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Lo Que Todo Poseedor Del Sacerdocio Aarónico Debe Entender

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Lo que todo poseedor del Sacerdocio

Aarónico debe entender


Por Douglas D. Holmes
Primer Consejero de la Presidencia General de los Hombres Jóvenes

La ordenación al Sacerdocio Aarónico que han recibido es esencial para ayudar a los
hijos de Dios a recibir el poder expiatorio de Cristo.

Hermanos, es un privilegio estar con ustedes en esta histórica conferencia. Cuando


era un presidente de misión nuevo, me sentía emocionado porque íbamos a recibir
a nuestro primer grupo de nuevos misioneros. Un grupo de misioneros más
experimentados estaba preparando una breve reunión para ellos, cuando noté que
habían colocado unas sillas de niños en semicírculo.

“¿Para quiénes son esas sillitas?”, pregunté.

Los misioneros, con cierta timidez, respondieron: “Para los nuevos misioneros”.

Creo que la forma en que vemos a los demás tiene un impacto signi cativo en su
percepción de sí mismos, y de lo que pueden llegar a ser 1. Ese día, nuestros nuevos
misioneros se sentaron en sillas de adultos.

Hablando en sentido gurado, me temo que en ocasiones damos a nuestros jóvenes


del Sacerdocio Aarónico sillas de niños para sentarse, en vez de ayudarles a ver que
Dios les ha con ado una responsabilidad sagrada y una obra esencial para hacer.

El presidente omas S. Monson nos indicó que los hombres jóvenes deben
comprender “lo que signi ca … tener el sacerdocio de Dios. Se les debe guiar a que
perciban espiritualmente la santidad de su llamamiento al que han sido
ordenados” 2.

Hoy ruego que el Espíritu Santo nos guíe a un entendimiento mayor del poder y la
santidad del Sacerdocio Aarónico y nos inspire a centrarnos más diligentemente en
nuestros deberes del sacerdocio. Mi mensaje es para todos los poseedores del
Sacerdocio Aarónico, incluidos los que poseen el Sacerdocio de Melquisedec.

El élder Dale G. Renlund enseñó que el propósito del sacerdocio es proveer a los
hijos de Dios el acceso al poder expiatorio de Jesucristo 3. Para recibir el poder
expiatorio de Cristo en nuestras vidas, hemos de creer en Él, arrepentirnos de
nuestros pecados, hacer y guardar convenios sagrados por medio de ordenanzas y
recibir el Espíritu Santo 4. No son cosas que hacemos solo una vez, ya que esos
principios obran juntos, reforzándose mutuamente y edi cándose uno sobre el otro
en un proceso continuo de progresión ascendente para “[venir] a Cristo, y
[perfeccionarnos] en él” 5.

¿Cuál es la función del Sacerdocio Aarónico en esto? ¿Cómo nos ayuda a tener
acceso al poder expiatorio de Cristo? Yo creo que la respuesta se halla en las llaves
del Sacerdocio Aarónico: las llaves del ministerio de ángeles y del evangelio
preparatorio 6.
El ministerio de ángeles
Comencemos con un aspecto del ministerio de ángeles. Antes de que los hijos de
Dios puedan tener fe en Jesucristo, necesitan conocerle y que se les enseñe Su
evangelio. Como dijo el apóstol Pablo:

“¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien
les predique?

“¿Y cómo predicarán si no son enviados?…

“Así que la fe viene por el oír, y el oír por la palabra de Dios” 7.

Desde el comienzo de los tiempos, Dios “envió ángeles para ministrar a los hijos de
los hombres, para manifestar… la venida de Cristo” 8. Los ángeles son seres
celestiales que comunican el mensaje de Dios 9. Tanto en hebreo como en griego, la
raíz de la palabra ángel es “mensajero” 10.

