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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES


ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS

“REVISIÓN DE SENTENCIAS FIRMES POR DECLARACIÓN DE


DOCUMENTOS FALSOS EN PROCESO PENAL, REGULADO EN EL
CÓDIGO PROCESAL CIVIL Y MERCANTIL DE EL SALVADOR”.

TRABAJO DE GRADO PARA OBTENER EL TITULO DE LICENCIADA (O)


EN CIENCIAS JURÍDICAS

PRESENTADO POR:
GONZÁLEZ INTERIANO; WENDY EUNICE
GUZMÁN NAVARRETE; AMALIA GUADALUPE
MENÉNDEZ MORÁN; YENIFER CAROLINA

DOCENTE ASESOR:
DR. JOSÉ ANTONIO MARTÍNEZ

CIUDAD UNIVERSITARIA, SAN SALVADOR, AGOSTO 2017


TRIBUNAL CALIFICADOR

LIC. WILFREDO ESTRADA MONTERROSA

(PRESIDENTE)

LIC. LUCIO ALBINO ARIAS LOPEZ

(SECRETARIO)

DR. JOSE ANTONIO MARTINEZ

(VOCAL)
UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR
LICENCIADO ROGER ARMANDO ARIAS
RECTOR

DOCTOR MANUEL DE JESUS JOYA


VICERECTOR ACADÉMICO

INGENIERO NELSON BERNABE GRANADOS


VICERECTOR ADMINISTRATIVO

LICENCIADO CRISTOBAL HERNAN RIOS BENITEZ


SECRETARIO GENERAL

LICENCIADO RAFAEL HUMBERTO PEÑA MARÍN


FISCAL GENERAL

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES


DOCTORA EVELIN BEATRÍZ FARFÁN MATA
DECANA

DOCTOR JOSÉ NICOLÁS ASCENCIO HERNÁNDEZ


VICEDECANO

MSC. JUAN JOSÉ CASTRO GALDÁMEZ


SECRETARIO

LICENCIADO RENÉ MAURICIO MEJÍA MÉNDEZ


DIRECTOR DE ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICA
AGRADECIMIENTOS

Solo hay uno que es capaz de hacer todo en mí. Capaz de quebrantar y
endurecer corazones a mi favor o en mi contra, Por eso y por mas,
eres merecedor de todo honor y gloria. GRACIAS JESUS.

Te agradezco por darme la oportunidad de culminar esta meta de estudios, y por


todo en cuanto has hecho por mí. Gracias Jesús por:

Mi abuela: a quien le diste el encargo de amarme, por su sacrificio, sus consejos y


su apoyo incondicional.

Mis Padres: a quienes elegiste para amarme, cuidarme y apoyarme.

Mis hijas: que iluminan mí día a día, y se han convertido en el motor para alcanzar
todos los sueños.

Mis hermanos: Cecy, Lila, Rosa, Virginia, Heidy y Ricardo, por amarme muy a pesar
de todo y apoyarme en cada una de mis decisiones.

Mis Sobrinos y cuñados: por conformar una familia para mí, llena de amor y
sonrisas, por su ayuda incondicional.

Marvin: a quien le diste la enorme tarea de ser el cuidador de mis hijas, y de quien
he recibido apoyo y motivación para alcanzar esta meta.

Yenifer y Amalia: por el amor y compañerismo que diste en sus corazones para
convertirse en mis amigas y hermanas.

Oly: a quien amo y me ama, como hermana.

Dr. José Martínez, por constituirlo mi asesor, sabiendo que es un hombre integral
quien, a pesar de ser su trabajo lo realiza con tanta humildad y empatía.

Mis Maestros y Amigos: Por cada enseñanza, muestras de afecto, respeto y


apoyo.

Wendy Eunice González Interiano


AGRADECIMIENTOS

La vida es hermosa, y una de las principales características de esa hermosura es


que la podemos compartir y disfrutar con quienes amamos, podemos ayudar y
guiar a muchas personas si ellas lo permiten, pero también podemos ser
ayudados y guiados durante nuestra vida; por esto mismo:

Dedico de manera especial este logro a Dios por su infinita misericordia y gracia, a
mis padres José Francisco Guzmán y María Rosa Navarrete, por su amor y
confianza puesta en mí, a mi familia y en especial a mi hermana Norma Guzmán,
por su apoyo incondicional.

A Miranda a quien amo y me ama.

AYohana Quintanilla por siempre estar para mí, en el momento oportuno.

A mis amigas Wendy González y Yenifer Menéndez, por su amistad y por cada
experiencia vivida juntas, hicieron de este viaje algo especial, las quiero.

A mi asesor de tesis Doctor José Antonio Martínez, por su disponibilidad y


paciencia, por cada uno de sus conocimientos compartidos, gracias.

AMALIA GUADALUPE GUZMÁN NAVARRETE


AGRADECIMIENTOS

Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón.


Salmos 37:4

Primeramente doy gracias a Dios por su infinito amor, por ser mi guía y darme la
inteligencia y sabiduría para alcanzar este logro.

A mis padres José Menéndez y Elida Morán por haberme forjado como la persona
que soy; por su amor, apoyo y motivación constante para alcanzar mis metas. A
mi hermana Leyla Menéndez por convertirse en el motivo e inspiración para
terminar mi carrera.

A Denis García por siempre estar para mí y de igual forma a mis amigas y
compañeras de tesis Wendy Interiano y Amalia Guzmán por formar parte de mi
vida y ser un pilar fundamental… Los amo.

A mi asesor de tesis Dr. José Antonio Martínez, por su disponibilidad y guía en


este proyecto, y por cada uno de sus consejos. Gracias.

YENIFER CAROLINA MENÉNDEZ MORÁN


INDICE
pág.
Resumen ……………………………………………………….I
Siglas y Abreviaturas ………………………………………………………II
Introducción ……………………………………………………..III

CAPITULO I GENERALIDADES DE LOS MEDIOS DE IMPUGNACION

1.1 Antecedentes Históricos ………………………………………………………1


1.1.1 Imperio Romano ………………………………………………………3
1.1.2 Derecho Germánico Antiguo ………………………………………………………4
1.1.3 Edad Media ………………………………………………………4
1.1.4 Derecho Español Antiguo ………………………………………………………4
1.1.5 Época colonial ………………………………………………………5
1.1.6 Época Pre-Colombina ………………………………………………………5
1.2 Antecedentes Históricos de la Revisión de Sentencia Firme…………………………………………8
1.2.1 Derecho Romano ……………………………………………………….8
1.2.1.1 Restitutio ……………………………………………………….9
1.2.1.2 Supplicatio ……………………………………………………….11
1.2.2 Derecho Estatuario ……………………………………………………….12
1.2.2.1 Querella Nullitatis ……………………………………………………….12
1.2.3 Derecho Español ……………………………………………………….13
1.2.3.1 Leyes de Partida ……………………………………………………….13
1.2.4 Derecho Latinoamericano ……………………………………………………….14
1.2.5 Derecho Salvadoreño ……………………………………………………….14
1.3 Definición de Medios de Impugnación ……………………………………………………….15
1.4 Definición de Recurso ……………………………………………………….17
1.5 Distinción entre Recurso y Medio de Impugnación……………………………………………………….19
1.6 Fundamentos de la Impugnación ……………………………………………………….20
1.6.1 Motivos de la Impugnación ……………………………………………………….22
1.7 Presupuestos Procesales del Proceso de Revisión ……………………………………………………….24
1.7.1 Presupuestos Subjetivos ……………………………………………………….25
1.7.1.1 La Legitimación para Recurrir ……………………………………………………….25
1.7.1.2 Competencia para conocer el Recurso ……………………………………………………….26
1.7.2 Presupuestos Objetivos ……………………………………………………….27
1.7.2.1 Recurribilidad de la Resolución ……………………………………………………….27
1.7.2.2 El Agravio para Recurrir ……………………………………………………….28
1.8 Presupuestos de Admisibilidad ……………………………………………………….29
1.8.1 El Plazo para Recurrir ……………………………………………………….29
1.8.2 La Forma de Presentación del Recurso ……………………………………………………….29
1.9 Finalidad de los Medios de Impugnación ……………………………………………………….31
1.10 Efectos de la Impugnación ……………………………………………………….32

CAPITULO II ASPECTOS GENERALES SOBRE LA COSA JUZGADA

2.1 Generalidades ……………………………………………………….35


2.2 Consideraciones Preliminares ……………………………………………………….35
2.2.1 Firmeza e Invariabilidad de las Resoluciones ……………………………………………………….35
2.3 Cosa Juzgada en General ……………………………………………………….36
2.3.1 Cosa Juzgada Formal ……………………………………………………….36
2.3.2 Cosa Juzgada Material ……………………………………………………….38
2.4 Límites de la Cosa Juzgada ……………………………………………………….41
2.4.1Límites Subjetivos ……………………………………………………….42
2.4.2 Límites Objetivos ……………………………………………………….42
2.4.3Límites Temporales ……………………………………………………….43
CAPITULO III CUESTIONES GENERALES SOBRE EL PROCESO DE REVISION
DE SENTENCIA FIRME

3.1 Procedencia de la Figura ……………………………………………………….45


3.1.1 Derecho Romano ……………………………………………………….47
iRestitutio ……………………………………………………….48
iiSupplicatio ……………………………………………………….49
3.2 El Mal Llamado ¨Recurso¨ de Revisión de la Sentencia Firme………………………………………50
3.2.1 Naturaleza ……………………………………………………….50
3.3 Fundamento ……………………………………………………….52
3.4 Definición ……………………………………………………….53
3.5 Resoluciones contra las que procede ……………………………………………………….54
3.6 Competencia ……………………………………………………….54
3.7 Legitimación ……………………………………………………….56
3.8 Causas de la Revisión ……………………………………………………….57

CAPITULO IV REVISION DE SENTENCIA FIRME, MOTIVO Y PROCEDIMIENTO

4.1 Introducción ……………………………………………………….61


4.2 La Revisión de Sentencia Firmes si se hubiera declarado en virtud de documentos
declarados falsos en procesos penal, o cuya falsedad fuera declarada después…………………63
4.2.1 Justificación del Límite Temporal como presupuesto de Admisibilidad de la
demanda ……………………………………………………….64
4.2.2 Plazo, Caducidad versus Prescripción ……………………………………………………….67
4.2.3 Presupuestos Específicos para la Admisibilidad si se hubiera pronunciado en virtud
de documentos declarados falsos en proceso penal, o cuya falsedad fuera declarada
después ……………………………………………………….71
4.2.3.1 Si la Declaración de Falsedad se realiza antes de la sentencia que se impugna en la
Revisión ……………………………………………………….71
4.2.3.2 Si la Falsedad se declaró después de la sentencia que se impugna…………………………73
4.3 Falsedad Documental como prueba en la Revisión de Sentencia Firme………………………..74
4.4 Definición, objeto y Finalidad de la prueba ……………………………………………………….74
4.5 Falsedad Documental ……………………………………………………….77
4.5.1 Bien Jurídico protegido en la Falsedad Documental…………………………………………………..79
4.5.2 Documento Público ……………………………………………………….80
4.5.3 Documento Privado ……………………………………………………….80
4.6 Falsedad Material ……………………………………………………….82
4.6.1 Consumación y Tentativa ……………………………………………………….84
4.7 Falsedad Ideológica ……………………………………………………….85
4.7.1 Consumación y Tentativa ……………………………………………………….91
4.8 Procedimiento ……………………………………………………….92
4.9 Plazos ……………………………………………………….93
4.9.1 Crítica a la regularización del plazo general de interposición……………………………………..95
4.9.1.1 Inicio del Cómputo de Plazo ……………………………………………………….98
4.9.1.2 Imposibilidad de llevar a cabo la Revisión de Sentencias Firmes en Civil y Mercantil
por la dilatación del Proceso Penal ……………………………………………………….98
4.10 Tramitación ……………………………………………………..100
4.11 Efectos ……………………………………………………..105
CAPITULO V LA REVISION DE SENTENCIA FIRME CONFORME
AL DERECHO COMPARADO

5.1 Introducción ……………………………………………………..107


5.2 España ……………………………………………………..107
5.3 Uruguay ……………………………………………………..111
5.4 Costa Rica ……………………………………………………..114
5.5 Derecho Internacional con El Salvador ……………………………………………………..116
Conclusiones ……………………………………………………121

Recomendaciones ……………………………………………………124

Bibliografía ……………………………………………………126
RESUMEN
“Revisión de sentencias firmes por declaración de documentos falsos en
proceso penal, regulado en el Código Procesal Civil y Mercantil de El
Salvador” para llevar a cabo el estudio del tema anterior es necesario
realizar un análisis en particular de la institución Revisión de sentencias
firmes, estableciendo su naturaleza, analizando presupuestos de
admisibilidad hasta reflexionar sobre la aplicabilidad de la misma en el
sistema procesal salvadoreño.

A la sociedad salvadoreña le es muy beneficioso contar con la posibilidad de


modificar un sentencia que le haya perjudicado, deviniendo aquella de una
situación de ilegalidad que es comprobable, como lo es una falsedad
documental, la seguridad jurídica que puede representar el plazo de
caducidad podría afectar el valor jurídico de justicia, en caso de permitir que
se ejecute una sentencia cuyo fundamento es erróneo.

La Revisión de sentencias firmes constituye una novedad en el sistema


procesal salvadoreño, reconocido como un proceso autónomo que permite la
modificación de una sentencia que ha adquirido calidad de cosa juzgada,
iniciando así una causa judicial limitada a cuatro motivos taxativos entre los
cuales figura: “Si se hubiera pronunciado en virtudde documentos declarados
falsos en proceso penal, o cuya falsedad fuera declarada después.

La dificultad de aplicar efectivamente este proceso en el sistema salvadoreño


radica en dos causas: el límite temporal de dos años, que marca la ley como
plazo de caducidad en el inicio de la acción y el alto tráfico jurídico en los
tribunales en materia penal. Ambas situaciones convergen para imposibilitar
la acción de un proceso de revisión de sentencias firmes.

i
SIGLAS Y ABREVIATURAS

Cn. Constitución de la República.


CPCM Código Procesal Civil y Mercantil.
LEC Ley de Enjuiciamiento Civil.
SN Sentencia.
DL Decreto Legislativo.
DO Diario Oficial.
REV Revisión.
RF Revisión de Sentencia Firme.
PAG Página.
CPrP Código Procesal Penal.
Cp Código Penal.
IBID Misma Cita.

ii
INTRODUCCIÓN
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo establecer la razón
de realizar una investigación dogmática que versa sobre “revisión de
sentencias firmes por declaración de documentos falsos en proceso penal
regulado en el Código Procesal Civil y Mercantil de El Salvador”.

Al entrar en vigencia el Código Procesal Civil y Mercantil, se moderniza la


administración de justicia salvadoreña, respecto de recursos aportándole
nuevas instituciones como la Revisión de Sentencias firmes constituyendo
esto una excepción a la cosa juzgada.

En el primer capítulo de la investigación, se hace un estudio histórico de los


medios de impugnación, estableciendo como en el ámbito jurídico todo tiene
su evolución, instituciones jurídicas como los medios de impugnación
también lo hacen, y vienen generando muchas innovaciones.

Continúa el trabajo presentando con el capítulo dos denominado,


generalidades de la cosa juzgada, es importante aclarar que para analizar la
revisión de la sentencia firme, su procedimiento y aplicación, es necesario
estudiar la institución de «la cosa juzgada». Ésta es muy importante, porque
le proporciona a los sujetos procesales la seguridad de la inamovilidad de las
resoluciones que se pronunciaron en los procesos que aquéllos participaron.
Asimismo es significativa, porque con base en ella se determina qué tipo de
resolución puede ser objeto del recurso de revisión, además de que
contribuye a determinar la correcta aplicación de la revisión.

El tercer capítulo contiene las cuestiones generales de la revisión de la


sentencia firme, siendo esta la única de los excepcionales institutos
procesales

iii
que permite volver a conocer cuestiones ya decididas por sentencia firme,
contrariando el principio de que lo resuelto es inmodificable y de obligatorio
cumplimiento.

Representa una verdadera novedad en el ordenamiento jurídico vigente.

Continúa el cuarto capítulo en donde se establece el motivo y procedimiento


de la revisión de sentencia firme; la utilidad de estudiar el presente radica en
identificar en forma clara los avances positivos que la regulación de revisión
de sentencias firmes por falsedad de documentos incorpora al Proceso Civil y
Mercantil, en respeto a las garantías del debido proceso, cual es el
procedimiento a seguir. Cuáles son los documentos que sirven de base y la
ejecución de la resolución que genere una modificación de la sentencia
revisada. Buscando la verdad por encima de la seguridad.

Luego se establece el derecho comparado en el capítulo cinco, en donde se


enmarcan diferencias y semejanza, en cuanto a la forma de aplicación de El
Salvador con España, Paraguay y Costa Rica, ya que es de suma
importancia realizar un análisis de la respectiva regulación a nivel
internacional de la institución Revisión de sentencias firmes, para lograr una
mayor comprensión en cuanto a su aplicación.

Se presentan las conclusiones a las que se llegaron después de haber


investigado el tema y finalmente se hacen una serie de recomendaciones
con las que se pretende lograr una mejor aplicación y comprensión del
mismo.
En espera de cumplir los requerimientos necesarios se presenta el siguiente
trabajo.

iv
CAPITULO I

GENERALIDADES DE LOS MEDIOS DE IMPUGNACIÓN

Para el estudio de los medios de impugnación es necesario hacer una breve


reseña de lo ocurrido a través de la historia en aquellos países o regiones que
son fundamentales para el estudio de cualquier institución del derecho procesal.
Esto permitirá tener una clara información respecto de la evolución de los medios
de impugnación, hasta llegar a la Revisión de Sentencias Firmes, institución que
originalmente fue considerada un medio de impugnación, el pasar del tiempo, la
experiencia y el aporte de los especialistas en el derecho procesal, han logrado
que sea tratada como un proceso autónomo.

1.1 Antecedentes históricos de los medios de impugnación

El hombre por su propia naturaleza tiende a revelarse frente a las derrotas, y esta
manera de revelarse en materia de derecho constituye los denominados recursos,
pues estos son los canales naturales para delinear la rebeldía o protesta del
vencido, estos pues, permiten encarar o atacar a todas aquellas sentencias que
los condenan o les impone el cumplimiento de una obligación, quiere decir
entonces que “los recursos son el instrumentos autorizados y considerados dentro
de los sistemas normativos para que los vencidos en un proceso que consideren
que dicha sentencia les ocasiona un agravio puedan expresarlo ante el mismo
tribunal que emitió la resolución o ante un tribunal superior”1

1
Aldo Bacre, “Recursos Ordinarios y Extraordinarios Teoría y Práctica”, Ediciones La Roca,
(Buenos Aires, Argentina, 1999), 43.

1
Esto no fue siempre de esta manera, ya que en el transcurso del tiempo, cuando
el gobernante llámese Jefe, Rey, Cacique, Sumo Sacerdote o Asamblea del
Pueblo, administraba justicia entre los suyos poniendo de esta forma fin a los
sucesivos conflictos de intereses, las decisiones de estas figuras jerárquicas, no
eran impugnables por ninguna vía, porque estas autoridades ejercían el poder
absoluto, esto les permitía no fundamentar sus resoluciones ya que no obstante
ser arbitrarias debían ser cumplidas con rigurosidad. La justicia discernida
patriarcalmente o mediante la interpretación del juicio de la divinidad, por lo que se
consideraba infalible, era más bien una razón de poder porque esta divinidad la
ejercía como un poder absoluto e inapelable, porque sus decisiones estaban
exentas de críticas o censuras.

En un segundo periodo cuando florece la primera civilización de la humanidad que


fue Sirio- Aramea en la mesopotámica medio oriental en la cercanía de los ríos
Éufrates y Tigris, el hombre comienza a construir las bases de la actual sociedad
moderna quince mil años antes de Cristo, organizando el Estado y sus servicios
esenciales como la educación, seguridad, salubridad y principalmente, la
administración de justicia, inclusive en tres instancias, con un tribunal superior,
cuya cabeza, era el sumo sacerdote o el supremo. Tal era el grado de
organización y adelanto científico que redactaron el primer código real en escritura
cuneiforme con un inigualable sentido ético, dando origen a la primera legislación
integral de una nación (15 mil años A.C.).

Se puede afirmar que la concreción de los medios de impugnación se da en el


Derecho Romano, específicamente en el imperio, ya que “en la República se
mantiene el principio de inapelabilidad de la sentencia2, es en el Imperio que

2
Miguel Alberto Trejo Escobar, “Los Recursos y otros medios de impugnación en la jurisdicción
penal”, (Triple “D” Impreso en El Salvador en Talleres Gráficos UCA, San Salvador, 1998), 15. “en
esta etapa no hubo apertura a los medios de impugnación por considerarse decisiones infalibles”

2
se crea un medio corriente y normal para la revisión de los fallos: la apelación
(appellatio)3. Como lo expresa Enrique Vescovi4, la appellatio surge más tarde en
el proceso oficial y durante el Imperio.

1.1.1 Imperio Romano

Con el Imperio Romano, entre los siglos I al V, a través del proceso extraordinario
nace la apelatios, que permitía modificar las decisiones de un Iudex y obtener un
nuevo pronunciamiento; por ello, a partir de entonces, las resoluciones solo tenían
efecto de Res Iudica, (Cosa Juzgada), luego que vencía el plazo para apelar o
cuando dicho recurso había sido rechazado. En razón de admitirse esta vía de
devolución del poder jurisdiccional, al soberano en casos particulares, empieza a
aparecer la razón de justicia que justifica los recursos, sin desplazar la razón de
poder, que tiende, simplemente a evolucionar. La razón de justicia afirma la razón
de poder del emperador o monarca como instancia suprema para sus súbditos, de
aquí emana lo que hoy se conoce el efecto devolutivo del recurso de apelación,
que permite que el soberano reasuma el conocimiento de la causa, sustrayéndola
de los jueces inferiores, para revisar las resoluciones en ellas recaídas, y las
propias actuaciones a petición de partes o de forma oficiosa.5

3
Germán Bidart Campos, y otros, “Recursos Judiciales”, (Ed. Comercial Industrial y Financiera,
Tucumán, Argentina, 1993), 12. “Es hasta la época del surgimiento del Imperio Roma no que la
organización de administración de aquella época permitió la Apelación de los fallos.”
4
Enrique Vescovi, “Los Recursos Judiciales y demás medios impugnativos en Iberoamérica”,
(Buenos Aires, Ed. Depalma, 1988), 17. “Interesante es esta etapa que podríamos denominar
positivación de los medios de impugnación en los diferentes.

5
Marcos Cañas, “Las doctrinas que sustentan la revisión de las sentencias en el nuevo Código
Procesal Civil”. Consultado en Internet en : http://ri.ues.edu.sv

3
1.1.2 Derecho Germánico antiguo

Así, entre los Germanos no se conocían las vías recursivas, ya que los fallos
surgían de los juicios de Dios, dados por las asambleas del pueblo, y luego de
sortear un riguroso procedimiento probatorio, en el que se utilizaba el agua y el
fuego por lo que no se admitía impugnación alguna.6

1.1.3 Edad media

Las funciones judiciales en la edad media eran delegadas a los señores Feudales
(Condes, Vizcondes y Duques) por lo que se determinó un orden jerárquico que
culminaba con el Rey. Y eraél, quien conocía de las causasde reclamos de sus
vasallos. Con la similitud de los derechos Sirio-Romano(época del imperio
vicentino y germánico) nace el proceso canónico, dentro del cual se admitió con
amplitud el régimen de las apelaciones contra las sentencias definitivas, inclusive
contra las sentencias interlocutorias, de esta última se limitó su uso.

Con la aparición de los estados nacionales, ya en laedad moderna, se impulsa la


utilización de los recursos como una forma dereforzar el poder monárquico, en
detrimento del ejercicio jurisdiccional de los señores Feudales.

1.1.4 Derecho Español antiguo

En el antiguo derecho español se tenía gran ansia de justicia y al mismo tiempo


temor al error judicial, por lo que las providencias de los magistrados eran
fácilmente impugnables de este modo lo regulaba el fuero Juzgo, pasando por la
legislación foral y las leyes de partida.

6
Consultado en Internet en: http://wwwisis.ufg.edu.sv/wwwisis/documentos/TE/345.07-
C346r/345.07-C346r.pdf.

4
1.1.5 Época Colonial

La organización jurídica administrativa de la época colonial determinaba la


existencia de múltiples instancias ordinarias y extraordinarias a cargo de entidades
como los consulados y el consejo supremo de indias, o de otros como los
alcaldes, gobernadores, Virreyes o el mismo rey que eran quienes administraban
la justicia en las colonias o metrópolis. Esta justicia colonial por la súper posición
de autoridades tuvo un exceso de recursos como también por la mezcla de
funciones político administrativo y jurisdiccional que ellos ejercían.

1.1.6 Época Pre-colombina

Después de la independencia sobre la colonia en Latinoamérica se suprimieron los


recursos ante el rey o el consejo de indias surgiendo como organismo judiciales
las cámaras de apelación, las cuales sustituyen a la real audiencia como tribunal
de alzada; los recursos de súplica e injusticia notoria pasaron a ser atendidos
hasta su supresión en 1829, por comisiones de naturaleza política siendo
reemplazados en esa fecha por el de revisión.

Históricamente se puede observar que el derecho ha evolucionado a talgrado de


permitir que las resoluciones judiciales puedan ser impugnadas, desarrollándose
mecanismos legales para llevarlo a cabo, se ha afirmado que el reconocimiento
del derecho a impugnar una resolución, responde a un instinto natural del ser
humano, como cuando el hijo menor tiende a recurrir a la autoridad del padre
contra las órdenes del hijo mayor, o los hijos en general a los abuelos contra las
injusticias del padre, etc. En lo que respecta al recurso de apelación, se conoce
como la primera civilización de la humanidad, la sirio-aramea, también
denominada sumeria, contaba con un perfecto sistema judicial, autorizando a sus
ciudadanos a recurrir a tribunales superiores para

5
que controlaran las decisiones o sentencias dictadas por otros de jerarquía
inferior, inclusive, se podía acceder a la última instancia representada por el sumo
sacerdote y rey, quien ejercía el poder supremo.

En cambio, en Roma, a pesar de haber surgido como una factoría creada por los
mismos sirios - fenicios, no conoció en los primeros tiempos de la historia jurídica
el instituto de la apelación. Ello debido al carácter privado del proceso (época
clásica y hasta el final de la República), y porque, además, de las decisiones que
partían el soberano eran inatacables, naciendo con el atributo de la res iudicata.Es
recién en los comienzos del imperio que aparece la appellatio, significado en latín
dirigirse o recurrir a alguien, en virtud de la cual el agraviado podía quejarse

ante el magistrado superior a fin de que a través de la intercesión anulara el


pronunciamiento y juzgara nuevamente el litigio7.

En el período histórico analizado sólo eran apelables las sentencias definitivas, por
lo que no eran recurribles las simples y las interlocutorias. Las características de
esta vía impugnativa eran, por un lado, el llamado
beneficiumcommuneremedii(adhesión a la apelación); y por otro la posibilidad de
la reformatio in pejus, luego vedada.También se puede señalar el efecto
suspensivo que siempre poseía. Para ejercer la apelación bastaba con su
interposición, por lo que en aquella época resultaba innecesaria su
fundamentación.

En la edad media se renueva el régimen de muchas instancias, por influencia


romana, pero, básicamente, por la finalidad política que ocupó este instituto, ya
que, a través del soberano le restaba autonomía a los señores feudales, ya

7
Francisco Holguin Bernal, “Recursos en materia civil”, (tesis para optar al grado de doctor en
derecho), México. formato electrónico disponible en internet en:
ttp://www.ordenjuridico.gob.mx/publicaciones/tesis2011/holguin-d2privado.pd.

6
que al autorizarse este recurso se centralizaba el poder decisorio en manos del
rey, esta amplitud recursiva perduró en Europa hasta la Edad Contemporánea, en
la que a través de los códigos modernos, se perfila una tendencia a limitar las
oportunidades apelatorias o directamente a suprimirlas, mediante la actividad y el
funcionamiento de instancias únicas.

La Revolución Francesa, impulsada y pensada por los banqueros, intentó suprimir


la apelación, como una forma de controlar políticamente a los parlamentos
(tribunales), hacia los que guardaba profunda desconfianza, aunque finalmente se
mantuvo ese tradicional recurso.

En España, la evolución legislativa lleva a implementar, desde el fuero juzgo en


adelante, la apelación con el nombre de alzada. Se excluye el denominado
beneficium communeremedii, surgiendo la regla, también proveniente del derecho
romano, del tantum devolutum quantum appellatum prohibiéndose además, le
reformatio in peius.

A partir de la Revolución Francesa comienzan a perfilarse dos sistemas de


apelación, que van a coexistir en el derecho comparado hasta la actualidad: el de
la revisión total de la primera instancia y el que solo admite que se reexamine la
sentencia. El primero, proveniente del derecho romano, se introduce a través del
derecho francés, en la mayoría de los países de Europa, a excepción de Austria
primero y luego de la misma Francia. Se trata del sistema que autoriza la revisión
total en la segunda (y tercera) instancia del proceso sustanciado en la primera,
pudiendo incorporarse nuevas excepciones (y pretensiones, en general) y nuevas
pruebas. El otro sistema opuesto es el de Austria, de control exclusivo de la
legalidad de la sentencia;

7
es el que pasa a España, y a través de ésta, a los países latinoamericanos en su
mayoría8

1.2 Antecedentes históricos dela revisión de sentencias firmes

En la Roma monárquica (siglo V a. C.) las decisiones de los soberanos pasaban


directamente en autoridad de cosa juzgada, se desconocía el sistema de la
pluralidad de instancias como se ve en la actualidad. Esta situación perduró hasta
el final de la Republica, con más razón cuando el iudex (juez o árbitro
desinsaculado de una lista de ciudadanos) era elegido por las partes a través del
llamado contrato de litigio o litiscontestatio, obligándose a respetar su
pronunciamiento. Posteriormente, y para casos muy excepcionales, aparecen
algunos remedios extraordinarios como la revocatio in duplum o la integrum
restitutio.9

Se puede afirmar que la concreción de los medios de impugnación se da en el


Derecho Romano, específicamente en el imperio, ya que “en la República se
mantiene el principio de inapelabilidad de la sentencia10

1.2.1 Derecho Romano

Las formas autónomas de revocación de decisiones firmes, tienen su origen en La


Roma Antigua “donde el arsenal de medios y ataques contra las providencias
ejecutoriadas era copioso”.11

8
Consultado en Internet en: http://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtualdata/Tesis/Human/jeri_cj/Cap3.pdf
9
Bacre, Recursos Ordinarios, 43-44.
10
Trejo, Los Recursos, 15. “esta etapa no hubo apertura hacia los medios de impugnación por la
forma en cómo se concebían las decisiones que tomaban los gobernantes que se concebían como
la voz de la voluntad divina y por tanto eran infalibles.”
11
Juan Carlos Hitters, “Revisión de La Cosa Juzgada”(Buenos Aires, Platense 2006), 34.

