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Informe BDSM

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UNIVERSIDAD ARTURO MICHELENA

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES

ESCUELA DE PSICOLOGÍA MENCIÓN CLÍNICA

EDUCACIÓN SEXUAL

BDSM: Algo más que Sadismo y


Masoquismo…

Autoras:

 María Gabriela González. CI: 29.547.064


 Willianny Miranda .CI: 29.590.570
 Ada Tablante. CI: 27.764.668
 Lucía Verde. CI: 30.213.772
 Diviana Pérez. CI: 28.211.040
 María Esperanza Seijas. CI: 28.623.154
Tutor Académico:

Jesús Olmos

San Diego, Mayo del 2021


1. Introducción a la sexualidad

Antes de abarcar todo el escenario respectivo, entre bases y roles, marcos


referenciales, definiciones del BDSM, y además, las parafilias conocidas con
respecto al sadismo y masoquismo, se debe entender que significado e influencia
tiene la sexualidad en sí.

“Hablar de sexualidad humana es hablar de la esencia misma del ser


humano” asegura el filósofo Maurice Merleau Ponty, 1975. Cuando se aborda la
sexualidad, se entiende que la misma ha ido evolucionando a medida que
transcurre la historia y la vida del ser humano, podría decirse que es necesaria ya
que se encuentra íntimamente relacionada con la afectividad, capacidad, y aptitud
del ser humano que le permite relacionarse con los demás, por lo que se puede
entender a la sexualidad como una dimensión fundamental y necesaria en el
hombre.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la sexualidad


humana como “Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida.
Abarca al sexo, las identidades, y los papeles del género, así como al erotismo, el
placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual. Se vivencia y se
expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores,
conductas, practicas, papeles y relaciones interpersonales”.

Existen unas series de condiciones culturales, anatómicas, sociales,


emocionales, afectivas, fisiológicas y de conductas que se encuentran englobadas
en la sexualidad, y que además, se ven relacionadas con el género, el sexo,
identidad, y cada una de las fases del desarrollo humano.

Se puede entender que la sexualidad, consiste en aquella capacidad que le


permite al ser humano sentir, vibrar y comunicarse a través del cuerpo propio, la
cual forma parte de uno mismo desde que se nace, mediante el desarrollo, hasta la
misma muerte. Definiendo algunos de los conceptos relacionados con la
sexualidad se procede a definir al sexo, el cual se entiende como aquellas
características biológicas que definen al humano como mujer u hombre. Pero,
¿Qué se entiende como genero e identidad de género? Y cuál es la influencia en la
sexualidad, pues, cuando se habla de las relaciones entre hombre y mujeres, y la
suma de sus valores, actitudes, papeles, y características culturales basadas en el
sexo de manera histórica, se entiende como género, y aquella identificación de
cada sujeto, ya sea masculina o femenina, se entiende como identidad de género,
tomando en cuenta su autoconcepto y percepción de su propio sexo y género.

Aquella capacidad de experimentar respuestas que evocan efectos físicos


como, deseo, excitación sexual y orgasmo, se entiende como erotismo, y el
vínculo afectivo, es aquella capacidad para establecer y construir lazos
emocionales con otros individuos, y juntos engloban a la orientación sexual.

Al mismo tiempo, según el DSM – V, el término parafilia denota cualquier


interés sexual intenso y persistente distinto del interés sexual por la estimulación
genital o las caricias preliminares dentro de relaciones humanas con-sentidas y
con parejas físicamente maduras y fenotípicamente normales… puede ser definido
como cualquier interés sexual mayor o igual a los intereses sexuales normofílicos.
También hay parafílias específicas que se definen mejor generalmente como
intereses sexuales preferentes en lugar de intereses sexuales intensos.

2. ¿Qué es el BDSM?

