Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Tao Te Ching

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 149

Compilación de Obras

José María Heredia

© Universidad Autónoma del Estado de México, 2016 Instituto Literario núm. 100,
colonia Centro, C.P. 50000,
Toluca de Lerdo, Estado de México

El presente texto es un derivado de una obra en dominio público. Recuperado de wikisource:


https://es.wikisource.org/

Esta obra está sujeta a una licencia Creative Commons, Atribución 2.5
México (cc by 2.5). Para ver una copia de la licencia visite http://creativecommons.org/
licenses/by/2.5/mx. Puede ser utilizada con fines educativos, informativos o culturales, siempre que se cite
la fuente. Disponible para su acceso abierto en http://ri.uaemex.mx/
Tao Te Ching
Lao Tzu
ÍNDICE

Prefacio 5

Primera parte: El libro del Tao

I El principio 23

II Asimilación 25

III Apaciguar al pueblo 26

IV El que no tiene origen 27

V Realización del vacío 28

VI Realizar la imagen 29

VII Ocultar el resplandor 30

VIII Naturaleza espontánea 31

IX El uso de la nada 32

X Lo que puede hacerse 33

XI La utilidad de la nada 34

XII Represión del deseo 35

XIII Evitar la vergüenza 36

XIV Alabanza al misterio 37

XV Manifestación de la virtud 38
XVI Volver a la raíz 39

XVII Costumbres puras 40

XVIII Decadencia de las costumbres 41

XIX Retorno a la espontaneidad 42

XX Diferente de los demás 42

XXI La mente vacía 44

XXII Fomentar la humildad 45

XXIII Identificación con el Tao 46

Pag.

XXIV La complacencia nociva 47

XXV Representaciones del misterio 48

XXVI La virtud de la gravedad 49

XXVII El empleo de la habilidad 50

XXVIII Retorno a lo primordial 51

XXIX El no-hacer 52

XXX Advertencia contra la guerra 54

XXXI Guardar las armas 55

XXXII La sabia virtud 57


XXXIII Discriminación 58

XXXIV Confianza en la perfección 59

XXXV La virtud benevolente 60

XXXVI La sutil sabiduría 61

XXXVII El ejercicio del gobierno 62

Segunda parte: El libro del Te

XXXVIII Acerca de las cualidades 65

XXXIX La raíz de la ley 66

XL El valor del retorno 68

XLI Identidad y diferencia 69

XLII Transformaciones del Tao 70

XLIII El uso de lo universal 72

XLIV Preceptos seguros 72

XLV La desbordante virtud 73

XLVI Moderar los deseos 74

XLVII Mirar a lo lejos 75

XLVIII Renunciar al conocimiento 76

XLIX La virtud de la indulgencia 77


L El arte de vivir 78

LI Virtud vivificante 80

LII Retorno al principio 81

Pag.

LIII Incrementar la evidencia 83

LIV El cultivo del Tao 84

LV El misterioso encanto 85

LVI La virtud maravillosa 87

LVII Simple enseñanza 88

LVIII Conformarse a los cambios 89

LIX Mantenerse en el Tao 90

LX Mantenerse en el trono 91

LXI La acción del Tao 92

LXII Practicar el Tao 93

LXIII Pensar en el principio 94

LXIV Sabiduría de lo pequeño 95

LXV La pura virtud 96

LXVI Colocarse en el último lugar 97


LXVII Los tres tesoros 98

LXVIII Reunirse con el cielo 99

LXIX El uso de lo misterioso 99

LXX La dificultad de ser conocido 100

LXXI La enfermedad del conocimiento 101

LXXII Amarse a sí mismo 102

LXXIII Libertad de acción 103

LXXIV Vencer el error 104

LXXV La codicia dañina 105

LXXVI Evitar la fuerza 105

LXXVII La vía del cielo 106

LXXVIII Confiar en la sinceridad 107

LXXIX Cumplir con el contrato 108

LXXX Solo y de pie 109

LXXXI Mostrar lo esencial 110


PREFACIO (Resumen)

Título del libro y leyenda de su origen

El Tao Te Ching es seguramente uno de los libros más importantes y enigmáticos


que ha producido el pensamiento oriental.

Por tratarse de una obra discretamente conocida en occidente y aun fuera de los
ambientes especializados, hemos preferido no traducir el titulo.

La palabra Tao significa vía, camino. Algunos traductores siguiendo una


interpretación china más tardía describen camino celeste debido a una
correspondencia simbólica con la vía láctea.Otros usan la palabra regla o regla
celeste, lo que rinde en forma demasiado libre, en nuestro concepto, la idea de
Tao pudiéndose entender en un sentido normativo y dogmático, lo que no
corresponde a la concepción metafísica de los taoístas.

Mucho peor nos parece el uso del termino razón, que se remonta según creemos
a los misioneros. Además de referirse al pensamiento lógico y discursivo -que
nada tiene que ver con el Tao- no tiene en cuenta que el chino prefiere las
implicaciones de la imagen a lo explícito del concepto.

Por otro lado, la fama consagrada por la larga historia de esta palabra constituye
una razón suficiente para no traducirla.

La idea es la de un principio primordial anterior a toda manifestación: más allá de


todo nombre, origen de todo y al cual todo debe retornar. Se trata del camino por
excelencia y no de un camino.
La palabra Te significa eficacia, manera de conformarse a (Tao). Ha sido traducida
por virtud (en el sentido del latín clásico virtus cuya raiz vis, fuerza, del sánscrito
var, no tiene connotación moral) y también por poder, traducciones que hemos
empleado en nuestra versión según los casos.

El Taoísmo es esencialmente una doctrina iniciática, que implica realizaciones en


el orden metafísico, y no "místico" como algunos interpretes han traducido
erróneamente.

Por esta razón, y sin que esto signifique negar la existencia histórica de Lao Tzu,
la doctrina taoísta se dirige mas hacia el mito y la cosmogonía que a la historia;
por esto el simbolismo y las imágenes tienen mayor importancia que los hechos
históricos en cuanto tales.

La leyenda de Lao Tzu y el origen del Tao Te Ching se relaciona entonces muy
estrechamente con la comprensión profunda de la doctrina taoísta. Por otro lado,
los antropólogos y los historiadores de las religiones saben muy bien lo que
significa un mito de origen que se remonta a un tiempo indeterminado.

Es conocida la existencia de una leyenda de fundación o mito de origen en toda


organización iniciática.

En dicha leyenda Lao Tzu aparece en este mundo por nacimiento virginal. Su
madre lo dio a luz bajo la sombra de un ciruelo, después de haber tragado un
huevo en forma dempera.
El embarazo duro setenta y dos años.

Lao nació como niño viejo, con cabello cano y rostro arrugado, y como tenia orejas
mas grandes de lo normal se le dio el nombre de Li-Ar (orejas de ciruelo); luego
tuvo el nombre de Li-Tan (orejas largas), el que fue sustituido después por sus
seguidores por el de Lao Tzu (el viejo sabio).

La leyenda indica después varios viajes a distintos países de oriente y su vuelta a


la China donde ejerció un cargo de funcionario en el estado de Chu. Pero termino
bruscamente su carrera cuando subió sobre un carro conducido por un buey azul
para alcanzar las fronteras del reino.

Allí encontró a Yin-hi oficial gobernador del paso de Han-ku, hombre virtuoso que
escondía su sabiduría. Yin-hi que había tenido una premonición de que iba a
encontrarse con un gran sabio, luego de haber conversado con Lao Tzu le suplicó
que pusiera por escrito su enseñanza.

Este seria el origen del Tao Te Ching, según la leyenda, en la que el libro aparece
como una especie de testamento espiritual dejado por el sabio antes de pasar la
frontera del Tíbet o de la India.

Entre las numerosas implicaciones que el simbolismo de la leyenda nos ofrece,


tenemos que considerar de manera especial, que 'la frontera del imperio", a la cual
hay muchas alusiones en el texto, equivale a los limites o umbrales del mundo
(entendiéndose este como el mundo humano y civilizado).
La leyenda se relaciona también estrechamente con la doctrina del "alma
embrionaria", cuyo desarrollo depende únicamente de cada ser humano y de su
manera de vivir siguiendo la voluntad del cielo, lo cual no implica ninguna
revelación particular. Esta realización fue objeto de numerosas enseñanzas y
practicas taoístas.

La idea de la madre embrión está en evidente relación con la madre secreta y


universal, que se halla en numerosos pasajes de nuestro texto.

En cuanto al equilibrio necesario para el desarrollo del alma embrión este depende
de un cultivo armónico entre el cuerpo y las varias almas (vital, mental, espiritual).
La doctrina de las almas múltiples se deriva de la antigua enseñanza china.

Fuentes de la doctrina taoísta

Las remotas fuentes de la doctrina taoísta se hallan seguramente en los primeros


desarrollos de la más antigua cultura china que toma su denominación del río
amarillo (Hoang Ho) y de la gran llanura fertilizada por este río. Antes de su
expansión hacia el norte y el oeste esta cultura de campesinos se manifestó con
una asombrosa originalidad, y de ella salió la idea del Tao al parecer concebida
primero como principio del orden universal impersonal, que en sus sucesivas
elaboraciones metafísicos, sociales, políticas y morales, debía dar vida a todo el
pensamiento chino, sea al de Confucio como al de Lao Tze.

La doctrina del Tao es entonces mucho más antigua que el Taoísmo propiamente
dicho. La tabla publicada por Hsu-Ti-Shan indica como los brujos y los analistas
que rodeaban al rey campesino contribuyeron cada uno por su lado, a su
formación arcaica de acuerdo con sus investigaciones, las que tenían como
denominador común las preocupaciones cósmicas puesto que su asesoramiento
se refería a la confección del calendario, para asegurar la correspondencia
armónica entre el ciclo de las estaciones y el ciclo de la vida agrícola y social.

De estas dos escuelas habría nacido el I Ching (Libro de los Cambios) obra
metafísica y cosmológica que luego fue usada como oráculo imperial a través de
una serie de añadiduras y elaboraciones posteriores.

Del I Ching provienen las doctrinas confucianas, taoístas y la del Tao Te. Aunque
señalando influjos recíprocos Hsu-Ti-Shan indica como antecedentes directos de
la doctrina específicamente taoísta, la doctrina de los “brujos” del I Ching, la
"escuela de los números", luego la doctrina de las artes mágicas, de los adivinos,
de los astrónomos y astrólogos, la del Tao Te y las escuelas de Mo Tzu. Siguen la
medicina, la higiene sexual, la escuela del calendario y la del Yin Yang, la doctrina
de los cinco elementos y la de la inmortalidad. Todas ellas habrían confluido en la
formación del taoísmo. Pero nos parece evidente que una línea más directa por
cuanto se refiere a Lao Tzu y al taoísmo antiguo puede señalarse a partir del I
Ching en las “escuelas” del Tao Te, la del Yin Yang y de la Inmortalidad.

La idea de la armonía entre cielo y tierra y el hombre (por excelencia el rey)


intermediario entre los dos, son principios comunes a toda la cultura china.
La doctrina del Yin Yang en el Tao Te Ching

La doctrina del Yin Yang es uno de los productos más geniales de la metafísica
china, pero no siempre bien entendida por los interpretes occidentales.

La unidad es concebida como Tai Ki, la monada, en ambos casos en el sentido


metafísico y no matemático.

La diada de los pitagóricos se asemeja algo al Yin Yang, pero no ha tenido ni la


importancia, ni las aplicaciones sucesivas a todas las ciencias que se han
producido en la cultura china debido a que a Grecia le faltaba un libro como el I
Ching.

Se han registrado también analogías entre Lao y Heráclito, y estas no pueden


negarse por cierto en lo que se refiere al uso constante de la paradoja, a una
dialéctica subordinada a la metafísica, la que lleva siempre implícita la idea de una
unidad superior. En este sentido el Logos heracliteo tiene cierto parecido con el
Tao.

Como todos los pueblos dedicados a la agricultura, los chinos han atribuido una
gran importancia a los ciclos astronómicos y a su influencia constante en la vida
de la sociedad humana.

El periodo Yin durante el año corresponde al otoño y al invierno y durante el ciclo


diario a la noche y a la luna. En este período no hay trabajo en el campo. La
sociedad subsiste por las labores de las mujeres que tejen, que son activas en el
hogar.
El periodo Yang durante el año corresponde a la primavera y al verano, al día, al
sol, al calor. Los hombres trabajan el campo. Yang corresponde al sexo fuerte.

Las antiguas canciones nupciales chinas celebran los “matrimonios” masivos que
se efectuaban durante la primavera, cuando los jóvenes cruzaban a nado el río
para unirse con las jóvenes y procrear.

Esta era la unión del Yin Yang.

Para pensar en las fases de la luna primero hay que pensar en la luna; de esta
manera primero hay la idea de un orden y luego de sus ritmos.

Así el Yin Yang es un principio metafísico y en forma subordinada: aspectos de la


naturaleza del cosmos, de la especie humana, de los animales, de las plantas y
hasta de las cosas, que no son concebidas como inanimadas porque llevan
fuerzas Yin y Yang. Hay un orden de prioridad que se expresa así:

Tao

Yin Yang

y no Tao = Yin Yang.

Algo enigmática aparece la razón por la cual el Yin receptivo y obscuro antecede
tradicionalmente al Yang expansivo y luminoso.

Los sociólogos aducen una razón histórica y antropológica, la de que el régimen


matriarcal habría sido anterior al patriarcal en la China arcaica y este hecho
explicaría porque la tradición pone el Yin antes que el Yang.
Pensando en el alma-embrión, hay que tener en cuenta la anterioridad de la
situación subterránea, oscura, de la semilla, del caos, del huevo, a la del árbol, del
orden cósmico, de las aves y de los seres orgánicos.

Hay que considerar la idea de lo embrionario, en cuanto tiene en sí, en principio,


toda la virtualidad de sus desarrollos futuros. Es sabido como esta idea es de
suma importancia en el taoísmo y en su constante del retorno al caos primordial,
que es una imagen de la unidad indistinta a partir de la cual se expandió el mundo
mediante un movimiento en torbellino, que hizo que las cosas individuales (los
diez mil seres) se desprendiesen en sus distintas combinaciones de Yin y de
Yang.

De otro lado, no hay lector perspicaz de nuestro texto, que no vea la insistencia en
los símbolos del Yin. Particularmente significativa en relación con el Te.

Los confucianos - que conciben el Yin Yang con menor profundidad - sitúan el
Yang en absoluta superioridad y le confieren también un rasgo de superioridad
moral.

Es innegable que aunque nuestro texto se inspira en una noble afirmación de


sabiduría, hay en él, algunos pasajes que pueden prestarse a practicas de magia.
Quizá debido al influjo de lo que se ha propiamente denominado la “escuela del
Yin Yang" (a la que se remonta la alquimia china) por lo menos en la redacción de
Wang Pi (siglo II DC).
Hacer-no-haciendo (Wey-Wu-Wey)

Ofrecemos una explicación indispensable acerca de la expresión Wu-Wei: no-


hacer, muy usada en nuestro libro, y que muchos occidentales poco perspicaces
han interpretado como quietismo y pasividad.

Aquí podríamos citar aquel fragmento de Heráclito que se refiere al poder del niño
y que puede confrontarse con los numerosos pasajes que nuestro texto ofrece
acerca del niño.

En verdad, es muy difícil para un hombre occidental moderno entender una


doctrina de la acción como aquella del Wey-Wu-Wey (hacer-no-haciendo).

La idea taoísta es la de un retorno a la acción espontánea, como la del niño que


juega únicamente por jugar, como la del viento que mueve los árboles, como la del
riachuelo que corre.

La moderna psicología occidental ha notado en el hombre el prevalecer de la


memoria de los hechos remotos y el remontarse a la niñez como a una "edad de
oro", lo que explica también la predilección de los viejos hacia los niños y su mayor
comprensión de la mentalidad infantil. Hechos cuya importancia no está
desprovista de significado si se piensa en la experiencia de la vida que el anciano
posee.

Los taoístas están aquí en oposición abierta y expresan su rechazo por los ideales
confucianos y por la falacia de su manera de concebir la existencia humana,
valorizando esencialmente la maduración racional y la experiencia como factores
enteramente positivos. Rechazan además la imposición de las actitudes solemnes
en el trato con los demás y con todos los convencionalismos fijados por el ritual
que el niño desconoce.

Esto nos aclara además las aparentes extravagancias y los modales de niños
traviesos adoptados por los taoístas en los medios populares.