8
1.2.1.1 Restitutio

La cosa juzgada o res judicata como ellos la llamaban fue conocida por los
romanos así como otras instituciones como el nom bis in ídem, y estas tenían
vigencia mucho antes de las XII tablas, así en la época anterior a Justiniano una
vez incoada la pretensión no era posible retirarla ni reformarla pues el litigio debía
resolverse al momento de dictar sentencia, así también en la etapa primitiva hasta
la clásica la deductio in indicim prohibían la repetición de la misma pretensión en
virtud de la Litis contestatio12 instituto que extinguía la acción inicial fomentando
a través de dichas instituciones la seguridad jurídica en sus actos.

Posteriormente, y para casos muy excepcionales, a parecen unos remedios


extraordinarios como la revocatio in duplum o la integrum restitutio13.

De este modo, los medios de impugnación originalmente en el derecho romano no


tuvieron la importancia que ahora tienen sobre todo antes de Justiniani. Los que
se conocieron son: La apelación, la revocatio in duplum, la restitutio in
integrum, el veto de los tribunales, la súplica al príncipe y la retracta.

Durante el último siglo de la república, el rigor del ius civiles sacrificaba


frecuentemente la justicia por la forma de los actos jurídicos, apareciendo
entonces actuaciones formalmente validas pero notoriamente injustas.14

Debido a estos desequilibrios y para emendar los posibles desaciertos se ponía en


funcionamiento la restitutio, ejercida por el pretor con fundamento de

12
Según José Belarmino Jaime, por medio de la Litis contestatio aceptaron someter el litigio al
conocimiento del magistrado, obligándose aceptar el fallo que fuere emitido, la cual extinguía la
acción inicial.Producían un efecto negativo o excluyente, pues una vez dictada y firme el
demandante no podía interponer de nuevo la misma acción. “La Cosa Juzgada en materia
Procesal Civil” Tesis de grado, pág. 22
13
Bacre,“Recursos Ordinarios, 43-44.
14
Hitters, “Revisión de la Cosa Juzgada”, 34.

9
equidad quien, por vía de su imperio, anulaba o revocaba las consecuencias
perniciosas de ciertos actos.
La restitutio se aplicó primero al derecho privado para anular ciertos convenios
intrínsecamente viciados, y de ahí se trasplanto al proceso como medio de
revisión de sentencias15.

Con el fin de reparar diversos perjuicios el criterio utilizado en el origen de la


revisión es más político que propiamente jurídico.

En las primeras épocas fue el príncipe quien concedía la revocación pero esta
facultad se fue extendiendo a los perfectos del pretorio, luego al presidente, el
procurador del cese y por el ultimo los magistrados y jueces, quienes por ciertas

causales taxativamente enumeradas podían recovar la res judicatio, cuando la


sentencia era injusta y por los motivos que a continuación enuncian: A) error de
juzgamiento; B) dolo del adversario; C) falsos documentos o falso testimonio; y D)
si se recuperaban documentos decisivos, estas causales son el fundamento para
el derecho moderno y contemporáneo.16

Los legitimados activos para ejercerla fueron el afectado y sus herederos; el


sucesor particular solo podía utilizarla cuando se le hubiera cedido expresamente
el derecho para ello. Legitimados pasivos eran el responsable del acto lesivo y de
sus sucesores, y en casos excepcionalísimos este remedio se ejercía contra los
terceros. No era necesario demostrar un interés o lesión actual, bastaba con
acreditar la posibilidad o riesgo de sufrir un perjuicio seguro. 17 Esta vía
impugnativa tenía carácter subsidiario esto significa que solo era posible usarlo
únicamente cuando no existía otra forma de reparar el

15
Ibíd. 35.
16
Ibíd. 35.
17
Ibíd. 36.

10
daño, diferencia sustancial con el derecho contemporáneo ya que en la actualidad
la restitución tiene efectos suspensivos, para los romanos la finalidad de la
restitutio se fundamentaba en volver la situación al estado anterior de la sentencia
impugnada por ello en caso de llevarse a cabo la retracción debía restituirse al
agraviado la cosa, sus frutos y accesorios, es importante aclarar que no se
rescindían de todos los efectos de la providencia sino exclusivamente sus
consecuencias nocivas, situación que responde al principio de conservación que
aún se aplica en el sistema moderno.

La restitutio en el derecho romano implica una verdadera pretensión autónoma de


revisión ya que según su naturaleza como señala SAVIGNI se trata de un remedio
extraordinario fundado en el imperium mixtum y esta es una de las claves del
edificio del derecho romano, que se podía permitir ser muy riguroso en sus actos
jurídicos pero que este rigor no produciría los daños que se hubieran recibido sin
haber modo de repararlos.

Las acciones conseguidas en razón de la restitutio se denominaban rescissoriae y


restitutoriae conviene retener estas fases del derecho romano ya que con
frecuencia se dan en el derecho contemporáneo.

En la época imperial de Roma la resolución que se daba después de la resolución


de restitutio era apelable y era considerada al mismo nivel que las sentencias
ordinarias pero que con el tiempo fue sufriendo diversas restricciones con el fin de
evitar arbitrariedades.

1.2.1.2 La Supplicatio

En el Imperio Romano surge otra vía de ataque contra los pronunciamientos


firmes, la supplicattio, por medio de la cual se recurría ante el emperador
solicitándole la retractio de las providencias injustas, a través de la revisión del
juicio. El efecto de estas impugnaciones, al igual que la restitutio, consistió en

11
volver las cosas al estado que tenía con anterioridad a la resolución revocada. 18
Como se sabe estas resoluciones no admitían ningún tipo de apelación. Aclara
Calamandrei que la supplicattio permitida y disciplinada por las constituciones
imperiales, era de naturaleza similar a las tantas suplicas dirigidas por los
ciudadanos, con la sola diferencia que en aquella el que es oso se alzaba contra
una decisión judicial inmutable, donde se pedía en función de gracia, la revisión de
la sentencia.19

Con el trascurso del tiempo la restitutio y la supplicattio terminaron por fusionarse


dando origen a los actuales indicios de la revisión de la cosa juzgada, que recién
alcanzaron jerarquía legislativa en la época de la monarquía francesa.

Es importante reiterar que en el derecho romano era posible revisar sentencias


firmes por mediación de diversas acciones dejando sin efecto la res judicatio.

1.2.2Derecho Estatuario

La legislación estatuaria unifica la restitutio y la supplicattio en un nuevo instituto


mixto, con caracteres comunes a sus dos antecesores. Por lo que pasa este
instituto mixto a la legislación estatuaria y de allí al derecho común.20

1.2.2.1 La Querella Nullitatis

Este instituto se distingue tanto de la restitutio y supplicattio, pues estas tenían


como finalidad declarar la inexistencia del fallo por ello su carácter de acciones
declarativas de certeza, en cambio la querella nullitatis de la etapa estatuaria era
una acción constitutiva que pretendía obtener una modificación jurídica de

18
Ibíd. 37.
19
Ibíd. 39.
20
ibíd. 39.

12
una situación procesal existente, esto en otra palabra era más que hacer ver la
ineficacia inicial del pronunciamiento, era destruir su validez jurídica.
Sobre la naturaleza de la querella nullitatis hubo diferencias entre la legislación y
la doctrina estatuaria; ya que para la legislación esta era vista como una verdadera
acción autónoma y para la doctrina como un medio de gravamen eminentemente
procesal, de la descripción de esta institución se puede llegar a concluir que esta
es, una acción de nulidad estrictamente del proceso como sostenía la doctrina de
esa época.

1.2.3Derecho Español

Es importante mencionar que la legislación Española contiene una vasta


información de lainstituciónjurídica en mención. pués, la historia de este instituto
procesal de anulación de procesos en los que ya ha recaído sentencia firme, y que
tiene como base común con el resto de los países continentales europeos,
encuentra en El Derecho Español su punto de apoyo a través del Código de las
Siete Partidas.

1.2.3.1 Leyes de Partida

Los medios para rebatir la cosa juzgada pasaron del Derecho Romano a la
Legislación Española. Las leyes generales departida concibieron una vía
autónoma que iba contra las providencias firmes; un claro procedimiento de
revisión con un plazo de prescripción de veinte años, que era común para todas
las acciones personales. La nulidad no solo podía pedirse por acción sino también
como excepción y como recurso.21

Las legislaciones de partidas admitían la revisión de los pronunciamientos


ejecutoriados en cualquier tiempo en beneficio del patrimonio del rey, y la cosa

21
Ibíd. 43.

13
juzgada tenía un acento tan débil que el juicio podía ser renovado en
determinadas circunstancias.

1.2.4 Derecho Latinoamericano

Las normas portuguesas sobre revisión mantuvieron en líneas generales los


trazos de las ordenanzas Alfonsinas y Filipinas, que hasta entonces tenían
vigencia, dado su forma de Estado Federal se ideo un sistemas de competencias
respecto al órgano que debía conocer de la revisión delegando primero esta
función en el supremo Tribunal Federal para luego conceder esta función a las
Cámaras Civiles reunidas en apelación.

En 1934 adopto el sistema de unidad de competencia para legislar sobre derecho


procesal recayendo sobre el poder legislativo central la responsabilidad de dictar
las normas regulatorias del proceso, unificándose así el régimen general de la
acción rescisoria que paso a tener carácter nacional.22

1.2.5 Derecho Salvadoreño

Para el año 2003, se crea la comisión para elaborar el Anteproyecto del Código
Procesal Civil y Mercantil, el cual tomó la calidad de Proyecto de Ley, por haber
sido presentado éste por La Honorable Corte Suprema de Justicia a La Asamblea
Legislativa, con el fin de que fuera estudiado y proceder posteriormente a votación
para que se convirtiera en ley de La República. Dicho Anteproyecto sentó las
bases de un nuevo Código Procesal Civil y Mercantil, el cual entró en vigencia en
el año 2010.

En relación a los Medios de Impugnación en El Salvador, estos se encuentran


regulados en el LIBRO CUARTO DEL CODIGO PROCESAL CIVIL Y

22
Ibíd.53.

14
MERCANTIL en donde enmarca el conjunto de medios de impugnación, siendo los
recursos en sentido estricto los máximos exponentes de esta pretensión, es decir,
aquellos mecanismos legales que tienen las partes procesales que intervienen en
un proceso para atacar dichas resoluciones, cuando una de estas partes se
considera agraviada y que dicho agravio es ocasionado por la resolución judicial
emitida y por medio del cual, se pretende un nuevo examen de las cuestiones
fácticas o jurídicas que van inmersas en dicha resolución con la finalidad de que
sea anulada o sustituida por otra que le favorezca. Pero con la característica
especial de que dicha resolución aún no ha adquirido firmeza o calidad de cosa
juzgada.

Así mismo dentro de ese apartado novedosamente en el reciente Código


Procesal Civil y Mercantil, el cual entro en vigencia el uno de Julio del 2010, se
encuentra regulado lo relativo a Revisión de Sentencias Firmes o que ya hayan
adquirido calidad de Cosa Juzgada, entendiendo que dicha figura jurídica permite
la impugnación de los efectos de la sentencia recurrida como un proceso
independiente.

1.3Definición de Medios de Impugnación

El vocablo latino impugnare proviene de in y pugnare que significa luchar contra,


combatir, atacar.23El concepto de medios de impugnación alude precisamente a la
idea de luchar contra una resolución judicial.

Los Medios de impugnación24constituyen mecanismos procesales utilizados por


las partes involucradas para solicitar un examen de las resoluciones

23
José Becerra Bautista,“El Proceso Civil en México”, (Editorial Porrúa, México, 1974), 529.
24
El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española es claro al definir la palabra impugnar
como: combatir, contradecir, refutar. Interponer un recurso contra una resolución judicial.

15
judiciales pretendiendo una modificación o anulación de la misma. Su objetivo
principal es minimizar errores judiciales25

Se ha dicho que los medios de impugnación son los instrumentos de perfección


procesal, intentando lograr que los principios de legalidad y de justicia se cumplan
lo más rigurosamente posible.

Para Alcalá-Zamora, los medios de impugnación "son actos procesales de las


partes dirigidos a obtener un nuevo examen, total o limitado a determinados
extremos, y un nuevo proveimiento acerca de una resolución judicial que el
impugnador no estima apegada a Derecho, en el fondo o en la forma, o que reputa
errónea en cuanto a la fijación de los hechos"26.

Asímismo, Francisco Arrieta Gallegos sostiene que hablar de impugnación se


refiere a “Aquellos instrumentos jurídicos por medio de los cuales se pide la
rescisión de las sentencias que ya han finalizado, por lo cual la impugnación abre
un nuevo proceso por medio de una nueva pretensión diferente de la que ya fue
resuelta y que la resolución final se impugna”. 27

De las definiciones anteriores, se infiere que los medios de impugnación son


mecanismos que han sido creados por el legislador con el objetivo de modificar o
anular una resolución que haya adolecido de vicios, pretendiendo como fin último
evitar el error judicial. La facultad de invocar medios de impugnación previstos en
la Ley, está comprendida en el Derecho a la tutela judicial efectiva, es decir que
siempre que una resolución adolezca de vicios, errores o mala interpretación,
algún tipo de fraude o falsedad el agraviado puede por medio

25
Birdat, “Recursos Judiciales”, 11.
26
Alcalá Zamora, et al. “Derecho procesal penal”, Tomo III, (Ed.G.Kraft, Buenos Aires, 1945), 259.
27
Francisco Arrieta Gallegos, “Impugnación de las Resoluciones Procesales”, (Editorial la Idea, El
Salvador, 1992), 1.

16
de estos, hacer efectivo el derecho a impugnar y examinando de nuevo la
resolución se logre la enmienda, ratificación o anulación de la resolución
controvertida.

Los Medios de impugnación exigen que exista gravamen; eso quiere decir que
solo pueden impugnar la resolución, las partes que hayan sido perjudicadas en el
fallo, así mismo se aplica el principio procesal de prohibición de “reformatio in
peius” este principio implica que la revisión de la resolución no puede perjudicar al
recurrente, salvo, que, a su vez, la parte contraria hubiera impugnado la
resolución.

1.4 Definición de recurso

La palabra recurso proviene del sustantivo latino «recursos», que significa la


acción de recurrir28. Puede definirse como todo medio que concede la ley procesal
para la impugnación de las resoluciones judiciales –que puedan ser impugnadas–,
a efectos de subsanar los errores de fondo o los vicios de forma en que se haya
incurrido al dictarlas; y corresponde a la parte que en el juicio se sienta lesionada.
En general, el proceso de impugnación, según Jaime Guasp 29, recibe el nombre
de recurso, el cual puede consistir en la alteración o modificación de un proceso,
ya sea abreviándolo o modificándolo; el recurso justifica que el trabajo procesal se
repita. Para Couture los recursos son, genéricamente hablando, medios de
impugnación de los medios procesales, convirtiendo a los recursos en
instrumentos de censura de las resoluciones que no han alcanzado firmeza. El
verbo rector entonces es impugnar, o en

28
Carlos Arellano García,“Derecho Procesal Civil”, (Porrúa, México, 2005), 513. El verbo recurrir
alude también a la conducta por la que un sujeto se dirige a otro para obtener alguna cosa.
29
Jaime Guasp, “Derecho Procesal Civil”, (Instituto de Estudios Jurídicos, Madrid, España, 1968),
710-711. “Para el autor, la idea elemental de la impugnación es que se vuelve a trabajar sobre la
materia procesal ya decidida. A fin de depurar la exactitud o inexactitud de las conclusiones
procesales primariamente obtenidas. El recurso define al proceso montado con una finalidad
impugnativa, pero no supone una reproducción del proceso primitivo”.

17
otras palabras combatir, contradecir, refutar una resolución judicial. Con el
ejercicio de los recursos, la resolución dictada queda privada temporalmente de
sus efectos hasta su resolución efectiva.

Los recursos son el sector más importante de los medios de impugnación 30. Están
dirigidos a combatir resoluciones judiciales. Son instrumentos jurídicos procesales
que se pueden interponer dentro del mismo procedimiento generalmente ante un
órgano judicial superior, por violaciones cometidas en el procedimiento y en las
resoluciones judiciales. Su finalidad principal es evitar resoluciones
manifiestamente injustas, ya sea porque el juzgador incurrió en un error al
momento de emitir su pronunciamiento o porque dicha providencia no va acorde
con la realidad de los hechos. Con la entrada en vigencia del CPCM, el legislador
vuelve a confirmar la sustantividad pura de los recursos al incluirlos en la
normativa en un sentido restringido31. Al darle al recurso esta acepción restringida,
debemos concluir que dentro del ámbito del proceso existen «remedios» que no
constituyen recursos en sentido estricto. Por ej., las partes se atacan y pretenden
la descalificación de sus actos jurídicos por vía de acción y de excepción 32. Y
también aquellos actos generados por terceros –que merezcan su impugnación–
la herramienta que debe utilizarse es el «incidente de nulidad»33.

30
Héctor Fix Zamudio – José Ovalle Favela, “Derecho Procesal”, (Editorial Porrúa, México 1991),
105.
31
No incluye otros medios impugnativos como los remedios procesales que no constituyen recursos
en sentido estricto, sino más bien en sentido amplio. En tanto los «remedios procesales» tienen por
objeto la reparación de errores (ilegalidades) de todos los sujetos procesales, sin hacer distingo
entre las distintas calidades y participaciones que le cabe a los mismos en el proceso –de ahí que
también se los designe como vías de reparación– el campo de utilización y procedencia de los
recursos es, como se vio, mucho más restringido, se limita a pronunciamiento judiciales.
32
Entre ellas, la acción de caducidad de instancia contemplada en el Art. 133 CPCM, la de
incompetencia, Art. 40 CPCM, las objeciones, Art. 349 CPCM.
33
Caso típico: el ataque contra una pericia que adolece de vicios formales.

18
Los anteriores son claros ejemplos de remedios procesales, y que la legislación no
contempla como medios impugnativos, no obstante serlo. El legislador considera
únicamente como medios impugnativos los cuatro siguientes: la revocatoria, la
apelación, la casación y la revisión de la sentencia firme.

1.5 Distinción entre recurso y medio de impugnación

Es necesario continuar este punto, aclarando lo que el maestro español Juan


Montero Aroca ha expuesto con una gran claridad y precisión, distinguir entre
medios de impugnación en sentido amplio y medios de impugnación en sentido
estricto o verdaderos recursos, ―cuando se utiliza la expresión medios de
impugnación –en sentido amplio- pueden quedar comprendidos aquellos
instrumentos jurídicos por medio de los cuales se pide la rescisión de las
sentencias que han alcanzado firmeza, refiriéndose, pues, a los procesos que han
terminado ya, por lo que la impugnación abre un nuevo proceso, por medio de una
pretensión distinta de la que fue resuelta en el proceso cuya resolución final se
impugna34, de acuerdo a lo anterior, en sentido amplio, dentro del género medios
de impugnación, pueden quedar incluidos, los procesos autónomos de revisión de
las sentencias que han alcanzado firmeza, es decir, las resoluciones que han
adquirido calidad de cosa juzgada formal, ese criterio utilizó el legislador en el
Código Procesal Civil y Mercantil (CPCM) incluyendo en el libro referente a los
medios de impugnación, la Revisión de Sentencias Firmes como medio de
impugnación, articulo 540 CPCM.

Según lo mencionado anteriormente, en sentido estricto se debe entender que se


refieren a resoluciones que no han alcanzado firmeza, incidiéndose así sobre un
proceso todavía pendiente y prolongando su pendencia, por lo que

34
Juan Montero Aroca, et al. “Los Recursos en el Proceso Civil”, 30. (Tirant lo Blanch, Valencia,
España 2001), 32.

19
impiden que llegue a producirse, la llamada cosa juzgada formal. Se trata de los
verdaderos recursos, en donde el recurrente solicita se realice un nuevo examen
de lo que fue resuelto en la resolución que se recurre y en cuanto la misma le sea
desfavorable, para que se dicte otra resolución modificándola o anulándola35.

según lo anterior, dentro de los medios de impugnación en sentido estricto,


únicamente pueden quedar comprendidos, los recursos, no así los procesos
autónomos de revisión de sentencias firmes.
Esta situación hace surgir preguntas como, ¿por qué el legislador ha considerado
incorporar a la Revisión de las Sentencias Firmes dentro de este libro? El cual
trata de los recursos, ¿Es que acaso la Revisión es un Recurso? O, ¿Es esta un
nuevo proceso independiente?, pues se hace obligatorio el determinar cuál es la
naturaleza jurídica de esta última, para poder de esa forma, comprender el
contenido de dicha figura jurídica.

1.6 Fundamentos
Los medios de impugnación constituyen el control intra orgánico36, por excelencia
del órgano judicial, debido a que al estructurar a este órgano en una Corte
Suprema de Justicia, dividida en Salas, Cámaras de Segunda Instancia, y los
demás tribunales, que establezcan las leyes secundarias, se establece, a instancia
de las partes, un sistema vertical de fiscalización de la legalidad de las
actuaciones y decisiones de los órganos jurisdiccionales

35
ibid. 30.
36
Francisco Bertrand Galindo, et al., “Manual de Derecho Constitucional”, Tomo I, Tercera Edición,
(Centro de Información Jurídica, Ministerio de Justicia, San Salvador, El Salvador 1998), 275. “En
virtud del principio de independencia judicial, los Magistrados y Jueces no están sujetos a ningún
control de sus superiores jerárquicos en lo que se refiere a la forma en que deben fallar los
procesos sometidos a su conocimiento; lo están solamente a la Constitución y a las Leyes,... pero,
sus fallos están sujetos a ser controlados por el tribunal inmediato superior, por medio del sistema
de recursos o medios impugnativos y únicamente a través de tal sistema.

20
inferiores por parte de los superiores. Este sistema vertical de recursos permite,
primero, abrir la segunda instancia de los procesos mediante el Recurso de
Apelación, cuyo conocimiento se atribuye generalmente a las Cámaras de
Segunda Instancia, y segundo, el control estricto del Derecho aplicado en la
Sentencia mediante el Recurso de Casación, cuyo conocimiento se atribuye como
regla general a la Sala de lo Civil y de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia
respectivamente, mediante esta forma de organizar al poder judicial se fiscaliza
internamente el ejercicio de la jurisdicción por parte de los funcionarios judiciales
superiores a las decisiones de los inferiores.

La existencia de los recursos se basa en la natural posibilidad del error humano en


el desarrollo y decisión de los litigios por parte de los juzgadores, ya sea este error
voluntario o involuntario, material o procesal, así lo ha sostenido la doctrina de
manera unánime, ―la razón primera a que se acude para justificar y fundamentar
los recursos es la falibilidad humana, la posibilidad de error en las decisiones
judiciales, tanto en la aplicación de normas sustantivas o procesales como en la
valoración de las pruebas que conduce a la determinación de los hechos37, según
lo anterior, la contingencia del error del juzgador, que fundamenta la existencia del
recurso, puede darse cuando aplica e interpreta las normas procesales y estar
contenido en las resoluciones interlocutorias o formales, como también cuando
aplica e interpreta las normas sustantivas, y estar contenido en las resoluciones de
fondo o definitivas, sentencias, y además en la valoración de las pruebas con la
que se tienen por establecidos los hechos.

En la misma línea, Montero Aroca considera, que el fundamento de los Recursos


radica en el reconocimiento de la falibilidad humana y en la

37
Julio Picatoste Bobillo, “Los Recursos y otros de medios de impugnación de la Ley de
Enjuiciamiento Civil”, (Bosch S.A. Barcelona, 2009), 22.

21
conveniencia de que el propio juez o tribunal pueda reconsiderar y rectificar una
decisión desacertada antes de que se convierta en firme, así como en la garantía
que supone someter la corrección de un posible error en la interpretación y
aplicación de la ley, o en la valoración de las pruebas practicadas, o en la
observancia de las normas procesales, a la decisión de otro tribunal distinto,
colegiado y de mayor experiencia38, este autor, además de justificar la
conveniencia de que sea el mismo juzgador quien enmiende su error, considera
que es una garantía para las partes someter el conflicto al conocimiento y decisión
de un juzgador distinto y superior.

A diferencia de la justificación anterior de la existencia de los recursos, basado en


la falibilidad humana del juzgador, para Rives Seva, uno de los fundamentos
principales del recurso, está basado ―en el impulso o estimulo psicológico que
siente todo perjudicado de reaccionar contra resolución judicial que le es
desfavorable39 Sin duda que el agravio, es, requisito indispensable para la
procedencia de la impugnación de las resoluciones judiciales, pero esta postura
subjetiva, puede provocar la errada consideración, de que toda resolución, seria
recurrible, por el simple hecho de ser perjudicial al litigante, y a la ilimitada
procedencia del recurso contra cualquier resolución, lo cual resulta atentatorio a la
naturaleza legal de la configuración del recurso, si se parte de la idea de que el
legislador establece un recurso partiendo de la posibilidad del error del juzgador
en la decisión40

1.6.1 Motivos
La impugnación reposa en el derecho vulnerado con el acto viciado, el cual se
pretende sea restablecido mediante el perfeccionamiento del acto impugnado

38
Montero, Los Recursos en el proceso civil”, 32.
39
José María Rives Seva,“Los medios de Impugnación de las Resoluciones Judiciales y Sistema de
Recursos en la Ley de Enjuiciamiento Civil”, (Bosch, S.A., Barcelona, España), 18.
40
Así lo ha sostenido Montero,“Los Recursos en el proceso civil”, 32.

22
que puede alcanzar de esa manera su finalidad. Con el vicio o defecto supone una
trasgresión del ordenamiento jurídico, la impugnación tiende a la correcta
actuación de la ley.

Ocurre con frecuencia que las resoluciones judiciales están afectados por vicios o
errores, reales o hipotéticos, que conducen al juzgador a una desviación en su
razonamiento o motivaciones.

Los motivos de impugnación suelen dividirse así: vicios in procedendo y vicios in


iudicando.

Los primeros atañen a una inobservancia de las normas relativas al proceso y los
otros, aquellos que consisten en una violación a la ley, en una aplicación
inadecuada o en su falta de aplicación, en síntesis los primeros son de forma y los
segundos de fondo.

Se dice que “los medios de impugnación reconocen técnicamente un fundamento


jurídico y para que el acto sea impugnable sus condiciones deben presentar un
error o defecto ya sea en su contenido sustancial, estructura formal o de mera
actividad, a los actos cuyos errores estriban en su contenido sustancial son
llamados errores in iudicando y a los actos cuyos defectos están en su desarrollo
estructural o formal son llamados errores in procedendo. Tal distinción parte de la
diferente posición en la que se encuentra el juzgador frente al análisis jurídico del
asunto sometido a su conocimiento, pues cuando el error o defecto versa sobre el
juicio de valor en su contenido, se está en presencia de un vicio o error In
Iudicando, y cuando el vicio versa sobre la irregularidad de la actividad procesal a
41
través de la cual produce la decisión entonces el error es In Procedendo.”

41
Carlos Ernesto Estrada López, et al., “Los medios de impugnación y su aplicación en sus
diferentes instancias según el nuevo Código Procesal Penal Salvadoreño”,(Facultad
Multidisciplinaria De Occidente, Universidad de El Salvador, Santa Ana, 2010), 40.

23
Básicamente se distinguen como vicios de la actividad o del juicio del tribunal;
como infracción o error en el fondo o en las formas. Se dice entonces, que el error
in iudicando es un error sobre el fondo (contenido) y consiste normalmente en una
violación a la ley desaplicándola o aplicándola erróneamente, dicho en otras
palabras, el error in iudicando puede consistir, sea en la aplicación de una ley
inaplicable, la no aplicación de la que fuere aplicable o en la errónea aplicación de
ella.

En cuanto al error In Procedendo, en cambio, es la desviación de los medios que


señala el derecho procesal para la dilucidación del proceso. Son los vicios del
procedimiento, las irregularidades que afectan a los diversos actos procesales que
componen el proceso. Así por ejemplo, la infracción a las formas (inprocedendo)
que provoca la nulidad, la invalidación, lleva, generalmente, al indicius rescindeus,
de carácter negativo, que lo conduce a la anulación del acto en infracción y,
normalmente, tiene como efecto secundario, que el proceso debe de retrogradar
dado que se cometió el error.

En cambio, el vicio de fondo (error in iudicando) provoca la revocación, el indicium


rescissorium, o sea la corrección directa del error, revocando la decisión que
provoca el agravio o injusticia y colocando otra en su lugar.”42

1.7 Presupuestos procesales

Respecto de la interposición de un medio de impugnación, existen condiciones


que son de necesario cumplimiento para lograr la debida procedencia, pues, la
inobservancia o inaplicación de esas condiciones provocara una declaratoria de
improcedencia.

42
Estrada, Los medios de impugnación,39.

24
La doctrina respecto de la procedencia de los medios de impugnación ha dicho
que: “está condicionada a la concurrencia de determinados presupuestos
procesales, esto es, a la de determinadas condiciones que son necesarias no solo
para que aquellos se admitan a trámite y se sustancien, sino para que el tribunal
pueda llegar a resolver la cuestión suscitada en los mismos”43.

Estos presupuestos se dividen en: Subjetivos y Objetivos.

1.7.1 Presupuestos subjetivos


Estos requisitos se refieren a los sujetos que intervienen en la actividad
impugnativa, y se subdividen, en la competencia del órgano jurisdiccional y en la
legitimación.