El BDSM se puede entender por una cantidad de prácticas sexuales no


convencionales que se cumplen de satisfacer necesidades y fantasías de los
practicantes, esta se caracterizan principalmente porque dentro de la practica
puede contener dolor, control y poder. Las siglas BDSM cumplen con 6 términos
que caracterizan principalmente esta actividad sexual. Se inicia con dos
definiciones principales que servirán para entender la parafilia.

• Dominación. También siendo la persona dominante, esta es la que


se encarga de infligir la práctica. El individuo que asume este rol manda y
dispone, pero se mantiene dentro de los parámetros concordado con el par.
• Sumisión. La persona sumisa es la que recibe u obedece al
dominante y todo los “juegos” que se practican, estas personas quedan bajo la
voluntad del par voluntariamente

En clarecidos estos términos, se puede entender de mejor manera las


características del acto.

• Bondage: Esta se puede definir como la utilización de sogas y


ataduras dentro del acto sexual, donde el sumiso esta cautivo y el dominante
contiene el papel de opresor o con poder total.

• Disciplina: se entiende por los castigos y recompensa que obtiene


el sumiso por comportarse correcto o incorrecto según los criterios establecidos
por ambas partes. También son las reglas y limites.

• Sadismo: Se puede entender por las personas que le gusta infligir


dolor y humillación y obtener satisfacción con esto.

• Masoquismo: Contrario al sadismo, son las personas que le gusta y


desea sentir dolor.

3. Bases y Roles del BDSM:

“El BDSM/SADO es un juego y tiene reglas. En el momento en que no se


cumplen se deja de practicar. Es cierto que las reglas no están oficialmente
escritas, por lo que hay que buscarlas, y es por eso que es una práctica
desconocida que genera habladurías que aumentan aún más el tabú” (Torres,
2012).

Por lo general, en la práctica del BDSM se pactan reglas y límites


consensuados que permitan que ambos practicantes logren alcanzar el goce y el
placer mediante la realización de sus fantasías a partir de tres pilares básicos:
Sano, Seguro y Consensuado.
Rafael Vélez (2006) amplia estos términos:

 Sano: si el fin de la sesión es producir placer físico y/o emocional, se debe


dar dentro de unos límites que han de ser previamente fijados por los dos
actores de la misma. Estos límites son los que el sumiso impone.
 Seguro: con ello se da a entender, no sólo que se va a poner los medios
necesarios para evitar posibles contagios de enfermedades, sino, sobre
todo, que no se va a poner en juego en ningún momento la integridad
física del sumiso ni se le va a provocar daño alguno, físico o emocional.
 Consensuado: si la sesión está orientada al placer, y esto se consigue
respetando los límites del sumiso, está claro que previamente ha habido un
acuerdo en el que se estipulan los límites dentro de los cuales el Amo tiene
todo el poder para actuar sobre el cuerpo y la mente del otro.

Asimismo, la condición indispensable para iniciar esta práctica es comprender


de forma abierta dos palabras claves que definen los roles básicos del juego:
dominación y sumisión. Sin el entendimiento de estas palabras no se podrían
determinar los roles y, de ser así, el juego no existiría. El rol es el papel que
desempeña cada individuo durante la práctica del BDSM, estos roles pueden ser
intercambiados entre la pareja. Actualmente, se pueden identificar 3 roles
esenciales, los cuales son:

1. Dominante: persona que posee el control de la situación y toma la


responsabilidad sobre el sumiso. Disfruta estando en posición de poder y
actúa de acuerdo a su voluntad y deseo.
2. Sumiso: persona que prefiere someterse al control del dominante, bajo este
rol, el individuo queda a merced de la voluntad del otro. Es quien indica la
intensidad, forma y nivel del juego.
3. Switch: es aquella persona que siente comodidad al alternar entre el rol
dominante y el rol sumiso, logrando adaptarse a cualquiera de las dos
situaciones. Se sienten a gusto dominando o siendo sometidos por otras
personas.
4. Historia del BDSM:

