían pesinos pobres no era;i, faciles de .orga~1zar; y ?roto la
sido autorizados a acumular tierra por las reformas de Sto- rivalidad entre los com1tcs y los soviets de los pueblos. La
lipin. Ninguna de estas medidas detuvo la caída de la pro- estratificación de clase en las aldeas era bastante real.
ducción. En el campo ·financiero se nacionalizaron los Pero los criterios de clasificación del campesinado en ku-
bancos y se repudiaron las deudas exteriores. Pero era laks campesinos medios y campesinos pobres, eran in-
imposible recaudar impuestos regulares o preparar un pre- cier~os y fluctuantes, y venían dictados parcialmente por
supuesto del Estado; se hacía frente a las necesidades las exigencias políticas, del momento. El término kulak, en
inmediatas mediante el recurso de imprimí~ moneda. particular, se convirtió en un insulto ~irigido po.r la pro-
El régimen vivió al día durante seis meses. Después las paganda del partido c~ntra los ca:iipesmo~, que mcurrían
amenazantes tormentas de la guerra civil y el colapso eco- en la ira de las autondades por mcumplir las demandas
nómico condujeron al gobierno, en el verano de 1918 a de entrega de grano. Y tampoco se podía contar con que
las ~rásticas medidas que más tarde se conocerfan po/ el los campesinos ·pobres actuaran como aliados del gobierno
ambiguo nombre de «comunismo de guerra». La comida en contra de los kulaks, como esperaban los dirigentes del
era la primera prioridad. Los trabajadores de las ciudades partido en Moscú. El campesino pobre era consciente de
y la~ fábricas esta.ban hambrientos. En mayo surgió. la la opresión que sufría a manos del kulak. Pero su temor
consigna de orgamzar <(destacamentos de alimentación» al Estado y a sus paniaguados era a menudo mayor; y era
para marchar al campo y recaudar grano de los kulaks y capaz de preferir el mal conocido a la amenaza de una
especuladores -la <(burguesía rural»-, que se creía lo autoridad remota.
atesoraban. Un decreto del 11 de junio de 1918 estipulaba Los comités de campesinos pobres fueron abolidos en
la creación. en los pueblos de <(comités de campesinos po- diciembre de 1918, y las autoridades desplazaron su apoyo
bres» 9ue supervisarían la recolección, distribución y envío a los llamados «campesinos medios>>, que estaban por en-
a la~ ciu~~des del grano y otros productos agrícolas, «bajo cima 9el indigente nivel de los «campesinos pobres», pero
la di_r~ccton general del Comisariado del Pueblo para los no merecían la etiqueta de «campesinos ricos» o «kulaks».
Summistros (Narkomprod)». Lenin celebró la constitución Pero en medio del caos de la guerra civil ningún expe-
de estos comités como la realización de <da revolución de diente podía estimular la producción agríe?~ª· De v~z. en
Octubre, es decir, la revolución proletaria» en el campo cuando las autoridades invocaban el acarlClado ob¡et1vo
Y pensó q~~ mar~ab.a el paso de la revolución burguesa ; socialista del cultivo colectivo en gran escala. Un cierto
1~ revoluc1on soc1al1sta. Pero el experimento tuvo corta número de comunas agrícolas o <(granjas colectivas» (kol-
v~d.a. El decreto, como otros de este período, fue más jozi) fueron fundadas por comunista~ ideali?tas, en a!gunos
facil de redactar que de llevar a la práctica. La acción casos extranjeros, sobre la base del traba¡o y la vida en
espontánea de los campesinos durante el primer año de la común. Pero estas comunas conttibuyeron escasamente
revolución se tradujo en la división de la tierra entre una a resolver el problema de alimentar a las ciudades. El go-
multiplicidad de pequeños cultivadores que vivían al nivel bierno soviético los soviets provinciales o locales, o a
de subsistencia: un incremento en el número y una dismi- veces las empres~s industriales controladas por el Vesenja,
nución en el tamaño de las unidades agrícobs que no crearon «granjas soviéticas» (sovjo:d) con el propós~to es-
contribuyó en nada a la eficiencia de la agricultura o al pecífico de proporcio.nat· alimento para los bBmbr1ento~
.38 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 39

tr~bajador~s de las ciudades y las fábricas; empleaban tra- para ser efectivos. Los antiguos directores, administradores
~ªJº asalariado, y a veces se les llamaba «fábricas socia- e ingenieros, cuyos servicios fueron reconocidos rápida-
hst~s de .grano». Pero hi~ieron pocos progresos frente a la mente como indispensables, eran conocidos como «espe-
resistencia de los campesmos, que veían en los sov;ozi un cialistas» y recompensados con grandes salarios y privile-
r~greso a las grandes propiedades agrícolas que habían gios. La producción industrial se vio cada vez más domi-
sido parcela;!as por la revolución, especialmente cuando, nada, sin embargo, por las ·urgencias de la guerra civil.