La conciencia "difusa", la visión abierta de los niños, cuya mente no está todavía
esclavizada por los prejuicios y los hábitos, es comparable a la actividad natural y
puede relacionarse con otros famosos textos taoístas como aquel que afirma que
el sol no necesita conciencia de dar la luz y el calor (la vida) a la tierra para darla;
que el cielo manda la lluvia sin '”tener la intención" de beneficiar a la tierra, etc.

"El buen caminante no deja huellas" dice nuestro texto. Se trata de la acción
impersonal, espontánea, que actúa como los fenómenos naturales.

La conciencia del "yo" y la "referencia al yo" se adueña de la acción, la estropea y


la malogra, porque la subordina - más o menos claramente - a sus propios fines.

La aceptación receptiva (y no pasiva) de la voluntad del cielo es la que está


representada repetidamente en nuestro texto, mediante el símbolo del "valle" y "el
espíritu del valle"; es la ley del sabio, y el actuar conforme a esta ley - sin tener en
cuenta sus propios deseos o su propia voluntad – es el camino trazado por el
cielo, es llegar al Tao, puesto que la ley de la tierra es el cielo y la ley del cielo es
el Tao.

En la concepción de los taoístas, el hombre está rodeado de fuerzas que tienden a


desvirtuar sus acciones y su conducta. No solamente el contacto con los hombres
es contaminante, sino lo es también con las cosas, con los objetos que pueden
servir de soporte a las "influencias errantes", fuerzas invisibles que el hombre
profano desconoce pero que pueden determinarlo a asumir como propios, deseos
y logros que provienen de estos influjos.

Así mismo, el taoísmo condena la autosuficiencia, la ley que uno se da a sí mismo,


arbitrariamente, puesto que se fundamenta en la ignorancia de sus causas
ocultas. Por eso, el verdadero sabio se presenta a los hombres como un mendigo,
como un torpe, como un loco. Todo el convencionalismo social, hace que el sabio
tome esta actitud de contra pie y se presente como envuelto en las fuerzas.

A oscuras del Yin, templando la luz interior, como dice nuestro texto. Porque esa
no es "su luz", sino la luz; no es "su gloria", sino la gloria.

Solo así puede ser el "valle del mundo" o el "cauce del mundo", solo así puede
"estar en el centro" que es la posición polar; ser el inmóvil señor del movimiento,
que todo lo dirige sin dirigirlo.

Hacer-no-haciendo es "nutrirse en el seno de la madre" (cósmica) como dice el


texto, lo que constituye su gloria suprema.

El Wu~Wei es entonces una doctrina de la acción.

El Te que realiza este tipo de acción tiene su fundamentación en una ley que es
aquella de las "acciones y reacciones concordantes".

Esta ley se halla indicada en nuestro texto y en particular en uno de los capítulos,
pero con la indicación final que prohibe enseñarla a los profanos.
Por lo que sabemos de fuentes taoístas orales, se trataría de uno de los pilares de
la tradición taoísta y tiene una especial aplicación referida a la ley del movimiento.

Puesto que la ley del mundo, en cuanto a su dinámica, es Yin Yang, ésta se aplica
a los dos tipos de movimientos que al alternarse caracterizan la vida biológica y
natural. Al movimiento Yin = contracción, sigue el Yang = expansión y el
continuum de la vida esta constituido por esta discontinuidad en cuanto es rítmica.

Producir una contracción significa provocar una reacción expansiva. Según los
taoístas, se trata de cosas que todo hombre profano sabe, pero a las que no se les
da todo el alcance que tienen.

Solamente tenemos que aclarar que el Te está esencialmente fundamentado en


esta doctrina, teniendo en cuenta que el criterio ético no tiene nada que ver con
ella.

“Que se quede el pez en la profundidad del agua", dice Lao Tzu. Porque es
demasiado evidente que esta ley puede ser aplicada para conseguir fines no
precisamente nobles.

La concepción del hombre en el taoísmo

El taoísmo ha impreso un sello particular a la concepción general del hombre que


es propia de la China tradicional, o sea a aquella que tiene su origen común en el
pensamiento arcaico.

Entre las muchas triadas que existen en la tradición china una de ellas se refiere al
hombre, situado entre el cielo (lo transcendente, lo espiritual) y la tierra (lo
inmanente, lo material); siendo el hombre - como hijo del cielo y de la tierra -
intermediario entre los dos, este rol es personificado por excelencia en el rey y
luego por el emperador “hijo del cielo".

Esto está en cierta correspondencia con otra triada: cielo, tierra y centro (espacio
intermediario) lo que corresponde a los "tres mundos" del cosmos religioso hindú y
también a las tres pachas de la religión incaica.

La concepción del hombre se halla relacionada con esta posición central; por eso
el emperador al celebrar los grandes sacrificios, tenía que estar situado en el
centro.

Si consideramos al taoísmo como una religión, tendríamos que clasificarlo entre


las religiones del orden eterno del mundo en contraposición con aquellas que se
fundamentan en la revelación histórica de Dios. Sería entonces una religión que
pertenecería al mismo grupo en el cual se sitúan el hinduismo y el budismo.

Pero, aunque el taoísmo debía tomar en un determinado momento la forma de una


religión, todos reconocen que eso no proviene de su naturaleza propia, sino de un
influjo posterior del budismo, única religión que apareció al principio de nuestra era
en la China.

Esto permitió al taoísmo influir notablemente en el budismo chino y especialmente


en la escuela Chan, más conocida en occidente por la versión japonesa el
budismo zen.

Pero el taoísmo - a pesar de sus características religiosas formales - no ha sido


nunca una religión en el sentido propio del término. Fue esencialmente una
metafísica y un modo de vida en su aspecto más elevado, y sus oscilaciones
posteriores entre la metafísica, la alquimia y la magia, no le quitaron nunca
9

su carácter esotérico, ni el prestigio de ciertos conocimientos secretos, del que


gozo en la antigua aristocracia, así como en los estratos populares.

Es innegable que al taoísmo se debe la creación de la alquimia, de la medicina


china tradicional y de variadas prácticas de adivinación, entre las que fue
particularmente cultivado el estudio detenido de los signos corporales.

La idea inicial de la longevidad se halla relacionada con el armónico desarrollo del


alma embrionaria que supone un equilibrio constante entre el cuerpo y las
diferentes almas, evitando que una de estas partes se desarrolle en exceso,
debilitando a otras.

Esto ha producido también en los medios taoístas unas practicas respiratorias,


similares a las del Yoga hindú, así como unas practicas de dietética y hasta
eróticas, todas las cuales, parece ser, fueron importadas de la India.

La longevidad taoísta, así como la concepción de los "inmortales" no fue nunca, en


los círculos taoístas ilustrados, sino el símbolo de una integración del ser humano
con la emanación del principio transcendente que reside en él y es en este sentido
que deben entenderse los grandes textos taoístas como Lao Tzu, Chuang Tzu,
Lieh Tzu.

La cosmogonía china y el taoísmo

Una cosmogonía filosófica aparece en nuestro texto (cap.42) y en las numerosas


alusiones de Chuang Tzu, aunque todas parecen remontarse a una tradición
común, con una interpretación específicamente taoísta.
En nuestro texto se hallan numerosas alusiones a los "espíritus". A la muerte del
hombre, el alma espiritual "Hun", vuelve a su origen cósmico mientras que el alma
inferior P'o, receptáculo de las emociones, deseos, memorias, etc. queda
desencarnada en la tierra. Su naturaleza es Yin y por eso se asimila a los espíritus
Kwei, ligados a la tierra y con ciertos rasgos demoníacos.

Los espíritus Shen, de naturaleza Yang, son celestes y luminosos y podrían


compararse con los ángeles.

A estas legiones innumerables hay que agregar las "influencias errantes", Pai,
muy temidas por su influjo sobre los hombres.

Los inmortales son los hombres superiores, los sabios. Son inmortales por haber
emanado directamente del Tao, mucho antes de la creación del cielo y de la tierra.
Son los que viven eternamente.

Encontramos en el taoísmo la misma distinción común a todo el oriente, a pesar


de las diferencias de detalles, entre lo no manifestado y la manifestación, que se
divide en informal y formal, y esta ultima en psíquica o sutil y sensible o corporal.

La tradición y la crítica histórica

La tradición china hace remontar la existencia histórica de Lao Tu y la composición


de nuestro texto al siglo VI a. C. y lo presenta como contemporáneo de Kung~Fu-
Tzu y de Buda.

Los primeros occidentales que se preocuparon por el estudio de la cultura china,


durante el siglo XVII dedicaron mucha importancia a los "Ching" del canon
confuciano y estudiaron luego el budismo chino, pero desconocieron los libros de
los taoístas, que calificaron de “ateos y políticos". Esto se explica, entre otras
cosas, a que vivían en constante contacto con los letrados confucianos, hasta el
punto de vestir sus trajes y adoptar sus ritos.

Otra razón debe buscarse en la existencia de las sociedades secretas de


inspiración taoísta, que participaron activamente en la política del imperio.

Más tarde, cuando el anarquismo surgió en Europa, Lao Tzu fue considerado en
occidente como uno de los más calificados representantes o precursor de un
pretendido anarquismo individualista.

10

Fue el siglo XIX el que vio surgir los primeros estudios serios y las primeras
traducciones del Tao Te Ching, estudios y traducciones que se intensificaron y
multiplicaron en nuestro siglo.

Todas las fuentes indican el siglo VI como el siglo de Lao Tzu. Los estudiosos
chinos y japoneses han resumido su posición en los siguientes tres puntos:

1) Que el texto que hoy se presenta no puede tener como autor a Lao Tze
contemporáneo de Confucio.

2) Que un texto muy parecido existía al final de la época de los Reinos


Combatientes, época en la cual se disolvió el primer feudalismo chino que surgió
en el Siglo IX a. C.
3) Que muchos de los aforismos que figuran en nuestro texto, circulaban desde
hacia mucho tiempo en los círculos filosóficos, pero que no eran atribuidos a Lao
Tzu.

El acentuado individualismo que caracteriza a la crítica occidental y el prevalecer


de sus preocupaciones históricas, el ansia de demostrar la falsedad de toda
tradición, es su lugar común.

Un texto que exalta el anonimato y la obscuridad y que dice que el buen


caminante no deja huella, nos parece que debería desanimar un poco a todos
aquellos que buscan su paternidad.

Por otro lado reconocemos como muy probable que el Tao Te Ching - cuya
inspiración en el Ching es innegable - haya sido compuesto mediante sucesivas
estratificaciones, como lo fue el Libro de los Cambios.

No hay que olvidar que el individualismo de Confucio, que ha servido como punto
de referencia para estas inútiles especulaciones, es algo excepcional en la
antigüedad oriental, en la que es costumbre atribuir doctrinas desarrolladas por
unos discípulos, de acuerdo con una determinada tradición y a veces durante
siglos, a su fundador, sin necesidad de pensar que se trate de un ser mítico y sin
ponerle un "pseudo" por delante.
Onorio Ferrero, Lima - 1972

11

Primera parte

EL LIBRO DEL TAO

12

I El principio

El Tao llamado Tao

no es el Tao eterno.

El nombre que puede ser nombrado

no es el verdadero nombre.

El principio del cielo y de la tierra

no tiene nombre.

Con nombre es la madre

de los diez mil seres.

Por eso, aquel que se libera de deseos

contempla la secreta perfección.

Aquel que se llena de deseos

contempla solamente sus fronteras.


Los dos nacieron juntos,

pero llevan distintos nombres.

Juntos, se llaman el misterio.

Misterio más profundo del misterio

y son la puerta de toda maravilla.

Este primer texto indica la diferencia entre la esencia del Tao y el Tao que actúa
en el mundo. El primer aspecto del Tao es el no manifestado, el que está mas allá
del ser y del no-ser y es inefable por su naturaleza. No puede entonces, ser
nombrado, en tanto que el nombre indica lo personal o lo individual y no es
aplicable a lo universal.

Lo espiritual (cielo) y lo material (tierra) han nacido de un principio sin nombre. La


madre de los 10.000 seres (todos los seres de la existencia universal) tiene
nombre, es propiamente la naturaleza primordial, la existencia universal, lo
informal (caos primordial) capaz de producir todas las formas.

El nombre entendido en el sentido más amplio que le atribuye el pensamiento


arcaico y el del oriente tradicional no es verdadero, porque sirve para designar la
multiplicidad de las cosas y su origen en lo que se refiere a su diferenciación (Tao
con nombre).

El deseo está luego ligado al nombre (deseo personal, renombre) y contempla (no
puede superar) sus límites (individuales, "fronteras").
El Tao no manifestado y el Tao manifestado, Yin Yang, madre de todas las cosas
"nacieron juntos" y representan respectivamente el aspecto interno, transcendente
e inefable y el aspecto externo, inmanente y activo (la naturaleza primordial) como
el sol y sus rayos.

Llevan distintos nombres porque sus nombres se originaron al desprenderse los


seres individuales del caos primordial, y se generalizaron con la formalización del
lenguaje. Por eso en el primer verso, el primer Tao no es posible de expresar, "en
cuanto el nombre se refiere a las cosas, forma la figura, y por lo tanto no dura"
(Wang Pi).

La unión de lo no-manifestado con la manifestación informal, en cuyo seno existen


en principio todas las formas, constituye el misterio mediante el cual se llega al
secreto conocimiento.

Wang Pi: "Todas las cosas nacieron en lo sutil y luego se manifestaron. Quien no
tiene deseos puede llegar a ver el principio de las cosas. En la cumbre se llama el
principio y en el fondo se llama la madre.
13

La maravilla es la tiniebla, oscurecimiento que está más allá del ser, lo que en un
principio salió de la madre".

Hay que recordar que la puerta china tiene dos partes.

"Maravilloso en el Gran Tao, el no-ser (lo que está más allá del ser), el limitado es
el Tao chico, el ser" (Li Tsi Chai).

II Asimilación

Al conocer lo bello como bello

todos conocen la fealdad en el mundo.

Todos saben que el bien es el bien

y entonces conocen el mal.

Así es como:

Ser y no-ser se engendran uno a otro.

Lo difícil y lo fácil mutuamente se integran.

Ancho y angosto se forjan uno a otro.

Voz y tono se armonizan uno a otro.

Por eso el hombre sabio


encausa los asuntos sin actuar.

Enseña estando callado.

No se opone a los seres que nacen

ni se apodera de sus vidas.

Nunca se queda en la obra cumplida.

Por no permanecer en ella,

no hay quien se la pueda arrebatar

Las dualidades, bello-feo, etc. son concebidas por el oriente tradicional como
correlativas, no aislables y como dos polaridades que emanan de una misma
unidad.

En los textos budistas se designan como "parejas". El concepto parejas significa la


interrelación que siempre existe entre los dos términos que conforman la dualidad
y que parecen opuestos.

La idea del no-ser, no debe entenderse aquí en el sentido metafísico de "más allá
del ser" como se usa corrientemente en oriente, sino lo opuesto al ser, en el
sentido de cesar de ser.

El hombre situado en la bipolaridad de las dos fuerzas Yin y Yang "encausa los
asuntos sin actuar" o sea practica el Wei-Wu-Wei (hacer no haciendo).
"Enseñar estando callado“ significa, entre otras cosas, la superioridad del silencio
sobre la formalidad del lenguaje.

El sabio conoce las leyes cósmicas y al no inmiscuirse en las cosas escapa al


ritmo cíclico, no "entra en la corriente" y evita la decadencia (representada en el
cosmos por la declinación de los astros).

La alusión a la voz y tono se refiere a la lengua china hablada, porque a distintos


ideogramas corresponde muchas veces un monosílabo de la misma
pronunciación, y entonces los "tonos" más graves o más agudos resultan
indispensables para identificar la palabra.

El "no permanecer" equivale al "no apropiarse". Como dice Sse-Ma-Chien: "la gran
felicidad no se presenta dos veces".

Todo el sentido del texto es un llamado a la interioridad.

14

III Apaciguar al pueblo

No alabes al sabio

y el vulgo no se enfrentara a él.

No estimes las cosas difíciles de obtener

y no habrá quien se anime a robar.

No mires los objetos deseables


y la mente no se turbara.

Por eso, el hombre sabio en el gobierno,

vacía la mente y llena los vientres.

Debilita las ambiciones y fortifica los huesos.

El pueblo quedará limpio de conocimientos y deseos

y el presumido se abstendrá de actuar.

Actúa sin actuar

y el pueblo gozara del orden universal.

"No se lanza un pez al árbol, no se pone un ave en el agua" (Huai-Nan-tzu).