El término BDSM apareció por primera vez en abril de 1991, en torno a un


foro de noticias por Internet, como la yuxtaposición de dos abreviaturas
contrapuestas, BD (bondage y dominación) y SM (sadomasoquismo), que en
realidad se habían creado, precisamente, para distinguir el sadomasoquismo (que
gozaba de una conocida mala imagen) de las "otras" aficiones. Paradójicamente,
desde el momento en que se trata de unificar ambas corrientes es cuando la
subcultura que las engloba empieza un desarrollo vertiginoso. Dado que BDSM es
una palabra que abarca términos muy dispares, no es fácil dotarla de una historia
más allá del comienzo de su uso como acrónimo.

De hecho, su historia comienza en Mesopotamia, la primera civilización


avanzada de la humanidad. Algunas de las primeras historias puestas por escrito
involucran actos sexuales de dominio y sumisión, principalmente en relación con
una poderosa diosa llamada Inanna. Anne Nomis, autora de "The History & Arts
of the Dominatrix", describe tabletas cuneiformes de Mesopotamia que
representan la fetichización ritual en la adoración de Inanna (también llamada
Ishtar), la principal deidad femenina de la región; también se incluye el himno a
Inanna que menciona los rituales de dominación, intercambio de ropa, estados
alterados de conciencia, el castigo, gemidos, y el éxtasis.

Asimismo, en su libro, Anne Nomis menciona la flagelación ritual en la


antigua Grecia. Durante el siglo IX, un culto religioso en Esparta dedicado a la
diosa Artemis Orthia usó los azotes como un rito de iniciación. Las sacerdotisas
supervisarían la flagelación de los jóvenes. Aquí en el ritual de flagelación,
llamado diamastigosis, los hombres jóvenes adolescentes eran azotados en una
ceremonia supervisada. Se cree que al principio consistía únicamente en una
prueba de resistencia a los latigazos para los aspirantes a espartiatas, que debían
resistir sobre el altar de Artemisa el duro castigo como rito iniciático a la edad
adulta sin caer en la condición de tresante (literalmente tembloroso, cobarde,
pasando a ser despreciado por todos). 

Más imágenes sexualmente explícitas están en exhibición en la "Tumba de


los azotes" de Italia. Construida alrededor del siglo V a.C., se cree que la tumba
está dedicada a Dionisio, un dios asociado con el libertinaje. Una pintura de la
pared en el interior representa a una mujer azotada por dos hombres durante una
cita erótica. En Pompeya, los frescos de la pared dentro de la "Villa de los
Misterios" de sonido sexy muestran a una mujer alada o "Whipstress".
Supuestamente, esta figura angelical inició a las mujeres en el culto secreto de los
"Misterios" a través de técnicas como la esclavitud y la flagelación. Todo esto
sugiere que azotar era más que un simple acto de castigo, sino un acto sagrado o
incluso sexual en estos tiempos antiguos.

Durante toda la edad antigua las relaciones de Dominación-Sumisión han


sido representadas en la esclavitud. En Roma por ejemplo, existían varios tipos de
esclavos. Los esclavos de las familias acaudaladas ayudaban al amo a ponerse la
toga, pues era una labor de gran complicación; el modelo de la sexualidad romana
era la relación del amo con sus subordinados (esposa, pajes, esclavos), es decir, el
sometimiento. El placer femenino era totalmente ignorado o presupuesto. En la
moral sexual la oposición era someter/ser sometido. Someter era loable, ser
sometido era vergonzoso solamente si se era un varón adulto libre. Si se era mujer
o esclavo era lo natural.