com? sucedia a menudo, se establecían en propiedades Las demandas del Ejército Rojo estaban por encima de
con!iscada,s .Y empleaban administradores procedentes del todo. El esfuerzo tenía que concentrarse en unas pocas
antiguo regimen. En una ocasión Lenin repitió un dicho industrias esenciales, a expensas de las restantes. Las em-
que. supuestamente e~a de uso común entre los campesi- presas de pequeña escala que empleaban sólo a un puñado
nos. «Somos bolcheviques, pero no comunistas· estamos de obreros, y la industria artesanal de la ciudad y el campo,
a f~vor de los bolcheviques porque expulsaron a' los terra- estaban básicamente a salvo de controles, pero se veían
tementes, pe;o no estamos a favor :fe los comunistas, por- obstaculizadas por la falta de materiales. La mano de obra
que ellos estan :n contra de la propiedad individual.» fue movilizada al frente. El transporte se vino abajo. Los
~e pue~e decir que el comunismo de guerra empezó en suministros de materias primas se agotaron y no pudieron
la 1:idus~rta con un decreto del 28 de junio de 1918, que ser repuestos. De las muchas estadísticas que ilustran el
nacio:iahzaba todas las categorías importantes de la in- catastrófico declinar de la industria, quizá las más reve-
dust_na. Este parece haber sido inspirado en parte por la ladoras sean las que registran la despoblación de las gran-
crec1ent.e ame:iaza de la guerra civil y en parte por el de- des ciudades. En los tres años siguientes a la revolución,
seo de m;pedir la~ :ornas espontáneas de fábricas por los Moscú perdió el 44,5 por 100 de su población; Petrogra-
ob1:eros sm conocimiento del Vesenja: lo que un autor de do, donde la concentración industrial era mayor, un 57 ,5
1~ epoca llamó. «nacionalización proletaria elemental y caó- por 100. El Ejército Rojo se llevó a muchos de los hom-
tica desde abaJO». Pero la nacionalización formal contaba bres hábiles; y masas de gente fluyeron hacia el campo,
poco. Lo que importaba era organizar y administrar lo to- donde sí acaso se podía encontrar todavía alimento.
?1ado: una función que el control obrero se había mostrado Los problemas de distribución no eran menos graves.
tncapaz _de ejercer. Esta sería la tarea del Vesenja, que creó El objetivo anunciado en el programa del partido de sus-
una sene. ~e «centr~s» o «comités superiores» (glavki) tituir el comercio privado por «un sistema de distribución
par~ admu~istrar las industrias completas; algunas empre- de mercancías planificado a escala de todo el Estado» era
sas mdustriales eran administradas por las autoridades lo- un ideal remoto. Un decreto de abril de 1918, que auto-
cales. Las caóticas condiciones exigían uraentemente un rizaba al Narkomprod a adquirir bienes de consumo para
control centralizado que, sin embargo, pue°de haber agra- intercambiarlos por las existencias de grano de los cam-
vad~ el caos en algunas ocasiones.· El nuevo régimen dis- pesinos, se quedó en letra muerta. Los planes de establecer
pom~ en escaso grado de las habilidades y técnicas re- precios fijos y racionamiento en las ciudades se vinieron
~uenda_s por !a produ_cción industrial. En la práctica, la abajo ante la escasez de suministros y la ausencia de cual-
mdustr~a contmi.:aba siendo manejada a todos los niveles quier administración eficiente. El comercio fluía, cuando
P.o_r quienes habian trabajado en ella antes de la revolu- fluía, por canales ilícitos. El país era recorrido por comer-
c10n! Y que ahora dirigían !os «centros» y los glavki. En ciantes (suficientemente numerosos como para ganarse el
o_cas1one~ _se nombraba a miembros del partido para posi- apodo familiar de «hombres del saco») que intercambia-
ctones dmgentes, pero carecían de la experiencia necesaria ban ·con los campesinos bienes de consum0 simples por
40 Edward Hallett Carr
La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 41
alimentos destinados a ser vendidos en las ciudades a pre-
cios exorbitantes. Los «hombres del saco» eran frecuente- l comisario del Pueblo para el Trabajo habló de {<sabo-
yta'e»
e y de la necesidad de me did as d e coer?on.
., L . ~e
enm
mente denunciados por las autoridades y amenazat!Ós con
la detención o el fusilamiento, pero seguían prosperando. }onunció a favor del destajo y del <<ta1:lor1smo», .u.n s1~-
Se hizo algún intento de usar el aparato existente de las p americano muy de moda para me¡orar la ef1c1encia
tema , 'd 1
cooperativas, y se estableció un control sobre los órganos del trabajo, que él mismo babia denunc1~ o como «ese~-
cooperativistas centrales, aunque no sin fricciones. Como . mi'ento del hombre a la máquina». Mas tarde apoyarrn
v1za . ., l'd 'd
el dinero estaba perdiendo rápidamente su valor se idea- una campaña a favor de la mtroducc1on en a m ~str.1a .e
ron esquemas para el trueque de mercancías entr~ la ciu- la llamada «dirección por un solo hombre», ant~tes1s di-
dad y el campo; pero los bienes que deseaban los campe- recta del «control obrero». ~~ co:-i_greso del partido, que
sinos también escaseaban. En el año crucial de la guerra otó en marzo de 1918 la rat1ficaaon del _tratado de Brest-
civil, cuando 1a supervivencia del régimen parecía pen- ritovsk, también exigió «medidas dracomanas para ~levar
diente de un hilo, e incluso el territorio que nominalmente la autodisciplina y la disciplina de obreros y campe~mos».