La antítesis aparentemente brutal entre pensamiento y voluntad y vientre y huesos


se explica pensando que llenar el vientre y reforzar los huesos corresponde a una
necesidad natural para seguir viviendo, no así llenar la mente o la voluntad de
vanos deseos y de vanos pensamientos.

Lo que se busca es la paz del pueblo; como lo explica Wen-Tzu. (Lo que uno no
escucha no le agita la mente).
IV El que no tiene origen

El Tao es un recipiente hueco

lo usas y nunca se llena.

¡Cuan profundo e insondable es!

Parece anterior a todo.

Redondea sus ángulos,

desenreda sus marañas,

suaviza su resplandor,

se adapta a su polvo.

Tan hondo y sin embargo siempre está presente.

Nadie sabe de quien es hijo,

parece antepasado de los dioses.

Wen-Tzu dice: “El Tao está en los diez mil seres, pero no se conoce el lugar
donde está, porque el Tao no tiene origen y se encuentra por doquier".

La imagen del recipiente hueco se relaciona con la idea del vacío que no es el no-
espacio, sino aquello que al estar "lleno de algo” no lo contiene dentro de unos
limites determinados.
En este sentido la capacidad de la jarra queda anulada por el hueco y el Tao pasa
como la vida misma que fluye siempre como una corriente inagotable.

En este sentido, la jarra no posee el agua que pasa por ella. Texto muy cercano a
la doctrina budista sobre la mente.

15

V Realización del vacío

Cielo y tierra no son benevolentes;

tratan las cosas del mundo como perros de paja.

El sabio no es benevolente;

trata a las personas como perros de paja.

El espacio entre el cielo y la tierra es como un fuelle,

exhala vacío sin cesar.

Cuanto más se mueve tanto más exhala.

Más se habla de él

y menos se le alcanza.

Es mejor mantenerse en el centro.


Este texto está en contra de la cortesía confuciana, que para Lao Tzu no es una
virtud natural. La traducción indica la indiferencia del cielo para con las cosas del
mundo y el desapego del sabio hacia las personas.

La sustitución con animales de paja o de papel que ritualmente se consumían,


quemándolos en lugar de animales o seres vivientes en los sacrificios, indica que
se suponía que, mediante el fuego, los muñecos venían transformados. Su
esencia sutil se elevaba hasta el cielo como ofrenda, tomando el lugar de los
antiguos sacrificios sangrientos.

En los funerales tradicionales de la China se usaba material de papel y de paja


para acompañar el alma del muerto en su tránsito a otra vida. En ese mismo
sentido debe entenderse la frase de Mao Tse Tung "tigre de papel" referida a los
Estados Unidos con la connotación de que el tigre es el símbolo de occidente.

Hua-Nan-Tzu define el espacio intermediario así: "receptáculo con el cielo por


techo y la tierra por fondo: forma de nueve ruedas y con nueve puntos externos".

El centro es entonces la posición polar, el espacio sagrado en que confluyen las


influencias del cielo y de la tierra.

VI Realizar la imagen

El espíritu del valle nunca muere.

Es la madre secreta.

La puerta de la madre secreta


es la raíz del cielo y de la tierra.

Sutil, sin interrupción, continuamente perdura;

pero su actividad no cesa nunca.

El texto es hermético y el título indica su sentido ("Vacío que debe ser llenado").

El valle es un símbolo femenino receptivo y por tanto unido a la imagen femenina


de la madre. Es el Yin con toda evidencia.

La puerta de la madre secreta significa que hay que entrar en el Yin (oscuridad)
para alcanzar el Yang (luz) y superar así la dualidad complementaria (1a que no
constituye un dualismo).

La actividad del Yin es receptiva y no pasiva, “su actividad no cesa nunca”. De otro
lado, la puerta compuesta de dos partes, origina movimientos alternos que son
aquellos del Yin-Yang

16

VII Ocultar el resplandor

El cielo dura eternamente, la tierra permanece.

Eternos y permanentes porque no viven para sí mismos.

Por eso son eternos y duraderos.


Es así que el hombre sabio,

al ponerse en el último lugar, es el primero.

No pensando en sí mismo, se mantiene.

No buscando su bien, lo realiza.

El sol no tiene conciencia de dar vida a la tierra; pero le da la vida. El "tener


conciencia", significa atribuirse a sí mismo algo que destruye su perennidad y su
fecundidad puesto que se refiere a “su” ser. El último planeta (Venus) en
desaparecer en la noche es el primero en aparecer en la mañana. Del gusano
nace la mariposa Notar la insistencia en la acción espontánea, desinteresada y
desprendida del yo.

El bien que se realiza no buscándolo, es el bien que proviene de la voluntad del


cielo y no de las aspiraciones individuales.

VIII Naturaleza espontánea

La suprema bondad es como el agua

sin oposición llega a todos.

Habita en los lugares que los hombres aborrecen

Así acercándose al Tao


uno se mantiene en armonía en su sitio,

ama lo profundo en sus pensamientos,

ama la bondad en su trato con la gente,

ama la veracidad en sus palabras,

en el gobierno ama el justo orden,

actúa conforme a como debe actuar,

actúa en concordancia con el tiempo.

Porque no se impone,

ningún reproche le cabe.

El agua es un elemento Yin, de ahí su afinidad con la naturaleza primordial que se


deja plasmar y con lo femenino en general.

Actuar “en concordancia con el tiempo" significa tener en cuenta la situación


cósmica y especialmente el ritmo del ciclo lunar (Yin).

La fórmula final está inspirada en el I Ching, que tiene carácter adivinatorio; pero
aquí parece estar dirigida contra el artificio confuciano y, en especial, contra los
ritos de los letrados.

"El Tao no tiene forma y el agua se asemeja a él". Wang Pi.


IX El uso de la nada

Mejor es la renuncia que llenar hasta la saturación

lo que llevas en la mano

17

Un objeto demasiado templado

no puede durar mucho

Una habitación llena de oro y piedras preciosas

nadie la puede conservar.

Aquel que por ser rico y poderoso se torna altanero se arruina a sí mismo.

Acabada la obra y realizado el nombre,

retirarse en la oscuridad es la norma del cielo.

Tan solo en la renuncia (el no hacer) existe la posibilidad de "esperar lo


inesperado" (Heráclito).

Este poema se dirige contra el activismo y sus frustraciones.

Acabar la obra Qi (hecha espontáneamente y sin apego) y realizar el nombre,


significa cumplir cabalmente con la voluntad del cielo. Retirarse en la oscuridad es
lo que hacen el sol, la luna, las estrellas y el hombre que ha cumplido su ciclo.
Los dos primeros versos resultan algo oscuros por tratarse de un objeto
indeterminado. Pero esta indeterminación del objeto es evidentemente intencional
por la expresión "llevar en la mano" lo que simboliza todo lo que uno tiene a su
alcance en un determinado momento.

X Lo que puede hacerse

Haz que el cuerpo y el alma vital estén unidos

en un abrazo sin separación.

Que el aliento vital te vuelva tierno y fresco

como el de un niño recién nacido.

Purifícate alejando las visiones demasiado profundas para no gastarte en vano.

Amando a los demás, gobernando el estado,

aprende a realizar el no-hacer.

Al abrirse y cerrarse la puerta del cielo

aprende a realizar lo femenino.

Entendiéndolo todo

se como aquel que nada sabe.

Producir y cultivar,

producir y no poseer,
producir y no almacenar,

aumentar y no dominar.

Esta es la verdad secreta.

"Por sí solas, siendo no actuantes, las cosa se transforman" (Wang Pi).

"Igualar con la inteligencia la claridad del sol y de la luna, conformar su acción con
la regularidad de las cuatro estaciones, desarrolla una luz que se expande hasta
los cuatro ángulos de la tierra" (Wen- Tzu).

Este texto se refiere a las distintas almas de los chinos. El alma vital “abrazada al
cuerpo”, significa no solo el permanecer con vida, sino obtener mediante prácticas
complejas, semejantes al Yoga (Qi Qong) el desarrollo del "alma embrión" a la
cual se refieren los versos que siguen.

Las visiones "demasiado profundas" del alma (mental), pueden debilitar y


desequilibrar al cuerpo absorbiendo fuerzas del alma vital.

18

El niño recién nacido es una imagen taoísta de la conciencia difusa y sin apegos al
yo. Nótese como en este texto Lao Tzu insiste en las actitudes conformes al Yin.

Las paradojas que siguen tienen un significado hermético, y originaron practicas


algo extravagantes en el taoísmo posterior.
Es muy interesante observar en la iconografía taoísta, la sonrisa entre irónica y
benévola de las figuras de sus dioses e inmortales. Esto explica la aparente
ignorancia de parte de los sabios, que muchas veces escondían su sabiduría, bajo
el disfraz de la ironía, del humorismo, de la torpeza o las locuras simuladas.

XI La utilidad de la nada

Treinta rayos convergen hacia el centro de una rueda,

pero el vacío en el medio hace marchar el carro.

Con arcilla se moldea un recipiente,

pero se lo utiliza por su vacío.

Se hacen puertas y ventanas en la casa

y es el vacío el que permite habitarla.

Por eso, del ser provienen las cosas

y del no-ser su utilidad.

Imágenes simbólicas de lo manifestado

(del cual provienen las cosas concretas) y de lo nomanifestado

(vacío) por el cual se utilizan.

Es todavía el Yin (vacío) que se complementa con el Yang (lleno).


XII Represión del deseo

Los cinco colores ciegan el ojo del hombre.

Los cinco sonidos ensordecen el oído del hombre.

Los cinco sabores deterioran el gusto del hombre.

La carrera y la caza enloquecen la mente del hombre.

Las cosas raras y difíciles de obtener

incitan al hombre al mal.

Por eso, el sabio alimenta lo interno y no lo externo.

Excluye lo uno y acoge lo otro.

El uso litúrgico de los colores y sonidos está de acuerdo con el ritmo de las
estaciones y forma parte del ritual real imperial (Li Ki).

Nuestro texto indica como las sensaciones y las percepciones llenan la mente de
impresiones e imágenes. Si es un craso error identificar al ser con el cuerpo, más
grave lo es todavía identificarlo con la mente, con sus cambios continuos debido a
sus captaciones externas. Por eso, es mejor alimentar el vientre y no los sentidos.

El taoísta quiere preservarse así de la influencia de "Pal” (influencias errantes) que


se produce a través de una prolongación de los sentidos.
“Cuando se cuida el vientre, los seres nos alimentan; cuando se cuidan los ojos,
ellos nos dominan (Wang Pi).

19

XIII Evitar la vergüenza

Honras y deshonras son cosas que dan miedo.

La gloria y la desgracia son como nuestro cuerpo.

¿Qué significa que honras y deshonras

son cosa que dan miedo?

Los honores están situados abajo,

si se les alcanza hay que tener temor:

si se les pierde hay que tener temor:

Así, honras y deshonras son cosas que dan miedo.

¿Qué significa que la gloria y la desgracia

sean como nuestro cuerpo?

Causa de mi desgracia es poseer un cuerpo.

¿Si no tuviese un cuerpo como podría sufrir?

Entonces, a aquel que considera su cuerpo


como el mundo, se le puede confiar el imperio.

A aquel que ama al mundo como su propio cuerpo

se le puede entregar el mando del imperio.

El texto es la interpretación y explicación de dos antiguos proverbios.

Está dirigido en forma accidental contra la jerarquía y la etiqueta de la China de su


tiempo, y muestra la inestabilidad de la gloria mundana y de la salud corporal.

La ultima parte se refiere al cuerpo micro-cosmos y al soberano, intermediario


entre cielo y tierra, de cuya conducta depende la suerte del estado.

"Cuerpo" puede entenderse aquí, como persona y también como "yo". Sabio en lo
interior, rey en lo exterior; nadie puede alcanzarlo, nada puede cambiarlo" (Wang
Pi).

XIV Alabanza al misterio

Se mira y no se ve, se llama lo invisible.

Se escucha y no se oye, se llama lo inaudible.

Se toca y no se siente, se llama lo impalpable.

Estos tres no se pueden indagar.

Juntos conforman lo uno.


No tiene claridad por estar arriba.

No tiene oscuridad por estar abajo.

Continuo, sin cesar, no puede ser nombrado.

Se esfuma en lo no manifestado.

Se llama la forma sin forma.

Figura que no tiene figura.

Es lo esquivo e inalcanzable.

Míralo de frente y no verás su rostro

20

y si lo sigues no verás su trasero.

Quien se apega con fuerza al Tao primordial gobierna la existencia de cada día

y puede adquirir la sabiduría primordial.

Esta es la iniciación en el Tao.

En la primera parte se repite el I Ching: "Si uno lo mira no lo ve; si lo escucha con
atención no lo oye, si lo toca no lo alcanza, se llama imperceptible”.
Se trata del conocimiento de lo sutil, de lo no sensible, que es la primera iniciación
en el Tao. La sabiduría primordial, es aquella de la unidad del caos primordial, y
sigue siendo única fuente de vida para los diez mil seres. Este es un texto
marcadamente esotérico.

XV Manifestación de la virtud

Los antiguos maestros poseían sutil sabiduría

y profundo conocimiento

a tal grado que nadie podía entenderlos.

Tan solo porque no podían ser entendidos

me esfuerzo en ofrecer una imagen:

Eran prudentes como el que cruza un río en invierno.

Irresolutos como aquel que está rodeado de peligros.

Reservados como los huéspedes.

Desprendidos, como el hielo que está por derretirse.

Auténticos, como trozos de madera no trabajada.

Amplios como los valles.

Mezclándose libremente con el agua turbia.

¿Quién puede recostarse en un lugar fangoso?


Este lugar se aclara quedándose quieto.

¿Quién puede mantener su calma por mucho tiempo?

Actuando, la paz vuelve a la vida.

Quien abraza el Tao no desea estar lleno.

Precisamente porque nunca está lleno

no puede agotarse ni renovarse.

Este texto se refiere al sabio de la época cercana a la tradición primordial.

La primera paradoja quiere poner de relieve como la gente mediana o vulgar, la


gente que se identifica con este mundo, no puede entender al sabio. También
indica, en un sentido más general, el origen no humano de la sabiduría primordial.

Pero, quedándose quieto, el mundo humano de los deseos y las pasiones (el lugar
fangoso) se aclara; la paz actúa y devuelve la vida (espiritual).

El estar lleno (de deseos, preocupaciones) es lo que impide al hombre recibir la


luz del Tao.

She Ching: "Nada más profundo que un manantial”.

Chuang Tzu: "Lo que está lleno no puede ya recibir y desborda; lo que está vacío,
aspira a los seres" Weng-Tzu: “E1 vacío es el lugar no ocupado; la paz, el corazón
(la mente) sin apegos".
21

XVI Volver a la raíz

Alcanza al máximo el vacío.

Conserva la firmeza de la paz.

Nacen las cosas innumerables,

pero las veo volver a su reposo.

Las cosas tienen desarrollos florecientes

y cada una retorna a su raíz.

Volver a la raíz es encontrar el descanso,

descanso que significa nuevo destino;

nuevo destino es durar constantemente;

conocer lo constante es la iluminación;

no conocer lo constante es caer

en la ceguera y el desastre.

Quien conoce lo constante es tolerante,

el tolerante es justo con todos;

siendo justo con todos es universal,

lo universal es el ritmo del cielo;


lo que está conforme con el cielo, lo está con Tao.

Lo que está conforme con Tao perdura eternamente

y toda su vida está fuera de peligros.

El texto manifiesta una visión de desapego propia del sabio que sabe que las
cosas del mundo tienen su ciclo vital y luego retornan a su propia esencia (a lo no-
manifestado).

El cielo presenta con regularidad las mismas constelaciones. Hay que buscar lo
permanente y no lo perecedero, lo eterno y no lo mutable.

"Lo no cambiable es la continuidad de los seres", dice Wang Pi. "EI que conoce el
cielo navega en el Tao".

Confrontar el I Ching: "El cielo es el antepasado y rector de los 10.000 seres”.

XVII Costumbres puras

Acerca de los antiguos

todo lo que se sabe es que existían.

Los sucesores fueron amados y alabados

y los siguientes fueron temidos.

Los que vinieron después aborrecidos.


Si no te tienes plena confianza

otros te serán infieles.

Entonces las palabras rituales estaban medidas.

El mérito de las obras tenia plenitud.

Todo el mundo decía:

"Estamos en armonía con nosotros mismos".

La primera paradoja (aunque pueda entenderse al pie de la letra) es una imagen


del Wei-WuWei (actuar no actuando).

22

Aquí se expresa el estado de actual decadencia con respecto a un estado


primordial, armónico e idílico.