 En el Kama Sutra de la India se describe cuatro formas diferentes de


golpear durante el acto sexual las regiones permitidas del cuerpo humano para
proporcionar placer. Desde esta perspectiva, el Kama Sutra se puede considerar
como uno de los primeros recursos escritos que se ocupan de actividades
sadomasoquistas y normas de seguridad. Se mencionan mordidas, arañazos,
bofetadas y gritos sexuales. Estas alusiones al juego de impacto y al
consentimiento hacen del Kama Sutra la guía más antigua conocida para
incorporar éticamente la tortura en el sexo.
De esta manera, el fenómeno medieval del amor cortés en toda su
devoción servil y la ambivalencia ha sido sugerido por algunos autores a ser un
precursor del BDSM. En los años 1500-1700 DC, la profesión de la Dominatriz
comenzó a emerger. De acuerdo con Nomis, hay un montón de grabaciones de
actos sexuales eróticos, la flagelación específicamente que aparecen en muchas
obras publicadas.  La novela de John Cleland Fanny Hill, publicadas en 1749,
incorpora una escena de la flagelación entre el protagonista del personaje de
Fanny Hill y el Sr. Barville.

De esta manera, Donatien Alphonse François de Sade conocido por su


título Marqués de Sade, produce en 1787, su más famosa novela de su carrera
“Los Infortunios de la Virtud” (1791), “Las Prosperidades del Vicio” (1796), “Los
120 Días de Sodoma” (publicada póstumamente), y “La Filosofía en el Tocador”
(1795), donde describe con detalle sus diversas prácticas sexuales. Así, el término
sadismo se emplea en la psicopatología para designar el tipo de neurosis, que
consiste en obtener placer sexual infligiendo dolor a otros. Su filosofía considera
naturales tanto los actos criminales como las desviaciones sexuales.

Otro autor relevante, es Leopoldo Von Sacher Masoch, un profesor de


historia y escritor premiado famoso. Una gran parte de la obra de Sacher-Masoch
está constituida por cuentos nacionales y novelas históricas agrupadas en ciclos.
Sus historias tienen generalmente por heroína una mujer dominante o sádica,
como en "Agua de juventud" que retrata la sangrienta historia de la condesa
Báthory. Richard von Krafft-Ebing (1840-1902), psiquiatra alemán, toma en 1886
el nombre de Masoch (de masoquismo), para designar la erotización del dolor
recibido, pues ese año éste publica su libro “Venus con Abrigo de Pieles”.

En el siglo XX, expertos trazan las claves del BDSM del siglo XX en unas
pocas fuentes. Fue después de la Segunda Guerra Mundial que las cosas
empezaron a tomar forma, con el nacimiento de la comunidad del cuero y los
comienzos de una subcultura homosexual (Old Guard).  También fue en este
momento que la subcultura comenzó a entrar en la corriente generalista a través de
la obra del fotógrafo Irving Klaw, cuyas fotografías de una damisela pin-up en
apuros que ofrece la modelo Bettie Page se hacen muy populares.

En primer lugar “Old Guard' es un término equivocado para el primer


conjunto de hábitos que cuajó a finales de 1950 en la comunidad del cuero de los
hombres en Estados Unidos. Es muy importante recordar que la escena de cuero
moderna tal como la conocemos ahora, se ha formalizado primero en un grupo de
hombres que eran soldados que vuelven a casa después de la Segunda Guerra
Mundial. Para muchos hombres homosexuales de la época, el servicio militar era
su primera experiencia homosocial. La disciplina era el orden del día, y la nación
creía que sólo la disciplina y la dedicación ganarían la guerra.

Estos veteranos de guerra  homosexuales aprendieron sobre el valor y el


placer de la disciplina y el trabajo duro en el logro de un propósito noble. Aunque
no todos los hombres homosexuales de la época sirvieron en el ejército, fueron
expuestos a las actitudes militares a través de su contacto con el gran número de
militares que estaban en todas partes. En cualquier caso, fue una influencia directa
en las relaciones sexuales masculinas homosexuales.