1.7.1.1 La Legitimación: exige, como presupuesto subjetivo, que el medio


de impugnación sea interpuesto, por la parte, en el sentido más genérico, que está
facultada para actuar o debieron actuar en el proceso, pues solo a estas la
resolución puede inferir agravio, los medios de impugnación, dice Juan Carlos
Cabañas “corresponde instarlos a aquellos sujetos que puedan considerarse
directamente concernidos pero, además de eso, perjudicados, por la resolución
judicial dictada”44, ahora bien, quienes son estas personas que están legitimadas
para interponer los recursos, tenemos, de conformidad al artículo 501 del CPCM,
que las personas que tienen derecho a impugnar las resoluciones judiciales son
las partes.

Según la normatividad del CPCM, las partes del proceso son, de conformidad al
artículo 58 de este cuerpo normativo, el demandante, el demandado y quienes
puedan sufrir los efectos materiales de la cosa juzgada, de ahí

43
Montero, “Los Recursos en el proceso civil”, 42.
44
Juan Carlos Cabañas García, “Código Procesal Civil Comentado”, (Consejo Nacional de la
Judicatura, San Salvador, 2010), 536.

25
entonces, que la legitimidad para interponer los recursos, no está limitada
únicamente, al demandante y al demandado, sino a toda persona, natural o
jurídica, que pueda sufrir los efectos materiales de la cosa juzgada, así lo ha
sostenido el doctor Cabañas en sus comentarios al CPCM: ―el concepto de
parte… –dice- “no puede limitarse a quien de manera efectiva alcanzo esa
condición en el procedimiento previo, sino que la dicción legal ha de tomarse con
un alcance amplio, esto es, también respecto de quienes podían haber sido parte
y no lo fueron por causas ajenas a su voluntad y a quienes, además, la ley les
inviste del derecho a ser oídos y en este caso a cuestionar el tenor de la decisión
adoptada a sus espaldas”45.

1.7.1.2 Competencia

Este presupuesto subjetivo de procedencia, exige, que el medio de impugnación


sea interpuesto ante el órgano jurisdiccional al que corresponde funcionalmente el
conocimiento y decisión del medio de impugnación, así según Montero Aroca “la
determinación del órgano jurisdiccional competente para conocer forma parte de la
llamada competencia funcional, y la misma se fija atendiendo, bien al tipo de
recurso (devolutivo o no), bien al órgano que conoció la anterior instancia, bien a
los motivos del recurso”46, estos últimos, constituyen, según este autor, criterios
para determinar a quién corresponde funcionalmente el conocimiento de los
recursos, para que sean interpuestos ante el órgano competente, y evitar la
declaratoria de improcedencia del recurso por ser interpuesto ante un órgano
incompetente al cual no corresponde su decisión y conocimiento.

Es pertinente dejar bien claro esto, respecto de los presupuestos procesales de


procedencia de los medios de impugnación: no basta que concurra uno o

45
Ibíd. 534.
46
Montero, Los Recursos en el proceso civil, 42.

26
algunos de los presupuestos de procedencia, sino que es necesaria e
imprescindible la concurrencia de todos, y la ausencia de uno de ellos deviene en
la improcedencia del recurso, por tanto, solo si se cumplen todos los anteriores
presupuestos debe declararse la procedencia del recurso, pero faltando cualquiera
de los anteriores presupuestos, recurribilidad, agravio, competencia o legitimación,
debe declararse improcedente.

1.7.2 Presupuestos objetivos


Estos presupuestos procesales, se subdividen, a su vez, en la recurribilidad de la
resolución y el agravio.

1.7.2.1 Recurribilidad de la resolución: dice Montero Aroca, “en principio,


todas las resoluciones judiciales son recurribles, a no ser que la ley disponga
expresamente lo contrario. La admisión del recurso solo es posible si la resolución
recurrida por la parte es susceptible de impugnación y precisamente por el recurso
que la parte interpone”47, de lo anterior podemos inferir, en principio, que toda
resolución es recurrible, por el medio de impugnación que la ley de manera previa
establece; y segundo, para que un recurso sea procedente objetivamente, es
menester, que el recurso interpuesto por el recurrente sea aquel que legalmente
procede contra la resolución.

En ese sentido, se afirma lo siguiente: la resolución para que sea recurrible no


basta la procedencia legal del recurso sino que es necesario además que la parte
use aquel medio de impugnación adecuado 48 que la ley ha reservado contra la
resolución que impugna.

47
Montero, Los Recursos en el proceso civil, 44.
48
La importancia de invocar correctamente el medio de impugnación que la parte interpone, es de
vital importancia, así ha sido declarado por nuestra Sala de lo Civil en un caso concreto: REF. 22-
CAC-2009. 17/09/2009. “En el primero de los escritos, los impetrantes interponen

27
1.7.2.2 El agravio: El agravio, constituye un presupuesto objetivo de
procedencia, que exige, que el recurso o medio de impugnación sea interpuesto,
para que proceda, por la parte a quien la resolución perjudica, lesiona o infiere
agravio, es menester para que el recurso sea procedente objetivamente “que la
resolución cause un perjuicio a la parte que la impugna, es decir, que le sea total o
parcialmente desfavorable o, lo que es igual que le suponga un gravamen” 49

El Doctor Juan Carlos García en los comentarios al CPCM explica: la forma de


determinar cuándo una resolución determinada infiere agravio a una de las partes
del proceso, así, según este autor “el gravamen para impugnar se mide, en primer
lugar, cotejando el contenido del fallo de la resolución atacada, de un lado, con el
petitum del escrito principal presentado en ese procedimiento por la parte
(demanda, contestación, reconvención y en su caso el de interposición de la
apelación), de otro lado; esto es, el escrito donde se contengan las solicitudes de
tutela jurisdiccional formuladas y de tal guisa desestimadas, total o
50
parcialmente” , el agravio excluye por tanto, toda posibilidad, de que la resolución
pueda ser impugnada por aquella parte a quien la resolución beneficia o favorece,
acogiendo sus pretensiones, así el legislador ha establecido, a tono con la
doctrina, que únicamente tendrán derecho a recurrir las partes gravadas por la
resolución que se impugna, de conformidad al artículo 501 del CPCM.

recurso de revisión de la interlocutoria que declara inadmisible el recurso de casación, y por medio
del segundo de los escritos, debe entenderse que lo pedido es un recurso de revocatoria”
Analizado el contenido de lo solicitado en los escritos interpuestos, se aclara que lo solicitado en
los mismos, no es procedente, ni en virtud del recurso de revisión, ni como recurso de revocatoria.
49
Montero, Los Recursos en el proceso Civil, 45.
50
Cabañas, “Código Procesal Comentado”, 536.

28
1.8 Presupuestos de admisibilidad
La admisibilidad, está condicionada, al cumplimiento estricto de los requisitos
establecidos en la ley, estos requisitos son: el plazo y la forma.

El incumplimiento de los presupuestos procesales produce la declaratoria de


improcedencia del recurso, mientras que el incumplimiento de los requisitos de
admisibilidad, produce la declaratoria de inadmisibilidad del recurso.

1.8.1 El Plazo

Este requisito supone, que este, ha de interponerse, para ser admitido, en el lapso
de tiempo que establece la ley, dicho plazo es de naturaleza legal, sin que sea
posible ampliarlo a un número mayor de días, ni siquiera a petición de parte, y no
requiere, en principio, para que sea declarado inadmisible, que la contraparte así
lo solicite, de ahí entonces la facultad del tribunal de declarar de oficio inadmisible
un medio de impugnación, cuándo sea interpuesto extemporáneamente, de lo
dicho podemos inferir que el incumplimiento de este requisito de admisibilidad
produce la declaración de inadmisibilidad ”51, sin entrar a conocer el fondo del
mismo.

1.8.2 La forma de presentación

La forma de interposición, constituye en esencia un presupuesto de su


admisibilidad, cuyo incumplimiento o inobservancia produce la declaratoria de
inadmisibilidad por parte del tribunal52, siendo que en algunos casos, como en

51
Así ha quedado establecida por nuestra Sala de lo Civil la consecuencia de la interposición
extemporánea de los recursos: REF. 22-CAC-2009. 17/09/2009. “Analizado el contenido de lo
solicitado por los señores Gil Castro y Galeano Escalante en los escritos interpuestos, se aclara
que lo solicitado en los mismos, no es procedente, ni en virtud del recurso de revisión, ni como
recurso de revocatoria; pues, el primero no está contemplado para este tipo de resoluciones, y
tratándose de una revocatoria, ésta debe interponerse el mismo día o al siguiente de la
notificación, Art. 426 Pr. C.
52
En Materia del Recurso de Casación el cumplimiento de los requisitos de forma reviste una
especial importancia pues su incumpliendo deviene en la inadmisibilidad del recurso de

29
el recurso de casación, la forma del recurso, es de tal importancia, que no admite
ningún tipo de prevención53.

Los requisitos de forma se pueden dividir en generales y especiales. Los


generales son aquellos que deben observarse en todos los escritos presentados
ante el tribunal, entre ellos tenemos, de conformidad al artículo 160 del CPCM, los
requisitos mínimos de todo escrito son: primero, deben ser legibles, evitando
cualquier confusión, oscuridad, ambigüedad; segundo, no deben contener
expresiones ofensivas, tanto para referirse al juzgador como para referirse a la
contraparte; tercero, debe de consignarse el encabezamiento de los datos
identificadores del expediente, numero de asignación al proceso, identificación del
tribunal al que va dirigida, identificación de las partes y procuradores, etc.; cuarto,
se debe expresar con claridad lo que se pretende, es decir, la pretensión, lo que
se espera recibir del tribunal con la presentación del escrito; quinto, deben ser
suscritos y sellados por el abogado que los presenta; sexto, de todo escrito se
debe de acompañar tantas copias como sujetos procesales hayan de ser
notificados, más una, según lo establecido en el artículo 162 del CPCM; y séptimo,
deben de estar escritos en castellano, de conformidad a lo dispuesto en el artículo
148 del CPCM. Los requisitos especiales, son aquellos que corresponden

el impetrante deberá puntualizar la causa genérica y sub-motivo en que se fundamenta el mismo”.


53
Este ha sido el criterio de nuestra Sala de lo Civil respecto a la posibilidad de realizar
prevenciones en materia del recurso de casación: REF. 43-CAC-2008. 24/09/2009. “Al respecto, se
aclara al recurrente que la casación, constituye un recurso extraordinario y de estricto derecho,
cuya finalidad es la protección de la norma jurídica y del derecho de los litigantes a través del
cumplimiento de la Ley; en tal virtud, no constituye una tercera instancia, sino un medio para
denunciar las infracciones jurídicas en los casos establecidos por la Ley. En ese sentido, no es
válido, a través del recurso de casación, pretender que por la vía de la prevención, puedan
corregirse errores manifiestos, como la legitimación de la personería, ya que este tipo de
subsanaciones, han sido otorgadas para las instancias, pues la casación únicamente admite la
prevención, respecto del número de copias y para aquellos casos en los que habiéndose
interpuesto el recurso en tiempo y forma, según los requisitos que exige el Art. 10 Ley de
Casación, sea necesaria la ampliación de uno de ellos.

30
exclusivamente a cada tipo de medio de impugnación, requisitos de forma que
deben ser abordados de acuerdo a cada tipo de medio.

Al igual que los presupuestos de procedencia, en los requisitos de admisibilidad


deben de observarse todos, y la ausencia de uno de estos dos requisitos, plazo o
forma, deviene en la inadmisibilidad del recurso.

1.8 Finalidad
El sistema de medios de impugnación que el legislador establece, en la estructura
de cada proceso, para que las partes puedan controlar la legalidad de las
resoluciones, se hace partiendo de la posibilidad del error de un primer tribunal y
para que el segundo corrija ese error, con lo que se está pretendiendo una más
perfecta aplicación del derecho en el caso concreto, pero también es posible que
la finalidad del establecimiento de un medio impugnativo sea más bien la
unificación en la interpretación del derecho, es decir, la unificación de la
jurisprudencia, con la seguridad jurídica general que ello supone 54. La finalidad
dela impugnación, resulta evidente, si el fundamento de estos es, la falibilidad
humana, la finalidad debe estar encaminada a la corrección de ese error, vicio,
injusticia o ilegalidad contenido en la resolución, ya sea por el mismo juzgador que
cometió el error o por uno distinto y superior, pero este autor, va más allá en la
finalidad, no limitándola exclusivamente, a corregir el error contenido en la
resolución, sino que también, considera que puede perseguirse, además de
corregir el error contenido en la resolución, un fin unificador en la aplicación del
derecho, finalidad que, como paradigma tipo, la doctrina considera que persigue
actualmente el recurso de casación55.

54
Montero,“Los Recursos en el Proceso Civil”, 32.
55
Este ha sido el criterio reiterado de la jurisprudencia de nuestra Sala de lo Civil respecto a la
finalidad del recurso de casación: REF. 244 -CAC-2008. 30/03/2011.―La casación tiene por
finalidad uniformar la jurisprudencia, a efecto de evitar en la medida de lo posible, las

31
1.10 Efectos
Antes de entrar a conocer los efectos de los medios de impugnación, es necesario
aclarar que la “aspiración a la revisión de los actos es natural y la jurisdicción se
organiza de modo que no se agota en un mero acto, sino que continúa en las
etapas revisivas. Por ello, vemos la impugnación como un efecto revisivo natural,
que tiende a perfeccionar las decisiones judiciales en busca de la justicia, y por
consiguiente el perfeccionamiento de la actividad jurisdiccional. Por lo tanto, posee
propios y específicos efectos como lo son:

a) Efecto devolutivo. Dentro de los efectos de la impugnación, se encuentra el


efecto devolutivo, el cual constituye el efecto connatural y esencial de la misma,
conforme a la aspiración de la revisión del acto por otro órgano (superior), es el
efecto devolutivo el que responde a una designación de origen histórico que
consiste en el desprendimiento de la jurisdicción del órgano que dictó el acto y,
frente a la impugnación, es que ocurre la entrega de la jurisdicción (facultad de
juzgar) al superior.

Pero si bien es cierto, que constituye el efecto connatural y esencial de la


impugnación, no todos los medios de impugnación son devolutivos, puesto que
existen algunos que se resuelven ante el mismo órgano que dictó el acto. Siendo
la regla lo contrario, como explicamos, a pesar de que se considera

interpretaciones varias y distintas sobre lo que ordena una misma disposición, sin que ello
signifique afectar la independencia judicial, por el contrario de lo que se trata es de guardar el
derecho a la igualdad en el trámite de los procesos, lo que lleva a impartir una justicia equitativa, fin
este de todo el ordenamiento jurídico. REF. 101-CAC-2009. 18/05/2009. El recurso de casación,
extraordinario, de estricto derecho, que no constituye instancia, tiene por objeto no simplemente el
saneamiento del error cometido en segunda instancia (sea éste in iudicando o in procedendo), sino
la uniformidad en la aplicación de la ley, con la finalidad de evitar sentencias contradictorias entre
tribunales. La Seguridad Jurídica constituye el fundamento de lo relacionado, a fin de que los
tribunales no interpreten ni apliquen de manera contradictoria la ley; pero dejando claro que la
facultad de revisión en actuaciones del Órgano judicial realizada por la vía casaciónal, es de mera
legalidad.”

32
necesario el juzgamiento por el órgano superior y entendiendo que el inferior agotó
la posibilidad de juzgar.

b) Efecto suspensivo. Debe señalarse que este efecto de la impugnación supone


en principio, que la introducción del acto impugnativo impide el cumplimiento del
acto impugnado. Lo cual significa que el acto impugnado no puede ejecutarse,
quedando en suspenso al ser denunciado por ilicitud o invalidez; lo que tiene cierta
lógica, puesto que si se da la garantía de la revisión por el órgano superior no
parece razonable que el acto impugnado se cumpla.

Ahora bien, la afirmación hecha de que la suspensión solo alcanza el acto


impugnado, significa que en principio, no afecta los demás actos, ni el desarrollo
del procedimiento mismo, salvo que la continuación de este sea incompatible con
la impugnación o la posible revisión del acto.

c) Efecto extensivo o Comunicante. Este efecto de la impugnación consiste en que


se extiende a la parte que no realizó el acto impugnativo, pero que se halla en
situación idéntica de aquel que impugna la resolución (litisconsorcio), que le
provoca un perjuicio a sus intereses porque entre estos hay una relación
dependiente.

De esta manera el efecto extensivo surge, a veces, de normas legales expresas,


pero la cuestión se hace más discutible cuando no existe tal norma expresa,
concluyendo la doctrina moderna que cabe admitir dicho efecto extensivo cuando
la relación sustancial, objeto del proceso, resulta inescindible, en los casos de
pluralidad de titulares de ella, que han sido parte en el proceso, teniendo una
especial connotación bajo el principio de litisconsorcio unitario, que reclama un
tratamiento idéntico en situaciones que

33
no pueden ser escindidas jurídicamente, por razones de derecho material, por lo
que reclaman la misma solución procesal.

Por último se dirá, que se trata de un instituto que sólo se da cuando la naturaleza
de la relación jurídica así lo exige por su inescindibilidad (unitariedad), sino rige el
principio general de la personalidad del recurso. Aquí se da una contradicción
entre dos principios que son, el de la personalidad y el de la unidad, conexión o
acumulación. Frente a esto hay que decidir, cuál de los dos principios va a
predominar, el primero que llevaría a resolver la misma situación en forma
diferente y con fallos contradictorios o, el segundo, que requiere tratamiento
unitario y aún conjunto de las mismas situaciones.56

56
Vescovi, “Los Recursos Judiciales”, 55- 58.

34
CAPITULO II

ASPECTOS GENERALES SOBRE LA COSA JUZGADA

Para analizar la revisión de la Sentencia Firme, su procedimiento y aplicación, es


necesario estudiar la institución de «la Cosa Juzgada». Ésta es muy importante,
porque le proporciona a los sujetos procesales la seguridad de la inamovilidad de
las resoluciones que se pronunciaron en los procesos que aquéllos participaron.
Asimismo es significativa, porque con base en ella se determina qué tipo de
resolución puede ser objeto del recurso de revisión, además de que contribuye a
determinar la correcta aplicación de la revisión.

2.2 Consideraciones preliminares

La cosa juzgada, como “fin del proceso y atributo de la jurisdicción”, es la fuerza


que adquiere un resultado procesal una vez firme, que impide que su objeto
vuelva a ser sometido a un nuevo conocimiento judicial en vía de recurso, o pueda
volver a ser atacado en otro proceso judicial idéntico. En el primer caso, se habla
de cosa juzgada formal, y en el segundo, de cosa juzgada material.

2.3Cosa juzgada en general

La cosa juzgada es la institución procesal que constituye la máxima expresión de


seguridad jurídica, en el ámbito jurisdiccional, para los sujetos procesales,
evitando especialmente el doble juzgamiento, con su principal efecto de la firmeza
de las resoluciones. Tradicionalmente, en El Salvador se ha presentado la cosa
juzgada con un único rostro, que se resume en la inmutabilidad de las
resoluciones. Esto ha estado reflejado en las normas

35
procesales preconstitucionales como el CPrC de 1882, e inclusive desde la óptica
de las normas constitucionales, lo cual impide el correcto entendimiento sobre los
efectos de dicha figura57. Pero esa única dimensión a la cual han aludido nuestras
normas e incluso la jurisprudencia salvadoreña, no está acorde ni con la doctrina,
ni con las legislaciones iberoamericanas, que la dividen en las dos vertientes de
cosa juzgada material y formal.

2.3.1 Cosa juzgada formal

No todas las sentencias definitivas son inalterables58, es por ello que buena parte
de la doctrina ha realizado la distinción entre cosa juzgada formal y material. El
ámbito de la cosa juzgada formal será la inatacabilidad de un fallo dentro de un
mismo proceso. El efecto de la cosa juzgada formal sólo se produce en aquellas
sentencias expresamente determinadas. En otras palabras, habilita un nuevo
juzgamiento, a pesar de existir identidad de sujetos procesales y el objeto del
proceso. Por lo tanto, la cosa juzgada formal adquiere el efecto de inmutabilidad
únicamente en ese proceso en particular, lo cual no es vinculante para la iniciación
de otro proceso posterior sobre el mismo asunto.

Para Montero Aroca59 la cosa juzgada formal es un efecto interno de las


resoluciones judiciales. Ya que se refiere al proceso mismo en el que la resolución
se dicta, por el cual las partes y el tribunal no podrán desconocer lo decidido en
dicha resolución. Para Liebman, la cosa juzgada formal es «la inmutabilidad de la
sentencia como acto procesal», por el contrario para Carnelutti es simplemente
«una prohibición al Juez de volver a decidir el litigio ya decidido», pero esta última
postura no hace en realidad referencia a la cosa

57
Canales, “Código Procesal Civil Comentado”, 218.
58
Hitters, “Revisión de la Cosa Juzgada”, 132.
59
Montero, “El Nuevo Proceso Civil”, 609.

36
juzgada formal si no a la material. Según lo expresado por Hugo Pereira
Anabalón60, la cosa juzgada formal es «el efecto de inimpugnabilidad de una
sentencia judicial firme o ejecutoriada o también es la preclusión de los medios de
impugnación de una sentencia judicial, que no se hace por eso irrevocable».

Este último concepto sería el más completo, pues a criterio de Pereira Anabalón,
sin desmerecer la opinión de los otros doctrinarios, contiene todos los elementos.
Se dice que la cosa juzgada formal es un presupuesto o condición previa para la
existencia de la cosa juzgada material, ya que para que ésta produzca sus efectos
es necesario que la sentencia esté firme. Couture61 apoya esta afirmación, pues
es necesario tener la formalidad para poder pasar a la sustancial, ya que
constituye un antecedente necesario sin el cual no es posible llegar a ésta.
Asimismo es necesaria la preclusión de todos los medios impugnativos para que
opere. Esta situación no ocurre a la inversa, ya que no es requisito la existencia de
la cosa juzgada material para que pueda optarse por la cosa juzgada formal 62. Por
el contrario en el CPCM, sólo cuando la ley lo diga de manera expresa se podrá
contar con una resolución con efectos de cosa juzgada formal. Como, por ej., en el
proceso ejecutivo, Art. 470 CPCM, los procesos posesorios, Art. 476 CPCM, y los
procesos por desocupación a causa de mora, Art. 486 CPCM, y para los autos
definitivos se entiende en forma general, ej., el desistimiento de la instancia, Art.
130 inc. 3° CPCM, la improponibilidad e inadmisibilidad de la demanda, Art. 277 y
278 CPCM, y los distintos supuestos de incomparecencia regulados en los Arts.

60
Hugo Pereira Anabalon, “La Cosa Juzgada Formal en el Procedimiento Civil Chileno”, (Jurídica
de Chile, Santiago, Chile, 1954), 77.
61
Couture, “Fundamentos del Derecho Procesal Civil”, 341.
62
Pereira, “La Cosa Juzgada Formal, 79. Un ej. de sentencia con efectos de cosa juzgada formal,
es la dictada en un proceso de alimentos. La firmeza no puede ser sustancial porque el fallo por su
naturaleza queda sujeto a modificaciones posteriores, como cuando cesa la necesidad del
alimentario o el alimentante ya no tiene capacidad económica para prestarlos.

37
291 y 405 CPCM. Pero aun así esta regla no es absoluta, ya que cuando la ley lo
determine no podrá volverse a pelear en procesos posteriores, otorgándoles a
dichas decisiones entonces el efecto de la cosa juzgada material; ej. de esto
último es la renuncia de la pretensión del Art. 129 CPCM. La cosa juzgada formal
no puede ser atacada por los medios impugnativos ordinarios y es vinculante
únicamente al proceso en cuestión. Pero esto no impide que los efectos de la
sentencia puedan desvirtuarse en un proceso posterior.

2.3.2 Cosa juzgada material

También conocida como cosa juzgada sustancial o de fondo, es otra vertiente de


la cosa juzgada y es un fenómeno jurídico único63. Sus consecuencias son
distintas en atención al ámbito en que se produce; se refiere principalmente a un
proceso distinto. La cosa juzgada material la produce únicamente aquella
sentencia que resuelve el fondo del asunto. Por lo tanto, la sentencia que produce
efectos de cosa juzgada material tiene además fuerza coercitiva 64, pues aquélla
puede atacar un proceso distinto y posterior, siempre que éste verse sobre el
fondo del asunto que la primera resolvió, es decir, que tenga una vinculación
directa e irrefutable con la pretensión que se conoció en el originario. En resumen,
su característica es externa porque sus efectos se producen a posteriori,
reflejándose en otro proceso posterior.

La cosa juzgada sustancial existe cuando a la condición de inimpugnable en el


mismo proceso se une la inmutabilidad de la sentencia en otro juicio

63
Montero, “El Nuevo Proceso Civil”, 610. Representa la certeza absoluta, cuando una resolución
adquiere este efecto de cosa juzgada material, permanece inmutable y ofrece una seguridad
completa de su derecho.
64
Pereira, La cosa Juzgada formal, 78.

38
posterior65. En ese mismo sentido Couture señala que para que exista la cosa
juzgada material es necesario per se la existencia de la cosa juzgada formal66.

Lo que constituye a esta última en un presupuesto de la cosa juzgada material 67.


También representa la preclusión de todos los recursos que hubieren sido
susceptibles de interposición en su contra, debido a que no significa más que la
estabilidad de todos los actos procesales en el desarrollo de un proceso. Puede
decirse entonces que la institución de la cosa juzgada tiene por base esa
inimpugnabilidad y definitividad de la sentencia dentro del proceso –preclusión–;
su firmeza o inmutabilidad debe ser respetada fuera del proceso o en cualquier
otro proceso en el que se pretenda deducir la misma pretensión.

Lo anterior ocurre debido a que cuando a la sentencia se le otorga ese valor no es


posible revisar lo fallado por el juez, ni mucho menos pronunciarse sobre su
contenido en un proceso posterior, o por cualquier otra circunstancia que podría
presentarse. Por tal razón, el juez ante quien se presente el nuevo proceso debe
abstenerse de fallar sobre el fondo del asunto pretendido en la nueva demanda.
La inmutabilidad sería entonces la característica principal de la cosa juzgada
material, haciéndola indiscutible68. Esto ocurre por la sencilla razón de que si, en
un momento determinado, en otro proceso se quiere intentar nuevamente la
pretensión sobre los mismos hechos, opera como excepción para el demandado,
siendo este el medio que la ley establece para hacer efectiva la eficacia de la
autoridad de la cosa juzgada.

65
AngelAscencio Romero, “La Cosa Juzgada, un tema para reflexionar”, (Trillas, México, 2006), 17.
66
Couture, Fundamentos del Derecho procesal civil, 341.
67
Pereira, La Cosa juzgada formal, 79.
68
Hitters, La Revisión de la Cosa Juzgada, 133.

39
La jurisprudencia salvadoreña en materia civil se ha referido a la cosa juzgada
material o sustancial como «aquella sentencia que aunada a la calidad de
ininpugnabilidad mediante otro recurso, se le agrega la condición de inmutabilidad
en cualquier otro procedimiento posterior»69. El CPCM en el Art. 520 hace una
referencia directa al término cosa juzgada material, y por ende reconoce la
existencia de la división de la cosa juzgada que la doctrina realizó por muchos
años y que hoy en día parece estar en decadencia. De ahí se puede señalar que
aunque sea tácitamente la normativa divide entre ambas. Anterior a esto, no
existía un asidero legal que hablara de la división de la cosa juzgada, pero sí
había pronunciamientos de las Salas de lo Civil y de lo Constitucional al
respecto70.

Como ya se mencionó, los Arts. 230 y 231 CPCM hablan de la cosa juzgada. Este
último Art. establece los elementos necesarios para señalar que se refiere a la
cosa juzgada material, ya que al incidir sus efectos en otro proceso posterior, que
reúna el mismo objeto, sujetos y causa, necesariamente está vinculado a este
primer fallo. Esto evita que las discusiones jurídicas se prolonguen, que existan
fallos repetitivos y contradictorios de una situación ya resuelta71. De igual manera
imprime la necesidad de la división de la cosa juzgada en formal y material, puesto
que cada una cumple una función específica y única, que a mi entender no puede
ser tomada de forma irrelevante. Por ello se disiente de la posición de Montero
Aroca y Nieva Fenoll, puesto que la cosa juzgada formal refiere a un proceso
específico, que no obstante pueda ser ventilado su objeto en otro posterior, esto
no afecta la

69
Sentencia definitiva de casación, Sala de lo Civil, 18/12/02, Exp. Ca. 108 -2002, aclaró que con
base en la jurisprudencia puede alegarse como excepción, siempre que concurra la triple identidad.
70
Sentencia definitiva de hábeas corpus, 24/09/10, Exp.19-2009, Sentencia definitiva de casación,
Sala de lo Civil, 18/12/02, Exp. Ca. 108 -2002. Centro de Documentación Judicial.
71
Andresde la Oliva Santos, “Derecho Procesal Civil”, (El Proceso de Declaración 3ra Edición),
105.

40
firmeza e inmutabilidad que imprime la cosa juzgada formal dentro de esa
instancia de conocimiento, que ya fue cerrada y que no puede reabrirse por
ninguna causa. Y la cosa juzgada material, la cual no ha sido cuestionada, que se
resume en que no puede ser ventilada en ese proceso y en otro por ser definitiva e
intocable su discusión.

2.3 Límites de la cosa juzgada.


Es simple el concepto que define el término límite este haciendo alusión a que se
utiliza convencionalmente para separar territorios. Ahora se debe determinar
cuáles son esos territorios a separar en materia procesal civil. Para Ugo Rocco
determinar esos «límites» es una tarea ardua y compleja, pues la doctrina no ha
fijado una solución de carácter general. Por el contrario, se ha limitado en muchas
legislaciones al texto legal, que es en suma insuficiente ya que en muchos casos
fue decretado sin madurar los conceptos básicos y sin aclararlos suficientemente,
proporcionando resultados insuficientes o completamente erróneos. Ahora bien,
continúa señalando el autor, esta solución a los límites debe encontrarse en el
conjunto de normas generales que rigen el proceso mismo, por ser parte esencial
de la teoría general del proceso civil72 y los divide en límites subjetivos y objetivos.