La referencia a las palabras rituales “medidas” es un rechazo a la transformación


en ritos de todas las actividades y actitudes de la sociedad china, tal como la
concibieron los letrados confucianos sobre la base del Libro de los Ritos (Li Ki).

Es la visión de un estado edénico la que corresponde a la sociedad primordial en


la tradición oriental. Muchas religiones occidentales transponen este estado en un
futuro indefinido mediante las doctrinas mesiánicas.
XVIII Decadencia de las costumbres

Al declinar el gran Tao

Surgieron la "humanidad" y la "justicia".

Cuando nacieron el conocimiento y la astucia,

apareció la gran hipocresía.

Al desaparecer los lazos familiares,

aparecieron la "piedad filial" y "el amor".

Cuando el reino cayó en la anarquía,

apareció el buen ministro.

Este texto, muy polémico contra los letrados, insiste sobre el hecho de que las
virtudes confucianas, que antes eran espontaneas y no conscientes, fueron luego
impuestas a la familia y a la sociedad.

Wang Pi explica muy bien la idea cuando dice que "la virtud de estar mojado, le
viene a los peces cuando han perdido en la orilla el camino del lago.
XIX Retorno a la espontaneidad

Corta con la sabiduría, rechaza la prudencia

y la gente se beneficiara cien veces.

Corta con la "humanidad", rechaza la “justicia”

y la gente recobrara la piedad y el cariño.

Corta con la habilidad, rechaza la ganancia

y no habrá ladrones y bandoleros.

Estas tres normas son externas e insuficientes.

Que tenga el pueblo lo que le conviene.

Muestra tu simple hondura y guarda tu naturaleza primordial.

Haz que tu "yo" sea más pequeño y limita tus deseos.

Solamente las virtudes practicadas espontáneamente contienen plenitud y están


siempre vacías.

La “humanidad” impuesta a toda la sociedad, vacía pronto su contenido al volverse


una actitud externa y convencional.

La "justicia” formalmente reglamentada, deja de ser tal (summun jus, summa


injuria). Tan solo la “simple hondura“ encuentra todas estas virtudes en su unidad
primigenia.
XX Diferente de los demás

Abandona el estudio y no tendrás angustias.

Entre “wei” y "a"

¿qué diferencia existe?

¿Entre bien y mal qué diferencia existe?

23

Lo que los hombres temen,

¿de veras es temible?

Esto es como un desierto sin límites.

La gente del mundo está de fiesta

como en los días de los grandes sacrificios,

o cuando en primavera se asoman a las terrazas.

Yo solo estoy tranquilo, sin tareas que cumplir,

como chiquillo que no sonríe todavía;

siempre desamparado, como quien no tiene hogar.

La gente del mundo tiene de sobra, aun para guardar. Yo solo soy pobre.

Tengo la mente de un loco,


estoy confundido, oscurecido.

La gente vulgar es clara y brillante.

Yo solo soy como una sombra.

Ello son agudos, seguros de sí mismos.

Yo estoy decaído, me muevo como el océano,

voy a la deriva, sin rumbo.

La gente del mundo tiene un propósito que cumplir. Yo solo soy torpe, estoy fuera
de ambiente.

Soy diferente de todos los demás.

Yo me nutro del seno de la madre.

Este texto sobrecogedor y no despojado de una sutil ironía muestra las diferencias
entre el sabio y la gente vulgar.

La soledad del sabio se contrapone a "los hombres vulgares” que en el mundo van
siempre en grupo (Tien Tsu) aman la agitación y huyen de la paz (Chuang Tzu).
Lo que oyen por los oídos les sale por la boca (id.).

Según el I Ching "el placer es una enfermedad crónica que se desarrolla y crece
aun si uno no se muere de él".

La sutil ironía a la cual hemos hecho alusión, no permite interpretaciones de tipo


psicológico. Es interesante notar la coincidencia con el texto evangélico que se
refiere al desamparo.
XXI La mente vacía

La gran fuerza activa se manifiesta

siguiendo de cerca al Tao.

La naturaleza del Tao es vaga e indistinta;

pero, aunque vaga e indistinta

hay formas en su seno.

Aunque misteriosas e incomprensibles,

hay existencias en su seno.

¡Tan profundas y sutiles son!

En su seno está la esencia,

y siendo su esencia veraz,

24

la razón de su veracidad está en su seno.

Desde el tiempo de los tiempos hasta hoy,

no se detienen sus manifestaciones,

de él surgió lo primordial.

¿Porqué sé que así fue lo primordial?


Por estas formas.

El Tao es definido por Kuan-Yin-Tzu como "un agua sin manantial ni afluentes".
Las formas que están en el seno inescrutable del Tao, por ser profundas y sutiles
se manifestaran según las palabras del I Ching: "En el cielo se realiza el símbolo,
en la tierra se realiza la forma".

Kuan-Yin-Tzu dice que los seres nacen primero en lo alto y luego se transforman
en objetos terrestres.

Desde estas formas (sutiles o groseras) manifestadas, se puede remontar a lo


primordial y en ellas encontrar la prueba de la existencia de lo no-manifestado.

XXII Fomentar la humildad

Quien se desdobla quedará entero.

Quien se inclina será enderezado.

Quien esta vacío será llenado.

Quien anda andrajoso será adornado.

Poseer poco es adquirir.

Poseer mucho es el error.

Por eso el sabio está consigo mismo

y se vuelve arquetipo del mundo.


No se luce y por eso resplandece.

No se justifica y por eso brilla.

No se alaba y por eso es alabado.

No se exalta y por eso es exaltado.

Como no discute con nadie,

en el mundo no hay quien discuta con él.

Lo que dijeron los antiguos

de que "el medio será entero"

¿Acaso son palabras vanas?

Por eso mantiene su integridad.

Texto inspirado en la meditación de un trozo del I Ching: "El gusano se dobla para
extenderse”.

"Los dragones y las serpientes hibernan enrollándose para conservarse en vida".


Solamente aquel que deja su parte a la actividad de la voluntad del cielo podrá
mantener su integridad y conseguir su integración.

La idea de una integración del ser humano está aquí en relación con la capacidad
de contraerse (concentrarse) en la interioridad (sobre sí mismo) para poderse
desplegar en su plenitud. El "no se exalta y por eso es exaltado", recuerda el texto
evangélico del sermón de la montaña. El texto contiene también un sentido
esotérico en relación con ciertas prácticas respiratorias que se realizan en los
medios taoístas.

25

XXIII Idendificación con el Tao

Aquel que poco habla, es natural.

Una tormenta no dura una mañana.

Una lluvia torrencial no puede durar un día entero.

¿De donde proceden? Del cielo y la tierra.

Si el cielo y la tierra no pueden hacer que

estos cambios duren eternamente.

¡Mucho menos el hombre!

Quien sigue el camino del Tao se identifica con él.

Quien tiene virtud, se identifica con la virtud.

Quien tiene defectos, se identifica con los defectos.

Aquel que se identifica con el Tao

recibe la bienvenida del Tao.


Aquel que se identifica con la virtud

recibe la bienvenida de la virtud.

Aquel que se identifica con la pérdida

recibe la bienvenida de la pérdida.

El que no tiene fe,

no puede pedir fe a los demás.

El sentido del texto se refiere a que los procesos naturales son graduales si están
destinados a perdurar. Los hechos abruptos y violentos no tienen duración y por
su carácter "accidental" no pueden referirse a la constante ley de la naturaleza:
"magistra vitae".

Los pasajes sobre la virtud, los defectos, etc. aluden a la relación entre las
acciones humanas y las fuerzas cósmicas que actúan en concordancia en el
sentido que los actos humanos se integran al cosmos antes de volver a su gente
en forma de reacción igual pero en sentido contrario. Idea que presenta un notable
parecido con la concepción de la acción (karman) de los hindúes.
XXIV La complacencia nociva

El que está en puntas de pie, no está firme.

El que alarga sus piernas no camina.

El que quiere brillar no es luminoso.

El que se justifica a sí mismo no es apreciado.

El que se ensalza no recibe elogio.

El que se exalta a sí mismo no logrará ser jefe.

Estos, para el Tao son excrementos

y tumores que repugnan a todos.

Por lo tanto, quien posee el Tao

no permanece en ellos.

Aquí se condena la falta de espontaneidad y simplicidad naturales y todo lo que


pasa cuando el artificio humano viene a sustituirlas.

26

El poema muestra la reminiscencia de dos textos del I Ching: "Si la fuerza reside
en los dedos de los pies, se puede avanzar, pero mal" y el otro: "Tiene méritos y
no lo demuestra: es la cima de la grandeza del alma. Aquel que proclama sus
méritos es un hombre inferior".
XXV Representaciones del misterio

Había una vez un ser nebuloso.

Nació antes que el cielo y la tierra.

Tranquilo y aislado, solitario y sin cambios.

Girando perpetuamente, sin peligros,

como madre de todas las cosas.

Desconozco su nombre

y lo llamo Tao.

Para poder nombrarlo lo llamo grande.

Grande significa que está en movimiento.

En movimiento, significa que tiene largo alcance,

y si va lejos vuelve al lugar de origen.

Por lo tanto:

El Tao es grande.

El cielo es grande.

La tierra es grande.

El rey es grande.
Estas son las cuatro grandezas que existen en el espacio cósmico y la que reina
es una de ellas.

La ley del hombre es la tierra.

La ley de la tierra es el cielo.

La ley del cielo es el Tao.

La ley del Tao es sí mismo.

Este texto tiene un significado cosmogónico. EI caos primordial circula en


torbellino, penetrando, en los nueve cielos y los nueve mares, o sea en lo alto y en
lo bajo, en la derecha, en la izquierda y también en las fuentes amarillas. La idea
de contracción y expansión del universo se halla en este texto; es "el Tao, madre
de los diez mil seres", todo Yin y todo Yang. La idea de grandeza esta en relación
con la unión de los cuatro principios expresados por: el cielo, la tierra, el rey, el
Tao. Solo este último es autónomo.

XXVI La virtud de la gravedad

Lo pesado dirige lo liviano.

Lo inmóvil es señor del movimiento.

Por lo tanto;

El sabio al actuar, nunca deja la apacible gravedad,

y aún si tiene gloria y resplandor


vive tranquilo por encima de todo.

Como puede un señor de diez mil carros ser tan ligero ante el imperio

Si actúa ligeramente tiene su raíz en la gravedad.

27

Si procede hacia el movimiento activo,

perderá su trono.

"'Las cosa livianas no pueden llevar a las más pesadas, las pequeñas no pueden
contener las grandes.

Lo que marcha no hace marchar, “es lo que no marcha lo que hace marchar"
(Wang Pi). El pasaje de los diez mil carros es interpretado en el sentido de
necesitar todas las provisiones para encontrar alojamiento.

Pero esto no está del todo de acuerdo con la interpretación de los taoístas; Han-
Fei-Tzu dice:

"Aunque el sol y la luna tengan un halo, la causa de sus eclipses está en ello
mismos.
XXVIIEl empleo de la habilidad

Buen caminante no deja huellas.

Buen orador no ofrece blancos.

Buen contador no necesita ábacos.

Buen cerrajero no usa cerrojos

y sin embargo no se puede abrir.

Amarra bien sin cuerdas ni nudos

y nadie podrá desenredar.

Por eso, el sabio elige ayudar a los hombres.

No rechaza a los hombres.

Prefiere salvar las cosas.

Esto es ocultar su claridad.

Luego: el hombre bueno es maestro

del hombre no bueno y el hombre no bueno

es su buen material.

Porque el buen maestro no tiene interés,

porque a su material no le tiene apego.

Permanece oscuro a pesar de ser resplandeciente.


Este es el secreto esencial del Tao.

Este texto sugestivo expresa el ideal taoísta de la acción impersonal en oposición


al individualismo confuciano.

El sentido profundo de este texto, que esotéricamente indica la posibilidad de dejar


deseos o influencias en este mundo (Pi), es el desapego total que se remonta,
como en los ejemplos anteriores, a la doctrina del Wei-Wu-Wei.

Actuar sin el sello de la personalidad, enseñar sin oficiar de maestro, ayudar en


secreto sin que se sepa quien ayuda, (lo que recuerda el pasaje evangélico que
indica: "no sepa tu derecha lo que hace tu izquierda") es el sentido de esta
enseñanza anónima. Se comprende en tanto que los nombres no son
"verdaderos". La alusión a los nudos tiene un sentido mágico muy conocido en la
China como en otros lugares de la antigüedad, pero las aplicaciones de tipo
mágico que se han hecho a este texto no excluyen el sentido metafísico del cual el
otro no es sino un aspecto secundario.

El texto puede interpretarse en un sentido espiritual como psíquico.


28

XXVIII Retorno a lo primordial

El que conoce el principio masculino

y se mantiene conforme a lo femenino

es como el profundo cauce del mundo

donde confluye todo bajo el cielo.

Quien conoce lo luminoso,

pero elige lo obscuro,

se vuelve el eje del mundo.

Siendo el eje del mundo

su poder es estable y no mutable,

y sin moverse vuelve al estado primordial.

Quien conoce su gloria y sigue siendo humilde

es el valle del mundo.

Siendo el valle del mundo,

adonde la virtud eterna es inagotable,

realiza su retomo a lo informal.

Lo informal al dispersarse produce todas las formas.


Por eso, el sabio siendo señor de los vasallos preside el imperio en su conjunto y
no se ocupa de detalles.

La perfección del hombre - en cuanto miembro de la especie - reside en la


conjugación de la fuerza (Yang) con la gracia y la gentileza (Yin).

Si la paciencia y la modestia (Yin) residen en el hombre consciente de su poder


(Yang) este se vuelve el cauce (o pasaje estrecho) del mundo (imperio) puesto
que ocupa el lugar intermediario donde actúa la ley del cielo.

"El niño no tiene nada que hacer con el saber; su conocimiento es del todo
espontáneo” (Wang Pi).

Esto significa el retomo a la primera juventud.

La visión del mundo sensible es ilusoria y presenta una inversión en cuanto lo


manifestado es, en cierta manera, lo opuesto a lo no manifestado. Una estrella
gigantesca se ve muy pequeña desde la perspectiva terrestre.

Concepciones similares encontramos en Wang Pi: “Saber servirse de la


obscuridad (Yin) y convertirla en claridad (Yang) produce la blancura más tersa”.

"Un reino de mil años no es sino una partida de ajedrez.

XXIX El no hacer

El que gobierna y quiere moldear el imperio,

veo que no podrá conseguirlo.


El imperio es una jarra sagrada

que no se puede manipular.

Quien lo trata, lo malogra.

Quien lo aferra, lo pierde.

Por eso, en lo que atañe a las cosas,

unas van primero y otras después.

Unas son ardientes y otras frías.

29

Unas son fuertes y otras débiles.

Unas son resistentes y otras frágiles.

Por eso, el hombre sabio,

Rechaza el exceso.

Rechaza la prodigalidad.

Rechaza la grandeza.

La conciencia universal del sabio (ver final del verso anterior) implica la no-
ingerencia en los detalles, y el rechazo del activismo que caracteriza la agitación
del hombre profano.

Hay que dejar que el sauce crezca según su naturaleza y no hay que pretender
que se transforme en un ciprés.
Lo que es impuesto implica rechazo. Tan solo lo que brota de uno mismo adquiere
el valor de experiencia positiva.

A propósito de estos textos, aparentemente políticos, hay que notar que en sentido
esotérico se refieren al auto dominio, como en el I Ching, cuando se habla del
hombre superior. Auto dominio que excluye el esfuerzo ascético violento que lleva
en sí la semilla del orgullo. Se trata más bien de la no identificación del yo con los
cambios continuos de tipo psicológico y afectivo que se producen dentro de la
complejidad del ser humano.

Querer adquirir la perfección de acuerdo a un modelo racional como hacían los


letrados confucianos, es precisamente lo aludido con el manejo delicado de la
"jarra sagrada".

Los sentimientos (que preceden y siguen, ardientes y fríos, fuertes y débiles)


desfilan como una procesión frente al ojo mental del sabio que no se identifica con
ellos, ni busca dominarlos por la fuerza.

XXX Advertencia contra la guerra

El que está en el camino del Tao

no refuerza el imperio con las armas.

Toda acción provoca reacciones.

En el lugar donde acampó el ejército,

solo nacieron zarzas y espinos.


Después de los grandes ejércitos

siempre siguieron años de hambruna.

El buen general vence y allí se queda,

no se atreve a abusar de su poder.

Vence y no se sobrestima.

Vence y no se jacta.

Vence y no se enorgullece.

Vence porque ese es su oficio.