A su regreso a los Estados Unidos cerca del 1946, muchos de los veteranos
gay querían retener los elementos más satisfactorios de su experiencia militar y, al
mismo tiempo, pasar su tiempo social y sexual con otros hombres homosexuales
masculinos. Ellos encontraron en la cultura de la motocicleta tales oportunidades
y así nacieron los clubes moteros homosexuales. Fue aquí donde se encontraron
con la combinación de camaradería, la tensión y la emoción de la toma de riesgos
real (el montar en moto), y la sexualidad masculina que habían conocido durante
sus días militares.

Los miembros de estos clubes intercambiarían sus insignias con miembros


de otros clubes con los que tenían amistad; los rituales de bautizo se transfirieron
desde los tanques, barcos y aviones a las motocicletas. En cualquier caso, estar en
el ejército también significaba seguir muchas reglas. En el ejército había muchas
reglas (no escritas) reglas sobre sus comportamientos y el  manejo de sus asuntos
personales; esos hombres que estaban realmente en la dominación y la sumisión,
SM,  tendían a tomar estas reglas bastante enserio que otros activistas que veían el
SM como solo un juego, a los cuales rechazaban frontalmente.

La creación de esta subcultura por los veteranos gay comenzó a permitir


que la gente se especializara en sus intereses sexuales de una manera que había
sido imposible antes. Los clubes de motocicletas y bares donde se juntaban se
convirtieron en los imanes de su época que atrajeron a los hombres homosexuales
que estaban interesados en el SM.  Hoy en día existe muchas formas de explorar
la sexualidad de cada uno, pero en aquella época significaba que los individuos
que tenían una inclinación en el contexto de la escena SM se sentían obligados a
visitar estos lugares tanto como fuera posible para encontrar el círculo interior de
los que parecían que sabían algo acerca de las sexualidades SM. 

A medida que pasó el tiempo, más chicos cuyo desarrollo sexual precoz no
había sido influenciado fuertemente por el contacto con los militares carecían de
la materia prima con la que contaban los pioneros militares de la escena del cuero
SM del “Old Guard”. Aún así, necesitaban información y experiencias para
ayudar a dar forma a los impulsos de anhelos sexuales insistentes. En
consecuencia, hay mucho más apoyo para las nuevas personas que entran en la
escena de SM que tienen otras ideas (no militares). Así nace la 'Primera Guardia'.

La vieja guardia hizo algunas contribuciones importantes a la escena


BDSM y también cometió algunos errores reales. Pero es más útil entender que
criticar. Y, quizás lo más importante, lo que hizo la vieja guardia para el
desarrollo y la expansión de la vida SM masculina homosexual puede ser mejor
apreciada en el contexto de lo que había existido antes. Con las cambiantes
costumbres sociales de los años 1960 y los años 70 llegaron formas más extremas
de comportamiento sexual sadomasoquista dentro de la comunidad del cuero, tal
como se describe en el de Larry Townsend Manual de Leatherman y se muestra
en las fotos de Robert Mapplethorpe.

 La cultura fue desarrollada una reputación para inspirar la novela negra


1970 de Cruising, sobre un asesino en serie que acecha hombres homosexuales en
la escena de cuero. El libro fue adaptado en la película de 1980, protagonizada por
Al Pacino. La década de 1980 y 90 dieron un cambio en la cultura BDSM aún
más integrada en la corriente principal, con artistas musicales como Eurythmics y
Madonna que emplean las imágenes fetiche y temas en sus obras musicales.

El BDSM también ha hecho muchas apariciones en el cine y la televisión


convencional, en episodios de CSI, películas como 9½ semanas y Secretaria, y
películas más recientes, como 50 Sombras de Grey. El Internet también introdujo
la cultura BDSM a un público mucho más amplio, haciendo que la comunidad
pueda evolucionar más allá de sus raíces. La comunidad fetichista ha comenzado a
abrirse y extenderse, y por este motivo muchas cosas ahora se identifican como
parte de la comunidad BDSM. Pero ¿quién puede decir lo que debe o no debe caer
bajo el paraguas? Hoy en día se utiliza como una especie de cajón de sastre para
una comunidad que incluye fetichistas, kinks y otros muchos de comportamientos
sexuales, aparte de sadomasoquistas y relaciones SM.