De igual manera los limita Hugo Pereira Anabalón. Éste señala, en alusión a la
denominada relatividad de la cosa juzgada73, tres aspectos referentes,

72
Ugo Rocco, “Tratado de Derecho Procesal Civil”, volumen II, parte general, (Temis de Palma,
Bogotá y Buenos Aires, 1976), 351.
73
De acuerdo a la doctrina clásica, es la autoridad de la cosa juzgada que rige para las partes que
han intervenido jurídicamente en el litigio. No alcanzan a las personas ajenas al juicio, así lo
reconocen los CC chileno y colombiano en sus Art. 3 y 17, respectivamente, aseverando que «las
sentencias judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente
se pronuncien». En El Salvador el Código Civil suprimió esa parte al Art. 3, incluyendo la
obligatoriedad de la interpretación auténtica de la CNS que le corresponde a la Asamblea
Legislativa que según las nuevas tendencias jurisprudenciales se debe subordinar a la
interpretación constitucional de la Sala.

41
respectivamente, a las personas que legalmente fueron partes en el juicio, como
un límite subjetivo y con respecto al objeto pedido y a la causa de pedir, como
límites objetivos74. Por su parte, Hitters únicamente hace referencia a los límites
temporales, aduciendo que el límite temporal de la cosa juzgada depende
únicamente del tiempo, en cuanto a la posibilidad de que el fallo puede ser
alterado, bajo la óptica del ámbito cronológico de la cosa juzgada 75. En esta
oportunidad, con base en la vinculación que conlleva la cosa juzgada material con
relación a otro u otros procesos posteriores, y con relación a que únicamente
podrá oponerse cuando exista identidad de sujetos, objeto y causa, es necesario
tocar los tres límites, el subjetivo, objetivo y temporal.

2.4.1 Límites subjetivos

Como ya se mencionó, la cosa juzgada sólo obliga a las partes del proceso en el
que recayó la sentencia firme. Lo anterior señala la regla general de acuerdo a la
doctrina clásica. El Art. 58 del CPCM establece que son partes en un proceso el
demandante, el demandado y quienes puedan sufrir los efectos materiales de la
cosa juzgada, es decir, la normativa dice quiénes pueden ser parte en un proceso.

2.4.2 Límites objetivos

El valor normativo de la cosa juzgada tiene límites, así lo afirman los autores
Arturo Alessandri Rodríguez y Manuel Somarriva Undurraga. La cosa juzgada
obliga respecto de determinada materia de la cual el juicio versó. Y aquélla se
determina por el contenido de la demanda, que lo da la cosa pedida y la causa

74
Pereira, La cosa juzgada formal, 52.
75
Hitters, “La Revisión de la cosa juzgada”, 142.

42
de pedir76. Cuando hablamos de límites objetivos, nos referimos directamente al
objeto del proceso, y tal como lo señalan los autores, para que aquéllos existan
son necesarias dos situaciones fundamentales: la identidad de la cosa pedida y de
la causa de pedir. El demandante plantea en la demanda su pretensión, pero ésta,
al ser el objeto del proceso precisamente, puede desestimarse.

2.4.3 Límites temporales

El objeto del proceso, no es lo mismo que el objeto de la cosa juzgada. De igual


manera ocurre con los límites temporales de la sentencia y los límites de la cosa
juzgada. HITTERS señala que por los límites temporales de la sentencia debe de
entenderse el periodo de tiempo que trascurre entre el nacimiento de la resolución
y cuando por alguna razón ésta deja de producir sus efectos. Situación contraria
ocurre con la cosa juzgada, donde sus límites temporales se restringen a la
posibilidad de que el fallo pueda ser alterado 77, haciendo desaparecer no la fuerza
total de la misma, si no el especial efecto de la intocabilidad, elemento
indudablemente característico de la cosa juzgada.

A pesar de que el efecto principal que imprime la cosa juzgada a la sentencia es la


inmutabilidad del fallo, existe una posibilidad de revertir la firmeza adquirida
mediante un recurso franqueado en la ley, lo cual representa una de las
verdaderas innovaciones de la ley procesal. Los Arts. 544, 545 y 546 CPCM
establecen los límites temporales de la cosa juzgada. La primera disposición legal
otorga el plazo máximo de 2 años para la interposición de la revisión de la
sentencia firme, que es el medio idóneo que la ley concede para realizar las
mutaciones de las sentencias pasadas en autoridad de cosa juzgada. En los

76
Alessandri, “Tratado deDerecho Civil, 149.
77
Hitters, “La Revisión de Sentencia firme”, 142.

43
otros dos preceptos se establecen plazos especiales en los cuales puede iniciarse
esta acción. Para los casos en que se logren descubrir los documentos decisivos,
el cohecho, la violencia o el fraude o en que se hubiese reconocido o declarado la
falsedad, no podrá interponerse después de haber trascurrido 3 meses de su
hallazgo. El mismo plazo de 3 meses es otorgado al rebelde cuando se le notifica
la sentencia, y cuando la notificación fuera hecha personalmente al rebelde la ley
le otorga 30 días para interponer la revisión.

Únicamente se podrán prorrogar estos últimos si subsiste la fuerza mayor que


hubiese impedido su comparecencia, pero jamás podrá ser mayor a los dos años.
Todos los plazos conllevan la caducidad, es decir que una vez concluidos la
sentencia queda firme e inmutable. Estas mutaciones únicamente procederán en
los casos establecidos en los Arts. 541 y 542 CPCM y sólo operan en el caso de la
cosa juzgada material, puesto que es requisito indispensable que la resolución
esté firme para que proceda la revisión. Para finalizar, antes de la entrada en
vigencia del CPCM únicamente se podía atacar la inmutabilidad de la cosa
juzgada mediante el proceso de amparo78, tal y como se señaló al inicio de este
capítulo. Por otra parte, la Sala de lo Constitucional ha considerado que si en un
proceso en el que ha habido violación a un derecho constitucional ya existe
sentencia ejecutoriada, la cosa juzgada en esos casos79 es únicamente de tipo
formal, posibilitándose así la revisión de esa sentencia80.

78
Asimismo, la Sala de lo Constitucional ha señalado que «el amparo es un mecanismo procesal
constitucional […], que tiene por objeto dar una protección reforzada de los derechos u otras
categorías jurídicas subjetivas protegibles de rango constitucional consagrados a favor de los
gobernados frente a los actos u omisiones de autoridades públicas o particulares que los violen,
restrinjan u obstaculicen su ejercicio». Cfr. Inadmisibilidad de amparo, 18/04/01, Exp. 114-2001.
Centro de Documentación Judicial. Vid. Sentencias definitivas de Amparo, Exp. 493-2009 y 548-
2009.
79
El análisis constitucional de la cosa juzgada, donde se amplía dicha información.
80
Sentencia definitiva de amparo, 23/07/98, Exp. 34-S-95. Centro de DocumentaciónJudicial.

44
CAPITULO III

CUESTIONES GENERALES SOBRE EL PROCESO DE REVISIÓN SENTENCIA


FIRME

El estudio de un proceso sui generis del derecho procesal como es el de Revisión


de Sentencias Firmes, requiere que se inicie de una aproximación de la figura,
acercándose a sus antecedentes y, de esta forma consolidar el establecimiento de
la naturaleza jurídica de la institución jurídica en cuestión. Conocer la naturaleza
abre las puertas al estudio mas especifico de la figura, se establece una definición,
los presupuestos procesales y las causas que la motivan.

3.1 Procedencia de la figura

La revisión de la sentencia firme constituye la única de los excepcionales institutos


procesales que permiten volver a conocer cuestiones ya decididas por sentencia
firme, contrariando el principio de que lo resuelto es inmodificable y de obligatorio
cumplimiento. Representa una verdadera novedad en nuestro ordenamiento
jurídico vigente. El CPrPn también contempla la revisión, pero tiene poca
aplicación práctica, esto fomenta que sea poco conocida, a pesar de ello no es
una figura extraña en nuestra legislación. La revisión de la sentencia firme como
tal, representa en sí una figura compleja. Su introducción en nuestro ordenamiento
jurídico acarrea más dudas en cuanto a su aplicación, de lo que se puede haber
creído, no en vano en el primer borrador del anteproyecto se omitió. La comisión
redactora finalmente la incorporó con un formato casi similar al que posee en la
LEC

45
española, con la diferencia que en nuestra legislación fue incorporada en el
capítulo que contiene los medios impugnativos, por lo cual se infiere que el
legislador lo consideró como un recurso. Por el contrario, el legislador español la
considera como una acción autónoma de impugnación.

El principal problema a solucionar sería si la cosa juzgada es o no impugnable a


través de la revisión. Para la mayoría de la doctrina española no es un recurso81,
es un medio impugnativo, que no es lo mismo. Por ello, la postura española que la
considera como una acción impugnativa autónoma82 sería la más acertada, donde
la finalidad de la parte que la promueva sería modificar por motivos limitados y
concretos, una situación jurídica anterior protegida por la cosa juzgada83.

La finalidad pretendida por la revisión no es ni la nulidad del proceso, ni la nulidad


de la sentencia, tampoco la nulidad de las actuaciones que deriven con el inicio de
un proceso distinto. Lo anterior ocurre dado que los vicios que pueden llegar a
manifestarse a través de la revisión no son los intrínsecos o inmanentes del
proceso a que aquélla se refiere, sino que se trata de vicios que están fuera de los
autos, que trascienden al proceso. Ni desde luego se pretende fundar la revisión
en errores que se han cometido en la sentencia. Tampoco se trata de aclarar que
se ha producido una sentencia injusta, ni

81
JulioSigüenza López,“Sistema Judicial Español” cuarta edición, (Laborum, España 2015), 25.
“Ambas posturas han sido en su mayoría superadas afirma el autor, pues se ha determinado que la
revisión en sí, no constituye un recurso propiamente dicho. En la actualidad es mayormente
considerada una acción impugnativa autónoma, siendo esta la postura predominante.”
82
Tal y como lo han afirmado autores como Montero Aroca, “Derecho Jurisdiccional”, 488; Asencio
Mellado, “Derecho Procesal Civil”, parte primera, 299; Cortez Domínguez y Moreno Catena, “La
Nueva Ley de Enjuiciamiento Civil”, tomo III, 206, Ortells Ramos, “Derecho Procesal Civil”, 625,
Sigüenza López, “La revisión de sentencias firmes en el proceso civil”, 26, entre otros, que
respaldan dicha afirmación por ser la más atinada.
83
Sigüenza, El Sistema Judicial, 26, “La revisión excede del concepto de recurso, no supone un
nuevo examen por el juez superior en grado. En la revisión lo que se examina es el procedimiento
de formación de la cosa juzgada, siendo el objeto de la revisión la discusión sobre la existencia de
la cosa juzgada.”

46
debe de tomarse como un mecanismo a través del cual se denuncie el
funcionamiento anormal de la justicia84. Lo que en realidad se pretende con la
revisión es rescindir el proceso mismo y los efectos por él pretendido, en cuanto y
en tanto se abra la posibilidad que la sentencia en él recaída pudiera llegar a ser
injusta. El juez, al no haber tenido todos los elementos relacionados al proceso,
pudo haber resuelto de manera distinta. Pero nunca se podrá tener la certeza de
que la sentencia es injusta, y por ende que sería distinta de haberse tenido
conocimiento durante el desarrollo del proceso de los hechos base de la causa
que ha sido alegada.

En conclusión, la revisión de la sentencia firme es una figura compleja y que por


su reciente inclusión en nuestra legislación falta mucho por resolver. Por el
momento, a falta de jurisprudencia que solvente las dudas, se debe recurrir a la
experiencia de países como España, del cual se inspiró para incorporarla en
nuestra legislación y donde tiene una amplia aplicación práctica.

Es indispensable para lograr una correcta comprensión del complejo instituto que
nos ocupa, un breve análisis histórico del mismo, puesto que «para conocer el
derecho vigente es preciso revisar el pasado»85, más aun, para lograr una correcta
comprensión de las instituciones jurídicas de un país es necesario estudiarlas en
relación con las de otros territorios.

3.1.1 Derecho Romano

En nuestra legislación constituye una verdadera novedad la implementación de la


institución de la revisión de la sentencia firme como ya se señaló. No

84
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 231. La finalidad de la revisión, es ventilar errores
sustanciales, no formales. Siendo esta la principal diferencia que presenta la revisión con la
nulidad. Como nulidad se denomina a la revisión en el derecho alemán y austriaco, lo que no es
del todo preciso, como se ha expresado.
85
Hitters, “La revisión de sentencia firme”, 33.

47
obstante, su origen se remonta al Derecho romano, en el cual se conoció con los
nombres de restitutio o supplicatio.

i. Restitutio

Cuando alguna persona era lesionada por la realización de un acto jurídico o la


aplicación de un principio de derecho civil, cuyo resultado era contrario a la
equidad, podía dirigirse al pretor y solicitar, la restitutio in integrum. Se llama así a
la decisión en virtud de la cual el pretor tenía por no sucedida la causa del
perjuicio, destruía los efectos poniendo las cosas en el estado en que estaban
antes86. La figura del pretor fue creada en el año 387, a quien en lo sucesivo le
perteneció la administración de la justicia87, y cuya jerarquía se alineaba
inmediatamente por debajo de la del cónsul. En la actualidad sería el equivalente
al juez que forma parte de un aparato estatal que se encarga de impartir justicia.

La restitutio in integrum es una máxima latina que significa la restauración de la


condición original, que se desarrolló bajo el procedimiento formulario, lo mismo
que los interdictos88, y no se encuentra ninguna señal cierta de ella bajo las
acciones de la ley. Siendo una emanación del imperium89, sólo podría ser
pronunciada por los magistrados superiores, que están de él investidos; tales
como los pretores en Roma, los gobernadores en provincias y más tarde el
prefecto de la ciudad, el prefecto de pretorio y el emperador. Operaba por

86
Petit, “Tratado Elemental de Derecho Romano”, 692.
87
Ibid. 40.
88
Hilda, La Guía del Derecho, http://derecho.laguia2000.com/derecho-procesal/interdictos “Los
interdictos nacieron en el Derecho romano, como un medio otorgado por el pretor para proteger la
posesión, que podía ser legítima o no legítima”
89
Guillermo Fatas, http://dictionnaire.sensagent.leparisien.fr/Imperium/es-es/ “El imperium es
un término latino que se traduce como «dominio» y cuyo significado moderno es poder público. Su
origen etrusco se trataba de la facultad y el derecho reconocido a una persona o un conjunto de
ellas, para ejercer con autoridad el poder militar.”

48
acción o como excepción para paralizar la ejecución del fallo. El perjudicado por la
sentencia o sus herederos podían accionar teniendo el plazo de un año para
ejercerla, desde que la causal cesó, para obtener la in integrum restitutio ante el
magistrado a través de un proceso especial extraordinario. El magistrado, en virtud
de su imperium valoraba si aceptaba la restitución, que tenía como resultado dar
un salto hacia atrás, invalidando lo actuando, y dando lugar a un nuevo juicio.

En el sistema extraordinario, que surgió a partir del emperador Diocleciano, la


restitución por entero se convirtió en un medio de impugnación ordinario. Ya no
bastaba un mero decreto del magistrado dictado gracias a su imperio, sino que se
abría un nuevo proceso, con intervención de la parte contra la cual se ejercía, y
daba lugar a una sentencia que podía ser apelada. En esta etapa se incorporaron
causales nuevas, como la existencia en el juicio impugnado de testimonios falsos,
o recuperación de nueva documentación. El año útil para su ejercicio fue elevado
a cuatro años, por el emperador Justiniano.

ii. Suplicattio

Esta figura apareció como una nueva vía de ataque para las resoluciones firmes.
En términos generales puede definirse la suplicattio, como aquella por medio de la
cual se recurría ante el emperador solicitándole la retractio o retractación de las
providencias injustas, a través de la revisión del juicio. Presentado el mismo efecto
de esta impugnaciónal de la restitutio, que no era otra que volver las cosas al
estado en que tenían con anterioridad a la resolución revocada. Se perfilaba como
un auxilio extraordinario, otorgado contra las decisiones del prefecto que como se
sabe no admitían ningún tipo de apelación. El emperador era quien debía resolver
la suplicación, aunque éste delegaba frecuentemente tal función en el prefecto,
que constituía la máxima jerarquía judicial. Lo anterior presentaba un grave
inconveniente, ya

49
que en el fondo, significaba un típico juicio de revocación juzgado al final por el
propio organismo recurrido, lo cual finalizó Justiniano, donde el prefecto debía ser
asistido en revisión por el quoestor sacripalati90.

La suplicattio sólo guardaba una distinción mínima con las múltiples súplicas
dirigidas por los ciudadanos, siendo la misma que el quejoso se alzaba contra una
decisión judicial inmutable, en donde se pedía en función de gracia, la revisión de
la sentencia. Con el trascurro del tiempo las figuras de la restitutio y la suplicattio
terminaron por fusionarse, dando pie a los engranajes de la actual figura de la
revisión de la cosa juzgada, que en la época francesa alcanzó jerarquía legislativa.

3.2 El mal llamado «recurso» de revisión de la sentencia firme.

3.2.1 Naturaleza

Los recursos tienen como particularidad que se interponga en contra de aquellas


providencias dictadas por un juez, antes que éstas se consideren firmes. Dicho lo
anterior, bajo ningún ángulo la revisión puede ser catalogada como un recurso. La
finalidad de la revisión ha motivado un sin número de opiniones que básicamente
se dividen en dos: los que consideran que es un recurso y los que creen que es un
proceso independiente y autónomo. Ya se ha afirmado que no es un recurso
propiamente dicho. Ahora bien, tampoco el CPCM lo considera un proceso
autónomo, lo que sí está claro es que no puede equipararse a un recurso por los
siguientes motivos:

1) La revisión exige, como condición fundamental, que la sentencia dictada


sea firme y por tanto con efectos de cosa juzgada, es decir, contra esa

90
Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM
https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/7/3263/6.pdf Especie de ministro de gracia y
justicia, encargado de redactar las leyes y las responsas en nombre del emperador.

50
resolución no cabe recurso alguno. Por el contrario, los recursos únicamente
operan antes que la resolución se considere firme91. 2) Sólo cabe la revisión
fáctica. Este se refiere a que los vicios o motivos que pudieran dar lugar a la
revisión, deben ser conocidos o producidos con posterioridad a la resolución que
se pretende rescindir, mientras que jamás puede provocarse por vicios o errores
de tipo jurídico. 3) Objeto de la revisión. A través de la revisión se pretende algo
distinto del proceso principal, en cuanto quiere rescindirse lo que aconteció en el
proceso. El objeto en sí es una pretensión nueva, distinta al objeto principal, de
carácter constitutivo, que tiende a alterar la situación jurídica creada con la
sentencia firme recaída en el proceso principal92.

La revisión presenta una naturaleza impugnativa93, pero, a diferencia de los


recursos propiamente dichos, se aplica únicamente en supuestos de resoluciones
firmes. Es decir, en aquellas providencias judiciales que por falta de actividad
impugnativa oportuna de la parte o porque al hacerlo no prosperó, se alcanzó su
firmeza. Por lo tanto, debe configurarse inequívocamente como un proceso, como
una actividad jurisdiccional de objeto propio. En ella se debate una pretensión
individualizada que es diferente de la tratada en cualquier otro proceso previo,
aunque guarde una eminente conexión con aquel en el que se dictó la resolución
cuya revisión se insta. El trasfondo impugnativo es evidente, pero con una
pretensión independiente. Basada en los parámetros permitidos en la ley, que no
pretende que se trate lo ya hablado,

91
Alexander Medrano, “Revisión de Sentencia Firmes que tuvieran como fundamento la
declaración de testigos o peritos que hayan sido condenados por el delito de falso testimonio”,
Tesis de Grado. “Con los recursos se impugnan las resoluciones definitivas y con la revisión las
firmes.”
92
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 232.
93
Hilda, La Guía del derecho, http://derecho.laguia2000.com/derecho-procesal/, La naturaleza
impugnativa de la revisión de la sentencia firme no se discute, por el contrario, es sobremanera
atinada, esa quizá fue una de las razones por las cuales el legislador la incluyó en el Libro Cuarto.
Pero al incluirlo junto con los recursos, puede presentar confusiones en cuanto a su naturaleza
impugnativa. No obstante, con base en la doctrina está claro que no es un recurso, porque la
revisión ataca resoluciones firmes con el efecto de la cosa juzgada material.

51
sino establecer si la resolución está viciada. De ser así, debe rescindirse en sus
efectos de cosa juzgada material, que origina la inutilidad del proceso.

3.3 Fundamento

La revisión de la sentencia firme constituye uno de los excepcionales institutos


procesales, que permite a los tribunales en el ámbito de la jurisdicción ordinaria,
volver a conocer de cuestiones ya decididas por sentencias firmes, contrario al
principio que lo resuelto por ella es inmodificable y de obligado cumplimiento. Su
fundamento se encuentra pues íntimamente ligado con los fines y efectos del
proceso, puesto que no sólo está en juego la victoria de los litigantes, sino la
justicia y la salvaguardia del orden jurídico, lo que en buena hora permite corregir
cualquier extravío. Es evidente el choque o fricción entre la seguridad jurídica y la
justicia que al principio de este capítulo se analizó, de donde cabe individualizar el
genuino fundamento de la revisión civil, que nace de una razonable ponderación
entre ambos para determinar cuál prevalece. Como expresa ESPÍN, «cuando la
materia de la decisión sea de tal índole que su injusticia aparezca como
socialmenteintolerable, la justicia puede prevalecer sobre la certeza, hasta el
extremo de excluir en todo caso la inmutabilidad»94.

La revisión civil, lejos de fundarse en el convencimiento de que la sentencia firme


dictada fuera injusta o errónea, se asienta sobre la toma en consideración de una
serie de circunstancias que han condicionado la actividad de las partes o del
juzgador. De tal forma que la sentencia dictada tiene un contenido que
posiblemente hubiese sido distinto de no concurrir esas circunstancias anómalas,
que pueden hacer pensar que la sentencia sea

94
Espín, “Manual de Derecho Civil Español”, Volumen I, 57.

52
injusta o errónea95. La revisión se presenta limitada en su alcance a condiciones
precisas, y plazo para su ejercicio, sin que sea posible su extensión a casos no
previstos en el texto legal. No es posible, por tanto, a través de la revisión
examinar o enjuiciar la actuación procesal del juzgador que dictó la resolución
impugnada, ni pretender una nueva instancia, como un nuevo criterio de la
cuestión debatida y resuelta.

3.4 Definición

El CPCM no establece unadefinición de la revisión de la sentencia firme,


únicamente se limita a regularla en el ámbito procesal. ORTELLS RAMOS
considera que la revisión de la sentencia firme es un proceso especial, que tiene
por objeto una pretensión constitutiva de naturaleza procesal. Únicamente, afirma
el autor, puede fundarse en hechos establecidos por la ley, que al ser estimados
supone la supresión de la cosa juzgada, lo que hace admisible un nuevo proceso
en cuanto al objeto y las partes afectadas por aquélla96. Para JAIME GUASP97, el
recurso de revisión es aquel proceso especial, por razones jurídico–procesales,
que tiene por objeto impugnar una sentencia, ante el grado supremo de la
jerarquía judicial, en virtud de motivaciones que no pertenecen al proceso y
determinan, por lo tanto, la existencia de vicios trascendentes a él. Cortés
Domínguez y Moreno Catena98, la definen como un medio independiente de
obtener la variación de un estado

95
Montero, “El nuevo proceso civil, Pág. 629. Lo que representa el principal objetivo de la revisión,
el de retrotraer una sentencia manifiestamente injusta como ya se señaló.”
96
Manuel Ortells Ramos, “Derecho Procesal Civil”, (Aranzadi, España. 2003),op. cit., 625. “Es
considerado como excepcional remedio rescisorio, porque opera contra sentencias que han
adquirido firmeza, pero que fueron dictadas sin haber tomado en consideración situaciones
especialísimas que la ley de forma taxativa establece”.
97
JaimeGuasp,“Derecho Procesal Civil”, (Instituto de Estudios Jurídicos, Madrid, España, 1968),
924
98
Valentín Cortes Domínguez, et al., “La Nueva Ley de Enjuiciamiento Civil”, Tomo III, 206.

53
jurídico viciado ya existente y consolidado mediante la apertura de un nuevo
proceso.

En definitiva, todos concuerdan que la revisión de la sentencia firme debe ser


excepcional, pues opera en base a supuestos singulares y taxativamente
establecidos por la ley, que de haber sido del conocimiento del juzgador,
probablemente provocaría una resolución distinta. Asimismo dicha pretensión se
realiza de forma independiente al proceso que la origina, por ello, la doctrina
predominante99 la considera una acción impugnativa autónoma, es decir, un
proceso de naturaleza especial.

3.5 Resoluciones contra las que procede


Se puede afirmar que este tipo de acción impugnativa es exclusiva para rescindir
sentencias firmes pasadas en autoridad de cosa juzgada. Pero el Art. 540 CPCM
no establece a qué tipo de cosa juzgada se refiere, si a la formal o a la material.
Por la redacción del Art. 231 CPCM, podemos llegar a la conclusión que se refiere
a la cosa juzgada material. El citado Art. reúne los requisitos para establecer que
la resolución será inalterable incluso fuera del juicio, pero únicamente cuando
exista igualdad de partes y de pretensiones sobre el fondo de un asunto en
particular. Lo anterior es la característica con la cual la doctrina define a la cosa
juzgada sustancial100. Es decir, que la revisión de la cosa juzgada opera
únicamente para aquellas resoluciones que estén firmes y que pasen en autoridad
de cosa juzgada sustancial.

3.6 Competencia

A la jurisdicción se le denomina competencia absoluta. El constituyente parte de la


prescripción de que la jurisdicción es la potestad del Órgano Judicial de

99
Ibíd, 257.
100
Ascencio, “La cosa Juzgada un tema para reflexionar”, 17.

54
juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, en todas las materias y en los casos que
determine la ley, Art. 172 CNS. La función jurisdiccional comprende la creación de
los órganos encargados de administrar justicia, determinarles sus facultades y su
regulación. Para el Derecho procesal, la palabra jurisdicción tiene una acepción
más limitada, al señalamiento de las facultades de administrar justicia101. Muchas
veces a la jurisdicción se le confunde con la capacidad concreta de sus órganos,
limitándolos a lo que se denomina competencia. En la legislación procesal
derogada, el legislador no distinguió entre los conceptos de jurisdicción y
competencia, incluso en algunos casos se usó el vocablo jurisdicción como
sinónimo de competencia102.

En la actualidad existe una demarcación más determinante en el ámbito de


aplicación de cada uno de los conceptos. En el CPCM los Arts. 21 al 25 están
dedicados exclusivamente a la jurisdicción como tal, y los Arts. 26 al 51 del CPCM
hablan de la competencia y la prejudicialidad. A esa necesidad de distribuir el
ejercicio de la potestad jurisdiccional del Estado en distritos judiciales,
comprendidos dentro del territorio nacional en donde el Estado ejerce su
soberanía, y atendiendo a criterios distintos, se le denomina competencia. En
palabras simples sería un límite puesto a la jurisdicción, que con base en el Art.
172 CNS, esa facultad se distribuye entre muchos jueces a quienes la ley les
confiere el ejercicio de dicha potestad, Art. 1 de la LOJ y el Decreto Legislativo No.
262 que entró en vigencia el 20 de abril de 1998.

101
Sánchez,“Apuntes sobre Derecho Procesal Civil”, 4.
102
Biblioteca Judicial Dr. Ricardo Gallardo “Jurisdicción Voluntaria”
http://www.csj.gob.sv/BVirtual.nsf/3db6532d39e032fd06256b3e006d8a73/d52b9c78342995230625
76fe0051250f?OpenDocument “En el CPrC derogado, la redacción de ciertos preceptos se
prestaba a crear confusión en cuanto a los conceptos de jurisdicción y competencia. Los
consideraba en ciertas oportunidades como sinónimos, lo cual no era correcto; ej.: Los Arts. 990,
992 y 1130”.

55
De lo anterior se deduce que la competencia es la capacidad de un juez o un
órgano determinado para ejercer la jurisdicción103, es decir la jurisdicción es el
todo y la competencia es la parte que se segrega de la primera. O dicho con
palabras más técnicas, la competencia es la facultad atribuida a cada juzgado o
tribunal para juzgar y ejecutar lo juzgado, atendiendo a criterios claramente
definidos, los cuales distribuyen dichas facultades, procurando un orden en el
ejercicio de la función jurisdiccional104. Los Arts. 540 y 28 n° 4 del CPCM
establecen que la competencia para la revisión de la sentencia firme es exclusiva
de la Sala de lo Civil, por lo tanto esta facultad está otorgada de manera expresa
por la ley y será la única competente para conocer la procedencia y desarrollo de
esta figura.

3.7 Legitimación

El Art. 543 CPCM establece las personas que se encuentran legitimadas para
solicitar la revisión. Pareciera de la redacción del mismo, que reserva la posibilidad
de instar el proceso de revisión a quienes fueron parte en el proceso en que se
dictó la sentencia que se pretende rescindir. En un proceso la resolución puede
afectar no sólo a las partes intervinientes en el mismo, sino también a otros
sujetos que en principio carecen de legitimación. El título de legitimación se
determina por la afirmación de la titularidad de un derecho subjetivo o por la de un
interés legalmente reconocido. El Art. 66 CPCM establece lo que se conoce como
legitimación directa u ordinaria aquella donde el legitimado aparece como el sujeto
integrado en la propia relación material que ha derivado en conflicto105. Es aquí
donde se presenta una

103
Sánchez, “Apuntes sobre Derecho Procesal Civil”, 6.
104
Canales,“Código Procesal civil comentado”, 40.
105
Cabañas, “Código Procesal civil comentado”, 82.

56
extensión de la legitimación activa, de quien no fue parte, pese a que directamente
se veía afectado por el resultado del mismo106

Por lo anterior, se concluye que puede iniciar el proceso de revisión, quien debía
haber sido parte en dicho proceso o pudiese verse afectado por las consecuencias
que se derivasen de la autoridad de cosa juzgada de la parte dispositiva de
aquella107. Puesto que lo que debe de exigirse para que pueda promoverse la
revisión es que la solicite quien haya sido parte efectiva en el proceso en que haya
sido dictada, pudiese haberlo sido o pueda verse afectado por los efectos que de
la autoridad de la cosa juzgada de la sentencia. Asimismo el solicitante de la
revisión debe manifestar claramente en su pretensión cómo fue perjudicado por la
sentencia, lo que implica que sólo puede pretenderla quien haya recibido una
sentencia total o parcialmente desfavorable, o que pueda verse afectada por la
misma, no obstante, como ya se aclaró anteriormente, no haber sido parte en el
proceso108.