De la misma manera en que los ángeles son mensajeros autorizados enviados por
Dios a declarar Su palabra y, de este modo, edi car la fe, a nosotros que poseemos
el Sacerdocio Aarónico se nos ha ordenado para “enseñar e invitar a todos a venir a
Cristo” 11. Predicar el Evangelio es un deber del sacerdocio; y el poder asociado con
este deber no es solo para los profetas, ni siquiera solo para misioneros. ¡Es para
ustedes! 12.

¿Cómo obtendremos ese poder? ¿Cómo lleva un diácono de 12 años —o cualquiera


de nosotros— la fe en Cristo a los corazones de los hijos de los hombres?
Empezamos atesorando Su palabra, para que el poder de ella esté en nosotros 13. Él
ha prometido que, si lo hacemos, tendremos “el poder de Dios para convencer a los
hombres” 14. Eso podría ocurrir al enseñar en una reunión del cuórum o durante
una visita a un miembro en su casa. Podría ser en una situación más informal,
como en una conversación con un amigo o un familiar. En todas esas situaciones, si
estamos preparados, podremos enseñar el Evangelio de la forma en que lo hacen
los ángeles: por el poder del Espíritu Santo 15.
Hace poco escuché a Jacob, un poseedor del Sacerdocio Aarónico en Papúa Nueva
Guinea, testi car del poder del Libro de Mormón y cómo le había ayudado a
resistir el mal y seguir al Espíritu. Sus palabras aumentaron mi fe y la de otras
personas. Mi fe también creció al escuchar a poseedores del Sacerdocio Aarónico
enseñando y testi cando en sus reuniones de cuórum.

Hombres jóvenes, ustedes son mensajeros autorizados. Mediante sus palabras y


acciones, ustedes pueden traer la fe en Cristo a los corazones de los hijos de Dios 16.
Como dijo el presidente Russell M. Nelson: “Serán para [ellos] como ángeles
ministrantes” 17.

El evangelio preparatorio
El aumento de fe en Cristo siempre produce un deseo de cambiar y arrepentirse 18.
Es lógico, entonces, que la llave del ministerio de ángeles esté acompañada de la
llave del evangelio preparatorio, “el evangelio de arrepentimiento y de bautismo, y
la remisión de pecados” 19.

A medida que estudien sus deberes en el Sacerdocio Aarónico, verán que tienen el
claro cometido de invitar a los demás a arrepentirse y mejorar 20. Eso no signi ca
que nos pongamos en las esquinas de las calles a gritar: “¡Arrepentíos!”. Lo que
suele signi car es que nosotros nos arrepintamos, perdonemos y ministremos a los
demás, les ofrezcamos la esperanza y la paz que trae consigo el arrepentimiento,
porque nosotros mismos lo hemos experimentado.
He estado con poseedores del Sacerdocio Aarónico, mientras visitaban a otros
miembros del cuórum. He sido testigo de cómo su interés por ellos ablandaba
corazones y ayudaba a sus hermanos a sentir el amor de Dios. Escuché a un
hombre joven que daba testimonio a sus compañeros sobre el poder del
arrepentimiento. Al hacerlo, se ablandaron los corazones, se hicieron compromisos
y se sintió el poder sanador de Cristo.

El presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “Una cosa es arrepentirse y otra es que


se nos perdonen nuestros pecados. El poder que hace esto posible está en el
Sacerdocio Aarónico” 21. Las ordenanzas del Sacerdocio Aarónico del bautismo y
de la Santa Cena testi can y completan nuestro arrepentimiento para tener una
remisión de pecados 22. El presidente Dallin H. Oaks lo explicó de esta forma: “Se
nos ha mandado arrepentimos de nuestros pecados y venir al Señor con el corazón
quebrantado y el espíritu contrito, y participar de la Santa Cena… Al renovar
nuestro convenio bautismal de esta forma, el Señor renueva el efecto limpiador de
nuestro bautismo” 23.