controlaba se veía constantemente reducido por incursio- Estas propuestas, como el propio tratado de Brest-L1tovsk,
nes de los ejércitos blancos, el método para hacer frente despertaron la indignación de lo .qi.:e entonc~s era la opo-
a las necesidades Jel Ejército Rojo, de las fábricas dedi- sición de izquierda, en ia que BuJann y Radek representa-
cadas a Ia producción de guerra y de la población urbana ban papeles dirigentes. ,. l
era un crudo método de requisamiento, dictado y justifi- La revolución había puesto de relieve el am~1guo pape
cado por necesidades militares. La tarea primordial de la de los sindicatos en un Estado obrero ..La~ relac10nes entre
política económica era mantener avituallado al Ejército los soviets de diputados obreros y lo.s smd1catos, en las que
Rojo, y poca atención se podía prestar a las necesidades ambos pretendían representar los interese~ de los ,traba-
o susceptibilidades civiles. Fue el requisamiento genera- jadores, habían sido crucial~s ~esde los,pr1meros dtas de -
lizado de los excedentes de grano lo que fundamentalmen- la revolución;'--cuando los smd1catos mas fue1tes esta?an
te condujo a los campesinos, una vez que el peligro de los dominados por los menchev~qu7s. Cuando se celebro el
blancos estuvo superado, a rebelarse contra los rigores del I Congreso Panruso de los Stndicatos~ en enero de 19.t8, 1

comunismo de guerra. los bolcheviques obtuvieron la mayoria, aut;i9ue los men-


El comunismo de guerra tuvo importantes consecuen- cheviques y otros partidos también estaban bren represen-
cias para la organización del trabajo. La esperanza inicial tados. El congreso no tuvo dificultad en llamar al. orde,n
de que, aunque la coerción fuera necesaria frente a los a los comités de fábrica sobre la base de que el, mteres
terratenientes y miembros de la burguesía, el trabajo de particular de un pequeño grupo de obreros deb1a .ceder
los obreros se regularía mediante autodisciplina voluntaria, ante el interés general del proletariado en su .conjunto.
pronto se vio frustrada. El «control obrero» sobre la pro- Sólo u11os pocos d~legados ana7q_uistas, se opusieron a. la
ducción, ejercido en cada fábrica por un comité de fábrica decisión de convertir a los conutes en organos ~e ~o~ sin-
elegido, que había sido fomentado en el alborear de la dicatos. También aquí estaba ya en marcha el prmc1p1~ ,de
revolución y había desempeñado un papel en la toma del centralización de la autoridad dispersada por. la revoluc1on.
poder, se convirtió pronto en una receta para la anarquía. La cuestión de la relación entre los smd1catos y el Es-
En medio de la espesa atmósfera de crisis de enero de tado fue mucho más tenazmente impug~ada. ¿Debía~ ser
1918, Lenin, significativamente, citó el familiar «el que los sindicatos parte integral del aparato ael E~tado obrero,
no trabaja no come» como «credo práctico del socialismo»; como otras instituciones soviéticas? ¿O de?lan conservar
la función de defender los intete:;es específicos Je los tra-
La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 43
42 Edward Hallett Carr
b 'os particularmente arduos. Pero. también se hicieron
bajadores, independientemente de otros elementos del Es- ll;madas a la autodisciplina voluntaria. En may? de 1919
tado obrero? Los mencheviques y algunos bolcheviques, L in convocó a los obreros a los llamados «s?bados co-
para quienes, como la revolución no había sobrepasado su me~is tas», en los que varios miles de trabai~dmes de
etapa democrático-burguesa, los sindicatos aún debían des- Moscú y Petrogrado realizarían horas extraor_?man~s de
empeñar su papel tradicional, propusieron la completa trabajo voluntario sin paga, para acelerar el env10 de .ttopas
independencia de los sindicatos frente al Estado. Pero suministros al frente; y este precedei:te ~ue ~~guido un
Zinoviev, que presidía, no tuvo dificultades para conse- ~ño después. De esta época data la m.stltuc10n de los
guir una confortable mayoría a favor de la tesis oficial de ttdarniki, u obreros de choque, para reakta~ a gran vel~­
los bolcheviques de que, en el proceso de la revolución, ' dad trabajos especialmente importantes. Sm esta comb1-
los sindicatos debían «transformarse inevitablemente en ~ación de dura coerción y entusiasmo espontáneo h1 guerra
órganos del Estado socialista», y en este sentido debían civil no se habría ganado. . . r l
«asumir el peso fundamental en la organización de la pro- A comienzos de 1920, con la derrota de Dem~;n Y Ko -
ducción». La caída de la producción y las necesidades de chak, la crisis militar quedó superada. Pero de}o. paso a~
una situación desesperada hacían vital este mandato. La problema igualmente grave del colapso econom1co casi
elevación de la productividad del trabajo, la mejora de la total· y parecía lógico enfrentarse a estos prob!emas c?n
disciplina laboral, la regulación de los salarios y la pre- las ~ismas formas de disciplina que hab~an. tra1do la vic-
vención de huelgas eran responsabilidades que los sindi- toria en el campo de batalla. Como com1sano del Pueblo
catos, junto con el Vesenja y otros órganos del Estado, para la Guerra Trotski se convirtió en abanderad? de la
debían asumir ahora. La distinción entre las funciones de recluta obligat~ria y la «militariz~;ión» d~l ~rabaJO para
los sindicatos y las del Comisariado del Pueblo para el abrir el camino hacia la recuperac1on eco~on:1ca. Dura~te
Trabajo (Narkomtrud) se hicieron fundamentalmente for- el período del comunismo de guerr.a, los smd1catos h~bian
males; la mayor parte de los principales funcionarios del sido dados de lado. Para el traba¡o en la retaguardia se
Narkomtrud serían en lo sucesivo candidatos propuestos había reclutado mano de obra; y al terminar la lucha, las
por los sindicatos. um'dad es m ili'tares fueron convertidas en «batallones
· , de
El
Las urgencias de la guerra civil resucitaron y mantuvie- trabajo» para las necesarias tareas de r~construcc1on;
ron viva la oleada de entusiasmo que había generado la primer «ejército revolucionario de traba¡o» se formo en
propia revolución, e hicieron aceptables las estrictas me- los Urales en enero de 1920. Sin embargo, ~r;a vez. que
didas de disciplina. En abril de 1919, en el apogeo de la hubo terminado la guerra, la corriente cambio. 9men~s
guerra civil, se introdujo el servicio militar obligatorio; desde el primer momento habían visto con s~sp1cacra ia
y en la práctica esto llegó pronto a incluir la recluta de . · 'n de medidas de coerción a lo.s traba¡adores, l?s
mano de obra para trabajos esenciales. En la misma época, aplicac1o . d l · di ie-
partidarios de la independencia e o~ sm catos, Y qu .