3.8 Causas de la Revisión

La resolución susceptible de revisión puede ser injusta o errónea por no haber


tomado en cuenta circunstancias que posteriormente a la sentencia se conocieron
y que hubieren sido decisivas para su resolución109. Esta excepcional forma de
volver a conocer sobre la cosa juzgada, que permite que el valor justicia impere
sobre los efectos de la seguridad jurídica, exige que se

106
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 251.
107
Sigüenza, “Revisión de Sentencia Firme en el Proceso Civil”, 42.
108
Ibid. 43. Un ej. claro de ello son los causahabientes, es decir, las personas que han sucedido, o
las se han subrogado por cualquier otro título en el derecho de otra u otras, si realizan un
planteamiento coherente y basado dentro de los parámetros de la revisión su petición podrá ser
estimada.
109
ibid. 51.

57
determinen de manera taxativa las causas que permitan promoverla. Los Arts.
541 y 542 CPCM establecen las únicas causas por las cuales se puede promover
la revisión, es decir, tienen un carácter de numerus clausus, y no cabe acoger por
analogía causas distintas a las indicadas110. Es decir, las mismas no son
susceptibles de aplicación extensiva a casos distintos111.

La normativa las divide como motivos generales y motivos de la sentencia dictada


en caso de rebeldía. Se hace mención de ellos:

1º Si, después de pronunciada, se recobraren u obtuvieren documentos decisivos,


de los que no se hubiere podido disponer por fuerza mayor o por obra de la parte
en cuyo favor se hubiera dictado la sentencia.

2º Si se hubiera pronunciado en virtud de documentos declarados falsos en


proceso penal, o cuya falsedad fuera declarada después.

3º Si se hubiera pronunciado en virtud de prueba testifical o pericial y los testigos o


peritos hubieran sido condenados por falso testimonio dado en las declaraciones
que sirvieron de fundamento en la sentencia. Y,

4º Si el caso se hubiera ganado injustamente por cohecho, violencia o fraude.

La Revisión de una Sentencia o de una parte de ella, que adquirió la calidad de


Cosa Juzgada, debe hacerse por alguno de esos motivos expresos y estrictos, ya
que de no basarse en alguno de los motivos enunciados en los artículos
anteriores, la revisión no se hallaría debidamente fundada, por lo cual su
planteamiento devendría notoriamente en improcedente, “con referencia a

110
Juan José Rodríguez Ojeda, “Rescisión de Sentencias Firmes del Orden Jurisdiccional Social”,
(Tirant lo Blanch, Valencia, España, 2000), 54.
111
Montero, Efectos jurídicos del proceso, 237. También estas causales deben ser interpretadas
restrictivamente, todo con el fin de no crear una total inseguridad de las situaciones emanadas en
la sentencia.

58
lo anterior, cabe señalar como notas características comunes a todos los motivos
de Revisión, las siguientes:

a) Las causas o motivos de Revisión tienen el carácter de numerus clausus de


modo que solo resulta posible promoverla con base en los específicos supuestos
que taxativamente se señalan en la Ley, las causales no son susceptibles de
aplicación extensiva a casos distintos de los expresamente previstos en ella.

b) La interpretación de los supuestos que integran dichos motivos taxativos ha de


realizarse de manera restrictiva, pues así lo exige el Principio de Seguridad
jurídica, ya que lo contrario llevaría a la inseguridad de situaciones reconocidas o
derechos declarados en la sentencia, con quebrantamiento del Principio de la
Autoridad de la Cosa Juzgada.

c) Los hechos que dan lugar a la Revisión de Sentencias Firmes han de haberse
producido fuera del proceso en que se hubiera dictado la Sentencia que se trata
de impugnar. Los hechos alegados y discutidos dentro del proceso no constituyen
novedad alguna que pueda dar lugar a la Revisión, pues ya debieron ser tenidos
en cuenta al dictar Sentencia, y su desconocimiento o su errónea valoración
deben enunciarse por vía ordinaria que ofrecen los Recursos.

d) Además de alegarse con precisión el ordinal en que se base, deberá probarse


cumplidamente la realidad de los hechos que lo integran y la concurrencia del
nexo causal entre los mismos y la Resolución Judicial.”112

112
José Flors Maties, “El Proceso Civil”,(Tirant lo Blanch, Valencia, 2004) 4223-4225.

59
Es menester del presente estudio basarse únicamente en el motivo segundo del
artículo 541 del Código Procesal Civil y Mercantil, referente a la Revisión de
aquella Sentencia Firme dictada en virtud de Documentos Declarados Falsos en
Proceso Penal, o cuya falsedad fuera declarada después.

60
CAPITULO IV

REVISION DE SENTENCIA FIRME, MOTIVO Y PROCEDIMIENTO.

En el capítulo anterior se abordaron las cuestiones generales del proceso de


Revisión y Sentencia Firme, para el estudio de este proceso es menester realizar
un análisis del motivo en específico que provoca el derecho de acción: La revisión
de sentencias firmes si se hubiera pronunciado en virtud de documentos
declarados falsos en proceso penal, o cuya falsedad fuera declarada después. La
regulación del presente debe ser muy bien interpretada con el objetivo de volver
esta figura completamente aplicable en El Salvador.

4.1 Generalidades

Con anterioridad se ha mencionado, cuán importante y novedosa es la institución


de la Revisión de Sentencias Firmes, en virtud de la cual se admite la posibilidad
de revisar la Cosa Juzgada por las causales previstas en la ley, solo en ciertos
casos excepcionales, la Cosa Juzgada debe ceder, y buscar la verdad por encima
de la seguridad y basándose en aquella surge el imperativo de subsanar un error
judicial, un fraude o aceptar un hecho nuevo que cambie lo resuelto en la
Sentencia, con un sentido de justicia, equidad e igualdad, pues busca reexaminar
la convicción respecto al hecho, con “la finalidad de provocar una nueva actividad
judicial, para enervar los efectos de una Sentencia Firme a base de elementos
nuevos y distintos de los que determinaron la decisión, a fin de anularla,
configurándose de este modo, como una excepción a la eficacia de la Cosa
Juzgada, en este sentido esa nueva actividad no está dirigida al reexamen de
lacausa, sino que provoca

61
una nueva actividad judicial como medio para enervar las incompatibilidades entre
los hechos tenido por probados en la Sentencia.”113

“Mediante la revisión no se trata entonces de lograr la declaración de nulidad de


un juicio anterior, ni la de la Sentencia en el recaída. Ya que la pretensión que se
deduce no se basa en vicios del procedimiento o de la Sentencia, sino en el
acontecimiento de determinados hechos que no constan en los autos, pero cuyo
trascendente significado permite suponer razonablemente que el resultado del
proceso al que afectan pudo haber sido diverso.

En otras palabras, si la sentencia dictada en un proceso, que gano firmeza, guarda


adecuada correspondencia con lo que consta en los autos, es formalmente
correcta, pero determinadas circunstancias aparecidas fuera del proceso ponen de
relieve que la verdad formal que en el mismo quedo acreditada puede haber
estado basada en un medio probatorio incorrecto, o en alguna maquinación
fraudulenta.”114

Es decir, que la sentencia podría ser apegada a derecho pero errónea o injusta.

Es así, que con dicha “revisión lo que se reexamina son circunstancias específicas
como falsedades, errores jurídicos, mala aplicación de normas, comprobaciones
de hechos sobrevinientes a la sentencia, prevaricato, violencia, cohecho,
argumentación fraudulenta, hechos y pruebas nuevas después de la sentencia,
etc., que deben surgir como presupuesto y acontecimiento que rompa la fuerza
jurídica de la Sentencia atacada, de ahí que el carácter excepcional de la Revisión
se manifiesta en el hecho de que

113
Núñez Rodríguez, et al., “Recurso Extraordinario de Revisión Jurisprudencia actualizada de la
Corte Suprema de Justicia”, (enero de 2001 – julio de 2006), (Instituto de Investigaciones Jurídicas,
IIJ,Corte Suprema de Justicia, Asunción, Paraguay), 28.
114
Flors, El Proceso Civil, 4223.

62
nunca la Revisión debe ser una forma de repetir la valoración de la información: si
no hay información nueva, y además relevante, no puede existir una Revisión.

En caso contrario, el mismo Principio de la Cosa Juzgada perdería sentido y las


decisiones tendrán siempre un carácter provisional, inadmisible en un Estado de
Derecho.”115

4.2 La revisión de sentencias firmes si se hubiera pronunciado en virtud de


documentos declarados falsos en proceso penal, o cuya falsedad fuera
declarada después.

Este motivo se sustenta en la falsedad documental declarada judicialmente en


materia penal. El legislador determinó que no se admitirá otra falsedad sino sólo la
declarada penalmente. En ese mismo sentido se ha pronunciado la jurisprudencia
del Tribunal Supremo Español, quien, al igual que la mayoría de autores, se ha
inclinado a que la declaración de falsedad debe proceder de un órgano de
jurisdicción penal, en este caso la sentencia penal firme116. Esta última se vuelve
un requisito para que proceda la revisión civil. No basta el mero reconocimiento de
la falsedad por su autor o por la parte, aquél carece incluso de fuerza para motivar
la revisión.

¿Procedería si fuese falsedad declarada en Civil?

115
Núñez, Recurso Extraordinario de Revisión, 31.
116
Sigüenza,“Revisión de Sentencia Firme en el Proceso Civil”, 62. Así se ha pronunciado la
jurisprudencia española, afirma el autor, en las resoluciones siguientes: TS Sala Tercera de
10/04/1991 y Sala de lo Civil de 5/10/1990- Azdi 7473, 10/04/1992- Azdi 3192 y 23/01/1993 –Azdi
474. El fundamento de que sea una sentencia firme, deviene que si está pendiente de impugnación
la misma, podría variar sustancialmente el fundamento de la revisión dejándola sin el supuesto que
la originó, por ello es de mucha importancia que se encuentre firme.

63
Tampoco procede la revisión si la falsedad fuera declarada por un tribunal civil, ya
que el motivo de la revisión no es el documento falso, sino la declaración
jurisdiccional de esa falsedad por el tribunal penal117.

4.2.1 Justificación del límite temporal como presupuesto de admisibilidad de


la demanda.

Conviene comenzar por recordar que constitucionalmente se reconoce a todas las


personas el derecho a obtener la tutela judicial efectiva, el primer contenido de
dicho derecho en un orden lógico y cronológico es el acceso a la jurisdicción, que
se concreta en el derecho a ser parte en un proceso, esto incluye poder promover
la actividad jurisdiccional y que desemboque en una decisión judicial sobre las
pretensiones deducidas. A este respecto cabe plantearnos si el establecimiento de
un límite temporal para el ejercicio de la acción revisoria podría resultar
inconstitucional por vulnerar este derecho fundamental de acceso a la justicia. Sin
embargo, y como lo ha puesto de relieve también la jurisprudencia, el derecho de
acceso al proceso, en cuanto primera manifestación del derecho reconocido,
entraña el deber para el ciudadano de cumplir con los presupuestos procesales
legalmente establecidos, pues el derecho a obtener la tutela judicial efectiva no es
un derecho absoluto e incondicional, sino un derecho de configuración legal que
se satisface no sólo cuando el Juez o el Tribunal resuelve sobre las pretensiones
de las partes, sino también cuando inadmite una acción en virtud de la aplicación,
razonada en Derecho y no arbitraria de una causa legal. Por lo anterior se
concluye, que la limitación de orden temporal para su ejercicio, prevista en el art.
544 del CPCM, se hace necesaria, y ello tomando como fundamento el carácter
extraordinario y excepcional de la revisión, por la

117
Rodríguez, “Rescisión de sentencias firmes, 63.

64
quiebra que supone para el principio de la cosa juzgada, al darse contra
sentencias firmes. Y aunque a simple vista pudiera parecer contrario a los buenos
usos, que el simple transcurso del plazo pueda convalidar una sentencia injusta y
errónea, sin duda, la razón de tan riguroso criterio está en la necesidad de dar
seguridad al tráfico jurídico-procesal, sobre todo si se trata de sentencias firmes118.
Lo contrario provocaría inseguridad jurídica, proscrita en nuestro ordenamiento
jurídico, afirmando con BAYLOS GRAU119 que “no puede dejarse al arbitrio de las
partes el cumplimiento de los requisitos procesales, ni la disposición del tiempo en
el que éstos han de cumplirse”.

Con el establecimiento en el art. 544 y 545 del CPCM, de dos límites temporales,
el legislador ha intentado conjugar los principios de justicia y seguridad jurídica,
enfrentados con la presencia en el proceso civil de la revisión y posible rescisión
de sentencias que han adquirido todos los efectos de la cosa juzgada. Pues “tanto
ha de remediarse la injusticia de una sentencia con contenido fraudulento, como
preservarse las garantías de la sentencia firme y su cosa juzgada” 120. Si bien,
dicha argumentación es perfectamente válida para el plazo de tres meses, como
límite dentro del cual deberá interponerse la correspondiente demanda, no se
piensa lo mismo con respecto al plazo de dos años, como límite para el ejercicio
de la acción procesal de revisión desde la notificación y adquisición de firmeza de
la sentencia, toda vez que estaríamos amparando y consolidando en el tráfico
jurídico la actuación delictiva de una de las partes presentes en el proceso civil
cuya sentencia ha sido ganada injustamente, o la existencia de fuerza mayor no
imputable a la parte perjudicada, por el mero hecho del transcurso de un plazo
prefijado -sin saber en base a qué criterio-, sin que sea posible solicitar la

118
López, “Compendio de Derecho”, Volumen I, Tomo III, 489
119
Antonio Baylos Grau, et. al, Instituciones de Derecho Procesal Laboral, (Trotta, España, 1991) 487.
120
Fernández Agúndez, “Los recursos de revisión civil, contencioso-administrativo y laboral, (Comentarios y
Jurisprudencia, Granada, 1997), 135.

65
revisión de dicha sentencia llegado el plazo a su fin, cuando esta parte nunca tuvo
conocimiento de la presencia de alguna o algunas de las circunstancias que -de
haber conocido y denunciado en el plazo de tres meses-, hubieran podido dar
lugar a su rescisión.

En otros países como España en donde el plazo es mucho mayor al que nuestra
legislación registra, existen opiniones enfrentadas acerca de la conveniencia o no
del mantenimiento del plazo ya sea de cinco años en España o de dos años en El
Salvador, que desde la publicación de la sentencia firme, dentro del cual deberá
interponerse la correspondiente demanda de revisión, bajo pena de inadmisibilidad
de la misma, existen otras posturas que defienden el mantenimiento de dicho
límite temporal, pero ampliando el referido plazo.

Así, y dado que la existencia de este plazo de caducidad va a provocar que el


mero transcurso del mismo provoque la convalidación de aquellas sentencias
civiles que han sido ganadas injustamente por la contraparte, Alcalá Zamora 121,
partidario de la eliminación de este límite temporal, propone subsidiariamente la
ampliación del limitado plazo de cinco años señalando “como plazo para recurrir el
de prescripción de la acción para reclamar el derecho concedido en la sentencia
impugnada, a contar desde que ésta recayó, salvo para el caso en que se trate de
acciones que prescriben con rapidez, en los cuales sí convendría señalar un
término superior al de la prescripción”

Por todo lo expuesto, se aboga por la eliminación del plazo de exclusión de dos
años, pues por mucha fuerza que se quiera otorgar a la cosa juzgada, creemos
que debería vencer la idea según la cual lo que es susceptible de ser

121
Niceto Alcala Zamora “Notas para la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Civil”, (Estudios de Derecho
Procesal. Madrid, 1934), 477.

66
eliminado del tráfico jurídico por haberse obtenido de forma no ajustada a derecho
no se debe convalidar por el mero transcurso del tiempo122, cuando la decadencia
del ejercicio del propio derecho no se ha debido a la razón objetiva de su no
utilización voluntaria. Incrementar el plazo de caducidad, con un criterio más
acertado, O al menos, tratar dicho límite temporal como plazo de prescripción,
apreciable a instancia de parte, transcurrido el cual, el derecho quedaría
extinguido, únicamente ante la impasibilidad del perjudicado por una sentencia
firme aquejada de alguno o algunos de los motivos de revisión previstos en el art.
541 CPCM, cuando teniendo conocimiento de tal circunstancia dejase transcurrir
por propia voluntad dicho plazo123 .

4.2.2 Plazo. Caducidad versus Prescripción

El CPCM contempla en los art. 544 y 545 el plazo de interposición del proceso de
revisión, y lo hace tomando como base dos límites temporales, uno absoluto, que
supone la pérdida del ejercicio de la acción por el transcurso del plazo de dos
años en él previsto, sin que la parte interesada hubiese hecho uso de su derecho;
y otro relativo de tres meses, en el que la actuación de la parte legitimada va a
depender de que se produzcan alguna o algunas de las circunstancias a las que
hace referencia el art. 541 CPCM. Dos plazos simultáneos regulados en el CPCM,
que no están exentos de polémica y de posiciones doctrinales enfrentadas, al
menos en lo que se refiere a la determinación de la naturaleza del plazo de
absoluto, que este caso es de dos años, considerados plazos de caducidad. Si
bien la idea según la cual el plazo

122
Prieto Castro y Ferrándiz, “Tratado de Derecho Procesal Civil”, Tomo II, (Pamplona, 1985), 607.
123
Nota característica que la diferencia de la caducidad, en la que, como sabemos, se atiende sólo al hecho
objetivo de la falta de ejercicio dentro del plazo prefijado. Mientras con la prescripción se parte del
abandono real y voluntario del propio derecho, la caducidad supone una simple presunción de abandono
por parte de su titular del ejercicio del derecho de acción. Vid. SSTS s.1ª de 27 y 30 de abril de 1940, 7 de
diciembre de 1943, 17 de noviembre de 1948, 25 de septiembre de 1950, 5 de julio de 1957, 18 de octubre
de 1963, 25 de mayo de 1979, 28 de enero de 1983, 28 de septiembre de 1998 y 31 de julio de 2000 .

67
de tres meses previsto en el art. 545 CPCM ha venido siendo reconocido
unánimemente por la doctrina científica124, como un plazo de caducidad, por
tratarse de un plazo no susceptible de interrupción; respecto del plazo de dos años
no se piensa lo mismo, siendo objeto de posiciones doctrinales enfrentadas. Y
mientras para un sector doctrinal, se trataríade un plazo de caducidad 125, para
otro, estaríamos ante un auténtico plazo de prescripción126.

Duda que se origina al reflexionar sobre el artículo 548 inc.2,“si se suscitaren


cuestiones prejudiciales penales durante la tramitación de la revisión, se aplicaran
las normas generales establecidas en el presente código” - la suspensión de dicho
plazo cuando se suscitasen cuestiones prejudiciales penales durante la
tramitación de la revisión, y ello por cuanto como sabemos la suspensión es junto
a la interrupción unas de las notas características de la prescripción frente a la
caducidad. En efecto, aunque las figuras jurídicas de la prescripción y la
caducidad son diferentes, ambas sirven a la finalidad de evitar que permanezcan
indefinidamente inciertos los derechos, ofreciendo como nota que las distingue,
aparte otras, la de que, en la primera el factor tiempo puede ser detenido en su
marcha si median actos optativos al designio prescrito; lo que no ocurre con la
caducidad en la cual no cabe ni interrupción , ni suspensión, sino el propio
ejercicio del derecho, para la que el tiempo transcurre inexorablemente.

Debe afirmarse que estamos ante un plazo de caducidad porque el efecto del
cumplimiento del plazo de caducidad se produce de forma directa y automática, es
decir, una vez transcurrido el lapso temporal de que se trate se extingue ipso iure,
por decaimiento del propio derecho , sin que sea necesario alegarla por el
interesado, sino que los Tribunales la podrán apreciar de

124
Julio Doval de Matero, et al. “La revisión en materia civil”, Tomo III, Volumen I.
125
Covián, “De la revisión en materia civil”, (Revista de los Tribunales, 1898), 517.
126
Ernesto Gómez Orbaneja, et al., “Derecho Procesal Civil”, (Madrid, 1975), 461.

68
oficio127 El derecho a solicitar del órgano judicial competente la revisión de una
sentencia firme nace ya con una vida limitada, por lo que se extinguirá fatalmente
cuando haya transcurrido el plazo de dos años que le ha sido impuesto de manera
taxativa e inexorable por la Ley, sin necesidad de que tengan que ser las partes
las que aleguen la inobservancia de este requisito de admisibilidad, rechazando de
oficio el Tribunal competente, inaudita parte, toda solicitud de revisión que se
presente pasado este plazo, como se preocupa el legislador en recordar art. 544 in
fine. Siendo la posibilidad de apreciación de oficio de la interposición
extemporánea de la revisión, la segunda razón por la que podemos afirmar que los
plazos preestablecidos en el art. 544CPCM, son plazos de caducidad y no de
prescripción; pues como tiene declarado la doctrina científica y jurisprudencial, el
instituto de la caducidad, a diferencia de lo que acontece con la prescripción, es
susceptible de ser apreciada de oficio por el órgano judicial competente.

Pero es más, a las dos razones expuestas debemos añadir una tercera y decisiva,
esencial para terminar con la polémica suscitada en torno a si los plazos previstos
en el art. 544 CPCM, y más concretamente, el absoluto de dos años, de
obligatoria observancia para la interposición de una demanda de revisión, son de
caducidad o de prescripción, debiendo llegar a la conclusión de que se trata de
plazos de caducidad, por cuanto, como afirmó el Tribunal Supremo Español en
sentencia de 5 de julio de 1957, “cuando se otorga un tiempo determinado para su
ejercicio, se está en presencia de un plazo de caducidad, pasado el cual, el
derecho de que se trate ha dejado de existir (...)

127
La prescripción no extingue la obligación ni hace perecer a la acción pleno iure sino ope exceptionis. Por
ello el Juez no puede apreciarla de oficio. Como ha afirmado K. Larenz, “Derecho Civil, Parte General,
Madrid, 1978, 328, “la prescripción no es una causa de extinción, sino el fundamento para una excepción”.

69
respondiendo a la necesidad de dar seguridades al tráfico jurídico” 128. En efecto,
dado que la Ley concede una vida limitada de antemano al ejercicio del derecho
de acción contra una sentencia firme, podemos afirmar que dicho lapso temporal
impuesto de manera taxativa es de caducidad, transcurrido el cual dicho derecho
se extinguirá fatalmente. Pues, en el ejercicio de este derecho, la caducidad va a
proteger un interés general, “el interés comunitario en la pronta incertidumbre de
una situación jurídica, que se encuentra pendiente de una posible o eventual
modificación”129. Como sabemos, el fundamento y finalidad de la caducidad se
encuentra en la necesidad de certeza de las relaciones jurídicas afectadas por el
transcurso del tiempo, evitando que permanezcan indefinidamente inciertos los
derechos, al igual que ocurre con la prescripción; sin embargo la caducidad
atiende a fines sociales relevantes, lo que le da cierto carácter de orden público,
por lo que, aun cuando la incoación de un proceso de revisión queda a la libre
disposición de las partes afectadas por la resolución firme, no obstante éstas
tienen limitado su ejercicio dado el bien jurídico objeto de protección, a saber, la
existencia de una relación jurídica consolidada que ha desplegado todos los
efectos de la cosa juzgada, haciendo tambalear la seguridad jurídica, lo que no
puede quedar a la voluntad de las partes.
Limitación impuesta por el CPCM consistente en la obligación de interponer la
demanda de revisión dentro de los plazos preestablecidos en el art. 544 y 545,
como garantía para los ciudadanos, que debe ser controlada según criterios de ius
cogens por los Tribunales.

Por todo ello, se puede concluir diciendo que tanto el plazo absoluto de dos años,
como el relativo de tres meses, previstos en el art. 544 y 545 del CPCM,

128
Dicha sentencia le precedieron unas como la de 27 y 30 de abril de 1940, 7 de diciembre de 1943, 17 de
noviembre de 1948, 25 de septiembre de 1950.....; y le siguieron otras, así vid. SSTS de 18 de octubre de
1963, 28 de enero de 1983.
129
SSTS s.1ª de 1 de febrero de 1982 y 30 de mayo de 1984.

70
han de ser calificados como plazos de caducidad, ya que su transcurso impide el
ejercicio por el titular de la acción que le asiste, sin que pueda ser interrumpido por
causa alguna, y sin necesidad de que sea alegado por las partes interesadas,
pudiendo ser apreciado de oficio por el órgano judicial competente.

4.2.3 Presupuestos específicos para la admisibilidad si se hubiera


pronunciado en virtud de documentos declarados falsos en proceso penal,
o cuya falsedad fuera declarada después.

4.2.3.1 si la declaración de falsedad se realizó antes de la sentencia que se


impugna en la revisión.

La parte debe probar que no tenía conocimiento de ese hecho en el momento del
juicio130. De lo contrario, no tendría objeción alguna para decir que no lo presentó
cuando era oportuno. Y si la falsedad se declaró antes del juicio, el solicitante de
la revisión debe entonces acreditar suficientemente que ignoraba tal
circunstancia131. Extremo que no será tan fácil de probar.

El problema viene suscitado cuando el demandante en revisión no tiene un dato


objetivo a partir del cual probar de forma fehaciente que, en la fecha que afirma,
tuvo conocimiento de que con anterioridad o durante la sustanciación del proceso
civil origen de la revisión fue declarado en un proceso penal la falsedad de un
documento. En todos estos supuestos el demandante en revisión debe partir de un
momento inicial indeterminado, recayendo sobre él la carga no sólo de concretar
el día inicial, sino también de acreditar de forma precisa el referido
desconocimiento hasta ese momento por él aducido, lo que

130
Montero, “El nuevo proceso civil”, 632. De lo contrario la revisión no le sería admitida, porque
carecería de fundamento el alegar sin motivos que lo respalden, que desconocía de la falsedad del
documento que fue reconocida judicialmente.
131
Sigüenza, “Revisión de Sentencia Firme en el proceso civil”, 64.

71
no le resultará nada fácil. Pues, es lo cierto que, siguiendo el criterio que
repetidamente ha mantenido el Tribunal Supremo Español132, el demandante en
revisión tiene que acreditar cumplidamente que la demanda de revisión ha sido
planteada dentro del plazo de los tres meses legalmente previsto, a contar desde
el mismo momento en el que tuvo conocimiento del motivo de revisión. Y ello ha
de ser así, pues en virtud de la regla general de la carga de la prueba prevista en
el art. 321 del CPCM, corresponde al actor la carga de probar la certeza de los
hechos de los que ordinariamente se desprenda, según las normas jurídicas a
ellos aplicables, el efecto jurídico correspondiente a las pretensiones de la
demanda. Por lo que, negado por el demandado en revisión que el demandante
conoció el motivo invocado en el momento que afirma, alegando la caducidad de
la acción por extemporánea, deberá probar el actor con hechos fehacientes su
afirmación133.

El fundamento de la necesidad de acreditar de manera inexcusable el estricto


cumplimiento del plazo de caducidad legalmente establecido, por tratarse de un
requisito ineludible dentro del cual necesariamente deberá incoarse un proceso de
revisión, lo podemos encontrar en la singular naturaleza del mismo ya que
tratándose de un proceso que vulnera el principio riguroso y casi absoluto de la
irrevocabilidad de los fallos que hayan alcanzado firmeza, imprime a su ejercicio
una regulación restrictiva que se manifiesta tanto en la limitación de los motivos en
que puede fundarse, como en la limitación de orden temporal en cuanto a su
ejercicio que obliga a interponerlo dentro del referido plazo de tres meses, sin que
pueda dejarse la determinación del día inicial del plazo para la computación del
mismo a la decisión de la propia parte.

132
SSTS de 20 diciembre de 2010, 23 de marzo de 2005, 27 de septiembre de 2004, 20 de mayo
de 2003, 23 de abril de 2001, 26 de enero, 19 de abril y 4 de diciembre de 2000, 22 de septiembre
de 1999, 3 de marzo, 23 de septiembre y 12 de diciembre de 1998.
133
Julio Sigüenza López, “Teoría de la prueba y medios probatorios”, (Buenos Aires. 1996), 39.

72
4.2.3.2 Si la falsedad se declaró después de la sentencia que se impugna.

Por tanto, y dado que la declaración de falsedad deberá provenir de sentencia


penal firme, se deberá aportar ésta junto a la demanda de revisión, como
presupuesto necesario de obligado cumplimiento.

Pero, puede suceder que la parte afectada solicite la revisión de la sentencia


basándose en este numeral, sin tener una sentencia firme, únicamente podría
contar con una demanda presentada en la que pretende la declaración de
falsedad de un documento. En este caso, como ya se mencionó, no admitirá la
revisión. No obstante, al revisar el tenor literal de la normativa se aprecia que ésta
no establece en ningún momento como requisito de admisibilidad de la revisión
que la declaración de falsedad sea anterior a la petición de la misma.

Si esto ocurriera debería de tramitarse como lo establece el Art. 548 inc. 2 CPCM,
que nos habla de la prejudicialidad. Pero debemos tener claro que para la
demanda de revisión se debe fundamentar con documentos o sentencias ya
establecidos. En ese caso la prejudicialidad únicamente operará sobre otro punto
atinente a la revisión, el cual podría modificar su fallo, como, por ej., si se solicita
la revisión con base en un documento decisivo, y la contraparte inicia un proceso
penal por falsedad de ese documento. Aquí es pertinente aplicar el Art. 48 CPCM
y suspender las actuaciones hasta contar con la sentencia respectiva, por eso es
lógico pensar que el proceso queda en suspenso hasta su resolución.