Vence pero no busca fama.

Todo lo que alcanza su plenitud,

comienza a declinar.

Esto se llama oponerse al Tao,

y quien se opone al Tao muere joven.


30

La esencia del Tao es la paz y la armonía. La guerra es una imagen invertida, es


el anti-Tao.

En virtud de las acciones y reacciones concordantes, la guerra es un desastre que


produce desgracias en cadena.

Existe concordancia con el Dhammapada: "Él me ha injuriado, me ha pegado, me


ha vencido, me ha robado" aquellos que acogen tales pensamientos; en ellos el
odio no desaparece.

Nunca aquí abajo, desaparece el odio con odiar; ésta es la ley eterna.

XXXI Guardar las armas

Las armas más valiosas

son objetos nefastos,

son tan nefastos que

hasta las cosas las detestan.

El que está con el Tao no las toma en cuenta.

En tiempos de paz el príncipe honra la izquierda,

en tiempos de guerra honra la derecha.

Instrumentos de desgracia son las armas,


no son instrumentos para el príncipe;

solo si esta obligado las maneja,

para él, la paz está antes que todo.

Por lo tanto, si vence no celebra su victoria.

Aquel que celebra la victoria

es el que se regocija con la matanza.

Este jamás debe gobernar sobre la tierra.

En los acontecimientos afortunados

se prefiere la izquierda;

en los desafortunados se elige la derecha.

El subjefe está a la izquierda.

El gran jefe a la derecha.

Este es el lugar de costumbre para los ritos funerarios.

Aquel que aniquila una multitud,

deberá guardar duelo y llorar con remordimiento. aquel que vence en la guerra

que ocupe el lugar de los ritos fúnebres.

Este poema trata el mismo tema que el anterior.


"Más hermosa y buena es un arma mejor hiere y mata a los hombres: así, aquel
que posee el Tao no la considera y no la usa" (Wang Pi).

También en el I Ching: "El hombre vulgar ama la fuerza, el hombre superior la


desprecia". Lo que se dice en nuestro texto a propósito de la derecha y de la
izquierda, requiere explicación. A diferencia de los indoeuropeos, que en la
circumambulación ritual dan vuelta alrededor del brazo derecho, en la dirección de
las agujas del reloj o sea en sentido solar (oriente, sur, occidente, norte) los chinos
consideran normal la circumambulación en sentido inverso o sea alrededor del
brazo izquierdo; por eso el chino se leía en columnas verticales desde la izquierda
hasta la derecha.

Así, mientras para los indoeuropeos el puesto de honor es a la derecha, para los
chinos es a la izquierda. Tan solo en los ritos funerarios "donde las cosas están al
revés", se elige la derecha.

31

Hay dos razones:

a) Que los chinos tenían como movimiento circular modelo aquel de la


constelación de la Osa Mayor alrededor de la estrella polar, movimiento que se
efectúa de la derecha hacia la izquierda y que completa un círculo en el ciclo del
año.

b) Que el lugar de orientación ritual para los chinos era el sur, y quien esta
orientado hacia el sur tiene el oriente a su izquierda y el occidente a su derecha.
Por eso también el occidente, donde muere el sol, es el lugar de la derecha y de
los muertos.

Las dos swáztikas ilustran mejor, en forma emblemática, esta costumbre ritual;
siempre entendiéndose en los dos casos que el lugar más importante está en el
centro.

La doctrina taoísta como la cristiana, budista y jaina son doctrinas de la no


violencia.

XXXIILa sabia virtud

El Tao es eterno.

El Tao no tiene nombre.

Pequeño es en su perfecta simplicidad primera.

Pequeño como es, el mundo entero es incapaz de aprehenderlo.

Si solo príncipes y reyes pudieran aprehenderlo

tendrían el mundo en la palma de la mano.

La tierra y el cielo estando unidos

harían caer la lluvia como un suave rocío.

La paz y el orden reinarían espontáneamente

entre los hombres sin necesidad de estar


sometidos a un mando.

Cuando la perfecta simplicidad primera se diversificó,

aparecieron los nombres.

Apareciendo los nombres, el Tao no se quedó en ellos.

El saber detenerse es estar sin peligros.

Compara el Tao con la existencia universal.

El Tao es como un riachuelo y un valle,

frente al gran río y al mar.

"El Tao es el señor de los diez mil seres" (Wang Pi).

El sabio representa en el mundo el orden y la armonía que es la ley del cielo.

En el I Ching: "el cielo y la tierra ejercen su influjo, y de ello nace la transformación


y la producción de los diez mil seres. Los sabios influyen en el corazón de los
hombres y el resultado es la paz y la armonía bajo el cielo".

La armonía natural y la espontaneidad de movimientos constituyen el arquetipo


para la virtud transcendental del sabio. De esta manera anuncian los Evangelios la
llegada de Cristo mediante las palabras de los ángeles que asocian la idea de la
"gloria en los cielos" con la de la "paz en la tierra”.

XXXIII Discriminación

Quien conoce a los hombres es inteligente.


32

Quien se conoce a sí mismo es iluminado.

Quien vence a los otros posee fuerza.

Quien se vence a sí mismo es aún más fuerte.

Quien se conforma con lo que tiene es rico.

Quien obra con vigor posee voluntad.

Quien se mantiene donde encontró su hogar,

perdura largamente.

Morir y no perecer es la verdadera longevidad.

El carácter contemplativo e interior del Taoísmo está bien afirmado en este texto.
El último verso requiere una explicación: "morir y no perecer es la verdadera
longevidad”, es decir, la inmortalidad. Es el paso consciente de un estado que
llamamos vida a otro estado que llamamos póstumo, y que supone en cierta
manera una continuidad "consciente". Went-Tzu lo expresa diciendo que cada
cosa tiene su lugar en el universo, el lugar que le conviene. Y cuando una cosa
está en el lugar que le conviene, ella se detiene y queda en reposo. La verdadera
longevidad no consiste en no morir, sino en morir sin perder una lúcida conciencia,
siguiendo el mismo camino que en el cielo siguen el sol y la luna.

XXXIV Confianza en la perfección

El gran Tao fluye por todas partes,


a la derecha, a la izquierda.

Por él existen todas las cosas y él no las rechaza.

Actúa espontáneamente

y no exige retribución en su actuar.

Con amor alimenta a todos sus seres,

pero no se apropia de ellos.

Siempre sin deseos, es pequeño.

A él retornan los seres y él no los posee;

por eso es grande.

El hombre sabio nunca se considera grande.

Por eso mismo lo es.

La imagen del desapego, desapego de los hombres y de las cosas de este mundo,
está asociado aquí con el símbolo de la pequeñez.

Lo pequeño tiende hacia lo imperceptible, al punto que no tiene dimensiones. Por


eso está al centro de todo y es el motor inmóvil.

Lo pequeño es lo que hay que descubrir. Lo imperceptible es el ritmo de lo


espiritual, que se encuentra en el polo opuesto de lo sensible.

Es a través de la penetración en lo imperceptible que se llega a la realización


espiritual, la cual exige de otro lado un total desapego del mundo sensible.
En este sentido nada se aprende del maestro que enseña desde la cátedra. Se
aprende verdaderamente cuando se asimila el conocimiento de manera similar al
aire que se respira.

XXXVLa virtud benevolente

Hacia aquel que lleva en sí la gran imagen

todas las cosas convergen.

Convergen sin sufrir daño

33

encuentran la serenidad y la paz.

El huésped de paso

se detiene en la música y manjares.

El Tao al abrir la boca parece insípido

en su sin sabor.

Aunque no parece valer la pena mirarlo

y escucharlo, si lo aprovechas, inagotable lo hallaras.

La gran imagen (del Tao) "madre de la imagen del cielo" (Wang Pi) está presente
en el sabio bajo la forma de la paz, de la calma y la armonía. "Mantén el vacío y
conservarás lo real" ('Ching).
Sobre lo insípido del Tao, hay que notar la oposición con lo sensible. EI ritmo
espiritual - en cuanto está en el polo opuesto - aparece como insípido para
aquellos que no lo saben reconocer.

XXXVI La sutil sabiduría

Si quieres que algo se contraiga,

antes tienes que dejar que se expanda.

Si quieres que algo se debilite,

antes necesitas hacerlo fuerte.

Si quieres que algo caiga hacia abajo,

es menester que lo levantes en alto.

Si quieres despojar a alguien de algo,

antes tienes que enriquecerlo.

Esta es la sutil sabiduría de la vida.

Lo débil y lo frágil vencen a lo duro y a lo fuerte.

Que nunca salga el pez de la profundidad del agua.

Las armas del reino

no se muestran al extranjero.
Texto evidentemente esotérico, véase la relación entre este poema y la doctrina
de las acciones y reacciones concordantes.

Los versos finales indican que se trata de una doctrina secreta que no hay que
enseñar a los profanos.

Pero, también significa - según el modelo de la naturaleza - la necesidad de


mantener oculto (el pez en el fondo del agua) todo lo que se está preparando.

"Si no se oculta la última razón de los fines de estado, los males serán completos"
(I Ching).

XXXVII El ejercicio del gobierno

El Tao constantemente no actúa,

pero todo lo hace.

Si príncipes y reyes pudieran retenerlo,

todo se transformaría por sí solo.

34

Si surgen deseos, consérvalos en el fondo, en aquella simplicidad que no se


puede definir.

La simplicidad que no tiene nombre

está libre de deseos.


Si no hay deseos todo está en paz

y el mundo se endereza por sí mismo.

La participación no manifestada del Tao hace que las cosas se desarrollen de


acuerdo con la armonía, con la voluntad del cielo.

Solamente el activismo es un obstáculo, ya que hombres vulgares piensan que el


mundo depende de sus acciones. De esta manera interfieren creando corrientes
de fuerza reversibles que no permiten al mundo (imperio) gozar de la paz.

35

Segunda parte

EL LIBRO DEL TE

36

XXXVIII Acerca de las cualidades

La virtud superior no es virtuosa.

Por eso posee la eficacia de la virtud.

La virtud inferior no puede liberarse

de su conciencia de ser virtuosa,

Por eso no es virtud.

La virtud superior actúa sin actuar


y no persigue ningún fin.

Lo que está por encima de la humanidad

actúa sin intención.

Lo que está por encima de la justicia,

nada hace con intención.

Los grandes ritos actúan y al no tener respuesta, insisten con fuerza hasta lograr
su fin.

Al decaer el gran Tao, se recurre a la virtud.

Al decaer la virtud, se recurre a la humanidad.

Al decaer la humanidad, se recurre a la justicia.

Al decaer la justicia, se recurre al rito.

El rito parece ahora la ley verdadera;

pero es el principio de todos los contrastes.

El saber de los antiguos no es más que la flor del Tao, y se ha vuelto ahora el
principio de la locura.

Por eso el hombre que posee plenitud,

piensa en la esencia y no en las formas.


Busca el fruto y no la flor.

Elige la sustancia y no las apariencias.

Shang Te, la "virtud o poder superior" no aparece como tal; lo que en este mundo
aparece es Hsiah

Te o sea la "virtud o poder inferior".

Por esta razón los hombres vulgares no conciben como virtud o poder (Te) lo que
en realidad determina la suerte de los seres y de las cosas. Creen que existe un
único modelo de virtud, que es la que se ufana de aparecer como tal.

De allí, la paradoja de que la virtud superior aparezca como defecto.

El blanco de este texto es la virtud de los letrados confucianos y así se explica la


alusión a los ritos.

Es muy importante señalar que Lao Tzu no niega la eficacia de los ritos, sino su
necesidad.

XXXIX La raíz de la ley

Todo lo primordial alcanza la unidad


Alcanzada la unidad el cielo se aclara.

Alcanzada la unidad la tierra se hace firme.

Alcanzada la unidad los espíritus se hacen poderosos.

Alcanzada la unidad el valle se llena.

37

Alcanzada la unidad los diez mil seres se vuelven reproductivos.

Alcanzada la unidad príncipes y reyes se vuelven señores del mundo.

Todos son lo que son por virtud de la unidad.

Si el cielo no fuera claro podría caerse en pedazos.

Si la tierra no fuera firme podría desmoronarse.

Si los espíritus no tuviesen poderes dejarían de existir.

Si el valle no tuviera lo que lo llena podría secarse.

Si los diez mil seres no fueran reproductivos podrían desaparecer.

Si príncipes y reyes no fueran señores del mundo serían destronados.

Lo que es grande hace de lo humilde su raíz.

Lo que está en alto se basa en lo que está abajo.

Esta es la razón por la cual príncipes

y reyes se califican a sí mismos,


pequeños, desamparados e inútiles.

¿No será porque quizás reconocen

la humildad de su raíz?

Es por eso que un carro es más

que la suma de sus piezas.

Por lo tanto, el jade siendo jade,

nunca deja de ser piedra.

El texto parece compuesto de dos partes: la primera es la exaltación de la unidad


y la segunda

explica la bajeza de la raíz de las cosas.

En el I Ching se lee que "el cielo es noble, la tierra es vil".

En realidad la idea de la unidad esencial del cielo y de la tierra no elimina la


diferencia de niveles entre lo transcendental y lo supremo (o la representación
simbólica de la unidad suprema = al cielo) y lo que está más abajo que sin
embargo sirve de soporte (tal como el símbolo de la raíz, oculta debajo de

la tierra).

Pero en virtud de la unidad, lo que participa de lo alto y de la transcendencia, el


hombre, que es por excelencia el rey, debe mantener conciencia de lo vil de su
raíz.
Todo este pasaje se refiere a la costumbre china de hablar de su propia persona
en términos despreciativos. Además hay que recordar que el rey se atribuye
personalmente la culpa por todos los males que afectan al pueblo, y celebraba en
ciertas ocasiones sacrificios especiales.

La idea de que lo noble tiene como soporte lo que es despreciado juega un papel
importante en la alquimia taoísta.

Hay que notar la coincidencia del texto sobre el carro y sus componentes con
varios textos budistas.

Se explica que las cosas preciosas de este mundo, como el jade, contienen su
naturaleza de piedra.

El Te o la virtud, consiste esencialmente en reconocer el equilibrio de los distintos


niveles que constituyen la unidad del Tao.

XL El valor del retorno

El retorno al origen es el movimiento del Tao. Suavidad es la manera de actuar del


Tao.
Todas las cosa bajo el cielo

38

provienen del ser

y el ser del no-ser.

Si, como dice el I Ching, "la raíz de las cosas es la ida y la vuelta", el ritmo del Tao
está constituido esencialmente por el retorno.

El "retirarse en el seno de lo absoluto” es el sentido por el que se dirige el Tao.

Wen-Tzu: "no hay ida sin retomo, no hay fuerza sin debilidad".

Por eso, la debilidad es el camino del Tao. Sin la debilidad del agua no podría
existir la dureza del hielo.

Los últimos versos recuerdan el Himno Cosmogónico del Rig-Veda, X 90, de


acuerdo con la perspectiva de la metafísica oriental, para la cual el no-ser no es un
concepto privativo, sino la idea de algo que está mas allá del ser.

No hay que olvidar aquí la idea de la retrocesión relacionada con la reversibilidad


del Tiempo Primordial.

XLI Identidad y diferencia

Cuando un sabio discípulo escucha hablar del Tao,

lo profesa con esmero.


Cuando un mediocre discípulo escucha hablar del Tao, oscila entre su
comprensión e incomprensión. Cuando un mal discípulo escucha hablar del Tao,

se mofa de él.

Si este no se mofara de él, el Tao no sería Tao.

Dicen antiguas palabras sabias:

Quien recibe la luz del Tao

parece deslumbrado

Quien avanza con el Tao

parece haber retrocedido.

Quien se hace poderoso con el Tao

parece vulgar.

La virtud superior se parece al valle.

La absoluta blancura parece obscura.

La más grande virtud parece deficiente.

La más sólida virtud parece negligente.

La virtud establecida parece pervertida.

Gran cuadrado no tiene ángulos.

Gran jarrón despacio se hace.


Gran música tiene escasa resonancia.

Gran figura no tiene forma.

El Tao es misterioso, sin nombre.

Sin embargo solo él sabe dar ayuda y plenitud

En este texto fundamental desde el punto de vista doctrinal, Lao Tzu señala varios
tipos o grados de conocimientos, que corresponden a diferencias existentes entre
las mentalidades y la inteligencia de los hombres.

La verdadera sabiduría (Fao) aparece ridícula al ignorante, como si se tratara de


una negación del conocimiento. EI ignorante no posee aquel misterioso sentido de
intuición de la verdad que hace que el

39

hombre inteligente, capte la existencia de "algo" que necesita ser meditado y


profundizado. Esta distinción entre el verdadero saber y los conocimientos
corrientes o vulgares ha sido puntualizada por algunos pensadores occidentales.