aproximadamente, se instituyeron campos de trabajo para nes por otras razones se sen:ían agrav.iados por la preemi-
delincuentes condenados a esta forma de castigo por la nencia de Trotski en el partido, se umeron pa1:a atacar s~.s
Cheka o por los tribunales ordinarios, y que serían em- procedimientos autoritarios. Frente a la creciente oposi-
pleados en trabajos bajo la dirección de las instituciones ción, Trotski defendió su política en el congr~so de~ par-
soviéticas. Los más severos de estos campos, los llamados tido de marzo de 1920, obteniendo el apoyo de Lem?. El
«campos de concentración», se reservaban para quienes estallido de la guerra con Polonia acall? !as voces disci:_e-
habían estado envueltos en actividades contrarrevolucio- pantes. Pero cuando la guerra termmo, en el otono
narias en la guerra civil, a los que se designaba para tra-
44 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 45

de 1920, y los últimos rescoldos de la guerra civil se apaga- Otros comunistas, por otra parte, celebraron las realiza-
ron ,en el Sur, en el partido surgió una dura oposición ciones del comunismo de guerra como un triunfo econó-
contra el ?Jªz:tenimiento de la recluta de trabajo y la vir- mico, un avance hacia el socialismo y el comunismo menos
tual margmac1ón de los sindicatos. Trotski, impresionado rápido de lo que hasta entonces se había juzgado posible,
por los vastos y urgentes problemas de la reconstrucción pero con todo impresionante en ese sentido. La industria
económi~a, ~ irri_:ado por la resiste~cia sindical a sus pla- había sido íntegramente nacionalizada; y, si la producción
n~s, ~;ho mas le.na _al fuego al pedir una enérgica reorga- industrial seguía cayendo, Bujarin podía escribir con com-
mzacton de los stndicatos. En este punto, Lenin no estuvo place?cia que «la desint~gr~c~ón revolucionar~a de la in-
de acuer?o con Trotski; y a lo largo de todo el invierno dustna» era <<Una etapa h1stoncamente necesaria». La pro-
se produ10 un, duro debate. ~e dimensiones sin precedentes, gresiva devaluación del rublo podía ser descrita como un
d~bate que solo se resolv10 cuando la política del comu- golpe asestado a los capitalistas burgueses, y como un
z:1smo de guerra fue abandonada por el congreso del par- preludio de la futura sociedad comunista sin dinero, en la
tido en marzo de 1921. que todo se compartiría según las necesidades. Se sostenía
En el partido hubo distintas y ambivalentes actitudes que el mercado ya había sido eliminado en buena medida
an~e 71 comunis~o de gue~ra. El conglomerado de políticas como mecanismo de distribución. A los campesinos se les
practicas, conocrdo colectivamente bajo ese nombre fue requisaban los excedentes de grano, y ios principales ali-
aprobado c~mo !1-ece,sario y p:opio por casi todos, ex~epto mentos estaban racionados en principio para la población
u.na pequena mtnona de disidentes. Pero las interpreta- urbana. La industria se ocupaba principalmente de pe-
ci?nes sobre ~u, carácter diferían ampliamente; más am- didos del gobierno. La mano de obra se organizaba y asig-
pliamente, qwza'. en una visión retrospectiva que en su naba en respuesta a las necesidades sociales y militares,
mo1;1ento. Los pruneros ocho meses de gobierno soviético no a los dictados del mercado. Tras la guerra civil, esta
~ab1an quebrado ,el poder de los terratenientes y la burgue- imagen utópica chocó con las realidades de una situación
si~, pero. n? hab1an hecho nacer todavía un orden econó- económica desesperada de forma demasiado obvia para
mico socialista. En mayo de 1918, Lenin aún hablaba de poder ser defendida seriamente. Pero en el partido muchas
una «intención [ ... ] de realizar la transición al socialis- conciencias se vieron perturbadas por su abandono; y las
mo». La brusca i~troducción durante el verano, bajo el divergencias sobre el carácter del comunismo de guerra
nombre de comunismo de guerra, de medidas que parecie- se repetirían bajo la forma de divergencias sobre el ca-
ron ~ mu~hc:s bolcheviques un anticipo de la futura eco- rácter y permanencia de la NEP.
nom1a socialista, fue considerada por los miembros más
pru.dentes del p~rtido simplemente como una respuesta
obligada a una situación de crisis, un abandono del caute-
loso ~van~e seguido hasta entonces, una zambullida -ne-
cesana, sin duda, .pero precipitada y llena de riesgos-
e:i aguas desconocidas. Este punto de vista ganó popula-
rtda~ cuando terminó la guerra civil y las cargas del co-
mumsmo de g;ie~:a pareci,eron insoportables por más tiem-
po; Y se convirt:to en la lmea aceptada cuando la revuelta
campesina impuso finalmente la decisión de abandonar el
comunismo de guerra en favor de Ja NEP.