La Falsedad del Documento en que se funde la Pretensión de Revisión precisa


haber sido declarada por un Órgano Jurisdiccional Penal en un Proceso de esta
naturaleza. Tal Declaración de Falsedad puede haberse efectuado antes o
después de haberse dictado la Sentencia impugnada, pero en el primer caso,

73
la parte que la alegue, deberá acreditar en el juicio de Revisión que no tuvo
conocimiento de este hecho en momento oportuno para alegarlo en el anterior
proceso cuya Revisión solicita. Para que el motivo prospere se requiere que el
documento declarado falso fuera decisivo, en el sentido de haber servido de base
al pronunciamiento proferido en la Sentencia impugnada.

El motivo en cuestión afectan a los elementos probatorios que han servido para
dictar la Sentencia, por lo tanto la Revisión de la Sentencia Firme se hará por
medio de un nuevo examen probatorio excluyendo las pruebas ofrecidas en el
proceso en forma original, tomándose solamente nuevos elementos de convicción
que en su valoración pertinentes puedan resultar falsos o sin la equidad para su
fuerza probatoria, por ello resulta necesario examinar conceptos como lo son la
prueba en el Proceso Civil y Falsedad Documental, para una mejor comprensión
de este motivo.

4.3 Falsedad documental como prueba en la revisión de sentencia firme

El propósito de la prueba es obtener la certeza de los hechos que se discuten, aun


cuando el termino prueba es utilizado dentro del ámbito jurídico y fuera de el, en
ocasiones cuando existen conflictos es necesario recurrir al Órgano Judicial, para
que mediante un proceso, investigue la veracidad o falsedad de las alegaciones
que las partes realizan, pues estas no suelen ser suficientes para lograr el
convencimiento del juzgador, es por ello que resulta necesaria una actividad para
confirmar los hechos aportados por las partes, y así poder optar por una de las
afirmaciones, dicha actividad es conocida con el nombre de prueba, la cual en el
proceso resulta ser de suma importancia.

4.4 Definición, objeto y finalidad de la prueba

Según Lino Palacios“sólo los hechos afirmados por los litigantes pueden constituir
objeto de prueba. Pero aquéllos deben ser, además: a)

74
controvertidos, o sea, afirmados por una de las partes y desconocidos o negados
por la otra (afirmación unilateral); b) conducentes para la decisión de la causa.
Puede suceder, en efecto, que un hecho haya sido afirmado, pero que carezca de
relevancia para resolver las cuestiones sobre las cuales versa la Litis.”134

Por su parte la Jurisprudencia Salvadoreña expresa que “la prueba es la actividad


procesal que tiende a alcanzar la certeza en el Juzgador respecto de los datos
aportados por las partes, certeza que en unos casos se derivará del
convencimiento psicológico del mismo juez y en otros de las normas legales que
fijarán los hechos.”135

Así mismo, la Sala de lo Civil ha establecido que la prueba es “la actividad


procesal, realizada con el auxilio de los medios establecidos por la ley, y
tendientes a crear la convicción judicial sobre la existencia o inexistencia de los
hechos afirmados por las partes como fundamento de sus pretensiones o
defensas.”136

En conclusión, la prueba es una actividad encaminada a acreditar la veracidad o


falsedad de los hechos alegados por las partes, con el propósito de obtener la
convicción de Juzgador, para que dicho funcionario pueda decidir o resolver los
litigios que sean sometidos a su conocimiento, sin embargo no hay que dejar de
lado que la decisión que el Juzgador tome, debe de estar en relación con las leyes
que regulen dicha problemática.

134
Lino Enrique Palacio, “Manual de Derecho Procesal Civil”, 17 Edición, (Lexis Nexis, Buenos
Aires, Argentina, 2003), 392.
135
Sala de lo Civil, Sentencia Definitiva, Recurso de Casación, con referencia No. 115-C-2004, de
fecha 31 de octubre de 2005, Considerando V, 10.
136
Sala de lo Civil, Sentencia Definitiva, Recurso de Apelación, con referencia No. 91-AP-2007, de
fecha 05 de junio de 2008, Considerando V, 14.

75
En relación a este tema la Jurisprudencia Salvadoreña ha establecido que “en
principio sólo los hechos afirmados por los litigantes pueden constituir objeto de
prueba, pero aquellos deben ser además: controvertidos, es decir, afirmados por
una parte y desconocidos o negados por la otra; y, conducentes para la decisión
de la causa.”137

Cabe considerar que el artículo 313 del Código Procesal Civil y Mercantil,
establece como objeto de la prueba los siguientes literales:

a) las afirmaciones sobre los hechos controvertidos, que tengan relación con
la causa de pedir;
b) el derecho extranjero, cuando el tribunal lo estime necesario, y
c) la costumbre.
En relación a la Costumbre puede decirse que esta puede ser objeto o no de la
prueba en el proceso, esto dependerá de las partes, lo cual se explicara de la
siguiente manera: La Costumbre será objeto de la prueba cuando las partes no se
pongan de acuerdo sobre su existencia o sobre su contenido, por el contrario si las
partes estuvieren conformes con su existencia y contenido no serán objeto de la
prueba.

La Jurisprudencia Salvadoreña ha establecido: “Las tres finalidades de toda


prueba son: la garantía dela realización de un proceso justo; la pretensión de
lograr formar la convicción judicial, acerca de la afirmación de un hecho; y la
permisibilidad de un cierto control político-social de las decisiones judiciales,
mediante la motivación de la Sentencia.”138

137
Sala de lo Civil, Sentencia Definitiva, Recurso de Apelación, con referencia No. 91-AP-2007, de
fecha 05 de junio de 2008, Considerando V, 15.
138
Sala de lo Civil, Sentencia Definitiva, con referencia No. 100-C-2005, de fecha 12 de septiembre
de 2005, considerando IV, 14.

76
4.5 Falsedad documental.

Este tipo de Falsedad no es la mejor denominada, partimos así diciendo que hay
algunos doctrinantes que la denominan falsedad que viola la fe documental, tal es
el caso del autor Giuseppe Maggiore quien establece que “la falsedad en actos
viola la fe pública documental, o sea la fe que la ley presta permanente y auténtica
de hechos jurídicos. Por lo cual también con locución no del todo precisa,
“Falsedad Documental”139.

Según la Conferencia Internacional para la Unificación del Derecho Penal “La


Falsedad Documental es la alteración de la verdad cometida con conciencia de
causar un perjuicio en un documento destinado o adecuado para la prueba de un
Derecho o de un hecho que origine consecuencias jurídicas” 140

Esta misma consideración es apoyada por Eugenio Calón al afirmar que “si el
documento falsificado carece de capacidad para producir efectos jurídicos, no
constituye Falsedad Documental Punible141”.

Un Documento materialmente auténtico es el que pertenece al que se imputa y no


ha sido alterado. Hay falsedad cuando el escrito aparenta un origen diferente del
real, o cuando se altera su contenido informativo, de manera que deja de ser el
que era, el original o primitivo. Es falso pues, el documento que en su condición
actual no corresponde a su autor expreso o declarado.

139
Giuseppe Maggiore, “Derecho Penal Parte especial Vol. 3”, (Temis Librería, Bogotá, Colombia,
1985), 542.
140
VIII Conferencia Internacional para la Unificación del Derecho penal (Bruselas, Julio de 1947).
141
Eugenio Cuello Calón, “Derecho Penal”, Tomo II, (Urgel, Barcelona, España, 1952),224.

77
Para un mayoritario sector de la doctrina, el concepto de falsedad documental es
inseparable de la idea de mutación. Para que exista falsedad hay que transponer o
cambiar algo.

Falsear o falsificar es crear, a través de una intervención consciente, un contraste


entre dos realidades: una preexistente (la inexistencia del documento, o su
genuinidad) y otra posterior (la existencia del escrito o su falsificación). En toda
falsedad hay un cambio de una realidad anterior, o de un documento ya
elaborado.

En efecto, como objeto material de la falsedad documental, es la escritura,


atribuible a un autor determinado, e idónea para producir efectos jurídicos por la
declaración de voluntad o por la atestación de verdad que contiene.

Por consiguiente, los requisitos que debe de tener el documento son tres: la forma,
que ha de ser escrita, cualquiera que sea la especie de escritura; el ser atribuible a
un autor determinado, que por lo tanto, debe de poderse individualizar, por la firma
o por otros elementos; el contenido, que, como se ha dicho, se reduce a una
declaración de voluntad o a una atestación de verdad.

“Si la escritura carece de sus requisitos esenciales, relativos tanto a la forma como
al contenido, el documento es jurídicamente inexistente, y no puede tenerse
Falsedad Documental; pero eventualmente podrá existir otro delito, por ejemplo
estafa. En cambio si la escritura es sólo nula o anulable, por razones que no miran
a la existencia del Documento, puesto que éste jurídicamente existe, no hay duda
que puede tenerse Falsedad Documental.142”

142
Silvio Ranieri, “Manual de Derecho Penal”,Tomo IV, (Temis, Bogotá, Colombia, 1975), 414.

78
4.5.1 Bien jurídico protegido en la falsedad documental.

El bien aquí protegido es la fe pública. “Expresión que, como observa Carrara, no


debe interpretarse como fidelidad en el mantenimiento de una obligación
contraída, sino en el sentido de confianza. Algunos autores consideran como fe
pública solamente la impuesta por la ley, pero tal opinión no es aceptable pues la
fe pública no es una imposición autoritaria, sino que, la fe que el público reconoce
a determinados documentos destinados a probar hechos originarios de
consecuencias jurídicas”143.

Para el Profesor Muñoz Conde en la falsedad documental “la importancia del


documento en el tráfico jurídico más que la fe pública o la propia seguridad en el
tráfico jurídico Fiduciario, es la funcionalidad del documento mismo, el bien jurídico
protegido”144, porque este cumple la función de un medio de confirmación del
contenido, es un medio de garantía de la persona que lo emite 145y sirve como
medio probatorio146, de ahí es que deviene que para el Profesor Muñoz Conde, el
bien jurídico que se protege es realmente la funcionalidad de los documentos que
se han falseado.

143
Cuello, “Derecho Penal”, Tomo II, 222.
144
Francisco Muñoz Conde, “Derecho Penal parte especial undécima edición”, (España, 1995),
624-625.
145
Esta función la podemos observar claramente en el Código Civil de El Salvador en su artículo
1571, cuando establece que “el instrumento público hace plena fe en cuanto al hecho de haberse
otorgado y su fecha, pero no en cuanto a la verdad de las declaraciones”, en otras palabras, las
partes plasman dentro de los documentos los hechos jurídicos con ciertas solemnidades para que
este pueda también producir efectos jurídicos y pueda hacerse valer por la vía legal que
corresponda.
146
El mismo art 1571 del Código Civil del El Salvador en su inciso 2 valida que en el caso de los
instrumentos públicos las obligaciones y descargos contenidos en él hacen plena prueba, de igual
manera los documentos privados que se tengan por reconocidos según los casos que enumera el
art 265 del Código Vigente de Procedimientos Civiles de El Salvador, tienen valor probatorio.

79
4.5.2 Documento público.
“Documentos públicos puede decirse que son los expedidos por los funcionarios
competentes en el ejercicio de sus funciones y con las solemnidades requeridas
por la ley”147.

Muy similar es la definición que nuestro Código Civil en su art 1570 estipula, sólo
que cambia la palabra documento por instrumento, al afirmar: “instrumento público
o auténtico es el autorizado con las solemnidades legales por el competente
funcionario”148.

En la doctrina se encuentran variadas formas de denominar a los documentos


públicos, para muestra el autor Giuseppe Maggiore los concibe como actos
públicos, por pensar que es la denominación más propicia; es así que lo define
como “el documento redactado, con las debidas formalidades, por un notario o por
otro funcionario público autorizado para atribuirle fe pública en el lugar donde ese
acto fue formado149.

De todo lo mencionado por los diversos autores, se puede concluir que el carácter
público que se le da al documento, viene determinado por la esfera en que se
produce y por el sujeto del cual emana el documento, tomando en cuenta que este
documento debe de estar revestido de formalidades legales para que pueda gozar
de la validez y la autenticidad que le caracteriza, para que surta así efectos
jurídicos.

4.5.3 Documento privado.


Es necesario para comprender esta clase de documentos comenzar por definirlos,
es así Manuel Osorio afirma que es “el documento redactado por las

147
Cuello, “Derecho Penal”, Tomo II, 225.
148
Código Civil de El Salvador, D. O. No. 236, Tomo 345, publicado el 17 de diciembre del 2004.
149
Magggiore, “Derecho Penal Parte especial”, Volumen 3, 547.

80
partes interesadas, con testigos o sin ellos, pero sin intervención de notario o
funcionario público que le dé fe o autoridad”150.

Del concepto anterior puede afirmarse que está orientado a definir el documento
en razón de quien lo emite, y así mismo sostener otra definición en razón de la
función que realiza la persona que emite el documento, es así que se obtiene el
concepto de Silvio Ranieri, “es escritura privada no sólo todo documento extendido
sin la intervención de un notario o de otro funcionario público autorizado para
atribuirle fe pública, sino también todo documento redactado por un funcionario
público o por empleado público, encargado de un servicio público, fuera de sus
funciones o atribuciones, o también formado por un funcionario público
incompetente151 o incapaz152.”

Según esta definición no por el simple hecho de ser un notario o funcionario


público el documento se tendrá por público, ya que según la calidad que está
ejerciendo el agente emisor del documento es que se definirá ante qué tipo de
documento se encuentra.

En la doctrina se puede encontrar con múltiples autores que prefieren brindar un


concepto más simplista a los documentos privados, es lo que se denomina
concepto por exclusión, es así el caso de Soler, de quien se apoya Edgardo
Donna en su obra de Derecho Penal parte especial y extrae el concepto que “todo
documento que no revista el carácter de instrumento público es un instrumento
privado; siguiendo una metodología más descriptiva, enfatiza que

150
Manuel Ossorio, "Enciclopedia Jurídica OMEBA, Bibliográfica, Buenos Aires, Argentina, 1968.
151
Ranieri, Manual de Derecho Penal tomo IV, pág. 416
152
Un aspecto muy importante que señala Ranieri es en la parte última del concepto, que
manifiesta que también se entenderá que es documento privado, cuando quien da fe del
instrumento es incompetente, esto nos hace pensar que en otras legislaciones este documento se
vuelve privado, mientras que en la de nosotros simplemente se entenderá que tal acto es nulo por
adolecer de vicios de competencia. Ranieri, “Manual de Derecho Penal”,Tomo IV, 416.

81
el documento es un instrumento privado cuando, sin necesidad de observar una
forma especial y de estar redactado en idioma nacional, está firmado por las
partes otorgantes salvo que la ley disponga lo contrario153.

En su mayoría los conceptos de documentos privados concuerdan que esta clase


de documentos manifiestan un tenor de un sujeto determinado con efectos
jurídicos, sin que dentro del instrumento se incorporen tantas formalidades o
solemnidades, pero vale decir, que esa declaración que se plasma tiene eficacia
jurídica y es reclamable porque se toma en cuenta la buena fe de los
contrayentes.

4.6 Falsedad material.

Para Carlos Creus esta falsedad recae sobre “la materialidad del documento,sobre
sus signos de autenticidad, incluidos los que forman su contenido, ya sea que se
los imite, creándolos o que se los modifique, alterando los verdaderos; ataca,
pues, la verdad con el menoscabo de la autenticidad del documento” 154.

Para otros autores tales como Fontán Balestra la falsedad material “recae en la
escritura misma”155, la falsedad material lo que ataca propiamente es la
autenticidad del documento del sujeto de quien emanó.

153
Edgardo Donna, “Derecho Penal Parte especial”, Tomo IV, (Rubinzal Culzoni, Buenos Aires,
Argentina, 2002), 146.
154
Carlos Creus, “Derecho Penal parte especial”, Tomo II (6ta edición, Astrea, Buenos Aires,
Argentina, 1988), 409.
155
Carlos Fontán Balestra, “Derecho Penal Parte Especial”, (Abeledo Perrot, Buenos Aires), 655.

82
“Tenemos falsedad material cuando se ha formado, en todo o en parte, un
documento falso, o cuando ha sido alterado un documento falso, o cuando ha sido
alterado un documento verdadero. Sus formas de manifestación son, por lo tanto,
la contrahechura y la alteración156”.

La acción típica en esta falsificación es la de hacer en todo o en parte un


documento falso o adulterar uno verdadero, de modo que pueda resultar para otro
individuo un perjuicio por la comisión de dicha acción.

Lo que se pretende con esta falsedad es hacer pasar como auténticamente


verdadero lo que no es; hay una adulteración, se concreta también la alteración de
lo verdadero para transformarlo en no verdadero.

“En estas imitaciones hay siempre una creación; se forma algo que no existía 157.

Pertenecen a esta categoría: la falsedad material del notario o funcionario público


en documentos públicos, en certificados o autorizaciones administrativas, la
falsedad material del notario en copias auténticas o en atestaciones sobre el
contenido de los documentos, así como la falsedad material cometida por un
particular o un funcionario público fuera del ejercicio de sus funciones, o por un
empleado fuera del ejercicio de sus atribuciones.
En síntesis, y en palabras de Carrara, se produce falsedad material "siempre que
la materialidad del escrito resulte diferente a otra materialidad a que el escrito se
refiere, y que en este debía producirse tal cual es, de acuerdo con la verdad158.

156
Ranieri, “Manual de Derecho Penal”, Tomo IV, 417.
157
Creus, “Derecho Penal parte Especial”,Tomo II, 410.
158
Donna, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV, 155.

83
4.6.1Consumación y tentativa.
Para perfeccionar el delito, tendremos que diferenciar entre documentos privados
y públicos.

Cuando recae sobre un documento público, el delito se consuma con la sola


acción de creación total o parcial o con la adulteración, ya que con esos hechos
surge la posibilidad de perjuicio. Dicho en otras palabras cuando la escritura se
perfecciona, teniendo ésta el valor como tal. No se requiere el empleo o uso del
documento.

Pero cuando se trata de un documento privado, la consumación sólo se puede dar


con su utilización, pues sólo con ella nace la posibilidad de perjuicio; implica el uso
de cualquier acto que coloque el documento en situación que lo haga valer o se lo
pueda hacer valer según su finalidad; y esto resulta porque como se ha analizado
anteriormente los documentos privados no dan fe de actos con su otorgamiento,
sino que sirven más para el tráfico jurídico, de ahí deviene, que es necesario
ponerlo en uso para que el delito se perfeccione; misma idea encontramos en la
legislación Argentina, Carlos Creus establece que “para que esa confianza penetre
en la órbita de la realidad, no basta con la existencia del documento falso; es
imprescindible que éste haya comenzado a funcionar, a manifestarse en la esfera
de quienes pueden verse afectados por la relación jurídica que representa” 159.

Un documento privado no lleva incluido la fe pública, incorpora confianza en sus


signos, respecto de las personas sobre las cuales puede producir o por medio de
las cuales va a producir sus efectos; a ellas está dirigido el engaño, gestado en la
falsa creencia de la verdad del documento.

159
Creus, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV, 419.

84
En cambio en los documentos públicos, la situación es distinta, estos producen
efectos con su misma existencia y, por tanto, desde ese momento aparecen los
efectos jurídicos.

Es doctrina generalmente seguida, la que afirma la imposibilidad de tentativa


punible en la falsificación de documentos públicos y privados, porque todo lo que
está antes de la formación o el uso del documento, sólo puede ser apreciado
como acto preparatorio que tampoco genera punidad, resultaría imposible
determinar si el documento que se pretendía modificar o alterar, hubiera sido el
idóneo para llegar a producir un peligro o un perjuicio real al bien jurídico tutelado.

4.7 Falsedad ideológica.

En continuidad con el tema y después de abarcar de manera satisfactoria el tema


de la falsedad material, resulta como lógica consecuencia tratar el tema de la
falsedad ideológica, recalcando que esta clasificación es debido a que la mayoría
de acciones típicas tradicionalmente se dividen de esta manera.

Este tipo de falsedad consiste en hacer parecer en un documento, como si algo ha


ocurrido cuando en realidad no fue así u ocurrió, pero de manera distinta.

Como mejor lo explica el Doctor Fontán Balestra “el documento no es falso en sus
condiciones de existencia, sino que son falsas las ideas que en él se quieren
afirmar como verdaderas”160.

160
Fontán, Derecho Penal parte especial, p. 656.

85
De manera muy práctica Muñoz Conde da una idea escueta pero bastante clara
de falsedad ideológica, al decir que “esta consiste en la aseveración de lo que no
es verídico, aunque el documento sea legítimo.

Falta la veracidad pero no la legitimidad”161. Donna cita en su obra las palabras de


Moreno, el cual dice que “la falsedad ideológica consiste en aprovechar el
documento verdadero, para insertar declaraciones falsas concernientes a un
hecho que el documento deba probar”162.

En consecuencia el documento cuya forma es verdadero, como también lo pueden


ser sus compañeros, pero que contienen declaraciones falsas sobre hechos a
cuya prueba está destinado; sin embargo en él se hacen aparecer como
verdaderos algunos hechos que materialmente no han ocurrido, en consecuencia
el elemento prioritario o base de este tipo de falsedad es la veracidad de su
autenticidad o genuinidad.

La doctrina en general tiene bastante eco al afirmar que a pesar que el documento
es genuino, es falso porque su contenido no es verdadero, con respecto a lo
primero se entiende que cumple con los requisitos legales y además que es
emitido por la autoridad competente para hacerlo, lo verídico gira en torno a la
función probatoria del hecho que se plasma en el documento.

Para algunos el documento puede adolecer de elementos que no sean


verdaderos, pero esto no es tan vinculante, Donna cita en su obra a Laje Anaya, el
cual tiene un pensamiento análogo al decir que “hay declaraciones falsas, cuando
lo asentado gira alrededor de un punto que es esencial, relativo a lo que el
documento debe probar, el resto no cuenta”163

161
Muñoz, Derecho Penal Parte Especial, p. 633.
162
Donna, Derecho Penal Parte Especial, 215.
163
Donna, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV., 218.

86
Será prioridad que la falsedad recaiga sobre circunstancias que el documento está
destinado a probar, por lo tanto no se configura delito alguno si este no está
destinado a dar fe sobre alguna situación. En nuestra legislación, esto se puede
hacer notar; en el art 284 inc 3° CP, estipula: “el que emitiere o entregare
documentos relativos al control del impuesto a la Transferencia de Bienes Muebles
y a la prestación de servicios, haciendo constar que una operación no se realizó”.

De esto se puede inferir, que el documento no adolece de ningún vicio de forma,


por tanto es auténtico y sirve como medio de prueba de una operación, de ello es
que se vale el falsario para incluir en él operaciones que no se realizaron, es aquí
donde se encuentra la esencia de la falsedad ideológica.

Otra definición de esta falsedad la brinda Ranieri y la concibe como “la conducta
del funcionario público que, recibiendo o redactando, en el ejercicio de sus
funciones, un documento público, atesta falsamente que ha realizado un hecho o
que este se ha efectuado en su presencia, o también atesta que recibió
declaraciones que no fueron rendidas a él, u omite o altera las por él recibidas,
incluso atesta falsamente en cualquier forma acerca de hechos cuya veracidad
está destinado a probar el documento, y esto con la voluntad del hecho y con el
conocimiento de su idoneidad para engañar y de la posibilidad de causar daño”164.

“Estas falsedades ofenden, no la autenticidad que presuponen los documentos


públicos, como ocurre con los delitos de falsedad material, sino la veracidad de
dichos documentos.

Por su naturaleza particular, si bien exigen un documento escrito, como lo


requieren las falsedades materiales, por recaer sobre su contenido ideal

164
Ranieri, Manual de Derecho Penal tomo IV, p. 434.

87
pueden ser aprehendidas solo mediante el entendimiento. Por esto dicha especie
de falsedad se llama también intelectual”165.
En esta falsedad el instrumento en sus formalidades o solemnidades no adolece
de ningún vicio, es auténtico, no se vulnera su materialidad sino que se incluyen
declaraciones falsas en un instrumento auténtico.

Una definición muy completa de esta falsedad nos la proporciona Carlos Creus,
quien nos dice que “la falsedad ideológica que algunos también llaman histórica
recae exclusivamente sobre el contenido de representación del documento, sin
que se modifiquen ni imiten para nada los signos de autenticidad “166.

Ahora bien, es importante comprender cómo Carlos Creus interpreta el tema de la


falsedad documental, porque de manera general sigue la línea de pensamiento
que veníamos desarrollando, según su tesis la falsedad ideológica “no modifica, ni
imita para variar los signos de autenticidad de un contenido, “en ella nos
encontramos con un documento cuya forma es verdadera, como lo son también
sus otorgantes, pero que contiene declaraciones falsas sobre hechos a cuya
prueba está destinado: en él se hacen aparecer como reales hechos que no han
ocurrido, o se hacen aparecer hechos que han ocurrido de un modo determinado,
como si hubiese sido de un modo diferente”167.

Lo anterior no difiere en nada de otros aportes doctrinarios, más bien se da un


complemento a la hora de querer formar un criterio general, sin embargo
menciona algo bastante ilustrativo al decir “el primer presupuesto del documento
ideológicamente falso es la veracidad de su autenticidad”168 con

165
ibid. 433.
166
Creus, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo II, 426.
167
Creus, “Falsificación de Documentos en General”, 128.
168
Ibid. 128.

88
esto quiere decir que tiene que tratarse de un documento auténtico, con todos los
rasgos que lo caracterizan como tal.

Es esa misma autenticidad la que es aprovechada para mentir, el autor ve en esta


característica el puente perfecto, para hacer pasar, como tales hechos o actos
relatados en el documento, pero que en el fondo no lo son. En pocas palabras hay
un soporte auténtico y un contenido falso.

Otro factor que no se puede dejar de lado es que para que esta falsedad vaya
tomando forma, el falsario estará en la obligación de decir la verdad; entonces
cuando esta sea inexigible jurídicamente se estará fuera del alcance de la
punibilidad. Entonces surge la pregunta ¿quién tiene el deber de decir la verdad y
de donde surge este deber? No es tan complicado darle respuesta desde la
posición del funcionario, siendo sencillo marcar los límites de su obligación,
porque está siempre obligado a decir la verdad de todo aquello que ante él pasa;
pero en el caso del particular sólo se puede deducir dependiendo del caso, de la
naturaleza del negocio y de las normas que lo rigen.

Esta obligación se puede dar en múltiples situaciones, pero la mayoría de veces


se da cuando “la ley, para la formación de un instrumento público y los fines de su
autenticidad y de su validez erga omnes, requiere o admite la intervención de un
particular.

Si la ley dispone, por ejemplo, que el nacimiento de una persona se pruebe


mediante la partida y que esta se extienda sobre la base de la manifestación de un
particular es indudable que en tal caso el particular debe decir la verdad”169.

169
Donna, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV, 221.

89
Ha quedado claro que esta falsedad perfila en un acto exteriormente verdadero,
este acto es el documento, el cual no es falso en sus condiciones de existencia,
siendo falsas las ideas que en él se afirman como verdaderas.

Esta falsedad como antes se dijo se denomina a veces falsedad histórica, porque
en muchas situaciones puede consistir en hacer parecer en el documento como
ocurrido algo que en la realidad no ocurrió u ocurrió de manera distinta. La
falsedad ideológica puede darse en ciertos escenarios, por ejemplo:

a) Que haya un acuerdo entre el funcionario público o notario y alguna de las


partes.

b) Que las partes o alguna de ellas engañen al funcionario público, empleado


público o notario.

c) Que el oficial público incurra en falsedad, en nuestra legislación penal la


falsedad realizada por el funcionario o empleado público o notario seconvierte en
una agravante, cuando incurren en la falsedad en el ejercicio de sus funciones,
pues ellos son los que brindan la fe pública a los documentos que emiten.

d) En el caso de los documentos privados, que las partes estén de acuerdo en


falsificar el documento o que hicieren que se los falsifique.

Edgardo Donna es del pensar que “el documento, a pesar de ser auténtico,
genuino, es falso porque su contenido no es verdadero. No se da la falsedad
material por la genuinidad del documento, sino por su contenido. El documento

90
como soporte no sufre alteración alguna por cuanto conserva su forma
verdadera170, aunque su contenido es mendaz.

Entonces se tiene como primer presupuesto del documento ideológicamente falso,


debe resaltar la veracidad de su autenticidad o genuinidad; esto es, tiene que
tratarse de un documento auténtico con todos los signos que lo caracterizan como
tal. Es esa autenticidad lo que se aprovecha para mentir, para incluir
declaraciones falsas; el autor se aprovecha de los signos de autenticidad
formalmente verdaderos para hacer pasar, como tales, hechos o actos relatados
en el documento, pero que no lo son.

Por otro lado vale decir, que no toda falsedad es objeto de este delito, sino que
“esa falsedad sólo es concebible cuando el falsario tiene la obligación de decir la
verdad; cuando jurídicamente ella sea inexigible estaremos fuera de la
punibilidad”171.

4.7.1Consumación y tentativa.

En la doctrina puede encontrarse diversas posturas acerca del momento en el que


se consuma la falsedad ideológica, las corrientes tradicionalistas, son del pensar
que el delito se consuma con la creación del documento o instrumento público,
dentro de esta corriente esta Carlos Creus, quien concuerda que “el delito se
consuma cuando el documento público queda perfeccionado como tal, con todos¿
los signos de autenticidad que las leyes y reglamentos requieren, aunque no se
hayan realizado todavía los actos necesarios para oponerle la prueba por él
constituida a terceros, pues ya desde aquel momento nace la posibilidad de
perjuicio”172

170
Donna, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV, 217.
171
Creus, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo II, 427.
172
Creus, “Falsificación de Documentos en General”, 145.

91
En reiteradas ocasiones se ha dicho que existe la posibilidad del perjuicio, para
entender esa posibilidad hay que determinar que hacemos alusión que se está
frente a un peligro concreto, inminente, que se deriva de la conducta de falsedad y
que pone en peligro el bien jurídico protegido, que nace o” estará en la conducta
cuando sea insertada en la vida jurídica”173

Ahora bien en la doctrina mayoritaria se comparte la idea que el delito se consuma


“cuando el objeto en el que se han hecho las inserciones falsas adquiere la calidad
de documento público”174. Pero entonces ¿cuándo es que adquiere el documento
dicha calidad?, se adquiere con el perfeccionamiento del instrumento o al adquirir
el mismo valor como tal.