5. Sadismo (parafilia)

El sadismo es una práctica en la que se obtiene el placer a partir del dolor,


sea físico (cera caliente, azotes) o mental (humillaciones). De acuerdo con
Taormino (2012), el sadismo es un conjunto de conductas y fantasías que
involucran el sufrimiento tanto físico o emocional del otro siempre en un marco
de excitación y juego sexual, el cual termina cuando el dolor ya no es excitante
para el sumiso. El término “sadismo” fue acuñado por Krafft- Ebing (1898),
describiendo originariamente fantasías y comportamientos tendentes a infligir
dolor durante las relaciones sexuales; así, apuntó que el sádico experimenta
excitación sexual cuando controla, domina, inflige dolor y humilla al objeto de su
deseo.

Por otro lado, de acuerdo al Manual Diagnóstico de Enfermedades


Mentales: “La característica esencial del sadismo implica actos (reales, no
simulados) en los que el sufrimiento físico o psicológico (incluyendo la
humillación) de la víctima es sexualmente excitante. En todos los casos es el
sufrimiento de la víctima lo que produce la excitación sexual”. En el sadismo, se
busca la angustia del otro; asimismo, la característica principal de este trastorno es
que el individuo experimenta una intensa excitación sexual como consecuencia de
fantasías, impulsos sexuales o comportamientos que implican actos reales (no
simulados) en los que una persona es sometida a sufrimiento físico y psicológico,
de modo que, el sufrimiento es lo que produce la excitación sexual.

De esta manera, el sadismo sexual comienza en la adolescencia o al


principio de la edad adulta, y se expresa de muchas maneras: puede incluir el
obligar (verbalmente) a la víctima a pronunciar palabras que tienen un significado
especial para el sádico, o a realizar ciertos actos, pero también puede incluir el uso
de métodos físicos (restricción, latigazos, golpes, quemaduras, estrangulación,
cortes, mutilación y tortura) para aterrorizar y subyugar a la víctima, en casos
extremos el sadismo sexual puede derivar en asesinato. Dietz y otros (1990)
hicieron una descripción sistemática de algunos casos extremos del sádico sexual,
encontrando verbalizaciones de delincuentes como estas:

“El deseo de hacer daño no es lo esencial, lo importante es tener dominio


total sobre la otra persona, convertirla en objeto indefenso de nuestra voluntad,
convertirnos en dueños absolutos de esa persona, en su Dios, hacer con ella lo
que queramos. Humillarla y esclavizarla son medios para conseguir ese fin, y el
objetivo radical más importante es hacerla sufrir porque no existe mayor poder
sobre una persona que el de infligirle dolor para obligarle a padecer sufrimientos
sin poder defenderse, este es el verdadero impulso sádico”.
Flores Colombino (1999), la describe como una parafilia en la que hay
modificaciones del acto sexual por la erotización del dolor, completando de esta
manera el par sadismo-masoquismo, en el que el placer se obtiene a través del
sufrimiento ajeno. Por supuesto, hay diferentes tipos o grados, desde quien evoca
fantasías sádicas durante el acto sexual (en donde el sujeto controla totalmente en
su mente a una víctima aterrorizada por la situación amenazante) pero que
difícilmente se intentan en la realidad, hasta las prácticas sádicas con
consentimiento de la persona agredida y el sometimiento de personas contra su
voluntad para realizarlas y provocarles sufrimiento. Por su parte, Álvarez Gayou
(1996) define el sadismo sexual como una variación en la que la satisfacción
sexual se obtiene al generar un dolor físico o psíquico al compañero sexual, y la
finalidad del acto agresivo no es más que asegurar la gratificación sexual.