4. El respiro de la NEP La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 47

aplicación se vieron estas políticas sujetas posteriormente


a rechazo y revocación. El segundo elemento del comunis-
mo de guerra, la sustitución de la economía «de mercado;>
por una ec?nomía «natu~al», no c~n~aba con tale_s. ci-
mientos. Le¡os de ser un desarrollo log1co de los poht1cas
seguidas en el período inicial de !ª.
revolución, c?nstítuí~
un abandono abierto de tales pohttcas, un salto 1mprov1-
sado en lo desconocido. Fueron estos aspectos del comu-
nismo de guerra los que más le desacreditaron a los ojos
de sus críticos, y los que la NEP descartó decisivamente.
Entre los dos principales elementos del comunismo de
auerra había, además, otra distinción. Las políticas de con-
~entración y centralización fueron aplicadas casi exclusi-
vamente en la industria; los intentos de exportarlas a la
agricultura no tuvieron éxito. Era en la industria donde
se encontraba la principal base social de apoyo de la revo-
lución y donde la economía rusa mostraba algunos de los
rasgos de un capitalismo desarrollado. Las· políticas de
abandono de dinero y de introducción de una economía
El comunismo de guerra había constado de dos ele- «natural» no surgieron de ningún plan preconcebido, sino
mentos principales: por una parte, la concentración de la de la incapacidad para resolver los problemas de una eco-
autoridad y el poder económicos, incluyendo un control nomía camp~sina atrasada que ocupaba a más del 89
y administración centralizados, la sustitución deº las pe- por 100 de la población. Estos problemas eran expresión
queñas unidades de producción por otras grandes y cierto de la dificultad fundamental existente en el intento de
grado de planificación unificada; por otra parte, el aban- acompasar la revolución antifeudal de un campesinado
dono de las formas comerciales y monetarias de distribu- con aspiraciones pequeño-burguesas y la revolución anti-
ción, y la introducción del suministro de productos y ser- capitalista de un proletariado industrial, y de hacer frente
vicios básicos gratuitamente o a precios fijos, el raciona- al conflicto entre campo y ciudad inherente a este intento.
miento, los pagos en especie y la producción para el uso Estas fueron las incompatibilidades que eventualmente
directo antes que para un hipotético mercado. Entre estos provocaron la revuelta contra el comunismo de guerra y
dos elementos, sin embargo, se podía trazar una distinción le destruyeron.
bastante neta. Los procesos de concentración y centraliza- Hacia el otoño de 1920, cuando la lucha había termina-
ción, aunque florecieran especialmente bajo la incubadora do, la economía en su conjunto se encontraba estrepitosa-
del comunismo de guerra, eran la continuación de proce- mente atascada. Ni en la teoría ni en la pníctica del co-
sos que ya estaban en marcha durante el primer período munismo. de guerra existía ningún indicio sobre la forma
de la revolución y, de hecho, durante la guerra europea. de volver a poner en marcha los procesos de producción e
En este punto, el comunismo de guerra había edificado intercambio que habían llegado a paralizarse. Como siem-
sobre cimientos preexistentes, y muchas de sus realizacio- pre en la economía rusa, el punto nodal era el grano. La
nes soportaron la prueba; solamente en los detalles de su política de requisamientos, que había funcionado en cierw
46
48 Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 49

modo durante la guerra civil, había entrado en bancarrota. dad. Por último, todo esto implicaba -aunque no se ad-
El campesino habja retrocedido a una economía de subsis- virtiera hasta algo más tarde- poner fin a la prolongada
tencia y no tenía incentivos para producir excedentes que caída del rublo y establecer una moneda estable. El con-
las autoridades pudieran requisar. Durante el invierno de junto de medidas. c~n~cido co~o Nueva ~olítica E~onó­
1920-1921 tuvieron lugar en Rusia central disturbios cam- mica (NEP), que mststia especialmente en las conces10nes
pesinos generalizados. Pandillas de soldados desmovili- al campesinado, fue aprobado por el comité central para
zados erraban por el campo en busca de alimentos, vi- su presentación por Lenin al hisrórico X Congreso del
viendo del bandidaje. Para evitar que el resto del país partido, ceiebrado en marzo de 1921.
