Funciones Del Lenguaje Jean Pinto
Funciones Del Lenguaje Jean Pinto
Funciones Del Lenguaje Jean Pinto
FUNCIONES DEL
LENGUAJE
Con función lingüística se entiende la relación que se establece, por una parte,
entre el destinador y el mensaje y que es originada por la intención del emisor al
construir un enunciado orientándolo hacia cualquiera de los elementos del proceso u
objetivos posibles.
Las funciones del lenguaje son seis, según lo estableció Jackobson, y a través
de ellas puede darse cuenta de los límites y las capacidades del lenguaje humano,
así como los propósitos o los objetivos con los que podemos usarlo en cualquier
ocasión.
Función referencial
También llamada función informativa, se refiere al uso del lenguaje para indicar
algún aspecto del universo exterior del emisor, es decir, de la realidad misma. Por
ende, se centra en el mensaje a transmitir más que en el resto de los elementos
comunicativos: es la función “objetiva” del lenguaje, que sirve para indicar algo
concreto.
Por ejemplo, cuando describimos cómo lucía ayer un amigo común, cuando
indicamos el resultado de una operación matemática o cuando le decimos la hora a
un transeúnte. Estamos indicando, informando o referenciando la realidad a nuestro
alrededor.
Función emotiva
La función emotiva o expresiva del lenguaje tiene que ver con la realidad
psíquica o emocional del emisor, en quien lógicamente se centra. A menudo contiene
formas verbales en primera persona, aunque no necesariamente; en todo caso se
basa en transmitir al receptor algún elemento de ánimo o de subjetividad del emisor.
Por ejemplo, cuando nos quejamos tras recibir un golpe, o cuando nos
lamentamos con un amigo tras haber sido abandonados por la pareja, o cuando le
decimos a alguien cómo nos sentimos o qué sentimos en ese exacto momento, ya
sea directamente o a través de metáforas: “¡Qué hermoso día!” o “Me siento de la
patada”.
Función apelativa
Cuando le indicamos a alguien qué calle tomar hacemos uso de la función
apelativa.
También llamada conativa, es la que se centra en el receptor, pues busca
producir en él una reacción deseada. Se trata de la función imperativa del lenguaje,
la que empleamos para lograr que otros hagan lo que deseamos, ya sea que les
estemos pidiendo un favor, ordenando algo o amenazando si no lo hacen.
Por ejemplo, cuando le decimos a alguien que nos abra la puerta, cuando le
indicamos a alguien qué calle tomar para llegar a su destino, cuando pedimos que
nos digan la hora o mandamos a callar a alguien.
Función metalingüística
Esta función le permite al lenguaje hablar de sí mismo, ya que se centra en el
código comunicativo, dándonos oportunidad de aclarar términos, preguntarle al otro
si nos comprende o corregir el modo en que decimos las cosas.
Función fática
La función fática o relacional sirve apenas para comprobar que el canal de
comunicación, en el cual se centra, está activo y podemos iniciar la transmisión del
mensaje. No tiene ningún otro propósito y por lo general está comprendido por
palabras desprovistas de otro sentido e incluso significado.
Función poética
La función poética o estética es quizá la más complicada, pues se centra
también en el mensaje a transmitir, pero también sobre el código en que se lo hace,
ya que tiene lugar cuando buscamos embellecer, hacer más efectivo o más lúdico
(juguetón) el mensaje, como en el caso de las rimas poéticas, los acertijos, los
refranes y otros giros de lenguaje que se usan para hacer más potente y rica la
comunicación.
Por ejemplo, cuando recitamos un poema, o cuando usamos una figura retórica
para expresarnos (metáforas, hipérboles, etc.) o cuando hacemos juegos de
palabras.