Si bien, se acepta que un cierto monto de agresividad forma parte de las


actividades sexuales de la mayor parte de las parejas, en el sadismo sexual esta
agresividad es excesiva y responde a otras causas. Álvarez-Gayou (1996) agrega
que otras causas del sadismo sexual pueden verse en enseñanzas conscientes o
inconscientes a tenerle aversión a todo lo concerniente al sexo (sus actos sádicos
constituyen un castigo al compañero por envolverse en algo tan denigrante).

En el hombre, la causa puede radicar en el temor a la castración (debido al


sentimiento de inferioridad), y a través del sadismo le demuestra que él es más
poderoso que su compañero. El compañero sexual resulta amenazador para el
sádico hasta que éste no se convence a sí mismo de que el papel dominante en las
relaciones sexuales lo desempeña él, en otros casos, las actividades sádicas se
usan como método para exteriorizar la hostilidad hacia sus progenitores, también
por la identificación con sujetos agresivos, como el padre o la madre, o con
personas agredidas que desean vengar, como la madre humillada o el padre
despreciado por los hermanos castigados, por lo que cuando llega a la
adolescencia o a la adultez el individuo adopta conductas sádicas con una pareja
que sí consiente el modo repetidamente preferido o exclusivo de obtener
excitación sexual, combinando la humillación o sufrimiento corporal simulado o
ligero.

Flores Colombino (1999) agrega que estos actos o fantasías sádicas pueden
ser: inmovilizar físicamente a la víctima, atarla con los ojos vendados a la cama o
contra un objeto firme, darle una golpiza, azotarla, abofetearla, pincharla o
perforar el cuerpo con objetos punzantes, quemarla con cigarrillos, aplicarle
descargas eléctricas, efectuarle cortes, intentos de estrangulación, obligar a la
víctima a arrodillarse, a comer excrementos, encerrarla en una jaula y hasta el
homicidio.

También forman parte de actos sádicos las violaciones con penetraciones


anales y vaginales violentas, y, en las manifestaciones verbales aparece bajo una
modalidad de insinuaciones sarcásticas, menosprecio, amenazas, maltratos contra
la víctima. Hay casos en que se deben realizar cada uno de estos actos, otros, se
conforman con uno solo de estos actos, por ejemplo, estrangular, basta con verla
sufrir, disfrutar su dominio total sobre ella o presenciar su agonía.

Además, cabe destacar que, esta parafilia cursa con cierta estabilidad,
aunque en períodos de estrés o depresión puede haber un incremento del deseo de
avanzar en prácticas cada vez más violentas. En etapas específicas de la vida del
sádico, como el duelo por una ruptura amorosa, la muerte de uno de los padres,
pueden darse crímenes seriados con o sin descuartizamiento y ocultamiento de
cadáveres (Flores Colombino, 1999). El sadismo sexual conlleva disfunciones
sexuales cuando no se presentan los estímulos de humillación y violencia; las
fantasías sádicas son las únicas que pueden generar la respuesta deseada. En el
extremo del sadismo sexual se halla el “asesinato por lujuria”, en el que la víctima
tiene que ser asesinada y mutilada con el fin de generar una gratificación sexual
en el individuo.

6. Masoquismo (parafilia)

Según Taormino (2012) el masoquismo se refiere al placer de recibir dolor o


sensaciones intensas, situaciones de incomodidad o ser forzados a hacer algo que
no disfrutan. Siempre que se habla de prácticas SM se debe hacer énfasis en los
deseos y placeres de ambos en un ambiente consensuado. El mismo debe su
nombre al decimonónico novelista austríaco Leopold von Sacher-Masoch quien
en su obra “Venus en cueros” (Venus in Furs) describe la obtención del placer
sexual a través del sufrimiento físico. Este condujo a un psiquiatra
vienés, Richard von Krafft-Ebing, a acuñar el término masoquismo, como
descripción de una desviación patológica de la conducta. Finalmente, Krafft-
Ebing publicó en el año 1886 un libro (Psychopathia Sexualis) acerca de las
perversiones sexuales.