muriera de hambre era imperativo proporcionar al cam- En vísperas del congreso cayó sobre sus sesiones la
pesino los incentivos que se le habían negado bajo un sis- sombra de un siniestro y ominoso desastre. Los marineros
tema de requisamientos. Tampoco marchaba todo bien de la Armada Roja con base en Kronstadt se insurreccio-
dentro del partido. Un grupo disidente, autotitulado Opo- naron, pidiendo concesiones para los obreros y campesinos
sición Obrera, se había formado bajo la dirección de Shliap- y la libre elección de soviets. La rebelión no tenía relación
nikov, un antiguo obrero del metal que había sido comi- directa con la Oposición Obrera, pero reflejaba el mismo
sario del Pueblo para el Trabajo en el primer gobierno sentimiento profundo de descontento frente a la tenden-
soviético, y de Alexandra Kolontai, que había disfrutado cia de la política del partido. En la medida en que tuvo
de cierto prestigio en los primeros días de la revolución. una dirección, ésta parece haber sido anarquista; la sos-
Su programa se· dirigía principalmente contra la prolife- pecha de los bolcheviques de que la revuelta había sido
ración de controles económicos y políticos y contra el planeada o inspirada por emigrados blancos carecía de fun-
creciente poder de la maquinaria del partido y del Estado; damento, aunque éstos sacaron mucho partido de ella
pretendía defender la pureza de los ideales originarios de a posteriori. Las negociaciones y las llamadas a la rendición
la revolución, y se remitía a la oposición de 1918 contra la no dieron fruto; El 17 de marzo, mientras el congreso de-
rendición de Brest-Litovsk. El elenco dirigente del grupo batía las propuestas de Lenin, unidades del Ejército Rojo
no era muy impresionante, pero éste contaba con amplias avanzaron sobre la fortaleza a través del hielo. Tras una
simpatías y apoyos en las filas del partido. sangrienta batalla, en la que ambas partes lucharon con
Un cambio de frente era ahora urgentemente necesario. gran tenacidad, los rebeldes fueron derrotados y se tomó
La esencia de la nueva política, elaborada durante el in- la fortaleza. Pero esta masiva revuelta de hombres, que
vierno de 1920-1921, era permitir al campesino, tras la hasta entonces habían sido honrados como héroes de la
entrega a los órganos del Estado de una proporción fija revolución, fue un golpe desconcertante para el prestigio
de ¡¡u producción (un «impuesto en especie»), vender el y la confianza del partido. Esta situación bien puede haber
resto en el mercado. Para hacer esto posible era necesario incrementado la disposición del congreso a aceptar la Nue-
incitar a la industria, especialmente a la pequeña industria va Política Económica, así como las propuestas para en-
artesanal, a producir bienes que el campesino quisiera durecer la disciplina del partido y proporcionar más fuertes
comprat, lo que suponía invertir el énfasis puesto bajo salvaguardias contra la disidencia dentro y fuera de él;
el comunismo de guerra en la industria pesada a gran es- Cuando Lenin presentó ante el congreso la resolución
cala. Se debía permitir el renacimiento del comercio pri- que incluía las propuestas de la NEP, el debate fue so-
vado; en este punto se confiaba mucho en las cooperativas, mero. El desencanto ante el comunismo de guerra ·era
una de las pocas instituciones anteriores a la revolución general, y la crisis era demasiado aguda para permitir
que conservaban cierto grado de popularidad y de vitalí- dilaciones. Quienes vacilaban se vieron consolados por
50 Edward Hallett l.arr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 51

la promesa de Lenin de que «las palancas de mando» La violencia de la controversia causó impresión en el
de la industria permanecerían firmes en manos del Estado, partido, y dejó marca en el congreso. Lenin hablaría de
y de que el monopolio del comercio exterior se mantendría la «~ebre.» que habí~ sacudido al partido, y del «lujo
intacto. La resolución fue aceptada, si no con entusiasmo, de discus10nes» y «disputas» que el partido malamente
al menos de buen talante y por unanimidad formal. La podía permitirse. El congreso adoptó una resolución es-
más aguda diferencia de opinión en el congreso fue la sur- pecial ?ajo el título «Sobre; la desviación sindicalista y
gida del acalorado debate sobre la cuestión de los sindi- anarquista en nuestro partido», en la que se declaraba
catos que se había desarrollado a lo largo del invierno. que la difusión del programa de la Oposición Obrera era
Trotski, inspirado por la experiencia de la guerra civil, y incomp.a,tíble con la pertenencia al partido, así como una
apoyado por Bujarin tras algunas dudas, propuso una vez resoluc10n general «Sobre la unidad del partido». Esta
más su plan para transformar a los sindicatos en «agrupa- pedía «la completa abolición de todo fraccionnlismm> · las
ciones de producción» y hacerlos parte del «aparato del cuesti?nes en disputa. podían ser discutidas por t~dos
Estado obrero». En el extremo opuesto del espectro, la los miembros del partido, pero quedaba prohibida la for-
Oposición Obrera quería poner la organización y el con- mación de grupos con «plataformas» propias. Una vez
trol de la producción en manos de los obreros, represen- tornada una decisión, era obligatoria su obediencia incon-
tados por los sindicatos: el suyo era un punto de vista dicion~~· La infracción de esta regia podía conducir a la
cuasi-sindicalista. Maniobrando entre las dos fracciones en e~puls10n del partido. Una cláusula final, que fue mante-
lucha, Lenin consiguió finalmente unir al centro del par- mda secreta y tan sólo se publicó tres años más tarde
tido en torno a una resolución que, sin embargo, bordea- establecía que incluso los miembros de! comité centraÍ
ba las principales cuestiones sin resolverlas. Se evitaba podí~n ser expulsados ~or esta razón por una mayoría no
mfenor a los dos terc10s de los miembros del comité.
