Ciudad de Aregua
Ciudad de Aregua
Ciudad de Aregua
colorido con el rojo proveniente de la frutilla. Si bien, desde mayo inclusive ya se puede encontrar
esta noble fruta a la venta por las calles y sobre todo en la Ruta Aregua-Patiño, la mayor variedad en
derivados se ofrecen durante la Expo Frutilla, que conglomera a productores de varias zonas
cercanas de diversas compañías de Areguá e Itauguá.
Encontrarás jugos, helados, dulce, frutillas en canastos, licor, tortas y una gran cantidad de postres,
con muy buenos precios y producidas por manos trabajadoras.
También uno aprovecha el espacio de esta gran feria para adquirir artesanías diversas. Disfrutarás de
shows artísticos tanto en música como danza (esto se realiza generalmente los domingos) y es el
atractivo ideal para pasar el fin de semana en familia por la zona.
Alfarería
Manejo de Torno
Cerámica
Aregua
Fue fundada por el Gobernador Domingo Martínez de Irala entre los años 1537 y 1540.
Está ubicada a orillas del lago Ypacaraí, a 28 kilómetros de Asunción y actualmente es
la capital del Departamento Central.
Está rodeada de los cerros Kôi y Chororî, declarados ambos Monumentos Naturales.
La alfarería llegó a Areguá para quedarse de la mano del artesano español Ricardo
Pérez. Cuenta la historia que Pérez fue la persona que salvó de una muerte segura al
Gral. Bernardino Caballero tras esconderlo en uno de sus hornos de leña en su casa de
Cerrito, Chaco. Así pudo escapar de los soldados aliados que lo seguían durante la
Guerra de la Triple Alianza (1864-1870). Una vez en la presidencia de la República,
Bernardino Caballero visitó nuevamente el rancho chaqueño de Ricardo Pérez para
agradecerle el noble acto en que le salvó la vida. El español le solicitó tierras en donde
instalarse y explotar la alfarería que era su pasión. Así fue como llegó a la compañía
aregüeña de Isla Valle a orillas del Lago Ypacaraí, zona en donde abundan la arcilla y el
caolín, principales ingredientes el trabajo de alfarería.
Ricardo Pérez, tras asentarse en sus tierras, enseñó a los pobladores el arte de la
cerámica para que de ella puedan mantenerse en aquellas épocas difíciles de la nación.
A finales del siglo XIX introdujo el primer torno a patada que estuvo a cargo del primer
artesano aregüeño Enrique Salas. Por citar algunos de los artesanos destacados que
pertenecieron a la primera remesa de aprendices de don Pérez se encuentran Juan von
Schmeling, Aurelio Maqueda, Nenito Alarcón y José Domingo Villasboa.