En este sentido, el masoquismo es una práctica sexual que va directamente


ligada al sadismo en el sentido de que ambos son complementarios. Como se
explicó anteriormente el sadismo es una práctica en la que se obtiene el placer de
infligir el dolor, ya sea físico o mental, donde el sufrimiento tanto físico o
emocional del otro representa un marco de excitación y juego sexual; por lo tanto,
el masoquismo es la polaridad del sadismo en la cual el sujeto obtiene placer a
partir de recibir las humillaciones, torturas psicológicas o dolor provocado por el
otro (se somete). Entonces el dúo se categoriza en dominante y sumiso, en donde
el sumiso se ubica en el lugar del masoquista. Ambas practicas tienen como fin
último el alcance del placer a través del dolor, ya sea desde la forma activa
(sadismo) o pasiva (masoquismo), estando inseparablemente ligado a la
sexualidad.

Como parte del BDSM esta práctica no es patológica, es una expresión de la


sexualidad desde preferencias especificas en los medios de obtención del placer de
los sujetos los cuales están desligados de los actos , pues como ya se mencionó
anteriormente, una de las características inherentes del BDSM es el
consentimiento, una realidad compartida en donde no existe la violencia simbólica
pues al tratarse de un dominio pactado explícitamente este implica que será sano,
seguro y consensuado, en donde existe tanto el entendimiento como limites.
Sin embargo, es masoquismo se encuentra catalogado como un trastorno
parafílico dentro del DSM – V y, como todo trastorno, su diferencia de la práctica
sana recae en la presencia de un malestar o discapacidad significativa en distintas
áreas de la vida, manifestado en disfunción laboral, social, educativa o personal
por seis meses o más, cuya satisfacción conlleva un perjuicio personal o riesgo de
daño a terceros. Por lo tanto, es vital tener presente la diferencia entre la parafilia
y el trastorno parafílico.

En el mismo orden de ideas, Farré y Lasheras explican sobre los Trastornos de


la inclinación sexual. Del estigma a la clínica: las parafílias en torno al
masoquismo que

Cuando el actor es masoquista, tiene considerables


dificultades para encontrar el compañero/a adecuados. De
ahí que algunos masoquistas recurren a la auto flagelación,
lo cual en ocasiones roza la alta peligrosidad (p. ej.
colgarse por el cuello) e incluso es causa –plausiblemente
involuntaria– de muerte. Es la llamada “hipoxifilia” o la
obtención de placer sexual por la privación de oxígeno
(pág. 554).

Continuando, a partir del párrafo anterior se puede apreciar como dicha


práctica puede provocar daños perjudiciales al individuo, los cuales en el BDSM
no toman parte, por lo que nos parece imperativo reiterar que la inclinación sexual
o rasgos preferenciales a alguna parafilia específica no representa un trastorno
mental, la determinación de esto es infalible para evitar los prejuicios, estereotipos
en torno a las practicas y expresiones de la sexualidad. Como bien lo denota el
DSM – V (2014) en torno al trastorno de masoquismo sexual

Si esos individuos refieren también problemas


psicosociales debido a sus preferencias sexuales o su
inclinación a ser humillados, golpeados, atados o
sometidos a sufrimiento de cualquier otra forma, entonces
pueden ser diagnosticados de trastorno de masoquismo
sexual. Por el contrario, si refieren no sufrir malestar,
traducido por ausencia de ansiedad, obsesiones, culpa o
vergüenza en relación con esos impulsos parafílicos y
éstos no suponen un obstáculo para alcanzar otras metas
personales, podría afirmarse que tienen inclinaciones
sexuales masoquistas, pero no debe-rían ser
diagnosticados de trastorno de masoquismo sexual (pág.
694).

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