todo olor a «militarizacióm>. Los sindicatos eran recono-
Es~as di.sposicfones? ?~stinadas a asegurar ia lealtad y la
cidos como «organizaciones de masas no partidarias», que u_mform1dad de opimon en el partido, parecieron necesa-
tenían que ser ganadas. Sería un error incorporarlas a la rias y razonables en su momento. Como decía Lenin «en
maquinaria del Estado. Su instrumento propio era la per- una retirada la disciplina es den veces más neces~ria».
suasión, no la fuerza, aunque no se descartaba la «coer- Pero la concesión a la organización central del partido
ció·1 proletaria». Los sindicatos habían manifestado siem- de lo que en la práctica era el monopolio del poder tendría
pr·~ su interés por la producción; ya en 1920 el consejo consecuencias de largo alcance. En el apogeo de la oue-
central de los sindicatos había establecido un Instituto rra civil Lenin había aplaudido «la dictadura del partido»
Centra! del Trabajo para el estudio y aprendizaje de mé- y sostenido que «la dictadura de la clase obrera se llev~
f .)dos y técnicas destinados a la mejora de la productivi- a l~ práctica a través del partido». El corolario que ex-
lad de los trabajadores. La resolución hacía hincapié en traJo el X Congreso fue la concentración de la autoridad
este aspecto de sus responsabilidades. Era función suya en los órganos centrales del partido. El conoreso concedió
mantener la disciplina laboral y combatir el abseritismo; a los sindicatos cierta autonomía frente ~ los óraanos
pero esto debía hacerse mediante «tribunales de camara- de~ ,Estado o?rero. Pero el papel que debían repres~ntar
das», no a través de los órganos del Estado. La resolución vema determmado por el monopolio de poder conferido
fue aprobada por una amplia mayoría, pero no sin que a la organización del partido.
dos borradores discrepantes reunieran algunos votos mi- . La severa prohibición de toda oposición dentro del oar-
noritarios. ttdo fue el producto de la crisis que acompañó a ia intro-
52 Edward Hallt:tt Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 53
ducción de la NEP. El mismo proceso alcanzó lógicamente de los gobiernos aliados que. les ayudaban e instigaban,
a los dos partidos de oposición: de izquierda que habían y de esta forma apoyaron implícitamente al régimen mien-
sobrevivido a la revolución: los socialistas revolucionarios tras seguían atacando sus medidas políticas interiores. La
y los mencheviques. La disolución de la Asamblea Cons- prohibición de los mencheviques fue levantada en noviem-
tituyente en enero de 1918 había proclamado la determi- bre de 1918, y la de los socia lis tas revolucionarios en
nación de los bolcheviques de ejercer el poder supremo, febrero de 1919; y delegados mencheviques y socialistas
sentando las bases del Estado· de partido únko. Pero du- revolucionarios _intervinieron en las sesiones del Congreso
rante los tres años siguientes -el período cubierto por la Panruso ~e los Soviets en 1919 y 1920, aunque aparen-
guerra civil- las relaciones mutuas entre el gobierno so- temente sm derecho a voto. Durante la guerra civil, mu-
viético y los dos partidos de izquierda fueron ambiguas y chos mencheviques y algunos socialistas revolucionarios
fluctuantes, y las medidas tomadas contra ellos fueron e~traron en e_l .parti?o ,b?lchevique¡ muchos más se pu-
inconcluyentes. Pocas semanas después de la revolución, sieron ~l, ~erv1c10 de1 reg1men y traoajaron en institucio-
un grupo de socialistas revolucionarios de izquierda se nes .sov1et1cas. Las m~sas seguidoras de ambos partidos,
escindió de su partido y formó una coalición con los bol- perslstentemente hostigadas por las autoridades ' comen-
cheviques; tres sodulistas revolucionarios d::: izquierd:l , .
zaron a aesmtegrarse. Cuando b r.uerrn civil terminó ya
fueron nombrados comisarios del Pueblo. La firma del no existía base ulterior para la coalición o el comprom'iso.
tratado de Brest-Litovsk en marzo de 1918, que fue dura- En vísperas de la introducción de la NEP se dijo que ha-
mente denunciada tanto por los socialistas revoluciona- bían sido arrestados dos mil mencheviques, entre ellos la
rios como por los mencheviques, condujo a su dimisión. totali~ad_ ,del comité ~e-?~ral del partido, de forma que
Los socialistas revolucionarios de derecha se enfrentaron la extlnc1on de la opos1c10n menchevique coincidió con la
entonces abiertamente con el régimen, y fueron conside- supresión de la disidencia dentro del partido bolchevique
rados responsables de los desórdenes de Moscú en el ve- gobernante. Muchos de estos detenidos fueron puestos
rano de 1918, así como del asesinato del embajador alemán en libertad más tarde y se permitió marchar al extran-
y de dos dirigentes bolcheviques en Petrograd0. y del je;o a los t:r~ncipales n:en.cheviques. Pero un importante
atentado contra la vida de Lenin (véase p. 35). El 14 de nudeo de dirigentes socialistas revolucionarios fueron juz-
junio de 1918, los socialistas revolucionarios de derecha gados en 1922 por actividades contrarrevolucionarias y
y los mencheviques fueron proscritos sobre la base de su sentenciados a muerte (sentencias que no se ejecutaron)
asociación con «contrarrevolucionarios notorios». Su pren- o a largas penas de prisión.