Esto también explica - con respecto a la mayoría de los hombres - porque el


verdadero sabio debe ocultar su sabiduría bajo el velo de la torpeza o de la
ignorancia. No le queda otra actitud posible al conocer que las palabras de
sabiduría no solo no serán comprendidas sino que constituirán motivos risibles.

XLII Transformaciones del Tao


El Tao engendró la unidad.

La unidad engendró la dualidad.

La dualidad produjo la triada.

La triada dio vida a los diez mil seres.

Los diez mil seres tienen el yin en sus espaldas,

llevan el yang entre sus brazos.

De la mezcla de sus alientos vitales

los dos reciben su vital armonía.

El abandono, la pequeñez y el desprecio

es aquello que los hombres mas aborrecen;

mientras que los reyes hacen de ellos

un título de gloria

Por eso algunas veces lo que parece menguar

se incrementa, y lo que parece incrementarse disminuye.

Lo que los otros enseñaron

yo también lo enseño:

Que el violento no muere de forma natural.

Este es el fundamento de mi doctrina.


Este es un texto cosmogónico, acerca del cual se suscitaron muchas discusiones.
El paso de la triada a los diez mil seres no ofrece ninguna dificultad. La "sombra
en las espaldas" y la "luz en los brazos se refieren respectivamente al Yin y al
Yang. Este pasaje es susceptible de varias aplicaciones, referidas al simbolismo
temporal (oscuridad – futuro; luz - pasado) a aspectos psicológicos (conciencia,
inconsciente) y también en otros sentidos.

Otra vez se alaba aquí la humildad y se condena la violencia. No solamente el


morir de muerte violenta es antinatural y contrario al Tao, sino que provoca según
las creencias populares, la siniestra presencia entre los hombres de "influencias
errantes" y de espíritus malignos.

XLIII El uso de lo universal

Lo más tierno en este mundo domina lo mas duro.

Solamente el no-ser puede penetrar en lo impenetrable.

En eso se manifiesta la virtud del no-hacer.

Aprende la enseñanza del silencio

y tendrás la ventaja del no-hacer.

Muy pocos bajo el cielo comprenden su importancia.

40
El Te (la virtud) es ductilidad y posee el poder de lo inasible. La cesación de la
actividad consciente (confrontar las enseñanzas del Yoga Sutra de Patanjali)
devuelve a la mente la plenitud de su poder (en cuanto no se identifica con las
modificaciones). Así, el Wu-Wei lo hace todo sin hacerlo, ya que se halla situado
en el punto de confluencia de la actividad del cielo y de la tierra.

La enseñanza sin palabras es una expresión de lo no- manifestado. La


constatación final demuestra el carácter iniciático del Wu-Wei y la dificultad en
realizarlo.

XLIV Preceptos seguros

Entre nombre y cuerpo, ¿quién tiene la primacía?

Entre el cuerpo y la riqueza, ¿cuál es más apreciable?

Entre ganancia y pérdida, ¿cuál es más doloroso?

El excesivo apego te costara muy caro.

El juntar muchos bienes implica grandes perdidas.

Quien esta satisfecho con lo que tiene

está fuera de peligros

Quien sabe detenerse evita riesgos y puede

perdurar largamente.
La filosofía taoísta coincide con la budista en considerar los deseos en general
como causa de la infelicidad para el hombre.

Puesto que la multiplicación de los deseos es inagotable, de ello proviene la


pérdida de la paz interior.

El saberse contentar con lo que uno tiene, corresponde al conformarse con la


voluntad del cielo. En el caso opuesto, la identificación con los cambios determina
un estado de zozobra permanente.

XLV La desbordante virtud

La perfección más grande parece imperfecta,

pero quien la aprovecha la halla inagotable.

La más grande abundancia parece vacía,

pero aprovechándola no se halla su fin.

La más grande rectitud parece torcida.

Lo más hábil parece torpe.

Las grandes palabras parecen tartamudeos.

La acción constante vence al frío.

La inmovilidad vence al calor.

La paz y la serenidad
son la norma del mundo.

Texto de inspiración polémica contra los ideales de perfección de los letrados


confucianos.

La aparente imperfección de la que aquí se habla, depende únicamente de la idea


de perfección que existe en determinados medios, idea relativa e imperfecta por
su naturaleza convencional.

Toda formalización de lenguaje, de costumbre, etc. por el hecho de gastarse y


perder su naturaleza primordial espontánea, se vuelve una limitación de sus
virtualidades, y al fosilizarse y esclerotizarse, se

41

aleja cada vez más de sus contenidos no manifestados, inefables e


imperceptibles. Por eso la verdadera perfección aparece imperfecta.

Hay que notar que la paz y serenidad entendidas como normas del mundo son
concepciones estáticas, de acuerdo con la doctrina del Wu-Wei. El "actuar"
actuando (wei) es siempre una ruptura de equilibrio que engendra reacciones en
cadena y concordantes Estas son análogas en cuanto a su naturaleza y contrarias
en cuanto a su dirección reversible tal como aparece en los ejemplos del calor y
del frío.

XLVI Moderar los deseos

Cuando el Tao reina en el imperio

los caballos de combate fertilizan los campos.


Cuando el Tao no reina en el imperio los caballos

de combate se crían hasta en las fronteras.

No hay peor desgracia

que dejarse arrastrar por los deseos.

No existe mal mayor que estar insatisfecho.

No hay daño mayor que ser codicioso.

Por eso:

Solo el que sabe lo que es suficiente,

tendrá siempre lo suficiente.

La primera parte del texto repite lo dicho en textos anteriores. Según la


interpretación de Wang Pi, la guerra simboliza el desencadenamiento de las
pasiones humanas.

Wang Pi contrapone “el saberse contentar, el saberse quedar, el no pedir nada a


los demás, el cuidar de su interioridad - que corresponde al Tao - con los deseos
inmoderados, con el descuido de la interioridad, con el ir afuera a pedir limosna,
como opuesto al ritmo del Tao".

Aquí se explica que la búsqueda del poder conduce a la desgracia, por la


reversibilidad que implica la ley de las acciones y reacciones concordantes.

En el hombre común se trata de los deseos, cuya naturaleza nunca se agota. De


acuerdo con la interpretación de Wang Pi los caballos son símbolos de las
pasiones y de los deseos, que, al llegar hasta el umbral del mundo humano
(representado aquí por las fronteras como en otros lugares de nuestro texto)
pueden producir las peores desgracias.

XLVIIMirar a lo lejos

Sin salir de la puerta

puedes conocer los caminos del mundo.

Sin mirar por la ventana

puedes conocer los caminos del cielo.

Cuanto más lejos te vas, menos aprendes.

Por eso, el hombre sabio,

llega sin necesidad de caminar.

Sabe sin necesidad de mirar.

No actúa pero realiza.

42

Este es uno de los textos mas hermosos y significativos.

Explica como el poder de la mente concentrada, no solo reemplaza a los sentidos,


sino que tiene mayores posibilidades fundamentalmente la de concebir
sintéticamente, lo que de manera analítica sería absolutamente imposible de
percibir con los sentidos.

Por eso, es la mente meditativa (no salir de la puerta) la que permite una visión
total del mundo y de sus caminos así como de las constelaciones (caminos del
cielo) y las leyes que rigen el mundo celeste, terrenal e intermediario.

El cuarto cerrado es aquí un símbolo del espacio sagrado del Centro del mundo.
Meditación y concentración sobrepasan los límites espaciales y temporales en los
que se desarrolla el conocimiento humano, tomado en el sentido vulgar y corriente
del término.

XLVIII Renunciar al conocimiento

Mediante los conocimientos se acumula día a día.

Mediante el Tao se pierde día a día.

Hay que perder y perder

hasta llegar al estado del no-hacer.

No-hacer, y sin embargo no hay nada

que se deje sin hacer.

Para conquistar el mundo debes practicar la renuncia.

El que persigue la acción


Jamás conquistará el mundo.

La imagen de la verdadera sabiduría no consiste en adquirir, en acumular


conocimientos cuantitativamente (contra los letrados) sino en perder. "Siempre se
pierde algo” (Wang Pi).

No solo se trata de perder todo lo que causa o puede causar agitación y deseos
de tener más, sino de ser espiritualmente pobres. Pobres significa abiertos a todas
las riquezas, puesto que los hábitos y las ideas adquiridas, no permiten una visión
siempre renovada y "virgen" del mundo.

El prestigio de los letrados dependía de la cantidad de conocimientos que tenían,


lo que precisamente se condena en este capítulo.

XLIX La virtud de la indulgencia

El sabio es constante en su mente.

Hace de la mente del pueblo su propia mente.

Es bueno con el bueno.

Es bueno con el no bueno.

Esa es la virtud de la bondad

Es sincero con el sincero.

Es sincero con el no sincero.


Esa es la virtud de la sinceridad.

La existencia del sabio no inspira temor

a los hombres, permanece abierto a todo el mundo.

Mientras el pueblo lo contempla

43

él trata a todos como a sus propios niños.

La mente del sabio está en estado "neutro", lo que corresponde a la idea del
vacío. Solo así se puede llenar.

La constancia de la mente, la "fonna mentis", la mentalidad, etc., que occidente


suele relacionar con la personalidad, para los orientales antiguos no es sino una
ilusión, en cuanto está siempre sujeta a cambios de distinto origen referidos
arbitrariamente al "yo"

Lo que el texto dice de la bondad y de la sinceridad, no debe entenderse en un


sentido tan solo ejemplar, sino esencial.

Para quien practica la verdad, la verdad misma va hacia él. Véase el texto LVII.

Actuar como niños significa tener comprensión indulgente hacia los demás. Es
también una forma indirecta de "paidea" concebida en sentido opuesto al
paternalismo confuciano, pues el taoísta se hace niño para tratar con los niños.

L El arte de vivir

Un viaje de ida es la vida.


Un viaje de regreso es la muerte.

Secuaces de la vida hay tres entre diez.

Secuaces de la muerte hay tres entre diez.

Hombres que por anhelo de la vida

mueven la palanca de la muerte,

también de estos, hay tres entre diez.

¿Porqué lo hacen?

Porque quieren vivir intensamente la vida.

Siempre he oído decir,

que quien conoce el arte de vivir

se va por el desierto

sin evitar rinocerontes y tigres.

Pasa en medio de los ejércitos

sin coraza ni espada.

El rinoceronte no tiene espacio

para clavar su cuerno

ni el tigre donde hundir sus garras.

Las armas no tienen filo para penetrar.


¿Por que razón?

Porque no existe en él, lugar mortal.

Diez es aquí el símbolo de totalidad como los 10.000 seres. Hay un solo sabio
entre diez. Nueve divididos en grupos de tres se desvían del camino (Tao)
impulsados por distintas ilusiones.

El Tao, que es el camino del sabio, Sheng-Jen, no depende de la perspectiva vida-


muerte, subidabajada, etc. por ser un camino celeste.

La inmortalidad está más allá de lo que el hombre concibe como vida o como
muerte.

44

De allí la invulnerabilidad del sabio que tiene por lo demás varias aplicaciones e
implicaciones.

LI Virtud vivificante

El Tao da vida al todo.

Su poder lo alimenta.

Su materia le da forma.

Su energía lo perfecciona.

Por eso entre las cosas ninguna cesa


de honrar al Tao y ninguna desprecia su virtud.

La magnitud del Tao y la grandeza de su poder,

no la tuvieron los seres por ser engendrados,

pero siempre está en ellos espontáneamente.

Por eso, el Tao produce las cosas.

El poder las alimenta,

las hace crecer y las cría.

Las hace completas y maduras,

las nutre y protege.

Dar la vida y no reclamar nada.

Actuar y no mantener.

Gobernar y no mandar.

Esta es la secreta virtud.

La mente ordinaria es la que adquiere conocimientos en forma acumulativa


solamente, perdiendo este tipo de conocimiento se llega a la sabiduría, la que se
nutre en las profundas raíces de la vida misma (la existencia universal) y no en
nociones, impresiones, prejuicios y hábitos, que quitan a la visión de la mente su
creatividad, su originalidad y su espontaneidad.
La perfecta neutralidad es la que posee todas las virtualidades. Por esto, el genero
neutro indica también en muchas lenguas tradicionales una universalidad de
cosas. Paradójicamente, la renuncia es positiva. Debe entenderse como renuncia
voluntaria y no frustración (que es una forma, de signo negativo, que impulsa a
volver a buscar, a volver a actuar o "compensarse).

Acerca del sentido positivo de la renuncia como posibilidad de realización significa


también conformarse con la voluntad del cielo. Los chinos antiguos están en
perfecta concordancia con los hindúes.

Puesto que no existen actos puramente negativos, la renuncia es una forma de


logro, de acuerdo con la voluntad del cielo, que mediante este camino asume el rol
que el individuo le confía.

LII Retorno al principio

Todo lo que se encuentra bajo el cielo tiene

un principio, este principio es la madre del mundo.

45

Quien conoce a la madre,

conoce al hijo.

Quien conoce al hijo y se queda con la madre

está libre de peligros durante toda su vida.

Cierra tu boca.
Mantén cerradas las puertas

y no tendrás penas hasta el fin de tus días.

Si abres tu boca,

si te preocupas de tus propias cosas,

hasta el fin de tus días no encontrarás bienestar.

El que ve lo pequeño es un vidente.

Quien conoce su debilidad mantiene fortaleza.

Quien emplea su propia luz para volver a su misma claridad y no gasta su cuerpo
inútilmente, cultiva lo que es perdurable.

El tema del retorno al Principio está aquí vinculado con el símbolo de la madre del
mundo, que a su vez se relaciona con los símbolos de la raíz y de la puerta
(doble). Para conocer los diez mil seres hay que remontarse a la madre, de la
misma manera como la raíz es la causa de todas las ramas del árbol, y la doble
puerta del nacimiento y de la muerte.

Esta madre es el Tao, que hay que tener siempre presente, para evitar los
peligros. El texto habla de riesgo de "abrir la boca" y entregarse a la acción en el
sentido de identificarse con este mundo, pero también en el sentido de retener la
respiración, en relación con los "cinco alientos de la fuente de la vida” de los que
se habla en la doctrina taoísta.

"Ausencia de agitación, honda serenidad" (Wang Pi).


No hay que olvidar la función que tiene para los taoístas el corazón (al cual nos
hemos referido como el equivalente a la mente) y la percepción de las cosas
sutiles e imperceptibles.

El retorno a la madre es una valoración de lo interior, de lo íntimo, de lo primigenio


y arquetípico del ser.

"La fuerza no estriba en guardar las cosas fuertes, sino en guardar las cosas
débiles" (Wang Pi)". "Tomar de lo bajo - dice el I Ching - para agregar en lo alto".

Nos limitamos a notar la coincidencia con las doctrinas y prácticas del Laya Yoga,
adonde la energía situada en la parte baja del cuerpo debe subir hacia la cabeza
para la reconstrucción de un estado primordial humano. Esta energía en los textos
sánscritos de Laya Yoga es también femenina (kundalini).

LIII Incrementar la evidencia

Quien posee el más pequeño grano de sabiduría,

va por el gran camino del Tao.

El único temor es el de la notoriedad

que lo apartaría del camino.

El camino del Tao es grande,

pero la gente prefiere otros caminos.

46
La corte esta repleta de magnificencia.

Los campos están repletos de hierbas malas.

Los almacenes públicos vacíos.

Ellos visten trajes elegantes y hermosos,

llevan filudas espadas en la cintura

y se hastían con vinos y manjares.

Poseen riquezas que no pueden usar.

Son ellos los heraldos del bandidaje.

No están con Tao.

El Tao es el gran camino, y el gran camino atrae a los caminantes (She Ching). EI
I Ching observa que quien sigue el gran camino (cuyo símbolo en la China fue la
ruta de la seda) encuentra un terreno llano y fácil.

Las expresiones muy duras que nuestro texto usa contra la vida que se lleva en la
corte real y su contraposición con las despensas vacías, representan no solo una
condenación de las pompas del mundo (hay que pensar que la etiqueta imperial
pretende modelarse en el augusto orden del cielo) sino con la relación entre estas
pompas ("adornar el exterior es excitar las pasiones" dice el I Ching) y la vida de
apariencias puramente externa a la cual se contrapone la pobreza interior
(despensas vacías). La ostentación de lo que aquí se define como "rapiña" es lo
opuesto al Tao.
LIV El cultivo del Tao y la observación de sus efectos

Lo que esta bien plantado no se puede arrancar.