En cuanto a la posibilidad de tentativa, de acuerdo a lo que venimos sosteniendo


no es posible, porque si el falsario decide hacer ciertas rectificaciones al
documento, las falsedades se eliminarían, es en extremo difícil de probar el intento
de la falsedad ideológica.

Pero para otro sector de la doctrina que es del pensar que “el delito se consuma
por medio del uso del documento, incluyendo los casos en que la falsedad recae
sobre documentos públicos”175, sí se podría dar la tentativa, cuando se realizan
actos ejecutivos de intentar usar el documento y que por razones ajenas a su
voluntad no se concretaron.

4.8 Procedimiento

La revisión de la sentencia firme comprende, de conformidad con lo establecido en


el Art. 549 CPCM, un enjuiciamiento doble: por una parte, un juicio rescindente
(iudicium rescindens), en donde el órgano jurisdiccional de

173
Ibid. 137.
174
Donna, “Derecho Penal Parte Especial”, Tomo IV, 223.
175
Creus, “Falsificación de Documentos en General”, 145.

92
revisión decide sobre la existencia de la injusticia producida, dejando sin efecto la
sentencia firme; y por la otra parte, un juicio rescisorio (iudicium rescisorium),
contingente del anterior, y al cual pueden acudir las partes con el objetivo de que
se dicte una nueva sentencia. La acción de rescisión se ejerce en el juicio de
revisión y persigue dejar sin efecto la sentencia firme y todas aquellas actuaciones
procesales que le precedieron. En cambio el juicio rescisorio, es aquel en que, si
las partes afectadas por la recisión lo estiman conveniente a sus intereses, se
tramitará de nuevo el pleito en que se produjo la situación injusta 176. Hay que
distinguir los momentos en los cuales se ejercen para poder determinar con
claridad sus efectos, y por el momento únicamente lo que nos interesa es la
acción de rescisión.

4.9 Plazos

La solicitud de revisión debe ajustarse a tres plazos concurrentes que la misma ley
califica de caducidad, siendo estos los siguientes: 2 años, 3 meses y 30 días.
Únicamente es posible promover la revisión dentro del plazo de 2 años, contado a
partir del día siguiente a la notificación de la sentencia, así lo establece el Art. 544
CPCM, y lo denomina el plazo general de interposición.

Asimismo, los Arts. 545 y 546 CPCM, señalan plazos especiales de interposición o
cuando el demandado se encuentre en rebeldía; en ninguno de los dos casos
podrá superarse los 2 años del plazo general. En cuanto al plazo general, la ley
establece una limitación temporal de 2 años, que implica que si incumple el tiempo
estipulado para la interposición de la demanda de revisión debe ser rechazada sin
mayor análisis177. La ley es clara al señalar que se comenzará a contar el plazo
desde la notificación de la sentencia, y esa

176
Vellespín, “La Revisión de Sentencia firme en el Proceso Civil”, 87.
177
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 253.

93
notificación puede efectuarse por medio de las maneras previstas en los Arts. 169
al 180 CPCM, que detalla las comunicaciones judiciales.

La ley establece que es un plazo de caducidad, situación que confirma el autor


Rodríguez Ojeda, quien manifiesta que con ello no se pierde un derecho material
sino el ejercicio de un derecho procesal, por lo tanto es atinado utilizar el término
caducidad178, situación que también ha respaldado la jurisprudencia española179.
En cuanto al plazo especial de 3 meses que establece el Art. 545 del CPCM, este
plazo debe ser tomado como concurrente, es decir que no afecta, ni interrumpe, ni
mucho menos suspende, el plazo de 2 años del Art. 544 CPCM. Se concreta
únicamente si se da el descubrimiento de documentos decisivos, que se ocultaron
o se desconocía de ellos gracias a que fue utilizado el cohecho, la violencia o el
fraude, o si se hubiera reconocido o declarado la falsedad. El dies a quo viene
determinado por el día en que se descubrieron los documentos decisivos, y por lo
tanto será la parte actora de la revisión quien tendrá la carga de acreditar o
justificar dicho momento a partir del cual comienza a correr el plazo de 3 meses180.

Y por último, el Art. 546 CPCM contempla el caso que el demandado hubiera
estado en constante rebeldía, se le otorga el plazo de 3 meses posteriores a la
notificación de la sentencia, pero si la notificación fue hecha personalmente ese
plazo se reduce a 30 días. En este punto el CPCM se apartar de su símil

178
Rodríguez, “Rescisión de las Sentencias firmes, 35.
179
Ibid. 35. “señala que es atinado decir que se trata de un plazo de caducidad, y no de
prescripción, porque es un plazo de naturaleza procesal y no civil. El autor respalda su teoría en el
Art. 5 del CC español; esta postura fue descartada por la jurisprudencia española, la que confirmó
que era un plazo de caducidad, situación que fue respaldada por la LEC 1/2000, que en el Art. 133
establece el cómputo de plazos, confirmando que son plazos procesales. Problema que no ocurre
en nuestra legislación, pues está claramente determinado que es un plazo de caducidad.
180
Vellespín, “La Revisión de Sentencia firme en el Proceso Civil”, 90. Ese conocimiento no puede
ser meramente supuesto, especulativo o apenas aproximado, sino que tiene que ser efectivo y
real, y corresponde a la parte actora corroborarlo.

94
español, puesto que en la normativa española no se hace referencia a estos
últimos puntos, sino que únicamente contempla los de losArts. 544 y 545 del
CPCM181. Pero debe quedar claro que el plazo aludido en este Art. no empezará a
contarse para el rebelde que aduzca el motivo de la obtención de documentos
decisivos a los que alega el Art. 542 numeral 1 CPCM, hasta que desaparezca la
circunstancia de fuerza mayor que le imposibilitó comparecer. Al menos mientras
no desaparezca con la intensidad suficiente como para permitirle ejercitar su
derecho a la revisión, pero en todo caso esta circunstancia tampoco debe superar
el plazo máximo de 2 años182. El incumplimiento de estos plazos llevará a la Sala
de lo Civil a desestimar dicha petición sin mayor trámite.

4.9.1 Critica a la regularización del plazo general de interposición.

4.9.1.1 Inicio del cómputo de plazos

Finalmente, el art. 545 señala como momento inicial para el cómputo del plazo de
interposición de la demanda de revisión, cuando la causa sobre la que se
fundamente sea la 2ª previstas en el art. 541 CPCPM, el día en que se hubiere

181
El contenido de estos dos Arts. está desarrollado en el Art. 512 LEC española 1/2000. La
referida ley no hace alusión a lo plasmado en el Art. 556 CPCM de nuestra normativa vigente; a
manera de especulación podríamos mencionar que dentro de las razones por la cuales a lo mejor
nuestro legislador decidió incluir dicho Art. estaría el hecho de sancionar al rebelde que por desidia
no haya querido intervenir en el proceso, y busque en la oportunidad de promover una revisión el
retardar un proceso ya finalizado. Otra posible razón podría ser, impedir una mayor dilación en el
proceso cuando la revisión recaiga sobre la sentencia de apelación o casación, ya que por el
contrario a los precedentes jurisprudenciales españoles, éstos no permiten revisión de ese tipo de
sentencia, porque consideran que la que debe ser objeto de la misma, es la de primera instancia.
Por el contrario, nuestro legislador sí lo permite, pero le pone un plazo más estricto con el fin de no
seguir alargando la causa injustificadamente, ya que permite el recurso de revisión en el caso de la
apelación y casación, recursos que alargaron más sin duda el resultado final del proceso.
182
Cabañas, “Código Procesal Civil Comentado”, 626.

95
reconocido o declarado en un proceso penal la falsedad de los documentos, que
sirvieron de fundamento a la sentencia firme objeto de revisión.

El legislador ha sido claro y contundente a la hora de establecer el momento inicial


a partir del cual comenzar a computar el plazo de caducidad de tres meses
cuando la demanda de revisión se fundamente en los motivos previstosen los
números 2 art. 541 CPCM.

¿Se refiere al día en que fueron declarados falsos los documentos? Ò ¿el día que
la parte tuvo conocimiento de dicha declaración?

Se considera necesario una conjugación de ambos preceptos a la hora de


determinar el dies a quo del plazo de caducidad, concluyendo que deberá ser el
día en el que la parte perjudicada hubiera tenido conocimiento de la declaración
de falsedad183. Y ello debe ser así, con independencia de que se trate de
documentos que fueron declarados falsos antes o durante la sustanciación del
proceso civil cuya sentencia firme es objeto de revisión, o en vía penal después de
dictada la referida sentencia. Sin que por lo tanto pueda afirmarse en ningún caso
que el inicio del cómputo del plazo de caducidad de tres meses debiera ser el de
la declaración de falsedad, ya que ello supondría en la mayoría de los casos que
la demanda de revisión fuese desestimada por extemporánea, pues es más que
probable que cuando se tenga conocimiento de la declaración de falsedad del
referido documento haya transcurrido inexorablemente el referido plazo de
caducidad. Y ¿de qué nos serviría entonces que exista una causa de revisión
fundada en la ignorancia de la

183
Siendo la declaración de falsedad imprescindible para la interposición de una demanda de revisión
fundamentada en el motivo 2º del art. 510 LEC, porque la misma ha de ser reconocida y declarada en los
procesos de naturaleza penal establecidos. Vid. STS s. 1ª de 9 de octubre de 2007, en la que se inadmite la
demanda de revisión por entender que la acción ejercitada es totalmente, al no existir sentencia que declare
la falsedad del documento en el que el demandante en revisión fundamenta su pretensión.

96
existencia de un documento falso al tiempo de dictar sentencia, si prácticamente
no va a poder llevarse a efecto? Por lo expuesto, hemos de entender que el
momento inicial del plazo de interposición de la demanda de revisión habrá de ser
nuevamente el “conocimiento” de la existencia de documentos falsos, tanto si la
declaración de falsedad de los documentos se hubiese producido durante o con
anterioridad a dictarse sentencia civil firme, como si hubiese sido declarada con
posterioridad a la sentencia, en cuyo último caso el momento inicial será desde
que le fue notificada la resolución penal de condena o declaración de falsedad 184 ,
siempre que hubiese sido parte en el proceso penal correspondiente, ya que si no
fue parte -piénsese en un causahabiente que se ve perjudicado por la sentencia
civil firme y que no obstante no fue parte en el correspondiente proceso civil y, por
tanto tampoco lo fue en el posterior proceso penal-, el momento inicial será el
momento en el que acredite que conoció tal situación.

De igual forma, y respecto del reconocimiento o declaración de falso testimonio de


peritos y testigos dado en las declaraciones que sirvieron de fundamento a la
sentencia que se pretende rescindir, el momento a partir del cual se deberá
computar el plazo de tres meses, siguiendo literalmente lo establecido en el art.
545, debería ser desde el día en que se “hubiere reconocido o declarado la
falsedad”. el momento inicial a partir del cual comenzará a computar el plazo de
caducidad de tres meses, deberá ser el día en el que la parte interesada185 tuvo
conocimiento de la declaración judicial de falsedad.

184
Y así lo entiende nuestro Tribunal Supremo, es con la publicación, léase notificación personal,
de la resolución penal, por la que se declara falso un documento, cuando la parte tiene real y
efectivo conocimiento de la referida falsedad “......plazo transcurrido con creces en cuanto que el
cómputo inicial tendría que situarse, a lo sumo, en la fecha de notificación de la sentencia...”. Sala
Primera, Sentencia Definitiva, Recurso de Apelación, con referencia No. 91-AP-1995, de fecha 23
de marzo de 2005, Considerando V, 15.

185
Esto es, a partir del momento en que hubiere llegado a conocimiento del interesado la
existencia de la causa revisoria, como afirma el TS en S. s.4ª de 20 de diciembre de 2010.

97
4.9.1.2 Imposibilidad de llevar a cabo la revisión de sentencias firmes en civil
y mercantil, por la dilación del proceso penal.

Como ya se estudió, el establecimiento de un plazo excepcional que habilite la


posibilidad de atacar una sentencia aun cuando ya adquirió calidad de cosa
juzgada se vuelve necesario por la misma necesidad de dar seguridad jurídica.
Transcurrido ese plazo se declara improcedente la acción por Revisión de
Sentencias Firmes.

En países como España, Argentina, Costa Rica, el plazo establecido para la


interposición de la Revisión supera los cuatro años, España y Argentina delimitan
5 años, mientras que Costa Rica 10 años. El Salvador ha dejado establecido el
plazo de dos años para la interposición de la Revisión de Sentencias, así lo dice el
artículo 544 CPCM, se hace notar que en el Anteproyecto del Código presentado
por la Corte Suprema de Justicia a la Asamblea Legislativa, se establecía un plazo
de cuatro años contados desde el día siguiente a la fecha de la notificación de la
sentencia186 que se pretende atacar. Se desconoce cuál fue el criterio utilizado
para reducir ese plazo de cuatro a dos años a partir de la firmeza de la resolución.

Hay que considerar que dos años como plazo para la interposición es muy corto y
no permitirá el desarrollo de esta pretensión autónoma de Revisión, ya que la
misma tramitación de los procesos, puede realizarse en plazo superiores a los dos
años para lograr una sentencia firme en esa materia ya que según la política de
persecución penal vigente, se establece que los fiscales deberán de realizar las
diligencias de investigación en el menor tiempo posible antes del vencimiento de
los plazos legalmente establecidos siempre

186
Guzmán, “Anteproyecto del Código Procesal Civil y Mercantil de la Republica de El Salvador”, 169.

98
que se cuente con los elementos de convicción necesarios para adoptar una
decisión.187

El jefe del fiscal deberá de supervisar el cumplimiento de este mandato; no


obstante la investigación se haya iniciado de oficio antes de los cuatro meses, el
fiscal podrá informar a su superior que se trata de un caso de criminalidad
organizada o que constituye un delito de realización o investigación compleja de
acuerdo a la ley, en estos supuestos el fiscal superior concederá la prórroga de
manera anticipada quedando ampliado el plazo a siete meses.

De manera que solo la investigación administrativa para establecer si un


documento es falso, puede superar una año, y a esto le agregamos la instrucción
formal que no puede exceder de 6 meses con la posibilidad de ser ampliada a 6
meses más en los delitos graves. Fácilmente se concluye que en la primera
instancia en materia penal, ya han transcurrido más de dos años, eso sin contar el
tiempo en el que se llevaran a cabo todos los recursos previstos en el Código
Procesal Penal.

Sin duda alguna, la reducción de ese plazo de interposición a dos años, hará
imposible la tramitación de Revisión de Sentencias Firmes cuando la causal sea la
segunda del articulo 541CPCM, puesto que su procedencia depende de la
declaratoria de falsedad documental en un Proceso Penal, por lo que tomando en
cuenta el alto tráfico jurídico que enfrentan los tribunales en materia Penal,
además del tiempo en el que se tendrá que llevar a cabo la investigación
administrativa en sede fiscal, sabemos que fácilmente supera los dos años, por lo
que, para cuando la declaratoria de falsedad documental, haya adquirido firmeza,
ya habrá precluido el plazo para la interposición de Revisión de Sentencias
Firmes. Por lo que debe considerarse la necesidad de

187
Lucio Albino Arias López, “Reflexiones sobre la Revisión en Materia Civil y Mercantil, Revista de Derecho,
Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales, Octubre 2016, 113.

99
reformar este plazo a por lo menos cuatro años como lo establecía el
anteproyecto, para que se desarrolle efectivamente la Revisión de Sentencias
Firmes Si hubiera recaído en virtud de documentos declarados falsos en un
proceso penal, o cuya falsedad declarare después penalmente.

4.10 Tramitación

El procedimiento se inicia con una demanda. Ésta debe de llenar los requisitos y
formalidades de la demanda del proceso común contemplados en el Art. 276
CPCM. Además, debe acompañar a la demanda toda aquella documentación que
sustente las alegaciones que se hagan en la misma, en este caso la sentencia
penal de falsedad, la certificación de la sentencia objeto de la revisión, por
mencionar algunos188. Es preciso que exista una resolución dictada en el proceso
penal en que se declare la existencia de falsedad. Para que la sentencia penal por
falsificación pueda determinar la estimación de la demanda de revisión, es preciso
que dicho documento fuese determinante de la resolución cuya rescisión se
pretende.Estos documentos han de ser decisivos a la hora de dictar sentencia,
teniendo indudable relevancia en la decisión tomada. Determinar cuándo una
sentencia se ha dado en virtud de documentos falsos es difícil debido a la
valoración conjunta de la prueba. El documento ha de haber influido en la
sentencia de tal modo que si éste no se hubiera aportado la sentencia sería otra.
Esto no quiere seguir que la falsedad sólo se puede determinar cuando la
sentencia se haya dado exclusivamente con base en documentos falsos, pues en
muy raros casos la prueba documental será la única aportada. Dicho precepto se
refiere a aquellos supuestos en que el documento haya influido en la sentencia de
tal modo, que

188
Sigüenza, “Revisión de Sentencia Firme en el proceso Civil”, 107. La Sala de lo Civil necesita
tener por lo menos elementos mínimos para poder iniciar con la revisión, por otra parte, la
sentencia de instancia en todo caso significaría el elemento principal, pues es esa resolución la
que pretende revisarse.

100
si éste no se hubiera aportado o el juez hubiera conocido su falsedad, la sentencia
sería otra.

La interposición de la demanda no tendrá efecto suspensivo sobre la sentencia


objeto de revisión, como precisa el Art. 550 del CPCM, únicamente podrá
suspenderse la ejecución de la sentencia si concurren los requisitos del Art. 587
del CPCM, es decir, si existe una causa justificada, debidamente alegada y
apreciada como tal por el tribunal. Además es necesario que la parte solicitante
preste una caución suficiente, que permita responder de los daños y perjuicios
derivados de esa suspensión, en el caso que la revisión de la sentencia firme no
procediera o simplemente se declarare no ha lugar en la sentencia189.

En cuanto al trámite a seguir para la admisión de la demanda de revisión, el


CPCM nada menciona, pero se está bajo el supuesto que debe reunir los
requisitos de la demanda de un proceso común, es lógico pensar que la Sala de lo
Civil deberá analizar in limine litis si aquélla cumple con los requisitos generales de
admisibilidad, así como los requerimientos particulares de la revisión, en cuanto a
plazo, prueba, legitimación. Si cumple con todos los requisitos, la Sala de lo Civil
procederá según el Art. 547 inc. 2 CPCM lo expresa, a solicitar de manera oficiosa
al tribunal donde se ventilaba el expediente judicial que éste se lo remita a la
mayor brevedad posible. Asimismo ordenará el emplazamiento, que tiene por
objeto convocar a las partes para que comparezcan ante el órgano que conoce de
la revisión190. Se emplazará a todos aquellos que formaron parte del juicio de
forma activa o pasiva, y de sus eventuales causahabientes, otorgándoles un plazo
de 5 días a cada uno, para que realicen las alegaciones que corresponda y que
sean

189
Cabañas, “Código Procesal Civil Comentado”, 627.
190
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 257.

101
relacionadas a la pretensión alegada, ya sea apoyando la pretensión de la revisión
o desvirtuándola. Deberán presentar sus alegaciones por escrito como si fuera
una contestación de la demanda, por lo anterior se concluye que en este tipo de
procesos no procede ejercitar reconvenciones ni pedir otros pronunciamientos 191,
ya que no tiene lugar ni fundamento que los respalden.

Con o sin las alegaciones de la defensa, el Art. 548 inc. 1° CPCM expresa que a
las actuaciones se les dará la tramitación establecida para el procedimiento
abreviado. Podría señalarse que existe una contradicción en la ley, al establecer
que la parte de apertura del juicio de revisión debe seguir las reglas del proceso
común y una vez se concluya la etapa de contestación de la demanda, dice la
norma, deberá tramitarse conforme al proceso abreviado. Por el contario, esto ha
resultado de lo más conveniente.

El proceso abreviado es una especie de proceso declarativo. Se trata de un


proceso con trámites más sencillos y el mismo se presta para completar la
estructura de otros procesos civiles y mercantiles, como son los procesos
especiales y otros procedimientos judiciales192. Dentro de las características del
proceso abreviado está la celeridad y concentración de sus actuaciones
procesales, que permiten en una sola audiencia el desarrollo de casi la totalidad
de la actividad procesal, que desembocan en el pronunciamiento de la sentencia
oral.

Si la intención del legislador fuera que la sustanciación del proceso de revisión se


lleve completamente por el procedimiento común, lo hubiera alargado
innecesariamente. Al tomar en cuenta los parámetros que la ley establece para

191
Cabañas, “Código Procesal Civil Comentado”, 627 y 628. El autor respalda esta postura, en que
una reconvención sería inoficiosa puesto que la pretensión del actor es únicamente que se permita
la revisión de la sentencia, y sobre ello debe versar las alegaciones de los demandados, ya sea
apoyando o refutando lo alegado.
192
Canales, “Los Procesos Declarativos (común y Abreviado)”, 126.

102
poder acceder a la revisión, se aprecia que éstos son limitados. Sobre todo porque
la revisión no es una tercera instancia, ni tampoco se trata de reproducir el mismo
juicio. Por ello, tramitar la revisión con todos los requisitos del proceso común,
eventualmente obstruiría el derecho de acceso a la justicia y en cierta forma
lesionaría a la seguridad jurídica. Por el contrario, si el proceso se hubiera
tramitado por completo por el procedimiento abreviado, se hubiera perjudicado al
mismo demandante en el ejercido de su defensa, puesto que el demandado está
obligado a contestar la demanda en la audiencia, Art. 423 CPCM. Lo que deja al
demandante en una situación de indefensión193, y colisiona en cierta manera con
el principio de igualdad de armas194.

El demandante desconocería hasta el momento mismo de la audiencia los


alegatos y argumentos de la parte demandada que refutarían sus alegaciones. El
legislador fue muy atinado al hacer una mezcla de ambos procesos, otorgando las
formalidades y garantías de uno, junto con la simplicidad y celeridad del otro. Con
el señalamiento de la audiencia se da por finalizada la fase escrita de la demanda,
y se inicia la fase oral del proceso. La audiencia se realizará aun sin la presencia
del demandado, Art. 423 inc. 3 CPCM. Pero lo mismo no ocurre con el
demandante, que de no asistir, se tendrá por desestimada la acción, si éste no
justifica su inasistencia, Art. 425 CPCM. Iniciada la audiencia se procederá a las
alegaciones de las partes, Art. 427 CPCM. No son nuevas alegaciones, porque
esto ya se agotó en la fase escrita,

193
Para los españoles sería una violación al derecho a la tutela judicial efectiva, que protege lo
relativo a las condiciones de equilibrio que deben regir en los procedimientos judiciales y el
derecho al acceso en condiciones de igualdad al servicio de la justicia. En El Salvador dicho
derecho está segmentado en varios contenidos en la CNS, bajo el enfoque antes señalado
atentaría más sobre el principio de defensa contenido en el parte final del Inc. primero del Art. 12
de la Cns. G. A. Villanueva, Nuevos Principios Procesales y Garantía Procesal, Pág. 3.
194
Principio de igualdad de armas significa que el debate procesal ha de desarrollarse en
condiciones de igualdad entre el demandante y la defensa. Para lo cual la defensa debe contar con
similares oportunidades que su contraparte.

103
aquí lo que procede es la práctica de los medios de convicción que convenga a la
defensa de los intereses de cada parte.

En el caso del demandante, la audiencia tendrá por objeto que complemente la


prueba documental e informes periciales que ya aportó con su demanda. Si se
trata del demandado, es para que éste desarrolle la prueba con la que refuta la
alegación del demandante; toda la prueba debe ser pertinente y útil195. En su caso,
si las partes lo necesitaren, debe de mediar solicitud previa para diligenciar
citaciones de peritos, testigos o partes, según lo señala el Art. 428 inc. 2° CPCM.
Una vez practicada la prueba, que es el objeto principal de la audiencia, la misma
también servirá para que las partes realicen una recapitulación final de sus
alegatos, Art. 429 CPCM. Y por último, en caso de que exista prejudicialidad penal
durante la tramitación de la revisión, el Art. 548 inc. 2 CPCM señala que se
aplicarán las normas generales del CPCM, las cuales están contendidas en los
Arts. 48 y 49 CPCM. En todo caso, el proceso de revisión queda suspendido hasta
que se dicte la sentencia correspondiente en materia penal.

La suspensión del proceso por la prejudicialidad penal evita pronunciamientos


erróneos196, pero para poder suspender el proceso de revisión es necesario, que
la revisión ya haya sido admitida. De lo contrario no sería procedente suspender
un caso, del cual no se ha determinado que se iniciará su conocimiento. Lo
anterior implica que el proceso de revisión deberá llenar

195
Ambos términos están desarrollados en la ley y constituyen premisas indispensables, para que
pueda tomarse en cuenta una prueba que se pretenda incorporar al proceso; de carecer de
algunas de ellas, con base en el Art. 320 CPCM será rechazada. Vid. Arts. 318 y 319 CPCM.
196
Cabañas, “Código Procesal Civil Comentado”, 629. La prejudicialidad debe tratarse siempre de
manera rigurosa y excepcional. Tendrá como objeto verificar la posible ilicitud penal de la prueba
que se ofrece como demostrativa de la causa de revisión. Pero no la prueba propiamente tal de la
revisión, que salvo la de carácter personal, peritos, testigos que pudiera practicarse en ulterior
vista, debe siempre ofrecerse y entregarse al momento de deducirse la demanda de revisión.

104
los requisitos necesarios para su admisión, y que la prejudicialidad deberá versar
sobre el objeto mismo de la revisión, es decir sobre los elementos aportados que
contienen los Arts. 541 y 542 CPCM. Una vez concluida la audiencia la Sala
deberá anunciar verbalmente el fallo y dictar la sentencia que corresponda dentro
de los 15 días posteriores a la celebración de la audiencia, Art. 430 CPCM.

4.11 Efectos

Una vez dictada la sentencia se deben distinguir los efectos que de ella se
desprenden: 1) Cuando la sentencia de revisión declara no ha lugar a la revisión,
la resolución final de la Sala determina que la demanda de revisión carece de
alguno de los presupuestos que necesariamente han de concurrir para que la
pretensión revisora prospere, lo que inevitablemente devendrá en una sentencia
desestimatoria a la pretensión del demandante197. Para Montero Aroca198 esto
ocasiona dos situaciones: a) Que la sentencia firme que motivó en su momento la
demanda de revisión, permanezca invariada. Y, b) La condena de las costas a
cargo del demandante. En este caso el Art. 549 Inc. 1 CPCM expresa que la Sala
procederá a emitir certificación de la sentencia desestimatoria y la remitirá junto
con el proceso a su lugar de origen, dejando intactos los efectos de la cosa
juzgada. Es posible que la sentencia pueda volver a ser objeto de revisión, cuando
se base en otros motivos distintos de los que ya fueron desestimados por la Sala,
y si se realizan bajo los parámetros y el plazo establecidos en la ley.

2) Cuando la sentencia de revisión es estimatoria, es porque la Sala valoró que


concurren los presupuestos materiales de la acción, por cualquiera de los motivos
establecidos en los Arts. 541 y 542 del CPCM. Se dictará una

197
Sigüenza,“Revisión de Sentencia Firme en el Proceso Civil”, 118.
198
Montero, “Efectos jurídicos del proceso”, 262.

105
sentencia estimatoria, la cual produce para Montero Aroca los efectos siguientes:
a) Se rescindirá la sentencia firme en todo o en parte. Si la estimación de la
sentencia es total, las cosas quedarán como que no se hubiese realizado un
proceso anterior y nunca se hubiese dictado una sentencia firme con efecto de
cosa juzgada. La Sala emitirá certificación de la sentencia y la remitirá al juzgado
de donde procede, y con ello se mutará la cosa juzgada de forma total. Si la
estimación fue parcial, la parte de la sentencia no rescindida mantendrá su validez
y se mantiene en esa parte la cosa juzgada. Esto suele ocurrir en las solicitudes
de múltiples demandantes, como en el caso de los herederos que la resolución
sólo afecte a una parte de ellos199.

En el juicio de revisión no se entra a conocer las cuestiones de fondo de que fue


objeto el proceso anterior, simplemente se rescinde la sentencia, es decir, aunque
la ley no lo diga expresamente, el proceso completo queda sin efecto alguno, ya
que la situación jurídica de las partes queda como si no hubiese existido el
proceso anterior, del cual ninguna actuación queda válida200. De ello se deduce
que la sentencia de revisión deberá ser tomada como base para el inicio del nuevo
juicio con el fin de evitar que se pueda repetir el mismo error que se originó en el
primero. Así, los hechos dados como probados en la sentencia revisora y que
constituyen el motivo de revisión, han de ser tenidos como ciertos por el órgano
competente para conocer del nuevo proceso201. Y por último, sobre la sentencia
que estime o no la revisión, el Art. 549 inc. Último CPCM señala que no cabe
recurso alguno, dejando a las partes la única posibilidad de interponer un juicio de
amparo, si pueden fundamentarlo en alguna infracción a derechos
constitucionales.

199
Ibíd, “Efectos jurídicos del proceso”, 263-264.
200
Ibid. 637.
201
Vellespín,“La revisión de la Sentencia en el Proceso Civil”, 100.

106
CAPITULO V

LA REVISIÓN DE LA SENTENCIA FIRME CONFORME AL

DERECHO COMPARADO

Es importante realizar un análisis de la respectiva regulación a nivel internacional


de la institución Revisión de sentencias firmes. En los distintos países del mundo
esta figura de la revisión de sentencias firmes ya está siendo parte de su derecho
positivo vigente, tal es el caso de los países Europeos como España, Francia y
Alemania; dentro de los países latinoamericanos tenemos Brasil, Chile, Uruguay,
Venezuela y Costa Rica. También los Estados Unidos de Norte América, ya
regulan la Revisión de Sentencias Firmes. De los cuales se mencionan los más
significativos para nuestra legislación:

5.2España

En la normativa española se encuentran vastos aportes del tema, por su gran


experiencia en éste. Algunos autores españoles se refieren a la revisión como uno
de los únicos remedios procesales202 y ha estado incorporada en su legislación
desde hace muchos años.

El Código Civil de España en su Art. 1251 establece que “La Cosa Juzgada es

verdad mediante la eficacia de un juicio de revisión”203Por lo tanto se considera


por ello que la revisión es la revocación de una sentencia firme.