sa era prohibida esporádicamente, pero reaparecía bajo Las ventajas ofrecidas al campesinado por la NEP que
otros nombres; incluso un periódico kadete se siguió pu- de todas formas llegaban demasiado tarde para aÍec-tar
blicando varios meses tras la revolución. El acoso inter- a !ª siembra de 1921, se vieron retrasadas por una cala-
mitente, en vez de la implantación de una prohibición midad natural. Las cosechas quedaron arruinadas por la
total, reflejaba la ambivalencia y las dudas por parte de sequía en una amplia área, especialmente en Rusia central
las autoridades. y en la cuenca del Valga. El hambre fue mucho más gene-
La guerra civil, que hizo más desesperada la situación ral que en la última gran hambre rusa de 1891 y causó
del régimen, mejoró en un primer momento de alguna estragos mucho mayores en una población muy debilitada
manera la posición de ambos partidos. Los mencheviques Y que :babia sufrido grandes pruebas. Los horrores del
enfáticamente, los socialistas revolucionarios de forma me· i~vierno siguiente, en el que millones de personas pade-
nos consistente, denunciaron la acción de los blancos y cieron hambre, se vieron parcialmente mitigados por los
Edward Hallett Carr La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929 55
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suministrós- de las misiones extranjeras de ayuda, espe- de guerra como un avance en el sendero del socialismo,
cialmente la Administración Americana de Socorro. P;a;a sino como una aberración dictada por las necesidades mi-
1922 las siembras se ampliaron. Las ~osechas ~e ese ano litares, una respuesta obligada a las urgencias de la guerra
de 1923 fueron excelentes y parecian anunciar un re- civil, la NEP sería una vuelta atrás desde una digresión
~acimiento de la agricultura soviética; de hecho s~ expoÍ° lamentable, aunque sin duda. obligada, y un regreso al
taron pequeñas cantidades de grano. Se observo que a sendero más seguro y más cauto que se había seguido
NEP al reintroducir los procesos de mercado en el ~am­ hasta junio de 1918. En la medida en que se considerara
po, h~bía invertido las medidas i~u~}itarias del co171u01s.mo el comunismo de guerra como una carrera demasiado pre-
de guerra, potenciando la reapanc1on del, campes1~0 neo, cipitada y entusiasta hacia las etapas más altas del socia-
0 kulak, como figura clave de la econ?mia n~ral. ~l cam- lismo, prematura sin duda, pero por lo demás correcta-
pesino pobre producía para su propia s?bs1s.tenc1a. ~ ~a mente concebida, la NEP sería una retirada temporal de
de su familia. Consumía lo que produc1a; sl se dmgia posiciones que resultaba imposible mamener por el mo-
al mercado era más a menudo como comprador que.c~~10 mento, pero que tarde o temprano deberían ser recupe-
vendedor. El kulak producía para el mercad?, conv1ruen- radas; y fue en este sentido en el que Lenin, cuyas posi-
dose en pequeño capitalista; ésta era la esencia de .la NEP · ciones no siempre eran coheremes, llamó a la NEP «una
El derecho a arrendar tierra y a emplear tr?ba10 asa}a- derrota» y <<Una retirada para un nuevo ataque». Cuando
riado, teóricamente suprimido desde los pnmer?s. días en el X Congreso Lenin dijo que la NEP se planteaba
de la revolución, fue concedido con algunas restncc10nes «seriamente y por largo tiempo» (pero añadió, respon-
formales en el nuevo código agrícola de 1922. Pero en diendo a una pregunta, que un cálculo de veinticinco años
la medida en que los campesinos tenía? bastante pai;a co- era «demasiado pesimista»), dio argumentos a la vez a
mer y proporcionaban excedentes suficientes para alimen- favor del pun!~ de vista de que la NEP era una correc-
tar a las ciudades, pocos, incluso ent.re los más devotos ción deseable y necesaria de los errores del comunismo
miembros del partido, se sintieron .ur~1~os a desafi~r aq?e- de guerra y de la concepción de que la NEP a su vez
lla derogación de los ideales y prmc1p1os ~evoluc1onan~s tendría que ser corregida y superada en el futuro. La pre-
que arrojaba tan afortunados resultados._ S1 la :t:JEP hab1a misa implícita en el primer punto de vista era la nece-
hecho poco 0 nada para ayudar a la mdustna y a los sidad práctica de tomar en cuenta una economía y una
obreros industriales, y menos que nada para promover la mentalidad campesinas atrasadas; la premisa implícita en
causa de una economía planificada, estos problemas po- el segundo era la necesidad de levantar la industria y no
dían ser pospuestos sin ningún proble~a. . deteriorar más la posición de los obreros industriales que
Fue e¡; este momento cuando las diferencias suby~cen­ constituían el núcleo principal de la revolución. Estas
tes dentro del partido sobre el carácter del comunismo diferencias, momentáneamente acalladas por la satisfac-
de guerra comenzaron a reflejarse en difei;encias sobre las ción ante la afortunada resolución de la aguda crisis atra-
implicaciones prácticas y las consecuencias de 1~ NEP · vesada por el partido en el invierno de 1920-1921, reapa-
Cuando en la atmósfera de crisis de 1921, se habia acep- recían dos años más tarde en medio de una nueva crisis
tado p~r unanimidad la sustitució_n por la NE~ de las de la economía y del partido.
más extremas medidas del comunismo ~e guei;ra, co~o
una ayuda bien venida y necesaria, es~as di~erenc1as habian
quedado arrinconadas, pero no habian. sido plena~ente
resueltas. En la medida en que no se viera el comumsmo

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