Lo que se abraza firmemente no se puede desprender.

Los descendientes llevarán a cabo

los ritos ancestrales por generaciones sin fin.

Cultiva la virtud en tu persona

y esta será parte de tu ser.

Cultívala en tu familia y esta perdurará.

Cultívala en la aldea y esta crecerá.

Cultívala en el estado y este florecerá.

Cultívala en el imperio y será universal.

Por lo tanto:

En sí mismo se ve lo que sucede en los otros.

En la familia se ve lo de la familia.

En la aldea lo de la aldea.

En el estado lo del estado.

En el imperio lo del imperio.


¿Como conozco el imperio?

Por esto.

47

Este texto presenta un cierto paralelismo, por no decir una coincidencia formal con
un famoso texto de Confucio. La idea es que la armonía y la virtud dependen
esencialmente del individuo. De su comportamiento depende la sociedad familiar,
la sociedad humana y el orden universal.

Es interesante notar la rara alusión a los ritos ancestrales y su relación con la


piedad filial y la organización religiosa de la familia china tradicional.

EI curioso y extraño parecido con el Ta Hio (Gran Estudio) de Confucio, hacen de


este texto una pieza excepcional en el contexto del Tao Te Ching.

LV El misterioso encanto

Quien tiene en sí la plenitud de la virtud

es parecido a un niño recién nacido.

Las serpientes venenosas no lo muerden.


Las fieras salvajes no lo atrapan.

Las aves de rapiña no lo raptan.

Sus huesos son tiernos, sus tendones flexibles,

pero se aferra con fuerza.

No conoce la cópula entre el macho y la hembra,

pero su órgano sexual puede ser

estimulado mostrando la perfección de su semen.

Llora todo el día y no se vuelve ronco.

Por eso él encarna la armonía perfecta.

Conocer la armonía es conocer lo duradero.

Quien conoce lo duradero es iluminado.

Abusar de la vida es nefasto.

Excitar el alma vital produce fuerza.

Ser demasiado fuerte es empezar a decaer.

Todo esto está en contra del Tao.

Y todo aquello que está en contra de Tao

Perece prematuramente.
A diferencia del anterior, este texto típicamente taoísta, vuelve sobre el símbolo
del niño, cuya virtud es - segun Wang Pi - la de "no oponerse, ni atacar a los
seres". Por esto es inatacable e invulnerable.

Debajo de su aparente debilidad, él posee en potencia su fuerza viril intacta y libre


de deseos y de pasiones, lo que indica la riqueza de su interioridad.

Es remarcable la relación entre las ideas de armonía, eternidad e iluminación. La


plenitud en el sentido, fisiológico y psicológico es considerada aquí como el inicio
de la decadencia, de la vejez, del declinar del ciclo. El Tao es vida eterna e
inagotable y no está sujeto al ciclo de evolución – involución que caracteriza las
cosas y los seres perecederos

48

LVI La virtud maravillosa

El que sabe no habla.

El que habla no sabe.

Mantén cerrada tu boca.

Cierra tus puertas.

Desafila lo cortante.

Desenmaraña los nudos.

Suaviza el resplandor.
Adáptate a tu polvo.

Esto es identificarse con el misterio.

No lo realizas acercándote a él,

ni lo realizas rechazándolo.

No lo realizas ganándolo,

ni lo realizas perdiéndolo.

Por lo tanto:

No hay nada que pueda superarlo.

Un hermoso texto tibetano define el silencio como el reposo de la palabra.

Este texto se refiere a la sabiduría y a la naturaleza inefable de la verdad y de lo


que es esencial. El hablar y el pensamiento discursivo y lógico, como cualquier
otra formalización, están encerrados dentro de limitaciones y relatividades (léase
semántica) que no tienen absolutamente nada que ver con el Tao.

El hablar es también un hacer, una acción "Wei"; y la comunión con el misterio del
que habla nuestro texto es posible tan solo a través del silencio.

Solo cuando el lenguaje es usado de manera sugestiva o alusiva por referirse a


algo que lo supera y que puede ser meditado en silencio, tendríamos una especie
de hablar-no-hablando, que es el método de los taoístas posteriores y de los
budistas zen.
LVII Simple enseñanza

El imperio se gobierna con la rectitud.

Con la estrategia se dirige un ejército.

Con el no-hacer se conquista el mundo.

¿Cómo se yo que las cosas marchan de esta manera?

Observándome a mí mismo

A más edictos y prohibiciones en el imperio,

más pobreza en el pueblo.

A más cantidad de armas,

más confusión en el imperio.

A más habilidad del pueblo en las artes,

mayor producción de cosas extrañas.

A más leyes y ordenanzas,

más bandoleros y ladrones.

Por eso el sabio dice: No hago nada

49

y la gente espontáneamente se transforma.

Estoy quieto y la gente espontáneamente se corrige.


No tengo interés en las ganancias

y la gente espontáneamente se enriquece.

Practico el no-hacer

y el pueblo vuelve a la simplicidad.

Texto dirigido en contra del activismo y de la pretensión de cambiar la naturaleza


de los hombres y de las cosas a través de la acción.

El texto exalta la virtud del Wei-Wu Wei y de la espontaneidad natural. Aquí la


ironía está aparentemente dirigida contra el ideal confuciano de la educación y de
la racionalización que implican la agitación permanente y sus efectos
contraproducentes. Pero, como en el I Ching, es susceptible de una interpretación
mas profunda, que refiere al hombre que quiere organizar su vida sobre la base de
rígidas normas racionales y morales, sin tener conciencia que puede
desencadenar reacciones psicológicas en sentido opuesto o desviado.

Un texto taoísta dice que los peces y las tortugas no pueden quedarse tranquilos
en aguas continuamente agitadas.

Identificarse con los cambios es alejarse del Tao; y el provocarlos mediante la


acción, engendra la inevitable consecuencia de las reacciones concordantes.

LVIII Conformarse a los cambios.

Cuando el gobernante es indulgente


el pueblo se halla en la abundancia.

Cuanto más severo es un gobernante

más se encuentra el pueblo en la indigencia.

La felicidad se apoya en la desgracia.

La infelicidad está latente en el seno de la fortuna

¿Quién conoce sus limites?

Lo que es normal se convierte en anormal

Los buenos auspicios se vuelven ominosos.

La bondad se transforma en hipocresía.

Por lo tanto:

El hombre sabio es cuadrado pero no cortante.

Es anguloso pero no hiere a nadie.

Es recto pero no duro.

Resplandece pero no deslumbra.

El Wei-Wu-Wei reproduce la estrella polar que, estando inmóvil, dirige todos los
movimientos, y cuya función con respecto al mundo humano es esencialmente
orientadora.
La degeneración de la justicia y de la bondad (virtudes naturales) en manías y
extravagancias, es debida a las continuas interferencias de las opiniones que los
hombres se forman de ellas y que buscan transformar en normas.

LVIX Mantenerse en el Tao

Gobernando a los hombres y sirviendo al cielo

50

nada mejor que la moderación.

La moderación es el retorno al estado primordial.

El retorno al estado primordial

es acumular doble reserva de virtud.

Acumular doble reserva de virtud,

significa que nada podrá dejar de hacerse.

No habiendo nada que pueda dejar de hacerse,

nadie conoce sus límites.

Cuando nadie conoce sus límites,

el imperio se mantiene.

Quien mantiene a la madre del imperio, perdurará. Esta es la profunda raíz que se
fundamenta en el Tao. Secreto de longevidad y visión eterna.
El Tao no tiene límites (Wang Pi) pero en el mundo humano es necesario la
mesura. Esotéricamente, el texto es aplicable al hombre individual que quiere
alcanzar un camino de vida y de visión eterna.

LX Mantenerse en el trono

Si quieres gobernar un gran reino,

haz como aquel que fríe pescaditos.

Si tú gobiernas el mundo de acuerdo con el Tao

nunca las almas de los muertos se volverán

espectros. No porque los muertos no posean este poder,

sino porque su espíritu no daña a los hombres.

Sí los espíritus no hacen daño a los hombres,

es porque el sabio no los daña.

Si los hombres no se ofenden mutuamente,

la virtud de la vida se intensificará en el reino.

La comparación del gobierno con "freir pescaditos" debe ser complementada con
la idea de que mientras menos se les manipulan, quedan mejor.

Es un texto paralelo al de la jarra sagrada.


"Los espíritus no se vuelven espectros" o Kuei, o sea influencias errantes,
espíritus dañinos (el carácter Kuei indica movimiento en espiral, fuerza psíquica
que se mueve en torbellino). Los "espectros", "Kuei" o "Pai" nacen de los intensos
deseos y pensamientos de los hombres vivientes (Wang Chung).

Los espíritus (shen) que no hacen daño a los hombres (Yang) y los Kuei que les
hacen daño (Yin) no hacen nada al sabio. Este conoce la ley de las acciones y
reacciones y no está sujeto a las fuerzas sutiles del medio ambiente.

LXI La acción del Tao

Un gran estado que es como un valle

en el que corre un riachuelo,

se vuelve el centro de la tierra.

Se vuelve como la hembra del universo.

Lo femenino en su receptividad

vence a lo masculino,

su pasividad es estar debajo.

51

El gran reino que se somete a sus vasallos,

se vuelve señor de sus vasallos.


El pequeño reino que se somete a sus mayores,

se vuelve señor de los mayores.

Por eso, unos conquistan rebajándose;

otros por estar abajo.

Un gran estado desea gobernar mucha gente.

Un pequeño estado solo desea servir.

Para que uno y otro logren lo que desean

debe el más pequeño mantenerse abajo.

Aquí también nuestro texto insiste en la idea de la receptividad representada por la


hembra del mundo. Mediante esta receptividad "los seres vienen por ellos mismos,
espontáneamente" (Wang Pi) ya que la humildad sirve para actuar con poderío (I
Ching).

Hay que notar como en los ejemplos de los pequeños y grandes estados, aparece
mas bien una referencia feudal y no aquella que se produjo en la época de Los
Reinos Combatientes. El mantenerse en actitud humilde, equivale - a través del
no-aparecer - al poder de lo no manifestado sobre lo

manifestado que, como tal, peligra siempre.

LXII Practicar el Tao

El Tao es el íntimo refugio de los diez mil seres


Es un tesoro para los buenos.

Un protector para los extraviados.

Las palabras hermosas

pueden ser vendidas en el mercado.

Las buenas acciones

pueden ofrecerse como obsequio.

Si un hombre se ha apartado del camino

¿Qué razón hay para echarlo?

Para ello hay un emperador puesto en el trono.

Para ello él escoge a los tres grandes ministros.

Mejor que llevar la gran tableta de jade

y avanzar precedido por un cortejo de carruajes,

es sentarse inmóvil siguiendo al Tao.

¿Porqué los antiguos honraron a este Tao?

No porque lo encontrasen buscándolo

detrás del velo en que se oculta;

si no porque por virtud del Tao, desaparecerían

los efectos de sus maldades.


Por eso es un tesoro inapreciable para el mundo.

Hemos traducido como "refugio" el chino ao ó nao, santuario familiar situado al sur
oeste de la casa.

Pero hay que conservar la idea de la oscuridad del lugar y su sacralidad.

52

Buenos y malos pueden encontrar en el Tao su salvación. Eso nos ha inducido a


usar esta expresión que de otro lado es empleada en el budismo chino. EI Tao en
su transcendente neutralidad, se ofrece a los buenos y a los malos.

Hay que notar el reiterado ataque a las pompas cortesanas que alcanza a los
letrados y su manera de entender los ritos.

LXIII Pensar en el principio

Realiza el no-hacer.

Actúa no actuando.

Descubre lo sabroso en lo insípido.

Halla la grandeza en lo pequeño.

Encuentra lo mucho en lo poco.

Devuelve el odio con la comprensión.

Emprende lo difícil en su facilidad.


Usa lo pesado en su levedad.

Las cosas más difíciles del mundo,

deben ser fáciles en sus principios.

Las cosas más grandes del mundo,

deben ser pequeñas en sus comienzos.

Por eso el hombre sabio

no hace cosas grandes en su vida

aun siendo el único capaz de hacerlas.

Quien fácilmente promete difícilmente cumple.

Quien cree que todo es fácil

encuentra muchas dificultades.

Por lo tanto:

El hombre sabio considera todo como difícil

y jamás encuentra dificultades.

El no-actuar, "el actuar en el no-actuar" (Wang Pi) implica una actitud con respecto
a los hombres y a las cosas que, paradójicamente, se presenta como una
inversión de valores. Pero no es así, si se piensa en la relatividad de lo que es
concebido como fácil o difícil.
La actitud cautelosa del sabio lo preserva de los obstáculos en cuanto no se
identifica con lo que hace.

"Las plantas cuyas raíces están entrelazadas deben ser extraídas juntas" (I
Ching). Las dificultades previstas ya no son tales.

LXIV Sabiduría de lo pequeño

Las cosas pasivas son fáciles de plasmar.

Lo que no manifiesta malos indicios es fácil de predecir.

Lo que es frágil es fácil de romper.

Lo que es liviano es fácil de dispersar.

Haz los utensilios que aún no se han hecho.

Ordena las cosas antes que se hayan desordenado.

Un árbol que apenas se puede abrazar

nació de una minúscula raíz.

53

Una torre de nueve pisos nació de un poco de tierra.

Un viaje de mil millas comenzó con un solo paso.

El que mucho se agita en hacer algo,


terminará equivocándose.

El que se apega a algo terminará perdiéndolo.

Por eso el hombre sabio

no se agita por nada y nunca se equivoca,

no se apega a nada y nada pierde.

En sus negocios el hombre vulgar,

siempre termina malogrando las cosas.

Si cuidas el final como el comienzo, nada perderás.

Por lo tanto, el hombre sabio:

Desea no desear.

No da valor a las cosas difíciles de obtener.

Aprender lo que no se puede aprender, es su doctrina.

Enseña al pueblo a volver sobre sus pasos.

Ayuda a las cosas de acuerdo a su naturaleza

y no hace nada para forzarlas.

El inicio de las cosas es casi imperceptible y no se le atribuye importancia, sin


embargo sus consecuencias pueden ser incalculables.
Frente a este conocimiento, el sabio "se abstiene de pensar y de actuar y queda
en reposo sin ningún movimiento" (I Ching), puesto que conoce el valor de lo
pequeño.

LXV La pura virtud

Quien practicaba el Tao entre los antiguos

no se preocupaba de ilustrar al pueblo,

sino de que permaneciera humilde e inocente.

La dificultad de gobernar un pueblo

surge de los conocimientos que éste tenga.

Aquel que trata de gobernar un reino con

su sabiduría es un azote para él.

Aquel que lo gobierna sin esa sabiduría

es su bienhechor.

Aquel que sabe estas dos cosas

encuentra en ellas su modelo y su norma.

La habilidad de conocer este modelo y norma constituye lo que se llama la virtud


secreta.
Esta virtud es tan profunda e inasible, porque está opuesta a lo manifestado
inevitablemente se realiza.

La formula de la acción misteriosa (Wei-Wu-Wei) es conocer el modelo o


arquetipo. Este es el conocimiento que permite gobernar y gobernarse.

No es entonces el saber humano, el conocimiento adquirido, fruto de instrucci6n o


información, sino el conocimiento inspirado en la virtud superior el que aquí se
recomienda.

54

LXVI Colocarse en el último lugar

Si el mar es el señor de los ríos y torrentes

es porque está situado más abajo que ellos.

Por eso es el señor de los ríos.

Por lo tanto:

El hombre sabio reina sobre el pueblo

calificándose despectivamente.

Es la cabeza que se pone en el lugar de la cola.

Por ello permanece en lo alto,

y el pueblo no tiene que preocuparse de él.

Permaneciendo en lo alto
no recibe el pueblo ningún daño.

El pueblo lo coloca al frente y no se cansa de él.

Porque nunca discute

no hay quien pueda disputar con él.

El poder del agua, configurado como poder de lo que está abajo, tiene varias
aplicaciones, sea en sentido metafísico o en sentido mágico. Puede estar referido
por ejemplo al mundo subterráneo y en general al prestigio de lo etónico en cuanto
oculto, que actúa en la latencia, y en cuanto "sembrado", o sea, capaz de dar lugar
a nuevas manifestaciones de vida. La asociación aparece evidente en la
meditación de todos los pueblos agricultores.

El situarse en el lugar de la cola para ser la verdadera cabeza, corresponde


también a una idea general de todo el contexto que presentan una cierta inversión
de la sociedad actual con respecto a la sociedad primordial.