202
En España, a diferencia de en El Salvador, existen además de la revisión, los institutos de la
audiencia del rebelde y el recurso de la nulidad de las actuaciones. Éstos también permiten que un
juzgador vuelva a conocer lo ya decidido en una sentencia firme, que en principio es inmodificable
y de obligatorio cumplimiento.
203
Hitters, Revisión de La Cosa Juzgada, 62

107
La vigente LEC se adhiere a la doctrina mayoritaria otorgando a la revisión un
tratamiento distinto al que le daba su homónima de 1881, y lo hace
contemplándola en el Título VI bajo la rúbrica “De la revisión de sentencias firmes”,
omitiendo el calificativo de recurso que encabezó el antiguo Título XXII. De este
modo el legislador Intenta eliminar de su articulado cualquier referencia que lo
identifique con los medios de impugnación aunque no llega a desprenderse
definitivamente de ese vestigio histórico, y ya en el primero de los artículos que
componen el Título VI (art. 509) habla de “resoluciones recurribles”, en lugar de
“resoluciones susceptibles de ser revisadas”, redacción que hubiera resultado más
acorde con la propia naturaleza de la revisión204

De esta manera pues quien conoce de la revisión de sentencias firmes es según el


artículo 509 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de España, la Sala de lo Civil del
Tribunal Supremo o a las Salas de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de
Justicia, conforme a lo dispuesto en la Ley Orgánica del Poder Judicial.

En cuanto a las partes que intervienen en la revisión de la sentencia firme, se hace


referencia a la legitimación activa y la legitimación pasiva, la primera orientada a la
interposición del recurso por terceros; mientras que la segunda va orientada a que
solo pueden ser parte los que intervinieron en el proceso o sus causahabientes a
titulo singular o universal.

204
Han tenido que transcurrir más de cien años para que deje de ser denominada con el calificativo
de recurso, incorporando tal figura en un Título aparte e independiente del Título que dedica la Ley
a los recursos en general, siguiendo las directrices marcadas por el Código de Procedimiento Civil
Alemán -ZivilprozeBordnung vom 30 Januar 1877. Contempla la revisión en el Libro 4º titulado
“Wiederaufnahme des Verfahrens” (Reanudación del Procedimiento), en los arts. 580 y ss. bajo la
denominación de Restitutionsklage (demanda de restitución)-. Ahora bien, habremos de esperar
algo más para que, tanto la doctrina como la jurisprudencia se aúnen en un intento común,
eliminando ese lastre de otorgar naturaleza de recurso en sentido propio a la revisión.

108
Así pues, según el artículo 511 de la Ley de Enjuiciamiento Civil: podrá solicitar la
revisión quien hubiere sido parte perjudicada por la sentencia firme impugnada. En
relación a los motivos por los cuales procede la Revisión de Sentencias Firmes en
España, el artículo 510 regula que habrá lugar a la revisión de una sentencia
firme:

1. Si después de pronunciada, se recobraren u obtuvieren documentos decisivos,


de los que no se hubiere podido disponer por fuerza mayor o por obra de la parte
en cuyo favor se hubiere dictado; 2. Si hubiere recaído en virtud de documentos
que al tiempo de dictarse ignoraba una de las partes haber sido declarados falsos
en un proceso penal, o cuya falsedad declarare después penalmente; 3. Si hubiere
recaído en virtud de prueba testifical o pericial, y los testigos o los peritos hubieren
sido condenados por falso testimonio dado en las declaraciones que sirvieron de
fundamento a la sentencia; 4.Si se hubiere ganado injustamente en virtud de
cohecho, violencia o maquinación fraudulenta.

En este sentido, el estudio o revisión radica, no en la antigua pretensión que


tenían las partes en el proceso original, sino en una nueva para las partes, es
decir, de una distinta situación fáctica respecto del mismo caso. Tal y como otros
ordenamientos, estos pueden llegar a modificar el conocimiento a través de
nuevos documentos ignorados o falsos testigos y del cohecho, violencia u otra
profanación fraudulenta del Juez, quien es el que emite el fallo.

Según el Autor Carlos Hitters establece en cuanto al plazo, “que es efectivo el


acierto del plazo en el proceso español ya que él, pone en equidad dos grandes
valores constitucionales que son: la justicia y la seguridad jurídica, al fijar que hay
un plazo absoluto y un plazo relativo; el primero limita la impugnabilidad de esta
vía, al término máximo de 5 años desde la fecha en que publicaron la sentencia y;
el segundo, de tres meses, contados a partir del

109
día que se descubren los documentos nuevos, pruebas falsas, fraude, o desde la
fecha del reconocimiento de declaración de falsedad.

Al igual que el código procesal civil de El Salvador, en él se fija, un tiempo


prudencial de dos años como máximo y tres meses en cuanto a descubrimientos
de carácter decisivos.”205

Ahora bien, con respecto al proceso que se lleva a cabo en la revisión de


sentencias firmes, el artículo 514 de la Ley de Enjuiciamiento Civil de España,
cuyo acápite se refiere a la sustanciación, dice: 1. Presentada y admitida la
demanda de revisión, el Secretario judicial solicitará que se remitan al Tribunal
todas las actuaciones del pleito cuya sentencia se impugne, y emplazará a
cuantos en él hubieren litigado, o a sus causahabientes, para que dentro del plazo
de veinte días contesten a la demanda, sosteniendo lo que convenga a su
derecho; 2. Contestada la demanda de revisión o transcurrido el plazo anterior sin
haberlo hecho, se dará a las actuaciones la tramitación establecida para los juicios
verbales; 3. En todo caso, el Ministerio Fiscal deberá informar sobre la revisión
antes de que se dicte sentencia sobre si hay o no lugar a la estimación de la
demanda; 4. Si se suscitaren cuestiones prejudiciales penales durante la
tramitación de la revisión, se aplicarán las normas generales establecidas en el
artículo 40 de la presente Ley, sin que opere ya el plazo absoluto de caducidad a
que se refiere el apartado 1 del artículo 512.

Asimismo, el artículo 516 de la Ley de Enjuiciamiento Civil Española, expresa que


si el tribunal estimare procedente la revisión solicitada, lo declarará así, y
rescindirá la sentencia impugnada. A continuación mandará expedir certificación
del fallo, y devolverá los autos al tribunal del que procedan para que las partes
usen de su derecho, según les convenga, en el juicio

205
Hitters, “Revisión de La Cosa Juzgada”, 68.

110
correspondiente. En este juicio, habrán de tomarse como base y no podrán
discutirse las declaraciones hechas en la sentencia de revisión. Si el tribunal
desestimare la revisión solicitada, se condenará en costas al demandante y
perderá el depósito que hubiere realizado. Contra la sentencia que dicte el tribunal
de revisión no se dará recurso alguno.

5.3 Uruguay

Con anterioridad a la sanción del Código General del Proceso de la República


Oriental del Uruguay, “la doctrina y la jurisprudencia mayoritaria, habían admitido
la llamada acción de nulidad, que suponía la promoción de un nuevo proceso
revisor del anterior destinado a obtener la revocación de la cosa juzgada
fraudulenta o dolosa.

El código General del Proceso, alineado a las tendencias más modernas en


materia de combate al fraude procesal, consagró el recurso extraordinario de
Revisión, existente hasta ese momento, solo para la materia penal, la contencioso-
administrativa y para los asuntos de competencia originaria de la Corte Suprema
de Justicia. Razón por la cual, el nuevo código optó por la vía recursiva,
instaurando el recurso de revisión como vía impugnativa de la cosa juzgada
fraudulenta, no consagrando, por lo menos de forma expresa, la posibilidad de una
acción revocatoria distinta del recurso de revisión.”206

En este sentido, el art. 281 del Código General del Proceso, prevé el recurso de
revisión como medio impugnativo para atacar las sentencias definitivas o
interlocutorias que ponen fin al proceso siempre que la resolución se encuentre
viciada por alguno de los motivos legales que se detallan taxativamente en el art.
283 del referido código que dice: Procede la revisión: 1) Cuando la

206
XVIII Jornadas iberoamericanas y XI Jornadas Uruguayas de Derecho Procesal, 447.

111
resolución se hubiere producido por efecto de la violencia, la intimidación o el
dolo; 2) Cuando alguna de las pruebas que constituyeron fundamento decisivo de
la resolución impugnada, hubiere sido declarada falsa por sentencia firme dictada
con posterioridad bien que la parte vencida ignorase que había sido declarada tal
con anterioridad; 3) Cuando después de la resolución se recobraren documentos
decisivos que no se hubieren podido aportar al proceso por causa de fuerza mayor
o por maniobra fraudulenta de la parte contraria.

Así también en lo que se refiere a los “motivos legales que habilitan a la


interposición del referido recurso, el mismo revelaque se trata de vicios
trascendentales y ajenos al proceso, que han menoscabado la voluntad del
juzgador, o su conocimiento, pudiendo el defecto entonces encontrarse en la parte
volitiva (numerales 1, 5 y 6) o cognoscitiva (numerales 2, 3 y 4) de la resolución.
En lo que concierne a la legitimación el derecho uruguayo optó por permitir
interponer este recurso a las partes intervinientes en el proceso, sus sucesores o
causahabientes, a los terceros perjudicados, así como al Ministerio Publico. En
este aspecto, esto se diferencia de otras legislaciones como Francia quien
instauro una vía impugnativa especial para los terceros que invoquen el fraude
cometido en su perjuicio habilitándolos por esta vía a impugnar la firmeza de una
resolución judicial,”207 tal como lo plantea el artículo 284 del Código General del
Proceso.

En cuanto a los plazos para la interposición del recurso de revisión, según el


artículo 285 del Código General del Proceso, se determinan de la siguiente
manera: “en ningún caso podrá interponerse la revisión transcurrido un año desde
que hubiere quedado ejecutoriada la resolución impugnable. Dicho plazo quedará
suspendido desde el momento en que se promueva el

207
XVIII Jornadas iberoamericanas y XI Jornadas Uruguayas de Derecho Procesal, 448.

112
correspondiente proceso para el acreditamiento del motivo de revisión, en los
casos en que tal proceso fuere necesario, hasta que quede ejecutoriada la
sentencia que ponga fin a dicho proceso. Tampoco será admisible la revisión
transcurridos tres meses desde que el recurrente hubiere conocido o debido
conocer los motivos en que se fundare la misma.

En lo que se refiere al procedimiento del recurso de revisión, los artículos286 y


288 del Código General del Proceso, éste se presentará ante la Suprema Corte de
Justicia en escrito que contendrá con precisión sus fundamentos y al que se
acompañará toda la prueba conforme a lo establecido para la demanda (artículos
117 y 118). Presentado el recurso y si se hubieren observado los plazos y los
requisitos antes señalados, la Suprema Corte de Justicia ordenará al tribunal en
que se encontrare el proceso, que lo remita en el plazo máximo de diez días y
emplazará, según la regla de los artículos 123 a 139, a cuantos hubieren litigado
en el pleito o a sus sucesores o causahabientes, para que comparezcan a
contestar el recurso en el plazo de treinta días. A continuación se seguirá el
procedimiento de los incidentes. Si la causa se hallare en trámite de ejecución,
solamente se remitirá facsímil autenticado de los autos.”208

De esta manera, los distintos ordenamientos jurídicos han optado entre dos
valores, el de seguridad o certeza jurídica y el de la justicia, y de acuerdo a la
importancia que se le otorgue a un valor u otro, varia la posibilidad de impugnar la
cosa juzgada y la utilización de los diferentes mecanismos para atacarla. Así pues,
la doctrina y a jurisprudencia en forma unánime han aceptado las vías para
posibilitar la revisión, y para ello se basan en los principios generales

208
Sistema Nacionalde Legislación Vigente, “Código Generaldel Proceso dela República Oriental
del Uruguay, http://www.refworld.org/docid/3dbea0494.html, sitio visitado el 24 de abril de 2013, 84.

113
del derecho, a los principios aplicables del derecho civil al fraude y a la simulación
y del debido proceso.

5.4 Costa Rica

La figura de la Revisión de Sentencias Firmes en Costa Rica está regulada en el


Código Procesal Civil, bajo el acápite de Recurso de Revisión, en el capítulo VI, en
los artículos del 619 al 628.

De esta manera el artículo 619, establece que el recurso de revisión procederá


solamente contra sentencias firmes con autoridad y eficacia de cosa juzgada
material, y las causales para que opere son las siguientes:

“1) Si la parte que la pide demostrare que por impedírselo fuerza mayor, o por
obra de la contraria, no recusó al juez o no pudo presentar algún documento u otra
clase de prueba, o comparecer al acto en que se evacuó alguna de la; de modo
que en uno y otro caso haya habido indefensión y no haya sido posible en el curso
del proceso pedir rectificación del vicio; 2) Si la sentencia hubiere recaído en virtud
de documentos que al tiempo de dictarse ignoraba el interesado que habían sido
declarados falsos, o cuya falsedad hubiere sido declarada después de la
sentencia; 3) Si habiéndose dictado en virtud de prueba testimonial, los testigos
hubieren sido condenados por falso testimonio, dado en las declaraciones que
sirvieron de fundamento a la sentencia; 4) Si habiéndose dictado en virtud de
dictámenes de peritos, éstos hubieran sido condenados penalmente por falso
testimonio al producir dicha prueba; 5) Si la sentencia se hubiere ganado en virtud
de cohecho, violencia u otra maquinación fraudulenta, lo cual hubiere sido
declarado en sentencia penal; 6) En los procesos que carezcan del recurso de
casación, haberse dictado la sentencia sin haber sido emplazado el recurrente, o
sin haber sido notificado del emplazamiento, siempre que el vicio no se hubiera
convalidado; 7) Haber

114
existido indebida representación durante todo el proceso; 8) Ser la sentencia
contradictoria con otra anterior que produzca cosa juzgada, cuando el recurrente
no hubiere podido alegar esa excepción por haber sido ausente en el segundo
proceso, y por habérsele nombrado curador procesal, ignorándose además la
existencia de la primera sentencia. No habrá lugar a la revisión si la excepción se
hubiere opuesto oportunamente y hubiere sido denegada; 9) En caso de procesos
seguidos con un curador procesal, si el recurrente justificare haber estado ausente
de la República desde el principio, de manera que no hubiere podido presentarse
en tiempo hábil para rendir prueba.”209

Es importante mencionar el plazo para interponer el recurso de revisión


establecido en este código es de diez años, contados a partir de la fecha en que
se declaró firme la sentencia y en ningún caso podrá exceder de este plazo, pues
de exceder acarrearía el rechazo del recurso. Y de tres meses contados a partir
del día en que se descubrieron los documentos o el fraude, o desde el día en que
ceso el impedimento, o en que se declaró la falsedad de los documentos o del
testigo o del regreso el ausente, en este último caso, los tres meses comenzaran a
contarse desde la fecha del conocimiento de la sentencia.

“El recurso deberá interponerse por escrito, con el nombre del recurrente y de las
personas que intervinieron en el proceso, indicando del nombre del proceso en el
que se dictó la sentencia, además de indicar la causa y los hechos que la
fundamentan; ofrecimiento de prueba; con el escrito de la demanda deberá ser
presentado la constancia del depósito de tres mil colones y en los proceso de
menor cuantía será de mil colones.

209
Sistema Nacional de Legislación Vigente, Código Procesal Civil,
https://www.iberred.org/legislacion-civil/codigo-procesal-civil-costa-rica, sitio visitado 24 de abril
de2013, p. 182.

115
El recurso de revisión no tendrá efecto suspensivo, pero a petición del recurrente,
el tribunal podrá ordenar la suspensión de la ejecución de la sentencia. Ahora
bien, el recurso será interpuesto ante la sala de casación, quien decidirá sobre la
admisión de la demanda, presentada la petición, dicho órgano llama a todos las
partes del pleito cuya sentencia se impugna y se manda a emplazar a todos los
involucrados, si la sala de casación estima procedente el recurso lo declarara así y
anulara en todo o en parte la sentencia impugnada y dictara la correspondiente.

Por otra parte, si se declara improcedente el recurso de revisión, se condenara al


recurrente en costa y a la pérdida del depósito, la mitad de dicho depósito se
entregara a la otra parte como indemnización por daños y perjuicios, y el resto
ingresara en el tesoro del Estado. Además de lo anterior establece que una vez
resuelto el recurso de revisión no se podrá someter a ningún otro recurso.”210

5.5 Derecho Internacional con El Salvador.

Al hacer un análisis comparativo de las normativas extranjeras se puede notar que


cada país ofrece una solución con denominaciones diferentes, pero todos con un
fin común. Esto permite equiparar ciertos rasgos identificativos que indican que se
trata de una misma familia de métodos impugnatorios. También, entre éstos existe
un grado de uniformidad sobre el órgano que debe conocer sobre la revisión, ya
que en España, Uruguay, Costa Rica y El Salvador, es un tribunal superior el
competente, respecto de la legislación Española hay que hacer notar que difiere
con la normativa de El Salvador, en

210
Sistema Nacional de Legislación Vigente, Código Procesal Civil,
https://www.iberred.org/legislacion-civil/codigo-procesal-civil-costa-rica, sitio visitado 24 de abril de
2013, 182-184.

116
el sentido de que además del Tribunal Supremo211, permite que los Tribunales
Superiores de Justicia212 revisen las sentencias firmes, otorgándole esa potestad a
ambos órganos.

El procedimiento que lleva la revisión en Uruguay, en donde es tomado como un


recurso, se realiza ante la Suprema Corte de Justicia. Ésta no sólo es el órgano
decisor, sino que ante ella se realiza el trámite desde su inicio con la interposición
del recurso.

Estas notorias diferencias en su denominación no distraen la verdadera finalidad


que persigue el legislador, al tratar de evitar que resoluciones firmes
manifiestamente injustas subsistan sin poder repararse. Todos estos apelativos
para una misma figura complica la tarea de análisis, porque a veces la variedad no
es meramente semántica, si advertimos que desde la perspectiva de la técnica
procesal hay grandes diferencias entre la acción y el recurso.

Con relación a este punto, es más atinada la opinión de Guasp, quien lo define
como un proceso de carácter especial213. También así lo describe Devis Echandía,
quien refiere que el llamado recurso de revisión en realidad es un verdadero
proceso, dada la razón lógica que el anterior concluyó con una sentencia
ejecutoriada, que se pretende impugnar214. De igual manera lo considera Carbone,
y le asigna la naturaleza de acción y que se trata de una instancia impugnativa 215.

211
El Tribunal Supremo español está integrado por las siguientes Salas: Primera, de lo Civil.
Segunda, de lo Penal. Tercera, de lo Contencioso-administrativo. Cuarta, de lo Social. Art. 55 de la
Ley Orgánica del Poder Judicial, y están facultadas para conocer de la revisión.
212
El Art.73 letra b) de la Ley Orgánica del Poder Judicial de España establece dicha circunstancia.
213
Guasp, 924.
214
Devis, “Nociones generales de Derecho Procesal Civil”,591.
215
Carbone, “Siendo la tesis que se ha sostenido durante el presente trabajo, en cuanto a que la
revisión no es un verdadero recurso ni en sentido amplio, ni mucho menos en sentido

117
En cuanto al plazo de interposición de la revisión, en El Salvador se da un plazo
máximo de 2 años y ese plazo es de caducidad, así lo establece el Art. 544
CPCM.; en cambio, en España el Art. 512 de la LEC 1/2000, establece que el
plazo es de 5 años. Por su parte la legislación Uruguaya señala como plazo
máximo 1 año para interponer la revisión. Mientras que Costa Rica establece 10
años.

En síntesis, todas las legislaciones otorgan un plazo máximo para interponer la


revisión, que va desde 1 año hasta 10, pero en todos los casos el plazo es
perentorio. Lo que permite resguardar la seguridad jurídica del victorioso en una
sentencia, sin dejarlo en una inestabilidad jurídica de forma permanente. Al mismo
tiempo, otorga al perdidoso la posibilidad de refutar la sentencia que le perjudica,
siempre que lo haga bajo los parámetros que la ley le establece.

Otra situación importante de hacer notar, es que en otras legislaciones, como la


española, es necesario depositar una suma de dinero como requisito para
interponer la revisión, Ej.: Art. 513 de la LEC española 1/2000, situación que no se
requiere en nuestro país. Además, la legislación española otorga participación al
Ministerio Fiscal, quien, según el Art. 514 n° 3, tiene la obligación de informar su
aprobación con la estimación o no de la demanda de revisión. Por otra parte, en
Uruguay se le otorga legitimación procesal al Ministerio Público, cuando los
hechos invocados afecten a la causa pública.

Las figuras del depósito de dinero al cual la legislación española hace referencia,
así como la del traslado al Ministerio Fiscal y la legitimación que las otras
legislaciones mencionan, nuestro legislador procesal las desestimó. Su negativa a
incorporarlas puede radicar en el hecho que consiste en que la materia procesal
civil resuelve las pretensiones de contenido eminentemente

restringido. Al contrario, es un proceso autónomo que nace de un proceso ya juzgado, supuesto


indispensable para su inicio”.

118
privado de carácter patrimonial, donde el Estado no tiene mayor intervención 216,
por estar bajo la premisa de un sistema de litigación civil adversarial y no
inquisitivo217. Por ello, el Ministerio Fiscal poco o nada tiene injerencia en la
resolución, puesto que el Estado únicamente debe velar porque se realice un
proceso justo con igualdad de garantías entre las partes. Y quien debe procurar
ello es el juez mismo, en vista que el proceso es la oportunidad de las partes de
ser escuchadas, y es únicamente un medio para inducirlas a aceptar la decisión
final218.

En definitiva, existen diferencias en la forma de configuración y en la misma


aplicación de la revisión con la legislación extranjera. En la mayoría de
ordenamientos que se aplica, incluso en legislaciones tan similares a la nuestra,
como la española, se presentan notables diferencias; pero, en síntesis, en todas y
cada una de ellas se pretenden evitar posibles injusticias.

216
El proceso civil y mercantil es una contienda de partes con intereses particulares
exclusivamente. Esta razón excluye la posibilidad de que el Estado intervenga en los conflictos
oficiosamente, ni siquiera de que acompañe a las partes materiales en sus pretensiones. Su
intervención se limita en la creación de un marco legal y orgánico, que permita a las partes ventilar
sus pretensiones en igualdad de condiciones. Y en el caso de las personas de escasos recursos,
fomentar la creación de instituciones o robustecer las ya existentes (PGR, Defensoría del
Consumidor) a fin garantizar una digna defensa de los intereses de los particulares. Lo que Taruffo
denomina «un ideal encuentro entre iguales» en los casos donde el Estado no puede intervenir
directamente, a fin de fomentar decisiones justas. Michele Taruffo, El proceso civil adversarial en la
experiencia americana, Pág. 69.
217
Sobre este punto difiere el autor Michele Taruffo, quien expresa que no existen el sistema
adversarial e inquisitivo puro. En el caso del sistema adversarial, el juez debería realizar una
actividad pasiva o arbitral, que no le permita involucrarse en la producción de la prueba. Por su
parte el sistema inquisitivo, sería el juez el encargado de la producción de la prueba. En los
sistemas modernos como el salvadoreño no existe un proceso adversarial puro, pues presenta
características inquisitivas mínimas. Michele Taruffo, Investigación Judicial y Producción de
Prueba por las Partes. Por ej., el CPCM a pesar que el Art. 7 señala que la proposición de la
prueba corresponde exclusivamente a las partes o terceros, faculta al juez para poder ordenar
diligencias para mejor proveer con el objeto de esclarecer algún punto oscuro o contradictorio. Es
el caso de los Arts. 321, 369 y 390. El más usado es el interrogatorio aclaratorio del Art. 369
CPCM, a fin de esclarecer puntos oscuros.
218
Michele Taruffo, “Investigación Judicial y Producción de Prueba por las Partes”. Para Michele
Taruffo, la así llamada «teoría de la justicia procesal» donde la justicia exclusivamente depende de
la equidad en el procedimiento, no importando la calidad y los contenidos de la decisión. En este
contexto no importa si la decisión final se basa o no en una reconstrucción fidedigna de los hechos
del caso, sino sólo en que las partes estén conforme con ella.

119
Con la revisión se posibilita el ataque de situaciones que se susciten o aparezcan
posteriormente a la sentencia, y que permitan darle un giro inesperado a una
sentencia ya firme, todo en aras de la justicia.

120
CONCLUSIONES

Respecto a la Revisión de Sentencias Firmes, concluimos:

Que, sin Importar el apartado donde se encuentre regulada tan novedosa


institución jurídica, es menester para el correcto estudio de la misma, enfocarse en
todas aquellas características que la definen, más que dejarse guiar por el
apartado en donde ha sido incorporada normativamente. Es decir que, no porque
haya sido incorporada al apartado dedicado a los Medios de Impugnación en el
Libro Cuarto del Código Procesal Civil y Mercantil, signifique que se constituya un
medio de impugnación. No lo es en sentido amplio ni en sentido estricto, pues
estamos ante un proceso independiente y autónomo con características
especiales.

Como consecuencia de lo anterior, podemos afirmar que la revisión es un


auténtico proceso que positiviza el “conjunto de derechos constitucionales de
incidencia procesal, posibilidades, obligaciones y cargas, que asisten a los sujetos
procesales como consecuencia del ejercicio del derecho de acción y de la
interposición de la pretensión, cuya realización, a través de los oportunos actos
procesales, origina la aparición de sucesivas situaciones procesales, informadas
por el principio de contradicción, desde las que las partes examinan sus
expectativas de una sentencia favorable que ponga fin al conflicto mediante la
satisfacción definitiva de sus respectivas pretensiones y resistencias.

La revisión de la sentencia firme constituye uno de los excepcionales institutos


procesales, que permite a los tribunales en el ámbito de la jurisdicción ordinaria,
volver a conocer de cuestiones ya decididas por sentencias firmes, contrario al
principio que lo resuelto por ella es inmodificable y de obligado

121
cumplimiento. Su fundamento se encuentra pues íntimamente ligado con los fines
y efectos del proceso, puesto que no sólo está en juego la victoria de los litigantes,
sino la justicia y la salvaguardia del orden jurídico, lo que en buena hora permite
corregir cualquier extravío. Es evidente el choque o fricción entre la seguridad
jurídica y la justicia, de donde cabe individualizar el genuino fundamento de la
revisión civil, que nace de una razonable ponderación entre ambos para
determinar cuál prevalece.

El proceso de revisión se encuentra sujeto a dos plazos de caducidad, uno


absoluto de cinco años a contar a partir de la publicación de la sentencia que se
pretende rescindir; y otro relativo de tres meses que comenzará a computarse a
partir del momento en el que se produzcan alguna o algunas de las causas
taxativamente enumeradas en el art. 541 CPCM. El primero es un presupuesto de
admisibilidad de la demanda y el segundo de la pretensión misma.

Para que una sentencia sea revisada por el segundo motivo del art. 540 CPCM se
necesita que la falsedad del documento en que se funde la pretensión de revisión
precisa haber sido declarada por un órgano jurisdiccional penal en un proceso de
esta naturaleza. Tal declaración de falsedad puede haberse efectuado antes o
después de haberse dictado la sentencia impugnada, pero en el primer caso, la
parte que la alegue, deberá acreditar en el juicio de revisión que no tuvo
conocimiento de este hecho en momento oportuno para alegarlo en el anterior
proceso cuya revisión solicita. Para que el motivo prospere se requiere que el
documento declarado falso fuera decisivo, en el sentido de haber servido de base
al pronunciamiento proferido en la sentencia impugnada.

122
Las causas de revisión taxativamente enumeradas en la Ley van a quedar
divididas en dos, “vicios que afectan al conocimiento del juzgador” y que
abarcarían los tres primeros motivos de revisión previstos en el art. 541 CPCM,
relacionados todos ellos con la aparición de nuevas circunstancias que indican
que las pruebas propuestas por las partes, o fueron insuficientes o llevaron al
juzgador a tener un falso conocimiento del litigio; y “vicios que afectan a la
voluntad del juzgador, o incluso a la voluntad de cualquier sujeto procesal
interviniente en el proceso”, entre los que tienen cabida los supuestos a los que
hace referencia el motivo 4º del citado art. 541 CPCM, el cohecho, la violencia y la
maquinación fraudulenta.

123
RECOMENDACIONES

Reformar el artículo 545 del Código Procesal Civil y Mercantil, en el sentido de que
en el mismo se establece que el plazo de tres meses para la interposición de la
demanda de revisión comenzara a contarse desde el día siguiente en que se
hubiere reconocido o declarado la falsedad, entendiéndose así el día en que se
dictó la respectiva sentencia penal, no obstante el día inicial para el computo de
dicho plazo es el día en que tuvo conocimiento de la existencia de esa sentencia
penal que declara la falsedad testimonial, o en caso de ser parte en el proceso
penal el día de la respectiva notificación de la sentencia penal firme.

Reformar en el sentido de que haga mención de lo que concierne, cuando se


pretende usar una sentencia penal por falsedad de documento o testimonio, como
fundamento para la revisión, el CPCM considerando que no establece qué se hará
si aquélla se pronuncia después de los 2 años de que la sentencia que se
pretende revisar adquirió firmeza. En este caso, por una parte, no es posible
alegar la prejudicialidad porque el proceso de la revisión no ha iniciado. Y, por
otra, la parte no podrá hacer uso de la revisión, porque su oportunidad procesal
para presentarla ya precluyó.

Debe considerarse que una sentencia definitiva que sea declarativa y de condena
será completamente firme cuando el plazo para solicitar la revisión haya expirado.
Por lo tanto existe una disparidad entre el plazo de inicio de la ejecución forzosa y
el de la revisión. Porque aunque la revisión no es un

124
recurso, puede alterar sustancialmente un proceso, y la ejecución de esa
sentencia ser revocada.

Que El legislador establezca con claridad si al rescindirse la sentencia también


opera para todo el proceso. Si fuera sólo de la sentencia, no estableció a qué
etapa procesal se retrotraerá, y si fuera total, cómo se deberá restituir el bien
controvertido y si la sentencia de revisión será el título para ello.

En cuanto a la aplicación práctica de la figura procesal en estudio, la futura


aplicación de ésta deberá permitir que la revisión también proceda para los autos
definitivos, ya que los efectos materiales de éstos son los mismos que los de la
sentencia firme, a pesar de que el legislador reservó la revisión sólo para ésta.

125
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