Hermanos, es un privilegio sagrado administrar las ordenanzas que traen la


remisión de pecados a los corazones arrepentidos por medio del poder expiatorio
del Salvador 24.

Hace poco me hablaron de un presbítero, con di cultades para expresarse, que


bendijo la Santa Cena por primera vez. Al hacerlo, un espíritu poderoso descendió
sobre él y la congregación. Posteriormente en esa reunión, él dio su testimonio
sencillo y claro del poder de Dios que había sentido durante la ordenanza.

En Sydney, Australia, cuatro miembros de un cuórum de presbíteros bautizaron a


los miembros de la familia Mbuelongo. La madre de uno de esos presbíteros me
contó el gran impacto que esa experiencia tuvo en su hijo. Esos presbíteros
llegaron a entender lo que signi ca haber sido “comisionado por Jesucristo” 25.

Como saben, los presbíteros pueden o ciar ahora en el templo para llevar a cabo
bautismos vicarios. Mi hijo de 17 años me bautizó hace poco a favor de algunos de
nuestros antepasados. Ambos nos sentimos profundamente agradecidos por el
Sacerdocio Aarónico y por el privilegio de actuar para la salvación de los hijos de
Dios.
Hombres jóvenes, al tomar parte diligentemente en sus deberes del sacerdocio,
ustedes participan con Dios en Su obra de “llevar a cabo la inmortalidad y la vida
eterna del hombre” 26. Este tipo de experiencias aumenta en ustedes el deseo, y los
prepara para enseñar el arrepentimiento y bautizar conversos como misioneros.
También los prepara para una vida de servicio en el Sacerdocio de Melquisedec.

Juan el Bautista, nuestro ejemplo


Poseedores del Sacerdocio Aarónico, tenemos el privilegio y el deber de ser
consiervos de Juan el Bautista. Juan fue enviado como un mensajero autorizado
para dar testimonio de Cristo e invitar a todos a arrepentirse y bautizarse; es decir,
Juan ejerció las llaves del Sacerdocio Aarónico que hemos estado analizando. Juan
declaró, entonces: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento, pero el
que viene tras mí… es más poderoso que yo; él os bautizará con el Espíritu Santo y
con fuego” 27.

De modo que el Sacerdocio Aarónico, con las llaves del ministerio de ángeles y el
evangelio preparatorio, prepara el camino para que los hijos de Dios reciban,
mediante el Sacerdocio de Melquisedec, el don del Espíritu Santo, que es el mayor
don que podemos recibir en esta vida 28.

¡Qué gran responsabilidad ha dado Dios a los poseedores del Sacerdocio


Aarónico!

Una invitación y una promesa


Padres y líderes del sacerdocio, ¿pueden sentir la importancia del consejo que dio
el presidente Monson de que ayudemos a los hombres jóvenes a comprender “lo
que signi ca … ser portadores del sacerdocio de Dios”? 29. Comprender y
magni car el Sacerdocio Aarónico los preparará para ser eles poseedores del
Sacerdocio de Melquisedec, misioneros llenos de poder, y esposos y padres rectos.
Al servir, ellos entenderán y sentirán la realidad del poder del sacerdocio, el poder
de actuar en el nombre de Cristo para la salvación de los hijos de Dios.

Hombres jóvenes, Dios tiene una obra que ustedes han de llevar a cabo 30. La
ordenación al Sacerdocio Aarónico que han recibido es esencial para ayudar a Sus
hijos a recibir el poder expiatorio de Cristo. Les prometo que al hacer que estos
deberes sagrados sean algo preferente en sus vidas, ustedes sentirán el poder de
Dios como nunca antes. Entenderán su identidad como hijos de Dios, llamados con
un santo llamamiento para hacer Su obra; y, al igual que Juan el Bautista, ayudarán
a preparar el camino para la venida de Su Hijo. De estas verdades doy testimonio
en el nombre de Jesucristo. Amén.

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