LXVIILos tres tesoros

Todo el mundo considera al Tao como grande.

Solo porque es grande parece una nada en el mundo.

Si quisiera ser algo en el mundo se opondría

a su verdadero principio.

Yo poseo tres gemas preciosas


que tengo ocultas como tres tesoros.

La primera se llama "compasión”.

La segunda se llama "moderación".

La tercera se llama "humildad".

Porque tengo compasión, es que soy valiente.

Porque tengo moderación, es que soy generoso.

Porque tengo humildad, soy señor de los vasallos.

Sin embargo hoy día,

se pretende ser valiente sin compasión.

Ser generoso sin moderación.

Dominar al pueblo sin humildad.

Esto en verdad es la muerte

Solo vence el que combate con compasión.

55

Solo defiende el estado quien tiene compasión.

Cuando el cielo quiere salvarnos,

nos protege mediante la compasión.


Luego de haber mostrado una vez mas la máscara de incapacidad que cubre la
cara del sabio, Lao Tzu habla de lo que hace la riqueza del sabio, los tres tesoros.

Las palabras chinas que corresponden a estos tres tesoros presentan notable
dificultad de traducción, por razones semánticas en nuestra lengua, sin correr el
riesgo de que se entiendan a la manera de las virtudes cristianas, confucianas o
budistas.

Nótese en todo caso como los tesoros (que son interiores) justifican acciones y
actitudes externas que valen tan solo si ellos están presentes.

LXVIII Reunirse con el cielo

Buen general no ama la agresión.

Buen guerrero no conoce el odio.

Si quieres vencer al enemigo, no te enfrentes a él.

Si quieres dominar a los hombres

ponte por debajo de ellos.

Esto se llama el poder del no-luchar.

Esto es usar la habilidad de los hombres.

Esto se llama desde la antigüedad

estar en armonía con el cielo


y es el poder más grande.

Lo esencial de este texto nos parece indicado por su título que por otro lado se
conforma con las ideas matrices de la China tradicional.

La voluntad del cielo es la que determina el hacer-no-haciendo. AI hombre le


corresponde el Wu- Wei (no-hacer); el primer Wei corresponde al cielo, como los
antiguos chinos lo entendían. Esto implica la idea de Hiu, vacío, meseta, es decir
lugar elevado.

SiunTse dice: "No dañar aquello que se va a recibir por el hecho de contenerlo, es
lo que se llama el vacío.

LXIX El uso de lo misterioso

Entre los guerreros existe este proverbio:

Es mejor ser huésped que anfitrión.

Mejor es retroceder un pie que avanzar una pulgada.

Esto se llama avanzar sin moverse.

Rechazar sin agitar los brazos.

Capturar al enemigo sin enfrentarse a él.

Conquistar sin emplear las armas.


No existe mal mayor que atacar con temeridad. Desestimando al enemigo se
pierden los tesoros.

Por eso, entre dos ejércitos que combaten, aquel que no ama la violencia vencerá.

Esta es otra manera de configurar el Wu-Wei; las ventajas de estar en la defensa


sobre aquel que ataca; el desprendimiento de quien combate, de la acción bélica,
la conquista sin el uso de las armas.

56

"Ceder es ventajoso, avanzar es lo malo" dice Wen Tzu.

Por eso el anfitrión o dueño está en una

posición más incómoda que el huésped.

LXX La dificultad de ser conocido

Lo que yo enseño es fácil de aprender,

fácil de practicar,

pero en el mundo nadie lo entiende

y nadie sabe practicarlo bien.

Mis palabras provienen de una tradición primordial.

Mis acciones dependen de un señor.

El vulgo no las puede comprender

y por eso no me comprenden.


Muy pocos me conocen

y en eso reside mi gloria.

De allí que el sabio ande mal trajeado

y oculte el jade en su espalda.

Este capítulo es importante por el testimonio que Lao Tzu da de sí mismo, en


cuanto dice que sus palabras tienen un antepasado, y sus acciones tienen un
señor: "el antepasado, el señor de los diez mil seres" (Wang Pi).

La ignorancia no permite a los hombres comunes la comprensión del sabio que ha


realizado el Wu- Wei. No siendo iluminados desde adentro, ninguna lámpara
puede iluminarlos; tan solo quien posee la luz, ve la luz.

Esto obliga al sabio a esconder el jade en su pecho y a presentarse mal trajeado.


Es evidente la ironía dirigida a los letrados y a los funcionarios que llevaban trajes
preciosos y se adornaban profusamente con el jade.

Notese la anormalidad de la situación del sabio, obligado por la general


incomprensión a mantener secreto lo más valioso, para que no sea estropeado y
pisado.
LXXI La enfermedad del conocimiento

Saber el no-saber,

he aquí lo sublime.

Saber y no saber,

he aquí la enfermedad.

Si uno no se considera enfermo

no cesa de estar enfermo.

El sabio no está enfermo,

Porque considera la enfermedad como enfermedad.

Por eso tiene el secreto de la salud.

Véase lo que ya hemos dicho antes sobre las dos formas de saber. El
conocimiento acumulativo, lógico, discursivo, y el saber intuitivo que se presenta
como un no-conocer.

Podría decirse en nuestra época que la "cultura", la '1ciencia" y la "erudición",


representan la antítesis de la sabiduría.

57

Es interesante referirse al Isha Upanishad: "Entran en la espesa tiniebla aquellos


que creen en el nosaber; y en la tiniebla más espesa aquellos que se complacen
con el saber" (el atman) es otra cosa que el saber, otra cosa que el no-saber. Así
hemos aprendido de los sabios que nos lo enseñaron".

LXXIIAmarse a sí mismo

Cuando el pueblo no respeta el poder,

el poder está por caer sobre el.

Que nadie encuentre estrecha su casa.

Que nadie esté descontento con su vida.

Solamente si uno desea amargarse

lleva una vida llena de amarguras.

Por eso el hombre sabio:

se conoce a sí mismo, pero no se muestra.

Se quiere a sí mismo, pero no se exalta.

Prefiere lo que está adentro a lo que está afuera.

El sabio no es enemigo de sí mismo porque mantiene la misteriosa comunicación


entre el cielo y la tierra, y se nutre en el seno de la madre.

Se ama, pero no se cree precioso; se conoce pero no busca la estimación ajena.


Deja lo exterior por lo interior. Vive en paz consigo mismo y con los demás.
LXXIII Libertad de acción

El valiente temerario perecerá.

El valiente prudente sobrevivirá.

Entre las dos valentías una es beneficiosa

y la otra perjudicial.

¿Quién conoce la razón de lo que el cielo aborrece?

Por eso el sabio elude estas cuestiones

oscuras.

El proceder del cielo es:

No luchar y saber vencer.

No hablar y saber responder.

No llamar y atraer al pueblo.

No inquietarse y saber tejer la trama.

La red del cielo es muy grande;

tiene anchas mallas.

Nada se le escapa.
Se trata nuevamente del ritmo y el poder de lo no manifestado. Los últimos versos
hablan de una red del cielo y se refieren a la "red” luminosa e ígnea de las
constelaciones.

Los planetas y las estrellas forman la "trampa" del destino de los hombres y de las
cosas. Recuérdese también el simbolismo griego de las Parcas.

Sobre el concepto de la libertad del hombre según la doctrina taoísta (libertad que
se desarrolla solamente entre el nacimiento y la muerte, período en el cual la
voluntad del cielo es no-actuante) es útil consultar nuestro estudio sobre el I
Ching.

58

LXXIV Vencer el error

Cuando un pueblo ya no teme a la muerte

¿Porqué asustarlo con el espectro de la muerte?

Si puedes hacer que un pueblo tema siempre

a la muerte y si hay criminales que desafían la ley

¿Quién tendrá el valor de atraparlos y darles muerte?

Para eso existe siempre el gran magistrado,a él compete aplicar la ley de la


muerte y no a otros. Quien levanta el hacha sin ser carpintero se hiere con sus
propias manos.
Huai-Nan_tzu afirma que la pena de muerte no es suficiente para impedir la
corrupción. De otro lado es conocido el estoicismo de los chinos frente a la muerte
violenta, la que tiene una milenaria aplicación en aquel país para todos los
crímenes juzgados graves.

El sentido de la última parte del texto se refiere a la competencia de los


magistrados que solo saben aplicarla.

La parte final no tiene solo el sentido contenido en nuestro proverbio "zapatero a


tus zapatos", sino que también agrega la idea de la venganza y el rencor de quien
ordena la muerte sin tener mandato para ello.

LXXVLa codicia dañina

El pueblo sufre hambruna

porque el rey cobra impuestos en demasía.

Por eso hay hambruna.

El pueblo es difícil de gobernar

porque el rey actúa

en beneficio de sus propios intereses.

Por eso el pueblo es difícil de dirigir.

Al pueblo no le importa la muerte


porque ama intensamente la vida.

Por eso al pueblo no le importa la muerte.

Quien no hace nada para vivir,

es más sabio que aquel que aprecia la vida.

"La ruina del pueblo significa destruir su propia cama deshaciendo el catre" (I
Ching). El pueblo no se preocupa de la muerte, porque los príncipes quieren vivir a
sus anchas. Solamente vive bien quien no piensa en vivir. El texto termina con una
sabia amonestación contra el deseo de vivir y la “superstición de la vida" la que es
una de las características de nuestros tiempos.

Se puede señalar en sentido esotérico lo siguiente: ser buen señor de sí mismo,


no exigir demasiado de uno mismo.

LXXVI Evitar la fuerza

Cuando el hombre nace es suave y flexible.

Cuando el hombre muere se vuelve duro y rígido.

Las plantas y los árboles nacen delicados y tiernos

pero al morir se vuelven secos y ásperos.

59

Por eso lo duro y rígido son símbolos de la muerte;


lo suave y flexible son símbolos de la vida.

Por lo tanto;

Un ejército demasiado poderoso no vencerá.

Un árbol duro está condenado a ser derribado.

Así; lo fuerte y poderoso deben estar abajo.

Lo débil y lo tierno deben estar arriba.

El niño, la hierba, el arbolito, todo lo que está destinado a crecer es tierno. La


fuerza representa la rigidez de la muerte.

"'El empleo de la fuerza es peligroso". EI I Ching presenta la imagen del carnero


que habiendo clavado sus cuernos queda inmovilizado.

Siempre está presente la idea de la virtud, de la ductilidad, frente a la resistencia.


Lo sutil es superior a lo corporal y la virtud de lo sutil estriba en su fluidez, en su
inaferrabilidad.

LXXVII La vía del cielo

El proceder del cielo es parecido a tender un arco.

Se baja lo que está en alto.

Se levanta lo que está abajo.

Se disminuye lo que sobra.


Se aumenta lo que falta.

El proceder del cielo es

reducir lo que está demás

y aumentar a lo que le falta.

Así no proceden los hombres.

Quitan a aquel que tiene poco.

Dan a aquel que tiene mucho.

¿Quién podrá tener lo suficiente

como para dar al mundo entero?

Solo aquel que posee el Tao.

Por eso el hombre sabio actúa y no atesora.

Adquiere mérito pero no le da importancia.

No muestra sus realizaciones.

Templar un arco referido a la virtud del cielo significa bajar el Yang y elevar el Yin.
"El camino del cielo consiste en disminuir lo que sobra y aumentar lo que es pobre
(I Ching).

Es evidente que esta idea responde a una concepción de equilibrio a la cual no se


puede atribuir ningún sentido moral.
LXXVIII Confiar en la sinceridad

Nada existe en el mundo

tan dócil y débil como el agua.

Pero para atacar a lo duro y lo fuerte

no existe nada que pueda superarla.

No hay nada que la pueda sustituir.

60

Lo débil vence a lo fuerte y lo frágil vence a lo duro.

Esto todo el mundo lo sabe pero nadie lo practica.

Por eso el sabio dice;

Quien se hace cargo de los males de un reino

es un señor que sacrifica a los espíritus de la tierra.

Quien se hace cargo de las calamidades de un reino,

éste se vuelve señor del imperio.

Estas palabras son verdaderas

aunque parezcan paradójicas.


Otra vez el símbolo del agua es asimilado al Te (virtud y poder) del Tao. EI
fenómeno de la erosión demuestra su superioridad sobre la naturaleza de las
rocas, pero por un proceder lento y gradual.

El agua es símbolo del mundo psíquico o sutil y de su poder sobre el mundo


material. La segunda parte de nuestro texto se refiere a los sacrificios expiatorios
del soberano a los espíritus terrestres Kwei, en el sentido de sacrificarse para su
pueblo asumiendo sobre su persona, como mediador, las fuerzas oscuras del Yin.

LXXIX Cumplir con el contrato

Aunque uno pueda reconciliarse de un gran

odio siempre queda algo de rencor.

¿Qué hacer para que todo sea beneficioso?

Por eso el hombre sabio aun teniendo en

su izquierda el contrato, observa el pacto y no

reclama nada.

El hombre que posee la virtud, observa

las condiciones del contrato.

El hombre que no posee la virtud solo observa

las condiciones que le son favorables.


El proceder del cielo no mira a las personas,

pero siempre ayuda al hombre bueno.

El texto alude a la forma ritual de hacer los contratos y a la falta de desconfianza


del hombre sabio y recto.

Los contratos, como los juramentos, en la antigüedad invocaban el testimonio del


cielo para su cumplimiento y la cólera celeste en el caso de que no se cumplieran.

El cielo representa en este caso no solamente un poder superior indeterminado,


sino la ineludible carrera del tiempo astronómico.

El que no cumplía, debía atenerse a "la hora del castigo" al cerrarse el ciclo
completo.

LXXXSolo y de píe

Hay un pequeño país poco poblado

que tiene máquinas muy eficientes

pero no hay quien pueda emplearlas.

Que este pueblo tome en serio la muerte

y no se aleje un pie de su tierra

y aunque existan carros y navíos,

61
nadie suba a ellos.

Aunque existan corazas y espadas, nadie las use.

Deja que este pueblo vuelva

a la arcaica costumbre de anudar las cuerdas.

Encuentre buenos sus alimentos,

espléndidos sus trajes.

Su morada tranquila y su simple manera de vivir.

Y aunque haya otro país vecino tan cerca que,

escuchen mutuamente a sus perros y gallinas,

sin embargo no hay comunicación entre ellos.

En este pequeño pueblo los viejos morirían

tranquilamente sin haber conocido lo que está

afuera.

Lao Tzu describe aquí la situación ideal de un pueblo "que no conoce el mundo".

Hay una alusión a la costumbre arcaica de hacer nudos anterior a las primitivas
escrituras que se hicieron sobre cañas de bambú.

Contrariamente a la tradición china, que atribuye un carácter sagrado a la


escritura, exalta la costumbre primitiva de los nudos, porque esto corresponde a
una época en la que la gente vive en la simplicidad absoluta, despojada de
deseos, sin conocer siquiera las cosas que se pueden desear (que son

aquellas que están fuera de este pueblo aislado).

Ese pueblo no tiene "ni siquiera el deseo de buscar cualquier cosa porque ignora
su existencia"

(Wang Pi).

LXXXI Mostrar lo esencial

Las palabras veraces no son hermosas.

Las palabras hermosas no son veraces.

Lo bueno no es elocuente.

Lo elocuente no es bueno.

El sabio no es erudito.

El erudito no es sabio.

El sabio no actúa para acumular.

Cuanto más entrega a los demás

tanto más posee para sí.

Cuanto más dones ofrece a los demás

tanto mas consigue para sí.


La norma del cielo es dar beneficios y no dañar.

El proceder del sabio es actuar sin luchar.

Texto inicial dirigido en contra de los letrados y de la importancia que ellos


atribuyen a la elocuencia. El sentido es que la verdad no tiene necesariamente
que presentarse como algo hermoso, sino como lo que es. La elocuencia es un
artificio cuya esencia no puede ser la bondad, por proceder de manera no
espontánea.

Tampoco la erudición es sabiduría, puesto que es cuantitativa en el sentido


acumulativo (se refiere a los estudios y continuas citas de los Ching propias de los
letrados, que las aprendían de memoria, de manera que, según la tradición,
pudieron reconstruirse cuando Shi Hwan Ti ordenó quemarlos.

62

Hay alusión a la suprema libertad de la mente que es condición para conseguir la


sabiduría, consistente en una actitud siempre abierta a todo y a todos.

Se explica aquí que las discusiones y luchas, en opiniones fundamentalmente, y


cuyo proceso es puramente dialéctico y discursivo, no tienen nada que ver con la
sabiduría.

También podría gustarte